Hogar dulce hogar

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Página 1 de 9 Hogar dulce hogar Nuestro hogar no es inofensivo Nuestro estilo de vida, hábitos de consumo y el tiempo que pasemos en casa, determinarán la magnitud de la contaminación ambiental debida a nuestros actos caseros. ¿Cuánto tiempo pasamos en el hogar? Pasamos un promedio de 15 horas al día en casa. Este es el resultado que ofrece el estudio nacional AIMC Marcas , elaborado por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC) , a lo largo de 2015. Sus resultados se basan en más de 10.000 entrevistas válidas, y ofrece datos sobre los hábitos de vida y las actitudes de las personas frente al consumo. Este informe revela también que el porcentaje de minutos diarios invertido en el hogar varía en función de si es fin de semana, periodo vacacional o laborable, de la edad, incluso existen diferencias entre hombres y mujeres. Teniendo en cuenta estas variables, en general este porcentaje de tiempo diario que estamos en casa oscila entre 60% y 70%. Por otra parte, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) , más del 80% de nuestra vida diaria transcurre en el interior de un edificio, mayoritariamente en el trabajo y el hogar. Según la OMS , mejorar las condiciones de habitabilidad de una vivienda: puede salvar vidas, prevenir enfermedades, aumentar la calidad de vida, reducir la pobreza, ayudar a mitigar el cambio climático, contribuir al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) . Así lo confirma el informe Who Housing and Health Guidelines (Guías de Vivienda y Salud), publicado por la OMS en el año 2018 y donde se recogen algunas directrices sobre las viviendas saludables, entre cuyos objetivos destacamos dos: Reducir la aparición de enfermedades o problemas de seguridad asociados a condiciones de habitabilidad deficientes o inseguras.

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Hogar dulce hogar

Nuestro hogar no es inofensivo

Nuestro estilo de vida, hábitos de consumo y el tiempo que pasemos en casa, determinarán la

magnitud de la contaminación ambiental debida a nuestros actos caseros.

¿Cuánto tiempo pasamos en el hogar?

Pasamos un promedio de 15 horas al día en casa. Este es el resultado que ofrece el estudio nacional

AIMC Marcas, elaborado por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación (AIMC), a

lo largo de 2015. Sus resultados se basan en

más de 10.000 entrevistas válidas, y ofrece

datos sobre los hábitos de vida y las

actitudes de las personas frente al

consumo.

Este informe revela también que el

porcentaje de minutos diarios invertido en

el hogar varía en función de si es fin de

semana, periodo vacacional o laborable, de

la edad, incluso existen diferencias entre

hombres y mujeres. Teniendo en cuenta estas variables, en general este porcentaje de tiempo diario

que estamos en casa oscila entre 60% y 70%.

Por otra parte, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 80% de nuestra vida

diaria transcurre en el interior de un edificio, mayoritariamente en el trabajo y el hogar.

Según la OMS, mejorar las condiciones de habitabilidad de una vivienda:

puede salvar vidas,

prevenir enfermedades,

aumentar la calidad de vida,

reducir la pobreza,

ayudar a mitigar el cambio

climático,

contribuir al logro de los Objetivos

de Desarrollo Sostenible (ODS).

Así lo confirma el informe Who Housing and Health Guidelines (Guías de Vivienda y Salud), publicado

por la OMS en el año 2018 y donde se recogen algunas directrices sobre las viviendas saludables, entre

cuyos objetivos destacamos dos:

Reducir la aparición de enfermedades o problemas de seguridad asociados a

condiciones de habitabilidad deficientes o inseguras.

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¿Qué y cuánto se consume en el hogar?

La vida diaria está marcada por el consumo: se consumen alimentos y bebida. En la casa se necesitan

agua, luz, gas y artículos de higiene y de limpieza. Se compra ropa y zapatos, se usan medicamentos y

medios de transporte; y así día a día, desde el

nacimiento hasta la muerte.

Mejorar la calidad del agua y del aire en la vivienda y reducir la contaminación

en el entorno habitable (humos, contaminación lumínica y sonora, partículas

contaminantes derivadas de materiales de construcción nocivos, etc.)

Fuente infografía: www.fundacionaquae.org Fuente datos: INE 2014

De 6 a 9 horas de media a la semana

es el tiempo que estamos en

contacto con productos de limpieza

y con las sustancias tóxicas que

contienen y se esparcen a nuestro

alrededor al usarlos. (Fuente del

dato: estudio de Kobold “los hábitos

de los españoles en materia de

limpieza en el hogar”)

El consumo medio de agua

en España es de 132 litros

por persona y día.

El 20% de la energía que se consume en España

se gasta en nuestros hogares (fuente IDAE).

Un hogar medio en España consume cerca de

4.000 kWh al año de electricidad. Según la Guía

de la Energía elaborado por IDAE, en el caso de

un hogar que dispusiera de todos los servicios y

equipos de suministro eléctricos, el reparto

medio sería el que muestra la infografía:

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Si quieres saber más sobre la Iniciativa Mundial Save Food de la FAO.

Todos estos datos representan consumos medios por hogar o por persona. Imaginemos ahora la

cantidad de energía y agua consumida y la cantidad de partículas contaminantes y residuos liberados al

medio ambiente, tóxico o no tratados, si tenemos en cuenta que somos casi 47 millones de habitantes

repartidos en más de 25 millones de casas en España.

Fuente: Ecoembes)

Cada persona genera en España una

media de casi 450 kg anuales de

Residuos Sólidos Urbanos (RSU). La

composición de estos desechos es

la que muestra la siguiente

infografía:

Cada español desecha casi 36 kg de comida al año.

De media, se tira alrededor del 20% de la comida

que se compra (en España, esto supone 2,9

millones de toneladas de alimentos desperdiciados

al año). De esta proporción de alimentos

desechados, como media, más de 50% del mismo

es evitable cada año consumido si su adquisición se

hubiera planificado, gestionado y si se hubieran

almacenado mejor (fuente: Estudio europeo Save

Food de Albal).

Desperdicio alimentario FAO

Los alimentos kilométricos

recorren enormes distancias

antes de llegar a la mesa, de

media 3.000 kilómetros.

La moda es la segunda industria más

contaminante del mundo después de la

aérea y, sin embargo, sigue aumentando

debido al auge de la ‘moda rápida’, que

se basa en la fabricación barata, el

consumo frecuente y el uso de prendas

de corta duración.

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Tu consumo contamina

¿Cómo afecta nuestro consumo al medio ambiente?

Consumo de agua

El 70% del agua consumida en los hogares españoles (sin jardín) se utiliza en el cuarto de baño. Según la

Organización Mundial de la Salud (OMS), una ducha - representa el 34% del consumo de agua en los

hogares españoles- debería durar seis minutos, algo que sólo cumple el 9% de los españoles (la mayoría

tarda más de diez minutos). En este contexto, la OMS fija en 50-100 litros de agua por persona y día la

cantidad necesaria para garantizar que se cubren las necesidades más básicas y evitar preocupaciones

en materia de salud. “En 2050, año para que el se prevé que la demanda de agua aumente un 55%, se

espera que 240 millones de personas permanezcan sin acceso a agua limpia, y 1.400 millones, sin acceso

a servicios básicos de saneamiento” (Mikel de Pablo, responsable de proyectos de Fundación Aquae).

Consumo de energía

El uso de energías fósiles deriva en fuertes cambios sobre el medio ambiente, como la explotación de

yacimientos, la contaminación de aguas y suelos o la emisión de CO2 a la atmósfera. Dos tercios de las

emisiones de gases de efecto invernadero proceden del sector enérgico. De sobra es sabido que las

energías fósiles no son inagotables. Y las personas estamos usando estas energías en exceso. Tanto es

así que, al ritmo actual, terminarán por agotarse más a medio plazo que a largo plazo. Además, La

dependencia energética que tenemos hoy en día genera mucha inseguridad, ya que da lugar a un gran

riesgo ya no solo a nivel ecológico, sino también a nivel económico y social.

Alimentación

El despilfarro de alimentos tiene consecuencias sobre el medio ambiente: emisiones de GEI en los

vertederos, baja tasa de compostaje, efectos de la agricultura excesiva sobre plantas y especies

animales en peligro de extinción, aumento de la huella de carbono y de la huella hídrica, etc. (Fuente:

FAO). También el informe sobre cambio climático del IPCC remarca que la pérdida o derroche de

alimentos —entre un 25 y un 30% del total que se produce en el mundo— es responsable de entre el 8

y el 10% de todas las emisiones de efecto invernadero que genera el ser humano.

Además, el resultado de la importación de los llamados “alimentos kilométricos” son 4,2 millones de

toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera: una contribución considerable al efecto invernadero,

responsable del calentamiento global y, en consecuencia, del cambio climático. El sistema

agroalimentario actual es una actividad ineficiente energéticamente y petrodependiente.

Químicos ocultos en productos de uso cotidiano

Riesgos para la salud humana: Champús, acondicionadores, aerosoles para el cabello, perfumes,

esmaltes de uñas, embalajes para comida, cápsulas de medicamentos, cosméticos, juguetes, etc. Todos

estos productos de uso diario contienen componentes tóxicos a los que las personas estamos

expuestas. Los científicos estadounidenses Philippe Grandjean, de la Universidad de Harvard, y Philip

Landrigan de la Escuela de Medicina del Hospital Monte Sinaí, aseguran que la humanidad se enfrenta a

una "pandemia silenciosa", causada por un conjunto de neurotoxinas, capaces de alterar el correcto

desarrollo del cerebro humano.

Algunos ejemplos: los blanqueadores se acumulan en los tejidos de los seres vivos; los tensoactivos

(que forman espumas) disminuyen la difusión del oxígeno atmosférico y aumentando la toxicidad de

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algunos compuestos en el agua; la lejía y el amoníaco contaminan el agua y destruyen las bacterias

beneficiosas que descomponen las aguas residuales. También perjudican los procesos de

descomposición que tienen lugar en los tanques sépticos.

Fast fashion

La moda es la segunda industria más contaminante del mundo después de la aérea y, sin embargo,

sigue aumentando debido al auge de la ‘moda rápida’, que se basa en la fabricación barata, el consumo

frecuente y el uso de prendas de corta duración. El 10 % de la contaminación global en el mundo

procede de esta industria. Los impactos ambientales tienen que ver con el uso del agua, la

contaminación química, las emisiones de CO2 y los residuos textiles.

Gestión de RSU

La variada composición de residuos y las cantidades en que se producen debido al aumento del

consumo, agrava las afecciones ambientales: contaminación de suelos, contaminación de acuíferos

por lixiviados, contaminación de las aguas superficiales, emisión de gases de efecto invernadero

fruto de la combustión incontrolada de los materiales allí vertidos, ocupación incontrolada del

territorio generando la destrucción del paisaje y de los espacios naturales, creación de focos

infecciosos, proliferación de plagas de roedores e insectos, producción de malos olores, etc.

Un mismo objetivo: hogares responsables

“La vivienda saludable es un refugio que

sustenta un estado de bienestar físico, mental y

social. La vivienda saludable proporciona un

sentimiento de hogar, incluyendo el sentimiento

de pertenencia, seguridad y privacidad.” (Fuente

de la cita: introducción del documento “Who

Housing and Health Guidelines”)

El respeto al medio ambiente y el consumo responsable son temas que, cada vez más, están siendo

asumidos como algo vital para la supervivencia de este planeta. La educación de las personas

consumidoras en este tema es fundamental para promover una cultura de consumo responsable, crítica

y solidaria que parta de una modificación de sus actitudes personales y se extienda a movimientos de

cambio de las estructuras económicas y jurídicas de la sociedad.

El acto de consumir no debe atender solamente a la satisfacción de una necesidad, sino que debe

implicar una colaboración en los procesos económicos, medioambientales y sociales que posibiliten el

bien o producto consumido. Por ello se postula que, en el momento de elegir entre las opciones

disponibles en el mercado, deberían tenerse en cuenta las que menos repercusiones negativas tengan.

Algunos de los puntos a tener en cuenta en el consumo responsable son:

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- Considerar el impacto ambiental desde el punto de vista del ciclo vital del producto a comprar,

valorando los procesos de producción, transporte, distribución, consumo y residuos que deja.

- Determinar la huella ecológica que producen determinados estilos de vida y consumismo.

- Determinar cuáles son las empresas, productos y servicios que respetan el medio ambiente y los

derechos humanos para preferirlos frente a otros que no cumplan con los citados requisitos.

- Plantear el tipo de comercio que se desea favorecer.

- Asegurar la calidad de lo comprado.

Se puede actuar desde casa, es posible detenerse o al menos reducir la velocidad de los quehaceres y

rutinas diarias, mirar alrededor y repensar. Se puede trabajar para que las condiciones de habitabilidad

no comporten riesgos para nuestra salud ni para el medio ambiente, tanto de manera individual y

familiar como consumidores y consumidoras responsables de nuestras decisiones de consumo, como

organismos, ayuntamientos y otros órdenes legislativos.

La «Estrategia “Más alimento, menos desperdicio”. Programa para la reducción de las pérdidas y el

desperdicio alimentario y la valorización de los alimentos desechados» es una iniciativa del Ministerio

de Agricultura, Pesca y Alimentación de España (MAPA) presentada en el año 2013 para limitar las

pérdidas y el desperdicio de alimentos y su impacto sobre el medio ambiente.

La reducción del desperdicio y de la pérdida de alimentos está incluida entre los Objetivos de Desarrollo

Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, ya que el Objetivo 12.3 pretende: “En el año 2030, reducir a la

mitad el desperdicio de alimentos por habitante correspondiente a los

niveles de la venta al por menor y el consumidor y reducir la pérdida de

alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro”.

¡Sumémonos a la meta del ODS 12 de reducir el desperdicio alimentario un

50% antes de 2030!

Las personas consumidoras tienen en su poder la capacidad para frenar el consumo de alimentos

kilométricos. ¿Cómo? Por un lado, fijándose en la procedencia de los productos en su etiquetado o

fomentar el consumo de alimentos de kilómetro 0 o locales, es decir, aquellos que proceden de un

radio inferior a 100 kilómetros de distancia del consumidor. Por otro, comprar alimentos frescos y de

temporada pues, de lo contrario “si compramos fresas en invierno o naranjas en verano, con

seguridad habrán recorrido miles de kilométricos”, señala Ruibal (coordinadora de la asociación

ecologista Amigos de la Tierra). Al alcance de nuestra mano está saber el billete de viaje de muchos

productos de nuestra cesta habitual de la compra, de modo que, si queremos cambiar el destino del

planeta, basta con mirar a la distancia más corta.

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Por qué trabajarlo en el centro

La educación constituye la mejor herramienta para concienciar a las personas y lograr el cambio

social. El centro educativo se convierte en el lugar idóneo para reforzar conocimientos y actitudes de

consumo responsable y consumo local, así como poner en marcha

acciones que contribuyan a mejorar la calidad de vida de las personas y a

fomentar un espíritu crítico y solidario. Para asegurar cambios a

futuro y lograr una transformación progresiva en los valores, actitudes y

comportamientos del alumnado, es recomendable que las actuaciones

tengan carácter de continuidad y se pueden incorporar a diversas disciplinas.

Trabajando en el Centro las actividades propuestas, se alcanzarán los siguientes objetivos:

– Reflexionar sobre nuestros hábitos de consumo.

– Analizar las consecuencias de un consumo no responsable.

– Proponer actos y conductas que podemos cambiar para tener un consumo responsable.

– Tomar conciencia de la escasez de información que disponemos sobre los productos que

consumimos.

– Adoptar una actitud más crítica y responsable a la hora de consumir, preocupándonos de quiénes

y cómo han producido nuestros objetos de consumo.

– Profundizar en las formas de producción de objetos cotidianos de consumo.

– Tomar una actitud responsable ante el consumo.

– Identificar el concepto de consumismo y valorar sus consecuencias sociales, económicas y

ambientales.

– Distinguir entre necesidades básicas y menos básicas.

– Fomentar un estilo de vida menos consumista.

– Potenciar la creatividad para encontrar mecanismos o estrategias para el ahorro de agua y de

recursos energéticos.

La influencia y logro de objetivos de esta propuesta van más allá de las aulas. Es deseable que se

extiendan a toda la comunidad educativa, y se fomenten en el ámbito del hogar, para lograr cambios

en el conjunto de la sociedad.

"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños haciendo cosas

pequeñas, puede cambiar el mundo" (Eduardo Galeano)

Nuestra propuesta para trabajar en los centros

Las actividades planteadas se pueden realizar tanto en aula como en casa. De hecho, es lo deseable. Lo

importante es plantearse retos pequeños, comprometerse y ser constantes. Cambiar de hábitos no

suele ser fácil.

Las siguientes acciones que se sugieren para empezar a vivir de forma más sostenible se pueden

Pixabay

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adaptar a una clase, al comité ambiental, patrulla verde….

Os proponemos que coloquéis en vuestro Rincón Ambiental o en lugares visibles en el centro, fotos de

mensajes y consejos a disposición de toda la comunidad educativa para que los pongan en práctica.

Comparte también los trucos y experiencias y los resultados obtenidos, tanto en aula como en casa.

Si aún no habéis creado vuestro espacio de comunicación ambiental en el centro, aquí os dejamos el

Paso a Paso de la Ficha “Creamos el rincón del proyecto”.

Ten en cuenta el siguiente listado para empezar el cambio y amplíalo con propuestas nuevas:

- AISLANTES EN LAS VENTANAS: Para reducir el gasto energético de calefacción en invierno y del aire

acondicionado en verano, el alumnado puede confeccionar cortinas para bloquear la luz directa del sol

en verano, y cortinas aislantes para las ventanas en invierno.

- REUTILIZACIÓN DEL AGUA y RECOGER AGUA DE LLUVIA. Elaborar listados de ideas y compartirlas

sobre aquellas situaciones, tanto en casa como en el Centro escolar, en que se puede aprovechar este

recurso, y el nuevo uso que se aplicará. Se anima al alumnado a ubicar receptores de agua de lluvia,

reutilizando materiales o fabricándolos ellos mismos.

- ENERGÍA: “entender la factura de la luz” Esta es una actividad interesante para el alumnado de

Secundaria y Bachillerato. Respondiendo a una serie de preguntas, pueden colaborar en reducir el

gasto en sus hogares y en el Centro Escolar:

¿Cuál es mi distribuidor?, ¿Cuál es mi comercializadora?, ¿Qué precio pago de energía: PVPC

o fijo?, ¿Cuál es mi potencia y cuánto pago?, ¿Puedo ajustar potencia?, ¿Cambiar de tarifa?,

¿Lo que consumo es normal? ¿Simultaneidad de electrodomésticos?, ¿Tengo algún servicio

extra o permanencia en mi contrato?, ¿Tengo algún servicio extra o permanencia en mi

contrato?

- LIMPIEZA CON PRODUCTOS ECOLÓGICOS Y NATURALES: retornemos a los remedios de nuestras

abuelas y abuelos, para la limpieza y otras cuestiones del hogar, que si de algo sabían era del uso de

productos sin plásticos ni tóxicos. Jabón casero, cosméticos naturales, desodorante casero, etc. El

vinagre es una excelente opción. Úsalo para fregar el suelo, los utensilios de cocina, el lavabo o la

ducha. Otra gran opción natural incluye el limón o el bicarbonato de sodio. Ideas aquí.

Para llevar a cabo la propuesta, nos centraremos básicamente en supervisar dos pasos:

I. Informarse y realizar un diagnóstico sobre nuestros hábitos de consumo:

1. Qué, cómo y cuánto consumo.

2. Revisión de nuestra práctica diaria

3. Investigación de los efectos dañinos sobre nuestra salud y el medio ambiente

II. Crear un plan de acción.

a. Puede diseñarse por tipo de habitación (baño, cocina, aula, dormitorio, etc) o por tipo de recurso consumido (agua, luz, electricidad, etc)

b. Anota los hábitos que se pueden modificar y adoptar de forma fácil y marca tus retos.

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- REVERDECE TU ENTORNO: una oportunidad para aprender sobre plantas, fotosíntesis, beneficios

sobre la calidad del aire, vegetación autóctona, elaboración de pesticidas naturales, etc.

- ALIMENTACIÓN SOSTENIBLE: se trata de un concepto importante pues no solamente tiene que ver

con el gasto energético sino con la compra, consumo y uso de los alimentos. El alumnado puede:

a. investigar sobre la relación entre este concepto y la de Huella Ecológica y Huella de Carbono,

puede elaborar mensajes con consejos,

b. crear un Grupo de Consumo.

c. Participar en la Red de Huertos Escolares, crear huerto Escolar, huerto en casa o participar en

huertos colectivos

d. Elaborar un Recetario que viaje por las cocinas de todos los alumnos y alumnas, para

compartir recetas caseras.

- RECREOS RESIDUOS CERO: la cantidad elevada de residuos que se generan en los centros educativos

es una cuestión preocupante que prácticamente todos han manifestado. Estudiad esta iniciativa e

incorporadla en vuestros planes escolares.

- A GRANEL: la costura va a ser nuestra gran aliada en nuestro nuevo rumbo hacia la sostenibilidad. Por

eso os proponemos que tela y aguja en mano elaboréis vuestras propias bolsas para llevar la compra.

- ZERO WASTE: vamos un poco más allá del reciclaje y el uso de productos ecológicos y sostenibles. Se

tratará de evitar la generación de residuos

- VIVIR SIN PLÁSTICOS: parece una empresa titánica, pero no es imposible. Os proponemos que hagáis

un mapa de vuestra dependencia de este material, y os planteéis alternativas que os comprometáis a ir

incorporando poco a poco. Algunas ideas.

- MODA SOSTENIBLE: empiezan a notarse los efectos de la industria de la moda en el medio ambiente,

y también en nuestros bolsillos. Os proponemos de nuevo tirar de creatividad y estilo propio, creando

vuestra propia ropa. Se puede reservar un espacio en el centro educativo para ofrecer clases de

confección y moda. También existen iniciativas de trueque, como el Swap Party., que se puede celebrar

tanto en el centro como a nivel personal, con familiares y amigos/as.

Bibliografía Resumen sobre los datos de AIMC Marcas.

¿Cómo debe ser una vivienda saludable?. La huella ecológica. Facua, consumidores en acción. Guía de la energía, consumo eficiente y responsable. IDAE. Datos de reciclaje, Ecoembes. ¿Cómo afecta el consumo de energía al medio ambiente?. Más alimento, menos desperdicio. Artículos: químicos potencialmente peligrosos ocultos en productos que usamos a diario, desperdicio alimentario, Alimentos kilométricos, coste social y ambiental. Miteco. Alimentos kilométricos, el largo viaje de la manzana. Consumo Responsable en Centros Educativos. Red Valenciana de Educadores y Educadoras para la ciudadanía global.