Gran safari febr 2015

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PRECIO: $ 50.00 MXP La Mejor Revista Cinegética de México Año 7 Número 5 - 2015 PESCA Tierra de Gigantes p.46 En las montañas del Tian-Shan p.26 PESCA Tierra de Gigantes p.46 ARQUERÍA Slam Norte p.39 Versus 2015 p.40 ESCOPETA Alejandro López p.37 El Sable p.38 Cosas que nunca se van a olvidar p. 32 En las montañas del Tian-Shan p.26 Coues de Los Dos Torreones p.20 Coues de Los Dos Torreones p.20 Cosas que nunca se van a olvidar p. 32 CONSERVACIóN Venado cola blanca Toltecus p.42 ARQUERÍA Slam Norte p.39 Versus 2015 p.40 ESCOPETA Alejandro López p.37 El Sable p.38

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Revista dedicada a la Pesca y caceria en Mexico

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50.

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La Mejor Revista Cinegética de MéxicoAño 7 Número 5 - 2015

pesCATierra de Gigantes p.46

en las montañas del Tian-shan p.26

pesCATierra de Gigantes p.46

ARQUeRÍAslam Norte p.39Versus 2015 p.40

esCopeTAAlejandro López p.37el sable p.38

Cosas que nunca se van a olvidar p. 32

en las montañas del Tian-shan p.26

Coues de Los Dos Torreones p.20

Coues de Los Dos Torreones p.20

Cosas que nunca se van a olvidar p. 32

CoNseRVACióNVenado cola blanca Toltecus p.42

ARQUeRÍAslam Norte p.39Versus 2015 p.40

esCopeTAAlejandro López p.37el sable p.38

El CEFFSNL entregó la Medalla al Mérito a Gran Safari

Cuando disfrutábamos de una de las mejores temporadas de caza del venado cola blanca en muchos años, apareció una noticia lamen-

table, que al circular ésta edición de su revista Gran Safari, ya es un hecho pasado, sin embargo no quisimos dejar pasar la oportunidad de recordar a nuestro buen amigo Alejandro López con algunas fotos en competencias en las que asistió, entre muchas en las que, entusiasta participaba y siempre un buen compañero, ¡Hasta luego!

¡Ah que buena temporada!, las carreteras de Nuevo León llenas de ca-mionetas que, claramente, llevan cazadores, los pueblos con mucha ac-tividad y su consiguiente derrama económica que tanto bien les hace, los ranchos con nueva vida, un monte increíble, mucha fauna y ¡unos venadones!, como dice mi amigo Vicente Peña.

Los torneos vigentes, como el ya tradicional y tan bien organizado por el Club Deportivo de Cazadores Monterrey, donde bajo la presidencia de Germán Villarreal, Omar Treviño y el personal del club hacen que este sea el mejor torneo de caza, así como el torneo Copa de Caza Nuevo León, organizado por Parques y Vida Silvestre de Nuevo León, la tienda Browning, la revista Gran Safari, el programa Grandes Trofeos y gracias al apoyo de empresas y organizaciones, han recibido a medición y regis-tro excelentes ejemplares de venado cola blanca, cazados por damas, jovencitas, jovencitos y caballeros que han salido al monte de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas.

Algunos cazadores todavía, cautelosos, no registran sus trofeazos en los torneos ni publican sus fotos, incluso nos comentó un cazador que el dueño del rancho no permitió mostrar su venadote. Cada quién ten-drá su verdad, pero sería ideal que todos registraran sus venados en los torneos o, al menos, los mostraran para ver la grandeza de nuestra fauna.

No cabe duda, que el pecarí sigue siendo una especie despreciada por los cazadores. Los torneos la consideran para premiación pero nos falta cultura en cuanto a nuestra participación en el manejo de los ranchos, ya que debemos cobrar las tasas de aprovechamiento que han sido au-torizadas a las UMAS para su debida conservación. No los cazamos ni por el llamado a presentar muestras de ciertas partes del animal para su estudio, por la posible transmisión del “gusano látigo” que el marrano alzado pudiera pasarles a los pecaríes y ponerlos en riesgo.

En febrero se activan las tiradas y competencias de tiro de toda índole: Escopeteros, rifleros, pistoleros, arqueros, etcétera, saltan a los dife-rentes campos de tiro y áreas de competencia a dar lo mejor, esperemos que éste año reciban a más participantes.

Asistamos a la Convención del Safari Club International Capítulo Mon-terrey el 13, 14 y 15 de febrero. El día del amor llevemos a la pareja a la Convención y después a cenar a un buen restaurant para que comparta nuestra más querida actividad.Los dejo con su revista…

Hilario Garduño

Edición: Hilario Garduño. Diseño Editorial: Jorge David Montemayor./www.dismont.mx

Diseño Original: Liliana Cañamar. Diseño Comercial: Liliana Cañamar, Aarón Patricio Garduño, Jorge David Montemayor.

publicación Bimestral. Año 7, Número 5

eDiToRiAL ÍNDiCe

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6 iNsTRUCCióN AL CAZADoR/ Presentaron Guía de Campo

8 eVeNTos/ Gana concurso con Lomos Cuevas de San José/ Homero Gutérrez10 sCi-MTY/ Ficha de Campo: Venado del pantano/ Museo de la Fauna12 CoLA BLANCA/ Libro Grandes Venados Mexicanos/ Carlos Villarreal14 MUNDo/ Coyotes y marranos alzados en Matador/ Rick Cumins18 MÉXiCo/ Reforma Energética y las UMAS/ Javier Arévalo20 CoLA BLANCA/ Coues de Los Dos Torreones/ Horacio Algaba26 MUNDo/ En las montañas del Tian-Shan/ Alfonso Ruiz31 CoLA BLANCA/ Venada blanca/ Fernando López32 CoLA BLANCA/ Cosas que nunca se van a olvidar/ Francisco de la Garza35 MÉXiCo/ La cacería… Es mejor en familia/ Ricardo Toranzo37 esCopeTA/ Recordando a Alejandro López38 esCopeTA/ El Sable, Tirada Karla Ahedo, Recorrido de Caza39 ARQUeRÍA/ Calendario 2015 Gran Slam Norte y Torneos de Arco40 ARQUeRÍA/ Versus 2015 en Guadalajara/ Graciela Esquiviaz42 CoNseRVACióN/ Venado cola blanca Toltecus/ Jorge Villarreal46 pesCA/ Presa Vicente Guerrero: Tierra de Gigantes/ Rogelio Villarreal49 Galería de fotos

Guía de Campo para el Cazador Responsable de Venado Cola Blanca

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Presentaron libro en Museo de la Fauna y Ciencias Naturales

Armando García Segovia, Jorge Villarreal González y Jesús Viejo González.

Gustavo Guajardo, Jorge Villarreal, Patricio Castañeda y Javier Castaño.

Socorro de Villarreal y Jorge Villarreal.

Concurrida asistencia.

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Con un concurrido evento que se realizó en el Museo de la Fauna y Ciencias Naturales, se llevó a cabo la presen-tación del libro: Guía de Campo para el Cazador Respon-sable de Venado Cola Blanca de la autoría del ingeniero Jorge Villarreal González, autor de varios libros de fauna

de Nuevo León y quién además funge como Secretario Técnico del Consejo Estatal de la Flora y la Fauna de Nuevo León.

El salón principal del Museo lució lleno por los asistentes, en su mayoría cazadores interesados en el tema, amigos y familiares del autor. Durante la presentación del libro el ingeniero Villarreal fue acompañado por el ingeniero Armando García Segovia, presidente del Consejo Estatal de la Flora y la Fauna de Nuevo León y del doc-tor Jesús Viejo González, presidente del Safari Club, quienes ofre-cieron sus comentarios acerca de la relevancia de su contenido.

Guía de Campo para el Cazador Responsable de Venado Cola Blanca

Gana concurso culinario con “Lomos Cuevas de san José”eV

eNTo

s

por Homero Hildebrando “Brando” Gutiérrez Rodríguez, [email protected]

Vengo de una familia que disfruta mucho la comida y la vida campirana, a los 5 años de edad descubrí mi gusto y pasión por el rancho y la gastronomía, ya que fue donde aprendí que las mejores reunio-

nes siempre van de la mano de una buena comida. A pesar de mi corta edad no perdía detalle de la preparación y elaboración de aquellos platillos que mi abuela con gusto realizaba para toda la familia.

Al pasar los años me fui dando cuenta que mi gusto por la gastronomía era cada vez mayor, tanto así que hasta en las reuniones con mis amigos era yo el encargado de la carne asada, salsas y demás, y para mí no había mejor lugar que el estar cerca del asador o preparando la comida.

Al llegar la hora de elegir mi carrera y futuro, me di cuenta que desde tiempo atrás la carrera de las artes culinarias me había elegido desde edad muy temprana. Emprendí mi vuelo a la ciudad de Monterrey para realizarme como li-cenciado en artes culinarias en el Instituto Culinario de México Campus Monterrey.

Gracias a esta institución pude realizar mis prácticas en diferentes restaurantes del país, al lado de chefs altamente reconocidos como el chef Alfonso Cadena, propietario del restaurante La Leche en Puerto Vallarta y la chef Martha Cepeda, propietaria del hotel boutique Tierra y Cielo en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, entre otros.

En unas vacaciones de invierno regreso a mi tierra natal, Nuevo Laredo, Tamaulipas, en donde la temporada de cace-ría del venado cola blanca ya había comenzado, mi padrino Homero Sergio Flores Perales me invita a su rancho Cuevas de San José, ubicado en Coahuila. Es un rancho reconocido en la región por sus buenos venados.

Me llamaba mucho la atención ver que pocos cazadores ca-zan por la carne, la mayoría van por el trofeo. Le comento a mi padrino que estoy por realizar un proyecto para partici-par en el concurso de la universidad llamado Feria Empren-dedora 2014 “Cocinando las empresas del futuro” y tenía en mente preparar una receta con lomos de venado para darle un plus a la cacería y sacarle más provecho a la carne, a lo que él contestó: “ahijado, dale para adelante, cuentas con todo mi apoyo”. Se llegó el día del concurso de la Feria donde participamos 48 alumnos con diferentes proyectos, se contó con la presencia de gerentes y directivos de súper mercados de la localidad. Mi proyecto de la receta de los lomos de venado afortunadamente fue un éxito gracias a su sabor, aroma y textura, obtuve el primer lugar al mejor proyecto de mi generación y HEB de Monterrey fue uno de los interesados en los “Lomos Cuevas de San José”.

Homero Flores y Homero Hildebrando Gutiérrez, ganador del concurso culinario con receta de lomos de venado.

Lomos Cuevas de San José.

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sCi-

MTY

DesCRipCióN: Tiene una longitud de hasta 2 m., altura a la cruz 120 cm., peso 100 a 140 Kg. Es el venado más grande de Sudamérica. El pela-je es largo, marrón rojizo a castaño en verano y más oscuro en invierno; la parte inferior de las patas presen-tan coloración negra. A diferencia de otras especies de venados, el venado del pantano cuando nace no presenta manchas, con un anillo blanco muy débil alrededor del ojo y el hocico y los labios de un color negro conspicuo. La cara es pálida con las orejas gran-des y alineadas con abundante pelo a manera de peluche en color blanco. La superficie de región superior de la cola es del mismo color que el de la espalda, mientras que la superficie in-ferior de esta es espesa y en tono café oscuro o negro. Como otros ungulados adaptados a la vida en las ciénagas, las pezuñas del venado del pantano están muy bien desarrolladas y con unos cascos muy largos (de hasta 8 cm. de largo). En sus cascos presenta una membrana para desplazarse con facilidad en los esteros. Los machos tienen un par de astas de alrededor de 60 cm de largo con 4 o 5 puntas en cada lado. Las astas llegan a pesar hasta 2.5 Kg., pueden crecer irregular-

mente y pueden los machos retenerlas hasta por 21 meses.

HABiTAT: Selvas cercanas al agua y pantanos.

DisTRiBUCioN: Sur de Sudamérica (sur de Brasil y Bolivia, sudeste de Perú, Paraguay, norte de Argentina y Uruguay)

CoMpoRTAMieNTo: Descansando y es-condiéndose durante el día, el venado del pantano emerge en el crepúsculo para pastar en los claros inundados, para retirarse de nuevo al amanecer del siguiente día. Debido al hábitat en donde se le encuentra, este venado suele introducirse a los lugares inun-dados. Sin embargo, prefiere caminar en lugares con profundidades de hasta

60 cm o menos; cuando los cauces es-tán demasiado inundados, se retira a sitios más altos donde, en ocasiones, tiene contacto con el ganado; lo que acarrea fatales consecuencias para esta especie. Las patas traseras son bien desarrolladas, lo que le permite una habilidad para el salto (lo que le ayuda a moverse con rapidez en los pantanos profundos). Los machos no compiten por privilegios en la repro-ducción. La densidad de población es de 1 venado por cada 4 a 42 km2 apro-ximadamente. Se alimenta de pasto, cañas, plantas acuáticas y malezas. Vive solitario aunque se llegan a ob-servar grupos de hasta 5 individuos, generalmente un macho adulto con algunas hembras y un macho joven. La hembra tiene una cría por año y la época de reproducción es entre mayo

CLASE: MamíferosORDEN: CetaritiiodactylaFAMILIA: CervidaeGENERO: Blastocerus sp.ESPECIE: Blastocerus dichotomus (Illiger, 1815)

Venado del pantano(Blastocerus dichotomus)

SCI:

MUS

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FAUN

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sCi-MTY

y septiembre. El periodo de gestación dura aproximadamente 260 días y el destete ocurre alrededor de los 5 me-ses; la madurez sexual la alcanzan al primer año de vida, aunque los cerva-tos pueden seguir asociados a la ma-dre depuse de ese lapso.

Sus principales depredadores son el jaguar (Panthera onca), la anaconda (Eunectes murinus) y, en menor gra-do, los perros domésticos.

esTATUs: Esta especie está registra-da en la IUCN como especie vulnera-ble debido a la pérdida del hábitat

debido al r iego y a la transformación de este en pastizales o cosecha, a la contaminación del agua y a la com-petencia con el ganado, por lo que en las listas de especies ser iamente amenazadas como en la de la IUCN aparece como muy amenazado. Mu-chos lo llaman venado de la Ciéne-gas, pero hay que tener cuidado de no confundirlo con el barasingha (Cervus duvaucelli), ya que a este ciervo tam-bién suelen llamarlo venado de las Ciénegas. Afortunadamente para el venado del pantano, su carne no es muy palatable, lo que en algo ayuda a que no sea tan perseguido. DISTRIBUCION: Sur de América.

11Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015 11

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por Carlos Villarreal Molina

Resulta en extremo enigmático como parte de nuestras vidas, la gran pasión y entusiasmo que se genera por la cace-

ría de los fascinantes venados cola blanca.

He sido cazador toda mi vida, a raíz de un gran legado familiar que involucra mucha pasión por la cacería, especialmente por los majestuosos venados del Noreste de México. Desde hace varios años tuve la inquietud de conocer a simple vista a los venados más grandes que han sido cazados en esta región de matorrales y abundante fauna silvestre que abarca a los estados de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.

Después de varios meses en la búsqueda de estos grandiosos ejemplares, infinidad de

llamadas telefónicas y miles de kilómetros recorridos; gracias al apoyo y confianza de todos los cazadores y dueños de ranchos que participaron en esta obra cinegética, por fin sale a la luz un libro dedicado a los Grandes Venados Mexicanos (Odocoileus virginianus texanus).

Esta recopilación muestra más de 100 de los más grandes y auténticos venados cola blanca nativos cazados o capturados en el Noreste de México; logrando captar la gran belleza inherente en cada uno de ellos, así como muchos de sus testimonios e historias de cacería narradas por sus afortunados ca-zadores.

Esta obra cinegética, finamente editada en inglés y español, es única en su cla-se y fue realizada en honor a nuestros

Grandes Venados Mexica-nos, que en opinión de muchos cazadores y conocedores, es la subespecie de venados cola blanca más hermosa, más soberbia, más arrogante y con mayor diversidad genética de todas las subespecies que habitan en Norteamérica y en todo el Continente, así como la de mayor valor e interés cinegético dentro de la cacería deportiva en México. Es-tos son sólo simplemente algunos de los más majestuosos e impresionantes ejemplares de los ¡Grandes Venados Mexicanos!

Para mayores informes comunicarse con el Ing. Carlos Villarreal Molina al celular 862 11 11 900 o al correo electrónico [email protected].

Grandes Venados MexicanosCo

LA B

LANC

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SAFARI CLUB INTERNACIONAL CAPÍTULO MONTERREY

SAFARI CLUB INTERNACIONAL CAPÍTULO MONTERREY

4ta. CONVENCIÓN ANUAL4ta. CONVENCIÓN ANUAL

Coyotes y marranos alzados en el Matadorpor Rick Cumins. Traducción: Cynthia

Garduño.

Llegamos a la Zona de Manejo de Vida Silvestre (WMA) el Matador, para dos días de caza de marranos alzados. Nos dejaron estacionar mi viejo Airs-tream en la zona de acampada pri-

mitiva un poco temprano también. Eso nos dio tiempo para descansar un poco después de más de cuatro horas de carretera y tener el campamento listo para nuestra estancia. Junto conmigo estaban mi sobrino Jeff Cu-mins y nuestro amigo Dale Bourquin. Mi hijo Jason también vendría a cazar pero, hace poco cambió de posición en el trabajo, por lo cual no pudo venir con nosotros. En esta caza fría de febrero, nuestros objetivos eran el Feral Hog y el Coyote. Que, por cierto, tienen más de un montón de cada uno.

El Matador WMA es una propiedad estatal ro-busta de más de 28,000 acres. Se encuentra en el condado de Cottle al norte de Paducah y al Sur de Childress, en el norte central de Texas. Está abierto al público durante el año para pasear y disfrutar del paisaje. Lo cie-rran durante la temporada de caza excepto a los cazadores con permiso. Es una mezcla de llanuras y colinas, con una gran variedad de fauna y vegetación, típica de las regio-nes semidesérticas de Panhandle y Oeste de Texas. Hay desde las pequeñas ardillas de tierra hasta buras y venado de cola blanca.

Hay demasiadas especies de aves por lo que, si la observación de aves es su afición, este es un lugar que debería visitar. La propiedad está dividida por el Río Pease y hay varios afluentes que alimentan el río en la época de lluvias. Muchos de los caminos están en muy buena forma pero, si viajas allí para cazar, acampar o visitar lugares de interés, considera llevar un vehículo de doble trac-ción ya que la arena es tan profunda y seca, ¡que podría tragarse un neumático en un abrir y cerrar de ojos! La arena roja del lugar me recuerda mucho a las de la provincia de Limpopo, Sudáfrica.

Los rancheros del lugar son muy agradables y nos dijeron que cazáramos todos los ma-rranos y los coyotes que quisiéramos, ya que tenían más de lo que necesitaban para man-tener un hábitat equilibrado. Después de la reunión de instrucción antes de la caza, nos dividimos en respectivos grupos y partimos. Ya estábamos listos en el campamento y arriba de las camionetas, así que dejamos la Estación de Guarda parques de inmediato y nos dirigimos al lugar que habíamos elegi-do en los mapas topográficos para cazar la primera tarde. Después de estacionarnos y decidir quién iría y a donde, nos separamos con planes de reunirnos de nuevo en la ca-mioneta justo después del anochecer. Era un área abierta, es decir, cada cazador tenía los derechos para cazar todos los 28,000 acres, excepto donde se encontraban las oficinas y entrada.

Llevaba mi fiel Weatherby Vanguard en 300 Winchester Magnum y no había caminado veinte metros cuando un coyote vino co-rriendo por el sendero enmontado direc-tamente hacia mí. Me senté en las botas y le dejé acercarse hasta que viro hacia su izquierda para tomar otro sendero. Nunca supo que yo estaba allí, hasta que apreté el gatillo. Le disparé justo antes de desa-parecer en el espeso monte, famoso por lo mismo. Todo en ese monte te corta o pica. Resultó que era un macho adulto con muy bonita piel. Me imaginé otro cazador lo ha-bía asustado de su cama de día. Tanto Jeff & Dale vinieron en mi ayuda de inmediato, ya que no teníamos más de cinco minutos de partir y estaban cerca. Ellos tenían que asegurarse de que no había tenido un ac-cidente. Llevé al coyote a la camioneta y continuaron en sus cacerías, después de agradecer mi suerte.Poco después, me encontré con un peque-ño y bonito farol de un mirador, con vista a un par de docenas de acres con una bre-cha separándolas, y me colé a un punto que había elegido desde arriba. Mientras esta-ba sentado allí, me di cuenta de un parche en el pasto a unos noventa metros delante de mí. Con doce poderes en mis binocula-res, no podía obtener una visión clara de algo que estaba ahí. Después de observar por un tiempo, una cabeza apareció y miró a su alrededor, era un bura joven con cor-namenta bifurcada que se había extendido por completo para una siesta bajo el cálido sol. Después de un rato, se levantó y tomó su camino en el horizonte sin saber de mí presencia. Nada más se presentó el resto de ese primer día.

Antes de la luz de la mañana siguiente, nos sentamos en una gran superficie plana con un arroyo a un lado. Nos separamos unos pocos cientos de metros de distancia y subi-mos por el lado de un banco a pocos metros de un mirador. Nos imaginamos que segu-ramente que habría marranos moviéndose

El aoudad de Jeff del 2004.

Rick, Dale y el marrano en 2003.

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MUN

Do14

Coyotes y marranos alzados en el Matador

15Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015

MUN

Do a través allí y estábamos en lo correcto Antes que hubiera luz suficiente para ver, podía oírlos resoplando a través de los arbustos. A medida que el sol iluminó la zona, yo tam-bién pude ver otros cazadores en blinds pop-up a unos dos-cientos metros en frente de mí y más cerca del arroyo. Poco a poco me bajé y me dirigí hacia donde estaba encaramado Jeff.

Antes de llegar a él, oí que Jeff disparó tres tiros igualmente espaciados, lo cual es una se-ñal de socorro. Troté tan rápido como pude con la mochila y el rifle hacia su ubicación. Cuando llegué detrás de él, vi que estaba barriendo la zona con sus prismáticos. Me dijo que oía mucho ruido de marranos y crías en la maleza en el otro extremo del campo que estaba viendo, probablemente entre 500 y 600 metros de distancia. Fue un tiro muy largo y el sol de la mañana estaba en el fondo a la derecha. No estaba segu-ro de si le había pegado a alguno, así que caminamos para buscar signos. Jeff estaba disparando el 300 Win. Mag. de su padre, que era idéntico al mío y sólo tiene tres cartuchos en el cargador más el que pue-des llevar en la recámara; razón de sus tres tiros espaciados uniformemente ; disparar, recargar, disparar, recargar y disparar. En el momento en que ambos llegamos a la zona en la que estaban los marranos, Dale había caminado hacia nosotros para ayudarnos. Buscamos signos de algún marrano pegado pero, no tuvimos éxito.

El resto de la mañana fuimos en busca de un buen lugar para una emboscada para la caza de la tarde. Dejamos la camioneta y nos fuimos por la ladera a una cresta alta con vista a la planicie. Después de unos minu-tos revisando la zona, uno de nosotros vio a un coyote a quinientas yardas de distancia, cruzando al trote. Disparé y pegó delante de él y todo lo que vimos fue el polvo, ya que huyó del lugar.

Cuando hay varios grupos de caza en un área es difícil hacer planes y que casi siempre hay que estar dispuestos a cambiarlos. Un “Plan B “ es siempre una buena idea tenerlo y, tal vez, incluso un “Plan C”. Una vez que tuvimos nuestro mejor plan y respaldo elaborados para

la caza de la tarde, volvimos al campamento para el desayuno. No hay nada mejor que coci-nar la salchicha (o tocino) y los huevos en un campamento, en el interior o en el exterior.Esa tarde, de nuevo, nos separamos para mejorar nuestras posibilidades de traer a casa el tocino. Escogí un lugar en el lado de un largo acantilado, con vista al Río Pease, debajo de la sombra de un pequeño árbol. El sol cálido se sentía tan bien que no desper-té por una hora o más, pero cuando lo hice había una parvada de pavos en el lecho del río frente a mí. Apuesto a que había un cen-tenar en ese grupo. Vi algunos venados de cola blanca, venados bura y algunos otros cazadores, pero nunca vi un marrano, tam-poco Dale o Jeff.

A la mañana siguiente fue la última cacería de nosotros y teníamos que dejar el parque antes de las 11:00 AM para hacer espacio para el siguiente grupo de cazadores. Una vez más, dimos con un área a lo largo de un arroyo donde encontramos muchas señales de marranos y esperamos a que llegaran. Decidimos que las noches de luna llena nos hacían daño, porque a menos que saltaron de sus camas después de haberles disparado la primera mañana, no se movían durante el día. Y, acechando en la espesa maleza no sólo era imposible, era peligroso, inclu-so con las muy visibles chamarras de color naranja brillante y gorras que llevábamos puestas.

Decidimos hacer un largo círculo de vuelta al campamento antes de cargar las cosas. A lo largo de la valla norte de la WMA, había algunas colinas redondas, tal vez con quince metros de alto y un par de cientos de metros

de diámetro. Nos estacionamos entre dos y Dale caminó por el camino a la siguiente colina. Jeff decidió tomar una siesta mientras que Dale y yo caza-mos, así que caminé a unos cien metros de la camioneta, y me senté en la cima de la coli-na redonda, ¡justo en la parte abierta!Me imaginé que Dale debe ha-ber asustado a ese marrano color rojo con café de 300 li-bras, porque venía encarrerado cuando pasó por detrás de mí a unos ciento cincuenta metros

a mi izquierda. Estaba justo al otro lado de una vieja cerca de alambre de púas y co-rriendo como si estuviera apurado. Esta vez tuve mi Remington 700, 25-06 conmigo. Seguí al marrano con el telescopio, lo vi un metro más y disparé en el momento que es-taba a unos doscientos metros de mí. Le pe-gué a una rama de un árbol muerto en frente de su cara. Explotó la rama y se dio la vuelta y volvió corriendo en la dirección de donde vino. Antes de que pudiera recargar y poner la mira, se detuvo y trató de meterse debajo de la vieja cerca, dirigiéndose hacia mí.

Como se arrastró a través de la cerca, me pongo en lo que me pareció una buena po-sición, brazos al aire, disparé a su paleta derecha y cayó, rápidamente se levantó y entró en la espesa maleza justo en frente y debajo de mí. Después de unos segundos, pude verlo de nuevo, apenas podía distin-guir su silueta a través de los arbustos, pero él estaba parado, dándome su costado e in-tenté un tercer disparo, cayó otra vez en sus huellas. Estaba seguro que el tercer disparo lo había tumbado.

Jeff y Dale ambos llegaron corriendo a ver a qué diablos le estaba disparando. Traté de señalarlo a través del arbusto pero no creo que pudieran verlo tirado. Cuando camina-mos hacia él, ya había expirado. Sólo había un agujero de bala en él. Ese fue el tiro a la paleta derecha sin herida de salida, por lo que todavía no estaba seguro si era mi se-gundo o tercer disparo el que hizo el trabajo. Cuando lo destazamos, nos encontramos la pequeña ojiva spitzer de 117 granos, había viajado desde el hombro derecho por toda la columna vertebral, cortando ambas arterias femorales, esto lo desangró completamente

WMA El Matador (Área de Manejo de Vida Silvestre) en 2003

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en su cavidad estomacal, entonces se alo-jó en la piel del lado opuesto en su pierna izquierda. Lo pusimos en la cerca, pero no pudimos encontrar otra marca de sangre, ni siquiera dónde estaba cuando le disparé por segunda vez. ¡Ahora a cargarlo!

Lo pusimos en la báscula en el lugar de los rancheros y pesaba 260 libras, aún después de haber sido desangrado y des-tripado, por lo que los rancheros y todos nosotros estuvimos de acuerdo para esti-mar que había cazado un marrano de 300 libras. Los rancheros estaban tan felices como yo, porque era uno marrano menos que dañe sus cercas y el hábitat.

Mis compañeros de caza y yo hemos es-tado en varios sorteos de caza que Texas Parks and Wildlife Department realiza y he tenido buena suerte en la mayoría de ellos. Desde aoudad en Caprock Canyon State Park, muflón en Lost Maples State Park, pecarí en Big Bend y venado de cola blanca con un arma de avancarga en Se-minole Canyon State Park, hemos tenido

algunas buenas cacerías e hicimos algu-nos grandes recuerdos. Espero seguir con suerte y estas cacerías durante muchos años, sin embargo, no hemos corrido con suerte en los últimos años. ¿Será que más personas se han unido a la diversión?

Aquí es una historia corta de gracioso Blac-kbuck de Dale tomada en el parque de esta-do del río Guadalupe. También pidieron que tomamos todos los mamíferos que pudimos, porque fueron invadidos con ellos.

Tiré esta joven Blackbuck por primera vez en 200 metros, desde mi caja de la per-siana. Saltó hacia arriba, luego cayó en la hierba alta, donde yo no podía verlo. Mientras me preparaba para salir de los ciegos, se levantó y corrió sobre la co-lina, lejos de mí, no dando tiempo a un segundo plano. Me acerqué a donde había caído y sólo encontré un poco de sangre de color rojo claro. Yo seguí de vuelta a mi ciego y encontré una ramita del tama-ño aproximado de un tiro lápiz en dos, lo que cambió la trayectoria de mi bala

en vuelo. Una hora más tarde, el mismo Blackbuck corrió por Jeff a 150 metros, a toda velocidad. Jeff disparó y sabía que tenía un golpe. Él siguió un poco, luego decidió dejar que el animal tiene tiempo para morir. Pronto todos decidimos que era hora de almuerzo y caminamos hacia Jeff. Él nos contó su historia y nos unió a todos en la búsqueda. En el grueso pin-cel de una colina, el Blackbuck herido dos veces saltó de detrás de un tronco, justo al lado de Dale. Dale instintivamente le disparó en la parte posterior del cuello, mientras trataba de huir, matándolo ins-tantáneamente. Encontramos un agujero de bala en el costado derecho, una herida superficial que era al parecer la mía. Lue-go otro disparo a través de su hígado y el estómago, lo que habría sido de Jeff funcionamiento tiro. El joven Blackbuck habría muerto en un remate de Jeff, pero le habría tomado un tiempo para hacerlo. Entonces también encontramos quema-rropa tiro de Dale en el cuello, por lo tan-to la razón por la que los tres posaron con nuestro trofeo, que Dale se llevó a casa.

MÉXiCo

1717Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015

por Lic. Javier Arévalo A., práctica pro-fesional en Derecho energético, presi-

dente del Consejo energético Cuenca de Burgos, A.C.

En el artículo pasado efectuamos un comprimido esbozo de la Reforma Constitucional en materia energéti-ca y adelantamos la nueva modali-dad que se presenta a la propiedad

privada en nuestro País, consistente en el uso, goce o afectación superficial de pre-dios que experimenten el desarrollo de un proyecto energético y su intrínseca relación con las UMAS. Ahora nos toca en este se-gundo ocurso, destacar los puntos finos de esta nueva regulación sobre las tierras.

Dentro de las Leyes Secundarias en Materia Energética publicadas en el Diario Oficial de la Federación el pasado 11 de agosto del 2014 y vigentes a partir del 12 de ese mismo mes y año, destacan las Leyes de Hidrocarburos y de la Industria Eléctrica. Ambos ordenamientos destinan capítulos específicos y de muy similar contenido y al-cance a lo que es el uso, goce o afectación superficial en predios para la realización de actividades de la industria de hidrocarbu-ros, así como para prestar el Servicio Públi-co de Transmisión y Distribución de Energía Eléctrica y para la construcción de plantas de generación de energía eléctrica en aque-llos casos en que, por las características del proyecto, se requiera de una ubicación es-pecífica. Bajo esta concepción se involucra a todo tipo de ductos y tendidos eléctricos y el reconocimiento y exploración superfi-cial de hidrocarburos. De hecho ambas leyes son de utilidad pública y actividades tales como la exploración y extracción de hidro-carburos, como la distribución y trasmisión de energía eléctrica son de interés social y

orden público, teniendo preferencia sobre cualquier otra que implique el aprovecha-miento de la superficie o del subsuelo de los terrenos afectos a aquéllas.

Inmersos en este contexto, sin restar im-portancia a las demás actividades, resul-ta de particular interés la exploración y explotación del gas de esquisto o lutita, también denominado Gas Shale, que demos-trada está su presencia en la denominada Cuenca de Burgos, donde precisamente se encuentra una gran concentración de UMAS en nuestro País. Con la información con que se cuenta a la fecha, aún no es posible delimitar una cronología de despliegue de estas actividades y sus inherentes flujos de inversión, dado diversas cuestiones econó-micas y de seguridad de las inversiones. El programa de inversiones para el año 2015 de PEMEX en estas actividades está encami-nado, básicamente, a las de exploración en el norte de Coahuila y, como consecuencia de las asignaciones que ha efectuado la Se-

cretaria de Energía a PEMEX resultado de la denominada Ronda Cero, apenas el pasado 13 de agosto del año en curso, se desprende la continuación de trabajos en pozos y áreas contractuales que ya se desempeñaban. Es muy probable que lo primero que llegue a desplegarse, a lo ya existente y en activo, en el sector de hidrocarburos en la Cuenca de Burgos, lo es las inversiones relativas a infraestructura, medularmente lo concer-niente a los ductos. En todo caso, PEMEX, CFE, sus subsidiarias y privados, antes de si-quiera iniciar cualesquier actividad en algún predio tendrán que agotar un procedimiento de negociación contractual de estricta re-gulación que ciertamente se encuentra con-cebido para proteger los intereses entre los propietarios o titulares de terrenos, bienes o derechos, incluyendo derechos reales, eji-dales o comunales versus los desarrollado-res de algún proyecto energético.

En esencia los procesos de negociación inician con la debida notificación al pro-

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iCo Uso, goce o afectación superficial

de predios en materia energética y su relación con las Umas

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MÉXiCo

19Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015

pietario del predio del interés de desarro-llador de usar, gozar, afectar o, en su caso, adquirir tales terrenos, bienes o derechos, debiendo mostrar y describir el proyecto que planea desarrollar y atender las dudas y cuestionamientos del propietario o titu-lar del terreno, bien o derecho de que se trate, de manera que entienda sus alcan-ces, así como las posibles consecuencias y afectaciones que se podrían generar por su ejecución y, en su caso, los beneficios que le representaría en lo personal y/o en su comunidad o localidad. La forma o moda-lidad de uso, goce, afectación, en su caso, adquisición que se pacte deberá ser idónea para el desarrollo del proyecto en cuestión, según sus características. Al efecto, podrán emplearse las figuras de arrendamiento, ser-vidumbre voluntaria, ocupación superficial, ocupación temporal, compraventa, permuta y cualquier otra que no contravenga tales ordenamientos. Se hace mención especial de la existencia a ciertas variantes para el caso de terrenos, bienes o derechos sujetos a los regímenes previstos en la Ley Agraria.

De acuerdo a las distintas formas o moda-lidades de uso, goce, afectación o, en su caso, adquisición que se pacte, los titulares de los terrenos, bienes o derechos tendrán derecho a que la contraprestación cubra, según sea el caso:

a) El pago de las afectaciones de bienes o derechos distintos de la tierra, así como la previsión de los daños y perjuicios, que se podrían sufrir con motivo del proyecto a desarrollar, calculado en función de la actividad habitual de dicha propiedad;

b) La renta por concepto de ocupación, ser-vidumbre o uso de la tierra;

c) Sólo tratándose de proyectos que alcan-cen la extracción comercial de Hidrocar-buros, un porcentaje de los ingresos que correspondan al desarrollador en el pro-yecto en cuestión, después de haber des-contado los pagos que deban realizarse al Fondo Mexicano del Petróleo para la Es-tabilización y el Desarrollo. El porcentaje no podrá ser menor al cero punto cinco ni mayor al tres por ciento en el caso del Gas Natural No Asociado, (gas lutitas o shale) y en los demás casos no podrá ser menor al cero punto cinco por ciento ni mayor al dos por ciento, en ambos casos en bene-

ficio de la totalidad de los propietarios o titulares de derechos de que se trate.

La contraprestación, así como los demás términos y condiciones que se pacten debe-rán constar invariablemente en un contrato por escrito, el contrato deberá contener, al menos, los derechos y obligaciones de las partes, así como posibles mecanismos de solución de controversias. La Secretaría de Energía con la opinión de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, elaborará Modelos de Contrato, que deberán contener los requisitos mínimos a pactar. No obstante de ello, es de convenir y adicionar en los contratos en comento, entre otras muchas previsiones no de menor importan-cia, aquellas relativas a que el desempeño de las actividades energéticas involucradas sea de forma sustentable, en armonía con la vocación natural de las tierras, su convi-vencia pacífica con la flora y fauna, respeto y baja incumbencia con las actividades ci-negéticas, los planes de manejo y los apro-vechamientos extractivos de que se traten en las correspondientes UMAS, tan sólo por mencionar algunas imprescindibles previ-siones a negociar e incluir en el contrato. En cualesquier escenario se torna medular la conducción de la negociación de forma puntual y profesional. Una vez que se haya alcanzado acuerdo se deberá presentarse por el desarrollador ante el Juez de Distrito en Materia Civil o Tribu-nal Unitario Agrario competente, con el fin de que sea validado, dándole el carácter de cosa juzgada. En caso de no existir un acuer-do entre las partes, transcurridos ciento ochenta días naturales contados a partir de la fecha de inicio de negociación (recepción de la notificación) el desarrollador podrá promover ante el Juez de Distrito en Ma-teria Civil o Tribunal Unitario Agrario com-petente la constitución de la servidumbre legal o solicitar a la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano una mediación que versará sobre las formas o modalidades

de adquisición, uso, goce o afectación de los terrenos, bienes o derechos, así como la contraprestación que corresponda. Para este último caso, si las partes no alcanzaren un acuerdo, la Secretaría de Energía podrá solicitar a la Secretaría de Desarrollo Agra-rio, Territorial y Urbano que dé trámite ante el Ejecutivo Federal para la constitución de una servidumbre legal por vía administrati-va. En todo caso si se constituye una ser-vidumbre legal o administrativa, se tendría sólo el derecho a una indemnización para los propietarios.

Todo lo anterior resume una puntal, com-pleja y multifactorial regulación sobre las tierras en donde se efectúen actividades del sector energético. Obligaciones pre-cisas que tendrán que ser satisfechas por disposición expresa en estas leyes y sus respectivos reglamentos, previsiones algu-nas dispuestas en los propios ordenamien-tos legales que nos ocupan y muchas otras que deberán de incluirse para salvaguardar los derechos de los propietarios y medular-mente hacer puntal énfasis en las cláusulas contractuales que permitan e incluso garan-ticen la sana convivencia entre un proyecto energético y las actividades implícitamente concebidas en las UMAS, el medio ambiente, negociaciones que tendrán que enfocarse a lograr proyectos ganar – ganar y evitar que se traduzcan en desafortunadas experien-cias. Proyectos Energéticos versus UMAS, nuestra próxima y última entrega.

Buena Empresa.

por Horacio Algaba

No es la primera vez que la bús-queda de una subespecie de ve-nado cola blanca en México me toma más de un viaje de cacería (la subespecie de “Mexicanus”

en Guanajuato y la de “Thomasi” en Campe-che también fueron claros ejemplos de una difícil cacería), sin embargo, puedo decir con toda certeza que, en mi experiencia de caza de cola blanca y en mi búsqueda por alcanzar el premio Hubert Thummler (a los Venados de México), la subespecie de Cola Blanca Coues (Odocoileus Virginianus Couesi) de Sonora, ha sido, hasta ahora, el más difícil de obtener.

El ecosistema que ocupa la población de este cérvido y sus particulares hábitos, realmente, y en lo personal, presentaron mucha diferencia y dificultad respecto de las demás subespecies de Venado Cola Blanca en México. Pero a los que gustamos de esta práctica sabemos que la dificultad siempre trae mayor reto y por lo mismo… Interés.

Había escuchado de varios cazadores que esta subespecie no era fácil y no dudo que para algunos no haya presentado mayor complejidad pero, repito, en lo personal, para mi no fue sencilla y siendo que me jacto de promover la paciencia y persisten-cia como la clave del éxito en la práctica de

la cacería, reconozco que particularmente ésta, si me hizo, en más de una ocasión, llegar a la desesperación, pero sin perder el ánimo. Diversos factores motivaron esta situación: la cantidad de horas dedicadas a la espera de su llegada a comederos na-turales, las inumerables y fatigantes cami-natas (por varios días) al acecho de ésta subespecie en lo alto y bajo de las extraor-dinarias serranías y llanuras sonorenses, las inevitables y variadas (y también las-timosas) caídas de dichas serranías (por lo inclinado y pedroso del terreno), la ocasio-nal difícil decisión de tiro por la distancia del encuentro (de loma a loma) o por el estado que guarda la canasta de astas en su época de celo (pues es considerable el número de ejemplares que presentan la canasta incompleta, quebrada o astillada,

En San Pedro de la Cueva, SonoraCola Blanca Couesi de “Los Dos Torreones”Co

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en esa época), la presencia cercana de de-predadores naturales: factores todos que, aún y cuando no son ajenos a cualquier cacería, en ésta particularmente llegaron a causar el dificil éxito, al grado de poner en tela de duda la existencia de buenos ejemplares en la zona en la que cazaba, cuando realmente, como en toda cacería, es solo cuestión de la paciencia y del co-nocimiento de los hábitos de la especie, así como la selección de la temporada de caza.

Así las cosas, tanto en febrero como en di-ciembre de 2014, tuve la oportunidad de salir a buscar esta magnífica subespecie del noreste de México, en el gran Estado de Sonora, por todos conocido como uno de los más importantes de México, no solo por su industria ganadera, minera y de agricul-tura, sino por su gran turismo y actividad cinegética.

Como seguramente conocen todos los que han cazado en éste Estado, es de llamar la atención el que, visitando el aeropuerto de Hermosillo en todos sus pasillos, restau-rant, salas de espera, salas de documenta-ción de equipaje, tiendas, etc., el tránsito de viajeros cazadores es muy activo y se distinguen no sólo porque algunos van con la típica vestimenta de cazador, sino por-que todos transportan las maletas o fundas de sus autorizadas armas, lo que en cua-lesquier otro aeropuerto de nuestro País realmente llamaría la atención y probable-mente provocaría tensión en el ambiente. En este aeropuerto, lejos de provocar in-quietud de los viajeros, es ya un escenario muy común, como el que existe (si me per-mite la comparación, y obviamente en sus respectivas proporciones) en el aeropuerto de Johannesburgo en Sudáfrica, en donde también el turismo cinegético, y por ende, el tránsito de cazadores, es realmente in-tenso.

Esto que comento en el párrafo anterior es realmente digno de comentarse, pues es importante reconocer que, en varios aero-puertos de nuestro País, cada vez, más y mejor, se acepta o justifica (por la gente y autoridades) el tránsito del turismo para la tan infundadamente criticada actividad ci-negética y eso nos dice algo, que sin duda se va ganando terreno en ese aspecto.

El Estado de Sonora se caracteriza por su gran influencia de cazadores, tanto na-cionales como extranjeros, en busca del venado Bura Sonorense y del gran Borrego Cimarrón y particularmente, de la subespe-cie nativa de venado Cola Blanca del Es-tado; el Cola Blanca Coues, misma que en esta ocasión, era el objeto de mi búsqueda, pues es una subespecie que no deja de ser uno de los ciervos altamente preciados por cazadores, además de que es la subespecie mexicana de venado Cola Blanca que ocu-pa la mayor área geográfica de distribución dentro del territorio de México.

Por su amplia distribución geográfica y la dificultad que implica su caza, el Cola Blanca Coues es considerado como una de las subespecies de Cola Blanca más codi-ciadas en México, se extiende desde Ari-zona, sureste de California, Nuevo México hasta el noroeste de México. Citando a mi buen amigo el Ing. Jorge Villarreal (Coor-dinador General de el Consejo Estatal de Fora y Fauna Silvestre) en sus interesantes estudios (incluida la guía de campo) como en conferencias; el Coues es un venado de mediano tamaño (los machos adultos no

pesan más de 70 kilogramos), de color gris con algunos retoques de color café a canela en las patas y con una principal característica distintiva, su desproporcio-nado tamaño de orejas y cola. Las astas que ostenta este ciervo son normalmen-te pequeñas, cerradas y de picos menos desarrollados, con la tendencia de formar un óvalo cerrado en la parte frontal de la canasta y como dije antes (y esto último es mi personal opinión) también con una aparente fragilidad de sus astas, pues

mi experiencia fue ver un número consi-derable de buenos ejemplares, desafortu-nadamente ostentando muy lastimadas e incompletas astas hacia el final de la tem-porada de celo.

Así las cosas y ya con la emoción desde el aeropuerto al ver tanto turísmo cinegéti-co, y con grandes compañeros de cacería, salimos rumbo al este de Hermosillo a esta excelente aventura. En la primera ocasión en Sonora, me acompañaban mis grandes amigos: Alberto Valdes Fisher y Nemesio Álvarez, y ya en la segunda ocasión se nos agregó tambien el buen Hugo Chahin, en ambos viajes teniendo como guía, outfit-ter y organizador, a nuestro tambien buen amigo: Francisco Michel, de CAZAFARIS, quien en todo momento, y no obstante el excelente personal (guías) que de su em-presa nos acompanaban, nos atendió de manera personalizada.

Salimos de Hermosillo rumbo al Municipio de Mazatán (80 kilometros), para des-pués de “levantar” unos refrescos y tra-dicionales “coyotas” de piloncillo y cajeta que amenizaron el trayecto, pasamos por

el autor ha practicado la cacería desde hace 40 años, ha sido se-

cretario de la Comisón de Caza del Consejo Consultivo estatal para la

Flora y Fauna silvestre, colaborador activo del Texas parks and Wildlife

en la formación de instructores para cursos de cacería responsable, es

socio activo del sCi y consejero del capítulo Monterrey del sCi.

CoLA BLANCA21Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015

Nakori y Matape Villa Pesquerira, rumbo a San Pedro De La Cueva, para después de 22 kilómetros llegar al rancho (UMA) de-nominado “Los Dos Torreones”, propiedad del L.A.E Ramon Paz Cordova, destacado ganadero de la región (quién cuenta con la condecoración de Ganadero del año en ese Estado) y fina persona, quien también, de manera muy personal dentro de sus posi-bilidades, se sirvió atendernos como buen anfitrion.

La UMA “Los Dos Torreones” tiene una ex-tensión de 4,200 hectáreas en área libre, y está situada en una zona privilegiada de Estado de Sonora, pues es una zona conocida como de transición, ya que la flora del lugar es muy variada y combina una vegetación muy interesante, tanto desértica como tropical, razón por la cual, en el andar de sus llanuras y serranías, es curioso ver desde encinos, mezquites, cactus, nopales y hasta altas palmeras, sin dejar atrás los típicos cumáros, ocotillos y las pitayas que abundan en el lugar. Todo ello haciendo un escenario de gran atrac-tivo para los sentidos. De mencionarse es que precisamente el peculiar y fuerte ruido que causa el movimiento de las grandes hojas de las altas palmeras del lugar, nos indicaba siempre la venida del “norte” o el inevitable cambio de dirección del viento, provocando con ello buscar el apropiado cambio de estrategia de caza.

En esta UMA la práctica de la caza es muy variada. Se practica la caza “Safari Style”, es decir, realizando la caza al acecho, ma-nejando el “spotting” con binoculares o campeando hacia la presa, caminando por las altas y bajas laderas y bonitas llanuras del lugar y esperando que la presa aparez-ca a nuestro paso en las sierras, o de los escondidos cañones que forman estas, o simplemente que aparezca en la sierra o loma vecina, lo cual hace muy interesante el reto del tiro. También es común que en esta zona se practique la caza denominada “High Rack Spotting” desde la torre de una camioneta transitando en las brechas y a lo largo de la extensión del predio.

Con independencia de lo anterior, en la zona no puede faltar la típica práctica de caza con uso del “blind” o espiade-ro, solo que en ésta UMA, no se utilizan

artificiales, sino naturales (o hechos de arbustos o ramas naturales), pues este cola blanca parece ser muy sensible a todo lo artificial, por lo que estos es-piaderos o escondites naturales son la mejor opción y particularmente ubicados en aquellos lugares en donde existiera el elemento vital, el agua. Así, la práctica de espiar este ciervo se realiza exlusiva-mente en lo que se denominan “aguajes” (que nosotros conocemos como veneros u “ojos de agua” naturales) y en los de-nominados “represos” o pequeñas presas del lugar.

En mi caso particular (y en dos viajes que hice de caza a Sonora) tuve la oportuni-dad de practicar las tres técnicas de caza a esta subespecie, caminé por muchas horas esas serranías, transité en camioneta to-das sus brechas y utilicé por muchas horas tambien espiaderos naturales a la espera de un buen ejemplar y este relato expre-sa la experiencia, desde el punto de vista muy personal, que viví en la búsqueda de éste ciervo.

Debo reconocer que en mi andar por esas serranías sufrí todo tipo de caídas, el suelo es muy pedroso e inclinado, lo que provoca tener que bajar sus pendientes y laderas en “zig zag”, y aún así, sin poder evitar que, en una de aquellas caídas, el telesco-pio de mi rifle se golpeara, provocando su inesperada y necesaria alineación. No obs-tante las lastimosas caídas, el caminar en la sierra ofrece momentos y paisajes muy gratificantes, sobre todo en lugares que ofrecen este tipo de escenarios que son de una belleza natural digna de contemplar. Por lo que es también muy agradable, al recorrer esas serranías, tomar descansos y desde lo alto dedicar tiempo a tratar de de-tectar con los binoculares y sierra abajo o en las lomas vecinas, el movimiento de los ciervos, o de la variada fauna del lugar y toparse en muchos lugares un considerable numero de huellas de los pumas que tam-bién abundan en el lugar.

Ahora bien, en la práctica de caza en es-piadero natural y en esos lugares que re-fiero (aguajes y represos) fue la que más

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diferencias reflejó respecto de lo que, en lo personal, he experimentado históricamen-te en la caza del Cola Blanca, por una sen-cilla razón, el Cola Blanca Coues, al menos en la zona donde yo estaba cazando, por la abundante fuente de comida natural que abunda en esta zona, y como lo dije an-tes, curiosamente parece no verse atraído por comederos artificiales o mecánicos (de distribución de maíz, proteína o pellets), por lo que realmente a este venado sólo se le puede esperar en donde hay agua y curiosamente, en los horarios en los que normalmente baja de la sierra a tomar de ella, lo cual, salvo excepciones, suele suce-der sólo entre las 10 AM y las 3 PM. Siendo sincero, cuando se me informó por mi guía de éste particular hábito de los ciervos del lugar, me fue muy difícil de creer, has-ta que lo pude comprobar en las muchas ocasiones en las que iniciaba la caza en espiadero muy temprano o por la tarde y pude constatar que, son casos de excep-cion, aquellos en los que se puede ver al Coues abrevando al amanecer o antes del crepúsculo.

Los que estamos acostumbrados a la cace-ría de la generalidad de los Cola Blanca, sabemos que las mayores posibilidades de éxito en su caza se dan comúnmente (y claro que con muchas excepciones) entre las 6 AM y 11 AM, o entre las 4 PM y las 6 PM. Pero como dije antes, a esta sub-especie de Cola Blanca de Sonora solo se le recomienda espiar en los horarios que comenté en el párrafo anterior y éste parti-cular y raro hábito (desconocido para mi), y mi incredulidad del mismo, realmente provocó que dedicara muchas horas, de va-rios días, esperando sin ver movimiento de ciervo alguno. Por ello es que comúnmente se recomienda por los guias que la técnica de caza de este ciervo, en esa zona, varíe de mañana y tarde, por lo que varios de mis compañeros solían utilizar la modalidad del espiadero en la mañana y campeo por la tarde.

Como lo mencioné antes, me considero un cazador muy paciente y en la búsqueda de mis presas, puedo presumir de varias estancias en espiadero de 12 horas con-tinuas (de 6 AM a 6 PM), por lo mismo, realmente con todo y las recomendaciones dadas, me resistía a cambiar la técnica de

cacería en un mismo día, no es mi costum-bre, y por lo mismo, optaba por quedarme en los aguajes y represos el mayor tiempo posible y durante varios días (aunque fue-ra sin éxito). Ahora bien, no obstante las prolongadas estancias en las que manejé la técnica de espiar a este ciervo, si tuve muy gratas experiencias con otro tipo de fauna, dignas de contar en éste relato, una de ellas, la de la oportunidad de que un zorrillo que apareció como a 25 metros de mi posición, tomo camino hacia mi direc-ción hasta llegar a escasos dos metros de mi, provocando en todo su trayecto, real-mente, mi inmovilidad e inquietud respec-to a la reacción que tomaria el animalito al llegar frente a mi o al verme tan cerca (y es algo que nunca me habia pasado y, sinceramente, ser rociado con su don de defensa, no era una opción para mi), para mi tranquilidad, al detectarme inmediata-mente decidió cambiar su rumbo, dejándo-me con un susto, pero con una interesan-te y diferente experiencia en el campo y además, la certeza de lo efectivo que era el espiadero natural en el que me encontra-ba; también tuve el encuentro con una ser-piente (culebra) muy rara, misma que salió a escasos 3 metros detrás de mi, y cuyas características aún no defino como cono-cidas, de complexión delgada, de 1 metro y medio aproximadamente de largo, color gris sólido en toda su extensión, pero con un (sólo uno) muy marcado anillo o collar de color naranja a la altura del cuello y al deslizarse, ese mismo color naranja se no-taba se extendía por todo su vientre. Pude tomarle una fotografía y nadie de los luga-renos pudo conocer su especie, lo que me provocó tambien una grata anécdota con una especie desconocida.

En 7 días de cacería en mi primer viaje y 6 días de cacería del segundo viaje sin te-ner la oportunidad de tener a distancia de tiro un buen ejemplar de este ciervo, me hicieron suponer (contrario a todas espec-tativas y tasas de aprovechamiento en el lugar) que no era una buena zona de caza, pero las cámaras fotográficas ubicadas es-tratégicamente en diversas zonas del lugar no mentían, y mostraban la cantidad y bue-na calidad de venados que transitaban los aguajes y represos diariamente, por lo que nos dedicamos a intentar sentar un patrón de conducta que nos ayudara en su bús-

queda pero, lo increíble, era detectar el in-usual hábito de este ciervo de no repetir o regresar al mismo lugar en el transcurso del día, ni tampoco del día siguiente, situación realmente de sorpresa para nosotros. De-tectamos que estos ciervos tomaban más bien una tendencia circulatoria, llegando a abrevar a diferentes y muy distantes en-tre si aguajes del amplia área de ésta UMA, desplazándose de una manera irregular en ella, lo que, después de varios días de caza en el primer y segundo viaje, nos orillaba a tomar la decisión (no acostumbrada ni recomendada) del cambio constante de lu-gares de búsqueda o espera (cosa que no acostumbramos hacer en cacerías en Nue-vo León, en donde la persistencia del lugar siempre da buenos resultados, dado el tí-pico “regreso” que, normalmente el mismo día (y por la tarde) la subespecie texana realiza de manera natural a los lugares que frecuenta).

Pasaban los días y mis compañeros y yo seguíamos con la dificultad para encontrar una presa que valiera la pena, lo que al fi-nal del día y a la hora de la cena nos traía la típica e interesante plática y la apasio-nante discusión de lo que pudiera estar su-cediendo, pues nos constaba que en varios aguajes se dejaban ver varias huellas de puma y nos hacía suponer que ese factor podría afectar el típico tránsito del ciervo en el área, por otro lado, el constante y fuerte viento en los cañones de las serra-nías podría ser otro factor que perjudicara y otras diversas e individuales opiniones que, como es costumbre, cada uno de no-sotros sostenía para tratar de justificar la ausencia de oportunidades de tiro en una UMA en donde nos constaba existe una gran variedad de buenos ejemplares, lo que se convertía en una agradable charla de cacería y lluvia de conocimientos y expe-riencia individual, dentro de un marco de camaradería insustituible entre nosotros y degustando una grata cena que, al brindis del Bacanora KIA que amablemente nos ofrecía Ramón Paz (nuestro fino anfitrión y amigo), quien orgullosamente presumien-do la calidad de esa bebida mexicana (mez-cal típico del lugar, cuya denominacion de origen es ya una realidad comercial en nuestro País), y las historias de las anéc-dotas que rodean las serranías del rancho, cuyas cuevas alguna vez dieron albergue

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SIERRA MADRE HUNTING SAFARIS

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al mismísimo Pancho Villa, hacían de esas noches momentos memorables.

Al séptimo día del primer viaje, mis companeros Alberto y Nemesio tuvieron finalmente la oportunidad de cobrar sus buenos ejemplares de este ciervo, desa-fortunadamente yo no corrí con la misma suerte, y no fue sino hasta el sexto día de mi segundo viaje a Sonora que pude hacerlo. Ese día pasé toda la mañana en un represo en donde, aproximadamen-te entre las10 AM y 11 AM pude ver dos jóvenes ejemplares de 8 y de 10 puntas respectivamente, pero cuya caza y por la edad no consideré recomendable. Des-pues de haber dedicado varias horas a la caza de este ejemplar ese día, a la 1 PM tome la decisión de cambiarme de pun-to y me fuí a un represo muy pequeño y cerca de donde me encontraba, represo en donde ya el buen Hugo Chahin había cobrado su especie esa misma mañana y en donde días antes, las cámaras fotográ-ficas habian captado un muy buen ejem-plar. Así, y con casi la certeza de que a

esa hora del día ya no vería nada (por el patrón de conducta y costumbres que en párrafos anteriores comenté había mos-trado esta subespecie por la tarde), me tocó una grata excepción, pues a las 5 PM, y a escasos 50 metros de mi posición, con el viento en contra y del otro lado del espejo de agua, salió de unas espigas que crecen en la parte humeda del “coleo” del represo, un ejemplar cuya edad y tamaño hicieron que no dudara del tiro, pero cuya canasta sólo ostentaba 6 puntas, pero to-das ellas con unas medidas inusuales para un Cola Blanca Coues, pues las astas eran largas y abiertas aunque, curiosamente, en el área de sus guardamontes o defen-sas, tenía 4 adicionales y pequeños bro-tes de puntas que, desafortunadamente, no medían más de una pulgada (y dos de las cuáles se localizaban bajo el pelo frontal).

Al calcular la edad del ciervo y ver la lon-gitud y apertura de las astas mayores, y reconociendo que esa característica no es común en un Coues y al ver que el anima-

lito no traía la mínima intención de salir a descubierto a tomar agua (para apreciarlo mejor), es decir, mostrando que se encon-traba sólo de paso casual por el lugar, no dudé ni 10 segundos en tomar posición de tiro y con uno de mis rifles preferidos, el BRNO calibre 30-06, tuve la oportunidad de cobrarlo con un tiro con el que cayó abatido en el mismo lugar.

Ya en el manejo de la presa me fue muy agradable escuchar por los guias que, efec-tivamente, la canasta del ciervo cobrado no era comùn para un Coues por el prolon-gado tamaño de todas sus astas y su aper-tura, logrando como quiera una excelente medición de 100 2/8 (SCI), que para un cola blanca de esa subespecie y con tan sólo 6 puntas, sinceramente, no era nada despeciable; ya con mi buen trofeo y en el último día de mi segundo viaje de intensa cacería, al dia siguiente, en grupo empren-dimos el regreso a Hermosillo, finalizando nuestra difícil, pero muy grata, experien-cia y aventura en las magníficas Sierras y Llanuras de Sonora.

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Mi expedición en las montañas de Tian-shan

A la caza del Marco Polo

Mi expedición en las montañas de Tian-shan

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por Alfonso Ruiz porras10 de octubre de 2014.

Desde hace mucho tiempo, pensaba en algún día hacer esta expedición, se llegó el momento que tanto había soñado en realizar la caza del bo-rrego Marco Polo de Hume (Kirguistán), con un año de programación fui preparando esta expe-

dición, en checar costos, vuelos, equipo, temperaturas, altura, preparación, botiquín etc., por lo que empezó a pasar el tiempo día a día hasta el día que partí 11 de octubre del 2014 salió el vuelo que me llevaría al país de Kirguistán, que se encuentra en Asia o continente asiá-tico, que es el continente más extenso y poblado de la tierra con cerca de 44 millones de km², supone el 8,70% del total de la superficie terrestre y el 29,45 % de las tierras, el idioma nacional es el kirguís, situado al Su-reste de Siberia y donde los pobladores se asentaron a lo largo del río Yeniséi, donde vivieron desde el siglo VI... Kirguistán es un país situado en Asia central bordeado por Kazajstán.

El día 14 de octubre estaba aterrizando en el aeropuerto internacional de Biskek (también conocida como Bishkek), llegando a las 2.30 am, un vuelo demasiado cansado por tanta espera y cambio de vuelos y horas sin dormir, por fin llegué al país que tanto había soñado, pero la aventu-ra apenas empezaba, ya que todavía teníamos que llegar

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Mi expedición en las montañas de Tian-shan

A la caza del Marco Polo

Mi expedición en las montañas de Tian-shan

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a otro pueblo al sur de Biskek, que estaba como a 400 km. Para de ahí, casi 12 horas, subir las montañas hacia el campamento base, por mala organización o porque así son lo kirguistanos, nos subimos en un jeep tipo lada ruso muy viejo, que apenas salimos del pueblo y empezó a fallar, empezamos a las 3 pm y llegamos al campamento a las 6 am, con temperaturas de -15°C, llegamos al campamento base y uno de los jeeps se quedó en el camino con par-te de nuestro equipo, por lo que un día perdido de caza, pero por lo menos sacamos los spotings scopes y desde el campamento localizamos hembras de Marco Polo con crías y empezó la emoción. Al día siguiente día -16 de octubre de 2014 - por f in empezó la travesía, recorrimos varios

kilómetros en caballos, localizamos algunos animales muy lejos y nada bueno.

El día 17 cambiamos de estrategia, ahora si hacer cace-ría en spike camp, como a 15 km del campamento base decidimos montar las casas de campaña para hacer cam-pamento, por lo que al llegar a ese punto vi una montaña que me gustó y le digo a los guías que en lo que armaban el campamento yo iba a checar el otro lado de esa mon-taña, por lo que al llegar ahí estaba como 1km de donde se estaba armando el campamento. Alrededor de las 4 pm dejé el caballo unos metros antes y empecé a revisar las laderas y cuando camino unos metros más para alcanzar a

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revisar la parte de abajo me sorprendo que dos borregos marco polo de Hume ya me estaban viendo, 436 metros de distancia, pero como estaba vestido de traje blanco no sabían que era. Estaba decidido a tirarle al que estaba de lado izquierdo, era el que se veía mas grande, pero cuando me dejé caer en la nieve para poder hacer el disparo se acercó mi compañero y me dijo que le disparar al que esta-ba echado de lado izquierdo, pero nunca lo pude ver y de tanto movimiento se levantó y empezaron a correr, por lo que no pude realizar el disparo, solo los pude filmar con la cámara, sentí una emoción tan fuerte ya que fue todo tan rápido y nunca me iba a imaginar que sin guía y en el lugar que decidí revisar me encontraría con tres borregos muy buenos, pero así es la cacería.

MUNDo

29Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015

MUN

Do30

Regrese al spike camp muy emocionado por lo que había vivido y con una emoción tan diferente que nunca ha-bía sentido. Descansamos para el día siguiente tratar de buscar esos borregos. Día 18 de octubre. Se acercaba el momento, empezamos temprano, vimos un borrego solo, el cual no estaba bueno, seguimos caminando con los ca-ballos por todo el f ilo de la montaña a 4,300 metros de altura con temperatura de -23°C, cuando localizamos una manada de doce borregos machos en la parte del arroyo, descendidos de los caballos y los borregos caminaban por lo el arroyo cuando el guía nos dijo que ya no nos podía-mos acercar más porque ya estaban volteando para nuestro lado y que nos preparáramos porque los borregos iban a co-rrer enfrente de nosotros, al otro lado del arroyo empiezo a ver correr a toda la manada y realizo el primer disparo al borrego que iba adelante de la manada, le pego el primero y siguió corriendo, hasta el cuarto disparo vuelvo a pegar y por f in la expedición se había completado con éxito, muy emocionado no lo podía creer que ya se había realizado un sueño que con tanto esfuerzo pude llegar hasta las monta-ñas del Tian –Shan y cazar uno de los animales preferidos por muchos cazadores… El Marco Polo. Nunca hay que de-

jar de hacer todo lo que esté en tus manos, nunca sabe uno si algún día podrás regresar, una experiencia más en mi vida que tendré siempre en los recuerdos y en mi memoria y que disfruté al máximo en un país tan lejano como es Kirguistán. Les comparto algunas de las fotos y los que no han hecho esta expedición… Háganla cuando puedan, no se van a arrepentir.

No lo podía creer que ya se había realizado un sue-ño que con tanto esfuerzo pude llegar hasta las mon-tañas del Tian –shan y cazar uno de los animales preferi-dos por muchos cazadores… el Marco polo.

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CoLA

BLA

NCA

por Francisco de la Garza

É sta vez fuimos de caza mi jefe, mis dos compadres -que

son compañeros de cacería- y cada quién con sus respectivos hijos, to-dos menores a los 8 años.

La temporada ha estado “flojona”, mi hijo ya cazó su primer venado hace 2 años cuando tenía 6 años de edad y sabe que tiene que cobrar una mejor pieza, por lo que había-mos dejado pasar varios animales.

Esa mañana estaba media neblino-sa y fría, era principios del mes de diciembre, para nosotros los papás es tedioso en las mañana llevar a los hijos porque es llevar una colcha

al espiadero, llevar chocolate ca-liente y el almuerzo, pero es parte de lo que nuestros padres hicieron por nosotros y lo que hace bonita la cacería.

En la mañana los venados ya empe-zaban a andar detrás de las venadas pero nada bueno, puro animal chi-co. De pronto una venada que esta-ba comiendo, empezó a mirar hacia el monte y mi hijo y yo préstamos atención buscando entre las ramas y el monte, pero no vimos nada más, sin embargo la venada no deja a de comer y estar mirando hacia dentro del monte y como a los 10 minutos salió este venado, la primera reac-ción de mi hijo al verlo con lo bi-noculares fue decirme: “Esta bueno, quiero tirarle”. Hicimos todos los

El segundo venado de mi “güero”Cosas que nunca se van a olvidar

El güero con su venado.

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CoLA BLANCAmovimientos lentos para preparar el rifle y que él estuviera cómodo para el disparo el animal, nos estaba dando la espalda por lo que le dije a mi hijo que esperara, el tira con un 22 Hornet, bala Hornady de 45 gr, por lo que yo tengo la precaución de no hacer tiros largos para asegurar la pieza.

El venado de pronto dio la vuelta hacia no-sotros como a 60 metros y le dije a mi hijo que nada más poniéndose de lado le podía disparar. No pasaron ni 30 segundos cuando el venado se puso de lado, mi hijo hizo el disparo y el venado cayó en seco, “¡Exce-lente disparo!”, le dije, lo felicité, dimos gracias a Dios por este momento y porque todo salió bien. Esperamos unos minutos y bajamos del blind a ver su trofeo. Él emo-cionado no dejaba de sonreír, obviamente le habló a su mamá para narrarle toda su hazaña. Llamamos a mi jefe y compadres y sus niños para que vinieran y tomarnos fo-tos mientras hijo narraba su historia a sus amiguitos. Definitivamente estas son cosas que nunca se van a olvidar.

El güero y sus amigos con el venado que cazó

33Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015

por Ricardo Toranzo

Mayo 2014. Me dispuse a cargar el remolque para llevar la cosas al rancho y me pregunta mi esposa que si me podría acompa-

ñar y la verdad me salió una sonrisa discreta por el gusto de que me acom-pañara, ya en carretera me pregunta que si estaba lejos el rancho y le dije que eran 206 km de camino, una ida a Laredo, cuando me preguntó: “¿Y hay tiendas?, y soltó la carcajada en tono de burla. La verdad me sentí contento porque ya lo tomaba más en son de broma y pasarla mejor en familia.

Cuando ya llegamos al rancho me preguntó que cuál ser ía el lugar en el

que iba a poner el espiadero y le dije que ya había marcado el lugar en el GPS y que ese lugar estaba muy bien porque había mucho movimiento de fauna y cuál fue mi sorpresa cuan-do ella, sí, ella me ayuda a bajar el espiadero y los comederos, me sentí muy bien por ver a mi esposa muy emotiva con la cacería y más cuando me dijo que quería cazar conmigo al

ver la fauna que existe y la verdad no me la creí en ese momento hasta que semana tras semana desde que em-pezó la temporada de jabalí y ahora la de venado me ha acompañado y otra sorpresa: ¡Me dejó perplejo que se animó a tirarle a un venado!, mis-mo que me había salido en la brecha muy temprano por la mañana, era un venado de 8 puntas, mediano, estaba a 200 metros.

La cacería… es mejor en familia

Buscando al pecarí.

Ricardo con su esposa y el junior.

35Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015 35M

ÉXiCo

MÉX

iCo

La verdad me dio un gusto enorme verla con esa adrenalina que fluía en su cuerpo por la emoción de ver el venado a través del lente del r if le y me dijo: “Aquí lo estoy viendo pero se mueve mucho la cruz”, le respondí que era normal que requería respirar con tranquilidad y tomarlo con cal-ma. Cuando decidió dispararle el tiro le pasó al venado por arr iba del lomo, en ese momento voltea a verme con esa cara de emoción que nunca voy a olvidar y me pregunta: “¿Le pegué?”, cuál fue mi respuesta que ¡NO!, que lo había volado por encima del lomo y me dijo que lo tenía centrado pero

que le temblaba la mano, le dije que era normal, que es así como uno se siente cuando vamos a cazar alguna presa de importancia pero que ya te-nía esa experiencia para contar en un futuro.

La verdad para mí fue una expe-r iencia muy emotiva por que vi a mi esposa dispararle a un venado por

primera vez, ver a mi hijo Jr. de 4 años agarrar un pecarí cazado sin ningún miedo, eso me recordó a mis hijos mayores cuando salían conmigo de cacería y eso para mí ¡no tiene precio! Los recuerdos se quedan para siempre en mi mente y en mi cora-zón, espero que no sea la última vez y que perduren como mi matrimo-nio… Para siempre.

Ver a mi hijo Jr. de 4 años agarrar un peca-rí cazado sin ningún miedo, eso me recordó a mis hijos mayores cuando salían conmigo de cacería y eso para mí ¡no tiene precio!

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37Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015

USA National Sporting Clays, San Antonio Texas, 2012, tiradores de ARCYT y Cazadores Monterrey. Gildardo Chávez, Cesar Guerra, Guillermo Putz, Alejan

Juniors Cup, Sporting Clays, Cazadores Monterrey 2013, Jesús Balboa y Alejandro López.

ARCYT, Tirada a Borrego en Movimiento 2013, Alejandro López y Aldo Flores, 3er lugar, Rodrigo González al centro.

ARCYT, Tirada BETOFE, Colombaire. Juan Carlos Elizondo, Alejandro López y David Garza Madero.

esCopeTA37Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015

“Recordando a Alejandro”

esCo

peTA

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Campo de Tiro El Sable, Tirada Karla Ahedo, Recorrido de Casa, Javier Alcalde Jr., María Luisa Reyes ,Karla y Carolina Ahedo.

Campo de Tiro El Sable, Tirada Karla Ahedo, Recorrido de Casa, Erasto Ramírez.

Campo de Tiro El Sable, Tirada Karla Ahedo, Recorrido de Casa. Karla Ahedo.

Campo de Tiro El Sable, Tirada Karla Ahedo, Recorrido de Casa. Karla Y Cazador Negro, ganadores del evento.

Campo de Tiro El Sable,Tirada Karla Ahedo, Recorrido de Casa. Alfredo Pérez.

Campo de Tiro El Sable, Tirada Karla Ahedo, Recorrido de Casa. Enrique Alcalde.

el sable, Tirada Karla Ahedo, Recorrido de Caza

ARQUeRÍA

Gran slam NorteCALeNDARio De ToRNeos De TiRo CoN ARCo 2015

MODALIDAD 3-D

Etapa Domingo Club Anfitrión

1ª 22 de Febrero Club ARCYT (Monterrey)

2ª 22 de Marzo Club CINEGETICO (Laredo)

3ª 19 de Abril Club TREBOL (Monclova)

4ª 31 de Mayo Club COLMILLO (Allende)

5ª 28 de Junio Club CIMARRON (Saltillo)

6ª Julio No Torneo por Vacaciones

7ª 30 de Agosto Club CAZADORES MONTERREY

8ª 27 de Septiembre Club TEAM CHAPOY (Saltillo)

(Final Gran Slam Norte en las Cabañas de Monterreal )

Torneo VERSUS en Guadalajara: 25 al 29 de Marzo 2015, Nacional 3-D,Federación: 3 al 5 de Julio 2015. Pachuca Hdgo. (2 boletos para mundial 3-D)

Olimpiada Nacional en N.L.: 24 de Abril al 1 Mayo 2015, Nacional 3-D GRAN SLAMs :

Andrés Jasso y Mayté Mata.

Eva Flores.

Cosme Lozano.

Jorge Chapoy, Almendra Ochoa e hijos.

39Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015

ARQU

eRÍA En Guadalajara, Jalisco

Todo listo para Versus MX shoot 2015

por Graciela esquivias Glez

Ya está todo preparado para el magno evento Versus Mx Shoot 2015, la competencia de Tiro con Arco más importante de América, que se desarrollará el próximo 25 al 29 de marzo en el Estadio Panamericano de Tiro con Arco en la

ciudad de Guadalajara, Jalisco.

A esta contienda se convoca a arqueros, asociaciones es-tatales de México y federaciones internacionales y arque-ros élite de todo el mundo, teniendo como participantes a los mejor rankeados a nivel nacional e internacional, incluyendo a los grandes talentos mexicanos medallistas olímpicos, contando con una bolsa de premio en efectivo.

En opinión de los visitantes, el torneo está descrito como: “Uno de los mejores del mundo por el formato de competencia y por las excelentes instalaciones”, teniendo en cuenta que el Estadio Panamericano de Tiro con Arco, de Guadalajara, Jalisco, está catalogado como uno de los 3 mejores del mundo, aunado al excelente clima y la hos-pitalidad que distingue a los mexicanos.En el 2014 se contó con la participación de deportistas de 11 países a nivel mundial; Australia, Dinamarca, El Salva-dor, España, Guatemala, Holanda, Italia, México, Puerto Rico, Rusia, Estados Unidos, así como arqueros de toda la república mexicana.

En esta 4ta edición se pretenden romper récords, tanto de competidores como de asistencia, tal como se ha logrado año con año, contando con la presencia de grandes figu-ras del Tiro con Arco como lo son; Aida Román, una de las mejores arqueras del mundo, Rene Serrano, Julio Fierro, Mario Cardoso, Gerardo Alvarado, Linda Ochoa, Eduardo

Aida Roman.

Jake Kaminsky.

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ARQUeRÍA

Vélez, entre otros mexicanos y de los extranjeros con-firmados al momento son; Dave Cousins (USA), Roberto Hernández (El Salvador), Jake Kaminski (USA) , Erika Ans-chutz (USA), Jahna Davis (USA), Reo Wilde (USA), Paige Pearce (USA) y Martin Damsbo (Din)

El 25 de marzo, en el inicio de este magno evento, se llevará a cabo, después de la practica oficial, el seminario con los tiradores PRO en donde el público podrá hacer pre-guntas, el jueves 26 de marzo comienza la clasificatoria y el viernes 27 pasar a las eliminatorias y semifinales, y el domingo se realizarán las finales y premiación.

Los tiradores ya se pueden inscribir directamente en la página de versus www.versusmxshot.com

Linda Ochoa.

Dave Cousin.

Angel Ramirez.

Roberto Hernandez. Julio Fierro.

Eduardo Velez.Alberto Blazquez.

41Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015

Venados Cola Blanca Mexicanos

Venado Cola Blanca de las selvas Lluviosas Odocoileus virginianus

toltecus (Saussure, 1860)

Nota del editor: Por su amplia distribución geográfica (desde el norte del Canadá hasta el Ecuador), la dificultad que implica su caza, su tamaño corporal y la gran diver-sidad de formas de sus “canastas de astas” como trofeo, el venado cola blanca Odocoileus virginianus es sin lugar a dudas la especie de fauna silvestre cinegética más

codiciada y demandada del Continente Americano.

Se estima que anual-mente participan en

la caza deportiva del venado cola blanca más de 10 millo-nes de cazadores de Canadá, los Estados Unidos de Norteamérica y México. Lo cual representa un im-portante renglón económico del turismo cinegético

de estos 3 países de Norteamérica.

Considerando la im-portancia cinegética,

económica y ecológica que el venado cola blanca tiene

para el Continente Americano y en particular para México, le

hemos pedido a nuestro amigo y colaborador, Ing. Jorge G.

Villarreal González, con más de 30 años de experiencias dedicados al

estudio, el manejo, la conservación y el aprovechamiento cinegético de esta especie en México, nos dé a conocer a través de las páginas de esta revista y de manera sucinta, las principales características, distribución geográfica y situa-ción actual de las 14 subespecies de venado cola blanca que han sido registradas para México. En este catorceavo y último artículo de esta serie, damos a conocer la subespecie conocida con el nombre genérico de “Venado Cola Blanca de las Selvas Lluviosas Odocoileus virginianus toltecus”.

CoNs

eRVA

CióN

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Venados Cola Blanca Mexicanos

Venado Cola Blanca de las selvas Lluviosas Odocoileus virginianus

toltecus (Saussure, 1860)

CoNseRVACióN43Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015

ing. Jorge G. Villarreal Gonzálezsecretario del Consejo estatal de

Flora y Faunasilvestre de Nuevo León, A.C.

(CeFFsNL)Correo electrónico:

[email protected]

Descripción general de la subespecie. Para esta subespecie de Venado Cola Blanca de las Selvas Lluviosas O. v. tol-tecus que es endémica de México, Taylor (1956) no reporta ninguna información sobre las medidas físicas corporales pro-medio de los machos de esta subespe-cie. El autor tampoco ha podido obtener información de las medidas físicas cor-porales de esta subespecie. Mediciones de “canastas de astas” realizadas por el autor en los municipios de Tierra Blanca y Tres Valles del Estado de Veracruz, que fueron consideradas por el autor como parte del área geográfica de distribución de esta subespecie de Venado Cola Blan-ca de las Selvas Lluviosas O. v. toltecus, mostraron puntuaciones del orden de 15 y hasta 45 puntos del sistema de medi-ción del Boone and Crockett Club – B&C (sin castigos). Estas “canastas de astas” que fueron medidas por el autor corres-pondieron a 2 ejemplares, uno de 4 y otro de 6 picos o puntas, cuyas abertu-ras internas fueron del orden de 10 cen-tímetros (4 pulgadas). Todos los picos o puntas de estas “canastas de astas” fueron delgadas y con longitudes no ma-yores de 8 centímetros (3 pulgadas).

Al igual que las otras 11 subespecies de venado cola blanca mexicanas, que no corresponden a las subespecies de Venado Cola Blanca de Texas O. v. texa-nus y Venado Cola Blanca de Coues O. v. couesi, para desgracia de México y de esta subespecie de Venado Cola Blan-ca de las Selvas Lluviosas O. v. toltecus, algunos seudo cazadores mexicanos que se autodenominan cazadores “de grandes trofeos”, mostrando su gran ignorancia como cazadores, han difun-dido sin ningún fundamento, la falacia de que el Venado Cola Blanca de las Selvas Lluviosas O. v. toltecus, por su menor tamaño corporal y menor tamaño y masividad de sus “canasta de astas”,

no es un buen “trofeo” de caza depor-tiva, lo cual desde luego es una falacia grave, que todos nosotros como caza-dores deportistas mexicanos y titulares de UMAS orientadas a la producción de venados cola blanca, debemos de com-batir por todos los medios a nuestro al-cance, para que estos seudo cazadores y malos mexicanos, no sigan dañando la verdadera imagen y el valor ecológico y cinegético que tienen todas y cada una de las 14 subespecies de venado cola

blanca mexicanas, que son verdaderos tesoros de la ecología y la cinegética mundial.

Es importante destacar, que esta sub-especie de Venado Cola Blanca de las Selvas Lluviosas O. v. toltecus es una de las 8 subespecies de venado cola blanca mexicanas endémica de México, lo que le da un valor ecológico, cinegético y económico especial, ya que esta subes-pecie es única en el mundo.

Distribución geográfica de las 14 subespecies de venado cola blanca Odocoileus virginianus reportadas para México por Halls (1984). Mapa elaborado por J. G. Villarreal G. (2010).

CoNs

eRVA

CióN

Distribución y hábitat natural. Los terrenos naturales del área geográfica de distribución en donde se desarrolla esta subespecie de Venado Cola Blanca de las Selvas Lluviosas O. v. toltecus co-rresponden a las regiones fisiográficas de la Sierra Madre del Sur en Oaxaca y de la Llanura Costera del Golfo Sur en Veracruz. Esta área geográfica de dis-tribución se extiende prácticamente desde la intersección de los Estados de Puebla, Oaxaca y Veracruz, y a lo largo del límite de los Estados de Oaxaca con Veracruz, y posiblemente hasta la ca-rretera número 185 que va del poblado de Sayula de Alemán, Veracruz y hasta el poblado de Matías Romero Avendaño en el Estado de Oaxaca.

De acuerdo a la información reportada por Taylor (1956) y Halls (1984), Vi-llarreal (1999) estimó que la principal área geográfica de distribución de esta subespecie de venado cola blanca es del orden de 4 millones de hectáreas de ecosistemas naturales y representa el 2.2% de la superficie del territorio mexicano.La mayor parte del área geográfica de distribución de esta subespecie de Venado Cola Blanca de las Selvas Llu-viosas O. v. toltecus corresponde a te-rrenos de topografía plana y semiplana cuyas alturas sobre el nivel del mar van desde los 100 m.s.n.m. y hasta los 250 m.s.n.m. en la parte de la provin-cia fisiográfica de la Llanura Costera del Golfo Sur, y terrenos de topografía inclinada y quebrada con alturas que varían desde los 250 m.s.n.m. y po-siblemente hasta los 1,200 m.s.n.m. dentro de la región de la provincia fi-siográfica de la Sierra Madre del Sur en el Estado de Oaxaca.

Los climas predominantes del área geográfica de distribución de esta subespecie de Venado Cola Blanca de las Selvas Lluviosas O. v. toltecus co-rresponden a los climas tropical con lluvias todo el año (Af ) y tropical con lluvias todo el verano (Aw). Estos cli-mas tropicales se caracterizan por sus temperaturas medias mensuales supe-riores a los 18ºC, y de manera especial, por la abundancia de sus precipitacio-

nes pluviales (lluvias) media anual que alcanza valores que van desde los 800 mm. y hasta los 4,000 mm. Siendo esta una de las regiones geográficas con mayor precipitación pluvial en México.

La vegetación natural de la principal área geográfica de distribución de esta subespecie de Venado Cola Blanca de las Selvas Lluviosas O. v. toltecus, correspon-de de acuerdo a la clasificación de vege-tación potencial propuesta por Rzedows-ki (1988) a Bosque Tropical Perennifolio.

status poblacional, manejo y aprove-chamiento. Debido a sus condiciones pre-dominantes de topografía plana y semi-plana, su relativa cercanía con las costas del Golfo de México, la abundancia de sus lluvias anuales, y sus excelentes condi-ciones de temperatura durante la mayor parte del año, prácticamente el 85%, o sea, 3.4 millones de hectáreas de los eco-sistemas de Bosque Tropical Perennifolio que originalmente fueron el principal há-bitat natural de la subespecie de Venado Cola Blanca de las Selvas Lluviosas O. v. toltecus, han sido modificadas en su uso original del suelo, por una gran cantidad de desmontes masivos e indiscrimina-dos, que han sido realizados durante los últimos 50 años con el objeto de utilizar estas tierras para el desarrollo de la agri-cultura de temporal o de secano, y para el establecimiento de grandes extensiones de praderas de diversos tipos de zacates (por desgracia muchas de estas especies de zacates exóticas para México) que son utilizadas para la ganadería principalmen-te de bovinos de carne.

Pese a este drástico cambio de uso del suelo, la subespecie de Venado Cola Blan-ca de las Selvas Lluviosas O. v. toltecus gracias a su gran adaptación a todo tipo de hábitats, se ha podido adaptar como ha sucedido con otras de las subespecies de venado cola blanca mexicanas, a estos ecosistemas disturbados en los que logra prosperar, pese a la incansable y despia-dada persecución que a lo largo del año y de manera indiscriminada realizan la gran cantidad de cazadores furtivos que existen en esta región, y que para este fin utilizan las famosas “arreadas” y otros sistemas de caza que están prohibidos por

la Ley General de Vida Silvestre y su Regla-mento para la caza deportiva en México.

Al igual que en el resto de la República Mexicana, las condiciones de pobreza, ignorancia y necesidad de subsistencia de muchas de las comunidades rurales de esta región, son los principales causales de la práctica de la caza furtiva y de la libre apropiación de la fauna silvestre, que desde hace siglos se ha venido rea-lizando de manera continua a lo largo de muchos años, y de manera indiscriminada sobre machos, hembras y crías de venados cola blanca de esta subespecie y de las otras especies de fauna silvestre que com-parten estos mismos hábitats naturales, lo que da como resultado obvio, que en los terrenos naturales de muchas comu-nidades rurales de esta región ya no se encuentre presente el Venado Cola Blanca de las Selvas Lluviosas O. v. toltecus. En la actualidad no existe oficialmente regis-trada ninguna “Unidad de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMA)” que ofrezca servicios de caza deportiva de esta subespecie venado cola blanca.

Ojalá que en un futuro próximo sean los mismos campesinos y propietarios de pre-dios rurales: ejidatarios, comuneros y pe-queños propietarios, quienes se dediquen a recuperar, conservar, manejar y aprove-char de manera sustentable el Venado Cola Blanca de las Selvas Lluviosas O. v. toltecus y la fauna silvestre de las otras especies silvestres que con ellos comparten sus há-bitats naturales. Logrando con ello que una vez recuperadas las poblaciones silvestres de sus predios rurales puedan ejercer el derecho al aprovechamiento sustentable de estas especies a través del sistema de “Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre (UMAS)” que prevé la Ley General de Vida Silvestre para los pro-pietarios de predios que demuestren que tienen excedentes de población producto de su trabajo de conservación y buen ma-nejo. Aprovechamiento que puede permitir un beneficio económico para los propieta-rios de estos predios rurales que trabajan en favor de la recuperación y conservación de la fauna silvestre y sus hábitats natu-rales. Aprovechamiento sustentable, que de acuerdo a las experiencias de campo que ha sido posible obtener en UMAS ex-

44

CoNseRVACióN

tensivas del noreste de México en las que se maneja el Venado Cola Blanca de Texas O. v. texanus, permiten estimar un apro-vechamiento sustentable del orden de 11 mil ejemplares (machos y hembras) de Ve-nado Cola Blanca de las Selvas Lluviosas O. v. toltecus, a través de la prestación de servicios de caza deportiva para al menos 3 mil cazadores deportistas nacionales y extranjeros, y para el aprovechamiento de la carne y despojos de otros 8 mil venados cola blanca de esta misma subespecie, que pueden aprovecharse de manera susten-table para el consumo de los pobladores rurales de esta gran región ecológica de México.

Con respecto a lo anterior, cabe señalar, que a partir del año 2013 (Viejo, 2012), esta subespecie de Venado Cola Blanca de las Selvas Lluviosas O. v. toltecus, ya está incluida en una de las 7 regiones cinegé-ticas en que ha sido subdividido México en el libro de récords mundiales de caza deportiva del Safari Club International – SCI.

Bibliografía citada.

Halls, L. K. 1984. White – tailed deer, ecology and management. Stackpole Books and Wildlife Management Institute. Pa. U.S.A.

Rzedowski, J. 1988. Vegetación de México. Cuarta Reimpresión. Editorial Limusa, S.A. de C.V. México, D. F.

Taylor, W. p. 1956. The deer of North America, their history and management. Stackpole Books and Wildlife Management Institute. Pa. U.S.A. Villarreal, G., J. G. 1999. Venado Cola Blanca, Manejo y Aprovechamiento Cinegético. Unión Ganadera Regional de Nuevo León, Guadalupe, Nuevo León, México.

Viejo, G., J. 2012. Nuevas Categorías de Trofeos de Caza de Venados Cola Blanca Mexicanos en el Libro de Records del Safari Club Internacional. XIII Simposio sobre Venados de México “Ing. Jorge G. Villarreal González”. Secretaría de Educación Continua y Tecnología. Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Universidad Nacional Autónoma de México. Toluca, Estado de México.

Villarreal, G., J. G. 1999. Venado Cola Blanca, Manejo y Aprovechamiento Cinegético. Unión Ganadera Regional de Nuevo León, Guadalupe, Nuevo León, México.

Hembra blanca de venado texano observada en el área de Mamulique, Nuevo León. Foto lograda por Fernando López Arias.

[ Venada blanca ]

45Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015

pesC

A

por Dr. Rogelio Villarreal y los amigos que poseen la pasión

Si existe un embalse de Lobinas Tro-feo emblemático en México y que posee todo lo maravilloso y espec-

tacular que es este país en la pesca de Lobina… Ese lago es Vicente Guerrero en Tamaulipas.

Aquí, coexisten felizmente las enormes lobinas con lagartos, catanes, carpas, bagres, tortugas, machetes (threadfin

shad), sardinas mexicanas, tilapia, ra-nas, serpientes y langostinos. Produ-ciendo un gran y rápido crecimiento para las lobinas, la comida es abundante pro-porcionando una carga calórica superior que impulsa el desarrollo de la verdadera Lobina Trofeo mexicana.

Situado a 50 kilómetros (31 millas) al noreste de Ciudad Victoria, la capital del estado mexicano de Tamaulipas, fue ter-minado en 1970, con una superficie que abarca más de 35.000 hectáreas (86,486 acres) y un perímetro litoral de 270 kiló-

metros (168 millas). La profundidad me-dia es de 30 pies, pero en algunas partes alcanza los 120 pies.

La presa Vicente Guerrero ofrece un en-torno que incluye brechas, carreteras, caminos, varios arroyos afluentes y la confluencia de tres ríos principales (las Adjuntas), todo esto bajo sus aguas. Se le conoce también como Las Adjuntas debido a la confluencia de tres ríos prin-cipales.

Quizás, la más famosa hacienda de Pesca en México y una de las más bellas, es el Big Bass y constituye un ícono mexicano de la pesca de lobina. Está marcado por la presencia de lobinas trofeo y la me-jor hospitalidad mexicana, con un gran servicio y calidad para el pescador. Una moderna carretera conduce a los caza-dores de lobinas trofeo a a esta rústica hacienda de pesca en México. El trayec-to no es nada aburrido y esta lleno de vistas escénicas y recuerdos al pasar por antiguos embalses más pequeños pero que guardan también grandes secretos para el buscador de lobinas trofeo refle-jando, al mismo tiempo; el carisma de la campiña mexicana.

Si es tu primera vez o regresas de nuevo, siempre existe un sentimiento especial cuando se llega aquí - y algo que nunca olvidarás; no sólo la pesca de esa impo-nente Lobina Trofeo Mexicana, sino tam-bién la hermosa y espaciosa Hacienda Big Bass y su servicio.

Arribamos al Big Bass y cuando comenza-mos a preparar equipo y señuelos antes del amanecer, la misma pregunta ron-da mi mente: ¿El Lago Vicente Guerrero todavía posee el verdadero potencial de Lobinas Trofeo que lo convirtió en el más famoso de los lagos bajos mexicanos en el último cuarto del siglo pasado (1975-2000)?

presa Vicente Guerrero: Tierra de gigantes

Victor Concha.

46

pesCA47Revista Gran Safari / Año 7 / No. 5 / 2015

Acompañado del imponente amanecer, Joel Aguilar, administrador de la ha-cienda Big Bass se acerca a mi cabaña y me presenta al Chivirico. El Chivirico es considerado el mejor guía de pesca de la Vicente Guerrero y algunos dicen que es el mejor pescador de lobina en Méxi-co. Extiendo mi mano a Silverio Machuca Sánchez, hombre alto, delgado y con el rostro castigado por el sol. El Chivirico despliega un mapa desgastado de la pre-sa y lo pone sobre la mesa apuntando con un dedo: “Aquí médico, tres ríos se reúnen y esta área me gusta mucho para Lobinas trofeo”. Cuatro señuelos son las principales recomendaciones que vienen

del Chivirico: brushhogs, lagartijas, can-grejos (en Florida) y grandes paletones. La técnica principal utilizada en esta legendaria tierra de gigantes la llamo Golpe Seco. Armados con un plástico en arreglo florida (salamandra Brushhog o cangrejo) La técnica requiere golpear el tronco principal de los Mogotes para lla-mar la atención de las lobinas pegadas a los palos y dejar caer el señuelo hasta el fondo de la presa.

Los embates son sorpresivos y brutales. El Chivirico dirige su mirada al frente y me dice: “Doctor, en ese mogote que está al frente de nosotros, se puede ver una de sus ramas más delgadas movién-dose... Hay una lobina que se está ta-llando en la base del mogote.

“Pitcho” mi señuelo y cae exactamente en el centro del mogote, haciendo contacto previo con el tronco central de la corona. Mi brushhog cae rápidamente al fondo y la lobina lo toma con furia desmedida... ¡La lucha es rápida pero muy fuerte!

Victor Concha Jr.

Rogelio Villarreal.

pesC

A

Víctor Concha, Miembro del Club Lobinas Trofeo, hace contacto con una grande. Su gran crankbait hizo el truco. Un gran trofeo del Lago Guerrero.

Casi al mismo tiempo, su hijo, Víctor Concha Jr. un joven pero experimenta-do pescador de Lobinas Trofeo, utiliza un cangrejo plástico en Florida. Lleva a cabo un enganche perfecto logrando capturar una impresionante Lobina Tro-feo Mexicana

Padre e hijo, se hacen acreedores del premio distinción Lobina Trofeo, que se otorga a los pescadores con una Lobina por arriba de las 10 libras o más durante el Lobinas Trofeo Mexican Fishing Tour.

Si usted esta buscando una experiencia mexicana real y una gran lobina trofeo es su sueño, la hacienda de pesca Big Bass es el lugar para usted.

Ya no hay duda en mi mente: La Presa Vicente Guerrero sigue siendo el icono de los embalses de México y la hacien-da Big Bass el tiene el mejor sello de la atención y el servicio para el ¡Cazador de Lobinas Trofeo en México!

Big Bass Lake Lodge contacto:José Joel Aguilar [email protected]: 528183464744 y 528183468066Móvil: 528117284928 www.LakeGuerrero.com

El grupo de pesca que fuimos al Big Bass.

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GALeRÍA De FoTos

Alejandro Reyes con Thar del Himalaya cazado con rifle Christensen Arms cal. 7 mm Rem Mag en Nueva Zelanda.

Oscar Elizondo con venado texano cazado con rifle 7 mm Rem Mag en Rancho El Nido.

Gonzalo Rodríguez con venado bura cazado con rifle 7 mm Rem Mag en rancho El Venadito en Zaragoza, Coahuila.

Sarah Rodríguez, acompañada de su papá, con venado texano de 169 78 SCI, cazado con rifle Winchester 70 cal. 270 Win en Rancho La Leona, Progreso Coah.

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Rodolfo Silva con venado texano de 139 SCI, cazado con arco en rancho El Nido de Rubén Serna.

Alex Reyes, acompaña Armando Ortiz, con chamoa cazado con rifle Christensen Arms cal. 7 mm Rem. Mag. en Nueva Zelanda.

Mauricio González de Cossío Urquiza con venado texano cazado con rifle Maúser 270 Win en rancho el 15.

Ramiro Martínez con venado texano cazado con Sako 75 cal 300 Win Mag en Salinillas, Nuevo León. Guía Víctor Siller.

Antonio Tavares, de España. con venado texano cazado con Sako 75 300 Win Mag en Salinillas, Nuevo León. Guía Víctor Siller.

Juan Andrés Galán con venado cazado con el 7 máuser de su padre, convertido a 270 Win, en rancho el 15.

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