HIJAS MÍAS, HIJOS MÍOS

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HERMANN GMEINER Hijas mías, hijos míos Editorial SOS Kinderdorf Veriag

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  • HERMANN GMEINER

    Hijas mas, hijos mos

    EditorialSOS Kinderdorf Veriag

  • Hermann Gmeiner, el padre de las Aldeas Infantiles SOS, falleci de

    manera inesperada y muy prematuramente, el 26 de Abril de 1986. Dej, al morir,

    una gran cantidad de apuntes y de anotaciones hechas en su diario. Su escrito,

    "Hijas, hijos mos, representa una primera seleccin de ese su legado.

    Debido al profundo significado de su mensaje, se ha decidido poner este

    escrito, preferentemente, en manos de los amigos de las Aldeas Infantiles SOS.

    Porque el mismo tiene carcter de testamento; ms tambin es un documento de

    nuestra poca en el que se refleja el modo de pensar de la generacin que hizo

    posible la realizacin de la idea de las Aldeas Infantiles SOS de Hermann Gmeiner.

    En l, Hermann Gmeiner se dirige, adems, a todas las generaciones y a todos los

    hombres y mujeres que aman a los nios y se sienten responsables de la vida de

    ellos.

  • ijas mas, hijos mos! Yo no soy el padre carnal de ustedes, pero s soy el padre deustedes. Esto significa tambin, entre otras cosas, que me siento responsable de todo loque ha sido y llegar a ser an de ustedes en el futuro: de los xitos y fracasos, del buen

    papel que logren desempear en la vida, de las frustraciones y derrotas que sufran en ella.As pues, me siento como un padre; estrechamente ligado a ustedes. Tal vez tan estrechamenteligado a ustedes como un padre carnal puede sentirse ligado a sus hijos y responsable de susvidas. Porque yo he asumido esta paternidad de una manera muy consciente. Yo saba queustedes me iban a necesitar ms de lo que los nios de familias normales necesitan a su padre.Y yo, ciertamente, la tarea de ser el padre de ustedes no me la he tomado a la ligera.Ahora me unen a ustedes muchas alegras que hemos compartido, pero tambin muchasdificultades que nosotros, ustedes y yo, hemos tenido que vencer juntos. Muchas veces nos hacostado mucho trabajo el llegar a entendernos mutuamente y acercarnos el uno al otro. Habamuchas cosas que desconocamos el uno del otro, y fue necesario superar esa situacin antes deque pudiramos crecer juntos, formando una gran familia vigorosa.En la gran familia de las Aldeas Infantiles SOS hemos recorrido junto un buen trecho delcamino que conduce por la vida. Y, mientras yo viva, continuaremos juntos nuestra marcha poreste camino. He concebido y organizado las Aldeas Infantiles SOS de tal manera que staspuedan servirles a ustedes, para siempre, de apoyo.A muchos de ustedes los he tenido en mis brazos cuando todava eran bebs. Ms tarde fuipadrino de bautismo y de confirmacin de los hijos de ustedes. Ustedes son para m mucho msque simples personas a las que conozco desde hace mucho tiempo. Les he cobrado muchocario, y ustedes son parte de m. La existencia de ustedes es para m motivo de alegra.Velando por el bienestar de ustedes he logrado colmar de sentido mi vida. Ustedes saben quesoy un padre severo. Soy un padre severo porque los quiero, porque s que se hallan en peligroy porque es mi deber ofrecerles el firme apoyo del que fueron privados debido a la prdida desus padres y del hogar familiar. No quisiera que, por negligencia o por algn malentendido,ustedes mismos se echaran a perder la oportunidad que las Aldeas Infantiles SOS les hanbrindado.El destino le ha deparado a la mayora de ustedes amargos desengaos. Les ha abiertoprofundas heridas en el cuerpo y en el alma. Hasta los ms pequeos entre ustedes, que no hansufrido de manera consciente el desmoronamiento del hogar familiar, tendrn que aprender avivir con un dolor que les ha sido infligido.No puedo sentir todo el dolor del que han sido objeto ustedes, pero s puedo identificarme conuna gran parte de l. Yo mismo, como ustedes saben, sufr la prdida de mi madre siendotodava un nio. Hasta el da de hoy sigue en mi vida la impresin sufrida por elresquebrajamiento de un mundo, de mi mundo, que hube de presenciar en aquel entonces.Del cambio que, en un momento como ese, se produce repentinamente en nuestra actitudfundamental frente a la vida, saben ustedes y s yo. Hablar con otros sobre ello, es difcil. Noobstante, me acuerdo muy bien de que, de repente, uno deja de ser una persona normal. Fuenecesario que pasaran muchos aos de mi vida para que, tras la muerte de mi madre, lograra yosuperar la agobiante sensacin de ser una persona distinta a todas las dems. Y, al esforzarmeen lograrlo, hall el camino hacia ustedes.Ahora creo saber que, del esfuerzo que cuesta llegar a superar una gran prdida, puede unoganar muchas energas. Tambin ustedes pueden y deben salir fortalecidos, y no quebrantados,de la situacin en que sin culpa alguna han cado.

    o existe, creo yo, ser humano alguno que en el transcurso de su vida no haya sufrido ungolpe ms o menos duro del destino. Cada uno tiene que aprender a pasar las pruebasque le son impuestas y superar las prdidas que le son ocasionadas. El soldado tiene

    que aprender a vivir con la prdida de su brazo o de su pierna; el viudo, con la prdida de sumujer; el refugiado, con la prdida de su patria. Con el tiempo todos llegamos a saber, porpropia experiencia, que ninguna desgracia padecida por uno es tan gran e insuperable como paraque con ella la vida fuera a tocar a su fin, como en un primer momento nos imaginamos.

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  • Sin embargo, toda prdida sufrida por nosotros puede, debido a la falta de ayuda suficiente y asu debido tiempo, llegar a convertirse en un dao irreparable, resultando a veces en una tragediamortal. Sobre todo, aquellos nios que se han cado del nido y se han quedado solos corren elpeligro de sucumbir a la desesperacin que los embarga, o bien de perecer.No tener que desesperar ni fracasar en la vida, sa es la perspectiva que yo he querido brindarlesa ustedes y que, en la medida de las posibilidades, las Aldeas Infantiles SOS les ofrecen. Pueslas personas mayores que han asumido la responsabilidad sobre la vida y el futuro de ustedes,las madres y los amigos de las Aldeas SOS, desean brindarles oportunamente la ayudasuficiente para evitarles an ms abandono, desasosiego y sufrimiento y, posiblemente, la cadaen el abismo.Claro est, del resto se tiene que ocupar cada uno de ustedes por su propia cuenta. Pues bien esverdad que las Aldeas Infantiles SOS y, sobre todo, las madres de las Aldeas se hacen cargo deustedes hasta que lleguen a ser personas independientes, pero ellas no construyen un muroprotector alrededor de ustedes. Que ustedes son capaces de hacerle frente a la vida, esto tendrnque demostrarlo algn da ustedes mismos.Es cierto que, por ms que uno se esfuerce de buena fe en ayudarlos, no a todos y cada unoustedes les son deparados los beneficios en la misma medida que a los dems. De esto rara veztienen la culpa las personas encargadas de ustedes o las Aldeas Infantiles SOS, sino, en lamayora de los casos, las circunstancias que, de una forma ms o menos fuerte y ms o menosdeterminante, acompaan la vida de todos nosotros e influyen en ella. Tambin de la propiacapacidad o incapacidad de ustedes depende el que sepan aprovechar las oportunidades que lesson brindadas.No vayan a creer, por favor, que estas oportunidades son para ustedes muchas msdesventajosas que para todos los otros nios normales. La insensatez, la falta de cario y laindiferencia de muchos adultos han sacudido la confianza de ustedes en s mismos y en otraspersonas, pero no la han destruido.Ni uno solo de ustedes es un fracasado de nacimiento. Y las Aldeas Infantiles SOS se encargande que las puertas de la vida permanezcan abiertas para ustedes. De ustedes depende elatravesar esta puerta y, si es necesario, hacer uso de las ayudas que en tal ocasin les sonofrecidas.Ustedes mismos tienen que hacer un esfuerzo y desafiarse a s mismos en este sentido. Al fin yal cabo, tampoco a los hijos de las familias normales slo se los cuida con todo cario y se losmima, se los quiere y comprende. Tampoco los padres de los nios normales son siempre losmejores educadores. Tampoco las familias normales estn exentas de problemas, y nosiempre funcionan sin que se produzcan fricciones entre ellos.Les aconsejo, por consiguiente, que no utilicen las circunstancias que los han llevado a la AldeaInfantil SOS como pretexto para justificar el hecho de que en la lucha con la realidad, a la quetodo hombre tiene que enfrentarse, ustedes supuestamente sean los eternos perdedores.Ninguno de ustedes tiene por qu rehuir para siempre la realidad que alguna vez le caus undesengao. Hganle frente a la vida. La Aldea Infantil SOS no puede extender eternamente sumano protectora sobre ustedes. Esto es vlido tambin para los nios que provienen de familiasnormales. Nadie en la Aldea Infantil SOS desea tomarse a la ligera la tarea de velar porustedes. Pero los educadores y, sobre todo, las madres SOS no desean estar constantementepreocupados por ustedes.Nosotros afirmamos que las Aldeas Infantiles se proponen educar a nios hurfanos yabandonados para que lleguen a ser miembros plenamente valiosos de la sociedad. Este es unproceso ante el cual ustedes no debieran permanecer pasivos. Es necesario que cada uno deustedes se d cuenta, algn da, del valor que representa para la sociedad. Para ello, debernustedes esforzarse por mejorarse a s mismos. No son las actitudes del quejumbroso ni las delque se mantiene al margen de las cosas las que se requieren si es que de ustedes han de salirpersonas aptas y dignas de confianza. Por lo tanto, no permitan que nadie ni tampoco consignaalguna, por ms seductora que sta sea, los aparte del buen camino. No busquen subterfugios.Busquen tareas.El hombre se crece realizando tareas. A travs de ellas desarrolla sus talentos. Nosustrayndose a ellas, sino realizndolas es que l llega a encontrar el lugar que le corresponde

  • en la vida y en la sociedad. Esto se lo demuestra a ustedes la gran cantidad de hombres ymujeres provenientes de las Aldeas Infantiles que, entretanto, han logrado salir adelante en lavida y que hace rato tienen los pies bien firmes en la tierra. As, por regla general, las AldeasInfantiles SOS consiguen admirablemente facilitarles una nueva vida y encauzar por el buencamino a los nios que han perdido todo sostn en la vida y que estaban condenados al fracaso.Yo s que, en la juventud, uno tiende simplemente a inclinar la cabeza en seal de aprobacinante cualquier crtica. Tambin yo alguna vez hice eso. Bien pensado y justo no era ese tipo deasentimiento, Desde luego que, en la mayora de los casos, no es sino ms tarde que uno llega acomprender que el hombre no logra llevar a cabo nada, pero absolutamente nada, a laperfeccin. Tengan, por lo tanto, comprensin no slo el uno para con el otro, sino tambinpara las faltas que hayan cometido las personas mayores que estn a cargo de ustedes y de sueducacin. De estas faltas ustedes pueden aprender; los adultos que las han cometido ya nopueden hacerlo, en la mayora de los casos. Y ms importante que enfadarse por errorescometidos es no volver a cometerlos en el futuro. Tambin esto forma parte de la escuela de lavida.

    o, el padre de ustedes, los oigo preguntar con un hondo suspiro: Qu habra sido dem sin la Aldea Infantil SOS? He aqu mi contestacin: las Aldeas Infantiles SOS hanhecho por ustedes lo que la sociedad les debe a sus nios hurfanos y abandonados.

    Esta labor la llevan a cabo tambin otras entidades. Lo que importa no es quin se ocupa de losnios que han cado del nido, sino que esto se haga. Y la mejor forma de hacerlo esreemplazndoles a estos nios, de la mejor manera posible, el hogar que han perdido. Esta es latarea que se han propuesto las Aldeas Infantiles SOS y con la que cumplen exitosamente entodo el mundo.Desde luego, se puede discutir sobre diferentes posibilidades de proporcionar a los nioshurfanos un cuidado similar al que reciben en la familia. Y tambin en las Aldeas InfantilesSOS habr, una y otra vez, alguna cosa que ha de ser repensada y mejorada. No obstante, elprincipio de la asistencia a nios abandonados orientada hacia la convivencia en condicionessimilares a la de la familia es, desde hace tiempo, un hecho inalterable. Pues la educacin denios desamparados basada en la convivencia de carcter familiar es, como quien dice, larespuesta natural a los problemas que plantea el cuidado de estos nios.Yo he conocido, sobre todo en los terribles aos que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, ademasiados nios y jvenes descarriados, como para no haber dado por as decirlo- con mispropias narices en el fondo de sus problemas. De algunos de estos problemas me he podidoocupar eficazmente; de otros, disponiendo de medios insuficientes. En aquel entonces llegu acomprender lo importante que es para estos nios tener, simple y sencillamente, a alguien conquien puedan contar; disponer de una persona que les sirva de referencia y en relacin con lacual logren desarrollarse a s mismos. Slo entonces les toca el turno a los peritos en pedagoga,quienes pueden ser de gran ayuda para los adultos que se esfuerzan en atender a los nios queles han sido encomendados. Pero el vivir entregado de cuerpo y alma a los nios, es lo msimportante.A menudo se me ha reprochado el exponer el problema de la asistencia a los nios hurfanos yabandonados de una forma demasiado simple, al exagerar, por ejemplo, la importancia de lasmadres SOS, convirtindolas en el punto central del trabajo de las Aldeas para luego hacerlasresponsables de todo. De hecho. Yo veo las cosas de manera sencilla. El ver las cosas demanera sencilla nos coloca en la situacin de poder actuar mientras los otros todava discuten.El anlisis sutil de estos o aquellas teoras no va conmigo. Soy un hombre sencillo; un hijo decampesinos, oriundo de los Bosques de Bregenz, que inspira a desenvolverse en el mundo y enla vida sin necesidad de mucha erudicin. Y, as, pienso que todo problema puede ser resueltocon paciencia y buena voluntad. Cuanto ms sean los daos ocasionados tanto ms tendremosque armarnos de paciencia y de buena voluntad para repararlos. Para que esto se logre, cadauno de nosotros deber hacer ms de lo que est obligado a hacer.La disposicin a ello constituye, creo yo, mi punto fuerte. Y el haber logrado ganar millones depersonas para que hagan ms de lo que estn obligadas a hacer, es, tal vez, el secreto del xitode nuestras Aldeas SOS.

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  • Les digo esto, mis hijas e hijos, porque ello les ha de servir a ustedes como leccin para la vida.Cuando ustedes se encontraban en una situacin de gran necesidad, hubo personas que hicieronms de lo que tenan que hacer. La nfima minora de ellos ha ayudado a las Aldeas InfantilesSOS por un deseo de autocomplacencia. Tampoco se han convertido en amigos de las Aldeasdebido a un puro sentimiento de compasin por ustedes. No me convencen mucho las teorasque pretenden imputarles motivos mezquinos a las personas que prestan su ayuda para unabuena causa. En todo caso, los amigos de las Aldeas Infantiles SOS saben muy bien que se tratade reemplazarles a los nios desamparados la familia que ha quedado destruida. Hoy en daexisten en el mundo alrededor de cinco millones de amigos SOS que contribuyen a laconstruccin y mantenimiento de las Aldeas Infantiles. Esto lo deben tener ustedes muypresente. Ningn Estado y ninguna otra entidad podran intervenir a favor de ustedes en lamisma medida. Cierto que, dada la gran tarea que ha asumido, las Aldeas Infantiles SOS no sonricas; pero no es slo del dinero que depende todo. Mucho ms importante es que los millonesde amigos de las Aldeas Infantiles SOS se sienten unidos espiritualmente a ustedes. Y estoconstituye una dependencia de la que nadie tiene por qu sentirse avergonzado. Pues laafinidad espiritual y la ayuda mutua son los elementos de mayor importancia de todaconvivencia en sociedad. Y por esta razn es que el apelar al sentimiento de mutuaresponsabilidad les ha trado a las Aldeas Infantiles SOS, desde un principio, tan buenosresultados.Este es uno de los hilos conductores que ustedes deben hacer suyo. La comprensin de estoconstituye un paso ms hacia la paz en el mundo.A ustedes se los ayuda con gusto y con sentimiento de responsabilidad, y no se les exige unagratitud desbordante, sino tan slo la disposicin de llegar a ser miembros responsables de lasociedad en que vivimos. Cualquier persona con quien ustedes se topen, no importa dnde,puede ser, independientemente de que la conozcan o no, uno de los tantos amigos que han hechoposible la asistencia que reciben ustedes en alguna de las Aldeas Infantiles SOS. Y, cranme,entre los amigos de las Aldeas Infantiles hay muchos que muy bien podran aprovechar eldonativo que entregan a las Aldeas para hacerse la vida un poquito ms holgada y agradable;para untarle, por as decirlo, un poco ms de mantequilla al pan. Y por eso es que tambin sobreustedes recae una responsabilidad, a saber, la responsabilidad de aprovechar con decoro lasoportunidades y las ayudas que les son brindadas.

    i de veras el hombre fuera el mayor enemigo del hombre, no existiran para ustedes estasoportunidades. Y en algunas sociedades, pertenecientes a diferentes mbitos culturales,los nios que carecen de padres no tienen, hasta el da de hoy, nada que esperar de la vida.

    A veces ya no tienen ni nombre. Son seres proscritos y perdidos que se hallan en el ltimoestrato de la sociedad en que viven.Sin embargo, en todas partes del mundo la mayora de los hombres poseen un natural sentido deresponsabilidad hacia los dems. A este sentido de responsabilidad para con el prjimo lo llamosentido de responsabilidad social: la conciencia social. Y las Aldeas Infantiles SOS seesfuerzan por conseguir incrementar el sentido de responsabilidad social en el mundo; lo cual esest logrando en todas partes, a pesar del incesante crecimiento de la pobreza.De este modo, va a ser posible ir acabando poco a poco con muchos comportamientos hostiles,cualquiera que sea su carcter nacional, religioso o de casta -, y llegar as a tener, o ms bien, adesarrollar una mayor comprensin el uno para con el otro.Para lograr desarrollar ms comprensin mutua es, por tanto, necesario ir superandopaulatinamente la maraa de prejuicios que nos envuelve. Esto no es fcil. Pues, si bien escierto que los prejuicios no son ideas innatas en nosotros, nos han sido inculcados por reglageneral- de una forma tan eficaz que tendemos mucho a confundirlos con hechosinconmovibles, en lugar de darnos cuenta de que su validez, o bien, su utilidad, es provisional,limitada. Pienso, hijas mas e hijos mos, que es de importancia para ustedes saber que tambinla asistencia a nios hurfanos y desamparados basada en el modelo de la convivencia familiar,esta forma ms humana de asistencia que toma en cuenta las necesidades del nio, vena siendorecomendada durante siglos, pero que siempre fracas debido a los prejuicios que an hoy daexisten en algunas culturas del mundo.

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  • Pero con prejuicios de uno u otro tipo se topa, en realidad, todo el mundo. A cualquiera denosotros le puede suceder que no se lo aprecie en lo que vale o que se lo incluya en unacategora a la que en realidad no pertenece. Con tales prejuicios tienen ustedes que contar yestar armados contra ellos.La prueba es que son ustedes capaces de enfrentarse a la vida, y el llegar a conocerse a smismos representa, entonces, un paso ms en el camino hacia la superacin de los prejuicios. Ycuanto mejor demuestren ustedes que son miembros responsables de la sociedad humana, tantoms se llegar a reconocer el hecho de que nios que no han ten ido ni padres ni hogar son niosabsolutamente normales. Dicho sea de paso, existe una serie de pases en los que las seasAldea Infantil SOS figuran entre los domicilios de mayor renombre.Ustedes forman parte, por supuesto, de la juventud de hoy. Y huelga decir que los problemas dela juventud actual tambin son los problemas de ustedes. Yo tambin me vi confrontado, enotros tiempos, a los problemas de la juventud de mi poca, y ahora me enfrento a los de migeneracin. No deben ustedes exagerar el valor de estos problemas. No se los resuelvedramatizndolos. Se los resuelve dndoles la cara y laborando en pro de su superacin.Por supuesto, no excluimos el hecho de que estamos viviendo en una poca especialmentedifcil y de que estamos obligados a tomar decisiones particularmente difciles e importantes.Pero no tiene cada poca y cada juventud de hoy preguntas muy especficas a las queresponder y tareas que resolver? Y acaso no es siempre necesario luchar contra las decisioneserrneas tomadas por las generaciones anteriores?En nuestros das se trata de los lmites de la explotacin de nuestro planeta, los quereconocemos cada vez con mayor claridad: los daos que ocasiona en el medio ambiente nuestraforma de vivir. Una de las consecuencias del indiscutible progreso alcanzado en todos loscampos de la vida humana, es la explosin demogrfica en el Tercer Mundo.Pueden dar ustedes por sentado que muchas de las decisiones que hayan de tomar hoy sern, enopinin de las generaciones venideras, decisiones errneas. Ello se debe al hecho de que elhombre no es un ser omnisciente, sino uno que se ve obligado a adquirir sus conocimientospoco a poco y a ampliarlos de generacin en generacin. Ni son las generaciones ms viejasirremediablemente tontas ni las respectivamente ms jvenes las, de por s, ms inteligentes.Empero, jvenes y viejos estn llamados a aportar sus experiencias y sus energas a la vida quenos es comn a todos.Hijas mas, hijos mos, les deseo a todos ustedes que no vayan a ser arrastrados hacia el ociosoconflicto que existe entre las generaciones. Las contradicciones y los conflictos dados pornaturaleza son ya lo suficientemente grandes. Est de ms el exagerarlos y agravarlos.A veces me parece que todo el que busca la controversia entre las generaciones, en realidad,huye de las tareas que tendra que encarar. Quien de veras desea hacerle frente a la vida,necesita y busca el acuerdo, la cooperacin y la comprensin.No s qu idea tiene cada uno de ustedes de lo que es el xito. Riqueza? Poder sobre otraspersonas? La realizacin de los deseos ms ocultos? Hay muchos tipos de xito. No serquizs el ms exitoso de todos aqul que ha aprendido a participar, como persona madura yfirme, en la convivencia de los hombres en este mundo? En todo caso, no puedo creer que lahistoria de la Humanidad sea la historia de las guerras que ha habido. Supongo que es lahistoria de los arduos confrontamientos con las dificultades de nuestra vida, as como la historiadel desarrollo cultural que ha resultado de ello. Me parece que la participacin activa en eldesarrollo cultural de la Humanidad constituye el mayor xito que pueda tener un hombre.

    ras la muerte de mi madre, fue mi hermana Elsa quien me ayud proporcionndomecondiciones de vida normales. No fui a parar a un orfanato; no fui entregado a otragente. Se me permiti quedarme en casa.

    Mi hermana Elsa releg entonces, con resolucin, su persona y sus propias ambiciones a unsegundo plano. Y slo mucho ms tarde llegu a comprender cun grande haba sido elsacrificio de ella, por amor a nosotros sus hermanos, nos haba brindado. Hoy les pido austedes, mis hijas e hijos, que no olviden nunca a mi hermana Elsa. Tambin los que despusde ustedes vayan a ingresar en la Aldea Infantil SOS debern guardarla en la memoria. Porque

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  • la idea de proporcionarles a ustedes un nuevo hogar permanente, junto a una madre SOS, se ladebo a ella.En el ao 1949, al fundar la primera de todas nuestras Aldeas SOS, en el pueblo de Imst, enTirol (Austria), era mi intencin ofrecerles a ustedes y a un puado de nios hurfanos yabandonados la oportunidad de que se criaran como en una familia, de tener un hogar y unamadre y de vivir como gente normal.A esta primera fundacin de una Aldea SOS la precedieron muchas experiencias y vivenciastenidas con jvenes. Los ms necesitados entre ellos eran siempre aquellos que no tenan unverdadero hogar; sea porque sus padres no disponan de tiempo para dedicarse a ellos, seaporque los padres no se llevaban bien o porque tomaban o porque se haban apartado del buencamino o porque haban abandonado el hogar.Ah estaba Pedro, que deseaba morir porque era inminente su ingreso en un orfelinato; lo cualhaban decidido su ta y su to sin consultarlo a l.Ah estaba Francisca, que se pasaba vagando por las calles y pidindole cigarrillos y dinero a lagente. No poda regresar a su casa en tanto el amigo que tena su madre se encontrara all.A Pepe, apocado y cohibido, su padre lo amenazaba de muerte cada vez que se emborrachaba.Y palizas haba por los motivos ms insignificantes; cuando, por ejemplo, se rompa un plato ose rebasaba la leche, aunque Pepe no tuviera la culpa de ello.Y Juan haba jurado matar a su padre, porque no poda seguir soportando ms ver cmo ste lagolpeaba y haca sufrir a su madre. Conoc a ladrones, embusteros, mendigos y vagabundos;todos ellos nios y adolescentes que se sentan repudiados, abandonados e incomprendidos, yque ahora, de alguna que otra manera trivial, pretendan que se les reconocieran sus derechos.Yo llegu a conocer a estos nios. Fui testigo de su sufrimiento. Y, una y otra vez, me deca am mismo y les deca a mis amigos que de ninguna manera poda ser imposible ni tampocodifcil el ayudarlos.Pero, cmo? Cada vez que yo me presentaba con tal o cual propuesta, me encontraba conodos sordos. Tampoco mi idea acerca de la Aldea Infantil SOS fue recibida con muchacomprensin por parte de las personas a las que primero acud entonces, cuando los tiemposestaban malos, las penurias de la posguerra haban alcanzado su punto culminante y cada cualtrataba, mal que bien, de subsistir. Tambin a m slo me fue posible a duras penas ganarme misustento. Muchas veces asista a las conferencias de la universidad con el estmago vaco. Perouna y otra vez consegua pensar en aquellos a quienes les iba mucho peor que a m.Yo en tu lugar me deca uno u otro de mis amigos. Yo mova la cabeza de un lado al otro,pues saba muy bien lo que quera decir: que de todos modos ya era un milagro el poderestudiar. Y que, al fin y al cabo, a m me convena dedicarme de lleno a os estudios; ya despusse vera, opinaban ellos.Lo cierto es que mi mirada no iba ms lejos de all donde comenzaba la gran miseria, donde elabandono de las nias y nios con quienes mantena una relacin estrecha me estremeca y meconfunda.Sin embargo, en todas las partes donde tocaba a la puerta y peda ayuda, segua topndome conmuy poca comprensin para mi idea de la Aldea Infantil SOS. Una aldea? Mujeres solterasque se supona reemplazaran a la madre de nios hurfanos? Convivencia en comunidadesparecidas a la de la familia natural? Una idea semejante me vaticinaron- no tendra la menorposibilidad de llegar a ser puesta en prctica. Y cuando la gente no nos rechazaba a m y a miidea rotundamente, entonces adoptaba una actitud de expectativa. Muchos legos en la materia ymuchos expertos en el campo de la asistencia a nios hurfanos se burlaron de m. Hubo slomuy pocas excepciones y un par de amigos que creyeron y confiaron en m. Hasta que un da seme ocurri dirigirme con mi proyecto de la Aldea Infantil SOS a toda la poblacin. Y sloentonces, al dirigirme a la poblacin de Tirol y luego a la de Austria, ocurri el milagro.Personas que apenas tena lo suficiente para su propio sustento, que habitaban en viviendaspobres, que haban sufrido daos a causa de la guerra y que estaban marcados por las penuriasde la posguerra, acudieron en masa para dar su ayuda.Y, de repente, haba muchas ms personas y muchos ms colaboradores de lo que necesitaba yopara la construccin y el mantenimiento de la Aldea SOS en Imst. Una segunda y tercera Aldeapudieron ser levantadas.

  • Ya a mediados de los aos cincuenta era prcticamente un hecho seguro que nuestras AldeasInfantiles SOS, como institutos pedaggicos modernos para nios hurfanos y abandonados,habran de servir de ejemplo mucho ms all de las fronteras de Austria.Hoy en da ya nadie est en condiciones de apreciar lo que esto significa. Incluso a m mismo ya mis amigos de la primera hora nos cuesta todava comprender el xito obtenido en aquelentonces. Pues nosotros somos el fruto de una poca en que una generacin, que haba susesperanzas frustradas en la guerra, se pona en marcha hacia una nueva era caracterizada porotra forma de concebir al hombre y a su mundo.Este cambio considerable en la forma de pensar se llev a cabo en la medida en que el hombrecomenz a sentirse responsable de s mismo y de su vida en la sociedad. Se empez acomprender que los esfuerzos, relativamente pequeos, de muchos individuos son capaces dedesatar una increble cantidad de energas. Se lleg a comprender que cada uno de nosotros,pero verdaderamente cada uno, es responsable de que estas energas sean puestas al servicio delbien o del mal. Y se lleg a comprender que nuestra idea sobre la Aldea Infantil SOS era unprecursor importante en nuestro desarrollo hacia una nueva conciencia social y hacia un nuevosentido de responsabilidad social compartida.No s si, ni en qu medida, ser posible que el sentido de responsabilidad social colectiva, quenuestra idea de las Aldeas SOS fue capaz de despertar en millones de personas, llegue a darfrutos tambin en otras esferas de nuestra convivencia social. Pero s s que el futuro de laHumanidad depende de que exista este sentido de responsabilidad social compartida. Tampocoel mejoramiento de la calidad de vida, de que tanto se habl durante algn tiempo, no depende,a fin de cuentas, de los programas de los partidos ni de las decisiones solitarias tomadas pordeterminadas personalidades, sino del reconocimiento de mutua responsabilidad entre loshombres. No unos contra otros, sino los unos con los otros hemos de resolver los numerososproblemas de nuestra vida y, finalmente, tambin el problema de la supervivencia del gnerohumano sobre nuestro planeta.Me imagino demasiado cuando pienso que nuestras Aldeas Infantiles SOS y la comunidad denuestros millones de amigos en todo el mundo podran ser el germen de este nuevo modo depensar?

    ivir significa vivir. Vivir significa seguir continuamente su camino. Vivir significa,tanto para el individuo como para la sociedad entera, superar una tras otra las fases deldesarrollo. Sin embargo, la sociedad y la Humanidad no se desarrollan sin el desarrollo

    del individuo. Slo se desarrollan en la medida en que el individuo pueda desarrollarse y le estpermitido hacerlo. Por ello, nuestra preocupacin por el desarrollo de nuestros nios no puedeser nunca lo suficientemente grande.Al ocuparnos del nio asumimos, creo yo, nuestra responsabilidad ante Dios por la vida queEste nos ha dado. Y nada en el mundo me parece ms importante que el dedicar nuestraatencin a los nios.Esta atencin no consiste en que les quitemos a los nios todos los obstculos e inconvenientesde su camino. All donde esto se hizo, tuvimos que reconocer que fue un error.La atencin, el amor y la educacin que le brindemos al nio son una ayuda para el desarrollo.Han de facilitar al nio el mejor desarrollo de sus capacidades y garantizarle la integracin en lasociedad en que vive.Integracin en la sociedad significa integracin en la cultura, la religin, las costumbres delpas, la lengua. Pero integracin significa tambin participacin activa en la responsabilidadmutua de unos para con otros y participacin en la responsabilidad que en comn tenemosrespecto a todo lo que concierne a nuestra existencia.Pero, naturalmente, tambin nuestro sentido de responsabilidad colectiva acaba siempre alldonde comienzan las suspicacias respecto al otro. Me refiero a las dudas sobre su fiabilidad y altemor de sufrir una desilusin, de ser engaado o de que se aprovechen de uno. Y esto conrazn. Una gran parte de la historia de nuestra Humanidad consiste en la historia de losdesengaos sufridos y de las subyugaciones y explotaciones padecidas.As, al principio de nuestro desarrollo hacia un mayor grado de responsabilidad comn y de mshumanidad, se halla la superacin del temor a ser diferente a los dems y tambin a ser

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  • estigmatizado. Por esta razn, la integracin del nio hurfano y abandonado, su incorporacinen la sociedad, comienza con la superacin de su temor a ser distinto a los dems, de su temor atener vicios innatos o a haber adquirido, a travs de la educacin, defectos inmejorables.Muchos de ustedes, hijas e hijos mos, han llegado a sentir este miedo. Y esto ha empeorado eldestino de ustedes. Ha habido, es cierto, personas que se han querido ocupar de ustedes; pero,en muchos casos, ha sido suficiente la menor discrepancia con la idea que ellos se haban hechode ustedes el menor fallo de parte de ustedes, para pedirles que se marcharan de nuevo. En laAldea Infantil SOS hubieron de encontrar ustedes un hogar y una madre que, ciertamente no lostrat con mimos, pero que siempre mantuvo su mano protectora sobre ustedes. Porque debemosbrindarles proteccin a nuestros nios para que prosperen. De todo pueden por lo dems, estarescasos en la vida: de alimento, de ropa, de vivienda. Tan slo la seguridad y el recogimientono les deben faltar nunca. El nio que carezca de esta seguridad se echar a perder.Desarrollar cualidades que harn difcil, a veces incluso imposible, su integracin en lasociedad.A fin de ofrecerles esta seguridad y este recogimiento, los reun a ustedes con mujeres solteras,que no tenan hijos pero que deseaban tenerlos para cuidarlos y fundar con ellos una familia.Estas mujeres los han acogido a ustedes y les han brindado su cario. Y mientras en los crculosprofesionales se discuta todava sobre el sentido del experimento de Imst y se ponan reparos,muchos reparos, al respeto, nuestra Aldea SOS haca rato que haba arraigado en la concienciadel pblico en general. A partir de entonces fue reconocida, primero en Europa y luego en elmundo entero, como una moderna entidad pedaggica para el cuidado de nios hurfanos yabandonados, basada en el modelo de la convivencia familiar, que haba dado excelentesmuestras de su eficacia en todas partes.Cuando tan slo exista la Aldea Infantil SOS de Imst y, poco despus, alguna que otra AldeaSOS ms, yo los conoca a todos ustedes, mis hijas e hijos, personalmente. Yo los habaencontrado a ustedes en alguna parte, o fueron ustedes los que me buscaron o alguien los trajodonde m. Y siempre tom parte en las decisiones sobre la admisin de ustedes a la AldeaInfantil SOS. Me duele que hoy en da esto ya no sea ms as. Tan slo en pocas, rarasocasiones nos vemos, y entonces el tiempo es muy corto para poder hablar con todos yenterarme de todo lo que quisiera saber acerca de ustedes; escuchar lo que los hace felices y loque los agobia, y discutir juntos la solucin a los problemas que se les presentan.Cranme, no me agrada tener que renunciar al estrecho contacto con ustedes. Me hace falta.Pero he tenido que sacrificarlo en aras de la necesidad de construir otras Aldeas Infantiles SOSen todas partes del mundo, y de proporcionarles a decenas de miles de nios de todas las razas,religiones y naciones los beneficios de nuestra idea de la Aldea SOS. Porque la idea de la AldeaInfantil SOS se ha convertido en una idea de todos los pueblos. Y la concepcin de educacinorientada hacia la convivencia en condiciones similares a la de la familia, se ha convertido en unprincipio de la asistencia a nios hurfanos. Todava hoy en da se sigue discutiendo demasiadoen torno a este principio. Hay partidarios del tipo de familia de nios hurfanos sin la presenciade un padre, y hay quienes favorecen, como encargados de la familia, a la pareja compuesta depadre y madre. Se discute sobre si las Aldeas Infantiles debern ser lo ms grandes o lo mspequeas posible, y sobre cunto debe uno esforzarse por reanudar el contacto entre los niosque se encuentran al cuidado de la Aldea y sus parientes. No tengo, en realidad, nada que decira todas estas polmicas. Yo quisiera que a los nios que han encontrado un hogar en la AldeaSOS, as como a todos los nios del mundo, les fuera bien.Esto es, en la actualidad, un deseo irrealizable; un ideal que puede tener, tal vez, un efectofecundante sobre nuestras ideas acerca de un futuro mejor y ms hermoso. En un mundo, enque dominan el sufrimiento y la necesidad, esto slo se podr realizar en alguna que otra parte ya un nivel muy reducido. Como, por ejemplo, en nuestras Aldea Infantiles SOS, que en algunospases del Tercer Mundo representan oasis de paz y de seguridad en medio de una increblemiseria.Puede muy bien ser que el sufrimiento y las penurias, as como la confrontacin con el medioambiente y las fuerzas de la Naturaleza, la cual no parece querer acabar nunca, formen partenecesaria de la existencia del hombre. No obstante, los mayores peligros que amenazan a laHumanidad son peligros que el hombre mismo ha creado. Porque a travs de innumerables

  • generaciones el hombre ha estado a la bsqueda del fantasma de un bienestar que le ha sidoarrancado por la fuerza a la Tierra. Y hasta el da de hoy no ha acabado de reconocer que es yams que hora de llegar a un entendimiento con su mundo, de integrarse en la Naturaleza y viviren armona con ella.Por ello, es posible que, en vista de la situacin en que se hallan la Humanidad y el mundo,nuestra labor en las Aldeas Infantiles SOS no represente ms que una insignificante gota deagua en el mar, o que sea considerada como tal. Pero, para demostrar que de hecho no lo es, losllamo a ustedes, hijas mas e hijos mos, como testigos. Ustedes son la prueba de que nuestrosremansos de amor no son algo carente de sentido. En ellos ustedes han logrado recuperarse encuerpo y alma. Las Aldeas Infantiles SOS les han posibilitado el que llegaran a encontrarse a smismos.Eso es mucho, creo yo. Cuanto ms que para nuestros numerosos problemas no hay ni habrsoluciones ideales. Tenemos que conformarnos, tambin en nuestra lucha con la pobreza, conpequeos logros, a veces hasta diminutos. Esto lo digo aqu con pleno convencimiento.Y es que el sentarse a esperar con los brazos cruzados no va conmigo. Yo, el padre de ustedes,no soy por naturaleza- un hombre que les d muchas vueltas a las cosas que se le ocurren nique reflexione una y otra vez sobre ellas, sino un hombre que desea actuar y poner en prcticarpidamente sus ideas. De este modo, seguramente he cometido en mi vida algunos errores queotra persona ms cautelosa no hubiera hecho. Claro que, en cambio, con nuestras AldeasInfantiles SOS he logrado crear, en relativamente corto tiempo, una obra social que tal vez unapersona ms reflexiva no hubiera llevado a cabo nunca. Adems de esto, se ha podidoconseguir reconocimiento a escala mundial para la idea de la Aldea Infantil SOS, es decir, parael proyecto de integrar en la sociedad, de manera muy consciente y escrupulosa, a los nioshurfanos y abandonados.

    oy por hoy, viajo mucho por todas partes del mundo y llego a conocer, en los pasesdonde han sido construidas Aldeas Infantiles o donde stas se hallan en proyecto, anumerosas personalidades de la vida pblica: de religin, de la cultura, de la poltica y

    la economa. No creo haberme encontrado con nadie que no estuviera sinceramente empeadoen conseguir el bienestar para su pueblo y su pas. Sin embargo, el viejo refrn, segn el cualla fortuna de uno es la desgracia del otro, tiene validez en todas partes. De momento noestamos en condiciones de poder dominar la complicada concatenacin de daos y beneficios.Desde hace algn tiempo, al menos, nos hemos percatado de la existencia de esta concatenacinde factores. As, nos vemos de nuevo ante la necesidad de tener que revisar y reinterpretar todanuestra visin del mundo.Me causa pesar el hecho de que no le sea posible a uno tomar partido por el bien y hacerle frenteal mal de una forma clara e inequvoca. No basta con no querer causarle dao a nadie. No bastacon ser amables unos con otros. Quien desee hacer el bien tendr que hacer ms de lo que seanecesario hacer para sentirse satisfecho consigo mismo. De esta manera, podra ser posibledesatar una reaccin en cadena del bien. Tal reaccin en cadena, podra ella tener lugar graciasa que nosotros considerramos todo el mal que acontece en el mundo como un desafo dirigidohacia nosotros, y aceptramos este desafo?Nos hacemos, con seguridad, responsables de una falta grave cuando aceptamos simplemente elmal como una realidad inalterable, y huimos de l refugindonos en las quimeras de utopasdemasiado hermosas.Tambin ustedes, hijos mos, deben darle la cara a la realidad. Eviten cualquier tipo depretextos para escapar a esta confrontacin. El cortar con todos los compromisos yresponsabilidades sociales, no conduce a nada. La droga no conduce a nada; el armar disturbiosno conduce a nada. Lo que llegue a ser de ustedes y el xito que alcancen en la vida, dependerde la manera en que consigan vencer las dificultades en el enfrentamiento con la realidad. En elcurso de esta confrontacin pueden ustedes convertirse en personas egostas, duras, sinescrpulos. En tal caso, habrn perdido la lucha. El vencedor sale de ella convertido en unapersona bondadosa, generosa, humana.Hay en el mundo muchos ms hombres que, en la lucha contra el mal, han salido victoriososque hombres que hayan sido derrotados en ella. Pero los perdedores son los peligrosos. Es

    H

  • cierto que la creencia de que existen seres humanos que estn aliados con el mal pertenece,desde hace mucho tiempo, al gnero de las leyendas; pero la existencia del hombre que en elfondo de su alma no se siente responsable ante nada ni nadie es, unas veces ms, otras menos,una realidad manifiesta.Ya habremos logrado mucho si nos distanciamos de todo tipo de irresponsabilidades y siasumimos nuestra responsabilidad colectiva por todo lo que sucede en el mundo. Pues estereconocimiento de nuestra responsabilidad es la luz del bien que nosotros deseamos encender ymostrarles a los hombres en todo el mundo. Y nuestras Aldeas Infantiles SOS existen, no porltimo, para ser esa luz.