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HONESTIDAD BRUTALaura Fernández Campillo

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Obra registrada en Safecreative:Ávila, Julio de 2015www.unkido.comemail: contactounkido@gmail.comDibujo portada: José Mataloni

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¿Puedes soltar todo lo que leíste, todo lo que escuchaste,

todos los ideales y toda la información que has recabado acerca de tu “transformación”?No te preocupes, no lo vamos a negar, solo vamos a vaciarlos de nuestra cabeza por un rato...

¿Quieres acompañarme y soltar todo tu equipaje en este

momento?Así caminaremos más ligeros

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INTRODUCCIÓN

Mi querida suegra, María Reé, siempre que me hace un regalo dice: “Laura, honestidad bruta eh? si no te gusta me lo dices”. Y desde que escuché esas palabras por primera vez, algo fuertemente resonó dentro de mí. Honestidad bruta, eso es lo único que una persona necesita para transformarse. ¿Qué si no, para salir de una percepción de autoengaño hacia una percepción de la verdad? ¿Qué otra cosa es necesaria? Decisión, entrega, valor... etc. Muchas cosas son necesarias, pero todas ellas nacen de algo que no se puede nombrar y que vibra en lo más profundo de aquel a quien, cuando le hablan de libertad, encuentra sus vellos de punta y algo por dentro se le remueve sin más explicación.

Después de haberme leído toda la literatura espiritual que ha pasado por mis manos, haberme visto los cientos de vídeos que circulan por la red hablando de iluminación y transformación, y al irme dando cuenta de la cantidad de ideas que sobran en todo este ámbito, me pareció interesante escribir este libro, cuyo propósito es enfocar la mente hacia su verdad, hacia la honestidad bruta de sus verdaderos instintos, de aquello que llevamos toda una vida queriendo tapar o maquillar. De modo que, querido visitante, si quieres pasear conmigo, vamos juntos a adentrarnos con sinceridad en la simpleza de lo que somos. Te sugiero que no te asustes al ver en ti cuestiones

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que nunca imaginaste que estaban, recuerda que todos las tenemos y que ninguno las elegimos; pero que sí somos responsables de mantenerlas o deshacernos de ellas.

Honestidad bruta es un viaje sincero, en el que procuraremos deshacernos de todas las ideas que hemos bebido durante mucho tiempo y que, paradójicamente, nos han ayudado a llegar hasta aquí.

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UN STREAP TEASE MUY ESPECIAL

Extiendo las vestiduras que me prestaste... por un tiempo.Observo la estructura y el diseño del vestido que me dejaste

disfrutar... por un tiempo. Me admiro de la complejidad del sastre, e incluso, por

momentos, un torrente de risas surge espontáneamente al reconocer los parches y los remiendos de la alta costura y del

"prêt à porter". Todo me suena ya visto, olido, escuchado, sentido... menos ese

atisbo que anida debajo de todo, excepto ese grano de mostaza que sembraste y que ahora crece

silenciosamente, haciendo un inmenso estruendo al descascarillar la que creía, por un tiempo, mi propia piel.

El árbol de mostaza que muestra la sencilla desnudez en medio del show bussines de las máscaras, la transparencia de la verdad

en medio de la opacidad de lo ilusorio. ¿Quién podría amanecer desnudo si se preocupa por las formas

en las que los demás contemplan su vestido?

Entre demonios me vestiste y ahora los demonios me ayudan a desnudarme.

No permitas que ningún ángel trate de impedir el sagrado encuentro con esta profunda oscuridad.

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DE CÓMO UN “NO” PUEDE SER, PARADÓJICAMENTE, UN ACTO SUMAMENTE

ASERTIVO

Hasta que no son descartadas todas las “vías de acción” que propone la mente, hasta que no son descartadas todas las opciones que propone la mente con el fin de resolver algo, no aparece el movimiento que verdaderamente lo resuelve.

El movimiento mental, el esfuerzo mental que trata de resolver algo, de buscar entre las ideas que le van surgiendo, es el mismo movimiento que crea el problema.

No hay verdadera resolución si no hay olvido del querer resolver.

Ese “NO” a las opciones que vienen con la intención de resolver, es un “NO” que no se pone en contra de nada, que no rechaza, sino que simplemente decide no elegir, para poder observar la estructura de aquello a lo que antes creía. Al quitarle la creencia, al quitarle el “SI” que le vino dando automáticamente durante mucho tiempo, permite que sea vista su naturaleza.

Todas las opciones que vienen de una mente conectada con el pasado, vienen “cargadas” con una energía detrás de la cual

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saltamos, para poder salir de la energía en la que nos mantiene la preocupación. Buscamos una energía de alivio, de resolución, para que compense la del miedo.

Cambio la dirección de mi mirada, y en lugar de poner toda mi atención en buscar soluciones, observo la energía de la preocupación, y descarto todas las vías mentales que me dicen supuestamente qué hacer para resolver mis problemas.

Ahí comienza la Honestidad Bruta, cuando empiezo a ver verdaderamente qué me llevó al problema. Todo conflicto surge de una falta de honestidad con uno mismo. VEAMOS pues, de qué se trata en realidad nuestra mente y nuestra vida.

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DE CÓMO ABRIR EL TIEMPO A UNA EXPERIENCIA Y PONERSE A SUFRIR “AL PEDO”, COMO DICEN LOS

ARGENTINOS.EL DESDOBLAMIENTO DE LOS TIEMPOS VISTO EN

UNO MISMO

Muchos de ustedes habrán escuchado hablar de la Ley del Desdoblamiento de los Tiempos, del físico francés J.P. Garnier. Para los que no sepan nada de esta Ley, igualmente van a entender perfectamente este capítulo, porque si bien yo no soy científica y no les podría explicar en su aspecto físico con detalle en qué consiste, y para eso hay otras personas que lo pueden hacer mucho mejor que yo, lo que sí puedo hacer es enfocarles a que vean en ustedes mismos cómo funciona este asunto.

Es de suma importancia que podamos descubrir el increíble papel que tiene el tiempo en nuestra vida y en nuestro sufrimiento.

Primero de nada, imagínense, por favor, un pensamiento que tengan al que temen. Temen que suceda algo en lo que piensan, pero, fíjense a qué temen en realidad. ¿No temen en realidad al pensamiento que se produce ante ese determinado hecho? ¿No sucede que, cuanto más tiempo paso pensando en ello, más sufro? ¿No es cierto que el sufrimiento consiste en el tiempo

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que me paso pensando cuestiones en las que no me gustaría pensar, cuestiones que rechazo?

Esto es muy importante, de modo que si se quieren detener aquí un rato para observarlo en sí mismos, es el momento.

Insisto en la extremada importancia de que esto que acabamos de exponer no sea solo entendido, sino también VISTO, porque en el momento en el que es VISTO en el mismo instante en que se produce, entonces empieza a suceder algo sumamente transformador.

Vamos a poner un ejemplo. Supongamos que tengo miedo a quedarme sin dinero, a no poder pagar mis facturas. ¿Les suena este miedo? Seguro que sí ;). Bien, elijamos pues cualquier pensamiento que esté dentro de este ámbito, por ejemplo, el tan recurrente: “voy a ser pobre”. Cuando este pensamiento viene a

mi cabeza, lo primero que sucede es que yo le doy creencia, le

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(*) A estos planos de actuación los hemos numerado según la Perspectiva Universal del Desdoblamiento de los Tiempos, pues esta numeración y comprensión de planos es sumamente útil para que veamos en nosotros mismos muchas reacciones, y podamos ver a qué se deben éstas. Todo este asunto lo vemos con más detalle en el libro “Los Fotogramas Invisibles: La Observación y la Economía en Convergencia”. Igualmente, si no conoces este tema, vas a poder comprender perfectamente a lo que apuntamos en este libro sin la necesidad de conocer estos planos.

otorgo mi atención, mi energía (Plano 6).(*). Por tanto, estoy abriendo el potencial para que suceda la escasez. La energía que

le doy a un pensamiento puede ser en forma de miedo: “no quiero que suceda”; o bien en forma de deseo: “quiero que suceda”, en cualquiera de los dos casos estoy abriendo potenciales, estoy entrando en un ámbito en el que voy a experimentar algo a través de la energía como principal motor. Cuando es el miedo o el deseo el que me mueve, entonces es aquella energía la que está decidiendo por dónde voy. No es una decisión libre, por tanto, sino que la energía me arrastra a experimentar una determinada experiencia.

Toda experiencia tiene una lógica (Plano 5) a la cual yo le estoy dando mi validación, mi SÍ, mi creencia. Por ejemplo, en este caso la lógica que funciona en la escasez es: “si no encuentro un buen trabajo, me puedo quedar

en la calle pidiendo y pasar hambre”. Todo el mundo a mi alrededor ha dicho Sí a esa lógica, de forma inconsciente, por tanto, yo también digo Sí, primero porque es lo que me han enseñado, y segundo porque no conozco otra cosa. Es un comportamiento automático, reactivo. Lo que nosotros estamos

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haciendo aquí es cuestionarnos si verdaderamente eso es así, o si efectivamente existe otra cosa que vivir. Mientras estos comportamientos estén en lo inconsciente, nos van a dominar, pero cuando podemos mostrar a la luz lo inconsciente, empezamos a ofrecernos libertad, y para ello, lo más importante que podemos hacer es autosincerarnos, pues el “inconsciente” se constituye de aquello a lo que no queremos mirar, sencillamente, y cuando tomamos la firme decisión de observar sin temor allí, entonces, lo inconsciente empieza a hacerse consciente y a liberarse poderosamente.

En el momento en el que yo he dado validez y creencia a esa lógica, entonces estoy abriendo el potencial para que se proyecte una experiencia en mi vida que dé la razón a ese pensamiento. Se crea, por tanto, un diseño (Plano 4) para que yo pueda experimentar ese pensamiento: “voy a ser pobre”. Este diseño es una situación la cual va a terminar por proyectarse en el ámbito concreto, físico (Plano 1), en la que lo que me encuentro fuera, es un reflejo de mi creencia interna, es decir, un diseño que me permite experimentar que, efectivamente, ser pobre puede ser una realidad.

Mi mente (Plano 3), entonces, que le dio creencia a ese pensamiento que pasaba por ella, que le dio energía y dijo Sí a su lógica, empieza a tratar de buscar soluciones para ese problema

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que ella misma ha generado al decir Sí a ese pensamiento. La mente en este caso, actúa movilizada por las emociones (Plano 2) que generan todo este proceso, en este caso, se moviliza a buscar una solución por el miedo que siente y no quiere sentir. De nuevo vemos que es la energía la que dirige nuestra vida. Tratamos de salir de esa rueda de sufrimiento, que es el tiempo que mi pensamiento pasa buscando soluciones, a través de buscar soluciones. Lo cual es un enredo eterno del que no salimos nunca. Durante un tiempo, encontramos “parches” que calman por un rato nuestro miedo. “¡Encontré un trabajo!”, muy bien, te felicito. Ahí has calmado por un rato tu miedo, pero vas a tener que hacer muchas cosas que no quieres para no perderlo, para no sentir ese miedo del que tanto huyes. Por tanto, no hay ninguna libertad en vivir de esta forma. El miedo seguirá movilizándote.

El sufrimiento, por tanto, es el tiempo que el pensamiento pasa tratando de encontrarle una solución a un problema. De modo que, para poder salir de esa rueda de sufrimiento, tenemos que comprender el mecanismo que nos atrapa en mantener esa rueda de búsqueda de soluciones. Obviamente, desde dentro de esta rueda no vamos a verlo, igual que dentro del bosque sólo veremos unos cuantos árboles; sin embargo, cuando nos vamos a una colina a ver el bosque, entonces lo podemos ver completo. Por eso insistimos tanto en lo necesario de ver, no desde el análisis del pensamiento, que es

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precisamente el origen del sufrimiento, sino desde un lugar más amplio, con una mejor perspectiva.

En el momento en el que empezamos a ver todo el mecanismo, el propio mecanismo se va deteniendo, de forma que cuando viene un pensamiento ya puedo decirle No, ese No con el que comenzamos este libro, a darle energía y creencia y de esta forma se cierra, literalmente, el tiempo de experimentación de esa experiencia.

Cuando se empiezan a cerrar los tiempos de las diferentes experiencias que están en mi programación concreta, entonces se pueden empezar a abrir nuevos potenciales que no están en mi programación concreta (identidad, condicionamiento, herencia...etc.). Se empiezan a abrir, así, nuevas realidades para mí en las que sí tengo la capacidad de ser libre del miedo y del deseo. Pero para ello, primeramente, he de poder estar muy atento a los pensamientos que llegan, para poder darles un No que es sumamente creativo, y así cerrar un tiempo en el que voy a experimentar y sufrir “al pedo”, como dicen los argentinos, pues ya me cansé de vivir una y otra vez siempre las mismas cosas.

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DE CÓMO NO FUNCIONA LA Ley del Desdoblamiento de los Tiempos

Uno de los errores más comunes es creer que uno puede abrir y cerrar experiencias “agradables” o “desagradables” a su antojo personal y hacer así un combinado a la medida, con los deseos propios del programa.

Este mejunje selectivo es propio, por tanto, del mismo programa del que estamos hablando que ha de ser cerrado si uno quiere trascenderlo.

Por tanto, cerrar el tiempo en uno mismo implica, como ya dijimos en el capítulo anterior, cerrar los miedos, y también los deseos.

Se trata, en definitiva, de dejar de tener un “interés personal” para pasar a observar qué papel tiene un por naturaleza dentro de una globalidad.

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EL ESPACIO-TIEMPO ADECUADO

Cuando estamos identificados con un “personaje interno”, lo cuál no es más que dar credibilidad a una forma de ser y de actuar que nos identifica, entonces estamos transitando un espacio-tiempo que no es el que se corresponde con lo que somos verdaderamente.

Ese espacio-tiempo se basa en la experimentación de la “identidad falsa”, es decir, por ejemplo, me identifico con un personaje que trata de ser visto por los demás como alguien importante, alguien que triunfa. Entonces, voy a experimentar el espacio-tiempo correspondiente a ese personaje. En este espacio-tiempo tenemos la vivencia de las polaridades, es decir, exitoso-fracasado, en este caso; por tanto, voy a vivir una de ellas y ver la otra fuera, o voy a experimentar las dos.

Encontrar al personaje, darse cuenta con sinceridad de que estoy pretendiendo ser lo que no soy, me saca de la experiencia de ese espacio-tiempo para ponerme en el espacio-tiempo adecuado, el cuál no tiene conflicto puesto que la base del conflicto mismo se desarticula, que es la creencia en las polaridades del personaje.

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LA EXPERIMENTACIÓN LINEAL Y LA VIVENCIA SIN PROYECCIÓN

Esos espacio-tiempos que transitamos a través de la identificación con lo que no somos, podemos verlos en nuestra propia vida de una forma sencilla.

Son experiencias que duran un tiempo determinado y desarrollan una “idea base”. Si yo tengo una “idea base” de que soy una persona poco sociable, tímida, que me cuesta relacionarme, seguramente me sentiré incómodo en reuniones porque no sé qué decir. Es decir, tengo una idea sobre mí mismo “soy así”, de modo que cada vez que me reúno con otras personas, experimento las sensaciones incómodas que me hace sentir esa idea. La experiencia será una proyección de lo que yo veo de mí. Veré que la gente no me hace caso, no me relacionaré con nadie...etc. Hasta el momento en el que esa idea que tengo de mí mismo deje de estar en mi mente, seguiré experimentando situaciones bajo esa base.

La psicología sabe perfectamente que sucede eso, y lo que trata de hacer es cambiar esa idea por otra más positiva, para que las personas puedan empezar a experimentar situaciones en las que soy más aceptado.

En ambos casos, estamos validado una idea de mí mismo.

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Nosotros estamos apuntando a un vaciado de las ideas que tengo de mí mismo, y no a cambiar unas ideas por otras.

¿De qué forma se produce el vaciado de estas ideas?

Pues como ya venimos apuntando en los libros anteriores y seguiremos apuntando en éste, observando lo que me produce esa idea, tal y como es. Es decir, si me siento una persona aislada, a la que la gente no acepta, me siento excluido, voy a estar constantemente luchando para no sentirme así. Es ese luchar para no sentirse así lo que mantiene al personaje en activo, de modo que seguimos experimentando, mientras sigamos rechazándolo, esa vía espacio-temporal en distorsión.

Cuando miramos de frente a la vía en distorsión, la vía desaparece, de modo que nos permite abrir vías y posibilidades nuevas que, antes, al estar toda nuestra atención (ya sea por deseo, ya sea por rechazo) en esta vía en distorsión, no éramos capaces de ver las demás.

Ésta es la razón de que la Honestidad Bruta con uno mismo sea lo que va eliminando de nuestra vida las distorsiones. El encuentro entre un observador con identificación y esa proyección observada, el encuentro directo de ambos,

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produce el extraordinario encuentro que nos muestra que ambos son la misma cosa, que el que observa (el tímido) y la t i m i d e z q u e v i v o e n l a s experiencias que se abren por ella, son la misma cosa. Este encuentro de miradas elimina la distorsión.

Este encuentro de miradas elimina, por tanto, los personajes falsos y nos va mostrando lo que verdaderamente somos, aquello que está previamente debajo de las máscaras.

Por eso es importante insistir en que no se trata de que esos personajes elijan las vías temporales que más le convienen bajo su condicionamiento, sino más bien ir viviendo la disolución de estos personajes que desean para sí mismos, y empezar a contemplar la vía de vida original en uno.

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LA ESCASEZ Y LA ABUNDANCIA, VÍAS DE EXPERIMENTACIÓN EN DISTORSIÓN

Al igual que iremos viendo durante el libro con la “bondad”, la “abundancia” (entendiendo ésta como el conseguir lo que uno desea), es una distorsión que nos cuesta mucho aceptar. Todos buscamos sentirnos abundantes, sentirnos buenas personas... pero pocos hacen un impulso hacia ver que el mismo deseo de experimentar aquello, genera la experimentación de su contrario.

Siempre que pretendamos sentirnos de una determinada manera distinta a cómo nos sentimos, estaremos abriendo esas vías espacio-temporales de experimentación dual.

Si me siento escaso y no quiero sentirme así, voy a tratar de sentirme abundante. De esta forma estaré experimentando uno u otro polo en función de hacia dónde enfoco mis creencias.

Sin embargo, si yo me siento escaso y hago la exploración directa de esta sensación ¿qué sucede? ¿qué sucede en ese encuentro de observadores que se miran de forma completamente directa, sin tratar de esquivarse?

Es el momento de observarlo...

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DE CÓMO DEJAR DE HACERSE PAJAS MENTALES ACERCA DE CÓMO SOBREVIVIR

A la tan común pregunta: “¿Qué puedo hacer con mi economía?”, hago esta sugerencia como respuesta general.

-“Procura dejar de hacerte pajas mentales, lo antes posible, esperando que el universo te provea de la abundancia que te mereces, y más bien mira el cague que te entra cuando te imaginas una vida sin dinero. Permítete sentir ese miedo y sigue avanzando. Y no esperes que nadie te diga qué va a pasar después de sentirlo, porque ahí estriba parte del problema, que cuando alguien te dice que la armonía económica es el estado natural de tu ser original, la mente hace de eso una imagen que convierte en meta inalcanzable, en algo que perseguir, de modo que se pasa mucho tiempo esperando esa famosa armonía idílica, y nunca le llega.

Cuando hablamos de que la mente solo descansa cuando habita en el abismo de la incertidumbre, aclaro: El abismo es el abismo, no tiene caja fuerte secreta, no es un abismo con condiciones, no un abismo en el que voy buscando un trabajo mejor, no un abismo en el que retengo la idea de seguridad que me ofrecen los diez mil euros que tengo en la recámara de los ahorros, por si acaso... etc. Abismo es abismo. Mi mente no sabe ya cómo hacer para manejar mis asuntos económicos, en ningún caso, es un programa evolutivo obsoleto que no tiene respuestas para los tiempos en los que vivimos, o si no se han dado cuenta, observen

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las políticas económicas en el mundo que, evidentemente, no funcionan. La mente está obsoleta también cuando tengo un “colchón” al que aferrarme o un trabajito seguro y estable. Ese colchón y esa seguridad que me da mi trabajito, también son una distorsión.

No llega la armonía económica fuera si no tienes previamente armonía dentro (esto puede ser lo más importante de todo este texto), de modo que olvídate de que se te “resuelvan los asuntos económicos” ahí fuera, si no has resuelto tu locura mental interna previamente dentro. Y si se te resuelve tu economía en lo concreto externo, pero tu cabeza sigue siendo un caos en conflicto, no creas que has encontrado la gallina de los huevos de oro de la plenitud, pues la armonía real no funciona dejándote en conflicto en lo interno y arreglándote los asuntos materiales externos.

Así pues, mi sugerencia, a estas alturas, es que por un rato aunque sea, deja de ver vídeos, leer libros, pedir al universo, y tener esperanzas. Deja de buscar soluciones acerca del tema, y permítete ese encuentro entre tú y tus temores, con total y franca sinceridad, con la desnudez e inocencia de un niño.

Reconoce que nadie puede ser tu autoridad en tu vida, de modo que, aunque sea por un rato, descarta todas las ideas que has leído, todas las teorías y toda la espiritualidad que llevas bebiendo durante tanto tiempo. Descarta todas las imágenes que

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te has creado acerca de la abundancia y de un universo proveedor, y quédate con tu pequeña y doliente percepción de escasez. Obsérvala de frente, sin miedo a observar tus miedos. Solo sabiendo que tus miedos son tu más exquisito tesoro en este momento.

Descarta también estas palabras, haz que se desvanezcan en tu mente a medida que lees, y no permitas que se conviertan en una verdad a la que seguir, o en una mentira a la que despreciar. ¿Quién me da a mí el título o el aval de hablar con la verdad? ¿Quién te asegura que yo no estoy equivocada? Estas palabras son solo una sugerencia. Esto que acabo de decir y la percepción de lo que realmente sucede con tu economía, solo es posible que lo percibas por propia observación. Hacer un ideal de lo que otro te dijo y creer en ello, solo te va a llevar a la espera eterna...

No te digas: “Sí, es cierto lo que dices Laura, así lo vivo”, si tienes un atisbo de miedo dentro de ti, porque entonces aún no lo viviste. Es preferible ser humilde en esto, y siento ser tan directa, pero el tiempo lo precisa, y la mente está llena de autoengaño en estos temas.

Olvídate de pedir ayuda sobre cómo observar, porque eso se produce de forma única en cada persona, y para descubrir tu forma solo tienes que estar dispuesto a ello. Dejar ya esa estúpida idea de “yo no puedo, necesito ayuda, tú sabes más”, y comprender que en cada ser humano está el potencial de elegir.

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Nadie nació sabiendo hacer observación, pero algunos eligieron entregarse por completo a este abismo, y de ahí surgió el conocimiento, no antes. Podemos tender nuestras manos y observar juntos, pero si ponemos niveles y etiquetas y títulos de quién enseña a quien, entonces no podemos llevar a cabo la observación. Ser un solo Ser implica esto, no estatus de maestrías. ¿Se imaginan que el corazón se erigiera como maestro del hígado?

Paradójicamente, quizás estas palabras te ayuden, solo y solo sí, terminas descartándolas.

Y para cerrar, solo decirte que Te amo profundamente, ser humano, querido hermano. El tiempo está a tu favor, por eso, como última sugerencia: procura interrumpir lo menos posible con tu mente obsoleta, y permite que una nueva percepción se instale en ti”.

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Al principio, “cuando el niño era niño”, no tenía problemas. Se encontraba, quizás, con los problemas de sus padres, o con los i ncon v e n i e n t es d e l co l e g i o , d e l os amigos...etc. Los enfrentaba con la mente limpia, sin la memoria de las heridas que dejan las experiencias. Por eso, “cuando el niño era niño”, los problemas no se quedaban rumiando en la mente, sino que se iban resolviendo en el presente. Sin embargo, poco a poco, esas experiencias fueron quedando, esas heridas fueron dejando huella en la memoria del niño que ya no era tan niño. Así, fue construyendo un sistema de pensamiento que lo protegiera de heridas futuras, para que no le hicieran tanto daño como en el pasado. Así, con ese sistema de pensamiento previsivo, huía de lo que otro tiempo le dolió, y buscaba lo que le dio placer.

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Cuando el niño creció, fue buscando cada vez con más intensidad el placer, la aprobación de los demás, y alejándose cada vez más del dolor. Hasta que un día se dio cuenta de que su vida estaba prácticamente toda sumida en este sistema mental de protección. Vivía en el pensamiento, en el control, en el preveer... para esquivar el dolor.

Entonces el niño no tan niño escuchó por ahí eso de que la mente genera sufrimiento precisamente cuando busca protección, que es cuando descubre que l a m isma preocupación genera el problema, cuando empieza a descargarse de las pesadas mochilas de las heridas y las experiencias. Pero, una y otra vez, aquel sistema de protección le pregunta: “¿Cómo vas a

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enfrentar un problema de la vida, si no lo has previsto antes?” Alguien le habla de la seguridad de la incertidumbre, pero su mente solo quiere resolver problemas, solo se siente segura cuando ve que el problema está resuelto.

Así, la mente del que era niño se va agotando de buscar, de esquivar, de huir, de cambiar, de juzgar, de odiar, de ayudar... y en ese agotamiento extraordinario apoya su cabeza llena de sistemas de protección y de control. Apoya su cabeza, por primera vez, no en la idea de la incertidumbre, sino en la incertidumbre misma.

Entonces, el niño no tan niño empieza a dejar caer su muralla protectora, quizás por agotamiento, o porque entendió la paradoja. Así empieza a enfrentarse al hecho de que le

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digan loco, errado, distorsionado... a no tener la aprobación de los demás, a que no le digan lo bien que hace las cosas y lo correcto que es; empieza a permitirse sentir lo que es ser juzgado, atravesado por la mirada de lo que debería ser... .

Así el niño empieza a madurar; no por ponerse la máscara del disfraz perfecto, sino cuando abre la puerta a ser observado en sus errores.

Así, quizás, en algún momento empiece a disfrutar de la vida como un niño de verdad.

(“Cuando el niño era niño”, expresión perteneciente a un maravilloso poema de Peter Handke. Imagen de la película "Las alas del deseo")

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LA DISTORSIÓN DE LA “BONDAD ARTIFICIAL”

Como ya hemos dicho antes y hemos visto con la abundancia, la “bondad del programa” (aquí distingo, pues no quiero que se confunda con la bondad natural, ya iremos viendo sus diferencias) es otra de las vías de distorsión más complicadas de observar y, por tanto, más complicadas para disolver.

Cada persona tiene una idea particular sobre lo que es hacer lo correcto, lo que es ser una buena persona, en función de su educación, su religión, su ideología, sus padres, su colegio...etc. Cada persona tiene ideas distintas de lo que es “lo correcto”, y estas ideas, no solo son distintas, sino que muchas veces son contrarias, de modo que el mundo está lleno de conflictos gracias a que cada grupo (personas que se reúnen con las mismas ideas particulares de lo que es lo correcto), entra en conflicto con el resto que no piensa de la misma forma. Cada uno considera que lo suyo sí, lo suyo es verdadero, y los demás se equivocan.

Esta forma de pensar es, obviamente, una distorsión que no se sustenta más. Los conflictos entre las naciones nos lo están mostrando en pantalla gigante.

Mientras la humanidad tenga formas divisivas y contrarias de ver la realidad, de ver lo que es correcto, la humanidad estará en

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conflicto. Esto lo han visto muchas personas a lo largo de la historia, pero el gravísimo problema que tiene este VER es la actuación que viene después. Si uno ve que sucede esto y no se detiene a verlo en sí mismo, sino que sencillamente lo observa fuera, lo que va a tratar de hacer es crear unos Manifiestos de comportamiento universal, va a tratar de universalizar el comportamiento que él cree el adecuado y el correcto. Así se crean las religiones e ideologías que tratan de globalizarse lo máximo posible, convencidas de que si todos fuéramos iguales no tendríamos conflicto alguno. Aquí es el propio programa (cuarto plano) quien está tratando de poner una solución al conflicto que crea él mismo por su mera existencia: todos iguales, uniformados en el mismo pensamiento para no tener conflictos. Esta trampa insalvable es la que nos mantiene atrapados.

La cuestión más importante aquí, por tanto, es que cuando VEMOS fuera ciertas causas de los conflictos, no miramos dentro de nosotros, y con esa distorsión en lo interno vamos a tratar de resolver lo externo.

Este mismo problema recurrente ha sucedido una y otra vez a lo largo de la historia.

Es momento de mirar esa distorsión en la mente de uno y poder así empezar desde ahí a contemplar las nuevas vías de actuación

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que no surgen del pasado ni de la experiencia, sino del hecho mismo de vaciar de la mente las ideas parciales, divisivas y contradictorias que me mantienen en conflicto con quien no piensa como yo.

Pensamientos tan cotidianos como: “si vas a ese lugar tú te vas a sentir bien, pero yo me voy a sentir mal, así que, no vayas, hazlo por mí” , “no digas eso, que me haces sentir incómoda”...etc. son la base de esta forma de tener a la mente estructurada en unas ideas limitadas y limitantes sobre lo que es lo correcto. Todo lo que se sale de esos límites me chirría, me perturba, entonces, quiero cambiar al otro para que deje de hacer lo que hace y así mis pensamientos y emociones dejen de molestarme.

¿Qué tal si en lugar de querer cambiar al otro empezamos a madurar y hacernos responsables de lo que sucede en nuestro interior?

Les invito a hacer Honestidad Bruta con las mejores imágenes que tengan de ustedes mismos, con aquello que creen que es correcto.

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“BONDAD NATURAL” Y “BONDAD ARTIFICIAL”

A pesar de que es difícil en estos temas utilizar un vocabulario que no genere demasiado conflicto en la mente del que lo lee, utilizo estas “etiquetas” a modo de que podamos aclararnos los conceptos, de modo que les pido, por favor, no lo tomen textualmente.

Sin embargo, voy a ser muy escueta en este punto, pues es muy fácil distinguir ambas. La “bondad natural” no tiene interés personal alguno, es un acto que surge en un determinado momento, en una determinada persona, exento de los apremios del “YO”. Surge espontáneamente, o no surge. SI LA TRATAMOS DE BUSCAR, DE CULTIVAR, DE PRETENDER SER BUENOS, ENTONCES ESTAREMOS ENTRANDO YA EN LA “BONDAD ARTIFICIAL”.

El programa (cuarto plano) trata de IMITAR a lo Original, y por eso va a tratar de hacer esos actos de bondad por un interés personal: por sentirse bueno ante sí mismo, por aliviar su conciencia, por sentirse bueno ante los demás, por cumplir con las normas de una determinada religión o ideología, para no sentirme culpable si no lo hago, para sentir que hice lo correcto...etc.

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En fin, que la diferencia es tan evidente, tan obvia, que si no lo vemos, en este caso, más bien es que no queremos ver.

Observa, pues, cómo tus programas internos van a tratar de EXIGIRTE que hagas lo correcto; pero recuerda también que la bondad natural no puede ser una exigencia, ni puede requerir de un esfuerzo de los instintos, sino que ha de ser un acto completamente espontáneo y libre.

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DE CÓMO DESCUBRIR LOS SISTEMAS AUTOMÁTICOS DE COMPORTAMIENTO

RELACIONAL EN UNO MISMO: EL TEST DE “LA BUENA PERSONA”

Marca con una X las frases que alguna vez se te hayan pasado por la cabeza:

- Todo el mundo viene a mí a contarme su vida y sus problemas. - Como no me ocupe yo de las cosas... si espero que lo hagan los

demás se quedan sin hacer eh?- Yo siempre dando más de lo que recibo...

Si has marcado con una x 2 o más de estas frases, te felicito: eres oficialmente una “buena persona”. Sacrificado, haces las cosas por los demás, cumples con tus obligaciones de hijo, de padre, de madre, de hermano y de amigo... solo una cosita: ¿dónde queda en toda esta farsa tu verdadera identidad? ¿dónde estás tú? ¿dónde están tus verdaderos deseos, lo que realmente quieres hacer pero que tus “obligaciones mentales” te impiden?

Solo eso, nada más quería preguntártelo, por si no te has fijado nunca en que siempre haces las cosas buscando la satisfacción de hacer lo correcto e ignoras las verdaderas reacciones que salen de tu mente.

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Quería preguntártelo por si no te has fijado nunca en que internamente, pasas mucho tiempo enfadado con los que “lo hacen mal”. Por si no te has fijado en cómo juzgas a “los que lo hacen mal”, en cómo los miras, en lo superior que te sientes a su lado, en lo sacrificado que eres mientras ellos escurren un bulto que tú cargas a tus espaldas. En el desprecio con el que miras su irresponsabilidad.

Como ya dijimos en el capítulo anterior, si estamos tratando de ser buenos, pero estamos poniendo condiciones: “yo te escucho pero tú me tienes que escuchar a mí.” “Yo te ayudo pero, cuando lo necesite, tú me tienes que ayudar a mí” entonces tenemos que entender que estamos transitando un programa. No quiero decir que no tengan lógica estas aseveraciones, si quieres vivir así, adelante, pero es importante ver que se trata de un programa, y que la bondad natural no funciona de esta forma. Así que, puedes seguir actuando como un “falso bueno”, o bien puedes empezar a ver quién eres de verdad en todo aquel entramado de actuaciones falsas.

Honestidad bruta queridos amigos, es la que se necesita para observar la distorsión de la “bondad artificial”, para dejar de obedecer el cuento de los buenos y los malos, para poder manifestar lo que somos verdaderamente, más allá de las reacciones automáticas que nuestra evolución biológica nos ha llevado a desarrollar hasta su máxima expresión. Para madurar,

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en fin, para dejar se ser esos niños de pecho a los que una moral externa y esclavizante les tiene que decir lo que está bien y lo que está mal.

Sugerencia: solo observa. No tienes que dejar de ser bueno, o convertirte en malo, no tienes que cambiar, no tienes que comportarte de otro modo, no tienes que hacer más esfuerzos por dejar de sentirte tonto, no tienes que "espabilar" porque el malo te come la merienda, no tienes que ser despreciativo, o irresponsable; solo precisas darte cuenta y observar la distorsión de tu comportamiento. La observación que no pretende cambiar las cosas, sino solo descubrir, es una observación que transforma. Si VES esto, si ves que ese supuesto “buen comportamiento” es una distorsión, entonces una forma nueva de relacionarte nacerá sola. No eres culpable, nunca lo fuiste. Pero nunca se llenaron las piscinas con agua limpia sin vaciar el agua sucia y las hojas del invierno.

Es el momento, ya no hay excusas para seguir llevando una vida de autómata. Ya tienes las herramientas, sabes cuál es la verdad de tu situación. Solo es preciso que retumbe el SI.

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DESENMASCARANDO NUESTROS PROPIOS PERSONAJES

Muchos de nosotros, que hemos transitado diversas “corrientes espirituales”, hemos fabricado un curioso personaje durante un tiempo, al que llamo: Juez de Jueces. Como creemos haber alcanzado un estado de bondad aceptable para erigirnos en consejeros de los demás (por supuesto, yo me digo a mí mismo en esos tránsitos “no, yo no soy consejero de nadie”, pero serlo lo soy), entonces tomamos esta falsa pose como un “estar cerca de la iluminación”. Quizás, queridos amigos, nunca estuve tan lejos como en ese momento, si es que las palabras cerca o lejos sirven para estas cuestiones. En fin, el tema es que juzgo a los que juzgan, suelo hacerlo mentalmente, por supuesto, aunque también a veces me atrevo a decirle a otra persona: “no juzgues, no es bueno para tu salud mental”. Y cuando la persona que tengo delante me dice con mucha coherencia: “¿y cómo se hace eso de no juzgar? lo he intentado muchas veces, pero no me sale?”, yo le miro con condescendencia, porque aún está lejos de encontrar el camino de la verdad, y busco en mi cabeza, en el rastro de palabras sabias que he ido acumulando, una que encaje con esa situación. Hasta que la encuentro: “Matrix me sirve”, entonces, me hago el Morfeo y le digo: “No lo pienses, solo hazlo”.

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La verdad, la verdad de la verdad de la buena, es que la pregunta me ha dejado sin argumentos, porque efectivamente, ¿cómo se hace para no juzgar, cuando el juicio es algo que sale de forma automática? ¿cómo se hace para no temer, cuando el miedo sale de forma automática? ¿cómo se hace para no odiar, o no ser violento, cuando el odio y la violencia salen de forma automática?

Por supuesto, como todos nuestros personajes, éste intuye algo muy útil, pero lo utiliza en distorsión. Es decir, observar de forma neutra cómo odio, cómo juzgo, cómo temo...etc., es no entrar a darle credibilidad a todo aquello, no aferrarme a ello. Fíjense qué delgadísima línea separa este tipo de observación, del tratar de ignorarlo, de no querer mirarlo.

Cuando observo, miro bien mis instintos, pero no les doy validación. Cuando me hago el santo, estoy, en realidad, juzgando a mis propios instintos.

Si podemos observarnos en estos teatros de Broadway de la vida diaria y encontrarnos en ellos y reírnos de nosotros mismos, estaremos, como ya sabemos, de fiesta.

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EL SALÓN DE LOS ESPEJOS

¿Se acuerdan de esas atracciones de feria en las que entras, están llenas de espejos, y luego no sabes cómo salir? Bueno, pues más o menos eso pasa cuando alguien nos explica que la vida es un espejo, y nos liamos la manta a la cabeza con que todo lo que veo fuera lo tengo yo también.

En primer lugar, como ni siquiera lo veo, pero me lo he creído (primer error, empiezo por darle credibilidad a una idea), entonces, cada vez que veo algo fuera que no me gusta, voy a mirarme yo a ver si lo tengo también. Después, movido por la culpa y por una falsa humildad, trato de perdonarme por tener la violencia que vi afuera en mi vecino que, aunque no me la veo, igual me la perdono.

Vamos a ser un poco más claros en este asunto. Si yo veo violencia en mi vecino, ¿qué me salta a mí? quizás juicio: “uh qué violento!”, quizás miedo: “yo me voy, no vaya a ser que me lleve alguna”... etc. Ése es mi campo de observación: lo que ya es, no que tenga que buscar en las entretelas de mi mente algo que sea igual que mi vecino.

Quizás otra persona que me encuentre, temerosa de hablar, juez de sí misma y de los demás, sea quien me saque la violencia en otra ocasión.

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De modo que la confusión de los espejos puede ser un tránsito muy confuso y muy dirigido por una culpa en la que me siento responsable de todos los problemas del mundo.

Querido amigo, no eres el responsable de los problemas del mundo. El espejo que es el mundo actúa en su propia forma, no en la forma literal y lineal que tu mente espera. No es necesario que hagas ningún esfuerzo intelectual cuando ves algo que no te gusta; solo observa tus reacciones y sigue viviendo, no te juzgues, no creas que estás haciendo nada malo, solo observa y contempla tu propia transformación.

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DE LO QUE PUEDE PASAR CUANDO VAS ENTRANDO EN COHERENCIA

Cuando uno toma la decisión de ser sumamente honesto consigo mismo, empieza a suceder algo muy curioso: lo que en tu vida no está en coherencia, empieza a dejar de funcionar, -si es que antes funcionaba,- y directamente desaparece lo que no funciona.

Es decir, es probable que en algunos ámbitos de tu vida estuvieras apegado a un programa en, lo que solemos llamar, su polaridad positiva, y que éste, de pronto se ponga en su polaridad negativa. ¿Para qué? Pues para ver más fácilmente que se trata de un programa. Cuando las cosas nos van “bien”, no solemos tener ganas de salir de la programación, pero cuando empiezan a ir “mal”, ya me voy a empezar a preguntar cómo salir de ello.

A veces, que todo mi mundo se ponga patas arriba, es la primera señal de que la decisión de empezar a entrar en coherencia ha sido tomada.

Sin embargo, cada proceso y cada persona son únicos, de modo que es importante no hacer de estas indicaciones una norma. En cada uno de nosotros la entrada en coherencia se va produciendo con sus propias características.

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LA CULPA ESPIRITUAL

Puede ser que, entre el batiburrillo de los espejos y que te empieza a ir “mal” en cualquier asunto que emprendes en tu vida, lo que se te despierte es una sensación de “no valgo para nada” o “algo no estoy haciendo bien”. Por otra parte, como empiezas a tomar decisiones honestas, probablemente te tengas que alejar de seres queridos que te culpen de tus movimientos. Por tanto, uno puede observar así la tremenda culpa que siempre acarreó a sus espaldas y que no sentía, pues solía hacer todo lo posible para cumplir con las expectativas de los demás, y mantener la culpa a buen recaudo.

Como encima te has convencido de que todo lo externo es reflejo tuyo, empiezas a creerte el causante de todos los dramas que te rodean. Ahí entras en un entramado de culpa procedente del mismo programa del que estás saliendo, y este tránsito es muy importante pasarlo sin darle la fuerte credibilidad que te exige.

Esto que estamos haciendo aquí: describirlo, es algo extremadamente importante para que, si te sucede, te des cuenta de que es un tránsito del programa, y que la culpa es ese movimiento energético que el programa tiene para que vuelvas a comportarte según sus parámetros.

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Sugerencia: aquí de nuevo es sumamente importante recordar ese “No” sereno y neutro a los programas mentales, colocar la mente en un lugar de neutralidad y observar el tránsito, pues se trata de atravesarlo y no de huir de ello.

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LA DEUDA DEL HIJO PRÓDIGO

La culpa es una deuda, es la sensación de que “debí” hacer algo distinto. “Debí” hacer lo correcto, pero no lo hice. “Debí” darle más atenciones, no “debí” tratarle así...etc. Es la sensación de una obligación incumplida.

¿Sientes culpas?

Si las observas con total honestidad, si no intentas cambiarlas, si no pretendes dejar de sentirte culpable, ni tampoco convencerte de que no lo eres, entonces verás que esta observación original puede hacerle una quita a tu deuda.

Recuerda que cuando el hijo pródigo volvió a casa, le hicieron una fiesta.

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Descarta los caminos sin retorno del pensamiento, y no tendrás que recorrerlos en lo concreto de la vida.

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DE CÓMO A LAS IDEAS VERDADERAMENTE RESOLUTIVAS LES GUSTA VISITAR MENTES

LIGERAS DE PENSAMIENTO

-“Esto no debería estar pasando”, dice la mente.-Sí, pero está pasando querido/a, así que, mejor asumirlo cuanto antes.

Tu mente va a tratar de pasar por mil huidas del hecho en sí, antes de asumirlo. Va a quejarse, va a echarle la culpa a otro, va a encubrirlo, va a maquillarlo, va a negarlo, va a culparse a sí misma, va a tratar de encontrar una salida... etc.

Todos aquellos pensamientos son vías con un único sentido: alejarse del hecho para crear un problema en lo mental. Alejarse de la verdad, para crear un sufrimiento en lo falso.

-”¿Cómo hacer para conseguir más dinero, más clientes, un trabajo nuevo, una vida mejor...? ¿cómo hacer para resolver este conflicto? ¿cómo hago? dímelo tú”

Y cada vez que la cabeza intenta huir de lo que está pasando, buscando una vía por la que escapar, alimentamos el sufrimiento. La verdad es que no quieres sentirte escaso, no quieres sentirte tonto, no quieres sentirte inferior a los demás...etc, y para huir de ello comienzas una carrera inútil y dolorosa en el pensamiento.

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¿Qué sucedería si simplemente asumo esa sensación, por un instante, si la siento plenamente, por un instante, si me olvido de la carrera de pensamiento que está por comenzar, y solo me siento un inútil, tonto, escaso o avergonzado, por un instante?

¿Qué sucede si dejo de preguntarle a otro qué hacer y asumo que no tengo la más remota idea de por dónde dirigir mi vida?

SENTIRSE inútil por un rato, no es lo mismo que CREERSE inútil. Cuando el pensamiento entra en acción para huir de la SENSACIÓN, entonces entro a dar más y más validez a la creencia. Pero si de entrada le quito la creencia, si exploro solo el sentirme inútil como algo que no soy yo, puedo sentirlo en su plenitud y comprobar cómo el tiempo de experimentación se cierra en cuanto la sensación es observada en su totalidad.

El tiempo mental en el que nos quedamos transitando, es el sufrimiento mismo. Cuando podemos sentir esa situación incómoda durante un instante, el tiempo mental desaparece. Tenemos miedo a una situación porque nuestra mente va a generar un tiempo de pensamiento que nos hace sufrir, pero ¿qué sucedería si simplemente la sentimos en su totalidad en el instante que requiere para ello? ¿a qué temer entonces?

Solo ahí aparece una vía que verdaderamente soluciona las cosas; no porque tú la busques a través del esfuerzo mental, sino

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porque la vía tiene su propio proceder, y viene a su propia forma, porque a las ideas verdaderamente resolutivas les gusta visitar mentes ligeras de pensamiento.

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DE CÓMO FINGIR QUE UNO ESTÁ CERCA DE ESTAR ILUMINADO O FINGIR SER CONVERGENTE,

QUE VIENE A SER LO MISMO.

Uno no va a parecer iluminado ni convergente si:

-Critica a los gobiernos y sistemas económicos.

-Se enfada o protesta.

-No habla de paz y de amor.

-Publica fotos de animales asesinados.

-Se enzarza en peleas por el Facebook.

-Se la pasa en las Redes Sociales... etc.

Los sistemas de comportamiento siguen siendo sistemas, por muy maquillados que estén de pseudoconvergencia o pseudoiluminación. La persona despierta no es un conjunto de comportamientos establecidos, sino todo lo contrario, es una expresión natural de su esencia en el instante presente.

Es probable que la persona despierta no haga algunas de las cosas que hemos puesto en la lista, ciertamente, pero lo que sí es seguro es que ha pasado por permitírselas, éstas u otras, da lo mismo, en fin, permitirse sus propios errores.

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La paradoja, como siempre, es que si hago esto me siento un cacho perdido, pero si no me permito la verdad de observarme en esa pérdida, no me voy a encontrar nunca.

¿Cómo saber si estoy fingiendo un comportamiento convergente, o lo estoy realmente? Muy sencillo, si el miedo al ridículo, al conflicto, a ser atrapado en el error siguen latentes, si dejo de hacer o decir cosas porque no van a parecer dentro del sistema de actitudes avaladas por la teoría, si estoy juzgando a las personas que veo transitando aquellos errores, o me autoengaño y digo cosas como: “no, no lo estoy juzgando, cada uno transita su camino, allá cada cual, va sin carga, no es por criticar...etc.”, entonces hay un observador que finge un comportamiento convergente. Es muy común, es normal, no eres culpable de nada. Solo eres responsable de alimentarlo, como si fuera un Tamagochi, o bien puedes encontrarlo, sentir la vergüenza y el ridículo que el observador trata de tapar, permitirte tus propios errores, VER cómo juzgas la distorsión ajena y liberarte de las cadenas de uno de los sistemas de comportamiento más sibilinos de este proceso.

Cuando decimos que el Ser Original es inclusivo, es que es inclusivo; no es inclusivo con pena: “pobres, están transitando un error, ya despertarán”; no es inclusivo con exclusiones: “todos somos uno, menos tú”; no es inclusivo por condescendencia: “el otro está transitando un error y yo le tiendo la mano”. Sencillamente es inclusivo y punto. O ves al

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otro dentro, o lo ves fuera y lo quieres incluir, y haces un esfuerzo con tu observación para tratar de incluirlo. Si lo veo fuera, tendré observadores que lo están juzgando, o que lo están compadeciendo...etc. Ellos son la diana en la cual poner mi flecha de observación, es decir, MI PROPIA DISTORSIÓN. Después sí, de forma espontánea, puedo observar la inclusión. No antes.

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NO ME INTERESASí, por un rato no me interesa lo que dijo tal, o lo que dijo cual. No me interesan las palabras de los más grandes, ni de los más chicos. No porque crea que no son ciertas, no porque las desprecie o descarte; sino

porque por un rato, solo por un rato, voy a descubrir qué veo por mí misma y descartar lo que solo es un entendimiento mental, por muy amplio y agradable que éste sea, de las

palabras de otro... Así que, en ese estado prefiero guardarme de las palabras de otros, para ver sencillamente lo genuino que hay en mí, y descartar toda idea que me hice sobre lo que creí ver.

No me interesapor un ratito nada más, no me interesa.

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No eres perfecto, ni lo vas a ser jamás. Sí, ya lo sabes, pero sigues esforzándote

por perfeccionarte. Quizás, y solo quizás, sea que en el

descanso de aceptar aquella imperfección es donde descubrirás lo perfecto que es todo.

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DE CÓMO PONER LOS PIES EN TIERRA FIRME

La transformación de la que estamos hablando no puede ser algo idílico, utópico, algo que no confluya con la realidad que estamos viviendo. Por eso, cuando hablamos de inclusividad desde aquí, lo hacemos porque escuchar aquellas opiniones que no consideramos lo suficientemente “espirituales”, o convergentes, o sabias...etc., es realmente uno de los alimentos más valiosos para una transformación sensata y concreta del ser humano, en convivencia y comunión real y concreta con el medio que le rodea.

Una tendencia muy común es hablar de la transformación como un ideal, por ejemplo, en el que no existe la enfermedad, los políticos son meros intermediarios, no es preciso defenderse de nada...etc., pero uno tiene que ser sensato a la hora de ver lo que le rodea. Las personas tiene enfermedades, son acosadas, robadas, pasan hambre...etc. Cuando una persona en esta situación protesta, se queja o hace algo pensando que lo externo va a cambiar por su movilización, existe una tendencia muy común en la persona que empieza a transformarse, que es hablarle en ideal de que todo es proyección de uno, que el peligro que ve ahí fuera no existe, que es proyección propia...etc.

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Para mí, en estos casos, es mucho más asertivo escuchar profunda y atentamente la opinión de esta persona, pues quien se encuentra en esta situación, difícilmente va a ver de entrada que toda aquella carga que está sufriendo tiene una raíz en sí mismo.

Escuchar con atención y observando en uno mismo las reacciones que se producen, normalmente el intento de cambiar la opinión del otro, es ya en sí mismo una gran ayuda y, además, produce en mí una mayor visión del hecho, me permite ampliar mi mente para, si es preciso, darle unas palabras más precisas que las que salen de mi intento de enseñarle, de instruirle o de cambiarle de opinión.

De hecho, si me encuentro esa situación en lo externo, justamente ese personaje que me salta, que trata de hacer un discurso con los ideales y trata de enseñarle al otro, es un personaje que no VE, que no VIVE de forma completa y plena lo que está diciendo, y por eso sus palabras, desde ese lugar, no producen ninguna transformación.

Sugerencia: podemos tomarlo al revés, no soy yo el que le tengo que enseñar a él, ni cambiarlo, sino que mejor escucho con total atención lo que el otro me dice, y permito que ese personaje que salta en mí por impotencia, con ganas de cambiar el mundo, con ganas de poner un ideal utópico a la vida, sea observado.

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Mejor comprender que el otro me está ofreciendo una ampliación de mi perspectiva, y que si aprovecho para observar mis propias reacciones automáticas en su presencia, ambos saldremos altamente beneficiados.

Así podemos ir observando a ese cuarto plano de los programas que diseña nuestra vida, y desarticulando estos diseños para permitir que la lógica original que nos pertenece, sea la que genere nuevos diseños originales para una vida en libertad.

En ese cuarto plano está, pues, el personaje del que hablamos, que quiere cambiar el mundo cambiando a los demás, que tiene todos los ideales de un mundo convergente, un mundo en paz, pero que él mismo no está en paz. Hemos de poder observarle en acción, en su salsa, y detectarlo como distorsión, para que pueda ir disolviéndose.

La mayor dificultad en este punto es que, si no estamos atentos, este personaje no es tomado como una distorsión, sino como lo que soy. Por eso es importante entender bien lo que estamos haciendo aquí, que es ofrecer una visión de la distorsión de estos personajes, para que podamos detectarlos muy fácilmente y salir de la creencia de que somos eso.

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Cuando escuchas una verdad y la dejas en el estanco de las creencias, para hablar de ello tendrás que repetir las palabras de aquellos

a quienes se la escuchas.

Es un paso, pero no te quedes ahí, sigue avanzando...

Porque cuando escuchas una verdad y la

sueltas, la dejas en la gracia del “no sé”, la observas, la vives...

permites que esa verdad te transforme...entonces...

comenzarás a hablar desde un lugar que siempre es nuevo, con las palabras que desde

él salen solo para ti.

Así empezarás a aportar al mundo aquello que solo tú puedes mostrarle.

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DE CÓMO LO QUE EN UN PRINCIPIO PARECE DIVIDIDO, AL CAMBIAR LA PERCEPCIÓN UNO VE

QUE SOLO ERA UNA “DIVISIÓN COMPLEMENTARIA”

Toda la vida ha sucedido algo repetitivo: alguien muestra una verdad original, entonces surgen personas que siguen a esa persona. De aquel grupo surge, poco a poco, una división de la cual es tremendamente importante que podamos comprender su estructura en estos tiempos, pues refleja en lo externo lo que sucede en la mente de quien ha puesto como autoridad a ese “otro”.

Del acto de poner como autoridad a otra persona en los asuntos de la propia transformación, surge el movimiento dual, pues todo acto que está basado en un movimiento que va hacia lo externo, entra en la dualidad.

Si mi autoridad para la transformación interior es alguien externo, entonces ese movimiento, al ser contradictorio generará, por un lado, obediencia; y por el otro, rebeldía. Así ha sucedido siempre, que en los grupos de seguidores surgen personas que siguen al “líder” y personas que lo contrarían.

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El movimiento energético es el mismo en ambos casos, ambos comportamientos comparten, digamos, el mismo lugar de observación, uno en una polaridad, otro en su contraria.

El obediente tiene la tendencia a creer que está del lado de la verdad, que es el “bueno”, digamos, o bien que hace lo correcto y el otro se equivoca; y el rebelde tiene la tendencia a creer que es libre, que los demás son ovejas corderas y que él, afortunadamente, ha salido de la manipulación y ha entrado en el camino de la verdad.

La distorsión más extrema de esto la podemos ver, quizás, con el cristianismo, con una Inquisición que mataba a personas convencida de estar siguiendo los preceptos de Cristo.

En estos tiempos en los que hay una cantidad muy grande de movimientos espirituales, es muy importante que comprendamos bien, en uno mismo, la estructura de esta distorsión, pues en ambos casos estamos transitando un camino que no tiene libertad en absoluto.

Por un rato, olvidémonos de lo que hacen los demás, si Fulanito o Menganito son senguidores de Zutanito. No. Sencillamente voy a observar qué hago yo.

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Uno tiene que poder darse cuenta de en qué forma, en su mente, ha colocado como autoridad a otra persona, teoría, movimiento...etc. Cuando uno lo ve, puede tener el impulso de ponerse en contra, de modo que ahí aún no he dejado de tener como autoridad a ese alguien externo, pues sigue siendo mi referencia, aunque sea para luchar. Si puedo observar también, sin identificarme con ello, ese movimiento de rabia, entonces habré podido explorar las dos polaridades de aquella distorsión.

Seguramente veré fuera, en lo concreto, en otras personas, que unos están obedientes mientras que otros están rebeldes. Cuando observo en mis propios pensamientos a los obedientes y a los rebeldes, puedo comprender que esa aparente división es complementaria en realidad, pues la una está generada por la otra, y si no doy fuerza ni energía a ninguna de ellas, puedo salir de los juegos de autoridades.

Solo así puedo comenzar a ver por mí mismo, a observar desde el vaciado, a escuchar las palabras de otro sin caer en la trampa de ser un seguidor o de despreciar esa extraordinaria sabiduría.

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DE CÓMO PODER VER LAS PROPIAS DUDAS ACERCA DE LAS IDEAS CONVERGENTES

Mientras tus ideas idílicas no sean más coherentes que las ideas que proponen aquellos a los que ves distorsionados, entonces, serán simplemente ideas utópicas.

Por ejemplo, tú intentas convencer a alguien que trabaja en una ONG, que lo que está haciendo no sirve de mucho, que haga mejor una transformación interior. Esa persona no puede ver lo que tú le estás diciendo, y te plantea: “Sí, muy bien, y mientras yo me transformo la gente se muere de hambre. Cuando yo voy a llevarles la comida, al menos, ese día pueden sobrevivir”. Durante un tiempo, tus “ideas” de transformación serán simplemente ideas aéreas que necesitan ser traídas a lo concreto, y por eso se encontrarán con este tipo de preguntas o aseveraciones, completamente legítimas y coherentes. Yo no veo más que pobreza a mi alrededor y quiero hacer algo para acabar con ello, pues no veo más opciones. En esos casos, si mi idea no es algo VIVO, que transforme por sí mismo, voy a tener que hacer un esfuerzo por convencer al otro de algo que va a sonarle mucho menos coherente de lo que suenan sus palabras.

La “idea” convergente, digamos, es esa idea que empieza como intuición, que me dice que es posible, que existe la posibilidad de hacer algo distinto para transformar las cosas. Pero esa idea

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tiene que ir “bajando”, digamos, hasta lo concreto para que se pueda llevar a cabo. Uno de los principales inconvenientes es que muchas veces estas ideas se quedan en el plano mental en forma de creencia, y ahí se cristalizan de forma que terminan siendo pasto para debates intelectuales.

Si permitimos que queden sueltas en el plano mental, entonces es cuando podemos empezar a ver, si la idea es convergente de verdad, que se hace algo VIVO.

Soltar la idea en el plano metal implica también observar la propia distorsión y dejar de ver al otro como algo ajeno, alguien que está en una ONG porque “no ve lo que veo yo”; sino que vemos la aparición de aquella persona como la expresión de un observador propio que tiene aún esas dudas, lo cual es completamente normal y cuerdo, entonces puedo observar mis propias dudas, mis propias limitaciones a la hora de explicarle a alguien esto tan grande que empiezo a intuir.

Es tan grande, tan exquisito y tan arrollador esto de lo que estamos hablando, que tratar de convencer a otro es una total y absoluta pérdida de tiempo.

Por supuesto, todos o casi todos hemos caído en esa trampa, lo cual nos ha servido para darnos cuenta de la importancia de que el proceso vaya por su propio cauce.

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Cuando observamos a los observadores que proyectan aquellas vías, aquellas vías son transformadas y, digamos, que es como si se abrieran nuevos potenciales que antes estaban cerrados para nosotros, de modo que nos encontramos directamente en una vía nueva de experimentación.

Ese transformar modifica el entorno de forma que lo que antes era una idea imposible de poder expresar en un entorno concreto, ese movimiento de transformación abre un camino para que aquella idea sea entendida, pues modifica todo el contexto en lo abstracto.

Sugerencia: No te esfuerces por convencer a otro con tus ideas, más bien observa en ti las trabas y las dudas propias, y entonces podrás encontrar después un camino abierto por el que la idea puede entrar.

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¡QUE SE CAIGA EL CAPITALISMO!

- “Quiero que pase algo, que algo gordo se mueva en el mundo para que nos demos cuenta de que esta forma de vida no puede ser”

Es probable que alguna vez se te ha pasado por la cabeza una frase como ésta. Lo que sucede verdaderamente con este pensamiento es que quiero que pasen cosas a nivel general, porque si solo me pasan a mí y no le pasan al resto, me provocan sufrimiento. Necesito que el entorno externo me eche una mano, porque siento que voy a contracorriente de todo lo que me rodea.

Esta idea, por tanto, viene a la mente cuando necesito de algo externo para mi estabilidad. Este tránsito es, posiblemente muy necesario. Atravesar un momento en el que no soporto que los demás no se muevan, que los demás no hagan nada, en el que siento que mis movimientos son muy pequeños, que necesito de más gente que apoye lo que yo veo, que se den cuenta ya de que el mundo, así como está, no va.

Porque si me arriesgo yo solo a vivir de otra forma, puedo equivocarme, mientras que a los obedientes, a los que siguen todas las normas del programa, les va “bien”. Y a mí, que he tenido la valentía de “salirme del programa”, me va “mal”. Todo

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esto que describo aquí, es lo que suele pasar por la mente de una persona que está en este tránsito.

De nuevo, lo describo para que podamos ver la distorsión del personaje. En cuanto lo detectamos como una distorsión (lo cual no quiere decir que lo que dice ese pensamiento no tenga sus razones, de hecho, todos los personajes tienen razón) entonces podemos sencillamente observarlo como algo que no somos, y así podemos permitir su transformación.

Este personaje salta cuando siento que mi vida tiene que cambiar, pero aún tengo dudas y he puesto condiciones a mi proceso. Entonces espero que algo externo me ayude a dar ese paso, pero es justamente lo contrario lo que me transforma, es decir: decir SI, doy un paso adelante, aunque nadie me acompañe, aunque el resto siga pensando que la vida es así, y hay que aceptarla tal y como es, de igual modo, YO VOY A POR TODAS. Es en ese momento que empezamos a marcar la diferencia de nuestro proceso.

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INCORPORACIÓN DE VALENCIAS POR LA OBSERVACIÓN DEL “ERROR”

Una mente acomodada a ver las cosas a través del cristal de correcto-incorrecto, tiende a actuar siempre de forma sistemática, alejándose de lo segundo y tratando de perseguir lo primero.

Pero algo extremadamente curioso va sucediendo durante el proceso, y es que uno empieza a incluir el potencial que va detrás de la supuesta “incorrección” de otra persona.

Por ejemplo, cuando miramos desde una percepción particular, veo a otra persona que está alardeando de sus talentos, de sus logros...etc. y yo puedo tomar un pensamiento de crítica que salta en mi cabeza, me monto en él y comienza la rueda de pensamiento:-”Será engreído... qué poco humilde... ¿y no se da cuenta que queda como un estúpido?” bla, bla, bla (ya conocemos todos ¿verdad?)Bien, si yo aprovecho para observar precisamente a este pensamiento, no analizarlo ni nada de eso, sino simplemente dejar que el pensamiento hable mientras yo lo observo, observo también la carga con la que sale, la energía que me empuja a querer criticar más y más, entonces sucede algo increíble. Ese pensamiento, al no tener la fuerza que precisa para desviar

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nuestra atención, empieza a desvanecerse, y yo puedo empezar a ver a la persona que tengo en frente con su potencial, un potencial extraordinario que, por solo observarlo, empieza a activarse en mí. De hecho, uno empieza a comprender que el encuentro con aquella persona traía un maravilloso regalo envuelto detrás de la “soberbia” y que, obviamente, era un encuentro necesario.

De modo que, aquellas “incorrecciones” en el otro, hacen que nuestro pensamiento se suba en un vehículo que nos aleja de nosotros mismos; o bien, si aprovechamos para ver nuestra carga, nuestra propia “incorrección”, son entonces puertas que nos conducen a una expansión de nuestra percepción.

La bisagra es decidir en un instante si me quedo aún enganchado a la crítica (muy adictivo, todo hay que decirlo), al tener razón...etc., o bien me abro a una nueva percepción más amplia de la vida.

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EL CUESTIONAMIENTO DE LAS IDEAS CRISTALIZADAS

Es un ejercicio muy vivo, cuando ya estamos en un punto del proceso en el que no estamos analizando las cosas mentalmente, sino simplemente observando, que podamos cuestionarnos las ideas que tomamos por ciertas de siempre. Por ejemplo:

-”Ya eres lo que buscas” “tú eres el Ser Original” ”todo es perfecto” "todo el tiempo es ahora"...etc.

Bien, si tienes la percepción VIVA de esto, si lo ves por ti mismo sin necesidad de que ninguna otra persona en el mundo tenga que avalarlo, perfecto; pero si no la tienes, entonces cuestiónate esas aseveraciones que has tomado por ciertas, porque quizás las hayas convertido en ideas cristalizadas, en creencias.

Cuestionar no quiere decir que las niegues, ni que entres en una duda intelectual, ni mucho menos, solo que las dejes en la incertidumbre, que dejes de tenerlas en el armario de la creencia, que le abras la puerta y permitas que la idea se cocine sola en alimento, o bien se desvanezca si no es real.

Por ejemplo, el extraordinario encuentro con la idea: “todo el tiempo es ahora”, puede pasar por dos vías:

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-Una, la tomo directamente por cierta, entonces me la creo y baso mi transformación en que CREO que eso es cierto.-Dos, me asombro con la idea porque es alucinante, me mueve los cimientos de mi vida y entonces, la tomo para explorarla, no p a r a a n a l i z a r l a m e n t a l m e n t e , n o p a r a i n v e s t i g a r intelectualmente, no para someterla a juicio, ni para demostrarla científicamente; sino sencillamente la tomo y la exploro, suelta, sin la intervención del pensamiento.

Con la primera forma, necesito a la persona que me confirme que “todo el tiempo es ahora”. Coloco a esa persona en un lugar en el que se convierte en mi autoridad. Si esa persona de pronto me dice que se dio cuenta que no, que es mentira, me hunde las bases de mi transformación, porque yo había confiado en que me sucediera lo mismo, y había confiado en esta idea inicial ciegamente.

Es muy importante aquí que nos demos cuenta de que la idea "todo el tiempo es ahora", por ejemplo, no es la persona en sí, pues esta última es meramente un transmisor de la idea. Nuestro objeto de exploración pues, ha de ser la idea en sí.

Estas mismas palabras, por ejemplo, a cada uno de los lectores le llegarán de una forma distinta. Si lo que se está diciendo aquí es cierto, entonces lo podrán ver por sí mismos, de modo que mi sugerencia es que se olviden de mí, y que se queden

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sencillamente en la observación propia de lo que estamos apuntando.

De esta forma, lo que va sucediendo es que la misma idea va abriendo mi percepción, me va permitiendo ver la viveza y realidad de la misma.

Así, cuando uno va viendo que verdaderamente todo el tiempo es ahora, no necesita de nadie que le avale aquella percepción, porque la está viviendo, lo VEO.

De modo que, hasta que no vemos de qué forma estamos sujetos a una autoridad externa, podemos vernos navegando en un barquito pendular que se mueve en función de cómo decidió Eolo soplar el viento ahí fuera.

Cuando uno tiene activa esta estructura de obediencia, suele actuar teniendo en cuenta, previendo, las actitudes ajenas. En este punto hay que ser sumamente cuidadoso y sumamente lento mentalmente para poder detectar a esos pensamientos automáticos que nos cierran caminos constantemente. Por ejemplo, voy a decir algo ante un determinado grupo de personas que tienen una idea, y me acomodo por temor, o me acomodo porque estoy esperando la validación de ese determinado grupo, me acomodo para no cometer errores, para no quedar en ridículo, o para buscar su aprobación.

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Si esta estructura es difícil de observar para cualquiera, más difícil se hace aún cuando estamos posicionados en la rebeldía, convencidos de estar haciendo “el propio camino”. Al rebelde le cuesta un poco más ver sus temores, pues éstos suelen estar tapados por la rabia o la soberbia. Le cuesta ver cómo obedece, y cómo teme, porque siempre hace lo contrario de lo que le dicen. Por tanto, está actuando en referencia a lo que le dicen, y lo hace para no sentir el temor de la realidad de su vivencia, que es que necesita a un “otro externo” que le disgusta ampliamente. El rebelde en realidad, tiene un pensamiento parecido a éste: “yo quiero lo mismo que tienes tú, y si no me lo das, si me excluyes de tu exclusivo grupo, entonces lo conseguiré yo por mi cuenta.” Pero básicamente, quiere lo mismo que tiene el otro, por tanto, tiene su referencia en el otro.

Es tan sumamente fino el hilo que me posiciona en la vía de Ser lo que Soy, que creo importante detallar aquí estas “autotrampas” que nos generamos a esta parte del proceso, para que podamos estar atentos a ellas.

En esta instancia cabe resaltar de nuevo que no es preciso hacer nada, sino solo VER, solo descubrir cómo mi mente busca contentar un pensamiento de los demás, cómo busca ser aceptada y validada, cómo pone a alguien como una autoridad,

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cómo se acomoda y entra en vías en las que sabe que va a ser aceptada y cierra vías en las que cree que puede ser acusada.

Una vez veo cómo me condiciona la mirada de los otros, puedo ver que los otros tienen una autoridad sobre mi pensamiento. Es sumamente importante aquí que podamos explorar la obediencia y nada más, sin pretender cambiar nada, ni hacer esfuerzo alguno por dejar de ser obediente; es de la exploración quieta y silenciosa de la verdad que somos, con honestidad bruta, que llega la transformación.

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NO HAS REINVENTADO LA PÓLVORA

Durante algún tiempo puede que creas que lo que has descubierto tú es algo único: ideas “nuevas” para un “mundo mejor”. Ten en cuenta que la mayor parte de las ideas que se pasean por tu mente, ya se le han ocurrido antes a otro. Hoy en día muchas personas toman las ideas revolucionarias como si fueran muy novedosas, pero siguen el mismo impulso que han venido siguiendo durante toda la historia.

Lo verdaderamente creativo no aparece en los impulsos de una mente llena de necesidades, miedo, expectativas y deseos, que actúa reactivamente para solucionar; sino de una mente que se ha vaciado de todo aquello y no pretende solucionar nada. Ese vaciado es un acto absolutamente transformador en sí mismo, y después, los actos concretos que salen de ahí, siguen siéndolo.

Antes de que salgan este tipo de acciones nuevas, el programa (cuarto plano), va a tratar de enviar todo tipo de ideas supuestamente muy creativas a tu mente, para que hagas “algo”, pues estás deseando hacer “algo”. Sin embargo, en este punto, tú sabes perfectamente que esas ideas aparentemente “nuevas” no tienen nada de nuevo. Tienen un gusto a pasado que no puedes obviar. Quizás te atrapen porque tienes una gran necesidad de actuar, pues la mente no quiere “morir” a los programas, o quizás te atrapen porque tienes miedo a no

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sobrevivir si no haces “algo” con urgencia. No importa, porque aunque te atrapen por un rato, si tu proceso es genuino y tienes honestidad bruta, te darás cuenta rápidamente de que estás enganchándote a esas ideas por necesidad.

Sugerencia: Cuestiona tus ideas más “brillantes”, mientras éstas vengan acompañadas de deseos, expectativas, excitación y promesas de mejorar el mundo. Las ideas verdaderamente brillantes son de un carácter más bien sereno y nacen con y desde la sencillez.

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DE CÓMO PASAR DE SER “MAESTRILLO”, CONSEJERO ESPIRITUAL O LORO DE REPETICIÓN

DE OTROS MAESTROS (que viene a ser lo mismo), A SER UN APRENDIZ TRANSFORMADOR LA MAR

DE CONTENTO.

Pues así, muy fácil, con disposición a ello. ¿Que mi amigo/paciente/cliente viene a contarme que se siente una mierda, que no vale para nada, que cualquiera es más que él...etc.?

*Si lo primero que se te pasa por la cabeza es decirle lo mucho que vale, OBSÉRVATE y espera un cacho.

*Si lo segundo que se te pasa por la cabeza es contarle que todo es parte de su proyección, que él es el Ser Original expresándose en lo más pequeño de lo concreto y que no tiene que preocuparse de nada, OBSÉRVATE y espera un cacho.

*Si lo tercero que se te pasa por la cabeza es poner cara de maestro tierno y compasivo y mirarle con ojillos de Amor Incondicional, en silencio porque tú sí le entiendes y le amas, OBSÉRVATE y espera un cacho (quizás un cacho más en esta instancia, por eso de que cuando estamos más cerca de la imitación de lo original es donde más peligro tenemos).

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Llegados a este punto, si has estado tan atento a descartar todas tus máscaras en la conversación, entonces: “¿A tu amigo quién le escuchó?” Pues eso, que lo primero de lo primero es escuchar a tu amigo, y que es perfectamente compatible escucharlo con autobservarte. Es más, cuando empiezas a observar el ruido de tu cabeza mientras otro habla, el ruido cada vez se hace menos ruido y tu cabeza queda más silenciosa y disponible para escuchar al otro.

Las acciones que surgen para con tu amigo después de este vaciado mental propio, serán las más genuinas y honestas que hayas tenido alguna vez con él, y más aún, lo que en lo invisible se mueve en una conversación así, es infinitamente más extraordinario que los actos y las palabras.

Por eso, cuando tenemos delante alguien que consideramos que lleva una “vida común”, ajena a todos nuestros intereses de transformación, antes de verlo desde la perspectiva de Maestrillo, de apóstol con la misión de mostrar esta VERDAD al mundo, de tratar de meterle a calzador tus ideas convergentes, mejor tómalo como que eres un Aprendiz ante esa persona a la cual te va a ser absolutamente imposible decirle algo que ella entienda en tu lenguaje, no porque tenga menos entendimiento, sino porque no le interesa aún un carajo. Así que, deja de hacer el ridículo enseñando, y aprende de aquel de quién jamás te esperas que tuviera algo que enseñar.

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Y sobre todo, date cuenta de que no eres culpable de creerte un maestrillo, no te juzgues, más bien míralo con cariño y ternura, ríete de él si puedes, porque en cierto punto, todos llevamos un maestrillo dentro al que observar, que tiene la pasión necesaria y el ímpetu para ponerse a buscar y buscar con ansias espirituales todo lo que siempre tuvo delante. Es el hacedor del viaje.

La "mariposica", como le dice al alma Teresa de Jesús y como a mí me gusta llamarle tiernamente a mi maestrilla interna, solo tiene sed de libertad.

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CUESTIONARSE NO ES DUDAR; SINO DESABROCHAR LAS CREENCIAS

Cuestionarse no es dudar, ni negar, sino simplemente “descreenciar” una creencia, quitarle la creencia que le di porque intuía que sí, o porque lo dijo alguien en quien confío.

¿Por qué le estamos dando tanta relevancia en el libro a cuestionarse? Pues muy sencillo, porque si no me cuestiono la lógica que tengo ahora, no dejo espacio a la lógica previa disponible para todos. Este cuestionamiento no ha de ser un análisis, ni un esfuerzo intelectual, sino más bien una observación amplia, sin esfuerzo alguno. Ese cuestionamiento produce descanso y libertad, mientras que el “cuestionarse” al que estamos habituados con la mente, es un preguntarse que no hace más que enredar a la mente.

Cuestiónate la existencia de un Ser Original incluso, si no lo VES en ti como algo vivo.

Cuestiónate todo, descreencia todo, especialmente aquello en lo que más has puesto tu atención.

Suelta todas las ideas y déjalas cocinarse solas. DESABROCHA la creencia y la idea.

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Las ideas que vienen de esta lógica previa que estamos intuyendo, que es global y convergente, vienen de ese quinto plano de la lógica. Nuestro plano mental (plano tres) es el que da creencia (53), o bien, la suelta (35), para ello es importante poner a la mente en ese estado de soltura y neutralidad (30)

Cuestiónate las esperanzas que has puesto de realizarte porque otro se realizó y te ha dicho que siguiendo unos pasos tú alcanzarás lo mismo. Por muy cierto que sea aquello, si basas tu transformación en la esperanza de alcanzar una meta, te verás sumido en una rueda interminable.

No se trata de lo que el otro te dice, sino de CÓMO TÚ TOMAS LO QUE EL OTRO TE DICE. Si yo lo abrocho con la creencia, aquello que me han dicho no sucederá nunca; sin embargo, si lo dejo completamente suelto, podré ver la verdad que intuía y que era aún incapaz de explicarme por qué me movilizaban tanto aquellas ideas.

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HONESTIDAD BRUTA NO ES JUICIO U OPINIÓN BRUTA

La Honestidad Bruta es un ejercicio con uno mismo, una observación que básicamente se inicia en la raíz de los pensamientos, que observa la energía primera que impulsa a tener pensamientos reactivos.

Es importante no confundirlo con decirle a quien tengo delante las “opiniones” que se me pasan por la cabeza sobre él/ella, por muy “meditadas” que éstas estén, pues ahí ya me salté el primer paso básico: observar mis opiniones. Una vez que las observo, las estoy liberando de la carga de juicio, de interés de ayuda, o de querer cambiar al otro.

Tengamos en cuenta que el cerebro está lleno de programación en estos aspectos, por lo que muchas veces nos van a salir nuestras propias opiniones cargadas en primera instancia. De ahí que la observación con honestidad de las mismas sea nuestro objeto principal de trabajo.

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-¿Qué puedo hacer para abrir mi percepción?-Observa el deseo que tienes de abrir tu percepción. Ese “quiero más” en lo espiritual, es el mismo “quiero más” de lo material. Así, cuando el deseo se va, se abren las perspectivas.

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Si no vas a reconocer tu verdadera situación ante los demás, al menos reconócetela ante ti mismo.

No es necesario que vayas por ahí informando a la gente de que sientes vergüenza, de que tienes menos dinero del que

aparentas, menos éxito del que cuentas, que te sientes tonto muchas más veces de las que lo desearías...etc.; pero si vas a

fingir ahí fuera, ten cuidado de no terminar creyéndote tus propias mentiras.

Quien se esfuerza por parecer inteligente, exitoso, valiente, diferente y seguro, suele terminar siendo visto exactamente

como lo contrario.

La vida es lo suficientemente generosa y compasiva contigo como para no permitir que te ahogues en el charco del

autoengaño.

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Cuestionarse no es juzgar una idea, o a la persona que la expresa y decidir si es buena o es mala. No es poner “en tela de juicio”. Cuestionarse es tomar esa idea o a esa

persona, y observar el juicio que salta en uno, o las distintas reacciones que

produzca. Una vez la observación se va limpiando de aquellos juicios, entonces podemos ver la veracidad o falsedad de la idea, no porque la

mente decida descartarla porque algo le molesta, o creer en ella porque algo le pone

muy contento de escucharla.

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DE CÓMO LA JEFA DE LAS ANIMADORAS Y EL QUARTERBACK DEL EQUIPO DE FÚTBOL DEL

INSTITUTO, EN EL FONDO, GUARDAN UN NERD EN SU CORAZONCITO.

Seguramente han visto alguna vez esas películas americanas de Instituto de Secundaria en las que todas quieren ser la Reina del Baile de Primavera, y todos quieren ser amigos del quarterback del equipo de fútbol. Yo soy una gran fan de este tipo de “pelis malas”, lo reconozco con honestidad bruta. Podría deciros que me gustan las de Akira Kurosawa, que también, pero, honestamente, he visto más de siete veces “No puedes comprar mi amor”, y una sola “Sueños”, así que, ¿para qué engañarme y engañarles a ustedes?, pues nada más que para buscar sentir que los demás me ven como una persona culta y entendida de cine, es decir, para sentirme como la jefa de las animadoras en la adolescencia, pero con cosas de adultos. Es lo mismo.

Todos estos comportamientos adolescentes, (si no han visto nunca una de estas películas, les recomiendo que lo hagan), se van refinando a lo largo de la vida, hasta llegar al “mundillo de la transformación”. Cuando llegamos aquí con estos personajes a cuestas, entonces se hace todo mucho más complicado. Sin embargo, les doy una buena noticia, tienen la ocasión de ver con honestidad bruta cómo se esfuerzan por parecer lo que no son y

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salir de una vez por todas de estas caricaturas de Secundaria (la propia palabra lo dice todo).

Verán, como ya saben, a mí me gusta mucho el tema económico, así que, una vez más pondremos un ejemplo con lo material.

Cuando uno llega al mundillo espiritual empieza a complicarse en su cabeza en relación al dinero: “¿está bien cobrar o no cobrar por las enseñanzas? ¿está bien pagar o no pagar, me engañan?...etc.” Muchas personas se autoconvencen de que está bien, pero en su inconsciente sienten que está mal, de modo que saben que han de cobrar, pues es lógico, pero a la hora de cobrar sienten una vergüenza, o a la hora de pagar sienten vergüenza porque quizás les están engañando. Esa vergüenza está mostrando el juicio al que no quiero mirar, nada más. Entonces invito a la vergüenza a mi cena de Acción de Gracias, la observo, observo al juicio que tengo, dejo de otorgarle toda la energía que le otorgo, pues las cosas miradas de frente y en el instante, empiezan a limpiarse de la energía sobrante, y entonces puedo quedarme frente al hecho en sí, y liberarme de todos los aditivos y maquillajes que le fui poniendo antes.

La cuestión más importante aquí es que, llegados a un punto ya muy refinado del proceso, en el que yo sé que el dinero es una parte integrante del mismo, pues veo cómo algo pasa cuando está, y algo no pasa cuando no está, aunque no sé más que eso,

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entonces viene con mucha facilidad el autoengaño de la jefa de las animadoras.

Me digo: “yo no voy detrás de la energía, dinero, material...etc. porque ya entendí que es un error ir detrás de la energía”. Sí corazón, ya sabes que es un error ir detrás de la energía, pero igualmente vas detrás de la energía (tu consciente lo sabe, pero tu inconsciente aún no se ha enterado del todo) y, además, te estás juzgando por ello, así que, no te permites explorar ese error y, por tanto, la energía ni siquiera fluye en ti. Pero lo peor de todo es que estás fingiendo que no vas detrás de la energía para que los demás no te vean en el error.

Es decir, eres un nerd , un genio al que le gustan las matemáticas, pero te vistes con ropa de Calvin Klein y haces con que eres tonto para tener una novia rubia y exuberante. Es el mismo comportamiento, pero sumamente refinado.

Es el autoengaño, o el error de las fases más maduras del proceso, el más sibilino y, también, el que da más regustico encontrar porque produce aperturas más grandes y nos suelta de forma impresionante de las angosturas esclavas a los programas inconscientes.

Por eso, esta observación honestamente bruta es un milagro magnífico, pues me permite observar mis propias trampas y ver

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cómo se deshacen sin que nadie fuera tenga que hacer nada para que yo me encuentre mejor, sin que tenga que pasar nada en lo externo para que yo sea feliz.

Soy un nerd feliz de estudiar matemáticas, incluso a lo mejor en verano me apunto a un campamento de ciencias y, por fin, puedo mirar a las estrellas con otros tantos nerds, en lugar de disfrazarme de lo que no soy en la fiesta del baile de primavera.

Sugerencia: Si te has sentido identificado con esto que has leído aquí, entonces, partir de la base de que tienes un observador o un personaje que va detrás de la energía, será un paso muy fructífero para ti, pues la mente está preparada biológicamente para ello, y es perfectamente natural para la evolución que actúes así.

Mira qué gran diferencia hay entre decir: “voy detrás de la energía”, a ver una parte de mí, un personaje, un observador, un pensamiento apegado a ello. Ahí ya empezamos a ver una distancia extraordinaria que nos ofrece la desidentificación. Con esa distancia puedo observar cada vez de forma más genuina, pues al no verme tan identificado con el personaje, voy a poder permitirme sentir al personaje sin tratar de controlarlo para huir de las sensaciones.

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Observa entonces cómo te juzgas por ir detrás de la energía, cómo quieres dejar de ir detrás de la energía, porque estás esperando que te caiga un chorro de propósito, o la abundancia del universo encima que traiga detrás unos ahorrillos para que dejes de sentir esa incertidumbre económica que ahora sientes. Esa es la verdad ¿cierto? Entonces asúmela tal y como es, no quieras cambiarla, ¿no ves que es sumamente divertido? ¿no ves que es un personaje interno mental el que lo hace? ¿a que no hay película americana que supere en diversión la observación en uno mismo de todos estos “characters”? Entonces, diviértete observando la peli tal y como es, y entonces sí, de verdad, verás que tu percepción de las cosas se mueve de forma espontánea, y dejarás de fingir ser quien no eres.

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Si los argumentos de la lógica de los valores, de la tradición y el pasado, son más poderosos para ti que la lógica de la que estamos hablando, si sientes que te arrastran, entonces tienes puesta mucha a u t o r i d a d e n l o s v a l o r e s , e n e l condicionamiento moral, en la necesidad de contentar a los demás y de buscar en lo externo...etc.

Perfecto, ya lo has visto, eso es lo importante, poder darse cuenta.

A medida que sueltes esta obediencia a todo el programa interno, verás cómo la nueva lógica empieza a tener el camino libre, un circuito por donde entrar.

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Cuando uno empieza a ver que la coherencia de lo que intuye es mucho más grande que la lógica que siempre tuvo, entonces, empieza la verdadera transformación.

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“SUELTA TODO” SIGNIFICA “SUELTA TODO”; NO SIGNIFICA “SUELTA TODO MENOS ESTO”.

Cuando me preguntan qué sugiero a las personas que sienten un deseo de transformación, sobre si picar de todo un poco para creerme que no me quedo con nada, o elegir una única vía, suelo decir que para mí es mucho más asertivo elegir una única vía y dejarme de picoteos. Para picoteos, sinceramente, las tapas de los bares.

¿Por qué? Evidentemente esto tiene una lógica. Yo misma me paseé por todos los caminos posibles, y por eso digo esto. Cualquier camino que elijas, de entrada, tu mente lo va a convertir en una autoridad, en un acto para conseguir algo, una meta. De modo que, por muy cierto que sea lo que la persona o el grupo diga, en realidad, tu mente es muy probable que haga esto que hemos descrito. Por tanto, EL PROBLEMA NO ESTÁ TANTO EN EL TIPO DE CAMINO QUE ELIJA, SINO MÁS BIEN EN MI ACTITUD FRENTE A ELLO.

Todos los caminos, con esta actitud, serán iguales, por tanto, mejor elegir uno y observar en mí cómo estoy poniendo en ese camino mis esperanzas de despertar y de realización. A medida que esa famosa iluminación no llega, me decepcionaré. Si hubiera picoteado de varios caminos, acumularía varias decepciones. En fin, decepciónate de una vez, y así no tendrás

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que pasar por varios trances. Así ya estarás disponible para hacer una verdadera transformación en auto-referencia.

La paradoja de todo esto es que, cuando alguien te dice “déjalo todo y sígueme”, en algún momento ese “déjalo todo” tiene que incluir también a ese “camino mental” que has creado tú solito sobre la persona o enseñanza externa que te parece la última y definitiva. Por eso digo que “déjalo todo”, no es “déjalo todo menos esto”. El vaciado de la mente ha de ser completo para que nazcan nuevas vías de actuación, y no es completo mientras mantengas en ella una forma de actuación, por muy refinada y verdadera que sea tu imagen.

Si no puedes vaciarte de ese camino mental, entonces vas a acabar abandonando en lo concreto el camino externo, quizás poniéndote en contra, y mantendrás en tu mente al mismo “buscador” y, por tanto, darás con otro camino nuevo al que seguir, olvidándote de tu propio sentir, de la intuición que te dice: ahí fuera, na de ná.

Una vez que he podido soltar en lo interno la autoridad y la expectativa de realización, entonces, me relacionaré con aquella idea o persona que me resonaba mucho, de otra forma completamente diferente, sana y saludable, libre. Podré, por fin, incluir aquella extraordinaria enseñanza de forma espontánea en mí, y no por esfuerzo o análisis mental, no

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por deseo ni por necesidad, sino porque lo que es verdadero va siendo incorporado de forma natural en mí.

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DE CÓMO LA MENTE ACABA BUSCANDO EN UN RASTRO DE IDENTIDADES UNA QUE SE AJUSTE

CON LO QUE IMAGINA QUE ES

Es interesante comenzar aclarando que, si diciéndote alguien que eres la Nada, o el Todo, o el Ser Original, eres capaz de darte cuenta de ello y poner ahí tu identidad, perfecto, te felicito. Este artículo no es para ti. Pero si habiendo escuchado mil veces todo aquello, sigues perdido, entonces quizás te sirvan estas palabras.

La sugerencia que yo te hago en este punto es, como ya sabes, honestidad bruta: “no sé quién narices soy, he intentado creerme que soy la Nada, que soy el Todo, poner mi identidad en el Vacío, me han dicho que soy un Espíritu en un cuerpo, que soy un alma viajera, que reencarné doscientas veces...etc., pero yo sigo sin VERLO completamente. No lo siento hasta los tuétanos de mi cabeza.”

Éste es el primer paso, sincerarnos. El segundo paso es ponernos en una actitud, como ya sabemos, de incertidumbre. No sé si soy todo eso de lo que me hablan, no lo descarto, pero tampoco lo acepto como una verdad a priori, porque cuando lo acepto como una verdad a priori, lo que sucede es que pongo mi identidad, no en la Nada o en el Ser, sino en una idea de ellos.

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Entonces me convenzo de que soy Nada, y estoy más perdido que los supervivientes de “Lost”. En realidad no sientes que seas la Nada, solo tienes puesta tu identidad en una idea de la Nada. Y la idea no es la cosa. Ni mucho menos. Eso es todo. Pero la buena noticia es que da mucho regustico darse cuenta de eso, y que si utilizas tu honestidad bruta para darte cuenta, te vas a partir de risa y vas a notar un alivio que se te va a poner la piel de pollo y los pelos como clavos del 12. Ahí sí, dándote cuenta de los errores a los que te lleva tu mente, es cuando empiezas a ver una verdadera transformación. Es viendo lo que no eres que se abre lo que eres, y lo que eres, no hay forma de imaginarlo, así que, mejor que descartes todas las imágenes que fabricaste y dejes de autoengañarte más pronto que tarde.

Sugerencia: Observa lo que sucede realmente dentro de ti, observa tus ansias, tus expectativas, tus miedos, tus deseos. Observa lo que, en definitiva, te ha definido hasta ahora, sin querer cambiarlo, sin tocar nada, sin mover nada, sin colgarte a la idea de que eres otra cosa. Observa con total honestidad lo que es, observa cómo estás lleno de expectativas de transformación, observa cómo observas para que se pase el dolor, observa cómo utilizas cualquier técnica o herramienta buscando más percepción, menos sufrimiento, más tranquilidad...etc. porque te han hablado de atravesar velos y de algo extraodinario que sucede detrás. Es normal, te has fabricado muchas expectativas. Lo quieres, lo ansías; pero no te

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va a llegar por la necesidad, sino precisamente observando esa necesidad.

No te quedes colgando del tiempo, de la espera de un momento en el que todo se abrirá, observa simplemente cómo estas esperando que el tiempo sea tu salvador, que el tiempo haga algo que te permita vivir sin sufrimiento, sin preocuparme de nada.

Son esos pensamientos sutiles, de un momento ultrafino en la confusión interna, los que marcan la diferencia.

Y sobre todo, disfruta mucho de encontrarte perdido, de encontrarte en el autoengaño, porque ese encuentro es una fiesta interior.

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Soltar no es descartar, soltar es soltar, es decir, quitarle la energía a un pensamiento, dejar de sostenerlo, de darle creencia y

dejarlo en el abismo de la incertumbre, no en el rincón de los descartes.

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NO ES LO MISMO EVITAR EL CONFLICTO QUE OBSERVAR Y DESMANTELAR LA ESTRUCTURA

DEL CONFLICTO

Elegir no entrar en conflicto no desmantela el conflicto. Lo que lo desmantela es ver cómo huyo del mismo, o ver cómo adictivamente quiero entrar en él y ganar la batalla. En realidad, para desmantelar, es indiferente que entres o no en él. A veces, con observar en uno las reacciones es suficiente, pero otras veces tenemos que poder permitirnos en lo externo reacciones que siempre juzgamos de "negativas o incorrectas", pues éstas han de ser observadas en su totalidad.

En estos tiempos, "los buenos, los correctos" van a comenzar a sentir una fuerte presión en este aspecto, pues la nueva lógica que apremia por entrar en el ser humano (quinto plano) no permite maquillajes de bondad en nuestro comportamiento (cuarto plano), sino acciones genuinas y sinceras, las cuales no aparecen hasta que no son observados y utilizados como combustible los instintos reactivos animales que llevan a entrar en el conflicto de forma violenta, y también las reacciones morales que nos llevan a huir del conflicto por miedo a no cumplir con las normas. Ambos son comportamientos en distorsión que no nos permiten un actuar en libertad. Ambos han de ser vistos como tales, y no solo, como ha sucedido hasta ahora, ver la parte violenta como "el mal", y la parte que actúa

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de forma correcta a base de controlar lo que otros no pueden, como "el bien". Esta forma falsa de actuar está llegando a su fin, por lo que, vamos a poder ver con mucha claridad lo que encaja en estos parámetros.

Sugerencia: La buena noticia es que tienes la ocasión de mirarte con honestidad, ver tus reacciones en los conflictos, ya sean de agresión o de conciliación, y permitirte esa distorsión, para que sea observada atentamente, y permitir así que se desmantelen.

Si tienes miedo a tus reacciones, verás que si estás observándolas de forma neutral, el tiempo que tienen de tránsito es sumamente reducido, y se terminan mucho antes de que acabes haciendo algo indeseable para ti y los que te rodean. De hecho, es precisamente al revés, es la represión la que genera que los actos indeseables crezcan hasta límites que son perjudiciales para todos.

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DE CÓMO LAS IMITACIONES NO SON EL ORIGINAL

La aplicación de esta lógica global, natural y previamente existente en el ser humano, te saca del conflicto; lo que sucede es que la lógica dividida, conflictiva o divergente que hemos utilizado hasta ahora, va a tratar de IMITAR a la lógica global a t r a v é s d e E N C O N T R A R L E U N A S O L U C I Ó N A L CONFLICTO. La mente encontrará soluciones “parche” hasta que se dé con un punto sin retorno en el que cualquier idea que trate a aplicar allí es generadora de conflicto.

Es solo cuando me veo en la encrucijada, sin posibilidad de actuar, con la clara visión de que todas mis ideas y reacciones conocidas me enfocan al conflicto, cuando el conflicto empieza a desmantelarse, pues no estoy tratando de resolverlo mentalmente. Ahí, al quedarse mi mente en un silencio, un punto cero mental que surge de no saber hacia dónde tirar, de darse cuenta de que todo aquello ya no sirve, voy a poder observar cómo se abren nuevas vías de actuación ante mí, NO ANTES.

La mente es muy astuta y sabe que huyendo del conflicto, como decíamos en el capítulo anterior, hasta ahora, le ha funcionado no entrar en él. Sin embargo, es posible que, en cuanto tomes la decisión genuina de observarte tal y como eres, entres en situaciones en las que esta huida no es posible.

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Excelente momento que te llevará a la encrucijada de la que estamos hablando, que es la verdadera salida, y no a las soluciones parche que venías utilizando hasta ahora. Es una forma completamente diferente de manejase en estas situaciones.

La puerta es estrecha sí, a veces diría que es un único punto.

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No vistas tus verdaderas intenciones con disfraces ideales: "No no, no lo hago por

dinero" "No, yo no tengo un interés personal en todo esto"... No te esfuerces por ocultar lo que hoy en día se está mostrando a la luz

de una lógica que empieza a observar la mentira con compasión, lo cual no quiere decir que esa misma compasión no fulmine

la falsedad que te habita. El instinto evolutivo no se puede ocultar ya; pero se

puede observar de forma sincera y permitirle que se transforme con Amor. El encuentro

con ese instinto, ya lo sabemos, es una fiesta.

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NO SE PUEDE ESTAR EN MISA Y REPICANDO...... DICE EL REFRANERO POPULAR.

Queremos un cambio de percepción, queremos transformar nuestra mente, queremos vivir sin conflicto, vivir sin sufrimiento, ser conscientes...etc. Pero pocos están dispuestos a asumir verdaderamente lo que ello implica: ATRAVESAR tus miedos, no esquivarlos.

Si verdaderamente quieres todo esto, tienes que estar completamente abierto a lo que te venga, tenga el matiz que tenga por las etiquetas que le hayas impuesto (negativo-positivo).

A esto lo llaman ACEPTACIÓN.

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¿ERES UN PUENTE?

Muchos de vosotros habréis escuchado la expresión: “somos puentes” pero ¿sabemos qué significa esto?. Si estás leyendo este libro es, probablemente, porque si te movilizan las palabras que escuchas de mí, entonces tienes un papel en estos momentos de transformación en la humanidad.

A eso se ha venido llamando “ser un puente”. Sin embargo, podemos entenderlo simplemente de forma lineal, intelectual, hacia fuera, o bien podemos entender qué significa eso en el interior de uno.

El primer paso es entenderlo en el interior de uno, es decir, que lo que creo que yo soy, es un puente, mi identidad, en sí misma, la idea de “YO”, es un puente, es combustible para que se comuniquen lo ABSTRACTO y lo CONCRETO. En cuanto yo comprendo esto, entiendo que ese “YO” es un conjunto de ideas, de identidades que, hasta ahora, ha creído que tenía su propia vida y que, a partir de comprender esto, se da cuenta de que es simplemente un vehículo, un puente.

Así podemos decir que nos ponemos disponibles, cuando entendemos completamente en lo interno que mi identidad es un puente.

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Si solo lo entiendo en lo lineal concreto, en lo externo, entonces mi identidad, ese “YO”, el programa, el cuarto plano, lo que va a hacer es ponerse en lo concreto a hacer de puente entre las personas: “Yo te enseño”, sin haber hecho previamente la conexión interna.

Cuando uno hace la conexión interna, directamente deja de enseñar, pues es la vivencia a cada instante la que hace todo, y uno es un mero vehículo para que esa coherencia y sabiduría se exprese.

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DESPIERTA

Uno de los resultados más extraordinarios de que nos volvamos verdaderamente genuinos y dejemos de falsear con el hacer lo correcto y la falsa bondad, es que el silencio que hemos mantenido hasta ahora era ocupado por los gritos de aquellos que hablan con el abanderamiento de la mezquindaz, y al ir perdiendo el miedo y aquellos valores que antes teníamos tan arraigados para “no molestar” a nadie, se convertirán en voces que comenzarán a hablar más fuerte.

Obviamente, tienes miedo a decir lo que ya puedes ver con bastante claridad. Y sobre todo, tienes miedo a comportarte con coherencia por los problemas que puede traerte en tu entorno, en tu familia, con tus amigos, en tu trabajo...etc. Decir, a veces, es fácil, y más en las plataformas sociales o en estos libros, pero el verdadero hacer, la verdadera implicancia, no está tanto en transmitir lo que pienso en las redes sociales o en algún grupo con el que me reúno a debatir sobre el mundo, sino en hacer viva aquella coherencia que ya es tan obvia que no se puede ocultar. En vivirla donde más me duele, en casa con mi esposa, con mi marido, con aquellos a quienes más quiero, vivir con la coherencia de ser honesto con aquello que le cuento a todo el mundo, pero que en la vivencia me da mucho miedo poner en práctica.

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Todo aquello que está detrás de la represión y el miedo, es momento de que comience a ser transmitido, tanto en palabras como en actos, pues son los grandes tesoros de la humanidad.

Esas son las decisiones que marcan la diferencia, que amplían tu percepción y que te van enfocando hacia el "espacio-tiempo" adecuado para ti.

Aquello que tienes miedo a pronunciar o a hacer, está limitando tu mente y tus actos, limita la brillantez que habita en ti y queda completamente condensada. Por eso todo el mundo se queja y protesta porque en los medios de comunicación solo se escucha y se ve basura, porque todo aquello está ocupando un lugar que debería ser ocupado por el tesoro humano que se esconde detrás de la represión y el miedo.

Es momento de atravesar los miedos, no de esquivarlos, y que se escuchen las voces en las que habita la coherencia.

Aquella mezquindaz que observas fuera, no es más que el resultado de la represión de la coherencia y la verdad. No es algo ajeno a ti, y es, por tanto, algo que te corresponde transformar.

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AGRADECIMIENTOS

Agradezco a todas las personas con las que compartimos estas percepciones en las Redes Sociales, la intervención dinámica y tan relevante que para estas comprensiones están teniendo.

Quizás no nos damos cuenta a veces de la importancia de que podamos comunicarnos desde cualquier parte del mundo, en tan solo un instante, y que podamos comprobar cómo estamos absolutamente conectados, viviendo los mismos miedos, las mismas fascinaciones, las mismas alegrías... etc.

La posibilidad de ver que la mente del ser humano es una única cosa y que nos pertenece a todos la posibilidad de transformarla, es algo que las Redes Sociales nos permiten ver con mucha facilidad.

Obviamente, en todo aquello en lo que la rapidez de conexión y la globalización están presentes, la oportunidad y el peligro conviven juntas. Sin embargo, se habla mucho del peligro de las Redes y no tanto de la oportunidad. Este libro es una prueba de que la oportunidad está siempre presente.

Gracias a todos por haber permitido, con nuestros aciertos y errores, que todos juntos saquemos a la luz un poco más de coherencia.

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VIDEO-BIBLIOGRAFÍA¿QUIERES SEGUIR INVESTIGANDO?

Aquí dejo, para las personas interesadas en seguir investigando en estas cuestiones que hemos tratado aquí, mis sugerencias al respecto:

* Libro: “Los Fotogramas Invisibles: La Observación y la Economía en Convergencia”, en el que tratamos con detalle y dibujos la observación de los programas mentales y desarrollamos con más profundidad el programa de Supervivencia y la relación con lo material.

* Libro: “Los Evangelios Perdidos de Divina Buenaventura Estupefacta”, una novela sobre la Transformación humana, en la que describimos con humor y con honestidad bruta, cómo una persona empieza a cuestionarse su vida y empieza a transformarse por ello.

* Libro: “En Clave de Sol”, de José Mataloni. Si te interesan los números y el desarrollo de los mismos en lo abstracto y lo concreto, este libro te despierta a que por ti mismo puedas ir adentrándote en una nueva comprensión de los mismos.

La forma de adquirir estos libros está en la pestaña “Tienda” de nuestra página web: www.unkido.com

* Serie de vídeos de Youtube “Unkido La Bitácora”

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* Serie de vídeos de Alejandra Casado en Youtube sobre la Perspectiva Universal del Desdoblamiento de los Tiempos.

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