Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

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Guión de "La guerra de los mundos", dramatizado por "El Teatro Mercury en el aire" Guión: Orson Welles LOCUTOR 1 (L1): La Columbia Broadcasting System (C.B.S.) y sus estaciones asociadas presentan a Orson Welles y al Mercury Theatre en "La guerra de los mundos" de H. G. Wells. Cortina musical LOCUTOR 2 (L2): Señoras y señores... el director del Mercury Theatre y primer actor de ésta emisión de radio , Mr. Orson Welles. ORSON WELLES: Estamos al tanto de que en los primeros años del siglo XX, seres más inteligentes que el hombre y sin embargo mortales, vigilaban atentamente a nuestro planeta. Asimismo sabemos que mientras los seres humanos se dedicaban a sus ocupaciones, otros los examinaban y estudiaban con total exactitud y minuciosidad , del mismo modo que hace el hombre, que se vale del microscopio para examinar a las criaturas que viven y se reproducen en una gota de agua. Alegres y despreocupados, los habitantes de éste mundo iban de acá para allá ocupados de sus asuntos, serenos y seguros de su dominio en éste fragmento que gira , ésta partícula solar que, por casualidad o designio, el hombre ha heredadado en el oscuro misterio del tiempo y el espacio. Sin embargo, a través del inmenso mar etéreo , mentes que respecto a la nuestra son como la mía respecto a las bestias salvajes; grandes intelectos , fríos y exentos de simpatía veían a nuestro planeta con envidia, y lenta pero implacablemente, tramaban sus planes contra nosotros. En el año trigésimo noveno del siglo XX ocurrió la gran desilusión. L1: En las últimas veinticuatro horas no se ha notado un cambio apreciable de temperatura; sólo sabemos de una ligera perturbación atmosférica en Nueva Escocia cuyo origen no es posible determinar que

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Guión de la Guerra de los Mundos. Seguidlo con el Audio.

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Guión de "La guerra de los mundos", dramatizado por "El Teatro Mercury en el

aire"

Guión: Orson Welles

LOCUTOR 1 (L1): La Columbia Broadcasting System (C.B.S.) y sus

estaciones asociadas presentan a Orson Welles y al Mercury Theatre en

"La guerra de los mundos" de H. G. Wells.

Cortina musical

LOCUTOR 2 (L2): Señoras y señores... el director del Mercury Theatre

y primer actor de ésta emisión de radio , Mr. Orson Welles.

ORSON WELLES: Estamos al tanto de que en los primeros años del siglo

XX, seres más inteligentes que el hombre y sin embargo mortales,

vigilaban atentamente a nuestro planeta. Asimismo sabemos que

mientras los seres humanos se dedicaban a sus ocupaciones, otros los

examinaban y estudiaban con total exactitud y minuciosidad , del

mismo modo que hace el hombre, que se vale del microscopio para

examinar a las criaturas que viven y se reproducen en una gota de

agua. Alegres y despreocupados, los habitantes de éste mundo iban de

acá para allá ocupados de sus asuntos, serenos y seguros de su dominio

en éste fragmento que gira , ésta partícula solar que, por casualidad o

designio, el hombre ha heredadado en el oscuro misterio del tiempo y

el espacio. Sin embargo, a través del inmenso mar etéreo , mentes que

respecto a la nuestra son como la mía respecto a las bestias salvajes;

grandes intelectos , fríos y exentos de simpatía veían a nuestro planeta

con envidia, y lenta pero implacablemente, tramaban sus planes contra

nosotros. En el año trigésimo noveno del siglo XX ocurrió la gran

desilusión.

L1: En las últimas veinticuatro horas no se ha notado un cambio

apreciable de temperatura; sólo sabemos de una ligera perturbación

atmosférica en Nueva Escocia cuyo origen no es posible determinar que

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produjo un área de baja presión que se desplaza rápidamente hacia los

estados del Nordeste. Ello anuncia lluvia y vientos huracanados.

Temperatura máxima: 18, 8 º C , mínima: 8,8ºC. Estos datos les son

proporcionados por la oficina meteorológica del gobierno.

Ahora los transportamos al Salón Meridian del Hotel Park Plaza, en

Nueva York, donde escucharán a Ramón Raquello y su orquesta...

(Tema musical)

L 3: Buenas noches, señoras y señores. Desde el Salón Meridian en el

Hotel Park Plaza de Nueva York oirán a Ramón Raquello y su orquesta.

Ramón Raquello ejecutará "La Cumparsita".

(Se escuchan los primeros acordes pero el tema es "pisado" por el L2)

L2:Señoras y señores. Interrumpimos nuestro programa de baile y

música para transmitirles un boletín especial de la Intercontinental

Radio News. A las 7:40 hora de Chicago, el profesor Farrell del

Observatorio de Monte Jennings comunica varias explosiones de gas

incandescente a intervalos regulares en el planeta Marte.

El espectroscopio indica que se trata de gas hidrógeno y que se dirige

hacia la Tierra a una velocidad portentosa. El profesor Pierson del

Observatorio de Princeton, confirma la observación de Farrell y

describe al fenómeno como una "llamarada azul".

Volvemos nuevamente a oír la música de Ramón Raquello que ejecuta

algunas piezas en el salón Meridian del Hotel Park Plaza de la ciudad de

Nueva York.

(Canción completa, aplausos)

Ahora una canción que siempre es del agrado del público: "Polvo de

estrellas". Ramón Raquello y su orquesta...

(Música)

L1: Señoras y señores: tras las noticias del boletín transmitido hace un

momento, la oficina meteorológica del gobierno ha pedido a los

grandes observatorios que comuniquen cualquier perturbación que

observen en el planeta Marte. Debido a la naturaleza extraordinaria de

Page 3: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

éste suceso, hemos solicitado y obtenido una entrevista con el

eminente astrónomo Profesor Pierson, que nos dará su opinión sobre

éste acontecimiento. Dentro de unos minutos los conduciremos al

Observatorio de Princeton, estado de New Jersey. Mientras tanto,

volvemos a escuchar la música de Ramón Raquello y su orquesta.

(Música)

L2: Ahora los llevaremos al Observatorio de Princeton donde Carl

Phillips, nuestro periodista, entrevistará al famoso astrónomo Profesor

Richard Pierson. Llegamos al observatorio (ruidos de pasos) .

Carl Phillips : Buenas noches, señoras y señores. Habla Carl Phillips,

que se dirige a ustedes desde el observatorio de Princeton. Estoy en

una amplio cuarto semicircular pintado de negro. En el techo hay una

abertura oblonga. A través de ese resquicio puedo ver un enjambre de

estrellas que iluminan con luz fría el complejo mecanismo de un

enorme telescopio. El tic-tac que uds. escuchan proviene de un reloj.

El profesor Pierson está de pie sobre una pequeña alfombra justo

encima de mí, observando a través de las lentes gigantescas. Les pido

señoras y señores, un poco de paciencia por las demoras que pudieran

ocurrir durante nuestra entrevista. Además de la constante vigilancia

que mantiene en el cielo, las llamada telefónicas podrían interrumpir

al profesor Pierson que está en contacto permanente con los centros

astronómicos del mundo.

Profesor... ¿puedo comenzar a formular mis preguntas?

Prof. Pierson(Interpretado por Orson Welles):Cuando usted guste,

señor Phillips.

E: Profesor ¿Podría Ud. describir a nuestros oyentes lo que puede

observar en el planeta Marte con la ayuda del telescopio?

Prof. Pierson: Por el momento, nada anormal, señor Phillips. Un disco

rojo flotando sobre un mar azul. Franjas transversales a través del

disco. Ahora se ven con toda nitidez porque Marte se encuentra en el

punto más cercano a la Tierra... "en oposición", como solemos decir

nosotros los astrónomos.

Page 4: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

E: En su opinión, profesor Pierson, ¿qué significan esas franjas

transversales?

Prof. Pierson: Puedo asegurarle, señor Phillips , que esas franjas no

son canales aunque esa sea la creencia popular y la de los que suponen

que Marte está habitado.

E:¿Qué explicación puede darnos de las erupciones observadas a

intervalos regulares en la superficie del planeta ?

Prof. Pierson: Lo siento, señor Phillips pero no puedo darles ninguna

explicación.

E: Entre paréntesis, profesor, para el conocimiento de nuestros oyentes

: ¿a qué distancia está Marte de la Tierra?

Prof. Pierson: Aproximadamente a sesenta y cinco millones de

kilómetros.

E: Parece que esa distancia supone una garantía de seguridad... ¡Un

momento, señoras y señores! Alguien ha entregado un mensaje al

profesor Pierson. Mientras lo lee, permítanme recordarles que les hablo

desde el Observatorio de Princeton, New Jersey, donde estoy

entrevistando al Profesor Pierson de fama mundia l... ¡un momento por

favor! El profesor Pierson me ha entregado un mensaje que acaba de

recibir...Profesor Pierson, ¿puedo leer el mensaje a nuestros oyentes?

Prof. Pierson: Desde luego, señor Phillips.

E: Señoras y señores. Voy a leerles un telegrama que el Dr. Gray del

Museo de Historia Natural de Nueva York ha dirigido al Profesor Pierson.

"9:15 PM, hora Este. Sismógrafo registró una conmoción intensidad

próxima terremoto dentro área Princeton. Ruego investigue. Lloyd

Gray, Jefe División Astronomía.

E: Profesor Pierson, ¿puede tener éste suceso alguna relación con las

perturbaciones observadas en el planeta Marte?

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Prof. Pierson:Difícilmente, señor Phillips. Se trata probablemente de

un meteorito de gran tamaño, y el hecho de que su caída haya tenido

lugar en éstos momentos es puramente una coincidencia. No obstante,

llevaremos a cabo una investigación, tan pronto como lo permita la luz

del día.

E: Gracias, Profesor. Señoras y señores: durante los últimos diez

minutos les he estado hablando desde el observatorio de Princeton

donde me he entrevistado con el eminente astrónomo , Profesor

Pierson. Habla Carl Phillips. Ahora conectamos con nuestro estudio de

New York.

(cortina musical , que se interrumpe)

L2:Señoras y señores: éste es el último boletín expedido por la

International Radio News:

"-Toronto , Canadá. El Profesor Morse de la Universidad Macmillan,

comunica haber observado un total de tres explosiones en el planeta

Marte entre las 19:45 y las 21:20 horas de New York-". Esto confirma las

primeras comunicaciones recibidas de los observatorios

estadounidenses. Ahora, desde Trenton, New Jersey, cerca de aquí, nos

llega un comunicado especial. Se nos dice que a las 20 : 00 hs un

enorme cuerpo incandescente, probablemente un meteorito, cayó en

los campos de una granja situada en la vecindad de Grovers Mill, New

Jersey, a treinta y cinco kilómetros de Trenton. El destello en el cielo

pudo verse en un radio de varios cientos de kilómetros y el ruido

producido por el impacto fue oído hacia el norte, en la ciudad de

Elizabeth.

Hemos enviado una unidad móvil hacia ese lugar y nuestro

comentarista- Carl Phillips- les hará una descripción verbal del suceso

tan pronto como llegue desde Princeton. Mientras tanto, conectamos

con el Hotel Martinet de Brooklin, donde Bobby Millette y su orquesta

ofrecen un programa de música bailable...

(La orquesta toca música de swing un rato y se interrumpe)

Los llevamos a Grovers Mill, New Jersey.

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(Se escuchan ruidos de una muchedumbre y sirenas de patrulleros

policiales)

Carl Phillips: Señoras y señores: nuevamente les habla Carl Phillips,

ahora desde la Granja Wilmuth en Grovers Mill, New Jersey. El Profesor

Pierson y yo hemos recorrido los diecisiete kilómetros que separan a

Princeton de éste lugar en sólo diez minutos. Bueno... me resulta

difícil describir la extraña escena que tengo ante mis ojos. Parece un

cuento de "Las mil y una noches" adaptado al mundo actual. Bueno,

acabo de llegar. No he tenido aún la oportunidad de echar una mirada a

mi alrededor. Creo que lo tengo frente a mí. Sí, creo que ante mí está

la...cosa. Está semi-enterrada en una especie de pozo que debe haber

abierto al chocar contra la tierra con fuerza pavorosa. El suelo está

cubierto por las astillas de un árbol que debe haber derribado al caer .

Lo que puedo divisar del objeto mismo no se parece a un meteorito,

por lo menos a los metoritos que haya visto. Más bien se parece a un

enorme cilindro... tiene un diámetro de... ¿que iba a decir Ud.,

profesor Pierson?

Prof.Pierson: Casi treinta metros.

Phillips: Casi treinta metros... el metal que recubre al objeto es...

bueno...nunca había visto nada parecido . Su color es algo así como

blanco amarillento. Los curiosos se acercan al objeto a pesar de los

esfuerzos que realiza la policía para mantenerlos a distancia. Se

interponen en mi línea de visión. ¿No le molestaría colocarse a un lado,

por favor?

Policía: A un lado, ahí. A un lado.

Phillips: Mientras los policías hacen retroceder a la multitud aparece el

señor Willmuth, propietario de la granja. Quizás tenga algo interesante

para decirnos... Señor Willmuth ¿Podría contar a nuestra audiencia lo

que recuerde de la llegada de éste extraordinario visitante que aterrizó

en su propiedad? Acérquese más, por favor. Señoras y señores: el Sr.

Willmuth...

Mr. Willmuth: Estaba escuchando lo que decía la radio.

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Phillips: Más cerca y más fuerte, por favor.

Mr Willmuth: Disculpe.

Phillips: Más alto, por favor, y más cerca.

Mr. Willmuth: Sí, señor. Estaba escuchando medio adormilado lo que

transmitía la radio , mientras ese profesor hablaba de Marte. Así que

estaba medio adormilado y medio...

Phillips: Sí, señor Willmuth ¿y qué sucedió entonces?

Mr.Willmuth : Como iba diciendo, estaba escuchando la radio medio

adormilado, medio...

Phillips: Sí, señor Willmuth; y entonces usted ¿vio algo?

Mr. Willmuth: No, al principio oí algo.

Phillips: ¿Y qué oyó usted?

Mr. Willmuth: Un siseo , como ésto :"sssss" ; parecía un cohete de esos

que vuelan el 4 de julio.

Phillips: Y luego, ¿qué?

Mr. Willmuth:Me volví hacia la ventana , hubiera jurado que estaba

dormido y soñando.

Phillips: ¿Sí?

Mr. Willmuth: Ví algo parecido a un rayo verdoso en el cielo y luego

¡Zás!, algo chocó contra el suelo con tal violencia que me hizo saltar de

la silla.

Phillips: ¿Se asustó , señor Willmuth?

Page 8: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

Mr. Willmuth: Bueno, debo reconocer que no estoy muy seguro. Admito

que me irritó.

Phillips: Gracias señor Willmuth, gracias.

Mr. Willmuth: ¿No quiere que le diga algo más?

Phillips: No... está bien. Es bastante. Señoras y señores: acaban de oír

al señor Willmuth, propietario de la granja donde ésta cosa ha caído.

Desearía recrear para ustedes la atmósfera de ésta escena... de ésta

escena fantástica. Cientos de automóviles están estacionados en un

campo cercano. La policía trata de aislar la carretera que conduce a la

granja, pero no lo logra. La gente aparece desde todas partes. Sus

linternas iluminan un punto enorme del pozo donde el objeto está

semienterrado. Algunos audaces se atreven a acercarse. Sus siluetas se

destacan sobre el resplandor del metal (se escucha un débil zumbido

que va lentamente aumentando) . Un hombre quiere tocar la cosa... Un

policía le recrimina. La policía puede... señoras y señores...hay algo

que no he mencionado con toda ésta confusión...algo que se oye con

total nitidez. Quizás ya hayan percibido ese ruido en sus radios.

¡Escuchen! (pausa) ¿Lo oyen?. Es un zumbido muy particular que parece

provenir del interior del objeto. Colocaré mi micrófono más cerca.

Aquí. (pausa) Estamos a ocho metros de la cosa. ¿Pueden oírlo ahora?

¡Oh, Profesor Pierson!

Prof. Pierson: Sí, señor Phillips...

Phillips: ¿Puede decirnos que significa ese ruido que proviene del

interior de la cosa?

Prof. Pierson: Probablemente provenga del enfriamiento irregular de

su superficie.

Phillips: Profesor... ¿sigue Ud. creyendo que se trata de un meteorito?

Prof. Pearson: No sé que pensar. Indudablemente la envoltura metálica

es, me atrevo a decir, extraterrestre... algo que no se encuentra en la

Tierra. La fricción con la atmósfera terrestre por lo general abre

Page 9: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

agujeros en un meteorito pero la superficie de esta cosa es pulida y,

como puede apreciar, tiene una forma cilíndrica.

Phillips: ¡Un momento!...¡algo está ocurriendo!.. Señoras y señores:

¡Esto es terrible!... ¡El extremo de la cosa comienza a moverse! ¡La

parte superior comienza a dar vueltas como un tornillo!...¡El objeto

debe estar hueco!

Voces:

¡Se mueve!

¡Miren, la condenada cosa se está destornillando!

¡Atrás, ahí! ¡Atrás, le digo!

¡Quizás haya hombres adentro que tratan de escapar!

¡Está caliente hasta el rojo vivo! ¡Serán carbonizados!

¡Atrás ahí! ¡Mantenga a ese idiota atrás!

(Se oye el ruido de una gran pieza metálica que cae al suelo)

¡Ha caído! ¡La tapa ha caído!

¡Cuidado ahí! ¡Retírese!

Phillips: Señoras y señores : ésta es la cosa más aterradora que jamás

me haya tocado presenciar... ¡un momento! Alguien se desliza a través

de la abertura superior. Alguien... ¡o algo!. Puedo ver dos discos

luminosos asomarse desde ese pozo negro ¿Acaso son ojos?. Puede que

sea una cara. Puede que sea...

(se oyen gritos de terror en la multitud)

¡Dios mío! ¡Algo sale fuera de la sombra arrastrándose como si fuera

una serpiente gris! Ahora aparece otra, y otra! Parecen tentáculos.

Ahora puedo ver el cuerpo de la cosa. Es grande como el de un oso y

brilla como cuero mojado, pero ... ése rostro... es indescriptible. Me

cuesta sostener la mirada . Los ojos son negros y brillan como los de

una serpiente. La boca tiene la forma de V y la saliva chorrea de las

comisuras de sus labios sin bordes, que parecen estremecerse y latir .

El monstruo, o lo que sea, apenas puede moverse. Parece abrumado

por el peso de una gravedad desconocida para él. La cosa se levanta.

La multitud retrocede. Ya han visto bastante. Esta es la experiencia

más extraordinaria... no encuentro palabras. Arrastro conmigo al

micrófono mientras les voy hablando. Tendré que interrumpir mi relato

Page 10: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

hasta haber tomado una nueva posición. Un momento, por favor;

volveré en un minuto.

(música)

L.2: Les estamos transmitiendo lo que ocurre en la granja de Willmuth

en Grovers Mill, New Jersey.

(nuevamente música) .

Volvemos a conectarnos con Carl Phillips, en Grovers Mill.

Phillips: Señoras y señores ... ¿estoy conectado?. Señoras y señores,

aquí estoy detrás de un muro de piedra que rodea al jardín del señor

Willmuth. Desde aquí puedo ver toda la escena. Les seguiré dando

detalles mientras me sea posible hablar...mientras me sea posible ver.

Han llegado más policías estatales. Treinta de ellos montan un cordón

alrededor del pozo. Ahora no es necesario hacer retroceder a la

multitud que espontáneamente se mantiene a distancia. El capitán está

hablando con alguien. No puedo ver quién es. ¡Oh, sí! Creo que es el

profesor Pierson. Sí, es él. Ahora se han separado. El profesor da

vueltas a un lado del pozo para observar de cerca al objeto mientras el

capitán y dos policías se adelantan con algo entre sus manos. Ahora

puedo ver lo que es. Es un pañuelo blanco atado a un palo. Una

bandera de parlamento. ¿Sabrán esas criaturas lo que significa? ... si es

que algo tiene significado para ellos... ¡Esperen! ¡ Algo está

ocurriendo!

(Se oye un zumbido cada vez más fuerte)

Un cuerpo con una joroba sale afuera del pozo. Puedo ver un pequeño

rayo de luz reflejado en un espejo. ¿ Qué es esto? Algo así como un

chorro de fuego sale lanzado de ese espejo hacia los hombres que

avanzan. ¡Los alcanza! ¡Dios mío, los convierte en llamas! (Alaridos y

gritos de terror) . ¡Todo el campo se incendia!. (Se oye una explosión) .

Los bosques... los tanques de gasolina de los automóviles... El chorro

de fuego se extiende por todas partes... ¡se dirige hacia aquí! Está a

veinte metros a mi derecha! !

(se oye el ruido del micrófono que cae al suelo, luego silencio absoluto)

L2: Señoras y señores : Debido a circunstancias ajenas a nuestra

Page 11: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

voluntad, no podemos continuar nuestra transmisión desde Grovers

Mill. Evidentemente, ha sucedido algo que por el momento nos impide

mantenernos comunicados con ese lugar. No obstante, volveremos allí a

la primer oportunidad que tengamos. Mientras tanto, les leeremos un

boletín recién llegado desde San Diego, California. "El profesor

Indelkoffer, al hablar en un banquete ofrecido por la Sociedad

Astronómica de California, expresó su opinión de que las explosiones de

Marte no se deben a otra cosa más que a grandes perturbaciones

volcánicas en la superficie de ese planeta". Continuamos ahora con

música de piano.

(Luego de un rato, se interrumpe la interpretación)

Señoras y señores: Acabo de recibir un mensaje telefónico desde

Grovers Mill. Aguarden un momento. Al menos cuarenta personas ,

incluyendo seis soldados, yacen muertos al este del pueblo de Grovers

Mill. Sus cuerpos están carbonizados y deformados hasta el punto de

que es imposible reconocerlos. La voz que escucharán ahora es la del

general de brigada Montgomery Smith, comandante militar del Estado

de Trenton, Nueva Jersey.

Gral. Smith: El gobernador de Nueva Jersey me ha pedido que imponga

la ley marcial en los condados de Mercer y Middlessex, hasta Princeton

hacia el oeste y hasta Jamesburg hacia el este. Sólo las personas que

presenten un pase especial expedido por las autoridades federales y

militares tendrán acceso a esa zona. Cuatro compañías militares

marchan desde Trenton a Grovers Mill y ayudarán a evacuar a la

población dentro del radio de operaciones militares. Gracias.

L2: Acaban ustedes de escuchar al general Montgomery Smith

comandante militar del estado de Trenton. Mientras tanto, llegan hasta

nosotros más detalles de la catástrofe ocurrida en Grovers Mill. Las

extrañas criaturas, después de haber llevado a cabo su mortífero

asalto, volvieron arrastrándose hacia el pozo y no intentaron impedir la

labor de los bomberos para recuperar los cuerpos y extinguir el fuego.

Las dotaciones de bomberos del condado de Mercer combaten los

incendios que amenazan a toda la campiña.

Hasta ahora no hemos podido reestablecer el contacto con nuestro

equipo móvil en Grovers Mill, pero esperamos volver a hacerlo dentro

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de poco. Entretanto, volvemos a... ¡Un momento , por favor!

(Pausa extensa, susurros)

¡Señoras y señores! En éste momento se me informa que por fin, hemos

podido establecer comunicación con un testigo presencial de la

tragedia. Hemos localizado al profesor Pierson en una granja cerca de

Grovers Mill, donde ha establecido un puesto provisorio de observación.

Como hombre de ciencia, les dará a ustedes una explicación de ésta

catástrofe. La voz que escucharán ahora por línea telefónica es la del

profesor Pierson.

Prof. Pierson: De las criaturas que salieron del cilindro en Grovers Mill,

no puedo darles ninguna información razonable ni en lo que refiere a

su naturaleza, ni en cuanto a su origen o propósito aquí en la Tierra. En

cuanto a su instrumento de destrucción sólo puedo intentar alguna

explicación a modo de conjetura. Como no poseo un término

apropiado, lo describiré como un rayo de calor. Es muy evidente que

estas criaturas poseen un conocimiento científico muy superior al

nuestro. Supongo que pueden generar elevadísimo calor en una cámara

con poder adiatérmico. Este intenso calor lo deben proyectar por

medio de un doble rayo paralelo contra el blanco, valiéndose de una

lente parabólica pulida de composición desconocida para nosotros, de

forma análoga a cómo el espejo de un faro lanza su rayo de luz.

L2:Gracias, profesor Pierson.

Señoras y señores, les leeré un boletín que nos acaban de enviar. En

pocas palabras nos informan que el cuerpo carbonizado de Carl Phillips

ha sido identificado en un hospital de Trenton.

Ahora nos llega otro boletín, desde Washington, D.C.: "La oficina del

director de la Cruz Roja informa que diez unidades de empleados han

sido asignadas al cuartel general militar del estado , situado en las

afueras de Grovers Mill, New Jersey".

Otro boletín que proviene de la policía de Princeton Junction dice lo

siguiente: "Los incendios en Grovers Mill y alrededores han sido

sofocados. Los testigos presenciales informan que por ahora todo está

tranquilo en el pozo y no aparece señal de vida en el cilindro".

Page 13: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

Y ahora, señoras y señores, les leeremos un comunicado de Harry Mc

Donald que actúa como vicepresidente encargado de las Operaciones.

Mc Donald: Hemos recibido un pedido de parte del comando militar de

Trenton para colocar a su disposición todos nuestros equipos de radio.

En vista de la gravedad de la situación hemos acordado facilitar todas

nuestras disponibilidades.

L2: Ahora les llevaremos al cuartel general establecido cerca de

Grovers Mill, Nueva Jersey.

Capitán Lansing: Habla el Capitán Lansing, del Cuerpo de Señales

adscripto al comando militar del estado y actualmente realizando

operaciones en la vecindad de Grovers Mill. La situación que se ha

planteado por ciertos individuos de naturaleza no identificada, está

ahora bajo nuestro completo control.

(Pausa)

El objeto cilíndrico que yace en el pozo debajo de nuestra posición

está rodeado por ocho batallones de infantería sin piezas pesadas de

artillería pero armados adecuadamente con fusiles y ametralladoras.

Toda causa de alarma, si es que hubo lugar a ella, ya no se justifica.

Las cosas, sean lo que sean, no se atreverán a asomar sus cabezas por

fuera del pozo. Puedo ver claramente su escondrijo iluminado por la

luz de nuestros reflectores. A pesar de todos los recursos con que nos

dicen que están dotados, esas criaturas difícilmente puedan afrontar el

fuego de las ametralladoras pesadas. De todas maneras, resultará un

ejercicio interesante para nuestras tropas. Puedo ver sus uniformes

color caqui, cruzando de un lado a otro frente a las luces de los

reflectores. Casi parece un campo real de batalla. En los bosques que

limitan al río Millstone aparece una tenue humareda. Probablemente se

trate de las hogueras prendidas por la gente que está acampada allí.

Bueno, es de esperar que pronto entremos en acción. Una de las

compañías se desplaza por el flanco izquierdo. Una rápida embestida y

todo habrá terminado.

¡Esperen un minuto! Veo algo sobre la cúspide del cilindro. No... sólo

se trata de una sombra. En éste momento las tropas están en el límite

Page 14: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

de la granja Willmuth. Siete mil hombres armados se aproximan

cerrando el cerco... ¡Esperen un momento! ¡No era una sombra! ¡Es

algo que se mueve... metal sólido... algo así como un escudo de metal

que sale fuera del cilindro . ¡Se eleva más y más! Se alza sobre unas

patas. ¡En estos momentos alcanza la copa de los árboles!¡Los

reflectores lo iluminan! ¡Atención! ¡Sostenga ésto!

(Silencio)

L:2 Señoras y señores: debo comunicarles una grave noticia. Por

increíble que parezca, tanto las observaciones de los científicos como

la evidencia de nuestros ojos nos demuestra que esos seres extraños

cuya descripción hemos realizado, son la vanguardia de un ejército

invasor procedente del planeta Marte. La batalla que ha tenido lugar

esta noche en Grovers Mil ha terminado con una de las más desastrosas

derrotas sufridas por un ejército en los tiempos modernos; siete mil

hombres armados con fusiles y ametralladoras se lanzaron contra una

sola máquina de batalla de los invasores marcianos. Que se sepa sólo

han quedado ciento veinte sobrevivientes. Los demás yacen

desparramados sobre el campo de batalla entre Grovers Mill y

Plainsboro aplastados y deshechos por las patas de metal del monstruo

o reducidos a cenizas debido a la acción de su rayo de calor. El

monstruo controla ya la mitad del sector central de Nueva Jersey y ha

divido al estado en dos .

Están cortadas las líneas de comunicación de Pennsylvania al océano

Atlántico. Las vías del ferrocarril están destrozadas y el servicio desde

Nueva York a Filadelfia, interrumpido, con excepción de algunos trenes

entre Allentown y Phoenixville. Las carreteras hacia el norte, sur y

Oeste se encuentran abarrotadas de gente que huye horrorizada. Las

reservas de la policía y del ejército son incapaces para controlar la

frenética huida. Durante la mañana los fugitivos habrán entrado en

Filadelfia, Camden y Trenton, en oleadas humanas cuyo número puede

calcularse en el doble de su población normal.

Se ha decretado la ley marcial en Nueva Jersey y en el oeste del estado

de Pennsylvania . Ahora les llevamos a ustedes a Washington, para que

escuchen una transmisión especial referida a éste caso de peligro

nacional.

Page 15: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

Ahora va a hablarles el secretario del Interior.

Secretario del Interior: Ciudadanos de la Nación: No les intentaré

ocultar la gravedad de la situación que nos amenaza ni tampoco los

deberes de nuestro gobierno para proteger las vidas y propiedades de

sus habitantes. No obstante, quiero resaltarles a los ciudadanos

particulares y funcionarios públicos, la urgente necesidad de conservar

la calma y estar listos para echar mano de todos los recursos que la

acción requiera. Afortunadamente, éste formidable enemigo se

encuentra aún confinado a un área relativamente pequeña y podemos

tener confianza en las fuerzas militares que los siguen conteniendo en

ése lugar. Mientras tanto, manteniendo nuestra Fe en Dios, debemos

continuar cumpliendo nuestros deberes de modo que podamos

mostrarle a éste adversario destructor el frente sólido de una nación

unida, valiente y dedicada a preservar la supremacía del hombre en la

Tierra. Gracias.

Locutor: Acaban uds. de oír al Secretario del Interior desde

Washington. Los boletines que se van apilando en el estudio son tan

numerosos que es imposible leerlos a todos. Nos informan queno se

puede establecer contacto radiotelefónico con la parte central de

Nueva Jersey debido al efecto de los rayos de calor sobre los cables de

transmisión y los equipos eléctricos. Un boletín especial transmitido

desde Nueva York comunica que nos envían telegramas desde centros

científicos ingleses, franceses y alemanes ofreciendo su ayuda. Los

astrónomos informan que siguen observándose explosiones en el

planeta Marte a intervalos regulares. La mayoría de los comentaristas

opina que el enemigo intentará enviar refuerzos de nuevas máquinas

de guerra. Se intenta descubrir el paradero del profesor Pierson que ha

observado a los marcianos desde muy cerca, pero se teme que haya

muerto en la reciente batalla.

(Pausa)

"Langham Fleid, Virginia: Los aviones de reconocimiento informan

haber detectado tres máquinas marcianas que sobrepasan las copas de

los árboles y se mueven hacia el norte en dirección a Sommerville

mientras la población huye de ellos. No están utilizando el rayo de

Page 16: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

calor pero avanzan con la velocidad de un tren expreso. Los invasores

eligen su camino cuidadosamente. Parece que hicieran esfuerzos para

evitar la destrucción de ciudades y la campiña . Sin embargo, se

detienen para destruir los cables de alta tensión, arrancar las vías del

ferrocarril y echar abajo los puentes. Su objetivo aparente sería anular

toda resistencia, paralizar las comunicaciones y desorganizar a la

sociedad humana. "

Aquí tenemos un cable que procede de Basking Ridge, Nueva Jersey:

"Cazadores de coatíes han encontrado un cilindro similar al primero.

Está semienterrado en un gran pantano a treinta kilómetros al sur de

Morristown. Piezas de artillería llegaron desde Newark para hacer volar

a esta segunda unidad invasora antes de que el cilindro se abra y entre

en acción su maquinaria de guerra. Los artilleros toman posición al pie

de las montañas Watchung. "

Otro boletín desde Langman Field: "Aviones de reconocimiento

informan que las máquinas enemigas, en número de tres, aumentan su

velocidad hacia el Norte, pasando por encima de casas y árboles con el

evidente fin de unirse a sus aliados que se encuentran al sur de

Morristown. Las máquinas también fueron avistadas por un telegrafista

al este de Middlessex".

Un cable procedente de Winston Field, Long Island: " Una escuadrilla

de bombarderos cargada con explosivos pesados vuela hacia el norte,

persiguiendo a los invasores . Los aviones de reconocimiento funcionan

como guías. Avistan al enemigo que marcha velozmente"

¡Un momento, por favor! Señoras y señores, hemos instalado líneas

telefónicas especiales en los puestos de artillería de los pueblos

adyacentes para informarles en forma directa del avance del enemigo.

Primero los llevaremos a la batería del 21º regimiento de artillería que

ha tomado posición en las montañas de Watchung.

Oficial: Eleve a treinta y dos metros.

Artillero: Treinta y dos metros.

Page 17: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

Oficial: Proyección, treinta y nueve grados.

Artillero: Treinta y nueve grados.

Oficial: ¡Fuego!

(Estallido de un cañón de artillería)

Observador: Ciento cuarenta yardas a la derecha

Oficial: Desviación, treinta y un metros.

Artillero: Treinta y un metros.

Oficial: Proyección, treinta y siete grados.

Artillero: Treinta y siete grados.

Oficial: ¡Fuego!

(Estallido de un cañón de artillería. Pausa)

Observador:¡Blanco! ¡Hemos dado en el blanco, señor! ¡Le dimos al

trípode de una de las máquinas! ¡Se detuvo! ¡Los otros intentan

repararlo!

Oficial: ¡Rápido! Variación , cincuenta a treinta metros.

Artillero: Treinta metros.

Oficial: Proyección, veintisiete grados.

Artillero: Veintisiete grados.

Oficial: ¡Fuego!

(Estallido de cañón de artillería. Pausa)

Page 18: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

Observador: No he podido ver la granada. Los rodea una humareda.

Oficial:¿Qué es eso?

Observador: Humo negro, señor. Viene en ésta dirección muy pegado

al suelo. Se extiende rápidamente.

Oficial:¡Ponerse las máscaras anti gas! (Pausa) . ¡Listos para disparar!

Variación a veinticuatro metros.

Artillero: Veinticuatro metros.

Oficial: Proyección, veinticuatro grados.

Artillero: Veinticuatro grados.

Oficial: ¡Fuego!

(Estallido)

Observador: Sigo sin ver nada, señor. El humo se acerca.

Oficial: Déme la distancia (Tose)

Observador: Veinticuatro metros (tose)

Oficial:Veintitrés metros (tose)

Observador: Proyección, veintidós grados (tose)

Oficial : Veintidós grados (se acaban las toses. Silencio)

(Ruido de motor de avión)

Teniente Voght: Bombardero del ejército, V-8-43 sale de Bayonne,

Nueva Jersey, con el teniente Voght al mando de ocho bombarderos.

Comunica al comandante Fairfax, Langham Field. Habla Voght al

Page 19: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

comandante Fairfax, Langhan Field. Las máquinas trípode enemigas a

la vista. Reforzadas por otras tres máquinas del cilindro de Morristown.

Seis en total. Una máquina, parcialmente averiada , probablemente

por un cañon del ejército en las montañas Watchung.

Parece que los cañones hubieran sido silenciados. Una nube muy oscura

se extiende hacia el norte al ras del suelo . Naturaleza desconocida .

No hay señales del rayo de calor. El enemigo ahora se dirige hacia el

este, cruzando el río Passaic y los pantanos de Jersey. Otra máquina

avanza hacia el horizonte en dirección a Pulaski .El objetivo evidente

es la ciudad de Nueva York. Derriban una central eléctrica . Las

máquinas ahora están juntas y nosotros listos para atacar. Los aviones

vuelan en círculo, listos para dejar caer sus bombas. Mil metros más y

estaremos sobre la primer máquina... ochocientos ... seiscientos ...

cuatrocientos ... doscientos ... ¡ahí van! Un brazo gigante se levanta ...

hay un destello verde. ¡Nos están rociando con llamas! No hay

oportunidad para soltar las bombas. Sólo nos queda una alternativa:

lanzarse sobre ellos con avión y todo. Nos arrojamos sobre el que

tenemos más cerca. Una de las máquinas se detuvo. Ocho...

1º Operador: Aquí Bayonne, Nueva Jersey, llamando a Langham Field...

aquí Bayonne, Nueva Jersey, llamando a Langham Field... adelante por

favor.

2º Operador: Aquí Langham, adelante.

1º Operador: Seis bombarderos del ejército han entrado en combate

con las máquinas trípode del enemigo sobre las llanuras de Jersey. Los

aviones han quedado fuera de acción por los rayos de calor. Todos

fueron destruídos. Una máquina enemiga, destruída también. El enigo

ahora está descargando humo negro en dirección a ...

3º Operador:Habla Newark, Nueva Jersey... aquí Newark, Nueva

Jersey... ¡Atención! Nos invade un gas negro venenoso procedente de

los pantanos de jersey. Alcanza la calle Sur. Las máscaras antigás,

inútiles. la población debe retirarse a espacios abiertos. Los

automóviles deben tomar las carreteras 7, 23 y 24. Eviten las áreas

congestionadas. El humo va ahora a Raymond Boulevard.

Page 20: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

4º Operador: 2X2L llama a CQ... 2X2L llama a CQ ... ¿Qué pasa?... 2X2L

llama a 8X3R

5º Operador: Aquí 8X3R, contesta a 2XL2.

4º Operador: ¿Cómo es la recepción? ¿Cómo es la recepción? K, por

favor...¿Adónde está, 8K3R? ¿Qué pasa? ¿Dónde está?

(El tañido de las campanas de la ciudad, disminuye gradualmente)

Locutor: Les hablo desde el techo del edificio de la Radio de la Ciudad

de Nueva York. Las campanas que oyen ustedes advierten al pueblo que

evacúe la ciudad ante la aproximación de los marcianos. Se estima que

en las dos últimas horas, tres millones de personas han salido por las

carreteras hacia el norte por el Boulevard del río Hutchinson, que

todavía permanece abierto para el tránsito liviano. Eviten los puentes

que llevan a Long Island que están atascados por la aglomeración de

vehículos. Hace diez minutos quedó cortada toda comunicación con la

costa de Nueva Jersey. No quedan más defensas. Nuestro ejército,

liquidado... la artillería, la fuerza aérea...todo liquidado. Ésta puede

ser nuestra última transmisión. Permaneceremos aquí hasta el final. La

gente se ha reunido en la Catedral, debajo de nosotros .

(Se oye gente cantando himnos religiosos) .

Ahora mismo echo un vistazo a la parte baja del puerto. Todo tipo de

embarcaciones repletas de gente que huye, se aleja de las dársenas.

(Se oyen sirenas de barcos)

Las calles están abarrotadas de gente. El ruido de la muchedumbre es

semejante al que se oía la noche de Año Nuevo . Un momento,

¡atención! ... El enemigo está ahora a la vista. Se observan cinco

grandes máquinas. La primera cruza en estos momentos el río. Puedo

verla desde aquí vadeando el Hudson como un hombre que atravesase

un arroyo. Me entregan ahora un boletín... En todo el país están

cayendo cilindros marcianos. Uno en las afueras de Búffalo, otro en

Chicago, en Saint Louis... Parecen caer a intervalos regulares... La

primer máquina está llegando a esta orilla. Se detiene un rato vigilando

a la ciudad. Su cabeza de acero llega al nivel de los rascacielos. Parece

Page 21: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

estar esperando la llegada de las otras máquinas. Se yerguen como una

línea de nuevas torres en la parte occidental de la ciudad... Ahora

levantan sus manos metálicas... ¡Esto es el final! Sale humo... un humo

negro que avanza sobre la ciudad. La gente que corre por las calles,

ahora lo vé . Todos corren hacia East River ... miles de ellos caen al

agua como ratas. El humo se expande con mayor rapidez. Ha llegado a

Times Square. La gente intenta huir pero de nada sirve. Caen como

moscas. Ahora el humo está cruzando la Sexta Avenida... La Quinta

Avenida... Lo tengo a cien metros... Está sólo a quince metros ...

4º Operador: Operador 2X2L llama a CQ... 2X2L llama a CQ... 2X2L

llama a CQ... Nueva York, ¿Hay alguien escuchando allí ? ¿No queda

nadie...? 2X2L...

II

Locutor principal: Están escuchando a la Columbia Broadcasting

System que presenta a Orson Welles y al Teatro Mercury en la

Radionovela "La guerra de los mundos"por H. G. Wells. La

representación continuará después de una breve interrupción. Esta es

la Columbia Broadcasting System, transmite WABC, Nueva York.

(Interrupción de veinte segundos)

"La guerra de los mundos" por H. G. Wells , con Orson Welles como

primer actor y su compañía del Mercury Theatre.

(Música)

Pierson: A medida que escribo estas notas , me obsesiona la idea de

que pueda ser el último ser humano vivo en éste mundo. He

permanecido oculto en ésta casa vacía , cerca de Grovers Mill. Es una

pequeña isla iluminada por el sol separada por el humo negro del resto

del mundo.

Todo lo ocurrido antes de la llegada de estas criaturas monstruosas

seres a la Tierra me parece en estos momentos un fragmento de otra

vida... una vida que no guarda continuidad con la presente, la

existencia furtiva del único sobreviviente abandonado, que borronea

Page 22: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

estas palabras al dorso de un cuaderno de notas astronómicas que

llevan la firma de un tal Richard Pierson. Miro mis manos ennegrecidas,

mis zapatos rotos, mis ropas convertidas en harapos y trato de

establecer una relación entre ésta ruina viviente y cierto profesor que

vivía en Princeton y que la noche del 30 de octubre vio con su

telescopio una explosión anaranjada en un planeta lejano . Mi esposa,

mis colegas, mis alumnos, mis libros, mi observatorio, mi ... mi mundo

¿dónde están? ¿acaso existieron alguna vez? ¿Soy yo, en realidad ,

Richard Pierson? ¿Qué día es hoy? ¿Existen ya los días si no hay

calendario? ¿Transcurre el tiempo si no hay manos humanas que den

cuerda a los relojes?. Al escribir este diario me digo a mí mismo que he

emprendido la tarea de conservar la historia humana entre las tapas

oscuras de una libreta donde sólo deberían anotarse los movimientos

de las estrellas. Pero para escribir debo vivir, y para vivir debo comer...

En la cocina encontré un pan enmohecido y una naranja. Desde la

ventana mantengo constante vigilancia.De cuando en cuando alcanzo a

divisar algún marciano que sobresale de la humareda negra.

De repente se produce un sonido silbante y veo a un marciano montado

sobre su máquina, que rocía el aire con un chorro de vapor como si

tratara de disipar el humo. Desde un costado puedo observar cómo sus

enormes patas metálicas casi rozan esta casa.

(Pausa)

Inundado por el terror, me he desmayado. Es de mañana. Penetra un

rayo de luz solar por la ventana. La nube negra de gas se ha

desvanecido y los prados que se extienden hacia el norte, aparecen

como si una tormenta de nieve negra se hubiera descargado sobre

ellos. Me aventuro a salir de la casa. Me dirijo hacia una carretera. No

hay tránsito alguno. Aquí y allí se ve un coche destrozado, un equipaje

caído, un esqueleto ennegrecido. Me dirijo hacia el norte. Por alguna

razón extraña , me siento más seguro siguiendo las huellas de estos

monstruos que escapándome lejos de ellos. Mantengo siempre una

cuidadosa vigilancia. He visto comer a los marcianos. Si alguna de estas

máquinas apareciese por encima de las copas de los árboles me

arrojaré al suelo. Me acerco a un castaño. En octubre las castañas

están maduras. Lleno mis bolsillos. Debo seguir con vida. Hace dos días

Page 23: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

que ando vagando hacia el norte en medio de un mundo desolado. Por

último, advierto a una criatura viviente ... una pequeña y rojiza ardilla

que se mueve sobre la rama de un haya. La contemplo lleno de

profunda admiración. El pequeño animal vuelve su cabecita y me mira.

Creo que, en este momento, la ardilla y yo compartimos la misma

emoción... la alegría de encontrar a otro ser que también está vivo ...

Sigo hacia el norte. Encuentro unas vacas muertas en un campo

nauseabundo. Más alláestán las ruinas calcinadas de una lechería. La

torre de un silo permanece en pie ... , parece montar guardia sobre la

tierra arrasada , como elevándose sobre una planicie de la que se

hubiera retirado el mar. En el techo del silo se yergue el gallo de una

veleta. La flecha señala hacia el norte.

Al día siguiente, llego a una ciudad que me es vagamente familiar a

pesar de que sus edificios aparezcan extrañamente recortados y

aplastados , como si un gigante los hubiese cortado en rebanadas , de

un caprichoso y descomunal manotazo . Alcanzo los suburbios .

Encontré a Newark humillada pero intacta por algún capricho de los

marcianos en su avance. De repente , experimento una rara sensación

de que estoy siendo vigilado y entonces, advierto algo que se agazapa

en el marco de una puerta. Me dirijo allí, y en seguida ese algo se

levanta y se convierte en un hombre... Un hombre, armado con un gran

cuchillo.

Extraño: ¡Deténgase! ¿De dónde viene usted?

Pierson: Yo vengo de... muchos lugares . Desde hace mucho tiempo,

desde Princeton.

Extraño: ¿Princeton? Mmmhh... Eso era cerca de Grovers Mill. ¿no?

Pierson: Sí.

Extraño: Grovers Mill ... (Se ríe como si se tratara de una broma) . Allí

no hay alimentos. Esta es mi tierra. Toda esta parte final de la ciudad

hacia abajo, hasta el río. Sólo hay alimentos para uno... ¿Hacia qué

lado va usted?

Pierson: No lo sé. Creo que estoy buscando... gente .

Page 24: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

Extraño: (Nervioso ) ¿Qué fue eso? ¿ Oyó algo?

Pierson: (Maravillado) ¡Sólo un pájaro! ¡Un pájaro vivo!

Extraño: Uno llega a darse cuenta ahora de que los pájaros tiene

sombra ¡Cuidado! Aquí estamos al aire libre. Vamos a buscar refugio y

allí hablaremos.

Pierson: ¿Ha visto a los marcianos?

Extraño: Se fueron a Nueva York. Por la noche en el cielo se reflejan

sus luces. Durante el día no se les puede ver. Hace cinco días un par de

ellos llevaban algo muy grande desde el aeropuerto a través de la

planicie. Creo que están aprendiendo a volar.

Pierson: ¡Volar!

Extraño: Sí, a volar.

Pierson: Entonces podemos decir que la Humanidad se acabó ,

forastero. Sólo quedamos usted y yo. Sólo dos sobrevivientes.

Extranjero: Se han hecho fuertes, han destruído al país más grande del

mundo. Esas estrellas fugaces verdes ... probablemente seguirán

cayendo todas las noches en diversas partes. Tan sólo han perdido una

máquina. No nos queda nada que hacer. Estamos deshechos. Estamos

exterminados.

Pierson: ¿Dónde ha estado? Usted lleva uniforme...

Extranjero: Lo que queda de él, querrá decir. Yo estaba en en la

Guardia Nacional. ¡Bueno! ¡Aquello no era guerra! No hubo más guerra

que la que hubiera podido haber entre hombres y hormigas.

Pierson: Pero nosotros somos hormigas comestibles. Eso es lo que yo he

averiguado. ¿Qué van a hacer con nosotros?

Extranjero: Lo he pensado bien. Hasta ahora nos tomaban a medida

que nos necesitaban. Un marciano no tiene más que ir andando un poco

e irrumpir en medio de una multitud que huye . Pero no seguirán

haciendo eso. Nos cazarán sistemáticamente... Escogerán a los mejores

Page 25: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

y los guardarán en jaulas o algo así. ¡Todavía no han comenzado con

nosotros!

Pierson. ¿Que no han comenzado?...

Extraño: ¡No han comenzado todavía! Todo lo que ha pasado hasta

ahora, es porque no hemos tenido buen juicio como para quedarnos

quietos ; en cambio, los hemos irritado con nuestros cañones y toda esa

porquería y hemos perdido la cabeza corriendo en masa. Ahora, en vez

de andar huyendo enceguecidos debemos detenernos y vivir según las

cosas se presentan. Ciudades, naciones, civilización, progreso...

Pierson: Pero si eso fuera así, ¿qué razón queda para vivir?

Extraño: Ya habrá conciertos dentro de un millón de años o algo así, no

habrá cenas en los restaurantes. Si usted está buscando diversión,

pierde el tiempo.

Pierson: ¿Y qué es lo que queda?

Extraño: ¡Vida! Eso es lo que queda! ¡Lo que yo necesito es vivir! ¡Y

usted también! No vamos a dejarnos exterminar. Tampoco quiero

dejarme atrapar, que me domestiquen y que me engorden como a un

buey.

Pierson: ¿Qué es lo que va a hacer , entonces?

Extraño: Yo me voy... siguiendo sus pasos. Tengo un plan. Nosotros, los

seres humanos, como hombres estamos ya liquidados . Todavía no lo sé

bien, pero tenemos todavía mucho que aprender antes de que se nos

ofrezca una oportunidad. Tenemos que vivir y seguir libres hasta que

podamos aprender.

Pierson: Dígame, dígame todo lo que piensa.

Extraño: ¡Bueno! No todos estamos hechos para ser aves de presa, y es

así como debe de ser. Por eso yo lo estaba observando atentamente a

usted. En cuanto a todos esos empleaditos de escritorio que vivían en

estas casas, no servirán. Les faltan agallas. No servían más que para ir

corriendo a su trabajo. He visto a cientos de ellos corriendo como

Page 26: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

animales para tomar el tren de la mañana , temerosos de que, si no lo

alcanzaban, tendrían que viajar luego como sardinas en lata, y otras

veces corriendo también por la noche con miedo de no llegar a tiempo

a cenar. Tenían sus vidas aseguradas. Los domingos se aburrían

soberanamente pensando en el mañana . Los marcianos serán para esos

tipos como un buen golpe de suerte. Tendrán bonitas jaulas, buena

comida, buena educación, buenas oportunidades para reproducirse y

ninguna preocupación. Después de andar una semana por los campos

con el estómago vacío, estarán muy contentos de que los agarren.

Pierson: Usted lo ha meditado ¿no es así?

Extranjero:. ¡Ya lo creo ! Pero aún hay algo más. Esos marcianos se

encariñarán con algunos de ellos como mascotas y les enseñarán a

hacer algunos trucos. ¿Quién sabe? Tendremos que lamentar al niño que

fue domesticado, después creció y luego fue sacrificado. Pero a algunos

les enseñen a a cazar a los demás.

Pierson: No, eso es imposible. Ningún ser humano...

Extraño: Si, claro que lo harían. Hay muchos hombres que harán eso

con mucho gusto. Si llego a pescar a algunos de ellos siguiéndome...

Pierson: Entretanto, usted , yo y otros como nosotros ¿como viviremos

mientras los marcianos sean dueños de la Tierra?

Extraño: Lo tengo todo planeado. Viviremos bajo tierra. He pensado en

las alcantarillas. Bajo Nueva York hay kilómetros de alcantarillado. Las

principales son bastante grandes para cualquiera. Además, hay en el

subsuelo bodegas, bóvedas, almacenes subterráneos, túneles de

ferrocarriles y del subterráneo. ¿Me empieza a comprender usted, eh?

Conseguiremos un puñado de hombres fuertes. Nada de gente débil.

Descartaremos a esas escorias.

Pierson: ¿Y usted piensa que yo podría unirme a ustedes?

Extraño: Bueno... , le estoy dando una oportunidad .

Pierson: No nos pelearemos por eso. Siga.

Page 27: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

Extraño: Tendremos que encontrar lugares seguros para ocultarnos

¿sabe? Y deberemos conseguir todos los libros que podamos ... , libros

de ciencias, se entiende. Ahí es donde los hombres como usted,

desempeñan un papel ¿no es así? Penetraremos furtivamente en los

museos y espiaremos siempre a los marcianos. Quizás no tengamos

tanto que aprender antes de que ... Imagínese nada más que esto:

cuatro o cinco de sus máquinas de guerra que de repente comienzan a

funcionar lanzando rayos de calor a derecha e izquierda pero sin ningún

marciano adentro. ¡Sin ningún marciano adentro!, ¿me comprende?

Sólo hombres, hombres que hayan aprendido lo mismo que ellos. Podría

suceder incluso en nuestro tiempo. ¡Oh! ¡Imagínese qué sería poseer

uno de esos aparatos con su rayo de calor! Lo lanzaríamos contra los

marcianos, lo lanzaríamos también contra los hombres. Todo el mundo

caería de rodillas ante nosotros.

Pierson: ¿Es ése su plan?

Extraño: Usted, yo y unos pocos más, seríamos dueños del mundo.

Pierson: Me voy dando cuenta.

Extraño: ¡Eh! ¿qué le pasa? ¿Adónde va ?

Pierson: No a su mundo. Adiós, forastero...

(Pausa)

Pierson: Después de separarme del artillero llegué finalmente al túnel

de Holland. Penetré por ese túnel silencioso , ansioso por conocer cuál

había sido el destino de la gran ciudad situada al otro lado del río

Hudson. Con gran precaución salí del túnel y me encaminé por la calle

del Canal. Alcancé la calle 14 , allí volví a encontrar polvo negro y

varios cuerpos . Un olor malsano y nauseabundo salía desde los sótanos

de algunas de las casas . Caminé desde la calle 30 hasta la 40 y me

encontré solitario en la Times Square. Alcancé a ver un perro flaco que

corría por la séptima avenida con un pedazo de carne oscura entre sus

dientes perseguido por un montón de perros hambrientos. El animal dio

un amplio rodeo en torno a mí como si temiera que yo fuese un

competidor recién llegado. Seguí marchando subiendo por Broadway ,

Page 28: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

en pos de las huellas de ese polvo extraño. Dejé atrás las vidrieras

silenciosas de las tiendas que mostraban sus mudas mercancías a las

veredas desiertas; dejé atrás también al Teatro Capitol, silencioso y

sombrío; pasé frente a una exposición de objetos de caza en la que una

hilera de rifles descargados apuntaba a una hilera inmóvil de patos de

madera.

Cerca del Columbus Circle vi los automóviles modelo 1939 en las salas

de exposición frente a las calles vacías. Desde la terraza del último

piso del edificio de la compañía General Motors divisé una bandada de

pájaros negros volando en círculos . Me dirigí apresurado en esa

dirección. De repente, advertí el casco de una máquina marciana que

se erguía en alguna parte del Central Park iluminada por los rayos del

sol del crepúsculo . ¡Qué idea absurda se me ocurrió! Corrí sin parar a

través del Columbus Circle y entré en el parque. Subí a una pequeña

colina sobre el estanque a la altura de la calle sesenta. Desde allí pude

contemplar a diecinueve de aquellos grandes titanes metálicos

erguidos en una silenciosa hilera , con sus cascos vacíos y sus brazos

metálicos colgando inertes a sus lados. Traté en vano de distinguir a los

monstruos que habitaban esas máquinas.

De pronto, una inmensa bandada de pájaros negros que revoloteaban

sobre mí atrajo mi atención. Describiendo un círculo, se posaron en el

suelo y ante mis ojos asombrados , pude contemplar a los marcianos

desparramados en el suelo y a las negras aves que picoteaban sus

cuerpos y sacaban tiras de carne negruzca de sus cadáveres. Más tarde,

cuando estos cuerpos pudieron ser examinados en los laboratorios, se

comprobó que habían sido víctimas de enfermedades infecciosas contra

las cuales sus organismos no estaban protegidos ... muertos, después

de que todas las armas del hombre habían fallado, por la más humilde

criatura que Dios en su sabiduría había puesto en esta Tierra.

Antes de que cayera el primer cilindro, se creía que , en la inmensidad

del espacio, no existía otra vida que la que había en la insignificante

superficie de nuestra minúscula esfera. Pero ahora vemos más allá. En

mi mente ha surgido la visión admirable pero borrosa de una vida que

lentamente se irá esparciendo desde esta pequeña semilla del sistema

solar a través del espacio sideral. Pero esto es un sueño muy lejano.

Puede ser que la destrucción de los marcianos sea solamente un acto

Page 29: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

momentáneo. Tal vez a ellos, y no a nosotros les esté encomendado el

porvenir.

Ahora me parece extraño poder estar sentado en mi apacible estudio

de Princeton, escribiendo el último capítulo de mis Memorias

comenzadas en una granja abandonada de Grovers Mill. Me parece

extraño poder contemplar desde mi ventana los capiteles azules de la

Universidad, vistos a través de la bruma de abril. Parece extraño ver a

los niños jugando en las calles. Y no menos extraño resulta ver a los

jóvenes paseando por el verde césped, donde las nuevas hojas

primaverales van borrando las últimas huellas negruzcas de una tierra

incendiada. Me parece extraño ver entrar a los visitantes del museo

donde se exponen ante el público las piezas desmontadas de una

máquina marciana. Todo me parece extraño cuando recuerdo la

primera vez que la vi , brillante y bien perfilada , fría y silenciosa , en

el atardecer de aquel gran último día.

Habla Orson Welles, señoras y señores, que deja su caracterización

para asegurarles a ustedes que "La guerra de los mundos" no tiene más

significado que el de una broma de Halloween. En el programa de radio

del "Mercury Theatre" no podíamos cubrirnos con sábanas, saltar de

entre los matorrales y gritarles ¡Buh!. De haberlo hecho, empezando

ahora, no hubiéramos podido golpear las puertas de sus jardines

durante la noche ... Habiendo descartado hacer eso, hicimos algo

mejor. Aniquilamos al mundo ante sus propios oídos y arrasamos a la

Columbia Broadcasting System. Sin duda, se les habrá quitado un peso

de encima si les decimos que no lo hemos hecho y que ambos aún

gozan de buena salud.

Así, entonces... ¡Hasta la vista, todo el mundo! y recuerden por favor

la terrible lección que han aprendido esta noche. Ese invasor globular y

reluciente que apareció haciendo muecas en las salas de nuestras

casas, es sólo un habitante de la imaginación. Y si llega a sonar el

timbre de sus casas y no ven a nadie allí, no crean que fue un

marciano... fue el duende travieso que aparece la víspera de Todos los

Santos.

(Música)

Page 30: Guión de La guerra de los Mundos de Orson Welles

Locutor principal: Esta noche la Columbia Broadcasting System y sus

estaciones asociadas de una costa a la otra del país han transmitido "La

guerra de los mundos" de H. G. Wells, la decimoséptima en la serie

semanal de radionovelas presentadas por Orson Welles y el Mercury

Theatre.

La semana próxima presentaremos una adaptación de tres famosas

novelas.

Transmite la Columbia Broadcasing System ...