Enfermedades políticas que padece la capital de esta Nueva España.

En casi todos los cuerpos de que se compone y remedios que se le deben de aplicar para su curación si se requiere que sea útil al rey y al público.

Hipólito Villarroel

ENSAYOAbel Alejandro López Pérez.

Introducción.

Para elaborar este trabajo me costó mucho comprender el lenguaje plasmado en las palabras del autor, y una vez posicionado en el lugar y fecha en que se escribe y vive este personaje, se puede razonar el motivo o las razones de su personalidad que son tan particulares a la hora de abordar temas relacionados sobre su entorno.

Uno de los principales motivos que me llevo a realizar esta lectura, aparte de ser el autor y la lectura elegida para realizar el trabajo final, me motivo al ser un autor que poseía ciertos criterios que muy pocos escritores llegaban a plasmar de la forma y desinhibición como él lo hace. La idea de plasmar los problemas de se generan en el reino de la Nueva España tratando de abarcar todos los lugares afectados y no solo presentarlos de forma esquemática y bien estructurados, sino también aportando una o varia soluciones para remediarlo.

El método utilizado por Villarroel para explicar su trabajo se vale de analogías, asemejando los problemas que padecía el reino de la Nueva España a enfermedades que dañan al ser humano, de igual modo creando las relaciones que existen entre los remedios y curas para combatir estos males. De los problemas muestra a lo largo de la obra nos encontramos a gran escala con los económicos, administrativos, gubernativos, religiosos, entre otros, que son vistos desde la perspectiva del autor, exponiéndolos con serios retrasos en comparación con reinos de Europa.

Este autor se ubica a finales del siglo XVIII, de las fecha exacta solo se señalan dos de las mas aproximadas que se muestran en un catalogo posterior entre 1785 a 1787, sacado al publico tiempo después por un tal José Fernando Ramírez que poseía el manuscrito. También que por estas fechas que tratan de precisar, fue casi imposible la impresión y publicación de una obra de la calibre y puntería, dado que el monarca Carlos III regia como un déspota ilustrado y junto con la muerte de José de Gálvez pudieron ser factores a consideración especiales para no haberlo hecho.

En lo referente al marco espacial es muy obvio que el objetivo del trabajo es un estudio muy detallado de lo que acontece al México colonial o al reino de la Nueva España, se hacen comparaciones de otros autores que tienen cierta afinidad con el tema central que se maneja en la obra, pero al ser poco mencionados no forman parte de ella.

De las fuentes bibliográficas se puede rescatar poco, ya que este autor era un usuario de las leyes de esa época y su conocimiento de ellas era bastante, dado que este libro lo escribió basándose y apoyándose en sus 25 años de experiencia en el sistema legislativo de su época, de allí la razón de citar leyes, clausulas y artículos para sustentar las quejas y soluciones que plantea a lo largo del libro, también encontramos aquellos memoriales de los virreyes que le antecedieron a lo largo de su periodo, y la mención de estas le ayuda a conjeturar sobre los temas que tratan sus capítulos.

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Síntesis del tema.

Al principio de la obra después de la introducción que señalan posteriores historiadores e investigadores, se aprecia que este trabajo va dirigido a una persona anónima que es a la que le está haciendo y entregando un reporte exhaustivo reporte del estado de la situación colonial.

En casi todo los cuerpos de que se compone y remedios que se le deben aplicar para su curación si se requiere que sea útil al rey y al público.

En el estudio introductorio de esta obra la investigadora Beatriz Ruiz Gaytán, muestra el verdadero propósito del autor, implícitamente en el titulo reparar de cuanto error administrativo y económico se cometía en la Nueva España contando a las personas responsables de ello y recetando los debidos remedios para corregir estos males.

En este estudio previo la autora hace una comparación de Villarroel con dos personajes, Bartolomé de las Casas y Thomas Gage que tratan asuntos similares cada uno desde su punto de vista y su época. Que así como Villarroel vivieron y experimentaron el régimen español a primera mano y ambos se dedicaron a mostrar lo que ellos habían percibido y sacar a la luz lo que en su verdad fue.

El manuscrito de este libro fue pasado por diferentes manos y utilizado en diferentes ocasiones para múltiples usos. Primero por un historiador estadounidense que lo cita en su libro History of México, ya en tiempos de independistas fue utilizado por Carlos María Bustamante a modo de apología para sus propios fines. De allí hasta Fernando Benítez donde agrega de su propia mano antecedentes históricos de la obra y el autor, tales como el origen racial de Villarroel “criollos”, y una de sus características destacables como:

…su odio hacia los indios, a los curas, los grupos desprotegido, la religiosidad mexicana, divertimientos populares y expresiones barrocas… (pág. 17).

La autora hace referencia a Arnaiz Amigo que utiliza la obra haciendo un estudio preliminar más legalista que histórico. Con una forma distinta de ver el documento:

“La visión que de la sociedad mexicana de su tiempo nos presenta Villarroel es propia de un conocedor de la política.” (pág. 18).

Usando esta visión que ofrece las enfermedades que señala Villarroel del país que aún perduran hasta nuestros días, como un medio de reflexión.

En lo sucesivo la autora continúa con la introducción mostrando el contexto histórico y los antecedentes tanto del autor como de la obra. Antecedentes que van desde a finales del siglo XVII y continúan desarrollándose en el XVIII, tales como las ideas ilustradas surgidas en Europa, con personajes como Newton, Locke, Diderot, Voltaire, Gibbon, Turgon, entre otros. Tales ideas como la democratización de la política el derecho y las garantías individuales de igualdad en el trato legal y oportunidades para todos.

La obra escrita entre los años 1785 y 1787 (sin contar que permaneció inédito durante casi 50 años), en una etapa cuyas consecuencias llevarían al derrumbe y a la bancarrota de la corona española.

En lo personal considero que Villarroel trató de depurar el sistema que controlaba este reino para facilitarle a la corona la gobernabilidad tratando que general lo menos posible problemas que derivaban de otros mas y su posible propagación. Sobre el autor la introducción revela que Villarroel se graduó de la universidad de Salamanca en leyes, comenzando su carrera como burócrata y político en la Nueva España. En la introducción

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se establece que la primera vez que se da cuenta de Villarroel es en 1770 cuando es separado de su cargo como justicia mayor de Cuautla, y cinco años antes donde se le relaciono con el visitador Don José de Gálvez y en 1783 este le recomienda con el virrey para que le “dé un empleo que le corresponda con sus aptitudes y meritos”.

Hasta el asunto de la herencia de un tal Orobio, donde estuvo arrestado y una vez liberado, temeroso, humillado y con la ira oculta germinaría en su póstumo trabajo.

Su siguiente puesto lo consiguió en el año de 1773, nuevamente en el virreinato de México. Era un hombre que sabía moverse y su paciencia y tozudez lo hacían realmente diestro en su oficio.

Su nombramiento como Alcalde de Tlapa por parte del rey Carlos III, de allí la autora deduce que no fue muy grata dada su relativa duración (10 años) en la cual se podría apreciar tanto en su obra como en los documentos, que el trato a con los indios no era muy convencional y su malestar o desagrado era evidente causándole varias molestias a con el virrey y los responsables superiores del Alcalde.

De la aparente relación con el funcionario Gálvez se puede observar mediante la carta de 1784 que expone una crítica y descripción de los enemigos y labores que realizan en el reino de Vuestra excelencia y donde ellos hacen de abominable el nombre su nombre (Gálvez) hasta en la gente vulgar. Desde luego la forma de administración que ambos tenían les genero enemigos mutuos en la Nueva España tales como Thomas Ponce de León, alguien llamado Ahedo y un Purillan. En otra carta con fecha del siguiente año (1785) denuncia:

…togados corruptos, desacato a las reales ordenes, “la Alcahuetería del comercio de Cádiz y el de este Reyno….” (pág. 29).

Generando inmediatamente una investigación a petición del ahora presidente del real concejo de indias Don José de Gálvez dirigida al virrey en curso Bucareli cosa que quedo en las sombras dadas las muertes de estos ilustres personajes (Bucareli y Gálvez) quedando de algún modo desprotegido y soportando un espacio y un tiempo difícil de superar dado su carácter y forma de ver el mundo.

En cuanto a la obra el autor (Villarroel) trata de exponer todos los males que en cuanto a su gravedad y constitución daña y corrompen a la Nueva España, pero lo intenta hacer mediante varias analogías con respecto a enfermedades que dañan al cuerpo humano y en su consecuencia como curarlas o ponerles remedio, pero en su misma introducción deja claro que no pudo lograrlo.

En sus declaraciones siempre es muy directo y severo, incluso haciéndolo ante el clero y personas de altos cargos tanto eclesiásticos como del Estado, dejando claro cuál era la falta o enfermedad y brindando en seguida su forma de curarla o ponerle remedio. Para remediar su incapacidad a la hora de crear el paralelismo entre sus analogías y la realidad, se enfoco a dar descripciones más directas sin tapujos y dando punzantes sugerencias curativas.

De los temas se puede ver que no escatimo en temas y se dedico a exponer sobre todo en cuanto hubiera una mala administración o una flagrante corrupción. Siendo esta obra de carácter acusador, un testimonio personal, un constante macheteo en aquellas partes donde no existe ética ni moral, una valida pero condicionada presencia de testigo y a veces participe de estos actos acusatorios para buscar de alguna forma en mejor manejo del reino para su rey y sus habitantes.

Esta obra que el autor divide en seis capítulos, abarca gran cantidad de temas que van desde lo religioso hasta lo administrativo y económico. En el primer capítulo trata un apartado introductorio de su obra y una carta firmada el 20 de mayo de 1785 en México, a un colega anónimo (carísimo amigo mío), tal vez haciendo referencia a Don José de

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Gálvez a modo de alusión para darle más integridad a su trabajo. En esta introducción se plantea lo antes ya mencionado sobre su tipo de trabajo y la forma que le va a dar (mediante analogías de enfermedades y remedios).

Parte 1Siguiendo la línea del primer capítulo encontramos que se hace referencia a los

principales problemas o enfermedades que atañen al sector religioso colonial. Comenzando con el estado eclesiástico secular, hace hincapié en los métodos utilizados por estos para generar capital, como lo serian las capellanías, obras pías, etc. Donde su principal defecto era la dirección de estos fondos para su utilización, dado que solo se destinaban a pocos personas de las cuales ya contaban con grandes recursos y lo que el plantea es que estos recursos lleguen a todos por igual. Dando otro remedio del cual señala que sería preciso la creación de un visitador eclesiástico para remediar los abusos y la corrupción que estas obras crean, además de moderar los excesos que derivan de los derechos de los representantes de la iglesia, darle destino a todos los clérigos que moraban en la ciudad de México a las distintas provincias que carecían de ellos, para sacar a los indios de la barbarie, cosa que quedo inconclusa en las grandes extensiones de tierra en el norte del reino dada la expulsión de la Compañía de Jesús. De no poder curar los males de los fondos eclesiásticos se debería retomar el derecho de conquista que serian los diezmos cedidos por la corona a la iglesia para confiscarlos y establecer un sistema de cuotas fijas en un ramo especial directo a la Real Hacienda.

También hace referencia al clero regular donde muestra que es un medio de escape a las obligaciones tanto morales como laborales (administrativas y económicas), siendo este medio el mas corrompido por los intereses de comerciantes que buscan una liberación de su caudal y de los propios nobles para no gobernar adecuadamente lo que ya poseen. También acusa a los obispos y altas jerarquías eclesiásticas de su corruptibilidad al traes de la península a personas para engrandecer su superioridad numérica y de los altísimos gastos que generan su transporte y manutención. Plantea detenidamente diez puntos a analizar, mejorar, corregir y llevar un seguimiento riguroso:

1) Separar deliberadamente a los españoles de los indios, aboliendo cierto artículo citado de la Recopilación de Indias que permite a los españoles y otras castas poder habitar en los pueblos de indios.

2) Sacar a los indios de lugares inaccesibles para aplicarles la ley como a todos los demás, por la razón de que se mantienen aislados y ocultos es porque lejos de la fe, germinan el mal que daña a todos los habitantes de este reino.

3) El repartimiento oportuno a quien carece de ellas. por la razón de que se trafica con ellas ya que los indios al no poder hacerlas producir las venden a los hacendados o en la mayoría de los casos estos últimos las usurpan a sus dueños.

4) No permitir que los indios se expatrien de los lugares donde fueron reubicados (pueblos, reducciones, etc.) para evitar el vagabundeo, las maldades, la evasión de impuestos, entre otras cosas.

5) Hacer un recorte de personal en el reino, abarcando a los regidores, haya canguis mayores, topiles; por la ociosidad que representa su cargo y por no brindar ningún beneficio a la administración del reino.

6) Que las elecciones de oficios sean bajo la vigilancia y aprobación del alcalde mayor, ya que son una fuente de ingresos malversados debido su costo y el uso que se les da a estos puestos de modo que se pueden comprar y renunciar sin ninguna restricción.

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7) Abolir las cuentas de los quinquetos y así nombrar a un señor fiscal capaz d dirigir estos tributos, dada la malversación que hacen los señores Alcaldes Mayores.

8) Separar de los bienes y la dirección de las cofradías y hermandades de santos a los curas. Por ser de naturaleza profanos van en contra de lo que dicta la tradición cristiana, sin contar con que estos viene perjudican al estado y a los mismos indios dado que los recursos obtenidos pasan a formar parte de celebraciones y fiestas ajenas a la fe cristiana en un despilfarro de económico.

9) Hacer todo lo posible para alejar a los indios de la idolatría, por todos los medios o ya sea sujetándolos a la pena del Santo Tribunal de la Inquisición. Por el descuido que dan los clérigos a esta tarea y tan necesaria reforma se requiere para alejar a los indios de su condición de salvajes.

10) Crear un nuevo código de legislación para contrarrestar los males germinados de los indios que la legislación actual ya no es adecuada por su antigüedad y porque ya no satisface la demanda o necesidad requerida en asuntos fiscales y administrativos.

Se le acusa al estado eclesiástico de tener bajo su control el gobierno de las Américas, por la razón de que manejan y controlan a sus pobladores sin que nadie se los impida.

En cuanto a los conventos de monjas es aquí donde se crea la mayor corrupción por el desvió de los recursos que deberían ser para el sostenimiento del convento requerido previamente al ingreso de una nueva novicia, pero otro de los problemas radica en el valor que se les da a los recursos que posteriormente se dan al lujo en el claustro desatando rivalidad, envidia y división entre las hermanas. Creando así una diversidad de conventos unos muy pobres y otros excesivamente ricos. Esta disparidad para nada representa a la tradición cristiana. Para remediar esto se debería crear una policía reguladora para contrarrestar las diferencias y establecer orden.Segunda parte Tribunales de justicia; oficios y demás conductos de su administración, su estado de corrupción y medios de purificarla.Haciendo una parada en las obligaciones que tienen bajo su cuidado los virreyes del reino de la Nueva España y su gran capacidad malgastada en cuestiones poco relevantes haciendo omisión a las tareas donde verdad se le necesita tales como los cuidados administrativos, cuidados económicos y gubernativos, viviendo sin frutos y ocupados en las idas y venidas del señor fiscal y sus dos secretarios de gobierno, mas sin otro que hacer que enriquecer los oficios del gobierno. Para agilizar las tareas cada asesor general debería tener bajo su cuidado el trabajo de resolver estos asuntos de menor valía, para evitar dilaciones morosas y tal vez premeditadas acciones que solo hacen por perjudicar y perder valioso tiempo al virrey.De los oficios de gobierno se ha hablado de ser vendibles y renunciables, tales como los de la Real Audiencia en las salas de lo civil y lo criminal, motivo que ha mantenido débil la fuerza de justicia de la metrópoli. Esto oficiales no tienen sueldo propio o es insuficiente, por ello la subsistencia reside en el trabajo materia de la pluma, de aquí sus faltas al cargo, fidelidad y que soliciten por medios ilegales para su manutención o para sus vicios. Para remediar este parasito se tendría que gestionar sobre un sueldo fijo y pagado según sus clases y haberes.Uno de los remedios mas convenientes seria el de exonerar enteramente a los virreyes del conocimiento de toda casta de expedientes de puro derecho y en vez de dar vista al asesor general en calidad de letrado, pasase desde luego a la Real Audiencia. Ahorrando gasto y dilataciones estarían los virreyes mas disponibles para su papel más primitivo el de lo

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militar, económicos y gubernativos de su instituto. Creando también un oficial de honor como sustituto para en caso de enfermedad o muerte su puesto no recayera en el de la Real Audiencia.En cuanto al implemento de las intendencias ayudaría en gran forma a las labores que desempeña el virrey ya que sean subordinadas a él y siempre que también se realice la elección de sus funcionarios, ya que no todos los hombres sirve para el propósito y el desempeño que se requiere, habría de buscar los más aptos, de los que sepan hacer mas el bien para el servicio de rey que el suyo propio. Del juzgado de indios en nada se debe contemplar útil, dada la naturaleza de los indios y que solo abogan por pleitos sobre tierras usurpadas, esto cae directamente sobre el virrey haciendo que un ministro tome el caso en calidad de asesor y diese dictamen que correspondiese en justicia para así despachar a la brevedad los asuntos de los indios.El problema radica en que los encargados de litigar estos asuntos carecen del conocimiento necesario para poder resolverlos. La solución sería el nombramiento de hombres letrados, prácticos en el conocimiento de los indios para poder hacer la justicia necesaria que tanto hace falta en el destructivo sistema de estos dominios.De las visitas de cárceles se tiene a estos señores ministros que no hacen nada ni conocen nada con respecto a sus labores y reos. El trabajo lo llevan sus escribanos quienes por tener la orden de resolver los casos de justicia tienden a favorecer al criminal con más recursos facilitándole su libertad, dejándole la manutención de las cárceles al publico sin saber que ellos roban a su salvoconducto y sin saber quien los contenga.En cuanto a la mayoría de oficios existentes en este gran reino, recaen en el mismo mal, se nombran personas ajenas a las actividades que deberían desempeñar y sin importar su estatus se dedican a sacar de su puesto la manutención propia o de sus vicios el remedio como ya se había dicho arriba, sería el de nombrar personas capaces y eficientes para cada caso, que dedicaran su tiempo y esfuerzo a salvaguardar los intereses y bienes para su rey y su pueblo.Delimitar el número infinito de abogados que con sus cavilaciones destruyen las verdaderas fuentes de la jurisprudencia, aniquilan a los litigantes y enredan litigios. Establecer una vistita general a los tribunales cada diez años, encargada a un sujeto de luces e integridad, sin dejar de ver los asuntos civiles y de criminales de las secretarias y Audiencias. Y sin olvidar el visitador eclesiástico que cumpliese con el mismo cargo, dándole más prioridad y mayor necesidad a los tribunales seculares.Tercera parteDe los regidores que por turno tiene el cuidado, la limpieza, los abastos, su buena calidad y sus buenos precios, su aseo y limpieza de ellos, de los sitios públicos, evitar su monopolio, evitar el contrabando. Esta que es la obligación de sus oficios en cualquier parte del reino está en su total abandono. Siendo tan laboriosa la actividad que de ellos se espera se tiene que la cumplan pero caen en el abandono y el desistimiento de sus labores. Por que cuando en los empleos no se colocan hombres que son al propósito y que sean útiles al pueblo, pasa a caer los problemas a los que se enfrenta la sociedad mexicana.Estos puestos recaen en sujetos de tierra, que no tienen experiencia alguna en la materia ni los conocimientos necesarios para tan apremiante labor, los adquiere por compra y los pasan a la herencia familiar, además de ser perpetuos y no se espera de ellos más que lucirlos en actos públicos y de ceremonia que se les ofrece a ellos mismos.La falta de policía en lo eclesiástico, en cuanto a las procesiones que se realizan en los pueblos de indios, que carecen de toda dignidad y caen en lo profano, debido a la forma en cómo ellos creen que se debe celebrar. Pues al no haber quien le aclare o les instruya como es debido caen en la idolatría. De igual forma el 15 de agosto como el viernes de cuaresma días de luto, guardia y ayuno donde deberían mostrar respeto y dignidad, caen en la

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borrachera, el latrocinio y el hurto debido a las manifestaciones descontroladas donde comercian sin ningún orden y solo se ve y se atiende al dinero que se obtiene mediante estos profanos hechos. Esto ocurre y se repite incontables veces a lo largo del año, en semana santa, en noviembre (2 de nov.), la procesión de Corpus, entre otras. Haciendo toda gala de desacato irreverencia y profanación, se rentan puestos públicos en las calles de transito de las procesiones para vender dulces, frutas, aguas, y demás comestibles, a modo de tropelía, con gritería y borracheras en los días más sagrados de la tradición.En cuanto a las fiestas no sagradas pero no menos importantes se encuentra la tradición de sacar el pendón real en memoria de la conquista de esta capital, y por recaer en los hombros de cada regidor y para mantener la reputación de cada uno cada fiesta tiende a ser mejor que la anterior generando grandes gastos que desde luego recaen en estos ilustres hombres, en vez de que se destine cierto presupuesto para mantener esta tradición y así evitar las discordias entre los señores.Sobre la limpia, empedrado y alumbrado de las calles, se tiene que tomar en consideración en cuanto a la limpieza, dado que es muy personal debido a que se realiza en cada casa particular y en el exterior se reduce a una barrida superficial donde todo va a parar a las exequias provocando estancamiento de suciedad y provocando durante las estaciones secas pestilencias y malestares que dañan a la salud. Y en tiempos de lluvias al carecer de conducto viables para el desalojo de aguas se propicia una inundación severa dejando las inmundicias a flote propagando enfermedad por doquier. En cuanto al empedrado al caer directamente la obra a un ingeniero contratado por las autoridades correspondientes, caen al monopolio impidiendo que se creen obras de calidad y de bajo costo, de las cuales al compararse con las obras de particulares ya sea de los comerciantes de valor mucho más bajo pero de una calidad más durable y eficaz. Es claro que no se trabaja adecuadamente. Y sin dejar atrás al alumbrado que del cual carece un sistema que lo regule, vigile y cuide adecuadamente se propone crear un puesto de un asentista que tenga el trabajo de mantenerlo y cuidarlo ya que caen al robo y los recursos que van destinados a ello se dirigen a otros asuntos más personales o privados.El lujo, no viene siendo más que otra cosa que el excesivo uso de lo que no es necesario para el sustento y comodidad de la vida. Lujo que en esta capital tiene a numerosas familias en el abandono y la ruina, el único modo que lo agita es el de la moda y venir de los países franceses, haciendo más perjuicio en los vestidos y otros aditamentos innecesarios para la vida en la metrópoli.En cuanto al monopolio del tabaco, generando una de los males mas deplorables que acontecen a este pueblo, pues trae consigo a innumerables personas a abandonar su lugar de residencia para laborar en esta fábrica y así dejar en la estancamiento las cosechas y otros oficios que demandan su existencia. Aumentando el desorden y la confusión, contribuyendo a encarecer los productos comestibles con notorio perjuicio a los vecinos útiles y radicados. Una de las acciones que el gobierno debería atender es el no permitir la ociosidad en los pueblos, pues su felicidad radica en sus oficios o artes correspondientes, para que contribuyesen al bien al Estado. Una de estos medios de llegar a la ciudad es cuando se contrata a una chichiguas o amas de leches, quien al ser contratadas para vivir y servir a la sombra de la hija de la hermana o prima que cría al niño del señor fulano, para así llevarse consigo a la parentela o familia a vivir y robando a la familia de su señor para mantener a sus arrimados parientes verdaderos o fingidos. De este mal resulta que los señores tienen fincas del centro de la ciudad que quedaron reducidas a habitaciones pequeñas que sirven de albergues de infamias, torpezas, viveros ocultos, donde es innumerable el gentío de esta clase que se encierra en ellos para vivir a sus anchas, sin riesgo de ser visitados por justicia alguna.

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En cuanto al mal que generan las vinaterías es todo moral y acarrea más problemas de los que se pueden resolver. Las ganancias que generan a los dueños de ellas es cuantiosa, la carencia que experimenta la ciudad en cuantiosa por la forma en que se manejan estas.Dado que la tierra pasa a ser de utilidad a sembradíos de maguey, comienza a escasear los lugares para la siembra del maíz y de otras semillas que se necesitan. Esto genera que la existencia del poco maíz y granos que se produzca se incremente en tiempos de escases sin ninguna restricción y aumentándolo hasta cuatrocientos porciento su precio medio. Así como también se aprecia que estos lugares (pulquerías) de las cuales existen en casi cualquier esquina de esta ciudad, donde se despilfarra las ganancias obtenidas en días de trabajo y lugares donde se concentran los mayores delitos, como el robo, el asesinato, y todo mal que se esconde de las justicias pertinentes.En cuanto al lugar que se le conoce como baratillo, solo nos resta para tratar sobre la policía, extender la vista sobre este depósito de hurtos y raterías la mayoría de la gente plebeya, así como indios y cualquier casta predispuesta para ello. Cuarta parteDiscurso sobre el comercio. Necesidad de propagarlo, removiendo los obstáculos que impiden su circulación en los dos reinos.El comercio bien dirigido ha hecho felices a los pueblos del universo y mas aquellos que están sobre los mares, por la forma de intercambio entre los diferentes productos y cultura que traen consigo. Este se divide en dos grandes ramas el comercio interno y el externo siendo los dos de vital importancia para lograr y obtener los mayores beneficios que estos brindan.El primero (el comercio interno) esta reducido a cuatro granos de semillas, que se consumen brevemente y que apenas alcanza para cubrir el abasto hasta la próxima cosecha. Y si por infortunio se presentan accidentes que hacen que se pierdan cosechas enteras, se ve que es inútil cuanto se hace para prevenirlas.Una de las causas es que los responsables por cubrir esta necesidad se contentan con general solo para el sustento propio y los jueces territoriales no hacen nada al respecto. Y sumado a esto las desidias de establecer un comercio que sería útil. De esta se sumaría la falta de alhóndigas para el depósito de grano que de primera necesidad siempre ha sido el maíz para que en tiempos de escases no exista ningún problema de agitación por parte del pueblo ni trastornos en el comercio y reducciones en las rentas Reales.En esto se suma la protección que los fiscales y señores de la Audiencia dan a los indios, considerando en sostener los privilegios que las leyes concedieron en otro tiempo, esto sin más, los pierden sin remedio para Dios y para el rey, en vez de hacerles útiles a todos.También está la siembra de magueyes que prácticamente a desplazado a las sementeras, que son tan útiles y tan escasas para cubrir la demanda de la ciudad, estas abandonadas a para satisfacer los vicios, como si escasearan estos en todo el reino. Más dejan estas en ganancias que son preferidas antes que el maíz, el trigo y otras semillas de primera necesidad. Esto se puede aplicar igualmente a la cría del ganado, la escases de este, se debe a la falta de pastos, que por ser destruidos por los indios es imposible volverlos a costear dado que sería una empresa muy cara y nadie tiene lo suficiente para costearla.Una rama no explorada ni siquiera pensada del comercio interno seria la del comercio de yerbas medicinales. La abundancia de estas en estos terrenos y cuyas especialísimas virtudes son mas a propósito en lo natural para la curación de muchas enfermedades, que las rancias y hediondas y desconocidas a que nos sujetamos por los recetarios y farmacopeas de los médicos. Ejemplos de estas yerbas encontramos la yerba del pollo, que puede curar y atender cualquier herida, la yerba del cáncer, que puede remover tan temible enfermedad sin que ninguna otra pueda quitarla.

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Apreciaciones finales

Para concluir este trabajo debemos precisar que los motivos por los cuales se genero esta obra iban destinados a satisfacer una demanda creciente de soluciones, y de haber sido considerada y tomada como guía para el mejoramiento del reino, la conclusión independista hubiera sido otra. Es importante señalar que Villarroel es uno de los pocos escritores de esta época que muestran su visión con otro enfoque diferente, dando a conocer la visión de otro sector de la población peninsular que vivía en la capital y en el reino de la Nueva España. Esto es importante para realizar una comparación con las diferentes posturas que ese siglo arroja sobre el estado de las instituciones, personas y otros factores que delimitan el siglo y la vida cotidiana de todos los vasallos del monarca español.

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