Historia Del Correo y El Telegrafo

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Correo, viene de correr y se remonta a épocas en que los portadores de nuevas eran verdaderos atletas, dedicados a llevar y traer noticias y documentos para la nobleza, casta sacerdotal y preferentemente, para los militares, donde la información que trasmitían era de vital importancia logística para el movimiento de sus tropas. No es posible, so pena de faltar a la verdad, afirmar o proporcionar datos concretos sobre los orígenes del correo, porque todo lo que se dijera al respecto sería subjetivo y basado más en la tradición y la leyenda que en hechos concretos. La institución del sistema de correos y en especial, el surgimiento y establecimiento de las "postas" que marcaron los inicios de la prestación misma del servicio, aparecen en Europa, de manera incipiente a fines del siglo XIV y principios del XV. El término de "Postal", utilizado por todos los servicios de correos del mundo e incluso por la Unión Postal Universal, tiene su origen en el uso generalizado del caballo, como medio de transporte indispensable para el traslado de la correspondencia de una ciudad a otra y, en el recorrido de esas distancias se encontraban las postas, lugares donde estaban a disposición de los jinetes y/o carruajes, cabalgaduras frescas para continuar la jornada. A esta especie de corrales o caballerizas que concentraban a un buen número de caballos para el relevo oportuno y en donde se les proveía de agua, forrajes y granos para su alimentación y descanso, se les conoció como "postas" nombre de origen latino que significa: lugar o puesto donde están los caballos. Al paso del tiempo, con el crecimiento de la demanda del servicio de correos, de manera paralela a las postas, fueron haciendo su aparición pequeños mesones u hosterías donde se podía tomar alimentos y pernoctar, además de convertirse en lugares propicios para entregar y recibir correspondencia; de ahí los títulos de "Correo Mayor de Hostes y Postas" que posteriormente fueron dados a las personas que ejercían la función del correo. En esta época, el servicio de correos, era una empresa de carácter privado y estaba destinada a comunicar a la nobleza, a las altas jerarquías de la iglesia, al ejército y a la naciente clase adinerada de comerciantes. Con los años, el correo, privilegio de reyes, se fue extendiendo a todas las capas sociales y se popularizó como un servicio confiable que va de la mano con el afianzamiento de las lenguas romances como el español, el francés, el italiano, el portugués, el rumano; las de origen Germánico como el alemán, el inglés, el flamenco, el sueco y el holandés; y las de origen Eslavo como el ruso, el servio-cróata, el eslovaco, el checo y el polaco, por citar las más conocidas; así como con

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Correo, viene de correr y se remonta a épocas en que los portadores de nuevas eran verdaderos atletas, dedicados a llevar y traer noticias y documentos para la nobleza, casta sacerdotal y preferentemente, para los militares, donde la información que trasmitían era de vital importancia logística para el movimiento de sus tropas. No es posible, so pena de faltar a la verdad, afirmar o proporcionar datos concretos sobre los orígenes del correo, porque todo lo que se dijera al respecto sería subjetivo y basado más en la tradición y la leyenda que en hechos concretos.

La institución del sistema de correos y en especial, el surgimiento y establecimiento de las "postas" que marcaron los inicios de la prestación misma del servicio, aparecen en Europa, de manera incipiente a fines del siglo XIV y principios del XV. El término de "Postal", utilizado por todos los servicios de correos del mundo e incluso por la Unión Postal Universal, tiene su origen en el uso generalizado del caballo, como medio de transporte indispensable para el traslado de la correspondencia de una ciudad a otra y, en el recorrido de esas distancias se encontraban las postas, lugares donde estaban a disposición de los jinetes y/o carruajes, cabalgaduras frescas para continuar la jornada.

A esta especie de corrales o caballerizas que concentraban a un buen número de caballos para el relevo oportuno y en donde se les proveía de agua, forrajes y granos para su alimentación y descanso, se les conoció como "postas" nombre de origen latino que significa: lugar o puesto donde están los caballos.

Al paso del tiempo, con el crecimiento de la demanda del servicio de correos, de manera paralela a las postas, fueron haciendo su aparición pequeños mesones u hosterías donde se podía tomar alimentos y pernoctar, además de convertirse en lugares propicios para entregar y recibir correspondencia; de ahí los títulos de "Correo Mayor de Hostes y Postas" que posteriormente fueron dados a las personas que ejercían la función del correo.

 En esta época, el servicio de correos, era una empresa de carácter privado y estaba destinada a comunicar a la nobleza, a las altas jerarquías de la iglesia, al ejército y a la naciente clase adinerada de comerciantes. Con los años, el correo, privilegio de reyes, se fue extendiendo a todas las capas sociales y se popularizó como un servicio confiable que va de la mano con el afianzamiento de las lenguas romances como el español, el francés, el italiano, el portugués, el rumano; las de origen Germánico como el alemán, el inglés, el flamenco, el sueco y el holandés; y las de origen Eslavo como el ruso, el servio-cróata, el eslovaco, el checo y el polaco, por citar las más conocidas; así como con el desarrollo de la imprenta y el uso de la palabra escrita como medio de comunicación.

En virtud de la necesidad inherente de comunicarse del ser humano, podríamos señalar que el correo se remonta a los orígenes mismos de la civilización, pero hablar de éste, como se entiende en la actualidad, sólo lo podemos hacer a partir del siglo XV y XVI, cuando el emperador Maximiliano I de Alemania, nombra a Francisco Gabriel de Tassis, Conde de Valsanima, "Maestro Mayor de Hostes, Postas y Correos de todos mis Reinos y Señoríos" y posteriormente su nieto, Carlos I de España y V de Alemania, lo confirmó en el cargo.

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Después, es el mismo Carlos V, quien lleva a la Corte de Toledo, a los descendientes de Francisco Gabriel de Tassis y los establece también como los Correos Mayores del Imperio Español. Antes de esto, en la Edad Media, existen testimonios del primer correo de a caballo en Francia, durante el reinado de Luis XI, en 1476, que posteriormente se conocen como las famosas "estafetas". Estafeta viene del italiano "staffa" que significa estribo, de donde se deriva "staffetta" que en español se conoce como relevo. Las estafetas eran pues, los correos de a caballo.

En el México precortesiano, especialmente en el Estado Culhua-Mexica, conocido por la tradición como Azteca, y cuya sede era la Ciudad de Tenochtitlán, tenían tres tipos de mensajeros: los painanis, los yciucatitlantis y los tequihuatitlantlis. Los painanis, que aunque trasmitían información, en estricto sentido su oficio era mas bien de tipo religioso y ceremonial, ya que como emisarios del Dios Paynal, mensajero de Huitzilopochtli, pregonaban el advenimiento de las Guerras Floridas. Los yciucatitlantis, mensajeros que llevaban datos urgentes, como fue el caso de comunicar a Tenochtitlán la llegada de los españoles. Y los Tequihuatitlantlis, mensajeros con cierto grado de jerarquía en el ejército, que informaban sobre el desarrollo de la guerra o la suerte de alguna batalla. Todos estos mensajeros pertenecían al ejército y de manera fundamental se ubicaban en las fortalezas militares construidas en forma de montículos denominadas "Techialoyan", edificadas en las fronteras de guerra, que servían además como puestos de vigilancia y límites territoriales. Esta organización de mensajeros, mezcla de espías, guerreros y seudocomerciantes, nunca constituyeron un sistema de correos; sino, como en todos los pueblos mesoamericanos, eran parte de la logística y estrategia de la guerra. Los painanis, mensajeros del dios Painal, cuya definición etimológica es la de "el corredor veloz" o "el de los pies ligeros" y en vez de transmitir mensajes, en estricto sentido, su oficio era religioso y ceremonial, ya que pregonaban el advenimiento de las Guerras Floridas. Hay que entender que painal representa en la mitología azteca, la diligencia necesaria en la movilización de los ejércitos.

Iniciada la conquista, a la caída de Tenochtitlán, el 13 de agosto de 1521, los españoles se dedican a consolidarla, iniciando importantes viajes de descubrimiento y colonización propiamente, tanto hacia el norte como hacia el sur y a occidente. Durante un periodo de 59 años, en el recién establecido Virreinato de la Nueva España, no existió la institución del correo como tal y todo se manejaba a partir de mensajeros particulares, oficio que recaía generalmente en miembros del ejército, no obstante que al Dr. Lorenzo Galíndez de Carvajal, le había conferido el 14 de mayo de 1514, Carlos I, el oficio de "Correo Mayor de las Indias, Islas y Tierra Firme del Mar Océano descubiertas y por descubrir".

Es realmente durante la época del virreinato, cuando Felipe II, mediante un decreto expedido el 31 de mayo de 1579 en

el Palacio de Aranjuez, nombra "Correo Mayor de Hostas y Postas de Nueva España", a don Martín de Olivares, al cual da posesión de su cargo el Virrey don Martín Enríquez de Almanza, el 27 de agosto de 1580.

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El correo novohispano en sus inicios, concebido como una empresa privada, considerado un oficio "vendible y renunciable" permanece por espacio de 187 años en manos de particulares. Con la instauración de las Reformas Borbónicas en todo el imperio español, el servicio de correos, que hasta ese entonces estaba concesionado sobre la base de Mercedes Reales, pasa a ser una función prioritaria de la Corona Española y toca a don Antonio Méndez Prieto y Fernández, último Correo Mayor, entregar al Estado, el 1º de julio de 1766, el Oficio.

Durante todo el periodo de la Colonia, de manera paralela al surgimiento de las grandes

ciudades, centros mineros, portuarios y zonas agrícolas, el sistema de correos se va implantando a todo lo largo y ancho de Nueva España y se establecen las primeras rutas postales a la Nueva Galicia, al Nuevo Reino de León, a la provincia de Antequera, al Real de Zacatecas, a la Nueva Vizcaya y a las distantes Californias, siguiendo las rutas originales de los caminos reales y de herradura. Las Ordenanzas de Correos de 1762, establecieron el uso de los "buzones", puestos en todas las hijuelas y veredas de las diferentes rutas postales; y consignan, por primera vez en la historia del correo, la figura del cartero, personaje imprescindible en el medio urbano, como parte del surgimiento de las grandes ciudades.

"No pudiendo despacharse las cartas al público enteramente por la reja de los oficios (buzones) -dicen las mencionadas Ordenanzas- a causa de no acudir sus dueños a sacarlas, se ha hecho preciso destinar sujetos determinados, que las lleven a las casas, los cuales se llaman carteros." Al parecer, según relatos de la época, el primer cartero de oficio en la Nueva España, se llamó Joseph Lazcano y era su obligación anotar los cambios de domicilio, indagar los nuevos y dejar las cartas en manos del destinatario, salvo que conociera a sus parientes y criados. Cuando la carta era certificada, recogía el recibo y lo entregaba al administrador. Toda correspondencia debía repartirse en un plazo de doce horas. Las Ordenanzas de 1762, señalaban como motivo de despido el retraso en el reparto y la modificación al precio marcado en la envoltura. Por lo demás, de acuerdo con lo dispuesto en las mismas, Lazcano obtenía, para él, un cuarto de real de sobre porte por cada carta entregada.

Es conveniente mencionar que durante este periodo se establece el correo marítimo entre tres continentes: Europa, América y Asia; ya que la "Nao de China" comunicaba a Manila con el puerto fluvial de Sevilla, donde se asentaba la Casa de Contratación de Sevilla, a través de su paso por Acapulco, la Ciudad de México y Veracruz. En esta época, Carlos III, expide la Real Ordenanza del Correo Marítimo el 26 de enero de 1777, modelo de todo un avanzado sistema de correos que compendía toda la normatividad existente en esa época y consigna que el sistema de correos español cuente con su propia flota de bajeles que tenía su sede en el puerto de La Coruña y desde ahí, se planeaban los viajes a la Habana, Veracruz, Cartagena de Indias, Mar del Plata, Valparaíso e incluso hasta Manila. Es tal la especialización y minucia de esta ordenanza, que además de encargarse de todos los aspectos operativos y administrativos, en los que contempla un sistema de retiro y pensiones para los empleados del correo, hace serias recomendaciones para la navegación sobre el río de la Plata, entre Montevideo y Buenos Aires, debido a la aparición de bajos y bancos de arena durante los meses de diciembre y enero. Este documento elaborado después de exhaustivas investigaciones y análisis en todos los tópicos que aborda, fue coordinado por don José Gálvez, Marqués de Grimaldi, quien estaba al frente de la Superintendencia General de Correos y Postas, con sede en Madrid. Posteriormente, las

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Ordenanzas de Correos de 1794 establecieron toda la normatividad del sistema de correos en el Imperio Español, y gran parte de estas disposiciones continuaron vigentes en el México independiente, hasta el 31 de diciembre de 1883, antes de publicarse el Primer Código Postal, de 1884.

Durante la Guerra de Independencia, el correo jugó un papel primordial. La red postal -que tenía una extensión de casi veinticinco mil kilómetros y contaba con 401 oficinas atendidas por 901 trabajadores-, tan sólo en el año de 1801, movió un millón cien mil piezas. En las valijas postales, a pie, a caballo o en carreta, viajaron por todo el territorio, de manera escrita, el sentimiento de libertad y los planes de conspiración que dieron origen al México Independiente. Tal era la fuerza comunicativa del correo que, en 1812, el virrey, don Félix María Calleja, ordenó abrir toda la correspondencia en los pueblos donde se sospechaba que vivían insurgentes, lo que motivó a los simpatizantes de la Independencia a desarrollar sus propios correos.

Al consumarse la Independencia del país el 27 de septiembre de 1821, a escasos 42 días, el 8 de noviembre, la Junta Provisional de la Regencia establece que la Dirección General de Correos, dependerá de la Secretaría de Estado y del Despacho Universal de Relaciones Interiores y Exteriores, así como de Gobernación; y especifica que el correo subsistiría con los emolumentos que obtuviera por prestar el servicio. El 11 de febrero de 1822, es nombrado, por la misma Junta Provisional de la Regencia, don José María Beltrán, como Administrador General de Correos, cargo en el que sustituye al Señor Andrés Mendívil de Amirola, quien se encontraba al frente del correo en la transición de la época colonial a la independiente. El 8 de diciembre de 1824, durante el gobierno de don Guadalupe Victoria, se establece que la "Renta de Correos" pase a depender de la Secretaría de Hacienda, a la cual permaneció adscrita hasta 1891, año en que pasó a ser parte de la recién creada Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas.

Durante 67 años el correo fue considerado importante renta del estado, debido a los ingresos que por este concepto generaba. Al dejar de considerársele como tal pasa a ser reconocido, independientemente de los ingresos que generase, como un servicio público y el organismo adquiere el rango de Dirección General a partir del primero de julio de 1901. Es importante hacer notar que en esta época, la Historia del Correo Mexicano fluctúa y sufre los altibajos del convulsionado Siglo XIX, dadas las luchas internas por el poder y las distintas guerras de intervención de que fue objeto el país.

De un día para otro, lo que era Dirección General de Correos, pasaba a ser Administración General de Correos, mediante la firma de un decreto o un comunicado; el correo cambiaba de estructura y de nombre constantemente, sin interrumpir jamás su función estratégica de prestador de servicios para la sociedad.

Durante todo este período, al igual que todos los correos del mundo, el correo mexicano crece y se enlaza a la red postal mundial, al ritmo del desarrollo de la naciente revolución industrial que plantea nuevos retos a todas las administraciones postales existentes y hace necesario actualizar de manera permanente los sistemas administrativos, operativos, así como ampliar y mejorar las rutas.

En 1840, es Rowland Hill quien encabeza toda una serie de innovaciones postales en Gran Bretaña, al establecer que el pago de la correspondencia y envíos, debería hacerlo el remitente y no el destinatario, implantando un pago único y general en cada país; derivándose como consecuencia de esto, el uso de la estampilla postal, que aparece por primera vez en Inglaterra y ostenta el perfil de

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la joven Reina Victoria, con valor facial de un penique, conocido en la historia como el "penny black", con el que se inicia la afición a la Filatelia, considerada hoy en día toda una disciplina que sintetiza y agrupa una serie de consideraciones artísticas, culturales y científicas, que proporcionan a la vez una visión integral de la vida, usos y costumbres de un país.

En México, dieciséis años después, en el gobierno del Presidente Ignacio Comonfort, se estableció mediante decreto del 21 de febrero de 1856, la impresión de las primeras estampillas postales, mostrando la efigie de don Miguel Hidalgo y Costilla, mismas que se pusieron en circulación el primero de agosto de ese mismo año. El diseño y grabado, realizados en una placa de cobre, técnica conocida como huecograbado, estampado sobre papel blanco unido, de diversos gruesos, son obra de don José Villegas, hábil y célebre dibujante, Jefe de la Oficina del Sello de Estampas e Impresos del Gobierno.

La estampilla original fue impresa en hojas de sesenta ejemplares, cada una en diez hileras de a seis, para recortar a mano con tijera. El busto de Hidalgo se enmarca en un óvalo orlado; en la parte superior tiene la leyenda "Correos Méjico" y al calce su valor facial: medio, uno, dos, cuatro y ocho reales. En su impresión se utilizaron tintas azules, naranja, verde, rojo y lila, respectivamente para diferenciar el precio.

Los términos timbre, sello y estampilla, se utilizan indistintamente para denominar a este pequeño trozo de papel, que adherido a la carta, valida el pago y hace llegar a todo el mundo un mensaje de buena voluntad y amistad del país que lo emite.

En México, como en la gran mayoría de los miembros de la Unión Postal Universal, se acepta por consenso el término "estampilla", que se diferencia de la denominación "timbre", de origen francés y connotación fiscal, así como la de "sello" utilizada en España y que en nuestro país corresponde más a una marca de acero o goma, que se coloca sobre la carta con la fecha de envío o recepción.

Dos cosas cambiaron para siempre el concepto de la carta: la invención del sobre en 1830 atribuida a un librero inglés de apellido Brewer y la aparición de la estampilla postal en 1840, porque a partir de esta última fecha, la historia del uso de las cartas se divide en época prefilatélica y época filatélica.

En el año de 1857, al promulgarse la primera Constitución Liberal de México, se reafirma el hecho de que el servicio de correos es y seguirá siendo una atribución del Estado y se toman las medidas necesarias para fortalecerlo y facultarlo a realizar convenios internacionales bilaterales, que facilitaran el libre tránsito de la correspondencia hacia otros países.

A partir de la segunda mitad del siglo XIX, al consolidarse los avances tecnológicos en materia de transportes, especialmente con el ferrocarril y los barcos de vapor, las reformas postales

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promovidas por Rowland Hill, cobraron mayor importancia y exigieron la atención más específica de todos los países del mundo, a los que ya no satisfacían los convenios bilaterales por las crecientes necesidades del desarrollo postal y empezaron a vislumbrar la posibilidad de crear un organismo mundial que rigiera y normara en este sentido.

Fue Heinrich Von Stephan, funcionario de la Administración Postal de la Confederación de Alemania del Norte, quien sentó las bases de un proyecto de unión postal entre las naciones civilizadas en el año de 1868. Propuso a su gobierno que se sometiera este proyecto a las deliberaciones de una Conferencia de Plenipotenciarios, la que, por invitación del Gobierno Suizo, se reunió en Berna, el 15 de septiembre de 1874, con la asistencia de 22 países.

El Congreso se clausuró con la firma del Tratado de Berna de 1874 y consagró el primer convenio colectivo que reglamentaba el servicio postal internacional y la fundación de la "Unión General de Correos". La entrada en vigor de este convenio fue fijada para el primero de julio de 1875. Tres años más tarde, ante las numerosas adhesiones producidas en torno al mismo, la "Unión General de Correos" tomó la denominación de "Unión Postal Universal" (UPU), a la cual el Correo Mexicano se adhiere el primero de abril de 1879.

Las reglas fundamentales introducidas por el Convenio de Berna de 1874, tal como figuran todavía hoy en la Constitución de la Unión Postal Universal, firmada en Viena en 1964 y en el Convenio de Seúl en 1994, son las siguientes: 1.- Formar un solo territorio postal entre todos los países miembros para el intercambio recíproco de envíos de correspondencia. 2.- Garantizar, dentro del territorio de la Unión, la libertad de tránsito. 3.- Uniformar las tasas que cobra cada país por los envíos de correspondencia destinados al conjunto del territorio de la Unión; sin embargo, debe constatarse que este principio ya no se aplica con el mismo rigor de antes, debido a la facultad que tuvieron las Administraciones de aumentar en gran medida o de reducir las tasas básicas, ya que dichas tasas pasaron a ser indicativas a partir de la entrada en vigor de las actas del Congreso de Washington en 1989. 4.- En lo que respecta a los envíos de correspondencia, suprimir la partición de las tasas entre el país expedidor y el país destinatario, conservando cada Administración, por completo, las tasas que cobra para retribuir, según las normas establecidas, a las Administraciones intermediarias que aseguran el tránsito de sus envíos. Desde el Congreso de Tokio en 1969, la UPU admitió que, las Administraciones de destino pueden exigir a las Administraciones expedidoras una remuneración a título de compensación por el correo recibido en mayor cantidad que el correo enviado. 5.- Crear un procedimiento de arbitraje para solucionar los conflictos entre Administraciones. 6.- Crear con el nombre de Oficina Internacional, una oficina central, cuyos gastos corren por cuenta de todos los países contratantes. 7.- Reunir periódicamente un Congreso de Plenipotenciarios de los países miembros para revisar las actas básicas de la Unión y debatir los problemas comunes.

En el año de 1884, durante el gobierno del General Manuel González, se publica el primer Reglamento y Manual de Organización de la Administración General de Correos, mismo que se reforma y actualiza en el año de 1901, al ser erigido el organismo a la categoría de Dirección General.

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Dada la creciente importancia del Servicio de Correos, que en el año de 1900 tuvo un movimiento anual de 134, 631, 009 piezas postales y contaba con 1, 972 oficinas y un presupuesto de $ 2. 178, 593.88, se contempló la conveniencia de contar con una serie de cartas postales por estado y territorio, para facilitar la operación, así como elaborar los correspondientes itinerarios.

Debido al auge y desarrollo del correo como uno de los principales medios de comunicación del momento, se hizo necesaria la construcción de un edificio que satisficiera las necesidades del manejo de los altos volúmenes de correspondencia. El 17 de febrero de 1907, el presidente Porfirio Díaz Mori inaugura el Palacio Postal o "Quinta Casa de Correos".

Unión Postal de las Américas, España y Portugal

Así como en el ámbito mundial se hace necesaria la existencia de un organismo regulador y normativo, a nivel continental surge, a partir del congreso de 1921, celebrado en Buenos Aires, Argentina, la "Unión Postal Panamericana", a la cual México se integra. Posteriormente, cambia su denominación por la de "Unión Postal de las Américas y España" en el congreso de 1931, celebrado en Madrid, España. En el Congreso de 1990, con el ingreso de Portugal al Organismo su denominación cambia a "Unión Postal de las Américas, España y Portugal".

Correos y telégrafos

En febrero de 1933, se decretó la concentración de labores de la Dirección General de Correos con la de Telégrafos, creándose la Dirección General de Correos y Telégrafos; tiempo después, el 7 de marzo de 1942, el ejecutivo federal decretó definitivamente la separación de las mismas, estableciéndose la Dirección General de Telecomunicaciones, a la que perteneció Telégrafos para que funcionara independientemente de la Dirección General de Correos.

En 1951, con base en la modificación que sufrió la Ley de Vías Generales de Comunicación, se reestructuró la Dirección General de Correos.  En 1958, la Ley de Secretarías y Departamentos de Estado, creó dos nuevas Secretarías: la de Comunicaciones y Transportes de la cual depende la Dirección General de Correos y, la de Obras Públicas.

Durante el sexenio de 1964-1970 se llevó a cabo un Programa Nacional de Correos, elaborándose para tal efecto un plan que constaba de las siguientes etapas: A) El análisis del mercado. B) El análisis de la operación. C) La administración postal general.

Para cumplir con la tercera etapa se consideró necesario el análisis de la estructura administrativa vigente, concluyéndose que ésta era inadecuada, por lo que se elaboró un modelo ideal de organización y un plan a largo plazo para alcanzar el mismo, sin que esto ocasionara trastornos en la operación. Como parte de este plan se

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realizaron reformas administrativas tales como: A) Distribución de funciones entre las oficinas existentes. B) Creación de la Oficina de Mecanización postal. C) Creación del Departamento de Emisiones Postales. Debido a la creciente demanda del servicio postal, por decreto presidencial del 5 de julio de 1977 se llevó a cabo dentro de la Dirección General de Correos una reestructuración sustancial.

En 1979, por acuerdo secretarial publicado en el diario oficial el 16 de noviembre del mismo año, se realizan nuevos cambios en la Dirección General, iniciándose la desconcentración administrativa de algunas funciones, dando lugar a la creación de 9 Gerencias Postales Regionales.

Mediante oficio-circular de 1980 se lleva a cabo una reestructuración orgánica, misma que se mantiene hasta el 7 de septiembre de 1983, año en el que se publica en el diario oficial, un nuevo acuerdo de modificación a la estructura orgánica de la Dirección General de Correos.

Servicio Postal Mexicano, organismo descentralizado

Por decreto presidencial publicado en el diario oficial el 20 de agosto de 1986, se crea el organismo descentralizado denominado Servicio Postal Mexicano como respuesta a la necesidad de modernizar las prácticas operativas y administrativas en busca de una mayor productividad en la prestación de los servicios de comunicación. De esta forma, el organismo adquiere personalidad jurídica y patrimonio propio y pasa a formar parte de la administración pública paraestatal. Uno de sus primeros pasos como entidad paraestatal fue la determinación de una estructura de organización acorde a su nueva figura. De esta manera, en primer término, se lleva a cabo la sustitución de las 9 Gerencias Postales Regionales por 31 Gerencias Postales Estatales, estableciéndose mejores condiciones para beneficiar al máximo a los usuarios del servicio de correos, delegando facultades de decisión a dichas gerencias para dar trámite a los asuntos en el ámbito de su jurisdicción.

Con el fin de mejorar la estructura orgánica del Servicio Postal Mexicano, estableciendo un adecuado equilibrio entre sus áreas sustantivas, con fecha 1º de abril de 1989, se autoriza su reorganización, ampliándose las funciones existentes: se crea la Dirección Comercial, la cual absorbe las funciones de la Dirección de Planeación y Sistemas, misma que desaparece; se incorporan nuevas áreas a nivel departamental para el desarrollo de funciones básicas, en apoyo al logro de los objetivos del organismo, atendiendo aspectos relativos al aseguramiento de la calidad de los servicios, atención a los usuarios, relaciones laborales, promoción filatélica, proyectos, concurso y control de obras, entre otros, no cubiertos con anterioridad.

              Posteriormente, en razón de la dinámica económica y social observada en el país, surge la necesidad de reforzar las acciones del Servicio Postal Mexicano, para estar en condiciones de responder eficiente y oportunamente al crecimiento de la demanda, haciendo llegar el servicio a la mayoría de la población en todo el territorio nacional, así como competir comercialmente en el mercado de la mensajería privada, en permanente desarrollo.

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De esta manera, en forma interna se transforma progresivamente la estructura de organización de la entidad, dando lugar al establecimiento de unidades administrativas en apoyo de la función social y comercial del servicio de correos, creándose la Dirección de Mexpost, las Coordinaciones Metropolitana y de Gerencias Postales; de igual forma se precisaron las funciones de la Dirección de Operación y la Dirección Comercial y de Servicios, fortaleciéndose con áreas estratégicas. Dicha reestructuración fue aprobada por la H. Junta Directiva y las autoridades sectoriales correspondientes en agosto de 1993, y se orienta a elevar los índices de eficiencia, productividad y calidad en cada una de las funciones asignadas.

El Servicio Postal Mexicano brinda un servicio accesible, seguro, eficiente, de bajo costo y con la cobertura más amplia tanto a nivel nacional como internacional.

CORREOS MAYORES, ADMINISTRADORESY DIRECTORES GENERALES DEL CORREO DE 1580 A 2001

 CORREOS MAYORES

Martín de Olivares 1580-1601

Alonso Diez de la Barrera 1604-1614

Pedro Diez de la Barrera 1614-1651

Francisco Alonso Diez de la Barrea y Bastida 1651-1693

Pedro Jiménez de los Cobos 1693-1724

Manuel Jiménez de los Cobos 1724-1745

Pedro Jiménez de los Cobos 1745-1752

Pedro Jiménez de los Cobos Peña y Flores 1752-1760

Antonio Méndez Prieto y Fernández 1760-1765ADMINISTRADORES DEL CORREO

Domingo Antonio López 1765-1779

Laureano Teixa de Sanande 17769-1780

Antonio Joaquín Fernández de la Vega 1780-1790

Andrés Mendívi del Amirola 1790-1817, 1818-1822

José María Beltrán 1822-1828

José Ignacio Esteva 1829-1830

Juan Mier y Terán 1830-1832. 1835-1840

J. Miguel Arroyo 1840-1845

Juan Mier y Terán 1846-1847

Romualdo Ruano1834-1840, 1841-1842, 1846-1847 (Durante pequeños periodos)

Pedro María Anaya 1846-1854

Valentín Gómez Farías 1855-1856

Guillermo Prieto1856-1857, 1859-1861, 1862, 1863.1865

Nicolás de Ycaza y Mora 1859-1863

Luis de la Peza 1864-1866

Luis Gutiérrez Correa 1862-1869. 1871

Pedro de Garay y Garay 1872-1879

Matías Romero 1880

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Francisco P. de Romero 1880

Manuel J. Toro 1881-1886

Francisco Espinoza 1884

Francisco P. Cochicoa 1885-1888, 1890-1895

Ignacio Garfias 1896-1897

Francisco Martínez Calleja 1897DIRECTORES GENERALES

Manuel de Zamacona e Inclán 1897-1901. 1901-1903

Manuel García Goytia 1903

Norberto Domínguez 1903-1911

José Covarrubias 1911-1912

José M. Fernández 1912-1913

Javier Larrea 1913

Jesús T. Acevedo 1913-1914

Eusebio García Martínez 1914

Cosme Hinojosa 1914-1928

Andrés G. García 1920

José Quevedo 1920

Arturo M. Elías 1928-1933-1934

Lino B. Rochin 1932

León Escobar 1935

Rubén Mejía 1935-1936-1939-1940

Alfonso Gómez Morentín 1936

J. Fernando Ramírez 1940-1943

José María Tapia 1944-1947

Emigdio Martínez Adame 1947-1952

Rafael Murillo Vidal 1952-1965

Fernando Magro Soto 1965-1970

Miguel Delgado Chávez 1970-1977

Romeo Rincón Serrano 1977-1982

Rodolfo Olavarría Moreno 1982-1985

Filiberto Cepeda Tijerina 1985-1988

Gonzalo Alarcón Osorio 1988

 

Page 11: Historia Del Correo y El Telegrafo

EL TELÉGRAFO MORSE, PARTEAGUAS DE LASTELECOMUNICACIONES.

Page 12: Historia Del Correo y El Telegrafo

 Las Telecomunicaciones en México. Del Sistema Morse al Satelital.

Todavía en los primeros veinte años del siglo XX, la "telegrafía" era entendida, de acuerdo con la enciclopedia Espasa Calpe, simplemente como "el arte de transmitir a distancia el pensamiento humano por medio de signos"; considerada así, tiene una antigüedad y universalidad no superada por ninguna ciencia ni por ningún arte. En ese concepto pueden entrar todo género de mensajes desde el tom tom africano, el caracol de los isleños, el telégrafo de "reflejos" de los espejos y fogatas de los apaches, las teas griegas, los semáforos romanos, las diferentes señales de los marinos, las banderas de los boy scout, como el telégrafo óptico de Chape. El huehuétel y el teponaztle náhuatl, son instrumentos musicales, que se utilizaron para diferentes ceremonias, incluyendo las funerarias; sin embargo, no son considerados por el Museo Nacional de Antropología e Historia, medios de comunicación, ésta se realizaba en el México precolombino vía mensajeros.

Sin embargo, en la actualidad, la telecomunicación, es definida por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), como "toda transmisión, emisión o recepción de signos, señales, escritos, imágenes, sonidos o información de cualquier naturaleza por hilo, radioelectricidad, medios ópticos, u otros sistemas electromagnéticos". De ahí que el telégrafo eléctrico, divida la historia del concepto de la telegrafía, pasando por la radiotelegrafía de principios de siglo, las diferentes generaciones tecnológicas del teléfono, el telex de la guerra fría y las microondas; la televisión, el fax como la gran gama de telecomunicaciones vía satélite, incluyendo el Internet.

El electromagnetismo fue el descubrimiento culminante para el desarrollo del telégrafo en el siglo XIX, hecho que influyó en el desarrollo del magnetismo en la literatura de los vampiros de Goethe a Bram Stoker (1797-1897), así como en el renacimiento de los distintos "animismos y espiritismos" de principios de siglo XX. El físico danés Hans Christian Oersted en 1820, demostró que una aguja magnética podía ser desviada por la corriente eléctrica de un alambre; el físico alemán Hans Schweigger, inventó el multiplicador que amplifica el efecto magnético de la corriente para desviar la aguja imantada, mediante varias bobinas de alambre. Entonces André Marie Ampère, sugirió un sistema telegráfico, basado en la desviación de agujas magnéticas por la acción de la corriente eléctrica, en 26 hilos de alambre.

El primer telégrafo eléctrico de agujas magnéticas se desarrolla al nivel de aplicación industrial hasta 1837, en Inglaterra, por William F. Cooke y Charles Wheatstone, que perfeccionan el aparato experimental originalmente presentado por el diplomático ruso Barón Pavel L. Schilling en 1832. Los ferrocarriles ingleses, reconocen la eficiencia de éste telégrafo y, empiezan a utilizarlo desde 1839, hasta finales del siglo XIX, para mejorar la operación ferroviaria.

En América, Samuel Finley Breese Morse, inventó el Telégrafo Morse; fue el sistema más sencillo y práctico que hizo posible que la transmisión de mensajes adquiriera una

El telégrafo óptico de Chape

   

   

 

El telégrafo de Wheatstone y los Ferrocarriles. Arriba, vista de

frente, y abajo, vista posterior del telégrafo conectado a la línea que

va a lo largo de la vía férrea.

 

          

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rapidez insospechada. Samuel Morse, nació en 1791 en Charleston, Estado de Massachusetts de los Estados Unidos de América, estudió artes y ciencias en la Universidad de Yale, donde asistió a conferencias sobre electricidad. En un principio, se dedicó como profesión a la pintura. Sin embargo en 1832, a bordo del barco Sully, Morse platicando con el Dr. Jackson, ideó su concepto de telegrafía, que desarrolló hasta implantarlo el 27 de agosto de 1844, enviando el primer mensaje telegráfico entre el Capitolio de Washington y la Estación de Ferrocarril de Baltimore. "What had God brought" que en español se lee: "Qué nos trajo Dios", misma frase que pronunciaría John F. Kennedy, al transmitir la primera llamada telefónica vía satélite en 1962.

Para 1850, aparece la compañía de noticias "Reuter", por lo que para 1856, el telégrafo ya se había introducido en la mayoría de los países europeos, inicialmente se empieza a usar por los ferrocarriles; luego, para uso oficial de los gobiernos y posteriormente para correspondencia pública.

Alexander Graham Bell, inventó el teléfono y lo patenta como "Mejoras a la Telegrafía", demostrándolo en Filadelfia en 1876, en la Feria del Centenario de la Independencia de los Estados Unidos de América.

Al inicio del siglo XX surge la "telegrafía sin hilos o radiotelegrafía", que es el origen de la radiocomunicación, puede ser considerado el invento más notable de nuestra época. Michael Faraday desde 1831, estudiaba ya la inducción electromagnética que es la base de la radiotelegrafía. James Maxwell en 1873, establecía la base teórica sobre la propagación de las ondas electromagnéticas a través del espacio a la velocidad de la luz. Tocó a Heinrich Hertz, demostrar experimentalmente en 1889, la producción y transmisión de las ondas electromagnéticas o hertzianas.

Finalmente fue el genio italiano Guglielmo Marconi, quien inventó los primeros sistemas de radiotelegrafía, que al gobierno Italiano no interesó en primera instancia, por lo que se traslada a Inglaterra, en donde si logró interesar al gobierno inglés, que lo apoyó, por lo que en 1896, los patenta y empieza a dar servicio al público en 1897, principalmente para radiocomunicación marítima y ayudas a la navegación. El primer enlace radiotelegráfico trasatlántico entre Europa y América lo logra Marconi en 1901, al transmitir por aire a través de ondas electromagnéticas o radioeléctricas, mensajes en clave Morse, desde Cornwall, Inglaterra a Saint John, Terranova

Manipulador Morse

   

Comunicación con aparato Morse (envío mensaje)

                  

1er Teléfono por Alexander Graham Bell

        

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  Guglielmo Marconi       

JUAN DE LA GRANJA, ESTABLECE EL SERVICIO TELÉGRAFICO EN MÉXICO. 1785-1853

 La historia del telégrafo en México empieza con Juan de la Granja, personaje de origen español, que jugó un carácter protagónico a mediados del siglo XIX, fue como dice su epitafio en 1853: "El primero que estableció en la República el telégrafo electromagnético".

Juan de la Granja, nació en España en la Villa de Valmaceda, provincia de Vizcaya, el 24 de junio de 1785, llegó como comerciante a México a los 29 años, y le tocó vivir la atmósfera de la independencia y la expulsión de los españoles, por lo que emigró a los Estados Unidos, donde como periodista y Cónsul General de nuestro país luchó contra los intereses expansionistas de los norteamericanos.

En Nueva York, Juan de la Granja estableció una imprenta y una librería, además de fundar el primer periódico en castellano, publicado en esa ciudad, llamado "El Noticioso de Ambos Mundos". El Gobierno de México, reconoce sus méritos y lo nombra Vicecónsul en Nueva York en 1838. Dado su comportamiento ejemplar, a la muerte de Martínez Pizarro en 1842, es declarado ciudadano mexicano y se le nombra Cónsul General de México.

Con motivo de la invasión Yankee a México y la consiguiente ruptura de relaciones diplomáticas en 1846, De la Granja, entonces, se ve obligado a abandonar los Estados Unidos en noviembre de ése año, regresando a nuestro país en enero de 1847; el Presidente en funciones, Valentín Gómez Farías, le pide a Don Juan que publique un manifiesto sobre la guerra contra Estados Unidos, para concienciar a la población, lo cual esboza, pero nunca lo realiza como tal, ante su descontento por la situación en México, que la describe así en su epistolario: ..."nadie puede concebir un desconcierto tan espantoso de ideas como el que reina en éste país. Aquí ni hay gobierno, ni quien sepa gobernar, ni quién entienda, ni quiera entender los verdaderos intereses nacionales, ni hay más que caos. El que quiere manda y el que quiere obedece. Es una anarquía mansa...".

Juan de la Granja, ya como diputado en 1848 y 1849, mantenía amistad con varios conservadores como José

Juan de la Granja

                

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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María Gutiérrez Estrada, quien, como Lucas Alamán, sostenía que el país necesitaba una monarquía para eliminar las contínuas guerras internas y así poder gobernar en paz a un país de enorme potencial. Éstas ideas lo llevaron al extremo de encabezar la Comisión que ofreció en 1863 el trono de México a Maximiliano. Como bien dice su biógrafo don Luis Castillo Ledón: "Si la muerte no le sorprende pronto, quién sabe si se hubiera contado entre los intervencionistas implantadores de un trono extranjero". Los permanentes conflictos en los valores, intereses y mentalidades de criollos y mestizos, también conocidos como "conservadores y liberales", parecen estar en el fondo de la "Guerra de la Reforma", como homólogamente lo ha señalado Luis Villoro, en su trabajo sobre la "Revolución de Independencia", para analizar la lucha de clases de los criollos contra los peninsulares, a quienes sin duda, como lo ha señalado Luis Chávez Orozco, les tocó conducir el movimiento de independencia de España.

Los primeros aparatos telegráficos, junto con la primera máquina para producir luz eléctrica, los adquirió en 1850 el acaudalado Pedro Terreros, quien tuvo la satisfacción de ser el primer mexicano en iluminarse con la apreciada luz.

La primera demostración pública del telégrafo eléctrico, la realizó Juan De la Granja en México, el 13 de noviembre de 1850, entre el Palacio Nacional y el Colegio de Minería, localizado frente a lo que a partir de los años 80, impulsado por Margarita López Portillo, es el actual MUNAL compartiendo la plaza, con el Museo del Telégrafo, antes Palacio de Comunicaciones y Obras Públicas.

La primera línea telegráfica se inauguró solemnemente el 5 de noviembre de 1851, por el Presidente de la República, General Mariano Arista, acompañado por Juan de la Granja, como Gerente General de Telégrafos. Se puso en operación la línea telegráfica entre la Capital y el pueblecito de Nopalucan, hoy Nopalucan de la Granja, por lo que cumplía con el establecimiento de las 40 leguas, que exigía la concesión, como mínimo en 2 años, sobre la ruta México-Veracruz.La Ciudad de México y el Puerto de Veracruz, quedan comunicados telegráficamente el 5 de mayo de 1852, pasando por Nopalucan, San Andrés Chalchicomula (Cd. Serdán), Puebla, Orizaba y Córdoba, con una extensión de línea de 408 kilómetros a campo traviesa.

A la muerte de Juan de la Granja en 1853, los accionistas de la empresa telegráfica nombran en 1854, como Director a Don Hermenegildo de Villa y Cosío, que además de ser el principal accionista fue el albacea de De la Granja, quien no dejó familia. Después los directores de la empresa serían Cayetano Rubio, Manuel J. De Llano y José de la Vega.

La segunda línea telegráfica, nombrada "del interior" que enlazaría la Ciudad de México con la de León, Guanajuato, se inicia a finales de 1853, que celebran las autoridades con Octaviano Muñoz Ledo. Por su parte, William G Stewart, compadre y socio de Juan de la Granja se vuelve contratista de líneas hacia el Bajío y el Norte

   

 Grupo de Conservadores

mexicanos, en Miramar ofreciendo el Trono del Imperio Mexicano a

Maximiliano de Habsburgo.

 

     

  General Mariano Arista                                

  Busto de Piedra de Juan de la Granja

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LOS CONSERVADORES, LA INTERVENCIÓN FRANCESA Y MAXIMILIANO DE HABSBURGO.

 El Gobierno de Miguel Miramón, prorroga en 1859, el privilegio inicial, concedido a Juan de la Granja, a Hermenegildo de Villa y Cosio por un período 25 años.

La intervención francesa se inicia a principios de 1862, como consecuencia de la suspensión de pagos de la deuda externa contraída en México por los gobiernos criollos,que decreta Juárez a mediados de 1861, con motivo de la Revolución de Independencia, provocando que los españoles, ingleses y franceses envíen sus rerspectivas armadas al Puerto de Veracruz. Las fuerzas españolas e inglesas se retiran después de negociaciones diplomáticas, sin embargo, Napoleón III, quien pensaba continuar como centro de gravedad de la política mundial, aprovecha el pretexto para emprender con el apoyo del partido conservador, la formación de una monarquía en México sujeta a su protectorado.

El ejército francés avanza sobre Puebla, al mando del Conde de Lorencez. Juárez nombra al General Ignacio Zaragoza, como responsable del ejército mexicano para detener a los franceses. El general mexicano enfrenta la histórica batalla del 5 de mayo de 1862, donde derrota a los franceses, de lo cual informa mediante telegrama dirigido al Ministro de Guerra del Presidente Juárez:

"Las armas del Supremo Gobierno se han cubierto de gloria; el enemigo ha hecho esfuerzos supremos por apoderarse del Cerro de Guadalupe que atacó por el oriente a derecha e izquierda durante tres horas, fue rechazado tres veces en completa dispersión y en estos momentos está formado en batalla fuerte de 4,000 hombres y pico frente al cerro fuera de tiro; no lo bato como desearía porque el Gobierno sabe no tengo para ello fuerza bastante. Calculo la pérdida del enemigo, que llegó hasta los fosos de Guadalupe, en su ataque en 600 o 700 entre muertos y heridos; 400 habremos tenido nosotros. Sírvase Ud. Dar cuenta de éste parte al Sr. Presidente: I. Zaragoza".

Maximiliano desde abril de 1864, trata de que las líneas telegráficas sean propiedad del Estado, como ocurre en Europa, sin embargo, ante las raquíticas condiciones económicas del Gobierno, otorga 8 concesiones a particulares como: Carlos Clute, Carlos Arnoux y Rodrígo Rincón en 1865, a través de su ministro Luis Robles Pezuela. Maximiliano, pese a lo anterior, decreta una Ley y Reglamento sobre telégrafos el 2 de diciembre de 1865, según la cual en el:

"Artículo 1° El Gobierno es el único que puede construir líneas telegráficas en el Imperio. Cuando lo considere conveniente, dará permiso a algún individuo o compañía para que lo haga, sujetándose para ello al Reglamento de la materia y las siguientes prevenciones..."

Para finales de 1866, las fuerzas juaristas comienzan a avanzar y a consolidar sus posiciones en la República, ello

Maximiliano de Habsburgo

                                           

  Benito Pablo Juárez García                                

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como contraparte del retiro de las fuerzas del ejército francés de territorio nacional; dado que Napoleón III, las necesitaba en Europa, ante el avance y consolidación prusiano, como por la victoria alemana sobre Austria en Sadowa. La emperatriz Carlota, no logra por lo tanto, obtener el apoyo de Europa, lo cual explica de manera directa su severo trastorno emocional; a pesar de ello, Maximiliano, decide quedarse en el país y se instala en la Ciudad de Querétaro

  Oficina Telegráfica Francesa (1860)  

      

Eje Central Lazaro Cardenas No. 567, Col. Narvarte, Deleg. Benito Juarez. C.P. 03020, México D.F. Tel (+52)55 5090-1100

EL TELÉGRAFO EN LA ÉPOCA DE JUÁREZ. 1853-1876.. 

El Presidente Benito Juárez restauraba en 1867 la República y Maximiliano, era fusilado en el Cerro de las Campanas, Qro. México iniciaba así un período que le permitiría recuperar su soberanía, resucitar al Telégrafo y sentar las bases para su desarrollo a cargo del gobierno federal. Juárez crea la dependencia "Líneas Telegráficas del Supremo Gobierno" y formula el primer Reglamento efectivo, a través de su Ministro de Fomento, el Ing. Blas Balcárcel, quien permanecería en el puesto casi 10 años.

El Presidente Benito Juárez en marzo de 1867, decretó la "federalización" de los telégrafos, que venían funcionando por medio de concesiones a empresarios privados. Sin embargo, dadas las presiones de los particulares y la situación del erario, hace lo mismo que Maximiliano hizo en su oportunidad: los telégrafos son del Estado pero, por el momento, que los construyan los particulares, así otorga concesión a Arroyo y Cía. para la Línea México Cuernavaca el último día de ese mismo año. Convivieron 4 formas de modalidades de propiedad: 1) Federales, 2) Subvencionadas por el Congreso, 3) Estatales y 4) Particulares

Ing. Blas Balcárcel

        

EXPANSIÓN DE LOS TELÉGRAFOS FEDERALES DURANTE EL PORFIRIATO. 1877-1910.

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 El primer tramo de ferrocarril comenzó a operar en 1850, con 14 kilómetros entre Veracruz y El Molinito, sin embargo, la línea México-Veracruz se inaugura hasta el año de 1873; por su parte, el primer tramo de línea telegráfica, fue inaugurado en 1851, con el tramo México-Nopalucan y la línea telegráfica hasta Veracruz se terminó en 1853. Ambos servicios, empezaron a funcionar en forma adecuada hasta que se reestableció la paz en el llamado "Porfiriato", ya que se pudo desarrollar y conservar la infraestructura de comunicaciones, extendiéndose y potenciando su utilización a partir de 1877; Cuando la pacificación del país permitió reiniciar el desarrollo de la red férrea, con inversión extranjera, por su parte, el Gobierno Federal, pudo expandir la red telegráfica con recursos del erario. La red telegráfica para finales de siglo, pudo pasar de 8,000 Km a más de 40,000 Km de longitud simple en éste período.

Porfirio Díaz, logró conformar un equipo ministerial sólido y permanente; en la Secretaría de Fomento, pasaron: Vicente Riva Palacio de 1876 a 1880; el propio Porfirio Díaz y Carlos Pacheco de 1880 a 1891; Manuel González Cosío 1891-1895 quien llega a la recién creada Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas hasta 1895, cuando lo substituye el general Francisco Z. Mena, que permanece hasta 1907, para dejársela a Leandro Fernández, que impulsó la radiotelegrafía o telegrafía inalámbrica entre 1907 y 1911, por lo que alcanzó la Revolución maderista.

Al tiempo que avanzaban las obras telegráficas en territorio nacional, ocurría lo mismo con la red ferrocarrilera, que instalaba miles de kilómetros de postería de telégrafos para sus proyectadas vías férreas, incluso antes de su construcción. Las empresas ferrocarrileras tenían entonces una considerable red telegráfica instalada, por lo que el gobierno se le hizo fácil pedirles permiso para colocar un alambre más en esos postes.

El telégrafo federal, llega a la 2ª mitad de la década de 1890, con el Gral. Francisco Z. Mena, como un instrumento probado como eficaz e indispensable para la comunicación, junto a su hermano mayor, el ferrocarril, con quien tuvo una relación de interdependencia muy importante, pues es difícil que el telégrafo hubiera adelantado tanto, sin el auge ferrocarrilero, pero es aún más difícil, considerar que los ferrocarriles hubieran funcionado, como lo hicieron, sin la existencia del telégrafo. Una relación fundamental, que no ha sido debidamente ponderada por la mayoría de los historiadores mexicanos en la historia del siglo XIX, destacándose siempre, la importancia que han dado al ferrocarril. El General Francisco Z. Mena, "el gran constructor del telégrafo", se retiró de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas en 1907, dejando cerca de 50 mil kilómetros de líneas instaladas y numerosas oficinas inauguradas en el país; 33 de las cuales, ofrecían servicio las 24 horas; 12 brindaban servicio "prolongado"; 323, servicio ordinario y 6 servicio "limitado", que en total hacían 379 oficinas telegráficas.

En la perspectiva de los hombres de fin del siglo XX, pasada la crisis de los ingresos federales por la caída de los precios petroleros en 1983, con la cual dió inicio en México, bajo el

Porfirio Díaz

             

Gral. Manuel González Cosío

   

  Gral. Francisco Z. Mena       

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gobierno de Miguel de la Madrid, la Reforma del Estado; se puede apreciar que: si en el siglo XIX, se hubiese concesionado el ferrocarril junto con la explotación del servicio público del telégrafo, no hubiese sido necesario para la Federación, construir toda una infraestructura paralela en la 2ª mitad del Siglo XIX, con tantos ataques y accidentes, duplicando gastos de operación, con cargo al erario público, volviéndose obsoleta la red a principios del siglo XX. Para bien o para mal, la perspectiva mesoamericana "federalizadora" de los mexicanos de finales del siglo XIX, era otra.

El 30 de diciembre de 1878, el gobierno otorgó el primer permiso a Alfredo Westrup y Co. para instalar una pequeña red telefónica en la Ciudad de México, apenas dos años después de que Alejandro Graham Bell, patentara su invento en el Centenario de la Independencia norteamericana, celebrado en Filadelfia. Puede parecer sorprendente ésta actitud misoneísta del público metropolitano. La novedad de un sistema maravilloso como lo es el teléfono, parecía ser despreciado... Cuando empezó la telefonía, era un grupo de objetos reunidos con cierto arte, más que con el criterio utilitario posterior. Tenía uno que gritar y repetir varias veces el nombre propio para ser reconocido, lo que raras veces ocurría.

La posibilidad del gobierno de poseer una red federal de líneas telefónicas, no fue realidad sino hasta después de muchos años. El 23 de diciembre de 1947, pasada la 2ª guerra, al inicio de la "modernidad civilista", que deja atrás un largo pasado militar, nació la empresa Teléfonos de México, S.A. de capital mexicano, que fusionaba las instalaciones extranjeras. Fue el 16 de agosto de 1976, coincidente con la devaluación del peso y en el arranque del "boom petrolero", que el gobierno federal, bajo el gobierno de Luis Echeverría, estuvo en condiciones de convertirse en socio mayoritario de la empresa, privatizándola nuevamente a finales de los años 80, bajo el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, después del crack de la Bolsa de Valores de 1987, momento culminante de la crisis de dependencia nacional, al llegar el coeficiente de endeudamiento en los linderos del 90% del PIB, después de no haber representado más allá del 0.15% en 1961, al inicio de la "Alianza para el Progreso" ALPRO

  Instalación de postes Telegráficos  

                              

          

EL TELÉGRAFO, LA REVOLUCIÓN MEXICANA Y LA 1ª GUERRA MUNDIAL.1910-1920.

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 La narración prolija de la intervención del telégrafo en la Revolución Mexicana, no cabría en un volúmen completo, menos en una síntesis como ésta. Fue tan extensivo su uso, que prácticamente en todas las acciones importantes de la larga lucha tuvo participación. A lo largo y ancho del país, el telégrafo y los telegrafistas estuvieron presentes; en cada negociación, en cada batalla, avances o retiradas; "la voz y el oído del tren militar" le llama Fernando Benítez en El Rey Viejo.

Durante la revolución mexicana, el telégrafo y los telegrafistas son instrumentos estratégicos de los cuales ningún general podrá prescindir, como lo ha señalado Friederich Katz, la toma de Cd. Juárez, el rompimiento entre Villa y Carranza, en plática telegráfica, tipo chat de Internet y el telegrama alemán "Zimmerman", enviado en clave a Carranza e interceptado por los ingleses, son ejemplos de ello. No obstante, sus redes de líneas y postería fueron uno de los blancos principales de los ataques. Uno a uno, los postes de la Red Federal irán cayendo; trecho a trecho, el cable será arrasado por kilómetros, enganchando muchas veces a una locomotora en marcha; tomados los aisladores de los postes como blanco de tiro, para diversión de la tropa alcoholizada. Es en 1911, cuando la Red Federal, sufre mayores deterioros a causa de manos enemigas. Dadas las características del poste telegráfico, fue además un excelente soporte para colgar a centenares de prisioneros de todos los bandos. Y el cable, claro, usado como soga. Madero, anunció para contrarrestar dichos ataques, que con la radiotelegrafía ya no eran necesarios los postes y los cables, con esa noticia disminuyeron notablemente los ataques a las líneas

Al fondo a la derecha postes de líneas Telegráficas

        

EL GREMIO TELEGRÁFICO Y LA RAZA DE LA HEBRA.

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 El 1o. de febrero de 1933, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, en medio de la suspensión de pagos generada por la "gran depresión", decidió unir en una sola las Direcciones de Correos y Telégrafos. "Éste acuerdo tan importante que significaba grandes economías para el Erario -se informó-, se traducirá también en mayores facilidades para el despacho y para los intereses del público, fue dictado por el Presidente Abelardo L. Rodríguez, en el Acuerdo con el Secretario de Comunicaciones y Obras Públicas, general Miguel M. Acosta". Ya en el gobierno de Obregón, en el mes de noviembre de 1923, había elaborado un proyecto de fusión.

Los telegrafistas, sintiendo afectado su orgullo al quedar supeditados al antiguo director de Correos, al considerarse técnicamente superiores a los trabajadores postales, solicitaron al Presidente que se suspendiera provisionalmente la fusión, argumentando "que los propios telegrafistas, mediante una comisión, estudien con conocimiento de causa las economías que razonablemente pueden hacerse en su propio ramo..." Entrevistados los telegrafistas, afirmaron no estar en desacuerdo con la fusión, como ya habían advertido, sino "con el procedimiento", por la forma en que se ha iniciado esa operación...

El presidente Cárdenas, quien tomó el gobierno en diciembre de ése mismo año, mantuvo la fusión de los servicios, siendo hasta la administración del Presidente de la República, Gral. Manuel Ávila Camacho, en 1942, en el contexto de la 2a Guerra Mundial, en que se separaron nuevamente, estos servicios públicos, después de un memorable movimiento telegrafista; por lo que el día del telegrafista, se conmemora el 14 de febrero.

A la luz de la historia, en una época en que era frecuente oír hablar de "la raza cósmica" o de "la raza aria" o del lema de la Universidad Autónoma de México, "Por mi Raza Hablará el Espíritu, se puede observar que "la Raza de la Hebra", como se auto denominaron los telegrafistas en ese movimiento, utilizaban frecuentemente el saludo ¿qué pasó razaaa…?; Equivocó prácticamente todas sus acciones; Como lo ha señalado Leopoldo Noyola, historiador del movimiento telegrafista: insistieron en hablar con Calles, en vez de haberlo hecho con el presidente Rodríguez, lo que permitió a las autoridades ganar tiempo y confundir más las cosas. No actuaron con inteligencia; no se asesoraron debidamente; escogieron a Almarás en lugar de Lombardo Toledano, para que los representase". Utilizaron el chantaje sentimental y cierto tono melodramático, ya que el principal argumento era: "nosotros los telegrafistas, que dimos nuestra sangre en la Revolución"; no planificaron en absoluto su huelga, paro, o como quiera que se le tenga que tipificar, por lo que, jurídicamente, en efecto, como lo catalogaron todos los medios de comunicación en la época, su movimiento fue ilegal. Iniciaron "la huelga" el 14 de febrero, un día como hoy, - acaso unas horas- antes de recibir el pago de su quincena, por lo que, a unas cuantas horas de huelga sus recursos empezaron a flaquear, como se advirtió en la colecta para enviar representantes a Cuernavaca, que con apuros se pudo completar. También, esos exacerbados ánimos triunfalistas que mantuvieron todo el tiempo, fue un elemento nocivo, pues afectó el celo

Gral. Acosta, Secretario de Comunicaciones y Transportes

1932-1934

             

Periódico de la Epoca ( 14 de Febrero de 1933)

   

  Radiotelegrafistas       

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personal de los funcionarios encargados de "dialogar" con ellos y cambió el curso de la lucha, de un plano estrictamente laboral, que miraba la eficiencia del servicio y los intereses del público y la Secretaría (es decir, de México), a otro de celos y rencores que culminó con la satanización de aptos y valerosos telegrafistas que por sus cualidades de líderes, fueron los primeros en quedar sin trabajo. Por último, la presencia de militares en los puestos máximos de la administración, fue el pretexto para elaborar discursos de "obediencia", "respeto a la patria", "disciplina" y "traición", que los puso con la espalda contra la pared.

El año de 1942, es muy significativo en la historia de México, de los telégrafos, de las telecomunicaciones, como de muchos otros aspectos, ya que es el año en que nuestro país se incorporó al grupo de los aliados contra los países del Eje, formado por las capitales Berlín-Roma-Tokio, e ingresó en la Segunda Guerra Mundial, motivo por el cual, los Estados Unidos, transfirió a nuestro país buena parte del equipo militar que utilizó México en el conflicto y que pudimos ver desfilar durante muchos años el 16 de septiembre; así como, tecnología moderna: El Radar, el Loran y el Chorán, que en esa época solo eran conocidos por Inglaterra y los EEUU. Por esa alianza en la segunda guerra, los EEUU le condonaron a México las 4/5 partes de la deuda que venía renegociando desde la gran depresión de 1929-1933, (fusión de los telégrafos y los postales) en que se había suspendido el servicio de la misma, buena parte de la cual, se había generado fundamentalmente por las reclamaciones extranjeras en la etapa armada de la revolución mexicana. Fue así, que en ese año, el Gral. Manuel Ávila Camacho, separó el 2 de mayo nuevamente los servicios postal y telegráfico y creó la Dirección General de Telecomunicaciones, hechos que reflejan la importancia estratégica que tenía el reforzamiento del ramo, en medio de un conflicto mundial de ésta envergadura.

  Palacio de Comunicaciones                                           

 LA MODERNIZACIÓN DEL TELÉGRAFO. 1950-2000.

 El Plan Miguel Alemán, fue la base que detonó la modernización de las telecomunicaciones como parte del "sexenio modernizador" como se conoció ésta administración, ya que con ella concluía la larga "era militarista" iniciada con Agustín de Iturbide, la "etapa armada" de la revolución, había concluido en 1920 y la "etapa de reconstrucción, había terminado con la guerra.

Para 1954, con el propósito de mejorar los servicios telegráficos y telefónicos públicos, se adquiere el primer equipo de microondas de manufactura francesa. Se empezó entonces a construir la ruta de microondas de occidente. Ésta ruta de microondas fue la primera que se instaló en América Latina.

Por su parte, el servicio telegráfico internacional, desde 1879, había quedado en manos de las compañías Telegráfica Mexicana y Western Union Telegraph Co. Éste servicio, fue nacionalizado por la Dirección General de Telecomunicaciones durante la gestión del Ing. Miguel Pereyra Vergara en 1949, año en que se crea el Departamento de Servicio Telegráfico Internacional. Para beneficio de los sectores productivos, la telegrafía privada

Equipo

        

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Telex (Teleprinter Exchange) y su revolucionaria modalidad de conmutación de circuitos basado en técnicas analógicas, comienza a funcionar el año de 1957, en el que se lanzó el sputnik soviético, considerado como uno de los más críticos de la Guerra Fría, no sólo tembló en México…

En 1962, Bell Telephone lanzó el primer satélite activo de comunicación, el TELSTAR, John f. Kennedy realizó la 1ª comunicación telefónica vía satélite, En México, los resultados del Programa Nacional de Telecomunicaciones 1965-1970, conectados al Plan de Acción Inmediata 1962-1964, fueron productos de la Alianza para el Progreso (ALPRO 1961), mantuvieron un ritmo general de desarrollo y evolución paulatina, que se puso de manifiesto en la celebración del XIX Juegos Olímpicos en 1968. Del 12 al 27 de octubre de ese año, más de 700 millones de personas de aproximadamente 60 países siguieron la trayectoria de las justas deportivas. Desde México se realizaron transmisiones de señales de televisión, radio, telegrafía y radiotelefonía. Se arrendaron circuitos telegráficos punto a punto, y para la canalización internacional de señales de audio; se proporcionó el servicio programado de telefonía, así como la conexión temporal de abonados del servicio de telex.

Dado el acelerado crecimiento demográfico y la centralización de las principales actividades económicas en la Ciudad de México, como parte del programa 1965-1970, se construyó la Torre Central de Telecomunicaciones, que funcionaría como sede de la Dirección General de Telecomunicaciones de la SCT

Del Morse al Mouse

        

Corporation of America

   

 Javier Barros Sierra Walter C. Buchanan Federico Bracamontes Eugenio Mendez

 

          

El SISTEMA SATELITAL MEXICANO 

La génesis del sistema de satélites mexicanos, data de finales de los años sesenta. Los primeros años de la década de los ochenta, fueron de búsqueda de capacidad en algunos satélites extranjeros, de modo que a mediados de 1981, se empezó a rentar espacio en tres satélites: 2 del consorcio Intelsat, para comunicaciones nacionales e internacionales, y el norteamericano Westar III, para cubrir las emisiones de la televisión mexicana a ciudades del vecino país del norte.

En medio de una atmósfera de júbilo y expectación, fue lanzado en la Administración de Miguel de la Madrid Hurtado, el Morelos I, el 17 de junio de 1985, desde el Centro Espacial de Cabo Cañaveral, Florida, por medio del transbordador espacial Discovery, y el 29 de agosto de ese mismo año, inició finalmente sus operaciones al enlazar la

Sistemas por satélite

        

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casa en donde naciera José María Morelos y Pavón, en Morelia Michoacán, y la Torre Central de Telecomunicaciones de México, D.F. Cinco meses después, el 26 de noviembre del mismo año, despegó el transbordador Atlaltis, con el Morelos II y el Dr. Neri Vela, como uno de los siete tripulantes, encargado de llevar a cabo experimentos de germinación de semillas, reproducción de bacterias, verificación de técnicas de electropuntura y fotografía del territorio nacional.

En 1989, se tomó la decisión para el emplazamiento especial de un nuevo satélite nacional, que por Acuerdo del Ejecutivo Nacional sería denominado "Solidaridad". La saturación del Sistema Morelos, apresuró la autorización para la realización inmediata de las gestiones a fin de iniciar el proceso de licitación del Sistema de Satélites Solidaridad, lanzados en el período transexenal de Carlos Salinas de Gortari, 1993-94, con lo que se iniciaba la sustitución del Morelos I y II.

A partir de 1989, el Organismo Telecomunicaciones de México, bajo las siglas de TELECOMM, agrupa a la antigua Dirección General de Telecomunicaciones así como, a la Dirección General de Telégrafos Nacionales, por lo que opera no solamente los sistemas instalados para atender la demanda de telegramas y giros, sino un gran número de redes como las oficinas telegráficas y agencias COTEL, la Telegrafía Satelital (TELSAT), FAX público, SIGITEL, TELEPAC (TELDAT), TELEX, EDUSAT, RURALSAT, brindando servicios como el de telegramas nacionales e internacionales, giros nacionales, giros internacionales, transferencias "Dinero en Minutos", fax público y privado, cobranza de servicios Telmex y CFE, pago de nómina CONAGUA SEMARNAP, SEP; así como entrega de apoyos en las zonas rurales, destacándose el 42% de ellas, donde no hay sucursales bancarias, como en el caso del PROGRESA o los Créditos a la Palabra.

El 22 de diciembre de 1992, se canceló oficialmente el Sistema Morse del Telégrafo Mexicano, en las oficinas de la Central de Telégrafos en la Calle de Tacuba # 8, a 141 años de distancia del envío del primer mensaje telegráfico en 1851, justamente al mismo destino del primer telegrama, desde Nopalucan, hoy, De la Granja, en el Estado de Puebla.

En la actualidad conviven diferentes generaciones tecnológicas de medios de comunicación, sin embargo, a futuro se vislumbra que el telégrafo informático, después del Morse y del TELEX, consolidará su presencia en el mercado de los servicios de comunicación y transferencia de fondos. Según el Banco Mundial en su anuario de 1998, México y Argentina reportan 24.6 y 29 computadoras respectivamente por cada 1000 habitantes, contrastando con las 362 y 408 de los EEUU y Suiza, respectivamente.

Los resultados de operación de TELECOMM hacia el año 2000, bajo la Dirección General del Ing. Carlos Mier y Terán O., registran avances significativos, sobre todo en el terreno de las transferencias de fondos y giros telegráficos. Los telegramas nacionales entre 1989 y 2000, han disminuido 48.6%, al pasar de 7.1 a 3.65 millones, Pese a ello, los giros telegráficos nacionales, aumentaron 202%, al pasar de 8.6

  Edificio Telecomm/Telégrafos                                                                                                                                                             

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millones en 1989 a 26.1 previsto para el año 2000. Igualmente, la globalización de la economía mundial, ha impulsado el crecimiento anual del saldo de transferencias en cuenta corriente de los mexicanos en el exterior, el cual se ha multiplicado, reflejando el crecimiento del envío del dinero por este medio a través de los giros internacionales".

Epílogo.

El 13 de noviembre año 2000, se canceló la estampilla postal que conmemoró el 150 aniversario del primer mensaje telegráfico en México entre el Palacio Nacional y la Escuela Nacional de Minería; TELECOMM promovió la emisión de una estampilla postal, en la cual se puede ver a la imagen de Samuel Morse, la de Juan de la Granja y la de un telégrafo Morse

                                   

  Estampilla postal que conmemoró el 150 aniversario telegráfico.