HARITU 18

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Haritu 18 abril 2007ko apirila 3 euros Política, hora cero Ana Urrutia & Urko Aristi Errepide ertzeko kafetegia, Ion Orzaiz Galarza Brian Currin Tíbet, el reino de las nubes Lokarri akordioaren eta kontsultaren aldeko herritarren Sarearen aldizkaria Revista de la Red ciudadana por el acuerdo y la consulta Lokarri

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HARITU 18, publicación de Lokarri

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Haritu 18abril 2007ko apirila 3 euros

Política, hora ceroAna Urrutia & Urko Aristi

Errepide ertzeko kafetegia, Ion Orzaiz GalarzaBrian Currin

Tíbet, el reino de las nubes

Lokarri akordioaren eta kontsultaren aldeko herritarren Sarearen aldizkaria Revista de la Red ciudadana por el acuerdo y la consulta Lokarri

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Editorial La ciudadanía necesita claridad

Pies de foto Olatu gupidagabeak/Arrecia el temporal

Al hilo Hora cero

Alegiak «Errepide ertzeko kafetegia», Ion Orzaiz Galarza

En primera persona Brian Currin

A dos bandas Descifrando isobaras del conflicto

Ana Urrutia & Urko Aristi

Opinión ¿Por qué?, Rakel Mateo

Kanpaina Erronka berriak akordioaren eta kontsultaren alde

Munduari so Tíbet, el reino de las nubes

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Haritu 18Sumario Aurkibidea

Zuzendariak: María Lizardi eta Alvaro González - Erredakzioa: Itziar Fernandez, Garazi Landa, Ana Elvira, Paul Ríos, A.B. López de Lerena, Miguel Sarratea eta Ruth Soria.

Ale honetako kolaboratzaileak: Rakel Mateo, Ion Orzaiz eta Zuriñe Hidalgo.

- Maketazio eta diseinua: Lokarriko diseinu taldea. Ilustrazioak: Srinavasa Ramanujan.

Inprimategia: Antza (industrialdea 2. pab. - 20160 Lasarte) - Lege gordailua: SS-1142/06 - ISSN: 1134-8038

Haritu no se responsabiliza de las opiniones emitidas por sus colaboradores.

Para la edición de esta revista se utilizan papeles libres de cloro. Aldizkari hau moldatzeko klororik gabeko papera erabiltzen da.

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Erakunde laguntzailea / Institución colaboradora:

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La ciudadanía necesita claridad

Editorial

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Lokarri, desde que puso en marcha su iniciativa para promover laconvocatoria de una consulta, allá por el mes de marzo de 2007, hainsistido reiteradamente en la necesidad de animar a la sociedad paraque impulse y acompañe un proceso que culminase en la convocato-ria de una consulta popular. Por lo visto en otros lugares del mundo,incluso en lugares cercanos como Andalucía y Cataluña, donde sehan celebrado recientemente sendos referéndums para la reforma desus estatutos de autonomía con una baja participación, sin generarilusión social es muy difícil incentivar la participación ciudadana enuna consulta popular.

La propuesta de convocatoria de una consulta popular ha nacido enun momento especialmente difícil para conseguir el objetivo de ilu-sionar y movilizar a la ciudadanía. Una de las peores consecuenciasdel fracaso del proceso de paz ha sido la gran frustración y hastío queha generado en la sociedad. Seguramente nadie ha dado aún con laclave para contribuir a superar este estado de ánimo, aunque es obje-tivo que existen grandes dificultades para crear y mantener una espe-ranza activa en la sociedad.

A este estado de ánimo social hay que añadir otro elemento que di-ficulta el trabajo a favor de la convocatoria de una consulta popular.Esta propuesta para desbloquear el proceso hacia la paz y la normali-zación es novedosa, no sólo en nuestra sociedad, sino también a nivel

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internacional. Todas las ideas nuevas nacen con dudas que hay quetratar de resolver y clarificar, precisamente para reactivar la esperan-za en la ciudadanía. La convocatoria de una consulta supone situar enun papel protagonista a la sociedad a la hora de tomar sus propias de-cisiones y hay que incentivar su participación. Por ello, es importan-te transmitir un mensaje claro en relación a la posibilidad de que es-te mismo año se convoque una consulta popular.

Esta cuestión ha adquirido especial relevancia tras los resultados delas Elecciones Generales. Desde el día siguiente a conocer los resulta-dos el tema estrella ha sido la posible convocatoria de una consultapopular en octubre de este año, siguiendo el esquema planteado porel Gobierno Vasco en su ya famosa «hoja de ruta». Es evidente quequienes se posicionaron en contra de esta propuesta hayan manteni-do su postura de rechazo. Lo que ya no es tan entendible es que algu-nos sectores sociales y políticos que han defendido la propuesta hayanmantenido una postura ambigua o poco clara, sin manifestar con ni-tidez que la sociedad vasca será convocada a participar en una consul-ta popular.

Según las últimas encuestas un 70% de la población vasca conside-ra positiva la convocatoria de la consulta. Este dato demuestra quehay masa crítica para esperar que la celebración de una consulta pue-da ser un éxito pero los mensajes poco claros están logrando que, in-

cluso en los sectores que han defendido con más ímpetu la consulta,la desmotivación este cundiendo, lo que a la larga puede llevar al fra-caso de la propuesta.

Lokarri, en lo que le compete como Red ciudadana, quiere ser cla-ro y contundente: hoy la prioridad es alcanzar un acuerdo y convocaruna consulta, haya o no haya acuerdo. Con este objetivo de reivindi-car un acuerdo y la convocatoria de una consulta popular Lokarri hapuesto en marcha una nueva iniciativa con el lema «tienes un email:lograr un acuerdo y convocar una consulta».

El mensaje que se quiere transmitir con esta iniciativa es una exi-gencia clara, contundente y constructiva. Clara, porque no es mo-mento para ser ambiguos, queremos mostrar un deseo social de que seden dos avances concretos y significativos, un acuerdo político y laconvocatoria de una consulta popular. Contundente, porque, desde elrespeto, queremos mostrar una posición nítida en estos meses tan im-portantes para desbloquear el proceso hacia la paz y la normalización.Constructiva, porque se pide poner en marcha un modelo de soluciónbasado en el acuerdo entre diferentes y en el que la sociedad tenga laúltima palabra sobre su futuro y su convivencia. Los derechos de laciudadanía no están sujetos a coyunturas políticas y nuestra sociedadtiene todo el derecho a ser consultada sobre uno de los principalesproblemas que le afectan: la paz y la convivencia.

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Olatu gupidagabeakArrecia el temporal

2008/03/11, Donostia

Itsaso zakarreko egun batean olatuak kostaldearen aurka apar eta bitse-tan lehertzen. Triskantzak eragiten. Txikizioa. Indar saiehestezina. Ola-tuen aparrak ur tanta gaziak bidali dizkigu begietara, mingarriak. Olatueta zimur zipitzik ez duen itsaso barea desio dut. Lasaia. Garbia. Izugarriz-ko dizdira duena, zilarrezko harlausa erraldoi baten modura. Emeki-eme-ki dabilena. Eskudela apurtzen ez duena. Gure itxaropenari ebaki egindiote euskarri zuen baranda, eskudela. Arrasateko bizi itoa, Calahorra, le-hergaiak, anabasa, pairamena, negar-anpuluak.... Itsasoa ez dago bare. Za-ratatsu da berriz. Dohakabeki.

Miguel Sarratea

La tormenta azotó Arrasate con toda su fuerza el pasado 7 de marzo de-jando a su paso el dolor de una familia rota y de una vida truncada sóloporque alguien decidió que asesinar a balazos a Isaías Carrasco era lo me-jor para el futuro de los vascos. Unos días después, 70 kilos de explosivosrobaron los hogares de más de 500 personas dejando a su paso miedo y an-gustia sólo porque alguien decidió que socializar el sufrimiento y el terrorera lo mejor para el futuro de los vascos. Quién sabe dónde o cuándo ter-minará este delirio en el que aún viven aquéllos que se empeñan en bus-car la paz a través de la violencia con la vista perdida en el mar y gastadade tanto mirar al horizonte. El caso es que arrecia el temporal y, aunqueno es la primera vez que uno así pasa por el País Vasco, siempre sobreco-ge comprobar la brutalidad de sus efectos y cómo es capaz de destrozar enun momento los caminos que esta sociedad se esfuerza por construir cadadía. Pero el caso es también que, por terrible que sea, siempre termina re-mitiendo y dejando que el sol se abra paso entre los nubarrones. Con lamirada todavía presa de ese mar desatado, espero que escampe de una vez.

Ruth Soria

Pies de foto

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Al hilo

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Los presidentes de los gobiernos vasco y español, Juan José Ibarretxe y José Luis RodríguezZapatero, durante una de las reuniones que mantuvieron en la pasada legislatura.

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A. B. López de Lerena Texto

ceroHora

Un nuevo curso arranca en la política del Estado. Diálogo y con-senso son palabras que están de moda, pero que probarán el verda-dero sentido que les da cada formación política cuando se enfren-ten a retos como la reforma del poder judicial o, sobre todo, la tra-mitación de la hoja de ruta impulsada por el Gobierno Vasco. Co-mienza un nuevo ciclo de cuatro años que pueden servir para dise-ñar un nuevo escenario con un presidente reforzado, una oposiciónque comienza a reflexionar y un apasionante juego de alianzas yacuerdos por tejer.

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La política es como un reloj. Sus manecillas se alinean más o menos unavez cada cuatro años y la contienda electoral marca el fin de un ciclo y elinicio de otro. Entonces, los partidos se encelan en una batalla que lo con-diciona todo, y tras el bombardeo mediático, los ciudadanos terminan es-cogiendo a uno de los candidatos para que lidere esa nueva etapa y tam-bién a quienes quieren que sean sus compañeros de viaje, definiendo tam-bién cuánto quieren que estos grupos minoritarios le condicionen en laacción de gobierno. Después, hora cero de nuevo y la oportunidad de vol-ver a empezar.

Y así llegamos al escenario creado por la cita del pasado 9 de marzo, en laque José Luis Rodríguez Zapatero volvió a obtener el respaldo de los electo-res y tras la cual dispondrá además de la «mayoría suficiente» que pidió encampaña para desarrollar su programa sin condiciones externas, por lo que

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torales y allí se eliminaran los votos que vascos y catalanes emitieronel 9 de marzo, se llegaría la curiosa conclusión de que Mariano Rajoysería el inquilino del palacio de La Moncloa durante los próximos cua-tro años, ya que la suma de los votos y escaños elegidos por el resto decomunidades es favorable al PP.

Pero la mano tendida que el PSOE y las otras fuerzas de la Cámarase cruzan con recelo en estos primeros compases de la legislatura se de-be también a un deseo de estabilidad, de facilitar lo que se ha dado enllamar «gobernabilidad», que en realidad se le supone a todo Ejecuti-vo, sobre todo cuando la aritmética parlamentaria así lo exige. No hayque olvidar que incluso José María Aznar habló catalán en la intimi-dad y se abrazó con Xabier Arzalluz mientras necesitó de sus apoyos yno alcanzó la mayoría absoluta.

Nuevos mimbres para nuevos acuerdos Para desentrañar las claves del reequilibrio de fuerzas que está por

venir de cara a los próximos años hay que analizar los resultados querecogieron las urnas, y de un solo golpe de vista se aprecia que el bi-partidismo fue el principal beneficiario. PSOE y PP han engordadosus grupos parlamentarios con cinco diputados cada uno, aupadospor una campaña que dejó fuera de juego a los partidos minoritariosy que quedó convertida en un cara a cara entre Rajoy y Zapatero máspropio de unas elecciones presidencialistas. Así, los principales pa-ganos de esta situación han sido ERC e Izquierda Unida, quieneshan pasado de ser socios preferentes del Gobierno con un peso de-terminante de 8 y 5 escaños respectivamente, a verse obligados a vercómo se desarrolla el juego de mayorías y minorías para dar valor alos exiguos 3 y 2 diputados que han obtenido en la reciente cita elec-toral. También otros partidos nacionalistas han pagado la polariza-ción perdiendo peso en forma de escaños, como ha sucedido conEusko Alkartasuna, que ha perdido a su diputada, y el PNV, que habajado de 8 a 7 escaños.

Lo cierto es que el PSOE necesita tejer alianzas para hacer bue-na esa «mayoría suficiente» de la que goza y poder aprobar las le-yes a través de las que pretende orientar su acción de gobierno, porlo que cada uno de esos escaños puede tener su valor y el PSOE esconsciente de que debe cuidar no ponerlos en su contra gratuita-mente. Además dar la imagen de que los socialistas protegen lapluralidad de las identidades políticas que conviven en el Estado esuna baza que los socialistas querrán seguir jugando, toda vez que

el ya nuevo presidente español gozará durante los próximos cuatroaños de un margen suficiente como para que por fin se vea cuál es laverdad de su talante ante los diferentes retos que se le plantean.

Tras cuatro años marcados por la crispación en el Congreso de losDiputados, muchos se han esforzado por adelantar que ésta será «la le-

gislatura del consenso», extrayendo el título de parte del discurso quepronunció el propio Zapatero tras conocer su victoria en las urnas.

Y es que al actual PSOE le interesan el consenso y la pluralidad.Dos de las plazas sobre las que ha cimentado su victoria han sido Eus-kadi y Catalunya, donde la imagen más abierta que proyecta ante lasreivindicaciones de las minorías en el Congreso -en contraposicióncon la más amenazántemente centralista y uniformizadora del PP- leha convertido en la fuerza más votada. De hecho, si se trasladaran losresultados de PP y PSOE al laboratorio de las matemáticas post elec-

Al hilo

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«La próxima legislatura será la del consenso»José Luis Rodríguez Zapatero, Presidente del Gobierno español

Los portavoces de los grupos de CiU, IU y ERC tratarán de hacer valer su peso.

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han conseguido rentabilizarla ante la mayoría de los ciudadanos apesar del portazo que recibió la propuesta de nuevo estatuto queaprobó el Parlamento Vasco y el lehendakari defendió en Madrid,y a pesar también del «cepillado» que sufrió el texto catalán queZapatero se había comprometido a respetar tal y como los catala-nes lo aprobaran.

Por todo esto, diálogo y acuerdo se han convertido en términos fe-tiches que vuelan por los pasillos del Congreso en estos primeroscompases de la legislatura.

Después de cuatro años en los que pasaron por ser poco menos quedos peligrosas proscritas y cuatro más en los que han sido poco másque el eco del talante, ahora están llamadas a ser la clave de un nue-vo tiempo y todos parecen haberlo entendido así; sobre todo PSOEy PP, que son, como se ha demostrado, quienes más se juegan en laselecciones generales, y quienes antes han empezado a traducir esteespíritu en hechos.

Por un lado, Bono responde con una sonrisa mordaz pero abiertacuando se insinúa que es un «cabestro», como hizo el portavoz jel-tzale en el Congreso Josu Erkoreka, y protagoniza un discurso con-ciliador en su presentación como presidente del Congreso, mientrasque José Antonio Alonso comienza su andadura como portavoz delgrupo socialista prometiendo que empleará «mucho trabajo y mu-

cho diálogo» en la «búsqueda de consensos con todos los grupos».Además, el PSOE ha hecho otros guiños a los partidos minoritarios,como han podido ser su decisión de prestar seis de sus senadores alPNV para que éste pueda formar grupo propio en el Senado, o la defacilitar que un diputado jeltzale y otro de Convergencia i Unio ten-gan un hueco en la Mesa del Congreso.

Del mismo modo, en las filas del PP, Mariano Rajoy parece por findecidido a acometer la renovación del partido que le legó Aznar ha-ce ya más de un lustro. El primero en dar un paso atrás fue EduardoZaplana, que se anticipó a la jugada y anunció su intención de pa-sar a segunda fila (probablemente para evitar que le pasaran) y supuesto como portavoz del Grupo Popular ya ha sido ocupado por lajoven Soraya Sáez de Santamaría, que será la encargada de dirigir elfuncionamiento interno y determinar el tono del discurso que mos-trará el principal partido de la oposición en su control al Gobierno.Y el segundo, todo parece indicar que será el mismísimo secretariogeneral del partido, Ángel Acebes, el último heredero de la teoríade la conspiración, que podría perder su cargo en favor de uno de losactuales dirigentes del PP que más cerca han estado siempre de Ra-joy: Gabriel Elorriaga. Todos estos cambios apuntan a que el líderpopular va a intentar variar progresivamente el discurso de su parti-do empeñándose especialmente en cambiar la dura imagen que pro-

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PSOE potencie su discurso respecto al entendimiento en el PaísVasco. La hoja de ruta impulsada por el Gobierno Vasco dibuja uncalendario que pasa por el mes de junio como referencia para alcan-zar un acuerdo sobre el encaje jurídico-político de Euskadi en el Es-tado, o para desbloquear la situación mediante la celebración de latan traída y llevada consulta popular, así que habrá que prestar aten-ción a cada gesto para ver cuál será el recorrido que puede tener eldiálogo en este ámbito y hasta dónde puede llegar el talante de Za-patero si tiene que afrontar una consulta democrática como la plan-teada por el lehendakari Ibarretxe.

Y todo esto vendrá acompañado por la distorsión que ETA intro-duce en la vida política con su actividad terrorista y por los ecos delintento de alcanzar la paz que quedó frustrado tras el atentado de Ba-rajas. Después de lo sucedido en Arrasate, el presidente español ex-puso en el inicio del nuevo curso parlamentario que confía en que«el sufrimiento compartido» de todas las formaciones representadasen la Cámara permita que por fin se dé «un entendimiento sincero ynoble» en todo aquello que tenga que ver con el trabajo que hay quehacer para conseguir «el fin absoluto de la violencia»; es decir, queespera contar con el respaldo y la confianza suficientes de todos losgrupos (especialmente del PP de la renovación marianista) para po-ner en marcha las iniciativas que crea necesarias para que el fenóme-no de la violencia en Euskadi se encamine hacia su definitivo final.

La inaplazable reforma del Poder Judicial va a obligar a los diri-gentes de PP y PSOE a retomar el diálogo allá donde lo dejaron,perdido entre más de cuatro años de acusaciones cruzadas; la hoja deruta vasca va a precipitar un diálogo entre socialistas y jeltzales quepuede abrir nuevos escenarios y cuyas consecuencias ya se están em-pezando a dejar notar en el ámbito municipal traduciéndose enacuerdos y acercamientos de posturas como el logrado en torno a lapresidencia de la Caja Vital en Álava; y ETA, tarde o temprano,tendrá que dar pasos para intentar recuperar un escenario de diálo-go que sabe que este gobierno es el más capaz de proporcionarle enla última estación de su viaje hacia una progresiva grapización.

En resumen, el contexto creado tras el 9-M alumbra una etapa queestará forzosamente presidida por la presencia del diálogo y en laque los distintos interlocutores deberán transmitir al público su vo-luntad de cerrar unos acuerdos que se van haciendo esperar desdehace demasiados años y que tarde o temprano serán parte del futu-ro porque así lo demanda la sociedad. Cuatro años pueden dar mu-cho de sí y el contador parte de cero.

yecta a la sociedad y que tanto ha alimentado electoralmente alPSOE durante la pasada legislatura.

Un ojo mirando a Euskadi La reestructuración del PP también mira a tierras vascas. Los es-

trategas de esta formación han detectado la creciente animadver-sión que su actual discurso despierta en comunidades como la vascao la catalana y varias voces autorizadas han pedido que esto no sepase por alto. El primero en hacerlo fue el presidente del partido enBizkaia, Antonio Basagoiti poco después de que las urnas dictaransu sentencia. Y, aunque en un principio su petición de obtener unamayor autonomía de discurso para el PP vasco cayó en saco roto,otros dirigentes del partido en Euskadi, como el ex alcalde de Vito-ria Alfonso Alonso, también han comenzado a poner su proa en es-ta misma dirección, por lo que habrá que ver qué PP sale del Con-greso Nacional que tendrá lugar el próximo mes de junio.

Pero los populares no son los únicos que miran a Euskadi de reojo.Los históricos resultados obtenidos por el PSE han espoleado a losdirigentes socialistas y han refrendado su labor en el País Vasco. Laprimera consecuencia de este auge electoral es que ya hay quienespiensan en el asalto a Ajuria Enea, por lo que cabe esperar que el

Al hilo

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Los diferentes partidos buscan reubicar sus discursos para construir nuevos acuerdos

El rey de España saluda al nuevo presidente del Congreso, José Bono.

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Cinco balas disparadas por la espalda y una vida rota en mil pedazos.70 kilos de explosivos y un pueblo sobrecogido. Manifestaciones de pro-testa. Dolor, impotencia y frustración. ETA vuelve por donde solía. Esteúltimo mes de marzo ha sido un tiempo intenso en el que la organizaciónterrorista ha querido dejar su macabra impronta volviendo en forma demiedo y muerte. Primero se cobró una vida más en su insaciable lista ne-gra y después ha buscado extender el terror entre la sociedad colocandosendos explosivos en Calahorra y Azpeitia.

No es la primera vez que ETA intenta influir con su violencia en losdías anteriores y posteriores a una cita electoral. De hecho se trata de unatáctica que se enmarca dentro de su estrategia político-militar desde quese restauró la democracia, allá por 1977, cuando en tan solo dos semanastiñó la campaña de negro cometiendo un total de 56 atentados. Por eso,las fuerzas de seguridad del Estado estaban alerta antes del 9 de marzo yhabían hecho circular por sus redes internas mensajes en los que se avi-saba de que ETA podía actuar de un momento a otro. Y por eso, desdehace ya muchos años, se intenta que los cargos políticos sigan llevandoescolta aún después de que abandonen el cargo. Isaías Carrasco decidióno hacerlo. Renunció a la protección en cuanto pudo, en cuanto pasó elplazo de seis meses que marca el Ministerio del Interior como mínimopara que dejen de estar escoltados después de no salir reelegidos en suscargos. Quería recuperar la normalidad de una vida fuera de la política yseguramente nunca pensó que un trabajador humilde como él podríadespertar el rencor de ETA. Pero la actual cúpula de esta banda no des-aprovechó la ocasión y arremetió contra el blanco más fácil que encon-tró recuperando un método, el del tiro en la nuca, que no utilizaba des-de hacía más de cuatro años.

Según fuentes de la lucha antiterrorista, el hecho de que los activistashayan vuelto al asesinato cuerpo a cuerpo responde a su necesidad de

mostrar que aún pueden generar mucho dolor al enemigo, y que su capa-cidad operativa no tiene por qué limitarse a colocar artefactos explosivosal abrigo de la noche. La presión policial ahoga su estructura interna yETA necesita de estas demostraciones de fuerza en su macabra estrategia;más aún cuando en lo poco que hemos consumido de 2008, 33 de sus ac-tivistas han sido detenidos, y si echamos la vista al mes de junio, cuandola organización armada dio oficialmente por rota la tregua, la cifra alcan-za el centenar de nuevos etarras presos, llevando la cantidad de miem-bros del MLNV que se encuentran entre rejas a su máximo históricos.

Un ciclo largo de violencia«Si ETA rompe la tregua no es sino para volver a la violencia. Por eso

tenemos que prepararnos para un ciclo largo de violencia». Así se expre-saba el Ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba al analizar el esce-nario que prevé a medio plazo. Algunas informaciones que se han filtra-do desde el Centro Nacional de Inteligencia apuntan en esta misma di-rección, si bien otras añaden que quizá en un plazo de año y medio, ETApodría recuperar el alto el fuego como estrategia para volver a sentar alEjecutivo de Zapatero en torno a una mesa de diálogo, consciente de queno tiene más alternativa que esa a largo plazo en un escenario en el quesu pérdida de apoyo social y capacidad militar cae vertiginosamente. Elproblema de este planteamiento es que supone al menos un año y mediode terror y sufrimiento para una sociedad que ya no sabe cómo demostrarsu hartazgo, y supone también que el PSOE esté de nuevo dispuesto a es-te diálogo; algo que, según se desprende de otras informaciones filtradastambién por el CNI y el propio PSE, sería posible, pero siempre que ETAdecretara un alto el fuego irreversible que abriera definitivamente lapuerta a al abandono de la violencia y a las negociaciones que se handenominado «técnicas»: presos y entrega de armas.

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La distorsión de ETA

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Errepide ertzeko kafetegia

Alegiak

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Jakesen zain nengoen eta hasia nintzen kezkatzen. Hamaiketan gel-dituak ginen; hamabiak hamar gutxi, zioen erlojuak. Beste aukera batemanen niola zin egin nion neure buruari, eta han gelditu nintzen.Zain. Barraren gainean, nire aldamenean, hiru kafe katilu zeuden. Hi-rurak erdi hutsik. Eta hautsontzia, zigarrokinez mukuru. Bizpahiru txo-kor eta mutxikin alboratu nituen, errauts piloan nire zigarroa itzaliahal izateko. «Beste kafe bat, mesedez» irribarretsu batez zuzendu nintzaion barraren bestaldeko zerbitzariari. Mutil gaztea, beltzarana etanahiko atsegina (azken hau halabeharrez, seguruenik). Eta goapoa.Kafe-makinatik itzuli zenean berarekin sasi-elkarrizketa bat mantentzen saiatu nintzen, aldi berean xarmangarri eta patetikoa zen irriba-rrea ezpainetatik ezin alboratuta. Ez nuen berarekin ligatu nahi, bene-tan. Hala uste dut behintzat. Urduri nengoen, horixe zen dena. Kafe-tegiaren ondoan zegoena 121 errepidea ote zen galdetu nion. Ez alnintzen, bada, okertuko? Agian Jakes beste errepide bateko kafetegianzegoen, nire zain. Baina ez. Zalantzarik gabe, 121 errepidean nengoen.250. kilometroan. Hitzartutako kafetegian. Bera ez, ordea.

Hamabiak eta laurden. Kafe hondar epelak katilu batetik bestera pa-satzera jostatzen ari nintzela, familia dotore bat sartu zen kafetegian.Kanpoan hogeita hamar gradutik gora egingo zuen baina senarrak ja-ka beltza eta gorbata zeramatzan. Emazteak udako soineko arin eta lo-reduna. Maukarik gabekoa. «Sport casual, informal eta elegante aldiberean», pentsatu nuen, eta barreari eutsi behar. Hiru haur: bi neskaeta mutiko txikia. «Opusekoak. Seguru».

Bi kafesne eskatu zituzten, eta hiru txokolatezko irabiaki, haurren-dako. «Ez al duzue komunera joateko gogorik?», gorbatadunak emazteeta seme-alabei, erdi-kantari. «Ez», bi neskak aho batez. Mutilak aldebatera eta bestera astindu zuen burua. Jauzika ari zen, lauza beltzak ezzapaltzera jolasten. Lanpetuegi aitatxori jaramon handirik egiteko.«Zoazte komunera, bidaia luzea da-eta», esan zuen gizonak. Bere aho-tsak ez zuen jada tonu alairik. Emazteak jakin-minez begiratu zion. Ai-tatxok begiak itxi zituen, eta eskua dardarka hasi zitzaion. Ezin suma-tuzko dardara zen hasieran, baina berehala autoko giltzarekin marmo-lezko barra kolpatzen hasi zen etengabe. Txilin-hotsarekin ere haurrek

Ioin Orzaiz Galarza Idazlea

Ramanujan Marrazkiak

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jostetan jarraitu zuten. Hirurak ari ziren orain baldosa beltzen ar-tean saltoka. «Zoazte, bada, komunera!», orro egin zuen aitak.

Jauzi egiteari utzi zioten haurrek. Mutikoak lauza beltz batengainean zuen oina. Aitari begira zegoen, adi-adi. Emaztea ere be-gira zuen gizonak. Isiltasuna. Zerbitzari goapoak eztula egin zuenkafesneak eta irabiakiak barran jartzen zituen bitartean. «Tira,goazen komunera. Aitatxok arrazoi du», esan zuen amak. Hau-rrak hartu eta komuneko atearen gibelean galdu ziren laurak.Mutiko txikiaren intziriak entzun zitezkeen ni eserita nengoentokitik. Gizona dardarka ari zen oraindik. Ilea bekokitik aldendueta zerbitzariarengana abiatu zen, urduri. Kafesne katilua eskuan.Zerbitzariari zer edo zer xuxurlatu zion belarrira. Honek buruare-kin baietz, eta koñak botila hartu zuen atzealdeko apalategitik.Zorrotada naroa bota zion gorbatadunaren kafesneari. Gizonakkatilua hartu eta ahoratu egin zuen, baina ez zuen irensterik izan.Nire begiradak eten zion zurruta. Burua jaitsi nuen, koilaratxoa-ri eraginez eta nire edalontzian gelditzen zen kafea irabiatuz. Be-rak buelta eman eta trago bakarrez edan zuen «carajilloa». Eztulegin zuen; bi, hiru, lau eta bost aldiz. Hasperen sakona ondoren,infernuko haizeek eztarria larrutzen ziotela nabaritzeko modukoa.

Haurrak eta emaztea itzuli zirenerako, egunkaria irakurtzen arizen gorbataduna. Irribarretsu zegoen. Emaztea ez. Emaztea seriodemonio oraindik. Senarrak muin eman zion masailean, bainahonek ez zuen zirkinik ere egin. «Bagoaz?», gizonak. Emakumeakbaietz buruarekin. Hogei euroko billetea barraren gainean utzizuen gorbatadunak. Jada ez zuen dardararik. Nire irudimena iza-nen zen, baina nik uste malko bat igartzen zela, emakumearenbegi ertzean ñir-ñir. Haurrek irabiakiari zurrutada pare bat emaneta alde egin zuten.

Hamabiak eta hogeita bost. Jakesekin ahaztua nengoen. Nirealdamenean zeuden lau katiluei so gelditu nintzen istant batez.Kafe-hondar epelak irabiatzeaz aspertuta nengoen. Beste aukerabat emango niola zin egin nion neure buruari. «Beste aukera bat?Zertarako?». Zerbitzari goapoari kontua eskatu nion.

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En primera persona

Brian Currin Miembro de la Iniciativa Internacional para laPromoción del Diálogo y la Paz en el País Vasco

Su larga experiencia como mediador en conflictos comenzó en su Sudáfrica natal, donde fue una pie-za fundamental para construir la paz y acabar con el apartheid. Después, otros países como Sri Lanka,Palestina y, sobre todo, Irlanda del Norte, han contado con su ayuda en la creación de espacios dediálogo. Ahora visita de nuevo el País Vasco; un lugar que conoce ya bien, entre cuyas bambalinas haestado muy presente en los útimos tiempos y en el que aún trabaja para tratar de mantener abiertoslos cauces de comunicación que se establecieron en torno al recientemente malogrado proceso de paz.Poco después de la victoria del PSOE en las elecciones, Brian Currin concede unos minutos a Hari-tu para compartir un profundo análisis de futuro lleno de claves para la esperanza.

Haritu: ¿Qué le ha traído de nuevo al PaísVasco?

Brian Currin: he vuelto para participar enun seminario sobre la relación entre la nor-mativa antiterrorista y los derechos huma-nos. Hasta el momento está resultando muyinteresante compartir opiniones, informa-ción y puntos de vista sobre esta cuestión. Enla aplicación de las diferentes legislacionesantiterroristas que se puedan crear es muyimportante la labor de los tribunales y losjueces, cuya responsabilidad en esta cuestiónes enorme. Y estoy pensando, por ejemplo,en los casos de torturas. Cuando se produceuna denuncia de tortura o malos tratos, es devital importancia que tribunales y juecespongan toda su profesionalidad al servicio dela investigación del caso. Algunas denunciaspuede que sólo respondan a una estrategia delos detenidos, como casi siempre se argumen-ta. Pero muchas otras, seguramente no. Y un

Estado no se puede permitir proyectar esa du-da. Debe hacer pública toda la informaciónque tenga sobre cada caso concreto y dar lamayor sensación de transparencia posibleutilizando procedimientos para evitar estasospecha, como puede ser la instalación decámaras en los interrogatorios que le han si-do sugeridas por organismos internacionalescomo la ONU o Amnistía Internacional.

Haritu: ¿Cuáles son las principales leccio-nes que ha extraído de su participación enprocesos de paz en distintos lugares y dis-tintos contextos políticos y sociales?

Brian Currin: bueno, existen muchos facto-res que influyen en el desarrollo de un proce-so de paz. Lo primero es el diálogo. Es im-prescindible entablar un diálogo en el queestén presentes todas las partes implicadasen el conflicto y la mayor cantidad posiblede agentes políticos y sociales. Después, exis-

ten muchos otros, como por ejemplo, el pa-pel que pueden desempeñar los medios decomunicación, que pueden resultar impor-tantísimos de cara a construir un ambientesocial u otro más o menos favorable a enten-der y apoyar lo que pueda estar sucediendo,y aquí he podido comprobar que los mediosquizá estén demasiado próximos a determi-nadas siglas y puede que por eso les puedecostar más ser el apoyo activo que es necesa-rio que sean. Pero lo que sí está más claro esque ninguno de estos conflictos se ha resuel-to nunca a través de la vieja fórmula de lamera aplicación de la fuerza de la ley, sino através de un diálogo sincero y profundo. Yen este sentido, es un problema que un pro-ceso se convierta en una herramienta electo-ral, porque al final termina siendo víctimade la lucha partidaria.

Haritu: ¿Hemos aprendido alguna de esaslecciones en el caso vasco?

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Alvaro González Texto

Karlos Corbella Fotos

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«Los próximos cuatro años son una ventana deoportunidades para resolver el conflicto vasco»

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En primera persona

Brian Currin: pues la verdad es que yo, since-ramente, creí que Zapatero había entendidomuchas de ellas, pero ahora no lo sé. El go-bierno socialista admitió el diálogo y yo creoque entiende que es necesario encontrar unasolución. Pero tengo una preocupación a esterespecto. Y es que es la clase judicial quien pa-rece no haber entendido cómo se puede apli-car la ley en estos casos. La ley es algo muy in-teresante. Como abogado, soy un apasionadode ella. Y les sé decir que es tan compleja, quesiempre puede ser aplicada de una forma uotra, y ahí es donde entran los fondos de loscriterios de jueces y tribunales. Por ejemplo, sepuede entender que la ley sirve sólo para en-carcelar, y ahí tenemos el ejemplo de Arnaldo

Otegi. Buscas motivos y metes en prisión auna persona que estaba teniendo una actitudmuy positiva en todo el proceso, con lo que enmi opinión, cometes un grave error. Además,Otegi fue encarcelado justo una semana antesde que viajara a mi país, a Sudáfrica, y estoyorgulloso de poder decir que formaba parte deuna delegación que iba a reunirse con el go-bierno sudafricano para analizar de primeramano la estrategia de diálogo que éste usó aprincipios de los 90 y que estuvo basada enuna estrategia aún más firme: la de la no vio-lencia. Para mí, aquélla hubiera sido una reu-nión de una importancia vital, que no se pro-dujo porque los jueces decidieron aplicar la leyde un modo en el que Otegi acabó en prisión.

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Por eso apelo a la responsabilidad de este colec-tivo, que debería entender el contexto del en-torno y el momento en el que aplica las leyes. Y,como te decía antes, estoy constantemente de-cepcionado con el papel partidista que adoptanaquí los medios de comunicación. En cualquiercaso, hay una lección principal que aún faltapor aprender, y es que no se puede llegar a buenpuerto si no existe la confianza entre las partes.ETA no se ha hecho un favor en absoluto alromper la tregua, porque en su día declaró un«alto el fuego permanente» y luego comenzó adiscutir lo que en realidad significaba «perma-nente». Cuando los partidos negocian cómo po-ner fin a un conflicto político, deben poder con-fiar en lo que dicen todas las partes, y la con-

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fianza solamente se gana demostrando a tra-vés de las propias acciones que cada uno esmerecedor de esa confianza. Es por eso queETA se ha hecho un flaco favor en este senti-do, y su estrategia está ahora necesariamenteen problemas.

Haritu: y ahora, ¿cómo pueden los diferen-tes agentes recuperar la confianza perdidade cara al futuro?

Brian Currin: antes que nada, todas las par-tes necesitan hacer una profunda reflexiónsobre las demandas y las posiciones que man-tuvieron durante la anterior negociación.Algunos, fueran quienes fueran, mantuvie-ron demandas inaceptables, y todos debenrevisar sus posturas y hacerse a sí mismos du-ras preguntas. Y una vez realizada esta refle-xión, otra cosa que me encantaría poder verque ocurre en el escenario vasco es que el alaproindependentista, que ha expresado su vo-luntad de participar activamente en el proce-so de resolución de este conflicto, pudierahacerlo. Si está en prisión, se cercena el diá-logo y la situación sólo puede ir a peor. Sobretodo, cuando muchos han sido encarceladospor delitos que no se deberían relacionar conla violencia, como pueden ser formar partede una organización política, reunirse, hablaren su nombre… Además de eso, está el temala situación de los presos. La política de dis-persión crea una cantidad ingente de preocu-pación e inseguridad en muchos sectores dela comunidad vasca que van más allá de loque ya de por sí son los amigos y familiares dela persona que es encarcelada y trasladada acientos de kilómetros de su gente. Creo queel hecho de que el Gobierno de Madrid faci-litara el fin de la política de dispersión ten-dría un enorme significado político. La apli-cación extrema de la legislación de seguri-dad, o su abuso, debería ser sofocada por elgobierno. Y esto que digo de la dispersión lopienso también sobre la tortura, como antescomentaba. Cada vez que un joven vasco na-cionalista es dispersado o torturado, de factoestás facilitando que más gente se conviertaen simpatizante de ETA. Es algo tan estúpi-do, además de tan inmoral… Poner cámarasen dependencias policiales y monitorizar de

cerca cada caso prestando una especial aten-ción a cada denuncia que se presente, y nodeslegitimarla de origen, son cosas que podrí-an hacer que el ambiente empezara a cam-biar. Y es necesario que el ambiente cambie;que se creen las condiciones para que se vayagenerando la confianza entre las partes quehaga que el País Vasco se convierta en unmercado de ideas en el que todos puedan al-zar la voz en igualdad de condiciones paraque cada uno entienda perfectamente lasmotivaciones y aspiraciones de los demás.Muchos miembros de diferentes partidos tie-nen aspiraciones comunes, y quizá a través deese debate abierto las encuentren y puedandebatir sobre ellas con tolerancia y constru-yendo puentes por los que transitar de cara alfuturo de paz y convivencia sin sentimientos«antis» en suelo vasco.

Haritu: ¿Siguen en pie alguno de esospuentes que se habían tendido antes del finde la tregua?

Brian Currin: sí. El grupo de expertos inter-nacionales que es la Iniciativa Internacionalpara la Promoción del Diálogo y la Paz en elPaís Vasco fue creado precisamente para sal-var estos canales de comunicación. Se hallevado a cabo un muy buen trabajo entre lospartidos y se puede decir que estos canales si-guen abiertos.

Haritu: ¿Y qué les transmiten?

Brian Currin: el mensaje que más solíamosoír es el siguiente: «si el PSOE vuelve a ga-nar, habrá opciones de retomar esto». Desdeque se produjeron las elecciones he vuelto ahablar con diferentes agentes y lo cierto esque creen que vuelven a haber oportunida-des. Hay una cierta sensación de optimismo,pero cauto. Y cauto debe ser, porque está cla-ro que hay razones para apreciar que no va aser fácil retomar el diálogo en el punto enque se dejó.

Haritu: ¿Qué espera de los próximos cua-tro años? ¿Serán capaces las partes de vol-ver a abordar la solución del conflictovasco?

Brian Currin: estos próximos cuatro años sonpara mí como abrir una ventana de oportuni-dades para resolver finalmente el conflictovasco. El gobierno debe escuchar las voces quele dicen que debe acometer la solución de es-te problema con mayor eficacia. El tiempo dela pasada legislatura ya es eso, pasado. Creoque va a ser muy difícil para el PSOE que seentienda que intente abordar esto de nuevo;sobre todo sabiendo que en muchos sectoresde España te van a decir que ya te engañaroncon la T-4 y demás. Pero espero de Zapateroque practique una estrategia diferente a la queadoptó durante estos últimos cuatro años; unaestrategia con la que no quiero especular…pero que creo que será más eficaz. Sospechoque Madrid teme más entablar un debate ra-cional y legítimo acerca de las aspiracionesvascas, una parte de las cuales están relaciona-das con ETA: alto el fuego, presos, decomisode armas… o sea, todo lo relacionado con laseguridad. Teme más en realidad lo que supo-ne plantearse dar vía al derecho de decisión delos vascos y todos los cambios que eso supon-dría, quizá alguno de ellos incluso en la propiaConstitución española. Y ese es el nudo delproblema. Por eso, en mi opinión, la soluciónes abrir el debate. Madrid cree que si ese deba-te se hace en buena lid, puede plantarse antela fragmentación de España, por lo que le esmás fácil vérselas con ETA, aplicarle «todo elpeso de la ley» y hacer ese discurso, porque loque consigue de esa manera es desviar la aten-ción del debate real. Pero ahí no está la solu-ción a largo plazo, porque esa sólo tendrá unaoportunidad cuando se ensanche el debate yuna vez se eliminen esos miedos. Cuando secierra el debate, se encarcela a quienes dialo-gan e incluso se impide que se consulte a laciudadanía lo más mínimo, únicamente se cie-rran puertas y se estanca más el conflicto. Pe-ro cuando el debate esté abierto de forma lim-pia y sin distorsiones de ninguna de las partes;cuando el debate se refleje en las páginas delos periódicos, en las manifestaciones sociales,en la creación de foros de discusión… el pue-blo vasco estará en vías de lograr una paz pro-funda y duradera en todos los ámbitos, porqueuna sociedad democrática como es ésta habráexpresado de forma clara qué hay dentro deella y podrá vivir reconciliada y en paz.

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El asesinato de Isaías Carrasco el pasado 7 de marzo ha vuelto a abrirla carrera hacia la exclusión política de las siglas que hoy en día repre-sentan a la izquierda abertzale tradicional. En el Ayuntamiento deArrasate, donde ETA acabó con la vida del citado ex concejal socialis-ta, los grupos municipales rechazaron in extremis una moción de cen-sura que buscaba desbancar a ANV del sillón consistorial para castigara su alcaldesa por no condenar el atentado que causó la muerte de suex compañero. En Álava, el juez Baltasar Garzón ha refrendado jurídi-camente que las Juntas Generales cierren el grifo económico a los re-presentantes de esta formación y ha dictado que no tienen derecho acobrar por la labor que desempeñan como el resto de junteros. Y sobreel Parlamento Vasco planea la sombra de una orden de disolución delgrupo de EHAK que podría acabar en una reedición de lo que ya suce-dió cuando la judicatura trató de sacar de la Cámara vasca a Batasuna.Los representantes de este sector político han sido elegidos por miles deciudadanos vascos democráticamente y pasando el feroz filtro de la Leyde Partidos, y sólo la valoración que deben hacer quienes les votaronsobre si la estrategia y las actitudes que siguen manteniendo sirven pa-ra construir un futuro de paz y convivencia normalizada debería poderdecidir si valen para seguir representándoles o no. Las recetas basadasen la exclusión han demostrado que no son sólo ineficaces, sino tam-bién contraproducentes, y que la censura moral y política que puedecompartir una mayoría no se debe convertir nunca en un castigo jurí-dico que profundice en la conculcación de unos derechos por quererproteger otros.

El pasado 31 de marzo se apagó la vida de Carlos Chivite. Llevabaun mes ingresado en el Hospital de Navarra tras sufrir un derrame ce-rebral durante la campaña electoral que le dejó ingresado en la Uni-dad de Cuidados Intensivos en estado muy grave, y en la mañana delúltimo día de marzo, su cuerpo dijo finalmente basta. Con su muerte,el socialismo navarro pierde a su secretario general y se enfrenta a lanecesidad de buscar quien continúe con su labor; algo que no será sen-cillo en un momento más que delicado a nivel interno que viene delcompetido proceso electoral que hace cuatro años llevó a Chivite a li-derar el PSN imponiéndose por apenas un puñado de votos a Juan Jo-sé Lizarbe, y que pasa también por todo lo que sucedió en torno a lafrustrada creación de un gobierno plural con Nafarroa Bai tras las pa-sadas elecciones forales y que Chivite vivió en primera persona. Cabedestacar la elegancia con la que se han comportado las demás fuerzasdel Parlamento navarro, especialmente UPN, que ofreció la absten-ción de uno de sus senadores hasta que el PSN encontrara un sustitu-to para Chivite en la Cámara alta. Por el momento, Elena Torres que-da al frente del PSN hasta que el congreso que esta formación celebra-rá en junio designe al sucesor de su malogrado secretario general. Des-de las páginas de Haritu queremos aprovechar esta ocasión para trans-mitir un fuerte abrazo a la familia socialista en este mes de marzo en elque ha sufrido la terrible pérdida de dos de sus miembros. «Hay un pa-sado que se fue para siempre, pero hay un futuro que todavía es nues-tro y que está por construir» (F. William Robertson).

Luto por Chivite Acorralar a ANV

Hilvanando

Hari-muturrak...

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La exposición «Trazos y Puntadas para el Recuerdo. Una ventanade paz en Euskadi» visitó a finales de marzo el Palacio Euskalduna dela mano de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo. La pre-sidenta de este colectivo, Pilar Manjón, habló una vez más del dolorde las víctimas y de la necesidad de que reciban el apoyo de la socie-dad, y explicó que la muestra pretende que quienes la visiten desarro-llen «un compromiso de solidaridad con las víctimas y un compromi-so personal con la justicia y la no violencia». Manjón aseguró que lasociedad ha abrazado «con ternura y calor» a quienes sufrieron el 11-M, y que quiso venir a Euskadi precisamente para «compartir eseabrazo» con la sociedad vasca y con sus víctimas. Por desgracia, ni si-quiera un acto como éste quedó al margen de la lucha partidista yManjón tuvo que salir al paso de unas acusaciones que insinuabanque la muestra escondía un apoyo implícito al lehendakari Ibarretxe.«No existe ninguna marca política. Ya han pasado las elecciones del9-M y también están lejos las autonómicas», dijo. En la presentaciónde la muestra, el director de Derechos Humanos del Gobierno Vas-co, Jon Landa, señaló que la generosidad de todas las víctimas es unaherramienta «capaz de romper la espiral de la violencia». Pero lograrque una víctima se abra a la paz y sea generosa con quienes le han he-cho tanto daño es algo tan socialmente necesario como humanamen-te difícil de conseguir, y queda mucho por hacer. Un buen comienzopodría ser desarmar la retórica política que aún hay quienes se empe-ñan en desplegar en torno a las víctimas del terrorismo, y centrarseen compartir su dolor, que es, o debería ser, el dolor de todos.

Abrir una ventana a la paz

...hilos sueltos

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A finales de marzo, el Pentágono reconoció públicamente que el ejér-cito estadounidense ya ha sufrido más de 4.000 bajas en Irak. Además, seenfrenta a 30.000 soldados que han regresado heridos, 100.000 que lohan hecho con problemas mentales y casi 5.000 «desertores». Hace yacinco años que las tropas de la cada vez más exigua coalición ocupan elpaís y la guerra que un exultante George Bush se atrevió a dar por gana-da se ha convertido en un avispero guerrillero que desgarra decenas de vi-das cada día, tanto del ejército más poderoso del mundo, como de unapoblación civil que ha cambiado una dictadura por otra. El aún presiden-te estadounidense aseguró, al conocer las cifras, que el sacrificio del con-flicto en Irak «vale la pena» para lograr una «victoria estratégica sobre elterrorismo». A pesar de que se haya demostrado que Sadam Hussein notenía vínculos con Al Qaeda. A pesar de que el país no tuviera armas dedestrucción masiva. A pesar de que día tras día cuente con menos apoyosdentro y fuera de su país, y a pesar de que, día tras día y casi al margen delos medios de comunicación, se incremente el sufrimiento de un puebloal que apenas quedan argumentos para la esperanza. Y es que la cifraexacta de civiles muertos en el conflicto iraquí no la puede dar nadie,porque su número aumenta tan rápido que escapa a la estadística. IraqBody Count, quizá la fuente más fiable y que más se preocupa por dar va-lor a cada vida civil que se pierde entre las llamas de la primera guerra delsiglo XXI, apunta a que son más de 90.000. Las cifras de la muerte en Irakabruman, sean más o menos mediáticas, y claman por que la comunidadinternacional deje de mirarse al ombligo y de velar por sus intereses.

Las cifras de la muerte en Irak

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Hemeroteka

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Umorea

Idígoras y PachiEl Mundo, 8 de marzo

RicardoEl Mundo, 13 de marzo

TasioGara, 5 de marzo

PeridisEl País, 8 de marzo

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Esandakoak

Juan José Ibarretxe, lehendakari.

Jesús Eguiguren, presidente del PSE.

Sandra Carrasco, hija del ex concejal delPSE Isaías Carrasco asesinado por ETA.

Batasuna, comunicado.

«Creo que es perfectamente posible buscar un acuerdo pa-ra que, de manera amable, convivamos Euskadi y España enel siglo XXI y eso es exactamente lo que he formalizado pú-blica y privadamente al presidente Zapatero. Si la mano ten-dida se rechaza, la respuesta de la sociedad vasca será clavepara desbloquear de una vez y para siempre el problema quellevamos a cuestas desde hace tanto y tanto tiempo».

«Las bases [del proceso de paz] eran sólidas. Pero alguiendecidió no seguirlas. Había un procedimiento válido, un mé-todo y unas bases. Y en un momento dado ETA decidió pres-cindir de ese método.(…) [Pero la experiencia del últimoproceso] un día producirá sus efectos».

«A mi padre lo han asesinado por defender la libertad, lademocracia y las ideas socialistas, ha sido siempre un hom-bre valiente que ha dado la cara y los que lo han matadohan sido unos cobardes».

«Sólo un acuerdo político que devuelva e instale en Eus-kal Herria un marco democrático puede resolver este con-flicto.(…) Batasuna impulsará y no cesará en la lucha porlos derechos de este pueblo, ni en la búsqueda de una solu-ción política y un gran acuerdo que resuelva de una vez portodas definitivamente el conflicto político y armado y to-das sus consecuencias».

«Lo que ha hecho Ibarretxe es ponersobre la mesa un plan político y lo quecorresponde es discutirlo políticamente(…) y olvidarnos de los tribunales. Eneso el señor Ibarretxe tiene razón y ha-brá que hablar, aunque sea para decirle

que no».

Alfredo Pérez Rubalcaba, ministrodel Interior.

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Haritu: ¿Arreciará por fin el temporal?

Urko Aristi: el tiempo siempre arrecia, otracosa es cuándo.

Ana Urrutia: vamos a tener una mejoríamuy apreciable, pero cortita. Tras un brevedescanso, volverán las precipitaciones.

Urko Aristi: es lo que tiene la primavera, quetiene que haber de todo, como en la viña delSeñor.

Haritu: y el temporal político, tras las elec-ciones, ilegalización de candidaturas, los úl-timos atentados de ETA, detenciones...¿Creéis que puede arreciar?

Urko Aristi: ya nos gustaría. Eso, por su-puesto. Siempre se dice que nunca llueve agusto de todos, pero en este caso creo que to-

dos estaríamos de acuerdo en que dejara dellover. El tema también está en que para loque algunos es un simple txirimiri para otroses un tormentón. Ahí es donde todos nos te-nemos que poner de acuerdo y decir: bueno,nos estamos mojando. ¿No queremos mojar-nos? Pues, abramos el paraguas entre todosmientras no pare de llover. Pero lo que ocurrees que cada uno coge su paraguas y se tapa así mismo diciendo: me da igual que te mojesmientras yo no me moje. Así, siempre va ahaber temporal, siempre se mojará alguno.

Ana Urrutia: haciendo también un símil deltiempo, yo diría que tenemos un temporalcon borrascas, anticiclones... y creo que, nun-ca mejor dicho, esas borrascas y esos antici-clones, que son los políticos, están en la es-tratosfera y no en la realidad. Hay un proble-ma, y es que los políticos de hoy en día no tie-nen los pies en la tierra. Yo echo en falta po-

líticos mucho más llanos, que sepan cuálesson los problemas cotidianos de la gente.Echo de menos una persona que sabe ponerseen tu lugar, que sabe lo que quieres. Llevamosmuchos años de política con gente que estáhablando en campaña y que no tiene ni ideade lo que queremos. Hay tanta distancia en-tre esos anticiclones y borrascas que vuelancon respecto a lo que es la tierra, que somosnosotros, que existe un grave problema de in-formación, de todo. Creo que los políticos de-berían bajar a tierra. Ahí radica muchas vecesel problema de la falta de soluciones, no sola-mente en materia de terrorismo, sino en cual-quier punto.

Haritu: uno de los ejes del debate político esla posible convocatoria de una consulta po-pular para que los ciudadanos puedan expre-sarse sobre su marco de convivencia. ¿Quéopinión os merece?

Descifrando isobarasdel conflicto

Urko Aristi & Ana UrrutiaEstán muy acostummbrados a moverse entre isobaras, nubes y soles. Son losconocidos rostros de ETB que nos ofrecen el pronóstico meteorológico. Noobstante, Urko Aristi y Ana Urrutia reconocen que se les presenta más en-revesado descifrar el mapa isobárico del conflicto vasco, al perderse en las lí-neas de laberíntico e incomprensible plano trazado por la violencia. Acom-pañados por la persistente lluvia de los ultimos días del pasado marzo y aúnbajo la tormentosa sombra de varios atentados, Haritu conversó con ellos.

A dos bandas

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María Lizardi Texto C. C. Ogiza Fotografías

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Ana Urrutia: no sé. Primero, ¿el pueblo estápreparado para una consulta? Cuando al-guien te pregunta algo, tienes que tener unabuena base de información para responder. Sino, no sirve para nada. Creo que en la socie-dad hay un grupo de personas que tiene muyclaro lo que quiere. Por principios, por cos-tumbres, por familia o formación, están muybien preparados y tienen unas ideas que ellosdefienden con unas bases de experiencia y deconocimiento. Pero es un grupo pequeño.Hay mucha gente que no sabe lo que quiere,

pero no lo sabe porque desconoce lo que va apasar en caso de que elija una u otra opción.Se ve muy claramente aquí, en Euskadi. Yo lovivo entre mi gente, mis amigos... Supón quedigo: yo soy nacionalista y quiero la indepen-dencia. Vale. Pero si realmente lo analizo, mepregunto: quiero que Euskadi sea indepen-diente, pero ¿sé cómo será mi país si pasa aser independiente? No tengo ni idea. Nadieme ha explicado: vamos a luchar por la inde-pendencia porque vamos a tener esto, lo otro...Yo no lo sé. Conozco mi realidad, pero no la

que me ofrecen. Se habla del pasado, de lo quehas hecho, de lo que no has hecho... Miremosal futuro, hacia delante. Ya está bien.

Urko Aristi: no nos lo sabemos montar muybien. No nos lo sabemos vender. Parece que te-nemos una ganga, pero hay una letra pequeñaque leer. También creo que se trata de una cues-tión de sentimientos. De todas formas, unaconsulta es una pregunta. Es como preguntar:¿Qué tiempo quieres que haga? Uno te puedecontestar que quiere que sol y, luego, puede que

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no haga ese tiempo, pero lo que te están pre-guntando a tí es qué te gustaría que fuera.Creo que la diferencia es ésa.

Ana Urrutia: pero si te gusta eso es porquecrees que en esa situación vas a ser más feliz.Todo el mundo busca la felicidad, un entornotranquilo, seguridad en su vida... Nos preocu-pamos por tener un trabajo y poder dar de co-mer a nuestros hijos, darles una buena educa-ción, una buena sanidad.

Urko Aristi: es muy importante la preguntaque se formule. Si te preguntan: ¿Tú qué tesientes? Pues, en función de lo que te sientas,se actuará de una forma u otra. Es lógico queno todo el mundo vaya a sentir igual. Yo con-sidero que la pregunta sí puede resultar nece-saria en el sentido de conocer ese sentimien-to, ese pulso de la gente. Para poder conocer

el alcance de lo que vayas a hacer. Si voy a lu-char por sacar este barco adelante y luego só-lo quieren dos, son esfuerzos inútiles. Prime-ro sepamos cuánta gente está a favor de quezarpe el barco. Igual resulta que estamos to-dos contentos de que se quede en el puerto.Por otro lado, yo soy navarro y veo que Nava-rra tiene una una situación muy diferente. Elequilibrio de fuerzas de 50-50% que se diceque hay en la CAV en Navarra no es tal. Poreso mismo, el tema de la consulta en Navarrase mira desde la distancia. En Navarra es másdifícil llegar a un punto en el que se pregun-te. De todas formas, preguntar nunca es ma-lo. Efectivamente, el valor de la respuesta se-rá mayor cuanto más informados estemos.

Ana Urrutia: la información es fundamen-tal. Muchísimas personas no saben lo que su-pone una consulta. Urko, tú hablas de senti-

mientos, y es verdad, pero el día a día es fun-damental, aparte de esos sentimientos o esapasión que puedas tener, de lo que te dicta elcorazón a veces para levantar el brazo y salira la calle a protestar o luchar por algo.

Urko Aristi: pero el día a día te lo marca elsentimiento.

Ana Urrutia: hay que ser más práctico (risasde los dos). Por eso decía que faltan políticosy políticas que se metan en la piel del ciuda-dano. Sobre todo políticas, porque yo soymuy defensora de que la mujer aporta un pun-tito más... Deben tener más en cuenta el tipode vida que queremos y el porqué. ¿Por quéno queremos ser España? Saber por qué.

Urko Aristi: me parece que hay ciertos sec-tores que han monopolizado ese debate. Pare-

A dos bandas

Ana Urrutia

«Esas borrascas y esos anticiclones, que son los políticos, están en la estratosfera y no en la realidad. Deberían bajar a la tierra»

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ce que si defiendes una postura eres de losnuestros y, si no, enemigo.

Ana Urrutia: ¡Si no hay términos medios! Amí en casa siempre me han enseñado a ser to-lerante. Eso para empezar.

Urko Aristi: a mí me molesta mucho que mepongan etiquetas. Que piense como tú noquiere decir que sea como tú. Me molesta mu-cho que tengamos que andar diciendo: yo soyvasco, pero de los buenos. No tengo por quématizar que soy de los buenos. Se presuponeque soy de los buenos.

Ana Urrutia: ¿Y quiénes son los buenos?

Urko Aristi: eso es. Que tengas que ir porahí justificándote, diciendo: yo pienso comoéste, pero cuidado, de una manera pacífica ytal. Esto de los peros, los matices... ¿por qué?Pues porque, efectivamente, se ha monopoli-zado el tema hasta el punto de decir: si eresfavorable, ya eres de los nuestros y te inclui-mos en nuestras estadísticas. Tiene que ser oblanco o negro, pero no gris. No puedes decirque en esto puedo estar de acuerdo contigopero en eso otro no. La consulta, en mi opi-nión, el peligro que tiene es ése. Claro, si lapregunta pide como respuesta un sí o un no...

Ana Urrutia: es curioso que desde los parti-dos se hace una especie de alarde en torno ala consulta como algo tan fundamental,cuando realmente lo básico es tu criterio, yya. Si tú haces buena política, tienes a gentedetrás. Un partido debe conseguir votos. Siconsigues votos es porque lo estás haciendobien. No lo estás haciendo tan bien, estás ba-jando en votos y ¿te pones a hablar de la con-sulta? A ver, señores: la política se hace día adía. Parece que la consulta es un salvavidas.Si te dedicas a la política, nos estás gobernan-do, representando en Europa, en Madrid.Hazlo bien, porque si es así yo te voy a votary voy contigo a todas partes. Pero resulta que

no, que no estoy de acuerdo con lo que estáshaciendo y sacas una consulta buscando ¿qué?

Haritu: tras las elecciones, se ha abierto unproceso de pactos y conversaciones. ¿Creéisque Zapatero estará dipuesto también a reto-mar conversaciones con ETA?

Ana Urrutia: mientras haya atentados, no.

Urko Aristi: de todas formas, yo creo que nohay otra. Es la única manera. Se han probadootras vías, como la policial, y ya se han vistolos resultados. Si se quiere salir del enquista-miento, todas las partes tienen que dar pasos.El problema es que siempre tendemos a las re-criminaciones. Empezamos a pensar que estoha fracasado porque el otro lado no ha dadopasos. No se hace autocrítica. El otro ladoquizá no los habrá dado, pero eso no justificaque yo no los dé. Si uno no los da hasta queel otro tampoco lo haga, así nunca se va aarreglar. Tras el fracaso y las consecuenciasque tiene en sí, hay que reflexionar. El últimoproceso tenía buena pinta. Yo... bueno, voy aempezar de nuevo con la cuestión de los sen-timientos, pero yo lo vivía con ilusión y veíaa la gente esperanzada. Tanto tiempo sinmuertos, con cierta tranquilidad, que decía-mos: parece que va bien. Claro, luego te danel palo y la sensación de frustración se repite.Piensas: ¡Otra vez no! Estoy cansado. Y creo,además, que ése es un gran peligro. Noto quela gente está empezando a estar anestesiada,insensibilizándose hacia lo que ocurre.

Ana Urrutia: yo tengo que reconocer que es-ta última ruptura de la tregua no la he vividocon tanto bajón. La vez anterior la viví peor,tuve un bajón impresionante. Era la primeravez que teníamos al alcance de la mano laprueba de que algo esperanzador empezaba avislumbrarse. Y eso que estaba gobernando elPartido Popular. Es curioso, porque ahora es-taba el Partido Socialista, pero la última rup-tura no me sorprendió tanto. No sé si es que

me la esperaba o qué. Creo que nos hemosenquistado tanto que estoy muy pesimista.

Urko Aristi: sí. Ese es el problema. Noto quela gente está preparada para lo peor y que seanestesia. Parece que ni siente ni padece.

Ana Urrutia: es verdad que tras la vuelta deETA al tiro en la nuca no ha habido un re-chazo tan brutal como podía esperarse. Pare-ce que hemos retrocedido veinte años.

Urko Aristi: además, esa desmovilización,esa desmotivación se ve en todos los bandos.No es sólo que gente de ciertos sectores em-pieza a no sentir ni padecer. Por otro lado, meparece es que está muy presente la idea de: sí,él está sufriendo, pero yo más. A él le hanmetido en la cárcel, pero a mi hijo... Hablo deel hecho de comparar sufrimientos. Deben re-conocer que sufren ambos. Precisamente, elsufrimiento es lo que debería acercarnos. Esoes lo primero que hay que solucionar. Hay queentender el dolor del otro. Claro, hay situa-ciones que te pueden parecer más dolorosas.Que una persona defienda ciertas posturas yacciones a tí te puede parecer sangrante y de-cir: ¿cómo me voy a sentar en una mesa conéste? Pero bueno, lo que comentaba, que pa-rece que estamos insensibilizándonos. Comocon el temporal. ¿Qué vienen grandes preci-pitaciones? Bueno, pues nos aguantamos.

Haritu: ¿Cómo habéis visto la actitud delPSOE ante el conflicto durante su mandato?

Urko Aristi: el PSOE del principio y el delfinal no ha sido el mismo. Al comienzo se lesveía muy enrollados, pero a medida que seacercaban las elecciones parecía que teníanque aparentar ser malos, y todo por interés,por conseguir votos. Durante un tiempo eramás condescendiente, pero al final mostróotro perfil para lograr sus fines. No es más queuna estrategia. No ha sido coherente. Si pre-cisamente tu periodo de mandato se ha carac-

Urko Aristi

«El problema es que cada uno coge el paraguas y se tapa a sí mismo diciendo:me da igual que te mojes mientras yo no. Abramos todos juntos el paraguas»

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terizado por esto, manténlo. Eres tú quien tie-nen que vender que cree en eso.

Ana Urrutia: nos pasa a menudo en las Elec-ciones Generales que parece que se impulsa elvoto por el miedo, el miedo a que gane el PP,pero lo del voto por el miedo yo no me locreo mucho. Si lo analizas realmente, me rei-tero en la idea de que si tú estás con un par-tido al cien por cien y crees que te está repre-sentando bien, no hay voto por miedo, nohay una estrategia. Eres mucho más fiel en elsentido de que crees que ese partido te va aresponder. Fíjate ahora cómo ha quedado elCongreso, quién está representando en Ma-drid. Es ridículo. Yo me veo ahora más inde-fensa en las políticas nacionales. Ahora mis-mo la lucha allí en Madrid va a ser muchomás complicada. Creo que es triste que, al fi-nal, gente nacionalista haya votado al PSOE.Par mí es un fracaso de los partidos naciona-listas. Yo no lo interpreto como el voto delmiedo a que saliera el PP. Que en Bilbo hayaganado el PSOE para mí ha sido un golpazo.

Haritu: ha habido una interpretación que di-ce que los votos del PSOE en Bizkaia han si-do un abrazo a la familia de Isaías Carrasco...

Urko Aristi: no creo que se trate de algo tanpuntual. Hombre, sí que está el tema del votoal miedo, el voto útil. Luego, también está eltema del sistema electoral. Ahí hay tela. Elhecho de por qué un voto vale tanto o por quéun partido teniendo cierto número de votostiene tantos escaños. En el caso de Navarra,por una parte, no han estado representadostodos los partidos porque no se les ha conce-dido esa opción, y a mí me alegra que se refle-je la variedad. No hay que tener miedo a la di-versidad. Quiero decir que el reflejo de lo quesale de las urnas debería corresponder a la re-alidad. Me preocupa que sea un espejismo. Larepresentación que tenemos en el Parlamentogeneralmente no se corresponde con el voto

real de la gente. Luego, además, durante loscuatro años de mandato va a ser ésa la dispu-ta, la decir que: claro, vosotros estáis en elCongreso pero porque pasó aquello. Eso lo vi-mos claro con motivo del 11-M. Me da muchapena que no sea el reflejo real. Creo que hayuna distorsión, en parte por la Ley de Partidosy en parte por el sistema electoral. Que veasque hay un partido que pueda tener muchosmás votos que otro y tenga, en cambio, menosparlamentarios por las circunscripciones, etc.,me parece que no tiene sentido.

Haritu: un ex édil sin escolta y trabajadorde un peaje. ¿Habéis reflexionado sobreesa acción de ETA?

Urko Aristi: la primera hipótesis puede serla de que es lo más fácil. Cuando dicen que esporque ETA está más debilitada, me hace gra-cia. Justo cuando está más debilitada, mata.Mientras alguien mata, no es débil. No sé.Me da igual que sea fuerte o débil. La cues-tión es que está asesinando. Por otro lado, meparece que estamos entrando en un terrenomuy farragoso, el de hacer diferentes nivelesentre las víctimas. ¿Por qué nos produce másempatía cuando ETA mata a un trabajador deun peaje y no a un guardia civil, por ejemplo?Es algo que, luego, en el fondo te hace sentirculpable, porque piensas que si hubiera sidoun guardia civil no lo habrías sentido tanto, ono. No lo sé. ¿Si hubiera sido un político? Yaentramos a equiparar a las víctimas. Desde elpunto de vista militar-estratégico puede quehubiera sido más fácil ir a por el ex concejalsin escolta, que sabes por dónde va. Pero yono sé si el que ha disparado es consciente delsignificado de ese tiro, de que la empatía queproduzca puede ser mucho mayor. Claro, nosé si será precisamente esto último lo que seha querido conseguir. O sea, lo que se dice de:cuanto peor, mejor. En su día, cuando habíamiedo a que ganara Mayor Oreja, ETA hizocampaña para que así fuera con el fin de que

cuanto peor estuvieramos, mayor apoyo íba-mos a tener. En este caso, sin embargo, pare-ce hasta contraproducente, porque entre lagente que hasta ahora ha estado callada hayquienes ya han pronunciado que el camino dela violencia no tiene sentido alguno. El aten-tado de Calahorra en contra de la GuardiaCivil quizá sí puede hacernos sospechar quehaya habido quien ha visto que se han equi-vocado de cruce matando al trabajador de unpeaje y la vez siguiente han optado por uncuartel. Pero, ¿quién tiene la autoridad moralde decir a éste sí y a éste no? En realidad,tampoco sé si dentro de ETA importa si es untrabajador. Nunca ha tenido sentido la luchaarmada, pero hay momentos en los que se lave más desorientada. Muchas veces piensas:¿en manos de quién está ETA? ¿En manos dejóvenes de diecisiete-dieciocho años? Esa ba-

A dos bandas

Ana Urrutia

«El asesinato de Isaías Carrasco creo que ha sido un objetivo de impactosocial para decir que ETA sigue aquí, luchando, y que son los de siempre»

28 Haritu

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se ideológica que se le puede presuponer en sudía ¿dónde ha quedado? No sé qué plantea-miento tendrán, ni si lo tienen.

Ana Urrutia: hombre, ETA hará su refle-xión interna, ¿no? Yo creo que, más que aquién se ha matado, es cómo se ha matado.Creo que ha sido más un objetivo de impactosocial y un querer decir que ETA sigue aquí,luchando, y que son los de antes, como si na-da hubiera cambiado. Parece que ése ha que-rido ser el mensaje. Que luego la realidad nosea así y que no cuenten con el apoyo que te-nían antes, gracias a Dios, pueda ser. De todasformas, el resultado es que se ha vuelto atrás,al tiro en la nuca. ¿Que ellos saben que almismo tiempo les puede provocar el rechazode cierta gente de la izquierda abertzale? So-cialmente, hemos hablado en los bares con

gente muy abertzale y es verdad que están encontra. No sé, ETA es un sinsentido.

Urko Aristi: se nos trata como si fuéramosuna masa uniforme y no es así. Podemos coin-cidir en algunos temas, pero en otros diverge-mos. Eso termina manchándolo todo. Porejemplo, se me ocurre el movimiento euskal-tzale. Se puede ver salpicado porque dentrode ese movimiento haya quienes tienen unasideas que algunos utilizan para manchar a to-do el grupo. Somos cuatro euskaldunes traba-jando para que nuestra lengua, nuestra cultu-ra se mantengan vivas, y al final, terminamospegándonos entre nosotros para marcar las di-ferencias. Se termina farragando todo y todosentramos en el mismo saco. Es eso que tantole cuesta entender a Garzón, que haya gentedispuesta a dedicar su tiempo o dinero a algo

meramente cultural. Que puedan creer quepor eso ya estás colaborando con una bandaarmada me parece terrible.

Ana Urrutia: sí, es terrible, pero, sobre todo,porque creo que quienes somos nacionalistasy queremos la paz nos vemos en la necesidadde alzar más la voz para decir al mundo queETA no nos representa. No pueden hablar ennuestro nombre, en el de Euskadi. Es curiosoporque parece que cuando matan alguien eldolor les corresponde a los que no son nacio-nalistas, cuando realmente a nosotros nos damuchísima rabia, nos duele que haya genteque puede pensar que tú estás detrás de eso.Yo creo que nosotros queremos mucho másque el Partido Popular que esto acabe. Noshan vendido la moto de que son ellos los queluchan más.

Urko Aristi: sí, pero creo que luego estánuestro trabajo de canalizar esa reacción.

Ana Urrutia: es una tarea más difícil.

Urko Aristi: sí, pero hay que canalizarla posi-tivamente, porque luego hay quien que, comose siente atacado hace como el perro, quecuando atacas empieza a ladrar y muerde al deal lado. Recuerdo a la viuda de Martín Ugaldeen una entrevista. Era la dignidad personifica-da. Toda una señora. Me llegó hasta el fondoporque no habló desde el odio después de todolo que le habían hecho a su esposo. Un hombreque, a los setenta años, tras toda una vida dedi-cada a la cultura fue encarcelado, le embarga-ron las cuentas, incluso murió y aún está bajola sombra de la sospecha. Ella lo defendió porla labor cultural que había desempeñado sin ce-garse en el odio hacia quienes le habían amar-gado la vida. Ya sé que habrá quien diga: pero,¿qué debemos hacer? Cuando me peguen, ¿po-ner la otra mejilla? Es complicado y la capaci-dad de aguante de cada uno es diferente, perotenemos que canalizarlo bien.

Urko Aristi

«La consulta puede resultar necesaria en el sentido de conocer el sentimiento, el pulso de la gente»

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Haritu: te han definido como la sonrisa ama-ble y atractiva del espacio meteorológico deETB. ¿Cómo te sienta?

Ana Urrutia: es un halago. ¿Qué te voy a de-cir? Sobre todo son inyecciones de pilas paraseguir, porque tras ocho años presentando eltiempo, a veces te planteas: bueno, ¿Qué voya hacer? ¿Me voy a jubilar con esto de las iso-baras? ¿Voy a estar aquí con mis canitas y pre-sentando el tiempo? Estos mensajes que te lle-gan a través de los medios de comunicación,que la gente te pare en la calle... son una espe-cie de ventilación diaria para continuar traba-jando y dando cada día mejor información,mejores pronósticos y hacer la vida de las per-sonas más útil, porque yo creo que nuestra ta-rea es un periodismo de servicio, es una infor-mación útil.

Haritu: ¿Te molesta que te encasillen comola chica del tiempo siendo tu trayectoria pro-fesional más amplia?

Ana Urrutia: bueno, es verdad que me gustamucho salir a la calle y hacer reportajes, y esalgo que echo en falta. Recientemente he he-cho una pequeña colaboración para un pro-grama de Euskal Telebista que se va a estrenarpróximamente. Ha sido maravilloso poder sa-lir a la playa, la naturaleza... A mí me gustamucho el contacto con la naturaleza. Ha sidoun placer. Cuando estás siempre en plató, teapetece salir un poco. De todas formas, me

gusta lo que hago. Creo que el tiempo es unainformación que te tiene que gustar mucho.Cuando no te motiva, no te gusta... me pare-ce que lo reflejas. No lo vives y creo que eso senota en las casas.

Haritu: tu pasión por el surf tendrá relacióncon tu interés por el tiempo, ¿no?

Ana Urrutia: sí. Yo creo que eso es una bue-na base, porque cuando vine aquí no habíahecho nunca una predicción meteorológica,pero mi relación con el surf me hacía intere-sarme mucho por el tiempo. Ese gusto por lasborrascas, por los cambios de viento... ya lotraía muy mamado de mis hermanos mayores.Somo seis hermanos, yo la pequeña, y seguíala trayectoria surfista de mis hermanos. Ve-nía muy de la playa, de estar mirando muchoal cielo y a la mar. Y eso creo que se nota. Enrealidad, nunca pensé que iba a ser la mujerdel tiempo, nunca me lo había planteado.

Haritu: ¿cómo empezaste?

Ana Urrutia: hice un casting. Me avisó unamigo diciéndome que había unas pruebas,porque necesitaban a alguien urgentemente.Me dijo: Ana, te animo porque creo que pue-des valer para esto de la televisión. El tiempo,quieras o no, también era una vía para empe-zar, para meterte en este mundillo. De hecho,hay gente que identifica el tiempo como untrampolín para hacer luego otro tipo de pro-

gramas. De todas maneras, a mí me gusta mu-cho lo que hago, me encanta, pero tampocodescarto hacer otro tipo de cosas. He hechootros programillas, siempre sin dejar el tiem-po. Yo soy una persona muy de impulsos y sillega un día en el que no me guste lo que es-toy haciendo, creo que acudiré a mis jefes ypediré trabajo en otra cosa, y si no me lo dan,iré a tocar otras puertas. En eso siempre me hearriesgado mucho, buscando el bienestar men-tal, estar feliz todos los días.

Haritu: también has experimentado sobre latablas participando en unos monólogos quese celebraron en Bilbo....

Ana Urrutia: fue mi segunda experiencia ha-ciendo un monólogo, porque ya había practi-cado con Idoia Garai y unos amigos de Ge-txo que están en la escuela de teatro. La ver-dad es que fue muy buena experiencia.

Haritu: ¿no has querido seguir?

Ana Urrutia: lo que pasa es que no tienestiempo para todo. Ten en cuenta: la familia;mi rato de surf que no me lo puede quitar na-die, porque necesito ese chute para luego es-tar a gusto, mi labor en el Club de Surf de Ba-kio, el trabajo, la empresa... Tengo una em-presa pequeña junto a dos amigas porque elmundo de la tele me ha enseñado que un díaestás aquí y, al siguiente, igual no. Mi expe-riencia en la tele está siendo muy positiva y,

«Siempre me he arriesgado mucho buscando el bienestar mental»

Gracias a su sonrisa amable, Ana Urrutia invita a disfrutar del espacio meteorológico, al mismo tiem-po que ha sabido transmitir su entusiasmo por el surf en los programas que ha presentado sobre estedeporte. Presentadora, deportista y también empresaria, además de madre de dos hijas. Ahí es nada.

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de hecho, cada día aprendo cosas nuevas delos profesionales que me rodean. Procuro ab-sorber de ellos todo lo que puedo. Pero con laexperiencia de ver a mi gente de alrededor, hecomprobado que la televisión es un mundoque cuando estás hay que exprimirlo comouna esponja, siempre teniendo cuidado y sinquemar tu imagen, seleccionando. Yo, ahora,estoy en un momento bueno, pero con los piesen la tierra y sabiendo que la televisión es undía sí y otro no. ¿Que luego te van bien las co-sas, estás a gusto, te dan los programas que teapetecen, sigues y estás años y años? Puede.Pero también está la posibilidad de que no seaasí y tienes que asegurar tu vida de alguna ma-nera.

Haritu: ¿Cómo es el día a día de Ana Urrutia?

Ana Urrutia: mi día a día es levantarme conel ruido de las olas, vivo practicamente enci-ma del mar. Levantarme, dar de desayunar alas hijas, llevarlas a la ikastola y luego darmeun baño. Cargar las pilas y al trabajo. Nosotrosestamos casi todo el día delante del ordenador,viendo previsiones. Yo no soy nada sin los me-teorólogos. No soy meteoróloga . Soy periodis-ta, pero no experta. Aunque también es ciertoque en los ocho años que llevo presentando eltiempo, he ido adquiriendo unos conocimien-tos. En ETB hay algo muy bonito, porque enotros medios de comunicación el meteorólogoes el mismo que anuncia el tiempo, pero en es-ta casa han optado por meteorólogos detrás ycomunicadores en la pantalla. Puede ser que elmeteorólogo sea un buen comunicador, perocomo no ha ocurrido, la experiencia que he-mos sacado es la de un equipo de trabajo muycompenetrado, con una complicidad muy im-portante, y eso es muy bonito a la hora de tra-bajar en grupo. Es una forma de trabajar muyproductiva y enriquecedora. Todos aportamosalgo. Yo vengo casi a diario de la playa, delagua, y también puedo aportar algo. Sabes si elagua ha enfriado o no... Luego, uno llega deDonostia, otro de Bakio, otro de Navarra... yte cuentan lo que han visto allí. Además, qui-zá si estuviera dando en tiempo en Andalucíame aburriría, pero aquí es una gozada porquees entretenido. Tenemos la montaña, la mar ymuchos factores que hacen que el tiempo seamuy cambiante. Eso también es muy bonito.

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Haritu: se te conoce como el hombre del tiem-po de la ETB (Urko interrumpe)...

Urko Aristi: el hombre no, el chico, porquela mujer siempre es chica y nosotros siempresomos hombres. En nuestro caso, además, elhombre es Andoni Aizpuru. Yo soy el chicoporque aún estoy aprendiendo. Además, comodice mi abuelo, el que no va a la mili no se ha-ce hombre, y como no he ido, pues eso: chico.

Haritu: ¿Te molesta que te encasillen comoel chico del tiempo contando con una trayec-toria profesional que abarca más facetas?

Urko Aristi: molestarme no, porque graciasa ser el chico del tiempo he podido compro-bar que mucha gente te tiene cariño, apre-cio... y eso es muy bueno. Sí que es cierto queestá el miedo del encasillamiento. Los presen-tadores del tiempo, para bien o para mal, so-mos rostros muy reconocibles, la gente siguemucho el espacio del tiempo, y de alguna ma-nera es algo que tienes que pagar. De todasformas, en este caso es un peaje gratificante.No me molesta y sé además que por muchotiempo pasará eso. Aunque dejes de presentarla el tiempo, te ven como el del tiempo. Hahabido largos periodos que he estado ejer-ciendo de periodista sin dar la cara o en otrosprogramas y, sin embargo, la gente me seguíareconociendo como el «del tiempo».

Haritu: ¿te paran en la calle para preguntar-te por el tiempo?

Urko Aristi: sí, y es un dilema, porque te en-cuentras en el ascensor con alguien, te pre-gunta por el tiempo y no sabes si lo ha hechoporque te ha reconocido. No sabes si le tienesque contestar en calidad de hombre del tiem-po dándole las explicaciones oportunas. O alcontrario, no tiene ni idea de quién eres y telo ha preguntado sin más, por entablar con-versación. Entonces, piensas: claro, si le doy laexplicación voy a quedar como un pedante.

Haritu: ¿Recibes quejas cuando no aciertáisel pronóstico?

Urko Aristi: sí. Además, antes siempre se de-cía que el hombre del tiempo nunca acierta, pe-ro ahora te reconocen que cada vez acertamosmás, algo comprensible porque los medios y losavances tecnológicos han ayudado mucho.Ahora parece que no tenemos excusa para fa-llar. Pero la gente normalmente se te acerca concariño. Recuerdo a una chica que me dijo queme seguía desde que empecé porque se acordabaque el primer día que me vio se echó a reir oyén-dome decir: «Ya es primavera en el Corte In-glés». Se acordaba de la frase, y fue hace sieteaños. En mi caso, además, estoy orgulloso por-que veo que la gente ha seguido un poco mievolución. Cuando empecé con el tiempo, ape-

nas controlaba el tema, estaba nervioso, teníaque hacerlo en euskara y castellano... y la gentenotaba que sufría. Hay gente que aún me lo di-ce: «mira que lo pasabas mal antes». Ahora, quecreo que ha aprendido un poco más, también senota. El otro día me decía un señor mayor: «mevoy a poner celoso, porque mi mujer cada vezque sales me dice: ya está nuestro chico». Quete tomen como de casa también satisface.

Haritu: gozas de una gran facilidad de pala-bra y salero...

Urko Aristi: bueno, no sé. Se intenta. Encuanto al contenido, yo no puedo aportar mu-cho porque no soy el meteorólogo. Unica-mente soy un mensajero que está transmitien-do lo que le cuenta el meteorólogo. Mi apor-tación puede ser en cuanto a la forma. Porotro lado, el tiempo muchas veces está sobre-valorado. Hay ocasiones en las que nos queja-mos: ¡jo, mal tiempo!, y parece que se va aacabar el mundo. Mi objetivo es que, a pesarde que vaya a dar una mala noticia, también ala gente le quede esa sonrisa por la gracia quehe soltado. Siempre intentando no sobrepasarese límite de convertirte en un payaso. Pero síconseguir que, al final, sea un espacio amable.Efectivamente, reconozco que se trata de unainformación que repercute a mucha gente, co-mo por ejemplo, a los baserritarras o arrantza-les en su trabajo. Si yo tuviera una sonrisa bo-

«Ser un rostro conocido es algo que tienes que pagar, pero en

este caso es un peaje gratificante»Pese a sus peculiares frases, salero y facilidad de palabra con las que se ha ganado el cariño delos telespectadores, Urko Aristi se define como alguien muy tímido al que los silencios le ponentan nervioso que siente la imperiosa necesidad de hablar. Gran apasionado de su profesión, con-fiesa que muchas veces muestra síntomas del síndrome de Estocolmo del periodista.

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nita, como es el caso de Ana, la luciría, pero co-mo no es así, la provoco a los demás. El otro díame decía un señor: «no sé si aciertas con eltiempo, pero yo ya me suelo echar unas risascontigo». Pues con eso, misión cumplida.

Haritu: ¿esa facilidad de palabra y ese saleroson algo natural o se aprenden?

Urko Aristi: aunque parezca lo contrario, soymuy tímido. En las distancias cortas puedo lle-gar incluso a ser soso. Me cuesta hablar de miscosas, soy muy retraído. Yo me vanaglorio entremis amigos de ser un buen escuchador. Así, mu-chas veces me convierto en el muro de las la-mentaciones. Es verdad que tengo facilidad depalabra, porque no callo ni debajo del agua, pe-ro muchas veces es también porque el silenciome pone nervioso. Si veo que me voy quedan-do callado, me pongo nervioso y empiezo a ha-blar. Claro, luego en ocasiones me arrepientode algunas cosas que he dicho.

Haritu: ¿Qué te gustaría hacer que aún nohayas hecho como periodista?

Urko Aristi: aún no he descartado la idea depresentar informativos, porque pienso que en-tonces parece que uno llega a ser un hombre se-rio. Ahora soy el chico del tiempo, el de loschistes... De aquí unos años, para finalizar la ca-rrera sería el mejor broche. Una cosa que megusta mucho es salir del plató y poder contarhistorias desde fuera. En estos momentos, conel programa «Bi errepidean» esa cuota la tengocubierta. Ya sé que una vez a la semana voy a sa-lir, conocer gente... Sobre todo, me gusta ense-ñar a toda esa gente que está tras el telón y quehace cosas impresionantes. Normalmente, losinformativos nos dejan el sinsabor de lo malque está el mundo. Así que me gusta enseñartodas esas ideas positivas que andan por ahí es-condidas y contárselas a la gente. No sé si esuna virtud o un defecto, pero muchas veces sue-lo tener el síndrome de Estocolmo con muchagente a la que entrevisto. Vuelvo de todas lasentrevistas diciendo: qué fichaje, me parece untío excepcional... Consigo esa simpatía emocio-nal. El otro día entrevisté a un chaval con sín-drome de Down viendo cómo trabajaba. Elbuen rato que pasé con él y que, además, me pa-guen por ello, para mí es un chollo. Me gustatrabajar, hasta el punto de llegar a veces a ser unmaniático del trabajo. Como disfruto, para míno es sufrimiento. De pequeño era teleadicto, ysigo siéndolo. Le dedico demasiadas horas. Megusta, el mundo de la tele me apasiona.

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¿Por qué esto? ¿Por qué a mí? ¿Por qué ahora?... Este tipo de pre-guntas surgen constantemente en un grupo de apoyo emocional.

Las personas en situación de duelo buscan respuestas a algo quemuchas veces no las tiene, necesitan encontrar un porqué y un paraqué de tanto dolor.

Cuando la vida nos obliga a afrontar la muerte de alguien a quienconocemos o amamos, a menudo no tenemos idea de qué decir o ha-cer, ni siquiera estamos seguros de lo que pensamos y sentimos. Nece-sitamos comprender el proceso de la muerte y esto en sí nos acarreamuchas dudas. Sabemos que la muerte es el final de la vida -para al-gunos el final de esta vida-, pero en la mayoría de las ocasiones senti-mos que es algo muy injusto, que no debería haber sido así, o que nodebería haber sido ahora.

Nunca es el momento de perder a alguien, porque nunca estamospreparados para ello.

Yo diría que este tipo de preguntas son los interrogantes que nosplantea la vida. Nadie sabe por qué, ni para qué. Nadie nos puede con-testar a algo así, porque además, ninguna respuesta nos sería válida.

¿Por qué?

Opinión

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«Hay dolores quematan: pero los

hay más crueles,los que nos

dejan la vida sin permitirnos jamás

gozar de ellas»Antonie L. Apollinarie Fée (1789-1874)

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A veces en los grupos de duelo reflexionamos sobre lo que sentirí-amos si alguien nos respondiera a esto, si alguien nos contestara obje-tivamente el porqué de la muerte de nuestro ser querido, y muchas ve-ces nos damos cuenta de que ninguna de las respuestas nos resultaríaútil. Nos damos cuenta de que lo único que nos haría sentir mejor se-ría tener a nuestro ser querido cerca dándonos todas las respuestas,porque entonces no serían necesarias.

Las primeras reacciones ante la muerte de un ser querido siempreson la negación y la rabia. Uno no entiende que esa realidad que estáviviendo sea cierta. No entiende cómo la persona que más quería hadejado de estar en esta vida. Uno no entiende, en definitiva, casi na-da de lo que le está sucediendo. De ahí es de donde surge la necesidadde darnos respuesta a ese tipo de preguntas. La búsqueda de una res-puesta al porqué de esa situación es, definitivamente, la búsqueda dela propia vida, la necesidad que tenemos casi todos los seres humanosde controlar todo lo que nos rodea. Sin embargo, la vida y la muerteson cuestiones demasiado complejas como para llegar a controlarlas.

Rakel MateoPsicopedagoga especialista en proceso de duelo

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En mi opinión, el duelo es una búsqueda, un intento de enten-der algo que en esta cultura nos cuesta mucho, y es que la muerteforma parte de la vida.

No se trata de que las personas en duelo sobrevivamos a las pér-didas. Se trata de abrir nuestra consciencia y nuestro corazón a unanueva forma de vida. Se trata de darnos cuenta que, tras un perio-do en el que nada tiene sentido, uno poco a poco va entendiendolas cosas de otra manera, e incluso me atrevería a decir que llegaun momento en el que uno es capaz de darse a sí mismo las respues-tas a esas preguntas. Cuando uno se da cuenta de todo esto, escuando a mí me gusta hablar de vivir, y no de sobrevivir.

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Campaña

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Erronka berriakakordioaren eta kontsultaren alde

Bi lehentasun ditu Lokarrik martxoaren 15ean bere II. Batzar Na-gusian hitzartu zuenetik: akordioa lortu eta herri-kontsulta deitzea.Horretarako, kaabian da kanpaina berria «Kontsultaren aldekoakordioa» lelopean. Zapaterori, Ibarretxeri eta hainbat poli-tikariri zuzendutako milaka posta elektroniko lortzea da eki-men nagusia. Batzarra eta geroko ekitaldian Harold GoodIpar Irlandako apaiz metodistak hartu zuen parte Sarearenkoordinatzaile nagusi Paul Riosi laguntzen. Irak armak uzte-ko prozesuan lekuko independiente jardun da Good eta he-rrialde horretako bake-prozesuari buruz aritu zen.

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Sortu zenetik bi urtera, II. Batzar Orokorraegin zuen Lokarrik iragan martxoaren 15eanBilboko Euskalduna Jauregian eta kanpainaberri bat abian jarriko zuela iragarri zuen.Akordio bat lortu eta herri kontsulta bat dei-tzea dira kanpainaren lehentasun nagusiak.Batzarraz gainera, ekitaldi publiko bat egin zenEuskalduna jauregian, eta Lokarriko koordi-natzaile nagusi Paul Riosek eta Harold GoodIpar Irlandako apaiz metodista hartu zutenparte bertan. IRAk armak uzteko prozesuanlekuko independiente jardun da Harold Go-od, Alec Reid-ekin batera, eta herrialde ho-rretan garatutako bake prozesuari buruz ari-tu zen solasean bildutakoekin.

Bestalde, Lokarriren foro eta laguntzaileekonartu egin zuten «Eztabaida dokumentua»,zeinetan ekainera bitarteko Lan Plangintza-ren jarduera-ildoak jasotzen diren.

Festa giroak ere izan zuen tokirik SarearenII. urtemugaren karira. Bazkari oparo batean

elkartu zen jendea eta, ondoren, musikareneta blues-aren erritmopean aritu zen bat bai-no gehiago.

Bi lehentasun nagusi«Parte hartu kontsultan» leloarekin Loka-

rrik egindako galdetegiari 2.285 lagunekerantzun diote, eta, ateratako ondorioen ara-bera, gehiengoa kontsultaren alde dago.«ETAren indarkeria» aktibo egon arren, kont-sulta egin egin behar dela iruditzen zaie galde-ketaren erantzuleei, eta ez dute uste herri gal-deketak gizartea zatituko duenik. Alderantziz,kontsultak «bizikidetza hobe eta normaliza-tua» lortzen lagunduko lukeela iruditzen zaie.

Ikerketaren arabera, alderdi eta instituzioeklortutako akordio bat onartzea nahi dute he-rritar gehienek, baina akordio hori egin ezarren ere kontsulta egitearen alde daude. Gai-nera, herri kontsulta egiteko debekua balegoere, egin egin behar dela defendatzen dute.

Ondorioei erreparatuta, akordio bat lortueta herri kontsulta deitzea dira jada abian jarriden kanpaina berriaren lehentasunak. Herri-kontsulta batean berretsia izango den akordiobat lortzea gatazkari konponbidea aurkitzekoaukerarik hoberena dela irizten baitio Sareak.

Horregatik, akordio, adostasun eta ulerme-nerako ahalegin eraikitzaile bat nahi da: 1)Zapatero Presidentearen eta Ibarretxe Lehen-dakariaren artean, posible egin dezaten le-hendabiziko akordio bat biek ordezkatzen di-tuzten erakundeetan, 2) alderdi politiko guz-tien artean, kontsulta batean berretsiko dennormalizaziorako akordio bat ahalbidetzekoelkarrizketa prozesu bat abia dezaten eta 3) gi-zartearen baitan, elkarrizketa, akordio etakontsulta prozesuan parte-har dezan, berepartaidetza eskainiz prozesu osoa garatu etaamaierara iristeko.

Apirila eta ekaina bitartean gauzatuko da«Kontsultaren aldeko akordioa» kanpaina be-

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rria eta ekimen nagusi bat hartuko du bere bai-tan «Jaso al duzu mezua?: nagusia akordio batlortzea, kontsulta bat deitzea» lelopean. Ro-driguez Zapaterori, Ibarretxeri eta hainbatpolitikariri zuzendutako milaka posta elek-troniko lortu nahi ditu sare sozialak, hona-koa eskatuz: alde batetik, euskal gizartearenbizikidetza hobetzeko akordio politiko bat lor-tuko duen elkarrizketa prozesu bat abian jart-zeko ahaleginik handiena gauzatzea, eta bestebatetik, herri kontsulta bat deitzea herritarrekberen nahia adierazteko aukera izan dezatenmodu baketsuan eta demokratikoan. Mezuhauen bidez, hera berean, agindu bat helarazinahi zaio ETAri: bazter dezala behin betikobiolentzia eta errespeta ditzala giza eskubideakbake prozesu berri bat zabaltzeko eta euskalherritarrek aukera eduki dezaten beren nahia

modu askean adierazteko herri kontsulta ba-ten bidez.

Lokarriren web orrian (www.lokarri.org) gu-ne bat dago, non azaldu egiten den zer pausoeman behar diren mezu elktronikoak bidaltze-ko Zapatero, Ibarretxe, Sanz, alderdi politiko-ei eta ETAri. Posta elektronikoz 25.000 milalagun baino gehiagori, Lokarriren partaidetza-sareko kideei alegia, buletinak bidaltzea ere ja-sotzen du kanpainak, Sarearen web orrirakoesteka eta ekimenaren gaineko power point batbarne. Kanpaina zabaltzeko beste bide bat pos-ta arrunta da, herri-kontsultaren aldeko kapai-na sinatu zutenei 20.000 liburuxka bidaltzeko.Lokarriren aldizkarian, hurrengo zenbakietan,arreta berezia egingo zaio kanpainari.

Horretaz guztiaz gainera, hiru elkarretaratzeaurreikusi dira hilabete honetarako. 12an Iru-

ñean, 19an Gasteizen eta apirilaren azken egu-netako batean -data oraindik zehazteke dago-Madrilen.

«Parte hartu kontsultan»Ekinean darrai Lokarrik iragan urtarrilean

abiatu zuen «Parte-hartu konstsultan» kanpai-narekin. Jada argitaraturik dago herri-kont-sultari buruzko lehen argitalpena, «Komeni daherri-kontsulta egitea?» izenburupean. Hiruekarpen dakarzkigu argitalpenak: batetik,«Hartu parte kontsultan» galdera-sortako on-dorioak eta emaitzak; bestetik, gure egoerapolitikoa ongi ezagutzen duten bi aditureniritziak gai horri buruz, eta azkenik, gaiari bu-ruzko Lokarriren ondorioak.

Bigarren argitalpenak kontsulta-deialdiariburuzko legezkotasuna jorratuko du eta azke-

Harold Good apaiza ekitaldian Irlandako bake-prozesuari buruzko argibideak ematen.

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nekoan, hirugarrenean, kontsultaren balizko edu-kiak eta kudeaketa gaiak landuko dira. Aldizkarihonetan bertan argitaratuko dira falta diren bi argi-talpen horiek, eta erakunde nagusi, alderdi politiko,sindikatu eta mugimendu sozialei bidaliko zaie.Web orrian ere jarriko dira.

Kanpaina beraren baitan, hitzaldi-egutegi bat ze-haztuta dago. Besteak beste, aditu bat Quebecekoereduaz solastea aurreikusi da, eta Europako Demo-kraziaren Institutuko kide bat ere gonbidaturik da-go hitzaldia ematera.

Ipar Irlandako ereduaPaul Riosi laguntzen Harold Good Ipar Irlanda-

ko apaiz protestantea izan zen martxoaren 15ekoekitaldian. Herrialde horretan garatutako bakeprozesuari buruz aritu zen Good bildutakoekin.Izan ere, azken urteetan adiskidetze lanetan arituda Ipar Irlandan. IRAk armak uzteko prozesuanlekuko independiente jardun da, Alec Reid-ekinbatera, eta, hain zuzen ere, Ipar Irlandan elkarulertzearen eta bakearen alde egindako lanagatik,Rene Cassin saria eskuratu du aurten Goodek etaReidek, Eusko Jaurlaritzako Justizia, Lan eta Gi-zarte Segurantza Sailak urtero banatzen duen sa-ria.

Euskal Herriari begira, bake-prozesuak aurreraegin dezan, Goodek beharrezkotzat jo zuen dau-den aukera politiko guztiak identifikatu ahal izan-go diren esparru politiko bat jorratzea, Ipar Irlan-dan egin zen moduan, kontuan hartuta «edozeinbake prozesutan beti hartu behar dela aintzat oz-topoak izango direla», Espainiako Gobernua etaETAren arteko elkarrizketa etenari erreferentziaeginez.

Irlandako kasuan, IRAk su-etena iragar-tzeaprozesu politikoari bultzada emateko «pauso era-bakigarria» izan zela iritzi zion Goodek, eta oste-an armak uzteko hartutako erabakiak prozesuariare eta gehiago lagundu ziola. Hori horrela, ETAkere IRAk hartutako bideari jarraitu, eta armak ut-zi egin beharko lituzkeela azaldu zuen Goodek.Armak uztearen «balio sinbolikoa» azpimarratuzuen apaiz protestanteak: «Erakunde batek berriroarmak hartzea erraza den arren, armak uzteak ba-du balio bat; erakundeak onartu egiten baitu ezdutela dagoeneko armak erabiltzeko beharrik».

Bakea lortzeko, baina, jarduera armatua amait-zea ez ezik, bestelako elementu bat ere funtsekoadela uste du Irlandako apaiz protestanteak: aldeguztien arteko konfiantza berreskuratzea, hain jus-tu ere. Izan ere, Euskal Herriko gatazka politikoa-ri irtenbidea bilatzeko «metodoa» alde guztien ar-teko elkarrizketa da, haren esanetan.

Haatik, azaldu duenez, Irlandan batzorde inde-pendente bat aukeratu zen prozesu hori bideratze-ko, baita IRArekin hitz egiteko «formula bat» ere.

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El conflicto que Tíbet y Chinamantienen de forma latente desdehace más de siete siglos ha irrumpi-do en los medios de comunicaciónal calor de la antorcha que anunciala próxima cita olímpica de Pekín;un conflicto de origen religioso quehunde sus raíces entre las de unpueblo que quiere regirse a sí mismoen paz y según los dictados de su fe.

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El reinode las nubes

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Zuriñe Hidalgo, periodista.

Tíbet es el reino del Everest; un lugar de inmensos páramos, majes-tuosas montañas y monjes envueltos en túnicas de color azafrán queprotegen desde tiempos inmemoriales las esencias del budismo. Duran-te muchos siglos Tíbet mantuvo su independencia entre las nubes, en-caramado 4.500 metros por encima del mar, a pesar del paso por sus tie-rras de grandes imperios conquistadores como el Mongol, que siemprerespetaron su especial autonomía basada en la autoridad moral del Da-lai Lama.

Ya en el siglo XIII, China puso sus ojos en esta región y la sumió ba-jo su dominio aplastando la débil resistencia que opuso un pueblo quesiempre estuvo más consagrado a la oración que a la lucha. Hoy en día,700 años después de aquella primera invasión, la situación que vive es-te país sin Estado ha saltado a las páginas de los periódicos al calor dela llama olímpica que, en esta ocasión, quizá no vaya a ser la portadorade paz que históricamente fue, pero que sí podrá servir de megáfono pa-ra todos los pueblos que, como el tibetano, luchan por recuperar su vozdesde las entrañas del Gran Dragón chino.

Desde que Pekin y Shanghai fueran designadas como sedes de lospróximos Juegos Olímpicos, el mundo parece haber reparado en la Re-pública Popular de China; un gigante económico habitado por más de1.300 millones de habitantes que se ha desarrollado a espaldas del mun-do occidental y que ahora emerge y se atreve a medirse con los EstadosUnidos.

En lo político, la actual China ha reinventado el comunismo parahacerlo suyo a partir de un interesante cocktail político basado en unacuriosa lectura casi comunera de las viejas enseñanzas de Confucio. Pe-ro, a nivel interno, las autoridades chinas conviven con varios frentesabiertos en sus más de 9,5 millones de kilómetros cuadrados (casi 20 ve-ces la superficie del Estado español). Taiwan es uno de los más impor-tantes, Hong Kong, otro. Pero el caso que nos ocupa es quizá el másdesconocido de ellos: el de Tíbet.

En China conviven un total de 56 etnias distintas. Tras la fundaciónde la República Popular en 1949, se adoptó una política oficial de re-conocimiento de estas minorías culturales basada fundamentalmenteen el criterio lingüístico y en el religioso, y algunas de estas minoríasquedaron reconocidas políticamente como Regiones Autónomas den-tro de la estructura del Estado. Así quedó configurado un complejo ma-pa social que va desde la población de creencias musulmanas y habla deraíz turca que habita en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, hastaquienes aún conservan el idioma y las creencias chamánicas mongolesen la Región Autónoma de Mongolia Interior. Y todo esto, pasandosiempre por las nevadas cumbres de la Región Autónoma de Tíbet, enla que se habla la lengua tibetana, se profesa el budismo y cuya cultura

se extiende más allá de la actual región autónoma ocupando tambiénla provincia de Qinghai y partes occidentales de las provincias de Si-chuan y Yunnan.

Historia de un desencuentro Tíbet nunca ha sido una nación belicosa. Desde que el budismo

llegó a aquellas tierras de la mano de sus vecinos indios, sus habitan-tes lo han abrazado como ley de vida y se han entregado a la contem-plación y al trabajo, no a la guerra. Pero, en la lógica de nuestrostiempos, todo pedazo de suelo debe tener un dueño, y a falta de unsable que protegiera la autonomía de Tíbet, muchos han sido quie-nes han querido tomarla, aunque es seguro que China es la que másempeño ha puesto en este afán.

La relación entre estos dos pueblos es tan larga como tortuosa, yaque Tíbet nunca ha aceptado de buen grado el control de Pekín. Sinembargo, nunca ha podido desembarazarse de él, ya que siempre havivido la rebelión contra el invasor con el alma social dividida entrerecurrir a las armas o mantener sus creencias no violentas como ar-ma de paz. Incluso la figura del Dalai Lama ha sufrido este dilema ensus diferentes reencarnaciones, inclinándose unos por un camino yotros por otro.

En los tiempos modernos, la resistencia contra el ejército chino,como tal, alcanzó sus mayores cotas entre 1950 y 1970, cuando elDalai Lama apoyaba a los rebeldes desde su exilio en la India y laCIA les proporcionaba ayuda de todo tipo, ya que veía en esta situa-ción una oportunidad de oro para poner una pica al otro lado del te-lón de acero en el marco de su cruzada global contra el comunismo.En las postrimerías de aquel periodo, la Gran Revolución CulturalProletaria inspirada por Mao Zedong chocó con la profunda religio-sidad de los tibetanos ocasionando un enfrentamiento que se saldócon un baño de sangre y con la desposesión de tierras a los lamas, laimplantación de la educación secular y la destrucción de más de6.000 monasterios budistas.

Momento actualDesde entonces, el Dalai Lama y varios de sus seguidores ejercen

el dictado moral que en realidad rige a los tibetanos desde su exilioen la India. Y ahí es donde se genera el choque con las autoridadesde Pekín que ahora salta a las primeras páginas de los periódicos detodo el mundo.

China lleva casi tres décadas pregonando que ha devuelto la liber-tad de culto a los tibetanos, y es cierto. Pero también lo es que lo hahecho bajo una serie de condiciones muy fuertes que son las que han

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hecho que los monjes salgan a la calle a protestar, aprovechando eltirón mediático de los Juegos Olímpicos de este verano.

El gobierno chino es, como todo buen régimen comunista, profun-damente laico y autoritario. El Partido Comunista controla todas lasestructuras del poder, hasta tal punto que el actual presidente del pa-ís, Hu Jintao, es también Jefe de Estado y líder del Ejército Popularde Liberación. Por eso, no puede aceptar que otra autoridad le hagasombra, y el Dalai Lama, se la hace. Así, cuando Pekín devolvió lalibertad de culto a los tibetanos, la condicionó a que los lamas nocuestionen el derecho de China a gobernar a los tibetanos. Además,los retratos de Jintao han sustituído a los del Dalai Lama y presidenla mayoría de los templos de las grandes ciudades tibetanas, e inclu-so la Junta china aspira a tomar parte en la designación del próximoPachen Lama (la segunda autoridad espiritual después del Dalai La-ma) en una situación kafkiana que llevó a la Policía a encarcelar aldesignado por los lamas para ocupar este cargo -un niño de seis años-y a promover la figura de otro joven que vive protegido en Pekín.

Ante esta situación de intromisión, un buen número de tibetanosse echó a las calles a principios del pasado mes de marzo para denun-ciar la situación que vive su pueblo ante la comunidad internacional,apoyados por los tibetanos en el exilio. China reprimió durísima-mente las manifestaciones pacíficas enviando cerca de 10.000 efec-tivos militares a la zona y expulsando a todos los medios de comuni-cación para establecer un apagón informativo que evitara, en la me-dida de lo posible, que la imagen del país quedara dañada a escasosmeses de una cita olímpica que está muy presente en la actualidad deeste conflicto latente y olvidado durante siglos.

Es muy difícil saber a ciencia exacta el número de tibetanos quehan muerto durante la represión china de estas protestas, pero todo

parece indicar que la cifra supera el centenar; una cantidad que to-ma un peso especial cuando se tiene en cuenta que las protestas es-taban encabezadas por monjes a los que su fe les impide actuar decualquier forma violenta. De hecho, el Dalai Lama ha pedido que ce-sen las protestas, llegando a amenazar con dimitir si siguen unos ac-tos que, aunque posiblemente apoya en el fondo de su corazón, vanen contra de sus creencias porque generan violencia.

La llama olímpica ya ha echado a andar y el tiempo para que seacerque la cita que pondrá a Pekín y Shanghai en el mapa deportivomundial se agota. Originalmente, cuando los griegos del siglo VIIantes de Cristo comenzaron a celebrar las Olimpiadas, las entendíancomo un homenaje a sus dioses; un tiempo para el disfrute de los sen-tidos en el que se hacían competiciones deportivas pero también cer-támenes de poesía, recitales de canto... Por eso, cuando abrieron laspuertas a otros pueblos, establecieron la Tregua Olímpica para hacerposible un ambiente de concordia en el que disfrutar del evento, y laantorcha era la encargada de transmitir aquel mensaje de paz.

Ahora, la llama sagrada tendrá que atravesar suelo tibetano hastallegar a Pekín. Por el momento, algunos países como Francia han lle-gado a plantearse boicotear los juegos en apoyo al Tíbet, mientrasque otros, como Estados Unidos, han puesto el acento en pedir al go-berno chino que dialogue con el Dalai Lama, algo que aún se antojacomo un sueño en un contexto que supondría que las autoridades delrégimen reconocieran a otra autoridad que les es ajena.

Una vez más, el diálogo; una herramienta de entendimiento viejacomo el mundo, que ahora tratará de abrirse camino a lomos del fue-go olímpico por unas tierras que fueron conquistadas hace más de700 años por la fuerza de las armas, pero que aún aspiran a vivir se-gún sus propias reglas con la fuerza de la paz.

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