Hebreos y Cartas Católicas

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Hebreos y Cartas Católicas Nuevo Testamento 30 de julio de 2013 - Trabajo sobre Hebreos o Santiago I carta de Pedro Breve introducción: está dirigida a los cristianos esparcidos en varias regiones del Asia Menor. La situación de estos destinatarios es que viven dispersos, son forasteros y extranjeros, según 1,17 y 2,11. Son esclavas y esclavos 2,18; mujeres casadas con no cristianos 3,1-7; son líderes de comunidad; pero en general son pobres. Eran considerados por los ricos como vagabundos, perezosos e incapaces. El testimonio de los pobres no era reconocido, pues no tenían honra. Eran personas marginadas y despreciadas a la vez. En la sociedad grecorromana del s. I la honra y la vergüenza eran asuntos de supervivencia. No tener honra era no tener existencia social. Quien tenía honra tenía que preservarla aún a costa de la sangre. Perder la honra era una desgracia. El hombre asumía varias funciones: esposo, padre, señor, amo; por lo que perder la honra era una desgracia para toda la familia. Se justificaba la existencia de los pobres para que sirvieran a los ricos, como los esclavos debían servir a los libres. Esta diferencia era vista como natural. Pero la religión también veía estas diferencias justificándolas en el abandono por parte de los dioses. En la cultura judía también estaba presente esta mentalidad: Pr 6,11 y 13,18: miseria y vergüenza. Las enfermedades y las desgracias eran vistas como castigo a causa del pecado Ex 20,5. El judaísmo oficial justificaba la riqueza (Pr 3,1-2) para los que cumplían los preceptos. Los extranjeros y esclavos eran pobres, no tenían carta de ciudadanía. Aunque los preferidos por Yahvé eran los pobres, las viudas, los huérfanos y los extranjeros. La carta viene a dar esperanza y dice que Dios quiere conformar un sacerdocio santo para la entrega de la vida y por ofrecer el sacrificio cotidiano, de entre estos despreciados por la sociedad. La fe en JC posibilitará a los cristianos la alabanza, la honra y la gloria. Un pueblo que no tenía ciudadanía ahora se convierte en el Nuevo Pueblo elegido. 2,4-9: Texto cristológico: la Piedra, imagen de Cristo, haciendo referencia al AT. En v. 4 se habla de una piedra viviente, preciosa y en v.5 de piedras vivas, en 6: piedra escogida y en 7-8 de piedra desechada y de tropiezo.

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  • Hebreos y Cartas Catlicas

    Nuevo Testamento

    30 de julio de 2013

    - Trabajo sobre Hebreos o Santiago

    I carta de Pedro

    Breve introduccin: est dirigida a los cristianos esparcidos en varias regiones del Asia

    Menor. La situacin de estos destinatarios es que viven dispersos, son forasteros y

    extranjeros, segn 1,17 y 2,11. Son esclavas y esclavos 2,18; mujeres casadas con no

    cristianos 3,1-7; son lderes de comunidad; pero en general son pobres. Eran considerados

    por los ricos como vagabundos, perezosos e incapaces. El testimonio de los pobres no era

    reconocido, pues no tenan honra. Eran personas marginadas y despreciadas a la vez.

    En la sociedad grecorromana del s. I la honra y la vergenza eran asuntos de supervivencia.

    No tener honra era no tener existencia social. Quien tena honra tena que preservarla an a

    costa de la sangre. Perder la honra era una desgracia. El hombre asuma varias funciones:

    esposo, padre, seor, amo; por lo que perder la honra era una desgracia para toda la familia.

    Se justificaba la existencia de los pobres para que sirvieran a los ricos, como los esclavos

    deban servir a los libres. Esta diferencia era vista como natural. Pero la religin tambin

    vea estas diferencias justificndolas en el abandono por parte de los dioses.

    En la cultura juda tambin estaba presente esta mentalidad: Pr 6,11 y 13,18: miseria y

    vergenza. Las enfermedades y las desgracias eran vistas como castigo a causa del pecado

    Ex 20,5. El judasmo oficial justificaba la riqueza (Pr 3,1-2) para los que cumplan los

    preceptos.

    Los extranjeros y esclavos eran pobres, no tenan carta de ciudadana. Aunque los

    preferidos por Yahv eran los pobres, las viudas, los hurfanos y los extranjeros.

    La carta viene a dar esperanza y dice que Dios quiere conformar un sacerdocio santo para la

    entrega de la vida y por ofrecer el sacrificio cotidiano, de entre estos despreciados por la

    sociedad. La fe en JC posibilitar a los cristianos la alabanza, la honra y la gloria. Un

    pueblo que no tena ciudadana ahora se convierte en el Nuevo Pueblo elegido.

    2,4-9:

    Texto cristolgico: la Piedra, imagen de Cristo, haciendo referencia al AT. En v. 4 se habla

    de una piedra viviente, preciosa y en v.5 de piedras vivas, en 6: piedra escogida y en 7-8 de

    piedra desechada y de tropiezo.

  • Tema eclesiolgico: en casa espiritual (Cf. II Sam 7,11.13.16.17) Forman sacerdocio

    sagrado.

    v. 9: linaje escogido (Is 43,20).

    Pueblo adquirido. Nacin consagrada.

    Acercndonos al Seor, la piedra viva, nosotros como piedras vivas somos vivificados,

    adquiridos por Dios para su posesin y para ser su Iglesia.

    Los no creyentes someten la piedra a prueba y la rechazan. Chocan con esta piedra y

    tropiezan, se escandalizan.

    Rechazo: 1,6; 2,12.19-20; 3,8.13.14.16; 4,4,12.14.15.19; 5, 1.8.9.10

    2,4 Acercndoos a l, piedra viva, desechada por los hombres, pero elegida, preciosa ante

    Dios,

    Acudid a l, piedra viviente, repudiada despus de haber sido puesta a prueba, pero

    escogida y preciosa ante Dios.

    Cristo no slo es una suave bebida sino que es una roca, que se ha convertido en la piedra

    angular, que sostiene toda la estructura, es piedra fundamental, para la base de la

    edificacin, clave para la resistencia de los muros y para la direccin de los mismos.

    Es la piedra que es la vida, es capaz de darla. Desde el punto de vista humano sera una

    contradiccin ya que ninguna piedra est viva. A esto se agrega la dureza de esta piedra,

    como la solidez del amor de Dios. En 1,3 se habla de una esperanza viva, como viviente es

    esta piedra. Ya desde el AT Jess es la piedra viviente: Sal 128,22, en Is 28,16 y en Dn.

    Este rechazo y la idea de repudio despus de la prueba est en Lc 9,22. Se ve como piedra

    intil, difcil de acomodar. Esta piedra es doblemente preciosa. Ella posee la vida y nadie se

    la puede quitar. A l Dios lo consider digno de ser la piedra fundamental en la

    construccin de su Reino.

    2,5 tambin vosotros, cual piedras vivas, entrad en la construccin de un edificio espiritual,

    para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptos a Dios por mediacin

    de Jesucristo.

    Tambin vosotros, como piedras vivientes, estn siendo edificados como casa espiritual,

    para un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, aceptables por Dios a travs

    de Cristo.

    Si acuden a l servirn de piedras vivientes para edificar una casa espiritual. El creyente es

    una piedra que est disponible para la construccin de esta casa espiritual. Si Cristo es

  • piedra viviente y es rechazado, mucho ms se rechazar a estas piedras vivientes que somos

    los cristianos.

    Estas piedras vivientes estn en las manos del Padre, con base en la piedra esquinera que es

    Cristo, para la construccin de una casa espiritual. Pero para esto hay que dejarse moldear y

    as servir para la construccin, por medio de golpes, para luego adaptarse a las dems

    piedras vivas que ya estn en la edificacin de este templo.

    Se alude al espritu que llena toda la casa. En lenguaje bblico la palabra edificar significa

    hacer, en el sentido de procrear. Se pasa de la edificacin estructural y espiritual a otra

    carnal. En la lnea del sentido de Mt 16,18.

    El sacerdocio inicia con el bautismo y debe entregarse a Cristo. Los sacrificios deben ser un

    sacrificio espiritual y divino, mantenindose en la unidad de Cristo para de esa forma

    honrar a Dios para agradar al Padre. Esto marca una diferencia con los sacrificios judos. El

    culto cristiano es espiritual y todo lo que se hace procede del espritu.

    2,6 Pues est en la Escritura: He aqu que coloco en Sin una piedra elegida, angular,

    preciosa y el que crea en ella no ser confundido.

    Puesto que lo contiene la Escritura: miren que coloco en Sin una piedra esquinera

    escogida y quien cree en ella, de ningn modo ser avergonzado.

    Las palabras profticas las toma el autor para hacer referencia al lugar santo. La

    inseguridad y el temor desapareceran ante una fe viva cimentada en esta piedra viviente. El

    que tenga confianza en esta piedra no se ver avergonzado. Despus de la muerte, toda

    grandeza terrena se desvanece y se ve que la fe de la firmeza y la unidad de la edificacin

    garantizan la certeza.

    2,7 Para vosotros, pues, creyentes, el honor; pero para los incrdulos, la piedra que los

    constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido,

    Para ustedes, que han credo, el honor; pero para los incrdulos, la piedra que desecharon se

    ha convertido en cabeza de ngulo,

    2,8 en piedra de tropiezo y roca de escndalo. Tropiezan en ella porque no creen en la

    palabra; para esto han sido destinados.

    En piedra de tropiezo y escndalo.

    Los creyentes tienen participacin en la gloria de Dios. El que cree tiene garantizada la

    salvacin ganada. A los fieles se les ha concedido la misma cualidad de la piedra viviente,

    escogida, preciosa.

    Los incrdulos. Para ellos se puede convertir en piedra de tropiezo, en perdicin (Lc 2,34).

  • 1 de agosto de 2013

    Para los que no creen en Cristo, ste se convierte en su propia ruina. En los evangelios

    sinpticos, Jess se aplica esta comparacin del sal 118. Pedro repite esto en el libro de los

    Hechos. Los constructores son los jefes que rechazan a Cristo. Al no querer ser cristianos,

    se hacen enemigos del nico en quien est la salvacin, por lo que caen en la perdicin

    eterna. La piedra de tropezar () da a entender cortar de frente. Por eso el

    escndalo se produce por ser Cristo una piedra de tropiezo para quienes no creen en l.

    Dara la impresin de cierta predestinacin, pero queda la reserva de cada quien en su

    propia responsabilidad que entrara en el proyecto de Dios. El final de este v. se entiende

    como que Dios determina la perdicin como castigo a la incredulidad pero no como que l

    haya destinado a los incrdulos a no creer. No es tampoco que el ser humano se muestre

    ms fuerte que Dios, sino un respeto de Dios hacia el hombre.

    1Pe 2:9 Pero vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nacin santa, pueblo adquirido,

    para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz,

    Estos ttulos son propios del Pueblo de Israel. Ahora se aplican a los recin bautizados, que

    ahora son los herederos y destinatarios del Verdadero Israel. Linaje elegido viene de Is

    43,20. Se trata de las mismas personas a las que se haca alusin en el principio de la carta.

    Sin querer reemplazar al antiguo Israel, se renuevan las promesas hechas a este pueblo,

    ahora en los bautizados. La eleccin es por la gracia de Dios y son destinados a la salvacin

    en Cristo.

    Sacerdocio regio hace referencia a Ex 19,6.

    San Pedro sigue aplicando a los cristianos otros ttulos: son un sacerdocio real, una nacin

    santa (v.8). Dos expresiones equivalentes o complementarias, tomadas del Ex 19,6, segn

    los LXX. El texto hebreo dice: Un reino de sacerdotes. El sentido de este texto en el

    xodo es el siguiente: los israelitas son reino de Dios, son su reino teocrtico, porque Yahv

    es un rey. Israel es un reino de sacerdotes en cuanto que en l todos sus sbditos estn

    dedicados a Dios, separados de los paganos. Los israelitas estn destinados a ofrecer a Dios

    un culto que no pueden ofrecer los dems pueblos. Se trata, por lo tanto, de una metfora

    para significar que los israelitas son personas consagradas al servicio de Dios en modo

    anlogo, pero diverso, de los sacerdotes propiamente dichos.

    Pero los sacerdotes no eran reyes. Ahora el dominio no es sobre otros sino sobre s mismos.

    La misin es exhortar a quienes se les ha encomendado: la grandeza de todos y cada uno de

    los bautizados (sacerdote, profeta y rey), para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha

    llamado de las tinieblas a su admirable luz.

    Se ha considerado el sacerdocio regio como el fundamento para el sacerdocio comn. A

    Cristo slo en Hb se le atribuye el ttulo de sacerdote. En I Pe se usa el sacerdocio regio,

  • para todos los cristianos, en cuanto tenan funciones sacerdotales. Es la comunidad la que

    tiene funciones sacerdotales. En el libro del Ex se transmite que en el Sina todos eran

    sacerdotes, en cuanto capacitados para ejercer intermediacin entre Dios y los hombres.

    Nacin santa es decir un pueblo consagrado a Dios. Esto engloba tambin las leyes

    cultuales que buscaban la consagracin del pueblo a Dios. Este apelativo se aplica a los

    bautizados, somos santos, consagrados.

    Pueblo adquirido: Dios mismo se ha apropiado un pueblo que le pertenece. La comunidad

    tiene la misin de glorificar a Dios en virtud de esta santidad. Israel fue un pueblo

    adquirido (cf. Is 43,21) pero cunto ms los bautizados nos podemos gloriar, ya que hemos

    sido adquiridos por la sangre de Cristo.

    La gesta de Dios consiste en que l puede llevarnos de las tinieblas a la luz a travs del

    bautismo. Resuena de nuevo la liberacin del pueblo de Egipto. Se trata de proclamar las

    gestas de ir a una luz maravillosa: 5,10: el que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo,

    despus de breves sufrimientos, os restablecer, afianzar, robustecer y os consolidar.

    El mundo es para el bautizado de luz y de gloria. Debemos irradiar gozo con dominio de

    nosotros mismos.

    I Pe 4,7-11

    La I carta recalca tambin la hospitalidad (Cf. 4,9), el amor a los extranjeros. Se trata de

    demostrar afecto a los extraos. Esto comienza por el corazn y porque esto era parte de las

    leyes de Israel: Ex 22,20; 23,9; Lv 19,33-34 y Dt 10,18. En el AT hay ejemplos de no

    acogida pero tambin de buena acogida. Los israelitas salieron de Egipto y llegaron a

    Cann, pero siguen siendo extranjeros ya que la tierra es de Dios. Los israelitas eran

    huspedes de Dios.

    El hospedero tena la obligacin de proteger a los huspedes. El salmo 23 tendra este

    trasfondo de la hospitalidad. Haba gestos de acogida fundamentales para la vida del

    desierto. Despus del destierro, durante la reconstruccin, se reorganiz el pueblo en el

    sentido de raza pura, ley y templo. Esto hace que lo puro y lo impuro reaparezcan por lo

    que los extranjeros son expulsados, para que no contaminaran a los judos.

    Luego, hasta el tiempo de Jess, la lite juda, en especial los fariseos, llevaron esto hasta el

    extremo. Jess rompe con estas prcticas y se hospeda en la casa de muchos marginados.

    Jess elogia la hospitalidad de los samaritanos, de la mujer pecadora, etc. El cristianismo se

    convirti en comunidades de acogida en los hogares, ya que era como acoger a Jess

    mismo. Se insiste en que debe hacerse en alegra y en donacin.

    4,7 El fin de todas las cosas est cercano. Sed, pues, sensatos y sobrios para daros a la

    oracin.

  • El tiempo presente de la comunidad receptora est llegando a su fin. Hubo varios

    acontecimientos que hacan entender que el mundo estaba por acabarse. Pedro da a

    entender que la manifestacin de Cristo ser en breve. El espacio hacia la manifestacin

    final de Cristo estar lleno de tribulaciones y sufrimientos, pero esto tambin es preanuncio

    de la llegada de Cristo. Sin embargo, en la carta se refiere al comienzo de una nueva etapa

    de la historia, y no el fin del mundo.

    Hay que continuar con la obra de la justicia y de la caridad. Toda persona tiene la misin de

    cooperar en la construccin de la nueva sociedad.

    20 de agosto de 2013

    4,8 Ante todo, tened entre vosotros intenso amor, pues el amor cubre multitud de pecados.

    Esta idea no es exclusiva del NT. La encontramos en Prov 10,12; Ez 28,17-18 y Sir 5,6. En

    St 5,20 encontramos: supe que quien reconduce a un pecador del mal camino le salvar la

    vida y se le perdonarn sus pecados.

    De la misma manera que el amor de Dios hacia el penitente, lo puede hacer la comunidad

    cuando se aman unos a otros, destruyendo las rias y los desacuerdos. Soy consciente de

    que le puedo devolver la vida a otra persona? La persona que vive en un ambiente hostil

    termina usando sus energas para sobrevivir o para terminar actuando como quienes lo

    rodean.

    El amor () presente en este v. no es puro sentimiento sino que se traduce en acciones

    concretas. El amor traducido en entrega y generosidad tiene el poder de impulsar a la

    comunidad.

    4,9 Sed hospitalarios unos con otros sin murmurar.

    Agrega el aspecto de la hospitalidad. Experimentar la hospitalidad hace mucho bien. Quien

    es tratado as siente el impulso de retribuir. En el AT acoger a una persona era una actitud

    normal, un deber sagrado, porque poda significar la vida o la muerte. Es una prctica

    histrica de Israel y es una forma concreta de amor. En las comunidades cristianas de

    tiempo de Jess, se elogia a estas personas (la mujer pecadora que lava los pies a Jess).

    Para las comunidades cristianas del tiempo de la carta, se trataba de un peso econmico,

    puesto que eran pobres acogiendo a otros pobres. Tambin haba riesgo poltico ya que se

    poda considerar cmplice de aquel a quien se acoga.

    4,10 Que cada cual ponga al servicio de los dems la gracia (el carisma) que ha recibido,

    como buenos administradores de las diversas gracias de Dios.

  • Cada miembro de la comunidad tiene dones que deben ser fomentados. Tambin cada uno

    debe ser buen administrador ( ) de la casa de las gracias, las cosas de Dios.

    La responsabilidad es comn.

    El amor de Dios se manifiesta de diversas maneras, por medio de la palabra o por medio del

    servicio, especialmente el servicio a la mesa. Es una comunidad en la que todos son

    responsables.

    Aqu hay un giro cultural: los extranjeros no tenan ningn derecho, en cambio, en las

    comunidades cristianas todos eran administradores.

    4,11 Si alguno habla, sean palabras de Dios; si alguno presta un servicio, hgalo en virtud

    del poder recibido de Dios, para que Dios sea glorificado en todo por Jesucristo, a quien

    corresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amn.

    Las buenas acciones son una forma de glorificar a Dios. Esto formaba parte de las primeras

    comunidades. La gloria de Dios tiene la caracterstica de que Jesucristo es el mediador, sin

    el cual nuestras buenas acciones se convierten en obras muertas.

    Termina proclamando el poder y la gloria de Dios. Nuestras acciones son luces que

    iluminan a las personas. Al ver las obras que se hace, los dems dan gloria a Dios.

    Las comunidades cristianas, tal y como estn presentadas en las cartas de Pedro, son un

    espacio alternativo. En el NT, en Hch y las cartas paulinas encontramos que las asambleas

    se reunan en las casas. El movimiento de Jess se desarrollaba en las casas. En I Cor

    16,19: Las Iglesias de Asia os saludan. Os envan muchos saludos Aquila y Prisca en el

    Seor, junto con la Iglesia que se rene en su casa. Tambin en otras cartas paulinas se

    nota esta realidad de reunirse en casas particulares. Pablo mismo bautiz en casa de

    Estfanes. Las casas particulares servan para fortalecer la comunin entre los miembros y

    la estructura econmica de las comunidades.

    La I carta de Pe estaba destinada a las comunidades del Asia Menor, conformadas por

    asambleas que se reunan en las casas. De hecho, hay muchos trminos que tienen que ver

    con la palabra casa. Si esto es as, el cristianismo estara siendo una alternativa a la

    estructura jerrquica romana. Se remarca la diferencia en el cristianismo. Tambin otra

    diferencia se da en el ejercicio del poder, en las comunidades, todos tenan igual derecho y

    responsabilidad en cuanto a la casa de Dios. Quienes entraban a formar parte en las

    comunidades cristianas lo hacan en una comunidad igualitaria.

    II Pe 3,8-14

    El texto est en la dinmica de Parusa, pero que no est en plenitud, ya que el Seor tiene

    paciencia y espera la conversin.

  • Se aligera por: justicia, paz, santidad y piedad.

    3,8 Mas una cosa no podis ignorar, queridos: que ante el Seor un da es como mil aos y,

    mil aos, como un da.

    Se llama a los destinatarios amados y se invita a tomar en cuenta la diferente dimensin del

    tiempo de Dios con respecto al nuestro. En el fondo, el tiempo de Dios est a favor nuestro.

    La impaciencia queda relativizada con una actitud de espera y la referencia al tiempo de

    Dios, que no hay que perder de perspectiva, ya que nos ofrece la salvacin.

    9. No se retrasa el Seor en el cumplimiento de la promesa, como algunos lo suponen, sino

    que usa de paciencia con vosotros, no queriendo que algunos perezcan, sino que todos

    lleguen a la conversin.

    El Seor no es lento en su promesa, y est dispuesto a cumplirla. Pero el Seor es paciente,

    y ste es el verdadero motivo del retraso de la Parusa. La paciencia de Dios es tiempo de

    misericordia, porque no quiere que algunos perezcan sino que todos vengan a su

    conversin. Se trata de la universalidad de la salvacin. Prefiere esperar miles de aos a que

    alguno se le pierda. Por tanto, la paciencia de Dios no tiene lmites. Cf. Ez 18,23 y I Tim

    2,4. El camino de la salvacin abierto por Cristo es para todos.

    Algunos falsos maestros enseaban la tardanza de la Parusa. Este trmino normalmente se

    relacionaba con la llegada del Rey a una regin, hecho que era visto por lo general como

    buena noticia. La paciencia de Dios pasa por su decisin y su voluntad, que apuntan a la

    salvacin. Pero es necesaria la conversin para que se d todo este proceso. La falta de esta

    conversin retrasa la Parusa.

    Hay que tener cuidado con este texto y con los tiempos, con las condiciones, por lo que se

    corrige en el v. 10.

    10. El Da del Seor llegar como un ladrn; en aquel da, los cielos, con ruido

    ensordecedor, desaparecern; los elementos, abrasados, se disolvern, y la tierra y cuanto

    ella encierra se consumir.

    El Seor vendr como ladrn, esta imagen es la que se presenta en el texto. As ser el Da

    del Seor. El hecho de que el Seor sea paciente no da pie a dormirse.

    Se dan tres imgenes con su accin correspondiente:

    Cielos: estruendo y desaparecern

    Elementos: sern disueltos

    Tierra: quedar descubierta

    Esto hace referencia a Sof 1,14-18.

  • El primer paso que debera seguir un predicador es hacer la exgesis del texto bblico. Hay

    que buscar la verdad literaria, que lleva a la verdad salvfica.

    11. Puesto que todas estas cosas han de disolverse as, cmo conviene que seis en vuestra

    santa conducta y en la piedad,

    El proceso de disolucin no ha comenzado, entonces se pide: una conducta santa y la

    piedad: valorar las cosas en su justo valor y no absolutizar.

    Se presenta la idea de que la forma de vida del creyente puede apresurar la venida del Seor

    (Cf. Ecle 35,21-22)

    22 de agosto de 2013

    12-13. esperando y apresurando la venida del da de Dios, cuando el cielo se deshar en el

    fuego y los elementos se derretirn abrasados. De acuerdo con su promesa, esperamos un

    cielo nuevo y una tierra nueva en los que habitar la justicia.

    Lo caracterstico de estos cielos nuevos y la tierra nueva, es que se preparan promoviendo

    en esta tierra la justicia. Esto indica una plenitud y un gozo. Como en la misma dimensin

    de Apocalipsis.

    14. Por tanto, queridos, esforzaos con esa esperanza por mostraros en paz, sin mancha ni

    tacha.

    La espera del da del Seor se convierte en da de salvacin para el creyente.

    3 de septiembre de 2013

    El hermano humilde en su exaltacin, el rico en su humillacin. Humllense ante el Seor y

    l los exaltar. No se debe ver en la humildad del hermano una medida moral o espiritual

    solamente, sino que se est hablando de un pobre econmicamente.

    5 de septiembre

    St 2,1-13

    v. 1: Hermanos mos, no en acepcin de personas tengis la fe del Seor nuestro, Jesucristo

    de la gloria.

    El autor entra en relacin de afecto con los destinatarios: hermanos mos. Cada vez que

    aparece le sigue una exhortacin. Comienza diciendo que la fe cristiana tiene como objeto

    el Seor Jesucristo. La profesin de la fe est fundamentada en el Seor. Hay una

    acentuacin en el sustantivo fe. El creyente tiene esta fe. Es necesario tener fe, que es una

    accin continua y necesaria. Exige una vivencia personal de la fe. Pero la aceptacin de la

    fe no es intelectual sino que se expresa en una religin pura e inmaculada. Un actuar de fe

  • impulsa a acciones concretas. Se debe tener fe en l. Jesucristo demanda que la fe en Dios

    sea puesta en l. La supremaca de la gloria de Dios es Jesucristo: como en I Cor 2,8 y en

    Col 1,19: pues Dios tuvo a bien hacer residir en l toda la plenitud. En Hch 7,2 se habla

    del Seor de la gloria. Esta fe en Cristo glorioso debera impedir que el cristiano se exprese

    en acepcin de personas () o levantar el rostro iluminadamente. Se trata

    de un favoritismo, motivo de pecado por valorar segn el aspecto. En este caso es la mejor

    aceptacin de los ricos que entran en la asamblea.

    El autor pasa a un ejemplo hipottico:

    v.2: Supongamos que entra en vuestra asamblea un hombre con un anillo de oro y un

    vestido esplndido; y entra tambin un pobre con un vestido sucio;

    No por ser hipottico significa que no se cumpliera en la realidad en un futuro de la

    comunidad. Los cristianos estaran reunidos, cuando entra un varn (con dedo de oro),

    enjoyado, con varios anillos de oro en el dedo. Sera un hombre rico de su tiempo. Unido a

    las joyas, estn sus ropajes resplandecientes. No se dice si el hombre era creyente o

    visitante.

    El visitante andrajoso () tiene un vestido sucio y maloliente. El estado del pobre

    contrasta con el del rico. La Iglesia como tal es un lugar de encuentro para unos y para

    otros y por eso no debera haber acepcin de personas.

    v.3: y os fijis con agrado en el que lleva el ropaje esplndido, le decs: t, sintate aqu,

    bien, y en cambio al pobre le decs: T, qudate ah de pie, o Sintate debajo del estrado

    de mis pies.

    Se da una diferencia de trato. Como el verbo est en plural, consiste en un trato de toda la

    comunidad. El sitio para el rico sera el mejor disponible, que en el caso de los evangelios

    sera reservado para personas honorables. En contraste, al pobre no se le concede

    importancia alguna y se la da una orden: lejos de los primeros lugares y de pie o debajo del

    escabel. Del Mesas se dice: no juzgar por apariencias.

    v.4: No sera esto hacer distinciones entre vosotros y ser jueces con criterios malos?

    La acepcin de personas es despreciar a Dios mismo y quebrantar sus mandamientos. Es

    estar dividido en uno mismo, ser inconsecuente con la fe profesada. Quien hace esto se

    convierte en juez injusto. Toda la reunin estara consintiendo que el presidente haga

    distincin entre ricos y pobres. Se convierten en jueces perversos que juzgan por la

    apariencia externa. Como en Gl 3,28: no se deben hacer acepciones, ni entre judos y

    griegos o esclavos y libres.

    En el libro de Job y en Prov 24,23 se advierte acerca de hacer acepciones de personas.

  • v.5: Escuchad, hermanos mos queridos: Acaso no ha escogido Dios a los pobres segn el

    mundo como ricos en la fe y herederos del Reino que prometi a los que le aman?

    Hay una pregunta retrica que se aplica con la respuesta de los destinatarios. El imperativo

    en aoristo: escuchad, hace referencia a escuchar con determinacin y a seguir escuchando.

    La eleccin de Dios es signo de su soberana, quien elige a quienes quiere. Dios ha

    escogido y sigue escogiendo (por ser aoristo medio)

    El autor sagrado, dirigindose a sus lectores como a hermanos carsimos, va a mostrarles

    que el favoritismo hacia los ricos es contrario a las divinas preferencias, que muestran ms

    favor hacia el pobre. Los destinatarios de la epstola saban por propia experiencia que la

    mayora de los cristianos eran gente humilde y pobre. Esto mismo era indicio del favor

    divino, puesto que les haca herederos del cielo en lugar de concederles riquezas materiales.

    Eran pobres segn el juicio del mundo, pero ricos desde el punto de vista de la fe. Los

    pobres, por el hecho de no encontrar en este mundo las satisfacciones que tienen los ricos,

    estn ms pendientes de la Providencia divina y menos expuestos a los peligros de las

    riquezas. Por esto mismo, estn ms libres para amar a Dios, y Dios se inclina hacia ellos

    de preferencia. Porque l es el que levanta del polvo al pobre y de la basura saca al

    indigente, para hacer que se siente entre los prncipes y darle parte en un trono de gloria.

    Pero Dios no se inclina sobre ellos slo por ser salvados. Porque la fe es salvacin y don de

    Dios. Los pobres son ricos en fe y herederos del Reino que prometi a los que le aman.

    Cada cristiano debe buscar esta herencia. Pero no slo somos herederos de Dios sino

    tambin coherederos con Cristo. La herencia debe ser compartida por igual por todos los

    herederos. Dios acta trasladando de la esclavitud del pecado a una condicin de hijo

    amado.

    Santiago no est hablando de un momento escatolgico, sino para el caso de una hipottica

    y futura acepcin de personas posible en un futuro cercano.

    v.6: pero vosotros despreciis a los pobres. No los ricos os oprimen y os arrastran a los

    tribunales?

    Dios ha elegido a los pobres, mientras la asamblea se inclinara por los ricos.

    Resulta que tenis en mayor estima, al menos aparentemente, a aqullos que son vuestros

    opresores. Eran los ricos los que ejercan el oficio de demandantes y fiscales en los

    procesos judiciales, los que clamaban en contra de los deudores, los que esquilmaban a los

    arrendatarios, los que utilizaban su poder e influencias a su favor incluso en contra de la

    ley. En todos estos casos los perjudicados generalmente eran los pobres. Cmo distinguir

    con honores a la persona que nos perjudica? Este es el interrogante que lanza Santiago

    contra aqullos que hacen "acepcin de personas".

  • La Biblia no condena la riqueza. Lo que condena es el apego a la riqueza, porque la codicia

    conduce a la opresin del pobre, como en St 5,4. Lo malo es () dominar

    hacia abajo a los pobres. Y los ricos los arrastran (a la fuerza, violentamente) por soborno,

    control o manejo de los tribunales.

    v.7: No son ellos los que blasfeman el hermoso Nombre que ha sido invocado sobre

    vosotros?

    Una nueva acusacin a los ricos opresores, que exige una respuesta positiva.

    17 de septiembre de 2013

    Estos ricos arrastraban a los creyentes a los tribunales y tambin blasfeman continuamente

    el Nombre que los lectores invocan. Sea tanto que los mismos ricos blasfemen como que

    induzcan a otros a blasfemar. El judo comn no utilizaba directamente el nombre de Yahv

    pero el invocar el nombre sobre alguien era ponerlo bajo su proteccin. Santiago parecera

    hacer referencia a Am 9,12. Probablemente se trata del nombre de Yahv.

    v.8: Si en verdad cumpls la ley regia de la Escritura: Amars al prjimo como a ti mismo,

    bien hacis;"

    Alguien podra aducir que atiende con consideracin al rico en atencin a esta ley. Pero

    esto no disculpa la acepcin de personas. Podramos pensar que en la Iglesia haba gente

    interesada en cumplir los mandamientos de la ley, pero el si condicional de este v. trata

    de que vivan an con ms coherencia, ya que algunos cumplen los mandamientos con

    perseverancia. Se le da a la Ley el carcter supremo, por encima de todas las leyes, ya que

    humanamente, sobre el Rey no hay nadie.

    Es una ley que establece Dios para su reino y quienes vivan en l. En II Tim 3,16: Pues

    toda la Escritura es divinamente inspirada y til para ensear, para argir, para corregir,

    para educar en la justicia, por lo que esta ley no se reduce al declogo sino que se refiere a

    toda la Escritura. En Lev 19,18 () se habla de prjimo como los que son ms allegados.

    Ya en el v.3 Santiago describa el desprecio del pobre prjimo. El mandamiento de amor al

    prjimo significa amar a Dios sobre todas las cosas. Es tambin un problema psicolgico en

    el sentido de si nos amamos a nosotros mismos sanamente ( : como a ti mismo).

    Se prohbe un concepto personal ms alto del que corresponde.

    Tampoco es el desprecio de uno mismo para sentirse intil en todo. Dios nos ha dado dones

    y carismas, por lo que el concepto de s mismo va a servir como medida de amor al prjimo.

    Para el creyente lo ms importante no es cunto crea sino cunto ame. Santiago nos

    presenta al pobre como a un hermano que entra a la reunin. Pero la comunidad no hace lo

    que Cristo les pide, ya que hicieron acepcin de personas. La exigencia es similar a la de

    Mateo: amar a los enemigos (Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen

    Mt 5,44). No slo se debe evitar hacerle dao al prjimo sino buscar lo mejor para l.

  • Quien ama al prjimo como as mismo hace bien ( ). Hace correctamente o

    excelentemente. La vida cristiana no consiste en hablar del amor sino en amar. Jess le

    impulsa, al creyente, en esta misma direccin. El amor entre los unos a los otros es el signo

    para que el mundo crea. Pero esta no es la expresin natural en la vida de los creyentes, ni

    es el distintivo que identifica a los cristianos.

    Fecha de examen: 1 de octubre. Trabajo: mediados o finales de octubre.

    v.9: pero, si obris con acepcin de personas, cometis pecado, y la Ley os argir de

    transgresores.

    Hay un contraste entre lo que manda la ley y lo que se hace en la prctica. Este pero se

    entiende como ya. Al que hace acepcin de personas, comete pecado y la Ley le arguye

    como transgresor. La Ley condena este pecado. No hay que hacer acepcin de personas ni a

    favor de los ricos ni a favor de los pobres. El mandamiento del amor implica la justicia. La

    obra de la Ley es la denuncia del pecado. El menosprecio al pobre no se condena slo

    porque sea pobre, sino que es grave por cuanto se le menosprecia al no considerarlo como

    prjimo. La congregacin incurri en un pecado.

    La ley califica a los que cometieron pecado como transgresores. No se puede alegar

    ignorancia ya que se prohbe la imparcialidad en Lv 19,15.

    v.10: Porque quien observe toda la Ley, pero quebrante un solo precepto, viene a ser reo de

    todos;"

    Si se ofende uno solo de los preceptos de la Ley se ofende a toda la Ley, ya que sta es

    integral. El autor est dirigindose a creyentes celosos de la ley, pero quienes quebrantan el

    mayor de los mandamientos de la ley: no amar al prjimo como a nosotros mismos, sino

    hacer acepcin de personas. Y es que esto significa menospreciar la autoridad de Dios al

    despreciar uno de sus preceptos.

    La palabra culpable es estar aferrado a algo. El transgresor queda sujeto al peso de la Ley.

    La voluntad de Dios no se puede fragmentar en diversas acepciones, se trata de una sola

    voluntad.

    v.11: pues el mismo que dijo: No adulterars, dijo tambin: No matars. Y si no adulteras,

    pero matas, te has hecho transgresor de la Ley.

    Se demuestra la unidad de la Ley y que el autor de la Ley es uno. Quebrantar un precepto

    de la ley es quebrantar la Ley una.

    Primero aparece el mandamiento sobre el adulterio y luego sobre no matar, pero en ambos

    casos, se quiere ejemplificar la unidad y la integralidad de la ley. Aunque no se cometan los

    actos pecaminosos fsicamente, con slo la mente ya se cometen. Este argumento pretende

  • hacer entender que la acepcin de personas es contraria a la ley y que quien la hace es

    contrario a la ley.

    v.12: Hablad y obrad tal como corresponde a los que han de ser juzgados por la Ley de la

    libertad.

    Debe haber coherencia entre la palabra y la obra. La enseanza de Jess es poderosa en

    obras y en palabras, sus palabras corresponden a sus acciones. Que el mundo interior

    coincida con el exterior. La vida cristiana no es simplemente de buenos deseos sino de

    acciones que manifiesten estos buenos deseos. El deseo se vuelve estril cuando las obras

    no corresponden a este deseo. Debe haber consonancia entre la fe y la vida. El motivo es

    saber que no se debe hacer acepcin de personas por el juicio que habr que pasar. El juicio

    no se limita al presente sino que hay una proyeccin al futuro en el que todos debemos

    comparecer. Cada creyente ser examinado en el tribunal de Cristo. El hecho de haber

    juzgado ya nos hace culpables. Y es que tanto el ofensor como el ofendido comparecern

    ante el mismo tribunal.

    Pero lo que va a regir el juicio ser la Ley de la libertad, por cuanto determina la forma de

    vida que Dios dispone para salvar al hombre. La Palabra misma ser la que tenga la palabra

    en el juicio.

    v.13: Porque tendr un juicio sin misericordia el que no tuvo misericordia; pero la

    misericordia se siente superior al juicio.

    La prctica de la misericordia slo es posible porque ya he experimentado la misericordia.

    Dios salva por misericordia. Jess se conmocion entraablemente no debemos aplicar la

    ley por la ley, sino que debemos ser misericordiosos. Esta misericordia debe alcanzarnos y

    demandar de nosotros un comportamiento similar.

    Carta de Judas

    1,3 ss.

    3: ,

    .

    Queridos, tena yo mucho empeo en escribiros acerca de nuestra comn salvacin y me

    he visto en la necesidad de hacerlo para exhortaros a combatir por la fe que ha sido

    transmitida a los santos de una vez para siempre.

    Lo que se dice no significa que el autor haya querido preparar otro escrito y que cambiara

    de opinin y escribi esta carta. Su cometido es alentar en los destinatarios (santos) la

    fidelidad a la fe cristiana recibida: conjunto de enseanzas morales y doctrinales que se

  • conservan en la Iglesia, tal cual. Esta fidelidad, ms que a la letra se logra viviendo el

    conjunto de verdades.

    La doctrina se conserva viviendo segn estas exigencias. Mantenerse en este tipo de vida es

    difcil, pero es necesaria la lucha por la fe.

    v.4: Porque se han introducido solapadamente algunos que hace tiempo la Escritura

    seal ya para esta sentencia. Son impos, que conviertan en libertinaje la gracia de

    nuestro Dios y niegan al nico Dueo y Seor nuestro Jesucristo.

    Algunos hombres se han infiltrado en las comunidades cristianas y adems son

    predicadores ambulantes acogidos por la comunidad pero esto es un peligro. Son gente que

    exteriormente se cuentan entre miembros de la Iglesia pero interiormente no tienen vnculo

    entre ellos y la comunidad. Para esclarecer lo que realmente son, el autor dice: los que

    desde antiguo haban sido escritos para esta condenacin, llamndoles impos. Habra que

    pensar en los impos y lo que a ellos se refiere en la Escritura. El castigo para ellos es el

    juicio de Dios que los condenar. Pablo los llama malditos, pero aqu el texto es ms fuerte.

    No se trata de una predestinacin, sino que por el hecho de ser impos estn escritos para el

    juicio.

    Los castigos y predicciones relativos a pocas pasadas expresan la suerte que corrern estos

    que se han infiltrado: el 4 cambia santos por impos. En la libertad del pecado y de la

    santidad se entiende el juicio pero tambin el perdn de Dios. Parece que el asunto de los

    impos tiene que ver con un desenfreno moral: estn convirtiendo en libertinaje y estn

    repudiando al nico dueo y Seor de los cristianos.

    5: Quiero recordaros a vosotros, que ya habis aprendido todo esto de una vez para

    siempre, que el Seor, habiendo librado al pueblo de la tierra de Egipto, destruy despus a

    los que no creyeron;

    6: y adems que a los ngeles, que no mantuvieron su dignidad, sino que abandonaron su

    propia morada, los tiene guardados con ligaduras eternas bajo tinieblas para el juicio del

    gran Da.

    7: Y lo mismo Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, que como ellos fornicaron y se

    fueron tras una carne diferente, padeciendo la pena de un fuego eterno, sirven de ejemplo.

    Empieza la serie de ejemplos de cmo Dios castiga a los impos, recordando lo que

    cualquier judo sabe: el rechazo de Dios tras la liberacin de Egipto. Cree conveniente

    recordarles esto, pensando en los falsos maestros. Pone 3 ejemplos conocidos por los

    judos:

    - el castigo en el desierto, como obra ejemplar de frente a la idolatra, haciendo

    perecer en el desierto a todos los hombres aptos para la guerra: quedando el pueblo

  • indefenso. As como tampoco la liberacin de Egipto no inmuniz al Pueblo, ahora

    la liberacin del pecado tampoco inmuniza a los impos de caer en el libertinaje. Se

    usa una enseanza sobre el castigo que Dios puede obrar.

    - El segundo ejemplo es tomado de la introduccin al relato del gnesis: los ngeles

    perdieron su principado, por haber pecado renegando de su primaca y abandonaron

    su residencia (el cielo). Por eso permanecen guardados y padecen el castigo en el

    fondo de las tinieblas, esperando el da final, en el que quedarn condenados para

    siempre. La enseanza es que tampoco se perdonar a los impos que estn pecando.

    Esta es otra leyenda de los judos que hablaba de una parte de los ngeles que

    abandonaron el cielo y llegaron a la tierra para tomar a las mujeres (pecado sexual)

    procreando gigantes, por lo que fueron arrojados al fondo de las tinieblas.

    - Se compara a los impos con Sodoma y Gomorra y toda su corrupcin. Son

    ciudades de la regin del Mar Muerto. En Gn 18,20 se habla de un pecado de los

    habitantes de la ciudad, pero no se especifica cul es este pecado. El pecado es

    anterior a la llegada de los ngeles. De todo esto el autor quiere deducir un pecado

    sexual de todas estas ciudades: se entregaron a la fornicacin y fueron tras otra

    carne. Pero este pecado consisti a lo sumo en la intencin de los habitantes de

    Sodoma, pero el hecho no se llev a cabo.

    vv. 8-9: Igualmente stos, a pesar de todo, alucinados en sus delirios, manchan la carne,

    desprecian al Seoro e injurian a las Glorias. En cambio el arcngel Miguel, cuando

    altercaba con el diablo disputndose el cuerpo de Moiss, no se atrevi a pronunciar contra

    l juicio de maldicin, sino que dijo: Que te castigue el Seor.

    Si los castigos anteriores son suficientes para que haya una conversin, ahora se llama

    pecadores a los ngeles, a los impos y a los soadores (quienes se apoyan en falsas

    visiones). Repudian al Seor, con sus ideas y acciones inmorales pasando por encima de la

    voluntad divina e insultando la gloria del Seor, su dominio. No se especifica todava en

    qu consiste el error pero se puede tratar de una conducta licenciosa. En la dignidad

    anglica que le corresponde al arcngel Miguel, en la lucha que l libra con el demonio,

    habiendo tenido la oportunidad de condenar al demonio, no lo hace, reconociendo que la

    potestad de condena slo le corresponde al Seor. Si esto es as, an delante del diablo,

    cunto respeto se debe tener de frente a los hombres.

    En otro contexto hay una splica a Dios para que reprenda al diablo, en varios escritos

    apcrifos. El autor se sirve entonces de una tradicin juda para utilidad de su cometido.

    v. 10: pero stos insultan todo lo que ignoran y en todo se corrompen como animales

    irracionales, conociendo por instinto.

    v. 11: Ay de ellos!, porque se han ido por el camino de Can, y por un salario se han

    abandonado al descarro de Balaam, y han perecido en la rebelin de Cor.

  • Sigue aludiendo a temas del AT. Can sera el prototipo de un impo, que preocupado por su

    propia ventaja se rebel contra Dios. Aparece entonces una especie de acusacin judicial

    para los impos, con la consecuencia similar a la de Balaam.

    24 de septiembre de 2013

    Puede significar que los falsos maestros han cado en su codicia por su salario. La idea es

    que la avaricia arrastra a estos hombres contra la voluntad de Dios. Los seductores se

    pareceran a Cor. stos como Cor perecern.

    v.12: Estos son unos escollos cuando banquetean desvergonzadamente en vuestros gapes

    y se apacientan a s mismos; son nubes sin agua zarandeadas por el viento, rboles de

    otoo sin frutos, dos veces muertos, arrancados de raz;

    Continan las comparaciones. Posiblemente se refiere a la participacin en banquetes y en

    celebraciones eucarsticas, sin el menor respeto por el misterio que se celebra: la muerte de

    Cristo. Son aquellos que piensan en s mismos sin preocuparse por el rebao. Se asemejan a

    nubes que no cumplen con su misin ya que no dan agua y a rboles que ya no pueden dar

    fruto. Estos cristianos impos tenan una misin que cumplir y no lo hicieron. Estn

    doblemente muertos.

    v. 13: son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia vergenza, estrellas

    errantes a quienes est reservada la oscuridad de las tinieblas para siempre.

    Son como el mar, ya que echan la espuma de su vergenza, con su inmundicia. Su carcter

    es como el de las estrellas errantes que segn la leyenda juda se trataba de almas errantes

    en algn tiempo sometidas y que ahora vagan sin sentido. Son falsos maestros inestables.

    vv. 14-16: Henoc, el sptimo despus de Adn, profetiz ya sobre ellos: Mirad, el Seor

    ha venido con sus santas miradas para realizar el juicio contra todos y dejar convictos a

    todos los impos de todas las obras de impiedad que realizaron y de todas las palabras

    duras que hablaron contra l los pecadores impos. Estos son unos murmuradores,

    descontentos de su suerte, que viven segn sus pasiones, cuya boca dice palabras

    altisonantes, que adulan por inters.

    Segn el Gn 5: Henoc es el sptimo patriarca despus de Adn. El nmero 7 le podra

    caracterizar como un hombre justo. El texto de la Profeca de Henoc es un texto apcrifo al

    cual tendra acceso el autor. Es un libro de profecas producto de visiones que tuvo Henoc.

    Son murmuradores, quisquillosos, su boca habla con arrogancia, adulando a las personas

    por su propio inters. Rompen con la tarea de un cristiano que es configurarse a la voluntad

    de Dios, y en cambio buscan su propio inters con un lenguaje blasfemo. Esta forma de

    actuar les trae ventajas terrenas. Hay personas religiosas que ignorantemente hablan en

    nombre de Dios para beneficio propio.

  • La carta de Judas, a pesar de ser tan pequea es el texto del NT con ms citaciones de las

    leyendas judas. Tuvo sus dificultades para entrar en el Canon, y es que el uso de las

    leyendas judas es para iluminar y ejemplificar, nunca como enseanza propiamente. Lo

    inspirado lo que est en funcin de la intencin del autor en consonancia con el sentir

    eclesial. Los textos bblicos hay que leerlos tomando en cuenta los distintos gneros

    literarios, distinguiendo entre las verdades que el autor ensea y la forma en que las ensea.

    Pablo mismo usa en sus argumentos razonamientos griegos y cita a pensadores de Tarso.

    Ello no significa que dichas afirmaciones sean inspiradas sino que sirven para las

    enseanzas.

    vv. 17-19: En cambio vosotros, queridos, acordaos de las palabras dichas antes por los

    apstoles de nuestro Seor Jesucristo. Ellos os decan: Al fin de los tiempos habr

    burladores que vivirn segn sus propias pasiones impas. Estos son los que causan

    divisin, los que actan segn su naturaleza instintiva, sin tener espritu.

    Para el NT estas palabras son autoridad en el plano doctrinal, y anunciaron lo que iba a

    pasar, particularmente en los ltimos tiempos (tiempo de la impiedad, antes del juicio).

    Estos burlones no toman en serio nada y por eso engaan a otros, pasando por encima de

    las enseanzas cristianas y divinas, obedeciendo slo a los instintos. Por eso es que

    siembran divisin en la comunidad, ya que hacen diferencias: espirituales/puramente

    humanos. En el fondo el motivo es que estos no poseen el Espritu, son naturales, que a

    diferencia de los verdaderos cristianos, hacen diferencias obedeciendo slo a sus instintos.

    vv. 20: pero vosotros, sobreedificando sobre vuestra santsima fe y orando en el Espritu

    Santo,

    En el fondo no hay que prestar odo a estos falsos maestros. En este caso, la orientacin

    segura del cristiano le viene de la fe tradicional, revelada por Dios y por eso santa.

    Sobreedificando en lugar de dividir, ladrillo tras ladrillo. Adems se pide la oracin en el

    Espritu Santo. Esto lo pueden hacer los verdaderos cristianos.

    vv. 21-22: conservaros en la caridad de Dios, aguardando la misericordia de nuestro

    Seor Jesucristo para vida eterna. A unos, a los que vacilan, convencedlos; a otros, tratad

    de salvarlos arrancndolos del fuego; y a otros mostradles misericordia con cautela,

    odiando incluso la tnica manchada por su carne.

    Si los fieles se conservan en el amor de Dios, en la fe y en la oracin, eso los librar de

    todos los peligros. El amor humano y divino estn unidos. Dice el autor cmo comportarse

    segn corresponda: a los que dudan, hay que tratar de convencerlos, a otros hay que

    salvarlos y se debe mostrar amor a los que se han extraviado. En estos versculos, el autor

    sagrado recomienda la prudencia caritativa para con todos. Judas seala la conducta a

    seguir con los cristianos seducidos ms o menos por la hereja. Distingue tres clases: Los

    que vacilan como los nefitos, etc., deben ser instruidos por los que conozcan mejor la

  • doctrina apostlica. La segunda clase estaba en peligro ms grave: haban flaqueado ya,

    pero an podan ser rescatados. Estaban envueltos en llamas, pero todava podan ser

    socorridos. Con los de la tercera clase, que son hombres manifiestamente depravados y sin

    esperanza de ser salvados, han de portarse con temerosa misericordia y mantenerlos a

    distancia por temor a contaminarse.

    vv. 24-25: Al que es capaz de guardaros inmunes de cada y de presentaros sin tacha ante

    su gloria con alegra, al Dios nico, nuestro Salvador, por medio de Jesucristo, nuestro

    Seor, gloria, majestad, fuerza y poder antes de todo tiempo, ahora y por todos los siglos.

    Amn.

    La conclusin de la carta es solemne, semejante a Rm 16,25-27. Centra todo en Jesucristo.

    Los creyentes estn expuestos a esta cada pero deben presentase sin tacha ante el juicio de

    Dios, por mediacin de Cristo, mediador y existente antes del tiempo. Dios es el nico dios,

    y salva a su Pueblo por medio de la salvacin de Cristo. El autor afirma que slo con el

    auxilio de la gracia de Dios podrn los fieles mantenerse firmes en la fe. Dios es el nico

    que podr conservarlos sin tacha y sin pecado, a fin de que puedan presentarse ante la

    majestad divina totalmente irreprensibles.

    Hebreos

    Hay grandes interrogantes en torno a este texto. Uno de los elementos centrales de este

    texto es el aspecto el de Jess como Sumo Sacerdote.

    4,14-ss:

    La seccin 4,14-10,31 forma la parte central de la carta. Es la II parte de la carta y es muy

    extensa. Es un estmulo para los creyentes porque contamos con un Sumo Sacerdote.

    4,14: , ,

    Teniendo pues un Sumo Sacerdote grande que ha pasado a travs de los cielos, Jess, el

    Hijo de Dios, aferrmonos a la confesin comn.

    vv. 14-16 son una exhortacin al estilo de una tesis, tesis que engloba la conclusin de 3,1-

    4,13 y es apertura a 5,1-10.

    Este Sumo Sacerdote es garanta de esperanza porque ha atravesado el cielo, y su presencia

    all es accin salvadora. Este pues introductorio recuerda lo que el autor ya haba en 2,17 y

    en 3,1 que hablan del Sumo Sacerdote, ahora profundiza acerca de estas caractersticas que

    tiene. Es de gran rango, parece una redundancia: hay un Sumo sacerdote que es grande. La

    idea que transmite es que es superior al sacerdocio levtico, tal como est en 4,14 y 12,3 es

    superior a los profetas (1,1-3), superior a los ngeles (1,4-2,18) y es superior a Moiss (3,1-

  • 4,13). Jess se ha introducido en el mismo trono de Dios. Habiendo hecho la purificacin

    de los pecados se sent a la diestra de la grandeza de Dios Padre. Atravesar los Cielos se

    refiere al oficio ministerial de Jess, quien alcanza misericordia para nosotros. El Sumo

    Sacerdote Jess es el Hijo de Dios, el exaltado a la diestra de Dios, no es un Logos celeste

    sino que es aquel mismo que vivi entre nosotros, el mismo que padeci, muri y resucit.

    Es el Jess terreno, lo que es necesario para comprender el v.15. Si esto es as entonces

    debemos aferrarnos a la confesin de fe bautismal. En Jess tenemos un Sumo Sacerdote

    que es grande, ha atravesado el Cielo y est sentado a la diestra de Dios Padre.

    Esto significa para nosotros que debemos sentirnos agradables a Dios, acreditados para

    estar ante su presencia. El ministerio sacerdotal brota de la fe bautismal, centrada en el

    misterio de Cristo Jess. Esto es diferente a la vida consagrada no sacerdotal. El sacerdote

    participa de este ministerio del Sumo Sacerdote.

    8 de octubre de 2013

    v.15: Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras

    debilidades, sino probado en todo igual que nosotros, excluido el pecado.

    El v. 14 nos ayud a entrar en la dinmica del Sumo Sacerdote. En este v. 15 el autor nos

    introduce en lo que est diciendo. Es algo que afecta nuestra existencia cristiana y pretende

    dar certeza y nimo en medio de las dificultades de la vida. El Sumo sacerdote aparece en

    3,1 y ahora es presentado como grande: en 5,5 y en 8,1. Hay una construccin de doble

    negacin, que en el fondo es una afirmacin: tenemos un Sumo sacerdote Es uno que

    puede compadecerse. Este mismo Jess es cercano a nosotros y no debemos pensar que por

    su autoridad est lejos o es inaccesible, pues es solidario con el ser humano en todas sus

    necesidades.

    El verbo para compadecerse es: (padecer con alguien, compadecer). Aparece

    en Hb 10,34 y en este texto y son las nicas 2 veces que aparece en el NT.

    l se compadece de nuestras debilidades: esto nos da una gran paz: hay uno que es capaz de

    compadecerse de nuestras debilidades. Este texto nos hace (a los ministros) capaces de

    compasin. Pablo, en II Cor 12,5 dice: no me jactar, excepto en mis debilidades y en 12,9:

    el poder se perfecciona en la debilidad Porque cuando soy dbil, entonces soy poderoso.

    De Cristo sumo sacerdote se haba hablado ya anteriormente, pero como de pasada (cf.

    2:17; 3:1); ahora se va a hablar de modo amplio y directo a lo largo de varios captulos. En

    esta especie de introduccin se le llama gran sumo sacerdote ( ), ttulo de

    doble grandeza, y se da a entender ya desde un principio que el santuario donde ejerce su

    funcin sacerdotal medianera es el cielo, adonde subi, despus de haber padecido y

    muerto ac en la tierra para llevar a cabo la obra redentora (v.14; cf. 1:3; 8:1-5). Se aade

    que, no obstante su grandeza (v.14), est lleno de compasin hacia nosotros, dispuesto a

  • ayudarnos en todo, pues en su misma persona pas por la prueba de nuestras debilidades,

    excepto la del pecado (v.15; cf. 2:17-18).

    Las debilidades que Jess puede compadecer son todas. Nada verdaderamente humano

    queda fuera de esta compasin: lo que no se asume, no se redime. Esto me hace capaz de

    mantenerme adelante y con el nimo y la esperanza de quien se sabe amado por Dios. La

    capacidad de la gloria y la comprensin en la misericordia, van muy ligadas en este Sumo

    Sacerdote, Jesucristo. Conocer y comprender no es lo mismo que experimentar. Por lo que

    se entiende que Jess no cometi pecado, pero s comprende la realidad del pecado

    (pensemos en el abandono que experiment Cristo en la Cruz).

    Unidas estas dos capacidades: gloria y compasin, se ve que un Sumo Sacerdote necesita

    ambas. Se trata de la relacin con Dios, en intimidad con la voluntad del Padre y la realidad

    de relacin con los hombres, en apertura a los hermanos. Se trata de ser solidario con todas

    las debilidades y las miserias humanas. Hay que acreditarse por Dios por la capacidad de

    comprensin y compasin con los dems, cuyo termmetro puede ser la capacidad de

    compadecerme conmigo mismo.

    El verbo se puede entender como tentar o probar: slo aparece en 2,18 y 4,15. En

    ambos casos hay relacin entre ser tentado y no pecar: l se puede compadecer, porque las

    tentaciones de Jess son nuestras tentaciones. En la Biblia, este trmino significa:

    - Abraham es puesto a prueba (Hb 11,17)

    - El Pueblo de Israel es puesto a prueba: la finalidad es educar al Pueblo.

    - Jdt afirma que Dios ha querido probarnos como a nuestros Padres, no para

    aniquilarnos sino para corregirnos como Padre.

    - Sab dice que Dios los ha probado y los ha considerado dignos de s.

    - Ecle 2,1: y si te llegas a servir al Seor, preprate para la prueba.

    - Sal 26,2: psame por el crisol, ponme a prueba, escruta mi corazn.

    La idea de la prueba tiene sentido, no para hacer dao sino para medir la fe y la fidelidad.

    La excepcin la da el texto de Santiago, que dice que Dios no ha puesto a prueba a nadie,

    ya que la prueba vendra de la concupiscencia. Pero la prueba se ve como accin educativa.

    Hay que estar preparado para la prueba pero no hay que buscarla. Debemos tener confianza

    porque Dios es fiel y no nos dejar ser tentados ms all de lo que podemos.

    Por eso Jess no asume el pecado, porque no pertenece a la naturaleza originaria del

    hombre y porque l sabe dnde somos capaces de desobedecer a Dios y por eso es capaz de

    compadecerse de nosotros. Si este es nuestro Sumo Sacerdote, quien sabe de miserias

    humanas pero tambin de amor entregado, esto nos cambia la perspectiva: toda la creacin

    amorosa, esconde una posibilidad infinita de eternidad, en una generacin de amor hacia el

    infinito: nada es imposible para Dios. Hay que mirar a la persona humana desde la

  • resurreccin de Cristo, quien no sucumbi a la prueba sino que es capaz de dar nimo a sus

    hermanos.

    v. 16:

    Acudamos continuamente a nuestro Sumo Sacerdote.

    15 de octubre de 2013

    Parresa significa ms bien el derecho de hablar con libertad, con toda confianza. En este

    caso se trata de poder hablar de Dios con toda libertad. En 3,6 se habla de la confianza y en

    10,35 y en 10,19 tambin se habla de la confianza del creyente al acercarse a Dios en

    Cristo. Nada nos ha de hacer perder la capacidad de acercarnos a Dios.

    El trono de la gracia se puede entender a la luz de textos del Ap: 4,9 y 21,5 a partir de esta

    concepcin, podemos comprender a quin nos acercamos con total confianza, para darle

    honor y alabanza, l nos da la gloria y la salvacin. Tambin en 3,21 se habla de que a

    quien venza lo sentar con l en el trono. El trono es el lugar especial de la presencia del

    Seor y su cercana. En Hb 1,8 y 8,1: tenemos un sumo sacerdote que se sent a la diestra

    de Dios. Nos acercamos a Dios y a Cristo exaltado. Es un trono de la gracia, gracia que

    debe estar siempre con nosotros. La gracia nos ofrece los medios necesarios para mantener

    la fe y la esperanza, en medio de la vida. Es la gracia obtenida por Jess para que hablemos

    libremente con el Padre.

    El texto nos dice: para que recibamos misericordia: del trono de la gracia se nos revela la

    misericordia () de Dios. Se trata de una irrupcin de la misericordia de Dios en la

    vida. Se nos invita a acercarnos con confianza para obtener lo que ms necesitamos: el

    perdn de los pecados. Y tenemos: hallar gracia para una ayuda oportuna: nos garantiza la

    seguridad de alcanzar esto por medio de Jess. A l podemos clamar con una palabra que

    Dios escucha por su misericordia. No habr un rechazo. Esta palabra es respondida, es Dios

    que habla y que responde al hombre que le escucha y le responde por la fe.

    Captulo 5

    vv. 1-4: de aqu al captulo 10,31 se habla del Sumo Sacerdote Jesucristo, con un parntesis

    de 5,11-6-20

    Porque todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y es constituido en favor de

    los hombres en lo que se refiere a Dios para ofrecer dones y sacrificios por los pecados;

    Cada individuo que es tomado para este servicio. Es capaz de sentir con los hombres, para

    beneficio de ellos, siendo llamado por Dios. En Lev 21,10: el sumo sacerdote, superior a

    sus hermanos el Sumo sacerdote es uno como los dems pero con una misin especial a

    favor de los hombres. Porque todo sumo sacerdote es constituido para ofrecer tanto dones

  • como sacrificios. Esto recuerda 2 tipos de sacrificio en el AT: los sangrientos y los no

    sangrientos. Ofrece () aparece muchas veces en estos captulos. En Lev 16 se dice

    cmo los sacrificios sangrientos sirven para la expiacin del pecado. En Heb se habla de

    esto en 5,3, etc. Todo sumo sacerdote ofrece una accin sagrada en beneficio de la

    humanidad, ante Dios.

    El Directorio para la vida y el ministerio de los presbteros, habla de esto. Es una invitacin

    a ofrecer en el altar la propia vida.

    v. 2: y capaz de ser indulgente con los ignorantes y extraviados, porque tambin l est

    rodeado de debilidad.

    Es capaz de comprender lo que el otro siente, particularmente con los ignorantes y

    extraviados. El Sumo sacerdote se ve rodeado de compasin e indulgencia para entender a

    los que se pierden y extravan, aquellos que se equivocan, pero sin intencin. En Lev 4 y 5

    se habla de los pecados de inadvertencia. Tambin l est sometido a la debilidad y est del

    lado de los pecadores.

    v. 3: Y a causa de ella debe ofrecer por los pecados propios igual que por los del pueblo.

    En 7,27: ofrecer sacrificios por s mismo y por los del pueblo.

    v. 4: Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aarn.

    El honor viene de Dios, el cual llama para otorgar un don, que es un servicio: ofrecer dones

    y sacrificios. La figura modelo es Aarn, el hermano de Moiss (Cf. Ex 28,1) para que

    ejerza el sacerdocio de Dios. Es un llamado divino. La distincin entre vocacin y sumo

    sacerdocio en el AT es que el sacerdocio se daba por pertenencia a la tribu de Lev: el

    sacerdocio se da por nacimiento, prcticamente.

    v. 5: As tambin Cristo no se apropi la gloria del Sumo Sacerdocio, sino que la tuvo de

    quien le dijo: Hijo mo eres t; yo te he engendrado hoy.

    Cristo tampoco se ha glorificado a s mismo para llegar a ser sumo sacerdote. Pasa de una

    frase negativa a una positiva: Dios fue quien le dijo. Este sacerdocio de Cristo est en

    continuidad con el del AT y tambin nos dice que el sacerdocio de Aarn se ve superado:

    no por el rito de Aarn, sino segn el rito de Melquisedec.

    v. 6: Como tambin dice en otro lugar: T eres sacerdote para siempre, segn el orden de

    Melquisedec.

    As encontramos en Cristo:

    1. Servicio como hombre a favor de los hombres: 5,3

    2. Llamado por Dios: 5,5-6

  • Se hace alusin al salmo 2.

    Nuestro sacerdocio tambin es recibido. Esto se actualiza cada nuevo da: es Dios que

    quiere comunicarse a otros por medio del ministerio. Es un don que se recibe

    anticipadamente. La actitud debe ser la de estar recibiendo cada da para ofrecer en nombre

    propio y de los otros. Es una actitud de estar respondiendo constantemente.

    Siguiendo 5,6: un rey en Jerusaln debe asegurar la continuidad de la dinasta davdica y

    debe gobernar con justicia defendiendo a sus sbditos en tiempos de guerra. Si se trata de

    slo un rey no hay ningn problema, pero es que se habla de un sacerdocio para un rey.

    Melquisedec: su nombre es cananeo y significa: rey de justicia. Adems vemos Gn 14,17-

    24 donde Melquisedec presenta pan y vino a Abraham. Era rey y sacerdote de Jerusaln, la

    de los jebuseos, en tiempos de Abraham. Melquisedec tiene las dos funciones: rey y

    sacerdote. Pero cmo puede ser sacerdote del Altsimo si todava no se ha instituido el

    sacerdocio levtico. El rey ejerca tambin una funcin sacerdotal, incluso en el pueblo de

    Israel. Abraham reconoce este sacerdocio dndole la dcima parte del botn.

    Tambin se cita el Salmo 110,4 y al Salmo 101,1: tiene una fundamentacin bblica para el

    acontecimiento pascual, no slo en Hb sino en todo el NT. El Salmo 110,4 sirve para

    entender a Cristo en la carta a los Hb. Los salmos tienen importancia teolgica y literaria en

    la carta a los Hebreos.

    Esto significa una participacin en la dignidad y grandeza que no podemos olvidar cada

    da, que nos capacita para ser signos de la gratuidad de Dios.

    v. 7: El que habiendo ofrecido en los das de su carne, tanto ruegos como splicas con

    clamor fuerte y con lgrimas al que poda salvarle de la muerte, siendo escuchado por su

    actitud y su piedad,

    Jess aprende la obediencia a travs del sufrimiento. El acento cae en el v.8. Contina la

    reflexin sobre Cristo, cuya presentacin es tan encarnada que nos hace sentir la cercana

    de un Dios que se ha encarnado. La estructura de este v. 7 est llena de oraciones

    participiales: habiendo ofrecido en los das de su carne: hara alusin a la oracin en el

    Huerto. l se ofrece a s mismo: 9,12 y 9,25: entra con su propia sangre. Ejerce su sumo

    sacerdocio entregando su propia vida. l comparte nuestra existencia terrena: debilidad y

    ser pasajero.

    El clamor fuerte y con lgrimas hacen referencia a un grito fuerte producto del dolor: Jess

    tambin teme a la muerte: siendo escuchado por su actitud y su piedad: actitud se sumisin

    a los planes de Dios, en confianza y abandono, ya que sabe que tiene poder para salvar y

    redimir. La existencia de Cristo se presenta en la encarnacin y en su humanidad, vivida

    como ofrenda de s mismo: ofrece ruegos y splicas, con clamor fuerte y con lgrimas:

    escuchada y atendida: hay un rostro de Dios lleno de ternura.

  • v. 8: y aunque siendo Hijo, aprendi () de lo que sufri, la obediencia;

    Experimenta el dolor del final del tiempo. Es un proceso de aprendizaje, por el cual, siendo

    probado, puede comprender a los que han sido probados. Aprende la obediencia sufriendo.

    l es fiel, sin pecado, fiel y confiable. Estaba dispuesto a hacer la voluntad del Padre.

    Acepta la prueba de dolor mxima: la prueba de la Cruz: dejando de ser humano: era lacra

    social. Hay una relacin entre la muerte por el oprobio y la obediencia: lo importante es

    para qu se vive. Nuestra vida est impregnada del germen de la eternidad, por aquel que

    fue librado de las garras de la muerte y alcanza la victoria de la resurreccin.

    22 de octubre de 2013

    v. 9: y perfeccionado lleg a ser para los que le obedecen causa de salvacin.

    Perfeccionado se puede entender como siendo escuchado: escuchado-proclamado-

    perfeccionado. Estos 3 participios describen la accin salvadora de Dios en Jesucristo. Pero

    Jess no alcanza el cumplimiento de su misin tanto en sus obras sino en su aparente

    fracaso: en la muerte. l es perfeccionado en el sufrimiento. Obedecer a Jess es ser

    obediente como l. Slo en cuanto ha mantenido la obediencia y el temor de Dios es

    constituido en Sumo Sacerdote.

    v. 10: proclamado por Dios Sumo Sacerdote "segn el orden de Melquisedec."

    El Orden de Melquisedec ya ha sido comentado. Al nico que Dios ha colocado como

    Sumo Sacerdote es a Aquel que ha aprendido a obedecer. El amor llega a su plenitud y es

    fecundo cuando es tocado por el dolor. La seccin que iniciamos (5,11-6,20) trata de la

    promesa a una comunidad con dificultades en la escucha y la comprensin.

    v. 11: Sobre este particular tenemos muchas cosas que decir, aunque difciles de explicar,

    porque os habis hecho tardos de entendimiento.

    Es un problema expresado en forma de reproche. El autor tiene mucho que decir, pero los

    oyentes se han vuelto torpes para escuchar. Los oyentes han perdido la capacidad de

    progresar en el conocimiento de Cristo, con el peligro de caer en la apostasa y de frustrar el

    proyecto de Dios.

    v. 12: Pues debiendo ser ya maestros en razn del tiempo, volvis a tener necesidad de ser

    instruidos en los primeros rudimentos de los orculos divinos, y os habis hecho tales que

    tenis necesidad de leche en lugar de manjar slido.

    La comunidad ya debera ser maestra y sin embargo necesita ser enseada en los principios

    cristianos.

  • vv. 13-14: Pues todo el que se nutre de leche desconoce la doctrina de la justicia, porque

    es nio. En cambio, el manjar slido es de adultos; de aquellos que, por costumbre, tienen

    las facultades ejercitadas en el discernimiento del bien y del mal.

    El que no ha sido alimentado con la doctrina slida de Cristo, es un nio en materia de fe y

    no es capaz de realizar grandes obras. El alimento slido es para los maduros, para los que

    pueden discernir el bien del mal. Se han ejercitado en el arte del discernimiento. El peligro

    es volverse perezosos en la escucha de la palabra de Dios.

    6,1: Por eso, dejando aparte la enseanza fundamental acerca de Cristo, elevmonos a lo

    perfecto, sin reiterar los temas fundamentales del arrepentimiento de las obras muertas y

    de la fe en Dios;

    Lo que se busca es que los lectores puedan llegar a la madurez, yendo a la madurez, para

    alcanzar una mayor madurez. Los vv. 1-2 tienen 6 afirmaciones o artculos de las bases de

    la fe: (1-2: Dogmtico-moral; 3-4: ritual-sacramental y 5-6: escatologa)

    1. Conversin de las obras muertas

    2. Fe en Dios (respuesta de la persona a Dios, una vez convertida de las obras muertas)

    3. Bautismo (abluciones en las que somos sumergidos)

    4. Imposicin de manos (Confirmacin)

    5. Resurreccin de los muertos (central en la catequesis oral de los Apstoles {Cf. I

    Cor 15})

    6. Juicio final

    v. 2: de la instruccin sobre los bautismos y de la imposicin de las manos; de la

    resurreccin de los muertos y del juicio eterno.

    v. 3: y esto lo haremos si Dios lo permite.

    Se trata de avanzar en la madurez cristiana: ese es el querer de Dios. No debemos

    estancarnos: no debemos pensar que ya somos perfectos: madurez significa capacidad de

    entrega y desdoblamiento en Aquel a quien hemos conocido y a quien deseamos servirle.

    vv. 4-6: porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron el don

    celestialrenovarlos de nuevo para el arrepentimiento a quienes estn crucificando al Hijo

    de Dios y lo exhiben a pblica infamia.

    El argumento fuerte del autor es que aun cuando resultara beneficioso volver a la doctrina

    fundamental, esto no servira de nada para quienes han apostatado.

    Copiar del audio Dios en su justicia les recompensar por sus obras Copiar del

    audio

  • vv. 11-12: Deseamos, no obstante, que cada uno de vosotros manifieste hasta el fin la

    misma diligencia para la plena realizacin de la esperanza, de forma que no os hagis

    indolentes, sino ms bien imitadores de aquellos que, mediante la fe y la perseverancia,

    heredan las promesas.

    5 de noviembre de 2013

    Del 13 al 20 se trata de otra seccin, que habla de la promesa confiable, garantizada y

    cumplida a Abraham, que aparece como modelo de creyente en el c. 11. Aqu se habla de

    que Dios ha jurado por s mismo, al hacer su promesa a Abraham. El acento recae sobre la

    cualidad de certeza de la promesa de Dios: la Palabra de Dios es infalible y el juramento,

    que vale por s mismo. En 9,11 Cristo Sumo Sacerdote est en relacin con el Tabernculo:

    Dios no se arrepiente. No hay que dudar de Dios, cuando l promete es algo definitivo. Fiel

    es quien promete.

    El v. 14 hace referencia a Gn 22,16-17 donde Dios hace la promesa a Abraham, tras el

    sacrificio que iba a hacer de Isaac. En el texto griego hay un juego de palabras: diciendo:

    S, de cierto que bendiciendo te bendecir y multiplicando te multiplicar.

    Esto da pie para pensar que el sacerdocio de Cristo es capaz de ser pleno, porque la

    bendicin de Dios realiza lo que promete.

    v. 15: y aguardando pacientemente, alcanz la promesa.

    Abraham alcanz la promesa despus de aguardar con paciencia. La promesa hecha a

    Abraham no se limita al nacimiento de Isaac.

    vv. 16-17: Dios ha interpuesto un juramento para dejar claro que su resolucin y su

    voluntad son irrevocables.

    v. 18: por lo inmutable de la Promesa y el Juramento, tenemos confianza en que es

    imposible que Dios mienta. En el AT, Dios y su Palabra son veraces, lo que l dice se hace

    y sucede.

    Todo esto es para que tengamos un gran consuelo y un lugar de refugio para asirnos a la

    esperanza, explicada en el v. 19.

    En el v. 20 Jess es presentado como el precursor, ya que por su sangre nos abri el camino

    nuevo y viviente, no slo como precursor sino como sacerdote eterno, alcanzando que

    nosotros nos acerquemos a Dios.

    Cap. 7:

    Regresa al tema que haba venido desarrollando, que va desde 7,1 hasta 10,18.

  • Se trata de la autenticidad de la figura de Cristo:

    I. Melquisedec

    II. Melquisedec, Abraham y Lev

    III. Sacerdocio levtico segn el Orden de Aarn

    IV. El Sumo sacerdocio segn el rito de Melquisedec

    V. Conclusin: El Sumo sacerdote que nos conviene

    7,1-2: Son una copia de Gn 14,17-20 aunque hay diferencias.

    Quiz al autor de Hebreos le interesaba centrarse en lo esencial del relato. En 7, aparece 5

    veces el nombre de Melquisedec, luego de lo cual no aparecer ms. En todo el AT slo

    aparece en Sal 110,4 y Gn 14,18. Se dice de l que es sacerdote del Dios Altsimo,

    expresin aplicada por lo cananeos, los fenicios, y los hebreos, para su Dios. Los griegos

    tambin usaban esta expresin. La comparacin busca decir que Jess es sacerdote del Dios

    Altsimo. Melquisedec significa rey de justicia y Salem significa paz. Comienza

    entonces la presentacin de la superioridad del sacerdocio de Cristo.

    7,3: este personaje no tiene genealoga. No tiene padres, no tiene principio de das ni final

    de sus das. Se ignora todo de este hombre. Hecho semejante al Hijo de Dios, permanece

    para siempre como sacerdote. Melquisedec, en cuanto sacerdote, tambin es rey.

    7,4: el mismo Abraham le da lo mejor del botn tras la victoria sobre los otros reyes. La

    dignidad de Melquisedec se ve reforzada por este hecho.

    7,5: los israelitas estaban obligados a pagar a los levitas, por derecho perpetuo, ya que esta

    tribu no tena herencia territorial, aun cuando ellos mismos, los levitas, son tambin

    descendientes de Abraham.

    Presentada la persona de Melquisedec, tipo o figura de Cristo (v.1-3), se da ahora un nuevo

    paso en orden a probar la superioridad del sacerdocio de Cristo sobre el de la tribu de

    Lev en la Ley mosaica (v.4-10). El argumento, dentro de la oscuridad propia de toda

    alegorizacin, es fcil de captar: si Melquisedec bendice y recibe diezmos de Abraham, es

    que le es superior, y a fortiori superior a sus descendientes, los sacerdotes hijos de Lev.

    Para el desarrollo de esta argumentacin, el autor comienza poniendo por delante la

    grandeza de Melquisedec, a quien Abraham, no obstante ser quien era428

    , le entrega el

    diezmo de todo (v.4.). Tambin los sacerdotes descendientes de Lev429

    reciban el diezmo

    de sus hermanos, a pesar de ser ellos igualmente hijos de Abraham: era un precepto de la

    Ley en homenaje a su dignidad sacerdotal (v.5; cf. Num_18:20-32). Pero el caso de

    Melquisedec es especial, pues, sin precepto alguno de la Ley, recibe el diezmo de Abraham

    mismo, es decir, de aquel precisamente a quien fueron hechas las promesas de salud para

    el mundo y por quien viene toda la grandeza a Israel (v.6; cf. 6:13). Seal, pues, de que la

    dignidad de Melquisedec es superior a la de Abraham. A la misma conclusin nos lleva

    el hecho de la bendicin, pues quien bendice es superior al bendecido (v.7). Y si es

  • superior a Abraham, a fortiori es superior a Lev, descendiente suyo, virtualmente incluido

    en Abraham cuando daba los diezmos a Melquisedec y reciba la bendicin (v.8-10). En el

    v.8 se insina una nueva razn de la superioridad de Melquisedec sobre los sacerdotes

    descendientes de Lev, y es que stos, aunque reciban diezmos, estaban sujetos a la muerte

    y haban de transmitir su sacerdocio de padres a hijos; en cambio Melquisedec no necesita

    transmitir su sacerdocio, pues, conforme a lo dicho antes (cf. v.3), vive para siempre.

    La bendicin, una vez dada, es irrevocable y permanece ms all del tiempo, de modo

    irreversible. El intercambio entre Melquisedec y Abraham se trata de los bienes de salud o

    de salvacin. Lev tambin le pag diezmo a Melquisedec.

    11-19: Sacerdote levtico segn el orden de Aarn.

    Si hasta aqu el autor haba hablado directamente de Melquisedec e indirectamente de

    Cristo (v.1-10), ahora comienza ya a hablar directamente de Cristo y slo indirectamente

    de Melquisedec. En la presente percopa (v. 11-25) afirma, en resumen, que el sacerdocio

    levtico ha sido abrogado y abrogada tambin la Ley mosaica, estrechamente ligada a l,

    siendo ambos, sacerdocio y Ley, reemplazados por otro sacerdocio ms perfecto, el de

    Cristo, y otra obra religiosa, derivada de l, de mucha ms elevacin y virtud

    santificadora. Para probar el hecho de ese cambio de sacerdocio, se da gran importancia al

    texto de Sal_110:4, Que habla del sacerdocio de Cristo segn el orden de Melquisedec (cf. v.1 1.15.17.21), con lo que queda de manifiesto la continuidad con las dos percopas

    anteriores.

    La primera idea que se hace resaltar es la ineficacia del sacerdocio levtico para

    llevar las cosas a la perfeccin ( ), pues, en caso contrario, ninguna necesidad hubiera habido de cambio de sacerdocio (v.11). Evidentemente, el trmino perfeccin, que ya comentamos anteriormente (cf. 2:10), indica aqu plenitud en la consecucin del

    ideal religioso, tal como nos lo ofrecer luego el cristianismo, justificando al alma y

    llevndola hasta la intimidad de la unin con Dios (cf. Rom_8:3-4; Gal_3:23-25). Y si,

    dada su ineficacia, el sacerdocio levtico deba ser sustituido, de necesidad haba de mudarse tambin la Ley (v.12), incapaz tambin ella de llevar nada a la perfeccin (V.19). Esta nueva afirmacin, uniendo necesariamente al cambio de sacerdocio el cambio

    de Ley, pudiera parecer a alguno un poco extraa, pues en un pueblo o sociedad,

    sacerdocio y legislacin son cosas muy distintas, sin que el cese de una incluya

    necesariamente el cese de la otra. Pero tengamos en cuenta que la nacin hebrea era una

    sociedad teocrtica, basada en el culto divino; y la Ley, sancionando ese culto, estaba

    necesariamente ligada al sacerdocio. Es lo que ya se indica en el v.11, al afirmar que la

    Ley dada al pueblo estribaba sobre el sacerdocio.

    Pero dnde consta que de hecho haya tenido lugar el cambio de sacerdocio ? La

    cuestin no est propuesta explcitamente, pero bulle claramente en la mente del autor y a

    ella trata de responder con la afirmacin, repetida en varias formas, de que Dios, como se

    nos dice en Sal_110:4, suscit otro sacerdote, segn el orden de Melquisedec, que no

    perteneca a la tribu de Lev, sino a la de Jud, que no era la sealada por Moiss para las

    funciones sacerdotales (v.11.13.14.15.17.21.24), Esto significaba que Dios haba hecho

    cambio de sacerdocio (cf. v.18). El nuevo sacerdote es Jesucristo (v. 14.22).