Hipnosis y Psicoterapia

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HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA CARLOS RAMOS GASCÓN es psicólogo clínico y lleva trabajando en el campo de la psicoterapia y de la hipnosis clínica desde 1980. Es vicepresidente por Madrid de la Sociedad Española de Grafología y miembro de la Sociedad Española de Hipnosis Clínica y Experimental. Asimismo, es director del CEIP (Centro de Investigación en Psicoterapia) y un reputado grafólogo. Es autor de los libros «Grafología y fobia social» y «Grafología, sexualidad y pareja». EDAF MADRID - MÉXICO - BUENOS AIRES - SAN JUAN CARLOS RAMOS GASCÓN HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA PSICOLOGÍA Y AUTOAYUDA © 2002. CARLOS RAMOS GASCÓN © 2002. De ésta edición, Editorial EDAF, S. A. Editorial Edaf, S.A. Jorge Juan, 30. 28001 Madrid http://www.edaf net edaf@edaf net Edaf y Morales, S. A. Oriente, 180, n.°- 279. Colonia Moctezuma, 2da. Sec. 15530 México, D.F. http://www.edaf-y-morales.com.mx [email protected] Edaf del Plata Lavalle, 1646, 7°, oficina 21 1048 Buenos Aires, Argentina [email protected] Edaf Antillas, Inc. Av. J. T. Piñero, 1594 Caparra Terrace San Juan, P. Rico (00921-1413) [email protected] A la memoria de mi querido tío y amigo Manuel Gascón Hernández, Manu, para quien no ero lo mismo «... ser cristiano de Cristo que católico romano...» Febrero 2002 No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. Depósito legal: M. 3.339-2002 I.S.B.N.:84-414-1050-X

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HIPNOSIS Y PSICOTERAPIACARLOS RAMOS GASCÓN es psicólogo clínico y lleva trabajando en el campo de la psicoterapia y de la hipnosis clínica desde 1980. Es vicepresidente por Madrid de la Sociedad Española de Grafología y miembro de la Sociedad Española de Hipnosis Clínica y Experimental. Asimismo, es director del CEIP (Centro de Investigación en Psicoterapia) y un reputado grafólogo.Es autor de los libros «Grafología y fobia social» y «Grafología, sexualidad y pareja».EDAFMADRID - MÉXICO - BUENOS AIRES - SAN JUANCARLOS RAMOS GASCÓNHIPNOSIS Y PSICOTERAPIAPSICOLOGÍA Y AUTOAYUDA© 2002. CARLOS RAMOS GASCÓN© 2002. De ésta edición, Editorial EDAF, S. A.Editorial Edaf, S.A. Jorge Juan, 30. 28001 Madrid http://www.edaf netedaf@edaf netEdaf y Morales, S. A.Oriente, 180, n.°- 279. Colonia Moctezuma, 2da. Sec. 15530 México, D.F.http://www.edaf-y-morales.com.mx [email protected] del PlataLavalle, 1646, 7°, oficina 21 1048 Buenos Aires, Argentina [email protected] Antillas, Inc. Av. J. T. Piñero, 1594 Caparra TerraceSan Juan, P. Rico (00921-1413) [email protected] la memoria de mi querido tío y amigo Manuel Gascón Hernández, Manu, para quien no ero lo mismo «... ser cristiano de Cristo que católico romano...»Febrero 2002No está permitida la reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.Depósito legal: M. 3.339-2002 I.S.B.N.:84-414-1050-XPRINTED IN SPAINImprime: Cofas, S. A.IMPRESO EN ESPAÑAIndicePágs.Presentación, por Isidro Pérez Hidalgo............ 11Prólogo ................................................................ 13Capítulo 1. PORQUÉ LA HIPNOSIS............ 15¿Qué es y no es la hipnosis? .......................... 17Capítulo 2. DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 232.1. La naturaleza del trance hipnótico ........232.2. Sugestión hipnótica ................................ 282.3. ¿En qué momento comienza la hipnosis? 35 2.4. La formación de imágenes mentales...... 38 2.5. Las respuestas ideomotoras y su utilidadpara la hipnosis .......................................... 42 2.6. La técnica de Wolpe y su utilidad para la hipnosis.................................................... 43 1. Construcción de la Escala de Unidades

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Subjetivas de Ansiedad ...................... 44 2. Establecimiento de las Jerarquías .... 45 3. Entrenamiento en relajación o autohipnosis .............................................. 454. Combinación de los puntos anteriores 46 2.7. La importancia del ritmo respiratoriopara la inducción del trance hipnótico .. 462.8. Sí y no ...................................................... 5210 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAPágs.Capítulo 3. MÉTODOS DE INDUCCIÓN HIPNÓTICA .......................................... 57Presentación3.1. Técnica de los párpados pesados............ 583.2. Técnica de fijación ocular ...................... 623.3. Levitación de la mano ............................ 67 3.4. El método fraccionado ............................ 73 3.5. Inducción mediante imágenes idiorretinales 76 3.6. Inducción mediante imágenes mentales 793.6.1. Imagen de la escalera mecánica.. 813.6.2. Técnica del pizarrón .................... 823.6.3. Desdoblamiento ............................ 84Capítulo 4. TÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN .............................................. 874.1. Consideraciones generales ....................874.2. Técnica de la cuenta ..............................904.3. Técnica del ascensor ..........................„„ 92 4.4. Técnicas del sueño .................................. 93 4.5. Técnicas de visualización del estado de trance ...................................................... 95 4.6. Técnicas basadas en la disociación ........ 95 4.6.1. Disociación de cuenta con sugestiones .................................................. 964.6.2. Disociación respiratoria .............. 964.6.3. Disociación «yo» - nombre propio 964.6.4. Disociación: saliendo del cuerpo.. 99 4.7. Las sugestiones poshipnóticas .............. 100 4.8. El despertar del trance hipnótico .......... 107 4.9. Cómo medir la profundidad de la hipnosis 115Capítulo 5. LA HIPNOSIS EN PSICOTERAPIA.................................................... 127Bibliografia ........................................................ 135 Índice de autores ....................................„„„„„ 139 índice de materias ............................................ 141L LIBRO que el lector tiene en sus manos es una E del cabal al estado actual de la hipnosis. En la hipnosis ha pasado ya el tiempo Edel oscurantismo y la taumaturgia. Carlos Ramos ha hecho un esfuerzo de síntesis para exponer con lucidez y precisión los fundamentos de la hipnosis tal como se entiende hoy en día. En esta introducción, es probable que aquel que llega a la hipnosis con pocos conocimientos previos se vea sorprendido al constatar que los fenómenos hipnóticos se han estudiado con una metodología estrictamente científica y los últimos años han sido una demostración palpable de que tanto en la investigación experimental como en la aplicación clínica la hipnosis tiene mucho que decir.Existe una abundante bibliografía en psicología, psiquiatría y otras especialidades médicas que refrendan la importancia de la sugestión y el estado hipnóti co en la comprensión de muy diferentes trastornos. Tart ha llegado a decir que la realidad no es más que un trance consensuado; y aunque esta afirmación nos puede resultar un tanto exagerada, no cabe duda de que una gran parte de nuestro comportamiento y de nuestra fisiología están modulados

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por esos fenómenos hipnóticos que ya en el siglo xviii observaron los mesmeristas. No obstante, la explicación y el estudio siste-12 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAmático de esta materia se ha producido fundamentalmente en el siglo xx y Francia, considerada como la cuna de la hipnosis moderna, ha cedido su hegemonía a los países anglosajones. Por ello, la mayoría de los trabajos serios sobre este tema se publican casi exclusivamente en lengua inglesa. Este libro viene a cubrir un hueco importante y contribuye a superar este desfase, ya que permite al lector hispanohablante consultar un texto actualizado y práctico sobre este tema.Carlos Ramos es un psicólogo clínico con una dilatada experiencia en la hipnoterapia, y en el presente trabajo nos presenta algunas de las técnicas más efec tivas para trabajar con la hipnosis en un contexto terapéutico. Resulta particularmente interesante el énfasis en el empleo del ritmo respiratorio para la inducción y profundización del trance. También resaltaríamos la inducción mediante imágenes idiorretinales, ya que estas-aportaciones están habitualmente poco desarrolladas en otros tratados sobre el tema.Otro mérito de Carlos Ramos es conseguir el equilibrio que hará que tanto el profano como el iniciado en la materia puedan interesarse en el presen te texto, que cuenta, y nunca mejor dicho, con una bibliografía muy sugerente.Por todo ello, creemos que aquellos que se asoman por vez primera al panorama de la hipnosis descubrirán su enorme atractivo, y los versados en el te ma podrán profundizar en determinados aspectos que el autor ha sabido analizar y sintetizar con rigor.ISIDRO PÉREZ HIDALGO Psicólogo Clínico Presidente Fundador de la Sociedad Española de Hipnosis Clínica y Experimental Codirector del Instituto Erickson de Madrid, nombrado por la Fundación Erickson de EE. W. Máster Honoris Causa F.E.3.eEPrólogoHE ESCRITO el presente libro con una doble intención: a) Servir de información y ayuda a la persona que, por cualquier motivo, está pensando en la posibilidad de recurrir a una terapia mediante hipnosis. b) Orientar al clínico que ya utiliza esta excelente herramienta terapéutica en nuevos enfoques que, con seguridad, brindarán una mayor eficacia a su diario quehacer. Por esta misma razón, también me gustaría convencer a los psicoterapeutas que no emplean la hipnosis de su utilidad, animándoles a aprenderla.Me siento en deuda con mucha gente. En especial, deseo expresar mi agradecimiento a:- Mis pacientes, que con su buena disposición y esfuerzo para superar sus problemas han comprobado por sí mismos la eficacia de la hipnosis, y al mismo tiempo me han servido de estímulo e inspiración para superarme como psicoterapeuta.- A Isidro Pérez Hidalgo, presidente de la Sociedad Española de Hipnosis Clínica y Experimental, excelente amigo y psicólogo clínico, por sus enseñanzas, y por su orientación en la mejora de este libro.14HIPNOSIS Y PSICOTERAPIA- Ami secretaria M.á Carmen, que tan pacientemente ha corregido las pruebas y ha hecho posible la materialización del presente libro.- A mi mujer; M.á Antonia, por su apoyo, comprensión y amor, que son para mí fuente de aliento y alegría de vivir y me posibilitan evolucionar como persona y como terapeutaCAPÍTULO 1 Por qué la hipnosisA todos mi agradecimiento y mis mejores deseos de paz y salud en este milenio que acaba de comenzar.

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Madrid, 2 de abril de 2001CARLOS RAMOS GASCÓN Psicólogo clínico, Colegiado M-10245 - Director del Centro de Investigación en Psicoterpia (CEIP).- Miembro de la Sociedad Española de Hipnosis Clínica y Experimental (SEHCE).- Vicepresidente por Madrid de la Sociedad Española de Grafología.LA HIPNOSIS es en realidad un conjunto de estados mentales plenamente naturales y cotidianos. Mediante el trance hipnótico intentamos aprovechar deliberadamente nuestras posibilidades latentes que, de otro modo, permanecerían infrautilizadas.Actualmente, para explicar la hipnosis existe un fuerte debate sobre la denominada cuestión de estado. Brevemente, los defensores de la hipnosis como un estado especial, si bien natural, consideran que el trance hipnótico es, básicamente, un estado alterado de conciencia, diferente del sueño o del estado de vigilia, aunque en estrecha relación con ellos. Por el contrario los representantes de la teoría del no estado afirman que la hipnosis no es un estado alterado y que los fenómenos hipnóticos pueden explicarse como procesos normales de la conciencia. En consecuencia rechazan el concepto de estado hipnótico como tal.Posteriormente ha surgido una tercera posición, más equilibrada y realista, que combina las dos anteriores, entendiendo que la hipnosis abarca un vasto campo de fenómenos que, aunque generalmente suponen una alteración de la conciencia (posición de estado), también puede comprender otros procesos que16HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAPOR QUÉ LA HIPNOSIS17participan de la conciencia normal (posición de no estado).Para Bandler y Grinder, «todo es hipnosis», posiblemente llevando hasta sus últimas consecuencias el concepto de sugestión y fundiéndolo con el de hipnosis.Para otros autores, como Weitzenhoffer, la hipnosis consiste en un estado de hipersugestibilidad en combinación con la fijación visual, la relajación y el cierre de los ojos.Como lo expresó en cierta ocasión el doctor Milton H. Erickson, recurriendo a una bella y conocida metáfora, el cuento sufí de los ciegos y el elefante, en el que cada uno definía al animal en su totalidad en función de la parte concreta que estaba tocando, ya fuese la trompa, la oreja, una pata, etc., la hipnosis comprende una multitud de aspectos cuya complejidad hace imposible que pueda ser abarcada por una definición determinada.La hipnosis no tiene nada de extraño, y aunque es cierto que se pueden producir diversos fenómenos que a la persona profana le resultan sorprendentes, tienen una explicación plenamente lógica en relación con los actuales conocimientos sobre el cerebro y el sistema nervioso.En el campo de la psicoterapia, la hipnosis tiene una utilidad real y así viene siendo reconocida tanto por los profesionales clínicos que la utilizan como, sobre todo, por sus pacientes.En realidad, la hipnosis es un tipo de relación que se enmarca en el contexto de la relación terapéutica. Contribuye a crear una sólida alianza de trabajo en tre el paciente y su terapeuta, factor imprescindible para llegar a buen puerto, y más aún, pone en manos del paciente, bajo la forma de autohipnosis, un útil instrumento para que pueda continuar la labor terapéutica en su vida cotidiana.

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La hipnosis clínica, en cualquiera de sus modalidades, engloba un conjunto de herramientas que se guían por un criterio de eficacia.Otro aspecto a destacar es su plasticidad: se adapta a cualquier enfoque terapéutico, por lo que es posible utilizarla en combinación con el psicoanálisis, gestalt, focusing, terapia cognitiva de Beck, terapia racional-emotiva de Ellis, etc. La experiencia enseña que cuando se utiliza la hipnosis con otras técnicas terapéuticas, el proceso se hace más corto y profundo.Utilizada de este modo, la hipnosis parece actuar como una lente de aumento que permite desplegar al enfoque terapéutico lo mejor de sus cualidades.Aspectos como la disociación, la distorsión espacio-temporal, el observador oculto y otros, aunque no son exclusivos, sí son característicos del trance hipnótico.Entre ellos, quisiéramos llamar especialmente la atención sobre los diferentes procesos de disociación. De la misma forma que la habilidad manual se basa en los movimientos diferenciados de los dedos, tanto aislados y selectivos como en combinación de unos dedos con otros, los fenómenos de disociación perceptiva forman el núcleo de la experiencia hipnótica.¿Que es y no es la hipnosis?Es corriente, casi la norma, que cuando un paciente acude por primera vez a la consulta para someterse a una sesión de hipnosis, lleve consigo toda una serie de ideas preconcebidas que, si no se discuten y aclaran cuidadosamente, dan lugar a todo tipo de malentendidos que pueden distorsionar el proceso terapéutico.El primer punto a tener en cuenta es que la hipnosis no es en sí misma una terapia, sino una herra-18 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAPOR QUÉ LA HIPNOSIS 19mienta terapéutica. Dicho de otra manera, la hipnosis comprende un conjunto de técnicas que, en combinación con otros enfoques terapéuticos (psicoanálisis, cognitivo, RET, etc.), puede potenciarlos y brindar excelentes resultados. La hipnosis suele ayudar a que la terapia sea de menor duración y sus resultados más estables.Otra creencia errónea es la que afirma que la hipnosis rompe o debilita la voluntad del sujeto. Con independencia de lo que queramos entender por «voluntad», se trata de una postura decimonónica (y que a pesar de que estamos en los albores del siglo ma, sigue sosteniendo mucha gente) según la cual el hipnotizador «impone» su voluntad o personalidad al hipnotizado. Nada más lejos de la realidad. Basta para ello tener en cuenta las posibilidades que brinda la hipnosis para el control de la conducta y la modificación de hábitos perjudiciales como pueden ser el tabaquismo o diversas manifestaciones fóbicas que, precisamente, «anulan» la voluntad de la persona que las padece. La hipnosis, por el contrario, contribuye a afianzar la determinación de la persona en pos de sus objetivos, ya sea dejar de fumar, superar una fobia o mejorar las condiciones mentales para afrontar un examen o prueba deportiva.Otra falsa creencia que suelen traer a la consulta los pacientes en las primeras sesiones es la de que la hipnosis les hará perder el control de sus actos.A esta perjudicial creencia contribuyen, además de los mitos asociados con la hipnosis, los espectáculos de teatro y televisión en los que diversos espectadores,por lo general debidamente «preparados», realizan actuaciones más o menos extravagantes siguiendo «las órdenes del hipnotizador de turno».

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La realidad es que la hipnosis clínica, convenientemente empleada por el psicólogo o médico competente, no tiene nada que ver con lo anterior. Es completamente imposible hipnotizar a alguien en contra de su voluntad u obligarle a realizar actos extravagantes, que vayan en contra de su sentido del ridículo o criterio moral; si los realiza bajo hipnosis, podemos estar seguros de que los puede igualmente realizar en estado de vigilia.En una sesión normal de hipnosis, tal como se aplica en el marco de la psicoterapia, no ocurre nada especial. El psicólogo habla, pregunta, actúa, y el pa ciente escucha, responde y puede preguntar y actuar a su vez. Lo distintivo del proceso hipnótico en este caso es que transcurre de manera fluida y natural, sin ninguna reacción extraña de una parte o de otra. El proceso hipnótico equivale a la relación hipnótica, una modalidad de relación en el contexto de la terapia en la que ambos, paciente y terapeuta, colaboran solidariamente en la producción del trance hipnótico. Esto quiere decir que la hipnosis es un proceso completamente natural, nada «estático» y sí dinámico, orientado al mejoramiento del paciente y basado en una especial relación con su terapeuta. Como no importa el estado de trance en sí mismo, sino su alcance terapéutico, su eficacia tiene que ver, esencialmente, con la calidad de la relación que se establece entre el psicoterapeuta y su paciente.En relación con el punto anterior, nos encontramos con otra falsa creencia, según la cual en el trance hipnótico el paciente pierde la conciencia de lo que está ocurriendo. En este sentido, hay que decir que es cierto que en el trance hipnótico, tanto de mediana intensidad como en el profundo, pueden darse diversos fenómenos de amnesia total o parcial. Es asimismo cierto que la hipnosis suele dejar al paciente en un estado de somnolencia (lo que podríamos llamar un estado crepuscular selectivo), que de ninguna manera implica que este quede «a merced de las órdenes20HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAPOR QUÉ LA HIPNOSIS21del terapeuta», tal como hemos explicado antes, pero que en ningún caso quiere decir que se trate de un estado de pérdida de la conciencia. Por el contrario, aunque lo normal es que la persona hipnotizada quede en un cierto estado de somnolencia, sucede que los diversos estados de disociación hipnótica pueden producir fenómenos de conciencia opuestos, como estados de hiperlucidez y de agudización sensorial, ya sea auditiva, visual o kinestésica. En relación con esto también pueden producirse diversos fenómenos de distorsión espacio-temporal similares a los que tienen lugar en otras situaciones, como el estado de duermevela que precede o sigue al sueño natural, viendo una película o leyendo algo muy absorbente, etc. La gran ventaja de la hipnosis es que puede llegar a producir estos mismos fenómenos, pero de forma deliberada.Todo ello quiere decir que el trance hipnótico no tiene por qué suponer una pérdida o descontrol de la conciencia, sino al contrario, un mayor dominio de ella.Otra cuestión importante, y que si no se aclara desde el primer momento puede dar lugar a todo tipo de malentendidos y entorpecer gravemente la tera pia, es la suposición bastante generalizada de que, como se trata de hipnosis, todo sucederá de forma automática e inconsciente, por lo cual uno no tiene que esforzarse en absoluto por grave que sea el problema.Debe quedar claro que la actitud pasiva e improductiva del paciente es uno de los principales obstáculos para la terapia, y, en consecuencia, el profesional que utilice la

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hipnosis hará bien estando alerta al respecto. Más aún, sucede que algunos pacientes, aunque no lo manifiestan verbalmente, incluso afirmen comprender la necesidad de contar con su colaboración para llevar a buen puerto la terapia, en su fuero interno no renuncian a la secreta esperanza de que, después de todo, el trance hipnótico resolverá por sí mismo su problema, sin especial esfuerzo de su parte.Es, pues, de la mayor importancia que el psicólogo aclare al paciente desde la primera sesión lo que puede o no esperar de la hipnosis y la necesidad decontar con su colaboración activa. Le explicará que si bien la hipnosis puede facilitar e incluso acortar la terapia, lo fundamental es que se cree entre ambos, paciente y terapeuta, la adecuada alianza de trabajo. Le explicará asimismo que es cierto que la hipnosis actúa en parte en un nivel inconsciente, pero que esto no exime de realizar los esfuerzos necesarios para alcanzar los objetivos realistas que se hayan fijado al comienzo de la terapia.En efecto, uno de los aspectos clave, sobre todo en una psicoterapia en la que se va a utilizar la hipnosis como técnica de elección, es establecer unos límites adecuados y con unas expectativas realistas. Aconsejamos explorar las fantasías de curación del paciente para no dar lugar a ulteriores malentendidos. Hay pacientes, ya tengan una actitud pasiva o activa, que, precisamente por estar la hipnosis implicada, ponen en juego unas fantasías omnipotentes de curación, con objetivos terapéuticos completamente fuera de la realidad.CAPÍTULO 2 Diversos tipos de hipnosis2.1. La naturaleza del trance hipnóticoN LA PRESENTE obra concebimos la hipnosis como un conjunto de fenómenos basados en la disociación y la asociación menEtal.La disociación, o acción de separar mediante la hipnosis procesos mentales que normalmente transcurren integrados, se basa en el hecho de que duran te el estado de trance la persona enfoca selectivamente la atención en las sugestiones del terapeuta. Este carácter selectivo constituye la esencia de la disociación.Sin la disociación no se entienden fenómenos como la levitación de la mano, la amnesia o hipermnesia, o la distorsión espacio-temporal.Para Yapko (1995), lo característico de los fenómenos hipnóticos de disociación es la separación entre la mente consciente, que se ocupa de los pro cesos hipnóticos, y la mente inconsciente, que busca entre tanto los significados simbólicos, asociaciones y respuestas apropiadas. Esto puede interpretarse como la necesidad de captar la atención consciente -a fin de que disminuya su acción de control y vigilancia- mediante los procedimientos24 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 25hipnóticos, y poder ir así liberando los procesos inconscientes.En rigor, deberíamos considerar la hipnosis como un proceso, unas veces alternante y otras combinado, de disociación y asociación. Esto quiere decir que la hipnosis no consiste únicamente en el proceso de separación selectiva (disociación), sino que también pueden relacionarse selectivamente aspectos mentales que normalmente no tiene conexión directa (asociación). Tal ocurre, por ejemplo, cuando en el tratamiento hipnótico de un hábito perjudicial como el fumar, se le disocia de la sensación de placer y se le asocia a una impresión desagradable. Disociación y asociación son los dos aspectos básicos de la realidad hipnótica. Tal es el caso de las alucinaciones positivas y negativas, o de las instrucciones que se imparten para el control del dolor, sugiriendo que la zona dolorida desaparece o bien se separa del cuerpo. Lo mismo sucede con la anestesia de guante,

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asociándola selectivamente a la sensación de frío en la mano derecha y transfiriéndola a continuación a la parte del cuerpo que precise de hipnoanalgesia.Por otra parte, para adentrarse en el mundo de la hipnosis es importante comprender las diferencias e interrelaciones que hay entre la actividad mental consciente y la inconsciente. Ambas son responsables del funcionamiento mental global.El primer punto, es tener en cuenta que no existe una división tajante entre lo consciente y lo inconsciente. Freud acuñó el término preconsciente para de signar esta zona de transición común que tiene en consecuencia una función integradora en el conjunto de la actividad mental.La mente consciente se relaciona naturalmente con la atención. Como sabemos, existen numerosasteorías sobre la atención (Diccionarios Oxford de la Mente, 1995) y no existe una definición unívoca. Una vez más, nos encontramos con la paradoja de algo que todos sabemos qué es pero que aún está por definir. Más interesante para nuestro propósito es hacer la distinción entre atención pasiva y atención voluntaria.La atención pasiva se refiere a la capacidad de la atención de ser atraída o absorbida de forma espontánea, incluso a pesar del propio sujeto. Diver sas investigaciones se han ocupado de determinar las características que debe tener el estímulo para absorber la atención de esta manera. Entre ellas cuentan el tamaño, movimiento, color, repetición, contraste, novedad, etc.En la atención voluntaria por el contrario, el sujeto fija su consciencia deliberadamente sobre el estímulo, aun cuando este carezca de las anteriores características atrayentes.Otra característica fundamental de la mente consciente es su actividad censora o crítica. Esto significa varias cosas: primeramente, que al actuar conscientemente nos guiamos por el principio de realidad. En segundo lugar, que nos guiamos por el principio de exclusión: un objetivo o situación tienen un significado concreto y unívoco. A no puede ser simultáneamente A y no A. Este filtro crítico tiene además una función moral, indicando qué es lo aceptable o inaceptable desde el punto de vista personal, social o religioso.Lo inconsciente, por el contrario, es ajeno a los procesos selectivos de la conciencia. Carece de actividad crítica y no se rige por un proceso de exclu sión: en la escala de lo inconsciente cada objeto o situación tienen una multiplicidad de significados, es decir, cada símbolo se encuentra sobredeterminado por una serie de significados no excluyentes,26 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 27sino simultáneamente válidos. La labor analítica de la actividad mental consciente representa lo opuesto de la receptividad sobredeterm¡nada (que nada tiene que ver con la desorganización ni la tendencia a la entropía) de la actividad mental inconsciente.

En este sentido, la mente inconsciente posee una fluidez, una amplitud y una complejidad de dimensiones de la que carece la mente consciente, con una tendencia más unidimensional. Expresándolo de otra forma, podríamos decir que la mente consciente se rige por la ley del embudo (análisis, deducción), en tanto que la actividad mental inconsciente tiende a desplegarse en abanico (síntesis, inducción).Según estas notas, pensamos que la labor psicológica que tiene lugar a lo largo del proceso hipnótico no consiste solo en «... evitar la mente consciente y su naturaleza crítica...» (Yapko, 1995, op. cit., p. 64), sino en establecer nuevas vías de comunicación entre lo consciente y lo inconsciente a través de la actividad preconsciente.

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Lo mismo podemos decir de la dicotomía hemisferio izquierdo (en el que estarían las funciones verbales, lógicas y analíticas) y hemisferio derecho (de naturaleza no verbal, silencioso, intuitivo y global).A nuestro juicio, la clave no está en «distraer» la actividad mental consciente para liberar la inconsciente, o, expresado de otra forma, «distraer y ocu par el hemisferio izquierdo del cliente mientras utiliza los recursos del derecho» (Yapko, op. cit., p. 66), sino en resolver esta alternancia, en superar la dicotomía consciente-inconsciente, hemisferio izquierdo-hemisferio derecho, estableciendo mediante el proceso hipnótico una comunicación más fluida e integradora.La pregunta básica es la siguiente: ¿Cómo saber que el paciente se encuentra en trance hipnótico?Es natural que cada clínico emplee su propia metodología para inducir la hipnosis, y que cada paciente tenga su estilo particular e intransferible de caer en trance.Los diferentes autores, aun cuando aclaran que la hipnosis no es relajación ni un prerrequisito para que necesariamente se produzca, insisten, sin embar go, que entre los indicadores principales del trance hipnótico se encuentra la relajación: ya se trate de una distensión tanto generalizada como, precisamente, selectiva -es decir, disociativa-, en una parte del cuerpo. Cobra especial relieve la relajación facial y, dentro de ella, la relajación ocular seguida por la relajación de la mandíbula.Debe quedar claro que aunque esto es así en la mayoría de los casos, en una importante minoría la inducción del trance viene acompañada pgr fenóme nos de catalepsia, con la conocida «flexibilidad cérea», sin que estas variaciones parezcan perjudicar la calidad del trance.La realidad es que la entrada en el trance hipnótico, más allá del grado de relajación o catalepsia, y con independencia de si los ojos se cierran o perma necen abiertos, posee una nota inconfundible y difícil de fingir o imitar que no puede pasar desapercibida para el clínico experimentado.Al terapeuta que se está formando en hipnosis, le aconsejamos encarecidamente que presencie numerosas inducciones de trance llevadas a cabo por ex pertos en la materia, con diferentes procedimientos, y observe cuidadosamente las reacciones de los sujetos de experimentación, con la seguridad de que, más allá de la variedad de reacciones, acabará captando intuitivamente la nota fundamental de ingreso en el trance.28HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 29Este conocimiento le será de gran utilidad posteriormente en su práctica clínica.2,2. Sugestión hipnóticaLo primero que es necesario comprender es que elinconsciente recibe las sugestiones de forma literal.El problema es que acepta las sugestiones literalmente... sin que en el plano consciente la persona se decuenta de ello. Existe, por ejemplo, la expresión «volverse rojo de ira», relacionando una determinada coloración facial con un estado emocional concreto. toque sucede con frecuencia es que se produce una disociación en el nivel consciente entre el efecto, ruborfacial y la causa, un estado de agresividad repriinido, por ejemplo.El resultado es que la persona desarrolla una eicatofobia -temor al enrojecimiento facial-, sin tener consciencia de su trasfondo emocional.

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Para Weitzenhoffer (Weitzenhoffer, 1964), el ternino sugestión designa cualquier comunicación verbalo no verbal simple o compleja del sugestionador al sugestionado, dirigida a suscitar alguna experiencia y provocar una conducta en desacuerdo con elmedio habitual del sugestionado o de la conducta qoc normalmente había observado. Aclara este misnoautor que en realidad no es fácil definir la naturaleza de la sugestión, pero que, en cualquier caso, unade las condiciones esenciales para la eficacia de lasagestión es que el sujeto no utilice su capacidad crítica.Estructuras y estilos de sugestión hipnótica básicosSugestiones positivas: «Puedes hacer X». Sugestiones negativas: «No puedes hacer X». Sugestiones directas: «Puedes hacer X». Sugestiones indirectas:«Conocí a alguien que disfrutaba haciendo X». Sugestiones de proceso:«Puedes tener un recuerdo especial». Sugestiones de contenido:«Puedes recordar a tu profesor de tercer grado». Estilos permisivos:«Puedes permitirte a ti mismo hacer». Estilos autoritarios:«Harás X». Sugestiones poshipnóticas: «Más tarde cuando estés en la situación A, puedes hacer X».(Yapko: Lo esencial de la hipnosis, op. cit., p. 94.)Kroger (1974) por su parte, diferencia entre sugestión y persuasión, ya que esta tiene un componente lógico del que se halla desprovista la sugestión.Asimismo, Kroger distingue entre sugestiones verbales (incluyendo las preverbales de sonidos o palabras),. _sugestiones no-verbales (gestos y muecas) y las intraverbales (se refieren a la modulación de la voz).Más importante para nuestro propósito son las leyes de la sugestión enunciadas por el propio Kroger. Brevemente, son las siguientes:Cada autor establece su propia clasificación de lassugestiones. Yapko, por ejemplo, presenta el siguiente e interesante cuadro:- Ley de la concentración de la atención: Cuando una persona concentra repetidamente la atención en una idea, esta tiende a realizarse espon-Ij ~1 I i llil'ill~llj ~, jlllhl ~I~ilij' Illllljlll llljll II~~'~l¡I~l , Il~illlljll~llli!iii, , IIIIIIIIIIÌI~iill I~~IIII ¡I ilVIII II Illlu~30El ejemplo típico es el esfuerzo en dormirse. La persona insomne, como «premio» a sus esfuerzos, experimenta un desvelo aún mayor. Lo mismo ocurre al intentar superar activamente un temblor de la mano o una impotencia repentina. El empeño de superarlo voluntariamente se muestra estéril o llega a producir un trastorno aún mayor.El reverso terapéutico de este fenómeno es la intención paradójica, formulada por Viktor Frankl, que consiste en prescribir la conducta sintomática como solución.Así, si un paciente acude a consulta por su miedo a desmayarse en público, tener una reacción de impotencia, o temor a atragantarse al ingerir alimentos sólidos, la solución consiste en intentar provocar voluntariamente la reacción involuntaria.De esta forma el problema se convierte en la solución. La estrategia de la intención paradójica se manifiesta especialmente eficaz precisamente en los problemas en los que opera la ley del efecto invertido: la ansiedad anticipatoria, en la cual el paciente establece

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unas soluciones que se constituyen en problema, generando un círculo vicioso según el cual el intento de solución -las diversas estrategias que el paciente idea para intentar no desmayarse en públiHIPNOSIS Y PSICOTERAPIAtáneamente. La eficacia de los anuncios publicitarios se basa en esta ley: se tiende a captar la atención del consumidor, sin que sea plenamente consciente de ello, con la reiteración de mensajes subliminales que asocian la compra del producto con un estado de ánimo placentero.Ley del efecto invertido: Se refiere a la paradoja de que cuanto más insistentemente nos esforzamos en obtener determinado resultado, más difícil será de alcanzar, incluso puede obtenerse el resultado opuesto.DIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 31co- constituyen el problema y desembocan en el temor a desmayarse, y este intensifica las estrategias de evitación, estableciendo una circularidad obsesiva cuya solución más elegante y eficaz es «provocar» intencionadamente el síntoma que se pretendía evitar, rompiendo así el círculo vicioso.Estas consideraciones nos llevan nuevamente a destacar la importancia de la atención pasiva, antes mencionada, para el éxito de la sugestión, siendo ne cesario que el estímulo sugestivo tenga las propiedades ya apuntadas.La tercera ley que menciona Kroger es la ley del efecto dominante, según la cual una emoción intensa tiende a reemplazar a otra emoción de menor intensi dad. De esto se sigue que asociar una emoción intensa a una sugestión la hará tanto más efectiva. En realidad, para que una sugestión tenga éxito, normalmente debe conectarse con una emoción de intensidad superior a la que está asociada al problema que-se-pretende tratar. En el caso de que la simple sugestión directa no pueda desplazar a la emoción asociada a la conducta problemática, debe recurrirse a otras estrategias más indirectas o sofisticadas.Una posibilidad es recurrir a un efecto fisiológico intenso, dice Kroger, para reforzar la eficacia del estímulo sugestivo.Un aspecto diferente es el de la construcción de las sugestiones.En principio, los diferentes autores recomiendan que la formulación del mensaje sugestivo se haga en términos positivos, y no negativos. Si, por ejemplo, se trata de inducir un estado de tranquilidad, el mensaje debería ser: «Estoy relajado, en calma», en lugar de: «No estoy tenso, no estoy nervioso».En consecuencia, la gran mayoría de las sugestiones tiene un sentido positivo. La razón general que32 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 33se esgrime en contra de las sugestiones negativas es que el NO, la negación, no es captada por el inconsciente, por lo que pueden ser estériles, e incluso tener el efecto contrario.En un ejercicio muy sencillo para demostrarlo, se le puede sugerir al lector: «No piense en una fuente, no piense en un perro, no piense en un lápiz...» para que inevitablemente aparezcan en su imaginación una fuente, un perro y un lápiz determinados. Por esto sería erróneo impartir a un paciente la sugestión de: «A usted no le gusta fumar...» en la seguridad de que seguirá fumando, incluso, con mayor intensidad.... Sin embargo, esto no quiere decir que haya que desechar las sugestiones negativas en cualquier caso. Sucede que constituyen unas estrategias más sutiles y el clínico, cuando las utilice, debe hacerlo con una sagacidad especial. Bien empleadas, el efecto paradójico de

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las sugestiones negativas puede servir para superar resistencias a la inducción hipnótica, bloqueos emocionales o actitudes rígidamente establecidas. Tal como explica Yapko, el principio que subyace a estas sugestiones negativas es el de «vencer al otro con sus propias armas».En realidad, lo que sucede con las sugestiones negativas, siempre que se empleen con habilidad, es que colocan al paciente resistente en una situación de doble vínculo, según la cual tanto si responde afirmativamente, colaborando, como negativamente, resistiéndose, se produce el efecto hipnótico o terapéutico deseado. Las sugestiones negativas, empleadas de esta forma, pueden constituir la técnica de elección en los casos en los que el paciente presenta resistencias específicas a la inducción hipnótica o algún fenómeno particular. De esta forma se consigue usar la resistencia del paciente en beneficio del proceso hipnótico. Es, por tanto, fundamental que el clínico que emplea la hipnosis utilizando sugestiones negativas tenga una actitud flexible, aceptando la resistencia y sabiendo siempre qué es lo que hace.Si, por ejemplo, se encuentra con un paciente que se resiste a la sugestión de ir cerrando los ojos, se le puede sugerir: No cierre los ojos... y no cerrando los ojos... cuanto menos parpadee... antes caerá en trance hipnótico, con la probabilidad de que esta formulación resulte mucho más eficaz que el enfrentarse directamente con la resistencia mediante sugestiones positivas.Un aspecto importante de las sugestiones son sus componentes subliminales, de los cuales el sujeto no es consciente, o al menos solo es parcial y difusamente consciente de ellos. Determinados gestos e inflexiones de la voz del experimentador al pronunciar ciertas palabras, símbolos encubiertos en mensajes sugestivos-,etcétera, pueden influir en una mayor eficacia de las sugestiones. Conviene, sin embargo, advertir que, tal como ponen en evidencia las investigaciones sobre la percepción subliminal, para que tengan un efecto real las sugestiones subliminales deben ir acompañadas de la conveniente repetición del estímulo. En cualquier caso, debe quedar clara la importancia de las sugestiones subliminales, con su carácter encubierto, como complemento de la labor sugestiva explícita.En cuanto a las sugestiones poshipnóticas, son aquellas que, como las demás, se imparten en el contexto del trance hipnótico, pero cuyo cumpli miento tiene lugar una vez el sujeto ha salido de él y se encuentra de nuevo en estado de vigilia. Quiere decirse, pues, que los efectos de este tipo especial de sugestión tiene lugar posteriormente al trance hipnótico, una vez ha concluido este. Como señala acertadamente Kroger, la diferencia entre una sugestión poshipnótica y un reflejo condicionado se basa en que la primera se establece mediante una repetición mucho menor, y con frecuencia se trata de un apren-34 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 35dizaje «de una sola vez», en una única sesión y producto de una asociación más duradera, en tanto que el reflejo condicionado clásico se puede extinguir con más facilidad.Generalmente, se considera que la aparición de respuestas poshipnóticas es un indicador de la hipnosis de grado medio, sobre todo cuando el sujeto no guarda recuerdo de la instrucción dada bajo hipnosis (amnesia).Un caso particular es el de las alucinaciones poshipnóticas, que pueden ser positivas o negativas. Un ejemplo de las primeras es sugerirle al sujeto: «Cuan do usted despierte, verá en la pared que tiene en frente un triángulo azul». Un ejemplo de alucinación negativa

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podría ser: «Al despertar, usted no escuchará la llamada de mi ayudante y se pondrá a escribir con tranquilidad».Conviene recalcar que el sujeto en ningún caso seguirá sugestiones poshipnóticas o de otro tipo que vayan en contra de su criterio moral. En el caso de los espectáculos públicos (teatro, televisión... ), la predisposición de ciertos sujetos a realizar acciones extravagantes tiene poco o nada que ver con la verdadera sugestión poshipnótica, y sí más con personalidades de tipo histérico necesitadas de llamar la atención.El valor terapéutico de la sugestión poshipnótica es múltiple. Por una parte, sirve para acondicionar favorablemente al paciente a fin de que en futuras sesiones responda con un trance hipnótico más rápido y profundo.Por otra parte, y esto es lo principal, hace posible que el paciente actualice y ponga en práctica en su vida diaria, en estado normal de vigilia, los progresos que ya ha realizado durante las sesiones en estado de trance y así vaya ganando confianza.Este es el verdadero proceso terapéutico.2.3. ¿En qué momento comienza la hipnosis?Esta cuestión equivale a preguntarse en qué momento el paciente pasa de un estado de mera sugestibilidad al de trance hipnótico propiamente dicho.Muchos pacientes, antes de la primera inducción, preguntan: ¿Cómo sabré que estoy hipnotizado? Efectivamente, la creencia generalizada de que bajo hipnosis se ha de experimentar sensaciones «diferentes», cuando no vivencias decididamente extrañas, lleva a algunos pacientes, una vez han regresado al estado de vigilia, a afirmar que de ninguna manera han caído en estado de trance, a pesar de que este ha podido ser de grado medio, incluso profundo.A tales personas debe explicárseles la realidad de su estado de trance, aclarándoles que se trata de un estado natural en el que no necesariamente se produ cen vivencias anormales y en el que, por cierto, caen espontáneamente en su vida diaria sin ser conscientes de ello en multitud de ocasiones: al irse a dormir o al despertarse por la mañana, al ver una interesante película en la oscuridad de la sala del cine, etc.Aunque no existe una frontera exacta entre el estado de vigilia y el trance hipnótico, la realidad es que en la mayoría de los sujetos, y a partir de las su gestiones dadas por el experimentador, se produce un momento de una calidad especial que anuncia el ingreso en el estado de trance (consultar el apartado 3.1 del próximo capítulo).Conviene comprender que el aumento de la sugestibilidad (llegando a la hipersugestibilidad), aunque importante, es solo uno de los elementos del trance hipnótico.Desde el punto de vista puramente objetivo, entre los signos más frecuentes podemos mencionar:36HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 37- Enlentecimiento del ritmo respiratorio y cardiaco. - Relajación general, y especialmente de los músculos faciales de los párpados y mandíbulas. Alternativamente, puede presentarse en algunos sujetos la fijeza de la mirada.- En el grado medio de hipnosis se pueden presentar fenómenos de catalepsia: flexibilidad cérea en los músculos de brazos, piernas y de de dos de las manos, así como la catalepsia ocular, en la que el sujeto mantiene la mirada fija en un punto a pesar de que se gire la cabeza.Subjetivamente, la persona hipnotizada experimentará lo siguiente:

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Como consecuencia de la relajación, se sentirá inmerso en un estado de tranquilidad.En relación con lo anterior, puede experimentar modificaciones, generalmente agradables, en la percepción de su esquema corporal. Puede sentir, por ejemplo, el cuerpo muy pesado, como si se estuviera hundiendo blandamente en el diván en el que se halla recostado. O, por el contrario, que una parte de su cuerpo, generalmente las piernas, se hace más ligera y se eleva lentamente. Otras personas experimentan una sensación generalizada de ligereza que les lleva a sentir que flotan fuera de su cuerpo.Muchos sujetos informan al salir del trance hipnótico que oían con más claridad los sonidos circundantes, pero al mismo tiempo, como si tuviesen un origen más remoto y, en cualquier caso, sin el carácter perturbador que pueden tener al ser percibidos en estado de vigilia. Como contraste, sobre este fondo sonoro destaca la voz del hipnotizador, con la que el sujeto establece una relación especial.Los procesos mentales transcurren con una - lentitud mayor que en estado de vigilia. El sujeto notará que la facultad crítica y el pensamiento analítico se hallan hasta cierto punto disminuidos. Aunque es menos frecuente, en algunas personas puede ocurrir el fenómeno contrario, experimentando una claridad y agilidad de pensamiento superior a la que tienen en estado de vigilia.Asimismo, son frecuentes los fenómenos de amnesia (el paciente, por ejemplo, no recuerda parcial o totalmente el contenido de la sesión de hipnosis, una vez ha despertado), o de hipermnesia (puede recordar un suceso, un sueño, etc., que tenía olvidados). Aquí nos referimos a la aparición espontánea de estos fenómenos, diferenciándolos de la amnesia e hipermnesia inducidas por sugestión.Si bien la actitud observadora y vigilante de la conciencia suele hallarse disminuida, a tenor de lo que venimos exponiendo, esto de ninguna manera quiere decir que se pueda asociar el estado hipnótico con la pérdida de la conciencia. Como ya hemos explicado, ¡hipnosis e inconsciencia no son lo mismo! Lo que sí es cierto, es que la disminución de la conciencia crítica facilita la aparición de determinados fenómenos, como los ya reseñados de la distorsión del esquema corporal, amnesia e hiper-mnesia, y en relación con ellos suelen aparecer diferentes fenómenos de distorsión temporal. Así, en algunos sujetos la conciencia del tiempo se lentifica y, al despertar del trance, pueden tener la sensación de que han estado hipnotizados largo tiempo cuando en realidad solo han transcurrido unos pocos minutos. En otros, por el contrario, la vivencia es que38 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 39han estado bajo trance un lapso de tiempo muy corto, apenas unos pocos minutos, incluso segundos, cuando en realidad han estado una hora o más bajo hipnosis (contracción temporal). A nuestro juicio, los fenómenos de distorsión temporal y de amnesia, unidos al desconocimiento que tienen del tema personas que observan a alguien bajo trance, dieron lugar al mito, completamente infundado, de que la persona hipnotizada se halla inconsciente.2.4. La formación de imágenes mentalesGeneralmente, se considera que el paciente, mientras va escuchando las sugestiones sumido en trance hipnótico, desarrolla una película mental congruente con lo que el terapeuta le va diciendo.Esto es cierto en bastantes casos, pero en otros muchos un cuidadoso interrogatorio pone de manifiesto que se limitan a escuchar pasivamente las su gestiones sin que en realidad se

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formen las imágenes correspondientes. El terapeuta, por ejemplo, puede sugerirle a un paciente que se halla en un trance de grado medio:«Imagine que se encuentra tendido sobre la fina y cálida arena de una playa solitaria, mientras escucha el rumor del mar y contempla el cielo azul.»Es evidente que muchos sujetos, y también lectores, irán imaginando con espontaneidad lo que esta frase sugiere: en mayor o menor grado, sentirán la textura y el calor de la arena, escucharán el ruido del mar en su continuo vaivén, verán cómo se extiende en su pantalla mental el claro azul del cielo.Pero es igualmente cierto que otros muchos sujetos, y lectores, se limitarán a escuchar o leer pasivamente estas sugestiones, si acaso, siguiéndolas consu voz interior, sin acompañarla con ninguna sensación o imagen particular.¿Hasta qué punto son de utilidad las imágenes mentales en el contexto de la hipnosis clínica? Debemos aclarar, en primer lugar, que son de una utilidad innegable. Las imágenes mentales, adecuadamente empleadas, pueden provocar fenómenos como la anestesia de guante -en el que se disminuye en gran medida la sensibilidad de la piel de la mano, pudiéndose transferir luego a cualquier otra parte del cuerpo-, profundización del trance hipnótico o curación de problemas funcionales de la piel o trastornos sexuales. Asimismo, en el tratamiento de las fobias mediante la técnica de Wolpe (ver el apartado correspondiente), una correcta construcción de imágenes es de importancia primordial.Para Fezler, las imágenes mentales producen efectos fisiológicos reales. Así, afirma, si el lector imagina frío en una zona de su cuerpo, la sangre abandona esa parte. Por el contrario, si imagina calor, la sangre fluye a la zona en cuestión.Para ayudar al paciente a utilizar imágenes mentales eficaces, este autor propone:Emplear en las sugestiones los colores complementarios, principalmente rojo/verde, azul/naranja, y amarillo/púrpura. Al ponerlos juntos en una misma fórmula sugestiva, se hacen más vibrantes y la imagen visual, más intensa. Así puede sugerirse una bandera roja ondeando en un verde prado, o un agradable sol anaranjado, al atardecer, sobre el azul del cielo.Otro principio es el de contraste con el fin de hacer la imagen más vívida. El ejemplo típico es el de una habitación oscura, únicamente iluminada por el alegre fuego que brilla en la chimenea.40 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 41Otro principio dice que cuantos más sentidos intervengan en la construcción de una imagen, además de la vista, más eficaz resultará. El sentido del oído es relativamente fácil de incorporar a la imagen, por ejemplo, el rumor del mar en la imagen de la playa. Le siguen el tacto (por ejemplo, la evocación de una superficie aterciopelada, rugosa, etc.) y el olfato (el olor de una rosa) como los sentidos más débiles y difíciles de incorporar a la construcción sugestiva de imágenes. El lector puede comprobarlo por sí mismo evocando los estímulos correspondientes.Una ayuda interesante, señala Fezler, es utilizar estímulos reales que sirvan de soporte a ia construcción de imágenes: una naranja, para evocar el color, sabor y perfume de esta fruta, o un trozo de tela adecuado para evocar una textura aterciopelada, por poner dos ejemplos.No obstante, pensamos que los estímulos reales deben ser utilizados como simples puntos de partida y únicamente en los casos en los que el sujeto se muestra particularmente torpe para formar las correspondientes imágenes. En general, creemos que para que las imágenes mentales tengan una eficacia real deben poseer un notable grado de autonomía respecto de

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los estímulos objetivos. Dicho de otra forma, deben proceder del interior del propio sujeto, más que de una experiencia sensorial inmediata.Un punto en el que insiste Fezler es que debemos intentar que las imágenes sean lo más reales posible. Nosotros pensamos, sin embargo, que en muchos pacientes el esfuerzo por crear imágenes vívidas y completas puede, paradójicamente, bloquear el proceso hipnótico, ya que esta actividad mental en muchos casos puede despertar el detallismo y la conciencia crítica, justo lo contrario de lo que se pretende. Lo importante, más que crear una imagen detallada, es que el paciente se vea envuelto en un clima sugestivo adecuado. Dicho con otras palabras, el terapeuta debe crear con sus sugestiones un ambiente afectivo en el que el paciente se sienta cómodo y no le invite a ejercer su función crítica. En este sentido, el terapeuta obrará juiciosamente no exigiendo a sus pacientes imágenes «técnicamente perfectas». Hay personas de tendencia marcadamente visual que las pueden crear sin problemas, pero con la mayoría de los sujetos no sucede así, y en estos casos unas imágenes más genéricas y, por así decirlo, difusas, pueden resultar igualmente eficaces. Lo decisivo es que las imágenes a emplear en las sugestiones tengan una nota de espontaneidad y capten con naturalidad la atención del paciente.La experiencia indica, sin embargo, que bastantes pacientes no siguen las sugestiones que les imparte el terapeuta con la correspondiente formación de image nes. Simplemente, se limitan a escuchar pasivamente la voz del hipnotizador, y aunque entienden perfectamente lo que se les va diciendo, informan que en realidad no evocan los contenidos visuales, auditivos o kinestésicos implícitos en las sugestiones.¿Qué hacer en estos casos? Suele tratarse de pacientes con un fuerte bloqueo mental, aun cuando el problema que traigan a la consulta no sea de particu lar gravedad. La estrategia terapéutica inicial es entrenarlos en la formación de imágenes tal como hemos venido explicando.42 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 432.5. Las respuestas ideomotoras y su utilidad para la hipnosis2.6. La técnica de Wolpe y su utilidad para la hipnosisSe refieren las respuestas ideomotoras a la manifestación motriz -que puede ser de la totalidad del cuerpo o de una parte en concreto, como la cabeza, una mano o los dedos, etc.- de un contenido mental, generalmente inconsciente. Se trata, pues, de un movimiento corporal que se relaciona con un estado mental de forma automática e inconsciente.Un claro ejemplo lo tenemos cuando pensamos en las respuestas «sí» y «no»; inconsciente y automáticamente movemos la cabeza en uno u otro sentido (ver apartado 2.8).Durante el trance hipnótico, las respuestas ideomotoras se producen inevitablemente como consecuencia de las sugestiones.El hipnotizador hábil sabe captar estas señales y utilizarlas sobre la marcha, según van apareciendo, para generar sugestiones más eficaces y adaptadas a la forma concreta de reaccionar de su paciente. Si, por ejemplo, observa que al ir cerrando los ojos el paciente, diestro, tiende a mover ligeramente la mano izquierda con pequeñas sacudidas, el clínico puede elegir esta mano, en lugar de la derecha, considerándola más apropiada para las sugestiones de levitación o de anestesia de guante.Es muy importante captar y aprovechar las señales involuntarias que emite el paciente para el buen desarrollo de la sesión de hipnosis.

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El uso más frecuente de respuestas ideomotoras se refiere a las respuestas de los dedos. Esta técnica, expuesta por autores como Le Cron, y E. Rossi y D. Cheek, puede ser de gran utilidad en terapia hipnótica, tanto para la inducción del trance como para establecer una respuesta condicionada poshipnótica y, principalmente, como medio de interrogar al inconsciente.Aunque no se trata de una técnica hipnótica, la exponemos con cierto detalle en este capítulo, ya que consideramos que su utilización conjunta con la hip nosis es especialmente eficaz para: a) el establecimiento y profundización del trance hipnótico; b) el proceso terapéutico en sí mismo, sobre todo en el tratamiento de estados de ansiedad.Basándose en los trabajos de autores como Watson y Sherrington, así como en sus propias investigaciones, Wolpe ideó su método de la desensibilización sistemática que supuso una revolución en el tratamiento de los trastornos de ansiedad.De acuerdo con la teoría de Wolpe, la desensibilización sistemática se basa en la inhibición recíproca de dos respuestas antagónicas. En el caso concreto del tra tamiento de un trastorno de ansiedad como es una fobia, se observa que las respuestas de relajación y de ansiedad se inhiben recíprocamente. De esta forma, si un estímulo ansiógeno, por ejemplo, la fotografía de un perro se le presenta a un paciente que padece intensa fobia a estos animales, puede provocarle una repuesta de ansiedad de cierto grado de intensidad. Pero si al paciente le presentamos este mismo estímulo hallándose relajado, ya no se presentará la respuesta de ansiedad; incluso con el adecuado entrenamiento la fotografía del perro llegará a provocar una respuesta de relajación.En la técnica de Wolpe, la ansiedad, producida por la activación del sistema nervioso simpático (elevación de la presión sanguínea, de la frecuencia car diaca y de la circulación de la sangre en los grandes grupos musculares voluntarios, junto con disminución de circulación sanguínea en el estómago, dilatación pupilar y sequedad de boca), puede inhibirse mediante la respuesta opuesta que, para ser eficaz,44 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 45tiene que estar asociada a un aumento de la actividad del sistema nervioso parasimpático, al tiempo • que disminuyen la actividad del simpático. Conviene advertir que la concepción de Wolpe de la respuesta de ansiedad, así como la verdadera naturaleza de la desensibilización sistemática, han sido objeto de controversia por otros autores. Sin embargo, desde las investigaciones de Paul (1966, 1968 y 1969) y otros autores, la eficacia clínica de la desensibilización sistemática ha quedado firmemente establecida, con resultados superiores en muchos aspectos a las psicoterapias tradicionales.La técnica de Wolpe, además de su eficacia, destaca por su sencillez. Brevemente, consiste en lo siguiente:1) Construcción de la Escala de Unidades Subjetivas de Ansiedad (SUDS)Fue ideada por Wolpe para establecer una graduación subjetiva (desde el punto de vista del paciente) para establecer la intensidad de la respuesta de ansiedad.Esta escala pretende establecer la intensidad subjetiva de la respuesta de ansiedad del paciente ante diferentes estímulos. Se le pregunta por la an siedad más intensa que pueda experimentar y se le asigna el punto máximo de la escala 100. A continuación se le pide al paciente que describa la experiencia más tranquila y libre de tensión que haya experimentado, dándosele el nivel cero de la escala SUDS. Estas experiencias constituyen los polos de la Escala. Conviene completarla con una experiencia que se halle en el punto intermedio, dándosele el nivel 50 (grado medio de ansiedad), así como también los niveles

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25 (ansiedad ligera, pero que ya empieza a constituir un problema) y 75 (ansiedad intensa y determinante, si bien no alcanza el grado máximo de intensidad).2) Establecimiento de las JerarquíasEs frecuente que cada item de la escala SUDS se refiera a un contenido determinado que provoca una respuesta de ansiedad. Así, el nivel 25 puede relacio narse con el miedo a entablar discusiones, el 50 con al ansiedad a los espacios cerrados y el 75 con el miedo a las alturas, por poner un ejemplo. Es importante recordar que, según Wolpe, cuanto más amplio es el número de situaciones productoras de ansiedad, menos efectiva resulta la técnica de la desensibilización sistemática.Se hace, pues, necesario elaborar jerarquías de ansiedad por cada ítem de la Escala SUDS, a fin de concretar y estructurar al máximo el proceso terapéutico.Así, por ejemplo, para el punto 50, «miedo a los espacios cerrados», puede elaborarse una jerarquía externa de 10 puntos de intensidad creciente que va ya desde estar a cierta distancia del ascensor, aproximándose gradualmente, o instalado en su interior, ascensor parado, entre dos pisos, etc.A esta jerarquía externa se le añade otra jerarquía interna relacionada con los estímulos internos ansiógenos, que puede ir de las reacciones neurovegetativas más leves (presión en el estómago, sequedad de boca) a las más graves (sudor, mareos, miedo a desmayarse...).3) Entrenamiento en relajación o autohipnosisWolpe enseñaba a sus pacientes el método de relajación progresiva de Jacobson, pero reconóció que se podía emplear con el mismo éxito cualquier otro siste ma de relajación, meditación o de imaginación guiada. En nuestro caso, recomendamos encarecidamente el uso de la hipnosis, ya que la experiencia enseña que puede abreviar significativamente el proceso terapéutico, logrando en una sola sesión un grado de relaja-46 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 47ción que, de otra manera, puede tardarse en alcanzar un cierto número de sesiones. Más aún, el entrenamiento en hipnosis tiene la ventaja de que mediante sugestiones poshipnóticas el paciente puede instalarse en el estado de trance sobre la marcha, en las circunstancias de su vida cotidiana que lo requieran.4) Combinación de los dos puntos anterioresEl objetivo es lograr la adecuada respuesta hipnótica de relajación combinada con la exposición imaginativa a cada uno de los puntos de la Escala de An siedad, empezando por los de menor intensidad, para ir alcanzando los más altos en un estado de relajación. De esta forma se consigue, como su nombre indica, ir desensibilizando sistemáticamente al paciente ante situaciones de ansiedad.Hay que tener en cuenta que, según la sensibilidad e idiosincrasia del paciente, la desensibilización sistemática puede establecerse mejor en algunos casos mediante procedimientos distintos de la simple relajación entre los que destacan la exposición directa, «en vivo», regulando cuidadosamente la intensidad de la situación productora de ansiedad. Aquí ,también podemos mencionar la utilidad de la hipnosis, como medio de abreviar el proceso terapéutico, al permitirnos «acondicionar» eficazmente al paciente mediante sugestiones poshipnóticas.2.7. La importancia del ritmo respiratorio para la inducción del trance hipnóticoMencionamos este aspecto, haciendo hincapié enél, por su importancia práctica, y debido a que no

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suele ser suficientemente destacado en muchos de los trabajos dedicados a la hipnosis. Es frecuente que el experimentador sugiera, por ejemplo: «... ahora, usted va respirando más profundamente, y a cada espiración va cayendo en un sueño más profundo...».

Sin embargo, aquí nos referimos a otra cosa: sencillamente, a la posibilidad de adaptar las sugestiones a las diferentes fases del ciclo respiratorio del paciente, pero sin hacer mención a la actividad respiratoria. Por curioso que pueda parecer, el sujeto no suele ser consciente de que el ritmo de las sugestiones se adapta como un guante a su ritmo de inspiración y espiración.En nuestra experiencia hemos utilizado el ritmo respiratorio para inducir, siempre con éxito, un trance hipnótico medio o profundo, en casos que mostra ban fuertes resistencias con otros procedimientos. En consecuencia, aconsejamos se utilice este método en combinación con la mayoría de los otros procedimientos hipnóticos que se exponen en el presente libro. Como el lector observará, daremos las instrucciones pertinentes en cada apartado.Las ventajas de utilizar la respiración del sujeto como medio de inducir el trance hipnótico son numerosas:Es el ritmo fisiológico más fácilmente observable. La respiración, al menos en condiciones normales, tiene un ritmo que le hace fácilmente adaptable al de las palabras, movimientos y gestos del operador, lo cual no ocurre con el ritmo cardiaco. Siendo un ritmo fisiológico que generalmente se halla regulado de forma automática por el sistema neurovegetativo, también puede serlo voluntariamente por el sistema nervioso central. Así pues, ocupa un punto clave en el aspecto fisiológico.En relación con lo anterior, la respiración, siendo generalmente inconsciente, también se48 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 49puede tornar consciente. Por ello, tiene una importancia capital para la toma de conciencia de los procesos psicológicos inconscientes y su modificación.Cuando en la inducción hipnótica las sugestiones se adaptan al ritmo respiratorio espontáneo del paciente, y sin que este sea consciente de ello, las resistencias a la hipnosis disminuyen en gran parte, hasta el punto de resultar el método de inducción más seguro cuando han fracasado los demás.Una vez producido el trance hipnótico, las sugestiones adaptadas al ritmo respiratorio inconsciente del sujeto son uno de los medios más seguros de profundización del estado de trance. Asimismo, la adecuada utilización del ritmo respiratorio del paciente es el medio más natural para impartir las sugestiones que permiten despertar del estado de trance.También en el entrenamiento de la autohipnosis la sincronización de las autosugestiones con el propio ritmo respiratorio espontáneo es uno de los medios más directos para influir a nivel inconsciente.La sincronización de las sugestiones con el ritmo respiratorio se realiza de acuerdo con uno o más de los siguientes criterios:torio. Así, por ejemplo, en la prueba de levitación de la mano: « ... la mano está cada vez más ligera... ligera...», haciendo coincidir la palabra «ligera» con la inspiración del sujeto, por su carácter ascendente. O en la relajación sugerir la sensación de peso en los brazos- y piernas con la espiración.Fonético. Se trata de un punto de vista más sofisticado, pero la experiencia confirma su eficacia. Puede emplearse de diversas formas pero en líneas generales, consiste en

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pronunciar preferentemente palabras que contienen determinados fonemas con la inspiración, y otras con diferentes fonemas con la espiración. Sintaxis: Sincronizando determinadas partes de la oración (generalmente el sujeto, los pronombres personales y algunas preposiciones y conjunciones) con la inspiración, y otras partes (como el verbo y el predicado) con la espiración, que al ser más prolongada da tiempo a formular sugestiones más largas.En el caso de los verbos hay diferentes posibilidades, por ejemplo, los verbos activos con la inspiración (parte activa del ciclo respiratorio) y los verbos en for ma pasiva con la espiración (fase pasiva del ciclo respiratorio). Hay otras muchas posibilidades.- Inflexiones de voz, por ejemplo, empleando un tono algo más agudo en la inspiración y ligeramente más grave en la espiración.- Ritmo de pronunciación, más rápido en la inspiración (al ser normalmente, mas corta) y más pausado en la espiración (al ser más prolongada).- Contenido, adaptando determinadas palabras clave a las diferentes fases del ritmo respiraEl clinico experimentado puede poner en juego varios de estos criterios en una inducción hipnótica, ya sea alternándolos o combinándolos, según las fases del pro ceso hipnótico. Lo importante es que tenga una conciencia clara de lo que hace y por qué lo hace. En el caso concreto de sincronizar el ritmo de las sugestiones con el ritmo respiratorio, es importante comprender que la inspiración se relaciona preferentemente, aunque no de forma exclusiva, con los procesos inconscientes (en ese' ~IIIIJI~II ,l'i Ill', Il I,I l lllïIIl I Il50momento, el paciente tiene defensas «más débiles», por lo que es el adecuado para sugestiones subliminales, más cortas e incisivas), en tanto que la espiración se relaciona con procesos relativamente más conscientes (no se olvide que, de todas formas, nos referimos a los casos en que el sujeto no es consciente de que las sugestiones se hacen coincidir con su ritmo respiratorio), con un tempo más largo que le permite ir digiriendo los mensajes que se les imparten, integrándolos tanto a nivel consciente como inconsciente. En cualquier caso, la actitud vigilante, crítica, del sujeto se halla algo más despierta en la fase de espiración que en la de inspiración.Otro aspecto importante en la respiración consiste en no imponerle al sujeto ningún ritmo especial, sino llevarlo poco a poco a una respiración relajada. En este sentido nuestro proceder más habitual es el siguiente:HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 51cierran lentamente... porque cuanto más le vayan pesando los párpados ... tanto más puede sumergirse en un trance profundo...». (Como el lector habrá comprendido, las partes de la sugestión que no van en negrita corresponden a la espiración y se pronuncian más lentamente.)Nuestra experiencia indica que este procedimiento es particularmente efectivo con los casos más resistentes a la inducción hipnótica. Y en cualquiera de los pacien tes, una vez convenientemente sumidos en sueño hipnótico y adaptando al efecto el contenido de las sugestiones, constituye un excelente medio de profundización.

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Aconsejamos se emplee este procedimiento hipnótico en combinación con el libre proceso respiratorio por ser el más natural.La respiración profunda abdominal, que es la más frecuentemente empleada en las inducciones hipnóticas, puede ser útil momentáneamente, pero no reco mendamos que se la utilice durante un periodo de tiempo prolongado, por ejemplo, durante los diez o quince minutos que puede durar la inducción del trance, ya que puede ocasionar desagradables fenómenos de hiperventilación, resultando incluso peligrosos en pacientes con determinados problemas de salud. Por otra parte, la respiración abdominal, que en sí misma es excelente, puede tener un carácter forzado si no se practica adecuadamente, y de hecho, muchos sujetos al dilatar el abdomen con la inspiración contraen inconscientemente la zona intercostal, dando lugar a nuevas tensiones.Es, en consecuencia, mucho mejor respetar el proceso de respiración que le sea normal al paciente llevándole con suavidad, mediante sugestiones convenientemente adaptadas a la respiración intercostal.Este tipo de respiración favorece especialmente la relajación hipnótica, e, indirectamente, una respiración abdominal espontánea.l.°- En una primera fase del entrenamiento hipnótico, observar el ritmo respiratorio particular del paciente.2.°-Adaptar las sugestiones al ritmo respiratorio, tal como se ha descrito anteriormente.3.°- Llevar la conciencia del paciente a la zona intercostal, tanto a la derecha como a la izquierda. En concreto, debe hacerse sensible a los movi mientos y sensaciones que puede experimentar a nivel de las costillas flotantes, observando cómo suben y se contraen durante la inspiración, y cómo se sueltan y relajan durante la espiración. 4.°- Cuando la conexión conciencia-respiración intercostal esté bien establecida, es importante hacer coincidir el ritmo de la respiración con el ritmo de las sugestiones de forma tal que durante la inspiración y la breve pausa que le acompaña se procesen sugestiones breves, por ejemplo, de contenido transitional (obsérvese la negrita): «Va usted a dormirse mientras sus ojos seÍI ÏÍIII l'Í l IIll NIIli~IIÍllïll Ililll l l'lll lIJllip I IIII ÍI IIIIIIIIIIIIIII I~Illli i i II iillll~lllllll52 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 532.8. Sí y noAparte de las aportaciones de Erickson, es este un fenómeno escasamente investigado en relación con la hipnosis. Tenemos la certidumbre de que esta laguna se irá llenando en el futuro.En su clásica obra No y Sí, René A. Spitz explica que estos movimientos básicos constituyen la raíz de la comunicación humana. Se trata del aspecto prever bal de la comunicación que posteriormente se funde con la comunicación verbal.El lector puede hacer una sencilla prueba:- Piense o diga «Sí» y observará cómo su cabeza tiende a moverse instintivamente de arriba abajo (movimiento de afirmación).- Piense o diga «No», y notará cómo la cabeza tiende a moverse de uno a otro lado (movimiento de negación).

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- Ahora piense o diga «Sí» y al mismo tiempo mueva la cabeza en sentido negativo; o bien, piense o diga «No», moviendo la cabeza en sentido afirmativo.En ambos casos, notará claramente la confusión inicial y la resistencia a efectuar estos movimientos al sentirlos antinaturales.Así pues, podemos concluir que en la afirmación y negación se funden los aspectos verbales y no-verbales de la comunicación.Volviendo a las investigaciones de Spitz, para este autor, los movimientos de afirmación y negación, más allá de sus significados concretos, tienen un ori gen claramente biológico. Observó la presencia de los movimientos cefalógiros negativos en niños privados emocionalmente de menos de 12 meses. El niño normal aprende a comprender el significado de la conducta cefalógira negativa realizada por un adulto a partir de los 15 meses, aproximadamente.Para Spitz, la raíz de la conducta cefalógira na_gativa se halla en la reacción del recién nacido, quien al ponérsele el pecho realiza estos mismos movimientos (sin el posterior significado social de negación) en su intento de atrapar el pezón con la boca. Una conducta similar puede observarse en las crías de mamíferos. Así, por ejemplo, en gatitos recién nacidos se observa cómo mueven rítmicamente la cabeza en horizontal, describiendo un arco de 180 grados en lo que se ha llamado automatismo de búsqueda. Ahora bien, cuando el cachorro o el bebé humano encuentra finalmeinte con su boca el pezón, cesa el automatismo de búsqueda y comienzan los movimientos de succión.La succión va acompañada por movimientos rítmicos de cabeza hacia delante y hacia atrás que, según la tesis de Spitz, serían los precursores de los movimientos de afirmación.Estas dos pautas, automatismo de búsqueda y reflejo de succión, se excluyen mutuamente. Lo que posteriormente será «no» a nivel verbal, tiene una in tencionalidad de búsqueda más que de rechazo (no en vano afirmaba Freud que en el inconsciente no existe el «No»), y de receptividad activa lo que posteriormente, en un nivel verbal, se entenderá como «sí», dentro del segundo año de vida del niño.¿Qué tiene que ver esto con la hipnosis?William H. O'Hanlon expone, en su excelente libro Raíces profundas, el proceder de Erickson para el establecimiento de las pautas hipnóticas de tenden cia al sí y al no, así como su utilidad para la inducción hipnótica.En el caso de la llamada tendencia al sí, explica O'Hanlon que es una técnica corrientemente empleada para establecer un clima de acuerdo, de aceptación y, sobre todo, de expectativa de trance. Si lo relacionarnos54 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIADIVERSOS TIPOS DE HIPNOSIS 555con lo anteriormente expuesto al referirnos a las tesis de Spitz, podríamos colegir que la «tendencia al sí» coloca al paciente -desde el punto de vista psicosomático y sin que sea consciente de ello-, en un estado de receptividad activa que le deja en la situación más favorable para asumir las siguientes sugestiones. La clave está en hacerle al paciente una serie de preguntas previas a las que necesaria -e involuntariamenteresponderá sí. Por ejemplo: «Usted sí viene en demanda de ayuda» «y se encuentra aquí en la consulta, ¿verdad?». «Lleva sentado unos x minutos, ¿no?» «¿Oye el rítmico sonido del metrónomo?» Finalmente, se le hace una pregunta más arriesgada, pero a la que es probable que el paciente responda de modo afirmativo: «Y usted espera entrar en trance ... ¿verdad?».

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La tendencia al no es de una dificultad técnica solo aparentemente mayor, y puede ser de especial utilidad para guiar al estado de trance a sujetos resistentes a la inducción normal. Entre otras cosas se basa, en que el campo de influencia mental del «no» es más estrecho y superficial de lo que comúnmente se supone (recordemos que para Freud el no es exclusivamente una conquista de la conciencia y no existe en el inconsciente). Un sencillo experimento puede convencernos del carácter limitado y esencialmente paradójico del «no»:Un tercer aspecto, más sofisticado, es el establecimiento de la llamada por O'Hanlon (O'Hanlon, op. cit.) tendencia invertida. Consiste en inducir al pa ciente a responder afirmativamente cuando en realidad tiende a hacerlo negativamente, o viceversa, a responder negativamente cuando la tendencia espontánea sería la afirmativa.La importancia de esta técnica y su utilidad para el proceso terapéutico se deben tener siempre en cuenta. Veamos dos ejemplos, ambos procedentes de Erickson, en los que se ilustra con elegancia este proceder:El primero está extraído de El hombre de febrero (Erickson y Rossi):Erickson: Ahora bien, ¿recuerda aquel sí escrito cuando estaba despierta? ¿Sabe a qué se refería?Sujeto: No.Erickson: ¿Le gustaría adivinarlo? Sujeto: No.Erickson: ¿Dijo que no? Sujeto: Sí.Erickson: Muy bien. ¿He de decirle lo que te nía yo en mente? Sujeto: SíNo pienses en la agradable sensación que te produce pasear por el campo. No imagines el sendero bordeado de árboles y arbustos, ni tam poco el cielo azul durante el día, la luz dorada del atardecer, ni el campo iluminado por la luna de noche. No recuerdes el rumor de la brisa suave, ni sientas cómo te acaricia la frente...La cuestión es que la mente se centra espontáneamente en el contenido literal, sin detenerse en analizar si se trata de una afirmación o de una negación.El segundo ejemplo de Erickson lo menciona O'Hanlon en su obra ya citada.Erickson: «Y ahora quiero que usted niegue con la cabeza. [Erickson hace el gesto, como modelo]. Su nombre no es Ruth, ¿no es cierto? [Erickson niega con la cabeza; Ruth también]. Y usted no es una mujer, ¿no es así? [Ruth niega con la cabeza]. Y no está sentada, ¿no es cierto? [Ruth niega con la cabeza]. Y no está en trance, ¿no es así? [Ruth niega con la cabeza].56 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAEn el primer ejemplo, Erickson presenta la transformación de la pauta del no al sí, y en el segundo ejemplo, del sí al no. Esto es lo que se conoce la ten dencia invertida: la transformación de una pauta, afirmativa o negativa, en su contraria. La pregunta es: ¿Para qué?O'Hanlon explica en tres puntos el alcance de la pauta de la tendencia invertida:CAPÍTULO 3Métodos de inducción hipnóticaEn primer lugar, contribuye al establecimiento de la confusión. La inversión de la respuesta habitual de toda la vida genera un desconcierto que aumenta conforme las preguntas se formulan con una creciente rapidez. Según Erickson, esta confusión tiene el valor de distraer la vigilancia consciente del sujeto y sus limitaciones autoimpuestas, dando así oportunidad a que afloren nuevas experiencias.

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En segundo lugar, le sirve al paciente para romper con un patrón de conducta antiguo y establecer otro nuevo y más constructivo. Además, esto tiene un beneficioso efecto de contagio: si una determinada pauta arraigada en la conducta puede cambiar, también lo pueden hacer otras.En tercer lugar, el establecimiento de la confusión mediante la tendencia invertida provoca una disociación entre el pensamiento y la acción del paciente, de forma tal que el pensamiento ya no determina la conducta del paciente ni en esta área a la que se refiere la inducción hipnótica, ni en el área del problema por el que consulta el paciente.AMOS A PASAR REVISTA a una serie de métodos de inducción hipnótica, dándoles, en lo posible, un enfoque nuevo. No pretendemos ser exhaustivos, sino exponer aquellos pro cedimientos que nuestra experiencia indica que destacan por su sencillez y eficacia. El lector puede consultar en la abundante bibliografía sobre hipnosis existente respecto de otros procedimientos tradicionales y sobradamente conocidos, como las denominadas pruebas de sugestibilidad. Tal sucede con la prueba del péndulo, las manos entrelazadas, la catalepsia ocular, etc.Estas pruebas de sugestibilidad se emplean para averiguar si el paciente que acude a la consulta será o no un buen sujeto hipnótico. En nuestra opinión, estas pruebas tienen su interés -sobre todo para la formación del clínico novel en hipnosis-, pero su utilidad es muy relativa y tienen el doble inconveniente de ser un tanto mecánicas y consumir mucho tiempo.La realidad es que cuando se tiene suficiente experiencia en hipnosis es posible, con un alto grado de probabilidad, deducir de la conducta del paciente que acude por primera vez a nuestra consulta -sobre todo fijándonos en sus indicadores no verbales-, si será o no un buen sujeto, sin necesidad de aplicarle lasDPDJ UDsad al (* * *) OPUDsad UDO al sopudapd sol anb `soluazuom soun ap o.quap `niuana o.inp dS .( -..) oapudx-ed la ma `.in[raq ID UOIaVCzila.i ns apatgns lu uó!sua~ ns ap ajualasuoa n,~nq as anb odarnt) ( ) uananui as outóa dIjuas IC sopraddDd sol n uópauaiD ns xupulsu x4 apand l~aogV•( ••.) oslnd ia `n.inlviadmal ns `ouvm Dl ap uóla o uóisua~ ap opicam la `olsnui la uoa olanj -uoa la `opap up-ca ap uglaisod ul illuas apand `nl -M.1sm ap pzippsaaau uiS -ouuui ns ap uapaao.id anb Rauoiansuas sul sDpol ap aluaiasuoa asaaauq S t-paalnbzt ounm ns ua ugliualy ns dauod apand anb ages 1(opfns lap axqutou) pa~sn»*saroidadns soffldipd Sol op zapusad op uóiousuas Pl iianpoid Ç insuna `aquouinlpauas `ouis `noodq -el op saaopnziloudiq sol unquUl.iUu ouioa oail-do oinaau la IU~ijuj op la sa ou ugan.id nlsa op ojafgo la anb `unuioo OPIJuas uoo `Jan OMI `pransIn UO1jD~1j nl op oaispla olualUlipaooad je asopugl iijaa uainb `uiiaq -uaag al ÇloddIH `uu-iapoui sisoudiq Pl op sa.ipud sol op oun op uanisod Pl ap iiiand u (L861) jnoigS 'N 'a .iod o4iaosop ajuauzufiloid sa olualuiipaao.id alsg-aquauiupidpa ,Ç opujË uanq op apuodsa i sojafns sol op ntao~fnul uuif u7 -,o!anarja Ç zall!auas ns .iod vavisap opuiaudu aisa ua souiuquaso id anb Pl `nai4 -gudiq uóiaanpui op suoiuoál solua.iajip sul aajug:somioap al (opanz sa Ls) ugoaiap oueiu ns o'(oil -saip sa Ls) np.iambzi ouuui ns `olduiafa iod `odiano ns op ali-ed iainbluna aiiuas uaud pnpiaudua ns aaq -os ojafns lu ug!aualu Pl SouiuUlull aluamn.raLulid :an.'àis ouioo souiopaaoid naiutlo nal4apad ualsanu ug -ao,fuui oganui zopidua uun uoo Ç ulaaaip spui uaauuw nun op oaad `aquouzlunâi aanpoad as aisa `aouual ua auaqua lie aquauluaupluodsa uzquai anb ol saaol.Iadns sopudapd sol uoa aaauq u ojafns lu uuasua as Is anb op opijuas la ua `algzs.raaa.i sa ouaucqua/ la anb u iapisuoa as

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`unuilg op olualuiuuozua la opuainË!S -«sisoudiq -el u osnd oagn anb uuna -el» sa `InoigS iod opui -ia `uuwlg nquuialUt, `soro sol anaaaa ap p.iaunUl anilna -ad p2gH uumaia as `ajuaUIluuI `oallstaalonano aolq -Mal anal un uoo aluauiluaaua~ `auajaln u uuzualwoa sopnd.ipd sol opuuna an.flnl auaiZ -alq!punjuoaui Djou uun aosod anb ,~ osloaid oluauioLu un ua uzuoiuioo sis -oudiil -el anb 9,Snlauoa `suajjqudiq sauoioanpui op sol -IUI.zunaasgo op sondsoQ -uiauulaoduii ns olpua iduioa `sáoun.ij o.ilsauul lap sofngn.il sol opua~Sal `uPUilg an -uQ `ounaiaauiualaou aopuzi4oudiil un aluaUiaoiaalsod olos X `LIuana ua upiuai anj ou uziaquaag op uoiuido -el `Ino iLIS uaildxa `snlouulsunaaia susaanip .iodsopusad sopudayd soi ap «eoiuaáy •i•E-alqupuauz-ooaa Çnui sa osad- cl oalîsóu.à'nrpoaisd un anb ol iod `soaiióaisd so ipuno o aliuijl sosua sol oluoa saluaia -ud solaaio ua vpn(dsuoaosap ajuauclviudoj plsa sis -oudiil Pl anb `a4aud ualo aod `oanla znpanb agaQ-solafns sol ap nt.zoÇuui unaÊ ul uoo aluauiliapj uzlluai as ualigudiq uóiaanpui Pl anb p.iugo.iduioo oaiutla la `souiufasuoau omoa opuuagp-pnli4uoad uoa X soapo i uis upuuuiap ns ua opipualn u4uais as ajuoiaud la anb uiauul.ioduii ioÇuui Pl op sa `suaqulud sL-mo uoa ogoiG -.Iionpoad u un as `sgnd -sap o salut, `nuiio uajo n uun op `anb op pupian.~as nlinbunal el uoo Ç `lnanluu a1uauiujalduioa osaao.id un ouioa aauual lop uóiaanpui -el opuuquasaad aquoui -usoiainf pauago sisoudiil ul nzililn anb oaiutla lg "nllnsuoo op onilOUI la uoo OIuapina uóiaulaa uis snganad op alias L-un -e uulaulos al anb ou `nmalgo.id ns daalosad sa adalnb anb ol `uidnaal Pl u apnan ajualaud un opuuno `anb ujuona ua iauai anb ~LH *SUInaad pnpiligilsaËns op suganad69VOI,LONJIH NOIODI1QNI HU SOQO.L~WVIdV1Id,LOOISd A SISONdIH89il III,I'll'60HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAMÉTODOS DE INDUCCIÓN HIPNÓTICA 61vez más (...). Ahora, simplemente, cierre los ojos con lentitud (. ..) va notando que le pesan cada vez más ( .. ) y una sensación de pesadez le recorre todo el cuerpo (...). Ahora, quiero que vaya abriendo los ojos, lo más lentamente que pueda (...) notará que llega a un punto en que siente pereza en seguir abriendo los ojos (...). Ahora puede cerrar de nuevo los párpados (...). Sintiendo que una pesadez aún mayor le recorre todo el cuerpo (...) y así (nombre del sujeto) va deslizándose en un profundo trance...»[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piración del sujeto, y la negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptándose a la inspiración.]A continuación se imparten las sugestiones habituales de profundización del trance.Nuestra experiencia indica que, dominando este procedimiento, la mayoría de los sujetos caen en un trance ligero o mediano, suficiente para el trabajo terapéutico, en unos tres minutos.Es de la mayor importancia la cadencia con la que se imparte las instrucciones, en función del ritmo respiratorio, como hemos indicado.

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Adaptar las sugestiones al ritmo respiratorio tiene múltiples ventajas. En nuestra opinión, la principal consiste en que -sin que el sujeto sea general mente consciente de ello- se asocia el ritmo de las sugestiones con un ritmo biológico fundamental. Ello tiene un profundo efecto inconsciente.Las sugestiones están cuidadosamente estudiadas, tanto desde el punto de vista del contenido como del fonético para ser formuladas en una u otra fase del ciclo respiratorio. Concretamente durante la espiración, al ser más lenta, se deben pronunciar con una mayor lentitud, alargando ligeramente las vocales, en tanto que durante la inspiración, más breve, el ritmo debe ser más rápido y evitando, en lo posible, las palabras que contengan consonantes nasales.Nosotros actuamos de esta forma porque la experiencia nos indica que es el proceder más eficaz. En cualquier caso, la técnica propuesta es puramente orientativa y el lector puede emplear la que considere más adecuada a su idiosincrasia personal.Sin embargo, el clínico que utilice la hipnosis en su consulta diaria comprobará una y otra vez, y con seguridad, que la adaptación de las sugestiones al ritmo respiratorio, tal como lo proponemos en la presente obra, tiene un efecto mucho más potente y rápido que otros procedimientos.Creemos que ha merecido la pena explicar con detalle esta técnica, ya que sienta las bases de nuestra exposición de la mayoría de los procedimientos hip nóticos que se explicarán en las siguientes apartados, asociados a la respiración.Por último, queremos explicar la razón que aconseja empezar centrando la atención del sujeto en su mano no dominante: esta se halla relacionada con el hemisferio cerebral no dominante y, en consecuencia, más asociado a los procesos mentales inconscientes. Por otra parte, es más fácil atender primero a la mano que a la zona ocular. Sobre todo en la primera sesión de hipnosis, con un sujeto no entrenado, sugerirle que preste directamente atención a los ojos, puede ocasionar cierta aprensión. Por este motivo, preferimos empezar por la mano para realizar a continuación la transición a la zona ocular.Este procedimiento es ligeramente más lento que el de Elman y Shrout, pero se gana en seguridad y en colaboración con el inconsciente del sujeto.III''~Il l li u~,62 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAMÉTODOS DE INDUCCIÓN HIPNÓTICA 63Pero si resulta que al clínico lo que le interesa es una técnica lo más rápida posible, sin transiciones ni tener que adaptarse al ritmo respiratorio del pacien te, aconsejamos el método descrito por Shrout, que exponemos a continuación:1) Pídale al sujeto que cierre los ojos voluntaria y lentamente.2) Sugiérale la sensación de relajación y pesadez de los párpados.3) Pídale a continuación que levante los párpados con una lentitud aún mayor, lo más lentamente posible, hasta alcanzar un punto en que los músculos presentarán resistencia a seguir subiendo. Entonces dé la orden de que cese en su esfuerzo.4) Pídale a continuación que relaje totalmente los párpados (cosa que hará de buen grado, como si momentos antes hubiera estado reali zando un gran esfuerzo), sintiéndolos aún más pesados y cerrando los ojos.El clínico puede adoptar cualquier modalidad, siendo la mejor aquella que le resulte más cómoda. Lo importante es que tenga claro que para la inducción del estado hipnótico lo que

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cuenta no es la fijación de la mirada en sí misma, sino utilizarla como medio para producir el cansancio de los párpados superiores, tal como hemos explicado en el apartado anterior.Se puede seguir cualquiera de los patrones de inducción clásicos (más adelante exponemos un patrón modelo) a partir del cual el experimentador puede in troducir cuantas modificaciones estime convenientes. Sin embargo, queremos subrayar una vez más que la adaptación de las sugestiones al ritmo respiratorio del sujeto redunda en una mayor eficacia de la inducción y, probablemente, en el logro de un trance más profundo.El experimentador le pedirá al sujeto que dirija la mirada a un punto determinado situado en una posición ligeramente superior (con el fin de favorecer el cansancio de los párpados superiores, pero sin que el sujeto tenga que adoptar una posición forzada), y hablará como sigue:Se continúa impartiendo sugestiones de que esta relajación le invade y recorre todo el cuerpo de arriba abajo, desde los ojos hasta los pies.3.2. Técnica de la fijación ocularSe trata de una de las técnicas clásicas de inducción. Presenta algunas variantes, según la mirada del sujeto se fije en un objeto o punto determinado, o bien directamente en la propia mirada del experimentador.También hay variaciones en cuanto al contenido, según se impartan sugestiones de sueño o solamente de relajación.Ahora, mientras usted me sigue escuchando, ñje los ojos en ese punto, centrando su atención en las sensaciones que experimenta en su cuerpo, en sus brazos, en sus piernas (...) usted sigue contemplando tranquilamente ese punto y poco a poco va sintiendo una sensación de pesadez en sus ojos... porque al parpadear, cada vez con más frecuencia usted va experimentando una creciente sensación de pesadez en sus ojos y también en sus brazos, en sus piernas y en su cuerpo (...). Y sus ojos se están poniendo más pesados todo el tiempo (...). Y cada vez más, va sintiendo la necesidad de ir cerrando los ojos suavemente (..). Y ahora, mientras usted cierra los ojos lentamente, se da cuenta de una sensación64 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAMÉTODOS DE INDUCCIÓN HIPNÓTICA 65de pesadez que le recorre todo el cuerpo desde la cabeza a los pies, y también un deseo de dormir, mientras se va sumiendo poco a poco en un trance tranquilo y profundo...» (siguen las sugestiones normales de profundización).[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piración del sujeto, y la negrita a las palabras que es preferible pronunciar adaptándose a la inspiración.]Por diversas razones, merece mención aparte la técnica de la fijación de la mirada en los ojos del hipnotizador. Se trata de un procedimiento que puede ser desaconsejable con determinados sujetos que tienen la convicción -y el consiguiente temor- en las propiedades «mágicas» de la mirada del hipnotizador. Pero, por la misma razón, puede ser una buena técnica de inducción con otros sujetos que carecen de ese temor, y simplemente «creen» y «esperan» que se les hipnotizará así, al tratarse del procedimiento más conocido entre el público en general.Más allá de estas consideraciones, la fijación de la mirada utilizada de esta forma tiene unos matices certeramente sintetizados por Kroger con las siguientes palabras:Para una inducción más eficaz, aconsejamos proceder como sigue:Quiero que usted dirija su mirada a mis ojos [debe evitarse el término «entrecejo» o similar. En cuanto al experimentador, irá deslizando rítmicamente su mirada desde el entrecejo a la

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punta de la nariz del sujeto, tal como se indicará más adelante], y mientras escucha lo que le voy diciendo, siga mirándome (...) y usted puede sentir que mientras sigue mirándome a los ojos, sus ojos se van sintiendo cada vez más pesados (...). Mire dentro de mis ojos, y a medida que me va mirando a los ojos, sus ojos se van sintiendo cada vez más pesados y poco a poco se van cerrando lentamente (...) y puede sentir cómo sus ojos se sienten cada vez más pesados y se van cerrando tranquila y completamente (...) (siguen las sugestiones de profundización).[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben dar duran te la espiración del sujeto, y la negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptándose a la inspiración.]«El operador se para frente al sujeto y hace que este le mire directamente a los ojos, mientras que él recorre con la vista desde el puente de la nariz del paciente hasta la punta de la misma. Esto hace que las pupilas del operador se contraigan y dilaten sucesivamente, y fija la atención del sujeto. (La cursiva es nuestra) [W. Kroger: Hipnosis clínica y experimental, Ed. Glem, p. 110.]Lo característico de esta técnica, tal como la exponemos, radica en la utilización que el clínico hace de su mirada, deslizándola lentamente desde el entrece jo a la punta de la nariz del sujeto durante la fase de espiración de este (cursiva) en un movimiento descendente, y de la punta de la nariz al entrecejo durante su inspiración (negrita) en un movimiento ascendente más rápido. Este rítmico fluctuar de la mirada del experimentador tiene un efecto visual subliminal que puede llegar a ser muy absorbente para66 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAMÉTODOS DE INDUCCIÓN HIPNÓTICA 67el sujeto, el cual, generalmente, no tiene clara conciencia de lo que está sucediendo.Reconocemos que el empleo de la mirada sincronizándola con las sugestiones y el ritmo respiratorio del sujeto requiere cierta práctica por parte del expe rimentador, pero dada la eficacia de este proceder, merece la pena tomarse la molestia de entrenarse suficientemente en este sentido.Una adecuada utilización de la mirada, tal como exponemos, puede permitir en bastantes casos efectuar una inducción hipnótica prácticamente silencio sa. Si el clínico quiere recurrir a ella, ya sea con fines experimentales, o tratándose de pacientes que por algún motivo se sienten perturbados al escuchar las sugestiones verbales, puede proceder como sigue:El experimentador se situará frente al sujeto, preferiblemente en un plano ligeramente superior (a fin de favorecer en cierta medida el cansancio de los párpados superiores del sujeto), y le dirá: «Dirija su mirada a mis ojos. Dentro de unos momentos empezaré a guardar silencio, y usted me seguirá mirando a los ojos hasta que note que se van sintiendo más pesados y los irá cerrando gradualmente».Llegados a este punto, el experimentador dirigirá tranquilamente la mirada al entrecejo del sujeto haciéndola descender hasta la punta de la nariz (o, si lo prefiere, hasta el labio superior) con la espiración, y ascender hasta el entrecejo de nuevo sincronizándola con la inspiración.Debe repetirse pacientemente este proceder hasta que el sujeto dé señales de entrada en el trance hipnótico y cierre los ojos. A continuación, el experimentador puede volver a tomar muy lenta y suavemente la palabra (no se olvide que para entonces el sujeto se habrá «acostumbrado» al si

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lencio y escuchar repentinamente la voz del hipnotizador le podría producir un sobresalto) a fin de impartir las sugestiones de profundización.Conviene advertir que este procedimiento es notablemente más lento que los anteriores, pero, en nuestra experiencia, la profundidad del trance es igual o in cluso mayor. Asimismo, requiere cierto entrenamiento por parte del experimentador, quien debe acostumbrarse a mirar tranquilamente (hay que evitar «clavar» la mirada en el sujeto, que podría sentirse incómodo, con toda razón), espaciando la acción del parpadeo. En muchos casos puede ser útil descender la mirada hasta el labio superior del sujeto, ya que al valernos únicamente de este medio para producir el trance puede ser necesario tener un recorrido algo más amplio. Lo importante es que los movimientos oculares del experimentador sean fluidos y se hallen sincronizados con el ritmo de la respiración del sujeto.Debemos advertir, por último, que las técnicas de inducción basadas en la mirada del experimentador pueden ser contraproducentes con determinados pa cientes, sobre todo los de marcada tendencia paranoide, típicamente hipersensibles «a que me miren», que pueden negarse a tales procedimientos, porque «cuando yo cierre los ojos, usted me seguirá mirando...».3.3. Levitación de la manoEn principio, esta técnica de inducción procede de M. H. Erickson, pero, aclara Weitzenhoffer, una de las mejores descripciones de la técnica corresponde a Wolberg, quien la consideraba el mejor método de inducción hipnótica, aun reconociendo que es el procedimiento más difícil y que exige mayor resistencia y autocontrol del hipnotizador.68 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAMÉTODOS DE INDUCCIÓN HIPNÓTICA 69Por esta razón, los estudiantes poco experimentados en hipnosis tienden a eludirla, al considerar que un eventual fracaso en esta prueba les puede dejar en evidencia. Sin embargo, consideramos que la levitación de la mano, además de su probado valor como técnica de inducción, tiene una gran importancia formativa, por lo que aconsejamos al clínico novel que la aprenda cuidadosamente.El procedimiento clásico es sobradamente conocido y sirve de base a los que vamos a exponer a continuación, introduciendo algunas modificaciones que, creemos sinceramente, dan lugar a una inducción más eficaz al aprovechar el proceso normal de la respiración y captar con mayor facilidad la atención del paciente.En nuestra práctica diaria procedemos como sigue:Primeramente establecemos la dominancia manual, diestra o zurda. Aconsejamos que el paciente esté sentado, con las manos sobre los muslos, aunque puede estar igualmente tumbado en el diván.A continuación focalizamos la atención del paciente en la mano no dominante: la izquierda, si es diestro; la derecha, si es zurdo. Nuestra experiencia dice que esta inversión de dominancia, si bien tiene su interés (parece ser que se alcanza así un trance de mayor profundidad), tampoco es de importancia decisiva, por lo que el clínico, ya sea en casos de ambidextrismo o por otro motivo, puede escoger cualquiera de las manos, o dejarle la elección al sujeto. Sí es importante, en cambio, que las manos estén con las palmas hacia abajo.En tercer lugar, le decimos:

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Ahora, quiero que usted centre la atención en su mano izquierda (derecha). Usted sabe que tiene una mano izquierda (derecha) y eso es im portante (...). Pero es todavía más importanteque sienta la presencia de su mano izquierda (derecha) (...). Su grado de tensión o relajación (...), la postura de cada uno de los dedos (...), su quietud o ligero movimiento (...), la temperatura de la piel, tanto en la palma como en el dorso de la mano..., el contacto con la tela del pantalón (falda) (...).Y puede darse cuenta que no siente la misma temperatura en la palma que en el dorso de la mano.Quiero que ahora centre su atención en todas las sensaciones y movimientos que experimenta en su mano izquierda (derecha) y en los dedos (...) hasta los más pequeños movimientos de los dedos (...), usted va a notar que uno de los dedos empieza a moverse más y es interesante ver cuál empezará a moverse primero (...) (cuando empieza a moverse uno de los dedos), y ahora empiezan a moverse los demás dedos ligeramente y se van levantando levemente y usted, pronto va a notar que su mano se va sintiendo algo más ligera, poco a poco (...). Al principio se levantará muy despacio, como si se fuera despegando del muslo (o del brazo de la butaca) lentamente, luego se elevará cada vez más rápido (...) y ya nota que la mano se va sintiendo más ligera y se va levantando levemente, más arriba, y a medida que va subiendo, usted va entrando en un trance cada vez más profundo (...) y sube ahora cada vez más rápida y ligeramente. Y cuando la mano toque su cara se irá deslizando en un estado de trance cada vez más intenso (...) la mano se va elevando cada vez más, más ligeramente (...) ya toca su cara y siente los ojos pesados y se van cerrando suavemente (...). (Siguen las sugestiones de profundización del trance hipnótico).70 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAMÉTODOS DE INDUCCIÓN HIPNÓTICA 71[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben impartir durante la espiración del sujeto, y la negrita, a las palabras que es preferiblemente pronunciar durante la inspiración. La primera parte de las sugestiones debe darse hablando de forma coloquial. Cuando los dedos empiecen a moverse, se asociarán las sugestiones al ritmo respiratorio.]La técnica de la levitación de la mano puede suponer una verdadera prueba de autocontrol y resistencia para el clínico que empieza su andadura en el terreno de la hipnosis. Sin embargo, es cierto que constituye una excelente técnica cuyo valor real no se reduce simplemente a la inducción, sino que asimismo sirve, convenientemente utilizada, como técnica de profundización, y para producir otros fenómenos, como la anestesia de guante.La levitación de la mano, tal como la acabamos de exponer, tiene la ventaja de que utiliza el efecto inconscientemente mecánico de la respiración, ya que en la fase de inspiración se tiende de forma automática a elevar ligeramente el antebrazo y la mano correspondiente. Además, el procedimiento que aconsejamos aprovecha tanto el significado como sus posibilidades de evocación fonética -«ligero», «elevar», «levantar», «levemente»-, para, formulados selectivamente en la fase de inspiración, producir el efecto deseado. Naturalmente, es fundamental asimismo sincronizar al ritmo y contenido de las sugestiones con la respuesta que vaya dando el sujeto.Una utilización novedosa de esta técnica (al menos, no conocemos que ningún autor la haya propuesto) es como un eficaz medio de profundización del trance.

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Esto puede conseguirse de varias formas. La más lógica es enfocarla como una continuación de la técnica de inducción que acabamos de exponer. Una vez se ha logrado la levitación de la mano y esta ha tocado la cara del sujeto, le diremos:Mientras su mano permanece en lo alto, usted puede sentir que se va introduciendo en un estado de trance cada vez más inten so (...), y usted (nombre del sujeto), a medida que va escuchando mis palabras, irá sintiendo su mano izquierda (derecha) de nuevo algo más pesada, y cuanto más le pese se irá deslizando en un trance más profundo ( ... ) y yo contaré de uno a tres, y a cada número que yo cuente sentirá que su mano va pesando cada vez más, y cuando diga ¡tres!, sentirá que su mano estará muy pesada, la soltará de repente y dejará caer sobre la pierna (o sobre el brazo del sillón)... uno... dos ...¡tres! (el sujeto relajará bruscamente el brazo y la mano caerá de la forma indicada). Relájese por completo y duérmase profundamente...[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva, se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben im partir durante la espiración, y la negrita, a las palabras que es preferible pronunciar durante la inspiración.]Este procedimiento merece una explicación. Durante la fase de levitación de la mano, el sujeto se halla sometido a un sobreesfuerzo evidente, hasta el punto que este método podríamos considerarlo como una técnica de inoculación del estrés inducida hipnó-72 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAMÉTODOS DE INDUCCIÓN HIPNÓTICA 73ticamente. Es, por ejemplo, fácilmente observable que mientras levita la mano, la respiración del sujeto se hace más agitada. Si, además, palpamos el antebrazo y brazo del sujeto, comprobaremos con frecuencia que se hallan en un estado de catalepsia al menos parcial.Si una vez culminada la levitación (fase de inducción) abordamos la siguiente fase de profundización hipnótica con la dinámica opuesta, la reacción natu ral del sujeto será de una repentina relajación -tanto del brazo como global- que, convenientemente aprovechada, constituye un excelente camino para alcanzar rápidamente un grado de hipnosis medio o incluso profundo.Según lo expuesto, el esquema es el siguiente:La mayoría de los autores exponen el procedimiento de la levitación de la mano y pasan luego a otros fenómenos hipnóticos, «dejando», aparentemen te, al sujeto con la mano indefinidamente en alto, cosa que no suele suceder en la mayoría de los casos. Hemos preferido, pues, exponer el ciclo completo de levitación (inspiración) - descenso (espiración).El valor de la técnica de la levitación de la mano no se agota en su empleo para la inducción hipnótica. Se trata de un procedimiento cargado de simbolismo que puede ser utilizado por el clínico hábil en el transcurso de la terapia para tratar toda una variedad de trastornos: depresión, disfunción eréctil, etc., así como medio para producir otros fenómenos, como la anestesia de guante.Levitación de la mano Descenso de la mano(Inducción) (Profundización) Ligereza Pesadez Catalepsia Relajación Inspiración EspiraciónEfectivamente, como el lector habrá observado, mientras en la levitación las sugestiones clave se imparten durante la inspiración, en el descenso de la mano se formulan durante la espiración.

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Si bien la técnica de descenso de la mano es un procedimiento que deberíamos haber expuesto en el capítulo próximo, dedicado a los métodos de profun dización del trance, hemos creído aconsejable hacer una excepción y exponerla en este apartado, ya que constituye la continuación natural y lógica de la técnica de levitación.En el apartado siguiente exponemos otra modalidad de la levitación de la mano como variante del método fraccionado.3.4. El método fraccionadoEl método fraccionado, o técnica de Vogt, está considerado como uno de los más eficaces para el tratamiento de sujetos resistentes a otros procedimien tos, o bien para inducir un estado de trance muy profundo, como señala Weitzenhoffer.Básicamente, el método fraccionado consiste en la rápida alternancia de cortos periodos de trance y vigilia. La práctica demuestra que en cada fase de hipnosis el paciente va cayendo en un trance cada vez más profundo, costándole un poco más, cada vez, despertarse al cumplir cada ciclo de trance y vigilia. Nuestra experiencia es que después de tres ciclos, la mayoría de los pacientes se encuentran preparados para una hipnosis media o profunda, aún en los casos que presentaban fuertes resistencias con otros procedimientos.En su aplicación clásica, el método fraccionado es el siguiente:it i ~i~.opunojd ,Cnur ajuv.rl un ua v.?2va anb DIsv11 `saoan SCUBA `aJuaurvp!Jadar V.rm.inao `.rzgns X ¿DfDq `o;sa opol Á `( "') osualul spurv7nvpoi piny as aauvjj ap opvisa ns `sgndsap asJusnai 10 Uniane OS Oupul ns opuvna íC(-) ouans opunord un ua vjava paisn `osad ns opol uoa v.4wa ouvir ns arb zan iap no Á (, » *) optdp.x spur zan UPUD í~ ajuaurlvnpp r.5 ABJuUAai U L IOA -ion as Á 10.xa31Ti aluaurvrlanu v1JIJuas v Wan1orl `v.9wa oluoad usl oaad olsnw ns argos vpvfvlar aluaurvlalduroa P.rava IC vsad al ouviu DI anb Y IRuas sojuauiotu soun ap oajua«:amis ouioa pjapaao id as `aaucjl la auzipunjoad raud X `upuuoiaaca3 uóisjan ns ua ojal -a4ueipuodsaj ioa opepudu la ue supii.iuduli sauoiaanaisui sel opuairt2 -is ouUUi rl op uóiarIinal UI juzlil4n souicfasuoiV'uólauzipunjoad ap la uo ouioa uóiaanpui ap osaao id lo ua oluel auziliin apand ag -ourui cl Op uói3UJinal cl uoa uljuuiquioa ua alsisuoa opvuoiaav.1J opoiázu lap aiuv7.rvn maajaJ vun -aluoprd la uo sup-92T= Aniu solrnuaul selned "igpq jllUquioa rand oaru113 la jod opezili1n aluaiufenliquq jas apand anb uni1aalas fejuaui ugIsijuoa ap opelsa un aluataed la ua oanpui anb sa japaao.zd alsa ap vCrjuan cq -uóisaans up -idpa ua A osinc oinajd uis aluoiaud In auzIloudIq -aa jevadsap `jcziloudiq U Ul!Tuiles 03"13 la `aluaulelllauas uagoquazIiaAA, uaildxa ouioa `uóia -gada.i ap sauoi1sa2ns zilarduiI uis uili2in-aauujl solap sol juujallu ua alsisuoa aJuvl.rvn v r~ p -suiauajs1saa .iujuasaad apand anb sul c o `Saaeagaui OLIIO3 uclenaj as an -uaulmnaad anb sauol4sa2ns sul auuiuilla ue uaip -ci opolául alsa ap sanefa sul ap oun -opunjo id aaucal un xelloiuusap card sopellnaUip uauaiianb saluaiand sol uoa saacaga spui soluaiuiipaa -oad sol ap oun sa iagoquazIiam ouioa aagoag ol -uni uufeuas ouioo -uóiauzipuno id ap sauoi1sa2 -ns uoa solopupuiguioa upnuoia3U9 uóiaanpui a4uailiáIS UI n S01U91Uala SO1Sa alu9UIUAIIDOIas ju.IOd1Oaul ap pupifeuU ul U03 '93U2.14 lap Ugla -anpul ul u Uiauaga jo~fnul uoa opmggiuoa uuq (*ala `sauoiaesuas `zon ap souol `suiqulUd snpuuiul -aalap) cinajd uólaanpul ul ap sontjsa,9ns saluau -oduioa anb `oljaidsap zan oun `olafns le Ielurì2 -aad ua alsisuoa sapdlauMd saluxniva sv1 ap pun -mo laenui4uoa u iauodxa n soulen sul supiaouoa spun sul op snun2lu `saluvl.ma ap pn?Jlnur auail o4uaiuzuuolaaujj lap uaiuaál Url

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[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben dar duran te la espiración del sujeto, y la negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adpatándose a la inspiración.]Según nuestro criterio, en este tipo de inducción las sugestiones adaptadas al ritmo respiratorio solo se deben dar en la segunda parte, cuando aparecen directamente las sugestiones de sueño, y así lo hemos consignado.Este procedimiento hipnótico se basa en los posefectos figurales, bien estudiados en psicología de la percepción y en cuya explicación no podemos entrar aquí. Pa ra nuestro propósito, lo más importante es subrayar que la técnica de las imágenes idiorretinales puede resultar muy absorbente y eficaz con determinados sujetos, principalmente los que tienen una capacidad natu-sopusaaa~ui sol un4sazjtunw upâas 'Sel -nluauz saua~puit auaaa naed luloq o luiaand pnplandua -ul uun ouisluilsn asaup aaaand sosua souli2lu uH -opuaialâns uun sol as anb saleluaui saua.Opuzz Snl anaaa op uzisaloui ul as.rnuzol oiansaaau sa naambis iu anb ol aod `-aop -uaado lep o.~Jana e opo4 opuaiaaoa- ojafns lap alznd aod elnlosqu pnp!ATsnd op opu4sa un sa oailoudiq oa -unal la anb auaaplsuoa ap oplpuajualv,u la ua as.ivsvq alans `a3 euanq op uuall aluaiulnaauail `pnlllan lnL*aoip sal aisa anb ol aluamva -isvd ivyonosa v uvllzull as anb ouis °.iopvziîoudlzl la opual.zlxns on sal anb sauaxroml SDI pvp?lva., ua «uva-,lov» ou soIafns soyonzu anb op `uazuila uailapad -el ua opu;ulsuoa aluauiaquanaa.ij `ollaail lep SUPUAIaap Sou -oiaeliuIil sns joual, apand solnluauz sauaÊpuzi ap oald -uze la anb op uólaua4u -el opeurull souzaq uálquznL-sisoudlg aluuipoui sauoiauganl zad sumo Ç suigoi op oluaIUInlual la ua. aolnn una.,à un auail salujuauz sau -aÊpwl sul op oalduia la `ou,s1UZlsV -a4uunf ap utsaisaun nl outoa soueuiouaj sosaanip op uoiaanpoad -el uxnd ouzoa tsu `olunfuoa ns ua `sisoudlq -el op olloaansap la naud sol -nluauz sauaàpuii snl op oalduia la ouall anb nlauu,.iod -uii el optpanpn sou,all u~Ç aolaaluu olnltdua la uasaycluautsaua lgiut ajuutpaui uóiaanpul -9-C-saua.?vuci svl ap vlouaisisiad vl tÇ .wlnoo ai.ialo lap voiu -aál uuiuzouop uZ -ouans op souoi4saÊns ual.zndiui al as `aulnao nfi4e3 op snaisanuz anp u aauoiuioa ajuatand la opuunj -saauduil soaaurYiu sol a4unanp ajuauiufiU ualiu anb znl -el «uz! lnnsIA» sna~ualuz `and oaauinu upua ua solo sol aaaata `zaip n oun op uquana -el aqunanp `anb olaf -ns ln aspad ua aquelstsuoa naluaá4 t-Isa op uoianalipouz aluusaaalul uun upualuioaaa `aljud ns aod `aa.2oaMVDI.LQNdIH NQIOafIGNI da SOQOIRW-utaoulauz x uóta -nzllunsrn `uózanaquaauoa op solnaueuz sapullnauj Snl .zu.zofauz taud, ouzoa zsu `saaopuginiiad salulualquzn solnuztlsa sol op asaulsin upand olafns la anb -Pi-ed sotpauz salualaaxa ouzoa sulopuppuauzoaa.i `uueaullQ ua~gn qj ~Ç napny£ IugA sep-em-ell seluulle i iolpt sau -aÊ-emi sul ua sup-est- snatuael sop u4uesaad .`ozian/ -sa uls v,?oA oltagll osotaaad ns ue `p.zojunl£ uiloP"( ugaeaap -el u)visando ajuaiulDijaurvip uólo?sod vun ua znl ap ajuan/ vl somviuasaid al `uquatlduzi opaanaaa ose anb uoianl -IUZll ul op uaopnaadns u4anpuoa uun aluauzna,lóudiq auui2uuil u olatanpul sa souzaaanb anb ol Is o iad soni~tsod a~uauzlnaaua~ sopullnsaa uoa `(olduzafa oa4sanu ua `upaalnbzl ns n) uóloaa.np vuïs?w VI ua osou?uInl olnu~zlsa la sowvool -oo al uótaanpui op opoláuz a4so aualduza ln `oailóudiq aauua4 ua aalua opunna i!AlAa i op

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paquil anb olaia -uoa osaans un u asazaajaa lu .(upaalnbzl ns u `olduiafa aod) upuului ialap uglaaaalp nun ua zualuz u ulauapual uaula uun uluasaad aquazaud la anb souiunaasgo IS:uagoiuuuz a4uairtÊis ul n sou, -I.zanaaa sauoisuao ua `vozullo vol~ovjd v ilsanu u~V o~iaildu,t OAISD.z2aa OIaaja un2ln auaz4 SnuaalUI suSOUIU,nl sau -aÊpu,z el op uglaulduialuoa alduzls -el.anb ausuad nrap -od as `olsa un2ag -sonlsa.i.Sai sooiióud?y souawoua,/ sosaanlp alanpoad u uun anb ul ua sauoises sullanbn ue uólaanpo i4ul aquelaaxa nun aas uaaaaud saluullaa.z -ozpl saua2pu„ sul `sosna op oaauznu a4ualauns un ua aup4suoa opipod sou,aq ol ou enbunu `ouisIUIIsV aaip sel aise anb ol a4uaurenisnd angana -se u un4tuzil as X aopuzl4oudlq la OPUGIDIP nn anb ol «.rnz -zluns!n« naud puptanduaul ns uuisagiuuuz anb solafns uoa o4lxá uoa opualduie souloil ol uoiqurej `ajuamvsoy -no `ojad -snsualul solu4uauz sauaÊpuzl anuuoj naud luaVIdVHH,LOOISd A SISONdIH8Lso HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAMÉTODOS DE INDUCCIÓN HIPNÓTICA 81El terapeuta hará bien en indagar la causa de esta incapacidad -muchas veces solo aparente-, que puede deberse a un trauma, un bloqueo o a la propia constitución psicológica del sujeto. En tales casos, el clínico deberá emplear técnicas de inducción alternativas, sobre todo en las primera sesiones, a fin de no generar resistencias innecesarias.En consecuencia, antes de emplear estas técnicas, nuestro consejo es que el terapeuta responsable no dé por supuesto que el paciente puede crear imá genes visuales espontáneas a partir de las sugestiones, sino que explore concienzudamente su capacidad de visualización interna.Una dificultad añadida radica en que las instrucciones hipnóticas clásicas (de las que autores como Fezler son herederos) suelen ser excesivamente deta llistas, reduciendo el margen que tiene el paciente para adaptarlas a su propio estilo. Por esta razón, en muchos casos es más eficaz emplear imágenes sugestivas menos concretas, más «borrosas», o como se diría en el ámbito del psicoanálisis, más sobredeterminadas, a fin de que el paciente pueda encajar su particular estilo imaginativo con la imagen genérica que se le pretende transmitir a través de las sugestiones.Como ya hemos advertido en el apartado de referencia, según Fezler las imágenes mentales pueden producir verdaderos efectos fisiológicos. Tal es el caso de la imagen mental de frío (color azul), o bien de calor (color rojo), produciendo las correspondientes alteraciones en la circulación de la sangre.Recapitulando con Fezler, los puntos a tener en cuenta para crear imágenes mentales eficaces, son:- Utilización en las sugestiones de los colores complementarios.- Tener en cuenta el principio de contraste.- Cuantos más sentidos intervengan en la construcción de las imágenes sugestivas, más eficaces resultarán.- Otra posibilidad interesante, siempre según Fezler (pero que a nosotros nos produce ciertas reservas), es utilizar estímulos reales que sirvan de punto de arranque para la producción de las imágenes mentales.- Otro punto, según Fezler, es el de que las imágenes mentales deben ser lo más realistas posible.Para ejemplos concretos, nos remitimos a lo expuesto en el apartado 2.4.

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Teniendo en cuenta las notas anteriores, hemos de reconocer que las diferentes técnicas de sugestión mediante imágenes mentales se encuentran entre las mejores y más eficaces para guiar todo el proceso hipnótico, desde su comienzo en la inducción hasta su conclusión el despertar. De hecho, presentan la diversidad máxima en el campo de la hipnosis: su número es legión. En consecuencia, nos limitaremos a exponer algunas de ellas que se han revelado particularmente valiosas en nuestra práctica para la inducción hipnótica. El lector interesado en profundizar en el tema puede consultar las obras de autores como Kroger, Fezler, Gordon, entre otros.Vamos a presentar las siguientes.3.6.1. Imagen de la escalera mecánicaCuando en lugar del ascensor (ver apartado 4.3) se utiliza la imagen de la escalera mecánica, los términos empleados en las sugestiones son básicamente los mismos, adaptándolos únicamente a la lógica de82 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAMÉTODOS DE INDUCCIÓN HIPNÓTICA 83los movimientos de la escalera mecánica, algo diferente a la del ascensor.Cuestión distinta se le plantea al sujeto cuando la secuencia hipnótica se basa en el descenso por una escalera en la que él tiene que ir bajando por su pro pio pie, peldaño a peldaño. Se le debe especificar si es una escalera normal, por ejemplo, la de su casa, una escalera -real o fantaseada- de caracol, o bien una escalera de mano que, por su inestabilidad y mayor pendiente, puede ser una metáfora de doble filo para los pacientes que sufren cierto grado de vértigo a las alturas.El clínico que se interese por estos tipos de inducción puede utilizar una u otra variante, adaptándola a partir de las instrucciones originales de la técnica del ascensor.Lo importante es que sepa lo que hace y por qué lo hace.meros del uno al diez (...). Vea los números escritos en la pizarra y, cuando haya hecho, me lo indicará de nuevo con la señal convenida.Ahora, vaya borrando en su mente todos los números pares y, cuando lo haya hecho, indíquemelo con la señal (...). Verá una mancha o espacio vacío entre cada número impar; ¿lo ve así? (el paciente hace la señal afirmativa). Y ahora se están borrando de su mente todos los números pares (señal afirmativa).Ahora, recuerde que cuando yo le pida que cuente, solo recordará los números impares, y al recordar solo los impares notará que se va relajando cada vez más y más profundamente (...). Puede empezar a contar en voz alta los impares que usted recuerda, y a medida que lo hace irá cayendo en un trance cada vez más profundo.3.6.2. Técnica del pizarrónSe trata de una técnica expuesta por Kroger, entre otros autores. Según Kroger, es un método excelente para la producción de amnesia. Basándose en este autor, recomendamos proceder como sigue:Haga el favor de cerrar los ojos (...). Visualice en su mente una pizarra (...). Puede ser una pizarra cualquiera, que se le aparezca en este momen to( ...). También puede ser una pizarra que haya visto antes, en su colegio, en una conferencia, etc. (...). Cuando comience a ver la pizarra, indíquemelo con la señal (una señal previamente convenida: levantar un dedo, por ejemplo).Ahora, imagine que usted se dirige a la pizarra y coge una tiza (o rotulador). Escriba los nú[Los puntos suspensivos entre paréntesis corresponden a las pausas entre sugestiones. La primera parte de la inducción debe hacerse de forma colo quial. La cursiva corresponde a

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las sugestiones que deben darse durante la espiración, y la negrita, a la que es preferible dar durante la inspiración.]Hemos introducido ciertas modificaciones en la exposición original de Kroger que consideramos mejoran claramente la eficacia de la inducción. Añade este autor que si el sujeto permanece callado, puede hallarse o no hipnotizado. Si no cuenta, pero dice algunos números entre los que se hallan pares, se encuentra en un estado de hipnosis ligera. Pero si no le es posible recordar los números pares y cuenta solo los impares, es probable que se encuentre en hipnosis profunda y sea capaz de desarrollar amnesia poshipnótica.84 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAMÉTODOS DE INDUCCIÓN HIPNÓTICA 8553.6.3. DesdoblamientoR. Shone, en su excelente libro Guía práctica de autohipnosis, expone esta técnica, relacionándola con los fenómenos hipnóticos de disociación. Nosotros nos basamos en el trabajo de este autor, pero agregando algunas modificaciones.Hay que advertir que la percepción subjetiva de desdoblamiento del propio cuerpo con unos sujetos se logra más fácilmente sentados en una butaca y con otros, acostados en el diván. Por otra parte, la vivencia de desdoblamiento puede presentarse espontáneamente durante la sesión de hipnosis, aun cuando el método de inducción empleado no tenga nada que ver con este procedimiento.Una vez colocado el sujeto en la posición más conveniente, se le dice:mientras contempla cómo su cuerpo se encuentra profundamente dormido...[Los puntos entre paréntesis corresponden a las pausas entre sugestiones. La primera parte de las sugestiones debe darse en tono pausado y coloquial. La cursiva corresponde a las sugestiones que deben impartirse durante la espiración y la negrita, a las sugestiones que es preferible dar durante la inspiración.]El efecto disociativo que este método de inducción puede producir en el paciente es muy intenso, hasta el punto que en bastantes casos las sugestiones de profundización pueden abreviarse al hallarse el sujeto en un trance profundo.Usted se encuentra cómodamente sentado en la butaca (o tumbado en el diván), y sabe que su cuerpo, su cabeza, su tronco, los brazos y las piernas (...) se encuentran en una posición determinada (...) y puede sentirlos así (...), y usted puede verse sentado en la butaca (acostado en el diván) (...) y puede verse con claridad y examinar la poción de su cuerpo (...).Y ahora puede imaginar y sentir que se está levantando ligeramente por encima de su cuerpo (...) y se va elevando suavemente mien tras ve que su cuerpo permanece tranquilamente sentado (o tumbado) (...) y así va sintiendo una sensación de ligereza, flotando, y mientras se siente libre y ligero, puede ver que su cuerpo sentado en la silla (o tumbado en el sofá) va cayendo en un trance hipnótico muy profundo (...) y puede examinar la consulta, los cuadros, los muebles, las lámparasCAPÍTULO 4Técnicas de profundización4.1. Consideraciones generalesE N EL CAPÍTULO ANTERIOR Se han explicado di' ferentes procedimientos de inducción, es de1 cir, de introducción al estado de trance hipnótico. En este capítulo expondremos, entre la multitud de variantes, algunas técnicas de profundización que poseen una especial significación práctica, tal como han demostrado en nuestra experiencia clínica.Como explica Shone, las técnicas de profundización hipnótica sirven a tres propósitos:

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1.° Guían al paciente de forma progresiva y estructurada en etapas a estados hipnóticos cada vez más profundos, aumentando así las posibilidades de éxito.2.°- Al paciente se le brinda la oportunidad de familiarizarse con la esfera subjetiva de los sentimientos asociados al trance hipnótico. De es ta forma, el paciente puede aprender a captar la nota especial e inconfundible que implica estar hipnotizado, ya sea por procedimientos hetero o autohipnóticos.óH HIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN 893.° Un valor añadido de las técnicas de profundización, de acuerdo con el planteamiento de Shone, radica en que sirven para calibrar el grado de hipnosis que alcanza el paciente.Dado que nuestra obra está orientada a la psicoterapia, hemos de advertir que un profundo nivel de hipnosis no se relaciona necesariamente con una ma yor eficacia terapéutica. Al contrario, en muchos casos es suficiente y deseable un grado ligero de trance para alcanzar los objetivos propuestos.Es cierto, sin embargo, que en la mayoría de los casos la eficacia hipnótica se relaciona con el convencimiento -con el inconfundible sentimiento-, por parte del paciente, de hallarse instalado en un estado de trance hipnótico, aun cuando no sepa concretar cómo ni por qué. Y este resultado se logra generalmente mediante las ténicas de profundización.Weitzenhoffer, en su obra Técnicas generales de hipnotismo, sigue el planteamiento de Erickson al tratar de la hipnosis profunda. Para Erickson, la hip nosis es un proceso altamente individual, siendo la resultante de la interacción de las relaciones intrapersonales o intrapsíquicas con las relaciones interpersonales del paciente.Otro aspecto a tener en cuenta, según Erickson, para lograr una adecuada profundización en la hipnosis es el temporal, dado que cada persona tiene su ritmo propio de desarrollo del proceso hipnótico que es necesario descubrir y respetar.Para Erickson, la hipnosis es tanto más profunda cuanta menos interferencia exista del plano consciente.Vamos a continuación a exponer algunas técnicas que pueden resultar particularmente eficaces. Deben quedar claros, sin embargo, dos puntos:- Se emplearán, precisamente, para la profundización del trance, entendiendo que el estado hipnótico se halla plenamente instalado, deacuerdo con las instrucciones dadas en el capítulo anterior.- El clínico debe considerar las técnicas de profundización que vamos a exponer no de forma servil, sino como un punto de partida para desarrollar sus propias variantes, adaptándolas a su estilo particular y a la personalidad del paciente.Lo importante es tener en cuenta que si la comunicación -tanto en su aspecto verbal como en el no verbal- es importante en la fase de inducción, lo es aún más en la fase de profundización de la hipnosis. Así, por ejemplo, citando nuevamente a Shone, las sugestiones que implican un ir hacia abajo tienden, por analogía, a profundizar el estado hipnótico, mientras que las que implican un ir hacia arriba tienden a dispersarlo y a favorecer la salida del trance (aunque no siempre, dependiendo del contexto hipnótico en que se desarrolle la relación terapeuta-paciente).Kroger, por su parte, subraya la necesidad de permitir que el sujeto profundice en la hipnosis a sus propio ritmo. Puede decírsele: Usted caerá a la profundidad que necesite, podrá llegar al nivel de hipnosis que le sea más beneficioso y tomándose el tiempo que le sea preciso. Esta fórmula facilita la colaboración del paciente y su implicación en el proceso hipnótico.

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También es importante, añade este autor, establecer una meta definida para cada una de las fases de la profundización hipnótica. Por ejemplo, después de conseguir el estado de trance mediarte la levitación de la mano, decirle al sujeto: ... y dentro de unos momentos, cuando yo termine de contar de uno a tres, su brazo se relajará completamente y cae-JO HIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN 91rá pesadamente sobre su muslo..., y cuando esto suceda, caerá en un estado de hipnosis mucho más profundo... Como señala Kroger, es importante acompasar las sugestiones con el ritmo respiratorio del sujeto -cosa que venimos recomendando sistemáticamente a lo largo de la presente obra-, siendo la razón de ello el principio de que cuando un proceso fisiológico se halla presente (la respiración, en nuestro caso), siempre refuerza la sugestión psicológica a la que acompaña.Por otra parte, Kroger, como la mayoría de los autores, subraya el valor de los componentes no verbales de la sugestión -que él denomina intraverba les-, y en particular la entonación de determinadas palabras clave. Más aún, es esencial participar plenamente en la relación interpersonal hipnótica. Por añadidura, lo que distingue a un experto en hipnosis es la confianza que posee en sí mismo, en su intuición y en su forma de actuar.Por último, señala Kroger, es importante el uso de sugestiones poshipnóticas (usted caerá en un estado de trance aún más profundo en la próxima sesión) como medio de profundización, estableciendo una continuidad de una sesión a otra.Voy ahora a contar de uno a diez y usted irá sintiendo cómo a cada número que yo cuente se desliza en un sueño más profundo que al principio y Cada vez más profundo (...). Uno

(. .. ), dos (... ), tres (. .. ), cuatro (. .. ), cinco (... ), seis (. .. ),siete (.. . ), ocho (... ), nueve (... ), diez (... ). Duérmase más profundamente

(... ). Cada vez más profundamente.[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piración del sujeto, y la negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptándose a la inspiración.]Aunque haremos consideraciones sobre las técnicas del despertar más adelante, es oportuno recomendar que en el caso que se haya escogido la cuenta como téc nica de profundización, se utilice para despertar al sujeto una cuenta inversa a la empleada inicialmente, y contando los números durante la inspiración, en lugar de la espiración como hemos recomendado para profundizar el estado de hipnosis. En nuestra práctica, le solemos decir al paciente:4.2. Técnica de la cuentaSe trata de uno de los procedimientos más frecuentemente descritos y tiene multitud de variantes. Destaca, en cualquier caso, por su eficacia y sencillez. Nosotros aconsejamos proceder como sigue:Una vez efectuada la inducción hipnótica, y hallándose el paciente en un estado de trance ligero o medio, según el caso, se le dirá, hablando pausadamente:Y usted sigue sintiéndose en un estado de bienestar y tranquilidad (...) y seguirá sintiéndose igualmente bien cuando despierte (...). Porque dentro de unos momentos yo empezaré a contar de tres a cero, y en el momento que yo diga cero, usted estará completamente despierto (. .. ). Tres (... ). Dos (... ). Uno (... ). ¡Cero! Puede abrir los ojos y encontrarse ya completamente despierto.[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere a las su-

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92 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN 93gestiones que preferiblemente se deben dar durante la espiración del sujeto, y la negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptándose a la inspiración.]Por diversas razones, en ciertas ocasiones es recomendable que el proceso de despertar sea más breve que el de la inducción y profundización, y, en consecuencia, también lo es su cuenta.4.3. Técnica del ascensor30».] Ahora, usted observa cómo el ascensor comienza a descender, suave y lentamente, y a medida que va descendiendo, usted se relaja más y le invade una creciente sensación de sueño (...), y se irá durmiendo cada vez más profundamente (...), ya estamos en el piso 29... 28... 27... [sigue la cuenta descendente, coincidiendo siempre con la espiración del sujeto], 2... 1... 0... y se encuentra en un profundo y agradable estado de trance, durmiendo cada vez más profundamente...Seguimos la exposición de Kroger, agregando algunas modificaciones que, según nuestra experiencia demuestra, redundan en una mayor eficacia de la técnica.Por el contenido de las sugestiones, se inscribe entre los procedimientos de descenso-profundización del estado. Conviene advertir que la técnica del as censor, por la situación que evoca, puede ser ansiógena -y en consecuencia, desaconsejable- para los sujetos que padecen claustrofobia, por lo que conviene asegurarse al respecto antes de utilizarla.Una variante de la técnica del ascensor es la de la escalera mecánica. El clínico puede utilizar la que le parezca mejor.La técnica del ascensor es sencilla, y si el paciente tiene buena capacidad de visualización y para evocar las sensaciones propias del «descenso», puede resultar muy absorbente. Le diremos al sujeto:Ahora, quiero que imagine que se halla en un ascensor, en el piso más alto de un edificio muy elevado. Observe en qué piso está y dígamelo. [El paciente, siempre que su estado de trance le permita hablar con claridad, siquiera brevemente, dirá, por ejemplo, «piso número[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la espiración del sujeto, y la negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptándose a la inspiración.]4.4. Técnicas del sueñoRecogemos esta técnica del libro de Weitzenhoffer, quien la expone como una de las múltiples estrategias empleadas por Erickson para profundizar el trance empleando los propios recursos del paciente.Se trata de una técnica más sofisticada que las anteriormente descritas, y nosotros, en principio, recomendamos emplearla con sujetos imaginativos y que recuerdan con facilidad sus sueños.En términos generales, la técnica consiste en inducir al paciente hipnotizado a experimentar -es decir, a revivir- un sueño que ha tenido con anterio ridad (también puede tratarse de un sueño obtenido bajo hipnosis), y, una vez logrado, repetir esta experiencia onírica varias veces, introduciendo siempre modificaciones, de forma tal que cada sueño «revivido» sea una variante del sueño original.-ad oaiuila lap alaud aod uaaambaa anb S pepifalduioa nlaala ap soluaiuiipaooad ap alaas uun ap quq asuóiauiaosip ui ua supusuq suaiuaáy -9-:ppupa ap uóisaaâaa

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ul o uailpuiolne uanli.zasa el ouioa `s-pfalduioa spit sra -!Ióudiil sulauataadxa u a4ualand ln aulnâ uxed ouluiua la alaqu aparad anb ol `selanzlluaa l-p olopupzipunjoad ouis `aouvil ap opvisa pap illns uls souoiaan sulsa a-pn~ -aoja u olos ou olafns lr alanpui algisod aaeq as uóiauz -11unsin op uaiuaái -elsa opurzili4n -ala `anpun `aaueal lap il lns uis sofo sol alage `(ojafgo un aafoa ouioo) soll -iauas sopu iuzlleai `aelgrll uand sop-pliligisodUli uan as anb 1-el sa `ugIaufelaa op op-elsa lap -elauaniasuoi ouioa `pupinisnd ul `oipatu o oaaâll opea.'â op aoueal un ua sop!UIns sojafns soganui ua anb apaans .opiluas a4sa ua lot -un ns opnp `uólanzipunjoid ap -paiuaál ouioa ulaauod -xa soiuLiajaad soalosou `sisoudiq -el op uoiaanpui ap oluaiuiipaaoad ouioa uaiuaál elsa uuzililn (auilg `oq -uiaIS) saaolnr sollo ouioa uo"auH o4uul anbunV -sandsap soîuazuom inzlpvai aqap as arab vîa.iouoa vailqu -diq vzauai.iadxa vun osvd v osvd opuvnioaja `apq?sod app -vlap Joiçvur pa uoa `aluampvluaw aluazu i ladxa Ç aaspvns -!n as anb ojafns lu jLiaÈns ua `niauasa ua `alsisuoj .ajuaipuadapui -puiaoj ap nlaauodxa opiaajaad souiaq `aauual lap uóia -uzipunjoad ul eaud aojen ns Ç olaaaip ialapaua ns aod `oaad `.ioualur olund la ua selsandxa uoia-pzipunjo id op suaiuaái siel ap alueiaun uun sa `pepileaa uH -aajjoiluaz4iaM aod suisand-xa uos3lai.IH ap sraiuaá4 sul ap Sealo op r4ea4 asaaut-a4 op opu4sa lop uóia-eziiunsin 8i ap BaiuagZ 'Ç*f?sopunload spui uos aluoiasuoaui lap uoianuÊaidmi a afezipuaidu ap solaaja sol `leaod -uIDJ uoisaolsip op aogauj un eUlaoj u4sa op opualanp -oaluI "elual eat-upa u (* * *ulanpuoa `etse4unj 'ouans) lnquaul uiauanaas ul asina.i anb ajuaiaud lu souiiaa,'~ -ns al opuena saa-paga Ç saluaq iosge aluouiaulnallaud uanlonn as uoiaezipunjoad op suaiuaál sulsa `eiauala -adxa ealsanu ua anb `oull4ln aod `aipnun souiagaQ*uo"aiaH ap aapaaoad oalo op u1ua4 as -nueipi4 -oa upin ns ua o ullnsuoa 'el ua ras uX `aepadsap lu e~ -!doa sel anb -pied suallóudlgsod sauolisa£'~ns a4uaiaud lr ualauduil al as `aquamluul q -sauoiaunlis sunanu r supL-Isnfe IÇ seni4analsuoa aaduiais `sa4uuiaun sns ian -Ip uoa alu9Ulle4uaiu -plausedaa e ola-pAall X -pATIisod uas anb a4uaiaed lap u4aaauoa elanpuoa uun oouans un ap aufnl ua `aa2oasa ua aisisuoa pvpzpvpouu wip-opeuluua4apa.igos aalapaua ns Ç vaîppqurzs upiovaiunmoo ul OP aolun la `aluaiaud-u4nad -uaa~ lulaua.iajsuea4 uóiaulaa ul e aaoUaa as anb ol uaaulnailied ua ~fniu `uaiulpuip u,È~oloaisd op soluaiuiia -ouoa sopilós iaua4 aqap saauliulls o uaiuaái u4so aalliln anb ooiutla la anb u4uana ua joual ajuulaodun sa'upin ns op sau -oiaeniis suluilsip sul ua algixalj opoul op sol iezili4n e alopupuasua `alualavd pap soudafu? sos.lnaaj sop ivzll -ylom u uapuai4 ouans lap Saluuiaun Se4ui4sip sn7 *oa -Iióudiq aauea4 lap en!Iuaaa uóiauzililn tun ajuuipaul opunjoad Xnul laAIU un u eai4noduaal uoiaulaa uun aaaalqu4sa aapod X alua?avd pap ajualosuooul lu avpq -vy uaud seaiuaáq S9.xofam sel ap uin ap e4uaq asunl~isod UOISaan Bun u aunall uaqap ouans lap «Sauoiaipa» saaoiaalsod Sul souaul ol aod `tse aas uaaip -nd ou is 'OAIIanaIsuoa Ç alquprafe aa4ay iua op souoia-anpoad op asauleal aqap 'os-ea aalnbluna uH -suu inip s-pisr4uuj asauzililn ouisiuilsr uapand wad `ou inlaou osuuasap la ajuuinp opiualgo ouans un op api-ed lof -axu sa `oaup4uodsa ialapa-pa Ç pepiailualnu ns aod96NOIOVZIQNII302Id RG SVOINO~11VIdVdHIOOISd i SISONdIHP6.aqa,(...) OÀ .( ...) solini .( ...) ox -(-*-) soliva [utiuanaas ul onlâis `tnbu ap alliud V] ( ' ) sol.ivj `ajxuuudiuoau eaud opuvlounuo.id

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TÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN 101la habitación..., la mesa..., las sillas..., los cuadros... y puede observar, Carlos, cómo me voy dirigiendo a su cuerpo profundamente dormido, y le hablo, y le diré cosas que su cuerpo comprenderá, y sentirá, Carlos, que las va a realizar en la consulta, y luego, cuando su cuerpo esté despierto, en su vida diaria, sintiéndose mucho mejor en todos los sentidos...[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben dar duran te la espiración del sujeto, y la negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptándose a la inspiración.]Como en las otras técnicas, se produce simultáneamente una disociación entre el nivel consciente (nombre propio, conciencia fuera del cuerpo) e inconsciente (vivencia del cuerpo profundamente dormido).Tal como el lector habrá observado, para que esta técnica de disociación profundice el trance hipnótico con la mayor eficacia, es importante hacer coincidir determinadas sugestiones con la inspiración (nombre propio, levantarse, estado de lucidez) y otras con la espiración (cuerpo, silla, sueño profundo...).4.7. Las sugestiones poshipnóticasEntendemos por sugestiones poshipnóticas aquellas que se imparten dentro del trance hipnótico, para ser realizadas una vez el sujeto ha despertado.Por muchas razones, las sugestiones poshipnóticas constituyen una parte fundamental de toda terapia en la que se utilice la hipnosis como técnica de elección.Las sugestiones poshipnóticas abren el camino para nuevas experiencias del paciente, tanto en el contexto terapéutico como en su vida diaria, facilitando así la integración de los progresos que tengan lugar en estos dos aspectos. Efectivamente, es corriente la comprobación de que determinada conducta patológica -una fobia, por ejemplo-, ha mejorado claramente en la situación de terapia, pero el paciente «se resiste» a transferir, a trasladar, este progreso terapéutico a su vida cotidiana. Es en este punto en que las sugestiones poshipnóticas cobran todo su valor, posibilitándonos salvar esta grieta terapéutica.Furst, en su trabajo sobre las sugestiones poshipnóticas, señala una serie de propiedades que deben tener y que -en sus líneas generales-, son pareci das a las que ya hemos señalado para las sugestiones hipnóticas en el apartado correspondiente.La primera de ellas es estar formulada en términos positivos. En efecto, no es lo mismo sugerir «usted no estará nervioso», que «usted estará o permanecerá tranquilo».En segundo lugar, se deben emplear sugestiones poshipnóticas orientadas al comportamiento futuro del paciente, una vez haya salido del trance hipnótico.En tercer lugar, se deben impartir sugestiones poshipnóticas orientadas a un único problema cada vez. Es importante tenerlo en cuenta, pues la realidad en la práctica clínica es que el paciente suele acudir a consulta por un conjunto de síntomas; entonces es importante empezar abordando el problema más sencillo y accesible que, una vez resuelto, permitirá afrontar el siguiente, y así sucesivamente. Sería un error impartir sugestiones poshipnóticas o de otro tipo intentando superar varios problemas a la vez. Asimismo, es importante que las sugestiones poshipnóticas contribuyan a crear una situación nueva en el contexto que se produce el problema. Esto102 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN 103implica formular las sugestiones poshipnóticas en el marco de tiempo y circunstancias en que se manifiesta el problema, pero añadiendo nuevos elementos que facilitan una

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reformulación más constructiva del mismo. En el caso de un paciente que desee dejar de fumar, por ejemplo, se le puede sugerir que cada vez que encienda un cigarrillo (situación habitual) experimentará un desagradable sabor (elemento nuevo).En cuarto lugar, es importante que la formulación de la sugestión poshipnótica «implique un cierto grado de progreso». Esta expresión, con su carga de ambigüedad, abre el campo de posibles respuestas del paciente en función de sus expectativas terapéuticas, escala de valores, personalidad, etc. Hay que tener en cuenta que cada paciente responde a las sugestiones -y más aún a las poshipnóticas- en función de un complejo conjunto de variables que, generalmente, es imposible abarcar en todos sus aspectos. Por ello, una cierta indeterminación terapéutica, dejando abierto el ulterior desarrollo de las sugestiones, puede ser de gran importancia.Nosotros pensamos que las sugestiones poshipnóticas son determinantes en la psicoterapia en la que se emplea la hipnosis.Dicho de otro modo, la importancia de las sugestiones poshipnóticas es fundamental.Hay tres aspectos en los que se muestran especialmente útiles:a) Posibilitando un mejor y más profundo rendimiento hipnótico en futuras inducciones. Esto se pone particularmente de relieve en el método de hipnosis fraccionado (ver apartado 3.4), en el que, justo antes del despertar, se le sugiere al paciente que en la rehipnotización que tendrá lugar en breves minutos caerá más rápida y profundamente en estado de trance. Es igualmente importante emplearla de unasesión a otra, sugiriendo que «... en la próxima sesión, para el día X, usted caerá más rápidamente en hipnosis y en un trance mucho más profundo...».b) Una de las aplicaciones más interesantes es en el entrenamiento de la autohipnosis. Se proporciona al sujeto una señal que, a partir de ese momento, le permitirá entrar en trance hipnótico siempre que lo necesite. Hay que advertir que el proceso de la autohipnosis es más difícil que el de la hipnosis inducida por un experto, por lo que en este caso, mediante una sugestión poshipnótica dada, el proceso de la autohipnosis se realiza con una mayor fluidez. El método clásico es llevar al paciente a un trance profundo y suministrarle entonces las sugestiones poshipnóticas que, en lo sucesivo, le permitirán entrar en autohipnosis. Como juiciosamente aconseja Weitzenhoffer, la señal poshipnótica (palabra, frase, imagen, gesto...) debe ser sencilla, pero de tal naturaleza que no pueda ser inconsciente o casualmente utilizada por el sujeto o personas que lo rodean con resultados imprevisibles. Deben, por tanto, evitarse desencadenantes hipnóticos que aparezcan con frecuencia en la vida normal del paciente.Por otra parte, las sugestiones poshipnóticas actúan en un marco bien delimitado. Esto quiere decir que serán tanto más eficaces cuanto más concreto y sencillo sea el contenido de las sugestiones, así como su cumplimiento temporal. Precisamente, su aspecto temporal es uno de los puntos más delicados. Por ejemplo, no debe decírsele al sujeto: «Luego, cuando usted despierte, sentirá un picor en su mano derecha», sino: «Diez minutos después de despertar, pronunciaré la palabra X y entonces usted sentirá un picor en su mano derecha». Debe precisarse al máximo la sugestión en sus circunstancias y cumplimiento temporal.Otro aspecto relacionado es que las sugestiones poshipnóticas no tienen un efecto permanente, sino104 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN 105

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que su eficacia tiende a disminuir con el transcurso del tiempo. Por ello, hay necesidad de un refuerzo periódico para que la sugestión poshipnótica no se vaya diluyendo. Por el contrario, reiterando la misma sugestión poshipnótica dentro del mismo trance hipnótico y de una sesión de hipnosis a otra, su efecto suele verse incrementado. De esta forma, este tipo de sugestiones contribuyen a la adquisición de nuevas pautas de conducta, a la eclosión de cambios emocionales y a su estabilización en la vida cotidiana del paciente. Ni que decir tiene, el contenido de las sugestiones debe estar en armonía con la personalidad del paciente, su escala de valores y expectativas terapéuticas, pues de otro modo se pueden generar resistencias que hagan imposible su cumplimento.Como regla general, las sugestiones poshipnóticas requieren un grado más profundo de hipnosis que las sugestiones normales cuyo cumplimiento tiene lu gar en el contexto del trance hipnótico. Como hemos dicho antes, es recomendable repetir su formulación dentro de la misma sesión de hipnosis para crear la adecuada dinámica que asegure su ejecución después del trance. Se debe empezar con sugestiones poshipnóticas sencillas, que se irán haciendo progresivamente más difíciles. La alternancia sueño/vigilia, típica del método fraccionado, se basa en el efecto de las sugestiones poshipnóticas.Otro aspecto de importancia especial es el de la amnesia. Aunque no es imprescindible, la realidad es que la mayor parte de los autores están de acuerdo en que las sugestiones poshipnóticas son más eficaces si van acompañadas de la correspondiente amnesia de la sugestión formulada. De hecho, la amnesia constituye un fenómeno posthipnótico en sí mismo. Una de las razones obedece a que de esta forma es más fácil sortear las posibles resistencias del paciente al cumplimiento de la sugestión poshipnótica.La amnesia puede ser total o parcial, espontánea o provocada. Si el sujeto ha alcanzado un nivel profundo de hipnosis, es más probable que se presente al despertar la amnesia espontánea que si el trance ha sido medio o ligero. Algo análogo puede decirse de la amnesia total o parcial. Sin embargo, no se trata de reglas absolutas, y puede ocurrir que algún sujeto despierte de la hipnosis profunda con una amnesia ligera y parcial, en cambio, otro que solo ha alcanzado un nivel medio de hipnosis desarrolle un amnesia poshipnótica prácticamente completa.Aunque buena parte de los sujetos declaran al despertar que lo recuerdan «todo», un interrogatorio hábil -hábil porque se evitarán las preguntas demasiado frontales y directas- pone de relieve que generalmente se ha producido una amnesia parcial espontánea. Tanto en tales casos, como en los que, efectivamente, el sujeto al despertar lo recuerda todo, puede recurrirse en las siguientes sesiones a la inteligente táctica de Wolberg (citado por Weitzenhoffer), antes de despertarlo del trance hipnótico, pidiéndole que:a) Imagine que está durmiendo profundamente en su cama y tiene un sueño.b) A continuación, abrirá los ojos y despertará rápidamente de ese sueño.c) Tendrá la sensación de despertar de un sueño muy profundo y recordará con claridad ese sueño, pero conforme lo vaya haciendo, su re cuerdo de los otros hechos del trance se irá haciendo cada vez más borroso, llegando a olvidarlos parcial o total o totalmente.Wolberg recomienda que se le diga al sujeto, antes de despertar del trance, que olvidar es un fenómeno normal que se puede producir por el simple cambio de la atención.106 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN 107Otro procedimiento, recomendado por Weitzenhoffer, consiste en utilizar el método fraccionado, hipnotizando y rehipnotizando al sujeto, sugiriéndole que cada vez que entre

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en trance la amnesia se hará más profunda. Este procedimiento tiene la doble ventaja de que, por lo general, la amnesia y la profundidad de la hipnosis van juntas.En nuestra experiencia, un aspecto importante en la producción de la amnesia poshipnótica se relaciona con los procedimientos que se empleen para despertar al paciente. Sobre este tema trataremos en el siguiente apartado de este capítuloYapko, en unas inteligentes consideraciones sobre el tema, advierte que es desaconsejable intentar la producción de la amnesia con sugestiones directas del tipo «Usted va a olvidar todo lo sucedido durante la sesión». Resultan muchos más eficaces los enfoques indirectos y permisivos que pueden adoptar diversas formas: sugestiones indirectas, cambios de atención y técnicas de confusión.La cuestión básica es: ¿cómo saber si se ha producido o no la amnesia? Por la misma razón que apuntábamos antes, suelen ser contraproducentes las preguntas directas del tipo «¿Recuerda usted esto o aquello?», ya que una consideración demasiado frontal puede echar a perder el efecto de la amnesia poshipnótica. Weitzenhoffer aconseja, en términos generales, no llamar la atención del sujeto sobre la posible existencia de amnesia -ni sobre su grado y extensión-, sino proceder como sigue: una vez despierto el sujeto, distraer su atención durante 5 ó 10 minutos hablando con él de temas completamente ajenos al contenido de las sugestiones dadas bajo hipnosis; esto facilita la consolidación de la amnesia. En nuestra experiencia clínica, es importante formularle al paciente, llegados a este punto, preguntas muy generales, del tipo: «¿Qué tal se ha encontrado durante la sesión de hipnosis?» «¿Qué cosas le han llamado la atención?», etc. Poco después pueden precisarse más las preguntas, siempre que se mantenga un margen de indeterminación y no se descienda a detalles muy particulares. En ciertos casos, podemos decir: «Es posible que usted recuerde algo de lo sucedido bajo hipnosis en esta sesión, como si hubiera tenido por la noche un sueño que al despertar recuerda más o menos borrosamente... ¿Qué nos puede decir al respecto?».Como hemos señalado anteriormente, es frecuente que los sujetos al despertar declaren que recuerdan todo lo sucedido bajo hipnosis, pero si se les interroga con habilidad puede comprobarse que en la mayoría de los casos existe al menos cierto grado de amnesia parcial, siempre y cuando el trance haya sido de un nivel, cuanto menos, medio. Además, la amnesia puede en algunos casos ser inconsciente, en el sentido de que el sujeto no «registre» que se ha producido el fenómeno. Con otras personas, puede suceder que el comprobar sus lagunas de memoria les resulte una vivencia angustiante, y para controlarla fabulen sobre ellas, afirmando convencidos que durante el trance hipnótico se produjeron unos hechos que en realidad no tuvieron lugar.4.8. El despertar del trance hipnóticoSe trata de un aspecto que tiene su importancia, si bien es habitual tratarlo con cierta ligereza en la mayoría de los libros sobre hipnosis.En el despertar sugerido se culmina el proceso hipnótico, y de su correcta realización depende en buena parte que el paciente pueda aprovechar su valor terapéutico.Primeramente hemos empleado la expresión despertar sugerido para diferenciarlo del despertar espontáneo del sujeto. En efecto, puede suceder que estando el paciente sumido en trance hipnótico desde hace unos108 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN 109minutos, de repente -sin previo aviso y sin haberle sugerido nada que lo justifique- abra los ojos y se ponga a mirar alrededor con toda normalidad, incluso entable una conversación

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con el hipnotizador. Este fenómeno, de aparición casi siempre brusca, puede deberse a un estímulo fuerte (generalmente un ruido inesperado proveniente de la calle o de una obra cercana), pero la mayoría de las veces se debe a una resistencia que se ha activado en el sujeto novel, con motivo de alguna palabra que para él tiene un significado especial, etc. Puede ser importante analizar su significado inconsciente interrogando al paciente bajo hipnosis, una vez se ha reanudado el trance, o bien al finalizar la sesión, una vez despierto. En cierta ocasión se nos presentó el fenómeno con una señora que despertó bruscamente cuando, al formularle sugestiones, pronunciamos la palabra «casa»; se trataba, en efecto, de unos problemas domésticos que aún no había referido y, obviamente, no le apetecía recordar en aquel momento.La regla de oro, cuando el paciente despierta espontáneamente, es reaccionar con naturalidad. Cualquier gesto de sorpresa o contrariedad por parte del experimentador puede romper la alianza hipnótica, aspecto clave para una terapia eficaz. Por el contrario, lo correcto es hacerle sentir al paciente -sobre todo con la comunicación no verbal- que se trata de un fenómeno normal y sin mayor importancia, y reanudar las sugestiones de sueños, pesadez de los párpados, etc. La experiencia enseña que la mayoría -de los sujetos reaccionan muy bien, alcanzando una profundidad hipnótica mayor.En algunos de los casos en los que el paciente quiere hablar al despertar espontáneamente, su resistencia puede deberse a que tiene alguna duda sobre la hipnosis y necesita aclararla. Se trata, por supuesto, de personas que nunca antes fueron hipnotizadas y les asaltan las lógicas reservas.Conviene despejar al momento y con naturalidad estas dudas, y acto seguido reemprender la inducción hipnótica. En nuestra práctica clínica encontramos que el despertar espontáneo es muy raro con paciente debidamente entrenados en hipnosis.En lo que sigue nos referiremos al despertar sugerido, o, como se entiende clásicamente, a deshipnotizar al sujeto. Existen multitud de procedimientos que, más allá de los gustos de cada experimentador, dependen de variables como el tipo de inducción empleado, la duración y profundidad del trance y si el clínico está explícitamente interesado en la producción de amnesia poshipnótica.Por regla general, si el paciente ha estado en un trance ligero, el despertar será rápido y sencillo. Pero si ha alcanzado un trance profundo (sobre todo en las primeras sesiones, con un sujeto con poca experiencia en hipnosis), lo aconsejable es irlo despertando de forma lenta y gradual.Una vez concluida la sesión de hipnosis, es de la mayor importancia asegurarse de que el paciente se encuentra bien y completamente despierto, no deján dole marchar de la consulta si se observa alguna anomalía. Para prevenirlo, se deben entrelazar sugestiones de despertar y bienestar general, por ejemplo:...Usted irá despertando (...), y cuando despierte completamente notará un bienestar general, sintiéndose despejado y con la sensación de haber descansado profundamente...Tal como han señalado diversos autores, el sujeto tiende a hallarse bajo la influencia del trance hipnótico cierto tiempo después, aun cuando parezca com pletamente despierto. Por ello, el terapeuta que utilice la hipnosis deberá tener especial cuidado con lo que le dice al paciente en tono coloquial, ya que esteHIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓNaún se halla en un acentuado estado de permeabilidad y determinadas palabras pueden tener un insospechado valor sugestivo. Por otra parte, suele ser aconsejable deshipnotizar al

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sujeto siguiendo el proceso inverso al utilizado para la inducción. Si, por ejemplo, hemos utilizado como método de hipnosis la cuenta de uno a cinco apoyándonos en la respiración del sujeto contando cada número junto a sugestiones de sueño durante la espiración, lo despertaremos contando en orden inverso, contando cada número, junto a sugestiones de despertar durante la inspiración. Una posibilidad es proceder como sigue:Dentro de unos momentos usted va a comenzar a despertar (...), y cuando despierte, usted se encontrará completamente bien, con una sensación de bienestar general (...). Y yo, dentro de un momento, comenzaré a contar de cinco a cero, y cuando yo diga cero, usted estará ya completamente despierto (...). Cinco (...) Cuatro (...) Ues (...) Dos (...) ¡Uno! (...) ¡Cero! (...). Ya está usted completamente despierto.[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piración del sujeto, y la negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptándose a la inspiración.]En el apartado anterior ya hemos mencionado la relación de la amnesia poshipnótica con el proceso del despertar. En este punto, quisiéramos hacer algu nas observaciones. La principal es que, según nuestra experiencia, para la producción de la amnesia poshipnótica es preferible que las respectivas duraciones de la inducción y del despertar se hallen en relación inversa. No pretendemos establecer con estaafirmación una regla general, pero sí reflejar una tendencia que venimos observando en nuestras sesiones de terapia bajo hipnosis.Así pues, para contribuir a la producción de la amnesia poshipnótica, aconsejamos lo siguiente:Si la inducción ha sido rápida y el sujeto ha caído fácilmente en una hipnosis de grado medio o profundo, el proceso de despertar será gradual y lento.Por el contrario, si el sujeto ha llegado lentamente a un nivel medio o profundo de hipnosis, con frecuencia es aconsejable un despertar rápido. Quede claro que hemos dicho rápido (por ejemplo, «... contaré de tres a cero y despertará...), nunca brusco. Se debe evitar, por cierto, los procedimientos repentinos que pueden ocasionarle al paciente perturbaciones de consecuencias desagradables.Aparte de la cuenta existen otros muchos procedimientos para deshipnotizar al sujeto. En los casos en que ya se tiene experiencia en hipnosis, una señal convenida (determinada palabra, chasquear los dedos, tocarle un hombro o una mano -siempre los mismos-, o la simple sugestión de despertar) puede ser suficiente.Un problema que trataremos en último lugar es el del paciente que se resiste a despertar. El experimentador imparte las sugestiones habituales para deshipno tizarlo y el paciente continúa dormido. Una primera posibilidad es que el sueño hipnótico se haya convertido en sueño natural. Pero también es posible -y más frecuente en estos casos- que, de la misma forma que pueden presentarse resistencias en algunos sujetos para ingresar en el trance hipnótico, se presenten en estos u otros casos al despertar de la hipnosis.112 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN 113Como bien señala Weitzenhoffer, pueden presentarse resistencias más sutiles, como en los casos en los que el sujeto está aparentemente despierto, pero cierta calidad estuporosa en su conducta, determinadas actitudes automáticas y la reiteración -en el teórico estado de vigilia- de determinadas pautas de conducta hipnóticas nos revelan que en realidad continúa bajo hipnosis. En otros casos, señala Weitzenhoffer, el sujeto ha despertado, al menos

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aparentemente, pero vuelve a caer espontáneamente en trance, lo que constituye otra forma de resistencia a la deshipnotización.Las causas por las que un paciente puede presentar resistencias a la deshipnotización son variadas. Además de la ya apuntada del sueño natural, puede suceder que el experimentador, sin darse cuenta, haya formulado sugestiones contradictorias que hayan producido en el paciente un estado confesional sin control terapéutico y, en consecuencia, no sepa a qué atenerse. También puede ocurrir que el contenido de las sugestiones poshipnóticas entre en conflicto con su personalidad y esté dando al terapeuta «una oportunidad» para cambiar su formulación. Es posible, además, que las sugestiones poshipnóticas se hayan formulado de forma ambigua y el paciente necesite alguna aclaración.Sin embargo, nosotros creemos que en bastantes ocasiones la resistencia a despertar se debe a que el paciente ha sufrido una experiencia disociativa espontá nea y, por su novedad, no se siente capaz de salir del trace en tanto el terapeuta no le suministra las adecuadas instrucciones para salir del proceso de disociación.En cierta ocasión en que un joven de unos 25 años «se negaba» a salir del trance y al que habíamos instruido en la comunicación mediante respuestas ideo motoras (en este caso, consistían en responder «Sí» levantando el dedo índice izquierdo, y «No», el índice derecho, en un sujeto diestro), el diálogo hipnótico fue como sigue:- Necesita en este momento salir del trance hipnótico?- «No.»- ¿Puedo preguntarle por qué r¿,,~cesita continuar dentro del trance hipnótico?«Sí.»¿Se siente usted fuera de su cuerpo?«Sí.»El sentirse fuera del cuerpo, ¿es causa de que no salga del trance?«Sí»¿Es una sensación agradable? «Sí.»¿Desea usted permanecer en esa sensación agradable?«No»¿Quiere salir de esa sensación agradable?«Sí.»¿Desea volver a su cuerpo?«Sí.»¿Sabe volver a su cuerpo? «No.»¿Quiere que le enseñe como puede volver a su cuerpo?«Sí» (el paciente mueve el dedo índice izquierdo con énfasis).Usted puede sentirse ligeramente fuera de su cuerpo, ¿verdad?«Sí.»Y le gustaría irse poco a poco sintiendo ligeramente más denso, pesado, hasta ir alcanzando su cuerpo (...). ¿Sí? (...).«Sí.»Y a medida que se va sintiendo en su cuerpo, usted necesita descansar unos momentos, ¿verdad?HIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN- «Sí» (mueve el dedo correspondiente con mucha insistencia).

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- Y usted descansa muy profundamente (...). Después de este esfuerzo descansa completamente (...). ¿Necesitará despertar dentro de unos momentos?- «No.»- ¿Necesitará despertar cuando se relaje profundamente (...) y esté completamente dentro de su cuerpo?- «Sí.»- Ya puede estar descansando profundamente dentro de su cuerpo, ¿verdad?- «Sí.»- Después de haber descansado, usted puede sentir el deseo de ir despejándose (...) despertándose (...).- «Sí» (...).[Los puntos entre paréntesis se refieren a las pausas entre sugestiones. La cursiva se refiere a las sugestiones que preferiblemente se deben dar durante la es piración del sujeto, y la negrita, a las palabras que es preferible pronunciar adaptándose a la inspiración.]A partir de este punto procedimos a suministrar las sugestiones habituales para despertar del trance. Hemos expuesto el proceso de despertar en un caso particularmente laborioso. Basándose en nuestras observaciones sobre el comportamiento de sujetos a los que se les había sugerido la disociación corporal hipnótica (ver apartados 4.6.2 y 4.6.4), dedujimos que en este caso se había producido de forma espontánea, y esto era lo que bloqueaba el proceso de deshipnotización. Obrando en consecuencia y pacientemente, la salida del trance no ofreció mayores problemas.Hay que decir que, en la mayoría de los casos de resistencia al despertar -que, insistimos, se presentan en pocas ocasiones, y raramente en sujetos entrenados- el sujeto presenta resistencias mucho menores, bastando la suave reiteración, empleando algunas variantes, de las sugestiones encaminadas al despertar. Si además se siguen nuestras instrucciones sincronizando estas sugestiones con el proceso respiratorio en la forma indicada, las dificultades que se le pueden presentar al terapeuta son mínimas. Es más, aun cuando no hubiera sugestiones específicas, lo habitual es que el sujeto acabe despertándose por sí mismo en el lapso de unos minutos.Lo importante es, una vez más, que el clínico que utiliza la hipnosis reaccione a estos imprevistos con naturalidad, transmitiéndole siempre al sujeto su capacidad para controlar con fluidez la situación.4.9. Cómo medirla profundidad de la hipnosisA lo largo del presente libro hemos empleado los términos de «hipnosis ligera, media o profunda». ¿Cómo saber si el sujeto se halla en uno u otro nivel de trance hipnótico?Se han elaborado al efecto diferentes escalas, tanto para la predicción de la susceptibilidad hipnótica, como para ayudar al clínico a determinar la profundidad del trance logrado por el sujeto. Debe tenerse en cuenta, sin embargo, que se trata de instrumentos que están al servicio del terapeuta o investigador que utiliza la hipnosis, siendo aberrante la situación contraria del profesional que se supedita servilmente a estos.Evidentemente, las escalas hipnóticas tiene su valor, pero la realidad es que, más allá de estas, los diversos grados de la hipnosis, ya se trate de trance ligero, medio o profundo, con todas las variantes y fenómenos que se puedan presentar, tienen unas notas inconfundibles que difícilmente pueden escapar al116 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN 117

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clínico experimentado y que no dependen de la aplicación mecánica de unas escalas.No obstante, por su interés, vamos a pasar revista a las escalas más conocidas de profundidad hipnótica. Posiblemente la más conocida, al combinar su valor práctico con su sencillez de aplicación, sea la de Davis-Husband, que se divide en cinco niveles (Insensible, Hipnoidad, Trance leve, Trance medio Trance profundo), abarcando un total de 30 grados.YProfundidad Grado Sugestiones de prueba y respuestaInsensible 0 Hipnoidal 1

2 Relajamiento Profundidad3 Temblor de los párpados de la Grado Síntomas4 Cierre de los ojos hipnosis5 Relajamiento físico total Insensible 0 El sujeto no reacciona de ningún

modoTrance leve 6 Catalepsia ocular Hipnoidal 1 Relajamiento físico7 Catalepsia de las extremidades 2 Modorra aparente10 Catalepsias rígidas 3 Temblor de los párpados11 Anestesia de guante 4 Cierre de los ojosTrance medio 13 Amnesia parcial 5 Relajamiento mental, letargo

parcial de la mente15 Anestesia poshipnótica 6 Pesadez de las extremidades17 Cambios de la personalidad Trance leve 7 Catalepsia ocular18 Sugestiones poshipnóticas simples 8 Catalepsia parcial de las

extremidades20 Alucinaciones sensoriomotoras; amnesia total 9 Inhibición de los

grupos de músculos menoresTrance profundo 21 Capacidad para abrir los ojos sin afectar el 10Respiración más lenta y profunda, pulso lentotrance 11 Laxitud acusada (resistencia a moverse, ha

(Sonambulismo) 23 Sugestiones poshipnóticas caprichosas.blar, pensar o actuar)25 Sonambulismo completo 12 Contracciones espasmódicas de la boca

o26 Alucinaciones visuales poshipnóticas positivas mandíbula

durante la inducción27 Alucinaciones auditivas poshipnóticas positivas 13 Rapport entre

sujeto y operador28 Amnesia poshipnóticas sistematizadas 14 Observación de

sugestiones poshipnóticas29 Alucinaciones auditivas negativas simples30 Alucinaciones visuales negativas, hiperestesia 15 Espasmo ocular

en la vigiliaA. M. Weitzenhoffer, Técnicas generales de hipnotismo, 16 Cambios

de personalidadEd. Paidós, Buenos Aires, 1964. 17 Sensación de pesadez en el

cuerpo

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Entre los defectos de estas y otras escalas, Weitzenhoffer cuenta el que tienden a sobrevalorar la profundidad del trance, en que la capacidad discrimi natoria de cada grado deja que desear y, sobre todo, en que las sugestiones a las que se refieren las escalas no están debidamente estandarizadas.La escala de LeCron Bourdeaux tiene su interés, debido, básicamente, a que, constando de 50 grados, presenta una exposición más detallada que la ante rior del trance hipnótico. Como podemos ver a continuación, se halla subdividida en seis niveles:118 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓNProfundidadde la Grado Síntomas hipnosisProfundidadde la Grado Síntomas hipnosis18 Parcial sentimiento de desinterésTrance medio 19 Reconocimiento del trance (descripción dificultosa, pero percepción clara)20 Inhibiciones musculares completas (alucinaciones sensoriomotoras)21 Amnesia parcial22 Anestesia del guante23 Ilusiones táctiles24 Ilusiones gustativas25 Ilusiones olfatorias26 Hipersensibilidad a las condiciones atmosféricas 27 Catalepsia completa de las extremidades o cuerpoTrance profundo 28 Capacidad para abrir los ojos sin afectar el o sonámbulo trance29 Mirada fija cuando los ojos están abiertos; dilatación pupilar30 Sonambulismo 31 Amnesia completa 32 Amnesias poshipnóticas sistematizadas33 Anestesia completa34 Anestesia poshipnótica35 Observación de sugestiones poshipnóticas raras 36 Pérdida del control del movimiento del globo del ojo. Pérdida de control ocular.37 Sensación de liviandad, de independencia como de estar flotando, sentirse lleno de aire, etc. 38 Rigidez y lentitud en los movimientos musculares y en las reacciones39 Aumento y disminución cíclica en el sonido de la voz del operador (como el de una radioemisora) 40 Control de las funciones orgánicas del cuerpo (latidos, presión, digestión, etc.)41 Retorno de recuerdos perdidos (hipermnesia)42 Regresión a edades anteriores43 Alucinaciones visuales poshipnóticas positivas44 Alucinaciones visuales poshipnóticas negativas45 Alucinaciones auditivas poshipnóticas positivas46 Alucinaciones auditivas poshipnóticas negativas 47Estimulación de los sueños (en trance o poshipnótica en el sueño natural)48 Hiperestesias49 Experimentación de sensación de color 50 Condición de estupor en la que se inhibe toda actividad espontánea. Puede desarrollarse el sonambulismo mediante sugestiones adecuadas

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A. M. Weitzenhoffer, Técnicas generales de hipnotismo, Ed. Paidós, Buenos Aires, 1964.La Escala de Susceptibilidad Hipnótica de Stanford, ideada principalmente por Hilgard, es la última que expondremos. La utilidad de los procesos hipnóti cos para los pacientes, señala este autor, depende de su habilidad para responder a la hipnosis, y esta habilidad puede ser probada mediante procesos estándar. Así pues, con el fin de medir la susceptibilidad hipnótica del paciente y seleccionar los procedimientos más adecuados para la terapia, se construyó esta escala.Denominada también Escala de la Clínica Hipnótica Stanford (SHCS), consta de cinco ítems o renglones:1 Mover las manos (renglón motor sencillo para introducir al paciente a respuestas a sugestiones). 2 Soñar: Tener un sueño dentro de la hipnosis (puede ser útil para interpretar la actitud del paciente hacia la hipnosis).3 Regresión de edad (generalmente usada en terapia).120HIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN 1214 Sugestión poshipnótica (relacionada generalmente con la capacidad para continuar la experiencia hipnótica).5 Amnesia poshipnótica (con diversa utilidad, y entre ellas, el control del dolor).Se hipnotiza al sujeto y se le va sugiriendo cada apartado en el orden indicado.A continuación exponemos el cuaderno de puntuaciones de la (SHCS).CUADERNO DE PUNTUACIÓN ESCALA DE LA CLÍNICA HIPNÓTICA STANFORD (SHCS)Nombre del sujeto Fecha Puntuación totalHipnotizadorResumen de puntos Detalles en páginas siguientes Puntuación

1. Juntarlas manos(o 1.a, bajar la mano como alternativa)2. Soñar3. Regresión en la edad4. Sugestión poshipnótica (aclaraciónde la garganta o toser)Núm. de apartados recordados5. AmnesiaNúm. de apartado recuperados despuésdel restablecimiento de la memoriaPuntuación totalAPARTADO PUNTUACIÓN1. JUNTARLAS MANOS(01.a, bajar la mano)Describa el movimiento:(Al terminar la sesión, sondee en busca del tipode experiencia si el movimiento es muy rápido.)Puntuación (+) si el movimiento es lento y si lasmanos no están más de quince centímetrosaparte al terminar los diez segundos. (1)2. SOÑAR

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Registre el sueño, o informe de pensamientos,fantasías, etc.:Puntuación (+) si el sujeto tiene una experienciacomparable a un sueño, más que experienciasvagas y fugaces, sentimientos o pensamientos.El sueño debe mostrar imaginería, alguna realidad,y no mostrar haber estado bajo control voluntario. (2)

E. R. Hilgard y J. R. Hilgard, La hipnosis en el alivio del dolor, Ed. Paidós, México, 1975.Circunstancias especiales (¿medicinado?, ¿con dolor?, ¿problemas de movimiento?122 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN 123

APARTADO PUNTUACIÓN3. REGRESIÓN EN LA EDAD (A LA ESCUELAPRIMARIA)Año escogido¿Dónde está usted?¿Qué está haciendo?¿Quién es su maestro?¿Cuántos años tiene?¿Cómo está vestido?¿Con quién está?a) Puntuación (rating):No Regular Buenob) Puntuación subjetiva por el sujeto (QUE SEDETERMINARÁ AL FIN DE LA SESIÓN)(Lea y pida al sujeto que elija la frase quemejor describe su experiencia:)1) No regresé en absoluto2) Pensé sobre cuando tuve esta edad, perono tuve experiencias visuales.3) Aun cuando no regresé, pude verme comoniño que volvía a vivir una experienciapasada.4) Sabía que en realidad estaba en mi edadactual, pero sentí en parte como si volvieraa vivir una experiencia.5) En realidad sentí como si hubiera vuelto ala edad sugerida y vuelvo a vivir una expe

riencia pasadaPuntuación (+) si la calificación del hipnotizadores buena, o si la calificación subjetiva es 4 ó 5 (3)

E. R. Hilgard y J. R. Hilgard, La hipnosis en el alivio del dolor, Ed. Paidós, México, 1975.APARTADO PUNTUACIÓN4. POSHIPNÓTICA toser o aclararsela garganta).Anote la naturaleza y el grado de la respuesta.

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or responsea) Calificación del hipnotizadorAusente Presente Excepcionalmenteclarob) Calificación subjetiva por el sujeto (QUE SEDETERMINARÁ AL TÉRMINO DE LA SESIÓNSI EL SUJETO RESPONDIÓ)Tosió (o se aclaró la garganta) durante la sesión1) ¿Recuerda por qué? Y?2) ¿Supo por qué en ese momento?3) Si recordó que le dije que hiciera esto, ¿porqué no obedeció a la sugestión?

4) ¿Podría decir su fue voluntario o involuntario?Puntuación (+) si la calificación del hipnotizadores «presente» o «excepcionalmente clara», amenos que el sujeto declare que la respuesta fuevoluntaria. (4)

E. R. Hilgard y J. R. Hilgard, La hipnosis en el alivio del dolor, Ed. Paidós, México, 1975.124 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIATÉCNICAS DE PROFUNDIZACIÓN 125

APARTADO PUNTUACIÓN5. AMNESIA POSHIPNÓTICAa) Por favor, dígame en sus propias palabrastodo lo que ocurrió desde el momento en quecerró los ojos. (Apunte según el orden de sumención; grabe también descripciones de sen

saciones de inducción, etc. Si el sujeto se blo

quea, pregúntele: «¿Algo más?», hasta que elsujeto vuelva encontrar un nuevo obstáculo).

¿Algo más?

b) Escuche atentamente mis palabras, AHORAYA LO PUEDE RECORDAR TODO. ¿Hay algomás ahora? (Escriba en el orden de mención.)

Recuerde al sujeto lo omitido. Anótelo también yagregue cualquier observación sobre la naturalezade la experiencia amnésica.

Puntuación (+) si el sujeto no recuerda más de dos (5)

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renglones antes del establecimiento de la memoria.(Al término de la sesión inquiera sobre los apar

tados 3 y 4.)PUNTUACIÓN TOTAL

E. R. Hilgard y J. R. Hilgard, La hipnosis en el alivio del dolor, Ed. Paidós, México, 1975.¿Hasta qué punto son de utilidad las escalas de profundidad o susceptibilidad hipnótica?Nuestro criterio es que tienen su interés. Especialmente en tareas de investigación es imprescindible el uso de una u otra escala.En cuanto a su uso en un contexto terapéutico, su valor es relativo. Si el clínico considera que le ayuda a establecer la profundidad del trance o a escoger el procedimiento hipnótico más adecuado, puede utilizar libremente la escala que mejor se adapte a sus objetivos y disponibilidad de tiempo.La realidad es que, como ya apuntábamos al principio de este apartado, lo insustituible es la sensibilidad y experiencia del terapeuta, que le irá indicando con certeza a qué nivel se encuentra el paciente y cuál es la mejor estrategia hipnótica a utilizar en cada momento.CAPÍTULO J5La hipnosis en psicoterapiaCOMO YA HEMOS SUBRAYADO al principio de esta obra al tratar de la naturaleza de la hipnosis, esta no es en sí misma una terapia. En consecuencia, se debería desterrar el término -que aún hoy día sigue utilizando en algunos sectores- de hipnoterapia. Sería más exacto hablar de terapia mediante hipnosis, queriendo significar con esta denominación que se trata de un terapia en cuyo marco se utiliza la hipnosis.La realidad, en efecto, es que la hipnosis constituye, bien empleada, una excelente herramienta terapéutica. Esta afirmación implica, en la práctica, lo siguiente:- Es excelente, por su carácter práctico: tiende a abreviar la terapia, brinda al terapeuta medios muy concretos de actuación, contribuye al establecimiento de una buena alianza terapéutica y se adapta tanto a la línea de terapia (psicoanálisis, terapia cognitivo-conductual, sistémica, etc.) como a la personalidad del terapeuta, del paciente y de los problemas a tratar.- La hipnosis como herramienta terapéutica es asimismo excelente porque hace compatible el128 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIALA HIPNOSIS EN PSICOTERAPIA 129necesario rigor en su aplicación con la libertad terapéutica, lo que posibilita al clínico, sin pérdida de su eficacia, a tomar o dejar la hipnosis como medio de terapia, utilizando otras técnicas -en combinación o por separado-, según lo aconseje cada circunstancia o fase de la terapia. Es más, puede afirmarse que el clínico que utilizase única y exclusivamente la hipnosis, sería un mal terapeuta. Hay que decir que los mejores terapeutas de una escuela o tendencia a quienes más se parecen es a los mejores terapeutas de otras escuelas, teniendo las siguientes notas en común: son a la vez rigurosos y flexibles en sus planteamientos (lo cual quiere decir que no se limitan a una sola, sino que dominan, sin caer en el sincretismo, una amplia gama de herramientas terapéuticas), y son naturales y cálidos en el trato con sus pacientes.El propio Milton H. Erickson, considerado, con justicia, uno de los mejores terapeutas que han existido, no siempre utilizaba la hipnosis, sino que se adaptaba a las características de cada caso, trabajando de una forma que podríamos considerar artesanal. Su creatividad era

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tal que, en realidad, diseñaba una terapia específica para cada paciente. Y de esta forma usaba libremente la hipnosis, tomándola o dejándola según lo aconsejara la situación terapéutica.Posiblemente, uno de los escasos riesgos que la hipnosis tiene para el terapeuta es que este se quede hipnotizado por esta técnica, empleándola rígida mente, con exclusión de todas las demás. El buen terapeuta domina una variedad de técnicas y se siente igual de cómodo tanto si está utilizando la hipnosis como si está trabajando con el paciente en situación normal de vigilia.Dicho esto, es necesario poner de relieve, como venimos haciéndolo a lo largo de la presente obra, el enorme valor terapéutico de la hipnosis por otras dos razones que se suman a las anteriormente expuestas:- La hipnosis no es una herramienta única, sino que implica un amplio conjunto de técnicas. - La hipnosis, y es su principal virtud, se amolda a cualquier tipo de terapia, ya se trate de psicoanálisis, conductismo, terapia cognitivoconductual, gestáltica, etc., aumentando su eficacia y reduciendo el tiempo de terapia.La relación hipnótica en la situación de terapia, llamada por Freud «el grupo de dos», presenta una dimensión de transferencia que siempre es necesario tener en cuenta. Precisamente, el valor de entrenar al paciente en autohipnosis radica en que le posibilita irse independizando de la dinámica transferencial, convirtiéndose progresivamente en terapeuta de sí mismo y ganando en autoestima al comprobar que es capaz de ir controlando y resolviendo sus problemas sin ayuda exterior.El campo de aplicación de la hipnosis es, efectivamente, amplio:- El hipnoanálisis es la aplicación de la hipnosis al psicoanálisis.En este campo, la referencia principal es la obra de Wolberg. Abrevia y profundiza el proceso analítico y simplifica los problemas que puede plantear la re lación de transferencia. Puede afirmarse que la hipnosis es, en combinación con el análisis de los sueños y el manejo de la transferencia, el mejor y más directo camino de acceso al inconsciente. Dentro del marco psicoanalítico, la hipnosis se ha adaptado a cualquier130HIPNOSIS Y PSICOTERAPIALA HIPNOSIS EN PSICOTERAPIAenfoque, enriqueciéndolo, ya sea psicoanálisis freudiano ortodoxo, jungiano o adleriano.- Terapia de inhibición recíproca (Wolpe) (ver apartado 2.6).- Terapia cognitivo-conductual (Beck) y Racional-Emotiva (Ellis).En estos dos enfoques terapéuticos uno de los puntos clave es la detección, control y modificación de los pensamientos automáticos subyacentes a los trastornos emocionales. Dada la naturaliza subliminal de los pensamientos automáticos, la hipnosis constituye una poderosa herramienta para entrenar al paciente en el proceso -no siempre fácil- de captar y guiar los pensamientos automáticos por caminos más constructivos.námicos desarrollados por autores como Le Cron, Rossi & Cheek y Hawkins. El tratamiento de las fobias (claustrofobia, agorafobia, fobia social, etc.), aplicando la hipnosis en combinación con la técnica de Wolpe, con la intención paradójica de Frankl o los enfoques de la terapia estratégica, se revela particularmente eficaz.- La hipnosis es también recomendable en el tratamiento de los casos de depresión no psicótica.

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En combinación con el enfoque cognitivo-conductual de Beck, antes mencionado, contribuye eficazmente a reducir la ansiedad, detectar y corregir los patrones cognitivos depresivos, permitiéndole desarrollar habilidades congnitivas más constructivas y flexibles.Con independencia de la línea terapéutica a la que se adscriba el clínico, hay una serie de trastornos en cuyo tratamiento la hipnosis puede ser de especial utilidad. Tal ocurre con los trastornos de ansiedad, como el estrés, trastorno de estrés postraumático, crisis de pánico y las fobias. Como hace notar Yapko, los pacientes se refieren a sus síntomas como «algo» que les sucede de forma involuntaria y, por lo tanto, fuera de su control. La hipnosis hace posible el progresivo control de sus manifestaciones y el descubrimiento de sus causas (insight).La hipnosis brinda excelentes medios para el control del estrés y, asimismo, para el tratamiento de las secuelas de experiencias traumáticas; en este sentido son de particular interés los procedimientos ideodiOtro cambio de aplicación de la hipnosis lo constituye el tratamiento de las diversas disfunciones sexuales. Como señalan diversos autores (Hawkins, Hammond y otros), la hipnosis aplicada al tratamiento de este tipo de trastorno (disfunción eréctil, eyaculación precoz, frigidez, anorgasmia...) presenta una serie de ventajas, entre las que se encuentran el rápido diagnóstico de los conflictos subyacentes, la independencia y autocontrol que proporciona al paciente el aprendizaje de la autohipnosis y el incremento de la expectativa de crecimiento personal. Son numerosas las técnicas hipnóticas que pueden ser utilizadas en sexoterapia, pudiéndoselas emplear en combinación con diversos enfoques como la terapia conductual de Masters y Johnson, la orientación psicodinámica de Kaplan, etcétera. Apuntemos, sin embargo, que en nuestra132 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIALA HIPNOSIS EN PSICOTERAPIA 133experiencia son de especial eficacia las técnicas hipnóticas de disociación (ver apartado 4.6) que posibiliten una más fácil focalización y una mayor sensibilización corporal.Entre las múltiples aplicaciones de la hipnosis, y sin ánimo de ser exhaustivos, citaremos por último su importancia en el control del dolor.Podemos afirmar que, de hecho, la historia de la hipnosis, desde la más remota Antigüedad, corre de la mano del empleo las diferentes técnicas de analge sia o anestesia. Desde la época moderna, con las experiencias de Franz Anton Mesmer, a caballo entre los siglos xviii y xix, las experiencias del cirujano James Esdaile a mediados del siglo = hasta nuestros días, numerosos autores se han ocupado, de forma más o menos sistematizada, de las aplicaciones de la hipnosis a la clínica del dolor: M. H. Erickson, Hilgard e Hilgard, Orne, Hammond y Barber, entre otros. En los años ochenta cobró auge la teoría del observador oculto, formulada a partir de las investigaciones de Hilgard, como conciencia paralela y disociación del sujeto respecto de la experiencia inmediata (la experiencia del dolor, en el caso que nos ocupa). Ciertamente, la experiencia del dolor, en cualquiera de sus formas, es tan condicionante y universal que se puede afirmar que cualquier ser vivo hace lo que sea para eludirla, y cuando esto no es posible, para suprimir, o al menos reducir, sus consecuencias. Recientemente, el descubrimiento de las endorfinas ha añadido una nueva y esperanzadora dimensión al tema. En cualquier caso, las técnicas hipnóticas se han venido utilizando en combinación con los fármacos analgésicos o en sustitución de estos cuando existe una intolerancia por parte del paciente, o cuando cualquier otra razón médica aconseja su supresión.

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En tales situaciones, la hipnosis se revela como un eficaz aliado en el tratamiento del dolor. Las técnicas hipnóticas de analgesia y transferencia de esta de una zona a otra, disminución, sustitución o desplazamiento sensoriales y disociación, se cuentan entre las más utilizadas para el control del dolor. Naturalmente, es en estos casos en los que resulta de especial utilidad el entrenamiento del paciente en autohipnosis, ya que, una vez más, fomenta su sentido de la independencia y del control del dolor. Los enfermos de cáncer, quienes padecen dolor de cabeza, sufren dolores dentales y/o miedo a sentarse en el sillón del dentista, o dolores por quemaduras, los pacientes que por cualquier causa padecen dolores, tanto agudos como crónicos... pueden encontrar un considerable consuelo en los medios que les brinda la hipnosis.BibliografíaAmantea, C.: El Lourdes de Arizona, Cuatro Vientos Editorial, Santiago de Chile, 1990.Argast T. Ph., Landis R. Ph. D., Ruelas G. Ph. D.: Now You Wanted a Trance Demostrated Today, Ed. Eph, California, 2000.Barber, J.: Tratamiento del dolor mediante hipnosis y sugestión, Desclée de Brouwer, Bilbao, 2000. Beck, A. y otros: Terapia Cognitiva de la depresión, Desclée de Brouwer, Bilbao, 1984.Beck, A. T. y Freeman, A.: Terapia cognitiva de los trastornos de personalidad, Ed. Paidós, Barcelona, 1995. Brown, P : The Hypnotic Brain, Yale University Press, Yale, 1991.Caballo, VE. (Comp): Manual de técnicas de terapia y modificación de conducta. Siglo XXI de España Editores. Madrid, 1995.Capafons, A., y Amigó, S.: Hipnosis, Promolibro, Valencia, 1993.Chertok, L.: La hipnosis Atika, Madrid, 1964. Edgette, J. H. & Edgette, J. S.: The Handbook of Hypnotic Phenomena in Psychotherapy, Ed. Brunner/Mazel Publishers, Nueva York, 1995.Ellis, A, y Grieger, T.: Manual de Terapia RacionalEmotiva, Desclée de Brouwer, Bilbao, 1990. Erickson, M. E., y Rossi, E. L.: El hombre de febrero, Amorrortu Eds. Buenos Aires, 1992.136 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIABIBLIOGRAFÍA 137Estabrooks, G. H.: Problemas actuales de la hipnosis, F.C.E., México D. F.Fezler, W: Imágenes creativas, Ed. Martínez Roca, 1989. Fisch, R.: Cambio, Ed. Herder, Barcelona, 1982. Freud, S.: Obras completas, Ed. Biblioteca Nueva, Madrid, 1968.Fromm, E. & Kahn: Self-Hypnosis, The Chicago Paradigm, Guilford Press, New York, 1990.Furst, A.: Post-Hypnotic Instructions, Ed. Melvin Powers Wilshire Book Company, United States of America. 1969.Gauld, A.: A History of Hypnotism, Cambridge University Press, Cambridge, 1992.González, L.: Persuasión subliminal y sus técnicas, Biblioteca Nueva, Madrid, 1988.Gordon, D.: Therapeutic Metaphors, Meta Publications-Cupertino, CA, 1978.Gregory, R. L.: Diccionario Oxford de la mente, Alianza Editorial Diccionarios, Madrid, 1995. Grinder, J. Y Bandler, R.: De sapos a príncipes, Cuatro Vientos Editorial, Santiago de Chile, 1982. - Trance-Fórmate, Ed. Gaia, Madrid, 1993.Haley, J.: Terapia no convencional, Amorrortu, Buenos Aires, 1984.- Terapia de ordalia, Amorrortu, Buenos Aires, 1984. - Terapia para resolver problemas, Amorrortu, Buenos Aires, 1985.

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Zeig, J. K.: Un seminario didáctico con Milton H. Erickson, Amorrortu, Buenos Aires, 1980.- Experiencing Erickson, Brunner/ Mazel, Publisher, Nueva York, 1985.Zeig, J. K. & Munion, W M.: Milton H. Erickson, Sage Publications, Londres, 1999.Indice de autoresAmantea, C.: 135 Amigó, S.: 135 Argast, T.: 135 Bandler, R. y J.: 16, 136 Barber, J.: 135Beck, A. T.: 17, 130, 131, 134 Bernheim, H.: 58 Bourdeaux, J.: 117Brown, P.: 135 Caballo, V. E.: 135 Capafons, A.: 135 Cheek, D.: 42, 135 Davis, L. W.: 116 Ellis, A.: 17, 130, 135 Elman, D.: 59,61 Erickson, M. H.: 16, 52, 55, 56, 67, 88, 93, 94, 95, 128, 132, 136Estabrooks, G. H.: 136 Fezler, W.: 39, 40, 89, 81 Fisch, R.: 136 Frankl, V.: 30 Freeman, A.: 136Freud, S.: 24, 54, 129, 136 From, M. E.: 136Furst, A.: 101, 136 Gauld, A.: 136 González, L.: 136 Gordon, D.: 81, 136 Gregory, R. L.: 136Grieger, T.: 136 Grinder, J.: 16, 136 Hammond. W. A.: 131,132 Hawkins, P. J.: 131, 136 Hilgard, E. R.: 119, 121, 122,123, 124, 132, 136, 137 Hilgard, J. R.: 119, 121, 122, 123, 124, 132, 136, 137 Horowitz, M. J.: 137 Husband, R. W.: 116 Johnson, V. E.: 131Kahn, J.: 136 Kaplan, H. S.: 131 Kline, M. V.: 95 Kroger, W. S.: 29, 31, 33, 64, 79, 81, 83, 89, 90, 137 Labrador, F. J.: 137Landis, R.: 135Le Cron, L.: 42, 96, 117, 137 Lynn, S. J.: 138Masters, W. H.: 131 Mc Gill, 0.: 137 Mesmer, F. A.: 132 Milechnin, A.: 137 Mumford, J.: 78, 137 Munion, W. M.: 139 O'Hanlon, W. H.: 53, 55, 95, 56,137Orne, M. T.: 132 Pedersen, D. C.: 137

140 HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAPérez Alvarez, M.: 137 Spiegel, H.: 138 Indice de materiasPérez Hidalgo, L: 137Spitz, R. A.: 52, 53, 138Ramos Gascón, C.: 137, 138 Stembo, L.: 95Rhue, J. W.: 138 Stockei, E.: 138Rossi, E.: 42, 55, 138 Vogt, O.: 73Ruelas, G.: 138 Watson, J. B.: 43Ryan, M. O.: 138 Weitzenhoffer, A. M.: 16, 28, 67,Seligman, M. E.: 138 73, 75, 88, 93, 95, 103, 105,Sherrington, Ch. S.: 43 106, 112, 116, 117, 119, 138Shone, R.: 84, 87, 88, 89, 99, 138 Wolberg, L. R.: 67, 105, 129Shrout, R. N.: 58, 59, 61, 138 Wolinsky, S.: 138Solovey, G.: 38 Wolpe, J.: 43, 44, 45, 130, 138Sonneis, R.: 138 Yapko, M. D.: 23, 26, 28, 29,Spanos, N. P.: 138 32, 106, 138 Afirmación-Negación: 31, 32, 33, 28, 29, 52,

89, 90, 108Spiegel, D.: 138 Zeig, J.K.: 139 42, 52-56, 101 Confusión de ideas: 56,

112,Agorafobia: 131 Consciente: 26, 88, 100Alianza hipnótica: 108, 128

Alucinaciones hipnóticas: 24, 30

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Alucinaciones poshipnóticas: 34, 116, 119 Ambidextrismo: 98Amnesia: 19, 34, 37, 38, 82, 105, 106, 107, 110, 111, 116, 118, 120, 124Analgesia: 116, 133 Analogías: 89, Anestesia de guante: 24, 39, 42, 70, 73, 116, 118 Anorgasmia: 131Ansiedad: 43, 44, 45, 46, 130 Asociación mental: 24 Atención pasiva: 25, 41 Atención voluntaria: 25 Autohipnosis: 16, 45, 48, 103, 129, 131, 133,Cáncer: 133Catalepsia: 27, 36, 72, 116, 117 Cierre ocular: 16, 33, 116, 117 Claustrofobia: 92 Comunicación simbólica: 94 Comunicación verbal-no verbal:75Control del dolor: 24, 132, 133 Control del estrés: 130 Creencias erróneas sobre lahipnosis: 17-21 Cuestión de estado: 15Definiciones de hipnosis: 15, 16, 17Depresión: 131 Desdoblamiento: 84-85 Desensibilización sistemática:39, 43-46, 130, 131 Deshipnotizar: 105, 106, 107115Despertar aparente: 112 Despertar de la hipnosis: 105, 106,107-115Despertar espontáneo: Despertar lento: 111 Despertar rápido: 111 Despertar, resistencia:107-108111-115 Despertar sugerido: 107, 109 Disfunción eréctil: 131 Disfunciones sexuales: 131 Disociación: 17, 20, 24, 56, 95100, 112, 113, 114142HIPNOSIS Y PSICOTERAPIAÍNDICE DE MATERIAS143Distorsión espacio temporal: 17, 20, 23, 37, 38, 94 Doble vínculo: 32Dolor dental: 133 Dominancia manual: 98Endorfinas: 132 Enfoque naturalista: 36 Escala de Davis-Husband: 116 Escala de Le Cron-Bourdeaux: 117-119Escalas de profundidad hipnótica: 105-125Escala de susceptibilidad hipnótica de Stanford (Hilgard): 119-124Escritura automática: 95 Esquema corporal: 36, 99, 100 Estado de vigilia: 35 Expectativas realistas: 21 Experiencias traumáticas: 130 Eyaculación precoz: 131Fantasías de curación: 21 Fijación visual: 15, 58, 62, 67 Fobias: 39, 43, 130Fobia social: 131 Frigidez: 131Grados de hipnosis: 35-38, 48, 51, 115-125Hablar al inconsciente: 94 Hemisferio izquierdo-Hemisferio derecho: 26, 61 Hipersugestibilidad: 16, 35 Hiperventilación: 51 Hipnoanálisis: 129 Hipnoanalgesia: 24, 132, 133 Hipnosis: 15-21, 23-42, 43, 45, 46, 47, 48, 49, 51, 58, 59, 79, 84, 88, 96, 127-133 Hipnosis clínica: 16-21, 39Hipnosis teatral: 18Imágenes idiorretinales: 76-79 Imágenes mentales: 38-41, 7985Imaginación guiada: 45 Inconsciente: 61, 94, 96, 100, 129 Indicadores no verbales: 48, 57 Inducción hipnótica: 48, 51, 57, 66-67, 90, 95Inducción hipnótica silenciosa: 66-67Inoculación del estrés: 71-72 Intención paradójica (Frankl): 30Leyes de la sugestión (Kroger): 29-31Meditación: 45

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Mente consciente-Mente inconsciente: 23-26, 42, 4748,49-50Método fraccionado: 73-76, 102, 104,105Negación: 32, 52-56, 101Observador oculto: 17,132Pacientes paranoides: 67 Palabras clave: 90, 111 Pensamientos automáticos: 130 Profundización del trance: 70,71, 72, 73, 74, 75, 87-125 Pruebas de sugestibilidad: 57 Psicoanálisis: 17, 80, 127, 129 Psicodiagnóstico: 58 Psicosis: 58 Psicoterapia: 16, 17, 18, 19, 20, 21, 34, 39, 88, 100, 101, 102, 104, 127-133Receptividad activa: 53, 54Recursos internos: 94 Regresión: 78, 95, 119, 120, 122 Relación de transferencia: 94, 101Relación hipnótica: 19, 108, 129 Relación terapéutica: 16, 19, 20, 21, 101, 108 Relajación: 15, 27, 36, 45, 50, 51 Resistencia a despertar: 111115Resistencia a la hipnosis: 48, 51 Respiración intercostal: 50, 51 Respuestas ideomotoras: 42, 112114Ritmo respiratorio: 46-51, 59-60, 61, 62, 63-64, 65-67, 68, 6970, 71-73, 75-76, 77, 83, 84 85, 90, 91-93, 96, 97-98, 99100,110,113-115, 117Sexoterapia:131-132Sí y no: 32, 42, 52-56, 101, 112114Símbolo: 25, 33 Sonambulismo: 116, 118 Subliminal: 33, 50 Sueño: 93-94Sugestión: 28-34, 47, 48, 50, 60, 66, 80, 90, 96, 100, 116, 117, 118, 119, 120, 121 Sugestiones poshipnóticas: 33, 34, 90, 100-107, 110, 111, 116, 117, 118, 119, 120, 123,124Técnica del ascensor: 81, 92-93 Técnica del cierre ocular y persistencia de las imágenes (Kroger): 79Técnica del descenso de la mano: 72Técnicas del despertar: 91, 107115Técnica del pizarrón: 82 Técnica del sueño: 93-94 Técnica de la cuenta: 90 Técnica de la escalera mecáni ca: 81-82, 92Técnica de la fijación de la mirada en los ojos del hipnotizador: 62-67Técnica de la levitación de la mano: 67-73, 89Técnica de la visualización del estado de trance: 95Técnica de los párpados pesados: 58-62Técnicas basadas en la disociación: 95-100Tendencia al no: 54 Tendencia al sí: 53-54 Tendencia invertida: 53, 5456Terapia cognitiva (Beck): 17, 18, 127, 129, 130, 131 Terapia de inhibición recíproca (Wolpe): 39, 43-46, 130, 131Terapia Racional-Emotiva (Ellis): 17, 18, 130Teoría del no estado: 15Trance hipnótico: 15-21, 22, 23, 24, 27, 35, 42, 43, 46, 48, 66, 67, 79, 87, 100, 109, 114, 116, 117Técnica de la fijación ocular: 62-67Voz del hipnotizador: 36, 41, 48-49,90Yoga: 78Si desea ponerse en contacto con el autor, puede dirigirse a:OTROS TÍTULOS DE ESTA COLECCIÓN: E.Q. Trabaje con su inteligencia emocional. DAVID RYBACK.Yo no he sido. FRANCISCO GAVILÁN.

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CEIP (Centro de Investigación en Piscoterapia) Teléfono 91 402 59 [email protected] www.ceipsicoterapia.comLenguas de doble filo. FRANCISCO GAVILÁN.PNL Programación neurolingüística. DR. HARRY ALDER.PNL para la empresa. DR. HARRY ALDER.Vivir la magia de los cuentos.ÉDOUARD BRASEY y JEAN-PASCAL DEBAILLEULEl viaje mitico.LIZ GREENE y JULIET SHARMAN-BURKE.La doncella rey.ROBERT BLY y MARION WOODMAN.Vampiros emocionales.DR. ALBERT J. BERNSTEIN.La enfermedad de complacer a los demás. DRA. HARRIET B. BRAIKER.Tú eres lo que dices.DR. MATTHEW BUDD y LARRY ROTHSTEIN.Inteligencia emocional con PNL SALVADOR CARRIÓN.El libro de las emociones. SIGRID LANGE.HIPNOSISEl libro que usted tiene en sus manos es una aproximación rigurosa y asequible sobre el estado actual de la hipnosis. El autor ha hecho un 1sfuerzo de síntesis para exponer con lucidez y precisión los fundamentos y la utilización de la hipnosis desde una perspectiva clara y moderna.La hipnosis ha sido estudiada en los últimos años con una metodología estrictamente científica, demostrando que tanto en la investigación experimental como en la aplicación clínica, la hipnosis tiene mucho que aportar. Sin embargo, pocos trabajos serios se han ocupado de la hipnosis y de su divulgación desde esta perspectiva científica.Carlos Ramos, psicólogo clínico, nos presenta algunas de las técnicas más efectivas para trabajar con la hipnosis en un contexto terapéutico. Resulta especialmente interesante el empleo del ritmo respiratorio para la inducción y profundización del trance, así como las técnicas de las imágenes idiorretinales o la inducción hipnótica silenciosa. Estas técnicas son desconocidas o están poco desarrolladas en otros tratados sobre el tema.La presente obra pone a disposición de los lectores -tanto del profano como del iniciado en la materia- un texto actualizado y sobre todo práctico, brindándole la oportunidad de acercarse al apasionante mundo de la hipnosis y profundizar en distintos aspectos de esta disciplina con el máximo rigor, seriedad y seguridad.ISBN: ÌI.IIÌÍIpÍÌÍI,Ìip ~nj'111