House Arrest Tomo 4

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Todo sobre Bryan Adams. Tomo 4

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1995-1998: Punto de inflexión Y ya está. En mi opinión aquí podría terminar esta historia. Al título del disco So Far So Good (Hasta el momento todo bien, sería la traducción) se le podría añadir esta conclusión: y a partir de ahora las cosas ya no serán igual.

Aquel Bryan Adams del año 1994 y primera mitad de 1995 tenía detrás una banda con la que se compenetraba a la perfección, una banda que había estado todos estos años con él, tanto en el estudio de grabación como en las giras. Dos de sus miembros eran ya históricos: Keith Scott y Dave Taylor. Ambos habían vivido con él los oscuros tiempos del principio, y ahora compartían la gloria del éxito absoluto. El batería Mickey Curry, incorporado por fin al grupo en 1987, se trataba del fichaje más deseado de Bryan desde que lo conociera en 1983, aunque eso sí, participó en la grabación de todos los discos desde Cuts Like A Knife. Y Tommy Mandel, el teclista que había conocido en 1982 en Nueva York, fue partícipe como Mickey en la grabación de todos los discos y miembro definitivo en 1988. Podemos por tanto concluir que la fidelidad era mutua entre Bryan y su banda. El rock que hacían en el estudio y en las giras estaba influenciado ahora por el sello inconfundible de “Mutt” Lange: batería muy trabajada, doble juego de guitarras, largos solos, potentes arrancadas, y canciones largas, a veces con final instrumental. En 1995 sin embargo se produjo un cambio de rumbo que poco a poco se iría haciendo sentir, llegando tres años después a alejarse del todo de las características musicales enumeradas antes.

Epílogo

En 1995 Bryan cedió a Bonnie Raitt su canción ‘Rock Steady’, escrita por él y Gretchen Peters. La canción se grabó en directo y el canadiense participó, haciendo un dúo.

Bryan con su libro de notas, componiendo canciones para el nuevo disco en su retiro de Jamaica.

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El primer paso en ese cambio de rumbo ocurrió en Jamaica. Allí, Bryan había decidido escribir los temas de su nuevo álbum, alejado de ambientes urbanos y con el Sol y el mar como aliados. Lange participaba en el trabajo, pero no con la intensidad deseada, ya que él seguía en Londres y sólo se desplazaba a Jamaica de forma esporádica. Por esas fechas Michael Kamen pidió a Bryan de nuevo colaboración para la banda sonora de la película Don Juan de Marco. “Mutt” y él escribieron ‘Have You Ever Really Loved A Woman?’ y pensaron incorporar una guitarra española a la canción. Bryan llamó entonces a casa de Paco de Lucía. Le contestaron que no iba a ser posible dicha colaboración porque Paco se encontraba de vacaciones en Jamaica. Vaya casualidad. Tras hablar con Paco este aceptó (mientras, los gobiernos de España y Canadá estaban enfrentados políticamente por un asunto del fletán), y Bryan decidió grabar la canción allí mismo en la casa que había alquilado. Llamó a Keith y grabaron todo con un estudio móvil. La experiencia le debió gustar mucho a Bryan, porque meses después grabaría el nuevo disco así, en su casa alquilada de Jamaica.

Si te fijas un poco, el sonido no tiene la calidad y profundidad del Waking Up. Las guitarras son más chillonas y trompeteras, y con más distorsión (escucha ‘(I Wanna Be) Your Underwear’ o ‘It Ain’t A Party If Ya Can’t Come ‘Round’). La brisa marina y la música del Caribe también influyeron en el estilo de las canciones, como en ‘Black Pearl’ y ‘You’re Still Beautifull To Me’. Hay canciones que sí recuerdan al Waking Up: ‘Low Life’, ‘Hey Elvis’, ‘Hey Little Girl’ (las tres acabaron siendo caras B) y ‘Let’s Make A Night To Remember’, pero se tratan todas de canciones compuestas por “Mutt” y Bryan en 1994 (salvo ‘Low Life’, que fue escrita con Gretchen Peters en 1995), antes del éxodo a Jamaica. Por tanto, está claro que la brisa costera de las playas jamaicanas tiene parte de culpa del giro de rumbo. Giro fatal lo calificaría yo. Estoy convencido de que el disco 18 Til I Die habría sido otro (mucho mejor) si Bryan se hubiera quedado en Londres. Habría sido más de “Mutt” y lo habrían grabado en los mismos estudios donde grabaron Waking Up.

Los siguientes pasos en ese cambio de dirección se producen durante la gira de 18 Til I Die. Algunas cosas cambiaron respecto a las giras anteriores. Los nuevos temas invadieron el setlist y poco a poco fueron desplazando a los ‘House Arrest’, ‘Thought I’d Died And Gone To Heaven’, ‘One Night Love Affair’, ‘All I Want Is You’, ‘Somebody’, ... Eso es lógico y normal. Otro cambio

Paco de Lucía y Bryan Adams, grabando las guitarras de ‘Have You Ever Really Loved A Woman?’ en la casa que alquilaba el canadiense en Jamaica.

Con este aspecto salía Bryan en el video del primer single, ‘The Only Thing That Looks Good On Me Is

You’.

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fue la vestimenta de Bryan y su banda, más colorida, variada y alegre que en anteriores giras. Ningún pero que añadir tampoco. Ahora pasamos sin embargo a los cambios que particularmente no me gustaron, y que contribuyeron al giro de rumbo. Uno de ellos consistió en incorporar a la banda un sexto miembro, el percusionista Danny Cummigs. Cummings había colaborado en la grabación del 18 Til I Die. Al rock crudo y sin etiquetas de Bryan de pronto se añadían sonidos de xilófonos, triángulos, maderitas, panderetas, zambombas y maracas. Quizás suene muy purista, pero no es lo mismo un ‘Cuts Like A Knife’ o un ‘Summer Of ‘69’ con un tío ahí moviendo las maracas. Otra novedad negativa fue el cambio de sonido de la guitarra de Keith, más chillón y trompetero, propiciado posiblemente por el uso de efectos distorsionadores en la grabación del disco, efectos que incorporó al directo. No hay más que escuchar el solo de Everything I Do, de auténtica hojalata. Ese sonido puede encajar en los temas nuevos, pero los clásicos se ven devaluados y las comparaciones con otros tiempos son odiosas. La tecnología avanzaba un motón en los 90, y la tercera novedad que pudo también influir en el lento cambio de rumbo fue la sustitución de los típicos altavoces del suelo enfocados a cada músico, para poder oír uno su propia voz, por un sistema de minicascos como los de los mp3, que se colocaban todos los de la banda, incluido Bryan, y así escuchar a través de ese sistema el sonido procedente de la mesa de mezclas. Bryan por tanto pasó de pronto a escuchar su voz perfectamente, cristalina y clara. Estoy seguro que eso ha contribuido a que el canadiense haya dejado de desgañitarse en cada concierto, echar la hiel, dejarse el alma (si te oyes perfectamente cantando como si estuvieras en la ducha poco a poco dejas de desgañitarte, para qué). Es fácil de comprobar. Basta enchufar un directo de 1992 o 1994 y luego uno de 1996.

El nuevo look de Bryan y de la banda en general era más colorido y alegre.

Concierto de Barcelona, julio de 1996.

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En resumen, los ingredientes esenciales de todo concierto de Bryan, energía, fuerza, contundencia, visceralidad, perdían poco a poco el protagonismo de otros tiempos. Mientras tanto, las cifras de ventas del nuevo disco estaban siendo bastante buenas en Europa, aunque no tan buenas en Japón y sólo regulares en E.E.U.U. Ello se dejó notar en la gira, centrada en Europa. Sólo hubo tres conciertos en E.E.U.U., un dato desde luego muy significativo.

Escenario de la gira 18 Til I Die.

La banda al completo, con Danny Cummings al lado de

Keith a la derecha.

Bryan y Keith en plena arrancada.

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“Mutt” Lange por otro lado había conocido a la cantante canadiense Shania Twain (no sabemos si el celestino fue Bryan, aunque es posible) y se unieron sentimental y profesionalmente. Shania Twain editaría tiempo después discos compuestos y producidos por su marido, obteniendo un notable éxito (lo que toca “Mutt” lo convierte en oro, está claro). Ello alejó obviamente a Lange de Bryan, y el canadiense se empezó a buscar socios nuevos para escribir canciones. El primero fue una mujer, Gretchen Peters, con la que había escrito en 1995 ‘I Think About You’. Otro socio que resultó ser productivo fue Eliot Kennedy, compositor de muchas de las canciones de las ‘Spice Girl’. Desde luego que con ese curriculum iba a ser muy difícil ocupar el hueco dejado por Lange, y menos hacerlo la mitad de bien que él. Tampoco creo que la intención fuera esa en ningún momento. Más bien, fue Bryan el que quería tomar las riendas en la composición y producción de sus nuevos discos, el que asumía el papel que antes ocupaba “Mutt”. En otoño de 1997 Bryan y su banda realizaron en New York para la MTV un concierto de la saga Unplugged, y se editó un disco y un video llamados MTV Unplugged. El setlist incluía 3 canciones inéditas, ‘Back To You’, ‘When You Love Someone’ y ‘A Little Love’, compuestas por Bryan, Eliot Kennedy y Gretchen Peters. Por supuesto, incluyeron versiones de temas clásicos como ‘Heaven’, Cuts y 69, y sorpresas como ‘I’m Ready’ revisada y reinventada, ‘Fits Ya Good’ en estilo fado portugués, y ’18 Til I Die’ sólo con violines. Dirigiendo la orquesta estuvo Michael Kamen. El entorno era propicio y adecuado para este tipo de experimentos, además las guitarras acústicas tienen buena prensa. Nada que objetar al Unplugged, aunque yo habría elegido otro setlist (ausencias como la de ‘Run To You’ son poco entendibles), y me habría enfocado a hacer rock acústico, con guiños a la música irlandesa pero nada de harmónicas ni de blues ni de otros estilos más propios de un salón del viejo oeste (la versión de ‘I Think About You’ sin comentarios). Lo mejor del concierto, las versiones de ‘Summer Of ‘69’, ‘I’m Ready’, ‘Can’t Stop This Thing We Started’ (aunque acabó como cara B, incomprensiblemente), ‘Heaven’, ‘Cuts Like A Knife’, y el nuevo tema ‘Back To You’. El resto queda en un segundo y tercer nivel. Al mando en la producción estaba Patrick Leonard, habitual colaborador de Madonna. El flautista irlandés Davy Spillane aportó sus flautas y gaitas irlandesas, dando el toque irlandés en varios de los temas.

Fue la temporada de los pantalones de cuero.

Escenas del Unplugged.

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Bryan debió acabar muy feliz de su experiencia del Unplugged, es más, yo creo que le ha marcado musicalmente para siempre (desde entonces no ha faltado una guitarra acústica en ninguno de sus conciertos). Inició una gira promocional del Unplugged que empalmó con la gira de conciertos, en la que se sumó Davy Spillane como un miembro más de la banda. Con Danny Cummings y Davy Spillane ya eran 7 los miembros de la banda. Muchas de las canciones del setlist ahora se tocaban en acústico, respetando las versiones grabadas para el Unplugged. Conclusión: a principios de 1998 un concierto de Bryan se parecía bien poco a los que hacía en los tiempos cañeros.

Bryan durante el Unplugged.

Bryan y Keith tocando en una emisora de radio, durante la gira promocional del Unplugged.

Imágenes de uno de los pocos conciertos de la gira Unplugged. Podemos ver arriba a Davi Spillane, entre Tommy y Mickey. Pocos meses después la banda se reduciría a tres miembros. Quién lo iba a decir en el momento de la foto.

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1998-2002: Tiempos sin color Tras romper con Vicky Russel en 1991, Bryan se echó otra novia en 1992. Se trataba de una modelo danesa llamada Cecilie Thomsen, bastantes años más joven que él. La chica lo acompañó en alguna de sus giras, y la relación con los años se fue haciendo más distante (agendas incompatibles se suele decir) hasta romperse en 1998. De todas formas a Bryan le duraban muy poco las novias, así que una relación de 6 años hay que darle el mérito que se merece.

Ese año 1998 Tommy Mandel abandona definitivamente la banda, alegando discrepancias con el canadiense. Tommy volvió a su casa de New York y desde entonces toca periódicamente en locales nocturnos. Bryan, Keith, Dave y Mickey se reúnen en aquel tiempo a grabar un nuevo disco que sale a finales de ese año. Por tanto, vio la luz sólo dos años después del último trabajo, lo cual está muy bien. Se trata del álbum ‘On A Day Like Today’. En él puedes encontrar 14 canciones, 7 compuestas por Bryan y Gretchen Peters, 3 con Eliot Kennedy, 2 con Phil Thornalley, una con Max Martin y una exclusivamente de Bryan (que por cierto es la más floja del disco). Producido por Bob Rock y Bryan Adams, supone un giro a un rock menos contundente y más melódico, rayando el pop. Exceptuando ‘Getaway’ y ‘Before The Night It’s Over’, el resto de canciones se alejan del estilo fresco y crudo con el que se identificaba el canadiense. No estoy valorando negativamente el disco, de hecho considero que tiene un puñado de canciones que superan a las del ’18 Til I Die’. La mano y el trabajo de laboratorio de “Mutt” Lange podría haber elevado el nivel a cotas muy altas, pero la realidad fue otra y el sudafricano ya sólo se ocupaba de hacer discos para su mujer Shania Twain. ‘Fearless’, ‘Getaway’ y ‘Before The Night It’s Over’ destacan sobre el resto, y podían ser el ejemplo perfecto de un nuevo estilo de hacer rock menos crudo y más elaborado, pero que sin embargo mantiene la calidad que se le espera al canadiense. Lamentablemente dicha calidad no acompaña a todas las canciones del disco. Temas como ‘Inside Out’, ‘I Don’t Wanna Live Forever’, ‘One A Day Like Today’, ‘Where Angels Fear To Tread’, ‘If I Had You’ y ‘Lie To Me’ son caras B, pero nunca pueden formar parte de un disco de Bryan Adams. El canadiense además incluyó un dúo con la ex-miembro de las Spice Girl Mel C, ‘When You’re Gone’, una pirueta totalmente innecesaria y cuya única explicación sería la de ampliar el mercado de ventas a consumidores de música pop. Un gesto propio de un artista interesado por el dinero, pero no de un rockero con la trayectoria de Bryan.

Epílogo

Bryan con Cecilie. La foto es de 1994.

Bryan y Mel C durante la grabación del video clip de ‘When You’re Gone’.

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En resumen, con este disco el canadiense se aleja un poco más del rock crudo, contundente, desenfadado y cascabelero de sus épocas más brillantes, y profundiza en un estilo un tanto oscuro, melódico, a media luz.

La gira promocional y después la de conciertos presentaron una novedad inesperada, bastante impactante: la ausencia de Dave Taylor (que sí había colaborado en la grabación del disco). La banda pasó de tener 7 miembros (en la gira del Unplugged) a, de golpe, sólo 3: Bryan, Keith y Mickey. ¿Qué pasaba con Dave?. Nadie lo sabía. Una pieza histórica de la banda dejaba el grupo, y su lugar no era ocupado por nadie… bueno, por casi nadie, porque Bryan decidió entonces colgar la guitarra y tocar el bajo. Los conciertos perdieron muchos enteros en espectacularidad y riqueza de sonido. ¿Bryan tocando el bajo?. Era una imagen extraña. Muy extraña. ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina?. Dicho más claramente, ¿Dave se fue primero y Bryan optó entonces por tocar el bajo, o fue Bryan el que invitó a Dave a dejar el grupo, ya con el plan en mente de ocupar su puesto como bajista?. Al principio todos queríamos pensar que era Dave el que optó por dejar el grupo, empujado por motivos personales desconocidos, y que Bryan, con la idea de que pudiera reincorporarse de nuevo en un futuro, prefirió guardarle el sitio no contratando a nadie y siendo él mismo el que ocupara ese puesto. De hecho, antes del concierto en la plaza de toros de Leganés (30 de abril de 1999) tuvimos la suerte de ver a Keith, le pregunté dónde estaba Dave y contestó que en su casa. La ausencia de una explicación oficial hacía pensar eso, que motivos personales habían obligado a Dave Taylor a dejar su actividad profesional, quizás momentáneamente. Sin embargo, tras el concierto de Burgos en junio de ese mismo año, tuvimos la oportunidad de dialogar brevemente con Rick Salazar, el técnico que cuidaba y afinaba las guitarras de Keith. Rick nos comentó que eso de tocar el bajo era simplemente un capricho pasajero de Bryan, y compartió con nosotros el deseo de volverlo a ver con la guitarra. Años después pude leer en una entrevista que sentirse el único guitarrista sobre el escenario era una de las ilusiones confesadas de Keith, el cuál regaló a Bryan para su cumpleaños un bajo como sutil indirecta. ¿En qué quedamos?. Lo que sucedió de verdad posiblemente fue la unión de todas esas cosas. Bryan conocía el deseo de Keith de experimentar un nuevo sonido, con sólo una guitarra. Tras la marcha de Tommy era

Bryan en el video de ‘Cloud Number Nine’.

Durante la gira promocional del nuevo disco se produjo una ausencia importante en la banda: Dave Taylor. ¿Aquello iba a ser temporal?. Resultaba extraño ver a Bryan con el bajo.

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difícil encontrar otro teclista, así que una forma de quitarse ese problema era prescindir en concierto del órgano y piano, y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, minimizar de paso el número de instrumentos a batería, bajo y guitarra. Es posible que Dave viera con buenos ojos cambiar de aires, dejar el ajetreo de las giras y dedicarse en Vancouver a una de sus mayores aficiones, el jazz. Bryan le debió ofrecer esa posibilidad, que él eligiera libremente, y Dave optó por abandonar la banda, tras 16 años perteneciendo a ella.

El On A Day Like Today World Tour fue tan prolífico en conciertos como las giras anteriores, aunque en sus comienzos se limitaba a locales cerrados, algunos de ellos realmente pequeños. La banda (podemos llamarlo el trío), vestían siempre con vaqueros blancos, camiseta blanca, y zapatillas de deporte blancas. Las luces del escenario eran blancas, la batería de Mickey blanca, las guitarras de Keith blancas, y el bajo de Bryan blanco. Así un concierto tras otro. ¿Por qué?. La decoración de la gira estaba basada en el video clip del tema ‘Cloud Number Nine’, en el que Bryan sale vestido completamente de blanco rodeado de nubes blancas. Aunque el tema del disco era una balada, un músico tecno llamado Chicane lo había remezclado haciéndolo discotequero, y a Bryan le gustó tanto que no quiso ya saber nada de la versión balada. La versión tecno fue precisamente la que se editó como single.

Varias escenas de la gira de ‘On A Day Like Today’.

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El Bryan Adams de 1999 se parecía ya muy poco al de cuatro años atrás. Musicalmente la potencia de los directos había bajado bastante, aunque la incorporación de los nuevos temas le daban un aire fresco. Los conciertos se abrían con ‘Summer Of ‘69’ y a continuación ‘Back To You’. La sombra del Unplugged se dejaba notar en forma de versiones acústicas. Los temas afectados eran ‘On A Day Like Today’, ‘I’m Ready’, ‘Heaven’, ‘(Everything I Do) I Do It For You’ y ‘Please Forgive Me’. El remix del Unplugged compuesto por ‘If Ya Wanna Be Bad – Ya Gotta Be Good’ y ‘Let’s Make A Night To Remember’ se había convertido en un Blues Jam. Y antes de cantar ‘When You’re Gone’ hacía subir a una chica del público para cantarla a dúo con ella. A finales de 1999 Bryan editó un nuevo recopilatorio, titulado ‘Best Of Me’, que incluía sus grandes éxitos, incluidos algunos del Unplugged, y tres temas de su último trabajo (‘Cloud Number Nine’ en versión tecno, ‘When You’re Gone’ e ‘Inside Out’), además de una inédita compuesta con “Mutt” Lange titulada ‘Best Of Me’, de estilo pop. Un nuevo recopilatorio tras dos discos de estudio parecía un poco repetitivo. Pero lo de Bryan últimamente era la repetición en todo. Como sorpresa, el disco incluía una última pista con la canción tecno ‘Don’t Give Up’, de Chicane, en la que Bryan había aportado su voz. El Bryan rockero y guitarrero de antes ahora tocaba el bajo en los conciertos, grababa temas pop y tecno, y hacía dúos con Mel C de las Spice Girl.

Por otro lado, los que pensábamos que la nueva gira iba a traer algo de color al panorama nos quedamos con las ganas. Los chicos seguían saliendo con su uniforme blanco, y las luces y el decorado eran los mismos. Y al setlist sólo se incorporó la nueva canción, ‘Best Of Me’. Los mejores momentos de cada noche llegaban con ‘Cuts Like A Knife’, ‘Getaway’, ‘Before The Night It’s Over’, y alguna que otra sorpresa que surgía en el setlist, como ‘Remember’ (sí, de su primer disco) o ‘Into The Fire’. Inexplicablemente, clásicos como ‘Can’t Stop This Thing We Started’ y ‘Somebody’ sufrían noche tras noche la brutal amputación de la segunda estrofa y del segundo estribillo. Las canciones en general se acortaron porque la banda ya no se recreaba tanto en los finales, y los solos de Keith eran más cortos, exceptuando ‘Back To You’ y quizás ‘It’s Only Love’. Los mejores ejemplos de todo lo que estoy comentando son dos DVD’s oficiales que la discografía editó un par de años después, y que corresponden a los conciertos de Tokio y Dublín de 2000. Desde luego ambos tienen la espectacularidad de una grabación profesional, con calidad digital y sonido dolby sorround, pero no les hace sombra a los de otros tiempos.

La estética de la gira de ‘Best Of Me’ no había variado en nada con respecto a la anterior.

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La gira del trío no sufrió apenas variaciones en dos años, aunque a finales de 2001 los chicos optaron por salir al escenario con unas camisetas grises que llevaban serigrafiadas las leyendas ‘Lead Singer’, ‘Lead Guitar’ y ‘Drums’, e incluso en algún concierto optaron por camisa gris y vaqueros clásicos.

En estas que el cine volvió a llamar a la puerta del canadiense, aunque esta vez no se trataba de un Robin Hood o un mosquetero, sino de un caballo de dibujos animados. Bryan se enfrascó en la grabación de la banda sonora completa de la película de dibujos animados Spirit, e incluso dobló al caballo en la versión original (que era en inglés, claro). Para la versión española, el cantante Raúl fue el que cantó la traducción al español de las canciones. El propio Bryan grabó todas las canciones en francés también (para la versión francesa de la película) e incluso se reeditó un segundo CD en ese idioma.

Los chicos estaban empezando a dejar la estética ‘Cloud Number Nine’, por fin.

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Era mayo de 2002. El parón obligado para componer y grabar con Hans Zimmer el nuevo disco le ponía misterio al asunto de la gira. ¿Habría gira del Spirit?. ¿Se mantendría el mismo decorado blanco?. ¿Seguirían siendo un trío?. ¿Volvería Dave Taylor?. El disco se publicó con Bryan hospitalizado por una caída que había sufrido con la bici. En sus primeras apariciones públicas tras aquello podíamos verlo con una escayola en la muñeca derecha, escayola que no le impidió hacer una gira promocional del disco. En ella el canadiense seguía tocando el bajo, aunque sin uniforme blanco. Parece que la era blanca estaba siendo ya historia, aunque seguía tocando el bajo.

La canción estrella del nuevo disco era ‘Here I Am’, grabada con coros gospel. Es difícil de calificar el disco en su conjunto, ya que, si bien Bryan canta en la mayoría de las canciones (el resto son instrumentales) se trata más bien de una colaboración y no de un disco propio. Eso sí, colaboró de una forma determinante.

Grabando las voces del caballo de Spirit.

Hans Zimmer con Bryan Adams (Hans es el de la videocámara).

El canadiense con las secuelas del accidente con la bici.

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2002-2005: Destellos del pasado La gira Spirit se inició con una buena noticia: a la banda se había incorporado un teclista, Gary Breit. Gary era canadiense, en concreto de Toronto. Aquello podía ser un síntoma de que las cosas empezaban a volver a su sitio. Si bien el nuevo disco no estaba aportando apenas canciones al setlist (podemos decir que sólo una, ‘Here I Am’) algunos temas del Waking Up irrumpieron de nuevo, como ‘House Arrest’ y ‘Thought I’d Died And Gone To Heaven’.

Y en noviembre de 2002 inesperadamente un bajista se sumó a la banda, el canadiense de Vancouver Norm Fisher. Con ello, Bryan abría de nuevo sus baules de guitarras eléctricas. ¡Por fin!. Casi cuatro años después. Los conciertos recuperaron claramente parte de la fuerza y encanto que tenían antes de la era del trío. Aunque bueno, temas como ‘When You’re Gone’ y ‘Cloud Number Nine’ se resistían los puñeteros a caer de la lista. Los momentos WYG y #9 eran con diferencia los más flojos de cada concierto. Otra de las herencias negativas eran las

Epílogo

Keith era la estrella en muchos instantes del concierto. Arriba vemos una imagen de la banda cuando eran cuatro, con Gary Breit a la izquierda.

Con Norm Fisher (entre Bryan y Keith en la imagen), la banda volvía a su

número natural, cinco.

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versiones acústicas, más vistas que el tebeo y que sin embargo aún profanaban temas sagrados como ‘Heaven’ , ‘Summer Of ‘69’ y ‘(Everything I Do) I Do It For You’. Y esa manía de abreviar ‘Can’t Stop This Thing We Started’ y ‘Somebody’ saltándose la segunda estrofa y el segundo estribillo también se mantenía. Pero bueno, ‘House Arrest’ y de forma intermitente ‘One Night Live Affair’ nos hacían pensar que Bryan afortunadamente estaba echando un poco la vista atrás.

Lo que ya nunca iba a volver (teníamos que ser realistas) era la caña y la fuerza de la época dorada. Bryan estaba rondando los 43 años y no se le podía pedir saltar o correr como lo hacía con 30. Los conciertos ahora duraban algo más de 2 horas, media hora menos que hace 5 años, y terminaban con un set de dos o tres temas acústicos tocados en solitario por Bryan. Durante parte de 2002 y 2003 Bryan estuvo componiendo y grabando su nuevo disco de hotel en hotel, ya que no dejó las giras en ningún momento. Finalmente, en septiembre de 2004 se editó ‘Room Service’, título bastante apropiado por lo que hemos comentado. Pronto el canadiense iba a cumplir 25 años en el mercado de la música, 25 años viajando, tocando aquí y allá, y durmiendo en cientos de hoteles.

Concierto de noviembre de 2002, uno de los primeros en los que Bryan volvía a tocar la guitarra.

Era una maravilla ver de nuevo a Bryan con una strat, después de tantos años.

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‘Room Service’ está compuesto por 11 canciones cortas, algunas de ellas no llegan a los tres minutos y sólo una supera los cuatro, ‘Flying’, curiosamente la única que está coproducida con “Mutt” Lange. Las otras diez fueron producidas sólo por Bryan, por tanto podemos subrayar que se trata del primer disco producido por Bryan Adams en solitario. En la composición colaboraron Gretchen Peters (6 canciones), Eliot Kennedy (3), Phil Thornalley (1) y el comentado “Mutt” Lange (1). ¿Qué reflexión se puede hacer así de primeras, sin entrar a valorar las canciones todavía?. Pues que un Bryan que había conseguido todas sus metas profesionales, a sus 44 años ya no le apetecía someterse a unos horarios o a un ritmo de trabajo impuesto o de previo acuerdo, hecho inevitable cuando trabajas con otra persona. El canadiense no quería compromisos con nadie. Apenas los tuvo a la hora de escribir las canciones, trabajando con un grupo heterodoxo de personas que no se conocían entre ellas, y en el momento de grabar los temas, teniendo a su banda siempre a mano, él decidía cuándo se juntaban a grabar y cuándo hacían una pausa, cuándo había que repetir una toma o cuándo una toma era la buena. Esto provocó que el disco se retrasara casi un año. En mi opinión, nuestro anárquico y desorganizado Bryan necesitaba esa segunda persona que pusiera el orden y paciencia necesarios para sacarle a cada tema el 97% o 99%. Pero no la hubo y el nuevo disco habla por sí solo. Que los temas sean tan cortos es síntoma de que no se les ha extraído todo lo que se les puede sacar, incluso parece que terminan de forma forzada, precipitada, y apenas hay solos de guitarra. Insisto en que la clave es sacarle el máximo partido a una canción, y “Mutt” Lange era un maestro.

Con ‘Room Service’ Bryan trató de volver a hacer rock fresco y desenfadado. Y en mi opinión le quedó un disco normalito, menos trabajado que ‘On A Day Like Today’. No hay temas que destaquen en especial, aunque es cierto que suenan bien, pero ninguno va a pasar a la historia. Un bagaje pobre si tenemos en cuenta que tras su último álbum de estudio real habían pasado 6 años. Nada menos. El Room Service World Tour se inició sin apenas cambios. ‘Open Road’, ‘Room Service’, ‘Flying’ y ‘Not Romeo Not Juliet’ se incorporaron al setlist, que veía como los temas acústicos seguían teniendo cancha, por desgracia, y los momentos WYG y #9 eran inamovibles. ‘Kids Wanna Rock’ y de forma intermitente ‘Lonely Nights’ eran las novedades más destacadas. Un buen ejemplo de aquella gira es el DVD Live in Lisbon, del concierto de Lisboa de 2005. Estuvo a punto de grabar el DVD en el concierto de Madrid, qué lástima.

Grabando algún tema del disco ‘Room Service’ en la habitación de un hotel.

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Escenas del Room Service World Tour.

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2005-Hoy: Declive En 2005 la discográfica editó de nuevo otro recopilatorio, el tercero en una saga que empezó en 1993 con el So Far So Good. Desde entonces se han publicado tantos como discos de estudio: ‘18 Til I Die’, ‘On A Day Like Today’ y ‘Room Service’. Un apunte incontestable que habla de lo poco que le gusta a Bryan sentarse a grabar canciones. Durante esos 12 años sólo le ha interesado hacer conciertos y tocar en directo. ‘Anthology’ es un doble álbum con 36 canciones, que conmemora los 25 años del canadiense en el mundo de la música. No falta ninguna, incluidas dos inéditas, ‘So Far So Good’ y ‘I’m Not The Man You Think I Am’. El lanzamiento del recopilatorio le pilló a Bryan de gira, y no varió en nada ni el setlist ni la estética (excepto la incorporación del tema ‘So Far So Good’). Los conciertos mantenían el mismo setlist de hace meses, y noche tras noche se repetía una y otra vez. ‘Summer Of ‘69’ dejó de ser acústico (por fin) y ‘Low Life’ y ‘Hearts On Fire’ entraron con fuerza, siendo los mejores minutos de cada concierto, pero los males de años atrás seguían arrastrándose: los momentos WYG y #9 van camino de cumplir 10 años, y ahí están inmutables; ‘Can’t Stop This Thing We Started’ , ‘Somebody’, ‘Let’s Make A Night To Remember’, ‘There Will Never Be Another Tonight’, … el grosario de temas que son acortados sube de número poco a poco; y experimentos como hacer ‘Kids Wanna Rock’ acústico o ‘Room Service’ ralentizado en plan blues no son el tipo de novedad que estamos esperando. Además el set acústico del final ya son unas cinco canciones (el 20% del setlist).

Epílogo

Escena del concierto en Alcazar de San Juan, Ciudad Real, el 28 de julio de 2006. Bryan mostraba signos de excesiva delgadez.

Abajo: escenas del momento ‘Hearts On Fire’.

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Por otro lado, en 2006 nos llamó a muchos la atención la extrema delgadez que estaba alcanzando el canadiense, posiblemente provocada por su dieta vegetariana extrema, reducida a alimentos vegetales y crudos. Actualmente las actividades de Bryan son la fotografía, las giras (por supuesto, no sabe estar en casa) y grabar canciones sin pedir o dar explicaciones a nadie, sin compromiso, sin prisa, y sin que suponga un sacrificio o un esfuerzo serio. Un Bryan que pronto cumplirá los 50 años.

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Desde aquí quiero felicitar a Bryan por toda su trayectoria, y si este libro algún día llega a sus manos y lo lee, espero que no me guarde rencor.

Bryan en el backstage del concierto de Leganés, Madrid, en febrero de 2003, firmándome una bandera de Canadá.