Hacia una Definición de lo Público

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5/17/2018 HaciaunaDefinicindeloPblico-slidepdf.com http://slidepdf.com/reader/full/hacia-una-definicion-de-lo-publico 1/202  Hacia Una Definición De Lo Público Primera edición, 2005 ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Mauricio Arias Arango Director Nacional Jaime Alberto Duque Casas Subdirector Académico Myriam Velásquez Bustos Decana Instituto de Investigaciones UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA Alejo Vargas Velásquez Director Departamento de Ciencia Política GRUPOS DE TRABAJO ACADEMICO Grupo de Estudio en Teoría Política Contemporánea -TEOPOCO- Director. Leopoldo Múnera Ruiz Universidad Nacional de Colombia Departamento de Ciencia Política Grupo de Estudio -REDES- Director. Alejandro Lozano Escuela Superior de Administración Pública Instituto de Investigaciones Coordinación de edición y publicación Maribel Garzón María de Jesús Martínez María Fernanda Moreno Diseño e Impresión ISBN: La responsabilidad por opiniones expresadas en este documento compete exclusivamente a su(s) autor(es) y no compromete de modo alguno el pensamiento oficial de la ESAP y de la Universidad Nacional de Colombia, salvo en aquellos casos en que expresamente así se indique.

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Hacia Una Definición De Lo PúblicoPrimera edición, 2005

ESCUELA SUPERIOR DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA

Mauricio Arias ArangoDirector Nacional

Jaime Alberto Duque CasasSubdirector Académico

Myriam Velásquez BustosDecana Instituto de Investigaciones

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Alejo Vargas VelásquezDirector Departamento de Ciencia Política

GRUPOS DE TRABAJO ACADEMICO

Grupo de Estudio en Teoría Política Contemporánea -TEOPOCO-Director. Leopoldo Múnera RuizUniversidad Nacional de ColombiaDepartamento de Ciencia Política

Grupo de Estudio -REDES-Director. Alejandro LozanoEscuela Superior de Administración PúblicaInstituto de Investigaciones

Coordinación de edición y publicaciónMaribel GarzónMaría de Jesús MartínezMaría Fernanda Moreno

Diseño e Impresión

ISBN:

La responsabilidad por opiniones expresadas en este documento compete exclusivamente a su(s)autor(es) y no compromete de modo alguno el pensamiento oficial de la ESAP y de la UniversidadNacional de Colombia, salvo en aquellos casos en que expresamente así se indique.

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Hacia Una Definición De Lo

Público

Alejandro Lozano AyalaEditor

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 Contenido

PresentaciónMaria Alejandra Tapia Debates sobre lo publicoAlejandro Lozano 

VARIACIONES SOBRE LO PÚBLICOLo privado, lo público, el sujeto y el individuo.Comentarios desde el psicoanálisisPío Eduardo Sanmiguel Algunos problemas sobre lo público. Los saberes, lasesferas y las relaciones, las estéticas de lo inadmisibleAlejandro Lozano 

PLANTEAMIENTOS SOBRE LO PÚBLICOPOLÍTICO

Lo social arrasó con la esfera pública. ¿Una modernidadsin política?Elsa Martínez Lo público político en Colombia en la primera mitad delsiglo XXIván Marín Taborda La representación política en Colombia a finales delsiglo XX. Balance de una décadaJesús Molina 

IDENTIDADES, CULTURA Y LO PÚBLICODemocracia, públicos oficiales y contrapúblicosMaria Emma Wills 

Dos consideraciones sobre lo público desde ladiversidad culturalCarlos Vladimir Zambrano El ritual del consumo: La trastienda UrbanaMaría Cristina Asqueta y Clarena Muñoz 

COMUNICACIÓN Y LO PUBLICOComunicación y metáfora del espacio público (Unaaproximación desde la filosofía del lenguaje)Fabio López Díaz 

Reflexiones y propuestas para definición de políticas deinteres público en la comunicación masiva en ColombiaFabio López de la Roche 

RESEÑAS

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 Presentación

l nombre de la publicación - Hacía una definición de lo público - es yauna presentación. En momentos en que parece ser una tendencia casiobligada la mención del fenómeno de lo público, creemos que es

necesario detenerse alrededor de las consideraciones que sobre él existen, conel fin de abrir un amplio ámbito de estudios e investigaciones que giren sobremúltiples problemáticas y perspectivas diversas.

Existen muchas más preguntas y enigmas que respuestas claras a la hora deenfrentar la cuestión de lo público. Así, la búsqueda de puntos estables dereferencia resulta cada vez más difícil, si consideramos los reajustes espacialese identitarios que impulsan la desterritorialización postmoderna en susdiferentes niveles culturales de estructuración e intervención. Por ello, seentiende, que los trabajos reunidos en esta oportunidad dibujan, en su másamplio y diverso espectro cognitivo, múltiples acepciones sobre lo público,resultado de perspectivas como las siguientes: Los lugares de producción desaber sobre lo público, su caracterización en términos de esferas o en términosde relaciones, así como la generación de estéticas de lo inamisible (AlejandroLozano); y de otra parte, consideraciones sobre el sujeto que sustenta eldiscurso de la dicotomía entre lo público y lo privado (Pío Sanmiguel).

Debates conceptuales y teóricos en torno a el fenómeno de lo público político(Elsa Martínez); y el asidero que encuentra estas reflexiones en la especificidad

territorial colombiana (Iván Marín Taborda y Jesús Molina). Consideracionessobre las identidades y el lugar que éstas ocupan en la configuración delfenómeno de lo público, entendiéndolas desde varias lógicas y atendiendo alterreno de la democracia y las ciudadanías (María Emma Wills y VladimirZambrano). Finalmente, los acercamientos a la triada discurso-comunicación-fenómeno de lo público, para percibir las apropiaciones sociales que serealizan y establecen en ellos (Fabio López Díaz y Fabio López de la Roche);cerrando con la circulación, recorridos y encuentros de lo público, vistos en losrituales y accesorios del consumo en los espacios urbanos (Maria CristianaAsqueta y Clarena Muñoz Dagua). Se trata, en fin, de un recorrido de diversossentidos y poéticas para encarar el fenómeno de lo público.

La presentación y discusión de este conjunto de textos se ha llevado a cabo enel marco de las conmemoraciones correspondientes a los diez años deexistencia de la Carrera de Ciencia Política de la Universidad Nacional, en laIV Jornada Interdisciplinaria, “Hacía una definición de lo público”; eventoorganizado y patrocinado por el Departamento de Ciencia Política de lamencionada universidad, en colaboración con la Facultad de Investigacionesde la Escuela Superior de Administración Pública.

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Tanto la realización del evento, como esta publicación son actividades que seinscriben en un esfuerzo interinstitucional de cooperación, orientado apromover la reflexión e investigación sobre el fenómeno público en el país, yque se materializa en torno a la ejecución del proyecto de investigación“Políticas públicas sobre espacio público y configuración de formas de lopúblico estatal y no estatal: Estudio de caso sobre ordenamiento urbano en

Bogotá 1995-2005”. La actividad académica desarrollada corresponde altrabajo adelantado en el seno de grupo de estudio REDES de la EscuelaSuperior de Administración Pública, dirigido por Alejandro Lozano, y el grupode estudio sobre Teoría Política Contemporánea -TEOPOCO- delDepartamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional, orientado por elprofesor Leopoldo Múnera.

Finalmente, es necesario agradecer la importante colaboración prestada por laprofesora Myriam Velásquez directora de la Facultad de Investigaciones de laESAP y su equipo de trabajo, el profesor Oscar Mejía Quintana, ex director decarrera del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional y suequipo de trabajo, Edwin Ruiz en su labor de trascripción, y la participación en

el evento como ponentes de Oscar Cuartas, Silvia Áreas, Fabio Zambrano,Jorge Iván González y Maria Clara Cortés.

María Alejandra Tapia

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Debates Sobre Lo Público

Alejandro Lozano

o público/privado corresponde a un campo, vale decir, a la producción de unadisposición relacional estructurante-estructurada, que configura una multiplicidad yvariedad de órdenes, distancias, centramientos y fuerzas de lo visible-no visible,

admisible-no admisible, enunciable-no enunciable, y accesible-no accesible.

Las formas que adquieren las relaciones público/privadas configuradas en el campo, sedisponen de manera simultánea y diversa. En innumerables casos se superponen eimbrican unas con otras; en ciertos escenarios, contextos, períodos y situaciones unasson dominantes y hegemónicas, otras son constitutivas de prácticas sociales

abarcantes y expansivas, en tanto algunas de ellas se circunscriben a pequeñosgrupos, situaciones excepcionales o prácticas reducidas y localizadas a experiencias deminorías.

La misma caracterización de los fenómenos público/privados resulta ser un espacio deconfrontación disímil y pugnaz, tanto, en el plano político, económico y cultural; enámbitos de lo individual, social, colectivo y comunitario; y en los espacios del discurso,la comunicación, las subjetividades y las identidades. Algunos de los aspectos en litigioy relacionados con maneras de concebir la definición del campo de lo público privadoson las siguientes:

De una parte se encuentran concepciones esencialistas, desde las cuales lo público o loprivado corresponde a un aspecto, atributo o dimensión consustancial o inherente a undeterminado fenómeno. Algunos planteamientos característicos de estas tendenciasinterpretativas son los siguientes: Aquellos que hacen equivalente al estado con lopúblico, o circunscriben éste último a lo estatal; argumentos que proponen unaequivalencia entre lo público y lo comunitario, lo público y lo colectivo. Finalmente, y enuna perspectiva diferente pero complementaria a las dos anteriores, formulaciones quehacen equivalente lo privado con lo individual, lo subjetivo, lo familiar y lo económico.

Es generalizado encontrar que los enfoques esencialistas apoyen sus argumentossobre la dicotomía público/privado. Independientemente de las dinámicas estructurantes

estructuradas del campo, o la naturaleza de las interacciones que lo configuran en unasituación dada, el fenómeno objeto de reflexión (estado, comunidad, colectividad) es deantemano público. En este sentido, y desde la perspectiva teórica y metodológica, lopúblico se constituye, en el primer caso en una premisa, y en el segundo caso operacomo un aspecto que no requiere ser contrastado.

De otra parte se encuentran interpretaciones en las que lo público/privado se explicapor otros ámbitos de la realidad, y con ello se ve diluida su naturaleza y su

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configuración en un sin número de fenómenos que no lo agotan, pero si requieren de élpara explicar su propia naturaleza. Tal es el caso de teorías y concepciones que dancuenta de lo público como un asunto propio de la política, la democracia, laparticipación y la ciudadanía, entre otras. Algunas de estas tendencias se orientan areducir lo público a estos fenómenos, y en el plano teórico, el estatuto del campo resulta

subsidiario de una multiplicidad de sentidos y definiciones que tienen pretensiones degeneralidad, reservándose para sí y desde sí la caracterización de los aspectosestructurantes de lo público/privado.

Igualmente, en una dinámica complementaria a las anteriores, se presentan tendenciapara las cuales lo público/privado es un principio que opera como criterio orientador deconducta, articulado a pretensiones de naturaleza programática y pragmática. Dado loanterior, lo público y lo privado es algo que debe ser conquistado, defendido yreconstruido desde referentes y fines de naturaleza estratégica o práctico-moral, a partirde los cuales se establece un estado de cosas deseado, o se busca la reconstitución deun estado de cosas pasadas, encaminadas a conjurar la crisis y la decadencia

imperante de la situación dada o dominante.Este conjunto de problemas y el propósito de identificar aspectos del campo sonasuntos que se hacen evidentes en el conjunto de documentos que se reúnen en estelibro. Muchos de ellos son un claro ejemplo de concepciones esencialistas de lopublico/privado, otros apuntan a identificar y tematizar problemas y tensiones queposibilitan progresivamente circunscribir los lindes de un campo autónomo; algunos seapoyan en referentes ideológico-pramáticos para dar cuenta de lo público y, finalmente,otros sugieren ideas y problemas que serían puntos de tránsito obligado en la definiciónde una programática investigativa, encaminada a producir exploraciones o reflexionesde naturaleza histórica y situacional sobre el fenómeno en cuestión.

De otra parte, no se puede pasar por alto, cuando se trata de dar cuanta de problemasrelacionados con la definición del campo, de la centralidad que adquiere, en momentos,la lectura del fenómeno público desde lo político, con una frecuencia rayana en lorepetitivo y dominante, que “eclipsa” en ocasiones otros horizontes que permiten asirlo yconstruirlo. Esta afirmación es provocadora, si bien no deja de resultar pertinente y entodo caso sugestiva, porque exige una reconsideración de los alcances y lugarescomunes, que desde diferentes perspectivas y en ocasiones en franca oposición ytensión, reducen el fenómeno público a lo político.

La situación no es gratuita si se toma en consideración la importancia que ha tenido laformación de los estados en la vida social, política, económica y cultural de lassociedades contemporáneas, y la indeleble huella que éstos han dejado en lareconfiguración de lo público/privado, y en los ámbitos de la intimidad. De otra parte, seencuentran en esta misma dirección los múltiples esfuerzos que han explorado elfenómeno político, sin circunscribirlo exclusivamente a lo estatal, enriqueciendo con ellopercepciones más amplias de la política y de sus dimensiones público/privas. Peroigualmente, en algunos momentos reduciendo el campo, al hacer coincidir los dosfenómenos, sin atender a sus diferencias.

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La multiplicidad de temas y problemas que ponen de presente el conjunto de artículosque nos permitimos presentar, subrayan de manera implícita o explicita algunos de losavatares de esta centralidad, en tanto otros abordan interpretaciones y lecturas quebuscan sustraerse a estas tendencias dominantes. De una parte, la relación entreethnos y polis abordada por Carlos Vladimir Zambrano; las sinuosidades que ha

dibujado la institucionalización de lo político y las luchas de resistencia que sedesprenden de las promesas y desencantos suscitados por las democracias modernas,en la interpretación propuesta por Maria Emma Wills; el dominio moderno del homofaber y del homo laborans y la consecuente degradación de la acción, puesta depresente por Hannah Arendt, y recreada en las reflexiones de Elsa Martínez; losalcances de los rituales del consumo en el devenir cotidiano que se vive en los espaciosurbanos, explorados por María Cristina Asqueta y Clarena Muños; las trayectoriascríticas de la incorporación de las masas populares en la primera mitad del siglo XX,con ocasión del experimento político Gaitanista, planteado por Iván Marín; los alcancesy límites de la representación política en Colombia derivados de las reformas de lasdécadas de los ochenta y noventa, estudiados por Jesús Molina; y finalmente, los

planteamientos presentados por Fabio López de la Roche sobre el amplio interes queviene concitando las temáticas sobre comunicación de masas, la fuerte centralidad delos medios de comunicación y sus efectos en la dinámica política, el papel del periodistay sus impactos en la vida académica, los debates sobre el bien común, el interespúblico y su relación con los medios de comunicación, así como el control que sobreellos debe recaer.

No deja de ser relevante destacar, en medio de esta polifonía, la existencia de ciertoslugares de reflexión que progresivamente ponen en vilo los tránsitos de tematizacionesapoyadas en las equivalencias entre lo publico, lo enunciable y visible, contrapuestas alo privado como lo no visible y no decible; para no subrayar, nuevamente, otras tantas

que caracterizan lo público como “lo de todos”. Algunos de esos lugares han sido eldiscurso, las subjetividades y las identidades.

La consideración sobre lo público/privado pasa necesariamente por los registros de loenunciable y no enunciable, de lo visible y no visible; y es precisamente, desde estaperspectiva, que resulta inquietante la relación entre fenómeno público, el discurso, elsujeto y el Otro, planteada por Pío Eduardo Sanmiguel.

Dos ejes de discusión es necesario destacar con ocasión de las consideracionespsicoanalíticas que alientan esta presentación; de una parte, el discurso del otro comolugar en el que se juega el problema de lo enunciable y no enunciable, y noprecisamente desde una perspectiva que equipare el orden del discurso del otro, con lausual consideración que termina reduciendo el problema de lo público a lo “común”, lode “todos” o lo “colectivo”.

Subyace al discurso del otro una distancia desde la cual se hace posible lo enunciableque se pone para ser considerado, distancia que en un mismo movimiento señala elproblema de la no enunciabilidad, la inaccesibilidad y la exclusión. La consideraciónsobre la relación del amo y el esclavo como fundamento del lenguaje, planteada por PíoEduardo Sanmiguel, apunta en cierto sentido en esta dirección.

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Desde otra perspectiva, Maria Emma Wills, al reflexionar sobre los alcances y lasprogresivas limitaciones a las que fueron sometidas la libertad, la igualdad y lafraternidad, como fundamentos de las primeras democracias, pone de presente laexistencia de una lucha de marginados y excluidos que a partir de sus contra-

respuestas, dieron lugar a la emergencia de contrapúblicos generadores de redes decomunicación alterna, debates y discursos.

Dado lo anterior, Wills considera que los contrapúblicos emergen no solamente por lapresencia de la exclusión, el marginamiento y la subordinación, sino también por elsurgimiento de un discurso que ofrezca reparación, enuncie un futuro viable, una utopía,e invente un sujeto portador de la posibilidad.

Estas dos percepciones sobre la relación entre el discurso y lo público ponen depresente un debate central que puede apuntar a concepciones opuestas sobre lamanera de interpretar la configuración del campo público/privado. Para Pío Eduardo

Sanmiguel el fundamento del lenguaje está en la relación entre el amo y el esclavo, y enconsecuencia no se puede partir de una definición de lo público que solucione elproblema de la desigualdad humana y la exclusión, porque esta última involucra lopúblico.

¿Cómo y de qué manera la desigualdad implica lo público? Dos planteamientosorientarán el debate. El primero se hace desde reflexiones de Charles Merman y estarelacionado con el acceso, reparto y apropiación de los bienes, y con ello los asuntos dela democracia. El segundo, considerado desde Dany-Robert Dufour, se ocupa de laforma como se relaciona la democracia con una propuesta en la que todos puedenacceder a lo público y con ello la posibilidad de la inexistencia de un “resto”, en el

sentido de alguien que quede por fuera de ese “todos”.No obstante, subraya Pío Sanmiguel la manera como la democracia, en un sentidototalmente contrario, va produciendo nuevamente un “resto”; en este sentido nosencontraríamos con una percepción muy cercana a las consideraciones de Maria EmmaWills sobre los desenlaces que ha tenido las promesas de libertad, igualdad yfraternidad en el marco de las democracias burguesas. Sin embargo, desde otraperspectiva, Pío Sanmiguel indica como en las democracias, para acceder al objeto, setiene que pasar por encima del otro, reinstalando con ello la relación entre el amo y elesclavo, asunto que no puede ser pasado por alto, en tanto una lectura del problemadesde la perspectiva psicoanalítica, llama la atención sobre la imposibilidad la renunciaal goce como aspecto constitutivo de la relación el otro.

En esta misma dirección Gérard Pommier en su reflexión sobre la comparaciónplanteada por Jacques Lacan entre la plusvalía, objeto a, y el objeto de la pulsión,establece lo siguiente1:

1 Pommier, Gérard. “La plusvalía de Marx, objeto a de Lacan”. Contenido en “En qué sentido elpsicoanálisis es revolucionario”. Aldabón. 1977. Colombia.

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Primero, Lacan hace una lectura simbólica y real de la adecuación entre pulsión yplusvalía dado que quiere establecer un lazo simbólico real entre ellas. Segundo, lo realde la pulsión tiene que ver con el papel de hacer gozar el cuerpo en una función queidentifica el cuerpo con el falo de la madre; no obstante, la madre no tiene el falo, lapulsión no cesará de empujar y con ello siempre nos hallaremos atrapados en una

solicitud progresiva de responder a lo que pide el Otro, vale decir, responder a unademanda de la madre que se relaciona con la identificación del falo imaginario, falo quees una nada.

Tercero, El goce que no se puede conseguir de esta manera se intenta lograrfantasmáticamente; en este sentido el objeto se busca obtener del lado de laexplotación del semejante. De otro parte, esta fantasmatización de la imposibilidadtambién se traduce en el nivel de la producción de los objetos del consumo; éstosvienen a ocupar el sitio de los objetos de la pulsión, restableciéndose una metonimia,porque los diferentes objetos del consumo reproducen cada uno lo imposible del goce.Dado lo anterior, para Gérard Pommier, la producción de los objetos en sí misma nunca

dará a los productores el valor del objeto perdido y que requiere ser recuperado; enconsecuencia, lo único que puede darle valor de objeto perdido a lo que se produce esrobarlo. En consecuencia, para Pommier lo que se realiza a través del intento deexplotación del otro es un proceso de subjetivación de la alienación, aspecto trazadopor Hegel en la lucha entre el amo y el esclavo

En una lógica de interpretación orientada en esta misma dirección, Pío Sanmiguel llamala atención sobre dos dinámicas relevantes: de un lado los límites de la democracia y elproblema del acceso al objeto y la imposibilidad de la renuncia al goce mediante laexpropiación del objeto a otros; de otro lado, la posición del discurso económico frete alproblema del objeto, que se traduce en la promesa y la creencia que promueve este tipo

de discurso, sobre la posibilidad de repartir el objeto del goce.Finalmente, dados los planteamientos de Sanmiguel y Pommier el asunto estribaría enestablecer el alcance, los límites y posibilidades de algunos discursos democráticos quefundados sobre las pretensiones de la igualdad, o del reconocimiento de las diferencias,desde una lógica que apunta únicamente a lo inclusivo y simétrico, hagan de lo públicoel lugar de su resolución.

Desde otra trayectoria, Maria Emma Wills pone de presente la relación entre discurso ylo público, fundamentalmente el discurso político, desde la perspectiva de laemergencia de contrapúblicos y el devenir de sus formas organizativas. La discusiónpropuesta por Wills resulta relevante, precisamente, por partir del concepto decontrapúblicos para dar cuenta de los debates, luchas y conflictos relacionados con lasconcepciones y proyectos de ciudadanía y democracia articulados a la modernidad.

Un trabajo de exploración del campo publico/privado y su configuración pasanecesariamente por la producción misma de las tensiones que los conceptos procuran yque al mismo tiempo los hacen emerger, tal es el caso del concepto contrapúblicos, elcual permite establecer una distancia necesaria con un conjunto de prácticas corrientesque hacen análoga la ciudadanía o la democracia con lo público.

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Para Maria Emma Wills la cristalización de un espacio de circulación y debate dediscursos no es asible si se pasa por alto la formación de contrapúblicos que generancontrapeso frente a las concepciones de igualdad, libertad y fraternidad oficiales. Paracaracterizar estos contrapúblicos se define progresivamente el discurso desde lassiguientes perspectivas: Primero, los discursos se debaten y circulan en unos espacios

como las redes, las tertulias, la prensa, entre otras. Segundo, los contrapúblicosemergen de discursos alternos, sin embargo es necesario considerar esa emergenciaestrechamente relacionada con los discursos oficiales frente a los cuales se forjancontrapesos. Tercero, el discurso alterno aglutina, enuncia con claridad y crea un sujetoalterno frente al sujeto del discurso oficial. Cuarto, el discurso crea una utopía yconstruye un sujeto portador de esa utopía. Quinto, el discurso se traduce en laaparición de organizaciones, estructuras partidarias, símbolos que encarnan unacomunidad imaginada, emblemas y nuevas comunidades políticas. Sexto, el discurso estambién construcción de capital simbólico. Séptimo, los marginados y excluidos tienenque verse representados en discursos que ofrezcan reparación

En el marco de estas consideraciones se plantea la existencia diversos momentos enlos cuales ha emergido, frente al público oficial burgués, contrapúblicos surgidos en elmarxismo del siglo XIX, la primera mita del siglo XX y las nuevas izquierdas. Laperspectiva propuesta va dibujando un conjunto de cambios progresivos y surgimientode nuevas voces que diversifican los contrapúblicos, sin embargo, el punto fundamentalfrente a este relato es la necesidad de considerar la existencia de contrapúblicos que noprovienen de la izquierda y que no se reconocen frente a pretensiones feministas,medioambientalistas, o de otro tipo, agrupadas por Maria Emma Wills en lo que buscacaracterizar como emancipatorio.

El impase que se concita es si a estos tipos de discurso no les cabe también la utopía y

un sujeto portador de la misma, si allí no hay construcción de capital simbólico yofrecimientos de reparación2. La dificultad central estriba en la existencia demovimientos sociales, colectividades y dinámicas que no se pueden agrupar fácilmenteen un único saco, como el de público burgués, que disponen de organización ymilitancia, pero en las cuales no necesariamente lo emancipatorio corre por cuenta deunas resistencias provenientes de las luchas de la clase obrera, o de losmarginamientos derivados de la explotación y la pobreza.

La cuestión de esta inobservancia se relaciona, igualmente, con el contenido que puedellegar a tener lo que se quiere significar con emancipación; sobretodo si a este conceptono se lo somete a una pretensión teleológica, esencialita y univoca. De hecho, enmúltiples momentos en la juiciosa reflexión de Maria Emma Wills se pone de presente

2 Es importante acudir para tener una idea de estos procesos a los movimientos sociales, religiosos,culturales y aún artísticos que se dan el marco y desde las lógicas de la restauración en diversas partesde Europa y América en el siglo XIX. En el caso del siglo XX, por ejemplo, tomar en consideración ladiversidad de movimientos sociales emergentes en las dinámicas globales de finales del siglo. Sobre elasunto consultar: “Castells, Manuel. “Paraísos comunales: identidad y sentido en la sociedad red”, “Laotra cara de la tierra: movimientos sociales contra el nuevo orden global”. Contenido en “La era de lainformación: Economía, sociedad y cultura. El poder de la identidad”. Alianza. Volumen II. España. 1998

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algunos de estos escollos, que no logran aparecer con claridad en indagaciones comola desarrollada por Nancy Fraser3 en su trabajo sobre la esfera pública.

De una parte, se encuentran la dificultad de las escisiones inscritas en el seno mismode los contrapúblicos, porque si bien la narrativa utópica puede llegar a aglutinar

distintos sectores, esta narrativa no puede hacer desaparecer las diferencias, asuntoclaramente considerado por Maria Emma Wills, pero, y en este punto es preciso tomardistancia con la mencionada autora; esta narrativa utópica y las prácticas que aglutinanen torno a ella, no soluciona el problema de la imposibilidad de la completud, con lo cualse termina en un sujeto portador de la utopía, portador de la tierra prometida y comosiempre prometida desde un lugar, desde una unilateralidad y con ello desde unaexclusión. El problema es si se puede asumir, en un momento dado, que la exclusión noes constitutiva de lo público, o si existe una correspondencia entre ausencia deexclusión y lo público; supuesto generalizado en múltiples reflexiones y prácticasmilitantes sobre la vida humana.

De otra parte, si se toma en consideración las observaciones de Pierre Bourdieu sobrela economía de los intercambios lingüísticos4, para el caso que nos ocupa, es relevantesubrayar como la progresiva emergencia de los contrapúblicos genera, igualmente, undiscurso oficial de la resistencia, discurso que define sus locutores validos, concompetencias lingüísticas que determinan niveles de calificación lingüística, y queprogresivamente reconfiguran relaciones de fuerza lingüística en la desigual distribucióndel capital lingüístico en el seno de los contrapúblicos.

Esta estructuración no es ajena al dominio, mercado lingüístico, producido por el capitallingüístico del discurso al cual el contrapúblico busca generarle un contrapeso; por elcontrario, existe una estrecha relación entre el mercado lingüístico generado por los

contrapúblicos y el mercado lingüístico al cual se le busca hacer contrapeso. Por lodemás, en el marco de esta misma dinámica, los locutores válidos desde la producciónoficial de las voces de los contrapúblicos, tienen su lugar y logran su legitimidad en unadisposición relacional articulada con lo que Maria Emma Wills plantea comoconstrucción de capital simbólico, y que para la autora se relaciona con una serie desímbolos que encarnan a la comunidad imaginada.

Si se retoma el concepto de capital simbólico trabajado por Pierre Bourdieu en el libroRazones Prácticas5, se puede aclarar de mejor forma el lugar de los locutores oficialesde los contrapúblicos, y el problema de la escisión, pugnacidad y exclusión en laproducción del discurso emancipatorio en el seno de los contrapúblicos. Para Bourdieuexisten categorías de percepción que tienen los agentes sociales; estas categorías sonel producto de la incorporación de divisiones o de oposiciones inscritas en lasdistribuciones de los tipos de capital; oposiciones como por ejemplo, débil/fuerte,

3 Fraser, Nancy. “Pensando de nuevo la esfera pública. Una contribución a la crítica de las democraciasexistentes”. Contenido en “justicia interrupta. Reflexiones críticas desde la posición postsocialista”. Siglodel Hombre Editores. Colombia. 19974 Bourdieu, Pierre. “¿Qué significa hablar? Economía de los intercambios lingüísticos”. Akal. España.19995 Bourdieu, Pierre. “Espíritus de estado. Génesis y estructura del campo burocrático”. Contenido en“Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción”. Anagrama. España.1997

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grande/pequeño, culto/inculto, etc. El capital simbólico, es entonces, cualquierpropiedad cuando es percibida por los agentes sociales -desde las categorías depercepción que han incorpora- y logran con ello distinguirla, reconocerla y conferirle unvalor.

El aspecto central es que tanto contrapúblicos como también aquellos frente a loscuales se presentan éstos para reivindicar su discurso emancipatorio y utopía,comparten esas categorías de percepción, así no se las apruebe y sean objeto derechazo. Es precisamente este fenómeno el que da lugar a valorar y distinguir sobre labase de diferencias, que deben ser reconocidas por el otro, y que se relacionan con elhonor, la distinción la reputación y la valía. Por lo tanto, el lugar de los locutoresoficiales y del discurso oficial de los contrapúblicos se juega en un doble movimientoque tiene como fundamento diferentes lógicas de jerarquización y diferenciación social:De una parte, las jerarquías que operan al interior de los mismos contrapúblicos y loslugares de la notoriedad generados por las propias categorías de percepción que lespermiten promover y proponer un discurso emancipatorio aglutinante, pero afectado por

la unilateralidad que subyace a todo discurso oficial; sobre todo si este tipo de discurso,en el proceso de lucha, debe mostrar y representar la unidad. De otra parte, la posiciónque les confiere a esos locutores oficiales los discursos y lugares de la distinción dequienes no hacen parte de los contrapúblicos. Son por lo tanto lugares privilegiados enlos que se concentra el ejercicio del poder simbólico y se pone de presente la escisióncomo aspecto estructurante.

Si bien las interesantes observaciones presentadas en este libro por Carlos VladimirZambrano, sobre un caso de construcción de memoria colectiva en una comunidadafrodescendiente colombiana, no ilustran la dinámica de un contrapúblico, si ponen depresente los avatares articulados la producción de identidad colectiva y problema de la

escisión. El punto es que los ancianos interrogados por una danza ancestral de lacomunidad, no logran coincidir sobre las versiones que de ella se puede tener, asuntoque va disponiendo un espacio de debate y litigio articulado a una multiplicidad dememorias sobre las cuales se va configurando un discurso identitario y los riesgos quea esto subyace. Se trata, de aquello que Elizabet Jelin denomina los trabajos de lamemoria6; en este sentido la producción de la memoria esta articulada a una presenciaactiva de seres humanos en procesos de transformación simbólica y de eleboración desentidos del pasado. Se trata de un trabajo de incorporación y producción del pasadoque no teniendo un sentido unívoco es objeto de disputa, conflicto y lucha.

Las reflexiones de Zambrano sobre la manera como se constituyen contextos públicos yprivados y sus progresivos desplazamientos, atendiendo a temporalidades de laresolución de las tensiones identitarias de las propias comunidades, y su relación con laproducción de la memoria, permiten ampliar la caracterización de contrapúblicospropuesta por Maria Emma Wills. No solamente esta la utopía sino igualmente laproducción de las memorias; ciertamente muy articuladas a discursos que exigenreparación, como lo muestra Jelin, pero no solamente se trata de un asunto dereparación, sino de construcción de una narrativa sobre “lo que se ha sido” y los

6 Jelin, Elizabet. “Los trabajos de la memoria”. Siglo XXI. Argentina. 2002

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silencios y las tachaduras sobre “lo que se ha sido” y “dejado de ser”, desde un lugarque no son los discursos oficiales a los cuales se busca hacer contrapeso, pero que sitienen, como uno de sus referentes, esos discursos oficiales porque ellos no han sidoaccidentes o eventualidades en la construcción identitaria de quienes emergen comocontrapúblico. En conclusión, nuevamente esta puesto sobre el tapete la relación entre

el amo y el esclavo considerada por Pío Sanmiguel.

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VariacionesSobre Lo

Público

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LO PRIVADO, LO PÚBLICO, EL SUJETO Y EL INDIVIDUO. COMENTARIOS DESDEEL PSICOANÁLISIS.

Pío Eduardo Sanmiguel A.7 

espués del artículo que fue publicado en el número uno de la revista Trans

8

, creoque es necesario volver sobre el tema aprovechando esta generosa invitación, ytomarla como una nueva oportunidad para interrogar, después de la creación de

la Escuela de Estudios en Psicoanálisis y Cultura, las razones por las cuales, quienescomponemos esa Escuela, siempre consideramos que ésta no podría existir sino en unámbito público, cuestión de la que realmente pienso que no hemos dado cuenta aún;intuyo que la respuesta concierne a elementos inherentes al discurso del psicoanálisis,a la manera como avanza “cuando hablo” y a que una presencia del psicoanálisis en unámbito privado implicaría un redoblamiento de esfuerzos y un estado continuo deamenaza de su existencia; un antecedente de esos sucedió cuando apareció la ley 100y estábamos trabajando en el Hospital de la Misericordia; el psicoanálisis terminó

saliendo de ahí tanto por decisión mía, decisión de no seguir en el ámbito discursivoque se proponía, porque ya no encontraba un lugar vacío desde dónde pudieranhablarse ciertas cosas, y también por decisiones de otro estilo. Quiero decir con estoque en ese caso lo privado estaba determinado por el discurso y que la lógica queimponía e impone la ley 100 era una lógica que empujaba las cosas hacia lo privado.Hay también antecedentes de esos entre los psicoanalistas, por ejemplo el de GinetteRaimbault y otros9 cuando trabajaban en instituciones públicas, instituciones médicas yen relación con las cuales ellos veían que el psicoanálisis no podía perdurar muchotiempo y entonces vivían de expulsión en expulsión; ellos insistían en permanecer eninstituciones médicas que sostenían cierto discurso pero terminaban teniendo quellevarse a otra parte sus investigaciones “sobre el hospital, la enfermedad, la consulta y,

en general, la medicina y el lugar del psicoanálisis en ésta”; me parece que tiene algoque ver con lo que nos convoca hoy.

Entonces, para aproximarnos a saber por qué el psicoanálisis sólo podría tener unespacio duradero en una universidad pública, en un espacio público, tenemos queempezar por abonar a nuestra cuenta que ya no podemos ser tan ingenuos de seguirpensando que lo público es lo que pertenece al ámbito del Estado y lo privado lo queno. Este prejuicio de todas maneras ofrece un piso supremamente pacificador en elsentido en que permite una división y una ubicación de lo público y lo privado rápida ypoco racional, y esa poca racionalización tiene que ver con algo de lo que quiero hablarhoy en el sentido en que pienso que ese tipo de divisiones es efecto de un ciertodiscurso y no el discurso mismo; a otro nivel, sabemos que hay un pronóstico que yatiene sus años sobre un nuevo orden mundial, nuevo orden que supone la desapariciónde los Estados. Esa desaparición de los Estados ya desde ese contexto tambiéninterroga ese piso en el cual se querría hacer coincidir lo que concierne a lo que

7 Profesor Escuela de Estudios en Psicoanálisis y Cultura. Universidad Nacional de Colombia8 P. E. Sanmiguel “El sujeto privado de lo público”, en Trans, lo privado y lo público, Bogotá, UniversidadNacional, 2001, págs. 184 a 191.9 L’enfant du docteur. Tomado de: SCILICET 5, pp. 141-146.

D

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organiza un estado con lo público y lo que es organizado por los particulares como loprivado. El gran ejemplo tiene que ver con lo que acaeció en Argentina durante su másreciente crisis y en donde empezaron a plantearse soluciones que implicaban la ventade territorio de la nación para pagar la deuda, no a otro Estado, lo cual podríaentenderse digamos en el sentido de la guerra, en el sentido de los efectos de una

guerra, sino a organizaciones supraestatales, a lo que llamaríamos pulpos económicos.El otro elemento que subleva actualmente este problema de lo público y lo privado es loque está pasando en Venezuela; Venezuela es un país que lucha por intentar sosteneruna cierta autonomía de gobierno pero que está absolutamente dividida, absolutamenterajada entre quienes desean llevar eso adelante a pesar de las implicaciones deincomodidad para cada uno de los habitantes de la población y quienes lucharían por laposibilidad de mantener un cierto nivel de vida ya adquirido, de cierto tipo, que estaríamás de acuerdo con una cierta economía del objeto a la que se le ha dado el nombrede American way of life ; el caso de Venezuela, así como el de Cuba, implica preguntasque tienen que ver con lo público y lo privado dificilísimas de resolver pero muy

interesantes.Retomemos con estos nuevos elementos: la preocupación que sobreviene cuando sepiensa el lugar de la Escuela tan recientemente creada en esta universidad públicaradica en los recientes cambios de una institución que a pesar de seguir siendo delEstado ya no sería publica, no porque se aproxime un momento en que ya nopertenezca al Estado sino porque se venga al traste lo que ha sido adquirido a travésde muchos años de trabajo de profesores y trabajadores, que tiene el nombre deautonomía, autonomía de gobierno de la universidad y que ingrese un cierto discursoque la haría funcionar de una manera privada, dentro de una lógica absolutamenteprivada; ésa es una preocupación que me haría pensar que en la nueva lógica que se

impone no hay ningún tipo de autonomía que se sostenga, por lo menos desde esepunto de vista, ni para los gobiernos ni para entidades como la Universidad Nacional.

Ahora bien, el problema es el concepto de autonomía que no lo entendemos. Tal comola estamos trabajando actualmente en los textos de Dany-Robert Dufour es muydiferente a lo que implica el termino de autonomía aquí en la Universidad Nacional;apunta antes bien a cuestiones de autorreferencia que se ha impuesto en la democraciade masas después de la segunda guerra mundial y que es agenciada por los mismosdiscursos de las ciencias humanas10.

Hasta aquí, las razones que me llevan a retomar el problema de lo público y lo privadoy, debo decir: no de motu propio , sino por indicación o por pregunta, por la pregunta delmedio, por la pregunta de una revista primero, por la pregunta de Ciencias Políticasahora, lo cual me parece muy interesante porque justamente es lo que ha desaparecidoaquí en la Universidad, y es que los profesores se veían enfrentados a las preguntas delos estudiantes; era así cuando yo ingresé aquí a la Universidad: que los profesorestenían que responder las preguntas de los estudiantes en conferencias que ellosmismos organizaban y que los obligaban a trabajar en relación con esas preguntas y no

10 Dany-Robert Dufour, Folie et démocratie. Essai sur la forme unaire. París, Gallimard, 1996.

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a estar, como pasa hoy, una vez que desaparecieron las preguntas de los estudiantes,a estar formulando preguntas, lo cual no es lo mismo, en mi opinión; los profesorespueden asumirlo, lo asumen en general en la Universidad pero me parece que no es lomismo porque ya no son las mismas preguntas; se puede sospechar de estas últimas,en el sentido en que pueden apuntar a otra parte o deben suponer entonces en cada

profesor una formación fuerte que casi debe implicar en ellos haber sido estudiantes dela Universidad. Esto puede parecer un paréntesis pero en realidad está en el nodo de loque ha venido cambiando paulatinamente y que concierne en el fondo a unatransformación radical del discurso sobre lo privado y lo público.

De todas maneras, lo que elpsicoanálisis permiteinterrogar de esa división quehabitualmente se hace entrelo privado y lo público tieneque ver en general con la

manera como a principios delsiglo XX, no tan a principios,se vio bañada por lalingüística y por laantropología, es decir por elpensamiento estructuralista;ese pensamiento permitió,algunos dirán transformar elpsicoanálisis en algototalmente diferente, otrosdirán retomar las bases del

pensamiento freudiano,bases que implicarían unarelación entre el inconsciente

y lo consciente diferente a laque imperó en los post-freudianos, una relación entreel sujeto y el individuo tambiéntotalmente diferente y que enese punto es comparable con

la relación que podríaestablecerse entre lo privado ylo público, o entre loconsciente y lo inconscienteuna vez que el psicoanálisissaca este último de unaespecie de profundidad decada cual y lo pone afuera, lopone en el lenguaje; habríaalgo que nos podría permitirpensar cómo reorganizar a

partir de ahí lo público y loprivado.

El inconsciente en psicoanálisis está organizado en discurso, es decir: si es el otro, esel otro organizado en discurso, no es el otro del diccionario; sin embargo, si se trata, dedarle una imagen, sólo se puede pensar como una articulación de trama y urdimbre endonde cada cual viene a insertarse con su cuerpo y en relación con el cual cada unoempieza a tejer, a amarrar, cada uno de esos cruces entre trama y urdimbre; eso esmuy complicado porque uno podría a partir de ahí pensar que lo inconsciente, una vezque se articula en cada individuo, crearía lo privado y que el lenguaje sería lo público, oque el discurso del otro sería lo público y que eso se opondría a lo que llamamosindividuo; a mí me parece que esa formulación concierne en efecto al discurso actual,que ésa es la formulación del discurso actual: el individuo es lo privado, lo público es ellenguaje; el individuo sería lo privado en el sentido en que en la medida en que elindividuo se identifica o asume una serie de elementos de esa red del lenguaje, crearíaalgo diferente, algo que a él le pertenece; en ese sentido lo privado se estaríadefiniendo por vía de la identificación, por vía identificatoria, y lo público se estaríadefiniendo en relación con los elementos de la cultura en donde todos nosreconocemos, en donde absolutamente todos nos podemos reconocer

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El psicoanalista francés Charles Melman, en la intervención que hizo aquí en laUniversidad hace unos años, estuvo de acuerdo sobre ese punto, por lo menos con unade sus partes y es la que concierne a la lengua, dice él: a cada lengua11. La lengua, esdecir, aquello en lo cual reconocemos la humanidad de todos: en la medida en que

hablo aquí y que ustedes pueden, a pesar del malentendido inherente al hecho mismode hablar, compartir una serie de elementos que son las palabras y la manera como lasengancho unas a otras, habría una especie de humanidad común que constituiría lopúblico; la tesis resulta interesante, tanto más cuanto que él agrega que, en todo caso,lo que estaría pasando actualmente es que esas formas que adquiere lo publico paranuestra contemporaneidad implicarían una positivización en términos de instituciones,en términos de objetos, como por ejemplo la salud, que sería una positivización enrelación con la cual, si todos podemos acceder a la salud o por lo menos deberíamospoder acceder a la salud, entonces constituiría un elemento de lo público, y que seríaen la medida en que algunos de esos elementos: la educación, la salud, la naciónmisma, el concepto mismo de nación, en la medida en que alguien se apodere de ellos

creando una secta, digamos, una secta de amos pero también una secta de excluidos,una casta, un grupo de excluidos, en relación con esos valores, en la medida en que secree una casta de excluidos, se estaría interrogando de alguna manera el valor públicode estos elementos.

Hasta ahí me parece que la tesis es interesante pero tiene algo de ingenua y creo que,de todas maneras, más adelante, al volver sobre ese elemento, él mismo lo interroga;tiene algo de ingenuo en el sentido de su realización, es decir, de si es posible, asumiruna serie de valores positivizados en la cultura como índice de lo público y por tanto

como índice de lo humano y si es posibleentonces sostener el hecho de que sigan

siendo públicos; él mismo al retomar su propiatesis termina interrogándola un poco entérminos históricos, es decir, que en términoshistóricos lo que ha tenido lugar ha sido lacreación de propuestas, llamémoslas políticas,para tratar de resolver el problema que implicala privatización por algunos de los bieneshumanos, de los bienes más humanos quehay; se pregunta entonces si es posibleestablecer una política que lo haga y entonceshistóricamente se da cuenta de que eso no esposible; todos sabemos que la propuestasocialista va en ese sentido: digamos quetodos los bienes son del Estado, éste los

reparte y hace que todos accedan a ese bien que daría cuenta de su humanidad; Él dacomo ejemplo lo que pasó con la esclavitud y la sublevación de los esclavos, queimplicaría reorganizar las cosas de una nueva manera para que no haya unos excluidos

11 Charles Melman, “Lo público y lo privado”, en Palimpsestvs, Bogotá, Universidad Nacional deColombia, 2002, págs. 40 a 44.

No Hay Posibilidad De Salir De LaDesigualdad Que Implica Lo Público.Nosotros No Podemos Esperar Que

Abogando Por Lo Público Vayamos ATerminar, En Otras Palabras, Con El

Malestar Humano, Con El Malestar QueImplica Que Hay Unos Que Se Apoderan

Del Objeto Y Otros Que Quedan DesvalidosDe Éste, Del Objeto Que Está En Juego 

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del bien público, excluidos de aquello que los determina como humanos, y otros que altener acceso a ese bien público, quedarían determinados como humanos; estos últimosserían humanos, los otros quedarían excluidos de ahí.

Detrás de esto está la formulación hegeliana sobre la relación entre el amo y el esclavo;

detrás de esto sin embargo está también la democracia, porque la democracia es unapropuesta que va en ese sentido. Esa figura que muchos consideran la última de lahistoria va en el sentido de la repartición del bien más humano para que todo el mundotenga acceso a ese bien, para que todo el mundo ingrese a ser humano y tener lacondición de humano por vía del acceso al objeto; aquí introduzco el elemento objetoporque de alguna manera cuando se habla de la positivización de los bienes, y aúncuando no se hable de eso, de todas maneras al positivizarlos se ve claramente que setrata de objetos, de unos objetos que están desde el origen y que serían los queestarían en juego en esa relación entre amo y esclavo, pero lo que habría que subrayaren esa relación amo y esclavo es que está en el fundamento del lenguaje, quiero decir,que una vez que uno define lo público en relación con el lenguaje tiene que aceptar que

en el fundamento del lenguaje está la relación entre el amo y el esclavo; que nopodemos partir del hecho de que la definición de lo público, cualquiera que sea, vaya asolucionar el problema de la desigualdad humana y que la lógica, si es cierto que sidonde hay lenguaje está de trasfondo el discurso amo-esclavo, si es cierto eso,entonces no hay posibilidad de salir de la desigualdad que implica lo público: quenosotros no podemos esperar que abogando por lo público vayamos a terminar, enotras palabras, con el malestar humano, con el malestar que implica que hay unos(todavía estoy en el texto de Ch. Melman) que se apoderan del objeto y otros quequedan desvalidos de éste, del objeto que está en juego.

Intentar reformular esta relación entre lo privado y lo público con las herramientas

lógicas que se han utilizado para pensar lo inconsciente puede tener sus riesgos, puesesas herramientas pueden llevar a pensar por ejemplo que la banda de Moebius, quees una banda que está constituida de tal manera que no haya más que un solo lado yun solo borde, o si quieren, para imaginársela, una especie de banda de caucho cuyosaparentes dos lados pueden recorrerse sin pasar nunca por un borde, como lahormiguita caminando en los dibujos de Escher; una hormiguita necesita darle dosvueltas a la cinta para volver a pasar por el mismo punto de donde partió, habiendorecorrido ambos “lados” de lo que sería una banda de caucho normal, sin haber quetenido que pasar por ningún borde. Resulta inadecuado recurrir a esta lógica paraarticular la relación entre lo público y lo privado porque sencillamente ya no habríadiferencia: se diría simplemente que se anda sobre lo público creando lo privado almismo tiempo y viceversa; es delicado porque por esa vía se puede terminar apoyandoo dándole sustento aparentemente lógico a las propuestas actuales que sostendríanque las empresas privadas, las organizaciones privadas con sus intereses privados entodo caso están recreando lo público, lo cual es cierto; lo están recreando, es cierto,pero lo están recreando según esta lógica; no importa dónde yo me encuentre, si en lopúblico, si en lo privado, siempre estaré reorganizando la lógica público-privada, estaréaportando a lo público; puedo depositar el problema de la educación en manos deinstituciones privadas porque ellas podrían reorganizarla, podrían aportar mucho másde lo que puede el estado etc.

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Éste es un peligro que se corre y enoposición a esa lógica12 yo diría queen realidad habría que salir de eseprincipio dual, porque esto sostieneel mismo principio dual; lo sostiene

en el sentido en que se trata de uncaminar por la cinta pero con sudoblez, y ese doblez se apoyaría enel concepto de individuo que nosparece ser ya tan cotidiano.

Uno de los elementos que nos haayudado a pensar al respecto es loque hemos trabajado en el texto“Locura y democracia” de Dufour,porque lo que él plantea sobre la

democracia de masas permite pensarque si la democracia se funda en laposibilidad de que todos seamosiguales, si todos somos iguales, unodebería poder concluir de ahí quetodos podemos acceder al principiode humanidad que estaría en lo público; digamos que la democracia es una propuestaen ese sentido: la democracia es una propuesta que dice “ todos podemos acceder a lopúblico” y en donde supuestamente no habría resto, no habría resto en el sentido enque no habría quienes quedarían por fuera de ese “todos”; todos podemos acceder a loque nos hace humanos y todos podemos entonces ir tejiendo, al interior del mismo

discurso democrático, sin romper con el discurso democrático, retejiendo lo público y sinembargo es sorprendente que lo que se ve como resultado de la democracia, de lo queél llama la democracia de masas, va en un sentido totalmente contrario, es decir, va enel sentido de producir nuevamente un resto, es decir un resto de sujetos humanos quequedaría por fuera del acceso a lo humano, del acceso a los elementos que digamos,positivizados en algún discurso contemporáneo, los harían humanos; eso va muy bienarticulado en Dufour, en mi opinión, con la formulación de que el sujeto de lademocracia es el individuo, que el sujeto de la democracia es esa nueva creación queva de la mano de la democracia, que se llama el individuo; pero que el individuo comotal implicaría una apropiación de esos bienes que supuestamente son públicos, unaprivatización de esos bienes que supuestamente son públicos, lo cual digamos reinstalael problema que se habría esperado que solucionara la democracia: que la democraciapudiera ofrecerle al conglomerado humano una solución al problema que instala ladisimetría inherente al lenguaje, es decir, como ya lo dije con ayuda de Melman, ladisimetría irreductible del amo y del esclavo.

12 Existen tal vez figuras topológicas un tanto más complicadas pero que pueden resultar más ajustadaspara entender su lógica, como la botella de Klein.

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Ahora bien, leíamos en Dufour algo que a mí me parece que va de la mano con esto yes la voracidad en el acceso al objeto que instala la democracia, es decir, que lademocracia no puede funcionar sin instalar una autonomía que es ya de otro estilo en ladeterminación de los límites que se impone cada cual en relación con el objeto, con elacceso al objeto; esto sumado a algo que a mí me parece muy claro y es el hecho de

que, en democracia, para poder acceder al objeto y puesto que todos somos iguales enlas posibilidades de acceder al objeto, tengo que pasar por sobre el otro; que los límitesque impone la democracia han desaparecido y que esos implican que yo tenga quepasar por sobre el otro para acceder al objeto; en el pasar por sobre el otro paraacceder al objeto está todo el problema de la democracia porque implica la creación deun nuevo resto, de aquello que no se esperaría que se hubiera producido en la lógicademocrática y que son aquellos que quedan desprovistos del objeto una vez que yopase por sobre ellos para poder acceder al objeto; entonces hay unos desprovistos yotros nuevamente dueños del objeto. Lo cual reinstala la relación entre el amo y elesclavo.

Ahora, desde el punto de vista muy general del psicoanálisis uno podría pensar que nohay salida, que la posición que a diferentes niveles y al nivel de la relación de pareja, enel ámbito de la lucha por el objeto, de lo que se llama la plusvalía y al nivel de laproblemática que el psicoanálisis plantea como la imposible renuncia al goce, se podríaplantear que no hay salida, que no hay solución al problema de la repartición del objeto;los psicoanalistas mismos se han preguntado en muchas ocasiones si el psicoanálisiscrea una nueva forma de relación que permita una salida. Hay quienes han dicho que,existiendo cuatro discursos, el discurso del psicoanálisis sería un discurso que podríadigamos en lo social ofrecer algo y yo no sé hasta dónde habrá llegado con esapropuesta Slavoj Zizek, cuando detrás del psicoanálisis o con el fundamento de toda suformación psicoanalítica termina apoyando un movimiento político en su país pero más

bien lo que uno pensaría es que a pesar de que se pueda decir que el sujeto es lo quepodría permitir (un sujeto que hace cagarrutas, un sujeto que habla) recrearcontinuamente lo público, existe siempre el peligro de convertir a ese sujeto en unabandera y crear un psícoanalismo. Uno se pregunta pues: esa formulación sobre elsujeto en psicoanálisis, ¿qué pitos toca?

Más allá, sin embargo, hay algo de eso que parece necesario desarrollar un poco, esdecir, la pregunta, en la situación actual, por el totalitarismo, si acaso nos atrevemos aproponer ese nombre para hablar de lo que sucede actualmente. Para mí eso es unapregunta. Digo totalitarismo en el sentido en que pienso que esa articulación entreindividuo y sociedad no puede llevar sino al totalitarismo; no puede llevar sino a lo queestá llevando; que la salida no parece encontrarse del lado de una fortificación de unsujeto totalmente sometido al consumo del objeto, sostenido sobre la base de laposesión del objeto o del anhelo de poseerlo y la promesa concomitante que la culturale hace de que así será.

Sobre ese tema escribí para Trans, la revista de nuestra sede, un artículo llamado “elsujeto privado y lo público” en sus dos sentidos, en sus dos acepciones: una consistiríaen que ese sujeto, si acaso pudiéramos llamarlo un sujeto privado, del orden de loprivado, sería el que se debería a lo público, y que de alguna manera su articulación no

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sería posible sino recreando lo público y recrearlo implicaría interrogarlo (la del sujetoes una posición siempre de interrogación, de cuestionamiento de aquello que sería eldiscurso del Otro) y la otra acepción de esta formulación de un sujeto privado y lopúblico” concerniría más bien al individuo, es decir, que lo que estaríamos viviendosería el tiempo de alguien que estaría absolutamente privado de lo público; un sujeto en

situación de privación respecto a lo público, en la figura del individuo.En ésta vertiente se corre el riesgo del totalitarismo, y para entender esto hay queentender que lo público consiste en mantener siempre los espacios vacíos en los cualesel sujeto pueda estarlo recreando; lo público en este momento estaría más inclinado ataponar esos espacios, y eso es lo que yo llamo totalitarismo; en este texto tomé elejemplo del desplazamiento, del desplazamiento de masas, de poblaciones, para decirque no tiene lugar cuando se tiene un lugar para vivir sino cuando ya no se dispone deun espacio vacío, es decir, un lugar sobre el cual el otro no tenga puestos los ojos.¿Qué ocurriría llegado el caso en que ese Otro no pueda ya cerrar los ojos, sino que lostenga siempre abiertos? Es una situación para la cual nos ha preparado todo el siglo XX

con su lógica de la mirada, de una mirada totalizante. Eso es lo que yo llamototalitarismo porque, digamos, en ese momento el sujeto se ve obligado a desplazarse,a producir un desplazamiento, tal como los desplazamientos de masas; entonces si yome tengo que ir de mi tierra es por que ya no tengo ese espacio, que ese espacio ya noes un espacio vacío y por lo tanto me tengo que ir a deambular buscando un espaciovacío.

Post-scriptum: El tiempo quegeneralmente transcurre entreel momento en que seentregan estas ideas y este

segundo momento dereescritura, me permiteagregar un comentario queconcierne a la posición de laeconomía respecto alproblema del objeto, alproblema de la repartición delobjeto, Esto fue algo que pudeescuchar en la mesa detrabajo en la que intervine.Tuve la impresión de que laeconomía todavía no habíatomado en serio el texto deFreud del “Más allá delprincipio del placer”, lo cualhace que todas las teoríaseconómicas crean todavía enla idea de que el principio delplacer es posible en elhombre, es decir, que el

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hombre puede realizar ese principio que consiste en reducir su tensión a su mínimaexpresión. Otra manera de pensarlo es que los economistas se quedaron con unalectura ramplona de Freud, según la cual el hombre sería capaz, tal vez por medio de laeducación, de llegar un día a renunciar al goce del otro, es decir renunciar a esatendencia que dice que para poder acceder al objeto tengo que arrancárselo al otro en

la medida en que creo que él sí tiene acceso al objeto y yo no. Es una lectura del textode Freud que introdujo toda una tergiversación en el psicoanálisis y que lo encaminópor la vía de la normalización de los individuos, para orientarlos en adelante a asumir unllamado principio de realidad que consistiría en ser capaz de renunciar al goceinmediato a favor de realizaciones más ajustadas a la realidad del movimiento social ycultural.

La economía todavía cree en una repartición del objeto del goce, lo cual parece muy ala moda, por supuesto. “Más allá del principio del placer” es otra cosa. Es la afirmacióntajante de que el principio del placer es un fracaso total, y de que lo que se instala en

cambio tiene que ver con un goce del otro, del otro como objeto, goce que no encuentralímite. Es posible que los economistas no puedan o no quieran ver esta sin salida defrente porque piensen que entonces deben renunciar a la economía, pero tal vez loúnico que sucederá será que se ampliará la lista de oficios imposibles que hizo Freud,donde estaban: gobernar, educar y psicoanalizar. Todo esto seguramente llevará a quetengamos que agregar tanto al derecho como a la economía, a partir del momento enque sea ya evidente, como el psicoanálisis viene subrayándolo de hace tanto, que ni elobjeto ni el goce se pueden repartir.

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ALGUNOS PROBLEMAS SOBRE LO PÚBLICOLOS SABERES, LAS ESFERAS Y LAS RELACIONES, LAS ESTETICAS

DE LO INADMISIBLE

Alejandro Lozano13 

“El camino de este otro infinito no es menos azaroso que el camino de la epopeya. Así desciende el físico a las milagrosas entrañas del átomo. Con cada variación de Beethoven se aleja más y más del tema original, que no se parece más a la última variación que una flor a su imagen bajo el microscopio”.

Milan Kundera 

a variación es una forma de concentración máxima que concierne al tratamientode un tema de manera prolongada y permanente; sin embargo, en un segundomovimiento la variación corresponde a un gesto que explora lo único y lo mismo,

una y otra vez, desde diversas perspectivas, experiencias y lugares. Al optar por lavariación, de alguna manera se renuncia a la pretensión de asir la totalidad, de lograruna mirada integra, una comprensión terminada, una interpretación completa, limpia yfinal. La variación se entrega a la extrañeza, a lo inacabado de lo mismo. La variaciónse encuentra en los lindes de dos prácticas que se expanden de manera interminable;de una parte el insondable universo de los pequeños motivos y ejercicios, y de otraparte, el mundo infinito de las totalidades acabadas.

A continuación se proponen tres variaciones sobre el fenómeno de lo público, queinsinúan motivos desde los cuales emergen, paulatinamente, aspectos y problemasmúltiples, inacabados en su demarcación, y que requieren mayor investigación yreflexión.

La primera variación sugiere tres lugares relacionados con la producción de saber sobrelo público, subrayando con ello la inexistencia de un único dominio, ámbito o campo desaber. La segunda variación gravita en torno a dos perspectivas de caracterización delo público; de una parte lo visible y enunciable, de otra parte lo común. Esta

demarcación conduce a una nueva perspectiva que posibilita ubicar dos lógicas delectura sobre el fenómeno público, que han señalado trayectorias importantes deinvestigación: una que lo define en términos de esferas o ámbitos (esfera pública/esferaprivada) y otra que se orienta a caracterizarlo en términos de relaciones (relacionespúblico privadas). Finalmente, se propone una tercera variación que apoyándose

13 Profesor de la Escuela Superior de Administración Pública y profesor del Departamento de CienciaPolítica de la Universidad Nacional de Colombia.

L

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especialmente en la narrativa literatura, se interroga por lo público y las estéticas de loinamisible, en tanto lo admisible como lo inamisible son acontecimientos inherentes a lanaturaleza de lo público.

Primera variación: Los saberes

Disciplinas sociales y saberes de lo público

En las últimas décadas del siglo XX, desde múltiples campos de saber, se vieneplanteando el imperativo de asumir un cambio en la percepción sobre lo público, y nosolamente por transformaciones que se vienen sucediendo en las sociedades del nuevosiglo y en fenómenos tales como los procesos de globalización, sino, igualmente, por lanecesidad de procurar nuevas formas de pensarlo, dado que han perdido pregnanciamuchas de las categorías y sistemas interpretativos que buscaron asirlo. Sin embargo,la dificultad no estriba exclusivamente en someterse a este imperativo sino también a latarea de escrutar la multiplicidad, nada homogénea, de sentidos que ha tenido lo

público; inconveniente extensivo a términos como autoridad pública, publicidad, interéspúblico, cosa pública, asunto público, servicio público, orden público, opinión pública,espacio público y bien público, entre otros.

De otra parte, la pretensión, en ciencias sociales y filosofía, de encontrar una omúltiples teorías o interpretaciones más o menos elaboradas sobre lo público, terminasiendo una empresa infructuosa y no porque el tema sea de poco interés para estossaberes, sino porque no existe hasta el momento "programas” que logren configurar uncampo desde el cual se aboque las diferentes manifestaciones y dimensiones delfenómeno.

Es posible que ámbitos o dimensiones de lo público se hayan constituido en objeto deestudio de diversas disciplinas y en torno a su exploración se lograra generar ciertatradición de problema, como por ejemplo, los estudios sobre “opinión pública”, en loscuales se pueden encontrar enfoques, modelos, programas de investigación sostenida ycon cierta tradición, desde las ciencias de la comunicación, la sociología, la cienciapolítica, la psicología social, entre otras; sin embargo, la exploración y reflexión sobre la“opinión pública” no logra agotar el campo de lo público y requiere ser dimensionadadesde una perspectiva amplia y conjunta del fenómeno en cuestión.

En fin, lo público no es objeto de estudio de una única disciplina y/o ciencia, ni entornoa los interrogantes que concita o a las investigaciones que delimitan su ámbito existe la

pretensión de consolidar una disciplina; a pesar de lo cual, y paradójicamente, ciertoscampos de estudio disciplinar solamente logran ser caracterizados y diferenciados conocasión de perspectivas que los abordan como fenómenos públicos, determinando conello su naturaleza y especificidad: téngase en consideración, por ejemplo, el caso de laadministración pública, el derecho público y la economía pública.

Sin embargo, es igualmente relevante subrayar la importancia que en la exploración delo público tienen las disciplinas sociales, la filosofía o saberes como el psicoanálisis; de

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hecho la producción académica sobre el campo corresponde a dinámicas de naturalezamultidisciplinar e interdisciplinar en temáticas como “opinión pública”, “bienes públicos”,“interes público”, “espacio público”, “publicar”, entre otros, y dinámicas propias deprocesos transdiciplinares en campos de exploración como “los públicos”, la“notoriedad” o la “distinción”.

Tenemos, entonces, varios asuntos que podemos puntualizar sobre la producción desaber sobre lo público, desde la perspectiva de un saber académico: El fenómeno de lopúblico es objeto de estudio de múltiples disciplinas y saberes académicos y en suexploración no se busca constituir un campo disciplinar diferenciado de otros campos.El abordaje desde lo público de temáticas y problemas específicos de ciertasdisciplinas, dan lugar a la constitución de “subcampos” disciplinares diferenciables.

Saber estatal y los saberes de lo público

Es evidente, por lo tanto, la importancia que tienen las disciplinas sociales en la

exploración del fenómeno público, pero es igualmente relevante destacar que existenotros saberes, muchos de ellos no necesariamente articulados a actividadesacadémicas que dan cuenta de lo público, no tienen pretensiones científicas y sinembargo son generadores y producto de prácticas sociales diversas, las cualesestablecen qué es lo público y qué no lo es.

Uno de estos saberes sobre lo público que requiere ser considerado con especialatención es el saber de estado, por las siguientes razones: En primer lugar, el estado hasido considerado, en parte de la tradición política de occidente, como un fenómenosobre el cual gravita, en buena medida, la constitución de lo público político. Ensegundo lugar, desde el estado se generan diferentes formas de saber que definen y

diferencian lo público, pero además, con ocasión de estas definiciones se establecenámbitos de su accionar, procurando un orden que determina restricciones yposibilidades a las actuaciones de los miembros de la comunidad política. En el marcode estas consideraciones, centraremos la atención en el derecho y la administraciónpública como lugares desde los cuales se produce saber de estado como saber de lopúblico; generación de saber que no tiene pretensiones de naturaleza teórica ocientífica, aunque mantiene estrechas relaciones con la producción del derecho y laadministración pública como campos de las ciencias sociales.

Las formas de intervención de estado han llevado a diversificar y segmentar lossentidos que puede adquirir lo público en ramos, áreas, grupos o, si se quiere, ensedimentos del ordenamiento jurídico; y esto a pesar de las tendencias de centralidad,coherencia y unificación que subyacen a la producción de la norma jurídica. Porejemplo, si tomamos un tema como el “espacio público” nos encontramos con unasemiúrgica variada y superpuesta en el ordenamiento jurídico, que no solamente es elproducto de cambios progresivos de las funciones de estado, articulados a tensiones yluchas políticas, sociales, económicas y culturales de diverso orden, sino tambiénproducto de procesos de normalización jurídica en los que tiene un peso central laespecialización y división del trabajo que opera en los aparatos de estado.

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En el caso del espacio público la normalización jurídica se produce desde varias dinámicas y lógicasde intervención estatal: están aquellas articuladas aperspectivas “medio ambientales”; aquellascentradas en lecturas del espacio público en

términos de “orden público” y “seguridad”; aquellasque se ocupan de infraestructuras y equipamentos

de sistemas viales, de transporte y puertos; aquellasque se ocupan del espacio público en términos delas edificaciones y equipamentos históricos, lamonumentalidad, el sitio histórico, la palabra oficial

que nombra los lugares, las memorias y susreferentes simbólicos e imaginarios; y aquellas que

dan cuenta delordenamiento urbanoen términos de usosdel suelo, valorización,expansión, renovación,

límites y división. Encada uno de estoscasos, elordenamiento jurídicose alimenta yresignifica el espaciopúblico desde saberesespecíficos (Geografíay ecología. Ingeniería,arquitectura yurbanismo. Sociología,

antropología,psicología social ehistoria. Economía yadministración pública,entre otros)estabilizando su deciren formas jurídicas desaber oficial de estado,que en momentospueden obedecer alógicas contradictorias,

hegemónicas yfuncionales.

Sin embargo, esta segmentariedad relacionada con la diversidad de formas deintervención del estado y su articulación con la producción de un saber sobre lopúblico estatal, no está relacionada exclusivamente con el derecho sino que,igualmente, en los documentos oficiales de las administraciones estatales, comoen los pronunciamientos de los gobernantes, legisladores y altos dignatarios

 judiciales, la consideración de lo público no tiene pretensiones denotativas y conello se  busca dar contenido y dirección a decisiones o mandatos, así como aacciones de naturaleza ejecutiva y evaluativa. En consecuencia, en las

administraciones públicas se producen desde diferentes dispositivos(organizaciones, modelos, planes, programas, proyectos, instrumentos defocalización, procesos, procedimientos, formatos, guías, informes, memorandos,mapas, etc.) y desde múltiples tipos de experiencias, modos de interpretar,intervenir y configurar formas de lo público.

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Esta segunda manera de producir saber sobre lo público desde lo estatal, lapodemos encontrar ya en la reflexión Weberiana14 sobre los procesos deburocratización del estado. Partamos de una consideración central; para Weber laadministración burocrática es dominación gracias al saber, fenómeno que lopodemos abordar de diferentes maneras, pero para el caso nos ocuparemos

solamente de dos perspectivas.Desde la primera perspectiva el estado es un instituto de acción continuada, valedecir, una asociación territorial con ordenamientos estatuidos racionalmente (conarreglo a un plan), cuyo cuadro administrativo tiene la pretensión de mantener conéxito la disposición del monopolio legítimo de la coacción física, para elmantenimiento del orden vigente.

Pero, ¿qué son y cómo operan estos cuadros administrativos? Estos cuadrosestán constituidos por funcionarios profesionales que ejercen cargos con ámbitosde competencia definidos, no son propietarios de los medios administrativos y se

encuentran sometidos a estatutos, disciplina y vigilancia.En estos cuadros rige el principio de jerarquía funcional y de tramitación, lo cualquiere decir que los funcionarios interactúan entre sí mediante un sistemafirmemente organizado de relaciones de mando y subordinación; se trata derelaciones entre autoridades superiores e inferiores, mediadas por mandatos yderechos de queja y apelación. Pero así como existe un principio de jerarquíafuncional, también existe un principio administrativo de atenerse al expediente,vale decir, a un corpus documental constituido por mandatos, considerandos,propuestas, disposiciones y ordenanzas de toda clase que se consignan porescrito.

Es importante detenerse en el expediente porque en él es posible encontrar unsoporte material del saber de estado como saber burocrático, saber que conocasión de la división del trabajo articulado a la especialización del funcionariado,se muestra dilatado, intensivo y diversificado, tanto cualitativa comocuantitativamente, dada la ampliación creciente de las tareas administrativas delestado, en asuntos cada vez más disímiles y variados.

No se trata, simplemente, de entender que desde el estado se produce un sabersobre lo público con la creación y uso de modelos, programas, diagnósticos, entreotros, sino, igualmente, subrayar la manera como el dispositivo burocrático generaese saber, en una articulación de alta calificación profesional, obediencia ydisciplina de los funcionarios, con el propósito de garantizar un orden, cuyofuncionamiento termina siendo altamente impersonal y formalista

Desde la segunda perspectiva nos encontramos con la relación que se presentaentre producción del saber burocrático y el poder. De una parte está el saberprofesional de los funcionarios estrechamente relacionado con saber de las

14 Weber, Max. “Economía y sociedad”. Fondo de Cultura Económica. México. 1977

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ciencias y las disciplinas, pero, de otro lado, está aquello que Weber denomina elsaber del oficio o del “servicio”; saber que se adquiere con el ejercicio de loscargos, centrado especialmente en la experiencia y sobre el cual se buscamantener “secreto profesional”.

Sin embargo, en una segunda dinámica, ya no percibida desde la obra de Weber,se logra establecer un nuevo orden de relaciones entre saber de las disciplinas yciencias y saber burocrático estatal. Desde las últimas décadas del siglo XIX hastamediados de la primera mitad del siglo XX, la burocracia estatal fue uno de loslugares privilegiados de producción y fomento de las ciencias; en el caso de lasciencias sociales incorporó organizaciones científicas a sus propios aparatos,promovió mercados de producción de investigación mediante actividades defomento y financiación en la exploración de temas y asuntos requeridos por laspropios intereses de estado, generó sistemas y políticas de ciencia y tecnología eincentivó la creación de formas de acreditación académica y visibilidad de laproducción de saber científico.

En el plano de los sistemas educativos, estimuló la formación de programasarticulados a sus propias demandas de calificación de fuerza de trabajo para susfuncionarios, y en un movimiento de doble vía con el sistema educativo, el saberincorporado por el propio aparato burocrático, mediante la ampliación de plantasde funcionarios calificados en sistemas de formación tecnológica y universitaria, lepermitió diversificar, ampliar y especializar sus formas de intervenir y penetrar demanera más sistemática y puntual, en esferas sociales, económicas y culturales.En consecuencia, su poder se extiende al incorporar a su propio saber lalegitimidad que en el orden social tiene el saber cientifico, además de influir en losmismos procesos de producción del discurso de ciencia.

La interacción de saberes académicos (profesionalización de la administración) ysaber del oficio de los funcionarios en el seno de las burocracias estatales, handado lugar a la producción de un saber sobre lo público estrechamenterelacionado con los propias formas y dinámicas que va adquiriendo la intervenciónde estado; saber que se segmenta y especializa e impone sentidos, prácticas eimaginarios sobre el fenómeno público, mediante la articulación de lógicasorientadas a la constitución de hegemonía, la configuración de regímenes devisibilidad y enunciabilidad oficiales de estado, y el uso de coacciones directas ylatentes de poder estado que garantizan lo admisible y no admisible y losreferentes que definen la comunidad estado nacional como lo común.

Saberes “locales” de lo público

Las reflexiones de Michel Foucault sobre el saber ponen de presente el tema delos saberes sometidos, de los saberes locales marginados ¿En qué consistenestos saberes y cómo se relacionan con lo público?

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Con el concepto de saber sometido Foucault15 busca significar varias cosas quepermiten abordar, desde una nueva perspectiva, la producción de saberes sobre elfenómeno de lo público. El saber sometido designa bloques de saber históricosque fueron sepultados o enmascarados dentro de conjuntos funcionales ysistemáticos. Estos saberes son saberes paralelos considerados insuficientemente

elaborados, jerárquicamente inferiores, no calificados o descalificados desde otrossaberes eruditos, meticulosos y exactos.

Los saberes sometidos corresponden propiamente a “el saber de la gente”, saberparticular, regional o local incapaz de unidad; saberes no legitimados que enmomentos se encuentran enfrentados a una instancia teórica unitaria la cualpretende fijarlos, jerarquizarlos, ordenarlos en nombre de un saber verdadero.

Estas consideraciones de Foucault permiten establecer dos hechos centralesfrente a la relación que se presenta entre saberes sometidos y saberes eruditos:De una parte subyacen a estas interacciones luchas, tensiones y enfrentamientos

entre saberes, pero además resistencias. De otra parte esta el poder quecorresponde a esos saberes; poder centralizador dado en instituciones, en sujetosautorizados, en funciones discursivas y en lenguajes oficiales.

No hay un único saber sobre lo público, ni todos los saberes sobre lo públicocorresponden a saberes eruditos, oficiales y hegemónicos, igualmente nosencontramos con saberes de lo público subalternos y sometidos. Dado lo anterior,nos ocuparemos de señalar dos lugares que permiten dar cuenta de algunas delas lógicas y problemas derivados de la consideración de los saberes sometidosde lo público: El primero pone de presente un saber cuyo eje no es la dominacióny sujeción centrada en el estado o en el saber tecnológico cientifico imperante; se

trata de un saber sometido sobre lo público articulado a las relaciones de genero,al poder masculino y su dominio. El segundo caso se ocupa de la producción dereglas de civilidad como saberes de lo público no estatal; fenómeno que da cuentade los problemas de hegemonía, subordinación y resistencia inherentes a lasmediaciones, imbricaciones y tensiones presentes entre formas de lo públicodominante y formas de lo público subalterno.

Saber femenino, esfera publica política y movimientos populares

Los planteamientos de Elizabeth Jelin16 y Stephen Lynn17 sobre la participación delas mujeres en movimientos populares latinoamericanos, ponen de presente unconjunto de dinámicas que hacen visible los lugares de producción de un sabersobre lo público, de las mujeres, en su relación con lo público estatal y lo público

15 Foucault, Michel. “Erudición y saberes sometidos”. Contenido en “Genealogía del racismo: De laguerra de las razas al racismo de estado”. La piqueta. Madrid. España. 199216 Jelin, Elizabet. “Introducción” y “Ciudadanía e identidad una reflexión final”. Contenido en:“Ciudadanía e identidad: las mujeres en los movimientos sociales latinoamericanos”. UNRISD.Ginebra.1987.17 Stephen, Lynn. “Gender and politics. Experience and Structure”. Contenido en: “Women andsocimovements in Latin America. Power Fron Delow”. University of Texas Press.

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popular. La producción de este saber femenino ha puesto en tensióninterpretaciones dominantes sobre el papel de la mujer en la configuración de lopúblico político. Las mujeres han participado históricamente, de manerarecurrente, en luchas políticas y movimientos sociales, respondiendo a situacionesde clase, de identidad étnica, de liberación nacional, entre otros. Sin embargo, su

participación, especialmente aquella de base, en la configuración de lo públicopolítico, ha sido invisibilizada, desde concepciones dominantes de la política, detres maneras:

Primero, al reducirsu participación a unaspecto secundarioy en ocasionesinexistente en lasnarrativas oficialesde la lucha política,

ya se trate de lahistoria o de laconstrucción dememorias colectivas.Segundo, en laexclusión de suparticipación, o en ladefinición de roles,atributos, criterios eimaginarios, desdeuna perspectiva

masculina, sobre elhacer político de lamujer en el marco deformasnormativamentelícitas, constitutivasde lo público políticoestatal y no estatal(partidos políticos,sindicatos,asociacionespolíticas, etc.).Tercero, en laconfiguración deunas prácticas deresistencia quecaracterizan el hacerpolítico como unasunto

exclusivamente masculino, o quesupeditan la práctica políticafemenina a luchas de clase, luchasétnicas, luchas por los derechoshumanos, entre otras, pero no a lasluchas de género.

Los casos de movimientos populares

considerados por Elizabeth Jelin yStephen Lynn, permiten caracterizarla constitución de un saber femeninosobre público político que pone entensión concepciones quecircunscriben el actuar de lasmujeres, de sectores populares, a

una esferadoméstica ajena a lapráctica y luchapolítica. Laexperiencia cotidianade mujeres en lacrianza de los hijos,

en la generación yconsolidación deactividadesproductivas para lasubsistencia familiar(oficio doméstico,labor agrícola,trabajo artesano,actividad comercial,obrera estacionaria,comedores y

 jardines comunales,entre otras), y suparticipación enformas organizativasde actividadescomunales desubsistencia yresistencia, enespacios deinteracción socialcomo la vereda y elbarrio, le hanpermitido devenir enactor que interlocutacon otros actores(burocracia,sindicatos, partidos,clientelas, gruposarmados, etc.).

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Jelin señala la manera como en el consumo familiar, las mujeres de estratospopulares han entrado en contacto con organizaciones del ámbito de ladistribución y del estado como proveedor de servicios, en defensa, no solamente,de las condiciones de vida inmediata relacionadas con la vivienda, la alimentación,la salud, los servicios públicos, la educación; sino también, lo han hecho, luchando

por la defensa de los derechos humanos en momentos de derrota y retraccionesde las conquistas populares y frente a regímenes autoritarios.

La progresiva emergencia de un saber femenino sobre lo público no estatal, apartir de experiencias de resistencia, surge en la tensión misma que se procuracon concepciones y prácticas de lo público político estatal, soportadas desde laslógicas de la dominación masculina: Lynn señala, para el caso latinoamericano, lamanera como en áreas de políticas públicas, en las que participan mujeres degrupos populares, se plantean proyectos cuyos supuestos y orientaciónreproducen versiones biologizadas de género, desde los cuales se sostiene que lamujer lo hace mejor en proyectos a pequeña escala, en labores productivas de

naturaleza doméstica que en nada desafían la subordinación económica de lamujer, y caracterizan su trabajo como simple actividad informal y de subsistencia(no remunerada o de baja remuneración). En todo caso, estas formas deintervención de estado parten de las lógicas de la economía formal y a granescala, y tratan este tipo de práctica política femenina y los problemas que ellaavoca, como asuntos marginales que deben procurar ser funcionales a laeconomía formal.

En otro plano, estas mismas lógicas patriarcales se inscriben en prácticas de lacultura popular, en donde opera una separación entre ámbitos de lo doméstico yespacio del actuar político: no solamente los asuntos de política son cuestiones de

hombres, sino que se da una división del trabajo familiar en donde la dedicaciónde las mujeres a labores domésticas, entran en conflicto con los requerimientos denaturaleza temporal y de práctica cultural que le impone a la mujer su participaciónen actividades organizativas relacionadas con la lucha política, desafiando con elloel tradicional dominio masculino.

Este saber femenino es saber subordinado, pero igualmente es un saber deresistencia que opera en las luchas inherentes a los movimientos socialespopulares, cumpliendo una doble función: De una parte, ampliando laconfiguración de formas de lo público político, resignificando y generando nuevastensiones en la imbricación de saberes sobre lo público. De otra parte,constituyéndose en elemento relevante en la redefinición de identitariosfemeninos, en el marco de las luchas de género.

Reglas de civilidad como saberes de lo público no estatal

La constitución y uso de reglas de civilidad es uno de los medios con los cualescomunidades de diferente naturaleza determinan regímenes de visibilidad y

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enunciabilidad; para su consideración partiremos de un trabajo de Jacque Revel18 que se ocupa de la forma como en Francia, entre siglos XVI al XVIII, se presentaun cambio en las prácticas de civilidad que rigen los comportamientos de losindividuos. El tema y el período resultan pertinentes porque corresponde atransiciones de reconfiguración de las formas de lo público articuladas a lo

popular, a la corte, a la formación de estados absolutos y a la constitución de unanaciente burguesía europea.

La literatura de civilidad es el claro ejemplo de un saber sobre lo público, que parael período, se configura en un umbral en el cual confluyen varias dinámicassociales, culturales y políticas. Para esta misma transición y con ocasión de lasdinámicas ya señaladas, el historiador Philippe Ariès19 plantea una hipótesis segúnla cual las transformaciones de las relaciones publico privadas se dieron conocasión de cambios en la sociabilidad: se trata del paso de una sociabilidadanónima de grupos en los que las personas podían conocerse, a una sociedadanónima sin sociabilidad pública.

¿A qué apuntaba esta literatura de civilidad y en qué circunstancias se produce?Como se ha señalado, se trata de una transición que de manera parcial lapodemos caracterizar con las siguientes palabras de Revel:

“Norbert Elias propuso una interpretación convincente del mismo sugiriendoque De civilitate fue tanto la obra de Erasmo como una obra colectiva querespondía a una necesidad cuya importancia reveló la propia obra. Segúnél, los comienzos de la edad moderna constituyen un momento deinseguridad y de incertidumbre entre dos fases de la glaciación. La unidadcatólica esta rota y las rígidas jerarquías de la edad media se han

resquebrajado profundamente, en particular al quedar en tela de juicio lasociedad cortés y caballeresca; en cambio, el orden absolutista aún no hahecho el relevo. Es el tiempo de una nueva distribución social y cultural, deuna complejidad más acentuada de las relaciones entre grupos másdiversificados. Estas sociedades en plena transformación necesitaban unlenguaje común y referencias nuevas, sobre todo porque las relaciones sehacen provisionalmente más libres y más densas. El tratado de Erasmo,más todavía en su proyecto que en las enseñanzas que ofrece, sale alencuentro de esta expectativa y le da una forma”

Este tipo de literatura va a poner de presente conflictos entre prácticas de civilidad,y constitución de una intimidad que se da en el marco de nuevas formas deprivacidad relacionadas con el conocimiento de sí, a través de: la escritura íntima yla literatura autógrafa, las nuevas actitudes frente al cuerpo y la distancia social

18 Revel, Jacques. “Los usos de la civilidad”. Contenido en: “Historia de la vida privada: El procesode cambio en la sociedad del siglo XVI a la sociedad del siglo XVIII”. Taurus. Volumen 5. Madrid.España. 199019 Ariès, Philippe. “Para una historia de la vida privada”. Contenido en: “Historia de la vida privada:El proceso de cambio en la sociedad del siglo XVI a la sociedad del siglo XVIII”. Taurus. Volumen5. Madrid. España. 1990

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que es necesario procurar, la valoración del gusto coma manera de presentaciónde uno mismo, la individualización del sueño, y la transformación delcomportamiento en la mesa, entre otros.

La civilidad se puede considerar desde diferentes perspectivas: de una parte rige

los comportamientos del individuo en sociedad y enseña a mantener la distanciacorporal; gobierna el espacio de la existencia en comunidad; es un arte para elcontrol de sí mismo y de su imagen; constituye procedimientos de control socialmediante formas educativas que “gestionan las almas y los cuerpos” y configuraespacios protegidos que son objeto de valoraciones sociales renovadas.

Pero lo que destaca la producción de este tipo de literatura es, precisamente, laexistencia de variadas formas de sociabilidad, de múltiples gramáticas corporalesy condiciones nada homogéneas de experiencia de intimidad e individuación,articuladas a las diferencias de estamentos y clases sociales.

Revel logra caracterizar de manera puntual aspectos novedosos del tratado deErasmo, De civilitate forum puerilium , que se constituyen en elementos de ruptura,frente a la literatura de civilidad de finales de la edad media: en primer lugar,porque se orienta a niños y no a los adultos y jóvenes. En segundo lugar, porquequiere enseñar un código valido para todos y no quiere erigir, simplemente,normas prácticas particulares propias de un grupo o de un medio restringido.

El alcance de estas orientaciones las logra precisar Revel en la siguienteconsideración sobre la mencionada obra:

“La civilitas erasmiana, más que tratar de constituir los elementos de un

saber sobre el hombre intimo, intenta inculcar una actividad social querequiere un trabajo sobre uno mismo frente al semejante”

Sin embargo, esas formas de acotamiento de la conducta, esas prácticas de laapariencia, esas codificaciones exactas articuladas a la escenificación y el ritual,obedecían a patrones específicos que daban contenido al comportamientoejemplarizante y determinaban que era lo bueno, lo mejor, lo equilibrado. Cadauna de aquellas gramáticas corporales se proponía, desde experiencias estéticasdeseables y ajustadas, parámetros que tachaban otras formas de comportamiento,otros tipos de estética, otras formas de gobernar la sociabilidad.

Lo que subyace a la obra de Erasmo y a otras formas de la literatura de civilidad,son tipos de matrices culturales. La matriz cultural opera sobre la base dereferentes imperantes que adquieren cierto grado de validez, unidad y dominio denaturaleza práctica y simbólica (eficacia simbólica). La matriz es articuladora delenguajes, códigos, imaginarios, representaciones, estéticas y gramáticasvinculantes, que orientan actuaciones y operan, en momentos, como patrones deconducta, según sea su capacidad hegemónica. Las matrices culturales sonproducto de prácticas y experiencias sociales consolidadas, que funcionan como

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ordenadoras de la vida cotidiana y medio de reconocimiento de quienes seorientan por ellas.

En el marco de esta indagación, las matrices culturales determinan regimenes devisibilidad y enunciabilidad y establecen que es admisible e inamisible. Dado lo

anterior, las matrices culturales sonestructurantes de las relaciones públicoprivadas. El trabajo de Jacques Revel, sobre elpapel que juega el tratado de Erasmo, permitepercibir diferentes momentos de confrontación,confluencia, superposición y hegemonizaciónde formas de civilidad entre los siglos XVI alXVIII.

Por ejemplo, en un primer momento, (finalesde la edad media) el Book of Nature de John

Russel esta orientado a jóvenes de élite, ydaba cuenta de los rudimentos de la vidaaristocrática; lo interesante, en este caso, esencontrar las razones de naturaleza social,cultural, política y económica que articuladas acambios de la mentalidad llevan, en unmomento dado, a extender este tipo deprácticas a otros grupos sociales. El punto es,cómo y por qué razones, matrices culturalesque determinan las relaciones público privadasde la aristocracia feudal, tienden a extenderse

y penetrar dominios de la notoriedad social, en la vida comunal de otros grupos,clases y estamentos.

Nos encontramos, entonces, con diversas lógicas orientadas a expandir yvulgarizar reglas de civilidad aristocráticas, que, sin embargo, no tuvierontrayectorias únicas y se vieron transformadas por contextos de uso diferentes. Porejemplo, una de sus dinámicas es asible en espacios cortesanos, pero otraspenetraron ámbitos de la vida popular de campesinos, gendarmes y artesanos. Asímismo, años después, último tercio del siglo XVII, en los círculos de sociabilidadde la pequeña burguesía, se percibían estas reglas como ejercicios inútiles,fastidiosos, anticuados y formalistas.

Si los usos de la civilidad con sus prácticas, gramáticas, estéticas yescenificaciones constituyen saberes sobre lo público; las dinámicas de suconfiguración, expansión, dominio y decadencia, ponen de presente, en el tiempo,las relaciones, tensiones e imbricaciones de saberes públicos subalternos yhegemónicos.

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Segunda variación: Los ámbitos y las relaciones

Lo visible, lo enunciable y lo común

Desde el lugar que nos ocupa, procurado especialmente por la experiencia de

occidente, hay un conjunto de perspectivas desde las cuales se han producidointerpretaciones, no únicas pero si dominantes, sobre la naturaleza ycaracterísticas propias del fenómeno de lo público.

Una primera perspectiva define lo público como aquello que es visible oenunciable para ser considerado en común, en tanto lo privado corresponde a loque permanece oculto, secreto o reservado. Esta percepción del fenómeno hasubrayado, igualmente, la diferencia en términos de lo admisible y no admisible; apesar de lo cual, sería necesario no partir de una correspondencia mecánica queharía coincidir, de una parte, lo admisible con lo público y lo no admisible con loprivado, dado que cualquier tipo de experiencia intima, reservada o secreta esta

relacionada con un “régimen” de admisibilidad y no admisibilidad, lectura que seríaextensible a lo visible y enunciable que se pone común. Sin embargo, lointeresante del fenómeno es la imposibilidad de pasar por alto, tanto en uno comoen otro caso, el problema de la admisibilidad y no admisibilidad: digamos que esteproblema es consustancial a la caracterización tanto de lo público como de loprivado y de las relaciones que entre ellos se presentan.

De otra parte, una segunda perspectiva hace coincidir lo público con lo común.Ciertamente, en el planteamiento anterior mediaba lo común, pero en este casohay una diferencia central: no es necesario señalar lo visible y enunciable, ocualquier otra característica como elemento o aspecto que define lo público;

simple y llanamente lo común es lo público, lo común es lo de todos, lo común eslo colectivo.

Dado lo anterior, la definición de lo público corresponde y pasa por una gama muyvariada de posturas e interpretaciones. Por ejemplo, desde algunas perspectivastodo aquello que no es común alude a la esfera de lo privado; o lo común esaquello que no corresponde a lo individual. En otras trayectorias de reflexión lopúblico es lo estatal, y lo privado es aquello que se encuentra por fuera de laesfera del estado20; o lo común no se reduce a lo estatal, sino que igualmenteseria necesario extender su sentido a fenómenos como la “sociedad civil”, entreotros.

Esferas y ámbitos de lo público

La diferenciación de los fenómenos público privados han sido abordados desdedos lugares, de una parte están aquellas interpretaciones orientadas a la

20 En este tipo de concepciones sobre lo público domina una representación de lo común asociadaa la comunidad estado nacional como eje o centro contenedor de lo social y de otras formascomunitarias.

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caracterización de dos esferas, mundos o ámbitos que sobre la base de una lógicadicotómica permite deslindar de manera clara y precisa, la naturaleza, loscontenidos y dinámicas contradictorias de diferenciación, oposición ydeterminación mutua que se producen entre lo público y lo privado.

Dos ejemplos posibilitan dar cuenta de esta tendencia. En primer lugar, lainterpretación propuesta por Norberto Bobbio en la Enciclopedia Einaudi sobreasuntos consustánciales a la caracterización de la política, recurriendo para ello al“estudio de antítesis”, (democracia/dictadura, público/privado, estado/sociedadcivil). Cada una de estas antítesis, desde la perspectiva de Bobbio, da lugar adescribir y definir uno de sus términos, de manera independiente o como negacióndel otro, en un uso axiológico que pone en evidencia el juicio de valor, positivo onegativo, atribuible a la perspectiva de quien explora la relación entre los términos,y cuyo análisis hace necesario diferenciar niveles de naturaleza conceptual,histórica y/o axiológica.

Si bien, para el caso, el ejercicio propuesto por Bobbio

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correspondeexclusivamente a la definición de lo “público político”, resulta aleccionante la formacomo el autor deslinda ámbitos a partir de la convergencia de múltiples dicotomíasque se encuentran, según su juicio, en la tradición y que son recurrentes en lasciencias sociales. En consecuencia, la gran dicotomía público/privado se puededuplicar en la distinción que subyace a dicotomías como las siguientes: sociedadde iguales/sociedad de desiguales, ley/contrato, justicia conmutativa/justiciadistributiva.

El segundo ejemplo pone de presente otra lectura de lo público privado entérminos de esferas, sin embargo no coincide con la lógica propuesta por

tradiciones como la de Bobbio, en tanto introducen aspectos y matices que nopermiten llegar a la idea de una continuidad histórica articulada a la separación dedos ámbitos o mundos; tal es el caso de las propuestas interpretativas de JürgenHabermas y Hannah Arendt.

Uno de los elementos comunes a la reflexión de Arendt y Habermas es ladefinición de una nueva esfera que no se corresponde con la separacióndicotómica publico/privado propuesta desde el pensamiento liberal, y cuyo lugar esla “emergencia de lo social”, en el marco de las transformaciones que se operaronen el capitalismo de las sociedades del bienestar

Para Habermas22 la esfera pública -Öffentlichkeit-23 es una estructuracomunicacional cuya función se dispone y modifica históricamente, y sus cambioshacen parte de la transformación del dominio, la economía, el derecho y la cultura.

21 Bobbio, Norberto. “La gran dicotomía: público/privado”. Contenido en “Estado, gobierno ysociedad”. Fondo de Cultura Económica. México. 200022 Habermas, Jürgen. “Historia y crítica de la opinión pública: la transformación estructural de lavida pública”. Gustavo Gili. Barcelona. España. 1997.23 Antonio Doménech el traductor de la obra al español plantea que en alemán se entiende porÖffentlichkeit “vida pública”, “esfera pública”, “público” y a veces “opinión pública”. Atendiendo esta

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Sus primeros abordajes del fenómeno se orientaron a desplegar un tipo ideal de lapublicidad burguesa desde el contexto histórico del desarrollo inglés, francés yalemán, entre el siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, indagación que se amplía ala segunda mita del siglo XIX y primera mita del siglo XX; especialmente, por un“cambio estructural” que se opera en la Öffentlichkeit, en la medida en que ésta

queda incorporada, en un primer momento, a la integración del estado y de lasociedad, y se modifica una vez más con el auge de las mass media electrónicos,la relevancia de la propaganda constituida desde las lógicas del marketing políticoy la public relation, la creciente fusión entre el entretenimiento y la información, y ladesintegración de la vida asociativa liberal y de las publicidades comunales.

El ensamblamiento de la esfera pública y el ámbito privado, cuya tajanteseparación y diferencia había propugnado un ideario burgués que históricamentetuvo lugar en un breve período de tiempo, finalmente, emerge en lo que Habermasdenomina la “dialéctica progresiva de la estatalización de la sociedad paralela a lasocialización del estado”, con lo cual se presenta un paulatino cambio de

funciones de la familia, el estado, la empresa, la producción, el consumo, el ocio,el derecho, entre otras, y la constitución de una “esfera social” semipúblicoprivada, que resignifica y pone en vilo el antiguo sentido liberal de los diferenciasentre lo público y lo privado.

Por su parte Arendt24 encuentra que la antigua línea fronteriza entre lo público y loprivado, aludiendo a la experiencia griega y romana, se borra y cambia designificación para la vida individual y ciudadana con la emergencia de la sociedad.

Es la modernidad el lugar de esa emergenciaque posibilita la reconfiguración de la esfera

pública, en fenómenos como la administracióndoméstica nacional, la sustitución de la acciónpor la conducta, la consolidación de burocraciacomo gobierno de nadie, y la constitución deuna cientificidad articulada a la economía, elbehaviorismo y la estadística.

Ciertamente, la constitución de una ampliaadministración doméstica, saca la labor y eltrabajo de la antigua esfera del oikos,instaurándola en el seno de una “familiasuperhumana”, cuya organización política

multiplicidad de sentidos y considerando que ninguna de estas traducciones es posible, “sin que sepierda matices importantes de la noción Habermasiana”, además de tomar en consideración que“publicidad no significaba otra cosa en el castellano de hace una centuria que vida social pública”;se decide por verter Öffentlichkeit como publicidad.24 Arendt, Hannah. “La condición humana”. Paidos. Barcelona. España. 1996.

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adquiere el nombre de nación, admitiendo con ello la organización doméstica en elseno mismo de la esfera pública, y la sucedánea transformación de lascomunidades modernas en sociedades de trabajadores y empleados.

En consecuencia, dado lo anterior, para Arendt se presenta una tendencia a la

normalización de sus miembros mediante cierta clase de conducta impuestadesde una multiplicidad de normas, las cuales excluyen la acción espontánea o ellogro sobresaliente, tan caro al bios político en la vida griega. Se trata, por lo tanto,de una sustitución de la acción por la conducta y de esta última por la burocracia,que constituye su forma de gobierno. De otra parte, corresponde a una igualaciónen donde el reconocimiento legal y político es el sucedáneo de la conquista quehace lo social de la esfera pública, remitiendo la distinción y la diferencia a loprivado del individuo; privacidad entendida como esfera de la intimidad y que laexperiencia moderna descubre como opuesta a la esfera social, con la cual,paradójicamente, se haya más próxima.

Finalmente, lo anterior implica el desarrollo de un pensamiento científico sobre lopúblico que no se corresponde ya con la ciencia política sino con la “economíasocial”; pensamiento científico articulado a la aplicación de los grandes números,de la estadística como tratamiento matemático de la realidad.

En conclusión, este tipo de interpretaciones de lo público privado centradas en unacaracterización en términos de esferas, ámbitos y mundos, a pesar de consentirlecturas de conjunto que involucran varias dinámicas, continuidades ydiscontinuidades articuladas como un todo, tienden a generar una percepciónmolar que no permite asir la multiplicidad de sentidos y tensiones, imbricaciones ytraslapes de las interacciones público privadas inscritas en las prácticas cotidianas

de los “pequeños” encuentros y desencuentros. Las lecturas centradas en lasinteracciones, mediaciones e interdicciones que se dan en situaciones generadaspor la inmediatez de lo cotidiano, ponen de presente dimensiones de lasrelaciones público-privadas que tienden a relativizar generalizaciones y supuestosque gozan de una amplia trayectoria, dominio y aceptación, producidas desdeinterpretaciones en las que domina la concepción en términos de esferas yámbitos.

Las relaciones público privadas

Dos indagaciones posibilitarán, en este caso, presentar y abordar formas depensar las relaciones público privadas, desde perspectivas interaccionistas que seocupan de las prácticas cotidianas. La primera exploración corresponde al trabajohistórico de Antoine Prost, y permite ejemplificar una perspectiva que articulalecturas de lo público desde ámbitos y esferas, pero se detiene igualmente en laconfiguración de relaciones público privadas desde interacciones cotidianas ysituacionales, que son contextualizadas en términos de clases, estamentos yroles, entre otros. La segunda exploración se apoya en los trabajos de IrvingGoffman quien se detiene de manera más radical en micro estudios del “orden

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público”, en una interpretación de la interacción público privada, en la situación y elacontecimiento que se procura en lo cotidiano.

Antoine Prost, en sus exploraciones sobre los espacios urbanos, encuentra quelos “hechos de la vida” y los “acontecimientos de la existencia”, en experiencias

cotidianas, son ordenados por relaciones público privadasLa investigación propuesta por Prost permite establecer la manera como lavecindad alude a una relación con aquellos que viven cerca de la casa propia,pero también con los dominios físicos y existenciales de permanenciasindividuales y colectivas, desde los cuales se ordenan las vidas en confortablesrecintos de predecibilidad, generadores de un mundo asible y familiar, que seconstituyen, en buena medida, por formas de aceptabilidad e inadmisibilidadestables, consustánciales a relaciones público privadas que en ellos se juegan.(Lugar del trabajo y el estudio, lugar de los juegos de lenguajes audibles, lugar delas retóricas corporales y de los rituales).

Sin embargo, estas centralices diversas con sus múltiples resonancias de lofamiliar (El nombre con el que llama el padre en el hogar, el profesor en el colegio,el subalterno en la oficina, el amigo en el bar) no resultan ser permanentes nicontinuas; el trayecto como exterioridad de estos dominios centrados y“relativamente predecibles”, multiplican, desdibujan y matizan intensidades de lofamiliar

En las reflexiones de Prost25, quien habita el barrio lo define subjetiva yobjetivamente como conjunto de itinerarios recorridos a partir de la propia casa yde la familiaridad procurada por ella. El trayecto como itinerario, como recorrido

circunscrito a una superficie que se abre y se aleja, corresponde en el caso de lasrelaciones público privadas a un trasegar y desplazarse en el habitar espaciosigualmente familiares, pero de una familiaridad no coincidente con la de la propiacasa, ni con la del hogar: es la familiaridad con aquellas gentes y cosas que notienen nada que ver con buena parte de los asuntos de la propia vida; personas yobjetos no escogidos para tenerlos como próximos pero que, sin embargo, no nosresultan extraños.

Es importante subrayar la manera como esta no extrañeza se encuentra articuladaa una presencia del otro o de lo otro, que deviene cotidiana en las propiastrayectorias dibujadas por el itinerario. Es el lugar, dice Prost, en el que sedescubren los mil y un detalles de la vida cotidiana.

Dado lo anterior, las relaciones público privadas no corresponden a un únicosentido, a una misma trayectoria, a una idéntica forma; sus múltiples sentidos, ladiversidad de sus trayectorias y la variedad de las formas que asume, existen enestrecha relación con la manera como se configuran y devienen castas,

25 Prost, Antoine. "Fronteras y espacio de lo privado”. Contenido en: "Historia de la vida privada: dela primera guerra mundial a nuestros días”. Taurus. Tomo V. Madrid. España. 1988.

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estamentos, clases sociales, instituciones, la constitución de identidades y laconfiguración de culturas, entre otras.

No solamente se alude, como lo señala Prost, a una realidad histórica que puedeser considerada desde el acontecer de la existencia, sino que igualmente varía, en

un mismo momento, según se trate del grupo social y sus relaciones con otrosgrupos, de la forma que revisten los dispositivos institucionales, sus lindes ymediaciones con otros. En este sentido, resulta no solamente pertinente sinonecesario, cuando se trata de caracterizar las relaciones público privadas, precisarlos grupos sociales a los cuales se alude, las instituciones desde las cuales seabordan, las formas identitarias que involucra, las culturas a las cuales incumben.

De otro lado, en ciertos momentos y grupos sociales algunas formas de relacionespúblico privadas tienden a ser más extendidas, abarcantes y hegemonizantes,según se trate de las maneras de explotación, dominación y sujeción imperantes;a pesar de lo cual, en cada caso, no se puede pasar por alto el modo como

influyen las relaciones público privadas que se configuran en otros grupos,dispositivos institucionales y espacios culturales; cada una de ellas no devienen dela misma manera ni “según las mismas pautas”.

Desde otra perspectiva, Irving Goffman26 en sus microestudios sobre el ordenpúblico propone explorar los “territorios del yo” como aspecto central de laorganización social cotidiana. Es generalizado que cada uno de nosotrosreivindique el uso y disponibilidad de objetos o estados de cosas deseados, parasituaciones o contextos específicos: por ejemplo, una disposición adecuada de los

alimentos para una cena importante, un lugar en la playa lo suficientementeespacioso para ubicar los objetos propios en un día de vacaciones. Cada uno denosotros en su accionar más inmediato y cotidiano reivindica en su situación de“agente” el derecho a poseer, controlar, utilizar o transferir objetos o estados decosas; sin embargo, la interacción como elemento constitutivo de la organización

26 Goffman, Irving. “Relaciones en público. Micro estudios de orden público”. Alianza. Madrid.España. 1979

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social hace evidente la posibilidad de la ingerencia de otros agentes que puedenponer en peligro la propia reivindicación.

Este tipo de interacción que define su especificidad en el marco de las situaciones,circunstancias y contextos cambiantes del accionar cotidiano, establece, demarca

y caracteriza un “territorio” en el cual se ejerce la reivindicación. Vale decir, laacción se despliega en un territorio que se organiza atendiendo a las presencias,ausencias, copamientos e interferencias de agentes que definen la espacialidad apartir de reservas egocéntricas desde la cuales se configura la adminisibilidad oinadmisibilidad de los acercamientos del otro, de las copresencias, de la intimidady de la exclusión.

En todo caso, en la situación o en el contexto, nos encontramos con múltiplesgramáticas gestuales y kinéticas colectivas que silenciosamente procuran lasmemorias corporales con las cuales se reacciona al contacto, el volumen, lastexturas, las formas y su disposición. Tómense en consideración, por ejemplo, la

ordenación callada de los múltiples movimientos de los usuarios de un ascensor;la distribución de turnos ante una ventanilla de atención; el deslizamiento de losojos en la utilización del campo visual en una calle, la velocidad de paso y losdesplazamientos frontales y laterales del transeúnte en medio de la multitud queocupa calzadas, salidas y autobuses.

En tales circunstancias las relaciones público privadas se diversifican de formasimultánea, atendiendo a sistemas de reglas diversas que según sea la situaciónse superponen y al mismo tiempo operan; se trata, por lo tanto, de umbrales entrelo público y lo privado que cambian de forma vertiginosa en función de la maneracomo rituales múltiples determinan la admisibilidad o no admisibilidad de

ausencias, presencias, copresencias y exclusionesEn ciertas ciudades portuarias italianas, en las horas de la mañana los espaciosde la casa se expanden a las aceras mediante la distribución de mobiliarios queredefinen los lugares de tránsito de los peatones hasta las horas en las que cae latarde; sin embargo, en el complejo sistemas de reglas que determinan lasrelaciones de la comunidad local, los vecinos transitan entre los dormitorios, lacocina y otros tipos de habitaciones que se disponen como espacios abiertos delencuentro cotidiano, tránsito que se ve restringido a partir de ciertas horas de lanoche, en las cuales el espacio se contrae generando un circulo de cierre y deinterdicción que configura un territorio reservado para la intimidad.

Una parte relevante de las investigaciones interaccionistas sobre las relacionespúblico privadas, se radicalizan aún más a partir de relecturas de la obra deGabriel Tarde y Georg Simmel. Por ejemplo, para Isaac Joseph27 los estudiosmicrosociológicos de Tarde se ocupan más de los problemas de la dispersión y delas formas de adaptación que afectan la “epidermis de lo social”, es decir, “losocial en su inmanente reflexividad”. No se trata, por lo tanto, de una indagación

27 Joseph, Isaac. “El transeúnte y el espacio urbano”. Gedisa. Barcelona. España. 1988.

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que parta de ejes como la clase social, el estamento y la institución; sino unareflexión que se detiene en lo excéntrico, en un análisis de las relaciones socialesatendiendo a la distancia, a las lógicas de la diastemia y no tanto a la proxemia.La experiencia del trasegar o devenir del transeúnte en el espacio citadino,corresponde, igualmente, a una dispersión de escenas que no equivalen ya a la

disolución o a la desorganización, sino a la naturaleza misma del espacio público.En tal sentido, la perspectiva de análisis se detiene especialmente en el accionardramatúrgico que configura lo público y los tipos de saber que éste procura.

Tercera variación: Lo público y estéticas de lo inamisible

Los gaquis esos seres invisibles, espíritusnecrófagos de la escatología budista del Japónmedieval, habitaban los umbrales de lo visible yno visible, de lo enunciable y no enunciable, conlo cual una época, un gestual se representan la

admisibilidad y la interdicción.El suave y húmedo rocío de la mañana cubre lashojas de las plantas y sus flores, sin embargo, enla medida que el tiempo solar transcurre, lascristalinas formas de las gotas desaparecen sindejar rastro alguno, es entonces, cuando sepone de presente la existencia de aquellos seresinvisibles, “espíritus hambrientos”, que todo loconsumen. Los gaquis con sus enormesabdómenes y sus estrechas gargantas por las

cuales sola pasa el delgado metal de una aguja,están condenados a alimentar permanentementey de manera indefinida la inacabada voracidad de sus abdómenes; su condena escalmar el hambre que genera más hambre, el dolor que genera mas dolor, elolvido que procura más olvido

Un antiguo sutra budista indio que se traduce al chino en el siglo VI, clasifica atodos los seres del universo y reserva una sección de treinta y seis subespeciespara los “espíritus hambrientos”: espíritus con cuerpos como calderos, espírituscon gargantas finas como agujas, comedores de vómitos, comedores deexcrementos, comedores de nada, comedores de vapores aéreos, comedores de

dharma budista, bebedores de agua, optimistas y ambiciosos, comedores decarne, consumidores de incienso, aficionados a sus enfermedades, observadoresde la defecación, espíritus subterráneos, espíritus intensamente candentes,espíritus fascinados por los colores, espíritus con bastón, espíritus comedores deniños, comedores de semen, espíritus de calles sucias, espíritus que se matan a símismos, espíritus recolectores de la desesperanza.

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Los gaquis son seres de un tiempo que no tiene fin, espíritus de la lentitud quedevoran con paciencia, espíritus necrófagos que alojan en su vientre aquello queno ha detener lugar, aquello inamisible.

A pesar se su condición fantasmal, los gaquis tejen con su voracidad la realidad

más inmediata y cotidiana de cortesanos, campesinos, jueces, funcionarios ymonjes de la época. ¿Qué sería de un mundo en donde los residuos, los detritos,la mierda, las ulceras y desengaños permanecieran para siempre, acumulándosesin remedio? Sin embargo, en esta configuración demiúrgica de la cosmologíabudista no todos pueden ver lo mismo o no deberían ver lo mismo; aunque eluniverso de los gaquis acompañe la vida de ricos y pobres, emperadores y parias,almas finas y truculentas

La cortesana Sei Shonagons del siglo X en su “Libro de almohada”, elabora unalista de cosas sencillas e inadecuadas, en esta lista incluye como inadecuado,según lo referencia William LaFleur28, “la nieve sobre las casas de la gente común,

especialmente lamentable cuando se refleja la luz de la luna”.Como quiera que, para la cortesana Sei Shonagons, los pobres carecen defacultades para apreciar tal belleza; la nieve se echaba a perder al caer,indiscriminadamente, sobre los tejados del vulgo. No se trata por lo tanto de unaceguera indiferenciada, limpia y esencial. La mierda es mierda pero en lasgramáticas del asco la mierda es un problema de clase, de la posición del sujeto,para no traicionar, la narrativa de los cientistas sociales.

El niño Milan Kundera29 se interrogaba en sus disquisiciones infantiles, esta vezdesde una demiúrgico cristino, sobre ¿Cómo el hombre es hecho a imagen y

semejanza de Dios? Esta idea le asustaba, porque si Dios tiene boca él come,como lo hacen los hombres. Pero si él come tiene intestinos, y la idea de losintestinos de Dios es una blasfemia.

Para el escritor Checo la mierda es un problema teológico más complejo que elmal, por ello nos dice que Dios le dio a los hombres la libertad y por eso podemossuponer, al fin y al cabo, que Dios no es responsable de los crímenes humanos,sin embargo, el único responsable de la mierda es aquel que creó al hombre.

Dado lo anterior, Kundera encuentra que en el transfondo de toda fe, religiosa opolítica, esta el primer capítulo del génesis, de él se deduce que el mundo se creócorrectamente, el ser es bueno y por tanto es correcto multiplicarse. A esta fe ladenomina acuerdo categórico con el ser, de la cual se desprende un ideal estéticoen donde surge un mundo en el que la mierda es negada y todos se comportancomo si no existiese, a ese ideal estético lo denomina Kitsch.

28 LaFleur, William. “Espíritus hambrientos y hombres hambrientos: corporeidad y racionalidad en elJapón medieval”. Contenido en “Fragmentos para una historia del cuerpo. Primera parte”. Taurus.Madrid. España. 1990.29 Kundera, Milan. “La insoportable levedad del ser”. Tusquets. Barcelona. España. 1986

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El Kitsch es la negación absoluta de la mierda, en sentido literal y figurado; elkitsch elimina de su punto de vista todo lo que en la existencia humana esesencialmente inaceptable. Sin embargo, téngase encuenta, ese ideal estético queen múltiples y variados momentos del transcurrir humano se constituye en idealascético, habita nuestras más inmediatas prácticas de vida. “La necesidad de

kitsch del <hombre kitsch>, es la necesidad de mirarse en el espejo del engañoembellecedor y reconocerse en él con emocionada satisfacción”30 

Thomas, el personaje de La   Insoportable Levedad del Ser , mantenía una regiónespecífica, despótica y fascinante que Kundera denomina Memoria poética. Unasituación, un objeto, una palabra nos cautiva y soslayados ante ella, hacemos delprovenir la búsqueda de aquella situación de aquel objeto de aquella palabra.

Ana Karenina, el personaje de León Tolstoi, conoce a Brosky, su manante, cuandoun hombre es triturado por las ruedas de un tren; aquel episodio sugiere el motivode la vida de Ana. Tiempo después, con los dolores que el amor musita en las

inaudibles notas de un memorial poético, ella se adviene a la muerte lanzándose alas ruedas de un tren (Así se inicia una historia, así termina una historia).Entonces, el destino es eco de una voz que murmura la palabra anhelada, es laescritura de una mano que nos llama, con torsiones poco visibles, desde el umbraldel recuerdo, y nuestros ojos enteramente maravillados, desde la distanciainfranqueable, nos entregan ciegamente a una multiplicidad de variaciones queanhelan la ilusión de un cuadro, de una imagen de contornos claros y acabados,como si la vida no fuese el boceto, el ensayo continuamente iniciado de una obraque siempre esta en preparación.

En la novela La vida esta en otra parte 31, el gran amor de una rebelión romántica

es la feminidad soñadora de la madre del poeta; es el sentimiento absoluto en elque Jaromil, en la poesía, disuelve lo sucio y extraño haciéndolo puro y hermoso;es la hermandad de todo los hombres cantando al unísono en el círculo de unacomunidad exaltada. Amor de interrumpida felicidad. Unidad, unidad. Entregatotal, felicidad de amor en la calma de los cuerpos unidos por el inmutablemomento de un encuentro sin par.

La rebelión romántica es el dominio de un memorial poético lírico, cuya ampliaextensión no tiene horizontes y en donde el amor pretende no tener historia. Lugardel Kitsch en el que reina la oscuridad de unos parpados caídos y los cuerposeternamente en reposo son cubiertos por la encantadora cúpula de una miradaúnica y total, extasiada por los siglos sin tiempo.En un poema de Jaromil, “losamantes se abrazan y se acoplan de tal modo que llegan a convertirse en un serúnico, incapaz de andar y moverse, transformándose lentamente en un materialinmóvil que perdura por los siglos, sin someterse al tiempo”

30 Kundera, Milan. “Sesenta y siete palabras”. Contenido en: “El arte de la novela”. Tusquets.Barcelona. España. 198731 Kundera, Milan. “La vida está en otra parte”. Seix Barral. Barcelona. España. 1985

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Y la madre del poeta, “¡Ah, cuanto lo amaba! Con que amor miraba losmovimientos incesantes de aquella boca desdentada mientras mamaba y seimaginaba que con la leche le entregaba también sus pensamientos, ideas ysueños”.

Pero aquel que se interesa por las historias de un gran y definitivo amor sinhistoria, siente miedo por las historias de la vida cotidiana, llenas de zozobra einseguridades. En las historias de la vida, la historia de un gran amor sin historiatiene como sucedáneo una historia de traición, desengaño y duelo.

El gran amor de una rebelión romántica solo tieneojos paradisíacos para cuerpos paradisíacos. Lamirada paradisíaca es aquella, que en palabras de lamadre del poeta, ve el mundo sin mayor detalle y nosabe de la existencia de un mundo cruel en dondelos cuerpos se dividen en feos y hermosos. Es la

mirada de un ser que todavía no tiene ante suspupilas el mundo, o el mundo esta cercado por ladulce cúpula del cuerpo de la madre.

Para la madre, el pequeño Jaromil no tenía ojospara las arrugas de su vientre, porque los ojos delniño no miran, y ante unos ojos que no miran notiene razón de ser la vergüenza o el orgullo de unculo bien puesto y unos senos bien subidos. Pero siel pequeño Jaromil no tiene ojos, ¿Cómo podemos,entonces, hablar de la mirada del pequeño Jaromil?

Hay quienes tuvieron ojos, miraron y los perdieronpor la propia mano. Edipo, incapaz de soportar lavisión de lo que había causado con sudesconocimiento, se perforó los ojos y se marcho deTebas. El joven Jaromil tiene ojos para contemplar elfeo cuerpo de su amante pelirroja, la madre delpoeta tiene ojos para ver las arrugas de su vientre ylos tenues cabellos que apuntan en la ridículacabecita de pequeño hijo. Una mirada paradisíacano es aquella de quien no tiene ojos, sino la miradade quien teniendo ojos no soporta la visión de unmundo en donde los cuerpos se esconden tras lashojas de parra, y despavoridos marchan a losdominios de un memorial poético lírico. Téngase encuenta que no todos quienes no tienen ojos están enlos dominios líricos. Edipo rey marcha sobre loscaminos de una ceguera trágica.

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Javier marchaba por las sendas paralelas del poeta Jaromil, Javier marchaba de sueñoen sueño porque no vivía una vida única y uniforme desde el nacimiento hasta lamuerte. Javier no vivía su vida, dormía su vida. Pero lo irresoluto retorna, uno y otravez, como el hambre voraz vuelve al vientre insaciable de los espíritus necrófagos,entonces, la negación absoluta de lo inaceptable no cerrará indefinidamente sus pupilas

y no morará complacida en los armoniosos mundos de la ensoñación paradisíaca.Sí, lo irresoluto retorna, porque la negación absoluta de lo inaceptable no es un mundofuera de este mundo, como no lo son las ocultas cañerías, tuberías, intersticios,agujeros y canales que guardan en su vientre la inadmisible inmundicia del habitarhumano. El envés con el cual lo irresoluto retorna, abre sus calidas y generosas manosante el mundo, para regalarlo con las agradecidas acciones que conquistarán y labraránlos infinitos y acogedores terruños de la ensoñación paradisíaca, en los cuales loinaceptable, de manera categórica, no existirá

Ana Karenina se adviene a la muerte lanzándose a las ruedas de un tren; el

acontecimiento señala el motivo, el lugar irresoluto de la vida de Ana. El 21 de agostode 1968 el acontecimiento irrumpe y las interminables caravanas de tanques rusos, consu magnánimo ruido, inician la gran marcha de un idilio justiciero que entregará a laBohemia un nuevo mundo para todos, entonces, las calles perderán sus nombres,muchos seres sus vidas y las voces de la primavera de Praga se encontrarán reducidasal silencio. La gran marcha es la hermosa senda de quienes tomados de las manos consolidario, tierno y aguerrido sentimiento, avizoran los inconfundibles horizontes de lascausa justas de un kitsch imperturbable, cuya epifanía es un mundo feliz sin lashendijas de lo inaceptable.

Para Mirek, el personaje del Libro de la Risa y el Olvido, la lucha del hombre contra el

poder es la lucha de la memoria contra el olvido, sin embargo, el olvido no solamentetiene lugar cuando la negación absoluta de lo inaceptable arrasa los nombres de lascalles y de los hombres, destrozando el monumento y desterrando a los lugares delsilencio, igualmente alude a lo que el novelista Checo denomina los “acontecimientoshistóricos que se imitan”; el asesinato de Allende es eclipsado rápidamente por elrecuerdo de la invasión de Bohemia por los rusos, la masacre de Bangladesh haceolvidar a Allende, la guerra del desierto del Sinaí oculta el llanto de Bangladesh.

Lo irresoluto retorna y el acontecimiento irrumpe. Y hoy, entregado irrestrictamente a losextasiados ojos de la expectación global, irrumpe en su tempo mundo, tempoplanetario, tempo local, asistido por la ensoñación paradisíaca de los veloces yomnipresentes tiempos mediáticos, que pretenden, unir, acercar, conceder y disponerlotodo. No de otra manera, el acontecimiento resulta ser lo más “actual de lo actual”,aquello que no se ha presentado e inesperadamente adviene escapando de lapredecibilidad cotidiana; es la plenitud paradójica de lo siempre novedoso, desconocidoy aguardado, pero extrañamente repetible y acostumbrado.

Entonces, la escenificación de la negación absoluta de lo inaceptable, busca cautivarlos ávidos y expectantes ojos de sus imaginadas audiencias, regalándolos con los actos

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del castigo; el once de septiembre y sus torres gemelas, las cruzadas norteamericanasen las tierras de Irak.

Sin embargo, de todo aquello no queda, solamente, el despojo de los actos de limpieza,depuración y pulcritud, con los cuales las extendidas, solidarias, humanitarias pero

firmes y decididas manos de la ensoñación lírica, esfuman y borran lo inaceptable; sinotambién fulgura la sublime imagen de los heroicos actos con los cuales una granmarcha acicala su rostro en los espejos del pasado, para en eterna comunión hacerparte de las gestas, sagaz y cruzadas de redención del desarraigo, la exclusión, el dolory la miseria.

La ensoñación paradisíaca no es la antítesis de lo inaceptable, es necesario subrayarlo.La ensoñación paradisíaca urde sus pequeños mundos de felicidad eterna con losmugrosos hilos de lo inaceptable. ¿Qué sería de la santidad de Sor Teresa de Calcutasin las úlceras y llagas que adornan los desvalidos cuerpos entregados a su infinitoamor?

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PlanteamientosSobre Lo Público

Político

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LO SOCIAL ARRASO CON LA ESFERA PÚBLICA¿UNA MODERNIDAD SIN POLÍTICA?

Elsa Martínez32 

l siglo XX, que se inauguro con la muerte y la barbarie y termino de la mismamanera, en tanto hoy en el mundo se enseñorea la guerra y la violencia,constituye todo un testimonio de la validez y la pertinencia contemporánea de la

obra de Hannah Arendt, en particular su trabajo la “Condición Humana”. La violencia yla barbarie son el costo que la sociedad contemporánea debe de pagar por el triunfo delanimal laborans, que absorbe la razón de ser del homo faber, pero sobre todo, que leimpone la lógica del hacer, a la vida humana, que solo es posible en tanto exista laposibilidad de expresar la pluralidad de lo humano, en el espacio que constituye lopolítico, y que en el planteamiento de la autora, corresponde a lo público.

El discurso se construye a partir de una crítica de la modernidad, en la que el

advenimiento de lo social, no solo borro las diferencias entre lo público y lo privado,sino que los trastoco de manera perversa, desfigurando el sentido de lo político, ycolocando el mundo de la necesidad y de la fabricación en el primer plano de la vitaactiva. Esta transformación perversa es hoy analizada, cuando no simplementepresentada, y sobre todo vivida, como el resultado del mal llamado proceso de“civilización”, en el que se asienta el mundo contemporáneo.

La autora construye un marco conceptual para pensar los avatares y sin salidas que havenido recorriendo la condición humana. Este marco conceptual está dado por lascategorías vita activa, vita contemplativa, y la relación por la que transita lo público-privado. La presentación de este marco conceptual constituye la primera parte de

nuestro trabajo.

A partir de este marco conceptual la autora asume como punto de “partida” a losGriegos, a partir de los cuales construye una especie de modelo ideal, con el que va acomparar las transformaciones que se han dado en la vita activa , y sus efectosdesastrosos sobre la condición humana, del hombre contemporáneo. De este tema nonos ocuparemos en el presente trabajo.

El punto central del trabajo “La condición humana” es dar cuenta de lastransformaciones en la vita activa y la vita contemplativa en dos momentos que laautora diferencia a lo largo de su trabajo: la edad moderna primero, y el mundo

moderno, después. Para efectos del análisis la Edad Moderna comienza con el sigloXVII y termina con el inicio del siglo XX. Mientras que entiende por Mundo Moderno, elque se pone en marcha cuando el hombre del siglo XX, con las explosiones atómicasborra de la faz de la tierra y del universo, la vita activa de “sociedades” enteras,mostrándole al resto de la humanidad hasta donde puede llegar su capacidad dedestrucción, y como no tiene el menor reparo ético en pasar de la destrucción de los

32 Profesora de la Escuela Superior de Administración Pública

E

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productos resultado de la fabricación, a la destrucción de la vida humana. Hacer lapresentación de los cambios en la jerarquía y en las articulaciones entre labor, trabajo yacción es el objetivo a desarrollar en la segunda parte de nuestro trabajo.

Teniendo en cuenta que este trabajo se dio a la luz pública en 1958, por lo que la

autora no alcanza a imaginar los acontecimientos posteriores del mundo moderno,pretendemos identificar, a manera de “conclusiones” hasta donde ha llegado la invasiónde la esfera de lo social, y sus consecuencias en tanto ha “borrado” las fronteras entrelo público, lo privado y la intimidad, en el escenario creado por la globalización.

Marco conceptual

El objetivo de esta primera parte es presentar el marco conceptual, el lugar desdedonde mira la Hannah Arendt el problema de la condición humana, en lo que elladenomina la edad moderna y el mundo moderno.

El trabajo desarrollado en el texto citado, tiene como punto partida un marco conceptualconstruido fundamentalmente por las categorías de vita activa, vita contemplativa, y larelación por la que transita lo público-privado.

1.1 La vita activa

La vita activa, es decir la vida humana, es una categoría que podríamos calificar comocomprensiva del conjunto de todas las actividades humanas, por las cuales transita lavida, el quehacer, el pensar, y la acción de hombres y mujeres en su condición dehumanos. Estas tres actividades son: la labor, el trabajo y la acción.

1.1.1 Labor

La labor, es un conjunto de actividades en las cuales se juega el proceso de la vidamisma, en tanto, están ligadas a las necesidades vitales. Es el proceso que acompañael irremediable transitar biológico de nacer, crecer, desarrollarse y morir como especiehumana, es el hombre inmerso en el repetido ciclo vital de la especie. Como lo que se

 juega en ella es la vida misma, está constituye su condición humana. La labor asegurano solo la supervivencia individual sino la de la especie.

1.1.2. Trabajo

El trabajo es un conjunto de actividades orientadas a la creación de un mundo decosas, necesarias al hombre, pero distintas de lo natural. El trabajo es la construcciónde un mundo artificial de cosas, que posibilita que la vida albergue dentro de ellas, ycuya condición humana está dada por la mundanidad. El trabajo y su producto hechopor el hombre, constituyen las condiciones de permanencia y durabilidad, no solo conrespecto a la vida sino también con respecto al tiempo humano.

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1.1.3 Acción

La acción es el escenario de la pluralidad y dela vida realmente humana, lo que lo constituyeen el escenario político por excelencia. La

pluralidad es una realidad en la medida en quelos humanos no somos una interminable seriede repeticiones, sino que precisamente serhumano significa que “todos somos lomismo.......... y por lo mismo, nadie es igual acualquier otro que haya vivido, viva o vivirá”33.La acción es el escenario en el que habita lapluralidad, condición no solo sine qua non, sinocondición per guam de toda vida política. Espor esto que la acción es el “lugar” en el queemergen los cuerpos políticos, y donde por

consiguiente es posible la historia.La acción alude a la condición humana de lanatalidad, al advenimiento, a nuevo comienzo.La acción es nacimiento, en la medida en queél que llega tiene la capacidad de emprenderalgo nuevo.

Es decir, las actividades inherentes al mundo de la labor, del trabajo y de la acción, sonhumanas en la medida en que son lo que son, en tanto los hombres viven juntos. Unhombre laborando solo sería un animal laborans, pero no un humano. Un hombre que

construyera un mundo solo, sería un fabricante, pero nunca un homo faber. En amboscasos sería un hombre que no tendría la condición humana. En el caso de la acción, noes posible imaginar un hombre en perfecto aislamiento, ni siquiera existelingüísticamente una manera de nombrarlo. La acción no es posible sino es enpresencia de otros, ya que la pluralidad solo emerge cuando estamos juntos.

1.2 Vita Contemplativa

La vita contemplativa alude al conflicto entre el filosofo y la polis. Es la vida del filósofodedicada a inquirir y contemplar las cosas eternas. Esta actividad exige una perfectaquietud, es decir no puede realizarse si el filosofo es interferido por la actividadproductora, o el consumo de los hombres. En la antigüedad la contemplación eraconsiderada una vida superior sobre cualquier tipo de actividad, incluida la acción. Estose expresa claramente en la postura de Platón y de Aristóteles. Para Platón, lareorganización de la vida de la polis no sólo está dirigida por el superior discernimientodel filósofo, sino que el objetivo de la misma es hacer posible la forma de vida de éste.Para Aristóteles, el ideal de vida es la contemplación, y la diferencia con la vita activaradica en que ésta se halla más próxima a la in-quietud, mientras que la contemplativa

33 Arendt Hannah. “La condición Humana”. Paidós. Barcelona. España. 1998. Pág. 22

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lo es a la quietud, entendida como el cese del movimiento físico externo y de cualquiertipo de actividad. Es importante anotar que la contemplación es una facultad humanaclaramente distinta al pensamiento y al mundo de la razón.

Hannah Arendt acepta la distinción entre vita activa y vita contemplativa, pero cuestiona

la jerarquía establecida entre ellas, en tanto considera que “el enorme peso de lacontemplación en la jerarquía tradicional ha borrado las distinciones y articulacionesdentro de la vita activa” 34 y que el interés que sostiene las actividades de la vita activa,labor, trabajo y acción, no es el mismo para la vita contemplativa. Pero si bien losintereses son distintos, de esto no se deriva que se pueda establecer una jerarquía entérminos de superior e inferior al interés de la vita contemplativa.

Es a partir de Sócrates que estos caminos se bifurcan, cuando los hombres depensamiento descubren que el reino de lo político no proporciona las actividades máselevadas del hombre. Esta carencia de lo político se evidencia cuando los hombresencontraron un principio más elevado para reemplazar al que había regido la polis. Este

principio en la modernidad será la razón,de la cual se derivara la ciencia.

Existen dos principios y el camino paraidentificarlos es la distinción entreinmortalidad y eternidad.

La inmortalidad es vida sin muerte, como elcaso de los Dioses del Olimpo. Loshombres a diferencia de los dioses son lasúnicas cosas mortales con existencia. La

inmortalidad es posible en los hombres silogran, mediante la potencia producir cosasque merezcan ser imperecederas, y quepor esta característica encuentren un lugaren el cosmos donde todo es inmortal. Lainmortalidad radica en que las acciones de

los hombres dejen huellas imborrables, mediante la producción de trabajos, actos ypalabras inmortales. Esta posibilidad no es para todos los hombres, solo losverdaderamente humanos logran ser inmortales, los demás mueren como animales.

La eternidad es la perspectiva del filósofo, que se mueve al margen de los asuntoshumanos y de la pluralidad, como lo ilustra Platón en el mito de la caverna. El hombrese abstiene de la acción, lo que equivale políticamente a dejar de estar entre loshombres. Abandona la polis que es el lugar de la permanencia y de la inmortalidad. Lainmortalidad se logra con una obra salida de manos humanas, mientras que la eternidadcon una obra salida de manos mortales.

34 Ibíd. Pág. 29

La Acción Es ElEscenario De LaPluralidad Y De

La VidaRealmente

Humana, Lo QueLo Constituye

En El Escenario

Político Por Excelencia

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Los dos principios que se derivan de lo anterior serían: la skole, la quietud comoprincipio de la vita contemplativa, lo que conduce a la eternidad, y a la muerte. Elsegundo principio sería la askolia, o in-quietud, producida en el dejar rastro, lo queposibilita la inmortalidad. La askolia solo es posible estando entre los hombres, es decirsiendo humano y estando políticamente vivo. Es el principio que subyace a la vita

activa.Es a partir de la diferencia entre estos dos principios en que podemos diferenciar entrevita activa y vita contemplativa. La vita activa es el compromiso e interés por las cosasde este mundo, que encarnan y expresan los hombres y las mujeres mediante laacción, y que posibilita la inmortalidad; mientras que la vita contemplativa es el interéspor el pensamiento, del que se ocupan los hombres de pensamiento, y que posibilita laeternidad.

1.3 La relación público-privado

El tercer gran componente del marco conceptual propuesto por la Arendt es la nociónde público-privado.

Lo público es pensado como la esfera de lo común, aludiendo a dos fenómenos que sibien están relacionados no por ello son idénticos. Hablamos de dos fenómenos entérminos de dos significaciones de lo público.

La primera de estas significaciones de lo público denota que todo lo que aparece enpúblico puede verlo y oírlo todo el mundo, por lo que tiene la más amplia publicidadposible. La importancia de que lo que unos vean y oigan sea visto y oído por otros, esque son los otros los que posibilitan el paso de la apariencia a la realidad. Es decir es la

presencia de otros lo que nos asegura la realidad no solo del mundo sino de nosotrosmismos.

La segunda significación de lo público alude al propio mundo, en cuanto es común atodos nosotros, y a la vez diferenciado de nuestro lugar poseído privadamente en él.

Es importante precisar qué es el mundo. De entrada no es ni la tierra ni la naturaleza. Elmundo es hecho por el hombre, y lo constituye una trama tejida de una parte por losobjetos fabricados por las manos del hombre, mediante el trabajo, y de otra por losasuntos de quienes habitan juntos ese mundo. El mundo es el conjunto de “cosas yhombres que forman el medio ambiente de cada una de las actividades humanas” 35 

En el mundo los hombres como humanos vivimos juntos. Vivir juntos significa que entrenosotros habita un conjunto de cosas que están entre quienes tenemos en común esemundo. El mundo es común por dos razones centrales: Primera porque es el mundo elque nos agrupa, nos relaciona y a la vez nos separa; la segunda está dada por lapermanencia del mundo, en tanto trasciende nuestro tiempo vital. Lo trasciende porqueal nacer, el mundo está ahí y sencillamente nos adentramos en él, y al morir como

35 Ibíd. Pág. 37

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mortales, sencillamente lo abandonamos. Lo común en este doble sentido está dado nosolo por la permanencia del mundo, sino porque ésta nos crea la posibilidad decompartir el mundo, con las generaciones pasadas, presentes y futuras. Ese compartirel mundo entre diferentes generaciones es un aspecto de lo común.

El mundo sobrevive al paso de las generaciones porque este aparece en público, siesto no fuera posible, sencillamente el mundo no podría superar el embate del tiempo.La esfera pública lo que posibilita es salvar lo que los hombres quieren que permanezcaa pesar de la natural ruina del tiempo. Solamente las cosas que se consideranimportantes, las que han dejado huella, son las que merecen la inmortalidad, es decirmerecen ser salvadas de la ruina del tiempo y del olvido. La inmortalidad solo esposible, si estas cosas habitan la esfera pública.

Lo común, que denota lo público no esuna fuerza que nos pone en igualdad decondiciones en determinadas

circunstancias. Por el contrario, si fueraposible hablar de lasustancia de lo común,esta necesariamenteestaría constituida por ladiferencia. Lo comúnconstituye la realidad dela esfera pública en tantoésta solo se puedeconstituir si admite lapresencia simultánea de

innumerablesperspectivas, si admite lapresencia de lapluralidad. En esesentido el mundo es lareunión de todos, perocada uno ocupandodiferentes posiciones enél, y cada uno oyendo yviendo desde una posición diferente. Lanaturaleza de la esfera pública estairremediablemente ligada a laposibilidad de que las cosas puedan servistas por muchos desde diferentes

perspectivas, de manera que quienes seagrupan en ella deben saber que ven lomismo pero en total diversidad. Es decir

la esfera pública es pública si en ellaaparece y habita laauténtica y verdaderapluralidad de lo humano.

Lo privado es tratadoconceptualmente en undoble sentido porHannah Arendt,dependiendo de sucarácter privativo y no

privativo.Lo privado tiene unsentido privativo en lamedida en que denotaestar privado de cosasesenciales a la vidahumana, estar privadode realidad, en tanto se

esta privado de una objetiva relacióncon los otros, estar privado de losdemás en tanto en lo privado no puedoverlos y oírlos y no puede compartir lovisto y lo oído por mí.

El rasgo no privativo de lo privado nos coloca en la esfera familiar, lugar del nacimientoy de la muerte, actividades estas que siempre han permanecido ocultas de la esferapública, en la medida en que el hombre no sabe de donde procede cuando nace, niadonde va cuando muere.

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Otro rasgo no privativo de lo privado alude a la ley. Esta opera como una frontera, comouna muralla, que regula el estar entre los demás, es decir regula la vida humana en elmundo. Lo público no es la ley, ni la acción política se reduce a la función legisladora,ni la ley es un catálogo de prohibiciones. La ley es una especie de mesa que permiteque nos agrupemos muchos alrededor para relacionarnos, pero que en el momento en

que la retiren, no solamente nos vamos unos encima de otros, sino que perdemos laposibilidad de relacionarnos.

Otro rasgo no privativo de lo privado consiste en no carecer de un lugar privado propio,es decir ser humano. La propiedad es una de las condiciones, necesarias pero nosuficientes para poder adentrarnos en la esfera pública.

La vita activa en la Edad Moderna

La modernidad se asienta en lo que a lo político se refiere en las consecuencias de dosviejos errores .que han tenido repercusiones fatales para la humanidad, pero que a

pesar de las mismas, cada día parece más difícil corregirlos. Se podría pensar que loserrores son de traducción, y aparentemente así parece. Lo grave es que el significado,resultado de la traición que siempre implica una traducción, es la forma como se hainteriorizado y se ha vivido lo político, en la Edad Moderna. El primer error consistió entraducir el bios politikos aristotélico como animal social, y posteriormente como animalracional.

El error consiste en pensar que político y social son lo mismo, lo que equivale a calificarcomo político el simple hecho de no poder vivir sino es en relación con los demás,independientemente de las actividades que se desarrollan. Para Platón y Aristóteles lanecesidad de estar con otros era algo que los humanos teníamos en común con los

animales. Lo social era una asociación natural que se imponía y se originaba por lasnecesidades biológicas, que vienen siendo más o menos las mismas para el animalhumano que para las otras formas de existencia animal.

La diferencia con respecto a lo político, es que este alude a una capacidad para laorganización política en la búsqueda del reconocimiento del Quien es, de lainmortalidad, la pluralidad; mientras que lo social es simplemente el vivir junto a lossemejantes resolviendo los problemas propios a la necesidad, que en los Griegos es elespacio del oikos, mientras que el espacio de la política es la polis.

El otro error sobre el cual también se asentó la modernidad es con respecto al animal

racional, en donde se asume que la más elevada capacidad humana era el logos, eldiscurso de la razón, que no necesariamente era el “origen” de la lexis en el campo dela acción. Se puede ser animal racional y estar desprovisto de una forma de vida en laque el discurso y solo éste tenga sentido, en la medida en que lo más importante, lapreocupación primera sea hablar con los demás en condición de ciudadanos.

En la modernidad la confusión se exacerbo hasta el infinito, y hoy la esfera de lo social,no solo invadió la esfera pública sino que ha degradado la política, ha destruido la

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esfera privada y se ha convertido en una amenaza a lascosas del corazón como decía Rousseau, que ya no seencuentran a salvo ni en la arrinconada esfera de laintimidad.

Es importante precisar el significado y el ámbito de losocial para poder entender las implicaciones que suexpansión ha generado en la Edad Moderna, y lacatástrofe que hoy vivimos en el Mundo Moderno, dondela política ha desaparecido de la esfera pública.

Lo social, que no es ni público ni privado36, es unacreación moderna y dificulta entender la división entre lopúblico y lo privado, es decir diferenciar entre lasactividades relacionadas con el mundo en común, y lasrelativas a la conservación de la vida. Con la modernidad

las comunidades políticas son pensadas como una granfamilia, cuidada por un gran pater-familias que seencarga ahora de la administración doméstica que es dealcance nacional, y cuya forma de organización políticaes la nación.

Para efectos del presente trabajo sociedad es entendida como la ascensión delconjunto de lo doméstico, es decir del oikos, del mundo de la necesidad a la esferapública, en la que la administración de la casa y de todos los asuntos relacionados conel mundo de la necesidad que pertenecían a la esfera de lo privado en la ciudad-estadode los griegos, se han convertido en asuntos de interés colectivo o público. Dice

Hannah Arendt que no se trata de que la labor y el trabajo hubiesen ascendido al lugarocupado por la política, sino que está descendió al lugar ocupado por ellos.

Pero el asunto no es tan simple, no fue solo el efecto de un descenso y de unaigualación entre las actividades humanas que componen la vita activa . El cambio no fuesolo de lugar también implicó una transformación en el significado de labor, trabajo yacción.

2.1 La labor en la Edad Moderna

En la antigüedad no se dio una distinción clara entre labor y trabajo. En la modernidadresulta sorprendente por decir lo menos, que con su glorificación al trabajo, con laconsideración del animal laborans como animal racional, no se haya elaborado “unasola teoría en la que el animal laborans y el homo faber, la labor de nuestro cuerpo y eltrabajo de nuestras manos, estén claramente diferenciados”.37 Lo que aparece comomás cercano a esta diferenciación es el debate entre labor productiva e improductiva.

36 Ibíd. Pág.4137 Ibíd. Pág.101

Lo ComúnConstituye La

Realidad De LaEsfera Pública En

Tanto Ésta Solo SePuede Constituir S

Admite La PresenciSimultánea DeInnumerables

Perspectivas, SiAdmite La Presenci

De La Pluralidad

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El laborar no deja nada tras de sí, nada que permanezca en el mundo, en tanto todo loque resulta del laborar se consume inmediatamente. El hecho de que su resultado nopermanezca en el mundo no le resta importancia en el sentido en que es la vida la quedepende de los resultados fútiles de la labor. Los economistas clásicos y el mismo Marxreconocen que la actividad laboral posee una productividad que no se basa

simplemente en los productos de la labor, sino que radica en que es capaz de producirlos medios para su propia subsistencia y un excedente38, o superávit, que garantiza lareproducción de más de un proceso de vida. En esta perspectiva todo el laborar esproductivo.

Pero a pesar de que no se reconoció ni se elaboró una teoría que permitiera diferenciarlabor y trabajo, es un hecho que las cosas que existen en este mundo, entre las quehabita la vita activa , son de naturaleza diferente y producida por distintas clases deactividad.

Los productos del trabajo después de producidos

permanecen y duran, es decir forman un conjunto decosas duraderas que aseguran a la vida los mediospara su propia supervivencia. Los productos de lalabor por el contrario no tienen la posibilidad depermanecer, ellos son objeto de un incesanteconsumo. Es decir mientras los primeros se usan lossegundos se consumen. Los primeros pasan a serparte constitutiva del mundo, determinandocostumbres y hábitos, los segundos no alcanzan apermanecer y por lo tanto no generan hábitos ycostumbres. “Lo que los bienes de consumo son para

la vida los objetos de uso son para el mundo.”

39

 Las transformaciones más importantes en la labor sepresentaron cuando se evidencia que la EdadModerna no defendía simplemente la propiedad sinoque lo que le interesaba era la apropiación, es decir labúsqueda de”más propiedad”40 . Este fue el punto delque se ocupo Locke, a quien le interesaba el procesode apropiación del mundo, sin que se pudiera poneren ningún momento en duda el carácter privado delmismo.

38 El poder de la labor, tal como lo plantea Hannah Arendt, es el equivalente al poder del trabajo, comovalor de uso de la fuerza de trabajo en Marx, en la medida en que cuando se hace uso del valor de usode la mercancía fuerza de trabajo en el proceso de trabajo, que es un proceso de creación de valor, eltrabajo ha creado no solo lo correspondiente a su salario en el tiempo de trabajo necesario, sino que enel tiempo de trabajo excedente ha creado un superávit de valor, de trabajo no pagado, que constituye laplusvalía para el capital.39 Ibíd. Pág.10840 Ibíd. Pág.121

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El cambio es radical, ya no se trata de lo privado de la apropiación, que es propio de lalabor, sino de lo privado de la propiedad. Este es el síntoma de una gran transformaciónque consistió en la emergencia de la apropiación, de la acumulación y de la riqueza, loque significó que la preocupación fundamental ya no seguiría siendo la propiedad sino

el crecimiento de la riqueza y la acumulación. Se abría ante esta humanidad socializadaun proceso infinito que no estaba dispuesto a verse limitado por el carácter finito de lavida humana. Para obviar esta limitación, la acumulación deja de actuar sobre las vidasindividuales y comienza actuar sobre la sociedad como un todo, que se constituye en lamateria del proceso de acumulación, sobre la que puede actuar libremente sin lastrabas que impone el período de vida individual y la propiedad poseída individualmente.

La lógica de la acumulación necesariamente tiene que transformar la labor y el trabajo.Hasta ahora los productos de la labor eran consumidos mientras que los del trabajoeran usados. Pero esto no favorece la acumulación, a ésta no le sirve la permanenciadel mundo, constituida por los productos del trabajo. Es necesario que los productos del

trabajo aparezcan y desaparezcan con la misma velocidad que los productos de lalabor, no importa que con ello se ponga en riesgo la estabilidad del mundo en común. Elresultado ha sido que las cosas del Mundo Moderno se han convertido en productos dela labor, cuyo destino es ser consumidos y no usados.

Las transformaciones también abarcaron el proceso de trabajo. Este resulta organizadode acuerdo a la división del trabajo del proceso laboral, que unido al hecho de noproducir para el uso sino para el consumo, termina asumiendo el carácter de labor.

La sociedad entonces es una sociedad de laborantes, es decir de consumidores, en laque cualquier cosa que hacemos es para ganarnos la vida, lo que significa que el único

sentido de existir es garantizarnos el proceso biológico de la vida, es la necesidad y suresolución, la razón y el motivo de la existencia, lo que nos iguala dramáticamente a losotros animales de la especie. El precio pagado es la negación de la vida comohumanos.

El resultado de estas transformaciones es que el animal laborans ocupa hoy la esferapública. Es de anotar que mientras la necesidad ocupe y reine como la actividadprincipal de la vita activa , sencillamente no existe esfera pública. “El peligro radica enque tal sociedad, deslumbrada por la abundancia de su creciente fertilidad y atrapadaen el suave funcionamiento de un proceso interminable, no sea capaz de reconocer supropia futilidad, la futilidad de una vida que no se fija o realiza en una circunstanciapermanente que perdure una vez transcurrida la (su) labor”.41 

2.2 El trabajo en la Edad Moderna

El trabajo es diferente a la labor. Las diferencias son varias. Una alude a los resultadosde cada uno. Mientras que los resultados del trabajo permanecen y constituyen por esta

41 Ibíd. Pág.142.

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razón la artificialidad y la objetividad del mundo, los resultados de la labor apenas sialcanzan a existir y ya desaparecen victimas del consumo. Los productos del trabajo seusan mientras que los de la labor se consumen. Los productos del trabajo podríanincluso guardarse, y su no uso no los deteriora, mientras que los productos de la labor,si no se consumen, sencillamente se pierden. Es decir “los productos del trabajo

pueden sobrevivir incluso durante considerable tiempo independientemente de lavoluntad, de la disposición de ánimo de sus dueños”42 

El trabajo de fabricación se realiza como el desarrollo de una idea que es preexistente yque trasciende al proceso mismo. Existe un modelo que quía la fabricación de laartificialidad del mundo, y que está al margen del fabricante. Esta permanencia es laque le imprime al proceso de fabricación su condición de reificación y de multiplicación,a diferencia de la labor que no tiene la más mínima posibilidad de reificar y que sedesarrolla como un infinito proceso de repetición.

La reificación alude a solidez, es decir a permanencia y estabilidad, características de la

mundanidad. Este proceso encierra un componente de violencia que esta presente entoda fabricación, y que le permite a la autora señalar como el homo faber siempre hasido un destructor de naturaleza, a diferencia del animal laborans, que puede ser dueñoy disponer de todas las criaturas vivientes pero siendo siervo de la naturaleza y de latierra, mientras que el homo faber se considera y se comporta como amo y señor detoda la tierra.

La lógica del proceso de fabricación es esencialmenteinstrumental, enmarcada en los procesos de medio-fin.El resultado del proceso de fabricación es un productofinal, no solo porque el proceso productivo termina con

ella, sino que se constituye en un medio para producirla.“Tener un comienzo definido y un fin definido predeciblees el rasgo propio de la fabricación”.43 En el caso de lalabor se podría pensar que su finalidad es producir parael consumo, pero en tanto ese producto no tienepermanencia, no cumple los requisitos para constituirsecomo fin. El fin en el proceso laboral se encuentra en simismo. El agotamiento del poder laboral, es el único findel proceso laboral. Los productos de la labor, estáncondenados a ser siempre medios: medios desubsistencia y de reproducción de la fuerza laboral.

Esta lógica instrumental del proceso de fabricación seha expresado en lo que hemos dado en llamar el desarrollo tecnológico. En el caso dellaborar el instrumento acabó integrado al cuerpo, y lo que se observaba era que girabanal mismo tiempo, haciendo imposible distinguir entre el hombre y el útil producido por elhomo faber. Posteriormente lo que se producen son máquinas que imponen un ritmo y

42 Ibíd. Pág.15943 Ibíd. Pág.163

Para Una Sociedad DLaborantes El Mundo

De Las MáquinasTerminó Siendo Un

Sustituto Del MundoReal, Aunque ÉsteRemedo De Mundo,

No Pueda Realizar LaFunción De LaMundanidad

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una función al hombre, haciendo que éste le sirva a la máquina. El destino originario erael contrario, la finalidad de la máquina era hacerle más fácil la vida y menos penosa lalabor, nos dice Hannah Arendt. Hoy es claro que el homo faber inventó la máquina másque para ayudar al proceso de la vida humana, para erigir un mundo.

Para una sociedad de laborantes el mundo de las máquinas terminó siendo un sustitutodel mundo real, aunque éste remedo de mundo, no pueda realizar la función de lamundanidad, cual era la constituirse para los mortales en un domicilio estable ypermanente para ellos mismos.

Lo que observamos hoy con el desarrollo de la automatización, la biología y la genética,es que las máquinas han cobrado vida en la medida en que operan semejandoprocesos biológicos y por consiguiente se han constituido en caparazonespertenecientes al cuerpo humano.

Pero los efectos o el campo de acción de la instrumentalidad no se agotan en la

tecnología. Su “razón” medio-fin se expresa en el mundo moderno como utilitarismo,imponiendo su interminable cadena de medios y fines. Esta fuerza capturó al homofaber, en la medida en que como fabricante solo piensa en términos de medios y finesque surgen directamente de su actividad, sin detenerse a entender el significado de lamisma. Esta captura termina convirtiendo al homo faber en un fin en sí mismo, el propiohombre se constituye en su rol de usuario, en el fin último, en el más elevado, de lacadena de la instrumentalidad.

El costo que el hombre moderno ha pagado por ser la medida de todas las cosas esbastante elevado. Su instrumentalización degradando todas las cosas, en la medida enque las convirtió en medios. Pero no solo las cosas perdieron su valor, también la

naturaleza, en la medida en que desde ningún punto es posible la reificación queprovenía del trabajo.

La producción del homo faber y del homo laborans en la sociedad moderna handeterminado lo que está sociedad considera importante, útil para la vida. Todo lo que nosea útil en términos de la acumulación de riqueza primero, y de la acumulación delcapital después, ha tendido a ser catalogado como pérdida, ociosidad.

Este principio sobre el cual se ha asentado la modernidad es lo que permite explicar,más no justificar la exclusión del hombre político, al hombre de la acción de la esferapública. “La época Moderna sabía perfectamente que la esfera política no era siempre,ni requería serlo, una simple función de la sociedad, destinada a proteger la facetasocial y productiva de la naturaleza humana mediante la administración del gobierno,pero consideraba charla ociosa y vanagloria todo lo que estuviera más allá delreforzamiento de la ley y el orden”44 

44 Ibíd. Pág.177

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En la modernidad los hombres corrientes, los que trabajan para el pueblo como se diríaen la antigüedad, también disponen de un lugar público, un ágora moderno, en el queya no se exponen mediante la acción y el discurso, sino a través de los productos de su

trabajo. El homo faber tiene unaesfera pública propia, aunque no

es una esfera política. No es unaesfera política porque la razón deser del homo faber es lanecesidad, y por consiguiente nopuede pertenecer al campo de lapolítica, por lo menos desde laconcepción de los griegos.

El homo faber sólo se podíarelacionar con otras personasmediante el intercambio de

productos, ya que la producciónde los mismos, se hacía en elcompleto aislamiento. Es poresto que la única esfera pública,entendida como lugar de reuniónrelacionado con la actividad delhomo faber, es el mercado decambio en el que exhibe susproductos. Cuando el homofaber sale del aislamiento comoresultado de la división del

trabajo, de la introducción de lamáquina y cuando la llamadacooperación se toma el proceso de fabricación desplazando al taller artesanal, seconstituye entonces una sociedad en la que ya no se produce para el uso sino que seproduce para el cambio. Esto exige la consolidación de un mercado en el cual seaposible hacer del cambio la principal actividad pública.

Este cambio en la finalidad de la producción, implico la emergencia del valor y del valorde cambio como problema. El valor del valor de uso nunca fue un problema, su espaciode producción era no público, y esto no ponía en cuestión su destino en términos deconsumo o de uso. Pero el valor y el valor de cambio no existen en el aislamiento, noson posibles en lo privado. El valor es la estima que la esfera pública hace de las cosascuando aparecen éstas como artículos de primera necesidad. Nadie puede reemplazara la esfera pública donde la cosa aparece para ser “estimada, solicitada, odespreciada”45 

El valor en esta perspectiva no es una cualidad intrínseca, creada en el proceso detrabajo y en el proceso de valorización, anteriores a la circulación de mercancías, como

45 Ibíd. Pág.182

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resultado del trabajo privado, según decía Marx. El valor existía antes de la exposiciónen el mercado, antes de la conversión del trabajo concreto en trabajo abstracto, deltrabajo privado en trabajo general. El intercambio lo que hacia era que este semanifestara, en la llamada relación de valor.

“El valor es la cualidad que una cosa nunca puede tener en privado, pero que laadquiere automáticamente, en cuanto aparece en público”46 Este aparecer en públicoes aparecer en el mercado, lo que constituye en el lugar público no político, másimportante de la modernidad.

2.3 La acción en la modernidad.

Es indudable que en la antigüedad el lugar y la estima por la política era mucho mayorque hoy en las sociedades contemporáneas. El espacio de la política es público en lamedida en que es el espacio de la aparición, el lugar del comienzo para el reciénllegado, el lugar y el momento en el cual el daimon del hombre que tiene el valor de

aparecer, puede ser visto y oído por otros, revelándose así su identidad, mediante laacción y el discurso.

Si la fabricación es el resultado del trabajo de las manos del hombre, y la labor elresultado del trabajo del cuerpo, la acción es el trabajo del hombre, y la esfera pública ellugar y el escenario para realizarlo. Esta primacía de la acción con respecto a lasdemás actividades de la vita activa, ha sido objeto de diferentes embates en la EdadModerna.

El primero de estos embates ha estado en cabeza del homo faber y del animallaborans. El homo faber considera que su actividad está por encima de la acción en la

medida en que los productos del hombre pueden ser más que el propio hombre, y quesu misión es hacer el mundo más útil y más hermoso. Por su parte, el animal laborans,piensa que la vida es lo más importante, y su trabajo no solo garantiza la vida sino quepretende hacerla más fácil y larga. Es por esto que en la modernidad sobre todo, seconsidera a la acción y al discurso como una ociosidad, como una actividadimproductiva y poco útil, en la medida en que se la compara con una concepciónutilitarista para la que el tiempo es oro, y por consiguiente no se debe perder enociosidades.

Estos argumentos a favor de la labor y del trabajo y de alguna manera en contra de laacción, lo que implicaron fue un cambio en la jerarquía de estas actividades dentro de lavita activa, más no la eliminación de la esfera de la acción.

La humanidad no puede prescindir de la esfera pública, en la medida en que ella es laque posibilita la presencia de otros que permiten, con su mirada, afirmar la realidad dela apariencia. La realidad del mundo solo es posible en la medida en que sea común a

46 Ibíd. Pág.182

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todos. El sentido de lo común 47 es el que valida la percepción de los demás sentidoscomo realidad. Una manera de ilustrar el sentido de lo común es con el mercado decambio, que representa para los artesanos una común esfera pública en la medida enque todos han contribuido con sus productos a conformarla.

El mercado de cambio constituye un espacio público pero nunca un espacio político.

Las personas que se reúnen allí, lo hacen como productoras de productos, y susobjetivos son radicalmente distintos a la acción y al discurso. Dos objetivos los animan:de una parte exponer sus productos con la finalidad de obtener la valía pública de losmismos, de otra la apetencia de productos que pueden realizar en la medida en quetienen poder de compra. Ninguno de estos motivos tiene nada que ver con el quien erespropio de la acción sino con el que traes y cuánto vale, que no es más que la forma queasume la necesidad en una sociedad en la que todo lo que se produce tiene comofinalidad el cambio.

La labor es una actividad colectiva en la medida en que se reúnen muchos como sifueran uno, pero su relación a lo máximo que llega es a ser una relación de contigüidady nada tiene que ver con la pluralidad. Esta reunión de muchos en uno es básicamenteanti-política, en la medida en que es una reunión de iguales, igualados por lanaturaleza. “Desde el punto de vista del mundo y de la esfera pública, la vida y lamuerte y todo lo que atestigua uniformidad son experiencias no mundanas, anti-políticas y verdaderamente trascendentes”48 

Ha habido un momento en la historia en que la fuerza laborans se organizo e hizoreivindicaciones económicas algunas y políticas otras. “Dicho con otras palabras,cuando apareció el movimiento laboral en la escena pública era la única organizaciónen la que los hombres actuaban y hablaban qua hombres, y no qua miembros de lasociedad” 49 fue un movimiento en contra de la sociedad, que mostró que los

47 Frente a este aspecto creo que hay un error de traducción en el texto. Allí se habla del sentido común,como si este fuera igual al sentido de lo común. Pienso que estos términos son radicalmente diferentes.El primero alude a lo obvio, a lo evidente, a la opinión doxa, a la opinión del ser racional. El segundopienso no es obvio, ni evidente, y mucho menos derivado de lo racional. El sentido de lo común solo esposible en el marco de las comunidades políticas, lo que equivale a decir que su sentido estaestrictamente relacionado con la pluralidad. Lo común según la autora es la posibilidad de poner encomún diferentes perspectivas, en colocar frente a todos las distintas maneras de ver un asunto.48 Ibíd. Pág. 236-23749 Ibíd. Pág.239

La sociedad excluyó la acción y lareemplazo por una especie de

aconductamiento consistente en laimposición de normas que tienencomo finalidad normalizar a los

miembros de la sociedad

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trabajadores no eran parte de la sociedad. Hoy la situación es totalmente distinta. Elmovimiento laboral hace parte de la sociedad, no es sino uno más, entre otros gruposde presión.

Otra reacción en contra de la preeminencia de la esfera política se origina en la

angustia que suscita la triple frustración de la acción. Estas frustraciones son: Primero,la incapacidad para predecir los resultados de la misma; segundo, la irrevocabilidad, eirreversibilidad del proceso y tercero, el carácter anónimo de sus autores. Estasfrustraciones de la acción, que han sido vividas como calamidades radican en lanaturaleza de la misma, es decir en la pluralidad. Eliminarlas es suprimir la pluralidad, loque equivale a invisibilizar la esfera pública. Las soluciones propuestas para hacerfrente a los avatares de la acción, para justificar el gobierno, han sido de distintaraigambre, aunque todas han tenido en común la expulsión de los ciudadanos de laesfera pública, con el argumento de que solo el gobernante se debe ocupar de losasuntos públicos. Lo que subyace al concepto de gobierno es la idea de que la únicamanera de que los hombres vivan juntos, es bajo el mando de unos que tienen el

derecho de mandar, mientras que el resto tiene el deber de obedecer, lo que significaque la “acción no tiene que desempeñar parte alguna en los asuntos humanos”50 

Lo que está en la raíz de este asunto es la separación platónica entre saber y hacer.Platón inaugura una tradición orientada a darle a la acción, a la esfera de la política, lasolidez que caracteriza los procesos de trabajo. Esta solidez se logra eliminando loinesperado de la esfera política, lo que solo es posible sustituyendo el actuar por elhacer. En la época moderna se consolida la convicción de que el hombre solo puedeconocer lo que hace, elevaron la racionalidad del homo faber a la esfera política, o loque es lo mismo, degradaron la política a la racionalidad del homo faber. Lasconsecuencias de esta degradación de la política no se redujeron a pensar la acción

como fabricación, sino que implicaron abrirle espacio a lo único que desde siemprehabía sido considerado como la negación de la política y la pluralidad: la violencia. Otrade las consecuencias fatales fue la entronización de la racionalidad instrumental medio-fin, que generó la instrumentalización de la acción y la degradación de la política alconvertirla en un medio.

Conclusiones

En un tipo de trabajo como el desarrollado por Hannah Arendt, y que hemos tratado depresentar, es difícil y de alguna manera atrevido, el tratar de elaborar conclusiones. Sinembargo consideramos que hay algunas cosas que es posible sintetizar con respecto al

problema que nos ocupa, lo público en la modernidad.La esfera pública ha dejado de ser la esfera de lo político. La modernidad implico laemergencia de esferas públicas no políticas como es el caso del mercado.

50 Ibíd. Pág.244

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La esfera de lo público en Hannah Arendt no se agota en lo estatal. Es en lamodernidad donde el gobierno de nadie, como lo menciona la autora, pretendeencarnar lo público y lo político, reducidos ambos a relaciones de mando y obediencia.

La esfera de lo estatal, no es la esfera de lo común en la que anidaba la pluralidad y por

consiguiente el lugar del poder. Hoy lo estatal controla y domina porque dispone de lafuerza, pero no del poder, en la medida en que éste solo puede existir mediante laacción y el discurso, en un escenario de pluralidad.

La sociedad excluyó la acción y la reemplazo por una especie de aconductamiento,consistente en la imposición de normas, que tienen como finalidad normalizar a losmiembros de la sociedad, excluyendo por esa vía la posibilidad de la acciónespontánea.

En la sociedad en general y en la de masas en particular se impone un discursoorientado a declarar por todos los medios la igualdad a todo el mundo. La victoria de la

igualdad no es sino el reconocimiento legal y político de que lo social ha conquistado laesfera pública, y que la distinción y la diferencia, condiciones de la pluralidad, hanpasado a ser asuntos privados del individuo.

Los hombres se convirtieron en seres sociales, es decir en seres que siguenunánimemente modelos de conducta que los igualan, evitando la aparición, elacontecimiento, que les implicaría ser considerados seres anormales o asociales,ubicados por fuera de las fronteras de la normalidad, de la mayoría decretada por laestadística y la ley de los grandes números.

Las ciencias sociales emergieron como leyes del comportamiento y apuntan a reducir al

hombre en todas sus actividades al nivel de un animal de conducta condicionada, unanimal adiestrado.

La sociedad se ha constituido en una organización pública del propio proceso de lavida, en la medida en que la nueva esfera social transformo las comunidades ensociedades de trabajadores y empleados, es decir en comunidades identificadas yubicadas en términos de la actividad necesaria para mantener la vida. Todo lo que elhombre moderno hace está en función de mantener su propia vida y la de su familia.Nadie es libre de la necesidad, para poder ser miembro de la polis. La polis está vacía,no hay ciudadanos, hombres libres de los apremios de la supervivencia que puedanacceder a ella. La preeminencia de lo social nos arrebato la vida humana y nos dejóreducidos a homo faber trabajando como animal laborans.

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LO PÚBLICO POLITICO EN COLOMBIA EN LA PRIMERA MITADDEL SIGLO XX

Iván Marín Taborda∗ 

“El espacio público-político puede cumplir su función de percibir y tematizar problemas que conciernen a toda la sociedad, sólo en la medida en que se forma a partir de los vínculos comunicativos de los potencialmente afectados. Está integrado por un público que se recluta de la totalidad de los ciudadanos”. De esta forma, la esfera de lo público parece asimilarse a una red de ‘relaciones de asociación’ que aparece conectada con los ámbitos privados de la vida “de manera tal que las estructuras espaciales de interacción simples se amplían y se abstraen pero no se destruyen” 

(J. Habermas, citado por Luis Jorge Garay) 

Lo público - político: algunos referentes históricos

A lo largo del siglo XIX, se vivieron en Colombia profundos cambios que fuerondelineando poco a poco los elementos que apuntaban a la conformación de la nación ya la constitución del Estado moderno. Este proceso histórico, complejo y colmado devicisitudes, se manifestó de manera muy particular en la vida política de loscolombianos; la inestabilidad institucional y política, inclusive, desembocó en variasoportunidades en cruentas guerras civiles que enfrentaron a las colectividades de lospartidos liberal y conservador. En este contexto podemos afirmar, que tanto elacontecer político como el público estuvo dominado por las elites criollas que dirigieron

el país, quienes se consideraban a sí mismas predestinadas a controlar el Estado y lasinstituciones y a dirigir el escenario político surgido tras la revolución de Independencia.En otras palabras: “Tras el rompimiento formal con España, la minoría cultural decriollos que aspiraban cosechar los beneficios de la independencia, sin principios

 jerárquicos claros de cómo gobernar, se enfrento a un país densamente poblado pormestizos ignorantes en su mayoría y culturalmente distintos a ellos”51.

Lo que surgió en la primera mitad del siglo XIX como consecuencia de los primerosintentos de conformación de los Estados nacionales en Latinoamérica, fue parteindisoluble del fenómeno de modernidad que se estaba expandiendo en Occidente. Ycomo parte de éste, también, se construyeron una nueva representación y una nueva

legitimidad basadas en el concepto ilustrado de así denominada “soberanía del pueblo”.No obstante, en muchos aspectos, la sociedad en sus imaginarios, valores, vínculos ycomportamientos continuaba siendo tradicional52. Es decir, las nuevas formas desociabilidad política que se adoptaron al estímulo de la modernidad, como los clubes,las tertulias, la imprenta o la prensa y, con los mecanismos de participación como las

∗ Profesor Escuela Superior de Administración Pública1 Braun, Herbert. Mataron a Gaitán. Pag.49.52 Guerra, Francois-Xavier. Modernidad e Independencias. Pag. 52

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elecciones y la creación de los partidos políticos -todos ellos claves en la formación delciudadano, el individuo y la democracia -, permanecieron reservados a unos pocosnúcleos a los que pertenecían las elites, las que no sólo justificaban su condiciónexclusiva en el poder económico y en sus privilegios sociales sino en sus prerrogativaspolíticas y culturales. En síntesis, se puede concluir que, “el desarrollo de lo público en

las sociedades latinoamericanas se vio obstaculizado por el caudillismo y la hacienda  predominantes durante el período colonial y el período republicano temprano hastacomienzo del siglo XX en la medida en que impidieron la transformación de la ideamoderna de individuo”53.

En términos generales, se puede concluir que tanto la vida pública como las prácticaspolíticas estuvieron controladas a todo lo largo del siglo XIX por una minoría claramentedelimitada. Desde esta perspectiva, la soberanía popular residía por consiguiente en lossectores de elite que tenían la condición de ciudadanos. Como lo reafirma Francois-Xavier Guerra, “No hay más pueblo, en el sentido moderno de la palabra, que loshombres que han experimentado esa mutación cultural que es la Modernidad, es decir,

aquella parte de las élites que han hecho suyas las referencias modernas y que seagrupa en nuevas formas de sociabilidad”54.

En este juego, la vida política y la opinión pública, reservadas a las elites, realizaban“ficciones democráticas” como las elecciones con sufragio restringido por unos partidospolíticos controlados por grupos minoritarios. En Colombia, en particular, las elites nosólo controlaron las prácticaspolíticas y la vida pública55, através de los partidos liberal yconservador, sino que se irguieronen custodios de la dirección del

Estado, de la sociedad en suconjunto y de la economía. Elúltimo periodo del siglo XIX,históricamente denominado laRegeneración (1878 - 1904),aunque en términos ideales seconstituyó en un proyectoinstitucional, económico y social decarácter nacional, en la práctica semanifestó autoritario y restrictivode la vida política, más aún cuandosu fundamento doctrinario hizoacopio de las tradicioneshispánicas y católicas, orientadas

53 Uricoechea, Fernando. “Lo público: historia y estructura”. En: Revista TRANS No. 1 UniversidadNacional de Colombia, Sede Bogotá, diciembre de 2001. Pag. 51. (El subrayado es nuestro).54 F-X Guerra, p. 52, 53.55 A lo largo del siglo XIX y comienzos del XX, el ejercicio de la política y de la vida pública estuvoreservado para los así denominados hombres públicos quienes, además de dedicarse al “noble” oficio dela política, desempeñaban los altos cargos del Estado y cultivaban la vida intelectual.

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por los sectores conservadores. A pesar de la coherencia y fortaleza que presentó elproyecto político de la Regeneración, plasmado en la Constitución de 1886, éste fuedesafiado por los sectores radicales del liberalismo, lo que desembocó en dos guerrasciviles; la última de ellas, la de los Mil Días, generó una desastrosa y costosaexperiencia que concluyó con la perdida de Panamá en noviembre de 1903. La

transición al siglo XX, no pudo ser más catastrófica.

La transición al siglo XX

No obstante, la derrota de los liberales en la guerra de los Mil Días y la pérdida deldepartamento de Panamá, al desalentar nuevas aventuras bélicas, sirvieron para que laadministración de Rafael Reyes (1904–1909), introdujera los cambios decisivos parapromover una modernización de la administración del Estado y nuevas formas de hacerpolítica. Como resultado de estas transformaciones se creó en años posteriores elmoderno Partido Republicano de Carlos Eugenio Restrepo, que aunque tuvo una

existencia efímera (1910 – 1914), permitió una profunda renovación a nivel estructuralque tuvo una decisiva incidencia en la vida social y económica y en el sistema políticodel país, puesto que le allanó el camino a la implantación de relaciones sociales de tipocapitalistas en la década de 1920.

A partir de ese momento se generó en el país un proceso de urbanización estimulado,en gran parte, por el crecimiento de la economía cafetera, el nacimiento de unaincipiente industria y la inversión extranjera. Dicho proceso, que asimismo marchó de lamano con el incremento de las inversiones del Estado, específicamente en el sector delas obras públicas, no sólo trajo consigo nuevas relaciones sociales, manifiestas en lacreación de una significativa masa de trabajadores asalariados, sino que introdujo

importantes cambios en el ámbito de la política.Estas transformaciones sociales y económicas le permitieron, cada vez más, unaparticipación activa y autónoma a los sectores populares, es decir que, poco a poco,reducidos grupos de trabajadores asalariados se fueron alejando de los vínculospolíticos con los partidos tradicionales, como lo demuestra la creación del PartidoSocialista Revolucionario – PSR-, en 1926 y la aparición de un dinámico movimientosindical. Sin embargo, aún deberían transcurrir algunos años para que las clasespopulares irrumpieran de manera decisiva en la vida pública de la nación.

Los años Veinte; un periodo de rupturas con el orden tradicionalEs indudable que durante las tres primeras décadas del siglo XX, Colombia demostróestar mejor articulada al mercado mundial, especialmente después de la PrimeraGuerra Mundial, cuando los efectos del crecimiento económico se empezaron a sentiren los aún modestos centros urbanos como Bogotá, Medellín y Barranquilla, en donde

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los cambios modernizadores se presentaron con mayor vigor56 por el influjo de lasnuevas tecnologías, la expansión urbana y la incorporación de nuevas ideas.

Sin embargo, cabe preguntarse si la mentalidad, los valores y las costumbrescambiaron con la misma rapidez. El solo hecho de que el dominio del poder político

hubiera recaído durante las tres primeras décadas del siglo en manos de la HegemoníaConservadora57 nos demuestra, en parte, la lentitud de la transformación de la vidapolítica y cultural, más aún si se tiene en cuenta que, pese a los intentos demodernización, en el país predominaba la sociedad rural tradicional regida por una graninfluencia de la Iglesia católica, tanto en las costumbres, la moral y los valores como enla vida política.

Como se adujo anteriormente, si en algo había cambiado la vida política desde la últimaguerra civil fue en las relaciones entre las clases dirigentes de los dos partidos y porende, en unas nuevas formas de hacer política que se vieron plasmadas en laorganización de los partidos y en el discurso político. Estas nuevas prácticas políticas

fueron denominadas convivencia  en la década de 1980 por Herbert Braun, quien alrespecto sostenía; “Los jefes liberales yconservadores llamaban ‘convivencia’ a suforma de gobierno. Con este término revelabansu compromiso con una vida pública específicay con la paz. Aludían con él a algo más que elreparto ordenado de la política entre jefes departidos tradicionalmente beligerantes. Su finera ‘convivir’, vivir juntos en un ámbito de poderpara el cual se sentían admirablementepredestinados. Estos convivialistas se

consideraban como civilistas que defendían lasinstituciones de la nación, y no como loscaudillos que llevaron la nación a la guerra”58.Por supuesto, estos convivialistas no sóloestaban expresando una nueva forma de hacer

política y un nuevo discurso sino, también, un relevo generacional. Parte de estoscambios se plasmaron en la reforma Constitucional de 1910; más adelante, en los añosveinte, en el nuevo proyecto de modernización del Estado y, posteriormente, seprolongaron más allá de las reformas de la Revolución en Marcha de 1936.

Después de la segunda década del siglo XX, los cambios políticos se hicieron másostensibles, como se puede observar en las primeras organizaciones obreras, en losbrotes de protesta de los trabajadores asalariados, e inclusive, gracias a la creación delos primeros sindicatos y la asimilación de nuevas ideologías que no sólo impregnaronpolíticamente a los reducidos grupos socialistas, sino también a los partidostradicionales. Sin embargo, las concepciones y la visión negativa que de los sectores

56 Ver, Carlos Uribe Celis, Los Años Veinte en Colombia, ideología y cultura. 1985.57 Jorge Iván Marín T. La Hegemonia Conservadora. En: Gran Enciclopedia de Colombia, Tomo I.58 Braun, Herbert, Mataron a Gaitán. Pag. 43.

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populares tenían las clases dirigentes de los dos partidos no se modificósustancialmente. Al igual que en décadas pasadas, las elites seguían considerándosemejor capacitadas para guiar al pueblo59, el que no pasaba de ser un conglomeradoque debía ser, ante todo, “civilizado” y, por tanto, tal era parte de su función comohombres públicos: “Cuando los convivialistas hablaban del ‘pueblo puro’ resultaba difícil

saber si estaban exaltando o denigrando a sus partidarios. El contexto y la entonaciónque usaban daban las claves para el significado. (...) Los convivialistas reservaban unaterminología más gráfica para la multitud urbana. Las masas anónimas que secongregaban en las calles de las ciudades a veces eran considerados como‘ciudadanos’, otras ‘colombianos’, más a menudo ‘liberales’ o ‘conservadores’. Pero casinunca encajaban en esas categorías. Realmente eran la gente torpe, la chusma, lagleba, la plebe, las turbas, la canalla, los truhanes. El término más significativo, tantofuera como dentro de la vida pública, fue los guaches”60.

Este estrecho y prejuiciado criterio de lo que era “el pueblo” dominó por entero la vidapública y política de la primera mitad del siglo XX, aunque vale la pena precisar que

esta actitud despectiva no hacía sino encubrir, la mayoría de las veces, el secreto temorque las elites le tenían a las masas, temor que se hizo manifiesto en las movilizacionesrealizadas por Jorge Eliécer Gaitán en los años cuarenta y después confirmado por losestallidos de violencia a mediados de siglo.

Lo anterior no demerita, sin embargo, el inmenso compromiso que los convivialistastenían con el pueblo; por el contrario, sirve para testimoniar el imperioso desafío quesignificó para ellos el tener que redimir a un pueblo, sancionado por la historia y lacostumbre de inferior e ignorante. En este sentido, el servicio público no podía sermenos que el fundamento y la finalidad de la vida política. A propósito del alto conceptoque las elites tenían de la vida pública, Herbert Braun afirmaba que “La tradición pública

distintiva floreció con la paz. Los convivialistas estaban obsesionados por ejercer la vidapública. Ni la búsqueda de poder político ni el anhelo de riquezas económicas y deprestigio social, puede explicar su determinación de convertirse en figuras públicas.Consideraban que la vida pública era un fin en sí mismo. De hecho, el poder corrompía,la riqueza vulgarizaba, tener prestigio era la aspiración de los mediocres y lasideologías fanatizaban. Para ellos, la vida pública representaba el medio por el cual sellegaba a una sociedad mejor. Con su comportamiento, sus modales, gustos yejemplos, eran la expresión misma de lo que debía ser la sociedad civilizada”61.

Según lo expuesto, esta particular concepción de la vida aún permanecía anclada a unasociedad de tipo precapitalista, es decir, no moderna; para los convivialistas, las esferasde lo público y lo privado eran partes de un todo armónico y, al parecer, inamovible.Uno de los más destacados políticos de la época, Augusto Ramírez Moreno, llegó aafirmar “Notifico a ustedes que no tengo intimidad. En mi vida no hay campo para esagrosera circunstancia. Yo soy en todo un hombre público. Nunca nadie ha sorprendido

59 Braun, H. Mataron a Gaitán. Pag.4460 Braun, pag. 58.61 H. Braun, pag. 55.

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en mí una actitud que no sea cuidadosamente preparada, arreglada y perfilada. Soy uncaballero arrogante, aún en las circunstancias de abrocharme los pantalones”62.

La dinámica política de la esfera pública y el ascenso del Gaitanismo

Aunque la vida política y pública se había transformado, en comparación con la del sigloXIX, estas continuaban siendo controladas por los sectores de la elite. Los cambio en elámbito social, político y económico, se percibían como parte de un proceso históricodominado por las clases dirigentes del país. Para el periodo que nos ocupa, es decir, laprimera mitad del siglo XX, la sociedad colombiana se encuentra en un proceso detransición al capitalismo que tendrá incidencia en el papel del Estado y en las relacionespúblico políticas. En este sentido, lo público y su relación con lo político, se comportacomo el espacio formador de ciudadanía, como escenario de deliberación política parala construcción de lo colectivo, de identidades políticas y culturales, de interesescomunes y formador de la opinión publica, es decir, lo publico no se restringe a lo que

tiene que ver con el Estado63

.

Dentro de la concepción de lo público, nos interesa resaltar su capacidadtransformadora, es decir, su perspectiva cambiante inscrita en lo histórico, comosostiene Luis Jorge Garay, “La concepción tradicional radical adolece de graves vacíosy fallas teóricos, en el momento de reconocer que los límites de separación entre lopúblico y lo privado varían históricamente de acuerdo con la evolución social, lareproducción de necesidades, conflictos y acuerdos en el interior de la sociedad, y eldesarrollo de las formas políticas específicas para hacerle frente a las nuevascondiciones societales. Los límites público/privado no son “naturales” sino que soninstituidos socialmente”64. La sociedad colombiana en el contexto anotando

anteriormente, se encuentra en un proceso de transiciones que afectara el conjunto dela vida pública. Es en este marco que emergen las masas populares y un dirigente en elámbito político como Jorge Eliecer Gaitán, convirtiéndose en protagonistas de primerorden de la vida política.

62 Citado por H. Braun, pag.57.63 En adelante, entre las múltiples definiciones y la abundante literatura sobre lo público, tomaremos lasiguiente afirmación de Rabotnikof sobre el significado de lo público: “Lo público es conceptualizado como un espacio de aparición que permite que las obras y las palabras sean mutuamente reconocidas 

por los actores y que la pluralidad, constitutiva de la condición humana, se manifieste. En este sentido aparece cada vez que los hombres se reúnen y se revelan ante los demás. En un segundo sentido lo público refiere al mundo en común, que al mismo tiempo relaciona y separa y que proporciona el contexto físico, el marco de referencia común y la continuidad temporal al espacio de apariencias.Espacio de apariencia y mundo en común conforman entonces los dos sentidos básicos y sus rasgos centrales son: revelación, pluralidad, espacio de acción y del discurso, fragilidad contrarrestada por la memoria y perdurabilidad de los artefactos y las instituciones, espacio de interacción, de búsqueda de lazos a la vez comunes y de diferenciación”. Citado por Luis Jorge Garay, en: Ciudadanía, lo público,democracia, Textos y Notas, Bogotá, 2000. Pags. 25-26.64 Luis Jorge Garay, Ciudadanía,....pag.11.

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No es exagerado considerar que las clasespopulares, tradicionalmente excluidas delescenario político, encontraron en Gaitán sumejor representante e interprete,circunstancia que le permitió liderar un

movimiento de masas sin precedentes en lahistoria de Colombia, y que muchos en sumomento identificaron, noequivocadamente, como revolucionario. Loscambios de Gaitán en la vida política sematerializan en lo que tiene que ver con lapráctica política; la metodología de lucha queimplementa y la forma como convoca lasmasas a ir copando la esfera pública, la calley las plazas de los centros urbanos. AunqueGaitán se vinculo de manera temprana a la

vida pública, fue en la segunda mitad de losaños cuarenta cuando desarrollo plenamentesu ideario político. La disciplina yorganización de masas del movimientogaitanista desconcertaba a los sectorespolíticos tradicionales, que observaban conasombro la rapidez con que el movimientofue alcanzando un cubrimiento nacional.

El momento mas importante de la vidapolítica de Gaitán empieza a definirse a partir

del lanzamiento de su candidaturapresidencial en 1944. A diferencia de lo quesucedía con las élites dirigentes de lospartidos tradicionales que definían oescogían sus candidatos en los espacios privados de los clubes, Gaitán eligiódeliberadamente un espacio público reconocido por el pueblo. La convención concluyóel domingo 23 de septiembre de 1945, en la Plaza de Toros de Bogotá, donde seproclamo como candidato del Pueblo. La movilización de masas populares y unaconvención en la plaza pública, contrastaba radicalmente con las costumbre políticasdel bipartidismo. En palabras de Braun, ese día “Gaitán volvió todo al revés ytransformo simbólicamente a sus oyentes en actores de la historia”65.

Los nuevos componentes organizativos introducidos por los gaitanistas, como laconvocatoria a las masas urbanas, el uso de las plazas y las calles, no solo eran laexpresión de la ampliación en la esfera pública, sino también la irrupción de unasmasas que exigían su participación en el escenario político. Todo estaba cambiando aun ritmo que las elites o convivialistas no comprendían; se estaba transformando elcontenido ideológico del discurso; el estilo de oratoria; los usos simbólicos de las

65 Braun, Mataron a ....pag.182.

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campañas políticas; los mecanismos de adhesión; la forma como se copaba el usocolectivo del espacio público; y, se estaba inaugurando un nuevo tipo de pedagogíapolítica a través de un discurso incluyente del pueblo. Sin embargo, las clasesdirigentes continuaban aferradas a sus mecanismos tradicionales de hacer política y deobstruir la participación popular. “Los convivialistas tenían una concepción elevada de

su misión. (...) Consideraban la política como una acción indirecta en beneficio delpueblo. La vida política era una cuestión de creatividad intelectual: de pensamiento, node acción; de meditación en lugar del espectáculo público. Para los convivialistas, lasideas perduraban, los actos no. (...) Ni los demagogos –aquellos que apelabandirectamente a la muchedumbre- ni los espectáculos públicos, tenían un lugarimportante en la vida pública”66.

A diferencia de lo que había sucedido con la clase dirigente de los dos partidos, enmuchos aspectos, Gaitán y el gaitanismo se habían acoplado al contexto histórico queles toco vivir. En otras palabras, Gaitán estaba poniendo en práctica algunas de lascaracterísticas de lo público que menciona Rabotnikof, “a) el predominio de la palabra

sobre otros instrumentos de poder, el pensar las cuestiones y los espacios públicoscomo ámbitos de despliegue de la persuasión a través de la argumentación; b) lanecesidad de recurrir a una imagen espacial que coincide históricamente con unareorganización del espacio social alrededor de la plaza; c) la constitución de la identidadde los moradores del espacio público a partir de la igualdad ciudadana definida comoisonomía, de igualación en la ley y en la participación en el poder; d) el control públicoconstante tanto sobre las creaciones espirituales como sobre las magistraturas; (...).Surge así la concepción de una regla común, de una norma racional públicamenteconsagrada...”67.

Las tensiones de la vida pública y la violenciaEl fenómeno social y político que inauguro el gaitanismo en la famosa ‘semana depasión’ de aquel 16 al 23 de septiembre de 1945, cuando se lanzo su candidatura,afecto de manera duradera la vida pública de una ciudad como Bogotá. La forma comose ocuparon las calles, el bullicio de la ciudad con motivo de la movilización, tanto en ladenominada marcha de las antorchas, como en la convención de la Plaza de Toros, setorno insoportable, tanto para los políticos como para los sectores medios y las elitessociales∗. Si a lo anterior se suma la actitud despectiva y la opinión negativa que teníanla clase política y las elites de lo que significaba el ‘pueblo’, se comprende porque

66 H. Braun,.... pag.54.67 Citado por, Luis Jorge Garay, “Ciudadanía lo público democracia...” pag.18.∗ Aunque en este período, una ciudad como Bogotá estaba acostumbrada a numerosas desfiles ymanifestaciones públicas, a donde asistía el pueblo, éste no tenía una participación activa, ni muchomenos como protagonista. En esta apreciación coincidimos con Antonio Caballero cuando dice, “Unpueblo que, (...) no existía más que como comparsa; sirvientes en las fiestas y soldados en las batallas”.En su ensayo, “El hombre que invento un pueblo”, En: El saqueo de una Ilusión. Número Ediciones, 1997,Bogotá. pag. 75.

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resulto escandaloso para muchos, este tipo de actos públicos de masas, que fueronatacados frontalmente por la prensa de la época68.

Cuando se asume el concepto de pueblo, como el que anotábamos anteriormente, sededuce que no era posible que de allí surgiera un ambiente civilizado de la política, sino

todo lo contrario. En esta perspectiva, la convocatoria que la clase dirigente, o losconvivialistas le hacían al pueblo tenia serias limitaciones, en ese sentido, trataban deobstruir la manifestación de las masas en la calle y en la plaza publica, o masconcretamente, la participación del pueblo en el espacio publico y en la vida política.Esto fue lo que precisamente cambio Gaitán. En opinión de Herbert Braun, “Los jefes delos partidos tradicionales eran mucho más discretos que Gaitán, pero eran prolíficos ysutiles en su comportamiento público. Eran hombres que se esforzaban para que lasmasas no los siguieran”69. Al propiciar la participación de las masas, en la vida política ycopar los espacios públicos, estaba atentando contra el orden político tradicional y conel lugar que las elites le habían asignado a los sectores populares. En este sentido, losdirigentes de los partidos se sintieron agredidos y con el fin de contener estas

expresiones políticas, desataron peligrosamente una contención y coerción de lasmasas que por momentos se torno violenta.

Después de las elecciones presidenciales de 1946, Gaitán continuó su accionar político,lo cual fue interpretado por los sectores de la elite como un desafió al orden social y alas prácticas políticas tradicionales, finalmente lo que estaba haciendo Gaitán eraintroducir nuevas lógicas simbólicas que, estaban subvirtiendo el orden político y laesfera publica, según la concebían las elites. Un ambiente político caldeado y laexacerbación de la violencia llevaron a Gaitán a recurrir a su “argumento” máspoderoso, la movilización de las masas populares. El sabía que su poder procedía deallí, su convocatoria para contrarrestar la violencia tuvo un relativo éxito, mucho más del

esperado por las elites. Este se produjo con un hecho contundente; la Manifestación delSilencio a comienzos del mes de febrero de 1948. Allí probo que el pueblo que loseguía, era en extremo civilizado y había procedido en forma organizada, disciplinada yen completa paz a expresar su protesta contra la violencia. El resultado de este hechode paz escandalizó aun mas a los sectores de la elite y a los dirigentes de los partidostradicionales, que no solo vieron el peligro encarnado por Gaitán por el control queejercía sobre las masas populares, sino por la independencia y autonomía que estasmasas habían alcanzado, y la preocupante perdida de control de los tradicionalesdirigentes políticos sobre el pueblo. En otras palabras, el pueblo se sentíairremediablemente destinadas a llegar al poder a través del movimiento Gaitanista.

El asesinato de Gaitán en abril de 1948, interrumpió este importante experimento de lavida pública y política, y genero una ruptura histórica con impredecibles consecuencias.A partir de entonces, el gobierno conservador de Mariano Ospina y la clase dirigentequiso retornar al orden anterior a 1945, pero no les fue posible y en lo sucesivo, laviolencia se expandió.

68 Ver, H Braun, Mataron a Gaitán.... pags.175 a 189.69 Braun, H. Mataron a Gaitán. pag.19

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El caos y los hechos de violencia, de los cuales las elites no se sentían responsables,confirman la visión que ellas tenían del pueblo. Para la elite social y la clase política,simplemente se habían encendido las pasiones y el pueblo demostraba con sus actos laimposibilidad de construir un ambiente civilizado de la política. Para muchos, incluyendoa Laureano Gómez, los hechos les daba la razón y fundamentaba aun más su mirada

pesimista y escéptica del futuro civilizador del país.

Sumergidos en la espiral de la violencia, decidieron en la década de los cincuenta,buscar una formula que se ajustara tanto a los requerimientos de la clase dirigente delpaís, como a las elites que estaban emergiendo en el marco de la modernizacióncapitalista. La formula, surgió después de la pausa que significo el gobierno militar deRojas Pinilla. Esta formula conocida como el Frente Nacional, inaugura un régimen decoalición que procurará retomar el control de la vida pública y política durante un largo

periodo. Como bien lo establece López Michelsen, “el Frente Nacional, a pretexto de noreconocer en el panorama nacional fuerzas distintas del liberalismo y el conservatismo,trató de proscribir disimuladamente de la vida pública a quienes, por lo menos enapariencia, escudándose con los nombres de liberales o conservadores, no estuvieronmatriculados en sus filas”70.

70 Alfonso López M. Esbozos y Atisbos.....pag.101.

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En lo sucesivo, la obstrucción de la vida pública y las limitaciones de la vida política,imposibilitaron construir la paz y la reconciliación social y política entre los colombianos.Como lo establece Ricardo García, “En Colombia, el mundo de lo público ha existidomás como discurso que como realidad social (...) entre un orden institucional que essobre todo discurso y una realidad social que es sobre todo violencia, lo público se ha

constituido más como formalidad legal que como realidad normativa”

71

.Aunque la irrupción del movimiento Gaitanista se produjo durante un periodorelativamente corto -1945-1948-, no podemos desechar su importancia y significadopolítico para las masas movilizadas. Indudablemente para muchos sectores popularesurbanos se tradujo en un referente de inclusión política civilista y no violento que,paradójicamente, fue violentamente suprimido, no necesariamente reprimido en losaños sucesivos y que afectarían la vida pública y la construcción y la participaciónciudadana. No coincidimos con Uricoechea cuando plantea que, “el Frente Nacional, tanmenospreciado por el pensamiento de izquierda y por buena parte de la opiniónilustrada, constituye un momento histórico decisivo para la civilización colombiana de

las pasiones”

72

. Esto sería negar la trascendencia del experimento político Gaitanistaque, no alcanzó a consolidarse por la forma como se desato la violencia, pero quequedo inscrito en la memoria política del país. El hecho de que no haya logradoconsolidarse, no quiere decir, que pueda ser desconocido como un momento decisivopara la civilización de las pasiones.

La trascendencia histórica de la frustración Gaitanista ha quedado inscrita en lamentalidad política colombiana y ha adoptado diferentes formas y modalidades en elcomportamiento político. Actualmente, la problemática de lo público se asemeja más alo que plantea Garay; “El primer problema es la subordinación de lo público a favor deintereses privados que han venido adquiriendo poder político, económico, cultural y

social, tanto legítima como ilegítima y para-legítimamente en el país”

73

. De esta forma,la construcción de una esfera pública incluyente para todos, ha encontrado expresionesque además de desbordar el Estado, han fragmentado la sociedad y, algunas de ellas,se han convertido en formas alternativas de organización de lo público.

71 Citado por, Hernández, Ochoa y Novoa, Del capital Social a la Construcción de lo Público, RevistaTRANS, U.N. Pag.31.72 Uricoechea, Fernando, Lo público: historia y ... pag.53.73 Citado por, Hernández, Ochoa y Novoa, Del capital Social a la Construcción de lo Público, RevistaTRANS, U.N. Pag.31.

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BIBLIOGRAFÍA

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Ilusión . Bogotá, Número Ediciones, 1997.GARAY SALAMANCA, Luis Jorge, Ciudadanía, lo Público, Democracia, textos y notas.Bogotá, 2000.GUERRA, François-Xavier, Modernidad e Independencias, Ensayos sobre las revoluciones hispánicas. Madrid, Editorial MAFRE, 1992.HERNÁNDEZ, Mario, Doris OCHOA y Edgar NOVOA, Del capital social a la construcción de lo público, En: revista TRANS, sede Bogotá, Universidad Nacional,2001.LÓPEZ MICHELSAN, Alfonso. Esbozos y atisbos, Bogotá, Canal Ramírez, 1980. MARÍN TABORDA, Jorge Iván, Gaitán, Jorge Eliecer, biografía, Bogotá, GranEnciclopedia de Colombia, Circulo de Lectores, Tomo 9, 1993.

URICOECHEA, Fernando, Lo público: historia y estructura, En: revista TRANS, sedeBogotá, Universidad Nacional, 2001.

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LLAA RREEPPRREESSEENNTTAACCIIÓÓNN PPOOLLÍ Í TTIICCAA EENN CCOOLLOOMMBBIIAA AA FFIINNAALLEESS DDEELL SSIIGGLLOO XXXX 

BBAALLAANNCCEE DDEE UUNNAA DDÉÉCCAADDAA.. 

Jesús Molina7744 l concepto de representación política aunque puede tener muchasinterpretaciones y ser abarcado desde diferentes puntos de vista, puede decirseque tiene que ver con el accionar de un individuo que soportado en unos

planteamientos  –programa de gobierno, propuestas políticas etc.- es avalado e investido deautoridad por ‘el pueblo’ para que postule, discuta, rechace o apruebe horizontessocialmente vinculantes. Accionar que gira alrededor de dos situaciones casiexcluyentes entre sí al tener, de un lado, la responsabilidad de construir horizontescomunes para la sociedad y, de otro, la defensa de intereses y opiniones políticas desus representados. En el modelo liberal clásico de la democracia, la representación seestructura en dos arreglos básicos: los partidos y movimientos políticos, por una parte, y

por otra, los espacios institucionales estatales de representación política -Congreso,Parlamentos-.Los primeros, aparte de encargarse de la construcción de voluntad políticaen el seno de la sociedad, también se constituyen en el puente por excelencia entreésta y el Estado al posibilitar a la ciudadanía hacía llegar su voluntad política hasta elseno del Estado a través de la elección popular de representantes políticos organizadosen partidos. En el segundo caso, los espacios de representación políticainstitucionalizada dentro del Estado, se constituyen en los arreglos institucionalesmediante los cuales la ciudadanía en su conjunto tiene la posibilidad de incidir en laorientación del poder político mediante representantes convertidos en autoridadespúblicas investidas de capacidad para tomar decisiones colectivas con caráctervinculante desde el seno del Estado. Por supuesto, una y otra vía de representación se

corresponden, sin ser iguales.

El espacio político de representación se constituye en el vínculo más fuerte de conexiónentre estado y ciudadanía toda vez que mediante el mismo logra el poder político delestado ser puesto en control y uso de la sociedad, o mejor, de sectores o grupos deella. En términos de esfera pública política, entendida esta como el espacio demediación institucionalizado -legal o socialmente reconocido- entre la propia sociedad y elestado para la construcción de asuntos, intereses e identidades comunes por efecto delencuentro y tensión entre fuerzas y actores en pugna75, por intermedio de larepresentación política la sociedad accede, no solo a llevar sus intereses yexpectativas al seno de la estructura estatal, sino más importante, a través de la misma

logra disponer del poder coactivo, simbólico y material institucionalizado del estado para

74 Profesor de la Escuela Superior de Administración Pública75 Una perspectiva que nos puede acercar a esta perspectiva de la esfera pública como un escenario deencuentro y de tensión entre lógicas y actores, es la reflexión de Arato, donde plantea que ha dereplantearse la dicotomía Estado Sociedad. En su lugar debe pensarse en términos de EstadoSociedades: sociedad económica, sociedad política y sociedad civil. Lleva a preguntarse al autor cómocada una de ellas media con el Estado, y cuáles son sus efectos entre sí. La Sociedad Civil. De laTeoría a la Realidad. Fondo de Cultura Económica, 1999.

E

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concretarlos. La interfaz estado-sociedad construida mediante la representaciónpolítica, eleva a la potencia la posibilidad de realizar intereses y expectativas dedeterminados grupos o sectores de la sociedad, al convertir a ciudadanos enautoridades públicas. Por esta vía, en regímenes políticos democráticos, larepresentación política traduce la forma institucional mediante la cual se otorga la

máxima capacidad de conectar e influir por parte a la ciudadanía respecto a suorganización política.

Es de importancia crucial la representación en la construcción de lo público76, no solopor como lo reconocen especialistas77, sino ante todo, porque los mismos intervienenen la construcción de procesos y acciones tendientes a la organización y produccióndel orden global de la sociedad. Mediante suyo se opera construcciones relacionadascon: organización de intereses y fuerzas en el seno de la ciudadanía para hacer valervisiones y propósitos respecto a la sociedad o dimensiones suyas; tramitación ycompetencia estratégica de actores y horizontes para que desde la sociedad conecteny se hagan al poder de estado; direccionamiento de recursos, políticas y agentes

institucionales del estado cuyos efectos alcanzan la globalidad social. Larepresentación política es espacio de producción de actores, asuntos, procesos eidentidades políticas con incidencia y efectos colectivos, la cual participa de formadefinitiva, en el marco de las sociedades de masas de escala nacional, en laconfiguración y ejercicio del poder político para que la ciudadanía constituyacondiciones comunes y de afectación compartida, de carácter convenientes o no parala pluralidad social.

Es ella, la que en los sistemas políticos modernos, seconstituye en lugar central en la construcción deagendas, decisiones y movilizaciones con proyección

colectiva por interpelar y movilizar con relevancia lasociedad y al estado. Los actores principales en suconstrucción, los partidos y movimientos políticos,independiente de los déficit y crisis por los cualesatraviesen en la actualidad, siguen cumpliendo un papelcentral en lo que respecta a la construcción de lopúblico, puede ser, no tanto porque se les atribuya deentrada un papel positivo o único en su constitución,sino de igual forma, porque los mismos pueden entrar arestringirlo o francamente a impedirlo.

Es por lo anterior, que a la hora comprender los procesos, prácticas, horizontes yagentes que en una sociedad configuran el orden global colectivo de una sociedad, y

76Teóricos contemporáneos que están en el centro de la discusión sobre esta categoría son. HabermasJürgen. Historia y Crítica de la Opinión Pública. G. Gilli. Barcelona España.1994 y Arendt, Hanah. LaEsfera Pública y la Privada. La Condición Humana. Ed. Paidos. 199377Ver Garay, Luis. Construcción de lo Público y Ciudadanía. p.69-129 Contenido en: Talleres delMilenio. Repensar a Colombia. Hacia un nuevo contrato social. Panamericana. PNUD. 2002.

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sus posibilidades de conveniencia para el conjunto de la población, tenga que volver lamirada al mundo de la representación política y a todo aquello que la realiza, enespecial, por ser central su papel de conexión y mediación de la ciudadanía conrelación al estado. La representación política no puede ser dejada de lado, si sepretende buscar los cauces por donde se da lugar a determinado orden social en los

regímenes políticos de carácter democrático. Ante todo, si el trasfondo de laaproximación busca identificar y reconfigurar los factores que impiden encaminarse adicho orden social a una forma democrática, es decir, construido de cara a laciudadanía, de forma incluyente y con efectos benéficos para el mayor número deintegrantes de una sociedad.

En este marco de reflexión perfilado, interesa en lo que sigue, respecto a Colombia,caracterizar que ha pasado con la representación política en los 90, cuestión aresolverse desde la perspectiva, no de cómo se ha ejercido ella, sino más bien de suacceso y configuración, razón por la cual, la reflexión estará en directa relación con loacontecido a los partidos y al proceso electoral. En todo caso la reflexión aquí

propuesta no propone conclusiones finales, no porque no sean necesarias, sino porquedicha reflexión, se constituye en un fragmento de una investigación de más largoaliento, donde se revisa la democracia en Colombia en los 90 en su relación con laconstrucción de lo Público, motivo por el cual la representación aparece solo como unelemento mas al lado y con relación a otras como la participación ciudadana y losmovimientos sociales78. Así, las conclusiones a este aparte, de desearse, y a manerade invitación, podrán ser realizadas por el lector, pero en caso de querer sercomplementadas, puede consultarse en meses futuros la publicación de los resultadosdel proyecto de investigación “Democracia en Colombia en los 90 y construcción de loPúblico”, adelantada por el grupo de investigación “TOPOS”, en el marco del programade formación investigativa desarrollado por la Facultad de Ciencias Políticas y

Administrativas de la Escuela Superior de Administración Pública ESAP.LLaa ffrraaggmmeennttaacciióónn ddee llooss ppaarrttiiddooss yy ssuu ssiisstteemmaa.

En Colombia, fruto del arreglo político realizado a finales de la década de los 50 delsiglo XX denominado Frente Nacional, y de una más larga tradición de bipartidismo queremonta al siglo XIX, el plano político hasta los 80, es dominado por los partidospolíticos liberal y conservador en el doble plano de representación ya mencionado. Sinembargo, unas fracturas a su interior entran a suceder en el Frente Nacional por efectodel arreglo paritario en la alternancia en el poder de gobierno y el reparto burocráticoentre partidos. Ante la ausencia de competencia y lucha política que trae consigo lo

anterior, al interior de los partidos se presenta una desideologización y aumento de

78 En la conferencia presentada en la Universidad Nacional de Colombia, con ocasión de lasJornadas de lo Público, se presentó casi la totalidad de los resultados de cómo han sido cada unade ellas en la década de los 90 y algunas reflexiones en torno a su incidencia respecto a laconstrucción de lo público. Aquí se opta, por presentar solo una de las partes, por efecto de laslimitaciones propias de hacer parte de unas memorias que requiere dar cuenta de reflexiones deotros ponentes.

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competencia entre facciones79que conduce a ausencia de unidad y disciplina. Loanterior se ve fortalecido por el arreglo institucional de la elección popular de alcaldesmunicipales generado a finales de los 80, el cual trae consigo un debilitamiento delcontrol que desde las cúpulas de los partidos se imprimía sobre sus integrantes yseguidores por abrir un espectro local de oportunidades políticas sobre el cual las

grandes jefaturas, coincidentes o íntimamente conectados con las máximasautoridades del ejecutivo, no podían en última instancia decidir, por no depender ya sunombramiento de la cabeza nacional del ejecutivo.

Es en la década de los 90, cuando esta fragmentación de los partidos se veintensificada, llevando a una fragmentación como a un personalismo de los mismos.Por esta vía los partidos se estructuran como redes de alianzas entre múltiples“empresas electorales”80 efímeras eintegradas por grupos políticos de alcanceregional o local interesados en promovercandidaturas y mantenerse en el poder, los

cuales sin un programa o ideario político quelos articule y oriente, encuentran su motivode convergencia como “partido” el ritualelectoral, tanto para cumplir con los requisitoslegales exigidos por el Estado para participaren las elecciones -exigirse 50.000 firmas paralegalizar un partido o recibir el aval de uno delos existentes- como para lograr el apoyo y lamovilización electoral de ciertos sectorespolíticos y ciudadanos aun adscritosideológicamente al “color” del partido.

Evidencia de la fragmentación al interior delos partidos tradicionales se encuentra tanto en la gran cantidad de listas presentadaspor un mismo partido para la elección a corporaciones públicas como en la cantidad demovimientos que por un mismo partido llegan a postularse.

Para el caso nacional se ha visto reflejado, en el primer caso, en la proliferaciónabundante de listas para los cargos de elección popular al senado y la cámara, loscuales se incrementan abruptamente durante el transcurso de la década, llegando apresentarse en las elecciones de 1998 por parte de los partidos existentes mas de1000 listas (ver cuadro 1), lo cual conlleva, teniendo en cuenta que cada lista estacompuesta por igual número de cargos a proveer (100 al senado y mas a la cámara), aque se presenten miles de aspirantes a un mismo espacio de representación política.En el caso de los movimientos políticos, para el solo partido liberal se puedenidentificar mas de 10 distintos que sin renunciar a su tronco liberal se postulan y

79 Leal Francisco, Dávila Andrés. Clientelismo El Sistema Político y su expresión regional. Tercer MundoEditores. Universidad Nacional de Colombia. IEPRI. 1994.80 Pizarro, Eduardo. La atomización partidista en Colombia: el fenómeno de las microempresaselectorales. Contenido en: Degradación o Cambio. Evolución del Sistema Político. Grupo Editorial Norma.2001, p 360.

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orientan con base a las máximas de sus cabezas y no las del partido en su conjunto:movimiento cívico seriedad por Colombia, movimiento apertura liberal, movimientoColombia mi país, movimiento liberalismo independiente de restauración, movimientoshuellas ciudadanas, movimiento de alternativa avanzada, movimiento integraciónpopular, movimiento renovación de acción, movimiento nuevo liberalismo, movimiento

de integración popular, movimiento político por la seguridad social, movimiento detransformación nacional

.No obstante, esta atomización y esta conformación efímera de los partidos conocasión de los procesos electorales, deben llevar a preguntas importantes ¿aestos agrupamientos que acontecen en la década de los 90 puede darse tal títulode partidos?81. Dadas las características reportadas a los “partidos”, a su escasa

unidad y orientación conjunta, así como su composición coyuntural, más bienhabría que decir, no es tanto que los “partidos” sigan dominando el escenario

electoral, sino más bien se trata de una forma de hacer la política, de unasprácticas e imaginarios de construir política que ve en los mecanismos formales yen las adscripciones partidistas tradicionales un camino expedito y fácil paralograr sus aspiraciones.

Esta fragmentación no sólo acontece al interior de los partidos, sino que seconstituye en una de las características del sistema de partidos en Colombia, alpunto que en 1997 se reportaban alrededor de ochenta (80) movimientos ypartidos teniendo que a finales de los 90 se mantenían aproximadamente setenta(70) partidos formalmente inscritos en la Registraduría Nacional (ver cuadro 2).Dicha cantidad de partidos, obedece, no solo a una apertura política lograda por

los bajos requisitos impuestos por la constitución de 1991 para conformar partidoscon el propósito de lograr promover una apertura política, sino en la oportunidadque abrió la misma, para que facciones de los partidos tradicionales seconstituyeran en movimientos, con lo cual ganaban en autonomía frente a sustroncos de procedencia y, a su turno, se hacían para sí a los estímuloselectorales de recursos monetarios permanentes y temporales promovidos por elestado.

CUADRO 1. Aumento de Aspirantes al Congreso de la República por número de listas 1991-1998

N°. DE LISTASAÑOSENADO CÁMARA VARIACÓN %

TOTAL LISTASCONGRESO

1991 143 478 ó 487 ------ 621 ó 630

1994 254 647 31,07 ó 30,07 901

1998 319 692 12.2 101111 

Fuente: GIRALDO GARCÍA, Fernando. Sistema de Partidos Políticos en Colombia. Estado del Arte 1991-2002. Bogotá D.C. Centro Editorial Javeriana (CEJA). Primera Edición. Septiembrede 2003. Pág. 84-85.

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Aunque desde una perspectiva democrática puede leerse este número de partidoscomo un signo positivo frente al histórico cierre a manos de dos partidos, traeconsigo dos fenómenos significativos en relación con los espacios y procesos derepresentación política: la antirepresentación82y la subrepresentación. Debido a lafragmentación, efecto de las microempresas electorales representadas en la grancantidad de listas y los múltiples partidos, en los 90, los votos de los ciudadanosse dispersan en tantas propuestas políticas que buen número de ellas termina porno alcanzar la votación mínima requerida para convertir sus aspirantes enmandatarios públicos. Los electores, aunque optan y legitiman la vía de larepresentación política al acudir a las urnas, se ven expuestos a quedar sinninguna representación. Al respecto, un caso que puede señalarse es el de loacontecido en las elecciones del Congreso en 1998, donde 222 listas lanzadaspara senado no obtienen representación alguna arrastrando consigo la perdida demás de 2.540.000 votos83; o de igual forma, se evidencia en la elección de concejode Cali para el año 2000, donde a pesar de votar 346.000 ciudadanos, más de246.00084 quedan sin lograr elegir representante político alguno.

A la antirepresentación se suma la subrepresentación, en el sentido de que muypocos de los candidatos que finalmente fueron elegidos a los cuerpos colegidos derepresentación, en los distintos niveles nacional y local, lo realizaron conforme auna representatividad electoral significativa. Si bien en los 90 se instaurainstitucionalmente por parte del Estado el mecanismo del cociente electoral, segúnel cual un aspirante a un cuerpo colegiado es elegido si obtiene un número devotos superior al total de la votación dividido por el número de curules a proveer,la elección por este mecanismo escasamente llega a lograrse, teniendo más bienque su elección se da de forma mayoritaria por residuo electoral, lo que conllevavotaciones mucho menores por debajo del cociente. Como lo muestra EduardoPizarro, en los 90 cada elección reporto menor número de escaños asignados por

82 Concepto tomado de Llano, Ángel. Entre transiciones políticas y mutaciones electorales.Contenido en: Colombia elecciones 2000. Centro Editorial Ceja, 2000. pp. 98-ConsejoNacional Electoral. Resolución 72 de 200083 Pizarro, Eduardo. Op.Cit. p. 362.84 Llano, Ángel. Op.Cit. pp.112-113.

CUADRO 2. Número de Partidos y movimientos políticos inscritos ante el C.N.E. 1991-2002.

AÑON°. PARTIDOS Y MOVIMIENTOS POLÍTICOS

INSCRITOS ANTE EL C.N.E.VARIACIÓN

PORCENTUAL (%)

1991 22 -----

1994 54 59,25

1998 80 48,14

2002 70 -1,25Fuente: GIRALDO GARCÍA, Fernando. Sistema de Partidos Políticos en Colombia. Estado del arte 

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cociente electoral, pasando de 19 en 1991, a 13 en 1994 hasta llegar a 5 en 1998.Esto que evidenciaba la estrategia de los partidos de apostarle al residuo antesque al cociente como forma de salir elegidos, optando para ello en presentar grannúmero de listas, lleva a que los representantes políticos elegidos popularmentehablen y decidan por todos los ciudadanos de su circunscripción electoral pero con

un soporte bastante endeble de representados que los legitimanNo obstante, estaatomización y fragmentaciónde los partidos, así como losefectos de anti osubrepresentación a los quese ha aludido, aunqueresponsabilidad de lospartidos, como ya se haseñalado, son ocasionados

mismo por las reglas yarreglos políticos instituidospor el propio sistema políticocolombiano. Por un lado,aunque la ConstituciónPolítica de 1991 tuvo elpropósito de democratizar ydar inclusión a nuevosactores políticos mediante elreconocimiento de suexistencia como

movimientos o partidos apartir de la posibilidad dereunión de un número defirmas o votos –50.000-, o

de igual forma, mediante elotorgamiento de avales acandidaturas por parte delos partidos ya constituidos,por otro, abrió la posibilidadpara al existencia demúltiples empresas,propuestas o aventuraselectorales con significativas

probabilidades de éxitoaunque con escaso apoyociudadano. De igual forma,al posibilitar la existenciadel mecanismo de laelección por residuo, o alhaber permitido laposibilidad de múltipleslistas por partido, prefiguróun escenario favorabledonde los actores políticos

 jugaron a lograr mayoresresultados con menoresesfuerzos.

LLaa aappeerrttuurraa aa nnuueevvaass ffuueerrzzaass.. 

De lo anterior, habría pues que pensar el sistema político democrático en unatensión entre apertura política a la representación y debilitamiento de la misma85 Con todo, esto no debe llevar a conclusiones apresuradas, respecto a propuestas

que por lograr mayor efectividad en representatividad resten acceso a la misma.En los 90, como hay un proceso de apertura política significativa por parte deterceras fuerzas, que presentes en el nivel nacional (ver cuadro 3), evidenciamayor fuerza en el nivel local <ver cuadro 4>, relacionado esto último con lainstitucionalización de la elección popular de alcaldes.

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En el plano nacional, aunque en sus inicios se vislumbra con el M19 lo quealgunos analistas en su momento ven como el nacimiento de un tercer partido,tras obtener más de 100.000 votos y constituirse en una de las fuerzasmayoritarias de la Asamblea Nacional Constituyente, a finales de la décadapierde su fuerza política. Por su parte en el plano, local municipal, en el periodoen cuestión las fuerzas tuvieron un crecimiento significativo, que las llevó a ganaruna fuerza electoral del 20 % al bipartidismo, cuestión importante, si se tiene encuenta que Colombia lleva más de un siglo de bipartidismo. Dinámica irregular, yaque al inicio de la década, en las terceras elecciones populares de alcaldes, lasterceras fuerzas presentan crecimiento, pero en las restantes elecciones delperíodo, dicha fuerza decae (Ver Cuadro 4).

Con todo, la elección popular de alcaldes, para los 90 se constituye en uno de losarreglos centrales para la apertura y acceso a la representación política en elsistema político a terceras fuerzas. Esto se muestra más significativo en el caso delas grandes ciudades y las intermedias, donde en los casos como Bogotá,Medellín y Cali, nuevas fuerzas políticas o nuevos personajes no asociados conlos partidos Liberal o Conservador, llegan al control de los Aparatos Político-administrativos; cuestión nada despreciable dado que por ejemplo la Alcaldía deBogotá se considera el segundo cargo político más importante del país. De igualforma, si se tiene en cuenta algunas de las reacciones de las fuerzas políticastradicionales liberal y conservadora en las que dejando de lado sus diferencias de

CUADRO 3. Porcentaje totalizado de votos para senado de la república por los partidosLiberal, conservador y terceras fuerzasFuerza Política 1982 1988 1999 1991 1994 1997P. Liberal + P.

Conservador

97,04 94,64 93,62 81,07 86,46 79,92

Terceras fuerzas 2, 96 5,36 6,38 18,93 13,54 20,18Fuente: Pizarro, Eduardo. La atomización partidista en Colombia: el fenómeno de lasmicroempresas electorales. P.361

CUADRO 4: Filiación Política de los AlcaldesAño Liberal y

Conservador% Coalición % Otros % Total

1988 770 85,9 22 2,5 104 11,6 8961990 806 89,6 23 2,6 71 7,9 9001992 621 68,2 23 2,5 266 29,2  9101994 809 86,4 24 2,6 103 11,0 9361997 723 78,5 54 5,9 144 15,6 9212000 611 66,8% 103 11,3 201 22,0 915Total 4.340 79,2 249 4,5 889 16,2 5.478FUENTE; Departamento Nacional de Planeación. Evaluación de la DescentralizaciónMunicipal en Colombia: balance de una década. 2002. p. 286

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adscripción partidista se han unido para contrarrestar el ascenso y consolidaciónde nuevas fuerzas, tal como se muestra en ciudades como Barranquilla yMedellín en las elecciones del 2000 donde ambas fuerzas acuerdan postular yapoyar un mismo candidato para salirle al paso a fuerzas nuevas que ponen enpeligro su reproducción86. 

De todas formas, las terceras fuerzas, si bien evidencian el arranque delmonopolio de la representación a los partidos políticos tradicionales, su potencialdemocrático en la representación está aún por conocerse, por convergertendencias y propuestas políticas de todo tipo, denominadas bajo todo tipo deapelativos -cívicas, ciudadanas, multipartidistas, ecológicas, patrióticas, etc.- que oscilanentre lo social o populista  –Cura Hoyos o Pauselino Camargo-y lo neoliberal otecnocrático -Peñalosa, Mockus-. Queda la pregunta del potencial de igual forma porcompartir las terceras fuerzas rasgos de las fuerzas políticas tradicionales, en elsentido de, tener existencias coyunturales ligadas un candidato y con ocasión delos torneos electorales. A esta incertidumbre, hay que sumar lo que se expresa

no solo en algunos de ellos, sino así mismo en los de tipo tradicional, respecto ala pérdida de densidad de la política, ya que muchas de las opciones de tercerasfuerzas se construyen por espectacularización de los medios de comunicación y através de un discurso que no revela sino por vía negativa su horizonte político sinllegar a dejar atrapar su propuesta de orden social: la antipolítica.

Atendiendo lo hasta ahora mencionado, a las lógicas de los actores políticostradicionales como a los nuevos, se figura un sistema de representación políticaintegrado por múltiples y fragmentadas fuerzas. Sin embargo, no hay que juzgarloen un igual sentido, porque mientras en el caso de los partidos tradicionalespuede estar significando su ruptura y desvertebramiento, en el de las nuevas

fuerzas, dicha pluralidad puede expresar la emergencia y proyección de nuevasrepresentaciones políticas, las cuales en una temporalidad de mediana a o largaduración, podrían traducir una ampliación ideológica y de fuerzas del régimenpolítico colombiano. Por el momento, quedan dos cuestiones interesantes, laprimera, que en los 90, en los planos nacionales y locales predomina unafragmentación y atomización de la representación política en todas las fuerzaspolíticas, y la segunda, que en el plano nacional se presenta el mismo fenómeno,pero con un dominio del bipartidismo sin figurar terceras fuerzas con proyección yarticulación nacional. OOttrrooss eeffeeccttooss rreessppeeccttoo aa llaa rreepprreesseennttaacciióónn.. 

Al doble plano de apertura política y debilitamiento de la representación política,habría que agregar otro aspecto, referido a sí la apertura a la representación halogrado una renovación y relevo del bipartidismo en los cargos de elecciónpopular de tipo representativo. Como ya se evidencio atrás, esto hay quecircunscribirlo al contexto local, y en menor medida, al departamental, toda vezque terceras fuerzas entran a ganar un número significativo de alcaldías. En el

86 Llano, Ángel. Op. Cit. Pp.98-115.

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ámbito nacional, por su parte, a pesar de la constitución del 91 introducir medidascomo las ya mencionadas y, otras encaminadas a desclientelizar el régimen talescomo la ampliación de las inhabilidades e incompatibilidades, el uso del tarjetón, ola revocatoria del mandato, se da solamente una pequeña renovación. Seevidencia esto a nivel del máxime cuerpo de representación nacional, el congreso,

el cual en el periodo en cuestión sufre escaso relevo de sus integrantes. Mientrasen 1991, el 77,7% delos curules esta bajo el control bipartidista, en 1994 lo esta el74,4%, teniendo para 1998 el 64,7%. De igual forma, mientras en las primeraselecciones se ocupan las curules por un 51% de senadores nuevos, en 1998corresponden a nuevos senadores, sin contar lo anterior, que varios de losnuevos son exrepresentantes a la cámara que entran a convertirse en senadoresde la República.87 

En el mismo sentido de lo anterior, aunque la constitución política busca mediantela figura de la circunscripción nacional para la elección del senado de la repúblicapermitir el ascenso y renovación a nuevas fuerzas políticas en el congreso, no

logra producir los resultados deseados. Las representaciones instauradas por lacircunscripción nacional, a darse por votación realizada en todo el país, encontraposición a las de tipo territorial departamental, no traen mayor cambio en laforma de constitución y el tipo de representación. Tal como lo muestra el estudiode Juan Carlos Rodríguez88, se evidencia que la mayoría de senadores siguensiendo elegidos por electores concentrados en ciertas regiones o departamentos,y no por poblaciones diversas del conjunto del país. Otras cosas se revelan. Laciudadanía empieza a jugar y a proponer lógicas encontradas de representación,por lo menos en algunas elecciones locales, ya que si bien vota a los cargos deelección popular del ejecutivo por candidatos “antipolíticos”, en las decorporaciones públicas, eligen representantes de los sectores tradicionales. Así se

evidencia en los casos de las elecciones del 2000 de Bogotá y de Cali, donde a laAlcaldía llega aspirantes identificados con la antipolítica pero en al concejoacontece lógica contraria al votarse por actores identificados con dicha clase.

La limitación en la capacidad de renovación de los actores políticos habría debuscarla, en buena parte, en las mismas reformas institucionales mediante lascuales se procuro el cambio. La constitución política de 1991, tal como llega a serconfigurada, no limita la reelección indefinida de senadores y representantes a lacámara, lo mismo que concejales y diputados; aunque habla de democratizaciónde los partidos, no la obliga, con lo cual los sectores tradicionales siguen teniendogran control sobre movimientos y partidos; no crea un sistema electoral coherenteque imprima umbrales representativos para impedir el ingreso de aquellos que poroperaciones de residuo y avispa no cumplen el cociente electoral; y mantiene lapresunción de elegibilidad donde se permite elegir a candidatos con inhabilidades

87 Ungar, Elizabeth, Ruiz Germán. ¿Hacia la recomposición del Congreso?. Contenido en:Elecciones y democracia en Colombia 1997-1998. Universidad de los Andes. 1998.p.192.88 Rodríguez, Juan Carlos. ¿Cambiar todo para que nada cambie?. Representación, sistemaelectoral y sistema de partidos en Colombia. Capacidad de adaptación de las Elites Políticas acambios en el entorno institucional. Contenido en: Degradación o Cambio. Evolución del SistemaPolítico. Grupo Editorial Norma. 2001.

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o incapacidades para solo después de haber recibido credencial proceder aanularla89. A lo anterior habría que sumar, la falta de criterios y elementos respectoa la financiación y gastos de las campañas y los partidos políticos, que lleva atener ventaja a aquellos candidatos tradicionales que han aprendido y construidoformulas de transacción clientelista o corporativista para la llegada de dineros a

su iniciativa, aún al costo de comprometer la dimensión pública del cargo derepresentación al cual llegan.

La fragmentación en la representación, trae consigo otras situaciones en el planomismo de los acuerdos de representación política.

Dadas las múltiples fuerzas políticas que llegan a losespacios de representación política producto de lafragmentación, como de la falta de unidad ideológica ypolítica entre ellas, los arreglos políticos que seconfiguran en su seno cobran cada vez mas

dimensiones particularistas y de transacciónclientelista. En una situación, el ejecutivo, aunquecuente con mayorías de su partido en instanciaslegislativas, por efecto de la falta de unidad política eideológica, tiene que entregarse a transacciones consus integrantes para lograr aprobación de susiniciativas. En otra situación, dado el personalismo y lafragmentación vivenciada en los partidos, el ejecutivoaprovecha dicha circunstancia para desvertebrar eldebate y la oposición política mediante arreglos “uno” a“uno”, donde se llama por aparte y en privado a cada

uno de los representantes del legislativo por parte delejecutivo, para lograr la adscripción a sus iniciativas90.Pero por otra, deja también sin capacidad a lospartidos para controlar que los candidatos una vez elegidos cumplan en sugobierno con los postulados y programas ideológicos de su partido91.

Si bien en la representación política hay problemas como los hasta aquí anotados,un punto que no se puede ignorar es la no-representación que presenta el sistemapolítico colombiano en la década de los 90. El promedio de abstención de los

89 Citado por Giraldo. Ibíd. p. 89-9290 Ver al respecto. Dávila Andrés, Delgado Natalia. La metamorfosis del Sistema político

colombiano ¿ Clientelismo de mercado o nuevas formas de intermediación?. Contenido en: :Degradación o Cambio. Evolución del Sistema Político. Grupo Editorial Norma. 2001pp. 319-35791Al respecto es interesante lo señalado por David Roll, respecto a Cesar Gaviria, el cualaunque se presenta como candidato liberal y, habiendo su partido diseñado un ideariosocialdemócrata en el que se opone a propuestas de corte neoliberal, cuando se le señalalo mismo por parte de su partido por las políticas económicas a implementar, “tomo elprograma con dos dedos y lo arrojo a la mesa expresando “esto lo que es un directoriotelefónico””. p.160. Colombia. Contenido en: Partidos Políticos de América Latina. PaísesAndinos. Fondo de Cultura Económica. 2003 p. 160

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colombianos es superior al 50%, cuestión que habla de que a las fallas en larepresentación, como la antirepresentación o la subrepresentación, hay quesumarle la más significativa: la no-representación. Aunque ciertos análisis92 quieren mostrar esto como un comportamiento normal por coincidir con losestándares internacionales de abstención, cobra gran importancia porque expresa

un sistema político que deja por fuera a más de la mitad de quienes son susdestinatarios y financiadores: los ciudadanos. Sin embargo aunque a nivel generalse presenta el fenómeno, esto no es homogéneo para el conjunto de elecciones.Mientras por ejemplo para las municipales hubo una abstención promedio del49%, en las presidenciales es dramático, pues alcanza en momentos a un 62%de la población en edad de votar. Respecto a las municipales, en su inicio, porconstituirse en un espacio de apertura política parecía ser una medida quereduciría la abstención electoral, cuestión que en principio se constata para lasprimeras elecciones municipales al lograr una tasa de participación del 66,8%,pero que al final de la década desciende a un 48,7%.93 

Para terminar este aparte, otras cuestiones no menos centrales respecto a larepresentación política son la tecnopolítica y la corrupción. Sólo se mencionaranalgunos rasgos porque luego en mayor detalle se volverá sobre lo mismo. En elprimer caso, se atestigua una política hecha de tecnologías comunicativas y deingeniería social cuyo propósito consiste, por una parte, en construir una imagen yun discurso a los candidatos que interpele a los electores en sus emociones antesque a sus razones y, por otra, que permita predecir el cuadro de expectativas yreacciones para poder controlarla desde la oferta. Especialistas o firmasinternacionales prestigiosas son contratadas en las campañas políticaspresidenciales para que recreen las formas de ser de los candidatos, comotambién para que construyan laboratorios sociales donde se pueda anticipar la

reacción del público y lo que apetece. Y la forma de interpelación discursiva porexcelencia, es un relato hecho de mezcla de vida publica y privada, dondepareciera que la legitimación política del candidato debe sustentarse a sí mismaen una de carácter moral privada... ¡algo así como llevar el mensaje que eldirigente será un buen presidente por aparecer como un buen hombre en su vidaintima!.

Por su parte, la corrupción juega su papel. Valga mencionar algunos escándalosde corrupción develados por los medios de comunicación como el proceso 8000 ylos dineros del narcotráfico en las campañas, el caso pomárico y los irregularescontratos del congreso, el caso Dragacol y sus nexos con las campañas del expresidente Andrés Pastrana etc. que evidencian la actitud y el ethos con quesignificativos sectores de la clase política tradicional representan a loscolombianos. O de igual forma otras corrupciones no sancionadas legalmente,pero sin duda atentatorias del interés público, como la financiación de lascampañas políticas a manos de los grupos económicos donde inversiones en

92 Como se expresa en María Mercedes Cuellar. Colombia un Proyecto Inconcluso. Valores ycapital social. Universidad Externado de Colombia, III Tomos, 1997.93 Departamento Nacional de Planeación. Op. cit. Tomo III. P.282.

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campañas se traducen posteriormente en decisiones de estado a favor, aun encontra, de los intereses del conjunto de la población. O ya directamente,corrupción misma del proceso electoral, donde se vuelve frecuente eleccionesimpugnadas por fraudes en las mismas - en el 2000 se llega a sugerir que se deben repetir las

elecciones para congreso pues según denuncia se presentan serias irregularidades-. Aunque la

constitución Política busca generar exigencias que las eliminaran mediantemecanismos como tarjetón, la imaginería y el mercado del fraude es grande,promoviendo prácticas de todo tipo como el carrusel, la compra de jurados y devotos, el trasteo de electores, la modificación de actas y registros electrónicos paralograrlo.

A las restricciones anteriores habría que agregar otra de amplias repercusiones:la violencia . Esta en la década en cuestión conduce a un repliegue y coacciónde los involucrados en la representación política, toda vez que las acciones deintimidación y violencia directa contra candidatos y electores llevan a unos y otrosa ser eliminados del escenario político o ser desplazados por opciones políticas

de tipo coactivo armado

94

. El inicio de la década, seria inaugurada con unaviolencia proveniente de sectores de narcotráfico y de extrema derecha, quellevarían a eliminar en un solo proceso electoral y en menos de un año, a opcionesde representación política para la presidencia de corte izquierdista o de disidenciarespecto a los partidos liberal y conservador, como Luis Carlos Galán BernardoJaramillo, Carlos Pizarro y Jaime Pardo Leal. Al punto esta primer etapa quellevaría al presidente de turno, Virgilio Barco, a solicitar a los candidatos a noexponerse a espacios públicos abiertos. El resto de la década estaría aprisionadala construcción de la representación política en la violencia derivada de los actoresy lógicas del conflicto armado.

A manera de comentarios 

95 

 

En un plano general, podría decirse que en la década prevalece la búsqueda porampliar los canales y actores que mediante la representación conecten lasociedad y el estado. El gran número de microempresas electorales, de partidos ymovimientos políticos, puestos en perspectiva de un contexto de mas la largaduración que una década, en el marco de una historia política colombiana de masde un siglo de movilización ciudadana y control cuasimonopólico del estado porparte del bipartidismo, evidencian una intentona, aun por definirse en sus logros,de introducir actores y espacios políticos que medien y apropien por parte de la

94 Un informe de la revista Cambio No 362, mayo 29-junio 5 de 2000, “ El voto amenazado”,señala que ... “ En los últimos cuatro años han sido asesinados 462 concejales y en losúltimos 36 meses 27 alcaldes. Hay 192 municipios sin protección de fuerza pública y 461bajo el asedio de frentes guerrilleros o columnas paramilitares. Citado por Llano Ángel. Op.Cit.p.99.95Estos comentarios son adaptados de otros realizados de forma genérica en los resultadosde la investigación señalada, para las distintas formas de participación en lo político de laciudadanía, pero que sin duda son validos en particular para la representación política. Estaadaptación obedece a que se quiere aprovechar este espacio de “publicidad” ilustrada paramostrar algunas reflexiones que se pueden encontrar en aquélla.

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ciudadanía la institucionalidad del estado. Con la emergencia de una multiplicidadde espacios y actores, con cobertura y trayectoria de forma dominante de tipolocal-regional, de manera azarosa y, sin duda pragmática, se intenta transformaruna ciudadanía pasiva en otra de carácter mas activa, que aún sin definir surumbo político y sin marcar limites claros con adscripciones bipartidistas, busca

poner sobre el tapete que deben sumarse actores, sectores e intereses distintosa los venidos de las tradicionales elites y sectores políticos. Se trata tanto, en elriesgo y la apuesta que constituye lanzarse a sostener y financiar procesoselectorales, de renunciar o de dejar de valerse en exclusiva de los vínculos deadscripción vertical y dependiente respecto a las cabezas regionales y nacionalesde los grandes partidos tradicionales y, a través de los cuales donde puedanexpresar y ver revelados mas clara y directamente sus intereses mediatos oinmediatos.

La profusión inmensa de iniciativas, marca, de una parte, la inconformidad con lastradicionales representaciones políticas, pero a su turno, señala, el intento por

construir otras en un contexto controlado y restrictivo, tal como se manifiesta, enlas reformas que no se hicieron a inicios de década desde la parte institucional delEstado, y la violencia política de la cual son objeto liderazgos políticos desde lasociedad y el mismo estado. Dicho intento habría que descifrarlo en su contextode creación, pues si bien, marca la propuesta de inclusión ciudadana por otrasvías, varias de las mismas, tienen que transar y, en casos abiertamentealinderarse pragmáticamente, a los agentes, instrumentos y prácticas del sistemapolítico clientelar y bipartidista por tanto tiempo consolidado.

De allí, que las reformas y las iniciativas de los actores entrantes, para el caso dela representación, hagan uso y negocien con las adscripciones bipartidistas pero

ya no para beneficiar únicamente las mismas redes interpersonales. Es por lomismo, también, que reproducen una lógica donde la política queda atrapada enprácticas y lógicas personalistas, localistas y particularistas de concebir y hacer lapolítica, que reflejan la construcción caciquil, regionalista y caudillista que a lolargo de la historia colombiana han asumido los partidos liberal y conservador.Esta convergencia entre un régimen político consolidado y actores en procesosde apuesta a ser incluidos, parece traer consigo, una ciudadanía que buscahacerse a espacios políticos en relación con el estado, pero con prácticas,herramientas e imaginarios propios de una cultura política heredada de lospartidos tradicionales.

Los fenómenos presenciados en los 90, pero con claros antecedentes en ladécada precedente, en relación con un contexto heredado y dominado por elbipartidismo y sus jerarquías, se configuran en intentos por parte de la ciudadaníade construir un ejercicio ampliado y activo de su participación política en relacióncon el estado. Ciudadanía no concordante con lo enseñado en los manuales departicipación ciudadana, desinteresada y con una mono-identidad expresada porsu único y exclusivo compromiso por lo público y lo cívico, sino encontrada yarreglada a través de múltiples identidades y adscripciones políticas o sociales,acotada territorial, sectorial o políticamente en los limites de sus intereses y

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horizontes de lucha y, en casos atravesadas por prácticas poco democráticas.Ciudadanía por lo tanto a ser identificada en término en plural, debiendo entonceshablar mas bien de ciudadanías. Sin embargo, hay que guardar cuidado con nosaltar a un entusiasmo emocional por lo hasta aquí dicho respecto a la intentonade ampliación y apertura de las mediaciones que traen consigo la ciudadanías

activas.La multiplicidad de ciudadanías y propuestas de intervención frenteal estado no quieren decir que en su conjunto converjan en unaapuesta común de un orden social democrático con finalidadessustantivas de justicia, equidad y conveniencia para el conjunto deciudadanos inscritos en el territorio nacional. Por necesidad no traenesto consigo, aunque abren mayores posibilidades para suocurrencia. Traduce, mas bien, en apuestas diferenciales respectoal orden social, hasta pretender constituirlo solo para realizarintereses particulares, que compiten entre si y presionan al estado

por espacios políticos para hacerse a sus recursos y disposicionescon los cuales potenciar o llevar a cabo sus intereses y expectativas.Podría llegar a pensarse, la intentona de apertura y multiplicidad delmundo político observando en Colombia en la década en cuestión,encontraría su horizonte menos en construir un orden social opolítico compartido que en una apuesta por ampliar y renovar lasrepresentaciones e intermediaciones políticas y sociales existentes.

Sin embargo, aunque se reporta una intentona de apertura en laconexión entre el ciudadanía y estado, intentando ampliar lasmediaciones a otros sectores y actores ciudadanos, se figura

insuficiente en cuanto a la capacidad de conexión e inclusión de laciudadanía y su voluntad en relación al estado. Las situaciones deantirepresentación, subrepresentación y no representación, ponenen evidencia que proporciones significativas de la voluntad y el poderpolítico de los ciudadanos quedan sin realizarse al no llegar yconectar con el estado por no lograr estructurar representacionespolíticas a su interior. Se configura déficit de ciudadanía en laconstrucción de asuntos, regulaciones, decisiones y políticaspúblicas nacidas desde los espacios y actores del estado, toda vezque no adquiere importancia si en su construcción una ampliacantidad de ciudadanos quedan excluidos por su abstenciónelectoral, por dilapidarse o hacerse imposible la inclusión de suvoluntad política - antirepresentación-, o por construirse larepresentación sobre la base de una participación significativamentereducida – subrepresentación y participación ciudadana directa-.

El correlato de dicho déficit, y de las débiles articulaciones entre estado yciudadanía, es un cada vez mas peligrosa y mayor diferenciación,autoreferencialidad y distancia del Estado respecto a la ciudadanía, que dichosea de paso, pone en riesgo de producir, una organización política estatal cuyo

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referente de acción no es la cohesión y reproducción del conjunto de laciudadanía, como a su vez, que esta última deje de ver en aquella, el espacioinstitucionalizado a través del cual responder a los desafíos que amenazan suexistencia colectiva  –v.g. pobreza, desempleo, violencia, narcotráfico, impunidad, corrupción,

desempleo etc.- Esta distancia, marca la debilidad de los arreglos institucionales y

pone sobre el tapete la pregunta por los motivos de su precariedad como a losefectos buscados por intermedio de la misma. Según se evidencia, pareciera serque a sectores y agentes significativos del estado en, sus nivelesgubernamental y político –partidos tradicionales- les interesara de forma intencionalpromover la cada vez menor representación de los intereses y demandas de laciudadanía para ocuparse de los propios y de los sectores privados íntimamente aellos ligados.

Esta actitud de la dirigencia podría entrar a revelarse en los arreglosinstitucionales diseñados para superar los déficit de mediación y participacióndemocrática. Las reformas políticas de 1991, como la circunscripción nacional, el

tarjetón, las inhabilidades e incompatibilidades, la democratización sobre lospartidos, aunque con efectos, por lo tibio de sus medidas y la ausencia de otras,no propician relevos sustanciales de fuerzas ni agentes políticos en los espaciostrascendentales de representación política  –congreso, presidencia-, ni logran generarincentivos suficientes para la incorporación de mas de la mitad masa deciudadanos abstencionistas. El intento por controlar y cerrar la búsqueda deinclusión por la ciudadanía no solamente ha corrido por los agentes políticos ygubernamentales tradicionales formalmente vinculados al estado, y por losarreglos políticos relacionados con su institucionalidad. Otras formas se habuscado de reducir desde las lógicas y dinámicas sociales, en casos apoyados demanera informal por la propia institucionalidad del estado.

Como se evidencio en las diferentes configuraciones políticas, la violencia no hadejado de dirigirse contra ellas intentando controlarlas y acotarlas según el caso.Actores de la representación política se han visto intimidados y replegados por laslógicas de guerra sucia vividas en el país. Sin embargo, el acontecer de esto, nohay que evidenciarla en una casualidad, sino que guarda relación a la conexiónde lo político con otros ámbitos. Siguiendo a Romero96, puede evidenciarse comola apertura a los procesos de democratización relacionados con ladescentralización, que daba condiciones para fortalecer políticamente a actoressociales o avanzar en la construcción de espacios que permitieran transitar agrupos insurgentes de las armas a la política, es contestada por las elitesregionales de derecha en asocio con sectores militares en desacuerdo con laspolíticas de paz, ante el hecho de sentir amenazadas sus prerrogativas,conformando grupos paramilitares y patrocinando guerra sucia contra fuerzaspolíticas y movimientos de corte social o de izquierda que presionaran avances dedemocratización en las oportunidades sociales.

96 Romero Mauricio. Paramilitares. IEPRI. 2003 

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Por otra vía, conectando con lo anterior, Pecaut, señala que las redes que en los90 soportan la violencia armada en sus distintas dimensiones, en casos, seconectan y superponen a otras de carácter bipartidista97. Por esta vía, habría queconstruir el raciocinio que en territorios donde coinciden o interactúan elitespolíticas y elites regionales que sienten amenazados sus privilegios, se encuentra

en el uso cobarde y aterrador de la violencia, el camino expedito para cerrar laentrada al poder político del estado a nuevos actores. Al respecto es interesantetraer unas declaraciones otorgadas en su momento por Floro Turnubala,dirigente indígena y gobernador del cauca, en relación a amenazas por el recibidas

“ A veces uno piensa eso. Pero uno se pregunta también: ¿Quién financia a los paramilitares? Lo que uno encuentra es que los paramilitares están financiados por la casta política, por los terratenientes, por los industriales. ¿ Por que en la zona norte, donde se ha desarrollado empresas industriales, se ha generado violencia... Nos dijeron que era necesario hablar con los paramilitares. Y nosotros nos preguntamos ¿ Quienes son? Hay que negociar con quienes le pagan. ¿ Y quienes le pagan?” 

Hay que cuidarse de no responsabilizar solo de esto a dichos actores, ya que laguerrilla también aporta su parte al amenazar, secuestrar o eliminar aquellos

candidatos y electores que atribuyan tener vínculos con el paramilitarismo o conactores tradicionales de su no conveniencia, o simplemente, que no estén deacuerdo con sus direccionamientos u horizontes.

97 Contenido en: Popayán: II audiencia contra la Violencia, por la vida, la Esperanza y losDerechos Humanos. ¿ Fuera Violentos del Cauca?. Revista Utopías. Presencia Cristiana porla Vida. Año IX Marzo del 2001 

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IdentidadesCultura Y Lo

Público

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DEMOCRACIA, PÚBLICOS OFICIALES Y CONTRAPÚBLICOS

Maria Emma Wills98 

l siguiente texto tiene como propósito fundamental presentar una síntesissobre las distintas modalidades que ha adquirido la acción colectiva de loscontrapúblicos frente a las promesas incumplidas de la democracia

moderna. Esta síntesis, así sea esquemática, debe ofrecer sugerencias sobrecomo retar los limites de la democracia actual pero no desechando sinoprofundizando la misma democracia. La salida a las frustraciones y desencantossuscitados por las democracias realmente existentes debe ser en otras palabrasuna salida que revigorice la democracia pero desde una propuesta que recoja eltrayecto ya recorrido y los aprendizajes acumulados hasta el momento. Paraentender las salidas que se sugieren en este ensayo, en primer lugar se hace un

diagnostico sobre aquello que frenó el impulso emancipador del proyectodemocrático moderno. Luego, se delimita el concepto de contrapúblico y seenuncian las condiciones que hacen posible su emergencia y consolidación. En untercer punto, se demuestra como los contrapúblicos que emergen con el proyectodemocrático pasan por dos momentos –desde su formación a mitad del siglo XIXhasta los años sesenta del siglo pasado; y desde esa ruptura hasta nuestros días,para en una última parte esbozar un esfuerzo de síntesis.

Las promesas incumplidas de las democracias modernasLo primero que es necesario relevar es que los llamados a la libertad, la igualdad y

la fraternidad que fundamentaron las primeras democracias modernas fueronapropiados por una visión recortada del potencial emancipador que ellasalbergaban. ¿Por qué? En primer lugar porque la igualdad se entendió en esecontexto de finales del siglo XVIII y principios del XIX no tanto como igualdad deoportunidades o igualdad en el terreno económico o igualdad entre distintos, sinoque se fundamentó en una comprensión de la igualdad como homogeneidad .

Para pertenecer a la comunidad política en las primeras democracias eranecesario ‘ser idéntico a’ aquellas personas consideradas ‘buenas ciudadanas’.¿Cuál fue la definición de buen ciudadano que terminó primando? Fue unadefinición estrecha que atribuía la ciudadanía exclusivamente a aquellos varones

capaces de pagar impuestos, contribuir directa o indirectamente a las milicias, ycomportarse según los códigos de estilos ‘civilizados’, es decir con aquellosasociados a la cultura letrada y científica de la época, considerada como superior.En otras palabras, los ‘iguales’ hacían parte de una cultura burguesa en vías deconsolidarse como dominante.

98 Profesora del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales IEPRI. UniversidadNacional de Colombia.

E

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Además de estos criterios de sexo, clase y educación, subrepticiamente seaplicaron delimitaciones raciales. A pesar de que no siempre se discriminó enrazón del color de la piel, la racionalidad científica estaba implícitamente asociadaa la raza blanca a la que pertenecían la mayoría de los países que en esemomento eran imperios coloniales.

De esta manera, las revoluciones democráticas se dan en un contexto históricoque la vez que abre posibilidades y genera utopías emancipadoras, las vacerrando a medida que los procesos se van institucionalizando bajo un caráctercada vez más eminentemente burgués. La interpretación que se le otorgó alprincipio de igualdad suscitó una definición excluyente de la comunidad deciudadanos con derechos plenos. Mientras los varones letrados capaces deasumir impuestos y de mostrar propiedad fueron considerados ciudadanosvirtuosos, las mujeres, los indígenas, las negritudes, los desposeídos, los iletradosfueron vistos como ciudadanos dependientes, incapaces de asumir posicionespolíticas autónomas, con necesidad de ser tutelados y representadosindirectamente por los verdaderos ciudadanos.

Así como el principio de igualdad quedó recortado, el de libertad tampoco logródesplegar todo su potencial emancipador. ¿Por qué quedó recortada la dimensiónlibertaria que estaba implícita en las primeras democracias? La razón tiene que

ver con la manera cómo se tradujo alterreno de los derechos esa libertad: seconsideró que la libertad era un ejerciciode escogencia a realizarseexclusivamente en el terreno político ycivil, que no exigía para su realizaciónunas condiciones mínimas materiales. Enotras palabras, la libertad se entendiócomo libertad para disentir en los terrenosreligioso, político y civil. Esteentendimiento, a la vez que representóuna apertura frente a los órdenesmonárquicos anteriores vinculados a unsolo credo religioso, cerró de nuevo lacompuerta al decir que la libertad nonecesitaba de unas condicionesmateriales para su ejercicio. De allí que elconcepto de libertad que finalmente primó

generó un segundo límite a las democracias: la desigualdad social y económica sedesarticuló del principio de libertad que se entendió única y exclusivamente comoun ejercicio de opinión. Como bien lo dijera más tarde un pensador francés ¿quiénquiere libertad para dormir bajo los puentes?

La tercera dimensión que distinguía a quienes luchaban por la democracia era elllamado la fraternidad. ¿Qué pasó con la fraternidad que se suponía un principiode solidaridad universal? Para las primeras democracias, la fraternidad, es decir elsentirse hermanado a otros en un destino político compartido, se aplicó a aquellos

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ciudadanos que pertenecían a la comunidad política, una comunidad que fueadquiriendo fronteras internas frente a poblaciones ‘dependientes’; y fronterashacia fuera frente a otras naciones. Frente a los ciudadanos y ciudadanasdependientes esa dimensión de la fraternidad quedó en suspenso, como quedó ensuspenso frente a los extranjeros, a aquellos considerados de un linaje nacional o

étnico distinto. Los llamados dependientes fueron incorporados a la comunidadnacional desde una visión paternalista que les atribuyó una condición desubordinación. De allí, entonces, de esa interpretación de la fraternidad, surge eltercer problema de las democracias occidentales: el marginamiento y lasubordinación.

Ahora bien, uno podría pensar que estas comprensiones de la libertad, igualdad yfraternidad, solo se refieren a los marcos interpretativos. Pero lo grave es que nosolo fueron lecturas limitadas de los principios que animan la ciudadanía, sino quepor el contrario tuvieron una implicación en los arreglos institucionales de lasprimeras democracias. Pensemos por ejemplo en cómo se entendió la igualdad.

La lectura que las élites políticas y económicas hicieron de ella se tradujo en unvoto selectivo. Sólo unos cuantos tuvieron el derecho a sufragar y a ser elegidos.Por su parte la concepción de libertad se tradujo institucionalmente en unaintervención selectiva del Estado en el mercado. Hoy en día sabemos que no escierto que el Estado del ‘laissez faire’ no interviniera para nada ni en la sociedad nien el mercado. Sí lo hacía pero de manera selectiva desde una posición que nodefendía tanto la libertad para todos, como se suponía, sino mas bien una libertadque garantizara la acumulación de capital y las nociones de familia y buena vidaen el terreno privado compatibles con las definiciones burguesas. Y en tercer lugarla dimensión que se refiere a la fraternidad se tradujo en políticas públicaspaternalistas frente a esos ‘otros’ que desde esa visión los ubicó como

dependientes y subordinados frente a los ciudadanos plenos.Entonces, frente a esas visiones recortadas de la democracia y la ciudadanía:¿qué hacer? ¿Abandonar el ideal democrático por que no rindió sus promesas?¿Decir que en este siglo XXI tenemos que reinventarnos una utopía que abandonelos primeros supuestos de esas democracias? En los párrafos que siguen sequiere argumentar que la salida no es tanto un abandono de esos principios comouna reinterpretación de ellos.

La reinterpretación: la emergencia de los contrapúblicosmodernos

Las tres dimensiones que constituyen la ciudadanía moderna se han idotransformado gracias a una dinámica suscitada por las contradicciones, debates,luchas, disputas entre actores sociales y políticos portadores de distintasconcepciones de ciudadanía y democracia. Evidentemente las apropiacionesrecortadas del eslogan ‘¡Libertad! ¡Igualdad! ¡Fraternidad!’ generaron en quienesfueron excluidos, marginados y tratados de manera desigualdad una serie decontra-respuestas que dieron lugar a la emergencia de contrapúblicos.

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Para explicar el concepto de contrapúblico es necesario tener en cuenta que lasconcepciones de igualdad, libertad y fraternidad oficiales cristalizaron en un campode circulación y debate de discursos, la esfera pública, muy vinculada a la vidaurbana burguesa. Históricamente, a pesar de pretender ser universal y abierta, laesfera pública fue una esfera con un claro sello de clase, un claro sello sexual y un

claro sello de raza. Simultáneamente a esta delimitación y para hacerlecontrapeso, entre los excluidos y marginados se conformaron redes decomunicación alterna, contrapúblicos, por donde circularon visiones de sociedad,buen gobierno y buena vida muy distintos. La constitución de esos contrapúblicosrequirió de una serie de condiciones que hicieron su consolidación posible. Enprimer lugar, los marginados y excluidos tuvieron que verse representados endiscursos  que ofrecieran reparación. En otras palabras, para que emerjancontrapúblicos no solo tiene que haber exclusión, marginamiento y subordinación;en otras palabras, no es suficiente que la injusticia sea palpable para que seresista colectivamente a ella. Para que se galvanice una acción colectiva o uncontrapúblico en contra de esa injusticia, tiene que haber algo más: un discurso

que ofrezca reparación.¿Qué hace el discurso?El discurso ofrece, enprimer lugar, unainvención de un futuromejor. En este sentido,un contrapúblico noemerge sólo pensandoen el presente sino quese va conformandocuando logra enunciar

soluciones que ofrecenesperanza de un futuroviable y mejor. En estesentido el discurso capazde dar pie a la formaciónde redes que se sostieneen el tiempo tiene un

carácter utópico. Ensegundo lugar, eldiscurso inventa unsujeto, es decir, en esautopía que se enuncia através del discurso, seconstruye un alguienportador de esaposibilidad. En tercerlugar, obviamente ese

discurso interpreta deforma distinta los pilaresde la democracia y da uncontenido propio a losprincipios de libertad,solidaridad e igualdad.

Además de discurso, se requiere la existencia de una serie de redes de circulacióncomunicativa que posibiliten que justamente la narrativa utópica aglutine a

distintos sectores. Cuando hablo de redes de circulación, me refiero por ejemploen el siglo XIX, a la aparición de la prensa popular y la realización de tertuliasperiódicas en donde aquellos que pueden ser interpelados por el discurso sereúnen para discutir, para conocerse, para finalmente ir conformando una‘comunidad imaginada alterna’. Finalmente estas redes comunicativas, paramantenerse en el tiempo y dar pie a la aparición de identidades colectivas,requieren de la invención de rituales, emblemas, iconos que encarnen justamenteel discurso. De esta manera, el discurso no es solamente un discurso letrado, no

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solo está hecho de palabras sino también de la construcción de un capitalsimbólico, si se quiere, una serie de símbolos que encarnen a la comunidadimaginada.

Momentos históricos en la formación de los contrapúblicos

Esos contrapúblicos que emergen de un discurso alterno, de la aparición de redesy de la construcción simbólica de una comunidad imaginada, se desenvuelven endos grandes momentos históricos.

En un primer momento ¿cuál fue el discurso que aglutinó, enunció con claridad ycreó un sujeto alterno al público burgués? Fue el discurso marxista en el siglo XIX.¿Ese discurso marxista qué hizo? Creó una utopía posible, construyó un sujetoportador de esa utopía: la clase obrera, pero además le dio organización. Todoese discurso se tradujo, en primer lugar, en la existencia o la aparición departidos comunistas, es decir, de una estructura político-partidista y deorganizaciones sindicales, y obviamente, toda esa construcción vino acompañada

de los emblemas, los símbolos que identificaban a esa nueva comunidad política.Ese primer momento, obviamente, viene acompañado de revoluciones, exitosasen algunos países, y de flujos y contraflujos frente al público oficial burgués.

Esa comunidad alterna conoce un segundo momento, un momento derompimiento ubicado en los años sesentas del siglo pasado, donde básicamente aese contrapúblico marxista le aparecen otros contrapúblicos. Quien era el agentede la comunidad imaginada alterna por excelencia del público burgués se enfrentaa la enunciación y aparición de otros contrapúblicos. ¿Qué ocurre en lossesentas? En primer lugar, aparece el movimiento por lo derechos civiles enEstados Unidos. Ese movimiento evidencia que en las democracias modernas nosolo pervive la desigualdad en el terreno económico como lo venia diciendo el

marxismo, sino que además de ella existen otro tipo de discriminaciones basadasno en un criterio de clase, sino en un criterio de raza.

Además de ese movimiento, en ese momento cristalizó lo que hoy en díallamamos la nueva izquierda. ¿Qué tenia de nuevo esa izquierda? En primer lugar,esa izquierda puso en duda que existiera un sujeto privilegiado de la revolución.En otras palabras, bajo el influjo de los nuevos contrapúblicos –movimientosestudiantiles, ecologistas, feministas—se retó la noción de que la clase obreradebía necesariamente constituirse en el sujeto privilegiado que debía realizar laemaciación universal. Allí no solo hubo un cuestionamiento de los fundamentoseconomicistas que apoyaban la visión que pretendía que la clase obrera fuera el

sujeto privilegiado, sino que también evidentemente, y eso lo conocemos menos,hubo grandes problemas de liderazgo al interior de esa nueva izquierda. Es decir,el problema del sujeto privilegiado obrero no fue solo un problema conceptual, sinoque tuvo que ver con las pugnas internas dentro de la izquierda tradicional entrenuevos liderazgos que buscaban surgir. Y esto es muy claro con lo que ocurrió,por ejemplo, con las mujeres que pertenecían a la izquierda. Las mujeres quepertenecían a la izquierda resuelven por esos años crear una comunidadespecífica de feministas. No lo hacen simplemente porque las mueva unaconcepción primero y luego una práctica. Lo hacen porque confrontan al interior de

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la izquierda una serie de prácticas que les cierra el paso a ellas y les impideconvertirse en líderes públicas.

De esta manera es frente a un problema concreto de política concreta que emergeuna respuesta en un nuevo contrapúblico: el contrapúblico feminista. Pero ademásde ese contrapúblico, obviamente en esos sesentas, emerge el contrapúblico

ecológico medioambientalista, que no comparte la visión desarrollista queacompañó en muchos casos al marxismo hasta esos años.

Además de cuestionar a la clase obrera, ¿cuál fue el segundo reto que agenció lanueva izquierda? El segundo cuestionamiento fuerte tuvo que ver con la estructuraque había sido portadora de esa comunidad marxista: el partido obrero. Esepartido obrero tuvo que enfrentar una serie de críticas, porque básicamente se levio como una estructura burocratizada que desconocía otro tipo de voces queestaban al interior de la comunidad que buscaba romper los moldes de lademocracia moderna.

Frente a esas dos criticas, sujeto privilegiado –clase obrera- y estructura partidista,

empieza a emerger un nuevo discurso que propone una revolución de la vidacotidiana y una nueva conformación de estructuras comunicativas horizontales. ¿Aqué nos referimos cuando hablamos de la rebelión de la vida cotidiana? Losnuevos contrapúblicos cuestionaron el que los partidos comunistas se hubiesencentrado en reformar o el mercado o el estado, pero hubiesen abandonado elimpulso por transformar las relaciones sociales entre ciudadanos. Además, frenteal desencanto suscitado por la propuesta de sociedad y Estado encarnada en laUnión Soviética, la nueva izquierda empezó a impulsar la idea de que laemancipación provendría de la construcción de una nueva cultura política que seanclara en la vida cotidiana. Es decir, de nada nos sirve apropiarnos de un Estado,porque el Estado tiene una lógica que coopta cualquier intento de emancipación

por su propia lógica burocrática, de nada nos sirve transformar el mercado y decirque todos vamos a ser propietarios o que va a haber una apropiación colectiva, sirealmente entre vecinos y entre ciudadanos no tenemos una serie de vínculossolidarias que no pasen necesariamente por el estado y por el mercado; de ahíviene esa propuesta de la revolución de la vida cotidiana. Obviamente dentro de lavida cotidiana estaba el eslogan feminista de cabecera de esa época que era:democracia en lo público y en lo privado; democracia en la cama, en la casa y enla plaza. Es decir, si nosotros vamos realmente a revolucionar el mundo, lotenemos que empezar a revolucionar en casa. De allí surgió todo el repertorio quepropuso el feminismo o los feminismos en muchos países.

He señalado que el segundo cuestionamiento se refería a la estructura partidista.¿Cuál fue la alternativa? Si el partido se sostenía sobre burocracias que cerrabanla posibilidad a nuevas voces, la alternativa era la construcción de redes, dado queéstas, se suponía, tenían una estructura horizontal que permitirían superar losproblemas de la estructura partidista. Ahora bien, considero que frente a esesegundo momento de construcción de utopía y sujeto emancipatorio, hoy tenemosuna serie de retos, porque evidentemente esa crítica de los sesenta generóavances frente a la propuesta anterior, organización partidaria comunista, pero

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también plantea una serie de vacíos que se requieren confrontar a nivelconceptual y práctico.

Dado lo anterior, ¿cuáles fueron los aportes? Los aportes fueron latransformación por completo de una serie de concepciones que se tenían sobre la

utopía, concepciones según las cuales todos perseguíamos, supuestamente,desde una comunidad alternativa un contrapúblico alternativo. Entonces, ¿cuálesfueron las virtudes que uno vería en la propuesta de los sesentas?

En primer lugar, se diversificaron las luchas y se hicieron más heterogéneas,igualmente se acepto que la comunidad política alterna a la comunidad políticaburguesa tenía conflictos y divergencias a su interior, y no estaba constituida porun sujeto obrero absolutamente unificado y homogéneo.

En segundo lugar, hubo una reconceptualización de la dimensión igualitaria. Laigualdad a parir de ese momento no se entiende como identificación absoluta

entre personas, sino que se entendió como equivalencia de poder entre distintos.La comprensión de la igualdad en estos términos constituye un salto cualitativomuy importante; en otras palabras, la igualdad ya no se concibe, por ejemplo,como comunidades indígenas y feministas somos iguales, sino que se parte de laexistencia de un principio según el cual tanto comunidades indígenas comofeministas tienen los mismos derechos de enunciar, de existir, de imaginar; pero asu vez son distintos.

El tercer aspecto hace referencia a la libertad. Fíjenseustedes, la propuesta de organización de redes partede una nueva concepción de la libertad; se trata de

poder hacer ejercicio político en aquellas causaspuntuales que convocan sin necesariamente hacerparte de estructuras rígidas que exigen compartir unautopía en todos los aspectos. En otras palabras, creoque la estructura de redes tiene la posibilidad de dejaren mayor libertad a quienes quieren actuarpolíticamente en las causas escogidas y un mayorrespeto por la autonomía. En los últimos tiempos lasprácticas en red han encontrado sus críticas, sinembargo, no se trata de llegar a establecercontradicciones y oposiciones en situaciones que nonecesariamente son dicotómicas; yo diría que hoy endía tenemos que mirar toda esa historia decontrapúblicos de manera sintética, reconociendo quela estructura de partidos comunistas tuvieron susefectos y eficacia histórica en cierto momentos, y hoy,igualmente las redes se encuentran con preguntassobre la heterogeneidad y del respeto por lapluralidad pero igualmente con problemas como laarticulación

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Cuando planteo la articulación me refiero al hecho de que esta muy bien respetardiferencias y proponer la igualdad de poder para todos, pero además se requierela invención de una nueva utopía que no desconozcan los pasos que se han dadohasta hoy y logre sumar y acumular afinidades entre las distintas experiencias. Esdecir, me parece que hay un discurso que hace un elogio de la diversidad y a ese

discurso le hace falta, evidentemente, las otras dimensiones que yo quiero recogeren esa utopía que propongo; esas dimensiones son la igualdad, la fraternidad osolidaridad. En otras palabras, creo que además del respeto a la diversidadtenemos que ser capaces de generar los espacios, las redes y el discurso querecojan la especificidad de cada una de las luchas surgidas en los sesenta,considerando algunos de los idearios, pero sobre todo el ideario de igualdadentendida como condiciones materiales para el acceso a una vida digna.

De otro lado, el problema de la articulación tiene que resolverse de nuevo con:Uno, la construcción de un discurso macro, un metarelato que convoque esasdiferencias. Dos, una estructura que además de redes recoja de la experiencia de

los partidos, lo cual hizo que esas estructuras fueran eficaces durante un buentiempo histórico; no podemos seguir pensando que las redes resuelven todos losproblemas y hay una serie de asuntos que requieren una organización, unaestructura a mediano plazo que recojan las voces expresadas en los distintoscontrapúblicos. Tres, el contrapúblico requiere de la invención de una simbologíaen donde esas diferencias se reconozcan y puedan ser evocadas por unacomunidad especifica la cual debe tener un tipo de afinidad electiva con unacomunidad imaginada mucho más abarcante.

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DOS CONSIDERACIONES SOBRE LO PÚBLICO DESDE LADIVERSIDAD CULTURAL

Carlos Vladimir Zambrano99 

omentaré de manera introductoria la perspectiva desde la cual daré ilacióna este trabajo. Parto del supuesto de la existencia de la estrecha relaciónentre las identidades colectivas y la configuración de lo público; lo

fundamento, en primera instancia, en la complementariedad de las visionesprovenientes de la antropología y de la política dado que la antropología se haocupado extensamente de la construcción, evolución y continuidad de lasidentidades culturales colectivas, y la política de la producción, desarrollo ypermanencia de lo público. En suma, procuraré establecer y definir algunaconexión entre el ethnos  y la polis , más exactamente. La relación sin duda escompleja en virtud de la pluralidad y diversidad no solo de manifestaciones, sinode alcances y significaciones que a dicha relación le otorgan los actores sea

asumiendo roles culturales colectivos, o político ciudadanos. Sin embargo, sinofuera por tal dificultad no la estaríamos pensando, por lo que es preciso avanzaren la exploración.

Algo se ha logrado con la noción de gobernabilidad cultural 100. Es por ello que, ensegunda instancia, la relación de las identidades y lo público se abordan desde laperspectiva de la diversidad cultural, dicho más exactamente en el proceso en elque la síntesis de la diversidad de significaciones opera en un individuo ocolectivo, asignándole particularidades y calidades propias, según momento ycontexto, tiempo y lugar, historia y territorio. La trascendencia y sentido de larelación entre identidades colectivas y lo público varían no solo de sociedad a

sociedad, sino que al interior de cada sociedad ellas dependen de tiempos,espacios y culturas, que, además, cambian de modo permanente y se entrecruzande muy variados modos. De ahí la diversidad tanto de sentidos que puedanatribuírseles a las identidades colectivas y a los conceptos de lo público y loprivado, como de aproximaciones teóricas desarrolladas para su análisis.

Si bien la antropología trata mayormente de las cuestiones de las identidadescolectivas y de los pueblos primitivos, en el fondo hay una preocupación por lossujetos. Esa preocupación, en primer lugar, es ante todo el ámbito que constituyeuno de los baluartes fundamentales del ciudadano que debe realizar su rol socialen condiciones de respeto a la diversidad, este hecho se ha convertido en una

condición clave en la re-construcción y re-definición de las identidades colectivas.Ahora bien, para abordar lo público en esa perspectiva será útil una noción depolítica como la planteada por Norbert Lechner, quien habla de la política como elarte o el esfuerzo de convertir los anhelos en relaciones sociales. Con base en loanterior, la pregunta a responder es ¿cómo el anhelo de un sujeto, de un

99 Profesor Departamento de Ciencia Política. Universidad Nacional de Colombia100 Cfr. Lorente Molina, Belén y Zambrano, Carlos Vladimir Estudios introductorias en relaciones interétnicas . Corporación Colombiana de

Investigaciones Humanísticas, Bogotá. 1999.

C

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individuo, se convierte en una relación social y cómo la relación social constituidafragua lo público?

En segundo lugar, quiero mencionar que la polaridad público-privado esproblemática, como lo son las categorías de lo bueno y de lo malo, de lo frío y de

lo caliente, muy útiles ellas para un mundo dual que podemosentender con simpleza y, que se puede ordenar con facilidad.Pero las cosas parecen ser más complicadas. Por eso quierohacer un giro muy, pero muy pequeño, que es el de hablar másbien de los contextos de privacidad y de los contextos de lapublicidad. Tales contextos permiten en principio, separar muybien los sentidos público, comunicacional y social del espaciode los del sujeto. El contexto de publicidad permite entender lacualidad y movilidad del sujeto en un momento de publicidaddeterminado y en el espacio históricamente definido. Loscontextos de privacidad y de publicidad permiten que tanto los

individuos como los espacios puedan establecer una conexiónimportante social, cultural y política, y se puedan resaltar lasdimensiones antropológicas y politológicas de la relación socialque establecen. Cómo construimos y cómo producimosespacios, y cómo los dichos espacios a la vez inciden en laproducción como sujetos, como personas, como ciudadanos.

Organicé el artículo en dos apartes. El primero, es el relato de dos experienciassobre conformación de lo público que permitan dar a entender —soméramente—las nociones de contextos de publicidad y privacidad. Y en segundo lugar larelación entre derechos y políticas de la diversidad.

Contextos de publicidad y privacidad en dos casos

Hechas las precisiones anteriores, relataré las dos experiencias que nos permitenhablar de la conformación de lo público, de la formación del sujeto, y de loscontextos de publicidad y privacidad. El primer caso, se trata de una experienciacon niños de una escuela en el macizo colombiano, niños indígenas. Y, elsegundo caso, se trata de una experiencia con niños afrocolombianos de uncolegio en Puerto Tejada Cauca. Los dos casos son importantes porque nosiempre nos permitimos el lujo de hablar de cosas que se fraguan ante nuestrosojos y, que por lo general, son irrelevantes a la luz de los análisis politológicos.

Pero, es ahí en donde la formación de lo público impera, y en donde los procesosde reconocimiento que originan las políticas se manifiestan con toda supotencialidad social.

Estábamos haciendo un taller en una vereda en el centro del Macizo Colombiano.Un taller en el que había un grupo de campesinos que debatían la pertenencia aun movimiento reivindicativo aspirando a ser indígenas o a mantenerse comocampesinos. Tenemos el primer problema. Es un grupo de individuos en

¿Cómo ElAnhelo De USujeto, De UIndividuo, SConvierte EUna Relació

Social YCómo LaRelación

SocialConstituidFragua LoPúblico? 

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transición, campesinos que aspiran a ser indígenas. Por lo tanto es una realidadque para los politólogos puede ser complicada, pero no más que para losantropólogos, en la medida en que esos individuos todavía no son lo que quierenser. Y, no ser lo que quieren ser, es una realidad antropológica contundente.Deseaban construir un espacio de participación, sino es que lo estaban haciendo

ya, en el momento mismo de discutir el asunto. Esa situación propia de lascircunstancias iniciales de todo cambio social y cultural hacía a esas personasmás invisibles de lo que nos imaginamos. En primer lugar porque no hay unespacio de reconocimiento respecto de ellos: ¿cómo reconocer lo que está aún enciernes? Podríamos decir, no hay ni siquiera un escenario privado, no hay unescenario público.

El taller se iba a hacer en una escuela con los profesores, con adultos —hombresy mujeres— de la comunidad, padres de familia, mandos de las juntas de accióncomunal y autoridades del cabildo de indígenas. Cuando estuvimos a punto deiniciarlo los profesores nos plantearon un dilema porque como se trabajaría en la

escuela, no sabían qué hacer con los niños y no podrían regresarlos a las casas.Así que nosotros propusimos trabajar con los niños también, con el mismo temadel taller de los adultos: tres preguntas fueron las que se abordaron: ¿qué escomunidad?, ¿cuáles son los problemas?, ¿qué hacer para resolverlos?, y, ¿quéinstitución es más pertinente para resolver esos problemas: el cabildo o la juntade acción comunal? La sicóloga que formaba parte del grupo de investigaciónorganizó el trabajo con los niños por aparte. Se hizo el ejercicio. Luegoconfrontamos en plenaria las respuestas de los adultos y la de los niños, puespusimos a hablar a los niños delante de la comunidad, delante de los profesores yde los padres de familia. Inmediatamente vinieron los profesores y dijeron:

 —¡Nosotros hacemos la clase a los niños!. En realidad lo que querían era manejara los niños, obligarlos a hacer lo que ellos consideraban que estaba bien para queno quedaran mal parados ni ante nosotros, ni ante los padres de familia.

¿Pero, ustedes por qué piensan que los van a hacer quedar mal?, lespreguntamos, si simple y llanamente van a presentar el trabajo.

Aceptaron a regañadientes, pero con condiciones, que les diéramosindependencia a los niños para contar su trabajo. Nosotros —dijeron losprofesores— nos quedamos al lado de los niños para corregirlos. Era obvio quelos profesores tenían una dificultad en la relación con los niños; no eran los niñoslos que les importaban, sino quedar bien ellos. Los niños expusieron con la mismapropiedad que los adultos los problemas, ¿qué era la comunidad?, ¿cómo lapercibían? Tenían muy claro cuáles eran los lugares comunitarios, dibujaron lacasa del cabildo, la escuela, la carretera, la cancha de fútbol, etcétera. Losespacios que podían compartir.

En segundo lugar, los niños empezaron a relatar cuáles eran los problemas quetenían y el primero que identificaron fue la preocupación por resolver entre quiéneseran campesinos y quienes indígenas. Quiénes no querían ser indígenas y

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quiénes querían serlo. Es decir, quiénes querían organizarse alrededor delcabildo indígena y quiénes alrededor de la junta de acción comunal. Los niñosdescribieron muy bien esas tensiones. Eso les comportaba angustia.

En tercer lugar los niños comenzaron a plantear una serie de propuestas para

resolver el asunto. Propuestas que ni siquiera los adultos lograron acordar encuatro horas de trabajo.Lo primero que dijeron fue: “nosotros somosYanaconas, entonces nosotros tenemos queconocer a todos los niños de los pueblos de loscinco cabildos que están en la región, porqueno conocemos a nadie”. Ellos no sabíanquienes eran los otros niños —decían—, pero sísabían de la existencia de los resguardos y deotros niños. Propusieron organizar una semanacultural de un mes. Comenzaron a plantear un

espacio para mirar y reconocerse entre ellos.Los mismos niños plantearon lo siguiente:Vamos a pedirle a nuestros abuelos que nosden cosas para que se puedan mostrar en laescuela. “Para que se puedan mostrar”, fueuna de las frases que ellos, los niños,destacaron durante ese ejercicio. El sentido dela memoria.

Esta historia sirvió para dos cosas, además de lo que ya están escuchando y que

yo no voy a entrar a analizar. Primero, sirvió para que los profesores sesorprendieran sobre todo lo que los niños podían percibir. A nosotros no nossorprendió mucho eso, porque un niño entre 5 y 7 años en esas zonas es capazde clasificar 70 plantas con propiedades medicinales.

Nosotros ni siquiera podemos tener dos en la cabeza. De 5 a 7 años tienen esashabilidades, no solo para identificar las plantas, sino para clasificarlas y pararecetarlas. Segundo, los profesores empezaron a tener una actitud distinta con losestudiantes. Eso fue, digamos, uno de los corolarios de esa experiencia que fuemuy importante y terminó transformando el sistema pedagógico de esta escuela yposteriormente de los Yanaconas del Macizo Colombiano.

¿Cuáles son los contextos de privacidad y de publicidad en este caso? Al hablarde los espacios colectivos o de los sujetos colectivos, es difícil establecerindicadores de lo privado y de lo público, asociándolos con algo personal, familiar,o del entorno individual. El ejemplo nos revela que al hablar de contexto algunascosas públicas pueden ser colectivamente privadas, y algunas cosas privadas

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pueden ser públicas101. Esa aparente relativización sirve para precisar el lenguajey los niveles de acción de lo público, porque precisamente sin esa conexión nopodemos hacer del ethnos  polis. El taller fue un escenario público pero en el se dioun contexto de intimidad y privacidad, eran los de la casa quienes hablaban anteunos forasteros de “sus cosas” comunitarias, las cuales eran “obviamente

públicas” pues hasta los niños las conocían. La conexión local esta figurada, peroesa situación real no se conoce en ámbitos más allá de los pueblos en que seoriginan. Es decir, que en un nivel municipal, regional o nacional el problema detransición de campesino a indígena o viceversa no es un asunto de público ni depolítica. La oficina de asuntos indígenas del ministerio del interior enfrenta unaserie de problemas de casos de reconocimiento, lo cual es indicio de que se estánproduciendo contextos de publicidad en otros niveles.

Sin conciencia del entorno colectivo veo con dificultad la posibilidad de pensarcualquier contexto de publicidad. Significa que muchas de las situaciones socialesque existen en el país son invisibles para nosotros, y no hay posibilidad de una

política pública para la diversidad si ese país no se encarna de manera decisiva yhace posible la mentalidad para la diversidad, sin la cual difícilmente podríamosesperar una política de la identidad. El problema sobre lo público que les estoytransfiriendo es que su construcción y desarrollo forma parte de los procesos deconstrucción colectiva, no sólo ciudadana, a no ser que la cuestión ciudadana estéatravesada íntegramente por los recursos de la identidad, vale decir de unadeterminación del ethnos sobre la política. Es que tanto los procesos colectivos,los movimientos sociales, están generando en un espacio de privacidad de estosmovimientos, que aunque se desarrollan con manifestaciones públicas a través deasambleas, protestas, movilizaciones y demás acciones colectivas comoformación de organizaciones, clases en las escuelas, etcétera, siguen

manteniéndose invisibles para el resto de nosotros. Bien, este caso sirve paramostrar un espacio de privacidad en contextos públicos, en donde a pesar de losesfuerzos se mantiene oculto el suceso. Ese indicador es contundente, puesaunque la narración visibiliza el hecho, seguimos ignorantes de la importancia deese evento en un plano que interpele lo nacional, que pueda conectarlo, porejemplo, con casos en donde los colombianos deciden renunciar a ser nacionalesde su país de origen.

101 “Este planteamiento se sustenta en el reconocimiento que, en el mundo de hoy, la transformación de lo público y de su íntima interrelación con lo

privado se caracteriza por su dinamismo en términos de una variada multiplicidad de espacios públicos y de una amplia diversidad de espacios privadosobjeto de recíproca mutación, redefinición, renovación, en consonancia tanto con el progreso de una civilidad ciudadana de tolerancia, solidaridad y

corresponsabilidad, como con el desarrollo de las relaciones sociales en términos de unos derechos, obligaciones y deberes ciudadanos, consecuentes

con una modernidad cada vez más reflexiva y bajo un régimen político-social democrático crecientemente incluyente y deliberativo. En tal sentido la

permanente construcción/deconstrucción de lo público y lo privado en un mundo moderno reflexivo, el desarrollo de la ciudadanía y de la sociedad civil

en un contexto de civilidad, de tolerancia y solidaridad, y la democratizaión incluyente y deliberativa de la vida social en todas y cada una de sus

instancias de deliberación/acción constituyen en su conjunto un único e i nseparable proceso de cambio-transformación de la sociedad. Con el agravante

adicional que tal tipo de proceso está progresivamente relacionado y en consulta con el desarrollo de una agenda a nivel cada vez más global en temas

como los relacionados con derechos, deberes y formas de organización y participación de la ciudadanía, con principios de civilidad y de

democratización” Garay, L. (2003). .

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El segundo caso es un ejemplo con niños afrodescendientes. La escuela estabaen Puerto Tejada, Cauca, en ella estábamos haciendo un taller sobre losproblemas de la memoria colectiva y la recuperación de las tradiciones culturales.Los profesores del colegio y algunos padres de familia querían recuperar la danzade los Machetes, que es una ritualización de lo que hacían los esclavos negros enla época de la independencia. Hoy en día ellos no lo usan los machetes comoantes, pero han formado una memoria bajo la forma de una danza. Le dicentambién “la Esgrima”, porque las destrezas de los corteros de caña de los valles

cálidos del Gran Cauca, vinieron de las destrezas militares del uso de la espadaque en estas tierras se llamó machete.

El profesor de la escuela organizó con unos estudiantes de antropología de últimosemestre el taller. El procedimiento fue el siguiente: Se les formulaba a todos losestudiantes una pregunta y debían entrevistar a los abuelos, o la persona másvieja de la casa. ¿Qué son los macheteros? Fue la pregunta. Todos los niños de4º y 5º de primaria debían traer una hojita con información. El contenido de la hojalo leían públicamente. Todos la debían leer públicamente y al final de cuentasdespués de leerla deberían volver con lo que habían aprendido a donde su abuelopara contarle lo que había pasado. Eso fue un descubrimiento sobre el

comportamiento de la memoria colectiva, de la construcción pública de lamemoria, pero no puedo detenerme a desarrollar mis impresiones al respecto.Pero lo que si puedo contarles es que cuando el niño controvertía al abuelo con lainformación de otros niños: “mentira abuelo, eso no fue así, porque el abuelo deFulano y de sutano y de perengano lo contaron así”, se formó la de San Quintín.

Las controversias en torno a la memoria no se hicieron esperar, y se manifestaronen forma dramática entre los abuelos, al punto que nos tocó organizar un par demesas que se llamaron los “macheteros vistos por los macheteros”, para evitardesenlaces nefastos. El espacio de discusión con los abuelos se creó yaprendimos una cosa: los pueblos tienen muchas memorias, y solamente cuando

comenzamos a ver que hay un espacio de homologación, de discusión, de debatede esas memorias, y a trazarle sentido e identificaciones, aparece el escenariopúblico y privado de la identidad.

Cuando Se Habla De Lo Público Y De LoPrivado Estamos Frente A La Necesidad DeEntender La Configuración De Los Procesos

Colectivos Que Llevan A La ConfiguraciónDe Identidades.

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Los dos ejemplos permiten centrar el tema queestamos trabajando. En primer lugar, lamemoria es un espacio que se construyepúblicamente y a la vez de construirsepúblicamente, se debate políticamente entre

sujetos, creando identidad. Esa identidadsobre la memoria es la base necesaria parareducir la angustia y el riesgo en momentos decambio o de transición (en el primer ejemplo elriesgo identitario fue expresado por los niños,en el segundo caso, por los ancianos). Losespacios en que se fragua lo público sonsiempre privados hasta que progresivamenteemergen entornos colectivos que permitenaflorar o realizar públicamente a los sujetos(en el primer caso existía una reflexión privada

de a gente que se exteriorizó en el taller; en elsegundo caso no existía ninguna reflexiónsobre la memoria y se generó una dinámicaque la enriqueció y publicitó). En segundolugar, todos los procesos de formacióncolectiva, permiten entender que hay unoscontextos de privacidad que se debatenpúblicamente y al debatirse públicamente nopierde el contexto de privacidad como es elejemplo de los niños del Macizo Colombiano.Es decir, habiendo hecho un ejercicio público

(taller), habiendo después traído a otros niñosde otras comunidades (semana cultural),habiéndose visto en otros horizontes fuera delos ámbitos de sus lugares (imagen de noestar solos), el debate del ser indígena ocampesino quedó en los ámbitos comunitarios.

Cuando se habla de lo público y de lo privado estamos frente a la necesidad deentender la configuración de los procesos colectivos que llevan a la configuraciónde identidades. El problema es que si los movimientos sociales producenidentidades, tantos movimientos existan tantas identidades pueden emerger, por lotanto, así enfrentados lo que en la realidad se produce en materia de la relaciónidentidad-público es un proceso de diversificación o de diferenciación permanente,por lo que lo público va emergiendo en el momento mismo que los individuos seconfrontan identitariamente en cualquier arena.

las historias que les acabo de contar en Puerto Tejada y en el Macizo Colombianoson dos eventos alejados y ajenos a nosotros, a veces no les encontramos mayorsignificación. Esa fractura es indicio de las carencias y quizás de las ausenciasque tiene una política identitaria en Colombia, no basta haber nacido, si no ser en

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donde se ha nacido. La pregunta, como si estas páginas se convirtieran en elguión de un taller, es que conexiones establecen con nuestra cotidianidad lasexperiencias relatadas. Demos un tiempo y permitámonos pensarlas.

Derechos de la Diversidad y Políticas de la Identidad

¿Es posible pensar la configuración de políticas públicas desde los derechoshumanos, en particular los derechos humanos de la tercera y cuarta generación,que son a nuestro entender los derechos sustanciales de la diversidad cultural?.Para desarrollar ese tema es necesario advertir que la lucha por launiversalización de los derechos humanos en los últimos cincuenta años no fueuna lucha al que muchas naciones llegaron a causa de su propio procesocivilizatorio y político, sino que fue una exigencia internacional que dio lalegitimidad moral necesaria para llevar a cabo la reestructuración funcional delcontrol económico y político global. Incluso el significado de universalización se viófrancamente limitado cuando se entendió, stricto sensu , como la extensión de las

prácticas de los derechos humanos universales en lo local, regional y nacional. Launiversalización de los derechos humanos —estrategia cultural de laglobalización— dialogó con los Estados no con las comunidades ni con lasnaciones, y los Estados obligaron a las comunidades, a ciertas comunidades, aexpresarse en el lenguaje del nuevo orden. Sin embargo, pese a que el leguaje dela universalización de los derechos humanos se extendió, eclipsó muchascostumbres defensoras de la dignidad humana, devaluando la impronta de ladiversidad y del horizonte cultural común de todo derecho universal: la capacidadde ser una práctica local que interpela universalmente otras prácticas distintas.

Pero la universalización no sólo es rígida imposición. En su desenvolvimiento se

produjo un encuentro en el que coincidieron las presiones globalizadoras con lasesperanzas locales de mejoramiento de las condiciones de vida y por laslibertades individuales y colectivas, por lo que no fueron infrecuentes las luchaspor la defensa de los derechos humanos universales en los lugares más remotosde las geografías nacionales. Los movimientos de liberación nacional, ladescolonización y la lucha indígena conformaron un abanico de voces diversasque se ampararon bajo el manto de tal encuentro, pero en todas esas luchas,guardadas las proporciones en cada caso, los resultados terminaron dandofundamento a Estados con gran capacidad de ejercer el poder militar einstitucional para controlar las fuerzas que se crearon y que desataron lasresistencias para enfrentarlos a ellos. La universalización de los derechos

humanos se ha estado constituyendo en un mediador entre las justicias reales ylas imaginadas que impone valores y estandariza identificaciones paradójicas:porque hace estallar la diversidad argumentando vehiculizar la diversidad.

La universalización de los derechos humanos fue, y ha sido, sin temor a equívocosuna acción de la globalización reciente, y seguirá siendo, un puente civilizatorio ypolítico de integración moral global, la base de ese imaginario mundial que sellama ciudadanía global, que configura en cualquier ciudadano una percepción de

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ser en el globo, ser en el mundo, fraguando el sujeto del ámbito públicointernacional. Un espacio para la expresión política del cual no podemos decir quehacemos buen uso, pero que decimos que nuestras normas concuerdan con lasde los países más avanzados en la materia. Frase de cajón que lo único quedemuestran es la precariedad identitaria y pública para resolver los problemas

estructurales que dan contenido a una lucha concreta por los derechos humanosde la diversidad en una nación.

Así que entrados en esta materia el principal problema es la precariedad del nodonacional, el fundamento de acceso a la ciudadanía por la vía de la construcción yproducción pública de la pertenencia en todos los ámbitos de relación (local,regional, nacional, interétnico, interregional e internacional), y sectoresinstitucionales (salud, educación, gobierno, finanzas). Tal fundamento desborda elespacio discursivo de los derechos humanosporque constituye el campo público nacionalque puede movilizar las expresiones

ciudadanas. En materia de derechos de ladiversidad uno de los más grandes logros,pero a la vez uno de los más grandesobstáculos ha sido el reconocimiento de ladiversidad cultural a todos los colombianos. Ladiversidad cultural es una cualidad de losmodos con que los seres humanos producenla pertenencia, la historia y el territorio; no esuna potestad de unos seres humanos enparticular. La desdicha del no reconocimientoen algún momento de la historia no es

fundamento moral para el desconocimiento delmomento histórico de la lucha. La resoluciónde esa cuestión mostrará, definitivamente, enel caso de Colombia, la madurez de loscolombianos para afrontar un reto de laglobalización, para redefinir su proyecto de convivencia nacional, para alentar elproceso de reconstrucción de la pertenencia, porque es insostenible un proyectode cohesión a punta de propagandas institucionales en la televisión. Ya se sabe loefímeras que son las construcciones mediáticas, por lo que el mismo ciudadano-televidente, recibe el mensaje contrario.

De hecho la universalización de los derechos humanos estimuló, permitió y hastaacogió un conjunto de fuerzas que se proyectaron en ese horizonte permitiendo lainclusión de importantes sectores de la población, pero que no superó lasdistancias estructurales sino que al contrario las aumentó. La universalizaciónencontró eco porque entro a llenar los profundos vacíos de democracia de muchosestados y sociedades, en muchos casos obligó a los Estados a reconocerdiferencias y distancias y a formular acciones decisivas para superarlas, areformar algunas normatividades y costumbres institucionales y políticas, pero entodo caso no a transformar las fuentes de legitimidad tradicionales, ni a superar las

La Memoria Es UnEspacio Que Se

ConstruyePúblicamente Y A

La Vez DeConstruirse

Públicamente, SeDebate

Políticamente EntreSujetos, Creando

Identidad

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debilidades estructurales de pobreza y marginación. En todo casomodernizaciones discursivas no traen aparejados las modernizaciones de fondo alas que se refieren. De otro lado, dicha lucha estuvo acompañada de un fuerte yobligado proceso de modernización institucional y social con precariedad depolíticas para hacerle frente por lo cual ha sido base de improvisación, en todos

los frentes, la modernización sustrajo del Estado y de centro duro de toda políticaa los ciudadanos. En esta afirmación defiendo la idea de que dicha lucha seconstituyó en un importante sostén moral para los exigentes cambios quedemandó la reestructuración global. Pero la lucha por la universalización no setradujo en la extensión de las prácticas de promoción y defensa, si bien es ciertoque muchas constituciones se adecuaron a los cambios.

La herencia de la universalización en materia de los derechos de la diversidadademás de estimular la importancia de los derechos humanos de las cuatrogeneraciones102, generó un campo novedoso. La defensa de los derechoshumanos de las culturas como instancia fundamental del ejercicio gubernamental;

lo multicultural como fuente y parte del Estado, y lo intercultural como fundamentociudadano, con tres aspectos sustanciales: 1. La importancia de las cuatrogeneraciones de derechos humanos y su capacidad emancipatoria; 2. Lapluralidad de concepciones de derechos humanos y el pluralismo jurídico; y, 3. Laconciencia de la defensa específica de los derechos culturales de los individuos yde los pueblos. En conjunto los tres aspectos constituyen lo que podría enunciarsecomo consigna: “lo público con identidad”. Es decir, apuntalar los medios departicipación, las garantías, y los fundamentos para intervenir en la construcciónde un Estado cuyo eje articulador fuesen las realidades de la diversidad nacional.Toda una proeza. Toda una utopía.

La entrada al siglo XXI impone considerar, juiciosamente, el papel que la culturadesempeña en la Colombia contemporánea, conflictiva y de transición, que no seagota en el balance financiero del sector cultural, ni en las retóricas donde todaverbena -oficial y popular- es un acto de paz, ni en los intercambios musicales,literarios y educativos entre los Estados, y mucho menos, en la introducción de lashumanidades en el análisis de las industrias culturales. La actual no es una crisiscoyuntural de la modernización del país; parece que es más profunda y definitiva.Emerge una estructura cultural distinta, en la cual las formas de organización yrepresentaciones de lo público de los colombianos se están transformando yredefiniendo en relación con: 1. Las agendas de los derechos humanos, de laspolíticas de identidad y ecológicas, de la gobernabilidad democrática y elmulticulturalismo, de los reordenamientos territoriales, y de los derechos de lospueblos y de los consumidores; y, 2. Los sedimentos de las violencias de

102 La primera generación son los derechos individuales y políticos que surgen con la revolución francesa; la segunda, los derechos económicos,

sociales y culturales que surgen con la revolución socialista soviética y la revolución mexicana; la tercera, los derechos de solidaridad o colectivos –a la

paz, al desarrollo y al medio ambiente sano- que surgen con los procesos de descolonización en Africa y Asia; y, la cuarta, los derechos de las

generaciones futuras —la información, la memoria, el patrimonio—, propios de la era de la información. De la segunda generación nos detendremos, de

modo general en los derechos a la cultura de los individuos, de la tercera, en los derechos de los pueblos, la identidad y la autonomía y

autodeterminación, y, de la cuarta en la memoria. Cfr. Stavenhagen, Rodolfo. Clasificación de los derechos humanos, IIDH-Universidad Nacional

Autónoma de México, México, 1984.

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Colombia que, a manera depalimpsestos , bajo la forma de

 jurisdicciones de poderesresiduales, retoñanconflictivamente sin cesar.

El reconocimiento constitucionalde la diversidad étnica y culturalen Colombia, legalizó lo indígena ylo afrocolombiano, prodigándolesespacios burocráticos, políticos y

 judiciales. Al mismo tiempo -sinproponérselo-, promovió otro paísque llaman "multicultural", que losincluye a ellos, pero también alresto del 95 por ciento de la

población, suficientementediversa, y con muchos problemasinmanejables. Se ha postergadopensar las nuevas realidadesetnoculturales —producidas en ladécada de los noventa— y todoslos asuntos de competenciacultural, desde la formación del

ciudadano colombiano hasta la regulación del diseño y fabricación de un arete quereproduce el poporo Quimbaya. Los derechos humanos entonces, comomediadores de lo público y la identidad adquieren cierta personalidad sobre la que

será necesario detenerse a pensar en los próximos años, pues en ese camino laexploración sobre el país presente se hará necesaria.

Las políticas de la identidad

¿Tiene la cultura alguna centralidad en la construcción del orden social y políticode los colombianos? Sí, si se tiene en cuenta que los hechos políticos —comoseñala Merle— que comienzan por el hecho nacional, son en buena medidahechos culturales103. La principal y primera empresa cultural y política de unasociedad, por lo tanto pública, es su proyecto de comunidad imaginada: hacercreer que todos somos parientes, así provengamos de lugares distantes, razas

disímiles y tradiciones diferentes. Vale decir, connacionales; gente que convive enuna civitas , en una comunitas , civilizadamente. Los problemas y solucionesderivados de la puesta en marcha de tal proyecto, y las tensiones generadas en elejercicio de su gobierno, en definitiva atienden a la formación y consolidación de lapertenencia e identidad de un grupo, en torno a unos fines sociales comunescomo la construcción de la paz. La cultura crea la unidad simbólica necesaria parala acción política, en tanto que es la base de la legitimidad de los proyectos

103 Merle, Citado en Zambrano, 2004.

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étnicos y nacionales. En ese sentido identidad colectiva y lo público comoinstancia fundacional se confunden.

Las intenciones descritas tienen por objeto reposicionar la dimensión culturalporque si bien ésta no es ajena a la experiencia pública, se han producido muchas

transformaciones que obligan a tratar los asuntos sociales como asuntosculturales, como por ejemplo, las cuestiones relativas a la familia y sus múltiplesexpresiones. Además, el propio campo cultural se ha desarrollado —de talmanera— como sector institucional, que no puede quedarse sólo en manos de losantropólogos aplicados y de los gestores culturales. El desarrollo de lascomunidades, a partir de la promoción de industrias culturales, requiere no solo deintelectuales que orienten la experiencia, sino de otros profesionales que tengansentido de la vida institucional de un país, como fuentes de cohesión y solidaridadciudadana. Lejos se está en Colombia de recobrar ese sentido de las institucionesmientras que el modo actual de hacer la política lo invisibilice y oculte con susprácticas burocráticas.

Las políticas de identidad han demostrado que, si bien emancipan pueblos,pueden llegar a ser dramáticas y convertirse en un problema de salud pública.Hasta ahora, los investigadores no han hecho estudios serios sobre lasrepercusiones colectivas de las angustias identitarias, que este tipo demovimientos generan; pues, la identidad, por desenvolverse en el seno de unasociedad, manifiesta sus patologías, haciéndose más compleja. Elreposicionamiento de la dimensión cultural, también apela a las reflexiones sobrelos derechos humanos —como se ha dicho— tanto para los análisis sobre lapluralidad de manifestaciones de los llamados problemas sociales (cuyasexpresiones no son únicas sino que varían de región a región y de localidad a

localidad), como para la orientación de ellos y la traducción en política pública,establecida en "mejorar y avanzar en el servicio que prestan, desde unaconcepción que revalorice la ayuda y los procesos de cuidado como prácticasprofesionales articuladas e integradas a la defensa y protección de los derechoshumanos."104 

La relación entre lo público y las identidades colectivas establece vínculos entre justicia, convivencia y calidad de vida, porque de ellos deriva una mejorcomprensión para la formulación de políticas públicas para la diversidad cultural,más acordes con sus necesidades y las del país; y para una mejor comprensióndel lugar que hoy ocupan los derechos humanos en la construcción de la paz parauna sociedad del posconflicto. La dimensión cultural relativiza el monismo de unideal de justicia, de un paradigma de convivencia y de un prototipo de calidad devida, y amplia la visión hacia una pluralidad de sentidos de convivencia, conceptosde justicia y expectativas de calidad de vida, que coexisten entre los colombianos,algunas veces en conflicto no violentos y otras, reportados como problemassociales.

104 Lorente Molina, Belén. "Conceptos en torno a la gobernabilidad de la Diversidad Cultural. España y Colombia". En: Jairo Tocancipá. Ciencias

Sociales y Estado Nacional. Universidad del Cauca, Popayán, 2000. Pp. 158.

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No sobra recalcar, que la pluralidades reconocida jurídicamente enColombia (siendo esto un granavance), pero aún falta profundizar

más en ello, sobre todo en elreconocimiento de la sociedad. LaConstitución de 1991, a lo largo de ladécada, nos ha demostrado que elcamino por recorrer es bastantelargo. Se coligen una serie dedesafíos en relación con la diversidadcultural y los ámbitos institucionalesdel desarrollo del sector cultural enColombia, lo cual genera nuevasdemandas para la formación de

profesionales, para estimular ladimensión cultural en las profesionesy la capacidad académica, y paraincentivar la instrumentación de los

derechos humanos sociales y culturales, y colectivos, con el fin de satisfacer lanecesidad de desarrollos teóricos y de creación de instrumentos locales y globalesque den cuenta de ello.

Se ha insinuado que tal hecho, además de pedagógico, es cultural en sí mismo, yestá enmarcado en un ambiente de modernidad, defensa de los derechoshumanos, mejoramiento de la calidad de vida y mayor justicia, que forman parte

de las agendas de la reestructuración global en todos los países del mundo. Nosobra insistir en la necesidad de adecuar los mecanismos que se requieran(teóricos y prácticos, jurídicos y técnicos), con miras a lograr nuevas y mejoresformas de efectividad en la acción social, con base en los derechos humanos y decara a la consolidación de un Estado Social de Derecho105 que contemple ladiversidad cultural y su complejidad. Vale la pena aclarar: efectividad medida yevaluada en términos de más justicia y mejor calidad de vida, de acuerdo con lasformas culturales que asumen las realidades sociales y sus transformaciones enColombia, sin perder de vista sus consideraciones ético-políticas106. El valor de untrabajo para la diversidad cultural no estriba sólo en la capacidad para crear másopciones de bienestar y ampliar el ámbito de elección hacia el consumo para

105 Cfr. al respecto del debate planteado por Adela Cortina acerca de la diferencia entre un Estado Social de Derecho y un Estado de Bienestar. La

fuente de legitimidad en el de Bienestar es el individuo con sus deseos psicológicos y no la persona con sus necesidades básicas que sería la fuente de

legitimidad en el Social de Derecho. "No hay Estado que pueda satisfacer todos los deseos, pues son infinitos... y todos correrán el riesgo de ser

injustos. Cada Estado intenta determinar qué necesidades consideran un "mínimo decente" o un "mínimo absoluto" por debajo del cual no puede

encontrarse si pretende legitimidad. Ese mínimo pretende ser una exigencia de la justicia". Cortina, A. (1995) "Presupestos morales del Estado Social de

Derecho", En: Etica y conflicto. Lecturas para una transición democrática. Bogotá, Ediciones Uniandes, pp. 185-206. 106 "La distinción entre el Estado Social de Derecho, el cual responde a exigencias ético-políticas y el Estado de Bienestar (de corte keynesiano),

empeñado en fomentar el consumo para mantener la acumulación capitalista... en el que la clave auténtica consistirá en incluir en el sistema de

derechos fundamentales no solo las libertades clásicas, sino también los derechos económicos, sociales y culturales". Ibid. 196.

La Cuestión DeLos Derechos

Humanos De Las

Culturas No SóloEs Referida A Un

PrincipioOntológico Sino

Que EstáAsociada A LaReproducciónSocial Y A La

Historia.

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ella107, sino que es una dimensión fundamental del desarrollo de un Estado Socialde Derecho, en el concepto de que su acción o intervención no sustituye, pero sicomplementa, las argumentaciones sobre la justicia y la calidad de vida.

Derechos de la Diversidad

La relación entre ethnos  y polis  inscribe una cuestión cultural. Entendemos porcultura de los derechos humanos de la diversidad, las actitudes ético-políticas quese impulsan desde el Estado y la sociedad para aplicar las cuatro generaciones dederechos humanos en la configuración de lo público, la estabilización de laconvivencia política, social y cultural entre los ciudadanos. Por derechos humanosde la diversidad, entendemos los derechos de los colectivos sociales diferenciados(naciones, pueblos, regionalidades, pueblos indígenas, comunidades negras,poblaciones transeúntes y migrantes) a preservar su identidad, autonomía y paz.Mientras que la cultura de los derechos humanos de la diversidad puede llegar aser marcadamente regulatoria por su intencionalidad, los derechos humanos de la

diversidad son decididamente incluyentes por su calidad diversa. El rangoemancipatorio que algunos autores señalan, es en cierto modo, contextual.

La noción de cultura  a la que se recurre en este escrito, no se identificanecesariamente con la de derechos culturales, ni con la de cultura política.Tampoco, se refiere a unos sujetos en particular como indígenas o negros, ni a losderechos de los pueblos, ni a la protección de las cosmovisiones más tradicionalesy mágicas, aunque todos ellos sean ejemplos de cómo los derechos culturales ysu ampliación institucional abren campos inusitados al trabajo social. Estainiciativa, obedece a la diversidad de procesos sociales de producción de significados (simbólicos y/o materiales), que desarrollan formas regulación 

consuetudinaria, útiles a las personas para vivir en todos, y en cada uno de los ámbitos de la vida individual y colectiva, privada y pública 108 .

Ahora, si pretendemos una visión humanista de la cultura, sólo basta indicar que elser humano es un ser sociocultural porque "su relación con las cosas estamediada por otros seres humanos y sus logros"109. Lo cultural, pues, indica loscontornos humanos en que se produce, incluida su regulación jurídica, la cualcambia de una sociedad a otra, admitiendo -de paso- la existencia objetiva de ladiversidad. Finalmente, visibilizando la dimensión cultural, se entrevé ypotencializa la posibilidad de concebir los nexos de la convivencia con la paz,como una unidad indisociable, ligada a los principios ético-políticos de justicia y de

calidad de vida, instalada en el seno de las reflexiones del trabajo social, y107 Cfr. Crawford, J.. (1988) The rigths of peoples, Oxford, Oxford University Press, p. 23.

108 Considero que esta definición es mi contribución al desarrollo en el campo de la Antropología jurídica, de la definición Cancliniana, en la que el

término Cultura refiere a "la producción de fenómenos que contribuyen, mediante la representación o reelaboración simbólica de las estructuras

materiales, a comprender, reproducir o transformar el sistema social, es decir todas las prácticas e instituciones dedicadas a la administración,

renovación y reestructuración del sentido". García Canclini, N.. Las culturas populares en el capitalismo. La Habana, Casa de las Américas, pp. 32.

Cursivas en el texto original. 109 García García, E.. (1999) "Derechos humanos y calidad de vida." En: Derechos Humanos. La condición humana en l a sociedad tecnológica, Madrid,

Tecnos, p. 147.

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promovida hacia la consolidación de un Estado Social de Derecho, cuya definiciónincluye la defensa y promoción de los derechos humanos.

Con esta definición, la cuestión de los derechos humanos delas culturas no sólo es referida a un principio ontológico,

sino que está asociada a la reproducción social y a lahistoria. En tal sentido, el campo de intervención de lasidentidades en lo público —en relación con los derechos dela diversidad cultural— se prefigura en coincidencia con laprotección de los derechos humanos de la segundageneración como derechos colectivos, en los que tambiénse halla protegida la cultura de los individuos110, todas lasacciones necesarias para consolidar los proyectos deautonomía de los pueblos, consagrados en la tercerageneración de derechos humanos; y, la conciencia global dela herencia espiritual y material para las próximas

generaciones.Las ciencias sociales se preocupan, en la actualidad, por otorgar cierta centralidada la cultura en la reestructuración global del mundo contemporáneo111, en laconfiguración de los escenarios de circulación global de los ciudadanos. Elreconocimiento de la diversidad cultural ha modificado la percepción de nuestraépoca y su proyección a futuro, la cual ha sido caracterizada culturalmente desdemuy distintas perspectivas112. Pero la transformación de dicha percepción esfuente, parte y resultado de un cambio progresivo y conflictivo, que sedesenvuelve de una manera compleja y multidimensional, con implicaciones nosólo sobre los sujetos que incorpora, sino sobre la redefinición de toda la sociedad

en su conjunto. Para explicar de manera científica y humanista, las formas deexistencia y de funcionamiento de la sociedad, "esta diversidad plantea una seriede cuestiones importantes y potencialmente decisivas -sostiene Kymlicka- entemas como derechos lingüísticos, autonomía regional, curriculum  educativo,

110 "...la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen como base el reconocimiento de la dignidad inherente a todos los miembros de la familia

humana... que no puede realizarse el ideal del ser humano libre, liberado del temor y de la miseria, a menos que se creen condiciones que permitan a

cada persona gozar de sus derechos económicos, sociales y culturales". "Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Aprobado

por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1966. En: Vásquez Carrizosa, A. (1994) La Filosofía de los derechos humanos, Bogotá, Tercer

Mundo, pp. 191-230.

111 Albrow, M. (1997) The global Age. California. Stanford University Press. Hettne, B.. ed. (1995) International Political Economy. Understanding Global

Disorder, Halifax, Fernwood Publishing. Mittelman, J.H. Ed. (1996) Globalization: Critical Reflections,London, Lynne Rienner Publishers. Robertson, R.,

1987 Globalization Theory and Civilization Analysis, En: Compartive Civilizations Review 17. García Canclini, N., 1994 Consumidores y ciudadano,México, Editorial Grijalbo. Giddens, A., (1993) Consecuencias de la modernidad. Madrid. Alianza Editorial. Huntington, S. (1996) El Choque de

Civilizaciones. Barcelona. Paidós. De Souza, B.. La globalización del derecho. Bogotá. Universidad Nacional de Colombia.

112 Algunos ejemplos: la era de las migraciones (Manuel Castels), de los nacionalismos (Ernst Gellner), postindustrial (Daniel Bell), del multicuturalismo

(Will Kymlicka), de las culturas híbridas (Néstor García Canclini), comunicacional (Jesús Martín Barbero), de las identidades (Tedd Gurr), de las

diferencias (Charles Tylor), de las civilizaciones (Samuel Huntington) y la era de las globalizaciones (Boaventura de Souza). También ha sido concebida

como la sociedad postmoderna (Francois Lyotard), de la postpolítica (Ernesto Laclau), del postdesarrollo (Arturo Escobar), postinformacional (Jacques

Delors) y postcapitalista (Peter Drucker). Mas allá de las diferencias de perspectivas y de enfoques, todos estos análisis coinciden en asociar la entrada

en el nuevo milenio con la conformación de una nueva estructura cultural en la que coinciden -en personas de muy diferentes sensibilidades políticas,

familiarizadas con las tecnologías de punta y vinculadas a los sectores más modernos de la economía.

La Cultura AlProducir

Significados,Produce Sentido

Sociales, QueTienen La

Función DeConvocar YRegular La

Acción Social

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política de inmigración y naturalización... . Encontrar respuestas moralmentedefendibles y políticamente viables a dichas cuestiones, constituye el principaldesafío de nuestras sociedades"113. En el nivel global, se vive un profundo procesode transformación social y cultural. La crisis de la hegemonía capitalista semanifiesta en la aparición de nuevas formas de organización y representaciones

del mundo. "En Occidente, las tornadizas disputas sobre los derechos de losinmigrantes, los pueblos autóctonos y otras minorías culturales estáncuestionando los supuestos que han gobernado la vida política durantedécadas"114.

Como un problemaengendra otros, elafianzamiento de ladiversidad cultural introducela noción de riesgo, quesuscita la preocupaciónsobre el sentido de la

confianza en una sociedaden cambio. “El mundo de ladiversidad -anota Giddens-nos plantea nuevos riesgosy nuevos retos, no esapocalíptico, pues no seencamina inevitablemente ala catástrofe... implicariesgos que otrasgeneraciones anteriores nohan enfrentado y porque se

están enfrentando ademáscon los instrumentos de lasgeneraciones anteriores, sinla evaluación crítica”115. Ladiversidad cultural no estásiendo pensada como un

componente agregado de la sociedad, sino como un escenario que se constituyeen el centro de todas sus observaciones y decisiones. Se impone repensar elcamino recorrido y con esta perspectiva analizar si la inclusión de la diversidadcultural, coadyuvará a comprender el escenario de lo público en relación con laidentidad, y el papel virtual de mediador que los derechos humanos cumplen apartir de: 1. Explorar que nos están indicando los viejos problemas aún noresueltos y los nuevos sobre los derechos de las culturas; 2. Indagar lasconsecuencias de otorgarle centralidad a los derechos humanos de la diversidadcultural en las dinámicas de reconfiguración de la sociedad colombiana, y 3.

113 Kymlicka, W. (1996) Ciudadanía multicultural, Barcelona, Editorial Paidós, Barcelona, p. 13.

114 Kymlicka, Op. Cit., p. 13.

115 Anthony Giddens: Modernidad e identidad del yo. El yo y la sociedad en la época contemporánea, Editorial Península, Barcelona, 1997, p. 45.

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Identificar cómo se han establecido las relaciones entre diversidad cultural, laformación de lo público y la identidad colectiva.

Si la cultura obedece a la producción de significados que desarrollan formasconsuetudinarias de regulación, puede ser una fuente del derecho, en razón de

que una fuente es "toda fuerza social con facultad normativa creadora".

116

Así, lacultura, la tradición, los usos y costumbres, el ius vivens , son fuerzas sociales condicha facultad. Pero, ¿cómo la cultura puede ser fuente de los derechoshumanos? La cultura sólo puede serlo en tanto que su fuerza social tenga"facultad reguladora de las relaciones sociales y cuyos mandatos se imponen, por consiguiente, a los sujetos interesados con fuerza obligatoria, e independientemente de la voluntad de estos".117  ¿De dónde deriva, pues, lafacultad reguladora de las relaciones sociales que tiene la cultura? Básicamente,del hecho de que la cultura al producir significados, produce sentidos sociales, quetienen la función de convocar y regular la acción social. En términos teóricos, esla cultura la que tiene la capacidad no sólo de representar simbólicamente a la

sociedad, sino de reelaborar las estructuras sociales e imaginar nuevas.Parafraseando a García Canclini, además de representar las relaciones sociales,contribuye a reproducirlas, transformarlas e inventar otras118.

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116 García García, Op. Cit...pp. 94

117 Ibid.

118 García Canclini, N., Op. Cit...33

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EL RITUAL DEL CONSUMO: LA TRASTIENDA URBANA

María Cristina Asquea119 Clarena Muñoz Dagua120 

Yo denuncio a toda la gente que ignora la otra mitad,

la mitad irredimible que levanta sus montes de cemento 

donde laten los corazones de los animalitos que se olvidan 

y donde caeremos todos en la última fiesta de los taladros.

(FEDERICO GARCÍA LORCA, Poeta en Nueva Cork  

os espacios urbanos, en los cuales el hombre contemporáneo vive y agonizaen medio de la construcción de su cotidianidad, posibilitan la interpretaciónde los procesos accionados por las necesidades que apremian continua e

intensamente a los habitantes de las metrópolis. En cuanto compete a losdiscursos dominantes, reflejados por los medios masivos, la ciudadcontemporánea ha sido y es presentada, especulativamente, como un éxitoconstante aunque los indicios evidencian otra realidad, de la cual poco se hablapero que ofrece mayor riqueza para la investigación y el análisis; en este casoconcreto, desde las teorías del lenguaje y la comunicación.

De tal modo que las megalópolis han pasado a simbolizar, en las representaciones

colectivas, un exitoso desarrollo humano, cuando en realidad el habitante urbano,penosamente solitario y angustiado, trata de vender algo en las calles, algúnobjeto o a él mismo para sobrevivir. Así, frente a la mitología oficial se instala otrarealidad a partir del uso estratégico del ritual como mecanismo de control, en lageneración de recursos, y de la homogeneización discursiva de las diferencias.Según lo hemos constatado con nuestro estudio La Fábula del Buhonero 121, laspersonas aceptan las versiones de la realidad que son impuestas con la mismafrecuencia que sus propios relatos y, en consecuencia, en la producción simbólicase establece una paradoja, la comunicación produce relatos en imágenes e ideascon versiones ajenas y apropiadas que son aceptadas por la colectividad comoparadigmas construidos por signos preexistentes, preestablecidos, estereotipados,repetitivos y, en definitiva, previsibles, los cuales reproducen ideologías originadaspor un orden económico y político dominante, el cual hemos caracterizado a partirde la ritualización del intercambio, impuesta por la necesidad de sobrevivir. En su

119 Profesora de la Corporación Universitaria Minuto de Dios120 Universidad Colegio Mayor de Cundinamarca121 ASQUETA, María Cristina y MUÑOZ, Clarena. La fábula del buhonero. Semiótica de la estéticamercantil. Bogotá: Universidad Jorge Tadeo Lozano y Corporación Universitaria Minuto de Dios,2001.

L

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análisis crítico del discurso dominante, el lingüista Teun van Dijk122 dice que los otros grupos pueden resistir o disentir y no aceptar  (...) los discursos de las élites en el poder ; sin embargo, a la vez, constata que algunas veces, los grupos dominados ayudan en su propia dominación; por ejemplo, cuando aceptan el poder del grupo dominante como algo normal, natural o, de otro modo, legítimo ”. A

este estado se llega transitando dos milenios de retórica, a la cual aquí noconsideramos una disciplina o ciencia del lenguaje sino un instrumento discursivode dominación, del cual los sectores desfavorecidos por la fortuna, por imitación ypor hábito, aprenden las estrategias y obtienen, algunas veces espejismos, otrasfragmentos de la imposición de intereses particulares sobre el interés general;pero también, en ocasiones, calcos de poder.

Precisamente, las reflexiones que existen sobre los espacios urbanos, como seafirmó al comienzo de esta exposición, dedican poca atención a aquello queocultan las fachadas iluminadas por el neón, donde, consideramos, está el lugarcomún donde convergen las representaciones y el sentido. En efecto, las

estrategias de producción de sentido deldiscurso publicitario inundan el paisaje conestímulos e informaciones que ofrecenparaísos artificiales aparentemente accesiblespara todos, excluyendo los contenidos loscuales incluyen los problemas básicos, quehacen la cotidianidad en la cual estáninmersas las multitudes que pueblan laciudad. De hecho, la palabra que persigue unefecto 123 proviene de un altavoz desde elcual el emisor y la fuente son anónimos pero

seguros representantes del interés dominanteque habla para todos con el slogan  de laintención democrática, especialmente, paraaquellos a quienes quiere persuadir y, sobretodo, convencer de que las condiciones de

existencia en un mundo globalizado son equitativas. Esta aparente sinfonía devoces que pregonan la igualdad es la que produce el ritual del consumo, destinadoa proclamar los valores esenciales que manifiestan la identidad colectiva.

Al aproximarnos a las características de este ritual del consumo conviene, enprimera instancia, hacer un breve recorrido por el significado del ritual en elestablecimiento de la vida colectiva. A través de los tiempos, para confirmar suexistencia, el hombre creó los rituales. Estos se configuran como referente, base yapoyo que permite controlar lo que el ser humano no puede explicar y construyeaquello que se denomina realidad . De estas ritualizaciones el mundo antiguo dejó

122 VAN DIJK, Teun A. Discurso y dominación. En: Grandes conferencias en la Facultad deCiencias Humanas. No. 4, febrero de 2004, Universidad Nacional de Colombia, Sede Bogotá,Facultad de Ciencias Humanas.123 AUSTIN, Jhon. Cómo hacer cosas con palabras. Barcelona: Piados, 1998.

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vestigios, ubicados en conglomerados, que pueden interpretarse como el origendel actual espacio urbano. En estos ámbitos los indicios, las representaciones(icónicas e iconográficas) y las simbolizaciones permiten inferir las estrategias desobrevivencia desarrolladas por el hombre para la construcción y reproducción dela sociedad y la cultura.

En la investigación orientada por la semiótica y el análisis crítico del discurso, decarácter transdisciplinario, el estudio de las simbolizaciones y los ritualesconstituye un horizonte, a partir del cual es posible revelar las técnicas deproducción de sentido utilizadas en los sistemas sociales para garantizar lasobrevivencia y el desarrollo humano.

Más precisamente, las estrategias de sobrevivencia y de producción de sentidoque se generan en los rituales, denominados de consumo para los efectos de esteestudio, conforman un tejido que controla, domina y neutraliza los discursos y lasacciones. El hombre, nacido en el mundo natural, al reproducir los signos que le

posibilitan ser y estar en esos espacios, se aleja paso a paso de su origen y vademarcando fronteras entre lo natural y lo artificial, entre lo privado y lo público,entre lo permitido y lo prohibido. Aunque, escindido de su matriz debe, a la vez,interactuar con la realidad que conforma el correlato a partir del cual construye lossignos, sean estos indicios, iconos o símbolos.

De ahí que, la tricotomía peirceana da cuenta de un proceso que permiteentenderse con la realidad mediante categorías para conocer, actuar y organizarel conjunto social. Charles S. S. Peirce, al realizar su exhaustiva revisión de esascategorías, registró también el legisigno , concepto que nos permitimos equipararcon el símbolo, por ser de interés social, una ley que hace que la colectividad

funcione, sobreviva y se desarrolle puesto que el poder impone normas que, aúncuando constituyen obstáculos porque son producto de intereses particulares yestereotipos, también posibilitan la sobrevivencia y encauzan las acciones de lavida colectiva, incluso las de aquellos con menos ventajas y mayores carencias.Estas normas no tienen por qué formar parte de los códigos que rigen la vidapública y colectiva, muchas veces simplemente son parte de las representacionesy las simbolizaciones, que los grupos construyen en los rituales.

Dado que cierta emisión atrajo nuestra atención, nos vamos a referir a esaobsesión mediática, impuesta por las élites simbólicas 124 , llamada realytis. En unode estos juegos, cuya función consiste en que el medio como dice Umberto Ecohable de si mismo;  esto es, que ponga en boca de sus locutores lo buena ygenerosa que es con la gente, para el caso la televisión, pudo oírse a unaretadora , actriz natural y representante del pueblo en el espectáculo, decir que las celebridades  no aguantarían el trajín puesto que no conocían ese tipo de vida.Como si no fuera suficiente, o no estuvieran claras las diferencias, en otro capítulouna celebridad de quien no hemos podido conocer su nombre (se la reconoce porlas abundantes siliconas) hablaba del reto impuesto por el hambre (no olvidar que

124 VAN DIJK, 2004, op. cit.

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ella es anoréxica por imposición mediática) y decía que ha aprendido que cadapersona puede vivir con lo que tiene .

Este ejemplo permite elaborar una primera moraleja: es posible sobrevivir enmedio de las más increíbles condiciones materiales. Por otro lado, el noticiero (el

programa que se ocupaba del tema) mostraba las imágenes de la vida callejera enla ciudad de Bogotá; el periodista realista entrevistaba a una mujer mayor, quienintuitivamente peinaba sus cabellos porque, seguramente tomaba conciencia deque su imagen era repetida por miles de aparatos en vivo y directo; al tiempo quele contaba a todo el país cómo se las ingeniaba ella para comer y dormir. Segundamoraleja, si ella puede, las celebridades también (sin embargo, es recomendableno olvidar que en este último caso será durante dos horas con las cámarasdelante), en tanto que para la anciana de la calle ha sido y es para siempre.

Luego, conviene recordar que el ritual, tradicionalmente, se ha definido como unainteracción a partir de la cual se cohesiona la colectividad; su puesta en escenaimplica el registro en el imaginario social de una serie de normas que delimitan losroles y posiciones de los individuos frente a las instituciones. En este sentido, el

ritual se reproduce mediante fórmulas verbales y acciones que incluyen lamanipulación, apropiación y culto de objetos, que simbolizan cierto nivel deconciencia colectiva frente al mundo.

Así, al indagar sobre el hecho ritual en el espacio urbano, es posible encontrar trescondiciones que permiten reconocer sus bases materiales. Ellas evidencian, porun lado, el modo en que el ritual se instala en la colectividad como una norma quehace posible la existencia y la relación del individuo con su entorno de una manerabiunívoca, esencial para el reconocimiento social. Y, por otro, permite lapermanencia de un orden que se sirve de él para transmitir unilateralmente laideología que sustenta el poder, originado en la necesidad del intercambio de

objetos de valor. Dichas condiciones son:

* En primer lugar, el establecimiento de contacto entre los sujetos de la comunicación, tópico que ha sido explicado por Roman Jakobson como la funciónfáctica, la cual es actualizada mediante encuentros con los demás miembros de lacolectividad, tanto en lugares naturales como artificiales; en particular, losprogramas televisivos denominados realitys  representan esta función porque enapariencia los espectadores participan, dado que se ven reflejados en los actores

Tercera Moraleja, El Reality , Es Un RitualMediático Que Reproduce, Casi Al Infinito, Al

Ritual Del Consumo Destinado A Una AudienciaQue Encuentra, En La Puesta Escena Virtual, Los

Estereotipos, Lógicas De Pensamiento Que SeDeben Generar En La Audiencia Masiva, Según

Los Intereses Del Discurso Dominante 

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naturales, como si ellos fueran los protagonistas cuando, en realidad, los mediosdesconocen el feed back o retroalimentación.

En segundo lugar, la delimitación de fronteras que alude a la demarcación de loslugares para los encuentros de las colectividades con trazados de figuras

geométricas, mediante el levantamiento de paredes, vallas, muros, cercados,murallas, rejas, portales, alambradas, senderos y líneas. Estos espacios sonestructural y funcionalmente similares a los objetos como muebles, útiles yadornos. Tal conformación de la espacialidad, desde sus inicios, consiste,básicamente, en adecuar, por ejemplo, unas características topológicas para laacción y la praxis. Así, se organiza el espacio y con él su temporalidad. Porejemplo, el ritual del consumo promovido por el autoservicio (supermercados ycentros comerciales) se especializa en el diseño de recorridos laberínticos en loscuales se pierde el consumidor, en tanto los sistemas semióticos del mercadorepiten, con el uso de la retórica visual, los mensajes emitidos por los medios, paraestimular el deseo de satisfacer necesidades, las cuales han sido creadas

artificialmente, con el fin de desdibujar las necesidades básicas.Otros espacios urbanos se reservan comositios específicos para la realización deactividades sagradas; de allí que los altares,fuegos y luces, muebles y pinturasconstituyan signos icónicos de lassimbolizaciones comunitarias. En la ciudad,todo espacio es delimitado por un sistemapragmático horizontal, el cual conformacoordenadas con el sistema semiótico,

vertical, determinando para los usuariospuntos de encuentro. En consecuencia, elmundo del mercado informal se apropia delos espacios destinados a las celebracionessociales: políticas, religiosas, culturales ydeportiva, como oportunidad de ritualizar enellos la sobrevivencia, a partir de losencuentros con los objetos del consumo

A modo de ejemplo hacemos referencia a la historia reciente de Bogotá, cuando elCódigo de Policía prohibió a los vendedores informales, los buhoneros, apropiarsede los espacios públicos para trabajar en ellos. Sin embargo, una tutela lespermitió, en consideración del derecho al trabajo, regresar y llenar los andenes. Alrealizar la Alcaldía obras de mejoramiento en la Carrera 13 y en la interseccióncon la Calle 63 el andén occidental desapareció temporalmente; en esa vía, losbuses recogen sus pasajeros del lado occidental; al observar la situación, pudoverse un carro de chorizos muy orondo, ubicado del lado oriental donde el andén,la ciclovía y la explanada de la Iglesia de Lourdes testifican los esfuerzos de losúltimos alcaldes por hacer de Bogotá otra Nueva York, París, Londres y hastaBuenos Aires.

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Sin embargo, el espacio pragmático no condice con ello, en ese lado no es posiblevender los productos. Por tanto, el mercado informal debió trasladarse al otro lado(el occidental) sobre la misma vía de la obra destinada al nuevo andén, quedebilita la frontera entre los buses y la seguridad. Lo que allí sucedió, hacenecesario un reconocimiento a las habilidades de los conductores de buses,

colectivos y busetas de Bogotá que no atropellaron a los entusiastassobrevivientes que preparan untosos pinchos, papas y otros bocadilllos de paso,sin alterarse con los rugidos o los gases los motores; como tampoco lo han hechocon los peatones que deben esperar pegados al puesto de perros calientes elpermiso de paso del semáforo.

Hasta aquí sólo falta mencionar a la tercera condición, la cual es el ofrecimiento de sacrificios o identificación del objeto ritual . Los procesos seguidos por el hombreincluyen el aprendizaje de la convivencia y la exigencia formal de restringir almáximo el sacrificio sangriento, transformando su apariencia medianterepresentaciones como orgías, bacanales, banquetes y ceremonias

carnavalescas. No obstante, el sacrificio ritual, en sus distintas expresiones,permanece como símbolo soberano, en tanto es estimulado por los deseos depermanencia y trascendencia del hombre. Si bien todas estas condiciones originanlos nuevos rituales, en el caso particular del ritual del consumo, se identifica a unobjeto, un producto para el intercambio, para generar dicho ritual.

Hoy día, las personas dedican sus tiempos más importantes, como por ejemplo eldescanso dominical, a concurrir a los centros comerciales y supermercados parapasar allí placenteramente sus tiempos. En La caverna , José Saramago cuenta lahistoria de una señora que deja como deseo para que, después de su muerte, suscenizas sean esparcidas en un centro comercial porque en este sitio ella había

sido feliz. Esta felicidad está fundamentada por el encuentro del ser humano conel objeto y, a la vez, por las élites simbólicas que han proclamado que La felicidad sí se puede comprar .

En síntesis, el ritual con sus tres condiciones simboliza, mediante lasrepresentaciones de los signos verbales y no verbales, una estrategia y, a la vez,un medio para fortalecer los vínculos de pertenencia en la comunidad, asegurar lapropiedad, mantener los mecanismos de producción social, delimitar el territorio,consumir objetos; en suma, garantizar la sobrevivencia en el futuro.

Con esta base puede afirmarse que los rituales son actos formales yconvencionales, que permiten a los grupos e individuos vincularse con objetos,personas, lugares y épocas al asignarles valores específicos. En la ciudad, losrituales se multiplican, dando lugar a unas estructuras de pensamiento queresponden a las lógicas mercantilistas, las leyes del intercambio de objetos, lascuales ayudan a mantener el orden socio-económico vigente, al tiempo querefuerzan las situaciones de pobreza, marginación y exclusión de quienessobreviven en las condiciones establecidas por las leyes de la oferta y lademanda. Aunque, en la posibilidad de ritualización de los más pobres y excluidospuede hallarse también el germen del cambio, el cual puede y suele suceder. En

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tanto que, algunas veces, sólo se den casos aislados de individuos que hacen elascenso social. Y, también, habrá ocasiones donde esto comprometa a un grupoel cual puede abrir el camino para subvertir el orden establecido por el poder;aunque, lo que generalmente ocurre es que estos grupos pasan de dominados adominadores.

Las ventajas hipotéticas que pueden verse en la situación actual, están en que hayvoces diferentes que ocasionalmente se hacen oír eludiendo el control y pasandoa través de los medios; esas voces provienen de las minorías y de otrasculturas. Por una parte, se trata de aprovechar los recursos de las tecnologías dela información en beneficio de los menos favorecidos; poner un megáfono o unmicrófono en su mano es una invitación ineludible a elaborar el propio discurso;tomando en cuenta que la participación de esas voces no se acerca, en lapráctica, a lo necesario para subvertir las simbolizaciones mediáticas y losmodelos de pensamiento producto de la persuasión de masas. Por otra parte, sehace necesario considerar que las nuevas voces, suelen imitar la retórica de la

dominación la cual consiguió suprimir en su beneficio la dialéctica, por tanto, losintentos de cambio se diluyen por causa de estas circunstancias.

Así, con la complicidad del poder dominante la vida urbana contemporáneaconforma un gran ritual el cual, dadas suscaracterísticas, se fundamenta en las leyes delintercambio mercantil que establecen unordenamiento y con él una ideología. Si nosremitimos a las condiciones materiales originariasdel ritual, es posible encontrar que las fronteras,los territorios y los sitios de encuentro se

modifican por la influencia de la ciencia, latecnología y de los medios de comunicación,llevando a que la imagen de lo urbano se instaleen el espacio virtual de la red ampliándose entodas las direcciones, como sucede cuando sechatea. Se constituye así el espacio electrónicoque con sus movimientos virtuales impone unanueva dinámica ritual donde los bienes simbólicostienden a repetirse de tal manera que seestablecen como referentes, designata  inapelables. Esta interpretación del mundo

definida por los medios de comunicación masiva, reproduce patrones culturales yde comportamiento sólo posibles de ser adquiridos —y consumidos— en estasmegaciudades. 

Para finalizar, los recorridos, las comunicaciones y las simbolizaciones producenespacios urbanos, cuya dinámica se construye mediante fuerzascomplementarias, aparentemente contradictorias: unas centrípetas que concitandenotaciones unilaterales alrededor del intercambio de objetos únicos y, otras,centrífugas que expanden las significaciones valorizadas mediante una retórica

En Los EspaciosUrbanos, Los Sujetos

De La Interacción,Que Son

Ritualizantes,Aparecen EscindidosY Extraños Frente ALa Esencia Misma

Del Ritual,Transformados En

Consumidores

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visual que proyecta imágenes globales, confrontadas con representaciones deidentidades locales y regionales. Sin embargo, el encuentro entre globalización yregionalización da lugar a puntos de encuentro, creando confusión, pérdida deidentidad e hibridación y conducen a la apropiación de nuevos objetos destinadosa los rituales.

En consecuencia, el llamado mundo real de la región-globalizada es el resultadode mutaciones ideológicas, cuyas representaciones expresan los desplazamientosde los actores sociales, quienes re-instalan los espacios de ritualización en lasciudades y generan las estéticas contemporáneas, orientadas por la imitación y lareproducción en serie, con la apariencia de una diversidad realmenteunidimensional. Entonces, el espacio ritual, territorial o electrónico, es negociadopreviamente a partir de una intención y un discurso que se impone y controla lasacciones de los participantes, permitiendo que sobre el interés local y regional sesuperponga el poder basado en el sistema de producción de objetos.

La dimensión superestructural, en el espacio urbano,es la de una fragmentación , cuyo rasgo distintivo es elresultado de intersecciones institucionales ymulticulturales diversas como las relaciones local-global, público-privado, tradicional-moderno, en laconvivencia de múltiples producciones que evidencianuna mezcla de estas oposiciones- complementarias. Enlos espacios urbanos, los sujetos de la interacción, queson ritualizantes, aparecen escindidos y extraños frentea la esencia misma del ritual, transformados enconsumidores, guiados por el deseo que surge de su

exposición a las ofertas de objetos y bienes deintercambio mercantil.

Así, los ritualizantes  son parte fundamental de unsistema productor de objetos que los absorbe yenajena, de tal manera que el sacrificio que ofrecen elindividuo y su grupo en el espacio urbano construyensu existencia, en tanto que es él mismo quien fungecomo ofrenda ritual, destinada al consumo de losgrupos dominantes y a la permanencia de lasideologías de diferenciación social. En suma, ritual delconsumo.

Este ritual con todo su andamiaje conforma, entonces, la estrategia desobrevivencia que define y delimita el espacio urbano, en su complejo entramadodonde todo tiene un lugar bivalente —público-privado, permitido-prohibido, elitista-popular, real-virtual, invasión-resistencia—. Por ello, pensar el concepto de ritualen el mundo contemporáneo implica, entonces, reconocer que su significado másgeneralizado se encuentra en crisis y, en medio del conflicto entre lo que fue y loque actualmente es, el ritual adquiere un valor distinto. Sus dramáticas

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representaciones al servicio de las estéticas contemporáneas tienen como objetivoel control, la dominación y reproducción de ciertas concepciones del mundo, de lavida y de la muerte, dejando un amplio margen al único valor imperante: el valorde (inter)cambio impuesto por el consumo. A la vez, se han creado losmecanismos de exclusión y la trastienda urbana.

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ComunicaciónY Lo Público

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Comunicación y Metáforas del Espacio Público(Una aproximación desde la filosofía del lenguaje)

Fabio E. López Díaz125 

Comme cela est commun qu'un même motclair quand on l'emploie est obscur quandon le pèse. Cela tient à ce qu'on les emploietoujours avec leur définition momentanée,avec ce qui suffit à les maintenir. Quandisolés, on les regarde —on cherche à leursubstituer l'ensemble indéterminé de leursrelations— au lieu qu'en composition cetensemble est déterminé.

[Paul Valéry, Cahiers I ] 

ontemporáneamente el espacio público es abordado en las más variadas

direcciones: desde el urbanismo, la administración pública de las ciudadesy el discurso regulativo del derecho; hasta campos tan complejos como lasociología (en el estudio del comportamiento de los grupos y los actores cuyosroles se desenvuelven bajo formas específicas de interacción y coexistencia), laantropología (a través de la indagación por la comprensión del hombre como 'serde la locomoción', por el advenimiento de lo multicultural y la crisis de losdiscursos identitarios) y la discusión filosófica (con ocasión de la transformación dela espacio-temporalidad, la constitución ontológica de un mundo común y, porsupuesto, el papel de las teorías de la comunicación en la comprensión ycuestionamiento de la subjetividad moderna). Este documento dirige su atención aciertos problemas que bien podrían entenderse como 'marginales' respecto de los

debates llevados a cabo en el plano político y cultural. Se trata, en efecto, dehacer una exploración esquemática del modelo de comunicación que subyace a lareflexión sobre el EP —modelo que usualmente deja a un lado la cuestión delpoder— y, de igual manera, comprender las razones por las que realiza eltratamiento metafórico del espacio público de la manera como se viene haciendo.Se trata, en este último caso, de indagar por un conjunto de caracterizaciones queen distintos ámbitos se vale de analogías formales —la mayoría de los vecesasociadas con el recurso retórico de la metáfora  — con el fin de suscitar unainteligibilidad que los diferentes discursos ponen en suspenso a partir de ciertaprecariedad (¿expresiva? ¿conceptual? ¿descriptiva?), que parece confinarlos, enmuchas ocasiones, hacia el deslizamiento y la opacidad del sentido sobre aquello

que constituye la base de su labor académica y política.

i bien es cierto que la comprensión cabal de ambos aspectos corre el riesgo de laparcialidad al deslizarse dentro de la red conceptual de distintos ámbitos ydisciplinas, el intento de análisis que aquí se ofrece busca establecer qué tipo degramáticas dominan la representación del espacio público como una

125 Profesor Escuela Superior de Administración Pública

C

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fenomenología de lo visible y lo común. En este sentido, este documento intentadesmentir la incuestionada convicción de que el uso metafórico, en el discursoargumentativo de estos saberes, está en condiciones de salvar la brechaexplicativa cuando se emplean expresiones metafóricas.

Si bien es cierto que todo discurso está atrapado en una red conceptual quepermite la delimitación de su campo y de su 'objeto', no se puede ignorar cómoconstantemente, al interior del mismo, seapela al uso de metáforas que, en lamayoría de los casos, busca disolver latensión explicativa y expositiva a la queestá sometido. En este sentido unaexploración que involucre los discursosdominantes sobre el EP, debe tomarcomo punto de partida la pertinencia yproductividad del 'recurso a la metáfora'

en los momentos decisivos de laexposición. La razón para realizar dichaevaluación se funda en la manera comoalgunos discursos sobre la vida públicaprivilegian el uso de metáforas tales comotheatrum mundi 126, espacio de aparición 127, dispositivo de 

dramatización 128   y otras tantas que deslizan el tratamiento del fenómeno de lopúblico hacia regiones un poco opacas a pesar de la fácil comprensión quecualquier intérprete puede tener de ellas.

Aunque a primera vista esto parece no ser inquietante, la tesis que intentarédefender apunta, precisamente, al hecho de que lejos de tratarse de un usogratuito o de simples 'giros' del lenguaje; el empleo de ciertas metáforas posee uneficacia simbólica que no está desligada de efectos políticos —por no decir'ideológicos'— que pretenden alcanzarse a través de estas caracterizaciones.Pensar que la calle es un 'escenario' o que los individuos asumen 'máscaras' es,en cierto sentido, participar de una iconografía, así como de la constitución de undiscurso que parece desinteresarse por las condiciones de vida de esta maneraencubiertas y, a la vez, disipa la urgencia por ofrecer alternativas a los complejosproblemas de la vida urbana más allá del hacinamiento, la contaminación y lapreocupación esteticista por el aseo y la desocupación de la vía pública.

A mi modo de ver, una indagación por la metafórica que domina lo público —sobretodo en relación con el EP—, se hace necesaria entre otras cosas por lacooptación discursiva, así como por la dispersión y fragmentación de los discursos

126 Richard Sennett, El declive del hombre público , Península, Barcelona, 1978. p. 48ss.127 Hannah Arendt, La condición humana , Paidós, Barcelona, 1998. p. 222ss.128 Isaac Joseph, Retomar la ciudad. El espacio público como lugar de la acción , EditorialUniversidad de Antioquia, Medellín, 1999. p. 14.

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involucrados con estos tópicos. La noción de punto de vista  ha sido empleadapara justificar la 'parcelación discursiva' con miras a crear legítimos derechos apartir de la imagen perspectivista o relativista acerca de la movilidad de criteriossobre lo público. En términos políticos, por ejemplo, se propende por laconstrucción de ciudadanía y por la generación de nuevas formas de participación

que vinculen a la sociedad civil con el desarrollo de las ciudades y suadministración.129 En la perspectiva de los comunicadores, los medios decomunicación no sólo logran transformarse en una alternativa de expresión ypreocupación por la 'manera de estar juntos', sino que disuelven las fronteras y lasbrechas marcadas por la desigualdad económica a través del libre acceso y delconjunto de mediaciones simbólicas que éstos proveen a la frágil corteza de la'opinión pública'. No es difícil, entonces, reconocer el papel que juega la 'jerga delo público' en la administración de nuestras imágenes sobre la vida que seorganiza a través de metáforas bajo la égida de la 'coexistencia' (Goffman).130 

En lo que sigue intentaré mostrar cómo el empleo de expresiones metafóricas, en

la órbita de los discursos que nos atañe, ofrece un panorama acerca de la maneracomo sus usuarios se representan no sólo el papel del lenguaje en general, sino elpapel de la metáfora en particular. Partiendo de la aguda intuición del filósofocanadiense Charles Taylor —quien ha sometido a evaluación la comprensióncontemporánea de la epistemología por parte de los filósofos de la ciencia y loscientíficos—131, es posible sostener que nuestra interacción con los demás, asícomo nuestro conocimiento del mundo, depende exclusivamente de nuestro'conocimiento de agente', es decir, depende no solamente del conjunto derepresentaciones manipuladas y administradas por los discursos dominantes deuna época y una cultura, sino que también dependen de nuestro modo usual deestar en el mundo.

Aunque parezca extraño, quienes defienden e invocan posturas ligadas aldesempeño de nuestro 'sentido común', generalmente ignoran la trama deinfluencias y disposiciones que están sobredeterminadas por los discursos quecirculan de manera hegemónica en nuestros ámbitos sociales. Por esta razón,vale la pena identificar qué tipo de prácticas, sobreentendidos y, en últimainstancia, supuestos de índole cognitiva y social regulan nuestra manera de ser en el mundo y nuestra interacción con los demás. Específicamente, en el ambientediscursivo en el que se desarrolla la comprensión del EP, es posible establecer eltrasfondo (background) a través del cual se construyen las imágenescontemporáneas del EP. Para este propósito es importante identificar laconcepción de la metáfora que subyace a su fragmentación discursiva.

129 Cfr. Nuria Cunill, Repensando lo público a través de la sociedad. Nuevas formas de gestión pública y representación social , Nueva Sociedad, Caracas, 1997.130 Erving Goffman, Relaciones en público. Microestudios de orden público , Alianza Editorial,Madrid, 1979. 131 Ver «La superación de la epistemología» en Charles Taylor, Argumentos filosóficos. Ensayos sobre el conocimiento, el lenguaje y la modernidad , Paidós, Barcelona, 1997. pp 19-42.

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La metáfora en la discusión contemporánea

En los últimos años ha tomado fuerza la tesis según la cual la metáfora, lejos deser un asunto exclusivamente lingüístico, está implicada en la constitución de losprocesos cognitivos de los seres humanos al punto que, de ella, sólo podemos

tener una imagen correcta si la pensamos en la órbita de lo mental. En estesentido, la metáfora ya no es vista como un simple giro del discurso sino que, porel contrario, ha de concebírsela como un asunto netamente conceptual, ligado aprocesos convencionales a la vez que hace parte de nuestro sistema depensamiento y nuestro aparato lingüístico. Esta perspectiva, estrechamentevinculada a la ciencia cognitiva contemporánea, permite establecer vínculos'representacionalistas' en la relación mente/lenguaje/realidad. A lo largo de lasúltimas dos décadas lingüistas como Mark Johnson y George Lakoff handefendido esta posición con éxito. Lakoff, por ejemplo, nos permite entrar en losdominios de la metáfora cuando analiza el valor paradigmático de la metáforacotidiana: el amor es como un viaje , según él:

La metáfora involucra el entendimiento de un dominio de laexperiencia (el amor), en términos de otro dominio de laexperiencia completamente distinto (el viaje). Técnicamentehablando, la metáfora puede ser entendida como unaproyección [as a mapping (in the mathematical sense)] a partirde un dominio de origen  (en este caso, el viaje), hacia undominio de destino  (en este caso, el amor). Como se ve laproyección está fuertemente estructurada, hasta el punto deque hay correspondencias ontológicas de acuerdo con lascuales entidades en el dominio del amor (amantes, sus metas

comunes, sus dificultades, la relación amorosa, etc.) secorresponden sistemáticamente con entidades del dominio delviaje (viajeros, vehículos, destinos, etc.).132 

La lingüística cognitiva, es decir la disciplina que estudia la relación entre laestructura del lenguaje y nuestro aparato cognitivo concibe, como lo muestra lacita anterior, un vínculo doblemente arraigado entre nuestra experiencia —especialmente Lakoff y Johnson hacen referencia a la experiencia corporal— y eltipo de correlatos conceptuales sobre los que avanzamos nuestras relaciones conel mundo y nuestras interacciones con los demás. La base de dicha perspectiva esrepresentacionalista.133 En efecto, apoyados en la analogía matemática de las

132 Cfr. George Lakoff, «The Contemporary Theory of Metaphor», documento HTLMhttp://www.ac.wwu.edu/~market/semiotic/lkof_met.html (c) Copyright George Lakoff, 1992 ToAppear in Ortony, Andrew (ed.) Metaphor and Thought (2nd edition), Cambridge University Press. 133 Por 'representacionalista' entiendo la caracterización de la realidad en términos de una radicaldistinción entre la mente y el mundo, al punto que se puede establecer que la labor cognitiva de lamente —conocer el mundo— se alcanza a partir del empleo de los conceptos que están en la cabeza  y que reproducen fielmente lo que pasa en el mundo . Entre muchas de las opcionesfilosóficas que defiende una perspectiva representacionalista, a la que dedico especial atención es

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funciones y las relaciones entre conjuntos puede estructurarse la noción deproyección como la operación mediante la cual se crean isomorfismos del tipopropuesto entre dos órdenes (en este caso entre dominios de la experiencia ); estaversión es satisfactoria en la medida en que permanezca incuestionada la nociónmisma de proyección.

En el caso de la metáfora, se trata de una ruta basada en el desplazamiento deuna perspectiva semántico-cognitiva, según la cual se propone una ruta alternativapara la expresión de un pensamiento. Se tematiza el amor, sobre una baseexperiencial (experiential basis), es decir a partir de la memoria —colectiva oindividual— acerca de lo que se conoce, de manera que la proyección del dominiodel viaje hacia el dominio del amor es posible gracias a que también de este últimodominio tenemos una base experiencial.

Como se puede observar la proyección funciona convencionalmente constituyendovínculos arbitrarios entre los aspectos o elementos de cada dominio, de esta forma

se postula una gramática de los órdenes que impone cada registro. Finalmente,que la metáfora funcione depende exclusivamente de la convencionalidad de lapráctica social que permite cierto grado deflexibilidad en las comparaciones emergentes.Naturalmente, viajar es algo distinto a amar, sinembargo, dirigir la atención sobre algunosaspectos de los viajes permite entender ciertascosas del amor pero no todas  ni en la mismadirección, se trata más bien de un isomorfismomás que de una disolución sobre la base de laidentidad o la sinonimia.

Al aceptarse este tratamiento de la metáforapodemos asegurar su eficacia en la explicaciónde algunas metáforas empleadas paracaracterizar el EP. Veamos una aplicacióndesde esta perspectiva a propósito de un textotraído a colación por Isaac Joseph para dar aentender el funcionamiento de las poses en elEP. Según Joseph las poses permiten explicarpor qué cuando estamos en el EP estamossometidos a una franca exposición; esto esvalorado desde dos ópticas: primero, se estáexpuesto (y en cierto sentido un poco inerme) ala mirada escrutadora de los demás pero, ensegundo lugar, nosotros también administramosnuestro potencial derecho a examinar y escrutara los demás.

a la perspectiva que pretende explicar el vínculo entre nuestras representaciones mentales y elmundo desde un punto de vista convencional. Cfr. Infra.

Lejos De TratarseDe Un Uso Gratuito

O De Simples'Giros' Del

Lenguaje; ElEmpleo De Ciertas

Metáforas Posee UnEficacia Simbólica

Que No EstáDesligada De

Efectos Políticos —Por No Decir 

'Ideológicos'— QuePretenden

Alcanzarse A

Través De EstasCaracterizaciones

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Crece, entonces, una tensión entre la afinidad estética —la exposiciónfotográfica— y la intimidación asesina —la exposición a la mira telescópica delfrancotirador—. La primera se descarta por su capacidad de ser administrada, setrataría más bien de una versión esteticista de la exposición, la segunda permitecomprender la vigilancia ordenadora y administrativa de la circulación en el EP.

La función de las poses en un espacio público y el hecho deque deben ser comprendidas 'a primer golpe de vista' ha sidoanalizada por David Sudnow [...] Adoptamos poses, diceSudnow, cuando atravesamos las calles, cuando entramos enun almacén, cuando aparentamos no haber visto a alguien.Cada vez nos preocupamos de ser comprendidos a primeravista. Y lo que hace que no se trate verdaderamente de unamáscara, es que no adoptamos la pose como si estuviéramosante un fotógrafo. No sólo el parámetro temporal no es elmismo, sino que las poses sucesivas que adoptamos no se

agencian según la coherencia de una imagen fija sino en unaactividad móvil.

[...] Son estas secuencias las que se denominan usos delespacio público. Las competencias que desplegamos allíprovienen del hecho de que somos observados, por cualquiera,y que construimos nuestras apariencias no por gusto de laexposición sino para ayudarle a aquel con quien nosencontramos a manejar la inestabilidad de la imagen y la faltade tiempo.

'El muro se levantó poco a poco. Al ritmo del golpeteo de lasbalas. Pues el vacío es aquí sinónimo de peligro mortal. Ver, esel poder de ser visto, ser tomado como blanco. Es sentir lamirilla del francotirador puesta sobre la nuca. Entonces, elmiedo partió a Sarajevo en dos' [Didier François ...]

El francotirador aprovecha la libertad de ir y venir y sabe lo quehace: el terror que ejerce no es ciego, no provoca al azarvíctimas en la población general. Su mirilla le permite escogersu blanco con mucha precisión: el paseante singular que seaventura en descubierto. El francotirador pretende reinar sobreel espacio de circulación y seguir siendo el amo de lo visible.(Joseph, 1999: 38-9)

La teoría de la metáfora de Lakoff defiende acertadamente que una metáfora noes una aserción en el sentido semántico-pragmático del término, es decir, que nosólo no intenta realizarse a través del enunciado metafórico una descripciónverdadera, sino que la enunciación metafórica no compromete al hablante adefenderla como si se tratara de una de sus más firmes creencias. En estesentido, el amor es como un viaje , pero no es un viaje. De acuerdo con esta

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observación, y las demás de la teoría de Lakoff, intentemos especificar el núcleometafórico de la anterior cita.

Pseudoaserción: Quienes circulan por la calle —transeúntes, viandantes, etc.— obran como si estuvieran posando, pero no están posando.

- Aserción derivada1: Las poses en el espacio público no son poses como las realizadas ante un fotógrafo. 

[Comentario: La precariedad del lenguaje lleva al autor a emplear el mismotérmino con distinto sentido, salvando así la impertinencia interpretativa delgesto voluntario y premeditado.]

Metáfora frustrada: Quienes circulan por la calle —transeúntes, viandantes,etc.— obran como si estuvieran posando ante un fotógrafo.

[Comentario: En efecto, se trata de una metáfora, aunque no es laadecuada para 'describir' o 'representar' o 'expresar' lo que el autor quiere

decir.]No obstante observemos la estructura de esta metáfora:

• Dominio de origen• (Pose fotográfica) 

• Obediencia a determinadas señales• Instrucciones sobre la posición del

cuerpo• Congelamiento de la situación/quietud

• Dominio de destino• (Comportamiento en la calle)

• Obediencia a pautas de comportamiento• Intercambios de apoyo (Goffman)

• Abstracción del movimiento/ruptura de la

secuencia (desentendimiento del cuerpofrente a la interpelación o encuentro)

Veamos la metáfora exitosa:

- Aserción derivada2: Las poses en el espacio público no son poses como las realizadas ante un francotirador. 

[Comentario: La precariedad del lenguaje lleva al autor a emplear eldominio de la experiencia (pose) con el sentido de gesto no premeditadoaunque convencional y/o ritual.] 

Metáfora exitosa: Quienes circulan por la calle —transeúntes, viandantes, etc.— obran como si estuvieran posando (estuvieran expuestos) ante la mira de un francotirador.

[Comentario: Esta metáfora es exitosa porque se adecua a la 'descripción','representación', 'evocación' o 'expresión' empleada por el autor (elpensamiento que tiene en mientes) vinculado con la vigilancia.]

Observemos la estructura de esta metáfora:

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Dominio de origen (Vigilancia)

• Prevención frente a determinadasseñales

• Pérdida de naturalidad en losmovimientosIntrusión sin posibilidad dereivindicación/ Infracción territorial(Goffman)

• Desviación de la mirada/Imposibilidadde intercambio 

Dominio de destino(Comportamiento en la calle)

• Tensión: Apariencias normales/Alarmas(Goffman)

• Intercambio corrector/Control social(Goffman)

• ¿Desatención cortés? (Goffman)/ ¿Derecho a la indiferencia? (Delgado)134 

Probablemente en este tipo de análisis nunca se estará lejos de cometerarbitrariedades y lecturas tendenciosas; sin embargo he querido mostrar con esteejemplo —ejemplo que, por lo demás, se puede replicar hasta la saciedad en laliteratura sobre el EP—, cómo nos encontramos ante cierta desazón e

incomodidad al ver que la correspondencia entre los elementos de cada dominiotienen cierto sabor a 'artificio'. Un argumento de perogrullo que viene en favor delsentimiento experimentado es que en la vida cotidiana , aquella que se marca porla coexistencia y que, por ello mismo es vida pública , diría Goffman, no nossentimos así ; a menos que, en efecto se esté bajo el influjo de una guerra sincuartel, como en el caso de la vida pública en Palestina o Chechenia, es decir encasos extremos. Dos días después de los atentados en Madrid o, incluso, pocosdías después de cualquier tragedia o masacre en Colombia, quienes no estamosdirectamente involucrados con los hechos volvemos a nuestra natural indiferencia.Pero, por otra parte, en nuestras sociedades ligadas al consumo y a la banalidadadministrada por los medios de comunicación que —en este país significa: aquí no 

pasa nada  — es mucho más probable que asumamos una actitud similar a quienposa ante la lente de un fotógrafo, a que asumamos el gesto paranoico delciudadano, el viandante o el transeúnte modelado por los discursos de laantropología y la sociología urbanas.

Más allá de esta pequeña digresión, quisiera señalar que, en términos analíticos,la teoría de la metáfora que parece respaldar la comprensión de las metáforaspropuestas para entender el funcionamiento y emergencia del EP descansa elsupuesto de que la convención (la noción de convencionalidad) juega un papeldecisivo dentro del marco de la comunicación en general. Pues no se puedeignorar que las metáforas que acompañan a los discursos, según la teoría de

Lakoff, articulan las correspondencias ontológicas entre uno y otro dominio através de la operación de proyección (mapping), es decir de un procesoconvencional. A estas observaciones hay que agregar que dentro del contexto

134 Todas las alusiones a Goffman se encuentran en Op. cit . Igualmente, cfr. Manuel Delgado, El animal público. Hacia una antropología de los espacios urbanos , Anagrama, Barcelona, 1999. p.201 También: Manuel Delgado, Disoluciones urbanas. Procesos identitarios y espacio público ,Editorial Universidad de Antioquia, Medellín, 2002. Capítulo 7: «Anonimato y ciudadanía», Cfr. p.243.

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discursivo las metáforas deben aportar a la comunicación en cuestión, esto es,deben tener una función comunicativa.

Lo que nos muestra la teoría que estamos examinando es que la metáfora nospermite comprender rasgos del dominio de destino a través de los rasgos

correspondientes del dominio de origen. Lo que se vuelve problemático en laperspectiva teórica de Lakoff es que las metáforas deben proporcionar unagramática, es decir, deben estar en condiciones de ser reinterpretadas ydescifradas sobre la base de reglas que administren no sólo los vínculos entresistema y proceso (Hjelmslev), sino los aspectos prácticos vinculados con su uso ypertinencia (perspectiva pragmática). Un modelo que se apoye en la baseexperiencial y tenga como punto de partida la convencionalidad de la proyecciónno resuelve al menos tres problemas: a) Qué tan arbitrario —o laxo— puede llegara ser el vínculo entre el dominio de origen y el dominio de destino; b) Cuáles sonlos criterios que determinan la pertinencia o fracaso de una metáfora en uncontexto dado135 y c) Cómo contribuye la metáfora a la comunicación.

Comunicación y convención

Los tres problemas que acabamos de señalar se encuentran vinculados con laórbita de la convención y la comunicación. Para terminar me referiré a la distanciaque los trabajos de algunos sociólogos y filósofos ofrecen como punto de partidapara una revisión crítica del contemporáneo auge de teorías de la comunicacióncomo la habermasiana, así como el cuestionamiento al papel que juega laconvención en las interacciones comunicativas.

En la década de los 60's el filósofo norteamericano David K. Lewis, publicó un libro

dedicado al estudio filosófico de la convención,136

mostrando que si bien laconvención implica una regularidad en la conducta, de igual manera supone unconocimiento común o conocimiento mutuo (a common knowledge) como requisito

135 Alguien podría sugerir que 'justamente' el contexto está en condiciones de establecer losvalores de pertinencia y adecuación; sin embargo, la multiplicidad de enunciados metafóricos quese pueden realizar con ligeras o con drásticas variaciones nos impide sostener que el contexto seadeterminante. Si lo es se trata ya de casos extremos. Umberto Eco ha defendido que el sentidoliteral de las palabras empleadas permiten controlar no sólo lo que se puede decir, sino lo que sepuede interpretar. Pero, como él mismo lo reconoce, en el caso de la metáfora se exige que hayacierta 'nivelación enciclopédica' para poder interpretar una metáfora, es decir, si no tenemosuniversos lingüísticos, culturales y cognitivos compartidos, las metáforas no serían interpretables.De tal forma que el contexto y el cotexto contribuyen pero no disuelven el papel de la interacción

misma. Cfr. Umberto Eco, Lector in fabula. La cooperación interpretativa en el texto narrativo ,Lumen, Barcelona, 1993. pp. 28ss. Así mismo Umberto Eco, Los límites de la interpretación ,Lumen, Barcelona, 1992, pp. 33ss. Objeciones al trabajo semiótico de Eco se encuentran en FabioLópez Díaz, «El caballo de Nerval. Los mundos posibles de Umberto Eco» en Interlenguajes.Revista de Semiótica y Lingüística Teórica y Aplicada , Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá,Vol. 3 No. 1, Enero-Junio de 2001. pp. 29-50. Ver también, Fabio López Díaz, «El problema de lainterpretación y la significación metafóricas» en Ideas y Valores. Revista Colombiana de Filosofía ,Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, No. 123, Diciembre de 2003. pp. 43-71.136 David K. Lewis, Convention. A Philosophical Study , Harvard University Press, Cambridge,Massachusetts, 1969.

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para la coordinación de lasconductas (Lewis, 1969:52ss.).137 Dicho trabajo seconsidera una contribucióndecisiva para defender la

principal tesis de la filosofíadel lenguaje ordinario deAustin y Searle, según la cual«Hablar un lenguaje es tomar parte en una forma de conducta (altamente compleja) gobernada por reglas. Aprender y hablar un lenguaje es (inter alia)aprender y haber dominado esas reglas ».138 

En los estudios sobre la comunicación esta tesis, ligada a la de Lewis, dio comoresultado la caracterización de ésta como un tipo de conducta fuertementeconvencional.139 La comprensión de los actos de habla emitidos durante lainteracción comunicativa depende, según Searle, del aspecto convencional dellenguaje; en este sentido el desconocimiento de las reglas que gobiernan dichosactos deformaría la comunicación por la realización de infortunios y/o nulidades através de ellos. Uno de los más interesantes resultados de esta perspectivapragmática fue la teoría de la acción comunicativa de Jürgen Habermas. Quisieraexponer de manera esquemática el fundamento de la discusión a partir de dosmodelos de comunicación que nos permite comprender el fracaso del modelo

comunicativo basado en la convención y la cooperación.Consideremos rápidamente dos formas de entender la comunicación: un modelosemiótico o modelo del código 140  «De acuerdo con el modelo del código, la comunicación se consigue mediante la codificación y la descodificación de mensajes ». (Sperber & Wilson 1994; 13) Desde esta perspectiva, el modelo delcódigo asume la forma de un proceso de emparejamiento de mensajes (p. 14) endonde el test de equivalencia sostiene que lo percibido a uno y otro lado essignificativamente lo mismo. En esto, como se verá más adelante, una teoría delsignificado literal juega un papel decisivo en razón de la tesis más popular delmodelo del código según la cual el conjunto de representaciones que entran en 

137 Una crítica interesante al vínculo entre comunicación y convención fue esbozada por DonaldDavidson en «Communication and Convention», en Inquiries into Truth and Interpretation ,Clarendon Press- Oxford, 1984. pp. 261-280.138 John Searle, Actos de habla. Ensayo de filosofía del lenguaje , Cátedra, Madrid, 1986. p.22.139 Sin embargo, vale la pena aclarar que Searle no alude al trabajo de Lewis en el texto a que sehace referencia en la cita anterior, aunque el estudio de este último apuntala las tesis defendidaspor el primero.140 Dan Sperber & Deirdre Wilson, La relevancia. Comunicación y procesos cognitivos , Visor,Madrid, 1994.

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contacto a través del intercambio comunicativo es, en esencia, el mismo; es decir,produce resultados parafraseables .

La comprensión lograda (tomemos el caso de la comunicación verbal que esprototípica para los teóricos) nos ofrece la imagen de lo que el otro tiene en la

cabeza. Como se puede observar inmediatamente la existencia del código esincuestionada y los procesos de codificación y descodificación presumen ciertainamovilidad del código. Si pudiéramos ofrecer una imagen de la eficacia delmodelo del código tendríamos una perspectiva normativa según la cual sólo lo que podemos decir es lo que queremos decir . En este sentido el fenómeno de laincomunicación consistiría, prima facie , en incurrir en violaciones de tipo sintáctico-semántico, que hacen de nuestras preferencias algo no significativo. SegúnSperber & Wilson, el fracaso del modelo del código radica en que la tesis de laidentidad de las representaciones es extrema y ambiciosa, puesto quecontinuamente se asiste en el proceso comunicativo a la experiencia de laambigüedad y la generación de malentendidos que pueden sobrevivir a la más

exhaustiva clarificación. Este intento, según el cual es posible llegar a la claridaden el mensaje, está supuesto a partir de la idea bastante extendida de quepodemos obedecer a un conjunto de reglas de interpretación que eliminan ladistorsión (ruido).

Como es claro, la principal objeción a esta esperanza radica en que la maneracomo seguimos las reglas es por excelencia un asunto que abandona el margende la conciencia y la tematización efectiva, es decir, nadie invoca la reglagramatical que le permite hablar, simplemente habla . La pregunta es un tanto falazpero sugerente: ¿Cómo obedecemos algo que ignoramos? Si fuéramos máquinasnuestro programa bajo la determinación de diversos automatismos se encargaría

de nuestras operaciones, entre ellas la interacción a través del lenguaje. Pero, aúnsi fuéramos máquinas lo suficientemente complejas como para dependerexclusivamente de nuestro software, sabemos que el espectro de flexibilidadabierto a las diversas situaciones presume y asume el gesto positivo de hacerlances autorizados en el tablero de la acción, sin cálculo alguno, sobre lassituaciones azarosas. Sin embargo, como veremos más adelante, estascondiciones están lejos de tomarse como evidentes. Como sostienen Sperber &Wilson: «Para justificar el modelo del código de la comunicación verbal habría que demostrar que todos los casos de asignación de referente pueden resolverse mediante reglas que combinan automáticamente propiedades del contexto con propiedades semánticas del enunciado » (p. 24). Lo cual es, evidentemente, undespropósito en la medida en que, por lo menos, las propiedades del contexto sonellas mismas contextuales .

Un segundo modelo de la comunicación, parte de manera crítica del modelo delcódigo y, si bien no es completamente extraño a éste sí introduce elementos decarácter cognitivo de gran importancia. En este sentido, quienes defienden elmodelo inferencial de comunicación  asumen que los procesos y estadosmentales, que intervienen en la interacción comunicativa, dan un margen desuficiente flexibilidad evaluativa por parte de los participantes quienes dependen

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del tipo de cadena inferencial construida para evaluar la información ofrecida. Eneste sentido, la comprensión no se limita o no se estipula en términos deemparejamiento de representaciones sino en el reconocimiento de la intención del otro , y de la extracción de consecuencias previstas no necesariamente explícitas.La descodificación, en este caso, no sería suficiente dado que no se trata

solamente de saber qué tiene el otro en la cabeza efectivamente, sino que estaríaofreciendo un excedente de sentido (esto último indujo al filósofo Paul Grice apostular su teoría de las implicaturas conversacionales).141 Preguntas del tipo¿cómo puede el oyente inferir exactamente las conclusiones que el hablantedesea mostrar? (Sperber & Wilson, 1994: 28) Llevaron a los defensores de estemodelo a postular la idea según la cual para que la comunicación sea efectiva sedebe compartir un conjunto de supuestos que permita determinar el contexto omarco de referencia socialmente vinculante. Pero lo cierto es que un contexto noestá únicamente constituido por el entorno que se hace visible para el hablante encada caso; de hecho la visibilidad contextual por parte de cada participante no sóloes bastante móvil sino que atiende a la manera como cada uno se posiciona frente

al mismo. A la hipótesis según la cual para que la comunicación sea efectivamenteposible, en la medida en que se comparta un conjunto de supuestos, se la conocecomo la hipótesis del conocimiento mutuo .

Como puede intuirse es difícil esperarque el oyente tenga el don de la anticipación  acerca de qué tipo deconocimiento se requiere para podercomunicarse con el otro sobre la basede que la comunicación consiste tratarde coincidir  con otro. Analíticamentehablando: para

coincidir con otro no

necesito conocer previamente la cadenade supuestos sobre la que descansa suaparato cognitivo, sino orientarlo hacia un punto de convergencia  en donde elcarácter ostensivo (forma expedita de laevidencia y la relevancia según Sperber& Wilson) nos lleva al silencio, es decir,en dichos casos sobran las palabras.

Veamos ahora un tercer modelo, el desarrollado por Habermas que trataré deesbozar sobre la base de los supuestos radicalmente novedosos y alternativos alos dos modelos anteriores. Habermas entiende que existen dos tipos de acciónsocial o interacción a las que recurre un agente para solucionar problemas ymantenerse en el hilo del entramado social: una acción orientada por una actividadteleológica y una acción orientada a entenderse. Bajo esta distinción subyace otraque, cualitativamente, nos abre hacia una dimensión ética de la acción

141 Véase al respecto: H. P. Grice, «Lógica y conversación» en Luis M. Valdés (Ed.); La búsqueda del significado , Madrid, Tecnos, 1991. pp 511 - 530.

La Metáfora Ya No Es Vista ComoUn Simple Giro Del Discurso Sino

Que, Por El Contrario, Ha DeConcebírsela Como Un Asunto

Netamente Conceptual, Ligado AProcesos Convencionales A La VezQue Hace Parte De Nuestro SistemaDe Pensamiento Y Nuestro Aparato

Lingüístico

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comunicativa. Habermas distingue entre acción estratégica y acción comunicativapropiamente dicha:

Los tipos de interacción se distinguen ante todo por elmecanismo de coordinación de la acción, y en particular

según que el lenguaje natural se utilice sólo como medio enque tiene lugar la transmisión de informaciones o como fuentede integración social. En el primer caso hablo de acciónestratégica, en el segundo de acción comunicativa. Mientrasque aquí la fuerza generadora de consenso del entendimiento lingüístico, es decir, las energías que el propio lenguaje poseeen lo tocante a crear vínculos, se tornan eficaces para lacoordinación de la acción, en el caso de la acción estratégicael efecto de coordinación permanece dependiente de unejercicio de influencias (el cual discurre a través deactividades no lingüísticas) de los actores sobre las

situaciones de acción y de los actores unos sobre otros.

142

 Esta perspectiva es mutuamente excluyente, según Habermas, porque no sepuede aspirar simultáneamente a lograr acuerdos (sin ningún tipo de coacción) y,al mismo tiempo, inducir al otro a comportarse de la manera que esperamos que lohaga. A pesar del acusado reduccionismo al que tengo que recurrir dadas laspretensiones de este documento, quisiera sugerir una línea interpretativa de lo queHabermas entiende por comunicación.

En primer lugar, la auténtica comunicación es aquella acción que está orientada aentendernos ; este entendimiento está motivado racionalmente en la medida en

que nosotros no sólo estamos en condiciones de conocer y exponer las razonesque sin coacción alguna nos lleva a realizar nuestras interacciones lingüísticassino que, en cada caso, nuestros lances en la escena comunicativa tienenpretensión de validez. Si esto no fuera así, sostiene Habermas, la acción seviciaría en el sentido en que al menos uno de los interlocutores no conocería lamotivación ni la intencionalidad del otro, es decir, habría transformado suactuación en una actuación estratégica. Como se puede observar, el modelohabermasiano se nutre de los dos modelos anteriores dado que el modelo delcódigo sigue vigente en una pretensión normativa según la cual, dentro de unamarco de racionalidad, el modo de usar nuestro saber es no coercitivo y, además,reconoce el cálculo normativo dentro del cual se inscribe dicha acción. En otraspalabras, reconocemos las reglas bajo las cuales nuestros argumentos valen , yvalen porque, según Habermas, basta con que se recurra a la base de criteriospúblicos, bajo condiciones donde se estipula la posibilidad de la crítica, para quese haga visible el entendimiento entre alter y ego .

En segundo lugar, el modelo habermasiano asume responsablemente la tesis delconocimiento mutuo , proveniente del modelo inferencial, en la medida en que el

142 Jürgen Habermas, Pensamiento postmetafísico , Madrid, Taurus, 1990 p. 73

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dispositivo de la racionalidad nos permite calcular, bajo una perspectivainterpretativa, qué es lo que el otro quiere que yo infiera .143 Dado que el modelocomunicativo de Habermas se autoerige como base sólida para entender cómo esposible la integración social a partir de la acción comunicativa, quiero presentar deinmediato las objeciones que filósofos de la talla de Cornelius Castoriadis y Gilles

Deleuze y sociólogos como Pierre Bourdieu han esbozado directa oindirectamente al modelo habermasiano. El primer indicio de lo idealista de laposición de Habermas se centra en su perspectiva de la racionalidad , pues ésta esasumida como un

componente que supone ser por todas partes y siempre elmismo y [es capaz de] separar los comportamientosindividuales con relación a esta racionalidad . [Pero podemosrecordar que] El entendimiento es social-históricamenteinstituido y cada vez inmerso en la institución imaginariaglobal de la sociedad ... es la racionalidad misma de otras

sociedades y otras épocas la que es diferente, porque ella estomada de otros mundos imaginarios.144 

En este sentido, lo que Habermas nos ofrece como racionalidad es un atributoahistórico que, en cada caso, debería dar razón de la actuación humana. Si tal nofuera el caso, la Barbarie sólo podría entenderse como una formación racional queha devenido estratégica dada su imposición efectiva y violenta. Pero no esnecesario ir tan lejos porque, como lo ha mostrado Walter Benjamin, todafundación de un orden social es un acto de violencia que demanda la aceptaciónso pena de quedar excluido del conjunto de lo social.

Lo que no tematiza el profesor Habermas es el asunto que, justamente, le dasentido a toda forma de socialización o integración social como él tiene a bienllamar: el conjunto de dispositivos de poder que entra en juego en la constituciónde las presuntas intersubjetividades que se disponen sobre el entramado delmundo de la vida . Por esta razón, nos recuerda el sociólogo Pierre Bourdieu que«no hay que olvidar que esas relaciones de comunicación por excelencia que son los intercambios lingüísticos son también relaciones de poder simbólico donde se actualizan las relaciones de fuerza entre los locutores y sus respectivos grupos ».145 

Si entendemos que la actividad académica tiene una dimensión política gracias ala cual contrastamos los enunciados teóricos con las diversas manifestaciones de

143 El sociólogo francés Raymond Boudon ha llegado a conclusiones similares acerca de lainadecuación del conocimiento mutuo por otra vía, véase su ensayo: «Pequeña sociología de laincomunicación» en Jean-Marc Ferry, Dominique Wolton et al. El nuevo espacio público , Gedisa,Barcelona, 1998. pp. 57-72.144 Cornelius Castoriadis; «Individuo, sociedad, racionalidad, historia» en Psiquis y sociedad: una crítica al racionalismo , Ensayo y Error, 1998 p. 145.145 Pierre Bourdieu; ¿Qué significa hablar? Economía de los intercambios simbólicos, AkalUniversitaria., Madrid, 1990 p. 11.

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los fenómenos tratados en la realidad ; nos encontramos con que el modelohabermasiano asume una posición ciega frente a la pregunta por el sentido de loinstitucional. Bajo la idea de la eficacia simbólica propuesta por Bourdieu podemosentender que el sentido de toda institución es generar formas de pliegue y sujecióndeterminadas por la dominación política, por tomar un ejemplo, se puede observar

que, en las pugnas del bilingüismo se hace visible queLa integración de la misma comunidad lingüística es unproducto de la dominación política constantementereproducida por instituciones capaces de imponer elreconocimiento universal de la lengua dominante, [lo cual]constituye la condición de la instauración de relaciones dedominación lingüística. (Bourdieu, 1990: 20)

Pero este caso no vale sólo para las comunidades lingüísticas sino para losfenómenos que internamente se desarrollan en este proceso de

institucionalización como es el caso de la comunicación en general, ya que elprincipio de aceptabilidad, junto con la idea de lo razonable y, en última instancia,con la idea imperialista de racionalidad , suponen que la validez es un criterioconfiable a partir del cual todos nos exponemos en igualdad de condiciones.

El profesor Habermas no tiene en cuenta aquello sobre lo que, justamente, lafilósofa Nancy Fraser ha insistido en su libro Iustitia interrupta : que losmecanismos de la diferencia no sonconstataciones discursivas del tipo tu piensas de una manera yo de otra  sinningún tipo de implicación, sino como

límite y evidencia de nuestra incapacidadpara el diálogo, no. Lo que sostieneNancy Fraser es que la diferencia es unasunto social en el cual ya el mismosentido de la interlocución está viciadoporque no todos tenemos acceso a los mismos medios ni disertamos sin ningúntipo de coacción. En la comunicaciónsurgen públicos que son cualitativamente asimétricos y que no pueden responderde la misma manera a criterios externamente impuestos como los de racionalidad,claridad, validez, sinceridad, etc.146 

Si entendemos con Castoriadis que las instituciones no son sólo edificios, sino queson básicamente dispositivos imaginarios que distribuyen y canalizan las formasde representación e interpretación de la realidad, se hará comprensible porqué sureproche a Habermas, cuando el primero sostiene:

146 Véase, Nancy Fraser; Iustitia interrupta. Reflexiones críticas desde la posición “postsocialista” .Siglo del Hombre, Bogotá. 2000. Especialmente cap. 3.

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[…] siempre es de lógica de lo que se trata, y si allí hubieraconflicto, sería conflicto de dos lógicas. Todo lo que no searelevante, todo lo que no puede ser racionalmente reconstruidoen un seminario de filosofía –nada menos que la totalidad dela historia humana- es escoria, déficit a colmar

progresivamente, etapa de aprendiz, fracaso pasajero en elestilo de solucionar problemas que se le ofrece a la humanidad.(Castoriadis, 1998: 135)

A mi modo de ver, no hay manera de entender —a menos que se tenga unamirada un poco estrecha sobre el fenómeno comunicativo, en el sentido de queéste sólo sirva para informar y esto no tenga ningún tipo de impacto pragmático enla vida social de los individuos— cómo el modelo habermasiano concibe a lacomunicación como un fin en sí mismo . En estricto sentido la comunicación nopuede ser un fin en sí mismo dado que siempre nos comunicamos para, y con ocasión de, algo . Se puede objetar que comunicarse para entenderse acerca de

algo en el mundo, por ejemplo, es un fin en sí mismo; pero esto no es ciertopuesto que nos entendemos acerca de algo en el mundo, para seguir estando enel mundo. En la medida en que somos algo más que cerebros en un balde, eseentenderse siempre implica y comporta algo más: el hecho de que estamos en el mundo .

Por lo demás, es interesante observar que al fenómeno de la comunicación le esinherente la distancia interrogante que nos lleva, a pesar de que entendamos loque el otro quiso decir, a pensar en todo lo que el otro  no ve . Es cierto que lacomunicación se juega en la escena de un hacerle ver algo al otro que de otra manera no notaría , lo que generalmente se traduce en aquello que nosotros

queremos que vea. Pero esto en modo alguno significa que nuestro interlocutor(quien tiene una historia, un universo de representaciones, y que entra desde susingularidad en el éxodo de lo instituido) vea lo mismo , o deje de ver lo que le dasentido a su existencia. Considero que una comprensión de la metáfora ligada notanto al dispositivo de la expresión y la representación sino a esta percepción de lacomunicación y la incomunicación, permite entender que las convencionescontribuyen fuertemente en la articulación de lo social pero, también, a su vivadesarticulación a partir del momento en que la pregunta por las normas sociales yla flexible interpretación de las mismas tiene sentido.147 

Por último, y volviendo a la cuestión de la metáfora, no deja de sorprender cómolos teóricos de la antropología y la sociología urbanas desdeñan el carácterrevelador de sus propias reflexiones, como ocurre con Isaac Joseph en El transeúnte y el espacio público . Este autor se encarga de examinar el papel que

 juega el lenguaje en la comprensión de las categorías sobre las cuales se asientael discurso microsociológico sobre el EP en estos términos:

147 Véase al respecto el artículo del sociólogo Ronald Hitzler: «El ciudadano imprevisible. Acerca dealgunas consecuencias de la emancipación de los súbditos», en Ulrich Beck (Comp.) Hijos de la libertad , Fondo de Cultura Económica, México, 2002. pp 152-171.

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Lo cierto es que la fuerza de los análisis de la microsociologíasólo se concibe poniendo entre paréntesis la historia,convocada aquí y allí sólo de manera alusiva, como porañadidura, para legitimar un comparación imprevista, unaanalogía formal, una metáfora. Lo esencial de la

microsociología del espacio público está en una estética de la asociación : enmarañamientos, redes, haces, círculos ... otrastantas formas de la sensibilidad social, otras tantaspercepciones que mantienen el discurso del espacio públicomás acá de un cuerpo conceptual y más acá de una teoríadescriptiva. Las metáforas funcionan entonces como índice deun análisis futuro que permanece vacío, al que todavía le faltaalgo y al que siempre le faltará algo, como si las metáforasfueran indicaciones de una precariedad en el pensamiento.(Joseph, 1988: 66-7) [El subrayado es mío].

Como se ve, la 'precariedad del pensamiento' no puede ser invocada sincontradicciones. Sólo puede defenderse desde un marco representacionalista y,en este sentido, su pasión  por la metáforaharía crisis. Por una parte, ha de respetarse latesis de Lakoff de que un enunciadometafórico no es una aserción, en ese caso denada vale invocarlo si nuestro propósito ulteriorradica en explicar, representar o describir algo,porque, justamente, ese algo  no es así.Argumentar como lo hace Joseph citando aJudith Schlanhger que «el saber discursivo,

por oposición al saber simbólico, está condenado a utilizar metáforas por el hecho mismo de que formula sus problemas y sus resultados en el mismo lenguaje que el discurso común » (Joseph, 1988: 67n) Es undespropósito porque esta autora concibe quela brecha entre lenguaje y metalenguaje esradical e insalvable. Pero, como lo hamostrado Umberto Eco, nuestro propiolenguaje funciona como metalenguaje de sí

mismo —piénsese en las formulaciones sobre la gramática más allá de la notaciónlingüística chomskyana— y, por esta razón su argumento es insatisfactorio.

Emplear metáforas en el 'saber discursivo' no es un delito. Este ensayo no tieneun ánimo purista , lo que he querido mostrar a lo largo del mismo es como ciertasformas incuestionadas de contribuir a los saberes discursivos son peligrosas,incluso en términos políticos. En realidad, quienes habitamos la calle no somossimplemente actores o bailarines organizados por un cacodaimon , creo que unapelícula tan nociva y popular como lo es The Matrix, nos muestra que debemosabandonar la vena mántica según la cual nuestros destinos están regidos por

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fuerzas ocultas que sólo son accesibles a la perspectiva del Ojo de Dios a la quehace referencia el filósofo Hilary Putnam. No estamos posando, simplemente vivimos y resistimos a los  'presuntos relatos liberadores ' que critican y buscan formas alternativas al Status Quo; pero que paradójicamente jamás agencian su disolución .148 

Bibliografía

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148 He realizado una crítica al representacionalismo en «El tránsito de la representación mental a larepresentación social» inédito.

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Reflexiones Y Propuestas Para La Definición De Políticas DeInteres Público En La Comunicación Masiva En Colombia

Fabio López de la Roche ∗∗∗∗ 

ste escrito intenta en una primera parte presentar algunos de los factoresque están incidiendo en el crecimiento del interés académico y ciudadanoen Colombia y América Latina, por los temas de la comunicación social y

del periodismo.

En una segunda parte, el autor, recogiendo algunas propuestas formuladas desdela tradición teórica de "evaluación de la acción social de los medios" por Denis McQuail149 presenta algunos procedimientos para determinar el interés público en lacomunicación mediática y en las políticas de comunicación.

Una tercera parte está dedicada a plantear los deberes y posibilidades del sector

privado en la construcción de lo público desde la comunicación masiva.

Una cuarta parte intenta mostrar las dificultades que se presentan en el casocolombiano para construir un sentido democrático de lo público desde las políticasde comunicación y de medios, y hace referencia a algunas expresiones delescamoteo del interés público en la comunicación.

Finalmente, el autor propone algunos valores comunicacionales y algunas posibleslíneas de acción política que podrían contribuir al fortalecimiento y expansión delinterés público en la comunicación masiva.

Además de las propuestas de la teoría de “la evaluación de la acción social de losmedios”, el autor se nutre de otras tradiciones de investigación en comunicación,como la de los estudios culturales británicos, la vertiente latinoamericana deinvestigación en comunicación-cultura, y de los estudios sobre el periodismo y lasrutinas profesionales en la producción de la información.

I. Algunos Factores Del Creciente Interés Académico Y CiudadanoPor La Comunicación Masiva Y El Periodismo

Múltiples factores están incidiendo en el interés ampliado al que asistimosactualmente en el mundo y en nuestro país por las temáticas de la comunicación

de masas. Entre otros, además del dato duro del desarrollo de la telemática, de lacultura digital y de las redes de información y comunicación contemporáneas,podríamos mencionar el creciente papel de los medios de comunicación en lasocialización de los niños y los adolescentes, el desplazamiento relativo de la

∗∗∗∗ Profesor Asociado Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales – IEPRI dela Universidad Nacional de Colombia149 McQuail, Denis, La acción de los medios. Los medios de comunicación y el interés público,Amorrortu Editores, Buenos Aires, 1998.

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familia y de la escuela por parte de los medios y de los grupos de pares en eseproceso de socialización, como también el desdibujamiento de las funcionessociales históricas del intelectual en la época moderna afectadas notoriamente hoypor la presencia dominante de las imágenes, discursos, estilos de vida y ofertasvalóricas de los medios de comunicación, proceso que ha implicado un cierto

desplazamiento a favor de los llamados intelectuales mediáticos. Como lo hasubrayado Félix Ortega, el sociólogo español que desarrolla una sociología de laprofesión periodística, los periodistas en buena medida son los intelectuales denuestra época.150 

Otro factor del interés hacia la comunicación tiene que ver con cómo estecontexto de fuerte centralidad de los medios de comunicación y de la televisión enparticular, está afectando la dinámica política y en particular la dinámica político-partidaria interna. Los recursos de ingeniería electoral, de ingeniería políticamediática, la promoción de candidaturas a través de la visibilidad en los medios,está desestimulando las dinámicas tradicionales de reunión y de organización

internas de los partidos y el desarrollo de prácticas organizativas serias en dondese configuren plataformas programáticas, a nivel sectorial: de política tributaria, deempleo, de relaciones internacionales y política exterior, de políticas decomunicación, a nivel de políticas culturales, etc., descuidando la conformaciónde grupos de estudio para pensar la sociedad, definir alternativas de políticapública y candidatos que las lideren.

La misma izquierda política y cultural, que desarrolló esfuerzos importantes en laconstitución de grupos de estudio sobre la realidad nacional en los sesenta,setenta, y parte de los ochentas, iniciativas valiosas hacia la creación de unpensamiento sobre la realidad nacional, aparece actualmente desdibujada desde

el punto de vista programático y organizativo. Hoy día en Colombia no vemos,para situarnos en un ejemplo muy actual, en el Polo Democrático IndependientePDI, tendencias fuertes hacia la configuración de grupos de estudio que generenplataformas programáticas y organización partidaria. Creo que son cosas positivasque tendrían que retomarse de esa tradición política y organizacional de lasizquierdas, obviamente renovadas y atravesadas por nuevos debates que lasactualicen. Pero de otro lado sí vemos, y el Polo Democrático no es la excepción,esa tentación hacia el recurso de la visibilidad mediática como manerahegemónica de promoción de las candidaturas partidarias. Todo esto estáafectando la cultura política, en algunos círculos a veces escuchamos que ya elmitin está demode , que la manifestación esta demode , y que en su lugartendríamos que manejar performances , happenings , y puestas en escenasimbólicamente significativas. Maria Cristina Matta ha llamado la atención sobrecómo desde hace unos años los representantes de los movimientos sociales ensus manifestaciones públicas están procurando actuar para la cámara, han

150 Ortega, Félix, y María Luisa Humanes, Algo más que periodistas. Sociología de una profesión,Barcelona, Editorial Ariel, 2000. Véase especialmente el primer capítulo “El mundo es así”.

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aprendido a gesticular y hablar para la televisión151, pero pareciera que ciertasformas de la expresión política que caracterizaron la protesta en la modernidad,estuvieran pasadas de moda. El mecanismo ahora serían las redes, rebotar los e-mails que nos llegan apoyando la causa de las mujeres desaparecidas en Méxicoo de las africanas a punto de ser lapidadas por adulterio, y pareciera ser que esas

expresiones privadas de la solidaridad ejercidas desde el estudio o elcomputador, fueran parte de las formas contemporáneas de la solidaridad y de lacreación de comunidad política, y hay que reconocer que están afectando ymodificando la esfera pública, tal como la conocimos hace algunas décadas,favoreciendo la conformación de lo que se ha empezado a llamar “la esferapública electrónica” o el “ágora electrónica”.152 

Quiero llamar la atención también acerca decómo este renovado protagonismo de losmedios de comunicación y del periodismo enla vida social, está teniendo impacto en la

investigación académica. En los últimos añosvenimos asistiendo en Colombia a laconsolidación del campo de la comunicaciónsocial, consolidación que es problemática ycompleja, desigual en sus ritmos y en suslogros investigativos, en sus cubrimientostemáticos y en su abordaje de los distintosmedios de comunicación, conestancamientos y redundancias temáticas,pero que de todas maneras evidencia laconfiguración de un pensamiento

comunicológico propio y la generación deuna serie de herramientas conceptuales ymetodológicas para pensar el papel de lacomunicación y de los medios en lamodernidad y en los procesos de transiciónsocial y de modernización, como también enlos procesos políticos y culturalescontemporáneos.

Quiero subrayar que paralelamente con el despegue de un campo deinvestigación sobre comunicación, que en cada sociedad adquiere una nominaciónparticular (mediología, ciencias de la información y la comunicación,comunicología, etc.) ha venido surgiendo de mucho más reciente constitución, un

151 Mata, María Cristina, “Entre la plaza y la platea”, en Mata María Cristina y Héctor Schmucler(coordinadores), Política y comunicación. Hay un lugar para la política en la cultura mediática?,Universidad Nacional de Córdoba-Catálogos Editora, Buenos Aires, 1992152 Habría que mirar con cuidado algunas prácticas de uso de la red y de expresión de lassolidaridades. Mientras algunos colegas y amigos rebotan frenéticamente correos en solidaridadcon diversas causas sociales, no se toman nunca un tiempo para escribir alguna línea o construirun diálogo personal con los destinatarios de su comunicación masiva .

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subcampo muy importante relacionado con la investigación académica delperiodismo, sus funciones, su papel en la vida social, su historia, sus procesosidentitarios en tanto grupo ocupacional, y su significación en la construcciónpasada y contemporánea de la realidad social. Este subcampo se ha venidoconsolidando en nuestro caso, quizás de manera nada paradójica y sí más bien

bastante lógica, alrededor del creciente interés por las relaciones entreperiodismo, conflicto armado, procesos de paz y medios de comunicación. Variasinvestigaciones aparecidas recientemente, unas más analíticas, otras másdescriptivas, confirman nuestra aseveración.153 Es interesante subrayar el hechode que los propios periodistas, armados de recursos y métodos investigativos delas ciencias sociales, los cuales combinan con procedimientos de investigaciónperiodística, empiezan a hacer investigación sobre el campo. Algunos de lostrabajos nombrados, son muy reveladores de dinámicas que está viviendo nuestrasociedad, de rutinas ocupacionales en el ejercicio del periodismo que estánplanteando problemas teóricos y prácticos que tienen que empezar a serabordados por las ciencias sociales, como por ejemplo, los problemas de qué es

noticia en una sociedad, qué hechos merecen el valor de noticiabilidad , quéhechos ameritan convertirse en acontecimientos noticiosos. Este tipo de asuntostendrían que constituir una preocupación pública, que no puede ser solamente delos periodistas y cuya resolución óptima tendría que darse desde un adecuadodiálogo de saberes.

El diálogo con el periodismo le está planteando a la academia un nuevo filón detrabajo. Nuestras disciplinas sociales, cuyos representantes por lo general muchohablan y poco practican el diálogo de saberes (en su momento estimulado por laIAP, los trabajos de Fals Borda y el interés por el conocimiento popular), podríanenriquecerse y ganar en comunicabilidad de sus saberes expertos, sobre la base

de un mejor y más fluido intercambio de ideas y preocupaciones con los estudiosde comunicación y periodismo. La academia necesita tomarse en serio alperiodismo como campo de la actividad social y como tema de debate público.154 Pero también como un tipo particular de producción de conocimiento social. Elperiodismo produce un saber distinto del académico, con unos ritmos distintos deaquellos que caracterizan la producción de conocimiento de la academia. Eltrabajo del periodista es aquí y ahora, la edición del diario se cierra a las seis de latarde o si es un semanario, se cierra el viernes o el sábado. Son trabajos quetienen que hacerse con unos plazos y unos ritmos distintos a los de la academia y

153 Nos referimos, por nombrar sólo algunos trabajos, a los libros de Germán Rey, Balsas y

medusas. Visibilidad comunicativa y narrativas políticas, CEREC-Fundación Social-FESCOL,Bogotá, 1998, y Oficio de equilibristas. 21 casos periodísticos de El Tiempo analizados por eldefensor del lector, Casa Editorial El Tiempo, 2002; al texto de Omar Rincón y Marta Ruiz(editores), Bajo todos los fuegos. Los periodistas en el conflicto colombiano, Proyecto AntonioNariño, Bogotá, 2002; como también a la investigación “La guerra una amenaza para la prensa”,del equipo de la Corporación “Medios para la Paz”, encabezado por Patricia Gómez en su versiónresumida (Bogotá, 2003), o en su versión ampliada (mimeo, 2003).154 Véase a este respecto mi artículo “El periodismo: ese relegado objeto de estudio y debateciudadano”, en el número monográfico “Comunicación. Tras la huella de Hermes”, de la Revista LaTadeo, No.68, Bogotá, Primer semestre de 2003

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ahí hay unos procesos de producción de saber y hayunos procesos de circulación de insumos claves parala cognición social. En ese sentido Teun Van Dijk hasubrayado el papel que los medios de comunicación

 juegan en la distribución de cogniciones sociales a

nivel de distintos grupos y clases sociales de lassociedades contemporáneas.

En la perspectiva de pensar la democracia en la vidapública, pero también en los contextos más localizados

de la actividad laboral, se ha empezado a debatir e indagar por los estilos detrabajo de las redacciones de los medios, quién decide qué va y qué no va en laselección final de una información de prensa o una nota televisiva para elperiódico o el telenoticiero, esa labor de gatekeeping , de selección, de discusión ydefinición de la agenda mediática en tanto insumo clave para la agenda pública. Apesar de que esta última no se agota con la agenda mediática, es claro que la

agenda temática propuesta por el periodismo constituye un insumo clave para ladefinición de la agenda pública del debate ciudadano en cualquier sociedad. Por lotanto, este debate sobre los estilos de conducción de los consejos de redacción, siellos son autoritarios o dialógicos, si es el jefe de redacción el que decideunilateral y verticalmente que tal información va o no va, o si el director puederechazar de manera displicente una nota a un periodista diciéndole “no señor, esque eso que usted me está proponiendo no es noticia, eso no nos interesa”, sinninguna conversación, sin ningún derecho para ese reportero a presentar susargumentos acerca de porqué su nota sí puede ser noticia, es un asunto clavepara la democratización de las prácticas periodísticas. Debates de esta naturalezaseguramente pueden ayudar a la cualificación del trabajo periodístico como trabajo

colectivo y a enriquecer las modalidades de discusión, de aprendizaje einteracción laboral entre reporteros, editores y jefes de redacción.

Quisiera, terminando este aparte introductorio, aludir a otrasdos razones que alimentan la atención ciudadana hacia losasuntos del manejo de los medios de comunicación. Estecreciente interés por los temas de lo público en lacomunicación masiva así como por el desempeño delperiodismo, desde la investigación como desde los esfuerzosde intervención social de lo que podríamos llamar unasociedad civil, una incipiente sociedad civil de lacomunicación, está siendo estimulado, de un lado, por elrepliegue de las lógicas de servicio público y por loscrecientes problemas y déficits de credibilidad derivados dela nueva situación, caracterizada por el predominioincontrastado de las lógicas mercantiles en la comunicaciónde masas privada. Es un problema no sólamente deColombia, sino incluso de países como los europeos quehabían logrado configurar algunos consensos socialesbásicos que sustentaron durante algunas décadas las

La AcademiaNecesita Tomarse EnSerio Al PeriodismoComo Campo De La

Actividad Social YComo Tema DeDebate Público

Un RenovadoProtagonismo De

Los Medios DeComunicación Y

Del Periodismo EnLa Vida Social, EstáTeniendo Impacto

En La InvestigaciónAcadémica

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políticas públicas para el manejo de sus medios de comunicación. De otro lado, sealimenta de la preocupación de cada vez más amplios sectores de la opinión porel retorno renovado de prácticas de concentración de medios y de manipulaciónmediática por parte de grupos de interés y de presión, gobiernos, presidentes,parlamentarios, y por supuesto, en nuestro caso, de grupos político-militares

extrainstitucionales y de sectores delincuenciales comunes o de cuello blanco,muchas veces ligados a los poderes públicos, que hacen todo lo posible por evitarel destape de ilícitos, corrupciones y corruptelas, apelando al chantaje, a laintimidación y en ocasiones hasta al homicidio de periodistas y comunicadores.155 Como lo han ratificado algunas investigaciones156, muchos de los homicidios deperiodistas en regiones y localidades no han estado motivados por su cubrimientodel conflicto armado y porque sus informaciones hayan afectado los intereses dela guerrilla, de los paramilitares o de las fuerzas armadas del estado. Si bien esoscasos se han dado, muchos de los asesinatos y de las amenazas acomunicadores y periodistas han sido motivados por el destape de actos decorrupción de alcaldes o funcionarios regionales.

II. Algunas Formas De Determinación Del Interés Público En LaAcción De Los Medios Y En Las Políticas De Comunicación

Los teóricos políticos han cuestionado fuertemente la idea de la existencia del“bien común”, del “interés público” o del “interés general” como nocionesefectivamente compartidas por todo el conjunto de una sociedad. Si aplicamosestas nociones a la comunicación de masas veremos una gran diversidad deintereses a la hora de determinar concretamente en qué consiste ese “interéspúblico”. Es diferente la percepción que cada uno de los grupos sociales queintervienen en el proceso comunicativo tiene del bien común: los anunciantes, los

dueños de las programadoras, los conductores de medios, los jefes de redacción,los reporteros, los miembros de las audiencias, los críticos de medios o losinvestigadores de la comunicación, probablemente encuentren notoriasdiscrepancias a la hora de determinarlo. Esto para no hablar de las diferencias depercepción del “interés general”, ancladas en las distancias de clase o estratosocial, de etnia, de género, generacionales o estético-sociales, fortalecidasadicionalmente por los procesos contemporáneos de reconocimiento de nuevasidentidades, de estallido de las viejas nacionalidades homogéneas y cerradas, ypor la globalización cultural y comunicativa.

Denis Mc Quail ha planteado la cuestión de los distintos criterios y parámetros que

se tienen a la hora de medir el “interés público” en las políticas de comunicación o

155 En los últimos meses los medios de comunicación han denunciado la infiltración de losparamilitares y la guerrilla, en algunas regiones del país, en el control de las ARS (Administradorasdel Régimen Subsidiado de Salud), desviando millonarios recursos de la salud hacia las arcas deesos grupos ilegales, todo ello con la complicidad de alcaldes y funcionarios regionales.156 Véase el texto de la investigación de Medios para la Paz “La guerra, una amenaza para laprensa”, arriba citado.

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en la acción social de los medios masivos. Desde su perspectiva, habría tresformas de determinarlo:

Una primera estaría basada en el criterio de la preponderancia o de lapreferencia de la mayoría. La fortaleza de este criterio radicaría fundamentalmente

en los métodos de medición: el voto popular, las encuestas y el rating o laelección del mercado. Su debilidad radicaría en su incapacidad de discriminarsobre aspectos y asuntos sustantivos asociados a distintas alternativas de políticacomunicativa, de una manera lógica y argumentativa. Si bien el criterio de lamayoría estimula políticas populistas al estilo de “hay que darle a la gente o alpueblo lo que ellos demandan” o visiones consumistas de las políticas decomunicación masiva, es un criterio que de todas maneras tiene que tenerse encuenta, mucho más ahora, cuando en Europa -desde la segunda mitad de los 80-,y más recientemente en América Latina -desde comienzos o mediados de los 90-,asistimos a la apertura a sistemas privados de medios que han multiplicado ydiversificado significativamente las ofertas de programación. Adicionalmente,

tendríamos que considerar que esa apertura comunicativa al libre mercado hallevado también, en Europa como en América Latina, a modificaciones fuertes enla jerarquía de valores comunicacionales que orientaban las políticas de medios.

Otra forma extrema de determinación delinterés público (que McQuail denomina la“teoría unitaria”), consistiría en partir parasu evaluación del criterio decorrespondencia de la práctica de losmedios con alguna noción de un bien últimoal que toda la sociedad en principio debería

aspirar: la propiedad pública total sobre losmedios, un ideal educativo de los mediosmasivos formulado desde la preferencia porlas versiones letradas y racional-iluministasde la cultura (la “alta cultura”, por ejemplo),o el liberalismo desregulador que abogapor la libertad y por la propiedad privadatotal. Sobre esta última nos dice Mc Quailque “la teoría unitaria más resonante en laactualidad posiblemente sea la defensa dela máxima libertad de mercado para todoslos medios”.157 

Una tercera forma de determinación del interés público en políticas decomunicación, se desprende de la teoría del interés común. Mc Quail retoma lapropuesta de Held158 quien propone pensarlo recurriendo a la noción de

157 McQuail, Denis, Op.Cit., p.54158 Held,V. (1970) The Public Interest and Individual Interest, New York: Basic Books, citado por McQuail (pp.55-56).

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reivindicaciones  rivales: “las reivindicaciones que apelan al “interés público” sonafirmaciones normativas en el sentido de que algo (por ejemplo una acción o unobjetivo) es justificable en razón de beneficios mayores, dentro de los términos decierto sistema político y de cierto marco normativo. Los principales elementos deesa reivindicación son, por lo tanto: un conjunto de principios y normas, (sobre las

cuales no tiene por qué haber unanimidad); una propuesta o reivindicación(hechos con referencia a estas normas) a favor de algo (x) en tanto tiene un méritomayor que el de satisfacer anhelos individuales (por separado o en conjunto); yuna maquinaria para verificar la reivindicación y ponerla en vigencia, si así sedecidiera”.159 

Mc Quail propone desechar las teorías “unitaria” y de la preponderancia, -lo queno necesariamente implica no tenerlas en cuenta a la hora de evaluar el “interéspúblico” en la acción de los medios, para optar, con un criterio más pragmático,por la vía propuesta por la teoría del interés común. Comparto con Mc Quail suadhesión a esta teoría del interés común en la determinación del interés público,

concepción que el autor considera una especie de “camino intermedio (...) entrelos conceptos de lo mayoritario y lo unitario”, y que tendría que ver con lacapacidad de detectar intereses comunes determinados de manera pragmática,sobre la base de la capacidad de identificar diversos “reclamos de interés público”en cuanto a políticas de comunicación (manejo de adjudicaciones de frecuencias,pautas de publicidad, acceso de los partidos políticos a los medios, subsidios aproductores independientes, etcétera).

Retomando de Mitnick la noción de “preferencias”160 como un concepto cercano ala idea de interés pero probablemente más neutral, Mc Quail parte de lasuposición que los reclamos de interés público deben ser realizados por

reclamantes identificables o “agentes de preferencias” en su propio nombre o en

nombre de una entidad colectiva, y argumenta adicionalmente así la pertinencia dela teoría del interés común como criterio de determinación del interés público en lacomunicación:

“Varios actores o “agentes de preferencias” plantean reclamos dentro de unsistema político en nombre de objetivos (estados finales que se desean alcanzar)que supuestamente –a la luz de ciertos valores fundamentales o compartidos-representan un beneficio general para toda la sociedad, comunidad o público, porencima de anhelos, satisfacciones o conveniencias individuales. Estos reclamosse especifican como preferencias sobre un sistema de comunicación o sudesempeño, que se corresponden con la meta definida”.161 

159 Mc Quail, Denis, Op.Cit., pp.55-56160 Mitnick, B.M. (1980) The Political Economy of Regulation: Creating, Designing, and RemovingRegulatory Forms, New York: Columbia University Press, citado por Mc Quail (p.57)161 Mc Quail, D., Op. Cit.,p.57

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Los reclamos de interés público en el manejo de losmedios de comunicación se pueden encontrar enlas regulaciones de los organismos estatales decontrol sobre la prensa, la radio y la televisión, enlos códigos éticos, manuales de estilo u otro tipo de

documentos autoregulatorios producidos por losmedios, las empresas periodísticas o lasasociaciones de anunciantes, en la jurisprudenciaemitida por las altas cortes sobre la materia, en losdocumentos programáticos de grupos organizadosde lectores, radioescuchas o televidentes, así comoen las declaraciones y escritos de los críticos demedios y otras voces autorizadas en virtud de sumanejo de un saber experto sobre aspectossociales o técnicos de la comunicación. Más adelante veremos cómo se expresanalgunos de estos reclamos de interés público en el caso colombiano.

III. La Construcción De Lo Público En Tanto Asunto Que IncumbeTambién Al Sistema Privado De Medios

Un aspecto relevante que es importante subrayar con respecto a la construccióndel interés público desde las políticas de manejo de la comunicación y los mediosmasivos, es que ese proceso involucra no sólo a los medios de comunicaciónpúblico-estatales desde el punto de vista de su propiedad (como Inravisión, SeñalColombia, Canal Uno, Canal A, los canales regionales, Canal Capital o laRadiodifusora Nacional de Colombia, en nuestro caso), sino al conjunto de losmedios masivos y dentro de ellos a los privados, que no obstante su propiedad

privada, juegan funciones públicas fundamentales que implican responsabilidadesy deberes para con la sociedad.

En medios de comunicación, con excepción de aquellos países y ordenamientospolíticos donde todos los medios de comunicación son de propiedad estatal, laconstrucción de lo público tiene que pensarse y asumirse también  desde loprivado y por ende la categoría kantiana de "publicidad" no puede concebirse almargen del sistema privado de medios. La esfera pública comunicativacontemporánea, aquello que algunos autores han denominado el ágoraelectrónica, en épocas de fuerte desregulación de los sistemas de medios como laactual, no puede imaginarse sin asumir concienzudamente lo público que se

 juega en lo privado.

No está de más recordar que un factor adicional que ha favorecido el manejoprivado de los medios de comunicación ha sido el desprestigio de los modelosestatales de manejo de medios en virtud de los abusos y manipulaciones llevadosa cabo por los gobiernos populistas, los regímenes militares derechistas de los 70y los socialismos burocráticos cubano y este-europeos.

Los Teóricos Políticos HCuestionado Fuertemente

Idea De La Existencia De

“Bien Común”, Del “InterPúblico” O Del “Interés

General” Como NocioneEfectivamente Compartid

Por Todo El Conjunto De USociedad

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Es conveniente precisar que este desprestigio de los modelos de propiedadpública sobre los medios de comunicación, no implica necesariamente ladescalificación de algunas entidades y proyectos comunicativos público-estatales(como la Radiodifusora Nacional de Colombia, el canal educativo y cultural “SeñalColombia”, los canales regionales o las "oficinas de comunicaciones" de las

instituciones estatales), como potenciales agenciadoras de políticas deconstrucción democrática de lo público. El hecho que en el actual ordenamientoclientelista de la política en Colombia estas instituciones hayan estado o esténsujetas a menudo a los apetitos y vaivenes burocráticos liberal-conservadores, noimplica que ellas no puedan ser reformuladas y reorientadas sobre la base denuevos criterios democráticos, pluralistas y transparentes de construcción delinterés público. Tampoco implica descalificar sus méritos históricos comoinstituciones público-estatales de la comunicación masiva.

Quisiera añadir que cuando me refiero a la necesidad de ver al sector privado demedios como un lugar importante para el diseño y desarrollo de políticas

vinculadas a la promoción del interés público, lo hago desde una miradapolíticamente optimista sobre los procesos de campo que tienen lugar al interior delas empresas periodísticas y con una valoración de las posibilidades que puedenincubarse desde aquellos sectores del periodismo y la comunicación social quelaboran desde parámetros de profesionalismo y de compromiso con los deberesdemocráticos del oficio. Este optimismo no es sin embargo ingenuo. En unpanorama de desinstitucionalización , de corrupción y de subordinación de lopúblico a los intereses particulares y mercantiles como el que vivimos actualmenteen el país, no podemos ser ingenuos, pero tampoco apocalípticos e incapaces dever los gérmenes de renovación de las costumbres y de transformación de lacultura política dominante.

Tal vez lo más sensato en cuanto al papel del sector privado en la construcción desentidos democráticos y pluralistas de lo público, sea el desarrollo de una políticapública de doble vía, que estimule por un lado, la promulgación de pautas deautoregulación por parte de los propios medios y los periodistas, y por otro, unaregulación estatal no autoritaria pero dotada de autoridad, firmeza y criteriosclaros, fundada en normas discutidas y pactadas consensualmente con losactores, instituciones y públicos interesados. Hacia el final de este textoretomaremos esta discusión alrededor del tema de las políticas de regulación demedios.

IV. Los Escamoteos Al Interés Público En La Comunicación EnColombia

Cuando los analistas de medios estudiamos las normativas de las sociedadeseuropeas y la norteamericana y la canadiense, para regular el funcionamiento desus medios masivos, nos vemos abocados a movernos, de un lado, entre eldesconcierto y el pesimismo a la hora de evaluar nuestra realidad nacional y laposibilidad de construir en una sociedad periférica, fragmentada, polarizada por el

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conflicto y clientelizada de manera perversa por los politiqueros, ordenamientosverdaderamente democráticos y plurales de la comunicación, y, de otro lado, lanecesidad de construir un modelo propio de regulación social o de autoregulaciónde los medios, que apoyándose en el conocimiento de esas experiencias foráneasde construcción de lo público en las políticas de comunicación, se corresponda al

mismo tiempo con nuestra historia y con ciertas características (por lo menos conlas más saludables y democráticas) de la cultura política colombiana y deldesarrollo histórico particular de nuestro sistema de medios. Por ejemplo, con losaspectos significativos y los valores comunicacionales que habría dejado comoherencia –junto a sus aspectos inconvenientes y negativos- el sistema mixtoconfigurado históricamente para el manejo de la televisión en Colombia.

Es claro que no podemos trasladar mecánicamente a nuestro suelo normativas,principios y valores que son producto de otra historia político-participativa, social einstitucional. Pero debe ser también clara nuestra obligación de dialogar con laexperiencia europea, norteamericana y latinoamericana de formulación y puesta

en práctica de políticas decomunicación y de medios, las cualesdesconocemos flagrantemente.Nuestros grupos dirigentes, tanproclives a subrayar la premodernidadde la insurgencia armada colombianay los anacronismos de los sindicalistasy otros actores distintos a ellos,deberían prestar más atención a suspropios anacronismos,premodernidades e insuficiencias

democráticas. Y éstas están muypresentes en la ignorancia de losgrupos gobernantes en torno a lasposibilidades y potencialidades de unmanejo moderno y democrático de losmedios de comunicación de masas.Aquí sigue primando el provincianismoy la ausencia de referentes externosdel viejo país montañero ymediterráneo que agónicamenteincorpora y filtra las ideas ymovimientos de la modernidad.

Frente a las normas sobre apoyo a la diversidad política y a diariosfinancieramente débiles en Suecia; las de respeto y fomento de la diversidadlingüística y del multiculturalismo en Suiza y Canadá; las restricciones a la emisiónde publicidad en la transmisión televisiva de cine de autor en Italia; las de defensade las identidades nacionales en la transición de sistemas públicos de emisión asistemas abiertos a la competencia comercial, o las de salvaguarda de losintereses de niños y adolescentes en cuanto audiencia ante ciertos fenómenos de

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homogeneización de las industrias globales del entretenimiento, la situacióncolombiana contrasta por su desconocimiento de esas experiencias y la precariadeliberación ciudadana sobre las políticas de comunicación.162 

En los departamentos de ciencia política, si bien está naciendo una preocupación

por la relación medios-democracia-ciudadanía, la comunicación política no ha sidoun tema central del interés académico. En las propias conversaciones de paz conla insurgencia armada de las FARC y el ELN, en las propuestas de reformapolítica y en las plataformas de movimientos sociales y partidos políticos, pareceser un tema de segundo o tercer orden. Dentro de la clase política, con contadasexcepciones, ha primado durante muchos años la práctica que hace que losmedios de comunicación y las licitaciones para acceder a espacios dentro de ellosen los canales públicos, se otorguen como pago de favores políticos opersonales.

Acerca de la participación ciudadana en organismos reguladores de medios como

la Comisión Nacional de Televisión, un reconocido analista ha subrayaba hacealgunos años cómo, si de un lado, "hay dificultades en el enfoque de larepresentación comunitaria, en los procedimientos para elegir a susrepresentantes (así como) en la posibilidad de pedir rendición de cuentas", de otro,"ha faltado más motivación y presencia de la sociedad, mucho más veeduría ycontrol político, más presión social sobre los elegidos y sus decisiones. Unoquisiera ver más activa a la academia, a los maestros, a los sindicatos, a lospadres de familia. Así, a los mecanismos criticables de selección se les hasumado muchas veces la apatía social".163 

Sobre la Comisión Nacional de Televisión, organismo al que en teoría le compete

formular políticas de televisión y de regulación del funcionamiento del medio, hayque anotar que muy poco tiene que ver con comisiones como la británica RoyalCommission on the Press o la Federal Communications Commissionnorteamericana: los criterios para su nombramiento han sido, con muy contadasexcepciones, político-clientelistas y no la idoneidad, la experiencia o el saber

 jurídico, técnico, profesional o académico en el campo; su representatividad sociales muy dudosa (recordemos el candidato a comisionado que hace unos añosconstruía aceleradamente organizaciones piratas de televidentes) y la vocación deconstruir un sentido del interés público, del bien común y de reglas del juegoconsensuadas, casi inexistente.

El manejo clientelar y patrimonialista del canal de interés público "Señal Colombia"por la CNTV y otras instituciones estatales era descrito así por otro reconocidoanalista de televisión en una entrevista del año 2000:

162 Blumler, Jay G., Televisión e interés público, Bosch, Barcelona, 1993. Véase especialmente elcapítulo 3: "Valores vulnerables en juego".163 Rey, Germán, "Mala señal en la televisión pública", en entrevista del periódico UN Periódico, dela Universidad Nacional de Colombia a Germán Rey, Javier Darío Restrepo y Germán Yances, No.9, Bogotá, abril 9 de 2000.

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"La apropiación de lo público por parte de particulares y con fines privadosamenaza permanentemente al país. De ahí se derivan mafias completas declientelismo y corrupción que han entrado a formar parte de la cultura nacional ycontra las cuales la sociedad poco puede hacer, porque hay una inmensasolidaridad entre los corruptos para protegerse. Los contratos de producción de

Señal Colombia son repartidos con criterio puramente clientelista entre los amigosde los comisionados, del gobierno, del Congreso y de la administración deInravisión. Es increíble, pero hasta el sindicato de Inravisión, que dice defenderintereses nacionales y de los trabajadores, participa en el saqueo de lo público".164 

Este mismo crítico de televisión llamaba entonces la atención en torno a otraclave importante para ver los obstáculos a la participación ciudadana en la CNTV:

"Dado el arraigo de ciertas costumbres y el triunfo de una cultura mafiosa, laparticipación ciudadana es una entelequia. Y mucho más en la televisión, dondese mueve tanto poder y dinero. Ni los gobiernos ni los partidos políticos ni la clase

dirigente que por años han usufructuado lo público como un bien privado, estándispuestos a permitir que el pueblo se le meta en esos espacios".165 

V. Algunos Eventuales Valores Comunicacionales Para LaColombia Actual Y Para La Deseable

Denis Mc Quail ha definido a los valores comunicacionales fundamentales comounos "principios generales ampliamente reconocidos acerca de un bien general oindividual que pueda esperarse de la comunicación o buscarse en ella".166 

Esos valores comunicacionales deben responder a retos que se le presentan a las

distintas sociedades nacionales y deben responder simultáneamente a ciertastradiciones políticas, culturales y comunicativas presentes y reconocidas comoimportantes en cada país.

Presentaremos a continuación una propuesta de posibles valores que podríanpromoverse en el manejo de los medios de comunicación masiva en el contextode la actual situación nacional. Los proponemos no como la verdad revelada, sinocomo un insumo para la deliberación pública sobre este asunto de los principiosque deben sustentar la acción de los medios y del periodismo. Reconocemos queestos son temas controversiales y que no es en su acatamiento o aceptaciónpasiva o unánime donde radica su importancia, sino justamente en su sentido

controversial y en su capacidad de polemizar y de poner a pensar a distintossectores de la sociedad sobre los medios que queremos y sobre lo que noqueremos de ellos.

164 Germán Yances en "Mala señal en la televisión pública".165 Ibidem166 Mc Quail, Denis, Op. Cit., p.59

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Algunos de los valores comunicacionales y acciones comunicativasque podrían tener un gran sentido en la actual situación nacionalpodrían ser los siguientes:

- Tratamiento cuidadoso y respetuoso de la gente -de las víctimas

como de las audiencias-, en el cubrimiento de las múltiplesviolencias que nos afectan. En ese sentido, construir una relacióncomunicativa con el fenómeno de la muerte en Colombia, queevite su banalización, que elabore de forma adecuada los duelosy redimensione simultáneamente el valor de la vida humana enColombia.

- Cubrimiento cuidadoso, matizado y equilibrado de los conflictos yde las diversas posiciones y argumentos de las partes, tomandodistancia de las caracterizaciones y definiciones ideológicas asícomo de las adjetivaciones peyorativas del enemigo propuestas

por los distintos actores del conflicto armado interno.- Apuesta por la ampliación de la representación de la diversidad y

la pluralidad política e ideológica de la sociedad colombiana, másallá de las filiaciones político-partidarias liberal-conservadoras.Como lo han sugerido algunos autores, recogiendo la experienciaeuropea, y en particular algunos pronunciamientos del TribunalFederal Constitucional alemán, se trataría de estimular “una ofertade comunicación variada, diversa, que refleje las inquietudes detodos los grupos y fuerzas sociales de relevancia, las opinionesque puedan ser expresadas en torno a temas polémicos, y una

amplia gama de modelos de programas”.

167

 - Trabajo por la superación progresiva del empobrecimiento del

debate público, del funcionamiento actual de buena parte delsistema de medios en Colombia como instancias de manipulacióny de control político y social de la población, y por el derecho delas audiencias a ser bien informadas (ante fenómenos actualescomo la guerra y la crisis humanitaria de nuestra sociedad; lasnegociaciones de paz con los paramilitares, las políticas dereparación a las víctimas de sus masacres y acciones militares yde sanción jurídica y social a sus delitos; las demandas decubrimiento crítico de la política militar y en general de lasdistintas dimensiones de la política de seguridad democrática; lareelección presidencial y la necesidad de garantías a losopositores, etcétera).

167 Blumler, Jay G., “La televisión pública ante el diluvio comercial”, en Blumler, Jay G., Televisión einterés público, Bosch Comunicación, Barcelona, 1993, p. 24

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- Manejo responsable de los temas del intercambio humanitario de guerrillerospresos y de soldados, policías y políticos retenidos por la insurgencia, asícomo de las posibilidades de relanzamiento de nuevos procesos de diálogo ynegociación con la guerrilla. Esto teniendo en cuenta que Colombia vivealternativamente ciclos de guerra y de paz y el periodismo debe estar abierto a

un eventual y nuevo ciclo de negociaciones de paz.- Fortalecimiento y cualificación de la tradición de libertad de prensa más allá de

cierta visión formal y cómoda de ella, para que a la conciencia de suslibertades pueda agregar también valores y comportamientos prácticosrelacionados también con la conciencia de sus deberes, responsabilidades yobligaciones, así como con el cultivo y promoción de virtudes cívicas yciudadanas en sí mismos y en sus audiencias.

- En ese sentido, producción de una información "movilizadora" que estimule laparticipación creativa de la sociedad civil en distintas iniciativas sociales y

comunitarias. En la base de tal tipo de información debe estar el deseo deestimular la preocupación ciudadana por las relaciones y los problemas quenos rodean y el desestímulo de la indiferencia ante ellos (preocupación por elcuidado de la vida; por la crisis humanitaria; por el desplazamiento forzado denuestros connacionales; por el conocimiento de nuestros conflictos; por elconocimiento y formulación de alternativas ante la pobreza, etcétera).

- Asumir la construcción de identidades nacionales en contextos demulticulturalismo y propiciar espacios de diálogo intercultural que eludan losfundamentalismos políticos, étnicos y religiosos. En el espíritu de la CartaConstitucional de 1991, desarrollar políticas no sólo de reconocimiento de la

diversidad cultural, sino además, de acceso por parte de etnias y subculturas ala emisión de sus opiniones y perspectivas en medios masivos. Asumiradicionalmente la expresión de la diversidad geográfico-territorial y cultural delpaís.

- Estimular el conocimiento y la promoción de los valores consagrados en laConstitución de 1991. Como reza un texto del Consejo de Administración de laRadiotelevisión Española, una de sus obligaciones es la de “alentar a lateleaudiencia a identificarse con los valores consagrados en la Constitución,los cuales proveen de las bases de la vida nacional; estos son libertad, justicia,igualdad y pluralismo político. No basta con aceptar estos principios de formapasiva; los medios deberán contribuir activamente a su promoción ydefensa”.168 

- Dadas nuestras tradiciones de intolerancia –que no niegan la presenciaparalela de las de tolerancia y respeto al pensamiento ajeno, pero que

168 López Escobar, Esteban, “Valores vulnerables en la televisión multicanal española”, en Blumler,Jay G., Op. Cit., p. 212

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continúan con su presencia problemática incidiendo sobre nuestra culturapolítica y sobre los climas de debate y de conversación acerca de losproblemas y opciones nacionales- podríamos pensar en incorporar otro de losprincipios del Consejo de Administración de la RTVE que propende por laconveniencia de “promover hábitos de diálogo, tolerancia y apertura; favorecer

el debate como medio para solucionar desacuerdos y conflictos; despertar elespíritu cívico como la base fundamental de toda coexistencia social; yrepudiar de forma categórica las soluciones violentas”.169 

A Modo De Conclusión: Posibles Líneas De Política PúblicaDesde Los Organismos De Regulación De Medios, El Periodismo

Y La Academia

A título de cierre, precisaremos a continuación algunos lineamientos de acción quepodrían también contribuir al desarrollo del interés público en políticas decomunicación.

Desde organismos como la Comisión Nacional de Televisión e Inravisión serequiere superar la improvisación y la falta de planeación y de políticas. Como bienlo ha expresado Germán Rey, "definir políticas es convocar a los diferentessectores sociales a imaginar y proponer qué tipo de televisión cultural desean,cómo esa televisión representa el interés público, de qué modo se conectan losmedios de comunicación con las realidades de un país lleno de intolerancia y deinjusticia.. Un país de regiones, secularizado, con pluralidad de etnias, condiferencias de género. Por eso definir políticas requiere concertación,investigación, sentido de realidad, conocimiento del medio. Y sobre todo unavoluntad política para hacer cumplir los acuerdos, no ceder a los cantos de sirena

de las prebendas y el amiguismo y tener libertad crítica para evaluar con seriedadel cumplimiento de la política definida".170 

A estos mismos organismos de definición de políticas de comunicación hay quedemandarles el desarrollo de procesos de adjudicación transparentes, el apoyo aproductores independientes, a colectivos sociales y grupos de jóvenes creadores,el apoyo a la investigación en comunicación con miras a la formulación de políticascon conocimiento de causa171, la promoción de la constitución de asociaciones detelevidentes, de veedurías ciudadanas y otras formas de participación social ycomunitaria en la formulación de políticas comunicativas.

Estos organismos de regulación como la CNTV en nuestro caso, así como lossectores políticos y sociales y el propio presidente de la república, que hoy día

169 Ibidem, p.213170 Rey, Germán, "Mala señal en la televisión pública", UN Periódico, edición citada.171 En ese sentido, nos parece importante la continuidad de iniciativas, hoy día paralizadas, comoel Programa de Investigaciones Académicas sobre Televisión, impulsado por la Comisión Nacionalde Televisión CNTV, conjuntamente con Colciencias, por iniciativa del comisionado Jaime NiñoDíez.

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son quienes toman decisiones sobre su composición, acerca de a quiénesnombrar como comisionados de televisión, están llamados a velar porque lacomposición de esas entidades de regulación se realice con representantescompetentes de los grupos sociales, políticos y culturales.

La Comisión Nacional de Televisión debe rediseñarse radicalmente hacia unacomposición institucional menos clientelista y más autónoma desde el punto devista político, mucho más apoyada en un conocimiento académico, técnico y

 jurídico, con un sólido criterio ético y con una representatividad social reconocida.Sin estos elementos la CNTV no podrá tener jamás autoridad ni credibilidad paraconstituirse como una entidad legítima a los ojos de la opinión, cuyas decisionespuedan efectivamente ejercer una función reguladora efectiva en un medio comola televisión, que además de sus funciones de entretenimiento constituye hoy un“vehículo de poder político, una fuente multiforme de experiencia cultural y uno delos principales medios a través del cual la sociedad se observa y se evalúa”.172 

Una de las tareas que la CNTV tiene que abordar con seriedad y conresponsabilidad histórica junto a otras instituciones como el Ministerio deComunicaciones, Inravisión, Señal Colombia, Audiovisuales, y la propiaPresidencia de la República –y que resulta irónico que hoy día no esté en elcentro de la discusión pública en nuestro país- es la de un rediseño equilibrado delcaótico y descuidado sistema de televisión que se ha configurado (odesconfigurado más bien) luego de la apertura y reconversión del tradicionalsistema mixto en diciembre de 1997.

Como han tenido que afrontarlo sistemas televisivos públicos o con un gran pesode lo público que en Europa unos ocho o diez años antes que nosotros vivieron

sus procesos de reconversión económica y apertura al capital privado, en nuestrocaso las autoridades de televisión están llamadas a buscar equilibrios entre elnuevo subsistema privado y el subsistema público de televisión que garanticen lacompetencia, la calidad de la programación y los derechos de las audiencias a lainformación y a una programación variada, rica en temas y en géneros, y de buenacalidad.

172 Blumler, Jay G., “Introducción: confrontaciones actuales en la televisión de la EuropaOccidental”, en Blumler, Jay G., Op.Cit., p. 14. Los tres puntos corresponden al texto original – F.L.

Valores Comunicacionales Deben Responder A Retos Que Se Le Presentan A Las DistintasSociedades Nacionales Y Deben Responder 

Simultáneamente A Ciertas TradicionesPolíticas, Culturales Y Comunicativas

Presentes Y Reconocidas Como ImportantesEn Cada País

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Lo anterior supone una reglamentación de los canales privados que precise susdeberes con las audiencias y con la ciudadanía, y políticas claras de orientación ypromoción del servicio de televisión pública. Las medidas de control de lastendencias monopólicas brillan por su ausencia en Colombia, mientras elabandono de la red pública de transporte de la señal de televisión abierta y el

traslado de la inversión publicitaria a los nuevos canales privados, facilita uncreciente dominio del medio y un control de sus audiencias por la nueva oferta detelevisión privada.

Las autoridades e instituciones encargadas de la regulación de la televisióndeberán trabajar por la superación de una situación como la actual, donde en elsector privado de televisión la opinión está hoy confinada a la media noche; loshorarios de alta sintonía están colonizados por una oferta homogénea yexcluyente de telenovelas y realities; donde hoy día se confunden en los formatosinformativos y en los de la ficción la publicidad y la información, las historias y losmensajes publicitarios sin ningún respeto por el televidente; donde los espacios de

opinión y los noticieros terminan convertidos en lugares de promoción de losrealities del propio canal173, desdibujando el sentido de la información noticiosa ysubordinándolo a los criterios mercantiles.

Aquí se necesita pensar en el estímulo desde la política pública a mecanismos deautorregulación pero también de regulación social o ciudadana. Varios autores sehan referido a la inconveniencia y a los precarios resultados que han dado losregímenes basados en prohibiciones y modalidades verticales de castigo.Seguramente tendríamos que combinar adecuadamente en nuestro caso, desdeuna apuesta colaborativa, algunas formas de regulación público-estatal máseficaces que las actuales, con un trabajo fuerte de promoción de disposiciones de

autorregulación de los medios y sus agentes, y de participación paralela de laciudadanía en la crítica y control de la televisión, así como en la propuesta dealternativas, temas, contenidos, géneros y programas. Hay que tener en cuenta,como lo han puesto de presente experiencias de regulación en otras latitudes, que“la supervisión cooperativa, es (…) menos problemática que el control porconfrontación”.174 La cuestión de los sistemas regulatorios de medios y sobre todolo que tiene que ver con su eficacia, es un problema muy complejo que nopretendemos agotar en este punto, y sí mas bien dar algunos elementos deanálisis para abrir un necesario debate que está lejos de haber comenzado ennuestro medio.

Quisiera anotar también que una desmedida e imprecisa centralidad atribuídaincluso por los investigadores de medios a la televisión en la vida contemporánea(en contravía con la realidad del peso que sigue teniendo en la vida social y en lainformación el medio radial), ha opacado la visibilidad y la discusión pública acerca

173 Como sucede con el espacio de opinión “Lechuza” en el Canal Caracol que desde hace variossemestres se dedica regularmente los días lunes al reality  del canal174 Hoffmann-Riem, Wolfgang, “La protección de valores vulnerables en el ordenamiento televisivoalemán, en Blumler, Jay G., Op. Cit., p. 82

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de la regulación de la radiodifusión en nuestro país. No hay crítica radial hoy díaen nuestros medios y los procesos de concentración llevados a cabo en lasúltimas décadas han conducido a la desaparición de muchísimas emisoras localesque jugaban importantes funciones de información y servicio social a municipios,regiones y zonas rurales.

Periodistas de trayectoria en el medio radial se quejan de cómo la adquisición demuchas de esas emisoras por los grandes conglomerados económicos ymediáticos ha llevado a la desaparición de los nombres primigenios de lasemisoras que evocaban lugares importantes de memoria para los habitantes deesas ciudades pequeñas e intermedias ode esos pueblos y lugares y a que ahorase llamen todas “Básica RCN” o adoptenotras denominaciones correspondientes ala nueva pertenencia monopólica nacionalo internacional. Además de esta pérdida

simbólica nada despreciable, esigualmente grave el proceso dehomogeneización de la programación, lapérdida de acentos locales y regionales yde importantes funciones sociales

 jugadas en las regiones por laradiodifusión. No sobra recordar en estepunto aquel artículo de la poetisa yexconstituyente María MercedesCarranza (q.e.p.d.), en la conmemoraciónde uno de los aniversarios de la

Constitución de 1991, donde además deargumentar cómo desde su perspectiva,una de las grandes frustraciones de laConstitución de 1991 habían sido losdesarrollos institucionales de la ComisiónNacional de Televisión, rememoraba también cómo uno de los presidentes de unade las grandes organizaciones mediáticas del país, se paseaba por los corredoresde la Asamblea haciendo lobbying para evitar que la radio fuera incorporada comomedio al nuevo organismo de regulación que la Asamblea Constitucional estabadiseñando.175 

Quisiera concluir con algunas reflexiones acerca del papel del periodismo y de laacademia en estos procesos de construcción de lo público en la comunicaciónmasiva.

175 El artículo hacía parte de un dossier que las “Lecturas Dominicales” del periódico El Tiempopublicaron en conmemoración de uno de los aniversarios de la promulgación de la CartaConstitucional de 1991. No dispongo en este momento de la referencia exacta para la citación.

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Desde el periodismo y los comunicadores sociales es importante avanzar en lapromulgación y observancia de códigos internos de autoregulación y en prácticasautoreflexivas sobre el papel del periodismo y la comunicación masiva en unasociedad como la colombiana contemporánea con sus rupturas, conflictos,tragedias y dilemas.

La academia está llamada en estas circunstancias a fortalecer el diálogo entre lainvestigación social y humanística y el periodismo, superando las incomprensionesy recriminaciones mutuas, situación que podría contribuir a la producción de unacadémico más capaz de comunicarse con la sociedad y más comprensivo de laactividad periodística, un intelectual-comunicador, y a un periodista más crítico desu oficio, menos coyuntural y más capaz de dar cuenta de las cuestionesestructurales a la hora de informar sobre la realidad, y más autorreflexivo acercade su oficio y sus rutinas ocupacionales.

Resulta conveniente así mismo, fortalecer la investigación crítica de los medios

masivos desde orientaciones teóricas como las que hoy día plantean lasrelaciones entre narrativas y control social176, o desde aquellas que desde elanálisis del discurso noticioso o de ficción nos develan racismos, sexismos y otrasformas de discriminación social.177 

Se requiere así mismo estimular la producción de investigaciones históricas sobrelos medios masivos y sobre la evolución del campo del periodismo. Ellas puedenconferirle solidez y fondo a la investigación sobre comunicación, mostrarmomentos y períodos importantes en la construcción de lo público en políticas decomunicación, así como una mayor conciencia en torno al papel jugado por losmedios en la construcción de nuestra modernidad.

En esa misma dirección, requerimos de revistas especializadas en temas decomunicación social y periodismo que aproximen la reflexión académica sobre lacomunicación social, con el conocimiento de los saberes, destrezas y tradicionesdel oficio periodístico, logrando interesar a los propios periodistas en este tipo deinvestigaciones y reflexiones.

En fin y para concluir, habría que decir que en el campo de la comunicación, aligual que en otras esferas de la vida colombiana donde el interés público brilla porsu ausencia o por su envilecimiento, hay que aunar esfuerzos entre políticosdemócratas, académicos, periodistas conscientes de las responsabilidadesdemocráticas del oficio, y públicos y audiencias interesados en ser tenidos encuenta en las políticas de comunicación, para hacer de la comunicación y de losmedios masivos un espacio de reconstrucción democrática, pacífica, pluralista yparticipativa de la nacionalidad.

176 Véase el trabajo de Mumby et al., Narrativas y control social, Amorrortu, Buenos Aires, 1998177 Véanse los libros de Teun van Dijk, La noticia como discurso, Paidós, Barcelona, 1996 yRacismo y análisis crítico de los medios, Paidós, Barcelona, 1997.

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Ese reto es imposible de ser llevado a cabo sin el estímulo paralelo de un tipo departicipación política y social nuevo que coloque por encima de cualquier interésparticular un conjunto de bienes y valores referidos al interés público. Muchoscolombianos discuten y trabajan hoy en esa perspectiva, y este escrito intenta serapenas un aporte preliminar en esa dirección.

Bibliografía

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Reseñas

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Sanmiguel, Pío Eduardo. “Lo privado, lo público, el sujeto y el individuo.Comentarios desde el psicoanálisis”.

Para Pío Eduardo San Miguel el psicoanálisis permite interrogarse sobre ladivisión entre lo público y lo privado, y con ocasión de lo anterior se podría pensar

que el inconsciente, una vez articulado a cada individuo, crearía lo privado y ellenguaje, o el discurso del otro sería lo público, oponiéndose a lo individual. Estetipo de razonamiento, para San Miguel, concierne al discurso actual, del cual sederiva que lo individual estaría definido por una vía identificatoria, en tanto lopúblico estaría definido en relación con elementos de la cultura, en donde todos sepueden reconocer.

Dado lo anterior, y retomando la perspectiva de Charles Merman, se tendría quela lengua sería aquello en lo cual se reconoce la humanidad de todos y estaríarelacionado con lo público, de esta forma en la actualidad nos encontraríamos conuna positivización de lo público en términos de instituciones y objetos; el acceso a

esos objetos e instituciones los constituirían en elementos de lo público. Para PíoEduardo San Miguel, esta tesis resulta un poco ingenua en el sentido de surealización; al retomarse esta tesis Merman, desde una perspectiva histórica, loque ha tenido lugar son propuestas para tratar de resolver el problema de laprivatización de ciertos bienes humanos, como en el caso del planteamientosocialista, en el cual el estado toma los bienes para repartirlos.

Este conjunto de consideraciones de Merman llevan al autor a encontrar quedetrás de esta apropiación, exclusión y acceso al bien público esta la formulaciónhegeliana sobre la relación entre el amo y el esclavo; relación que, enconsecuencia, es fundamento del lenguaje, al definir lo público articulado con este

último. Pero igualmente, para Eduardo San Miguel, esta inferencia conduce a quela definición de lo público, cualquiera que ella sea, no va a solucionar el problemade la desigualdad; no se podría esperar que abogando por lo público se terminecon el malestar de lo humano, lo cual implica que unos se apoderan del objeto yotros queden desvalidos de éste.

En una segunda perspectiva, se encontrarían las consecuencias y dificultades quese derivan de la relación entre lo público y lo privado, cuando se trata de recurrir aluso de ciertas herramientas con las cuales el psicoanálisis se ha permitido pensarel inconsciente. Por ejemplo, si se utilizara una lógica como la que se desprendede la banda de Moebius, nos encontrarías con un resultado inadecuado, porqueallí no habría diferencias entre lo público y lo privado, lo anterior permitiría apoyarpropuestas de privatización como las agenciadas por las empresas privadas.Frente a este peligro que se corre y en oposición a esa lógica sería necesario salirdel principio dual público-privado, en el cual uno de sus dobleces se apoya en elconcepto de individuo.

Para pensar en torno a esta situación, el autor retoma las consideraciones deDany-Robert Dufour sobre la democracia. Si la democracia permite pensar que enella se funda la posibilidad de que todos seamos iguales, se podría concluir de ahí

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que todos pueden acceder al principio de humanidad que estaría en lo público y lapropuesta sería que todos podemos acceder a lo público como lugar en donde,supuestamente, no habría resto; vale decir, la imposibilidad de que alguienquedase por fuera de ese todos. Sin embargo, lo sorprendente para Eduardo SanMiguel es que el resultado de lo que Dufour denomina democracia de masas, se

orienta en el sentido de producir un resto de sujetos humanos que no tienenacceso; esta percepción iría articulada a la afirmación de Dufour según la cual elsujeto de la democracia es el individuo y éste implicaría una apropiación de losbienes que supuestamente son públicos, lo cual reinstala en la democracia ladisimetría irreductible del amo y el esclavo.

Algo que va de la mano de esto y que se puede leer en Dufour es la voracidad enel acceso al objeto que instala la democracia, es decir, la democracia no puedefuncionar sin instalar una autonomía que es ya de otro estilo en la determinaciónde los límites que se impone cada cual en la relación con el objeto, con el accesoal objeto; esto sumado a que en la democracia para poder acceder al objeto, y

puesto que todos son iguales en las posibilidades de acceso, se tiene que pasarpor sobre el otro. Desde este punto de vista, muy general del psicoanálisis, sepodría pensar que no hay salida, que la posición en diferentes niveles y en el nivelde la relación de pareja, en el ámbito de la lucha por el objeto, de lo que se llamaplusvalía, y de la problemática que el psicoanálisis plantea como la imposibilidadde renuncia al goce, se pone de presente la no solución al problema de larepartición del objeto.

Los psicoanalistas se han preguntado, si el psicoanálisis crea una nueva forma derelación que permita salida; hay quienes han dicho que el discurso delpsicoanálisis podría ofrecer en lo social algo, sin embargo, no se sabe hasta

donde se puede llegar con propuestas como la de Slavoj Zizek cuando detrás delpsicoanálisis se termina apoyando un movimiento político, pero más bien setrataría de pensar y decir que el sujeto es lo que podría permitir -el sujeto quehace cagarrutas, el sujeto del habla- recrear continuamente lo público, porqueexiste siempre el peligro de convertir ese sujeto en una bandera. Más allá, sinembargo, está la pregunta, en la situación actual, por el totalitarismo en el sentidode esa articulación entre individuo y sociedad, de una salida que parece no estarpor el lado de un sujeto totalmente sometido al consumo del objeto o del anhelo deposeerlo y la promesa concomitante que la cultura le hace de que será así.

Dado lo anterior, se puede considerar el sujeto privado y lo público en dosacepciones; una en la que ese sujeto, si acaso pudiera llamárselo privado sería elque se debería a lo público, y de alguna manera su articulación no sería posiblesino recreando lo público, lo cual implica interrogarlo -un cuestionamiento deaquello que sería el discurso del otro-. Una segunda acepción que concerniría másbien al individuo, es decir, sería el tiempo de alguien absolutamente privado de lopúblico; un sujeto en situación de privación, en la figura del individuo: en estavertiente se corre el riesgo del totalitarismo, y para comprenderlo es necesarioentender que lo público consiste en mantener siempre los espacios vacíos en los

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cuales el sujeto pueda estarlo recreando; lo público, en este momento, estaríamas inclinado a taponar esos espacios y eso es el totalitarismo.

Con ocasión de lo anterior esta el ejemplo del desplazamiento de masas, depoblaciones, para decir que no tiene lugar cuando se tiene un espacio para vivir

sino cuando ya no se dispone de espacio vacío, es decir un lugar sobre el cual elotro no tenga puestos los ojos. ¿Qué ocurriría llegado el caso en que ese Otro nopueda ya cerrar los ojos, sino que los tenga siempre abiertos? Es una situaciónpara la cual nos ha preparado el siglo XX con su lógica de la mirada, de unamirada totalizante; en ese momento el sujeto se ve obligado a desplazarse, valedecir, ir a deambular buscando un espacio vacío.

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Martínez, Elsa. “Lo social arraso con la esfera pública. ¿Una modernidad sinpolítica?”

La autora plantea que el punto central del libro “La condición humana” de HannahArendt es dar cuenta de las transformaciones en la vita activa y la vita

contemplativa en la edad moderna y en el mundo moderno. Dado lo anterior,Martínez se ocupa de hacer una presentación de la obra, en tres momentos; en elprimero presenta un marco conceptual, en el segundo se ocupa de la vita activaen la modernidad y finalmente propone unas conclusiones.

La vita activa es una categoría que se puede considerar comprensiva del conjuntode las actividades humanas y especialmente de la labor, el trabajo y la acción. Deotra parte, la vita contemplativa alude al conflicto entre el filósofo y la polis. Es lavida del filósofo dedicada a inquirir y contemplar las cosas eternas. Arendt aceptala distinción entre vita activa y vita contemplativa pero cuestiona la jerarquíaestablecida entre ellas, en tanto considera que el enorme peso de la

contemplación en la jerarquía tradicional ha borrado las distinciones yarticulaciones dentro de la vita activa y que el interes que sostiene las actividadesde la vita activa (labor, trabajo y acción), no son lo mismo para la vitacontemplativa.

Otro de los grandes componentes del marco conceptual propuesto por Arendt esla noción público-privado. Lo público es pensado como esfera común desde unadoble perspectiva: La primera significación alude a que todo lo que aparece enpúblico puede verlo y oírlo todo el mundo, por lo que tiene la más ampliapublicidad posible; la importancia de ver y oír lo que otros ven y oyen, esta dadaporque son los otros los que posibilitan el paso de la apariencia a la realidad. La

segunda significación de lo público alude al propio mundo, en cuanto es común atodos nosotros, y a demás diferenciados de nuestro lugar poseído privadamentede él. Lo común constituye la realidad de la esfera pública en tanto ésta solo sepuede constituir si admite la presencia simultánea de innumerables perspectivas,si admite la presencia de la pluralidad.

De otra parte, lo privado, igualmente, tiene una doble de significación: la primerahace referencia a estar privado de cosas esenciales de la vida humana, estarprivado de la realidad, en tanto no se tiene una objetiva relación con los otros. Elrasgo no privativo de lo privado nos coloca en la esfera familiar, lugar delnacimiento y de la muerte, actividades que han permanecido de la esfera pública.Otro rasgo no privativo de lo privado es la ley; ésta opera como una frontera, comouna muralla que regula el estar entre los demás, es decir que regula la vidahumana en el mundo.

La consideración de la vita activa en la modernidad plantea la existencia de doserrores que han tenido consecuencias fatales para la humanidad. De una parteesta el error en traducir bios polítikos aristotélico como animal social yposteriormente como animal racional; error que consiste en pensar que lo políticoy lo social son lo mismo. El segundo error sobre el cual se asienta la modernidad

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se relaciona con el animal racional, dado que se asume que la más elevadacapacidad humana era el logos, el discurso de la razón, sin embargo se puede seranimal racional y estar desprovisto de una forma de vida en la que el discurso ysólo éste tenga sentido. En la modernidad esta confusión se exacerba y hoy laesfera de lo social no solamente invadió la esfera pública sino que ha degradado

la política, ha destruido la esfera privada. La política ha desaparecido de la esferapública.

En este mismo contexto la modernidad ha glorificado el trabajo con laconsideración de un animal laborans como animal racional, y con ello se haperdido la distinción antigua entre labor y trabajo. El laborar no deja nada tras desí, nada que permanezca en el mundo, en tanto todo lo que resulte de aquella seconsume inmediatamente, por su parte, los productos del trabajo permanecen yduran, es decir forman un conjunto de cosas duraderas que aseguran a la vida losmedios para su propia supervivencia.

Sin embargo, la lógica de la acumulación necesariamente transforma la labor y eltrabajo; hasta ahora los productos de la labor eran consumidos mientras los deltrabajo eran usados, pero esto no favorece la acumulación. El resultado en elmundo de la modernidad ha sido que las cosas se han convertido en productos dela labor, cuyo destino es ser consumidos y no usados. La producción del homofaber y el homo laborans en la sociedad moderna han determinado lo que estasociedad considera importante, útil para la vida. El homo faber tiene una esferapública propia, aunque no es una esfera política y no lo es porque la razón de serdel homo faber es la necesidad y por lo tanto, desde la perspectiva griega, nopuede proceder del campo de la política.

La primacía de la acción con respecto a las demás actividades de la vita activa, hasido objeto de varios embates en la edad moderna. El primer embate ha estado encabeza del homo faber y del animal laborans; el homo faber considera que suactividad esta por encima de la acción en la medida en que los productos delhombre pueden ser más que el propio hombre, y que su misión es hacer el mundomás útil y hermoso. Es por esta razón por la cual en la modernidad se considera ala acción y al discurso como una ociosidad, como una actividad improductiva ypoco útil; se ha dado, por lo tanto, un cambio en la jerarquía de estas actividadesdentro de la vida activa, pero no una eliminación de la esfera de la acción.

El mercado de cambio constituye un espacio público pero nunca un espaciopolítico. Las personas que se reúnen allí lo hacen como productoras de productos,y sus objetivos son radicalmente a los de la acción y el discurso; dos objetivos losaniman: De una parte exponer sus productos con la finalidad de obtener la valíapública de los mismos, de otra parte, la apetencia de productos que puedanrealizar en la medida que tienen poder de compra. La labor es una actividadcolectiva en la mediada en que reúne a muchos como si fueran uno, pero surelación, máximo llega a ser una relación de contigüidad y nada tiene que ver conla pluralidad; esta reunión de muchos en uno es básicamente antipolítico, en lamedida en que es una reunión de iguales , igualados por la naturaleza.

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La otra reacción contra la preeminencia de la esfera pública se origina en laangustia la triple frustración de la acción. Estas frustraciones son: La capacidadpara predecir los resultados de la misma; segundo, la irrevocabilidad eirreversibilidad del proceso y tercero, el carácter anónimo de sus actores. Estasfrustraciones de la acción, que han sido vividas como calamidades, radican en la

naturaleza de la misma, es decir en la pluralidad, sin embargo, eliminarlas essuprimir la pluralidad, lo que equivale a invisibilizar la esfera pública.

Finalmente, la autora propone un conjunto de conclusiones con ocasión de lasreflexiones de Hannah Arendt.

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Asqueta, María del Pilar; Muñoz, Clarena. “El ritual del consumo: latrastienda urbana”.

Las megalópolis han pasado a simbolizar, en las representaciones colectivas, unéxito del desarrollo humano, cuando en realidad el habitante urbano trata de

vender algo en las calles, algún objeto o a él mismo para sobrevivir. Pero frente ala mitología oficial se instala otra realidad a partir de un uso estratégico del ritualcomo mecanismo de control, en la generación de recursos, y de lahomogenización discursiva de las diferencias.

Sin embargo, las personas aceptan las versiones de la realidad que son impuestascon la misma frecuencia que sus propios relatos y, en consecuencia, en laproducción simbólica se establece una paradoja, la comunicación produce relatosen imágenes e ideas con versiones ajenas y apropiadas que son aceptadas por lacolectividad como paradigmas construidos por signos preexistentes,preestablecidos, esteriotipados, repetitivos y, en definitiva, previsibles, los cuales

producen ideologías originadas por el orden económico y político dominante, elcual hemos caracterizado a partir de la ritualización del intercambio impuesta porla necesidad de sobrevivir.

Las estrategias de producción de sentido del discurso publicitario inundan elpaisaje con estímulos e información que ofrecen paraísos artificialesaparentemente accesibles para todos, excluyendo los contenidos los cualescontienen los problemas básicos, que hacen de la cotidianidad en la cual estáninmersas las multitudes que pueblan la ciudad. De hecho la palabra que persigueun efecto proviene de un altavoz desde el cual el emisor y la fuente son anónimospero seguros representantes del interés dominante que habla para todos con el

slogan de la intención democrática, especialmente, para aquellos a quienes quierepersuadir, y sobre todo, convencer de que las condiciones de existencia delmundo globalizado son equitativas.

Dado lo anterior la investigación orientada por la semiótica y el análisis crítico deldiscurso, el estudio de las simbolizaciones y los rituales constituye un horizontedesde el cual es posible revelar las técnicas de producción del sentido utilizadasen los sistemas sociales. Más precisamente, las estrategias de sobrevivencia y deproducción que se generan en los rituales de consumo conforman un tejido quecontrola, domina y neutraliza los discursos y las acciones.

El ritual, tradicionalmente, se ha definido como una interacción a partir de la cualse cohesiona la colectividad; su puesta en escena implica el registro en elimaginario social de una serie de normas que delimitan los roles y posiciones delos individuos frente a las instituciones. Al indagar sobre el hecho del ritual en elespacio urbano, es posible encontrar tres condiciones que permiten reconocer susbases materiales. Primera, el establecimiento de contacto entre los sujetos de lacomunicación, tópico explicado por Roman Jakobson como su concepto defunción fáctica, la cual es actualizada mediante encuentros de los demásmiembros de la colectividad, tanto en lugares naturales como artificiales.

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Segunda, la delimitación de fronteras lo cual a lude a la demarcación de loslugares para los encuentros de las colectividades con trazados de figurasgeométricas, mediante el levantamiento de paredes, vallas, muros, rejas, senderosy líneas; tal conformación de la espacialidad consisten en adecuar unascaracterísticas topológicas para la acción y la práxis. En la ciudad, todo espacio es

delimitado por un sistema pragmático horizontal el cual conforma coordenadas conel sistema semiótico, vertical, determinado por los usuarios de los puntos deencuentro. En consecuencia, el mundo del mercado informal se apropia de losespacios destinados a las celebraciones sociales; políticas, religiosas, culturales ydeportivas, como oportunidad de ritualizar en ellos la sobrevivencia, a partir de losobjetos de consumo.

Tercera, el ofrecimiento de los sacrificios o identificación del objeto ritual. Si biencondiciones diversas originan nuevos rituales, en el caso particular del ritual delconsumo, se identifica a un objeto, un producto del intercambio, para generardicho ritual.

El ritual en sus tres condiciones simboliza, mediante representaciones de lossignos verbales y no verbales, una estrategia y, a la vez, un medio para fortalecerlos vínculos de pertenencia de la comunidad, asegurar la propiedad, mantener losmecanismos de producción social, delimitar el territorio, consumir los objetos; ensuma, garantizar la sobrevivencia del futuro.

Finalmente, los recorridos, las comunicaciones y las simbolizaciones producenespacios urbanos, cuya dinámica se constituye mediante fuerzascomplementarias, aparentemente contradictorias: unas centrípetas concitandenotaciones unilaterales alrededor del intercambio de objetos únicos y, otras,

centrífugas que expanden las significaciones valorizadas mediante una retóricavisual que proyecta imágenes globales, confrontadas con representaciones deidentidades locales y regionales.

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Zambrano, Carlos Vladimir. “Dos consideraciones sobre lo público desde ladiversidad cultural”

Hay una relación estrecha entre las identidades y la configuración de lo público;se lo puede fundamentar, en primera instancia, en la complementariedad de las

visiones provenientes de la antropología y de la política, dado que la antropologíase a ocupado extensamente de la construcción, evolución y continuidad de lasidentidades culturales colectivas, y la política de la producción, desarrollo ypermanencia de lo público. En suma, se procurar establecer y definir una conexiónentre ethos y la polis. Dado que algo se ha logrado con la noción degobernabilidad cultural, en una segunda instancia, la relación de las identidades ylo público se abordará desde la perspectiva de la diversidad cultural.

La trascendencia y sentido de la relación entre identidades colectivas y lo públicovarían no sólo de sociedad a sociedad, sino que al interior de cada sociedad ellasdependen de tiempos, espacios y culturas, que además, cambian de modo

permanente y se entrecruzan de muy variados modos.Para abordar lo público, en esta perspectiva, se considera útil una noción depolítica como la planteada por Norbert Lechner, quien habla de la política como elarte o el esfuerzo de convertir los anhelos en relaciones sociales. Con base en loanterior, la pregunta a responder es ¿Cómo el anhelo de un sujeto, de unindividuo, se convierte en una relación social y cómo la relación social constituidafragua lo público?

De otra parte, se trata de reconsiderar la polaridad público-privado, dado que esproblemática, como lo son las categorías de lo bueno y lo malo, lo frío y lo

caliente; son útiles para un mundo dual, pero las cosas parecen ser máscomplicadas. Dado lo anterior, se propone un giro en la consideración delproblema y hablar más bien de contextos de privacidad y contextos de publicidad.Tales contextos permiten, en principio, separar muy bien los sentidos público,comunicacional y social del espacio de los del sujeto. El contexto de publicidadpermite entender la cualidad y movilidad del sujeto en un momento de publicidaddeterminado y en el espacio históricamente definido. Los contextos de privacidad yde publicidad permiten que tanto los individuos como los espacios puedanestablecer una conexión importante social, cultural, y política, y se pueda resaltarlas dimensiones antropológicas y politológicas de la relación social queestablecen.

Planteados estos propósitos, el documento se divide en dos partes: el primerocorresponde al relato de dos experiencias sobre la formación de lo público, y unosegundo en el cual se establece la relación entre derechos y políticas de ladiversidad.

El primer caso se trata de una experiencia con niños indígenas en una escuela delmacizo colombiano; se hacía un taller en una vereda en el cual había un grupo decampesinos que estudiaban la pertinencia a un movimiento reivindicativo

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aspirando a ser indígenas o mantenerse como campesinos, en el tallerparticiparon los niños y relataron cuáles eran los problemas que tenían y elprimero que identificaron fue la preocupación por resolver entre quienes erancampesinos y quienes indígenas. ¿Cuáles con los contextos de privacidad ypublicidad en este caso? Al hablar de los espacios colectivos o de los sujetos

colectivos, es difícil establecer indicadores de lo privado y de lo público,asociándolos con algo personal, familiar, o del entorno individual. El ejemplorevela que al hablar de contextos algunas cosas públicas pueden sercolectivamente privadas, y algunas cosas privadas pueden ser públicas.

Esta aparente relativización sirve para precisar el lenguaje y los niveles de acciónde lo público, porque sin esa conexión no se puede hacer del ethnos polis . El tallerfue un escenario público pero en el se dio un contexto de intimidad y privacidad,eran los de la casa quienes hablaban ante unos forasteros de sus cosascomunitarias, las cuales eran públicas, pues hasta los niños las conocían. Laconexión local esta figurada, pero esa situación real no se conoce en ámbitos más

allá de los pueblos en que se originan; vale decir, que en un nivel municipal,regional o nacional el problema de transición de campesino a indígena o viceversano es un asunto de público ni de política.

Sin conciencia del entorno colectivo se presenta la dificultad de pensar cualquiercontexto de publicidad, esto significa que muchas de las situaciones socialesexistentes en el país son invisibles para nosotros, y no hay posibilidad de unapolítica pública para la diversidad si en el país no se encarna de manera decisiva yhace posible la mentalidad para la diversidad, sin la cual difícilmente se podríaesperar una política de la identidad. El problema sobre lo público implica que suconstrucción y desarrollo forma parte de los procesos de construcción colectiva,

no sólo ciudadana, a no ser que la cuestión ciudadana esté atravesadaíntegramente por los recursos de la identidad, vale decir de una determinación delethnos sobre la política.

En el segundo caso niños afrodescendientes, en una escuela en Puerto Tejada,Cauca, hacen un taller sobre problemas de memoria colectiva y recuperación detradiciones culturales. Las controversias en torno a la memoria no se hicieronesperar, y se manifestaron en forma dramática entre los abuelos. Los pueblostienen muchas memorias, y solamente cuando se empieza a ver que hay unespacio de homologación, de discusión, de debate de esas memorias, y atrazarles sentido e identificaciones, aparece el escenario público y privado deidentidad. La memoria es un espacio que se construye públicamente y a la vez deconstruirse públicamente, se debate políticamente entre sujetos, creandoidentidad. Esa identidad sobre la memoria es la base necesaria para reducir laangustia y el riesgo en momentos de cambio y de transición. Los momentos en losque se fragua lo público son siempre privados hasta que progresivamenteemergen entornos colectivos que permiten aflorar o realizar públicamente a lossujetos. Todos los procesos de formación colectiva, permiten entender que hayunos contextos de privacidad que se debaten públicamente y al debatirsepúblicamente no pierde el contexto de privacidad.

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Las segunda parte relacionada con derechos de la diversidad y políticas de laidentidad parte del siguiente interrogante: ¿Es posible pensar la configuración depolíticas desde los derechos humanos, en particular los derechos de la tercera ycuarta generación, que son a nuestro entender los derechos sutanciales se ladiversidad cultural?

La lucha por la universalización de los derechos humanos en los últimos años nofue una lucha a la cual muchas naciones llegaron a causa de su propio procesocivilizatorio y político, sino una exigencia internacional que dio la legitimidad moralnecesaria para llevar a cabo la reestructuración funcional del control económico ypolítico global; incluso, el significado de universalización se vió francamentelimitado cuando se entendió, stricto sensu, como extensión de las prácticas de losderechos humanos universales en lo local, regional y nacional. Sin embargo, pesea que el leguaje de la universalización de los derechos humanos se extendió,eclipsó muchas costumbres defensoras de la dignidad humana, devaluando laimpronta de la diversidad y del horizonte cultural común de todo derecho universal:

la capacidad de ser una práctica local que interpela universalmente otras prácticasdistintas. La universalización de los derechos humanos se ha estadoconstituyendo en un mediador entre las justicias reales y las imaginadas queimpone valores y estandariza identificaciones paradójicas, porque hace estallar ladiversidad argumentando vehiculizar la diversidad.

La herencia de la universalización en materia de los derechos de la diversidadademás de estimular la importancia de los derechos humanos de las cuatrogeneraciones, genero la defensa de los derechos humanos de las culturas comoinstancia fundamental del ejercicio gubernamental, la multiculturalidad comofuente y parte del estado, y lo intercultural como fundamento ciudadano.

La entrada al siglo XXI impone considerar el papel que la cultura desempeña en laColombia contemporánea, conflictiva y de transición, que no se agota en elbalance financiero del sector cultural, ni en las retóricas donde toda verbena -oficial y popular- es un acto de paz, ni en los intercambios musicales, literarios yeducativos entre los Estados, y mucho menos, en la introducción de lashumanidades en el análisis de las industrias culturales. La principal y primeraempresa cultural y política de una sociedad, por lo tanto pública, es su proyecto decomunidad imaginada: hacer creer que todos somos parientes, así provengamosde lugares distantes, razas disímiles y tradiciones diferentes. Vale decir,connacionales; gente que convive en una civitas, en una comunitas,civilizadamente. La cultura crea la unidad simbólica necesaria para la acciónpolítica, en tanto que es la base de la legitimidad de los proyectos étnicos ynacionales. En ese sentido identidad colectiva y lo público como instanciafundacional se confunden.

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López Díaz, Fabio. “Comunicación y metáforas del espacio público. Unaaproximación desde la filosofía del lenguaje”.

Se tiene como finalidad explorar esquemáticamente el modelo de comunicaciónque subyace a la reflexión sobre el espacio público, y comprender las razones por

las que se realiza el tratamiento metafórico del espacio público de la manera comose vienen haciendo. Igualmente, se busca establecer qué tipo de gramáticasdominan la representación del espacio público como una fenomenología de lovisible y lo común; en este sentido, se intenta desmentir la incuestionadaconvicción de que el uso metafórico, en el discurso argumentativo de estossaberes, está en condiciones de salvar la brecha explicativa cuando se empleanexpresiones metafóricas.

Una exploración que involucre los discursos dominantes sobre el espacio público,debe tomar como punto de partida la pertinencia y productividad del recurso de lametáfora en los momentos decisivos de la exposición. La razón para realizar dicha

evaluación se funda en la manera como algunos discursos sobre la vida públicaprivilegian el uso de metáforas tales como theatrum mundi, espacio de aparición,dispositivo de dramatización y otras tantas que deslizan el tratamiento delfenómeno de lo público hacia regiones un poco opacas a pesar de la fácilcomprensión que cualquier interprete puede tener de ellas. Aunque a primera vistaesto parece no ser inquietante, la tesis que intentaré defender apunta al hecho deque lejos de tratarse de un uso gratuito de los simples giros del lenguaje; elempleo de ciertas metáforas posee una eficacia simbólica que no esta desligadade efectos políticos que pretenden alcanzarse a través de estas caracterizaciones.

En los últimos años a tomado fuerza la tesis según la cual la metáfora, lejos de ser

un asunto exclusivamente lingüístico, está implicada en procesos cognitivos de losseres humanos a punto que, de ella, sólo se puede tener una imagen correcta si lapiensa en la órbita de lo mental. La metáfora ya no es vista como un simple girodel discurso sino que, por el contrario, ha de concebírsela como un asuntonetamente conceptual, ligado a procesos convencionales a la vez que hace partede nuestro sistema de pensamiento y nuestro aparato lingüístico.

La lingüística cognitiva, disciplina que estudia la relación entre estructura dellenguaje y nuestro aparato cognitivo concibe un vinculo doblemente arraigadoentre nuestra experiencia y el tipo de correlatos conceptuales sobre los queavanzan nuestra relaciones con el mundo y nuestras interacciones con los demás;la base de esta perspectiva es representacionalista. Apoyados en la analogíamatemática de las funciones y las relaciones entre conjuntos puede estructurarsela noción de proyección como la operación mediante la cual se crean isomorfismosdel tipo propuesto entre dos órdenes; en el caso de la metáfora se trata de la rutabasada en el desplazamiento de una perspectiva semántico-cognitiva, según lacual se propone una ruta alternativa para la expresión de un pensamiento.

George Lakoff permite entrar en los dominios de la metáfora, en el sentidoseñalado, cuando analiza el valor pragmático de una metáfora cotidiana como la

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siguiente: El amor es como un viaje. En este caso, la metáfora involucra elentendimiento de un dominio de la experiencia -el amor-, en términos de otrodominio de la experiencia completamente distinto -el viaje-. Técnicamentehablando la metáfora puede ser entendida como una proyección; como se puedeobservar la proyección funciona convencionalmente constituyendo vínculos

arbitrarios entre los aspectos o elementos de cada dominio, de esta forma sepostula una gramática de los órdenes que impone cada registro.

De otra parte, para que la metáfora funcione depende exclusivamente de laconvencionalidad de la práctica social que permite cierto grado de flexibilidad enlas comparaciones emergentes. Naturalmente viajar es algo distinto a amar, sinembargo, dirigir la atención sobre algunos aspectos del viaje permite entenderciertas cosas del amor pero no todas ni en la misma dirección, se trata más biende un isomorfismo.

Es posible una aplicación de esta perspectiva a propósito de un texto de Isaac

Joseph para dar a entender el funcionamiento de las poses en el espacio público.Según Joseph en el espacio público se esta sometido a un franca exposición:primero, se esta expuesto a la mirada escrutadora de los demás, pero, ensegundo lugar, nosotros también administramos nuestro potencial derecho aexaminar y escrutar a los demás. Crece, entonces, una tensión entre afinidadestética -la exposición fotográfica- y la intimidación asesina -la exposición a lamirada telescópica del francotirador-. El análisis de los dominios de origen ydominios de destino de las siguientes metáforas (Quienes circulan por la calleobran como si estuvieran posando ante un fotógrafo, y, Quienes circulan por lacalle obran como si estuvieran posando ante la mira de un francotirador) unaprecariedad en el uso del lenguaje que genera cierta desazón e incomodidad al

ver que la correspondencia entre los elementos de cada dominio tienen ciertosabor a artificio, sin embargo este tipo de ejemplos, en formas de reflexionar sobreel espacio público se replican hasta la saciedad en la literatura que trata el tema.

En un segundo momento del texto, el autor se orienta a establecer un vínculoentre el tema tratado y la órbita de la convención y la comunicación, para lo cualplantea un conjunto de consideraciones sobre ciertas teorías de la comunicación ycuestionamientos relacionados con el papel que juega la convención en lasinteracciones comunicativas. Dado lo anterior, se busca mostrar de maneraesquemática el fundamento de la discusión planteada a partir de dos modelos decomunicación que permiten comprender el fracaso del modelo comunicativobasado en la convención y la cooperación.

En consecuencia, expone en primer lugar el modelo semiótico o modelo del códigosegún el cual el conjunto de representaciones que entran en contacto a través delintercambio comunicativo es, en esencia, el mismo; es decir, produce resultadosparafraseables. Si se pudiera ofrecer una imagen de la eficacia del modelo delcódigo tendríamos una perspectiva normativa según la cual sólo lo que podemos

decir es lo que queremos decir. Para Sperber &Wilson, el fracaso del modelo

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radica que la tesis de la identidad de las representaciones es extrema y ambiciosa;para ellos la justificación del modelo del código de comunicación verbal habría dedemostrar que todos los casos de asignación de referente puede resolversemediante reglas que combinen automáticamente propiedades del contexto conpropiedades semánticas del enunciado.

El segundo modelo es definido como inferencial de comunicación y parte de unacrítica al anterior y la introducción de un elemento de carácter cognitivo; se asumeque los procesos y estado mentales que intervienen en la interaccióncomunicativa, dan un margen de suficiente flexibilidad evaluativo por parte de losparticipantes quienes dependen del tipo de cadena inferencial construida paraevaluar la información ofrecida. En este sentido, la comprensión no se limita o nose estipula en términos de de emparejamiento de representaciones sino en elreconocimiento de la intención del otro y la extracción de consecuencias previstasno necesariamente implícitas. Para que la comunicación sea efectiva se debecompartir un conjunto de supuestos que permitan determinar el contexto o el

marco de referencia socialmente vinculante; a la hipótesis según la cual para quela comunicación sea efectivamente posible, en la medida en que se comparta unconjunto de supuestos, se la conoce como la hipótesis del conocimiento mutuo.

El tercer modelo es desarrollado por Habermas parte de considerar dos tipos deacción social o interacción, una orientada por una actividad teleológica y otraorientada a entenderse. Para Habermas la autentica comunicación es aquellaorientada a entenderse y este tipo de entendimiento esta motivado racionalmentey tiene pretensiones de validez. Este modelo se nutre de los dos anteriores, dadoque del modelo del código sigue vigente una pretensión normativa según la cual,dentro de un marco de racionalidad, la manera de usar el saber es no coercitivo y

además reconoce el cálculo normativo dentro del cual se inscribe la acción.Igualmente se asume responsablemente la tesis del conocimiento mutuoproveniente del modelo inferencial, en la medida en que el dispositivo deracionalidad permite calcular bajo un perspectiva imperativa, qué es lo que el otroquiere que yo infiera.

Para el autor la consideración Habermasiana ofrece como racionalidad un atributoahistórico que en cada caso debería dar razón de la actuación humana; de otraparte Habermas no tematiza el asunto que le da sentido a toda forma desocialización e integración social, es decir, el conjunto de dispositivos de poderque entra en juego en la constitución de presuntas intersubjetividades que sedisponen sobre el entramado del mundo de la vida. Atendiendo a la anteriorresulta pertinente la consideración de Pierre Bourdieu al plantear la importancia deno olvidar que esas relaciones de comunicación por excelencia que sonintercambios lingüísticos. Son también relaciones de poder simbólico donde seactualizan las relaciones de fuerza entre los locutores y sus respectivos grupos.

Volviendo a la cuestión de la metáfora, el autor considera que no deja desorprender cómo los teóricos de la antropología y la sociología urbana desdeñanel carácter revelador de sus propias reflexiones como ocurre con Isaac Joseph,

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cuando examina el papel del lenguaje en la comprensión de las categorías sobrelas cuales se asienta el discurso microsociológico sobre el espacio público. ParaJoseph, aludiendo a la forma como lo esencial de la microsociología del espaciopúblico está en una estética de la asociación que se pone más acá de un cuerpoconceptual y una teoría descriptiva, con ocasión de lo cual las metáforas funcionan

como índice de un análisis futuro que permanece vacío, al que todavía le falta algoy al que siempre le faltará algo, como si las metáforas fueran indicaciones de unaprecariedad en el pensamiento.

Para el autor esta consideración de Joseph sobre la precariedad del pensamientono puede ser invocada sin contradicciones y sólo puede ser defendida desde unmarco representacionalista, lo cual pone en tensión la propia pasión que Josephparece tener por metáfora. De otra parte, argumentar como lo hace Josephcuando cita a Judith Schlanhger que el saber discursivo, por oposición del sabersimbólico, está condenado a utilizar metáforas por el hecho mismo de que formulasus problemas y sus resultados en el mismo lenguaje que el discurso común, es

un despropósito porque esta autora concibe que la brecha entre lenguaje ymetalenguaje es radicalmente insalvable, pero como lo ha mostrado Umberto Eco,nuestro propio lenguaje funciona como metalenguaje de sí mismo y por esta razónsu argumento es insatisfactorio.

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Molina, Jesús. “La representación política en Colombia a finales del siglo XX.Balance de una década”

Se tiene como finalidad caracterizar qué ha pasado con la representación políticaen los 90 en Colombia, interrogándose no tanto sobre su ejercicio, sino más bien

sobre su acceso y configuración, razón por la cual, la reflexión se relaciona con loacontecido a los partidos y el proceso electoral. Los planteamientos propuestos notienen como finalidad presentar conclusiones finales, sino que constituyen unfragmento de una investigación de largo aliento en la cual se revisa la democraciaen Colombia en los 90, en su relación con la construcción de lo público.

El concepto de representación política tiene que ver con el accionar de unindividuo que soportado en unos planteamientos, es elevado e investido deautoridad por el pueblo para que postule, discuta, rechace o apruebe horizontessocialmente vinculantes; este accionar gira alrededor de dos situacionesexcluyentes entre sí: de un lado la responsabilidad de construir horizontes

comunes para la sociedad y, de otro, le defensa de intereses y opiniones políticasde sus representados.

En el modelo liberal clásico de la democracia, la representación se estructura endos arreglos básicos: los partidos y movimientos políticos y los espaciosinstitucionales de representación política como los parlamentos. Los primerosparten, a parte de encargarse de la construcción de la voluntad política, en el senode la sociedad, también se constituyen en el puente por excelencia entre ésta y elestado. En el segundo caso se constituyen en los arreglos institucionales mediantelos cuales la ciudadanía en su conjunto tiene la posibilidad de incidir en laorientación del poder político mediante representantes convertidos en autoridades

públicas investidas de capacidad para tomar decisiones colectivas con caráctervinculante desde el seno del estado.

Dado lo anterior, el espacio político de representación se constituye en el vínculomás fuerte de conexión entre estado y ciudadanía dado que mediante el mismologra el poder político de estado ser puesto en control y uso de la sociedad. Entérminos de la esfera pública política, entendida esta como espacio de mediacióninstitucionalizado entre la sociedad y el estado, por intermedio de larepresentación política la sociedad accede, no solo a llevar sus interes yexpectativas al seno de la estructura estatal, sino más importante, a través de ellalogra disponer de poder coactivo, simbólico y material institucionalizado delestado. La representación política es espacio de producción de actores, asuntos,procesos e identidades políticas con incidencia y efectos colectivos.

En Colombia, resultado del arreglo político realizado a finales de la década de los50 del siglo XX, denominado Frente Nacional, y de una larga tradición debipartidismo que se remonta al siglo XIX; el plano político hasta los 80, esdominado por los partidos políticos liberal y conservador en el doble plano derepresentación ya mencionado. Sin embargo, fracturas a su interior entran a

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suceder el arreglo paritario en la alternancia en el poder de gobierno y el repartoburocrático entre partidos.

Ante la ausencia de competencia y lucha política que trae consigo las dinámicasseñaladas, se presenta, al interior de los partidos, una desideologización y

aumento de competencia entre facciones que conduce a la ausencia de unidad ydisciplina. Lo anterior se ve fortalecido por el arreglo institucional de la elecciónpopular de alcaldes municipales, generado a finales de los 80, el cual trae consigoun debilitamiento del control que desde las cúpulas partidistas se imprimía sobresus integrantes y seguidores, por abrir un espectro local de oportunidades políticassobre el cual las grandes jefaturas, coincidentes o íntimamente conectados conlas máximas autoridades del ejecutivo, no podían en última instancia decidir, porno depender ya su nombramiento de la cabeza nacional del ejecutivo.

En la década de los noventa la fragmentación de los partidos se ve intensificadallevando a una fragmentación y personalismo; por esta vía los partidos se

estructuran como redes de alianzas entre múltiples empresas electoralesefímeras, integradas por grupos políticos de alcance regional interesados enproveer candidaturas y mantenerse en el poder sin un programa e ideario políticoque los articule y oriente, encontrando su motivo de convergencia como partido enel ritual electoral, tanto para cumplir los requisitos legales exigidos para participaren las elecciones como para lograr el apoyo y la movilización electoral de ciertossectores políticos y ciudadanos aún adscritos ideológicamente al color del partido.

Dadas las características que se han planteado sobre los partidos, su escasaunidad y orientación conjunta, así como su composición coyuntural, se podríaafirma que no se trata tanto de un dominio de éstos en el escenario electoral, sino

más bien se trata de una forma de hacer política; de unas prácticas e imaginariosque ven en los mecanismos formales y en las adscripciones partidistastradicionales un camino expedito y fácil para lograr sus aspiraciones.

La fragmentación no solamente se da al interior de los partidos sino que seconstituye en una de las características del sistema de partidos en Colombia; elalto número de partidos, obedece, no solo a una apertura política lograda por losbajos requerimientos impuestos por la constitución de 1991 para conformarlos,sino también en la oportunidad abierta para que facciones de los partidostradicional se constituyan movimientos, con lo cual ganan autonomía frente a sustroncos y procedencias.

Aunque desde la perspectiva democrática puede leerse este número de partidoscomo signo positivo frente al histórico cierre en manos de dos partidos, se derivade ello la antirepresentación y la subrepresentación como fenómenos significativosde la representación política. Debido a la fragmentación y los efectos de lasmicroempresas electorales representadas en la gran cantidad de listas de losmúltiples partidos durante la década de los noventa, los votos de los ciudadanosse dispersas en tantas propuestas políticas que buen número de ellas terminanpor no alcanzar la votación mínima requerida para convertir sus aspirantes en

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mandatarios públicos. De otra parte la subrepresentación esta dada porque muypocos candidatos que finalmente son elegidos a los cuerpos colegiados, en losdistintos niveles, lo realizaron conforme a una representatividad electoralsignificativa. Si bien en los 90 se instaura institucionalmente el mecanismo delcociente electoral, según el cual un aspirante a un cuerpo colegiado es elegido si

obtiene un número de votos superior al total de la votación dividido por el númerode curules a proveer, la elección por este mecanismo escasamente llega alograrse; dado lo anterior la elección se da de forma mayoritaria por residuoelectoral, lo que conlleva votaciones mucho menores por debajo del cociente; enconsecuencia, la estrategia de los partidos es apostarle al residuo antes que alcociente como forma de salir elegidos, optando para ello en presentar grannúmero de listas. Dado lo anterior, habría que pensar el sistema políticodemocrático en una tensión entre apertura política a la representación ydebilitamiento de la misma.

En los 90, las terceras fuerzas evidencian una mayor pujanza en el nivel local con

la institucionalización de la elección popular de alcaldes, dinámica irregular, ya queal inicio de la década, en las terceras elecciones populares de alcaldes, éstaspresentan crecimiento, sin embargo, en las restantes elecciones del períododecaen; con todo, la elección popular de alcaldes, para los 90 se constituye enuno de los arreglos centrales para la apertura y acceso a la representación políticade las terceras fuerzas en el sistema político. De todas formas, las tercerasfuerzas, ponen de presente la terminación del monopolio de la representación delos partidos políticos tradicionales, de otra parte, su potencial democrático en larepresentación está aún por conocerse, por converger tendencias y propuestaspolíticas de todo tipo.

Si bien en la representación política se presentan problemas como los yaabordados, uno que no se puede pasar por alto es la no representación quepresenta el sistema político colombiano; en la década de los noventa el promediode abstención es superior al 50%, fenómeno que ha estado acompañado de otroshechos no menos centrales como la tecnopolítica y la corrupción. En el primercaso se atestigua una política hecha de tecnologías comunicativas y de ingenieríasocial cuyo propósito consiste en construir una imagen y un discurso que interpelelos electores en sus emociones antes que en sus razones. De otra parte, aunquela constitución política buscara generar exigencias orientadas a eliminar mediantemecanismos como el tarjetón, la ingeniería y el mercado del fraude es grande,promoviendo prácticas de todo tipo como el carrusel, la compra de jurados y devotos, y la modificación de actas y registros electrónicos.

Finalmente, la década conduce a un repliegue y coacción de los de losinvolucrados en la representación política, toda vez que las acciones deintimidación y violencia directa contra candidatos y electores llevan a unos y aotros a ser eliminados del escenario político o a ser5 desplazados por opcionespolíticas de tipo coactivo armado.

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López de la Roche, Fabio. “Reflexiones y propuestas para la definición depolíticas de interes público en la comunicación masiva en Colombia”.

Se tiene como finalidad presentar factores que están incidiendo en el crecimientodel interés académico y ciudadano en Colombia y América Latina, por los temas

de la comunicación social y el periodismo. De otra parte, se recogen algunaspropuestas formuladas desde la tradición teórica de evaluación de la acción socialde los medios, de Denis Mc Quail, para presentar procedimientos dedeterminación del interes público en la comunicación mediática y en las políticasde comunicación. En un tercer momento se plantea los deberes y posibilidades delsector privado en la construcción de lo público desde la comunicación masiva;igualmente se intenta mostrar las dificultades para construir un sentidodemocrático de lo público desde las políticas de comunicación y los medios, parfinalmente proponer algunos valores comunicacionales y algunas posibles líneasde acción política que podrían contribuir al fortalecimiento y expansión del interéspúblico en la comunicación masiva.

Múltiples factores inciden en el interés ampliado al que se asiste en el mundo y enel país sobre las temáticas de la comunicación de masas. Entre otros, además deldato duro de la telemática, de la cultura digital y de las redes de información ycomunicación contemporánea, se podría mencionar la socialización de los niños ylos adolescentes, el desplazamiento relativo de familia y escuela por los medios enlos procesos de socialización, y el desdibujamiento de las funciones históricas delintelectual en la época moderna afectada notoriamente por la presencia dominantede las imágenes, discursos, estilos de vida y ofertas valorativas de los medios,proceso que ha implicado un cierto desplazamiento en favor de los llamadosintelectuales mediáticos.

Un segundo factor se relaciona con la manera como una fuerte centralidad de losmedios de comunicación esta afectando la dinámica política; los recursos de laingeniería electoral, la ingeniería política mediática, la producción de candidaturasa través de la visibilidad de los medios, está desestimulando las dinámicastradicionales de reunión y organización internas de los partidos y el desarrollo deprácticas organizativas en donde se configuren plataformas programáticas a nivelsectorial.

De otra parte es necesario llamar la atención sobre cómo este renovadoprotagonismo de los medios de comunicación y del periodismo en la vida social,está teniendo impacto en la investigación académica. En los últimos veinte añosse ha asistido en Colombia a la consolidación del campo de la comunicaciónsocial, consolidación que es problemática, compleja, desigual en sus ritmos y ensus logros investigativos, en sus cubrimientos temáticos y en el abordaje dedistintos medios de comunicación, con estancamientos y redundancias temáticas,pero que de todas maneras evidencian la configuración de un pensamientocomunicológico propio. Paralelamente con el despliegue de un campo sobre lainvestigación sobre comunicación ha venido surgiendo recientemente laconstitución, de un subcampo relacionado con investigación académica del

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periodismo, sus funciones, su papel en la vida social, su historia, sus procesosidentitarios en tanto grupo ocupacional.

El diálogo con el periodismo le está planteando a la academia un nuevo filón detrabajo. La academia necesita tomarse en serio al periodismo como campo de la

actividad social y como tema de debate público. Pero también como un tipoparticular de producción de conocimiento social. El periodismo produce un saberdistinto del académico, con unos ritmos distintos de aquellos que caracterizan laproducción de conocimiento de la academia. En este sentido Teun Van Dijk hasubrayado el, papel que los medios de comunicación juegan en la distribución decogniciones sociales a nivel de distintos grupos y clases de las sociedadescontemporáneas. En la perspectiva de pensar la democracia en la vida pública,pero también en los contextos localizados de la actividad laboral, se ha empezadoa debatir e indagar por los estilos de trabajo de las redacciones de los medios,quién decide que va en la selección final de un informe de prensa o una notatelevisiva, esa labor de gatekeeping, de selección, de discusión y definición de la

agenda mediática en tanto insumo clave para la agenda pública. A pesar de queésta última no sea agota con la agenda mediática, es claro que la agendamediática propuesta por el periodismo constituye un insumo clave para ladefinición de la agenda pública del debate ciudadano en cualquier sociedad.

Los teóricos políticos han cuestionado la idea de la existencia del bien común, delinteres público o del interes común, como nociones efectivamente compartidas porel conjunto de la sociedad. Es diferente la percepción que cada uno de los grupossociales que intervienen en el proceso comunicativo tienen del bien común; losanunciantes, los dueños de los programas, los conductores de medios, losreporteros, los miembros de las audiencias, los investigadores de la comunicación,

probablemente encuentren notorias discrepancias a la hora de determinarlo. Estopara no hablar de las diferencias de percepción del interes general ancladas en lasdistancias de clase, estrato social, de etnia, genero, generaciones o estéticosociales.

Dennis Mc Quail ha planteado la cuestión de los distintos criterios y parámetrosque se tienen a la hora de medir el interes público en las políticas de comunicacióno en la acción social de los medios masivos. Desde su perspectiva habría tresformas de determinarlo: Primero, basado en el criterio de preponderancia o de lapreferencia de la mayoría; la fortaleza radica en los métodos de medición, y sudebilidad radica en la incapacidad de discriminar sobre asuntos sustantivosasociados a las distintas alternativas de política comunicativa. Segundo,denominada teoría unitaria, parte para su evaluación del criterio decorrespondencia de la práctica de los medios con alguna noción del bien último alque toda sociedad, en principio, debe aspirar; la propiedad total sobre los medios,un ideal educativo de los medios masivos, formulado desde las preferencias de lasversiones letradas, entre otros. Tercero, una versión que toma la propuesta deHelp quien propone pensarlo recurriendo a la noción de reivindicaciones rivales:las reivindicaciones que apelan al interes público son afirmaciones normativas en

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el sentido de algo que es justificable en razón de los beneficios mayores dentro delos términos de cierto sistema político y marco normativo.

Retomando la noción de preferencias de Mitnick, el profesor Mc Quail parte de lasuposición que los reclamos de interes público deben ser realizados por

reclamantes identificados o agentes de preferencias en su propio nombre o ennombre de una entidad colectiva por encima de anhelos, satisfacciones oconveniencias individuales. Los reclamos de interes público se pueden encontraren las regulaciones de organismos estatales de control sobre la prensa, la radio yla televisión, en los códigos éticos, manuales de estilo u otro tipo de documentosregulatorios producidos por los medios, entre otros.

Por otro lado, es necesario considerar la forma como la construcción de lo públicoes un asunto que también incumbe al sistema privado de los medios, que noobstante su propiedad privada, juegan funciones públicas fundamentales lascuales implican responsabilidades y deberes. La construcción de lo público y por

ende la categoría Kantiana de publicidad no puede concebirse al margen delsistema privado de los medios; la esfera pública comunicativa contemporánea,aquello que algunos denominan el ágora electrónica, en épocas de fuertedesregulación de los sistemas de medios como el actual, no puede imaginarse sinasumir concienzudamente lo público que se juega en lo privado. Cuando se hacereferencia a ver el sector privado de los medios como un lugar importante para eldiseño y el desarrollo de las políticas vinculadas a la promoción del interes público,se hace desde una mirada políticamente optimista sobre los procesos de campoque tiene lugar al interior de las empresas periodísticas y con una valoración delas posibilidades que pueden ubicarse desde aquellos sectores del periodismo y lacomunicación social que laboran desde parámetros de profesionalismo y

compromiso con los deberes democráticos del oficio.Igualmente, y atendiendo a otras lógicas, se hace necesario la construcción de unmodelo propio de regulación social y de autorregulación de los medios, para elcaso colombiano, que se apoye en el conocimiento de experiencias foráneas de laconstrucción de lo público en las políticas de comunicación, pero que secorrespondan, al mismo tiempo, con nuestra historia y con ciertas característicasde la cultura política colombiana y del desarrollo histórico particular de nuestrosistema de medios. Articulada a esta dinámica resulta igualmente relevanteseñalar los inconvenientes relacionados con la participación de la ciudadanía enlos organismos reguladores de medios; para el caso colombiano se hanpresentado dificultades en los enfoques de representación comunitaria y en losprocedimientos para la elección de sus representantes, así como en la posibilidadde rendir cuentas, e igualmente problemas relacionados con el manejo clientelar ypatrimonialista de los canales de interes público.

Finalmente el autor algunos valores comunicacionales para el caso colombiano,así como la sugerencia de posibles líneas de política pública desde losorganismos de regulación de medios, el periodismo y la academia.

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Wills, Maria Emma. “Democracia, públicos oficiales y contrapúblicos”

Se tiene como propósito presentar una síntesis sobre las diversas modalidadesque ha adquirido la acción colectiva de los contrapúblicos frente a las promesasincumplidas de la democracia moderna y ofrecer sugerencias sobre como retar los

límites de la democracia actual pero no desechando sino profundizando la mismademocracia.

Es necesario revelar que los llamados a la libertad, la igualdad y la fraternidad quefundamentaron las primeras democracias modernas fueron apropiados por unavisión recortada del potencial emancipador que ellas albergaban. La igualdad seentendió en el contexto de finales del siglo XVIII y principios del XIX no tanto comoigualdad de oportunidades, igualdad económica o igualdad entre iguales, sino quese fundamento en una comprensión de la igualdad como homogeneidad: parapertenecer a la comunidad política era necesario ser idéntico a aquellas personasconsideradas buenas ciudadanas; en otras palabras, los iguales hacían parte de

una cultura burguesa en vías de consolidarse como dominante.De esta manera las revoluciones democráticas se dan en un contexto históricoque a la vez que abre posibilidades y genera utopías emancipadoras, las vacerrando a medida que los procesos se van institucionalizando bajo el caráctercada vez más eminentemente burgués.

De otra parte, la libertad tampoco logró desplegar todo su potencial emancipador;la razón tiene que ver con la manera como se tradujo en el terreno de losderechos esa libertad: se consideró que la libertad era el ejercicio de escogencia arealizarse exclusivamente en el terreno político y civil, que no exigía para su

realización unas condiciones mínimas materiales; en otras palabras, la libertad seentendió como libertad para disentir en los terrenos religioso, político y civil. Dadolo anterior, la desigualdad social y económica se desarticulo del principio delibertad.

La tercera dimensión que distinguía a quienes luchaban por la democracia era elllamado a la fraternidad; en las primeras democracias la fraternidad, vale decir, elsentirse hermanado a otros en un destino político compartido, aplicó a aquellosciudadanos que pertenecían a la comunidad política, una comunidad que fueadquiriendo fronteras internas frente a poblaciones dependientes, y fronteras haciafuera frente a otras naciones. Frente a los ciudadanos y ciudadanas dependientesla fraternidad quedo en suspenso; estos fueron incorporados a la comunidadnacional desde una visión paternalista que les atribuyó una condición desubordinación, entonces, con esta interpretación surge el marginamiento y lasubordinación como un tercer problema de las democracias occidentales.

Estas tres dimensiones que constituyen la ciudadanía moderna se han idotransformando gracias a una dinámica suscitada por las contradicciones, debates,luchas, disputas entre actores sociales y políticos portadores de distintasconcepciones de ciudadanía y democracia; la apropiación recortada de estos

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eslogan generaron en quienes fueron excluidos, marginados y tratados de maneradesigual una serie de contrarespuestas que dieron lugar a la emergencia decontrapúblicos.

Las concepciones de igualdad, libertad y fraternidad oficiales cristalizaron en un

campo de circulación y debate de discursos, la esfera pública, muy vinculada a lavida urbana burguesa. Históricamente esta esfera, a pesar de pretender seruniversal y abierta, tuvo un claro sello de clase, sexual y de raza.Simultáneamente, y para hacerle contrapeso, entre los excluidos y marginados seconformaron redes de comunicación alterna por donde circularon visiones desociedad, buen gobierno y buena vida muy distintos. La constitución de estoscontrapúblicos requirió de condiciones entre las cuales se encontraba la necesidadde versen representados en discursos que ofrecieran reparación, en otraspalabras, no era suficiente con que la injusticia fuese palpable para que seresistiera colectivamente, era necesario, también, recurrir a un discurso queofreciera reparación.

El discurso, en primer lugar, ofrece una invención de un futuro mejor, loscontrapúblicos enuncian soluciones que ofrecen esperanza de un futuro viable ymejor. En segundo lugar, el discurso inventa un sujeto, en la utopía que seenuncia se construye alguien portador de esa posibilidad. En tercer lugar, eldiscurso interpreta de forma distinta los pilares de la democracia y dan contenidopropio a los principios de la libertad, la solidaridad e igualdad. De otra parte,además de discurso, se requiere la existencia de una serie de redes de circulacióncomunicativa que posibilite la narrativa utópica que aglutine distintos sectores;estas redes para mantenerse en el tiempo requieren de la intervención de rituales,emblemas, íconos que encarnen el discurso, pero también la construcción de un

capital simbólico, si se quiere, de una serie de símbolos que encarnen a lacomunidad imaginada.

Esos contrapúblicos que emergen de un discurso alterno se desenvuelven en dosgrandes momentos: el primer momento fue el discurso marxista en el siglo XIX, elcual creo una utopía posible, construyo a la clase obrera como sujeto portador dela utopía y, además, le dio una organización. Esa comunidad alterna conoce unsegundo momento de rompimiento que se puede ubicar en los años sesenta delsiglo pasado y en donde, básicamente a ese contrapúblico marxista le aparecenotros contrapúblicos: aparece el movimiento por los derechos civiles en losEstados Unidos y otros movimientos que no solamente cuestionan la desigualdaden el terreno económico, como lo venía haciendo el marxismo sino también otrasdiscriminaciones articuladas al genero y la raza.

Finalmente, la autora caracteriza algunos elementos de las nuevas izquierdas y seocupa de discutir asuntos relacionados con aspectos organizativos de estoscontrapúblicos.

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Lozano, Alejandro. “Algunos problemas sobre lo público. Los saberes, lasesferas y las relaciones, las estéticas de lo inamisible”.

El autor se propone la presentación de tres variaciones relacionadas con elfenómeno de lo público; la primera sugiere lugares relacionados con la producción

de saber sobre lo público, subrayando con ello la inexistencia de un único dominio,ámbito o campo de saber sobre el tema en cuestión. La segunda gravita en tornoa dos perspectivas de caracterización de lo público; de una parte lo visible yenunciable, de otra parte lo común. Esta demarcación conduce a una nuevaperspectiva que posibilita ubicar dos lógicas de lectura sobre el fenómeno público,que han señalado trayectorias importantes de investigación: una que lo define entérminos de esferas o ámbitos (esfera pública/esfera privada) y otra que se orientaa caracterizarlo en términos de relaciones (relaciones público privadas).Finalmente, se propone una tercera que apoyándose especialmente en lanarrativa literatura, se interroga por lo público y las estéticas de lo inamisible, entanto lo admisible como lo inamisible son acontecimientos inherentes a la

naturaleza de lo público.La primera variación presenta tres perspectivas para abordar el saber de lopúblico; la primera establece la relación entre saber de lo público y cienciassociales, la segunda entre saber de lo público y saber de estado y la tercera entresaber de lo público y saberes locales subordinados. Se considera que en lasúltimas décadas del siglo XX se viene presentando el imperativo de cambiar lapercepción de lo público, y no solamente por transformaciones que se operan enlas sociedades del nuevo siglo, sino igualmente por la necesidad de procurarnuevas formas de pensar lo público, dado que las categorías y los sistemasinterpretativos desde los cuales se viene haciendo han perdido pregnancia.

En el caso de las ciencias sociales y la filosofía la pretensión de encontrarmúltiples teorías e interpretaciones más o menos elaboradas termina siendo unatarea infructuosa, y no porque el tema no tenga interés, sino porque no existehasta el momento un programa que logre configurar un campo que aboque lasdiferentes manifestaciones y dimensiones del fenómeno. Existen dimensiones delo público que se han constituido en objeto de estudio de disciplinas, sin embargo,ninguna de ellas logran agotar el campo de manera amplia y conjunta; dado loanterior, lo público no es objeto de una única disciplina y/o ciencia y en torno a losinterrogantes que concita y a las investigaciones que delimitan su ámbito no existela pretensión de consolidar una disciplina, a pesar de lo cual campos disciplinarescomo la administración pública, la economía y el derecho logran su especificidad apartir de lo público, y en otros casos, subcampos temáticos son abordados desdeexperiencias disciplinares, interdisciplinares y transdisciplinares.

Sin embargo, el saber sobre lo público no se limita a las exploraciones denaturaleza académica provenientes de la filosofía, las disciplinas y ciencias, sinouna parte de él es producto de prácticas sociales diversas; uno de estos saberessobre lo público que requiere se considerado, por las consecuencias que de él sederivan, es el saber de estado.

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Desde el estado se generan diferentes formas de saber que definen y diferencianlo público, pero además, con ocasión de estas definiciones se establecen ámbitosde su accionar, procurando un orden que determina restricciones y posibilidades alas actuaciones de los miembros de la comunidad política. Dado lo anterior, elautor se ocupa de explicar el fenómeno, atendiendo al derecho y la administración

pública como lugares desde los cuales se produce saber de estado como saber delo público.

En consecuencia, la interacción de saberes académicos (profesionalización de laadministración) y saber del oficio de los funcionarios (saber burocrático) en el senode los aparatos organizativos estatales, han dado lugar a la producción de unsaber sobre lo público estrechamente relacionado con los propias formas ydinámicas que va adquiriendo la intervención de estado; saber que se segmenta yespecializa e impone sentidos, prácticas e imaginarios sobre el fenómeno público,mediante la articulación de lógicas orientadas a la constitución de hegemonía, laconfiguración de regimenes de visibilidad y enunciabilidad oficiales de estado, y el

uso de coacciones directas y latentes de poder estado que garantizan lo admisibley no admisible, y los referentes que definen la comunidad estado nacional como locomún.

De otra parte, y apoyándose en reflexiones de Michel Foucault, se plantea laexistencia de saberes públicos dominantes y hegemónicos, así como saberespúblicos dominados y locales que no son necesariamente de naturaleza estatal.Para dar cuenta del fenómeno se ocupa de señalar dinámicas relacionadas con laproducción de saber sobre lo público, desde un saber femenino que se procura enel marco de una ampliación de la esfera pública política en movimientos popularesen América Latina, y de otra parte, la constitución de un saber sobre lo público no

estatal, y no necesariamente relacionado con las esferas públicas políticas,articulado a la formación de reglas y prácticas de civilidad

Con ocasión de los dos casos planteados, se concluye que el saber femeninoestudiado es un saber subordinado, pero igualmente es un saber de resistenciaque opera en las luchas inherentes a los movimientos sociales populares,cumpliendo una doble función: En primer lugar, ampliando la configuración deformas de lo público político, resignificando y generando nuevas tensiones en laimbricación de saberes sobre lo público. En segundo lugar, constituyéndose enelemento relevante en la redefinición de identitarios femeninos, en el marco de lasluchas de género. De otra parte, los usos de la civilidad con sus prácticas,gramáticas, estéticas y escenificaciones, constituyen saberes sobre lo público, ylas dinámicas de su configuración, expansión, dominio y decadencia, ponen depresente, en el tiempo, las relaciones, tensiones e imbricaciones de saberespúblicos subalternos y hegemónicos.

La segunda variación pone de presente una primera perspectiva desde la cual seentiende lo público como aquello que es visible o enunciable para ser consideradoen común, en tanto lo privado corresponde a lo que permanece oculto, secreto oreservado. Esta percepción del fenómeno ha subrayado, igualmente, la diferencia

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en términos de lo admisible y no admisible; a pesar de lo cual, sería necesario nopartir de una correspondencia mecánica que haría coincidir, de una parte, loadmisible con lo público y lo no admisible con lo privado. La segunda perspectivahace coincidir lo público con lo común, dado lo anterior, lo público corresponde ypasa por una gama variada de posturas e interpretaciones. Por ejemplo, desde

algunas perspectivas todo aquello que no es común alude a la esfera de loprivado; o lo común es aquello que no corresponde a lo individual. En otrastrayectorias de reflexión lo público es lo estatal, y lo privado es aquello que seencuentra por fuera de la esfera del estado; o lo común no se reduce a lo estatal,sino que igualmente seria necesario extender su sentido a fenómenos como lasociedad civil, entre otros.

En un segundo momento se plantea que la diferenciación de los fenómenospúblico privados han sido abordados desde dos lugares, de una parte estánaquellas interpretaciones orientadas a la caracterización de dos esferas, mundos oámbitos que sobre la base de una lógica dicotómica permite deslindar de manera

clara y precisa, la naturaleza, los contenidos y dinámicas contradictorias dediferenciación, oposición y determinación mutua que se producen entre lo públicoy lo privado; para el caso el autor se apoya en las interpretaciones de NorbertoBobbio. Pero de otro lado están aquellas lecturas sobre lo público, como las deArendt y Habermas, que partiendo de esferas y ámbitos, definen una nueva esferaque no se corresponde con la separación dicotómica publico/privado, propuestadesde el pensamiento liberal, y cuyo lugar es la “emergencia de lo social”, en elmarco de las transformaciones que se operaron en el capitalismo de lassociedades del bienestar.

Pero no todas las interpretaciones parten de considerar el fenómeno público en

términos de esferas, hay exploraciones que lo abordan desde las relacionespúblico privadas, atendiendo a lógicas interaccionistas y más centradas en lasprácticas cotidianas. Dado lo anterior el autor adelanta una primera exploracióncorrespondiente a un trabajo de Antoine Prost, que permite ejemplificar unaperspectiva articulada a lecturas de lo público desde ámbitos y esferas, pero quese detiene igualmente en la configuración de relaciones público privadas desdeinteracciones cotidianas y situacionales, que son contextualizadas en términos declases, estamentos y roles, entre otros. La segunda exploración se apoya en lostrabajos de Irving Goffman quien se detiene de manera más radical en microestudios del orden público, en una interpretación de la interacción público privada,en la situación y el acontecimiento que se procura en lo cotidiano.

En conclusión, este tipo de interpretaciones de lo público privado centradas en unacaracterización en términos de esferas, ámbitos y mundos, a pesar de consentirlecturas de conjunto que involucran varias dinámicas, continuidades ydiscontinuidades articuladas como un todo, tienden a generar una percepciónmolar que no permite asir la multiplicidad de sentidos y tensiones, imbricaciones ytraslapes de las interacciones público privadas inscritas en las prácticas cotidianasde los pequeños encuentros y desencuentros. Las lecturas centradas en lasinteracciones, mediaciones e interdicciones que se dan en situaciones generadas

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por la inmediatez de lo cotidiano, ponen de presente dimensiones de lasrelaciones público privadas que tienden a relativizar generalizaciones y supuestosque gozan de una amplia trayectoria, dominio y aceptación, producidas desdeinterpretaciones en las que domina la concepción en términos de esferas yámbitos.

Finalmente, la tercera variación se ocupa el problema de lo público desde dosperspectivas estéticas de lo inamisible. Apoyándose en una escatología budistadel Japón medieval caracteriza los gaquis, seres invisibles y necrófagoscondenados a alimentarse permanentemente y que alojan en sus vientre todoaquello que no debe tener lugar, todo aquello inamisible. Atendiendo a la lógicaanterior toma noveleas del escritor Checo Milan Kundera para presentar elproblema de lo inamisible desde un demiurgo cristiano, en donde la idea de losintestinos de Dios es inamisible y se presenta como una blasfemia.

Para Kundera la mierda es problema teológico más complejo que el mal por que si

Dios le dio libertad a los hombres no es responsable de los crímenes humanos,pero el único responsable de la mierda es aquel que creó al hombre. El autorCheco encuentra que en el trasfondo de toda fe esta el primer capítulo delgénesis, del cual se deduce que el mundo se creo correctamente; a esta fe ladenomina Kundera acuerdo categórico con el ser y de él se desprende un idealestético denominado Kitsch. Este ideal es la negación absoluta de la mierda yelimina de su punto de vista todo aquello que en la existencia humana esesencialmente inaceptable.

El autor plantea que en una de las obras de Kundera, un personaje mantiene unaregión específica y despótica que el escritor Checo denomina memoria poética;

esta memoria esta relacionada con un memorial poético lírico, en donde surge unsentimiento absoluto de hacer totalmente parte del otro, de permanecerconstantemente en la unidad, de entregarse total y definitivamente a un amorabsoluto, a una poesía que disuelve lo sucio y extraño para hacerlo puro yhermoso. La rebelión romántica es el dominio de un memorial poético lírico, lugardel kitsch en el que reina la oscuridad de unos parpados caídos y los cuerposeternamente en reposo son cubiertos por la encantadora cúpula de una miradaúnica y total, extasiada por los siglos sin tiempo.

Desde la perspectiva del autor el gran amor de una rebelión romántica solo tieneojos paradisíacos para cuerpos paradisíacos; la mirada paradisíaca es aquella queve el mundo sin mayor detalle y no sabe de la existencia de un mundo cruel endonde los cuerpos se dividen en feos y hermosos. Hay quienes tuvieron ojos,miraron y los perdieron por la propia mano; Edipo, incapaz de soportar la visión delo que había causado con su desconocimiento, se perforo los ojos y marcho deTebas, sin embargo, una mirada paradisíaca no es aquella de quienes no tienenojos, sino la mirada de quienes teniendo ojos no soportan la visión de un mundoen donde los cuerpos se esconden tras las hojas de parra, y despavoridosmarchan a los dominios de un memorial poético lírico, negándose ver aquello queles resulta inaceptable.

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A pesar de la huida a los armoniosos mundos de la ensoñación paradisíaca, lamemoria lírica tiene que enfrentarse a lo inaceptable, y lo hace mediante la granmarcha, que es la hermosa senda de quienes tomados de la mano con solidario ytierno sentimiento buscan construir un mundo feliz en donde no existan lashendijas de lo inaceptable, mediante actos de limpieza, depuración y pulcritud que

esfuman y borran lo inaceptable, justificando su proceder con la sublime imagende actos heroicos con los cuales la gran marcha acicala su rostro. El autorconcluye que la ensoñación paradisíaca no es la antitesis de lo inaceptable, sinoque esta urde sus pequeños mundos de felicidad eterna con los mugrosos hilos delo inaceptable.