Hoja Dominical 27/09/2015
-
Upload
oca-mexico -
Category
Documents
-
view
212 -
download
0
description
Transcript of Hoja Dominical 27/09/2015
RECLAMOS DE LA PESCA MILAGROSA
El Señor encuentra a unos pescadores que lavan sus redes a la orilla del lago de
Genezaret. Uno de ellos es Pedro; el Señor entra en una de las dos barcas y dice a
Pedro: «Lleva la barca mar adentro, y echa tus redes para pescar.» Pedro contesta:
Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada; más,
(confiando) en tu palabra, echaré las redes.
La Palabra dulce del Señor, la tenemos en las Sagradas Escrituras: ¿Quién de nosotros
confía en ella? ¿Quién es consciente de que es «La Palabra de vida», que ha de
acompañarnos, sea cual sea la ocasión? Pedro y sus compañeros, cuando
correspondieron al mandato del Señor, obtuvieron gran cantidad de peces; así que
llamaron a los de la otra barca para que les ayudaran. Felipe, uno de los discípulos,
también, apenas encontró a Jesús el Mesías, se apresuró a llamar a su amigo Natanael
(Juan 1: 46).
= ¿Hemos cosechado algún fruto de las Palabras del Señor, para llamar a nuestros
amigos a que participen con nosotros de la Gracia? =
Las dos barcas se llenaron a tal grado que casi se hundían. Cuando Pedro presenció
eso, se postró ante el Señor y dijo: Apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.
Se dio cuenta de la diferencia de sus pecados con la pureza de Jesús y advirtió la
distancia entre su propia indignidad y la abundancia de la Misericordia del Señor.
Nuestra religiosidad ligera no se detiene de pedir, exigir y reclamar a Dios; peces
grandes y pequeños, sin importarle que estemos en su Presencia. De tal manera los
israelitas, en el Antiguo Testamento, reclamaban a Moisés y murmuraban contra su
Dios: ¿Qué vamos a beber? ¿Qué vamos a comer?, en lugar de bendecirlo por todo lo
que les había hecho cuando los sacó de Egipto, y de llorar la pequeñez de su
comportamiento ante la ternura de Dios para con su pueblo. No fue así con Pedro. El
valoró todo esto y se prostró.
El asombro se había apoderado de Pedro y de cuantos con él estaban: la penitencia
provoca también una admiración parecida; de hecho, admirar la belleza de Dios, su
amor y su cercanía a nosotros forman la parte esencial de nuestra postración estando en
penitencia.
San Teófano el Recluso dice: «Mientras la habitación esté inmersa en la oscuridad,
jamás advertiremos su suciedad; pero en cuanto sea iluminada con una luz
vigorosa, podremos ver hasta el grano de polvo más pequeño. Lo mismo pasa en
la habitación de nuestra vida, la Luz de Cristo que penetra en ella nos hace
percibir de un modo verdadero nuestros pecados personales.»
A Pedro, purificado por su confesión, el Señor le dijo: «No temas; desde ahora serás
pescador de hombres.» Como si le dijera: «Como yo te he atraído, tú atraerás a
muchos... No temas el ambiente pecaminoso que te rodea: eres enviado de parte
del Señor: Él te dará fuerza, paz y compasión para que conquistes al alma
necesitada, y la atraigas a la presencia del Cristo, y quede realmente admirada.»
Cuando los discípulos llegaron a tierra, dejándolo todo, lo siguieron. ¿Qué son las
redes, y qué son las barcas, ante la belleza y la luz de este Hombre? Y tú, ¡Oh alma!,
¿acaso todavía sigues cautivada en las redes de tus deseos y vanagloria, o quieres ser
capturada por nuestro Señor Jesucristo, el Pescador de hombres?
Diócesis de México
Iglesia Ortodoxa en América
www.ocamexico.org
Catedral Ortodoxa
—La Ascensión del Señor—
El Poder de la Palabra de Nuestro
Señor Dios y Salvador Jesucristo.
Dios escucha, cuando desesperados
le clamamos:
Señor, no entiendo tu mensaje; pero
en Tú Palabra, seguiré poniendo mi
confianza en la Santísima Trinidad.
No puedo con mis pasiones; pero en
Tú Palabra, seguiré purificándome.
No veo resultados cuando hablo de Tú misericordia; pero en Tú Palabra, seguiré
intentándolo.
No encuentro paz en mi alma; pero en Tú Palabra, la seguiré buscando.
No me concentro en la oración; pero en Tú Palabra, lucharé contra las fantasías de
mi mente.
No observo tranquilidad en mi entorno; pero en Tú Palabra, sembraré Tu paz.
No veo curación en mi cuerpo; pero en Tú Palabra, seguiré participando de Tús
Misterios.
Me es difícil ayunar y hacer oración; pero en Tú Palabra, seguiré practicando.
No sé cómo confesarme; pero en Tú Palabra, no me detendré, hasta realizarlo.
No sé cómo relacionarme con mi prójimo; pero en Tú Palabra, veré tu Rostro en él.
No puedo lograr que me obedezca mi hijo; pero en Tú Palabra, pondré el ejemplo.
Me cuesta pedir perdón por mis faltas; pero en Tú Palabra, buscaré la humildad.
No sé cómo pedir intercesión a Tú Santísima Madre, a Tus Santos o a los Ángeles;
pero en Tú Palabra, seguiré suplicándoles todos los días.
No sé cómo enfrentar a mis enemigos; pero en Tú Palabra, rogaré por ellos.
No capto la Gracia del Espíritu Santo que hay en mí; pero en Tú Palabra, quitaré el
velo de mis pasiones.
Y Él nos responde: “Lleva tu cruz con amor y sacrificio obedeciendo la Palabra
de Dios, y encontrarás la Gracia del Espíritu Santo; y sí en verdad crees en Mí,
eliminarás de tu vida todo tipo de pasiones y miedos, entonces te diré: Bien
siervo bueno y fiel, en lo poco has sido fiel y por tu fe me has seguido; desde
ahora ya no andarás en tinieblas y participarás de la Vida Eterna”.
Nuestro Señor Jesucristo entiende nuestros problemas y necesidades, y espera que
demos el primer paso en este camino incomprensible. Realizando sacrificios con
amor, paciencia, esperanza y mucha fe; de la abundancia de bendiciones que
recojamos a lo largo de nuestra existencia, traeremos a la Misericordia de Dios a
muchos que no conocen esta sabiduría divina, pero que luchan esperando a que las
cosas mejoren.
Entonces escucharemos la voz que nos conforta diciendo: No teman. Desde ahora
serán pescadores de almas desesperadas; que están sedientas de Dios.
HIEROMONJE ELÍAS R.
17º DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS ~ Tono 8°
TROPARIO DE LA RESURRECCIÓN - Tono 8º
Coro: De las alturas descendiste, oh Compasivo, / y quisiste sufrir la sepultura
de tres días, / para librarnos de las pasiones. / Vida y Resurrección nuestra,
Señor, Gloria a ti. //
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Ahora y siempre, y por los
siglos de los siglos. Amén.
CONTAQUIO DE LA RESURRECCIÓN - Tono 8º
Coro: Habiéndote levantado de la tumba, / Tú has dado vida a los muertos / y
has levantado a Adán. / Y Eva se regocija por Tu Resurrección. / Y todos los
confines de la tierra están triunfantes/ a causa de Tu Resurrección de entre los
muertos, / oh Tú que eres grande en misericordia. //
Diácono: Atendamos.
Sacerdote: Paz a todos.
Lector: Y a tu espíritu.
Diácono: Sabiduría.
Lector: PROQUIMENO en el Tono 8º
Lector: Orad al Señor nuestro Dios, y dadle gracias.
Coro: Orad al Señor nuestro Dios, / y dadle gracias. //
Verso: En Judá es conocido Dios, y en Israel es grande Su Nombre.
Coro: Orad al Señor nuestro Dios, / y dadle gracias. //
Verso: Orad al Señor nuestro Dios.
Coro: Y dadle gracias.//
Diácono: Sabiduría.
ECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DEL APOSTOL SAN
PABLO A LOS CORINTIOS. (2da. Corintios 6: 16 – 7: 1)
Diácono: Atendamos.
Hermanos: ¿Y qué relación hay entre el templo de Dios con
los ídolos? Porque ustedes son templos de Dios vivo; como
dijo Dios: “Habitaré en medio de ellos y andaré entre ellos;
y seré su Dios; y ellos serán mi pueblo”. Por tanto salgan de
en medio de ellos, y apártense, dice el Señor; y no toquen
ninguna cosa impura; y yo los recibiré; y seré para ustedes
Padre, y ustedes serán para mí hijos e hijas, dice el Señor
Todopoderoso. Teniendo, pues estas promesas, queridos
hermanos, purifiquémonos de toda mancha de la carne y en
el espíritu, perfeccionando nuestra santificación en el temor
de Dios.
Sacerdote: Paz a ti.
Lector: Y a tu espíritu.
Diácono: Sabiduría.
Lector: ALELUYA, en el Tono 8º
Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.
Lector: Venid, regocijémonos en el Señor, cantemos a Dios, Salvador
nuestro.
Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.
Verso: Vengamos ante su acatamiento con alabanzas, aclamémosle con
cánticos.
Coro: Aleluya. Aleluya. Aleluya.
Diácono: Sabiduría. Estemos de pie, escuchemos el Santo Evangelio.
Sacerdote: Paz a todos.
Coro: Y a tu espíritu.
ECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN
LUCAS. (Lucas. 5: 1 – 11)
Coro: Gloria a Ti, Señor, Gloria a Ti.
Sacerdote: Atendamos.
En aquel tiempo: La gente se agolpaba sobre Jesús para oír la palabra
de Dios, quien se hallaba junto al lago de Genezaret; cuando vio dos
barcas a la orilla del lago; y los pescadores habían bajado de ellas y
lavaban las redes. Y, subiendo en una de las barcas; que era de Simón,
le pidió que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde
la barca a la multitud. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Lleva la
barca mar adentro, y echen sus redes para pescar». Simón le
respondió: Maestro, hemos estado trabajando durante toda la noche y
no hemos pescado nada; pero, en tu palabra, echaré las redes. Y,
haciéndolo así, recogieron gran cantidad de peces; tanto que sus redes
estaban a punto de romperse. Hicieron señas a los compañeros de la
otra barca, para que vinieran en su ayuda; y llegando, llenaron tanto las
dos barcas, que casi se hundían. Y, viendo esto Simón Pedro, se postro
a los pies de Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, que soy un
hombre pecador. Pues el asombro se había apoderado de él y de todos
los que con él estaban, por causa de los peces que recogieron; y así
mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo; que eran compañeros de
Simón. Y Jesús dijo a Simón: «No temas; de ahora en adelante serás
pescador de hombres». Y, llevando las barcas a tierra, dejándolo todo,
lo siguieron.
Coro: Gloria a Ti, Señor, Gloria a Ti.
L
+L