• Había una vez un niño que se llamaba Pablo. Tenía 14 años, y era muy listo.

• Su pelo era castaño oscuro, a juego con sus bonitos ojos verdes.

• Pablo tenía un perro llamado Max. Él era un pastor alemán, inteligente y obediente.

• Pablo y Max se llevaban muy bien. Max no se alejaba nunca de Pablo y le seguía a todas partes.

• A Pablo y Max les gustaba pasear y tomar el aire fresco de la mañana.

• Un día ,cuando Pablo paseaba a Max, vio a un tipo de negro entre los arbustos.

• De repente Pablo desa-pareció misteriosa-mente.

• Su perro Max se quedó extrañado al no ver a Pablo. Pero como Max era muy inteligente , intentó olfatearle, y así lo hizo.

• Consiguió dar con su rastro. Solo le faltaba seguir su olor.

En cinco minutos llegó donde estaba retenido, en una caseta en medio del bosque. Intentó entrar en la casa pero no podía porque estaba cerrada. Max intentó entrar por la ventana pero era imposible entrar por ningún sitio.

Miró a su alrededor , pero no vio ninguna posibilidad de entrar. Dio varias vueltas alrededor de la caseta , entonces vio una entrada. Era un pasadizo secreto, solo con hacer un poco de fuerza se vendría abajo. Empujó la puerta y entró.

Ya dentro vio a Pablo atado en una silla. Max rompió la cuerda de un mordisco. Los dos salieron por la puerta y de pronto, salió el hombre vestido de negro.

Pablo se asustó pero su perro Max no, al contrario. Max sin pensarlo dos veces, se abalanzó sobre él y le dio un mordisco.

En ese momento Pablo y Max se fueron corriendo lo más rápido que podían sus piernas, en dirección a su casa.Por suerte él no les atrapó y pudieron llegar a su casa.

Cuando entró fue directo al teléfono, para llamar a la policía.

Le contó a la policía todo lo que había ocurrido, y les dijeron que en cinco minutos estarían allí.

Después de cinco minutos vinieron. El ladrón intentó escapar pero los policías fueron más listos, le rodearon y lo atraparon.

El ladrón fue a la cárcel y Pablo y Max siguieron su vida.