Hacer Rascacielos Elimina El Concepto de Comunidad

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'Hacer rascacielos elimina el concepto de comunidad', expertos

Sigue polmica por decreto que permite construcciones en altura en la ciudad.

Por: Yolanda Gmez T.|

11:25 p.m. | 20 de junio de 2015

Foto: Abel Crdenas / EL TIEMPO

En el norte, se ha vuelto una escena comn el derribo de edificios de baja altura. Foto: obra en la carrera 11 con 79.

Est condenada Bogot a ver la muerte definitiva de barrios en torno a los cuales se ha construido comunidad y tejido social, en aras de poblar su territorio de torres de edificios hasta el cielo?

La pregunta ha comenzado a rondar entre expertos y ciudadanos del comn a raz del decreto 562 del 2014, mediante el cual el alcalde Gustavo Pedro autoriz la libertad de altura para densificar lo que l ha llamado el centro ampliado.

Esa zona, que va de la avenida Primero de Mayo, en el sur, a la calle 127, en el norte, y entre los cerros orientales y la avenida Boyac, en el occidente, fue declarada por el decreto como de renovacin urbana, en la modalidad de reactivacin. En trminos sencillos, implica la autorizacin de tumbar (demoler) y volver a construir. Y pueden construir rascacielos en los que la altura prcticamente la determina el bolsillo del interesado.

En materia de ciudad hay que planificar bien y hacer gestin, advierte dgar Catao Snchez, coordinador Nacional de Programas ONU Hbitat en Colombia, que seala a lo urbano como el escenario en el que el pas debe poner sus apuestas para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, mucho ms de cara a un posible posconflicto.

Los expertos, por su parte, se preguntan si planear bien en el caso de Bogot significa abrir la puerta para que desaparezcan los barrios tradicionales, como en su concepto hace el decreto 562. Y lo preguntan porque, si bien hay zonas deterioradas del centro de la ciudad que claman a gritos ser demolidas y vueltas a construir, la norma permite construir edificios de altura libre en barrios consolidados con vivienda de dos y tres pisos, en los que el concepto de comunidad es visible y ha permitido construir tejido social.

Santa Isabel, Ciudad Montes, San Rafael y Ciudad Jardn, en el sur; Santa Brbara, Santa Ana y La Alambra, en el norte, son solo algunos ejemplos de este tipo de barrios incluidos en el decreto que ahora enfrentan el asedio de constructores que esperan convertir sus casas en nuevos rascacielos de la ciudad. O peor an, que ha abierto el apetito de algunos vecinos que creen que entregar su propiedad a desarrollos urbansticos les generar ganancias insospechadas.

Este diario le ha solicitado informacin a los curadores urbanos para saber cuntas licencias estn en trmite desde la expedicin del decreto hace seis meses, pero ha habido respuesta.

En los barrios ya hay alerta. En Santa Isabel, que hace dos aos, cuando se expidi el hoy suspendido Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de Petro enfrentaron el acoso de compradores de sus casas, invadieron las ventanas con avisos de esta casa no se vende, que ahora piensan reactivar ante el nuevo decreto. Tuvimos que hacerlo para defender el barrio, dice Luis Augusto Pedraza, que vive en la zona hace veinte aos.

Este es un tpico barrio familiar, con su parque, sus rboles, sus zonas verdes, es una comunidad tranquila, no queremos que se dae con edificios, dice una vecina que reside en la zona de Ciudad Montes, donde los lazos vecinales son tan fuertes que la celebracin de la Navidad es un asunto del barrio que se organiza y celebra en comunidad.

Y no es que todos los residentes de estos y otros barrios le huyan a la edificacin en altura.En Ciudad Montes, por ejemplo, algunos propietarios decidieron convertir sus casas de dos pisos en edificios de cuatro y cinco niveles. Y aprovecharon la norma para tumbar y volver a construir, sin ningn control.

En respuesta al discurso de la administracin, que insiste en la necesidad de densificar el centro ampliado (ms habitantes por kilmetro cuadrado), el urbanista Mario Noriega advierte que densidad no es sinnimo de rascacielos, mientras Eduardo Behrentz, experto en temas ambientales de la Universidad de los Andes, agrega que una ciudad densa no necesariamente es bien planeada.

Noriega defiende el papel que ha cumplido el barrio para configurar la ciudad, no solo en Bogot, sino en Colombia y el mundo. Cuando se elimina el concepto de barrio, y se reemplaza por edificio, donde lo que importa no es la calle, ni el parque, ni los servicios, sino el ascensor, el portero y el celador, empieza a perderse el concepto de comunidad, dice.

Y la comunidad se construye en el espacio pblico, que debe ser el eje sobre el cual deben planificarse las ciudades de ahora y del futuro, como lo asegur en la reciente cumbre mundial de ciudades de Medelln el director ejecutivo de ONU Hbitat, Joan Clos. Qu tan cerca va a estar ese espacio pblico de los nuevos rascacielos si los constructores pueden pagarlo en dinero?

Behrentz advierte que Bogot debe pensar en casos como el de Barcelona, donde el espacio pblico no se mide en metro cuadrado por habitante, sino por la distancia a la que estn las personas de los parques, zonas verdes y espacios comunales.

Los expertos coinciden en la necesidad de una triloga: infraestructura, gente y economa. Y eso al final implica comunidad. Cuando se proyectan megaproyectos, rascacielos o cualquier otro tipo de propiedad horizontal, es indispensable que desde el comienzo se piense cmo ser el tema de la comunidad y la convivencia que tendrn, incluso, con el entorno.

Hugo Acero, exsecretario de Convivencia y Seguridad de Bogot y consultor en el tema, dice que las constructoras estn obligadas a pensar si sus conjuntos se prestarn o no para la venta de droga, si se necesita que tengan casas de justicia, mxime cuando, la ciudad est en mora de enfrentar el problema de la convivencia en la propiedad horizontal, como advierte el concejal Juan Carlos Flrez.

Los crticos cuestionan que el decreto permita a los constructores y desarrolladores compensar obligaciones de construir estacionamientos, vivienda de inters prioritario y espacio pblico en dinero, y que en cambio no incluya obligaciones para garantizar que los edificios estarn acompaados de nuevos espacios para crear comunidad: parques, mejores vas para soportar las nuevas cargas de carros y otros escenarios.

Los expertos advierten que no se oponen a densificar, ni buscan satanizar los edificios. De hecho, en Bogot, el 52 por ciento de la vivienda es de propiedad horizontal. Pero hacen preguntas que por ahora no tienen respuesta: qu tan alto necesita Bogot crecer?, hay estudios que certifiquen esa necesidad? y se debe pagar el costo de acabar con los barrios y de paso con el concepto de comunidad?

Yolanda Gmez T.Editora EL TIEMPO