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® hambre emocional Compromisos Nutricionales de Nestlé Entrevista al Dr. Rafael Casas, psiquiatra y consultor sénior en salud Hábitos Nutricionales y Estilos de Vida de las Familias 16 jul. 17 edición

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®

hambre emocional

Compromisos Nutricionales de Nestlé

Entrevista al Dr. Rafael Casas, psiquiatra y consultor sénior en salud

Hábitos Nutricionales y Estilos de Vida de las Familias

16jul. 17

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el mundo Nestlé

en la vanguardia de la investigación

entrevistaDr. Rafael Casas

novedades Nestlé

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hambre emocional

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índice

En esta edición de nesvida® el tema destacado es el hambre emo-cional, que demuestra que, a la hora de elegir los alimentos, no pensamos únicamente en satisfacer una necesidad fisiológica. Las emociones, el humor o el contexto social, entre otros factores, influyen en la conducta alimentaria.

En la entrevista, el Dr. Rafael Casas revela que aunque el hambre emocional no se origine para satisfacer necesidades energéticas, ge-neralmente tiene como consecuencia un consumo calórico excesivo.

En Mundo Nestlé se comparten los Compromisos Nutricionales de la empresa, además de sus principales campos de acción.

En el capítulo de investigación, un estudio Nestlé revela de qué forma los alimentos podrán imitar el efecto metabólico del ejercicio físico.

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Conoce los Compromisos Nutricionales de Nestlé

cional, ahora regulado a nivel europeo, en el que el valor nutricional de los productos se encuadra dentro de un plan alimentario diario de referencia, por lo que para el consumidor es más fácil incluir el alimento en su plan alimentario diario, de una forma equilibrada y que se ajusta a sus necesidades.

3. Educación: desarrollo de programas de educa-ción nutricional y promoción de la actividad físicaPara contribuir a la educación y fomento de hábitos saludables entre la población, Nestlé pone a disposi-ción de las familias herramientas prácticas y basadas en la evidencia científica para ayudar a planificar sus menús semanales de forma sencilla y asegurar que estos sean nutricionalmente equilibrados. También se fomenta la educación en nutrición y hábitos de vida saludables en las escuelas, poniendo a su disposición programas de educación elaborados por expertos e impartidos por el profesorado.

Para promover la divulgación científica entre profe-sionales de la salud, Nestlé participa en congresos y formación científica continuada, elabora materiales divulgativos y proporciona un servicio de búsqueda de documentación con el fin de impulsar el conoci-miento científico de la nutrición. La compañía también aporta herramientas de diagnóstico para la valoración y el soporte nutricional del paciente pediátrico y adulto.Nestlé entiende que es su responsabilidad promover estilos de vida saludables, también junto a sus pro-pios colaboradores. Por este motivo, habitualmente se desarrollan actividades internas que pretenden concienciar y fomentar la práctica de una alimenta-ción más sana y de un estilo de vida más activo, en el que la actividad física tiene una presencia incues-tionable.

Ya desde sus inicios, Nestlé ha centrado sus esfuer-zos en la nutrición y la promoción de la calidad de vida de los consumidores. En este sentido, la empresa líder en nutrición, salud y bienestar asume pública-mente el compromiso de desempeñar un papel activo en la solución de problemas tan importantes como la malnutrición, el déficit de micronutrientes, la sobrea-limentación, la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles, que afectan a miles de millones de personas en todo el mundo. Sus 10 Compromisos Nutricionales se agrupan en tres ámbitos: Formula-ción y reformulación de productos, Información nutri-cional y Formación en nutrición, hábitos saludables y divulgación científica.

1. Productos: sabrosos y nutricionalmente adecuadosA través de la innovación y la renovación constantes, Nestlé ha optimizado sistemáticamente el perfil nutri-cional de sus productos, particularmente en lo que se refiere a los contenidos de azúcar, sal y grasas y al valor calórico. Un ejemplo de ello es la renovación de la gama de cereales de desayuno para niños que contiene un máximo de 9 g de azúcares por porción. Otros ejemplos son la reducción progresiva de sal y grasas saturadas en la gama de productos culinarios, y la eliminación de la sal y el azúcar añadido en ali-mentos infantiles para bebés.

2. Información nutricional para los consumidores: completa, clara y transparenteDesde varios años antes de que estuviera regu-lado por ley, Nestlé incluye información nutricional detallada en todos sus productos. Con la voluntad de dar un paso al frente, y para garantizar que esta información sea transparente y práctica, Nestlé ha desarrollado la herramienta Nutritional Compass (Brú-jula Nutricional), que complementa la tabla de infor-mación nutricional con textos explicativos para faci-litar la interpretación. Nestlé también ha sido una de las empresas pioneras en la aplicación de las inges-tas de referencia (IR), un sistema de etiquetado nutri-

Los Compromisos Nutricionales de Nestlé se presentan de

forma detallada en el sitio web corporativo de la empresa, en: http://bit.ly/CompromisosNestle

el mundo Nestlé

Ana Isabel AragónUnidad de Nutrición, Salud y BienestarNestlé España, S.A.

Ana Isabel AragónAna Leonor Perdigão

Communisis

Nestlé España, S.A.Edificio Nestlé

08950 Esplugues de LlobregatBarcelona

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En investigaciones científicas recientes, realizadas por investigadores de Nestlé del Institute of Health Sciences, se sugiere que en el futuro los alimentos podrán imitar el efecto metabólico del ejercicio físico.

La enzima proteína-cinasa activada por AMP (AMPK) es una proteína fundamental en todas las células de nuestro organismo y se activa de forma natural por medio del ejercicio físico. Es la responsable del con-trol del estado energético y desempeña un papel activo en la transformación de la glucosa y los lípi-dos en energía.

El grupo de científicos que realizó la investigación tenía como objetivo descubrir de qué forma puede controlarse la enzima AMPK para generar un efecto metabólico similar al del ejercicio físico.

Las conclusiones, publicadas en el Journal Che-mistry & Biology, podrían dar lugar al desarrollo de productos alimentarios que ayuden a promover y aumentar el efecto del ejercicio físico, con el fin de beneficiar a personas que, debido a su estilo de vida, edad avanzada, enfermedad o incapacidad, tienen dificultades para mantenerse activos.

El ejercicio físico presenta un amplio abanico de beneficios, tanto en el ámbito cognitivo como en el fisiológico. Idealmente, existirá la posibilidad de

Alimentos con un efecto similar al producido por el ejercicio físico(Investigación Nestlé)

investigación estrategia de innovación

desarrollar productos que ayuden a promover y potenciar el efecto del ejercicio físico, si bien no es probable que puedan imitarse todos sus efectos en un solo producto.

Al utilizar los mecanismos celulares que normalmente se activan por medio del ejercicio físico, los produc-tos en cuestión contribuirán a garantizar un equili-brio energético saludable, aunque ningún producto pueda sustituir la práctica del ejercicio físico.

Hunter RW, Foretz M, Bultot L, Fullerton MD, Deak M, Ross FA, Hawley SA,

Shapiro N, Viollet B, Barron D, Kemp BE, Steinberg GR, Hardie DG, Sakamoto K,

(2014), “Mechanism of action of Compound-13: an 1-selective small molecule

activator of AMPK”, Chemistry Biology, 21, 7, 866-879.

Acceda al texto completo de la noticia:

http://bit.ly/InvestigacionAMPK

El papel de las emociones en la promoción de un consumo de alimentos saludable

Luchar contra el aumento de la obesidad es una prioridad para los profesionales sanitarios y las auto-ridades reguladoras.

En un estudio reciente, publicado en el Journal of Marketing Research, se ha revelado que los progra-mas de educación que aumentan el conocimiento de las emociones que nos producen los alimentos son eficaces y ayudan a los consumidores a tomar mejores decisiones alimentarias y a resistir frente a opciones menos saludables.

Para la realización del estudio, los participantes fue-ron divididos en dos grupos. Un grupo recibió una formación general sobre el proceso de reconoci-miento de las emociones primarias y el otro grupo no la recibió. Después de la formación, todos los par-ticipantes fueron expuestos a una variedad de pro-ductos alimentarios y envases, y posteriormente se les solicitó que intentaran comprender las emocio-nes que sentían. A continuación, a todos se les dio la oportunidad de elegir entre un aperitivo saludable y otro menos saludable. Los participantes que reci-bieron formación fueron los más propensos a elegir opciones saludables.

Tres meses después de la formación, los participan-tes de ambos grupos fueron sometidos a una eva-luación antropométrica. Los resultados de esa eva-luación mostraron que las personas que recibieron la formación sobre el reconocimiento de las emocio-nes presentaron, de media, pérdida de peso corpo-ral, mientras que en aquellos que no recibieron la for-mación se observó un aumento de peso.

Los autores de este estudio concluyeron que ofrecer programas educativos a los consumidores, en los que se les anima a estar más atentos a las emocio-nes que sienten ante los alimentos, puede ser bene-ficioso. El entrenamiento de la capacidad emocional puede mejorar las elecciones alimentarias y contri-buir a una alimentación más sana.

KIDWELL B, HASFORD J, HARDESTY D M, (2014),

“Emotional ability training and mindful eating”,

Journal of Marketing Research. Consultado en:

julio 2017, disponible en: http://journals.ama.org/

doi/abs/10.1509/jmr.13.0188

La ingesta compulsiva de alimentos en los niños es más fácil de controlar que en los adultos

El mecanismo de la ingesta compulsiva de alimen-tos está relacionado con una mayor o menor activi-dad de ciertas regiones cerebrales. Específicamente, la reducción de la ingesta compulsiva de alimentos se asocia a una mayor actividad de la región prefrontal lateral de la corteza cerebral, responsable del meca-nismo de autocontrol, y a una menor actividad rela-cionada con el proceso de recompensa.

En un estudio reciente se evaluaron la ingesta com-pulsiva de alimentos y las estrategias para controlarla. Para ello, se realizó una sesión de neurodiagnóstico por la imagen a 105 personas sanas, a las cuales se les mostraron imágenes de varios alimentos ape-titosos pero poco sanos, a la vez que se realizaban exploraciones mediante resonancia magnética fun-cional. Para determinadas imágenes se solicitó a los participantes que imaginaran que el alimento estaba justo enfrente de ellos y se fijaran en su olor y sabor. Para otras, se les pidió que imaginaran que el alimento estaba lejos de ellos y se centraran únicamente en su aspecto, así como en su forma y color. Después de exponerlos a cada una de las imágenes se solicitó a los participantes que calificaran sus ganas de comer el alimento que habían visto.

Se llegó a la conclusión de que los participantes, de todas las edades, notificaron una menor compulsión cuando utilizaron la estrategia cognitiva de imaginar los aspectos visuales de los alimentos: se observó una reducción de la compulsión del 16 %. La com-pulsión en los niños, en ambas situaciones, fue más fuerte que en los adolescentes y los adultos, lo que sugiere que los alimentos normalmente son más deseados por los niños.

Aunque los niños presentaron una compulsión alimen-taria más fuerte, por otro lado mostraron una mayor capacidad de controlar los episodios de ingesta com-pulsiva.

Asimismo, se observó que los niños con un mayor índice de masa corporal (IMC) presentan una menor actividad prefrontal, cuando se utilizó la estrate-gia cognitiva de regulación de la ingesta compulsiva de alimentos, en comparación con los niños con un menor IMC, lo que sugiere que las regiones del cere-bro que intervienen en la regulación de la ingesta com-pulsiva de alimentos pueden diferir en función del IMC.

Estas conclusiones ponen de manifiesto la posibilidad de nuevas estrategias de prevención y lucha contra la obesidad infantil.

SILVERS A, INSEL C, POWERS A, FRANZ P, WEBER J, MISCHELW, CASEY

B, OCHSNER Kevin, (2014), “Curbing craving: behavioral and brain evidence

that children regulate craving when instructed to do so but have higher baseline

craving than adults“, Psychological Science. Consultado en: julio 2017

disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4268877/pdf/

nihms-614039.pdf

na vanguarda da investigaçãoen la vanguardia de la investigación

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¿Por qué tenemos hambre?

Decimos que tenemos hambre cuando existe una necesidad de comer, una urgencia por ingerir un ali-mento (1). Las elecciones alimentarias pueden depen-der de la necesidad de restablecer un nutriente esen-cial en concreto, como las vitaminas, los minerales, los ácidos grasos o los aminoácidos. Desde hace tiempo existen evidencias de que los animales pueden apren-der a seleccionar los alimentos consumidos simple-mente por este motivo. Aun así, a la hora de tomar decisiones alimentarias, no pensamos solo en cubrir esta necesidad fisiológica. Son varios los factores que influyen en la selección de los alimentos (2). La moti-vación de una persona para elegir los tipos de alimen-tos, su cantidad o frecuencia, se ve afectada por varia-bles que no están necesariamente relacionadas con sus necesidades fisiológicas o con el valor nutricional del alimento (3).

Influencia de los nutrientes en el bienestar

En muchos casos, el consumidor reconoce, de forma consciente o inconsciente, cuáles son las mejores estrategias para la elección de los alimentos en fun-ción de su humor, el momento o la finalidad. Un ejem-plo evidente es la alteración del estado de ánimo al consumir alimentos con propiedades hedónicas sen-soriales (o nutricionales) que producen sensaciones de

placer y que activan los sustratos neurales paliativos: el chocolate es el alimento al que recurre la mayoría de las personas (2).

Hidratos de Carbono

La síntesis del neurotransmisor serotonina (5-HT) depende de la disponibilidad alimentaria del aminoá-cido esencial precursor, el triptófano (TRP). Los alimen-tos con contenidos elevados de hidratos de carbono y bajas cantidades de proteínas pueden influir en las emociones al aumentar la síntesis de 5-HT. Existen evi-dencias científicas de que las personas se sienten más calmadas y somnolientas después del consumo de aperitivos o alimentos ricos en hidratos de carbono, pero prácticamente libres de proteínas, en compara-ción con los alimentos ricos en proteínas y pobres en hidratos de carbono. Estas evidencias son compati-bles con las alteraciones de las funciones de la 5-HT.

El chocolate con leche, elegido normalmente durante situaciones de estrés, es rico en azúcar y grasas y esti-mula la liberación de insulina, pero solo el 3-6 % de su energía proviene de las proteínas. De esta forma, si se consume en cantidades suficientes y aisladamente (con el estómago vacío), el chocolate puede incremen-tar la disponibilidad de TRP en el cerebro y aumentar así las emociones mediadas por la 5-HT (2).

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Proteínas

En determinadas circunstancias se observan altera-ciones emocionales y de rendimiento causadas por el aumento plasmático de la tirosina, inducido por las proteínas. La tirosina es el precursor de la síntesis de las catecolaminas, la dopamina, la adrenalina y la nora-drenalina. Este efecto puede contribuir al aumento de un estado de ánimo positivo después de ingerir ali-mentos ricos en proteínas (39 %), en comparación con alimentos pobres en proteínas (5 %), 2 horas después del consumo, aunque el aumento del cortisol inducido por los alimentos también puede influir. De hecho, des-pués de un régimen alimentario bajo en proteínas, durante un período de 5 días, la ingesta de alimentos ricos en proteínas produce un aumento sustancial del efecto positivo, 2-3 horas después de ingerir los ali-mentos. Se considera que esta manifestación también puede estar relacionada con una liberación de corti-sol, ya que no se produce inmediatamente después de la ingesta de alimentos, sino entre 2 y 3 horas des-pués. Este aumento del bienestar también puede estar relacionado con el efecto reforzado de ingerir proteí-nas cuando son un nutriente necesario (2).

Grasas

Los alimentos ricos en grasas parecen aumentar la fatiga posterior y reducir el estado de alerta y aten-ción, en comparación con los alimentos con un valor calórico similar, ricos en hidratos de carbono y con un contenido bajo en grasas. En general, las grasas producen menos alteraciones significativas en la fisiología posprandial que los hidratos de carbono o las proteínas. Cabe destacar que el humor puede verse afectado negativamente por alimentos que difieren significativamente en la composición de macronutrientes en comparación con los alimentos habituales. Los efectos en el humor pueden deri-varse de las discrepancias entre las expectativas de la persona sobre determinados efectos después de la ingesta y los efectos reales de las respuestas neu-rohormonales al detectarse determinados nutrientes en el duodeno y el hígado (2).

Elección alimentaria, humor y emociones

Las emociones, el humor y la elección alimentaria interactúan claramente entre sí, de una forma que puede ser significativa y evidente o sutil e incons-ciente. Por ejemplo, el humor y las emociones pue-den influir en la elección alimentaria por medio de efectos psicológicos que modifican el apetito, o modificar los comportamientos que reducen el ape-tito o alteran la disponibilidad alimentaria. Por otro lado, los cambios de humor pueden ser el resultado de una elección alimentaria, ya sea deliberada o no. Ingerir uno o varios alimentos puede alterar el humor de una persona por medio de los efectos sensoria-les, asociados al contexto exterior, las expectativas cognitivas, las alteraciones del apetito o la modula-ción nutricional de la función cerebral (2).

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La forma en que las emociones pueden alterar las elec-ciones alimentarias y el efecto de las elecciones ali-mentarias en las emociones dependerá de cada per-sona, de su estado psicológico y neurohormonal (2).

La forma más habitual en que el hambre puede afec-tar al comportamiento son los cambios de humor y el estado de alerta que se producen antes y después de consumir alimentos. Este efecto probablemente es el ejemplo más fiable del efecto de la alimentación en el comportamiento. Muchos animales, incluido el ser humano, tienden a mostrarse agresivos, en estado de alerta e irritables cuando tienen hambre. Después de consumir alimentos saciantes, los ani-males y los humanos se vuelven más tranquilos, letárgicos, incluso pueden dormirse y su humor tiende a ser positivo (4).

Emociones negativas frente a emociones positivas

El efecto de la conducta alimentaria puede diferir bastante en función de si es el reflejo de una emo-ción positiva o negativa. Las emociones negativas como la rabia, el miedo y la tristeza pueden aumen-tar la ingesta impulsiva (es decir, la ingesta rápida e irregular de cualquier tipo de alimento disponible). Se trata de un consumo para equilibrar el estado de ánimo, en el que es frecuente una mayor ingesta de “comida basura” y la sensación de placer a través de la alimentación suele disminuir. En contraste, la ale-gría y otras emociones tienen como efecto positivo el mayor consumo de alimentos saludables y la con-siguiente sensación de bienestar (5).

Estrés

Cuando se encuentran en situaciones que generan un mayor estrés, algunas personas aumentan el con-sumo alimentario, lo que puede producir problemas de obesidad y, por consiguiente, problemas de salud asociados con este trastorno. En varios estudios se ha demostrado que el estrés aumenta el consumo alimentario y promueve la ingesta de aperitivos de elevada densidad calórica, que normalmente se evi-tan (particularmente alimentos dulces y ricos en gra-sas). Cuando se encuentran en una situación de estrés, las personas notifican una disminución del consumo de frutas y verduras (6).

Cuando se pregunta por qué se consume un ali-mento determinado, la mayoría de las personas afirma que dicho alimento les hace sentir bien o sen-tirse reconfortados, o incluso que tiene un buen sabor. Es decir, ante una situación adversa, se recu-rre a alimentos que proporcionen una sensación positiva (6).

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Referencias bibliográficas

(1) Diccionario de la Real Academia Española, disponible en http://dle.rae.es/?id=K02yR30, consultado el 27-06-2017.(2) GIBSON ED, (2006), “Emotional Influences on Food choice: Sensory, physiological and psychological pathways”, Phy-siology & Behavior, 89, 53-61.(3) SCHIFFERSTEIN H, DESMET P, (2008), “Sources of positive and negative emotions in food experience”, Appetite, 50, 290-301.(4) MACHT M, SALEWSKY A, (2004), “Emotions and eating in everyday life: Application of the experience-sampling method”, Ecology Food Nutrition, 43, 327-37.(5) MATCH M, (2008), “How emotions affect eating: A five-way model”, Appetite, 50, 1-8.(6) ZELLNER DA, LOAIZA S,GONZALEZ Z, PITA J, MORALES J, PECORA D, WOLF A, (2006), “Food selection changes under stress”, Physiology & Behavior, 87, 789-93.(7) SCHLUNDT DG, PATEL KA, (2001), “Impact of moods and social context on eating behavior”, Appetite, 36, 111-118.(8) GELIEBTER A, AVERSA A, (2003), “Emotional eating in overweight, normal weight and underweight individuals”, Eating Behaviors, 3, 341-347.

Contexto Social

Por medio de mecanismos que todavía se descono-cen, la presencia de otras personas durante las comidas aumenta la posibilidad de que una persona aumente su ingesta alimentaria. El impacto de un contexto social es considerable en comparación con el impacto de las emociones en el consumo alimen-tario (7).

En un estudio se evaluó el porcentaje de calorías obtenido de los alimentos que se ingieren en un con-texto social en comparación con los alimentos que se ingieren en soledad y se observó que los macro-nutrientes consumidos variaron. En ingestas de ali-mentos en un contexto social, el porcentaje de calo-rías procedentes de los lípidos y las proteínas fue más elevado que el procedente de los hidratos de carbono. Estos resultados revelan que los tipos de alimentos consumidos en un contexto social son diferentes de los que se consumen de forma no compartida (7).

La influencia del peso corporal

Cuando se experimentan emociones negativas (tris-teza, aburrimiento, rabia, ansiedad, frustración, can-sancio, depresión y presión), las personas con exceso de peso notifican un mayor consumo alimen-tario que las personas con un peso corporal bajo o normal. En cuanto a las emociones positivas (con-fianza, felicidad, relajación, diversión y entusiasmo) ocurre lo contrario: los individuos con un peso cor-poral bajo son los que notifican un mayor consumo. Del mismo modo, las personas con exceso de peso registran un consumo alimentario superior en com-paración con las personas con un peso normal o bajo cuando experimentan emociones y situaciones negativas (después de una discusión, al término de una relación, tras una tragedia, una pérdida de dinero), mientras que las personas con peso corpo-ral inferior muestran un aumento del consumo cuando experimentan emociones y situaciones posi-

tivas (compromiso con una afición, sentimiento de amor, haber recibido buenas noticias) (8).

Resumen

El humor puede verse afectado por las elecciones alimentarias, las cuales, a su vez, pueden alterar el humor. La relación entre el humor y la ingesta de ali-mentos depende del estado psicológico y neurohor-monal de la persona.

Con frecuencia, el consumidor se da cuenta, de forma consciente o inconsciente, de cuál es la mejor estrategia alimentaria que debe seguir, teniendo en cuenta su humor y el resultado previsto. Un ejemplo habitual es el de mejorar el humor o “calmar los ner-vios” por medio del consumo de alimentos con características hedónicas sensoriales (o nutriciona-les) que producen una sensación de placer. En ese sentido, seguramente el chocolate acudirá a la mente de muchos.

¿Qué es el hambre emocional?

El “hambre emocional” significa utilizar la comida para llenar necesidades emocionales o calmar sen-timientos de displacer. Se come como respuesta para reducir la ansiedad, el estrés o simplemente por aburrimiento, no para llenar el estómago y nutrirse. Prefiero la expresión “comer emocional” o “ingesta emocional” ya que la conducta de comer no está relacionada con la verdadera hambre fisiológica. ¿Cuáles son las grandes diferencias entre el hambre emocional y el hambre fisiológica?

El “hambre emocional” es un mecanismo psicológicoque se expresa en una conducta: el impulso de comer en ausencia de hambre. Sucede a menudo de forma repentina, por desencadenantes emocio-nales. Busca un consuelo o un falso bienestar, pero suele provocar culpabilidad o descontento ya que la comida no logra el beneficio buscado. En cambio, el “hambre fisiológica” es un mecanismo determinado genéticamente destinado a la supervivencia. Es una sensación física que crece de forma gradual y que produce malestar, agitación, a veces irritabilidad. Es un estímulo para la búsqueda de alimento y una vez se ha saciado alcanza una sensación de relajación, calma y un humor positivo. ¿Cuáles son las consecuencias del hambre emocional para la salud?

El hambre emocional puede darse de forma pun-tual, en una circunstancia determinada (estrés, en-fado momentáneo…), lo que no es preocupante. Cuando es una conducta desadaptativa continuada más grave, las consecuencias pueden ser físicas (exceso de peso y trastornos metabólicos) y psico-lógicas (culpabilidad, vergüenza, insatisfacción y descontento de uno mismo). Además, cuando por exceso de peso una persona se siente mal consigo misma, tiende a aislarse y a evitar las relaciones so-ciales, lo que puede agravar los problemas.

¿Qué hacer para evitar o combatir el hambre emocional?

De entrada, aprender a tomar conciencia de las dife-rentes emociones y estados internos que inducen acomer como compensación y tratar de identificar losdesencadenantes. Después, buscar alternativas a las

situaciones emocionales (escuchar música, tomar un baño, buscar apoyo social). Y evidentemente, mante-ner un ritmo adecuado de las comidas, hacer actividad física, cultivar las relaciones sociales y desarrollar las propias habilidades en cualquier tipo de actividad lúdica. Si una persona tiene episodios repetidos con pérdida de control con los alimentos siempre debería acudir a un especialista. ¿Considera que existen factores de riesgo para sentir hambre emocional?

Dentro de la llamada “hambre emocional” pueden darse diferentes grados o situaciones, desde la ingesta descuidada (por aburrimiento), hasta comer en respuesta a estados de excitación emocionales displacenteros (miedo, ira o ansiedad). Casos más graves, padecer un trastorno por atracón o bulimia, representan problemas psiquiátricos. Otra situación son las personas que responden de manera impul-siva a estímulos sensoriales del entorno (olor de comida, escaparate de pastelería…) o incluso al ver un anuncio de un alimento gratificante. En estos casos se trataría más bien una dificultad en el con-trol de los impulsos que lleva a la persona a comer “sin pensar”. Se ha descrito la “adicción a los alimen-tos”, como un sistema de búsqueda de recompensa con predilección por alimentos con alto contenido en grasas y azúcares. El alimento actúa como “anes-tésico” de las emociones desagradables. Este tras-torno se expresa con mecanismos psicológicos simi-lares a otras adicciones, pues la ausencia de estos alimentos provoca abstinencia.

¿Existen grupos más susceptibles?

En adultos, tienen más vulnerabilidad las personas que padecen ansiedad o depresión, o simplemente con baja autoestima, soledad o aburrimiento y que recurren a una conducta de utilizar la comida como compensación. A veces la insatisfacción personal puede ser suficiente. También hay personas que tra-tan de hacer dietas restrictivas y que caen en crisis de ingesta excesiva y descontrolada. En los niños puede haber situaciones de soledad o aburrimiento. Además, los niños con obesidad o sobrepeso pue-den tener baja autoestima, pueden utilizar la comida como compensación, se vuelven más sedentarios y se acentúa su problema.

¿Cuál considera que debería ser el papel de la industria alimentaria ante esta temática?

Puede jugar un papel aportando información a tra-vés de los múltiples canales de que dispone, sobre todo mediante la educación nutricional, como ya hace. De manera más específica, en el caso de pro-ductos más golosos o más calóricos se pueden introducir llamadas a la moderación en su consumo. De todos modos, las dificultades del hambre emo-cional son individuales y no tienen relación con los alimentos en sí, sino con el uso que les dan las per-sonas debido a dificultades emocionales.

Entrevista al Dr. Rafael Casas Psiquiatra y Consultor sénior en salud

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Ideal sin lactosa IV Observatorio Nestlé sobre Hábitos Nutricionales y Estilos de Vida de las Familias El exceso de peso de los niños no preocupa lo suficiente

Poder cocinar de una forma más saludable es un obje-tivo que tenemos todos los que estamos comprome-tidos en la salud y bienestar de todos aquellos que queremos.En Nestlé nos comprometemos con la nutrición y ofrecemos alternativas para ayudar a cocinar con menos grasas, así como soluciones para nece-sidades nutricionales específicas que cumplan con las expectativas de los consumidores respecto a sabor y textura, mediante el impulso de la investiga-ción en ingredientes y nuevas tecnologías.La leche evaporada NESTLÉ IDEAL es una opción para cocinar con solo un 6 % de grasa.Recientemente, hemos lanzado una nueva versión de NESTLÉ IDEAL SIN LACTOSA para que las personas que presentan intolerancia a la lactosa puedan seguir disfrutando de los beneficios nutricionales y culinarios de la leche evaporada Ideal en salsas, cremas de ver-duras y quiches ligeras. NESTLÉ IDEAL SIN LACTOSA mantiene toda la riqueza de la leche porque es leche a la que se le ha quitado parte del agua y se le ha añadido lactasa, la enzima producida en el intestino delgado, responsa-ble del desdoblamiento de la lactosa en sus dos azú-cares simples: glucosa y galactosa.Es un desarrollo español y es la primera leche eva-porada sin lactosa de Europa.

Ahora, la leche evaporada IDEAL SIN LACTOSA, permite preparar salsas, cremas y otras recetas con menor contenido en grasas, sin lactosa y adecua-das para toda la familia. Puedes encontrarlas en: http://bit.ly/recetasideal

Masas refrigeradas sin gluten Buitoni

novedades Nestlé

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La celiaquía es una enfermedad que afecta a una parte importante de la población en España y en general en Europa. Se estima que la prevalencia en la población española es del 1 %, afectando a unas 450.000 personas.

En línea con los compromisos nutricionales de Nestlé, Buitoni da respuesta a los consumidores celíacos y lanza una nueva gama de masas refrigeradas Sin Gluten y Sin Lactosa, compuesta de 2 recetas: Masa de Hojaldre y Masa para Pizza.

La mayoría de padres de niños con sobrepeso no son conscientes del problema y los que lo son lo perciben únicamente como una situación pasajera.

En el marco del IV Observatorio Nestlé sobre Hábitos Nutricionales y Estilos de Vida de las Familias se ha querido profundizar en la falta de concienciación sobre el problema de la obesidad infantil en España. El estudio, promovido por Nestlé, ha sido realizado por la firma de investigación de mercados IPSOS en base a un cuestionario diseñado con el asesoramiento del doctor Rafael Casas, psiquiatra y experto en promoción de hábi-tos de salud y en obesidad infantil. Los resultados del estudio ponen de manifiesto que el problema de la obesidad y del sobrepeso infantil viene, en muchos casos, determinado por unos malos hábitos alimentarios y por la falta de información y de conciencia-ción de los padres. Pese a que el 82 % afirma que sus hijos tienen un peso normal, la realidad es que solo el 62 % cumple el requisito. Por otro lado, solo el 27 % de los padres cuyos hijos tienen exceso de peso es cons-ciente del problema. Entre éstos, a 1 de cada 3 le pre-ocupa “algo” o “poco o nada”, entre otras razones por-que consideran que se trata de una situación pasajera y no creen que tengan que tomar medidas al respecto. Sin embargo, cabe destacar que, en el caso contrario, un 47 % de los padres acude al pediatra cuando el niño está por debajo del peso que se considera normal.El 12 % de los niños españoles padece obesidad, un 18 % tiene sobrepeso, un 62 % presenta un peso normal y el 8 % restante, bajo peso. «En las familias hay todavía una insuficiente concienciación y una escasa percepción de la gravedad que puede llegar a tener la obesidad infan-til. Para prevenirla eficazmente se requiere aumentar esta conciencia y, a su vez, aportar herramientas e información a las familias para conseguir una alimentación y un estilo de vida más saludables para sus hijos», afirma Casas.

Preocupa más que coman menos El Observatorio Nestlé revela también que a más del 50 % de los padres de niños con obesidad lo que les preocupa es que su hijo coma menos de lo que necesita. «Los padres tienen cada vez más fácil el acceso a todos aquellos temas relacionados con la nutrición; es cierto que nunca como hasta ahora ha habido tanta informa-ción sobre qué alimentos y cuánto deben comer los más pequeños de la casa. Sin embargo, lo que todavía es una asignatura pendiente es acercar las recomendaciones de los expertos a la realidad cotidiana y al contexto social actual de las familias», afirma Anabel Aragón, responsa-ble de Nutrición de Nestlé España. «Entre todos debemos ser capaces de conseguir que resulte sencillo aplicar las recomendaciones nutricionales e incorporar a la rutina dia-ria los hábitos saludables a la hora de comer. Es funda-mental aportar consejos y herramientas útiles. Ello contri-buirá a mejorar la salud de los niños», concluye Aragón.

Los 7 años, un punto de inflexión Otro dato interesante del último estudio de hábitos nutri-cionales es que alrededor de los 7 años la tendencia al

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Ahora todos podrán disfrutar de las masas con todo su sabor.

exceso de peso aumenta entre la población infantil. En la franja de los 3 a los 6 años la cifra es del 28 % y a par-tir de los 7 años el porcentaje se eleva hasta el 34 %. «El papel de la familia es fundamental en la adquisición de los hábitos alimentarios de los niños, sobre todo cuando son pequeños, pero a partir de cierta edad, hacia los 7-8 años, aumenta su grado de autonomía y se comienzan a des-marcar de los padres, por lo que se deterioran sus hábi-tos», afirma Casas. «Por ejemplo, muchos niños poseen cierta capacidad adquisitiva para comprar chucherías, pasan demasiado tiempo delante de la televisión y mane-jando dispositivos electrónicos, se entretienen con jue-gos sedentarios e incluso, en muchos casos, son quie-nes “mandan” en su alimentación y eligen lo que desean para comer, probablemente platos muy calóricos en lugar de recetas saludables», puntualiza Casas.El Observatorio Nestlé también ha puesto de manifiesto que solo 9 de cada 10 niños de entre 3 a 6 años realiza las 5 comidas al día recomendadas. Sin embargo, a partir de los 7 años se suele sacrificar la ingesta de media mañana y la merienda en muchos hogares españoles. Solo el 37 % de los niños de entre 10 y 12 años toma algo a media mañana cada día. De hecho, son los propios progenitores los que recono-cen que, al crecer, la alimentación de los niños empeora. Mientras que solo el 10 % de los padres de niños de entre 3 y 6 años afirma que sus hijos no siguen una dieta ade-cuada, este porcentaje se eleva al 20 % en el caso de los niños de entre 10 y 12 años.

Comen menos fruta y verdura de la que deberían En el estudio se ha preguntado a los padres si creen que ofrecen la cantidad adecuada de alimentos a sus hijos y, además, se les ha pedido que registren la ingesta real de éstos durante una semana. Fruta: el 69 % dice que conoce la cantidad de fruta que hay que ofrecer diariamente a los niños (3 raciones), pero únicamente un 17 % de los encuestados hace lo correcto.Verdura: la ingesta de verdura es un 42 % menor de la recomendada, mientras que si hablamos de carne roja se produce la situación contraria, ya que los niños comen más cantidad de la que deberían. En el caso de la verdura, un 66 % de los padres dice que conoce las raciones acon-sejadas para sus hijos, pero el porcentaje de los que real-mente dan a sus hijos la cantidad de verdura recomendada (2 raciones al día) baja al 54 % (ver infografía en el dorso).

Sobran hidratos de carbono La encuesta, que aborda también las proporciones reco-mendadas en el plato tanto en la comida como en la cena (en cuanto a verduras y hortalizas, hidratos de carbono y proteínas), revela que los niños españoles comen menos verduras y hortalizas de las recomendadas, y demasiados alimentos ricos en hidratos de carbono. La recomenda-ción de los expertos en nutrición es que el 50 % del plato esté compuesto por verduras y hortalizas, el 25 %, por ali-mentos ricos en hidratos de carbono y el 25 % restante, por fuentes de proteínas. Los resultados, sin embargo, están muy lejos de este modelo.

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IV Observatorio Nestlé sobre Hábitos Nutricionales y Estilos de Vida de las Familias

Fuentes de proteínas

Fuentes de hidratos de carbono

Fuentes de hidratos de carbono

Fuentes de proteínas

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Verdurasy hortalizas

Verdurasy hortalizas

Fuentes de hidratos de carbono