Homenaje a Maite Martínez

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AÑO 42 NÚMERO 1 PAMPLONA, MAYO DE 2014 Cercana y eficaz El 100% de los habitantes de fcom coinciden al definir así a Maite "He sido muy feliz, siempre me han tratado como a una reina" ENTREVISTA EXCLUSIVA Maite Martínez Pomares se jubila tras 42 años de servicio a la Universidad de Navarra

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Maite Martínez Pomares se jubila tras 42 años de servicio a la Universidad de Navarra.

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AÑO 42 ● NÚMERO 1PAMPLONA, MAYO DE 2014

Cercana y eficazEl 100% de los habitantes de fcom coinciden al definir así a Maite

"He sido muy feliz, siempre me han tratado como a una reina"

ENTREVISTA EXCLUSIVA

Maite Martínez Pomares se jubilatras 42 años de servicio a la Universidad de Navarra

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Homenaje de la Facultad de Comunicacióna Maite Martínez Pomares por sus 42 años

de servicio a la Universidad de Navarra

Siempre Maite.

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título de tal es nombrada para presidir una corpora-ción o una facultad universitaria” (creo que esa soy yo), pero la primera acepción del término es “Miem-bro más antiguo de una comunidad, cuerpo, junta, etc.” y esa, con todo lo que implica, eres tú, Maite. Así que de decana a decana: muchas gracias por ha-bernos aportado tanto y habernos tratado tan bien. Cada uno nos quedamos con un pedazo de Maite, y en esta revista-homenaje intentamos recoger algu-nos de ellos que a modo de mosaico recojan tu paso por esta facultad. Tu facultad. n

Cuarenta y dos años de servicio a los demás dan para mucho. Cuando pienso estos días en Maite, me doy cuenta de que an-tes de que yo viniera a este mun-do, Maite ya estaba aquí en fcom, “haciendo facultad”, y preparan-do el terreno para todos los que hemos venido a continuación.

En todo este tiempo, Maite ha tratado con muchísimos profesores e investigadores de la comunicación, tanto de nuestro claustro, como visitantes. Algunos de ellos grandes referentes de nuestro tiempo en lo que nos apasiona y nos une a todos: la Comunicación. Y me doy cuenta que tam-bién Maite ha sido una grandísima profesora para todos. Por cómo nos ha tratado y cómo ha traba-jado con tantos de nosotros. Porque, si el medio es el mensaje, el cómo, el ‘estilo Maite’ tam-bién es comunicación. De la buena.

De alguna manera, Maite ha sido el cor-dón umbilical que nos ha unido a nues-tros mayores, siendo testigo del cami-nar de la facultad. Ella ha trabajado con los pioneros que nos precedieron y sentaron las bases de lo que somos; y ha seguido trabajando hasta hoy, cuando queremos no sólo ser per-cibidos como pioneros sino como referentes en este cambio de épo-ca que está suponiendo la digita-lización para nuestra sociedad, y para la Comunicación en particular.

Y ese trabajo, con ellos y con nosotros, Maite Martínez Po-mares lo ha hecho con su estilo, con ese carisma y don de gen-tes tan propio. Todos hemos sido testigos de que cuando le pides algo, no sólo lo hace, sino que aporta algo más. Siempre. Va un paso más allá. Es ese toque personal, ese ‘toque Maite’, que humaniza la gestión. Con cada uno, ya se lo pida el Rector, una compa-ñera, una profesora o un decano. A todos nos ha tratado Maite como a los prime-ros. Cada día, durante más de cuarenta años. Y esa es una gran enseñanza de la que todos hemos aprendido.

Me quiero detener en un último aspecto. En-tre nosotros, comunicadores que compartimos el lenguaje como herramienta, me parecía in-teresante rescatar los dos significados que el Diccionario de la Real Academia otorga a la palabra “decano, na”. La segunda es “Persona que con

Mónica Herrero decana de la facultad de comunicación

De decana a decana

Gracias por habernos aportado tanto y habernos tratado tan bien

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1986

Hace años, un co-nocido mío, profe-sor de universidad y padre de un mon-tón de hijos, cuan-do le preguntaban si su mujer traba-jaba (lo hacía en su casa, y bastante), respondía sistemá-

ticamente: “Más que tú”. Es verdad que en aquellos momentos la sociedad es-pañola estaba cambiando y las mujeres empezaban a acceder masivamente al trabajo fuera del hogar y puede que, el prestigio de las que trabajaban en sus casas fuera en esa época minusvalo-rado. Por eso, la respuesta del persona-je referido tenía sin duda un punto de belicosa.

Esto me lleva a pensar que, con fre-cuencia, al hablar de la Universidad, suelen venirse habitualmente a la cabe-za estudiantes y profesores, clases y la-boratorios, investigaciones premiadas y reconocidas, grandes avances de la ciencia, congresos por todo el mundo… y se piensa menos en el trabajo de quie-nes, desde la trastienda, hacen todo eso posible: secretarias, bedeles, personal de limpieza y jardinería y otros emplea-dos de la Universidad no directamente relacionados con la docencia e inves-tigación. Y, parafraseando al conocido mío al que me refería al comenzar estas líneas, son y hacen la Universidad tanto o más que el profesor más laureado, el investigador más exitoso o el estudian-te con más matrículas de honor en su expediente. Esto, en la Universidad de Navarra, lo tenemos claro porque su Fundador, San Josemaría Escrivá, solía poner justamente ese ejemplo: a los ojos de Dios —y, añado yo, también en sí mismo considerado— es más valio-so el trabajo hecho con más amor, con mayor deseo de servir, con más aprovechamiento de los talentos que Dios ha dado. Y no cabe duda de que Maite Martínez Pomares ha sido un ejemplo de esto que enseñaba el Fundador de la Universidad: una buena trabajadora que

ha realizado durante años un trabajo eficacísimo en servicio de todos y que ha reflejado bien el espíritu que San Jo-semaría quiso para la Universidad de Navarra.

Nunca he contado esto, y tal vez estas cosas solo puedan contarse en ocasio-nes como la de hoy. Hace unos años, contratamos un profesor con una larga trayectoria académica en otra univer-sidad. A los pocos meses de su incorporación, me confesó que, por contraste con lo que estaba

acostumbrado, sentía gran admiración hacia el personal de secretaría que ha-bía tenido que tratar con más cercanía en esos meses, y concretamente con Maite: “Está al tanto de las cosas de la Universidad como si fueran suyas: des-de buscar un precio más barato para un billete de tren, hasta andar con cuidado en las pequeñas cosas de orden

o mantenimiento. Tra-baja con el mis-

mo cuidado e interés con

Alfonso Sánchez-Tabernero rector de la universidad de navarra

La dueña de la casa

Está al tanto de las cosas de la Universidad como si fueran suyas

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el que lo haría en las cosas de su casa”. Y es que, efectivamente, la Universidad de Navarra ha sido, es y será, de Mai-te. Su implicación, su afán de servicio, su trabajo abundante y bien hecho, su afecto a las personas y también su ca-rácter tan abierto como directo, han sido una gran contribución para que la Universidad de Navarra —y especial-

mente la Facultad de Comunicación— sea lo que es. Todos se lo reconocemos y se lo agradecemos de verdad.

Maite, además, junto con su hermana Marisol, ha sido la “cara” de la Univer-sidad durante muchos años en muchas ocasiones. Ha tenido mucho trato con alumnos de grado y de postgrado —¡el PGLA¡—, con profesores asociados y visitantes, con asistentes a congresos y seminarios, etc. Se han hecho ami-gas de gente de toda España y de todo el mundo, y hasta en los lugares más remotos, de los muchos a los que las

hermanas Martínez han visitado, se han encontrado con alguien que co-nocía y apreciaba la Universidad de Navarra gracias en buena parte a su trabajo.

No sé si atreverme a decir esto: Maite: ¿por qué te jubilas, si estás tan joven? No te preocupes, Mari-sol: sé que esperas como agua de mayo tener a tu hermana del alma, tu amiga más amiga, más tiempo contigo. Y se lo ha ganado con cre-ces. A nosotros nos da mucha pena que se jubile alguien como tú, que forma parte de la Universidad por-que has dejado aquí tu vida durante tantísimos años. Pero por otra parte

nos alegra haber contado contigo y sabemos que tienes más que

merecida esta jubilación. La Universidad de

Navarra, de la que has sido dueña, como decía aquel profesor, sigue siendo tu casa y

quiere que si-gas sintiéndo-la como tuya:

también en esta nueva

etapa de tu vida neces i -tará de tu ayu-da.

M u -c h a s gracias Maite.2012

CoordinadorManuel Martín Algarra

EditorPaco Sancho

Redactores jefeDaniel Ramírez, Andrés Juárez Chang, Gerardo Cabrera y Carlos Pérez Zamora

RedacciónAvelino Amoedo, Ángel Arrese, Mariángeles Artázcoz, Ana Azurmendi, Carlos Barrera, Álvaro Bonet, Xavier Bringué, Mónica Codina, Efrén Cuevas, Iñaki de Lorenzo, Jorge del Río, Patricia Diego, Pablo Echart, Marta Frago, Alberto Nahum García, Miguel García San Emeterio, Nagore Gil, Beatriz Gómez Baceiredo, Enrique Guerrero, Elena Gutiérrez, Mónica Herrero, Miguel Ángel Jimeno, Mateye La Porte, Jorge Latorre, Bienvenido León, Esteban López-Escobar, Fernando López Pan, Javier Marrodán, Cristina Martín, Manuel Martín Algarra, María Pilar Martínez-Costa, Antonio Martínez Illán, Rebeca Martínez, Mercedes Medina, Mercedes Medero, Sergi Molas, Mercedes Montero, Elsa Moreno, Mercedes Muñoz Saldaña, Alejandro Navas, Samuel Negredo, María Noguera, José Luis Orihuela, Alejandro Pardo, José Antonio Pérez Aguirre, Álvaro Pérez Arieta, Cristina Pérez Guembe, Francisco Javier Pérez Latre, Idoia Portilla, Jordi Rodríguez Virgili, Natalia Rodríguez, Charo Sádaba, Ramón Salaverría, Rosa San Martín, Amaia San Miguel, José Javier Sánchez Aranda, Cristina Sánchez Blanco, Alfonso Sánchez-Tabernero, Paco Sancho, Javier Serrano, Carlos Soria, Marta Torregrosa, Joaquín Torrents, Alfonso Vara, Aires Vaz, Francisco Verdera, Irantzu Vides.

FotografíaManuel Castells, Eugenio Zúñiga, José Luis Zúñiga y Archivo Universidad de Navarra.

Fotografía portadaManuel Castells

Imprime: Arte4C

M A I T EAÑO 42, NÚMERO 1

PAMPLONA, MAYO 2014

Edición especial de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra dedicada a la jubilación de

Maite Martínez Pomares

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MAITEMARTÍNEZ

‘‘Defiendo a mi facultad y a mi universidad con uñas y dientes

42 AÑOS EN LA UNIVERSIDAD DE NAVARRA, 32 DE ELLOS COMO SECRETARIA EN LA FACULTAD DE COMUNICACIÓN

E N T R E V I S TA

Entró a trabajar en la Universidad de Navarra con 18 años. Primero, en EUNSA, después en Nuestro Tiempo y, por fin, como secretaria de los distintos departamentos de la Facultad de Comunicación. Hoy, 42 años después, Maite decide darse una tregua y su jubila.

n Texto: Daniel Ramírez y Miguel Solan Fotos: José Luis Zúñiga, Eugenio Zúñiga, Manuel Castells y Archivo Universidad de Navarra

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Maite ha visto pasar muchas grabadoras por la

facultad, todas las que han entrado durante más

de treinta años. Ahora, una de ellas está a unos

centímetros de su café, escuchándole, dispuesta

a grabar una infinidad de recuerdos. Ella coge la

cuchara y empieza a revolver el azúcar que ha

echado en su taza. Lo hace muy rápido, como

si tuviera que hacer otra cosa justo después.

Entre pregunta y pregunta recibe una llamada.

El editor del próximo libro de Lozano Bartolozzi

le pregunta en cuántas páginas se ha quedado y

cuándo podrá pasar a recogerlo. Maite gestiona,

piensa y responde en un par de segundos.

Trabajo realizado.

DE REPENTE, una de las nor-mas básicas que enseñan en la Facultad de Comunicación se tambalea. “Por mucha

confianza que se tenga con el protago-nista, y aunque en la entrevista se le tu-tee, a la hora de escribir hay que tratarle de usted”. Pero Maite Martínez Poma-res (Pamplona, 1953) no quiere que le hablen de usted ni de cerca ni de lejos. Y esta Redacción accede al tuteo por ese deseo expreso y porque esta publi-cación está para lo que ella mande. De lo que se trata, al fin y al cabo, es de que se sienta cómoda en sus recuerdos.

¿Cómo llegaste a la Universidad?

Yo trabajé los diez primeros años en la editorial de la Universidad, en EUNSA. Por aquel entonces, todavía estábamos en el campus y después nos subimos a Barañáin. Ahí estuve hasta que me lla-maron para ser la secretaria de la revis-ta Nuestro Tiempo.

¿Cuál era la labor de Maite Martínez en EUNSA?

Al principio era una editorial peque-ñita. Me ocupaba un poco de todo: contabilidad, secretariado, atención al

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MAYO 1976 Maite Martínez (primera por la derecha), en la Administración de Ediciones Universidad de Navarra (EUNSA).

cliente... Después, cuando creció, me encargaron llevar la contabilidad.

¿Cómo fue el paso de la editorial a la Facultad de Comunicación?

Después de diez años, una mañana, me dijeron: “Esta tarde tienes que bajar a la Universidad a trabajar en la revista Nuestro Tiempo”. Bajé llorando como una descosida porque después de diez años me tuve que ir y sin saber adónde. Me acompañó mi hermana Marisol, que por aquel entonces era secretaria en la Facultad de Ciencias de la Información. El director de la revista era Juan Anto-nio Giner. Cuando me recibió me dijo: “Ya lo siento. No tengo la culpa. Yo he pedido una secretaria y te han manda-do a ti”. Me vio muy desolada. Pero la verdad es que ese cambio ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida. En mi facultad he sido feliz. He podido te-ner estrés y momentos malos porque he tenido mucho trabajo, pero todo ha ido súper bien, siempre.

¿Qué es lo que mejor recuerdas de aquellos días en Nuestro Tiempo?

Juan Antonio Giner empezó a montar varias cosas: el Capítulo Español de la

SND —Society for News Design—, la asociación española de márketing pe-riodístico, y otra newsletter que hacía de innovación periodística… Teníamos muchos congresos, visitas y ponen-cias. Todos los años me tocaba viajar a EE.UU. Íbamos a la sede del seminario y a otros sitios para conocer periódicos y revistas. Estuvimos en Boston, Chi-cago, Washington, Dallas, en San Fran-cisco dos veces, en San Diego y seis veces en Nueva York. Además, seguro que se me olvida algún sitio. Vimos los mejores periódicos. Juan Antonio tenía muchos contactos. Trajo gratis a los mejores. Solo les pagábamos el viaje y el alojamiento.

Has vivido muchos Malofiejs. Supon-go que habrá muchas anécdotas.

Hay que destacar una cosa. Antes, la cena del seminario era el sábado, pero

había ponencias el domingo. Esto se tuvo que terminar. Pusimos las últimas ponencias el viernes por la noche por-que los domingos nunca venía nadie. Se quedaban durmiendo. Una vez, una ponente norteamericana no aparecía. Pensamos que se habría metido en al-gún follón, pero resulta que estaba en un hotel porque se había dejado las lla-ves de la casa donde dormía. Terminó apareciendo a las mil.

Estos diseñadores…

Es que los diseñadores son muy juer-guistas. Por ejemplo, no tienen nada que ver con los encorbatados de los seminarios de márketing. Los diseña-dores son un mundo. Cada uno va de una forma distinta. No te quiero con-tar como iban en las cenas de gala de EE.UU. Eso no se me ocurre a mí ni borracha. Vienen aquí, y si es verano,

Me sentó muy mal salir de EUNSA para ir a la facultad, pero ese cambio ha sido lo mejor que me ha pasado

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traen una pantaloneta corta y nada más. Una vez trajimos a dos diseñado-res de los más importantes de Estados Unidos. Después de estar en Pamplona, tenían que ir a San Sebastián porque les iba a recibir el lehendakari del Gobier-no Vasco. Les tuvimos que dejar la ropa porque no habían traído nada decente que ponerse.

Parece que te ha tocado ser “madre” de algún diseñador.

Sin duda. Me ha pasado de todo. Una vez quedé con dos ponentes después de un encierro. Uno de ellos saltó a correr sin haber dormido aquella noche y salió desencajado. Casi le pilla el toro. Nece-sitaban dormir y me los tuve que llevar a casa de unos amigos latinoamerica-nos para que durmieran un poco.

¿Qué tal el inglés?

No tengo ni idea de inglés. Me encanta-ría aprender, pero siempre he sido muy mala, no se me ha dado bien nunca.

Entonces, ¿cómo te manejas en estas situaciones?

A Estados Unidos íbamos grupos gran-des de la facultas y muchos hablaban inglés perfectamente. Entonces, me enteraba de las cosas y no pasaba nada. Cuando me ha tocado ir sola y no en-terarme de nada, no me ha importado, era lo normal. Siempre hay formas de hacerse entender. Pero lo que no pue-do aceptar es que en mi tierra se hable en inglés en una cena porque haya una sola persona extranjera. No lo veo nor-mal. Las personas de habla inglesa, ge-neralmente, no se han preocupado de aprender el idioma del país al que van, o sea que es su problema. Aquí han ve-nido profesores que no se han preocu-pado de aprender una sola palabra de castellano. Pero eso no quita el que a mí me encantaría saber inglés.

Cuentan los pasillos de la facultad que eres muy viajera y que también has re-corrido Latinoamérica.

Sí, es verdad. En ese continente te-nemos mucha gente conocida. En las décadas de los 70 y de los 80 había en la facultad un programa de graduados latinoamericanos, el PGLA. Venían a Pamplona a hacer una beca que daba una sociedad de católicos alemanes. Les pagaban los billetes, algo de dinero para vivir de enero a junio y un viaje de estudios. Mi hermana era la secretaria de ese programa. Conocimos a muchí-sima gente. Por ejemplo, el año pasado estuvimos en Colombia en casa de uno de ellos. Es increíble cómo nos han tra-tado. Han pasado más de treinta años

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JUNIO 1984 Maite Martínez, dueña y señora de la Secretaría de Nuestro Tiempo, la revista. de la Universidad de Navarra.

desde que vinieron, pero siempre dicen que es lo mejor que les ha pasado en la vida. Hemos estado en Argentina, Bra-sil, México, Cuba… Me encanta viajar. Las dos hermanas somos solteras, no tenemos que dar explicaciones a nadie y siempre viajamos.

¿Qué vino después de haber pasado por Nuestro Tiempo?

Cuando la revista se trasladó a la fa-cultad, yo me quede en el edificio de Bibliotecas llevando los departamen-tos de Proyectos Periodísticos y el de Comunicación Audiovisual. En 2001, me cambiaron al de Comunicación Pú-blica. Me dio mucha pena porque el de proyectos me encantaba. Me gustaba mucho el tema de los seminarios, de conocer gente. Pero me recibieron con tanto cariño que la pena se me pasó enseguida. He tenido la suerte de que en todos los departamentos me han tra-tado como una verdadera reina. Ahora mismo, he estado llevando los cuatro departamentos de la facultad. Me ma-nejo muy bien y si un día tengo más trabajo, me quedo y no pasa nada. He dado, pero también he recibido. Siem-pre que he necesitado un día libre me lo han dado. No he tenido ningún pro-blema.

El camino ha sido largo, ¿cuál ha sido el mejor trecho?

Los mejores fueron los quince años que estuve con Juan Antonio Giner y Carlos Soria en el departamento de Proyectos. Hacíamos desayunos con invitados en Nuestro Tiempo y todos los jueves te-níamos comida en la redacción. Subía al supermercado, cargaba un carro y comíamos ahí todos: profesores y es-tudiantes. Había mucha vida. Los es-tudiantes hacían todo en la redacción, incluso estudiaban allí. Ahora esto es distinto. El ambiente es diferente.

¿Cómo era ese “ambiente” de antes?

Tenía mucha relación con todos, tanto con los profesores como con los alum-nos. Quedábamos por la noche para ir-nos de copa. Eso lo echo en falta, pero también echo en falta los años. Claro, antes yo tenía 28 años y los alumnos 20. Ahora hay una diferencia de cuarenta años y no es lo mismo… Parecen mis nietos y la relación no es la misma. A mí de usted no me puede hablar nadie, si no, no les contesto. Es que si me ha-blan de usted ya me siento una abuela,

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aunque sé que es verdad que puedo ser abuela de alguno.

¿Cuál es la principal diferencia entre la facultad de antes y la de ahora?

Antes éramos como una familia. Nos conocíamos todos, nos relacionábamos, hacíamos amistades. Ahora hay mucha más gente y no tiene nada que ver. Yo he conocido la facultad con cincuenta alumnos. Ahora es más impersonal. Por ejemplo, a Alfonso Sánchez-Tabernero lo he conocido cuando era alumno. A Don Eduardo Terrasa también. Mi her-mana Marisol y yo somos las viejas glo-rias de la facultad. Todo el mundo se iba y nosotras nos quedábamos.

Entonces, hace mucho tiempo que co-noces a Alfonso Sánchez-Tabernero. ¿Apuntaba maneras para ser Rector?

Yo con Alfonso me llevo fenomenal. Hombre, primero decano, después vice-

FEBRERO 1986 El recordado Eugenio, flanqueado por las hermanas Marisol y Maite Martínez. A la derecha, Laura Arribas.

rrector… Apuntaba, apuntaba. Cuando viene al departamento, le sigo hablando de tú. Hombre, si son otras circunstan-cias, con otra gente y está como rector, claro le trato de forma distinta, pero se-guimos teniendo la misma relación que antes. De las actuaciones como rector no tengo ni idea. Eso sí, no nos han su-bido el sueldo desde hace mucho, pero seguro que es por la crisis y no por el rector —Maite se ríe a carcajadas—.

Y a los alumnos de hoy, ¿cómo los ves?

Quizá os hayamos dado las cosas dema-siado hechas. He conocido gente que

pensaba que sus hijos habían termina-do la carrera y resulta que estaban en segundo. No entiendo cómo un padre que se esté gastando tanto dinero no le exija a su hijo unas notas. Yo a mi hijo se lo pediría. Existen otras univer-sidades privadas en las que los padres piensan que, como han pagado, tienen que aprobar a sus hijos. Aquí esto no es así. Seguimos siendo una de las mejores facultades. Estamos en un momento de crisis, y la facultad volverá a tener más alumnos, pero creo que, en realidad, el problema está más en la crisis del Pe-riodismo. Las empresas informativas

Mi hermana y yo somos las viejas glorias de la facultad: todo el mundo se iba y nosotras nos quedábamos

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FEBRERO 1986 En la redacción de Nuestro Tiempo.

han echado a muchísima gente y eso se nota. Antes, los alumnos salían y el 90% encontraba trabajo.

Está complicada la entrada en el mun-do profesional de los medios.

Hombre, el tema de las prácticas en el Periodismo siempre ha sido así. Por ejemplo, a los becarios de la radio nun-ca les han dado una sola peseta. Tam-bién tienen a los estudiantes muchísi-mo tiempo como becarios. Me parece vergonzoso. Cada vez salen más chori-zos. Hay muchísimas irresponsabilida-des. No me extraña que estemos mal. No sé qué va a pasar.

¿Sigues la pista a los que se van?

Sí. Hay mucha gente con la que tengo relación. Además, con Facebook es más fácil. Tengo muchos amigos en Madrid y en otras ciudades. Nos llamamos en Navidad. Lo que pasa es que la distan-cia es la distancia. Por ejemplo, con Ma-rio Tascón tengo muchísima relación. A Juan Antonio Giner lo quiero mucho. Hemos tenido una relación muy cerca-na. En la Universidad nunca han exis-tido las secretarias personales, pero yo era la secretaria particular de Giner y Soria. Si se ponían malos, les compraba las medicinas. Conocía a sus padres y ellos a los míos.

Después de tanto tiempo le has cogi-do gustillo al Periodismo. Se te nota.

Me gusta mucho. Además, he aprendi-do una barbaridad. Lo noto cuando veo concursos de televisión. Ves a gente y te entran ganas de decirle cuál es la res-puesta. He aprendido muchísimo con los profesores. Me he enriquecido una barbaridad.

Si Maite se tuviera que poner a estu-diar otra vez, ¿en qué se matricularía?

Si estudiara, me encantaría hacer Turis-mo o Relaciones Públicas. Me encanta hablar con la gente. Soy incapaz de es-tar metida en un despacho maquetando libros. Siempre estoy Maite por aquí, Maite por allá. Todo el mundo me co-noce…

¿Cómo crees que ve la gente a la Maite de la facultad, la Maite de los pasillos?

Bueno, creo que he tratado a todos igual, desde el bedel hasta el rector. Hay que tratar a todo el mundo con educa-ción. Creo que por eso me he llevado bien con todo el mundo. Una vez me di-jeron que hablaba demasiado. Pero eso nadie me lo puede quitar. Si me toca ir al Edificio Central y me encuentro con alguien, no le digo solo adiós. Me paro y le pregunto por su madre, su marido

El Periodismo me gusta mucho, he aprendido muchísimo y me he enriquecido una barbaridad

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DICIEMBRE 1987 Fiesta de Navidad en Nuestro Tiempo. Arriba, con Joaquín Lahuerta; abajo, con Pedro Lozano Bartolozzi.

y sus hijos. Soy así. Mi trabajo lo he sa-cado siempre adelante. Si un día me he tenido que quedar a terminar una cosa, cualquier cosa pendiente, siempre me he quedado. Si me vieran estar todo el día hablando y que el trabajo no salie-ra… Pero creo que siempre ha salido adelante. He tenido momentos malos, pero me voy con la satisfacción de que he tenido muchos más momentos bue-nos que malos.

Son muchos los que dicen “Maite hace de todo”. Pero, ¿cuáles son las funcio-nes de Maite exactamente?

Mi función primordial es atender a los profesores de la Facultad de Comunica-ción en todo lo que necesiten. Les or-ganizo los viajes, les ayudo a pasar las notas, les fotocopio los libros, les saco fotocopias de los exámenes… Cualquier necesidad que tengan o puedan tener. Yo estoy para ellos. Hay algunos que son más ágiles y otros, en cambio, me piden más cosas. Soy la chica del carri-

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SEPTIEMBRE 1988 Con Marta Valdés, en el Seminario Profesional para Directivos de Empresas Informativas.

to del helado. Intento cuidarles en todo. También, por supuesto, les llevo la co-rrespondencia y los periódicos.

¿Dices pasar las notas? Cuenta, cuen-ta. ¿Cómo son esos momentos?

No hago más que pasar las notas que me dicen. Hombre, si veo un 4,6 le digo al profe: “Oye chico, podrías ponerle un poco más”. Hay algunos, como Jorge Latorre, que es tremendo. Se para, mira, dice, piensa… Jorge siempre ha tenido muchos detalles conmigo. Me trae rega-los cuando se va fuera y me dice: “¿Qué voy a hacer sin ti?”.

Todos dicen que les cuidas mucho.

Mis compañeras me dicen que los he tratado demasiado bien. Ahora ya no va a haber secretaria en los departamen-tos. Creo que éramos la única facultad que la tenía. Ahora muchas de las cosas que les hago yo, no se las van a hacer. Las fotocopias, pasar las notas y cosas de esas… No van a ir hasta la facultad para eso. Siempre me decían que los te-nía mal acostumbrados. Pero yo estaba encantada. He sido feliz y les he tratado a todos lo mejor que he podido. Los te-nía al lado y todo era muy fácil. Me voy

a ir de la facultad con muy buen sabor de boca. No voy a estar todo el día me-tida en la facultad, pero voy a volver a menudo, a todos los actos que haya.

Maite, son más de cuarenta años. Has visto pasar máquinas de escribir, or-denadores, portátiles y tabletas.

Sí, sí. En mi departamento sigo mante-niendo una máquina de escribir. Con ella hago los sobres y las etiquetas suel-tas. Para estas cosas no me merece la pena encender el ordenador. He pasado de la máquina de escribir manual a la eléctrica, a la electrónica y luego ya al ordenador. El ordenador me ha dado muchas lloreras. Los que estaban en el Edifico Central tenían a los de Servicios Informáticos, pero yo estaba sola. Iba a cursos en los que se hablaba tan eleva-do que no me enteraba de nada. Llegué

a perder documentos. Mi madre me lle-gó a decir: o el ordenador o tú, porque va a acabar contigo.

Pero la tecnología no ha acabado con-tigo. Aquí estás.

Un día bajó uno de Medicina que vivía con Juan Antonio Giner y me explicó todo. Aprendí más que en 150 cursos. No soy ninguna experta, pero mi traba-jo creo que lo domino. No tengo que ha-cer grandes cosas, además el ordenador no es algo que me entusiasme.

Nos han contado que has invertido muchísimo tiempo en las máquinas de escribir. Algún pajarito dice que trans-cribías tesis doctorales enteras.

Sí. Mi hermana y yo hemos pasado una barbaridad de tesis doctorales a máqui-na. Llegábamos a casa a las siete de la

Siempre he salido adelante, me voy con la satisfacción de que he tenido muchos más momentos buenos que malos

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tarde y nos poníamos a pasar tesis. He-mos metido muchas horas. Pero, no me arrepiento en absoluto. Con eso hemos viajado mucho y nos hemos compra-do ropa, que es algo que nos encanta. Además, en casa, cuando empezamos a trabajar, se necesitaba el dinero, porque éramos las mayores de ocho hermanos.

En estos más de cuarenta años tam-bién ha habido momentos duros. ¿Cómo viviste las bombas de ETA?

La primera bomba me tocó vivirla en Eunsa. La primera que pusieron fue allí, en Barañáin. Aquella mañana no había ido a trabajar. Entraron con una pistola entre periódicos y obligaron a salir a mis compañeros porque iban a poner una bomba. Nos destrozaron los almacenes. Si ellos supieran lo que tu-vimos que trabajar después… Por cier-to, qué casualidad de la vida. Al que puso la bomba lo conocía. Lo vi unos días antes por la zona. Dije: “Qué hará este por aquí”. Era el hijo de un médi-co muy conocido en Pamplona, de muy buena posición. Había sido el novio de una amiga mía. No me lo podía llegar a imaginar.

¿Cómo fue la segunda?

Aquella la pusieron unos sanfermines en los sótanos de la facultad. Destro-zó los despachos. Otra la pusieron, si no recuerdo mal, el día de San Juan. Vinieron vestidos de curas. Una amiga fue al bar, si no llega a ir, no la cuenta. Y luego, la última no me pilló de mi-lagro. Yo siempre pasaba por el sitio donde explotó para ir a administración. Ese día estaba venga a llover y me dio pereza salir del despacho. Me saltaron todos los cristales encima. Nunca me había cogido tan cerca. Cogí el coche y me fui corriendo de la Universidad. Iba tan acelerada que le di un golpe a otro coche. Pudo haber sido una masacre. Recuerdo que el despacho del gerente desapareció. Estaba trabajando y dijo algo así como: “Me voy porque esto es como una bomba de relojería”. Se fue del despacho, volvió y todo estaba des-trozado. Casi no la cuenta. He tenido compañeras ingresadas y muy fastidia-das de los pulmones.

¿Qué sensación vas a sentir en el mo-mento en el que abandones los pasi-llos de la Universidad?

Me voy con muy buen sabor de boca. He tenido muchos más momentos bue-nos que malos. He sido muy feliz. Yo cuando salgo por la puerta, a mi facul-tad, la defiendo con uñas y dientes y a mi Universidad también. Porque hay mucha gente que habla sin saber. n

FEBRERO 1990 Maite da una sesión a alumnos en presencia de Gonzalo Peltzer.

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JULIO 1990 Maite Martínez y Mercedes Moreno, en la lectura de la tesis de Gonzalo Peltzer.

DICIEMBRE 1991 Las facultades de Filosofía y Letras y de Ciencias de la Información rinden un homenaje de despedida a Eugenio Martínez. En la imagen, de izquierda a derecha, María Jesús Díaz, Maite Martínez Pomares, Olga Brajnovic Tijan y Rosa San Martín.

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NOVIEMBRE 1992 Homenaje a Luka Brajnovic en el Aula Magna. En la foto superior, Maite entre Mercedes Medina y su hermana Marisol. Abajo, de izquierda a derecha, Alejandro Navas, Juan Mari Guasch, Juan Antonio Giner, Maite y Marisol.

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NOVIEMBRE 1992 Las hermanas Martínez Pomares. con Ana Tijan, esposa de Luka Brajnovic.

El 7 de noviembre de 1992, la Universi-dad de Navarra rindió homenaje a uno de sus pilares: Luka Brajnovic.

Periodista, escritor y poeta croata (1919-2001), se convirtió en maestro de periodistas en 1960 de la mano de Anto-nio Fontán que le trajo a la Universidad de Navarra para poner sus conocimien-tos y su experiencia de vida al servicio de los alumnos del recién nacido Ins-tituto de Periodismo, hoy Facultad de Comunicación.

Don Luka, como era llamado por to-dos en la Facultad, llegó a ella después de haber pasado por una vida azarosa que terminó en el exilio y pasó por una cárcel fascista, un campo de concentra-ción comunista e innumerables campos de refugiados en el exilio por no ceder ante las presiones contra su libertad de expresión, sus convicciones cristianas y por su decisión firme de actuar siem-pre de acuerdo con su conciencia de profesional basada en la ética.

Durante su etapa como profesor en Navarra impartió Deontología, Litera-tura Universal y Tecnología de la Infor-mación sobre las que también publicó manuales (el de Tecnología, también pionero). Fue director de publicaciones de la Universidad y director del Insti-

tuto de Artes Liberales y publicó libros sobre Ciencias de la Información como el Lenguaje de las Ciencias o El Ámbito Científico de la Información. Su activi-dad docente la hizo compatible con la actividad periodística publicando co-mentarios diarios sobre política inter-nacional durante 28 años en Diario de Navarra bajo el título "Boletín del ex-

tranjero" y colaborando con otras pu-blicaciones.

En su actividad literaria publicó dos novelas y un libro de relatos cortos en croata y seis libros de poemas en croata y en castellano. Además publicó al final de su vida un libro de memorias titu-lado "Despedidas y encuentros", en el que se desprende cómo, a pesar de todo lo que tuvo que sufrir durante la Segun-da Guerra Mundial y el exilio, vivió con paz y sin resentimientos porque, dijo, todos los días luchaba positivamente contra el odio.

Una vez desaparecida la antigua Yu-goslavia de la que tuvo que exiliarse y constituido el actual Estado Croata, fue distinguido con varias condecoraciones entre ellas la máxima al mérito cultural, pero eso a él no le importaba demasia-do, aunque lo agradecía.

En la Facultad era conocido especial-mente por su manera de enseñar y por su trato personal con los alumnos, en muchos de los cuales dejó huella imbo-rrable. Sobre el profesional de la comu-nicación, Luka Brajnovic decía que "es un servidor que pone toda su capacidad y todas las cualidades y posibilidades de un experto inteligente y honrado al servicio de los demás". n

En el homenaje a Luka Brajnovic

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Maite tuvo mucho que ver con el nacimiento, en 1993, de los Premios Malofiej, impulsados

por los profesores de la Universidad de Navarra Juan Antonio Giner y Miguel Urabayen, y destinados a reconocer la mejor infografía que se publica en me-dios de comunicación de todo el mun-do. Maite fue, durante años, la jefa de la sala de máquinas que engrasaba a la perfección todos los engranajes de cada edición anual de los premios.

Cada año desde entonces se dan cita en Pamplona la mejor cosecha de info-gráficos y los mejores infografistas del mundo. La Facultad de Comunicación y el Capítulo Español de la Society for News Design (SND-E) organizan bajo la denominación genérica Malofiej un taller para profesionales llamado Show, Don't Tell!, un taller de infografía mul-timedia llamado Interact, Don't Show!, la Cumbre Mundial y los Premios In-ternacionales de Infografía, que se han convertido en la referencia indiscutible de la especialidad a nivel mundial, sien-do incluso considerados los 'Pulitzer' de infografía. n

PremiosMalofiej

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FEBRERO 1993 Primera cumbre mundial de Infografía en Pamplona. En la página anterior, arriba, la tuna ameniza la cena; en la mesa, Maite, Alejandro Navas y Antonio Franco, entre otros, y abajo entrega su premio al director de El Periódico. En esta página, arriba, Maite entrega el diploma a Javier Sicilia y, abajo, Luis Infante (Marca) agradece el galardón en presencia de Juan Antonio Giner, Deborah Witthey y David Gray.

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FEBRERO 1993 Primera cumbre mundial de Infografía en Pamplona. Arriba, Maite entrega su Diploma a Carlos Pérez de Rozas. Abajo, Jeff Goertzen recibe su premio.

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“Maite ha sido una roca muy dura sobre la que se han construido muchos proyectos”

ENTREVISTA CON AIRES VAZ, CASI 25

AÑOS AL FRENTE DE LA SECRETARÍA DE LA

FACULTAD DE COMUNICACIÓN (1975-1998)

De padres hindúes, nació y se crió en Kenia. Un día,

un sacerdote caribeño le habló de la Universidad de

Navarra. Quería probar algo nuevo y vino a estudiar

Periodismo. Cuando se graduó recibió una llamada de

Carlos Soria. Se convirtió en secretario de la facultad,

donde estuvo desde 1975 hasta 1998. Después fue

subdirector de Alumni, adjunto al vicerrector de

Relaciones Internacionales y también se dedicó a la

orientación de los alumnos extranjeros. Aires habla

despacio, bajito. Recuerda muchas cosas. Recuerda

cuando el Rectorado estaba en la Plaza del Castillo,

encima del Iruña. Estaba antes de todo, incluso de

que se colocara el camarote del Edificio Central. A él le

tocó elegir el decorado en una empresa de transporte

marítimo en Madrid.

n Texto: Daniel Ramírez n Foto: Eugenio Zúñiga

A ires es historia viva de la facul-tad de Comunicación, una histo-ria que juntó su nombre con el

de las hermanas Martínez Pomares.

¿Cómo conoció a Maite?

Cuando entré en la facultad, mi secre-taria directa era su hermana Marisol. Por aquel entonces, Maite todavía es-taba en EUNSA. Marisol trabajaba di-rectamente conmigo. Pero como yo era el secretario de la facultad, tenía que hablar con todo el personal docente en muchas ocasiones. Entre esas personas estaba Maite.

¿Qué valor tiene como profesional?

Maite pertenece a un grupo único de secretarias de la Universidad de Nava-

rra que ha hecho posibles muchas co-sas. Sin ellas no hubiera sido posible, seguro. Maite es una secretaria única, una protagonista silenciosa, escondida. En la facultad todos conocían a los pro-fesores, pero la Universidad y la facul-tad iban creciendo gracias a ellas.

¿Y en cuanto a su faceta personal?

Maite es muy leal, con sus jefes y con la Universidad. Habla claro y con total li-bertad. Tiene un gran sentido de la jus-ticia. Teníamos un trato muy amigable. Maite es sacrificio y entrega. Conozco cosas increíbles que se han hecho gra-cias a ella. Los congresos de innova-ción periodística, muchos seminarios y Malofiejs se hacían gracias a Maite. Siempre sabía cuando algo estaba mal

o cuando estaba bien. Era muy navarra, muy clara hablando.

¿Tuvieron momentos duros?

Con Maite no hubo apenas momentos duros. Ella siempre me hablaba claro y, en muchas cosas, tenía razón. Maite y Marisol, por ejemplo, nunca han sido de la obra. Sabíamos cómo eran y eso nunca importó. Tenían unos grandes valores humanos y eso las hacía gran-des profesionales. Nuestra relación es-taba basada en la confianza y, por eso, nunca teníamos problemas.

¿Por qué cree que es una persona tan querida dentro de la facultad?

Fíjate en la cantidad de antiguos alum-nos y profesores que tienen un gran

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recuerdo de Maite. Es una gran profe-sional. Siente el peso de la Universidad y trabaja por ello. Por eso ha triunfado.

¿Cómo era el trabajo diario de los dos?

Antes las gestiones eran más fáciles. Todo se basaba en la confianza. Ella siempre correspondía con lealtad y mu-cha responsabilidad. Cuando le daba un tema a Maite, no me tenía que preocu-par. De hecho, ella solía ir por delante y me lo daba masticado.

Las personas que le rodean siempre hablan de esa eficacia.

Es que Maite facilitaba mucho el traba-jo de los profesores. Podían dar sus cla-ses e investigar gracias a todo el trabajo que hacía ella. Ha sido una persona cla-ve en todos los departamentos por los que ha pasado.

¿Cómo la definiría en una palabra?

Maite ha sido una roca muy dura sobre la que se han construido muchos de-partamentos. Muchos profesores han construido su currículum profesional y personal gracias a Maite.

¿Cómo es un encuentro personal en-tre Aires Vaz y Maite Martínez?

Cuando me encuentro con Maite ha-blamos con mucho cariño. Hablamos de las cosas que echamos en falta en la facultad. Ahora cada uno va a su rollo. No se siente la Universidad como noso-tros la sentíamos. Entiendo que ahora

MARZO 1993 Una de tantas cenas de trabajo de la facultad. En primer término, Maite y, en la mesa del fondo, Aires Vaz. En la imagen inferior, en noviembre del mismo año, atendiendo a la entrada del Congreso de la Comunicación.

hay mucha más gente y que son otros tiempos, pero para mí lo fundamental, aunque pasen cien años, seguirán sien-do las personas.

Y ahora que se jubila, ¿qué le diría?

A Maite le diría muchas cosas, pero por encima de todas una: que siga siendo

tan auténtica y divertida como siempre lo ha sido y lo ha contagiado. Además, estoy seguro de que nunca cambiará. Maite es la reina del detalle, por ejem-plo siempre se acordaba de llamarme para contarme cuando se ponían malos profesores de nuestra época. Siempre se lo agradezco mucho. n

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ABRIL 1993 Maite Martínez, Francisco Lillo y Valentina Villegas, en el Seminario Internacional de Marketing Periodístico.

FEBRERO 1994 Cóctel de recepción en la segunda Cumbre Mundial de Infografía, Premios Malofiej.

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MARZO 1994 Maite, acreditada en el Seminario Internacional de Marketing Periodístico.

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MAYO 1994 Nuevo Seminario de Innovación Periodística.. En la imagen superior, Deborah Wittney, Álvaro Moncada, Maite Martínez, Wagner Barreira, Diego Cenzano, Mariana Barbosa y Marta Ortiz.A la izquierda, en un almuerzo con Emilio Vidal Scheck y José Bernal.

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MAYO 1994 Seminario de Innovación Periodística.. Paco Sánchez, José Bernal y Maite Martínez, entre otros.

Desde siempre, pero principal-mente desde la década de los 80, la Facultad de Comunica-

ción de la Universidad de Navarra se ha caracterizado por saber unir el entorno académico con el profesional como una forma práctica de unir ambos y mante-nerlos en continuo contacto.

Son muchas y variadas las activida-des que anualmente van dirigidas a jun-tar los mundos académico y profesio-nal. Desde las Jornadas Internacionales de la Comunicación (hoy CICOM) has-ta Fcom Profesionales, pasando por la organización de premios como los de Diseño Periodístico y de Infografía, los Malofiej, amén de innumerables jorna-das, congresos y seminarios temáticos.

Maite Martínez ha tenido desde siempre mucho que ver con todas es-tas actividades, especialmente durante los quince años que trabajó en la re-vista Nuestro Tiempo y al frente de la Secretaría de la consultora Innovación Periodística. n

Académicos yprofesionales

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MAYO 1994 Seminario de Innovación Periodística.. Diego Beltrán, Emilio Vidal Scheck y Maite Martínez, entre otros. Y, para terminar, un baile con el tuno Carlos Lázaro en el acto de clausura.

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MARZO 1995 Seminario de Innovación Periodística.. En la foto superior, Sofía Martínez, Noelia Fernández y Maite Martínez.A la izquierda, con Diego Cenzano.

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“Aunque Maite sabe guardar muy bien las formas, siempre te dirá lo que piensa”

ENTREVISTA CON ROSA SAN MARTÍN,

AMIGA DE LAS HERMANAS MARISOL Y MAITE

MARTÍNEZ POMARES DESDE HACE 27 AÑOS

Rosa San Martín Rezusta es secretaria de Oficinas

Generales de la Universidad de Navarra. Desde hace

27 años trabaja en esta casa, lugar en donde conoció

a las hermanas Marisol y Maite Martínez, con quienes

ha entablado una entrañable amistad desde los

tiempos en que las tres trabajaban como secretarias

en la Facultad de Comunicación. Una amistad que les

ha llevado a compartir viajes y aventuras, tanto en los

buenos como en los malos momentos de la vida.

n Texto: Andrés Juárez Chang n Foto: Manuel Castells

No son solo compañeras de tra-bajo desde hace casi tres dé-cadas. Paralelamente, y casi

desde el primer minuto, surgió una amistad profunda que dura y durará. Dentro y fuera de la Universidad, Rosa San Martín es una de las personas que con seguiridad mejor conoce a las her-manas Martínez Pomares.

¿Cómos surge la amistad con las her-manas Martínez?

La relación con ellas es una amistad de veintisiete años, el mismo tiempo que llevo trabajando aquí. Es una amistad muy sincera. Ellas conocen mis proble-mas y yo los de ellas. Es una relación que nació en al época en la que yo tra-bajaba en la Facultad de Comunicación, desde entonces somos amigas.

¿Cómo es trabajar mano a mano con Maite Martínez?

Maite es una persona muy eficaz. Ella trabajando está a gusto, no le importa si lo que tiene que hacer es llevar un café u organizar un viaje. Le gusta lo que hace. Además hay que decir que en fcom se está muy bien. Cuando yo

trabajaba ahí me lo pasaba estupenda-mente, ahí los profesores te tratan igual que a todos. Es una gozada, eso no es habitual en todas partes. En otras facul-tades los profesores guardan más las distancias.

Ahora que usted ya no está en la facul-tad, ¿cómo es su relación con Maite?

Dentro de la universidad trato muy poco con ella, pero fuera hablamos mu-chísimo. Además solemos viajar juntas.

Se dice que viajando se conoce a la gente… y Maite es la maestra de los viajes o, por lo menos, eso es lo que se comenta. ¿Cómo es viajar con ella?

Viajar con ella es muy cómodo. Por po-ner un ejemplo, ahora, dentro de unos días, iremos a Málaga y ella se ha encar-gado de hacer todas las gestiones. Mai-te es muy meticulosa con los papeles,

los billetes y los planes. Lo de la pun-tualidad le pone muy nerviosa. Yo soy un poco impuntual (ríe), pero a Maite le gusta ir muy puntual a los sitios. A veces es excesivo. Las dos tenemos mu-cho genio, pero lo sabemos controlar. Con Maite me llevo muy bien, de hecho casi todas las semanas quedamos para tomar algo o para ir al cine.

¿Del cine qué es lo que les gusta?

Yo prefiero ver películas de esas en las que sales relajado. Pero a Maite le gusta más el cine tipo… lo que echan en Ya-maguchi.

Otra de las grande virtudes que des-tacan de Maite los profesores es su habilidad en la cocina, ¿qué es lo que más le gusta preparar?

Todo, pero la tortilla de patata la sale muy bien, las croquetas también y el

Maite es una persona muy eficaz, ella trabajando está a gusto porque le gusta lo que hace... en fcom se está muy bien

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rabo de ternera le sale exquisito. Co-cina muy bien. Pero su mejor plato no cabe duda que es la tortilla de patata, le sale buenísima. Siempre que vamos a Andalucía con los amigos le pedimos que nos haga una tortilla.

Hay profesores que dicen que Maite es como una madre para ellos, ¿qué opina usted de esto?

Sé que los profesores le tiene un apre-cio terrible. La relación de Maite con los profesores es muy personal, recuer-do que siempre nos decía: tal profesor me ha hecho un regalo o me ha traído esto otro. El profesor Lozano siempre le traía cosas de sus viajes, a Marisol y a mí nos daba un poco de envidia, pero es cierto que se lo ha ganado. Ella ha cuidado mucho a los profesores de los departamentos. Maite tiene mentalidad antigua en el buen sentido, la mentali-dad de servicio. Ella tiene una visión del trabajo como la que se tenía antes.

Sobre esa misma línea, también dicen que es una persona muy directa. ¿Con usted es igual?

Sí, Maite es muy directa, si le incomoda algo te lo dice. En ese sentido es muy navarra, como yo. Somos muy directas. A veces la delicadeza que puede tener un andaluz o alguien del sur no la tene-mos. Pero lo importante son las formas: a quién le dices las cosas y cómo se lo dices. Aunque Maite sabe guardar muy bien las formas, siempre te dirá lo que piensa.

¿Cómo lleva Maite lo del tema de su jubilación?

Está muy contenta, se jubila con 61 años y con su hermana en casa. Ahora va poder pasar más tiempo con Marisol. Ahora van a poder viajar cuando quie-ran. Se jubila contenta, pero sé que le da un poquito de pena dejar la relación con los alumnos y con los profesores.

¿Veremos a Maite de nuevo por esos pasillos?

Sí, de hecho tiene que volver dos meses al año. Desde la facultad le han pedido vuelva los veranos para cubrir a las se-cretarias que estén de vacaciones.

¿Qué se lleva de estos años juntas?

Me llevo una amistad de muchos años. Creo que Maite es un persona muy hu-mana. Lo da todo por los demás. Como amiga es muy generosa, siempre está ahí cuando la necesitas. Hace unos años tuve un accidente de coche y tanto Mai-te como su hermana Marisol estuvieron ahí para apoyarme. Ambas se volcaron en mí y eso te marca. n

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ENERO 1991 Foto superior: Rosa San Martín, Karen Sanders y Marisol Martínez, en la Secretaría de la Facultad de Ciencias de la Información.

JUNIO 1997 Izquierda: en la lectura de la tesis de Cristina López Mañero. En la última fila, Gonzalo Robles, Miguel Ángel Jimeno y José Alberto García Avilés.

NOVIEMBRE 1997 Derecha: las hermanas Martínez Pomares, con Luka Brajnovic, en la entrega del premio que lleva su nombre.

Maite está muy contenta, se jubila y va a poder pasar más tiempo con su hermana Marisol

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NOVIEMBRE 1998 Diego Cenzano, Maite Martínez y Javier García, en el Congreso Internacional de Comunicación.

FEBRERO 2000 Encuentro de Graduados Latinoamericanos. Guillermo Fraqueiro, las hermanas Martínez y Gustavo Machado.

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NOVIEMBRE 1999 Tesis de Belén Amadeo. Maite Martínez, José Alberto García Avilés, María Moya y Estebal López-Escobar.

JUNIO 2000 En la despedida de María Dolores Ongay, de la Facultad de Derecho Canónico.

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MARZO 2006 Toda la Facultad de Comunicación

de la Universidad de Navarra, en la comida homenaje

de despedida a su hermana Marisol.

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ENERO 2007 Maite Martínez y Merche López, secretarias de la Facultad de Comunicación.

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JUNIO 2007 Las hermanas Martínez Pomares, con Ángel Faus en el Aula Magna de la Universidad de Navarra.

La Universidad de Navarra ha sido, es y será, de Maite. Su implicación, su afán de servicio, su trabajo abundante y bien hecho, su afecto a las personas y también su carácter tan abierto como directo, han sido una gran contribución para que la Universidad de Navarra —y especialmente la Facultad de Comunicación— sea lo que es. Todos se lo reconocemos y se lo agradecemos de verdad.

Alfonso Sánchez-Tabernero · Rector de la Universidad de Navarra

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DICIEMBRE 2007 Algunos de los profesores, doctorandos y personal del Departamento de Comunicación Pública de la Universidad de Navarra. Alberto Pedro López-Hermida, Mónica Codina, Ana María Córdoba, Mercedes Montero, Guillermo Velasco, José Javier Sánchez Aranda, Pedro Lozano Bartolozzi, Alejandro Navas, María Teresa La Porte, Maite Martínez, Esteban López-Escobar, Carlos Barrera y Jordi Rodríguez Virgili.

Maite también ha sido una grandísima profesora para todos, por cómo nos ha tratado y cómo ha trabajado con tantos de nosotros. Porque, si el medio es el mensaje, el cómo, el 'estilo Maite' también es comunicación. De la buena.

Mónica Herrero · Decana de la Facultad de Comunicación

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MAYO 2009 Actos conmemorativos del 50 Aniversario de la Facultad de Comunicación. En la imagen, entre otros, María Victoria Romero, Marisol Martínez, Ana Tijan, Maite Martínez, Olga Brajnovic y Aires Vaz.

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EN

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OM

Maite es muy cum-plidora, rápida y servicial; es una mujer que está en los detalles. Sin duda es muy per-feccionista. Yo creo que nunca le he pedido nada ex-traordinario, inten-

to darle poco la tabarra. Recuerdo que en mis primeros días

en el departamento, cuando mi despa-cho aún estaba sin amueblar, solía tra-bajar en los ordenadores de la Secre-taría y veía cómo gestionaba: llamadas telefónicas, correos, viajes, profesores...

Maite es una persona tremendamente identificada con la Facultad de Comu-nicación y preocupada por aprovechar bien los recursos. Lo natural en esta si-tuación es darle las gracias, ha hecho un trabajo excelente en consonancia con el espíritu de la Universidad de Navarra.

Maite, te deseo que esto años que vie-nen sean un descanso merecido junto a Marisol, que seguro está esperando en casa.

Manuel Martín AlgarraAprovechar los recursos

Maite siempre va un paso por delan-te de ti. Siempre sabe cuál es el re-coveco por el que hay que entrar para conseguir lo que necesitamos los profesores.

Maite conoce muy bien la Universidad y nos conoce muy bien a todos, eso es muy difícil de conseguir; conoce las necesidad par-ticulares de cada uno. Maite nos tiene calados hace mucho, nos ha visto ir y venir, nos ha visto triunfar, nos ha vis-to casarnos, etc. Pensar que ella no nos conoce es algo muy ingenuo de nuestra parte.

Me sorprende lo eficiente que es Maite, todo lo hace con mucho corazón y además acierta, que eso no lo hacen todos. Muchas veces le pido algo en mi despacho y, en menos del tiempo que le toma llegar a su escritorio, ya lo tiene resuelto. Todos los profesores tenemos mucho que agradecerle.

Maite, te vamos a echar de menos.

Charo SádabaNos tiene calados a todos

Tan cercana como eficazC

omo si se hubiera producido una silenciosa maniobra

para poner a todo el mundo de acuerdo, la unanimidad

de todos los habitantes de fcom a la hora de definir a

Maite Martínez Pomares es de las que llama la atención: es

una persona tremendamente eficaz en su trabajo, polivalente,

rigurosa... y encima de un trato personal que rompe las

barreras profesionales y se interesa por cada universo

individual. Así la ven los profesores y compañeros de su

facultad. Y todos, también de forma unánime, le desean todo

lo mejor en esta jubilosa etapa vital que ahora comienza. n

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Creo que es imposible hablar o escribir sobre las hermanas Martínez Pomares, y en este caso concreto sobre Maite, sin separarlas y, sobre todo, sin quedarse cortos. Mari-sol, ya jubilada, y Maite, que comienza ahora una jubilación atenuada, para que vayamos acostum-

brándonos poco a poco a su ausencia, están uni-das en mi mente como dos hermanas inseparables, trabajadoras, ordenadas, inteligentes y serviciales.

Marisol tuvo un trabajo más sedentario en la Se-cretaría de la Facultad de Ciencias de la informa-ción, hoy de Comunicación, primero en la planta superior del Edificio Central, luego en el “subma-rino” (el sótano de ese edificio que con mucho in-genio –sobre todo de Alfonso Nieto, Carlos Soria, Paso Gómez Antón y Aires Vaz– se convirtió en una de las atracciones “turísticas” de la Universi-dad), y finalmente en las oficinas del nuevo edi-ficio que se llamó –en sus comienzos– de Ciencias Sociales. Maite, por contraste, ha tenido ocupaciones más variadas, y menos sujeción a la butaca de una oficina, de un despacho: cubría mucho terreno, como un centrocampista que juega repartiendo jue-go, y ha dado siempre seguridad al equipo sirviendo de enlace entre los defensores y la línea de ataque.

Creo que conocí a Maite cuando ella tra-bajaba en EUNSA: era “la hermana de Ma-risol”. Uno de los directores generales de EUNSA, el catalán Francisco Salvadó, que tenía una magnífica experiencia profesio-nal, y particularmente editorial, me decía que era una chica listísima. Y, efectivamente, lo es. Pude comprobarlo personalmente cuando Nuestro Tiempo se integró en EUNSA y Maite comenzó a ocuparse de la revista –que se publicaba entonces once meses al año como una revista de cuestiones actuales–. En Nuestro Tiempo, y bajo la dirección de Juan Antonio Giner, ha sido una persona deci-siva en lo ordinario –el trabajo diario de la revista– y en lo extraordinario: las múltiples actividades, seminarios, congresos y cursos de cuya organiza-ción se ocupó. Después se incorporó a la facultad y sobre sus espaldas han ido recayendo, poco a poco, las secretarías de todos los departamentos, en las que siempre ha actuado con talento y con gran eficacia y diligencia.

Maite, con su hermana Marisol, forman una pa-reja cosmopolita que ha pateado, prácticamente, el mundo entero. Creo que hay pocos países que no hayan visitado, y seguramente irán a visitar ahora los que todavía no conocen. Siempre me asombró su conocimiento práctico del calenda-rio, que le permitía disfrutar de puentes a medi-da, para organizar sus viajes con Marisol para ir

a tomar el sol en una playa tunecina, y volver con un moreno envidiable, o para recorrer los países de América Latina recibiendo todo tipo de aga-sajos de muchos antiguos alumnos del PGLA (el Programa de Graduados Latino Americanos que mantuvimos casi veinte años), que acabaron sien-do sus grandes amigos.

Pero las Martínez Pomares, y particularmente Maite, combinan magistralmente lo global y lo local; son cosmopolitas, pero a la vez están pro-fundamente arraigadas en Pamplona y en Nava-rra. Las habréis encontrado muchas veces dando largos paseos para mantenerse en forma, y Maite es, por otra parte, una fuente de información ina-preciable sobre los restaurantes de la Comunidad foral, sus menús, sus precios y la relación precio-servicio. A partir de ahora habrá que llamarla al móvil cuando uno necesite esa información.

La echaremos mucho de menos. Nos costará acostumbrarnos a su ausencia. Nos sentiremos bastante desvalidos. Dejaremos de ver la simpáti-ca cara de su sobrino en la pantalla del ordenador de la Secretaría del Departamento de Comunica-ción Pública...

Esteban López-Escobar

La centrocampistade la comunicación

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A mí lo que más me im-presiona de Maite es su profesionalidad, a lo me-jor otras personas tiene recuerdos más persona-les. Pero para mí el re-cuerdo que me llevo de ella será siempre su gran profesionalidad.

Conozco a Maite des-de que llegué a la facultad en 1984, cuan-do trabajaba como alumno colaborador en Nuestro Tiempo: un lugar donde los estu-diantes aprendíamos mucho y donde Maite siempre estaba ahí para ayudarte.

Recordaré siempre su eficiencia. En con-creto se me viene a la cabeza en dos gestio-nes que tuvo que hacer para mí, se trataba de dos visados muy difíciles: uno para Nigeria y otro para Rusia. Los visados suelen ser pro-cesos muy complicados, pero con Maite ese tipo de cosas son más fáciles.

Por su calidad humana y por el modo en el que trata a las personas, Maite Martínez dejará un hueco muy difícil de llenar. Gra-cias, Maite.

Francisco Javier Pérez-LatreGran profesionalidad

No recuerdo la primer vez que vi a Maite, pero sí recuerdo que siempre ha estado ahí. No nos vemos todos los días, pero con mucha frecuencia coincidimos al entrar a la universidad. A mí gusta preguntarle sobre su fin de semana y sobre los lugares que visita. Maite es como una prescrip-tora de lugares. Siempre sabe adónde hay que ir para estar a gusto, para ir de viaje con la familia o simplemente para ir a tomar un pintxo.

En el fondo ella refleja el espíritu de esta uni-versidad. Maite hace su trabajo muy bien porque sabe pensar en la persona que está del otro lado. Ella no piensa en el billete que tiene que comprar para un viaje, sino que piensa en la persona, en sus ne-cesidades específicas.

Recuerdo que en una ocasión estaba yo en una estancia de investi-gación en Roma y necesitaba leer una página de un libro para un tra-bajo que estaba haciendo. Le dije a Maite: ‘’Necesito que me leas esta página de este libro’’ y ella, en lugar de leerme la página, me escaneó todo el libro y me lo envío. Lo recuerdo porque hay momentos en la investigación en los que te quedas estancado, en los que necesitas ir a la fuente. En esa oportunidad ella hizo mucho más de lo que debía. Cosas como ésta demuestran cuál es la actitud de Maite, ella no hace las cosas por una simple relación de interés, sino que les agrega un matiz de gratitud.

Maite, te agradezco muchísimo todo lo que has trabajado. Espero que disfrutes de tu jubilación.

Marta TorregrosaMucho más de lo que debe

Maite encarna muchos de los motivos que explican la exis-tencia de nuestra facultad. Po-dría referirme a la profesiona-lidad, el trabajo bien hecho, el cuidado de lo pequeño... Pero prefiero detenerme en uno: la preocupación por las perso-nas. Es imposible pasar por su lado sin que te pregunte algo

de "lo tuyo". Y esto nos humaniza a todos, pone en perspectiva que quizá lo más importante no es precisamente aquello que nos ocupa tanto la cabe-za y, sobre todo, nos enseña...

Xavier BringuéNos humaniza

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"La capacidad de trabajo, humildad, sencillez y sentido del humor de Maite es un ejemplo para alumnos y profesores"

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Maite es una mujer que te recibe con los bra-zos abiertos. Lo bueno de Maite es que las tareas extraordinarias las convierte en ordina-rias. Ella convierte en normal todo lo que le pidas. Lo que más voy a echar en falta es ese encuentro por el pasillo en le que te pregunta ‘¿Álvaro, qué tal estás?’ Lo bueno de ella es que no sólo se dedica a hacer la labor de una secre-taria sino que también es una amiga. Ella no pierde la oportunidad de, aunque estés lejos,

darte una voz y llamarte por tu nombre sólo para saber cómo estás.En momentos difíciles siempre está ahí para acogerte y decirte

que todo saldrá bien. Maite, eres una gran persona. ¡cuánto te voy a echar de menos!

Álvaro BonetCon los brazos abiertos

Maite me parece que es como las an-tiguas secretarias: siempre dispuesta. Siempre iba yo pi-diéndole un favor y ella me respondía “No, no, es mi tra-bajo, yo lo hago”. En estos últimos

tiempos le valoro la cercanía y la dispo-nibilidad, y sobre todo con esas ganas de hacer, de servir, de ayudar. Siempre dispuesta. Pidiéndole cosas y siempre las hace en plazo. Siempre está dispo-nible y con buena actitud, una actitud muy positiva. En una palabra, eficacia. Absoluta. Y yo eso lo valoro mucho, y somos muchos profesores a los que atiende, pero desde cosas mínimas como unas fotocopias, hasta pedir unos libros.

Recuerdo algo que la define: tuve que pedir para un invitado un libro de re-cuerdo de la universidad porque él era antiguo alumno y su madre había esta-do vinculada a través de alumnos, de becas. Yo quería un libro, que no era de fácil acceso porque era antiguo, y pen-sé ¿quién me puede ayudar? Y acudí a Maite. Y por supuesto, me consiguió el libro, ella supo a quién llamar en la universidad. Al final, el invitado quedó encantado. En esas cosas que eran un poco especiales que no sabías a quién llamar, tú llamabas a Maite que ella se encargaba. Este tipo de cosas demues-tran su eficacia.

Idoia PortillaEficacia absoluta

Ella siempre ha tenido una rela-ción con muchos de los alumnos un tanto pecu-liar, distinta a otras secretarias. Ella ha estado en Bibliotecas, en Nuestro Tiem-

po... y siempre ha tenido cercanía. Y los alumnos que han tratado con ella siempre destacan esa cercanía, siem-pre tenían aventurillas que contar en los seminarios. Maite ha sido mucho más cercana que otras secretarias. Y al tener ese tipo de relación, tanto con alumnos como con los profeso-res, facilitaba que pudieras estar ha-ciendo bromas con ella, mucho más informal.

José Javier Sánchez-Aranda"¿Qué tal Maite?"

Se hizo muy famosa cuando había un examen de Derecho de la Infor-mación, del profesor Soria. Y su des-pacho, al estar en Nuestro Tiempo, donde estaba Maite entonces, trata-ba con los alumnos que iban a ver al profesor, y los alumnos iban allí a desahogarse, de pasar ese mal trago que eran los exámenes orales famo-sos en aquella época. Y mucha gente tiene también el recuerdo de rela-cionar a Maite con esos exámenes tan llorosos de Carlos Soria. Maite también se involucró mucho con los alumnos del Programa de Graduados Latinoamericanos (PGLA) y enton-ces me sorprendía, cuando trataba con algún profesional de alguna uni-versidad de Latinoamérica, que en vez de preguntarme por la facultad, me preguntaban por Maite.

Es toda una institución en la facultad, y creo que debe-mos agradecerle mucho. Como alumna y luego como profesora he aprendido muchas cosas de Maite: una per-sona eficaz, trabajadora, siempre disponible, nunca ha dicho una palabra sobre otra. Su capacidad de trabajo, humildad y sencillez, y sobre todo su gran sentido del humor. Un ejemplo para los alumnos y los profesores. Maite personifica a la perfección el espíritu de servicio que tanto se escucha en esta universidad.

Elena Gutiérrez...Y su sentido del humor

Mayo 2014 ─ MAITE ● 45

Page 46: Homenaje a Maite Martínez

Una obviedad acerca de Maite Martínez: Maite conoce a todo el mundo en la Facultad. Maite nos conoce a todos, sí, pero no por-que lleve trabajando aquí muchos años –no sé cómo concebir la universidad sin ella–

sino porque sabe y quiere conocer a las personas. Maite te mira a los ojos, te habla, te coge del brazo, se para en su sin parar de escaleras y encargos. No es cuestión de años; es cuestión de querer.

Y da igual que seas alumno, doctorando, bedel, alumno de Farmacia que se perdió en un pasillo, doctor, titular o catedrático. Te conoce y te aprecia porque eres tú, y se preocupa porque eres tú. Tiene el don de hacerte querer ser auténtico porque ella lo es. Maite me ha mirado siempre con el mismo cariño y consideración cuando era una alumna interna que hacía cola fren-te el despacho de Paco o de la pecera del trío Vidal-Quadras-Mariángeles-MAJ, que cuando vino a ver cómo me defendía ante la tesis o ahora lo intento con los alumnos.

Se ha alegrado siempre de mis logros, me ha acompañado en las penas y se ha adelantado a mis despistes –y a los de Car-los, que menudos dos, ya sé, ya sé–. Y, para hacerlo, le ha bastado una mirada, una mano en el codo, un cigarro en la puerta de la Biblioteca.

Muchas, muchísimas gracias, Maite.

Beatriz Gómez BaceiredoCuestión de querer

Maite es una persona con capacidad para adaptarse a quién ne-cesita algo de ella. Ya sea un alumno como un profesor mayor, siempre sabe dar el servicio que esa per-sona requiere; algo que puede ser muy

variado y muy distinto para cada caso. Además, es una persona que ha sabido

combinar la actividad interna en la Facul-tad con la actividad externa. En todos los casos ha sabido llevar la imagen propia de lo que es la Universidad de Navarra.

Desde el punto de vista personal, puedo decir que Maite ha sabido acertar en todos mis encargos, en todas mis necesidades: desde las más altas, cuando yo era deca-na de esta Facultad, hasta las más básicas, esa que cualquier profesor puede pedirle. Incluso recuerdo que en un momento tuve que pedirle que me acompañara hasta el coche o a una farmacia por una dolencia que tengo en la rodilla, y lo hizo.

Maite es la persona que siempre está, llegues a la hora que llegues siempre está ahí. Ella es una persona con la que puedes hablar de cualquier cosa: de un problema personal serio o simplemente del tiempo.

Lo que más voy a echar en falta es su presencia. Maite es una persona muy ale-gre. Creo que lo mejor que define a Maite es que sabe combinar la relación profesio-nal con las relaciones humana.

Mateye La PorteSanadora a tiempo total

Hace algún tiempo, ella debía ges-tionar el pago de un congreso al que yo asistía. No nos dimos cuen-ta y el pago no se realizó en euros sino en dólares de Hong Kong, que vale casi diez veces menos. Lue-go, a partir de ese suceso, siempre que entraba al despacho me decía guasona: “¿En euros o en dólar de Hong Kong?”.

Maite es la perfecta fontanera: si surge algún incen-dio ella sabe cómo apagarlo. Se conoce al detalle toda la fontanería de la Universidad, pues sabe a quién llamar y qué proceso seguir, con lo cual es una maravilla. Es una persona muy divertida.

De que Maite haga bien su trabajo dependen muchas cosas de los departamentos. No gestionará las grandes cosas de la Universidad, pero gracias a las pequeñas co-sas que realiza se consiguen las grandes.

La perfecta fontaneraAlfonso Vara Cuando veo apa-

recer a Maite por el departamento es una alegría. Me acuerdo de mis primeros días en el despacho, cuan-do venía con la correspondencia, siempre eran todo

sonrisas, buenas caras y buen humor.Siempre que le he pedido ayuda, me

ha atendido de maravilla. Cuando bajo a su despacho le escucho teclear con muchísima rapidez. La tecnología no ha podido con ella. Una vez, recuerdo, tenía que ir a hacer una entrevista a Ma-drid y los billetes de tren no llegaban. No había apenas tiempo. Tuvo que ir a conserjería a que le enviaran los billetes por fax, y en pleno 2012. Hizo falta y ahí estaba Maite.

Samuel NegredoMuy tecnológica

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Page 47: Homenaje a Maite Martínez

La historia se con-virtió en leyen-da; la leyenda en mito… Al recordar estas palabras que Galadriel pronun-cia en la obertura de la adaptación cinematográfica de El Señor de los

Anillos, me viene a la cabeza el caso de las hermanas Martínez, Marisol y Maite; y, en particular, el caso de esta última. Porque ambas han dejado una profunda huella en fcom, y no me cabe duda de que –de algún modo– son ya leyendas vivas, y en su momento pa-sarán a formar parte de nuestra par-ticular mitología, junto a los grandes nombres que nos han precedido.

No se me ocurre una fórmula más sencilla y sincera que ésta: Muchas gracias, Maite, porque siempre has estado ahí. Con tu sonrisa, con tu efi-cacia, con tu voz ronca, con tu salero, con tu carácter, con tu saber-hacer, con tu paciencia, con tu genio, con tu franqueza, con tu simpatía, con tu leal-tad, con tu amistad.

Desde mi época de estudiante, cuan-do la conocí en Nuestro Tiempo, hasta la actualidad, Maite ha sido un estan-darte y un punto de apoyo. Guardo un recuerdo particular y agradecido de los años que estuve al frente del De-

partamento de Cultura y Comunica-ción Audiovisual. Aquellos ocho años fueron sin duda más llevaderos gracias a la suerte de tener cerca a alguien como Maite. Porque Maite, aparte de eficaz secretaria, fue también agente de viajes, solucionadora de conflictos, maestra de imposibles y “apaga-fuegos” ocasional…

Y aquellos hechos que nunca debie-ron caer en el olvido, se perdieron en el tiempo… Así continúa la voz de Gala-driel en el mencionado prólogo. Por fortuna, no será así en el caso que nos ocupa. Llegará un día en que se escriba esa “otra” historia de fcom. Y como se ha comprobado a lo largo de la historia de la humanidad, los grandes logros, los acontecimientos más relevantes, las instituciones de mayor prestigio han sido posibles gracias al trabajo eficaz y escondido de personas anónimas para el gran público. Maite es una de ellas. A Dios gracias, no ha pasado ni pasa-rá inadvertida para la historia personal de quienes hemos disfrutado del privi-legio de coincidir con ella, ni para la Facultad para la que ha trabajado. Para muchas generaciones de periodistas y comunicadores que han pasado por es-tas aulas, Maite ha sido y será siempre una columna y un punto de referencia tan firme y sólido, tan cálido y humano, como muchos de los grandes maestros que hemos tenido.

Gracias, porque siempre has estado ahíAlejandro Pardo

La conozco desde que era estudiante, porque ella era la secretaria de Nues-tro Tiempo. Pero cuando más le he tratado ha sido en los últimos años, desde el año 2001 que vine aquí al

Departamento, hasta ahora. Maite me parece una persona muy alegre, una persona que trabaja muy bien, con es-píritu de servicio, y a mí siempre me ha ayudado en todas las cosas que le he pedido... incluso en las que no le he pe-dido y ha adivinado.

En los viajes que he hecho con alum-nos de la Facultad siempre me ha echa-do una mano con temas de billetes de avión y estas cosas. Entonces, aunque ella estará contenta de jubilarse, en rea-

Difícil de reemplazarMercedes Montero

lidad a mí me da pena porque no es fá-cil encontrar a una secretaria tan buena en los tiempos que corren.

También me quedo con el buen sabor de sus tortillas de patata: en estos últi-mos años de crisis, en una comida de Navidad del Departamento, decidimos que cada profesor trajera una cosa que hubiera hecho él o comprado. Entonces Maite trajo unas tortillas alucinantes, que hacía ella misma. Una cosa es que te la hagan con huevo de verdad y otra cosa es traer un mazacote del super-mercado. Y luego recuerdo que, cuando empezamos el concurso de Navidad del Departamento, el primer concurso no, pero el segundo lo ganó Maite, que fue el de los 50 años de la Facultad, porque había que llevar una oveja al belén, y ella llevó una oveja fetén, una oveja in-telectual, que leía Nuestro Tiempo, una oveja divina.

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Page 48: Homenaje a Maite Martínez

Mi relación con Maite ha sido muy estrecha estos úl-timos años. En primer lugar, por la cercanía entre los despachos y porque ha sido la secretaria del de-partamento. Tene-

mos un trato cercano y estrecho. Es el espíritu de servicio encarnado. Siempre está disponible para ayudar, dispuesta a ser útil y para todo lo que se le pida. Todo lo hace con buena cara y con buen humor. Encarna muy bien el espíritu de servicio de esta Universidad. Los profe-sores le debemos mucho.

Maite es muy eficaz y eficiente. Cuando tiene que organizar los viajes, se le nota que es viajera, que le gusta. Consigue los mejores precios, conoce las zonas y sabe qué hoteles pueden es-tar bien. Su gusto por el viaje les hace entender muy bien las estancias y sa-ber cómo combinar los transbordos sin perder. Maite es viajera.

Jordi Rodríguez VirgiliEl servicio encarnado

La conozco desde que era secretaria de Nuestro Tiem-po, pero en lo úl-timos diez años el conocimiento ha sido más directo. Maite es una mujer divertida, graciosa y sincera: no tiene

pelos en la lengua, dice lo que mucha gente no se atreve a decir, es tremenda...

Maite es una persona muy rápida, muy ágil; que nunca tiene pereza, que nunca dice que no, que ejecuta. Lo que me fascina de su forma de trabajar es que le gusta rematar las gestiones cara a cara, de tú a tú; eso le da un valor ex-tra a su trabajo.

Sin tener mayor trato extra profesio-nal con ella puedo decir que Maite es una persona muy humana. Recuerdo que cuando falleció mi madre, las dos, Marisol y Maite, estuvieron ahí para acompañarme. Las hermanas Martínez son unas personas tan cercanas y tan buenas que el trato se convierte en un trato casi familiar.

Es una pena que ya no vaya a estar nosotros, pero lo que me queda es su cariño. Muchísimas gracias, Maite.

Mercedes MedinaSin pelos en la lengua

Maite fue la persona que me enseñó a trabajar en la universidad. Se supone que era yo quien le tenía que decir qué hacer, pero

en realidad era ella que me decía cómo hacer las cosas. Aprendí de ella cómo relacionarme con los profesores. Maite es una experta en relaciones públicas.

Una cosa que me impresiona mucho de ella es su humildad. En la relación contigo siempre te pregunta qué es lo hay que ha-cer, cuando ellas sabe mejor que tú qué es lo que hay que hacer y cómo hacerlo.

Es una persona con mucha ener-gía, siempre está dispuesta a todo. Maite es muy perfeccionista, no le da pereza repetir las cosas con tal de que quede todo bien.

En el plano personal recuerdo que no se le pasa un cumpleaños; cuando he tenido a mis hijos, de las primeras visitas siempre han sido las de Maite y su hermana Marisol. Siempre pregunta por tu familia. El vínculo que ella esta-blece con la gente es muy especial.

Muchas gracias por todo, Maite.

Cristina MartínMe enseñó a trabajar

José Luis OrihuelaDe Pamplona a La Habana

Tengo el gusto de conocer y tratar a Maite desde mi lle-gada a la facultad desde Argentina en enero de 1987, cuando se desem-peñaba como se-cretaria de la con-sultora Innovación

Periodística que dirigía el profesor Juan Antonio Giner.

Maite siempre tuvo un trato muy amable y cercano con los alumnos que, a lo largo de 18 años, vinimos a Pamplo-na a cursar el Programa de Graduados Latinoamericanos (PGLA) que dirigía el profesor Francisco Gómez Antón.

En su última etapa profesional en la Universidad, Maite se ha desempeñado

como secretaria del Departamento de Cultura y Comunicación Audiovisual, de modo que es la persona de la Facul-tad de la que más mensajes de correo recibo por mes.

En el año 2000 me encontré por ca-sualidad con Maite y Marisol en una calle de La Habana. Esa noche com-partimos una agradable velada con sus amigos cubanos y terminamos todos bailando salsa, como corresponde.

Maite, y su hermana Marisol, han sido dos puntales de la Facultad de Comu-nicación de la Universidad de Navarra. Su trabajo constante, abnegado y cor-dial ha contribuido, de manera muchas veces inadvertida pero siempre eficaz, a la consolidación de Fcom como una gran familia y como la mejor Facultad de Comunicación de España.

48 ● MAITE ─ Mayo 2014

"Las cosas grandes se hacen con piezas pequeñas y en fcom hemos sido agraciados con Maite, que nos ha mostrado todos los días que lo pequeño es grande"

Page 49: Homenaje a Maite Martínez

Es difícil definir a Maite. Son muchos años. Es una perso-na muy competen-te en su trabajo y siempre entregada a lo que hace. Son tantas cosas las que tiene a su cargo que es difícil de definir.

Nos ha salvado la vida a los profesores de la facultad muchas veces.

Se ha adaptado muy bien al cambio tecnológico. En mi época de estudiante, las tesis doctorales se escribían a mano y una secretaria, en este caso Maite, se ocupaban de transcribirlas. Después, esos textos se repartían a distintas per-sonas que los repasaban. En caso de que hubiera erratas, había que volver a reescribir toda la hoja. Maite maneja muy bien todo este nuevo ecosistema.

No recuerdo ninguna ocasión en la que Maite no haya hecho rápido y bien su trabajo. Es de trato afable, que atien-de con delicadeza y cariño. Además, de ser una gran profesional, es una gran persona y es muy fácil trabajar con ella.

Bienvenido LeónUna auténtica salvavidas

Maite es un archivo humano. Lleva mu-cho tiempo aquí. Ha visto pasar a mucha gente, sabe quién es quién. Cuando la conocí, yo estaba estudian-do la carrera y ella era la secretaria de

Nuestro Tiempo. Ha seguido la pista a una gran cantidad de antiguos alumnos.

Maite es una persona eficaz y con mucha experiencia. Siempre tiene so-luciones para problemas que, quizá, a algunos se nos escapan. Es alguien que siempre, siempre, soluciona problemas.

Maite es un sinónimo de eficacia. Hay herramientas informáticas que ella maneja de forma fácil, o por lo menos, eso parece desde fuera. La burocracia me pone a la defensiva, pero tener a Maite al lado da seguridad y es un lujo.

Las tecnologías no han podido con Maite. No trabajo físicamente cerca, no sé cómo lo hace, pero siempre resuelve los problemas. Todo resulta fluido.

Javier MarrodánUn archivo humano

Miguel García San EmeterioEl sentido de las cosas

A veces mi hijo mayor me pregunta a qué me dedico. No es la misma pre-gunta que uno tiene que responder a un adulto cuando le dices que trabajas en una universidad:

–¿Y de qué das clase?La verdad es que resulta menos

complicado explicárselo a un niño:–Mira, tu padre se dedica a ayudar a

que los profesores sepan muchas co-sas y a que se las puedan enseñar a los alumnos, y que los alumnos no tengan problemas para aprender.

Los empleados de la Universidad trabajamos con perso-nas que quieren cambiar el mundo. Y Maite Martínez ha dedicado 40 años en esta Universidad a influir en la vida de las personas, no creo que haya hecho otra cosa.

Los grandes proyectos de la Facultad de Comunicación sólo son posibles si se reserva el mejor vuelo para llegar al congreso más recóndito, si un profesor visitante tiene una mesa en la biblioteca y tarjeta para entrar al campus, si no faltan bolígrafos para corregir exámenes o si alguien sabe cuál es el horario de asesoramiento del profesor.

Al final, las cosas grandes se hacen con piezas pequeñas. En la Facultad hemos sido agraciados con Maite, que ha mostrado todos los días que lo pequeño era grande.

Conozco a Maite desde hace 15 años. A lo largo de los años que llevo en el Departamento, Maite ha sido una de las per-sonas con las que más amis-tad he tenido y una de las per-sonas que más me ha ayudado en mi trabajo. Le he pedido consejo y opinión sobre todo tipo de cosas prácticas, inclu-

so sobre cosas relacionadas con la docencia o la atención de alumnos.

Maite es una personas que cuando llega a tu despacho con un problema también llega con una solución, pero siempre está dispuesta a conocer cuál es tu punto de vista y a adaptarse a cualquier otra solución que tú le propongas.

Ella es así tanto dentro como fuera de la uni-versidad. Nunca olvidaré las comidas en casa de Maite: de vez en cuando tiene el detalle de invitar-nos a algunas profesoras a cenar a su casa, lo hace para tener momentos de cercanía. O las comidas en el departamento, cuando se vuelca a la cocina a hacer su tortilla de patatas, sin duda, la mejor del mundo.

El sentimiento que tengo hacia Maite es tanto de agradecimiento como de respeto. Gracias, Maite.

Mónica CodinaMi consejera personal

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Page 50: Homenaje a Maite Martínez

50 ● MAITE ─ Mayo 2014

Uno de los mo-mentos más diver-tidos que he vivido en la facultad fue en el antiguo de-partamento de Pro-yectos. Maite tenía su puesto de traba-jo en la mitad del pasillo y era una

especie de tapón para los despachos que estábamos después. Un día llegó un alumno preguntando por el despa-cho de Paco Martínez Soria. Claro, en ese pasillo estaban Paco Gómez Antón, Paco Sánchez, Maite Martínez y Carlos Soria. Estuvimos media hora llorando de la risa. El alumno estaba alucinado.

Maite es generosa, peleona, diverti-da, aventurera y viajera. Es muy fiel a la gente. A Maite hay que rozarla. En

Miguel Ángel JimenoGenerosa, peleona, divertida, aventurera y viajera

cuanto la rozas, la relación se torna in-tensa, de amistad. Los veteranos cono-cemos más a Maite porque empezamos la relación con ella en un ambiente de más intimidad.

Quiere mucho a la gente, aunque al-gunos puedan sorprenderse. Es muy agradecida. Hemos estado 25 años jun-tos. Ha habido momentos maravillosos. Subíamos todos los jueves al supermer-cado. Llenábamos un carro de patatas fritas, tortillas y bebidas para las comi-das semanales de Nuestro Tiempo.

Cuando entrega la corresponden-cia, Maite es alegre, aunque conmigo se desloma. Carga todos los periódi-cos habidos y por haber y me los trae. Siempre viene con el carrito. Lo bonito es ese encuentro diario con ella, ese pi-tillín en el despacho, ella siempre con su fiel ducados.

Conozco a Maite desde que entré a la Facultad en 1995. Maite y Marisol eran las se-cretarias de la Facultad, eran como un ‘pack’. Me costó tiempo saber quién era quién, pero con el tiempo me aclaré. Con ellas el trato siempre fue muy amable. Más adelante, por cuestiones de la vida, se dio la

casualidad de que mis suegros, que son de Pamplo-na, habían sido vecinos de las hermanas Martínez du-rante mucho tiempo. A raíz de esto, Maite siempre me pregunta por mi familia.

Ella es muy rigurosa y diligente; siempre está muy pendiente de las personas, por ejemplo, todas las se-manas nos envía un correo con los cumpleaños de la Facultad.

La relación con Maite es muy cercana, ella siempre te pregunta por tu vida. Es curioso porque cuando te pregunta por tus cosas en ningún momento te sientes violentada, no sientes que se esté inmiscuyendo en tu vida. En ningún momento sientes que pregunte sólo por cotilleo. Maite es una personas muy prudente, siempre sabe qué y hasta dónde preguntar. Me da mucha pena que se vaya, va a ser muy rara la vida sin ella.

Recuerdo una frase que dijo Marisol en su despedida: "En este lugar siempre he trabajado con mucha liber-tad’’. Creo que en el caso de Maite es lo mismo. Creo que el trabajo de estas dos hermanas refleja el espíritu de la Universidad de Navarra. Muchas gracias a las dos.

Nagore GilEspíritu universitario

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Mayo 2014 ─ MAITE ● 51

Maite sabe conju-gar muy bien el as-pecto profesional con el humano. Es una persona enor-memente diligente en su trabajo, en la que uno deposita un asunto y sabe que lo va a hacer

bien, en plazo y en forma y que va a buscar la mejor vía de resolverlo, pero al mismo tiempo es una persona que funciona como una argamasa que aglu-tina, que conecta a las personas y con-sigue que un grupo como es el departa-mento sea un entorno casi familiar.

Cuando yo llegué hace casi 25 años como alumno interno al departamento me quedé impresionado por la capaci-dad que tenía para tratar bien a todo el mundo: desde el último alumno hasta directores de diarios internacionales que venían. Ella sabía cómo gestionarlo todo y en aquella época –con la SND de la que ella era el alma mater–, siempre fue la persona que coordinaba todo y que conocía a todo el mundo, que po-día resolver cualquier problema. Real-mente la vamos a echar en falta, porque ha sido un verdadero placer compartir estos años. Maite es una persona con mucho sentido del humor y sabe cómo tratar a la gente, desde una enorme cer-canía hasta una gran profesionalidad.

Argamasa en fcomRamón Salaverría

De Maite destaco, por un lado, su cer-canía y su simpatía. Con ella la relación no es rígida o dis-tante, sino todo lo contrario: una rela-ción casi maternal, en plan “¿qué nece-sitas, que yo te lo

hago?”. Al final le pides tonterías, desde ordenar exámenes hasta que se solu-cione no sé qué problema burocrático y tiene una eficacia tremenda.

A mí lo que más me sorprende de ella es lo viajera que es. Recuerdo que en diciembre, de repente, se fue un mes a Cuba de vacaciones. Viaja mucho, le encanta la playa, está siempre morena. También siempre me llama la atención sus cigarrillos. Olías por el pasillo y sa-bías que estaba Maite por allí. Se junta-ba ese olor fuerte a colonia con el olor de tabaco, y dejaba un aroma muy ca-racterístico a su paso.

Alberto Nahum GarcíaRelación casi maternal

Maite en el día a día es una perso-na que te hace el trabajo más fácil, es un facilitadora. Siempre con buen humor y con una sonrisa te ayuda con aquello que está en su mano.

Es característico de Maite que te re-cuerde las cosas de las que tú deberías haberte acordado. Nunca le he pedido nada extraordinario, pero me impresio-na su capacidad para hacer de lo ordi-nario algo fuera de serie.

Es una mujer que le gusta mucho viajar, es una trotamundos. Maite segu-ramente será un estupenda guía turísti-ca. Da gusto escuchar cómo te cuenta acerca de sus viajes.

Le deseo que a partir de ahora dis-frute de los extraordinarios viajes

que estoy seguro planea hacer. Cuando visite todos eso sitios que le faltan por visitar, espero que

se acuerde de sus compañero y amigos que deja en esta uni-

versidad.

Enrique GuerreroSecretaria casi personal

Maite es muy viajera, por eso siempre le pido que me ayude con el tema de los viajes. Lo hace genial, porque siem-pre ata el viaje hasta el final. Sabes que cualquier cosa que vaya a hacer siem-pre va a estar bien hecha hasta el final.

Ella está aquí desde que yo era ayu-dante, para ella este departamento es sólo una etapa de ese largo hilo con-ductor que podemos llamar Facultad

de Comunicación. Es más, ella estuvo aquí cuando la Fa-cultad empezó con el tema de los departamentos, ella vio nacer los departamentos, ¡qué cosa más grande!

Aunque lo especial yo ya se lo he escrito, en la caricatura que le ha hecho Ruth Gutiérrez, pienso que las personas como Maite son las que hacen grande la Universidad. A veces se dice que las instituciones hacen grandes a las per-sona, pero yo creo que eso es pura mitología. Yo creo que son las persona son las que hacen grandes a las institucio-nes y Maite, sin duda, es una de esa personas. Yo creo que las instituciones sin personas como Maite se caen.

Ana AzurmendiUn pilar de la Universidad de Navarra

Page 52: Homenaje a Maite Martínez

Maite Martínez es una institución. Las hermanas Martínez Pomares son una institución. Son las caras amables que uno ve cuando llega a la facultad. Nos conocimos en 1987, cuando llegué

en medio de una de las últimas nevadas más grandes que ha conocido Pamplo-na. Fuimos un grupo de periodistas la-tinoamericanos los que llegamos aquel día.

Maite es una persona alegre, era la vida del pasillo de Nuestro Tiempo. Es una persona que acoge muy bien al que viene de fuera.

Siempre ha cuidado mucho los deta-lles en el tema de los viajes, la logística y los materiales. Con Maite siempre se tiene la seguridad de que iba a poner la última piedra de la cosa que se le pide. Si se necesitan unas carpetas de un co-lor, las carpetas serán de ese color. Mai-te es el cuidado de lo pequeño.

Maite y su hermana Marisol siempre estaban muy próximas a las personas. Cuando nacieron mis primeros hijos, eran de las primeras que venían a ver-los. Incluso creo recordar que una vez, por el motivo que fuera, llegaron antes de que me hubieran traído a alguno de mis hijos. Maite y yo lo conocimos a la vez.

Maite es alegría, compañerismo y no dejar tareas sin hacer. La vamos a echar mucho de menos.

Mª Pilar Martínez-CostaEl cuidado de lo pequeño

Conozco a Maite desde tiempo inmemorial. Me viene a la cabeza una historia reciente que muestra la capacidad de servicio que siempre ha tenido con todos los pro-fesores. Hace algo más de un año tuve que reu-nir una cantidad ingente

de publicaciones de mi vida académica para poder presentarlas a la ANECA y conseguir ser profesor titular de Periodismo. Tenía mu-chísimas cosas que fotocopiar. Cada uno o dos días le llevaba a Maite varias de ellas. Me las devolvía con ese conocimiento que tiene de cómo hacer las reducciones para que sal-gan perfectamente, con el tono apropiado. Es

Carlos BarreraMedio profesora titular

una profesional como la copa de un pino y lo demuestra hasta en esos detalles materiales tan concretos. Al cabo de los meses, cuando conseguí ser profesor titular, quise comuni-car la noticia a Maite en primer lugar. Salí de mi despacho en dirección al suyo, pero por el camino me crucé con Manuel Martín Al-garra y no pude evitar contárselo. Cuando vi a Maite le dije: “Media titularidad es tuya”.

Además, en la facultad es conocida mi afi-ción por las maratones. Son muchas las oca-siones en las que salgo a entrenar. Muchas veces me encuentro a Maite y a su hermana Marisol, otra de las clásicas de la facultad. Ellas pasean y yo voy corriendo. Ese encuen-tro seguirá dándose, aunque ya no en los des-pachos. Yo seguiré corriendo y ellas seguirán paseando.

A mí me ha tratado con un cariño tre-mendo. Además de ser una gran profe-sional, siempre que la he necesitado ha respondido bien y rápido. Pero eso, además, lo com-bina con un trato

personal exquisito: te das cuenta de que le importamos los que estamos a su alrededor. Cuando yo estaba a punto de casarme, siempre que nos veíamos me preguntaba con mucho cariño por cómo iban las cosas. Su forma de ser es muy cercana y muy humana, algo que se agradece en el día a día. Va a ser una pena cuando Maite no esté, pero me quedo con el recuerdo de estos detalles que tenía conmigo.

Maite es una persona que llena, que da vida. Y llama la atención cómo esos sitios tan fríos como son los pasillos de Bibliotecas Maite los llena, les hace re-bosar vida. Igual en otras estancias no pasa esto, pero Maite es una persona muy carismática.

La importancia del detalleÁlvaro Pérez Arieta

"Con Maite siempre se tiene la seguridad de que va a poner la última piedra de cualquier cosa que se le pida"

52 ● MAITE ─ Mayo 2014

Page 53: Homenaje a Maite Martínez

Siempre recuerdo que cuando estu-diaba en Los Ángeles iban a venir una antigua alumna de la Facultad, María Moya, y Maite a un congreso en San Diego. Cuando lo supe, cogí un tren para ir hasta allí a verles. Ese fue un día estupendísimo: paseamos todo el día por la ciudad, compartimos una comida espectacular y nos hicimos un montón de fotografías. Esto sería allá

por 1997 o 1998 y aún lo recuerdo con mucho cariño. En-tonces no había cámaras digitales y sacamos las fotos en papel para que cada una tuviera una copia, pero desafortu-nadamente esas copias se quedaron en el restaurante... No sé si alguien pudo salvar alguna o si se quedaron todas allí. La Maite que yo recuerdo es la Maite de San Diego.

Cristina Pérez GuembeLa Maite de San Diego

Este titular tan profundo tiene detrás un sentido. Maite nos acompaña a todos: profesores, alumnos, doctorandos, invi-tados, personal no docente, profesores asociados… Nos acompaña en el día a día haciéndonos las cosas más fáciles. Nos ayuda a vivir la facultad. Ha hecho de todo. Esto puede sonar general, pero es así. Nos ha ayudado en todos los senti-dos. Acompaña a la gente y no solo en el

sentido administrativo. Maite se preocupa por las personas.Además es una excelente productora. Nos podría enseñar

mucho acerca de administrar recursos. Por eso, es una maes-tra. Tiene un estilo rápido, ágil, directo y sencillo. Le explicas lo que quieres y lo entiende a la primera.

Es una persona cercana y siempre actúa desde esa cercanía con un respeto exquisito y un trato fantástico. Es un ejem-plo. Siempre ha tenido una preocupación por hacer las cosas bien. Tiene una sonrisa que le ha caracterizado siempre.

Mi hijo nació hace dos años. Estoy viendo a las hermanas Martínez entrar por la puerta con un regalo y dándonos un abrazo. Sentí cariño e interés personal. Las amistades de Mai-te son sinceras. Maite es sinceridad, cordialidad y corazón.

Avelino AmoedoEl alma de la facultad

Lo primero que me viene a la cabeza es su sonrisa. Es una persona alegre y ser-vicial, siempre dispuesta a echar una mano. Maite es eficaz. Gracias a su ex-periencia es capaz de adelantarse. Todo lo que hace, lo hace rápido. Esto es algo decisivo.

Es muy cordial. Sabe preguntar por las cosas que a uno le preocupan y, además, sabe contar cosas de su gente, de sus

amigos para entretenerte. Cuando hablas con Maite, no ha-blas con una secretaria. Es alguien especial.

Quizá la labor de Maite no sea difícil, lo difícil es hacerlo bien y rápido. Ella lo hace muy bien y muy rápido.

Fernando López PanAlguien especial

Mayo 2014 ─ MAITE ● 53

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Maite siempre hará lo que le pidas y si no puede hacerlo lo dirá. Ella es muy espontánea, muy natural para de-cirte las cosas. La relación con ella es muy cómoda y fluida. Hace lo que

no le podrías pedir estrictamente a cualquier otra secretaria, a ella le pue-des pedir favores. Todo lo hace con una gran sonrisa. A Maite no se le caen los anillos por ayudarte. Es de las pocas se-cretarias a las que puedes llamar a casa para pedirle ayuda. Los años y años de experiencia se hacen ver, el trato que tiene con las personas es muy bueno, esa es una de sus grandes virtudes.

Maite tiene algo de madre porque se acuerda de lo tuyo, enseguida se acerca a ti con una actitud amistosa. El curso que viene será más difícil, se notará mucho su ausencia, el hueco que deja. Ella es una persona que te puede dar consejo no sólo en lo profesional, sino también en lo personal. Gracias, Maite.

Marta FragoNo se le caen los anillos

Querida Maite, du-rante estos años como compañeras he disfrutado mu-cho de nuestras conversaciones del día a día, de tus historias persona-les vividas en la universidad, aque-

llos años que viviste con los PGLA, tus viajes y anécdotas con la SND. Me ha encantado escuchar tus planes de va-caciones con Marisol, con los amigos y de las historietas de tu sobrino con los gigantes, de tus hermanos. Quiero darte las gracias por todos estos buenos mo-mentos y sobre todo por ser tan buena compañera, siempre dispuesta, siempre amable, atenta y trabajadora. Muchas gracias, gracias, gracias, de tu compa-ñera de Azagra, Rebeca.

Rebeca MartínezDesde Azagra, gracias

María Teresa Mar-tínez Pomares, co-nocida por todos como Maite, se ha hecho querer gra-cias a su esfuerzo diario por atender y "mimar" a todas y cada una de las personas que han

formado parte de la Facultad de Comu-nicación durante los 42 años que lleva trabajando. Durante todo ese tiempo su dedicación ha sido máxima y extraor-dinaria.

En lo que a mí refiere solo puedo darle las gracias por todo lo que me ha ayudado y apoyado desde el primer momento en el que llegué a la Univer-sidad. Ha sido un placer poder trabajar con ella.

Amaia San MiguelSe ha hecho querer

Y llegó el día, tan esperado como inevitable. ¿Cómo recordaré a Maite Martínez?, segura-mente como una gran persona y una gran compañera, siempre dispuesta a ayudar en lo que

haga falta. Que se desvive por esta Fa-cultad y por las personas que en ella trabajamos. Por cada uno de nosotros.

Te deseo todo lo mejor en esta nueva etapa. Que la disfrutes y la vivas inten-samente. Porque si la que dejas está lle-na de muy bonitos recuerdos, seguro que esta que empiezas vendrá llena de nuevas experiencias. Un abrazo muy, muy fuerte.

Irantzu VidesNuevas experiencias

Mi relación con Maite es pro-fesional, pero en el fondo sé que si le pidiera más de lo que le pido haría todo lo posible para cumplir conmigo. Mai-te en lo ordinario ha sido tan fiel y tan leal que seguramente que si le pidiera algo extraor-dinario, con la bondad de co-razón que tiene y su disponi-

bilidad plena, seguramente lo haría.La implicación de Maite en la Facultad es tre-

menda, en buena medida debido a que es la perso-na que más años lleva trabajando aquí. Maite sale aquí con el aprecio unánime de todos los profesos y eso se debe a que ella es una persona que se deja querer. Maite es una persona muy alegre que siem-pre se interesa por la situación familiar y profesio-nal de cada profesor.

Una virtud de Maite es que hace del espacio de trabajo un lugar cálido y acogedor. Tiene un toque maternal que se agradece. Siempre he encontrado un apoyo en ella, con muchísima amabilidad, sin demora, y creo que deja un hueco muy importante en esta familia.

Javier SerranoUn espacio acogedor

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Mi relación con Maite es una rela-ción muy fluida, los lunes entramos a trabajar por la mañana a la mis-ma hora y cuando coincidimos en la puerta me cuenta todo acerca de su

fin de semana. También es habitual en-contrarte con ella paseando por Pam-plona, de hecho, recuerdo que cuando era estudiante coincidíamos con ella y su hermana en la piscina. Maite es la típica persona que pasa todo el verano morenísima, desde junio hasta septiem-bre, porque aprovecha hasta el último rayo de sol.

Maite siempre sabe hacer fácil lo difí-cil. Siempre le pido que se encargue de los regalos para los invitados. Es impre-sionante cómo siempre acierta. Ella va a lo personal, no busca un regalo insti-tucional, sino que intenta conocer a las personas para saber qué les gusta.

Cuando trabajas con una persona tan-to tiempo terminas hablando con ella de cosas del trabajo y también de cosas más personales En los últimos años lo que más ha compartido conmigo es su relación con su sobrino. Es como una madre con él.

María NogueraHacer fácil lo difícil

Maite siempre ha sido parte esencial de la alegría de la Facultad de Comuni-cación. Cuando yo empecé a trabajar aquí, Maite era la hermana pequeña de Marisol, pero cuando esta se fue, Maite quedó como la hermana mayor de todas las secretarias de la Facultad.

Yo a Maite no le pido mucho, de hecho me dice que le pido poco. Pero cuando tengo algo un poco urgente se

lo pido a ella. Maite es de las personas que te facilitan las cosas, otras personas te las complican más, pero ella no.

Maite lo hace todo con una sonrisa, y además he visto que gestiones que son ordinarias, pero que por la vía nor-mal se demoran muchísimo, ella las agiliza. Algo hace que otros no pueden hacer. Ella es siempre consciente de lo que nos pasa a todos, tiene la capacidad de hacerse cargo de la situación de los departamentos.

Gracias por hacernos la vida más fácil y alegre, Maite.

Ángel ArreseLa hermana mayor de Secretaría

Es muy difícil re-sumir tantas cosas. Maite es parte de la Facultad como lo fue Marisol, su hermana, y resulta bastante complica-do imaginarse a la fcom sin ellas, en concreto el Depar-

tamento de Comunicación Audiovisual. Tenemos una relación muy especial,

porque reconozco que yo le doy mucho trabajo; por eso a veces ella, como muy navarra, me dice las cosas muy claras.

Por todo el trabajo que hace para mí me gusta agasajarla con regalos, cosas que le traigo de los viajes que hago. También he de reconocer que ella tam-bién tiene sus detalles conmigo.

Maite será una gran pérdida para esta Facultad. Pero estoy seguro que ella va a seguir la vida de modo muy divertido, y que seguirá muy pendiente de todos nosotros. Por supuesto, espero seguir en contacto, contando nuestros viajes y compartiendo nuestras experiencias.

Jorge LatorreEficaz y detallista

Maite sigue exac-tamente igual que cuando yo entré a la Universidad en 1991. Cundo bajo al departamento y veo que está ahí me da mucha tranqui-lidad. Maite ense-guida te resuelve,

es una gozada. Eso es para mí la tran-quilidad, despreocuparte porque siem-pre tendrás alguien en quien confiar.

Cuando tienes la suerte de trabajar con gente buena como Maite, aprendes mucho. Ha sido una gozada lo que he aprendido de las hermanas Martínez, tanto de Maite como de Marisol.

Maite, espero que ahora tengas mu-cho tiempo para hacer tus planes. El resto seguiremos aquí, trabajando. Cualquier cosa que necesites cuenta con nosotros.

Quim TorrentsMucha tranquilidad

Maite nos ayuda muchísimo a todos los profesores en esas actividades que exce-den un poco toda la tarea de docencia. El espíritu de servicio que tiene y esa actitud de estar siempre pendiente de los profesores es lo que la caracteriza y será algo difícil de remplazar. Ella es una amiga, es casi como una madre, cualquier cosa que te pueda suceder ella siempre está ahí. Tiene una gran capacidad de

empatía, de meterse en la piel de otro.Maite, ya has cumplido con toda una gran carrera profesio-

nal. Ahora te mereces una gran jubilación, una jubilación que esté a la altura de todo lo que tú eres.

Patricia DiegoCapacidad de empatía

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Yo trabajo mano a mano con Maite, ella me ayuda en todo. Me atrevería a decir que casi todo lo que yo hago pasa por sus ma-nos. Es una perso-na muy eficaz.

Lo más significa-tivo de Maite es su empatía; Maite es una persona con una inteligencia social impresionante, eso es algo poco co-mún hoy en día. Ella quiere mucho a la gente, por eso también es que todos la queremos a ella. Maite es una persona que pone a las personas por encima de todo. Es una amiga que se interesa por tu vida personal, pero en ningún mo-

Mercedes MuñozCompromiso, lealtad y espíritu de servicio

mento sientes que sea entrometida ni nada por el estilo.

Enfadarse con Maite es algo muy di-fícil. A pesar de que ella te dice todo lo que piensa, a mí nunca me ha dicho algo desagradable o fuera de tono; es una mujer que no se deja llevar por las circunstancias.

Maite ha dejado su vida en esta uni-versidad. Ella es un ejemplo para todos, independientemente del trabajo que desempeñemos. Un ejemplo de com-promiso, lealtad y espíritu de servicio. Algo que va en contra de la corriente actual de competencia continua, medi-ción de resultados, rankings, etc.

No tengo ni idea cómo vamos a hacer el año que viene sin ella. Maite, llorare-mos profundamente sin ti.

Es un gusto traba-jar con Maite Mar-tínez porque ella sabe hacer de todo. Lo que yo le pido no tiene mucho glamur, pero lo que le pido lo hace a la perfección. A ella le gustan las cosas

bien hechas, porque está muy claro que lo cutre no va con Maite.

Maite, te vamos a echar mucho de menos, no sólo en los pequeños de-talles, sino también en las cosas más importantes. Eres un encanto, eres la alegría de los pasillos. Supongo que vendrás a vernos, con lo cual nos man-tendremos contacto.

Cristina Sánchez BlancoA la perfección

Cuando ando con Maite por la Universi-dad todos la conocen y co-noce a todos y les llama por su nom-bre. Uno pue-de pensar que

es que Maite tiene mucha memo-ria o que lleva muuuuchos años en la Universidad. Con el tiempo me di cuenta que Maite se interesa por cada persona, que pregunta el nombre de los nuevos cuando lle-gan. Que pide favores, pero que a lo largo de su vida nos ha hecho a todos muchos favores, ¿a cuántos nos ha ayudado? Cuando hemos acudido a Maite en última instan-cia para solucionar un visado, una gestión o lo que sea. Maite siem-pre ha estado ahí. Gracias.

Antonio Martínez IllánTodos conocidos

Creo que Maite es una his-toria viva. Es la persona que más tiempo lleva tra-bajando en fcom. Debemos agradecerle todo por su trabajo eficaz, constante y siempre sonriente. Recuer-do que cuando le dieron la Medalla de Plata por sus 25 años, en el aperitivo, José

Ángel Cortés dijo que probablemente ese acto se debía a un tipo de error. Supongo que esta jubilación es un tipo de error: nadie lo creería. Espero que disfrute mucho y la sigamos viendo.

Efrén CuevasJubilación por error

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Querida Maite, mi padre, cuando empecé a tra-bajar, me dio un consejo: “Jorge, siempre llévate bien con las secretarias: son las que mandan”. No quiero contar ni descubrir el poder que has re-gentado a lo largo de todos estos años en fcom. Sé que ha sido justo y equitativo, como tú eres. Más bien quiero agradecerte los dieciséis años de convivencia, de cigarrillos, de charlas y secretas confesiones, de consejos sobre el amor, la cocina y el trabajo. Pero por encima de todo, deseo agra-

decerte esas anécdotas del pasado sobre esta nuestra universidad, a la que ayudaste a crecer cuando joven y guapa, como ahora, llegaste a ella. Tu modo nostálgico de contarme cómo eran y trabajaban aque-llos grande maestros ha sido un ayuda para creer, en mis malos mo-mentos, que merecía y merece la pena seguir aquí. Ojalá no los olvide nunca, aunque sé que será más difícil al no tenerte cerca y quizá poco a poco se convertirán en un eco de un eco de un eco.

No nos olvides nunca. Ha llegado el momento de recordar para siempre. Un beso.

Jorge del RíoHistoria viva de fcom

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Soy uno de los pocos que no ha estudiado aquí, pero Maite me ha tratado como si hubiera esta-do en la universidad toda mi vida. Me he sentido acogido en la facultad, en gran parte, gracias a ella. Saber que la persona que más tiempo lleva aquí te trata tan bien hace que te sientas parte del equipo. Yo aquí me he sentido en casa desde que entré y en eso tiene mucho que ver ella. Maite siempre está pendiente de mi familia, sobre todo de mi hijo Daniel, y es algo que se aprecia muchí-

simo: son detalles que hacen que una institución no sea sólo eso, sino algo más, algo como lo que es esta fcom.

El año que viene Maite no estará aquí y en el sentido literal creo que ella es irremplazable, pero a su vez creo que es tan buena en lo que hace que al irse dejará todo dispuesto para que podamos seguir siendo lo que somos. De ahora en adelante podremos sobrevivir gra-cias a todo el trabajo que ha hecho a lo largo de estos años. Eso es una demostración de la grandeza de Maite.

Todos debemos aprender de ella, debemos aprender a ser irrem-plazables pero a la vez prescindibles, suena contradictorio, pero es-toy seguro de que ella entiende lo que quiero decir.

Maite, eres una inspiración para todos nosotros y para el proyecto de esta facultad.

Sergi MolasInspiración para todos

Me da mucha pena que Maite nos deje porque ha llegado su hora de retirar-se. La conozco desde hace muchísimos años. Hemos compartido juntos un largo trecho de nuestro camino profesional. Y sé que su ausencia será una pérdida grande. También sé que se

va rodeada del afecto y la estimación de todos. No es difícil ponderar su empuje, su capacidad de trabajo y su compromiso con todo lo que ha tenido entre manos. Antes, detrás y en medio de su carácter fuerte late en Maite un corazón noble, trabajador y leal. A un lado y otro del At-lántico, Maite ha sido una magnífica embajado-ra de Navarra y de la Universidad, sembradora de cercanía y afecto.

Carlos SoriaMagnífica embajadora

Un escritor argentino aludía a la presencia en el mundo de 36 hombres rectos, los secretos pilares del universo, los Lamed Wufniks… Tonterías, sabemos bien que no son hombres rectos, sino mujeres que nos conocen y, a pesar de eso, nos cuidan, son nuestro apoyo seguro, ¡y no se pueden llamar como un barco vikingo! Maite. Maite sí… Es un buen nombre para alguien que ha disculpado tan-tos errores, que ha repartido tanta atención, tanto cariño. Cuando la conocí en 1994, en aquel pasillo del edificio de Bibliotecas, hacía tiempo que Maite iba y venía trabajando al servicio de Juan Antonio, de Carlos, de Paco…, al servi-cio de todos. Maite. Cuesta mucho aceptar ahora que Mai-te no estará ahí al lado en el trabajo y en el descanso. No es ningún secreto: pasearemos la mirada por despachos, pasillos, cafeterías, aparcamientos, explanada y ceniceros; cerraremos los ojos para escuchar el eco de su voz; nos faltará un pilar. Este lugar será peor sin ella. Nada de “di-ferente”, peor.

Nadie nos cuidará como Maite.

Josean PérezMaite que nos cuida

Le conocí en la Universidad cuando yo apenas tenía 18 años. Recuerdo que Maite preparaba con mucho cari-ño lo que para mí era uno de los momentos culminan-tes de la semana: la comida de trabajo que celebrába-mos en Nuestro Tiempo los alumnos redactores junto

con los grandes directores que la revista tuvo por aquella época: Pedro de Miguel, Miguel Án-gel Jimeno, Rafa Guijarro. Allí trabajábamos, nos hacíamos amigos y nos divertíamos. Y en buena medida ese genial ambiente se creaba gracias a Maite, que, aunque nunca estudió Periodismo, lo hacía posible con su incansable buen humor, con la afabilidad y simpatía que nos regalaba a todos los que pasábamos por aquel rincón del edificio de la biblioteca. Desde entonces hemos venido creciendo a su lado... ¡y ahora la vamos a echar tanto de menos! Un abrazo fuerte.

Pablo EchartCreciendo a su lado

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Querida Maite, siempre nos has demostrado que eres una excelente persona, tanto a nivel profe-sional como humano, has sido una gran compa-ñera y te vamos a echar muchísimo de menos.Te deseo de todo corazón lo mejor y que disfru-tes a tope de esta nueva etapa que te mereces, ahora toca relajarse y disfrutar. Aunque seguro que ya tienes un montón de planes en mente...Un abrazo muy fuerte.

Irantzu HernándezSeguro que hay un montón de planes

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He compartido con Maite muchos años. Maite es servicio, un servicio de buen humor y talante. Lo más destaca-ble de Maite es el servicio y la disponi-bilidad. Cuando le pides algo, se pres-ta a hacerlo de buena gana y de forma inmediata. Nunca he recibido una res-puesta negativa de Maite.Mariángeles Artázcoz

Yo destaco de Maite que es una gran persona y una gran profesional. Siem-pre nos ha ayudado a todos los que formamos la familia de fcom. Su gene-rosidad en su ayuda. Nos ha resuelto todas las gestiones que teníamos hacer. Siempre ha estado ahí… la echaremos de menos.Elsa Moreno

Es un placer y un orgullo tener a una secretaria como Maite. En sus años de servicio a la Facultad de Comunicación ha demostrado ser un ejemplo de pro-fesionalidad, responsabilidad, entrega y disponibilidad para con todos. La echa-remos mucho de menos.Paco Verdera

Querida Maite: for-mas parte de todos nosotros. Desde el punto de vista institucional, eres un elemento clave en la identidad e imagen de fcom, una graduada con honores en gestión

y fuentes de información, sinceridad y resolución de conflictos. Desde el punto de vista humano, perdemos una experta en ayudar a quien lo necesita, regalar sonrisas, transmitir alegría y complicidad. Maite, jamás un “gracias” ha resultado tan insuficiente como en estos momentos pero, ¡gracias por ha-ber estado ahí siempre! ¡Sólo tú sabes cuánto te vamos a echar de menos! Un abrazo enorme.

Natalia RodríguezGraduada con honores

El silencio de los departamentosPaco Sancho

Si mis cálculos no fallan, me faltan catorce meses y diecisiete días para alcanzar la gloria de la que Maite empieza a disfrutar desde ya. O sea, es el tiempo que lleva respirando más que yo. Pero no caerá esa breva, y aquí seguiré, en la higuera.

El caso es que llegué a la universidad en 1972, un año des-pués que la susodicha, lo único que entonces ella estaba en EUNSA y tardé en conocerla, no así a su hermana Marisol, la secretaria omnipresente en aquellas Ciencias de la Informa-ción del Edificio Central donde comencé hace un rato a estu-diar Periodismo. En la carrera el roce, pues, fue más intenso

con Marisol, pero ya luego, en el trote profesional, me codeé con Maite, reina y señora de esa Innovación Periodística que tantas alegrías nos dio a todos.

Y cuando regresé ¿definitivamente? a Pamplona muchos años después y me in-corporé como profesor a fcom, la cara de Maite fue una de las pocas reconocibles por este nómada. Santo Dios, no había envejecido ni se le acababan las pilas, ha-blaba con el mismo tono bronco de siempre y mostraba más cariño que nunca, si cabe. Era Maite, sin duda, la Maite de siempre.

A mí, veterano en todos los campos de fcom, se me hace difícil entender y visua-lizar la facultad sin las hermanas Martínez Pomares. Y no digamos a más de uno que yo me sé que de repente, el curso que viene, averiguará de golpe y porrazo que las cosas no se hacen solas, cuando entre solícito a la Secretaría de los depar-tamentos y se encuentre el vacío. Él llorará pero Maite no le oirá, porque en ese momento estará riendo, relajada, en algún lugar del planeta. Con Marisol, claro.

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Alegre, optimista y servi-cial. Estos tres calificativos fueron las que cruzaron mi mente cuando te conocí. Y en solo unos minutos. A pe-sar de que no hayamos teni-do la posibilidad de trabajar juntas y de conocernos más, espero que en este merecido tiempo de descanso, puedas disfrutar, viajar, descansar y en definitiva, seguir inspi-rando a la gente que te rodea.Mercedes Medero

Conocí a Maite en 1989, somos viejos cole-gas. No es fácil decir unas cuantas palabras. Creo que de modo particular he tenido una buena relación, ha sido incondicional y de hecho, al no ser yo muy ducho en cuestio-nes tecnológicas, ella ha sido la hada madri-na, un hada buena en este aspecto. Siempre hemos podido contar con ella: lo que estaba en sus manos estaba resuelto.

Alejandro NavasHada madrina tecnológica

De Maite tengo que decir que desde que yo era alumno se mostraba como una persona con carácter: no le im-portaba decir las cosas como las pensaba. Trataba por igual a alum-

nos y profesores. Y si debía de corregir, lo hacía. Tanto como alumno, doctoran-do y ahora como empleado de la uni-versidad me gusta que sea una persona, nítida, clara e igual para todos.

Iñaki de LorenzoA todos por igual

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Mayo 2014 ─ MAITE ● 59

Algunas personas, por mucho que se empeñen en alejarse, nunca desaparecerán

MAITES i n i r m á s l e j o s

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60 ● MAITE ─ Mayo 2014

Gracias, Maite.

Por tanto.