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Lenguaje y Comunicación Cuarto Medio Prof. Julia Gallardo Géneros periodísticos El periodismo es el oficio o la profesión que tiene como fin buscar noticias e información, las cuales se pueden sintetizar o jerarquizar para ser publicadas o difundidas, con la finalidad de que la sociedad siempre esté enterada de lo que ocurre a su alrededor. Quienes ejercen el periodismo, emplean varias modalidades, lo que nos induce a reconocer que existen diversas clases de periodismo dependiendo del tema que se toque y de la manera cómo se exprese. Las tres grandes clases de periodismo existentes son el periodismo informativo, el periodismo interpretativo o investigativo y el periodismo de opinión. En cuanto al tema sobre el cual hable, el periodismo puede ser cultural, deportivo, político, social, económico y de entretenimiento, entre otros. Hay tantas clases de periodismo como temas en la sociedad. El periodismo es, entonces, una especie de espejo, en el cual se mira la sociedad, donde se puede intentar entender lo que le pasa al ser humano en cualquier parte del mundo; es una manera de saber qué ocurre en lugares lejanos que no es posible visitar, en las ciudades que ni siquiera sabemos que existen; es, finalmente, la forma más práctica de conocer el mundo y lo que sucede con él. La imagen que entrega el espejo adquiere algunas formas distintas según una mayor o menor elaboración o según el uso de ciertas fórmulas de redacción, a estas formas se les llama géneros periodísticos. Entonces, tal como en una esfera más amplia lo son los géneros literarios, los géneros periodísticos son formas de expresión escrita que difieren según las necesidades u objetivos de quien los utiliza. Así, un género periodístico se define en función del papel que juega el narrador o emisor del mensaje en relación a la realidad observada. Expresado de una manera más simple y generalizada, diremos que un género periodístico es una forma literaria que se emplea para contar cosas de actualidad a través de un periódico. Sin desconocer que estas mismas formas, con algunas modificaciones obligadas por las características de los medios de comunicación, son las mismas que se usan tanto en radio como en televisión. Según el nivel de objetividad o de subjetividad que el emisor (el periodista) le imprima al mensaje o texto periodístico hablaremos de tres géneros periodísticos (o clases de periodismo como expresamos anteriormente). Género informativo: su objetivo es entregar información de actualidad y su función principal es exponer los hechos. Dentro del género informativo encontramos la noticia y la entrevista. Género interpretativo o investigativo: profundiza sobre la información y su finalidad principal es relacionar la actualidad con su contexto. Su función principal es la explicación. El reportaje, la crónica, la crítica y elensayo periodístico serían textos interpretativos. Género de opinión: en estos textos el periodista toma partido por una postura u otra a partir de la información que tiene. Tratará de convencer al lector de que su posición sobre el tema es la correcta. Su función es persuadir al destinatario. El editorial, la columna o el artículo son expresiones de este género de opinión. Periodismo: ojos y oídos de la sociedad libre.

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guia de lenguaje IV medio de los textos periodísticos de opinión

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    Prof. Julia Gallardo

    Gneros periodsticos

    El periodismo es el oficio o la profesin que tiene como fin buscar noticias e informacin, las cuales se pueden sintetizar o jerarquizar para ser publicadas o difundidas, con la finalidad de que la sociedad siempre est enterada de lo que ocurre a su alrededor. Quienes ejercen el periodismo, emplean varias modalidades, lo que nos induce a reconocer que existen diversas clases de periodismo dependiendo del tema que se toque y de la manera cmo se exprese. Las tres grandes clases de periodismo existentes son el periodismo informativo, el periodismo interpretativo o investigativo y el periodismo de opinin. En cuanto al tema sobre el cual hable, el periodismo puede ser cultural, deportivo, poltico, social, econmico y de entretenimiento, entre otros. Hay tantas clases de periodismo como temas en la sociedad. El periodismo es, entonces, una especie de espejo, en el cual se mira la sociedad, donde se puede intentar entender lo que le pasa al ser humano en cualquier parte del mundo; es una manera de saber qu ocurre en lugares lejanos que no es posible visitar, en las ciudades que ni siquiera sabemos que existen; es, finalmente, la forma ms prctica de conocer el mundo y lo que sucede con l. La imagen que entrega el espejo adquiere algunas formas distintas segn una mayor o menor elaboracin o segn el uso de ciertas frmulas de redaccin, a estas formas se les llama gneros periodsticos. Entonces, tal como en una esfera ms amplia lo son los gneros literarios, los gneros periodsticos son formas de expresin escrita que difieren segn las necesidades u objetivos de quien los utiliza. As, un gnero periodstico se define en funcin del papel que juega el narrador o emisor del mensaje en relacin a la realidad observada. Expresado de una manera ms simple y generalizada, diremos que un gnero periodstico es una forma literaria que se emplea para contar cosas de actualidad a travs de un peridico. Sin desconocer que estas mismas formas, con algunas modificaciones obligadas por las caractersticas de los medios de comunicacin, son las mismas que se usan tanto en radio como en televisin. Segn el nivel de objetividad o de subjetividad que el emisor (el periodista) le imprima al mensaje o texto periodstico hablaremos de tres gneros periodsticos (o clases de periodismo como expresamos anteriormente). Gnero informativo: su objetivo es entregar informacin de actualidad y su funcin principal es exponer los hechos. Dentro del gnero informativo encontramos la noticia y la entrevista. Gnero interpretativo o investigativo: profundiza sobre la informacin y su finalidad principal es relacionar la actualidad con su contexto. Su funcin principal es la explicacin. El reportaje, la crnica, la crtica y elensayo periodstico seran textos interpretativos. Gnero de opinin: en estos textos el periodista toma partido por una postura u otra a partir de la informacin que tiene. Tratar de convencer al lector de que su posicin sobre el tema es la correcta. Su funcin es persuadir al destinatario. El editorial, la columna o el artculo son expresiones de este gnero de opinin.

    Periodismo: ojos y odos de la sociedad libre.

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    Prof. Julia Gallardo Anotado lo anterior, es necesario agregar que los gneros periodsticos no

    son una clasificacin absoluta o universal como la mayora de los aspectos del periodismo. La teora periodstica surge como consecuencia del trabajo diario de los periodistas. Por ello, los textos periodsticos no se distinguirn claramente unos de otros, si no que ms bien comparten sus caractersticas. En la prensa escrita, fundamentalmente, podemos diferenciar los tres tipos de gneros periodsticos, aunque a veces cuesta caracterizar uno y otro. Los diarios y las revistas incluyen entre sus contenidos pginas reservadas a cada uno de estos gneros. Si se presta un poco de atencin, al leer un peridico el lector puede darse cuenta de si el periodista tiene una actitud esencialmente informativa, o una de carcter explicativo, cuando escribe una noticia. Tambin es posible percatarse de que el editorialista o columnista de opinin aboga por unos principios o planteamientos definidos, por lo que tratar de convencernos de sus propias ideas. As, la informacin, la interpretacin y la opinin que encontramos en la prensa enriquecen nuestra visin de la actualidad. Son actitudes y gneros que se complementan pues cada uno desempea sus propias funciones. El problema surge si el lector confunde una opinin personal de un colaborador del peridico con un dato informativo que se supone objetivo y veraz.

    Ensayo

    Intento de definicin El Diccionario de la Real Academia Espaola define el ensayo como "escrito, generalmente breve, sin el aparato ni la extensin que requiere un tratado completo sobre la misma materia". Por su etimologa, la palabra ensayo se refiere al acto de pesar, del latn "exagium", que significa, precisamente, pesar, medir, poner en la balanza. El ensayo es uno de los gneros literarios ms modernos y ms populares en la actualidad. Es un escrito en prosa, generalmente breve, que expone una interpretacin personal y subjetiva de un tema, sin profundizar en l, con una finalidad divulgativa. El ensayo es una reflexin desde la perspectiva personal de su autor. Como todo escrito, nace en tensin con el ambiente cultural en que se concibe, pero busca trascenderlo al hacer del ser humano punto de partida y destino a la vez. Hay ensayos histricos, filosficos, cientficos, literarios, estticos..., pero ninguno de ellos pretende encontrar soluciones definitivas ni hacer un estudio exhaustivo de las cuestiones planteadas. El ensayo es un gnero relativamente moderno, pero sus orgenes pueden rastrearse desde pocas remotas. Slo en la edad contempornea ha llegado a alcanzar una posicin central. En la actualidad est definido como gnero literario debido al lenguaje muchas veces potico y cuidado que usan los autores, pero en realidad el ensayo no siempre podr clasificarse como tal. En ocasiones se reduce a una serie de divagaciones, la mayora de las veces de aspecto crtico, en las cuales el autor expresa sus reflexiones acerca de un tema determinado o,

    Temticas dismiles puestas en la balanza de las ideas.

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    incluso, sin tema alguno. Quizs esta sea la razn por la cual en algunos contextos educativos se trata slo como una forma discursiva. Caractersticas del ensayo Considerado como un gnero literario muy heterogneo, algunos autores rastrean su origen en la antigua oratoria grecorromana, y sealan como algunas de sus caractersticas bsicas, las siguientes: Variedad y amplitud de los temas tratados: literarios, filosficos, religiosos, humansticos, sociolgicos, artsticos, etctera. Orientacin libre (elogio, vituperio, exhortacin). Libertad de tono, dentro de un estilo sencillo, natural, amistoso (lrico, retrico, emocionado, meditativo...). Se mezclan elementos (citas, proverbios, ancdotas, recuerdos personales). Sin orden preestablecido (se divaga), es asistemtico. Relativamente breve, aunque existen obras ensaysticas que poseen la extensin de un libro. No se sujeta a lmites formales estrictos, es decir, su estructura es abierta. Lo que implica un planteamiento subjetivo del tema (la postura es personal y expresa estados de nimo). Lenguaje conceptual, expositivo o discursivo. Estilo elegante y ameno. En efecto, el ensayo, a diferencia del texto informativo, no posee una estructura definida ni sistematizada o compartimentada en apartados o lecciones, y no pretende informar, sino persuadir o convencer y va dirigido a un pblico amplio. Otras formas expresivas (gneros didcticos les llaman algunos) emparentados con el ensayo son: El discurso (en el sentido de "discurrir" sobre un tema concreto), exposicin de su pensamiento que hace alguien al pblico con un fin persuasivo. La disertacin El artculo de prensa, texto de escasa extensin sobre un tema determinado, que se inserta en la prensa escrita. Los gneros renacentistas y humansticos del Dilogo, en sus variantes Platnica, Ciceroniana y Lucianesca. La epstola. La miscelnea. El opsculo-folleto: de extensin menor que la del libro; los dos trminos son sinnimos, pero suele adjudicarse al primero una dignidad ideolgica carente en el segundo.

    Aristteles

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    Prof. Julia Gallardo El panfleto. Es un folleto u hoja de propaganda poltica o de ideas de cualquier clase. El manifiesto: Documento en el que una persona, grupo o entidad publica sus intenciones. Son famosos los manifiestos romnticos o vanguardistas. El Estudio y tratado: textos de cierta extensin, que sistematizan un determinado saber o materia y que estn ms cerca del lenguaje cientfico que del ensaystico. Una historia del ensayo Como gnero literario es de aparicin reciente, si bien su nombre se remonta a la antigedad, como ya dijimos. En efecto, en La Potica de Aristteles, los

    Tratados Morales de Sneca, el Antiguo Testamento, el Eclesiasts, los Dilogos de Platn encontramos sus rasgos caractersticos de ensayar, probar, examinar (meditaciones). Pero es imposible ubicar el origen del ensayo sin remitirse a Montaigne. Quien no slo fue el primero en utilizar la palabra, sino que tuvo conciencia del carcter singular del texto. Dentro del mismo siglo XVI, en 1597, comienzan a publicarse los primeros ensayos de Francis Bacon. Ambos escritores establecen los pilares del nuevo gnero. Desde sus inicios, el ensayo suele caracterizarse por su tono agresivo o polmico, su raz es la duda, eso explica su aparicin generalmente en pocas en las que conviven tendencias opuestas. A fines del siglo XVI, afanes experimentales se enfrentan al principio de autoridad, all surgen los Essais de Montaigne. En el siglo XVIII, vuelve a estar de moda cuando el afn del hombre por analizar y experimentar hace surgir el Liberalismo. El ensayo en Chile por Jorge Arturo Flores El cultivo del ensayo literario en Chile no ha tenido mayores exponentes. Los que han pisado sus dominios son pocos, aunque buenos. La denominacin de ensayo, si hemos de creerle a la Real Academia Espaola de la Lengua, es un escrito en el cual un autor desarrolla sus ideas sin necesidad de mostrar el aparato erudito. La definicin es clara, aunque dudamos que aquello de sin necesidad de mostrar el aparato erudito fructifique o llegue a buen puerto. Conociendo la humildad literaria de los autores, si fuese una condicin sine qua non, simplemente no escribiran. Ante todo, la demostracin del saber. Los motivos para desarrollar la vena ensaystica son mltiples y provienen de diferentes vertientes, que no necesariamente resultan literarias. El ensayo se hace profuso en materias polticas, econmicas, filosficas, sociales, histricas, religiosas, deportivas, etc. Ah abundan los cultores. Pero como nos interesan los escritores chilenos, hemos visualizado a uno grande, el cual, lamentablemente, no ha tenido la repercusin que se merece. Antes de nombrarlo, expresemos que la tarea literaria de Alone, Ricardo Latcham, Ral Silva Castro, Domingo Melfi, Eduardo Solar Correa, Fernando Duran, Mariano Latorre, Fernando Alegra (ver en cronicaliteraria.wordpress.com ensayo sobre su obra), Ignacio Valente y la de varios novelistas, tpanse con el gnero del ensayo literario en muchas oportunidades, especialmente cuando teorizan sobre el texto en s. Alone, tal vez, es el que lo roza con mayor propiedad, fundamentalmente cuando se expande en algunas teoras literarias que

    Sneca

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    Prof. Julia Gallardo tienen que ver con la crtica literaria en especial o con el conocimiento

    biogrfico literario de algunos escritores. Sin ir muy lejos, su libro Los Cuatro Grandes de la Literatura Chilena es un ensayo de tomo y lomo al igual que su libro Don Alberto Blest Gana, que roza la perfeccin en cuanto a fondo y forma. No por nada fue premiado en un certamen de la Universidad de Chile. Ms informacion sobre los nombrados anteriormente se encuentran en nuestro portal Semblanzas Literarias (http://www.semblanzasliterarias.wordpress.com) como asimismo en est pagina. Pues bien, quien nos parece el ms grande de los ensayistas chilenos es Benjamin Subercaseaux. (ampliar informacin sobre l leyendo en el portal(http://www.semblanzasLiterarias.wordpress.com yhttp://www. cronicaliterarias.wordpress.com)Lo hemos repetido tanto. Lo es por cultura, por lenguaje, por estilo, por ideas, por vanguardia, por ser demasiado distinto a sus congneres. Si bien public cuentos, poemas y novelas, su mayor aporte es el ensayo. Pilar fundamental es la Sico Antropologa, donde teoriza sobre la Desnaturacin del Hombre. Sus principales textos sobre el tema son: Santa Materia, El Hombre Inconcluso ( ensayo psico-antropolgico sobre la heterogeneidad psquica de la especie humana), Historia Inhumana del Hombre ( introduccin a la Psicoantropologa) y Una nueva interpretacin del hombr ( teora de la desnaturacin antropolgica). Sin embargo, la popularidad la obtuvo con un libro diferente en esos campos como lo fueChile o Una Loca Geografa. Nosotros preferimos el otro, Chile, Tierra de Ocano. Subercaseaux tiene una manera de escribir sugestivo, con expresiones que no son rebuscadas y donde el acento francs es preponderante, en cuanto a claridad, sencillez, orden y elegancia. Es por ello que materiales tan complejas como la Sicologa, la Antropologa, la historia o la geografa son tratadas con amplitud y llaneza desde su pluma.. Adems de su indudable erudicin, resalta por la forma simple de llegar al lector comn, tratando materias que no son de ordinaria ocurrencia. Eso se agradece. En materia poltica, econmica, social o religiosa hay varios exponentes y su lectura es motivo de placer para quienes ocupan el mismo barco. Pero, medidos por la vara literaria, son una soberana lata. Hay ms ensayistas de renombre en Chile o Sur Amrica? El lector tiene la palabra. La crtica Consiste en el anlisis y comentario de cualquier clase de tpico, inclusive las actuaciones del gobierno; pero de ordinario sus temas favoritos son artsticos, literarios y deportivos. Es fruto de la cultura y conocimientos del periodista y responde al examen concienzudo que se haga de una obra o de un suceso. La crtica debe ser escrita con objetividad y sin apasionamiento. La crtica cumple una labor de interpretacin de diversos acontecimientos culturales. La crtica periodstica cumple tres funciones simultneas: informa, orienta y educa a los lectores. Hoy en da la produccin cultural y artstica es altsima. Desde luego esta gran oferta cultural es enriquecedora para la sociedad pero tambin conlleva una serie de riesgos, probablemente el ms importante sea el de la confusin. La crtica adquiere cada vez una mayor importancia, precisamente porque su principal tarea es la de orientar al pblico y filtrar, en cierto modo, aquellas obras que renen unas mnimas cualidades artsticas. La tarea del crtico es siempre controvertida y no debes olvidar que se mueve en el territorio de la opinin personal, de la valoracin subjetiva. Resulta imprescindible, para el periodista que se dedica a la crtica, una gran especializacin en aquella temtica que trata. El crtico es un especialista, o al menos debera serlo, en la materia que analiza. Debe fundamentar y probar aquello que afirma, sin caer en el dogmatismo ni en la opinin totalitaria.

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    Prof. Julia Gallardo La crtica periodstica es un gnero algo diferenciado del periodismo por

    las funciones especficas que cumple y tambin por una serie de caractersticas propias: debe ser breve pero no superficial, gil y rpida pero al mismo tiempo reflexiva, profunda y argumentada. Su tono cultural es elevado pero obligatoriamente debe ser inteligible, comprensible para cualquier lector: el crtico no debe olvidar que no escribe para especialistas. El crtico debe ser fiel a elevadas exigencias en cuanto a su tica profesional, no puede dejarse influir por sus propios intereses o debilidades personales a la hora de realizar su interpretacin y juicio sobre la obra artstica. Ni para elogiar gratuitamente, actuando ms de propagandista que de crtico, ni atacando injustificadamente con la intencin de ridiculizar y perjudicar a la obra y a su autor. Su actitud debe partir de la ecuanimidad y el respeto a aquello que juzga, aunque exprese las carencias y defectos que bajo su criterio presenta. Debe ser positivo, resaltando las cualidades de lo que juzga en primer lugar y

    despus referirse a las carencias y las valoraciones negativas. Existen distintos tipos de crticas en funcin de la temtica que abordan: crtica literaria, crtica cinematogrfica, crtica teatral, crtica musical, crtica de arte (pintura, escultura y arquitectura). En ltimo lugar debemos destacar la crtica de radio y televisin, que se encarga de valorar sus respectivos programas.

    La crnica: caractersticas, tipos y estructura

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    La crnica es un estilo situado a medio camino entre la noticia, la opinin y el reportaje. Se trata, por lo tanto, de un estilo hbrido.

    Puede emplearse el estilo de crnica cuando se trate de informaciones amplias y detalladas escritas por especialistas del peridico en la materia de que se trate, corresponsales en el extranjero, enviados especiales a un acontecimiento o comentaristas deportivos, taurinos o artsticos.

    La crnica debe contener elementos noticiosos y puede incluir anlisis (y, por tanto, cierta opinin o interpretacin). El autor debe, no obstante, explicar y razonar las interpretaciones que exprese, y construir su texto de modo que la informacin prime sobre la interpretacin. No es conveniente, en cambio, expresar opiniones personales o hiptesis aventuradas. Las exigencias informativas de rigor y edicin en una crnica son asimilables a las de las noticias.

    La crnica debe mostrar un estilo ameno, a ser posible con ancdotas y curiosidades. La crnica permite un vocabulario ms rico y un estilo ms flexible, incluso literario. Una crnica explica las expresiones, las enmarca en un contexto, las evala, refleja las sorpresas y describe el ambiente.

    La crnica de acontecimientos deportivos o taurinos no debe olvidar los datos fundamentales para los lectores que no los han presenciado, aunque fueran transmitidos por radio o televisin.

    Avatar, segn la crtica, rompe los moldes.

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    Prof. Julia Gallardo Por influencia de la terminologa norteamericana se llama tambin

    crnica a la informacin que suministran los corresponsales y los enviados especiales, que viven de cerca un acontecimiento en un lugar determinado. Este tipo de crnica se publica con continuidad durante varios das. De este modo, el periodista informa del desarrollo del acontecimiento.

    Tipos de crnica

    Existe una gran variedad de tipos de crnica. Cualquier noticia es susceptible de convertirse en una crnica. Aqu sealamos las ms importantes.

    La crnica parlamentaria La crnica deportiva La crnica de guerra La crnica de viajes La crnica de sociedad La crnica de sucesos La crnica taurina La crnica cultural

    Estructura de la crnica La crnica disfruta de mucha libertad para su redaccin. No tiene una estructura fija como en el caso de la noticia o del reportaje. No obstante, distinguimos algunas partes que no deben faltar en una crnica bien redactada.

    Ttulo. Debe ser claro, conciso y atractivo para despertar el inters de los lectores. El receptor ha de decidir al instante si es de su agrado o no y decidirse si va a detenerse a leerla.

    Noticia. Es la informacin objetiva sobre los hechos ocurridos. Lo normal es que los datos esenciales aparezcan al comienzo, pero el cronista aade ms datos a medida que escribe la crnica.

    Comentario. Son las reflexiones que el cronista va haciendo sobre los hechos que narra. Estas reflexiones suele hacerlas en tercera persona. Busca un distanciamiento para dar mayor verosimilitud y credibilidad a lo que est contando.

    Columna de Opinin Qu es una columna de opinin? La columna de opinin es un artculo fcilmente identificable dentro de un medio escrito dado que tiene caractersticas muy definidas:

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    Nombre fijo: la columna tiene un ttulo que la identifica. Periodicidad: las columnas aparecen un da fijo en la semana. Presentacin uniforme: la columna tiene la misma extensin, est ubicada en la misma pgina o seccin, el mismo tipo de letra, de tal manera que el lector la pueda reconocer fcilmente. Identificacin del autor: por lo general va acompaada de la foto del autor o de un dibujo que lo identifica. Al igual que el editorial, la columna interpreta, comenta y valora ciertos hechos, acontecimientos o o situaciones expresando su punto de vista al respecto. En ocasiones, incluso solicitando algn comportamiento especfico por parte del lector.

    Sin embargo, existen grandes diferencias entre estos dos tipos de artculos, partiendo por la ms importante que es que la columna no representa el pensamiento del diario como institucin, sino que la de su autor. Y esta apreciacin sobre los hechos a veces incluso puede discrepar abiertamente con la postura institucional que expresa el diario en sus editoriales. Por lo mismo, lleva la firma de quien la escribe, dado que esa persona es responsable social y legalmente por sus dichos.

    Dado que este artculo representa la visin particular del columnista, se escribe en primera persona y no necesariamente necesita validar todas sus opiniones con argumentos slidos y profundos como el editorial. En muchas ocasiones puede sustentar sus dichos slo en base a sus propias experiencias de vida o simplemente entregar una opinin sobre un tema sin ms. El objetivo de este tipo de artculos tambin es un gran elemento diferenciador, dado que el columnista no requiere abordar temas trascendentes para la sociedad. Las columnas ms bien persiguen entregar momentos de recreacin, motivo por el que se encuentran en un gnero hbrido entre la literatura y el periodismo. Sus temticas por lo mismo son mucho ms variadas que las de los editoriales, que slo abordan noticias que poseen una gran relevancia. As, los temas en las columnas van desde el ms serio al ms cotidiano: de humor, culturales, polticas, econmicas, sociales, deportivas, de modas, msica, etc. Por ltimo, el estilo del columnista es ms libre e informal que los editorialistas, quienes siempre estn sometidos en su escritura a cierta solemnidad. El columnista en cambio puede elegir el tono, la perspectiva, la seriedad, etc, con la que piensa dirigirse a sus lectores. De hecho, no es raro que hagan uso frecuente de la irona. Este estilo es lo que les permite establecer una fuerte identificacin con el lector. Temtica de las columnas. En el caso de las columnas de opinin, dado que los mbitos de los temas son tan variados, no necesariamente el columnista va a abordar una temtica que va a ser de inters general para todos. En este caso, se cambia el concepto de inters general o trascendencia por interesante. Es decir, que logren desarrollar una columna que pueda ser entretenida y que aporte algo al lector, an cuando sea, slo un poco de humor. Por lo general la gran fuerza de las columnas de opinin reside en la figura del autor, ya que se trata de un personaje socialmente legitimado para opinar sobre el tema que aborda en su texto. De hecho, su credibilidad y su capacidad de influir radican en el prestigio y la autoridad que tiene su firma para los lectores.

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    Prof. Julia Gallardo No todas las columnas son escritas por periodistas, porque cualquier otro

    profesional puede expresarse mediante un artculo de opinin. Pero independiente de la profesin de quien escribe, suelen ser personajes con muchos aos de experiencia y una trayectoria conocida por la opinin pblica. As, un columnista -sea periodista o especialista- puede practicar el periodismo cuando logra que muchas personas lean sus escritos, dado que el pblico le reconoce autoridad y competencia para interpretar los hechos. Desde el punto de vista periodstico, existen dos tipos de articulistas. Los periodistas profesionales quienes obtienen la informacin que desarrollan a travs del contacto personal con las fuentes vivas de informacin. Aunque tambin la recaban mediante el estudio bibliogrfico y documental constante. Sus juicios estn basados en el conocimiento que tienen del asunto en cuestin y de la experiencia que la misma profesin les provee. Los colaboradores que son especialistas que tienen una profesin distinta al periodismo, es decir, especialistas en la materia acerca de la cual escriben -economa, poltica, jurisprudencia, psicologa, medicina, sociologa, etc.-, y por lo mismo son autoridades en el tema. Las opiniones que entregan y los anlisis que realizan estn basados en sus conocimientos profesionales y sus artculos, por lo general, estn ligados a temas actuales y de inters general. Cmo se escribe la columna? A la pregunta de cmo se escribe una columna de opinin se puede responder con una obviedad: se escribe opinando, comentando cosas. Se parte de un hecho que llama la atencin al columnista, de acuerdo a la especialidad de la columna, y sobre el cual tiene suficientes antecedentes que le permiten desarrollar una opinin al respecto. De manera general, las columnas de opinin se desarrollan con bastante libertad en cuanto a su estructura, aunque se puede utilizar como modelo, lo convencional en un artculo de opinin: Presentacin del tema. Opinin u apreciacin sobre el tema y en este caso, no siempre van apoyadas con argumentados, como se les exige en el editorial. El columnista informa y analiza en forma breve y mediante un lenguaje personal, haciendo de la condicin subjetiva la caracterstica ms relevante de sus escritos. Cierre. La columna tiene una gran libertad para redactarla. Tiene pocas exigencias, dado que depende mucho del estilo propio del columnista. Pero si se espera que la redaccin sea gil y claro y con belleza sus ideas, de manera que logre captar el inters del pblico. A diferencia del editorial que se escribe en tercera persona, la columna de opinin se escribe en primera persona, dado que el autor se hace cargo de cada una de las apreciaciones que da y se le permite involucrarse en el texto con frases como yo creo, mis ideas, he estado frecuentemente, etc..

    Tercera persona Primera persona

    Por eso, no es razonable proteger la educacin estatal por medio de medidas discriminatorias, ni lo son los llamados a aportar recursos extraordinarios a los establecimientos educacionales municipales.

    Por eso, no creo que sea razonable proteger la educacin estatal por medio de medidas discriminatorias, ni estoy de acuerdo con los llamados que se hacen a aportar recursos extraordinarios a los establecimientos educacionales municipales.

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    Cmo disear, entonces, las instituciones ambientales? Una clara posicin al respecto la exponen los profesores de derecho de la Universidad de Chile cuando se refieren al tema: "Hay que distinguir". Hay que distinguir entre las tres dimensiones de la regulacin ambiental: poltica y normas ambientales, gestin y fiscalizacin.

    Cmo disear, entonces, las instituciones ambientales? Creo que se debe responder como solan hacerlo mis profesores de derecho: "Hay que distinguir". Hay que distinguir entre las tres dimensiones de la regulacin ambiental: poltica y normas ambientales, gestin y fiscalizacin.

    Desde un punto de vista literario, el columnista tiene un mayor margen para expresarse, usando palabras de tipo coloquial, pero siempre en un tono respetable. El tipo de lenguaje que utilice depender exclusivamente del columnista, del estilo de su columna y del de tema que trate. Comparen los dos estilos de redaccin en las siguientes columnas: Sin embargo, existen algunos parmetros bsicos que pueden ayudar a hacer ms atractiva una columna: Usar un lenguaje sencillo. Qu es un lenguaje sencillo: aquel que entiende todo el mundo. Es simple y llanamente, llamar las cosas por su nombre, eligiendo la palabra ms apropiada, la ms bella, la ms armnica, la ms sonora para que el lector al mismo tiempo que se entretiene con el contenido goce con la lectura. Escoger temas relevantes. La columna tendr mucha mejor acogida si se trata de un tema que la comunidad ya conoce, pero que el columnista aborda desde un nuevo enfoque que no ha sido cubierto o simplemente realiza un anlisis con cierta emocin. Tambin el autor puede levantar un tema desconocido, pero que es tan novedoso e interesante que despierta atraccin en el lector. Utilizar un poco de humor. La gente suele leer las columnas ya que esperamos que sean de humor e inesperada. Si los lectores se ren, incluso aunque leyendo una columna de opinin poltica, el columnista se comenzar a hacer un nombre y los lectores empezar a esperar su prximo artculo. El humor debe ser sutil, y quizs sobre la base de eventos locales que el pblico conoce. Esto le da una ventaja personal y la sensacin de una broma en la que la comunidad puede compartir. Usar un tono personal. El estilo de la columna no debe ser impersonal como el de un editorial, sino que por el contrario se cultiva el tono familiar, cmplice con los lectores, como si el columnista se dirigiera a un grupo de amigos.

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    E J EM PLO S DE LO S T EX T O S V I S T O S DOMINGO 17 DE MAYO DE 2015. Diario La Tercera.

    @maxcolodro El inicio de la contienda Lamentablemente, el positivo efecto del cambio de gabinete comenz a diluirse demasiado pronto. A las tensiones provocadas en el comit poltico del gobierno por la permanencia en su cargo del actual director del SII, Michel Jorratt, se agreg el dramtico asesinato de dos estudiantes en Valparaso. Los esfuerzos por

    retomar el control de la agenda poltica de las nuevas autoridades tuvieron as, en su primera semana, una seria dificultad. Con todo, la interrogante abierta por el esperado ajuste ministerial qued instalada. En rigor, las dudas sobre los reales alcances del cambio en la implementacin del programa de gobierno, reabrieron una soterrada disputa entre los sectores que buscan su moderacin, y aquellos que intentan mantenerlo inalterado. Es, de algn modo, una tensin que se mantuvo relativamente latente durante todo el primer ao de gobierno, pero que en las actuales y complejas circunstancias, se ha vuelto decisivamente manifiesta. Avanzar en la implementacin de las reformas a travs del dilogo y buscando acuerdos con la oposicin o, por el contrario, seguir usando la actual mayora parlamentaria para concretar sus definiciones originales: ese es el dilema que deber afrontar el oficialismo en el prximo perodo; un dilema que se ha visto reforzado por el vaco de poder que emana de la fuerte cada en el respaldo al gobierno y a la propia agenda programtica. As, a partir de ahora tender a imponerse un nuevo escenario, donde la correlacin de fuerzas en la Nueva Mayora ir marcando cada una de las reformas en trmite y donde el propio Ejecutivo estar cada vez ms exigido a precisar sus opciones. La primera prueba que instalar un precedente relevante sern las reformas laborales, iniciativa que a partir de la prxima semana se transformar en un buen barmetro de cmo estn hoy alineadas las posiciones, y de hasta dnde pueden llegar las intenciones o capacidades del gobierno para alterar el proceso ya en curso. Del mismo modo, el discurso presidencial del 21 de mayo ser otra ocasin ineludible, donde cada palabra y cada nfasis

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    Prof. Julia Gallardo sern ledos como una seal poltica respecto a los compromisos que la

    autoridad est asumiendo para la concrecin de su agenda. El tiempo poltico comienza a transformarse ya en un bien escaso. La ambigedad o la indefinicin tctica tendrn a partir de ahora cada vez menos margen de maniobra. El gobierno est siendo colocado en el centro de una disputa, donde inevitablemente la Nueva Mayora tender a hacer ms agudas sus diferencias internas. Aunque resulte un poco paradjico, el programa est dejando de ser un factor de unidad y pasando a convertirse en el motivo de una controversia cada vez ms intensa. En definitiva, este cambio de gabinete no fue el final sino ms bien el principio de una decisiva batalla poltica. Las seales de confianza de algunos sectores en un supuesto giro hacia la moderacin ya consumado, no son ms que deseos que a larga chocarn con la evidencia de un conflicto cada vez ms visible. La verdadera disputa por la naturaleza moderada o estructural de los cambios empieza recin ahora. La crisis de confianza y de liderazgo que hoy recorre al sistema poltico, es un escenario que hace ms difcil la labor de un gobierno que necesita recuperar la credibilidad en sus reformas; precisamente esa credibilidad es la que en el prximo tiempo estar sometida a una importante divergencia respecto al alcance y las formas de implementacin de los cambios. ______________________________________________________________________

    OPININ | 2013/02/23 00:00

    Breve crnica de un viaje a La Habana

    por MARTA RUIZ

    En La Habana hay algo en construccin, se est tejiendo confianza y trabajando

    duro por llegar a unos acuerdos. Pero a los poderosos de Colombia eso les

    importa un bledo.

    Hace dos semanas tom un avin y me fui para La Habana para ver de primera mano lo que est pasando all. Madrugu para el Hotel El Palco, en cuyo centro de convenciones se producen los encuentros gobierno-guerrilla. Contrario a lo que se piensa, all hay poca prensa colombiana. Aquel da, vspera del final de una ronda que haba empezado con los nimos caldeados por el secuestro de dos policas, no estaban sino los corresponsales de RCN y Caracol y un puado de periodistas cubanos. Esa maana Ivn Mrquez se par frente al micrfono y ley las 10 propuestas mnimas para el reconocimiento poltico de los campesinos. Siempre nos salen 10, coment a la hora del caf, refirindose al ritual cotidiano de presentar ideas sobre lo que su contraparte del gobierno, Humberto de la Calle, llam lo divino y lo humano. Mrquez aprovech el receso para terminarse un grueso habano que ya se haba fumado a medias. Para entonces no se conoca la foto en la que el jefe guerrillero posa para la cmara en una moto Harley Davidson, y que nos confirm, junto al tabaco, que la revolucin de Mrquez no se contrapone con ciertos placeres.

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    Prof. Julia Gallardo Mientras las FARC hacen su ritual maanero, la delegacin del Gobierno

    pasa por un lado en silencio, sin mirar siquiera lo que ellos consideran un espectculo meditico. Pero los periodistas se rompen la cabeza tratando de encontrar una noticia que realmente suscite inters en Colombia. A pesar de que el da del periodista nos pesc por all, y de que las FARC lo celebraron con un mojito, y de que gritaron muy animados: Que vivan los comunicadores sociales!, los guerrilleros piensan que el bajo perfil de las conversaciones se debe a una estrategia meditica. Uno de los delegados de la insurgencia se muestra francamente nostlgico: Nos gustaba ms el esquema del Cagun porque tenamos ms cerca a los periodistas. Ahora los cambian para cada ronda. Esa tarde tuve una charla informal con Sergio Jaramillo, el alto comisionado de Paz del gobierno de Santos. En esos das, segn me coment, hubo avances muy importantes en la Mesa en el tema de tierras, pero, respetando la regla de la confidencialidad, no mencion el contenido. Me asegur que si se sigue a ese ritmo, es posible alcanzar un acuerdo marco en un tiempo razonable. Cuando le pregunt por el mal clima que hay en el pas respecto a los dilogos, no escondi su amargura: Al pas urbano parece no importarle lo que pasa en el campo, me dijo. De ambas delegaciones destaco el respeto mutuo con el que se tratan y la disciplina increble que tienen para no romper la confidencialidad de la Mesa, un signo de que ambos quieren cuidar el proceso. Lo que s comentan es que las metodologas de acercamiento a los temas son muy diferentes. Es algo as como materialismo histrico contra Power Point. Mientras las FARC hacen largas exposiciones histricas sobre el problema de la tierra, que abruman a los miembros del Gobierno, estos a su vez sacan diapositivas con cifras muy pragmticas para explicarles a los otros cmo funciona el mercado rural y o el catastro. Al fin y al cabo, de eso se trata el dilogo. Dejacin de armas? Convers largamente con Jess Santrich, miembro del Estado Mayor de las FARC, de 46 aos, la mitad de los cuales ha pasado en las filas rebeldes. La entrevista fue un pulso con sutiles ataques y contra-ataques sobre los principales temas de la agenda. Ese da me anunci lo que el pasado viernes hizo oficial Timochenko a travs de un comunicado: que quieren una veedura ciudadana e internacional para que se determine la verdad sobre el despojo. Tambin fue enftico en que las FARC no estn esperando una expropiacin a la brava del latifundio improductivo. Mucho ms dura es su posicin sobre la minera y el monocultivo de la agroindustria, los que rechaza de plano por razones ambientales. Argumento que el Gobierno desestima, pues considera que detrs del discurso antiminero de las FARC existe una estrategia para debilitar la economa del pas. En uno de aquellos quita y dame, le pregunt qu entienden ellos por dejacin de armas. Usted se imagina a las FARC entregando los fusiles slo con la promesa de un rgimen terrorista? me contrapregunt. Dud un momento. Record que todas las guerrillas que han iniciado procesos de paz lo han hecho convencidas de que echarn los fierros al mar, o los quemarn, antes de entregarlos a su adversario. Pero todos se han tomado la foto entregndolos, quiz como un gesto de confianza en el sistema que los acoge. Dejar las armas significa ponerlas ms ms all del alcance de su uso, me respondi. No entend mucho, pero l agreg que sera un proceso de silenciamiento paulatino de los fusiles, segn se vayan instrumentando los acuerdos, y me mand a estudiar la experiencia irlandesa. Cosa que har, sin duda. En general, hay resistencia a enfrentar el tema de las vctimas y la justicia. Santrich, por ejemplo, considera que los secuestrados no han sido maltratados y que peor les ha ido a los presos de las FARC en las crceles. A otro de los delegados, que me habl sobre el exterminio de la UP, le record que ellos tambin haban puesto su cuota de violencia poltica cuando, por ejemplo, masacraron en pleno a todos los concejales de Pueblo Rico, Caquet, y de Rivera, Huila, hace unos aos. Nosotros habamos dado la orden de que el Estado no poda funcionar en esa zona y ellos eran parte del Estado, fue su fra respuesta. Los guerrilleros se ven a s mismos como luchadores sociales obligados a empuar las armas por un Estado represivo. Pero ms temprano que tarde tendrn que admitir que hay

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    Prof. Julia Gallardo una faceta muy poco heroica en su lucha. Que ellos tambin han cometido

    crmenes de guerra y de lesa humanidad terribles y que tendrn que poner su cuota en la reparacin a las vctimas, si es que de verdad quieren la paz. El miedo En La Habana consegu un conductor que me transport desde el Vedado hasta Miramar, y viceversa. Es un militar retirado que perteneci a la guardia pretoriana de Fidel Castro y que conoci muchas guerrillas a lo largo del mundo. Esa tarde me pregunt: Las FARC tienen apoyo del pueblo? No mucho, le dije. Tienen de su lado a una parte del poder? Tampoco. Estn en el narcotrfico? Hasta el cuello, respond. Entonces es mejor que salgan de esto rpido y se conviertan en un partido poltico, ipost l. Me tom algunos minutos explicarle que eso no es tan fcil. Que en Colombia la violencia poltica es endmica y que las fuerzas oscuras persisten en muchas instituciones. Que aunque las FARC se acaben, el narcotrfico seguir. Que ser de izquierda en nuestro pas es un riesgo y una proeza, y prueba de ello es que la herida de la Unin Patritica sigue abierta. Y que nadie sabe si el presidente Santos se la jugar a fondo por la paz porque da seales confusas todos el tiempo. Al da siguiente tuve una charla con Rubn Zamora, uno de los jefes de las FARC en Catatumbo. Mi inters era preguntarle qu piensan los guerrilleros de base sobre este proceso, dado que l estuvo en los campamentos hasta octubre, despus de que el acuerdo se hizo pblico. All hay una mezcla de ilusin, fortaleza y desconfianza, me dijo. Ilusin por aquello del fin de la guerra; fortaleza para seguir en el monte si este intento fracasa, y miedo a ser traicionados por el Estado, si dejan las armas. Justo por ese temor es que las FARC buscan que los acuerdos tengan rango constitucional y que no dependan de la voluntad del gobernante de turno. A varios de los delegados de la guerrilla les habl de que en el pas existe el temor contrario: de que sean ellos quienes traicionen lo pactado, como lo han hecho tantas veces. Siempre respondieron igual: que hay unidad total en su organizacin, que no se pararn de la Mesa hasta lograr un acuerdo y que esperan que haya una veedura popular para la instrumentacin del mismo. Despus de la charla con Zamora me fui a almorzar a un restaurante popular donde sirven un delicioso puerco asado con moros y cristianos. Un cubano se sent a compartir la mesa conmigo, algo frecuente en la isla. Me dijo que segua con mucho inters las noticias sobre estos dilogos, pero que no cree que vayan a funcionar. Veo muchos intereses en juego. No creo que los poderosos de tu pas dejen que esto prospere. Tom el avin de regreso con esas palabras dndome vueltas en la cabeza. Con la sensacin de que en La Habana hay algo en construccin, que Gobierno y guerrilla estn trabajando duro por llegar a unos acuerdos. Pero tengo tambin la sensacin de que a los poderosos de Colombia eso les importa un bledo. _________________________________________________________________________

    Energas perdidas

    Impotente para crear un tomo, para sacar de la nada el ms dbil de los esfuerzos, el

    hombre tiene el don sublime de organizar las energas que le rodean.

    Las obliga a ensanchar el reino de la inteligencia, a integrarse activamente en una

    concepcin del mundo ms y ms alta; las obliga a humanizarse. Por encima de las flechas

    de las catedrales asoman las puntas de los pararrayos; mas guardmonos de rer: esto

    proclama que la centella ya no es de Dios. Del mismo modo que la energa qumica de los

    alimentos se transforma, al pasar por nuestra sustancia, en el ms prodigioso conjunto de

    fenmenos, las energas naturales engendran, al pasar por los mecanismos humanos como

    pasa el viento por las cuerdas de un arpa, la armona anunciadora del universo futuro. El

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    Prof. Julia Gallardo

    ejrcito de las fuerzas humanizadas aumenta sin cesar, y rinde poco a poco

    al inmenso caos de lo desconocido. El hombre es el eje en torno del cual comienzan a girar

    las cosas, agrupndose en figuras imponentes y simblicas. Estamos en el primer da del

    gnesis, pero es nuestro espritu, y no otro, el que flota sobre las aguas.

    No obstante tan luminosas promesas, cun pequeo es lo que poseemos si lo

    comparamos con lo que todava est por poseer!

    Las gemas han salido de sus antros para brillar sobre el cuerpo de las mujeres, y las rocas

    han abandonado su inmemorial asiento para convertirse en viviendas humanas; el hierro, el

    carbn y el otro estn con nosotros; mas, qu es lo que conocemos del planeta? Hemos

    araado en escasos puntos su epidermis, y nos abruma, casi intacto, su redondo y colosal

    misterio. Ignoramos los ms formidables metales, las ms extraas materias. Si hoy nos

    desconcierta el radio, qu no nos aturdir maana? Qu es lo que sabemos de ese

    monstruoso ser que se estremece en los terremotos y respira por los crteres? Qu

    palabras no arrancaremos con el tiempo a la espantosa voz de los volcanes?

    Desde el corazn de los montes va nuestra imaginacin a la superficie de los mares, y nos

    asombramos del intil y perenne batallar de las ondas. Sobre una extensin cinco veces

    mayor que la que cubren los continentes reunidos, no hay un metro de lquido que no

    suba, baje, se vuelque y palpite sin descanso. Y cuando el huracn se desata y su caprichosa

    energa se ha mudado en olas descomunales que se empinan marchando, preciso es

    aguardarlas en la costa, y verlas estallar contra los acantilados sombros, haciendo temblar

    entre una tempestad de espuma las races de las montaas, para sentir lo incalculable de

    esta fuerza que se acaba a s misma. Y como si no fuese bastante este derrochar sin freno,

    la blanca luna levanta diariamente hacia ella la masa de las aguas, en una aspiracin

    gigantesca cuyo aliento no acertamos a aprovechar.

    Toda la vida terrestre: brisas y ros, selvas cerradas, praderas sin fin; la fiera que huye con

    oblicuo salto; el pjaro que teje su nido, y el insecto que zumba sobre la flor; los das, que

    cambian con las estaciones; las estaciones, que se matizan segn los climas, y las razas

    humanas, que en ritmo impenetrable, sienten, piensan y se reproducen; todo lo que se

    mueve, luce y combate es para el sabio una forma del calor solar. Por eso, hemos de

    inducir las maravillas que se pierden en los desiertos calcinados de frica, Asia y Australia,

    sobre cuyas arenas infecundas derrama el sol cada da sus ardientes cascadas de luz. Pero

    tal calor desaparecido, qu es al lado del que fluye constantemente a travs del espacio,

    precipitndose en la nada? Nuestro globo es un grano de polvo que brilla en el vaco;

    recoge una parcela de energa, mientras la casi totalidad se esparce en una inmensa

    circular oleada, que se debilita a medida que se abre, hasta desvanecerse en las orillas del

    infinito.

    Soemos con los soles inaccesibles, y soemos tambin con otras energas: las que nos

    rozan sin vernos, o nos acarician y quiz nos matan, las innominadas habitantes de la

    sombra. Ayer ignorbamos que exista la electricidad, esa alma de la materia. Que todo lo

    que vamos descubriendo nos sirve de sonda para lo que an ignoramos! No pretendamos

    envolver con los sentidos, pobre red de cinco hebras, la enigmtica realidad. Los ms

    nobles pensadores, despreciando el frvolo escepticismo de los que no ven ms all de su

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    Prof. Julia Gallardo

    microscopio, escuchan con religioso silencio los pasos de la Idea, que viene

    acercndose, y lo esperan todo de lo que no nos ha engaado nunca. Tengamos conciencia

    de nuestro destino. Alcemos nuestra ambicin hasta tocar el firmamento con la frente. Que

    nuestra mano o nuestro pensamiento detenga la naturaleza que pasa. Mas no nos

    equivoquemos y creamos que nuestras armas son perfectas, y nosotros mismos, dignos

    enteramente de la lucha divina.

    Corazones generosos laten bajo andrajos de mendigo. Talentos insignes agotan sus

    facultades en la miserable caza del pan. El genio muere desesperado o no nace. Los

    grmenes sucumben. La mole de la imbecilidad y de la maldad general es demasiado

    pesada. Antes de escalar el cielo y de encarcelar las energas del abismo, hay que libertar

    esas otras energas sagradas que sufren en el fondo de la sociedad. Es necesario que

    extiendan las alas, y que reinen sobre el mundo, como reina el espritu sobre la carne, en

    aquellos que son algo ms que carne. Entonces, miraremos las tinieblas cara a cara, y

    diremos:

    Somos la verdad.

    Energias perdidas, de Rafael Barret. Wikisource