Hagamos de la basura un verdadero negocio

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HAGAMOS DE LA BASURA UN VERDADERO NEGOCIO: 24 de febrero de 2016 En el tercer mundo, es común ver como la basura, es un verdadero problema. La acumulación es de manera desordenada, no existe cultura de selección y reciclaje de los residuos sólidos, y mucho menos, aprovechar el gran poder energético de los residuos orgánicos en descomposición. No existe ni siquiera conciencia, ni conocimiento alguno, de los riesgos inherentes relacionados a una incorrecta acumulación y final disposición de los mismos. Venezuela no escapa a esta realidad. Tradicionalmente la gestión de los residuos sólidos municipales, ha sido un verdadero fracaso y caos. Lo es, y seguirá siendo por mucho tiempo muy ineficiente; considerado por nuestros alcaldes, como el rol más asqueroso que deben obligatoriamente asumir como autoridad municipal con mucha repulsión. Justo porque nunca se han tomado la molestia de observar e imitar iniciativas exitosas de gestión, puestas en prácticas por alcaldías de países con menos desarrollo y potencial económico que Venezuela(claro, la de finales del siglo XX), que en materia de residuos sólidos y orgánicos, hoy día cuentan con una feliz historia, con cifras que muestran, que lejos de ver el manejo de la basura como algo asquerosos, lo consideran un recurso más que valioso, que siendo bien gerenciado, puede estimular la economía de un municipio, amén de reducir los impactos ambientales de la comunidad. En Venezuela la basura se asocia a un sub mundo casi infra humano y surrealista de recolectores que literalmente, hombres, mujeres, ancianos y niños, viven sobre montanas de basura apiladas sin orden, sin selección de lo que puede ser reciclable (y que distan mucho de ser rellenos sanitarios), vulnerables a enfermedades, por los altos niveles de contaminación, por pésimas e inseguras condiciones laborales (despojados de equipos de protección), que compiten en esta dantesca aventura por encontrar los mejores desechos, disputándose el control del área, con otros grupos, a costa de perder la vida en el intento. La triste historia anterior es la misma que han superado muchas ciudades de países en vías de desarrollo, que han sabido conjugar una visión sostenible (ambiente, inclusión social y beneficios económicos y por otro lado: tecnología, financiamiento y voluntad política),que hoy día se muestran como casos ejemplares, de gestión exitosa de residuos sólidos, apoyadas muchas de ellas por el Banco Mundial, el BID, como es el caso de Bogotá, San José de Costa Rica, Ciudad de Panamá, Santiago de Chile, Lima etc. O como en África en el que destaca el caso de Rabat en Marruecos. En primer lugar, comenzaron por educar a la población, sensibilizándolos, creando un mayor nivel de conciencia, a la hora de recolectar sus desperdicios, ensenándoles el valor económico y ambiental que involucra seleccionar y disponer en diferentes contenedores los residuos sólidos, de acuerdo a su naturaleza: metales, vidrios, plásticos, papel y cartón y finalmente residuos

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HAGAMOS DE LA BASURA UN VERDADERO NEGOCIO:

24 de febrero de 2016

En el tercer mundo, es común ver como la basura, es un verdadero problema. La acumulación es

de manera desordenada, no existe cultura de selección y reciclaje de los residuos sólidos, y mucho

menos, aprovechar el gran poder energético de los residuos orgánicos en descomposición.

No existe ni siquiera conciencia, ni conocimiento alguno, de los riesgos inherentes relacionados a

una incorrecta acumulación y final disposición de los mismos.

Venezuela no escapa a esta realidad. Tradicionalmente la gestión de los residuos sólidos

municipales, ha sido un verdadero fracaso y caos. Lo es, y seguirá siendo por mucho tiempo muy

ineficiente; considerado por nuestros alcaldes, como el rol más asqueroso que deben

obligatoriamente asumir como autoridad municipal con mucha repulsión. Justo porque nunca se

han tomado la molestia de observar e imitar iniciativas exitosas de gestión, puestas en prácticas

por alcaldías de países con menos desarrollo y potencial económico que Venezuela(claro, la de

finales del siglo XX), que en materia de residuos sólidos y orgánicos, hoy día cuentan con una feliz

historia, con cifras que muestran, que lejos de ver el manejo de la basura como algo asquerosos, lo

consideran un recurso más que valioso, que siendo bien gerenciado, puede estimular la economía

de un municipio, amén de reducir los impactos ambientales de la comunidad.

En Venezuela la basura se asocia a un sub mundo casi infra humano y surrealista de recolectores

que literalmente, hombres, mujeres, ancianos y niños, viven sobre montanas de basura apiladas

sin orden, sin selección de lo que puede ser reciclable (y que distan mucho de ser rellenos

sanitarios), vulnerables a enfermedades, por los altos niveles de contaminación, por pésimas e

inseguras condiciones laborales (despojados de equipos de protección), que compiten en esta

dantesca aventura por encontrar los mejores desechos, disputándose el control del área, con otros

grupos, a costa de perder la vida en el intento.

La triste historia anterior es la misma que han superado muchas ciudades de países en vías de

desarrollo, que han sabido conjugar una visión sostenible (ambiente, inclusión social y beneficios

económicos y por otro lado: tecnología, financiamiento y voluntad política),que hoy día se

muestran como casos ejemplares, de gestión exitosa de residuos sólidos, apoyadas muchas de

ellas por el Banco Mundial, el BID, como es el caso de Bogotá, San José de Costa Rica, Ciudad de

Panamá, Santiago de Chile, Lima etc. O como en África en el que destaca el caso de Rabat en

Marruecos.

En primer lugar, comenzaron por educar a la población, sensibilizándolos, creando un mayor nivel

de conciencia, a la hora de recolectar sus desperdicios, ensenándoles el valor económico y

ambiental que involucra seleccionar y disponer en diferentes contenedores los residuos sólidos,

de acuerdo a su naturaleza: metales, vidrios, plásticos, papel y cartón y finalmente residuos

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orgánicos. Esta es la base de todo inicio de gestión y es el fundamento de un programa nacional

de manejo y control de desechos: industrial, comercial y residencial.

Lo segundo, no menos importante, es tomar control del caos de los vertederos. Creando una

empresa mixta para transformarlos en verdaderas industrias modernas de recuperación de

materiales y de captación de biogás, a través de un sistema de relleno sanitarios por diferentes

capas o terrazas, con un entramado de Venteos interconectados entre sí para conducir el metano

o gas natural (que es un GEI mucho más nocivo que el CO2, y que genera un, mayor impacto al

calentamiento global) a una planta de generación eléctrica.

En dicha planta modelo, se crearía una cantidad suficientes de cooperativas, que previo

entrenamiento pueden asignárseles de manera ordenada las diferentes tareas dentro de la planta

recuperadora y de captación de biogás. Con condiciones laborales estables, más seguras con

mayores ingresos, y calidad de vida dentro y fuera de planta. Sin olvidar que pueden disfrutar de

un buen seguro de salud.

Esta empresa se encargaría de recoger, de manera técnica, y aséptica, a través de una red de

camiones acondicionados para que sea una operación casi automática el contenido de cada

depósito según el color que lo identifique. Al llegar a planta se dispone en diferentes galpones

cada tipo de desecho solido, en cada zona. Mediante trituradoras, separadoras, cintas

transportadoras y compactadoras, se termina de separar todos los componentes y seleccionar en

bloques compactados cada material, para ser finalmente comercializados.

El reciclaje en el mismo lugar, cumple una importante función: al extraer miles de toneladas de

desechos sólidos al año de circulación, para ser revendidos y transformados nuevamente en

productos, empleando por lo tanto, menos energía ya que los procesos de extracción y

transformación se reducen en la cadena de valor de cada producto, obteniendo beneficios

ambientales al minimizar la cantidad de emisión de GEI, y así preservar los recursos naturales de

donde provienen sus materias primas.

La otra cara de la moneda, es captar a través de dispositivos de venteo, el biogás que se genera de

la descomposición anaeróbica de la materia orgánica de desecho. Que de manera muy

conveniente se canaliza hasta una planta de generación (turbina a gas o motor de combustión

interna), para producir electricidad, para uso propio y vender el excedente para una comunidad

cercana.

Este hecho importante, genera ventajas directas de la venta del servicio eléctrico o la venta de

biogás para alimentar hornos o calderas para procesos en industrias cercanas. Obteniendo un

doble beneficio ambiental, el primero, por evitar que el metano se libere a la atmosfera,

(Considerado más nocivo que el CO2), al servir como combustible, y el carbono producto de la

combustión, puede ser minimizado mediante sistemas de filtrado electroestático y catalíticos. En

segundo término, el hecho de que el basural queda cubierto y no se propagan olores

nauseabundos a las comunidades aledañas, es otra ventaja ambiental.

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Un beneficio extra, es la transformación de residuos vegetales que pueden ser procesados como

compost o abono. Generando utilidades extras. Al final el propósito es reducir toneladas y más

toneladas de desperdicios que por sí solo contaminan y ocupan espacio.

Todo lo anterior se enmarca en los programas de desarrollo promovidos por organismos

multilaterales, que brindan apoyo financiero y técnico a los gobiernos municipales, para gestionar

eficientemente sus residuos sólidos, para así fomentar el crecimiento ecológico inclusivo.

Mediante la aplicación de mecanismos financieros de mitigación, estas empresas mixtas (publicas-

privadas), podrían vender créditos de reducción de carbono, permitiendo obtener ingresos

adicionales; Dentro del marco de los programas de mercados financieros de carbono.

La misión de una gestión eficiente de desechos sólidos, es la de enterrar la menor cantidad posible

de basura, generar energía limpia, y provocar el menor impacto ambiental, logrando óptimos

beneficios económicos para el municipio.

Lo que están logrando estas comunidades, es crear mecanismos más sostenibles de gestión de

desechos, considerando a la basura como un valioso recurso, del cual obtener beneficios. Que a su

vez permita alcanzar un futuro sostenible, limpio y con mayor inclusión y justicia social.

PABLO GIOVENI

@kaiser0860