Guia para ver las estrellas

CONCEPTOS, DATOS Y RECURSOS PARA IN IC IAR EN EL RECONOCIMIENTO DEL C IE LO NOCTURNO

Guía para contemplar las estrellas

Edita RAF

Indice

CONCEPTOS BÁSICOS 3 ¿Qué es una estrella? 3 ¿Qué es un planeta? 3 ¿Qué es una constelación? 4 ¿De dónde proceden las estrellas? 4 ¿A qué distancia se encuentran las estrellas? 5 ¿Cuánto brillan las estrellas? 5 ¿Qué es un cometa? 6 ¿Qué es la Vía Láctea? 6 ¿Qué es un cúmulo de estrellas? 6 ¿Qué es una nebulosa? 6 ¿Qué es una galaxia? 7 Evolución estelar 7 CONSTELACIONES Y MITOLOGÍA 8 Desde que el mundo es mundo 8 La Vía Láctea 9 Ursa Mayor / El Camino de Santiago 9 Ursa Minor / Osa menor 10 Draco / El dragón 10 Bootes / El Boyero 11 Corona Boralis / Corona Boreal 11 Hércules 12 Orión 13 La auriga 14 Taurus 14 Leo / El león 16 Cignus / El cisne 17 Aquila / El Aguila 17 Lyra / La Lira 18 Andrómeda y Pegaso 18 Cepheus / Cefeo 19 Cassiopeia / Casiopea 19 CONSEJOS Y DATOS PRÁCTICOS 20 Para una aceptable observación nocturna 20 Las estrellas más brillantes 21 Las estrellas más cercanas 21

LA OTRA CARA DE LA LUNA 22 Superficie 22 Estructura interna 23 La luna y las mareas 23 Influencia de la luna sobre la tierra 23 La superficie de la luna 24 PLANETAS DEL SISTEMA SOLAR 25 TÉCNICAS Y ACTIVIDADES 26 Viaje interestelar 26 Taller de diapositivas 26 Adopta una estrella 27 Técnica del mural 27

¿QUÉ ES UN PLANETA? Nueve planetas, entre los cuales se encuentra la Tierra, se mueven en órbitas alrededor del Sol. La diferencia fundamental entre una estrella y un planeta es que las es-trellas emiten su propia luz mien-tras que los planetas no. Estos bri-llan en el cielo porque reflejan la luz del Sol. Los planetas pueden estar formados principalmente por rocos, como la Tierra, o pueden estar compuestos de gases, como Júpiter y Saturno. Los planetas se mueven constantemente, por lo que no se pueden mostrar en los mapas de este libro. Los tres planetas más externos –Urano, Neptuno y Plu-tón– son demasiado débiles para que puedan ser visibles a simple vista. El planeta más interno, Mer-curio, permanece tan cerca del Sol que queda permanentemente en-mascarado por la luz crepuscular. Por esta causa sólo existen cuatro planetas que destacan en el cielo nocturno: Venus, Marte, Júpiter y Saturno. El planeta más brillante es Venus, por dos motivos: se aproxi-ma a la Tierra más que cualquier otro planeta y está completamente rodeado por nubes que reflejan muy intensamente la luz. Popular-mente a Venus se le conoce como “lucero” del alba o de la tarde, ya que se le ve lucir brillantemente en la luz velada antes de que salga el Sol y después de su puesta. De-bido a que Venus se mueve en una

Las estrellas están disemi-nadas en el cielo nocturno como lentejuelas sobre terciopelo. Más de 2000 estrellas son visibles a simple vista durante las noches más despejadas, aunque la mayoría de ellas son débiles y poco impor-tantes. Sólo algunos centenares de estrellas son lo suficientemente brillantes como para poder ser vi-sibles a simple vista. Las estrellas más brillantes actúan como indica-dores de dirección para el resto del cielo, tal como se mostrará en los siguientes artículos. Así pues, afortunadamente sólo conociendo algunas decenas de estrellas es posible orientarse en el cielo con confianza. Estas páginas nos harán conocer las estrellas un mes tras otro sin la ayuda de instrumentos ópticos, de modo que nos podre-mos familiarizar con el cielo a lo largo de todo el año. ¿QUÉ ES UNA ESTRELLA? Cada estrella es un sol, una esfera radiante como nuestro mis-mo Sol, pero tan lejana que apare-ce como un simple punto de luz in-cluso en los telescopios más poten-tes. En el centro de cada estrella hay un enorme reactor nuclear na-tural que produce la energía que la hace brillar. Las estrellas pueden brillar ininterrumpidamente miles de millones de años antes de apa-garse definitivamente. Muchas estrellas tienen colores relevantes (así por ejem-plo algunas estrellas tales como Antares, Betelgeuse y Aldebarán

son naranjo-rojizas) y el color de una estrella nos indica su tempera-tura. Las estrellas de color naran-ja y rojo tienen una superficie no tan caliente como la del Sol cuyo color es amarillo-blanco. Las es-trellas más calientes, como por ejemplo Rigel, Spica y Vega, apa-recen azules-blancas. Los colores de las estrellas aparecen más cla-ros cuando se miran con la ayuda de prismáticos o telescopios. El familiar centelleo de las estrellas no tiene nada que ver con las estrellas mismas. Lo provocan las corrientes de aire en la atmós-fera de la Tierra, que originan un efecto similar a la calima del calor. Las estrellas que están cerca del horizonte son las que centellean más porque las miramos a través de una capa de atmósfera más es-pesa. A menudo, debido a su cen-telleo, las estrellas brillantes varí-an vivamente de rojo a azul; la causa de esto se debe a la separa-ción que sufre la luz de las estre-llas al entrar en la atmósfera.

INTRODUCC IÓN

Conceptos Básicos

hecho que consterna a los princi-piantes, es que pocas constelacio-nes tienen semejanza con los obje-tos que deberían representar. Es mejor considerar las constelacio-nes no como dibujos en el cielo si-no más bien como un método útil para localizar los objetos celestes. ¿DE DÓNDE PROCEDEN LAS ES-TRELLAS? Muchas estrellas brillan-tes, y muchas otras no tan brillan-tes, tienen nombres raros. Otras estrellas se conocen simplemente por letras y números. Estas deno-minaciones nacieron de varios mo-dos, como se explicará a continua-ción. Un cierto número de nom-bres de estrellas se remonta a los tiempos de los griegos y de los ro-manos. Por ejemplo, el nombre de la estrella más brillante del firma-mento, Sirius, deriva de la palabra griega que significa centelleante o resplandeciente, debido a su bri-llantez. El nombre de otra estrella brillante, Antares, en griego signi-fica “rival de Marte”, a causa de su intenso color rojo, parecido al del planeta Marte. La estrella más brillante de la constelación Virgo se llama Spica, que procede de la palabra latina que significa “espiga”, y que suele sostener la diosa de la cosecha, Virgo, cuando se la representa. Sin embargo, la mayoría de los nombres de nuestras estrellas tienen un origen árabe, y fueron introducidos en Europa en la Edad Media, durante la conquista de Es-paña por parte de los árabes. Por ejemplo Aldebarán, significa en árabe “el que sigue”, debido a que sigue en el firmamento al cúmulo de estrellas conocido como Pléya-des.

órbita alrededor del Sol, muestra fases como las de la Luna, que se pueden apreciar claramente con prismáticos y pequeños telesco-pios. El planeta que sigue a Ve-nus por su brillantez, según se ob-serva desde la Tierra, es Júpiter que es el planeta más grande del sistema solar. Con los prismáticos se puede apreciar su disco redon-deado y sus cuatro lunas más bri-llantes. Marte, cuando está más cerca de nosotros, aparece como una estrella roja brillante, aunque es demasiado pequeño para que se puedan observar muchos detalles con los telescopios pequeños. Sa-turno, en su posición más próxima a la Tierra, aparece como una es-trella brillante y los prismáticos muestran sólo es contorno de los anillos que rodean su ecuador. Normalmente se dice que los planetas no centellean, aunque esto no es completamente correc-to. En algunas noches especialmen-te inestables se puede observar que los planetas centellean un po-co, pero visto que no son fuentes puntiformes como las estrellas, obviamente centellearán mucho menos que ellas. ¿QUÉ ES UNA CONSTELACIÓN? Hace aproximadamente 4500 años, la gente del Medite-rráneo oriental empezó a dividir el cielo en configuraciones fácilmen-te reconocibles, que llamó con los nombres de sus dioses, héroes y animales de fábulas. Estas confi-guraciones de estrellas se conocen con el nombre de constelaciones. Las constelaciones fueron muy úti-les para los marineros en la nave-gación y para los campesinos que querían conocer la hora de la no-che o la estación del año. Durante

la época del astrólogo griego Pto-lomeo, 150 d. C. Se habían recono-cido 48 constelaciones. Desde entonces, numero-sos astrónomos han introducido nuevas figuras para llenar los vací-os existentes entre las antiguas constelaciones. Muchos de los gru-pos nuevos quedan en las partes más meridionales del firmamento que no eran visibles para los grie-gos. Algunas de las constelaciones recientemente introducidas han caído en desuso, otras han sido unidas entre sí, y a otras se les han cambiado los nombres o los límites. Este proceso fortuito ha dejado un total de 88 constelacio-nes, de todas las formas y dimen-siones y que recubren todo el cielo como piezas de un rompecabezas. Todas ellas tienen nombres lati-nos. Los nombres y los límites de las constelaciones son dictados por la Unión Astronómica Interna-cional, el organismo que rige la as-tronomía. Normalmente las estrellas de una constelación no están rela-cionadas entre sí, ya que están si-tuadas a distancias muy diferen-tes de nosotros y también muy di-ferentes entre ellas; por lo tanto la configuración que forman en el cielo es absolutamente casual. Un

Página 4 Conceptos básicos

¿CUÁNTO BRILLAN LAS ESTRE-LLAS? Las estrellas visibles a simple vista tienen un brillantez que varía más de mil veces, de la más brillante, Sirius, a las que apenas se pueden vislumbrar en las noches más oscuras. La brillantez de una estrella es definida por los astrónomos como magnitud. El sis-tema de magnitud es uno de los acuerdos más singulares de la as-tronomía. Las estrellas visibles a simple vista están clasificadas en seis clases de magnitudes, de la primera magnitud (la más brillan-te) a la sexta magnitud (la más dé-bil. Por definición una diferencia de cinco magnitudes es exacta-mente equivalente a una diferencia de brillantez de 100 veces. Por lo tanto, un salto de una magnitud corresponde a la diferencia de aproximadamente 2,5 veces en brillantez. Una diferencia de dos magnitudes corresponde a una di-ferencia de brillantez de 2,5 x 2,5 = 6,3 veces, y así sucesivamente. Se dice que una estrella 2,5 veces más brillante que la magnitud 1,0 tiene magnitud 0. Los objetos aún más brillantes se indi-can con magnitudes negativas. Si-rius, la estrella más brillante del cielo, tiene una magnitud de –1,46. El sistema de magnitudes puede extenderse sin límites has-ta comprender los objetos más brillantes y los más débiles. Por ejemplo, el Sol tiene una magnitud de –27. Los objetos más débiles que los de la sexta magnitud per-teneces a la séptima, octava, y así sucesivamente. Los objetos más débiles que pueden ser detectados desde la Tierra con los telescopios tienen aproximadamente magnitud 25.

De todas las estrellas, unos cuantos centenares tienen sus propios nombres, aunque nor-malmente los astrónomos utilizan solamente algunas docenas de ellos. Normalmente, los astróno-mos se refieren a las estrellas con las letras griegas que les fueron asignadas en 1603 por el astróno-mo alemán Johan Bayer; por ello estas denominaciones se conocen como letras de Bayer. Según este sistema, Betelgeuse es alpha (α) Orionis, o sea la estrella Alpha de la constelación de Orión. Otro sis-tema para indicar las estrellas uti-liza unos números de un catálogo celeste redactado por el astróno-mo inglés Hohn Flamsteed. Estos se conocen como los números de Flamsteed y se aplican a las estre-llas más débiles que no tienen le-tras de Bayer. Tales como 61 Cygni (nótese que con las letras de Ba-yer y los números de Flamsteed se usa siempre el caso genitivo del nombre de la constelación). Las estrellas demasiado débiles para poder ser incluidas en estos siste-mas, o las estrellas que tienen ca-racterísticas particulares se indi-can con los números que se les han asignado en una serie de catálogos especializados. ¿A QUÉ DISTANCIA SE EN-CUENTRAN LAS ESTRELLAS? Las estrellas son tan leja-nas que sus distancias no se miden en kilómetros, sino con el tiempo que la luz emplea para viajar desde ellas hasta nosotros. La luz posee la mayor velocidad del Universo, 300.000 km/s. Emplea aproxima-damente un segundo para atrave-sar el espacio entre la Tierra y la Luna, 8,3 minutos para llegar a la Tierra desde el Sol y 4,3 años pa-ra alcanzar la Tierra desde la es-trella más próxima, Alpha Centau-

ri. Por ello se dice que Alpha Cen-tauri dista 4,3 años luz de noso-tros. Un año luz es equivalente a 9,5 millones de km., así que en uni-dades corrientes Alpha Centauri se encuentra a una distancia de 40 millones de millones de km. Nues-tros vehículos espaciales, incluso los más rápidos necesitarían 80.000 años para alcanzar Alpha Centauri, así que por el momento no existe ninguna esperanza de poder explorar las estrellas. La mayoría de las estrellas visibles a simple vista se hallan a decenas o centenares de años luz de la Tierra. Es asombroso pensar que la luz que entra en nuestro ojos durante la noche, dejó aque-llas estrellas hace tanto tiempo. Las estrellas más lejanas que se pueden observar distan más de 1.000 años luz; algunos ejemplos son Deneb en la constelación del Cygnus y muchas estrellas más lu-minosas, aquellas que lucen con más brillo de 50.000 Soles, pue-den ser observadas a simple vista. En la otra extremidad de la escala, las estrellas más débiles irradian menos de un millar de la luz del Sol, y ni tan sólo la más próxima de ellas puede ser visible sin el te-lescopio.


agrupaciones de estrellas jóvenes situadas a lo largo de los brazos espirales de nuestra Galaxia. Algu-nos cúmulos abiertos, como por ejemplo las Pléyades, aún están circundados por trazas de nubes de gas a partir de las cuales se originaron. Los cúmulos abiertos contienen desde un puñado de es-trellas a algunos miles de ellas. Los cúmulos globulares en forma de bola son en conjunto di-ferentes en cuanto a su naturale-za; principalmente se encuentran bastante lejos del plano de la Vía Láctea. Existen enjambres de has-ta 300.000 estrellas, mucho más estrechamente unidas que las de los cúmulos abiertos. Las estrellas de los cúmulos globulares son muy viejas ya que, en efecto, entre ellas hay algunas de las estrellas conocidas más viejas. Los cúmulos globulares aparecen más débiles ya que están mucho más lejos de nosotros que los cúmulos abiertos. El cúmulo globular más importante para los observadores del hemis-ferio norte es M13 en la constela-ción de Hércules. ¿QUÉ ES UNA NEBULOSA? Entre las estrellas hay nu-bes de gas y polvo conocidas como nebulosas, nombre latino que signi-fica calima, niebla. Se pueden ver mejor en cielos despejados de la campiña, lejos de los humos y las luces de la ciudad. Algunas nebulosas resplan-decen brillantemente mientras que otras son oscuras. La nebulosa bri-llante más famosa se encuentra en la constelación de Orión, visible a simple vista como una mancha dé-bilmente luciente. La Nebulosa de Orión es una nube de gas a partir de la cual se forman las estrellas, y las recién nacidas en su centro iluminan el gas circundante. Otras

¿QUÉ ES UN COMETA? A menudo la gente confun-de los cometas con las estrellas fugaces, sin embargo son cosas muy distintas. Mientras una estre-lla fugaz aparece como una raya de luz corta, un cometa se asemeja a una banda brumosa colgando del cielo. El movimiento de un cometa sobre un fondo de estrellas es apreciable solamente durante un período de algunas horas o de una noche a otra. Los cometas son bo-las de nieve de gas y polvo conge-lados que se mueven alrededor del Sol en órbitas muy elongadas, y que normalmente emplean cente-nares de miles de años para com-pletar una revolución. Cada año los astrónomos observan por lo menos una docena de cometas. Aproximadamente la mitad de éstos son cometas ya co-nocidos que vuelven a la parte más interna del sistema solar, mientras que los otros son nuevos descubri-mientos. La mayoría de los come-tas son demasiado débiles para que puedan ser vistos sin un teles-copio grande. Sólo raramente, qui-zás más o menos cada diez años, uno de ellos se vuelve bastante brillante de modo que es visible a simple vista. Un cometa brillante es al-go realmente hermoso. A partir de su cabeza resplandeciente surge una cola transparente de gas y polvo que se extiende por millones de kilómetros. La cola de un come-ta siempre se dirige hacia la parte opuesta de donde se encuentra el Sol. El polvo dejado por el cometa se dispersa en el espacio y parte de él puede eventualmente ser ba-rrido por la Tierra y aparecer en forma de meteoros.

¿QUÉ ES LA VÍA LÁCTEA? En las noches oscuras y despejadas, una banda brumosa de luces de estrellas atraviesa toda la bóveda celeste. Los griegos la llamaron la Vía Láctea. Sabemos que la Vía Láctea está formada por innumerables estrellas que forman una estructura enorme en forma de rueda, la Galaxia, de la cual nuestro Sol es un miembro. Las estrellas que se encuentran dis-persas al azar en el firmamento nocturno, y que forman las conste-laciones, son algunas de las más cercanas a nosotros en la Galaxia. Las estrellas más lejanas están concentradas en la parte más den-sa de la Vía Láctea. El resto de la Vía Láctea es por lo tanto la parte externa de la Galaxia tal como se ve desde nuestra posición en su interior. El centro de la Galaxia es-tá situado en dirección de la cons-telación de Sagittarius donde los campos de estrellas de la Vía Lác-tea son notablemente densos. Nuestro Sol está situado aproxi-madamente a dos tercios de dis-tancia entre el centro y el borde de la Galaxia que tiene aproxima-damente un diámetro de 100.000 años luz. Más allá del borde de la Galaxia hay espacio vacío con otras galaxias. ¿QUÉ ES UN CÚMULO DE ES-TRELLAS? En algunos sitios las estre-llas se agrupan en cúmulos, algunos de los cuales se pueden ver a sim-ple vista; el grupo más relevante se llama las Pléyades en la conste-lación del Taurus. Hay dos tipos de cúmulos de estrellas que se distin-guen por el tipo de estrellas que lo forman o por su localización en la Galaxia. Los cúmulos abiertos son


nebulosas permaneces oscuras porque todavía no se ha formado ninguna estrella en su interior. Las nebulosas oscuras pueden resultar visibles cuando quedan contrasta-das con campos de estrellas den-sos o nebulosas brillantes. Los campos de estrellas de la Vía Lác-tea en la constelación de Cygnus están cortados por una gran nebu-losa oscura, la hendedura del Cis-ne. Otras nebulosas se forman por la muerte de las estrellas y entre éstas se encuentran las lla-madas nebulosas planetarias, que a pesar de su nombre no tienen nada que ver con los planetas. Este nombre es debido a que cuando se observan con pequeños telesco-pios, a menudo parecen los discos de los planetas. En realidad las ne-bulosas planetarias son armazones de gases resplandecientes emiti-dos por estrellas como el Sol al final de su vida. Las estrellas mu-cho más masivas que el Sol mueren

con violentas explosiones, des-prendiendo fuentes de gas lumino-so en el espacio. El resto más fa-moso de una explosión estelar es la Nebulosa del Cangrejo en la constelación de Taurus. ¿QUÉ ES UNA GALAXIA? Algunos objetos que a pri-mera vista parecen nebulosas son en realidad sistemas lejanos de estrellas, más allá de nuestra Vía Láctea; se trata pues de otras ga-laxias, dispersas como islas en el Universo. Las galaxias más peque-ñas están formadas por aproxima-damente un millón de estrellas, mientras que las más grandes con-tienen más de un millón de millones de estrellas. Nosotros vivimos en una galaxia de dimensiones media-nas con aproximadamente 100.000 millones de estrellas. Las galaxias pueden clasi-ficarse en dos tipos principales: espirales y elípticas. Las galaxias


Las estrellas brillan duran-te millones o miles de millones de años y finalmente mueren. Su evo-lución, pasa por varias etapas, pero la propiedad principal que determi-na la duración de la vida de una es-trella y el proceso evolutivo es la cantidad de materia que contiene su masa. Cuanto mayor es ésta, an-tes quema sus gases en las reaccio-nes nucleares y antes muere. Las estrellas más masivas sólo viven unos millones de años, mientras que las que tienen menos masa pueden brillar durante decenas de miles de millones de años.

Evolución estelar

espirales, entre las cuales se en-cuentra nuestra Galaxia, tienen brazos tortuosos formados por estrellas y gas que salen de un centro donde la densidad de es-trellas es mayor. Una subespecie de galaxias espirales son las espi-rales barradas que se caracterizan por una banda de estrellas que pa-sa por el centro; los brazos de la espiral emergen de las extremida-des de la banda. Las galaxias elíp-ticas no tienen brazos espirales. Se presentan bajo formas varia-bles, de esféricas a lenticulares aplanadas. Se necesitan fotografí-as tomadas con telescopios gran-des y larga exposición para que destaque enteramente la belleza de las galaxias. Observadas con prismáticos y pequeños telescopios la mayoría de las galaxias aparecen como manchas brumosas de luz. Del mismo modo que las nebulosas, también las galaxias se observan mejor en noches oscuras y despe-jadas.

Desde que el mundo es mundo

Constelaciones y Mitología

recordarse mucho me-jor si tomamos referen-cias lúdicas o atrayen-tes de las principales constelaciones. Y una curiosidad siempre que-da en la memoria. Por eso, puede parecer que el conocimiento del nombre de las estrellas y de las constelaciones no sirve para nada. Pero si, además de recono-

cerla en el cielo estrellado, adornamos su reconocimiento con historias referentes al ori-gen mitológico de su nombre, habremos hecho las delicias de todo aquel que se interese por escucharnos, a la vez que noso-tros mismos adquirimos una gran dosis de ilusión y motiva-ción por continuar en el estudio de las estrellas. Un gran número de los nombres de las estrellas tienen su origen en la antigua Grecia y en Roma, sin embargo, la mayo-ría de los nombres tienen un origen árabe, y fueron introdu-cidos en Europa en la Edad Me-dia, durante la conquista de Es-paña por parte del pueblo ára-be.

En el principio del mundo, según anti-guos autores refieren, toda la naturaleza no era sino una masa infor-me llamada CAOS. Los elementos yacían en confusión: el Sol no es-parcía su luz, la Tierra no estaba suspendida en el espacio, el mar care-cía de riberas. El frío y el calor, la sequía y la humedad, los cuerpos pesados y los cuerpos ligeros se confun-dían y chocaban continuamente, hasta que un dio, para poner fin a tan prolongada lucha, separó el cielo de la tierra, la tierra de las aguas y el aire más puro del aire más denso. Una voluntad omnipoten-te plasmó el globo, formó las fuentes, los estanques, los la-gos y los ríos; ordenó a los campos que se dilataran, a los árboles que se cubrieran de hojas, a las montañas que le-vantaran sus cimas y que entre unas y otras se abrieran los va-lles. Los astros brillaron en el firmamento, los peces surcaron las aguas, los cuadrúpedos habitaron la tierra, y los pája-ros, volando por los aires, ini-

ciaron sus armoniosos trinos. Así fue creado el Uni-verso y los dioses velaron por su conservación. El cielo estrellado no es algo que se pueda aprender en una noche. Para conocerlo bien hay que salir a observarlo una y otra vez, mirándolo y compa-rándolo con un mapa de estre-llas o planisferio. En el hemis-ferio Norte Celeste, la Osa Mayor o Gran Carro es una bue-na guía para encontrar otros cuerpos celestes, otras conste-laciones, y así sucesivamente. Pero si difícil resultan las primeras veces, todo puede

dre cuando, al ser un niño demasia-do inquieto, dejó derramar la leche materna, a partir de lo que se transformó en un camino lechoso en el firmamento. También hay referencias católicas para la Vía Láctea, tam-bién conocida como “Camino de Santiago”, y según las cuales esta vía blanquecina del cielo propició el hallazgo de la tumba del santo Santiago, que se desconocía por entonces, de forma que guió hasta Compostela (Galicia) a sus buscado-res.

La Vía Láctea, la galaxia que contiene nuestro Sistema So-lar, puede ser observada en noches oscuras en forma de una banda blanquecina de estrellas y nebulo-sas que atraviesa el firmamento. El Sol está ubicado en uno de los bra-zos espirales de la galaxia, a unos 30.000 años luz de su centro, por ello vemos el disco central de la galaxia desde uno de sus lados. En la Vía Láctea hay alrededor de 100.000 millones de estrellas, y su diámetro mide unos 100.000 millo-nes de años luz. Está flanqueada por dos pequeñas galaxias satéli-

tes: las Nubes de Magallanes, sólo visibles desde el hemisferio Sur en el interior de las constelaciones de la Dorada y del Tucán, que aparen-tan ser trozos separados de la Vía Láctea. Para los antiguos griegos representa la leche derramada por la diosa Era al tratar de amaman-tar al inquieto Zeus. Pero hay dos versiones, una en la que la leche es derramada al tirar, Zeus, un cánta-ro de leche que su madre le guar-daba; y otra en la que Zeus estaba mamando de los pechos de su ma-

Página 9 Constelaciones y Mitología

La Vía Láctea / El Camino de Santiago

trellas del Gran Carro representa-ban bueyes que giraban en torno al polo celeste. Para los indios de Nortea-mérica representa una cuchara o palo de noria. Para los indios de América Central representa un hombre con una sola pierna, llamado Hunrakan, y tienen la creencia de que, en las épocas en las que esta constelación es invisible, se producen fuertes tormentas, en el Caribe, que se han denominado, en consecuencia, “huracanes”. Para los árabes el carro re-presenta un ataúd del cual van tres plañideras.

La Osa Mayor es la constelación más conocida del firmamento, visi-ble todo el año, ya que sirve como referencia clara para poder locali-zar muchas estrellas importantes, fundamentalmente la Estrella Po-lar, de forma que prolongando 5 veces el segmento que une las dos estrellas más externas del carro, en dirección Norte, nos lleva direc-tamente Hacia la Estrella Polar. Una parte de la constela-ción forma lo que se da en llamar Gran Carro, integrado por sus 7 estrellas principales, que reciben nombres árabes: - (α) Dubhe (oso) es una gigante amarilla. - (β) Merak (lomo) - (γ) Phekda (muslo) - (δ) Megrez (inicio cola) - (ε) Alioth (cola). - (ζ) Mizar y Alcor, estrella múlti-ple.

- (η) Benetnasch o Alkhaid (pla-ñidera), blancoazulada. La constelación contiene muchas galaxias concentradas, la gran mayoría en el interior del ca-rro, siendo las más importantes la Nebulosa Perro de Caza y la Nebu-losa de la Lechuza. Según una leyenda griega se trata de la osa en la que fue convertida la princesa Calixto una vez que Hera, la esposa de Zeus, descubriera las relaciones amoro-sas entre ambos. Hay otra historia griega que hace referencia a las dos cons-telaciones (Osa mayor y Osa me-nor), de manera que representan dos osas hembras (Adrasteia e Io) que criaron a Zeus cuando era pe-queño. Para los romanos, las 7 es-

Ursa Major / La Osa Mayor

α

β γ

δ

ε

Dubhe

Merak Phekda

Alioth

Benetnasch Mizar y Alcor

En una leyenda griega se identifica con el hijo de la princesa Calixto, llamado Arcas. En relación con la Estrella Polar también hay variados concep-tos. Así, para el Islam es el centro del universo, mientras que para los antiguos habitantes de Turquía era como una estaca de referencia cla-vada en el cielo. Para los indios Pies Negros es el agujero por el que un héroe legendario ascendió hasta los dio-ses y luego regresó a la Tierra, lle-vando mensajes celestes.

Visible todo el año. La Osa Menor o Pequeño Carro pa-rece la versión reducida de la Osa Mayor. Su timón o cola está marcado por la Estrella Polar, que marca el nor-te celeste (al situarse a sólo 0,8 del mismo) y alrededor del cual da una vuelta completa cada 24 horas. Sus principales estrellas son: - (α) Polaris o Estrella polar. Es una gigante amarilla que dista unos 470 años luz. Su nombre árabe es Alru-

kaba, que quiere decir rodilla. - (β) Kochab (macho cabrío) - (γ) Pherkad (las dos terneras) Estas dos estrellas son denomina-das “Vigilantes del Polo” o “Las Guardianas”.

Ursa Minor / La Osa Menor

Draco / El Dragón

En uno de sus 12 trabajos, Hércules debía de recoger las manzanas de oro de este jardín, para lo que debía vencer al dragón

El Dragón es una constela-ción alargada bastante débil, que serpentea entre la Osa Mayor y la Osa Menor. Es visible todo el año. La cabeza tiene forma de rombo, integrado por 4 estrellas bajo el triángulo de verano. Sus dos estrellas principales son: (α) Thubán y (β) Rastabán. El dragón era el guardián del jardín de las Hespérides (7 nin-fas sobrinas de Atlas, a veces con-sideradas como hijas de éste y, por tanto, llamadas Atlántidas o Pléyades). Las Hespérides habitaban en Mauritania, en casa de un tío suyo, y cultivaban un jardín magní-fico, cuyos árboles producían unas manzanas de oro, que excitaban la codicia de los hombres y los dioses. Esta preciosa fruta estaba custo-

diada por un dragón de 7 cabezas que no dormía jamás, siempre si-tuado a la entrada del jardín y con los ojos abiertos.


preciosa corona de oro, regalo de Teseo, durante los esponsales y Dionisio aquella misma noche la to-mó y la lanzo con toda su furia al firmamento, no se sabe si por celos o por perpetuar para siempre con su fulgor el recuerdo de su amada.

El nombre de la constela-ción “Corona Boreal” deriva de la disposición de las estrellas, que re-presentan una diadema formada por 7 estrellas, que fue ofrecida por Venus a Ariadna como presente de bodas. Otra de las historias que han llegado hasta nuestros días es aquella en la que Dionisio embarcó rumbo a la isla de Naxos. En alta

mar los marineros deciden secues-trarlo y venderlo como esclavo en Italia, pero al encadenarlo se con-virtió en león arrojando a los mari-neros al mar convirtiendose en del-fines. Dionisio acaba felizmente el viaje a Naxos, en esta isla encuentra a Ariadne, casandose con ella y con-virtiendose en un símbolo de matri-monio ejemplar y de amor y felici-dad imperecedero. Ariadne ciñó su

Es visible de invierno a ve-rano (finales). La constelación de Bootes era para los griegos “el conductor de bueyes o boyero”, mientras que para los alemanes significa “guardián de los osos”. Su estrella más importante es Arturo (α) que es la tercera es-trella más brillante del firmamen-to. Su importancia se debe a que para los antiguos griegos marcaba

la llegada de la primavera, una vez que reaparecía en el cielo durante la primera parte de la noche. En algunos cuentos, Bootes, representa a un hombre arando o conduciendo un carro de bueyes (Osa Mayor), mientras que en otras leyendas es un cazador que persigue a la Osa Mayor alrededor del Polo.

Bootes / El Boyero


da celeste con tal de que le conce-diese el tiempo necesario para construirse una especie de cojín que atenuase el esfuerzo de su do-lorida espalda. Atlas, sin recelo alguno, cargó nuevamente con el peso ce-leste y dejó sobre la arena las 3 manzanas de oro. Apoderarse de ellas y salir corriendo, fue para Hércules cosa de pocos minutos.

que las custodiaba. La empresa era difícil y Hércules desconfiaba de poder llevarla a cabo. Por eso se dirigió al dios-montaña, Atlas, y le rogó que fuese personalmente a alertar al dragón y coger la codiciada fruta, ya que Atlas era el tío de las Hespérides y el dragón no le atacaría. Atlas aceptó el compromi-so, siempre que Hércules se com-prometiese a sustituirle sostenien-do sobre sus espaldas el peso de

los cielos (tarea que desempeñaba Atlas desde la noche de los tiem-pos). Hércules aceptó de buen grado, pero poco después vio con extrañeza cómo Atlas se hallaba de regreso con las manzanas de oro, que había arrebatado al dra-gón, y no tenía propósito alguno de ocupar de nuevo su puesto. Hércules urdió una nueva astucia y dijo a Atlas que de buena gana seguiría sosteniendo la bóve-

La Corona Boreal

Arcturis

Nekkar

Nusakan Seginus

Izar

ρ

esta constelación simbolizaban una "escudilla para los pobres". Alphec-ca es también conocida como la Perla de la Corona o Gema.

La Corona Boreal es una constelación fácil de encontrar en el cielo estrellado, su forma carac-terística de cuenco, con su estrella principal a Alphecca "El brillante de mendigo", según los árabes en


Cada civilización tuvo su visión particular de esta parte del firmamento, pero todas tienen puntos en común, un ser gigante de inmensa fuerza, mitad hombre y mitad dios, adorado y temido, colé-rico y a la vez reflexivo. Encontramos a este gigan-te cabeza abajo y arrodillado, su estrella principal a Herculis (muy cercana a α Ophiuchi, Ras Alhague, que quiere decir "la cabeza del en-cantador de serpientes", como po-demos ver son dos gigantes cabeza con cabeza), recibe el nombre de Ras Algethi "la cabeza del arrodi-llado", de 560 millones de kilóme-tros de diámetro, es decir 56 ve-ces más voluminosa que el Sol.

Hércules o Heracles, semi-diós hijo de Zeus y de Alcmene, Zeus seduce a Alcmene convirtién-dose esta vez, no en un animal co-mo en otras ocasiones sino en su marido, Anfitrión. Este se encon-traba peleando en la guerra para defender el honor de su familia y de su ciudad, Tebas. Aprovechando la ausencia de Anfitrión Zeus sedujo a Alcme-ne, pero Anfitrión que se encuen-tra alejado día y medio de su hogar, regresa victorioso. Zeus en previsión de esta posibilidad había ordenado al dios Helios, que detu-viera su carro dorado durante el día siguiente, a Eos, diosa de la Au-rora, que no tiñera de rosa los horizontes y a Hipnos dios del sue-ño, que mantuviera dormidos a to-dos los seres de la Tierra. Así Zeus creó una noche de 36 horas para estar con su amada Alcmene. Pero las ganas de Anfitrión por llegar a su hogar fueron tan fuertes, que ni el dios del sueño pudo detenerlo, y se mantuvo des-pierto toda la noche viajando hasta encontrase con su amada Alcmene. A los nueve meses Alcmene daría a luz dos hijos, Hércules hijo de Zeus e Ificles hijo de Anfitrión. Nada más conocer la noticia la ce-losa esposa de Zeus mandó dos ví-boras para matar a los bebés, Ifi-cles lloró pero Hércules agarró a ambas con sus manos y las estran-guló. A la noche siguiente Zeus or-

dena a Hermes que suba a Hércu-les al Olimpo, aprovechando que Hera estaba dormida acercó a este a su pecho y lo puso a mamar. Hér-cules chupo con tanta fuerza que Hera se despertó, pero Hércules ya era inmortal por haberse ali-mentado su leche, al despertar Hera empujó al crío apartándolo de su pecho, y un fuerte chorro de leche surgió de su pecho, con tanta abundancia que se formó la Vía Láctea. Y ya para terminar, Hércu-les en uno de sus muchos viajes lle-gó a tierras de Andalucía, en donde Hércules fue desde siempre objeto de culto, en su caminar por el Me-diterráneo se dio cuenta de que el aporte de caudal de los ríos que desembocaban en este mar, no era suficiente para con-trarrestar la eva-poración por el in-tenso calor que im-ponía el dios Helios. Y decidió separar los dos continentes, empujando con sus hombros, y permi-tiendo el paso de agua del Océano Atlántico, como co-lofón a tan tremen-do esfuerzo Hércu-les colocó las co-lumnas que llevan su nombre.

Hércules

Ras Algethi

Kornephórus

rio, siguió a las hermanas hasta Beocia, acosándolas durante cinco años sin lograr conquistar a ninguna de ellas. Al fin, ellas se hartaron de su insistencia y pidieron ayuda a Zeus. Este respondió de un modo irónico y transformó a las herma-nas en un cúmulo de estrellas, que quedan defendidas por Taurus de la persecución que aún sigue Orión y Sirio en su recorrido nocturno del cielo. En algunas islas del Pacífi-co se dice que las Pléyades son un banco de peces que han escapado de las redes de Orión. En el norte de Australia son sus esposas y hermanas (Las Pléyades) que desaparecen en el horizonte antes que él para prepa-rarle el campamento y la comida. Sin embargo, en el centro de Aus-tralia se considera a Orión como un brutal guerrero, siempre persi-guiendo a siete mujeres que huyen de sus favores.

Orión es una de las conste-laciones más fáciles de reconocer, localizable, incluso al Sur. Típica de las noches de invierno. Su figura representa un cazador, en la que pueden distin-guirse las siguientes partes: - Una cachiporra o espada, en for-ma de Y torcida formada por 5 es-trellas. - Un escudo en dirección al Toro, en forma de una línea curva con 5 estrellas. - un cinturón formado por 3 estre-llas brillantes. - Una vaina de espada, que cuelga del cinturón (Nebulosa de Orión). Sus estrellas más impor-tantes son: - (α) Betelgeuse (hombro), supergigante roja - (β) Rigel (pie), gigante blancoazulada que es la séptima estrella más brillante del firma-mento. - (γ) Bellatrix, es una gigante azul - (ε) Alnilam, supergigante azul - (ζ) Alnitak, blancoazulada - (δ) Mintaka, doble blancoazulada - (κ) Saiph, gigante azul. - Hombros: Betelgeuse y Bellatrix. - Pie: Rigel

- Vaina de la espada: Nebulosa de Orión formada por remolinos de gas y polvo, precursores de un fu-turo cúmulo estelar. Según la leyenda griega, representa al famoso cazador Orión, hijo de Poseidón, que sobre-salía entre los héroes de su tiempo por su estatura y fortaleza. Era incluso capaz de caminar sobre los mares más profundos y aún sus hombros sobresalían por encima de las aguas. Artemisa, diosa de la caza, le eligió para formar parte de su séquito. Pero Orión tenía un defec-to: su vanidad. Así, un día después de llevar a cabo una brillante cace-ría, se jactó de que no había mons-truo alguno ni en las selvas, ni en los montes, ni en el desierto que él no pudiera vencer. La Tierra, que se creyó desafiada, envió contra Orión a un simple escorpión, cuya picadura le causó la muerte. Arte-misa, desconsolada por la muerte de uno de sus mejores cazadores, pidió que Orión fuese transportado al cielo y colocado entre los astros. Pero además, Orión fue situado al lado opuesto del Escorpión para que no vuelvan a enfrentarse. Otra leyenda cuenta que Orión fue seducido por la belleza de las 7 ninfas conocidas como las Pléyades, pero aunque seis de ellas habían tenido apasionadas aventu-ras con varios dioses, todas ellas rechazaron las proposiciones de Orión y huyeron a los bosques de Beocia. Orión, con su fiel perro Si-


Orión


Rhea tuvo que tenerlo escondido en una cueva de Creta, para salva-guardarlo del apetito antropófago de su padre Cronos. Cuando Amal-tea murió, Zeus cubrió su escudo con su piel y transformó uno de sus cuernos en el "Cuerno de la Abun-dancia", elevando a Amaltea al cie-lo, donde permanece en la conste-lación de Auriga.

Para su localización parti-remos de La Polaris, trazando una línea recta, o incluso siguiendo el arco de estrellas que forman la co-la de la Osa Menor, daremos con esta constelación cuyas estrellas más brillantes forman un pentágo-no. La Vía Láctea trascurre a tra-vés de Auriga. Capella es la quinta estrella más brilante del firmamento 0,1m, detrás de Sirio, Canopus, a Centau-ri y Vega. Los mitos de esta constela-ción nos llevan a Pélope de lidia, hijo de Tántalo enamorado de la princesa Hipodámia, cuyo nombre significa domadora de caballos. Enamorado locamente de la prince-sa, tanto por su belleza como por su valor con los caballos, llegó a pe-dir su mano a su padre, el rey Eno-mao, que no quería que se casara por prevenir un oráculo, según el cual su yerno le mataría. Por ello puso como condición que todos los pretendientes de su hija tendrían que ganarle en una competición de carrera de carros. El rey Enomao tenía como ayudante a Mírtilo, hijo de Her-

mes, a quien Pélope sobornó ofreciéndole la mitad del reino de Elis cuando se ca-sara con Hipodámia. Mírtilo cambio los clavos de hierro que sujetaban las ruedas del carro del rey, por otros de cera teñida de negro, y co-mo resultado, a pocos me-tros de la salida el carro del rey se desmorona matándo-se éste en el accidente, mal-diciendo al cochero traidor. Pélope en lugar de cumplir su trato con Mírtilo, arrojó al cochero al mar, que desde entonces se llama mar Mirtoico. Se dice que fue su padre Hermes el que lo elevo al firmamento, y desde entonces lo vemos convertido en la constelación de Auriga o Cochero. Hay muchas le-yendas que dan nombre a esta constelación, y esta es una de ellas. La estrella principal a de esta constelación es Capella (cabrita), animal que fue el símbolo del dios Ashur de Nínive y de la diosa Uazit de Egipto, patrona del delta del Nilo. Sin embargo Capella era para los griegos Amaltea, la cabra que amamantó a Zeus, cuando su madre

La Auriga

rencia por ser la estrella que sigue a las Pléyades, en su movimiento diario de este a oeste. Aldebarán es una gigante roja situada a 68 años luz de la tierra, y representa el ojo del toro. Dentro de esta constela-

La constelación de Tauro es visible, en lo alto del cielo, en las noches de otoño-invierno, por encima y a la derecha de Orión. Representa una cabeza de toro, en la que se distinguen clara-mente los dos largos cuernos, su

morro (Las Híadas) y un brillante ojo de color rojo centelleante (Aldebarán). La principal estrella de es-ta constelación es (α) Aldebarán, nombre de origen árabe que signi-fica “la que sigue”, en clara refe-

Taurus

cuando el toro saltó al mar, la rap-tó y la condujo, por encima de la superficie del mar, hacia Creta, donde la poseyó bajo las ramas de un plátano. De aquí proviene el nombre de nuestro continente. Según otra versión, no fue el propio Zeus quien se convirtió en toro, sino que el dios envió al toro para que transportara a la bella Europa hasta la segura isla de Cre-ta. Una vez allí, el toro vagó largo tiempo sin dueño hasta que se ena-moró de la reina Paisphae, de cuya unión surgió el Minotauro, un ser híbrido con cabeza de toro y cuer-po humano. Por haber cometido este delito, Poseidón castigó al toro y le expulsó de la isla de Creta, de for-ma que el toro entró en cólera y partió escupiendo fuego, asolando todo aquello por donde pasaba. Por ello, sólo Hércules pudo atraparlo y lo llevó a Argos, pero entonces asoló toda Grecia hasta que, en Marathón, fue derrotado de mane-ra definitiva por el héroe Teseo. MITOLOGÍA DE LAS HIADAS Según la tradición griega, Las Híadas eran hijas del dios-montaña Atlas y la diosa Etra, y eran 7 como las Pléyades. La muerte de su hermano, Hías, devorado por una leona mien-tras cazaba, les causó tal desespe-ración que le lloraron durante mu-chos años hasta que los dioses, mo-vidos por la compasión ante su de-teriorado estado, las transporta-ron al cielo donde quedaron con-vertidas en estrellas lluviosas, es decir, que producen lluvias, por lo que los poetas las calificaban de tristes, sombrías y borrascosas.

ción se integran dos cúmulos este-lares muy importantes: - Las Hiadas: denominación griega que significa “astro de las lluvias”. Es un grupo de estrellas en forma de V y que se sitúa a la de-recha, es decir al oeste, de Alde-barán, y que se hallan a 130 años luz de nosotros. - Las Pléyades: situadas en la parte Noroeste de la constela-ción de Tauro, también denomina-das Atlántidas (por ser hijas del dios-montaña Atlas), las siete her-manas, los siete astros, las siete estrellas, la gallina de la suerte, el astro cucú, las siete cabritillas, etc. Debido a su característica forma de rectángulo, con una pro-minencia partiendo de uno de sus ángulos, que las asemeja con la Osa Menor, algunas personas confunden ambas formaciones pese a que las diferencias de proporciones son evidentes. Son un cúmulo abierto de estrellas que aparecen como una mancha nebulosa en una ojeada su-perficial, pero un estudio más atento nos revela la presencia de 6

o 7 estrellas individua-les, incluso algunas per-sonas pueden ver 10 o más. Un estudio con te-lescopio nos revela la existencia de unas 250 a 400 estrellas, que se hallan a 450 años luz. Antiguamente se utilizaban como test de agudeza visual, ya que el brillo de sus principales estrellas va casi escalo-nadamente desde la 3ª hasta la 6ª magnitud. Y como de 6ª magnitud son los astros más débiles

que pueden apreciarse a simple vis-ta, el nº de estrellas que se perci-ben determina la agudeza óptica de cada persona. Así, habitualmente pueden contarse entre 5 y 6 estre-llas, pero con una vista excepcional se consiguen contar hasta 9. Con unos buenos prismáticos pueden contarse unas 25 estrellas. Según la leyenda, Zeus se convirtió en toro para raptar a la hija del rey Tiro, Europa, atraído por su belleza. Así, aprovechando cierto día que la bella Europa se disponía a bañarse a orillas del mar, alejada de sus doncellas, apa-reció el Toro por encima de las aguas y trató de seducir con astu-cia a la joven. Zeus, convertido en un atractivo toro manso, propuso a Europa que probara a montar sobre su lomo y así poder experimentar extrañas sensaciones al surcar el mar montado en él. La joven no se atrevía, aconsejada por su donce-lla, pero se sintió atraída por la be-lleza de éste, de forma que montó sobre su lomo para ponerle unas guirnaldas de flores en los cuernos,


hasta que por ultimo en el siglo XVI Tycho Brahe impuso definiti-vamente el nombre de Regulus. La segunda estrella más brillante es Algeiba, que significa la melena del león. Denebola "la cola del León", en la Edad Media se consideraba a esta estrella como un astro infausto, al contrario que a Regulus, era el "polo negativo de los influjos as-

trales"¿?.

MITOLOGÍA DE LAS PLÉYADES Las Pléyades eran siete ninfas, hijas directas del dios-montaña Atlas y de la diosa Pleione (otras veces consideradas como sobrinas de éste y, por tanto, reci-ben el nombre de Hespérides –ver Draco-). Todas ellas se unieron en matrimonio con dioses o con héroes y después de su muerte fueron co-locadas en el firmamento. Las siete estrellas repre-sentan a las ninfas que se hacían llamar: Alciones, Asterope, Celae-no, Maia (Maya), Merope y Taigete.

También se encuentran sus padres Atlas y Pleione, pero a veces sólo se ven 5 estrellas y esto se explica según leyendas que indican la au-sencia de Electra y Merope, dado que Electra oculta su cara para no ver las ruinas de Troya, ciudad fundada por su hijo Dárdano. Mien-tras que Merope se encuentra oculta por sentirse avergonzada al haber sido la esposa de Sísifo, rey de Corinto, famoso por sus robos y fechorías.


Leo, el León, es la tercera constelación en extensión después de Ursa Major (La Osa Mayor) y Orión. Flanqueada esta constela-ción por Leo Minor, Cáncer, Hydra, Sextans, Crater, Virgo, Coma Be-renices y Ursa Major. Es una de la pocas conste-laciones que genuinamente tiene que ver con su nombre, venerada por los egipcios, ya que la entrada del Sol en esta constelación anun-ciaba las anuales y benéficas inun-daciones del Nilo. Por los testimonios que han llegado hasta nuestros días se ve claramente que desde tiempos re-motos la distribución de las estre-llas en esta rea del cielo sugería constantemente la imagen de un felino. Si bien los limites de esta constelación en el pasado eran más amplios abarcando áreas de otras constelaciones como Cáncer, El Cangrejo, donde según los árabes en el cúmulo de El Pesebre se en-contraban las narices del León, Al-Naysra "el centro de la nariz", y la

cola en la constelación de Coma Be-renices. La estrella más brillante de Leo, Regulus (Alfa Leonis), signifi-ca pequeño rey. Es 5 veces el ta-maño de nuestro Sol y emite 150 veces más luz. Copérnico bautizó a esta estrella con el nombre de "Gobernador de los asuntos Celes-tes" no se sabe porque motivo, qui-zás la explica-ción haya que buscarla en la astrología ya que este astro preside los sueños de los hombres y regula sus destinos¿?. Los pueblos Babilónicos la llamaban "Sharru" que quiere decir "el Rey", y los Mesopotámicos "Amil-gal-ur" el "Rey de la Esfera del Cielo". Los Hebreos descubrían el recuer-do del León de Judá y a ella se de-be el símbolo nacional de la "Estrella de David", varios nom-bres más recibió esta estrella

Leo / El León

Las constelaciones que for-man, con sus estrellas más brillan-tes, el llamado "Triángulo de Vera-no" son Cygnus (el Cisne) con la es-trella Deneb, Lyra (la Lira) con Ve-ga y Aquila (el Aguila) con su es-trella más brillante Altair. Empezaremos con Cygnus, representando a un cisne con las alas extendidas, situado en plena Vía Láctea es una de las constela-ciones más impresionantes del fir-mamento, también conocida como la cruz del norte. Zeus y sus disfraces, en

constelación por la Vía Láctea se pueden observar gran cantidad de estrellas, siendo una visión gratifi-cante incluso con unos pequeños prismáticos. Se pueden observar zonas oscuras, formadas por nubes oscuras, que oscurecen las estre-llas situadas detrás de estas. De-ntro del triángulo formado por las estrellas alfa, gamma y epsilon se encuentra una de estas nubes , co-nocida como "Saco de carbón del Norte"

este caso de cisne, que adoptó pa-ra seducir a Leda. Anteriormente a la cultura griega, recibió el nombre de "Pájaro", sin embargo hasta nuestros días perduró el Cisne, no es difícil percibir la semejanza de la silueta de este ave, con el cuello largo y alas extendidas en pleno vuelo. Sus estrellas principales son Alfa o Deneb, Gamma, Epsilon, Delta y Beta o Albireo. Al ser atravesada esta


Cygnus / El Cisne Triángulo de verano

El Aguila, de nuevo Zeus haciendo de las suyas, esta vez raptando a Ganímedes. Zeus, des-lumbrado por la belleza de éste, se convierte en águila y atrapa a Ganí-medes entre sus garras llevándolo al Olimpo, donde sigue escanciado néctar a los dioses. Podíamos decir de esta

constelación que cualquier parecido con al realidad es pura coinciden-cia. Su estrella más brillante es Altair, alfa Aquilae, diez veces más luminosa que el Sol. Flanqueada por gamma o Tarazed y beta. Al sur de Altair está cefeida. Aquila termina al sur en un par de estrellas. Lambda y 12.

Aquila / El Aguila Triángulo de Verano

Sad

Deneb

Gienha

Albireo

Altair


Lyra / La Lira Triángulo de verano

Vega, alfa Lyrae, ocupa el quinto puesto en cuanto a brillo, detrás de Sirio, Canopus, Alfa Cen-tauri y Arturo. Hace unos 12.000 años ocupaba el lugar de nuestra estrella polar, a unos pocos grados del Polo Norte. El lento movimiento que esta estrella describía su cír-culo alrededor del Polo la hizo me-recedora del nombre de Tortuga. Este nombre conservado por la tradición, perduró hasta que los griegos dieron el nombre de tortuga al instrumento musical que,

de acuerdo con la leyenda, se había descubierto al ponerle cuerdas a una concha de tortuga. La estrella y la constelación pasaron a ser consideradas no como una tortuga sino como una lira, y con el trans-curso del tiempo fue llamada de acuerdo con esto. El pequeño cuadrilátero cercano a Vega esta compuesto por gamma, zeta y delta, y la variable eclipsante beta.

Iniciamos el recorrido por la constelación Andrómeda par-tiendo de su estrella principal a And, cuyo nombre árabe es Alp-heratz, que significa cabeza de la mujer encadenada", contrasta con su otro nombre Sirrah que quiere decir "Espalda del caballo", esta estrella es compartida por las dos constelaciones, siendo a en Andró-meda y d en Pegaso, es un astro de 2ª magnitud de color azul y con una luminosidad equivalente a 160 so-les. Pegaso es una Constelación reconocible por su asterismo ca-racterístico, formado por las es-trellas a, b, g, y d, que popularmen-te se le llama "El cuadrado de Pe-gaso". Peg lleva el nombre árabe de Enif "la nariz", en la época me-dieval era conocida como Fum-al-Faras "el hocico del caballo", es seis mil veces más luminosa que el Sol.

Andrómeda y Pegaso

Vega

Shelyak

Sulafat

Albireo

(Cisne)

Sirrah

Algenib

Mirach

Scheat

El Rey etíope de Yope se llamaba Cefeo. Su mujer, Casio-pea, se jactaba de ser más bella que las nereidas, ninfas protegidas del dios del mar Poseidón, entonces este mandó al monstruo marino Ti-fón a destruir la ciudad si no le en-tregaba a su hija ANDROMEDA, ataron a esta a una roca para que el monstruo la devorara, pero PER-SEO la vio y se enamoró de ella, pidiéndola en matrimonio a sus pa-dres si mataba al monstruo, así se acordó, y Perseo mató al monstruo, pero luego se negaron a entregarle a Andrómeda, Poseidón los convir-tió en constelaciones.

Sin embargo, quizá por tal pecado, el trapezoide y triángulo estelares que representan esta constelación no refulgen con tanta nitidez como lo hacen los soles de las otras constelaciones que for-man el concierto mitológico de la romántica narración helénica. Nombre de la Constelación: Deriva del griego y significa: Rey. Por la parte sur-oeste de Cepheus atraviesa la Vía Láctea con una gran densidad de estrellas y también con gran cantidad de ne-bulosas gaseosas. La estrella más brillante de Cefeo es ALDERA-MÍN.


Cepheus / Cefeo

Casiopea fue una reina en la mitología griega y la constelación denominada como ella tiene forma de W. La estrella Polar está encima de la primera "V" de esta letra. Si dibuja una línea dividiendo el ángu-lo de esta "V" por la mitad y conti-nua a lo largo, alcanzará la proximi-dad de la estrella Polar. El nombre del marido de Casiopea, Rey Cepheus, va en una constelación cercana, encima de la otra "V" (la más brillante), pero a Cepheus le falta mucho para ser tan llamativa como Casiopea. Su hija Andromeda tiene otra conste-lación, enmarcada por un gran rec-tángulo indistinguible de cuatro estrellas. Una constelación inob-servable a simple vista, pero que contiene una gran galaxia, nuestra vecina más cercana en el espacio (descontando dos galaxias enanas

en los cielos del sur), una de cuales aparenta semejante a nosotros en tamaño y forma. La estrella más brillante de Casiopea es SCHEDAR. Casiopea, en la mitología griega, la mujer de Cefeo, rey de Etiopía. Cuando Casiopea se jactó de ser más hermosa que las Nerei-das, estas ninfas del agua se que-jaron a Poseidón, el dios del mar, quien envió un monstruo marino a que asolara la tierra. Poseidón pidió que la hija de Casiopea, Andróme-da, fuera castigada por la vanidad de su madre a ser ofrecida en sa-crificio al monstruo, pero la mu-chacha fue rescatada por el héroe Perseo. Según la tradición, Casio-pea fue convertida a su muerte en la constelación que lleva su nombre.

Cassiopeia / Casiopea

CEPHEUS

Alderamin

α

Alfirk β

Er Rai

γ

δ

Caph

Schedar

Ruchband

CASSIOPEIA

deslumbre. En caso contrario nos obligará a permanecer repetida-mente a la espera para adecuar de nuevo nuestro ojo a la oscuridad. - Es de gran ayuda dividir el cielo visible en grados (0º en el cénit y 90º en el horizonte del observa-dor); esto nos permitirá comparar y calcular distancias entre estre-llas y por tanto nos facilitará la lo-calización de las mismas. - En el caso de realizar la observa-ción ayudados de prismáticos habrá que procurar que éstos ten-gan como especificaciones 7x50 (donde 7x es el número de aumen-tos y 50 los milímetros de abertu-ra). Algunos aficionados utilizan aumentos de 10x y 12x pero en es-tos casos es más difícil mantener la estabilidad y se recomienda aco-plar los prismáticos a un trípode. (¡Ojo! No enfocar con los prismáti-cos directamente al sol en las ob-servaciones diurnas)

Los consejos que se enume-ran a continuación se limitan a la adopción de unas precauciones mí-nimas que no servirán para realizar observaciones precisas pero, a cambio, nos permitirán disfrutar de la astronomía desde nuestra propia residencia o desde sus alre-dedores. - Nos debemos situar en una zona oscura, alejada a ser posible de ca-sas o centros urbanos. La contami-nación lumínica que producen las ciudades forman un halo sobre el cielo que impide o dificulta la ob-servación de ese gran patrimonio científico, cultural y romántico que son las estrellas. - El lugar de observación debe dis-poner del máximo de visibilidad po-sible (libre de edificaciones, árbo-les, montes,...) a su alrededor. - La luna, siendo uno de los objetos celestes más atractivos de obser-var, impide o dificulta en el mejor de los casos que puedan verse las estrellas menos luminosas. Conven-

drá, por tanto, elegir periodos sin luna o como mínimo los comprendi-dos entre cuarto menguante y cuarto creciente. - Siempre que sea posible habrá que realizar la observación a la hora en que los astros objeto de nuestra atención se encuentren en el cénit (en el punto de mayor altu-ra sobre el horizonte). - Antes de enfrentarnos a la oscu-r i d a d c o n v i e n e h a b e r s e "estudiado" la carta estelar en la que se refleja el estado del cielo que nos vamos a encontrar y por supuesto, en el caso de planisferio o cartas móviles, la deberemos ajustar previamente a la hora, día y mes de la observación. - Cuando se sale de un lugar ilumi-nado el ojo necesita cinco minutos para adecuarse a la oscuridad y veinte para alcanzar la máxima agudeza visual. - Si se utiliza linterna, su foco de-be llevar un protector de papel o plástico rojo para que la luz no nos

Para una aceptable observación nocturna

Consejos y datos prácticos

¿Crees que nuestros des-tinos estén determinados por las estrellas?

NO. ¡OH!

¿De veras? ¿Por qué?

La vida es mucho mas di-vertida cuando no eres responsable de tus actos

ESTRELLA TIPO DE ESTRELLA DISTANCIA (en años/luz)

Sol Secuencia principal amarilla (8,3 minutos)

Proxima Centauri Enana roja 4,2

Alpha Centauri A Secuencia principal amarilla 4,3

Alpha Centauri B Secuencia principal amarilla 4,3

Barnard´s star Enana roja 5,9

Wolf 359 Enana roja 7,6

Lalande 21185 Enana roja 8,1

Sirius A Secuencia principal blanca 8,6

Sirius B Enana blanca 8,6

UV Ceti A Enana roja 8,9

Las estrellas más cercanas

NOMBRE CONSTELACIÓN TIPO DE ESTRELLA

DISTANCIA A LA TIERRA (en años/luz)

MASA (en masas solares)

DIÁMETRO (en diámetros

Sol

Secuencia princi- 8´ 18,6´´ 1 1

Sirio Can Mayor Sec. pral. blanca 8,6 3 1,7

Canope Quilla Supergigante blan- 370 12 60

Toliman Centauro Sec. pral. amarilla 4,3 1 1

Vega Lira Sec. pral. blanca 26 4 3

Capella Cochero Gigante amarilla 46 3 16

Arturo Boyero Gigante roja 36 4 26

Rigel Orión Supergigante 1.300 30 19

Proción Can Menor Sec. pral. amarilla 11 2 2

Achernar Eridano Sec. pral. azul / 78 6 9

Altair Águila Sec. pral. amarilla 16 2 1,6

Las estrellas más brillantes

Consejos y datos prácticos

topográficos que son característi-cos de los escarpados montes lu-nares. Se calcula que el bombar-deo de grandes meteoritos, con-cluyó hace unos 3.900 millones de años y fue seguida de una intensa actividad volcánica, durante la cual se formaron los mares. Algunos de los primeros bombardeos dejaron grandes hoyos, que se inundaron con la lava de los volcanes lunares. Al enfriar-se la lava de las cuencas, quedaron unas llanuras extensas y lisas lla-madas mares. Después de la inten-sa actividad volcánica, hace unos 3.200 millones de años, la superfi-cie lunar quedó más o menos como se aprecia hoy, excepto por los cráteres formados por impactos de posteriores meteoros. Los os-curos mares cubren gran parte del hemisferio encarado hacia la tie-rra, pero casi no se encuentran en el lado oculto de la luna, tal vez porque la corteza es allí mas grue-sa, lo cual puede haber impedido el flujo de magma hacia la superficie. La superficie lunar está revestida de una capa de suelo compuesta por rocas pulverizadas y denomi-nada Regolita. Las rocas de la luna son similares a las de la tierra. Los mares están constituidos por ba-saltos, semejantes a las del fondo de los mares terrestres. En parti-cular las rocas lunares no contie-nen agua, ni materiales hidratados.

La Luna carece de atmós-fera y está sembrada de cráteres, se encuentra a una distancia media de la Tierra de 384.392 Km y tie-ne un período orbital de 27.3 días. Posee una órbita elíptica con una distancia máxima de 406.680 Km (apogeo) y mínima de 356.410 Km (perigeo) alrededor de la Tierra. La luna tarda en girar sobre su eje el mismo tiempo que le lleva en dar una vuelta completa a la Tierra, por tal razón siempre presenta la misma cara; tal fenómeno se deno-mina rotación síncrona o captura-da. La Luna brilla al reflejar la luz solar, por tal motivo uno de sus hemisferios está siempre ilumina-do, mientras el otro permanece oscuro, sin embargo, debido a la inclinación de su órbita respecto al plano orbital de la tierra así como a que su índice de rotación axial es constante y su velocidad orbital variable, nos es posible observar cerca del 59% de la superficie lu-nar desde la superficie terrestre. La luna orbita a 384.000 Km. en promedio de la superficie terres-tre. Existen cuatro teorías acerca de su formación (la fisión, la acreción binaria, la precipitación y la captura lunar) de las cuales las dos últimas son las más verosími-les. Ha sido estudiada desde dos perspectivas: su superficie y su estructura interna. Como todo sa-télite, presenta también algunos factores que influyen directamen-te sobre la tierra, como su órbita, sus fases y los eclipses.

Tiene, como característi-cas generales, las siguientes:

• Diámetro ecuatorial: 3.476

kilómetros. • Densidad media relativa:

3.34. • Masa: 0.0123 veces la masa de

la tierra. • Distancia: Máxima 406.700

kilómetros; mínima: 356.400 kilómetros.

• Período orbital respecto de la tierra: 27 días, 7 horas, 12 minutos.

• Gravedad superficial: 0.17 ve-ces la gravedad de la tierra.

• Inclinación de la línea ecua-torial respecto al plano orbi-tal: 5 grados, 9 minutos

SUPERFICIE Se divide en dos regiones principales: montañas, que cubren un 85% del total de la superficie, y llanuras denominadas mares, que ocupan el 15% restante. La forma-ción de estos dos tipos de terreno está íntimamente unida a la evolu-ción misma de la Luna. Hace unos 4.600 millones de años la luna era masa caliente y fluida, al enfriar-se, la materia de baja densidad subió a la superficie y se solidifi-có, con lo cual se formó la corteza lunar primitiva. Después sufrió un intenso bombardeo de meteoritos y otras partículas provenientes del espacio, cuyos impactos produje-ron los cráteres y demás rasgos

La otra cara de la luna EL SATÉL ITE PLATEADO AL DESCUB IERTO

le denomina cuarto creciente. A los siete días la luna se ha desplazado y es posible ver la mitad de su cara iluminada por el Sol, con lo que se completa la fase denominada creciente; unas dos semanas después la Luna está en la mitad de su recorrido alrededor de la Tierra y se divisa la cara de la Luna sobre la cual brilla la luz del Sol; esta fase recibe el nombre de luna llena. Al proseguir su viaje al-rededor de la Tierra, empieza un proceso de decrecimiento y vuelve a convertirse en media y un cuarto de Luna, fase menguante, para lue-go desaparecer y reiniciar el ciclo. Las fases de la luna han sido utili-zadas por el hombre en función de la agricultura, desde tiempos re-motos de su existencia sobre la Tierra. - Eclipses de luna: Se producen cuando la tierra pasa directamente entre el sol y la luna. La longitud del cono umbral de la tierra es más de tres veces la distancia que me-dia entre ella y la luna, por lo que la sombra es relativamente ancha en el punto en que la cruza nuestro satélite y así los eclipses lunares duran bastante tiempo (hasta una hora y cuarenta minutos). Hay tres posibles clases de eclipses lunares según la orienta-ción de la órbita de la luna respec-to a la sombra de la tierra. Se da un eclipse lunar total cuando la luna entera pasa por la umbra (cono de oscuridad total). En un eclipse penumbral, la luna entra en la penumbra de la tierra, pierde brillo y por momentos se tiñe de rosa. En un eclipse parcial, la luna pasa sólo por la penumbra sin caer, en ningún momento, en el cono de oscuridad total.

ESTRUCTURA INTERNA La cercanía de la Luna ha permitido que el hombre, desde la tierra y en las diferentes misiones en las que la ha visitado, haya ad-quirido un vasto conocimiento de la estructura global del satélite. Se sabe con certeza que posee un nú-cleo interior fundido, constituido, posiblemente por una mezcla de hierro y sulfuro de hierro, de unos 1.500 Km. de diámetro; sobre éste se encuentra la astenosfera o nú-cleo exterior que es parcialmente fundido, más arriba está la litosfe-ra consistente en una capa de ma-terial denso con un espesor de unos 1.000 Km donde se originan los seísmos lunares (conjunto de pequeños temblores que se presen-tan anualmente en la luna con una frecuencia de unos 3.000 por año); sobre la litosfera se encuentra la corteza, con unos 60 Km. de pro-fundidad en la cara visible y a unos 65 Km. en la cara opuesta. La cor-teza se compone de varias capas de las cuales la más destacada es una denominada regolita, constitui-da por fragmentos de la capa roco-sa rota por el bombardeo de me-teoritos; otros componentes de la capa que constituye la corteza son la anortesita y el basalto. LA LUNA Y LAS MAREAS La luna provoca el 70% del efecto elevador de las mareas, y el sol el 30% restante. La luna ejerce más atracción en el agua situada en la parte de la tierra que está fren-te a ella, lo cual hace que el agua abulte ligeramente hacia ésta, for-mando una marea alta. En el lado opuesto de la tierra, la luna ejerce un efecto gravitatorio mínimo, pe-ro la parte sólida de la tierra, al estar más cerca de la luna, es más

atraída que el agua, ésta se queda atrás, y se produce una segunda marea alta en el lado opuesto de la tierra. Con la rotación diaria de és-ta, el abultamiento del agua sigue a la luna, por lo que una pleamar se forma siempre del lado de la luna y la otra en un punto exactamente opuesto. El efecto de conjunto se traduce en una pleamar y una baja-mar cada 12.42 horas; las mareas no ocurren a intervalos de 12 horas exactas porque, aparte de la rota-ción de la Tierra, la Luna gira en torno a ésta, y por ello no ocupa la misma posición en días consecuti-vos. INFLUENCIA DE LA LUNA SOBRE LA TIERRA - La órbita de la luna: La atrac-ción gravitatoria existente entre la luna y el sol es unas dos veces mayor que la que hay entre la luna y la tierra. El efecto de conjunto de ambas fuerzas hace que la luna tenga una órbita primaria alrede-dor del sol a la que se superpone su órbita elíptica alrededor de la tie-rra. - Fases de la luna: Se denominan así los cambios que se aprecian con regularidad al observar la luna des-de la tierra y que se deben al movi-miento relativo de los dos cuerpos. Se han definido cuatro fases que reciben los siguientes nombres: lu-na nueva, creciente, llena y men-guante. En luna nueva, la luna no es visible, se encuentra situada casi en línea recta entre la Tierra y el Sol; el Sol ilumina la cara de la luna que queda alejada de nosotros; dos días después la luna se ha desviado hacia un lado y es posible contem-plar un pedazo de la cara iluminada por el Sol, desde la tierra este pe-dazo parece un arco de plata, y se

Página 23 La otra cara de la luna

La s up er fi c ie d e la l un a

MARES 1- Mare Frigoris (Mar del Frío) 2- Mare Imbrium (Mar de las Lluvias) 3- Sinus Medii (Bahía del Centro) 4- Mare Vaporum (Mar de los Vapores) 5- Mare Serenitatis (Mar de la Serenidad) 6- Mare Tranquillitatis (Mar de la Tranquilidad) 7- Mare Crisium (Mar de las Crisis) 8- Mare Fecunditatis (Mar de la Fecundidad) 9- Mare Nectaris (Mar del Néctar) 10- Mare Nubium (Mar de las Nubes) 11- Mare Humorum (Mar de la Humedad) 12- Mare Cognitum (Mar Conocido) 13- Oceanus Procellarum (Océano de las Tor-mentas) 14- Sinus Roris (Bahía del Rocío) 15- Sinus Iridum (Bahía de los Arco Iris)

MONTES 16- Montes Alpes 17- Montes Apenninus 18- Montes Taurus CRÁTERES 19- Cráter Aristóteles 20- Cráter Eudoxus 21- Cráter Kepler 22- Cráter Copernicus 23- Cráter Aristarchus 24– Cráter Platón 25– Cráter Grimaldi 26– Cráter Tycho 27- Cráter Byrgius 28- Cráter Langrenus 29- Cráter Ptolemaeus

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La otra cara de la luna

La superficie de la luna

MERCURIO VENUS LA TIERRA MARTE DISTANCIA AL SOL 57,9 108,2 149,6 227,9

DIÁMETRO (Kms.) 4.878 12.103 12.756 6.786 TEMPERATURA (Celsius) -180º a +430ºC 465ºC -70º a +55ºC -120º a +25ºC MASA (La Tierra = 1) 0,055 0,81 1 0,11 TIEMPO DE ROTACIÓN 87,97 días 224,70 días 365,26 días 686,98 días

VELOCIDAD ORBITAL AL- 47,89 35,03 29,79 24,13

TIEMPO ROTACIÓN SO- 58 días,16 horas 243 días, 14 min. 23 horas, 56 min. 24 horas,37 min.

DENSIDAD (Agua = 1) 5,43 5,25 5,52 3,95 NÚMERO DE SATÉLITES 0 0 1 2 INCLINACIÓN EJE 2º 178º 23,5º 24º COMPOSICIÓN ATMOSFÉ- Helio, sodio (en muy Dióxido de carb., nitróg, Nitrógeno, oxíg., ar- Dióxido de carb., ni-

ELEMENTOS CONSTITU- Hierro, oxígeno, silicio, Hierro, oxígeno, niquel, 105 conocidos Hierro, silicio, magne-

GRAVEDAD SUPERFICIAL 0,377 0,902 1 0,379 VELOCIDAD ESCAPE 4,25 km/seg 11,18 km/seg 11,18 km/seg 5,02 km/seg

JÚPITER SATURNO URANO NEPTUNO PLUTÓN DISTANCIA AL SOL 778,3 1.427 2.871 4.497 5.914

DIÁMETRO (Kms.) 142.984 120.536 51.118 49.528 2.284 TEMPERATURA -180ºC -180ºC -210ºC -210ºC -220ºC

MASA (La Tierra = 1) 318 95,18 14,5 17,14 0,0022 TIEMPO DE ROTA-CIÓN ALREDEDOR

11,86 años 29,46 años 84,01 años 164,79 años 248,54 años

VELOCIDAD ORBI-TAL ALREDEDOR DEL

13,06 9,64 6,81 5,43 4,74

TIEMPO ROTACIÓN 9horas, 55 min 10 horas,40 min. 17horas, 14 min. 16 horas, 7min. 6 días, 9 horas

DENSIDAD (Agua = 1) 1,33 0,69 1,29 1,64 2,03 NÚMERO DE SATÉ- 16 18 15 8 1

INCLINACIÓN EJE 3º 27º 98º 30º 117º COMPOSICIÓN AT-MOSFÉRICA

Hidrógeno, helio, metano, amoniaco...

Hidrógeno, helio, amoniaco, fosfino...

Hidrógeno, helio, metano.

Hidrógeno, helio, metano, amoniaco...

Nitrógeno, meta-no, monóxido de

ELEMENTOS CONS- Hidrógeno, helio, Hidrógeno, helio, Oxígeno, nitrógeno, Oxígeno, nitrógeno, Carbono, nitróg.,

GRAVEDAD SUPER- 2,64 1,19 0,93 1,22 0,2

VELOCIDAD ESCAPE 59,6 km/seg 35,6 km/seg 21,1 km/seg 24,6 km/seg 7,7 km/seg

Planetas del sistema solar

lacionados con el tema, nos pueden servir de hilo conductor y de canal motivador que adentre a los niños y jóvenes en el apasionante mundo de la observación de estrellas.

Como recursos pedagógicos que nos ayuden a la iniciación y comprensión de los conocimientos básicos de astronomía, necesarios para desarrollar un espíritu de mo-tivación e interés por las estrellas,

podemos sugerir la realización de algunas actividades previas a la ob-servación directa del firmamento estrellado. Así, ciertos juegos de am-bientación o pequeños talleres re-

Técnicas y Actividades

las estrellas (linternas). Una vez que se apaga la es-trella ya no se vuelve a encender. Los cazados son llevados a un refugio y son librados si uno de sus compañeros no cazados entra en el refugio. Se marca un límite de tiempo para la misión (1 h. u hora y media). El equipo que haya conse-guido más estrellas apagadas o en-cendidas ganaría el juego (si al co-mienzo hay 8 linternas y al final hay 3 ganarían los defensores de la oscuridad).

TIPOLOGÍA: Juego nocturno PARTICIPANTES: (20-50) EDADES: A partir de 10 años. AREA DE JUEGO: Bosque amplio MATERIAL: Linternas.

DESARROLLO: Se trata de un juego noc-turno, en el que los participantes deberán rastrear una serie de es-trellas distribuidas en una zona de bosque. Se distribuyen las linter-nas por una zona del bosque. Los participantes se dividen en 2 equi-pos: los defensores de la luz y los defensores de la oscuridad. Los defensores de la luz deberán cazar a los defensores de la oscuridad y evitar que apaguen

Viaje interestelar

Taller de diapositivas

Una técnica de estudio de las estrellas consiste en la elabo-ración de nuestras propias diaposi-tivas de constelaciones importan-tes. MATERIAL: Marquitos de diaposi-tivas, cartulina negra, tijeras y al-fileres de diferente diámetro.

Hay que cortar rectángulos de cartulina que quepan en los mar-quitos, y sobre ellos dibujaremos la constelación que queramos estu-diar, de forma que marquemos bien las estrellas que la forman, e inclu-so se puede dibujar la forma o ima-gen que le da nombre. Con los alfileres perforare-mos sobre cada punto o estrella. Cada punto representa una estrella y todos los puntos de una cartulina representan una constelación.

Cuando las proyectamos, la luz sólo pasará por los agujeros (estrellas) y en la pantalla tendre-mos toda la constelación sobre un fondo negro.

Como hay estrellas que bri-llan más que otras, utilizaremos una aguja gruesa para las más bri-llantes y una aguja fina para las menos luminosas. Hay que procurar que los agujeros estén perfectamente va-

ciados y que la posición de las es-trellas sea la acertada en la cons-telación que queremos representar. Una vez acabado, colocare-mos la cartulina dentro del marqui-to, de modo que ya tendremos montada la diapositiva.

Página 27 Técnicas y actividades

• Escribir una carta que con-tenga: 1. saludo y presenta-ción. 2. Descripción de cómo es nuestra vida allí y de las cosas que más nos caracteri-zan, a través de dibujos, re-cortes de periódico, etc…

Esta actividad consiste en elegir, por grupos, una estrella. Es-ta debe ser reconocible, valiéndo-nos de otras estrellas más impor-tantes que tengan formas caracte-rísticas y que faciliten volver a en-contrarla en noches sucesivas. Una vez que los grupos han elegido su estrella y saben recono-cerla, se pueden realizar las si-guientes actividades:

• Dibujar un mapa celeste en el que aparece la estrella elegida.

• Imaginar cómo es el paisaje

de esa estrella. • Describir los posibles habi-

tantes, sus formas y costum-bres. Dibujarlos.

Adopta una estrella

MATERIAL: Planisferio, papel de embalar de color oscuro, pintura fosforescente, lápices blancos y material básico de plástica (tijeras, lápices, goma de borrar…)

lación y pintamos cada estrella con una gota de pintura fosforescente. Ya está terminado el mural de estrellas. Lo colgamos en el lo-cal y la sorpresa vendrá al apagar la luz: todo estará oscuro y, de re-pente, la pared aparecerá llena de puntos luminosos. Una variante sería utilizan-do luz negra (un par de fluorescen-tes). Para ello seguiríamos el mismo proceso, pero la pintura a utilizar sería fluorescente.

Cogemos el planisferio y lo colocamos en el día y hora que más nos interese. Cortaremos el papel en dos o tres tiras, para hacerlo tan grande como queramos, y des-pués recortamos los bordes para darle forma de esfera celeste. Tomando como modelo el planisferio, dibujaremos en el pa-pel todo lo que veamos. Hay que orientar bien todas las constela-ciones, unas respecto a otras, po-niendo en el centro a la Estrella Polar. Después, con el lápiz blan-co, reseguiremos las líneas que unen las estrellas de cada conste-

Técnica del mural

Guia para ver las estrellas

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