GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER EN SORIAGAB · Varias fueron las visitas de Gustavo Adolfo a esta...

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el noreste de Soria GAB GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER EN SORIA Diputación de Soria

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el noreste de Soria

GABGUSTAVO ADOLFO

BÉCQUER EN SORIA

Diputaciónde Soria

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El traje característico del labriego comienza a parecer un disfraz fueradel rincón de su provincia... y los antiguos usos caen en el olvido, latradición se rompe y todo lo que no es nuevo se menosprecia.

«Desde mi celda». GAB.

© de esta edición (2008): PROYNERSOrealiza: MADfuentes: centro de interpretación «GAB, poesía para un cuadro». Noviercas

Montserrar García Jiménez© textos: Alberto Luque Cortina© fotografías (excepto las que se citan de forma expresa): MADdepósito legal (colección): SO-132/2.009

Gustavo yValeriano

Bécquer

Valeriano (1833-1870) fue un excelente dibujante y pintorcostumbrista cuyas obras poseen no sólo valor artístico,sino también etnográfico. Durante varios años recorrió laprovincia de Soria retratando escenas y tipos de la zona.Sus obras pueden verse en el Museo del Prado y en elMuseo Romántico, entre otros. En el monasterio deVeruela se exhibe una interesante selección de dibujos yacuarelas de una calidad extraordinaria.

«El baile» describe una fiesta en las eras de Noviercas con el Moncayocomo fondo; los personajes muestran los trajes típicos de la zona.Valeriano lo entregó al Museo Nacional de pintura el 23 de febrero de1867. Actualmente se encuentra en el Museo del Prado.

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los hermanos BécquerGustavo, que nace en Sevilla en 1836, se traslada a Madrid en 1854

para mejorar su precaria situación. A finales de 1861 trabaja en unperiódico conservador, se acaba de casar con Casta y su hermano

Valeriano llega de Sevilla para instalarse en la capital. Desde entonceslos destinos de ambos hermanos quedarían unidos.

Gracias a su trabajo en «El Contemporáneo», del que es nombrado direc-tor en noviembre de 1864, consigue cierta estabilidad económica bajo laprotección de González Bravo, ministro de la Gobernación. Los hermanos

Bécquer alternan su estancia en Madrid con temporadas en Soria.

Con el destronamiento de Isabel II y el exilio de la corte y de GonzálezBravo, se trasladan a Toledo en 1868. En 1870 regresan a Madrid con

nuevos proyectos artísticos que se ven truncados con la muerte, por cau-sas desconocidas, de Valeriano. Sumido en un profundo dolor, la frágil

salud de Gustavo no resiste el golpe, muriendo el 23 de diciembre, tresmeses después que su hermano. Ese día hubo eclipse total en Sevilla.

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En 1860 Bécquer comenzó atrabajar, por mediación deRodríguez Correa, en «ElContemporáneo». Gustavopermanecerá en este periódi-co durante seis años, publi-cando en éste y otros mediosbuen número de artículos,leyendas, zarzuelas y algunasrimas. También conocerá a suamigo Augusto Ferrán. Un añodespués se casó con Casta Esteban, una mujer ajena a los ambientes literariosy artísticos. A finales de 1861 su hermano Valeriano, separado de su mujer,llegó de Sevilla con sus dos hijos para instalarse en Madrid. Son años de relati-va tranquilidad para Bécquer, si bien sobresaltados por su frágil salud, alternan-do su vida en Madrid con estancias en Soria, Noviercas, Veruela y otros pue-blos de la zona. En 1868 descubrió que su mujer le era infiel, separándose deella y llevándose a sus dos hijos. Poco después, con la revolución liberal, «laGloriosa», los hermanos Bécquer abandonaron Madrid, instalándose en Toledo.

Sevilla-Madrid-ToledoSevillaSevilla es la ciudad natal del poeta; allí segestó su espíritu artístico, abandonándola alos 18 años en pos de gloria y fortuna en elmundo de las letras. Aunque sólo regresaríaen muy contadas ocasiones, su recuerdo y suluz se mantuvieron siempre en su memoria.

MadridMadrid es la ciudad de la ilusión y el desencanto.Pronto las esperanzas poéticas de Bécquer se desva-necieron ante la necesidad de ganarse la vida.Traductor, cronista social, escritor de libretos de zar-zuela, periodista... cualquier medio era bueno parasubsistir en aquel Madrid de camarillas, tan inestablecomo la salud y fortuna del poeta. Bécquer murió enMadrid sumido en la pobreza y el abatimiento.

ToledoLas visitas de Gustavo a Toledo debieronser numerosas, no sólo a raíz de su proyec-to «Historia de los Templos de España»(1856), sino por la devoción que sentíahacia esa ciudad monumental y misteriosa.

Gustavo, el quinto de ocho hermanos,nació en Sevilla el 17 de febrero de1836. La infancia y juventud del poetaquedó marcada por la prematuramuerte de sus padres. Acogido poralgunos familiares, las estrecheceseconómicas y quizás una cierta des-preocupación motivaron que Gustavono progresara en sus estudios.

Sin embargo, el ambiente artístico ycultural que rodeaba a su familia —sutío segundo, Joaquín DomínguezBécquer, fue un renombrado pintorsevillano— influyó decisivamente ensu carácter. Lector compulsivo y deespíritu libre, su formación fue básica-mente autodidacta, cultivando bajo laprotección de su madrina y de su tíoJoaquín la literatura y la pintura, sien-do la poesía el centro de su interés.

Su espíritu inquieto le indujo a trasla-darse a Madrid para probar fortuna enel mundo de las letras. En octubre de1854, Gustavo dejó su ciudad natalcon setenta y cinco duros que le habíadado su tío Joaquín. Tenía entonces 18años, le quedaban tan sólo 16 de vida.

Sevilla, con su Giralda de encajes, que copia temblando el Guadalquivir...apareció como por encanto a mis ojos... y torné con mi espíritu a vivir en laciudad donde he nacido, y de la que tan viva guardaré siempre la memoria.

Crítica literaria a «La Soledad»

© Real Academia Española de la Lengua

Gustavo y Valeriano (derecha) dibujadospor su padre, José Bécquer, un conocidopintor costumbrista que murió con 36años, cuando Gustavo contaba apenas 4.Siete años más tarde falleció su madreJoaquina, quedando los hermanosBécquer en una precaria situación econó-mica y en el más absoluto desvalimiento.

En Sevilla se localizan dos de sus más importantes leyendas,«Maese Pérez, el organista», y «La Venta de los gatos».Posiblemente su hermano Valeriano tomara como modelos paraeste cuadro a Gustavo y Casta en una de sus visitas a Sevilla.

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«Una calle de la ciudadde Toledo», grabado sobredibujo de Valeriano.

¿Cómo era el joven GAB?

Según Rafael Montesinos, era«...muy moreno y bajo (...)Gustavo era distraído, soñador,desordenado, impresionable y untanto falto de voluntad, encon-trando en el animoso Valeriano elapoyo necesario. Fumador empe-dernido, encendía un cigarrillocon la colilla del anterior...»

Grabado de M. Luque.

En 1868, tras el triunfo de la revolu-ción liberal, los hermanos Bécquer seretiraron a Toledo. Allí pasaron con sushijos un año de extraña felicidad,teniendo en cuenta las dificultadeseconómicas que arrastraron en aque-llos días. Fue entonces cuandoGustavo copió las rimas perdidas en elmanuscrito «El libro de los gorriones»;fue también en Toledo donde Gustavoconoció a Alejandra, su último amor.

En 1870 los dos hermanos volvieron aMadrid, muriendo ese mismo año.

El Tajo se retorcía gimiendoal pie del mirador, entre lasrocas sobre las que se asien-

ta la ciudad imperial...«La ajorca de oro»

Resulta irónico que la figurade GAB, que murió sumidoen la pobreza, aparecieseun siglo más tarde en losbilletes de 100 pesetas.

«Bécquer muerto»,de Palmaroli.© Museo romántico, Madrid

¡Dios mío! ¡Qué solosse quedan los muertos!

«Rima LXXIII»

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provincia de SoriaBécquer enSoriaA mediados del siglo XIX,Soria era una provincia malcomunicada y desconocidapara el gran público. Debióser entre 1859 y 1861 cuan-do Gustavo Adolfo llegópor primera vez a estas tie-rras; desde entonces y hasta1868, Soria y la zona delMoncayo fueron lugar dereposo, fuente de inspira-ción y referencia literaria ypictórica para los hermanosBécquer. Su obra debe con-siderarse como un referentedel patrimonio soriano,dentro y fuera de España.

El Burgo de Osma

Almazán

Villaciervos

Fuentetoba

En esta histórica villa, Valerianotoma modelos costumbristas. Enel cuadro «El leñador», la figuraviste la dalmática con capucha,propia del Burgo. También realizóaquí algunos dibujos y apuntes.

Durante mi estancia en los baños, ya porhacer ejercicio... ya arrastrado por lacuriosidad, todas las tardes tomaba entreaquellos vericuetos el camino que condu-ce a las ruinas de la fortaleza árabe...

«La cueva de la Mora»

Añón... sin duda el másoriginal por sus costum-bres y el más pintorescopor sus alrededores yposición topográfica.«Desde mi celda»

El balneario de Fitero, lugar de reposoy centro social, fue visitado en variasocasiones por los Bécquer, localizandoen sus alrededores las leyendas «Elmiserere» y «La cueva de la Mora».

En Almazán, topónimode origen árabe,

Valeriano realizó entreotros el dibujo «La

panadera de Almazán».

Ágreda, por su situación geográfica,ha sido tradicionalmente lugar decruce de culturas y tierra de paso

hacia Veruela y el Moncayo viniendode Soria, como así plasmó Gustavo

en su relato «Un lance pesado».

Aquí Valeriano pintó numero-sos tipos sorianos, como «Elviejo vendedor de huevos».

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Al parecer, el suegro deBécquer poseía aquí un

huerto que Gustavo visitóen más de una ocasión.Valeriano tomó modelos costumbristas de

Villaciervos. Su cuadro «La Hilandera», de 1866,está pintado en este pueblo. También realizó allí

numerosos dibujos, como el titulado «Leñadorde Pinares y pastor de Villaciervos».

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Vozmediano

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MoncayoLos hermanos Bécquer visitaron Trasmoz envarias ocasiones. De Valeriano quedan algu-nos dibujos, pero fue Gustavo quien inmorta-lizó el pueblo en tres de las cartas «Desde micelda», dedicadas al pueblo, a su castillo y alas brujas que allí celebraron sus aquelarres.

Ágreda

El derruido castillo árabede Gómara nos recuerdael pasado medieval deesta localidad que Gustavoutilizó para construir suleyenda «La Promesa».

Beratón fue el lugar elegido por GABpara localizar su leyenda«La corza blanca».

Noviercas

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Avanzando, avanzando por entre los inmensos jardinesque bordeaban la margen del río, llegó al fin al pie delas rocas sobre las que se eleva la ermita de San Saturio.

«El rayo de luna»

San Polo y el Monte de las ÁnimasEntre el monasterio de San Juan de Duero y la ermitade San Saturio se encuentra San Polo, antiguomonasterio templario del que apenas queda la iglesia.Detrás se alza el monte de las Ánimas becqueriano.

Ese monte que hoy llaman de las Ánimaspertenecía a los templarios, cuyo convento

ves allí, a la margen del río.«El monte de las Ánimas»

El río Duero antes dellegar a San Saturio.

«Les morts pour rire bizarreries».Dibujo de Gustavo Adolfo Bécquer.

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Ermita de San SaturioEsta ermita del siglo XVIIIque cuelga del roquedal

sobre las aguas del Duerofue objeto de un estudio queGustavo publicó en 1867 en

El Museo Universal.Valeriano realizó dibujos yapuntes de este enclave.

SoriaEn 1860, la ciudad de Soria tenía 5.400 almas.Varias fueron las visitas de Gustavo Adolfo a estalocalidad, donde vivía desde 1856 su tíoFrancisco. Al parecer, guardó allí buenas amista-des, seduciéndole sus costumbres y monumen-tos, destacando entre estos el Monasterio tem-plario de San Juan de Duero que, según JesúsRubio, Bécquer quiso adquirir para convertirloen museo arqueológico provincial. Valerianotomó numerosos apuntes y dibujó escenas cos-tumbristas sorianas y vistas de la ciudad.

Las calles de Soria eran entonces, y lo son todavía, estre-chas, oscuras y tortuosas. Un silencio profundo reinaba enellas, silencio que sólo interrumpían, ora el lejano ladridode un perro, ora el rumor de una puerta al cerrarse...

«El rayo de luna»

Las campanas doblan, la oración ha sonado en SanJuan de Duero, las ánimas del monte comenzaránahora a levantar sus amarillentos cráneos de entrelas malezas que cubren sus fosas...

«El monte de las Ánimas»

El monasterio de San Juan de Duero (siglo XII), que perteneció a laorden Hospitalaria, destaca por su sorprendente claustro. Apareceen leyendas como «El rayo de luna» o «El Monte de las Ánimas».

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NoviercasQuizás la primera visita deGustavo a Noviercas seremonte al verano de 1861,tras su apresurada boda conCasta Esteban. Los padres deCasta poseían una pequeñacasa en el pueblo, dondeBécquer pasó largas tempora-das en años sucesivos.

Emocionalmente, Noviercasfue un lugar contradictoriopara Gustavo. Aquí disfrutódel reposo que requería su frá-gil constitución, y aquí nacie-ron sus dos hijos —GregorioGustavo Adolfo el 9 de mayode 1862, y Jorge Luis Isidoro el17 de septiembre de 1865—,pero también es el lugar dondese produjo el penoso trance dela separación del matrimoniodurante el verano de 1868.

La casa de los padres deCasta, en Noviercas.

Partida de nacimiento de Gregorio, primer hijode Gustavo y Casta. Tiene fecha de 12 demayo de 1862 y está sellada en Noviercas. ¿Cómo pasaría Gustavo el tiempo en Noviercas?

Cortos paseos, algunas notas apresuradas tomadas al pie delcamino, siestas prolongadas, meditaciones bajo un ciruelo y eldeambular nocturno de su figura atormentada por el insomnio...éstas podrían ser las pautas de Gustavo en Noviercas, cuya frá-gil constitución podemos imaginar, solitaria, junto a la fuenteromana de Noviercas, camino de la ermita.

¿Cómo era Noviercas en tiempos de Bécquer?De acuerdo con Madoz, a mediados del siglo XIX, Noviercasera un pueblo de renta media con más de 200 casas y casimil habitantes. Los caminos que lo conectaban con laspoblaciones circundantes eran buenos, aunque no había dili-gencia diaria. El pueblo contaba con una escuela de instruc-ción primaria a cargo de un maestro. El ayuntamiento teníauna pequeña cárcel, aunque la torre podía hacer de prisiónsupletoria. El término municipal acogía tres montes pobladosde encina, roble, chaparro y otras matas. La caza principalera de conejos, liebres y perdices. La industria era agrícola yganadera, contando con seis molinos harineros y variospequeños telares.

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© Biblioteca Nacional

¿Qué sucedió en el verano de 1868?Gustavo fue muy celoso de su intimidad y resulta difícil discernir entre la

leyenda y la realidad; sólo el testimonio de la hija de Valeriano, que entoncestenía ocho años, y algunas tradiciones orales recogidas principalmente por

Heliodoro Carpintero y Gerardo Diego, nos sirven de guía.

Todo indica que la separación se produjo aquí, en Noviercas, el verano de 1868,y que el desencadenante de la separación fueron los amoríos de Casta con

Hilarión Borobia «el Rubio», presunto padre de Emilio Eusebio, nacido a finales de1868 con la ausencia de Gustavo. Según las tradiciones orales, el escándalo fuemayúsculo y los Bécquer salieron del pueblo con sus hijos a toda prisa. Muchas

son las suposiciones, pero nadie sabe a ciencia cierta qué pasó ese verano.

Grabado «Fin del drama», de Valeriano Bécquer.

El Pozo Román es el paraje que posiblemente inspiróa Gustavo en la leyenda «Los ojos verdes».

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Partida de cartas en una de las celdas que alquilabanlos hermanos Bécquer por veinticinco duros al año.

«Lady Macbeth».Valeriano hizo estedibujo en Veruela: alfondo puede verse aGustavo, Casta y suhijo Gregorio; losotros dos niños sonhijos de Valeriano.

monasterio de VeruelaLa frágil salud de Gustavo le llevó a retirarse, desde finales de 1863hasta julio de 1864 (salvo un breve intervalo por febrero o marzo),en el monasterio desamortizado de Veruela. Desde allí, en compañíade Valeriano, Casta y los hijos de ambos hermanos, escribió las car-tas «Desde mi celda» para el periódico «El Contemporáneo», siendomuy bien recibidas en los círculos literarios. A través de los textosescritos en aquellos días podemos figurarnos que Bécquer vivió enVeruela días de apacible reposo y también de angustioso desaliento.

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Cruz de Veruela, donde Bécquer solíasentarse a esperar los diarios de Madrid.Apunte realizado en agosto de 1864.

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Nada más hermosamente sombrío que este lugar. Por un extremodel camino limita la vista al monasterio, con sus arcos ojivales,

sus torres puntiagudas y sus muros almenados e imponentes; porel otro, las ruinas de una pequeña ermita se levantan al pie de

una eminencia sembrada de tomillos y romeros en flor.«Desde mi celda»

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¿...pero no son los lobos los huéspedes más temibles del Moncayo.En sus profundas simas, en sus cumbres solitarias y ásperas, en suhueco seno, viven unos espíritus diabólicos que durante las noches

bajan por sus vertientes como un enjambre...«El Gnomo»

el MoncayoEl Moncayo es una presencia latente en la obrasoriana y aragonesa de Bécquer, siendo el escenario,entre otras, de la famosa leyenda «El Gnomo».

«Fiesta Mayor en Moncayo, víspera delSanto Patrón». Valeriano Bécquer.

© Museo del Prado, Madrid

Frontera natural durante la Edad Media entre los reinos de Castillay Aragón, el macizo del Moncayo delimita ahora las provincias deSoria y Zaragoza. La cima del Moncayo (2.316 metros) es la másalta del Sistema Ibérico. Esta mole acoge en la proximidad de susfaldas numerosos pueblos que aún conservan en sus castillos yfortificaciones la huella histórica de su importancia fronteriza.El Moncayo posee un enorme interés bioclimático. En su cumbrepueden verse los restos de antiguos glaciares; además, su alturaacoge de modo gradual numerosas especies vegetales —desde laencina o el roble, hasta el enebro y el pino negro, pasando porhayedos y abedulares— y animales —perdiz, mirlo, tejón, petirro-jo, zorro, jabalí, corzo o águila real entre otros cientos—.

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