HOJAS DIVULCADORAS · Terrina para la siembra de semillas cubierta por una placa de vidrio....

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- + ,.^u^"f'^^^^=^áu^,E^^,^,^i^^ MINfSTER10 DE AGRICULTURA DIRECCION GENERAL DE AGRICULTURA ^^^^^^^^^^ ^^^^^^^^^^^ „^^.^^^^,^ ^^^.^^.^^^,^. ^^^^^^^^^^ ^ ^^ ^^^^^^^.^ ^^,^.^ ^^.^ ^ ^ ^^ ^ ^ ^ ^^ ^ ^ ^^. ^ ^^^^ ^^^^^^„ ,. ^^„^^^^ HOJAS DIVULCADORAS AÑO XXIX SEPTIEMBRE ]9b5 NUM. 18 i^^^^^^^^^a^^ ^^t3s^ ut^:^^a Y. + . .v . . + ^GL'v¢v^^^ft'W. . .^ DE FLORICULTURA Flermoso ramo, en flor, de Caartpa^nuln R^Ierlitctri, ^^ar. cnh^co^i^tltietraa. stts flores se rehru- ,'.^^ la multiplicació^ de ias plantas que se cultiua^ por sus flores Por A^^orrio Gnr.cín Kc^^n^:r:o Ingeniero Agrónomo 1>eratura. liunicda^l }- una I ,a ni<tyoría <lc las hlantas cultiva- das 1>or la belleza cle ducen por sen^illas. La í•poca ^lc c t cc- tu^u- lrt siembra ^le- hcn<lc dc una l^or- ción clc factores : rli- ina. tci-retio, al^ri^^^s ^lc quc se disponc, rahitlez ^erminativa ^lc la scmilla, ^^tcr- tera, ctc. I^.n t^^cl^^s Ic^s ras^^s las scmi- llas tle especics ltr^t- hias ltara la ]^lnri- ctilttn•a com^^ las dem^ts semillas a^rí- colas c n gencr<tl - exi;;cn lt a r a ticrnti- nar cun toda n^^t- ,^ ^ ^ t^ F ^ rnalida ĉ l cierta tcm- ^ t ó f l i i l ni a s cra t en a rca^ a. Yor^luc c^ nccc^ario cicrto calor, las siemhras tle 1>lantas Pnxoces o de ltl.intitas dclicatlas se rrali- x ^?^3"^^-^^?^ ^^.^^^^:3^.íYa^^`^^&^t}&8.^^^ic^^ ĉ^^ Estas «holaa= se remiten gratis a quien las pide al Servicio de Publicaciones Agrícolas de la Dirección General de Agricultura

Transcript of HOJAS DIVULCADORAS · Terrina para la siembra de semillas cubierta por una placa de vidrio....

- + ,.^u^"f'^^^^=^áu^,E^^,^,^i^^

MINfSTER10 DE AGRICULTURADIRECCION GENERAL DE AGRICULTURA

^^^^^^^^^^ ^^^^^^^^^^^ „^^.^^^^,^ ^^^.^^.^^^,^. ^^^^^^^^^^ ^ ^^ ^^^^^^^.^ ^^,^.^ ^^.^ ^ ^ ^^ ^ ^ ^ ^^ ^ ^ ^^. ^ ^^^^ ^^^^^^„ ,. ^^„^^^^

HOJAS DIVULCADORASAÑO XXIX SEPTIEMBRE ]9b5 NUM. 18

i^^^^^^^^^a^^ ^^t3s^ ut^:^^a

Y. + . .v . . + ^GL'v¢v^^^ft'W. . .^

DE FLORICULTURA

Flermoso ramo, en flor, de Caartpa^nulnR^Ierlitctri, ^^ar. cnh^co^i^tltietraa.

stts flores se rehru- ,'.^^

la multiplicació^ de ias plantas que se cultiua^ por sus floresPor A^^orrio Gnr.cín Kc^^n^:r:o

Ingeniero Agrónomo

1>eratura. liunicda^l }- una

I ,a ni<tyoría <lc las

hlantas cultiva-

das 1>or la belleza cle

ducen por sen^illas.

La í•poca ^lc c t cc-

tu^u- lrt siembra ^le-

hcn<lc dc una l^or-

ción clc factores : rli-

ina. tci-retio, al^ri^^^s

^lc quc se disponc,

rahitlez ^erminativa

^lc la scmilla, ^^tcr-

tera, ctc. I^.n t^^cl^^s

Ic^s ras^^s las scmi-

llas tle especics ltr^t-

hias ltara la ]^lnri-

ctilttn•a com^^ las

dem^ts semillas a^rí-

colas c n gencr<tl -

exi;;cn lt a r a ticrnti-

nar cun toda n^^t-

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rnalida ĉl cierta tcm- ^

t ó f l i i lnia s cra t en a rca^ a.Yor^luc c^ nccc^ario cicrto calor, las siemhras tle

1>lantas Pnxoces o de ltl.intitas dclicatlas se rrali-

x ^?^3"^^-^^?^ ^^.^^^^:3^.íYa^^`^^&^t}&8.^^^ic^^ ĉ^^

Estas «holaa= se remiten gratis a quien las pide al Servicio de

Publicaciones Agrícolas de la Dirección General de Agricultura

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zan bajo campanas, en cajoneras o camas calientes y en estufas_

Un cierto grado de humedad, determinada irescura en el terreno o en

el semillero, son asimismo indispensables. Por ello deben multiplicarse

los ric^=os en los suelos permeables, sobre todo si hace calor y se cs-

paciarán o distanciarán más en las tierras húmecías, las que, en caso

dc cxresivl humedád, deben ser o modificadas con enmiendas o sanea-das con drenajes ^• siempre frecuentementc binadas.

l^a aire, preciso para la vida de las plantas, lo es asimismo para la

Terrina para la siembra de semillas cubierta por una placa de vidrio.

germinación de las scmillas. l^.stas necesitan oxígeno. Colocadas en sue-

los arcillosos, impermeables, corren el riesgo de no poder germinar.

Un suelo fértil, suave y lil;cro, es en cambio muy favorable a dicho

proccso.

I^n cuairto a.la profundidad de las siembras, se tiende en general a

enterrar "demasiado" las casi siempre pequeñas semillas.I?stas deben^situarse a tanta menor profundidad cuanto más redu-

cido cs su voll^imen. Mientras que los guisantes de olor o las semillas

dc Cn.fz,r^.as, por ejemplo, puecíen quedar a dos o tres centímetros bajo

la superficie del suelo, a otras : balsamina, girasol, capuchina, etc., basta

enterrarlas de centímetro y medio a dos centímetros y muchas, las más

finas, s^'>lo al^uuos mi]ímetros. Fs suficiente para cuhrirlas, en buen nú-

mero de casos, arañar ]a superiicic del suelo con un rastrillo o extencíer

sobrc ellas una capa de un centímetro o menos de mantillo^ bien ta-

mizado.

Si se trata cíe semillas excesivamente menudas : begonias, tabaco,

verdolaña, será bastante distribuirlas sobre un suclo fresco, mullido v

bien nivelado, limitándose a oprimirlas ligeramente con una tabla.

^'[uchas veces, antes de sembrar una semilla, se recurre a su estra-

tificaci^ín. Esta se indica especialmente para los ^ranos de tegumentos

dw-os o que se acostumbran a sembrar envueltos por su endocarpio :

hueso. La estratificaci^^u ablanda las cubicrtas o tegumentos y facilita,

más adelante, la salida del ^ermen. Consiste, como es sabido, en poner

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]as semillas en un n^edio rresco, pero no húmedo. Generalmente se ^lis-

l^^nicn cn macctas u otros recipientes adecuados, alternand^o con capas

^lc arena o dc virutas de madera humedecidas previamente. ^ntrc ]as

scn^illas cle il^^re,s algunas tiencu i.zna cutícula muy espesa que di ĥculta

]a eulisión de la raclicula. Pai-a conse^uir en estos casos una gerinina-

ción regular ileben estratiticars^, seníui hemos ^licho, <los o tres scmanas

antes de la sicinbra.

Lc^s cuidadus que se hro^di^an a 1<as sienibras soii mti^• ^livei•sos. Ln-

trc cllus ti;uran, como más importantes y tambi^n con^o n^ás corrientes,

el repart^^^ clc mantillo, la compresión o rulado, la aircacibn, la entresaca

o aclaraclo, los riegos, ]as pulverizaciones o]avados con a^ua, ete., etc.

La ^listrihución de mantill^^ sobre las siembras es más precisa para

Cajoneras acristaladas en las que se realizan numerosas sicmbras de semillas dejardín.

las herhas al aire lihre yue hara las realizadas bajo cristales. ^n aquel

casu, la tierra es siempre más pobre cn humus. ^1 mantillo, por su

col^^r oscuro, favorere el calentainiento del suelo, retieue por otra parte

la ]zume^lad ^^ evita qtie la stiperticie se a^;riete o cuartee durante el

esYío. Adcmás, si el ^ucl^^ no esi^l bicn disare,ado o pulverizado, si sus

l^artículas son algo ^ruesas, cl m.antillo es indispensable para que ]as

semillas rnenudas estin c<^mpletamente rodeadas ^le tierra, condición pre-

cisa nara su noi-^nal germinación.

t\ coiisenuir este contacto de las siiuientes con el suelo ticndc 1a

^^^rártica clcl rulado, cjecutada con una tabla árucsa, un pisón o un rodi-11^, clc jardín. La o^^eración debe realizarse cttando la tierra esté enju-

;a<la, para evitar quc forme costra en sc^uida ^^ tan^bién, hara que no

se adhiera al útil. Esta Pr,íctica, com^^ la anterior de adici^^nar mantillo,

sc impone sobre todo en los teri-cnos sueltos y secos.

1?n las siembras realiza^las b^jo cristalcs, al abri^;^^^ del aire, es pre-

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ciso cuidar oportunamentc cíe la aireación de las reci^n nacidas plantitas.Claro que las semillas pucden permanecer sin ventilarse el tiempo que

dure la germinación : cinco, seis, siete días... Pero en cuanto aparecen las

plantas, si el tiempo es bueno, se debe dejar entrar progresivamente ]a

luz y un poco de aire. Para ello, en las cajoneras acristaladas se haceuso de la cremallcra, que permite levantar más o menos los bastidores o

chasis. Conviene dar entracla al aire del laclo opuesto al viento y aumen-

1)ispo;ici^ín de macetas en una serre o estufa acristalad•a.

tar poco a poco la vcutil^ación par7 ^^ue progr^sivam^ente se vayan endu-

rcciendo las planfillas, evitando el riego de su ahilamiento. Faltas de

aire, el ag^ua yue se conclensa bajo los cristales no tardaría en caer sobre

cllas provocanclo su podredumbre.

La luz n^uv intensa daña a las jóvencs plantitas. Por eso, cltu-antc

las horas dcl ccntro del día, se estienden sobre las vidrieras o cristales

zarzos, telas o cstcras. "I^ambi^n se acostumbra a cmbadurnar intcrior-

mente el viclrio ^le las campanas o ci^asis eon t^na solucicín de blanco

cle Troyes en Icrhe, o producto análog^o.

1?s ^encral, et^ los jarclineros, la tendcncia a scmbrar más espeso que

lo quc hace falta. .ldemás, la distriburión periecta es impvsible: en

unos sitios qucdan los g^ranos más juntos que en otros. Y como una

siembra densa o espesa engendra tma vegetación compacta, donde las

plantas mutuamente se perjudican ^• en crnljunto se ahilan, procede, una

vez acabada por cen^pleto la germinación, suprimir, sin contemplaciones,

los pies quc sobren, eligiendo preferentcmente aqucllos quc aparezcan

más débiles. Se ctejarán, pues, los mejores, espaciados unos dos centí-

metros unos de otros. Para realizar la operación fácilmente, se riega

antcs el seriiillero o cl lugar donde haya tenido lugar la siembra.Inútil encarecer la importancia de los riegos desde que se inicia ]a

vegetación de las plantas. I31 agua entra en considerable proporción en la

constitución de los tejidos vegetales, y es el vehículo para transportar

las materias nutritivas del suelo a los div^ersos órganos de las plantitas.

Es asimismo indispensable, para rep^arar las pérdidas causadas por la

cvaporación de la partes verdes, ftmción que es tanto más intensa con-

foru^c el airc es más caliente, más seco y más impetuoso. No basta hu-

v^edecer las hojas }' el suelo, sino que hace falta que este último se

cmbeba bien de ag ua. Antes que las plantas manihesten tendencia a

marchitarse, tan pronto como la tierra se dcseca en su superficie y tiende

a agrietarse, debe regarse en abtmdancia, hasta llegar sobradamente a

las raíces de ]as plantas. Aunque algtmas de ellas son poco exigentes

como lYis, ^^l s^f^^istra, Se^d2ti^ia, Echwerria y otras muchas plantas crasas,

Modelo de regadera empleada para cl riego de tiestos.

etcétera, otras reclaman abundantes y frecuentes riegos, en particular

las que tienen grandes ^^ tiernas hojas, las de rápido desarrollo y las de

Noración abundante, F^^eclzsi^r., Azale^a-, 1'ls^ayagitis, ete.

Para regar al aire lihre se elegirá la mañana o la tarde, p.ero nunca

las horas de fuerte sol, para que la humedad se conserve más tiempo.

h:n cultivos protegidos por cristales-siembras, repicados, etc.-puede re-

^arse de las diez de la n^añaua a las tre^ cíc la tarde, sobre todo si es de

teu^er el frío, pues la adicibn de agua entraña siempre uri enfriamiento

^l^l suelo^ _ti^ de la atmósfera.

Todas las aguas no son igttalmente buenas para el rieg^o. Deben ser

preterentemente dulces, aireadas y muy poco calizas. Las mejores son

las de 1luvia. Las calizas no están indicadas para el cultivo de las plan-

tas calcícolas-Rododei^drón, helechos, Aza!ea-y se emplean general-

mente para e] riego de plantas situadas en el interior de habitaciones o

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en cstufas. I^;n estas ítltimas el agua cíebe tener una temperatura de i8-2o

grados para cl rie{;o tanto de las semillas como de las nuevas planfitas.Existen diversos moclos de re,arlas. I^s frecuente el uso de regade-

ras, bien de alcachofas de finos orificios o terminadas en un tubo o gollete

que va -estrechanclo. ]:1 rietio con gollete o pico está indicado para reg^ar

una a una las plantas puestas en u^acetas y para aquéllas en plena tierra

donde la caída del chorro que sale de ]a regadera no entrañe el riesgo

de que se descalcen o clesraicen. l^s prceiso en estos riegos con gollete

disminuir la presi^ín ^le la caída sobre los tiernos vegetales cuanto se

pueda, inclinando el cncrpo y alar^ando el brazo, ya que el agua debe

llegar sin fuerza ^- tanto más suavemente a^^nforme las plantas son más

débiles.

I.os rie{;os con rc^a<lera provista de alcachofa de orificios, se reser-van, particularmente, para los senlilleros, los repicados, los cultivos de

estufa y las plantas frágiles, a]as que el rieg^o del modo antes citado

puede perjudicar. La "jeringa de jardinero", de terminaciones intercam-

biables, a las que pucde proveerse indistintamente de una alcachofa fina-mente agujereada, de un pico recto o cíe un pulverizador, sirven espe-

cialmente para rultivos bajo vicírios, para limpiar las hojas o pulverizarla superficic con productos insecticidas o anticriptogámicos. Los torni-

quetes hidráulicos, rotativos, que pueden transportarse de tm lado aotro y de los que existen numerosos modelos, son asimismo prácticos y

muy empleados en el riego de céspecí y canastillas. Tienen como otros

sistemas que utilizan el rieg^o a presión: riego con manga, la ventaja de la

rapidez.

Los lavados o pulverizaciones a que antes aludíamos se diferencian

de los riel,ros en que su objeto es eYtender en lluvia fina, o como niebla,

sobre las hojas de las plantas, una cantidad de agua relativamente pe-

queña. L:n las serres y en las camas calientes, estos lavados que refres-

can la atmósf-era son precisos para compensar, momentáneamente, la hu-

mecíad que se evapora de los órg-anos vercíes de las plantas tanto más

de prisa conforme el calor solar o artificial es más elevado.

I,as siembras cíeben refrescarse preferentenlente con jeringa, o a fal-

ta de éstas. con regadera de alcachofa muy fina. F_sta práctica se indica

especialmente en los días calurosos y siempre en ]as serres o estufas,

para mantener el aire suficientemente húmedo. ^n las siembras o repi-

cados difíciles estos rie;^os ligeros facilitan la germinación o el arraigo

de las plantitas.Existen diferentes m ĉ^dos de hacer la siembra. La siembra a voleo,

que reparte sin ordcn los rranos por toda la superficie a sembrar, es

-^-

la de inrís ;eneral cmpleo. Un pase cíe rastro y otro de rulo y, si es caso,]a adición cle mantillo, suelen completar la operación. I?ste sistema, como

^^a antes decíamos, tiene la contra de clue se emplea inucho grano, por

lo c^uc sc impune cl arlarado o entresaca.

Si las semillas s^n inu^^ finas puedcn mczclarse íntin^atnente, para

sn mejor reparto, con diez veces su volumen de arena fina, cun lo que

^c economiza semilla y se distribuye ésta mejor. Para sembrar terrinas o

ticstos es práctico poner las semillas sobre una hoja de papel doblada

^^ ple^ada cn su mitad. Luego se sacude ésta suavemente con el dcdo,

^para repartir los ^ranos lo mejor posible.

Las siembras en líncas suelen hacerse repartiendo los granos en sur-cus de 1 a 3 centímetros de profundidad, trazados de antemano con se-

^,aracibn tmos de otros dc 6 a io centímetros.I)irhos peyueños surcos se marean con la extremidad de un binado^r

^lc mano o con una estaca aguzada por uno de sus extremos. Las semi-

Je-ringa de jardinero empleada para rcErescar y]avar las plantas.

]las quedan cubiertas haciendo caer sobre ellas parl^e de ]a tierra yueprocede de cada surco.

Las siembras de asiento dan lugar a plantas que se desarrollan total-

mente en el lugar donde iu-eron puestas. Est^ín reservadas, en Jardine-

ría, a especies anuales poco delicadas, quc se emplean en pequeños gru-

pos para producir manchas de vivos coloms o para llenar huecos en

plantaciones antiguas de plantas vivaces. Dichas siembras permiten ob-

tener a veces, en determinados vegetales, flor "para cortar", con escaso

gasto.

Es obligado sembrar de asiento ]as especies que no se avienen confacilidad al cambio de sitio o repicado. Deben efectuarse estas siembras^en tierras fértiles, bien labradas y niveladas, preferentemente lig.eras yfrescas. Se regarán a menudo con regadera de alcachofa fina, entresa-c,índolas oportunamente.

Las siembras realizadas en terrinas o en tiestos no barnizados, pm-

vistos de orificios en su parte inferior, son fáciles de vigilar y de abrigar

ruando la tempcratura lo e^ige. En cstas siembras cn terrinas debe ase-

gurarse, dcsde luego, un buen drenaje, a cu^•o efecto se dispone sobre

el fondo un ]echo de unos tres centímetros de trozos de tiesto o de

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grava guijos etc Se vierte lue o tierra no, , . g^ tamizad^ t• ^- d b-- fi•o b

.

_< < , mc^or, ic.tra e teio iosa^en capa de algunos centímetros, y se coin-

pleta hasta unos dos centímetros del borde,

con una mezcla formada nor terceras nar-

^^^^,-^ tes, de mantillo de estiércol, mantillo de ho-^ jas y arena. Luego, se enlisa la superficie

ulliversos modelos de etiquetasconstruídas, respectivamente,en vidrio ]^ueco, en cinc y en

madera.

con una tabla. Se siembra, se recubre lige-

ramente de tierra tamizada o se deja sin cu-

brir si las sen^illas son muy menudas, se

oprime cíe nttevo y se mojan las macetas

uor el fondo. Para atenuar las pércíidas porevaporacicín se cubre cada terrina con un vi-

drio o se colocan bajo campanas o bajo chasis sobre una supenc^ie hori-zontal }' permeable (arena o tiestos colocacíos bocabajo).

I'ucde también sembrarsc sobre camas provistas de vidrieras acris-taladas una vez transcurridos varios días luego de haberlas confeccio-

uado. Las semillas se distribuyen a voleo o en líneas, teniendo cuidado

de no acercarse demasiado con la siembra a los bordes de la cajonera

para evitar el exceso de humecíad producido por la condensación del agua

sobre las paredes de aquélla. Se riega con regadera de orificios finos yse cubre en seguida con los bastidores de cristales y esteras hasta que

ger^ninen las scmillas. Conse^uido ^esto se quitan las esteras o cubiertasde paja durante el día. Cuando ]as plantitas^ tienen dos o tres hojas sevan aireando, cada vez más, aprovechando las horas de sol.

Si se siembra en tiestos o macetas, se coloca sobre el orificio del fondo

de cada una un guijarro plano o ligeramente cóncavo, para asegurar la

salicla del ag^ua. Se llenan dc buena tierra fresca hasta cerca del borde

y se oprime. Más tarde se siembran los granos en número que varía

segíui su volunien y el cíiámetro del recipiente. Se cubren como si se

tratara de ttna terrina. Los tiestos pueden también colocarse sobre ca-

mas, enterránciose hasta su borde superior. El calor de estas camas activa

]a ^erminación.

Yara humedecer por con^pleto la tierra de terrinas y tiestos, condi-ción precisa para la pronta y normal germinación de las semillas, con-

viene no cíesplazar 1^s granos situados casi en la superficie. Para ello,

en luz;ar de regar con regadera de aleachofa de orificios finos, es prefe-

rible introducir dichos tiestos o terrinas en un depósito o cubeta quecontenga un poco de agua. Esta subirl por capilaridad hasta la superficie

de los citados recipientes, pudien ĉlo tener entonces la certeza de que la

-^-

masa de tierra está mojada por completo. La operación se repetirá cacla

vez yue la superficie se seque o comience simplemente a blanquear. Si^^

se multiplican abusivaniente estos riegos se causan daños a]as semillas,

y se provoca el desarrollo de musaos y de enferme^lades quc se activan

con la l^umedad.

l.,i í^poca dc las sietnbras varía según sc hag^an al airc libre, bajocanipanas o sobre camas.

l^:n gcncral, deben seinbrarse pronto, en enero, febrero, marzo, ]as

plantas quc exig^en muc}1o calor (^lge^•ati^^^t, Begorai^cr) ; de n^arzo a ina}^o

las ^^lantas anuales de aire libre; en junio y julio las plantas bisanuales

(Car^i/^a^iillas, Pe^asantie^rttos, tl^liosotis).

Las plantas vivaces se siembran generalmente en junio. No obstante

puc^leu p^onerse de marzo ^.i abril las sen^illas de Da^rrzasc^2a^tiaa., Cru^ ^de

.Ierusalén, Pie ^de Aron^dya, ete.

I^^:xisten cuaclros--Calendarios del Jardinero-donde se eapresan conla ^,^^sible aprotimación ]os n^omentos de sembrar cada una de las espe-cirs utilizaclas en jardinería. I?n artículo próximo nos ocuparemos de

ell^^, a^í romo de los otros niodos de multiplicarse ]as especies que em-^ilra la I'loricultura. Terminanlos estos renglones recomendando el eti-^^iieta<lo cuidadoso de tiestos, terrinas y cajoneras, debiendo ponerse una

ctiyucta en el sitio que corresponda a cada variedad. Las etiquetas quemrís corrientcmente se en^iplcan son de madera o de cinc.

La rata, uehí^ulo tra^smisor de eofermedades al homhre y^^ animales domésti^os

Por LF^oroi_i^o CnLVO 5:^^^^cTri•.z.Velerinario

No es cscesiva la rcpulsa que se tiene a cstos desagraclables hués-

^^eclcs ^lom^^sticos, ^a quc, apartc clc los incalculables daños quc origi-

n^u^, yuc iml^^^rtau cientos ^le mil^^s ele pesetas, pueden transn^itir divcr-

sas cnfcrmc<laclcs inicccic^s<<s, <lc cxtrema gravc^lad, al hombrc ^^ ani-

rnales clomésticos.

I^:^ prcrisainente en cl cainpo, c^i yu^e la mayoría de ]as viviendas rtr

rales carecen de las condiciones higiénicas más elementales de la ciu-

dacl, y ron abui^idantes g^ranos, clesperdicios, estiércol y dc^n^ás materias

cou que alimentarse, e infinidad de rincones en donde auidar, donde el

i^+l

- IO -

daño es tnayor y más reducicíos los medios ^lc combatirles, ya que

lus cepos, venenos, ^ases tóxicos y demás artili^ios para extirparlos oYre-

rcn i;,^ual l,cli^ro para los anitnales que pueblan la casa de labor, y que a

su alrancc lnteclen ori^inar p^rdidas involunt,trias cn lu;;ar de la desra-

tización ^^uc sc pro^^usiesen realizar.

Y no son tan sólo dañinos por las p^rclitias antes señaladas : atacan

l;ts colmenas, canla^las ^ nidalcs, clan<ío mucrtc a lus in^lcfcnsos gazapos,

Dislintos estados de una de las especies de pulgas Xenospyl/a cheopis, que paraeitan a lasratas y Iransmiten por picadura a la sangre los diversos gérmenes infecciosos (muy aumenta-

dos).-Macho adulto.

pollos y pichones, hara nutrirse con su carne ; hábilmente arrastran los

huevos hasta dejarlos caer, y, una vez rota la cáscara, les sirve igual-

tnente de alimento.I,as pulgas, piojos, ácaros y tiñas que la parasitan infectan con fa-

cilidad al hombre, perro, etc., y como mínitno le ori^inan las molestias

consiguientes, cuando no les transnliten gérmencs patógenos, con el con-

si^uiente detrimento a su salu<i.

I^ inalmente, siendo unos animales muy prolíficos, al punto de que

Huevo. I_arva.

una ^ula ir^reja huecle prutlucir millares cle cl^sceu^licutes cii corto tiem-

^^t,, se romjn-ende las <liticulta^lcs para su descaste, insuperables en la

práctica, sin los costosos y tno^lcrnus ni^-todos cl^ desinfc^taci^ín rt^n

c^uc ctient<iil las ^randes Ixiblaci^ines.

Las Urincipales es^^ecies ^lc roc^l<^res yuc con más frecuencia ^c en-

cucritran hcrtcncren a cl^is ^^^ncrtts tlc la ian^ilia tlc los múridos-E^i-

p^^r trat^u^se ^le aninlales j^ívenes

pu^licran scr ctmfundidos con los

a^lultos tic la cshecie n^ás p^^yurtia.

acum^>atiam^^s la si^^uiente clave del

fcrentes tallas, en evitaci<ín ^le quc

rtt V.r y.9 / ias , rata ^- ratán, res-

^^cctivanicntc, t^uc ix^r sr'r tlc todos

h<u-tu ront^ci^lus uos abstrncmos dc

^lcscribir stts caractcrrs.

Aunquc estos d^^s ^inertis sc

^ tlistin^uen roi^i facili^la^l ^x^r sus ^li-

,^^``'^ naturrzlista Sr. Cabrera, que los di-

Hue^o de h'enopsyl/a chenpis, montado en lí-yuido dc^Hoyer.

fcrcncia rt^n ri^ttt•osa e^actitud :

(^c^n^^ro I:riui^^s.^-La planta dcl

^^ic ^x,stcri^^r ticnc cl tuh^^rcult^ tar-

sianu intcri^o muy alarna<l^> ^• la rt^rtma ^lcl ^,rimrr mol^r es uii Z^otro

más lat,^a yuc la dcl sc^unclo.

^^

- 12 --

Género lllus.--La planta del pie posterior tiene el tubérculo tar-

siano interno redondeado ; y la corona del primer molar es tan larga, por

lo menos, como la del segundo y tercero juntas.

Larva de Xenopsy//a cheopis, montada en líquido de Hoyer.

I:ntre las principales especies y variedades de este primer géneroFpirn^^s se encuentran: 1a rata neg^ra (E. ra^tus L.), la rata silvestre (E.

rczt^iis f r^egiz^o^rus), la rata de alcantarilla (E. nor•z^egicus), etc.

Del género Mus se conocen dos especies : el ratón co^mún (M^zms ^z2us^culus) y el ratón campestre (Mus spi^cilegus his^anicus).

F,stas distintas especies son enemigas entre sí y jamás se mezclan;

aun dentro de la misma esgecie, 112us norvegicus, las distintas razas s^e

establecen con absoluta separación de los demás ; hecho aue explica la

extraña localización observada en epidemias como la pestosa, que inva-

dieron tan sólo determinados sectores de la localidad.

La rata se adapta y reproduce con facilidad. Cada pareja produce

tres nidadas por año, con unos diez descendientes por parto, y durante

su vída reproductiva propo?-cionan diez generaciones, que ^e multiplican

enormemente.

I)e modo directo, o como portadores de ectoparásitos, las ratas pue

den transmitir al hombre y animales domésticos, que tienen mayor o

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inenor contacto con ellas, cuando están infectaclas, las enfernledades si-

^>licntes :

['este.

"I^ifus csantemático.

I^abia.

"l-riqttinosis.

^eudottlberculosis.

]?spiroquetosis icterohemorrát;ica.

Tularcmia.

^odolal.

]nflucnza de lus caballos.

l^icbrc ^lftosa.

"l^iña.

I?1 mccanislno transmisor clc las (listintas rnfcrmc(ladcs lulr nlrclio

<íe estos r(ledores ^• stls ectopar,ísitos es c(llno sigue :

Trichina spiralis en sus distinfos se-xos y fases (muy aumentada) -a) em-brión, 6J yuiste triyuinósico muscular.

1'csl^^.-Cuando l,ls lntlgas sc alimen-

tan sobr^ animalcs atacados, llcvan ^'n su

llruvcutrículo grandcs a^lomcraci(mrs de

bacilos pcstosos, que transmitcn a las llcr-

sonas y animales que (lc nuevo parasitcn,

inoculan<lo en stl san^re por picadtu-a cs-

tos gérmcnes. ^' dan(1(1 lurar a yuc sc

propaguc la cnlcrmc(la(l.

T^ifars ^'_ralrtc'rrl.6fi(-n. -f^tlalmentc juc-

;;an un importantc p,tllel conul ^^chículo

transmisur 1<ls 1>ulgas (lc las ratas, (lr mo-

ilo mu^' analo^o al antcrior.

I^abi(r.--^-]'ata terribl^ enfernle(la(l, (le

f a t a 1 e s consccuenrias, es transmiti(la,

^ran paríc (le las vcc^s, por las ratas

ataca(las (luu nlucrclcn a otras : ^^ (lircc-tamcntc, 11(n- mordc(lura al hombre, ollor intel'nlc<lio (le 1(l; aninlalcs (lom^s-

ticos, llrrr(^, gal(^, etc, l^tle(len ino^ularle

^l virus ráhico, duc, (lc no scr someti<lo1 tl'81111111C11tc) ^' VHCL111^1C1011 111117C(lllta,

1C ^,iCat-1'Clll'11 la 1l^UertC.

I^ri(jr^iunsis. I'.s lnuy- frcruent^ la

l^resencia (le cste vcrnle en la carne (1^

l,ls ratas; pcr(1 cemo ísta no cs utiliza(la

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como alimento por el hombre, precisa el pase por otro animal de abasto,

onnívoro, que es el cerdo. La ingestión de ratas contaminadas origina ]a

presencia del quiste muscular triquinósico; el consumo de la carne de

este animal da lugar a la enfermedad en e] hombre, y en caso favorablc

al decomiso por ]a inspección veterinaria, con la consiguiente pí•rdicía.

de su valor.

Seu^dotubeycaclosis de los roe^dores.-Muy semejante a la peste, pa-^

deceu esta infección, originada por el b. seac^dotiaberculosis rodeyzti^zar^a,.

los cavias, conejos }• ratas, c;n la que estas últimas tienen un importante^

papel difusor. contaminando con sus heces los alimentos y bebidas, des-

tinad^s a las explotaciones cunícolas.

I•s^iroqltie^tosis i.cteyolae^^ioryb.gica.-Son portadores estos roedores,

cn su mayoría, clel espiroquete nodoso, que origina esta enfermedad,

actuando de intennediaria entre el hombre }^ el conejo, por m.ediación

de stts parásitos.Tz^larer^iia.-I nfección que padecen en Tulare (California), de donde

toma su nombre, los conejos y ardillas, mtry parecida a la peste, jugando

tm papel análogo al anteriormente descrito en esta enfermedad.

Sodol^^c.-Ls una espiroquetosis agucla producida por el sp. 7^iccrius,

conocida en Oricnte por enfermedad de la mordedura de rata, nombre

que indica claramente la intervención de este animal en su propagación_Isiflu^^rcia y fiebre aftosa.-La rata es portadora de los virus res-

pectivos de estos morbos, contaminada con los materiales infectacíos.Tiiras.-T?1 me ĉíio cíe suciedad en que ]a rata vive es adecuado para

cl desarrollo }- propagación de este grupo de dermatosis. Por contagio

direrto o por rnediación de animales domésticos pueden ri•ansmitirla al

hombre.

La mcdida profiláctica más eficaz contra estas infecciones es la des-

ratización ; de tal interés que las autoriclades sanitarias de todas las na-

ciones han legislado sobre este punto, habiéndose tomado igualmente

acuerdos internacionales para evitar su propagación.

I^n las vetustas poblaciones rurales, desprovistas en su mayoría de

agua }' alcantarillado, sin viviendas construídas con cemento y hierro,

provistas de sifoues con rejillas en retretes y- desagiies, repletas de de-

tritos orgánicos que constituyen un a^nbiente propicio a]a vida y repro-

ducción de estos roedores, se impone una constante y persistente lucha

para conseguir, si no su ettirpación, evitar al menos verdaderas inva-

siones con los consiguientes destrozos y peligro a la salud.

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El enemi^o natural, el gato, auxiliacío por otros animales como perro

ratonero, hurón, etc., que lcs hace implacable #,ruerra, y es, por tanto, de

gran utilidacl, ofrecen, sin embargo, el peligro de convertirse en exce-

lcntes hortadores dc pulgas infectadas que propaguen las epidemias.

I?1 empleo de artefactos de^tinados a la captura de ratas y ratones

prescnta tambi^n sus iuconvcnientes ; exige la atracción de estos anima-

les a un determinado lug^ar ; no suele servir míis que las primeras v^eces „

pues cíado su oliato sutil pcrciben al hombre y huy^cn del engaño.

Tan sc51o una ri^^^urosa limpieza ^- tlaineado ofrece algún resultado

positivo.

l.os vencnos, en su qiayoría nocivos ig^ualniente al hoinbre y animales^

domí^sticos, reyuiercn ^^randes precauciones en su manejo, para evitar

tan cíesa^radables sorpresas.

Hc aqtú ]a c;,mposición de al^unas pastas recomendables:

:v^en,co ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 5o gramos.

Harina clc. trigo ... ... .:. ... ... ... ... ... ... ... ... 20 -

Sebo funcliclo ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 30 -

}^císforo ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... 20 ^ramos.

Sebo funcliclo ... ... ... ... ... ... ... ... ... ^ aa. 400

A^na calic„tc... ...

Endulza<lo con azí,car.I

Para obviar el inconveniente antes indicado se utilizan otras sustan-

cias, escila o escilitina, no peligrosas, y muy tóxicas para las ratas y

ratones.

Con ellas sc pucle preparar la si^uiente pasta:

Poh-o dc cscila... ...

Sebo fnnclido... ... ..To gramos.

30 -

Insistin^os en recordar cl fino olfato de la rata, ^- por tanto deberán

abstenerse de todo contacto en la j,reharación quc delatc la presenciacíel hombrc.

Los ^ascs tó^icos, cloro, ácido cianlúcírico, cloropicrina, gas sulfu-

roso, etc., escelentes raticidas, son de dificil manejo por su toxicidad y

rcquicren aparatos especiales para su empleo y recintos herméticamente

ccrracíos v secos.

I?1 ^as sulfuroso, obtenido por la co,nbustión dcl azufre, que actúa

por su gran poder de oxicíación, ataca a los metales, decolora los tejidos^ hace frábil la celulosa.

iu ^i

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Yara evitar el riesgo de incendio de esta práctica, debe utilizarse de-^ósitos situados sobre un recipiente repleto de agua.

Con el empleo de aparatos sulfuradores se evitan, en gran parte, estos

Peligros.

La clorop^icrina también pttede usarse en pulverización, y tiene sobre

éste la ventaja de que ne ataca los metales, ni ^decolora y es más eco-

nómico.

iVlodernamente se emplea como muricida de gran resultado el virus

cíe la septicemia de las ratas, enfermedad que, debido a su gran pocíer

difusor, produce verdaderos estragos a la población ratonil, siendo in-

ofensivo al hombre v animales de ]a estanaia.

Basta verter el contenido de una ampolla en agua, y después de a^i-

tado para su perfecta mezcla con una varilla de cristal, impregnar los

trozos de pan o granos machacados que han de ofrecerse como cebo.

Hay, sin embargo, ratas dotadas de una inmtmidad en mayor o menor

^rado que resisten la enfermedad que 1es pro^duce y que transmiten a^su descendencia, más o menos atenuada ; por cuyo motivo no es suficiente

para su total extirpacián.Recomendamos, pues, como más eficaz un método mixto empleado

con perseverancia que, retmiendo las ventajas de cada uno de ellos, anule

gran parte de los inconvenientes señalados.

LAS OBRAS Y REVISTAS REUNIDAS PARA SU TRABA.70 POR EL

SERVICIO DE PL?BLICACIONES AGRICOLAS PUEDEN SF.R CONSUL-

TADAS EN F.L LOCAL DEI, 1VIISbfO (DIINISTERIO DE AGRICULTLIRA,

PASEO DE ATOCHA, t Y 3) TODOS LOS DIAS LABORABLES, DEDiEZ A^ UNA.

GRÁFIC:1S UGUINA.-^2GLrNDE7. VALDÉS. ^, MADRID