histeria masculina

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Parálisis histérico-traumática masculina 1 Jean-Martin Charcot Jean-Martin Charcot nació el 29 de noviembre de 1825 en París, en el seno de una familia rocedente de la Chama!ne" #esde $oven Charcot se había sentido inclinado or la intura % or la medicina, decidi&ndose 'nalmente or esta (ltima" Comen)ó sus estudios m&dicos en 18**" +n 18*8 fue admitido en el nternado de los ositales de París" +n 185. resentó su tesis doctoral en la /ue estableció una diferencia fundamental entre dos enfermedades, la !ota % el reumatismo nudoso, /ue se habían confundido hasta entonces" 0res a os m s tarde fue nombrado m&dico de los ositales % encar!ado de un 3ervicio en el hosital de 4ourcine %, en 18 2, asó a la 3al6tri7re" ue en ese J EAN-M ARTIN CHARCOT (1825-1893) 1. 4e ons sur les maladies du s%st7me nerveu: faites ; la 3al6tri7re , 1887-1888, pp. 344 -347. 42 | N ORBERTO A LDO C ONT | ! "AN C ARLO# # TA$NARO hosital arisino adonde se desarrolló toda su carrera" nicialmente, colaboró allí con su anti!uo coma ero de internado, <lfred =ulian >a /uien sucedió en 18?2, al frente de la c tedra de <natomía Patoló!ica- en investi!aciones sobre la atolo!ía nerviosa" +n 1882, or in@uencias de Aambetta, se creó ara &l, la rimera c tedra en el mundo de Clínica de las +nfermedades Berviosas" +n el mismo a o in!resó a la <cademia de Medicina, % al a o si!uiente a la <cademia de Ciencias" aciendo !ala de una amlia cultura, tanto m&dica como artística, Charcot se convirtió en hombre de la alta sociedad arisina" Conocido en toda +uroa via$ó mucho, % fue convocado en consulta hasta en la corte del )ar de usia" 3us lecciones clínicas de los martes en su 3ervicio de la 3al6tri7re eran un unto de asa$e obli!ado ara los m&dicos interesados en la esecialidadD entre 1885 % 188? ublicó una muestra imortante de ellas en tres vol(menes titulados Leçon !" #e $%#%&'e &! *$e ne"+e! faites ; la 3al6tri7re" +ntre sus muchos alumnos, /ue lue!o fueron m&dicos de !ran renombre, estuvieron Joseh EabinsFi, Ailles de la 0ourette % Ailbert Eallet" Junto a sus dotes mundanas % cientí'cas Charcot era ortador de un car cter autoritario % tormentoso /ue no toleraba la menor contradicción" Como resultado de una insu'ciencia coronaria severa de car cter crónico, Jean-Martin Charcot murió el 1 de a!osto de 189. robablemente de un edema a!udo de ulmón, durante unas vacaciones en Montsauche, en la Bi7vre, cerca del la!o 3ettons /ue había emrendido con sus discíulos #ebove % 3trauss" asta su lle!ada a la 3al6tri7re, en 18 2, Charcot había estudiado diversos temas m&dicos >reali)ó notables traba$os sobre la san!re, descubriendo los cristales /ue llevan su nombre % e:licó la !&nesis de la claudicación intermitente> ero, al arribar a su nuevo uesto, comen)ó a interesarse or las enfermedades del sistema nervioso alicando a su investi!ación el m&todo anatomo-clínico de 4aGnnec con el ob$etivo de oner en evidencia la relación e:istente entre las lesiones de ciertas artes del cerebro % la afectación de las habilidades motrices" +n el transcurso de una d&cada rodu$o lo esencial de una obra neuroló!ica /ue cien a os m s tarde conserva todo su valor" #escribió, así, con !ran

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psicoanalisis

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Parlisis histrico-traumtica masculina1Jean-Martin CharcotJean-Martin Charcot naci el 29 de noviembre de 1825 en Pars, enel seno de una familia procedente de la Champagne. Desde jovenCharcot se haba sentido inclinado por la pintura y por la medicina,decidindose finalmente por esta ltima. Comenz sus estudios mdicosen 1844. En 1848 fue admitido en el Internado de los Hospitales dePars. En 1853 present su tesis doctoral en la que estableci una diferenciafundamental entre dos enfermedades, la gota y el reumatismonudoso, que se haban confundido hasta entonces. Tres aos ms tardefue nombrado mdico de los Hospitales y encargado de un Servicio en elhospital de Lourcine y, en 1862, pas a la Salptrire. Fue en eseJEAN-MARTIN CHARCOT(1825-1893)1. Leons sur les maladies du systme nerveux faites la Salptrire, 1887-1888, pp. 344 -347.42 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNAROhospital parisino adonde se desarroll toda su carrera. Inicialmente,colabor all con su antiguo compaero de internado, Alfred Vulpiana quien sucedi en 1872, al frente de la ctedra de Anatoma Patolgica-en investigaciones sobre la patologa nerviosa.En 1882, por influencias de Gambetta, se cre para l, la primeractedra en el mundo de Clnica de las Enfermedades Nerviosas. En elmismo ao ingres a la Academia de Medicina, y al ao siguiente a laAcademia de Ciencias. Haciendo gala de una amplia cultura, tantomdica como artstica, Charcot se convirti en hombre de la alta sociedadparisina. Conocido en toda Europa viaj mucho, y fue convocado enconsulta hasta en la corte del zar de Rusia. Sus lecciones clnicas de losmartes en su Servicio de la Salptrire eran un punto de pasaje obligadopara los mdicos interesados en la especialidad: entre 1885 y 1887public una muestra importante de ellas en tres volmenes tituladosLeons sur les maladies du systme nerveux faites la Salptrire.Entre sus muchos alumnos, que luego fueron mdicos de gran renombre,estuvieron Joseph Babinski, Gilles de la Tourette y Gilbert Ballet.Junto a sus dotes mundanas y cientficas Charcot era portador de uncarcter autoritario y tormentoso que no toleraba la menor contradiccin.Como resultado de una insuficiencia coronaria severa de carctercrnico, Jean-Martin Charcot muri el 16 de agosto de 1893 probablementede un edema agudo de pulmn, durante unas vacaciones enMontsauche, en la Nivre, cerca del lago Settons que haba emprendidocon sus discpulos Debove y Strauss.Hasta su llegada a la Salptrire, en 1862, Charcot haba estudiadodiversos temas mdicos realiz notables trabajos sobre la sangre, descubriendolos cristales que llevan su nombre y explic la gnesis de laclaudicacin intermitente pero, al arribar a su nuevo puesto, comenza interesarse por las enfermedades del sistema nervioso aplicando a suinvestigacin el mtodo anatomo-clnico de Lannec con el objetivo deponer en evidencia la relacin existente entre las lesiones de ciertaspartes del cerebro y la afectacin de las habilidades motrices. En eltranscurso de una dcada produjo lo esencial de una obra neurolgicaque cien aos ms tarde conserva todo su valor. Describi, as, con gransagacidad diversos cuadros como la esclerosis lateral amiotrfica oEnfermedad de Charcot (1865) que diferenci de la atrofia muscularprogresiva de Aran-Duchenne, la esclerosis en placas (1868), lasartropatas de la tabes (1868-1869), las localizaciones medulares(1873), la neuropata de Charcot-Marie-Tooth (1874), etc. Cre elHISTORIA DE LA ANSIEDAD | 43Museo Anatomopatolgico de la Salptrire, y laboratorios fotogrfico,anatmico y fisiolgico. Entre otras de sus obras cabe destacar: Leonscliniques sur les maladies des veillards et les maladies chroniques(1867) y Leons sur les maladies du foie, des voies biliaires et desreins (1877). De all que Charcot sea considerado fundador, junto aGuillaume Duchnne, de la neurologa moderna y uno de los msgrandes mdicos franceses.En 1878, segn testimonio de su alumno Pierre Marie por la fuerzade las cosas, se vio sumergido en plena histeria. Efectivamente, luegode una reforma edilicia que se realiz en el hospital, al Servicio deCharcot le fue anexada la Seccin de los epilpticos simples en el quese haba agrupado a autnticos enfermos comiciales junto a pacienteshistricas. El resultado de tal cohabitacin es que las ltimas comenzarona presentar crisis semejantes a las de los primeros.Rpidamente, Charcot se apasion por este nuevo campo de investigaciones.Adoptando las ideas de Briquet, quien vea en la histeria una neurosisdel encfalo, quiso aplicar a su estudio y ste fue uno de sus erroresla mirada descriptiva y metdica del neurlogo. Pretendi fijar definitivamentelas reglas del gran ataque histrico,vlidas para todos lostiempos, para todos los pases, para todas las razas. Fue entonces cuandose produjo en su obra aquella pequea falla de que hablara ms tardesu discpulo Marie, la de la introduccin de la metaloterapia de Burq en1876, seguida de la de la hipnosis en 1878: su manipulacin fueconfiada, sin tomar las precauciones necesarias, a colaboradores que sepreocuparon por mostrar al jefe (que, al parecer jams hipnotiz personalmentea un solo paciente) las manifestaciones que deseaba ver, a partirde un nmero restringido de enfermos vedettes los cuales, exhibidos endemostraciones pblicas, respondieron lo esperable en una atmsfera desugestin recproca.Hippolyte Bernheim y los miembros de la Escuela de Nancy elevaron unavoz crtica ante los resultados e interpretaciones de Charcot respecto de lahisteria. El punto de partida de la controversia, que dur cerca de diezaos (1883-1891), tuvo como eje principal al estatuto de la hipnosis y seorigin en una comunicacin Sur les divers tats nerveux dterminspar lhypnotisation chez les hystriques que Charcot envi a la Academiade Ciencias en 1882. La crtica de los de Nancy se centraba en loque consideraban una asimilacin abusiva de la hipnosis a la histeria yde las anestesias sensitivo-sensoriales, creadas en todas sus partes por lasugestin mdica exploradora producto puro de la escuela de la Salptrire.44 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNAROLas teoras de Charcot sobre la histeria no tuvieron repercusin luego de sumuerte. Poco antes de la misma le confes a su secretario Guinon que suconcepcin de la histeria se haba tornado caduca y que era necesario voltearde pies a cabeza todo ese captulo de la patologa nerviosa. No obstante,Charcot dej una impronta en la psiquiatra nada desdeable: sus descripcionesde la histeria traumtica y la histeria masculina contribuyeron,junto a otros mltiples trabajos y presentaciones clnicas sobre estaentidad, a despertar el inters mdico por ella. La obra de Pierre Janet, sudiscpulo, y de Sigmund Freud, quien asisti a su Servicio desde octubre de1885 hasta febrero de 1886, e incluso tradujo algunos trabajos del maestroal alemn, dan testimonio de la influencia de Charcot en la evolucin dela psicologa dinmica y en el desarrollo ulterior del psicoanlisis.***Este es el caso de un obrero ensamblador de bronce, de 46 aos, quetambin presenta accidentes histricos. Es de notar cmo estos casos dehisteria traumtica observados en obreros de apariencia vigorosa, se multiplicana medida que aprendemos a diagnosticarlos mejor. Es un hecho queslo vemos lo que hemos aprendido a ver. Estos casos, como a tantos otros,me resultaban desconocidos hace tres aos y, sin embargo, ya existan,pues no me parece verosmil que se trate de una enfermedad nueva.Hace tres semanas, este hombre estaba golpeando con un martillo demadera, que empuaba con su mano derecha, una placa de bronce quesostena en un torno con la izquierda. Estaba dando fuertes golpescuando de repente, la placa de bronce se movi y el martillo golpefuertemente sobre su mano izquierda.Tenemos razones para creer que el enfermo estaba un tanto ebrio en elmomento del accidente. Las consecuencias inmediatas fueron: dolorintenso, adormecimiento de la mano y del antebrazo y una cierta hinchaznde la mueca y de los dedos que tambin sufrieron hematomas.Estos hematomas y la hinchazn desaparecieron al cabo de cuatro das.Pero cuando ms tarde el enfermo quiso volver a utilizar esa mano, se diocuenta de que sta estaba flccida y de que no poda mover los dedos. Alrealizar el examen minucioso del miembro afectado, enseguida pudimosreconocer que se trataba de una parlisis histrico-traumtica: desdehaca unos das haba recuperado algunos movimientos voluntarios, en eldinammetro marcaba 18, pero presentaba una insensibilidad cutneacasi absoluta en la mano, la mueca y el antebrazo que se extenda hastaHISTORIA DE LA ANSIEDAD | 45unos diez centmetros de la articulacin del codo y terminaba de ese ladoen un lmite de forma circular perpendicular al eje del miembro.Ustedes no ignoran que esta forma de distribucin de la anestesiacutnea es un dato valioso, pero continuemos:Le pido al enfermo que cierre los ojos y muevo los dedos de su manoizquierda y su mueca de distintas maneras; el enfermo no tiene lamenor nocin de estos movimientos. Ignora totalmente la actitud que ledoy a sus dedos y a su mano. Le tuerzo los dedos, la mueca, realizo conellos movimientos de flexin o de extensin exagerados, pero el enfermono siente dolor alguno, ignora por completo lo que estoy haciendo.Seores, si bien en este caso la parlisis motora y sensitiva no es total,esto es suficiente para establecer el diagnstico, ya que a mi entender sloen las parlisis histricas estas caractersticas se dan en forma tan marcada.Ciertas lesiones orgnicas de la corteza reproducen tal vez parcialmenteestas caractersticas, pero en estos casos slo hay un esbozo, nunca un cuadrotan completo. Y es que en las lesiones orgnicas corticales, los focos, siemprebastante limitados, se distribuyen necesariamente en forma azarosa en lasregiones motoras y sensitivas de la corteza, distintas y distantes entre s,mientras que las lesiones dinmicas histricas, al menos lo que quiero hacerlesentender y reconocer, son difusas y afectan simultnea y sistemticamente,de alguna manera, las regiones motoras y sensitivas que entran en juego en elcumplimiento del movimiento de una u otra articulacin. De este modo, laclnica lo demuestra, las anestesias, en las parlisis histrico-traumticas soncomo la impotencia motora, dispuestas por segmentos, por regiones articularesy no siguen en modo alguno la distribucin de los nervios perifricos.Naturalmente, buscamos los estigmas y as hallamos algo interesante.Hay un achicamiento concntrico doble del campo visual, nico indiciode este tipo que hemos podido encontrar y, desde luego, se trata de unfenmeno histrico, pero en el examen visual, pudimos reconocer, adems,en ambos lados un escotoma central para los colores: esto no es unfenmeno histrico sino alcohlico. As pues, en el examen de la funcinvisual de nuestro enfermo se revelan la histeria y el alcoholismo.Como ya saben, gracias a nuestros estudios anteriores, en el hombre sesuelen asociar la histeria y el alcoholismo, y ste ltimo puede considerarseun agente provocador que determina la aparicin de la primera. Ciertotemblor rpido en las manos, cierto farfulleo, el temblor del labio inferior,que encontramos en nuestro enfermo en el examen de admisin, y quedesaparecieron desde que lleg al hospital, privado como est deexcitadores, confirman la indicacin que nos da el escotoma central.46 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNAROSabiendo pues que nuestro paciente es alcohlico, no hace faltainsistir para mostrar que la parlisis que lo aqueja no es una parlisisalcohlica. Me limitar a sealar como puntos absolutamente contrariosa esta hiptesis los siguientes hechos: origen traumtico, asimetra,ubicacin en uno de los miembros superiores, (los msculos inferioresno se ven afectados), ausencia de dolor espontneo o ante la presin,limitacin segmentaria de la anestesia o por regiones articulares, etc.Slo me falta sealar que nuestro enfermo no presenta enfermedadesanteriores. No conoci a sus padres y no puede decir si stos sufrieronenfermedades nerviosas. En otra ocasin les hablar sobre el tratamiento.Une leon clinique la Salptrire, Grabado de A. Lurat, realizado a partirdel cuadro de A. Brouillet, en el que se ilustra la presentacin de un casode gran histeria en 1886 por Charcot rodeado por sus alumnos.HISTORIA DE LA ANSIEDAD | 47Caso de neurastenia histrica tras una colisin ferroviariaen un empleado ferroviario de 56 aos2Me urge aprovechar la ocasin para estudiar con ustedes un caso relativoa la supuesta neurosis especial producida como consecuencia de colisionesferroviarias y que a veces se designa con el nombre de Railway-Spine oRailway-Brain. Ya he expuesto en varias oportunidades mi opinin sobrela naturaleza de estos casos. No existe una sola afeccin nerviosa de las delconjunto llamado familia neuropatolgica, que no pueda aparecer comoconsecuencia del shock nervioso experimentado en un accidente ferroviario.A saber: parlisis agitante, epilepsia, vesania, esclerosis en placas, etc., etc.Sin embargo, por regla general, en estos casos suelen aparecer la histeriay la neurastenia, ya sea aisladas, ya combinadas una con otra en proporcionesdiversas, complicadas o no con lesiones orgnicas. Sin riesgo aequivocarme, podramos decir que en estas condiciones un tanto especialesde colisiones ferroviarias, si se produce una afeccin nerviosa puramentedinmica, es decir no relacionada con una lesin material apreciable, estaafeccin, en la mayora de los casos, normalmente por decirlo as,consistir en la combinacin de dos neurosis perfectamente autnomas,independientes una de otra nosogrficamente, pero que parecen teneruna gran afinidad y por ello suelen coexistir en un mismo sujeto.Mencion a la neurastenia por un lado y a la histeria por el otro.2. Leons sur les maladies du systme nerveux faites la Salptrire, 1888-1889, pgs. 131-139.48 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNAROEl sujeto que ven aqu es un ejemplo de este tipo. No representa unhecho de primera gravedad; sin embargo, los accidentes nerviosos quepadece se muestran de una forma bastante acentuada, bastante tpica,como para justificar el estudio clnico del caso.El Sr. Vlois tiene 56 aos. Trabaja en el ferrocarril del Norte. Desdehace tiempo su puesto es el de jefe de tren. Como ven, es robusto,rechoncho fornido, como suele decirse, de rasgos enrgicos.En el pasado era valiente, activo, lleno de entusiasmo, para nada emotivo.Todo esto cambi desde el mes de agosto, es decir, desde hace cincomeses, poca en la que tuvo lugar el accidente del que hablaremos acontinuacin. Pero antes de esto, sera bueno insistir un poco ms en losantecedentes de nuestro enfermo.El estudio de los antecedentes familiares no arroja ningn datointeresante. Padre muerto de cncer de laringe a los 56 aos; la madrenunca sufri una enfermedad nerviosa: respuestas negativas tambinen cuanto a los dems parientes. As pues, hasta donde l sepa almenos, en su familia no hubo ni ditesis nerviosa, ni ditesis artrtica.No sucede lo mismo cuando se trata de su persona. Si bien es ciertoque antes del accidente nunca sufri una afeccin nerviosa de ningntipo, hay que mencionar que, por el contrario, tuvo dos accesos degota perfectamente caracterizados; el primero hace un ao, endiciembre, dur quince das, el otro, de duracin similar, haciamediados de 1888.Al enfermo: Usted nunca tuvo arenillas, clicos renales?El enfermo: No, seor.Dr. Charcot: Se ve que no presenta tofos en las orejas.Al enfermo: Tuvo gota dos veces? Dnde se localizaban el dolor y la...................hinchazn?El enfermo: S, seor, cada vez dur de diez a quince das. La hinchazn.................estaba en los dos dedos gordos del pie. (Seala las articu-.................laciones de las falanges metatarsianas de los dedos del pie).Dr. Charcot: En qu momento es ms intenso el dolor; de da o de....................noche?El enfermo: Oh, seor, por la noche. No poda dormir. Por la maana..................estaba mejor, durante el da. Tambin me sali despus..................una erupcin en la pierna izquierda, dijeron que era un..................eccema varicoso.Dr. Charcot: Bueno, evidentemente fue gota en ambas ocasiones, es....................inconfundible.HISTORIA DE LA ANSIEDAD | 49Al enfermo: Antes de estos accesos de gota, nunca estuvo usted enfermo?El enfermo: No, seor. Nunca estuve enfermo.Dr. Charcot: Sirvi en el ejrcito?El enfermo: S, estuve en el cuerpo de infantera ligera en frica.........................Estuve en la guerra de Italia. Estuve en Magenta, en.........................Palestro, en Solferino. Tambin particip en varios com-........................bates en frica, pero fue casi insignificante.Dr. Charcot: Trabaja en la compaa ferroviaria del Norte desde 1871,........................como jefe de tren. Insisto en que desde entonces nunca...................... .dej de trabajar, hasta que el 17 de agosto ltimo,........................mientras conduca un tren de carga, en una maniobra........................en la estacin, el furgn en el que se hallaba fue embestido........................por una locomotora que lo choc perpendicularmente........................y, al parecer, lo despedaz.El enfermo no puede decir con exactitud lo que pas en ese momento;lo que cuenta lo sabe por las personas que vieron el hecho. Sin embargo,le parece haber odo, en el momento del accidente, un grito provenientedel otro tren Oh! Ya est. Lo cierto es que cuando lo recogieron, enmedio de los escombros del furgn, haba perdido el conocimiento. Elchoque se produjo en Villeneuve-Saint-Georges. Su traslado a la estacinde Pars y luego al hospital de Lariboisire, llev una media hora y durantetodo ese tiempo l permaneci inconsciente.Tal vez sea pertinente prestar atencin a esta amnesia relativa a lascircunstancias del accidente. Suele ser la regla en los grandes shocksnerviosos e incluso en ciertos casos de este tipo se puede observar el fenmenode la amnesia retrgrada que el Profesor Azam de Bordeaux haestudiado tan bien en estos ltimos tiempos3.En estos casos, el enfermo no slo ha perdido el recuerdo de lo queocurri desde el momento del accidente hasta que recuper el conocimiento,sino tambin el recuerdo de lo que sucedi durante un perodo,ms o menos prolongado, antes del accidente.Y en este punto, permtanme entrar en una breve digresin paracomentarles uno de estos hechos de amnesia retrgrada que yo mismopresenci. El 23 de mayo de 1885, cerca de las nueve de la maanacuando iba en camino a la Salptrire, en coche, como de costumbreen el boulevard Saint-Germain, no lejos de la iglesia de San Bernardo,3. Trastornos intelectuales provocados por traumatismos cerebrales, Arch. Gn. deMdecine, 1884, febrero, p. 129.50 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNAROuna mujer que cruzaba el boulevard y que haba llegado a la parte de lacalzada que es de madera, no oy el ruido de mi coche ni los gritos delcochero, y fue arrollada por mis caballos. El coche sigui circulando, porms que tratbamos de detenerlo, durante algunos momentos ms yafortunadamente, la pobre criatura fue esquivada por los caballos quepasaron a cada lado, sin pisarla seriamente, y luego las ruedas del cocheno la tocaron siquiera. La llevaron inmediatamente a un negocio cercanoy yo la segu.Haba perdido el conocimiento, estaba plida, y tena una heridavertical sobre la ceja izquierda, apenas de un centmetro de ancho, pocoprofunda, con un leve trombus y que sangraba poco. Volvi en s unostres minutos despus del accidente. Entonces hice que se pusiera de piey comprob que, a parte de la pequea herida ya mencionada, por fortunano presentaba ninguna lesin traumtica de importancia. Una vez depie, empez a responder a mis preguntas y, con gran asombro, nos hacasaber que no entenda de qu le estbamos hablando: nos dijo que norecordaba haber sido arrollada por un coche, ni haber cruzado el boulevard,ignoraba incluso porqu haba salido. Le preguntamos su nombre y logrrecordarlo al cabo de algunos instantes, pero cuando le preguntamosdnde viva, no pudo responder. En esto estbamos cuando se presentun caballero que nos dijo que se trataba de su criada, que viva en elvecindario. Ella lo reconoci perfectamente, pero no pudo decir la direccindonde l viva. La mujer hablaba con facilidad, sin el menor problemapara articular las palabras.Esto quiere decir, seores, que nunca deben creer sin reservas todo loque cuentan los enfermos cuando se los interroga acerca de las circunstanciasdel accidente que han sufrido. Estas circunstancias, por reglageneral, slo las conocen a travs de la narracin de testigos, e inclusodir que a menudo se crea en sus mentes una especie de leyenda en la quecreen ciegamente y que se acostumbran a narrar con candor, sinceramente,como si fuera la realidad misma. Tal es el caso de un pobre diablo cuyahistoria presento en el tercer volumen de mis Lecciones sobre las enfermedadesdel sistema nervioso. Este hombre haba sido arrollado por un cochey, contrariamente a la realidad, estaba convencido de que las ruedas lohaban pisado, hasta soaba con ello. En varias oportunidades lo habanodo gritar mientras dorma: Detngase! No fustigue al caballo, va aatropellarme! ah! el coche me pasa por encima. Y durante el da sostenaesta misma versin con la pasin que da una conviccin profunda,ponindose rojo de furia cuando alguien dudaba de su palabra.HISTORIA DE LA ANSIEDAD | 51Pero volvamos entonces a nuestro jefe de tren.Una vez en Lariboisire, volvi en s y se comprob que no tenaninguna herida de gravedad. Presentaba contusiones en distintas partesdel cuerpo, el lado derecho del trax, las rodillas, la cabeza, eso era todo.Pudo dejar el hospital al cabo de cuatro das y volvi a su casa donde hizoreposo durante unos veinte das, ya que haba desarrollado unaangioleucitis a lo largo de uno de sus miembros inferiores. El enfermosostiene que durante esos veinticinco das despus del accidente, noexperiment ninguna dolencia nerviosa, slo los dolores asociados a lascontusiones, y cuando super su angioleucitis, se levant creyendo habersuperado no ya el miedo, pues no haba sentido miedo, al menos enforma consciente, sino todas las pequeas miserias que haba padecidosin mayores consecuencias. De hecho, se senta muy dispuesto y sepreparaba por tanto a retomar su trabajo.Es entonces cuando cae en la cuenta por primera vez de que todo suser ha sufrido una profunda modificacin. Le parece que ha perdido unaparte de su fuerza fsica, pero al principio esto le preocupa poco, cree queal ponerse en movimiento la fuerza volver: lo que le preocupa, lo que loperturba profundamente, es que en la estacin, adonde ya ha ido variasveces, como prueba, el sonido del silbato lo hace estremecer y lo irrita deuna manera espantosa. Cuando ve pasar un tren, no puede mirar lasruedas de los vagones sin sufrir un vrtigo enloquecedor. Tiene la sensacinde ser atrado hacia el tren que va a arrollarlo. Y no slo se trata deuna emocin relacionada con el tren, pues en la calle, cuando ve pasar uncoche o cuando un cochero hace restallar su ltigo, siente los mismosestremecimientos, los mismos malestares indescriptibles, los mismos terrores.En varias ocasiones vuelve a la estacin para foguearse, en suspalabras, pero todos sus intentos resultan intiles; fracasa cada vez y lo vaganando la triste conviccin de que le ser imposible por largo tiempovolver a su puesto de trabajo.Pronto se da cuenta de que su carcter ha cambiado. Lo invaden ideastristes, se ha vuelto sumamente emotivo. l, un ex-combatiente queluch tantas veces y que ms tarde enfrent distintos accidentes ferroviarioscomo jefe de tren, algunos de los cuales fueron muy graves, ahorallora por los motivos ms insignificantes. No se atreve a cruzar solo lascalles, se siente aturdido, teme que los coches lo atropellen, perturbadocomo est por los ms mnimos incidentes, los ms mnimos ruidos.Dice que tiene la cabeza vaca; no tiene ms memoria, o al menos, la tienemuy lenta. Si quiere pensar en algo, combinar algunas ideas, disponer52 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNAROalgn proyecto en su mente, pronto siente que su cabeza se fatiga. Sitoma un peridico para distraerse, apenas lee algunas lneas tiene quedejarlo. Siente entonces una sensacin de constriccin en las regionesfrontales y occipitales, en la nuca, una pesadez muy molesta. Esta sensacinnunca lo abandona del todo, pero se agrava en forma manifiestacada vez que se produce un acto intelectual un poco prolongado,cualquiera que fuera. Con estos rasgos, es posible reconocer la cefaleaneurastnica de la que ya he hablado tantas veces y que suele desarrolllarsede manera progresiva, como consecuencia del agotamiento intelectual,de la ansiedad producida por los negocios, de una pena.Aqu no se trata de esfuerzos intelectuales o de penas, el mal se produjocomo consecuencia de un shock nervioso, de una sbita conmocin y esinteresante ver el mismo resultado determinado por causas aparentementetan distintas.As pues, con estos sntomas ceflicos, nuestro sujeto se constituyeclaramente como neurastnico: cefalea especial, amnesia, vrtigo, abulia,tristeza, emotividad, etc., etc., no falta nada. Sin embargo, debemos agregarlo siguiente: las noches son malas, suelen traer sueos dolorosos, a vecesaterradores. Estos sueos no se refieren a los detalles del accidente, delque por otra parte, no fue testigo, consciente al menos; no se refierensiquiera a accidentes ferroviarios de los que podra haber odo hablar, locual es bastante curioso; no, nuestro enfermo suea con batallas, sueacon Palestro, con Magenta, en frica. Una de las ltimas noches so queentraban ladrones a su casa.Como ustedes saben, los trastornos nerviosos que constituyen laneurastenia cerebro-espinal suelen repercutir en las vsceras, en particularen el estmago. Se produce entonces una forma de dispepsia que convienellamar neurastnica. Y esto es lo que realmente sucede con nuestro enfermo.Si bien conserv el apetito, por la maana suele tener la boca amarga,pastosa. En cuanto empieza a comer y los alimentos llegan al estmago,ste se hincha, se inflama y poco despus se producen gases de difcilexpulsin. La sangre, durante y poco despus de las comidas, sube alrostro. Siente cansancio, malestar y una necesidad imperiosa de dormir.Esto en nuestro enfermo contrasta mucho con lo que le suceda antes: sibien haba sufrido accesos de gota, nunca haba sentido el estmago yse estableci sin duda que la dispepsia en cuestin comenz cuando lossntomas de neurastenia ceflica empezaron a acentuarse.Entre los otros sntomas neurastnicos que me parecen dignos demencin en este caso, citar primero un debilitamiento genital muyHISTORIA DE LA ANSIEDAD | 53pronunciado y desarrollado repentinamente, luego, en ltimo lugar, unadisminucin muy marcada de la fuerza de presin dinamomtrica. Deeste modo, mientras que un hombre vigoroso como l, como lo era,debera alcanzar un nivel de 80 con la mano derecha, el enfermo ahoraslo llega a 25, 30 como mximo. Esto est muy por debajo de lonormal. Reflejos rotulianos conservados, pero un tanto dbiles.As y todo, hasta aqu no hemos considerado ms que un solo aspectodel cuadro.Tal como dije al comienzo, la histeria est combinada con neurasteniaen este sujeto, afirmacin que debe ser justificada. Pues bien, en primerlugar destacar que en Vlois existe un permanente achicamiento delcampo visual, poco pronunciado en circunstancias ordinarias, ms marcadoluego de lo que l llama sus ataques, sus aturdimientos, su sncope.Por otra parte no hay otros trastornos de la sensibilidad, otros estigmas,ni anestesia, ni lesin del gusto, del olfato, etc., etc. Pero un achicamientoconcntrico permanente del campo visual como marca histrica, ya esalgo, pues, digan lo que digan, semejante sntoma no se ve fuera de lahisteria, aparte de en uno o dos casos de lesin orgnica pasablementedeterminadas hoy da. En todo caso, basndome en numerosas observaciones,creo poder afirmar que no pertenece a la neurastenia no complicada.Pero hay ms, el ataque histrico se halla representado aqu claramente, sino en su forma convulsiva, al menos en la forma no menos tpica de unvrtigo con prdida de conocimiento, precedido por la evolucin de losfenmenos caractersticos del aura. Los ruidos que se oyen en la calle, ungrito, un latigazo, dice el enfermo, me provocan los ataques. Sientoentonces que me ahogo, me zumban los odos, siento latir mis sienes;poco despus se me nubla la vista, me tambaleo y siento que voy adesmayarme; me veo obligado a apoyarme contra la pared. A veces hellegado a desmayarme realmente durante algunos segundos. Es lo queme sucedi el otro da en la calle Lafayette, luego de la fuerte emocinque me provoc ver un caballo que se caa. Me result imposible volver acasa sin la ayuda de un amigo que me acompa. Esto es suficiente, ami entender, para justificar el diagnstico de neurastenia histrica queproponemos para caracterizar este caso clnicamente.Tal vez ustedes podran pensar, caballeros, que los desrdenes producidospor el shock nervioso en un hombre robusto, jefe de tren, deberanser distintos en ciertos puntos de aquellos determinados en circunstanciasanlogas en un hombre culto, que vive sobre todo de las cosas del intelecto,en un mdico por ejemplo. Si pudieran ustedes creerme, seores, los54 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNAROsacara de su error citando el caso de un amigo mo, doctor en medicina,quien luego de un accidente ferroviario (choque de trenes), que sufrieraen Inglaterra, present sntomas idnticos, al menos en sus rasgosfundamentales, a los que acabamos de describir y por ende, no pudoejercer su profesin durante ms de dos aos. Tampoco hay que creerque sintomatolgicamente, la neurastenia histrica desarrollada en unacolisin de trenes (Railway Brain) difiere esencialmente de la que sedesarrolla como consecuencia de otras causas. Sera un error ms en elque no se debe caer. El Dr. Mathieu nos ha hecho ver, acerca de un casoque me comunic y que yo mismo present en la clnica del ao pasado(Leons sur les maladies du systme nerveux faites la Salptrire; 1887-1888,sexta leccin, pg. 62) de qu manera la combinacin histeria-neurastenia,con todas las caractersticas que hemos reconocido en nuestrotraumatizado, puede desarrollarse fuera de cualquier accin traumtica,de todo shock nervioso, en un empleado ferroviario, agente de unservicio activo (viajes de Pars a la frontera, da y noche), y predispuestohereditariamente a las afecciones nerviosas. Pero, incluso en los agentesque no viajan, en los empleados de oficina, como en todas las condicionescomunes del agotamiento intelectual, la neurosis compleja sobre laque estoy llamando la atencin puede verse revestida, a veces, detodos estos atributos caractersticos; si bien en esas condicionessolemos hallar una neurastenia simple, sin ninguna otra complicacinobservable.Pero basta por ahora de cuestiones que ya retomar ms tarde, conmayor detalle. Hoy quisiera terminar con algunas palabras relativas alpronstico. En mi opinin el pronstico es serio, no en lo que atae a lavida, desde luego, que no se ve en absoluto amenazada, sino en estesentido: dudo mucho de que nuestro enfermo pueda volver a su trabajoalgn da. Hace ya seis meses que es tratado regularmente con tnicos,bromuros, electricidad esttica, hidroterapia. Sin duda ha mejorado unpoco, duerme menos mal, come con ms apetito; pero todos los sntomas,tanto histricos como neurastnicos, persisten en cierto grado y laltima experiencia dinamomtrica arroj un resultado de 14 para lamano derecha y 50 para la izquierda. En ocasiones no hay nada mspersistente que estas afecciones nerviosas, puramente dinmicas sinembargo, y al decir del enfermo hubiera sido mejor si me rompa unapierna. Luego agrega me doy cuenta de que nunca podr volver a laempresa porque, como el primer da, estoy muy emotivo, tengo vrtigos,no tengo voluntad ni fuerzas. El menor ruido me hace estremecer: ParsHISTORIA DE LA ANSIEDAD | 55me resulta insoportable. Quiero escapar de todo este ruido: he decididojubilarme e ir a vivir al campo, para no or esto nunca ms.Entre nosotros, caballeros, creo que tiene razn y lo aliento para quesiga adelante con este proyecto.Autgrafo de Charcot. Convocado a Rusia para realizar la consulta deun paciente, alto dignatario del reino, Charcot escriba a su familiailustrando sus cartas con acuerelas.Histeria y neurastenia en el hombreEste hombre es un empleado ferroviario de treinta y ocho aos, elcual, como ven, es fuerte; su funcin en la empresa ferroviaria es casisedentaria, pues trabaja como guardabarreras. Este hombre tiene quevelar a menudo por las noches, y es necesario que est atento siemprepara evitar los choques. Ante tal responsabilidad, todo error es grave y,por lo tanto, es necesario no equivocarse. Si alguien siente algn malestar56 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNAROnervioso, lo mejor ser que no trabaje como guardabarreras, pues es necesariano tener antecedentes como los que presenta este hombre.En la patologa nerviosa tenemos que considerar ante todo las formasespeciales que podemos denominar especies. Un profesor llamado Porrypretenda que la palabra especie era detestable porque implicaba hacerontologa tratndose de patologa; por lo tanto, segn l, no existan sinoestados rgano-patolgicos.Cuando veo producirse un proceso mrbido en el cuerpo humanobajo los efectos de un virus varilico, la enfermedad se produce siempredel mismo modo, cosa que le da una peculiar originalidad y una unidadque posibilita que la enfermedad pueda ser llamada especie sin cometerpor eso un paralogismo.Pues bien, todas las enfermedades estn un poco en esas condiciones,lo cual es algo bueno, dado que si no hubiese especies mrbidas, confrecuencia no podramos diagnosticar. Gracias a eso nos es posible nochapucear demasiado haciendo clnica.Se dan las especies simples y las compuestas, o ms bien combinacionesde especies. A primera vista todo esto parece muy sencillo y no siemprese lo tiene en cuenta. Sucede por lo tanto que alguien piensa que haencontrado una nueva enfermedad donde en realidad simplemente setrata de una combinacin de dos afecciones distintas.Tenemos aqu un enfermo a la vez neurastnico e histrico. Personalmenteme interesa mucho mostrrselos pues habrn odo decir a ciertosautores que los neurastnicos padecen de un estrechamiento del campovisual y de anestesia. Bien, yo no creo eso ya que cuando los enfermospresentan ese estrechamiento del campo visual es porque son, a la vez,histricos o neurastnicos. Sin embargo, ambas enfermedades son,en general, completamente independientes una de otra, aun cuando secombinen.Consecuencia de la neurastenia en este enfermo es la prdida de lasfunciones sexuales, hecho que tiene ya varios meses de duracin y que seinici con un priapismo sin ideas voluptuosas. El segundo fenmenoneurastnico es un fenmeno de un orden particular consistente en queel enfermo siente que un casco le envuelve toda la cabeza producindoleuna sensacin de pesadez. Cuando la enfermedad cobra toda su intensidad,parece que siente la cabeza vaca, desaparece la memoria y es imposiblecualquier trabajo intelectual.Otro fenmeno de la neurastenia es esa famosa dispepsia que losneurastnicos padecen con tanta frecuencia. Esto ha hecho creer a losHISTORIA DE LA ANSIEDAD | 57clnicos que todas las perturbaciones neurastnicas tenan como puntode partida afecciones gstricas; sin embargo es verdadero lo contrario.Comienza la neurastenia y la afeccin estomacal completa el cuadro.Cuando el sujeto camina se manifiesta en l otro fenmeno neurastnicoen virtud del cual se siente arrastrado hacia el lado izquierdo (vrtigode traslacin).Finalmente, entra en esta afeccin un elemento psquico que se vinculacon los fenmenos neurastnicos y en virtud del cual tiene miedo detodo, especialmente de quedarse solo.Yo afirmo que este sujeto es un histrico. Tenemos ante todo un debilitamientoextremadamente pronunciado de la fuerza dinamomtrica: sumano izquierda marca en el dinammetro slo cincuenta, mientras quela mano derecha marca sesenta. Esto es, para un hombre de semejantetalla, realmente muy poco; adems, presenta en el lado izquierdo unahemianalgesia comparable en todo a la de las histricas. El testculo dellado izquierdo es ms sensible que el derecho. Es pues un testicular encontraposicin con la ovrica histrica. Este es el momento de respondera un mdico de Nueva York, quien me acusa de ser la causa de innumerablesy espantosos desrdenes en razn de haber dicho yo que las histricastenan una afeccin ovrica. Segn l, una buena cantidad de cirujanosse han puesto a extirpar los ovarios para curar la histeria. Esto serala abominacin de la desolacin. Nunca he dicho semejante tontera;pienso, por lo tanto, que ese colega cuestiona mi estado mental. Si yo heafirmado que haba ciertas histricas ovricas, ha sido porque estoy seguro deeso. Lo que jams he dicho es que la histeria tuviera como causa unaafeccin ovrica. Ciertamente dije que cuando las histricas eran ovricas,el acceso se detena ejerciendo presin sobre el ovario, pero no me considerotan ingenuo como para pretender que la histeria reside en los ovarios.Se puede tener en la espalda una placa histerognica sin que por eso laespalda sea la causa de la histeria. Nunca en la vida aconsej extirpar losovarios. No soy tan simplista y pienso que el asunto es mucho ms complejo.Con toda seguridad que en lugar de pretender que lo mejor que poda haberhecho era callarme la boca, el colega de Nueva York podra haberme ledo.En tal caso, seguramente no habra encontrado tales afirmaciones en lo queenseo y, por el contrario, habra visto cmo protesto contra la tendencia deciertos cirujanos a extirpar los ovarios en la histeria general, medida que estimoexcesivamente radical. Todo esto no tiene ni pies ni cabeza. De no ser as,sera necesario cortar un trozo de piel de la espalda para suprimir las placasbisterognicas y amputar los testculos de los testiculares.58 | NORBERTO ALDO CONTI | JUAN CARLOS STAGNAROActualmente, de regreso de Alemania y Suiza, llegan seoras que yano tienen ovarios. En sus vientres estn las cicatrices y permanecen tanenfermas como antes. Es que un punto histrico de menos no implica lacuracin de la histeria.Nuestro enfermo padece un estrechamiento del campo visual y eso noes caracterstico de un neurastnico sino de una histrica.Nuestros opositores habituales afirman que se encuentran epilpticoscon estrechamiento del campo visual y que en consecuencia esta afeccinno prueba que se trate de una, histeria.Es cierto que hemos visto epilpticos con anestesias, pero eso no sucedeporque sean epilpticos sino porque se trata de histeroepilpticos, endefinitiva, porque son histricos. No es difcil aclarar todo esto, s se estdispuesto a entenderse, pero siempre hay gente que se siente obligada acontradecir.Contino, por lo tanto. Este hombre que padece un estrechamientodel campo visual es un histrico. Presenta incluso el aura sumado apequeos ataques histricos que no son epilpticos, ni provienen de laneurastenia. Estamos ante un caso realmente interesante. Observen ustedesque se trata de un hombre que tiene una profesin manual que no suponemayor esfuerzo intelectual, sino que slo exige atencin. El caso es que lsufre un surmenage y hace del da la noche.No es raro encontrar neurastnicos entre los empleados del ferrocarril.Nuestra vecina, la compaa de ferrocarriles de Orlens, nos provee denumerosos clientes, muchos de los cuales son neurastnicos. Este es histricoy neurastnico al mismo tiempo. Tiene el aspecto de un hombrevigoroso y si uno se fiara de la antigua manera de ver las cosas, deberaestar muy lejos de la histeria. Sin embargo, en cuanto a l, semejanteafirmacin no tiene valor alguno. Lo he hecho venir para mostrarles estetipo de complicacin.Charcot (dirigindose al enfermo): Cmo se producen los pequeos............................................... .. .....ataques que usted siente? Tiene............................................... ........ruido en los odos, latidos en los...................................................tmpanos? Siente la garganta................................................... .....cerrada?Enfermo: S.Charcot: Qu tratamiento sigue?Enfermo: Tratamiento por electroshock.Charcot: Le han dado licencia para seguir este tratamiento?Enfermo: Si, un mes.HISTORIA DE LA ANSIEDAD | 59Charcot: Desde cundo? Ya comenz el mes?Enfermo: Desde hace ocho das.Charcot: Y va mejor?Enfermo: Comienzo a salir de la cosa y eso me hace bien.Charcot: Usted trabaja de noche?Enfermo: Mensualmente, la mitad de las noches.Charcot: Puede retirarse.