Historia de La Lengua Española - Menéndez Pidal

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  • HISTORIA DE LA LENGUA ESPAOLA

    Ramn MENNDEZ PIDAL(Madrid: Fundacin Ramn Menndez Pidal y Real Academia Espaola,

    2005, 2 vols. de 1368 y 752 pgs.)

    Si la semiologa se ocupa de la vida de los signos en el seno de la vida so-cial, nada ms natural que SIGNA ofrezca una noticia acerca de un textomagno que trata de la vida del idioma castellano en el seno de la vida hist-rico-social toda del mundo hispnico.

    Editada por Diego Cataln, aparece ahora esta obra pidalina tan esperada:lo que el maestro gallego-asturiano escribi de la Historia de la lengua pa-trimonial, que es cuanto de ella va hasta 1680.

    El trabajo de editor de Cataln ha sido desde luego casi hercleo, pues hadebido cotejar distintas versiones y estados manuscritos, y organizarlos en unconjunto slido que resultase digno del autor; nunca se estimar bastante taltarea de edicin, pues de otra manera es lo ms probable que nos hubisemosquedado ya para siempre sin el libro pidalino.

    Consta la obra de unas pginas tericas a las que se ha puesto el ttulo Dellenguaje en general y que seguramente por la amplitud del volumen primerodel texto se han dejado para encabezar el segundo, ms del desarrollo propia-

    UNED. Revista Signa 15 (2006), pgs. 609-613 609

  • mente dicho de la Historia de nuestro idioma: todo el muy extenso volumenprimero. Diego Cataln acompaa adems la obra con el asimismo amplio en-sayo que da noticia de ella, Una catedral para una lengua, de cerca de tres-cientas necesarias pginas; a su vez varios ndices completan el conjunto.

    Esta publicacin pstuma de uno de los textos capitales pidalinos consti-tuye un verdadero acontecimiento filolgico, que se produce cuando entrenosotros asistimos a una gran quiebra justamente de la filologa: la obra dedon Ramn supone un conocimiento y manejo constantes de datos lings-ticos, literarios e histricos pertinentemente armonizados, que hoy da es di-fcil ver que sea capaz de reunir un solo estudioso. Quiz por ello, cuando laobra todava en primeras pruebas de imprenta fue presentada en los das ini-ciales del otoo de 2003, despert algn comentario trivial e invidente acer-ca de su supuesta obsolescencia, comentario hecho en pblico por quien nodebiera haberlo formulado y que no revelaba como todas las inviden-cias sino inseguridad interior.

    Ciertamente el anlisis ha progresado desde los aos de la guerra espaolay la guerra mundial en que este trabajo qued escrito en buena parte de lofundamental, pero ello no lo ha envejecido necesariamente, y existen en elmismo, adems, diferentes perspectivas que haban quedado inadvertidashasta ahora para cualquier estudioso. La presente Historia de la lengua es-paola resulta de lectura inexcusable, y es lectura que ha de hacerse demo-radamente: lleva varias semanas poder hacerse cargo de trabajo tan amplio, yluego hay que releerlo, hacer comprobaciones, etc.

    Ya decimos que en trminos generales los aos en que fue escrito eltexto (salvo adiciones y la incorporacin de anlisis posteriores) son los de1937 y siguientes. Don Ramn se encontr a veces privado de sus libros ypapeles de trabajo, y a pesar de que contase con nuevos auxiliares y colabo-radores, esa privacin se advierte cuando se comprueban algunos de los da-tos que da el maestro; en ocasiones parece ocurrirle lo que a todos tambinnos ocurre, que tomamos notas en una papeleta o ficha de algo que estamosleyendo, y meses o aos ms tarde no sabemos interpretar bien faltos delcontexto lo que nosotros mismos habamos anotado. Como le ocurri aOrtega y Gasset, a Maran, y a todo el pueblo espaol, los sufrimientos delos aos treinta y cuarenta han dejado una huella en la obra que no deja deadvertirse en alguna ocasin si adems de meramente leer nuestro texto,reconstruimos su trasfondo.

    El estudio que acompaa a la obra hecho por el profesor Cataln se ins-cribe en el conjunto de otros escritos de este autor preciosos e insustituibles:

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  • relata en el conjunto de los mismos la circunstancia intelectual, administra-tiva y poltica en la que se gest la obra toda de don Ramn, con datos des-conocidos y de gran relieve acerca de lo que fue su escuela en la Junta paraAmpliacin de Estudios. Hay que agradecer muy de veras a Diego Catalnestas aportaciones a un captulo esencial de la historia intelectual espaola desobre todo la primera mitad del siglo XX, captulo en el que no parecenhaber estado muy interesados no ya los adversarios ideolgicos de la Jun-ta, sino los que luego se han comportado en verdad como sus herederos mo-rales y en algn hecho concreto quiz inmorales.

    Don Ramn trata en primer trmino en su Historia... de los substratos pre-rromanos, con particular detencin en los datos toponmicos, pero no slo enellos. Alude luego a la Hispania latina y al latn de Hispania, lo que le lleva aexponer segn hizo varias veces en sus otros trabajos la tesis de la pre-sencia peninsular de una fontica latina dialectal suditlica (asimilaciones ysonorizaciones consonnticas, etc.).

    Las pocas visigtica y sobre todo arbiga poseen gran importancia en elfuturo de la distribucin de los dominios idiomticos en la Pennsula: lla-mamos as la atencin sobre epgrafes como El mapa lingstico del reinogodo o ms tarde el de Toledanismo ovetense, etc. Los trasiegos de po-blacin que ocurren con la Reconquista son objeto de anlisis especfico, y latoponimia queda as iluminada.

    Aunque de manera ms bien implcita, Menndez Pidal parece denominarespaol primitivo al que va de hacia el ao mil al 1230; de manera expre-sa, distingue luego un espaol antiguo (1230-1474), el espaol ureo(1474-1713) y un espaol moderno (desde 1713): la parte dedicada a esteltimo no lleg nunca a redactarla, con lo que su anlisis se detiene antes in-cluso de ese 1713, en 1680.

    Las pginas de la presente Historia... se hallan relacionadas a veces conotras del propio don Ramn, y en ocasiones quedaron anticipadas por l opor su editor Diego Cataln de manera pstuma, por lo que cerca de untreinta por ciento o as si lo hemos calculado bien de la obra resultabaya conocida. Nada sabamos en cambio, por ejemplo, de lo relativo al sigloXV que ahora nos ofrece don Ramn, y que resulta muy instructivo y sugeri-dor: Jos Antonio Maravall ha llamado asimismo la atencin sobre la im-portancia de esta centuria del Cuatrocientos, y en su da lo hizo Vicens.

    Asimismo, presenta innovaciones lo escrito por Pidal acerca del Qui-nientos en relacin a algunos pasajes de su conocido artculo sobre el len-

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  • guaje del siglo XVI: no se piense porque no es as que tal conferencia delos aos treinta queda recogida en la obra de conjunto.

    Muy amplia es la atencin que dedica el autor al asunto del seceo, lo mis-mo en Andaluca que en Amrica. De esta parte haba ya anticipado el autorprrafos y consideraciones en su capital monografa Sevilla frente a Madrid,estudio de interrelaciones histrico-culturales e histrico-sociales que ha esta-do un tanto inadvertido y que por esa cualidad sociocultural quisimos recogerlocon propsito de utilidad en su da, en las Lecturas de sociolingstica (1977);Sevilla frente a Madrid fue monografa de mucha relevancia, nunca quiz de-masiado atendida, y que deba quedar reproducida y as lo fue con el per-miso editorial del profesor Cataln hace ahora casi treinta aos.

    El anlisis que hace don Ramn del idioma artstico de la segunda mitaddel Quinientos y luego del Seiscientos es muy lcido; aborda incluso la es-ttica de la oscuridad gongorina y la polmica de las Soledades: son pginasque todo estudioso debe leer, aunque luego se hayan producido avances (nosiempre coincidentes) en la investigacin por obra de Orozco, Jammes o A.Carreira.

    Aunque nuestro autor fuese, en primer lugar, un medievalista, la verdad esque el relieve de las letras castellanas de hacia mitad del siglo XVI hasta haciala mitad del siglo XVII le llev ciertamente a tratar con detalle y deteni-miento en esta Historia... de las mismas. Estn muy logradas las partes de-dicadas en efecto a esta cronologa, e incluso los estudiantes de los primeroscursos deberan asomarse a ellas; con objetividad imparcial debe admitirseque tal gusto por las centurias del XV al XVII se vio adems favorecido en par-te por el nacionalismo historiogrfico mantenido por toda la escuela delCentro de Estudios Histricos.

    La Historia de la lengua espaola de don Ramn no es un trabajo revi-sado ni ledo en conjunto por su autor; de ah que no trate de la primera po-ca de Gngora, del Criticn, etc., cosas que no habran ocurrido seguramentede resultar un texto verdaderamente acabado y no pstumo: no est inaca-bado solamente porque se detenga en Caldern, Antonio de Sols, etc. Ade-ms y segn queda apuntado, la presente obra magna pidalina no es nadams que lingstica y propiamente lingstica, ni es desde luego literaria: esfilolgica, lo cual resulta ms difcil, pues el autor ha debido saber movilizaruna gran cantidad de datos idiomticos, histricos y literarios.

    Independientemente de que los hechos nos permitan coincidir o no entodo con l y teniendo en cuenta que lo esencial del trabajo del maestro

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  • pertenece a la primera mitad del siglo XX, nosotros creemos que la obratoda de don Ramn Menndez Pidal es no slo cualitativa y cuantitativa-mente impar, sino que en amplia medida contina guardando su vigenciacuando ya estamos en el primer lustro casi cumplido del siglo XXI. No menosslido ha sido el trabajo de sus discpulos directos, desde los ms tempranoshasta los ltimos como lvaro Galms y el editor de estas largas pginasDiego Cataln.

    Al profesor Cataln debe estar agradecido el hispanismo internacional(como queda dicho) por su gran esfuerzo junto a colaboradores a quienesl alude en la publicacin de la Historia de la lengua espaola. Se trata deuna obra larga de leer, en ocasiones compleja, que aborda asuntos difciles yno siempre inmediatamente atractivos ni divertidos, que lleva a revisar textosa veces no fcilmente accesibles, pero de necesidad obligada para quien de-see poseer un fondo filolgico slido.

    Nos tememos que este texto va a ser aludido ms veces que verdadera-mente ledo en su totalidad: por eso lo encarecemos ante nuestros alumnos, yante quienes con buena voluntad se hayan acercado a esta pequea presen-tacin del mismo. Encarecemos, asimismo, la lectura o relectura simultneade otras obras pidalinas que forman conjunto con la Historia...: nos referimosa los textos sobre el Cid, sobre juglares y trovadores en Espaa, a Orgenesdel espaol, Romancero Hispnico, etc.

    Francisco AbadUNED

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