Hoja Parroquial - 13 de septiembre 2009 - num 37

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Arquidiócesis de Guadalajara, A.R. Hoja parroquial Fundado el 4 de junio de 1930. Registro postal IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes INDA-04-2007-103013575500-106 1 E l Evangelio de este domingo plantea el tema de la identidad de Jesús. En efecto, Jesús hace a sus discípulos una doble pregunta: “¿Quién dicen los hombres que soy yo?... ¿quién dicen ustedes que soy yo?”. Cada una de estas preguntas tie- ne su respuesta. Observamos que la gente, en general, ve a Jesús como un hombre de Dios. Por eso opinan que él es Juan el Bau- tista o Elías o alguno de los profetas. Respecto de Juan el Bautista, cuando el ángel Gabriel anunció a Zacarías que su mujer la daría un hijo, le aseguró que el niño “estaría lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre” (Lc 1,15), y el IV Evangelio lo presen- ta así: “Hubo un hombre enviado por Dios; su nombre era Juan... Vino para dar testimonio de la luz” (Jn 1,6.7.8). Respecto de Elías, cuando se presenta al rey Ajab, lo hace con estas palabras: “Vive el Señor, Dios de Israel, ante quien sirvo, que no habrá en estos años rocío ni lluvia si no es por la palabra de mi boca” (1Rey 17,1). De aquí se deduce que, si la gente opina que Jesús es Juan el Bautista o Elías, es porque lo consideran un hombre lleno del Es- píritu Santo, enviado por Dios para dar testimonio de la luz, y que está en la presencia de Dios para servirlo. Juan el Bautista sufrió la muerte por su tes- timonio de la verdad; fue víctima del odio de Herodías, del capricho malva- do de su hija y del abuso de poder de Herodes; ¡su cabeza fue el precio de un baile! Por su parte, Elías sufrió la persecución de Ajab. Los profetas, en general, fueron perseguidos y matados a causa del testimonio que dieron. Nº 37 • 24º Domingo Ordinario • 13 de septiembre de 2009 PENSAR COMO DIOS Sigue en la página 4

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Boletín semanal de la Arquidiócesis de Guadalajara

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Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.

Hoja parroquial Fundado el 4 de junio de 1930. Registro postal IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes

INDA-04-2007-103013575500-106

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El Evangelio de este domingo plantea el tema de la identidad de Jesús. En efecto, Jesús hace

a sus discípulos una doble pregunta: “¿Quién dicen los hombres que soy yo?... ¿quién dicen ustedes que soy yo?”. Cada una de estas preguntas tie-ne su respuesta.

Observamos que la gente, en general, ve a Jesús como un hombre de Dios. Por eso opinan que él es Juan el Bau-tista o Elías o alguno de los profetas. Respecto de Juan el Bautista, cuando el ángel Gabriel anunció a Zacarías que

su mujer la daría un hijo, le aseguró que el niño “estaría lleno de Espíritu Santo ya desde el seno de su madre” (Lc 1,15), y el IV Evangelio lo presen-ta así: “Hubo un hombre enviado por Dios; su nombre era Juan... Vino para dar testimonio de la luz” (Jn 1,6.7.8). Respecto de Elías, cuando se presenta al rey Ajab, lo hace con estas palabras: “Vive el Señor, Dios de Israel, ante quien sirvo, que no habrá en estos años rocío ni lluvia si no es por la palabra de mi boca” (1Rey 17,1). De aquí se deduce que, si la gente opina que Jesús

es Juan el Bautista o Elías, es porque lo consideran un hombre lleno del Es-píritu Santo, enviado por Dios para dar testimonio de la luz, y que está en la presencia de Dios para servirlo. Juan el Bautista sufrió la muerte por su tes-timonio de la verdad; fue víctima del odio de Herodías, del capricho malva-do de su hija y del abuso de poder de Herodes; ¡su cabeza fue el precio de un baile! Por su parte, Elías sufrió la persecución de Ajab. Los profetas, en general, fueron perseguidos y matados a causa del testimonio que dieron.

Nº 37 • 24º Domingo Ordinario • 13 de septiembre de 2009

Pensar como Dios

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NUESTRA MISA DE HOY

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ANTÍFONA DE ENTRADACfr. Eclo 36, 15-16

A los que esperan en ti, Señor, con-cédeles tu paz y cumple así las palabras de tus profetas; escúchame, Señor, y atiende a las plegarias de tu pueblo.

SALMO RESPONSORIALDel salmo 114

R. Caminaré en la presencia del Señor

Amo al Señor porque escuchael clamor de mi plegaria,porque me prestó atencióncuando mi voz lo llamaba. R. Caminaré en presencia del Señor

Redes de angustia y de muerte me alcanzaron y me ahogaban.Entonces rogué al Señor que la vida me salvara. R. Caminaré en presencia del Señor

El Señor es bueno y justo,nuestro Dios es compasivo.A mí, débil, me salvóy protege a los sencillos. R. Caminaré en presencia del Señor

Mi alma libró de la muerte;del llanto los ojos míos,y ha evitado que mis piestropiecen por el camino.Caminaré ante el Señorpor la tierra de los vivos. R. Caminaré en presencia del Señor

ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO Gál 6, 14

R. Aleluya, aleluyaNo permita Dios que yo me gloríe en algo que no sea la cruz de nues-tro Señor Jesucristo, por el cual el mundo está crucificado para mí y yo para el mundo. R. Aleluya, aleluya

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓNSal 35, 8Señor Dios, qué valioso

es tu amor. Por eso los hombres se acogen a la sombra de tus alas.

Del libro del profeta Isaías 50, 5-9

En aquel entonces, dijo Isaías:“El Señor Dios me ha hecho oír sus palabras y yo no he

opuesto resistencia, ni me he echado para atrás.Ofrecí la espalda a los que me golpeaban, la mejilla a los

que me tiraban de la barba. No aparté mi rostro de los insultos y salivazos.

Pero el Señor me ayuda, por eso no quedaré confundido, por eso endurecí mi rostro como roca y sé que no quedaré avergonzado.

Cercano está de mí el que me hace justicia, ¿quién luchará contra mí?

¿Quién es mi adversario? ¿Quién me acusa?Que se me enfrente.El Señor es mi ayuda, ¿quién se atreverá a condenarme?”

Palabra de Dios

De la carta del apóstol Santiago 2, 14-18

Hermanos míos: ¿De qué le sirve a uno decir que tiene fe, si no lo demuestra con obras? ¿Acaso podrá salvarlo esa fe?

Supongamos que algún hermano o hermana carece de ropa y del alimento necesario para el día, y que uno de ustedes le dice: “Que te vaya bien; abrígate y come”, pero no le da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué le sirve que le digan eso? Así para con la fe; si no se traduce en obras, está completamente muerta.

Quizá alguien podría decir: Tú tienes fe y yo tengo obras. A ver cómo, sin obras, me demuestras tu fe; yo, en cambio, con mis obras te demostraré mi fe”.

Palabra de Dios

EVANGELIODel santo Evangelio según san Marcos 8, 27-35

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a los poblados de Cesarea de Filipo. Por el camino les hizo esta pre-gunta: “¿Quién dice la gente que soy yo?” Ellos le contestaron: “Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías, y otros, que alguno de los profetas”.

Entonces él les preguntó: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” Pedro respondió: “Tú eres el Mesías”. Y él les ordenó que no se lo dijeran a nadie.

Luego se puso a explicarles que era necesario que el Hijo del hombre padeciera mucho, que fuera rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que fuera entregado a la muerte y resucitara al tercer día.

Todo esto lo dijo con entera claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y trataba de disuadirlo. Jesús se volvió, y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro con estas palabras: “¡Apártate de mí, Satanás! Porque tú no juzgas según Dios, sino según los hombres”.

Después llamó a la multitud y a sus discípulos, y les dijo: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio, la salvará”.

Palabra del Señor

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Creo en un solo Dios,Padre todopoderoso,Creador del cielo y de la tierra,de todo lo visible y lo invisible. Creo en un solo Señor Jesucristo,Hijo único de Dios,nacido del Padre antes de todos los siglos:

Dios de Dios, Luz de Luz,Dios verdadero de Dios verdadero,engendrado, no creado,de la misma naturaleza del Padre,por quien todo fue hecho;que por nosotros, los hombres,y por nuestra salvación bajó del cielo,y por obra del Espíritu Santose encarnó de María, la Virgen,y se hizo hombre;y por nuestra causa fue crucificadoen tiempos de Poncio Pilato;padeció y fue sepultado, y resucitóal tercer día, según las Escrituras,y subió al cielo, y está sentadoa la derecha del Padre;y de nuevo vendrá con gloriapara juzgar a vivos y muertos,y su Reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo,Señor y dador de vida,que procede del Padre y del Hijo,que con el Padre y el Hijorecibe una misma adoración y gloria,y que habló por los profetas.

Creo en la Iglesia, que es una,santa, católica y apostólica.Confieso que hay un solo Bautismopara el perdón de los pecados.Espero la resurrección de los muertosy la vida del mundo futuro.

Amén

Gloria a Dios en el cielo,y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.Por tu inmensa gloriate alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos;te damos gracias, SeñorDios, Rey celestial,

Dios Padre todopoderoso.Señor, Hijo único, Jesucristo;Señor Dios, Cordero de Dios,Hijo del Padre;Tú que quitas el pecado del mundo,ten piedad de nosotros;Tú que quitas el pecado del mundo,atiende nuestra súplica;

Tú que estás sentado a la derecha del Padre,ten piedad de nosotros;porque sólo Tú eres Santo,sólo Tú Señor,sólo Tú Altísimo, Jesucristo,con el Espíritu Santoen la gloria de Dios Padre. Amén.

Conoce el Santuario que se construye en honor a los Mártires Mexicanos en: www.santuariodelosmartiresdecristo.com

SAN JUSTINO ORONA MADRIGAL

Nació en Atoyac, Jal., el 14 de abril de 1877. Durante su infan-cia, la pobreza y la adversidad templaron su carácter. Con muchas dificultades pudo cursar la formación eclesiástica en el seminario conciliar de Guadalajara. Recibió el orden del presbiterado el 7 de agosto de 1904. Responsable y diligente, fue oficial de la curia diocesana algu-nos años. Muy apostólico, desempeñó el oficio de párroco con celo. En 1916 llegó al que sería su último destino, Cuquito, Jal. Tres años después fundó en ese lugar una congregación reli-giosa, Clarisas del Sagrado Corazón de Jesús, a quienes preparó personalmente para servir a los desvalidos. Al desa-tarse la persecución religiosa, durante la segunda mitad de 1926, se negó a abandonar su territorio parroquial, vivi-endo desde entonces “a salto de mata”, sorteando toda suerte de dificultades. De entonces data la siguiente confiden-cia: “El camino que lleva a la patria hay que seguirlo con alegría, sirviendo a Dios en la tierra y viendo por el bien de los hombres. Los que siguen el camino del dolor con fidelidad, pueden subir al Cielo con gozo”. En junio de 1928 se entrevistó con su vicario, Atilano Cruz, en una aldea de su circunscripción, Las Cruces. Elaboraban juntos una estrate-gia pastoral para atender a los fieles en

tan penosas circunstan-cias.

Una indiscreción involuntaria reveló al presidente municipal de Cuquío, José Ayala, el paradero de los clérigos; con ese dato, exigió al jefe militar acreditado en ese lugar, una partida de soldados para capturar a los sac-erdotes. La madrugada

del 1º de julio de 1928, una escolta al mando del coronel José Heredia Aceves, sitiaron la morada de la familia Jiménez Loza y azotaron la puerta de la habit-ación donde pernoctaban los presbíteros Orona y Cruz, al igual que un hermano del párroco, llamado José María. La víspera de su martirio, alguien preguntó al párroco si temía a los agentes del Gobierno. Su respuesta fue: “Cuando los tenga enfrente, con gusto les daré el saludo de ¡Viva Cristo Rey!”.

En efecto, el padre Justino abrió la puerta y saludó a los soldados excla-mando a voz en cuello: ¡ Viva Cristo Rey! como respuesta recibió una lluvia de balas que cortó su vida. Los verdu-gos se introdujeron en el aposento acri-billando, en el acto, al vicario Atilano Cruz y el señor José María Orona. Los cadáveres fueron lanzados al patio de la casa y profanados antes de ser exhibi-dos en la plaza de Cuquío. Sus reliquias se conservan en el templo parroquial de ese lugar.

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JUBILEO CIRCULARSEPTIEMBRE:14, 15 y 16: Lunes, martes y miércoles

NTRA SRA. DE LOS REMEDIOSCRISTO REY, Nuevo VergelNTRA SRA DE LA ASUNCIÓN, TlaquepaqueSANTA MARÍA DE LA CRUZSANTA CRUZ DE LAS FLORES, La SoledadCRISTO DE LA ESPERANZA, Estancia Padre Bernal

17, 18 y 19: Jueves, viernes y sábado

SANTA MARÍA MAGDALENA, PolancoNTRA SRA DE GUADALUPE, TonaláSAN LORENZO, YáñezSAN ROBERTO BELARMINOSAN ANTONIO TLAYACAPAN

Los apóstoles opinan que Jesús es el Mesías, el Ungido, el hijo de David destinado a heredar el trono de su padre. Ellos piensan que en Jesús se cumple la promesa que hizo Dios a David por medio del profeta Natán: “Afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas y consolidaré su reino” (2Sam 7,12). Lejos de padecer, Jesús tendría que reinar en Israel y recibir honores.

Jesús acepta esta respuesta como verdadera. Pero “co-menzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sa-cerdotes y los escribas y ser matado...”. Este parece ser más el camino de los profetas que el de un rey. Jesús agrega, sin embargo, una circunstancia que hace que su camino sea infinitamente superior al de todos los profetas y reyes: “El Hijo del hombre resucitará a los tres días”. Pedro no acepta que Jesús deba recorrer el camino de un profeta y se pone a reprenderlo. Pero Jesús lo reprende, a su vez, y le reprocha: “Tú no piensas como Dios, sino como los hombres”. El pensamiento de los hombres es el de un mesías terreno que goza de los honores del mundo; el pensamiento de Dios es el de un Mesías que entrega su vida por la salvación del mundo. El pensa-miento de los hombres consiste en pasarla bien en este mundo; pero “quien quiera salvar su vida, la perderá”. El pensamiento de Dios consiste en entregar la vida en este mundo para gozar de ella eternamente: “Quien pier-da su vida por mí y por el Evangelio, la salvará”. El pensamiento de Dios lo tiene quien recorre en esta tierra el mismo camino que recorrió Jesús: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”. Pedro, finalmente, asumió el pensamiento de Dios y siguió este camino.

Viene de la página 1

25, 26 y 27 de septiembre de 2009

18, 19 y 20 de septiembre de 2009

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