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    Thmata. Revista de Filosofa. Nmero 44. 2011

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    EL JOVEN HEIDEGGER Y LOS PRESUPUESTOSMETODOLGICOS DE LA FENOMENOLOGAHERMENUTICA1

    Jess Adrin Escudero. Universidad Autnoma de Barcelona

    Resumen: El presente artculo expone y analiza los presupuestos metodolgicos de lallamada transformacin hermenutica de la fenomenologa iniciada por el jovenHeidegger a partir de las lecciones del semestre de posguerra de 1919. En primer lugar,se desglosan las etapas de desarrollo de su fenomenologa hermenutica y se establecenlas profundas diferencias con la fenomenologa reflexiva de Husserl. En segundo lugar,se explicitan los postulados de esta fenomenologa hermenutica, la cual opera con elpresupuesto de la diferencia ontolgica e introduce una nueva nocin de mundoentendido como significatividad.

    Abstract: The present article exposes and analyses the methodological assumptions ofthe so called hermeneutical transformation of phenomenology initiated by the youngHeidegger in the postwar semester of 1919. First we show the development stages of hishermeneutical phenomenology, and establish the deep differences with Husserlsreflexive phenomenology. Second we make clear the postulates of this hermeneuticalphenomenology, which puts in place the ontological difference and introduces a newconcept of world understood as meaningfullness.

    Sin duda, la cuestin del ser constituye el hilo conductor que articula la densaactividad filosfica y dibuja el horizonte dentro del cual se ha de enmarcar cadaaspecto de la obra de Heidegger.2Ser y tiempo arranca con el firme propsito deuna elaboracin concreta de la pregunta por el sentido del ser a partir de unanlisis preparatorio de las estructuras ontolgicas de la vida humana. Lapublicacin de las primeras lecciones de Friburgo (1919-1923) y de las deMarburgo (1924-1928) permite ahora reconstruir con precisin los contornos deesa pregunta. Desde la evidencia textual que nos proporcionan las lecciones dejuventud, se puede afirmar que el pensamiento del joven Heidegger gira en torno

    1 El presente trabajo se inscribe en el marco del proyecto de investigacin FFI 2009-13187FISO financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovacin.2 Una cuestin presente desde su precoz lectura en 1907 del libro de Brentano sobre elsignificado del ente en Aristteles hasta su ltima carta oficial, redactada dos semanas

    antes de su muerte y dirigida a los participantes del X Coloquio Heidegger celebrado enChicago (cf., respectivamente, Heidegger, Martin: Mein Weg in die Phnomenologie. EnZur Sache des Denkens, Max Niemeyer, Tubinga, 1976, pp. 81-92 y Heidegger, Martin:Grwort an die Teilnehmer des zehnten Colloquiums vom 14.-16. Mai 1976 in Chicago(11. April 1976). En Reden und andere Zeugnisse eines Lebensweges (GA 16), VittorioKlostermann, Frankfurt am Main, 2000, pp. 747-748.

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    a la pregunta por el sentido mismo de la vida fctica, tal como lo atestigua elcurrculo que redact en 1922 para optar a una plaza de profesor titular en laUniversidad de Gotinga: las investigaciones que sustentan la totalidad deltrabajo realizado de cara a mis lecciones van encaminadas a una sistemticainterpretacin ontolgico-fenomenolgica del problema fundamental de la vidafctica3. La vida humana y su comprensin del ser son los ejes que vertebranbuena parte de la obra temprana de Heidegger. El calidoscopio de referenciasfilosficas que encontramos en esta fructfera etapa ofrece una imagen bastantefidedigna de la genealoga de esa pregunta y de los requisitos metodolgicosnecesarios para desarrollarla con xito.

    De esta manera, el intento heideggeriano de aprehender la realidad primaria

    de la vida humana pasa por dos decisiones fundamentales.En primer lugar, una decisin eminentemente metodolgica, que ya en loscursos universitarios de 1919 le lleva a un desmontaje crtico de la historia de lametafsica y a una transformacin hermenutica de la fenomenologa de Husserl.Dos momentos imprescindibles de su mtodo filosfico: un momento destructivo yotro momento constructivo. El primero destapa el intrincado mapa conceptual dela filosofa y retrotrae el fenmeno de la vida a su estado originario. El segundopropone un anlisis formal de los diversos modos de realizarse la vida en suproceso de gestacin histrica. Sin ellos resulta vano aventurarse en la senda deuna articulacin categorial del mbito de donacin inmediato de la vida fctica yde su carcter ontolgico.

    En segundo lugar, una decisin temtica que en los primeros aos de Friburgodesemboca en una exploracin sistemtico de los rasgos fundamentales de la vidahumana. Precisamente, la pregunta por el sentido del ser de la vida ateortica y

    arreflexiva proporciona el punto de partida y facilita el hilo conductor de lapregunta por el ser en general. A partir de este planteamiento y una vezcompletada metodolgicamente la hermenutica fenomenolgica del Dasein,vemos como la pregunta por el ser va adquiriendo cada vez ms protagonismo enlas lecciones de Marburgo hasta convertirse en el tema central de Ser y tiempo.La gradual publicacin de los primeros cursos de los aos veinte ha venido aconfirmar la idea de que el programa filosfico del joven Heidegger empieza atomar forma en estos aos.4

    En cualquier caso, ha de quedar claro que la tematizacin del ser precisa delos dos elementos indicados: el elemento temtico y el elemento metodolgico.

    3 Heidegger, Martin: Vita. En Reden und andere Zeugnisse eines Lebensweges (GA 16),Vittorio Klostermann, Frankfurt del Main, 2000, p. 44. Esas investigaciones, iniciadas

    alrededor de 1919/20 en el marco de la discusin con la hermenutica, el vitalismo, elneokantismo y la escolstica, cristalizan luego en el Informe Natorp (1922) y en laslecciones Ontologa. Hermenutica de la facticidad (1923).4 Para ms informacin, remitimos a Adrin, J.: Der junge Heidegger und der Horizontder Seinsfrage, Heidegger Studien 17, 2001, pp. 11-21 y Kalariparambil, T.: TowardsSketching the Genesis ofBeing and Time, Heidegger Studien 16, 2000, pp. 189-220.

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    Estos dos elementos, esto ejes, estos dos momentos se desarrollansimultneamente a partir de las primeras lecciones de Friburgo. No es queprimero se analicen las estructuras ontolgicas de la vida fctica y despus sedesarrolle la fenomenologa hermenutica, ya que el anlisis de esas estructurasprecisa de antemano del mtodo hermenutico-fenomenolgico. Y tampoco es queprimero se produzca la transformacin hermenutica de la fenomenologa, porqueesa transformacin se lleva a cabo precisamente como resultado de la necesidadde hallar un mtodo alternativo al de la fenomenologa husserliana capaz deaprehender el significado de la vida. El tema y el mtodo son dos elementosinseparables, forman parten de una misma preocupacin y fueron tratadassimultneamente por el joven Heidegger. De hecho, el mtodo queda definido por

    el tema mismo, la vida fctica.Esquemticamente las lecciones que inauguran la actividad acadmica deHeidegger en pleno perodo de posguerra se plantean el reto de elaborar un nuevoconcepto de filosofa, que no encorsete y someta el fenmeno de la vida a lospatrones cientficos de conocimiento. Una y otra vez surge la misma pregunta:cmo es posible aprehender genuinamente el fenmeno de la vida sin hacer usodel instrumental tendencialmente objetivante de la tradicin filosfica? Larespuesta es tajante: hay que suspender la primaca de la actitud terica y ponerentre parntesis el ideal dominante de las ciencias fsicas y matemticas queimpregna el quehacer filosfico desde Descartes hasta Husserl. El resultado finalde esta tarea de lento y sistemtico escrutinio de las verdaderas estructurasontolgicas de la vida humana queda reflejado en los diferentes y recurrentesanlisis del tejido ontolgico de la existencia humana que Heidegger lleva a caboen el transcurso de la dcada de los aos veinte: en 1919 se habla de una ciencia

    originaria de la vida; en 1922 de una ontologa fenomenolgica de la vida fctica;en 1923 de una hermenutica de la facticidad; en 1925 y en 1927 de una analticaexistenciaria del Dasein; en 1928 de una metafsica del Dasein. He ah el ncleoen torno al cual gira la labor filosfica del joven Heidegger hasta la publicacin deSer y tiempo: mostrar fenomenolgicamente las diferentes formas de ser delDasein para desde ah aprehender el sentido del ser desde el horizonte de lahistoricidad y de la temporalidad.

    Aqu no es lugar de exponer cmo ese anlisis de la vida se lleva a cabo en elmarco de una compleja y densa apropiacin de elementos de la tradicin cristiana(Pablo, Agustn, Lutero), mstica (Bernardo de Claraval, Teresa de Jess,Eckhart) y hermenutica (Schleiermacher y Dilthey) y, sobre todo, de unaestimulante confrontacin con la filosofa prctica de Aristteles. La pluralidadde estas lneas de investigacin habr de culminar al final de su perodo deFriburgo en la primera formulacin explcita de su proyecto filosfico en torno auna hermenutica de la facticidad que, temticamente, desemboca en unainvestigacin exhaustiva de las estructuras ontolgicas del Dasein y que,metodolgicamente, se traduce en la conocida fenomenologa hermenutica. Aqu,ms bien, nos interesa poner al descubierto los presupuestos metodolgicos deesta transformacin hermenutica de la fenomenologa que empieza a tomarcuerpo en las lecciones del semestre de posguerra de 1919 bajo la forma de una

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    ciencia originaria de la vida. 1) En primer lugar, se desglosan las etapas dedesarrollo de la fenomenologa hermenutica de Heidegger y sus profundasdiferencias con la fenomenologa reflexiva de Husserl. 2) En segundo lugar, seexplicitan los postulados de una fenomenologa hermenutica que, por una parte,opera con el presupuesto de la diferencia ontolgica y que, por otra parte,establece la prioridad de la comprensin sobre la percepcin y pone en juego unanueva nocin de mundo.

    Etapas de desarrollo de la fenomenologa hermenutica

    Husserl y Heidegger comparten la mxima fenomenolgica de a las cosas

    mismas. Sin embargo, se distinguen en el modo de acceso y de tratamiento deesas cosas. Nos hallamos ante dos conceptos de fenomenologa que se diferencianbsicamente en la determinacin de la intuicin fenomenolgica: Husserlcomprende esta intuicin en trminos de un ver reflexivo; Heidegger, encambio, la entiende en trminos de una intuicin hermenutica. Como hasealado en repetidas ocasiones Herrmann, la fenomenologa de Husserl sedetermina a partir de una actitud eminentemente teortica y reflexiva, mientrasque la versin heideggeriana de la fenomenologa se caracteriza por su dimensinateortica y prerreflexiva.5 Dicho en otras palabras, Husserl se mueve en lascoordenadas de una fenomenologa reflexiva; Heidegger, en cambio, desarrollauna fenomenologa hermenutica.6 A continuacin se analiza con algo ms de

    5 Cf. Herrmann, Friedrich-Wilhelm von: Der Begriff der Phnomenologie bei Husserl und

    Heidegger, Vittorio Klostermann, Frankfurt del Main, 1981; Herrmann, Friedrich-Wilhelmvon: Wege und Methode. Zur hermeneutischen Phnomenologie des seinsgeschichtlichenDenkens, Vittorio Klostermann, Frankfurt del Main, 1990, pp. 15-22; y ltimamente apartir de un pormenorizado anlisis de las lecciones del semestre de posguerra de 1919 enHerrmann, Friedrich-Wilhelm.: Hermeneutik und Reflexion, Vittorio Klostermann,Frankfurt del Main, 2000, pp. 11-98.6 La literatura secundaria sobre la relacin Husserl-Heidegger es realmente extensa. Conrespecto a la cuestin que nos ocupa aqu, a saber, la transformacin hermenutica de lafenomenologa, remitimos, junto a los trabajos arriba citados de Herrmann, a los de:

    Adrin, Jess: Hermeneutische versus reflexive Phnomenologie. Eine kritische RevisinHeideggers frhe Stellung zu Husserl ausgehend vom Kriegsnotsemester 1919, AnalectaHusserliana LXXXVIII, 2005, pp. 157-173; Biemel, Walter: Heideggers Stellung zurPhnomenologie in der Marburger Zeit, Phnomenologische Forschungen 6/7, 1978, pp. 1-23; Fabris, Adriano: Lermeneutica della fatticit nei corsi friburghesi dal 1919 al 1923.En Volpi, Franco (ed.): Heidegger, Laterza, Roma, 1997, pp. 57-106; Figal, Gnther (ed.):Heidegger und Husserl. Neue Perspektiven, Vittorio Klostermann, Frankfurt del Main,

    2009; Gadamer, Hans-Georg.: Wahrheit und Methode. Grundzge einer philosophischenHermeneutik (Gesammelte Werke, Band 1), J.C.B. Mohr, Tubinga, 1986, pp. 258-275;Gander, Hans-Helmut.: Selbstverstndnis und Lebenswelt. Grundzge einer

    phnomenologischen Hermeneutik im Ausgang von Husserl und Heidegger, VittorioKlostermann, Frankfurt del Main, 2001; Grondin, Jean: Einfhrung in die philosophischeHermeneutik, Wissenschaftliche Buchgesellschaft, Darmstadt, 1991, pp. 119-137; Jamme,

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    detalle cmo el joven Heidegger va desarrollando durante los aos veinte sufenomenologa hermenutica en contraposicin con la fenomenologa reflexiva deHusserl. La fenomenologa hermenutica pasa principalmente por cuatromomentos de desarrollo: el primer momento tiene lugar en las lecciones delsemestre de posguerra de 1919 La idea de la filosofa y el problema de laconcepcin del mundo, en las que se acomete una primera crtica de lospostulados teorticos de la fenomenologa husserliana al mismo tiempo que sesientan las bases de la hermenutica fenomenolgica a partir del primado de lopreteortico; el segundo momento de desarrollo de la fenomenologahermenutica se produce en las lecciones del semestre de invierno 1923/24Introduccin a la investigacin fenomenolgica: por una parte, se alaba el

    descubrimiento husserliano de la intencionalidad como constitucin fundamentalde la conciencia en Investigaciones lgicas, pero, por otra parte, se acusa alHusserl de Ideas de distanciarse de la fenomenologa al interpretar lasubjetividad desde el punto de vista del ego cogito cartesiano. Estedistanciamiento se consuma en un tercer momento en la extensa crticainmanente a Husserl que encontramos en las lecciones del semestre de verano de1925, Prolegmenos para la historia de una historia del concepto de tiempo, dondeHeidegger se posiciona frente a temas clave de la fenomenologa husserlianacomo la intencionalidad, la conciencia, el ser y la intuicin categorial. El cuarto yltimo momento se completa en Ser y tiempo con la elaboracin plena delconcepto de la fenomenologa hermenutica del Dasein.

    Christoph: Heideggers frhe Begrndung der Hermeneutik,Dilthey Jahrbuch 4, 1986/87,pp. 72-90; Kalariparambil, Tommy: Das befindliche Verstehen und die Seinsfrage,Duncker&Humblot, Berln, 1999, pp. 67-148; Merker, Barbara: Selbsttuschung undSelbsterkenntnis. Zu Heideggers Transformation der Phnomenologie Husserls, Suhrkamp,Frankfurt del Main, 1988; Pggeler, Otto: Schritten zur einer hermeneutischen Philosophie,Karl Alber, Friburgo y Munich, 1994, pp. 227-247; Richter, Erick: Heideggers Kritik amKonzept einer Phnomenologie des Bewutseins. En Coriando, Paola-Ludoviko.: VomRtsel des Begriffes, Duncker&Humblot, Berln, 2000, pp. 7-29; Riedel, Manfred:Urstiftung der phnomenologischen Hermeneutik. Heideggers frhe Auseinandersetzungmit Husserl. En: Jamme, Christoph y Pggeler, Otto (eds.): Phnomenologie imWiderstreit, Suhrkamp, Frankfurt del Main, 1989, pp. 215-233; Rodrguez, Ramn: Latransformacin hermenutica de la fenomenologa. Una interpretacin de la obra temprana

    de Heidegger, Tecnos, Madrid, 1997; Thurner, Rainer: Zu den Sachen selbst! - ZurBestimmung der phnomenologischen Grundmaxime bei Husserl und Heidegger. En:Schramm, A. (ed.): Philosophie in sterreich, Verlag Hlder-Picheler-Tempsky, Viena,1996, pp. 261-271; Xolocotzi, ngel.: Der Umgang als Zugang. Der hermeneutisch-

    phnomenologische Zugang zum faktischen Leben in den frhen Freiburger VorlesungenMartin Heideggers, Duncker&Humblot, Berln, 2002.

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    1.1 Primer momento de desarrollo.

    La primera formulacin de la fenomenologa hermenutica que encontramosen las lecciones del semestre de posguerra de 1919, La idea de la filosofa y elproblema de la concepcin del mundo, se enmarca en el intento de aprehendertemticamente la experiencia originaria de la vida preteortica y de respondermetodolgicamente al esfuerzo por lograr un adecuado acceso a este mbito de lopreteortico. Tema y mtodo se relacionan ntimamente. La tematizacinfenomenolgica de un nuevo campo de investigacin como el de la vidapreteortica requiere de un nuevo mtodo de anlisis. El mbito de lo preteorticono resulta accesible desde la reflexin y la teora. La necesidad de hallar un

    mtodo capaz de aprehender las tramas de significado en las que se daprimariamente la vida desemboca en el desarrollo de una fenomenologahermenutica de la vida fctica y ateortica como la que encontramos en lasprimeras lecciones de Friburgo. Las diferentes formulaciones de estahermenutica, como la ciencia originaria de la vida (1919), la ontologafenomenolgica del Dasein (1922), la hermenutica de la facticidad (1923) y laanaltica existenciaria de Ser y tiempo (1927), arrancan de esta experienciaoriginaria y determinan la metodologa de la investigacin heideggeriana. Portanto, se puede decir que el descubrimiento de la dimensin preteortica de lavida en las primeras lecciones de 1919 es el punto arquimdico sobre el quedescansa la transformacin hermenutica de la fenomenologa y marca el iniciode un camino filosfico que se prolonga durante las lecciones de Friburgo yMarburgo hasta desembocar en Ser y tiempo.

    Las mencionadas lecciones del semestre de posguerra de 1919 esbozan todo

    un nuevo programa filosfico en el que el joven Heidegger se replantea el objetode estudio y la metodologa a emplear. El objeto de estudio es la vida fctica y elmtodo es la hermenutica. Tema y mtodo estn ntimamente interrelacionados.El mtodo no se reduce a la mera aplicacin de una tcnica general, sino que debetener en cuenta el modo de ser del ente temtico. Como ya reconocetempranamente Heidegger en las lecciones del semestre de invierno de 1919/20,Problemas fundamentales de la fenomenologa, el mtodo filosfico tienes susraces en la vida misma7. As, pues, desde el prisma temtico la filosofa seconcibe como ciencia originaria de la vida y de las vivencias. Y a este nuevoenfoque temtico le corresponde un peculiar tratamiento metodolgico, a saber, lafenomenologa hermenutica, que al igual que la vida y la esfera de las vivenciastiene un carcter esencialmente ateortico y preteortico.

    La pregunta que realmente inquieta al joven Heidegger es la de cmo seaccede primariamente a esta esfera de la vida preteortica ignorada hasta lafecha por la historia de la filosofa. He ah la tarea de estas primeras leccionesfriburguesas: mostrar la posibilidad y la viabilidad de una fenomenologa no

    7 Heidegger, Martin: Grundprobleme der Phnomenologie (GA 58), Vittorio Klostermann,Frankfurt del Main, 1993, p. 228. En prximas referencias GA 58.

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    reflexiva capaz de delimitar y articular sistemticamente el mbito demanifestacin de la esfera primaria de la vida humana. Esta esfera primariapermanece inicialmente oculta, distorsionada, desfigurada, desplazada por laincuestionable primaca de la actitud teortica y reflexiva que gobierna lafilosofa moderna desde la atalaya del sujeto de conocimiento. De ah que seanecesario romper con el primado de lo teortico en aras de acceder al suelooriginario del que brota la vida en su darse inmediato y captar la vida en sucarcter significativo. En qu mbito se mueve, pues, una ciencia filosficamenteoriginaria? Heidegger se traslada en las lecciones del semestre de posguerra de1919 al nivel de la relacin primariamente prctica que establecemos con elmundo de la vida. La posibilidad de elaborar un nuevo concepto de filosofa

    emana de esta relacin originaria entre vida y mundo. El origen de toda filosofase remonta al subsuelo todava no horadado por la reflexin del mundo de la vida.De entrada, pues, hay que romper con el predominio de lo teortico8. Esto no

    significa lanzarse ciegamente a los brazos de la praxis del mundo de los valores yde las rutinas de la actitud natural, ya que la misma distincin entre teora ypraxis, entre irracional y racional se realiza en el marco de la misma actitudteortica que se pretende superar. Nos hallamos como comenta Heidegger enun tono henchido depathos en una encrucijada metdica que decide sobre lavida y la muerte de la filosofa en general9: o bien seguimos el camino trazadopor la tradicin filosfica y su modo reflexivo de explicar el fenmeno de la vida, obien abrimos una nueva va de acceso a la vida que habr de conducirnos porcaminos todava no surcados por la filosofa y nos permitir saltar a un mundodiferente. Naturalmente, ese mundo es el mundo de la vida y de las vivencias, elmundo de lo ateortico y de lo arreflexivo, en definitiva, el mundo simblicamente

    articulado en el que ya siempre se encuentra anclada la vida. Se trata de unmundo revestido del manto de la significatividad, un mundo al que accedemos deuna manera directa a travs de cierto grado de familiaridad con l, que nosresulta ya siempre comprensible de un modo u otro. Un mundo, por tanto, que senos abre hermenutica y no reflexivamente: en lugar de conocer cosas, hay quecomprender mirando y mirar comprendiendo10. No se niega el conocimiento engeneral, slo la primaca otorgada infundadamente al conocimiento de tipoteortico y objetivante. El conocimiento del mundo de la vida se basa en un mirarateortico, en un comprender no reflexivo. El conocimiento preteortico queadquirimos a partir de nuestro contacto directo con el mundo de la vida secondensa en la comprensin y no tanto en la explicacin. Esto no significa que elacceso reflexivo a la esfera de las vivencias sea falso o errneo. Simplemente es

    8 Heidegger, Martin: Die Idee der Philosophie und das Weltanschauungsproblem, en: ZurBestimmung der Philosophie (GA 56/57), Vittorio Klostermann, Frankfurt del Main, 1987,p. 59 (trad. cast. de Jess Adrin: La idea de la filosofa y el problema de la concepcin delmundo, Herder, Barcelona, 2005). En prximas referencias GA 56/57.9 GA 56/57, p. 63.10 GA 56/57, p. 65 [cursiva del autor].

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    un modo derivado, es un acto de segundo orden que slo es posible a partir de lacomprensin previa, atemtica y prerreflexiva del mundo inmediato de la vida yde las vivencias.

    La segunda parte de las lecciones de 1919 La idea de la filosofa y el problemade la concepcin del mundo muestra como la realizacin filosfica de una cienciaoriginaria de la vida est ntimamente relacionada con una transformacinhermenutica de la fenomenologa. Heidegger se interroga: cmoexperimentamos la vida, cmo aprehendemos la realidad antes de todaconsideracin cientfica, observacin valorativa o concepcin del mundo? Deentrada se invoca el principio de todos los principios segn el cual todo lo que semanifiesta originariamente en la intuicin se ha de tomar simplemente [...]

    como lo que se da11

    , para aadir a continuacin que la aplicacin que hace elpropio Husserl de ese principio se limita a la descripcin de los diferentes modosde darse las cosas a una conciencia orientada nicamente de forma teortica.Heidegger replica que en las vivencias que tenemos en nuestro mundocircundante raras veces nos comportamos siguiendo un patrn teortico. Laactitud originaria de la vivencia no es de este tipo. Para ilustrar este cambio deperspectiva se parte del anlisis fenomenolgico de una vivencia inmediata denuestro entorno ms familiar y cotidiano: la vivencia de ver una ctedra.Veamos a continuacin la densa descripcin fenomenolgica de esta vivencia denuestro mundo circundante inmediato (Umwelterlebnis).

    Ustedes entran como siempre en el aula a la hora acostumbrada y van a supuesto decostumbre. Retengan con firmeza esta vivencia del ver su puesto; o bien, si ustedesquieren, pueden compartir mi propia experiencia: entro en la clase y veo la ctedra. Nos

    abstenemos de cualquier formulacin lingstica de esta experiencia. Qu veo?Superficies marrones que se cortan en ngulo recto? No, veo algo diferente. Acaso unacaja, en concreto, una caja mayor montada sobre una ms pequea? De ningunamanera! Yo veo la ctedra desde la que he de hablar. Ustedes ven la ctedra desde lacual se les habla, y en la que yo he hablado ya. En la vivencia pura, como suele decirse,no se da ningn nexo de fundamentacin. O sea, no es que primero yo viera superficiesmarrones que se cortan, y que luego se me presentaran como cajas, despus comopupitres y finalmente como pupitre acadmico, de manera que yo pegara en la caja laetiqueta de la ctedra. Todo esto es una interpretacin mala y tergiversada, un cambioen la direccin de la mirada pura de la vivencia. Yo veo la ctedra de golpe; no la veoaislada, sino que veo el pupitre como si fuera demasiado alto para m. Veo un libropuesto all, como molestndome inmediatamente (un libro, y no un nmero de pginashistoriadas y salpicadas de manchas negras), veo la ctedra en una orientacin, en unailuminacin, en un trasfondo. [...] Este objeto que aqu percibimos tiene de algunamanera el significado concreto de ctedra. [...] En la vivencia de ver la ctedra se meda algo desde un entorno inmediato. Este mundo que nos rodea no consta de cosas con

    un determinado contenido de significacin, de objetos a los que adems se aada el quehayan de significar esto o aquello, sino que, por el contrario, lo significativo es loprimario, es lo que se me da inmediatamente, sin ningn rodeo intelectual a travs de

    11 GA 56/57, p. 109 [cursiva del autor].

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    una captacin desnuda de la cosa. Viviendo en un mundo circundante, hay significacinpara m siempre y por doquier, todo es mundano, mundea12.

    El ejemplo de la vivencia del mundo circundante de la ctedra ilustra el modoprimario de darse las cosas. stas no se manifiestan primariamente en la regininterior de la conciencia segn el tradicional esquema sujeto-objeto; antes bien,nos resultan accesibles y comprensibles desde la pertenencia previa del sujeto aun mundo simblicamente articulado, es decir, desde el horizonte deprecomprensin del mundo inherente al ser humano. La vivencia inmediata delmundo circundante no arranca de la esfera de objetos colocados ante m y quepercibo, sino del plexo de tiles de los que me cuido y comprendo. No es queprimero veamos colores, superficies y formas de un objeto para posteriormenteasignarle un significado; en realidad, de alguna manera ya comprendemos lascosas gracias a nuestra familiaridad con el mundo en el que habitualmentevivimos. La ctedra se da inicialmente en un contexto significativo, en unasituacin hermenutica determinada como la de la clase magistral impartida enel aula universitaria de siempre, y slo despus se percibe con sus cualidadesobjetivas como el color, la forma, la ubicacin, el peso, etc. Efectivamente, sireflexionamos sobre el acto de ver una ctedra pasamos de repente a otro orden,que ya no es el del percibir. En el orden de la percepcin todava pensamos segnel modelo de sujeto y objeto: existe un yo que percibe un objeto con diferentespropiedades. Heidegger argumenta que al entender la percepcin como laexperiencia privada de un sujeto aislado se corre el riesgo de un individualismometodolgico que distorsiona por completo la experiencia humana del mundo.Heidegger ofrece una explicacin hermenutica de nuestra experiencia que hace

    posible comprender a los seres humanos como habitando un mundosimblicamente estructurado, en el que cada cosa ya se comprende como algo. Elsentido de la vivencia de la ctedra se comprende de golpe, antes dedescomponerla reflexivamente como un cuerpo denso, de superficie ligeramenterugosa, de color gris y colocada encima de la tarima. No, toda esta serie dedeterminaciones puramente objetivas slo es una interpretacin mala y errnea,una desviacin de la mirada pura de la vivencia13.

    Asimismo, el significado de la ctedra no es un significado aislado, no remite aun acto de comprensin cerrado y completo, sino que se enmarca en un plexo designificados. Pero se podra objetar que el significado concreto de ctedra sloresulta comprensible a aquellos que estn familiarizados con un aulauniversitaria. As, por ejemplo, quizs un campesino de la Selva Negra no logrecaptar el significado completo de la ctedra. A lo sumo ver el lugar que ocupael profesor. Pero en ningn caso percibir un simple cuerpo material; antes bien,

    en cada caso comprender ese algo como algo concreto dentro de su respectivohorizonte de comprensin. Aun cuando viera la ctedra slo como una caja o como

    12GA 56/57, pp. 70-71 y 72-73, respectivamente [cursiva y entrecomillados del autor].13 GA 56/57, p. 71.

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    una talanquera, el campesino no vera simples cuerpos desnudos, sino un objetocon el significado de caja o talanquera. Es ms, seala Heidegger, imaginemosque por la puerta del aula entrara un senegals que nunca en su vida ha visitadoun aula universitaria. Incluso en este caso extremo, el senegals asignara a esealgo que nosotros llamamos ctedra un significado que, evidentemente, seintegrara en su contexto cultural de comprensin. Por ejemplo, podra ver lactedra como algo relacionado con la magia o como algo que sirve de escudo paraprotegerse de las flechas del enemigo14. Y al igual que el campesino de la SelvaNegra, el senegals no se limitara a aglutinar una coleccin de datos sensiblesalrededor de un cuerpo determinado. No, de entrada ya lo comprendera de esta oaquella manera. Es ms que probable que el ver del senegals no est

    familiarizado con el mismo horizonte de comprensin de un estudiante alemn,pero en ningn caso su ver se reduce a un simple acto de percepcin. Susvivencias, como las de un estudiante alemn, tambin tienen una estructurahermenutica.

    El ejemplo de la ctedra pone de manifiesto que la vida humana viveesencialmente en horizontes de significatividad con independencia de sunacionalidad, localizacin geogrfica, contexto cultural y sistema de creencias. Yen cuanto pertenece a la esencia de la vida humana comprenderse en y a partirde estos horizontes, sta no se relaciona tanto con cosas simplemente percibidascomo con cosas primordialmente comprendidas. Por tanto, el mundo circundanteno mienta la totalidad de las cosas percibidas, ni siquiera la totalidad de cosas engeneral. El mundo condensa la totalidad de significaciones desde la que secomprenden las cosas y las personas que comparecen en el trato con el mundocircundante de la vida. La percepcin y el conocimiento no slo significan

    percepcin de algo y conocimiento de algo, sino percepcin y conocimiento en unmundo, en un horizonte. Este horizonte significativo es anterior a todo acto depercepcin y de conocimiento, puesto que ya todo acto lo presupone y lo pone enjuego tcita o expresamente.15 Queda claro, pues, que la investigacin filosfica

    14 GA 56/57, p. 71.15 Esteya resaltado en cursiva remite a una estructura ontolgica de hondo calado para eldesarrollo del programa filosfico del joven Heidegger: la estructura del cmohermenutico de la comprensin primaria sobre la cual se funda el cmo apofntico de laproposicin. Formular una proposicin, expresar un juicio es exponer algo, es decir algo dealgo. Pero esa misma operacin predicativa es secundaria respecto al estar ya en el mundopropio de la vida humana. El mundo se abre a la experiencia antepredicativa como unmundo en cierto modo significado, situado en una determinada interpretacin. Laproposicin, por tanto, no mantiene ninguna relacin originaria con el ente; es ms, la

    proposicin slo es posible sobre la base de un estado de descubierto previo que acta amodo de condicin de posibilidad de todo enunciado. La universalidad de la estructura delcmo y la tesis de Ser y tiempo de que toda simple visin antepredicativa de lo a la manoya es en s misma comprensora-interpretante (SuZ, p. 149) slo son posibles desde eltrasfondo de la transformacin hermenutica de la fenomenologa iniciada en los primeroscursos de Friburgo.

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    de la vida y de las vivencias slo es posible desde el contexto significativo de lavida misma.

    En definitiva, con el reconocimiento de la referencia al mundo(Weltbezogenheit), de la significatividad (Bedeutsamkeit) y de la autosuficiencia(Selbstgengsamkeit) como elementos constitutivos de la vida fctica se consumaen el joven Heidegger un cambio radical de perspectiva: se pasa del paradigma dela percepcin de la filosofa de la conciencia al paradigma de la comprensin de lahermenutica. En definitiva, nos hallamos ante dos formas de ver la ctedra:una desde la actitud teortica de la fenomenologa husserliana y otra desde laactitud ateortica de la hermenutica heideggeriana. Y a estas dos formas dever le corresponden dos formas de acceso fenomenolgico: la del mtodo de la

    reflexin descriptiva de Husserl y la del mtodo de la comprensin hermenuticade Heidegger.16

    1.2 Segundo momento de desarrollo: la crtica al giro cartesiano de

    Husserl.

    La intensa discusin con Descartes que Heidegger lleva a cabo primero en laslecciones de 1923/24 Introduccin a la investigacin fenomenolgica y, mucho mstarde, en los seminarios de Le Thor (1969) y de Zhringen (1973) esindirectamente una discusin con Husserl, como han reconocido acertadamenteMarion y Greisch.17 La naturaleza terica de la fenomenologa husserliana nodeja ver en realidad las cosas mismas; ms bien las desfigura desde el prisma dela subjetividad reflexiva. En el transcurso de las lecciones de 1923/24 Heideggeracusa a Husserl de cartesianismo por defender tanto en su conocido artculo de

    1911 La filosofa como ciencia estricta como en Ideas la idea moderna decerteza y evidencia.18 Con mayor rotundidad que en los primeros cursos deFriburgo, Heidegger afirma que el criterio de la evidencia que maneja Husserlest determinado por el predominio de una idea de certeza vaca y por ello

    16 Para ms informacin sobre estos dos mtodos, vase Herrmann, F.-W.: Hermeneutikund Reflexion, Vittorio Klostermann, Frankfurt del Main, 2000, pp. 67-98.17 Cf. Heidegger, Martin: Vier Seminare, Vittorio Klostermann, Frankfurt del Main, 1977,pp. 64-138. Adems, Greisch, Jean: Lhermenutique dans la phnomnologie como telle,Revue de Mtaphysique et de Morale 96, 1991, p. 50; Marion, Jean-Luc.: Rduction etdonation. Recherches sur Husserl, Heidegger et la phnomnologie, Press UniversitairesFrance, Pars, 1989, pp. 121ss.18 Heidegger, Martin: Einfhrung in die phnomenologische Forschung (GA 17), VittorioKlostermann, Frankfurt del Main, 1994, p. 43 (trad. cast de Juan Jos Garca Norro,

    Introduccin a la investigacin fenomenolgica, Sntesis, Madrid, 2008, en este caso, latraduccin es nuestra). En prximas referencias GA 17. Para ms informacin, veseGander, Hans-Helmut: Phnomenologie im bergang. Zu Heideggers Auseinandersetzungmit Husserl. En Denker, Aalfred, Zaborowski, Holgar y Gander, Hans-Helmut (eds.):Heidegger Jahrbuch I. Heidegger und die Anfnge seines Denkens, Karl Alber, Freiburg yMunich, 2004, pp. 303-306.

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    fantstica19. La adhesin husserliana a la nocin de evidencia est motivada porla preocupacin por un conocimiento absoluto20 que encaja con su idea de unafenomenologa como ciencia estricta libre de todo presupuesto. La meta final esasegurarse y fundar una cientificidad absoluta21 que se inspira en el ideal deconocimiento matemtico defendido por el programa cartesiano. Pero de estamanera las cosas no se muestran desde s mismas, sino desde la imposicin de undeterminado tipo de conocimiento con pretensin de certeza absoluta como elconocimiento fsico-matemtico. El predominio de la idea de una certeza absolutay de un conocimiento absoluto explica el hecho de que la conciencia se conviertaen el verdadero campo de estudio de la fenomenologa.

    La intencin ltima de Husserl es purificar el campo de la conciencia de

    cualquier residuo naturalista, historicista y psicologista para alcanzar as elfundamento de una filosofa como ciencia estricta. Pero, a juicio de Heidegger, elprocedimiento husserliano absolutiza la idea de un tratamiento cientfico de laconciencia22. Esto significa que se antepone el criterio de la cientificidad y de lacerteza absoluta a la simple donacin de las cosas mismas. Las cosas mismasquedan sometidas de entrada a este ideal de cientificidad, lo cual tambin explicaque el conocimiento matemtico de la naturaleza encarne el prototipo deconocimiento por excelencia: un conocimiento justificado, un conocimientovlido y un conocimiento evidente y universalmente vinculante23. Sin embargo,el excesivo nfasis puesto en la preocupacin cartesiana por la certeza desfiguraalgunos de los hallazgos fenomenolgicos de Husserl, particularmente el de laintencionalidad. La intencionalidad queda desfigurada en el momento en que sela comprende como un comportamiento primordialmente teortico que condicionael modo de ver y de analizar los actos intencionales. 24 Este modo de tratamiento

    de las vivencias provoca una paralizacin y una objetivacin de la corriente vitalde la conciencia. De hecho, esta es una de las principales objeciones que Natorpya realizara a Husserl tras la publicacin de Ideas I: el hecho de que todaexperiencia, en cuanto expresada en conceptos, queda objetivada y se somete a unproceso de homogeinizacin que disuelve la particularidad de toda experienciavivida.25 Heidegger asume buena parte de las observaciones crticas de Natorp yvalora muy positivamente su insistencia en el carcter dinmico y cintico de lasvivencias.26

    19 GA 17, p. 43 [cursiva del autor].20 GA 17, p. 43 [cursiva del autor].21 GA 17, p. 72 [cursiva del autor].22 GA 17, p. 71 [cursiva del autor].23 Cf. GA 17, pp. 83 y 101.

    24 Cf. GA 17, p. 271.25 Cf. Natorp, Paul: Husserls Ideen einer reinen Phnomenologie, Logos 7, 1917/18, pp.215-240.26 Sobre el eco de las objeciones de Natorp a Husserl, vanse las lecciones del semestre deposguerra de 1919 (GA 56/57, pp. 99-108) y las lecciones del semestre de verano de 1920(GA 59, pp. 92-147). En estas ltimas lecciones tambin queda muy patente la influencia de

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    1.3 Tercer momento de desarrollo.

    La realizacin plena del programa fenomenolgico de una ciencia originariade la vida y de una hermenutica de la facticidad plantea finalmente la cuestindel ser, tanto la del ser en general como la del ser de la intencionalidad operativaen todos los actos de la vida fctica. A juicio de Heidegger, esa doble cuestinresponde a una exigencia interna de la fenomenologa misma. Dar cumplimientoa esa exigencia supone revisar la nocin husserliana de conciencia pura comocampo temtico de la fenomenologa y el mtodo de las reducciones a ellavinculado. Esta labor se lleva a cabo con extrema minuciosidad en la extensa

    introduccin preparatoria de los cursos del semestre de verano de 1925Prolegmenos para la historia del concepto de tiempo.27 En ellas Heideggerconcreta su postura frente a temas bsicos de la fenomenologa transcendental deHusserl. A partir de ese momento la relacin Husserl-Heidegger se articula entorno a dos polos: continuidad y ruptura. Por una parte, continuidad formal ymetodolgica y, por otra parte, ruptura en planteamientos y en respuestas aaquellos temas bsicos. Ser como un pensar desde Husserl contra Husserl ennombre de un inicio radical y de un retorno a las cosas mismas. La aplicacinradical del lema husserliano exige una crtica interna de la fenomenologa de laconciencia pura para salvaguardar la prioridad del ser. La ontologa emergenteperfora las estructuras lgicas de la fenomenologa y la autodonacin del seracaba imponindose sobre la productividad reflexiva de la conciencia. Los focos dela crtica de Heidegger se concentran en el tema de la conciencia, en la cuestinde la reduccin, en la comprensin de la intencionalidad y en el estatuto de la

    intuicin categorial.Por cuestiones de espacio, nos limitamos a la crtica heideggeriana de la

    intencionalidad. En los cursos de 1921/22 Heidegger manifiesta: lo querealmente me inquieta es: ha cado la intencionalidad del cielo? Y si es algoltimo, cmo se ha de entender esto ltimo? [...] La intencionalidad es laestructura formal fundamental de todas las estructuras categoriales de lafacticidad28. Heidegger no duda en instalar la intencionalidad sobre elfundamento de nuestro estar-en-el-mundo, dentro del cual nos la tenemos que ver

    la obra de Dilthey, en especial el carcter histrico de la realidad inmediata de la vida y sucapacidad de autocomprensin. Hemos abordado esta cuestin ms ampliamente en Adrin,Jess: Hermeneutische versus reflexive Phnomenologie. Eine kritische RevisinHeideggers frhe Stellung zu Husserl ausgehend vom Kriegsnotsemester 1919, AnalectaHusserliana LXXXVIII, 2005, pp. 163-166.

    27 Cf. Heidegger, Martin: Prolegomena zur Geschichte des Zeitbegriffes (GA 20), VittorioKlostermann, Frankfurt del Main, 21988, pp. 34-182 (trad. cast. de Jaime de Aspiunza:Prolegmenos para la historia del concepto de tiempo, Alianza Editorial, Madrid, 2006). Enprximas referencias GA 20.28 Heidegger, Martin: Phnomenologische Interpretationen zu Aristoteles (GA 61), VittorioKlostermann, Frankfurt del Main, 1985, p. 131. En prximas referencias GA 61.

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    prctica y tericamente con las cosas y con los otros seres humanos. El contextoestructural del que arranca la reflexin heideggeriana es el horizonte del mundopre-dado y el ser de la conciencia que se extiende en la temporalidad. Con esteempuje ontolgico se rompe la imagen ingenua de una conciencia que seconstituye a s misma. El mundo y la temporalidad son ahora condiciones deposibilidad de la conciencia misma. sta ya no es constituyente, sino algoconstituido mundana y temporalmente. He aqu la raz del Dasein como proyectoarrojado (geworfener Entwurf). El Dasein conserva las posibilidades de abrircomprensivamente el mundo, pero dentro de un horizonte ya siempreprecomprendido en cada caso. Se consuma as la ruptura definitiva de la nocinclsica del subiectum como algo inmvil, encerrado en s mismo y fundamento

    absoluto de toda realidad.En opinin de Heidegger, el error de Husserl consiste en situar el mundo en elmbito de la constitucin inmanente de la subjetividad transcendental. Perocmo puede el sujeto salir de s mismo y alcanzar finalmente los objetos? Lamundanidad del sujeto es el verdadero problema. La vuelta a las cosas mismasnos lleva al enigma de la mundanidad del sujeto; lo enigmtico es la relacinentre la interioridad de la vida subjetiva y la exterioridad con la que el hombre seve a s mismo. La posicin transcendental olvida que la percepcin de una cosa,por ejemplo, es ella misma percepcin en el mundo, porque el mismo sujeto se veen el mundo; la percepcin no es un acto que se lleva a cabo fuera del mundo, sinoque es una actividad de la subjetividad corporal, de una subjetividad que slopercibe cosas en la medida en que proyecta horizontes que se pueden verificar porel movimiento del cuerpo. La percepcin es el acto de una conciencia concretaenmarcada en su corporalidad y no el acto de una conciencia abstracta.

    El error fundamental de Husserl, como ya observara agudamente Merleau-Ponty, se halla en su misma nocin de conciencia pura y en su concepcin de lareduccin como acceso a esta conciencia. No solamente porque una reduccincompleta sera nicamente posible para un espritu puro, ya que incluso nuestrasreflexiones tienen lugar en el seno del flujo temporal que intenta apresar, sino,sobre todo, porque no hay tal conciencia pura. Slo hay conciencia comprometida.En efecto, no es nuestro contacto con el mundo el que reposa sobre una concienciaconstituyente; al revs, es nuestra conciencia misma la que se inserta en elcontacto vital con el mundo: no hemos de preguntar si realmente percibimos elmundo; ms bien, al contrario: el mundo es lo que percibimos. [...] El mundo no eslo que yo pienso, sino aquello que vivo; yo estoy abierto al mundo, me comunicoindubitablemente con l, si bien no es de mi posesin, ya que es inagotable 29.Estamos comprometidos con el mundo. Nuestro cuerpo nos ha ligado a l con unamultitud de hilos intencionales, antes de que este mundo aparezca como

    29 Merleau-Ponty, Maurice: Phnomnologie de la perception (Avant-Propos), Gallimard,Pars, 1945, pp. xi-xii. La mundanidad del mundo, lo que hace mundo al mundo, es lafacticidad. La reduccin eidtica, seala Merleau-Ponty, es el mtodo de un positivismofenomenolgico que funda lo posible sobre lo real.

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    representacin en la conciencia. La conciencia representativa no es ms que unaforma de conciencia.30

    Nos hallamos, pues, ante dos versiones de la intencionalidad: unahusserliana, aislada del mundo y enclaustrada en su propia actividad notica;otra heideggeriana, abierta al mundo en su dimensin noemtica.31 Estas dosformas de ver la conciencia intencional, una desde la ptica de la intentio y la otradesde la del intentum, responden a dos maneras diferentes de comprender lareduccin y la intuicin categorial. El proceso reductor husserliano cancela lascosas del mundo natural para referirlas a una subjetividad lgica y pura. Peroprecisamente ese prejuicio epistemolgico oculta lo que Heidegger busca: lascosas mismas en su estar en el mundo. El concepto de reduccin ha de ser

    reformulado en una perspectiva ontolgica, de tal manera que el referentetranscendental sea el ser, descubierto y comprendido en y desde s mismo. Deeste modo, mientras que la subjetividad husserliana dirime el problema delsaber, el Dasein heideggeriano aborda la cuestin de la existencia. La prioridadterico-especulativa de la conciencia pura cede el puesto al Dasein en su relacincotidiana con lo que est a la mano y de lo que se (pre)ocupa. La conciencia,segn Heidegger, ha de ser reubicada en su estar en el mundo. La reduccinfenomenolgica de Husserl, que remite todo fenmeno al yo puro, ha de sersustituida por la reduccin ontolgica que retrotrae todo ente a su estar en elmundo. El sujeto ha de entenderse sobre la base de la intencionalidad. Heideggerreprocha a Husserl el haber transformado la reduccin fenomenolgica en unaactividad de separacin diametralmente opuesta a la naturaleza relacionante dela intencionalidad. Este es el ncleo de la crtica de Heidegger a Husserl, que unamplio sector de la historiografa filosfica ha asumido acrticamente.

    En defensa de Husserl, cabe recordar que la fenomenologa transcendental noest interesada en qu son las cosas sino en los modos en que las cosas estndadas. La fenomenologa transcendental trata de descubrir las leyes esencialesbajo las que opera necesariamente la conciencia para constituir un mundosignificativo. Dicho en otras palabras, la realidad es lo que nos est abierto como

    30 Cf. Merleau-Ponty, Maurice: Phnomnologie de la perception, pp. iii-iv. La posteriorfenomenologa gentica del ltimo Husserl reconoce este hecho al admitir que toda reflexindebe empezar volviendo a la descripcin del mundo de la vida (Lebenswelt).31 De esta manera se hace explcito que Heidegger nunca abandon la intencionalidadcomo sugieren algunos autores, sino que la interpret de una forma radicalmenteoriginaria. Por ejemplo, Agamben habla del abandono de la nocin de intencionalidad (cf.

    Agamben, Giorgio: La passion de la facticit, en: Heidegger. Questions ouvertes, Osiris,Pars, 1988, pp. 65-66). A nuestro juicio, nos parece ms acertada la tesis de Herrmann que

    muestra la intencionalidad como hilo conductor de la fenomenologa de Heidegger (cf.Herrmann, Friedrich-Wilhelm.: Die Intentionalitt in der hermeneutischenPhnomenologie. En Die erscheinende Welt. Festschrift fr Klaus Held,Duncker&Humblot, Berln, 2002). Encontramos una postura similar a la de Herrmann enBuchholz, R.: Was heit Intentionalitt? Eine Studie zum Frhwerk Martin Heideggers, DieBlaue Eule, Essen, 1995, pp. 54ss y 80ss).

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    real, tanto en la percepcin cotidiana como en la investigacin cientfica, y talapertura es un logro directo de la actividad intencional de la conciencia. Elobjetivo de la reduccin fenomenologa es lograr un acceso a esta actividadconstitutiva de la conciencia. Con frecuencia se ha dicho que la actitud de Husserles transcendental, mientras que Heidegger y Merleau-Ponty rechazan el punto devista transcendental al situar las estructuras constitutivas en el ser-en-el-mundo.Pero esta interpretacin, por ms que se haya extendido en la literaturasecundaria, es simplista. En primer lugar, tanto el Dasein heideggeriano como elcuerpo vivo de Merleau-Ponty (concepto, por cierto, que procede directamente deHusserl) son transcendentales en el sentido de que posibilitan la apertura o lamanifestacin del mundo como un todo significativo. Y, en segundo lugar, si bien

    muchas partes de la obra publicada en vida de Husserl se concentran en lasestructuras constitutivas de la conciencia transcendental, la gradual publicacinde nuevos escritos en el marco de la Husserliana indica que estos anlisis no sonplenamente representativos de sus investigaciones filosficas de madurez.32Husserl ampli considerablemente sus investigaciones a medida que desarrollsu pensamiento. Recurdese los anlisis de las estructuras pre-egolgicas delcuerpo, los tres volmenes dedicados la fenomenologa de la intersubjetividad ylos diferentes trabajos dedicados a la vida histrica y cultural. As, por ejemplo,diferentes escritos husserlianos de principios de los aos veinte permiten mostrarque el paso de una fenomenologa esttica a una gentica es un movimientointerno de la misma fenomenologa husserliana.

    1.4 Cuarto momento de desarrollo: el concepto pleno de fenomenologa

    hermenutica.

    La fundacin de la fenomenologa hermenutica en el semestre de posguerrade 1919 arranca de una experiencia temtica originaria que precisa, a su vez, deun tratamiento metodolgico igualmente originario. Desde el punto de vistatemtico se trata de la experiencia originaria de la vida ateortica que, al mismotiempo, remite a la experiencia metodolgica originaria de que el acceso al mbitode lo ateortico no se logra desde la reflexin. La fenomenologa reflexiva deHusserl, que Heidegger conoca a la perfeccin como asistente suyo y atentolector de sus trabajos, slo permite el acceso y la descripcin de las vivencias de laconciencia desde el mbito terico, pero no ofrece herramientas para comprenderel fenmeno de la vida preteortica. En este sentido, Heidegger transformahermenuticamente la fenomenologa husserliana estableciendo con ello unconcepto absolutamente nuevo de fenomenologa. A la luz de los tres momentosde desarrollo de la fenomenologa hermenutica analizados anteriormente, quedaclaro que la fenomenologa hermenutica del Dasein slo es posible desde el

    32 Cf. Welton, Donn: The Other Husserl. The Horizons of Transcendental Phenomenology,Indiana University Press, Bloomington, 2000; Zahavi, Dan: Husserls Phenomenology,Stanford University Press, Stanford, 2003.

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    trasfondo y la discusin con la fenomenologa reflexiva de la conciencia. Tambinse han indicado las similitudes y las diferencias entre la fenomenologa reflexivade Husserl y la fenomenologa hermenutica de Heidegger.

    Qu elementos nuevos aporta el concepto de fenomenologa hermenuticaelaborado en Ser y tiempo? Tanto Husserl como Heidegger parten del mismoprincipio fenomenolgico. Sus respectivos modos de tratar los fenmenos seadhieren a la mxima del regreso a las cosas mismas, pero ambos sediferencian sustancialmente en el mtodo de acceso a las cosas. Husserl opta porel mtodo reflexivo de las reducciones; en Ser y tiempo y en las lecciones delsemestre de verano de 1927 Los problemas fundamentales de la fenomenologa seampla el mtodo de acceso hermenutico con la incorporacin de la reduccin

    fenomenolgica, de la construccin fenomenolgica y de la destruccinfenomenolgica.33 La reduccin fenomenolgica asegura el punto de partida de lainvestigacin, la construccin fenomenolgica asegura el acceso fenomenolgico alfenmeno del ser y la destruccin fenomenolgica se encarga de penetrar a travsde los encubrimientos dominantes. En la medida en que el anlisisfenomenolgico aparta la mirada de los entes intramundanos y fija su atencin enla precomprensin atemtica que se tiene de la constitucin ontolgica de estos,la reduccin fenomenolgica es el primer paso hacia la tematizacin expresa delser del ente. La construccin fenomenolgica desvela y abre el modo de ser propiodel ente: por una parte, el ser del ente que no tiene la forma de ser del Dasein sedesvela como ocupacin (Besorgen) en el marco de un todo de conformidad y, porotra parte, el ser del Dasein que se hace patente como existencia y cuidado(Sorge) en el horizonte significativo del mundo. Y, finalmente, la destruccinfenomenolgica permite penetrar crticamente en los fenmenos encubridores que

    acompaan a toda investigacin, permitiendo distinguir entre fenmenosverdaderos y encubridores, entre fenmeno y apariencia.

    Tanto Husserl como Heidegger hablan de una reduccin, pero en dos sentidoscompletamente distintos. En palabras de Herrmann, ambos sentidos dereduccin se distinguen como la reflexin y la hermenutica y, de esta manera,como la conciencia y el Dasein34. Esta afirmacin hay que enmarcarla en lasdiferencias anteriormente establecidas entre la fenomenologa reflexiva deHusserl y la fenomenologa hermenutica de Heidegger. La reduccintranscendental husserliana que permite poner al descubierto el ser absoluto de laconciencia pura se realiza en actitud reflexiva, mientras que la reduccinhermenutica heideggeriana que desvela los modos de ser del Dasein procede entrminos comprensivos. Precisamente el pargrafo metodolgico de Ser y tiempo

    33 Cf. Heidegger, Martin: Die Grundprobleme der Phnomenologie (GA 24), VittorioKlostermann, Frankfurt del Main, 21989, pp. 26ss (trad. cast. de Juan Jos Garca Norro:Los problemas fundamentales de la fenomenologa, Trotta, Madrid, 2000; en este caso lastraducciones son nuestras). En prximas referencias GA 24.34 Herrmann, Friedrich-Wilhelm von: Hermeneutik und Reflexion, Vittorio Klostermann,Frankfurt del Main, 2000,p. 150.

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    determina la fenomenologa como hermenutica.35 La primera tarea de lahermenutica se concreta en una fenomenologa del Dasein, es decir, un anlisisde las estructuras ontolgicas fundamentales del Dasein y de los modos de ser delos restantes entes. Ahora bien, en la medida en que el desvelamiento del sentidodel ser y de las estructuras fundamentales del Dasein abre el horizonte [] delos entes que no son el Dasein36, se puede decir que la hermenutica tambinelabora las condiciones de posibilidad de toda investigacin ontolgica. Enresumidas cuentas, ontologa y fenomenologa no son dos disciplinas diferentesjunto a otras disciplinas de la filosofa. Los dos trminos caracterizan a lafilosofa misma en su objeto y en su mtodo de tratarlo. La filosofa es unaontologa fenomenolgica universal, que tiene su punto de partida en la

    hermenutica del Dasein37

    . As, pues, con la incorporacin de los tres elementosmetodolgicos de la reduccin, de la construccin y de la destruccin se completala hermenutica fenomenolgica del Dasein que se remonta a las primerasformulaciones de la ciencia originaria de la vida en el semestre de posguerra de1919.

    2. Los postulados de la fenomenologa hermenutica

    El giro metodolgico de la transformacin hermenutica de la fenomenologa yel despliegue del anlisis temtico de los modos de ser de la vida humana seasientan en un presupuesto que opera implcitamente en el pensamiento deljoven Heidegger: la diferencia ontolgica. La ontologa hermenutica deHeidegger ya no opera con el binomio emprico-transcendental, sino con elbinomio ntico-ontolgico. Esta cuestin plantea de inmediato la vieja polmica

    de si Heidegger todava se mueve en las coordenadas de la filosofatranscendental o, por el contrario, lleva a cabo una destranscendentalizacin desta.38 No vamos a entrar aqu en este debate. Ms all de las similitudes ydisimilitudes con la filosofa transcendental nos interesa mostrar la complicada

    35 Cf. Heidegger, Martin: Sein und Zeit, Max Niemeyer, Tubinga, 161986, 7 (trad. cast. deJorge Eduardo Rivera: El ser y el tiempo, Trotta, Madrid, 2003; en algunas ocasiones nosseparamos ligeramente de la traduccin de Rivera). En prximas referencias SuZ.36 SuZ, p. 37.37 SuZ, p. 38.38 La tesis de la continuidad con la filosofa transcendental ya fue defendida en untemprano trabajo por Schulz, W.: ber den philosophiegeschichtlichen Ort MartinHeideggers, Philosophische Rundschau 1 (1953/54), p 79. La tesis de la

    destranscendentalizacin ha sido sostenida repetidamente por Apel (cf. Apel, Karl-Otto:DieTransformation der Philosophie. I. Sprachanalytik, Semiotik und Hermeneutik, Suhrkamp,Frankfurt del Main, 1973, pp. 22-52 y 94-105 y Apel, Karl-Otto: Sinnkonstitution undGeltungsrechtfertigung. Heidegger und das Problem der Transzendentalphilosophie. En:Forum fr Philosophie Bad Homburg (ed.): Martin Heidegger: Innen- und Auensichten,Suhrkamp, Frankfurt del Main, pp. 143-150).

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    maniobra de Heidegger de seguir una estrategia transcendental sin un sujetotranscendental.

    Las lecciones del perodo de Friburgo y Marburgo, contempladas ahora desdesu historia efectual, se imparten en plena fase de desmoronamiento delneokantismo y de un creciente auge de la filosofa de la vida. Dilthey, Nietzsche yBergson haban sustituido las operaciones generativas del yo transcendental porla productividad, no pocas veces opaca y difusa, de la vida. Pero no habanlogrado liberarse del modelo expresionista de la filosofa de la conciencia, puespara ellos sigue siendo vlida la idea de una subjetividad que se exterioriza enobjetivaciones del espritu humano para fundir despus esas objetivaciones en lavivencia. Heidegger retoma productivamente esos impulsos, pero huyendo de la

    primaca que desde Kant detenta el concepto de subjetividad transcendental.Tanto la ciencia originaria de la vida como la hermenutica de la facticidaddescrita en los apartados anteriores se asientan en una crtica radical del sujetotranscendental del conocimiento. La aplicacin de la metodologa cientficaresulta a todas luces insuficiente para comprender y articular la red significativade la realidad humana. La aprehensin de la significatividad de la vida humanaen su facticidad concreta requiere de un modo de acceso diferente al queproporcionan las ciencias: el acceso hermenutico. Sin embargo, esa crtica, quese sirve solapadamente de la diferencia ontolgica entre ser y ente, entre Daseiny entes que no son del mismo modo de ser que el Dasein, queda parcialmentepresa del planteamiento transcendental que intenta superar. El mismo intento dedisolucin del concepto de subjetividad se atiene a la actitud transcendental deun esclarecimiento reflexivo de las condiciones de posibilidad del ser-personacomo estar-en-el-mundo. La filosofa del sujeto ha de ser superada por una

    filosofa igualmente sistemtica. Y esto es lo que proporciona la ontologafundamental al proceder tambin en trminos transcendentales.

    Es cierto que la hermenutica de la facticidad pone fin a la primacametodolgica de la autorreflexin que todava obligaba a Husserl a proceder entrminos de reduccin transcendental. Con todo, el lugar de la autoconcienciahusserliana lo ocupa ahora la articulacin conceptual de la comprensinpreontolgica del ser y de los plexos de sentido en que la existencia cotidiana seencuentra ya siempre. El hombre se halla inserto desde su nacimiento en unconjunto de relaciones con el mundo y ocupa una posicin privilegiada frente alresto de los entes intramundanos. Frente a la filosofa del sujeto esta estrategiaconceptual aporta una ganancia evidente: el conocimiento y la accin ya nonecesitan concebirse como relaciones sujeto-objeto. Los actos de conocimiento y laaccin se pueden entender ahora como derivados de los modos subyacentes delestar dentro de un mundo intuitivamente comprendido en lugar de colocarlos enla regin de un sujeto que se enfrenta al mundo. En definitiva, el proyecto deproporcionar una ontologa fundamental a travs de un analtica existenciaria delDasein representa, como ha sealado muy grficamente Lafont, el intento de

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    seguir una estrategia transcendental sin un sujeto transcendental39. Pero estono es posible en el marco de la clsica distincin emprico/transcendental. Latransformacin hermenutica de la filosofa requiere de un nuevo marcoconceptual que haga posible esa transformacin. Aqu es donde interviene ladiferencia ontolgica.

    Desde las primeras lecciones de Friburgo y Marburgo hasta la redaccin de Ser y tiempo, Heidegger alude una y otra vez al factum de nuestra relacinsimblicamente mediada con el mundo y a la universalidad de la estructura de lacomprensin. Esta posicin se concreta metodolgicamente en unatransformacin hermenutica de la fenomenologa que se asienta en dos cambiosfundamentales.

    En primer lugar, la sustitucin del modelo de la percepcin presente en lafilosofa de la conciencia por el modelo de la comprensin propio de lahermenutica: nuestras percepciones y concepciones ms inmediatas estn yaexpresadas, es ms, estn interpretadas de un determinado modo40. Esta tesis serepite de diferentes maneras desde las lecciones de 1919 hasta la afirmacin deSer y tiempo de que toda simple visin antepredicativa de lo a la mano ya es ens misma comprensora-interpretante41. El elemento clave de la transformacinhermenutica de la fenomenologa es la afirmacin radical de la prioridad de lacomprensin sobre la percepcin. El ejemplo de la vivencia inmediata de lactedra ilustra a la perfeccin el significado y el alcance de esta transformacin.Por una parte, esta transformacin permite pasar del tradicional paradigmamentalista al paradigma hermenutico: el mundo ya no se manifiesta en la regininterior de la conciencia, sino que el individuo ya est previamente arrojado a unmundo simblico que hace posible la inteligibilidad de la realidad. Y, por otra

    parte, dicha transformacin muestra que la estructura primaria de nuestrarelacin con el mundo es de carcter significativo o, lo que es lo mismo, que lasupuesta percepcin pura de los entes en realidad slo es una abstraccinderivada de nuestra experiencia cotidiana del estar en el mundo. El fenmenoque hace plausible esta transformacin es la anticipacin de sentido, el hecho demovernos siempre ya en una comprensin del ser como condicin de posibilidadde nuestra experiencia en el mundo.

    En segundo lugar, esta transformacin lleva implcita la sustitucin delconcepto tradicional de mundo entendido como conjunto de todos los entes porel concepto hermenutico de mundo como un todo simblicamente estructurado

    39 Lafont, Cristina: Hermeneutics. En: Dreyfus, Hubert y Wrathall, M. (eds.): ACompanion to Heidegger, Blackwell, Oxford, 2004, p. 268. Y en el mismo texto de Lafont se

    encuentra un interesante desarrollo de este nuevo marco conceptual de la diferenciaontolgica (cf. Lafont, Hermeneutics, pp. 268-274) que resume los resultados de supionero trabajo Sprache und Welterschlieung. Zur linguistischen Wende der HermeneutikHeideggers (Suhrkamp, Frankfurt del Main, 1994, pp. 30ss).40 GA 20, p. 75 [cursiva del autor].41 SuZ, p. 149.

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    cuya significatividad hace posible la experiencia intramundana del trato con losentes. En los diferentes anlisis de la estructura del mundo circundante queencontramos en las lecciones de juventud desde las lecciones del semestre deposguerra de 1919 La idea de la filosofa y el problema de la concepcin delmundo y las lecciones del semestre de invierno de 1919/20 Problemas de lafenomenologa hasta las lecciones del semestre de verano de 1923 Ontologa.Hermenutica de la facticidad y las lecciones del semestre de verano de 1925Prolegmenos para la historia del concepto de tiempo encontramos el mismoconcepto de mundo que en Ser y tiempo. Desde la perspectiva del manejocotidiano y prctico de las cosas y de los objetos fsicos del mundo, se desarrolla elconcepto de mundo entendido como un contexto referencial de la

    significatividad (Verweisungszusammenhang der Bedeutsamkeit), como unatotalidad significativa (Bedeutsamkeitsganzheit).42 Los resultados de estosanlisis del mundo son especialmente relevantes para la crtica heideggeriana dela filosofa de la conciencia.

    Las consecuencias de este cambio de perspectiva son inmediatas. Mientrasque la filosofa de la conciencia toma el modelo de la relacin sujeto-objeto, esdecir, la de un observador extramundano situadofrente a la totalidad de los entescontenidos en el mundo, la transformacin hermenutica de la fenomenologaremite a la vida humana, es decir, a un Dasein que se encuentra en un mundosimblico compartido con otros. Con ello se consuma unadestranscendentalizacin de los conceptos filosficos heredados, quedandoexcluido todo recurso a un sujeto transcendental constituyente del mundo. Porello, el punto de partida obligado de esta nueva perspectiva es la facticidad de unDasein que ya no es sujeto constituyente del mundo, sino que participa de la

    constitucin de sentido inherente al mundo en el que se encuentra ya siemprearrojado.

    Las diferencias especficas que la posteriorKehre traer consigo no se remitentanto a estas dos premisas, la de un mundo holsticamente organizado y la de lasubsiguiente destranscendentalizacin del sujeto, como a un problemaestructural, que ya se vislumbra en los primeros cursos de los aos veinte y quese hace claramente patente en Ser y tiempo. Como apuntan las acertadasinterpretaciones de las dificultades metodolgicas internas de Ser y tiempo deTugendhat y Lafont, la raz de este problema ha de buscarse en laincompatibilidad entre la transformacin hermenutica pretendida por Heidegger

    42 Cf. GA 56/57, 14; GA 58, 24; GA 63, 24; GA 20, 23; SuZ, 18, respectivamente.As, pues, la interpretacin pragmtica del mundo como una totalidad de equipamientos a

    disposicin del Dasein es completamente errnea. No hay que olvidar que Heideggerintroduce un concepto de mundo totalmente nuevo y opuesto a las dos nocionestradicionales de mundo: por una parte, la emprica que considera el mundo como latotalidad de entidades a las que tambin pertenece el ser humano y, por otra parte, latranscendental que entiende el mundo como la totalidad de las entidades constituidas porla instancia extramundana de la subjetividad transcendental.

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    y la base metodolgica desde la que intenta llevarla a cabo, a saber, la pretensinde elaborar una ontologa fundamental basada en la analtica existenciaria delDasein o, dicho de otro modo, el hecho de remitir la constitucin del mundo a laestructura existenciaria del Dasein.43 El mismo Heidegger explica la necesidadinterna de la Kehre como un intento de superar la preeminencia del Daseindogmticamente presupuesta en Ser y tiempo. La instancia que permitir esasuperacin ser el lenguaje.

    De este modo, al desaparecer toda instancia extramundana, Heidegger se veobligado a introducir un cambio metodolgico que le lleva a sustituir el binomioemprico/transcendental por la mencionada diferencia ontolgica. De entrada, escierto que el trmino tcnico diferencia ontolgica todava no se utiliza en Ser y

    tiempo y, por supuesto, no se menciona en ninguna de las lecciones del perodo deFriburgo y Marburgo. Este concepto aparece por primera vez en el curso delsemestre de verano de 1927, Los problemas fundamentales de la fenomenologa,para sealar la diferencia entre Ser y ente44. Y un ao ms tarde, en laslecciones de 1928, se ofrece una explicacin ms completa de esta expresin. 45Pero, a nuestro juicio, ese supuesto metodolgico, sin el que no se comprendebuena parte de la argumentacin heideggeriana, opera tanto en las lecciones dejuventud como en los escritos posteriores y, obviamente, tambin en Ser y tiempo.En el caso de la vivencia del mundo circundante analizado anteriormente a partirdel ejemplo de la ctedra, ya se anuncia una diferencia ontolgica esencial: ladiferencia entre la apertura previa de un mundo significativo que permite lacomprensin del ser de las cosas y el descubrimiento de los entes que se produceen mi trato con ellos. En las primeras lecciones y en Ser y tiempo el acento secoloca en el desvelamiento que la vida fctica o el Dasein hace del ser de las cosas

    existentes en cuanto estar-en-el-mundo. El acento, por tanto, recae en lacomprensin del mundo. Asimismo, en nuestro comportamiento tambindistinguimos entre la apertura de mi existencia en el mundo y el descubrimientode los entes intramundanos.46 En este sentido, podemos afirmar que la diferencia

    43 Cf. Lafont, C.: Sprache und Welterschlieung. Zur linguistischen Wende derHermeneutik Heideggers, Suhrkamp, Frankfurt del Main, 1994, pp. 25-45 y Tugendhat,Ernst.: Der Wahrheitsbegriff bei Husserl und Heidegger, Walter de Gruyter, Berln, 1967,p. 264. Tugendhat seala que precisamente el intento de destranscendentalizacin empujaa Heidegger a esa ruptura metdica. Pero al abandonar el supuesto del sujetotranscendental en favor de la diferencia ontolgica tambin ha de renunciar a laspretensiones de universalidad y necesidad inherentes a ese sujeto.44 GA 24, p. 22.45 Cf. Heidegger, Martin: Metaphysische Anfangsgrnde der Logik im Ausgang von Leibniz

    (GA 26), Vittorio Klostermann, Frankfurt del Main, 21990, 10). En prximas referenciasGA 26.46 Herrmann ha caracterizado en diferentes escritos esta doble apertura en trminos deuna apertura exttico-horizontal: por un lado, la apertura de mi existencia como aperturaexttica y, por el otro lado, la apertura de los entes que no son Dasein como aperturahorizontal (cf., por ejemplo, Herrmann, Friedrich-Wilhelm von: Hermeneutik und Reflexion,

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    ontolgica ya est presente implcitamente en los anlisis de la vivencia delmundo circundante. De ah que hablemos de una presencia latente de ladiferencia ontolgica.

    Heidegger interpreta el elemento distintivo de la vida humana a saber, laprioridad del Dasein sobre las restantes entidades de una maneraesencialmente diferente a la filosofa transcendental. A diferencia de Kant, elanlisis heideggeriano no descansa sobre el hecho de la razn, sino sobre el hechode que el ser humano tiene cierto grado de precomprensin del ser que Heideggercalifica de comprensin del ser mediana y vaga47. Y es precisamente estacomprensin la que permite al Dasein aprehender la diferencia entre ser y entesy, con ello, alcanzar una comprensin de s mismo, de los otros y de cualquier

    cosa que pueda comparecer en el mundo. Sin embargo, esta interpretacin de ladiferencia ontolgica implica mucho ms que el hecho de adscribir al Dasein lasimple capacidad intuitiva de distinguir entre ser y entes. Como seala Lafont,tambin implica: a) el hecho de que los entes slo resultan accesibles a travs deuna comprensin previa de su ser, lo cual equivale a reconocer la prioridadtranscendental del ser sobre cualquier otro ente: el ser jams es explicable pormedio de entes, sino que ser es siempre lo trascendental respecto de todoente48; b) comprender la prioridad transcendental en trminos hermenuticos:slo si hay comprensin del ser se hace accesible el ente en cuanto ente 49; c) y,por ltimo, el reconocimiento del estatuto detranscendentalizado de lacomprensin del ser en cuanto contingente, histricamente variable y plural.50

    El hecho de que podemos distinguir intuitivamente entre las entidades de lasque hablamos y el modo de entenderlas parece bastante plausible. En cambio, laaceptacin de los otros hechos resulta cuanto menos problemtica si no se acepta

    el presupuesto de fondo de lo que podemos llamar idealismo hermenutico.Sobre la base de la diferencia ontolgica, la prioridad transcendental del ser sobrelos restantes entes se retrotrae a la pre-estructura de la comprensin del Dasein.De esta manera, la precomprensin del ser de los entes que atesora el Daseinhereda el estatus transcendental que tradicionalmente se otorga al conocimientosinttico a priori: esta precomprensin esa anterior a toda experiencia de losentes, pero determina toda comprensin de los mismos.51 Nos movemos, por

    Vittorio Klostermann, Frankfurt del Main, 2000, p. 141).47 SuZ, p. 5.48 SuZ, p. 208.49 SuZ, p. 212.50 Cf. Lafont, Cristina: Hermeneutics. Enn: Dreyfus, Hubert y Wrathall, M. (eds.): ACompanion to Heidegger, Blackwell, Oxford, 2004, pp. 268-269.

    51 Aqu radica la transformacin hermenutica de la filosofa transcendental. De acuerdocon Heidegger, las entidades no son accesibles sin una comprensin previa de su ser. Estoes una manera de expresar el idealismo transcendental de Kant en trminos de ladiferencia ontolgica. Parafraseando el principio kantiano de los juicios sintticos, elidealismo hermenutico de Heidegger podra expresarse de la siguiente manera: lacondiciones de posibilidad de la comprensin del ser de los entes son al mismo tiempo las

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    tanto, en el horizonte de una estructura holstica de la comprensin en la que elsignificado determina la referencia. Este tipo de holismo del significado ya estpresente en la rotunda afirmacin de las lecciones del semestre de 1919: losignificativo es lo primario52.

    Ya en las lecciones del semestre de verano de 1923 se apunta hacia un nexoentre ser y significatividad: significativo equivale a: ser, ser-ah en el modo deun determinado sig-nificar53. Pero a medida que la ontologa fundamental vatomando cuerpo, la presuposicin de un sentido unitario del ser se hace cuantomenos problemtica, ya que se va haciendo cada vez ms patente la diferenciaentre las estructuras ontolgico-formales del Dasein en general y sus

    concretizaciones ntico-histricas. Y sin una previa justificacin se afirma queentre ambas existe una relacin de fundamentacin. En una carta dirigida aHusserl en 1927, Heidegger menciona que el modo de ser del Dasein estotalmente distinto al de los restantes entes y que como tal alberga laposibilidad de la constitucin transcendental54. En el ltimo curso de Marburgode 1928, Principios metafsicos de la lgica, se ahonda en esta diferenciaontolgica y se seala que la necesidad interna de que la ontologa vuelva sobreel lugar del que surgi se puede clarificar a partir del fenmeno originario de laexistencia humana: que el ente persona comprende el ser; en la comprensindel ser descansa, a su vez, la realizacin de la diferencia entre ser y ente; slo hayser si el Dasein comprende el ser. Con otras palabras: la posibilidad de que en lacomprensin se d el ser tiene como premisa la existencia fctica del Dasein55.

    Esta nueva perspectiva trae consigo dos importantes consecuencias para elpensamiento de Heidegger. Por una parte, la relacin sujeto-objeto de la

    condiciones de posibilidad del ser de estos entes (cf. Lafont, Hermeneutics, p. 283).Obviamente, no se trata de volver a un modelo de conocimiento prekantiano en el que seestablezca una relacin intramundana entre un sujeto y un objeto. Para Heidegger, lacuestin ontolgica no se puede pensar en trminos de una relacin emprica y ntica entredos entes, sino como un problema transcendental. Se anuncia as la necesidad de unatransformacin ontolgica fundamental de la filosofa transcendental que se consumar en

    Kant y el problema de la metafsica: el conocimiento transcendental no investiga pues a losentes mismos, sino la posibilidad de la comprensin previa del ser, es decir, la constitucinontolgica del ente. Elevar la posibilidad de la ontologa a problema significa: interrogar porla esencia de la comprensin del ser, filosofar en clave transcendental (Heidegger, Martin:

    Kant und das Problem der Metaphysik, Vittorio Klostermann, Frankfurt del Main, 51991, p.16.).

    52 GA 56/57, p. 73.53 GA 63, p. 93.54 Heidegger, Martin: Brief an Husserl (22 de octubre de 1927). En: Husserl. E.:Phnomenologische Psychologie (Anhnge) (Husserliana IX), Martinus Nijhoff, La Haya,31968, p. 600.55 GA 26, p. 199.

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    conciencia objetivante ya siempre se encuentra sumida en el nexo estructural dela conformidad, por lo que los entes intramundanos se manifiestanprimariamente como tiles y no como objetos de la observacin terica. Por otraparte, ese enraizamiento ya siempre presupuesto de la conciencia objetivante ydel Dasein en el horizonte abierto del estar-en-el-mundo ha de entenderse entrminos dinmicos y temporales. De esta manera, el Dasein no slo esdependiente de la constitucin de sentido del estado de abierto, sino que tambinpre-es temporalmente. Precisamente el anlisis de la estructura de latemporalidad del ya-siempre-estar-en-este-mundo lleva a la ineludiblecomprensin de la historicidad del Dasein finito. Todo el esfuerzo de

    destranscendentalizacin desplegado por Heidegger se concentra en estos dosaspectos. A ello cabra aadir la consideracin, comnmente aceptada ydesarrollada en detalle por Gadamer56, de que a la estructura del comprender(que condiciona temporal e histricamente tanto la vida cotidiana como laciencia) le es propia una precomprensin del mundo que se articulalingsticamente a partir de un pblico estado de interpretado del mundo delDasein: el Dasein no logra liberarse jams de este estado interpretativocotidiano en el que primeramente ha crecido. En l, desde l y contra l se lleva acabo toda genuina comprensin, interpretacin y comunicacin, todoredescubrimiento y toda reapropiacin. No hay nunca un Dasein que, intocado eincontaminado por este estado interpretativo, quede puesto frente a la tierravirgen de un mundo en s, para solamente contemplar lo que le sale al paso57.

    Aqu se hace patente aquella dimensin del ya siempre de la estructuraprevia e irrebasable del mundo con la que la fenomenologa hermenutica deHeidegger se distancia del modelo ptico y prelingstico de la evidencia de lafenomenologa de Husserl. Volvemos as sobre los pasos del programaheideggeriano de una radicalizacin de la fenomenologa en la que, como se haintentado mostrar, Heidegger sustituye la intencionalidad husserliana por lo quel denomina el estado de abierto. La conciencia no puede producirsimultneamente aquello por lo que primeramente existe, la referencia a losobjetos. La referencia ha de existir con antelacin a la conciencia y a sus posiblesoperaciones en un mbito objetual previamente abierto en general, el sentido delser. Heidegger lo expresa de la siguiente manera: dirigindose hacia yaprehendiendo algo, el Dasein no sale de su esfera interna, en la que estara

    56 Un tema profusamente desplegado en la tercera parte de Verdad y mtodo y que, comoreconoce Gadamer, se inspira en buena parte en la transformacin hermenutica de lafenomenologa de Heidegger.57 SuZ, p. 169.

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    primeramente encapsulado, sino que, por su modo primario de ser, ya estsiempre fuera, junto a un ente que comparece en el mundo ya descubierto cadavez58. Con la incorporacin del fenmeno del mundo, la ontologa fundamentalencuentra una respuesta satisfactoria al problema de la constitucin de sentido.Una respuesta que presupone la diferencia ontolgica.

    Jess Adrin EscuderoDepartamento de Filosofa

    Facultad de Letras

    Universidad Autnoma de Barcelona08193 [email protected]

    58 SuZ, p. 62.