Guillaume candela el fuerte de buenos aires 1541

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  • 1. Junta de Estudios Histricos de la Recoleta: El fuerte de Buenos Aires en 1541: Entre despoblacin y destruccin.Por: Guillaume CandelaDoctorat, Etudes ibroamricainesUniversit Sorbonne Nouvelle - Paris Muy buenos das, quisiera previamente agradecer la Junta para invitarme aqu eneste centro histrico. Reitero aqu mis profundos agradecimientos a mi amigoRoberto Elissalde quien pudo organizar el encuentro de hoy. Antes de empezar quisiera sealarles que no es para mi un tarea fcil que la depresentar una charla sobre temas que son temas nacionales para ustedes. Igualmentequera precisar que la Historia del Ro de la Plata en el siglo XVI fue y es todavamarginalizada en los trabajos histricos internacionales y en fin quiero decirles querealmente lucho por su rehabilitacin como Historia interesante y fundamental paraentender el proceso de Conquista y de Colonizacin de toda Amrica. Les hago esta precisin porque desde mi llegada en Buenos Aires o sea hace 11das y viv dos experiencias que desgraciadamente me hace pensar que la historia delos primeros tiempos argentinos es desvalorizada por algunos. Primera ancdota es cuando visit al museo del bicentenario que se encuentraatrs de la casa rosada. El museo es realmente muy lindo pero encontr unasala dedicada a la Historia colonial donde aparece un cuadro sealando lafundacin de Buenos Aires en 1580 como si nunca fuera existido la primerafundacin en 1536, repito momento importantsimo en la Historia de America. Y una segunda, en una librera me encontr con el especialista de la seccinHistoria que me cont que no haba nuevos trabajos sobre la conquista del Rode la Plata porque deca que en esta conquista no paso nada y que la HistoriaArgentina se vuelve ms interesante a partir del siglo XIX. Bueno cierro la parntesis pero quera compartir con ustedes estas dosexperiencias que al final me anima para salir adelante y promocionar la Historia delRo de la Plata en el siglo XVI. El titulo de la charla de hoy El fuerte de Buenos Aires en 1541: Entredespoblacin y destruccin surge realmente de una reflexin profunda sobre elcarcter polmico que revela este acontecimiento. Antes de lanzarme en el estudioquisiera conceptualizar las dos palabras claves presente en el titulo. Despoblacin y destruccin no son trminos as explicados en el diccionario de laReal Academia Espaola ya que son sustantivos. Busqu las entradas en eldiccionario a partir de los verbos o sea Despoblar y Destruir y llegamos a lasdefiniciones siguientes: - Despoblar: Reducir a yermo y desierto lo que estaba habitado, o hacer que disminuya considerablemente la poblacin de un lugar. 1

2. - Destruir : Reducir a pedazos o a cenizas algo material u ocasionarle un grave dao. Como ustedes lo pueden observar las dos explicaciones son bastante parecidaspero nos desvela un matiz que adquiere, a la hora de estudiar los primeros momentosde la actual Argentina, una gran importancia. En efecto, decid construir esta comunicacin en tres partes, una primera en dondeaceptaremos la acepcin despoblar como termino adecuado y analizaremos elacontecimiento de 1541. Una segunda parte en donde nuestra visin respetara elenfoque dado por el segundo termino, pues, Destruir y as comentaremos ladestruccin del puerto y fortn de Buenos Aires en 1541. En fin, trataremos de poneren evidencia, gracias al estudio de las fuentes primarias, las causas de la perdida deBuenos Aires en la Conquista del Rio de la Plata.Primera Parte: Despoblamiento de Buenos Aires en 1541: Como lo deca anteriormente, el hecho de haber trasladado el centro de laconquista del Ro de la Plata de Buenos Aires a Asuncin fue siempre polmico. Enefecto, no se analizo el acontecimiento histrico sino que mas bien los historiadoresen la historiogrfica defendieron o atacaron los actos del teniente de gobernador deaquel momento Domingo Martnez de Irala. El debate alcanza su colmo en los aos30 del siglo XX. Un combate aparece en las publicaciones de aquel entonces entredos grandes historiadores argentinos: Enrique de Gandia versus Ricardo LafuenteMachain. Nuestro ltimo historiador se revela ser, en su libro titulado El GobernadorDomingo Martnez de Irala, un gran defensor de los actos del teniente de gobernadorlegitimando sus escritos gracias a la eleccin de fuentes primarias partidarias a Irala.Sin embargo, el trabajo que realizo nuestro historiador es realmente muy bueno y ricoen la profusin de transcripcin de los documentos originales. Para realzar esta ideacabe sealar que la obra fue publicada de nuevo en Asuncin por la Academia de laHistoria Paraguaya en el ao del 2005. Seleccion unas cuantas lneas sacadas del libro para ilustrar mis palabras. Ahora, vamos a intentar a emplear la misma tarea de nuestro autor repasandotodos los documentos originales para darles un panorama, una descripcin de BuenosAires de los 1541.En la pagina 80 nuestro autor observa que: La situacin de los pobladores deBuenos Aires en este momento, era relativamente buena. La tierra produca cosechas,abundaba la caza y pesca. Los ms optimistas decan que se viva tan bien como enEspaa. Felipe de Cceres, [] contaba a sus compaeros que Buenos Aires era unanueva Sevilla.Una primera descripcin bastante idlica de una ciudad que no existe, ya que setrata en este momento solamente de un fuerte. La descripcin se vuelve mas probableen lo que sigue :2 3. Siempre en la pagina 80 el seor Machain seala que: La poblacin seguaencerrada dentro de la empalizada inicial y las autoridades moraban en el navo La Trinidad, encallado en la playa. Sus habitantes sumaban 50 soldados ms omenos y si bien los indios se haban retirado y esto les permita correr la tierra enbusca de caza, la situacin distaba mucho de ser floreciente y sobre todo no ofrecamejores perspectivas para el futuro previsible. Los cultivos se hacan fuera de laempalizada y naturalmente la cosecha estaba pendiente de la vuelta de los indios,siempre temida, en cuyo caso podan repetirse las escenas del sitio de 1536. Esta larga cita nos presenta una vida en un fuerte bastante precaria. Nuestrohistoriador llega aqu a juntar dos descripciones completamente distintas y opuestas.Que interesante ver un historiador de los aos 30 jugar a ser historiador objetivo endonde el argumento balancea y en donde la verdadera realidad parece difusa. Enefecto, su metodologa es muy contempornea y parece respetar las reglasuniversitarias actuales. Volvemos a nuestro asunto, para comprender la cita y entender lo que se estabajugando en aquel entonces tenemos que contextualizar la decisin poltica dedespoblar Buenos Aires. En la cita aparece una fecha 1536, es el ao en donde elprimer Adelantado Don Pedro de Mendoza funda Buenos Aires e igualmente fue elmomento del encuentro, del choque entre dos comunidades: los Cristianos y losindgenas ribereos. Para describir el fenmeno, citar al nico Cronista del Ro de laPlata de esta poca Ulrich Schmidel, un soldado alemn que particip en laexpedicin de Mendoza y nos dejo antes de morir su testimonio. La crnica deSchimdel titulada Viaje al Ro de la Plata tuvo un cierto xito a travs de los aos yvemos que sigue siendo una obra de gran importancia y que interesa a los lectores yaque manejo una publicacin de 2009. Aparece en la crnica un capitulo enterodedicado a la descripcin de los primeros momentos en el fuerte. Cito p. 97: la gente no tenia que comer, se mora de hambre, y la miseria era grande; por finllego a tal grado que ya ni los caballos servan, ni alcanzaban a prestar servicioalguno. As que aconteci que llegaron a tal punto la necesidad y la miseria que porrazn de la hambruna ya no quedaban ni ratas, ni ratones, ni culebras, ni sabandijaalguna que nos remediase en nuestra gran necesidad e inaudita miseria; llegamoshasta comernos los zapatos y cueros todos. Y aconteci que tres espaoles se robaron un rocn y se lo comieron [] loscondenaron a muerte en horca, y los ajusticiaron a los tres. Esa misma noche otrosespaoles se arrimaron a los tres colgados y les cortaron los muslos y otros pedazosde carne [] Tambin un espaol se comi al hermano que haba muerto en laciudad de Bonas Ayers. La descripcin de Schmidel nos pinta una realidad horrible en donde la ausenciade figuras retricas y de cualquier tratamiento esttico del lenguaje caracteriza elextracto y la crnica en general. Vemos entonces que las buenas condiciones de vidas no estaban reunidas para 3 4. construir el futuro de la Provincia del Ro de la Plata. Se va siguiendo despus deaquel da funesto una poltica exploradora cuya meta principal es encontrar un lugarmas seguro en donde los habitantes podran ayudar y participar al buen desarrollo deuna sociedad. Don Pedro de Mendoza interviene al propsito ya en los primerosmomentos y deja como ultimo orden antes de irse, de reunirse al Paraguay en dondeel capitn Juan de Salazar de Espinoza haba fundado el puerto de Nuestra Seora dela Asuncin en 1537. Ahora que hemos rpidamente contextualizado el ao de 1541 gracias a laspalabras de nuestro cronista bvaro, volvemos sobre la decisin de despoblar BuenosAires. Como los habitantes de Buenos Aires realmente recibieron la noticia? Es muy complicado y resulta ser casi imposible de avanzar una respuesta a estapregunta, sabemos que hubo descontento. En efecto, las diferentes oleadas demigraciones hacia al norte mejoro considerablemente las condiciones de vidas en elfuerte y provoco por consiguiente a la hora de dejar el puerto un sentimiento deilegitimidad. Lafuente Machain aade al respecto que cito p. 81: Es claro que algunos se haban encariado con el lugar. El mismo aislamientoofreciales libertades que desconocan en Espaa y no dejaban de tener susatractivos. Carecan de jefes que impusieran trabajo, no estaban sujetos a integrarexpediciones contra los indios y se apegaron a la vida vegetativa, sin otrapreocupacin que la de obtener el sustento diario. Nuestro historiador avanza aqu una hiptesis que desde mi punto de vista no esacertada al contexto. Buenos Aires no se convirti en un paraso como lo sealaronalgunos escritos de la poca. Es el grande problema que el historiador tiene queafrontar y juzgar si las fuentes primarias fueron imparciales ya que muy pocas vecesresultan serlas. Yo me atrevera a pensar que el descontento pudo ser ocasionado enreaccin a la primera medida poltica emprendida por el teniente de gobernadorDomingo Martnez de Irala. En efecto, Irala tiene en aquel momento la difcil tarea dereunir todos los pobladores en Asuncin para poder pensar en un futuro mejor. Escierto que como gobernante, Irala tuvo que afrontar rebeliones y antagonismos porparte de algunos cristianos. Tenemos varios testimonios que atacan directamente aIrala legitimando el acto de despoblar Buenos Aires por razones personales. Machainnos cuenta al propsito que p. 83: Se ha querido ver en este acto, un propsito siniestro de Irala, para encerrarseen el Paraguay, lejos de toda comunicacin con otras localidades castellanas y deEspaa, para asentar su predominio personal y saciar la sed de mando que leatribuyen. As que vemos en esta primera parte que Lafuente Machain prefiere hablar dedespoblacin y defiende con fuerza las decisiones de Irala. Veremos en una terceraparte si realmente podemos estar de acuerdo con la visin histrica que nos proponeRicardo Lafuente Machain. Acabando el capitulo, nuestro historiador cae en la4 5. trampa de la subjetividad dndonos una conclusin completamente partidaria quepone de relieve la fecha de escritura de su trabajo cito p. 86: Por todo esto, sucintamente tratado ac, la despoblacin de Buenos Aires no esun acto reprochable a quien quiera que haya sido su autor. Mendoza, Cabrera oIrala. Fue una medida adecuada al momento de su ejecucin, y el asiento volvi asurgir cuando las circunstancias al variar, hicieron posible y til su existencia.Ahora bien, como ustedes haban entendido Irala no acto solo y le ayudo un talAlonso de Cabrera oficial real. Cabrera no solamente apoyo el proyecto sino que seencargo de todas las escrituras y velo a que la medida sea emprendida en elreglamento de las leyes.Alonso de Cabrera es igual que Irala un hombre en la historiogrfica muypolmico cuya trayectoria es y fue siempre discutida. El ejemplo mas representativode esta caracterstica es la fuente de produccin de escritos histricos. En efecto, Lapublicacin del libro de Ricardo Lafuente Machain en 1939 sobre Domingo Martnezde Irala hace eco a otra publicacin anterior. En efecto Machain quiso restablecer unavisin meliorativa de Irala y puso un contrapuesto a la obra de Enrique de Gandiatitulada Historia de Alonso Cabrera y de la destruccin de Buenos Aires en 1541publicada en 1936.Segunda parte: Destruccin de Buenos Aires en 1541. Si Ricardo Lafuente Machain defendi la tesis de la despoblacin con brillantezusando una metodologa del futuro para con el anlisis de los textos. Enrique deGandia, en su libro, no muestra los mismos talentos que su predecesor. Y podemosobservar que si la riqueza de la obra de Lafuente Machain reside en el comentario delos documentos la de Gandia se encuentra en el carcter narrativo de su trabajo. Enefecto, Gandia aqu no busca realmente la misma meta: el acontecimiento se vuelvepretexto para convertir un hecho real en una historia romanesca. Gandia, igualmentepor sus talentos de escrituras, llega a transportar el lector en el siglo XVI en el fuertede Buenos Aires. Seleccion como en la primera parte algunos pasajes de la obra paraque ustedes pueden compartir conmigo la idea. Primero eleg las descripcionespintorescas que propone Gandia acerca del protagonista Alonso Cabrera: p. 108: Alonso Cabrera hombre que anduvo siempre con el cerebro alteradohasta que la locura termino con su vida . p. 109:los conquistadores decan que Cabrera era hombre cauteloso, desacatado,imperativo, capaz de cualquier maldad. p. 139: La destruccin de Buenos Aires, hecha por inducimiento de AlonsoCabrera, hombre muy sutil, maoso e de males costumbres e inclinacin, bullicioso,desasosegado, [], fue -indiscutiblemente la obra de un loco. Nuestro historiador no se para aqu y se nos va dando a lo largo de su librocantidad de detalles que resultan para el especialista de este tiempo fantasmagricos.5 6. En el capitulo X, capitulo dedicado a la destruccin de Buenos Aires, el autor lo abrevalindose de sus talentos literarios, cito p. 117: La destruccin de Buenos Aires representa en nuestra historia colonial un atrasode treinta y nueve aos para la actual capital de la Argentina [] Desde el ao 1904se sabe documentalmente [] que Buenos Aires no fue destruida por los indios, nique los espaoles la abandonaron por no poder soportar los ataques de losnaturales: versiones, ambas, que ni siquiera tienen el merito de basarse en loscronistas, en lo cual su refutacin, adems de pedante, seria pueril. Buenos Aires fue desmantelada por los mismos espaoles sin que para ellohubiera una autentica necesidad. El inspirador de esta obra funesta fue el veedor defundiciones Alonso Cabrera. Enrique de Ganda ataca directamente a los otros especialistas e historiadoresnacionales que queran lanzarse en el estudio de aquella poca y pienso que elextracto lo pone de manifiesto. El discurso se vuelve autoritario y no deja ningnespacio a otra hiptesis o a otra explicacin de los hechos. Adems Cabrera apareceen el capitulo como el destructor del fuerte. La seleccin de fuentes primariaspartidarias para la conservacin de Buenos Aires parece ser la causa principal de estefenmeno. No me extend sobre el poder de su pluma, en efecto Enrique de Gandiaacaba el capitulo convirtiendo el lector en verdadero testigo pintndonos una escenasacada de una tragedia griega, cito p. 139: Los conquistadores pudieron ver desde los bergantines las grandes columnas dehumo que se levantaban al cielo. Mora la ciudad, mora la luz, moran los sueos decolores. En el lugar donde se haba levantado Buenos Aires no quedaban mas queruinas y olvido. Antes de pasar a la tercera parte de mi estudio, aadir que Enrique de Gandia apesar de no respetar las reglas histricas actuales, que nunca hubiera podido saber,contribuyo a la difusin de la historia argentina colonial y al debate histrico sobrelos acontecimientos realizados en la Provincia del Ro de la Plata en el siglo XVI.Tercera parte: Vuelta al anlisis de las fuentes primarias. Hemos visto entonces como dos historiadores llenaron un vaco historiogrfico encuanto al estudio de los primeros momentos de la Provincia del Ro de la Plata.Ambos nos dieron el acceso a una cantidad de documentos originales transcritos quepusieron en anexos de sus trabajos respectivos. A partir de las fuentes primarias elHistoriador llega a reconstruir un mbito, una hipottica realidad. Como hicieronnuestros estudiosos ahora en una ltima parte vamos analizando los documentosoriginales. Algunos fueron publicados y comentados por nuestros maestros y otrossalen hoy para el estudio de esta comunicacin. Para cumplir con el desafo lanzado en la enunciacin de mi plan de estudio, eleganalizar un corpus de documentos originales que se extiende desde los aos 15386 7. hasta 1545. Tres documentos presentan el estado de Buenos Aires antes de 1541 ycuatros otros abarcan la despoblacin del fuerte. Por falta de tiempo, nocomentaremos la integralidad de los documentos sino que nos detendremos sobre lasdiferentes descripciones y comentarios de los testigos. Vamos pasando los documentos y pondr en ilustracin todas las primeras pginasde los documentos para que ustedes puedan apreciar su patrimonio histrico: El primer documento que propongo al estudio es un documento cuya transcripcinfue publicada en el valioso trabajo de Enrique Pea en 1936 cuyo titulo en las cartasoriginales lleva de: Escrituras y autos correspondientes al Ro de la Plata yynformazion a ierta fuerza que hizo Franisco Ruiz Galan theniente de gobernadordel puerto de Buenos Ayres. 3 junio de 1538. Se trata aqu ms bien de un tipo bien especfico o sea la Informacin. Es parecidoa un interrogatorio en donde aparece primero una serie de preguntas y donde lostestigos por la mayora de acuerdo con ellas aade observaciones y comentarios. Eldocumento es extenso ya que consta de 50 pginas. Ahora destacamos los elementosque pueden ayudarnos a comprender el proceso de despoblacin: El documento se abre por el instigador o sea aqu Francisco Ruiz Galn. Caberecordar que Pedro de Mendoza dejo antes de irse para siempre, a Francisco RuyzGaln como jefe mximo en Buenos Aires. Los escribanos que se encargaron deredactar el documento nos los presenta as: El magnifico seor capitan Francisco Ruyz galan theniente de governador ecapitan general en esta provinia. Todo el documento gira en torno del elogio de los actos que Galn pudo cometeren los primeros momentos en Buenos Aires. al tiempo que el dicho seor adelantado partio desta provinia para los reynosde espaa lo dexo en la gobernaion con tan poco bastimento que no se penso que lagente deste puerto se pudiera sostener porque no avia bastimento mas de para incoo seys meses ni vergantines en que lo poder yr a buscar.Se trata aqu de las palabras de Galn que ataca directamente el adelantado queparece en este extracto como cobarde. Otro elemento interesante a constatar, es lasituacin desastrosa en la que se encuentran los pobladores en estos aos de 1537 y1538. No solo los habitantes de Buenos Aires sufran en aquel momento de la falta desustento sino que igualmente los habitantes del fuerte construido sobre el Paranllamado Corpus Christi, cito: vino el alferez Juan de morales en un batel el qual venya por socorro de rescatespara la gente que estava en el puerto de corpus christi que dezia que ansi mesmomoria de hanbre. Como ustedes lo pueden observar la situacin es aun ms complicado en esta zonade la provincia y como hombre muy astuto parece que el teniente de gobernador7 8. Francisco Ruyz Galn llega a encontrar las soluciones a todos los problemas:construye barcos y manda al puerto de Corpus Christi cantidad de bastimentos parasalvar los habitantes del fuerte. No entendemos entonces en donde saca todo lo queenuncia en el texto, cito: hizo hazer dos vergantines para yr a rescatar pescado y manteca al dicho puertode corpus christi y los yndios que alli residen porque la gente no muriesen de hambree ansi mesmo hizo hazer iertas roas en las quales se senbro mayz para que la gentecomyese. El documento alaba a todos los actos de Francisco Ruyz Galn y todos los testigosque seguirn en el documento se ejecutaran a calcar, a reproducir el discurso elegiacohacia Galn. As que pasaran los conquistadores presentes en el puerto cada uno suturno, tales como se encuentran en el documento: Juan Pabon de Badajoz thenientede alguazil mayor, que se vuelve en su descripcin mas preciso ya que aade que: asi mesmo vee e a visto la necesidad y falta que ay de bastimentos e como no seda a los soldados mas de ocho onas de maiz cada dia. No llegu a encontrar una correspondencia exacta con esta medida de peso, perome imagino, respetando la lgica del discurso, que representaba una cantidad nfimade alimentos para cada soldado. Algunos como el conquistador Bartolom Gariavecino de la villa de Morn junta los dos argumentos avanzados por su jefe y por sucompaero conquistador en la misma frase, cito: al tiempo que el seor adelantado partio de esta provinia para los reynos deespaa dexo en este puerto muy poco bastimento porque no se davan mas de dozehonas de harina por honbre de raion cada un dia e no tenyan otra cosa e la gentetenia mucha necesidad e falta de bastimento. Todos los pobladores pasan y atestiguan del buen fundamento de las palabras deljefe y se encuentran en el documento una variedad de hombres con oficioscompletamente diferente, aparece como testigo en un momento un tal Juan deMoyano Zapatero, un tal Simon Luis Carpintero, el sargento Martin Venon,Francisco de Vergara alguacil mayor, Hernan Vaez otro carpintero, Bastian AlfonsoCarpintero, Alonso Rodrigo de Aznaga aserrador y bien otros. El documento pone enevidencia una comunidad de personas eclctica en todos los sentidos. Si bienencontramos testigos provenientes de diferentes horizontes: Castellanos, Andaluzes,Alemanes, Portugueses, Ingleses, Flamencos, etc... No podemos olvidar que en esta sociedad los religiosos tenan un papelpreponderante en el buen desarrollo de la vida cotidiana, y ellos no faltan aqu ycitar para ilustrar al ltimo que cierra el documento, un tal Fray Ysidro de la ordende San Geronimo que nos cuenta al respecto que: Al tiempo que el seor adelantado Don Pedro de mendoa partio para los8 9. reynos de espaa dexo en este puerto muy poco bastimento a la gente en grannecesidad porque cada dia hera menos el bastimento e no avia bergantines ny ottroaparejo alguno en que poder yr a buscarlos [] sino fuera por la buena diligencia econtinuo trabajo del seor thenyente de gobernador que tubo en hazer vergantinespara el reparo deste puerto e del puerto de corpus christi a el y tiene por ierto quese vieran en gran peligro la gente desta provinia. Todos los testimonios a pesar de tener un cariz elegiaco para con el jefe instigadorde la creacin del documento, estos escritos hablan al unsono para decir que BuenosAires no fue en estos aos un lugar idlico en donde abundaban alimentos. Los otros documentos que ahora veremos son muy cortos en comparacin pero nodejan de ser interesante. As como el 18 de noviembre de 1538, Alonso Cabreraresume la situacin en una pequea frase en donde aparece la descripcin de BuenosAires, cito: y bolvyo a este dicho puerto con toda su gente por la mucha anbre y necesidadque pasavan. Esta situacin preocupa mucho por su puesto a los habitantes y oficiales reales enaquel momento y a partir del ao de 1539, Alonso Cabrera como representantemximo de los oficiales toma la decisin el 15 de marzo de 1539 de mandar cartas almonarca y emperador o sea Carlos V avisndole de la situacin desastrosa en que seencuentra el centro de la conquista de la Provincia del Ro de la Plata. La brevedaddel discurso sigue caracterizando la escritura de Cabrera ya que para explicar laposicin frgil del fuerte se vale de solamente cuatro lneas: para que su magestad mande enbiarnos socorro de vytuallas armas y otrosaparejos para que podamos yr en socorro del yllustre seor Juan de Ayolasgobernador de esta provinia que esta en serviio de su magestad en eldescubrimyento desta conquysta atento la gran necesidad en que estamos e falta dearmas. Para atraer la atencin del Emperador o de sus consejeros, Cabrera tuvo queencontrar otras metas que solamente la de pedir alimentos para la sobrevivencia delos habitantes del Ro de la Plata y para ello opto por el socorro, para retomar suspalabras, de la figura mas importante de la zona o sea Juan de Ayolas, gobernador ycapitn general de la provincia del Ro de la Plata en aquel momento. Esta astucia notuvo los frutos esperados y se enteraron luego que el gobernador Juan de Ayolasmuri. Pas a ser jefe supremo de la Provincia Domingo Martnez de Irala y este conCabrera llegan a la decisin final en 1541 de desmantelar el puerto de Buenos Aires.Ambos escribirn dos documentos fundamentales en la Historia del Ro de la Platapublicados en la obra de Ricardo Lafuente Machain. El primer escrito el 10 de abrilde 1541 trata de poner en marcha el proyecto de despoblacin, pues se trata de unrequerimiento y una respuesta entre Cabrera e Irala y el segundo fue redactado enmayo o junio de 1541 al dejar Buenos Aires y se trata de una noticia explicativa de 9 10. como venir a Asuncin explicando las razones de la mudanza del centro de laconquista. Por falta de tiempo nos detendremos solamente sobre el segundo escrito deDomingo Martynez de Yrala cuya transcripcin como les deca aparece en el trabajode Ricardo Lafuente Machain en la pagina 385. El titulo acompaante el documentoes Relacin que dejo Irala al despoblar Buenos Aires. En esta carta, Irala por primeravez hace prevalecer su fuerza: la pluma. En efecto la formacin inicial de DomingoMartnez de Irala no fue militar sino que tuvo una formacin de escribanos y a travsel primer escrito redactado por l, vislumbramos una aptitud a la escritura. Este armale ayudara mucho al acceso hasta su muerte a los cargos ms altos de la Provincia.Seleccion algunos pasajes para que ustedes se puedan dar se cuenta de la habilidadde nuestro autor. he determinado de llevar la gente que estava en el puerto de buenos ayres parala juntar con la questa arriba en el paraguay. p.385 e asi mesmo con los pareceres de la gente mas principal que presente se halloen este puerto de buenos ayres. p.385. Aqu, Irala no deja ninguna duda al lector la decisin fue aceptada por el conjuntode los habitantes del puerto. Ahora para convencer a los futuros expedicionariosespaoles o cristianos, Irala debe justificar su accion y llega a hacer con esplendor,cito: [] por escusar los daos que la gente en el dicho puerto de buenos ayresResidia continuamente rreibia de los indios de las comarcas. p.385. thenemos de paz como vasallos de su magestad los yndios guaranis sy quiercaryos p.386. Los cuales sirven a lo cristianos asy con sus personas como con sus mugeres entodas las cosas del serviio necesarias y an dando para el serviio de los cristianosseteientas mugeres para que los sirvan en sus casas y en las rroas. Estas dos citaciones contrapone la idea sobre los indgenas que solan tener losconquistadores habitantes del puerto de Buenos Aires. Si los nativos o habitantesoriginarios reciben mejor en Paraguay la tierra igual parece corresponder a ladescripcin idlica de las relaciones Cristianos Indgenas, cito: Se tiene tanta abundancia de mantenimientos que no solo ay para la gente queally reside mas para mas de otros tres mill onbres encima. La descripcin paradisaca del Paraguay sigue y alcanza el colmo con esta cita: de los quales avemos avido cantydad de plata y mucho oro que nos pareevaxo l.46-47. 10 11. As que Irala en su carta no menciona ningunos de los dos trminos que nosinteresa para el estudio de hoy pero podemos llegar a la conclusin que esta cartanimo a los pobladores de dejar el puerto vaco. Pero as mismo, Irala sabe y lo poneen su relacin que Buenos Aires seguir siendo un punto en la Provincia de granimportancia ya que no menciona otra ruta, o va para llegar al Paraso Paraguayo.Conclusin A modo de conclusin puedo decir que las fuentes primarias me guiaron hacia unarealidad de despoblacin y no de destruccin. En efecto, no encontrando otra va decomunicacin con Espaa los habitantes y jefes no tenan otra solucin que la deesperar socorro y ayuda pasando previamente por el puerto de Buenos Aires.Reanudo con la idea emitida por el historiador Ricardo Lafuente Machain quien seopuso al argumento fcil de encontrar como causa principal del despoblamiento elencerramiento y as la posibilidad por Domingo Martnez de Irala de imponer unapoltica personal.11