HARO, 2010, Presentacioěn. Ejes de Discusioěn en La Propuesta de Una Epidemiologiěa Sociocultural

download HARO, 2010, Presentacioěn. Ejes de Discusioěn en La Propuesta de Una Epidemiologiěa Sociocultural

of 17

Transcript of HARO, 2010, Presentacioěn. Ejes de Discusioěn en La Propuesta de Una Epidemiologiěa Sociocultural

  • EEppiiddeemmiioollooggaa ssoocciiooccuullttuurraall.. UUnn ddiillooggoo eenn ttoorrnnoo aa ssuu sseennttiiddoo,,

    mmttooddooss yy aallccaanncceess

  • Jess Armando HaroOrganizador

    EEppiiddeemmiioollooggaa ssoocciiooccuullttuurraall..UUnn ddiillooggoo eenn ttoorrnnoo aa ssuu sseennttiiddoo,,

    mmttooddooss yy aallccaanncceess

  • CCoolleecccciinn SSAALLUUDD CCOOLLEECCTTIIVVAA

    Coordinador: Hugo SpinelliEditora ejecutiva: Viviana MartinovichConsejo Editorial: Marcio Alazraqui - Naomar de Almeida-Filho - Jorge Arakaki - GastoCampos - Ana Diez Roux - Sonia Fleury - Eduardo Menndez - Maria Ceclia Minayo -Emerson Elias Merhy - Rosana Onocko Campos - Jairnilson Silva Paim - Mario Testa

    La Coleccin Salud Colectiva edit su primer volumen en el ao 1993. Desdeaquel momento y hasta la actualidad, su propsito es dejar testimonio de la ri-ca experiencia y debate que en torno a una concepcin del proceso salud-en-fermedad-atencin centrado en lo sociocultural, se viene realizando desde ha-ce dcadas en distintos lugares de Latinoamrica y el Caribe.

    1. Pensar en Salud. MARIO TESTA (5a. reimpresin).2. La enfermedad. GIOVANNI BERLINGUER (2a. reimpresin).3. Tecnoburocracia sanitaria. CELIA IRIART, LAURA NERVI, BEATRIZ OLIVIER Y MARIO TESTA.4. Polticas en Salud Mental. OSVALDO SAIDN Y PABLO TROIANOVSKI (compiladores) (agota-

    do).5. Pensamiento estratgico y lgica de programacin. Caso de salud. MARIO TESTA (2a.

    edicin).6. tica de la Salud. GIOVANNI BERLINGUER (2a. reimpresin).7. Saber en Salud. MARIO TESTA (agotado).8. Estado sin ciudadanos. Seguridad social en Amrica Latina. SONIA FLEURY (agotado).9. El desafo del conocimiento. Investigacin cualitativa en Salud. MARIA CECLIA DE SOUZA

    MINAYO (agotado).10. Praxis en Salud. Un desafo para lo pblico. EMERSON ELIAS MERHY, ROSANA ONOCKO Y OTROS

    (agotado).11. Natural, racional, social. Razn mdica y racionalidad cientfica moderna. MADEL T. LUZ.12. Nuevas reglas de juego para la atencin mdica en la Argentina. Quin ser el rbi-

    tro? SUSANA BELMARTINO.13. La educacin de los profesionales de la salud en Latinoamrica. Teora y prctica de un

    movimiento de cambio. Tomo 1: Una mirada analtica. Tomo 2: Las voces de los protago-nistas. (Coedicin con HUCITEC-Brasil) (agotado).

    14. La ciencia tmida. Ensayos de Deconstruccin de la Epidemiologa. NAOMAR DE ALMEI-DA FILHO.

    15. Organizaciones solidarias. Gestin e innovacin en el Tercer Sector. FEDERICO TOBAR Y CAR-LOS A. FERNNDEZ PARDO.

    16. Como se vive se muere. Familia, redes sociales y muerte infantil. MARIO BRONFMAN.17. Gestin en Salud. En defensa de la vida. GASTO WAGNER DE SOUSA CAMPOS (2a. reim-

    presin).18. Epidemiologa crtica. Ciencia emancipadora e interculturalidad. JAIME BREILH (3a.

    reimpresin).19. Reforma de la atencin mdica en escenarios locales. 1990-2000. SUSANA BELMARTINO - CAR-

    LOS BLOCH Y ERNESTO BSCOLO.20. Epistemologa de la Salud. Reproduccin social, subjetividad y transdisciplina. JUAN SA-

    MAJA (3a. reimpresin).

    ISBN: 978-607-7775-10-2 2010 Lugar Editorial S.A.Castro Barros 1754 (C1237ABN) Buenos Aires, ArgentinaTel/Fax: (54-11) 4921-5174 / (54-11) 4924-1555E-mail: [email protected] / [email protected]

    Queda hecho el depsito que marca la ley 11.723Impreso en la Argentina Printed in Argentina

    Queda prohibida la reproduccin total o parcial de este libro, en forma idntica o modificaday por cualquier medio o procedimiento, sea mecnico, informtico, de grabacin o fotocopia,sin autorizacin de los editores.

    Diseo grfico: Silvia C. Surez

    Edicin y correccin de textos: Juan Carlos Ciccolella

    Motivo de tapa: Espritu Mayor Caminante. 2008. Mximo Laura (artista peruano). Tapiz tejidoen telar, tcnica propia. 232 x 240 cm.

    2010 El Colegio de SonoraAvenida Obregn #54, Centro, CP 83000, Hermosillo, Sonora, Mxico.http://www.colson.edu.mx

  • Presentacin: ejes de discusin en la propuesta de una epidemiologa sociocultural Jess Armando Haro ............................................................................................

    Modelos, experiencias y otras desventuras Eduardo L. Menndez .........................................................................................

    La necesidad de un enfoque multinivel en epidemiologa: desafos conceptuales y metodolgicosAna Victoria Dez Roux y Gerardo lvarez Hernndez .....................................

    La epidemiologa sociocultural en el campo de las drogas: contextos, sujetos y sustancias Oriol Roman ........................................................................................................

    Sida, cultura y salud pblica Carlos Magis y Marcelo De Luca ........................................................................

    En estado de buena esperanza. Anlisis de la experiencia de vida en mujeres con VIH en CubaArachu Castro.......................................................................................................

    Estilos de vida y migracin, factores determinantes de la enfermedad y muerte entre poblacin triqui migrante a la Ciudad de Mxico Zuanilda Mendoza...............................................................................................

    Construyendo puentes y abriendo caminos. Aproximaciones a la epidemiologa sociocultural y a la epidemiologa popular Rosa Mara Osorio ...............................................................................................

    21. Salud Colectiva. Cultura, instituciones y subjetividad. Epidemiologa, gestin y polticas. HUGOSPINELLI (compilador) (3a. reimpresin).

    22. Acerca del riesgo. Para comprender la epidemiologa. JOS RICARDO CARVALHO MESQUITA AYRES.23. Avatares de la medicalizacin en Amrica Latina (1870 - 1970). DIEGO ARMUS (compi-

    lador).24. Precariedades del exceso. Informacin y comunicacin en Salud Colectiva. LUIS DAVID CAS-

    TIEL Y PAULO ROBERTO VASCONCELLOS-SILVA.25. Evaluacin por triangulacin de mtodos. Abordaje de Programas Sociales. MARIA CEC-

    LIA DE SOUZA MINAYO - SIMONE GONALVES DE ASSIS Y EDINILSA RAMOS DE SOUZA(organizadoras) (2a. reimpresin).

    26. Promocin de la Salud. Conceptos, reflexiones, tendencias. DINA CZERESNIA - CARLOS MA-CHADO DE FREITAS (organizadores) (2a. reimpresin).

    27. Salud: cartografa del trabajo vivo. EMERSON ELIAS MERHY.28. Participacin Social Para qu? EDUARDO L. MENNDEZ Y HUGO G. SPINELLI (coordinadores) (2a.

    reimpresin).29. Investigacin cualitativa en los servicios de salud. MARIA LCIA MAGALHES BOSI - FRANCIS-

    CO JAVIER MERCADO (organizadores).30. La planificacin en el laberinto. Un viaje hermenutico. ROSANA ONOCKO CAMPOS.31. Temas y desafos en Salud Colectiva. EDGAR C. JARILLO SOTO Y ENRIQUE GUINSBURG

    (editores).32. El Dilema Preventivista. Contribuciones a la comprensin y crtica de la Medicina Pre-

    ventiva. SERGIO AROUCA.33. La Salud que hace mal. Un estudio alrededor del pensamiento de Ivan Illich. ROBERTO

    PASSOS NOGUEIRA.34. Evaluacin en Salud. De los modelos tericos a la prctica en la evaluacin de progra-

    mas y sistemas de salud. ZULMIRA MARIA DE ARAJO HARTZ Y LIGIA MARIA VIEIRA DA SILVA(organizadoras).

    35. La artesana de la investigacin cualitativa. MARIA CECLIA DE SOUZA MINAYO.36. Mtodo Paideia: anlisis y co-gestin de colectivos. GASTO WAGNER DE SOUSA CAMPOS.37. De sujetos, saberes y estructuras. Introduccin al enfoque relacional en el estudio de la

    salud colectiva. EDUARDO L. MENNDEZ.38. El nacimiento de la Odontologa. Una arqueologa del arte dental. CARLOS BOTAZZO.39. La salud persecutoria: los lmites de la responsabilidad. LUIS DAVID CASTIEL Y CARLOS LVA-

    REZ-DARDET DAZ.40. Vida de sanitarista. MARIO HAMILTON.

    SSEERRIIEE DDIIDDCCTTIICCAA

    1. Investigacin Social. Teora, mtodo y creatividad. MARIA CECLIA DE SOUZA MINAYO (organi-zadora) (3a. reimpresin).

    2. MAPP. Mtodo Altadir de Planificacin Popular. CARLOS MATUS.

    3. Introduccin a la Epidemiologa. NAOMAR DE ALMEIDA FILHO - MARIA ZLIA ROUQUAYROL.

    4. Dispositivos institucionales 1. Democracia y autoritarismo en los problemas institucio-nales. GREGORIO G. KAMINSKY.

    nnddiiccee

  • Considerar los variados factores que intervienen en los problemas desalud pblica y que definen por lo tanto el perfil epidemiolgico de unadeterminada poblacin, es el objetivo de la propuesta emergente que aqudenominamos epidemiologa sociocultural, bajo la premisa de que la formaen la que actualmente se trabaja en salud pblica y en epidemiologa mere-ce de una necesaria reestructuracin que le otorgue un sentido integral yresolutivo al quehacer de la investigacin, con necesarias repercusiones enla atencin, el diseo de polticas y la formacin de recursos humanos en elcampo de la salud; mediante la combinacin de metodologas cuantitativasy cualitativas, la reflexin y vigilancia epistemolgica y, especialmente, conla incorporacin de las voces de actores sociales que son relevantes en ladefinicin y gestin de los problemas de salud; no solo de las de aquellosque son reconocidos como expertos.

    En este tenor, el presente libro pretende ser una contribucin al dilogode enfoques que se han mantenido distanciados en el estudio de la saludpoblacional, en el cual, al menos desde mediados del siglo XX, se testimoniaun desarrollo sustantivo de aportes relevantes, que proceden tanto desde laepidemiologa y las ciencias de la salud como desde las ciencias sociales yotras disciplinas afines, donde han aparecido numerosas contribuciones alestudio de la salud colectiva. Cabe aclarar que, en lo general, estos aportesse han desarrollado de forma separada, y que al interior de estos mbitosson variadas las corrientes que abordan los problemas de salud desde pers-pectivas distintas. Los intentos de hacer converger estas visiones hanenfrentado una situacin poco exitosa, propia de la hegemona del pensa-miento biomdico, que tiende a mantener en una posicin subalterna ymarginal a aquellas miradas que proceden desde paradigmas alternativos.

    A pesar de esto, es un dilogo que se estima pertinente y necesario, entanto mantiene consecuencias decisivas para el estado de la salud colectiva

    El papel de la desigualdad social en la muerte de mujeres indgenas oaxaqueas durante la maternidad. Aportes desdeuna epidemiologa social y una antropologa mdica crtica Paola Sesia ............................................................................................................

    Gnero, generaciones y transacciones: ejes desde la epidemiologa sociocultural Judith Ortega Canto, Jolly Hoil Santos, Andrs Santana Carvajal y Guadalupe Andueza Pech ................................................................................

    Relevancia de la epidemiologa sociocultural en el mbito laboral. Una reflexin a partir del estudio del estrs como metfora de un grupo de operadoras telefnicas Josefina Ramrez Velzquez ................................................................................

    Hacia una propuesta de epidemiologa sociocultural en alimentacin infantilMonserrat Salas, Pilar Torre y Sara Elena Prez Gil ..........................................

    El modelo de capacitacin CECIPROC: Una experiencia de epidemiologa sociocultural aplicada? Alberto Ysunza Ogazn y Luz Mara Espinosa Corts ......................................

    8

    PPrreesseennttaacciinn..EEjjeess ddee ddiissccuussiinn eenn

    llaa pprrooppuueessttaa ddee uunnaa eeppiiddeemmiioollooggaa ssoocciiooccuullttuurraall

    Jess Armando Haro

  • planteamiento de que es un requerimiento necesario para su correcta com-prensin y eficaz atencin y no solo una cuestin tica y poltica. Por ello, unplanteamiento primordial que fundamenta la propuesta consiste en abordarintegralmente las distintas dimensiones que convergen en los fenmenossanitarios, con un inters crtico y aplicativo en relacin a la salud pblica.

    En esta ptica interesa sealar la centralidad que mantienen los procesosde salud-enfermedad-atencin en la dinmica y estructura sociales, msall de su concrecin como fenmenos individuales. En la salud se expresanno solamente dimensiones biolgicas las cuales expresan un complejocompuesto por determinaciones y relaciones genticas, bioqumicas, inmu-nolgicas, hormonales, nutricionales y ecolgicas sino tambin dimensio-nes sociales que determinan la produccin de condiciones que se materia-lizan en las dimensiones biolgicas sealadas. Y una dimensin cultural quevehicula estas expresiones, tanto en lo relativo a la percepcin de las mismascomo al despliegue de medidas o dispositivos de gestin de los problemasde salud. El planteamiento de una epidemiologa sociocultural puede con-siderarse como un intento de comprender de forma cabal estos fenmenos,bajo la consigna de que la epidemiologa tiene un importante papel asigna-do en esta tarea.

    Como fue debatido en el Seminario de (ver en el siguiente apartado),la epidemiologa sociocultural es una apuesta por articular enfoques quehasta ahora se han desarrollado en forma fragmentada, a sabiendas de queaunque es una propuesta que podemos denominar como emergente, no esdel todo novedosa, aunque hay algunos ejes de discusin que son particu-larmente actuales, tanto por el desarrollo cientfico y tecnolgico como pornuevas formas de experiencia, organizacin y concientizacin en el planosociocultural. En este sentido, la antropologa mdica crtica en su vertienteinterpretativa y la escuela brasilea de Salud Colectiva son perspectivas muycercanas al planteamiento de una epidemiologa sociocultural, cuya dife-rencia radica en que esta pretende conjuntar intereses aplicativos y crticos,lo cual implica el desarrollo de un dilogo y una colaboracin activa entre laepidemiologa y las ciencias sociales, con el objetivo de reformular el que-hacer epidemiolgico e incidir en salud pblica. Este propsito constituye elsello original de la propuesta, pues, como seala Raymond Mass:

    En la medida en que el ambiente fsico y social, al igual que las con-ductas y actitudes que los sustentan, se encuentran profundamentecondicionados por la organizacin social y anclados en la cultura, laepidemiologa deber ser sociocultural o no ser epidemiologa (Cul-ture et sant publique. Les contributions de lanthropologie la pr-vention et la promotion de la sant, 1995: 104).

    Presentacin. Ejes de disacusin en la propuesta 11

    e incluso individual. Porque debido a la biologizacin, individualizacin ymedicalizacin del campo de la salud, no se atienden debidamente los fac-tores estructurales que subyacen a los problemas sanitarios, bajo la gida deun abordaje centrado ms en la atencin paliativa que en la prevencin;pues la salud pblica (como mbito de accin e inversin) es comnmentesubestimada si se compara con la preminencia que tienen los serviciosmdicos en los sistemas de salud. Pese a los avances en varios mbitos aca-dmicos y de accin, las reas sustantivas de la salud pblica antes aludidas(investigacin, atencin, polticas sociales y formacin de recursos) siguensiendo materia dominada por enfoques biomdicos y positivistas, de inter-pretacin predominantemente cuantitativa, que tienden a la fragmentaciny descontextualizacin de los problemas sanitarios, en la bsqueda delagente especfico, la vacuna decisiva, el medicamento de eleccin, la mol-cula responsable. Su resultado quizs ms lesivo ha sido la individualizacinde la responsabilidad en la atencin a la salud y la prevencin de la enfer-medad, con una marcada tendencia hacia la mercantilizacin. Se testimoniahoy la paradoja de que la salud individual ha adquirido posibilidades indi-tas de mejoramiento y de longevidad, pero solo para una minora que laspueda pagar, lo cual tiene como consecuencia que simultneamente sedocumente un empeoramiento a gran escala en la salud poblacional. As lodenotan diversos indicadores de salud que apuntan hacia el incremento delas inequidades, la emergencia de patologas infecciosas, el repunte deenfermedades no transmisibles y varios signos de polarizacin y rezago epi-demiolgico, que ponen en entredicho la forma convencional de atender yprevenir los problemas de salud poblacional, no solo en Amrica Latina sinotambin a nivel mundial.

    La necesidad de plantear una epidemiologa sociocultural surge deadvertir la insuficiencia de la epidemiologa convencional para diagnosticarintegralmente los problemas de salud colectiva, especialmente en lo relati-vo a la deteccin de situaciones de riesgo y a su aplicacin en prevencin yatencin a la salud. En este sentido, se concibe como una propuesta queintenta reconfigurar el modo en que se conceptualizan los problemas desalud, desde la consideracin de que esto requiere de una reflexin que nosreubique en los objetivos del quehacer cientfico en el mbito sanitario. Y deuna actualizacin terica y tcnica que alude a la apertura de un necesariodilogo entre epidemiologa y ciencias sociales. Que implica, adems, ungiro epistemolgico en la manera de abordar los problemas de salud, puespropone que este dilogo de saberes no debe limitarse solamente a losexpertos, sino fundamentalmente llegar a los sujetos y conjuntos socialesque sufren y experimentan las situaciones de enfermedad y malestar, bajo el

    10 JESS ARMANDO HARO

  • sociocultural a la epidemiologa, lo cual fue considerado redundante porparte de algunos colegas epidemilogos, quienes sealaron que el estudiode todos los factores que propician la morbimortalidad es una tarea espec-fica que est patente en las definiciones de la disciplina. Sin embargo, seconsensu la necesidad de aplicar este calificativo a una nueva propuestapara el abordaje de los problemas de salud, en la consideracin de que plan-tea varios elementos diferenciales respecto de la epidemiologa que con-vencionalmente se practica, debido a su patente reduccionismo que nologra captar la complejidad de buena parte de fenmenos sanitarios3.

    Al respecto, las insuficiencias de la epidemiologa convencional fueronobjeto de anlisis, con aportes de colegas antroplogos y socilogos y de losmismos epidemilogos. Esto se discuti en varios niveles, desde las limita-ciones propias del positivismo y la cuantificacin cuando se utiliza en formaabsoluta y exclusiva, pero tambin respecto al uso reduccionista de concep-tos en epidemiologa, donde se aprecia un escaso desarrollo terico y un usopoco preciso de los llamados factores socioculturales, los cuales se utilizancada vez ms en salud pblica de una forma mecnica4. Es comn que elnfasis en lo cultural y lo social tienda a opacar los aspectos sociopolticosy socioeconmicos, debido a que su tratamiento se realiza frecuentementede forma reduccionista, en un formato de variables que no da cuenta de losprocesos5.

    Otro elemento central en el debate fueron los modelos de causalidad quese manejan explcita o implcitamente en epidemiologa. Inicialmente la

    Presentacin. Ejes de disacusin en la propuesta 13

    EEll SSeemmiinnaarriioo ddee CCuueerrnnaavvaaccaa

    Reflexionar sobre estos aspectos en relacin al quehacer epidemiolgicoy elaborar posibles propuestas de solucin fue el tenor que anim la organi-zacin del Seminario-Taller que dio origen al el presente libro, cuyo interses dar a conocer diversos elementos relevantes para elaborar una propues-ta de abordaje de los problemas de salud en el formato de una epidemiolo-ga sociocultural. Por qu plantear una epidemiologa sociocultural?, bajoqu sustentos tericos?, con el concurso de cules herramientas o metodo-logas?, en qu formatos y mbitos de aplicacin? Estas fueron algunas delas preguntas que se intentaron responder en este Seminario, llevado a caboen Cuernavaca (Mxico), los das 4, 5 y 6 de diciembre de 20061. El encuen-tro cont con la participacin de 24 investigadores que, a juicio de los orga-nizadores del evento, haban incursionado en diversas temticas sanitariasmediante la integracin de enfoques epidemiolgicos y aportes de las cien-cias sociales2. Durante las jornadas se presentaron ponencias y se organiza-ron discusiones en torno a tres ejes para el debate: una revisin de posicio-nes tericas y epistemolgicas respecto al sentido del quehacerepidemiolgico y los conceptos que maneja, aspectos metodolgicos invo-lucrados en la medicin del estado de salud poblacional y tambin cuestio-nes prcticas relacionadas con la aplicacin del enfoque epidemiolgicosociocultural en salud pblica.

    En el primer eje de discusin (Epistemes, teoras y conceptos en epide-miologa sociocultural) se abord la necesidad de reestructurar la prcticaepidemiolgica desde la reflexin terica y epistemolgica. Inicialmente ladiscusin se orient en torno a la conveniencia de aplicar el adjetivo de

    12 JESS ARMANDO HARO

    1. La organizacin del evento (El planteamiento de una epidemiologa sociocultural. Un dilo-go en torno a su sentido, mtodos y alcances) estuvo a cargo de Paul Hersch y un servidor,con la asesora y sabios consejos de Eduardo L. Menndez, mediante el auspicio institucio-nal de El Colegio de Sonora, el Instituto Nacional de Antropologa e Historia-Morelos y elCentro de Investigacin y Estudios Superiores en Antropologa Social (CIESAS-Mxico). Elfinanciamiento provino del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologa (CONACYT), ApoyoDASJ l100/590/05 ACAC_050137 para Proyectos Especiales-Convocatoria 2005.

    2. Los asistentes al evento fueron Gerardo lvarez, Paulo Csar Alves, Patricia Aranda, ArachuCastro, Roberto Castro, Ma. del Carmen Castro, Catalina Denman, Ana Dez Roux, Ana SilviaFigueroa, Jess Armando Haro, Paul Hersch, Martha Hijar, Carlos Magis, Eduardo L. Menn-dez, Zuanilda Mendoza, Laura Moreno, Jos Moya, Judith Ortega, Sara E. Prez Gil, JosefinaRamrez, Oriol Roman, Monserrat Salas, Alberto Ysunza y Carlos Zolla. Miguel Garca Poujoly Wenceslao Cervantes, del INHA-Morelos, apoyaron la logstica del Seminario. El programaest disponible en: http://portalescolson.com/boletines/195/programa%20epidemiolo-gia%20sociocultural.pdf.

    3. Un colega epidemilogo (Gerardo lvarez) seal que hay razones de utilidad para utilizar eltrmino de epidemiologa sociocultural, porque destaca la relevancia que mantienen losfactores sociales y culturales en los problemas de salud. Es una forma de contrarrestar lastendencias reduccionistas actuales que se encuentran patentes en los enfoques hegemni-cos, como la epidemiologa clnica y la medicina basada en evidencias.

    4. No es que la epidemiologa convencional omita el abordaje de lo social y lo cultural, segnse discuti en el Seminario, pero estas dimensiones son reducidas en sentido terico y prc-tico hacia la caracterizacin y responsabilidad individual. Se olvida con frecuencia que cadapoblacin tiene su propia historia, cultura, organizacin y divisin social y poltica. Estecontexto tiene una influencia de cmo y por qu la gente est expuesta a factores partici-pantes. Una epidemiloga asistente (Martha Hijar) mencion que lo cultural tiende a serconvertido en un justificante para no realizar intervenciones, bajo el pretexto de que assomos. A la vez, que lo cultural funciona en epidemiologa como un elemento explicativocuando no se encuentran asociaciones significativas entre factores de riesgo.

    5. Un ejemplo haitiano (ofrecido por Arachu Castro) es el de considerar como un asunto mera-mente cultural el que algunos individuos con sida retrasen la teraputica antirretroviral poracudir antes con mdicos tradicionales y especialistas en Vud. Esta visin no considera lafalta de accesibilidad a los servicios mdicos por buena parte de la poblacin, ni los efectosdel racismo y la discriminacin en esta bsqueda tarda de servicios mdicos: la pobrezagenera cuestiones que se llaman culturales pero que en realidad son de otra ndole.

  • ga que comnmente se practica y el sector acadmico, pero tambin entreestos sectores y la toma de decisiones en polticas pblicas, o con diversosactores de la sociedad civil que realizan acciones en el campo de la salud.

    Por ello es importante, se seal, integrar las distintas visiones y enfoquesque trabajan el campo de la salud, a sabiendas de que existen divergencias yconvergencias entre epidemiologa y ciencias sociales y que entre estas esquizs la antropologa la disciplina que se ubica en el rango ms extremo,debido a su enfoque holstico y predominantemente cualitativo7. Una dife-rencia importante entre los enfoques epidemiolgico y antropolgico son lossupuestos sobre el carcter mismo de su objeto de estudio. La epidemiologasupone y busca trabajar con aspectos homogeneizables y generalizaciones,mientras que la antropologa pone el acento en lo local, en las diferencias yparticularidades: La antropologa busca variabilidad y la epidemiologamagnitud, advirti una de las participantes en el Seminario. En el mismo sediscuti ampliamente la necesidad de superar esta falsa antinomia, en tantoambos abordajes ilustran aspectos complementarios de la relacin entrenaturaleza y cultura, adems de otras dicotomas crticas, como las que exis-ten entre individuo y sociedad, subjetividad y objetividad, agencia y estruc-tura, etctera. Una epidemiologa sociocultural supone un intento de com-prender lo generalizable sin dejar de apreciar las particularidades locales.

    En ciencias sociales se documenta una tendencia a subrayar los factoressociales estructurales o los culturales, en detrimento del peso que se otor-ga a factores biolgicos y ecolgicos. Son escasos los intentos de relacionarlos distintos mbitos, niveles o factores que intervienen en la problemticade salud, debido a que existe una preocupacin por establecer grandes indi-cadores sociales, pensados bsicamente al nivel de relacin causal, segnseal uno de los colegas asistentes. La operacionalizacin en investigacinsuele traducirse en una reduccin de los conceptos a indicadores y variables,los cuales son utilizados en forma mecnica y acrtica. Poco se piensa en tr-minos de agencia y de accin social, pues se asume que los sujetos son agen-tes pasivos y no se investigan sus prcticas de resiliencia o afrontamiento delos problemas de salud. Tampoco suelen relacionarse los hallazgos epide-miolgicos con la subjetividad y el significado que tienen los problemas paralos actores sociales. Ni se advierte la importancia que mantiene la socializa-

    Presentacin. Ejes de disacusin en la propuesta 15

    disciplina se articul en torno a modelos explicativos unicausales, pues ensus orgenes estuvo muy presente el auge de las enfermedades infecciosas yagudas; posteriormente se ampli hacia lo multicausal por el predominioprogresivo de las enfermedades no transmisibles y crnicas. Sin embargo, lomulticausal en la prctica ha sido poco instrumentado ms all del anlisismultivariado, en el cual se buscan asociaciones estadsticamente significati-vas que son interpretadas ya no como causas sino como factores de riesgo,en vista del actual paradigma (black box epidemiology) que ya no aspira ademostrar relaciones causales. Predomina un enfoque pragmtico con esca-sas referencias a la reflexin terica y poco inters por denotar el impactodel contexto.

    A pesar de esto, se reconoce que la epidemiologa ha tenido importantesdesarrollos a lo largo del siglo XX, que representan importantes aportes parala salud pblica. La aplicacin de la estadstica es una valiosa herramientapara estudiar la frecuencia y distribucin de los fenmenos sanitarios y estoha tenido repercusiones relevantes en campos como la vigilancia epidemio-lgica, la identificacin de factores de riesgo y la evaluacin de intervencio-nes y polticas de salud. Sin embargo, tanto el predominio del biologicismocomo tambin el marco positivista y cuantitativo de la epidemiologa con-vencional, han tenido como consecuencia la reduccin de la disciplina a lamedicin de variables y a la construccin de indicadores, en un marco te-rico y metodolgico que deja fuera del anlisis procesos que son muyimportantes para la cabal comprensin de los problemas de salud6.

    En ciencias sociales se testimonia una situacin inversa, en la cual seanalizan procesos socioculturales del mbito sanitario sin atender de formasuficiente su expresin clnica y epidemiolgica, en el sentido de que lasinvestigaciones sociolgicas y antropolgicas produzcan hallazgos que seanutilizables por el sector salud y, sobre todo, sean capaces de reorientar laprctica epidemiolgica y de salud pblica. Es verdad que esto es relativoporque hay aplicaciones y ejemplos patentes de colaboracin, pero lo msfrecuente es que los estudios realizados por los cientficos sociales no pasende ser una crtica del sistema social y ms especficamente del sector saludo que permanezcan dentro del marco del sociologismo y culturalismo ensalud, sin relacin con la expresin biolgica de los fenmenos estudiados.Esto testimonia la brecha y falta de canales de dilogo entre la epidemiolo-

    14 JESS ARMANDO HARO

    6. De hecho, se mencion cmo en epidemiologa y en medicina se debate actualmente la rele-vancia del entorno, tanto fsico como sociocultural, lo cual ocurre incluso en enfermedadesde origen predominantemente gentico. No obstante, tambin se registran tendencias con-trarias, que tienden a acentuar el peso de factores aislados, como sucede actualmente en laepidemiologa de los trastornos psiquitricos y su debatida carga gentica.

    7. Roberto Castro seal que un planteamiento epidemiolgico sociocultural no debe limitar-se al dilogo entre epidemiologa y antropologa u otras ciencias sociales. Hay otras discipli-nas afines, como la geografa mdica, la demografa, la psicologa de la salud, la filosofa y laepistemologa, etctera; adems del concurso de los conjuntos sociales. La amplitud y pro-fundidad del dilogo interdisciplinario y comunitario, se dijo, deben estar orientadas en laresolucin de problemas especficos.

  • Seminario. Es lo que sucede cuando se etiqueta todo diagnstico mdicocomo sociocultural, en abstraccin de su dimensin biolgica. Si bien escierto que las entidades patolgicas que actualmente se reconocen por labiomedicina son cambiantes en la historia, y que, por tanto, tienen unamatriz sociocultural, al igual que los llamados sndromes de filiacin cultu-ral, hay que reconocer que en lo general las clasificaciones biomdicasapuntan hacia causas de enfermedad, muerte y sufrimiento que no son arbi-trarias. Pero tambin en la cultura popular se reconocen sntomas y signos depadecimientos que no tienen un reconocimiento por parte de la biomedici-na o la epidemiologa; y que estos sndromes de filiacin cultural, como sonllamados, no son solamente entidades nosolgicas tradicionales y super-vivencias del folklore sino tambin marcadores mltiples de situaciones devida que conllevan sufrimiento, injusticia, discriminacin, negligencia, ine-quidad, evitabilidad, etctera. Por ello, es necesario considerar lo que expre-sa una determinada epidemiologa popular (etnoepidemiologa)9.

    En el Seminario se seal que es la intersubjetividad, y no la objetividadni la subjetividad, la matriz que forja un diagnstico clnico o epidemiolgi-co, tanto si es cientfico como si es popular. La epidemiologa socioculturaldebe dar cuenta de ese carcter transcultural de la enfermedad y la salud.Qu traducciones de abordaje conceptual implica considerar la trada dise-ase (enfermedad biolgica), illness (padecimiento subjetivo) y sickness(proceso de socializacin del malestar)? Se considera que esta distincin,procedente de la antropologa mdica, ofrece un marco terico para apre-ciar las distintas dimensiones que se expresan en las patologas, sin soslayarque son conceptos explicativos y no entidades10. La utilidad de considerar

    Presentacin. Ejes de disacusin en la propuesta 17

    cin y la interaccin en la gnesis y el manejo de los problemas de salud. Lanecesidad de atender a las relaciones entre los actores y los distintos factoresse manifest como una tarea importante para el anlisis de los problemas desalud, en el formato de un enfoque relacional y contextual.

    Segn se coment en el Seminario, a pesar de que existen divergenciasprofundas de enfoque, no es deseable ni conveniente que el dilogo entreepidemiologa y ciencias sociales subraye las diferencias, sino que reconoz-ca lo que cada disciplina es capaz de ofrecer a partir de analizar crticamen-te las ventajas y lmites en sus respectivas habilidades8. Es evidente, se dijo,que hay varios elementos que abogan por una necesaria complementacinde disciplinas que hasta ahora han trabajado en forma separada. Un ejem-plo de ello se tiene en los retos que supone la transicin epidemiolgica, conla importancia creciente que cobran los estilos o modos de vida, lo cual hasido ms evidente en el caso de poblaciones ocultas, como sucede cuandose estudia el consumo de drogas o las prcticas sexuales asociadas al VIH-sida. Tambin por la relevancia que adquiere hoy el tema de las inequidadesen salud, la etnicidad y los factores culturales. Sin embargo, sera errneopensar que epidemiologa sociocultural es una herramienta solamente parael trabajo en salud pblica con grupos tnicos o subculturas minoritarias.Aunque, como coment uno de los asistentes, lo indgena tiene la facul-tad de poner en evidencia dnde estn las costuras del saco.

    Un aspecto clave que surgi en este eje es la necesidad de problematizarlos conceptos con los cuales trabajamos, apreciar su construccin histricay analizar las connotaciones tericas y prcticas que conlleva la eleccin decategoras, como pueden ser clase social, estilo de vida, etnicidad, gnero,entorno o medio ambiente, vivienda, pobreza, etctera. La forma en queestos conceptos son utilizados de forma acrtica en la construccin de cate-goras, variables e indicadores, fue un elemento que se destac en variosmomentos del Seminario. Un gran problema est en la forma en que la epi-demiologa clsica se apropia de conceptos que provienen de las cienciassociales, seal uno de los colegas, pero otros mencionaron que el usomecnico es tambin comn en ciencias sociales.

    La epidemiologa sociocultural debe aspirar a superar el relativismo quecaracteriza ciertas aproximaciones antropolgicas, segn se seal en el

    16 JESS ARMANDO HARO

    8. La epidemiologa, al universalizar, pierde algo de lo que hemos visto bastante, pierde lavisin emic, el punto de vista del actor. O lo convierte en algo anecdtico y superficial queno convence. En cambio, el antroplogo focaliza casi exclusivamente en el punto de vista delactor, con lo cual nos hace falta sistematizar ejemplos concretos que permitan ver la conve-niencia de combinar la antropologa mdica del illness con la epidemiologa del disease.Parece un slogan pero no lo es, coment uno de los asistentes (Eduardo L. Menndez).

    9. Hay una serie de evidencias sobre la forma en que opera lo simblico, lo construido cultu-ralmente, en la salud, que no debe ser soslayado por una epidemiologa sociocultural. Unejemplo de ello fue ofrecido por uno de nuestros colegas (Carlos Zolla), quien comentcmo entre las culturas indgenas mexicanas se tiene la idea de que es posible separar elalma del cuerpo y tambin de que coexisten varias almas en el individuo, cuyo equilibrio esmateria de salud, sujeto a una serie de estados anmicos y relaciones sociales y espirituales.Un sujeto que deambula por la Sierra Norte de Puebla y que no termina de ser curado hastaque no le recuperan el alma constituye un elemento que evidencia la potencia del ordensimblico, aun cuando en nuestras sociedades hoy le llamaran un sndrome de estrs pos-traumtico.

    10. Un ejemplo de esto fue mencionado por Paulo Cesar Alves respecto a un estudio realizadoen Brasil sobre enfermedades mentales, donde haba trastornos mentales identificadossolamente por los mdicos y otros solamente por la poblacin. Se seal tambin unainvestigacin realizada en la frontera Mxico-EE.UU., donde la identificacin de problemasde salud en adolescentes arroj resultados muy diferentes en la recoleccin de datos epide-miolgicos de morbilidad y mortalidad en los registros oficiales, la percepcin de los pro-veedores de servicios y los propios usuarios.

  • Como fue sealado por algunos colegas epidemilogos, las poblacionesya no interesan en s como poblaciones; solamente por cuestiones estadsti-cas trabajamos con conjuntos de individuos. Las inferencias se realizan anivel individual y se centran en medir variables a nivel individual, con laparadoja que para esto se requiere estudiar poblaciones. Cuando se incor-poran variables de grupo a nivel poblacional nicamente se toman comoindicadores indirectos de variables a nivel individual, sin apreciar el efectoque tiene la inmunidad del grupo y cmo la salud de un individuo influyeen la salud de otros individuos pertenecientes al mismo grupo13. Segn sediscuti en el evento, una epidemiologa de matriz sociocultural deberaintentar resolver las limitaciones que posee el enfoque de riesgo, lo cual hasido poco abordado desde las ciencias sociales, donde se utiliza ms el con-cepto de vulnerabilidad, que suele relacionarse con condiciones de vida ycon representaciones y prcticas sociales, sin que esto se haya logrado tra-ducir hasta ahora en propuestas concretas.

    Es cierto, se coment, que en salud pblica se documentan valiososesfuerzos por relacionar la percepcin de riesgos y su traduccin en con-ductas, pero ello se ha realizado a costa de no evaluar el papel del entornosocial y cultural, como sucede actualmente con numerosas corrientes enciencias sociales, interesadas en estudiar el papel de las emociones y lassubjetividades, mientras los epidemilogos abordan el plano de los conoci-mientos, actitudes y prcticas de salud de los individuos, pero se estudianpoco las articulaciones entre lo individual y lo social. Al respecto, se resalten el evento que es crucial describir y analizar no solamente las conductasde riesgo sino tambin las de proteccin contra riesgos. Una epidemiologasociocultural no solamente debe preocuparse por lo patolgico sino tam-bin por la salud positiva. Un ejemplo es la explicacin etiolgica del alco-holismo en sociedades concretas, cuya epidemiologa cabal solamentepuede conocerse a travs del estudio del consumo no patolgico. El estudiode estas articulaciones debera ser el eje de la epidemiologa sociocultural.

    En qu medida lo que la epidemiologa identifica como factor individualde riesgo es en realidad de matriz social o cultural? Cmo se traduce lanocin de estilo de vida en las polticas sociales y de salud? Cmo contri-buye el sector salud a la popularizacin de una determinada visin indivi-dualista sobre el riesgo y su responsabilidad? En este sentido, emergieronvarias propuestas integradoras, como son el anlisis multinivel, el uso com-

    Presentacin. Ejes de disacusin en la propuesta 19

    estas diferentes facetas en los problemas de salud estriba en que apunta ano dejar fuera del anlisis las dimensiones epidemiolgicas, culturales ysociales en los problemas de salud, los cuales deben ser estudiados comoprocesos y no solo como variables o indicadores.

    En el segundo eje de discusin (Medicin de salud-enfermedad-atencinen epidemiologa sociocultural) se comentaron fundamentalmente aspec-tos metodolgicos, en relacin a que estrategias debieran seguirse parahacer operativa la propuesta. Apareci aqu nuevamente el debate sobre loindividual y lo social en epidemiologa, en lo particular respecto al enfoquede riesgo, el cual ha tenido como correlato una descontextualizacin pro-gresiva de la mirada epidemiolgica.11 Se coment que este enfoque riesgoinici como un paradigma que vino a intentar subsanar las carencias deconocimiento en las redes causales de las enfermedades no transmisibles,para buscar medir la probabilidad de ocurrencia de algn evento morbosomediante la asociacin estadstica de eventos de exposicin y sus resultadosen salud. Como consecuencia, la mayora de la investigacin epidemiolgi-ca actual est dirigida a la identificacin de los factores de riesgo y esto hapermitido aumentar la comprensin de ciertas enfermedades y ha contri-buido al diseo de intervenciones preventivas y de control. Sin embargo,stas no han sido muy eficaces en buena parte de la patologa no transmisi-ble, en la cual la multicausalidad y dependencia estrecha de lo socioculturaly de factores que aun no han sido suficientemente investigados, resulta serevidente. Algunos aspectos apuntan hacia las limitaciones que en esto juegael enfoque exclusivamente cuantitativo de la epidemiologa convencional,que tiende a agotar su valor predictivo: por incoherencia o no plausibilidadde las observaciones basadas en la estimacin de riesgos, escasa atencin alpapel de los sesgos, baja calidad de los datos de origen y el hallazgo predo-minante de asociaciones dbiles, entre otros factores12.

    18 JESS ARMANDO HARO

    11. En el Seminario fue comentado el tema de los determinantes del estado de salud-enferme-dad y su relacin con las categoras de riesgo, dao evitable y vulnerabilidad, en relacin alas diferentes lecturas que se realizan desde la llamada epidemiologa del riesgo, como tam-bin desde otros acercamientos sociales y culturales. Al respecto, se mencion que aunqueel enfoque de riesgo ha resultado til para identificar mecanismos causales en ciertas enfer-medades, al estar basado exclusivamente en medidas cuantitativas y limitarse a la probabi-lidad estadstica de un fenmeno con base a la exposicin, en la prctica ha resultado exclu-yente de identificar situaciones de vulnerabilidad que no presuponen un nico resultadoesperado.

    12. Varios asistentes comentaron el agotamiento del enfoque de riesgo, frente al cual no existenalternativas actuales de superacin. La epidemiologa del riesgo no impacta en general elestado de salud de las poblaciones y parece ser ms bien un modelo al servicio de las ase-guradoras.

    13. Esto no solamente se aprecia en las enfermedades infecciosas sino tambin en las no trans-misibles. Por ejemplo, la probabilidad de que una persona fume depende en parte de qu tancomn es esta prctica a su alrededor, coment una colega antroploga (Catalina Denman).

  • un anlisis de clusters, una regresin, una prueba de significancia estadsti-ca, es una limitante seria para la pretensin de construir una epidemiologade carcter sociocultural. Asimismo, la falta de conocimiento clnico entreciertos cientficos sociales tiene como consecuencia que no se adviertanaspectos relevantes para la prevencin o solucin de los problemas. Ciertasprcticas no se consideran de riesgo por estar enraizadas en la cultura, porlo tanto no forman parte de su anlisis, el cual tiende en lo general a demos-trar cmo la salud y la enfermedad impactan la organizacin social, pero nolo contrario: es decir, cmo los eventos sanitarios son influidos por configu-raciones econmicas, ecolgicas, polticas y culturales. Obviamente, ambasperspectivas son relevantes y complementarias para el inters de una epi-demiologa sociocultural.

    A la vez, las crticas al quehacer antropolgico en salud se demarcaronpor la prdida del enfoque comprensivo y holstico que caracteriz a la dis-ciplina. Se destac que no hace falta el estudio exhaustivo de todos los ele-mentos involucrados en un problema de salud, pero s el atender a los fac-tores que se identifican como relevantes en las situaciones especficas, locual reclama un conocimiento clnico y epidemiolgico de las entidades enestudio, y tambin una inmersin suficiente en las situaciones locales16. Enlo particular, interesa que los trabajos etnogrficos se elaboren en trminosreflexivos, que no confundan prcticas con representaciones sociales.Comnmente se plantea que la gente hace lo que dice, y no se advierte que,especialmente en el campo de la salud, la gente refiere situaciones ideales yno reales17. Igualmente, se seal la importancia de explicitar el contexto deobtencin de la informacin. Al respecto, mucho se ganara con reconocerreflexivamente no solamente las motivaciones e intereses personales(autocontrol epistemolgico) sino tambin lo relativo al trabajo de campo

    Presentacin. Ejes de disacusin en la propuesta 21

    plementario de mtodos cualitativos y cuantitativos y la construccin demodelos tericos que incorporen varios niveles de concrecin. En lo parti-cular, debe buscarse superar falacias atomistas, ecolgicas, psicologistas ysociologistas, lo cual solamente es posible mediante un enfoque tericocomplejo y un diseo metodolgico minucioso y reflexivo14.

    En este segundo eje se abord asimismo la poca consideracin de lossesgos que operan en el nivel metodolgico, como sucede comnmente conel diseo y aplicacin de encuestas en epidemiologa. En particular, lo rela-tivo a la eleccin de variables sin explorar previamente si estas respondencabalmente de los factores que operan localmente en los problemas desalud, o la decisin de utilizar ciertos indicadores para la evaluacin deavances y toma decisiones, sin considerar los problemas en el registro de lainformacin15. Tambin respecto a diseos de muestra que se realizan sinconsiderar los distintos estratos o situaciones que definen un determinadocontexto. En el mismo tenor se abrieron espacios de crtica hacia el queha-cer de los cientficos sociales en el campo de la salud, por la tendencia actuala aplicar mtodos y tcnicas cualitativas sin una debida reflexin terica yprctica acerca de la forma en que se disean los estudios, incluida la selec-cin de los informantes clave.

    Se coment que se ha vuelto comn que los antroplogos y otros cient-ficos sociales trabajen problemas de salud desde una posicin cercana a lamilitancia, que se vuelve dogmtica de lo interpretativo y lo simblico, locual frecuentemente refleja ms bien su ignorancia estadstica. No entender

    20 JESS ARMANDO HARO

    14. La utilidad de complementar enfoques surgi de un ejemplo (ofrecido por Martha Hijar)sobre un estudio acerca de la incidencia del suicidio en Mxico, donde Tabasco mostr unriesgo diez veces mayor que en el conjunto del pas. Los datos cuantitativos demostraronesto pero no pudieron hallar una explicacin al hecho. Al realizar trabajo de campo y corre-lacionar con otros datos pudo apreciarse que las transformaciones productivas y culturalesocurridas en las ltimas dcadas pudieran estar detrs de la modernizacin tropical aquencontrada, con desplazamientos poblacionales a causa de la industria petrolera y lossupuestos efectos de la urbanizacin. Sin embargo, uno de los colegas antroplogos men-cion que Tabasco es el estado con mayor proporcin de individuos pertenecientes a reli-giones cristianas y protestantes, lo cual como demostr Durkheim puede ser un elemen-to que erosiona las redes sociales y familiares, pues el suicidio aumenta correlacionado conla conversin a religiones protestantes y sectas. La correlacin simple no ayuda si no se arti-cula con el contexto y en este caso es un ejemplo de la necesidad de articular epidemilo-gos y cientficos sociales en torno a los problemas de investigacin.

    15. Una falacia comn en Mxico, comentada por uno de los participantes (Carlos Zolla), es larelacionada con las fallas en el registro de los daos a la salud, las cuales no permiten iden-tificar situaciones de mayor riesgo precisamente all donde los servicios mdicos son pocoaccesibles. El ejemplo ms evidente es en las poblaciones indgenas, donde la invisibilidadde su problemtica viene aparejada con el hecho de que no se registra la condicin tnicani en los hechos vitales ni en los registros del Sector Salud.

    16. Me impresiona la rapidez con que actualmente se analiza en ciertos estudios antropolgi-cos aplicados al campo de la salud, seal uno de los asistentes (Eduardo L. Menndez). Yde estos anlisis, realizados a veces con uno o dos sujetos, cuyos criterios de eleccin nisiquiera son explicitados, se disean estrategias de intervencin.

    17. Se coment que existen grandes diferencias entre describir trayectorias teraputicas obser-vadas y referidas por informantes. Y son ms grandes las diferencias cuando las conductaspreventivas o de bsqueda de atencin se obtienen por entrevista directa o por encuesta.Un ejemplo de ello son los datos de consumo de alcohol, los cuales se consideran que tie-nen un subregistro entre el 40 y 60 por ciento, lo cual pudiera ser mayor si se considera quelos adictos al alcohol tienden incluso a negar su consumo. El anlisis de narrativas o del dis-curso no es equivalente a la descripcin de prcticas, y esto tendra que ser analizado en unenfoque epidemiolgico sociocultural. Esto se seal tambin respecto de los grupos foca-les que se utilizan actualmente en epidemiologa y salud pblica, en los cuales se obtienenrepresentaciones sociales que son confundidas con prcticas y conductas.

  • y la fragmentacin subsecuente del conocimiento generado desde distintosenfoques sobre el objeto salud, en condiciones subalternas.

    La complejidad que caracteriza a los problemas sanitarios aparece comoun factor explicativo del panorama actual, por atender a un objeto de estu-dio (el ser humano y las colectividades humanas) cuyo abordaje ha sidomotivo de indagaciones cada vez ms sofisticadas, realizadas desde camposprogresivamente ms diferenciados. Esto ha generado la aparicin de variasdisciplinas y subdisciplinas, especializadas en el estudio y manejo de ciertosfactores, a costa de soslayar otros. Es cierto que ha habido propuestas deintegralidad, como la medicina familiar, el Plan A36 en la UNAM (Universi-dad Nacional Autnoma de Mxico), el enfoque biopsicosocial o los estu-dios bioculturales, pero que no se han traducido fehacientemente en unaprctica distintiva ni en la atencin a la salud ni en la investigacin. Sinembargo, no es nicamente la complejidad del objeto de estudio lo queexplica la fragmentacin, sino tambin las relaciones de poder, que tambinson complejas: desde el papel que juega la industria de la salud, los organis-mos que financian la investigacin y la educacin y el desfinanciamiento delsector salud, hasta factores que podemos considerar intra-acadmicos, conla formacin de nichos disciplinarios y cotos universitarios de poder; inclu-so la falsa antinomia que se plantean los investigadores entre compromisopoltico y carrera acadmica. Todos estos elementos influyen en el escasodilogo que existe entre los distintos profesionales y expertos en problemasde salud. Por otra parte, se considera que el mbito acadmico tiene pocasposibilidades de influir en la toma de decisiones en materia de polticaspblicas.

    Debido al panorama descripto es importante resolver hoy ms quenunca los obstculos internos que impiden la construccin de este necesa-rio dilogo entre epidemiologa y ciencias sociales20. En el Seminario se sea-l desde variadas atalayas la importancia de abrir un dilogo entre las disci-plinas que estudian la salud, en el tenor de no ver ms ya la paja en el ojoajeno sino la viga en el propio, en un sentido que permita discernir cules

    Presentacin. Ejes de disacusin en la propuesta 23

    y el contacto con los informantes. Una historia metodolgica explcita seramucho ms valiosa que la impostacin usual en el formato de material ymtodos que caracteriza a la epidemiologa y cada vez ms, por presionesextra acadmicas, a los estudios antropolgicos.

    En especial, los participantes del Seminario comentaron el uso superfi-cial que actualmente se suele dar a los mtodos y tcnicas cualitativas, locual no ocurre solamente en epidemiologa y salud pblica sino tambin enciencias sociales e incluso en antropologa18. Lo cualitativo se toma comouna forma ms fcil y barata a la que se recurre para subsanar la falta dehabilidades estadsticas. Se han vuelto comunes los mtodos etnogrficosrpidos y la etnografa de segunda mano, en la cual el investigador enva asus ayudantes a realizar observaciones, entrevistas, historias de vida y gru-pos focales19. Atender estos aspectos es un asunto tico y de calidad profe-sional que debe abordarse en la formacin de recursos humanos y en laprctica de la investigacin, con particular atencin a los requerimientos delos organismos financiadores.

    En el tercer eje (Atencin, intervenciones y polticas desde una epide-miologa sociocultural) se aludi principalmente a las posibilidades de apli-cacin de un enfoque epidemiolgico sociocultural. Qu retos suponeimpulsar un nuevo modelo de acciones en salud que considere las especifi-cidades y la visin de la poblacin objetivo? Cmo evaluar las aplicacionesdel conocimiento epidemiolgico y cientfico social en problemas de saludcolectiva? Quin debe formular las categoras de evaluacin del impactodesde una epidemiologa sociocultural? De qu manera evaluar la eficaciade las intervenciones? Cmo la epidemiologa sociocultural puede contri-buir a los derechos y polticas de salud? Estas fueron las preguntas centralesen este debate, donde se sealaron especialmente los aspectos sociopolti-cos vinculados a la creacin y aplicacin de conocimiento en programas eintervenciones, lo cual incluye la formacin de recursos humanos. Al res-pecto se seal que es evidente que hay numerosos factores que explican lasituacin actual, caracterizada por la hegemona del paradigma biomdico

    22 JESS ARMANDO HARO

    18. Uno de los participantes (Carlos Magis) nos comentaba que en el diseo de intervencionesen VIH-sida se buscan evidencias como formas de certeza para actuar, sin que haya tiempopara la reflexin o la teorizacin. Se monitorea y evala de acuerdo a las necesidades delmomento, sin necesidad de estimar matemticamente el riesgo. En este campo ha sido muyfructfera la complementacin entre entrevistas, grupos focales, vigilancia epidemiolgica yencuestas, aun cuando las tcnicas cualitativas aparezcan como formas auxiliares de lasencuestas.

    19. Hay un montn de mentiras metodolgicas () Si queremos converger con los epide-milogos tenemos que sacar nuestros trapitos al sol, mencion uno de los asistentes.

    20. Uno de los asistentes (Alberto Ysunza) refiri que si bien es deseable, hay muchos factoresque se oponen al dilogo entre disciplinas cuando estas estn ya consolidadas: No bastasumar voluntades para que aparezca la transdisciplina. Lo usual es el concurso de lo multi-disciplinario en el que cada cual jala por su lado y aporta lo que puede. Cuando se trata deconformar un nuevo campo multidisciplinario empiezan los codazos, debido al celo quecada uno tiene respecto a su propia disciplina o incluso a su institucin. Seal su expe-riencia como parte de un equipo que desde hace varias dcadas se ha dedicado al estudiode temas de nutricin y salud en forma transdisciplinaria, con colegas epidemilogos porun lado y cientficos sociales por el otro, quienes han brindado asesora a este equipo desdesus respectivas trincheras, sin puentes de dilogo.

  • este dilogo qued como una de las conclusiones ms consensuadas delevento. Y el de no reducirlo a problemas donde parece ms obvio, comosalud mental, adicciones, violencia, conductas sexuales y estrs. Hay pro-blemas actuales que carecen de una explicacin plausible dentro del para-digma biologicista, como el ascenso de la esperanza de vida en condicionesde pauperizacin, el incremento de la diabetes mellitus y la obesidad enpoblaciones indgenas y mestizas, el estancamiento en el descenso de lamortalidad materna y el resurgimiento de ciertas entidades infecciosas, amodo de ejemplos.

    Debido a su inters emancipador, una epidemiologa sociocultural nodebe adaptarse a lo comnmente aceptado, sino estudiar nuevas temticase interrogar otros aspectos de los problemas sanitarios que nos son comn-mente abordados. Implica formatos nuevos de pensar la salud, de estimar,evaluar y accionar. Sin embargo, no deberamos trabajar en nuevos concep-tos sin relacionarlos con los conceptos clave que se manejan a nivel macro-social lo cual incluye los epidemiolgicos y los conceptos o clasificacionesque se elaboran a nivel popular. Esto se hace particularmente necesariodado que como pudimos percatarnos en el evento los epidemilogos y loscientficos sociales manejamos los conceptos de formas muy distintas. Lamisma palabra puede significar cosas muy diferentes, con implicacionesconceptuales y de accin que resuenen de maneras dismiles en los odosantropolgicos y epidemiolgicos, los cuales adems son campos diferen-ciados en su interior23.

    La aplicacin del enfoque epidemiolgico sociocultural debe guiarse porsituaciones concretas y no convertirse en un manual que prescriba recetasde aplicacin, sino en la atencin de que los factores determinantes de losprocesos de salud-enfermedad-atencin se expresan de maneras diferentesen el nivel local24. En el Seminario surgieron varios ejemplos posibles de la

    Presentacin. Ejes de disacusin en la propuesta 25

    son las limitaciones y aportes en trminos metodolgicos y tambin teri-cos que puede ofrecer cada disciplina. Estos merecen ser sistematizados cr-ticamente, en el sentido de apreciar las ventajas de la complementacin yalejarse de falsos antagonismos. Discutir sobre la articulacin/desarticula-cin posible o verificable entre los estudios epidemiolgicos y antropolgi-cos (o de otras disciplinas sociales) como tales, y el rea aplicativa de la saludpblica, implica reflexionar tambin sobre los diversos escenarios de aplica-bilidad de una pretendida epidemiologa sinttica: los servicios de salud, lasinstancias formativas de cuadros del sector salud y de investigadores ensalud pblica, epidemiologa y ciencias sociales, los procesos e instanciasorganizativos en la poblacin y las implicaciones polticas concretas.

    Un elemento central que fue ampliamente discutido por los asistentesfue cmo incorporar la voz de los actores sociales a este necesario dilogo.La necesidad de dar voz a quienes no la tienen, o la poseen pero les es nega-da, apareci como un factor crucial para la transformacin de la forma enque se abordan los problemas de salud21. No obstante, no se trata de inten-tar una visin puramente emic (desde la perspectiva del paciente) sino deintegrar el punto de vista del actor en una suerte de dilogo que puede tenervarios formatos22. No tenemos an estudios convincentes ni ejemplos con-cretos que demuestren cmo la falta de dilogo entre expertos, pero tam-bin la ausencia de la voz de los actores sufrientes y otros relevantes, decuenta de manera convincente de cmo se puede llegar a resultados err-neos en carencia de este encuentro. Hay an pocos ejemplos que denoten laimportancia del trabajo inter o transdisciplinario o de la investigacin-accin o participacin, en comparacin con las formas convencionales dehacer investigacin e intervencin. No obstante, la necesidad de efectuar

    24 JESS ARMANDO HARO

    21. Una colega (Judith Ortega) seal que aunque estemos en las ciencias sociales, es impor-tante dejar atrs los atuendos acadmicos para acercarnos a los sujetos y decirles que nosabemos nada de ellos, que necesitamos que nos digan cmo perciben las cosas, cmo y porqu se enferman, qu hacen para atenderse, cmo impactan las enfermedades sus vidas ().Cuando me toc trabajar con grupos henequeneros y he trabajado con migrantes de cincoestados en una poblacin de Campeche el interrogar directamente a los sujetos, antes dedisear la investigacin, fue algo que redimension por completo el trabajo acadmico.

    22. Un ejemplo de aplicacin de una epidemiologa como si la gente importara (Paul Hersch)son las auditorias de mortalidad infantil que se llevaron a cabo en dos cantones de CostaRica en la dcada de 1980, que se aplicaban sistemticamente a todos los casos de muertesinfantiles y preescolares para averiguar si estas muertes pudieron haber sido evitadas. Enestas sesiones participaban no solamente los mdicos, sino tambin personal de diferentesreas y agentes de las comunidades. En funcin de las preguntas que emergan se recurraal saber de los expertos pero tambin al conocimiento local de promotores, personal deenfermera y agentes comunitarios, quienes elaboraban conjuntamente propuestas de solu-cin y recomendaciones en polticas de salud.

    23. Uno de los asistentes (Jos Moya) coment que existen diferentes prcticas de epidemio-loga: las de los clnicos, las de los que estn en instituciones acadmicas y las de los que tra-bajan en los servicios de salud. Creo que los intereses y sensibilidades en los tres camposson distintos () y que hay diferencias de lenguaje no solamente entre ellos sino especial-mente con las ciencias sociales. Creo que esto determina estrategias diferenciadas en lo queimplicara promover una epidemiologa sociocultural.

    24. Un ejemplo de esto fue el relatado por Paul Hersch, quien seal cmo en trabajo de campoun campesino le deca que si bien gracias a la encuesta que acababa de aplicar ya saba cun-tos de los del pueblo no tenan zapatos, en realidad no saba lo que en esa regin significabael que alguien no tuviera ni siquiera para unos huaraches. Las vas de llegada a este plantea-miento se han transitado, a menudo, gracias a la palabra de quien vive el dao, al testimoniode quien lo sufre o lo acompaa. Quienes tienen esa vivencia saben que algo se tiene quehacer e intuyen que tal vez una revisin de la diversidad de lo que se encuentra detrs delobjeto de la epidemiologa, tenga un carcter operativo ms que especulativo o retrico.

  • La asuncin de un lenguaje comn equivale a la conformacin de vasoscomunicantes entre las disciplinas que estudian los problemas de saluddesde perspectivas distintivas. Entre esos puentes se identifican los encuen-tros interdisciplinarios, la formacin transdisciplinaria en la docencia, laconformacin de equipos de investigacin y la publicacin de materialesconjuntos y de reflexin sobre el tema29. Pero tambin formatos ms inclu-sivos, como los que corresponden a la investigacin participativa, a la crea-cin de audiencias, el diseo de formatos audiovisuales de difusin y el usode Internet como vehculo para socializar las investigaciones en materia desalud pblica. El objetivo es aumentar la capacidad de los usuarios poten-ciales de un enfoque epidemiolgico sociocultural para conocer y criticarlas investigaciones realizadas.

    En el Seminario se evidenci que hay elementos pendientes por debatirsobre el formato que debera caracterizar a la epidemiologa sociocultural,en el sentido de ser pensada como multidisciplina, interdisciplina o trans-disciplina. S la sntesis que propone debera constituir o no una nueva dis-ciplina, lo cual supondra resolver primeramente ciertas contradiccionesparadigmticas. Pues la epidemiologa est basada en el individuo, lo biol-gico y lo estadstico, mientras que en antropologa y hasta cierto punto enlas ciencias sociales, el acento est colocado en lo social, lo intersubjetivo ylo cualitativo, y el contexto es determinante para entender la particularidadsituacional. Debemos sealar que no existi una posicin nica a este res-pecto, pues para algunos de los asistentes la epidemiologa sociocultural esuna invitacin al dilogo entre disciplinas que deben mantener sus particu-laridades de enfoque, lo cual equivale a conformar espacios de discusin yequipos de trabajo que incluyan epidemilogos y cientficos sociales. Encambio, para otros, la propuesta merece ser explorada como un nuevoesfuerzo de sntesis, a sabiendas de que la integracin de saberes y habilida-des que se han desarrollado hasta ahora de forma separada ofrece mayoresposibilidades para el estudio y manejo de los problemas colectivos de salud.

    Existen, por lo tanto, diversos grados y maneras de concebir lo que debeser un enfoque epidemiolgico sociocultural, el cual puede resumirse en

    Presentacin. Ejes de disacusin en la propuesta 27

    conveniencia de combinar enfoques y metodologas, sin perder la conside-racin de que la complejidad dinmica de los problemas sanitarios deman-da distintas formas de aproximacin que deben ser aterrizadas en las pro-pias situaciones25. La reflexin sobre el dao a la salud como dao evitablees un elemento conceptual y operativo que puede permitirnos priorizartemticas y metodologas, sin olvidar el carcter heurstico que mantiene elestudio de situaciones cuya magnitud y vulnerabilidad se desconocen26.Tambin se seal que la integracin de enfoques no debe opacar la especi-ficidad que posee cada disciplina, en el sentido de ofrecer miradas sobre larealidad epidemiolgica que alumbran sectores y problemticas distintas,precisamente gracias a su especificidad. Lo sociocultural alude a un campoque puede considerarse especfico y acotado al sistema de creencias; sinembargo, la forma en que la realidad est estructurada por un sistema decreencias es algo que permea toda la estructura social, que abarca tambinla forma en que se investigan los problemas sanitarios y se ofertan unos ser-vicios de salud y no otros27. La epidemiologa sociocultural puede ser unaherramienta pero no debe dejarse de lado que tambin plantea la amplia-cin del campo gnoseolgico que constituye el objeto de las ciencias de lasalud28.

    26 JESS ARMANDO HARO

    25. Las necesidades reales de colaboracin entre epidemiologa y antropologa dependen del tipode temticas a estudiar. Se seal, por una de las participantes (Laura Moreno), que el objetode estudio debe delimitar el nfasis metodolgico: Si quiero saber solamente la prevalenciade diabetes puedo elegir un estudio epidemiolgico basado en muestras sanguneas o enencuestas sobre diagnsticos previos, pero si realmente quiero conocer el impacto y las for-mas concretas de atencin con minuciosidad, lo que se amerita es un estudio antropolgico.La integracin de ambas perspectivas es lo que yo llamara epidemiologa sociocultural.

    26. Se seal al respecto que la evitabilidad es un elemento incmodo y subversivo por sus con-notaciones sociales y polticas. De esta forma la categora dao evitable puede ser deto-nante de procesos sociales y polticas pblicas, particularmente en el rea de derechoshumanos en salud.

    27. No hay que pensar solamente en la eficacia de las intervenciones sino plantear en qu medi-da nuestras investigaciones pueden contribuir a cuestionar un concepto reduccionista delser humano y de los problemas de salud, como forma de oposicin ideolgica a la investiga-cin que se realiza en biomedicina, seal una de los participantes (Patricia Aranda).

    28. Un ejemplo puede encontrarse en el alcoholismo, un campo que aparece hasta cierto puntonaturalizado por la cultura. Un asistente al Seminario (Carlos Zolla) coment una experien-cia en Mxico, cuando gente de la OMS fue a un partido de ftbol en un estadio lleno de per-sonas, para realizar una campaa contra el consumo de drogas antes del inicio del partido.Haba cerca de 500 nios con una manta que deca No a las drogas, mientras 40 mucha-chas en minifalda bailaban con atuendos que llevaban publicidad de una empresa cervece-ra. El impacto epidemiolgico del consumo de alcohol no se estima, y las consecuenciasaparecen fragmentadas en las estadsticas vitales como cirrosis, sangrados digestivos, sn-drome de dependencia al alcohol, lesiones autoinflingidas y a terceros, homicidios, acci-dentes de vehculos de motor, violencia domstica o suicidios.

    29. Un primer producto emanado del Seminario fue la publicacin de un nmero de la revistaRegin y Sociedad (El Colegio de Sonora, nmero especial 2, volumen 20, 2008, disponibleen: http://www.colson.edu.mx/Difusion/default.aspx?seccion=RevistaEnLinea&nume-ro=e2), as como la confeccin de una bibliografa que puede consultarse enhttp://web.mac.com/josepmcomelles/iWeb/REDAM/Bib%20Epidemiologia%20Sociocul-tural_files/Episoc-bibliografia.pdf). Puede verse adems una pgina en Internet sobre eltema: http://www.facebook.com/pages/Hermosillo-Mexico/EPIDEMIOLOGIA-SOCIO-CULTURAL/201119770224?ref=ts

  • estudios epidemiolgicos. Por su parte, Oriol Roman, antroplogo cataln,en su trabajo (La epidemiologa sociocultural en el campo de las drogas:contextos, sujetos y sustancias) argumenta sobre la construccin cultural delos conceptos con los que se trabaja en salud pblica, en este caso respectoa la dependencia a las drogas. Seala que tanto las tcnicas cualitativascomo las modalidades participativas de investigacin son una premisa eneste campo de intervencin sociosanitaria, donde la etnografa suponeromper con las bases de la separacin sujeto-objeto de los planteamientospositivistas. En este mismo tenor, Carlos Magis y Marcelo De Luca, efectanuna revisin desde la prctica de la investigacin para la prevencin delVIH-sida en su ensayo Sida, cultura y salud pblica, en el cual nos hacen verque lo sociocultural tiene una presencia central en los problemas de saludpoblacional, referidos en este caso al VIH-sida. En este captulo los autoresefectan una crnica sobre los cambios que se han registrado en la prcticade investigacin sobre VIH-sida en Mxico desde el inicio de la epidemia, envarias generaciones de vigilancia epidemiolgica. Asimismo, exponen lasfortalezas y debilidades de las metodologas empleadas para sealar cmosurgi tempranamente en este campo la necesidad de combinar tcnicascuantitativas y cualitativas. La revisin que efectan es muy pertinente parala obra, pues como sealan permite dar visibilidad a las bases que con-ducen a comprender la importancia que ha adquirido el debate cultural enla investigacin de corte epidemiolgico.

    El ensayo de Arachu Castro, Anlisis de la experiencia de vida en mujerescon VIH en Cuba relata un trabajo de investigacin realizado en Cuba poresta antroploga mdica espaola que trabaja en Harvard. Denota cmo laatencin a la salud retroalimenta las concepciones populares sobre la enfer-medad, en este caso, relativas a la disposicin de antirretrovirales y serviciosmdicos, y la relacin que mantienen estos elementos con la conductareproductiva de la poblacin. Demuestra la conveniencia de combinardatos cuantitativos con informacin obtenida mediante estrategias cualita-tivas, donde la complementacin de tcnicas arroj resultados complemen-tarios que permitieron apreciar la contribucin de la teraputica farmacol-gica para aminorar el estigma asociado a las personas con VIH-sida. Estecaptulo incide en demostrar un aspecto que se discuti en el Seminario: larelacin entre prcticas y representaciones sociales. Y de qu modo la aten-cin a la salud y su acceso es un aspecto determinante en la evolucin y pro-nstico de las enfermedades.

    Estilos de vida y migracin, factores determinantes de la enfermedad ymuerte entre poblacin triqui migrante a la Ciudad de Mxico, de la mdicay antroploga Zuanilda Mendoza, compara el perfil epidemiolgico de los

    Presentacin. Ejes de disacusin en la propuesta 29

    tres elementos mnimos: la integralidad en el abordaje (con la atencin a losvariados mbitos en los que se distribuyen los determinantes de la salud y laenfermedad), la combinacin de estrategias metodolgicas (cuantitativas ycualitativas) y el recurso a la voz de los actores significativos. En particular,la adscripcin poltica de la propuesta de una epidemiologa socioculturalcomo una herramienta de emancipacin y empoderamiento ciudadano, esun elemento pendiente de abordaje, en tanto para algunos de los asistentesal Seminario es un aspecto que no debera formar parte sustancial del enfo-que, sino una consecuencia poltica derivada de acciones tcnicas, lo cualadmite ciertamente diversas lecturas. Por ello, varios participantes seala-ron que el nfasis en la pobreza y las inequidades sociales permite reenfocarlo ms relevante (lo estructural), aunque tambin es importante no perderde vista los aspectos culturales, subjetivos, simblicos y relacionales, loscuales no solamente son un reflejo pasivo de las condiciones de vida, sinoque tambin mantienen y reproducen situaciones patgenas y de riesgo. Sitodo incide se dijo cules criterios pueden ayudarnos a jerarquizar esetodo? No existe una respuesta general para esta pregunta, pues dependedel anlisis y la problematizacin del objeto de estudio.

    CCoonntteenniiddoo ddeell lliibbrroo

    Los ensayos que componen este libro ilustran aspectos diversos conteni-dos en la propuesta de una epidemiologa sociocultural. El primer trabajo,de Eduardo L. Menndez (Modelos, experiencias y otras desventuras), acotacrticamente desde la antropologa las necesidades y posibilidades de com-plementacin entre ambas disciplinas, a la vez que tambin analiza las insu-ficiencias patentes en los enfoques antropolgico y epidemiolgico cuandose utilizan en forma separada, con ejemplos de las ventajas potenciales quetendra el integrar ambas miradas. Adems de ofrecer varias experiencias deaplicacin del enfoque epidemiolgico sociocultural, el autor revisa lasposibilidades de generalizacin que ofrecen los mtodos cualitativos y laimportancia de considerar la expresin local de los problemas de salud atravs de la inclusin del punto de vista del actor.

    Los aspectos metodolgicos ocupan los siguientes captulos, con losaportes de dos colegas epidemilogos (Ana Diez Roux y Gerardo lvarez),quienes en La necesidad de un enfoque multinivel en epidemiologa: desa-fos conceptuales y metodolgicos, exponen las potencialidades de estaestrategia metodolgica para lograr integrar determinantes de distintoorden lgico y as superar distintos tipos de falacias que son comunes en los

    28 JESS ARMANDO HARO

  • cuantitativa. En su texto Relevancia de la epidemiologa sociocultural en elmbito laboral. Una reflexin a partir del estudio del estrs como metforade un grupo de operadoras telefnicas, esta antroploga denota la insufi-ciencia del enfoque de la epidemiologa ocupacional y la psiquitrica paraevidenciar el panorama que se expresa en la patologa laboral, particular-mente en lo referido al estrs, donde segn su investigacin se presenta unamirada de signos y sntomas poco precisos (multivocales). A pesar de laimportancia que se da actualmente a los factores psicosociales por organis-mos internacionales, se documenta una escasa incorporacin de esta noso-loga en medicina del trabajo y en epidemiologa, por lo que la autora sea-la que si hay un mbito en el que la inclusin de una epidemiologasociocultural constituira un beneficio en lo econmico, poltico, social ycultural, este es, desde mi perspectiva, el mbito laboral. Por su parte, Mon-serrat Salas, Pilar Torre y Sara Elena Prez Gil, en su trabajo Hacia una pro-puesta de epidemiologa sociocultural en alimentacin infantil, elaboranuna crtica a diversos enfoques en alimentacin infantil que no consideranel papel del contexto social ms amplio en el que se insertan las prcticasnutricionales de los bebs. Las autoras reconocen que la construccin deuna epidemiologa sociocultural de la alimentacin infantil es hasta hoyms una tendencia de anlisis que una definicin y seguramente constituyeuna prctica escasa, incipiente y considerada hasta extravagante. As, sea-lan una serie de elementos que permitiran la aplicacin de este enfoque enel campo de la alimentacin, un concepto ms amplio que el de nutricin.

    El modelo de capacitacin CECIPROC: Una experiencia de epidemiolo-ga sociocultural aplicada?, de Alberto Ysunza y Luz Mara Espinosa, presen-ta los resultados de una experiencia de aplicacin que se origin en Oaxacay que ha tenido extensiones a otras partes del pas y del mundo, que propo-ne un modelo integral de capacitacin de promotores comunitarios en elcampo de la salud. CECIPROC puede ser considerada como una aplicacinexitosa del enfoque epidemiolgico sociocultural en tanto considera losvariados factores aqu expuestos en sus diagnsticos comunitarios, recogelas voces de los actores implicados mediante una metodologa participativay no duda en emplear tanto tcnicas del arsenal cuantitativo como tambinestrategias cualitativas.

    Los ensayos que componen este libro representan esfuerzos realizadospor investigadores que, desde distintas atalayas, perfilan aspectos pertinen-tes para la construccin de un enfoque sociocultural en epidemiologa. Escierto, como se argument en el Seminario, que la propuesta requiere aten-der una gran variedad de factores y niveles que estn involucrados en la pro-blemtica de salud poblacional, sin reducir la complejidad que le caracteri-

    Presentacin. Ejes de disacusin en la propuesta 31

    indgenas triquis asentados en su regin de origen con los que migraron a laCiudad de Mxico en el lapso de una dcada. Para ello, utiliza estadsticas delos servicios de salud, una encuesta propia, entrevistas y tambin observa-cin participante en los dos sitios donde se desarroll su estudio. Los hallaz-gos permiten dar cuenta de las diferencias y similitudes en el estado desalud de este colectivo, diferenciado entre quienes se quedaron a vivir en elmedio rural y quienes migraron a la metrpoli mexicana. El trabajo de laantroploga Rosa Mara Osorio, Construyendo puentes y abriendo caminos.Aproximaciones a la epidemiologa sociocultural y a la epidemiologa popu-lar, recupera las ventajas de indagar etnogrficamente las concepcionesetiolgicas y preventivas que componen una etnoepidemiologa, medianteun estudio cualitativo realizado con mujeres madres en el Estado de Mxi-co. El ensayo analiza las representaciones sociales y las prcticas que emple-an familias rurales mexicanas en entidades nosolgicas comunes y tambinen algunos sndromes de filiacin cultural, para proponer la importancia deanalizar la racionalidad implcita en los saberes preventivos populares y suarticulacin con las nociones de riesgo en epidemiologa y vulnerabilidaden antropologa mdica, cuya conjuncin permitira la construccin de unaepidemiologa sociocultural.

    Paola Sesia, antroploga, en su ensayo (El papel de la desigualdad socialen la muerte de mujeres indgenas oaxaqueas durante la maternidad) inte-gra datos epidemiolgicos con informacin obtenida mediante entrevistas,para lograr documentar los numerosos factores que intervienen en la expli-cacin de por qu en Mxico la incidencia de muertes maternas no ha logra-do abatirse y estn lejos de cumplirse los Objetivos del Milenio en esterubro. Destaca la sinergia que conjuga factores culturales, socioeconmicosy de acceso a servicios para mostrar cmo las preferencias individualesposeen una factura de inequidad en varias dimensiones, donde el gneromantiene posiciones a las que se suman clase social y etnicidad. Por suparte, Judith Ortega, Jolly Hoil, Andrs Santana y Guadalupe Andueza, enGnero, generaciones y transacciones: ejes desde la epidemiologa sociocul-tural, ilustran la brecha que existe entre las investigaciones epidemiolgicasy las antropolgicas, cuya contrastacin y complementacin permitiraconocer los cambios que se registran en la sexualidad y la salud reproducti-va. Para ello, exponen resultados de una investigacin realizada en Yucatn,en la que utilizan tres ejes de anlisis: gnero y salud, intergeneracional ytransaccional.

    El estudio del impacto del estrs en un grupo de operadoras telefnicases utilizado por Josefina Ramrez para ejemplificar la conveniencia de utili-zar tcnicas cualitativas para sistematizar informacin estratgica en forma

    30 JESS ARMANDO HARO

  • za; y que es una tarea ciertamente difcil, que reclama del concurso de colec-tivos ubicados en distintos mbitos y que definen este quehacer. Alude a unesfuerzo compartido bajo una base comn, que es ofrecer un enfoque inte-gral y alternativo al biomdico para el estudio y la gestin de diferentes pro-blemas de salud colectiva. La reunin de los trabajos que aqu se presentanilustra formatos diversos que requieren ser complementados para acceder aun dilogo que abarque el concurso de las habilidades que aqu se exponen,que son de reflexin y gabinete, de campo y organizacin de conjuntossociales, de sensibilidad narrativa y tambin de talentos informticos, en elinters de lograr la sinergia de sus enfoques. En el Seminario aludido esta-blecimos que es un reto necesario, que debe mantenerse abierto, dado quese consider que quedan an muchas cosas en debate y especialmente en lorelativo a trabajo terico y emprico que evidencie la conveniencia de dialo-gar enfoques y revisar conjuntamente abordajes que hasta ahora han esta-do en competencia, a pesar de su inters comn: el conocimiento de los fac-tores que determinan la salud colectiva y su mejoramiento. Es lo quereclama para su planteamiento la epidemiologa sociocultural y en estetexto esperamos contribuir a este objetivo.30

    Hermosillo, Sonora

    32 JESS ARMANDO HARO

    30. Agradezco los comentarios a quienes apoyaron la edicin de este texto con la revisin dedistintas partes del mismo: Catalina Denman, Carlos Zolla, Raquel Abrantes y Paola Sesia.