HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

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HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS Compiladores Alejandro Torres Gómez de Cádiz Hernández Adrían Arévalo Sánchez

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HISTORIA REGIONAL

ENSAYOS

HOLGUINEROS

Compiladores

Alejandro Torres Gómez de Cádiz Hernández

Adrían Arévalo Sánchez

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Introducción

LOS ABORÍGENES DE CUBA EN LA FORMACIÓN ETNOHISTÓRICA DE HOLGUÍN:

SIGLOS XVIII Y XIX. . José Vega Suñol

EL CRIOLLO EN LA FUNDACIÓN DE HOLGUÍN. Carlos A. Córdova Martínez y

Laureano Calzadilla Anido

ETNODEMOGRAFÍA COLONIAL DE HOLGUÍN: ACERCAMIENTO A LOS

ORÍGENES. José Vega Suñol

NOTAS SOBRE EL BAGUANO COLONIAL 1514 – 1867.José F. Novoa Betancourt.

EL CUERPO DE VOLUNTARIOS EN HOLGUÍN DURANTE LAS GUERRAS DE

INDEPENDENCIA. Zaili y Alexander

EL AYUNTAMIENTO HOLGUINERO, COMO INSTITUCIÓN JURÍDICO-

ADMINISTRATIVA ENTRE 1878 Y 1898.Adrian Arévalo Salazar.

LAS AVENIDAS DEL AZÚCAR Y SUS ESPACIOS DE ARRAIGO Y CONTENCIÓN

EN LA REGIÓN HOLGUINERA, 1899-1920. Rafael Ángel Cárdenas Tauler

PARTICULARIDADES DE LA LUCHA PARTIDISTA EN EL TERMINO MUNICIPAL DE

HOLGUÍN ENTRE 1899-1920.Celia del Carmen Hernández Arias y Armando Cuba

LAS ADMINISTRACIONES LOCALES EN LOS PRIMEROS AÑOS DE LA

REVOLUCIÓN EN HOLGUÍN. Annia Duharte García y Olga Armas Blanco

EL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN CUBANA Y LAS SOCIEDADES DE NEGROS Y

MULATOS EN HOLGUÍN. Yoel Rodríguez Ochoa.

HOLGUÍN EN LA ALFABETIZACIÓN. Olga M. Armas Blanco, Dayenni B. Díaz

Sánchez y Annia Duharte García

EL INTERNACIONALISMO HOLGUINERO. Victor Aguilera Nonel.

APROXIMACIÓN HISTÓRICO-CULTURAL A LA ARQUITECTURA HOLGUINERA DE

LOS SIGLOS XIV AL XIX. José Luis Reyes González.

ASENTAMIENTO PROTESTANTE Y REGIÓN: UN ACERCAMIENTO AL CASO

HOLGUINERO (1900-1960). Alejandro Torres Gómez de Cádiz Hernández

LAS CREENCIAS HETERODEOXAS EN HOLGUÍN. Carlos A. Córdova Martínez y

Juan Carlos Rodríguez Cruz

REFLEXIONES SOBRE LAS PERSPECTIVAS DE LA HISTORIA SOCIAL DESDE LA

HISTORIA REGIONAL HOLGUINERA. Samuel Oliveros Calderón

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ESTUDIOS SOBRE RELIGIÓN EN EL NORTE ORIENTAL DE CUBA. Alejandro

Torres Gómez de Cádiz Hernández

LA MUSEOLOGÍA HOLGUINERA. David Julián Gómez Iglesias.

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Prólogo de Olga Potuondo

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LOS ABORÍGENES DE CUBA EN LA FORMACIÓN ETNOHISTÓRICA DE HOLGUÍN: SIGLOS XVIII

Y XIX.

José Vega Suñol *

La presunta extinción de los primeros pobladores de la isla de Cuba1 al terminar el siglo XVI, es hoy

por hoy ya una tesis difícil de sostener. Múltiples evidencias documentales han permitido dejar atrás

este supuesto debido a valiosas comprobaciones que demuestran la prolongación vital de la presencia

humana y cultural de estas poblaciones todavía hacia los siglos XVII y XVIII; y, como se pretende

argumentar en este trabajo, hasta el mismo siglo XIX, particularmente, allí donde su presencia

demográfica y patrimonial fue abundante y visible. Sirvan estas páginas para ilustrar el singular

proceso que se operó en la germinal región de Holguín durante los siglos mencionados, en lo atinente

a la gradual integración de los residuos de aquellas poblaciones indígenas a la génesis formativa de un

nuevo conglomerado étnico que pasaría a la historia como pueblo cubano.

Aunque existen distintos documentos que prueban la continuidad de su existencia más allá del período

contemplado como prehistoria de Cuba, solo se abordarán en este texto aquellas aportaciones e

interpretaciones que emanan de las escrituras eclesiásticas de los archivos parroquiales de la ciudad

de Holguín, al consultarse los libros de bautismos de las iglesias de San Isidoro (1713) y San José

(1819)2; en tanto el territorio nororiental fue profuso en asentamientos aborígenes y el primigenio en

quedar registrado en el Diario de Navegación de Cristóbal Colón, al referirse a esta Isla y sus primeros

habitantes.

El control demográfico de mayor antigüedad efectuado por la iglesia católica en Cuba se remite al año

1544, cuando el obispo Sarmiento ofreciera su informe del estado y la composición de la población en

su visita pastoral por las villas e iglesias recién fundadas. Para el caso de la villa de Bayamo, de donde

luego se desprendería la jurisdicción de Holguín, el obispo reporta un total de 30 vecinos casados o

por casar, 200 negros y 400 indios naborías3 Es de suponer que dicho conteo se limitara a la población

localizada en el área urbana de dicha villa y dejara fuera a aquellos otros conjuntos demográficos que

estaban dispersos o a una distancia de dichos centros que imposibilitaba un control exhaustivo sobre

los mismos. Ya que el conocido informe se realizó en una fecha en que todavía se mantenía el sistema

de encomiendas es de inferir que una parte de los núcleos humanos existentes en estas células

económicas no estuvieran contemplados en dicha enumeración. Al menos en lo concerniente a

población aborigen. Se sabe que la encomienda se organizaba como respuesta a determinadas

exigencias de interés económico y se ubicaba allí donde hubiera requerimientos para el empleo de la

fuerza de trabajo indígena; por tanto, su localización dependía del lugar donde se encontraran los

lavaderos de oro o las primeras distribuciones de tierras a los encomenderos. Es permitido deducir que

1 Reconocidos tanto en la literatura científica como en la nomenclatura terminológica internacional bajo la

denominación de indios, aborígenes o naturales del país.

2 Existen otras fuentes del siglo XVIII sobre Holguín que también permiten constatar la presencia aborigen para

esa fecha. Al respecto véase: Poseedores, hatos, corrales, estancias, sitios, ingenios y trapiches, censos y

arrendamientos en la jurisdicción de Holguín entre 1764 y 1777. Compilador: M Sc. José Novoa Betancourt.

Véase: ANC. GG. Legajo 490. No. 25132.

3 Véase: Hortensia Pichardo. Documentos para la Historia de Cuba I. Editorial Pueblo y Educación, La Habana,

1984. Cuarta edición, p. 99.

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sitios distantes de la villa de Bayamo, como el localizado en El Yayal, en las cercanías de la actual

ciudad de Holguín, o el de Chorro de Maíta, en el actual municipio Banes, quedaran fuera de esos

registros. Mientras, por otro lado, tales asentamientos pudieran considerarse escenarios epilogales del

ramificado sistema de encomiendas en estado de disolución, aunque todavía activos como núcleos

económico-sociales; y, en consecuencia, espacios de contacto cultural y mestizaje biológico. Sean

pues considerados estos sitios, junto a otros donde quedaron evidencias de tales intercambios, como

la cuna donde comenzó a mecerse el embrión de la transculturación que daría forma y consistencia al

surgimiento de una nueva comunidad humana en el nordeste de Cuba4.

Hubo un cambio operativo en la orientación de la conquista de América que paralizó y debilitó el

sistema de encomiendas en Cuba, si nos atenemos a que el mantenimiento de esta primera célula de

la economía colonial era la única que justificaba la existencia de diferentes sitios de transculturación

indohispánica en la región. Pero después de 1520 tuvo lugar una declinación demográfica en la Isla,

en tanto la conquista de México, iniciada en 1519 por Hernán Cortés, absorbiera una parte importante

de las huestes españolas establecidas sobre todo en la parte oriental. Esta expedición, al igual que las

subsiguientes, se nutrió de los aborígenes cubanos como apoyo logístico5 El sistema encomendero

sufrió una profunda depresión demográfica a partir de entonces, lo que permite inferir que el auge de

esta organización económica debió tener lugar en un período anterior a la mencionada fecha, y se

mantuvo durante un tiempo más ante la necesidad de avituallamiento de casabe a las expediciones a

tierra firme lo que debió haber impulsado más la encomienda en función agrícola,6 con una mayor

participación de los remanentes de las comunidades agricultoras aborígenes en este desempeño,

requerido de especialización en el cultivo de la yuca.

Por tanto, la declinación demográfica de las poblaciones indígenas en la naciente historia social de

Cuba se explica no solo por el exterminio bélico, el duro trabajo en las encomiendas, los lavaderos de

oro y la invasión biótica, como la gripe, que devastó una parte sensible de esta comunidad humana;

sino también por la participación de cientos de aborígenes en numerosas expediciones a tierra firme,

quienes iban en condición de sirvientes, cargadores, escuderos y hasta de soldados acompañantes de

los españoles en la conquista de América. La expedición de Francisco Hernández de Córdoba a

México en 1517, la de Juan de Grijalba con el mismo destino en 1518, la de Hernán Cortés en 1519,

la de Pánfilo de Narváez -en 1520 a México y en 1528 a la Florida-, la de Hernando de Soto a este

último destino en 1539, la de Francisco Montejo en 1546 para terminar la conquista de Yucatán y la de

Pedro Menéndez de Avilés, también a la Florida, entre 1566 y 15687 pesaron sobre la espalda de esta

4 Véase: José Manuel Guarch Del Monte: Estructura para las comunidades aborígenes de Cuba, Ediciones

Holguín, Holguín, 1990; Roberto Valcárcel Rojas: Banes precolombino. La ocupación agricultora. Ediciones

Holguín, Holguín, 2002.

5 Ver: Oswaldo Morales Patiño. La rebeldía de los indocubanos. Revista Bimestre Cubana, septiembre-octubre,

1945, Volumen LVI, no.2; p. 97-134.

6 Véase: Julio Le Riverend Brusone: Problemas de la formación agraria de Cuba. siglos XVI y XVII. Editorial de

Ciencias Sociales, La Habana, 1992; Estrella E. Rey Betancourt: Algunos aspectos socioeconómicos de Cuba

colonial temprana (1512-1555). Catauro. Revista cubana de antropología. Año 5, no. 8, 2003;p. 75-90.

7 Véase: Oswaldo Morales Patiño. Ob. Cit., pp. 133-134.

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masa indígena, a la cual le tocó la peor parte del trabajo. Los pobladores aborígenes de la región

oriental aportaron el mayor volumen presencial en estos eventos y en su mayoría no regresaron, de

ahí que estas expediciones contribuyeran a desangrar y mermar a esta población. Las recogidas y

concentraciones de indígenas con tales fines aceleraron el vaciamiento de la membresía masculina, en

detrimento del equilibrio interno de esas comunidades.

Un hecho compulsivo de movilidad histórica irrumpió casi un siglo después, con la fundación de los

llamados pueblos de indios, recomendados por la propia corona española para concentrar a aquella

población de naturales de la Isla que se encontraban dispersos en distintos puntos de la geografía

insular; especialmente, en el este del país8 se destacaron los poblados de Jiguaní y El Caney, hacia

los cuales se trasladó y reinstaló una parte de la masa aborigen sobreviviente, cuyos miembros, ya

modificados por el contacto étnico y cultural, representaban el último capítulo de esta comunidad en el

oriente cubano. No obstante, es dudoso aceptar que todos los indios dispersos en tan vasto territorio

se ubicaran exclusivamente en estos poblados tras los favores emanados de disposiciones reales a

partir de la reclamación de sus derechos a la tierra. Hay constancias de que avanzado el siglo XVIII

había indios dueños de sitios y estancias en el nororiente de Cuba9 y era obvio que aquellos al frente

de alguna propiedad agrícola no necesitaran trasladarse a un poblado, al resultarles más conveniente

quedarse donde tenían una pequeña estancia para la subsistencia. Además, la creación de los

pueblos de indios fue una medida que comenzó a implementarse en un momento posterior al inicio de

la distribución de tierras para el fomento de haciendas ganaderas en el oriente cubano. Y tales

haciendas requerían de mano de obra. La creciente descendencia, tanto de españoles como de

aborígenes, era un hecho inobjetable para entonces; por otra parte, una masa de trabajadores libres

podía ocuparse de las tareas en dichas haciendas, vegas de tabaco y sitios de labor colaterales al

fomento ganadero; se sabe que la ganadería y el tabaco no despertaron el interés por la adquisición

de esclavos africanos; el ganado, el tabaco y la sitiería eran actividades económicas perfectamente

atendidas por campesinos libres y peones; estos últimos, presumiblemente, pudieron ser aquellos

descendientes de indios que procedían directamente de las copulaciones que tuvieron lugar en los

primeros intercambios con los propios españoles y entre los mismos indios que quedaron y que entran

a clasificarse como criollos por haber nacido del mestizaje en curso. Parte de la fuerza laboral que

atendía los rebaños en las haciendas o el cultivo del tabaco en los vegueríos procedía de los

descendientes de aborígenes que ahora habían asumido nombres como José, Francisco o María,

hablaban no en lengua arahuaca sino en la fecunda variante del castellano insular, aprendido

empíricamente, permeado de voces aborígenes y expresado con las dificultades propias del sujeto

iletrado.

La repartición profusa de hatos por el cabildo bayamés desde mediados del siglo XVII jugó un papel

vital en el progresivo poblamiento de las tierras altas de Maniabón, donde surgiría en el siglo XVIII la

jurisdicción de Holguín; hecho que tendría lugar en el mismo espacio territorial de ubicación de

aquellas comunidades aborígenes y de las primeras encomiendas en el territorio; por tanto, la

economía promovida por la hacienda ganadera quedó superpuesta en el mismo espacio físico

8 Véase: Francisco Pérez de la Riva: Origen y régimen de la propiedad territorial en Cuba. Imprenta El siglo XX,

La Habana, 1946.

9 Ver Padrón de Fincas de 1775, en: Poseedores, hatos….(Ob. Cit).

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ocupado históricamente por dichas comunidades. Luego, los primeros ganaderos, vegueros y sitieros

tuvieron que encontrarse inexorablemente con los últimos aborígenes en el territorio o sus

descendientes.

La dimensión múltiple de su presencia cultural indica que la remisión hacia el presente de la herencia

indígena solo pudo ser obra de un encuentro de larga duración gracias a la convergencia de varias

generaciones en constante estado de intercambio con ese acervo, lo que permitió el traspaso de

experiencias y conocimientos, así como la fijación de pautas culturales compartidas, hecho que

justifica que llegaran hasta pleno siglo XX prácticas como el cultivo de la yuca, la fabricación y el

consumo del casabe, la explotación agrícola del tabaco, las construcciones domésticas y el ajuar,

cientos de voces lingüísticas en la toponimia, la flora y la fauna, legados a través de sus

descendientes, fueran estos la resultante de españoles, indios o africanos. Sería esta emergente

comunidad criolla la encargada de conservar esos aportes desde muy temprano, lo que indica que uno

de los cometidos trascendentales que cumplió la cultura criolla fuera incorporar a su favor parte de lo

mejor del patrimonio de los naturales de Cuba.

La evidencia documental más consistente en el reconocimiento de la sobrevivencia aborigen en

Holguín en pleno siglo XVIII procede de los libros parroquiales. Si no hubieran quedado indios al

fundarse la iglesia de San Isidoro en 1713, en el lugar donde hoy se encuentra, no habría razones

para que los archivos parroquiales identificaran y diferenciaran los libros de bautismos de blancos de

los libros de bautismos de Indios, pardos y morenos. Este archivo alberga los manuscritos más

antiguos de la ciudad y de toda la región nororiental de Cuba. Por su importancia capital para este

análisis es necesario acercarse a la información contenida en tales documentos.10

10 El primer acercamiento al tema de los aborígenes en los archivos parroquiales se encuentra en: José Vega

Suñol, René Navarro y Joaquín Ferreiro: Presencia aborigen en los archivos parroquiales de Holguín. Revista de

Historia, no. 4, Holguín, 1987. En el mencionado ensayo se arriba a conclusiones muy parciales, además

aparecen algunas erratas estadísticas que se rectifican en el presente texto.

Se aprovecha la ocasión para hacer un breve pero necesario acercamiento a las revelaciones contenidas en el

Padrón de Fincas de 1775 en Holguín; este empadronamiento local arroja resultados de sumo valor. El mismo

comprende los distintos tipos de matrimonios vigentes hasta 1775. El autor constató la existencia de seis

variantes matrimoniales, de tipo intraracial, interacial, intraétnico e interétnico, liderado por la comunidad de

matrimonios entre blancos, con 184 enlaces de este tipo; le continúan, precisamente, matrimonios entre

blancos e indios, 11 en total, de los cuales 9 son matrimonios de hombres blancos con indias, consignadas así

en ese conteo, y 2 de indios con mujeres blancas. En el caso de las 9 indígenas casadas con blancos predomina

la tendencia de ser más jóvenes que sus esposos y en los dos casos de indios matrimoniados con mujeres de la

raza blanca se trata de dueños de algún tipo de propiedad que los ubica en un estatus social más solvente.

También aparecen registrados 11 matrimonios entre indios lo cual supone la conservación de una endogamia

entre miembros del mismo origen étnico. Le continúan 10 matrimonios entre pardos, 3 entre blancos y pardos,

específicamente de mujeres blancas con negros, así como 3 matrimonios entre indios y pardos. El referido

Padrón consigna 222 matrimonios en el año 1775 en Holguín, de los cuales los reconocidos como blancos

participan en 184 de tipo intra-racial y 14 de blancos con otras razas presentes ( 11 y 3), lo que supone que

este grupo racial determina la prevalencia de una población de tipo caucásica como hegemónica quien a la vez

lidera también la tendencia a la mestización biológica con indios y negros. Pero es interesante que el segundo

grupo humano más participativo en las relaciones matrimoniales es el de los descendientes de aborígenes, con

11 matrimonios entre ellos mismos, otros 11 matrimonios con blancos y 3 matrimonios con negros, para un

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Entre 1713 y 1819 la parroquia de San Isidoro registra en las actas de bautismos un total de 274

bautizos cuyo padre, madre o ambos, se declaran y reconocen como indios. El hecho de notificar este

dato en el libro parroquial supone, por una parte, la conformidad de los progenitores de identificarse

como tales, y por otra, la determinación del cura párroco que hacía la inscripción de ubicarlo en este

grupo humano, sea por la declaración expresa de los padres o dejándose llevar por la propia

observación del escribano respecto de la filiación antropológica de los progenitores.

Al respecto, es necesario mostrar al menos cuatro actas de bautismos con estas características:

Bautismo Indio. 1787. No. 896. 7 de marzo

José Isidoro hijo legítimo de Santiago Escalona indio y Manuela del

Castillo, parda libre de esta ciudad de Holguín. Manuel Calderín.

Veintidos de enero de 1792. 562.

María Micaela de 9 días de nacida hija natural de

María Guadalupe Sánchez india del Caney. Francisco Rodríguez.

243. Domingo 9 de junio de 1805.

José Fernando de 8 días de nacido hijo de Lucía

Crespo india natural de Baracoa.

Padre Juan Calderín.

507. Mayo 6 de 1812.

total de 25 enlaces de este tipo. En una frase, los descendientes de aborígenes, clasificados por sus rasgos

externos como indios en el siglo XVIII, van en segundo lugar en la consumación matrimonial, después de los

blancos descendientes de españoles. Otro tanto lo brinda el desmontaje de las ocupaciones laborales. De esta

comunidad de descendientes de aborígenes ya en franca desintegración hay 7 recogidos bajo la condición de

“agregados” en tierras del Egido, 4 mayorales, 10 propietarios de tierras en el Egido de la ciudad y Aguarás, así

como 1 arrendatario. Significa que hubo al menos una minoría de miembros de esa comunidad que alcanzó

determinado rango; en cambio, los negros clasifican en su mayoría como esclavos, excepto 7 que alcanzaron la

condición de dueños, 2 que llegaron a mayorales y 2 a agregados. En esta elemental distribución de

ocupaciones, los reconocidos como indios se encontraban en ventaja respecto de la población de origen

africano y sus descendientes. Véase también: ANC. Gobierno General. Padrón General de los Habitantes

Rurales de Holguín en 1775. Legajo 490. No. 25132.

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Juana Teresa de Jesús hija legítima de León

Mendoza y Micaela Medina indios naturales de Jiguaní. 11

En el primer caso se trata de un matrimonio de indio con parda libre, enlace común entre sujetos

situados dentro de la red social marginal y proveedora de una descendencia criolla mestiza. Las dos

partidas bautismales que siguen notifican solo el origen de las madres, una india del Caney y otra

natural de Baracoa, lo cual significa que la no presencia o invisibilidad del padre pueda estar dada por

su rechazo al reconocimiento del hijo debido a ser el resultado de relaciones ilegítimas o por ocultar

una filiación social no conveniente a los efectos de ser registrada en un documento. Puede

conjeturarse que tales alumbramientos procedían de relaciones consensuales ausentes de los

registros legales, o consecuencia de un intercambio furtivo entre géneros diferenciados socialmente y

que por su naturaleza también generaban una cuota importante de población natural mestiza.

La última de las cuatro partidas de bautismos seleccionada, cuyo registro data del año 1812, muestra

un caso cuyos padres se declaran ambos indios naturales de Jiguaní. Es la constatación de un

ejercicio endogámico practicado entre los miembros de esta comunidad hasta sus descendientes en el

siglo XIX. Aunque habría que descartar la posibilidad de estar ante indios en el sentido estricto del

término. A la altura del siglo XVIII y mucho más en el XIX esta clasificación no pasa de ser un registro

epidérmico y convencional a partir de la deducción visual del cura párroco que simplifica tal afiliación

sin contemplar las múltiples mutaciones que para entonces ya han tenido lugar tanto en el orden de la

integración interétnica como cultural en esta comunidad humana en proceso de disolución y la

inserción de sus descendientes en otra entidad étnica en proceso de formación. También, tal afiliación

puede proceder de la declaración emitida por los mismos padres, quienes al llamarse a si mismos

indios, se afirman socialmente en el reconocimiento de esta condición ya que presupone auto-

clasificarse en una categoría social que los diferencia de pardos y morenos, situados estos últimos en

la parte inferior de la escala social. Ser indio o declararse como tal sin serlo en realidad, debido al

avanzado estado de transculturación, era un modo de mitigar su condición enajenada y explotada, al

menos formalmente, mediante la validación y defensa de sus derechos como naturales de la tierra,

categoría que los ubica en un lugar más prominente dentro del tejido social de la época.

Otra lectura brindada por los libros parroquiales lo aporta la procedencia o el origen territorial de los

padres tomadas en las actas de bautismo. Entre 1713 y 1774 el 100% de los casos de bautismos

recogidos coincide que ambos padres proceden de Holguín12; lo que significa que su presencia como

naturales de esta zona se constata en esa fuente; entre 1778 y 1799 alcanzan el 96, 96%, al proceder

de Holguín 64 de los 66 registros bautismales de indios encontrados en este segundo libro; los otros

dos proceden del Caney y Bayamo. Entre 1799 y 1803, según el contenido del tercer libro, de un total

de 42 bautismos de indios, 41 corresponden a padres o madres indios que declaran proceder de

11 José Vega Suñol. Ob. Cit. p. 58.

12 El primer libro de bautismos de indios, pardos y morenos en la parroquia de San Isidoro declara abarcar el

período 1713-1774, pero las actas comienzan a partir de 1773 y 1774; ello supone que en los años anteriores la

cifra pudo haber sido mucho mayor.

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Holguín y solo 1 de Jiguaní. Entre 1803 y 1819 los bautismos de indios realizados en la iglesia de San

Isidoro llegan a 157; de ellos 149 reportan ser padres o madres indios naturales de Holguín y solo 1 de

Jiguaní. En los cuatro libros de bautismos de indios, pardos y morenos, comprendidos entre 1713 y

1819, de las 274 actas bautismales de indios registradas, 263 corresponden a ascendientes que

declaran ser naturales de Holguín, 8 de Jiguaní y 1 de Baracoa, Bayamo y el Caney, respectivamente.

Tal como se comprueba en los documentos citados, el padre o la madre o ambos, proceden de

localidades reconocidas por su ancestro aborigen o de aquellos pueblos de indios en estado de

desintegración.

Es llamativa la presencia de indios de otras partes de la región oriental que vienen a bautizar a sus

hijos en la iglesia de San Isidoro de Holguín. Están presentes padres y madres indios de Jiguaní,

Bayamo, Baracoa y el Caney. Aunque en su inmensa mayoría declaran ser oriundos de Holguín. Es

necesaria una meditación al respecto. Las jurisdicciones eclesiásticas podían diferir de las

jurisdicciones político-administrativas. Se sabe que la jurisdicción eclesiástica correspondiente a la

iglesia de San Isidoro abarcaba otros territorios no contemplados en la jurisdicción holguinera13;

existía el camino de Holguín a Santiago de Cuba que no pasaba por Bayamo y que de cierto modo

acercaba por dentro al viejo poblado de indios de Jiguaní con esta ciudad a través de esa vía. Pero no

se justifica que haya reportes de padres o madres indios que procedan de Bayamo, Baracoa o El

Caney, porque estos lugares estaban más distantes y contaban con parroquias para este tipo de

inscripciones. Los datos están indicando otra cosa. A finales del XVIII y principios del XIX había

ocurrido un desplazamiento de este tipo de población, sean naturales o descendientes, hacia el

territorio de Holguín, en la medida que comenzaba a compulsarse la economía regional, requerida de

mano de obra. No había vuelto a fomentarse ninguna otra región en todo el oriente cubano desde la

fundación de las primeras villas. Holguín, en la segunda mitad del XVIII, proporcionaba un potencial

de crecimiento capaz de alentar el movimiento interno de la población hacia allí; además, si procedían

de antiguos pueblos de indios entonces habría que preguntarse también qué pasó en dichas

poblaciones que los llevó a dispersarse y buscar otras opciones de vida en comarcas como Holguín.

Dicho asunto no es objeto para abordar ahora pero a finales del siglo XVIII los pueblos de indios,

sencillamente, habían pasado a la historia.

En la tabla 1 se resume el contenido estadístico de los datos analizados14:

Tabla 1. Resumen estadístico de los bautizos de indios de la Iglesia de San Isidoro de Holguín entre

1713 y 1819.

13 Información oral aportada al autor por el Vicario de la iglesia de San Isidoro, padre Aldama, en conversación

personal con el autor. Holguín, año 1985.

14 Aunque el libro 1 de bautismos de indios, pardos y morenos declara corresponderse a los años

comprendidos entre 1713 y 1774 lo cierto es que dichos bautismos comienzan solo a aparecer a

partir del año 1773.

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Libro Años Varones % Hembras % Cantidad Origen % Total

1 1713-

1774

1 16,6 8 80,4 9 Holguín 100 9

2 1778-

1799

32 48,48 34 51,1 64

1

1

Holguín

Caney

Bayamo

96,9

1,5

1,5

66

3 1799-

1803

13 29 41

1

Holguín

Jiguaní

97,6

2, 3

42

4 1803-

1819

85 72 149

7

1

Holguín

Jiguaní

Baracoa

94,9

4,4

0,6

157

1,2,3

y 4

1713-

1819

131 143

263

8

1

1

1

Holguín

Jiguaní

Baracoa

Bayamo

Caney

95,9

2,9

0,3

0,3

0,3

274

Fuente: Archivo Parroquial de San Isidoro de Holguín

Libros de Indios, pardos y morenos 1713-1819

Cuadro elaborado por el autor.

Por su interés para este examen se inserta la tabla 2, referida a la filiación étnica de los padres,

tomadas de las actas bautismales de indios entre 1713 y 1819, para hacer notar las principales

tendencias etnomatrimoniales que se operan en este período, gestadas por la población aborigen y su

descendencia. Lo primero a destacar es el alto grado de endogamia intra-aborigen pues de 274

bautizos realizados a nacidos bajo la categoría de indios, en 162 casos ambos padres declaran ser

indios, para un 59,1% del total; no menos importante es el reporte de 11 nacidos de padre y madre

indios naturales. A tenor de la experiencia para este caso el término natural indica que se trata todavía

de los naturales de la tierra, o sea, indios en el sentido estricto de su calificativo y filiación étnica,

Page 13: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

mientras aquellos 162 padres que se declaran indios en ambos géneros, supuestamente deben ser

descendientes. En uno y otro caso, se perpetúa la orientación endogámica, lo que sugiere una línea de

población biológica y culturalmente mestiza a través de la reproducción de los ascendientes y

descendientes de aborígenes entre fines del siglo XVIII y principios del XIX en Holguín. Le continúa la

madre india solamente y la madre india natural, quienes en ambos casos no declaran la filiación étnica

del padre, para un total de 79 madres indias y 17 madres indias naturales, quienes suman un total de

96 bautismos, recogidos a partir del acto presencial de las madres, al no reportarse la procedencia

étnica del padre. Se supone que la segunda tendencia, después de la probada endogamia en este

grupo humano, es la relación matrimonial ilegítima o consensual demostrada por la ausencia del padre

en la declaración del bautizo, una señal de inconveniencia si quedara registrado, debido a supuestas

relaciones indebidas, principalmente dadas por concubinato en el que debe haber una alta

participación de miembros de la filiación epitelial blanca, quienes no están interesados en formalizar

ante la iglesia la paternidad obtenida por lazos ilegales o consensuales. En los bautismos están

presentes relaciones matrimoniales entre madre india y pardo libre (1 caso) y entre padres indios con

pardas libres (2 casos), así como dos bautismos representados por padres indios que no declaran el

origen de la madre, esta última ausente de la inscripción bautismal, tal vez a consecuencia de su

fallecimiento durante el parto. Aunque el peso estadístico de estos últimos ejemplos es poco

significativo, no obstante, prueba la existencia de una corriente subterránea de relaciones entre los

descendientes de aborígenes con miembros de afiliaciones de origen africano, también impulsora de

mestizaje, aunque en una proporción menos significativa.

Tabla 2. Filiación étnica de los padres recogidos en los libros de bautismos de indios de la iglesia de

San Isidoro de Holguín entre 1713-1819.

Libro Años Bautismos

De indios

1 2 3 4 5 6 7

1 * 1713-

1774

9 8 1

2 1778-

1799

66 43 1 19 2 1

3 1799-

1803

42 18 6 10 6 1 1

4 1803-

1819

157 93 4 49 9 2 *

Total 1713-

1819

274 162 11 79 17 1 2 2

Page 14: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Leyenda: 1. Madre y padre indios; 2. Madre y padre indios naturales; 3. Madre india; 4. Madre india

natural; 5. Madre india y padre pardo libre; 6. Padre indio y madre parda libre; 7. Padre indio* (No

especifica filiación de la madre). Fuente: Ibídem. Cuadro elaborado por el autor.

La información ofrecida por estos libros parroquiales da fe del lugar de los descendientes de

aborígenes en el marco de las relaciones étnicas y sociales que se operan en el territorio durante los

siglos XVIII y XIX, en las que su participación evidencia un grado de marginalidad pero no de

exclusión en los distintos tipos de intercambios que tuvieron lugar entre las comunidades étnicas

participantes en la gestación del pueblo cubano y de la población colonial de Holguín en particular.

Queda la constancia de que en la constitución de dicho pueblo intervinieron de entonces acá lazos

visibles y subterráneos entre los géneros, etnias y razas en contacto, entre matrimonios tanto legítimos

como consensuales, así como mediante la presencia de matrimonios interétnicos e interraciales, en los

que el indio, fuera mujer u hombre, participó como un activo vaso comunicante con otros conjuntos

humanos allí presentes.

La incorporación de los datos parroquiales de la iglesia auxiliar de San José permite abundar en otras

aristas del asunto, como la extensión en tiempo de los bautismos de indios y la constatación de la

amplitud espacial de su presencia en el territorio, pues esta iglesia tendría a su cargo la recogida de

bautismos, matrimonios y entierros en la franja norte de la región, lo que prueba la presencia de

descendientes de aborígenes prácticamente en todo el entramado jurisdiccional hasta mediados del

siglo XIX. Las siguientes inscripciones de bautismos de indios tomados de los registros parroquiales de

la iglesia auxiliar de San José hasta el año 1856 requieren una meditación especial. A continuación se

transcriben algunas de las referidas actas bautismales:

Año del señor 1849. Treinta de junio. Yo. D. Antonio García Ibarra, cura de la iglesia auxiliar San

José de esta ciudad de Holguín bauticé a María Luisa de un mes de nacida hija legítima de Diego

Macho y María Bramas, indios del Caney.

Año 1852. No. 1 Octubre 3. Julia Pérez, bautizada en Holguín a los 8 días de

nacida, hija de Lorenzo Pérez Diego e Irenes Hernández, indios.

Libro 3 de Bautismos de color. 1852-1861.

Año 1852. No. 10. Octubre 19. Josefina Avila, hija de Juana Avila padrinos Artemio y María Josefa

indios.Libro 3 de Bautismos de color (1852-1861).

Año 1852. No. 42. Diciembre 20. Manuel Collazo nació en la ciudad de Holguín, hijo de María esclava

india.

Page 15: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Padre Ignacio. Libro 3 de Bautismos de color.

1856. No.321. Septiembre 10. José de Jesús de la Caridad, hijo de Francisco Martí y Rafaela (india),

padrino Juan .( ilegible) y Argentina de la

Torre. Libro 3 de Bautismos de color.

Estos bautismos revelan el nacimiento de indios, cuyos padres así lo afirman, hasta la medianía del

siglo XIX15; se trata de la supervivencia trasmutada de sus más legítimos herederos situados como

miembros presentes en la demografía colonial tardía. En la relación hay un caso de interés en la cuarta

inscripción, correspondiente al año 1852: “María, esclava india”. Sería mejor pensar que se trata de

una esclava resultante del mestizaje indo-africano o incluso entre indio y negro o negra criolla con

somato tipo más identificado por rasgos indígenas ya que no sería lógico entenderlo o interpretarlo

como un caso de esclavitud del indio, quien había sido protegido, al menos formalmente, contra esta

práctica, desde los inicios de la colonia.

A continuación se expone un resumen de las actas bautismales de la iglesia San José de Holguín

donde aparecen datos acerca de esta presencia en pleno siglo XIX.

Tabla 3. Resumen estadístico de los bautizos de indios en la Iglesia San José entre 1838 y 1860

Libro Años Varones % Hembras % Cantidad Origen % Total

2 1838-

1849

3

33,3

6 64,4 7

1

1

Holguín

Caney

Desconoc

77,7

11,1

11,1

9

3 1853-

1860

4 27,5 10 71,4 14 Holguín 100 14

2 y 3 1838-

1860

7 30,4 16 69,7 21

1

1

Holguín

Caney

Desconoc.

91,3

0,43

0,43

23

Fuente: Archivo Parroquial de la iglesia auxiliar San José de la ciudad de Holguín. Libros de bautismos

de color. Cuadro elaborado por el autor.

15 De seguro que no se trataba ya de los naturales de la Isla tal como existían en el siglo XVI sino de sus

descendientes, totalmente transformados por el mestizaje biológico y cultural.

Page 16: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Al reunirse las estadísticas de las dos parroquias, entre 1713 y 1860 se alcanza un total de 297

bautismos con la denominación de alguno de los progenitores con el calificativo étnico de indio, de

ellos 274 en San Isidoro y 23 en San José, información que se resume en la tabla 4:

Tabla 4. Resumen estadístico de los bautizos de indios de las iglesias San Isidoro y San José en

Holguín entre 1713 y 1860

Libros Años Varones % Hembras % Origen % Total

6 1713-

1860

138 28,1 159 71,9 Holguín

Jiguaní

Caney

Baracoa

Bayamo

Desconoc.

95,2

2,7

0,7

0,4

0,4

0,4

297

Fuente: Archivos parroquiales de Holguín. Cuadro elaborado por el autor.

Por si fuera poco, la huella aborigen en la historia moderna de Cuba alcanza hasta las mismas

guerras de independencia. En el oriente cubano, figuras como el general Jesús Rabí, uno de los

líderes del movimiento separatista, era descendiente de aborígenes16; por otra parte, el historiador

local José A. García Castañeda dejó una nota de la participación de indios en las gestas mambisas en

el territorio holguinero17; una constancia más de su participación en los procesos de formación e

integración étnica del pueblo cubano, el cual ha llevado dentro de sí, en estos cinco siglos de recorrido

histórico, tanto los genes como el patrimonio secular de los primeros habitantes de Cuba.

* Datos del autor:

16 Jesús Rabí había nacido en Jiguaní, antiguo poblado de indios, en 1845 y era tenido por indio entre quienes lo

conocieron. Véase: Oswaldo Morales Patiño. Ob. Cit. pp. 127-128.

17 El manuscrito del conocido historiador local dice así: “En el primer combate en Holguín en esa guerra lo fue

el 16 de octubre de 1868 entre Julio Grave de Peralta y el jefe Eugenio Cruz Méndez, en “Los Cayos del

Papayal”, haciendo los españoles a prisioneros, uno de ellos de acuerdo con el parte, era una persona honrada

y los restantes mulatos-indios de las costas del Cauto”. Véase: Archivo Museo Provincial de Holguín. Fondo José

A. García Castañeda, doc. 479.

Page 17: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

José Vega Suñol. Doctor en Ciencias Históricas. Profesor Titular del Centro de Estudios sobre Cultura

e Identidad (CECI) de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Holguín. Miembro

Correspondiente de la Academia de la Historia, miembro de la UNEAC y la UNHIC.

EL CRIOLLO EN LA FUNDACIÓN DE HOLGUÍN

Carlos A. Córdova Martínez

Page 18: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Laureano Calzadilla Anido

Uno de los fenómenos históricos más trascendentales, ocurrido en las colonias de España y Portugal

en América a partir del siglo XVI, lo constituye el surgimiento del criollo. El criollo en Cuba es producto

del sincretismo cultural, que tuvo como base la transculturación de las diversas nacionalidades

españolas, etnias africanas y remanentes indígenas, bajo el dominio castellano; que impuso el idioma,

la legislación y la Iglesia. El criollo fue un nuevo ente etno-cultural, que se situó por encima de las

castas sustentadas en el color de la piel y las clases sociales.

En el artículo se demuestra que Holguín fue una fundación fundamentalmente criolla, que las

evidencias indican que no debió existir un poblamiento permanente de españoles y sus descendientes,

al norte del río Cauto, hasta, por lo menos, fines del siglo XVI y que el inicio de la colonización del

territorio se produjo hacia la segunda mitad del siglo XVII, proceso que se acelera paulatinamente y

origina la fundación del pueblo de San Isidoro de Holguín en 1720 y la creación de la jurisdicción el

1752

El territorio, posteriormente holguinero, se encontraba en los primeros siglos coloniales dentro de la

jurisdicción de la villa de Bayamo. Se desconoce la fecha del inicio de su poblamiento permanente por

colonos españoles y criollos. Los sitios de convivencia indo hispánicos de los primeros años coloniales,

constituidos por encomiendas dedicadas al laboreo del oro, fueron abandonados paulatinamente por

tres razones fundamentales: la escasez del metal, la disminución de la población hispana y las

rebeliones de indios; lo que no precisamente significa que no continuaran subsistiendo algunos

asentamientos de indígenas parcialmente hispanizados.

La escasa población de la villa madre de Bayamo en el siglo XVI hace improbable un establecimiento

permanente de colonos en este siglo al norte del río Cauto, a pesar de lo que afirma la tradición y es

defendido por varios historiadores regionales. Según el informe del obispo Fray Diego Sarmiento, en

1544 existían en Bayamo 30 vecinos (alrededor de 150 personas), 235 indios, 160 negros e indios de

Yucatán esclavos. En 1570, 26 años después, el obispo Juan de Castillo reporta la existencia de 70

vecinos y 80 indios casados18.

En las primeras décadas del siglo XVII se ha producido un ligero aumento de la población. El obispo

Fray Alonso Enríquez de Armendáriz en su informe al Rey en 1620 señala, que en Bayamo vivían

unas 1500.almas, integradas por españoles, indios y mulatos, pues al estar todos mezclado no se

podían contar con más distinción, a la vez que destacaba que no se enumeraban los que vivían

dispersos por el campo19. Lo anterior permite inferir el predominio criollo en su población y la

posibilidad del establecimiento de estos en las Tierras Altas de Maniabón, donde según varias fuentes

vivían dispersos algunos indios.

Recordar que el factor demográfico ocupó un papel determinante en el proceso de poblamiento, de lo

que Pérez de la Riva llamó ocupación de los espacios vacíos, y en el desarrollo de la sociedad criolla

durante los tres primeros siglos coloniales. La formación de una cultura criolla estuvo estrechamente

18 Olga Portuondo Zúñiga. El Departamento Oriental en Documentos, Santiago de Cuba, 2012, pp. 73-74

19 Ibídem, pp. 137-152

Page 19: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

relacionada con el proceso demográfico. Datos de Pérez de la Riva refieren que Cuba cerró el siglo

XVI con alrededor de 10 000 habitantes, el XVII con unos 50 000 y en 1795 ya contaba con 360 000. 20

Durante el proceso de recomposición de la tierra, a mediados del siglo XVIII, se declaran los límites

del hato de Holguín, destacándose que los mismo fueron fijados en el año 1600, cuando el supuesto

enorme hato de García Holguín fue dividido entre sus tres nietas. Aunque no existe testimonio

documental, es posible que en esta fecha se produjera el inicio de la colonización de las Tierras Altas

de Maniabón.

No obstante, como testifican las fuentes documentales, la verdadera colonización de la relativamente

amplia jurisdicción holguinera se realizó desde mediado del siglo XVII y se fue fortaleciendo según

avanzaba el siglo XVIII, con predominio de la inmigración criolla; a la vez que se inicia la inmigración

hispánica, dominantemente canaria, en ascenso paulatino, engrosada, en menor grado, por la

inmigración forzada africana.

Los vecinos de Bayamo tuvieron un rol protagónico en dicho proceso; no obstante, con el paso del

tiempo, la nueva aristocracia hatera afincada en el norte bayamés empezó a desarrollar intereses

propios. El informe de la visita eclesiástica, realizada por el obispo Morell de Santa Cruz, confirma lo

antes expuesto: “(...) siete de junio (1756) despues de caminadas sesenta y quatro leguas arrivé a la

Ciudad de Holguín. Esta debe sus principios a algunos Vezinos del Bayamo, que tenian sus Haziendas

en aquel Partido (...)” (sic).21

El proceso de fundación de hatos, en un territorio alejado de Bayamo y separado del mismo por la

barrera del río Cauto, condujo a la fundación del pueblo de San Isidoro de Holguín en 1720 con

apenas unas 400 personas, pronto estallaron las diferencias con Bayamo, favorecida por los intereses

de la Corona, representada por el gobernador del Departamento Oriental de debilitar el levantisco

cabildo bayamés. Este proceso culminó en 1752, cuando Holguín obtiene la condición de ciudad y

cabeza de una jurisdicción que se extendía al norte del río Cauto desde la rivera oriental de la bahía de

Manatí a la occidental de la de Nipe. En 1756, según Morell de Santa Cruz la jurisdicción tenía 1751

habitantes, que se incrementan paulatinamente según se desarrolla la economía y se va poblando el

territorio; así, el censo de 1774 le otorga la cifra de 2446 y según los datos del censo de 1792 ya tenía

5837. ¿Quiénes eran estos primeros holguineros?

Los documentos del siglo XVIII, clasifican los habitantes de la Isla en blancos españoles, libres de

color, esclavos y extranjeros. Esta situación presente en los censos de la época impide conocer el por

ciento de criollos, pues se encuentran confundidos entre las cifras de blancos españoles, libres de

color y esclavos.

En búsqueda de una solución al complicado problema del origen étnico de la población holguinera en

el siglo XVIII, se procedió a analizar los testamentos, porque señalan el lugar de nacimiento del

testador, e incluso de sus padres. Como es lógico, los testadores eran propietarios, pertenecientes en

su mayoría a la población blanca; esto obligó a encontrar otras soluciones para los clasificados como

“de color”. Los propios testamentos, que recogían a los esclavos entre los bienes del testador y

20 Juan Pérez de la Riva: La conquista del espacio cubano, La Habana, 2004, pp. 87-101.

21 César García del Pino: Pedro Agustín Morell de Santa Cruz: Visita eclesiástica, La Habana, 1985,

p. 85.

Page 20: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

señalaban casi siempre si eran criollos o africanos, también muchas veces la etnia del africano,

contribuyeron a la solución del problema.

Otra vía fueron las ventas de esclavos, que contemplaban con frecuencia si el vendido era criollo o

africano; de ser criollo, si era mulato o negro, y en el caso de los africanos, muchas veces, el origen

étnico. La posibilidad de conocer la composición étnica de los libres “de color” fue menor. Solo se

contó con una vía: las cartas de horros o cartas de libertad, que indican el porcentaje de criollos que

obtenían la libertad.

Un estudio abarcador de los testamentos conservados en la notaría holguinera entre 1746 y 1800,

permitió determinar la supremacía criolla en la población, en particular entre los blancos. Se hace

imprescindible un profundo análisis cuantitativo para demostrar tal afirmación. Del total de los

testadores, 301 (40,03%) habían nacido en la jurisdicción holguinera; lo que evidencia un proceso

formativo en el que los nacidos en Holguín aún no superan el 50% de la población. Se destacan los

criollos inmigrantes de las jurisdicciones vecinas, integrados en primer lugar, por los bayameses, 270

(35,90%); en segundo lugar santiagueros, 78 (10,37%) y por último, los originarios de Puerto Príncipe,

60 (7,98%). Otras regiones y jurisdicciones están menos representadas.

Este proceso colonizador interior fue un fenómeno esencialmente criollo y se realizó con emigrantes

procedentes en su mayoría de Bayamo, Santiago de Cuba y Puerto Príncipe. No de Jamaica como

afirman los historiadores José R. de Ávila y Juan Pérez de la Riva al expresar el primero: “La población

de Holguín es toda blanca (...).Es la descendencia de la colonia de Jamaica(...)” ;22 y afirma Pérez de

la Riva: ”Holguín es un asentamiento de colonos de Jamaica (...)”.23 Aseveración retomada por Joel

James al plantear: “Holguín, cuyo enclave primero se crea de manera voluntariosa e interesada, a

finales del siglo XVII, con los inmigrantes provenientes de Jamaica (…)”(sic).24

No se descarta la entrada de jamaicanos en Holguín, pero fue muy limitada en el período comprendido

entre 1746-1800. En los protocolos notariales aparece registrado un solo caso y está relacionado con

el proceso investigativo realizado a Pedro Jorge Moreno, quien acompañado de cinco negros esclavos

había llegado a esta ciudad procedente de Jamaica el 8 de marzo de 1756. Al ser interrogado por las

autoridades del cabildo sobre las causa de su arribo, alegó lo siguiente: “(...) para los efectos que

puedan combenírme que el presente esno me de testimonio autentico (...) sobre la exportación que hize

de la Isla de Jamaíca a esta con Cinco negros de mí propiedad en solícitud de la religión

Christiana(...)”(sic). 25

Al ser interpelados sus esclavos, todos coincidieron en afirmar que el verdadero motivo del traslado de

su amo era la profesión del catolicismo y ser contrarios a las costumbres anglicanas.

22José Rosalía de Ávila y González de Ribera, padre del historiador Diego de Avila y del Monte, autor

de una de las primeras obras sobre los orígenes de la jurisdicción holguinera; solo se conservan 32

cuartillas del texto publicado. La obra se titula Memorias para la Historia de Holguín en la Isla de

Cuba: En Memorias de la Sociedad Patriótica de La Habana, La Habana, 1856, p. 9.

23 Juan Pérez de la Riva: La conquista del espacio cubano, La Habana, 2004, pp. 124.

24 Joel James: Alcance de la cubanía, Santiago de Cuba, 2001, pp. 31-32.

25 Archivo Histórico Provincial de Holguín, (AHPH): Protocolos notariales, 1756, escribanía de Lorenzo

Castellano, p. 15.

Page 21: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Al continuar con la clasificación étnica de los testadores, se constató que el 86,25% eran criollos

blancos y el 0,69% criollos “de color”, para una representatividad del 86.94%. El 11,0 % eran

españoles; de ellos, un 7,56% peninsulares y el 3,44% canarios.

Las etnias españolas más representativas en los años estudiados de la segunda mitad del siglo XVIII,

son en primer lugar, los canarios con 12 individuos; los castellanos, 10; los mallorquines, 7; los

andaluces 5 y para el resto, las cifras oscilan entre 1 y 3. Se infiere que los canarios eran los más

numerosos, pero se encontraban bastante cerca de los castellanos y mallorquines; esta última etnia

pobremente representada en el resto de la Isla.

Conforme a estos documentos, la mayoría de los testadores contaban con más de 50 años, por lo que

debieron nacer en las primeras décadas del siglo XVIII e incluso algunos, a fines del siglo XVII. A

juzgar por estos datos, los progenitores de los testadores nacieron, en su mayoría en el siglo XVII y la

casi totalidad era natural de la región oriental.

Entre las madres de los testadores solo tres no nacieron en Cuba, una originaria de la capitanía

general de Venezuela y dos de España. Esta exigua cifra testifica el indiscutible papel desempeñado

por las progenitoras criollas en la conformación de la sociedad holguinera.

De acuerdo con la naturaleza regional de los padres de los testadores, se evidencia que la costa norte

del cabildo bayamés fue sometida a un proceso de colonización reiniciado en el siglo XVII; que se

hace más notable a principio del XVIII y se intensifica a lo largo de este último siglo. Según los datos

proporcionados por los testamentos se deduce que la mayoría de las familias acomodadas se

asentaron en la región, antes de mediados del siglo XVIII, así se constituyó la aristocracia que apoyó

la separación de Bayamo y que controló el Cabildo holguinero en la segunda mitad de este siglo.

La economía hatero-hacendaria de los primeros siglos coloniales, mantenida en algunas regiones del

país, especialmente en el oriente, hasta el fin del régimen colonial, facilitó la transculturación del

africano. El carácter patriarcal de la esclavitud, su naturaleza relativamente “benigna”, motivada por la

economía hacendaria, posibilitó la relación estrecha del esclavo con la familia del amo, su participación

en las mismas labores agrícolas; y de hecho, la convivencia en el mismo medio cultural “criollizó” al

negro. Este tipo de esclavitud abarcó todo el país hasta bien avanzado el siglo XVIII, y por tanto, es

consustancial a la formación del criollo. El poema Espejo de paciencia es claro reflejo de esta

situación, al exaltar las virtudes del criollo negro; y Arrate deja explícito las cualidades de los pardos y

negros, a quienes cataloga de aptos y suficientes, al expresar:

“(...) se extiende con regular proporción a los pardos y negros nacidos en ella, pues a más

de ser bien dispuestos en lo corporal, son muy aptos y suficientes para los oficios (...)

descubriéndose en ellos ingenio para más grandes cosas, y unos espíritus más a propósito

para la guerra, lo que han comprobado en las expediciones que se han ofrecido, con

crédito de la nación y de la Patria (...)”.26

Las antiguas Leyes de Indias asignaban un valor de venta fijo al esclavo, lo que no favorecía el cambio

de amo, pues no era el mismo valor real de un bozal recién traído a la Isla, que el que adquiría una vez

dominara los rudimentos del español, adaptado al medio y a las labores que se le asignaban. La

convivencia en el mismo contexto favorecía el proceso de transculturación. Al respecto el historiador

Ramiro Guerra expone:

26 José Martín Félix de Arrate: Llave del Nuevo Mundo Antemural de las Indias Occidentales. La

Habana descripta: noticias de su fundación, aumentos y Estados, La Habana, 1964. p. 96-97.

Page 22: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

La ley prohibía, asimismo, que en los traspasos sucesivos el esclavo pudiera ser vendido a un

precio más alto. En la práctica, la más importante consecuencia de la disposición había sido el

asegurar la permanencia del siervo en manos del primer comprador por largo tiempo. Una vez

que el esclavo se había aclimatado y familiarizado con los diversos trabajos del país, no era

negocio venderlo por el precio primitivo: un “bozal” recién desembarcado rendía siempre un

trabajo menor. La venta de esclavos ya adiestrados, como especulación, no existía, de hecho,

en Cuba. En poder de un mismo dueño durante años, como propiedad no destinada a la

enajenación sino en caso de gran necesidad, el esclavo acababa por llegar a ser casi un

miembro de la familia (...)”.27

El carácter patriarcal de la esclavitud posibilitó que algunos esclavos o sus descendientes, lograran su

libertad y escalaran posiciones acomodadas. Ejemplos fehacientes es haber encontrado entre los

testadores a la morena libre María Chavarría, la que declaraba tener entre sus propiedades un trapiche

y seis esclavos criollos. La negrita criolla Manuela, hija de Domingo “calesero” y de Josepha esclavos

de la familia de Silvestre de la Torre, fue vendida a Juan Jesús de Arribas a la edad de 15 años, por la

suma de 225 pesos de plata castellana. En 1764 se casó con Joseph Gutiérrez, quien testó sus bienes

a su favor, así heredó todas sus finanzas, una tienda y un negocio en Puerto Príncipe. 28

La servidumbre doméstica, en la que el esclavo estaba obligado a adaptarse a los gustos y exigencias

del amo, constituyó otra causa importante en el proceso de integración del africano y sus

descendientes.

No solo las estadísticas relacionadas con la población blanca permiten confirmar el predominio criollo

en la jurisdicción holguinera, sino que a estas se unen los datos ofrecidos por los documentos

testamentarios respecto de los habitantes “de color”. La población esclava en 1752 representaba el

9,47% de la población holguinera, según informes suministrados por el historiador Diego de Ávila y

Delmonte, al indicar que de un total de 1426 personas, 135 eran esclavos.29

Los protocolos notariales permiten conocer el origen étnico de la población esclava; una fuente es el

análisis de las ventas de esclavos. De 1746 a 1800 se tuvo conocimiento de 519 ventas; 333

corresponden a criollos, 64,04%; los africanos fueron sólo 187, 35,96%. Un numeroso grupo de los

esclavos criollos vendidos: 114 eran denominados mulatos, el 21,92% de la población esclava y el

34,23% de los esclavos criollos.

Entre los mulatos existía el subgrupo especial de los “chinos” o cuarterones, hijos de mulatas esclavas

con blancos. Se detectaron 9 ventas de dichos “chinos”, individuos casi blancos, que representaban el

2,70% entre los esclavos criollos. Estas cifras permiten aseverar que la mayoría de los esclavos

holguineros en el siglo XVIII eran criollos. Se considera necesario aclarar que el término mulato no

procede de mulo, como tradicionalmente se acepta; si no que ambos tienen sus raíces en el vocablo

de origen árabe, muladí, que en la lengua original significa adoptado y con el cual se designaba a los

cristianos convertidos al Islam en Al Andaluz. Dicho vocablo adquiere la connotación de mestizo o

híbrido y esta es la acepción de mulato.

Hasta alrededor de 1780 la documentación precisaba en buena medida, la procedencia étnica de los

27 Ramiro Guerra: Manual de Historia de Cuba, La Habana, 1971, p. 186.

28 AHPH: Protocolos notariales, 1756, escribanía de Lorenzo Castellano, p. 35 – 37.

29 Diego de Ávila y del Monte: Memorias del hato de San Isidoro de Holguín, Holguín, 1926, p. 34.

Page 23: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

esclavos africanos, pero luego de estos años aparece cada vez más el término genérico de bozal; en

la década de los 90 se hace prácticamente general, problemática correspondida con el incremento de

esclavos en la postrimería del siglo XVIII.

De 187 africanos vendidos como esclavos, solo en 96 casos aparecen señalados los pueblos de

procedencia. Entre ellos el grupo más numeroso es el de los congos con 52 (54.16%), seguido de los

carabalíes con 24(25%), y por último, con cifras, oscilantes entre 1 y 5 se encuentran las etnias bibí,

mandinga, mina, arará, lucumí, biafía y gangá. Se deduce que el mayor aporte africano en la

jurisdicción holguinera estuvo dado por los congos y los carabalíes. El legado de las restantes etnias

es prácticamente insignificante. El porcentaje hace que para Holguín se cumpla, por lo menos entre la

población que presenta rasgos somáticos africanos o algún nivel de mestizaje, el refrán: “El que no

tiene de congo tiene de carabalí”.

El análisis de una muestra de 36 testamentos, que dan fe de la presencia de esclavos como parte de

las propiedades, a lo largo de un período que transita de 1746 a 1800, no solo reiteró lo ya revelado

respecto del predominio criollo entre los esclavos, sino que muestra un mayor porcentaje de naturales

del país y de mulatos entre los esclavos.

En estos documentos, la cifra de africanos es de 27 (18,12%), de un total de 149 esclavos. La cifra de

los criollos, de 122, (81,88%). Otro dato significativo es que el 50,82% de los criollos es clasificado de

mulato. Los testamentos reflejan que las casas patriarcales holguineras eran verdaderas “fábricas de

mulatos”: De 44 menores esclavizados, aludidos en los documentos, 33 son mulatos, el 75% del total.

La diferencia entre la presencia de los criollos y en particular referente a los mulatos entre documentos

de venta y testamentaria, debe ser por el carácter patriarcal de la esclavitud. Los esclavos “nacidos en

casa” eran considerados como “miembros secundarios” de la familia y, aún más, los mulatos, de los

que podía haber sospecha sobre la existencia de vínculos de consanguinidad. De esta forma las

familias patriarcales solo vendían criollos en circunstancias muy especiales.

Otro elemento valioso es el por ciento de masculinidad entre la población esclava. Según los

testamentos, la carencia de mujeres esclavas no afectaba a la jurisdicción holguinera, aspecto que

confirma el carácter patriarcal de su economía. De un total de 149 esclavos incluidos en los 36

testamentos, 77 corresponden al sexo femenino, 51,68%.

En cuanto al resumen de las ventas, de un monto de 519 esclavos, 224 pertenecían al denominado

sexo “débil”, 43,15%, cifra indicadora de la tendencia a vender menos los esclavos domésticos, de los

cuales las mujeres formaban el grupo mayoritario. De todas formas, el índice de masculinidad entre los

esclavos criollos era de 54,65% y entre los africanos de 60,96%.

En el caso particular de Holguín, el problema de la falta de mujeres entre los esclavos se debía, no a

una desproporción significativa entre los sexos, sino a que los blancos y hasta los individuos “de color”

libres, arrebataban las mujeres a los esclavos; o estas, por razones de fuerza o conveniencia,

preferían a los blancos. De otra forma no se podría explicar el predominio de mulatos entre los

infantes.

La afirmación anterior se sustenta en el análisis de las cartas de horros, donde padres morenos y

pardos, libres, compran sus hijos; y muchos blancos, sospechosamente le dan la libertad, por el

“mucho amor que les tienen” a los mulaticos nacidos en sus casas, quienes bien podían ser hijos o

nietos suyos.

Las ideas precedentes permiten comprender el predominio de los blancos en la población criolla

holguinera, pues todos los vientres de las blancas eran “llenados” por blancos, mientras gran parte de

las negras y mulatas eran controladas por el mismo grupo, dando lugar al denominado “adelanto de

Page 24: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

razas”, que conduce al surgimiento de los chinos o cuarterones.

El párroco Cristóbal Rodríguez, en 1758 y 1761 concede la libertad a dos mulaticos nacidos en su

casa, hijos de su esclava Margarita. En ambos documentos se señala: “(...) por el mucho amor que le

tengo desde su nacimiento y por lo mucho que le plugue a Dios ver libre a los pobres esclavos (...)”.30

En este caso los documentos llevan a pensar que los infantes fueran hijos del presbítero, de origen

santiaguero, que unía a su labor religiosa la de propietario de tierras y ganado, condueño del hato del

Cauto. De todas formas, se resalta que dicho personaje es uno de los que más cartas de horros

concedió, pues para cumplir el testamento de su madre tuvo que localizar y comprar, para darles la

libertad, hijos de antiguas esclavas de su progenitora que habían pasado a otros propietarios.

El estudio de las cartas de horros, 91 en total, correspondientes a los años de 1746 a 1800, permitió

determinar que el 56% de los beneficiados pertenecían al sexo femenino, por lo que la dimensión de

libertos favorecía a las mujeres. Al abordar la relación africano-criollo se deduce que, a los primeros

les correspondía el 19,78%; y a los demás, el 80,22%. La proporción de libertos entre negros y

mulatos criollos debió ser semejante.

Alrededor del 32% de la población holguinera en el siglo XVIII estaba conformada por negros y

mulatos. La esclavitud patriarcal y el alto número de mestizos condujeron a que los aportes culturales

africanos no fueran numerosos.

Las formas de obtener la condición de horros o libertos eran muy variadas:

En primer lugar, la que se producía cuando el individuo entregaba al amo el dinero del valor en que

estaba tasado; esto se corresponde con el 39,09% de los casos estudiados. Generalmente, los

liberados eran personas que habían reunido el dinero durante varios años, e incluso haciendo entregas

parciales al amo; en este caso recibían el nombre de coartados.

La segunda manera de obtener la libertad era por donación. Los documentos de donación aclaran los

motivos por los que se otorga la libertad, entre ellos se encuentran la crianza en la casa del amo y el

amor profesado hacia ellos hasta considerarlos como hijos y los buenos servicios prestados:

“Sepase p. estta carta como Yo Dn Franco Moreno Presbitero Vicc. Juez en estte Pueblo de

Holguín y su Juridicción y Domisiliario destte Obispado, Otorgo que quanto tengo una Esclava

nombrada Rosaría de treinta a mas o menos, que me pertenese, (...) y assi mismo un negricco

nombrado Rudesindo mi Esclavo de Dies a de edad hijo dela otra negra Rossaria y Q. Causas

Justtas que me movieron a ello le he prometido Librar de la sujecion y Cauttiberio en que estta

(...) el mucho q. le tengo (...) y al otro su hijo (...) el partticular amor q. le tengo de haverse

Criado en Casa (...) Testtifico y firmo (...) en dose de Noviembre de mill Setescento quarenta y

Siete años // (...)”.(sic) 31

Referente al buen servicio prestado, este tipo de libertad es común en algunos documentos. El

testamento del castellano Manuel González Ramos lo ejemplifica:

“(...) de mi servidumbre (...) un negro (...) Pedro Ladino que por sus servicios y fidelidad con que

me ha servido es mi voluntad que después de mi fallecimiento quede enteramente libre pa que la

gose su libertad (...)”(sic)32

30 AHPH: Protocolos notariales, escribanía de Lorenzo Castellano, 1758 – 1761.

31 AHPH: Protocolos notariales, escribanía de Rodrigo González de Rivera, 1747.

32 AHPH, *Protocolos notariales*, escribanía de Lorenzo Castellano, 1755.

Page 25: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

También podía darse en vida del donante, como lo revela el documento expuesto a continuación:

“Sepase por esta Carta de (...), y livertad como yo Dn José Antonio Saco Abogado de la Ra Auda

del districto Cura (...) Beneficiado por S.M. dela Iga Parroq. De esta Cid de San Isidoro de

Holguin digo que quanto e mi los bienes que poseo tengo por mi esclava, una mulata nombrada

Antonia Ramos natural del Pueblo de Santiago del Prado Ra de Minas del Cobre como de edad

de treinta y ocho (...), y en atencion a que por los buenos Servicios y Fidelidad con que hasta

ahora se ha portado la expresada mulata, le tengo ofresido la carta desu livertad, para que no

este sugeta al pesado Yugo del Cautiverio; (...)”.(sic) 33

Este párroco parece ser el tío del prócer José Antonio Saco, dada la costumbre de la época de asignar

a los infantes el nombre del tío sacerdote y la prosapia santiaguera del apellido.

Es significativo destacar cómo en varios documentos relacionados con cartas de libertad se encuentra

la frase “(...) para que no este sugeto (a) al pesado yugo del cautiverio (...)”. Esta expresión denota el

carácter “benigno” de la esclavitud de servicio, si se compara con la posición adoptada por la

sacarocracia del XIX, que se debatía en la interrogante de si el esclavo era un ser humano o no.

Otro proceder para obtener la libertad era la compra del esclavo por persona interesada en él,

generalmente el padre o la madre de un infante, que en ocasiones lo hacían antes de nacer el niño. Un

ejemplo es el siguiente:

“Sépase como yo Dn Juan Igno Aguilera vecino de esta ciudad de Holgn que doy livertad, (...),

aun mulatico, mi Esclavo nombrado Pedro hijo (...) Anta mi Esclava por haver recibido e Fraco

Paula Herrera marido e esta y Padre e aquel la cantidad e sesenta pesos en que fue apreciado

cuyo mulatico es libre (...)”.(sic) 34

Una forma más de adquirir la libertad era por arrendamiento:

“En la ciudad de San Isisdoro de Holguìn en doce de Dic.e demil ocho cientos años ante mi el

Escro Publico y Testigos parecio la morena libre Juana Teodora Espinosa vecina de ella a quien

doy fee que conosco y dijo que D. Toribio Fernández tambien vecino le ha prestado la cantidad

de ciento ocho ps para que libertase a su hijo Miguel con la condición de satisfacerle con el

trabajo del citado Negrito dondoselo en arrendamiento (...) que ha de dar en cada un año dos

mudas de ropa y en el primero año que es la entrada de una novilla (... )” (sic). 35

Por último, aunque se ha hecho referencia a remanentes indígenas en la población de Holguín, su

número era poco significativo según, se desprende de los archivos parroquiales; sin embargo, el

territorio sustentaba a principios del siglo XVI, en el momento de la conquista, una de las más

numerosas y densas poblaciones aborígenes de Cuba. La pregunta es evidente: ¿Qué ocurrió a estos

indígenas?

La respuesta es clásica. Una gran parte se extinguió durante el proceso de conquista y colonización

por efecto de la guerra, las epidemias trasmitidas por los europeos, el trabajo forzado acompañado de

una deficiente alimentación y como corolario, un descenso de la natalidad unido a la elevación de la

mortalidad, en especial la infantil. A ello se debe agregar el traslado forzado de grupos de

encomendados a otros territorios, en particular hacia Bayamo.

33 AHPH, *Protocolos notariales*, escribanía de Lorenzo Castellano, 1755.

34 Ibídem, 1755

35 AHPH: Protocolos notariales, escribanía de Jesús de Fuentes, 1800.

Page 26: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

No obstante, la suerte del remanente indígena en Holguín es aún desconocida, debió mestizarse y

desaparecer como etnia. La condición de indio en el siglo XVIII era una ficción jurídica, pues la

mayoría eran mestizos y todos estaban completamente transculturizados. Así Morell de Santa Cruz al

visitar Jiguaní en 1756, solo encontró una familia que mantenía las características de la raza aruaca.

Al continuarse valorando la incógnita de la desaparición de los indígenas en Holguín, se podría

plantear su traslado hacia Jiguaní, al fundarse este pueblo en 1700; sin embargo, muchas personas

calificadas como indios seguían residiendo en Holguín, lo que está avalado por las actas bautismales

de la parroquia de San Isidoro, donde a lo largo del siglo XVIII y parte del XIX aparecen registrados

numerosos bautismos de infantes catalogados como indios. 36

Se enfatiza que en el siglo XVIII los indios no constituían un grupo étnico. Desde el punto de vista

cultural eran criollos; la condición de indios era más bien jurídica, elemento que los beneficiaba. Así lo

demuestra una Real Cédula del 6 de agosto de 1770 dirigida a Dn Juan Antonio Ayanz de Ureta,

gobernador de Cuba:

“(...) no aveis de obligar a os Yndios á que os den Bartimentos, ni bagages, porque esto ha ser

voluntario en ellos, y pagándoles, lo que justamente se les debiere dar, según el común precio, y

estimación de las cosas qe necesitareis, sin hacerles perjuicio, ni velación alguna, por lo mucho

que importa atender á su conservación (...)”.(sic) 37

Por último, la población de la actual provincia de Granma es en gran parte mestiza y en la base de

ese mestizaje se refleja la raza indígena. ¿Por qué no ocurre de igual manera en Holguín? En Holguín

la herencia somática indígena se convierte en imperceptible, no así su herencia cultural, que es un

componente importante de la identidad holguinera.

Conclusiones

La jurisdicción de Holguín constituye un clásico testimonio de la supremacía criolla en el siglo XVIII,

predominio que en la región oriental era claramente ostensible desde, por lo menos, la segunda mitad

del siglo XVII. Esta última afirmación ha sido corroborada al analizar el origen de los padres de los

testadores, dichos progenitores debieron haber nacido a fines del siglo XVII.

La presencia española entre la población blanca en el siglo XVIII holguinero era poco significativa. Un

fenómeno similar ocurrió respecto a los africanos entre la población calificada como “de color”. Esta

situación no fue modificada ni por la progresiva introducción de africanos producida en Cuba desde

1780.

Con tales antecedentes se asume como característica identitaria de la sociedad holguinera que esta

nació siendo criolla. Los datos aportados demuestran que la jurisdicción, creada en el siglo XVIII,

estaba fundamentalmente poblada por criollos.

Bibliografía:

ARCHIVO DE HISTORIA PROVINCIAL DE HOLGUIN: *Protocolos notariales*, escribanía de

Lorenzo Castellano, 1755.

ARCHIVO DE HISTORIA PROVINCIAL DE HOLGUIN: Protocolos notariales, escribanía de Jesús

36 Archivo de la iglesia de San Isidoro. *Libros de Bautizos, Matrimonios, Confirmaciones y

Defunciones*.

37 Archivo Nacional de Cuba, (ANC): Fondo Reales Cédulas y órdenes, Legajo 7 N0 4 6

Page 27: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

de Fuentes, 1800.

ARCHIVO DE HISTORIA PROVINCIAL DE HOLGUIN: Protocolos notariales, escribanía de

Rodrigo González de Rivera, 1747.

ARCHIVO DE LA IGLESIA DE SAN ISIDORO. *Libros de Bautizos, Matrimonios, Confirmaciones y

Defunciones*.

ARCHIVO NACIONAL DE CUBA, (ANC): Fondo Reales Cédulas y órdenes, Legajo 7 N0 4 6.

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Oriente, Santiago de Cuba, 2012 -- --395 p

ETNODEMOGRAFÍA COLONIAL DE HOLGUÍN: ACERCAMIENTO A LOS ORÍGENES.

José Vega Suñol

Algunas consideraciones preliminares sobre los estudios regionales en Cuba.

Los estudios regionales en Cuba han sido impulsados, favorablemente, gracias a la tradición

alcanzada al respecto por las ciencias geográficas y las ciencias históricas; y más recientemente, por

las investigaciones socioculturales, en su mayoría de contenido etnológico-antropológico, como el

Atlas Etnográfico de Cuba, entre otros acercamientos a lo regional. Pero la tradición ha marcado el

énfasis en el binomio geográfico-histórico, dos variables que han mantenido su vigencia y hasta cierto

punto han contribuido a modelar diversas operaciones científicas en torno a lo regional.

Page 28: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Específicamente, el concepto de región histórica38 ha encontrado bastante aceptación, ejerciendo una

rectoría entre las distintas nomenclaturas empleadas para acercarse a este objeto de estudio. La

región histórica, según sostiene Venegas Delgado, compone una fenomenología holística en la cual

se agrupan distintas variables. Estas permiten definir a un marco regional cruzado por la transversal

histórica. Según este modelo de representación de lo regional, las variables que constituyen a una

región histórica son: el medio geográfico, el tipo de economía, la estructura de clases, las migraciones,

el factor étnico y la división político-administrativa, considerados estos como fundamentales; mientras

el urbanismo y la arquitectura, el nivel de cultura y educación, la religión y las sociedades fraternales,

se ubican en una posición subalterna respecto de las primeras variables.39 Una interpretación si se

quiere amplia y flexible de esta representación supone que la llamada región histórica requiere de e

incorpora algunos fundamentos propios de la estructura y el análisis cultural, solo que al estar este

último situado en un lugar secundario no permite reconocer a este enfoque como declaradamente

histórico-cultural sino exclusivamente histórico.

Una apertura interpretativa de lo regional supone reconocer que los niveles estructurales y

superestructurales de cualquier campo de desarrollo regional tienen lugar simultáneamente en el

tiempo, tornándose éste no solo un acontecimiento condicionado por lo histórico sino por el contenido

mismo de la historia que entraña la sociedad y su cultura. De ahí que la fundación de una escuela o de

una iglesia, como hechos de superestructura, pueden tener tanta implicación y relevancia local o

regional que una forma estructural. Ambos niveles son compulsivos del cambio y el crecimiento. Por

supuesto, primero se definen los recursos de subsistencia y luego aparecen los niveles de

conservación de la sobrevivencia, función que corresponde al patrimonio cultural de una determinada

identidad local o regional. Pero no hay que esperar que se consume uno para que surja el otro, la

sincronía de ambos permite sustentar que la acción superestructural, como lo es toda acción de

contenido cultural-espiritual, es también un contribuyente inseparable al servicio de la sedimentación

estructural de una localidad o región.

La propuesta no es otra que aspirar a un tránsito interpretativo en la gestación de los componentes

locales y regionales en el que las estructuras económico-sociales y las superestructuras culturales-

espirituales tengan el mismo nivel de valencia para comprender en toda su dimensión y amplitud el

cuerpo regional de un país. Si se admite esta tesis entonces estaríamos entrando en un nuevo

enfoque de los estudios regionales, esto es, el enfoque histórico-cultural: la región como construcción

multipolar, se hace y crece mediante la combinación de las distintas fuerzas que la constituyen y no

de algunas en exclusivo. Si el análisis estructural es tan necesario para comprender el espacio-tiempo

regional también lo es el análisis superestructural, pero no visto como recurso de complementariedad

sino como axioma de obligatoria inclusión para comprender el fenómeno regional desde la totalidad. Si

la parte es fragmento del todo entonces el detenimiento en cualquiera de esos fragmentos permite

adentrarse en la posibilidad de visualizar el todo desde el ángulo seleccionado.

38 Véase: Hernán M. Venegas Delgado: La región en Cuba. Provincias, regiones, localidades, Editorial Félix

Varela, La Habana, 2007.

39 Ibídem; p. 36-51.

Page 29: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Si fuera posible comparar un cuadro pictórico con una región histórico-cultural habría que admitir que

la visualización de ambos permite entrar a sus respectivos campos de análisis por distintos caminos.

Igual que en las matemáticas, el orden factorial no altera el resultado final siempre que se haga bajo el

principio del respeto al campo en cuestión. Un experto en pintura no se interesaría tanto en determinar

por dónde el pintor inició su obra, tal vez mediante un brochazo suelto e inconsciente, sino por la

resultante de la obra, su expresividad y significado. En cambio, el historiador social, sustentador de los

principios interdisciplinarios histórico-culturales tendría en cuenta el orden histórico de los

acontecimientos por lo que estaría más obligado a respetar la secuencialidad de los hechos que aquel

otro; pero como esa secuencialidad es resultante de la materia social en movimiento hecha historia se

tropieza con la simultaneidad en la propia secuencia la cual conduce a reconocer que los hechos

histórico-sociales no se dan aislados unos de otros ni mucho menos tienen que venir unos primeros y

otros después; todo lo contrario, interactúan recíprocamente tanto en el nivel intra-estructural e intra-

superestructural como en la interpenetración de ambos hemisferios.

De este modo quisiera demostrar que una variable estructural, como la de reconocer que Holguín

nació regida por una economía hacendaria ganadera, es tan importante como aceptar la variable

superestructural de su patrimonio etnodemográfico para determinar sus cualidades identitarias como

región histórico-cultural de Cuba. Viéndolo a la inversa, variables como la demografía, la etnicidad o

la racialidad son parámetros tan importantes para el análisis y comprensión de una región como el que

se propone desde el puro enfoque estructural.

Invalida el enfoque histórico-cultural regional el sentido de parcialización o compromiso ciego con

parámetros exclusivamente estructurales o únicamente superestructurales. La ejemplar combinación

de estos dos niveles o grados de comportamiento del desarrollo social conllevaría al logro de mejores

aciertos en la comprensión del desarrollo tanto de las regiones y localidades como de la nación misma.

La génesis de Holguín: ¿formación temprana o formación tardía?.

Al intentar definir la génesis de Holguín la historiografía regional no ha resuelto qué posición asumir

frente a las dos tesis fundamentales acerca de si fue éste un centro de formación temprana, ubicado

su nacimiento en el siglo XVI, o de aparición tardía, cuya arrancada histórica tuvo lugar en el siglo

XVIII. Es necesario darle tratamiento al asunto y hacerlo avanzar aunque sea un tramo si esto fuera

posible. Mas, debido a las distintas interpretaciones que se encuentran en debate al menos cabe

relanzar viejas teorías y a la vez hacer uso de nuevas ideas que permitan arribar a respuestas más

convincentes sobre el tema en un futuro.

La primera tesis arranca de Diego de Ávila y del Monte (1865) 40 y se reafirma en La municipalidad

holguinera; desde sus orígenes hasta 1799 (1949) de José A. García Castañeda, quien la acoge y

sigue los derroteros trazados por Ávila; la paradoja consiste en que ambos contienen también la

segunda tesis, ya que estos historiadores reconocen una institucionalidad local en el siglo XVIII con la

fundación oficial del pueblo de San Isidoro de Holguín el 4 de abril de 1720, al amparo previo de la

primera parroquia y los ulteriores otorgamientos de los títulos de Jurisdicción, Tenencia de Gobierno y

40 Véase: Diego de Ávila y del Monte. Memoria sobre el origen del hato de San Isidoro de Holguín, Holguín,

1865.

Page 30: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

de Ciudad, en 1752; tesis que ubica a Holguín como una fundación tardía en el espectro histórico y

social de Cuba.

El esclarecimiento del dilema pudiera depender de las relaciones de continuidad que es preciso

encontrar entre estos dos momentos, distantes entre sí por más de doscientos años; de aceptarse

1545 como fecha fundacional del hato por García Holguín y 1752 como fecha oficial de reconocimiento

de la jurisdicción y ciudad de Holguín se abre la suposición de que la primera fue compulsión prístina

mientras la segunda sería consolidación histórica y confirmación de la existencia de una nueva región

en Cuba, corolario de aquel núcleo tempranero.

Una tesis a favor del surgimiento de Holguín en el siglo XVI la aporta Julio Le Riverend en su clásica

obra Historia económica de Cuba, al situarlo entre las locaciones de formación temprana, junto a

Guane, en Pinar del Río41. Le Riverend sugiere que el despegue holguinero en el XVIII se debe a un

lento crecimiento que viene en camino a partir del elemento demográfico primitivo, sin la intervención

de migraciones externas, esto es, solo dado por el aumento natural de la población en dos siglos; lo

que supone que la composición etnodemográfica que exhibirá Holguín en el siglo XVIII remonta sus

orígenes al antecedente que se remite al siglo XVI y no tanto a la colonización tardía venida desde

Bayamo a partir de la mercedación de hatos hacia la segunda mitad del siglo XVII.

Bien pudiera suponerse que el orgullo local haya sido un actor a favor de legitimar la antigüedad de

Holguín, al situar su origen histórico junto a las primeras localidades de Cuba como Bayamo, Baracoa

o Santiago, ya que un enfoque así estaría dirigido a defender dicha antigüedad para convertir a

Holguín en objeto histórico-social del más remoto pasado, al ubicarlo como uno de los centros

fundacionales de la Cuba profunda en el espacio y el tiempo. Sin embargo, la segunda tesis, que sitúa

los orígenes de Holguín en el siglo XVIII, tiene a su favor una verdad tan diáfana como el aire: no

quedan claras las constancias de la existencia de un siglo XVI holguinero, excepto aquellas que nos

legaron los historiadores mencionados, en su mayoría sin asidero documental. Por su parte, Ávila y

Delmonte aporta una genealogía que establece la red de parentesco entre el siglo XVI y el siglo XIX,

centrada en las familias principales, según él herederas directas de García Holguín. Este dato pudiera

admitirse como una prueba de las conexiones entre el Holguín de la primera colonización y el Holguín

tardío del XVIII y el XIX. Solo que no hay posibilidad de probar su veracidad cuando se remite al siglo

XVI y XVII, debido, como ya dijimos, a la ausencia de documentos que lo confirmen. Sin embargo, si

se aceptara este hilo de continuidad por la vía del matrimonio y la descendencia familiar, al margen de

documentos eclesiásticos que no han tenido la posibilidad de ser confirmados por haber desaparecido,

quedaría la mencionada obra como prueba exclusiva de esta relación entre el pasado dieciochesco de

Holguín y el cinquecento de la conquista/colonización de Cuba.

A favor de la tesis de la formación tardía de Holguín en el siglo XVIII es posible argumentar que los

núcleos demográficos del XVI y el XVII existieron en un estado de aislamiento total, ya que no

alcanzaron durante mucho tiempo rango demográfico alguno y estuvieron subordinados siempre a la

jurisdicción y villa de Bayamo; por tanto, no lograron durante esos dos siglos una influencia relevante

en la comarca nororiental a no ser su reconocimiento como poblamiento aislado de un extenso

Bayamo rural. Situar el punto de partida holguinero en el s. XVIII es una tesis favorecida y

41 Julio Le Riverend. Historia económica de Cuba, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1971.

Page 31: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

comprobada por el creciente proceso de distribución de hatos otorgados por el cabildo bayamés,

hecho que despierta una dinámica en la colonización del territorio. Esta circunstancia estimuló el

aumento de la masa ganadera, favoreció el incremento demográfico y con ello el interés de fundar

iglesia y pueblo para luego aspirar a jurisdicción y ciudad.

La fundación de un caserío con condiciones para constituir luego un pueblo que se ocupó con el correr

de los años por tener una iglesia debió partir de un grupo humano situado en el medio de una

hacienda donde se concentraban los corrales para el ganado y se levantaron las viviendas para los

arrieros y agricultores; dicho lugar era conocido en la terminología hacendaria como el bramadero. El

antecedente de Holguín como pueblo fue, primeramente, un punto de concentración del ganado,

requerido de fuentes cercanas de abasto de agua como pudieron ser los ríos Jigüe y Marañón y su

localización histórica debe remitirnos a la segunda mitad del XVII, pues para que el pueblo en 1719

contara ya con habitantes y viviendas registradas era necesario una antesala de varias décadas de

existencia debido al lento crecimiento demográfico.

Existe otra diferencia entre el Holguín del XVI y el del XVIII; el primero, como ya se apuntó, no está

confirmado en la documentación encontrada hasta ahora; a no ser que se respeten las fuentes

históricas que hacen mención a los orígenes del hato asociado a García Holguín. Un texto más

reciente, aportado por Novoa Betancourt, tiene a su favor una profundización en torno a esta

enigmática figura, pero no revela datos confirmatorios del supuesto regreso de éste desde México para

fundar el hato homónimo en 154542. En cambio, si existe un Holguín del siglo XVIII documentado por

la historia, siglo de los primeros censos interesados en la descripción de la población, del desarrollo de

la cartografía, de los primeros registros parroquiales locales, de las primeras actas del cabildo y siglo

de los primeros ilustrados insulares, uno de los cuales visitara a Holguín en 1756.

Un puente que favorece la conexión entre el Holguín del XVI y el del XVIII es la secuencialidad de la

misma denominación, sin cambio alguno. Se trata del único hato, pueblo, jurisdicción, ciudad,

municipio y provincia que se denominó con el mismo nombre desde el principio hasta la actualidad.

Era el nombre de un hombre de la conquista, no de un santo católico ni de un cacicazgo o de las

innumerables voces aborígenes que abundan en la toponimia del territorio. Quienes decidieron

denominar al pueblo que se fundaría en 1720 con el nombre de Holguín estaban reconociendo la

existencia de un legado que venía de la tradición de sus precursores. La autoridad y credibilidad de la

memoria oral en el siglo XVIII tenía mucho peso si se entiende que era una fuente básica de

conservación del legado tradicional en la cultura popular; si la tradición oral reconocía e identificaba a

Holguín como fundador también con ello legitimaba el reconocimiento de la existencia de la primera

comunidad colonial en el territorio en el siglo XVI como raíz fundadora. Sin embargo, entre el siglo XVI

y el siglo XVIII se abre un abismo temporal inconmensurable, del cual se tienen escasas noticias y

muy poca documentación. Este largo período de silencio continúa siendo un misterio a desentrañar,

puesto que es aquí donde se encuentran los enlaces entre esos dos momentos trascendentales en la

historia social del territorio.

Todo indica que el cabildo bayamés mantuvo el interés en poblar su extensa jurisdicción como era de

exigir por la propia corona, y cumplir con la política trazada en tanto colonizar es poblar. La constancia

42 Véase: José Novoa Betancourt. García Holguín. Nueva Visión, Ediciones Holguín, 2010.

Page 32: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

de los diferentes hatos y haciendas que comienzan a otorgarse a lo largo del siglo XVII es una de las

conexiones a tomar en cuenta. El otorgamiento de este tipo de propiedad llevaba de hecho a un

incremento gradual de población pues la hacienda hatera fue promotora de núcleos demográficos en

pequeña escala al exigir la presencia de trabajadores libres con sus respectivas familias. Las

haciendas, así como los sitios, estancias y vegas formaban un complejo agrícola-ganadero que podía

estar en manos del mismo dueño o de varios pero en todos los casos eran habitados y atendidos

laboralmente. Este tipo de propiedades no parece haber generado a propietarios absentistas, por

cuanto la hacienda, el sitio de labor y la vega de tabaco requerían de su presencia permanente; en

este sentido, la oligarquía hatero-hacendaria fue conviviente con las minúsculas masas de

trabajadores rurales integradas por campesinos libres. La distancia entre una hacienda y otra podía

comprender varias leguas, de manera que el dueño de la hacienda era de facto una figura equivalente

al hidalgo de los reinos españoles o al cacique de las comunidades aborígenes, moléculas históricas

del caudillo americano, a quien se le debía respeto y de donde procedían las órdenes. El hacendado

era la máxima autoridad de la hacienda y una figura del poder local con representación política en el

cabildo.

La propuesta de admitir a un Holguín temprano y tardío a la vez cobra fuerza entre los historiadores

locales43. Un primer Holguín en los albores de la colonia que quedó enquistado por su incapacidad de

autodesarrollo, cuya célula embrionaria se mantuvo vegetativa, con un lentísimo crecimiento debido al

estado de aislamiento total hasta llegar a resurgir en el XVIII por las condiciones propicias que

generaron una dinámica de crecimiento interno que lo condujo a alcanzar el rango de jurisdicción y

ciudad en las medianías de ese siglo, es quizá la tesis más sensata de todas, ya que en vez de

desvincular a estos dos momentos entre sí, los incluye en una línea de relaciones.

Un testigo histórico ocular del XVIII en Holguín fue el obispo Morell de Santa Cruz. Durante su visita a

la ciudad en 1756, el obispo aporta algunos datos que vale considerar para este y otros análisis sobre

la génesis local. Hace Morell tres observaciones interesantes, entre muchas otras que no es menester

explicar aquí. La primera tiene que ver con los orígenes de la ciudad y dada su importancia es

necesario citar in extenso:

Esta debe sus principios a algunos Vezinos del Bayamo, que tenían

sus Haziendas en aquel Partido. En la perteneciente a María de

Leita avia una Hermita, donde los comarcanos se congregaban

anualmente a celebrar en su día a Nra Señora del Rosario, que era

la Titular. Para el efecto tenían el trabajo de conducir un

Sacerdote de aquella Villa, distante veinte y dos leguas del

mencionado sitio. Pasabanse el resto del año sin oir Missa, y para

43 Puntos de vista expuestos por los historiadores José Novoa Betancourt y Armando Rodríguez Gómez, en

panel efectuado el 15 de julio de 2011 en la sede provincial de la UNEAC en Holguín durante el Taller de la

Cátedra de Antropología Cultural Fernando Ortiz de la Universidad de Holguín.

Page 33: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

tener este consuelo espiritual acudieron al Rvo. Obpo Dn Geronimo

Valdes en solicitud de Cura. 44

El obispo reconoce la participación de los vecinos de Bayamo, propietarios de haciendas en el

entonces partido de Holguín, como los iniciadores del destello dieciochesco; ello concuerda con la

posterior información brindada por Diego de Ávila acerca de la distribución de hatos y haciendas desde

el XVII por el cabildo de Bayamo. Si los comarcanos se congregaban al menos una vez al año a recibir

misa y ésta era atendida por un cura procedente de Bayamo, significa que su número debía haber

sido relativamente importante para la iglesia, razón que obligaba a no desatenderlos en los oficios

espirituales; si pensamos en una modesta congregación hacia 1712, es probable que un primer

asiento demográfico estable hubiera estado desde décadas atrás. En cambio, Morell no menciona el

hato del siglo XVI ni a García Holguín ya que se refiere exclusivamente a la fundación del pueblo y la

ciudad.

La segunda observación tiene que ver con la ubicación geográfica: “ Contribuye tambien para la

pobreza el hallarse la población extraviada del Camino Real de los demas Lugares, y sin comercio

alguno con ellos(…) ; pero al mismo tiempo muy contentos con sus desdichas, porque gozan de una

tranquilidad inexplicable, y digna de envidiarse” 45Este distanciamiento de la vía principal de acceso

por tierra separa a la población del resto del país, es decir, la incomunica y le cierra las posibilidades

al intercambio económico y social; pero, según Morell, los comarcanos compensaban las desventajas

de la lejanía con las ventajas, al propiciarles una tranquilidad que el mismo obispo pudo observar.

Esta se traduce en ciertas prerrogativas de autodeterminación al encontrarse lejos del alcance de los

distintos poderes, como el departamental o el de los capitanes generales; que propiciaba a pensar con

cabeza propia y a no favorecer las intrusiones de otros.

La tercera observación tiene que ver con las relaciones entre el campo y la “ciudad”; de acuerdo a la

movilidad de los moradores “ los mas avitan quasi todo el año en sus Haziendas. Vaxan por pocos dias

al Lugar y este regularmte se mantiene con muy contadas familias” 46quiere decir que las haciendas

estaban pobladas y que existía ya una demografía rural y otra urbana, nítidamente diferenciadas.

Desestimar la fecha del siglo XVI sería una falta de la misma manera que escoger solo la del XVIII

resultaría por lo menos inexacta debido a que todo conduce a pensar que la existencia del hato

original tuvo que ver con la ulterior consolidación de Holguín como centro local y regional. Sin

embargo, aquel primer Holguín del XVI no logró la suficiente fuerza interna para alcanzar la

aceleración histórica que se evidencia en el XVIII, por lo que fue necesaria la suma de fuerzas

económicas y sociales emergentes que actuaron solo desde la segunda mitad del XVII y permitieron la

creación de un nuevo foco local y regional de importancia en Cuba en la primera mitad del XVIII. El

mismo fue la resultante de dos sucesos concatenados en el tiempo que felizmente se reunieron para

44 Véase: Pedro Agustín Morell de Santa Cruz. Visita Eclesiástica, La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1985;

p. 85.

45 Ibídem

46 Ibídem

Page 34: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

lograr esta última ecuación. La semilla fundacional que se paralizó debido a la incapacidad de alcanzar

desarrollo propio logró una aceleración emergente en el XVIII bajo el impulso de la expansión

ganadera de Bayamo junto a las motivaciones legales que trasmitieron las primeras leyes borbónicas

en curso a partir de Felipe V, destinadas a la creación de nuevos centros de poder político-

administrativos para un mejor control del territorio colonizado, circunstancia que fue aprovechada para

golpear al poder que hasta entonces había alcanzado el cabildo bayamés, el más rebelde y levantisco

de Cuba frente a los mandatos centrales y metropolitanos.

Perspectiva etnodemográfica de la región de Holguín entre 1752 y 1899.

Es válido acercarse a la composición etno-demográfica de Holguín en el período comprendido entre

1752 y 1899 a partir de los datos que revelan los diferentes padrones y censos locales o generales que

se realizaron durante la época colonial, mediante la correspondiente aplicación tanto del análisis

puramente etnográfico como del demográfico-estadístico; para esto ha sido necesario trabajar tanto la

dimensión cualitativa como la cuantitativa, complementarias en el tratamiento que exige el tema.

Además, se impuso seguir una línea analítica que respetara la secuencia de tales padrones y censos

según su realización longitudinal en el tiempo histórico referido, razón por la que era imprescindible

acogerse a un análisis diacrónico a modo de configurar las tendencias y dinámicas etnodemográficas

en el marco regional, así como determinar convergencias y diferencias con otras regiones de Cuba

en la colonia.

Existen distintos padrones y censos de los siglos XVIII y XIX, así como numerosos registros sobre las

poblaciones locales que sirven de fuentes para realizar un balance general de la misma durante este

largo período histórico. Como resultaría embarazoso y hasta innecesario detenerse en cada uno de

estos registros se seleccionaron aquellos considerados imprescindibles por ser los más completos y

confiables; a partir de ellos se elaboraron tablas que condensan los principales parámetros que se

estiman obligatorios para este tipo de análisis, con el fin de mostrar regularidades, particularidades,

crecimientos y decrecimientos, índices de pertenencia étnica y racial según las mediciones empleadas

en la época de su realización; y también se abordan otros elementos imprescindibles referidos al tema

etnodemográfico.

La primera variable seleccionada para ilustrar el balance de la población de Holguín colonial

registrado por los controles demográficos de la colonia es la tasa de crecimiento intercensal. Para

lograr este objetivo se trabajaron las cifras absolutas reportadas en los registros seleccionados, sin

entrar en consideraciones de otra índole como la problemática racial, que trataremos más abajo. Por

razones de simplificación operativa la medición del crecimiento demográfico comprenderá dos bloques

históricos; el primero, referido a las revelaciones de los padrones y primeros censos del siglo XVIII; y el

segundo, a los principales censos del XIX.

Los primeros conteos de población aplicados en Holguín se remontan a un período anterior a la

creación jurisdiccional, siendo parte todavía de Bayamo; entre 1719 y 1752 tuvieron lugar varios

registros internos de este tipo, evidentemente relacionados con la relativa importancia que para esos

años había alcanzado el territorio que daría lugar a la creación del pueblo de Holguín en 1720. La

información demográfica se detiene exclusivamente a contabilizar los residentes en este pueblo y no

va más allá de las orillas del mismo, por lo que de admitir la existencia de una población rural

dispersa ésta no quedaría contemplada en estos reportes; a no ser que se incluyera en las cifras

Page 35: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

totales, fundiendo la población “urbana” con aquella otra dispersa en los campos. Diego de Ávila, en su

obra de 1865, sostiene que en 1719 el pueblo de Holguín contaba con 450 habitantes; en tanto José

Novoa Betancourt aporta una tabla demográfica del pueblo entre los referidos años que prueban la

existencia de cifras continuas en el control de la población, de lo que se infiere la fiabilidad que éstas

puedan brindar debido al interés de las autoridades coloniales por reconocer la existencia de un núcleo

social que ha comenzado a hacerse notar, aunque todavía imperceptiblemente, en la historia insular47.

En 1752, una vez creada la jurisdicción, volvió a realizarse un control demográfico interno, aunque

exclusivamente de la ciudad, con la finalidad de conocer el número y la composición de los habitantes

de la cabecera de la recién constituida región político-administrativa, la cuarta de su tipo en todo el

oriente de Cuba; precedida solo por Baracoa, Bayamo y Santiago de Cuba. Las estadísticas que

aporta el siglo XVIII hacia su segunda mitad, en medio de la aplicación de los métodos modernos de la

Ilustración en cuanto al uso de la cartografía y la demografía, permiten un seguimiento progresivo y

continuo del desarrollo de la población de Cuba y en particular de sus diferentes regiones.

Si se toma como núcleo demográfico regional primigenio de Holguín el reporte de 1752 se deduce que

debido a la cifra de habitantes en esta jurisdicción, unos 1 426 como totalidad en ese año, en relación

con la extensión del territorio, se está en presencia de un área geográfica prácticamente despoblada y

por tanto, requerida de colonización; esta exigua cifra de presencia humana indica la probabilidad de

que dichos habitantes procedieran o fueran la resultante de un proceso demográfico originado en el

siglo XVI, tras la fundación del hato hacia 1545,48 pues sugiere una cierta lentitud flemática en dicho

crecimiento, entre una y otra fecha, indicativo de que el proceso de colonización- que lo fue

principalmente en términos demográficos- gestado desde entonces, debió sufrir un letargo ya que de

no haber sido así Holguín hubiera tenido un rango poblacional por encima de las cifras que exhibe; o

de lo contrario, este primer núcleo demográfico en los inicios de la formación jurisdiccional se asocia

más con las mercedes de tierras y la distribución de hatos y corrales autorizadas por el cabildo de

Bayamo a partir del siglo XVII, al que se suma el remanente demográfico fundador en el siglo XVI que

al entroncarse con este segundo momento, define la arrancada de Holguín como una región de Cuba.

Esta duda queda trunca y está aún por resolver. Pero si manejamos la probabilidad de un continum

entre un Holguín temprano y otro tardío es obvio que el primer núcleo demográfico procede de ambos.

En 1761, nueve años después de la creación jurisdiccional, Holguín contaba con una población

distribuida en 395 familias integradas por 1845 blancos y 230 esclavos49. Tenía un total de 2 075

habitantes por lo que se le habían sumado desde 1752 unos 649 habitantes, un 45, 5 % de crecimiento

47 Véase: José Novoa Betancourt: Historia colonial de Holguín. El pueblo (1720-1752). Ediciones Holguín,

Holguín, 1999; p.37.

48 La existencia histórica del hato de Holguín en el siglo XVI es sostenida por Diego de Ávila y Delmonte en el

siglo XIX y por José Agustín García Castañeda en el XX, aunque los referidos historiadores no ofrecen las fuentes

primarias que consultaron para verificar lo relacionado con este dato.

49 Para 1761 los esclavos aparecen registrados como “sirvientes” mientras que el resto de la población,

supuestamente blanca, aparece consignada con el término “Almas”; es decir, Holguín tenía entonces 1845

almas y 230 sirvientes. Véase: Los Censos de población y viviendas en Cuba. Anexo III. Algunos ejemplos de

padrones locales, de vecinos o de ciudades; p. 25.

Page 36: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

en nueve años. El Departamento Oriental en 1761 andaba por los 37 946 habitantes, en su mayoría

ubicados en la jurisdicción de Cuba (13 337) -que para entonces incluía también los partidos de Mayarí

y Sagua, estos últimos con 60 y 26 familias respectivamente-, y la jurisdicción de Bayamo, ésta con

una población de 12 421 habitantes. Ante estas cifras Holguín ocupaba una posición subalterna en el

espectro oriental, al alcanzar solo un 5,4% del total de dicho Departamento.

Trece años después, en 1774, la jurisdicción mostraba una tasa de crecimiento poblacional del 17,6 %

en comparación con 1761, al reportarse la cifra de 2 440 habitantes, el 6,7 % de la población del

Departamento Oriental. Las jurisdicciones de Cuba y Bayamo mantenían la primacía demográfica con

19 374 y 12 250 habitantes, respectivamente. Para esa fecha la población de la jurisdicción de Holguín

superaba a la de Baracoa, que se había desplazado al cuarto puesto, con 2 222 habitantes.

Dada la relevancia que tiene para el análisis etnodemográfico de Holguín en la segunda mitad del siglo

XVIII es obligatorio detenerse en el Padrón de 1775 50 La población rural de la región ascendía a 1 830

habitantes, de ellos 1 435 ( el 78,4 % ) aparecen contemplados como blancos –823 varones y 612

hembras-; los indios alcanzaban la cifra de 137 -80 varones y 57 hembras; mientras la población liberta

de pardos y morenos era de 116, de ellos 88 hombres y 28 mujeres; en tanto la población esclava de

pardos y morenos era de 142, 102 varones y 40 hembras. Es de notar el predominio de la

masculinidad en todas las clasificaciones raciales con un total de 1 081 varones frente a 749 mujeres,

una relación correspondiente al 59 % y al 41 % respectivamente; se trataba de una comunidad

transversalmente marcada por la prevalencia masculina, cuestión que tendrá otras lecturas en la

historia social vista desde la perspectiva de género, pues las estadísticas revelan la hegemonía

demográfica del llamado género fuerte desde muy temprano.

Otro indicador importante es la composición etárea de esta población; de los 1 830 habitantes

registrados en 1775, 815 se encontraban entre uno y quince años, significando el 44,54% del total;

897 tenían entre quince y cincuenta años, para un 49,02%; y 118 oscilaban entre cincuenta y cien

años, un 6,45%; se trataba de una comunidad joven, con un 93,56% de la población menor de

cincuenta años y una reconocida longevidad para entonces. En los tres grupos etáreos predominaba la

población blanca, tanto masculina como femenina, con 671 de 1-15 años, 684 de 15-50 y 80 de 50-

100; asimismo esta composición por edades denota, por inferencia, un alto índice de nacidos en Cuba,

entre el 85% y el 90% de la población total, indicador de que para 1775 se había formado ya una

comunidad definidamente criolla dada la supremacía de los nacidos en la Isla, proto-célula étnica de la

cubanidad, al superar con creces a los nacidos fuera de Cuba, dígase aquellos procedentes de

España, África y otras regiones del mundo. En este colectivo humano se encarnaba ya un nuevo ser

étnico tanto en el orden biológico como cultural; protagonista de una comunidad con rasgos proto-

nacionales.

Tabla 1.

50 Este Padrón, junto a un voluminoso fardo documental sobre el siglo XVIII en Holguín, fue localizado por el

historiador José Novoa Betancourt en el Archivo Nacional de Cuba y puesto a la disposición de los

investigadores.

Page 37: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Primeras estadísticas de demografía racial de la región de Holguín en el siglo XVIII.

• Año Población. % Blancos

• 1752 1 426 91,2

• 1774 2 440 65,8

• 1778 3 017 63,9

• 1792 5 837 69,0

_________________________________________________________

Fuente: Padrones y Censos del siglo XVIII. Tabla elaborada por el autor.

Cuatro años después se realizó el Padrón General de 177851 en el que la jurisdicción de Holguín

reporta 3 017 habitantes; su población creció un 23, 6 % en los cuatro años transcurridos desde 1774,

con una composición de 1 613 hombres y 1 404 mujeres, incluidos todos los grupos raciales

presentes. En aquel año, la población total de Cuba era de 179 484 habitantes, por lo que Holguín

contenía solo el 1,7% del total de habitantes de la Isla. Como datos adicionales revelados por este

empadronamiento se registran algunas cifras curiosas: Holguín poseía entonces 631 casas de las 27

239 existentes en toda Cuba, solo contaba con una iglesia de 108 distribuidas ya en diferentes sitios

del archipiélago y no tenía monasterios cuando ya en la Isla había 22 instituciones de este tipo; sin

embargo, tenía 111 hatos de los 933 distribuidos en toda Cuba, y 110 corrales de un total de 68952 en

la Isla; o sea, mientras mostraba un evidente rezago y pobreza cultural en cambio despuntaba como

región hatero-corralera, segundona legítima de Bayamo. La profusión de hatos y corrales en el

territorio, en pos de la afirmación ganadera, explica la lentitud observada en la dinámica demográfica

durante ese tiempo, pues las haciendas de ganado mayor y menor no estimulaban por sí mismas el

crecimiento demográfico debido a que no demandaban de una abundante fuerza de trabajo53.

El siglo XVIII cierra con otro censo, el de 1792, que reportaba 5 836 habitantes en esta jurisdicción,

cifra que se acerca casi al doble de la población que había en 1778, al alcanzar un 93, 4% de

crecimiento en catorce años.

El próximo reporte demográfico se realizó un cuarto de siglo después del ejecutado en 1792, ya

entrado el siglo XIX; se trata del censo de 1817, en el que se aprecia un sensible cambio en la

población regional al arribar a la cifra de 15 396 habitantes, 9 559 más que en 1792; un 163,8% de

crecimiento en estos veinticinco años. Aquí se nota ya un salto demográfico muy sensible, a diferencia

de la tendencia registrada en el siglo XVIII de reproducción lenta y vegetativa de la población. Entre

1792 y 1817 la demografía regional casi se triplicó debido al crecimiento natural y al aumento de la

51 Véase: Juan Pérez de la Riva, “Presentación de un censo ignorado: El Padrón General de 1778”. Revista de la

Biblioteca Nacional José Martí, año 68, septiembre-diciembre, 1977. no. 3; p. 17.

52 Ibídem.

53 En el caso de Holguín se cumple una de las tesis de Juan Pérez de la Riva, quien afirmaba que el ciclo

económico del ganado tuvo un papel limitado en la conquista del espacio cubano al ser un movilizador

demográfico de baja intensidad . Véase: Juan Pérez de la Riva. La conquista del espacio cubano, Fundación

Fernando Ortiz, colección La Fuente Viva, no. 20, La Habana, 2004.

Page 38: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

masa de esclavos, propio de una economía y sociedad que comenzaba a exigir una mayor presencia

de mano de obra para acometer labores agrícolas y domésticas. Diez años después, en 1827, se

realizó uno de los censos más completos del período colonial, en el que aparecen registrados 17 729

habitantes en toda la jurisdicción de Holguín, de ellos 2 333 eran nuevos residentes, equivalente a un

15,1% de crecimiento respecto de 1817.

Una de las características que mostraban los censos realizados por España en Cuba, desde el de

1774 hasta el de 1887, fue, salvo excepciones, integrar tanto a los nacidos en España como a los

blancos nacidos en la Isla en condición de iguales; por tratarse de un territorio colonial todos eran

considerados “hijos de la madre patria” y por tanto, no resulta clara la determinación de cifras

demográficas que especifiquen y diferencien a los nacidos en España de los nacidos en Cuba.

Formaba parte de la estrategia metropolitana la unificación de ambos en la categoría de españoles y

blancos. Salvo el censo de 1862, así como las diferenciaciones establecidas para ambas poblaciones

en la obra de Jacobo de la Pezuela, no vuelven a encontrarse estadísticas demográficas confiables

para establecer distinciones entre unos y otros. Esto hace difícil poder cuantificar tanto la presencia

hispánica a nivel jurisdiccional como la de blancos nacidos en Cuba, ya que todos se juntan en una

categoría estrictamente epitelial a pesar de las diferencias existentes por el lugar de nacimiento y el

origen étnico.

Sin embargo, la tradición demográfica de la jurisdicción de Holguín, a partir de los primeros registros

en el siglo XVIII, así como lo prueban las constancias historiográficas posteriores, muestra la

tendencia al predominio de los nacidos en Cuba como una línea etnohistórica invariable a pesar del

aumento de ingresos de españoles en el siglo XIX. Debido a que la propia fundación del pueblo de

Holguín y la ulterior creación jurisdiccional se apoyan en la gestión activa de pobladores naturales de

Bayamo, es obvio que estos criollos blancos, descendientes de españoles, fueran los fundadores del

Holguín dieciochesco, por lo que es posible afirmar que esta población y región nacieron siendo parte

de la emergente sociedad de los hijos de la tierra que comenzaba a abrirse paso en los diferentes

escenarios de la Isla. Esta afirmación permite descartar la hipótesis de Holguín con una predominancia

de pura cepa hispánica, para constatar a un Holguín como una región histórico-cultural de Cuba,

fertilizada por la presencia demográfica criolla como mayoría absoluta frente a otras presencias

étnicas.

En consecuencia, Holguín fue una región donde desde el siglo XVIII predominaron los nacidos en

Cuba, principalmente aquellos que tuvieron su alumbramiento en el mismo territorio regional y

enriquecida por un movimiento de población interna procedente de demarcaciones vecinas como

Bayamo, Santiago de Cuba y Camaguey, que aportaron un valioso contingente humano que ingresó a

la jurisdicción y se sumó a la comunidad local, sobretodo mediante relaciones matrimoniales. El

ascenso de esa población natural estuvo dado entonces no solo por la reproducción interna sino por la

suma aportada por las mencionadas regiones que contribuyeron al crecimiento demográfico de la

comunidad local y conllevo a trazar una endogamia cerrada, resuelta entre holguineros y holguineras o

entre estos con miembros de regiones cercanas.

La controversia acerca de la blanquitud de Holguín tiene sus orígenes en los siglos XVIII y XIX.

El balance demográfico desde la perspectiva que ofrece el análisis de la composición racial en la

región de Holguín en el momento en que comienza a registrarse esta información hasta finalizar el

Page 39: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

siglo XIX permite acercarse a uno de los problemas más relevantes gestados durante la colonia por

cuanto la cuestión racial no solo estableció rígidas fronteras en las relaciones económicas y sociales

de la época, sino que en esencia, llegó a ser determinante como fijador de diferenciación

sociodemográfica al incidir en los procesos de integración y participación social. Ser blanco, ser negro

o mulato no era lo mismo; la pertenencia a uno u otro color establecía abismos prácticamente

insalvables, al marcar también diferencias sociales sustantivas; el color de la piel permitía definir el

lugar a ocupar en el entramado social, hasta la ubicación de unos y otros en las relaciones de

propiedad, sus derechos o falta de derechos, y establecía además, posiciones bien diferenciadas en

la escala de valores individuales y colectivos.

Dicho balance es posible sostenerlo sobre la base estadística legada por los padrones y censos; por

tanto, el asunto debe asumirse primeramente en su dimensión factual y empírico-cuantitativa para

luego pasar a las interpretaciones que pudieran desprenderse de este balance.

Según indican las cifras, la población clasificada como blanca domina mayoritariamente el espectro

demográfico relacionado con los orígenes de Holguín. En 1752, al crearse la jurisdicción, la población

clasificada como tal representaba el 91,2% de los habitantes de la ciudad; la abrumadora mayoría de

aquellos que tuvieron que ver con la fundación de este nuevo espacio regional se incluían en este

grupo racial. El dato es importante por las valoraciones que se desprenden del mismo. Coincide con

las referencias históricas que dan cuenta de una reducida masa de criollos procedentes de Bayamo

que tendría a su cargo la ocupación y distribución de tierras, hecho que estimularía la decisión de

organizar los primeros asentamientos humanos. Peninsulares de una u otra parte de España y criollos

blancos descendientes de aquellos formarían un puño cerrado, unitario y coordinado entre sí a través

del único órgano de poder local establecido entonces, el Cabildo, primero de Bayamo, y luego el de

Holguín. Este reducido conjunto de familias, dueño de todas las formas de propiedad territorial

existentes- dígase hatos, corrales, haciendas, vegas, sitios y estancias de labor, así como los demás

bienes inmobiliarios y mobiliarios urbanos y rurales-, tuvo a su cargo la apropiación gradual del espacio

físico regional y su progresiva conversión en espacio económico; pero también se encargarían de

establecer los primeros patrones sociales y culturales y de levantar los primeros cimientos de la

tradición. Ese embrión comunitario se identificaría entre sí mediante el cordón umbilical de la posesión

de la tierra, lo que justificaría el nacimiento del sentido de arraigo como manifestación consciente de

pertenencia por cuanto reconocerse propietarios o herederos despierta el interés y el estímulo por la

vida estable y genera un sentido de fijación por el lugar tomado como asiento; una manera natural y

hasta primitiva de comenzar a defender lo que se siente como propio cuando median intereses

establecidos, asociados a la propiedad y la herencia. Todo aquel interesado en defender o proteger

bienes adquiridos -de los que depende su vida, su familia y su futuro- ni busca ni tiene la intención de

abandonar esos bienes, máxime si se trata de recursos inmobiliarios como la tierra, en una sociedad

de cultura rural con una herencia feudal venida a galope desde España. Por el contrario, quien se

siente propietario y heredero de bienes se afinca y hecha raíz. La pequeña comunidad fundadora de la

región desarrolló una actitud defensiva cuando se apegó a la tierra como manera de defender el

derecho de tenencia otorgado por un órgano legal. El sentido de pertenencia no se alcanzó por el

altruismo de los interesados sino por una motivación más tangible expresada en el dominio de

posesiones de las cuales se sentían dueños.

Page 40: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

El otro hilo que contribuyó a tejer el círculo de esa identidad en gestación fue la manera de

representación social de ese grupo respecto de sí mismo. Existía un facilitador visible, mediante el

cual fluía la comunicación interpersonal y social: saberse y verse como miembros de una misma cepa

etnosocial. La comunidad en ciernes se auto-reconocía en su mayoría como nacidos en la tierra, algo

distantes ya de la madre patria, que los agolpaba en la categoría “españoles de ultramar”. El color

blanco funcionó como una señal de comunión en este primer grupo de poder regional. Sus miembros

se reconocían como iguales entre sí por su pertenencia a una comunidad definida epitelialmente como

caucásica54. La existencia de otros colectivos étnicos que laten en la orilla social, -los aborígenes y sus

descendientes, africanos de diverso origen y sus descendientes-, notables en el siglo XVIII, se

encuentran marginados y subordinados y existen en función de aquellos por los servicios y utilidades

que les brindan.

Precisamente, la coexistencia racial, en un medio social marcado por el blanco como el color del

poder, no hizo más que acentuar la diferenciación social, establecida también según el color de la piel.

El blanco –portador de las relaciones de poder- solo reconocía como tal a sus iguales portadores de

dicho color; el indio, el negro, el mulato, el mestizo, quedaban al margen de la posibilidad de integrarse

eficientemente a esta comunidad histórica. Si para ser reconocido hijo legítimo de Holguín había que

ser identificado como blanco, en los orígenes de esta condición subyacía una profunda obcecación

racial que ha sido arrastrada por esta comunidad y mantenida como prejuicio hasta el día de hoy; pues

el holguinero “de cepa” legó la norma cultural de auto-reconocerse como “blanco”. Esta perspectiva se

acentuó y consolidó con la expansión y el crecimiento de la esclavitud en el siglo XIX. El racismo se

entronizó entonces como discriminación para quienes no exhibían este indicador, básico para lograr su

integración y reconocimiento cabal en su comunidad. Su práctica se articuló en el sistema de las

relaciones sociales como modo de diferenciación cualitativa en medio de un escenario cada vez más

colmado por la presencia multiracial, en el que se hacía necesario establecer y definir fronteras. Lo

más concluyente del caso es que esta mentalidad operó primero en el plano de la psicología común,

se insertó como norma en esa comunidad y se transmitió socialmente de generación en generación.

Dicho patrón psicosocial y cultural ejerce todavía un peso normativo en el sistema de valores sociales

y humanos en el Holguín del siglo XXI. Quiere decir que la formación conductual y las evaluaciones

psicosociales, una vez establecidas, cuando entran en la cremallera de la historia social se sedimentan

y sobreviven decenios y siglos, a pesar de que las condiciones que le dieron origen hayan sido

superadas por la propia historia social. La comunidad fundadora estableció sus pautas y la siguiente

las hizo suyas, una prueba de la conservación de las normas identitarias frente al cambio generado por

el proceso histórico.

Pese a las transformaciones que se operarían casi de inmediato en la composición racial de esta

primera comunidad regional ya había comenzado a fraguar este modelo de representación social que

privilegiaba al color blanco como marca de legitimidad comunitaria. Pero en el censo de 1774 la

población de la jurisdicción había llegado a los 2 440 habitantes, de los cuales el 65,8% se reportaban

como blancos y el 34,2% se contemplaban ya en la categoría de negros y mulatos. O sea, se disparó 54 Las investigaciones biogenéticas y antropológicas más recientes estiman que las diferencias mostradas por

las agrupaciones clasificadas bajo el término razas humanas son mínimas, al corresponder un 99 % en su

composición biogenética; se trata de diferencias esencialmente aparenciales, estructurales y externas, tales

como el color de la piel, la configuración craneal y otros rasgos físico-corporales.

Page 41: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

el número de negros y mulatos esclavos o libres, respecto del 8,8% de 1752 (véase tabla no. ). 1 036

hombres y 570 mujeres reconocidos como blancos constituían en 1774 el núcleo demográfico

fundamental, con una marcada descompensación numérica entre ellos, lo cual debe relacionarse con

el incremento de la presencia masculina procedente de la migración hispánica, donde la proporción

femenina históricamente se mantuvo por debajo de la masculina. Si se compara en 1774 la población

total de la jurisdicción de Bayamo -12 250- con la de Holguín -2 440- se nota, por contraste, la

diferencia en el desarrollo demográfico entre una y otra; sin embargo, la población reconocida como

blanca en Bayamo alcanzaba la cifra de 5 995, el 48,9% de su total, por lo que aún siendo Holguín

una jurisdicción acabada de nacer y de contar con una baja densidad demográfica ya tenía un

porcentaje mayor de blancos frente al total de sus habitantes aunque Bayamo la superara en cifras

absolutas. El censo de 1774 es oportuno para este balance porque fue el que marcó, a lo largo de

toda la colonia, el porcentaje más alto de población clasificada como negra y mulata, tanto libre como

esclava, en Holguín55 frente al total de población de entonces. En 22 años, a partir de 1752, se operó

un ascenso vertiginoso de la llamada “población de color” como consecuencia del aumento de la

esclavitud doméstico-patriarcal, nutrida de los arribos de esclavos provenientes de África y de la

reproducción biológica de esta concurrencia meta-étnica de africanos en la región, dando origen a los

criollos de origen africano, tanto esclavos como libres. Para continuar con esta línea comparativa, la

población denominada blanca en la jurisdicción de Santiago de Cuba en 1774, solo alcanzaba la cifra

de 6 525 frente a un total de 19 374 habitantes en esa región, el 33,6%. Santiago de Cuba figuraba

como región de predominio afro desde antes del arribo de la migración francohaitiana a fines del XVIII

y principios del XIX. De las cuatro jurisdicciones de la macro-región oriental, Holguín era la menos

poblada por haber sido la última en fomentarse, pero tenía ya proporcionalmente el mayor volumen de

población blanca frente al total jurisdiccional. En tanto Bayamo se orientaba más hacia el mestizaje y

Santiago afirmaba un predominio de la población negra y mulata; mientras Baracoa mostraba lentitud

en el crecimiento demográfico debido al aislamiento geográfico, a la vez que se mestizaba.

La lectura e interpretación del Cuadro Estadístico de la siempre fiel Isla de Cuba de 1846, realizado en

un período bien avanzado el proyecto colonial-esclavista, sitúa a Holguín como el tercer concentrado

demográfico oriental, al contar con 21 681 habitantes, después de la jurisdicción de Santiago de Cuba

(81 194 habitantes) y Bayamo (25 244); sin embargo, también muestra la segunda concentración de

población clasificada como blanca de todo el territorio del Departamento Oriental, con 16 257,

superada solo por los 21 357 de la jurisdicción de Santiago de Cuba definidos en esta categoría racial.

De los 66 704 habitantes de ese departamento reportados como blancos, los 16 257 de Holguín

representan el 24,3 % de toda la región oriental; la población blanca de Holguín superaba a los 12 525

de Bayamo, los 6 574 de Jiguaní, los 5 582 residentes en la jurisdicción de Manzanillo, así como los 3

250 de Baracoa y los 1 159 ubicados en Saltadero de Guantánamo. Holguín continuaba destacándose

en todo el Departamento Oriental como una región de dominio demográfico de blancos; se acentuaba

así el esquema de la configuración racial como un rasero de diferenciación identitaria en relación con

el resto de las jurisdicciones del oriente del país.

55 Nos referimos a % no a cifras absolutas, pues el arribo de esclavos africanos a la región de Holguín continuó y

creció considerablemente durante toda la primera mitad del siglo XIX; sin embargo, su número nunca volvería a

alcanzar el 34,2% de la población total, como sucedió en el conteo de población de 1774.

Page 42: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

El Censo de 1861 confirma la prolongación de esta tendencia y la acentúa al ubicarse la jurisdicción

de Holguín como la más blanqueada de todo el oriente cubano, al ascender a la cifra de 40 852

blancos de un total de 52 123 habitantes en esta jurisdicción, o sea, el 79% de la población. El dato

anterior se reafirma en las Noticias Estadísticas de la Isla de Cuba de 1862, publicadas por Armildez

de Toledo, donde se constata la existencia de 793 484 blancos en toda la Isla, de los cuales 126 339

estaban en el Departamento Oriental, de ellos 41 392 en Holguín, para un 32,7% del total de este

Departamento y el 5,2 % de los reconocidos como blancos en todo el país56.

En la jurisdicción de Holguín se confirma, al cerrar la primera mitad del siglo XIX, la tendencia al

predominio de población blanca, línea visiblemente definida desde el siglo XVIII; la jurisdicción

despuntaba como uno de los bolsones raciales de la blanquitud, lo que corrobora la apreciación

establecida en el imaginario popular y en la mentalidad psicosocial comunitaria desde mucho antes.

Téngase en cuenta que en 1862 Holguín había dejado atrás en población blanca a Santiago de Cuba,

que solo reportaba 27 743 habitantes portadores de esta condición racial y a Bayamo, con solo 17 046;

el resto de las jurisdicciones orientales quedaban también a la zaga de Holguín en este indicador

demográfico.

En el último cuarto del siglo XIX tuvo lugar la primera segregación territorial de la jurisdicción de

Holguín, lo que significó para ésta un corte demográfico con la correspondiente pérdida de población,

al crearse la jurisdicción de Gibara, separación que se consumó tras cumplirse los procedimientos

legislativos y ejecutivos correspondientes para la aprobación de dicho cambio político-administrativo,

entre 1873 y 1875. Esta incisión condujo a interpretaciones y análisis erráticos al quedar restada y

por ende disminuida la población de Holguín para los censos de 1877, 1887 y 1899. Se pudiera

sobreentender un derrumbe demográfico en Holguín cuando en realidad se trataba de una

transferencia y redistribución de su población, ahora compartida con Gibara. En 1899 el municipio

Holguín exhibe un 79,5% de población clasificada como blanca y una supuesta pérdida de población

reconocida censalmente como negra (5,1%) mientras el resto se diluye entre mestizos (15,2%) y

chinos (0,1%). Lo cierto es que han ocurrido modificaciones importantes tanto en la clasificación

técnica del censo de 1899, pues este último recoge a un alto número de mulatos ahora clasificados

como mestizos, así como en la ubicación territorial de la población negra de Holguín, ya que una parte

importante de la misma se encontraba en los partidos que pasarían a Gibara, por lo que no pocos de

los habitantes negros de Holguín habría que encontrarlos en los registros demográficos de Gibara. Fue

allí donde creció más la masa esclava relacionada con la incipiente industria azucarera, al convertirse

esta jurisdicción en un bolsón oriental de la llamada Cuba A o Cuba plantacionista.

Tabla2

Resumen de la composición racial en la región de Holguín en el siglo XIX.

Año Total Blancos Esclavos Libres

• 1827 17 729 12 182 2 585 2 962

• 1841 23 635 16 786 4 189 2 660

56 En la categoría de la raza blanca el Cuadro Estadístico de 1862 ubica también a los yucatecos y asiáticos,

quienes para el caso de Holguín eran 8 y 100 respectivamente, una cifra bastante exigua. Véase: Armildez de

Toledo. Noticias estadísticas de la Isla de Cuba, 1862, p. 1

Page 43: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

• 1861 52 123 40 852 4 226 7 045

• 1887 32 238 28 766 3 472 negros libres.

• 1899 34 506 30 291 962 negros, 5 chinos y 3 248 mestizos.

Fuente: Censos del siglo XIX en Cuba. Tabla elaborada por el autor.

Sin embargo, es insostenible que la región de Holguín haya quedado al margen de la presencia

africana y a la incubación del componente negro en su seno; se acepta que el peso de la población

blanca haya pretendido subsumir el legado africano y negro-criollo en Holguín hasta límites que

denotan el interés consciente de su invisibilidad, tal vez con la intención de hacerlo ver intrascendente,

una señal propia de autenticación del ideario racista de entonces. Sin embargo, al hacer uso de la

metodología comparativa que exige la etnografía racial, se observa que la masa de negros y mulatos

en Holguín, fueran estos libres o esclavos, aparece casi siempre en minoría cuando se contrasta con

el total de la población, inclusive en aquellos períodos en que tanto los esclavos como los libertos

crecieron considerablemente; sin embargo, esto no justifica la ausencia del reconocimiento de su

importancia en el escenario regional; tampoco ha sido común el establecimiento de comparaciones

entre la demografía racial de Holguín con la de otras regiones de la Isla marcadas en profundidad por

la esclavitud; resultaría curioso comparar el comportamiento demográfico del negro en Holguín con

otras regiones como Bayamo y Santiago de Cuba; por su cercanía geográfica e histórica a Holguín, en

el caso de la primera y por haber sido un nicho esclavista en el escenario insular de los siglos XVIII y

XIX, para el caso de la segunda.

Sería justo y lógico iniciar esta comparación entre las jurisdicciones de Bayamo y Holguín haciendo

uso de las estadísticas demográficas del Censo de 1774, por lo que este contiene. En ese año censal,

Bayamo contaba con 2 232 esclavos y 4 023 mulatos y negros libres; la suma de ambos alcanzaba

la cifra de 6 255, un 50% de la población jurisdiccional; en cambio, Holguín tenía solo 297 esclavos y

547 mulatos y negros libres, para un total de 844, cifra que significaba el 34,6 % de su población; de

esta diferencia es posible hacer algunas inferencias; primero, en Bayamo se había acentuado la

esclavitud doméstico-patriarcal y su corolario de población liberta hasta el grado de rebasar algo más

de la mitad de sus habitantes; mientras Holguín, veintidós años después de su segregación de

Bayamo, tenía relativamente una baja densidad de masa esclava y libre, un indicio probatorio de que

los hatos y haciendas mercedados hasta entonces apenas habían constituido un estímulo para el

crecimiento de esta clase productiva; en segundo lugar, en relación con Bayamo, Holguín era una

periferia despoblada, un territorio en el umbral primario de su crecimiento. Tal desbalance permite

consentir que Holguín haya sido un desprendimiento territorial de una de las porciones más

arrinconadas de Bayamo. Se destaca Bayamo como uno de los epicentros de población liberta en la

región oriental debido a las posibilidades que brindaba la esclavitud doméstica y patriarcal para la

obtención de libertades, uno de los motores compulsivos del incremento de población criolla y

mestiza.

En cambio, cuando se compara la población esclava y liberta de la jurisdicción de Holguín con la de

Santiago de Cuba el desbalance se acentúa mucho más, en detrimento de Holguín, lo que indicaba

que esta última no tenía ningún rango importante dentro de los espacios regionales marcados y

reconocidos por esta impronta. Santiago si lo era, pues de 19 374 habitantes en 1774 tenía una

población esclava de 5 765 más 6 084 libertos, para un total de 11 849, el 61,1% de la población total

Page 44: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

de esa jurisdicción. Si Bayamo y Santiago figuraban en el último cuarto del siglo XVIII como regiones

con una visible presencia de esclavos y libertos, Holguín se quedaba por detrás aunque no eximida de

esta presencia. Por ello se sobreentiende que la participación sociocultural y el lugar del negro y el

mulato en la composición demográfica ocupara una posición subalterna en Holguín desde entonces,

no tan destacada como en los casos de estas dos jurisdicciones de la comarca oriental. Si Santiago de

Cuba y Bayamo despedían el siglo XVIII con la mitad o más de su población considerada negra y

mulata, Holguín hacía lo contrario, tras convertirse en el principal centro demográfico de población

blanca del Departamento Oriental de acuerdo al total de sus habitantes.

Los datos que vienen confirman la estabilidad de esta tendencia a lo largo del siglo XIX la cual se

mantiene sin grandes variaciones a pesar del ingreso de nuevos contingentes de esclavos

procedentes de África, del creciente número de nacimientos naturales de esclavos y del incremento de

la población liberta. En términos cuantitativos, no de porcentajes frente al total demográfico, hubo en

Holguín un ascenso de la presencia negra y mulata, fueran esclavos o libres, durante las seis primeras

décadas de ese siglo, entre 1800 y 1868. Es pertinente fijarse en las deducciones que se derivan de la

información brindada por los censos de este período. En 1827 la jurisdicción de Holguín reportaba un

total de 17 729 habitantes, de los cuales 12 182 se reconocían como blancos (68,7%) mientras los

esclavos ascendían a la cifra de 2 585 y los libertos a 2 962; para el año 1841 la jurisdicción llegaba a

los 23 635 habitantes, de ellos 16 786 eran blancos mientras los esclavos reportados eran 4 189 y los

libertos 2 66057, quienes en conjunto sumaban un total de 6 849; en 1861, los esclavos en Holguín

alcanzaban su punto más alto en la historia regional: 4 226, acompañados también de la más alta cifra

de libertos que tuvo esta jurisdicción: 7 045. Pero, aún así la población esclava y liberta de conjunto

llegaría solo al 21% del total de los habitantes en el referido año. En consecuencia, Holguín mantuvo

una línea de desarrollo demográfico definido por una supremacía cuantitativa estable de población

blanca como núcleo estadístico básico a lo largo del siglo XIX, confirmado por los restantes censos de

1877, 1887 y 1899. Así lo confirma esta tabla resumen:

Tabla 3.

Composición racial de la región de Holguín entre 1752 y 1899.

• Año % blancos negros mestizos chinos.

• 1752 91, 2 8, 8 ---

57 Las cifras de esclavos y libertos en los censos de este período estaban expuestas a un amplio margen de

error así como a imprecisiones cuantitativas, debido a múltiples factores, tanto de tipo técnico como legal; los

dueños de esclavos muchas veces reportaban cifras alteradas según sus conveniencias, cuestión que introduce

inexactitudes en este tipo de control demográfico. Como se observa, el reporte de la cantidad de libertos en

1841 en Holguín era inferior a lo que declaraba el censo de 1827, cuando debía ser todo lo contrario; ello debe

estar dado por un error en la toma estadística pero también pudo ocurrir una disminución de estos libertos por

las posibilidades de movilidad que le fueron permitidas una vez obtenida la libertad; el traslado a otras

regiones en busca de mejores condiciones de vida fue una opción al alcance de sus posibilidades de modo que

la disminución de los libertos en Holguín por esta razón es una probabilidad, aunque esta supuesta disminución

se desmiente en el Censo de 1861 al alcanzar el número más alto en toda la historia colonial de Holguín.

Page 45: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

• 1774 65, 8 34,2

• 1792 69, 0 31,0

• 1827 68, 7 31,3

• 1861 79, 0 21,0

• 1899 79, 5 5,1 15,2 0,1

Fuente: Padrones y Censos de los siglos XVIII y XIX en Cuba.

Tabla elaborada por el autor.

Un balance sumario de la composición étnica y racial en el Holguín colonial sitúa a esta región en el

hervidero de una cubanidad todavía en ciernes; con predominio de una población blanca nacida en el

territorio frente a otros grupos de población sesgados de ésta por el color de la piel, señal que explica

en parte la vigencia, tanto de actitudes racistas como de prejuicios raciales; estos últimos

subyacentes en la mentalidad local y regional, al privilegiar una ontogénesis y filogénesis inclinada a

legitimar la identidad del sujeto holguinero reduciéndolo a una representación maniquea del sujeto real.

Dejar fuera la participación multirracial como eje dinámico prevaleciente tanto en el curso de los

procesos demográficos como en las diferentes tendencias de desarrollo de los grupos humanos

participantes en la constitución social y cultural de Holguín y su población sería una concesión

reduccionista que debíamos evitar, cuyo postulado principal ha mostrado históricamente un interés por

dispensarle al núcleo de población reconocida como blanca el sello certificante de la holguineridad.

Rémora que se arrastra hasta el momento en que se escriben estas páginas, destinadas a demostrar

el papel que desempeñan los estudios etnodemográficos en el intento por esclarecer, comprender e

interpretar al ser local/regional y de cómo el pasado y la tradición siguen siendo fuentes inagotables

para explicar nuestro presente como región histórico-cultural de Cuba.

Page 46: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

NOTAS SOBRE EL BAGUANO COLONIAL 1514 – 1867

Autor: MSc. José F. Novoa Betancourt.

Al actual Municipio Báguano, nacido en 1976 y con una extensión territorial de 805,9 Km2, se acordó

asignarle el nombre de una de sus poblaciones urbanas, desde entonces su cabecera y que naciera

antes, en 1918, al calor del fomento de un Central Azucarero. La empresa se edificó dentro de la

hacienda denominada Báguanos, que incluía los terrenos de una de las antiguas posesiones

desplegadas en el lugar durante el siglo XVIII por la familia terrateniente holguinera Ávila Bermúdez de

Castro.

No obstante la historia atesorada en ese espacio territorial contemporáneo es muy anterior al siglo

XVIII y se sumerge en la etapa precolombina de nuestra región. Báguano es una de las pocas

comarcas de la actual Provincia de Holguín que puede resaltar tal riqueza de continuidad histórica

desde la conquista hasta la actualidad.

Es nuestro objetivo brindar, lógica e históricamente, la mayor parte de la información que hemos

localizado sobre el territorio en varias fuentes, primordialmente de Archivos, muchas de ellas inéditas,

para facilitar futuros trabajos de investigación sobre el mismo.

En el plano cronológico estimamos que la historia de la zona se puede clasificar en tres etapas: 1514 –

1553: Encomienda, 1553 – 1653: sociedad campesina dispersa y 1653 – 1867: sociedad terrateniente.

Entre 1653 y 1867, la colonización ganadera y agrícola centró la vida de la zona y esta larga fase de

existencia pudiera definirse en dos etapas cualitativas diferentes: a) 1653 – 1812: etapa de la

Page 47: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

formación de los hatos y corrales; b) 1812 – 1867: etapa de la estructuración y perfeccionamiento de la

estructura administrativa colonial zonal.

Es necesario aclarar, desde el inicio, que las denominaciones político administrativas territoriales

cambiaron algunas veces en la etapa a estudiar y que ello, junto a la falta de la localización y

sistematización de los documentos originales, dificulta mucho el establecimiento de series estadísticas

y la visión científica del todo. Todavía la historia colonial del Municipio Báguano en mucho, es la

historia de algunos lugares y de algunas personalidades. Quizás este esfuerzo motive a otros más

capaces a la búsqueda, la reflexión y la escritura.

LA ENCOMIENDA DE ALCALA (1514 – 1553).

La primera presencia española en el territorio baguanense pudo ocurrir entre 1512 y 1513. Por la zona

tal vez pasó desde Barajagua hacia Bani, la expedición punitiva enviada por Diego Velásquez en

¿1512? que bajo la guía de Francisco de Morales tenía la misión de conquistar las regiones indias de

Barajagua, Bani y Maniabón, tarea cumplida por el brutal conquistador con saña y crueldad.58 A su

vez, cuando el 4 de octubre de 1513 Velásquez partió desde Baracoa para fundar las restantes villas le

narró al Rey como llegó ¨ a las provincias de Bany, y Bacaxagua, donde estuve 4 – 5 días, ¨59 siendo

también probable su visita.

La explotación colonial de la zona se inició muy tempranamente, posiblemente alrededor de 1514,

cuando Diego Velásquez ¨ señaló a cada cristiano un pueblo de indios, conforme a la calidad de las

personas, ¨60 según informara al Rey describiendo las acciones que ya había adoptado en la región

oriental de Cuba.

Fue Alcalá según ha probado la arqueología uno de aquellos sitios donde se repartió la tierra y se

crearon Encomiendas en beneficio del enriquecimiento de los conquistadores. Alcalá logró ser una de

las primeras toponimias de nombre castellano en la región y pudo inspirarse en el monje sevillano San

Diego de Alcalá (1400 – 1463), santo patrón que enmarca la efeméride de su culto el día 12 de

noviembre de cada año. Tampoco se puede desechar en el campo hipotético que el primer propietario

se apellidara Alcalá.

En ese lugar se mantuvo ininterrumpidamente una comunidad humana desde los finales del siglo XV

hasta los finales del siglo XVII,61 depositaria de las experiencias vividas desde las crueles

Encomiendas hasta el posterior desarrollo de una economía hacendaría ganadera. Se integró en el

área un grupo humano donde, en el proceso transculturador, se efectuaron seguramente importantes

58 Portuondo, Fernando. Historia de Cuba 1492 – 1898. Editorial Pueblo y Educación, La Habana,

1975. Ver mapa, p. 61.

59 Portuondo, Fernando. Tres temas en torno a la conquista de Cuba, p. 19.

60 Venegas, Carlos. Colonización y expansión urbana. Primera etapa 1510 – 1658, p. 113.

61 Valcárcel, Roberto. Introducción a la arqueología del contacto indohispánico en la provincia de

Holguín, Cuba, p. 69.

Page 48: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

transformaciones en las conciencias y en las costumbres, fundiendo las costumbres aborígenes con

las castellanas.

En Alcalá pudo existir una o varias estancias, administradas por algún estanciero o bajo la dirección de

un capataz, poseída por alguno de los importantes personajes de la elite conquistadora residentes

entonces en Santiago de Cuba o Bayamo. Su objetivo pudo ser producir casabe y carnes de cerdo

para las minas de oro en la región de Santiago de Cuba.62

Para 1539 la Encomienda de Alcalá era posesión del tesorero del cabildo de Santiago de Cuba,

conquistador apellidado López Hurtado, aspecto que no debe extrañar porque aquel territorio era

demarcación entre los territorios de Bayamo y Santiago de Cuba, límites entonces flexibles y que

mucho más tarde sí se aclararían hacia la boca de la bahía de Nipe y el río Aguas Verdes.63

En Alcalá, en 1538, dentro de la gran insurrección aborigen iniciada en 1520 y pronta a fenecer en

1540,64 había indios encomendados ¨ que disfrazándose y pintándose caras y cuerpos, se disimularon

cimarrones, ¨65 provocando incendios y la muerte de estancieros.

Las Encomiendas desaparecieron finalmente en 1553 por orden del gobernador Gonzalo Pérez de

Angulo que, luego de una larga oposición de los Encomenderos, hizo al fin cumplir las Leyes Nuevas

de 1542 donde se decretara su abolición.

Producto a la crisis de la economía minera aurífera y a la despoblación de la colonia, la actividad

pecuaria y agrícola fue ocupando el centro de la vida económica cubana desde la década de 1540,

multiplicándose desde 1550 la aparición de hatos (ganado mayor) y corrales (ganado menor).66

Desaparecida la Encomiende de Alcalá, la población sobreviviente del lugar entre los años 1553 y

1653 estimamos derivó hacia un campesinado autosuficiente y disperso, conectada ocasionalmente

por imperativos económicos o culturales a otras comunidades semejantes próximas, como las

presentes en las zonas de Banes, Barajagua y Holguín. Dentro de esa pequeña comunidad humana

debió efectuarse un intenso proceso de transculturación desde lo aborigen y lo hispano, conformando

una nueva agrupación sintetizadora de formas culturales de ambas, sobre el tronco cultural hispano

dominante.

Entonces la zona de Alcalá y sus territorios aledaños pertenecía al partido de Holguín, uno de los

territorios bajo la administración del cabildo de Bayamo, partido que había tenido su origen colonial

62 Riverend, Julio Le. Problemas de la formación agraria de Cuba. Siglos XVI – XVII, pp. 25, 26 y 31.

63 Portuondo, Olga. Trayectoria histórica de Santiago de Cuba, p. 17. Señala la Dra. Portuondo que se

hacía entonces imposible deslindar el territorio rural de Santiago, Bayamo y Baracoa porque los

estancieros tenían tierras en cualquiera de esas demarcaciones.

64 Ibarra, Jorge. Las grandes sublevaciones indias desde 1520 hasta 1540, y la abolición de las

Encomiendas, p. 24.

65 Venegas, Carlos. Ob. Cit, p. 116.

66 Instituto de Historia de Cuba. La Colonia, p. 117.

Page 49: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

más cercano al inaugurarse según la tradición, por el capitán extremeño García Holguín, el hato de

San Isidoro, en cayo Llano, el 4 de abril de 1545.

ETAPA DE LA FORMACIÓN DE LOS HATOS Y CORRALES 1653 – 1812.

El pequeño núcleo poblacional de Alcalá, la existencia de una amplia faja de tierras realengas y su

relativa cercanía a la bahía de Nipe, puerto siempre proclive al comercio de rescate, despertaban en la

segunda mitad del siglo XVII, el interés expansionista de los terratenientes de Bayamo.

Realmente la expansión hacia la costa norte había arrancado lenta y lejanamente en el último tercio

del siglo XVI al mercedarse las sabanas de los Saos y Cacocum en las riberas del Cauto y,

particularmente en 1599, al precisarse el hato de Cacocum, hecho que obligó a las nietas de García

Holguín, esparcidas libremente entorno al viejo asiento, a amojonar y expandir el hato originario,

multiplicándolo legalmente en el año 1600 en tres: Holguín, Uñas y Las Cuevas.

La nueva fase colonizadora arrancó después de una pausa de medio siglo. El 10 de julio de 1653 el

Alférez Melchor Gama, solicitó al cabildo de Bayamo que se le mercedaran las tierras de Alcalá, en la

banda norte de la Jurisdicción, para fomentar un corral.67 La adjudicación legal parece demoró algo,

porque la toma de posesión por Gama no se efectuó hasta el año siguiente de 1654,68 asumiendo la

propiedad finalmente la denominación de hato y corral de San Diego de Alcalá, en acto de continuidad

con la toponimia ya establecida en el siglo XVI.

El hato recién fundado, algunos años más tarde, debió organizarse bajo la forma de una Hacienda

Comunera, forma de estructuración de la posesión ganadera surgida hacia 1650, aunque ahora

desconocemos el valor domínico que inicialmente se le asignó en los denominados pesos de posesión

o pesos de tierra.69

Entre 1654 y el año 1700 el Corral se mantuvo dentro del patrimonio de los descendientes de Gama.

Estos, en el 1700, lo traspasaron a Luis de la Torre Leyte Rodríguez,70 hijo del inmigrante jamaicano

alférez Juan Manuel de la Torre y Fuentes y de la bayamesa María de las Nieves Leyte Rodríguez

(1638 - 1741).

El clan terrateniente de la familia Torre Leyte Rodríguez, ya cimentado en el hato de las Cuevas y

profusamente emparentada con las restantes familias hateras de Holguín, parece estaba intensamente

interesada en el domino de la banda noreste de la Jurisdicción bayamesa hacia Nipe, porque casi

seguidamente, el 22 de octubre de 1703, el cabildo bayamés le autorizó al propio alférez Juan Manuel,

mediante un amparo, la apertura en realengos de aquella área de un sitio de crianza de mulas, en el

67 Ávila y Delmonte, Diego de. Memoria histórica del hato de San Isidoro de Holguín, p. 93.

68 Ídem.

69 Para más información sobre la hacienda Comunera consúltese de Benito Celorio ¨ La hacienda

Comunera ¨ de 1919.

70 Ávila y Delmonte, Diego de., p. 93.

Page 50: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

paraje denominado del Sao de Hernando y luego San Fernando, origen del hato de San Fernando, un

punto más de expansión en aquel territorio.71

El corral de Alcalá, Luis lo ocupó por diez años, traspasándolo en 1710 a su cuñado Diego de Ávila

Batista, esposo de su hermana Salvadora de la Torre (1667 – 1743) 72 y este lo vendió, más adelante,

a su hijo Diego de Ávila y de la Torre (1703 – 1773)73 en el año 172474 aunque la operación de

compraventa, entonces no se protocolarizó.

La unión matrimonial consumada alrededor de 1682, entre Diego de Ávila Batista, hijo de Rodrigo Ávila

López, descendiente de García Holguín y uno de los poseedores principales del Hato de Holguín y de

Salvadora de la Torre, una de las herederas del clan familiar de los Torre Leyte Rodríguez, emparentó

en estrecho lazo a dos de las principales familias terratenientes de la región. Sus sucesores, en

especial Diego de Ávila y de la Torre, hicieron mucho para continuar consolidando política y

territorialmente el poder de los mencionados clanes familiares.

Diego de Ávila y de la Torre estaba casado con la santiaguera Juana González Norate,75 matrimonio

realizado hacía 1730 y entre sus hijos, en 1748 le nacería Diego Ramón, su futuro principal heredero.76

Entre 1724 y 1737 Diego de Ávila y de la Torre, en fecha ahora no conocida, denunció e inauguró el

Hato de San Juan de la Puerca y adquirió por compra o herencia a San Fernando. En 1737, ya

probablemente fallecido su padre, protocolarizó legalmente el 28 de julio77 su anterior compra del

Corral de San Diego de Alcalá y, el 4 de octubre de 1738, solicitó al Teniente a Justicia y Guerra del

Partido, capitán Diego de la Torre y Hechavarría, se le amojonaran sus linderos, porque según el

historiador don Diego de Ávila y Delmonte era esa una ¨ época de experimentar muchos daños y

perjuicios de los mayorales de las haciendas de los colindantes,¨78declaración muy importante que

apunta hacia la intensa actividad de explotación ganadera de la zona y a los conflictos entre los

poseedores.

En 1745 a Diego de Ávila y de la Torre ya no le bastaban sus posesiones de la Puerca, San Fernando

y Alcalá y denunció los realengos de Tacajó y Bijarú, los que se le reconocieron en 1746,

71 Ibídem, p. 108.

72 Archivo Catedral de San Isidoro de Holguín (ACSIH). Defunciones de Blancos. Año 1743, escritura

196.

73 ACSIH. Defunciones de Blancos. Año 1773, escritura 619.

74 Ávila y Delmonte, Diego de., Ob. Cit., p. 93.

75 AHPH. Protocolos Notariales. Escribanía de Lorenzo Castellanos. Año 1763. Folio 69v. Testamento

de Juan González Norate.

76 ACSIH. Bautizos. Año 1748. Escritura 331.

77 Ávila y Delmonte, Diego de., Ob. Cit., 94

78 Ibídem.

Page 51: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

inaugurándose el hato y corral de Tacajó y Bijarú.79 La toponimia ¨ Tacajó ¨ pudo nacer del nombre del

río de igual denominación que cruza la zona y ¨ Bijarú,¨ similarmente, adoptando el nombre del río

homónimo que es afluente del Tacajó y nace en la falda meridional del Pilón de Rancho Nuevo.80

Hacia 1750 el clan familiar de los Ávila, cerrando sus dominios sobre el área, ubicó al santiaguero Juan

Bermúdez de Castro Suárez de Alcantar matrimoniado con María Lorenza de Ávila Batista de Acosta,81

familiar cercana de Diego, en el realengo de Báguano, estableciendo el Corral de Báguano.

El 18 de enero de 1752 cuando nació la Jurisdicción de Holguín, la zona de Alcalá y Báguano se

mantuvo como sus límites orientales con la Jurisdicción de Cuba. Describiendo estos límites poco

después se hablará entre ellos ¨ del monte de Báguano. ¨82

Dentro de la flamante Jurisdicción el área correspondiente al actual Municipio quedó primeramente

desde alrededor de 1760, dentro del Partido pedáneo de Almirante, ubicación política administrativa

que compartirá hasta 1804.83

En el primer Cabildo de Holguín, Diego de Ávila y de la Torre ocupó el cargo de Regidor Alcalde Mayor

de la Santa Hermandad84 y Juan Bermúdez de Castro alcanzó uno de los dos cargos de Alcaldes

Ordinarios para ese año. Sobre la gestión de este Alcalde un anónimo historiador valoró mordazmente

en 1914 que ¨ o hizo bien poco o no hizo nada, cuando de su paso por la alcaldía no ha quedado más

noticia que su nombramiento. ¨85

Para el 29 de marzo de 1754 el gobernador Alonso de Arcos y Moreno adjudicó los realengos de San

Fernando, Dajaos y Limones al hatero José de Leyva y Castro Ruiz de la Ruelda matrimoniado con

Rosa de Ávila y de la Torre (1683 – 1770)86 el que, ni corto ni perezoso, rápidamente en 1756 los

transfirió a su cuñado Diego de Ávila y de la Torre,87 operación que parece responder a un acuerdo

previo entre ellos. Pero la entrega de las mencionadas tierras realengas no pasó en paz pues, al

79 Ibídem., p. 95.

80 Pezuela, Jacobo de la. Diccionario geográfico, estadístico e histórico de la Isla de Cuba. Tomo I, p.

186

81 García Castañeda, José A. La Municipalidad holguinera, pp. 71 y 72. Su testamento en AHPH.

Protocolos Notariales. Escribanía de Castellanos. Año 1758. Folio 11. Para más información ver:

AMHP. Fondo García Castañeda. Documento 355.

82 AHPH. Tenencia. Legajo 63. Legajo 63. Expediente 1920. Folio 10 – 10v.

83 ANC. Gobierno General. Legajo 490. Número 25132. En 1775 la zona se ubica dentro de eses

Partido, uno de los cuatro, junto a Cacocum, Uñas y Aguarás de la jurisdicción..

84 García Castañeda, José A. Ob. Cit., p. 71.

85 ¨ Cosas viejas de Holguín ¨. En: Revista Municipal y de intereses económicos. Tomo IX. Número1.

La Habana, 1 de enero de 1914.

86 ACSIH. Año 1770. Escritura 354.

87 AHPH. Protocolos Notariales. Escribanía de Castellanos. Año 1756. Folio 4.

Page 52: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

parecer, quedaron fragmentos no adjudicados. Entre 1766 y 1768 hubo litigios sobre ellos entre Diego

de Ávila y Esteban Infante, debatiéndose uno y otro por su posesión plena.88

Para la tranquilidad de los principales terratenientes de la nueva Jurisdicción de Holguín respecto a su

real posesión de las tierras, en particular las ocupadas posteriormente a 1729, fecha de prohibición

de las mercedes de tierras por los cabildos, el 25 de diciembre de 1756 el Rey declaró las poseídas

por Diego de Ávila y de la Torre, en calidad de tierras ¨ agraciadas, ¨ fijándoseles una ilimitada

posesión.89

Báguano vivió su primer cambio en 1758 cuando su poseedor Juan Bermúdez de Castro le arrendó la

mitad del mencionado corral a Francisco del Castillo. En la mitad restante, Juan tenía 32 reses y de

mayoral a Francisco de Molina, que cultivaba una rosa de tierra con 2000 matas de yuca y 200 cepas

de plátano para el autoconsumo, explotándose a cuatro esclavos.90

Un censo ganadero de 1764 reportó que Diego Ramón de Ávila González poseía en el hato de Alcalá

40 cerdos y en San Fernando 130 reses, y su hermano Eusebio 30 reses en Tacajó, mientras su primo

Blas de Ávila Marrero91 declaró dos reses y 60 cerdos en Bijarú. En Báguano, José Bermúdez de Ávila,

hijo del poseedor del Corral tenía junto a su madre, 60 reses y 30 cerdos.92 En 1765, para el impuesto

de la alcabala se realizó una nueva declaración jurada de las posesiones y Diego Ramón de Ávila,

declaró que la hacienda de Alcalá y San Fernando le rendían una ganancia anual de 100 pesos.93

Las cifras ganaderas declaradas por los poseedores, sin obviar la clásica costumbre de rebajar las

cantidades reales para reducir el impacto de los impuestos, apuntan hacia una crisis de la ganadería

extensiva y a un quebranto económico de la familia Ávila en la zona. Esta situación permitiría explicar

por qué en los años de 1772 y 1773, Diego Ramón de Ávila y su hermano Blas vendieron la mayor

parte de sus posesiones de Alcalá, la Puerca, San Fernando y Bijarú al bayamés Manuel Santiesteban

Muñoz y Brisuelas, por valor de 5 432 pesos, manteniendo Diego Ramón para sí 500 pesos de

posesión en Alcalá94 y conservando intactas sus posesiones en Limones.

En 1772, ya iniciado el proceso de la venta de las haciendas, Diego Ramón de Ávila le vendió 100

pesos de posesión con un valor de 280 pesos a su hijo Diego de Ávila González de Rivera,95 una

forma de mantener sus intereses en la zona. Otros miembros de la familia mantuvieron determinadas

88 ANC. Relengos. Legajo 97. Número 167. Folios 6 y 6v.

89 Ávila Delmonte, Diego. Ob. Cit., p. 95 y José a. García Castañeda. Ob. Cit., p. 147 y 148.

90 AHPH. Protocolos Notariales. Escribanía de Castellanos. Año 1758. Folio 11.

91 ACSIH. Matrimonios. Año 1745. Escritura 113.

92 ANC. Correspondencia de los Capitanes Generales. Legajo 17. Número 7

93 Ibídem. Intendencia General de Hacienda. Legajo 388. Número 41.

94 AHPH. Protocolos Notariales. Escribanía de Castellanos. Años 1772, Folio 6 y 29 y en 1773, Folios

2v y 37.

95 Ibídem. Años 1772, Folio 29.

Page 53: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

posesiones de tierras y animales de cría tanto en Alcalá como en Bijarú. Por cierto, en Bijarú ya

existía en 1773, un Ingenio de azúcar.96

Para 1775 existe un Padrón de las fincas rurales de la Jurisdicción de Holguín que facilita apreciar la

organización de las posesiones agro ganaderas.

En Bijarú y la Puerca el poseedor lo era Manuel Santiesteban Muñoz (residía en la ciudad de Holguín);

ambos sitios bajo la responsabilidad del Mayoral José Báez (1747 -?) y explotándose en el primero un

esclavo y en el segundo cinco. En Tacajó, Diego Ramón de Ávila González (residía en la ciudad de

Holguín) utilizaba al mayoral Cosme Rodríguez (1750 - ?), matrimoniado con Gregoria Ravelí, pardos

libres, dirigiendo a los peones Luis Rodríguez (1760 - ?) y Antonio Pérez (1756 -?) y a dos esclavos.

Tacajó mostraba también la presencia de otra posesión, en manos de José Ochoa (residía en la

ciudad de Holguín), trabajada por el mayoral Alonso Rodríguez, viudo, con dos hijas de 12 y 16 años

respectivamente, dirigiendo al peón Francisco Antonio Almaguer (1749 - ?) y a dos esclavos.97

José Ochoa Aispurua, de origen vasco, era desde febrero de 1751 el esposo de Rosalía de Ávila

González98 hermana de Diego Ramón y además de Tacajó poseía tierras en el realengo de Dajaos,

Dijacas y el Mijial y es probable las hubiera recibido por herencia o por donación de la familia. También

se destacaba en el negocio tabacalero dentro del cual por largos años, desde 1778 y hasta inicios del

siglo XIX, actuaría como el representante en la Jurisdicción de la Real Factoría de Tabacos de la

Habana.99

El padrón de 1775 muestra una muy baja ocupación física del espacio geográfico rural en el territorio,

en un índice de la baja productividad provocado por la ganadería extensiva y la pobreza general de

los cultivos en boga, todos ellos indicadores del panorama económico reflejado en el predominio del

autoconsumo en la Jurisdicción, todavía lejos de los impactos de una economía mercantil.

Para 1780 ya había muerto Manuel Santiesteban Muñoz y su viuda, Leonor Muñoz, le vendió las

haciendas de San Fernando, Alcalá, la Puerca y Bijarú a José de Peña en más de 1000 pesos.

Entonces el conjunto de sitios de Alcalá, San Fernando y la Puerca los denominó la hacienda de San

Juan Nepomuceno,100 denominación confusa y extraña porque una era la hacienda de San Juan de la

Puerca y la otra el corral de Alcalá.

El 15 de marzo de 1800 un estudio sobre los realengos en la Jurisdicción de Holguín informaba que en

las haciendas de Limones y Dajaos, San Diego de Alcalá y Báguano existían 1 685, 925 caballerías de

tierra.101 Esas cifras de tierras realengas eran una muestra de las gigantescas potencialidades

96 Ibídem. Protocolos Notariales. Escribanía de Castellanos. Año 1773. Folio 2v.

97 ANC. Gobierno General. Legajo 490. Número 25132.

98 ACSIH. Matrimonios. Año 1751, Escritura 173.

99 ANC. Gobierno General. Legajo 544. Número 27102. Carta del 23 de Noviembre de 1778 y AHPH.

Protocolos Notariales. Año 1808. Folio 54v.

100 AHPH. Protocolos Notariales. Escribanía de Castellanos. Año 1780. Folio 32v y 146.

101 ANC. Gobierno Superior Civil. Legajo 630. Número 19886. Folio 21.

Page 54: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

agrícolas no explotadas del territorio en ese tiempo. Estos estudio sobre realengos a inicios del siglo

XIX respondía al interés de la corono española que valoraba la realización de proyectos colonizadores

para fomentar la población blanca y la creación de riquezas en la Colonia.

Otro de los planes colonizadores correspondía al fomento de asentamientos en los territorios entorno a

la bahía de Nipe. En tal sentido el 11 de noviembre de 1802 el funcionario Francisco Joseph Griñán le

comunicó al Gobernador oriental Sebastián Kindelán sobre la disposición de cursar cartas informativas

sobre dichos proyectos a los poseedores de las haciendas del área de Nipe, refiriéndose a los dueños

de las tierras de Arroyo Blanco, Mayarí, Juliana, Sabana Yegua, Tacajó, Bijarú, Cortaderas, Ramón y

Entrecascos,102 en las Jurisdicciones de Holguín y de Santiago de Cuba.

En 1804 la Tenencia de Gobierno de Holguín reestructuró las viejas capitanías de partido y creó para

todo el territorio de la costa norte el Partido de Bariay,103 extendido desde el área de Gibara hasta la de

Nipe y desde esta, hasta la zona de Báguano, limítrofe con el Partido de Cacocum.

En 1804 Diego Pérez Cabrera declaraba poseer en San Fernando de la Puerca 200 pesos de

posesión,104 y en 1807 le compraba allí mismo a Manuel de Jesús de Peña, descendiente de José de

Peña, otros 200 pesos de posesión.105. Por esa apoca ya se había iniciado la historia del sitio La Güira,

al declarar en su testamento Bernardo Reynaldo Peña, poseer en el lugar 100 pesos de posesión.106

Entre 1805 y 1806 se produjo una reclamación ante el Gobierno por los poseedores Miguel Bermúdez

de Castro y Francisco García Ibarra sobre sus derechos respectivos a la explotación del realengo de

Báguano.107 Desconocemos los resultados; pero es interesante el hecho de que luego de esa fecha

desaparece el apellido Bermúdez de Castro de la documentación asociada a esa toponimia, vínculo

iniciado hacia 1750 y con una sostenida presencia física y un amplio basamento legal para aquel

tiempo.

Para 1810 ya existe la posesión de Los Haticos. Ese año Manuel González le vendió en ese lugar 100

pesos de posesión a Luis de G. Pupo.108

102 Íbídem. Gobierno general. Legajo 460. Número 22639.

103 Rodríguez, Armando. Administración colonial en Holguín. Primera mitad del siglo XIX, pp. 26 – 31.

Mantenemos esta información que el Lic. Armando Rodríguez tomó de Diego de Ávila, entre otras

fuentes; pero tenemos dudas de sí el alcance de Bariay fue entonces toda esa extensión hasta Nipe.

104 AHPH. Protocolos Notariales. Escribanía de Salvador de Fuentes Año 1804, f. 58v.

105 Ibídem. Escribanía de Fuentes. Año 1807. Folio 59v.

106 Ibídem. Escribanía de Salvador de Fuentes Año 1807, folio 66

107 ANC. Realengos. Legajo 97. Número 167. Folio 9.

108 AHPH. Protocolos Notariales. Escribanía de Salvador de Fuentes Año 1810, f. 110v.

Page 55: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

ETAPA DE LA ESTRUCTURACIÓN Y PERFECCIONAMIENTO DE LA ESTRUCTURA

ADMINISTRATIVA COLONIAL ZONAL (1812 – 1867).

Entre 1812 y 1867, el territorio alcanzó un mayor reconocimiento histórico al vivir la conformación

directa en sus tierras del orden político administrativo colonial, no ya desde otras haciendas, sino

desde dentro de la propia sociedad local.

En el marco de una nueva reestructuración del territorio jurisdiccional realizada hacia 1812, se precisó

entre otros el demasiado extenso partido de Bariay,109 surgiendo nuevos como el de Tacajó y

Tacámara. En el área de Tacajó se hallarán los cuartones de Alcalá, Bijarú y Tacajó, mientras en el de

Tacámara se hallarán algunas áreas de Alcalá y la zona de Báguano.110

Un censo de 1817 informó que en el Partido de Tacajó existían 286 habitantes, divididos en 209

blancos, 39 libertos y 38 esclavos.111

En julio de 1819 la vieja legislación feudalizante española que no permitía la condición de propietario

real del poseedor y la libre compra venta de la tierra fue abolida, creándose una ley atemperada a las

necesidades del desarrollo del capitalismo, estableciendo la demolición de las viejas haciendas

comuneras y convocándose a la mercantiliza de la agricultura. No obstante en la región oriental

cubana, la falta de capitales y la vieja estructura ganadera de la economía no repercutieron

plenamente en una transformación revolucionaria de la propiedad y de la explotación del suelo sobre

todo en las zonas como las de Báguano alejadas de la costa y los focos de la agricultura comercial.112

Más adelante, entre las décadas de 1830 y 1840, se realizó la demolición de los Hatos de Báguano, el

de San Fernando, Alcalá y el del Purial – desconocemos cuando se formó este último -- y en sus áreas

se desarrolló la acción de las nuevas propiedades. No hemos visto la fecha de los actos demolitorios;

pero se les referirá ya como plenamente ejecutados para mediados del siglo XIX.113

Hacia 1819 comenzó a parecer en la documentación histórica, dentro de la hacienda de Báguano la

denominación de un nuevo sitio, Camazán, que en su desarrollo dio origen a una nueva hacienda y

fue muestra de un cierto ímpetu en la colonización hacia en ese tiempo. A la historia de este lugar se

vincularían José García Ibarra y María Josefa Pupo en 1819,114 Manuel de Aguilera declarará tener allí

109 El nuevo Partido de Bariay se extendía desde el surgidero de Pesquero Nuevo hasta la Bahía de

Samá. Ver: AHPH. Tenencia. Legajo 3434ª. Folio 3 y 6.

110 ANC. Miscelánea de Expedientes. Legajo 4073 Al. Documento de 1817 que recoge 17 Partidos.

Véase además los límites de Tacajó y Tacámara en: AHPH. Tenencia. Legajo 96. Expediente 3560.

Folio 1 y 3.

111 Ibídem.

112 Riverend, Julio Le. Historia económica de Cuba, p. 152.

113 AHP. Tenencia. Legajo 96. Expediente 3563. Folios 4 y 6.

114 Ibídem. Protocolos Notariales. Escribanía de Salvador de Fuentes Año1819. Folio 16.

Page 56: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

250 pesos de posesión y un trapiche en 1828,115 Ramón y Juan B. Pérez en 1831,116 Andrés Antonio

Peña y Miguel Gómez117 y María C. Aguilar y Juan Batista Pérez118 en 1843.

La toponimia ¨ Camazán ¨ pudo nacer de la traslación del nombre del riachuelo de igual denominación,

nacido en la falda meridional de la Loma Muerta que corría al suroeste por las tierras de esa nueva

hacienda.119 Otra muestra de ese cierto impulso colonizador fue en 1840 la aparición del sitio La Vega

dentro del propio Camazán.

En 1827 comenzó en Bijarú la primera escuela de la capitanía de Tacajó, con 22 niños bajo la guía del

maestro Manuel Morillo; pero un año y medio después sólo le quedaban por efectos de la deserción

sólo seis alumnos.120

La naturaleza montuosa de la zona y sus colinas cubiertas por un espeso monte eran un habitad

perfecto para los cimarrones y otros fugitivos. Periódicamente el capitán de partido informaba a los

superiores en la Tenencia de la búsqueda de negros cimarrones o sobre la presencia de otros

delincuentes o soldados fugados que intentaran ocultarse y salvarse de la búsqueda en la

demarcación de su territorio.

Sobre la búsqueda de negros fugitivos se pueden citar de muestras los siguientes hechos. En abril de

1849 se capturó al esclavo cimarrón Pablo, perteneciente a la dotación de Rafael Lucas Sánchez,

proveniente de la hacienda de Guajabaney y en el mes de Julio se capturó en el cuartón de Bijarú al

negro esclavo cimarrón Apolonio, fugado de su propietario Manuel Marrero y llegado desde Puerto

Príncipe121. En agosto de 1850 se capturaron los cimarrones José Antonio y José Tanislao.122

El censo poblacional de 1841 informó que los habitantes del partido habían ascendido a 700, divididos

en 544 blancos, 70 libertos y 38 esclavos123. Respecto a 1817, la población había crecido en un ritmo

promedio de 17,25 por año, destacándose el predominio de los blancos y de los criollos en general.

Algunos meses más tarde, según un padrón sobre las fincas rurales de julio de 1842 en la capitanía

existían en total 64 propietarios, explotándose ya una cifra de 53 esclavos. Los animales poseídos por

115 Ibídem. Escribanía de Manuel León Rodríguez. Año 1828. Folio 15v.

116 AHPH. Protocolos Notariales. Escribanía de J. J. Almaguer Año 1831. Folio 116v.

117 Ibídem. Escribanía de Miguel de Aguilera. Año 1843. Folio 105v.

118 Ibídem. Escribanía de Fuentes. Año 1843. Folio9

119Pezuela, Jacobo de la. Diccionario geográfico, estadístico e histórico de la Isla de Cuba. Tomo I.

Pág. 263.

120 AHPH. Tenencia. Legajo 15. Expediente 339, f. 5.

121 Ibídem. Expediente 345, f. 21.

122 Ibídem. Legajo 15. Expediente 350. Folio 1.

123 Resumen del censo de población de la Isla de Cuba a fines del año 1841. Imprenta del Gobierno.

La Habana, 1842.

Page 57: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

estos ascendían a 533 reses, 1038 cerdos y 190 caballos.124 La carne de cerdo y sus derivados eran

uno de los principales productos que salían del territorio.

Los entonces propietarios más importantes de esclavos y en cantidad de animales lo denotan

Francisco Feria en el cuartón de Tacajó, Juan Ochoa en el de Alcalá y Juan Ramírez y Manuel

Almaguer en el de Bijarú, dueños en conjunto del 52,8% de los esclavos, de una sexta parte de los

vacunos, un tercio de los cerdos y un cuarto de los caballos.

En 1843, dentro del conjunto de propiedades existentes en el espacio del ya demolido hato de

Báguano, en el Partido de Tacámara, se destacaban en su área las nuevas toponimias de ¨ los

Torres ¨ con ocho sitios de crianza y labor, mientras en el ¨ Hato Viejo ¨ estaban nueve sitios y un

ingenio. El mayor sitio en la zona de Báguano se llamaba El Rosario, propiedad de Manuel Aguilera,

que explotaba dos esclavos y 11 caballerías de tierra.

En el demolido Hato de El Purial se encontraban 13 sitios, algunos de ellos en el lugar Los Haticos y

un ingenio. Precisamente en 1843, Antonio Rojas le vendió a Manuel Santos Peña, en los Haticos del

Purial, 10 pesos de posesión tasados en 100 pesos.125

En el demolido Hato de San Fernando existían 9 sitios y un ingenio, destacándose las nuevas

toponimias de La Entrada de San Juan, Hato Viejo, Guayabal, Limones y El Chorrerón de Limones.126

Para entonces en el espacio del Partido de Tacámara, contentivo de los cuartones de Tacámara,

Camazán, San Fernando y La Cuaba se habían demolido cinco viejas haciendas.127

El tabaco era uno de los productos mercantiles más importantes de la zona, en particular para Tacajó

y Bijarú, sembrado por muchos. En octubre de 1850 se esperaban obtener 827 quintales de tabaco,128

mientras en marzo de 1851 se informaba sobre la situación del cultivo que: ¨ se hayan ocupados los

vecinos en las cosechas de tabacos, las lluvias no son abundantes pero suficientes para mantener en

buen estado las plantas. ¨129 Para el cultivo de 1851 se sembraron 200 mil plantas.130

Después de 1854 una nueva división reestructuró las Capitanías Pedáneas. El partido de Bariay se

extendió de nuevo hasta Nipe, ajustándose también los cuartones, ahora reducidos en el caso que nos

ocupa a los de Bijarú y Tacajó.

124 AHPH. Tenencia. Legajo 15. Expediente 340.Año 1842. Folio 4.

125 Ibídem. Protocolos Notariales. Escribanía de Miguel de Aguilera. Año 1843. Folio 168v.

126 Ibídem. Tenencia. Legajo 96. Expediente 5363. Folio 6.

127 Ibídem. Expediente 3562. Folio 2.

128 Ibídem. Legajo 15. Expediente 350.Año 1851. Folio 21.

129 Ibídem. Expediente 351.Año 1851. Folio 24.

130 Ibídem. Legajo 15. Expediente 346.Año 1849. Folio 25.

Page 58: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

En 1857 los ingenios y trapiches principales en la zona de Bijarúy Tacajó eran tres: Santa Rosa de

Francisco de Feria, El Socorro de Antonio Ríos y Los Haticos de José Antonio Pupo131.

En el padrón de fincas de 1866 se numeraron siete ingenios y trapiches, dos en Bijarú, tres en Tacajó

y dos en Alcalá, poseídos respectivamente por Juan Ríos, Martín Díaz, D. Aguilera, Agustina

Rodríguez viuda de Feria (según el historiador Jacobo de la Pezuela este Ingenio llamado Santa Rosa

producía 150 cajas de azúcar y era el único destacable en la zona132), María Garayalde, Nicanor

Ochoa y Crecencio Nápoles.133 Los caseríos en el territorio eran unas muy pobres comunidades

habitacionales en esa fecha. El caserío de Bijarú tenía entonces sólo 11 viviendas de embarrado y

guano, una taberna y 51 habitantes, de ellos 10 esclavos.134

Al estallido revolucionario del 10 de octubre de 1867, los cuartones que hoy ocupan el espacio

ocupado por el municipio eran mayormente boscosos. Esa cualidad natural y la presencia de familias

independentistas como los Feria Garayalde, contribuyeron a convertir a Báguano en un territorio

importante en el enfrentamiento patriótico al poder colonial de España.

131 ANC. Gobierno General. Legajo 263. Número 13466

132Pezuela, Jacobo de la. Diccionario geográfico, estadístico e histórico de la Isla de Cuba. Tomo I.

Pág. 136.

133 ANC. Gobierno General. Legajo 266. Número 13258.

134 Pezuela, Jacobo de la. Diccionario geográfico, estadístico e histórico de la Isla de Cuba. Tomo I,

p. 186.

Page 59: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

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Page 61: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

El Ayuntamiento holguinero, como institución Jurídico-Administrativa entre 1878 y 1898.

Autor: MSc. Adrian Arévalo Salazar.

Durante los últimos años hemos percibido un florecimiento del tratamiento a nivel nacional de la

historia local y en la actualidad existen trabajos notables que permiten augurar un prolifero futuro para

la misma. Sin embargo aun existen zonas desconocidas para la historiográfica local y por qué no,

nacional. Los añejos y nuevos investigadores se han lanzado con bríos hacia el esclarecimiento y la

revelación de nuevas aristas de la historia local. El estudio del funcionamiento del aparato gubernativo

y su dialéctica con su entorno espacial y económico, durante la etapa final del coloniaje español en

Holguín, constituye otra manera de dilucidamiento de nuestro pasado, máxime si la investigación se

centra en el período de 1895 a 1898, en plena contienda independentista.

Se considera que prácticamente no existe un tratamiento desde la perspectiva política, administrativa y

económica de la municipalidad holguinera, ni de la interrelacionalidad desde la arista gubernamental

con el entorno geográfico-económico del Ayuntamiento local, además existe una fragmentación

cosmovisiba que se ha intentado concatenar en un todo globalizante, con las expresa intencionalidad

de poder esclarecer desde todas las visualizaciones posibles el fenómeno histórico anteriormente

referido.

El Ayuntamiento holguinero.

La culminación momentánea de la gesta independentista abría nuevos derroteros para la sociedad

civil cubana; a decir de Maria del Carmen Barcia: ¨ A partir de 1878, la sociedad civil cubana varió de

manera significativa. Diez años de dura guerra contribuyeron a que se instituyesen cambios políticos

que facilitaron el reagrupamiento de la sociedad ¨135

135 Maria del Carmen Barcia Zequeira: La Historia profunda: la sociedad civil del 98. En: Temas No 12-13, 1998.

p. 28

Page 62: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

A esta aseveración se añade que los cambios políticos fueron complementados para su validación,

con la puesta en vigor de una instrumentación jurídica, existente en la península y variada en su

implementación insular, sin atender los verdaderos requerimientos de la siempre fiel Isla de Cuba.

Más no podía exigirse de una constitución conservadora como la española de 1876 y su aparente

democracia.

A tenor de esta, surgieron los partidos que, rápidamente ocuparían los espacios políticos permisibles

durante el transcurso de la Tregua Fecunda, y se permitió la organización de otras asociaciones:

Liceos y Sociedades Gremiales. Por primera vez la opinión pública pudo expresarse, si no con entera

libertad, al menos con indulgencia por parte de las autoridades coloniales136.

Los cuerpos legales ordinarios fueron transformados o establecidos otros nuevos, a medida que la

modernidad y las fuerzas productivas peninsulares se desarrollaban. Por Real Decreto de 23 de mayo

de 1879 se hizo extensivo a Cuba, el Código Penal español, reformado luego en 1890. El 1 de enero

de 1889 comenzó a regir también la Ley de Enjuiciamiento Criminal promulgada en España en 1882 y

considerada un adelanto de la legislación penal, hasta entonces vigente, e hija directa del pensamiento

liberal burgués hispano iniciado en Cádiz en 1812.137

El 5 de noviembre de 1889 comienza a regir en Cuba el Código Civil, refrendado y puesto en vigor en

España el 24 de julio de 1889. Otras legislaciones puestas en práctica fueron la Ley de Enjuiciamiento

Civil y el no menos importante Código de Comercio, ambas en enero de 1886.138

En 1878 la Isla de Cuba por Real Decreto fue dividida en 6 provincias: Pinar del Rio, Habana,

Matanzas, Santa Clara, Puerto Príncipe y Santiago de Cuba. Al mismo tiempo por otro Real Decreto

de junio de 1878 fue promulgada la Ley Orgánica Provincial y Municipal.139

Esta Ley Municipal sería la que sin cambios rectoraría los ayuntamientos cubanos, inclusive tiempo

después de concluida la dominación colonial y bien entrada la República.

Por tanto es oportuno analizar algunos de sus aspectos fundamentales. Esta ley constaba de más de

200 artículos distribuidos en Vll Títulos, donde se regulaba y establecía la jurisdiccionalidad de los

miembros del consistorio y de estos con su entorno territorial, amén de los impuestos municipales y

sus características.

En sus artículos 11 y 12 se establecía la división de los habitantes de los términos en vecinos o

domiciliados. En su artículo 30 se establecía la composición del consistorio en alcaldes, tenientes de

alcaldes, regidores, concejales y los distritos y colegios electorales según el número de habitantes de

los municipios. En el caso de Holguín la composición era de un alcalde, 5 tenientes de alcalde, 19

regidores, 26 concejales y 5 distritos y 6 colegios. Los presupuestos municipales y su aprobación

136 Idem.

137 Julio A Carrera : Historia del estado y el derecho en Cuba, p.132

138 Ibidem. pp. 134 y 135

139 Ibidem. p. 136

Page 63: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

correspondían a las Juntas Municipales, además del establecimiento de los arbitrios permitidos por la

ley (artículo 31).

Estas Juntas estaban compuestas por todos los miembros del Ayuntamiento y de un número de

vocales asociados igual al de concejales (artículo 32). En cada barrio del término existía un alcalde,

nombrado por el alcalde municipal de entre los electores de la localidad (artículo 36).

Los Ayuntamientos se renovaban cada dos años, cuando la mitad de sus concejales eran removidos

(artículo 45). Ahora bien, el alcalde municipal era nombrado por el Capitán General de entre los

concejales de los Ayuntamientos, con la potestad de deponerlo cuando así lo entendiera oportuno y

nombrar como alcalde a cualquier persona, aun cuando esta no residiera en el municipio (artículo 49).

Los tenientes de alcaldes también eran nombrados de igual manera, excepto que obligatoriamente

tenían que ser concejales, y el Capitán General podía a su vez removerlos (artículo 50).

Inmediato a la toma de posesión del nuevo consistorio se elegía, mediante votación secreta, uno o

dos Procuradores Síndicos que eran los representantes directos de la comunidad y sus intereses ante

el Ayuntamiento (artículo 53).

Anualmente los Ayuntamientos formaban un presupuesto con los ingresos y gastos según sus

posibilidades (Artículo 129), estos ingresos serían por conceptos de impuestos sobre artículos de

comer, beber, arder y por rentas y productos de vienes, derechos o capitales pertenecientes al

municipio (artículo 132), además de arbitrios que se autorizaran sobre licencias para construir edificios

y mataderos, sobre alquiler de pesas, medidas, enterramientos en cementerios, ventas de víveres,

por establecer fondas, casas de baño, espectáculos públicos y sobre los derechos de matadero y

consumo de ganado sin exceder estos últimos, juntos, el 25% (artículo 133). El presupuesto a su vez

era sometido a la aprobación del Capitán General (artículo 150)140.

No es muy difícil percibir al vuelo la verdadera intencionalidad antidemocrática implícita en el

articulado de la legislación municipal de 1878. Bastaban dos artículos (artículos 49 y 50) para

mantener el sosiego de las autoridades coloniales en lo referente a las manos en que cayeran los

municipios. Estos dos artículos unidos al 150 constituían permanentes armas de presión sobre las

localidades, y encaminados a torcer al redil el rumbo de las mismas en caso de ¨incomprenciones y

desobediencias ¨ con la ¨madre patria ¨.

No son extrañas entonces las palabras de un contemporáneo, Rafael Cabrera, que refiriéndose a la

Ley Municipal se lamentaba: ¨ Triste alucinaciones de la esperanza, la nueva ley (…) traía consigo el

mismo mal, igual germen, idéntica causa eficiente de desmoralización (…) siempre quedaban la

centralización, la tutela y la fiscalización de un gobernante casi absoluto para segar la iniciativa local

¨141.

El término municipal holguinero se componía de 33 barrios entre los que sobresalían por su

importancia económica los de San Agustín, San Andrés, Martillo, La Yaya, Cacocum, Cabezuela,

140 Francisco Carrera Justiz : Introducción a la historia de las instituciones locales, pp. 153-172

141 Rafael Cabrera : Cuba y sus Jueces, p.185

Page 64: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Samá, Trajera, Calderón, Tacajó, Los Alfonso y Banes. El territorio antes de culminar la guerra de los

diez años había sufrido varias importantes modificaciones que determinarían mucho sobre su

capacidad económica el resto del siglo XlX, de él habían sido escindidos durante la década de 1870 y

hasta 1879, las localidades de Puerto Padre, Gibara y Mayarí, quedándose entonces sin puertos

naturales y sin la importante región tabacalera de Mayarí, convertidos todos en municipios a partir de

entonces.

A esto hay que añadir la lastimosa condición paupérrima a que fue relegado, causa directa de la

guerra de los diez años, que tuvo entre sus escenarios no solo al término circundante de la ciudad de

Holguín, sino hasta la propia ciudad.

La década del 1880 holguinero con un municipio en condiciones de franca debilidad económica, lo

que por supuesto se vería reflejado en la capacidad funcional del Ayuntamiento y en la efectividad con

que este enfrentaría sus deberes gubernativos. Si a esta situación añadimos la incomprensión del

gobierno colonial, encontramos entonces un verdadero estado calamitoso dentro del término.

La culminación de la guerra que había arrasado con 331 ingenios, 3 003 potreros, 17 074 estancias y

sitios de labor y 7 039 vegas de tabaco a lo largo de todo el país, en su mayor parte de las provincias

del centro y oriente, representaba no pocos retos a las autoridades coloniales. Aunque la principal

industria insular, el azúcar se recuperó rápidamente y amplió su capacidad productiva, la acrecentada

deuda pública de la isla debido en gran medida a la desorganización fiscal y a la corrupción imperante

además; de las necesidad lógica de toda metrópolis de apretar las tuercas de los dividendos (máxime

si es su colonia más importante y la metrópolis una de las más retrasadas dentro del corifeo capitalista

mundial) determinó por parte de esta última. La puesta en marcha de una política fiscal agobiante

rayando la asfixia de las fuerzas productivas donde los eslabones más débiles de la cadena, los

pequeños propietarios de fincas rústicas fueron los mayores perdedores. El carácter homogéneo con

que la misma se llevó a cabo a lo largo de toda la ínsula sin atender a diferenciaciones lógicas,

acrecentadas por la referida destrucción provocada por la guerra, se dilucida claramente a través del

muro de negativas levantado contra toda solicitud racional de distender un poco las imposiciones

fiscales.

El Ayuntamiento holguinero se vio precisado, presionado por los propietarios de fincas rústicas, a

elevar en el año económico de 1883-1884 la solicitud de rebaja en los impuestos, que fue denegada

por las autoridades provinciales. En mayo de 1885 nuevamente se sometió la misma cuestión al

gobierno provincial, recibiéndose la misma respuesta142.

Estas negativas del gobierno provincial y central aumentaron el malestar de los propietarios locales. En

el propio 1885 los vecinos de la Alcaldía de Barrio de San Agustín de Aguarrás, elevaron una instancia

al Gobierno Provincial de Santiago de Cuba solicitándole que se pidiera al Ayuntamiento de Holguín

una rebaja de las cuotas de cobro. Esto causó desavenencias entre los propietarios locales y el

consistorio holguinero que consideraba ultrajada su autoridad local por la iniciativa particular de estos

vecinos. El aire se tornó aun más caldeado cuando los encargados de las recaudaciones se vieron

enfrentados a ellos, dispuestos a no transigir en pago alguno, situación reflejada en un informe del

142 AHPH. Fondo Alcaldía y Ayuntamiento (1878-1898). Legajo 4. Expediente 118

Page 65: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Síndico José Dominicis donde argumenta que hay una: ¨ mala atmósfera creada por motivos de las

exigencias, las negativas, los choques continuos entre comisionados para el cobro y los contribuyentes

¨.143

El asunto se convirtió en un polvorín dispuesto a estallar, al punto que el propio alcalde municipal

asediado de continuo por los propietarios, tuvo que realizar un minucioso recorrido por todo el término

para calmar los ánimos exaltados de sus habitantes y prometer una decidida intervención del

consistorio.

No es casual entonces que para el año económico de 1883-1884 los impagos al Ayuntamiento

rondaran la cifra de los $ 16 618.56, el 30,7 % del total, nada despreciable si tenemos en cuenta las

características del territorio144. A la situación antes descrita hay que agregar la caducidad de los

registros de la riqueza rústica, pecuaria y urbana mediante los cuales se establecían la cuantía de los

pagos al Ayuntamiento; otra de las exigencias era la realización de un nuevo padrón que pudiera

demostrar la realidad económica del mismo.145 La realidad demostrable es que a las autoridades

provinciales no les interesaba la situación vivida y atravesada por la municipalidad, sólo para solicitar

el cumplimiento por parte de esta de sus responsabilidades fiscales.

Es en su desenvolvimiento financiero donde podemos aparecen pruebas fehacientes de la decrepitud,

fragilidad e ineptitud fiscal del Ayuntamiento de Holguín a lo largo de la etapa.

En un documento fechado en 1887 referente a la localidad, se precisaba que existía para ese año una

sumatoria de $ 54 129.33 por conceptos de créditos activos, arrastrada desde el año 1868. Estos

impagos se concentraban en: pagos por censos $ 1 870.81, por réditos del ejido $ 4 547.93, por fincas

urbanas $ 4 788.57, reintegros por gastos de presos $ 4 836.43, por concepto de industria y comercio

$ 10 969 y por fincas rústicas $ 14 469.05146. Las mayores cifras se concentran en impagos por

conceptos de Industria y Comercio y por fincas rústicas, representando en conjunto el 47 % del total.

La cifra representada por la industria y comercio ofrecen nuevas perspectivas de análisis, pues se

puede a simple vista, considerarlos naturales si se tiene en cuenta el bajo desarrollo de la actividad

monetario mercantil en el territorio y en específico en la cabecera municipal, ¿Sería realmente así?,

interrogante que está dada por el hecho de la presencia, dentro del consistorio de varios de los

representantes de la burguesía comercial urbana. Hasta qué punto esta burguesía conciente de su

fuerza y debilidad utilizó el ejercicio del poder en su beneficio en los duros años anteriores a la guerra

constituye una especulación no desligada de la realidad.

143 ídem

144 Ibidem. Legajo 62. Expediente 1818

145 Ídem

146 Ibidem. Legajo 73. Expediente 2240

Page 66: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Para colmo de males y reafirmándose en su política expoliadora, el gobierno colonial en febrero de

1887 aumentó los recargos por contribuciones territoriales e industriales en un 63 % y un 83 %

respectivamente.147

Los créditos activos en 1892 habían aumentado notablemente. Por concepto de fincas urbanas la cifra

llegaba a $ 7 742.68, por fincas rústicas $ 27 817.56 y por comercio e industria $ 23 457.11,

aumentando en 5 años un 62 %, un 92 % y un 113 % respectivamente. En total el 31 de diciembre de

1892 se contabilizaban

$ 60 179.70.148

La ley de presupuestos de 1891-1892 estableció para ese año un impuesto a la propiedad rústica de

un 2 % si era propietario, si por el contrario era arrendatario debía abonar 2 % por la propiedad y 2 %

por la renta.149 Esta medida aumentó las erogaciones de los pequeños agricultores, agravando aún

más la penosa situación de estos.

A pesar que desde 1890 el consistorio contó con mayores sumas de dinero, a causa de que el

gobierno central había cedido a estos varias de sus prerrogativas fiscales, en especial, el referente a la

totalidad del impuesto sobre consumo de ganado, propio mercado y matadero, y que la cabaña

ganadera, el más importante renglón económico de la región, había aumentado; sus finanzas no

mejoraban. Los déficit continuaban, como el del año económico de 1891-1892 que sumó $ 5 846.40,

no todo lo achacaremos a la impuntualidad de los contribuyentes, sino a la existencia de una mala

administración del Ayuntamiento, como lo refiere el concejal Jose A García, uno de los miembros del

selecto grupo de poder local, quien delante del propio Capitán General Callejas expresaría que ¨ (…)

la verdadera causa del mal estado de los servicios no era otra que la mala administración (…) ¨150

Viniendo de tal personaje esta confesión constituye una rareza dentro del mare mágnum colonial

holguinero finisecular.

El proceso de amortización de la deuda con el Ayuntamiento por parte de los deudores era

extremadamente precario. Al analizar los datos recopilados durante el proceso investigativo se pudo

constatar. La siguiente tabla refleja las cantidades satisfechas por años fiscales entre 1887 y 1893.

Año económico 1887 1893 Disminución

1881-1882 $ 2 049.83 $ 1 976.52 $ 73.31

1882-1883 $ 3 045.63 $ 2 252.51 $ 793.12

147 Ibidem. Legajo 4. Expediente 127

148 Ibidem. Legajos 62 y 72. Expedientes 1818 y 2740

149 Julio Le Riverend : Historia económica de Cuba, p.529

150 AHPH. Fondo Alcaldía y Ayuntamiento (1878-1898). Actas del Cabildo 4 de mayo de 1894. Legajo 6.

Expediente 221

Page 67: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

1883-1884 $ 17 306.65 $ 16 616.56 $ 690.90

1884-1885 $ 1 622.46 $ 950.87 $ 671.59

1885-1886 $ 2 202.19 $ 827.52 $ 1374.67

1886-1887 $ 6 934.36 $ 6 270 $ 664.34

Subtotal de deuda $ 33 151.12 $ 28 893.98 $ 5 078.12

Total de deuda $ 54 129.33 $ 60 179.70 ------------

Tabla 1.1 Pagos de créditos activos al Ayuntamiento

Fuente: AHPH. Alcaldía y Ayuntamiento (1878-1898) Leg. 62 y 72 Exp. 2240 y 1818.

Como se aprecia las sumas amortizadas al Ayuntamiento en el lapso de 6 años, apenas representan el

15,3 % de la deuda existente en 1887.

Otro análisis hilvanado al precedente refiere que hacia 1887 la suma total de la deuda era de $ 54

129.33, esta se venía arrastrando desde 1868.En 1893 la deuda se había estacionado en $ 60 179.70,

a simple vista parece que en 6 años sólo se había incrementado en $ 6 050.37, realmente no es así.

Observemos la siguiente tabla, en ella se consignan los créditos activos del Ayuntamiento desde 1887

a 1893

Año económico Cobros Pendiente

1887-1888 $ 804.89

1888-1889 $ 15 568.32

1889-1890 $ 880.24

1890-1891 $ 961.71

1891-1892 $ 5 846.40

1892-1893 $ 1 361

Subtotal de deuda $ 25 422

Total de deuda $ 60 179

Tabla 1. 2 Pagos de créditos activos al Ayuntamiento

Fuente: AHPH. Alcaldía y Ayuntamiento (1878-1898)

Leg. 62 y 72 Exp. 2240 y 1818

Page 68: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Entre las fechas referidas la deuda de los contribuyentes se incremento en $25 422, pero los deudores

continuaron realizando los pagos dentro de sus posibilidades. Entonces si le restamos a $ 25 422 que

fue el crecimiento de la deuda, $ 6 050.37 que es el real ocurrido entre 1887 y 1893 obtenemos $ 19

372 que seria la cifra saldada por los contribuyentes en 6 años y que representaría el 32 % del total de

la misma.

Se puede apreciar que los holguineros de fines del siglo XlX tenían serios problemas financieros,

culpabilidad recaída en un estado opresor sin verdaderos intereses fomentadores de su colonia

cubana.

No en balde el Sindico José Dominicis en un informe de 1889 expresaba. ¨ Respecto a los créditos

activos puede decirse que por su naturaleza y época a que corresponden, son casi en su totalidad

incobrables o de dudoso cobro ¨.151No obstante hay implícita una doble interpretación de esta

afirmación, pues no hay muchas evidencias de que el Ayuntamiento fuera suficientemente fuerte en

sus posiciones gubernativas de cobro y hasta es sospechosa la respuesta que el propio Dominicis da

en otro informe ante el apremio del Gobierno Civil de la Provincia para el cobro de las cantidades

pendientes, correspondientes al año fiscal de 1883-1884, cuando expresa que: ¨ Sería tan difícil, como

poco humanitario (…) el cobro de sus montos a los contribuyentes pobres ¨152Nuestra sospecha estriba

en que nunca fue para el Ayuntamiento holguinero ni en la Colonia ni en la República, una prioridad ¨

los contribuyentes pobres ¨.

Como es lógico, si no cobras o puedes cobrar, tampoco puedes pagar o cumplir con tus obligaciones

como Ayuntamiento.

Hacia 1889 los créditos pasivos alcanzaban la astronómica cantidad, para la región de $ 136

552.99.153Estos en su mayoría corresponden a sueldos de maestros, materiales para escuelas y

sueldos de empleados del Ayuntamiento en general.

La educación era la más sacrificada en bien público, pues a la hora de eliminar alguna partida

presupuestaria era la más perjudicada. En 1893 existían en el término municipal 9 escuelas de niños y

niñas, dos de primer ascenso, 6 incompletas en los barrios de Velasco, Uñas, Yareyal y Cuaba,

además de una de entrada en la propia ciudad de Holguín, atendidas todas por un personal docente

de 10 directores y maestros de escuela. Para entonces el director de la escuela de primer ascenso

ganaba el insignificante sueldo de $ 58.26 mensuales, el director de la escuela de entrada $ 50 y los

ayudantes de las escuelas incompletas $ 30 mensuales.154

Durante el ejercicio fiscal de 1887 las obligaciones con la Instrucción Pública sumaban $ 4 143.79, de

esta fueron satisfechas solamente el monto de $ 121.65 para un 3 % del total, debiéndosele al

personal de las escuelas

151 Ibidem. Legajo 46. Expediente 1289

152 Ibídem. Legajo 62. Expediente 1818

153 Ibídem. Legajo 46. Expediente 1289

154 Ibídem. Legajo 76. Expediente 2331

Page 69: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

$ 2 760.62 por sueldos y $ 555 por materiales necesarios para reponer por roturas o caducidad.155

Para el mismo año, regionalmente la Provincia de Oriente ostentaba la mayor proporción de habitantes

por número de escuelas a razón de 2 546 habitantes por cada una, el número total se contaban en 107

para la provincia con un costo total de $ 77 593.30 y una cuota de 28 centavos por habitante, algo

realmente execrable, aún para una colonia. Tal era el deplorable estado de la educación en la región.

El término de Holguín no constituía una excepción a la regla como hemos podido corroborar. 156

En junio de 1887 el Gobierno Civil Provincial envía un comunicado suplicatorio al Ayuntamiento

Holguinero para que este le enviara la mayor cantidad de dinero posible para poder enfrentar la

situación general de la educación.157

La situación de los maestros y sus familias como es comprensible, era muy difícil dada las

circunstancias generales del municipio. Algunos de ellos se acercaron al Ayuntamiento solicitando le

fueran pagos sus sueldos atrasados, pues apenas tenían recursos para enfrentar el hambre y las

necesidades más perentorias. Así es como la viuda del catedrático del Instituto de Segunda

Enseñanza de Holguín, Rodrigo Rodríguez exige el pago de las sumas atrasadas a su difunto esposo

por concepto de sueldos, ascendentes a $ 169.30 por ¨(…) estar ella en la miseria con tres hijos ¨.158

A medida que la situación lo permitía y la voluntad política de los concejales afloraba se realizaban los

pagos de los sueldos atrasados a los maestros, la mayoría de las veces los atrasos duraban años y en

el mejor de los casos meses. En el año fiscal de 1888-1889 se destinó $ 1 239 al pago de atrasos por

sueldos,

$ 879.21 por sueldos atrasados del año fiscal de 1883-1884, y $ 360 a Teresa de Urgellés maestra

que fue de la escuela de niños de Gibara por sueldos un poquito atrasados, nada más y nada menos

que del año económico de 1868-1869.159

Por la misma época de 1889 el alcalde del Barrio de San Andrés solicitaba, se abriera en la localidad

una escuela, pues en ella existían 626 niños en edad de recibir instrucción que no la recibían, la

reiterativa solicitud terminó por decidir al Ayuntamiento a realizar la apertura de dos escuelas

incompletas. Los demás barrios que no poseían escuelas tenían que conformarse con un elevado

porcentaje de analfabetos, e inclusive los que tenían el privilegio de contar con una; la extrema

precariedad de los materiales, los sueldos no devengados por los maestros que continuamente se

marchaban por esta causa unido a la política irresponsable del gobierno colonial impedían un buen

funcionamiento de las mismas.160

155 Ibídem. Legajo 73. Expediente 2240

156 Comité Estatal de Estadísticas: Los censos de población y vivienda en Cuba., Tomo l, Volumen ll , p.304

157 AHPH Fondo Alcaldía y Ayuntamiento (1878-1898) Legajo 9. Expediente 127

158 Ibídem. Legajo 4. Expediente 127

159 Ibídem. Legajo 75. Expediente 2289

160 Ibídem. Legajo 135. Expediente 4553

Page 70: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

El 14 de febrero de 1894, en cabildo celebrado, el Ayuntamiento toma en cuenta, una orden emitida

por el Gobierno Provincial, donde se disponía que en el presupuesto de 1894-1895 se consignase

una anualidad corriente a efecto de ir eliminando la deuda municipal con los maestros de instrucción

primaria, el consistorio tras realizar unas justificativas cuentas sobre su situación financiera,

argumentaba no poder obedecer porque ¨(…) resulta que este Ayuntamiento no se encuentra en

iguales circunstancias que los demás ¨. 161 Decididamente la educación no entraba dentro de las

primacías de los ilustres concejales.

Los pobres del término eran los grandes perdedores en el juego macabro de la supervivencia colonial.

En el municipio existía una Junta de Beneficencia a la cual se encontraba adscrita la llamada Casa de

Beneficencia, encargada de atender las necesidades de los más pobres y menesterosos o al menos

esto era en teoría. En el referido presupuesto de 1887-1888 se destinaba a la compra de medicinas

para los pobres $ 37.20, compradas a los farmacéuticos locales y entregada al Hospital Civil, no sólo la

cuantía era risible sino que, de la misma, sólo fueron saldados $ 6.55, lo que evidencia la falta de una

política local dirigida a paliar la situación de los más necesitados. Aunque es real la condición

escabrosa de la economía regional, también es una realidad palpable la falta, por parte de los órganos

municipales, de poder de determinación ante sus deberes comunitarios. Si lo usual se presentaba de

esta manera, ni que decir de los presos pobres, relegados al último escalafón social. Según nos consta

por el mismo presupuesto, estaba dispuesto $ 1 947.65 para su manutención y alimentación en

general, de ellos fueron satisfechos $ 930.70, el 47% de lo previsto.

Para los años económicos de 1891-1892 y 1892-1893 cuando el municipio mejoraba; en gran medida

debido a las mencionadas disposiciones de 1890, las condiciones de los pobres y la atención que

estos provocaban en el Ayuntamiento se mantenían inalterables, de $ 100 destinados en 1892 para

medicinas a enfermos necesitados, se gastó $ 12.40.162

Durante años, la falta de estrategias decisivas para la eliminación de la deuda social, la inalterable

política fiscal colonial, la lenta recuperación económica territorial, unido a los eventos climatológicos

como las sequías constantes, ampliaron la dependencia de muchos con los órganos locales de

beneficencia pública que no pudieron afrontar las mínimas necesidades de estos.

El Período surgido a partir de 1890, de supuesta bonanza para el municipio, no repercutió en lo más

mínimo, en beneficio efectivo del mismo. Los grandes cúmulos monetarios por concepto de créditos

pasivos no sólo eran locales. En el año económico de 1891-1892 se destinaron al pago de la

Diputación Provincial

$ 2 200 de ellos $ 1 000 por débitos con la misma. Durante 1892-1893 fueron erogados a la

Diputación Provincial $ 7 872, de ellos $ 1 938 por deudas arrastradas. Los compromisos con la

provincia también presentaban otras aristas; en mayo de 1894 se debía $ 2 009 de dietas carcelarias

para presos.163

161 Ibídem. Legajo 7. Expediente 221

162 Ibídem. Legajo 76. Expediente 2332

163 Ibídem. Legajos 62,76 y 93. Expedientes 1795,2332,3028

Page 71: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Estas sumas representaban una sangría continua sobre las arcas de la municipalidad, una verdadera

fuga de numerarios necesarios. Esto entra dentro de la lógica colonial de la unidireccionalidad

ascendente, donde la máquina gubernamental funciona a modo de gran succionadora de todas las

potencialidades que presentan los escalones intermedios, y estos a su vez actúan de la misma manera

con los inferiores, llegando hasta los grandes perjudicados de todo el andamiaje: los municipios.

Una de las características de la municipalidad holguinera en la etapa es el descontrol sobre su

espacialidad económica y territorial. El estado lamentable de los caminos existentes y la propia

insuficiencia de estos, uncido a la falta de una conectividad verdaderamente fiscalizadora sobre las

alcaldías de barrio, permitía la proliferación de las ilegalidades y los defraudes al fisco. El gobernador

provincial, el 28 de abril de 1892 le solicita al alcalde de Holguín, José González que realizara las

averiguaciones pertinentes acerca de la construcción en Samá de un muelle perteneciente a la

sociedad mercantil Bonell & Ruiz, resultando ser que dicho muelle existía desde 1890 y que contaba

con un almacén, destinado a guardar los bananos exportados por el lugar hacia los Estados Unidos,

sin que esto lo supiera el Ayuntamiento de Holguín. El descrédito sobrevino en aumento al decidir el

alcalde González suspender la actividad mercantil de dichos señores e imponerle una multa de $ 500

por carecer de permisos. No pudiéndose cumplir la disposición porque en carta remitida el 8 de julio

de 1892 el alcalde de barrio de Samá José Fernández le decía que los señores ¨(…) no se encuentran

en esta localidad, sin haber dejado representante alguno(…)¨.164Desconfiamos por completo de las

justificaciones alegadas por José Fernández.

A la vez se expresa la incapacidad consistorial para potenciar el desarrollo económico territorial,

utilizando como punto de partida el ascenso de algunos polos económicos en las regiones de Samá y

Banes, prácticamente fuera del alcance efectivo del municipio.

La realidad del Holguín de 1878 hasta la culminación de la dominación española se dilucida a través

de su actividad como institución jurídico-administrativa. La Colonia se abre paso con todas sus

dicotomías, disyuntivas y contradicciones en el accionar holguinero finisecular. No hay visión más

esclarecedora del mundo opresivo colonial que la encontrada tras los ventanales del Ayuntamiento de

Holguín hacia la época estudiada, especialmente si tenemos en cuenta que la perspectiva de una

Cuba A y una Cuba B a su vez se bifurca hacia una regionalidad cargada de diferenciaciones

económicas, políticas y demográficas dentro de la propia Cuba B.

La funcionalidad del Ayuntamiento obedecía constantemente a las estrechas concepciones coloniales

españolas. Su labor adolecía de una coherente planificación encaminada a transformar dentro de sus

angostas posibilidades su entorno económico-social. A pesar de la crítica situación económica y la

política parasitaria colonial, no hay una intencionalidad negociadora genuina con las autoridades

superiores ni una posición decidida que contribuyera a estos objetivos, por la simple razón de que

nunca fueron objetivos del Ayuntamiento de Holguín.

Muchas veces los números son hacedores de respuestas. Nos mueve al comentario algunas

interrogantes. ¿Cuáles fueron las causas por las cuales si había que retrasar o eliminar

momentáneamente algunos pagos básicos del Ayuntamiento, los grandes perdedores fueron los

164Ibídem. Legajo 30. Expediente 835

Page 72: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

servicios sociales? .Los sueldos devengados por los empleados más cercanos del Ayuntamiento y

entiéndase como estos a los alcaldes, concejales, secretarios y demás personal, en contadas

ocasiones eran afectados. Si no cómo entender que en 30 años los alcaldes de Holguín dejaran de

recibir solamente $ 5 790.68, de un monto de más de $ 130 000 por créditos pasivos. La cuantía por

sueldos de estos empleados públicos siempre representó una suma relevante dentro de los

presupuestos municipales y sus gastos funcionales fueron objeto más de una vez de fuertes críticas y

rectificaciones, inclusive por el gobierno de la provincia, tal es el caso ocurrido en 1880 cuando el

Secretario de la Diputación Provincial, José Planas Tur recomendara al ilustre consistorio holguinero

que rebajara la suma consignada en el presupuesto de ese año de $ 1 419 por concepto de gastos de

escritorio e impresión, por considerarla demasiado elevada.165

BIBLIOGRAFÍA

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Temas (Revista). La Habana, No 12-13, 1998

Fuentes documentales

Archivo Histórico Provincial de Holguín

Fondo: Alcaldía y Ayuntamiento (1878-1898)

165Ibídem. Legajos 1,78 y 93. Expedientes 20,2343,3027 y 3028

Page 73: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Legajos: 1, 4, 7, 30, 46, 62, 75,6, 78, 93, 135.

Expedientes:

9,17,20,25,117,118,121,122,124,125,127,159,170,180,185,193,196,203,206,235,236,138,239,244,254

,260,272,273,287,313,318,393,402,415,425,430,440,660,664,814,822,827,835,869,878,882,885,888,8

99,904,908,913,1286,1289,1292,1298,1302,1306,1311,1313,1315,1317,1320,1333,1334,1340,1346,1

348,1354,1355,1359,1363,1366,1383,1384,1387,1392,1404,1407,1480,1483,1513,1766,1792,

LAS AVENIDAS DEL AZÚCAR Y SUS ESPACIOS DE ARRAIGO Y CONTENCIÓN EN LA REGIÓN

HOLGUINERA, 1899-1920

Autor: Rafael Ángel Cárdenas Tauler, Doctor en Ciencias Históricas y profesor titular

Para un observador poco perspicaz, sería difícil concebir un escenario menos propicio para la

difusión del modo de producción capitalista que la región holguinera en 1898: la economía

agropecuaria se había esfumado; el comercio, más allá de los confines de la Villa de Gibara y la

ciudad de Holguín, era una ficción; y las viejas comunidades rurales, cuando la tea incendiaria las

había respetado, no eran más que pueblos fantasmas.

Empero, un examen inquisitivo bajo la epidermis de este drama reconocería en él potencialidades

insospechadas antes de 1895, para la modernización de la sociedad holguinera: la ruina de los

hacendados ganaderos, clase que tradicionalmente se había erigido en valladar frente a la necesidad

de una reforma burguesa de las relaciones de propiedad agrarias precapitalistas; la depauperación

hasta extremos inverosímiles del campesinado, convertido ahora en un ejército de desocupados de

Page 74: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

reserva; la concentración de la riqueza residual de la región en manos del capital doméstico radicado

en la Villa de Gibara y la ciudad de Holguín, clase hegemónica objetivamente interesada en la

transformación capitalista de la estructura económica de su hábitat; y la transición de Cuba desde su

status de colonia de una potencia europea retrógrada a la de protectorado de Estados Unidos de

América, nación capitalista joven y pujante, cuyo stablishment, guiado por su enfoque pragmático de la

política y la economía, promovería la mercantilización del cuerpo social de la Isla hasta el punto que lo

requiriera y admitiera la Norteamérica corporativa.

La construcción del espacio económico azucarero de la región holguinera procedió en dos impulsos

sucesivos. El primero, protagonizado por The Cuban American Sugar Company, la United Fruit

Company y la Santa Lucía Company, se inició en 1899-1901 y se extendió a lo largo del eje Puerto

Padre-Gibara-Banes. El segundo impulso del proceso de industrialización azucarera regional,

sobrevino en el transcurso del auge de este renglón económico asociado a la Primera Guerra Mundial,

más concretamente entre 1915 y 1919, y fue escenificado en la franja meridional y el Este de la

localidad de Holguín por dos compañías azucareras financiadas con capital estadounidense (centrales

Cupey y Canarias), tres con capital comercial hispano-gibareño (centrales Rey, Cacocum y Báguanos)

y una con capital hispano-cubano-estadounidense (central Tacajó).

La historiografía cubana ha desarrollado una vasta epistemología sobre los centrales azucareros

propiedad del capital financiero estadounidense en la Isla, y en su abordaje del tópico el tratamiento de

aquellas unidades agroindustriales situadas en su región nororiental ocupan un lugar preferencial166.

No es por tanto el objetivo de este texto enfocarse en su análisis. Baste señalar aquí que los referidos

estudios concuerdan en identificar como sus regularidades que: a) la emergencia de estos emporios

fue posible por la devastación de la base económica causada por la guerra de independencia de 1895-

1898, la proletarización de la masa campesina, el apoyo económico y político proporcionado por los

gobiernos estadounidense y cubano, la debilidad institucional de la República incipiente, y la

ambigüedad jurídica del régimen de tierras heredado de la época colonial; b) estas compañías

azucareras desplegaron estrategias corporativas similares en su esencia, que previeron y lograron la

expansión incesante, la tecnificación intensiva y el control indisputable de las fuerzas productivas y la

infraestructura de transporte y comunicaciones terrestre y marítima implicadas en las fases agrícola,

industrial y mercantil de la producción azucarera; c) esta experiencia acarreó, asimismo, la modelación

del entorno geográfico, socioeconómico y político-administrativo de sus unidades agroindustriales, y de

ese ejercicio monopólico se derivaron relaciones de sometimiento de los campesinos, jornaleros,

colonos, comerciantes, políticos, la sociedad civil y los órganos locales de gobierno situados en la

esfera de influencia de los centrales, respecto a los intereses de estos últimos.

Sin embargo, pese al enorme potencial económico, político y axiológico subyacente en el juego de

poder de estas empresas, el estudio minucioso de la documentación archivística patentiza que el

166 Podrían citarse como ejemplos clásicos de los estudios nacionales sobre el latifundio azucarero en general las obras de Ramiro Guerra Azúcar y población en las Antillas y La industria azucarera de

Cuba. Estudio descriptivo. En lo que respecta a la literatura historiográfica vernácula que ha enfatizado en el ángulo estadounidense del fenómeno, véanse de Ariel James Figarola Banes. Imperialismo y nación en una plantación azucarera, de Oscar Pino-Santos El asalto a Cuba por la oligarquía financiera yanqui y Cuba. Historia y economía, y de Oscar Zanetti Lecuona, Alejandro García et al United Fruit Company: un caso del dominio imperialista en Cuba. Entre las obras de autores foráneos y particularmente relevantes, tenemos a Nuestra colonia de Cuba de Leland Jenks y Azúcar amargo. Un estudio de la economía cubana de Byron White.

Page 75: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

alcance real de este fenómeno de opresión distaba de la omnipotencia. Esta aseveración está

concebida como el primer aporte de este escrito.

La expansión geofágica de The Chaparra Sugar Company en el occidente de la localidad

holguinera, se encontró obstaculizada por las propiedades de Wenceslao Infante Bidopia, el principal

terrateniente ganadero de la región, consistentes en un compacto latifundio distribuido en sucesivas

fincas que se extendían a través de los terrenos de San Agustín de Aguarás, San Andrés,

Guaramanao, Manantiales, Magibacoa y Las Coloradas, y que se prolongaba, separado del cuerpo

principal por Máguanos y El Canal, en Cauto del Cristo (brecha que quedaría cubierta en 1913, cuando

Infante tomó en arriendo terrenos para potreros en San Lorenzo, Máguanos y Manantiales, del

abogado norteamericano W. Blackburn Wilson). Infante era dueño también de más del 30 % del

ganado asentado y de más del 50 % del comercializado en el Término Municipal de Holguín, socio

comanditario de las sociedades Infante y Tamayo e Infante y Compañía, accionista de la Compañía de

Fomento de Holguín S. A. (la mayor empresa constructora de esa zona), de la Sociedad Copropietaria

de la Mina Santiago S. A. en Guajabales (la mina aurífera más productiva de la región) y de la sucursal

del Banco Español, arrendador de tierras en Las Coloradas y Barajagua para plantaciones cañeras y

en Guajabales para la explotación de la mina Nuevo Potosí, así como refaccionista de colonos en

Banes167. Por tanto, Infante no requería incorporarse al monocultivo cañero en las condiciones de

colono de The Chaparra Sugar Company, ni mostraría interés en venderle su patrimonio.

La estrategia expansiva de la Santa Lucía Company se proyectaría hacia la ramificación de sus

latifundios desde su enclave histórico conformado por los barrios rurales Bariay, Fray Benito y Santa

Lucía, en las direcciones de la hacienda comunera Almirante al Suroeste y la zona de Banes al Este.

Esta empresa, en su avance sobre la primera hacienda, se internó en un escenario caracterizado por

la venta de sus fincas por parte de la antigua clase terrateniente y sus sucesores a los comerciantes y

hacendados hispano-cubanos de Holguín y Gibara, quienes anhelaban ese espacio por su ubicación

entre las ciudades homónimas y en las inmediaciones de los yacimientos auríferos de Guajabales y las

vías del Ferrocarril de Gibara-Holguín-Chaparra168. La marcha de la Santa Lucía Company hacia el

interior de la zona de Banes correría una suerte similar, pues resultó contenida por un movimiento

análogo de la United Fruit Company en la línea perfilada de Norte a Sur por las haciendas comuneras

en proceso de deslinde o ya deslindadas Yaguajay-El Retrete-Tacajó y Bijarú, donde la segunda

disfrutaba de la primacía. En la primera hacienda mencionada, esta última empresa controlaba los

accesos al embarcadero de Samá; en la segunda, la propiedad de la Santa Lucía Company quedó

circundada en todas las direcciones por los latifundios de su rival, lo que le otorgaría a éste la

prerrogativa sobre los pasos hacia su ferrocarril entre Banes y Nipe y la salida al mar; y en la tercera,

la concurrencia de los centrales Tacajó, Boston y Báguanos y los intereses de The Cuba Railroad

Company en torno a la Bahía de Nipe pusieron coto a su avance169. Por esos motivos, el progreso de

la Santa Lucía Company en el hinterland entre 1899 y 1917, se vería limitado a la adquisición de 132,8

167 Archivo Histórico Provincial de Holguín (A. H. P. H.), Fondo Juzgado de Primera Instancia e Instrucción del Partido Judicial de Holguín, 1902-1920, legajos 13-234; Fondo Protocolos Notariales del Partido Judicial de Holguín, 1899-1920; Fondo Registros de Sociedades Mercantiles del Partido Judicial de Holguín, libros 1-13; y Registros de la Propiedad Pecuaria del Término Municipal de Holguín, libros 1-5, F. C. 168 A. H. P. H., Fondo Protocolos Notariales del Partido Judicial de Holguín, 1899-1920.

169 Ibíd.

Page 76: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

caballerías y 198,79 pesos de posesión de tierra en las haciendas Almirante y Tacajó y Bijarú, situadas

en la línea divisoria de las zonas de Gibara y Holguín la primera, y en la de Banes y Holguín la

segunda170.

Tampoco puede calificarse de fructífera la incursión de la United Fruit Company en el hinterland

holguinero. Su subsidiaria The Nipe Bay Company se apoderó de 76 caballerías en la hacienda

Cacocum (el 6,7 % del total) en el transcurso de su deslinde, pero 29 terratenientes locales ocuparon

simultáneamente el 56,4 % de la tierra171 y con ello dominaron los accesos al Cauto, las vías del

Ferrocarril Central y los principales caminos. Por último, el central Cacocum comenzaría sus

operaciones en dicha hacienda y las colindantes a partir de 1918172. Otra dirección del avance de los

latifundios azucareros de esta Compañía en el hinterland fue Tacajó y Bijarú, donde llegó a adquirir

propiedades que totalizarían 1 225 caballerías hacia 1915173. Paralelamente, entre 1902 y 1916 la

Tacajó Sugar Corporation expandió sus latifundios y colonias en esa misma área y su adyacente

Alcalá. Colindante con la primera al Suroeste y con la segunda al Sur, se extendía su análoga

Báguanos y en ella, en el último año mencionado, se fundó el central de ese nombre y sus tierras bajo

cultivo se ramificaron hacia el Sureste a través de las ex─haciendas comuneras San José de los

Haticos, Tacámara y Güiral y Barajagua174. Estas circunstancias, a las que se añadían los intereses de

The Cuba Railroad Company en el Este, impusieron un freno al movimiento expansivo de la United

Fruit Company en la vecindad de Antilla y hacia el hinterland holguinero.

Es notorio que las unidades agroindustriales desplegadas tardíamente (1915-1920) en el área

meridional de la localidad de Holguín, no han recibido la misma atención historiográfica que sus

homólogas estadounidenses del litoral (tal vez porque se asumió otrora que estas últimas los

constituían paradigmas más acabados de la explotación imperialista norteña), y que inclusive se ponga

en duda la veracidad de la existencia de una de ellas (el central Rey) pese a la evidencia archivística

que la respalda. Es precisamente esta brecha epistemológica la que ha pretendido sellar esta

investigación.

La ubicación de esos centrales en la franja meridional y el Este de la zona holguinera les

proporcionaba acceso a la llanura aluvial del Cauto (343 kms. de longitud, una cuenca de 8 969 kms².,

32 afluentes y un recorrido con numerosos meandros), favorables condiciones climáticas para el

rendimiento agrícola e industrial de la caña, las vías del Ferrocarril Central y los puertos de Nipe y

Santiago de Cuba. La población rural en esas áreas totalizaba 16 035 habitantes en 1915 y 23 961 en

1919175, lo que significa un veloz incremento de más del 49 % en un territorio señalado por la elevada

concentración de la propiedad rústica —diez haciendas comuneras deslindadas o en proceso de

estarlo con una capacidad superficial total de 35 285 caballerías, de las cuales el 56,1 % pertenecía a 170 Ibíd. 171 A. H. P. H., Fondo Juzgado de Primera Instancia e Instrucción del Partido Judicial de Holguín, 1902-1920, legajos 13-234. 172 A. H. P. H., Fondo Protocolos Notariales del Partido Judicial de Holguín (1899-1920); y Jiménez

Soler, Guillermo: Las empresas de Cuba, 1958, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2004. 173 A. H. P. H., Libros de Actas de Sesiones y Acuerdos del Ayuntamiento de Holguín, sesión del 23

de agosto de 1915. 174 A. H. P. H., Fondo Registros de Sociedades Mercantiles, libros 1-13; Fondo Protocolos Notariales del Partido Judicial de Holguín (1899-1920), Fondo Juzgado de Primera Instancia e Instrucción (1902-1920); y Jiménez Soler, Guillermo: Las empresas de Cuba, 1958, Op. cit.

175 Padrón Vecinal del Término Municipal de Holguín, publicado en el periódico El Liberal, no. 411, del 15 de abril de 1915, Biblioteca del Museo Histórico Provincial de Holguín (B.M.H.P.H.) y el Censo de la República de Cuba de 1919, Op. cit.

Page 77: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

146 terratenientes176—. Esta conjunción de factores implicaba, a la vez, una amplia disponibilidad de

fuerza de trabajo susceptible de explotación mediante el salario y la complejización de los

procedimientos de acceso a la tierra.

El hecho de que el capital comercial y ganadero y la alta clase media urbana ocuparan

tempranamente la mayor parte de la tierra útil del hinterland y los accesos a las vías férreas, los

caminos principales y la ciudad de Holguín, y contuvieran en el perímetro de su zona los movimientos

de las compañías azucareras norteamericanas desde el litoral, impidió que estas se hicieran fuertes en

la misma y entorpecieran la fundación tardía de centrales por aquellos.

La implantación de la monoproducción azucarera en la zona de Holguín debió aguardar más de tres

lustros por la acumulación del capital necesario por parte de sus clases hegemónicas, la consumación

del deslinde de las haciendas comuneras, la construcción del sistema del Ferrocarril Central y del

puerto de Antilla, y la coyuntura de auge azucarero asociada a la Primera Guerra Mundial. Esta

circunstancia forzó a las compañías azucareras fundadas en la zona de Holguín con capital hispano-

cubano-estadounidense, a compartir sus ganancias con los grandes propietarios asentados en sus

áreas de operaciones, que les asegurarían el acceso a la tierra; la banca extranjera, que constituiría su

fuente de capitales suplementarios; y The Cuba Railroad Company, que garantizaría el flujo de las

producciones, exportaciones e insumos de sus centrales. La complejidad de estas relaciones se

patentiza en las experiencias empresariales de dichas compañías177.

En 1918, la Compañía Azucarera Central Rey S. A., nucleada en torno a los comerciantes hispano-

gibareños José Rey García y Antonio Bermúdez Otero, dio inicio a su aventura con una emisión de 1

500 bonos de 500 pesos cada uno, con un interés del 6 % anual y por un término de diez años. Los

tenedores de los mismos acordaron nombrar como su agente fiduciario al Banco Nacional de Cuba

(aún cuando, en su trayectoria, la Compañía Azucarera Central Rey S. A. contaría también con el

crédito y sus grandes colonos con la refacción del Banco Español). La Compañía estableció asimismo

un convenio con la Sociedad Cuervo y Pagliery de La Habana178, mediante el cual esta última se

obligaba a construir el batey y la casa de maquinarias del central en los terrenos de la Compañía,

consistentes en 215 caballerías de tierra aportadas por sus fundadores en la hacienda Sabanilla del

Contramaestre. Según su concepción original, la fábrica de azúcar sería capaz de moler 80 000 @ de

caña diariamente.

Al año siguiente, falleció José Rey García y su coterráneo Juan Rimblas Cusachs, uno de los

pilares del comercio gibareño y holguinero, adquirió de la Sucesión de aquel y de Mariano Faget

176 A. H. P. H., Fondo Protocolos Notariales del Partido Judicial de Holguín, 1899-1920, y Fondo Juzgado de Primera Instancia e Instrucción del Partido Judicial de Holguín, 1902-1920, expedientes de deslinde de haciendas comuneras, legajos 13-234. 177 El análisis del proceso formativo del complejo económico-social del azúcar en la zona holguinera entre 1915 y 1920, está respaldado por la triangulación de los datos contenidos en: A. H. P. H., Fondo Registros de Sociedades Mercantiles del Partido Judicial de Holguín, libros 8, 11, 12 y 13; Jiménez Soler, Guillermo, Los propietarios de Cuba, 1958, Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2008, pp. 46-47, 89, y 468-469; del mismo autor: Las empresas de Cuba, 1958, Op. cit., pp. 38 y 89; A. H. P. H., Fondo Protocolos Notariales del Partido Judicial de Holguín, 1899-1920. Para el seguimiento de la trayectoria empresarial de la Compañía Azucarera Central Rey, se recurrió asimismo a: A. H. P. H., Fondo Juzgado de Primera Instancia e Instrucción del Partido Judicial de Holguín, 1902-1920, legajo 241, expediente 3 271, y legajo 290, expediente 3 280. 178 A. H. P. H., Fondo Registros de Sociedades Mercantiles del Partido Judicial de Holguín, libro 1.

Page 78: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Torres 36 acciones preferenciales y 180 comunes de la Compañía con un valor total de 36 000 pesos y

15 000 dólares, acto que lo convirtió en detentador de su paquete accionario.

No obstante, los accionistas no disponían de los recursos financieros necesarios para las

operaciones del central y la Sociedad Cuervo y Pagliery se vio obligada a asumir su administración, y

con las ganancias obtenidas con la venta de la zafra de 1918-1919 pagó los jornales, refaccionó a los

colonos, y costeó el corte, alza y tiro de la caña. Posteriormente, se ocupó asimismo del

perfeccionamiento del capital fijo de la fábrica, la extensión de las obras del batey, la adquisición de

locomotoras, material rodante, combustible y otros insumos y del tendido de ramales de vía ancha

hacia las colonias, utilizando para ello las garantías colectiva e individuales de sus asociados. En

1919, la finca azucarera Central Rey ya disponía de seis lotes con un total de 302 caballerías situados

en las haciendas Sabanilla del Contramaestre y San Francisco. Hacia 1920, la deuda de la compañía

azucarera con la Sociedad Cuervo y Pagliery ya ascendía a 639 008,60 pesos, una cuantía muy

superior a la estipulada en el contrato original.

Paralelamente, la Compañía adquiriría otras obligaciones igualmente onerosas, atribuibles a su

escasa liquidez y al problemático acceso a la tierra a lo largo del trayecto del Ferrocarril Central, y que

le negarían aún más recursos para la reproducción ampliada de sus operaciones. En 1918, el colono

Manuel Sánchez Sera concedió a la Compañía Azucarera Central Rey un crédito de 4 500 pesos con

interés del 7 % para la construcción de un chucho en las proximidades de la estación ferroviaria de

Cacocum, contrayendo ésta una hipoteca sobre dicha instalación y la obligación de cancelar el

préstamo con las utilidades del azúcar. En 1920, el hacendado norteamericano John Goodwin Althorne

entregó en arriendo al central Rey 140 caballerías por 14 años en la hacienda Sabanilla del

Contramaestre, por una renta de 5 000 pesos anuales pagadera con el importe de media arroba de

azúcar por cada 100 de caña. No fue hasta ese año que se construyó el ramal ferroviario de esta

unidad agro-industrial, el cual se conectaba con el Ferrocarril Central en las cercanías del poblado de

San Germán y contaba con una estación propiedad de la Compañía. Dicha vía fue tendida a través de

la hacienda de uno de sus colonos, el terrateniente norteamericano Albert Penn Kerr, el cual accedió a

cambio de que se le permitiese usar su chucho para transportar, sin pagar cargos, sus productos

agrícolas hasta las vías del Ferrocarril Central.

El mayor potencial de la fase agrícola del central Rey, radicaba en sus grandes colonos. En la zafra

de 1918-1919, esta unidad agro-industrial produjo 660 218 @ de azúcar, y para ello debió moler 530

000 @ de caña procedentes de terrenos propios y más de 11 veces esa cantidad suministrada por sus

colonias179. En 1920, el central Rey agregó a sus cuatro contratos de suministro de caña originales

―Juan Rimblas Cusachs, Mariano Faget y Torres, Juan Ambrosio Aguilera Zayas y la sociedad de

José Rey García (hijo) y José Rey Llisny― otros siete adquiridos del central Cacocum y uno del

Canarias, quienes tenían bajo cultivo un total de 427 caballerías en las haciendas Sabanilla del

Contramaestre, Cacocum y Guanaiba.

En el último año mencionado, la Sociedad Cuervo y Pagliery presentó una demanda ante el

Juzgado de Primera Instancia de Holguín contra la Compañía Azucarera Central Rey, por el cobro de

los 639 008,60 pesos que ésta aún le adeudaba. El litigio se zanjó provisionalmente cuando la

179Archivo Nacional de la República de Cuba (A.N.R.C.), Fondo Secretaría de la Presidencia, “Resultados de los centrales del Término Municipal de Holguín, en la zafra de 1918-1919”, legajo 48, no. 6.

Page 79: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Compañía aceptó un paquete de compromisos que la ponían prácticamente en manos de la parte

demandante: la liquidación íntegra de la deuda en un plan de plazos que se prolongaría hasta 1932,

pagando un interés del 6 % anual (todos los pagos se efectuarían en pesos cubanos o dólares) y

reconociendo una segunda hipoteca sobre la finca; el pago de la deuda de 100 000 pesos contraídos

por la Sociedad Cuervo y Pagliery con sus acreedores para invertir en las mejoras de la finca, en tres

plazos anuales entre 1920 y 1922; el mantenimiento en condiciones operativas de la instalaciones y

equipos del central y la preservación de los contratos en vigor; la siembra de caña en tierras del central

y sus colonias hasta totalizar 10 000 000 @ de la gramínea en cada zafra, siguiendo una estrategia

para reducir progresivamente la dependencia de la Compañía respecto de sus colonias con el fin de

incrementar su cuota de ganancia; y la obligación de asegurar las instalaciones del ingenio en no

menos de 1 000 000 de pesos, bajo pena de que la Sociedad acreedora se hiciera cargo del trámite

cobrando para ello el principal y los intereses adeudados y vencidos de la Compañía.

En junio de 1921, ésta aún no había logrado cumplir la última parte de su compromiso, lo que le

valió una nueva admonición de la Sociedad acreedora, y su deuda con los tenedores de bonos cuyo

fideicomiso corría por cuenta del Banco Nacional de Cuba todavía ascendía a 39 008,80 pesos. El 21

de septiembre de 1921, la Compañía Azucarera Central Rey emitió cinco bonos por valor de 100 000

pesos cada uno con un interés del 10 % anual y término en 1923, constituyendo para ello una tercera

hipoteca sobre sus propiedades. El corolario de su calvario fue el embargo de las instalaciones de su

finca el 8 de octubre del mes siguiente y su remate en pública subasta el 23 de diciembre del mismo

año, operación en la que, tras resultar valorizadas en 700 000 pesos, serían transferidas a la

propiedad de la Sociedad Cuervo y Pagliery.

Peor fue la suerte corrida por la empresa estadounidense Coloradas Sugar Company en su

aventura azucarera. En 1915, esta Compañía, aspirando a erigir un central con sus anexidades en la

hacienda Las Coloradas, negoció a través del terrateniente Luis Masferrer Grave de Peralta contratos

con un grupo de propietarios de la misma, según los cuales la Compañía los refaccionaría e instalaría

chuchos ferroviarios en sus fincas que serían costeados por los propios colonos. En el curso de esta

operación, la Compañía se endeudó con la Fidelity Trust Company. En 1916, el terrateniente

norteamericano Walter S. Thompson le vendió 36 caballerías a la Compañía, que las adquirió con

créditos suministrados por The Guaranty Trust Company, hipotecando nuevamente sus propiedades y

rentas en Las Coloradas; de manera que en ese año fue el propio Masferrer quien se ocupó de

proporcionarle refacción a los colonos, comprar su zafra y moler las cañas en el central Cacocum.

Tres años más tarde, el hacendado ganadero Wenceslao Infante le arrendó más de 110 caballerías a

la Compañía en la misma hacienda y ésta subarrendó parte de ellas al médico Rodolfo Socarrás y al

farmacéutico Ricardo Sirvén, bajo condiciones que patentizaban la débil capacidad negociadora de

aquella: ellos suministrarían caña, no pagarían arriendo, podrían fomentar potreros, y estarían

facultados para reorientar su caña hacia otros destinos si el central Coloradas no estaba construido

con vistas a la zafra de 1920-1921; la Compañía, por su parte, se comprometía a instalar las vías

férreas y los chuchos. En 1920, finalmente, la Coloradas Sugar Company se vio precisada a ceder a la

Coloradas Cane Corporation su concesión ferroviaria y demás privilegios en sus terrenos, y se limitaría

en lo sucesivo a gestionar contratos de colonato para el central Cupey.

En 1916, José Picaso Calvet vendió 5 736 caballerías a la Compañía Azucarera Central Canarias

en la hacienda Sabanilla del Contramaestre, a condición de que se hiciera cargo asimismo de la

hipoteca mantenida sobre esa propiedad por el Banco Territorial. Posteriormente, la Sucesión Picaso

Collier transfirió a la Compañía otras 379 caballerías, y ésta quedó endeudada y su finca hipotecada

Page 80: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

tras recibir un crédito de 2 300 pesos con un interés del 15 % del colono norteamericano James

Waterman Watson. En las operaciones de la Compañía Azucarera Central Canarias, además del

Banco Territorial, también intervinieron mediante la concesión de créditos a la misma y de refacción a

sus colonos, The Royal Bank of Canada y el Banco Nacional de Cuba.

La Cupey Sugar Company era propiedad de la West Indies Sugar Finance Corporation,

perteneciente a la National Sugar Refining Company, controlada a su vez por el grupo financiero

norteamericano Howell. Esa compañía azucarera refaccionaba a la Sociedad Wakefield and Carleton

(estadounidense), la Sabanazo Sugar Company Limited y The Cuban Plantation Limited (británicas) y

a terratenientes estadounidenses, para asegurarse el acceso, a través de ellos, a las tierras y chuchos

colindantes con las vías del Ferrocarril Central (Sabanazo, Mir, Maceo y Amigos) que se extendían a lo

largo de las haciendas deslindadas Las Coloradas, Máguanos, El Canal y Arroyo Blanco del Sur. A

partir de esos puntos de apoyo, dicha Compañía irradiaría su influencia hacia los propietarios

autóctonos asentados en la periferia de esos intereses. Las condiciones impuestas por The Cupey

Sugar Company a sus colonos, tal vez fueron las más ásperas en el escenario azucarero holguinero

del período: se atribuía el derecho de supervisión e intervención en el proceso productivo, retenía entre

el 25 y el 30 % de las utilidades brutas del azúcar hasta la liquidación de la refacción y prohibía la

actividad mercantil colateral.

No obstante, también The Cupey Sugar Company carecería de autoridad para doblegar a su arbitrio

a sus colonos: en 1920, uno de ellos, el norteamericano David D'Arcy Pascoe, le concedió el derecho a

construir su ferrocarril por sus tierras en la hacienda El Canal a cambio de que dicha empresa le

pagara por esa servidumbre 500 pesos anuales por 99 años; y en ese mismo año, otro colono suyo, el

también estadounidense Basil Hone, permitió al comerciante Julio Yeste Muñoz desarrollar "negocios

mercantiles" en sus terrenos, obligándose éste a pagarle una renta de 100 pesos mensuales y a

mantener los precios vigentes en los mercados circundantes de Sabanazo, Mir y Omaja.

Los hermanos Martín y Melchor Palomo Beceña, comerciantes hispano-gibareños, asociados con

otros cuatro hacendados y comerciantes cubanos, fundaron en 1918 el central Cacocum y en 1919 el

Báguanos. Simultáneamente, ambos Beceña, incitados por el auge azucarero, se empeñaron en una

estrategia de diversificación de inversiones que se tradujo en la fundación en 1918 de una colonia

cañera que suministraría la materia prima al central Rey, la constitución de dos sociedades mercantiles

en el giro de tienda mixta en Holguín y Puerto Padre en 1919180, la instalación de un gran aserrío para

procesar los 4 000 000 de pies de madera que aportaría el despeje de los terrenos para cultivar caña

en su latifundio de la hacienda Cacocum, dotado de un ramal conectado con las vías del Ferrocarril

Central, en ese mismo año181, y la construcción de otra colonia azucarera en Mayarí en conjunción con

su hermano Gaspar entre 1919 y 1920. Esta práctica sustrajo importantes recursos a la reproducción

ampliada de los centrales mencionados y los privó de reservas para enfrentar la crisis que se

avecinaba.

Para la zafra de 1918-1919, el central Báguanos disponía de 42 caballerías de caña, 15 de pastos,

44 en proceso de sembrar y 349 de montes. En el transcurso de la misma, fue capaz de producir 1 801

180 A. H. P. H., Fondo Registros de Sociedades Mercantiles, libro 11.

181 Periódico El Eco de Holguín, número del 27 de septiembre de 1919, B. M. H. P. H.

Page 81: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

880 @ de azúcar y para ello tuvo que moler 11 484 648 @ de caña, el 78 % de las cuales procedía de

sus colonias182.

En 1920, la Compañía Azucarera Central Báguanos había contraído una deuda con The Royal

Bank of Canada ascendente a 1 200 000 pesos (otro acreedor suyo fue el Banco Español), viéndose

obligada a hipotecar sus propiedades183, en tanto que la Compañía Azucarera Central Cacocum había

adquirido otra con el Banco Nacional de Cuba por un total de 1 750 000 pesos. En ese mismo año, en

medio ya de la crisis bancaria, el central Báguanos fue transferido a la propiedad de la estadounidense

Punta Alegre Sugar Company y el Cacocum fue retenido a duras penas por los hermanos Beceña con

una pérdida de 1 478 000 pesos.

La fundación del central Tacajó o San Jerónimo en 1917 fue un producto de la fusión, en los

marcos de la Tacajó Sugar Corporation, del capital financiero hispano-norteamericano representado

por Bernardo Braga Rionda (sobrino de Manuel Rionda Polledo y miembro de Czarnikow Rionda

Company), Donald Dodge, R. B. Crispell y Rafael Yevallas; del comercial hispano-gibareño identificado

con las figuras de José, Antonio y Pablo Beola Valenzuela; y de la propiedad terrateniente de Banes y

Mayarí personificada por la Sucesión Dumois.

El central Tacajó llegó a disponer, a fines del período aquí estudiado, de 1 242,7 caballerías en la

hacienda deslindada Tacajó y Bijarú (42,7 % de la capacidad superficial de la misma) pertenecientes a

la familia Dumois (89,5 % del total), José H. Beola (5,7 %) y la Tacajó Sugar Corporation (4,8 %). Su

conexión con el ramal Antilla-Alto Cedro del Ferrocarril Central le permitiría exportar sus producciones

e importar sus insumos por el puerto del primer nombre, circunstancia que fijaría su dependencia de

los intereses de The Cuba Railroad Company.

Las condiciones especiales en que se configuró el espacio económico azucarero en la zona de

Holguín, generaron un sistema de colonato con rasgos peculiares: los grandes propietarios podían

contratarse como colonos con varios centrales simultáneamente; los contratos de colonato podían

asumir la función de medio de capitalización de la reproducción ampliada del monocultivo azucarero; y

las utilidades generadas en una colonia contratada con una unidad agro-industrial determinada, podían

estar en función de la reproducción ampliada de otra.

El fenómeno hasta aquí expuesto, implicaría la desigual capacidad de réplica de las unidades agro-

industriales del hinterland y sus análogas del litoral frente a la demanda del mercado de niveles de

producción y productividad cada vez mayores. En la zafra de 1918, los centrales azucareros de la zona

de Holguín contaban con 129 colonias cañeras, dato que representa menos de la décima parte de las

colonias desarrolladas en torno a los centrales Chaparra y Delicias184. Dos años más tarde, el conjunto

de la propiedad latifundiaria de los seis centrales erigidos en la zona holguinera entre 1915 y 1919

equivalía al 13,43 % de las tierras en poder de los centrales Chaparra, Delicias, Boston, Preston y

Santa Lucía185. En la zafra de 1922, los centrales Rey, Canarias, Cupey y Cacocum agrupaban a 196

182 Ibíd.

183 A. N. R. C., Fondo Donativo y Remisiones, "Endeudamiento de la Compañía Azucarera Central Báguanos con The Royal Bank of Canada", legajo 629, no. 60.

184A. H. P. H., Fondo Ayuntamiento Neocolonia, “Fincas dedicadas a plantaciones cañeras en Holguín en 1918 y 1922”, legajo 132, expediente 6 811; y edición extraordinaria de la revista "Agricultura y Zootecnia" de 1924 dedicada a los centrales Chaparra y Delicias. 185 Cálculo realizado a partir de la triangulación de los datos contenidos en: revista "Agricultura y Zootecnia", número extraordinario, Op. cit.; Pino Santos, Oscar, El asalto a Cuba por la oligarquía

Page 82: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

colonos y molieron 9 990 288 arrobas de caña, lo que equivalía a la quinta y la décima partes de los

indicadores respectivos del central Delicias en ese mismo año186.

Pero el desgranamiento de los avatares experimentados por la aventura azucarera que tuvo lugar

en la zona de Holguín a partir de 1915, resultaría incompleto sino se agregara esta otra reflexión: el

auge azucarero de 1914-1919, que actuó como detonante de aquella, también contenía los elementos

potenciales de su condena. Las experiencias empresariales de los inversionistas empeñados en el

fomento de centrales, databan de la economía mercantil de la Gibara decimonónica y de la economía

hatera ancestral del hinterland. Los primeros habían prosperado a expensas de la protección

dispensada por la metrópoli a sus actividades económicas y de la incapacidad estructural del

hinterland para promover su propio proyecto modernizador, en tanto que los segundos eran legatarios

de una tradición de ganadería extensiva y el fomento de cultivos comerciales sin elaboración industrial.

Por ende, aquellos y estos carecían de experiencia para entender que, para prevalecer en un contexto

de concurrencia mercantil exacerbada, la creciente acumulación de capital en aras de una

intensificación cada vez mayor de la producción debía convertirse en búsqueda obsesiva.

El corolario de esta simbiosis de limitaciones fue que las elevadas utilidades del azúcar se

encauzaron, con harta frecuencia, hacia el derroche en objetos suntuarios, la ostentación y los

placeres mundanos. Obsérvese el testimonio de un contemporáneo de aquellos eventos, el propietario,

político e historiador local Juan Albanés: “Eran los tiempos arcádicos…, en que se encendían tabacos

con billetes de cinco dólares, de los grandes espectáculos escénicos en Holguín con la Rousskaya, la

ópera de Enrico Odierne, Hipólito Lázaro, Serrador-Mari, los Martínez Casado, Esperanza Iris con su

“Viuda Alegre”, y las presentaciones galanas de Don Arturo Arbés. Época en que los guajiros

(entiéndase propietarios rurales medianos y ricos — R. A. C. T.) arrojaban sus matas de plátanos y de

mangos al camino para sembrar caña…y de Roberto Nomer con sus relojes de oro Waltham en venta,

y los perfumes parisienses de la Casa Betancourt”187.

De manera que la crisis económica de 1920-1921 no hizo más que retirar la banqueta sobre la que

se sostenía precariamente el capital azucarero hispano-cubano de Holguín, el cual, a espaldas de las

leyes económicas que rigen la sociedad capitalista, se había ajustado al cuello alegremente el dogal

de la imprevisión.

Bibliografía

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p. 185.

Page 83: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

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Revista "Agricultura y Zootecnia", número extraordinario de 1924.

Page 84: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Particularidades de la lucha partidista en el TMH entre 1899-1920.

Por: Celia del Carmen Hernández Arias y Armando Cuba

Llegado el año de 1902 y con él la primera magistratura del país que la ocupó Tomás Estrada Palma

comenzó un nuevo proceso de formación de partidos políticos, los cuales estuvieron vinculados con las

aspiraciones de sus respectivos caudillos políticos. De esta manera en Holguín se proclama el propio

20 de mayo de 1902 la República en la Casa Consistorial (La Periquera) así como nació “la entidad

nacional cubana, que consagró legal y definitivamente el nombre con que se conoce y reconoce a este

país en todo el mundo, y había tenido antecedente paradigmáticos en Guáimaro, Baraguá, Jimaguayú

y La Yaya.”188

Es importante destacar que desde el surgimiento mismo de estas agrupaciones partidistas van a ver en

las coaliciones electorales la vía para devastar a otros partidos o la vía para detener el demasiado

poderío o la fuerza imperante. Así lo afirma Juan Gualberto Gómez en el Diario de sesiones de la

Convención Constituyente de la Isla de Cuba de 1900-1901 alegando:

Las coaliciones electorales que muchos juzgan inmorales lo son en puridad cuando las pactan

partidos extremos para únicamente destruir o demoler; pero hay otras coaliciones que son

morales, los que pactan los partidos para detener las demasías del poder o de la fuerza que

impere en un país cualquiera, ocupe o no ocupe la esfera oficial. Y esas coaliciones son

legítimas y altamente morales.189

Estas coaliciones o alianzas serían temporales y supuestamente debían sostener visiones políticas

diferentes y simbolizar intereses económicos opuestos. Este proceso de alianzas entre partidos llegó a

188 Armando Cuba de la Cruz, Ob.cit. p. 63

189 Diario de Sesiones de la Convención Constituyente de la Isla de Cuba. 1900-1901. P.34, en, Joel

James Figarola: Cuba 1900-1928: La República dividida contra si misma. P.95.

Page 85: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

constituir un elemento característico en la política burguesa cubana con un carácter cada vez más

significativo.

Cabe destacar que de estas primeras agrupaciones que surgen durante la primera intervención

norteamericana darán al traste con un proceso en el cual se comenzarán a formar los verdaderos

partidos que regirán la vida política en el país, aclarando que todos desde sus orígenes recurrirán a los

diversos mecanismos, como lo fueron los fraudes y los copos electorales190 a través de los cuales

veían su arribo al poder.

Este proceso de unificación entre las primeras agrupaciones induce a la aparición de los primeros

partidos con carácter puramente nacional fundamentalmente a partir del año 1903 donde el estilo de

hacer política comenzará a tomar otro rumbo. Así lo afirma el M. Sc. José Ángel Borja cuando comenta

que: “Estos partidos se identificaban por no tener un carácter nacional, aun cuando, trataron de

vincularse con agrupaciones de otros lugares con características similares. El número de partidos

locales, regionales o provinciales, estuvo condicionada por la situación específica de cada territorio.”191

Al cesar la dominación española asume la Alcaldía de Holguín el general Manuel Rodríguez Fuentes,

aunque no fue hasta 1900 cuando se celebran las primeras elecciones que es elegido como Alcalde el

Licenciado Francisco Fernández Rondán quien en 1905 renuncia y

…es sustituido por Pepe Torres, que a su vez la desempeña hasta su fallecimiento ocurrido el

dos de enero de 1908, en cuya fecha se hizo cargo de la alcaldía de Holguín, don Manuel Grave

de Peralta Sayas habiéndola desempeñado también interinamente, don Modesto Fornaris

Ochoa, don Justo Milá, don Benjamín Santiesteban, don Ángel Rodríguez Fuentes y el general

Luis de Feria.192

En el TMH personalidades de la índole de Rafael Manduley, Pepe Torres, Armando de Feria entre

otros llegaron a convertirse en grandes caciques. Sin embargo ha resultado difícil descubrir “…el

enriquecimiento ilícito de los funcionarios públicos o administrativos”193, que como ellos estuvieron en

representación de la región holguinera.

Lo anterior refiere que el liderazgo que expresa el caciquismo no es sólo el resultado de la acumulación

de riquezas, aunque esta es un factor importante en la conformación del cacique. De acuerdo con

Jorge Ibarra en su obra Cuba 1898-1921. Partidos políticos y clases sociales, en Cuba la figura política

del cacique se conformó a partir de la fórmula del General–Alcalde–terrateniente; es decir la

combinación del prestigio alcanzado durante la guerra con la elección a los cargos públicos y la riqueza

alcanzada en unos casos por vías lícitas, como el pago de los salarios a los miembros del Ejército

Libertador adoptado por acuerdo del primer Consejo de Gobierno el 14 de septiembre de 1896; o

ilícitas en otros. La existencia del capital burocrático, eufemismo tras el que se oculta el robo del tesoro

190 Copo. Vocablo utilizado en la época para designar el monopolio del poder por un solo partido, lo

cual es contrario al pensamiento liberal y a las libertades liberales burguesas.

191 José Ángel Borjas Martínez: El Partido Conservador Nacional cubano (1907-1921), p.17

192 José García y Castañeda: La Municipalidad Holguinera. Comentario Histórico 1898-1955, p.8

193 Armando Cuba de la Cruz: Holguín: de la Colonia a la República. Tesis presentada en opción al

Título Académico de Máster en Historia y Cultura en Cuba, Holguín, 2004, p.90

Page 86: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

público, ofrecía la posibilidad de establecer relaciones clientelares, pero no parece haber sido la más

socorrida en la etapa estudiada. Este es un problema que requiere un estudio más detenido.

Por su parte Carlos del Toro en su obra La alta burguesía cubana. 1920–1958, enfatiza en la relación

existente entre los caudillos militares de la guerra y los caciques políticos de la república, al sostener

que en la guerra comenzó la construcción del liderazgo de las personalidades que ejercieron el poder

político durante la primera república. En esa línea ya Joel James había demostrado, el monopolio

político del mambisado en la república en su Cuba 1900-1928. La república dividida contra sí misma.

De igual forma Francisco Pérez Guzmán aborda el problema del ascenso en la escala militar de los

miembros del Ejército Libertador, concediéndole prioridades a los niveles de influencia, instrucción y

riqueza como factores que facilitaban la promoción. Los mismos que abrían las puertas a los cargos

públicos en la República, ahora con la gloria añadida de ser oficiales Veteranos de la Independencia.

Desde las luchas independentistas muchos insurgentes y veteranos se hicieron de un grado militar el

cual no se adecuaba con su preparación militar para desempeñar la jefatura de un batallón o de un

regimiento. A partir de aquí comienzan a aparecer los caciques y a su vez establecer su liderazgo. Se

otorgaron grados por influencia social y apreciación, tal fue el caso de Rafael Manduley quien no

estuvo en guerras de independencia sin embargo tenía título de abogado. Cabe destacar que parte de

los coroneles, generales y comandantes etc, que provenían de las guerras eran oficiales que habían

cursado o cursaban estudios universitarios, cuando se incorporaron al Ejército Libertador, de los cuales

casi todos procedían de familias adineradas, inversiones en tierras, ingenios, y otros negocios,

destacándose los médicos y abogados, por lo que la presencia de los sectores humildes no resultó

predominante en el cuerpo de generales, coroneles etc.

Ante estas circunstancias tenemos que a la par de enriquecimientos ilícitos por parte de los caciques

existió enriquecimiento lícito, pues aquellos que habían permanecido durante años en el mambisado y

terminaron la guerra con altos grados militares, pudieron disponer de un modesto capital que para

algunos después de pagar deudas, aún les dejaba suficiente dinero para invertir en negocios de

diferentes niveles económicos. Este pago recibido les permitió el enriquecimiento en todos los sentidos.

A partir del prestigio alcanzado durante la guerra facilitó que estos caciques emprendieran el camino

de la política con vistas a ocupar cargos municipales, provinciales y nacionales.194

La tendencia liberal predominó en esta región oriental, pues consta en los documentos consultados

fundamentalmente en el bisemanario del territorio El Eco de Holguín que en todos los barrios

holguineros se celebraron reuniones donde dejaron establecidos el Comité del PL. Así en la campaña

electoral de 1905 en Holguín se celebraron 31 Asambleas liberales para apoyar, sostener y defender la

proclamación de José Miguel Gómez, y ya para 1907 se habla de apoyar la candidatura histórica,

asegurando que los liberales holguineros no se dividirían en zayistas y miguelistas, por lo que se

deduce que ya se está haciendo referencia al Partido Liberal Histórico (PLH) que tendría su aparición

oficial un año después, lo cual refuerza la idea del proceso del PL.

La búsqueda de la diversidad de opiniones y el derecho a la disensión, el respeto a la oposición y a las

minorías es típico del pensamiento liberal predominante en la época.

Con la segunda intervención, la llegada del PCN y la división interna del PL el camino se les

estrechaba a los liberales quienes desde la creación del PM sabían de las pugnas que vendrían en el

camino.

194 Francisco Pérez Guzmán: Radiografía del Ejército Libertador 1895-1898, p.69-99

Page 87: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

El Gobierno provisional aprobó la formación del nuevo partido, pues lo vieron como la vía para

contrarrestar a los liberales y que de esta manera no llegaran a convertirse en una fuerza insuperable.

Sin embargo para los planes norteamericanos la presencia de otro partido les fue muy favorable pues

vieron la posibilidad de que liberales y conservadores se alternaran en el poder y así garantizaban el

juego político propio que caracteriza el estilo de hacer política en su país.

Ya estaban estructurados los dos partidos que regirían las luchas políticas del país, ambos conducidos

por caudillos provenientes del Ejército Libertador quienes contaban con una clientela política las cuales

se movían junto a ellos.

El PCN afilió las figuras más distinguidas de la intelectualidad y un gran número de destacados

veteranos de las guerras de independencia donde figuró el Mayor General Mario García Menocal,

principal figura dentro del PCN y desde su ingreso el caudillo indiscutido del partido y al igual que el PL,

la opinión pública asoció el PCN con su figura Enrique José Varona quien fuera su presidente.

El PL por su parte seguía la estrategia de ganar adeptos para las elecciones que se avecinaban. El

bisemanario del territorio hizo público un comunicado de la Convención Nacional del Partido Liberal

donde acordaban celebrar la fecha gloriosa del 10 de octubre y según ellos manifestaron sería sin

colorido político alguno, incitaron a todo el pueblo a trasladarse hacia la capital donde tendría lugar el

meeting y serían invitados todos los veteranos de las luchas independentistas y demostrar de esa

manera el sentimiento de solidaridad cubano195.

Por otro lado mientras se organizaba el PIC en 1908 se preparaban las elecciones generales que

tendrían lugar, además estaban las intenciones por parte de los organizadores del PIC en presionar

sobre los partidos en pugna para que tuvieran en cuenta los intereses de su organización recién creada

y abrir una posibilidad de tener su cuota de poder en alguna transacción con el PCN o el PL. Pero el

PIC no estaba en condiciones de cambiar las reglas del juego y que como bien se apunta fue

combatido por todos: por liberales y por conservadores.

En vistas de los comicios de 1908

Los dirigentes cubanos, en aras de ganar votos, realizaban giras, mítines y fiestas. La respuesta

del adversario casi siempre fue con una actividad similar o superior. En el caso de las fiestas el

evento consistía en organizar un almuerzo o una cena en los alrededores del lugar donde sus

antagonistas harían la actividad político-recreativa, costeándolas con fondos provenientes,

generalmente, de una colecta. 196

Todo esto con vistas a incrementar en sus filas miembros que discreparan con el partido de oposición

ya fuera el PL o el PCN.

Vale la pena destacar que el voto es acceso al poder y este es un problema fundamental en cualquier

sociedad erigida como estado nacional y del sistema político establecido en Cuba. Martí señalaba en

La Revista Universal de México que las Cámaras (se refiere al Parlamento), la prensa y las elecciones

eran las armas de los pueblos democráticos, y en Estados Unidos apuntó que en los países

democráticos un ciudadano que no vota es como en un ejército un soldado que deserta. Eso es

liberalismo puro, pero en aquellas sociedades el voto era esencial y la única forma de llegar al poder

eran esa o por la vía armada violentando las leyes; de ahí la búsqueda del voto a toda costa.

195“Solemne Aniversario” en El Eco de Holguín, miércoles 25 de septiembre de 1907, p.2

196 José Ángel Borjas Martínez. Ob.cit., p.29

Page 88: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Con el PCN dentro de las luchas partidistas ya para los comicios de 1908 preparaban su candidatura

que sería Menocal - Rafael Montoro, el antiguo autonomista, mientras que el PL contó con la

candidatura Gómez – Zayas quienes formaron una coalición para estas elecciones donde el primero

debía asegurar que el segundo fuera elegido presidente en las próximas votaciones. El Eco de Holguín

hizo público en un anuncio del 15 de julio de 1908 la candidatura del PL, la cual incluyó el logotipo que

identificaba dicho partido. La candidatura quedó compuesta por un presidente, un vicepresidente, un

gobernador civil, un alcalde municipal, 8 consejeros provinciales y 21 concejales.

El 14 de noviembre se llevaron a cabo las elecciones y no hizo falta esperar resultados para saber el

triunfo liberal quien arrasó a los conservadores. Para estos comicios ya los liberales se dividen en

miguelistas y zayistas mientras que el conservadurismo se presentó unido con Mario García Menocal.

El 28 de enero de 1909 tomaba posesión el gobierno de José Miguel Gómez quien inauguró el primer

gobierno emanado del PL en Cuba. El nuevo mandatario debía garantizar la puesta en marcha del

sistema político y mantener el nivel de soberanía alcanzado con el peligro siempre latente de una

nueva intervención.

“Para las elecciones de 1908 a los que practicaban cualquier oficio que fuesen buscando trabajo en los

centrales en su fase terminal le compraban el voto (…) si no echaban el voto por delante no había

puesto…197”

Las elecciones de 1908 la ganan los liberales por tres razones fundamentales: dinero, fusión y pactos

entre Zayas y José Miguel Gómez, además de la frustración que existía por la independencia

inalcanzada, y el liberalismo fue la vía por la cual se pensó que resolvería los problemas del momento.

“Los matones de José Miguel comían en el mismo plato que los conservadores. Las elecciones se

hicieron en plena borrachera…Los liberales sabían que iban a ganar y estaban celebrándolo

desde dos días antes. Los conservadores sabían que iban a perder y querían ripiarse la plata que

les había tocado en el reparto y congraciarse con los liberales, para cambiar de casaca y seguir

chupando.198”

Se iniciaba así una etapa llena de negocios sucios conocidos como “chivos”. El Estado Cubano

comenzaba a convertirse en corrupto y corruptor, legalizando juegos como el JAI ALAI y aprobando la

ley de la lotería nacional. En julio de 1909 fue aprobada la ley que autorizaba la lidia de gallos de ahí

que en el antiguo territorio holguinero se publicó un comunicado donde se daba a conocer que:

En Holguín se ha dado el caso de que zayistas y conservadores se sintieran miguelistas y

celebraran juntos el triunfo de José Miguel Gómez; pero entiéndase bien del famoso gallo que

desde la campaña electoral pasada lleva el nombre del Presidente de la República.

El gallo ya referido pertenece a un conservador, amigo nuestro muy estimado, quien conociendo

la calidad de su renombrado campeón, no titubeó en entregárselo a otro también famoso y

aportándole a él algunos centenares de pesos.

La pelea se celebró en la valla de esta ciudad, el domingo último y José Miguel venció a su

contrario en los primero revuelos. 199

197 Reynaldo González: (ob.cit.). Pág. 65.

198 Ibídem. Pág. 67

199 “Conservadores y Zayistas” en El Eco de Holguín, miércoles 15 de diciembre de 1909, p. 2

Page 89: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

A la par de esto los liberales históricos de Holguín se llevaron el premio en las elecciones de 1908

donde José A García Leyva quedó como Alcalde. A estas elecciones se presentaron el Liberal

Histórico, el Liberal y el Conservador. El primero logró 14 votos, mientras que el segundo obtuvo 2 y el

tercero solo 5.

El 16 de agosto de 1909 en el Senado se llevó a cabo una reunión en la cual se fusionaron los liberales

siendo presidida por el doctor Alfredo Zayas. En dicha reunión se llevaron varias propuestas las cuales

fueron aprobadas, entre ellas se resaltó que dadas las circunstancias del momento se hacía necesaria

la unidad en la dirección del PL y en la labor legislativa y administrativa del país.

Es por ello que ya para las elecciones de 1910 los liberales entonces fusionados lograron 6 escaños y

los conservadores 4. Una vez fusionados los liberales en el TMH continuaron desprendimientos de

corte liberal tal fue el caso del Partido Liberal Independiente (PLI) el cual se presenta a elecciones en

1910 llevando consigo a 10 candidatos como propuesta para concejales sin obtener ningún escaño.

Una vez en el poder el liberalismo, su máxima figura José Miguel Gómez aseguró su propósito de ir

en contra de la reelección aún si fueran sus propios partidarios quienes lo llevaran. Sin embargo esto

no fue un bombillo rojo que alarmara pues en los inicios de 1912 varios liberales ya tenían en mente la

reelección del caudillo liberal. Para algunos resultó ser muy apresurado iniciar una campaña, para otros

la fundación de un desconocido partido lograría el triunfo reeleccionista y otros en cambio proponían

una división dentro del liberalismo holguinero el cual ya estaba en crisis, pues el entonces Gobernador

Civil Rafael Manduley del Río no supo sostener la unidad del PL y por tal razón sus días estaban

contados.

Los liberales fusionados holguineros con José A García Leyva a la cabeza se pronunciaron a favor de

la reelección. Sin embargo el Alcalde holguinero no aceptó su propia reelección.

Los ánimos reeleccionistas estaban exaltados en el Oriente del país pues se disputaba “entre la

reelección de Manduley y la postulación de Manuel Estrada frente al candidato conservador Manuel

Rodríguez Fuentes.”200

A pesar de esto el PCN enfatizará su camino por dos rutas fundamentales, primero fue trabajar con

cuidado pues era sabido que el caudillo liberal José Miguel Gómez no era de la simpatía de los

norteamericanos aunque hubiesen aceptado la formación del partido y segundo ser el rival mayor del

liberalismo, haciéndole el mayor daño posible, para ganar adeptos en las próximas elecciones, donde

el conservadurismo se llevaría el premio gordo de dirigir el país y de esta manera satisfacer sus propias

necesidades y sacar a flote sus verdaderos intereses, pues estos a diferencia de los liberales

simpatizaban con el gobierno norteamericano.

Reynaldo González en su libro La fiesta de los tiburones a través de un poema de la época (2-agosto-

1912) trasluce lo que significaría la reelección de José Miguel Gómez, la cual fue catalogada en aquel

momento como el hundimiento de la patria y una posible intervención. Cuando el conservadurismo

sobrepasó los límites del ya decaído liberalismo, en el antiguo territorio holguinero aún primaba esta

tendencia lo cual se comprobó en las elecciones de 1912 donde triunfa el liberal Miguel Ignacio

Aguilera de Feria y en 1916 es reelecto frente a Armando de Feria Guerrero (los cuales eran primos)

quien fue llevado por el PCN, el PLP, la Agrupación Liberal Independiente (ALI) y la Agrupación

Federal Obrera (AFO), sin obtener victoria alguna.

200 Armando Cuba de la Cruz. Ob.cit. p. 136

Page 90: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

No sería hasta 1917 donde los conservadores se adueñan de la alcaldía holguinera y hasta 1920 se

mantienen en ella.

La raíz reaccionaria y la política del primer gobierno liberal quedaron plasmadas en su represión a toda

actividad o acción de los obreros independientes y en el despiadado exterminio del movimiento armado

de protesta que dirigió en 1912 el Partido de los Independientes de Color el cual

-además de aspirar a un conjunto de medidas sociales y de reivindicaciones raciales que

atenuaran la fuerte discriminación racial existente- fue el único movimiento no proletario del

período que aspiró a transformaciones que, aunque no rebasaban el marco de las relaciones

capitalistas de producción, hubieran afectado el intocado régimen de propiedad latifundiaria

sobre la tierra. 201

Para agosto de 1912 se llevó a cabo la unificación liberal otorgándole al General Eusebio Hernández la

candidatura a la Vicepresidencia de la República y se reanudaron las negociaciones para que Asbert

llegara a un acuerdo con el Dr. Zayas y se llevara a cabo la unión de todos los liberales.

Mientras esto ocurría a nivel nacional, en el municipio holguinero que también se preparaba para

elecciones en ese mismo año se disputaban la gobernación de Oriente Manduley y el General Manuel

Rodríguez Fuentes, la prensa de la región así lo hizo saber, incrementando además en el anuncio la

gran apuesta de mil pesos oro a que triunfaba la candidatura de Rodríguez Fuentes, haciendo saber a

todos los lectores que aquellas personas que aceptasen el reto se dirigieran al señor director del

bisemanario para formalizar la apuesta y realizar el depósito del dinero en un banco de la ciudad.

Quienes apostaron por Manduley se llevaron el gran chasquido, pues como dijimos en el capítulo

anterior la gobernación de Oriente pasa a manos de Manuel Rodríguez Fuentes.

Así terminaba el primer período de mandato liberal

pues para los comicios de 1912 vendría un cambio de administración con el triunfo conservador, debido

fundamentalmente a la enorme división entre los liberales quienes a pesar de querer unirse lo que

consiguieron fue separarse, surgiendo varios grupos políticos que respondieron al interés personalista

de sus respectivos caudillos tal fue el caso del Partido Hernandista, el Asbertista y el Zayista, los cuales

más que partidos representaban una tendencia del liberalismo.

A partir de 1912 Cuba pasaba del liberalismo al conservadurismo y la población debía mostrar

resistencia al cambio.

Era evidente que la candidatura Zayas-Manduley había fracasado y más cuando José Miguel no

cumplió lo pactado de apoyarla, pues si hubo algo que caracterizó a los caudillos de la época fue la

reducción del número de jefes. Según un artículo publicado en El Eco de Holguín los zayistas exigieron

a Manduley la renuncia a la vicepresidencia a lo cual se resistió, sin embargo Machado vendrá a

ocupar su lugar. Los partidarios del General Asbert rompieron relaciones con los liberales zayistas y

emprendieron una campaña contra su candidatura pues según ellos “carecía del suficiente prestigio y

arrastre para sacar triunfante al Gran Partido Liberal en las próximas elecciones.”202. Con la salida de

Asbert se formaba una coalición conservadora-liberal nacional Asbertista o lo que se dio en llamar la

Conjunción Patriótica Nacional pero por otra parte aún existía el liberalismo de Zayas. Ante esta

disyuntiva se lanzó una campaña contra los zayistas en la cual los de la Conjunción a través de la

prensa manifestaron que era en ella donde estaba el porvenir de la República y que los liberales que

201 Ramiro Guerra. Ob.cit. p. 77

202 “Noticias de última hora” en El Eco de Holguín, sábado 27 de abril de 1912, p.1

Page 91: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

habían votado por Menocal la sostendrían, así mismo lo reflejó El Eco de Holguín en un anuncio

titulado “Liberales, no; “zayistas” La Conjunción Patriótica Nacional estuvo compuesta por 1

Presidente, 1 Vicepresidente, 1 Gobernador Provincial, 2 Senadores, 10 Representantes, 5 Consejeros

Provinciales, 1 Alcalde Municipal (Floridano Feria Sivori), 11 Concejales y 9 miembros para la Junta de

Educación los cuales estaban divididos entre Propietarios y Suplentes

La candidatura Menocal-Varona salía triunfante, se reorganizó el cuadro político del partido y se ratifica

a Varona como presidente del mismo.

Para estas elecciones se llevaron a cabo maniobras electoralistas, el fraude y los ataques

personalistas, así como difamaciones en el peor sentido. Históricamente no se había visto disputa

electoral tan atroz como esta de 1912, donde la política se vio envuelta en una ola de deshonra moral

para los políticos. La política de Menocal no fue ni menos ni más que la de José Miguel Gómez. Su

política quedó asociada a la corrupción pero de mano dura de ahí el calificativo de “Káiser de Cuba”, es

por ello que se le hizo una conga que lo identificaba a él y al su respectivo PCN:

Tumba la caña,

Anda ligero

Mira que ahí viene el Mayoral

Sonando el cuero203

La administración conservadora cumplió su función en apoyo a la política de Estados Unidos en la

coyuntura de la guerra

Durante el mandato conservador y a pesar de que esta tendencia era la que primaba, en el antiguo

municipio de Holguín el aire liberal se respiraba por encima del conservador tal fue así que para 1914

con la fundación del PLP quedaba esclarecido el verdadero bando de los holguineros quienes

adoptaban posiciones realmente liberales.

En ese mismo año se llevó a cabo el sufragio parcial en el territorio el 1 de noviembre, El Eco de

Holguín publicó un día antes un comunicado a todo el pueblo holguinero en el cual transmitía que ese

día de elecciones sería el estupendo para que aquellos a quienes habían designado sus

correligionarios representaran al pueblo y de esa manera desarrollasen el programa del nuevo PLP,

un programa que según afirmaba el rotativo sería de libertad, paz y trabajo. Un alentador comunicado

para todo un pueblo que espontáneamente había hecho surgir dicho partido. “Partido que conservará el

Arca santa de la Alianza del pueblo cubano con los sagrados fueros de Libertad, Igualdad y Justicia de

la República”204.

El PLP estuvo compuesto por 12 miembros como representantes, 4 consejeros provinciales, 10

concejales, 4 miembros de la junta de Educación y propietarios y 8 suplentes. A estos comicios se

presentaron además el PCN, el PL y la Concentración Popular205. El PLP por su parte llevó consigo 10

propuestas como concejales entre estos sobresale José A García Leyva quien obtuvo 1684 votos,

203 Francisca López Civeira. Ob.cit. p.44

204 “A nuestros electores” en El Eco de Holguín, sábado 31 de octubre de 1914, p1

205 Concentración Popular: Pequeño partido de carácter municipal que no llegó a ejercer el poder, ni

tuvo mayor trascendencia.

Page 92: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

pero sin embargo no quedó dentro de los concejales, pues entre el PL y el PCN se llevaron la mayor

cantidad de votos.

Para 1916 los aires se avivaron pues se postula la reelección de Menocal como Presidente mientras

que en Holguín es reelegido Miguel I Aguilera como Alcalde, todo daba muestras de que el territorio era

excepcionalmente liberal.

Menocal va a la reelección usando mecanismos ilícitos a la Brava. Los liberales ganan los votos en 5

provincias de 6, pero Menocal manda a cambiar todo eso y los votos de los liberales pasan a ser de los

conservadores, se había consumado el cambiazo lo cual fue un gran fraude. A consecuencia de esto

los liberales se alzan en 1917 conocido como el alzamiento de La Chambelona al cual se sumó el

alcalde holguinero y por tal motivo es destituido de su cargo. Por esta razón a partir de este momento

la fuerza conservadora toma el poder de la alcaldía holguinera.

Para el fraudulento proceso eleccionario de 1918 en Holguín se presentó la llamada Columna en

Blanco, la cual fue insertada en los comicios para que los electores tuvieran la posibilidad de proponer

aquellos candidatos que no estuvieran dentro de las boletas, solo fueron propuestos 5 personas como

concejales y de ellos 4 fueron electos. En estas elecciones existen también los partidos Liberal

Provincial y el Progresista que nada más se hace constar que no obtuvieron votos sin hacer constar los

nombres de los candidatos.

Así tenemos que durante los años que corren de 1899-1920 y según la búsqueda minuciosa en el

Archivo de Historia Provincial, se constató que durante 1908-1920 en el municipio holguinero se

llevaron a cabo 7 procesos electorales (1908, 1910, 1912, 1914, 1916, 1918 y 1920), de ellos 4

pertenecieron a elecciones generales (1908, 1912, 1916 y 1920), 3 fueron parciales (1910, 1914 y

1918) y uno municipal (1908). Señalando que dentro de los documentos que se utilizaron no aparecen

los años que corren desde 1900-1907, sin embargo conocemos la celebración de 1 Asamblea

Constituyente (1900), así como por las investigaciones realizadas en la prensa de la época y a través

de fuentes primarias, que en los años de 1900-1901 se celebraron también elecciones municipales y

que en 1901 y 1905 aparecen reflejadas elecciones generales y correspondiente al año 1900 se

evidencian las elecciones parciales para un total de alrededor 15 procesos electorales durante el

período investigado.

El municipio de Holguín se había insertado al igual que el resto del país en la creación de los partidos

políticos. Joel James Figarola establece una composición detallada de los partidos que existieron en

Cuba adjuntándoles las respectivas coaliciones para elecciones presidenciales y el desprendimiento o

las alianzas de estos partidos, además de las figuras representativas. El TMH contó con la gran

mayoría de los partidos que se establecieron nacionalmente existiendo alrededor de 16 partidos y

agrupaciones en el período que conforma esta investigación Holguín se destacó en un inicio por la

disciplina y el respeto con que asistían a las urnas y los procesos eleccionarios, además de su

diversidad en los partidos políticos pero a medida que la corrupción se apoderó de la Isla también se

apoderó del territorio holguinero, el fraude y las acusaciones personalistas cuando de alcanzar el poder

se trató.

El surgimiento de estos partidos con carácter realmente nacional se caracterizó por la creciente

subordinación de elementos nacionalistas de la burguesía cubana a la hegemonía política de la gran

burguesía antinacional.206

206 Ramiro Guerra: Ob.cit. p.67.

Page 93: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

A partir del inicio de la República Neocolonial el poder político fue algo que pasó del liderazgo de los

caciques hacia los partidos, pues para nadie es un secreto que en un principio los líderes políticos que

provenían de guerras independentistas, eran quienes tomaban u ocupaban los principales puestos

públicos dentro de la política de su territorio, existieron líderes para tomar el poder, existieron partidos

para tomar el poder y existieron procesos eleccionarios para que estos líderes de partidos tomaran el

poder. Es así que todos los caminos en este período condujeron a la lucha por el poder.

La dinámica del poder legislativo en el Ayuntamiento holguinero refleja no sólo el monopolio del

mambisado sobre el poder ejecutivo ejercido en la alcaldía, sino el dominio del liberalismo en toda la

línea, lo que se refleja en los resultados de las elecciones para Concejales.

Durante las primeras décadas de régimen republicano las actitudes políticas no guardaban a veces

relación con una disciplina partidista como apunta Charles Magoon en un Informe rendido en 1908

Los lazos de los partidos no ligan mucho a los individuos en Cuba. Pocas son las bases, si es

que hay algunas, que envuelven puntos esenciales de la política nacional o verdaderas

diferencias de principios políticos. El elector individual ofrece su fidelidad al partido que en aquel

momento satisface sus inclinaciones, y fácilmente se pasa de un partido a otro; un individuo

puede ser liberal un mes y moderado al siguiente, o viceversa, guiándose por la personalidad del

candidato o por los jefes locales que defienden una candidatura207.

La actitud de los representantes de los partidos desde la Asamblea Constituyente de 1901 parece

corroborar la tesis de que en esta etapa de predominio del pensamiento político liberal y del caciquismo

las relaciones de los elegidos por el pueblo eran más acusadas con sus representados que con las

dirigencias políticas nacionales. De esta forma los constituyentes como Manduley, elegido junto a Juan

Gualberto Gómez por el Partido Federalista Democrático de Santiago de Cuba actuaron con una gran

independencia de la dirigencia partidista como se observa en los debates de la Constituyente. Los

Nacionales de Bayamo fueron contra la candidatura de su partido y votaron por Bartolomé Masó en las

elecciones generales de 1901. La subordinación de las dirigencias regionales a los grandes partidos se

hace sentir a partir de la estructuración de los Partidos Liberal y Conservador, pero no alcanza su

plenitud hasta pasado el período que abarca este estudio. No obstante en las complejas redes de

relaciones del poder legislativo y los partidos locales en el municipio se produjo un perceptible giro con

la entrada en el Ayuntamiento de miembros de las familias Menchero e Infante, fenómeno que, de

paso, inició el proceso de entrelazamiento del poder económico con el político, lo que no ocurre hasta

1920. Los debates de la Cámara municipal estaban centrados en aquellos primeros años de poder

republicano en la solución de los acuciantes problemas heredados de la colonia y los desastres

provocados por la guerra. Un vistazo a los asuntos abordados entonces demuestra que eran

privilegiados los temas relacionados con la riqueza agrícola, las vías de comunicación, la organización

del municipio, y por encima de todos ellos flotaba el presupuesto y sus ajustes constantes de gastos e

ingresos que absorbía la labor del Ayuntamiento y los Concejales. No eran las luchas de partidos lo

que primaba hacia el interior del Consistorio. Un estudio del funcionamiento del Ayuntamiento Municipal

207 Charles E. Magoon. Informe de la Administración Provisional desde el 13 de octubre de 1906 hasta

1 de diciembre de 1908. La Habana. 1908. En Hortensia Pichardo. Documentos para la Historia de

Cuba. Tomo II p. 299 y 55.

Page 94: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

desde dentro de esta entidad deberá ser emprendido para complementar junto con la Alcaldía los

componentes del sistema político en Holguín.

Es natural que el ayuntamiento se pronunciara sobre determinados temas circunstanciales como la

ocupación norteamericana, rechazada por los concejales unánimemente, incluido un acuerdo de

rechazo a la Enmienda Platt; los independientes de Color, cuya legalización fue objetada por la

Cámara, lo mismo que los asesinatos cometidos por la Guardia Rural en San Andrés, desautorizados

por los ediles; o los debates en torno al servicio Militar Obligatorio de 1918 que generó intensos

debates, pero no desde los partidos, sino por encima de los partidos.

Durante el pesquisaje desarrollado en los fondos del Archivo Histórico Provincial de Holguín se obtuvo

información acerca de las elecciones a partir de 1908. En esos doce años hubo 7 elecciones. En seis

de ellas a partir de 1910 el Ayuntamiento se elegía por mitades, sólo en la de 1908 el pueblo eligió al

100% de los Concejales. El predominio liberal es evidente en toda la etapa, excepto en 1918 cuando el

fraude generalizado y las secuelas de la derrota político militar liberal en La Chambelona dieron el

triunfo a los conservadores.

Una mirada a las estadísticas en este punto refiere que en el Municipio de Holguín los liberales

alcanzaron entre el 45 y el 73% de los escaños en la Cámara Municipal en seis campañas sin alianzas

políticas. El liberalismo holguinero se mostraba así como la principal fuerza política y prevaleció sobre

las demás en la etapa estudiada.

Mientras los liberales se consolidaron como la principal fuerza política en el Municipio, los

conservadores se mantuvieron siempre en la segunda posición excepto en 1918 cuando luego de La

Chambelona el PCN emergió como principal fuerza. Sin embargo la Columna en Blanco que

expresaba en las boletas la candidatura espontánea o de última hora se equiparó al PCN. Un vistazo a

los candidatos de última hora indica la elección de algunos liberales ocultos en ella, a contrapelo

incluso de los pactos entre partidos.

Llegado el año 1920 donde los liberales no salieron por la puerta ancha como pensaron ya la antigua

localidad de Holguín en término municipal había contado con 9 Alcaldes donde la gran mayoría

defendió los intereses liberales que de no haber sido por las divisiones internas hubiese llegado hasta

1920 con el poder y el conservadurismo habría sido derrotado totalmente.

Tal hegemonía ejercida en más de las cuatro quintas partes de la etapa es razón suficiente para

conceptuar a Holguín como un término eminentemente liberal. La influencia del partido del gallo y el

arado en la jurisdicción era el saldo de pactos, fusiones y maniobras políticas, pero también del

monopolio del mambisado más radical en la municipalidad, cuya estructura había nacido con una

propuesta nacionalista más acusada que sus adversarios políticos, mediante el rechazo a la Enmienda

Platt y a la sombra de los consejos de Máximo Gómez quien recomendó la fundación de un Partido

Liberal que agrupara a los luchadores independentistas teniendo frente a sí a los antiguos

autonomistas y otros grupos conservadores, lo que garantizaba los derechos de las minorías como

reflejo de la más pura tradición liberal.

Page 95: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Las administraciones locales en los primeros años de la Revolución en Holguín.

Autora: Msc. Annia Duharte García

Msc. Olga Armas Blanco

La toma del poder revolucionario significó una nueva responsabilidad para quienes lo ejercían. Dentro

de la estrategia de la liberación nacional planteada a los cubanos, en los distintos documentos

programáticos, estuvo presente la integración de un Gobierno Provisional que ordenase al país y

convocara a elecciones libres de politiquería y manejos turbios.

Ante las expectativas que abrían las transformaciones en curso, fue imprescindible pensar en una

forma de gobierno que lejos de frenarlas les abrirá a ese cauce. Distintas experiencias existían en el

plano internacional, pero las peculiaridades propias de procesos en ascenso aconsejaron a evadir el

apresuramiento y experimentaran las más convenientes en medio de una aguda lucha de clases en el

plano interno y externo. Fue esta la causa que prolongó la existencia de una forma de gobierno

provisional desde 1959-1976.

En el plano nacional las funciones legislativas y ejecutivas se concentraron en un Consejo de Ministro

liderado por un Primer Ministro y un Presidente de la República. En el orden funcional y estructural se

mantuvo prácticamente inalterable. Sin embargo, en las instancias de la base los cambios sucedieron

con mayor dinamismo. El eslabón transitorio de las estructuras de gobierno fueron los Comisionados,

vigentes hasta el año ´61. Se inspiraron en las experiencias que el II Frente Oriental desarrolló en las

zonas liberadas por el Ejército Rebelde, tratando de restablecer un orden en la vida civil de los

poblados. Existieron comisiones de trabajo en la educación, salud, agricultura, planificación, economía,

finanzas, construcción, entre otros departamentos.

Estas comisiones fueron retomadas en diferentes esferas de la vida o ramas de la producción con el

objetivo de lograr una mejor distribución en los primeros meses de la Revolución, en cuanto a los

productos y artículos hacia la base. Se aplicaron las directivas, resoluciones, decretos, leyes tomadas

por los diferentes ministerios. Para su funcionamiento, se utilizó la división política administrativa

heredada por el triunfo de la Revolución en la que el país estuvo dividido en 6 provincias y 126

términos municipales. En estas dos últimas instancias correspondió actuar a la nueva forma de poder

revolucionario.

Antecedentes de las Administraciones Locales:

El 28 de Octubre /58 se promulgó la Ley Orgánica del II Frente “Frank País”, donde quedó

estructurada la vida económica y social de las zonas liberada por departamentos: Guerra, Justicia,

Sanidad, Propaganda, Educación, Finanzas Construcciones y Comunicaciones. Así mismo, se crearon

Page 96: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

los buroes Agrario y el Obrero, y Direcciones de: Personal, Inspección e Interdepartamental. Cada

departamento tenía sus leyes y reglamentos208. El reglamento para la administración municipal tenía

como objetivo evitar la anarquía en los municipios, zonas y barrios y unificar el régimen de

administración. Para viabilizar estos objetivos se nombraron tres vecinos de cada localidad, llamados

comisionados, que asumieron las funciones de gobierno y administración en los territorios liberados.

Con la Reforma Constitucional del 20 de enero de 1959, se estableció la organización inicial en las

provincias y los municipios. El Consejo de Ministro fue facultado para determinar los órganos y

autoridades en esas provincias sus municipios, mediante las leyes No.36 y No. 37, primero, y luego,

106 y 121 de ese año con objetivos similares.

Como resultado de estas disposiciones legales el Gobierno Revolucionario dictó la Resolución No.

121, del 3 de marzo de 1959 que dispuso el régimen económico y político de la provincia de Oriente.

El nombramiento de los Comisionados Municipales de Holguín fueron: Manuel Hechevarría Martínez,

Ramón Camayd Logbe, Jesús Díaz Fernández y como Contador Interventor a Alexis Chacón

Concepción.

Funciones de los Comisionados.

Manuel Hechevarría Martínez: Ejecutivas como legislativa que le correspondían a los antiguos

Alcaldes y Concejales; tramitación general de los asuntos administrativos y la designación del

personal de los distintos departamentos y dependencias. Veló por el normal desenvolvimiento

de la Hacienda Municipal.

Jesús Díaz Fernández: Se encargó de trasladarse a los distintos barrios rurales para controlar

e informar de aquellas personas responsables que luego ocuparon las alcaldías de barrio del

término como subcomisionados, comprobándose las necesidades perentorias de cada zona,

supervisó la función de cada uno de los subcomisionados periódicamente rindiendo las

informaciones necesarias.

Ramón Camayd Logbe: Se encargó de organizar la contribución que había de funcionar en el

municipio. Atendió a la población en beneficio de la comunidad, asignó medidas para mejorar

los servicios públicos y supervisó la labor correspondiente a la administración municipal, de

llevar a cabo un catastro urbano y rústico en la municipalidad como vía de obtener mayores

fuentes de ingreso en impuesto territorial.

Este gobierno colegiado solo duró 25 días, pues la Ley No. 106 modificó las funciones delegándola a

un solo comisionado para regir en cada municipio de la República. Para este cargo se designó, en el

caso de Holguín, a Ramón Ricardo Rodríguez.

Junto con el Comisionado funcionaron 4 comisiones que fueron ocupadas por un secretario, un

tesorero, un responsable de bolsa de trabajo y un contador interventor. Para mejorar la organización

de los municipios fueron nombrados por el M-26-7 los subcomisionados de barrios. Estos

sustituyeron a los alcaldes de barrios. En la gaceta Oficial de Cuba del 21 de marzo de 1961 se

determinaron las Administraciones Regionales del sector Público contando con la división

208Olga Fernández Ríos: El Ejército Rebelde y la dictadura democrática revolucionaria de las masas populares

de en la revista cubana de las Ciencias Sociales No. 7, 1985. La autora realiza una descripción detallada de esta

forma experimental de gobierno en los territorios liberados del II Frente en la Sierra Maestra en cuanto a su

estructura y funcionamiento, que luego se aplica en el período revolucionario en los dos primeros años.

Page 97: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

administrativa regional del territorio de la República y con ella, el correspondiente a la provincia

Oriente, numerada Región O-19 radicada en Santiago de Cuba. En el caso de Holguín radicó la

Región O-20.

Los gobiernos municipales tuvieron gran independencia con respecto a los gobiernos provinciales. Sin

embargo, las direcciones de ambas instancias radicaron en el Ministro de Gobernación que podía

nombrar o sustituir a los representantes de los Comisionados; así como, anular, modificar o adoptar

disposiciones complementarias a las leyes mencionadas.

Los campos de acción comenzaron a chocar entre sí produciéndose roces, órdenes, contraórdenes,

diferentes interpretaciones de las leyes que dificultó el cumplimiento de la dirección del Gobierno

Revolucionario y de su Consejo de Ministros. Este último trazó tareas cuya solución sólo era viable con

la participación directa de las masas populares. No obstante, durante su funcionamiento se puso en

evidencia que tales indicaciones no siempre llegaron a la base o se deformaron en el transcurso con

las acciones del trabajo de las comisiones debido a que muchos dirigentes no tuvieron las

experiencias en el ejercicio del poder político, mientras que otros, tuvieron diferentes puntos de vistas

(nacional-burgués, radicales, anexionistas) que pugnaron por prevalecer para el establecimiento del

nuevo gobierno.

Además, la imposibilidad de prever la homogenización territorial de las inversiones, las demoras en la

realización de los planes, las dificultades de coordinaciones administrativas y económicas, la carencia

o insuficiencia de las labores de control y de contabilidad, es decir, la inexistencia de una estructura

administrativa territorial operante llevó a la necesidad un Organismo Provincial Estatal que pusiera a

fin esta situación.

El 4 de julio de 1961 en la Universidad Popular, el Comandante Raúl Castro Ruz, presidente de la

Junta General de Planificación informó sobre la constitución de la JUCEI Provincial. Así comenzó a

darse los primeros pasos para la integración en la base. Como una particularidad la JUCEI en Oriente

se constituyó el 18 de marzo de 1961 como necesidad del propio desarrollo de la Revolución. De esta

manera, se creo en Oriente primero con carácter experimental. Luego, por los resultados alcanzados

se generalizó a las otras provincias.

La organización de las Juntas se extendió por todo el país incrementando los poderes de las

provincias con respecto a los municipios. Aumentó el papel en la planificación y utilización de los

recursos como eslabón inferior en lo administrativo. Se convirtieron en el primer peldaño en las formas

de gobiernos locales para tratar de garantizar el ejercicio del poder por las masas populares desde

abajo. Surgieron con los objetivos de aunar y coordinar e inspeccionar la ejecución de los planes de

cada rama del Estado.

Las JUCEI (Junta de Coordinación, Ejecución e Inspección) según lo estipulado debieron prestaron

ayuda a todos los organismos nacionales sin interferir ni suplantar la autoridad de ningún Ministerio. En

la práctica estos objetivos no fueran viables por el roll desempeñado. Los Ministerios subordinaron a

las provincias a sus intereses. Por otro lado, no contaron con el respaldo de presupuesto para

emprender necesidades locales.

Las JUCEI estuvieron estructuradas en juntas, compuestas por las organizaciones sociales y de

masas y por un Comité Permanente bajo la dirección de un presidente, un vicepresidente, un

Page 98: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

secretario. También, se organizaron distintos departamentos con enlaces entre las JUCEI y el grupo

de organismos más o menos afines para analizar los problemas en esta instancia. Existieron otros

enlaces con el Presidente y el secretario, o con el Comité Permanente. Al respecto el Comandante

Raúl Castro en el momento fundacional de esta organización señaló:

“…hay que tener en cuenta y nunca perder esa perspectiva que la experiencia del órgano de poder

provincial o local está renovándose constantemente. Se basará lógicamente en la experiencia práctica,

con la participación del pueblo, los organismos estatales y organismos de masas, en la perfección

futura de un tipo definitivo de órgano de poder local…”209

La necesidad de estructurar un gobierno local que respondiera a los intereses de la clase obrera y

consolidar la revolución socialista naciente llevó a transitar a estos órganos de poderes desde 1961

hasta 1976 en dos formas respecto a su estructura: las JUCEI, durante los años de 1961-1965; y

luego, el Poder Local en el período de 1966-1976.

Las funciones210 fundamentales de las JUCEI fueron:

Coordinar las actividades de todos los organismos y organizaciones para que las tareas se cumplan;

ejecutar y aplicar las leyes y orientaciones de la Revolución; llevar adelante la producción y la

construcción; fortalecer la defensa y la seguridad; promover la cultura entre el pueblo y estimular la

campaña por contra el analfabetismo; resolver los conflictos que se presentan en la comunidad,

ordenar y resolver los problemas del gobierno local y provincial y establecer una relación más estrecha

, orgánica y diaria entre el pueblo y el poder.

La junta no suplantó ninguna autoridad sino que debía ser el elemento mediador que las uniera

mediante la coordinación de las tareas. La Junta permitió conocer los recursos con lo que contó la

provincia y la región, por tanto, ofreció la oportunidad de usar y aprovechar los recursos materiales y

humanos con la mayor eficacia para los fines de cumplir los objetivos y propósitos de la Revolución.

Con su labor de inspección, coordinación y sus recomendaciones debía ayudar a los Ministerios y

otras instituciones de jurisdicción o carácter nacional, a cumplir con la mayor eficacia posible sus

obligaciones.

Prevenir o evitar la actuación por la libre, a capricho de cada uno y fuera de todo control y

comprobación. Escuchaba o formulaba críticas para los organismos que solicitaban ayuda y consejos.

La Junta debía descubrir los retrasos, las faltas, las deficiencias y los errores en el trabajo y adoptar

medidas y recomendaciones para el trabajo.

Resolver los conflictos entre instituciones y autoridades y adopta normas para la solución de

determinados problemas y ayuda, en todos los casos, para que se aplicaran y observaran las reglas

dictadas por la Revolución.

209 Raúl Castro Ruz. Discurso en la creación de la Juntas de Coordinación, Ejecución e Inspección

(JUCEI), en Documentos de la Revolución, 1961, editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2008.

210Arnaldo Milian Castro: Métodos de trabajo de las JUCEI en Las Villas en revista Cuba Socialista No.19,

1961.

Page 99: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Ayudar a coordinar mejor – y coordinar al nivel de su jurisdicción – las labores de construcción,

producción y distribución. Ayudar en el aprovechamiento racional los medios de transporte, evitar la

duplicación de esfuerzo distribuyendo las tareas para que dos organismos o instituciones coincidan

con una actividad, evitar conflictos y contradicciones en las toma de decisiones. Fiscalizar de las

fuerzas de trabajo disponible.

Divulgar en las provincias o en la localidad los planes generales y controlar su cumplimiento.

Controlar los egresos del presupuesto de la nación por año

Tales objetivos no se lograron automáticamente con la sola constitución de las JUCEI. De los cuatro

niveles en que estuvieron estructuradas solo funcionaron las superiores: la nación y provincia. Los

niveles inferiores, es decir, en los términos municipales y barrios fueron totalmente inoperantes.

Las dificultades se agrandaron al bajar al nivel municipal porque no existían coincidencias de intereses

en los municipios. La división de sus términos en zonas provocaba que algunas de ellas fueran

compartidas con municipios vecinos. Por lo que desde el punto de vista político estas zonas serían

controladas por los gobiernos colindantes, así como el trabajo de las ORI (Organizaciones

Revolucionarias Integradas) imponiendo esta un nuevo esquema cuando se encargaron de revisar la

estructura territorial que existía.

Con la implementación de la región los problemas de las administraciones locales se agravaron. Los

municipios perdieron la independencia que tuvieron durante los Comisionados. La mayoría pasaron a

subordinarse a la instancia regional. Sus funciones quedaron reducidas a la ejecución de algunos

servicios de la localidad. En cambio, las provincias dedicaron su trabajo a realizar actividades de

control de planes en su nivel y administrar algunas empresas interprovincial. Ejemplo de ellas,

tenemos el transporte. Dentro de las seis provincias se definieron 52 Distritos.211 En el caso de

Oriente quedaron 13 distritos ubicados inicialmente en el municipio de Santiago.

La JUCEI representó la personalidad jurídica del municipio de Holguín. Ejerció las funciones activas

expidiendo al efecto órdenes, dictado de órdenes, reglamentos y orientando la política y la economía

para un mejor funcionamiento del municipio. Ordenó el pago las obligaciones, nombró los

subcomisionados de barrios y discutía a probaba los presupuestos y programas. Expidió y recibió las

correspondencias de las distintas estancias. Controló los problemas administrativos del Estado. Estuvo

integrada por departamentos con funciones específicas.

En cuanto al departamento de Secretaría controló los proyectos que fueron ejecutados por otras áreas;

llevó el control del personal en el municipio; atendió los registros de entrada y salida de las

correspondencias; expidió certificaciones de documentos de archivos; nombró el personal que fue a

realizar las intervenciones por la aplicación de las leyes nacionalizadoras. El departamento de

Ciudadanía y Migración estuvo bajo su responsabilidad tramitar pasaportes para la salida del país y la

entrega de nacionalidad a extranjeros.

Por su parte, el departamento de Tesorería controló el tesoro municipal. Fue el encargado de la

Hacienda Municipal; puso en tiempo y forma los impuestos por distintos conceptos; mantuvo el control

de apremio y convenio; realizó los convenios de pago con los contribuyentes morosos; expidió

211 René Saladrigas: Criterios para una reestructuración político administrativa de Cuba en la revista

Cuba Socialista No. 17 de 1963 .

Page 100: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

certificaciones de amillaramiento y llevó el depósito de cajas. El departamento de Contaduría hizo la

ejecución del presupuesto; controló los bienes de muebles e inmuebles del Municipio; informó sobre

cualquier documento de gastos y archivó los documentos relativos a las operaciones financieras.

Por otro lado, el departamento de Salud Pública con la promulgación de las leyes revolucionarias

implementó la gratuidad a los servicios de la salud. Preparó personal para prestar primeros auxilios en

distintos centros asistenciales, asilos de ancianos, casas de socorros, así como, los equipos de rayos x

en los hospitales. También el Departamento de Educación le dio un carácter gratuito a la enseñanza;

desarrolló cursos para distintos oficios; preparó el personal para la Campaña de Alfabetización y los

cursos emergentes y la cultura adquirió un carácter social. Se crearon las escuelas de música, de

ballet y el club de ajedrez.

El Departamento de Bienestar Social tuvo como función atender todas las necesidades de los pobres

de solemnidad, así como atender los servicios funerales de los mismos. Además, tuvo a su cargo el

cuidado de los cementerios y su atención.

Por último, los departamentos de Obras Públicas, Reforma Urbana y Bolsa de Trabajo llevaron a cabo

la ejecución y construcción de las distintas obras del municipio y aprobó los proyectos de construcción;

las características de las distintas viviendas para efectuar el pago de alquiler y entrega de los

inmuebles; y tramitación de los expedientes laborales y de los distintos puestos de trabajo,

respectivamente. Esta compleja estructura llevó a obstáculos difíciles de vencer y a errores en el

funcionamiento de la misma. Entre ellos tenemos:

En el municipio de Holguín los cuadros administrativos no contaron con experiencias en dirección ni

competentes para sumir las tareas.

Las indisciplinas, irresponsabilidad y una mentalidad anárquica prevaleció entre los dirigentes de las

organizaciones y organismos.

Se fomentó el trabajo por la libre. Hubo dualidad y a veces, multiplicidad de organismos que hicieron el

mismo trabajo en un lugar determinado. Se actuó de forma universal y arbitraria.

La JUCEI municipal no contó con un presupuesto asignado, ni apareció en los presupuestos de los

distintos departamentos de Estado. Dependía de lo asignado a las obras nacionales o con

participación de terceros. No se contempló en los planes y presupuestos de los Ministerios las

necesidades de las pequeñas obras de los municipios.

La JUCEI municipal tuvo en su territorio instituciones, centros de trabajos pertenecientes a otras

sedes municipales, regionales o provinciales, o viceversa. Cada organismo hizo una división

administrativa diferente a las JUCEI. Existieron estructuras territoriales (cañera y las granjas del

pueblo) que se entrecruzaron y nunca se integraron.

La comercialización de los productos agropecuarios extraídos de su área se realizaron en su mayoría

fuera de su jurisdicción, hacia las regionales o la provincia. Se complicó extremadamente las

relaciones entre los organismos de producción, comercialización y transporte.

Los centros de producción dentro del municipio no fueron estimulados cuando los resultados fueron

positivos, ni aun con los productos elaborados en la localidad.

Page 101: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Se dificultó la posibilidad de actuación del organismo político en los frentes económicos. La

concepción centralizadora en la administración llevaron a la falta de desarrollo de las instituciones de

las organizaciones políticas y de masas, y de la creatividad en la forma local.

Al respecto señaló el Comandante Fidel Castro en las conclusiones sobre la creación del Poder Local:

“… ciertas ideas de carácter centralizantes llegaron adquirir un gran auge. La copia mecánica de una

serie de métodos o sistemas de organización de otros países, el asesoramiento de múltiples

procedencias, la multiplicidad de ideas que presidieron la tarea de organización nacional, la

característica especiales de nuestro país, que es un país subdesarrollado; el desconocimiento de las

realidades; el intentar de una manera idealista aplicar formas de organización que tal vez

correspondido a un país mucho más industrializado y mucho más desarrollado que el nuestro: todas

esas cosas de las cuales no se pueden culpar absolutamente a nadie, sino exclusivamente a la

inexperiencia de todos los revolucionarios, se han estado haciendo evidentes en estos años…”212

La JUCEI no estuvo en condiciones de neutralizar una serie de fenómenos negativos que frenaron la

participación de las masas populares en las actividades de dirección y el desarrollo de la vida local.

Sin embargo, constituyó el primer intento de hacer viable el funcionamiento de los diferentes niveles

de la división político-administrativa del país. Era necesario continuar perfeccionando las formas de

poder en la base.

Las JUCEI abrieron el camino para el surgimiento de formas superiores de administración. No fueron

una obra perfecta, pero incrementaron las atribuciones de las instancias provinciales respecto a las

municipales, convirtiéndose en una vía para vincularlos a la administración del Estado. Las provincias

adquirieron entonces un trascendental papel en la planificación y de la dirección de las actividades del

eslabón inferior en la Administración Central.

En el análisis efectuado el 30 de septiembre y el 1ro de octubre de 1965 con la participación de

representantes provinciales y regionales de las JUCEI y del Partido, el Comandante en Jefe Fidel

Castro destacó la necesidad de flexibilizar más las administraciones locales para que fueran capaces

de resolver los problemas más necesarios de la base.

En la búsqueda del perfeccionamiento de los órganos estatales, Fidel Castro Ruz planteó la necesidad

de constituir el Poder Local, estructura que sería capaz de resolver diversos problemas utilizando

soluciones locales, representando una importante fuente de abastecimiento para asumir los planes

nacionales y el aporte de soluciones de problemas económicos y sociales del país. Al respecto

precisó:

“Las antiguas JUCEI, se llamarán administración Provincial o administración regional o administración

municipal (...) El Partido en representación de los trabajadores de la municipalidad(…) elegirá al

Presidente de la administración municipal, lo presentará a la masa de trabajadores y la administración

municipal tendrá la obligación de rendir cuentas cada seis meses a los trabajadores de la localidad”.213

De esta manera quedó establecida la nueva forma de poder político. La estructura del Poder Local fue

212 Ver en Cuba Socialista No.51/1965 las intervenciones de Fidel Castro en las reuniones

celebradas en los días del 30 y 1ro de octubre en la fundación del Partido Comunista de Cuba.

213 Ídem

Page 102: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

variando en la medida que se tomó experiencia en el ejercicio del poder. El regional Holguín–Gibara

constó con 10 municipales, eliminando a Melones como municipio independiente. Quedó comprendido

por Holguín y Manuel Morales (Gibara) como los municipios cabeceras. El resto lo integraron: José

Ávila (Velasco), Rafael Freyre (Santa Lucía), Urbano Noris (San Germán), López Peña (Báguano),

Cristino Naranjo, Antonio Maceo, Calixto García (Mir-Buenaventura) y William Aguilera (San

Andrés)214. Enmarcó su territorio en el área que ocupaban los antiguos municipios de Holguín y de

Gibara, situados al Norte de la provincia de Oriente. Limitó en esta dirección con las aguas del Océano

Atlántico; al sur, con el regional Bayamo-Jiguaní; al este, con los regionales Banes-Antilla y Mayarí-

Sagua-Moa; y al oeste, con el regional de Victoria de Las Tunas-Puerto Padre.

La población del regional fue aproximadamente de 379 747 habitantes. De ella: 146 064 vivían en el

sector urbano. En cuanto al término municipal de Holguín contó con 132 567 habitantes,

perteneciendo a la parte urbana 105 000.

En 1966 la estructura regional estuvo compuesta por un Presidente (Carlos Galván Vila), un Comité

Ejecutivo con la subordinación de las secretarías de economía, organización y finanzas; los

presidentes municipales; un director de Empresa (Pedro González Vera) y las secretarías de trabajo

de construcción, producción, comunales, recursos humanos, cuadro, abastecimiento, comercio y

gastronomía.

En cuanto al municipal Holguín se estructuró a través de un presidente de administración (Alfredo

Quintian Pavón), un comité ejecutivo, la secretaría organizadora, un secretario de trabajo, y delegados

elegidos en Asamblea (trabajadores, campesinos, pueblo).

La estructura asumida fue mediante 7 Distritos: Vista Alegre, Sur, Pueblo Nuevo, Alex Urquiola, Lenin,

Norte y Alcides Pino. Existieron en esa época 186 delegaciones en 25 comisiones: 9 especiales con un

presidente, un secretario de administración y 46 delegados; y 16 zonales divididas en 10 urbanas y 6

rurales con 140 delegados como rasgo distintivo. A esta estructura hay que sumarle los 27 ejecutivos

municipales.

En enero del ´66 se reunió el ejecutivo de la Administración Regional para precisar acerca del

funcionamiento de la en la base teniendo en cuenta las experiencias de las propuestas de los

municipios para establecer las modificaciones. En cuanto a la rendición de cuentas de los Delegados

accionaron como portadores de los problemas de zona, los ciclos de reuniones deberían quedar

establecidos por el regional, necesidad de una base operativa para las comisiones y los conocimientos

de sus funciones y los problemas deberían resolverse en tres variantes: recursos propios, regionales y

los problemas a coordinar en la región.

A partir de esta reunión se trazó como estrategia de trabajo que los encuentros se realizarían de la

siguiente manera: el ejecutivo municipal, cada 15 días; con los delegados, trimestralmente; la reunión

ordinaria del ejecutivo Regional de 30-45 días y reuniones extraordinarias para el regional, siempre

que fueran necesarias.

Además, se aprobó que los problemas debían canalizarse a través de los presidentes de comisiones,

incrementar el control de los presupuestos asignados, tener en cuenta en el plan de inversiones el

214 A.P.H.H. Fondo Administración Regional (1966-1976) Caracterización del Regional Holguín- Gibara

al cierre del diciembre 1965. Expediente: 45, Legajo: 3 II, folios: 1-51.

Page 103: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

orden de prioridad por el municipio, independientemente a la prevista por la Junta Central de

Planificación (JUCEPLAN).

En el último trimestre del año 1967, la Coordinación Nacional de los Poderes Locales formuló un

reordenamiento en la estructura215 con el objetivo de lograr un perfeccionamiento en el sistema de

trabajo, quedando conformado por el presidente administrativo regional; el vicepresidente

administrativo regional, las secretarías de economía, producción, servicios y comunales; un presidente

administrativo municipal; un vicepresidente administrativo municipal; un coordinador regional de los

CDR; un director de empresa, y como invitados permanentes representantes de las organizaciones

ANAP, FMC, CTC. El reordenamiento también se extendió a las formas adoptadas por las rendiciones

de cuentas y cantidad en el año. La primera en el mes de enero, ante los delegados y dirigentes de las

organizaciones de masas y administrativas; y en julio, ante el pueblo.

La Empresa se convirtió en un elemento clave para el funcionamiento del Poder Local. Estuvo

integrada por la fusión de la antigua Minorista Mixta y varias empresas de las JUCEI, las unidades de

las panaderías y dulcerías. En el caso de Holguín 66 unidades se unificaron el mes de octubre de ese

año y en los primeros meses del siguiente año se integraron 67 las tiendas de acopio y granjas. Otras

empresas que se agruparon por sectores fueron: industrial (46), servicios (43), comercio rural (154),

productos de alimentos (105), productos industriales (151), gestión (51), y construcciones (2).

El papel de las Empresas se sobredimensionó. Abarcaron grandes cantidades de sectores y unidades

que se incorporaron al Estado. En el momento de llevar a cabo la medida nacionalizadora de los

pequeños propietarios de los sectores del comercio y los servicios había alcanzado la macrocifra de

101 giros dentro del regional Holguín-Gibara. La Empresa pasó a ser un gran coloso difícil de dirigir,

controlar y hacerlo funcionar, si tenemos presente el nivel limitado que en la jerarquía de los

ministerios funcionaban los Poderes Locales.

Nuevas modificaciones fueron introducidas en la estructura de las administraciones locales a partir de

la Ofensiva Revolucionaria realizada del 14 al 17 de marzo dentro del regional Holguín-Gibara. 216 En

esta modalidad el presidente pasó a ser un cuadro profesional del Partido atendiendo al Poder Local y

no un cuadro regional. Dentro de sus nuevas funciones atendería a la administración con un criterio

desde el punto de vista político con el objetivo de lograr el perfeccionamiento del Poder Local.

Además, presidiría los Consejos de Dirección, el Comité Regional y tendría un despacho mensual con

cada secretario junto al vicepresidente. Fue el encargado de controlar y chequear todo el trabajo.

215 A.P.H.H. Fondo Administración Local, legajo: 1, expediente: 3; legajo 3 expediente: 37; legajo 3II

expediente: 35. Estos cambios aparecen además, en la prensa local Ahora donde dio a conocer al detalle a la

población de cada Asamblea que se realizaba, los cambios estructurales, las funciones de las administraciones

locales por municipios y el regional; así como, los logros y deficiencias hasta el año 1971.

216 La Ofensiva Revolucionaria de marzo de 1968 revolucionó los métodos de trabajo de las

administraciones locales. Tuvo que asumir pequeñas unidades del comercio y los servicios para las cuales no

estaban preparadas ni institucionalmente ni con suministros suplieran las pequeñas industrias del sector

cuentapropista en los municipios. Llegó a formarse cuellos de botellas en las administraciones locales, excesos

de dinero concentrado en manos de los municipios sin llegar al banco inicialmente, transformaciones en la vida

de un parte de la población desde su estructura socioclasista hasta en las tradiciones socioeconómicas y

culturales de las poblaciones, entre otras.

Page 104: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

En la práctica esta forma de gobierno solo funcionó hasta el año 1971, o por lo menos, su

documentación está archivada hasta ese año. De manera general podemos plantear que las

deficiencias y dificultades del Poder Local radicaron en:

Inoperantes los Delegados Rurales por la lejanía de las zonas. No pudieron asistir

sistemáticamente a las reuniones. Falta de control a los delegados.

Pobre coordinación con los organismos en la ejecución de los planes. Los gobiernos municipales

tuvieron poca responsabilidad con la ejecución de las obras. No existieron correspondencia de

algunos proyectos de obras con relación al presupuesto.

Delegaron el cumplimiento de tareas una vez culminada las zafras azucareras.

Pobre participación de las masas en los planes de trabajo. Existió el error de concepción de trabajo

con las masas, solamente quedó adscrito al trabajo voluntario.

Exceso de burocratismo en los municipales.

Incumplimiento en las orientaciones realizadas por la Coordinación Nacional de los Poderes

Locales.

Exceso de centralización del poder en el presidente de la Administración Regional,

fundamentalmente en las empresas.

Forma de organización de las estructuras deficientes desde la nacional hasta la base. Constantes

cambios de las formas de trabajo en la base y sin correspondencia con la división político

administrativa existente, entre otras.

Las formas adoptadas de las administraciones locales en Cuba desde 1959 hasta 1976 constituyeron

la génesis del Poder Popular en Cuba. Sus métodos de consultas con las masas, la participación en

actividades cotidianas de los municipios y territorios trajo resultados positivos dentro de las

localidades cabeceras en las construcciones de obras en beneficio popular como: presas, escuelas,

círculos sociales, hospitales, reparación caminos vecinales fueron productos de la existencia de las

administraciones locales.

Bibliografía

1. Castro Ruz, Fidel: Discurso pronunciado por el XII aniversario del asalto al Cuartel Moncada.

2. Castro Ruz, Raúl: Discurso en la Constitución de la JUCEI en La Habana, Imprenta Nacional

de Cuba. La Habana, 1961.

3. Constitución de la República de Cuba Cultural S.A, LA Habana, 1940.

4. Fernández Ríos, Olga: Formación y desarrollo del Estado Socialista en Cuba, Editorial de

Ciencias Sociales, La Habana, 1988.

5. García Cárdenas, Domingo: La organización estatal en Cuba. Editora Política, Ciudad de La

Habana, 1981.

6. Núñez Jiménez, Antonio: En Marcha con Fidel. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana,

1987.

7. San Miguel Aguilar, Mayra: 30 Años del Poder del Pueblo en Holguín. Ediciones Holguín,

Holguín,2008

Archivo Provincial de Historia de Holguín:

- Fondo Gobierno Revolucionario JUCEI.

Page 105: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

- Fondo Poder Local (1966-1976).

Revistas:

- Revista Cubana de Ciencias Sociales No.7 1985.

- Revista Cuba Socialista: No. 3/1961, No.7/1962, No.17/1965, No.18/1965

El Triunfo de la Revolución Cubana y las sociedades de negros y mulatos en Holguín.

Autor: Msc. Yoel Rodríguez Ochoa.

El período de la historia de Cuba iniciado tras el golpe de estado del 10 de marzo de 1952 resultó,

como todos sabemos, muy convulso. Este acontecimiento provocó una oposición creciente en la

sociedad civil cubana, cuyos ejemplos más fehacientes resultaron los asaltos a los Cuarteles Moncada

en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, el 26 de julio de 1953 y el

Page 106: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

desembarco de los 82 expedicionarios del Yate Granma, el 2 de diciembre de 1956, acontecimientos

que iniciaron la última etapa de las guerras de liberación nacional dirigida por Fidel Castro Ruz.

Además el asalto al Palacio Presidencial y la toma de Radio Reloj el 13 de marzo de 1957 y el

alzamiento de Cienfuegos el 5 de septiembre de 1957, fueron otros acontecimientos que, sin dudas,

ocuparon la atención de la ciudadanía cubana.

La situación del negro, incluida la discriminación, pareció desaparecer, sobre todo en las primeras

semanas del ascenso del gobierno revolucionario. El nuevo poder que había asumido a principios de

1959 se identificó casi de manera inmediata con el problema racial del país.

Los integrantes del Partido Comunista, que regresaban a la vida pública tras varios años en la

clandestinidad, reanudaron la necesidad de implementar una legislación que condenara la

discriminación sufrida por la población negra cubana.

Casi a diario, los miembros del Ejército Rebelde, enfrentaron situaciones en disímiles lugares públicos;

entiéndase playas, hoteles, parques, etc. en que el color de la piel de los participantes salía a relucir217.

Permanecía así en el imaginario social el desafortunado estereotipo negativo sobre los negros y

mulatos.

No obstante, de acuerdo con lo planteado por el investigador Fernández Robaina: “(…) el 15 de

febrero de 1959, Juan René Betancourt publicó un artículo en el cual, después de expresar su

satisfacción por la caída de Batista y por las esperanzadoras promesas de la evolución para iniciar el

desarrollo económico, social y educacional y cultural del país, manifestó que le parecía conveniente

que el gobierno revolucionario se pronunciara, diera a conocer cuál iba a ser su política en lo

concerniente a la lucha contra la discriminación racial (…”)218.

Después del discurso pronunciado por el líder de la Revolución, el 22 de marzo de 1959, donde él

realiza un llamado a la comunidad cubana de intelectuales para lograr plenamente la integración racial

dentro de Cuba, se produjeron una serie de respuestas a la proposición del Comandante en Jefe,

encaminadas fundamentalmente al establecimiento de posibilidades equitativas en lo laboral y

educacional. La idea en sí era alcanzar una proporción más cerca entre blancos y negros en cada

entidad comercial, industrial o educacional del país.

El propio Juan René Betancourt219 consideraba prudente la utilización de la denominada Federación

Cubana de Sociales de Color como una alternativa para apoyar a la naciente Revolución y propiciar la

217 Alejandro de la Fuente: Un debate necesario: raza y cubanidad. En La Gaceta de Cuba, No.1,

Enero-febrero/2005, pág.62

218 Tomás Fernández Robaina: Identidad afrocubana, cultura y nacionalidad, p.10.

219 Juan René Betancourt. Periodista fundador de la Organización Nacional de Recuperación

Económica, resultando un camino para lograr el avance social y económico del negro cubano.

Page 107: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

lucha contra el racismo de manera bien organizada. Sin embargo, esta propuesta no coincidía con la

visión que el poder revolucionario tenía de la problemática racial.

Mientras la generalidad de las organizaciones de la sociedad cubana se reorganizaban para integrarse

con mayor coherencia al proceso revolucionario, y aparecían agrupaciones como los Comités de

Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Unión de Pioneros de

Cuba (UPC), devenida luego Organización de Pioneros José Martí, entre otras, la asociación rectora

de la lucha social del negro cubano, la Federación de Sociedades de Color, desapareció.

La atención de la Revolución cubana, en aquellos primeros momentos, se concentró en la defensa de

la misma y en los planes que indicaban el interés del gobierno por satisfacer las necesidades

materiales y espirituales de la población, a partir de una concepción que trató de resolver

fundamentalmente los problemas colectivos, los de las grandes mayorías sociales. Al propio tiempo

procuró llevar una política de igualdad social justa, pero en la cual las acciones creativas individuales

estaban subordinadas y limitadas por las políticas colectivas y la desatención de todo intento individual

que no estuviera en función de la colectividad.

Toda expresión de la problemática racial individual, conjuntamente con algunos otros temas, no

fueron considerados relevantes, ante la creencia general de que esas problemáticas estaban ya

superadas. Recuérdese la negación que se hacía de la existencia creciente de la prostitución, entre

otros fenómenos sociales, que indicaban claramente trastornos sociales serios, que aunque

minoritarios, merecieron ser analizados para hallar una solución justa.

Gracias al advenimiento de la Revolución, no era necesaria la continuidad de sociedades integradas

únicamente por negros y mulatos, debido a que todas las asociaciones de instrucción y recreo se

encontraban al alcance de toda la población, sin distinción de raza o procedencia social.

En la ciudad de Holguín, después del triunfo revolucionario de enero de 1959, las sociedades de

negros y mulatos, también mostraron grandes esperanzas en la nueva dirección del país para

solucionar los problemas discriminatorios existentes hacia el negro y el mulato.

El 8 de abril de 1959, el periódico Norte, reproduce una entrevista que el periodista de este diario,

Rafael Pupo Mendoza, le realizara al último Presidente de la Unión Holguinera, Segundo Inza

Ricardo, publicada bajo el título: “El negro siempre ha dado gran aporte a la causa libertaria cubana”.

En esta entrevista, Inza Ricardo, enfatiza en la fraternidad y el civismo que siempre ha estado presente

en el negro cubano dentro de la sociedad en Cuba.

Sobre esto, Inza expresó: “En el orden de la fraternidad humana, el problema de la integración y la

solución del mismo, es de lo más justo y humano que pueda realizarse en un pueblo. Hay

antecedentes históricos de orden moral que marchan de espaldas a esa gran realidad, constituye una

infamia nacional, la no solución del mismo, pues de todos es conocido el gran aporte del negro en

todas nuestras luchas libertarias, primero, frente al coloniaje español y luego frente a los gobiernos

tiránicos como el que acaba de ser derrocado”. 220

220 Periódico Norte , 8 de abril de 1959, p.7

Page 108: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Estas palabras del presidente de Unión Holguinera, expresan el papel desempeñado por importantes

sectores negros y/o mulatos destinados al logro de un reconocimiento de éstos en el proceso de

integración nacional en la República cubana. Ello no resultó suficiente. Tras la instauración de la

República en 1902, no pocos pensaron que la mayoría de los problemas sociales, incluido el racial, se

solucionarían rápidamente. Desafortunadamente, el legado martiano que estimulaba la igualdad de

derechos para los negros –el que expresaba que si se acusaba de racista a un negro por defender sus

intereses, bienvenido era ese calificativo, porque era un racismo del bueno- no alcanzó la popularidad

y difusión requeridas.

En la citada entrevista concedida por Seguno Inza al periodista de Norte, el Presidente de la sociedad

de negros más importante de Holguín, también dijo: “Nuestra institución social (...) está en el ineludible

deber de respaldar la política integracionista de Fidel Castro, porque es justa y patriótica y además

porque esta medida destruirá, posibles conflictos que podría surgir en el futuro, porque las clases

desposeídas de todos los pueblos, se han unido para reclamar sus derechos y enfrentarse a aquellos

que deseen negárselos (…)221.

Por último, Inza, ofrece sus esperanzas en la nueva generación de cubanos que a partir de ese

momento, lucharía con voluntad política para resolver totalmente el flagelo del racismo y la

discriminación racial en el país: “Te puedo decir que como perteneciente a la generación frustrada que

sufrió el triste desencanto de tantas decepciones que se habían hecho perder la fe en los destinos de

mi patria, quiero felicitar a esta juventud radiosa y sana, que tanto los que cayeron en la demanda

como los que viven, deben sentirse orgullosos de no ser frustrados en sus anhelos y vaya hasta ellos,

los parabienes de este modesto cubano (…)222.

Durante los dos primeros años de Revolución cubana en el poder, las sociedades El Alba, Unión

Holguinera, además de otras no menos importantes como Pueblo Nuevo Club, Club Progresista y

Club Juvenil, continuaron desarrollando actividades instructivas y de recreo, aunque respondiendo a

intereses del nuevo poder político: lograr incorporar a toda la población cubana a las actividades

artísticas y culturales en sentido general, sin distinción de ningún tipo.

Los edificios que ocuparon El Alba y Unión Holguinera, pasaron progresivamente a instancias de la

administración local revolucionaria y sus espaciosos locales serían asumidos, entre los años 1961 y

1962, por el Departamento de Cultura de la Administración Municipal. Ya desde 1960, se oficializaba

por las nuevas autoridades políticas de la municipalidad, el posible destino que tendría el inmueble que

ocupaba El Alba. (Ver: Anexo).

Desparecían así, las sociedades de negros y mulatos holguineros, que a pesar de su carácter

segregacionista, representaron el civismo de esta población, y desempeñaron un papel destacado en

la promoción de valores patrios en la cultura e identidad cubanas.

221 Idem

222 Idem

Page 109: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

ANEXO:

Contrato de arrendamiento entre la Sociedad El Alba y la Administración Municipal de Holguín en

1960.

“Contrato privado de arrendamiento.

En la ciudad de Holguín a los dieciocho días del mes de Julio del año mil novecientos sesenta.

COMPARECEN:

De una parte: El señor Renán Ricardo Rodríguez, cubano, mayor de edad, natural de Holguín, casado

y vecino de esta ciudad; el cual comparece en nombre y representación de la Administración

Municipal, en su calidad de COMISIONADO MUNICIPAL designado por la Revolución, con plenas

atribuciones legales para este acto.

Y de otra parte: El doctor Eduardo Rodríguez Pedrero, cubano, médico, casado, mayor de edad y

natural de Camagüey, vecino de esta ciudad, el cual comparece en este acto como representante por

ser su Presidente y constar así en los Reglamentos de la Sociedad El ALBA, con plenas atribuciones

para este otorgamiento.

Ambos comparecientes exponemos en este momento que nos encontramos en el pleno ejercicio de

nuestros derechos civiles y con la capacidad legal necesaria para este otorgamiento.

Page 110: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Dice el doctor EDUARDO RODRÍGUEZ PEDRERO:

PRIMERO: Que la Sociedad EL ALBA a la cual representa es dueña de un local anexo al edificio social

de la misma que da por frente a la calle de Mártires por una puerta y estando formado dicho local por

un pasillo, corredores y patio.

SEGUNDO: Que en este momento cede en Contrato de Arrendamiento Privado el anterior inmueble

descrito a la Administración Municipal de Holguín por el término de UN AÑO a partir del primero de

Julio pasado en que comenzó a usarse por la Administración-, siendo prorrogable este CONTRATO

automáticamente, por un término igual, si la Administración Municipal no lo renunciara a su

vencimiento, empleándose igual procedimiento en los sucesivos vencimientos.

TERCERO: El precio del arrendamiento será de CINCUENTA PESOS ($50.00) Mensuales, pagaderos

a su vencimiento el día último de cada mes.

Dice el señor RENAN RICARDO RODRÍGUEZ, Comisionado Municipal.

CUARTO: Que en nombre de la Administración Municipal y en su carácter de Comisionado, acepta

este Contrato de Arrendamiento en la forma expresada en los párrafos anteriores, comprometiéndose

a su más estricto cumplimiento.

Dicen ambos comparecientes:

QUINTO: Leído el anterior Contrato es ratificado en todas sus partes por nosotros los comparecientes,

procediéndose su firmante el Secretario de la Administración Municipal.

Y para la debida constancia, se extiende el presente Contrato por cuadriplicado, en el despacho de la

Alcaldía Municipal, en la calle de Frexes No. 80 y 82 Altos, de la ciudad de Holguín, siendo las diez de

la mañana del día diecieocho de Julio de mil novecientos sesenta, que firma el doctor EDUARDO

RODRÍGUEZ PEDRERO y RENÁN RICARDO RODRÍGUEZ, Comisionado Municipal, por ante mí el

Secretario de la Administración Municipal, que Certifico:

Renán Ricardo Rodríguez Dr. Eduardo Rodríguez Pedrero

COMISIONADO MUNICIPAL ARRENDADOR

Fernando Pérez Zorrilla

SECRETARIO DE LA ADMÓN. MUNICIPAL.

(Fuente: AHPH- Fondo: Gobierno Revolucionario. Comisionado JUCEI. Leg. 26, Exp. 1180, folio 1-1v)

Page 111: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Bibliografía consultada:

1. Betancourt, Juan René: El negro, ciudadano del futuro, Cárdenas y Cía., La Habana, 1959.

2. Fernández Robaina, Tomás: Cuba, personalidades en el debate racial, La Habana, Editorial de

Ciencias Sociales, 2007.

3._______________________: La identidad del afrocubano y el movimiento hip hop en el proceso de

la cultura y la nacionalidad cubana (libro digital).

4. López Capablanca, Vicente: La familia Avilés, Holguín, 1962.

5. Montejo Arrechea, Carmen: Sociedades negras en Cuba 1878-1960, La Habana, Editorial Ciencias

Sociales, 2004.

6. Morales Domínguez, Esteban: Desafíos de la problemática racial en Cuba, La Habana, Fundación

Fernando Ortiz, Colección La Fuente Viva, 2007.

7. Morales Fundora, Sandra: El negro y su representación social, La Habana, Editorial de Ciencias

Sociales, 2001.

Publicaciones de archivo:

1. Archivo Histórico Provincial de Holguín (AHPH) Fondo: Gobierno Revolucionario. Comisionado

JUCEI.

Publicaciones Seriadas:

Periódicos:

1. Norte, Holguín, 1952-1960

2. Surco, Holguín, 1961

3. Gaceta de Cuba, 2005

Holguín en la Alfabetización.

Autoras:

Page 112: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

• MSc. Olga M. Armas Blanco

• Lic. Dayenni B. Díaz Sánchez

• MSc. Annia Duharte García

Introducción

En 1959 la Revolución Cubana arriba a su triunfo heredando males que se lastraban desde la colonia;

la educación era uno de ellos. Por lo que en marzo de este mismo año se creó la Comisión Nacional

de Alfabetización y Educación Fundamental y el 22 de abril de 1960 el Comandante en Jefe Fidel

Castro Ruz, realiza un llamado a los estudiantes para crear el Contingente de Maestros Voluntarios

que preparados en Minas de Frío, Sierra Maestra, enseñarían en las aulas creadas por la Revolución.

El 26 de septiembre de 1960 en la Asamblea General de las Naciones Unidas Fidel plantea: “Cuba

será el primer país de América que a la vuelta de unos meses pueda decir que no tiene un solo

analfabeto…”

La Campaña Nacional de Alfabetización en Cuba, con carácter masivo, fue impulsada en 1961, en

medio de la primera movilización popular en defensa del pueblo, mientras la prensa estadounidense

realiza una campaña desenfrenada con el fin de tratar de justificar una intervención armada a Cuba.

Brigadas de voluntarios que sumaban aproximadamente, 178 000 alfabetizadores populares, 30 000

brigadistas obreros y 100 000 brigadistas Conrado Benítez, se desplazaron por el país y el 22 de

diciembre, Cuba se proclama Territorio Libre de Analfabetismo.

Dentro de la historiografía cubana la Campaña de Alfabetización ha sido tratada por varios autores,

ejemplos: De Conrado a Manuel de Olga Montalván, Cuba Territorio Libre de Analfabetismo de Olga

Montalván y Cuba: Educación Popular y Preparación de los Cuadros Nacionales de 1959-1982, de

Nikolái Kolésnikov. Todos analizan el fenómeno a nivel nacional, sus antecedentes y desarrollo de

forma cronológica al igual que su significación para la naciente Revolución.

A nivel local se encuentra la Tesis de Diploma de Yanet Fernández Batista sobre La Educación

Primaria en Holguín durante los primeros años de la Revolución que trata en un epígrafe la Campaña

de Alfabetización. Realiza un estudio acerca del total de analfabetos que existía en aquella época, se

refiere a la primera sede de maestros en la calle Maceo y a la organización de la campaña en el sector

urbano dividido por diferentes zonas de los barrios Norte y Sur. La tesis de Maestría de Luisa Iglesias

Pasarín; Evolución histórica de la educación de adultos en la provincia de Holguín en la etapa

comprendida entre 1959 y 1962, aborda brevemente en su fundamentación teórica la campaña en

Holguín, las estructuras adoptadas y el papel de las organizaciones de masas y políticas sin detenerse

en su desarrollo e impacto, siendo este un aspecto que merece un estudio a profundidad en la historia

regional.

El Museo Histórico La Periquera atesora una importante documentación en las publicaciones

periódicas de la etapa, además las fuentes testimoniales aún existentes que propician información

inédita sobre este hecho que contribuyó de forma capital en la transformación de la sociedad, lo que

reafirma las perspectivas del presente trabajo, para el fueron utilizadas fuentes primarias y secundarias

Page 113: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

entre las que se pueden citar el Fondo Juan Albanés en la Oficina de Fondos Raros y Valiosos de la

Biblioteca Alex Urquiola Marrero en Holguín. Se consultaron los fondos de la Biblioteca del Museo

Provincial de Holguín “La Periquera” donde se trabajó con la prensa periódica como fueron el

periódico Norte y Surco en los años comprendidos de 1959 a 1961, estos ofrecieron información y

datos referentes a la realización de la Campaña de Alfabetización en el Término Municipal de Holguín.

También las revistas Somos Jóvenes y Bohemia aportan información sobre el desarrollo y evolución

de la Campaña de Alfabetización en Cuba.

Fueron consultadas obras de Historia Local y Regional como son: La Municipalidad Holguinera

Comentario Histórico de 1898-1955 de José Agustín García Castañeda, que refiere la cantidad de

escuelas en el Sector Rural. Otro ejemplo es Síntesis Histórica Municipal de Holguín, comenta de las

trasformaciones sociales hasta 1961, además de los centros que apoyaron a la alfabetización y hace

mención de los primeros barrios que fueron alfabetizados y libres de analfabetismo.

A partir del análisis de todas las fuentes, en las que se incluye la valiosa información testimonial de

protagonistas de este evento, se presenta este trabajo, que recoge el impacto de la Campaña de

Alfabetización en el Término Municipal de Holguín.

Desarrollo

Desarrollo y evolución de la Campaña de Alfabetización en el Término Municipal Holguín.

El Término Municipal de Holguín con una superficie de 2 874 km2 y una población de 226 779

habitantes, de acuerdo al censo de 1953, estaba situado en el tercer lugar respecto al país. El mismo

estaba dividido en 43 barrios, 41 rurales y dos urbanos en la cabecera - Sur y Norte -. Su cabecera

municipal, con 57 573 habitantes, era la más densamente poblada en Oriente, después de Santiago de

Cuba y Guantánamo.

La actividad económica fundamental del Término era la agricultura diversificada incluyendo la

ganadería. Solo la pequeña propiedad industrial fue sólida, a excepción de la industria azucarera. La

industria manufacturera tuvo un peso importante y no menor que la agricultura. Las formas de

explotación de la tierra sumían a los precaristas y arrendatarios en relaciones feudalizantes con

respecto al propietario. La producción agrícola era realizada fundamentalmente a través de la compra

de fuerza de trabajo a la gran masa de la población que residía en el campo (144 859 en 1953; el

municipio de mayor población rural de Cuba).

La distribución de la población de 14 años y más por los diversos sectores, según el censo de 1953,

indica la existencia de una población dedicada en mayoría a labores como la agricultura y la ganadería

y la propia manufactura, cuyo desempeño no requiere necesariamente de mucha capacitación.

Dadas estas características, no sorprende que la población analfabeta ascendiera a la alarmante cifra

de 55 549 personas, lo que representaba el 35% de analfabetismo del país y para el Término

Municipal representaba el 24.49%

Cuando en enero de 1959 se crea la Comisión Nacional de Alfabetización y Educación Fundamental,

en Holguín maestros y pueblo en general se alista rápidamente para emprender la misma y la prensa

apoya solidariamente la tarea revolucionaria. El Periódico Norte lanza consignas tales como: No

Page 114: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

olvides lector que esta Campaña es para todos. Usted tiene un deber con el país. ¡Cúmplala! ¡Haga

Revolución Constructiva! ¡Cuba se lo agradecerá!

Las profesoras Ana Margarita Aguilera, Enriqueta Mulet e Inés Domínguez asesoraron la campaña

producida por el Bloque Cubano de Prensa y con ayuda de los maestros de la Escuela de Reclutas y

el Centro Tecnológico publicó la sección “Enséñale a leer”. La Academia Regil integró a sus

estudiantes a la alfabetización.

El director del Departamento de Cultura del Municipio, Doctor Silvio Grave de Peralta, invita a una

Comisión del Ministerio de Educación para dar un cursillo en la ciudad para los maestros de toda la

zona Norte de Oriente. Dicho curso dio inicio el 25 de abril, en la Escuela Politécnica, sesionando de

8:30 am a 12:00 pm y de 2:00 pm a 5:00 pm, al mismo asistieron novecientos maestros y estuvo

dirigido por el Decano del Colegio de Maestros René Ricardo y la Directora de la Escuela “Ciro

Redondo” Dolores Alkázar. En julio de 1959 cerró el cursillo con un acto que declaró el inicio de la

Campaña de Alfabetización en Holguín reflejado por el Periódico Norte .

En septiembre de este mismo año, Francisco Sanz González recibe la preparación en La Habana a

través de la Comisión Nacional y por Raúl Ferrer, creador y técnico de la Campaña y de la Cartilla

Venceremos y se le designa enlace de la Comisión Nacional de Alfabetización y los municipios de

Holguín y Victoria de la Tunas. Seguidamente se constituyó la Comisión de Alfabetización de Holguín.

(Anexo 1).

El 24 de febrero de 1960 el Regimiento se convierte en el Centro Escolar Oscar Lucero Moya; cuarta

instalación militar del país que sufre esta transformación. Este amparó a dos mil quinientos niños

pobres, incluyendo huérfanos, tanto de la ciudad como de zonas rurales. Ese mismo día se fundaron

otras quince escuelas y ya al final de ese año se hizo general el lema: ¡Cultos sí, Analfabetos no!

Más de 200 holguineros, en calidad de maestros voluntarios, tomaron el curso en la Sierra Maestra de

mayo a agosto, a la vez que se adaptaban al medio rural, como parte de la preparación para la

alfabetización.

Es significativo destacar que el Departamento Educacional del Ejército Rebelde de Holguín con la

cooperación del Movimiento Veintiséis de Julio realizaron un curso de alfabetización a reclusos en la

prisión. El mismo estuvo bajo la dirección de Arturo Torres, presidente de la Asociación Libre José

Martí de la Cárcel, Norkis Pupo del Departamento de Instrucción, Radamés de los Reyes, Lady

Montaña y Ricardo Zaldívar del Movimiento Veintiséis de Julio .

La Federación de Mujeres Cubanas también se sumó a la Campaña de Alfabetización. La Doctora

Ofelia Isla, del Departamento de Educación y miembro de la Comisión Técnica del Consejo Municipal

de Alfabetización junto a la Dra. Matilde Ansau y la educadora Ángeles Portuondo, realizó un llamado

“a todas las mujeres que aman a Cuba y se sienten revolucionarias para que cooperen en la

Campaña” .

En medio de las maniobras de la contrarrevolución para evitar que la alfabetización se desarrollara

eficazmente, se generaliza la consigna: “Pésele a quien le pese, duélale a quien le duela la

Alfabetización va” y en el Teatro Infante de la ciudad los maestros recibieron instrucción acerca del

Page 115: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

manejo oficial de la cartilla y el material para la enseñanza y también incluyó a los alfabetizadores

populares.

Cultos sí, analfabetos no, es la consigna que reúne a los holguineros en noviembre de 1960 ante el

llamado del Consejo Municipal de Educación en la sala del Teatro. Ante el llamado del Doctor Silvio

Grave de Peralta, distintos estudiantes se ofrecieron como voluntarios para la tarea de erradicar el

analfabetismo de la nación.

Durante los días 11 al 18 de diciembre, al igual que en toda la República, se realizó un grandioso

maratón de alfabetización consistente en la recogida por las calles de Holguín de donaciones de toda

clase de materiales para la Campaña de Alfabetización. De estos donativos, cuando no se trataba de

materiales útiles para las labores docentes eran subastados públicamente y el producto invertido en

materiales escolares. El Consejo Municipal acordó que el local de la Sociedad Liceo (actual Biblioteca

Alex Urquiola), fuera escogido como Oficina Nacional del Maratón .

Ya finalizando diciembre de 1960 se realiza un acto patriótico donde los Obreros Bancarios donaron a

la Comisión Municipal de Alfabetización una gran cantidad de libretas, lápices, tizas y borradores. Con

la entrega del material escolar hizo uso de la palabra el Señor Torres Miranda, representante de la

Comisión Alfabetizadora instando a los obreros que se inscribieran como alfabetizadores.

El 5 de enero de 1961 con el asesinato de Conrado Benítez en la Sierra del Escambray, Fidel

señalaba: “… ese maestro, que murió cruelmente asesinado, no será como una luz que se apague,

será como una llama de patriotismo que se enciende. ¡Ese maestro después de muerto seguirá siendo

maestro!...”

En el Término Municipal se multiplicaron las actividades en aras de cumplir con la erradicación del

analfabetismo. El 16 de enero de 1961 inicia el censo de analfabetos en todo el país. Era ésta una

labor gigantesca en Holguín, debido a la gran extensión superficial del Término Municipal y para

impulsar las tareas de la alfabetización el Consejo Municipal de Alfabetización acordó celebrar la

jornada por el Natalicio de José Martí rindiendo homenaje a sus ideas.

El 17 de enero de 1961, Año de la Educación, César Torrens Artigas publica:

¿Qué es un analfabeto? Un analfabeto es simplemente un ser humano como otro cualquiera, que no

tuvo la oportunidad de asistir a la escuela… .

Constituye éste un llamado a la conciencia para acelerar la Campaña de Alfabetización, ya que por el

temor o pena de los analfabetos muchas veces preferían no aprender a leer y escribir antes de

informarlo.

Se realiza otro acto con los maestros holguineros en el Teatro Infante; allí la Doctora Ofelia Isla explicó

el uso de la cartilla e hizo referencia a la semana martiana que culminaría con el Aniversario del

Natalicio de nuestro apóstol. También se manifestó la solidaridad de los campesinos con los maestros,

revelado por Luis Velásquez, Responsable de la Asociación Campesina Frank País en la costa norte,

quien además señaló que cada Asociación Campesina sería un Centro de Alfabetización.

Page 116: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Por el Consejo Nacional de Alfabetización, Francisco Sanz expresó que el maestro fue preparado por

una sociedad distinta y tiene que prepararse para la nueva Cuba, añadiendo que el maestro de hoy no

podía traicionar los ideales de Rubén Bravo y Frank País.

Numerosas instituciones fraternales, sociales, de recreo, los Sindicatos Obreros, la Terminal de

Ómnibus, brindaron sus locales al Consejo Municipal de Alfabetización con el propósito de cumplir con

esta tarea en 1961. El local social de los periodistas holguineros, sito en Agramonte entre Máximo

Gómez y Pepe Torres, también fue cedido para que funcione allí una Escuela de Alfabetización a

cargo de la profesora Inés Domínguez. La Escuela llevó el nombre de Julio Antonio Mella.

El 3 de febrero de 1961 el Periódico Norte informaba de la inspección realizada por el Responsable

Nacional de la Campaña de Alfabetización, compañero Raúl Ferrer, quien felicitó al Consejo Municipal

de Educación por el buen cumplimiento de las tareas de la alfabetización.

Las cuatro emisoras de Holguín se unieron en un programa radial denominado “La Alfabetización en

marcha”, que se trasmitió de lunes a miércoles por las 4 emisoras holguineras de 7:30 a 7:40 de la

noche, destinado a ofrecer información a toda la ciudadanía referente a la Campaña.

Los jóvenes estudiantes rebeldes, estudiantes de la Escuela de Comercio, y los maestros holguineros

respondían al llamado de Fidel: Este año liquidaremos el analfabetismo, no importa los sacrificios, ni

las horas de trabajo…

En el sector urbano, el trabajo de alfabetización funcionaba dividido en distintas zonas integradas por

los barrios norte y sur, constituyéndose zonas, además en los barrios de Pueblo Nuevo, Vista Alegre y

Alcides Pino (La Chomba), Reparto Harlem en fin en todas las barriadas. Los barrios rurales se dividen

igualmente por zonas, con sus correspondientes maestros asesores técnicos, encargados de orientar y

dirigir a los alfabetizadores voluntarios. El número de zonas está determinado por el número de

colegios existentes en el barrio y por el número de analfabetos.

En los diferentes barrios fueron múltiples y variadas las actividades realizadas para dar impulso final a

la campaña. Ejemplo de ello los bailes con orquestas populares, verbenas, actos culturales, veladas

artísticas, funciones cinematográficas, reuniones con los campesinos de la zona y los brigadistas

Conrado Benítez, escribirles a los padres de los alfabetizadores para informales de la patriótica labor

que se realizaba. En la ciudad de Holguín, el 23 de febrero en la noche se efectuó un gran desfile con

las lámparas para la Alfabetización que fueron enviadas por la República Popular China para los

alfabetizadores de las zonas rurales. La peregrinación partió de las Oficinas del Consejo Municipal de

Educación, con faroles encendidos a las siete de la noche y cientos de participantes, entonando las

consignas de la Revolución y cantando el himno nacional y el del 26 de Julio. Recorrieron la calle

Libertad hasta el parque infantil Rubén Bravo regresando por la calle Maceo hasta el parque Calixto

García donde se efectuó el acto.

El Centro de Alfabetización de la Cárcel de Holguín dirigido por el maestro de ese penal, José Feliú

López, con 12 alfabetizadores, que con un nivel de 4to a 6to grado, atendía en abril a 48 de 84

analfabetos censados y el 20 de mayo graduaban a los primeros alfabetizados .

En el local de la Casa del 26 de Julio, se reunieron todas las dependencias estatales, sindicatos

obreros, empresas nacionalizadas y colegios profesionales para discutir el plan de apadrinamiento de

Page 117: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

todos los barrios de Holguín , elemento crucial en el desarrollo y culminación de la Campaña; alojaban

a los brigadistas, celebraban en el cuartón el cumpleaños de analfabetos y brigadistas, los domingos

realizaban fiestas para confraternizar con los campesinos y que estos se sintieran bien. Además eran

los responsables de la alimentación y de la salud de los brigadistas.

En abril y mayo los alfabetizadores recibieron un seminario en el Campamento Nacional de Superación

de la Campaña de Alfabetización radicado en la Playa de Varadero durante quince días. Allí les

entregaron uniformes, boina, un carné de brigadista, un farol chino, manual y una cartilla para la

preparación de la Campaña de Alfabetización. Los entrevistados recuerdan con emoción esa

experiencia: el viaje en tren, el saludo entusiasta en cada pueblo que atravesaban, la emoción por la

misión que cumplirían, la disposición para coger las armas, si hubiera sido necesario, cuando el

ataque de Playa Girón. En la escuela Oscar Lucero se les atendió y desde allí se enviaban a los

barrios del Término y a otros municipios de Oriente.

De abril a junio de 1961, la Campaña cobró un impulso notable. Según el periódico Surco el 15 de

julio, de 46 508 analfabetos, 38 770 se encontraban alfabetizándose lo que representa el 83.36 % y 2

293 habían sido alfabetizados para un 4.9 %. Los barrios de Calderón, San Agustín, San Lorenzo y

Tasajeras habían alfabetizado al 100% de sus analfabetos para tan temprana fecha.

La Nacionalización de la Enseñanza proporcionó que los alumnos de las Escuelas del Hogar, Normal

de Kindergarten y de Maestros se integraran a las nuevas aulas, incorporando nuevas fuerzas al

proceso educacional.

El 1ro de agosto se inició un programa radial para la alfabetización desde el Centro Cultural Alex

Urquiola. Funcionó bajo el título de ¡Estamos venciendo en la Campaña!, para informar de los avances

de la Campaña de Alfabetización.

Según lograban la victoria sobre el analfabetismo, los barrios entraban en caravanas a la cuidad. Las

mismas eran organizadas por el Instituto Nacional de Deportes y Recreación y los Comités de Defensa

de la Revolución. Generalmente se culminaba con un acto masivo en el Parque Calixto García.

Finalmente, el 15 de diciembre de 1961, Holguín fue declarado Territorio Libre de Analfabetismo.

Impacto de la Campaña de Alfabetización en el Término Municipal de Holguín.

La Campaña de Alfabetización dejó una profunda huella por el alcance que tuvo. Estas personas que

se alfabetizaron ya podían participar en las diferentes esferas de la sociedad . Muchos continuaron, se

prepararon y lograron graduarse en diferentes especialidades.

Contribuyó significativamente a que la juventud y el pueblo holguinero definieran su posición al lado de

la Revolución y que acciones contrarrevolucionarias tales como la quema de escuelas en algunos

barrios como Tacámara Cuatro y Yareyal, no pudieran impedir el avance de la obra.

La quema de caña era otra de las actividades practicadas por la contrarrevolución junto a

amenazantes mensajes contra la Campaña. Los jóvenes alfabetizadores pese al temor que sentían no

dejaron de realizar sus actividades día y noche. Clotilde Castro Leandro, con apenas 15 años,

alfabetizaba a tres vendedores de agua en La Cuchilla de San Germán durante la tarde, por la mañana

Page 118: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

visitaba los campos y por la noche trabajaba en las oficinas de la alfabetización. Como era una

jovencita su tío la acompañaba.

Vencer la resistencia de quienes por ignorancia, timidez, o la influencia de la campaña difamatoria en

contra de la revolución, se oponían a la alfabetización, fue también un éxito de los alfabetizadores. Así

lo confirma el testimonio de Rosa Guadalupe Pupo Ros, brigadista Conrado Benítez: En nuestra zona,

El Yayal, existía un latifundio al cual pertenecían nuestros analfabetos, por lo que tuvimos que trabajar

mucho ideológicamente para explicarles los proyectos y el programa de la Revolución naciente, pero

eso no fue obstáculo para nuestro triunfo pues bajo la orientación de nuestra Asesora Técnica en esa

zona llamada Regina de la Caridad, trabajamos con gran formalidad y fuimos capaces de alfabetizar y

de unir a todos en defensa de la Patria y la Revolución. Nuestros campesinos se constituyeron en una

cooperativa y lo que era de un latifundista fue para todos.

Un nexo profundo creció entre los campesinos y las gentes de las ciudades que iban a compartir con

ellos. Generalmente los alfabetizadores compartían las labores del campo con los campesinos o las

labores de la casa en el caso de las muchachas. Según César Augusto Santiago Almazón que

alfabetizó en el barrio la Cuaba, aparte de enseñar, trabajaba con los campesinos por la mañana en

una finca sembrando plátano y Sonia Mariño Chacón que alfabetizó en la zona de Mateo, Mallorquín,

Velasco cooperó en todos los quehaceres de la casa como un miembro más de la familia campesina

que le correspondió. Allí aprendieron de la pobreza y la desigualdad heredadas de los gobiernos

anteriores, conocieron del sudor del trabajo bajo el sol y del aire libre del campo, aprendieron a ahorrar

prestándose los faroles y a caminar sobre la tierra recién arada.

El accionar de los alfabetizadores se extendió a otras esferas como refiere Rosa Guadalupe Pupo Ros,

Brigadista Conrado Benítez en El Yayal en Holguín:

Además impartimos preparación política-ideológica a los vecinos de esta zona para que conocieran los

objetivos y proyectos de la Revolución acabada de triunfar, así como los objetivos de nuestra

Campaña de Alfabetización con el postulado martiano “Ser culto para ser libre”.

El papel desempeñado por las organizaciones de masas y políticas fue decisivo porque a través de

ellas se promovió la Campaña de Alfabetización. Estas organizaciones llevaban los alfabetizadores a

las casas de los campesinos para que no les sucediera nada. Ayudaban además con los materiales

que tenían a su alcance, orientaban, conversaban con los campesinos y las amas de casas sobre la

importancia que tenía la campaña. La Federación de Mujeres Cubanas se encargaba de lavar, cocinar

y acondicionar las aulas y los Comités de Defensa de la Revolución su papel era ubicar a los

compañeros alfabetizadores, cuidarlos y atenderlos .

En el acto en La Habana cuando Fidel declara a Cuba Territorio Libre de Analfabetismo, todos los

brigadistas le dijeron a Fidel “Dinos que otra cosa debemos hacer”. Muchos continuaron la obra

educacional; ejemplo de ello Loida Esther Guerra Matos, técnica asesora en el Cuartón San Lorenzo

en Buenaventura, refiere que ella siguió con el Plan de Seguimiento para trabajadores y obreros que

no tuvieron la oportunidad de alfabetizarse cuando se estaba desarrollando la campaña y los ayudó

hasta alfabetizarlos.

Page 119: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Para Regina de la Caridad García Hernández, técnica asesora en el Yayal, Mayabe, la Campaña de

Alfabetización representó para Holguín sacar de la ignorancia a miles de jóvenes y adultos que al estar

mejor preparados tenían más posibilidades en cuanto ser empleados en trabajos mejor remunerados y

podrían integrarse de forma más activa a su comunidad.

La prensa, al divulgar las tareas de la Campaña contribuyó a valorar la obra en que trabajaba la

revolución: la lucha por elevar el nivel cultural del pueblo. Los brigadistas también participaron en el

cambio de moneda.

La Doctora Ritaly Agüero Feria, asesora técnica en el Reparto Libertad, resalta la prostitución como

mal arraigado en la sociedad. La Campaña contribuyó a la preparación de aquellas mujeres “mal

miradas por la sociedad” y a su incorporación a la vida útil de la nueva Cuba que surgía. Ritaly

recuerda como Eufrasia, dueña de una casa de “mala vida”, que así eran llamados los prostíbulos, por

el actual barrio de Alcides Pino, donó la casa al Estado para que fuera empleada en los trabajos de la

Campaña.

Se llevó a cabo la operación “Espejuelos” en la que los optometristas cumplieron su función

revolucionaria llevando a los más apartados rincones este servicio. Joaquín Gonzáles Álvarez fue uno

de los optometristas durante la Alfabetización en Holguín, junto con Armando Calla, el primero era el

coordinador para el norte de la Provincia Oriental por la antigua división política administrativa que

existió en 1961, en su equipo trabajaron también: Seferino Ramírez en Banes, Eduardo Betancourt en

Aguas Claras y otro compañero radicado en Las Tunas.

De acuerdo a los datos que aportan los documentos de la JUCEI para el 30 de septiembre habían sido

tabulados 55 789 analfabetos, de los que podían ser alfabetizados 48 172. De los posibles a

alfabetizar ya lo habían sido 15 772, lo que representaba el 32.7 % y 32 400 estaban siendo

alfabetizados . El 16 de diciembre el periódico Surco publica que se habían alfabetizado 37 038

analfabetos, lo que representaba el 73.04% de los censados .

Evidentemente existe una contradicción entre ambas fuentes, no obstante de lo que no queda duda es

que alrededor de 40 000 holguineros fueron alfabetizados y que finalmente, el 15 de diciembre de

1961, en un acto solemne efectuado en el parque Calixto García con la presencia de cientos de

participantes es declarado Holguín, territorio libre de analfabetismo.

La declaración ocurría cinco días más tarde de la meta propuesta. Es importante tener presente que

este Término Municipal era el tercero en mayor población del país y el mayor en cuanto a población

rural, por lo que la culminación de la Campaña resultó un éxito sin precedentes, teniendo en cuenta los

obstáculos que presentaban tanto la topografía del terreno como las condiciones de un municipio que

en un tiempo corto, tenía que enfrentarse a la tarea de alfabetizar a alrededor de 40 000 analfabetos.

El pueblo holguinero tuvo un doble motivo para celebrar esta victoria alcanzada, primero porque se

han liberado del analfabetismo y segundo han demostrado la capacidad que tiene para hacerle frente a

las grandes tareas en la construcción de sociedad socialista. Junto a la población también participaron

las organizaciones políticas y de masas. Liquidar el analfabetismo fue un avance hacia el progreso que

pudo dar Holguín y lo logró gracias al apoyo de todas las organizaciones de masas y el pueblo en

general.

Page 120: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Conclusiones:

La Campaña de Alfabetización abrió paso a un sinnúmero de transformaciones en el orden económico,

social y político en el país. El Término Municipal de Holguín, con sus peculiaridades constituye un

ejemplo de ello ya que desde 1959 los holguineros se sumaron al llamado de la revolución para llevar

a cabo la misma realizando cursos de preparación, alfabetizando en la prisión, en locales donados por

instituciones y en las casas.

La realización de grandes maratones con el aporte del pueblo con donativos para la Campaña unido a

la variedad y originalidad de las actividades desarrolladas en los diferentes barrios del Término fue una

demostración del respaldo a la tarea a la que se sumaron diversas instituciones. El Teatro Infante,

actual Eddy Suñol, fue testigo de múltiples actividades de propaganda, preparación y respaldo a la

obra educacional que a la vez fueron perfilando las posiciones de clases y las definiciones políticas de

los diversos sectores de la población. La prensa, representada por los periódicos Norte y Surco, se

sumó a la Campaña desde el inicio, dejando un testimonio invaluable de las actividades desplegadas

por las organizaciones políticas, de masas y el pueblo en general.

Muchos de los jóvenes alfabetizadores se incorporaron a la obra educacional y abrazaron esta

profesión, una vez culminada la Campaña. De igual manera que la coexistencia con las familias

campesinas y el compartir sus labores abrieron nuevas expectativas y rompieron muchos estereotipos.

La familia holguinera en sentido general apoyó el desarrollo de la Campaña y finalmente el territorio

fue declarado libre de analfabetismo el 15 de diciembre de 1961.

Referencias:

1. Olga M. Armas Blanco. Holguín 1944-1952 Economía y Sociedad. En Revista de Historia de

Holguín con el RNPS no. 2145 – folio 115 – tomo III. P.3

2. Norte, Periódico, Martes, 31 de Marzo de 1959, pág.7.

3. Sus fundadores Renán Ricardo, maestro agrícola y Gilberto García. Comenzó la enseñanza

elemental más tarde aumentó su materia de estudio y en especial el repaso de las matemáticas. Este

colegio sirvió como centro de reunión de varios maestros para conversar de la situación del país,

algunos alumnos fueron Alcides Pinos y Jorge Ruiz Rodríguez.

4. Norte, Periódico, Domingo, 26 de Julio de 1959, pág.7

5. Norte, Periódico, Jueves, 2 de Junio de 1960, pág.2.

6. Surco, Periódico, Viernes, 4 de noviembre de 1960, pág.9-4.

7. Surco, Periódico, Lunes, 7 de noviembre de 1960, pág.1-5.

8. Surco, Periódico, Martes, 6 de diciembre de 1960, pág.7.

9. Surco, Periódico, Viernes, 23 de diciembre de 1960, pág.1-4.

Page 121: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

10. Periódico Revolución, La Habana, 24 de enero de 1961, p. 16, col. 8.

11. Surco, Periódico, Martes, 17 de enero de 1961, pág.2.

12. Surco, Periódico, Lunes, 23 de enero de 1961, pág.4-8.

13. Surco, Periódico, Sábado, 4 de febrero de 1961. Pág. 1 - 7.

14. Surco, Periódico, Sábado, 4 de febrero de 1961. Pág. 1 - 7.

15. Surco, Periódico, Viernes, 14 de abril de 1961. Pág.3

16. Norte, Periódico, Martes, 11 de marzo de 1961, pág.8

17. Testimonio de Loida Esther Guerra Matos. Brigadista Conrado Benítez que alfabetizó en el

Cuartón de San Lorenzo, Buenaventura.

18. Testimonio de Celia Portelles Gómez. Asesora Técnica de catorce Brigadistas Conrado

Benítez y alfabetizadora de cuatros campesinos en el barrio La Rioja.

19. Testimonio de César Augusto Santiago Almazón. Brigadista Conrado Benítez que alfabetizó

en La Cuaba.

20. Testimonio de María Julia Guerra Ávila. Alfabetizadora Popular en el Reparto Harlem.

21. Testimonio de Warner Ferras Díaz. Brigadista Conrado Benítez que alfabetizó en el Cuartón

Realengo 2, Velasco.

22. Fondo Comisionado JUCEI. Expediente 58 relacionado con correspondencia enviada al

presidente de la JUCEI. Folio 1 al 7 Fondo 3 Legajo 2.

23. Periódico, Surco, Sábado, 16 de diciembre de 1961. Pág. 7.

24. Surco, Periódico, Viernes, 15 de diciembre de 1961. Pág.1.

Bibliografía:

• Armas Blanco, Olga M. La Campaña de Alfabetización y su influencia en la Universalización de

la Enseñanza. Boletín Electrónico Entre Líneas. SOCIT. Holguín, 2006. www.socit.holguin.cu.

• __________________. Holguín 1944-1952 Economía y Sociedad. Holguín, 2012.

• Alfabetización en Cuba. Historia y Testimonios. Momentos Cumbres de la Revolución Cubana.

Editorial Política. La Habana, 2000.

• Censo de Población de 1953.

Page 122: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

• Colectivos de Autores: Síntesis Histórica Municipal de Holguín. La Habana, 2010, Ediciones:

Holguín.

• Cronología 25 Años de Revolución. Editora Política. La Habana, 1987.

• Fernández Batista, Yanet: Historia de la educación primaria en Holguín de 1959 a 1976. Tesis

de Diploma .Santiago de Cuba, Junio del 2009.

• Kolésnikov, Nikolái: Cuba: Educación Popular y Preparación de los Cuadros Nacionales de

1959-1982. Moscú, Editorial Progreso, 1983.

• Lamas Montalván, Olga: Cuba Territorio Libre de Analfabetismo. Edición Homenaje al 50

Aniversario de la Campaña de Alfabetización. La Habana, 2011. Editorial de Ciencias Sociales.

• ___________________: De Conrado a Manuel. Edición: Ediciones Unión 1994.

• La Alfabetización en Holguín (Cuba 1961) .

http://www.monografias.com/trabajos45/alfabetizacion-holguin/alfabetizacion-holguin.shtml.

• Pasarín Iglesia, Luisa: Evolución Histórica de la Educación de Adultos en la Provincia de

Holguín en la etapa de 1959 al 1962. Tesis Presentada en opción al título académico de Master en

Ciencias de la Educación. ISPH José de la Luz y Caballero. Holguín, 2009.

• Peña Herrera, Liudmila: 50 Aniversario de la Campaña de Alfabetización: Algo más que soñar.

Del blog Isla de la poesía. 22 diciembre 2011.

• Relys Díaz, Leonela: Una experiencia de alfabetización aplicable en América Latina y el

Caribe.

Fuentes Documentales:

1-Archivo Histórico Provincial de Holguín (A.H.P.H).

• Carta a Héctor Gómez a la Secretaria de la J.U.C.E.I. Expediente: 1192. Legajo: 26. Folio: 2

Número de Inventario: 1. Número de Fondo: 3.

• Colección de documentos sobre División Política Administrativa (DPA).Información de las

enseñanzas. Departamento de estadista. Expediente: 16. Fondo: 1-7.

• Fondo Comisionado JUCEI. Relacionado con correspondencia enviada al presidente de la

JUCEI. Expediente: 58. Legajo: 2. Folio: 1al 7. Número de Fondo: 3.

• Inventario del Fondo del Gobierno Revolucionario. Comisionado de la Junta Central de

Coordinación de Ejecución e Inspección (JUCEI). Expediente que trata de la Campaña de

Alfabetización. Censo, Estadística de analfabetos. Del 16 de abril al 4 de octubre de 1961. Expediente:

1192. Legajo: 26. Folio: 2-3-7. Número de Inventario: 1. Número de Fondo: 3

2-Biblioteca del Museo Provincial de Historia La Periquera (A.M.P.H).

• Publicaciones periódicas:

Page 123: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

• Granma, 1977, 30. IX, pág. 2

• Norte (1959-1961)

• Surco (1960-1961)

3-Biblioteca Pública Alex Urquiola. Fondo Raro y Valioso.

• Libro Alfabeticemos. Año de la Educación.

4-Revistas:

• Bohemia.30 de diciembre del 2011. Año 103. Número 26. 1961-2011 Alfabetización 50 años.

La Habana, Cuba.

• Somos Jóvenes. Revista Mensual de la Casa Editora de Abril. Ciudad de La Habana.

Diciembre del 2005.

5-Entrevistas:

1- Ada Iris Espinosa Alba.

2- Ana María Sánchez Dotres.

3- Celia Portellez Gómez.

4- César Augusto Santiago Almazón.

5- Clotilde Castro Leandro.

6- Dania de las Mercedes Zayas Aldaya.

7- Enrique Domínguez Gálvez.

8- Félix Manuel Hidalgo Pimentel.

9- Francisco Sanz Gonzales.

10- Georgelina Miranda Pelae.

11- Gladis Rojas Sánchez.

12- Loida Esther Guerra Matos.

13- María Julia Guerra Ávila.

14- Regina de la Caridad García Hernández.

15- Reina González de Rianchón Pupo.

16- Ritaly Agüero Feria.

17- Rosa Guadalupe Pupo Ros.

Page 124: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

18- Sonia Mariño Chacón.

19- Warner Ferrás Díaz.

6-Webgrafía:

• www.cubadebate.cu (25/ 5/ 2013)

• http://www.bohemia.cu (25/5 /2013)

• http://www.bohemia.cubasi.cu ( 27/5/2013)

• http://www.ecured.cu/index.php/Campa%C3%B1a_de_Alfabetizaci%C3%B3n. (27/5/2013)

Anexo 1

La Comisión de Alfabetización de Holguín quedó constituida en 1961 de la siguiente manera:

• Edilio Torres Miranda: Responsable del Consejo Municipal de Educación.

• Evilio Leal Arcanaga: Coordinador.

• Oscar Sientes: Responsable de la Comisión Técnica.

• Nelson Cruz Tejas: Responsable de información.

• Dra. Ofelia Isla Vinagre: Integrante de la Comisión Técnica.

• Luis Rodríguez Ochoa: Integrante de la Comisión Técnica.

• Matilde Auseau: Integrante de la Comisión Técnica.

• Francisco Aguilera: Responsable de Propaganda.

• Carlos Castellanos: Responsable de Propaganda.

• Francisco Sanz González: Enlace Nacional de Holguín y Las Tunas.

• Luis Pérez: Por la Asociación de Jóvenes Rebeldes.

• Isaac Muñiz: Coordinador.

• Enrique Mir: Propaganda.

• Alicia Pinos: Finanzas.

• Angélica Rosell, Regla Santa Cruz, Francisco de Paz y Berta Pérez del Villar: Comisión

Técnica.

Page 125: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

• Tomás Muñiz: Por la Asociación de Jóvenes Rebeldes.

• Irma Velásquez: Por la Federación de Mujeres Cubanas.

• René Pérez: Por el Movimiento 26 de Julio.

• Vilma Chacón: Enlace entre este subconsejo y el consejo municipal de alfabetización.

Fuente: Evolución Histórica de la Educación de Adultos en la Provincia de Holguín en la etapa

comprendida de 1959.Tesis de Maestría de Pasarín Iglesia Luisa. Holguín, 2009.

Page 126: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

El internacionalismo holguinero

M.Sc. Victor Aguilera Nonel.

Con el triunfo de la Revolución cubana la política exterior del Estado sufrió cambios radicales. El

Ministerio de Relaciones Exteriores que reemplazó al Ministerio de Estado en 1959, fue el órgano

responsable de ejecutar la política internacional del gobierno revolucionario y encargado de

incrementar el desarrollo de las relaciones diplomáticas, culturales y de cooperación con los demás

países. Todo ello sobre la base del principio de coexistencia pacífica entre los Estados, cualquiera

fuese el carácter de su régimen social, el respeto recíproco a la autodeterminación, a la igualdad

soberana y a la independencia de todas las naciones. La solidaridad y el internacionalismo han

marcado desde entonces las relaciones del país con el resto del mundo.

La nueva sociedad nació en un clima hostil bajo la sombra de la Guerra Fría desarrollada entre los

sistemas capitalista y socialista desde 1947. Tal política estuvo encaminada a detener la influencia

soviética en el resto del mundo y establecer la hegemonía internacional del imperialismo

norteamericano a través del militarismo, desarrollando el rearme a gran escala, la conformación de un

sistema global de alianzas militares en los escenarios de valor estratégico, la recuperación del

capitalismo eurooccidental, el chantaje desde posiciones de fuerza sobre el campo socialista y los

nuevos países independientes, el derrocamiento de gobiernos populares, las intervenciones militares

regionales o locales y la incorporación de América Latina a su diseño imperial.

Ante el aumento de la política intervencionista de Occidente en los territorios posteriormente conocidos

como Tercer Mundo y particularmente contra Cuba, la revolución naciente se convirtió en referente

para los procesos independentistas que comenzaron a gestarse, a los cuales se les brindó desde fecha

muy temprana una valiosa colaboración en los campos civil y militar. La verdadera vocación

internacionalista de los dirigentes cubanos, partiendo del criterio de que la solidaridad contribuye a la

propia defensa en la medida en que, con el avance revolucionario se disgregan las fuerzas enemigas,

condujeron a que la mayor isla del Caribe iniciara un movimiento de apoyo internacionalista a diversos

países de América Latina y África.

La política internacionalista de la Revolución se inició con una vasta ofensiva diplomática realizada por

las principales figuras del gobierno, la cual dio a conocer el verdadero objetivo del proceso

revolucionario. Conjuntamente desde 1959 se inició la ayuda a los movimientos de liberación nacional.

Desde los momentos iniciales, un importante número de combatientes procedentes del territorio

holguinero se incorporaron a dicho accionar, dígase en la expedición a Santo Domingo para derrotar la

dictadura de Rafael Leónides Trujillo, el apoyo a las guerrillas de Venezuela, Guatemala, Nicaragua, el

Congo y Bolivia donde varios jóvenes ofrendaron sus vidas. Posteriormente a inicios de la década del

70 del siglo pasado, ante el bombardeo masivo realizado por las fuerzas norteamericanas sobre Viet

Nam del Norte otros combatientes brindaron su apoyo internacionalista al país asiático.

La ayuda a los procesos independentistas africanos extinguida casi por completo en 1967 con la salida

del Congo de Jorge Risquet y las fuerzas del Batallón Patricio Lumumba, es retomada a mediados del

año 1975 con el objetivo de apoyar al Movimiento Popular de Liberación de Angola en su afán por

alcanzar la independencia y proclamar la República Popular de Angola. El 21 de agosto de 1975, con la

llegada de un reducido grupo de asesores militares al país africano se creó la Misión Militar Cubana y

Page 127: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

con ella se amplió el proceso de colaboración multifacético que se extendió por casi 16 años tomando

como nombre Operación Carlota.

La masiva participación de combatientes cubanos en el conflicto angolano a partir del mes de octubre

de 1975, en ocasiones superando los 30 000 efectivos, requirió llevar a cabo a lo largo y ancho de todo

el territorio nacional cubano un amplio proceso de reclutamiento. En Holguín al igual que en el resto del

país los oficiales de los Comité Militares jugaron un papel decisivo en la selección del personal

adecuado para cumplir dicha misión internacionalista. Intensas jornadas de entrevistas personales,

verificaciones, completamiento de plantillas y otros menesteres matizaron a lo largo de estos años el

trabajo de hombres y mujeres.

Para comprender a cabalidad la magnitud de la colaboración prestada por la naciente provincia de

Holguín (aunque la colaboración comienza algunos meses antes de la proclamación de la nueva

división político-administrativa) a la gesta africana, es necesario partir de la cifra de combatientes que

cumplieron misión. Según información ofrecida por la Asociación de Combatientes de la Revolución

Cubana en la provincia, aproximadamente 35 000 holguineros salieron para el continente africano entre

1975 y 1991.223 En sus dos primeras etapas, dígase de octubre de 1975 a marzo de 1976 y de abril de

1976 a 1981 el mayor número de combatientes escogidos pertenecían a la reserva de diversas

unidades militares, los cuales habían cumplido el Servicio Militar Obligatoria por espacio de tres años,

un pequeño grupo eran oficiales activos y una veintena de hombres eran estudiantes universitarios de

la Filial de Ciencias Médicas, los cuales le correspondió la misión de fungir como sanitarios. Es

incalculable la cifra real de jóvenes que dieron su disposición a participar en dicha epopeya.

A partir del año 1981 y hasta mayo de 1991 al contingente internacionalista se sumaron soldados del

servicio militar, oficiales de diversas especialidades que no tuvieron participación en los primeros

momentos, y colaboradores civiles de los sectores de la educación, la salud pública, la construcción y

el arte, los cuales también jugaron un rol de gran importancia.

Como se ha explicado con anterioridad, la Operación Carlota en todas sus etapas contó con la

significativa representación de holguineros, destacándose en los combates de Quifangondo (1975),

Cabinda (1975), las ofensivas hacia los frentes norte, este y sur (1975-1976), la defensa de Cassinga

(1978), Cangamba (1983), Sumbe (1984), la protección de las fronteras, del Camino de Hierro de

Benguela y en la batalla de Cuito Cuanavale (1987-1988), donde un número considerable perdió la

vida. Al ser imposible abordar en breves cuartillas cada uno de estos acontecimientos, el presente

trabajo se centrará únicamente en el análisis de las memorias de los soldados que el 4 de mayo de

1978 defendieron la aldea de refugiados namibios en Cassinga ante el ataque y la masacre perpetrada

por fuerzas especiales sudafricanas. Posiblemente esta sea la acción donde se concentró el mayor

número de holguineros en toda la contienda.

Cassinga es un poblado minero perteneciente al municipio Jamba, en la provincia de Huila. Su principal

actividad económica hasta finales de 1975 fue la extracción de hierro en las minas de Tchamutete

ubicadas al sur del poblado, la cual se vio afectada por la salida de los funcionarios y operarios

portugueses ante la cercanía de la proclamación de la República Popular de Angola. El abandonado

complejo habitacional de la Compañía Minera de Lobito 224 en Tchamutete,225 en 1976, comenzó a ser

223 El dato oficial sobre el número de combatientes holguineros que cumplieron misiones internacionalistas en

África no se puede ofrecer por la inaccesibilidad a las fuentes documentales correspondientes.

224 La Compañía Minera de Lobito administraba el proceso de extracción de hierro en la Minas de Tchamutete.

Page 128: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

ocupado por guerrilleros miembros de la SWAPO, sus familiares y refugiados namibios en sentido

general. La mayoría de los nuevos pobladores eran mujeres y niños. Por su parte las instalaciones

industriales y administrativas de la propia compañía fueron ocupadas por las tropas cubano-FAPLA que

conformaban el Grupo Táctico N0 2 de la V Región Militar, encargado de defender la región ante una

posible invasión sudafricana.

El Grupo Táctico situado en los poblados de Tchamutete y La Vila estaba compuesto por el Estado

Mayor, un grupo de defensa antiaérea conformado por tres baterías,226 un grupo de cañones de 85mm,

una compañía de infantería y una compañía de tanques T-34. En cada una de estas unidades había

representación holguinera, alcanzando la cifra total de 117 combatientes del la provincia nororiental.

Las condiciones de vida de todos los integrantes del Grupo Táctico hasta el 4 de mayo de 1978 se

pueden catalogar de muy buenas. Residían en sólidas construcciones de mampostería, can abasto de

agua potable, electricidad, mantenían relaciones camaraderiles con los guerrilleros SWAPO asentados

en Cassinga y con algunos nativos residentes en quimbos cercanos, sostenían comunicación por

correo postal con los familiares en Cuba de forma regular y la alimentación era buena, manteniendo el

suministro estable de diversos productos. La vida diaria transcurría sin alteraciones matizadas por

guardias combativas, matutinos, reuniones informativas, clases de diversas especialidades militares,

trabajos de conservación y mantenimiento del armamento y la técnica, prácticas deportivas y

actividades político-culturales y festivas en conmemoración a fechas importantes de Cuba y Angola, así

como los esperados cumpleaños colectivos.

El jueves 4 de mayo de 1978 fue la fecha escogida por el ejército sudafricano para llevar a cabo la

operación especial “Reeinder” (Operación Reno), la cual tuvo por objetivo fundamental el asalto

aerotransportado contra la aldea de Cassinga, la cual según las informaciones ofrecidas por el servicio

de inteligencia del régimen del apartheid, era la base principal y el puesto de mando de la SWAPO en

Angola. Desde marzo de 1976 y hasta la fecha los sudafricanos se habían limitado a operar

únicamente en el territorio fronterizo, con incursiones armadas en una profundidad de hasta 10 Km,

aunque mantenían el dominio del espacio aéreo de las provincias sureñas a partir del mayor desarrollo

de su Fuerza Aérea y la basificación de sus naves en aeródromos ubicados al norte de Namibia a poca

distancia de la frontera internacional.

A las 07:05h del día señalado dio inicio una de las operaciones más arriesgadas que ha tenido lugar

desde finalizada la II Guerra Mundial con el empleo de paracaidistas. Con la utilización de cuatro

aviones bombarderos Camberra y cinco Bucaneers cargados cada uno con 300 bombas “Golf”

antipersonales, siete bombas de 450 Kg y cohetes SNEB, una cifra de aviones caza bombarderos

Mirage III que difiere según las fuentes consultadas entre 4 y 11, artillados con misiles AAM Kukri y

cañones de 30 mm, un DC-4 EW/ELINT, un Atlas Kudu (algunas fuentes se refieren a un Cessna 185),

225 Tchamutete, territorio ubicado al sur de Cassinga a una distancia de 9 Km en línea recta y a 16 Km por

carretera. Sitio donde se encontraban parte de las instalaciones administrativas del Complejo minero. 226 La Primera Batería estaba conformada de forma íntegra por combatientes del municipio holguinero de Urbano Noris.

Page 129: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

cuatro naves de transporte Hércules C-130s y cinco Transall C-160, trece helicópteros Puma y seis

Super Frelons,227 las fuerzas racistas defensoras del apartheid pusieron en práctica el plan inicial.

El mismo comenzó con un fuerte bombardeo sobre la aldea donde residían 3 068 personas,

extendiéndose en diversos sectores por espacio de dos horas, arrojando un saldo de 1 200 bombas

antipersonales lanzadas, además de 20 000 libras de material de alto poder explosivo228 y un

devastador ametrallamiento con proyectiles de 30 mm, sembrando la muerte, destrucción y terror entre

los pobladores. Seguidamente se procedió al lanzamiento de un batallón de paracaidistas compuesto

por más de 250 reservistas miembros de las fuerzas de infantería, los cuales en tierra cumplieron

diversas funciones, unos aniquilaron los sectores de fuego defendidos por guerrilleros SWAPO y por

pobladores civiles, tomaron las diversas instalaciones que componían la aldea, dígase la escuela, las

viviendas albergues, el parqueo, un pequeño cuartel de la organización, un almacén de alimentos y el

hospital, los otros protagonizaron una amplia cacería humana dejando un elevado saldo de muertos y

heridos, acción que en toda su magnitud nunca ha sido reconocida por el ejército sudafricano, pero que

se cuenta con amplio material fotográfico tomado dos días después del hecho por el periodista

Gaetano Pagano y el cineasta sueco Sven Asberg, el cual ha sido expuesto desde entonces en

diversos foros internacionales y muestra de forma irrefutable la masacre perpetrada por las fuerzas de

asalto. El saldo final del genocidio fue de 298 niños muertos, 167 mujeres y 159 hombres de diversas

edades, para una cifra total de 624 fallecidos y 350 heridos graves.229

Ante el sorpresivo ataque, los miembros del Grupo Táctico N0 2 tomaron las posiciones defensivas

preparados para repeler cualquier intento de ataque contra las diversas instalaciones que defendían.

Sobre las 09:00 h se recibió la orden emitida por el Estado Mayor del Grupo Táctico de trasladar el

primer pelotón de la Batería 1 de la defensa antiaérea, compuesto por tres piezas 14,5 mm, hacia la

pista aérea de La Vila, con el fin de proteger esa posición estratégica, única vía de acceso segura a la

región.

Posteriormente, a las 10:00 h todas las unidades del Grupo Táctico recibieron la orden de trasladarse

hacia el poblado de La Vila, donde se conformó una columna para proceder a la defensa de la aldea de

Cassinga. Los jefes fueron informados de los pormenores de la acción y se puntualizaron los últimos

detalles para el desplazamiento. La marcha en columna se realizó en el orden siguiente: la Escuadra

de Mando de la Primera Batería de la Defensa Antiaérea y el según pelotón de dicha unidad,230

conformaron la extrema vanguardia, le siguieron la compañía de infantería, una compañía de tanques

227 Raúl Menéndez Tomassevich y José Ángel Gárciga Blanco: Patria africana. Editorial de Ciencias Sociales, La

Habana, 2006, p. 100; Piero Gleijeses: Misiones en conflicto. La Habana, Washington y África 1959-1976.

Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2002, p. XXXVIII; Humberto Trujillo Hernández: Audacia y coraje. Proezas

de la aviación cubana en Angola. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 2012, pp. 202-203;

flecha.co.uk/CASSINGA.htm/; http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/...tic02.htm/ 228 flecha.co.uk/CASSINGA.htm/ 229 Prensa Latina, La Habana, 4 de mayo de 2004, p.1 y entrevista realizada por el investigador Victor Aguilera al

médico del Grupo Antiaéreo perteneciente al Grupo Táctico, Dr. Rolando Mora González, Holguín, 13 de

septiembre de 2012.

230 Los combatientes que integraban la Escuadra de Mando y el segundo pelotón de la Primera Batería de la

Defensa Antiaérea 14.5 mm eran casi en su totalidad del municipio Urbano Noris.

Page 130: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

T-34, el grupo de cañones de 85 mm, un pelotón de morteros de 120 mm, un pelotón de

comunicaciones y otro de reparaciones. La Segunda Batería de la Defensa Antiaérea 14.5 mm fue

intercalada a lo largo de la caravana para ofrecer protección. En cada una de las unidades

participantes existió la presencia de combatientes holguineros. Como se puede observar en la

distribución del orden combativo de las unidades se cometieron algunos errores que ocasionaron

contratiempos en el traslado.

Desde el inicio del traslado, las fuerzas cubanas fueron monitoreadas por un avión de reconocimiento

sudafricano que operó como puesto de mando aéreo de la operación, lo cual les permitió a los

atacantes conocer con antelación la estructura del grupo que marchaba a su encuentro, poner sobre

aviso a las tropas que operaban dentro de Cassinga y preparar la retirada en tiempo.

Pasadas las doce del mediodía cuando las fuerzas cubanas se encontraban cercanas al objetivo

atacado, comenzaron a recibir el embate de la aviación sudafricana, la cual recibió la misión de

obstaculizar el avance. En lo adelante por espacio de seis horas la intensidad del combate fue muy

alta, provocando interrupciones constantes en la marcha, la pérdida total de las comunicaciones, de

algunos medios de transporte, piezas antiaéreas y tanques, los que fueron alcanzados por los rokets, la

metralla y las minas colocadas a la entrada de Cassinga. Con el paso de las horas también aumentó de

forma vertiginosa el número de muertos y heridos cubanos.

Las reducidas posibilidades de repliegue de las tropas fuera del terraplén por la existencia de un suelo

arenoso poco firme, y la inaccesibilidad de una tupida maleza, unido a las ínfimas posibilidades de salir

victorioso en un duelo entre piezas antiaéreas 14.5 mm, fabricadas en los albores de la II Guerra

Mundial contra modernos aviones Mirage de última generación, conducidos por experimentados pilotos,

fogueados en diversas contiendas bélicas, nos revelan la dramática situación enfrentada por los

jóvenes internacionalistas. La valerosa y temeraria actuación realizada por espacio de más de seis

horas por los integrantes del Grupo Táctico N0 2, obligó a las fuerzas sudafricanas a abortar la

Operación Reeinder sin lograr todos los objetivos previstos. Una desorganizada retirada de los

paracaidistas en helicópteros hacia bases en Namibia, resguardó la vida de más de mil pobladores de

Cassinga quienes pudieron escapar.

En horas de la tarde-noche del propio día, las fuerzas cubanas penetraron y liberaron el campamento

de refugiados. El costo humano de la osadía fue de 16 muertos (entre ellos dos holguineros, el

sangermanense Alfredo Barea Franco, liniero de la escuadra de mando de la Primera Batería de la

Defensa Antiaérea y el cuetense Modesto Fernández Peña, miembro de una dotación de los tanques

T-34), otros 76 resultaron heridos, varios de gravedad.231 Papel importante en la atención a los heridos

cubanos y namibianos jugó entre otros, el médico holguinero Rolando Mora González quien

permaneció en Angola por espacio de tres años.

La participación cubana en la acción posibilitó detener la masacre que se llevaba a cabo con toda

impunidad, salvar la vida de civiles namibianos de diversas edades que pudieron escapar del

bombardeo y la matanza ocurrida en tierra, demostró la capacidad combativa de las fuerzas

231 Entrevista al Dr. Rolando Mora González, Holguín, 13 de septiembre de 2012.

Page 131: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

internacionalistas cubanas y la disposición de luchar hasta las últimas consecuencias y ayudó en la

toma de nuevas decisiones para enfrentar la defensa del territorio sur del país.

Cassinga es solo uno de los tantos hechos que reflejan la participación holguinera en la guerra de

Angola por espacio de 16 años. Siendo una de las acciones menos analizada por la historiografía

nacional puede haber sido la acción combativa que a lo largo de toda la contienda, mayor número de

combatientes nororientales reuniera y con mayor protagonismo.

Bibliografía:

Gleijeses, Piero: Misiones en conflicto. La Habana, Washington y África 1959-1976. Editorial de

Ciencias Sociales, La Habana, 2002.

Menéndez Tomassevich, Raúl y José Ángel Gárciga Blanco: Patria africana. Editorial de

Ciencias Sociales, La Habana, 2006.

Trujillo Hernández, Humberto: Audacia y coraje. Proezas de la aviación cubana en Angola.

Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2012.

flecha.co.uk/CASSINGA.htm/

http://www.granma.cubaweb.cu/secciones/...tic02.htm/

Prensa Latina, La Habana, 4 de mayo de 2004.

Entrevista realizada por el investigador Victor Aguilera al médico del Grupo Antiaéreo

perteneciente al Grupo Táctico, Dr. Rolando Mora González, Holguín, 13 de septiembre de

2012.

Entrevista realizada por el investigador Victor Aguilera al combatiente Jesús Acosta Lanchazo,

San Germán. 23 de enero de 2008.

Entrevista realizada por el investigador Victor Aguilera al combatiente Alexis Calaña Cortina, San

Germán. 30 de junio de 2007.

Entrevista realizada por el investigador Victor Aguilera al combatiente Manuel Cruz Nieves, San

Germán. 2 de marzo de 2007.

Entrevista realizada por el investigador Victor Aguilera a la madre del combatiente caído María

Franco Cartaya, San Germán. 9 de febrero de 2007.

Entrevista realizada por el investigador Victor Aguilera al Ayudante del Jefe de la Misión Militar de

Cuba en Angola José Ángel Gárciga Blanco, La Habana. 10 de diciembre de 2008.

Entrevista realizada por el investigador Victor Aguilera al combatiente Dionisio Rafael Millán

González, San Germán. 23 de marzo de 2007.

Page 132: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Aproximación histórico-cultural a la arquitectura holguinera de los siglos XIV al XIX.

Autor: José Luis Reyes González.

En el territorio nororiental de Cuba algunos grupos aborígenes, pertenecientes a los cacicazgos de

Baní, Barajagua y Maniabón, habitaron en cuevas o abrigos rocosos. Otros –según testimonio de los

propios colonizadores232- optaron por construir sus viviendas con materiales que podían encontrarse

en la naturaleza circundante, como las ramas de los árboles y la yagua y el guano procedente de la

palma real.

De los cuatro tipos constructivos asumidos por los pobladores autóctonos de la isla233, los más

frecuentes en los asentamientos indígenas del área fueron el bohío y el caney. Ambas edificaciones

presentaron rasgos comunes, entre los que sobresalen: la utilización de tierra apisonada en los pisos,

el empleo de la madera en forma de troncos para conformar las estructuras –lo que brindó solidez a

las mismas a pesar del carácter endeble con que se construyeron las paredes y techumbres234-, las

232 Véase, Bartolomé de las Casas: «El descubrimiento de Cuba. Relación del primer viaje de

Cristóbal Colón», en Hortensia Pichardo: Documentos para la Historia de Cuba, tomo 1.

233 Los investigadores cubanos han reconocido cuatro tipos fundamentales de construcciones

aborígenes: el bohío, el caney, la barbacoa y la vara en tierra. Véase, Francisco Pérez de la Riva: “La

habitación rural en Cuba”, en revista Antropología, No. 26, La Habana, pp. 48-50.

234 Para levantar las paredes, los aborígenes utilizaron un entrelazado de cujes cubierto con la yagua

de la palma real. En la conformación de los techos, que podían ser a dos o cuatro aguas, el

entrelazado de varas se cubrió con guano. Véase, Joaquín E. Weiss: La arquitectura colonial

cubana (siglos XVI-XVII), p. 6.

Page 133: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

dimensiones235 y la ausencia de vanos en las paredes externas y de divisiones internas, al funcionar

ambos únicamente como dormitorios para un número significativo de aborígenes236. No obstante estas

semejanzas, ambas construcciones se diferenciaron en la forma de la planta. En el caso de los bohíos,

ésta asumió una forma rectangular, mientras que la de los caneyes fue circular.

Los sitios aborígenes237 de la región nororiental presentaron, por lo general, el mismo modelo de

distribución: entre diez y veinte viviendas colectivas, emplazadas en un terreno llano denominado

batey. Uno de los más importantes de la zona fue El Yayal238. El arqueólogo José Manuel Guarch

Delmonte, a partir de excavaciones realizadas en este residuario, puntualizó que en un terreno llano,

cuyo perímetro alcanzaba los 200 metros, sobresalían 20 montículos entre grandes y pequeños, todo

lo cual indica que ese pudo haber sido el batey. Su colega Lourdes Domínguez González describió el

patrón habitacional de este sitio en los siguientes términos: “se presenta con las mismas variantes de

los grupos aborígenes agricultores-ceramistas de esta amplia zona norte de las [actuales] provincias

orientales. Caseríos de aproximadamente una docena de viviendas comunales, con una plaza

central”239.

Estos tipos de construcciones aborígenes fueron asumidas por los conquistadores españoles durante

los primeros años del proceso de conquista y colonización en Cuba. La asimilación de esta tipología

constructiva se debió a dos razones fundamentales: primero, a la creación de asentamientos

provisionales240 en los territorios de la Isla donde se podía obtener riquezas con relativa facilidad, y

segundo, a la imposibilidad de edificar con materiales más resistentes, ya empleados en España. Al

respecto, el investigador José Vega Suñol apunta que los representantes de la corona española no

235 Las dimensiones tanto los bohíos como los caneyes, por lo general, oscilaron entre los cinco y seis

metros de ancho y los ocho y nueve metros de largo.

236 En los documentos escritos por los españoles durante el proceso de conquista y colonización

frecuentemente se describieron el bohío, el caney y la barbacoa. También hicieron referencia al

número de aborígenes que dormían en cada una de estas construcciones: entre 15 y 20., p. 9.

237 En las tierras altas del Maniabón, conocidas también como la “costa norte del Bayamo”,

sobresalieron cinco sitios aborígenes: el de la loma de Bayatiquirí, el de la loma de Ochile, los de los

potreros El Porvenir y El Pesquero y el de El Yayal. Véase, Lourdes Domínguez: Arqueología

colonial cubana, pp. 29-79; José A. García Castañeda: “Asiento Yayal”, en Revista de Arqueología,

no. 1, agosto de 1938; “Asiento Ochile”, en Revista de Arqueología, no. 3, febrero de 1939; y

“Asiento Pesquero”, en Revista de Arqueología, no. 4, mayo de 1940.

238 El Yayal ha originado discrepancia de criterios entre los arqueólogos extranjeros y cubanos que lo

han estudiado. Primero, en lo referido a la posibilidad de que fuera éste el asentamiento aborigen

visitado en noviembre de 1492 por Rodrigo de Jerez y Luis de Torres, los enviados de Cristóbal

Colón. Luego, a la posibilidad de que se tratara de un sitio de indios, debido al hallazgo de objetos

empleados por los colonizadores españoles como las herraduras de talla grande y clavos, las

cadenas de estribos y arreos, las hojas de cuchillos, las tijeras, algunas piezas de mayólica española

y monedas de los monarcas ibéricos, fechadas en 1580. Véase, Lourdes Domínguez: Op. Cit., pp. 70-

71.

239 Ibid, p. 42.

240 El carácter temporal de estos sitios determinó que se emplearan en las construcciones materiales

poco duraderos y de fácil obtención en la naturaleza circundante, y técnicas que no demandaran gran

especialización.

Page 134: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

podían “reproducir, por el momento, la arquitectura de la península. La mampostería, el ladrillo y la teja

quedaban fuera de su alcance y posibilidades y, en consecuencia, no tenía[n] otra alternativa que

asimilar la habitación de los aborígenes”241.

De este modo el uso de de la yagua, el guano y la madera en forma de troncos marcó la actividad

constructiva de los españoles en las primeras villas fundadas en el territorio oriental: Nuestra Señora

de la Asunción de Baracoa (1511), San Salvador de Bayamo (1513) y Santiago de Cuba (1515). En el

caso de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, durante este primer período, fue descrita como

“un simple caserío de guano, encabezado por su iglesia parroquial, también un bohío”242.

No obstante, resulta importante destacar que los peninsulares introdujeron modificaciones

significativas en las edificaciones, relacionadas con la estructura interna y las dimensiones. En tal

sentido apunta el investigador Jesús Guanche:

La arquitectura de los conquistadores españoles asimiló en su construcción algunos

materiales empleados por los aborígenes agroalfareros; es decir, el tronco y las hojas de

la palma real (…) pero remodeló las proporciones y la distribución del espacio en función

de la composición familiar.243

Las transformaciones se manifestaron, sobre todo, en el repertorio doméstico. El primer cambio

significativo fue ubicar la cocina en una construcción independiente, por lo general cercana a la

construcción principal. Al mismo tiempo disminuyeron las dimensiones de los bohíos244 y se añadieron

las ventanas, que contribuyeron con la ventilación y la iluminación de las viviendas. Asimismo,

aparecieron las divisiones internas –muchas veces en forma de tabiques- a través de las cuales se

delimitaron las nuevas dependencias: sala, comedor y dormitorios.

La delimitación de estas dependencias estuvo relacionada directamente con las múltiples funciones

sociales que los colonizadores españoles realizarían en el interior de la vivienda y con la composición

del núcleo familiar que la habitaría. Por lo general, se delimitaron la sala-comedor y los dormitorios,

asumiendo dos combinaciones principales:

241 José Vega Suñol: «Holguín: configuración urbana de la ciudad colonial», en Región e identidad,

p. 33.

242 Joaquín E. Weiss: Op. Cit., p. 10.

243 Jesús Guanche: “Vivienda campesina tradicional e identidad cultural”, en revista Temas No. 5,

1985, p. 89.

244 El ingeniero José A. Buch, a partir de un estudio realizado, puntualizó que las dimensiones más

usuales de los bohíos cubanos fueron las siguientes: 3.5 metros de ancho y 5 metros de largo, en el

caso de las viviendas; mientras que las cocinas alcanzaron los 2.5 metros de ancho y los 3.5 metros

de largo. El puntal, en ambos casos, alcanzó los 3 metros para la solera y los 6.4 metros para la

cumbrera. Buch también apuntó que la construcción de los bohíos se realizaba en unas 300

horas/hombre, de ellas unas 200 horas eran consumidas por el dueño para cortar los palos, el guano

y armar la estructura; las restantes 100 horas se empleaban en el techado, realizado por un promedio

de 10 vecinos de forma colegiada. Véase, José A. Buch: “De la casa campesina cubana y de su

posible mejoramiento”, en Revista de la Sociedad Cubana de Ingenieros. vol. XXXIV, La Habana,

Cuba, junio de 1940, pp. 12-14.

Page 135: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

1. L

os dormitorios se ubicaron a ambos lados de la sala-comedor, lo que determinó que en la

planta de la construcción predominara el ancho sobre la profundidad, conocido también como

forma apaisada.

2. L

a sala-comedor se ubicó de un lado y del otro las habitaciones, en este caso la planta fue más

larga que ancha.

En la medida en que avanzó el siglo XVI y se afianzaron los conquistadores españoles en la Isla, se

introdujeron otras modificaciones en el repertorio arquitectónico doméstico. La apariencia del bohío

cambió, primero, por la sustitución de las yaguas empleadas en las paredes por las tablas –a veces

mal aserradas-, el embarrado245, la piedra o el ladrillo. Las techumbres también sufrieron reformas

significativas, a partir de la sustitución del guano por las tejas para las cubiertas246. No obstante, el

bohío se mantuvo como alternativa constructiva. Al respecto, los investigadores Roberto Segre, Eliana

Cárdenas y Lohania Aruca señalan que

El condicionamiento tecnológico estará caracterizado por el uso de técnicas variadas,

mezclándose las europeas y de tradición constructiva morisca, con las de origen

autóctono y su aplicación será en función de la importancia y ubicación de la obra y de la

mano de obra que se emplee.247

Con el empleo de materiales más sólidos para la ejecución de los muros la madera se utilizó,

fundamentalmente, en la conformación de los techos, las galerías, los balcones y las puertas, ventanas

y rejas de estas construcciones. Este hecho propició el perfeccionamiento de las habilidades de los

carpinteros cubanos248.

En la costa norte del Bayamo, por su parte, el proceso de colonización se desarrolló con relativa

debilidad. A pesar de la confluencia de muchas de las premisas esenciales –numerosa población

aborigen, la localización de puertos, minerales y abundantes bosques- demandadas por el colonizador

español para el establecimiento de pequeños núcleos poblacionales, no se fundó ninguna villa en el

territorio nororiental. Apenas se repartió una porción de estas tierras con la finalidad de fomentar en

ellas grandes hatos de crianza; mientras que los indios de la zona fueron distribuidos, primero, por don

245 Para levantar los muros de embarrado se procedía a extraer la tierra, se ponía a podrir y luego se

mezclaba con espartillo –conocido también como pelo de burro-. Con esta mezcla se formaban

mojones los cuales se colocaban en un entretejido de cujes y se aplastaban con la mano. Una vez

concluido este proceso, se aplicaba una capa de tierra y una de cal. Véase, Ángela Peña Obregón:

Holguín en dos siglos de arquitectura, p. 55.

246 Este tipo de techumbres se conoció con el término de alfarje, de fuerte influencia mudéjar. Véase,

Roberto Segre, Eliana Cárdenas y Lohania Aruca: Historia de la arquitectura y el urbanismo:

América Latina y Cuba, p. 76.

247Ibid, p. 61.

248 Los carpinteros cubanos se especializaron en la elaboración de techos, puertas, ventanas y rejas.

No obstante, también fue reconocida la calidad de los muebles y los buques fabricados por ellos,

sobre todo en La Habana. Véase, Fernando Sánchez y Hugo Ramírez: Construcciones de madera,

p. 4.

Page 136: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Diego Velázquez de Cuéllar en 1513 y, luego, por don Gonzalo de Guzmán, en 1526, con el objetivo

de vincularlos al trabajo en los lavaderos de oro o en las haciendas y hatos de crianza.

En estos primeros asentamientos establecidos por los conquistadores en la región nororiental –dentro

de los que merecen destacarse las encomiendas de San Diego de Alcalá249 y Barajagua250 y los hatos

de El Yayal y Managuacos- el intercambio cultural entre los conquistadores españoles y los aborígenes

cubanos, relativo a aspectos como la alimentación, el vestuario, los instrumentos de trabajo, el

lenguaje, la religión y el hábitat, fue fluido. El investigador José Vega Suñol opina que estos sitios de

contacto

(…) facilitaron la realización de importantes ajustes en las formas de vida y permitieron

las primeras transferencias en técnicas constructivas. La encomienda debe haberse

organizado a manera de un pequeño poblado donde co-habitaban dos modelos culturales

enclavados a prudente distancia entre sí, pero lo suficientemente cercas como para

mantener la cohesión social y el control sobre la misma, requerimiento indispensable para

cumplimentar las funciones inherentes a esta forma socio-productiva.251

Ello explica que en las encomiendas252 co-existieran dos tendencias constructivas: la desarrollada por

los españoles, caracterizada por la introducción de modificaciones en la planta de las construcciones, y

la desarrollada por los aborígenes encomendados, cuyos bohíos y caneyes permanecieron intactos.

Este hecho determinó la definición de las modalidades y espacios arquitectónicos coloniales, entre lo

oficial y lo popular de un lado y lo urbano y lo rural del otro.

No obstante, en los hatos y haciendas establecidos en la costa norte del Bayamo253 durante los siglos

XVI y XVII no se produjo esta diferenciación. Incluso, después de fundado el pueblo en Cayo Llano en

249 Alcalá es uno de los sitios de mayor importancia dentro de los procesos de transculturación en el

territorio nororiental. Allí se creó una encomienda a principios del siglo XVI; para 1539 ésta era

posesión del tesorero del cabildo de Santiago de Cuba, López Hurtado, quien se quejó de

levantamientos anticolonialistas de los indios encomendados. Al desaparecer la encomienda en 1553,

la población que permaneció en el lugar derivó hacia un campesinado autosuficiente hasta 1653,

fecha en que se mercedó el hato San Diego de Alcalá. Véase, José Novoa Betancourt: Diccionario

histórico propiedad agro-ganadera. Jurisdicción de Holguín. 1545-1840, p. 149.

250 En el importante asentamiento aborigen de Barajagua se estableció una encomienda, otorgada a

los primeros colonizadores. Posteriormente fue traspasada a Luís Bazán y María Tovar y más tarde al

capitán Andrés Estrada, residente en Santiago de Cuba. A finales del siglo XVI o principios del XVII

se demarcó un hato para la tenencia de ganado mayor. Véase, José Novoa Betancourt: Op. Cit., pp.

27-28.

251 José Vega Suñol: Op. Cit., p. 33.

252 En 1553 desapareció en la Isla el sistema de encomienda por orden del gobernador Gonzalo

Pérez de Angulo; sin embargo, en estos lugares permaneció asentada en bohíos de yagua y guano

una población que derivó hacia un campesinado autosuficiente, conectada por imperativos

económico-culturales a otros asentamientos semejantes.

253 Uno de los primeros asentamientos establecidos en las tierras altas de Maniabón fue el hato de El

Yayal, fomentado en 1513 por Bartolomé de Bastidia quien lo traspasó, mediante la venta, a García

Holguín. Éste lo trasladó en 1545 a Cayo Llano y sus nietas –Elvira del Rosario, Ana María y Juana

Antonia- solicitaron al cabildo de Bayamo en 1600 el deslinde de los hatos de Holguín, Uñas y Las

Page 137: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

1720 –por sugerencia del Gobernador bayamés, don Bartolomé Luis de Silva y Tamayo254- las

edificaciones emplazadas en torno a las dos principales plazas del asentamiento seguían siendo de

madera, yagua y guano, lo que reforzó el aspecto rural del poblado.

En el pueblo los bohíos se dispusieron de manera espontánea, a razón de cuatro o cinco inmuebles en

las retículas más céntricas255, sobre todo las que rodeaban la Plaza de la Parroquial. Llama la atención

el número significativo de viviendas de culata redonda edificadas en este asentamiento. Este tipo

constructivo fue descrito por la historiadora Ángela Peña Obregón en los siguientes términos:

Este tipo de vivienda presenta la planta ochavada; su diseño responde a una derivación

del caney aborigen circular, caracterizada además por poseer las más antiguas solo tres

vanos –la puerta principal, la opuesta a esta y que se comunicaba con la cocina y la

“puerta esquina”, diseñada en una de las culatas laterales; mientras que la del aborigen

solo tenía dos.256

Los restantes bohíos del pueblo presentaron planta compacta de forma rectangular, con mayor

extensión hacia el frente. El espacio interior se dividió por tabiques para delimitar las dependencias

destinadas a la sala, el comedor, los dormitorios y, en algunos casos, una accesoria o zaguán en

forma de pasillo, ubicado en uno de los laterales. La cocina –en forma de atarazana, o sea, a dos

vertientes- y el excusado se ubicaron en el patio de la vivienda.

También en la primera mitad del siglo XVIII se edificaron las primeras viviendas con paredes de

embarrado y techos de alfarje con tejas en la cubierta –de fuerte influencia mudéjar-, del poblado. Una

de estas construcciones domésticas de tipo señorial fue la ocupada por el Teniente Gobernador, luego

de que el 18 de enero de 1752 fuera reconocido San Isidoro de Holguín de modo oficial, mediante Real

Cédula del Gobernador de Cuba don Alonso de Arcos y Moreno.

Para 1756, fecha en que el obispo José Agustín Morell de Santa Cruz visitó San Isidoro de Holguín,

éste seguía teniendo el aspecto de un pequeño poblado rural –a pesar de haberse constituido cuatro

años antes en Tenencia de Gobierno con jurisdicción propia-, dado por el significativo número de

bohíos de yagua y guano. De hecho, de las 238 casas existentes 231 eran construcciones de paja,

solo las siete restantes presentaron techos de tejas257.

Cuevas. Véase, Diego Ávila y Delmonte: Memorias sobre el origen y fundación del hato de San

Isidoro de Holguín, pp. 7-17.

254 A principios del siglo XVIII el Gobernador de Bayamo don Bartolomé Luis de Silva y Tamayo

propuso a los vecinos de Cayo Llano el fomento de un pueblo. En el año 1720 –después de concluida

la construcción de la iglesia, trasladada desde el hato de Managuaco, y algunos bohíos ubicados en

torno a ella-, se oficializó la primera misa con lo cual quedó establecido el poblado. Véase, Diego

Ávila Delmonte: Memorias sobre el origen y fundación del hato de San Isidoro de Holguín, pp.

15-16; José A. García Castañeda: La Municipalidad Holguinera. Su creación y su

desenvolvimiento hasta 1799, pp. 28-29.

255 Véase, Ángela Pena Obregón: Op. Cit., p. 53.

256 Ibid., p. 52.

257 Pedro A. Morell de Santa Cruz. La visita eclesiástica, p. 87.

Page 138: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

La apertura de los primeros tejares en San Isidoro de Holguín258 –hecho que condicionó la fabricación

inicialmente de tejas y más tarde de ladrillos- posibilitó incrementar el número de edificaciones de

mampostería en la ciudad; de este modo su aspecto rural comenzó a transformarse paulatinamente.

Otro elemento que incidió de manera favorable en la diferenciación entre lo urbano y lo rural fue el

nombramiento de don Francisco Zayas y Armijo, Teniente retirado e ingeniero voluntario, al frente de la

Tenencia de Gobierno en 1816. A partir de este año la ciudad recibió un nuevo impulso constructivo

mediante el cual se concluyeron varias edificaciones de mampostería como la Real Cárcel y Casa

Cabildo, el nuevo edificio de la Iglesia Parroquial de San Isidoro y la iglesia auxiliar de San José. Por

esta fecha se concluyeron, además, importantes construcciones domésticas entre las que merece

destacarse la vivienda de María Josefa Cardet, esposa de Zayas y Armijo (La Moda Cubana en la

actualidad) y la casa-quinta de Domingo Calcagno.

Pero, sin lugar a dudas, el hecho de mayor significación para la arquitectura holguinera del siglo XIX

estuvo relacionado con la introducción de los cánones del Neoclasicismo en el repertorio doméstico

edificado a partir de 1840 en la ciudad por encargo de las familias más ricas. De ello dan fe dos de las

viviendas de mayor prestancia de la ciudad: la del Licenciado en Medicina Juan Buch (actual sede

provincial de la UNEAC), ubicada en la antigua calle San Isidoro (actual Libertad), y la casa-quinta de

don Francisco Roldán (en la actualidad Museo Provincial La Periquera) –quien fuera alcalde de la

ciudad y Jefe del cuerpo de Voluntarios-, emplazada en la entonces calle Rosario (actual Frexes).

Lo anterior no quiere decir que a partir de la fecha se eliminaran por completo las construcciones de

madera y paja en la ciudad; por el contrario, ésta siguió siendo la principal alternativa utilizada por los

nuevos vecinos asentados en las áreas de crecimiento urbano de San Isidoro de Holguín. En varios de

los bandos aprobados por el Cabildo holguinero –fundamentalmente los de los años 1827 y 1836- se

insistió en la prohibición de construir casas de madera y paja259 en la zona norte del asentamiento; de

incumplirse esta orientación el maestro carpintero que trabajara en la edificación podría ser multado. El

censo de 1861 también revela el significativo número de bohíos existentes en la ciudad. Para ese año

la villa contaba con un patrimonio arquitectónico compuesto por 855 viviendas, de ellas 424 se habían

levantado con paredes de tablas, 281 presentaban muros de mampostería y las restantes 150 se

habían edificado mediante la técnica del embarrado.

Este impulso constructivo que experimentaba la ciudad desde principios del siglo XIX, se vio tronchado

de pronto por el desarrollo del conflicto bélico que estalló en 1868 y que tuvo como escenario principal

la región oriental de Cuba. A finales de octubre de ese propio año las tropas mambisas, dirigidas por

los generales Julio Grave de Peralta y Luis Marcano, sitiaron San Isidoro de Holguín por varias

semanas. Esta acción causó afectaciones severas en el repertorio arquitectónico.

La riqueza urbana de esta ciudad ha disminuido considerablemente por el incendio que

ha sufrido en una gran parte de sus mejores casas, la destrucción o desmejora

ocasionada en otras por las fuerzas insurrectas, y la notable baja que ha tenido la renta

de las que han quedado buenas.260

258 Para 1795 existían en San Isidoro de Holguín 5 tejares. Véase, Archivo Museo Provincial de

Holguín. Fondo José A. García Castañeda. Documento 625.

259 Véase, Archivo Museo Provincial La Periquera. Fondo 1700-1867. Documento 100.

260 Véase AMPH. Fondo 1868-1878. Documento 193.

Page 139: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

El restablecimiento de los daños causados por las huestes del Ejército Libertador en la ciudad demoró

muchos años. Sobre todo, porque varias de las familias acaudaladas se trasladaron a la cercana villa

gibareña, descuidando sus posiciones holguineras. Además, se priorizó la construcción de un sistema

defensivo –integrado por torres, casas fortificadas y fortines- para proteger la ciudad.

Por otra parte, resulta importante aclarar que la madera, la yagua, el embarrado y el guano también

marcó la actividad constructiva desarrollada en los caseríos y pueblos que surgieron durante el siglo

XIX en la región nororiental, algunos de ellos como resultado de la evolución de los asentamientos

poblacionales de los antiguos hatos y haciendas del territorio. Debe reconocerse, no obstante, la

incorporación paulatina de materiales más resistentes como el ladrillo y la teja.

En Gibara, por ejemplo, la primera capilla que existió –bajo la advocación de San Fulgencio, se

concluyó en el año 1820- se construyó con paredes de madera y techo de tejas; las viviendas, por su

parte, se edificaron de embarrado y guano. Para 1827 el número de construcciones domésticas

prácticamente se había triplicado –debido, en gran medida, a la actividad comercial desplegada a

través de su puerto, que había recibido la categoría de tercera clase en 1821 mediante una Ordenanza

Real de Fernando VII-, sin embargo solo una sexta parte se construyó en mampostería. Para 1862 el

número de casas de mampostería se había incrementado hasta 86; no obstante, persistía la tendencia

de construir con materiales y técnicas más modestos como la tabla, el embarrado, la teja y el guano, y

embarrado y guano, si se tiene en cuenta que la cifra de viviendas edificadas con estos materiales

seguía siendo muy superior a la de las casas de calicanto.

El hecho de que San Isidoro de Holguín sirviera de escenario para el desarrollo de algunos episodios

de la Guerra de los Diez Años261 contribuyó al incremento de la población en Gibara.

Consecuentemente, se incrementó de manera considerable el número de viviendas hasta la cifra de

772 en el año 1875. De este conjunto de inmuebles señoriales sobresalió el construido por don

Atanasio Calderón, convertido en la actualidad en Museo de Arte.

Para la construcción de las edificaciones del batey del ingenio Santa Lucía –fundado en 1857 por don

Rafael Lucas Sánchez en un terreno perteneciente al Partido Pedáneo de Bariay Abajo- se emplearon

fundamentalmente la madera, la yagua y guano. Estos mismos materiales se utilizaron en las paredes

y techos de las 12 viviendas y la parroquia –fundada en 1857 bajo la advocación de San Miguel

Arcángel- que conformaban el caserío de Manatí Viejo, conocido también por el nombre de San Miguel

de Manatí. Éste quedó establecido en un terreno llano y húmedo cercano a los dos muelles mediante

los cuales su gente comerciaba tabaco, maderas, cueros y miel262.

El poblado de San Gregorio de Mayarí263, considerado el tercer asentamiento poblacional de

importancia de la jurisdicción de Holguín por el número de viviendas, predominaban las construcciones

261 Además de las acciones antes referidas, llevadas a cabo por los generales Julio Grave de Peralta

y Luis Marcano en 1868, la ciudad fue nuevamente atacada, esta vez por los Mayores Generales

Calixto García y Máximo Gómez en el año 1872.

262 En un terreno cercano se estableció en 1912 el central Manatí. Los habitantes del caserío, en su

mayoría, se trasladaron al nuevo batey establecido por la Manati Sugar Company.

263 El poblado de San Gregorio de Mayarí –integrado al Partido Pedáneo de Mayarí, sumado a la

jurisdicción de Holguín en 1860- tuvo su génesis en el asentamiento poblacional fundado en las

postrimerías del siglo XVIII por José Leyte Vidal y Rafael de Soria en un viejo caserío aborigen

Page 140: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

de embarrado. Para 1862 el asentamiento contaba con 122 inmuebles, de los cuales uno solo era de

mampostería, 98 eran de embarrado y tejas y 23 eran de tabla y tejas. En esta misma fecha en Puerto

Padre –embarcadero del Partido Pedáneo de Maniabón- solo existían 2 edificios, uno de mampostería

y otro de tabla y tejas, utilizados como almacenes de las fincas San Marcos y Santa Bárbara. En 1876

ya se había conformado un pueblo con comandancia militar, iglesia, fuertes, batería, plaza y cerca de

300 casas de las cuales 10 eran de mampostería y “las restantes de guano, yarey y madera”264.

En Banes, asentamiento poblacional que evolucionó considerablemente durante el último tercio del

siglo XIX, prevalecieron también los bohíos. En la zona donde se ubicó más tarde la ciudad existía en

1870 solo un caserío –incorporado a la jurisdicción de Gibara- de yagua y guano, rodeado de montes

donde se desarrollaba la ganadería. El establecimiento de una plantación bananera265 en el año 1887

en este territorio condicionó las primeras transformaciones en las esferas económica y social.

La plantación bananera creció rápidamente y logró cada vez mayores índices de

producción. La Banes Fruit Company llegó a constituir una de las más importantes

compañías del país y en poco tiempo, Banes alcanzó un nivel de desarrollo sorprendente,

a la vez que se hacían más fuertes sus vínculos con el mercado norteamericano.266

A partir de esta fecha, en los alrededores del almacén Dumois comenzó a fomentarse una pequeña

villa, compuesta por unas 80 casas de madera y zinc, ocupadas por el personal que laboraba en la

compañía, y unos 300 bohíos de yagua y guano267. Alfred M. Dumois describió el poblado de Banes

durante el período 1887-1896 en los siguientes términos:

El pueblo consistía en una calle larga sin pavimentar con callejuelas cada 750 pies que se

convertían en pantanos cuando llovía. Las casas para directivos y empleados principales

de la compañía eran estructuras de madera con techos de hierro corrugado galvanizado,

comúnmente llamados techos de zinc, y pisos de madera. Casi todas contaban con el

tradicional patio al fondo fuera de la casa (...). El resto de las casas eran en su mayoría

de techo de paja (...). Este tipo de casa es llamado bohío, y aún hoy es usado en los

campos cubanos.268

existente en la zona. En 1814 fue trasladado para el lugar que ocupa en la actualidad, construyendo

allí la iglesia de San Gregorio. Véase, José Vega Suñol: Op. Cit., p. 67.

264 Archivo del Museo Provincial de Holguín. Fondo 1868-1878. Documento 566.

265 El territorio conocido como la hacienda La Ensenada estaba repartido en acciones pertenecientes

a las familias de Domingo Maronje, Delfín Pupo y Antonio Ramayo. En 1887 el primero vendió sus

tierras a los hermanos Hipólito y Alfredo Dumois Gessé, quienes fomentaron en ellas una gran

plantación bananera. La empresa de los Dumois, ampliada luego mediante la adquisición de terrenos

alrededor de las bahías de Nipe y Levisa, fue controlada por tres compañías independientes: The

Banes Fruit Company, The Samá Fruit Company y The Dumois Fruit Company. Véase, Diana Cruz

Hernández: Op. Cit., p. 40.

266 Diana Cruz Hernández: Op. Cit., p. 40.

267 Véase, Ricardo Varona Pupo: Banes (Crónicas), p. 52.

268 Alfred M. Dumois: A Name, a Family and a Town, p. 43-44. Traducido del original:

Page 141: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Un incendio acaecido en Banes en el año 1896 redujo a cenizas buena parte del patrimonio

arquitectónico del pueblo. Sin embargo, a partir de 1899 este asentamiento poblacional recibiría un

nuevo impulso constructivo, condicionado esta vez por la irrupción de la United Fruit Company en la

zona oriental del país.

También en las postrimerías del siglo XIX, la arquitectura de Holguín experimentó un nuevo momento

de esplendor motivado, en gran medida, por la construcción del ferrocarril que unió esta ciudad

nororiental con la cercana villa gibareña. De hecho, la estación de ferrocarril –un hermoso inmueble

de fachada neoclásica emplazado en los terrenos de la ciudad holguinera- constituyó una de las

edificaciones de mayor trascendencia de este período.

Afortunadamente, la actividad constructiva en esta ciudad nororiental se retomaría en los primeros

años del siglo XX: se reconstruyeron las antiguas viviendas deterioradas durante la segunda mitad de

la centuria anterior, modificándose sus fachadas y dependencias interiores; y, más importante aún, se

emprendió la edificación de nuevos inmuebles, asimilándose los estilos arquitectónicos internacionales

más novedosos, como el Eclecticismo y el Art Decó.

The town consisted of one long unpaved street, with alleys more or less every 750 feet that turned into

a quagmire when it rained. Homes for management and key employees of the company were wood-

frame structures with corrugated galvanized – iron roofs, commonly called tin roofs, and wood floors.

For the most part, the homes were equiped with the traditional backyard outhouse (…). The majority of

the other homes had the typical thatched – roof construction (…). This type of house is called “bohío”,

and is commonly used even today in the cuban countryside.

Page 142: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Asentamiento protestante y región: Un acercamiento al caso holguinero (1900-1960)

Alejandro Torres Gómez de Cádiz Hernández

La religión como fenómeno social es un hecho multicondicionado, estructurado y estructurante de la

realidad. La complejidad del mundo contemporáneo y sus diversos discursos ideológicos y científicos

han ubicado, de una forma u otra, al hecho religioso en un importante espacio de discusión.

Los estudios sobre religión en Cuba han logrado, en la última década, una saludable apertura que

permite un acercamiento diverso y desprejuiciado a tan importante factor de la cultura nacional. Sin

embargo, la gran mayoría de los estudios sobre religión en Cuba tienen una perspectiva nacional y

toman, fundamentalmente, como unidad de análisis a la zona occidental.

La riqueza de las expresiones religiosas de nuestro país es parte de nuestra cultura nacional; sin

embargo, el grado de representatividad está marcado por factores de conformación étnica y territorial,

de la profunda movilidad espacial269 - tanto interna como externa- que genera el país en la etapa

colonial y neocolonial. Solo la Iglesia Católica tuvo un carácter generalizado en toda la Isla, con una

vertebración regular - dado en su estructura centralizada y su unicidad discursiva- además de funcionar

como soporte ideocultural de la metrópoli durante siglos. Las demás expresiones religiosas,

afrocubanas, franco-haitianas o el espiritismo tienen, irregularmente, zonas de mayor o menor grado de

representatividad por toda la Isla.

El protestantismo en particular, por su amplia variedad de instituciones, presenta una propagación de

asentamiento en Cuba que responde precisamente a características económicas y sociales de

determinadas regiones.El investigador David Stoll, en su importante obra sobre el crecimiento

protestante en América Latina, afirma: “donde quiera que esto ocurra, el crecimiento evangél ico varía

de acuerdo a los factores rurales/urbanos, regionales, étnicos y de clases...” (Stoll/1998:3)

Los estudios regionales que se vienen realizando en el plano socio religioso han demostrado la riqueza

y particularidades que adquieren determinados fenómenos en áreas especificas, como son las

269 Término utilizado por Eduardo Bericat en su obra referenciada.

Page 143: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

indagaciones sobre el Vodú, en el sur oriental, realizados por Joel James270 o la investigación sobre el

Espiritismo de Cordón, en el área norte oriental, de Carlos Córdova y Oscar Barzaga271.

Intentaremos, desde esta perspectiva, realizar una análisis del proceso de asentamiento de las

diversas denominaciones protestantes – 1900-1960 - en la región que hoy ocupa la provincia de

Holguín a partir de las peculiaridades económica-sociales y étnicas.

Breve caracterización de la región de Holguín.

El Holguín actual enmarca diversas subregiones o zonas históricas y excluye barrios que pertenecieron

a su jurisdicción. El hato de Holguín nace como producto de la mercedación inicial, hecha por parte del

Adelantado Diego Velásquez en el siglo XVI, en la parte norte del Cabildo Bayames.

El territorio es, sin embargo, una zona de colonización tardía, que se mantuvo casi despoblada hasta el

siglo XVIII, momento en que se logra un lento pero sostenido poblamiento, relacionado con la creación

del poblado de Holguín (1719–20), que obtiene el título de ciudad y pasa a ser el centro de una extensa

jurisdicción en 1752. Los actores socio-étnicos de este proceso fueron, fundamentalmente, criollos

procedentes de Bayamo, Santiago de Cuba y Puerto Príncipe. Dicha jurisdicción es creada como

desprendimiento de su homóloga bayamesa y tuvo como límite norte el espacio geográfico situado

entre las bahías de Banes y Puerto Padre mientras por el sur la línea demarcatoria constituida por el

río Cauto.

Durante la Guerra Grande (1868-1878) se produce la primera subdivisión dentro de la jurisdicción

(1875) con la separación de Gibara, considerado municipio a partir de 1881. Respecto a los territorios

situados al Oriente de la actual provincia de Holguín, la administración colonial llevó como política

estratégica ante el empuje de las fuerzas mambisas, la creación de la jurisdicción de Mayarí, que hasta

ese momento había pertenecido a Santiago de Cuba. En 1881, como desprendimiento de

Guantánamo aparece el municipio de Sagua de Tánamo.

No es hasta la intervención norteamericana en 1899 que se operan nuevos cambios en la región; estos

consistieron en la separación de los barrios de Auras y Sao Arriba del municipio Gibara, agregados al

término de Holguín. De igual modo, mediado por intereses particulares, se sumó a Banes al territorio

de Gibara y se creó el municipio de Puerto Padre.

Desde el punto de vista económico, el área inaugura el siglo XX sumido en un profundo estancamiento

económico producto de la guerra anterior que provoca una serie de secuelas negativas para su

autorrecuperación pero favorables para la inversión extranjera.

La inversión norteamericana encontró espacios ideales formados por extensas zonas semivírgenes,

donde era muy escasa la presencia del capital hispanocubano y la baja existencia de sectores sociales

sólidos que hicieran resistencia a la geofagia norteña, como fueron los casos de los territorios de Banes

– Antilla al este, Puerto Padre al oeste y el valle del Cauto al sur.

270 Este investigador presenta una profusa obra además de dirigir investigaciones en la Casa de Caribe. Es de

resaltar su texto El vodú en Cuba.

271 El Espiritismo de Cordón. Vea en bibliografía

Page 144: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Esta situación estuvo calzada por circunstancias que favorecían el proceso inversionista como la Orden

Militar No. 62 – sobre el deslinde de haciendas comuneras – y la llegada del ferrocarril central ( The

Cuban Company ) que atravesó la franja centro – norte del área.

En el período colonial la economía era básicamente agropecuaria (agricultura de subsistencia) con

algunas áreas dedicadas al cultivo del tabaco y ganadería extensiva afincada en la pequeña y mediana

propiedad. La esclavitud fue esencialmente patriarcal, si descontamos las dotaciones de los ingenios

gibareños, los esclavistas poseían pequeños grupos de esclavos. En 1859 la población del territorio era

predominantemente criolla blanca (76.86%). En la zona de Gibara abundaban los agricultores

canarios. La población de Color como se puede deducir era minoritaria y los esclavos solo alcanzaban

el 5.13% (Novoa/2001). Como hecho curioso, hoy podemos conocer los descendientes de las

dotaciones de los ingenios gibareños, por los apellidos de los antiguos amos: Chapman, Driggs y Noris.

Desde este período, las zonas orientales holguineras presentan mayor índice de mestizaje, por la

menor influencia hispánica y producto de la emigración interna, fundamentalmente de Santiago de

Cuba y Guantánamo, hecho verificable en la actualidad en la esfera fenotípica y lingüística.

Los fuertes procesos migratorios de principios del siglo XX estuvieron marcados por el predominio de

etnias hispánicas (Gallegos, Asturianos, Canarios) que se convirtieron esencialmente en pequeños

campesinos, arrendatarios o comerciantes urbanos; los que se asentaron, con mayor regularidad, en la

zona norte, alrededor de los núcleos urbanos o rurales históricos (Gibara, Velasco, Auras, Santa Lucía,

Holguín y San Andrés). El sur de la región, estaba más despoblado y la presencia de grupos

hispánicos fue minoritaria.

Por otro lado, el desarrollo agrícola azucarero que generó la inversión norteamericana en la región

favoreció la entrada significativa de braceros antillanos y de otras nacionalidades, dada la escasez de

mano de obra estable en las zonas poco pobladas. Solo Banes en 1911, recién creado como término

municipal, tenía un 17.76% de población extranjera de más 10 naciones (Vega/2002).

En 1913 se autorizó oficialmente la primera entrada de antillanos en esta región. Este tipo de

emigración se mantuvo hasta finales de la tercera década de siglo XX, cuando la crisis económica

detuvo el auge de la industria azucarera. Los principales asentamientos se produjeron en los centrales

azucareros y la zonas rurales, donde se encontraban las colonias.

En cuanto a los asentamientos de norteamericanos – estudiados a profundidad en la obra de José

Vega(1999) - tuvieron una marcada regularidad por los niveles de inversión del capital en la región,

aunque apenas dejaron huellas en la composición étnica de la población.

Con el triunfo de la Revolución, en el territorio que hoy integra la provincia de Holguín, se crearon tres

regionales: Holguín-Gibara, Banes-Antilla y Mayarí-Sagua-Moa. Dichas regionales estaban integradas

por numerosos municipios; uno de ellos fue el de Moa, desprendido del término de Baracoa para

asegurar la integridad administrativa de la zona niquelífera.

La nueva división política administrativa (1976) crea la actual provincia de Holguín cohesionando bajo

intereses económicos sociales de desarrollo a varias subregiones históricas de génesis diferentes; de

los seis antiguos municipios surgen catorce.

Asentamiento protestante y región.

Page 145: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

El proceso de asentamiento de las diferentes denominaciones en la región responde a la lógica

seguida, como regla, a escala nacional. Como ya se ha explicado, estaba mediada por circunstancias

económicas y sociales muy particulares.

Aun cuando las denominaciones tradicionales fueron las primeras en establecerse en la región, la

posterior configuración respondió a elementos, no de índole cronológico estructural, sino a una

peculiaridad básica; la relación denominación - tipo con su respectiva base social, entendida esta

última como producto de la génesis etnohistórica de la región. De esta manera deformado proceso de

desarrollo económico del área se reflejó en la compleja configuración del campo religioso evangélico.

El asentamiento de denominaciones tradicionales de mayor influencia, se operó en las dos primeras

décadas del siglo XX. Anteriormente no existió ningún elemento que permita conjeturar la presencia

pre – misionera en el área. En la región predominó durante la colonia la Iglesia Católica, con fuerte

alianza con la administración colonial y con una base social sostenida en la burguesía comercial de

origen hispano.

Las denominaciones evangélicas tenían ante sí un panorama complejo cuyas limitantes estaban en

actuar en una región poco poblada – de escasa urbanización- cuyos núcleos citadinos poseían

tradición católica y herencia hispánica y el hecho de no existir una base social, conformada por clases y

sectores afines a los esquemas que trasplantaron dichas denominaciones. No obstante, algunas

denominaciones encontraron un canal idóneo para su asentamiento a partir del inicio de siglo, producto

de una serie de transformaciones importantes que se producen en el territorio:

- La presencia y propagación de la inversión del capital norteamericano que convirtió a la región en una

de las plazas más importantes para los Estados Unidos.

- El consiguiente proceso de urbanización (crecimiento y surgimiento de nuevos núcleos) se operó

hacia zonas de escasa presencia católica.

- Las olas de inmigrantes norteamericanos, antillanos y jamaicanos de orientación evangélica.

- La situación crítica de la Iglesia Católica en las primeras décadas republicanas.

- La poca presencia de denominaciones evangélicas que provocaran rivalidades

interdenominacionales.

Como se ha señalado anteriormente, una de las limitaciones del evangelismo tradicional es haber

transplantado estructuras simbólicas y funcionales a una cultura que estaba lejos de poseer los actores

sociales que le correspondían en los Estados Unidos.

En la región de estudio no existía la base social que requerían denominaciones como la Iglesia

Episcopal o el presbiterianismo . Por tanto la emergente burguesía local – urbano y rural- se afiliaba

más en Iglesias que se orientaron sobre el aporte de las clases más bajas de la burguesía de

Norteamérica.

Por otra parte estas Iglesias de marcado status funcional urbano tuvieron que enfrentarse a una Iglesia

Católica predominante, pero sumida en una profunda crisis institucional.

Como se ha planteado, la Iglesia Católica en franco proceso de reorientación, sufría los recelos y la

indiferencia de los sectores nacionales. Su estrategia social se encontraba estancada a pesar de los

favorecimientos del gobierno interventor.

En el área, la gradual decadencia del eje Holguín –Auras - Gibara impactó negativamente la zona más

importante de su proyección histórica. A pesar de la inmigración de origen hispana, no es hasta la

década del veinte que comienza a recuperar terreno. Una muestra importante es el hecho de que en

Page 146: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Mayarí – en 1901 -, con un templo católico centenario y un núcleo poblacional de más de diecisiete

mil habitantes, su templo parroquial estaba destruido y sin utilizar. De este estado da fe una carta del

Sr O. Mastrapa, alcalde de Mayarí, al gobernador eclesiástico, en la que afirma:

“... la Iglesia está hace dos años abandonada, en estado ruinoso y que poco ha vino (sic)

al suelo una parte del techado, que sus paredes están abiertas amenazando caerse, con

peligro de vidas de los que por su lado pasan, siendo imprescindible su demolición o

reedificación”

( APSC. Iglesias. Legajo 770# 7)

A esto se le suma el conflicto clásico entre las nuevos grupos evangélicas y el celo católico, que tuvo

su repercusión en el área como reflejo de una contradictoria pero evidente realidad. Uno de los casos

que mejor demuestran este fenómeno es el litigio que en 1910 conmocionó la gobernatura provincial

acaecido entre un pastor metodista y el párroco de la Iglesia Católica en Sagua de Tánamo;

relacionado con los permisos de culto. (A.P.S.C. Juzgado. Legajos 428)

Quizás el hecho sea fiel reflejo de lo que se oculta tras el presunto conflicto entre iglesias. La

politización del litigio evidencia que las denominaciones evangélicas representaron para los sectores

más liberales un canal de apertura modernizante que estaba más cerca de Estados Unidos que de

Dios.( Mansferrer/2002) Fue el capital norteamericano quien promocionó la entrada de la primera

denominación. Lorenzo Baker, representante de la entonces emergente United Fruit Co. propuso en

varias ocasiones a Z. L. Martin la posibilidad de comenzar una obra de los Cuáqueros en su área de

inversión. Paradójicamente la decisión de la Junta de Richmond y del propio Martin fue comenzar la

evangelización por Gibara.

Lo común entre la decisión del superintendente cuáquero y las denominaciones restantes que inician

su asentamiento en este período (Metodistas Episcopales del Sur, Bautistas Orientales) estaba,

primero, en su fuerte sentido de orientación socio clasista con carácter urbano y segundo en

comprometer lo menos posible a la institución con el capital norteño, como expresara Martin: “No ser

parte de una Compañía sin alma”(Santos/1986). Pero además, aplacar la propaganda católica que los

acusaba de agentes del imperialismo.

Si embargo, la U.F.Co sí estaba interesada en crear una infraestructura que le permitiera legitimar su

poder en la región y dedicó una parte importante de sus ingresos al fomento de templos y colegios en

sus áreas de inversión; en 1902 la UFCo. destinó 2 mil dólares como donativo al templo cuáquero de

Banes y la posibilidad no lograda de abrir la obra en la Bahía de Tánamo, limes de sus tierras

(Hilty/1977). De igual modo arrendó – a un precio nominal- el terreno de dicha Iglesia en Banes. No

significa que las Iglesias mencionadas tuvieran como parte de su proyecto evangelizador aliarse al

capital y funcionar como enclaves ideológicos. Este criterio no se funda en los hechos posteriores.

Si estudiamos con detenimiento el crecimiento de las denominaciones en el área, nos percatamos que

la UFCo. Trató de utilizarlas como parte de su concepción de dominación. No sólo favoreció a la

Sociedad Los Amigos, también financió la construcción de templos metodistas en Macabí(Boston) y

Guatemala(Preston), de un templo católico en el mismo lugar y concedió facilidades al Ejército de

Salvación para asentarse en Banes. A pesar de ello no invirtió un centavo en la propagación de la obra

en el eje Holguín-Auras-Gibara.

En 1904 la Junta de Iowa (Iglesia Los Amigos) logró el dinero suficiente para un terreno en Holguín,

pero la falta de presupuesto impidió la construcción del templo ese año. La Iglesia Bautista Oriental no

Page 147: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

recibió los favores del capital norteamericano por su ubicación fuera del área de inversiones. La Iglesia

Metodista se asienta en Holguín en 1905, y por falta de recursos, no es hasta 1907 que puede adquirir

su primer templo, cito en Libertad esquina Luz y Caballero.

Otro ejemplo representativo es el hecho de que la UFCo. mantuvo, hasta su intervención, el

financiamiento del Colegio Los Amigos de Banes mientras que el de Gibara y Holguín se sustentaba

con sus ingresos y donativos.

El asentamiento inicial de estas denominaciones fue estrictamente urbano: Los Amigos entraron en

1900 por Gibara y hasta 1904 sólo trabajaban en Holguín, Banes, Gibara y Puerto Padre. La Iglesia

Metodista Episcopal del Sur en 1905 abre su obra y en 1907 sólo se encuentra en Holguín y Sagua de

Tánamo.

Dentro del Metodismo existía tradición cubana, y aunque fueran desplazados de los cargos superiores,

los servicios de estos ministros le granjearon un excelente franqueo de fronteras. En Holguín en 1905

el presbítero era el norteamericano B. W. Carter pero quien implementó el trabajo pastoral fue el

conocido capitán del Ejercito Libertador cubano, Joaquín W. Boudet.

Como se ha señalado uno de los grandes retos del evangelismo tradicional en el área fue adaptarse y

asimilar una base social para la cual no estaba diseñada su estructura de funcionamiento. Pero

indiscutiblemente se presentaron como opciones religiosas a sectores sociales existentes que

canalizaron a través de estas su espíritu capitalista.

Sin embargo, la incorporación de miembros efectivos fue lenta y creció en la misma medida que se

operaba la reconstrucción social de la región. No fueron estas Iglesias de una membresía

representativa, la fuerte indiferencia religiosa y la tradición católica atentaban contra la incorporación de

feligreses. Entre 1905 y 1906 la Iglesia de Los Amigos no sobrepasaba los 125 miembros y la

Metodista - entre Holguín y Sagua de Tánamo – no excedía los 65 feligreses (A.P.S.C Iglesias.

Legajos 4281-82).

El crecimiento de la membresía no se comportó en ambas de igual manera: la Iglesia de Los Amigos no

fue capaz, a pesar de la buena intención de sus misioneros, de orientar su trabajo evangelizador hacia

la readaptación del culto y la liturgia a las circunstancias propias que le rodeaban. Por un problema de

concepción de la labor misionera los cuáqueros no aceptaban el proselitismo y esto limitó

considerablemente ganar en miembros. Entre 1934 y 1935, cuando ya el Colegio Los Amigos era de

alto reconocimiento y la Congregación se autodirigía, la membresía no sobrepasaba las 174 personas

(Informe Anual –1936. Registro de Asociaciones.MINJUS). Con las caracteristicas que la mayoría de

sus feligreses se encontraban en Banes, donde radicaba una gran parte de la emigración

norteamericana. La Iglesia Metodista, por su parte poseía una concepción misionera afincada en el

proselitismo emotivo, que le permitió ganar en fieles; en esta misma fecha( 1934) los metodistas

contaban, sólo en el término municipal de Holguín, con 289 prosélitos.(Documento Histórico. Iglesia

Metodista de Holguín).

El metodismo poseía experiencia en la orientación hacia sectores sociales bajos como obreros,

desempleados, marginados, al mismo tiempo que conservaba sectores medios. Además se

desplazaron hacia zonas suburbanas donde predominaban estos sectores en una región donde el

crecimiento demográfico posibilitaba el surgimiento de nuevas áreas periféricas.

Su desarrollo espacial se opera hacia el sur y el este donde se comienza a producir una fuerte

proletarización de las zonas agrícolas lo que le permite desarrollar su estrategia evangelizadora .

Page 148: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

En 1935 los metodistas laboran en el municipio de Holguin solo en Guirabo, Caridad del Sitio,

Miramonte ,Macagua, Pedernales y san Vicente, Cacocum , Omaja, Pueblo Nuevo, Altamisa con un

total de 289 miembros efectivos -el doble de toda la obra Cuáquera - sin tomar en cuenta la obra de

Mayarí. (APSC. Iglesias. Legajo 769).

En 1937 esta Iglesia demostró su poder movilizativo al celebrar en Holguín un programa por el día de

la Paz Mundial. En este acto - que duró tres horas y fue trasmitido por C .M .K. F a todo Oriente - logró

reunir 300 personas en su templo (calle Cables) con una representación de 46 instancias oficiales. En

1938 la Iglesia Metodista tiene en este distrito 37 templos y capillas y 22 casas arrendadas, muestra de

un asentamiento sólido.(A.P.S.C.Juzgado: Legajo 428)

Junto a la Iglesia Metodista Episcopal del Sur existían congregaciones de inmigrantes de origen

jamaicano presentes en Preston y Omaja. Ambas tuvieron inicialmente una línea independiente por

razones lingüísticas pero posteriormente fueron absorbidas.

Los Bautistas Orientales, aún cuando se habían asentado como misión en Gibara en 1905, su

establecimiento siguió desde el Sur, dado que el centro de la convención radicaba en Santiago de

Cuba. De ahí el alto número de asentamientos baustista en Mayarí y Moa. Ocuparon las áreas rurales

que poseían escasa presencia metodista. En la zona de Mayarí existía un pastorado en Barajagua

desde la década de 1910 y en 1920 fue organizada la Iglesia de Cueto por el insigne cubano Joaquín

Antunez Benitez, que rápidamente activo misiones en Tacamara, Birán, Alto Cedro, Nipe y Guaro. (

Biografía del Rev. Joaquín Antunez. Documento del CBORC)

No fue hasta 1931 que el Rev. J. Antunez Benitez realiza un esfuerzo sobrehumano y decide abrir una

obra en Holguín. Esto se debe a que el término municipal, en este período, está copado por metodistas

y cuáqueros y resulta difícil reunir una membresía considerable.

Es de destacar que, al igual que el metodismo, los bautistas tuvieron iglesias de inmigración. El 20 de

Agosto de 1916 con apoyo de la UFCo. y por gestiones del Rev. George Henderson, representante de

la Sociedad Misionera Bautista de Jamaica, se organizó una Iglesia bautista en la zona de la Guira,

Banes que ofrecía servicios a los inmigrantes antillanos, preferentemente jamaicanos. (MMB.Alcaldía

Municipal.)

En 1920 los antillanos que trabajaban como braceros en la naciente industria azucarera y tabacalera en

Sagua de Tánamo fundaron la Iglesia Ortodoxa Católica Africana. (APSC.Religiones.Legajo 2333)

En 1932 comienzan a predicar en las zonas de Gibara misioneras norteamericanas de La Iglesia de

Dios (Anderson), denominación de Santidad a la que se afilió posteriormente el predicador Faustino

Ramos.

En 1933 se organiza en Banes, con apoyo financiero de la UFCo., el Ejército de Salvación por

gestiones del capitán Pablovitch. Esta denominación con características de una secta urbana orientó su

trabajo hacia las zonas urbanas con un escaso crecimiento.

Además del cuerpo de Banes se abrió otro en Holguín que logró mayores resultados en su labor social,

con la creación del Hogar Social “Anna Walker” que prestó ayuda a niños de bajos ingresos o

desposeídas (APSC.Hospitales y Salud.Legajo.2746). A pesar de su escasa proyección rural se

destacó en el Centro de Labor creado en el batey de Tacajó.

Page 149: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

En 1937 comienza la obra de la primera denominación no tradicional en el área: Adventistas del 7mo

Día. Aunque a principios del siglo existió en Omaja una comunidad de inmigrantes norteamericanos

que organizaron una congregación adventista ,esta tuvo carácter interno y no realizó trabajo misionero.

El adventismo tuvo inicialmente un carácter fuertemente urbano y una membresía reducida. No es

hasta la década del cuarenta que comienza a estabilizar una proyección evangelical, al lograr una

orientación espacial que se opera hacia zonas rurales donde se produce una explosión demográfica y

no abundan otras denominaciones no tradicionales: ejemplo en Velasco, Palmarito (centro de fuerte

desarrollo) Arroyo Blanco, San Rafael, Cacocum, Cauto Cristo, San Andrés, San Germán y las Parras.

Es la década del cincuenta su etapa de mayor crecimiento, en la que emiten un programa radial en

C.M.K.O que permite propagar sus concepciones logrando aumentar su membresía. (Datos ofrecido

por Rodolfo Sánchez. Historiador de esta denominación y quien fuera locutor de este espacio radial)

La primera denominación pentecostal que penetró en el área fue de Inmigración. En la década del

cuarenta se estableció un pequeño grupo de jamaicanos en Banes que se reunían bajo el nombre de

Santa Iglesia “ Monte Sinaí” de corte pentecostal, cuya membresía fue nutrida dentro del grupo étnico

(Registro de Asociaciones. Expediente “Monte Sinaí”. MINJUS). El resto de la penetración pentecostal

se operó de forma sistemática a partir de 1950.

Como se ha explicado anteriormente, la década del 50 se inauguró con un revivalismo pentecostal a

escala nacional. La dura crisis económica se hizo más patente en las zonas rurales, creando una

situación critica en el campesinado en cuanto a salud, educación y servicios sociales, lo que favoreció

un sujeto social ideal para asimilar el pentecostalismo. En el área se operó un fenómeno parecido, pero

con las peculiaridades típicas de la ordenación territorial y la estructura socio – clasista impactadas por

la crisis.

En la década del cincuenta, la región había crecido considerablemente en cuanto a su densidad

demográfica (55.6 h/ km2) pero de ella más del 70 % estaban en zonas rurales con economía

preferentemente cañera. De las 20136.3 caballerías de tierra que se usaban en este tipo de

producción 18237 eran propiedad o estaban arrendadas por extranjeros; el resto pertenecía a colonos,

de los cuales (1642 colonos) 1413 tenían menos de dos caballerías de tierra y solo 70 colonos poseían

30 o más caballerías. La producción agrícola extrazucarera y ganadera marcó un notable descenso a

partir de 1952.(Ochoa/2000).

La política económica del gobierno de Batista creó en la región una tendencia a elevar los índices de

crecimiento en las esferas improductivas, contribuyendo a la empleomanía en los centros urbanos y a

una marcada diferenciación en las zonas rurales. Las restricciones de la producción azucarera

afectaron, principalmente a los obreros agrícolas de las zonas sur y oeste ya que los terratenientes que

poseían colonias lograron obtener mejores participaciones en la entrega de caña a los Centrales y

desplazaron al máximo la restricción hacia los campesinos.

Esta cruda situación originó serias dificultades en las áreas rurales que afectaron la calidad de vida de

sus pobladores. En la zona oeste y norte predominaba el terrateniente y el campesino medio

(propietario) afincado en la producción agrícola extrazucarera o ganadera, por lo que la situación no fue

tan crítica como en el centro este de la región, incluyendo buena parte de Banes.

Page 150: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Esto explica la orientación que tomaron los asentamiento evangélicos en el área durante la década del

cincuenta. En la zona Norte–Oeste se asentaron predominantemente denominaciones tradicionales, de

santidad y algunas escatológicas y hacia este – predominaron los pentecostales.

De igual modo se operaron asentamientos pentecostales en Holguín, pero con un carácter

estrictamente urbano. Uno de los grandes obstáculos al crecimiento pentecostal lo fue el espiritismo en

la región. La deprimida situación en las zonas rurales implicó una tendencia hacia los sistemas

religiosos de teología poco abstracta simbólicamente y preferentemente extáticas; estos sistemas

simbólicos establecen estados anímicos y motivaciones en los grupos sociales empobrecidos, formulan

concepciones de un orden general de existencia con una efectividad tal, que estos estados anímicos y

motivaciones suplantan la realidad existencial. El Espiritismo de Cordón logró expandirse en este

periodo en las zonas rurales del Norte de la región.

Precisamente por ser este campesinado la base social ideal al pentecostalismo no se fundan en los

campos de Holguín, Gibara o Banes ninguna Iglesia Pentecostal durante la década del 50, por existir

una preferencia al espiritismo de cordón y a sectas escatológicas que comienzan a cobrar fuerza

preferentemente en Banes, Gibara y Mayarí como los Testigos de Jehová o el Bando Evangélico de

Gedeón. Aun cuando los Testigos de Jehová llegaron como una secta urbana de clase media

importada desde los EEUU, al ser introducida en esta región de Cuba, se expande por las zonas

rurales, principalmente en la década del 50 en Banes y Mayarí, donde la base social la conformaban

campesinos en una situación deprimida.

En 1950 comienzan a operar en la ciudad de Holguín Los Hermanos Libres, denominación de

orientación Bautista, dirigidos por misioneros norteamericanos y canadienses, en el particular Vernon

Markes que trazó una estrategia llamada “salas evangélicas” de discretos resultados.

En esta región se asientan (1954) la Misión Bereana, en Floro Pérez, como misión de extranjeros ( 5

familias, C. Hanhan, G. Sandall, E. Sandorf, R. Miller y J. Lou Thiesen) los que formaron un seminario

Bíblico. Esta denominación, de teología tradicional y concepciones salvacionistas, aún cuando accionó

en los Haticos, Las Vegas, Pedregoso y Holguín solo llegó a tener como máximo 56 miembros, de ellos

10 misioneros y un obrero nativo (Información ofrecida por Manuel Hernández, quien conserva parte de

la documentación inédita de esta denominación). Los Pinos Nuevos se asentaron en este mismo barrio

a la altura de 1958 con un reducido grupo de personas, en su mayoría procedentes de Las Tunas

(Zulueta/1978)

En la década del cincuenta se asienta en Holguín la Asamblea de Dios de manos del Pastor Einer G,

Pattason que logra una gran acogida por sus campañas de sanidad, celebradas en los parques

públicos las que lograban reunir miles de personas, en lo que es hoy el parque Rubén Bravo (AMPH.

Fondo J.A. Castañeda. Religiones).

La Asamblea de Dios cuyo templo se construyó en la calle Cuba, se convirtió en uno de los más

importantes del área, solo tenía una acción ceñidamente urbana, pero una membresía proveniente de

zonas periféricas a la que acudían personas de Banes, Antilla y Gibara.

Pero es en la zona este donde se opera el mayor asentamiento pentecostal, porque, como ya se ha

explicado, es donde se palpa con mayor énfasis la crisis en el campo y donde es casi inexistente el

Page 151: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

espiritismo de cordón. Entre 1952 y 1955 comienza a funcionar en Cueto la Iglesia Santa Pentecostés

que es compatible con la Iglesia Congregacional Pentecostal que abrió en 1955 una misión en Holguín

bajo la dirección de Huhh B. Skelton, logró un amplio campo de acción entre Cueto y Holguín

(APSC.Iglesias.Legajo 4282)

En este período el pastor L. M. Ortiz fundó una denominación separada de la Asamblea de Dios, La

Iglesia Cristiana Pentecostal de Cuba de carácter autóctono y que se asentó hacia el este de la región (

Alto Cedro, Nicaro, Sagua de Tánamo) donde formó disímiles congregaciones dirigidas por ministros

locales (APSC.Iglesias.Legajo 4282).

La última denominación Pentecostal asentada en la región, en este periodo, fue la Iglesia de

Dios(Cleveland) con carácter misionada -la dirigía Holey Cases- en la zona de Barajagua. La misma se

convirtió por sus actividades en una de las más importantes de la región (APSC. Iglesias. Legajo 4282).

A modo de conclusiones.

El Protestantismo penetró en al región holguinera a partir de la presencia norteamericana , pero el

apoyo del capital norteamericano solo se produjo en aquellas denominaciones que obraban en su área

de inversión , por lo que fuero utilizadas indistintamente como estrategia de denominación y creación

de una infraestructura social de actores comprometidos.

Los ejes de ordenación territorial , de factores étnicos – heredados o asimilados- y socio clasista de la

región a partir del siglo XX, en relación con un crecimiento demográfico y al creación de nuevos

núcleos urbanos condicionó una escasa presencia de denominaciones tradicionales, que se vieron

obligadas a rediseñar sus estrategias sociales, a través de centros educacionales y sociedades en un

marco urbano, donde jugaron un importante desempeño.

Por otra parte, un asentamiento rural- preferentemente de denominaciones no tradicionales- orientadas

hacia las zonas nor este y sur , donde predominaba el capital norteamericano y por ende grandes

masas de obreros agrarios e industriales azucareros y una fuerte inmigración antillana.

El asentamiento estuvo condicionada en le área por una irregular crisis económica que marcó la

diferencia socio clasista en las zonas rurales, mayoritarias en la población del área.

Los derroteros siguieron una orientación urbana en Holguín , Gibara y Banes por la presencia de

denominaciones escatológicas y el espiritismo de cordón que llenaban las demandas particulares . Una

alta presencia en la zona nor este por el impacto negativo de la crisis y la política económica con las

zonas rurales, que al no contar con una tradición espirita, se sumaron a las alternativas que ofrecía la

liturgia pentecostal.

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DOCUMENTOS DE ARCHIVO.

Archivo Provincial de Santiago de Cuba ( APSC)

- Iglesias. Legajos 769 – 770

- Iglesias. Legajos 4281 – 82

- Centros de Segunda Enseñanza. Legajos 324 – 325

- Inmigración. Legajos 785 al 790

- Instrucción Publica. Legajos 871 al 874

- Religiones. Legajos 2333

- Juzgado. Legajos 428 ½

- Hospitales y Salud. Legajos 2746 al 2756

- Sociedades Religiosas. Legajos 2746 al 2756

- Compañías. Legajos 338 – 339

- Fundación de Poblaciones. Legajos 659

- Sociedades Culturales. Legajos 2450 – 2452

Archivo Provincial de Holguín ( APH)

- Ayuntamiento Neocolonia. Protocolo. Educacion

- Ayuntamiento Neocolonia. Expediente de obras urbanas

- Ayuntamiento Neocolonia. Censo de propiedad urbana

Archivo del Museo Municipal de Banes (MMB)

- Alcaldía Municipal. Resumen de los cubanos y extranjeros residentes en este termino. 27 de mayo

de 1911

- Escuela “ Los Amigos”. Expedientes Académicos.

Archivo Museo Histórico Provincial de Holguín. (AMPH)

- Fondo José A. García Catañeda.

Registro de Asociaciones Provincial ( MINJUS)

- Expediente Iglesia “ Los Amigos”

- Expediente Iglesia “ Adventista del 7mo Dia”

- Expediente Iglesia “ Monte Sinaí”

- Expediente Iglesia “ Ejercito de Salvación”

Archivo de Iglesias Evangélicas.

- Libro de Actas . Iglesia “ Los Amigos”

Page 154: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

- Archivo Documental. Rodolfo Sánchez. “ Adventista del 7mo Día”

- Documentación. Iglesia Metodista.

- Documentos Históricos. Convención Bautista Oriental. Santiago de Cuba

Page 155: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Reflexiones sobre las perspectivas de la historia social desde la historia regional holguinera

Samuel Oliveros Calderón

Las presentes reflexiones sobre las perspectivas de la historia social desde la producción histórica regional

están realizadas con el ánimo de continuar aportando a las posiciones académicas concernientes al impacto

de este enfoque en la construcción de la historia. Por tanto, no existe el propósito de realizar un balance del

estado de la historia social en la historiografía nacional o regional. El artículo en cuestión se encamina hacia la

presentación de algunas aproximaciones en torno a las variantes y los usos, desde diferentes referentes

historiográficos, del tratamiento de la historia social y un somero examen sobre la problemática, teniendo en

cuenta la experiencia de los estudios regionales y sus posibles impactos en la construcción de la historia en

este ámbito.

El debate sobre el estado de la historia tiene una larga duración. En medio de esa discusión emergió, como

una cuestión esencial, el problema del enfoque de la historia social por la historiografía en el tratamiento de los

diversos procesos históricos, en una época proteica en acontecimientos relacionados con los destinos de la

humanidad272. Este objetivo no se ha podido alcanzar plenamente debido a dos razones fundamentales. La

primera es que desde mediados del siglo pasado se hizo evidente que la historia debía establecer la conexión

necesaria con el resto de las disciplinas que conforman el vasto campo de las ciencias sociales e inclusive,

cuando se hace necesario, con las exactas y naturales en el proceso de construcción del conocimiento273,

tanto en la elaboración teórica como en los presupuestos metodológicos empleados por ellas. Sin embargo

esta condición está todavía pendiente en los resultados de la investigación histórica en general, a pesar del

empleo de métodos y procedimientos provenientes de esas ciencias. La segunda razón está determinada por

la lentitud en el tratamiento de nuevos temas y problemas que han enriquecido el campo temático y

epistemológico de hacer la historia. Frente a ello, los paradigmas historiográficos ―provenientes del siglo XX―

se reacomodaron tratando de modelar las principales tendencias del desarrollo social de la nueva época de

acuerdo con sus visiones modélicas o proponiendo “nuevos giros” en la construcción de la historia.

Sin embargo, a pesar del esfuerzo intelectual, académico e inclusive financiero realizado como nunca antes en

la historia de la humanidad en las visiones y construcción del conocimiento histórico, desde las coordenadas

modélicas proclamadas desde la segunda mitad del siglo XX, los resultados no han justificado tal esfuerzo. La

práctica social se ha erigido en un componente esencial en la elaboración del conocimiento histórico, junto a 272 Ver definición de lo entendido por historia social, diversas variantes y concepciones, principales

exponentes y estado del debate sobre la misma en la actualidad en María del C. Barcia. “Origen y

despliegue de nuevas formas de construir la historia”, en, Espacio Laical, No. 4, 2011.

273 Ver: Inmanuel Wallerstein: Abrir las Ciencias Sociales. El mundo del siglo XXI, Informe de la Comisión

Gulbenkian para la estructuración de las Ciencias Sociales, Siglo XXI editores, México, 1999.

Page 156: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

otros de carácter metodológico y epistemológico; no es posible dejar de reconocer el hecho según el cual es

inviable escribir la historia del pensamiento, de las ideas, de la cultura y de la mentalidad, sin la debida

interrelación económico–social y cultural; es decir, desde los diversos referentes antropogeográficos,

económicos, sociales, culturales, identitarios y políticos en los que se desenvuelve la humanidad.

La problemática examinada en el párrafo anterior se ha instituido en una de las exigencias historiográficas que

hay que resolver en el presente siglo para la construcción de una nueva historia, si se es consecuente con la

aspiración de consolidar a la ciencia histórica.

Hay una serie de eventos y situaciones que han dejado su impronta en la explosión temática acaecida tanto

para las ciencias sociales en general como para la historia en particular, desde aproximadamente mediados

del siglo pasado hasta la contemporaneidad: los resultados de la Segunda Guerra Mundial; el proceso de

descolonización mundial y el surgimiento de un gran número de países independientes en la vida política de

Asia y África, de los cuales algunos se incorporaron a los países del sistema socialista; la Revolución del 68 y

sus efectos psicosociales, especialmente en Europa; la guerra de Vietnam, la lucha por la paz y el auge de los

movimientos sociales; la globalización neoliberal y los problemas medioambientales, además de la conversión

del conocimiento científico y la tecnología ―como nunca antes en la historia de la humanidad― en elementos

claves del desarrollo social. Todos ellos tuvieron marcada incidencia en la historia de la humanidad. Así,

nuevas propuestas temáticas irrumpen en la reflexión historiográfica a partir de esos procesos: mentalidad,

sujeto, imaginario e identidad, familia, mujer y sexo, entre otros; junto a la necesidad del enfoque

interdisciplinario en la construcción de la historia.274

Un breve balance del camino recorrido demuestra que independientemente de la proliferación de obras sobre

esos ejes temáticos, insuficientemente valorados en la producción historiográfica, el problema consiste en la

conversión de esta problemática en una de las aristas de la reflexión historiográfica, como forma de establecer

el grado de desenvolvimiento del tratamiento del enfoque de la historia social, tanto en la vertiente académica

como en la investigación histórica.

El esclarecimiento de estos aspectos podría ofrecer un aire renovador en el impulso de estudios desde el

punto de vista de la construcción de una nueva historia social, reveladora para la humanidad de las

posibilidades que ofrece la historia para ejercer la crítica social con mayor efectividad.

Sin embargo, considerar que la problemática referida a los nuevos ejes temáticos en la construcción de la

historia no tiene el tratamiento debido en la producción antropológica, del pensamiento, histórica, social e

inclusive cultural, no constituye una valoración objetiva del problema; pero suponer que es una cuestión

resuelta no es realista. Como se conoce, los ejes temáticos de economía, historia política, lucha por la

liberación ―tanto de la etapa colonial como de la republicana― concentran el mayor esfuerzo en la

producción histórica, problema comprensible dadas las características de la formación del Estado nacional

cubano. 274 Ver: Ana Vera Estrada (comp.): La familia y las ciencias sociales. Biblioteca Básica de Historia y Cultura

de la Familia en Cuba, Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, La

Habana, 2003.

Page 157: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

En América Latina y Cuba275 es notable en la producción histórica actual la superación de los tradicionales

enfoques historiográficos de diversas escuelas, mediante la promoción de análisis integrales y globalizadores,

superando las descripciones de los acontecimientos. Se ha llegado a la valoración de temas cada vez con

más presencia en la producción historiográfica, como los de la cultura, la mujer, las mentalidades, etcétera,

que superan los enfoques de la historiografía liberal positivista y nacionalista de fuerte arraigo en la región en

etapas anteriores.276

“En Latinoamérica, donde las modas suelen llegar con cierta demora ―acota O. Zanetti― y sufrir pintorescas

adaptaciones… el movimiento historiográfico latinoamericano en algunas de sus manifestaciones más vitales y

avanzadas, enrumbó hacia ese territorio de inciertos limites que se ha dado en llamar historia social”277 y como

resultado de la participación en ese movimiento de autores animados de diversos intereses se han acumulado

resultados en el campo de la historia social de una calidad muy desigual.

Zanetti considera que “Cuba no resulta una excepción en este contexto, pues las luchas por la independencia

y el enfrentamiento al dominio norteamericano… hicieron del problema nacional el verdadero eje de la

historiografía cubana, de un modo probablemente más acentuado que en otros países de Latinoamérica”278.

Sin embargo, no deja de reconocer que en el amplio espectro temático de la llamada historia social se

insertan, en medida creciente, muchos de los más recientes trabajos de la historiografía cubana referidos a la

historia urbana; movimientos y conflictos sociales, las mentalidades colectivas o de género, confluyen con

líneas ya establecidas como la cuestión étnica y las estructuras sociales, en una dinámica que va

acrecentando paulatinamente el campo de la investigación279.

Ya desde los años cuarenta del siglo pasado se consideraba que el campo de la historia social es muy vasto,

pues abarca las relaciones humanas y económicas de las clases sociales, el carácter de la familia y de la vida

hogareña, las condiciones de trabajo y del ocio, la actitud del hombre respecto a la naturaleza, la cultura de

cada edad, y las formas (en cambio perpetuo) de la religión, la literatura y la música, el saber y la ciencia, la

manera de pensar y de sentir. Subraya Ramiro Guerra: “La historia social no se ajusta a las divisiones de la

historia política, sus hechos se producen en una marcha lenta, sin soluciones de continuidad. Fluyen sin

275 Ver los aportes al debate del estado de la construcción de la historia de la época posrevolucionaria

publicado en la revista de la UNEAC, La Gaceta de Cuba, año 2009, en los números 1, 2, 3, 4 y 5. Sobre la

problemática historiografía en Cuba. Otras publicaciones como Temas, Santiago, Debates Americanos y

Contracorriente, sentaron las bases para un fructífero análisis del estado de la construcción de la historia en

nuestro país.

276 Ver: Sergio Guerra Vilaboy: Cinco siglos de historiografía latinoamericana, pp., 48-51.

277 Oscar Zanetti Lecuona: “Realidades y urgencias de la historiografía social en Cuba”, en, Temas, No. 1,

enero-marzo, 1995, p. 119.

278 Ídem

279 Oscar Zanetti Lecuona. “Trayectoria de la historiografía cubana en el siglo XX”, en, Debates Americanos,

No. 10, julio-diciembre, 2000, p. 23.

Page 158: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

interrupción, con raras catástrofes, por un cauce que trazan condiciones que no son exactamente las mismas

de los hechos políticos”280. Las divisiones de la historia económica no coinciden con la política. En la historia

económica se facilitan las comparaciones y las generalizaciones. Esa peculiaridad permite establecer leyes

generales, hecho que demuestra una efectiva aplicación del método científico en la historia económica, puesto

que “con ello los historiadores de la economía ayudan grandemente a aplicar a la historia social y a la historia

política el mismo método.”281

Sobre el estado de los estudios históricos, desde mediados del siglo XX, con enfoque de historia social, J.

Ibarra reflexionaba que “no se ha considerado que lo social pudiera constituir un terreno intermedio, una

argamasa en la cual se fundieran o integraran lo económico y lo político, o bien que pudiera articular un campo

de determinaciones históricas propias”. “Se ha obviado también con demasiada frecuencia ―reafirma―, el

hecho de que lo social conforma un campo privilegiado donde toman forma las actitudes de clases y grupos,

así como sus estados de ánimo.”282

Una propuesta metodológica de la forma de abordar este problema lo hace la profesora María del C. Barcia, al

conectar las historias de las personas comunes, tanto de mujeres y hombres, con el desenvolvimiento

sociohistórico, cultural y mental de la etapa estudiada; en el que el cuadro trazado mediante esas visiones,

nos permite tener una visión cercana a la totalidad sin considerarlo agotado.283 Un análisis económico de la

riqueza histórica del siglo XX no es posible realizarlo sólo desde el punto de vista económico social, pues “…

se evidenció la necesidad de profundizar en otros motivos y de estudiar ángulos relacionados con el sujeto,

que la historia tradicional había marginado. Emergieron entonces los estudios de género, que fueron copados

por los feministas; los raciales y étnicos, sobre todo en lo relacionado con los negros y mestizos; la vida

cotidiana del hombre común; y el imaginario de diferentes épocas”284.

En la construcción de la historia, en los últimos veinte años, como exponente de la nueva generación de

historiadores que ha incursionado en campos poco explorados en la historiografía nacional, con un nuevo

enfoque de historia social, resultan los trabajos de R. Segreo Ricardo (Velasco 1951-Holguín 2012); en los que

ha contribuido a develar ángulos poco trabajados y a esclarecer otros sobre la criollidad e iglesia, en relación

280 Ramiro Guerra: “Orientaciones recientes sobre la teoría histórica”, en, Cuadernos de la Universidad del

Aire, No. 3, Ideas y problemas de nuestro tiempo, 1er curso de 1949, p. 16.

281 Idem..

282 Jorge Ibarra: “Historiografía y Revolución”, en, Sin urna de cristal. Pensamiento y cultura en Cuba

contemporánea, Centro de Investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, La Habana,

2003.

283 Ver: María del Carmen Barcía: La otra familia y Capas populares y modernidad en Cuba (1878-1930),

[smd].

284 Ver María del Carmen Barcia Zequeira: “La familia: historia de su historia”, en Ana Vera Estrada (comp),

La familia y las ciencias sociales, p. 25, Biblioteca Básica de Historia y Cultura de la familia en Cuba, Centro

de investigación y Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, La Habana, 2003.

Page 159: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

con la formación tanto de la nacionalidad, como del Estado nacional cubano. Sus aportes permiten hacer más

comprensible el papel de la iglesia en el proceso de formación de la nación cubana y la historia de esta

institución en ese marco; profundizando en la vinculación cultura sociedad285.

En cuanto a la época de la República neocolonial, R. Segreo se detuvo en importantes reflexiones del

pensamiento cubano de esta etapa, en especial en figuras y problemáticas relacionadas con el debate de las

perspectivas y concreción del proyecto de Estado nación y las diversas posiciones sostenidas con respecto a

este fenómeno desde la cultura, en las condiciones de la sociedad neocolonial cubana de esa época286. Partía

de concebir el pensamiento en su naturaleza heterogénea y compleja, cuyas diversas manifestaciones se

vertebran en una lógica épocal, condicionada por las relaciones estructurales y que se expresan; tanto en las

diversas formas de la conciencia social, como en los elementos identitarios de la sociedad.

En sus conclusiones sobre el pensamiento social de la República neocolonial, la reflexión histórica e

historiográfica, constituyen piezas claves de sus valoraciones teóricas al abordar su concreción idenditaria en

una etapa histórica determinada, a través de las diversas corrientes del pensamiento social y sus

representantes. Segreo consideraba que desde el pensamiento social se puede ejercer la defensa no sólo de

la soberanía sino también de la identidad; sin embargo, razonaba que estas funciones del pensamiento social

estaban lastradas por visiones esquemáticas, suplantación del pensamiento por concepciones filosóficas y

posiciones conservadoras que atan el normal desenvolmiento y papel que debe jugar el pensamiento social en

nuestra sociedad287.

La ausencia de un debate organizado dentro del marco historiográfico en el ámbito regional no significa que no

goce de atención a este nivel. La producción histórica se ha ido desplazando desde lo político, lo militar y los

acontecimientos hasta lo sociocultural. Si bien en relación con los resultados logrados en la construcción de la

historia en lo regional se han dado saltos cuantitativos y cualitativos, no es abundante la reflexión

historiográfica sobre la producción histórica; independientemente de que los investigadores la ejerzan con no

pocos éxitos en la sustentación de sus resultados.

285 Ver: Rigoberto Segreo Ricardo: Conventos y secularización en el siglo XIX cubano, Editorial de Ciencias

Sociales, La Habana, 1998; Ídem: De Compostela a Espada. Vicisitudes de la Iglesia Católica en Cuba,

Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2000; Ídem: Iglesia y nación en Cuba (1868-1898), Editorial

Oriente, Santiago de Cuba, 2010.

286 Ver: Rigoberto Segreo y Margarita Segura: Más allá del mito. Jorge Mañach y la Revolución Cubana,

Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2012; y Rigoberto Segreo: “Vanguardismo y antivanguardismo en Jorge

Mañach”, en, Temas, No. 70, julio-diciembre, 2011. (Premio de Ensayo, 2011).

287 Algunos de los trabajos de Rigoberto Segreo Ricardo en proceso editorial reflejan esta problemática: El

reino del criollo, la iglesia en la formación de la cultura cubana y La virtud doméstica. El sueño imposible de

las clases medias cubanas. También un importante número de tesis de maestría defendidas en la Maestría

de Historia y Cultura en Cuba, auspiciada por el Centro de Estudios sobre Cultura e Identidad de la

Universidad de Holguín, contienen esta línea metodológica de pensamiento social en Cuba en la primera

mitad del siglo XX.

Page 160: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

En la construcción de la historia social en la parcela regional puede constatarse de forma general que existen

dos direcciones: la producción de los investigadores profesionales de diferentes instituciones y la que se

auspicia desde lo académico a través del posgrado y los proyectos de investigación. Diversos trabajos

publicados, resultantes de investigación, permiten tomar el pulso a estas tendencias; mientras que en la

formación del profesional se destacan las defensas de tesis de maestría y doctorales288, incluyendo las de

Ciencias Pedagógicas289 y la Maestría de Historia y Cultura en Cuba290, con una variada propuesta de temas

de investigación con enfoque de historia social, en un extenso campo que abarca desde los referentes

etnodemográficos, identitarios, la antropología cultural, lo económico-social y sociopolítico, hasta el

pensamiento social, lo que se concreta en las siguientes líneas y objetos de investigación, entre otros:

inmigración, régimen demográfico, clases y grupos sociales, esclavitud, cultura, fiestas populares

tradicionales, religiosidad popular, familia y género, vida cotidiana, sociedades y clubes, mentalidad e

imaginario, administración y urbanismo.

En la producción histórica regional cabe destacar que las aportaciones logradas por los investigadores sientan

las bases teóricas sobre cómo enfocar de una forma científica y objetiva las más relevantes manifestaciones

sobre esa producción, mediante un acercamiento a la historia social, a través de una visión integradora de la

historia regional; con ello se revelan los vínculos entre esta y la historia cultural, socioeconómica y política; y al

mismo tiempo iluminan zonas sombrías de nuestra historia, aportando miradas nuevas que amplían los

horizontes histórico-culturales291.

En este sentido tenemos el intento realizado por J. Vega Suñol en el trabajo Región e Identidad, donde analiza

la formación histórica de la región, la conecta con los referentes etnodemográficos e identitarios en la

formación y composición de la población: costumbres e imaginario, arquitectura del núcleo poblacional y

popular, desarrollo cultural, ritmos de crecimiento poblacional y urbano. Los esfuerzos en esta línea han

continuado, pero desde aristas específicas de la historia regional. Vega Suñol es partidario de que existe una

ligazón entre lo nacional y lo regional; de ahí que exprese que las temáticas que él evalúa “giran alrededor de

la historia social de Holguín como parte constitutiva de la nación cubana”292.

288 Ver: Laureano Calzadilla Anido: Espacio y criollismo: la sociedad holguinera en el siglo XVIII, tesis defendida en la Universidad de la Habana, 2009; la tesis incursiona en el proceso de la conformación del holguinero dentro del contexto nacional dieciochesco a partir de las singularidades geográficas, la relación hombre espacio, el papel del criollo como principal protagonista en la configuración de la sociedad holguinera. Valora el período histórico que media entre los siglos XVI al XVIII como el de mayor profundidad e integralidad en el proceso de gestación del criollo, como una etapa fecunda, desde una óptica cultural-identitaria.

289 Ver: Adalis Palomo Alemán: Didáctica para favorecer el aprendizaje de la Historia Nacional y el vínculo

del alumno con el contexto social a través de la historia del hombre común, Tesis doctoral, 2001.

290 De la 1ra y 2da versión de esta maestría se han defendido más de 30 tesis hasta el momento de la

redacción del artículo, de las cuales 21(63 %) están comprendidas en el enfoque de historia social.

291 Ver: José Novoa Betancourt: Historia colonial de Holguín, Ediciones Holguín, Holguín, 1997.

292 José Vega Suñol: Región e identidad, Ediciones Holguín, Holguín, 2012, p. 7.

Page 161: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

En lo concerniente a la valoración de aspectos poco explorados de las luchas por la independencia con un

enfoque desde la historia social, se destacan los trabajos del investigador J. Abréu Cardet, el cual, al

profundizar sobre importantes procesos de la lucha de liberación nacional, ha puesto de relieve la conexión de

la familia, en especial el papel de la mujer, no sólo como participante sino también en su condición de madre y

compañera de lucha de los combatientes independentistas, así como la historia de niños y de familias en el

contexto de la lucha por la independencia293.

En los trabajos realizados por Abreu Cardet se ha resaltado el papel del regionalismo, el caudillismo y las

familias criollas en el proceso de la conspiración y alzamiento durante los inicios de las luchas por la

independencia. Se puede considerar como una nueva visión en la historiografía, a partir de la valoración que

hace el historiador del impacto del complejo regionalismo-caudillismo-familia criolla en el estallido y desarrollo

de la luchas por la independencia; que lo ha llevado a superar el enfoque político militar tradicional de nuestra

historiografía, empleando presupuestos de otras ciencias sociales en la construcción del conocimiento, con lo

que se ha acercado a la perspectiva de la historia social. Para lograr esta visión el autor examinó una

abundante información proveniente de gran número de documentos de archivos, tanto del nacional como del

regional y el municipal, e incluso provenientes de archivos extranjeros.

En otros estudios realizados por este investigador ―en el campo del integrismo en el marco de la lucha por la

independencia―, hace una propuesta de enfoque de este fenómeno de forma novedosa para nuestra

historiografía, considerando su esencia más profunda. Para ello penetra en la mentalidad de este periodo

crucial de la formación de la nación y destaca las razones del odio de los contendientes; su actuación tanto en

la parte occidental como su actividad en la oriental, enfilada contra las fuerzas independentistas; la ferocidad

del integrismo, capaz no sólo de lograr el apoyo sino también de imponerse al gobierno colonial294.

La categoría vida cotidiana de las fuerzas independentistas en la región holguinera, analizada por la profesora

Y. Frías Jiménez, aporta una sustanciosa valoración para el conocimiento de la sociedad holguinera en esta

etapa crucial, de trascendencia nacional por las conclusiones desarrolladas en su trabajo, al considerar el

marco regional como el idóneo para el abordaje de la cotidianidad. El estudio de la vida cotidiana es una

premisa de la comprensión de la pertenencia a un pueblo y de conservación de la identidad. De esta manera

la autora devela la importancia de esta categoría sociológica para los estudios históricos295; reconoce que se

ha aludido al devenir y quehacer del soldado en las investigaciones realizadas, pero “…no se ha prestado

293 Ver: José Abreu Cardet: Los motivos de la emboscada: regionalismo y democracia en la guerra del 68,

Ediciones Holguín, Holguín, 2007; Ídem, Los senderos de la pasión. Otra mirada al 68, Ediciones Holguín,

Holguín, 2010. (Premio de la Ciudad, Historia, 2010).

294 Ídem: El integrismo en Holguín, Editorial Oriente, Santiago de Cuba, 2011.

295 Ver: Yolanda Frías Jiménez: Vida cotidiana en el campo mambi holguinero (1895-1898), Ediciones

Holguín, Holguín, 2005, pp., 9 y 10.

Page 162: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

suficiente atención a la vida de la población civil que también formaba parte del campo mambí, porque vivía en

él y constituía su retaguardia”296.

Sobre estudios demográficos contextualizados en tiempo y espacio, A. Cuba de la Cruz realizó un encomiable

esfuerzo al vincularlo con la problemática socioeconómica, emigracional, cultural y política. La intencionalidad

de esta pesquisa, subraya el investigador, “…es un estudio del problema demográfico regional holguinero en

su entramado nacional y continental. No existe sociedad, historia, ni cultura alguna apunta ―el autor― al

margen de la población y de las características disímiles de los variados grupos de descendencia. Un

problema como la evolución demográfica, no puede desligarse de las corrientes de pensamiento presentes en

su época, del entorno político en que se mueven, ni de los grandes procesos internacionales y nacionales. La

composición demográfica es una variable dentro de la identidad nacional, contentiva a su vez, de otras como

las de sexo, edad, grupo de descendencia ―etnia o raza―, nacionalidad, ciudadanía e institución, entre

otras”297. De acuerdo con su parecer la relación inmigración, economía y política esta sólidamente

fundamentada. Al caracterizar el aumento de la población en las primeras décadas del siglo XX en la región

oriental deja sentado que “ello demuestra un violento crecimiento de la población en el nororiente holguinero,

reflejo de un intenso proceso de recuperación económica, expansión capitalista y relativa estabilidad política si

se compara con el período finisecular decimonónico” y como resultado está la consolidación de la

“…existencia de dos polos de población en la provincia de Oriente: Holguín al norte y Santiago de Cuba al

sur”298, aunque aclara que “estos incrementos --refiriéndose a la población de los municipios del norte oriental

holguinero– estuvieron más relacionados con el proceso de expansión azucarera que con el de

recuperación”299.

Desde el espacio académico, una parte de las inmersiones investigativas actuales sobre religión en Holguín

están asociadas a las gestiones y labor de C. Córdova Martínez ―especializado en estudios religiosos―, el

cual organizó una línea de investigación sobre religión con resultados representativos tanto para el país como

para la localidad; y ha encaminado un conjunto de investigaciones dirigidas hacia lagunas de la historiografía

sobre religión en los contextos nacional y regional. Sus aportes personales están contenidos en estudios, tesis

de maestría, doctorados y en la formación del profesional300. Un resultado significativo fue la defensa de la

tesis doctoral “La conciencia religiosa del espiritismo de cordón en Holguín: sistema de creencias, culto y

ritual”301, que contiene un análisis profundo sobre el origen y características filosóficas del espiritismo

296 Ídem, p. 10.

297 Armando Cuba de la Cruz: Política demográfica en Holguín 1898-1920, Ediciones Holguín, Holguín, 2012,

pp. 7-8.

298 Ídem, p. 30.

299 Ídem, p. 32.

300 Ver: Carlos Córdova y O. Barzaga: El espiritismo de cordón, Fundación Fernando Ortiz, La Habana, 2000.

301 Oscar Barzaga Sablón. La conciencia religiosa del espiritismo de cordón en Holguín: sistema de

creencias, culto y ritual, Tesis en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Filosóficas, Universidad de

la Habana, 1999.

Page 163: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

moderno, su vertebración en Cuba y las peculiaridades de sus variantes, esencialmente la cordonera en esta

región; obtenidas mediante la utilización del método comparativo con otras regiones del país, y sustentado en

un profundo trabajo de campo302.

Otros trabajos en la historiografía regional, sobre la religiosidad holguinera con enfoque de historia social, son

las investigaciones realizadas por A. Torres Gómez de Cádiz Hernández y Ángela Peña Obregón303. El

primero304 investigó sobre el proceso de asentamiento e institucionalización de las denominaciones

protestantes en la actual provincia de Holguín. Con una perspectiva socioantropológica explica la interrelación

de fenómenos étnicos y migratorios con la evolución económica social de la región, a partir de la llegada de

las diferentes denominaciones. No es una historia acabada del protestantismo en la región, subraya A. Torres

Gómez de Cádiz, pero se apeló a las fuentes primarias, tanto documentales como orales, sobre la base de

que existe una gran cantidad de fuentes e información dispersas, sin consultar, que aportarían mucho a este

intento305.

En la problemática referida a la esclavitud ―la historia de la gente sin historia, declara J. Novoa Betancourt―,

se examina su impacto en la región, desde el comportamiento de la trata y su conexión con la problemática

económico-social, hasta el papel del esclavo en la sociedad colonial holguinera, la evolución de la esclavitud

paralela al proceso de conformación tanto del poblado como de la región, así como la incidencia en ella de la

evolución de la economía plantacionista del occidente y de las regiones vecinas de Guantánamo y Santiago

de Cuba, cuyos impactos no podían dejar de incidir en el estado de la esclavitud en Holguín. El investigador

llega a la conclusión de que, independientemente del crecimiento del número de esclavos, la columna

vertebral de la economía holguinera no se transformó en otra basada en el trabajo esclavo; en ese contexto

“…la trata actuó entre 1720 y 1867 como un complemento del mercado de la fuerza de trabajo libre”306.

La labor investigativa realizada por J. Novoa se concentró, en otra parte de su trabajo, en los orígenes de los

esclavos introducidos en la etapa objeto de análisis, en particular en el componente étnico, puesto que

“posiblemente en el campo de la esclavitud no haya un tema tan arduo como el de la denominación

etnocultural de los esclavos arribados a América”307. La utilización de fuentes de archivo notarial y parroquial

302 Ver: Alejandro Gómez de Cádiz Hernández: Estudios sobre religión en Holguín: aproximaciones a una

historia descriptiva. Inédito.

303 Ángela Peña Obregón, Roberto Valcárcel Rojas y Miguel Ángel Urbina Herrán: La Virgen de la Caridad

del Cobre en Nipe y Barajagua, Editorial La Mezquita, Holguín, 2011.

304 Ver: Alejandro Gómez de Cádiz Hernández: Protestantismo y sociedad en el Holguín republicano,

Ediciones Holguín, Holguín, 2008.

305 Ver Alejandro Gómez de Cádiz Hernández: Estudios sobre religión en Holguín: aproximaciones a una

historiografía descriptiva. Inédito.

306 Ver: José Novoa Betancourt: Los esclavos en Holguín (1720.1867). Estudio sociodemográfico, Ediciones

Holguín, Holguín, 1998. pp. 14-17.

307 Ídem, p. 26.

Page 164: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

le permitió establecer 22 denominaciones étnicas de procedencia de los africanos introducidos entre 1778 y

1822, las que agrupó en 5 etnias, 4 de ellas definidas (las tres más numerosas: carabalí, bantú y mandinga,

las que en su conjunto constituían cerca del 95% de los bozales introducidos en la región) y una sin definición.

El resultado constató, por primera vez, la composición etnocultural de la población local de esclavos bozales,

aspecto de gran interés para futuros estudios etnoculturales y para nuevas interrogantes en relación con las

expresiones culturales de esa masa esclava, bajo la opresión cultural e ideológica colonial existente en Cuba

en esos momentos, y sus aportes a la formación de la psicología social en la zona308.

Otra problemática valorada desde un enfoque de historia social es la referida al régimen demográfico de la

esclavitud: tipo de vivienda, trato del esclavo, formación y reconocimiento de la familia entre los esclavos,

fomento de la natalidad y obtención de la libertad, presentadas por el autor en relación con el fenómeno

abordado309.

Hay también estudios histórico-políticos relacionados con expresiones particulares en lo regional, que sientan

las bases para, desde la historia social, profundizar en el conocimiento histórico. Entre ellos están los de H.

Pérez Concepción, no solo por la conexión con sujetos concretos del conocimiento del proceso histórico

social, sino también por las propuestas de estudios de la actuación de personalidades y grupos, atendiendo a

sus tradiciones y motivaciones. Sus esfuerzos investigativos, desde un enfoque nuevo para la historia política,

permiten cubrir vacíos historiográficos y crear nuevas expectativas investigativas sobre el período republicano,

en particular sobre el funcionamiento de la democracia burguesa, los partidos políticos y las instituciones

democráticas de la República Neocolonial.

Establecer en qué medida la actividad de los partidos políticos en los marcos del estado republicano

neocolonial constituye un legado de cultura política y se erige en un requerimiento historiográfico y

epistemológico para los estudiosos e investigadores de la historia sociopolítica de Cuba. Los resultados de

Pérez Concepción se inscriben en este encomiable esfuerzo, al deslindar las particularidades de la

construcción y actuación del autenticismo y de la ortodoxia en Holguín, a través de la valoración de las

condiciones históricas de la etapa estudiada, sus expresiones en la localidad y el camino seguido por los

diversos niveles de estas organizaciones políticas en Holguín entre 1936 y 1958310.

Sus aportes permiten apreciar la necesidad de la continuidad de la investigación del sistema político en Cuba

durante la etapa neocolonial, el funcionamiento de las instituciones democráticas y la actividad de los partidos,

como parte de las instituciones, en particular para esclarecer las acciones y conductas asumidas en el estado

neocolonial por las diferentes fuerzas políticas en los marcos del funcionamiento de esa democracia burguesa,

e incluso el estudio de personalidades representantes de la lucha política durante el contexto de la república,

308 Ídem, p. 31.

309 Ídem, pp. 40-41.

310 Ver: Hernel Pérez Concepción: Las luchas políticas en el Holguín republicano 1944-1948, Ediciones

Holguín, Holguín, 2007; Ídem: El movimiento guiterista holguinero, Ediciones Holguín, Holguín, 1999.

Page 165: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

tanto por su actuación progresista o negativa. El marco regional es un laboratorio fundamental para su

abordaje.

Los problemas de los efectos del urbanismo y la modernidad tanto en la ciudad, como en las zonas rurales

más cercanas, su conexión épocal y sociocultural, son tratados por los investigadores Mayra San Miguel y

Hernel Pérez mediante una prudente integralidad de diversos factores, que han conformado el espacio físico

de la ciudad erigida por diversas generaciones de holguineros; lo que refleja sus intereses, necesidades y

motivaciones en cada una de las etapas de su evolución. El estudio propuesto contiene los rasgos que

caracterizan al holguinero y que fueron conformando su identidad; además de la atención al régimen

demográfico de la ciudad en la etapa considerada311.

Son evidentes, como se puede observar, los numerosos puntos de contacto entre las diversas expresiones de

historia social en la región y también otros enfoques que se separan un poco de ella, fenómeno que viene

dado en su gran mayoría por la fortaleza de la historia política, militar y de acontecimientos, también

denominada tradicional; aunque nos encontramos en la transición hacia la construcción de una historia con

visión integradora que necesariamente tiene que pasar por lo entendido por historia social.

La reflexión historiográfica sobre la producción histórica desde lo regional permite realizar una contribución

importante en el desempeño de la historia del país y en el contexto de las ciencias sociales en general. Por

otro lado también facilita el acercamiento al intento de una historia total que obviamente no puede soslayar el

papel de la producción regional. La sociedad exige la solución de esta problemática para una mayor

profundidad en los estudios etnodemográficos, socioculturales y del pensamiento.

Es una necesidad indispensable para los estudios realizados desde la región, replantearse la revisión de los

resultados logrados, como forma de superar enfoques o planteamientos anteriores que nuevos métodos,

procedimientos, técnicas y perspectivas historiográficas permiten enriquecer, dado que la reflexión sobre la

producción histórica ―especialmente en el marco regional―, facilita introducir correcciones en los resultados,

auspiciar nuevos temas, objetos de estudio, y ejercer la necesaria vigilancia epistémica en la producción del

conocimiento histórico regional.

Bibliografía

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Ídem. Retratos para la historia. Ensayos de contrahistoria intelectual, Ediciones ICAIC, 2010

Almodóvar, Carmen. Antología crítica de la historiografía (Periodo neocolonial), Editorial Félix Varela, La

Habana, 2006.

311 Ver: Mayra San Miguel Aguilar y Hernel Pérez Concepción: Urbanización y modernidad. Las políticas

públicas en la ciudad de Holguín 1898-1958, Ediciones Holguín, Holguín, 2010.

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La Historia y el oficio de historiador. Colectivo de autores franceses y cubanos. Imagen contemporánea, La

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Rensoli Medina, R. (compilador). La historiografía en la revolución cubana, reflexiones a 50 años, Editora

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Venegas Delgado, Hernán M. La región en Cuba. Provincias, Regiones y localidades, Editorial Félix Varela,

La Habana, 2009.

ESTUDIOS SOBRE RELIGIÓN EN EL NORTE ORIENTAL DE CUBA

Autor: Alejandro Torres Gómez de Cádiz Hernández

INTRODUCCIÓN

La historiografía cumple un rol clave en las ciencias sociales. Dentro de sus múltiples funciones resalta su

capacidad de funcionar como auto-dialogo crítico de la producción intelectual con ella misma, es decir, una

especie de autocrítica necesaria, del mismo modo que permite construir un cartograma de las principales

tendencias epistemológicas, áreas del conocimiento, espacios - tiempos y posicionamientos ideológicos que

Page 167: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

han matizado esa producción en un período de tiempo determinado. Es una herramienta que puede ajustar los

rumbos cuando se empeña en ser crítica y fiel a la producción científica.

Además de ese diálogo auto crítico que significa la historiografía, es un excelente recurso metodológico para

los investigadores en la búsqueda de bibliografía y el análisis hermenéutico de fuentes documentales. Los

estudios bibliográficos son de igual manera imprescindible en el quehacer historiográfico, como los

demuestran algunos trabajos de T. Fernández (2011) y E. Acosta (2010).

Aun cuando exista cierta inconformidad por la agudeza crítica de nuestra historiografía más reciente, resultan

nada desdeñables los intentos de realizar balances antológicos. Los más jóvenes, como la compilación de M.

de la Torre (2008) reúnen una elogiable muestra de nuestra producción nacional.

Sin embargo, estos estudios padecen, de forma general, de obviar las producciones de investigadores del

interior del país. Los mitos sobre la falta de publicaciones, socializaciones o el estigma de “localistas” amparan

olvidos y desconocimientos innecesarios.

De igual modo, existen lagunas historiográficas sobre determinados temas, que tabuizados conciente o

inconcientemente dan la fatal imagen de que no se reflexiona sobre ciertas áreas, cuando la realidad es que

sus resultados presentan poca socialización o solo circulan en formatos informales, digitales o a nivel de

eventos.

Entre estas lagunas historiográficas, se encuentran los estudios sobre el campo religioso cubano. Solo los

artículos compilados por R. Hernández (2003) intentan dar una coherencia historiográfica a estos aspectos de

la producción antropológica, histórica y social de la religión en nuestro contexto.

La religión, como hecho social y cultural, es una gran albacea donde se explica y describe buena parte de la

realidad. Mas allá de la fuerte secularización moderna y la desacralización de la realidad que ha consolidado

el pensamiento contemporáneo, el fenómeno religioso sigue ocupando un espacio primordial para entender al

ser humano y su comportamiento colectivo.

América Latina es un ejemplo clásico. En esta parte de la humanidad, el factor religioso posee una vitalidad de

gradaciones diversas. Desde prácticas originarias hasta complejos modernos y nuevos movimientos

religiosos, todos eclécticos u ortodoxos de nutrientes etnoculturales variados. Estos, junto a una religiosidad

popular y sentido hierofánico de la vida, que dialogan con la modernidad y el pensamiento tecnocrático

convertidos en verdaderos laboratorios socio antropológicos.

Cuba es parte inherente de esa realidad. Desde muchas ópticas sobre lo definitorio en la religión, la nación

cubana conserva su espíritu de pueblo religioso, expresado en universos simbólicos y praxis asistemáticas y

difusas, poco institucionales y heterodoxas pero como parte indiscutible de su herencia social e identidad

cultural.

El hecho de que la religión sea un fenómeno ontológico, existencial, simbólico y sobre todo social, lo hace

vulnerable a los estudios científicos. Cuba posee pautas importantes en sus estudios sobre religión, los cuales

varían su intensidad y dirección en diferentes épocas históricas.

Page 168: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Existe toda una tradición de estudios antropológicos iniciados por Fernando Ortiz. A partir de Ortiz se creo una

pauta importante para revelar el cosmos diverso de la religiosidad del cubano. Lo que predominó, durante la

primera mitad del siglo XX, fueron abordajes marcados por el modelo orticiano con la influencia decisiva de un

enfoque positivista por un lado y por otro el folklorismo antropológico anglosajón. Los estudios sobre

instituciones cristianas en Cuba eran mínimos, resaltando la obra de Martín Leiseca (1938), I.M.Egaña (1904)

y del norteamericano M. Davis (1941).

Sin embargo, los estudios sobre el pensamiento religioso cubano, fueron notables en la República,

principalmente alrededor de polémicas sobre Varela, Luz y Martí. Los estudios de E. Roig, J. Méndez, J.

Mañach, E. Agramonte, F. Lizaso y otros merecen una relectura crítica.

Este predominio de estudios folklóricos, dio origen al triunfo de la Revolución a la legitimación de instituciones

de estudios que, ya registrados y apoyados por el Estado generaron una nueva generación de investigadores.

El reconocimiento oficial como línea partidista y luego constitucional del ateismo, mutó y tabuizó los estudios

religiosos de corte sociológico o antropológico. Se impuso un perfil marcadamente político en la interpretación

del hecho religioso, dirigido a “combatir” estas ideas como parte de la lucha ideológica. El Departamento de

Orientación Revolucionaria del CC del PCC (1976) concentró las publicaciones sobre esta temática y con este

fin:

“con el triunfo de la Revolución…y la construcción acelerada del socialismo, en nuestro país se han

destruido, en lo fundamental, las raíces sociales que generan…la creencia en lo sobrenatural y en

las ideas religiosas…Es un deber del Partido enseñar a toda la población la concepción científica

del mundo y sostener, en ese camino, una lucha ideológica contra las ideas religiosas y

oscurantistas”(pp.4-5)

Este posicionamiento ideológico y político se conjugó con una recepción ortodoxa de la escuela rusa de

ateismo científico y sus modelos epistémicos, donde se excluía del concierto científico a ciencias como la

sociología y la antropología, que hasta ese momento habían sido el sostén disciplinar de nuestros estudios

sobre religión, más si se da por sentado que la generación polémica de los años 50 ya no estaba y los nuevos

“filósofos” se empeñaban en no tratar la religiosidad de nuestros pensadores más raigales.

No es hasta la segunda mitad de la década del 80 que se vislumbra un periodo donde se manifiestan un

cúmulo de hechos que demuestran la apertura de un lento pero evidente diálogo, por lo menos en la alta

dirección de la Revolución.

Los estudios generales más abarcadores en este periodo fueron realizados en la Isla por teólogos

protestantes o sacerdotes católicos y se concentran en las obras de Rafael Cepeda (1986), Sergio Arce

(1978), Oden Marichal, Adolfo Ham e Israel Batista (1986) y textos imprescindibles de C. M de Céspedes y

García Menocal (González Rodríguez, 1999).

Page 169: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Importantes textos se publicaron en el exterior, como el del cubano Marcos Antonio Ramos. De factura

extranjera es la obra del sueco Teo Tschuy312, cuyos artículos ofrecen una dinámica institucional de alto valor

metodológico y la poco conocida de H. Hilty (1977). Sobre la Iglesia Católica son claves los estudios de

M.Maza y R. Gómez Treto (CEHILA, 1995)

La política de rectificación de errores y tendencias negativas, estuvo acompañada de una flexibilización de la

política hacia el sector religioso que culminó con hechos transcendentales para el dialogo.

Pero el renacimiento de los estudios sobre religión tienen en este periodo la conjugación de factores claves a

saber, la crisis económica - social en la que se sumerge el país y el consiguiente reavivamiento religioso que

se opera a lo largo de la Isla, donde no solo se retoman las tradiciones ya instituidas sino que se dilata un

amplio y complejo diapasón de manifestaciones religiosas que ganan importancia y protagonismo en esferas

vitales de la vida del país.

Segundo, una relectura crítica de las ciencias sociales que devuelven el valor a los estudios sociológicos,

antropológicos, lingüísticos y de otro tipo, a través de Centros de Estudios, maestrías y licenciaturas

reabiertas.

La creación del Departamento de Estudios Socioreligiosos del CIPS313, la instauración de la Fundación

Fernando Ortiz y la revitalización del Instituto Cubano de Antropología en la capital, impulsaron a lo largo de

la Isla el interés sobre estos temas.

Un balance historiográfico inicial de esta apertura estuvo marcado por la tendencia habano centrista. La

pretendida centralización de estos estudios generó acercamientos, que independientemente de su validez y

profundidad, no mostraban la realidad nacional, pues sus unidades de análisis eran básicamente en el

occidente del país, lo que al tener un privilegio de visualización en publicaciones mostraban una visión

incompleta y a veces falseada de esa realidad.

La riqueza de las expresiones religiosas de nuestro país es parte de nuestra cultura nacional; sin embargo, el

grado de representatividad está marcado por factores de conformación étnica y territorial, de la profunda

movilidad espacial que genera el país en la etapa colonial y neocolonial. Solo la Iglesia Católica tuvo un

carácter generalizado en toda la Isla, con una vertebración regular, dado en su estructura centralizada y su

unicidad discursiva, además de funcionar como soporte ideocultural de la metrópoli durante siglos. Las demás

expresiones religiosas, afrocubanas, franco-haitianas o el espiritismo, incluyendo los protestantismos, tienen

irregularmente, zonas de mayor o menor grado de representatividad por toda la Isla.

312 Se encuentra en (CEHILA, 1995, p.78)

313 Existen autores de la capital que se han especializado sobre estudios de instituciones cristianas en Cuba como es el

caso de J. Berges, R. Cárdenas, Y. Hernández, M. Trujillo, A. Alonso, P. Bonome, O. Pérez. Otros en abordajes

filosóficos sobre la religión como J.L. Acanda y V. Sabater

Page 170: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Otro factor, ya mencionado, es que estos estudios obvian los resultados de esta parte de la Isla. Salvo el texto

de E. Torres Cueva sobre la Iglesia Católica, los demás estudios sobre la Iglesia Católica hacen mutis de

textos orientales.

En esta coyuntura, comenzaron a legitimarse los estudios en el Oriente del país, encabezado por las líneas de

investigación de la Casa de Caribe y la Universidad de Oriente, incorporándose posteriormente los estudios

realizados en Holguín.

En este contexto, se operan cambios significativos en los planes de estudios de las carreras humanísticas

junto a la aparición de nuevos programas. Reaparece la licenciatura en Sociología, la cual abrió un campo de

reflexiones y un mejoramiento significativo del capital humano que enfrentaría, con herramientas más

operativas, las complejas inquietudes y fenómenos sociales que irían brotando aparejados a la crisis de los 90.

Años más tarde de abre la Licenciatura en Estudios Socioculturales, para crear especialistas e investigadores

que solidificarán los estudios y las intervenciones socio-comunitarias en diversas regiones del país, donde no

existían este tipo de carreras, dentro del Ministerio de Educación Superior.

Estas licenciaturas han creado, en su continuidad de estudios, programas de maestrías y doctorados que han

incidido positivamente en la intervención sobre zonas de silencio o tabuizadas anteriormente.

La presencia de asignaturas de base antropológica y especialmente la de estudios sobre Religión, han

despertado un interés por acercamientos diversos sobre este fenómeno en nuestro contexto, el cual tiene

todavía un amplio camino por andar.

El objetivo de este análisis historiográfico, se basa en la necesidad de revelar el estado actual de estos

estudios sobre Religión, con énfasis en los logros que se han alcanzado en el norte oriental de nuestra Isla.

Y es aquí donde pretendemos hacer justicia, un acercamiento descriptivo que revele, al menos, los intentos

directos o indirectos de investigadores nororientales sobre religión. Este balance padece de todo, primero de

fuentes obviadas por desconocimiento propio, ya que la producción sobre este tema se ha ampliado tanto que

no podría, como Delmote, hacer una lista cronológica de los libros inéditos e impresos314. Segundo, por que el

espacio solicitado no permite más que hacer una exploración descriptiva y que la sola mención sea un impulso

a la crítica y el reconocimiento.

DESARROLLO

En la historiografía norteoriental, anterior a la Revolución, no existen textos que hayan tenido como objetivo

centrarse en determinada manifestación religiosa o aspecto similares en la región. Algunos pasajes pioneros

de los conquistadores y cronistas hacen referencias a estas tierras, principalmente la creación de una capilla

en la actual capital tunera. El texto de Morell y Santa Cruz (1985), es la primera referencia a aspectos de la

314 Todos los libros y tesis que aquí se analizarán, se encuentran en el gabinete de trabajo del Centro de Estudios sobre

Cultura e Identidad de la Facultad de Humanidades, en la Universidad de Holguín.

Page 171: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

vida religiosa en esta región, centrados en la situación caótica de los servicios religiosos de la Iglesia Católica

en la zona y en una herodotiana descripción del contexto social que vio.

Posteriormente, en la obra de García Castañeda (1949), se describe la presencia de algunas denominaciones

protestantes y referencias epidérmicas a prácticas espiritistas y de sistemas religiosos de origen africano.

Castañeda muestra algunas festividades religiosas que formaban parte de la tradición cristiana con cierto

carácter anecdótico y de precomposición factual. Este recurso es muy utilizado en los escritos de Oscar

Albanés315, aun cuando poseen una intencionalidad periodística de crónica, este autor muestra detalles de

importantes fiestas religiosas o profanas, vinculadas a la tradición católica de la región.

Los estudios académicos en Ciencias Sociales y Humanísticas en el norte oriental son recientes, si

comparamos con provincias como Santiago de Cuba o Villa Clara. La institución universitaria que inició y

mostró los primeros resultados tangibles en esta área fue el Instituto Superior Pedagógico “José de la Luz y

Caballero” que asumió las formación de los recursos humanos del norte oriental y Granma, ya que la

Universidad de Holguín no tuvo facultad de Humanidades hasta el año 2001 y los centros universitarios

tuneros comenzaron a desprenderse como instituciones independientes.

Los estudios sobre religión en esta región han tenido dos núcleos institucionales, los Centros Universitarios y

las Instituciones culturales. Por razones conocidas, solo un grupo reducido de estas investigaciones llegan a

ser publicadas, lo que todo balance historiográfico debe recurrir a resultados publicados y otros que han sido

socializados por vías informales pero que tienen un peso importante en esta producción intelectual. De igual

modo, estos estudios en la actual provincia de Las Tunas no han tenido el desarrollo esperado, aun cuando

existen textos claves que valoraremos.

El despertar sobre los estudios socio religiosos, en esta área, coincide a nivel nacional con las regularidades

que explicábamos anteriormente, y no es hasta la década del 90 que aparecen trabajos con grados de

elaboración más acabado y enfoques desde la historia, la antropología, la sociología y otros.

En este período, salen a la luz dos textos del investigador Jorge González Aguilera, que si bien no están

dirigidos a los estudios sobre religión poseen una información sustancial sobre los aspectos tradicionales

religiosos de la ciudad.

El fondo cultural holguinero, es un texto pionero e imprescindible. Independientemente de lo disperso y

aparentemente incoherente que pueda resultar su edición, recoge un conjunto de conclusiones vertebrales

sobre la religiosidad popular en esta región, el trasfondo de cuestiones tradicionales como el predominio del

espiritismo, la oralidad y el escepticismo religioso que predominaba aun a finales de los 80 y principios de los

90.

Su intento de explicar el fondo cultural holguinero desde la configuración étnica y la necesidad de no obviar

este proceso para entender la herencia cultural, son clave en sus textos. Un ejemplo es su persistencia ante

el pseudo folklorismo africanista de aquellos años y que hoy se insiste, a lo cual este autor señala “…en el

315 Ver en: (De la Peña, A y H. Toirac, 2011)

Page 172: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

actual fondo cultural holguinero no se registra la huella africana. No hay memoria histórica de esta

ascendencia, por tanto el sujeto no se identifica en ellas como sucede en otras zonas del país…” (González

Aguilera,1989, p.23)

Fiestas Tradicionales, recoge información sobre celebraciones como Fiestas Nuestra Señora del Rosario,

Fiesta de San Isidoro, El Santo Mambí, Romerías y Altares de Cruz, Bando, San Juan, Santiago, Carnaval,

Noche Buena, Cabildo Congo. Sin bien está exento de análisis crítico, su objetivo es mostrar las fuentes

primarias de archivos que contienen la memoria histórica de dichas festividades como evidencias

documentales.

En 1999, este autor y E. Marrón dieron a luz el texto que recogía una sustancial entrevista a Monseñor C. M.

de Céspedes sobre importantes temas de la religiosidad y la cultura cubanas, acompañada por artículos y

conferencias antológicas de esta personalidad cubana.

Desde las instituciones culturales aparecen dos textos en esta década: El pájaro que habla. Espíritus, ochas y

brujos en Holguín, de Zunilda Cuenca y Felipe Abella y Altares de Cruz de Haydeé Toirac.

El pájaro que habla, tuvo la intencionalidad expresa de mostrar una descripción de las prácticas del cosmos

religioso de la Regla de Osha Ifá, el Palo Monte y elementos espiritistas a partir del universo de religiosos

locales. Se inserta dentro de una posición más didáctica cultural que explícitamente académica, forma parte

de una tendencia típica de los años 90 de intentar legitimar culturalmente un conjunto de prácticas religiosas y

sus actores, ante el cúmulo de prejuicios y silencios que habían sufrido en décadas anteriores, priorizando

métodos etnográficos como los testimonios y la reconstrucción oral desde el sujeto. Los autores aclaran que:

“Al escribir el libro desdeñamos a priori todo exceso de exposición erudita que, mas que informar hubiera

fatigado”. (1994,p.5)

El texto de Haydeé Toirac (1994) está incrusto en el megaproyecto del Atlas etnológico de Cuba. Esta

investigadora formó parte del equipo nacional y tuvo a su cargo el trabajo de campo en nuestra región,

producto del cual logró recoger un estimable conjunto de información etnográfica, que infelizmente yace sin

revisión crítica y publicación. De este esfuerzo es producto Altares de Cruz, que bajo la metodología

etnográfica nos muestra esta tradición reconstruida por sus propios portadores (más de 25 informantes).

Según la misma autora es una de las más antiguas fiestas de gran parte de los pueblos de la provincia, que

pierde su vigencia ceñidamente rural, por sufrir un interesante proceso de urbanización en aspectos tales

como la ornamentación y la música. Importantes aportes revela su tesis de maestría, en la cual se apela a la

influencia caribeña en esta región, un tema muchas veces apartado por prejuicios, desconocimientos o

simples intentos de “diferenciación” con la región sur de oriente.

Un texto que se convirtió en boom editorial fue Panteón Yoruba. Conversación con un santero, dirigido por

Lourdes González (1993). Este texto testimonial nos muestra, desde la voz de un santero holguinero (Argelio

Frutos) una pauta de esa rica tradición en mezcla de símbolos, dioses, ritos, alimentos, colores y atributos.

Dentro de estos estudios, pero dirigidos hacia el catolicismo, las investigadoras Ángela de la Peña y Haydeé

Toirac (2011) publicaron un interesante texto dedicado a Oscar Albanés. Como bien explican las autoras, la

Page 173: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

intención del libro se mueve mas hacia “…el interés de rendirle homenaje a uno de los holguineros que más

trabajó por el desarrollo cultural de su ciudad…” (2011,p.20)

Sin embargo, revela desde los escritos del mismo Albanés, datos y hechos sobre aspectos de la vida religiosa

de la ciudad, mezcladas con tradiciones, festividades y elementos arquitectónicos. Las referencias sobre la

Asociación de Caballeros de San Isidoro o las romerías de mayo lo convierten en texto de referencia para

estos estudiosos.

Bajo el reciente sello La Mezquita, se publicó un texto revelador de la autoría de Angela de la Peña,

Roberto Valcárcel y Miguel A. Urbina (2012). La virgen cubana en Nipe y Barajagua, es un resultado de

múltiples implicaciones. Si bien sus autores no pretendieron hacer un libro de carga teórica con aportes

conceptuales su grandísimo mérito radica en mostrarnos una reconstrucción multidisciplinaría de un

fenómeno complejo, que como bien dice el Dr. Vega en su prólogo:

“No es posible acometer trabajos de tal envergadura sin emplear un enfoque

interdisciplinario que en este caso desborda a la ciencia histórica para invocar a otros

saberes como el que viene de la geografía, la arqueología, la etnología y la antropología

cultural…”(2012,p.4)

Un rara avis, sin dudas, resulta el texto Diez aproximaciones a la fe desde una antropología filosófica de

Manuel González Santos (2010). Mezcla de cierta ingenuidad filosófica, este atrevido libro aborda elementos

metafísicos y reflexiones sociales, más enmarcadas en opiniones eclécticas y a veces incongruentes que en

una intención de plantar tesis de rigor. A pesar de estos elementos y algunas posturas a revisar sobre la

cultura y realidad cubanas, se debe aplaudir la motivación del autor de ofrecernos sus ideas sobre el tema.

Desde el ámbito académico, la historiografía holguinera tiene el privilegio de contar con los estudios del

arqueólogo y antropólogo José Manuel Guarch. Este privilegio radica, entre muchos otros, en su producción

sobre el cosmos religioso de nuestros pueblos originarios. La profunda obra de Guarch sobre el Taíno,

avalado por sus descubrimientos arqueológicos, también abarcó un intento legítimo de reconstruir los sistemas

de creencias, prácticas y mitología aborigen.

La investigadora Daisy Fariñas (1995), en el análisis crítico de fuentes para su tesis doctoral, explica que aun

cuando la obra de Guarch no intentó centrarse en el tema religioso es una clave referencial para cualquier

estudio posterior, por la sabia combinación de elementos arqueológicos y antropológicos.

El taíno en Cuba y otros textos posteriores, marcan los aportes de Guarch, pero de valor incalculable resulta

Mitología Aborigen de Cuba, escrito en compañía de Alejandro Querejeta. Una de las tesis mas controvertidas

del Dr. Guarch fue considerar que el ritual cordonero de la variante espirita más practicada en esta región,

provenía como supervivencia de la huella cultural de las danzas taínas como el Areíto. Esta tesis ha sido

defendida y argumentada por especialistas como Daisy Fariñas y Carlos Yoga y rebatidas por autores locales,

que analizaremos posteriormente, como Carlos Córdova y Oscar Barzaga.

Page 174: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Sus concepciones sobre enterramientos y ritos funerarios se han profundizado con los aportes recientes del

arqueólogo holguinero Roberto Valcárcel (2012), cuya obra abre un polémico camino de rupturas

interpretativas sobre la sincretización religiosa originaria en nuestro territorio.

Aun cuando no desarrollara su obra en Holguín y no tengamos espacio suficiente en estas líneas apretadas,

en este aspecto tenemos que recordar la prístina obra de J.J . Arrom. Este holguinero está considerado uno

de los hispanistas más importantes de América, esencialmente su obra Mitología y artes prehispánicas en las

Antillas. Independientemente de que su producción se formará fuera de Cuba, sus textos autobiográficos

sobre Mayarí, el contexto y tradiciones religiosas, unido a su tesis sobre la Virgen de la Caridad del Cobre

merecen ser mencionadas.

Desde los espacios académicos, los estudios sobre religión en Holguín están asociados a las gestiones y

labor del Dr. Carlos Córdova Martínez quien fundó una línea de investigación sobre religión, con frutos

representativos a nivel nacional y local que analizaremos a continuación.

Especializado en estudios religiosos, C. Córdova ha encaminado un conjunto de investigaciones dirigidas

hacia las lagunas más importantes que había dejado la historiografía sobre religión a nivel nacional y luego

desde el Centro de Estudios sobre Cultura e Identidad ha intentado cubrir estos estudios a nivel regional.

Sus aporte personales se encuentra disuelto en muchos estudios y en su docencia, pero estigmatizado quizás

por la ausencia de textos publicados. En el año 2000 aparece el libro El espiritismo de Cordón, publicado en la

colección Fuente Viva. Este era el producto de la tesis doctoral del coautor Oscar Barzaga Sablón. Según los

autores:

“El análisis de información y elaboración al respecto fue un proceso complicado y lento, dado que

este culto popular, a pesar de presentar un núcleo de ideas kardecianas, es muy contradictorio, pues

incluye creencias católicas, heterodoxas y africanas, algunas de las cuales se oponen o se excluyen

entre sí, además de ser aceptadas e interpretadas de muy diversa manera por los distintos centros o

grupos de creyentes. Como consecuencia de lo anterior, en el trabajo existe un equilibrio entre lo

descriptivo y lo teórico, al adentrarse en la búsqueda de las esencias y presentar una visión

integradora del fenómeno “.(2000,p.4)

Este texto recoge un análisis profundo sobre el origen y características filosóficas del espiritismo moderno, su

vertebración en Cuba y las peculiaridades de sus variantes, esencialmente la cordonera en esta región,

incluyendo el método comparativo con otras regiones. Es de destacar la calidad y profundidad del trabajo de

campo realizado para este resultado.

Sin embargo, el tema más desarrollado por C. Córdova se ha centrado en el cosmos de creencias

heterodoxas que forma parte de la identidad local.

Los resultados publicados de mayor alcance nacional, sobre estudios religiosos en nuestro contexto local, se

encuentran en la obra de R. Segreo. En el año 1994, defendía su tesis en ciencias históricas dirigida por C.

Córdova. Centrado en el devenir de la Iglesia Católica en nuestro país la obra de Segreo logró un

Page 175: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

desplazamiento lógico temporal de los procesos sustantivos asociados a la gestación y consolidación del

proceso nacional.

Estos procesos sustantivos los presentó en tres momentos claves. El primero ocurre en los tres primeros

siglos coloniales, la sociedad colonial temprana y lo resume como:

“Se trata de su vertebración a una realidad insular en la cual el sujeto demográfico, económico y

cultural dominante era el criollo; eso modificó su ubicación estructural en el juego de fuerzas de la

sociedad colonial y rediseñó sus funciones sociales a favor de los criollos” (2009, p.48)

Este primer momento lo subdividió en dos etapas claves. Entre 1510 y 1680, es decir desde la conquista hasta

la celebración del Sínodo Diocesano. La segunda etapa se extiende entre 1680 y 1790, desde el Sínodo hasta

el boom azucarero.

Desde el punto de vista de la socialización historiográfica la primera etapa no aparee como un nódulo fuerte

en las publicaciones de Segreo, de sus tres libros publicados sobre la Iglesia, ninguno se centra en este lapso

y solo la referencia como antecedente sustancial. Sin embargo, investigativamente acumuló tesis interesantes

sobre este periodo que incluían no solo el papel de la Iglesia en ese proceso de criollización, sino elementos

claves como la obra musical, apreciaciones sobre el barroco eclesiástico y de forma especial el ciclo mariano

de las vírgenes criollas.

Su libro De Compostela a Espada. Vicisitud de la Iglesia Católica en Cuba explica la concatenación entre el

inicio de los cambios profundos que generan las reformas del Obispo Compostela, atravesando el boom

azucarero hasta el periodo del Obispo Espada. Segreo cargó con especial fuerza el análisis sobre la batalla de

los diezmos, ya que consideraba que esta era el contenido fundamental de lo que pudiéramos asumir como la

segunda etapa del conflicto entre superestructura feudal religiosa y economía de plantaciones (2009, p.49)

Aun cuando cronológicamente se editó anteriormente, su libro Convento y secularización en el siglo XIX

cubano, aborda la etapa posterior. En el texto se nota un cúmulo de información de archivo sobre las Órdenes

Religiosas del clero regular en Cuba, producto de su investigación para el doctorado. Este aparente

predominio de datos no disminuye la clave comprensiva de lo que quería demostrar, primero que este es un

proceso inverso al anterior, de ruptura y la transformación de la Iglesia en una institución al servicio d e la

dominación española (2009, p.48). Su conclusión básica es que:

“La reforma eclesiástica cerró el ciclo de transformación de una Iglesia criolla en una Iglesia

peninsular. Su contenido básico fue la creación de una superestructura religiosa dominada por un

clero de origen español, desvinculado de los intereses de la Isla y dependiente del Estado, que

sustituyó la desaparecida Iglesia criolla” (1998, p.66).

Aun cuando no estuvo dentro de su investigación primaria, en el 2010, aparece el texto Iglesia y nación en

Cuba (1868-1898) que cubre sus tesis sobre el rol de la Iglesia Católica en Cuba entre el inicio de las guerras

independentista hasta la intervención norteamericana.

Page 176: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

La combinación de fenómenos externos como el contrapunteo conservadurismo liberalismo en España, los

importantísimos cambios de la Iglesia Católica con el papado de León XIII imbricados con el complejo

proceso al interior de la Isla nos muestra su tesis fundamental de una Iglesia ultra conservadora que marca su

espaldarazo al proceso nacional cubano.

Es de resaltar en este texto sus conjeturas sobre el entramado a lo que llamó inicialmente proceso de

romanización al producirse la intervención norteamericana. Este final lo resumió así:

“La Iglesia entró a la República con todo el lastre conservador que le impuso el último medio siglo

de dominación colonial; su incapacidad institucional para encarnar los más altos intereses de la

nación cubana y la carencia de verdadero arraigo popular la hicieron muy vulnerable a la

manipulación desde los intereses pontificios y norteamericanos” (2009, p.69)

Empeñado en su otra pasión sobre el pensamiento cubano en el periodo republicano y la cuestión nacional,

no prosiguió sus estudios de la Iglesia en la República, la cual sigue siendo una zona de silencio

historiográfica a nivel nacional.

Otro investigador holguinero que ha trabajado el tema religioso es el profesor J. Vega. Aun cuando sus

pesquisas han estado centradas en un objeto etnológico, sus estudios sobre los norteamericanos han

aportado importantes conclusiones sobre el protestantismo.

Las valoraciones de J. Vega sobre el protestantismo en la región permiten adentrarse en pautas culturales

dejadas por los misioneros norteamericanos en la arquitectura, la educación y las asociaciones cívicas, lo cual

revela un perfil antropológico de gran valía. Dirigida por este investigador, existe un interesante estudio sobre

la escultura en la ciudad de Holguín en el siglo XX de la profesora S. Salazar. Esta investigación, marcada

por su originalidad y rigor, revela una caracterización de la escultura religiosa en la ciudad teniendo en cuenta

los aspectos históricos, formales y conceptuales de las mismas.

En esta línea, se encuentra el estudio realizado por el tunero José Guillermo Montero Quesada (2010). Aun

cuando su objeto global es sobre la presencia anglosajona en las Tunas, posee un valioso análisis sobre la

herencia protestante en la región, el asentamiento y vertebración institucional dentro de la cultura local. En

artículos divulgados ha profundizado sobre el rol de los colegios y el impacto en la vida cotidiana de los

tuneros.

De esta provincia es la tesis Sanidad Divina y cultura popular (2008) de Enrique Lalana Torres, la cual revela

desde fuentes orales primarias una caracterización de la práctica de la Sanidad Divina pentecostal como

oferta y consumo de sentido dentro de la cultura popular tunera.

En este campo también se han publicado dos textos sobre el protestantismo por el autor de estas páginas. El

primero (2007) recoge un estudio sobre el proceso de asentamiento e institucionalización de las

denominaciones protestantes en la actual provincia de Holguín. Con una perspectiva socio antropológica,

intenta explicar la interrelación de fenómenos étnicos, migratorios con la evolución económica social de la

región a partir de la llegada de las diferentes denominaciones. No es una historia acabada del protestantismo

Page 177: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

en la región, pero se apeló a las fuentes primarias, tanto documentales como orales, concientes de que existe

una gran cantidad de fuentes e información dispersa sin consultar que aportarían mucho a este intento.

Protestantismo en Contextos, publicado en España por este mismo autor, tomó como eje articulador a la

institución religiosa y su interrelación dialéctica con elementos socio clasistas, étnicos y culturales, realizando

un estudio de caso en la región norte oriental de Cuba para revelar las causantes implícitas y explícitas del

tipo de expansión de este sistema religioso y su impacto socio cultural en la década del 90 del siglo XX en

Holguín.

Este autor dirigió el Proyecto Multimedia del Campo Religioso holguinero, el cual compendia un conjunto de

información sobre la estructura de manifestaciones religiosas en Holguín con algún grado de institucionalidad,

apelando a indicadores como el proceso de asentamiento, tipologías, festividades, apoyado de un valioso

conjunto de fotos y videos que ilustran ese fenómeno en nuestra provincia.

Existe un cúmulo importante de investigaciones que por varios motivos no han salido a la luz. Una parte

importante de ellas han sido tesis de diploma en Estudios Sociculturales e Historia, dirigido por los

especialistas antes mencionados.

Otros aportes inéditos se conservan en tesis doctorales defendidas que encierran valiosa información sobre

los estudios religiosos en nuestro territorio. El texto de A. Guzmán(2001), encaminado por C. Córdova, es el

resultado de una investigación histórico pedagógica, dirigida a profundizar en la historia de la educación en el

territorio norte oriental, particularmente en los colegios católicos, como componentes de la escuela cubana en

la etapa que se investigó. En dicho trabajo se realiza una valoración crítica de cómo se desarrolló el proceso

pedagógico en estos colegios. Se presenta un panorama del decursar de la educación en la zona nororiental,

además se enfatiza en el proceso de establecimiento y en las principales características que tuvieron los

colegios estudiados.

Dirigido también por C. Córdova se defendió en el 2009 la investigación doctoral de L. Calzadilla, que aun

cuando su objeto no descansa en las estructuras religiosas, si revela importantes fenómenos sobre este

asunto en los orígenes de la sociedad criolla. Aun cuando es declarada la dificultad para recomponer el mundo

espiritual de una sociedad del siglo XVIII, como la holguinera, el autor expone valiosas conclusiones producto

del trabajo con fuentes documentales, incluyendo el interesante tema del cosmo mariano:

“Las imágenes religiosas se encontraban en casi todas las casas. Las reiteradas alusiones en

variados documentos del siglo XVIII, fundamentalmente en los testamentos, a la Virgen María en sus

múltiples advocaciones como Nuestra Señora del Rosario, Nuestra Señora de la Caridad del Cobre,

Nuestra Señora de La Candelaria, etcétera, evidencian a un holguinero cuya devoción religiosa se

inclinaba hacia el culto mariano. En el caso de Holguín prevalecía la adoración de la Virgen del

Rosario seguida de la Caridad del Cobre”(2009, p.78)

Otros estudios defendidos como tesis de maestrías y que continúan su labor con el objetivo de defender el

grado de doctor abordan la temática religiosa. Vale destacar entre ellas, la investigación sobre las pautas

culturales haitianas, que incluye un abordaje del fenómeno religioso del vodú, de la profesora B. J. Noris

(2009).

Page 178: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

Es de destacar las tesis defendidas en la Maestría de Historia y Cultura en Cuba, como parte de la línea de

investigación de antropología e identidad, que incluye los estudios sobre religión. Ente ellas se han

presentado magníficos estudios como los del investigador P. J. Calzadilla (2012).

La tesis del profesor A. Arévalo (2011) sobre las estructuras económicas de la Iglesia Católica en la en los

inicios de la sociedad colonial es un abordaje novedoso que permite un acercamiento a la Iglesia diferente a

los estudios sobre pensamiento o factológicos, este tema promete revelar importantes aspectos sobre esta

etapa de la historia de Iglesia Católica en Cuba.

La investigación desarrollada por A. Graña (2011), defendida como maestría sobre el movimiento de

renovación carismática en Holguín, nos acerca desde la misma visión de los sujetos implicados, como se ha

operado al interior de la Iglesia Católica holguinera un auge del carismatismo, fundamentado por sus

miembros desde posiciones teológicas y sociales.

En el plano ceñidamente filosófico, los acercamientos a la religión han sido pobre en el territorio. En este

aspecto es de resaltar la tesis “José Martí y la Religión” de los autores A. Zaldívar y A. Torres (2004), cuyos

derivaciones se han publicado en artículos. Este tema que fue pionero en la región, es hoy una derivación

sólida en los resultados de la tesis de grado (ya defendida como maestría) del profesor Ariel Zaldívar, con

aportes epistémicos a la hermenéutica filosófica sobre Martí. Es importante mencionar, los acercamientos

realizados a esta temática por prestigiosos investigadores martianos de la provincia como C. Gutiérrez, R.

Pavón y H. Rivas.

CONCLUSIONES

Resumiendo este balance, podemos afirmar que la región norte oriental se ha convertido gradualmente

en un centro importante sobre estudios religiosos, manifestado en el alcance y socialización de sus

resultados. Sin embargo, todo balance tiene el deber de mostrar las zonas de silencio o lagunas que

suponemos dejadas y que precisan de ser abordadas por las ciencias sociales.

En orden lógico, este autor considera lo siguiente:

1 No se han realizado estudios sistemáticos que revelen desde una perspectiva multidisplinaria el

rico cosmo religioso- mitológico y las pautas en nuestra cultura actual de los primeros habitantes

de la región, a pesar de los abordajes arqueológicos profundos antes mencionados.

2 La historia de la Iglesia Católica en nuestra región está por escribir, independientemente que ha

sido tratada en estudios sobre la sociedad y la economía, por su incidencia social merece un

estudio en profundidad. Dentro de la Iglesia Católica, su vertebración durante la República en la

región sigue siendo una laguna. La creación y evolución de la Diócesis, así como su diálogo con

la cultura local a través de sus parroquias e instituciones laicales es terreno virgen en nuestros

estudios sociales.

3 Aun cuando se han realizado estudios sobre los protestantismos en forma global en nuestro

territorio, existe un cúmulo importante de denominaciones, que por si solas jugaron un rol

Page 179: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

importante en nuestra sociedad y merecen ser estudiadas. El surgimiento y vertebración de

movimientos religiosos de origen protestantes o no (Carismáticos, neo pentecostales,

orientalistas, apostólicos y otros) en los últimos 15 años y su incidencia movilizativa a nivel social

está por abordar.

4 Los estudios sobre la relación campo religioso Revolución en la región son escasos y contienen

polémicas y hechos culturales sociales que precisan ser rescatado bajo la mirada crítica del

investigador.

5 La llamada religiosidad popular, sus orígenes etnoculturales y dinámica funcional dentro de la

tradición como referentes de comportamientos y expresión colectiva, así como los imaginarios y

los ethos siguen siendo fuente de polémicas sin consenso.

6 Las manifestaciones artísticas como arquitectura, plástica, música y otras de marcado carácter

religioso en nuestro territorio son una laguna interpretativa, solo revelada por estudios muy

parciales ya analizados.

7 El rol de las instituciones religiosas en el concierto de la sociedad civil, sus trasfondos jurídicos y

su impacto en el devenir social y político es un área de extrema valía para comprender de forma

integrada la sociedad local, sin embargo, prejuicios, tabúes y otros atavismos siguen siendo un

lastre para el abordaje sereno y riguroso.

8 El casi nulo dialogo interinstitucional y académico entre asociaciones, centros de formación

laical, iglesias y otros espacios de reflexión teológica con el mundo académico y cultural no

permite los enfoques más multidisciplinarios ni los consensos científicos sobre muchos

fenómenos del campo religioso.

9 Las asignaturas de corte antropológico y sobre religión de nuestras carreras humanísticas y de

ciencias sociales no aprovechan el cúmulo de libros, tesis y artículos que revelan importantes

aspectos sobre esta temática en nuestro territorio.

Es preciso, para el abordaje académico del fenómeno religioso, librarse ante todo de prejuicios políticos y

reduccionismos científicos, que en muchas ocasiones han limitados cuantiosos estudios. Solo una mirada

serena, rigurosa que integre perspectivas diversas y actuales nos llevará a revelar ese rico entramado

socio antropológico, cultural, político, jurídico, ético y estético que es el campo religioso.

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Tesis en opción al título académico de Master en Historia y Cultura en Cuba. Universidad de

Holguín

11 Torres Gómez de Cádiz, A y Ainel Graña. (2006) Multimedia del Campo Religioso holguinero. RS.

2429-2008. En CD.Room

12 Valcárcel, R (2012) Interacción colonial en un pueblo de indios encomendados. Chorro de

Maíta.Cuba. Tesis para el grado de Doctor. Universidad de Leiden.

13 Zaldívar, A (2004) El pensamiento ético desalienador de José Martí sobre Religión. Tesis en opción

al título académico de Master en Historia y Cultura en Cuba. Tutor: Dr.C Arnaldo Zaldívar Leyva.

Universidad de Holguín

La Museología holguinera

Por: David Julián Gómez Iglesias.

El museo es una institución cultural que posee una historia de larga duración. Los estudiosos del tema

aceptan que la primera colección documentada data del siglo VI ane y perteneció a la princesa Bel-

Chanti-Nannar, hija del último rey de Babilonia. Los documentos que la acreditan fueron descubiertos por

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Leonard Wooley . No obstante, el término que se utilizó para nombrarlo: museo, pertenece a la Grecia

antigua y tiene su origen en el mouseion, lugar de las musas donde se atesoraban los conocimientos

acumulados hasta ese momento ---siglo III ane---, en un conjunto de edificios mandados a construir por

Ptolomeo en Alejandría .

Desde aquellos tiempos y hasta el siglo XVIII, el museo tuvo un carácter particular, de ostentación de

poder y riquezas de sus poseedores. A partir de 1793, tras la revolución francesa y con la apertura al

público del Louvre, se inició el período del museo moderno y su proceso de democratización, que

continúa hoy día. Federica Palomero, estudiosa argentina sobre temas de cultura, afirma: “/…/ en el

Louvre es donde se cristalizan los dos pilares de la institución museo: la necesidad de conservar y el

deseo de compartir. El museo es una institución moderna en el sentido de que nace de una conciencia

histórica y de un espíritu democrático.”

Ahora bien, la Museología como ciencia posee una vida mucho más corta. José Linares, en su libro

Museo, Museografía, Arquitectura, asegura que la definición del concepto de Museología la hizo por

primera vez el estudios Jiri Neustupny en 1950, cuando caracterizó a la museología general y la

especializada. Sin embargo, Juan Carlos Linarez nos informa que el origen del término se ubica en la

segunda mitad del siglo XIX, cuando P. L. Martin lo utiliza en su obra Praxis der Naturgeschichte,

publicada en 1869, para referirse a “las actividades de exhibición y preservación de las colecciones

relacionadas con el mundo natural.”

Este último autor cita a Peter Van Mensch , quien plantea que la Museología como ciencia ha tenido dos

períodos de desarrollo, que han supuesto cambios sustanciales en los museos, así como en el

pensamiento museológico. Sitúa el primero de 1880 a 1920, cuando estas instituciones experimentaron

una modernización y adquirieron una orientación educativa ; mientras que el segundo lo ubica entre 1960

y 1980, acompañado de la revolución científica y el surgimiento de la denominada Nueva Museología,

que pone énfasis en la función socioeducativa del museo.

Entonces podríamos preguntarnos ¿qué se entiende por Museología? El texto “Conceptos fundamentales

de la Museología, puesto a nuestra disposición por el ICOFOM , incluye cinco acepciones. No es

propósito listar aquí estas y otras definiciones cuyo valor radica en que son aproximaciones muy valiosas

al concepto y que tienen coincidencias y desacuerdos. Prefiero, por tanto, no acogerme a ninguna y

formular una tomando de muchas, y la expreso del siguiente modo: ciencia social que estudia la relación

del hombre con la realidad expresada por medio del objeto, en el escenario del museo, ubicado en un

contexto, la comunidad. Stransky (1980) en su definición habla “del hombre ubicado en el seno de la

sociedad” . Como este es un concepto muy amplio, utilizo el de comunidad que es donde se produce el

contacto directo.

Hechas las valoraciones históricas y conceptuales anteriores, acerquémonos a la comarca que es objeto

de nuestra atención. El fomento de la Museología en Holguín, después del triunfo de la revolución, tiene

un vínculo directo con la creación de diversos tipos de museos; de hecho, esas entidades constituyen la

base institucional en la que debe asentarse la aplicación de la ciencia. Pero no es una condición “sine qua

non” la existencia de aquellos para el fortalecimiento de esta; antes bien, debe haber un trabajo práctico

que implemente los conceptos museológicos, además de la necesidad de técnicos y especialistas que, no

solo ejecuten tareas, si no que tengan una conciencia de esa aplicación, de modo que genere nuevas

concepciones teóricas, o sea, un pensamiento museológico que contribuya a enriquecer a la Museología.

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Un criterio que guarda correspondencia con los planteos anteriores es el que sustenta el especialista

venezolano Juan Carlos Linarez; él asegura que hay una relación entre el desarrollo de la Museología

como ciencia y la necesidad de profesionalización de la actividad museística . Esto es, para que se

produzcan avances científicos en esta, como en otras ramas de la ciencia, tiene que haber un cuerpo de

especialistas que trabajen a tiempo completo en esta actividad y amen la labor que desempeñan.

El coleccionismo es el soporte donde descansa la formación de la disciplina museológica. La primera

referencia de esa labor en territorio holguinero se remonta al siglo XIX, cuando los españoles,

triunfadores del ataque mambí a la ciudad y posterior sitio del edificio de La Periquera ---octubre-

diciembre de 1868---, acordaron en reunión del Cabildo, efectuada en febrero de 1869, recolectar piezas

vinculadas a aquel suceso, con el “/…/ fin de perpetuar de una manera digna la inmarcesible gloria

ganada por la Ciudad de Holguín en la heroica defensa hecha contra los revolucionarios, /…/” . No queda

constancia documental del resultado final de aquel acuerdo; pero una conclusión podemos sacar:

aquellas personas conocían la función propagandística que podía alcanzarse con una exposición de esas

piezas y la repercusión ideológica que tendría en quienes la visitaran. Ello se deduce del fragmento citado

y de la lectura del acta.

Lo narrado anteriormente no tiene una conexión directa con lo ocurrido en el siglo XX. El coleccionismo

de esta etapa creó una tradición que perdura hasta hoy. El primero en iniciar esa labor en nuestra región

fue Eduardo García Feria, quien comenzó sus colectas por los objetos arqueológicos a instancias de su

amigo, el maestro Francisco García Grave de Peralta, residente en Puerto Padre . Luego las continuó con

objetos históricos y especímenes de la naturaleza. Su hijo, José A. García Castañeda, siguió sus pasos y

amplió sus horizontes de colecta hacia la Numismática, Vitolfilia y Filatelia, en la que logró alcanzar

premios nacionales e internacionales. Ambos ---padre e hijo--- llegaron a poseer una de las colecciones

de arqueología y de moluscos más importantes del país.

Pero no fueron los únicos. El interés coleccionista extendió su contagio hacia lugares como Gibara,

Banes, Antilla, Báguanos, San Germán, Mayarí y otros poblados de la actual provincia, y esas personas

lograron reunir piezas de las materias antes mencionadas. Se podría realizar una larga lista de nombres;

pero de entre ellos, algunos muy destacados, sobresalen dos: Joaquín Fernández de la Vara, con una

valiosa colección de historia natural, en Gibara, y Orencio Miguel Alonso, poseedor de una formidable

colección arqueológica, en Banes. Un elemento que caracterizó a la mayoría de los coleccionistas de esta

zona fue su interés por mostrar el fruto de sus esfuerzos a los residentes de las localidades donde ellos

vivían, cosa que hicieron en vidrieras de tiendas o vitrinas que mandaron a construir al efecto; además,

ejecutaron acciones de documentación y de conservación de sus piezas. En esas tareas, muchas de ellas

espontáneas o sugeridas por algún especialista en las materias específicas, estaba el germen de la

disciplina museológica. Esos dos coleccionistas mencionados lograron ver cumplidos sus sueños, tras

producirse el triunfo de la revolución.

El caso del dúo García Feria-García Castañeda, merece volver sobre él para valorarlo más amplia y

detenidamente, porque es en ese par donde se encuentran los antecedentes fundamentales de la

Museología en Holguín.

Eduardo García Feria era maestro de profesión, documentó su colección arqueológica con tanta

precisión, que le permitió a la investigadora Silvia T. Hernández afirmar: “La colección García Feria fue

ordenada científicamente, con sus números de catalogación, área de procedencia, descripción de las

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piezas atesoradas. Es decir que cumplía con todos los requisitos para denominarla como parte de un

coleccionismo enciclopédico.” Como la colección de la que se exponen esos criterios estaba formada en

1922, ello nos permite asegurar que García Feria es el precursor de la Museología holguinera y suponer

que es uno de los que la promovieron a nivel de país.

Pero no fue solo esa labor. El maestro buscó una vía que les permitiera a sus alumnos y otros

interesados relacionarse con los objetos que él atesoraba, y fundó un museo en su propia casa. Todo

parece indicar que esto sucedió en 1930, en ocasión de ocurrir la Primera Exposición Agrícola, Industrial

y Arqueológica de Holguín, en la que García Feria exhibió un grupo de objetos bajo el título de Museo

Siboney . Esta suposición se sustenta en la carta que el científico Carlos Guillermo Aguayo le envió,

donde le plantea su intención de “/…/ contribuir con un grano de arena al incremento de su admirable

museo” . Este gesto también valdría para considerarlo un precursor junto a Emilio Bacardí y Oscar María

de Rojas; pero a esa actuación tendríamos que añadirle que ofreció visitas dirigidas a estudiantes de las

escuelas locales que allí acudían; una alumna del colegio Montesinos dejó constancia de la realizada el

27 de marzo de 1941: “Después de toda la explicación del señor Eduardo García Feria explicándonos

objeto por objeto y su significación, hizo uso de la palabra el profesor de Historia de nuestro colegio quien

empezó dando las gracias al señor Feria por la bondad de mostrarnos su museo /…/” . Esto quiere decir

que convirtió a su museo en un centro eficaz en función de la enseñanza, a la que sirvió de complemento,

pero utilizando las herramientas museológicas.

Mas, sus aportes a esta ciencia desde Holguín no se detuvieron en las visitas guiadas. García Feria, con

la colaboración de su hijo José Agustín, publicó los resultados de las investigaciones acometidas por su

museo, de los hallazgos y de piezas arqueológicas contenidas en su colección. Esta labor la ejecutó

desde los años 30 del siglo XX, ello significa que en fecha tan temprana desplegó una actividad que

varios lustros más tarde se conoció como comunicación museal .

No obstante lo dicho, es en las concepciones de José A. García Castañeda, donde se encuentran

fundamentos más profundos del pensamiento museológico holguinero posterior. Nacido el 22 de

septiembre de 1922, bajo el signo de la república, creció rodeado de objetos arqueológicos que su padre

clasificaba y catalogaba con interés científico. El proceso de formación y maduración de quien desde niño

sus familiares y amigos comenzaron a llamar Pepito, tuvo ese incentivo que lo inclinará inicialmente hacia

el coleccionismo del patrimonio natural, por lo cual en 1927 se plantea el propósito de fomentar un museo

de historia natural . Antes, en 1926, había participado en su primera excavación de un sitio aborigen, en el

Cerro de Yaguajay, y a partir de 1927 se dedica al trabajo de campo para que su padre realice el de

mesa.

La participación de García Castañeda en la actividad museológica, vinculado a su padre, tiene su punto

de partida con la muestra de piezas aborígenes en el denominado Museo Siboney, en abril de 1930. Es

de suponer que la experiencia adquirida durante años de trabajo con la colección y museo García Feria,

le posibilitó estructurar sus concepciones museológicas, las que dejó plasmadas en el folleto “Cómo

lograr la efectividad de la labor educativa encomendada a los museos” . Claro está que la sola práctica

cotidiana en el seno de una institución museal no puede ser suficiente para conformar una teoría. A

nuestro modo de ver hay varios factores que debieron estar presentes y se le añaden al anterior: las

visitas que hizo a diferentes coleccionistas y museos cubanos; los contactos que él sostuvo con

coleccionistas extranjeros, principalmente norteamericanos, algunos de los cuales laboraban en museos;

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además, en la segunda y tercera década de ese siglo se publicaron en Cuba tres textos que hablaban

sobre las posibilidades de los objetos museables en la enseñanza de la historia; aunque ninguno propuso

una metodología coherente en ese sentido, alguno de esos libros pudo llegar a las manos de José

Agustín, sobre todo el que escribió su amigo, el coleccionista pinareño Pedro García Valdés .

Ahora bien, se debe agregar que García Castañeda tiene una formación universitaria. Se graduó de

Abogado y Notario en 1923, en la Universidad de La Habana; investigó la historia holguinera y cubana,

cuyos resultados dejó plasmados en varios libros; en ellos algunos estudiosos locales ven la influencia del

positivismo, en virtud de que su obra es básicamente descriptiva. No obstante, cuando se leen

detenidamente sus escritos, se puede apreciar cierta inclinación sociológica, en el sentido de tratar de

entender el ser holguinero. Ello podría explicarse porque el positivismo en sus orígenes “/…/ se va a

empeñar en comprobar y fijar leyes, aún en los conocimientos sobre el hombre, y funda una nueva

ciencia, la sociología, /…/ , cuyo propósito era el de reformar la sociedad; y, evidentemente, para

transformarla hay que conocerla y, aún más, hay que entenderla.

Precisamente, el museo moderno nace con esa vocación transformadora a través de la transmisión de

información y conocimiento, producto de una conciencia educativa. Y, como se ha expresado al inicio de

este trabajo, los dos momentos más importantes en la formación y consolidación de esta ciencia tienen

como objeto la función educadora de esta institución.

De tal suerte, el doctor García Castañeda se percata de esta proyección del museo y deja constancia de

ello en el folleto recién aludido. Allí afirma: “Siendo su finalidad, un método efectivo y práctico de

enseñanza popular, es necesario, /…/ transformarlos de almacenes de antigüedades en centros de

enseñanza popular, lo que se obtendría al unir ambos conceptos, exhibición de ejemplares, estudio de los

mismos /…/ Es válido destacar el hincapié que hace en la “enseñanza popular”, porque es precisamente

en el pueblo donde radica la tarea transformadora de este centro cultural. Y esta idea la concluye

magistralmente al expresar: “/…/ los museos constituyen uno de los más poderosos medios de que

pueden valerse los gobiernos para la enseñanza popular /…/”

Esta función educativa tiene su complemento en el especialista. El profesor José Agustín logra entender

que es en este trabajador donde radica la esencia de esa labor; es por ello que le dedica un fragmento de

su escrito para caracterizar a esta persona: “Los conservadores de Museos /hoy en Cuba los nombramos

museólogos/ deben ser no sólo capacitados sino entusiastas de la labor cultural a ellos encomendada;

deben conocer perfectamente los objetos exhibidos y poder informar, en todo momento sobre los mismos,

a más de la cultura general que se supone debe poseer, deber saber seleccionar la forma de exhibición

de ejemplares y de que estos produzcan, tanto de la vista del ejemplar como del estudio de su etiqueta,

una labor efectiva en los conocimientos del mismo; /…/ . Solo es preciso subrayar la visión de perfil

amplio que le otorga a este técnico, el que debía estar preparado en todas las tareas que se ejecutan en

estas instituciones, incluyendo conocimientos de museografía. Estas son exigencias que deben cumplir

en la actualidad nuestros museólogos.

García Castañeda escribió sobre otros temas relativos a la Museología y en sus observaciones pudo

darse cuenta de la responsabilidad que tienen los gobiernos en la manutención de los museos, en virtud

de ello critica que en la Cuba republicana estas instituciones no se atiendan como es debido. Pero va aún

más lejos al señalar que los gobiernos de turno “/…/ no procuran sostener los ya creados /…/,

/considerándolos/ como dependencias políticas, designando a sus conservadores y empleados de

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acuerdo con sus intereses políticos /…/”

No obstante, quizás el planteamiento más revolucionario que hace este promotor cultural está en la

siguiente idea: “Es necesario que cada municipalidad tenga su museo, el que debe ser regional antes que

general, y en los que se exhibirán no solo los ejemplares zoológicos de la región, como es costumbre,

sino sus productos agrícolas e industriales, sus minerales y rocas, su desenvolvimiento histórico,

recuerdos de sus benefactores, etc., de manera que ellos en si abarquen el más completo estudio de la

región. /…/ .

A ningún conocedor de estos temas se le escapará la similitud de estos planteos con lo recogido en la

Ley No. 23 que aprobó, en 1979, la creación de los museos municipales a lo largo de todo el país . Lo

que si le asombrará que lo propuesto por este profesor esté publicado en 1945, o sea, 34 años antes de

aprobarse la Ley, la que solo pudo convertirse en realidad porque la revolución había triunfado en 1959.

Si aceptamos que el desarrollo de la ciencia museológica se produjo en los dos períodos propuestos por

Van Mensch presentados al inicio de este trabajo, podríamos afirmar sin temor a exagerar que el

pensamiento de García Castañeda se ubica en un momento de tránsito y, aunque desconocido, es un

antecedente de la Nueva Museología.

Lo valorado anteriormente lo podemos catalogar como los antecedentes de la Museología holguinera. El

triunfo de la revolución significó un cambio sustancial en todas las esferas de nuestra sociedad. En virtud

de ello, una cosa queda clara cuando se estudia la formación de las instituciones museales en Holguín: el

museo es un fenómeno de la revolución. Este tiene su sustento en la Campaña de Alfabetización y las

posibilidades educacionales, culturales y científicas que ella abrió. Todas, en un proceso recíproco, sirven

de sustento para el avance económico y este impulsa el desarrollo de aquellas.

En el caso que nos ocupa, la base institucional comenzó a fraguarse desde la década del 60; de ahí que

el auge de la museología holguinera pueda dividirse en dos períodos: 1964- 1983 y 1983 a la actualidad.

Partamos, pues, de la evaluación de aquellos sucesos. En el período inicial se fundaron en el territorio

holguinero varios museos. El primeo de ellos ocurrió en la ciudad de Holguín ---22 de julio de 1964---, y

estuvo protagonizado por un grupo que se autodenominaba Jóvenes arqueólogos, liderado por Milton

Pino. En esa asociación coincidieron personas que los unía el interés coleccionista en torno a la

Arqueología y las Ciencias Naturales; dos de ellos ---Milton y Nilecta Castellanos--- llegaron a ser

destacados arqueólogos y un tercer miembro ---Pedro Pérez--- fue director del Museo de Historia Natural

y un activo participante de la Sociedad Espeleológica de Cuba. Los tres fueron integrantes sobresalientes

de ese equipo.

El museo Guamá, que así se denominó, comenzó exhibiendo objetos arqueológicos y de historia natural,

pero muy pronto se vio obligado a mostrar piezas históricas, merced a la urgencia que tenía la sociedad

holguinera de ampliar su cultura, pues ya poseía una biblioteca pública, se había alfabetizado durante la

campaña nacional y el cuartel de la tiranía se había convertido en escuela.

Del esfuerzo desplegado para abrir el museo arqueológico Baní ---28 de noviembre de 1965--- en Banes,

se podría relatar una historia semejante; solo se diferencia en que en este caso es un hombre solo, que

no es joven de edad, pues había nacido en 1911, por lo que en la fecha de la apertura tenía 54 años,

aunque si es joven de espíritu. Orencio Miguel Alonso, relojero de profesión y coleccionista por vocación,

es este hombre que pone su colección al servicio público y su propósito tomó cauce por el interés del

gobierno revolucionario de crear museos arqueológicos, expresado a través de Celia Sánchez, quien

Page 188: HISTORIA REGIONAL ENSAYOS HOLGUINEROS

encargó a Antonio Núñez Jiménez y José guarch del Monte para dar cumplimiento a aquella tarea; todo

esto estuvo apoyado por las autoridades de Banes.

El museo de Historia Natural de Gibara, abierto al público el 30 de diciembre de 1966, tuvo parecida

gestación; su principal promotor, Joaquín Fernández de la Vara, había comenzado una colección de esta

especialidad en 1932, tras su regreso de Estados Unidos a donde había ido a estudiar y prolongó su

estancia alrededor de 15 años. Su objetivo de fundar un museo con aquella colección resultó infructuoso

durante la república burguesa, pero logró alcanzarlo solo después del triunfo de la revolución. Entonces

coincidieron los intereses culturales y científicos de Fernández de la Vara, la voluntad política de los

gobernantes de aquella ciudad y las ansias culturales de los gibareños, cuyo resultado fue un montaje de

especies de la fauna en sus medios naturales.

Casi dos años y medio más tarde ---31 de mayo de 1969---, abría sus puertas el museo de Historia

Natural de Holguín, en el edificio ecléctico que había servido de sede a la Colonia española. Para lograrlo

muchas voluntades se habían juntado: el grupo científico García Feria, formado por jóvenes aficionados a

la arqueología y liderados por Hiram Pérez Concepción, el importante coleccionista José A. García

Castañeda, así como personalidades políticas y del gobierno en el territorio: Gaspar Carballido, secretario

del Partido y Alfonso Quintián, Presidente del Poder Local. Para el montaje de la exposición utilizaron

vitrinas de las tiendas intervenidas durante la Ofensiva Revolucionara; con ello demostraron que era

posible adaptar la muestra a las características de las vitrinas.

La idea de crear un museo de arte en el edificio donde residió la familia Beola fue de Rigoberto Torres

Torres, que había sido coordinador del cultura en Gibara en el año 1963. Nueve años tuvieron que

esperar los gibareños para ver materializado este sueño el 25 de julio de 1972. Para su realización

juntaron sus voluntades Antonio Lemus Nicolau, principal protagonista y Francisco Míguez Chávez,

director de cultura en esa época; tuvieron el apoyo de las autoridades locales y de la antigua región e,

incluso de la provincia de Oriente, al enviar al especialista Dr. Francisco Prat Puig.

La apertura de los museos Provincial ---1976---, del Deporte y Casa Natal ---1979---, se debió a la

conjunción de esfuerzos de personas, voluntades políticas y condiciones socioeconómicas propicias. Con

el montaje del museo provincial colaboró el entonces Centro Nacional de Patrimonio, que encargó al

arquitecto José Linares para que realizara el proyecto museográfico de la exposición, sobre la base de un

guión preparado espontáneamente, sin ninguna experiencia en esas lides por parte de los técnicos

Rigoberto González, Andrés Ramírez y el autor de este artículo

El Casa Natal recibió el respaldo, para el diseño museográfico de la Oficina que dirigía Arturo Duque de

Estrada en Santiago de Cuba; el guión había sido elaborado por técnicos holguineros. En el caso del

museo del Deporte, los guiones museológico y museográfico fueron concebidos por trabajadores del

museo provincial.

El surgimiento de los museos municipales se puede considerar, para el caso holguinero, ubicado en lo

que Lenin definió como la “divisoria” de épocas históricas . La creación de estas instituciones, que duró

poco más de un año ---finales de 1981 a principios de 1983---, cerró el ciclo de fundación de museos

sobre bases empíricas e inició la etapa en que comenzaron a aplicarse las herramientas teóricas y

prácticas que ofrecía la recién abierta Escuela Nacional de Museología. En esta tarea se ejercitaron los

conocimientos sobre guión museológico, aplicados en la preparación de este documento para los 13

museos municipales que abrieron sus puertas en ese lapso de tiempo; sin embargo, la información

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museográfica era mucho más elemental, de tal suerte, lo empírico y lo experimental, lo intuitivo y lo

espontáneo primaron en el diseño de los soportes de la exposición y en el despliegue museográfico.

En el segundo período ---comienza precisamente con la creación de los museos municipales---, aunque

se fundaron algunas instituciones museales, lo que se destaca son los estudios de corte teórico

abordados por algunos especialistas, los que devinieron en propuestas metodológicas para las

investigaciones de colecciones, modificaciones conceptuales en la elaboración de los guiones

museológicos, una constante participación en eventos especializados para presentar sus resultados y una

importante labor docente con el fin de elevar el nivel científico de los técnicos y especialistas. Merced a la

labor de sus museólogos, la Museología holguinera es considerada como una de las que ha hecho

aportes sustanciales a esta ciencia social en Cuba.