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A D I V E D S A I R O T S I H ALMIRANTE GUILLERMO BROWN [1777-1857] Héroe Naval Argentino “Todos se empeñaron en excederse durante el combate y aún cuando a algunos les faltó valor para hacer lo que otros, es de esperar que todos con el tiempo y con el servicio activo se conseguirá que se porten cual es debido, es decir, como hombres.” (Gui llermo Brown recomendan do a los jefes y oficiales de la escuadra por su comportamiento en el Combate de Montevideo del 17 de mayo de 1814) Primer almirante de la Marina de Guerra argentina, primero en la cronología y en el prestigio, el irlandés Guillermo Brown consagró su vida al servicio de su patria de adopción. 1777-1809 William Brown nació el 22 de junio de 1777 en Foxford (en irlandés Béal Easa), pueblo del Condado de Mayo, en el entonces Reino de Irlanda. La ruina económica de su padre, provocó su traslado desde niño hacia los Estados Unidos de Norteamérica, donde al entrar apenas a la adolescencia quedó huérfano. A la edad de once años unió su vida al mar embarcando como grumete en un barco norteamericano costanero y a sus 19 figuraba como capitán. En 1798, sirviendo en un velero inglés con patente de capitán mercante, fue capturado por un buque de guerra francés, el Presidente, y conducido a una prisión en Metz, de donde logró escapar, fue recapturado y enviado a la fortaleza de máxima seguridad de Verdún. No obstante, también logró fugar y retornar hacia Gran Bretaña, reanudando su carrera marítima. El 29 de julio de 1809 contrajo enlace con Elizabeth Chitty, en el condado de Middlessex. Al finalizar es e año, Brown arribó al Río de la Plata a bordo del Belmond, radicándose como armador en Montevideo para luego dedicarse al comercio. Se conj etura que Brown puede haber elegido asentarse en estas tierras dado una Real Orden española que excluía a los irlandeses de la prohibición de fijar residencia en sus colonias de ultramar que pesaba sobre el resto de los extranjeros. 1810-1813 El 18 de abril de 1810 con la fragata Jane , de su propiedad, arribó a Buenos Aires en gestión comercial y permaneció casi dos meses en la entonces capital del Virreinato. Fue t estigo de la semana de Mayo. Poco después regresó a Gran Bretaña para asistir al nacimiento de Eliza, su primera hija. Sobre fines d e 1811 regresó a la región sin su familia, afincándose en Buenos Aires y reanudando la actividad comercial. En 1812, nació su segundo hijo, Guillermo. En el contexto de la guerra de revolución e independencia en el Río de la Plata (1810-1824) continuó sus actividades comerciales uniendo los puertos de la entonces Provincia

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ADIV ED SAIROTSIH

ALMIRANTE GUILLERMO BROWN [1777-1857] Héroe Naval Argentino

“Todos se empeñaron en excederse durante el combate

y aún cuando a algunos les faltó valor para hacer lo que otros,

es de esperar que todos con el tiempo y con el servicio activo

se conseguirá que se porten cual es debido,

es decir, como hombres.”

(Gui llermo Brown recomendando a los jefes y o�ciales de la escuadra por su comportamiento en el Combate de Montevideo

del 17 de mayo de 1814) Primer almirante de la Marina de Guerra argentina, primero en la cronología y en el prestigio , el irlandés Guillermo Brown consagró su vida al servicio de su patria de adopción. 1777-1809

William Brown nació el 22 de junio de 1777 en Foxford (en irlandés Béal Easa), pueblo del Condado de Mayo, en el entonces Reino de Irlanda.

La ruina económica de su padre, provocó su traslado desde niño hacia los Estados Unidos de Norteamérica, donde al entrar apenas a la adolescencia quedó huérfano. A la edad de once años unió su vida al mar embarcando como grumete en un barco norteamericano costanero y a sus 19 �guraba como capitán. En 1798, sirviendo en un velero inglés con patente de capitán mercante, fue capturado por un buque de guerra francés, el Presidente, y conducido a una prisión en Metz, de donde logró escapar, fue recapturado y enviado a la fortaleza de máxima seguridad de Verdún. No obstante, también logró fugar y retornar hacia Gran Bretaña, reanudando su carrera marítima.

El 29 de julio de 1809 contrajo enlace con Elizabeth Chitty, en el condado de Middlessex. Al �nalizar ese año, Brown arribó al Río de la Plata a bordo del Belmond, radicándose como armador en Montevideo para luego dedicarse al comercio. Se conj etura que Brown puede haber elegido asentarse en estas tierras dado una Real Orden española que excluía a los irlandeses de la prohibición de �jar residencia en sus colonias de ultramar que pesaba sobre el resto de los extranjeros.

1810-1813

El 18 de abril de 1810 con la fragata Jane, de su propiedad, arribó a Buenos Aires en gestión comercial y permaneció casi dos meses en la entonces capital del Virreinato. Fue testigo de la semana de Mayo.

Poco después regresó a Gran Bretaña para asistir al nacimiento de Eliza, su primera hija. Sobre �nes d e 1811 regresó a la región sin su familia, a�ncándose en Buenos Aires y reanudando la actividad comercial. En 1812, nació su segundo hijo, Guillermo.

En el contexto de la guerra de revolución e independencia en el Río de la Plata (1810-1824) continuó sus actividades comerciales uniendo los puertos d e la entonces Provincia

Oriental (actual República del Uruguay), con Buenos Aires y sur de Brasil. No obstante, en 1812, las fuerzas navales españolas que operaban desde la ciudad-puerto de Montevideo apresaron sus barcos y le impidieron ejercer sus actividades con normalidad.

En respuesta, Brown comenzó a hostigarlos. Apresó la goleta Nuestra Señora del Carmen y la balandra San Juan de las Animas; intentó abordar con un bote y veinte marineros al bergantín de guerra Cisne ; y, �nalmente, comenzó a transportar armas, víveres y o�cios del gobierno de Buenos Aires a los patriotas de la Provincia Oriental.

AL MANDO DE LA ESCUADRILLA PATRIOTA (1814)

A �nes de enero de 1814, el director supremo, Gervasio A. de Posadas, ordenó la formación de una escuadrilla (la tercera desde el inicio de la guerra) destinada a expulsar el dominio español de las aguas del Río de la Plata. Su objetivo consistió en concretar la caída de Montevideo para neutralizar la amenaza del poder naval español que se cernía no sólo sobre Buenos Aires sino también, sobre la causa revolucionaria.

La tarea se con�ó a Juan Larrea, ministro de Hacienda. Este era un comerciante español adscrito a la causa patriota y de estrechos contactos personales y de negocios con ciudadanos norteamericanos e ingleses. Eso explica la �nanciación de la campaña sostenida por comerciantes de origen británico instalados en Buenos Aires y del angloamericano Guillermo Pio White. Asimismo, se comprende la colaboración de varios marinos extranjeros con experiencia en la navegación del Río de la Plata –como Brown o el norteamericano Benjamín Franklin Seaver– y el apoyo velado del comandante de la estación naval en el Río d e la Plata, Comodoro William Bowles.

Finalmente, permite entender el nombramiento de Brown como Teniente Coronel y Jefe de esta tercer escuadrilla patriota. Para entonces, contaba con 37 años de edad.

CAMPAÑA NAVAL DE 1814

Con una tercer escuadrilla compuesta por la fragata Hércules, la corbeta Zephir , el bergantín Nancy , la gol eta Juliet, la Belfast, la Agreable ; la Itatí y la Halcón; dio inicio la campaña naval de 1814.

Entre las acciones navales destacaron los combates de Martín García, Arroyo de la China y Montevideo.

Entre el 10 y el 15 de marzo de 1814 se enfrentaron en la isla Martín García con fuerzas españolas al mando del capitán de fragata Jacinto de Romarate, con resultados �nales positivos. Las fuerzas realistas se retiraron aguas arriba del río Uruguay derrotando en el combate de Arroyo de la China a una pequeña fuerza naval que Brown había mandado en su persecución. Luego, el 20 de abril de 1814, la tercera escuadrilla reducida tras la derrota mencionada estableció el bloqueo del puerto de Montevideo, acción que se sumó al sitio efectuado por el

ejército patriota desde 1812, y posibilitó un completo cerco a dicha ciudad.

Al bloqueo siguió el Combate de Montevideo librado entre el 14 y el 17 de mayo de 1814. Este dio por resultado una completa victoria de la escuadrilla patriota al mando de Brown y posibilitó el dominio de las aguas del Río de la Plata. Al mes sigui ente, se produjo la caída de Montevideo en manos de las fuerzas patriotas que la habían sitiado (23 de junio). El triunfo del 17 de mayo puede considerarse uno de los hechos que consolidó la causa revolucionaria, dado que posibilitó la neutralización de uno de los bastiones españoles en América. La relevancia de sus consecuencias han sido fundamento su�ciente para establecerlo como el Día de la Armada Argentina (Decreto 5304, 1960).

EN GUERRA DE CORSO (1815-1816)

Durante su guerra contra España, las Provincias Unidas del Río de la Plata patentaron buques corsarios y como base de su legislación utilizaron las ordenanzas españolas de 1801. En ese contexto, en octubre de 1815, dio inicio un crucero corsario hacia el Océano Pací�co que llevaba como objetivos dar apoyo a los revolucionarios americanos de Chile, Perú y Ecuador.

El crucero se con�ó al mando de Brown (a bordo de la fragata Hércules ). Fue secundado por Hipólito Bouchard (comandando la corbeta Halcón) y por el malogrado Oliverio Russell (que desapareció con la goleta Constitución y toda su tripulación).

Entre las acciones destacadas, el bloqueo al puerto de El Callao merece especial atención puesto que constituía el núcleo principal del poder español en América del Sur y cuidaba las puertas de la tradicional ciudad de Lima. Dada la instrucción expresa del gobierno de Buenos Aires de interferir en el comercio español como parte de la guerra de independencia, se pensó tomar el puerto de El Callao como un aspecto estratégico fundamental en esa tarea. Si bien la ocupación absoluta no pudo concretarse, el bloqueo demostró la debilidad del poder español que no logró derrotar (ni siquiera con los 200 cañones de que disponía la fortaleza) a apenas cuatro buques. Mismo razonamiento para el apresamiento de la fragata Consecuencia que llevando a altos funcionarios no logró defenderse y fue tomada como presa de corso.

Luego, siguió el apresamiento de un buen número de buques realistas, el hostigamiento al comercio español, la ayuda prestada a los patriotas granadinos, y el asalto al puerto de Guayaquil donde Brown cayó prisionero siendo su vida perdonada por el gobernador, quien había sido impresionado dado el comportamiento digno del irlandés. Asimismo, Brown y sus hombres fueron trasmitiendo las ideas de la causa revolucionaria y abrieron el camino para la gesta libertadora del general José de San Martín en Chile y Perú.

Al regresar de ese periplo, las Provincias Unidas sufrían las luchas intestinas entre la ciudad de Buenos Aires y los caudillos del litoral. Brown optó por no tomar partido en

esos con�ictos y se retiró a su hogar donde dedicó su tiempo al cuidado de su quinta.

AL MANDO DE LA ESCUADRA CONTRA EL IMPERIO DEL BRASIL (1826-1828)

El 10 de diciembre de 1825, el Imperio del Brasil declaró la guerra a las Provincias Unidas del Río de la Plata y doce días después procedió a bloquear el puerto de Buenos Aires. Esos hechos fueron una reacción ante la aceptación del Congreso argentino de reintegrar a la entonces Provincia Cisplatina (actual República Oriental del Uruguay).

La respuesta argentina sobrevino el 1 de enero de 1826. Siendo que la contienda se desarrollaba en la banda oriental del Río de la Plata y debido al bloqueo mencionado que produjo grandes perjuicios comerciales, durante el mes de enero, el Congreso argentino procedió a organizar una escuadra. Para ello se dispuso la compra de embarcaciones y se dio el mando a Guillermo Brown, nombrado coronel mayor. Se contó con un sólo buque de gran porte, la corbeta 25 de Mayo . A ella se sumaron 4 bergantines, tres goletas y 9 lanchas cañoneras.

Entre los principales combates navales de la guerra contra el Imperio se encuentran Los Pozos, Quilmes, Juncal y Monte Santiago. Ante la escuadra enemiga, la argentina no sólo era muy inferior en medios, sino también en maniobras conjuntas, dado que había sido recientemente formada.

En Los Pozos , combate desarrollado frente a la expectante mirada de la población de la ciudad de Buenos Aires, la lucha se afrontó con cuatro buques y siete cañoneras, que sumaron unos 87 cañones y alrededor de 750 hombres, contra 23 unidades y ocho cañoneras artilladas con 20 piezas y tripuladas con 2300 hombres. Las demostraciones de arrojo y de valor y el talento en la conducción táctica convirtieron a Brown en uno de los hombres más populares de su tiempo.

Otra situación desigual debió afrontar en el Combate de Quilmes y así y todo logró salvar la mayoría de sus naves.

En Juncal alcanzó una de sus glorias. La �ota imperial había decidido cortar las líneas de comunicación y abastecimiento de los ejércitos argentinos que operaban en la frontera de Río Grande obstruyendo la navegación del río Uruguay Brown ideó el ataque y cerramiento de la escuadra brasileña. Forti�có la isla Martín García y, luego, se abalanzó contra la armada de Sena Pereira, fondeada en la isla de Juncal, obteniendo un triunfo rotundo. Capturó quince buques enemigos y tomó como prisioneros a su almirante, plana mayor y o�cialidades.

Finalmente, en Monte Santiago sufrió un revés y, además, fue herido.

Luego, cuando el gobierno argentino ya no pudo �nanciar la guerra naval, habilitó el sistema de corso, tal y como

había ocurrido en la década anterior. Brown logró desarticular el comercio del enemigo. La escuadra imperial se vio imposibilitada de proteger a sus barcos mercantes debido al hostigamiento permanente de los corsarios bajo pabellón argentino, entre ellos Tomás Spora, Kay, Fournier, Allen, King, Formartin, Binnon, entre otros. Asimismo, dado el bloqueo intermitente del puerto de Buenos Aires llevado a cabo por el enemigo, el corso permitió el abastecimiento permanente de la ciudad mediante las presas obtenidas.

Su actuación durante la guerra contra el Imperio le valió a Brown fama y popularidad en la ciudad de Buenos Aires. Tras la �nalización de la contienda, el 19 de octubre de 1828 fue ascendido al grado de brigadier general, máxima jerarquía que otorgaba la nación y pidió su baja del servicio naval. Asimismo, fue designado gobernador delegado de la provincia de Buenos Aires por el general Lavalle (para reemplazarlo en el cargo hasta que �nalizara su campaña), cargo que ejerció durante unos meses hasta el 3 d e mayo de 1829.

1829-1841

Después de su alejamiento de la política, Brown se dedicó a la administración de sus asuntos particulares, las propiedades en la Banda Oriental y su casa en el barrio de Barracas de la ciudad de Buenos Aires. El gobierno oriental le ofreció siempre trato afable debido a la calidad de los servicios pr estados en tiempos anteriores.

Alejado de los con�ictos y contubernios que enfrentaba el país, se integró a la vida social porteña.

AL MANDO DE LA ESCUADRA DE LA CONFEDERACIÓN (1841-1845)

Hacia 1841, Brown fue llamado a servir al mando de la escuadra de la Confederación Argentina en el escenario de la Guerra Grande que enfrentaba en con�icto civil a los habitantes del Estado Oriental del Uruguay.

En resumen, la Confederación representada en sus relaciones exteriores por el gobernador de Buenos Aires, Juan M. de Rosas, había tomado partido en el con�icto civil que enfrentaba a blancos y colorados en el Uruguay, apoyando a Manuel Oribe (blanco) contra Fructuoso Rivera (colorado). Tal decisión había provocado la intervención del Imperio d el Brasil a favor de éste último. La internacionalización de la Guerra Grande motivó la intervención de Francia e Inglaterra en protección de sus intereses comerciales en la provincia de Corrientes y República del Paraguay, cuyos gobiernos eran opositores a Rosas. Franceses e ingleses anticiparon que una consolidación del poder rosista hacia el norte, sobre los ríos Paraná y Uruguay, haría peligrar su actividad. Por lo tanto, ambas potencias se volcaron al apoyo del presidente Rivera.

A pesar de sus años y achaques, Brown asumió con energía su responsabilidad y encaró una campaña de

bloqueo sobre el puerto d e Montevideo, donde se encontraba instalado el gobierno de Rivera. La �ota bloqueadora de Brown estaba compuesta por la fragata 25 de Mayo, el bergantín General Echagüe, la goleta Maipú, la goleta 9 de Julio y el bergantín San Martín.

En diversos combates frente a la plaza marítima de Montevideo, Brown logró derrotar a la escuadra oriental en acciones sucesivas. Dada la ocasión luchó –no sin pesar– contra sus antiguos comandantes. En 1842 derrotó a José Garibaldi en Costa Brava. En los años siguientes, ante la intervención creciente de Gran Bretaña y Francia en el con�icto, actuó de mediador y moderador en diversas oportunidades ante las fuerzas navales extranjeras que ejercían presión y desa�aban el bloqueo, rechazando asimismo la politización de la escuadra y los ofrecimientos de la facción unitaria.

El bloqueo motivó una resistencia denodada de la población de Montevideo y recibió un apoyo in crescendo de los marinos y ministros ingleses y franceses. Hacia 1845, los buques extranjeros ubicados en la rada de Montevideo eran lo su�cientemente numerosos como para anticipar una intervención militar. Con pabellón inglés, tres bergantines y dos vapores. De bandera francesa, tres bergantines, dos corbetas y dos vapores. A ellos se sumaron un bergantín y cinco corbetas brasileñas. Para misma fecha, arribaron al Río de la Plata los comisionados por Gran Bretaña y Francia, quienes exigieron a Rosas el levantamiento del bloqueo.

Al no llegar a un acuerdo ni ser levantado el bloqueo, los aliados contra Rosas le dieron �n apresando la escuadra argentina. Brown dimitió y s e retiró a la vida privada.

La culminación del bloqueo d e Montevid eo, fue sucedido por el comienzo del bloqueo anglo-francés de todos los puertos argentinos y del litoral uruguayo en manos de Oribe. Asimismo, ambas potencias se apresuraron a enviar un convoy comercial compuesto por noventa navíos mercantes y custodiado por once buques de guerra dotados de grandes piezas de artillería de rápida recarga. Al no contar con escuadra, Rosas organizó una defensa terrestre que evitara el paso de los buques extranjeros por el Paraná. Los buques extranjeros se vieron hostigados en la Vuelta de Obligado, el Paso del Tonelero y en la Angostura del Quebracho. Finalmente, la �ota anglo-francesa comprendió lo inútil de estas acciones: resultaba y resultaría imposible navegar los ríos argentinos sin ser atacados desde las orillas.

FALLIDA VISITA A IRLANDA

Desde su casa en Barracas, Brown esperó la resolución de los acontecimientos. A mediados de 1847, sin que mediara acuerdo entre las partes, Gran Bretaña levantó el bloqueo de forma unilateral –luego sobrevendrían largos meses de negociación–: es probable que este hecho y la certidumbre que desde aquel momento el con�icto con las grandes potencias estaba palpablemente agotado, hayan inducido

a Brown a pensar nuevamente en aquel viaje a su país natal, postergado en 1842 por la situación del país.1

Logró cruzar el Atlántico, pero llegado a Liverpool debió desistir de proseguir su viaje hasta Irlanda dado la situación política en esos lares. En su retorno hacia Buenos Aires, visitó a Garibaldi en Montevideo.

RETIRO DE LA VIDA PÚBLICA

En su retiro, Brown se recluyó en la quinta de Barracas. Estuvo dedicado al cultivo de la tierra y al cuidado de ganado. Asimismo se encargó de redactar sus memorias.

Las autoridades que sucedieron a Juan M. de Rosas lo mantuvieron en el escalafón activo de la Marina de Guerra.

Falleció en su casa de Barracas el 3 de marzo de 1857.

Notas 1. Oyarzábal, Guil lermo A.: Guillermo Brown, Buenos Aires, Emilio J. Perrot, 2006, p. 261.

Lic. Fabiola Serralunga Estudios Históricos Navale s – ARA Buenos Aires, 15 de abril de 2013