GRANDE MÁS GRANDE

GRANDEMÁS GRANDE107° Jor nad a Mundial del Migrante y Refug iado

Del 29 de agosto al 5 de septiembre Año2021

Créditos

Revisión

Fotografías

Diseño, diagramación e impresión

Revista elaborada por la Coordinación Nacional de Pastoral de Movilidad Humana, equipo técnico de la Pastoral de Movilidad Humana, miembros de Unión de Comités de Familiares de Migrantes Desaparecidos, miembros de la Comisión Nacional de Apoyo al Migrante Retornado con Discapacidad y colaboradores.

Hna. Ligia Ruiz Gamba, mscs

Archivo Pastoral de Movilidad HumanaBárbara Zandoval - Unsplash

Alpha Print

CAMINANDO CON LOS MIGRANTES

¡Queridos hermanos y hermanas!

Con alegría les presento la Revista de la Semana del Migrante y Refugiado para 2021 con el llamado del Papa Francisco: “Hacia un nosotros cada vez más grande” y somos invitados a vivir como hijos e hijas pertenecientes a la gran familia de Dios que peregrina con nosotros.

Contemplando la migración como elemento determinante del futuro del mundo (Fratelli Tutti, 40), del encuentro con la diversidad de migrantes y refugiados surge el diálogo que nos hace crecer y enriquecernos como familia de Dios, y comprometernos con la realidad migratoria que nos acerca.

Este año tiene una connotación especial: celebramos el jubileo de los 30 años de la Pastoral de Movilidad Humana - Conferencia Episcopal de Honduras. Junto a esta fiesta confirmamos la dinámica de evangelización de seguir caminando con las y los migrantes, refugiados y sus familiares.

Con el corazón lleno de gratitud a todas las personas que hacen parte de la familia Pastoral de Movilidad Humana, dedicando tiempo y energías, cumpliendo la misión de tener compasión y cuidar del prójimo con actitudes del Buen Samaritano. María Consuelo de los migrantes y refugiados acompáñanos en este camino hacia la tierra prometida.

Felices celebraciones y un fraterno abrazo.

Hna. Nyzelle Juliana Dondé, mscsCoordinadora Nacional de Pastoral de Movilidad Humana

5“Hacia un nosotros cada vez más grande”

Contenido

Mons. Luis Solé FaObispo de la Diócesis de Trujillo

Para la 107 jornada mundial del migrante y refugiado

Contexto de la situación migratoria en Honduras

El pueblo peregrino es la morada de Dios

En contextos de pandemia y desastres naturales

De migrantes desaparecidos

Un compromiso de atención que debemos asumir

Testimonio de Nelson Ayala

HACIA UN NOSOTROS CADA VEZ MÁS GRANDE

MENSAJE DEL SANTO PADRE

MIRANDO LA REALIDAD

ILUMINANDO CON LA PALABRA DE DIOS

ACTUAR

CAMINANDO ENTRE MADRES Y FAMILIARES

NIÑEZ Y ADOLESCENCIA MIGRANTE

IMPACTO EN LA SALUD MENTAL EN PERSONAS DESPLAZADAS POR VIOLENCIA

LA CASA DEL MIGRANTE, UN REFUGIO EN LA ZONA OCCIDENTAL

UNA SOLA FAMILIA, INCLUYE A LOS QUE ESTÁN EN EL MAR

MOVIMIENTO LAICO SCALABRINIANO EN HONDURAS

CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA DE APERTURA DE LA SEMANA DEL MIGRANTE Y REFUGIADO

CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA DEL DÍA DEL MIGRANTE Y REFUGIADO

CELEBRACIÓN DE LA PALABRA

CELEBRACIÓN CON COMUNIDADES ECLESIALES DE BASE

HORA SANTA

ROSARIO DE LOS MIGRANTES Y REFUGIADOS

CELEBRACIÓN CON JÓVENES

CELEBRACIÓN CON NIÑOS

LECTIO DIVINA

ORACIONES

CALENDARIO

DIRECTORIO

ATENCIONES EN SALUD MENTAL A MIGRANTES RETORNADOS DESDE MÉXICO Y ESTADOS UNIDOS

PERDÍ MIS DOS PIERNAS PERO DIOS ME BENDIJO CON GEMELOS

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6 “Hacia un nosotros cada vez más grande”


Un año más, la Pastoral de Movilidad Humana nos ofrece la posibilidad de abrir “nuestras” mentes, “nuestros” corazones y “nuestros” recursos a

“nuestros” hermanos migrantes que se hallan en el difícil camino de buscar, en nuevos horizontes, las posibilidades de una nueva forma de desarrollar el don maravilloso de sus vidas.

Ellos no son tan solo caminantes solitarios intentando alcanzar una meta, sino que forman parte de un “nosotros”. Forman parte del “nosotros” de donde partieron: su familia, su barrio, aldea o ciudad, de sus amigos que no los olvidan.

Son parte de ese otro “nosotros” que en la ruta migrante va adquiriendo la experiencia de saber ayudarse, protegerse, animarse mutuamente. Son parte, también, en su corazón y en su mente, del “nosotros” al que lograrán incorporarse en otro país, tarde o temprano, después de sufrimientos y de tener que derrochar mucha paciencia.

No queremos que nadie esté al margen de ningún “nosotros”. No queremos que ningún alguien se introduzca en ningún

Hacia un Nosotros Cada Vez Más Grande

“nosotros” para dividir, para dañar, para abusar de nadie o publicar mentiras acerca de la realidad de la migración. Con el Papa Francisco, deseamos que en esos “nosotros”, que son los que se quedan, que son los que emigran y los que los acogen, seamos hermanos todos. Hagamos todo lo posible para que la solidaridad, que crece cada día alrededor de la necesidad de emigrar, contribuya a que ese “nosotros” solidario y fraterno sea cada día más grande.

Nos ponemos en manos del Señor Jesús, Aquel que peregrinó por esta tierra, nos mostró el camino de la liberación y nos da su Espíritu para que, con san Pablo, podamos exclamar con toda humildad: “¡Nosotros tenemos el pensamiento de Cristo!” 1 Cor 2, 16.

Delegado de la Conferencia Episcopal de Honduras para la Pastoral del Migrante

Mons. Luis Solé FaObispo de la Diócesis de Trujillo


107° jornada mundial del migrante y refugiado

“Hacia un nosotros cada vez más grande”

Mensaje del Santo Padre para la

Queridos hermanos y hermanas:

En la Carta encíclica Fratelli Tutti expresé una preocupación y un deseo que todavía ocupan un lugar importante en mi corazón: “Pasada la crisis sanitaria, la peor reacción sería la de caer aún más en una fiebre consumista y en nuevas formas de autopreservación egoísta. Ojalá que al final ya no estén “los otros”, sino sólo un “nosotros”” (n. 35).

Por eso pensé en dedicar el mensaje para la 107 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado a este tema: “Hacia un nosotros cada vez más grande”, queriendo así indicar un horizonte claro para nuestro camino común en este mundo.

La historia del “nosotros”

Este horizonte está presente en el mismo proyecto creador de Dios: «Dios creó al ser humano a su imagen, lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Dios los bendijo diciendo: “Sean fecundos y multiplíquense”» (Gn 1,27-28). Dios nos creó varón y mujer, seres diferentes y complementarios para formar juntos un nosotros destinado a ser cada vez más grande, con el multiplicarse de las generaciones. Dios nos creó a su imagen, a imagen de su ser uno y trino, comunión en la diversidad.

Y cuando, a causa de su desobediencia, el ser humano se alejó de Dios, Él, en su misericordia, quiso ofrecer un camino de reconciliación, no a los individuos, sino a un pueblo, a un nosotros destinado a incluir a toda la familia humana, a todos los pueblos: “¡Esta es la morada de Dios entre los hombres! Él habitará entre ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos” (Ap 21,3).

La historia de la salvación ve, por tanto, un nosotros al inicio y un nosotros al final, y en el centro, el misterio de Cristo, muerto y resucitado para “que todos sean uno” (Jn 17,21). El tiempo presente, sin embargo, nos muestra que el nosotros querido por Dios está roto y fragmentado, herido y desfigurado. Y esto tiene lugar especialmente en los momentos de mayor crisis, como ahora por la pandemia. Los nacionalismos cerrados y agresivos (cf. Fratelli tutti, 11) y el individualismo radical (cf. ibíd., 105) resquebrajan o dividen el nosotros, tanto en el mundo como dentro de la Iglesia. Y el precio más elevado lo pagan quienes más fácilmente pueden convertirse en los

otros: los extranjeros, los migrantes, los marginados, que habitan las periferias existenciales.

En realidad, todos estamos en la misma barca y estamos llamados a comprometernos para que no haya más muros que nos separen, que no haya más otros, sino sólo un nosotros, grande como toda la humanidad. Por eso, aprovecho la ocasión de esta Jornada para hacer un doble llamamiento a caminar juntos hacia un nosotros cada vez más grande, dirigiéndome ante todo a los fieles católicos y luego a todos los hombres y mujeres del mundo.

Una Iglesia cada vez más católica

Para los miembros de la Iglesia católica este llamamiento se traduce en un compromiso por ser cada vez más fieles a su ser católicos, realizando lo que san Pablo recomendaba a la comunidad de Éfeso: “Uno solo es el Cuerpo y uno solo el Espíritu, así como también una sola es la esperanza a la que han sido llamados. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo” (Ef 4,4-5).En efecto, la catolicidad de la Iglesia, su universalidad, es


una realidad que pide ser acogida y vivida en cada época, según la voluntad y la gracia del Señor que nos prometió estar siempre con nosotros, hasta el final de los tiempos (cf. Mt 28,20). Su Espíritu nos hace capaces de abrazar a todos para crear comunión en la diversidad, armonizando las diferencias sin nunca imponer una uniformidad que despersonaliza.

En el encuentro con la diversidad de los extranjeros, de los migrantes, de los refugiados y en el diálogo intercultural que puede surgir, se nos da la oportunidad de crecer como Iglesia, de enriquecernos mutuamente. Por eso, todo bautizado, dondequiera que se encuentre, es miembro de pleno derecho de la comunidad eclesial local, miembro de la única Iglesia, residente en la única casa, componente de la única familia.

Los fieles católicos están llamados a comprometerse, cada uno a partir de la comunidad en la que vive, para que la Iglesia sea siempre más inclusiva, siguiendo la misión que Jesucristo encomendó a los Apóstoles: “Vayan y anuncien que está llegando el Reino de los cielos. Curen a los enfermos,

resuciten a los muertos, limpien a los leprosos y expulsen a los demonios. Lo que han recibido gratis, entréguenlo también gratis” (Mt 10,7-8).

Hoy la Iglesia está llamada a salir a las calles de las periferias existenciales para curar a quien está herido y buscar a quien está perdido, sin prejuicios o miedos, sin proselitismo, pero dispuesta a ensanchar el espacio de su tienda para acoger a todos. Entre los habitantes de las periferias encontraremos a muchos migrantes y refugiados, desplazados y víctimas de la trata, a quienes el Señor quiere que se les manifieste su amor y que se les anuncie su salvación. “Los flujos migratorios contemporáneos constituyen una nueva “frontera” misionera, una ocasión privilegiada para anunciar a Jesucristo y su Evangelio sin moverse del propio ambiente, de dar un testimonio concreto de la fe cristiana en la caridad y en el profundo respeto por otras expresiones religiosas. El encuentro con los migrantes y refugiados de otras confesiones y religiones es un terreno fértil para el desarrollo de un diálogo ecuménico e interreligioso sincero y enriquecedor” (Discurso a los Responsables Nacionales de la Pastoral de Migraciones, 22 de septiembre de 2017).


Un mundo cada vez más inclusivo

A todos los hombres y mujeres del mundo dirijo mi llamamiento a caminar juntos hacia un nosotros cada vez más grande, a recomponer la familia humana, para construir juntos nuestro futuro de justicia y de paz, asegurando que nadie quede excluido.

El futuro de nuestras sociedades es un futuro “lleno de color”, enriquecido por la diversidad y las relaciones interculturales. Por eso debemos aprender hoy a vivir juntos, en armonía y paz. Me es particularmente querida la imagen de los habitantes de Jerusalén que escuchan el anuncio de la salvación el día del “bautismo” de la Iglesia, en Pentecostés, inmediatamente después del descenso del Espíritu Santo: “Partos, medos y elamitas, los que vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, Ponto y Asia, Frigia y Panfilia, Egipto y la zona de Libia que limita con Cirene, los peregrinos de Roma, judíos y prosélitos, cretenses y árabes les oímos decir en nuestros propios idiomas las grandezas de Dios” (Hch 2,9-11).

Es el ideal de la nueva Jerusalén (cf. Is 60; Ap 21,3), donde todos los pueblos se encuentran unidos, en paz y concordia, celebrando la bondad de Dios y las maravillas de la creación. Pero para alcanzar este ideal, debemos esforzarnos todos para derribar los muros que nos separan y construir puentes que favorezcan la cultura del encuentro, conscientes de la íntima interconexión que existe entre nosotros. En esta perspectiva, las migraciones contemporáneas nos brindan las 5 oportunidad de superar nuestros miedos para dejarnos enriquecer por la diversidad del don de cada uno. Entonces, si lo queremos, podemos transformar las fronteras en lugares privilegiados de encuentro, donde puede florecer el milagro de un nosotros cada vez más grande.

Pido a todos los hombres y mujeres del mundo que hagan un buen uso de los dones que el Señor nos ha confiado para conservar y hacer aún más bella su creación. “Un hombre de familia noble viajó a un país lejano para ser coronado rey y volver como tal. Entonces llamó a diez de sus servidores y les distribuyó diez monedas de gran valor, ordenándoles: “Hagan negocio con el dinero hasta que yo vuelva” (Lc 19,12-13). ¡El Señor nos pedirá cuentas de nuestras acciones! Pero para que a nuestra casa común se le garantice el cuidado adecuado, tenemos que constituirnos en un nosotros cada vez más grande, cada vez más corresponsable, con la firme convicción de que el bien que hagamos al mundo lo hacemos a las generaciones presentes y futuras. Se trata de un compromiso personal y colectivo, que se hace cargo de todos los hermanos y hermanas que seguirán sufriendo mientras tratamos de lograr un desarrollo más sostenible, equilibrado e inclusivo. Un compromiso que no hace distinción entre autóctonos y extranjeros, entre residentes

y huéspedes, porque se trata de un tesoro común, de cuyo cuidado, así como de cuyos beneficios, nadie debe quedar excluido.

El sueño comienza

El profeta Joel preanunció el futuro mesiánico como un tiempo de sueños y de visiones inspiradas por el Espíritu: «derramaré mi espíritu sobre todo ser humano; sus hijos e hijas profetizarán; sus ancianos tendrán sueños, y sus jóvenes, visiones» (3,1). Estamos llamados a soñar juntos. No debemos tener miedo de soñar y de hacerlo juntos como una sola humanidad, como compañeros del mismo viaje, como hijos e hijas de esta misma tierra que es nuestra casa común, todos hermanos y hermanas (cf. Fratelli tutti, 8).

Oración

Padre santo y amado, tu Hijo Jesús nos enseñó que hay una gran alegría en el cielo cuando alguien que estaba perdido es encontrado, cuando alguien que había sido excluido, rechazado o descartado es acogido de nuevo en nuestro nosotros, que se vuelve así cada vez más grande. Te rogamos que concedas a todos los discípulos de Jesús y a todas las personas de buena voluntad la gracia de cumplir tu voluntad en el mundo. Bendice cada gesto de acogida y de asistencia que sitúa nuevamente a quien está en el exilio en el nosotros de la comunidad y de la Iglesia, para que nuestra tierra pueda ser, tal y como Tú la creaste, la casa común de todos los hermanos y hermanas. Amén.

Papa FranciscoRoma, San Juan de Letrán, 3 de mayo de 2021.

Fiesta de los santos apóstoles Felipe y Santiago


Mirando la realidad Contexto de la situación migratoria en Honduras

Honduras atraviesa una grave crisis humanitaria debido a que miles de

jóvenes, incluyendo familias enteras, abandonan diariamente el país. Se estima que cada año más 350 mil personas abandonan la nación debido a la resistencia pacífica contra el hambre, la pobreza y la violencia. Los hondureños dejan sus casas, sus barrios, sus vecindarios porque ya les resulta muy difícil sustentar sus vidas de las formas más legales y decentes. Les toca pagar el precio más elevado de dejar donde aprendieron a ser felices y no les queda sino en convertirse en los otros, en los parias, en los marginados y en los que ya no tendrán una patria segura y cálida que les acoja. El Papa Francisco menciona que es una crisis de los “otros” pues ha sido muy difícil construir en Honduras un “nosotros”.

Y el precio más elevado lo pagan quienes más fácilmente pueden convertirse en los otros: los extranjeros, los migrantes, los marginados, que habitan las periferias existenciales.

“Hoy la Iglesia está llamada a salir a las calles de las periferias existenciales para curar a quien está herido y buscar a quien está perdido, sin prejuicios o miedos, sin proselitismo, pero dispuesta a ensanchar el espacio de su tienda para acoger a todos” (Mensaje del Santo Padre Francisco para la 107° jornada mundial del migrante y del refugiado 2021).

En otras palabras, hay clarividencia del Papa Francisco en ver cómo, enfrente de nuestros ojos, se han venido engrosando las periferias materiales y existenciales. El “sálvese quien pueda” se ha instalado en las ciudades y en el campo. Los que no se salvan son los otros. Aquellos que no pudieron formar parte del “nosotros” que rezamos cuando repetimos la oración

que nos dejó el Hijo del Padre. Por ello la exhortación, para los gobernantes para usted y yo, de repensar un país con preeminencia del nosotros. Es muy fácil tirar de la barca a los que no tienen empleo ni ingresos…es muy fácil decir y asegurar que son haraganes y que ellos tienen la culpa….es más difícil asumir lo que también el Papa Francisco nos insiste en su mensaje:

Hacer más grande el nosotros significa ensanchar las posibilidades, ampliar las oportunidades para que nadie se quede atrás. No intentarlo solamente con buenos anuncios en la televisión sino con cambios radicales en la salud y la educación y con la apertura general de una economía popular que no sea marginal sino central. Hasta ahora, con la “medalla de oro” del país de la región con mayor tasa de pobreza extrema lo que se ha logrado con éxito es que la gente busque salir, a como dé lugar, hacia otros territorios donde exista la posibilidad de ver salir el sol con alegría. Con los estómagos vacíos difícilmente se puede alegrar el alma con el bello canto de un pájaro y eso resume bien lo que ha estado pasando: nuestras ciudades se han venido

Que hay una gran alegría en el cielo cuando alguien que estaba

perdido es encontrado, cuando alguien que había sido excluido,

rechazado o descartado es acogido de nuevo en nuestro nosotros, que se vuelve así cada vez más

grande.

llenando de “favelas”, caserios, barrios marginales pobladas con gente que ha perdido el sueño en sus comunidades rurales de origen. Después también se pierde la esperanza en las ciudades y ya no queda más que salir hacia otros horizontes. El 70% de los que logran pasar las salvajes y agrestes fronteras comparten su fortuna con los familiares que han quedado en el país. Los “otros”, los que retornan tristes y traumados en aviones y buses del Norte esos no tienen “coronel quien les escriba”. Las políticas públicas aún no se han percatado que cada año llegan entre 35 y 40 mil jóvenes deportados, muchos de los cuales aterrizan sin uno o varios miembros, otros solo a reunirse con la tierra hondureña pues han perdido sus vidas en el intento legítimo de asegurar sus vidas.

Conversando con las fatigadas mujeres y hombres que dedican parte de su tiempo a los migrantes, aseguraban que más de la mitad volverán a intentarlo en los próximos días o semanas. Los que retornan regresan a enfrentarse con el “más de lo mismo” que representa: no hay empleo para los jóvenes y si ya no eres muy joven tampoco. El desafío de emprender pequeños negocios riñe con la enorme inseguridad y violencia que sigue asolando los barrios más pobres. Los que se quedan lamen sus heridas y esperan que alguien les tienda una mano. Así, la construcción del “nosotros” pasa, inevitablemente, por superar el egoísmo, el confort y dejar como nos enseñaba Jesucristo, las 99 para ir detrás esa oveja que se ha perdido buscando mejores pastos. Pero, hay que decirlo y asegurarlo, la alegría de horizontes mejores y proyectos de vida necesita de un “nosotros” urgente y necesario.

En realidad, todos estamos en la misma barca y estamos llamados a comprometernos para que no haya más muros que nos separen, que no haya más otros, sino sólo un nosotros, grande como toda la humanidad.


Iluminando con la Palabra de Dios El pueblo peregrino es la morada de Dios

Dios mismo hace una alianza con su pueblo elegido, y esto caracteriza una intimidad

entre lo divino y lo humano, que cobra importancia en la existencia de los pueblos que componen esta raza elegida. En este sentido, es muy valioso recordar la tradición judía cristiana y la fe en un Dios Verdadero y Misericordioso que acompaña a los que ama en cada paso.

Los hebreos fueron los primeros en reconocer al Dios verdadero, y los componentes de un pueblo peregrino, hicieron un recorrido destacando la acogida a la manifestación divina. Abraham, considerado el “Patriarca”, junto con su esposa Sara, abandona Ur en busca de una nueva tierra. Guiado por la fe y la esperanza, migra con su familia a Egipto. Luego se va de nuevo a vivir en la tierra de Canaán (cf. Génesis 12). Como él, muchos lo han hecho y lo hacen durante milenios de presencia humana en el planeta Tierra.

Está en el ADN de los creyentes en Dios la itinerancia. Y es precisamente en medio del camino del pueblo donde se produce la “morada de Dios”. Esto constituye una relación amorosa entre el Creador y las criaturas hechas a su imagen y semejanza (cf. Dt 6, 4-9). Sin embargo, hoy parece que a algunas personas les resulta difícil comprender esta realidad.

La Biblia en sus relatos de la creación expresa que Dios y el ser humano van juntos. La humanidad cae libremente en el pecado. Y eso lleva a la separación de Dios: nada más, nada menos que toma otro rumbo. Sin embargo, el Creador amoroso promete un Salvador y nuevamente habita en el

ser humano. Este es el desarrollo de la Historia de la Salvación, que termina en la fe cristiana. Surge el tema bíblico-teológico de la “Morada de Dios entre los hombres”. Se desarrolla una teología, en la que destaca el término de origen arameo Shekinah, que significa morada, hogar.Cabe señalar que la morada de Dios entre los hombres no es una Casa, sino un itinerario histórico, como lo presenta la Sagrada Escritura. Primero, es necesario reconocer la manifestación de Dios en el camino del pueblo de Israel. Un pueblo que emigra, que va a Egipto y de allí escapa de la esclavitud. Personas que hacen una incursión en el desierto y que parten del Sinaí para establecer el “hogar portátil” donde Dios se encuentra con su pueblo. Por

eso, en tantos lugares, los que creen en Dios no dejan de reconocer que su Señor “habita” entre ellos (cf. Libro del Éxodo). Durante un tiempo, estas personas hicieron una transición de la morada de Dios al Templo, de forma sedentaria. Sin embargo, más tarde termina siendo llevado a la fuerza al exilio babilónico. La nostalgia que los hebreos sentían por el Templo y por su amada Jerusalén está latente y nos hace experimentar la tristeza, como se ve en los Salmos: “¿Cómo cantaremos en tierra extranjera?” (Cf. Salmo 137,4). Y aún hoy, hay tantos a los que les cuesta regocijarse porque están esclavizados entre las desigualdades sociales que están lejos de su origen.

Está claro que el pueblo de Dios en movimiento pasa por la esclavitud y la experiencia de una dominación que lo somete. Pero Dios no lo abandona, y en el camino manifiesta su Sabiduría y Amor, como se ve en el Pentateuco, en los pergaminos históricos, en los escritos de sabiduría y en los libros proféticos de la Sagrada Escritura. Dios actuó y continúa manifestándose, y “por el amor del Cordero por la nueva Jerusalén, Dios habita con él entre los seres humanos y con los seres humanos” (Lv 26, 11-12).

En el Nuevo Testamento, el Templo adquiere un nuevo significado, identificándose con cada persona. La vida y misión de Jesucristo demuestran tal cambio en medio de los que todavía son peregrinos. Finalmente, para estas personas de fe llega la esperanza, la justicia y la paz: “cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su Hijo” (Gal 4, 4).

Siguiendo la tradición de ser itinerante, el mismo Jesús, aún en el vientre de su madre, tiene que emigrar y nacerá fuera de su país: “José, subió de Nazaret, ciudad de Galilea, a la ciudad de David, en Judea, llamada Belén” (Cf. Lc 2, 4-5). Para colmo, el Hijo de Dios nace en un establo y su madre “lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre,


Actuar En contextos de pandemia y desastres naturales

porque no habían encontrado lugar en la posada” (cf. Lc 2, 7). Si esta dificultad de nacer fuera del país de origen no era suficiente, todavía era necesario salvar la vida del Niño: “levántate, toma al niño ya su madre y huye a Egipto... porque Herodes quiere matarlo” cf Mt 2, 13).

Los sufrimientos de Jesús en su paso por este mundo, no difieren de las dificultades que tantos hombres y mujeres enfrentan en sus viajes por la faz de la Tierra. Después de anunciar el Reino, Jesús fue perseguido, murió y resucitó. Sin embargo, su testimonio y su palabra llegaron “hasta el fin” (cf. Hch 1, 18). Tantos fueron los discípulos y apóstoles que hicieron que esta palabra fuera a donde él mismo debía ir (cf. Lc 10, 1-9). Por tanto, es necesario que el cristiano de hoy no deje de atender a quienes lo necesitan. La Buena Nueva no se puede olvidar y, como las personas que buscan mejores lugares y días, el Evangelio debe circular.

Al final de los tiempos habrá un descenso de la morada de Dios del cielo a la tierra, culminando en la plenitud de su significado. Pero hasta que eso suceda, en la vida y la fe cristianas de hoy, es necesario reconocer que “todos somos migrantes, que todos somos hermanos”, como dijo el Papa Francisco en su viaje a Grecia en 2016. En ese momento llamó la atención de la Comunidad Internacional sobre la realidad de los Migrantes y Refugiados. En este espíritu se hace justo y necesario darse cuenta de que todo aquel que cree en Dios y forma a su pueblo debe ser “como la esposa que prepara al esposo” (cf. Ap 21, 2). Sólo con esta disposición del encuentro con Dios se hace posible comprender que Él quiere hacer “un hogar entre los hombres: morará con ellos; serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos” (cf. Ap 21,3), somos parte de un nosotros cada vez más grande, de la grande familia de los hijos de Dios.

Durante el año de 2020 y mediados de 2021, inmersos en la atmosfera de la pandemia del covid-19 que continúa asolando el mundo y de manera particular el pueblo hondureño, dónde muchísimas personas

fueron afectadas y otras fallecieron se sumó la devastación ocasionada por los huracanes Eta e Iota en noviembre de 2020, dejando huellas profundas en la vida de las personas, especialmente en la zona norte y occidente del país.

Los migrantes son los que más sufren con las consecuencias de la pandemia, dificultando el acceso a la salud, educación, vivienda y sobre todo a aquellos que están en tránsito. Las exigencias de la prueba del covid-19 como requisito, hasta la llegada en Honduras, enfrentando la discriminación con el estereotipo de ser portador del virus.

Igualmente reconocemos en cada migrante un hijo o una hija de Dios, hermanos que urge en la solidaridad reclamar por justicia, por derecho. Como Pastoral de Movilidad Humana, presencia de la Iglesia, madre y peregrina, hemos estado apoyando a los migrantes en sus necesidades urgentes, dándoles un trato humanitario, asistencia básica, aportando con vivieres, kits de higiene, ropas, medicamentos, una palabra de entusiasmo y apoyo psicológico a los migrantes y sus familias. De esta manera procuramos cumplir el apelo del Papa Francisco en el mensaje de la 107° Jornada Mundial del Migrante y Refugiado:

La Iglesia está llamada a salir a las calles de las periferias existenciales para curar

a quien está herido y buscar a quien está perdido, sin prejuicios o miedos, sin

proselitismo, pero dispuesta a ensanchar el espacio de su tienda para acoger a todos.


La respuesta desde PMH en alianza con otras organizaciones locales e internacionales brindando apoyo y estimulando el protagonismo de los diferentes colectivos de migrantes: la Unión Nacional de Comités de Familias de Migrantes Desaparecidos (UNCOMIDEH), la Comisión Nacional de Migrantes Retornados con Discapacidad Física (CONAMIREDIS), personas que necesitan de protección, desplazamiento forzado, posibilita proyectos de micro emprendimientos y reinserción socio laboral, brinda atención psicosocial y psicológica y también del Centro

de Atención al Migrante Retornado en San Pedro Sula, y en los primeros meses de este año en Tegucigalpa acogiendo a personas deportadas de los Estados Unidos y México y brinda atención en la Casa del Migrante San José en Ocotepeque, albergue de tránsito.

Segundo la orientación de la Iglesia y el equipo de la PMH brinda atención solidaria a poblaciones móviles, promoviendo a los Derechos Humanos, en 2020 en plena crisis sanitaria del COVID-19 y con las medidas de restricciones de circulación y de bioseguridad se pudo acompañar en los diferentes programas:


Caminando entre Madres y Familiares de Migrantes Desaparecidos Como psicólogo de la Pastoral

de Movilidad Humana, he tenido la dicha de caminar al

lado de los procesos de búsqueda de migrantes desaparecidos que llevan a delante las madres y los familiares de los diferentes comités que pertenecen a la Unión Nacional de Comités de Familiares de Migrantes Desaparecidos de Honduras (UNCOMIDEH).

A finales del 2013 inicié este recorrido, sin imaginar la cantidad de aprendizaje y lecciones aprendidas que estas familias aportarían a mi formación y experiencia profesional. Ha sido desde el comienzo, un espacio de fortalecimiento y empoderamiento mutuo, el cual ha servido para establecer lazos de cohesión, colaboración y solidaridad inquebrantables.

He aprendido que, al compartir el dolor, el camino se vuelve más liviano, y que una lagrima compartida también equivale a compartir la vida.

De no ser por ellas, muchas palabras no tendrían sentido, de hecho; me hubiese sido imposible comprender lo que doña Angélica Benítez expresa en las asambleas del Comité de familiares de migrantes desaparecidos del Progreso (COFAMIPRO): “No importa que tan fuerte sea la tempestad, somos como las palmeras de coco, que por más que las doble el viento, se vuelven a enderezar; así somos las madres que buscamos a nuestros hijos desaparecidos, que, aunque el dolor nos doble, nos volvemos a levantar”. Y estas palabras solo tienen sentido si se viven desde la experiencia individual y colectiva de su movimiento de búsqueda.

Es en esta búsqueda de migrantes desaparecidos desde donde van abriéndose espacios y alianzas que sirven de gran apoyo a las madres y los familiares, y que se convierten en espacios para elevar la voz y gritar con fuerza: “Los buscamos porque los amamos”; una frase que me recuerda la primera vez que me encontré con doña Dora Coello, y me dijo: “Yo amo tanto a Marito que no voy a descansar hasta encontrarlo”. Desafortunadamente doña Dora quien pertenece al Comité de familiares de migrantes desaparecidos del centro de Honduras (COFAMICENH) no pudo encontrar a su hijo con vida como ella soñaba y pedía a Dios encontrar, pero expresó hace un par de semanas atrás que la búsqueda incansable valió la pena hasta la última lagrima, porque se siente en paz de haber repatriado los restos de su bebé y enterrarlos en la tierra que lo vio nacer y crecer. Hoy doña Dora se siente llamada a ayudar a otras madres y familiares que andan en búsqueda de sus hijos desaparecidos en la ruta migratoria, lo cual ya ejerce de manera activa al lado del comité y también a título personal desde su red social, donde atiende dudas, anima y fortalece a toda persona que se pone en contacto con ella.


Las madres y los familiares de migrantes desaparecidos dan vida al acompañamiento psicosocial desde la experiencia de su propio dolor y desde su propia formación, fortalecimiento y empoderamiento; lo cual tiene tanto sentido desde cualquier enfoque psicológico que se analice.

El dolor de la pérdida ambigua les llevó a encontrarse y entre lágrimas, sollozos y abrazos pudieron darse cuenta de que no estaban solas en la búsqueda; una enseñanza que transmiten a los familiares que recién se han tenido que enfrentar al trauma que supone la desaparición de un ser querido. Y, al final es ese camino lo que genera las alianzas más difíciles de romper, y al verlas juntas gritando: “Hijo escucha, tu madre está en la lucha”, es inevitable no experimentar una invasión de energía que se convierte en lucha y esperanza de encontrarlos con vida, porque: “Vivos se fueron, y vivos los queremos”, dice doña Nelly Santos una de las madres del COFAMIPRO responsable de que la búsqueda se mantenga activa en los corazones de las madres y los familiares.

“Fortalecernos y agarrar ánimo, no es para olvidarlos” dice Eva Ramírez, una de las madres al frente del Comité de familiares de migrantes desaparecidos Amor y Fe (COFAMIDEAF), es para no enfermarnos, porque si nos quedamos en casa a llorar la desaparición de nuestros hijos, entonces ¿quién los va a buscar? Y además nos podemos morir de pura tristeza. Y tiene toda la razón, la búsqueda no tendría los efectos y resultados que tiene sin el protagonismo de las madres y los familiares.

Detrás de cada migrante desaparecido hay una historia de vida, de sufrimiento, de angustia, dolor y afectación familiar y comunitaria, algo que las madres y familiares que pertenecen a UNCOMIDEH van experimentando empáticamente, en cada visita domiciliaria, en cada nuevo expediente que documentan, en cada notificación y repatriación de restos que acompañan.

Acompañarlos todo este tiempo desde la PMH ha sido un tremendo aprendizaje, y seguirlo haciendo

implica un compromiso con la verdad y la justicia, con la defensa de los derechos humanos de los migrantes y sus familias, pero también es una oportunidad para encontrar la gracia de Dios en cada madre y en cada familiar que nos abre las puertas de su casa y de su corazón.

Seguiremos caminando a su lado en la búsqueda de sus seres queridos, y solo nos resta decirles gracias por la confianza. Gracias Comité de familiares de migrantes desaparecidos del Progreso (COFAMIPRO), Gracias Comité de familiares de migrantes desaparecidos del centro de Honduras (COFAMICENH), Gracias Comité de familiares de migrantes desaparecidos Amor y Fe (COFAMIDEAF), Gracias Comité de familiares de migrantes desaparecidos La Guadalupe (COFAMIGUA) y Gracias Comité de familiares de migrantes desaparecidos de Pespire (COFAMIDEPE).


Nelson Ayala junto a sus gemelos

Perdí mis dos piernas, pero Dios me bendijo con los gemelos En el departamento de Lempira,

en la zona occidental de Honduras, situado entre verdes

montañas que llegan a colindar con El Salvador, se encuentra el municipio de Tambla. Aquí uno de los hijos de la comunidad, Nelson Ayala Alverto, nos relata su testimonio de vida como un migrante que después de un accidente en 2018 retorna a Honduras con una nueva meta.

La pobreza fue un motivo que orilló a Nelson a salir del país. Su anhelo de querer mejorar su condición lo lleva a emprender la ruta migratoria, su destino EEUU. Este camino es difícil para los viajeros, además de peligroso y arriesgado. “Hay momentos en los que ya no podes, el cansancio es sin igual”, relató. En un instante, en un abrir y cerrar de ojos, ocurrió el fatídico accidente que le costó ambas piernas, pues se quedó dormido al subir al tren.

Al estar en México, los doctores lo intervinieron para salvar su vida, cerraron los cortes hechos por el tren “bestia de metal”, luego le dieron medicamento para que tuviera una efectiva recuperación antes de ser retornado a su nación de origen.Sin embargo, el escenario se tornó más oscuro e incierto, cuando a los 15 días es trasladado del hospital hacia una celda de las autoridades de migración, mientras el consulado preparaba su papeleo para retornarlo por vía aérea. “Estuve retenido un mes, no me encontraba del todo bien, uno la pasa mal, mental y físicamente”, expresó

mientras su voz reflejó, el recuerdo del dolor que vivió, sentirse desamparado.

Después de arribar al aeropuerto Villeda Morales de La Lima, Cortés (lugar que es testigo del retorno de muchos hondureños, historias de vida, de travesías migratorias), se da el reencuentro con su familia, siendo un momento duro para ambas partes: “ellos te ven ir completo y regresas mutilado, te dan ánimos para ser fuerte, pero en su cara se nota que no es lo mismo”, relató Nelson.

Al momento de su retorno al país, se contacta con Comisión Nacional de Apoyo a Personas con Discapacidad (CONAMIREDIS) que como él, han sufrido accidentes en la ruta migratoria. Posteriormente al seguimiento brindado, la CONAMIREDIS tanto en el tema de salud física y mental. Nelson, ha pasado por el quirófano dos veces más, con el objetivo de ser funcional, a nivel de salud física, y poder optar a la donación de sus prótesis.

Su primer procedimiento quirúrgico fue remodelación de muñón, realizado en el 2018 en su pierna izquierda, la segunda en el mes de mayo del 2021 en el lado derecho, estas realizadas gracias a las gestiones de la CONAMIREDIS, con el apoyo financiero de organizaciones afines, sus heridas sanan progresivamente.

Actualmente se siente bendecido por Dios, ya que le ha dado el regalo de la paternidad:

Perdí mis dos piernas, pero Dios me bendijo con los

gemelos, ellos son mi razón para seguir hacia adelante, para luchar, ellos me dan fuerza”. “Antes de irme

no tenía nada, hoy en día tengo a mis niños junto a mi

compañera de hogar, también estoy realizando mi casa, un proyecto que comenzó el año pasado. Gracias a Dios que ha

moviendo corazones a esta causa, y gracias al apoyo de

la alcaldía de mi comunidad”

Relató acompañado de una sonrisa y un singular brillo en

sus ojos, al mencionar a sus pilares


Niñez y adolescencia migranteUn compromiso de atención que

debemos asumir

Cada año, crece el número de menores y adolescentes migrantes, ya sea quienes salen del país o quienes se trasladan

de un departamento a otro, la mayoría por razones muy semejantes y relacionadas con las condiciones de empobrecimiento y violencia que aquejan a nuestra población en el día a día. Llama de forma particular la atención que conforme crece el número de niñez migrante, crece a pasos agigantados el número de menores que se trasladan sin la compañía o cuidado de un adulto.

Son tantas las realidades que vive la niñez migrante, que no sería posible expresarlas a cabalidad en este escrito, pero haremos mención de algunos de los grupos afectados y de algunas de las consecuencias que ellos y ellas viven ya sea durante su tránsito, estadía en el destino o retorno.

En uno de los grupos más grandes, encontramos a aquellos que están en el camino migratorio hacia cualquier destino, sea este nacional o internacional, enfrentándose a grandes periodos de horas, incluso días de hambre, sueño y sed, acompañado esto siempre del cansancio, la angustia, el temor y la incertidumbre sobre el futuro, estando todos estos menores en una constante situación de riesgo hacia la violencia física y sexual, e inclusive la explotación laboral combinada con las anteriores.

Es importante también resaltar que cuando muchos de estos menores logran llegar a su lugar de destino, se ven enfrentados a la reclusión en centros de detención, los cuales no distan mucho de centros de encarcelamiento, en donde las condiciones a los que se ven


sometidos los menores son en ocasiones insalubres e inhumanas.

Pero sin duda, no podemos dejar de lado, otra realidad, aquellos que logran retornar a su país, quienes después de quizás largos periodos regresan a una comunidad que les recibe con las mismas carencias con las que los despidió, o quizás, agudizadas, redundantes siempre en la violencia y pobreza que se vive en nuestro país, en donde los más jóvenes ven la responsabilidad de su familia sobre sus hombros, encontrándose en un estado de angustia e impotencia, llegando en muchas ocasiones a la desesperanza y encontrando en la ruta migratoria la única alternativa para la “sobrevivencia” propia y de su familia.

¿Y qué hay de aquellos que no migran, pero si lo han hecho sus padres o cuidadores y quedan a cargo de la satisfacción de las necesidades de su familia? Aquellos que deben dejar las horas de estudio y juego por hacer

frente a la búsqueda de ingresos para su familia, aquellos que a los doce años o mucho antes, deben abandonar su infancia, y “crecer apresuradamente” porque deben asumir un rol de proveedores o cuidadores de hermanos menores, madres, abuelos (as) y otros.

Es por estas realidades difíciles que enfrenta nuestra infancia que debemos fortalecer nuestro compromiso de atención a ellos y ellas, no recriminando la decisión de migrar, sino ampliando las alternativas de vida de los más jóvenes, para que estos encuentren en su comunidad mayores posibilidades de desarrollo y crecimiento libres de violencia. Somos nosotros como Pueblo Cristiano el llamado a abrigar las infancias desprotegidas y cumplir así la misión que nos deja Nuestro Señor Jesucristo.


Impacto en la salud mental en personas desplazadas por violenciaEl desplazamiento forzado por violencia es una

realidad poco visible pero de gran impacto para las miles de personas que se han visto obligadas a

abandonar sus hogares. Las personas desplazadas son una población vulnerable, y con necesidades específicas que deben ser cubiertas; como punto esencial en el proceso de acompañamiento se ha vuelto imprescindible brindar a las víctimas apoyo en salud mental. Las necesidades en salud mental a menudo exceden la capacidad de respuesta de los servicios públicos de salud de nuestro país, el acceso es limitado, precario, más en las zonas rurales, viéndose así la atención psicológica como no prioritaria y una preocupación secundaria.

El desplazamiento forzado por la violencia en algunas personas altera el estado de funcionalidad de la persona, refiriéndose a esto al cuidado personal, relación con otras personas, comunicación, involucramiento en actividades de la vida o rutina (trabajo/escuela), participación en la sociedad y condiciones de salud física.

El impacto a nivel de salud mental en algunas personas desplazadas por violencia puede verse en todos los ámbitos de la vida del individuo, siendo algunos de los más importantes los que siguen:

Es importante tomar en cuenta que estos síntomas se suelen presentar de manera transitoria, es decir, que con la asistencia psicológica oportuna tienden a solo estar presentes en el periodo de tiempo que dura el proceso del desplazamiento. A menudo pueden aparecer o intensificarse síntomas y reacciones de salud mental durante estos periodos y en algunas personas los trastornos preexistentes puede resurgir y/o agravarse. Con la intervención de salud mental adecuada se puede lograr que la persona mejore su bienestar psicológico, en la reducción de los niveles de angustia y malestar emocional derivados del incidente, fortalecer estrategias de afrontamiento y resiliencia para hacer frente a las secuelas psicológicas y es muy importante prevenir nuevos daños evitando el desarrollo de trastornos psicológicos.

Dentro de la Pastoral de Movilidad Humana (PMH) está conformada la unidad de desplazamiento forzado por violencia desde el año 2014, brindando asistencia integral a familias afectadas por este fenómeno, a nivel nacional. La ayuda incluye la intervención en salud mental. Siendo evidente la necesidad de atención psicológica y el poco acceso que se tiene a este servicio, nace desde la PMH la idea de crear una red de profesionales de la salud mental, la que hoy en día se conoce como Red Nacional de Apoyo Psicosocial y Salud Mental. La RENAPS está conformada por psicólogos y agentes psicosociales de diferentes organizaciones a nivel nacional, los cuales trabajan activamente para brindar asistencia psicológica de calidad a las personas desplazadas por violencia en todo el país.

La respuesta a las víctimas de desplazamiento forzado por la violencia debería ser integral priorizando el cubrir la atención a las necesidades básicas, médicas, psicológicas y psicosociales.

Durante el año 2020 en tiempos de pandemia la RENAPS atendió a 89 personas desplazadas por

violencia de todo el país

475 BRINDANDO HASTA EL MESDE DICIEMBRE UN TOTAL DEINTERVENCIONES PSICOLÓGICAS

FÍSICOAlteraciones del sueñoDolores de cabezaDolor en algunas partes de su cuerpoProblemas digestivos

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COGNITIVOProblemas para tomar decisionesDificultad para pensar con claridadDificultad en el procesamiento de informaciónPensamientos recurrentes del hecho

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CONDUCTUALEvitación de personas, hechos, lugares que recuerdenlo que pasó, “flashbacks”Problemas en sus hábitos alimenticiosEstado de alerta permanente o hipervigilancia

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PSICOLÓGICO / EMOCIONALSíntomas relacionados a la depresión (tristeza, pocamotivación, ideas suicidas, cansancio, sentimientosde culpa)Síntomas relacionados a la ansiedad (miedo,incertidumbre, preocupación constante,nerviosismo)Altos niveles de estrés

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Atenciones en salud mental a migrantes retornados desde México y Estados Unidos

La Casa del Migrante, un refugio en la Zona Occidental

La migración por sí sola no es causa directa del deterioro de la salud mental de los migrantes que son retornados desde los Estados Unidos-México

a Honduras. Durante el tránsito, por la ruta migratoria, enfrentan diversas dificultades debido las situaciones de violencia de la que son víctimas, el miedo que sienten de llegar a contagiarse de covid-19, sumado a los sufrimientos emocionales de experiencias vividas en el lugar de origen y en los centros de detención a los que son llevados, son factores que afectan negativamente la salud mental de estos grupos móviles, manifestando una serie de síntomas físicos, emocionales, cognitivos y conductuales1. Para algunos casos estos síntomas suelen presentar de manera transitoria, es decir que con una intervención oportuna pueden desaparecer, en otros ya requiere una atención especializado.

A diferencia de los migrantes retornado de EEUU, los migrantes retornados desde México reciben muy poca o ninguna atención en salud mental y al llegar a Honduras entre risas, bromas, preguntas, enojo y preocupación,

buscan con ansias en sus pertenencias los celulares móviles para poder comunicarse con sus familiares. En ocasiones se encuentran con noticias devastadoras que les generan angustias, dolor e incertidumbres generando pérdida de control de sus propias decisiones descompensándolos emocionalmente, porque no saben cómo establecerse nuevos sueños y metas hacia el presente o futuro.

En el 2019-2020 el Centro de Atención del Migrante Retornado (CAMR) atendió a 1,229 migrantes retornados (274 mujeres y 955 hombres) con deterioro en su salud mental, siendo la depresión 26.20 % y la ansiedad 13.01 % las mayores afectaciones y un 53.96 % correspondiente a otras afectaciones y consejería.

También un 6.83% de migrantes que se les brindó intervención en crisis. Los principales departamentos donde se dirigen son de Cortés (18.8 %), Francisco Morazán (9.8), Yoro (8.5) y un 62.9 % se dirige a otros departamentos del país e incluso nuevamente la ruta migratoria²

La localidad de Ocotepeque, ha sido testigo de la realidad migratoria que se vive en Honduras, ya que esta zona es fronteriza con Guatemala, un país

de transición para los que emprenden el llamado “sueño americano”.

La parroquia San José de esta comunidad, decidió inaugurar la Casa del Migrante, el 10 de marzo de 1996 para dar un techo digno a los retornados de México y el país hermano del norte. Después de esto la Pastoral de Movilidad Humana desde Cáritas Honduras, logran gestionar con Catholic Relief Services (CRS), el primer recurso económico para su ejecución, detalló el Coordinador de este establecimiento, Sixto Rodríguez.

1 Síntomas físicos (dolores de cabeza, Dolor de espalda, dolor de estómago, diarrea y alteraciones en el sueño) Emocionales (sentimientos de culpa, ira, vergüenza, incertidumbre, preocupación, miedo, desesperanza, tristeza o negación, desesperación,) Cognitivo (dificultades para tomar decisiones de que hacer, donde ir, a quien llamo, pensamientos suicidas) Conductuales (llanto, hipervigilante o a la defensiva, rostros inexpresivos, risas, ira)2 Base de datos Salud Mental-CAMR 2019-2020


Luego en 1998, la PMH en conjunto con Cáritas, formalizan un proyecto por tres años con Dan Church Aid, que llegó hasta diciembre de 2002. Durante el primer semestre del año 2003, se inactiva la casa, pero después de una visita de varias instituciones, donde se contó con representantes de la Pastoral a nivel nacional, se reactiva para abrir las puertas y atender a los más necesitados, gracias al apoyo de CRS con Trocaire.

Asimismo, en 2004 se unieron esfuerzos con Foro Nacional Para Las Migraciones En Honduras (FONAMIH), CRS, y Trocaire, dándose un fortalecimiento en esta labor. Un año después en coordinación con organizaciones como el Instituto Hondureño De La Niñez Y La Familia (INFHA), ahora conocida como la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF), la Organización Internacional para las Migraciones y el Instituto Nacional de Migración, se da atención a los menores de edad que son retornados por vía terrestre.

Luego a mediados de 2007, la casa del migrante dejó de ser apoyada por las instituciones antes mencionadas, no obstante en ese período se dio cuidado a más de 8 mil hondureños y el siguiente año a unas 4 mil personas. Debido a la falta de recursos, se cierra este refugio el 20 de enero de 2009 pero se consigue reabrir en el mes de mayo del mismo año, gracias a la ayuda de CRS.

A partir de 2010, la PMH asume la administración de este lugar para retornados con fondos de Trocaire y de la solidaridad de la Iglesia en Honduras, a través de la colecta del mes del migrante. Más tarde en 2011, la Conferencia Episcopal Italiana y el Fondo de Solidaridad con el Hondureño Migrante en Condiciones de Vulnerabilidad (FOSHOMI), otorgan financiamiento a la casa. Mientras este mismo año, Honduras y México firman un acuerdo bilateral, donde oficializan las deportaciones vía terrestre de la nación azteca.

Con todo esto, en 2016 el financiamiento para este establecimiento para migrantes, es otorgado por parte del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) por Consejo Noruego para Refugiados (NRC), donde el equipo de este hogar promueve y protege los derechos de quienes retornan, además de velar por las poblaciones más vulnerables.

Entre el 2020 y mayo de 2021 se brindó asistencia a más de 2000 migrantes con alimentación, hospedaje, atención inmediata en salud física y mental y una palabra de esperanza para que ampliemos el sentido verdadero de pertenecer a la familia de los hijos y hijas de Dios, conformando un “nosotros cada vez más grande”.

Una sola familia, incluye a los que están en el mar

Todos compartimos un origen común y un futuro común. Dentro del Apostolado del Mar nos unimos como una sola familia para luchar contra

la injusticia, la pobreza, la violencia, las amenazas ecológicas y violación de derechos humanos. Somos espiritualmente un puerto seguro para marinos y pescadores que han visto sus principales actividades estancadas, por causa del Covid-19. Seguimos unidos en solidaridad en una sola hermandad.

El International Chamber of Shipping - Baltic International Martitime Council (ICS-BIMCO) en una encuesta sobre mano de obra en el 2015, registró a más de 1.647.500 personas que trabajan como gente de mar en diferentes tipos de buques, como petroleros, graneleros, portacontenedores y buques de pasaje en todo el mundo y entre estos 20 mil hondureños se ganan la vida en el mar. Honduras es el décimo segundo país con más marineros embarcados superando a los otros países latinoamericanos. Envían remesas a Honduras en un promedio de la 5ta parte del total de ellas (https://proceso.hn/honduras-potencia-latinoamericana-en-marinos/).

Así mismo, según la dirección general de pesca y acuicultura de Honduras, alrededor de 6.000 personas se dedican a las labores de pesca, tanto en el océano Atlántico como en el Pacífico, y se cree que la cifra puede ser mayor, considerando los pescadores no registrados de la zonas.

La gente de mar ejerce una función esencial para el comercio internacional y la economía mundial. A veces, la gente de mar trabaja muchas horas, pasando menos tiempo en tierra y con sus familias, con niveles elevados de estrés y cansancio. El abuso del alcohol y el consumo de drogas, las enfermedades infecciosas, la violencia y el acoso son otros tipos de peligros a los que la gente de mar se ve expuesta. También a delitos perpetrados contra los barcos y que ponen en peligro su bienestar, por ejemplo, actos de piratería, terrorismo en el mar y robo. En estos casos, los marinos corren el riesgo de ser tomados como rehenes, recibir disparos, sufrir lesiones o ser asesinados.


Estos migrantes vía marítima son nuestros hermanos. El Papa Francisco describe como una de las ocupaciones más peligrosas del mundo estar a bordo de un barco.

Gente de mar atrapada en los barcos por razones de la pandemia o mucho después

de que expirara su contrato de trabajo, sufriendo graves problemas de salud mental

y física, así como traumas. La crisis del cambio de tripulación también conlleva riesgos de explotación laboral de verse

obligado a trabajar en el mar sin un contrato válido y en muchos casos pasado el límite

de 11 meses establecido por el derecho internacional. Además, algunos armadores y agencias de tripulación están aprovechando

el virus para ignorar los derechos de los trabajadores. Al mismo tiempo, la gente de mar en tierra que espera para abordar un

barco con un nuevo contrato, encontrándose varados en hoteles y dormitorios sin una

forma de sustento para ellos mismos o sus familias. Esta situación se denomina crisis

humanitaria en el mar y debería ser de preocupación para todos nosotros.

Las dificultades derivadas de la emergencia Covid-19 han afectado la labor de los pescadores y sus familias. Los pescadores detuvieron sus actividades por no poder garantizar las distancias de seguridad y por falta de dispositivos de protección adecuados y demás restricciones implementadas por el país, impidiéndoles el sustento diario para ellos y sus familias.

Desde nuestra Iglesia queremos continuar siendo a través del Apostolado del Mar y los centros de marinos Stella Maris, un puerto seguro para la gente del mar. Ofrecemos hospitalidad en las visitas a los barcos, marinos en tierra y pescadores; intermediación por condiciones de trabajo inseguras o de explotación o por largos períodos de aislamiento a bordo del barco. Capellanes y voluntarios laicos ministran a la gente de mar ofreciendo cuidados pastorales, fraternidad, transporte facilitando comprar necesidades básicas, internet tarjetas de conexión telefónicas que les facilita comunicarse con sus familias.

En Honduras, durante la pandemia los voluntarios del Apostolado del Mar - Stella Maris y el Comité Hondureño para el Bienestar de la Gente de Mar (COHBIGEMAR) han trabajado acompañando a marinos, pescadores y sus familiares mediante donación de alimentos básicos. También en algunos lugares con emprendimientos comunitarios. El Covid-19 nos está enseñando con más urgencia la misma lección que la crisis ambiental: vivimos en un mundo común; requerimos acciones conjuntas, colaborativas y cooperativas para satisfacer nuestras necesidades comunes.

Ninguno de nosotros está a salvo en este inmenso mar hasta que todos estemos a salvo. Algo muere en cada uno de nosotros cuando alguien muere. Todos estamos enfermos cuando alguno de nosotros está enfermo. San Pablo en la carta a los Romanos 12,5-8 nos dice “Así también nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo y estamos unidos unos a otros como miembros de un mismo cuerpo. Dios nos ha dado diferentes dones, según lo que él quiso dar a cada uno”.

El Bienaventurado Monseñor Juan el Bautista Scalabrini, es testimonio de vida acompañando a los marinos y migrantes en la travesía desde Europa hacia el Continente Americano. Escuchó y respondió a la gente de su tiempo identificando las aspiraciones y expectativas de sus contemporáneos. Hoy esta misión nos es confiada en particular para continuar la misión reveladora de Jesucristo, la Buena Nueva de Dios mediante el apoyo eclesial a los marinos y migrantes en sus lugares de trabajo y sus familias, porque todos formamos una sola familia cristiana.


Movimiento Laico Scalabriniano en Honduras

La migración a pesar de la situación de pandemia que se está viviendo en todo el planeta

no para y continúa la travesía para llegar a su destino. Migrar en tiempos de crisis aumenta las dificultades, pero también aumenta la sed de querer o aspirar a una vida mejor sin importar los riesgos.

La situación que se vive en la actualidad nos hace pensar que no es momento de detenerse sino, continuar con el servicio y como Laicos estamos siendo llamados a trabajar por la protección del más vulnerable y agradecer al Dios vivo que nos envía el Espíritu Santo. Él nos mueve y no nos permite estar dormidos ya que “el trabajo es mucho y los obreros son pocos” (Mateo 9,37).

Como Movimiento Laicos Misioneros Scalabrinianos hemos estado viviendo desde nuestras casas la misión, motivados por Jesús y por nuestro fundador Juan Bautista Scalabrini y cofundadores Padre José Marchetti

y Beata Madre Assunta Marchetti, poniendo en práctica nuestro carisma. Hemos realizado diversas experiencias entre ellas: oración por los migrantes y los más necesitados, participación de una campaña de alimentos en favor de los migrantes retornados en la Parroquia San Juan Bautista de la Colonia Kennedy en donde nuestro párroco ha sido apoyo directo y han colaborado los diferentes movimientos en especial los jóvenes. De esta manera se les hace conciencia de lo difícil de la migración y los peligros a los que se enfrentan además acompañamos a las hermanas Scalabrinianas en sus proyectos, hemos vivido experiencias con migrantes que van de paso por nuestro país rumbo a Estados Unidos.

Hemos experimentado como nuestros migrantes regresan desilusionados al ser deportados y aun muchos de ellos con problemas mayores ya que vienen discapacitados por el tren de carga (la bestia). Hemos participado en la formación de agentes de pastoral que

son los que llevan ese mensaje a las diferentes parroquias para que como movimiento vayamos siempre en crecimiento es por ello que hacemos el llamado a todos aquellos cristianos que aún no encuentran esa vocación y como movimiento les invitamos a vivir esta experiencia de Laico Scalabriniano a servicio de los migrantes y refugiados. Así formaremos una sola familia “hacia un nosotros cada vez más grande”.

Densas tinieblas han cubierto nuestras plazas,

calles y ciudades, se fueron adueñando de

nuestras vidas llenando todo de un silencio que

ensordece y un vacío que paraliza todo a su paso.

Papa Francisco


Celebración eucarística de apertura de la semana del migrante y refugiadoHacia un nosotros cada vez más grande

Vigésimo Segundo Domingo del Tiempo Ordinario 29 agosto de 2021

Intenciones por todos los migrantes vivos, muertos y desaparecidos

Monición de entradaSean bienvenidos hermanos (as) a la casa del Padre Celestial, donde nos acoge con su amor. Hoy en el vigésimo segundo domingo del tiempo ordinario, día en el que clausuramos el mes dedicado a la familia y damos apertura a la 107 jornada del migrante y refugiado. La solemne Eucaristía está conmemorando a todos aquellos migrantes que a causa de las crisis económicas emigran con una esperanza de mejorar, pero con muchas dificultades a lo largo del camino.

Atendiendo a la invitación que nos hace Papa Francisco para vivir “HACIA UN NOSOTROS CADA VEZ MÁS GRANDE”, desde nuestro núcleo familiar, la Iglesia, la sociedad, incluyendo a todos, respetando la diversidad y creando de armonía y paz, con la convicción que el bien que hacemos al mundo lo hacemos a las generaciones presentes y futuras. Con Fe y alegría iniciemos esta celebración eucarística.

Acto penitencialGloriaOración Colecta

Moniciones a las lecturas

Primera lectura: Lectura del libro del Deuteronomio (4,1-2. 6-8)

El libro del Deuteronomio nos relata como Moisés daba a conocer los mandatos de Dios. Cuyo propósito era el poder estar dignos para estar en la tierra prometida por Dios. En la actualidad esta lectura nos menciona una gran verdad pues sabio y prudente es aquel que cumple con amor la ley de Dios.

Segunda lectura: Lectura de la carta del apóstol Santiago (1,17-18.21-22.27)

El apóstol Santiago nos invita a aceptar de manera humilde estas palabras llevándola a aquel desvalido en fe, poniendo así en práctica el don otorgado por el Padre.

Evangelio: Según san Marcos (7,1-8. 14-15. 21-23)El Evangelio de San Marcos nos hace un recordatorio: que no es lo que entra en el ser humano lo que lo perjudica sino lo que expresa de su corazón. Pues no será el que mejor piensa quien vera a Dios; sino el que tenga humildad en el corazón.

Salmo 14: R/. Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?

Credo

Oración de los fieles: Padre, purifica nuestro corazón1. Oremos por la Iglesia Universal para que en esta

jornada mundial y nacional del migrante y refugiado nosotros podamos tener acciones concretas que manifiesten el amor y el servicio a los más vulnerables. Oremos al Señor.

2. Por los gobernantes, que tienen poder sobre las naciones para que trabajen en beneficio de los más excluidos y necesitados de nuestra sociedad, especialmente por los migrantes y refugiados en el mundo entero. Oremos al Señor.

3. Por los niños, niñas y adolescentes que afrontan la dura separación familiar, para que Jesús los conforte y alivie. Oremos al Señor.

4. Por cada uno de nosotros que participamos en esta celebración para que el Señor nos de la fuerza de honrar a Dios con nuestras acciones y así nos comprometamos cada día más a servirlo en nuestros hermanos construyendo un nosotros grande, una sola familia. Oremos al Señor.

Monición de las OfrendasRecibe Señor las ofrendas que te dirigimos para que nos llenes de tus dones y Tu divinidad santa. Así como das a conocer tu verdad con el pan y el vino traemos a tu presencia todos aquellos migrantes y refugiados del mundo entero, junto con sus familias, demostrando amor y solidaridad.Presentamos también aquellas familias misioneras que destacan una labor llena de fe que junto al santo rosario son signo orante ante todas las desavenencias del cotidiano vivir, llevan luz a las familias en el mundo. Redime nuestra mirada entorno a tu Cuerpo y Sangre para mantener un corazón abundante de esperanza, fe, humildad y servicio a los demás.


Celebración eucarística del día del migrante y refugiado

Hacia un nosotros cada vez más grande4 de septiembre de 2021

Monición inicialBienvenidos queridos Hermanos y hermanas, en unidad con todas las diócesis del país, hoy celebramos la 107 Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, con el lema “Hacia un nosotros, cada vez más grande” el Papa Francisco nos invita a reflexionar para que ya no estén los otros, sino solo un nosotros, un nosotros tan grande como la humanidad entera. En el Vigésimo tercer domingo del Tiempo ordinario, la Liturgia de la Palabra de hoy nos recuerda que el anuncio del Reino de Dios debe estar siempre acompañado por el servicio a los más pobres y enfermos, y sin duda los migrantes están entre ellos. Cómo se nos dice en la encíclica Fratelli Tutti que en nuestra relación con ellos se muestra si “toma carne” nuestra afirmación cristiana de que todos somos hermanos y hermanas, a media de como asumimos el compromiso de acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes.

Seguros de la presencia de Jesús Resucitado aquí y ahora en medio de nosotros y pidiéndole que sane nuestras debilidades, nos ponemos de pie para iniciar esta acción de gracias a Dios Padre, cantando alegremente.

Primera lectura: (Isaías 35,4-7)Monición: Isaías profetiza sobre las bondades que surgirán cuando venga “Dios, en persona”. Ese día desaparecerá todo lo que le hace daño al hombre, y todo se llenará de bien. Escuchemos…

Segunda lectura: (Santiago 2,1-5)Monición: Para Santiago, una forma de justicia y caridad es: evitar favoritismos. Si nos fijamos en las preferencias de Jesús, sabremos perfectamente cuáles son los verdaderos valores y nos comportaremos en armonía con ellos. Escuchemos…

Evangelio (Marcos 7, 31-37)Con un gesto sencillo y una sola palabra, Jesús cura al sordomudo. La multitud se asombra ante tanto bien y alaba a Dios. Abramos el oído, la mente y el corazón, y pongámonos de pie para acoger el Santo Evangelio, mientras cantamos el aleluya.

Salmo Responsorial: Sal 145 Con el salmista manifestamos nuestra alegría y nuestro gozo rezando: Alaba, alma mía, al Señor

PeticionesSacerdote: Con la confianza de hijos, con la esperanza de que Dios siempre nos escucha, dirijámosle nuestra oración de petición, hoy en especial por nuestros hermanos Migrantes y Refugiados.

A cada petición responderemos: Cristo Migrante, escúchanos.

1. Por la Iglesia universal, por el papa Francisco, los obispos, sacerdotes religiosos, religiosas y todos los que tienen responsabilidades pastorales en la Iglesia, que por medio del Espíritu Santo logremos derribar los muros de la pobreza, de la indiferencia y de la exclusión. Oremos al Señor.

2. Por las autoridades locales, para que promuevan el respeto a los derechos de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes migrantes y sus familias. creando un sistema de inclusión social y no de desigualdad. Oremos al Señor.

3. Por los gobiernos de las naciones, para que se dejen inspirar y conducir por principios humanitarios y cristianos, y no provoquen crisis ecológica, climática y social en el país de origen y así nadie tenga que huir buscando otros países que solventen estas violaciones de derechos humanos. Oremos al Señor.


4. Por todos los migrantes y refugiados que viven lejos de su Patria y de su familia para que puedan descubrir a Dios caminando a su lado, encontrando acogida y solidaridad en los países de destino convirtiéndonos todos en un nosotros cada vez más grande, como la humanidad entera. Oremos al Señor.

5. Por los 30 años de la Pastoral de Movilidad Humana para que siga con el mismo carisma de entrega y amor al servicio pastoral con el migrante, desplazo, refugiado, familiares de migrantes desaparecidos, y migrantes con una discapacidad y así lograr que ellos sean protagonistas de su propia historia. Oremos al Señor.

6. Por todas las hermanas Misioneras Scalabrinianas, especialmente por las de nuestro país, por los Laicos Misioneros Scalabrinianos para que sigan derramando ese amor de Cristo migrante y sea la fuerza del espíritu santo el distintivo que caracterice su misión. Oremos al Señor.

7. Por todos nosotros aquí reunidos para que Cristo peregrino cuide de nuestros parientes, amigos, vecinos que están lejos de sus hogares y nos solidaricemos por ser un nosotros cada vez más grande como la humanidad y para que seamos puentes y no muros en cada lugar de encuentro con quienes viven en los márgenes de la sociedad. Oremos al Señor.

Ofertorio Monición:

1. Te presentamos Señor el Fundador y los cofundadores de la congregación de las Misioneras de San Carlos Borromeo Scalabrinianas, ya que, por la vocación y entrega de amor por los migrantes, es que su carisma nos mantiene unidos.

2. Te presentamos Señor a estos niños que representan la vocación de San José y la Virgen María, ejemplo de familia santa que vivieron un nosotros en esta tierra siendo peregrinos, haciéndose uno más y viviendo los problemas sociales de ese tiempo, siendo solidarios, humildes y obedientes a la vos de Dios.

3. Te presentamos Señor esta vasija de Barro porque somos ese barro en manos del alfarero, dejándonos formar en Laicos Misioneros Scalabrinianos, para ser un nosotros grande como la humanidad.

4. Te presentamos Señor nuestro trabajo pastoral durante estos 30 años de Pastoral de Movilidad Humana: Pastoral del Migrante, Comité de migrantes desaparecidos, Comisión Nacional de Migrantes Retornados con Discapacidad, Apostolado del Mar y migrantes desplazados internos

Pan y Vino: Señor, con los dones del pan y vino, que te presentamos, recibe también el sueño, la esperanza y el clamor de tu pueblo Migrante, que peregrina por el mundo.

Comunión: Cristo migrante nos da vida alimentándonos con su cuerpo y sangre, acudamos con agradecimiento y fe a recibirlo.


Celebración de la palabraHacia un nosotros cada vez más grande

Monición:

Sean bienvenidos hermanos nuestros a esta celebración de la Palabra de Dios, donde nos unimos a todas las Diócesis de Honduras, celebrando la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, que en este tiempo tan difícil de pandemia por Covid 19, de las consecuencias de los huracanes Eta e Iota, han seguido saliendo del país caravanas con hermanos.

Muchas veces se han encontrado como única opción, ante la situación de tanta pobreza e inseguridad, violencia, falsas promesa de los políticos, etc. Agravando la situación por los huracanes que han dejado huellas profunda en nuestro país y nos llama más aun a reflexionar el tema del Papa Francisco: Hacia un nosotros cada vez más grande. También nos solidarizamos con tantas familias que han perdido sus seres queridos y no han tenido la oportunidad de que repatriaron sus cuerpos, nos unimos también orando para que el Señor les dé el descanso eterno en el retorno a la casa del Padre.

En un mismo sentir nos disponemos a tener un encuentro personal con el Señor, cantando.

Canto

Saludo

Presidente: Que Dios en su infinita misericordia transforme nuestros corazones a compartir solidariamente con nuestros hermanos migrantes y refugiados diciendo en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo.Todos: Amen.Acto de ContriciónPresidente: Que Dios Padre todo amoroso, nos de la humildad para reconocer nuestros pecados.Todos: yo confieso…Canto: ten piedad…Presidente: Dios providente y misericordioso perdone nuestros pecados y lleve a la vida eterna. Amen.

Proclamación de la palabra de Dios

Lector: Lectura del profeta Isaías 35, 4-7 Es un anuncio de esperanza, bendición y felicidad para todos nosotros como peregrinos invitándonos a la cercanía al Dios que da la vida que siempre permanece actuante manifestándose en todo momento.

Evangelio Según San Marcos: 7, 31-37Al igual que los millares de inmigrantes Jesús también fue caminante donde nos establecemos podemos hacer presente el Reino de Dios el cual el mismo Jesús vino a instaurar.

Lector Segunda Lectura: de la carta a Santiago 2, 1-5El señor exalta siempre al pobre en la lucha por tener mejores oportunidades de vida le invita hacer celoso por su fe y así sentirse heredero del reino.

Escuchemos atentamente:

Salmo: 145, 7-9a Es un salmo de confianza al que respondemos todos “Alaba alma mía al Señor”.

Momento de reflexión y compartir de la Palabra en nuestras vidas.

PETICIONES: Escúchanos Cristo Migrante.

1. Concédenos Señor que seamos servidores de tu Reino en cualquier lugar que tú nos plantes, que en tu nombre podamos florecer. Oremos.

2. Para que las diferencias no nos separen si no que unamos esfuerzos y el único fin que sea el amor al prójimo. Oremos.

3. Por los gobernantes para que puedan tomar decisiones que favorezcan el respeto, la libertad, igualdad, justicia etc. Para que así pueda haber estabilidad en nuestros países de origen y cese la migración forzada. Oremos.

4. Señor concédenos vivir en auténtica caridad fraterna, que seamos capaces de tender nuestras manos al migrante que sale a buscar mejores condiciones de vida. Oremos:


Celebración con Comunidades Eclesiales de BaseHacia un nosotros cada vez más grande

Canto: Donde encontraremos al Señor

Introducción al tema:

Honduras es un país rico en recursos naturales (agua, bosque, suelo y biodiversidad) para un nosotros grande como la humanidad. Sin embargo, se ha vuelto inalcanzable un futuro para las familias. El despojo económico, la falta de acceso a la educación y el empleo, la violencia y otros factores estructurales y personales han motivado a las personas de todo el mundo a migrar, pero principalmente en Honduras. Las familias migran con la esperanzas de tener mejores oportunidades, pero en las fronteras hay muros tratando de dividir el nosotros y muchas veces son productos de exclusión, xenofobia… de la sociedad.

Oración Dios bueno y misericordioso, te agradecemos por el don de las familias. Te damos gracias por toda la alegría y el amor que ellas traen a nuestra vida, y te pedimos que a todas las personas migrantes les des una protección especial, particularmente, a las que pasan privaciones cuando se trasladan en busca de una vida mejor. Muéstrales tu compasión a aquellos que viajan en medio de peligros y llévalos a un lugar seguro y tranquilo, muéstralos cómo hacer y ser un nosotros cada vez más grande. Consuela a los que se encuentran solos y temerosos porque sus familias fueron separadas a causa de la violencia y de la injusticia. Amén.

ReflexiónJesús tiene un gran proyecto: construir un mundo en que todos sintamos a Dios y aprendamos a vivir como hermanos y que nadie se sienta excluido de la sociedad en cualquier parte del mundo por su situación de migrante.

En la familia se aprende a vivir los valores más importantes. Por eso, es el mejor lugar para aprender de Dios bueno y padre de todos, para descubrir su buena noticia para rezar junto en torno a la mesa, para tomar parte en la vida de la comunidad de seguidores de Jesús. Contribuyendo a construir un mundo más justo, digno y dichoso querido para Dios es una bendición.

Oración final Amado Dios, hoy vengo a darte gracias por mi familia. Gracias porque nos das el regalo de la vida compartida en amor, permitiéndonos vivir con los seres que amamos. Gracias por guardarnos cada día bajo tus alas, protegiendo nuestra salida y nuestra entrada. Te lo pedimos por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Padre nuestro Ave María Bendición

Lectura Bíblica (Sagrada Familia) Mateo 2, 13-15

Preguntas para compartir en comunidad: 1. ¿Qué podemos hacer para tener un nosotros cada

vez más grande? 2. ¿Cómo llevar la esperanza y el amor a aquellas

familias excluidas y olvidadas? 3. ¿Cómo llevar la esperanza a aquellas familias

que han perdido sus seres querido en la ruta migratoria, a causa de la pandemia y de los huracanes?


Hora SantaHacia un nosotros cada vez más grande

Saludo: Bienvenidos hermanos a este bello momento, el cual viviremos junto a Jesús Sacramentado, disponiendo nuestro corazón para pedir por nuestros hermanos en esta Semana dedicado a los migrantes desplazados y refugiados, en el contexto de la celebración de los 30 años de servicio de la Pastoral de Movilidad Humana en nuestro país.

Monición: Llega el momento de Exponer a Jesús Sacramentado, nos ponemos de rodillas y con devoción abramos nuestra mente y corazón para adorarlo.CANTO: “Cantemos al amor de los amores”.

Peticiones: En este momento frente a Jesús Sacramentado, pondremos en sus manos nuestras peticiones:

1. Por nuestros hermanos migrantes, que, en el camino a través de las caravanas, también se van arriesgando a contagiarse del Covid-19. Te rogamos Señor.

2. Por nuestros hermanos desaparecidos en la ruta migratoria, para que sus vidas estén en manos de Dios y si es su voluntad sean encontrados con bien.

Lectura Bíblica: (MT 10, 7-8)“A lo largo del camino proclamen: ¡El Reino de los Cielos está ahora cerca! Sanen enfermos, resuciten muertos, limpien leprosos y echen los demonios. Ustedes lo recibieron sin pagar, denlo sin cobrar”.

Te rogamos Señor.3. Por nuestras familias, para que a pesar de la

migración sigan unidas y fortalecidas. Te rogamos Señor.

4. Por nuestros países, para que rompan las fronteras y acojan con solidaridad a nuestros hermanos migrantes. Te rogamos Señor.

5. Por todos los que han muerto en el camino migratorio, para que sus almas sean recibidas por Dios y sus familias encuentren consuelo y fortaleza en la presencia de Jesús y María. Te rogamos Señor.

6. Otras espontáneas…

Para finalizar este momento, pedir que se haga un momento (por lo menos 2 minutos) de silencio con música de meditación.


Reflexión: Ante esta situación, la cual estamos viviendo en este año a través de la pandemia, todavía seguimos aquí cada uno de nosotros, en esta 107 jornada del migrante y refugiado, el Papa Francisco nos está animando, a seguir evangelizando, a seguir buscando a aquellos y sobre todo ser solidarios con aquellos que emprenden un camino dónde donde sea, pero independientemente también como ellos se vayan, no juzgarlos, sino al contrario, ayudarles.

Las pastorales en la Iglesia tenemos que ser refugio para ellos también y queremos ser solidarios en ese camino que emprenden, un camino que muchas veces es de piedras, de tropiezo y de muerte. En el Evangelio de Mateo 10, 7-8 nos dice que ayudemos desde la evangelización, ayudemos al refugiado, ayudemos al migrante, ayudemos al desplazado, pero sobre todo ayudemos a construir puentes, esos puentes que como países podemos hacer para seguir adelante, pues queremos que en esta hora santa el Santísimo sea esa fuerza para muchos migrantes. El Santísimo los vaya encaminando hacia buenos senderos, como dice el Buen Pastor que nos lleva a verdes praderas, pues él nos puede también encaminar ahí a ese lugar donde muchos van, donde muchos quieren ese refugio, donde muchos quieren ver una luz bella de esperanza y sobre todo para ayudar a sus familias en este tiempo, especialmente en esta semana del migrante y refugiado.

Dios nos ayude y fortalezca siempre.

Contemplación: en este momento fijemos nuestra mirada en Jesús Sacramentado y contemplémoslo, poniendo nuestras oraciones comunitarias y espontáneas en manos de él. Respondamos: Jesús Migrante, atiéndenos.

Canto: Rey de Reyes.

Oración de agradecimiento ante Jesús Sacramentado:Gracias a ti, nuestra capacidad de silencio y de adoración se convertirá en capacidad de AMAR y de SERVIR.

Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar en el corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta Madre.

Ayúdanos a ser tu Iglesia misionera, que sabe meditar adorando y amando tu Palabra, para transformarla en vida y comunicarla a todos los hermanos.Amén.

Canto: AQUÍ EN TU PRESENCIA

Oración Final: para la 107° Jornada del migrante y del refugiado 2021. (Ver página 42)

Padre nuestro…Ave María…Gloria…

Bendición: Hemos llegado al culmen de esta hora santa, nos preparamos para recibir la bendición de Jesús Sacramentado.

Final: Al finalizar se Reserva a Jesús Sacramentado y cada uno de los participantes se retira en silencio y respeto.

Canto: Bendito, Bendito.


Rosario de los Migrantes y RefugiadosCon María hacia un nosotros cada vez más grande

Monición: En este momento de incertidumbre y aislamiento, nos dirigimos a María en busca de fuerza, compasión y solidaridad. María, como madre de nuestro Salvador, defiende a los vulnerables. Esto es particularmente importante a medida que luchamos con amenazas repentinas y externas como el COVID-19.

Somos invitados a penetrar en el misterio del Cuerpo Místico de Cristo. Como enseña san Pablo en su primera carta a los Corintios, el misterio es que nosotros pasamos a ser parte de ese cuerpo mediante nuestro Bautismo. Al aprender a celebrar nuestras diferencias individuales al mismo tiempo que aceptamos nuestra unión con los demás, crecemos no sólo en nuestro entendimiento de Jesús, sino también en el conocimiento de nuestro propio y verdadero yo.

En el Rosario resuena la oración de María, su perenne Magníficat por la obra de la Encarnación redentora en su seno virginal. Con él, el pueblo cristiano aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y los migrantes y refugiados a experimentar la profundidad de su amor. Mediante el Rosario, el creyente obtiene abundantes gracias, como recibiéndolas de las mismas manos de la Madre del Redentor

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén Dios mío, ven en mi auxilio.Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu SantoComo era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos amen...

Oh, Jesús mío, me arrepiento de haberte ofendido, porque eres infinitamente bueno, padeciste y moriste por mí clavado en la cruz. Te amo con todo mi corazón y propongo nunca volver a pecar. Amen.

CredoEn cada misterio rezaremos Un Padre Nuestro 10 Ave María Gloria al Padre

Meditemos los Misterios Dolorosos

Primer misterio: La oración de Jesús en el huertoOfrecemos este primer misterio por todas las familias de Migrantes desaparecidos. Que día a día ponen en tus manos a sus parientes que salieron de sus viviendas para dar un mejor futuro a sus seres queridos. Y que hasta el día de hoy no se sabe de ellos.

Segundo misterio: La flagelación del SeñorLo ofrecemos por los migrantes retornados con discapacidad y sus familias para que ellos encuentren el Cristo Crucificado que lucha en el proceso de ser protagonistas de su propia historia.

Tercer Misterio: Jesús coronado con espinasLo ofrecemos por tantas personas que son obligadas a salir de su lugar de origen y busca refugio en otros países a causa de la violencia que predomina. Que encuentren respuestas de las autoridades locales y central. Que la Corona de Cristo los cubra y proteja.

Cuarto misterio: Jesús con la cruz acuestaLo ofrecemos por tantos niños y niñas que son víctimas de trata de personas, y que a causa de su silencio les ha tocado cargar la cruz. Que encuentren personas buenas que les escuchen y ayuden a buscar respuestas que aliviane su situación.


Quinto misterio: Muerte de JesúsLo ofrecemos pidiendo a Madre Assunta, Padre José Marchetti y Mons. Juan Bautista Scalabrini desde el cielo intercedan al Padre a que siga enviando pastores generosos que velen y luchen por la dignidad de las personas en movilidad.

Dios te salve, María Santísima, Hija de Dios Padre,Virgen purísima antes del parto, en tus manos encomiendomi fe para que la ilumines, llena eres de gracia...

Dios te salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo,Virgen purísima en el parto. En tus manos encomiendo miesperanza para que la alientes, llena de gracia...

Dios te salve, María Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo.Virgen purísima después del parto, en tus manos encomiendomi caridad para que la inflames. Llena eres de gracia...

Salve ReginaDios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. E a, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh cruentísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

Letanías (pode ser opcional)

Oración: Te rogamos Señor, Dios nuestro, nos concedas gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amen.Los refugiados no migran voluntariamente, sino que se ven obligados a hacerlo por necesidad inmediata, a menudo en el contexto de disturbios civiles, conflictos armados, violaciones de derechos humanos u otra violencia.

Los refugiados son personas que han huido de sus países de origen y que tienen un “miedo fundado a la persecución por razones de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social particular u opinión política”, como exige la ley. La mayoría de los refugiados no son reasentados, pero a menudo terminan forzados a salir de su patria y a las naciones cercanas. Sus vidas sólo se vuelven más peligrosas en aquellos tiempos en los que los países de refugio seguro potencial cierran sus puertas, o ante la rápida propagación de enfermedades del tipo al que nos enfrentamos actualmente con Covid-19.

Nuestra intención en el Rosario de hoy fue que los refugiados puedan encontrar seguridad. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.


Celebración con JóvenesHacia un nosotros cada vez más grande

Ambiente: Rostros de jóvenes de diferentes culturas, tenis, imagen de Cristo Migrante, globo terráqueo, una vela, una planta.

Motivación: ¡Jóvenes, bienvenidas(os) a esta celebración! El tema escogido, es el propuesto por el Papa Francisco para la 107 jornada mundial del Migrante y Refugiado: “Hacia un nosotros cada vez más grande”.

Animador: El horizonte de este tema está presente en el mismo proyecto creador de Dios: «Dios creó al ser humano a su imagen, lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Dios los bendijo diciendo: “Sean fecundos y multiplíquense”» (Gn 1,27-28). Dios nos creó varón y mujer, seres diferentes y complementarios para formar juntos un nosotros destinado a ser cada vez más grande, con el multiplicarse de las generaciones. Dios nos creó a su imagen, a imagen de su ser uno y trino, comunión en la diversidad. El Papa nos llama a caminar juntos hacia un nosotros cada vez más grande, a recomponer la familia humana, para construir juntos nuestro futuro de justicia y de paz, asegurando que haya inclusión y cuidado con la casa común.

Hacia un nosotros cada vez más grande; un nosotros se puede contemplar en la propia historia de la salvación. Dios que siempre tuvo la iniciativa de caminar con el pueblo que a Él abre el corazón. Y el nosotros, encuentra su plenitud en la misión, pasión, muerte y resurrección de Jesús. Él que con sus actos y palabras hizo participar a las personas de su tiempo del nosotros y hoy continúa llamándonos a actualizar el nosotros a través de la comunión en la diversidad.

Canto u Oración al Espíritu Santo:Padre de bondad, que conduces a tu IglesiaTe suplicamos nos asistas con la luz de tu Espíritu Santo en este tiempo que, ante los desafíos presentes y futuros, podamos reavivar nuestro compromiso como discípulos misioneros, para que tengamos vida en Jesucristo, encontrando en Él la alegría, la paz y la esperanza que no defrauda.

Que, a través de la escucha, el diálogo y el encuentro e inspirados por la voz profética del Papa Francisco para el cuidado de la casa común, de las culturas y el empeño por la fraternidad universal, seamos valientes para fomentar una economía solidaria y una educación integral, ayudando con amor a cuantos han sido descartados y excluidos.

Texto Bíblico: Ap. 21, 1 – 8¡Esta es la morada de Dios entre los hombres! Él habitará entre ellos, ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos.

Animador: Desde siempre Dios es principio y fin, es creatividad. La misión que Jesús nos dejó es construir la fraternidad, donde Dios será con nosotros; esta es la herencia de los que tienen sed de justicia y perseveran con la luz del Espíritu Santo. Esta presencia de Dios con nosotros tiene lugar también en este tiempo de pandemia, la mayor crisis vivida luego al inicio del siglo XXI, junto con otras realidades presentes como la migración forzada, las injusticias de los que gobiernan porque sus corazones están llenos avaricia, raíz de todas las miserias que asechan a los más pobres de la sociedad. En medio a todo esto El Espíritu de Dios nos habla a través del Papa Francisco: caminar con esperanza hacia un nosotros. El llamado va a todas las personas cristianas por un mundo cada vez más inclusivo, y claro, el llamado se extiende a los jóvenes donde los sueños comienzan…

Eco de la Palabra: espontáneamente los jóvenes pueden participar con sus palabras.

CRISTO JÓVENES(Alabanza y Adoración)

https://youtu.be/qDdfA-8wJHU

Canto:






CRISTO MIGRANTE

CRISTO MIGRANTE

https://youtu.be/wjWBpIDF8OM

https://youtu.be/5Jkw-cvGwAE

Canto:

Canto:

L.1: De acuerdo con la Encuesta Permanente de Hogares y Propósitos Múltiples del año 2016, Se observó que la población hondureña joven con 30 o menos años de edad representa el 63% de la población total, en términos absolutos equivale a 5.490.269, cf: https://www.researchgate.net/publication/327477989. Los jóvenes como dice el papa Francisco en la Exhortación Cristus Vivit, no son el futuro de nuestras comunidades eclesiales y de nuestra sociedad, sino que ellos son el ahora. Siendo el ahora son llamados a cultivar la amistad con Jesús vivo: Lo fundamental es discernir y descubrir que lo que quiere Jesús de cada joven es ante todo su amistad. Ese es el discernimiento fundamental. En el diálogo del Señor resucitado con su amigo Simón Pedro la gran pregunta era: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?» (Jn 21,16). Es decir: ¿Me quieres como amigo? La misión que recibe Pedro de cuidar a sus ovejas y corderos estará siempre en conexión con este amor gratuito, con este amor de amistad, que Jesús busca también con los jóvenes.

R/ Jóvenes, Cristo jóvenes, necesita el mundo de hoy.

L. 2: La vida nueva y desbordante de los jóvenes, que empuja y busca autoafirmar la propia personalidad, se enfrenta hoy a un desafío nuevo: interactuar con un mundo real y virtual en el que se adentran solos como en un continente global desconocido. Los jóvenes de hoy son los primeros en hacer esta síntesis entre lo personal, lo propio de cada cultura, y lo global. Pero esto requiere que logren pasar del contacto virtual a una buena y sana comunicación. ¿Cómo no recordar a tantos jóvenes afectados por las migraciones? Los fenómenos migratorios no representan una emergencia transitoria, sino que son estructurales. Las migraciones pueden tener lugar dentro del mismo país o bien entre países distintos. La preocupación de la Iglesia atañe en particular a aquellos que huyen de la guerra, de la violencia, de la persecución política o religiosa, de los desastres naturales debidos entre otras cosas a los cambios climáticos– y de la pobreza extrema: muchos de ellos son jóvenes (Cristus vivit, n° 91).

R/ Jesús Migrante acompañe a todos los jóvenes que se ven obligados a dejar su familia y país para proteger su propia vida.

L.3: Desde 2018 miles de hondureños han cruzado fronteras en caravanas, intentando llegar a Estados Unidos. Los principales motivos que obligan los jóvenes a migrar es la violencia, la pobreza y el acceso limitado a servicios básicos: educación de calidad, empleo, salud, vivienda. En medio a esta dura realidad los jóvenes que emigran salen con sueños, los que se quedan también tienen sus proyectos de vida, sus esperanzas. En ese sentido El Papa Francisco menciona que “el futuro de nuestras sociedades

es un futuro “lleno de color”, enriquecido por la diversidad y las relaciones interculturales, por la fuerza y entusiasmo propio de los jóvenes”, es lo que los caracteriza.

R/ Te pedimos Señor para que nos des sed de justica para que caminemos hacia un nosotros cada vez más grande.

L.4: Estamos llamados a soñar juntos. No debemos tener miedo de soñar y de hacerlo juntos como una sola humanidad, como compañeros del mismo viaje, como hijos e hijas de esta misma tierra que es nuestra casa común, todos hermanos y hermanas (cf. Fratelli tutti, 8), hacia un nosotros cada vez más grande colocando en práctica lo que Jesús nos pide en su Palabra.

R/ Hacia un nosotros cada vez más grande viviendo la comunión en la diversidad.

Nosotros Jóvenes con María

María es madre y compañera de Camino en nuestra vida. Ella con su Sí a Dios construyo el “nosotros”. Vamos a hacer nuestro gesto de cariño saludando a María:

Coro 1: María, eres Compañera de Camino. Silenciosa, eso sí.Eres alguien con quien podemos platicar, llorar y reír.

Coro 2: Sabemos que contigo siempre podemos contar.María, eres Compañera de Camino en la fe.

Coro 1: Hazla crecer en nosotros.Estate con nosotros en el camino de la vida.

Coro 2: María madre de los jóvenesCondúcenos hacia tu hijo Jesús

Como sugerencia, el que coordina puede preparar previamente e invitar a una dinámica como la que sigue:









https://www.researchgate.net/publication/327477989

https://www.researchgate.net/publication/327477989


Dinámica en grupoNuestros sueños hacia un sueño de toda la humanidad

Las técnicas de fantasía son empleadas a menudo, en grupos de jóvenes para mejorar las relaciones humanas, provocando crecimiento de la estimación de uno mismo, así como de los demás. Sin embargo, estos métodos son controvertidos y deben ser empleados con mucho cuidado. Es importante para el instructor hacer las siguientes consideraciones.

Sobre el objetivo: Los ejercicios de fantasías deben estar claramente relacionados con los objetivos del encuentro, y no ser simplemente ejercicios aislados.

Los sentimientos: En ocasiones las técnicas de fantasías provocan una respuesta de sentimientos muy fuertes, la cual debe ser modulada con intervenciones del instructor.

Procesamiento: Es necesario que la información obtenida mediante este tipo de dinámica sea procesada correctamente, mediante acuerdos de convivencia previo.

Disponibilidad: No se debe obligar a los participantes (ni por parte del instructor, ni del grupo) a revelar datos sobre sí mismo.

Teoría: El instructor debe estar preparado para justificar el uso de ejercicios de fantasías en base de una bien integrada teoría de aprendizaje.

FantasíasHay sugestiones para que un grupo de participantes pueda crear fantasías en forma individual. Las fantasías deben provocarse en una sesión de grupo, para que se compartan posteriormente con los compañeros o con todo el grupo.


Pasos de la dinámica

Generalmente el instructor anuncia que los participantes deberán cerrar los ojos y tratar de soñar despiertos durante dos o tres minutos. Después de un breve período de relajación en silencio (la música suave ayuda), el instructor establece el principio de la fantasía.

Hay incontables situaciones que la hacen posible, a continuación señalamos algunas:

1. Véase a sí mismo en algún lugar, ahora escuche: alguien le llama.

2. Imagínese allá lejos y el resto del grupo se va acercando hacia usted.

3. En pocos minutos necesitaremos un voluntario para ser el foco de atención de todo el grupo. Imagine hay dos personas dentro de usted discutiendo sobre si usted deberá o no ser el voluntario. Ponga atención y escuche; déjelos que lleguen a una conclusión.

4. Piense que está en una isla a miles de kilómetros de distancia de cualquier forma de civilización: ¿cómo se siente?,Qué es lo que ve?,qué hace?

5. Usted está parado enfrente de una cueva en la ladera de la montaña. Entre.

6. Está con alguno de los participantes y ambos están paseando en un parque.

7. Si usted pudiera ser otra cosa y no una persona ¿Qué le gustaría ser?

Después de hacer este momento individual conducido por el instructor/coordinador es el momento de compartir nuestros sueños que imaginamos en la técnica anterior, por medio de diseños o de un signo.

Y, de manera coordinada compartir los grandes sueños de la juventud, de la humanidad, para días mejores y para dejar huellas en lo largo de la historia, trabajando en conjunto con otros grupos u organizaciones afines. Compromiso: ¿Qué compromiso nuestra comunidad, nuestro grupo asume para ayudar a cambiar la realidad de los jóvenes?

Recemos juntos la oración para la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado (Ver página 42)

CRISTO MIGRANTE


Canto:







Celebración con NiñosLos niños de Honduras creamos también un “Nosotros”

Objetivo: Conocer, escuchar y apoyar nuestros niños y niñas para que juntos creamos un “Nosotros” y que pare la utilización de ellos por los otros.

Ambientación: En el lugar donde nos encontremos pegar en forma de mural, recortes de las diferentes realidades de la Niñez en los diversos procesos migratorios.

Saludo: Buenas tardes chicos ¿Cómo están? Este es un saludo de amistad ¡Qué bien! Haremos lo posible de pasarla muy contentos buenas tardes niños ¿Cómo están?.

Canto: No has nacido amigo para estar triste

No has nacido amigo para estar triste, laralarala, aunque llueva en tu corazón, lalalalaralara (Bis)

Todos tenemos, una estrella, una estrella de luz blaaancaaaaa (Bis), (puede agregar:- todos tenemos una familia, una Iglesia, una madre etc).

No has nacido amigo para estar triste, laralarala, aunque llueva en tu corazón lalalalaralara.

Si tu alma suena, es que lleva, es que lleva mucho amooooooor (Bis) no has nacido amigo para estar triste, laralarala, aunque llueva en tu corazón.

Dinámica: Me llamo y me gusta

Mi nombre es Shelly (cada uno dice su nombre) lo que me gusta es cantar

Oración: Dar copia de la letra del canto a cada uno de los participantes y luego tomar una frase y orar en voz alta su frase.

Canto: Amar es entregarseAmar es entregarse, olvidándose de sí, buscando lo que al otro, pueda hacerle feliz (2).

Qué lindo es vivir para amar, qué grande es tener para dar, dar alegría, felicidad, darse uno mismo eso es amar (2).

Si amas como a ti mismo, y te entregas a los demás, verás que no hay egoísmo que no puedas superar (bis).

Partir de la realidad:

Christian Pavón Pineda era un niño de 11 años, originario de Morazán, Yoro, murió en Crow Texas por una ola de frio. Su mamá dijo que su niño estaba dormido y al amanecer ya estaba muerto. Christian tenía 2 años de vivir en los Estados unidos, no padecía de ninguna enfermedad según su madre, en este lugar no es común que llegue a estos grados la temperatura, pero todo esto es fruto de los cambios climáticos que vivimos en el mundo. No sabemos las condiciones de vida en las cuales vivía este pequeño, pero es importante que aprendamos lo que este testimonio nos puede aportar.

Dejar que cada uno de los participantes se exprese sobre lo escuchado y visto en el mural.

Escuchamos la Lectura del Evangelio deSan Juan 17,6-26

“Padre Santo, guárdalos en ese Nombre tuyo que a mí me diste, para que sean uno como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo los cuidaba en tu Nombre, pues tú me los habías encomendado, y ninguno de ellos se perdió.”


Escuchamos a la Iglesia:El Papa Francisco nos recuerda que somos creados a imagen y semejanza suya, que somos creados como individuos hombre y mujer, pero con el objetivo de que seamos un nosotros destinado a ser cada vez más grande.El llamado del papa especialmente a los fieles católicos a caminar juntos que no haya más muros que nos separen, que no haya más otros sino un nosotros grande como toda una humanidad, que mantengamos la fe y la esperanza en nuestro corazón de un reencuentro con aquellos seres amados.

Todos podemos alcanzar la ideal de la nueva Jerusalén que es donde todos los pueblos se encuentran unidos en paz y concordia. Ante este ideal se requiere que todos nos esforcemos para derribar los muros que nos separan y construir puentes que nos favorezcan y superar nuestros miedos para dejarnos enriquecer por la diversidad del Don de cada uno.

Celebramos:Cada uno de los participantes encendemos una vela y hacemos una petición o acción de gracias.

Al final del momento de oración se puede colocar al centro una de las imágenes - recortes del mural que más llamó la atención de cada uno y oramos juntos por esa realidad y por los que en este tránsito migratorio han fallecido.

Compromisos:A. Reconocer que el Señor siempre me acompaña y

guía.B. Lograr llegar al “Nosotros” compartiendo de lo que

tenemos con el que más necesita.C. No hacer discriminación a ninguna persona, sino

acogerle y reconocer a Jesús en cada uno.D. Lograr la unidad en la diversidad “Que todos sean

uno”.E. Ante la tarea encomendada de construir un

“nosotros” todos tenemos el deber cristiano de administrar bien los dones que el Señor nos ha regalado.

En la 107 jornada del Migrante en su carta el Papa Francisco nos hace el llamado a superar los miedos y a soñar juntos como compañeros del mismo viaje, como hijos e hijas de esta misma tierra.

Frases: Se invita a decirlas en coro, haciendo una breve pausa entre una y otra.

Padre nuestro…Ave María…Gloria…


Lectio DivinaHacia Un Nosotros Cada Vez Más Grande

Canto inicial o mantraInvocación del Espíritu Santo

1. Lectura atenta del texto: Ap 21,1-7

2. Contextualización del texto (¿Qué dice el texto?)

El texto bíblico propuesto para la lectio divina está tomado del libro de Apocalipsis y forma parte de las “visiones” en vista de la presentación de un mundo nuevo y diferente. En ese mundo, la alianza entre Dios y la humanidad liberada por Cristo se realiza plenamente. La nueva Jerusalén es el símbolo que revela el nuevo cielo y la nueva tierra, libres de dominación, sufrimiento, dolor, violencia. Simboliza la presencia eterna de Dios en medio de la humanidad: Dios morará con nosotros, instalará definitivamente su tienda entre nosotros. Y seremos su pueblo. Un nosotros cada vez más grandes y unidos. La Jerusalén celestial es el símbolo de la comunión definitiva del pueblo con su Dios.

La imagen de la tienda o morada es muy significativa, sobre todo si recordamos que el pueblo de Israel era un pueblo nómada, peregrino, migrante. La carpa es el punto de referencia, encuentro, protección, seguridad. Si Dios instala su tienda entre el pueblo, significa que los acompaña, vive con ellos, no los abandona. ¡Pensemos en la realidad de todos los migrantes y refugiados! Dios está entre ellos, los guía y protege. Es Dios quien conduce a su pueblo peregrino hacia la tierra prometida, así como sigue conduciendo hoy a los miles de migrantes hacia la tierra de los sueños y la esperanza.

Es importante recordar que Apocalipsis no significa el fin del mundo ni una gran catástrofe como se suele pensar o que las películas nos hicieron imaginar. Apocalipsis significa “revelación” y “descubrimiento”. El propósito de Juan, el autor de este libro, no es asustar a las personas. Al contrario, busca llenarlo de esperanza, de la esperanza de que Cristo resucitado haya vencido el mal y nos reciba en la Jerusalén celestial. Aunque en el mundo experimentamos dolor y

sufrimiento, el mal no tiene la última palabra. Al final, el poder de Dios triunfará y formaremos definitivamente un cuerpo, una comunidad de hermanos, un “nosotros” pleno, “un nosotros del tamaño de la humanidad”.

En su mensaje para este Día del Migrante y del Refugiado, el Papa Francisco nos recuerda el ideal de la nueva Jerusalén: “donde todos los pueblos estén unidos, en paz y armonía, celebrando la bondad de Dios y las maravillas de la creación”. Pero también nos advierte que “para lograr este ideal, todos debemos esforzarnos por derribar los muros que nos separan y construir puentes que favorezcan la cultura del encuentro, conscientes de la profunda interconexión que existe entre nosotros. En esta perspectiva, las migraciones contemporáneas nos brindan la oportunidad de superar nuestros miedos para dejarnos enriquecer por la diversidad del don de cada persona. Entonces, si queremos, podemos transformar las fronteras en lugares de encuentro privilegiados, donde el milagro de un nosotros cada vez más grande pueda florecer”.

3. Actualización de texto (¿Qué el texto me dice?)

El primer “nosotros” que podemos considerar es la familia, tan importante como podemos ver de forma particular en este momento de pandemia. La familia se ha convertido en el mayor refugio de quienes perdieron el trabajo, enfermaron, sufrieron... La familia, que es el núcleo básico de la sociedad y de la Iglesia, parte de una unión, como


recuerda el Papa a través de la cita del Génesis 1,27 “Dios creó al ser humano a su imagen, lo creó a imagen de Dios; Él los creó hombre y mujer. Bendiciéndolos, Dios les dijo: “Creced, multiplicaos”. Dios unió al hombre y la mujer para superar el “yo”, el individualismo, y poner en marcha el “nosotros”, la comunión, el compartir, la solidaridad.

El segundo paso en la constitución del “nosotros” que está en el corazón del mensaje del Papa para este año es la unión de las familias con el fin de crear un “pueblo”. A este pueblo el Señor lo eligió y lo reconcilió. Dios estableció su Alianza con el pueblo, con un “nosotros”, una colectividad. Eso nos dice mucho. Y es exactamente a estas personas a las que alude el texto de referencia bíblico para el Día del Migrante y del Refugiado. El nuevo cielo y la nueva tierra, la Jerusalén celestial, da la bienvenida a un pueblo redimido, a una comunidad de fieles y no a una colección de individuos aislados. Da la bienvenida a un “nosotros” y cada vez más a un “nosotros”. Solo como pueblo, como comunidad, como Iglesia, seremos salvos y recibidos en la Ciudad celestial.

El sacrificio de Cristo fue para redimir a la humanidad, a todos los hombres y mujeres, y no solo a un grupo privilegiado o algunos individuos especiales. Todos nosotros”. Cristo ha resucitado “para que todos sean uno” (Jn 17, 21). Por eso el Papa insiste tanto en la imagen del “único barco”. Estamos todos en un solo barco, juntos tratando de enfrentar las dificultades y este delicado momento de pandemia. Francisco enfatiza la necesidad de unidad en este momento tan atareado. Te invita a cambiar de mentalidad, eliminando la idea de “otro” y “extranjero”. Nos urge a formar “un nosotros en constante crecimiento”, hasta que se supere toda la diferencia, se caigan todos los muros, se eliminen todos los fines. Francisco sueña con un mundo sin fronteras, un mundo hecho de puentes y encuentros, de acoger y abrazar, donde no haya división ni competencia. Sueña con la morada de Dios entre los hombres: “Morará con ellos; ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos y será su Dios” (Apocalipsis 21: 3).

La Iglesia nació para realizar el proyecto de Cristo de formar un solo cuerpo, “un nosotros cada vez más grandes”. Ésta es su misión: ser católico, o sea, universal, congregar a toda la humanidad, ser en el mundo imagen de la comunión perfecta expresada en la Santísima Trinidad. Promover la comunión es vocación de la Iglesia y de ello debemos ser testigos en el mundo de hoy. Una Iglesia que no sabe acoger al otro, al diferente, al migrante, al refugiado, al excluido... no es una “Iglesia”. Podemos ser una asociación, una ONG, un grupo de amigos, pero no somos una Iglesia si no promovemos la comunión y la unidad en torno a Cristo y su Evangelio. Lo único “individual” a lo que estamos llamados es la conversión personal, como punto de partida para asumir una nueva forma de ser humano y de ser Iglesia.

4. Contemplación y Misión (¿Qué me hace decir a Dios?)

Antes de despedirse, sería bueno que todos eligieran una frase del texto leído, un verso que sirva para recordar la meditación y el compromiso adquirido. Una frase que nos inspirará en la última etapa de Lectio: la misión. Eso nos inspirará a ver la realidad con los ojos de Dios, sumergirnos en su misterio y saborear la realidad divina. Que será alimento para darnos vida y fuerzas en los próximos días.“Los fieles católicos están llamados, cada uno desde la comunidad donde vive, a comprometerse para que la Iglesia sea cada vez más inclusiva”, inste el Papa en su mensaje. Nosotros, desde nuestra realidad concreta, ¿qué podemos hacer para demostrar nuestra aceptación de la invitación del Papa? ¿Cómo podemos hacer que nuestra comunidad sea más inclusiva? En el mismo mensaje, el Papa también recuerda que “el tiempo presente nos muestra que el amado de Dios está desgarrado y dividido, herido y desfigurado. Esto es especialmente en tiempos de mayor crisis, como ahora con la pandemia y con los desastres naturales Eta e Iota. Los nacionalismos cerrados y agresivos y el individualismo radical nos desintegran o nos dividen, tanto en el mundo como dentro de la Iglesia. Y el precio más alto lo pagan quienes pueden convertirse más fácilmente en otros: extranjeros, migrantes, marginados, que habitan las periferias existenciales”. ¿Cómo colaborar para cambiar esta lógica perversa?

Oración“El futuro de nuestras sociedades es un futuro” en color “, enriquecido por la diversidad y las relaciones interculturales”, recuerda el Papa en su mensaje para la 107ª Jornada mundial del migrante y del refugiado. Oremos para que estemos siempre más abiertos a acoger al otro, a los diversos, al migrante y al refugiado. Abiertos a acoger a todos en nuestra única familia de hermanos (Fratelli tutti). Recemos juntos la oración presente en el mensaje del Papa (Ver página 10)

Bendición y despedida con un canto apropiado.


Oración por los MigrantesOración al beato Juan Bautista Scalabrini(Padre de los Migrantes)

Oh Cristo Peregrino, Tú que hiciste de tu vida un caminar hacia el encuentro con los hermanos para llevarlos al Padre, te pedimos por los

migrantes más pobres y abandonados.

Señor, condúcelos hacia una tierra que los alimente sin explotarlos ni quitarles la identidad. Que tu Espíritu los fortalezca en el amor y la esperanza para que continúen el camino hacia la tierra prometida viviendo la justicia, la solidaridad y la paz. Concédenos la gracia de acogerlos con fe y caridad, ayudándolos a caminar con energía y confianza.

Oh María, Madre de los migrantes, nosotros los ponemos bajo tu amparo maternal. Bendícelos y condúcelos al encuentro con el Padre. Amén.

Oh Señor, que guías a tu pueblo a través de la historia y del tiempo de ayer y de nuestro hoy, recurrimos a ti, como hijos peregrinos en

búsqueda de tu rostro y de tu voluntad.

Tú has cuidado siempre de la humanidad dándonos profetas, apóstoles, y pastores; así fue el Beato Juan Bautista Scalabrini, a quien tú enviaste como antorcha de esperanza y de comunión, a los migrantes y refugiados.

Padre y hermano de cuantos viven sin patria y sin tierra, él camino por nuestras sendas y nos habló de un Pentecostés de nuestros días, donde pueblos, razas e idiomas serán una sola comunión en el Espíritu.

Señor, por intercesión del bienaventurado Juan Bautista Scalabrini, bendice a los migrantes, cuídalos de todo peligro y suscita para ellos misioneros que, más allá de toda frontera, construyan un cielo nuevo y una tierra nueva; concédenos la gracia que humildemente imploramos de tu misericordia. Amén.

Oraciones


Oración de la 107° Jornada

Oración a la Madre del Camino

Oración a San José Patrono de los Migrantes

Oración a San Rafael

Glorioso arcángel San Rafael, guía de los que viajan por aire, tierra y mar, te suplicamos nos asistas en nuestras peregrinaciones misioneras

como socorriste al joven Tobías en su largo camino. Humildemente, te pedimos que, por tu intercesión, el Señor nos conceda la paz y nos haga instrumentos de vida en favor de nuestros hermanos peregrinos en el mundo. Amén.

Padre santo y amado, tu Hijo Jesús nos enseñó que hay una gran alegría en el cielo cuando alguien que estaba perdido es encontrado,

cuando alguien que había sido excluido, rechazado o descartado es acogido de nuevo en nuestro nosotros, que se vuelve así cada vez más grande.

Te rogamos que concedas a todos los discípulos de Jesús y a todas las personas de buena voluntad la gracia de cumplir tu voluntad en el mundo. Bendice cada gesto de acogida y de asistencia que sitúa nuevamente a quien está en el exilio en el nosotros de la comunidad y de la Iglesia, para que nuestra tierra pueda ser, tal y como Tú la creaste, la casa común de todos los hermanos y hermanas. Amén.

María, Madre del camino, caminaste en las montañas de Judea, trayendo a Jesús y su alegría caminaste de Nazaret a Belén donde

nació tu bebé, nuestro Señor.

Caminaste por los caminos del exilio para salvar al Hijo del Altísimo; caminaste por la Vía del Calvario, te convertiste en nuestra Madre sigues caminando al lado de los misioneros de tu Hijo a todos que quieren su salvación en los caminos del mundo. Amén.

Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó

como hombre.

Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida.

Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén.


Calendario con Fechas Conmemorativas 2021

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04 ABRIL


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07 JULIO

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10 OCTUBRE


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02 FEBRERO


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05 MAYO


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08 AGOSTO


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03 MARZO


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06 JUNIO


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12 DICIEMBRE


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09 SEPTIEMBRE

Año Nuevo- Día Mundial de Paz y Madre de Dios

Día de las Américas Día del trabajador y trabajadora

Bienaventurada Assunta Marchetti Día Internacional de los Desaparecidos

San Carlos Borromeo

Creación de PMH en Honduras

Día de la Independencia de Honduras

Jornada Mundial del Migrante y Refugiado (último domingo)

Día Mundial del Turismo

Día Mundial de la Gente de Mar

Día Internacional de Personas con Discapacidad

Día Internacional de los Derechos Humanos

Siervo de Dios P. José Marchetti

Día Mundial del Migrante (ONU)

Navidad

Jornada contra la Trata de personas

Bienaveneturado Juan Bautista Scalabrini

Día del Refugiado

Virgen de Suyapa Patrona de Honduras Día Internacional de las Mujeres


DirectorioComisión Nacional de Pastoral de Movilidad Humana

01PASTORAL DE MOVILIDAD HUMANA – CEH

Hna. Nyzelle Juliana Dondé, [email protected]+504 9617-7728

02PMH ARQUIDIÓCESIS DE TEGUCIGALPA

Hna. Ligia Ruiz Gamba, [email protected]+504 9637-0603

03PMH DIÓCESIS DE JUTICALPA

Deysi Méndez

+504 9972-1580

04PMH DIÓCESIS DE YORO

Sixto Rodríguez

+504 9877-7454

05PMH DIÓCESIS DE TRUJILLO

Hna. Claudia Durón

+504 8784-5695

06PMH DIÓCESIS DE DANLI

Armando Espinal

+504 9831-0238

07PMH DIÓCESIS DE COMAYAGUA

Aída Echeverría

+504 9500-0714

Sara Romero

+504 9465-1493

08PMH DIÓCESIS DE CHOLUTECA

Hna. Gelsomina Rodas

+57 321 3081113

09PMH DIÓCESIS DE SAN PEDRO SULA

Lourdes Geraldina Garay

+504 9786-2189

11PMH DIÓCESIS DE LA CEIBA

P. Néstor Sánchez

+504 9474-1542

10PMH DIÓCESIS DE SANTA ROSA DE COPAN

P. Almicar Lara

+504 9973-1068


María Elena Aguilar

[email protected]+504 2653-2686 / +504 9847-2884

CASA DEL MIGRANTE DE OCOTEPEQUE2 Calle, 1 y 2 Avenida Sur Este - Ocotepeque

[email protected]+504 9556-9421

COMISIÓN NACIONAL DE APOYO AL MIGRANTE RETORNADO CON

DISCAPACIDAD (CONAMIREDIS)


UNIDAD DESPLAZAMIENTO FORZADO POR LA VIOLENCIA

[email protected] de Movilidad Humana Honduras@pastoraldemovilidadhumanahn

+504 9454-4993

COMUNICACIÓN PMH


UNIÓN DE COMITES DE FAMILIARES DE MIGRANTES DESAPARECIDOS

(UNCOMIDEH)


APOSTOLADO DEL MAR- STELLA MARIS

CENTRO DE ATENCIÓN AL MIGRANTE RETORNADO (CAMR)

Directora: Hna. Ligia Ruiz Gamba

[email protected]+504 2668 0264 / +504 2718 0328 / +504 9637 0603

Aeropuerto Ramón Villeda Morales, San Pedro Sula

DirectorioComisión Nacional de Pastoral de Movilidad Humana

Pastoral de MovilidadHumana Honduras @pastoraldemovilidadhumanahn Pastoral de Movilidad

Humana HN

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