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HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONMICO

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DERECHOS RESERVADOS 2011, Venancio Salcines y Esther Barros

ISBN: 978-84-614-9263-3

D.L.: C 807-2011

Editor: Escuela de Finanzas, S.L.Salvador de Madariaga n 5015176, Oleiros (La Corua)[email protected]

H I S T O R I A D E LP E N S A M I E N T OE C O N M I C O :

D E G R E C I A A L

M A R G I N A L I S M O

XCV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

N D I C E7

P R L O G O

9

D E S D E E L I N I C I O D E L O S T I E M P O S H A S T A E L P E N S A M I E N T O E S C O L S T I C O

3 1

E L P E N S A M I E N T O E C O N M I C O E S C O L S T I C O

5 1

L A E C L O S I N D E E U R O P A : E L M E R C A N T I L I S M O C O M O C O R R I E N T E

T R A N S V E R S A L

6 3

L O S M E R C A N T I L I S M O S

8 5

E L P E N S A M I E N T O E C O N M I C O I T A L I A N O : L A A B S T R A C C I N C O M O C A M I N O

9 9

L A B S Q U E D A F R A N C E S A D E U N S I S T E M A E C O N M I C O : L O S F I S I C R A T A S

1 1 3

N A C E U N A C I E N C I A

1 2 5

L A C O N S T R U C C I N D E U N S I S T E M A : A D A M S M I T H

1 5 3

L A E C L O S I N D E L P E N S A M I E N T O C L S I C O

1 8 3

M A R X Y L A E C O N O M A S O C I A L I S T A

1 9 7

D E L D E B A T E F I L O S F I C O A L E C O N M I C O

2 1 9

U N M O D E L O E C O N M I C O D E E L E C C I N

2 4 7

U N A T E O R A I N T E R M E D I A D E L A D E M A N D A

2 5 7

E Q U I L I B R I O G E N E R A L WA L R A S I A N O : U N S I S T E M A E C O N M I C O E N

I N T E R C O N E X I N

2 8 5

U N A T E O R A I N T E R M E D I A D E L A D E M A N D A

2 9 9

B I B L I O G R A F A

Al abrir las pginas de este libro y ojear los primeros captulos podr observar que esta Historia nace muy atrs, en los primeros siglos. Al igual que Joseph Alois Schumpeter, el gran maestro austraco, miramos al pa-sado para poder entender el presente. Nos sumergimos en la fi-losofa griega y esencialmente en Jenofonte y Aristteles porque en ellos yacen los cimientos de la Teora de la Eleccin del siglo XIX. Podamos haberlos admirado por su influencia en la escuela escolstica, especialmente a Aristteles, pero creemos que sus lecciones han llegado hasta la antesala del conocimiento que se muestra hoy en las clases de microeconoma y por ello entende-mos fundamental su saber.

El mercantilismo, tantas veces tan despreciado por los pensado-res del siglo XIX y algunos del XX, lo consideramos crucial para entender mejor el comportamiento actual de muchas naciones. Vemos, por ejemplo, fascinante los paralelismos entre el mercan-tilismo espaol y el comportamiento reciente de algunos lderes regionales. O sin ir tan lejos, mirando la poltica exterior nor-teamericana sentimos ver la conducta de alguna de las grandes naciones de los siglos XVI y XVII.

P R L O G O

PROLOGO8

El libro avanza acorde el paso del tiempo, de este modo el lector, usted, puede ir siguiendo las diferentes escuelas segn estas se asentaban en la sociedad de su poca. Abordamos con detalle, porque no poda ser de otro modo, el pensamiento clsico. Y aunque Schumpeter es nuestra gran inspiracin, su opinin nos marca siempre que nos ubicamos en la duda, hemos de decir que hemos ponderado a Smith en un mayor grado en que l lo hu-biera hecho. Cada vez que lo releemos encontramos en el maes-tro escocs nuevas e inditas grandezas y ese sentimiento hemos querido trasladarlo a este trabajo.

A Marx le hemos dedicado menos espacio y esfuerzo que el que le hubieran dedicado muchos de nuestros colegas, pero es poca ya la luz que vemos en sus trabajos y opinamos, sin nimo de acertar, que el tiempo no lo tratar mejor.

Camos rendidos, como no, por el marginalismo. La fuerza de la revolucin utilitarista de 1871 sigue presente todava hoy. Quien desee avanzar en la microeconoma avanzada ha de saber y co-nocer a los primeros utilitaristas econmicos. La potencia de sus escritos y la fuerza de sus razonamientos la consideramos crucial y por ello hemos realzado a Carl Menger, Stanley Jevons y Leon Walras.

Por lo dems, indicar que este es un libro cocinado de modo lento, empezamos a elaborarlo a finales del siglo XX, son ms de diez aos de trabajo. Son aos de lectura, reflexin y posterior redaccin. Muchos temas los hemos debatido en clase con nues-tros estudiantes, el modo de entender y comprender nuestras ex-plicaciones nos llevaban de nuevo a volver a redactar un captulo o mejorar una explicacin. Estamos, en fin, ante una obra viva. Hoy leen la primera edicin, maana esperamos que lean una se-gunda, que sin lugar a dudas sera ms completa y robusta que la anterior, ya que en ella habremos introducido los pensamientos de nuestros estudiantes ms inquietos y la de aquellos colegas que se acerquen a debatir con nosotros.

Venancio Salcines & Esther Barros, La Corua (Espaa), Marzo 2011.

D E S D E E L I N I C I O D E L O S T I E M P O S H A S T A E L

P E N S A M I E N T OE S C O L S T I C O

[ I . 1 P R I M E R A S C O N T R I B U C I O N E S A L A N L I S I S E C O N M I C O ]

[ I . 2 J E N O F O N T E , L A E C O N O M A C O M O A D M I N I S T R A C I N D E B I E N E S ]

[ I . 3 P R O T G O R A S : L A A P O R T A C I N S O F I S T A ]

[ I . 4 P L A T N O L A V I S I N R A C I O N A L I S T A ]

[ I . 5 A R I S T T E L E S , E L G R A N M A E S T R O ]

[ I . 6 R O M A Y E L C R I S T I A N I S M O P R I M I T I V O ]

[ I . 7 L A I G L E S I A C R I S T I A N A , S U S P R I N C I P I O S ]

[ N O T A S ]

V. S a l c i n e s & E . B a r r o s

D E S D E E L I N I C I O D E L O S T I E M P O S H A S T A

E L P E N S A M I E N T OE S C O L S T I C O

[ I . 1 P R I M E R A S C O N T R I B U C I O N E S A L A N L I S I S E C O N M I C O ]

Cuando los estudiantes de la Es-paa de postguerra comenza-ban el estudio de la Economa Poltica, lo primero que lean en sus manuales es que no puede hablarse de doctrinas econmicas en su consideracin de exposicin cientfica y sistemtica de los problemas fundamentales de nuestra ciencia hasta el siglo XVIII, con la Escuela Fisiocrtica. As se lo indicaban Perianes y Forns (1946) a los estudiantes de Derecho de la Universidad de Madrid. Si el es-

Los economistas del siglo XX iniciaron su

formacin despreciando todas las doctrinas en

desuso.El anlisis econmico

previo a la Escuela Clsica, fue el que

recibi el mayor de los desprecios.

DESDE EL INICIO DE LOS TIEMPOS12

tudiante perteneca a la Universidad de Barcelona posiblemente profundizara en la Historia de la Economa de J. Algarra (1941)1. Indicaba este profesor barcelons que nuestra ciencia es absolu-tamente moderna, pues ni en la antigedad ni en la Edad Media conocemos teora alguna de Economa poltica. A pesar de haber alcanzado en los tiempos clsicos, tanto la actividad producto-ra como todo el rodaje econmico, muy alta perfeccin, ello no dio lugar a ningn anlisis terico: slo algunos hombres muy eminentes, y an en contados casos, se fijaron en los problemas prcticos de la vida econmica y dedujeron conclusiones bastan-tes generales. Las obras econmicas de aquellas remotas edades son por lo comn dignas de escasa estima2.

Muchos manuales de economa, principal-mente los britnicos, iban mucho ms lejos e ignoraban todas las escuelas. Se aupaban, muy en lnea con el estilo actual, sobre los

avances de la revolucin hicksiana y los economistas de la Lon-don School of Economics. Los alumnos de Amrica Latina, y en especial los argentinos y los mexicanos, se formaban a travs de los libros que componan la serie de Economa que diriga Daniel Coso Villegas para el Fondo de Cultura Econmica (FCE). Uno de los principales manuales del FCE estaba escrito por Frede-ric Benham (1938)3 y su denominacin original era Economics: A General Textbook for Students, aunque los estudiantes de habla hispana lo conocieron como Curso Superior de Economa.

El siglo XX naci menospreciando a todas aquellas doctrinas econmicas que se consideraban superadas. El mundo se divida entre los defensores del capitalismo y el comunismo. En medio de esta lucha ideolgica sangrienta no pareca rentable hacer per-der el tiempo al estudiante explicndole doctrinas en desuso. Sin embargo, si retrocedemos en el tiempo hasta el periodo de entreguerras y leemos a los economistas de la dcada los vein-te4, como Ren Gonnard (1930) o anteriores, como A. Souchon (1905) o Guiraud (1905)5, observamos una mayor atencin ha-cia el pensamiento griego.

Aunque, como indica Schumpeter (1954), verdaderamente, si hablamos de pensamiento econmico en general, y no de escue-

Muchos manuales de principios del siglo XX ignoraban las escuelas anteriores.

HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

13


las, entonces podremos encontrar antecedentes en las civilizacio-nes antiguas.

[ D E L E S T E P R O V I E N E N L O S P R I M E R O S R A Y O S D E L U Z ]

Las teocracias asiria y babilnica haban desarrollado las institu-ciones monetarias, conociendo el crdito y la banca (2.000 a.C.). Las enseanzas de Kung Fu-tse (551-478 a. C.), ms conocido como Confucio, cinco si-glos antes de Cristo, preconizarn una mo-ral destinada a permitir el perfecto gobierno del pueblo. Intentaban convertir al hombre en un ser superior para beneficio de la colec-tividad. Este pensador chino y los discpulos de su obra mostraron un perfecto razonamiento sobre el sistema econmico en China. Su trabajo, sumado al de sus seguidores, como Mencio, de nombre Mong-Tsu (372-288 a.C.), sealaron mtodos de poltica econmica y control de cambios que indu-dablemente hacen pensar en la existencia de algn razonamiento cientfico6. De hecho, con ellos, las bases mitolgicas chinas pali-decen ante las especulaciones filosficas, y la tradicin, tan suma-mente religiosa, empieza a perder gran parte de sus prerrogativas. En cuanto al anlisis econmico griego, parece sorprendente su debilidad cuando se piensa en el brillante desarrollo econmico que alcanzaron en el campo de los hechos, y tambin en la ampli-tud que adquirieron entre ellos otras cien-cias sociales y morales como la poltica y la tica. Siendo el pensamiento griego mucho ms psicolgico que el occidental, por qu no utiliz la economa poltica en Grecia in-vestigaciones comparables a las que pusie-ron a tanta altura las ciencias inmediatas?, Souchon (1905)7.

[ L A A B U N D A N C I A E S T A R E I D A C O N E L P E N S A M I E N T O E C O N M I C O ]

Como afirma Gonnared (1930), la economa poltica de los grie-gos es incompleta y, desde muchos puntos de vista, rudimentaria;

La clave econmica se incorpora a las corrientes amplias

de pensamiento para satisfacer las

necesidades de saber de los gobernantes.

A los filsofos griegos no les preocupaba la Economa. Era para ellos un tema menor.

La preocupacin aristotlica de teorizar

sobre la felicidad, permiti, mucho tiempo despus, profundizar en la Teora Subjetiva del

Valor.


pero adems y principalmente, no se destaca como ciencia inde-pendiente. No se la considera ms que como una dependencia de la poltica o de la moral. Debe notarse que las obras en las cuales tenemos que buscar las ideas helnicas en materia de economa, no las exponen ms que de un modo incidental. Generalmente esta exposicin es con motivo de teoras polticas o ticas. De esta eclipse y de esta subordinacin del pensamiento econmico griego se han dado diferentes explicaciones. A juicio de Gonnard (1930)8, slo dos de ellas parecen dignas de atencin: en primer lugar, la extremada preocupacin que los griegos tenan por el Estado, distraa su mirada de los fenmenos econmicos, los ms alejados, por su naturaleza, del Estado, los menos sometidos a su accin. Por otra parte, hay que tener en cuenta que estos mismos fenmenos econmicos eran infinitamente menos visibles e im-presionantes que hoy.

Tal y como indica Schumpeter (1954) en su Historia del Anlisis Econmico, por lo que se nos alcanza, un anlisis econmico rudi-mentario es un elemento menor muy modesto de la herencia que hemos recibido de nuestros antepasados culturales, los anti-guos griegos. Al igual que su matemtica y su geometra, que su astronoma, su mecnica y su ptica, tambin su economa es la raz de toda la que ha venido despus. A diferencia de los logros en esos otros campos mencionados, su economa no alcanz un estatuto de independencia, ni siquiera entidad clasificatoria pro-pia. Los griegos fundan sus razonamientos econmicos con su filosofa general del estado y de la sociedad, y pocas veces trata-ron sustantivamente un tema de economa.

Frecuentemente, se indica que los escasos fragmentos cientficos disponibles del pensamiento econmico griego se encuentran en Platn (427-347 a. C.) y Aristteles (384-322 a. C.), olvidando en muchas ocasiones las aportaciones de Protgoras (490-415 a. C.) y Jenofonte (430-355 a. C.).

[ I . 2 J E N O F O N T E , L A E C O N O M A C O M O A D M I N I S T R A C I N D E B I E N E S ]

El primero de estos maestros griegos, Jenofonte (444-354 a. C.), ha sido ms conocido por su carcter de general griego, que por


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su labor como filsofo, discpulo de Scra-tes (469-399 a. C.) o historiador. La Ciro-pedia, la ms antigua de las novelas hist-ricas, se vincula a su nombre, algo que no ocurre cuando se menciona Economa o De las Rentas.

En la ltima de sus obras mencionadas, De las Rentas, aborda la gestin econmica de los esclavos utilizados en algunas de las explotaciones mineras de Atenas. El macizo del Laurion, al sur de Atenas, era una zona de explotacin de plomo argentfero. Este hecho provocaba una concentracin humana cuya impor-tancia vari segn la actividad o negligencia de la administra-cin pblica y la riqueza o la escasez de los yacimientos cono-cidos. Como propietario de los yacimientos, el estado ateniense los arrendaba a los explotadores, reservndose el monopolio de la plata obtenida despus del tratamiento del mineral. En estas explotaciones haba invertidas grandes cantidades de dinero o capital. Los explotadores destinaban estas ingentes cantidades de dinero a abrir las galeras y a adquirir los materiales y la mano de obra, que era esclava. Esta mano de obra, aunque es-clava, supona un elevado coste para el explotador de las minas, ya que, generalmente se la alquilaba a empresarios, cuyo nico fin comercial era arrendar mano de obra esclava. Los empresa-rios esclavistas conformaban de facto un monopolio que estran-gulaba la actividad minera ateniense al controlar la oferta de mano de obra, con objeto de elevar su precio.

La propuesta de Jenofonte, descrita en De las Rentas, fue re-servar esta especulacin para el Estado. Este, capaz de invertir cantidades ms considerables en la adquisicin de esclavos, se habra asegurado no slo el producto de su alquiler, sino tam-bin las correspondientes entradas de dinero acrecentadas por el desarrollo de las explotaciones mineras, que ahora ya no veran estrangulada su actividad econmica por el alto precio de esta mano de obra. Esta idea de Jenofonte entronca en la enorme preocupacin que tenan los pensadores griegos de los proble-mas de estado, pero con la particularidad, de que por primera vez, la economa est reflejada de un modo sustantivo.

Aunque se pueden extraer de Jenofonte lecciones

interesantes sobre el marginalismo, sus ideas

no influyeron en los economistas subjetivistas

del siglo XIX.


Pero, la obra que debe ser considerada su buque insignia como economista es su Eco-noma. Este escrito, como indican Ekelund y Hbert (1992), debe ser considerado un himno a la ciencia de la administracin. De Economa se extrae la leccin de que un buen administrador se esfuerza por in-crementar el tamao del excedente econ-mico de su unidad de produccin. Esto se logra a travs de la habilidad, el orden y

uno de los principios econmicos fundamentales - que veremos esbozado tambin en Platn - la especializacin. En el caso de Jenofonte, se referir a la especializacin del trabajo.

[ C U A N T A M S C O M I D A M E N O S P L A C E R ]

Algunos autores han credo ver en Jenofonte una preocupacin por los problemas del valor, de modo similar al detectado pos-teriormente en Aristteles9. Con la salvedad, que la influencia posterior de Aristteles en los marginalistas (siglo XIX) est con-trastada y la de Jenofonte, no.

El subjetivismo a la hora de analizar el problema del valor se ob-serva en Jenofonte cuando argumenta que el hombre inteligente utiliza la percepcin y la razn para extraer de la naturaleza lo que es necesario para satisfacer las necesidades humanas y evitar las incomodidades. Este pensamiento era coherente con la doc-trina hedonista. Los primeros esbozos de la doctrina utilitarista a mediados del s. XIX fueron tildados en su momento de hedo-nistas. Destacamos tambin de este discurso su utilizacin del concepto de necesidad como eje articulador. Este concepto ser un bloque transversal que recorrer el anlisis econmico del va-lor, tanto en su vertiente objetiva como subjetiva.

Sobre el concepto de marginalidad, se ha querido ver en un ejem-plo de Jenofonte, relacionado con el consumo de alimentos, un esbozo de esta idea. Plantea que cuanto mayor es el nmero de platos superfluos o aadidos que se ponen delante de una per-sona, ms pronto le invade una sensacin de hartazgo; y as, en lo que respeta a la duracin de su placer, tambin el hombre al que se le ofrecen muchas posibilidades est peor que el que

Jenofonte aporta la primera nocin conocida de marginalidad.Hace hincapi en que cuanto mayor es el nmero de platos superfluos o aadidos que se ponen delante de una persona, ms pronto le invade una sensacin de hartazgo.


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disfruta moderadamente de la vida. Pero donde entronca Jeno-fonte directamente con la preocupacin de los subjetivistas del siglo XIX, es en su concepcin de los bienes. Este tema, que fue tratado de un modo muy detallado por alguno de los principales marginalistas, como Menger en 1871, fue genialmente esbozado por este filosofo griego al explicar la utilidad de una flauta: Este instrumento musical, para quien sabe tocarlo es un bien, y para quien no sabe, no lo es ms que piedras intiles. Jenofonte, con esta explicacin est relacionando los bienes con las satisfaccio-nes de necesidades. De un modo ms elaborado, pero estructu-ralmente igual, plante el austraco Carl Menger su concepto de bien en el ltimo tercio del siglo XIX.

[ I . 3 P R O T G O R A S : L A A P O R T A C I N S O F I S T A ]

Antes de relatar las aportaciones de Platn y Aristteles es nece-sario mencionar a Protgoras. Este filsofo griego perteneca al cuerpo intelectual y moral de los sofistas. En s, este nombre, que significa hombre de saber no debe tener una connotacin peyorativa, aunque la polmica tendencio-sa y agria llevada contra ellos, en particular por Platn, les vali una mala reputacin, que se refleja en la actual connotacin de la palabra sofista.

Rebasaban, los sofistas, ampliamente el marco de la filosofa, abordando todos los aspectos del saber, desde un mtodo tildado en su esencia de revolucionario. Sin ningn cuidado por preocu-paciones abstractas, proclamaban, segn la frase de su ms fa-moso representante, Protgoras, que El hombre es la medida de todas las cosas10. No es difcil sospechar que, desde este punto de vista filosfico se pudiera esconder, como as es, la idea matriz de la teora del valor trabajo11 y la del individualismo subjetivo.

Protgoras adelant dos concepto bsicos de la teora econmi-ca moderna: a) El mtodo de evaluacin de los individuos como agentes maximizadores de utilidad y b) El uso de la evaluacin hedonista en la medicin de la utilidad12. Estos dos conceptos

Protgoras genera la idea base de que el hombre es

la medida de todas las cosas.

El individualismo, sostn de las teoras utilitaristas

del siglo XIX, dice lo mismo.


que se extraen de Protgoras estn en plena consonancia con las doctrinas sofistas, que con un desprecio total de las tradiciones y por el ejercicio del espritu crtico, intentaban plantear el subje-tivismo negando la posibilidad de ningn conocimiento objetivo. Planteaban los sofistas y por tanto Protgoras, que era su prime-ra espada, la imposibilidad de afirmar o negar la existencia de los dioses, igualmente la imposibilidad de considerar la ley como algo ms que una realidad humana y sometida al capricho de los hombres. Y al mismo tiempo animaban a sus discpulos a buscar los xitos por encima de todo, a no reconocer una verdad y una justicia absolutas superiores y distintas a lo til.

[ I . 4 P L A T N O L A V I S I N R A C I O N A L I S T A

La visin subjetiva de Protgoras en nada fue compartida por Platn, quien haca descansar sus pensamientos sobre el pe-destal del racionalismo. Ciertamente Pla-tn estaba mucho ms cerca de la visin de Jenofonte que de la del sofista Protgo-ras. Combinaba la idea de especializacin y divisin del trabajo con los razonamien-

tos ms abstractos de la idea de ciudad-estado, que era para los griegos la nica forma posible de existencia civilizada.

En la Repblica se observa con claridad la aplicacin de estas ideas. Muestra como la polis griega y por extensin cualquier tipo de ciudad, se conforma de personas que tienen la capacidad de satisfacer las necesidades de otras personas - los artesanos, los militares, los religiosos.. de modo que se va generando un ente agregador de personas, una ciudad. Por tanto, es la bsque-da y el estudio de la polis griega por excelencia la que le conduce a la idea de especializacin.

[ L A P O L I S I D E A L G E N E R A C L AV E S E C O N M I C A S ]

Los problemas de produccin los aborda, Platn, tambin inmer-sos en su bsqueda de ciudad ideal. En este caso, ser a la hora de plantear el sistema de clases sociales reinante. La existencia

La existencia de una clase gobernante es bastante complicado sin la produccin de bienes. Potenciales problemas de escasez obligan a abordar las tareas productivas y mercantiles.


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de una clase gobernante es bastante complicada sin la produc-cin de bienes. Es por ello necesario abordar las tareas producti-vas y mercantiles.

Su visin de la sociedad ideal como algo absoluto y esttico le haca considerar como un mal aunque necesario al dinero y al comercio. Estos dos elementos tenan la virtud, y aun la tienen, de alterar el status quo social.

El ltimo de los elementos que se pueden extraer de la obra de Platn es su concepcin del dinero como instrumento de inter-cambio (Politeia II, 371). Aunque no se puede afirmar que haya vertido ninguna opinin precisa acerca de la naturaleza del dine-ro, s podemos aseverar que su hostilidad con el uso del oro y la plata, o su idea de una moneda local que no tiene validez como medio de pago fuera del estado emisor, concuerdan con las con-secuencias lgicas de una teora para la cual el valor del dinero es independiente del material con el que se elaboren las monedas. Este hecho, a juicio de numerosos historiadores del anlisis eco-nmico, como Schumpeter (1954), permiten ver a Platn como el primer defensor conocido de una de las dos teoras fundamen-tales del dinero, igual que Aristteles se puede presentar como el primer defensor conocido de la otra. No obstante, es muy im-probable que esas dos teoras a las que se refiere Schumpeter (1954) hayan nacido con la obra de estos dos grandes maestros de Grecia.

La gran debilidad de la economa poltica de Platn es que no la abord de un modo sustantivo, slo la utiliz como un instru-mento ms dentro de un modelo racionalista, donde el objetivo era alcanzar una polis ideal. No obstante, no debemos nunca olvidar su idea de especializacin, extrada de su teora de las castas, y la idea del dinero como un smbolo arbitrado para faci-litar el intercambio.

[ I . 5 A R I S T T E L E S , E L G R A N M A E S T R O ]

Es indudable que en los trabajos de Aristteles se puede encon-trar una intencin analtica ausente en la obra de Platn. Este


hecho, y la rapidez con la que se propaga-ron sus obras en Occidente, justifican su preponderancia.

El itinerario recorrido por los libros de Aristteles para llegar desde la lejana Gre-cia hasta la indmita Europa Central pas por la actual Espaa. Despus de la con-

quista de Alejandra por los rabes en el ao 642, la cultura y la lengua de Grecia pervivi, bajo el dominio musulmn hasta el siglo IX. Durante estos doscientos aos transcurridos desde la entrada en Alejandra, se tradujeron una gran cantidad de obras griegas al rabe, y entre ellas las de Aristteles, estando la prin-cipal correa de transmisin del conocimiento cientfico helnico en la escuela de Hunain ibn Ishaq (809-873). Sern las traduc-ciones al latn de las obras de Muhammad ibn Rusd, ms co-nocido por Averroes (1126-1198), las que muestren de nuevo a Occidente la grandeza del pensamiento griego.

[ L A S T I C A S O L A C A J A D E P A N D O R A D E L A N L I S I S E C O N M I C O G R I E G O ]

La gran obra, la primera que hizo desper-tar el pensamiento europeo de la Edad Me-dia fue la tica. Los iniciados en el campo de la filosofa saben que se trata de varios tratados aristotlicos, que en su conjunto reciben el nombre de Las ticas. El prime-ro de ellos es la denominada tica Nicom-quea, sobre esta y la segunda de las ticas, la tica Eudemia surgieron dudas sobre su

autenticidad, se pens si fueran Nicmaco o Eudemo de Rodas o, tal vez, Eudemo de Chipre, el contemporneo de Teofrasto, a quienes haba que atribuir su autora. Lo que parece evidente es, sin embargo, que ninguna de las dos obras fueron escritos dedi-cados a Nicmaco o a Eudamo, respectivamente; no slo porque el concepto de dedicatoria, tal como hace suponer la equvoca traduccin del ttulo, era absolutamente ajeno a la poca de Aris-tteles13, sino, sobre todo, por el carcter de las publicaciones aristotlicas que, al menos las que han llegado hasta nosotros,

Es el verdadero maestro. De Aristteles bebieron todos los grandes pensadores, en especial los padres, o quizs deberamos decir abuelos, de la microeconoma moderna.

Aristteles deslumbr a los religiosos de la edad media (escolsticos), a los filsofos del siglo XVIII (los clsicos) y a los tericos de la abstraccin del siglo XIX (los marginalistas). Es decir, a todos aquellos preocupados por el valor.


21


nos permiten descubrir la extraa relacin, vista desde nuestros criterios, que los escritores griegos de la poca platnica o aristo-tlica tenan con sus propios escritos. Los nombres propios que, adjetivamente aparecen en los ttulos de las dos ticas podran deberse, en el caso de Nicmaco, a que ste fue el corrector y el editor del escrito de su padre. Ms difcil de explicar es el sen-tido del nombre de Eudemo en la tica Eudemia. Por razones bastantes complejas, y que no abordaremos en este libro, este trabajo ha sido considerado como una obra no original de Arist-teles. No obstante, la suposicin ms aceptada actualmente en el campo de la filosofa es que por el estilo de la obra no se puede atribuir a Eudemo de Rodas, sino que constituye una coleccin de escritos fragmentarios de Aristteles, dados a conocer por Eu-demo de Rodas.

[ L O S F O G O N A Z O S D E A R I S T T E L E S ]

Pero, Qu fue aquello que deslumbr a los pensadores escolsti-cos, a los economistas clsicos o a los marginalistas del siglo XIX como Menger? No todos los economistas han mirado, buscado o encontrado lo mismo en la obra de este pensador griego.

Hablar de dinero en Aristteles es introducirnos en una larga tra-dicin que recorre, al igual que una columna vertebral, el cuer-po histrico de la Edad Media, el Renacimiento y llega con ex-traordinaria fuerza hasta el cuerpo terico de Adam Smith. Esta visin aristotlica comienza en el libro V 5, 1133a de la tica Nicomquea. En ese apartado indica que todas las cosas que se intercambian deben ser, de alguna manera, comparables y ese papel lo juega la moneda.

Para esto se ha introducido, la moneda, que es de algn modo, algo intermedio, porque todo lo mide, de suerte que mide tambin el exceso y el defecto: cuntos pares de sandalias equivalen a una casa o a un determinado alimento. Es preciso, pues, que entre el arquitecto y el zapatero haya la misma relacin que hay entre una cantidad de zapatos y una casa o tal alimento. Pues, de otro modo, no habr cambio ni asociacin. Pero esta proporcin no ser posible, si los bienes no son, de alguna manera, iguales. Es menester, por tanto, que todo se mida por una sola cosa, como se dijo antes. En realidad, esta cosa es la necesidad que todo lo


mantiene unido; porque si los hombres no necesitaran nada o no lo necesitaran por igual, no habra cambio o no tal cambio. Pero la moneda ha venido a ser como una especie de sustituto de la necesidad en virtud de una convencin, y por eso se llama as, porque no es por naturaleza sino por ley, y est en nuestras manos cambiarla o inutilizarla. tica Nicomquea, V 5 1133a14

[ L A S N E C E S I D A D E S S O N S U B J E T I VA S ]

Al abordar el tema del dinero se introdu-ce, como no poda ser de otro modo, en el carcter subjetivo de las necesidades, afir-mando:

Que la necesidad, como una especie de uni-dad lo mantiene todo unido, est claro por el hecho de que, cuando las dos partes, ya am-bas o una sola, no tienen necesidad una de otra, no hacen el cambio como cuando una

necesita lo que tiene la otra, por ejemplo, vino o trigo. tica Ni-comquea, V 5 1133b

En este prrafo queda claro que el valor de las cosas est relacio-nado con las necesidad que se tiene de las mismas. Y dado que esta cita est englobada en el marco del dinero y del precio de las cosas, se podra deducir que es el precio que estamos dispuestos a pagar el que mantiene relacin directa con nuestra necesidad de las cosas.

El dinero juega tambin en la obra aristotlica un papel de ga-rante de la satisfaccin de necesidades futuras. Con el dinero podemos adquirir productos que no necesitemos en el momento presente pero podamos necesitar en el futuro:

En cuanto al cambio futuro, si ahora no ne-cesitamos nada, pero podemos necesitar lue-go, la moneda sirve como garante, porque el que tiene dinero debe poder adquirir. tica Nicomquea, V 5 1133b

Los economistas clsicos beben de las aportaciones de Aristteles a las teoras del contrato social, de la

La escuela neoclsica siempre ha considerado que las necesidades humanas son subjetivas. La escuela austriaca, desde Menger hasta Mises y Rothbard, opina lo mismo. Por el contrario, el marxismo defenda la existencia de necesidades objetivas.

El dinero para poder jugar su papel de medio de cambio, tiene que ser til y con valor de cambio. Por ello, se estima por su peso y calidad.


23


propiedad o del dinero entre otras. En particular, Adam Smith extrae de Poltica la visin del dinero de Aristteles. El eco-nomista escocs defiende la existencia de casas de moneda que certifiquen la pureza del metal utilizado en la elaboracin de las monedas, y para ello recurre a Aristteles.

Para evitar estos abusos [se refiere Smith a los abusos cometidos por aquellos que adulteran con metales pobres las monedas de oro o plata] facilitar los cambios y fomentar por este procedi-miento el comercio y la industria, en todas sus manifestaciones, se consider necesario, en cuantos pases se adelantaron algo en el camino del progreso, colocar un sello pblico sobre cantidades determinadas de aquellos metales que acostumbran a usar esas naciones para comprar todo gnero de mercancas. Tal es el ori-gen de la moneda acuada y de aquellos establecimientos pbli-cos llamados Casas de Moneda, instituciones que guardan un gran parecido con las oficinas (Lonjas) que inspeccionan y sellan los tejidos de lana y lino. Pgs 26 y 27 de Investigacin sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, [1776]1958.

De hecho, Aristteles, est planteando la proposicin de que el dinero para servir como medio de cambio tiene que ser una de las mercancas que ayuda a intercam-biar. Es decir, tiene que ser una cosa til y con valor de cambio, independientemente de su funcin monetaria. De este modo, la mercanca moneda se estima por su peso y por su calidad, al igual que las personas hacen con el resto de las mercancas para calcular su valor. Esta teora del dinero se denomin metalismo o teora metalista del dinero. En lo referente al inters, nunca com-prendi por que una mercanca, como el dinero, pueda crecer al pasar de unas manos a otras. Ese hecho, que s fue estudiado por los doctores escolsticos, fue definido y repudiado por Aristte-les, quien lo defini como usura

[ Q U E C A R O E S T E N E R E S C L AV O S ! ]

La visin aristotlica de los orgenes del Estado, de la propiedad privada y de la esclavitud influy tambin de un modo importan-te en los pensadores de los siglos XVII y XVIII. En lo referente a la esclavitud, hizo un profundo anlisis econmico que le llev

No entiende que una mercanca pueda crecer

de valor al pasar de unas manos a otras.


a la conclusin de que el trabajo esclavizado era el ms caro de todos. Adam Smith (1958) retoma el discurso aristotlico al re-ferirse a la baja productividad de los esclavos:

La experiencia de todos los siglos y naciones demuestra que una obra hecha por esclavos es ms cara que otra alguna. Un hombre que no tiene la posibilidad de adquirir propiedad o dominio, no puede tener otro inters sino el de comer lo ms que pueda y trabajar lo menos que sea posible [....] para mantener cinco mil hombres ociosos (gente de guerra que se supona necesaria para la defensa), juntamente con sus mujeres y criados, se necesitara [se est refiriendo Smith a la baja productividad de los campos agrcolas cuando estn en manos de esclavos], dice aqul, un territorio de ilimitada extensin y fertilidad, como los llanos de Babilonia. Pg. 348 de Investigacin sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, [1776]1958.

Como se pudo comprobar en esta cita de Smith, los economistas clsicos retoman la idea aristotlica de que los esclavos intenta-ran maximizar su ingesta alimenticia y minimizar su esfuerzo.

Este discurso sobre la esclavitud est re-cogido dentro de uno mayor que, al igual que en Europa en los siglos XVII y XVIII, recorri Grecia en el siglo V a. C.: el con-trato social.

Ha sido tal la influencia de Aristteles en este campo que todos los grandes pensadores europeos de la poca lo tiene presente, por ejemplo, Jean Jacques Rousseau en el Contrato Social recurre a l prcticamente en la totalidad del captulo X del libro III, que trata del abuso del gobierno y de su inclinacin a degenerar.

Ser en Poltica I, 8-11 y en tica V, 5 donde podemos encon-trar la economa pura de Aristteles, o como dira Schumpeter (1954), la embrional economa pura. No observ, sin embargo, Schumpeter que no es necesario acudir hasta el libro V de la ti-ca Nicomquea (E.N.) para encontrar aspectos tericos de ver-dadero inters. En el libro I de la E.N. muestra que la actividad

Los escritos de Aristteles marcan numerosos debates posteriores, como el de la rentabilidad econmica de la esclavitud o la necesidad de un contrato social.


25


humana tiende siempre a alcanzar algn fin. Al menos esto se debe de interpretar de la siguiente afirmacin aristotlica15: toda actividad humana tiene un fin y el de la economa es la riqueza. Si a esta afirmacin aadimos el concepto de necesidad, interpretn-dolo como un objetivo a alcanzar, estaramos poniendo los rales para un tren que nos conduce a una parada denominada teora subjetiva del valor.

[ O T R O L E G A D O M S : L A N O C I N D E VA L O R ]

Sin nimo de restar importancia a sus apor-taciones sobre el inters y el dinero o el con-trato social entre otras, hemos de destacar su aportacin en el tema del valor. Su teora de la existencia de una escala ordinal de ne-cesidades cal con fuerza en Carl Menger, quien desarroll una teora subjetiva del valor sustentada, entre otros, en el concepto de necesidad y en una tabla de necesidades, donde ordena las mismas bajo el criterio de prioridad para el ser humano. Realmente, Aristteles no slo distingui entre valor de uso y valor de cambio tan claramente como cualquier autor posterior, sino que, adems ha notado que el segundo fenmeno se deriva de un modo u otro del primero. Observ, tambin, la importancia de los incrementos marginales en la teora del valor, en Tpicos, 118b 15, Aristteles expone que,

...una cosa es ms deseable si, cuando se aade a un bien inferior, hace que el conjunto se convierta en un bien mayor. Asimismo, se debe juzgar por medio de la sustraccin: porque la cosa cuya sus-traccin hace que el resto se convierta en un bien inferior debe con-siderarse como un bien mayor, independientemente de la razn por la que dicha sustraccin convierta al resto en un bien inferior16.

Una mente con tal capacidad analtica no poda dejar de com-prender los conceptos de escasez y valor de uso. Si hacemos uso de la famosa paradoja de Adam Smith sobre el valor del agua y de los diamantes, podemos decir que la misma podra haber sido solucionada por Aristteles. Al menos eso se intuye a la luz de la siguiente cita

Sus textos, fueron reledos por algunos de los

principales marginalistas del siglo XIX.

La teora subjetiva del valor parece tener sus orgenes en Aristteles


....el oro es una cosa mejor que el hierro, aunque menos til: es difcil de obtener, y por tanto su posesin tiene ms valor [....] lo que a menudo es til supera a lo que raramente es til. Tpicos, 1364a 20-25.

[ I . 6 R O M A Y E L C R I S T I A N I S M O P R I M I T I V O ]

Los seis primeros siglos de la era cristiana son un eslabn ms de la fuerte cadena de pensamiento griego. Roma, como Imperio, haca frente a un gran nmero de problemas de carcter econmico. Sin embargo, la clase intelectual romana no abord de modo sustantivo el anlisis econmico. Los pensa-dores clsicos han analizado con profundidad los documentos ro-manos, como los dejados por Sneca (4 a.C. 65 d.C) o Dion Casio17 (170 d.C. 235. d.C.) entre otros, pero ha sido la mayora de las ocasiones para buscar respuestas a problemas importantes de su poca, como la esclavitud o la acuacin de monedas, ms que con objeto de encontrar un anlisis econmico estructurado.

Sirva de ejemplo la utilizacin que Smith realiza de la obra De Ira del pensador cordobs, Sneca. El escritor escocs recurre a esta para justificar que, en la poca romana, exista un magistra-do que tena por nico objeto defender o proteger a los esclavos de Roma. Esta figura defensora de los escasos derechos de la poblacin esclava fue creada en tiempos del Emperador Augusto (68 a.C.-14 d.C.). Segn cuenta los historiadores romanos, este magistrado lo mand crear Augusto despus de observar a Vedio Pollion ordenar que, como castigo a una falta leve, uno de sus esclavos fuera descuartizado y tirado al estanque de los peces18.

No debe pensar el lector, que Smith recurre a los pensadores romanos como una mera muestra de erudicin. Lo hace siem-pre con una gran capacidad analtica y para extraer lecciones aplicables a la poltica econmica del momento. En el ejemplo del magistrado de esclavos, Smith, intenta, primeramente, jus-tificar su existencia e implantacin en las colonias europeas del s. XVII, y, en segundo lugar, mostrar que cuando Roma era go-bernada por un Emperador, como Augusto, el magistrado poda hacer su labor sin injerencias, mientras que, en los tiempos de la

Roma, lecciones para la historia econmica pero no para la historia de la

Economa


27


Repblica, cuando los esclavistas tenan capacidad para poner y sacar mandatario, el magistrado tena muy poca independencia. Observamos por tanto, un anlisis que va ms all del puramente econmico, y se encardina en la direccin de la separacin de los poderes del estado.

[ E l D E r E c h o r o m a n o : E l c o r p u s D E J u s t i n i a n o ]

El derecho romano ha sido la gran reali-zacin de la sociedad romana, su gran herencia. Ha sido su derecho comn, jus gentium19, un depsito de principios eco-nmicos, que ms tarde relucieron en el anlisis econmico de la Edad Media. Las principales lecciones, de carcter econ-mico, las encontramos en el Corpus de Jus-tiniano (528-533).

En el ao 528 de nuestra Era el emperador Justiniano cre una co-misin de juristas presidida por su ministro de Hacienda, Tribonia-no, para que redujera a dimensiones manejables la amplia coleccin de leyes y literatura jurdica. Este Corpus, nombre de la recopilacin dirigida por Triboniano, se divida en las Institutiones, las Digestae y el Codex20. De estas tres partes, nicamente la segunda, el Digesto o Digestae, es de verdadero inters para el anlisis econmico. En ella se recogen numerosos escritos realizados por los jurisconsultos. Estos no slo tenan carcter normativo, sino tambin explicativo. Y es esta lti-ma faceta, la explicativa, la que muestra el anlisis econmico romano. La fijacin de precios, las situaciones monopolsticas, la propiedad, la moneda y su valor intrnseco entre otros temas, fueron abordados por los jurisconsultos y expuestos en la Digesta. Lo lamentable para la eco-noma es que estos escritos fueron redactados y analizados en funcin de su principio bsico, crear principios jurdicos y no econmicos. No obstante, les debemos definiciones, por ejemplo, del precio, del dinero, la compraventa, etc. Estas definiciones han servido, sin lugar a dudas, de campo abonado para posteriores siembras del anlisis econmico.

[ I . 7 L A I G L E S I A C R I S T I A N A , S U S P R I N C I P I O S ]

La Iglesia cristiana, como institucin, en ningn momento de su historia ha aspirado a realizar una reforma social, salvo en el

La fijacin de precios, las situaciones

monopolsticas, la propiedad, la moneda

y su valor intrnseco entre otros temas, fueron

abordados por los jurisconsultos


sentido de reforma del comportamiento moral. Por esto, en la poca primitiva de esta religin sus ms elegantes maestros no sintieron la necesidad de desarrollar trabajos analticos de ca-rcter cientfico en economa poltica. En este sentido, ni en Cle-mente de Alejandra (150-215), ni en Tertuliano (155-222), san Cipriano (200-258), Lactancio (260-340), san Ambrosio (340-397), san Juan Crisstomo (347-407) o san Agustn (354-430) podemos encontrar aportaciones tericas.

Plantea Schumpeter (1954) que san Agustn en De civitate dei y en Confesiones muestra rasgos de pensamiento analtico. Algunos autores como Ekelund y Hrbert (1992) o Dempsey (1935) van ms all e indican que San Agustn mostr un camino hacia una teora subjetiva del valor. Aunque San Agustn ha sido la correa de transmisin del pensamiento platnico, en su concepto de las necesidades se acerca de un modo

importante al pensamiento aristotlico, donde las necesidades se determinan individualmente.

En De civitate dei, San Agustn plantea que cada cosa recibe un valor diferente proporcionado a su uso. Plantea que un caballo resulta con mucha frecuencia ms caro que un esclavo y una joya ms preciosa que una sirvienta. Menciona, San Agustn, que, cada hombre tiene la capacidad de formar su mente como desee, resaltando que hay poco acuerdo entre la eleccin de un hombre que tiene verdadera necesidad de un objeto y del que ansa su posesin solamente por placer.

No podemos olvidar, sin embargo, que la Iglesia nunca ha pro-metido un paraso econmico aqu en la Tierra. Es por ello que, al menos en aquel momento, el cmo y el porqu de los mecanis-mos econmicos careca de inters para sus superiores.

Aunque el Imperio de Oriente sobrevivi al de Occidente du-rante mil aos ms, dirigido por una de las mejores burocracias que haya existido en el mundo, no ha quedado rastro de un pen-samiento analtico en economa. Se sabe que trataron una gran cantidad de problemas, de carcter jurdico, monetario, comer-

La Iglesia nunca ha prometido un paraso econmico aqu en la Tierra. El cmo y el porqu de los mecanismos econmicos careca de inters para sus superiores.Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios


29


cial, agrcola o fiscal. Es por ello que se supone que alguno de sus ms ilustres intelectuales ha tenido que converger en el mundo del anlisis en la economa, pero, como nos recuerda Schumpe-ter (1954), no ha quedado ningn rastro. Tampoco la corte del emperador Carlomagno, ni toda la poca que l marc, aport aspectos de mencin al anlisis econmico.

Debates Abiertos1. Por qu motivo las teocracias asiras y babilnicas se acerca-ron al anlisis econmico?

2. Una Grecia pobre y sin recursos, hubiera dedicado el mismo esfuerzo a desarrollar el mundo de las ideas?

3. Si una necesidad es subjetiva, la puede intentar satisfacer el estado?

4. Cree que el desarrollo del Estado y el del saber econmico van unidos?

5. Se puede extraer el concepto de marginalidad de la obra de Aristteles?

N O T A S

1 La Historia de la Economa de Algarra (1941) era una versin al espaol de la 12 edicin de los Grundiss zum Studium der Politidchen Oekonomie de J. Conrad. El Doctor Algarra haba realizado esta traduccin resmen por encargo de las libre-rias Victoriano Surez (Madrid) y Jos Bosch (Barcelona), que deseaban ofrecer a los estudiantes de derecho un versin espaola de un manual que haba tenido xito en un pas de referencia. En este caso el manual elegido era el vigente en la Alemania Nazi, el J. Conrad, muy influenciado por la Nueva Escuela Historicista de Schmoller.

2 Algarra, J. (1941), pp. 13-14.

3 La primera edicin al espaol fue en 1941.

4 Ren Gonnard termin su libro en Lyon en el ao 1928, aunque no fue editado hasta 1930. La versin al espaol data de 1931.

5 La seccin I del captulo primero de Gonnard, dedicado al pensamiento griego, utiliza como referencias principales Las teoras econmicas de la Grecia antigua de A. Souchon (1905), Estudios econmicos acerca de la antigedad de Guiraud (1905), y La economa antigua de Totain (?) entre otros.


6 El pensamiento econmico chino ha sido poco referenciado, de hecho, salvo Schumpeter (1954), pocos manuales han recogido la existencia de un pensamiento econmico en Oriente. Para una mayor profundizacin recomendamos los trabajos utilizados por Joseph A. Schumpeter (1954) para realizar su anlisis: Huan Chang Chen (1911) The Economic Principles of Confucius and His School; E.D. Thomas (1927) Chinese Political Thought y S.Y. Ly (1936) Les grandes courants de la pense conomique chinoise dans lantiquit.

7 Citado en Gonnard, R. (1930), p. 15.

8 Gonnard, R. (1930), p. 16.

9 Se recomienda para una visin inicial la lectura de Ekelund R.B. y Hbert R.F. (1992), y para una mayor profundizacin Lowry, S. Todd (1987) The Archaeology of Economic Ideas. N.C.: Duke University Press

10 Esta frase figura en el dilogo de Platn que lleva su mismo nombre, donde se le atribuye a Protgoras esa frase.

11 Vase Lowry, S.T. (1987).

12 Esta visin de Protgoras ha sido expuesta en Lowry, S.T. (1987).

13 Esta postura la plantea Emilio Lled en la introduccin a la tica Nicomaquea y a la tica Eudemia en la edicin de 1985 de la Editorial Gredos, Madrid. Este autor a su vez se basa en la obra de Werner Jaeger Studien zur Enstehungsgeschichte der Metaphysik des Aristteles, Berln, 1912 y en su traduccin al castellano de esta obra de Jaeger realizada por Jos Gaos y que se puede encontrar en Aristteles. Bases para la historia de su desarrollo intelectual, Mxico, 1946.

14 El carcter artificial o ficticio de la moneda, cuyo valor radica en un acuerdo tcito de los contratantes tambin fue tratado en Poltica I 9, 1257b.

15 I-1,5 y I-1-10 de E.N.

16 Cita tomada de Ekelund y Hbert (1992). No obstante, el lector que desee una seleccin de fuentes originales sobre los pensadores griegos expuestos en este ca-ptulo puede consultar Monroe, A.E. (1924) Early Economic Thougt. Cambridge, Mass.: Harvard University Press.

17 Din Casio escribi una monumental Historia de Roma, que comprenda desde la llegada de Eneas a Italia hasta el ao 229 de nuestra Era, compuesta de 80 libros.

18 Relatado en Adam Smith(1958), pg. 523

19 El cuerpo jurdico que regulaba las relaciones comerciales, entre otras, entre los no ciudadanos o entre ciudadanos y no ciudadanos

20 Las Institutiones era un manual para principiantes que se basa en el de Gayo, las Digestae, constaba de una gran cantidad de extractos de trabajos realizados por los juriconsultos, y el Codex estaba formado por todos los estatutos imperiales en vigor.

E L P E N S A M I E N T O E C O N M I C O E S C O L S T I C O

[ I I . 1 L A I M P O R T A N C I A D E T O L E D O ]

[ I I . 2 L A C O N S T R U C C I N D E L P E N S A M I E N T O E S C O L S T I C O ]

[ I I . 3 E L P R I M E R O D E L O S M A E S T R O S E S C O L S T I C O S : A L B E R T O M A G N O ]

[ I I . 4 E L A N L I S I S D E S A N T O T O M S D E A Q U I N O ]

[ I I . 5 D E S A R R O L L O S E S C O L S T I C O S S O B R E L A T E O R A D E L VA L O R ]

[ I I . 6 L O S O T R O S T E M A S E S C O L S T I C O S : D I N E R O , R I Q U E Z A , I N T E R S Y U S U R A ]

[ I I . 7 L A E S C U E L A D E S A L A M A N C A O L A V I E J A E S C O L S T I C A ]

E L P E N S A M I E N T O E C O N M I C O

E S C O L S T I C O

[ I I . 1 L A I M P O R T A N C I A D E T O L E D O ]

La humanidad tiene que dar un salto de ms de cinco siglos para encontrar una estrella que brille con luz propia, Santo Toms de Aquino (1225-1274). Ser en esa poca, siglo XIII, donde la economa a la par que la sociologa, formen parte de la teologa moral, o tica, que a su vez era parte de la teologa sobrenatural y de la teologa natural.

[ l a a y u D a m u s u l m a n a ]

Pero, este ligero haz de luz que entra por las rendijas del siglo XIII proviene del re-descubrimiento de la cultura griega, y en lo relativo al anlisis econmico, por el reencuentro de los hombres con la figura

Estos pensadores rabes permitieron que una

cadena de produccin del conocimiento empezase a

funcionar

EL PENSAMIENTO ECONMICO34

de Aristteles. Se debi esto al trabajo realizado por aquellos que tradujeron, del rabe al latn, las obras griegas.

Entre los pensadores rabes influidos por Aristteles, y trans-misores del mismo, destaca como pionero y generador de una escuela - en la que se inscribira Averroes (1126-1198) - el maes-tro zaragozano Avempace (1090-1139). Este erudito aragons destac en las facetas de mdico, astrnomo y poeta. Destac, de cara a la historia, su proclama de la importancia de la razn, incluso para el conocimiento religioso.

El cordobs Averroes, uno de los grandes pensadores espaoles, realiz diversos tratados filosficos influidos por Aristteles, a quien ensalz en todo momento. Sus dos principios fundamen-tales, sin trascendencia directa para el pensamiento econmico, fueron la eternidad del mundo y el intelecto activo, la inteligencia comn del genero humano, distinta de la individual. Estos pensa-dores rabes, con sus traducciones al rabe de las obras griegas y sus comentarios sobre las mismas, enriquecieron el pensamiento de Occidente, y permitieron que una cadena de produccin del conocimiento empezase a funcionar. Estamos hablando de las traducciones del rabe al romance y de ste al latn. Como era lgico, esto tena que producirse en las zonas de contacto entre las culturas rabe y cristiana. Estos lugares fueron Sicilia, y con mayor esplendor, Toledo.

Desde estos dos lugares se enviaron al resto de Europa versiones latinas y de otros autores griegos, as como de sus divulgadores y comentaristas rabes. A finales del siglo XII, una parte impor-tante de las obras de Aristteles haban sido traducidas al latn. La tica Nicomquea, en su versin comentada por Averroes, fue la primera traduccin al latn. La realiz en 1240 Hermann, apodado el Alemn, desde Toledo. Esta traduccin sera el hilo de plvora que provocara la expansin por toda Europa del pen-samiento aristotlico. Poco despus, en 1246, Roberto Grosse-teste (1168?-1235?), Obispo de Lincoln, tradujo directamente del griego, tica. Con la publicacin al latn de estas dos obras ya estaban creadas las bases de la escolstica aristotlica.

35HISTORIA DEL PENSAMIENTO ECONMICOV. S a l c i n e s & E . B a r r o s

[ L A R A Z N N O E S T A R E I D A C O N L A F E ]

Los escolsticos se proponan, por enci-ma de todo, armonizar la razn con la fe, supeditando la primera a la segunda; ex-hiban una fuerte vinculacin a las ideas y a los principios. Utilizaban para ello una combinacin de los siguientes elementos: La filosofa de Aristteles, la Sagrada Es-critura, textos de los Padres de la Iglesia y, el derecho romano y el cannico. Su me-todologa consista en formular una expo-sicin muy detallada de las opiniones a re-futar. Posteriormente, se daba respuesta, se sometan a examen las opiniones diver-gentes y se generaba una documentacin sobre el tema tratado. Todo este proceso no era ajeno al peso de la autoridad. Se utilizaban con frecuencia, en las argumen-taciones, citas de autoridades para fortalecer la opinin expues-ta en el texto. Este proceso era de naturaleza deductiva, aspecto por el cual la escolstica lleg a ser muy criticada. Su deductivis-mo dependa ms de la fe y del peso de la autoridad, que de la lgica aristotlica.

La fuerte relacin que tuvo Aristteles con el pensamiento es-colstico llev a muchos pensadores a identificar plenamen-te al maestro griego con este sistema filosfico-teolgico. Por ello, aquellos que atacaron, en pocas posteriores al siglo XIII, la metodologa escolstica lo hacan lanzando sus dardos hacia Aristteles. Las crticas llegaron desde diversos frentes. Uno de ellos, el representado por Gassendi (1592-1655)1, quien utili-zaba una defensa de los mtodos experimentales como medio para cuestionar la filosofa escolstica. El insigne mdico, von Hohenheim, ms conocido por Paracelso (1490?-1541), quem solemnemente los libros de Aristteles antes de empezar su en-seanza mdica, y Francis Bacon (1561-1626) adopt la causa de la ciencia inductiva contraponindola, a lo que el consideraba, especulacin escolstica y aristotlica. Pero todas estas crticas, se levantan injustas a juicio de Schumpeter (1954), pues si la

Los escolsticos se proponan, por encima de todo, armonizar la razn

con la fe.Su metodologa consista

en, formular una exposicin muy detallada de las opiniones a refutar,

se sometan a examen las opiniones divergentes

y se generaba una documentacin sobre el

tema tratado. Se utilizaban con

frecuencia citas de autoridades para

fortalecer la opinin expuesta en el texto. Este proceso era de naturaleza

deductiva,


obra de Aristteles emite algn mensaje, ese mensaje es precisa-mente el de la investigacin emprica.

[ I I . 2 L A C O N S T R U C C I N D E L P E N S A M I E N T O E S C O L S T I C O ]

Este pensamiento escolstico se construy con las aportacio-nes de Alberto Magno y principalmente de Toms de Aquino, como ya comentamos, pero tambin con la ayuda de Duns Sco-to (1274-1308), Guillermo Occam2 (1299-1349), Enrique de Frimaria (1245-1340), Buridan (1295-1358) y Gerardo Odonis (1290-1349).

El siglo XIII, denominado el perodo clsico de la escolstica, en cuanto a su vertiente teolgica y filosfica, implic una revolucin en el campo de las ideas. Y aunque la consolidacin y culminacin de este sistema es producto de Toms de Aquino, el mismo se de-

Tradicin Escolstica

Escuela Franciscana

GrossetesteDuns ScotoOccam

Escuela Dominica

Alberto MagnoTomas de AquinoEnrique de FrimariaJean Buridan


sarroll bajo dos escuelas, la franciscana y la dominica. La ltima de ellas, la dominica, se caracterizaba por preocuparse ms que la franciscana por los aspectos que unan a la religin con la po-ca en la que se situaban, as como por la fundamentacin de su doctrina en el razonamiento lgico. La franciscana se preocupaba ms por la defensa de algunas de las virtudes ms tradicionales del cristianismo, que a juicio de esta escuela, la Iglesia pareca olvidar en su intento de ser ms realista o dominica.

El principal exponente de la escolstica, Toms de Aquino, se encuentra adscrito a la escuela dominica. La franciscana contar con el Obispo de Lincoln, Duns Scoto u Occam entre sus ms claros exponentes. El segundo de ellos, el profesor escocs Duns Scoto, bebi del mismo maestro que Toms de Aquino, Alberto Magno, aunque lleg a diferentes conclusiones. Quiere esto de-cir, que las posturas marcadas por estas escuelas tenan un mayor impacto en la propia vida de la Iglesia Catlica que en el desarro-llo metodolgico del anlisis econmico realizado.

[ I I . 3 E L P R I M E R O D E L O S M A E S T R O S E S C O L S T I C O S : A L B E R T O M A G N O ]

La primera escolstica con influencia en el anlisis econmico solemos encontrarla en el maestro de santo Toms de Aquino, san Alberto Magno (1206-1280)3. Este filso-fo ejerci el cargo de obispo de Regens-burgo, ense en Pars, al igual que antes lo haba hecho Grosseteste, y posterior-mente lo hicieron santo Toms de Aquino, Duns Scoto o Jean Buridan entre otros.

Por sus conocimientos enciclopdicos mereci de sus contempo-rneos el ttulo de Doctor Universalis. El campo de sus estudios abarc principalmente las Ciencias Naturales, la Filosofa y la Teologa, y en todas estas reas acus la huella de Aristteles.

Este doctor de la Iglesia ha pasado a la historia del Anlisis Eco-nmico por dos causas, la primera, su papel de maestro o mentor

San Alberto Magno leg su visin del trabajo

como un elemento que influye en el precio de los

bienes.Observ el nexo de unin entre precio de mercado y

costes de produccin


de santo Toms de Aquino, y en segundo lugar, por sus comenta-rios a la tica a Nicmaco.

Su lectura de la conocida obra de Aristteles permiti, que le-gase al pensamiento escolstico su visin del trabajo como un elemento que influye en el precio de los bienes4. Argument que las cosas se pueden valorar bajo el prisma de un orden natural y de un orden econmico. Bajo este ltimo tipo de orden, el eco-nmico, los bienes se miden en relacin con el trabajo, que es el determinante fundamental del coste de produccin. Observ el nexo de unin entre precio de mercado y costes de produccin, sugiriendo que si el primero de ellos, el precio, no cubre al se-gundo, los costes, entonces la produccin cesar. Est visin, considerada analtica a ojos de Langholm (1979), podra llegar a interpretarse como un salto cualitativo importante en el anlisis econmico de la poca. Est mostrando la existencia del precio como un valor de equilibrio, y estableciendo una variable end-gena, es decir, sobre la que se puede actuar, los costes, como reguladora del valor.

[ L A T E O R A D E L VA L O R T R A B A J O Q U E N U N C A E X I S T I ]

Ciertamente, san Alberto Magno estaba lejos de presentar una visin sistemtica de la determinacin del precio de merca-do, y sus comentarios podran haber servi-do para fertilizar la tierra de la Teora Ob-jetiva del Valor. Posiblemente, as hubiera

ocurrido si los escolsticos tuvieran las mismas inquietudes que Adam Smith o Karl Marx. Pero nunca debemos de olvidarnos que los problemas que preocupan a los escolsticos son diferentes de los que preocuparon a los economistas clsicos o a los neocl-sicos, por citar a alguna de las doctrinas econmicas ms rele-vantes de la historia. Es cierto que la manera en que los autores escolsticos acentan el elemento de remuneracin de algunas actividades socialmente tiles ha provocado la opinin, posible-mente correcta, de que la fuente del derecho moral al producto del propio trabajo se puede encontrar en la literatura escolsti-ca, empezando por la obra de san Alberto Magno. Pero tambin

Los problemas que preocupan a San Alberto Magno son diferentes de los que preocuparon a los economistas clsicos o a los neoclsicos


ha provocado la creencia de que los escolsticos formularan una teora analtica del valor fundada en el trabajo, o sea, que expli-caran el fenmeno del valor por el hecho de que las mercancas cuestan trabajo. Siguiendo las palabras de Schumpeter (1954), no hay ninguna relacin lgica entre la mera acentuacin de la necesidad moral o econmica de remunerar el trabajo, y lo que se conoce tcnicamente como teora del valor-trabajo.

[ I I . 4 E L A N L I S I S D E S A N T O T O M S D E A Q U I N O ]

Como ya hemos dicho, el verdadero protagonista del pensamien-to escolstico fue santo Toms de Aquino, y aunque no tuvo nin-gn enfrentamiento con su maestro, san Alberto Magno, s se dio cuenta inmediatamente que la teora del trabajo de san Alberto deba ser mejorada. Para ello, recurri a los antecedentes de la escolstica, san Agustn.

Poda santo Toms haber recurrido a la clasificacin tradicional de las necesidades humanas, observable en Poltica de Arist-teles, o haber observado la relacin entre placer y necesidad en De civitate dei de San Agustn. Cualquiera de los dos caminos hubiesen permitido un fuerte desarrollo de la teora subjetiva del valor. Pero no eligi ninguno de los dos, extrajo, eso s, la idea de necesidades de San Agustn, pero no la relacion con el placer y s con un ordenamiento moral.

[ E L P R E C I O J U S T O , P R I N C I P A L P R E O C U P A C I N E C O N M I C A ]

Es indudable que el derecho romano y el concepto de precio justo se impone sobre la necesidad de hallar la verdadera medida del valor. Deja, no obstante, para la poste-ridad, la relacin entre precio y necesidad. De hecho, la indigentia o necesidad, ser un concepto sobre el que trabajarn otros pensadores, y cuya importancia, de modo paulatino, se ir acrecentando.

El discurso sobre economa pura que se encuentra en santo To-ms era rudimentario y versaba en gran medida sobre el justo precio. La parte interesante del discurso acerca del precio justo,

Para Santo Toms, el derecho romano y el

concepto de precio justo se impone sobre la necesidad

de hallar la verdadera medida del valor


es decir, el precio que asegura la equivalencia de la justicia con-mutativa, es estrictamente aristotlico y se tiene que interpretar exactamente igual que se ha interpretado el texto de Aristteles. El quantitas valoris de Santo Toms no es nada diferente del pre-cio, sino un simple y normal precio competitivo. La distincin que parece trazar entre precio y valor no es una distincin entre precio y algo que no fuera precio, sino una distincin entre el precio pagado en una determinada transaccin y el precio que consiste en la estimacin pblica de la mercanca. Esta no es otra que el precio normal competitivo, o valor, en el sentido de precio normal competitivo cuando este precio existe. Analizar la justicia implicaba estudiar las fuerzas de mercado. En la medida que el discurso de santo Toms de Aquino sirvi para analizar la idea de justicia, sirvi igualmente para denunciar a las fuerzas de mercado como antagonistas de esta.

[ L A I N D I G E N T I A O N E C E S I D A D I N D I V I D U A L ]

El concepto de indigentia, extrado de tica, utilizado por Santo Toms de Aquino recorri un largo camino antes de llegar a l. El primero en utilizarlo fue Averroes. El filsofo cordobs no lo tra-ducira, s hara esta labor el traductor toledano el Alemn, tam-bin conocido por Hermann. El Obispo de Lincoln, Grosseteste, no sabemos hasta qu punto influido por este traductor, utiliz de nuevo indigentia en su Translatio Lincolniensis de la obra de Aristteles. Este hecho marc las posteriores traducciones, in-terpretndose la indigentia como necesidad. Lo que no estaba claro era el papel de la necesidad en la bsqueda del justo precio.

Santo Toms de Aquino desarrolla la indigentia aplicndola al individuo y no a la colectividad. No hubiera sido complicado extrapolar ese concepto a la sociedad. Es lgico pensar que si un individuo necesita comer, tambin lo necesiten el resto de los individuos, y si un individuo demanda alimentos, para satisfa-cer esa necesidad, el resto de los individuos tambin demandan alimentos. Estaramos hablando, por tanto, de demanda de mer-cado, en lugar de demanda individual. Obsrvese, que al hablar de demanda, estamos diciendo cantidad deseada, aquella que querran tener las personas. La demanda individual como una


funcin determinada por el precio, la renta, otros precios, entre otros determinantes, no surgir con el pensamiento escolstico. S surgir el proceso de agregacin, el paso de lo individual a lo colectivo. Lo realizar Enrique de Frimaria.

[ I I . 5 D E S A R R O L L O S E S C O L S T I C O S S O B R E L A T E O R A D E L VA L O R ]

San Alberto Magno haba inclinado el an-lisis econmico escolstico hacia el lado de los costes, analizando el trabajo. Santo To-ms de Aquino, inclin el anlisis hacia el lado de la demanda. Pero quien realmente inclin la formula tomista a favor de una demanda colectiva, por no usar el concep-to de demanda agregada, fue Enrique de Frimaria. Santo Toms le haba dejado el campo muy abonado, lo que aprovech para realizar alguna incursin valiosa en la teora del valor.

Enrique de Frimaria adelant en la Sententia totius libri Ethico-rum la nocin de que el valor est determinado por la necesidad comn de algo que es escaso. Esta sentencia nos muestra, en pri-mer lugar, que la necesidad es algo colectivo, y en segundo lugar, que la escasez se relaciona con el precio de los bienes. Un nuevo docente de la Universidad de Pars, en este caso su Rector, Jean Buridan, desarrolla, siguiendo la estela marcada por Aquino y Frimaria y por los averrostas de Pars, el concepto de demanda. Sus obras de inters para el anlisis econmico son Quaestiones in decem libros Ethicorum Aristotelis y Quaestiones super octo libros Politicorum Aristotelis. Establece su versin de la distincin entre indigentia individual y communis indigentia. Ampla este concepto a los bienes de lujo, y se acerca enormemente al concepto deno-minado actualmente como demanda efecti-va, al relacionar la indigentia con el deseo respaldado por la capacidad de pago.

Si necesitamos x, demandamos x; si x es abundante, ms abundante que la canti-

Enrique de Frimaria adelant la nocin de que el valor esta determinado

por la necesidad comn de algo que es escaso.

Nos muestra, en primer lugar, que la necesidad

es algo colectivo, y en segundo lugar, que la

escasez se relaciona con el precio de los bienes.

Scoto, ha sido el gran autor de la tradicin

escolstica que liga el valor de las cosas al

trabajo necesario para obtenerlas.


dad en que lo necesitamos, entonces x no tiene precio; es un bien no econmico. Si, por el contrario, x no alcanza para satisfacer nuestra necesidad, entonces x tiene un precio; es un bien econ-mico. Este razonamiento no lo haran los escolsticos, ser fruto de uno de los grandes economistas de la historia de la humani-dad, Carl Menger. Es indudable que el legado de Jean Buridan y de los anteriores escolsticos no consisti en un pozo seco, sino con una cantidad de agua lo suficientemente amplia como para poder alimentar las inquietudes y los razonamientos de los que vendran despus.

[ L A A P O R T A C I N F R A N C I S C A N A ]

La lnea de pensamiento abierta por san Alberto Magno, tendr continuidad en los franciscanos Gerardo Odonis y John Duns Scoto.

El ltimo de ellos, Scoto, ha sido a juicio de numerosos economistas, como Argem

(1987)5, el gran autor de la tradicin escolstica que liga el valor de las cosas al trabajo necesario para obtenerlas. Pero es necesario recordar que, cuando Scoto relaciona el precio justo con el coste, es decir, con el gasto de dinero y esfuerzo del productor, posiblemente est pensando que su aportacin no es ms que un criterio ms pre-ciso de la justicia conmutativa escolstica. No obstante, es necesario reconocer que Scoto descubri la condicin de equilibrio competiti-vo ms tarde conocida como ley del coste (siglo XIX). Este mrito, sin lugar a dudas, no es balad, pues si identificamos el precio justo de un bien con su valor comn competitivo, como hizo Duns Scoto, y si igualamos adems ese precio justo con el coste del bien, tendre-mos implcitamente la ley del coste.

El otro franciscano mencionado anteriormente, Odonis6, se cen-tr en la escasez y en la calidad de las habilidades productivas

humanas, lo que le llev a una teora de las diferencias de salarios que distinguan entre las eficiencias relativas de las distin-tas habilidades y el coste relativo de adqui-rir estas habilidades. La teora de Odonis le permita explicar por qu gana ms un

Odonis, se centr en la escasez y en la calidad de las habilidades productivas humanas, lo que le llev a una teora de las diferencias de salarios

Odonis, se centr en la escasez y en la calidad de las habilidades productivas humanas, lo que le llev a una teora de las diferencias de salarios


maestro de obras de una catedral, que un cantero que abastece a la misma de piedra. Su teora le llev a inferir que las personas que tienen habilidades escasas confieren a los productos que ela-boran un precio ms alto.

[ L A S N T E S I S D E O D O N I S ]

Como ya hemos visto, a los escolsticos, siempre se les ha divi-dido en grupos, bien fuera para resaltar su orden religiosa, fran-ciscana o dominica, o bien fuera para resaltar su ligadura con la ley del coste (san Alberto Magno) o la Ley de la Demanda (santo Toms de Aquino). Al franciscano Gerardo Odonis, se le suele encuadrar, en el plano del anlisis econmico, en un apartado de sntesis entre las dos trayectorias expuestas.

El pensamiento econmico escolstico se centraba fundamen-talmente en la idea de la justicia, de hecho bastantes de los tra-tados escolsticos incluan los vocablos iustitia et iure. Y como hemos visto, gran parte de los avances mostrados, se hacan con objeto de profundizar en la justicia conmutativa. Esto mo-tiv que no prestara atencin a los problemas especficamente econmicos, por ejemplo la hacienda pblica, de la cual se ig-noraban en el estudio los efectos de los gastos pblicos o las consecuencias de la imposicin, por ejemplo. Lo que ms les interesaba a los escolsticos, en este caso expuesto, era la justi-cia de la imposicin. Un tema abordado con profundidad fue la teora cuantitativa del dinero.

[ I I . 6 L O S O T R O S T E M A S E S C O L S T I C O S : D I N E R O , R I Q U E Z A , I N T E R S Y U S U R A ]

Todos los temas escolsticos comienzan en Aristteles. En este caso, la diferencia es que no se inicia nicamente en su tica, sino tambin en la Poltica e incluso en la Metafsica.

Estudiar la teora del valor escolstica significaba caminar por dos vas, una que naca en san Alberto Magno y otra que sala de santo Toms de Aquino. En el tema del dinero y la riqueza, las es-trellas que brillarn con luz propia son Nicols Oresme (1320?-

Todos los temas escolsticos comienzan

en la tica, la Poltica e incluso en la Metafsica

de Aristteles


1382)7 y Jean Buridan. En especial, el primero de ellos, aunque no es de desdear la influencia de Jean Buridan en Oresme, como tampoco se debe obviar la del monje espaol Guiu Terrena. Pero, para poder conocer la verdadera importancia de las aportaciones escolsticas, debemos conocer el tratamiento que Aristteles le dio al tema del dinero.

[ L A T I C A , L A J U S T I C I A Y E L D I N E R O ]

En el libro V de la tica, Aristteles habla de la justicia, y discute sobre la misma en las transacciones comerciales. Esta consis-te en la igualdad entre los bienes entrega-dos y los recibidos, y para ello, a juicio de este filsofo griego, fue inventado el dine-

ro. En Poltica discute la crematstica, inspirada por la invencin del dinero, e intenta explicar la naturaleza de la verdadera rique-za y el papel propio del dinero en la comunidad.

Terrena8, discpulo de Buridan, realiz una coleccin de cuestio-nes sobre la tica de Aristteles. Su obra la podemos diseccionar en dos apartados, el primero dedicado al anlisis del intercambio, el cual se favorece con el uso del dinero; el segundo se dedica al estudio del beneficio de los mercaderes. Resaltamos de la aporta-cin de Terrena su preocupacin por mantener la estabilidad en el valor del dinero, para poder favorecer el intercambio.

Las aportaciones del maestro de Terrena, Buridan, se separan ligeramente del camino que los aristotlicos haban marcado en relacin con la naturaleza del dinero. Trata el problema de la adulteracin, describiendo los numerosos mtodos que existen para adulterar el dinero y condenando a quien las realiza, por ejemplo, a los reyes franceses. Estos tenan la prctica extendida de adulterar la moneda.

En cuanto al concepto de riqueza, distingue Buridan entre rique-za natural per se y riqueza natural per accidens. La primera est formada por las cosas necesarias, mientras que la segunda est constituida por el dinero.

La estrella que brill con ms luz, no fue el monje cataln, Terrena, ni Buridan, sino uno de sus ms aventajados discpulos, Nicols Ores-

La adulteracin del dinero viola el principio de bien comn.Provoca una reduccin de intercambio y reduce el volumen de comercio.


me. De su extensa obra recogemos nicamente su Tractatus, que trata sobre el origen y funciones del dinero, para qu sirve, y cmo debe ser constituido y mantenido para que sea fiel a sus objetivos.

Como ya hemos indicado en una nota a pie anterior, la preocu-pacin principal de Oresme no es distinta a la de Buridan, y esta viene a ser la adulteracin del dinero. Enumera los numerosos perjuicios que este acto, la adulteracin, ocasiona, pero lo hace siempre bajo la base de que el dinero pertenece a la comunidad y fue instituido para el bien comn. Relaciona su discurso moral con la visin escolstica del fraude. Entre los daos que la adul-teracin realiza al intercambio, menciona la incertidumbre y la reduccin del volumen de comercio.

Aunque la funcin ms importante del dinero es facilitar el in-tercambio, asume que el dinero es tambin un depsito de ri-queza. No ser, sin embargo, lo natural contemplar al dinero como riqueza, ya que todas las cosas tienen un uso apropiado, y el del dinero no es guardarlo, ni prestarlo, ni venderlo. Estamos frente a una teora del dinero-mercanca, no del dinero-signo. El esfuerzo analtico de Oresme intentaba mostrar que las mo-nedas eran un excelente instrumento para facilitar el intercam-bio, y que estas no deban ser adulteradas, ya que este hecho provocara una desconfianza entre los mercaderes y un retroce-so de las relaciones mercantiles.

Ahora bien, en el momento que el dine-ro se generaliza como medio de pago, ad-quiere la propiedad de capital, puede ser prestado, tomado en prstamo o acumu-lado. Entramos por tanto en dos aspectos relevantes: el inters y la usura. Dos temas de importancia crucial en la Edad Media.

[ Q U D U R O E R A S E R B A N Q U E R O ! ]

La idea central que recorra el pensamiento escolstico era que el cobro de inters no es correcto. El concilio de Nicea (787)9, pro-hibi la prctica del prstamo remunerado entre los clrigos y en la poca del Emperador Carlomagno se extendi esta prohibicin a todos los cristianos.

El concepto de riesgo no entraba en el anlisis

escolstico. Lo habitual, es que

el prstamo estuviera avalado por unas

posesiones de un valor muy superior al dinero solicitado en prstamo.


El inters era considerado por los escolsticos como una compen-sacin por la prdida de beneficios experimentada por el presta-mista, que no poda dar un uso alternativo a su dinero mientras estuviera en manos de otro. El concepto de riesgo no entraba en el anlisis escolstico, ya que lo habitual era que el prstamo estuvie-ra avalado por unas posesiones de un valor muy superior al dinero solicitado en prstamo.

No obstante, la prohibicin de recibir intereses no era general, haba excepciones. Exista, por ejemplo, el census, que era un ins-trumento financiero muy primitivo, mezcla de hipoteca y renta vitalicia, donde el prestatario incurra en la obligacin de pagar un rendimiento anual de la propiedad otorgada y rentable. Al mar-gen de las excepciones otorgadas por la Iglesia Catlica, el desa-rrollo econmico de la Edad Media generalizaba, en la medida que se expanda la figura del prestamista o pequeo banquero, el uso del inters. Esto provoc un comportamiento de la economa real muy distante del moral recomendado. Las crisis o cismas que se dieron en el seno de la Iglesia Catlica y la posterior Reforma protestante hizo cambiar a la Iglesia sus posiciones morales.

[ I I . 7 L A E S C U E L A D E S A L A M A N C A O L A V I E J A E S C O L S T I C A ]

A partir del siglo XVI existen en los distin-tos pases europeos diversidad de ideas y de autores. En el caso de Espaa, en ese momento primera potencia mundial, se produce un renacimiento de la escolstica. Las cuestiones jurdicas, polticas y econ-micas sern a las que se preste una mayor atencin en el Reino de Espaa. El entor-no histrico que marca este renacimiento cultural es la llegada de los espaoles al continente americano.

[ L A E Q U I D A D Y L A J U S T I C I A P O R E N C I M A D E T O D O ]

En el mismo ao en que Cristbal Coln divisa las costas de Amrica nace10 Francisco de Vitoria (1492-1546), fundador de la

Su preocupacin era resolver los conflictos morales de los creyentes y consecuentemente de los comerciantes y mercaderes catlicos.

Destacaron por sus trabajos sobre el dinero, pero tambin estudiaron el valor.

La escuela austriaca considera que algunos de sus predecesores pertenecen a la de Salamana.


Escuela de Salamanca11. A pesar de que no existen trabajos suyos publicados, nicamente referencias realizadas sobre l por sus discpulos, este insigne pensador se convirti en una referencia obligada, no slo dentro del campo de la economa, sino tambin del Derecho. Entre sus discpulos ms sobresalientes destacan Domingo de Soto (1498-1560), Juan de Medina (1490-1546), Martn de Azpilcueta (1492-1586). Otros autores, algo posterio-res en el tiempo, son Toms de Mercado (1525?-1575), Domingo de Baez (1527-1604) y Luis de Molina (1535-1601). Con clara influencia en el siglo XVII podemos destacar a Francisco Suarez (1548-1617) y a Juan de Lugo (1583-1660).

La preocupacin moral de estos telogos-juristas es la salvacin espiritual del hombre y el cumplimiento de las reglas de equidad y justicia en todo momento, incluidos las de carcter econmi-co. Al igual que a los escolsticos, su preocupacin no eran las cuestiones econmicas en s mismas, sino poder resolver los con-flictos morales que los creyentes les planteaban. En particular, las planteadas por los mercaderes o comerciantes catlicos. Ana-lizaron, por tanto, la ayuda a los pobres, la actividad mercantil, el dinero, la banca, el inters, el comercio internacional, y como no poda ser menos, el justo precio y la usura. Su sana obsesin por dar respuesta a todos los interrogantes les llev tambin a profundizar en los aspectos impositivos, pero bajo la ptica de la equidad, no de la influencia del gasto pblico como motor de desarrollo. Un rea donde alcanzaron un elevado grado de desa-rrollo fue en la teora monetaria.

El siglo XIV se acuesta con el Tractatus escolstico de Nicols Oresme, que, como ya hemos dicho, profundiza sobre el origen y funciones del dinero, para qu sirve, y cmo debe ser constituido y mantenido para que sea fiel a sus objetivos. El anlisis econ-mico espaol de los siglos XVI y XVII no se aleja excesivamente de las preocupaciones de Oresme, y se centra en la teora mone-taria. Esta poca de la historia ver las primeras exposiciones de la teora cuantitativa y la teora de la paridad del poder adquisi-tivo de la moneda.

A mediados del siglo XVI, en 1556, Martn de Azpilicueta12 p-blica un Comentario resolutorio de cambios, donde se observa con


nitidez la relacin entre aumento de la masa monetaria y la su-bida de los precios. Slo trece aos despus de la publicacin de Comentario... de Azpilicueta, Toms de Mercado saca a la luz su Suma de tratos y contratos (1569), lo que le acredita como un profundo conocedor de los mecanismos comerciales de su poca, y elaborador, como indica Schumpeter (1954), de su teora cuan-titativa del dinero.

Tres son las estrellas que, a juicio de Dempsey (1935), brillaron con ms fuerza en este firmamento: Luis de Molina, el belga Leonardo Lessius (1554-1623), discpulo de Francisco Suarez, y Juan de Lugo. Lo cierto es que esta escuela, de corte escolstico, desarroll perfectamente las tres funciones del dinero: medio de cambio, deposito de valor y garanta de necesidades futuras.

Pero no fue la teora monetaria la nica rea donde sent ctedra la escuela escolstica. Sus anlisis sobre la teora del valor-traba-jo, sobre la que hicimos referencia en el captulo anterior al ha-blar de san Alberto Magno, o la teora del valor-utilidad traspa-saron las fronteras de Espaa y el umbral del tiempo. La primera de ellas, la teora del valor-trabajo, fue estudiada con detalle por Adam Smith, y la teora subjetiva se canaliz haca Europa cen-tral, pasando por Francia, y llegando a los primeros marginalis-tas, en especial a los que provienen de la Universidad de Viena.

Debates Abiertos1. Cul fue la principal aportacin de los pensadores musul-manes?

2. Es tan evidente, como as le pareca a san Alberto Magno, el nexo de unin entre costes y precios de mercado?

3. Por qu la principal funcin del dinero era el intercambio y no ser un generador de riqueza?

4. Cul es la principal preocupacin de la escolstica?

5. La Economa es en s una preocupacin para estos pensado-res de profundas races religiosas?


N O T A S

1 A quien Schumpeter (1954) tilda de ser un escolstico antiescolstico. Es decir, de criticar a Aristteles, utilizando para ello una metodologa aceptada por el pensa-miento aristotlico.

2 Este filsofo ingls perteneca a la Orden Franciscana, y desde ella combati al Papa como soberano temporal, y en colaboracin con el general de la Orden Fran-ciscana public un manifiesto en el que declaraba hereje al pontfice Juan XXII.

3 Al margen de la influencia de los maestros rabes, se ha de recordar que la escols-tica como sistema filosfico-teolgico tiene antecedentes en San Agustn, Boecio (470-524) y San Juan Damasceno (m. 754).

4 Este apartado y los siguientes de este captulo utilizan como principal referencia el trabajo realizado por Odd Langholm, Price and Value in the Aristotelian Tradition.

5 Esta cita en particular es tomada de Jordi Pascual, redactor de los captulos 1 y 2 de Argem (1987)

6 Odonis fue obispo y alcanz el grado de Ministro General de la Orden Franciscana.

7 La obra de inters de Oresme para el anlisis econmico es Tractatus de origine et iure nec non et de mutationibus monetrum, que traducido al castellano, Tratado sobre el origen, naturaleza, funcin y cambios de la moneda.

La pregunta que intentaba responder Oresme en su libro era:

es lcito que el prncipe fije a su antojo el valor de la moneda?.

Se considera el tratado de Oresme como el primer libro dedicado enteramente a un tema de Economa.

Las obras de inters de Buridan han sido mencionadas anteriormente.

8 La aportacin al anlisis econmico de Guiu Terrena se ha extrado del excelente trabajo de Jordi Pascual, el cual se puede observar en Argem (1987)

9 Ciudad de la regin de Anatolia y actualmente denominada Isnik. En esta ciudad se han celebrado dos Concilios ecumnicos: el de 325, contra el arrianismo, y el de 787, contra los iconoclastas.

10 No existe datos que permitan atestiguar con certeza la fecha de nacimiento de Francisco de Vitoria, uno de los aos que se consideran probables es 1492, otras fechas posibles son 1493 y 1480.

11 El lector que desee profundizar en la Escuela de Salamanca debera consultar Gri-ce-Hutchinson, M. (1952) The School of Salamanca. Readings in Spanish monetary theory, 1544-1605, Oxford. Previamente a la lectura de Grice-Hutchinson (1952) recomendamos las aportaciones de Luis Perdices Blas a Iglesia de la , J. (1994) y de Jordi Pascual a Argem (1987). Otras lecturas recomendadas son Beltran, L. (1989) Historia de las Doctrinas Econmicas, Teide. Barcelona y Estap, F. (1990) Introduccin al pensamiento econmico. Una perspectiva espaola. Espasa-Calpe, Madrid. El lector que desee realizar un alto nivel de profundizacin sobre los arbi-


tristas y los proyectistas debera consultar los trabajos de investigacin de Perdices (1992) y Perdices (1993) y Baeck, L. (1988).

12 Conocido por el apelativo de Doctor Navarro, fue profesor de la Universidad de Cahors y rector de la de Coimbra. Fue afamado canonista, defendi al padre Las Casas de las acusaciones de las que era objeto, siendo relevante, aunque no para el anlisis econmico, su Manual de Confesores y Penitentes.

L A E C L O S I N D E E U R O P A :

E L M E R C A N T I L I S M O C O M O C O R R I E N T E T R A N S V E R S A L

[ I I I . 1 E L M E R C A N T I L I S M O C O M O C O R R I E N T E ]

[ I I I . 2 L A R I Q U E Z A ]

[ I I I . 3 E L C O M E R C I O E X T E R I O R C O M O I N S T R U M E N T O ]

L A E C L O S I N D E E U R O P A :

E L M E R C A N T I L I S M O C O M O C O R R I E N T E

T R A N S V E R S A L

[ I I I . 1 E L M E R C A N T I L I S M O C O M O C O R R I E N T E ]

Las ideas mercantilistas han dado origen a una controversia entre los historiadores de las ideas. Las opiniones de estos autores han acabado sumidas no slo en la conde-na, sin

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