Historias del Siglo XX

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La campaña de Polonia El corredor de Danzig y La Batalla por las Fronteras N#19 PVP# 2,25

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Revista Historia maquetada por M. Angeles

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Historia Siglo XX

La campaña de PoloniaEl corredor de Danzig

y La Batalla por las Fronteras

N#19 PVP# 2,25€

La ‘Blitzkrieg’ pronto iba a dar sus frutos. Las nuevas tácticas utilizadas por los alemanes lograron el sueño inalcanzable de la Gran Guerra, la ruptu-ra del frente enemigo, ante un oponente que aún consideraba a la obsoleta caballería la elite del ejército.

El viejo acora-zado alemán “Schleswig-Holstein’ en el puerto de Danzig. Sus cañones hicieron los primeros disparos de la campa-ña de Polonia el 1 de septiembre de 1939.

La campaña de PoloniaEl corredor de Danzig y la Batalla por las Fronteras

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La campaña de Polonia, el Fall Weiss, comenzó a las 04:00 h de la madrugada del 1 de septiem-

bre de 1939, con el bombardeo de las po-siciones polacas en la península Wester-platte, cerca de Danzig, por parte del aco-razado alemán Schleswig-Holstein. Poco después, comenzarían los ataques aéreos selectivos, contra aeródromos, concen-traciones de tropas y puentes, por parte de la Luftwaffe (fuerza aérea alemana). El ataque terrestre comenzó poco antes de las cinco de la madrugada.

La batalla por Danzig pronto adquirió una intensidad dramática, siendo llevada a cabo, en su mayor parte, por fuerzas paramilitares de ambos bandos. Dentro de la ciudad, los polacos controlaban la Westerplatte, en la que se erigía un de-pósito cuyos edificios habían sido reforza-dos en las semanas previas, en vista de la creciente tensión. Varias ametral ladoras cuidadosamente emplazadas cubrían los accesos posibles y la guarnición había al-canzado los dos centenares de soldados.

Para el ataque, los alemanes dispo-nían del 3er Batallón del regimiento SS-Totenkopf (denominado SS-Heimwehr Danzig) apoyado por 500 voluntarios de

la propia Danzig. Para el ataque al depó-sito polaco, se les uniría una unidad de la marina.

En los primeros minutos de bombardeo por parte del Schleswig-Holstein, varios de los edificios fueron destrozados por la artillería del acorazado, que disparaba desde menos de 500 m de distancia. Poco después, embarcó un contingente alemán de refuerzo, que se topó con una inespe-rada resistencia y sus repetidos ataques fueron rechazados. A lo largo del día se sucedieron los bombardeos navales y por parte de la aviación, pero la resistencia se prolongaría a lo largo de una semana, ante la desesperación del propio Hitler, que había dado la orden expresa de que la Westerplatte debía ser tomada el mis-mo día 2. Para su captura, se emplearon incluso grandes piezas de artillería de 21 cm y se trajo, tras tres días de infructuo-sos combates, a un batallón de zapadores equipados con lanzallamas. Además, los alemanes sufrirían un considerable nú-mero de bajas, totalmente desproporcio-nadas, para capturar ese bastión que no sería reducido, como se ha mencionado, hasta la segunda semana del comienzo de la ofensiva.

Artilleros alemanes des-cansando en una pausa

en los combates, al lado de su pieza de campaña de 15 cm.

La Westerplatte resistió hasta el 7 de sep-tiembre la ofensiva alemana, convirtiéndose en todo un símbolo de la resistencia polaca.

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La batalla por las fronteras

La ofensiva por el norte tenía como escenario el deno-minado corredor de Pomerania y los primeros intentos por capturar varios puentes intactos fracasaron, pues

los polacos estaban alerta y consiguieron demolerlos. Los de-fensores contaban en ese sector con dos divisiones de infantería y una brigada de caballería, que pronto se vieron obligadas a replegarse ante el empuje alemán, aunque manteniendo la línea defensiva y ralentizando el avance enemigo.

En la vanguardia del ataque se encontraba el 19º Cuerpo de Ejército de Heinz Guderian, desplegado a ambos lados del río Kamionka, en una zona boscosa que los polacos consideraban impenetrable. Tras el bombardeo de la Luftwaffe, la 3ª Panzer-division atravesó la frontera y progresó a lo largo del río, con el propio Guderian en cabeza, a bordo de un semioruga SdKfz 250 (acrónimo de Sonder Kraftfahrzeug, vehículo para usos especia-les), que a punto estuvo de morir alcanzado por el fuego de su propia artillería, pues, contrariamente a las órdenes recibidas, la artillería divisionaria batió una zona en la que él se encon-traba, cubierta de niebla y el vehículo, al intentar escapar de la

Las unidades alema-nas de caballería, en contra de lo que aseguraba la propaganda antes y durante la guerra, conformaban el grue-so de las unidades de la “Wehrmacht”

barrera, se metió en una zanja de la que no pudo salir. Guderian buscó otro semioruga y prosiguió el avance. El primer combate serio de la división tuvo lugar en la población de Gross-Klonia, a una veintena de kilómetros de la frontera. Los carros avan-zaron cubiertos por la niebla en orden abierto y, cuando ésta se levantó, las posiciones defensivas polacas quedaron patentes. Los cañones anticarro polacos abrieron un mortífero fuego, inutilizando varios carros de combate Panzer I y II y causando doce muertos entre las dotaciones. Pero el avance continuó y las defensas fueron arrolladas, de tal forma que, al mediodía, las vanguardias alemanas habían alcanzado el río Brahe, mientras el resto de la división se detenía, escalonada, entre las poblaciones de Pruszcz y Klein Klonia. Allí, Guderian contempló con estupor la inactividad de las tropas, detenidas mientras el comandante de la división había partido para hablar con von Bock. Guderian, furioso, ordenó que se pusieran en marcha y que atravesasen el río Brahe, como estaba previsto para el primer día de la ofensiva. Un joven subteniente se le acercó y le comunicó que los defen-

La barrera de la frontera germano-polaca es retirada por soldados ale-

manes el 1 de sep-tiembre de 1939.

Ataque alemán a Po-lonia (operaciones del 1 al 11 de septiembre de 1939). La campaña de Polonia se inició a las 04:00 h de la madrugada del 1 de septiembre de 1939, con el bombardeo de las posiciones polacas en la península de Wes-terplatte, una pequeña fortificación sobre el mar Báltico, por el acorazado alemán ‘Schleswig-Holstein’.

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sores eran escasos y que había un puente practicable para los carros. Inmediata-mente, un batallón de infantería cruzó el río en botes neumáticos, sorprendió a los defensores y los capturó, tras lo que los caparros del Panzer Regiment (regimien-to de carros) franquearon el puente. Al anochecer, toda la división había cruzado y se encontraba a menos de 20 km del Vístula.

A la izquierda de la división acorazada, la 2ª de Infantería, motorizada, tropezó con una resistencia más severa, ya en la mis-ma frontera, y su avance fue mucho más lento. Los polacos se fueron replegando lentamente, cubiertos por una compañía de tanquetas y por el 18º Regimiento de ulanos. En contra de lo asumido tradicio-nalmente, la caballería polaca, en 1939, actuaba como infantería montada, dota-da de una gran movilidad y equipada con armamento moderno, como artillería de campaña de 75 mm, cañones anticarro de 37 mm, rifles anticarro, e incluso tanque-tas. De hecho, desde 1937, la tradicional lanza se consideraba un elemento acceso-rio, como arma del lancero y se había ol-vidado la carga de caballería como táctica

para romper las líneas enemigas.En el difícil terreno polaco, con pocas

carreteras adecuadas, la caballería podía tener su papel frente a las unidades moto-rizadas; de hecho, en Rusia lo tendría. A lo largo de la campaña, la caballería polaca cumplió con dignidad y eficacia su misión de cerrar brechas y cubrir al resto de las unidades y su espíritu de lucha se mantu-vo hasta el final.

A las 19:00 h, los exploradores de la caballería polaca descubrieron una unidad de artillería de la 20ª División alemana en campo abierto, descansando cerca de la localidad de Krojanty. El comandante del regimiento, el coronel Kazimierz Mas-tarlerz vio su oportunidad y, en la mejor tradición de los ulanos, dos escuadrones de lanceros formaron rápidamente en la llanura, en la linde de un bosque, mientras los alemanes permanecían ajenos a lo que se les avecinaba.

Mastarlerz ordenó avanzar al paso y los dos escuadrones, desplegados uno tras otro, algo más de 200 jinetes, les siguie-ron. A los pocos metros, el coronel orde-nó trote. La marcha se aceleró y, en ese momento, los alemanes comenzaron a

Unidades nas moto-rizadas adelantan un carro tirado por un

caballo, en una carre-tera polaca. Compa-

rada con la alemana la red viaria de Polonia

estaba obsoleta.

Ataque alemán a Polo-nia (operaciones del 12 al 14 de septiembre de 1939). Ante el impara-ble avance de la infan-tería alemana y el ince-sante bombardeo de la “Luftwaffe”, el mariscal Rydz-Smigly intentó sin éxito reorganizar sus fuerzas al este del río Vistula. En el centro, la situación se deteriora-ba igualmente de forma alarmante para los polacos. El día 14, la 10ª Panzer penetraba en la ciudad fortaleza de Brest-Litovsk, secundada por la 3ª Panzer y la 20ª Brigada motorizada.

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Soldados polacos del 18º de lanceros (la

característica gorra “rogatiwka” fue in-

troducida en 1939). El arma del cabo del 12º de Lanceros es un ri-

fle automático Wz 28.

percatarse de lo que sucedía. Era un anacronismo que no podían creer, pero no supieron reaccionar. Mastarlerz ordenó galope y los dos escuadrones se precipitaron hacia delante. Los ulanos aún mantenían las lanzas elevadas y los banderines de sus puntas ondeaban al viento.

Los sorprendidos y bisoños soldados alemanes comenzaron a compartir el terror cerval que había sentido la infantería a lo lar-go de los siglos, ante una carga de caballería. A unos doscientos metros, Mastarlerz ordenó carga, los ulanos pusieron sus lanzas en ristre y los dos escuadrones se abalanzaron sobre los alema-nes. La hasta entonces perfecta formación comenzó a romperse, pues era muy difícil controlar ya a los ca-ballos y los más rápidos se adelantaron. El suelo retemblaba y esa sensación, unida a la visión de los doscientos jinetes car-gando sobre ellos, fue demasiado para los alemanes, que comenzaron a huir precipi-tadamente. Los lanceros cayeron sobre ellos y sembraron el caos y el terror. Afortunadamente para los alemanes, una unidad de reconocimiento acudió en su ayuda y las autoametralla-doras (SdKfz 231 y SdKfz 222) frenaron en seco a la caballería polaca. El propio comandante del regimiento polaco, el coro-nel Mastarlerz, murió al frente de sus hombres, junto con una veintena de lanceros antes de que los ulanos pudieran ponerse a cu-bierto tras una colina cerca-na. Al final del día, el 18º de lanceros perdería al 40 % de sus efectivos.

Este episodio dio lugar a la leyenda de los lanceros polacos cargando contra los carros alemanes, pero nun-ca ocurrió algo así, salvo en la ima-

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ginación de un corresponsal de guerra italiano que visitó el campo de batalla el día si-guiente. También Heinz Gude-rian, en sus memorias, habla de cargas de caballería contra los carros, pero está claro que nunca tuvieron lugar. Lo que sí es cierto es que se realizaron varias cargas, muchas de ellas con éxito, a lo largo de los pri-meros días de la campaña. El mismo día 1 de septiembre, tuvieron lugar dos de ellas. La primera de las cargas de la ca-ballería tuvo lugar en Mokra, a cargo del 19º de ulanos, que también sorprendieron, en una carga con lanza, a ele-mentos de infantería de la 4ª Panzer, que huyeron. La otra tuvo lugar en Janów, donde un escuadrón del 11º de ulanos se topó con una unidad de ca-ballería alemana y se lanzaron a la carga, pero los alemanes rehusaron el enfrentamiento y escaparon. Una situación similar se repetiría el día 2. Varias unidades de caballería consiguieron romper un cer-co lanzando cargas con sable y lanza y, en una ocasión, el día 12, el 4º escuadrón del 11º de ulanos cargó, de noche, sobre las posiciones alemanas en la localidad de Kaluszyn, tras malinterpretar una orden, pero consiguió, sorprenden-temente, reconquistar la po-

blación, haciendo huir a los alemanes. Una carga particu-larmente exitosa tendría lugar el día 23, cuando un escua-drón reconquistó la localidad de Krasnobrod, rechazó una unidad de caballería alemana que contraatacó y capturó al estado mayor de la 8ª División de infantería alemana.

Pero volvamos al 1 de sep-tiembre. Al anochecer, los polacos se retiraron, dejando abierto el corredor a los ale-manes. Por la mañana del día 2, la 3ª Panzerdivision y las dos de infantería progresaron con rapidez, llegando muy cerca del Vístula. A lo largo de la mañana, rechazaron varios contraataques polacos sobre sus flancos, que apenas les re-trasaron. Aunque los carros li-geros alemanes tenían muchas dificultades frente a los anti-carros polacos, incluidos los rifles anticarro, los Panzer III y IV no tenían rival y, con fre-cuencia, la aparición de unos pocos de ellos desequilibraba un escenario. En la mañana del día 3, con la entrada en liza de las reservas alemanas, tanto la brigada de caballería Pomorska como la 9ª División polacas estaban casi cercadas y sólo algunos elementos con-siguieron escapar, a costa de graves pérdidas. Ese día tuvo lugar un dramático incidente

en la localidad de Bydgoszcz (Bromberg para los alemanes), donde la población, mayorita-riamente germana, se levantó contra los soldados polacos y les causaron más de 250 bajas. Los polacos tomaron represa-lias y ejecutaron a unos 200 vecinos.

Cuando, dos días después, las tropas alemanas liberaron la población y descubrieron lo que había pasado, tomaron a su vez unas desmedidas re-presalias contra los polacos que causaron 3.000 víctimas mortales. El día 5, la base del corredor de Danzig estaba cortada, a un precio de 150 muertos y 700 heridos entre las cuatro divisiones alema-nas. El propio Hitler acudió a felicitarlos y quedó sorpren-dido por el bajo coste de la operación, al compararlo con las carnicerías de la Primera Guerra Mundial. Era una de-mostración clara del potencial de la Blitzkrieg (la guerra re-lámpago). El día 6, las vanguar-dias alemanas franqueaban el Vístula. Paralelamente, tuvo lugar una reestructuración de las unidades, en la que Gude-rian perdió una división de in-fantería, pero recibió la nueva 10ª Panzerdivision.

Desde Prusia Oriental, el 3er Ejército comenzó su avan-ce hacia el sur, dirigiéndose

hacia Varsovia, con dos Cuer-pos de Ejército encabezando el asalto. Su principal obstácu-lo lo constituiría la línea defen-siva de Miawa.

El 3er Ejército carecía de grandes unidades acorazadas, pero una de ellas, la Panzer-division Kempf, junto con dos divisiones de infantería, ata-caron la posición fortificada de Miawa, defendida por una división de infantería polaca. No consiguieron un éxito de-cisivo el primer día, pero el segundo, la creciente presión alemana obligó a los polacos a ceder terreno en los flancos. Sin embargo, la propia posi-ción fortificada, defendida por la 20ª División polaca, resistió repetidos asaltos. Ese mismo día, la brigada de caballería Podolska realizó una incursión en Prusia Oriental, la única del ejército polaco en territorio alemán, con más afán propa-gandístico que otra cosa. En ese sector se produjo el único enfrentamiento entre dos uni-dades de caballería, al entrar en contacto la 1ª División de caballería alemana con la bri-gada Mazowiecka, aunque la mayor parte de los combates tendría lugar con los soldados desmontados. Durante los dos días siguientes, los suce-sivos ataques alemanes, que incrementaban las bajas de los

Carrista alemán:El uniforme negro se convirtió en un signo distintivo de

la “Panzerwaffe” (tropas acoraza-

das alemanas).

defensores y, sobre todo, el avance del 4º Ejército hacia el Vís-tula, obligó a los polacos a replegarse por fin. Las vanguardias motorizadas alemanas habían penetrado, el día 4, hasta unos 60 km de Varsovia. El día 6, la Panzerdivision Kempf alcanzaba el río Narew, tomando varios puentes vitales en ataques temerarios que sorprendieron a los polacos. Éstos se replegaron a la línea del río San, más al este. La buena evolución de las operacio-nes animó a los alemanes a alterar el plan previsto, para realizar una gran maniobra de cerco, entre el Vístula y el Bug, dejando Varsovia para más adelante. Esta posibilidad, que el alto mando alemán había desechado en agosto por considerarla demasiado arriesgada, fue ahora apoyada por Guderian con entusiasmo y comenzó a tomar forma.

El día 2, continuaron los intentos de ruptura a lo largo del corredor de Pomerania, mientras los polacos se replegaban en orden, aunque dejando a su suerte a las tropas situadas en la costa. La fortaleza de Tuchola consiguió ralentizar el avance ale-mán momentáneamente, pero, al final del día, casi tres divisiones polacas corrían el riesgo de resultar cercadas. Sólo una de ellas conseguiría romper el contacto al día siguiente, las otras dos serían aniquiladas y hubo una pérdida de unos 10.000 hombres.

Artilleros de la ‘Luftwaffe’, recién iniciadas las hostili-dades, se fotografían delante de su cañón antiaéreo Flak 18 de 88 mm, un arma que desempeñaría un papel destacado.