HOY SE CUMPLEN 50 AÑOS DE LA PRIMERA ESCALA DE LA PAMIR EN NUESTRO PUERTO

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Y PAGINA CUATTt© EL MA Viernes, 6 de mar¿, , LA ISLA Y LOS BARCOS HOY SE CUMPLEN 50 AÑOS DE LA PRIMERA ESCALA DE LA «PAMIR» EN NUESTRO PUERTO DESDE OCTUBRE DE 1914 SE ENCONTRABA FONDEADA EN SANTA CRUZ DE LA PALMA Y, ADJUDICADA A ITALIA, SE DIRIGÍA A HAMBURGO EN SEPTIEMBRE DE 1957, CUANDO NAVEGABA A 600 MILLAS DE LAS AZORES, FUE ALCANZADA POR UN HURACÁN Y SE HUNDIÓ CON 81 DE SUS 86 TRIPULANTES —Venía abriendo la mar. En septiembre de 1967 me trasladé a Santa Cruz de La Palma en busca de datos sobre la estancia e>n aquellas aguas de la barca de cuatro palos "Pamir", de bandera alemana. Logré nombres de personas que vivieron aquellos días en que la estampa marinera del gran velero era la característi- ca del puerto palmero. Hablé con ella-s y de los recuerdos de sus años niños me 'hicieron un préstamo generoso. Mientras, don Guarino, el inolvidable don Guarino, me hacía el favor inmenso de, entre sus muchas amistades—¿de quién no era amigo?—reunir el suficiente material gráfico para acompa- ñar el oreportaje que p-royecta- ba. Una de aqoíedlias personas, don José Manuel Sicilia, con- testó a mi pregunta de cómo recordaba a la "Pamir" con esta frase lacónica y altamen- te expresiva: —Venía abriendo la mar. Justamente hoy se cumple el cincuenta aniversario de la llegada a Santa Cruz del es- pléndido velero que, en 1957 desapareció de la mar de altu- ra. Con la trágica pirueta de i La "Pamir" terminó toda una época y, con ella, toda una ra- za de marinos, representada simbólicamente en las genera- ciones del Cabo de Hornos. íLa "Pamir" era, con la "Passat", un gesto de rebeldía y poesía en la mar. Cargada de años de mar e historia, am- bas veteranas eran incentivo paca las nuevas promociones de futuros pilotos; éstos, des- tinados a mandar rápidos y cómodos "motorstiips", prefe- rían iniciar su carrera cono- ciendo el cuadro, exacto, de las penalidades pasadas—y las «satisfacciones vividas—en un género de vida que, en los lar- gos siglos del dominio de la vela, fue familia? a miles y miles de marinos. Ya la bruma densa del re- cuerdo comenzaba a cbsdibu- jar la lucha gallarda y deses- perada del velero, sentenciado a muerte por sus hermanos de acompasado latir de máquinas y negro pe nacho de humo. El desarrollo de las dimen- siones y formas de los barcos, •'I de sus sistemas de propul- sión y los medios científicos utilizados para la garantía y seguridad a través de los océanos, es obra del hombre cuya inteligencia y capacidad ha reducido al mínimo los riesgos e incomodidades de la navegación. Sin embargo, un espíritu de aventura, de audacia y rebel- día, palpita siempre en la mar y en los hombres que en ella viven. En el libro de su his- toria, de páginas descoloridas por el lento paso del tiempo y los rociones del agua salada, el nonubne de la "Pamir"—el gran velero que, hoy hace 50 años llegó por vez primera a nuestro puerto—encabeza un capítulo, el último cronológica- mente, cuando trata del ya perdido arte y ciencia de la vela al servicio del comercio. Las blancas pirámides y ga- llardas arboladuras fueron siempre símbolo del más adía. Había en elte una mezcla ex- traña de ansias descubridoras, expansión de la cultura y vínculos del comercio. Reple- tas de viento y luz, impulsaron airosos tajamares, en los que largos baupreses apuntaban al blanco blanquísimo de un fu- turo que hoy es presente. José María Martínez Hidalgo dijo que el seno de la lona, aguan- tada por las vergas, es el pe- cho que avanza abriendo los brazos de unos pueblos a otros. Así, la "Pamir", siempre es- POR JUAN ANTONIO PADRÓN ALBORNOZ belta y airosa, cruzó la miar ¡su vida dedicada con plenitud durante toda su vida marine- j al comercio, industria y nave- ra. Hoy hace cincuenta años i gacián. que sus anclas mordieron el! Declarada por Napoleón una fondo de la bahía santacruce- j de las "borníes villes de L'Em- ra; evocamos aquella su prime- ¡ pire", en virtud de la Bundc- ra escala—habría de volver 36 años más tarde—y, al mismo tiempo, el momento en que su casco escogió la muerte en lu- cha con la mar asesina, la mis- ma que, con olas eternas, bo- rra también eternamente sus huellas en todas las playas del mundo. Hay dos ciudades marineras, Hermanadas por nombre y la misma inquieta lámina azul 4ue las baña, que bien recuer- dan—lo harán siempre—-al hermoso velero que en sus aguas sesteó. Dos ciudades y un velero Santa Cruz de la Palma y Santa Cruz de Tenerife revi- ven estampas de antaño. Am- bas ciudades fueron testigos del espectáculo maravilloso de la "Pamir" navegando con to- do el trapo largo. Ciertamente, un gran velero con todo el apa- rejo dado es algo que nunca olvidan los que han tenido la suerte de presenciarlo. Al navegar a vela, se esta- blece una armonía entre el hombre y la Naturaleza; cuan- do un "sailing ship" navega con el trapo largo, hay en cu- bierta un silencio que casi bre de las amarras; tras arrastraba toda la cadena adu- jada de cubierta, así como la que aún quedaba en la corres- pondiente caja. Con el aparejo cargado y aferrado, el velero se aproa- ba al viento y, con el altivo bauprés, apuntaba al ya leja- no horizonte. Las cabillas de la rueda do- ble descansaban y las singlad-u- ras—contadas en largos meses de continuo navegar—pronto se esfumaban en el recuerdo, Al mismo piadoso olvido se relegaba el amortiguado ruido sakte del 8 de junio de 1815, entró con carácter de Estado soberano en la Confederación Germánica. En el largo perío- do de paz que siguió, Ham¡bur- go amplió lentamente su nave- gación y su comercio, a pesaa* de los obstáculos opuestos por la situación aduanera de Ale- mania. En esta etapa—concretamen- te en 1830—-surge un modeste naviero, F. Lae-isz que con un 'bergantín redondo de 220 to- neladas inicia sus actividades comerciales. Al pequeño "Cari" se une, ya en pleno 1843, la go- leta "Sophie und Friedericke" y siete años más tarde, la bar- ca de tres palos "Neptun", En 1855, Laeisz inicia su es- pectacular carrera como arma- dor revolucionario que, com- pletamente opuesto al vapor, ganó merecida fama y renom- bre en todos mundo. Sus alcanzaron y los puercos del grandes veleros rebasaron todos los cálculos previstos en la na- vegación a vela y, en 1395, ¿os astilleros de la firma J. C. Tecklenborg, de Geestemimde, la entrega de la "Potosí", de cinco palos, con casco y arbo- ladura de acero. De 4.026 toneladas de ar- nueo total, eran su? principa- les dimensiones 111,65 metros cL eslora por 15,14 de manga •y 8,68 de puntal de arqueo. Sus palos tenían un diámetro d¡e 86 centímetros en la fogo* nadura de la cubierta alta y la superficie de velas que podía largar €?ra de unos 4,859 me- tros cuadrados. En 1897, la "Potosí 1 ' invirtió solamente 67 singladuras para ir desde Hamburgo a Valparaí- so Ello animó a Laoisz para, en los mismos astillaros, orde- nar la con>strueeió:i de la "Preus'sen", única fragata de cinco palos que en el mundo ha sido. Entregada en 1802, la "Preus- sen" tenía 5.081 toneladas de arqueo total y podía cargar 8000 toneladas de nitrato. Eran sois principales dimensio- nes 133,50 metros de eslora por 16,33 de manga y 10,25 de calado máximo. El desplaza- mietno a máxima carga era de 11.150 toneladas y la arboladu- ra alcanzaba 68 metros de al- tura sobre la quilla. Sus 43 ve- 3 as sumaban 5.560 metros cua- drados y la jarcia ascendía a 10.800 metros y la de labor, o viva, a 13.230 La numerosa tripulación que requería la maniobra de estos veleros fue el principa] c'bs- táculo que, desde el principio, se encontró para sa explota- ción come'rciaL En verdad eran rápidos pues la "Preus- sen",—que logró en ocasiones velocidades entre los 18 y 18 nudos—cruzó del puerto chile- no de Caleta Co'oso al de Hamburgo en 58 lías de mar. viaje éste que realizó con un earigo completo (te nitrato. Nace la "Pamir" Después de estos éxitos, la Laeisz adquirió varias fragatas "Priwadl" y "Padua", últimos veleros que construyó y pose- Atracada en el Muelle Norte y proa a tierra, la "Pamir" dea- cansa de sus veleras singladuras antes de —-en su segunda escala en Santa Cruz— seguir viaje a Buenos Aires.-— (Foto del autor) meras travesías. En 19G6 cru- de las Scilly a Valparaíso en singladuras y, ya con ello, su nombre se unió a los de siffi compañeros de flota—"Plací- lia", "Pindos", "Preussen'% "PotG'SÍ", etc.—que también ostentaban récords notables. La llegada de la "Pamir" a Santa Cruz de La Palma Los viajes al Pacífico chile-1 chata y las primeras calamk

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Artículo de Juan Antonio Padrón Albornoz, periódico El Día, sección "La isla y los barcos", 1970/03/04

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PAGINA CUATTt© EL MA Viernes, 6 de mar¿, ,

LA ISLA Y LOS BARCOS

HOY SE CUMPLEN 50 AÑOS DE LA PRIMERA ESCALADE LA «PAMIR» EN NUESTRO PUERTO

DESDE OCTUBRE DE 1914 SE ENCONTRABA FONDEADA EN SANTA CRUZDE LA PALMA Y, ADJUDICADA A ITALIA, SE DIRIGÍA A HAMBURGO

EN SEPTIEMBRE DE 1957, CUANDO NAVEGABA A 600 MILLAS DE LAS AZORES, FUE

ALCANZADA POR UN HURACÁN Y SE HUNDIÓ CON 81 DE SUS 86 TRIPULANTES—Venía abriendo la mar.En septiembre de 1967 me

trasladé a Santa Cruz de LaPalma en busca de datos sobrela estancia e>n aquellas aguasde la barca de cuatro palos"Pamir", de bandera alemana.

Logré nombres de personasque vivieron aquellos días enque la estampa marinera delgran velero era la característi-ca del puerto palmero. Hablécon ella-s y de los recuerdos desus años niños me 'hicieron unpréstamo generoso. Mientras,don Guarino, el inolvidabledon Guarino, me hacía el favorinmenso de, entre sus muchasamistades—¿de quién no eraamigo?—reunir el suficientematerial gráfico para acompa-ñar el oreportaje que p-royecta-ba.

Una de aqoíedlias personas,don José Manuel Sicilia, con-testó a mi pregunta de cómorecordaba a la "Pamir" conesta frase lacónica y altamen-te expresiva:

—Venía abriendo la mar.Justamente hoy se cumple

el cincuenta aniversario de lallegada a Santa Cruz del es-pléndido velero que, en 1957desapareció de la mar de altu-ra. Con la trágica pirueta de iLa "Pamir" terminó toda unaépoca y, con ella, toda una ra-za de marinos, representadasimbólicamente en las genera-ciones del Cabo de Hornos.

íLa "Pamir" era, con la

"Passat", un gesto de rebeldíay poesía en la mar. Cargadade años de mar e historia, am-bas veteranas eran incentivopaca las nuevas promocionesde futuros pilotos; éstos, des-tinados a mandar rápidos ycómodos "motorstiips", prefe-rían iniciar su carrera cono-ciendo el cuadro, exacto, delas penalidades pasadas—y las«satisfacciones vividas—en ungénero de vida que, en los lar-gos siglos del dominio de lavela, fue familia? a miles ymiles de marinos.

Ya la bruma densa del re-cuerdo comenzaba a cbsdibu-jar la lucha gallarda y deses-perada del velero, sentenciadoa muerte por sus hermanos deacompasado latir de máquinasy negro pe nacho de humo.

El desarrollo de las dimen-siones y formas de los barcos,•'I de sus sistemas de propul-sión y los medios científicosutilizados para la garantía yseguridad a través de losocéanos, es obra del hombrecuya inteligencia y capacidadha reducido al mínimo losriesgos e incomodidades de lanavegación.

Sin embargo, un espíritu deaventura, de audacia y rebel-día, palpita siempre en la mary en los hombres que en ellaviven. En el libro de su his-toria, de páginas descoloridaspor el lento paso del tiempoy los rociones del agua salada,

el nonubne de la "Pamir"—elgran velero que, hoy hace 50años llegó por vez primera anuestro puerto—encabeza uncapítulo, el último cronológica-mente, cuando trata del yaperdido arte y ciencia de lavela al servicio del comercio.

Las blancas pirámides y ga-llardas arboladuras fueronsiempre símbolo del más adía.Había en elte una mezcla ex-traña de ansias descubridoras,expansión de la cultura yvínculos del comercio. Reple-tas de viento y luz, impulsaronairosos tajamares, en los quelargos baupreses apuntaban alblanco blanquísimo de un fu-turo que hoy es presente. JoséMaría Martínez Hidalgo dijoque el seno de la lona, aguan-tada por las vergas, es el pe-cho que avanza abriendo losbrazos de unos pueblos a otros.

Así, la "Pamir", siempre es-

POR JUAN ANTONIO PADRÓN ALBORNOZbelta y airosa, cruzó la miar ¡su vida dedicada con plenituddurante toda su vida marine- j al comercio, industria y nave-ra. Hoy hace cincuenta años i gacián.que sus anclas mordieron el! Declarada por Napoleón unafondo de la bahía santacruce- j de las "borníes villes de L'Em-ra; evocamos aquella su prime- ¡ pire", en virtud de la Bundc-ra escala—habría de volver 36años más tarde—y, al mismotiempo, el momento en que sucasco escogió la muerte en lu-cha con la mar asesina, la mis-ma que, con olas eternas, bo-rra también eternamente sushuellas en todas las playas delmundo.

Hay dos ciudades marineras,Hermanadas por nombre y lamisma inquieta lámina azul4ue las baña, que bien recuer-dan—lo harán siempre—-alhermoso velero que en susaguas sesteó.

Dos ciudades y un veleroSanta Cruz de la Palma y

Santa Cruz de Tenerife revi-ven estampas de antaño. Am-bas ciudades fueron testigosdel espectáculo maravilloso dela "Pamir" navegando con to-do el trapo largo. Ciertamente,un gran velero con todo el apa-rejo dado es algo que nuncaolvidan los que han tenido lasuerte de presenciarlo.

Al navegar a vela, se esta-blece una armonía entre elhombre y la Naturaleza; cuan-do un "sailing ship" navegacon el trapo largo, hay en cu-bierta un silencio que casi

bre de las amarras; tras síarrastraba toda la cadena adu-jada de cubierta, así como laque aún quedaba en la corres-pondiente caja.

Con el aparejo cargado yaferrado, el velero se aproa-ba al viento y, con el altivobauprés, apuntaba al ya leja-no horizonte.

Las cabillas de la rueda do-ble descansaban y las singlad-u-ras—contadas en largos mesesde continuo navegar—prontose esfumaban en el recuerdo,Al mismo piadoso olvido serelegaba el amortiguado ruido

sakte del 8 de junio de 1815,entró con carácter de Estadosoberano en la ConfederaciónGermánica. En el largo perío-do de paz que siguió, Ham¡bur-go amplió lentamente su nave-gación y su comercio, a pesaa*de los obstáculos opuestos porla situación aduanera de Ale-mania.

En esta etapa—concretamen-te en 1830—-surge un modestenaviero, F. Lae-isz que con un'bergantín redondo de 220 to-neladas inicia sus actividadescomerciales. Al pequeño "Cari"se une, ya en pleno 1843, la go-leta "Sophie und Friedericke"y siete años más tarde, la bar-ca de tres palos "Neptun",

En 1855, Laeisz inicia su es-pectacular carrera como arma-dor revolucionario que, com-pletamente opuesto al vapor,ganó merecida fama y renom-bre en todosmundo. Susalcanzaron y

los puercos delgrandes velerosrebasaron todos

los cálculos previstos en la na-vegación a vela y, en 1395, ¿osastilleros de la firma J. C.Tecklenborg, de Geestemimde,la entrega de la "Potosí", decinco palos, con casco y arbo-ladura de acero.

De 4.026 toneladas de ar-nueo total, eran su? principa-les dimensiones 111,65 metros

cL eslora por 15,14 de manga•y 8,68 de puntal de arqueo.Sus palos tenían un diámetrod¡e 86 centímetros en la fogo*nadura de la cubierta alta y lasuperficie de velas que podíalargar €?ra de unos 4,859 me-tros cuadrados.

En 1897, la "Potosí1' invirtiósolamente 67 singladuras parair desde Hamburgo a Valparaí-so Ello animó a Laoisz para,en los mismos astillaros, orde-nar la con>strueeió:i de la"Preus'sen", única fragata decinco palos que en el mundoha sido.Entregada en 1802, la "Preus-

sen" tenía 5.081 toneladas dearqueo total y podía cargar8000 toneladas de nitrato.Eran sois principales dimensio-nes 133,50 metros de eslorapor 16,33 de manga y 10,25 decalado máximo. El desplaza-mietno a máxima carga era de11.150 toneladas y la arboladu-ra alcanzaba 68 metros de al-tura sobre la quilla. Sus 43 ve-3as sumaban 5.560 metros cua-drados y la jarcia ascendía a10.800 metros y la de labor, oviva, a 13.230

La numerosa tripulación querequería la maniobra de estosveleros fue el principa] c'bs-táculo que, desde el principio,se encontró para sa explota-ción come'rciaL En verdaderan rápidos pues la "Preus-sen",—que logró en ocasionesvelocidades entre los 18 y 18nudos—cruzó del puerto chile-no de Caleta Co'oso al deHamburgo en 58 lías de mar.viaje éste que realizó con unearigo completo (te nitrato.

Nace la "Pamir"Después de estos éxitos, la

Laeisz adquirió varias fragatas"Priwadl" y "Padua", últimosveleros que construyó y pose-

Atracada en el Muelle Norte y proa a tierra, la "Pamir" dea-cansa de sus veleras singladuras antes de —-en su segunda

escala en Santa Cruz— seguir viaje a Buenos Aires.-—(Foto del autor)

meras travesías. En 19G6 cru-zó de las Scilly a Valparaísoen singladuras y, ya con ello,su nombre se unió a los de siffi

compañeros de flota—"Plací-lia", "Pindos", "Preussen'%"PotG'SÍ", etc.—que tambiénostentaban récords notables.

La llegada de la "Pamir" a Santa Cruzde La Palma

Los viajes al Pacífico chile-1 chata y las primeras calamk

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La "Pamir" era,— ' - -ii- ¡ hombre y la Naturaleza; cuan-

ido un "sailing ship" navegacon el trapo largo, hay en cu-bierta un silencio que casi

ras—Acontadas en largos mesesde continuo navegar—prontose esfumaban en el recuerdo.Al mismo piadoso olvido serelegaba el amortiguado ruido

! El capitán Jurs, que mandó la "Pamir" desde 1914 a 1924. Pasóluego a la nueva "Priwall" y, en 1928, a la "Peking". Poste-riormente mandó las "Passat" y "Padua", de nuevo la "Pri-wall" y, tras unos meses en la "Padua*V se retiró de la mar

en 1937.—(Reproducción fotográfica, Juan Hernández).

puede palparse—lo experimen-té ea la "Gordh Fock"—y,desde arriba, llega el zumbary suspirar del viento a travésde la jarcia y el crujir—a ve-ces gemir—de los racamentosde las vergas.

Las dos ciudades marinarasvieron llegar así a la "Pamir".Navegaba proa a tierra, conuna brisa ligera moviendo pe-rezosamente las velas y con lasanclas listas para ser fondea-das. Sob-e su¿ respectivos va-raderos, ambas reposaban enespera de la voz que, imperio-sa y esperada con ansia,—I Fondo...!—'haría actuar eldisparador. Sueltas ya las ca-denas de retenida y pendientepor uno de los chicotes decáncamos, se deslizaba el a-nclapor su propio peso una vez 11-

de las rifaduTias y la visión, fu-gaz, de los trozos cLe lona que,lanzados por el huracán, eranpasto de la espuma y la oscu-ridad a sotavento.

Una sola vez recaló la "Pa-mir" por Santa Cruz de laPalma. Pero casi seis años per-maneció en la tranquilidad yseguridad de su acogedora ba-hía. Seis años que, en su his-toria marinera, para siemprequedaron señalados en un sen-cillo y lacónico "laid up at LaPalma during the First WorldWar".

Escala larga y forzosa, dioorigen a unos lazos de afecto ycariño entne la ciudad, la Islatoda y el gran velero—el ma-yor que ha visitado los puer-tos del Archipiélago—que a suhospitalidad se acogió.

recKienoorg, ae ueesiemunae,la entrega de la "Potosí", decinco palos, con ca.sco y arbo-ladura de acero.

De 4.026 toneladas d* ar-nueo total, eran sus pcineipa-les dimensiones 111.65 metros

sen',—que logro en ocasionesvelocidades entre los 18 y 18nudos—cruzó del puerto chileno de Caleta Ceroso al -deHamburgo en 58 lías de marviaje éste que realizó con uncargo completo de nitrato.

La Reederei F. LaeiszHamburgo, por su privilegia-

da situación geográfica en elElba, es uno de los más impor-tantes puertos del mundo De•la mítica Hammaburg de Car-lomagno—«imple fortaleza con

la misión de impedir las in-cursiones de los eslavos--se hallegado a la espléndida reali-dad actual. Sin em'bargj, a lolargo de toda su historia, Ham-tburgo ha reflejado, siempre,

Nace la "Pamir"Después de estos éxitos, la

Laeisz adquirió varias fragatasinglesas de s e g u n d a ma-no —"Argo", "Arrow", b<Fit-james", etc.—y encargó en as-tilleros alemanes la construc-ción de las "Pang'iüi" y "Pets-r-hili". En 1903 se hizo nece-sario volver al "second handmarket" y las "Erasmo", "Ra-ciiant", "Mneme" y "ReginaElena" pasaron a la contrase-ña de la ya mundialmente fa-mosa Flyng P. Linie.

Al mismo tiempo que se lie-vaiban a cabo estas adquisicio-nes, necesarias para atenderlas crecientes demandas defletes, la naviera Lae^sz con-trató con la firma Blohrn undVoss, de Hamburgo, la cons-trucción de una barca «¿e ^uatro palos.

En 1905 tuvo lugar la for-mal botadura y bautizo de laflamante "Pamir" que, con só-lo sus palos mochos rematan-do su largo y esbelto casco,resbaló con solemnidad y gra-cia por la grada. Hacía enton-ces el velero número 75 que, atope y con orgullo, lucía losmismos colores que en 1839ondearon, por vez primera, enel pequeño "Cari". i

De 3.020 toneladas brutas,2.777 netas y 4.500 de pesomuerto, la "Pamir" tenía 96,34metros de eslora por 14,05 demanga y 7,98 de puntal dearqueo. Entre el castillo y latoldilla se alzaba una amplia"Liverpool house" que, copia-da d?, los "sailing ships" ingle-ses, fue característica de losde la Flyng P. Linie hasta sus

"Priwall" y "Padua", últimosveleros que construyó y poseyo.

El aparejo era el normal enbarcos de su tipo y condición,pero con las particularidadese innovaciones que caracteri-zaron a los veleros alema-nes-En el bauprés y botalón d* fo-que, largaba petifoque, foque,fofoque y contrafoque. En eltrinquete, mayor de proa ymayor de popá7 llevaba jua-netes dobles y sobre Juan e tes.En el mesana, la cangreja erade abanico y, de acuerdo conla tradición alemana, se divi-día en inferior y superior, condos picos y una botavara. Losestáis y una escandalosa com-pletaban la airosa arboladurade la "Pamir".

Durante la última décadadel pasado siglo, se desarrollóextraordinariamente el tráficodel guano y del salitre chile-no. Los fondeaderos de Meji-llones, Iquique, Las Chinchas,Lobos de Afuera y Pisaguaeran bosques de palos, conaparejo de cruz, de los barcosque,—a la gira—esperaban suturno de ca¡rga.

Las fragatas y briebarcas deLaeisz ocupaban en este trfi-co un destacado y merecidoprimer lugar. Era la épo-ca delos "clippers del nitrato" que,venciendo el siempre difícil ytemido paso del Cabo de Hor-nos, iban y venían a puertoseuropeos.

La "Pamir" &e unió a estetráfico y, al mando de los capi-tanes Prutzmann primero yMietbe después, inició sus pri-

en Acuita U/, — seguir viaje a ¿(Foto del autor)

meras travesías. En 1906 cru-zó de las Scilly a Valparaísoen singladuras y, ya con ello,su nombre se unió a les de sus

compañeros de flota—"Plací-lia", "Pindos", "Preussen'%"Potosí", etc.—que tambiénostentaban récords notables,

La llegada de la "Pamir" a Santa Cruzde La Palma

Los viajes al Pacífico chile-no se hacían, generalmente,con cargamento de carbón.Una vez éste descargado, seprocedía a la estiba del salitreque las gabarras llevaban has-ta los veleros, fondeados acierta distancia de la costa.

En 1909 tomó el mando dela "Pamir" el capitán Hornque, en 1912, lo entregó a HerrDecker. Meses más tarde éstepasó a otro velero de la FlymgP. Linie y ocupó su puesto elcapitán Ehbert que, du'rantoun año, guió con man;) expertalas singladuras del magnífico"cuatro palos".

Por entonces el horizontepolítico europeo se oiourecía y¿•menazaba- Los ecos del pio-let azp de Sarajevo rompieronel difícil equilibrio y ello diolugar al primer conflicto béli-co europeo que, poco tiempodespués, se transformó enmundial.

Los mercantes alemanes es-parcidos por todos los océanosy mares del mundo se apresu-ren a buscar refugio en lospuertos neutrales. Y fue enton-ces cuando Santa Cruz de laPalma recibió, en aquellos pri-meros días de incertidumbre yguerra, la inesperada escaladel carguero "Macedonia", dela Hapag, que dio fon lo fren-te a Barranco Seco. Con él lle-gaba el primer huésped for-zoso que, huyendo de la Roy alNavy, buscaba el airparo "delas aguas territoriales españo-las.

9 Mientras en Europa se lu-

La "Pamir", con el aparejo cargado y casi aferrado, entra en Santa Cruz en mayode 1956.—(Foto del autor).

chaba y las primeras calami-dades ds la guerra sanaban,en grito mudo, a los titularesde la Prensa, la "Pamir"—aímando del capitán JurgenJurs—navegaba con todo eltrapo largo en viaje de vuelta,No había para ella, simple ve*lero, la menor posibilidad dealcanzar el Hamburgo de ma-tricula y destino. El capitánJUDS arrumbó a Santa Cruz d*la Palma ya que, lógicamente,suponía que el puerto da Ten^rife estaría estrechamente vi-gilado—como así e-ra —por uni-dades de la Marina de guerrainglesa.

El 4 de o-ctubre, cor, todo eltrapo largo, la "Pamir" apare-ció a longo de la costa palme-ra. Los niños de entonces,hombres hoy, -guardan aún e}recuerdo de aquella espléndidaestampa del velero que nava»gaiba en franca demanda d*tierra.

Alguien que la vio con ojosinfantiles, pero ya cargadoscon todo el sentir marinerodel isleño, hace años me des-cribió con todo detalle el inte-resante y en verdad históricoespectáculo. Una frase escueta—"Venía abriendo ¿a mar"—encierra todo el sentido plásti-co y estético de aquellas cua-tro blancas pirámides de velai,altas, repletas d»e viento y luz,

Aun hoy se discrepa sobrequien dirigió el fondeo da la"Pamir". Se citan nombres ymás nombres pero, según per-sonas enteradas, fue don Pan-cho Boqueta el que tuvo a sucargo asesorar al capitán Jurfdel lugar ideal paca ello.

La estancia de la"Pamir"

Entre el estrépito de las ca*denas que salían de los escobe-nes envueltas en rojizas nubesde herrumbre pulverizado, lasanclas mordieron fondo.

La Caldereta y el Risco dela Concapción devolvieron losecos metálicos de los grilletesfondeados al tiempo que, pau-sadamente, la "Pamir" poníaproa al viento. En las vergas,gavieros y juaneteros cargabanel aparejo mientras, apenasabierto d»e la banda, un bote,en boga arrancada, ponía proaal muelle.

El capitán Jurs comunicó alas autoridades de Ma-rina enla capital palmera su propósi-to d¿ permanecer allí fondeadomientras durase el conflicto.Se le aconsejó que, en vista deLO abierta que resultaba la ba-hía para caso de un temporal,levase y e dirigiese a nuestro

(Pasa a la página 13)

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ISLA Y LOS BARCOS(Viene de la página 4)

puerto, de más abrigo, dondeya se encontraban varios mer-cantes alemanes refugiados.

El capitán Jurs se mantuvofirme en su propósito y, enverdad, estuvo acertado. Loscruceros ingleses "Vietorian",^Marmora", "Carnavon" e "Hi-glhflyer" cruzaban constante-mente frente a Santa Cruz,puerto donde se encontrabanfondeados los "Kurt Woer-mann", "Cap Ortega!", "Usam-bara", "Telde", "Irma Woermama" y "Prinzregent".

Los "Walhadla", "Grefeld" y"Westfourn" pudieron evitar lavigilancia inglesa y alcanzaraguas tinerifeñas, cosa que, ba-jo ningún concepto, estabapermitido a la lenta "Pamir",•sometida al capricho de iosvientos y la limosna de la bri-sa,.

Al día siguiente de llegar la"Pamir" a Santa Cruz de laPalma, dio fondo en nuestropuerto el "Marmora" que, po-cas inoras después, se hizo tícnuevo a la mar. Entonces co-menzó la larga estancia —con-tada en años— de la "Pamir"en la bahía palmera. Se de-senvergaron las velas y arria-ron a cubierta para su poste-rior almacenamiento en el pa-ñol. Desnudos de blancura, losmasteleros y mastelerillos pa-recderojí aumentar su altura,mientras, en tranquila siesta^el gran velero esperaba lavuelta de la paz.

El capitán del "Macedonia"tenía la intención d$ Durlarel bloqueo inglés y alcanzarlas aguas alemanas. Enteradode la llegada del "Wes'fcburn"a Santa Cruz y de su posteriorhundimiento, un buen día demarzo de 1915 levó y zarpóamparado en la oscuridad de

la noche. A su bordo llevabaalgunos tripulantes de ia "Pa-mir" que, ansiosos de regresara su patria, se escondieron enlas bodegas antes de la salida.

Días más tarde, el 28 concre-tamente, en el horizonte se di-bujaron las cuatro chimeneas,finas y en caída, del modernocrucero inglés "Gloueester".El apresamiento del "Mac-edo-nia" no presentó dificultadespara el comandante inglés que,con una tripulacién de presaa su bordo, lo envió a Gibral-tair.

El mantenimiento de la "Pa-mir" en condiciones de nave-gar ocupaba los ocios de sutripulación. Mientras Marte im-ponía sus fueros en la triste yensangrentada Europa, en lacapital palmera el ciego Cupi-do hacía de las suyas y, el 9de septiembre de 1917, en laParroquia Matriz del Salvador,un tripulante del velero —Fer-na»nd Leopold— contrajo ma-trimonio con la señorita JuanaGarcía Fernández. Fue este elprimero de los varios matrimo-nios celebrados entre m?rinosde la "Pamir" y jóvenes tía laisla.

Estos momentos alegres —entre los que se contaba el tra-dicional baile celebrado en laamplia cubierta con ocasión dela festividad de San Silvestre —se vieron oscurecidos por lostristes y normales del cursode la vida. El 23 de abril de1919 falleció Fernand Lsopoldcuando, con el nacimiento deun hijo y la llegada de la paz,se habían borrado las brumasdie la ineertidumbre. Tres desus compañeros también falle-cieron durante la forzosa y lar-ga estadía y, con él, reposanhoy en la misma tierra gene-rosa que, aunque extraña aellos, con tanta hospitalidadles atendió.

La primera escala en Santa Cruz deTenerife

Con la llegada de la paz co-menzó el reparto de la flotamercante alemana entre losaliados vencedores. En 1920 secomunicó al Gobierno italianoque la "Pamir" se encontrabaentre los numerosos mercantesalemanes que, en concepto dereparaciones de guerra, se lehabían asignado.

El capitán Jurs recibió órde-nes de zarpar con rumbo aHamburgo para, tras descargarel nitrato que aún llevaba ensus bodegas, hacer formal en-trega del barco a los represen-tantes de Roma,

Al atardecer del 4 de marzo,la "Pamir" comenzó a virar elancla y, lentamente — como sile pesase desprenderse de LaPalma — fue largando todo elvelamen. Poco era el viento ylos fondos sucios — productode los años de obligado fondeo— impedían alcanzar la veloci-dad de antaño.

La proa de la "Pamir" apun-taba a Tenerife, cuyo puertopresentaba al amanecer del día6 — hoy hace justamente 50años — su animado y acostum-brado aspecto. Reparaban ave-rías los "Annie Johnson" y"Oquendo", sueco uno y espa-ñol el otro, mientras, — fon-deados en sus boyas — loscarboneros "Roath", "Mirach"y «Nanna Stub" dejaban ir porlas planchas el Cardiff que lle-naba sus bodegas.

Cerca de ellos, la fragata ho-landesa "John Darie", con se-

rias averías en el aparejo y, enel muelle Sur, la goleta "Mar-te" y la bricbarca portuguesa"Porto Para" ponían la nota es-belta de sus masteleros. Por elSur llegaban los "Hova" y "Chi-vertstone" y, por el Norte, dosnegros penachos señalaban lallegada de los "Taoro" y "Taco-ronte".

Tras de Anaga hizo su apa-rición la goleta española "JoséSalgado" que, desde Alicante,se dirigía a Santiago de Cubacon escala en nuestro puerto.Momentos después la "Pamir"hizo su espectacular aparicióny, cerca ya de bocana, comenzóa desnudarse de su blanco ve-lamen.

Frente a Valle Seeo dio fon-do el espléndido velero que, co-mo era lógico, causó sensaciónen el Santa Cruz marinero deentonces. En su tripulación fi-guraban enrolados varios mari-nos palmeros y su viaje a San-ta Cruz fue pa/a, al mismotiempo que reparar ciertas ave-rías completar aqui la dota-ción con 6 santacruceros.

Dos días más tarde fondeóen sus cercanías el crucero-aco-razado "Jeanne d'Arc" que, consus cinco chimeneas, teatralesbastiones y aguzado espolón,ofrecía un claro contraste conla fina y estilizada barca ale-mana.

Terminadas sus 'operaciones,la "Pamir" zarpó el día 10 y,

ya en franquía, se cruzó con labalandra "Jorge V" — de Ha-milton y Compañía — que lle-gaba de Cádiz. El gran velero

"puro", el que dependíasola fuerza del viento, seentonces con el primervelero de la flota tiñería

La posterior vida marinera de la "ParEn Hamburgo, la "Pamir"

permaneció amarrada hastaque, en 1924, el Gobierno ita-liano recibió ofertas de laLaeisz y a ella volvió. Fue re-parada y, una vez terminadaslas obras, se hizo de nuevo ala mar al mando del capitánNissen, ya que Jurgens habíatomado el mando de la "Pri-wall", la última adquisición dela naviera.

La "Pamir" continuó hacien-do gala de buenas condicionesmarineras y sus viajes fueronsiempre rápidos. En una oca-sión cruzó del Elba a Talca-huano en menos de 80 singla-duras. En 1925 pasó a mandar-la el capitán Dolíerich y, pocomás tarde, Herr Brockhoeft.Los tiempos eran malos paralos veleros y la Leisz comenzó adesprenderse de ellos.

En noviembre de 1931, Gus-tav Erikson, el célebre armadorde veleros, la adquirió por só-lo 4.000 libras esterlinas. La"carrera del trigo" a puertosaustralianos era por entonces elrefugio obligado de los últimosveleros de altura y, como eralógico, a ella dedicó la "Pamir".De acuerdo con la tradición fin-landesa, no fue rebautizada ysólo la bandera y el puerto dematrícula — Marieham en es-ta ocasión — cambiaron en elgran velero.

En 1932 cruzó de Copenha-gue a Port Lincoln en 77 sin-gladuras y, tres años más tar-de, de Dublín al citado puertoaustraliano en 78. Su últimoviaje antes de la segunda gue-rra mundial fue de Port Victo-ria a Falmouth en 96 días demar.

Luego, fletada por una em-presa inglesa para cargar gua-no en Mahé, en las Seychelles,se hizo a la mar con rumbo aNueva Zelanda. A su llegadaa Wellington, el 8 de agosto de1941, fue apresada por las auto-ridades neozelandesas y, comopresa de guerra, entregada ala Unión S. S. Co. para su ad-ministración. Entonces comen-zó a navegar entre Nueva Ze-landa y puertos del Canadá yEstados Unidos en el Pacífico.En sólo cinco viajes redondosel beneficio obtenido rebasó las36.000 libras y, en diciembrede 1947, en 80 singladuras cru-zó de Wellington a Londres.Tras descargar, tomó cementoen sus bodegas y, de nuevo, sehizo a la vela con rumbo aAuckland. A su llegada, el Go-bierno neozelandés decidió de-volverla a sus armadores fin-landeses y, en Port Lincoln,cargó trigo para Penarth.

A su llegada al puerto dtino se encontró con que,do a la falta de almacéncarga no podía ser puestierra y, con ella a su Icomo silo flotante, per]ció varios meses.

En 1951, ante la impodad de lograr flete parafue vendida, junto con lasat", a desguazadores bPero, amarrada en la ESCÍa la espera de su tristeno, la "Pamir" vio realizamilagro de su resurreccla mar bajo colores alema:

En mayo de 1956 volnuestro puerto y a un c<saludo enviado desdeCruz de la Palma por doinando Leopold — hijo diriño fallecido en 1919capitán contestó que, en 1haría una visita a aque)la que tanto recordababarco.

Pero el destino dispus<cosa.

El 1 de junio de 1957,1¡mir" zarpó para Buenosal mando del capitán Dei;ya que Herr Eggers se <traba enfermo y no pudb arcar.

El 10 de agosto salió denos Aires en viaje de vucel 21 de septiembre, cinavegaba a unas 600 milsudeste de las Azores, fuprendida por el tristemenlebre huracán "Carrie",primeras noticias de la tnlas recibió el mercante"Crusader" y, tras ellas sron otras que, en lentocendo, comunicaron al nla triste nueva. La "Pamúltimo velero de altura,bía hundido llevándose c<a 81 de sus 86 tripulante

Los escasos supervivdeclararon que las primeichas partieron el trinquque, entonces, la "Pamicoró hasta meter la regajo el agua. La escora fimentando y, cuando alcaígrados, el magnífico velemenzó a hundirse de prota que, rápidamente, alzópa sobre las olas y se hverticalmente.

Entre los veinte barcoparticiparon en la busquebía uno, el "Parthenon"— a tope — lucía los ircolores que la "Pamir" 11<sus primeros años de vidñera: los de la naviera Ila vieja Flyng P, Linie.

Hoy, cincuenta años d<de su llegada a Santaaquí y en la capital palmcontinúa recordando alque, como decía el buenSicilia, venía abriendo la i