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CONTENIDOS

PortadaPáginadecréditosSobreestelibroDedicatoria

AliceJosephMaribéArmandMichel

AgradecimientosSobreelautor

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SOLOLASBESTIAS

ColinNiel

TraduccióndeIsabelFuentesGarcía

paraPrincipalNoir

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SOLOLASBESTIAS

V.1:enero,2018Títulooriginal:Seuleslesbêtes©EditionsduRouergue,2017©delatraducción,IsabelFuentesGarcía,2018©deestaedición,FuturboxProjectS.L.,2018Todoslosderechosreservados.Diseñodecubierta:MarioArturoImagendecubierta:AbelHalasz/SergeyFurtaevCorrección:AnnaMaríaIglesia/SaúlChazaPublicadoporPrincipaldelosLibrosC/Mallorca,303,2º1ª08037Barcelonainfo@principaldeloslibros.comwww.principaldeloslibros.comISBN:978-84-17333-10-2IBIC:FHConversiónaebook:TallerdelosLibrosCualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública otransformacióndeestaobrasolopuedeserefectuadaconlaautorizacióndelostitulares,conexcepciónprevistaporlaley.

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SOLOLASBESTIAS

Uninquietantenoirruraldondetodosmientenylamuerteacecha

ÉvelyneDucat, unamujer rica y caprichosa, ha desaparecido. Encuentran sucoche en la carretera a un pueblo rural, donde malvive una comunidad decampesinos, tansolosyolvidadoscomo lasmontañasnevadasque los rodean.AliceyMichelsobrevivenalarutina.CuandoellaentablaunarelaciónamorosaconJoseph,otrodelosganaderosdelaregión,nadiesospechaquelamuertedeÉvelyneestérelacionada.PeroloshilosqueunenaloshabitantesdelCaussesoncomolosfríosvientosdelascumbres:implacablesydestructores.

PremioPolardelQuaisduPolar2017PremioPolarLanderneau2017

PremioCabrid'Or2017PremioGouttedeSangd'Encre2017

«Unaestructuranarrativahábil,unaatmósferainesperadayconvincenteyunaescriturasutil.ColinNielhaescritounagrannovela.»

ActuaLitté

«Unanovelanegraquehabladelatierra,elsilenciodeloshombres,lafrustración,eldolorylosplaceresefímeros.»

Lacauselittéraire

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ParaCharlotte,Gominiaturaalpiedelmundo.Enmí,hastalomásprofundo.

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Alice

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Lagentesiemprequiereunprincipio.Imaginaquesiunahistoriaempiezaenun momento dado debe tener un final. Que la tormenta se ha detenido, quepuedenregresarasurutina,quesehansalvado.

Tiene sentido, no digo que no. Y además tranquiliza un poco. Y esnecesarioqueasísea,porqueloquepasóeseañopreocupóamásdeuno.Loshabitantesdelvallesiguentodavíahoycontandolahistoriaenlosmercadosyenlas ferias. En realidad, se inventan la mitad, cada uno añade sus pequeñosdetalles,quemodificanamedidaquepasanlosmeses.Ensulugar,yoharíalomismo:sontemasdeconversacióny,alfinyalcabo,todoelmundobuscaalgoquecontar,delocontrarionoexistiríamos.Eshumano.Enresumen:cuandolagente habla de lo que sucedió, siempre empiezan por lo que se contó por latelevisión.

El19deenero.EldíaenqueÉvelyneDucatdesapareció.Yo me enteré al día siguiente. El invierno se había instalado

definitivamente, la nieve cubría mi montaña como un paño excesivamenteblanco y los vientos no cesaban de barrer las laderas. Por la noche se los oíaulular alrededor de la granja. Esamañana, con la calefacción almáximo paradesempañar el parabrisas, conducía lentamente, porque, si bien utilizaba lascadenas,sabíaque lascarreteraseranpeligrosas.Medeslizabaserpenteandoalralentíentrelosbloquesdegranitoapiladosenlasladerasyque,comounaniña,imaginabacaídosdelcieloduranteunagrantormenta.

Había estado pensando enmi jornada desde el día anterior, y por eso noprestéatenciónalosvehículosazulesestacionadosalolargodelacarretera,nitampocoa los atareadosgendarmesdealrededor con susmapasy susmóvilessin apenas cobertura. En otra ocasión, habría intentado averiguar qué habíasucedido,repitiéndomeamímisma:«Noesasuntotuyo».Sinembargo,esedíacondujecasisindetenermeparaentraralpuebloyaparcarcercadelmercado.

No había mucha gente, tres o cuatro puestos de productores en piecalentándose en la parte de arriba de la calle peatonal.Me crucé con algunosviejosconocidos,hombresaquienesconocíadesdeniñosyaquieneshabíavistocrecer a lo largo de los años, hombres con los que solo intercambiaba unosbrevesbuenosdías,losuficienteparademostrarqueaúnrecordábamosdedónde

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veníamos,aunqueahorayanotuviéramosmuchoencomún.Fueallí,enelfríodelmercado, cuandomedi cuentadequeno eraundía como losdemás.Loscomerciantes se frotaban las manos frente a sus piezas de cordero o susmermeladasdecastañas,losclientesenvueltosensusparkas,todoscontabanlomismo.Lasconversacionesresonabanenlaspequeñasnubesdevahocongeladoy,por supuesto,Élianeestabaallí, con sucestadeverdurasbajoelbrazo.Mesaludó, diciéndome:«Nopintabien, enmiopinión, nunca la encontrarán».Aldarsecuentadequeyonosabíaloquehabíaocurrido,memirófijamentecomosiacabaradesalirdeunahibernación.Finalmente,mientrastomábamosuncaféenelúnicobistrodelaciudadabiertoduranteelinvierno,mesoltóabocajarroloquehabíapasado.Éramoslasúnicasclientes.

—Unamujer ha desaparecido. La policía la está buscando. ¿No viste lasnoticiasanoche?

No,nohabíavistolatelevisión.Michelsí,estabapegadoalapantallaparaseguireltelediariolocalyelprogramameteorológico.Lógicamente,comotodosloscriadoreslocales,estabapreocupadopreguntándosequésuerteledepararíanlosdíassiguientesaellosyasusanimales.Sinembargo,yo,ensimismadacomoestaba,nohabíaprestadoatenciónaloquedecíalatelevisión.

—ÉvelyneDucat,¿tesuena?—Ducat…Esunapellidodeaquí,¿verdad?—Sí.Ycréeme,noesunadonnadie.

***

Lamujerdesaparecidaestabacasadaconalguienimportante,unchicodelazonaquealcumplirlamayoríadeedadsefuealacapitalymástardevolvióavivirenelvalle,despuésdehacerunafortunaenelextranjero.Unhombrerico,vamos,penséenesemomento,poresolagentehablabatantodelasunto.Sisehubieratratadodeunodemiscampesinosalbordedelabancarrota,seguroquehabríahechomenosruido.Novalíalapenaocuparsedeeseasunto,nosllevaríamuchotiempo.Enbreve.

La última vez que el empresario había visto a su esposa con vida fuecuando ella se alejó del chalet para dar un paseo en solitario. Una pequeñacaminata, como de costumbre, por lameseta o por lamontaña, desafiando elinvierno, no se lo había especificado. Y desde entonces, nada. Habíanencontradosucocheabandonadoa laentradade laciudad,malestacionadoalbordedelacarretera.

Lo sucedido se convirtió en un gran tema de discusión para ese mes de

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eneroglacial,mientrastodosesperabanelregresodelosdíasmáscálidos.Todoelmundo daba su opinión. Se imponía el peor de los escenarios, que ademásdescubríaelrecuerdodenuestrosantepasados.

Latormenta.Sí,algunosdecíanqueÉvelyneDucathabíasidoarrastradaporlatormenta,

comohabíasucedidoenotrasocasiones.Latormentaeselnombredelvientodeinviernoqueavecesestalla en las cumbresdeestosparajes.Esunvientoquedrena con violentos chubascos de nieve, que esculpe la nieve detrás de cadabloquede rocayque, segúnsedecíaentonces,mataconmayorseguridadqueunamalagangrena.Asímurierondosmaestrasenlosañoscuarenta,historiaqueyo conocía desde que era niña.Desde su pueblo, se encaminaron para ir a laescuela, a solo dos kilómetros de distancia, y se perdieron en medio de latormenta.Lashabíanencontradocongeladas,aferradaslaunaalaotraalpiedeun árbol escarchado. En las aldeas, nuestros antepasados habían construidocampanariosquehacíansonarparaguiaralosqueseperdíancuandollegabalaasperezadelinvierno.Ahoraerapartedelfolklorelocal,restosdeunaépocaenque todoeramásdifícil.Sibienactualmente, la tormentayanomata anadie,cadaañoÉlianesigueasustándoseconesoscuentosdelpasado.

Eraobvio,portanto,quetambiénestavezellacreyeraenlahipótesisdelatormenta.

—Vamos,¿quépiensastú?—medijo.La observé, envuelta en su chaqueta y con sus mejillas rosadas que la

hacíanparecermásjoven.Queríamiopinión,comodecostumbre.Peronodijenada.

—Noestásmuyhabladora.¿Algovamal?—No,paranada.Mentía, por supuesto. En verdad solo había escuchado a medias lo que

acababadecontarmeenesacafeteríademasiadocalurosa.Estabacautivadaporelinsólitohechoquedaríagrandestitularesdurantevariosdíasysepreguntabasitambiénhablaríandeelloenlosinformativosnacionales.Dabaigual,amílahistorianomeimportabaenabsoluto.Talvezsihubierasabidolomuchoquelanoticiame afectaría podría haber evitado lo que iba a suceder, peroyo estabalejosde todo aquello; amimanera, tambiénmehabíaperdido en la tormenta.AsíquedejéqueÉlianeterminaralahistoria,laaniméaquemelocontarayasíquedarbien,yluegovolvíacongelarmelasmejillasenelfríodelaciudad.

Eraundíasinvisitas,asíquefuidecomprasehicedosotresgestionesenla ciudad, tareas para las que no necesitaba pensar demasiado. Por la noche,volvíaemprenderelcaminohacia lasalturasnevadasdemimontaña,hasta la

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aldeaque,consusedificiosmacizosdeparedesdegranitoysufuentetalladaenla roca,mehabíavistocreceryque, imaginé,solamenteabandonaríaalmorir.Aparquéenlaladera,decaraalríoenvueltodeunanieblagrisqueserpenteabapor todo el valle, atrapando hasta el último rincón del pueblo. En casa, dejéaliviadamisbultosy,nomuchodespués,cocinédossalchichasyalgunaspatatashervidasenelsilenciodelacocina.

Michelllegóunpocomástarde,cuandolacenayaestabalista.Yoestabadeespaldas,loescuchéquitarselachaquetaenlapuertaycaminarhaciaelbañoparaducharse.Lohizosindecirniunapalabra.Cuandovinoasentarsealagranmesademaderaqueocupalasala,deunaventanaaotra,teníaelpelomojadoydebajodeljerseyllevabasucamisetadeJóvenesGranjeros,quesolíaponerseenlosdíasdifíciles.Cortóunpedazodesalchicha,lomasticóenunmomento.Solodespués,preguntó:

—¿Todobien?—Sí—respondícomosifueraundíacualquiera.Habléporqueesloquemejorhago,ledijedóndehabíaestado,loquehabía

visto,loquehabíacomprado.Michellevantólascejasparadecir:«Yaveo».Porunmomentoobservéfijamentesucaraapagada,suscejasrecogidasenunalíneaqueibadeunasienaotra,yesosojosdelosquenuncasupedistinguirelcolor.

—¿Ytú?¿Quétaltudía?Apretóelpuñoalrededordesucuchillo,seencogiódehombros.—Conlospartos.Lospartos,esoes todo,nodijomás.Noeranecesario,élsabíaqueyo lo

entendía,porqueconozcosutrabajocomosilohicierayo,pueshamarcadomividadesdelainfancia.Lospartosimplicabandormirpoco,pasarlamayorpartedel tiempo en el establo cuidando de las vacas, limpiando las cunas yesparciendoelheno.Devezencuando,bajabaalvalleparaverasusclientesyresolver problemas técnicos. Era un momento difícil para él. Así que no, nonecesitaba decir más para que lo entendiera, aunque para mantener laconversaciónviva,paramí,pero tambiénparanosotros,nohabría idomalquehablara un poco más. Se limpió la boca cuando terminó de comer, dejó laservilletayselevantóparallevarsuplatoalfregadero.

—Me voy otra vez —dijo suavemente—. Tengo que hacer un poco depapeleo.

Luegosaliódelahabitaciónparairalaoficinaquehabíaestablecidoenelsótanode lacasa,ya laquesepodíaaccederdesdeelexterior.Allísepasabahoras rellenando formularios y compilando los balances de la granja en elordenador.Mequedéallí,mirandolapareddelasaladeestarylasfotosdemis

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sobrinos en la playa, completamente sola en este silencio que se había vueltodemasiadofamiliar.

Michel y yo solo hablábamos para garantizar el buen funcionamiento delhogar.Yteníaqueconfesarqueúltimamenteesomeibabien;especialmenteesanoche. Porque estaba concentrada en mis cosas, incluso, podría decirobsesionada.NoporladesaparicióndeÉvelyneDucatcomoÉlianeytodoslosdel valle.No, desde el día anterior, solo pensaba en una cosa: en Joseph, alláabajo,ensucasaenelCausse.

EnJoseph,dequienterminéenamorándome.EnJoseph,queyanomequería.Yestabaakilómetrosdedistanciadeimaginarquemiamantepodríaestar

involucradoenelcasodelquehablabanenlatelevisión.

***Josephpodría haber sidounmiembro comootrode lamutualidad, unode losquevisitoadiarioeneláreadelaquesoyresponsable.Esteesnuestrotrabajo,elmío, el de Éliane y el de tres personasmás. Cinco trabajadores sociales paracuatro mil campesinos, recorriendo las granjas del territorio para conocer aaquellosquenadiemásvaaver,paraexplicarlesqueno,quenoestánsolos,quetienenderechos,queexistenayudasparacontrataraunaseñoradelalimpiezaoparadejarsurebañoconalguiendurantealmenosunasemanaenagosto.Nadiese imagina lo que sucede dentro de estas granjas donde solo unos pocosprofesionalessiguentrabajando.Nosotros,implicadoshastaelcuello.Loséxitosagrícolas, los jóvenes que se instalan en el campo, que innovan, que creanempleosysedesarrollaneninternet,aquellosquehonranlaprofesión,sabemosqueexisten,avecespensamosenellosparadarlesánimos,peronolosvemos.

Lo que vemos son las familias destrozadas, las parejas que se separanporque la señora quiere tener un hijo mientras que el señor quiere un nuevoestablo, los hombres que caen en la depresión bajo el peso del trabajo, losjubiladosquesedejanmorircuandopierdenasusesposas,yloshijoshuyendelaregión.Poreso,hacedosaños,cuandoelalcaldedeunpequeñoayuntamientome llamó por teléfono para describir la situación de Joseph Bonnefille, uncriadordeovejasdelameseta,nomesorprendióenabsoluto.

—Noesunmal tipo—dijo—.Perodesdelamuertedesumadre,noestábien,¿entiende?Esteaño,nosehapreocupadodesustierras,ytieneanimalessueltosporahí.

Noleimportabansustierras,ysusanimalesvagabanporahí.Eranseñales

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claras,ylosabíatanbiencomoelalcalde.Enestetipodesituación,amenudosonlosotroslosquedanlaalarma,losniños,losrepresentantesmunicipales,losvecinos.Josephnuncahabríadichonadaporsísolo.

Asíqueunamañanasecaycalurosadeverano,toméelcaminodelamesetasinimaginarquemedirigíahaciaalgoquetrastocaríamividaporcompleto.

Recuerdoqueatravesé lapoblación, fuia laparte superiorde laciudadypuselasegundamarchaporlascurvasqueseformanhastallegaralacrestadelamontaña.Al sentir quemi blusa seme pegaba a la espalda, bajé la ventanillaparaqueentraraunpocodeaire.Vilosvallesqueseextendíangradualmenteamiderecha,atrapadosentrelasladerasboscosassobrelascualesseextendíalasombrade lascimas.Mientras subía,haciael surdivisaba lasaldeas sobre lasladerasmáslejanas.Yfrenteamí,ahíestabanlasformassuavesdemimontañayalgunasnubesdeshilachadasqueparecíanbuscarsucumbrecomounaovejasucordero.

Tomélascurvasreduciendolavelocidadenlosgirosyacelerandoencadarecta.Lleguéalosgrisesacantiladosenlosbordesdelameseta,golpeadosporlos rayosoblicuosdel sol naciente.Lapendientede la carretera se suavizóderepente, indicando la llegada a la meseta del Causse una inmensa isla planaelevada hacia un cielo de verano como si este no fuera completamente suyo.Tresbuitressurcabanelcieloazulsobremí,consusalasgigantescongeladasporlos fuertesvientos.Seguí loscaminosquecruzaban lasestepas, rodeadadeuncéspedamarillento,delasvallasydelasblancasparedesqueseparabanlatierraenpropiedades.Mecrucéconungranjeroquellevabasurebañoalossenderosdiurnos;unperroinquietoyunburromarróncerrabanlaprocesión.

Laentradaalpuebloestabamarcadaporunaenormecruztalladaenlarocablancadelamesetapararecordarqueestábamosentierrascatólicas.Dejéatráscuatro barracones con los postigos cerrados y, escondida detrás de algunosbloquesderoca,viaparecereledificio.Eraunacasatípicadelazonahechadepiedracaliza,adosadasobreunapequeña lomade tierraque laprotegíade losvientosfríos.El lugarestabaensilencio,era inclusosiniestro;denoserporelvehículopegadoalaparedpodríapensarsequeestabaabandonado.

Estacionéenelpatio,tomémicarpetaysubílosescalonesqueconducíanalaterraza.Golpeélapuerta.Nohuborespuesta.Llamédenuevo.Yfinalmenteescuchéunospasosquesedeslizabanpordetrásdelapuertademaderay,luego,el sonido del pestillo que salía de su eje. El batiente se abrió con un sonidochirriantey,atravésdeunresquicio,viporprimeravezalhombreheridoqueundía se convertiría enmi amante, con susvaqueros sin forma, su camisagrisymanchada, y su cabello desordenado. Sin embargo, lo primero que vi fue la

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escopeta que sostenía con ambasmanos, como si quisiera impedirme el paso.Menudabienvenida,pensé.

Sinembargo,noteníamiedo.No,escierto,enningúnmomentosentíquefuera peligroso y, ahora que lo pienso, tal vez ese fue mi error. Estabaacostumbrada a este tipo de hombres, la verdad, pero sime sentía segura era,sobretodo,porquedetrásdelarmavideprontoensumiradamásangustiaqueagresividad.Enloprofundodesusojosnegros,bajosuscejasfruncidas,habíatanto vacío como en esta casa desierta. En la habitación, escuché su perrobrincar,intentandoverquépasabafuera.

Meobservódelospiesalacabezasinabrirlaboca.Mepresenté,selodijetodoclaramente,quiénera,porquéestabaallí.Pronunciéunaspalabrasporquesabíaque le tranquilizarían:«Queríaasegurarmedeque todoestababieny, talvez, podría ayudarlo, siempre si usted está de acuerdo, Hein, ¿cómo lo ve?».Dudó un momento, se mostraba desconfiado, aún no se fiaba, con los dedosagarrabasurifle,perosupequelohabíaconvencidocuandoviquesusarrugasserelajabanysusrasgossesuavizabanlentamente,descubriendobajosubarbablanca y negra un rostro casi infantil. Finalmente, echó un vistazo al interior,bajósuarmay,conunavozqueparecíanohaberutilizadodurantesiglos,dijo:

—Entre.Esefuemicomienzo.Eneseinstanteentréensumundo.Élvivíasoloensu

casa en el Causse, sin mujer y sin padres, de sus amigos infancia cada vezquedabanmenosenlaregión;soloteníasuperrodandovueltasasualrededor,y240ovejasqueatendíaconcuidado.Deaquelpequeñogrupodecasasenmediodelaestepa,éleraelúnicohabitantedurantetodoelaño,pueslosotrosedificioseranprincipalmentesegundasresidencias.Entréenlacocinaque,conelsuelodepiedrafríaybóvedaseneltecho,tambiénhacíalasvecesdecomedor.Sobrelossumideroshabíaunosazulejosdeunamarillosucio.En lapared trasera,habíaunachimenea-estufa,peronodelasmodernas,quesíencontramosenlascasasdeloshabitantesdelaciudadquetodavíavienenainstalarseenlazona.No,eraunareliquiadeesepasadotodavíamuypresente,cuandolamatriarcaBonnefilleestaba a cargo de la casa y llenaba el plato de su hijo todas las noches.A laderechahabíaunaenormecómodaenlosbordesdecuyosarmariosdelapartedearribaestabansujetasvariaspostalesdeLourdes.Lasperegrinacionesde lamadre, supuse.Encuantoa la limpieza, tengoqueconfesarqueesperabaalgopeor, el perro hacía lo que le daba la gana, eso estaba claro, pero todo estababastanteordenado.

Nossentamoscaraacaraenlosbancosdesumesademadera.Parahacersitio, apartó los papeles, las revistas y los sobres que nunca había abierto y

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limpió la capa de polvo con la mano. Yo retiré las gomas elásticas de miportafolios,queconteníamikitdeinicio:carpetasdeplástico,clips,marcadoresy,vigilandocadaunadelaspalabrasqueempleabaparanomolestarlo,empecé:

—Comprobaremoselestadodelosderechosdesumutua,¿deacuerdo?Dijo que vale, y en su voz adiviné una expectativa inmensa, como si

esperaraquefueraasalvarlodeunnaufragioenelqueseestuvierahundiendojuntoasugranja.Nospusimosatrabajar.Sacódelarmarioelcorreoacumuladodurante variosmeses, lo ordenamos.Hablamos del complemento de salud, deconcertar una visita de un técnico agrícola para que hiciera un balance de laconductadesucrianzae,incluso,deunapensióndesolidaridad,encasodequesusingresoscayerandemasiado.Rellenamoslosformularios.Erasobretodoyoquiendirigía la conversación, él asentía con la cabezay seguía elmovimientomeneandolabarbilla,rascándoselabarbadealgunosdíaseintercalandoalgunos«Sí,esverdad»oalgunos«No,estonolohehecho».

Lentamente, enmedio de la jerga administrativa, vislumbré poco a pococómoerasuvida.

***Tengo experiencia en mi trabajo, creo que lo hago bien. Intento encontrarsoluciones y escuchar, aunque a veces hablo demasiado. Y sé que, pararecuperar una explotación agrícola fuera de control, hace falta tiempo, por logeneral,unosdosaños.ElcasodeJosephrespondíaaestepromedio.

Durantelosprimerosmesesfuiaverloconfrecuenciayloayudabaconlospapelesylostrámites,haciéndolosensucasa.Aveces,segúnlatemporada,lehacíapreguntastécnicasparaayudarlounpoco.¿Haspensadoencomprarpajapara el invierno? ¿Has declarado el nacimiento de los corderos? No era muyhablador,yalgunosdíassequedabaensilenciofrenteamí,conlaexpresióndequien tratabadepensar quénovedadespodía contarmedesdemiúltimavisita.Asíqueyoredoblabamisesfuerzos,sacabatemasdeconversación,monologabaenelvacíoyélmeescuchabadibujandosobresubocaalgoqueimaginécomounasonrisa.Unavezmeconfesó,encogiéndosedehombros:

—Esquesolopuedohablarconlasbestias,yconmiperro,¿sabes?Creoquelodijoparadisculparse,peroyoyamehabíadadocuentadeello.

Porquea sumanera, tímidoyvacilante,a travésdepequeñosdetalles,avecesconseguíadesímismo.Medijeque,ahoraquesumadrehabíamuerto,yodebíaserlaúnicapersonaalaqueleestabacontandocosasunpocomáspersonales.Con los demás, el veterinario, los proveedores, tenía un solo tema de

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conversación:susanimales,supeso,susenfermedades,suprecioysusgustos.Cuando llegaba a su casa me daba cuenta de que hacía un esfuerzo, se

vestía más formalmente para darme la bienvenida y trataba de contener a superroparaquenohicierasusnecesidadesportodaspartes.Eraamableconmigo,de vez en cuando, incluso, trataba de bromear con un gesto vacilante peroconmovedorporlavoluntadqueponía.Nopuedodecirqueenesemomentomesintieraatraídaporél,nolefaltabaatractivo,hayquereconocerlo.Sinembargo,no me gustaba. Me encantaban las atenciones que me demostraba, como sirecibiraunamujerensuremotacasafueratodounacontecimiento.

Mehacíasentirimportante,pero,enrealidad,loquesentíaporélera,sobretodo, compasión. Era una pena, ese campesino que vivía solo porque noencontrabaaquienaceptaracompartirsuvidadecriadordeovejas.Sibienmitrabajo finalmente daba sus frutos, y, poco a poco, estaba consiguiendo quesalieradelarutinaenquesehabíahundido,yvolvieraallevarlasriendasdesurebaño,enningúnmomentoviqueeldolordesapareciera,porqueeldolorseguíaardiendoensusojos.

Josepheraunhombrequesehabíaquebradoporelaislamiento.Sufríadeunaenfermedadbienconocida:ladepresión.Unavez,meatrevíasugerirleunareuniónconelpsicólogo.Secerróenbandayrespondió:

—Noestoyloco.Así que erayoquienhacía el trabajodel psicólogo, aunqueno tuviera el

diploma.Ytalvezfueasí,representandoesepapel,queélempezóagustarme.Despuésdeunañodevisitasasucasa,reuniendotodosestosfragmentosde

frasesgotaagota,sentíqueloconocía,incluso,quequizáserayoquienmejorloconocíadeentre losvivos.Poco importaquepienseunayotravezenello,enningúnmomentopudedetectarlascausasdeaquelloqueibaahacer.Esdecir,deaquello que yo creo que terminó haciendo. Y, por supuesto, jamás oí de suslabioselnombredeÉvelyneDucat.

***A veces, todavía pienso enmimatrimonio, y en quien erami pareja antes detodoesto.Y losiento.Sí,apesarde todo, lo lamentoy,condistanciade todoaquello,admitoquesoylaresponsabledeloquepasó.SihoyMichelyanoestáaquí,esporculpamía.

Recuerdocuandonosconocimos,cuandoenesaprimeraveznotanlejanaélmepareciómuyguapo,consuairedecolosoperdido.Fueeldíaenque,porprimeravez,pusounpieennuestragranja,porquepapálohabíacontratadopara

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ayudardurante la temporadade lospartos,elañoenquesuciáticacomenzóaconvertirseenalgomásgrave.Michelerauntrabajadoragrícola,acabadellegaralaregión,perosabíacómocuidarlasvacasporquehabíacrecidoenunazonaganadera.Desembarcóunamañanaennuestracasa, envueltoen su trajeverdedemasiadopequeñoparasuconstitución,yelpelodesordenadocomosiacabaradelevantarsedelacama.Megustódeinmediato.

Porqueyoquisemuchoamiesposo,yesonadiepodránegarlo.Cuandonosfuimosavivirjuntosysehizocargodelagranjamientrasyomeencargabaderemodelar la casa, éramos felices. Estábamos seguros de nosotros, teníamosmuchosproyectos.Queríaconvertireselugarennuestropaís,reclamarparamílapequeñaaldeaquesiemprehabíapensadoabandonardespuésdemisestudios,y de tener hijos. Michel estaba haciendo un inventario de las máquinas paramodernizarlas, hablaba de mejorar el rebaño de mi padre a base de afinar laselección de los animales, y hasta demecanizar el establo para ganar tiempolibre.Esperábamos tener vacaciones, tenerlas almenos durante agosto hubierasido toda una hazaña. Inventábamos viajes lejanos, soñamos con África. Sí,algúndía iríamosallí,nosconvencimosdeello.Superaríamosnuestrosmiedosdecampesinosparaabrirnosalmundo,yaencontraríamostiempoydinero,erasolounacuestióndevoluntad.

Creo que precisamente nos faltó eso, voluntad. Michel era así, y tardémucho tiempoendarmecuenta.Teníamuchas ideasyeraunsoñador,pero laimplementacióneraotracuestión.Nuncacambió lagranja, seconformabaconvivir de lo que papá había construido.Hubo gente queme dijo que yo no loayudaba en nada, que lo aplastaba con mi carácter. Soy la excusa perfecta,cuandolaverdadesqueMichelcarecíadeambición.

Durante todos los meses que visité a Joseph, nuestro amor se estabamuriendo.Sedeshilachabacomounaviejabolade lana.Yanohablábamosdenuestros sueñosde recién casados, deniños, deviajes, diríaqueni siquiera lopensábamosya.En lamesa,yo lehablabaalvacíoyMichelhablabacadavezmenos.Apenasreconocíaenélalhombrecelosoquehabíasido.Sinembargo,noparecíadescontento,algunosdíasinclusoestababastantealegre,peroenotraparte,perdidoensuspensamientosdecriadordevacas,ensumundoalqueyoyanopertenecía.

Lleguéapensaren laposibilidadde laseparación.Enunaparejanormal,seguramentehabríaterminadoporsuceder:undíanoshabríamosdadocuentadequetodoestabamal,cadaunoseiríaporsuladoyahíacabaríaelproblema,perosabía que era imposible, que me había involucrado en algo que no podíadeshacer.Ytodoslosdomingoselmismoritualmelorecordaba,porsilohabía

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olvidado.Despuésdelalmuerzo,cogíaelcocheycruzabalamontañaparairhastala

residencia de ancianos en ese pueblo aislado entre las gargantas de la región,donde,por2.000eurosalmes,papáhabíadecididoponerfinasusdías.Subíalas escaleras del edificio moderno, entraba en la habitación y cada vez loencontraba en el mismo lugar: sentado en su silla con inclinación eléctrica,frente a laventana, con lagorra apoyándose sobre las arrugasde la frente.Alverme, ponía cara de querer decir: «Por fin, estoy feliz de verte, hija mía».Entonces yo le daba un beso en la mejilla, me sentaba y escuchaba susnovedades.Sabíaquevivir allí eraun sufrimientoparaun antiguo campesino,poresoledejabadesahogarseasusanchasycriticarlacalidaddelascomidas.Sí, papá, entiendo. Le contaba mi semana, ese trabajo que él jamás habíaentendido,ensuépocanohacíafaltanadadeeso…

Yunavezagotadostodoslostemasligeros,seaclarabalagargantaparadarmásgravedadasuspalabras,clavandosusojosgrisesenlosmíos,yconsuvozdeexfumador,decía:

—Bueno,¿ylagranja?¿QuétalloestáhaciendoMichel?Entonces,cadavezquehacíaesapreguntaunsilencioinundabasupequeña

habitación.LagranjaBrugier,comolagentecontinuaballamándola,erasuúnicapreocupación.Suobsesión.Habíadedicadotodasuvidaaconsolidarloquesupadrelehabíadejado:aumentarelrebañoconesascincuentamadrescuyasaludera más importante que la suya. Expandir sus tierras, agrandar la propiedad,rellenar loshuecosentre lasparcelas, reunir toda laexplotaciónenunospocosedificiosparasimplificarelmovimientodelosanimales,y,porsupuesto,cobrarasíesasprimasporsuperficiequehabíanacabadoconlospequeñosagricultores.

Papá habría dado su vida por la tierra: por un pedazo de terreno biensituado. Todavía veo su mirada seria bajo la gorra cuando, al borde de lacarretera,observabalasparcelasdelosvecinosque,segúnlosrumores,estabancercanosalamuerte;susonrisasatisfechacuandoregresabadeunanegociaciónexitosa y, también, su semblante contrito mientras masticaba tabaco,lamentándoseporunaocasiónperdida.Malditasea,tendríaquehaberidoaporese.

Pero, sobre todo, recuerdo sus palabras unos meses antes de jubilarse.Encaramadoenloaltodelaladeraqueconducíaalagranja,habíaasumidolosairesdeungranpropietarioparadeclarar:

—Mira, Alice, todo lo que ves a tu alrededor es nuestro ahora. Así quepuedoirmeaesaresidenciaenpaz,¿entiendes?

Habíalogradosusueño,esoeraloquequeríadecirme,perohabíaalgomás,

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sesobreentendíaalgoqueesemismodíacomprendí.Merecordólaimportanciaqueleatribuíaalaexplotación.Y,porlotanto,selorecordabaamipareja.Conun hijo que se había dedicado a lamecánica y una hijamás interesada en laspersonas que en los animales, papá había temido durante mucho tiempo quellegaraeldolorosomomentodeentregarelpatrimoniofamiliarauncompradordesconocidoo,peoraún,vendersutierraenpequeñospedazos,dilapidadacomotantosconfetisllevadosporelvientoporlamontaña.Asíque,paraél,lallegadadeMichelfuemuchomásquelasatisfaccióndeverasuhijaenamorada,fuelasalvación.

ElinesperadoyernovinoasalvarlagranjaBrugierdeladispersión.Yyo,en todo eso, estaba comprometida hasta el cuello. Atrapada. Una separaciónhabría significado el desastre familiar y la profanación del recuerdo demamáquetambiénhabíaentendidomimatrimoniocomounabendición.

***Creo que lo que hizo que me descarrilara, el detonante, fue el suicidio dePopeye. Nos conmovió a todos, hay que admitirlo. Popeye era uno de losmiembrosdelamutualidaddelosquesehacíacargoÉliane.Eraungranjerodeuna lechería al norte de la región. Le habíamos asignado ese mote porquefumabasupipadeladoy,porentonces,a todosnosparecíagracioso.Hayquereírsedealgoaveces.Noteníamosniideadeloqueibaapasar.

Tenía cuarenta y tres años, se había divorciado hacía cuatro, todosadivinábamoslarazón.Desdeentoncesvivíasolo,pasabapocotiempoconsuspadres,queocupabanlacasavecina,ymuchoconsusvacas.Surebañoeradevacas lecheras, y le costaba gestionarlo.El padre había invertidomucho en elpasado, la explotación se había vuelto demasiado grande. La pequeña granjafamiliarsehabíaconvertidoenunnegocioconunafacturacióndelaquehabíaqueestarpendiente,conproveedoresalosquepagarymáquinasqueamortizar.Erademasiadoparaunhombre solo,y,dehecho, la administración terminaríapordarleelgolpefinal.DuranteuncontroldelaPAC,losagentesconcluyeronque había declarado demasiadas superficies de hierba.Quizá fuera voluntario,aunquemientras los pastores dependan de Europa, hasta el punto de que unagran parte de su facturación proviene de las primas agrícolas, no hay quesorprendersedequealgunosintententirardelacuerda.Pero,alomejor,Popeyesolosehabíaequivocado,estimandomalelniveldealgunasdesusparcelas.

Poco importaba, enverdad.Todo loque se sabíaeraqueelEstadohabíareclamado la devolución de una parte de su prima, con un recargo sobre losúltimostresaños.Noeramucho,unosmilesdeeuros,enopinióndelosexpertos

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alosquetuvoquehacerfrente,perohayunacosaqueloscontablesnomiden,yeslavergüenzaquecrecesilenciosamentedentrodeunhombre.Poresolohizo.El veterinario lo había encontrado unamañana, en uno de los edificios de laexplotación,rodeadoporlostraserosdesusvacas,quesequejabandequenolashabíallevadodevueltaalestablo.Popeyesehabíaahorcadoenunaviga.

Fuiasufuneral,Élianenotuvovalor.Mepusemifaldarectaymistacones,y me senté en los bancos de madera pulida de la iglesia de granito, entre lapequeña multitud sorprendida por el suicidio del campesino. En las primerasfilas había parientes, hermanos o primos que buscaban tanto algunas palabrasquepoderdecircomounaexplicacióndeloquehabíahechoPopeye.Detrásdeellosestabanlosdelaaldea,elalcalde,loscomerciantes,losquehabíanidoalaescuelaconélolosquehabíanidoaecharleunamanoenlaexplotaciónporlasnoches. Y en el fondo estábamos nosotros. Los de fuera, las institucionesdiscretas,losqueapenasloconocíamos,simplementesolidariosconestemundoagrícolagolpeadoporlamuertedeunodelossuyos.Éramosalavezsincerosydesapegados.

Allí,mientrasescuchabaalsacerdoteenhebrarsusoracionesal finalde lanave,todosemezclóenmicabeza.Comosiderepentehicierauninventariodemividaydelmundoquemerodeaba.Penséenmitrabajo,ennuestrolamentableejército de trabajadores sociales, con nuestras herramientas banales y nuestrabuenavoluntadpararepararsituacioneshumanasqueestánmásalládenosotros.Pensé en todos los Popeyes que conocíamos todos los días, hombres solos,demasiado orgullosos para pedir ayuda cuando el sufrimiento hizo mella enellos.Penséenmimatrimonioalfilodelabismo,yenMichel,quesíteníaunaesposaasulado,peroquenohacíanadaparamantenernuestroamor.

Luego pensé en Joseph, en sus pequeñas atenciones hacia mí y susminúsculassonrisascuandoconmibla-bla-blalehacíaolvidarporunmomentosusproblemas.Medicuentadeque,alpensarenél,sentíaalgo.Ternura.Yesomehacíasentirbien.

Eldíadespuésdelentierrocondujehastalamontañaconunavagaideaenmicabeza.Mepreguntabaacadagirosirealmenteibaahacerloqueibaahacer,repitiéndome:«Noestásbien,pobrehija».Caminéalolargodelasparcelasdecereales recién cosechados y vi el edificio de Joseph aparecer detrás de losbloques de piedra caliza verdes cubierto de líquenes secos. Aparqué, subí lasescaleras.Eralarutinaquerepetíacadavezquelovisitaba.

Llamé a la puerta y por unmomento deseé que no estuviera en casa.Micorazón comenzó a latir un poco más rápido, como si estuviera a punto desubirmeaunaplataformaparadarundiscursodelantede trescientaspersonas.

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Tardóunossegundosenabrirme,pensé:«Déjalo,date lavuelta, todavíaestaráconlosanimales».Peroestabaallí.Lapuertaseabriósobresusiluetacorpulentaymesaludóconunapequeñasonrisa.Sehabíaplanchadolacamisa.Extendiólamano,yohice lomismoysentí lapielásperadesupalmasobre lamía.Entrétras él, apretando mi carpeta de plástico contra mi busto, como si fuera unpequeño escudo. Saqué mis papeles, teníamos que rellenar unos formulariosporqueJosephibaacontratarauntrabajadorenNavidadparaasípodervisitarasutío,quevivíaaunoscienkilómetros.

Memostrabainsegura,medicuentaalcomenzar.Sentadaasulado,notabasualientocercademí.Estabaesperandoelmomentoadecuado,lodeseabayalmismotiempolotemía.Nuncahabíahechoeso,engañaramiesposo,nosoyunamujerasí.Traguésaliva,yfuecomositragaraarena.

Yderepentemelancé.Cuandovolviólacabezahaciamí,acerquémislabiosalossuyosylobesé.

Sí,así,sinpensarlodosveces,beséaunhombrecuyocasollevabadesdehacíameses, al que había conocido en el fondo del agujero y que solamente ahoraempezabaaponerseenpie.Enestemomentodiounpasoatrás,memiróyensurostrohabíamilesdeinterrogantes,tambiénensusojosmásabiertosquenunca,enelceñoquefruncióderepenteyensubocaaúnhúmedaconmibeso.

Balbuceó:—¿Quéestás…?Volví a besarlo, para silenciarlo, para demostrarle que nome arrepentía,

que todavíaqueríahacerlo.Estavez sedejó ir, cerró losojoscomosiprobaraunafrutaquelerecordabauntiempolejanoenelquehabíasidofeliz.

Eseprimerdía,cuandohicimoselamor,nofueglorioso.Loguieentodomomento,desabrochélosbotonesdesucamisaacuadros,loayudéaquitarselaropa.Sucuerpoeracomolohabíaimaginado,robusto,lapielmorena,pelogrisy espeso en el pecho, una línea que caía hasta sus calzoncillos desgastados.Teníamiedodesuolor,penséquelahigienequizábrillaríaporsuausencia,peronofueasí.Olíaaoveja,porqueestabacuidandodesusanimalesjustoantesdemillegada,peroconocíaeseolor,meresultabafamiliar, tantoquenireparéeneso.Lo atraje haciamí con gestos lentos.Acaricié su sexo para tranquilizarlomientrassusojosllenosdemilemocionesmudasseposabanconemociónsobremipieldemasiadopálida.Cuandomepenetró,levantélavistaylesonreí.

Nodiríaquefueraunbuenamante,erapocodelicado:normal,hacíamuchotiempo que no había mantenido relaciones. Sin embargo, me gustó. Sí, megustaba sentirme tan deseada, y en él vi lo que nunca vi enMichel.Me hizosentir bien, como si, en cierto modo, renaciera. Huía de mis ojos, mirando

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atónito lo que estaba sucediendo, ese momento robado a su vida diaria, a surebañoesperándoloporlossenderosdelamontaña,estandoahoraasíconmigoenelsofádeesaenormehabitaciónquelosabíatododeél.Gozó,conlosojoscerrados.

El rostro deformado que revelaba el placer que sentía no me abandonóduranteelrestodeldía,mientrasvisitabaalosotrosganaderosypasabadeunafamiliaaotracruzandolospedregosospradosdelameseta.

Acabasdeengañaratumarido,merepetía.Hasengañadoatumarido.Ynosabíasimesentíaavergonzadaofeliz.

***Josephseconvirtióenmiamante.Nosveíamoscadadossemanasmásomenos.Ibaasucasayhacíamoselamor,así,ensusaladeestar.Apenashablaba,nimemiraba.Nuncamellevóaningunaparte:nialséptimocielo,niaunaexplosióndeplacer,nadadeeso.Además,nomehacíailusionesenesesentido,noeraloque estababuscando.Adecir verdad, llegabamás fácilmente al orgasmo sola,perotampocovoyaextendermesobreeso.Sinembargo,síquemecomplacía,ymegustabaestarconél,sentirsupielpegadaamí.Disfrutabadelladoprohibidodenuestrarelación,dequenadiesupieranada.

Sentíaquehabíacometidounalocura.Losé,haylocuraspeores,peroparamí ya era mucho. Había tardado cuarenta y dos años en llegar a eso, acomportarme como la adolescente que no había sido cuando tenía la edadadecuada. Cuando trabajaba por la zona,miraba el edificio en la distancia, alladodelosotrosbarraconesdesiertos,mepreguntabaquéestaríapasandopasabaallí, qué estaría haciendo Joseph. La luz diurna disminuyó a medida queavanzabaelotoño,y,porfin,losrayosdelatardecerrozabanlastierrasyhacíanvisibles las pequeñas colinas de la meseta, recorriendo las paredes, lossumideros, las suaves curvas de las parcelas. El viento soplaba más frío ydoblabalahierbadespuésdelasiegadelverano.Lasovejasdisfrutabandesusúltimassemanasalairelibre.

Encasa,Michelyyonoscomunicábamoscadavezmenos.Elotoñoparaélera época de caza, era cuando la granja le dejaba un pequeño espacio para elpequeñoplacer que compartía con algunoshabitantesde la aldea.Durante esetiempo,a losanimalessolo tienesquemirarlos,hacer los lotes,sacarlosde lasparcelas de las tierras altas para acercarlos a los establos donde pasarán elinvierno. Por supuesto, también hay trabajo en el granero: conservar lasexistencias de heno hasta la primavera, comprar la paja, guardar las botas,revisaryrepararlasinstalaciones,pero,engeneral,esunperíodomástranquilo,

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especialmente después de que ese año la fabricación de heno se hubieracomplicadodebidoaunaaveríade laprensa.Asíqueaprovechabaparacazar.Noloveíamucho,llegabatardeacasa,parecíacansadoperosatisfechoconsudía.Apenas hablábamos, aunque yo buscaba algo qué decirle para que así nonotaranadaextrañoenmicomportamiento.Porentonces,medecíaamímisma,élestabatanlejosdemirelaciónconJosephquepodríahabérseloconfesadodevivavozynomehabríaentendido.

Durantetodoesteperíodo,nuncasentíquelasituaciónsemefueradelasmanos,nitampocoquemeestuvieradejandodominarporJoseph.Medecíaamímismaqueélmenecesitabamásamíqueyoaélyque,simeacostabaconél,erasobretodoporcompasión.Lohabíaayudadocomosiayudarloformarapartede loque teníaquehacerenmi trabajoyahorayaestabamuchomejorquealprincipio,peromiayudano servíadenada, eracomopegar tiritas aquíyallá,cuando,enrealidad,laheridaeraenorme.Elcorazónsangraba,sehabíavaciado,pero, por lo menos, uno de nosotros gozaba de su dosis de calor humano, ydormíaunpocomástranquiloahora.

Sí,meconvencídequelohacíaparaayudarlo.

***ElinviernollegóylasvacacionesdeNavidadterminaron.

Ytambiénllegóese19deenerocuandotodosedetuvoderepente.Parasubiralameseta,atravesélagarganta,eramásprudente.Observélos

acantilados helados sobre el río que parecíanmás oscuros de lo habitual. Lasrocaserannegrasyempinadas,dabamiedo.Paséporelpuentedepiedra,crucéelpueblodormidoapoyadoenlaladera,yascendíhastalameseta,viendocómoelfondodeldesfiladerosedesvanecíaenunaneblinagris,soloque,enverdad,erayoquienmesumergíaenlaniebladelasalturas.

Era como un desierto blanco. La nieve estaba allí, unos buenos treintacentímetros que se adherían a los relieves de la montaña como una alfombragigante.ElvientosoplabacomonuncacontralasventanillasdemiDacia.Eraelviento del noroeste, lo reconocí, el más frío de todos. Ya no había ovejaspastandofueradelosestablos.DejéatrásloslímitesdelapropiedadBonnefilleyaparqué cerca de los escalones.Me subí la cremallera del abrigo,me abotonéhasta arriba y salí al exterior, cubriéndome el cuello. Una vez delante de lapuerta, piqué y,mientras esperaba a Joseph, golpeémis botas contra la paredparahacercaer lanieve sólidade laparte inferior.Teníaprisa,queríaquemeabriera,mientrasmefrotabalasmanos.Nollegaba,asíquegolpeélapuertapor

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segunda vez e intenté abrirla, pero estaba cerrada. Retrocedí unos pasos paraintentarveralgoporlaventanadearriba.Grité:

—¡Joseph!Peromivozseperdióenelvientoinvernal.Sinembargo,Josephsabíaque

tenía que venir hoy, nos habíamos visto por última vez hacía dos semanas, yhabíamos acordado vernos ese día. En verdad, yo había decidido por él, asíhabíanidolascosas.Mepreocupédeinmediato.Yaestá,medije,lehapasadoalgograve.Vivíasoloenmediode lasmontañas,noseríaextrañoquehubieratenidounaccidente.Esmiculpa,pensé.

—¡Joseph!Volvíabajarporlasescalerasydilavueltaalacasa.Detrás,ocultasbajo

pequeñas bóvedas de piedra gris, las ventanas tenían los postigos cerrados.Habíaunareservademaderaparaelinvierno,protegidaporuntechodehojalatacubiertodenieve.Miréaladerecha,alaizquierda,haciéndomemilpreguntaseimaginé su suicidio, justo ahora, a pesar de mí y cuando creía que lo habíasalvado;loimaginécomosielsuicidiofueralaúnicaexplicaciónposibleparasuausencia.

Derepente,unruidomehizogirarlacabeza.Losbalidosdelasovejasenelaprisco.Eledificioestabaaunoscienmetros

de la casa. Avancé por el camino donde el barro se había mezclado con laescarcha,mesubílacapuchaybajélacabezaparaprotegermedelviento.Solotiene un problema con alguno de los animales, me dije para tranquilizarme,aumentando el ritmo de mis pasos. Al llegar frente al redil, la puerta estabacerrada,completamentecorridasobrelosraíles.Detrásdelasparedesdemetal,losanimalesgemíandesgañitándose.

—¡Joseph!Tratédeempujarlapuerta,golpeándola.—¡Joseph!Yporfinoíelmetaldeslizarseruidosamente.Lagranpuertaseentreabrió,

haciendo caer la nieve. La cabeza de Joseph apareció a través la rendija, conexpresión adusta. Estaba abrigado con una chaqueta de felpa salpicada deramitasdeheno,susemblanteendurecido,suslabiosapretadosenunalínea.Enrealidad,apenasloreconocí.

Memiróconlosojosentrecerrados,ysoltóunbufido.—¿Estásbien?—pregunté.—Sí.Perotodoenéldecíalocontrario.—Hoyteníamosquevernos.

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—Estoyocupado.Sediocuentadeltonoenquemehablaba,ymurmuróunadisculpaqueno

me convenció. Nos miramos durante unos segundos. Yo buscaba unaexplicaciónen sumirada,quenuncahabíavisto tandeterminaday con laquetrataba de alejarme. Como no me moví, mis botas de invierno se quedaronclavadas en la suave nieve. Él hizo lo que mejor se le daba: permaneció ensilencio,ymiróhaciaabajoaspirando,sibiennoestabaresfriado.Ensilencio,suavemente cerró la puerta. Incliné la cabeza para tratar de ver qué pasabadentro, pero solo vi unmontón de heno y unas botas apiladas como unLegocontralaparedtrasera.

Estuvemuchotiempoplantadaallí,solaconmispreguntasenelfríodelamontaña.Queríagolpearlospuñoscontraelmetaldelapuerta,perosabíaquehabría sido inútil. Levanté la cabeza, miré el cielo blanco del que aún caíancoposalosqueelvientoimpedíaalcanzarelsuelo.Yfinalmentevolvíarecogermiautomóvil,conunaextrañasensaciónquenosabíaexplicar.

Condujeenlanieblasinmirarrealmenteelcaminonielpálidomantoquevestía las orillas de lameseta.Y durante todo el día, traté de entender lo queacababadepasar.

***Losdíasquesiguieron,todalaregiónestabaalterada.NoeraporJoseph,queyanomequería;esoeramihistoria.LarazóneraquealdíasiguientesesupoqueÉvelyneDucathabíadesaparecido.Lahistoria sehizomásgrande, lanieveseeternizaba en las alturas y complicaba la investigación, eso es lo que el fiscaldecíacuandoloveíamosvariasvecesenlasnoticias,consuaireexageradamenteserio importado de la capital. Los periódicos difundían imágenes de lamujer,unarubiaaltadecuarentaynueveaños,ydesumarido,unhombredenegociosrico e imponente. La policía peinaba las montañas, con la ayuda de agentesforestales y cazadores, voluntarios también.Un helicóptero sobrevoló sobre elvalle.Nodejarondeinvestigarningunahuella,comosueledecirse.Interrogarona los habitantes de las localidades vecinas, a los familiares, trataron dereconstruir el recorrido de la desaparecida antes de que sumarido perdiera supista.

Ellunessiguientefuialosvalles.Elparabrisasbatíaloscoposquecaíandeun cielo bajo en el que se perdían las crestas de lasmontañas. En las laderasboscosas se veía el límite borroso entre la nieve y los bosques debajo,completamentenegros.Redujelavelocidadcomohacíantodosalpasaral ladodelosdoscochesdelospolicías,malestacionadosalbordedelacarretera.Al

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pasarfrenteaellos,medetuve.Conocíaaunodelosgendarmesqueestabadepie al lado de la carretera, frotándose los guantes. Era Cédric Vigier. Habíacrecidoenunpueblonomuylejosdelmío,nosconocíamosdelauniversidad.Eraunbuentipo,teníaunbuenrecuerdodeél.Creoquecuandocoincidimosnoera buena época para él: su padre bebía y golpeaba a sumadre y, por eso, sehabía unido al ejército, para poner algo de orden en su vida. En fin. Bajé laventanillaynossaludamos.Bajolagorra,seveíasucaradeniñolasmejillasylanarizsonrosadas.Parecíaheladoensuparkaazul,ahíjuntoasusdoscolegas.

—¿Estáisbuscandoalamujerquehadesaparecido?Arqueólascejas,cansado.Unanubedenieblalorodeaba.—Sí…Labrigadaestáenprimeralínea.Tecambioelsitiocuandoquieras,

nohedormidoentresdías.—Miróendirecciónalascrestas—.Nospondremosencamino,talvezsefueraparaallá.

Miré:noseveíanlascumbres.—Estamosunpocolejosdelúltimolugardondelavieron,¿verdad?—Lo sé —suspiró, como si él fuera el primero en no creer en esa

posibilidad—. Pero, hemos ampliado la investigación. Su marido dice que legustabaestazona,asíqueyaves…

—Porquenotenéisnada,¿verdad?—Nada. No hay una sola pista, sumóvil ya no está encendido. Todo el

mundo está ocupado con este caso. Y los periodistas no dejan de presionar,comosinoshicierafalta.Esunasuntocomplicado.

—Yameimagino.—Oye,¿siguestrabajandoconagricultores?—Siempre.Comienzomisemanaallí.—Vale.Supongoquelagentehablará.Sialgunavezoyesalgosobreella,

dímelo,¿eh?Losdelazonasiempresabenmásquenosotros.Sonreí,casimediopena.Cuando se volvió para irse con sus colegas con semblante triste, los

imaginédesapareciendoen lasnubes,en lasalturasde lasmontañas,ysolodepensarlomeestremecí.Micaminoa lo largodel fondodelvalle.Reanudémisvisitas, la semana se presentaba llena de trabajo. Y también extraña. Ladesaparición de Évelyne Ducat fascinó a mis socios. Todos, a su manera, setransformaronendetectives.

ComenzandoporlosDuval,unaparejadejubiladosquesehabíanegadoaabandonar su antiguo edificio situado al final de un camino en un valle casidesierto.Vivíanallíyteníantodalaintencióndemorirjuntos,eraconmovedor.Unosmesesantes,habíanrecibidounasubvenciónparaadaptarsubaño,debido

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a su estado de salud.No veían a casi nadie, pero como a todos los demás, latelevisióndesusaladeestarlesservíacomounapuertaalexterior.Seguíanelcasodía trasdíaporqueeramejorquecualquierseriepoliciaca.Poredad,aúnrecordaban a las dos maestras que habían desaparecido en la tormenta, añosatrás.CuandolleguéasucasaymesentéenelpulidobancodelacocinaquealaseñoraDuvallecostabacadavezmásmantenerlimpio,salióarelucireltemainclusoantesdequeyosacaramispapeles.

—En ese entonces, nuestros padres nos hablaban de eso, de la tormenta.Tanprontocomo llegabael invierno,estabaprohibidosalir ano serque fuerarealmente imprescindible. Nos quedábamos dentro, escuchando el viento quesoplaba fuera como si estuviera enfadado con nosotros. Nuestros padres nisiquieranosdejabansaliraveralosanimales.Cadaañonoscontabanunanuevahistoria sobreunhombreounamujerquehabíaquedadoatrapadopor el frío,quesoloqueríacaminarunkilómetroapie,cuandobastabaesoparadejarselavida.Yeseaño,cuandosucedió,cuandolasencontraronalasdos,pegadasaunárbol, hicieron todo lo posible para asegurarse deque se nosquedaragrabadohastaelúltimodetalle,paraqueasínossirvieradelección,yaves.Perohoyendía—prosiguió la señora Duval— ya no se habla de eso. Los jóvenes ya nocreen que el invierno seamás peligroso, y no prestan atención a nada. Y asíterminan.

Megustabaesapareja,consusviejashistorias,porqueparaellosnohabíadudas,eraelinviernoyelfríoloquehabíaacabadoconladesaparecida.Seguíescuchándolosunrato,porquemedabacuentadequedisfrutabanteniendo,poruna vez, algo que contarme. Entonces, yo no sabía que eso era solamente elprincipio.

***Esfácildecirloenretrospectiva,perodeberíahaberescuchadomásatentamenteamis campesinos. Sí, tal vez si hubiera prestado atención a lo que decían, lohabría entendido todoantes,podríahaber reaccionado, llamaraCédricVigier,comomehabíapedido,yevitarasíqueMichelterminarainvolucrado.Porqueamí me dijeron cosas que seguramente no habían contado a los gendarmes yquizás, gracias a sus parloteos y tras ordenar todas las informaciones, losgendarmes hubieran podido encontrar a Évelyne Ducat. Algunos la conocían,habíancoincididoconellaohabíanoídocosassobreella,rumoresquecorrían.Eselcasodeunagranjeraavícolaalaentradadelaciudad,que,comobiensabíayo,siempreestabaaldíadelúltimochisme.

—¿Quieressabermiopinión?—mepreguntóporpuraformalidad,porquea

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ellanoleimportabamirespuesta,loúnicoquequeríaerahablar—.Puesmira,¡estoyseguradequeesunasuntodefaldas!

—¿Ah,sí?Aspiróelcigarrilloqueteníapintadellevarañoscolgadodesuslabios.—VoyacontartequétipodemujeresÉvelyneDucat.Ynoesnadabueno.

Dicenqueesunamadremodelo,unaburguesitaquecriobienasushijosyquesededicabaapintarencasa,mientrassumaridoviajabaporelmundo.Enlateleponenfotosdeella,yestáguapaysonrienteconairedenohaberrotounplatoytodos dicen que no tiene aspecto de tener cincuenta años, que se conserva demaravilla. Pues a mí me han contado otras cosas. Que tan pronto como suhombreseva,aÁfricaoquéséyodónde,ellabajaalasgrandesciudadesynotardamuchoendejarsetentarporcualquiera.Hayquienlahavisto,unavez,alláabajo. Parece ser que no estaba sola y tampoco le importaba. Pero eso no estodo.

Sedetuvoparadejarunapausadramática.Sacudiólabarbilla,ydijo:—Pareceserquenolegustanloshombres,túyameentiendes.Fingíquemehabía impresionadosudesplieguede informaciónyqueme

habíasorprendidoconestaúltimarevelación,peroconocíaamiinterlocutora,ysabíaquehabíaquetomarsesuspalabrasconprudencia.Sinembargo,aquellaspalabrasdibujaban,entreexageracioneseinventos,unretratodeladesaparecida,que,quizá,noestuvieratanalejadodelarealidad.

El padre Coudat era quien tenía más que contar y su testimonio deberíahabermepuestolamoscatraslaoreja.Éleratodouncaso:unancianoparaquienla palabra soltero aún tenía un significado muy especial. Toda su vida habíavividosoloconsuganadoysabíaque,almorir,noquedaríanadieparahacersecargo. Por ello, había renunciado incluso a preocuparse, su granja,inevitablemente,quedaríarepartidaendiferentespartes.Eraunviejoencantador,llenodemelancolía,queavecesmehablabadesucelibato,yqueenunaocasiónmehabíaconfesadoquenuncahabíaestadoconningunamujer.Nuncaolvidaréesasconmovedoraspalabrasqueundíapronuncióenvozbaja,pocodespuésdecumplir los ochenta: «Es una pena—dijo—, una verdadera pena». Y él, quecomo toda lagentedeporaquí siempre sehabíapreocupadoporconservar sudignidad,comenzóa llorar,hundidoenunsillón tanviejocomoél.Sí, llorabadelante de mí por culpa de una existencia que lo angustiaba. Tomé su manoporquenosupequémáshacer,y,porunavez,nosupequédecir.

Desdeesedía,losdosmantuvimoselsecreto,comosiunlazoinvisiblequenosunieradeporvida,o,porlomenos,paraelrestodelasuya.Tratabadeverlodosvecesalmes, incluso, sinmotivo,aunquedesdenuestraúltimareuniónno

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hubiera novedad alguna. Cuandome habló sobre la desaparición, no fue parachismorrear o reavivar el viejo recuerdo de los miedos olvidados. Fue paraevocar sus recuerdos, con esa voz que fluía lentamente, al tiempo rocosa ycálida.

—Debes saber, Alice, que yo conocía a su marido, Guillaume Ducat,cuando era pequeño, antes de que supiera cómo caminar. Podría haberseconvertido en un ganadero como todos nosotros, era un niño inteligente, lohubierahechobien,estoyseguro.Peronoeravidaparaél.Yaenlaescuela,loqueleinteresabaeraaplastaralosdemás:elpoder,eldinero,todoloquenuncaencontrarás si no abandonas la región. Por eso se fue tan pronto como pudo.EstudiónegociosenParís,avecesoíahablardeélatravésdealgúncolega.Lefue muy bien, tuvo éxito. Solo volvió aquí cuando tuvo todo lo que quería:fortuna, una mujer hermosa, niños en la universidad. Volvió, un poco paraburlarsede todosnosotros, túyameentiendes,élnoesel tipodepersonaquedejalascosasamedias.

Hablaba con el vaso de vino tinto frente a él, abrigado por el calor delinterior de su casa, a resguardo del invierno gracias a las gruesas paredes degranito.Surostroexpresivohablabatantocomosuspalabras.

—RecuerdoalafamiliaDucat.Eranoriundosdelazona,teníansugranjaen lamesetayno losveíamosmuyamenudoen losmercados.Elpadre teníamás omenosmi edad. Era un tipo complicado, y se decía que tenía algunosenemigos.Circulabanhistoriassobreél,sobrecómohacíalavidadifícilparalosotroscampesinos,cuyastierrascolindabanconlasuya.Hacemuchotiempodetodo esto, por supuesto, pero cuando oigo hablar del hijo que regresó de lacapital,piensoenello.

Loescuché,escuchétodoloquemedijoesedía.HabíaoídoqueGuillaumeDucateraoriginariodelCausse,comoJoseph,yqueaúnpodríatenerenemigosen la zona,perono reparé en eso.Noviningunaconexiónentremi amanteyÉvelyneDucat.Josephcasinuncasalíadesucasa,¿cómopodíahaberconocidoa esta mujer, una burguesa de clase alta con quien no compartía nada? Enretrospectiva,puedeparecerincreíble,perofueasí,nohicenada,apesardelashistoriasquemehabíancontadoespontáneamentemisganaderos.

Simplementepaséporaltolashistorias,esoestodo.Mientras todos hablaban deÉvelyneDucat, imaginándolamuerta de frío,

asesinadaporunahistoriadecelosoasesinadaporunrivaldesumarido,yosolotenía una pregunta en la mente. ¿Por qué de la noche a la mañana, sinexplicación,Josephhabíadecididoponerfinnuestrarelación?Ypormuchoquelointentaba,nopodíadejardepensarenello.

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Los primeros días, me dije que debía haber ido en mal momento, teníaproblemasconsurebañoy,poresarazón,mehabíarecibidocontantafrialdad.Quizás necesitaba un poco de ayuda, de apoyo, después de todo ese era mitrabajo,eraportantonecesariosaberquéestabapasando.Asíqueunmediodía,estando sola en casa, lo llamé por teléfono. No quería demostrarle que sucomportamientomehabíaafectado,queríafingirquesolomeinteresabasaberdeél, comosinohubierapasadonada.Perocuandooí suvoz,mequedéhelada,buscando las palabras, y creo que se dio cuenta. No lo reconocí, estaba secocomo un desconocido. Le hice algunas preguntas: ¿Qué está pasando? ¿Hehechoalgoquenotehagustado?Nosirviódenada,semostrabaseco,comosiestuviéramosdenuevoennuestraprimerareunión,cuandomeabrióconunrifledesde otro lado de la puerta. Estaba ocupado, eso era lo único que decía,mientrasqueloqueyoentendíadetodoaquelloeraqueyanoqueríaverme.Yesofueloúnicoconloquemequedé.

Apreté los labios,miré hacia el techo blanco del pasillo donde estaba depie.Laslágrimasbrotarondemisojos.Inspiréprofundamenteparacontenerlas.

Durante mis rutas, pasé varias veces delante de su cabaña. La nievecomenzabaaderretirse,lossenderosestabansalpicadosdemanchasblancasqueelvientotallabadenoche.Atravésdeloscampos,recorríaelcaminoqueenlosúltimos meses me había llevado a la cocina donde me ofrecí a Joseph. Laedificaciónselevantabadetrásdelosbloquesdepiedracalizay,mirandoporlaventana,busquéamiantiguoamanteenelredilde lasovejasoenloscamposvecinos.Avecesdivisabaalolejossusiluetacorpulenta,quedestacabaenlosmontículos. Lo imaginaba cargando el heno, reparando su maquinaria oarreglando las edificaciones de la explotación, como hacían todos loscampesinosduranteestatemporadacuandoelclimadictabasuley.Encadaunademisvisitas,medabacuentadequecadavezmeirritabamásquemehubieradejadoasí,llenadedudasysinningunaexplicación.

Sí, me dolió no poder regresar a esa casa donde había engañado a miesposo.PenséentodoslosmomentosvividosconJoseph,enloquehabíahechoparaayudarloasalirdelpozo,revivílosinstantesenlosquehacíamoselamorensuenormecocina.Loveíadenuevorehuyendomimirada,acariciandomispechosconlasmanosásperas,vistiéndosedándomelaespalda,comoacuciadoporunrepentinopudor,comosisolodespuéssedieracuentadeloquenoshabíasucedido.

Echabademenoslahistoriaquehabíaempezadoporcapricho.Laechabade menos terriblemente. Traté de reprimir esta idea y me decía que lo habíahechoporél,parasalvarlotraselsuicidiodePopeye,queenrealidadyonolo

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necesitaba. Nunca me había dado placer, me decía, pero no servía de nada,porquecuando,desdemiDacia,veíasusiluetaentrelosedificiosdesugranja,sentía con más fuerza que nunca un deseo irreprimible de tenerlo cerca.Simplementelodeseaba,yqueríasentirlodentrodemíunavezmás,asumanerabrutalyalmismotiempodelicada.

***Los meses que precedieron al 19 de enero, mi aventura con Joseph era misecretomejor guardado. Sin embargo, me hubiera gustado hablar de ello conalguien,compartirunpocode loquesentía.Simamáaúnviviera,se lohabríacontadoaella.Hubieradudado,porsupuesto,perolohabríahecho,ellaeramásfuerte que yo. Y sé cómo habría reaccionado. No me habría dicho nada; deespaldas y con la cabeza inclinada sobre una de las tareas del hogar, habríadejadoquemispalabrasfluyeransininterrumpirme.Lohabríadesaprobado,esoseguro: lo habría leído en las arrugas de su frente. Perome habría escuchadotodoeltiempoysoloporesohubieravalidolapena.Porquehaypocaspersonasdispuestasaescucharte,aescuchartedeverdad,quierodecir.Cadavezqueibaala residencia a ver a mi padre, era consciente de que él no era una de esaspersonas.Mipadresehabíaencerradopensandosolamenteenlagranjayeneltrabajo que ahí realizaba Michel y en la pareja que yo había formado que,además,lepermitíahacerfrentealfinaldesuvidaconunciertosabordeéxito.Asíqueno,noibaamencionarlemirelaciónilícitaconuncriadordeovejas.

NisiquieraselodijeaÉliane.Cuandonosreuníamosconloscolegasparanuestras reunionesmensuales,hacíamievaluaciónsinmencionarmisvisitasaJoseph, y evitaba hablar demasiado sobre él para no levantar sospechas. Amenudo hablábamos sobre el suicidio de Popeye, porque nos habíaconmocionadoatodosy,enparticular,aÉliane.Losdíasposterioresalentierro,sepublicaronartículosen laprensa local, laprofesiónsemovilizó, sedabanaconocer estadísticas, como esa que decía que en Francia se suicidaba unagricultorcadadosdías,pero¿cuántodurótodoesto?Nomásqueunasemana,diría. Y luego nada. Popeye seguía muerto, pero otros temas ocupaban lostitulares, como siempre. Sin embargo, yo no lo había olvidado, pero, pensarsilenciosamente en Joseph,me hacía sentir bien. Pensaba que había salvado auno,quehabíahechoalgo.Nuncalleguéaadmitirmeamímismaquemeestabaenamorando y tampoco imaginaba el daño que él me haría una vez que todoterminara.

Solo una vez, recuerdo, pensé queÉliane lo sabía. Fue en la ciudad, unamañanademercadoafinalesdeotoño,unosdíasantesdeunademisvisitasa

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Josephqueyoesperabaconimpacienciaindescriptible.Elfríoyanosgolpeabaylos productores se frotaban las palmas al servir a los clientes detrás de suspuestos.Compréunpolloaungranjerodemontaña,yalgunaslegumbresenelmercado.Paseabaentre lascreacionesde losartesanoshippies.Habíade todo,joyas extrañas, telas bordadas, pinturas con caras entrelazadas. Había piezasbonitas,yotrasnotanto,solohabíaquebuscar.

Me detuve en la parada de una chica que hacía vestidos reciclando ropavieja. Había reparado en ella hacía dos o tres semanas, era original, tanto sutrabajocomosuestilo.Eradiferentedelasotras,teníaelpelolargoynegro,unacara bonita y alargada, aunque un poco vulgar en mi opinión. Lo másimportante, tenía algo que todos los campesinos de la zona también habíannotado:unpechoredondoyperfecto,tanperfectoqueestabaseguradequenoeranatural.Lasmiradasinevitablementeseposabanenellacuandoloshombrescaminabanpor lacalle,era indecente.Ella, sinembargo,noeramalachica,alcontrario.Mirabasusvestidos,meparecíanhermosos,decolorescálidosybienconjuntados, cuandome sorprendí deseando comprar uno, algo que nuncamehabíapasado,porquenosepuededecirquelamodasealomío.Saquéunadelasperchas,puselatelasobremí,memiréenelespejoquecolgabadeunposteporcables.

—Esotequedaríabien.Megirédeinmediato.EraÉliane,depiejustodetrásdemí,conunasonrisa

dibujadaensucararedonda.—¿Telovasacomprar?Murmuréun«Nosé,talvez»,algoasímientrasmesonrojaba.Sediocuenta

yfruncióelceño.—VasaponerteguapaparaMichel,¿no?Con las manos en la masa. Se rio de su propia broma. No sabía dónde

meterme,nosabíasibromeabaosirealmentesospechabaqueestabaengañandoamiesposo.Tratédedarlelavueltaalasituación,peronosabíacómo.Yfuelavendedoraquienmesalvó:

—Esverdadquelesientabien.Loscolorescasanconeltonodesupelo.No me lo parecía, y tampoco estaba segura de que ella lo pensara

realmente,perosentíquelasituaciónvolvíaestarbajocontrolyderepentemetranquilicé.Lachicamesonrió,memiróconsusojosveinteañosmásjóvenesysus pechos de silicona, yo hice lo mismo y me dediqué a despistar a Élianesacandootrostemas.

Fuelaúnicavezquesentíquemiaventurapodríaterminarenplazapública.Yesomeasustó,porquequeríaguardarloparamí.

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Así que ahora que había acabado, también me tocaba vivir sola midesgracia.

Habíanpasadovariassemanascuandolosgendarmesllegaronacasa.Aúnnohabíasalidoalacarretera,teníaqueiraalmorzaralacasadeungranjeroqueestabadebaja,porquesehabíaheridoconsumotosierramientras limpiaba lastierrasinvadidasporlospinos.Michelacabadesalirdelgranero,estabasentadoenlamesafrenteasucafécaliente,conlosojospegadosalapareddelacocina.Ensusrasgos,unopodíaleerlafaltadesueñoylasnochesentrecortadasporlospartosdelamañana.Eldíaanterior,aunaterneraselehabíagiradolamatrizyhuboquellamaralveterinario.Estabasumidoensumundo,todavíamásqueenaños anteriores, preocupado por mil pensamientos que no se molestaba encompartirconmigo.

MeasustécuandoCédricVigiergolpeólaventana,elcomandanteVigier,asílollamabansuscolegasqueesperabanfuera,apoyadosenelautoestacionadoenlaladera.Cuandoleabrílapuerta,mesaludósucaraagotada,conlasmejillasenrojecidasporelfríobajosucortedepelomilitar,quelorejuvenecíaalmenosdiezaños.Entróenlahabitación,resoplandosobrelasmanosheladas.Leofrecíun café, porqueMichel no semovía; sabíaqueno le gustaban losgendarmes,peroaunasínoescomoparaactuarcomosalvajes.«Gracias—dijoCedric—,hoynopuedo».Tomóunsorbodeagua,ysedesabrochólaparkaparaponersecómodoyasífinalmentepoderrelajarse.

—Llevamossemanasinvestigandoladesaparición—suspiró—.Buscamosentodaspartes,entrevistamosatodoslosqueenestazonaconocíanaÉvelyneDucat,enrealidadnoamuchagente,yaqueellanoeradeaquí.Hablamosconsu familia, sus hijos, sus vecinos. Nadie sabe qué ha sido de ella. Miscompañeros han recorrido hasta la última ruta de senderismo, han buscado enpozos, en abismos y por las cumbres. Miró hacia el techo con el aire deinspeccionarlaarquitecturadenuestracasa.Dabapenaverlo.

—¿Yelmarido?—preguntéparamostrarleapoyo—.¿Nosabedóndepudohaberido?

Cedricnegóconlacabeza.Michellomirabasinmoverse,peroleprestabaatención,aunquenomedicuentadeellohastainmediatamentedespués.

—Por eso he venido, Alice. Sé que conoces a todo el mundo por estasmontañas.¿Nohasoídonadaquepuedaayudarnos?

Estavezrealmenteparecíaunallamadadeayuda.Parecíaavergonzadoporsu pregunta, como si fuera algo que no debía hacer, algo contrario a lascostumbres locales que trataba de integrar en su trabajo cotidiano. Me sentéfrenteaélytratédeorganizarmisrecuerdos.

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—Sabes que la gente de por aquí a menudo se inventa más de lo querealmentesabe.

—Losé,losé.—Nomehallegadonadaenconcreto.Algunoshablandelatormenta.—Sí,nosotrostambiénpensamoseneso,perosisehubieraperdido,ahora

que la nieve se ha derretido, la habríamos encontrado de nuevo. Bueno,habríamosencontradosucuerpo.

Dudé,ymepreguntésiloquemehabíandichomisganaderoserasecretoprofesional.

—Mehanllegadovocesdetodotiposobreestamujerysumarido.Quenoseocupabadeella,porquesiempreestabadeviaje,queellaloengañaba,queélteníaenemigos.

—Sí, sabemos todoeso. Incluso interrogamosaunachica,una jovenquepasaba tiempo con ella, pero no nos llevó a ningún lado.No, pensaba en unapistamásconcreta,alguienquelahubieravisto,querealmentesupieraalgo.

Enarqué las cejasmientras rebuscaba enmimemoria.Ledijequeno.Enesemomentoerasincera,realmentenocaí.Cédricesperóunmomento,memiró,quizáspor si recordabaalgoenelúltimomomento.LuegovolviósuuniformeazulmarinohaciaMichel.

—¿Y tú, nohas visto nada enparticular?—soltó como si fuera unabalalanzada al vacío—. Ya sabes, en este punto, incluso la información másinsignificanteesprobablequenosayude.

Michelnisiquieralomirócuandoledijo:—Notengotiempoparaestashistorias,yasabes.Con sus palabras, enfrió el ambiente como si el invierno necesitara su

ayuda.Mepreguntéqué le llevabaa responderasíyanteelloyonosabíaquéhacer,sinembargo,Cédricnoseincomodó.

—Yaveo,entiéndeme,erasoloporsiacaso.Unsilencioinvadiónuestrocomedor.Escuchamoselvientolatircontrael

establo en la parte trasera y, entonces, Cédric por fin se levantó. Se puso lagorra,seabrochólaparkaysedirigióalasalidadandolasgracias.Seunióasuscompañeros,quecorríanelriesgodecongelarseahífuera,yvielvehículoazulregresarhacialacarreteraprincipal.

Soloentoncesmedilavueltaymiréamimarido,quenosehabíamovido.Buscabalamaneradedecirlequeesanoeralamaneradetrataralagenteenmicasa,peroélhablóprimeroyfrancamente,mecogiódesprevenida.

—Tútampocotienestiempoparaestashistorias.—¿Cómo?

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—Yaestáslobastanteocupadacontusvisitasaesetipo.

***NosécuándoseenteróMicheldemirelaciónconJoseph,peroséquedespuésdelallegadadelosgendarmes,despuésdeesedíaenquemedioaentenderquemipequeño secretoyano lo era, su comportamiento comenzó a cambiar o, almenos,fuesoloentoncesquemedicuenta.Memirabademaneradiferente,ensus ojos podía leer muchas ideas contradictorias. No sabía si estaba celosoporque había descubierto que lo había engañado, si estaba enfadado osimplementedecepcionado.Parecíaqueél tambiénmeevitara,porquesiempreestabaconlosanimalesoensuoficina.Seaislaba:erasuformadeenfrentarsealoquenoshabíapasado.Avecesdejabalagranjaparairalaciudad.Durantelassemanas que siguieron hubo cosas queme pasaron desapercibidas, a pesar dequeimaginéqueteníanqueverconJosephyconmigo.

Todo empezó una noche en casa con una llamada telefónica. FueMichelquien respondió; acababa de regresar de un largo día, preparando las parcelasconestiércol antesde sembrar.Tuve la impresióndequeesperaba la llamada,cuandodescolgóelteléfonodelpasillo.Yoestabaenlacocina,preparandounadeesascenasqueíbamosacomerdenuevocomodosextraños.

No oí lo que decía, solo escuché algunos fragmentos. Hablaba con unpolicía.Sí,escuchéesapalabra,policía,querepitióconvozseria,creyendoquenolooía,pero,sobretodo,leescuchédecir:

—No,noquieropresentarningunadenuncia.Esomellamólaatención,obviamente,ypenséenJoseph.CuandoMichel

colgó,loseguíconlosojosmientrassedirigíahaciaelcomedor,peroélfingiónoverme.Salióde lahabitaciónpara escapardemipresencia.Pensé: ¿qué setraeentremanos?

En esemomento, sentí quemi historia semehabía ido totalmente de lasmanos,queparecíaqueyanitansiquierameimportabaloquehabíasucedidoy,sinembargo,erasoloelprincipio.

***Unos días más tarde, volvía de la ciudad, donde me había reunido con miscompañeros, para nuestro informe mensual. Éliane y los demás me hicieronnotarenseguidaqueyonoestababien,quenoeralamismaalnodirigircomosiempre las discusiones. Sin embargo, nadie me preguntó nada, no sé si porpudor o indiferencia. En resumen: todavía nadie había venido a ofrecerme

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ayuda.Eratarde,yaeradenochecuandopusemisarchivossobrelamesa,agotada

despuésdeunlargodía.Cenésola,polloyarroz,lorecuerdo.PenséqueMichelestaba con sus animales, y que por eso no lo había visto todavía, pero estabaequivocada: oí unmotor que sacudía el silencio de la noche y, a través de laventanadelapuerta,vi la luzdelosfarosqueatravesabalaoscuridad.Diounfuerte portazo al cerrar el coche, e inmediatamente reconocí en sus pasos quealgoibamal.Recorrióenfadadoelcaminodeentradahastalacasayentródandoungolpeconlospiesenelfelpudo.Tratódeescondersurostrocuandomevioalotroladodelasala,peronoestoyciega,ylovi:teníaungranhematomadebajodel ojo derecho. Se había peleado con alguien, no había que ser vidente paraadivinarlo.

Noreaccionéenesemomento,solodejéqueserefugiaraenelbaño,perodespuésdeunosminutosmerecuperé.Apesardetodo,estumarido,pensé.Menecesitaba,comotodohombrenecesitaasumujer.Repentinamente,volvióamimemoriaelrecuerdodeaquellaparejaalaantiguaqueformabanmispadres,detodosaquellosmomentosenlosquemamáhabíaestadoalladodepapá,cuyossilenciosdecíanmásquecualquierotrodiscursomientrasellaestabadepie,asuladoenlacocinadelaantiguacasa.

Melevanté,empujadaporunaespeciededeberconyugal.Abrílapuertadelbañoyloencontrémirándoseenelespejo.Lomiréporunmomento,yledije:

—Siéntate.Sentíquenolehabíahabladocondulzuradesdehacíameses.Negóconla

cabeza.—Vamos,siéntate.Yomeocuparé.Dejócaersusmanosenelbordedelfregadero,vacilandounossegundos.Y,

finalmente, con la renuencia de una bestia que regresa al establo después delbuentiempo,sesentóenelbordedelabañeraylevantósurostrohaciamíparamostrarme la herida. No era agradable de ver: el párpado inferior se habíahinchadoyocultabalamitaddelojo,yelhematomadescendióhastalamejilla.Tambiénteníaunaheridaenlaceja.ToméunacompresaylaempapéconDakinparadesinfectarla.Nosemoviócuandolaapliqué.Después,lepuseunpocodeungüento de árnica. Al frotar su piel, mis dedos notaban el calor que emitía.Michelseguíasindecirnada,conloslabiosapretados.

Mientras estábamos así, tan cerca el uno del otro en el pequeño lavabo,volví a recordar el tiempo en que compartimos juntos un proyecto de vidacomún,cuandonosexplicábamosnuestrosdías.Yodisertabasobreelperfildemisganaderos,quejándomedelcarácterdesusanimales,deaquelquenoeralo

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bastantematernal o del que se escabullía por los pastos demontaña. Volví apensar enÁfrica y en los viajes que nunca se concretaron,me imaginé en lasabanaolvidandonuestraexistenciacotidiana.Medicuentadequetodoesoyanoexistía.

Habíanpasadocosasduranteeseañoqueyano separecía aningúnotro.MientrasporlanochetodavíasoñabasecretamenteconJoseph,medicuenta,nosinalgodenostalgia,que lohabíamandado todoa lamierda.Tragué salivaydije:

—¿Fueél?¿Tehizoeso?En lugar de contestarme, Michel exhaló un suspiro. Comprendí que era

inútil. Estaba convencida de que había sido Joseph quien lo había golpeado.Aunque mi esposo le sacaba una cabeza, Joseph era duro, no era inteligenteenfrentarseaél.PeroMichelnoibaaconfesaralgoasí.Loguardaríaparasíynunca mencionaría el tema. Quedaría entre ellos, entre dos campesinos quehabíanconocidoalamismamujer,queerayo.

Así que continuémasajeando sumorado, pero guardé silencio porque nohabíanadamásquedecir.

***Fuelacasualidad,dehecho,loquehizoquevolvieraacruzarmeconJoseph,delocontrarioyonomehubieraatrevido.

Estaba en lameseta, conduciendo a lo largode la pista de aterrizaje.Lastemperaturassehabíansuavizado,lospastosapenascomenzabanabrotarenlasparcelasdondesoplabaelviento.Uncolorverdebrillanteemergíadelfondodelasgargantas.Teníauntractordelante,quetirabadeunremolquellenodepaja.Uno que ha agotado su stock del año, me dije, y que se ha visto obligado acomprar otro para terminar la temporada.No le presté atención almodelo deltractor, pero al sobrepasarlome di cuenta: era Joseph, era él quien conducía.Reconocí su mandíbula cuadrada en la cabina elevada del tractor. Conducíamirando fijamente frente a él, conuna colilla atrapadaentre sus labios.Enmiespejo retrovisor,vicómosealejaba,dudéunpoco,pero luegohiceunmediogiroparaasívolverasituarmetrassusgrandesruedas.

Lo seguí, avanzando lentamente como él, mientras mi corazón latíadesbocado enmi pecho.Dejábamos atrás lasmurallas de piedras apiladas, lasestacas de castaño, los alambres de púas que rodeaban las tierras Bonnefilledispersasalolargoyanchodelameseta.Aeseritmo,nosllevóunbuencuartodehorallegarhastasucasa.

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Aparquéalpiedelaescaleracomolohabíahechoenlosmesesanteriores.Élcondujohastalaentradadelgranero.Cuandodescendió,girólacabezahaciamí,memiróenfadadoyluegocontinuó,sinmás.Sequitólagorra,latiróenelasientodel conductor y se subió a su remolqueparadeshacer los amarresquesujetaban sus botas. Verlo así después de semanas de ausencia, con suspantalones destrozados, su sudadera descolorida e ignorándomedesvergonzadamente,medolió.Loobservéporunmomento,mientrastrasteabaconunasbotashastasugranero.Cuandomeacerquéaél,teníaunaenormebolaenlagarganta.

—Joseph—dije—.Tenemosquehablar.—Notengotiempo.Estoyocupado.—Joseph.¿Porquélohiciste?No respondió, como si golpear a mi marido fuera algo anodino y no

merecieraningunaexplicación.Estoyocupado,estoyocupado,solosabíadeciresodesdeel19deenero,yyoyaestabahartadeescucharesamalditafrase.Conunabotabajoelbrazo,nitansiquierasedetuvofrenteamí.

—Joseph,detente.Háblame,¡porDios!Encadenaba sus idas y venidas y me dejaba atrás, imperturbable. Sentía

mucharabia, teníaganasdedarleunabofetada,degolpearlo,dedarlepatadas.Y, sin embargo, a pesar de todo, yo seguía pensando en nosotros, en nuestrarelaciónqueahoraparecíatanlejana.Hubierabastadounapalabra,unasonrisa,para hacerme callar y ofrecerle de nuevo mi cuerpo. Comencé a seguirlo, aimitarsucaminata,delremolquealagranjayviceversa,peroencuantotratédeentrar enelgranero, se crispó.De repente, segiróhaciamíyme fijó con susojosdemasiadoapretadosparapoderverlaspupilas.

—Fueradeaquí—ordenó,sujetandoelhenobajosubrazo.—Joseph…—Fuera,tedigo.Ensuvozhabíaunaagresividadquejamáshabíasospechadoqueexistiera

enél.Lomirésincomprender,dolida.Suavemente,volvílacabeza.Enelmediodelestablo,enlalosadehormigón,juntoalsiloyalmaterial

almacenado, había un pequeño cubo de heno, y una treintena de botascuidadosamente apiladas, alrededor de las cuales colocaba las nuevas. Mepareció una manera extraña de organizar su stock, pero eso era todo. Olíentonces un olor, un olor fuerte y penetrante que en ese momento no supeidentificar.

—Alice,vete—dijomáscalmado,comosisecontuviera.

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Volvíamirarlo,intentandodescifrarsuexpresión.Nohabíanadaenella.—Joseph—dije,deslizándomesuavemente—,explícamequépasa.Sinqueyolosupiera,laslágrimasllenaronmisojos.Sí,lloréporqueestaba

perdida,porquenoentendíanada.Lloréporquetodavíaloamaba,porqueechabademenosalJosephquehabíaconocido,porquehabíagolpeadoaMichel,porqueescondíacosasensugranjaqueyomemoríaporsaber,pararehacerpartedesuvida y así, incluso, poder ayudarlo. Sí, si me lo hubiera pedido, lo habríaayudado,sinimportarquéhabíahecho.

Peroamedidaquepasaronlossegundos,medicuentadequeél,silenciosocomounasombra,soloesperabaunacosa:quemefuera.

CondujedurantekilómetrosdespuésdedejaratráselestablodeJoseph,conmás preguntas enmi cabeza que cuando llegué.Me dirigí a las aldeas de losvalles, rodeados por los cortantes relieves que dibujaban en el cielo líneasdiscontinuas. Los colores volvían gradualmente a las laderas bañadas por sol;habíaalgorelajanteenlospaisajesquevolvíananacer.Enelespejocentral,memiré y pasé los dedos por mis mejillas y por mis ojeras hinchadas por laslágrimas. Y, por extraño que parezca, fue entonces cuando, por primera vez,relacionéaJosephyladesaparicióndeÉvelyneDucat,alrecordarloquehabíavistoenelestablo,peroerademasiadotarde.

***Fue una noche, una semana después, cuandome di cuenta de que algo habíasucedido.La noche anterior,Michel no había dormido ami lado, pero nomehabíapreocupadoporeso.Noeralaprimeravezquepreferíalacompañíadesusanimalesodesuoficinaalamía.Yoestabaafuera,sentadaenlosescalonesdela casa, sumida enmispensamientos, cuandoescuché lasvacas en el granero.Nunca habían sido especialmente silenciosas, pero después de pasar toda unavida en una explotación bovina, conocía sus gemidos como mi propiarespiración.Seestabanquejando.

Agucéeloídoparaescucharmejoryadivinéquealgoibamal.Melevantéyfui hacia el granero. Llegué a la puerta, sujeté el asa para tirar de ella y derepente fui asaltada por una duda. Una imagen acababa de cruzar mi mente.ImaginéaMichel,colgadodelavigamásalta,comoPopeyeunosmesesantes.Mesacudiócomounadescargaeléctrica,fruncíelceñoymequitéesaideadelacabeza, diciéndome, tú ves demasiada televisión, sí, tú.Deslicé elmetal y, enefecto,nohabíanadiecolgandoenelgranero.Dehecho,estabantodaslasvacasen sus cunas con sus terneros recién nacidos. Estábamos a una semana de la

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salida a los pastos y tal vez comenzaban a notarlo y se impacientaban porreencontraseconlasparcelasdelamontañadondepastarsinobstáculoshastaelpróximo invierno. Sin embargo, no gemían por eso, además habían redobladosusquejidosamillegada.

Recorrísusmiradasdesorbitadas,observéaquellugartancercademicasaenelquenohabíapuestopiedesdehacíamásdeunaño.Nome llevómuchotiempodarmecuentadeloquepasaba:Noteníannadaparacomer,niunaramitadehenoparallevarsealaboca.Detrásdeellas,elestiércolseacumulabaenlasceldas.CalculéqueMichelnodebíahaberpasadoporallíenlasúltimascuarentay ocho horas.Eramuy extraño, nada habitual en él.Había una bolsa de henoabiertaenelfondodelgranero,laarrastréylaextendílomejorquepudedebajodelasbocasdelasvacas,quesearrojaronsobreellayaplastándosetraslasrejaspor la comida. De vuelta al patio, llamé a Michel por el móvil, pero norespondía.

—¿Quéestápasando?—murmuréparamí.Inmediatamente, pensé en Joseph, en el ojo morado, en lo que estaba

escondiendoensugranero.Porsupuesto,podíahabertenidounproblema,habíamiles de razones para explicar la ausencia de Michel, pero en ese momentoestaba segura de que había un vínculo con todo lo que había sucedido en lasúltimassemanas.Asíque,temblando,mesentéalvolantedemiDaciaycondujeendirecciónalameseta.Yaestá,pensé,sehanmatadoporculpamía.Malditasea,lohabíaechadotodoaperder,habíaalteradolamecánicayhabíaperdidoelcontroldelasituación.

Mientrasbajabalasladerasdelamontaña,micorazónseencogíaentrelashiniestas, cuyas flores pronto iban a adornar nuestras tierras con ese amarillobrillante, y pensé en papá.TeníamiedoporMichel, por supuesto, tendría quehaberpensadoenél también,peroenesemomento loúnicoquesemepasabapor la cabeza era la reacciónde papá si se enterabade que su antiguo rebañohabíaestadovariosdíassin recibircuidados.Mesentículpableporpensarasí,porpensarsoloenmipadre.Seguíconduciendohacialaciudadeibaagirarparacruzarelríocuandolovi.

Frenéderepenteymeasegurédeloquehabíavistoenelretrovisor.Sinduda,eraella.Como si estuviera abandonado, ahí estaba, aparcado a un lado de la

carretera,elcochedeMichel,peromeacordésinproblemaqueesesitionoeraunsitiocualquiera.Fueallí, enmitaddel invierno,con la tormentacon fuerzasobrelasladerasnevadasdemimontaña,dondehabíanencontradoelcochedeÉvelyneDucat.

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***

Al día siguiente, todo el mundo sabía que se había producido una nuevadesaparicióny estoy seguradeque, en elmercado, todosdabanvueltas a estahistoria,diciéndosequeapesardetododosdesaparicionesyaerandemasiadasylamentándose que ni tan siquiera se podía ya vivir tranquilo. Me imaginoperfectamentequetodoslosrumoresquedebieroncorrersobreMichelyyonoseríanmuyhalagadores.Nosalídemicasa,norespondíelteléfonoquesonabatodoeltiempo:papápreocupándoseporlagranja,Élianeymiscompañerosdetrabajopreocupándosepormí,losvecinosqueriendosabertodoslosdetallesquenosalíanporlatele…Solohabléconlapolicía.Omásbien,conunpolicía,conelúnicoenquienconfiaba.

Cédricllegósolo,tanprontocomolollamé,tenso,deuniforme,alomejorentreellospensabanqueeraelcomienzodeunaseriedeasesinatosyyatratabande imaginar quién sería el siguiente. Respondí a sus preguntas con vozestrangulada,detallándolemisaccionesdeldíaanterior.

—Alice,haremos todo loposibleparaencontrarlo—medijo,confiado—.Dime,¿teníasproblemasMichel?¿Creesqueteníaalgúnenemigo,alguienqueloquisieraperjudicar?

Traguésalivaydijeenvozbaja:—Sí.Sunombrees…JosephBonnefille.—¿Bonnefille?Sucaraseiluminó.—Sí,¿porqué?—GuillaumeDucatsepusoencontactoconnosotroshaceunosdías.Dice

que alguien entró en su propiedad. No estaba seguro de quién fue, pues alparecerllevabaquinceañossinveraltipo,yporesonocreíaquepudieratenerrelaciónalgunaconladesaparicióndesumujer.Peromedijounnombre.JosephBonnefille.Yapartirdeahí,comencéaestablecermásdeunaconexión.

Y mientras Cédric llamaba por teléfono y daba sus instrucciones: «Nosencontramos al pie del Causse y vamos directamente a su casa, yo llamaré aDucatdecamino»,yomemaldecíapornohabermedadocuentaantes,porserresponsablede todo loquehabíapasado.Esa imagenmehelaba la sangre:mimarido,muertoalladodeÉvelyneDucat.

DoscadáveresocultosenelmontóndehenodeJoseph.

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Joseph

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Haydíasenquenoquieresvolveralinterior.Te levantas con el sol de veranoque se arrastra por el cielo, y te quedas

mediodormidoenlagaleríadetrásdetugranjacontuperroquesedalavueltacomo un pequeño demonio. En la parcela donde han pastado toda la noche,recogesa tusovejas, lascuentasunpoco,devista, soloparaversialgún lobobastardo no se ha comido ninguna. Las llevas a pastar de nuevo, gritándolesaunquedespuésdetantosañosyanotehacencaso,vasmásalládelaavenidadonde tu abuelo una vez perdió una oveja, cierras la cerca. Allí, en lugar devolversobre tuspasos, tesubesa lacolina, tesientasenelbordedeunmuro,enciendes un cigarrillo y miras el rebaño, disperso, como hacen los pastoresdesde siempre. Observas susmovimientos que te hacen pensar en un río quefluye, que apareceydesaparecedetrás de las rocas.Sabesque tienesque irte,que el trabajo te espera. Hay mucho trabajo todo el tiempo. Piensas en lospapeles que se amontonan en la mesa de la cocina, las cercas que hay quereparar,elestiércolquerepartirporloscampos.Peronopuedes.Siguesmirandosinmovertede tupiedra.Noestásbien,noes solounacuestióndecabeza,esalgomásdentrodetiloquenoestábien.Comovivessolo,alfinalhasaprendidoaconocerte.Sabesquesiaquí,enmediode lamontañaycon tusanimales, tesientes mal, significa que dentro será aún peor. Y luego empiezas a odiartambién a tusovejas.Ya sabesqueno tienen la culpa: tú eres el pastor, no alrevés.Peroesonocambianada.Lasodiasporqueno tienesnadiemásaquienodiar.

Cuandollegandíasasí,suelomirarhaciaabajo,amisombra,quesevuelvemáspequeñaconcadahoraquepasa.Sigosumovimientosobrelahierbasecaylas piedras grises.Me digo que almenos esta sombra siempre estará allí. Nonecesito hablar con ella ni hacer nada para que siga enmarcha.Pienso en losancianos,enlashistoriasquemecontabandeniño.Antes,losviejosdecíanquetusombraera la imagendelamuerte.Comoundobledetiqueseaferraa tuspasosytedejaeldíaenqueestásbajolatierra.Avecesmeimaginolavidadeloscampesinosdeantañoytodaslascreenciasquelespudríanlavida.Historiasdefantasmasquenoqueríanabandonarlascasasdondehabíanmuerto,hombresloboque atacabana losniñospara comer suhígado,muertosvivientesque seocultabanenelbosqueparaacecharalosvivos.Nuestrosantepasadoscreíande

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verdadenesascosasycuandopasabancercadeestoslugaresmalditosechabanacorrer. La abuela a veces hablaba de eso, se burlaba de su madre y la hacíarabiar,peroestabaclaroquenoselotomabaabroma.

Heconocidocientosdedíascomoeste,cuandosoloesperasaquelleguelamañanasiguienteparavolveraempezaraesperar.

Peroesamañanadeagostofuediferente.No eramuy tarde, la luz caía sobre los cabellos de ángel demis tierras,

llenándolas de pequeñas olas peludas en el medio del desierto de zarzas ypedruscos.Losbuitres leonadosyamerodeabanporallí;nuncamegustócómome miraban. Sabía que iba a ser un día caluroso y las ovejas empezaban aagruparse alrededor de los pinos, remoloneando. Guillaume ladraba pero nocomosinada,noibanacomernadahastalanoche,eraasídesdeelcomienzodelverano.Mequitabalasespinasde loscardosde losbajosdemispantalones,ycomocienvecesdesdeeldíaanterior,revivíloquehabíasucedidoenmicocina.

Algoincreíble.Habíahechoelamorconlatrabajadorasocial.Estaba un poco avergonzado por la forma en queme había comportado,

debiódetomarmeporundesgraciadoquenolohabíahechonunca,aunquenofueraasí.Sehabíaacercadoamíparabesarme,ycomonoloesperaba,mehabíaechado atrás. Estaba encerrado, todo en mí era tensión. Me sentí incómodo,realmente incómodo. Ni siquiera sabría decir cómo era desnuda porque soloquería mirarla y al mismo tiempo no me atrevía. Aun así, era una mujer. Y,bueno,conlasmujereshayquesercuidadoso.Quierodecir,hayquecontenerse,esoesloquesiemprehepensado.Además,eralatrabajadorasocial,porsifuerapoco; ni siquierame atrevía a llamarla Alice, era la trabajadora social y solopodíapensareneso.Poresomesentía incómodo.Peromegustó,sí,novoyamentir.

Solodespués,porlatardeyesamañanaconlasovejas,medicuenta.Todoeraigual,exceptoquehabíaunextrañorecuerdoqueestabaallí,plantadoenmicabezacomounabestiasalvajequenoperteneceaunrebañodeovejas.Mehizosentirbien.Mesentíunpocomásfuerte.Tuvolasensacióndequelabolaenelvientrequesiempremeacompañabaa todaspartessehabíarelajado.Sonreíalvacío,penséquehabíanacidoalgodentrodemí.Volvíamirarmisombraylearrojéunguijarroparaprovocarla,parademostrarlequehoynoleteníamiedo.

Exceptoqueestabaequivocado.Dehecho,noeralatrabajadorasocialloqueibaahacermesentirmejor.Y

noerabuenmomentoparaprovocaramisombra.

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***Nosécómoesparalosdemás,peroyonohequeridovivirsolo.Lasoledadnocayósobremídurantelanoche.No,llegódespacio,tuvetiempoalolargodelosaños de verla llegar, de sentir que me rodeaba como una enfermedad grave.Empezó antes que yo, por cierto. Papá conocía a siete granjas en la región,cuando aún existía eso de la solidaridad campesina, y la gente vivía unida,ayudándose.Creoqueentonceseramásfácil,aunquenohubieraaguacorrienteylasmáquinasnuevas.Enmigeneraciónyasoloquedabanotrosdosgranjeros;los demás se fueron poco a poco.Vendieron sus tierras. El último ni siquieraencontró un comprador. Terminamos solos aquí, yo, papá ymamá.Nome dicuentadeloquesucedíaensilencio,yporeseentoncesnonosentristecíaquesefueran, porque aprovechábamos para ampliar un poco más nuestra parcela.Después de la escuela secundaria, estudié formación agrícola yme asocié conmis padres para seguir llevando la explotación. Era lo que ellos querían y yotambién.Bueno,esocreo.Noprestéatenciónaloquesucedíaamialrededor,alos demás que encontraban esposa y se casaban y empezaban a tener críos.Llegabanenverano,seinstalabanenloschaletsylasresidenciasdeverano,yyolosmirabadelejosymedecíaqueaúnteníatiempo.

Semeolvidóocuparmedeeso.De la granja sí me ocupé, de seguir adelante con la labor de papá, de

sacrificarlapartedelrebañoporqueeraimposibleordeñarlasatodasyosolodosvecesaldía.Perosemeolvidónoquedarmesolo.Onohiceloquedebía,nolosé.Papámurióantesdeloesperadoporculpadelmalditocáncer.Entoncesmedi cuenta de lo que iba a pasar, durante los cinco años en que mamá y yoconvivimosenlagranja.Medicuentadequeerademasiadotardeparamí.Labolaenmiestómagoempezóacrecer.

Alprincipio,cuandolatrabajadorasocialvinoavisitarme,medijoquetalvez sufría una depresión. Debido al aislamiento y la carga de trabajo con losanimales,dijo.Queríaenviarmealpsiquiatra,comoaloslocos,ydijoquehabíamedicamentosparacuraresohoyendía.Peroledijequeno.Pensabavivirasí,nadamás.Noibaacontarlemividaaunadesconocidaquenosabíanadasobreel mundo campesino; además, toda la meseta lo habría sabido y sería lacomidillade lagente.Tambiénmepreguntó si seruncriadorera realmente loquequería,simi trabajomegustaba,cosasasí.Talvezhabríaquebuscarotramanera, dijo, y me explicó que hoy en día la gente cambia de trabajo variasveces,quenosepasanlavidahaciendolomismo.Tambiénledijequenoaeso.Nosésimegustaestetrabajo,perosíséquenotengoganasdecambiar.

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Tal vez no tengo la fuerza o la valentía de hacerlo, pero es lo mismo.Despuésdelamuertedemamá,necesitabalaayudadelostrabajadoressocialesparasolucionaralgunascosas,yevitarquelagranjasecayeraenpedazosporqueno sabía cómo llevarla.CuandoAlice empezó a venir, yo estabamal, y habíadescuidadolaexplotación.Inclusomeolvidabadecuidardelasovejas,porquelasodiaba,comositodofueraculpasuya.Alicenohabíalogradocuraresaboladeangustiaquearrastrabadesdequevivíasolo,peroaunasímehabíaayudado.Poresoleestabaagradecido.Veníaunaodosvecesalmes,meayudabasobretodoconlaburocracia,eradeloquemenosmehabíapreocupado.Susvisitasmeacompañaban,eraunapresenciaenmivida,yesonoerapoco:avecesnoveíaanadiedurantequincedíasseguidos.Merelajabaunpoco.Ellahablabamucho,era así.Yo tratabade ser amable, dedarle conversaciónparaqueno se fuera,porqueesonomegustaba.Cuandomequedabasolo,éramosyoymiangustia.Perosobretodomededicabaaescucharla.Porquelaverdadesesa:nuncasupecómohablarconlagente.Conlasovejas,sí,sécuándohablarlesconsuavidadparacalmarlas,cuándogritarparaquenobloqueenel terrenodeotro.Peronosoybuenoconlaspersonas.Esunadeesascosasqueolvidéaprender.

Noesperabamásdeella.Nuncasemeocurrióque,bueno,quepasaríaeso.Noesquenomeparecieraatractiva,notienenadaqueverconeso.Alcontrario,eraunamujerelegante.Olíaaperfumecomolasmujeresquesepreocupandeestarguapas.Tambiénmegustabanlosvestidosconestampadosdeflores,esosqueempezóallevarenprimavera.Seadivinabansussenospordebajodelatela,ysédemuchosquenosehabríanperdidodetalledelespectáculo.Peroyono.

Nopensabaeneso,nuncahesidoasí.

***Notardéendarmecuentadeque,dehecho,nadahabíacambiado.Volvióvariasvecesalacasayvolvimosahacerelamor.Estababien,megustabahacerlo,noeraeseelproblema.No,elproblemallegódespués,cuandoellaseiba.

Fue una noche de septiembre, cuando lo comprendí. Había salido con elrebañoyelperro.Lanochecaía lentamenteenelcielosobreelsuelosecodelcalurosoveranoquehabíamostenido.Empezabaarefrescarlojustoparaquelasovejasvolvieranapastar.Mesiguieronsinpestañear,agitadaseimpacientesporgozardelahierbafrescaquelesreservabaparalasalidanocturna.Unaternerasepegaba amis tobillos, comohacía siempre.La había llamadoPégouseporqueeracomounaollallenadepegamento.Avanzabaporelsenderoalolargodelosmuretesagitandomibastónyfumando.

Derepente,justodespuésdepasarlacruzdepiedra,medetuve.

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Mirémigranjadetrásdelasrocasymedije:mierda.Sentí que la bola volvía a brotar en mi vientre. O tal vez nunca se fue.

Entoncesloentendí.Seguíguiandoalrebañoyluegoregreséacasa.Hicelomismodesiempre,

lo de todos los días. Bebí un vaso de genciana. Abrí una caja de comidacongelada,lacalenté,ymelacomímientrasveíalatelevisión.Eraunodeesosconcursos de cocina, gente que cocinaba platos con productos que nosotroshabíamoscultivado,aunquecostabareconocerlos.Pensélomismo:veraquellosprogramasañotrasaño,cansaba.Norecogílosplatossucios,ymefuiadormiraldormitoriodelprimerpiso.Nohacíamuchotiempo,eramirutinadecadadía.

Alláarriba,cuandolanochese instalaparasiempre,es lopeor.Esdonderealmentetedascuenta,debajodelassábanas,todavíaamediovestirenlacamagrande en la que solo duermes tú, cuando sientes el pesode la barraca que lavidahaabandonadoconlosaños.Pasalacorrientedeaireporlasventanasqueestánabiertas.Detrásdelapuerta,teimaginaslahabitacióndetuspadresdondeuna mañana encontraste a tu madre, el día en que nunca más se levantaría.Escuchaslossonidosquesecuelanenelsilenciocomoinsectosatravésdeunamaderapodrida.Enelexterior,seoyeelsilbidodelautilloposadoenalgúnlugardelamesetadepiedracalizadecolornegro,avecestambiénseoyealoscorzoso los ciervos gimen, si están en celo. Debajo, en la cocina, al lado de laalmohadarotadondeGuillaumeduerme,estáelarmario.Allísealmacenanlostrastosdetumadre,laspostalesqueenviócuandofueaLourdes.Siselodijeraaalguien pensaría que estoy loco, pero estoy seguro de que el armario tambiénhaceruidos.Comosisemoviera.Ahuyentolaideatanprontocomollega,conlosantiguosfantasmastrasella,perolosruidosnodesaparecen.Tehacepensar,inevitablemente,ytepreguntassitodoesoestáentucabezaosiestumadrelaquetratadehablarcontigo,porquenuncasefueenrealidad.Luegotedicesqueeste sitio no está hecho para un hombre solo, que la vida que llevas no eshumanayquelabolaentuvientretedevorapordentro.

Esa noche, alrededor de las once o de lamedianoche, aún dormía.Dabavueltasen lacama,yde repente levanté lacabeza.Y losoí.Llegabaun ruidodesdeelarmariodelpisodeabajo,eranreales.Nosetratabadeunruidofuerte,erahastadiscreto.Lamaderacrujíaychirriabasuavemente.Abrí losojosyvilas estrellas inmóviles en el cielo entre los postigos que ya no cerraban. Yentendíelmensaje:eramimadre,queveníaarecordarmequehacerelamorconlatrabajadorasocialnocambiabanadaenabsoluto.

Quelasoluciónamiproblemaestabaenotraparte.

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***De joven, recuerdo cómo los chicos hablaban de chicas.El fin de semana, susubíana loscoches, corríana todavelocidadpor las carreterasde laCausseybajabanalvalleparairalasfiestasdelpueblooalasdiscotecas.Bebíantodoloque podían, hasta arriba de cerveza, de pastís, como si buscaran vaciar elcansancioacumuladodelasemana.Cuandoteloscruzabasellunescaminodelasparcelasqueíbamosacosechar,secontabanhastaelúltimodetallemientrasreían. Me gustaba escuchar sus historias, quién aguantaba mejor la bebida, aquién habían echado primero los gorilas de la discoteca, quién había estado apuntodequedarseen lacarretera,porunvolantazo.Yo tambiénme reíay lesdecíaque sí, que lapróximavez iría conellos,quenos lopasaríamosbomba.Peronuncalohice.Siempreencontrabaunaexcusaparaquedarmeencasaconmispadres,yloschicossabíanquenuncalosacompañaría.

En el fondo, no creía que esa vida fuera para mí, aun así por la nochemirando la tele me sentía un poco celoso, de todas las aventuras que jamásconocería.Medecíaqueerasuficienteconescucharsushistorias,unpococomosi hubiera estado con ellos. Pero siempre llegaba el momento en que seencontraban con las chicas que habían conocido esa noche, muchachas quevivíanmás lejosyquenoerande la región.YentoncesPierre,elquevivíaalotroladodelamontaña,decíasacudiendolamano,depiejuntoasutractor:«Tejuro que esa no te puedes imaginar todo lo que me hizo, solo quería que lafollara,semoríadeganas»,yentoncesyoseguíariendoperoyanomeparecíadivertido.De repente, no quería sabermás detalles y tenía prisa por volver acasa.

Una vez, mamá me dijo que era un romántico y que por eso no habíaencontradoaunamujer.Porqueesonolesgustaba,segúnella.Yonocreoquefueraporeso,peroquizánoestabaequivocadadeltodo.Esciertoquenuncamegustóoíraloschicoshablarsobresusencuentrosnocturnosyquesolomecreíalamitaddeloquecontaban.Claroqueavecesporlanoche,miroesaspelículasporinternet,dondehacencosasqueparecenimposibles,aveceshastacuatroocincopersonasalavez.Séquenoesdeverdad,quesonsoloactores,yquelascosasnovanasíenlavidareal.No,paramílasmujeressiemprehansidoseresdeotromundo,alasquenoentendíadeltodo,ojuntoalascualesnosabíamuybienquéhacer,aunquemeparecíanbonitas.Nolesdecíamuchascosas,aunqueme gustaba verlas y escucharlas, desprenden algo dulce y agradable que loshombresnotenemos.Mehubieragustadotenerunamujerdeverdad,comoyolaimaginaba,quehubieraaceptadocompartirmividaconellaenlamontaña.Susonrisasehabríapintadoen todas lashabitaciones,y sehubieraquedadoa las

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durasyalasmaduras,eninviernoycuandoloslobosatacanlasovejas,ytelasencuentras destripadas a lamañana siguiente.Peronunca la encontré.Ono labusquédeverdad,nolosé.Ytalnisiquieraexista.

Algunaheconocido,sinembargo.Una,sobretodo:sellamabaSophie.Eraenfermeraycuidóapapáalprincipiodesucáncer.Creíaqueestabaallíporeso,nuncasemeocurrióirmásallá,ydehechonomehabríaatrevido.Fuemimadrequienpusoel temasobre lamesaporquesabíaquealgúndía ibaanecesitaraalguien y que yo no movería un dedo. Sophie aceptó y casi creí que todoterminaría bien. Era una chica amable, morena y siempre bien peinada, quehabía crecido en los campos, al principiomis padres pensaron que nos habíatocadoelpremiogordo.Duranteunassemanas,vivióconnosotros.Peronosupecómo tratarla. No supimos, más bien. Aún recuerdo las imágenes de Sophiecuando ibadeunahabitaciónaotraoa lacocinaynosotros tres,yo,mamáypapálamirábamosdiciendoquenosehacíaasí,queesootroseguardabaenotrositio, que no se podía encender la radio antes de que el rebaño volviera alestablo. En fin, el día en que mamá decidió que era mejor que se fuera, viclaramentequeSophieestabaaliviada.Ytambiényo,enciertomodo,porqueeneseentoncesnocreíaquefueraunasuntourgente.

***A medida que pasaban las semanas y la trabajadora social venía a verme yhacíamoselamorencasa,nomesentímenossolo,alcontrario.Cuandovenía,traíaconsigounpocodedulzura,ymedecíacosasamablesqueenesemomentomehacíansentirbien.Perodespuéscuandoseibatodoempezabadenuevo, laboladeangustiavolvíaysehacíainclusomásgrande.Medolíaregresarconelrebañoporlanoche,sabiendoqueempezabaunanochemás.Ycuantomásnosveíamos, menos me gustaba esa extraña relación, había algo que no teníasentido.Noentendíaquébuscabaella,quéesperabademí,quéqueríadarmeono. Hablaba mucho, pero eso no arreglaba nada. Al final sí que acabéentendiéndolo,aunquenomelodijera:estabatristeporsumarido,alqueyanoamabaperonoquería dejarlo.Yo solo era lamanera quehabía escogidoparacomplicarse la vida. Podría haberlo hecho con cualquier otro. No me gustódemasiado.Me recordó a laspalabrasdePierre acercade lasmujeres, cuandovolvíadeladiscotecasobrelasmujeres,yenelfondo,ensanchólabrechaquesiempre me había separado de las mujeres. Me dije a mí mismo quedecididamentenoerancomoyoyquenuncalograríaentrarensumundo.

Además,loquepasódespuésdemostróqueteníarazón.Vi a sumarido una vez. Fue en el otoño, solo unos días después de que

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Alice subiera a verme.Nunca he participado en las reuniones que organiza laCámaraolaasociacióndeJóvenesAgricultoresparahablardetrabajo,compartirnuestros problemas o tratar de convencer a los ministerios que prefieren loslobosaloshombres.Nodigoqueseabuenaidea,peronoeslomío,ymientrasestásallícharlando,nadieseocupadetutrabajoporti.Peroestaveznoshabíanvenidoavera todos loscriadores locales,habíaunareformade laPAC,yeraimportanteasistir,decían.Dudélargotiempoperoalfinalhabíaaceptadoir.

La reunión tenía lugar en la ciudad, en una gran sala cuyos ventanalestenían vistas a la montaña opuesta. Los bosques escalaban las laderas y sedeshacíande lashojasamedidaqueascendían,seadivinabanlasramasde loscastañosdesnudosyelsotobosqueamarilloymojado.Habíamuchagente,nadamásentrarsaludéalviejoTrousselier,quenohabíavistoenaños.Penséquenodejaríade reírseni eldía enque llegara a su tumba.Habíavarios agricultoresquehabíaconocidodepequeño,conquienhabíaidoalinternado:Aniel,aquienunavezhabíaechadodelpatiodelaescuela,peroahorapodíapresumirdequetodo le había ido mejor, con su crianza orgánica, sus colmenas, los panelessolaresenelgraneroysustreshijosquenoeranaúnhombres,peroyaeranmásinteligentes que muchos de nosotros.Me coloqué al fondo, porque no queríaestar en primer plano. Durante una hora, escuché a un parisino de trajeexplicarnos lo que había cambiado en la nuevaPAC, lo que habría que hacerpara declarar nuestras superficies ahora, y rellenar formularios por internet.Sostenía que no íbamos a perder nada, que era otra manera de calcular losmetros.Nosrompióloshuevosconsuscurvasysusejemplos,antesdequeselanzaranaporéllosqueestabanmásnerviososyquesehabíanpreparadobienloquequeríandecir.Yoguardabasilencio,noqueríahablar.Loentendíatodo.Seveíaperfectamenteloquepasabaenlasalturas,lamaneraenquecadaaño,esostiposdeEuropanosempujabanunpocomáshacialasalida.Perobueno,yasesabecómoterminanestasreuniones.Gritarnoserviríademuchonicambiaríanada.

Ysobretodo,estabaocupadomirandoalmaridodelatrabajadorasocial.SellamabaMichel,sabíasunombre,noshabíamoscruzadounaodosveces,sabíaque tenía una bonita manada de vacas aubrac que había heredado del viejoBrugier.Lehabíasalidobienlajugada,habíapasadodeserunobreromásdelaexplotación,aconvertirseenel jefe,ylebastóponerelanilloeneldedodelahija.Eraun tipograndey robustoque llevaba la camisademasiadocorta, concabellomuyoscuroyunaúnicacejaqueparecíaunabarrapeludasobresusojos.Noerafeo,enconjunto,quizáhastamásatractivoqueyo,locualnoesdifícil.Cuandoviquetambiénestabaallí,nosupedóndemeterme.Mesentímalyporpocome largo, como si al hablar conmigo pudiera adivinar que su esposa le

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engañabaconmigo.Poresomehabíasituadoenelotroextremodelahabitación.Michel no parecía interesado en nada de lo que se decía en la sala, ni elfuncionario ni los colegas. En sus labios flotaba una sonrisa tonta, amenudomirabahaciaelexterior,parecíaabsortoensuspropiasensoñaciones.SiAlicequeríahacerledañoconmigo,nodabalaimpresióndequeleestuvierasaliendobien.Volvíapreguntarmehaciadóndeibanuestrahistoria.

También recuerdo que miraba con frecuencia un papel que tenía en lamano,discretamente,comosinofueraalgoconfesable.Cuandosalimosafumaralaplaza,enfundadosenlosabrigosporqueelvientocomenzabaasoplar,miréami alrededor para verle bien cuando pasó ami lado.No sabía lo que iba asuceder más tarde, así que no me fijé demasiado. Tenía en la mano unafotografíadeuna revista, deuna chicaguapaqueme sonabade algo, peronosabíadequé.

Vaya,aúnnolosabía.

***Cuando llegó el invierno, ya no sabía por qué seguía viéndome con latrabajadorasocial.Bueno,sí,losabía:parahacerelamor,esoestodo.Peromehacía más daño que bien, porque cada vezme devolvía conmás dureza a larealidad.Nome había sentido tan solo desde los primeros días después de lamuertedemamá.PaséunanuevaNavidadasí,enmicasadecamporodeadaporel desierto en blanco y negro, con los sonidos distantes de una fiesta en labarraca que los jóvenes del valle a veces ocupaban paramontarla gorda en lameseta.Paraquelosoyerahastadondeestabayo,debíaserunpedazodefiesta.Mi bola de angustia seguía conmigo y no dejaba de sentirla ni de día ni denoche. Me dije que tenía que tomar una determinación, y ponerle fin a larelación.

Peronopenséquelasoluciónamisproblemasllegaralanochedel18deenero.

Yacíadebajodetresmantas.Detrásdelasventanas,elvientodelnoroesteimponía su ley a la oscuridad a golpe de borrascas de nieve que azotaban lospostigosylascontraventanas.Soloseoíaelviento,comositodoslosanimalessalvajessehubieranquedadoquietosasullegada.Cuandovivesaquí,aprendesaconocer esas tormentas, y sabes que no anuncian nada bueno para los díasvenideros.Yanosacasapastartusrebaños,solovivendehenoydegrano.Mehabíaquedadodormidonohacíamuchocuandooíelruido.Abrímisojosdeparen par y los dejé clavados en la viga que cruza la pared de la habitación.Mequedéinmóvilporunmomentoparaasegurarmedequenoestabaequivocado.

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Perono:fuerapasabaalgo.Latormentaseesforzabaporsofocarlo,perohabíaunruidoquenoestaba

allílasdemásnoches.Comosialgooalguienaplastaralanievenomuylejosdemicasa.Otalvezuncoche,conduciendomuydespacio.Nolosabíaperoestabasegurodequeseacercabaamigranjayenesemomento,noeraparaunvasodegenciana.Esperéunpocoparaversisedetenía,peronofueasí.

—¿Quédemoniospasa?—susurré,apretandolosdientes.Cogímiescopetaquesiempreguardobajomicama.Sielloboseatrevíaa

acercarse ahora que las ovejas estaban en el establo, se llevaría una buenaperdigonada, y lo enterraría cerca sin decírselo a nadie. Puse el arma sobre lacolcha mientras me vestía, revisé los cartuchos, lo agarré bien y, con laszapatillaspuesta,bajélosescalonesdepiedradelaescalera.Noencendíningunaluz, para no prevenirlo. Casi estornudo mientras bajo a la cocina. No habíanadie,porsupuesto,sololacocinaenelmediodelasalaylachimeneaclavadaenel techo.Guillaumedormíaapiernasuelta,nomovióniunaoreja sobre sualmohadón.Peguémirostroalasventanastraseras,limpiélaniebla.Novinadaexcepto lanievequevolabaen lanocheycubríasuavemente lasheridasde lameseta.Lasparedesdemiestabloapenasseveíanaunosmetrosdedistancia.Volvíhaciaelcentrodelacasa.Mierda,pensé.Mepuselasbotas,mesubíalacremalleradelabrigo,mepuselacapuchayencendílaluzdelexterior.Abrílapuerta y el frío me encima como una losa tan pronto como salí la terraza,haciéndometemblarbajoeljersey.Porencimademí,elvientosilbócomoalgode otro mundo alrededor del tejado de pizarra. Entrecerré los ojos y tratédistinguiralgoalaluzdelabombilladelporche.Estabatanoscurocomoenelculodeunaoveja.Sosteníaelcañóndelrifledelantedemí.

—¡Eh!—grité.Soloelvientomerespondió.Bajé los escalones ymiré a ambos lados. Frente amí, estaba el final del

caminoquellevabaalacasa,elquemuypocagenteenfilaba.Diunospasosysentílacapadenieveagrietarsebajomisbotas.Luegomeagachéparaobservarelsuelomásdecerca.

Nolohabíasoñado.Había marcas de neumáticos en la nieve. Y por lo que parecía, eran

recientes. Pero no veía ningún coche por los alrededores. Busqué en laoscuridad,congelándomecercadelosmuretesdepiedra.Reflexioné.Debíaserun error, un conductor que se había equivocado de camino. No importa, soncosasquepasan.Diunbufidoydilavuelta,conelriflebajoelbrazo.

Peroantesdevolveracerrarlapuerta,desdelaterrazadelporche,viotra

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luzalolejos.En la carretera, al final del camino, dos luces rojas traspasaron la noche.

Dosfarosdeautomóvil, losqueseenciendenalfrenar.Losvimenosdetresocuatro segundos, comosimeestuvieranmirando.Nomegustó.De repente sedirigieronalsur,desapareciendoen laoscuridad.Fruncíelceño,perono teníaintencióndeperseguir al coche.Enesemomentonime imaginaba loqueera.Asíquevolvíadentro,agradecidoporvolveralcalor,yunosminutosmástardeestabadevueltaenlacama.

Nodormídemasiado.Despuésdemediahora,otroruidomeloimpidió.Abajo,enlacocina,elarmariodemamávolvióamoversedenuevo.Oeso

meparecía.Alprincipioeradiscreto, solounpequeñocrujido sofocadopor latormenta.Después de eso, se oyó un ruido tremendo, como nunca había oídoantes.Measustéymequedéclavadobajolassábanas.Habríajuradoquealguienempujabaelarmarioenelpisodeabajo.Todaslassupersticionesdelosancianosvolvieronamísinquepudieraahuyentarlos.Cuandoseoíanruidosnocturnos,suspiros,mueblescrujiendo,sonidosdecampanasenlaschimeneas,decíanquelosmuertosvolvíanasuscasasporquefuerahacíademasiadofrío.Recuerdoloquemecontabamiabuela.Noseentrabaenlascasasconfantasmas,porqueallíaúnhabitabanlosmiedos.Asílodecía,losmiedos.Nomegustabacuandodecíaeso,peroesanocheseparecíamuchoaloquedescribía.

Pensé enmamá, en el vacío que había dejado almorir, y no pude evitarpreguntarmesiintentabadecirmealgo.

Noséaquéhoramequedédormido,perofuepocoantesdelamanecer.Apenashabíadormidocuatrohorascuandoabrílosojosaundíablancosin

recordarclaramenteloquehabíasucedidodurantelanoche.Melevantéyporlaventanaviquetodalanievecubríalatierra, lasrocasylospinos.Debíahaberunostreintacentímetrosytodavíaseguíanevando.Toméuncaféenlamesadela cocina tratando de sacarme el sueño de encima. Recordé que ese día solíavenirlatrabajadorasocialynuevamentemedijequeteníaqueponerlefin,queno me gustaba el papel que estaba jugando, el que me había asignado. Miréfijamente el armario durante largo rato.No se habíamovidouna pulgada, porsupuesto,seguíapegadoasuparedypensé,yaves,estátodoentucabeza.Vaciéelfondodemitazaymeequipéparaenfrentarelfrío.

Ya había llegado el invierno, de eso no cabía duda. El viento barría loscoposqueaúncaíandesdearribaenremolinosyaumentabaelmantodenievedepositadoenlanoche.Golpeémisguantesysoplédentro,paracalentarlos,ydivariaspatadascontraelsueloparaquelospiestambiénentraranencalor.Luegomedirigíhaciaelgranerososteniendomicapuchalomáscerradaposiblecontra

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el viento. Incluso el perro estaba helado, caminaba con la cabeza gacha y lalengua recogida. Bajo la capa de nieve, el barro se congelaba conservando lahuelladelasruedasdeltractor.Tirédelapuertademetalyunhazdenievecayódesde el techo cuando el raíl se deslizó. En el inmenso espacio del granero,pegadoalestablodondealmacenabaelhenoparael invierno,el fríoestabaentodaspartes:elaguaenelfondodeloscubossehabíaconvertidoenhielo,habíaescarcha en los grifos. Fui a ver las ovejas. Trataban demantenerse en caloramontonándosecontralaverja,sinhacerdemasiadoruidoparanocansarse.Supieldelanaechabahumo,soltandounapequeñaneblinaenelaire.Memiraroncon ojos asombrados como si la nieve las hubiera hallado desprevenidas.Pégouseseacercóamí.

—Ahoravuelvo—lesdije.Fuiabuscartrespaquetesdehenoparaesparcirlosenloscomederos.Medetuve.Habíaalgoenelexterior,detrásdelapuertadelgranero.Nolohabíavisto

al entrar. No era mío, estaba seguro de eso. Me quedé unos cinco segundosmirandoelobjeto, frunciendoel ceño.Eraun sacogrande, juntoa los troncosqueamontonababajounpequeñotechoyqueluegousabaenlaschimeneas.Lanievehabíacubiertolamitaddelsaco.

Meacerquéeinclinélacabezaparavermejor.Nosabíaquéeranidedóndevenía,peronomegustó.Meagachéyconelguanteempujé lanieve.Eraunalona gris con una cuerda atada alrededor. Nome gustaba la forma que tenía,larga y estrecha. Dudé un momento antes de averiguar qué contenía. Miré aizquierdayderecha,peroeralaúnicaalmaenkilómetrosalaredonda,másaúnen invierno que el resto del año. El único imbécil capaz de congelarse paraalimentar a mis animales. Así que saqué un cuchillo y corté la cuerda paraapartarelplástico.Encontréunamanta,lamoví,yseabrió.

Loprimeroquevifueunbultodecabellosenredados.—Joder…Debajodelpelo,unacabeza.Lacabezadeunamujermuerta.Loquehabía

allí, delante demi establo como si fueramío, era un cadáver, por el amor deDios.Diunpasoatrás,tropecéconelsueloheladoymeapoyécontralapuertademetal.Hubounruidoterrible,yunmontóndenievemecayóencima.

Esperéunmomento, tumbadoenelsuelohelado,adosmetrosdelcuerpoenvueltoensulona.Mepreguntabaquédemonioshacíaesefiambreenmicasa,cuandohasta losvivosno seacercabancasa.Repasémentalmente todo loquehabíasucedidoesanoche,losruidos,losfarosenlacarretera,elarmarioquenodejabademoverse.Detrásdemí,lasovejascomenzaronagemir,queríanhenoy

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elvientofríoentrabaasusanchasporlapuerta.Estabaninquietas.Peronomemovíporeso.Enelcamino,alolejos,seacercabaunautomóvil.Eralatrabajadorasocial.Tenía que ser ella,me había pasado demasiado tiempo en el establo.Me

levanté rápidamente y me puse a pensar a toda velocidad. Mi corazón latíadesbocadocontramicamisa.¿Quéibaadecirlesimeveíaconuncadáver?¿Quehabíallegadosolohastamipuerta?No,teníaquemoverme,haceralgo.

—¡Joseph!—laoí.Mebuscaba,enunosminutosseacercaríaalgranero.Tuvequedecidirme

rápidamente.Puedequeno fuera lamejor idea,peroagarré la lonaconambasmanos, por las cuerdas, y saqué el paquete. Lo arrastré hasta la puerta delgranero. Pesaba más que una oveja muerta. El plástico dejó unamarca en lanieve.

—¡Joseph!Estaba cerca de la casa, maldita sea. Pronto aparecería por aquí. Mis

guantesresbalabanporqueteníalapielhúmedapordebajo.Tiré tan fuerte como pudemientras el vientome azotaba, abriéndome la

capucha,mientrasoíalavozdeAliceacercándose.Tiréhastaquetodoelfardoentróenelgranero.Fuepormuypocoquenomevieratirandodelsaco,porquecuandoaparecióyoapenasacababadecerrarlapuerta.

Siguió llamándome desde el exterior.Me retiré hasta el fondo, donde elestablo,ymirabalapuertademetalyelpaquetegrisextendidoenelsueloentremontones de heno y paja. No sabía qué hacer, pisoteaba el suelo para lucharcontra el frío y cada vez estaba peor. A mi lado, los animales se quejaban.Teníanhambreynoentendíanporquénoles traíasuraciónmatutina,estandoallí.

Esperéunpocoaversise iba,mehiceelmuerto,vaya.Peroella todavíame llamaba como si tuviera que verme, como si la tormenta no fuera razónsuficientepara irse.Llamóa la puerta demetal, hizoque todovibraray a losanimales no les gustó. Gritó de nuevo. Entonces decidí que no podíaesconderme, que tenía que hablar con ella o se quedaría allí durante un buenrato.Tratédecalmarmeunpoco,denoparecerpresadelpánico,evitémiraralamujermuerta yme acerqué a la puerta.Abrí el candado helado, hice girar lapuertaunoscentímetrosysaquélacabeza.Sonreía,peropordentronomesentíabien,nosabíaquéhacerysoloqueríaqueselargara.

Ledijeloprimeroquesemepasóporlacabeza,queestabaocupado,quenoteníatiempohoy.Sabíaqueamiizquierdaestabalacabezadelamuertaquesobresalíadelalona,comosimeobservara.

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Estuvo varios minutos insistiendo: incluso asomó la cabeza para ver elinteriordelgranero,seguramenteadivinabaque leocultabaalgo.Nosabíaquédecir, así que no le dije nada. Cerré la puerta suavemente, no sabía quémáshacer para darle entender que no era bienvenida. Su cara desapareció con lablancuradelcieloylospradosdeinviernoyunaráfagadecoposarremolinadosdentro del granero. La escuché resoplando detrás de la puerta de metal,pisoteandolanievemientraspensaba:«Vete,vete»,ysentíaquemicorazónlatíacomouncaballo.Finalmentesefueymevolvíhacialamuerta.

Yahora,¿quéibaahacer?

***Habríapodidollamaralapolicíaycontarleslaverdad.Peronolohice.Primero,porque pensé que si la mujer estaba en mi casa, podría haber una razón. Yoqueríaentendercómohabía llegadohastaallí,yademás tenía lacostumbredearreglarmisproblemasyosolito.

Terminédealimentarami rebaño, losanimalessehundíangozososenelhenoempujándosecontralasbarrasdemetalmientrasGuillaumecorreteabaporelgranero.Deshicelalonaylamanta.Mesentéenunviejotaburetedelaépocademiabuelo,elqueusabaparaordeñar,antesdequehubieramáquinas.Aunmetrodemíestabaelcuerpo,quehabíadejadoreclinadocontraunmontóndepaja.Estabarígido,especialmenteanivelde losbrazosyelcuello,en laparteinferioreramásflexible.

Eraunamujerrubiayapesardequesupielquehabíaempezadoaenfriarseyendurecerse,saltabaalavistaqueerahermosa.Casiparecíadormida,incluso.Llevabapendientesdeoroqueseguramenteeranmáscarosqueun tractor. Ibavestida para el invierno, incluso para hacer senderismo, pero con elegancia.Bueno,nosoyningúnespecialista,peromeparecióelegante,elcuellodetortugablanco debajo de la parka.No olíamal todavía pero sabía que no tardaría enllegar el momento. Da igual si es un hombre, una mujer o una bestia, todosempiezanaapestar.Esasí.Mamá tardó tresdías,estaba tiesaen lacama.Fueentonces cuando decidí telefonear al doctor. La entrada de la habitación olíahorriblemente.Sobretodoporqueeraverano.

Laobservéunlargotiemposinmoverme,sincesardehacermepreguntas.Almenos,estabasegurodequenoconocíaaesarubiaquenuncahabíavistoenningunaparte.Hayquereconocerquemepasabaeldíaencerradoenlagranjanoveíaamuchasmujeres,asíquenoeraprobablequemeequivocase.

Nosehabíamuertosola.Habíaunrastrorojizoyunpocodesangreseca

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alrededordesucuelloynonecesitahabervistomuchasseriesen la televisiónpara saber lo que significaba. La habían estrangulado, estaba clarísimo. Unhombreounamujer,peromefiguréqueerauncrimenmástípicodeunhombre.Debíaserelconductordelcochequehabíavistocercademigranjaesanoche.Una historia de amor o dinero, algo así. y para deshacerse de ella, no habíaencontradonadamejorquecolocarladelantedemigranero.¿Peroporquéyo?¿Porquéaquí?¿Quésignificaba?Noteníavocacióndeenterrador.

***Habíamuchoquehacerenlagranja,asíquealcabodeunratomelevantéymepuse a trabajar. Limpié los comederos, saqué el estiércol que se habíaamontonado en la pila de fuera, revisé el rebaño mirando con cuidado a lasovejasseacercabaeltiempodelospartosyeraunmomentosensible.Rasquéunpoco las heridas que se habían hecho durante el verano y que aún no habíansanadobien.Especialmente lasque leshabíacausadoel lobo, lanocheenqueclavósuscolmillosenlalanademiganadoantesdeiraporeldelosvecinos.Durantetodoesetiempo,porelrabillodelojoveíadelejoslaformadelamujermuertaapretujadacontraelpajar,ytodomiganadodetrás,loscientosdesacoscosechados en mis parcelas durante la primavera y en septiembre. Como elveranohabíasidomuyseco,apenasteníasuficienteparapasarel invierno.Erauna gran pila que subía hasta el techo, con algunos agujeros por donde habíasacadoalgúnsacodepajaodehenodevezencuando,paradarlesdecomeralos animales.Por elmomentonomeatreví amover a lamujer, no sabíamuybienquéhacerconella.Eraextrañoverlaerguidacontraelmontóndeheno,sinmoverse,consusojosvacíosqueparecíanseguirtodosmisgestos.

Al mediodía me tomé un vaso de genciana y me preparé una bandejaprecocinadaenlacocina.Sabíaquenoeraundíacomolosdemás.Nolograbaquitarme su cara de la cabeza. Pero no me asustaba, ni pensaba que fuerahorribleoalgoasí.Noeracomoenlaspelículasdeterrordondetodoelmundoempiezaagritaralaprimeradecambio.No,estabatranquilo,habíarecuperadola calma: yo conocía la muerte. Solome resultaba extraño que estuviera allí.Comosinofuerareal.

Volví a verla por la tarde; no se habíamovido, por supuesto. Saquémáshenoparalasovejas,quesearrojaronsobreélylimpiélanievefrentealapuertaporqueestabaunpocoatascada.Lanochellegórápidamente,meencontrabaenelestablo,iluminadoporlaslucesdeneóndeltechoyrodeadodeoscuridad.Yano nevaba.El cielo solo era negritud, y las formas un pocomás claras de lasnubesqueseempujabanenlasalturas.Elfríomepellizcabalacara.Erahorade

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apagarlaluzyvolveracasa.Regreséalladodelamujermuertaymepreguntéquéhacer.Nosabíasierademasiadoarriesgadodejarlaallí,osieraalgoquenodebía hacer. Dudé un largo momento mirándola. Finalmente me decidí. Laenderecécomopude,cosaqueno fue fácilporqueyasehabíapuestobastanterígida, le quité las ramitas que se le habían pegado, yme fui hacia la salida.Cerré la luzy atranqué lapuerta.Fuera, cuandoencendíuncigarrillo, oí a lasovejas balar. Pero no como de costumbre: también sabían que algo habíacambiado.Esanoche,noestabansolas.

Medespertémuchasvecesesanoche.Imaginéalamujermuertasentadaenlaoscuridaddemigranerocomosiestuvieracuidandodelosanimalesparamí.Abajo,elarmariopermanecióinmóvil.

***—…víctima de la tormenta?Esta es la pregunta que los investigadores de lagendarmeríaseplantean,veinticuatrohorasdespués…

No había caído. La radio por lamañana esmás bien un ruido de fondo,comola televisiónpor lanoche.Lasenciendesparaestarunpocomenossolo.Los presentadores se convierten en parte de la familia, aunque a veces megustaríaquehablasendemimundo,elqueanadieleimporta.Laradiosiempreestásobrelamesacuandovuelvesdelgranero,perolaoyessoloamedias.Estuventanaenelexterior,hacialasvidasdelosquevienenenverano,paraqueloshijosjueguenalairelibre.

—…ÉvelyneDucatdesapareciócuando…Al escuchar el nombre,me di cuenta.Ducat.Me sonaba ese nombre.De

hecholoconocíamuybien.Subíelvolumen.—…GuillaumeDucat,oriundodelaregión,notienenoticiasdesuesposa

desde el martes. Cuando fue a buscarla por la mañana, descubrió su cocheabandonado en la entrada de la ciudad, al pie de una ruta de senderismo, einmediatamente se puso en contacto con la policía para informar de sudesaparición…

—Putamierda…—dijeenvozbaja.Volví rápidamente al granero y me planté frente a la cara helada de la

muerta.Laobservéminuciosamente,aellayasucicatrizazulalrededordesucuello,peroyanocomoeldíaanterior.

Porqueahorasabíaqueera laesposadelpedazode imbécildeGuillaumeDucat.

Nohabíaoídoesenombredurantequinceañosyesperabanovolveraoírlo

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jamás.Peroaquívolvía, arrastrandoconsigo losviejos recuerdos familiaresdemibisabuelo.

LosDucathabíansidonuestrosvecinos.Comonosotros,llevabandécadasenlaregiónycriabanlasmismasrazasdeovejasenlamismatierrapedregosayagrietada. Hacían pastar a sus rebaños en los campos de al lado y nuestrasparcelasy las suyasestabanmezcladas,undesastre.Podríahaber idobien, lasdosfamiliassehabríandadolamanoenlosmomentosdedificultad,compartidolos materiales, ayudado mutuamente en nombre de la solidaridad campesina.Pero las cosas no fueron así.Más bien, entre las dos familias había odio.Nosabíamoscómoempezótodo,alguiendecíaquesetratabadelrepartodelaguadeunriachuelo,quelosDucatssehabíandesviadodeunodenuestroscanalesparaalimentar su granja. Ellos afirmaban que no, que no provenía de allí, quemibisabuelo ya respetaba los límites de sus tierras. No estaba claro quién teníarazón,peroloquesísabíamoseraquenuncanospodíamosllevarbienconesosbastardos que no respetaban a nada ni a nadie, y ellos, sin duda, pensaban lomismodenosotros.

Solo recuerdo lasmalas jugadas que nos hicieron. La peor, quizá un díacuando era un crío, cuando una mañana dos ovejas de papá habían muertoretorciéndosededolorenmediodelrebaño.Elveterinariohabíallegado,yhabíaencontradoagujasensusestómagos.Nuncaloconfesaron,peroparanosotrosnofuedifíciladivinarquelosDucathabíansembradodeagujaselhenoquehabíancomido.¡Hayqueserhijodeputa,agujasenelheno!Entoncescompramosunperro nuevo y lo llaméGuillaume. Como el hijo Ducat. Todavía veo a papáacariciandolacabezadelcachorroenlosescalonesdelacasa.Sí,eselnombredeunbastardo,dijofijandolamiradaenlosedificiosdelosDucat,aunoscienmetrosdelnuestro.Desdeesedía, todosnuestrosperrosse llamanasí,paranoolvidarcuántoodiamosanuestrosvecinos.

Losaños transcurrieronentreodiosyconflictoscadavezmásmezquinos,con losque crecí yno iba a ser yoquien lo cambiara.No envano fueron losúltimos en irse de aquí antes de que yo me quedara solo. Se aferraron a sudominio tanto como pudieron para no soltarlo. Pero Guillaume, que era hijoúnico, no quería trabajar en la granja. Tenía ambición, ganas de engañar, deganar dinero, solo tenía esa palabra en la boca, y limpiarmierda de oveja noestabahechoparaél.Sefuealaciudad,oíquehabíahechounafortunaenParís,incluso. Fingí que no me importaba, pero incluso cuando hablaban de él,prestabaatención,ymedecía,mierda,¿yyoquedemonioshagoaquí?

Cuando el viejo Ducat ya no pudo llevar la granja se fue amorir a unaresidencia de ancianos de cuatro estrellas en la costa, y vendió sus tierras.

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Mierda, tendríamos que haberlas conseguido, porque nosotros estábamos allídesde siempre, junto a ellos, y a nuestra propiedad que se había idofragmentando con los años le habría ido bien. Ya no hubiéramos tenido quemover el rebaño a izquierda y derecha cada primavera y cada verano. Papá ymamáyaestabanmuertos,leshabíamoshechounaofertaporsustierrasaunquenonoshacíaningunagraciadarlesdineroalosDucat.Peroantesdepermitirquenosotros les compráramos la granja se habrían dejado arrancar las entrañas.Hicierontodoloposibleparaasegurarsedequenosucediera,durarondosaños.Y lograron impedirlo. Las tierras se perdieron, las malvendieron a pedazos,algunasagranjerosdelaotrapuntadelamontaña,losquecomprabancualquiercosa para tener más superficie y aspirar a más primas europeas. Otras sevendieron al gobierno de la región, para no sé qué proyectos que nunca sellevaronacabo,yel trozomásapeteciblese loguardarony loalquilabanaunmuchacho que vivía en el pueblo de al lado.Un buen desastre, eso es lo quepiensodelnegocio.Lacasapermanecíavacíacasitodoelaño,yseconvirtióenunasegundaresidencia.Cadaveranoaparecíaalguiendistinto,gentequesemeacercabaahablarconmigoconunenjambredeniñosyquefingían interesarsepormivida.

PeroGuillaumenuncavolvióaponerlospiesaquí.Quinceañosdespuésnolohabíamosvistoporlasmontañas.Nisiquierasabíaquesehabíainstaladodenuevoen la zona,pensabaque se iba aquedarpara siempre en la ciudady laverdad,saberlolejosnomeibanadamal.Eralaúnicaventajadevivirsolocomounperro,almenosnoteníaquesoportaralosDucat.

Exceptoqueahorateníafrenteamíasuesposamuerta,recostadacontraunmontón de heno.Ymientras lamiraba desde todos los ángulos como si fuerasoloparamí,noadivinéquéhacíaallí, finalmente.Nosoymuybuenocon laspalabras, pero pensar se me da mejor. Guillaume se había casado con esahermosa rubia que tendría nuestra edad, unos cuarenta y cinco años, diría.Probablementehabíavividoconelladuranteunosaños,habíadisfrutado,habíatenidohijosconella.Yluegoundía,dejódefuncionar.Siemprehabíasidoasí,tomabaloquequeríayunavezhabíaterminadoconeso,lotirabaalsuelo.

Asíquedebióserélquienmatóasumujer,asídeclaro.Talvezporuncapricho,unadiscusiónqueterminómal,o talvez llevaba

planeándolodurantemeses,noteníaniidea.Perosílecreíacapazdehaceralgoasí.Comosupadre:demataradosovejasconagujasaestrangularatumujer,creoquesolohayunpaso.Exceptoquecuandohasestranguladoatuesposa,ytieneselcadáverahítiradoenmediodetusaladeestar,tienesquehaceralgoalrespecto. Puedes esconderlo en tu bodega o enterrarlo en el jardín, pero es

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arriesgado.Lapolicíaterminaráporencontrarla.Asíquebuscasunasolución.Yde repente se te ocurre pensar en el viejo Joseph que siempre está allí en lamontaña,soloensualdeayconsuperro,alquenuncahaspodidojoderafondo.Te dices que tu palabra de rico valdrámás que la de un campesino que hacecuatrodíasestabaconuncuadrodepresivoyapuntodeirsealamierda.

Y no es cualquier campesino: es alguien que te odia desde que naciste,hasta el punto de que llama a su perro como tú. Hace mucho que no tienescontactoconél,peroseguroquesabequehasregresadoalaregióny,celosoyamargado,hayquienescreeránqueélmatóatuesposa.

No lo piensas más. Dejas el cadáver en casa durante la noche. Al díasiguiente denuncias su desaparición. Porque de una forma u otra, conoces aJoseph,ysabesquenolequedarámásremedio.Quesillamaalapolicía,cuandoencuentreelcadáver,seráselprimeroenacusarloyrecordartodoelpasadoquemuchos han olvidado. Habrá dos o tres ancianos para confirmarlo y tambiéndiránqueJosephestabafuriosoporquenoquisistevenderletustierrasañosha.

Estaba pensando a doscientos por hora. No había otra explicación. Enningúnmomentopenséquenolohubierahechoél.

Elhijodelagrandísimaputamehabíatendidounatrampa.

***Loscaminosdelamesetaestabanresbaladizos,lanievecomenzabaaderretirsesobre el asfalto y era una capa gris capaz de hacerte bailar un vals sobre lasparcelasquehabíaalladodelacarretera,antesdequetuvierastiempodedecirmierda.Condujemuylentamentemientrasmefijabaenlosmuretesdepiedraatravés de la niebla, en el parabrisas. El viento había esculpido ventisquerosdetrásdecadarelieve.Loscriadoressaldríanlomenosposible,esperandoaquesubieran las temperaturas, cuidando de su rebaño antes de que llegara elmomentodequelosanimalesparieran.

Llevabadándolevueltasalasuntodesdelamañana.Estabaconvencidodeque,dehecho,noteníamuchasopciones.Sillamabaalapolicía,noteníaniideadedónde terminaría lacosa. Igualmecolgabanelmuerto,comopasabaen lasseriesdelatele,ynadiemecreeríasilesdecíaquelamuertahabíaaparecido,yatiesa, delantedemigranero.Simeplantaba en lamansióndeGuillaumeparapedirle explicaciones, igual. Y además. La verdad es que no quería.Probablemente ya lo tenía todopensado, y sabía cómoponer a la gente de suparte, iríaavera lapolicíay lesconvencería,oa losperiodistas.Habríadadocualquier cosa por evitarlo. Allí, conduciendo por la meseta entre las tierras

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cubiertas de nieve, haría lo que él hubiera hecho en mi lugar: ocuparme delcadáver.Solucionarelproblema.Comosiemprehabíahecho.

Sabíaquéteníaquehacer.Lamesetaesunverdaderoquesodegruyer,entodasparteshaygargantas,

agujerosexcavadosporlalluviaenlapiedracalizayqueconectanlasuperficieconlasprofundidades.Allí,antaño,creíanqueestabanlaspuertasdelinfierno,yqueal ladode loscadáveresdeperros,ovejas,niñosyancianosquesehabíanprecipitadoalfondodelasgargantassinprestaratención,tambiénhabíaespíritusy monstruos. Decían que por las noches se oían a todos los que estabanatrapadosenelfondoquejándose,yquelasvocesdelosmuertosascendíandelasmismísimasentrañasdelatierra.Sabíadedosotresquehabíacerradoparanoperderningúnanimal,porquemehabíapasadoalgunavez.Asíquepenséqueera una solución, que si algún día tenía que hacer desaparecer algo, esasgargantaseranunalternativa.

Detrás del montículo donde algunos juraron haber visto al lobo el añopasado, bordeé las grandes rocas de formas extrañas, casi como hombresretorcidosyjorobados.Peroalaentradadelacarretera,tuvequedetenerme.

Dosgendarmesqueyaestabanallí.Estaban envueltos en sus abrigos azules, charlaban alrededor de unmapa

extendidoenelcapódesuauto.Cuandomevieronvenir,mehicieronseñasyseacercaron ami ventana. Todavía sentía quemi corazón latía acelerado enmipechoyungolpedecalorsedeslizópormisbrazos.Abrílaventanayelfríomecayóencima.Eljovenmedijohola.Hicelomismo.Sepresentó:«SoyelmayorVigier», lodijomuyserio.Mepreguntósivivíaen lazona, ledijequesí,queteníaunagranjaallídetrás.Teníalacabezadeunniño,lapielsuavedebajodesugorraylacarapuntiaguda,conpómulosymentónseñalados.

—¿Hanotadoalgofueradelocomúndesdeayer?Fingípensar,luegosacudílacabeza.—¿Buscanaladesaparecida?—Sí—suspiró como si ya llevaran con el tema dos semanas—. Hemos

desplegadolaspartidasdebúsquedaentodaspartes.Podríahabervenidoaquí,segúnloquenoshandicho.Esperamoselequiponecesarioyanuestroscolegas,parapeinarlasgargantas.

Mierda,pensé.Perosolodije:—Ah.—Insisto,eh.Sihavistoalgo,porinsignificantequesea,podríaserútil.—Sí.Peroesquenosalgodemasiado,¿sabe?—Comprendo.Debeestarocupado,supongo.

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Vaya, se interesaba por mi trabajo. Se estremeció un poco, de frío,agarrándoseelcuelloconelguante.Luegomemiródenuevo.

—¿Dóndeiba?Dudé.Nomegustóeltonodesupregunta.—Allí.Ibaahacermeconunabaladeheno,noselohabíadicho.Disculpe.—Deacuerdo.Noleentretengomás.—Vale.Subílaventanillayvolvióconsucolega.Seguíporelcamino,haciendoun

grandesvíoparaquenomevieran.Bordeéhilerasdepinosnegrosconlasramashundidas por el peso de la nieve, las residencias secundarias abandonadasdurante el invierno, las gargantas que se aún podían distinguir bajo la capablancadenieve.Yvolvíamigranja.Mefuméuncigarrilloalbajardelcoche,apesardelfrío.yalsalirmefuméuncigarrilloenelfrío.

Teníaqueolvidarmedelasgargantas,porelmomento.

***Notuveelección,lamuertatuvoquequedarseallí,almenosporuntiempo.Seacumularían las búsquedas, y un día decidirían que había desaparecido parasiempre.Guillaumefingiríahaberseresignado.Ytodosseguiríanadelante,ylaradioencontraríaotrostemasmásvendedores.Peromientrastanto,ellugarmásseguroseguíaestandoaquí.Amicasanoveníamuchagente.

Asíquesaquéelcuerpodelmaleterodemicoche, lo llevéalestabloyloapoyécontraelsilo.Eraligero,másfácildetransportarqueeldíaanterior.Nosépor qué, perome parecía importante sentarla, nome parecía bien recostarla odejarlatiradaenelsuelo,decualquiermanera.Noeracorrecto,medije.Elperrono dejaba de dar vueltas a su alrededor, así que le grité que la dejara en paz.Todavíanoolíamal,probablementeporelclimafrío,yademásconlosanimalesjustodetrás,elhedordelasbestiaseramásfuerte.

Fui a buscar el tractor que estaba guardado detrás del edificio, con lasruedasenlanieve.Subíalacabina,mequitélosguantesyencendíelmotor.Lohiceentrarenelgranerocon lapuertaabiertaydispuse losdientesde lapartedelantera del vehículo. Era un enganche de tres puntas, usado, que habíacompradoantesdelamuertedemamáparafacilitarmitrabajo.Mepusefrenteala montaña de heno, empujé las puntas en los cubos superiores y comencé amoverlossacosmientrasmaniobrabaenelsuelodecemento.Meacerqué,volvía clavarlas, y las deslicé hacia un lado. Me llevó tiempo pero sabía cómohacerlo. Era como construir un castillo de cubos cuando era niño, tuve que

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asegurarmedequenosederrumbaracontralasparedes.Continuéy,finalmente,después de un montón de viajes, había conseguido abrir un pequeño espaciodetrásde tres filasdesacosyde rollosdeheno,conunaespeciedepasillodeacceso.Asíquesalídelacabinadeltractor,fuihacialamuertaylaarrastréalsuelo,volvíconellahastaelhuecodehenoyladejéallísentada,enelagujeroenmedio demis provisiones de invierno. Como una pequeña habitación soloparaella.Amano,cerrélaentradaconalgunossacosapilados.

Volvía lapareddelfondoyobservéelresultado.Hastaparecíaqueteníamás heno. Pero si nadie te lo decía, era imposible adivinar que allí había unamujerescondida.

Mesentíamuyorgullosodemímismo.

***Pasaronvariosdías.

La nieve se derritió un poco y las estepas amarillas y grises volvieron abloquearelpaisajecomosiemprelohabíanhecho.Lahierbasehabíasecadopordebajo,y loscardosapuntabansuspicasentre losmontonesdepiedras.Logrésacar el rebaño para que las ovejas estiraran las piernas, porque prontonecesitaríansusmúsculos.Eraunpocoextraño,teneraesamujerescondidaenmigranero,nosabíaexplicarcómomehabíacambiado.Peronoerahorribleodesagradable.Cadamañanaycada tardesacaba los sacosdeheno,ycadavezdejaba cerrada la extraña puerta vegetal, que ocultaba el escondrijo. Intentabaimaginar cómo sería por dentro, en la pequeña cavidad que había hecho paraella.

NopensabamuchoenGuillaumenienlajugadaquemehabíahecho.Nome importaba, ya no me interesaba. En los telediarios se hablaba mucho deltema,continuamenteaparecíanimágenesdelapolicíaylosbomberospeinandolasmontañasoporlossenderosdelosvallesconlaesperanzadeencontraralamuertaentrelostroncosdeloscastaños.Devezencuandosalíaunfiscalonoséquién y hacía un resumen de la cuestión, los periodistas se imaginaban laexistenciadeunasesinovenidodeotrolugar,loslugareñosvolvíanacontarlasviejasleyendasolvidadas,quecausabangrandesazónentrelagente.Yamí,denochedelantedemi televisor,megustabadecirmequeestabaenmicasa,quejamásibanaencontrarla,yqueibaaconvertirseenunaespeciedeleyendalocal.Yyo seríaelúnicoque sabría la explicación;bueno,yoyGuillaume.Esomegustaba. Pero sobre todo prestaba atención cuando hablaban de ella. Porquequeríasaberaquiénhospedabaenmigranero.Sabíaqueestabamuertayquenoteníasentido,peronoimportaba,meinteresaba.

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Évelyne,asísellamaba,ypenséqueeraunnombrebonito.Teníacuarentay nueve años, tresmás que yo. Era unamujer de la ciudad, una urbanita quehabíavenidoaviviranuestrorincónperdidosoloparaseguirasuesposo,quequeríacomenzarunnegocioensuregiónnatal.Segúndecían,ellanotrabajaba,los hijos habían crecido y estudiaban en las mejores universidades. Por esocuando no los iba a visitar, se quedaba en casa. A veces le gustaba ir deexcursiónporque,apesardetodo,erabastantedeportista,secuidaba.Enseñabanfotosdeellay laverdadesquesíeraunamujermuyhermosa,comoningunaquehubieraconocido.Ysobretodo,comonuncahubierapodidoaspiraratener.No era una mujer que aguantara la vida en la meseta, seguro que no habríaduradomucho tiempo.Supusequédebíapensarde loscampesinosde lazona,seguro que hablaba de nosotros con un rictus de desprecio o con la falsaamabilidadqueyoconocíademasiadobien.

Perotodoesoeraantes.Ahoraestabaallí.Ynadiepodíacambiareso.

***Cuando sonó el teléfono esa tarde, me sobresalté. No era habitual que mellamaran a casa. A veces los compradores de carne, preguntando por loscorderos, pero la mayoría pasaban sin avisar, porque era más sencillo y yosiempreestabaallí.Elsonidodel teléfono llenó lacocinayfruncíelceño.Melevantéypuseeltenedorsobrelamesa,caminéhaciaelauricularconectadoalapared.Lolevanté.Alprincipio,nooínada.

—Hola—dije.Nadierespondió—.Hola,¿quiénes?Escuchélarespiracióndeunapersona,yporunmomentoimaginéqueera

Guillaume. No se había resistido a llamarme, el idiota, semoría de ganas depreguntar cómome iba, qué había hecho con el cuerpo, por qué no le habíadicho nada a nadie a pesar de que eso lo arreglaría todo. Porque cuantomástiempopasabaconsuesposamuertaencasa,menoscreeríanlospolicíasenmihistoria, nome hacía ilusiones al respecto.Yo sería designado como el únicoasesino,estabamásclaroqueelagua,elqueseinventaronlosperiodistasparaasustarnos.El tipo raro, quevivía recluido en sugranja y que se había vueltoloco,decididoavengarsedesuenemigodelainfancia.

PeronoeraGuillaume.—¡Hola!¿Quiénes?—repetí,másfuerte.Yfinalmentehabló.Reconocísuvozdeinmediato.—Joseph.Soy…soyyo.Alice.Alice, la trabajadora social. Su voz temblaba un poco, como si fuera a

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llorar.Mequedéensilencioduranteunossegundos.—Joseph.¿Quépasa?Exhalélentamente.—¿Porquénomedicesnada?No sabía qué responderle. No quería hablar. Le di varias excusas, de un

tirón.—Estoyocupado,tengomuchotrabajoconlosanimales.—Losé,Joseph.—Repetíaminombre,untrucodepsicólogosquesiempre

habíaempleado.Nomeengañaba—.Perohayalgomás,¿no?¿Hicealgoquetedisgustó?

—No.—¿Puedoiraverte?Nosé,¿mañana,porejemplo?Podríamoshablar.Fingíapreocuparsepormí,peromeparecióqueeraellalaquelonecesitaba

másqueyo.—No,mañananotengotiempo.—Joseph…—Losiento.Insistió de nuevoy yo realmente no sabía cómo explicarle que no quería

volver a verla. No quería decirle algo desagradable, porque siempre se habíaportadobienconmigo.Notuveelección.

—Adiós—dije.Ycolgué.Volvíasentarme,encendíuncigarrilloyporunmomentonomemoví.No

loentendía.Nuncahabíaentendidoquésacabaelladesuhistoriaconmigo.Perolocomprendíaaúnmenos,ahora:porquéestabatanansiosaporvermecuandotenía a su esposo en casa.Me parecía un comportamiento muy extraño, y alreflexionar sobre ello, me pregunté si todas las mujeres serían iguales. Si lasrelacionesentrehombresymujeressiempreerantancomplicadas.

Derepente,me levanté.Cogí la latadeconservas,conel tenedorclavadodentro,ysalídelahabitación.Dejéalperroenlacasapararelajarmeunpocoyfuihaciaelgranero.Allímeacerquéalamontañadeheno,quehabíadisminuidounpocoen losúltimosdías,yaparté lossacosqueocultabanelescondite.Memetídentro,hastaelhuecodondedescansabaÉvelyneDucat.Conelalmuerzoenlamano,mesentéfrenteaella.

Contemplédenuevoa lamujercuyorostrocomenzabaaponerseverdeycuyos cabellos se caían, mezclándose en el suelo con los tallos de heno. Noquedaba mucho de la bella parisina que se había casado con Guillaume. Yaempezabaaolermalyunasustanciadesagradablefluíadesunariz.Peronomeimportó.Enderecésupecho,meapretécontraunaesquina,lecoloquémejorel

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suétersucioyarrugadoqueaúnlacubría.Entoncesmedicuenta.Laboladeangustiademiestómago, laquemeseguíaatodaspartes,que

nuncameabandonabayquemedolía,yanoestabaallí.Seguroquesuenaextraño,losé.Perodesdequedecidíocultarelcuerpoen

micasa,einstalarloenmigranero,desdequeestabacercademícuandovolvíade cuidar de mi rebaño, me sentía menos solo. De hecho, no sé si deberíadecirlo,perohacíamuchotiempodesdequemesentíatanbien.Estabatranquiloycasirelajado.EracomosiÉvelyneDucatmepertenecieraunpocomásamíymenos al hombre que la había abandonado en mi puerta. Como si ella menecesitara.

Nunca había logrado vivir con unamujer.Nunca había entendido lo queesperabandeunhombre,niconSophieniconlatrabajadorasocialqueseaferróamíporunarazónqueaúnnocomprendo.Meentristecíaunpococonfesarlo,peroenelfondo,quizáesaeralaúnicarelaciónquepodíatener.Cuidardeunamuertacomoyahabíahechoantesconmamá.

***Pégouse fue la primera en dar a luz. Un pequeño cordero que salió sinproblemas,comoyaanticipaba,yporesonomepreocupédemasiado.Peroaunasí,mequedécerca,nosabesloquepuedepasar.Elpartoesunmomentodifícil,siempre hay que estar disponible para llamar al veterinario si hace falta unacesárea.Inclusoporlanoche,amenudotelevantasparaverificarquetodoestébien.Losqueselopuedenpermitirinstalancámarasenlosestablosyvigilanasíalosanimales,desdesuhabitación.Peroyohagolomismoquemipadre:nomemuevodelestablo.Perdídoso tresanimalesasí,cuandonomeocupabade lagranja,yahorasoymáscuidadoso.Dedía,vivoenmediodelrebaño,ytambiéncomoconellas.Yporlanoche,mesientoencimadeunmontóndepaja,enunaesquina.Porsupuesto,conelruidoquehacen,duermesamedias,peroalmenosestás cerca de las bestias.Hay noches en que las odias, y les sueltas un buengolpe,deseandoquesecalleny tedejen tranquilounmomento.Otrasveces teaguantas porque sabes que es así todos los años y todo volverá a ser igual elpróximoinvierno.

Pero ese año no fue así. Pasaba las noches allí, daba vueltas sobre mipequeñomontónconpaja,quesemetíabajomijerseyymepicaba,yentreabríaunojotanprontocomounaovejaseponíadeparto.

Entonces,vigilabaelnacimientodeloscorderos,ymeasegurabadequelasmadres los dejaban mamar. Solo que a veces, cuando el sueño no llegaba,

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mientraselvientohacíaquelasparedesdemetalvibraranyloscorzosaullaran,me dirigía almontón de heno, abría el escondite e iba a sentarme cerca de lapuerta, al lado de los restos de Évelyne. Me quedaba allí, silencioso comosiemprehesido.Megustaba.Estabamáscómodosinhacernadaconella,quebuscando qué decirles a las demás mujeres. Era lo que necesitaba, en ciertomodo.Lacuidabaunpoco,apartabaelhenoquelehabíacaídoencima,alisabalosplieguesde su ropa cuandoesta sehabía arrugado.Eramuyconscientedequeestabamuerta,porqueyaolíaacarroña,comolosanimalesmediodevoradosporloslobosqueavecesencontrabaenmistierras.Medabacuentadequesucuerposedescomponíadíatrasdía,queyanoteníaojosensusórbitashuecas,quesusvenasnegraseranvisiblesbajolapieldesucuello,quesucuerposoltabalíquidosysustanciasquefluíandeellayqueempapabansuropa.Graciasalfrío,la descomposición era tan rápida comopudiera imaginarse, y yo era capaz desoportarlo.Todoslosdíassacabavariossacosdeheno,conlosquealimentabaalasovejas.Losibasacandodelosladosdelescondite,maniobrandoeltractorenelestablo,girandoalrededordelacavidadparaquenosecayera.Amedidaquela temporada avanzaba, mis pilas disminuían, y los bordes se acercabanlentamentealoqueestabaocultandotrasellas.

La casa estaba en silencio, no volví a oír ruidos procedentes del armariodurante la noche, cuando volvía a mi habitación. Parecía que la presencia deÉvelyne lohabía calmado todo, queningunodemis fantasmas teníanadaquedeciralrespecto.Metranquilizaba,especialmentelosdíasenquemepreguntabasinoestaríavolviéndomeloco,porconvivirconuncadávercomosimehubieracasadoconél.

Quizáseadifícildecreer,perofueunperíodomásdulcequeotrosaños.Amenudopiensoenello.

Latelevisiónvolvíaacomentarelcasodevezencuando,porqueahoraqueya no había nieve, habían reemprendido la búsqueda, pero el misteriopermanecía intacto.Yano creían en laposibilidadde encontrarla.Unavez, lapolicía pasó por mi casa. Habían avanzado un poco más en la investigación,sabíanquelosDucathabíanvividoenlacasadeenfrente,hacíatiempo.Peronotenían nada contra mí, por supuesto. Guillaume no les había dicho nada.Mehicieron preguntas, respondí, pero no fue muy lejos. No me preocuparon.Todavíano,entodocaso.

Loquesímepreocupaba,encambio,eralatrabajadorasocial.Aveces,porlanoche,sonabaelteléfonoycuandodescolgaba,nomecontestabanadie.Sabíaque era ella yme preguntaba por qué lo hacía. No la entendía. Algunos díasinclusolaveíaenlameseta,consucoche.Aparcabaenlaentradadelacarretera

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ysequedabaallísinhacernada,observandomigranjadesdelejosyloqueyohacía.Nopenséquesospecharanada,perotemíque,alobservarme,descubrieramisecreto.Yqueseconvirtieraenunproblema.

Porque,apartedeella,measegurédenoveranadie.Losnacimientosdeloscorderosdeeseañosequedaríanentremí,lasbestiasylamuerta.

***Sabíaquenotendríasuficienteheno;losabíadesdeelcomienzodelinvierno.Elveranohabíasidodemasiadoseco,ynohabíapodidocosecharloquenecesitabaparapasarelaño.Missacosdepajasalieronunaporunadelosestantes,hastaelcomederode lasovejas,yelmontónseencogió sinquepudieraevitarlohastaqueundíayanomequedabacasinada.Eranmásdetreintasacosapiladosqueformabanuncubodeaspectominúsculobajoeltechodelgranero.Justodetrásdelaprimerafila,estabaelescondite.ElcuboeralacasadeÉvelyne,ydeahíprocedíaeloloramuerte.Notardaríaenvermeobligadoaextraerelhenodeesaúltimapared.

Nomequedóelección.Unamañana, descolgué el teléfono, aunque nome gustaba, y llamé ami

proveedor para advertirle que iba hacia su almacén. Enganché el remolque altractorysinpausatoméelcaminohaciaelvalle.Habíapasadountiempodesdequemealejaradelameseta,ysemehacíaextrañoirme,dejarmicasasabiendoloquehabíaenmigranero.Todavíanoeraprimavera,peroyaelcieloeramenosgris. Entre las piedras asomaban verdes los matojos de hierba pastarían lasovejasenelverano.Enelcielo,losbuitresparecíanesperarlasmientrasgirabanensilencio.Laalondrahabíaregresadodesuviaje,lodiviséenlaspiedras,suscolasrojassaltandoentrelosenebros.Observélasrayasblancasatravésdelasventanas sucias demi cabina, con la chaqueta puesta y los dedos aferrados alvolante.Aestavelocidadmellevaríatiempollegar,losabía,teníaunahileradecochespegadaamiparachoquesquedebíanestaracordándosedemí.Eltractorrugíaenlascurvas.

Siemprecomprabahenoalmismotipo,ungranjeroqueposeeunahermosaárea de hierba en la ladera de la montaña y junto al río. Nunca me hacíademasiadas preguntas, y eso me convenía. Me ayudó a cargar los sacosadicionalesenelremolque,lodejétodobienatadoparaquenosedeslizaraenlacarreterayvolví a poner enmarcha elmotordel tractor.CondujedurantedospequeñoskilómetrossiguiendoelcursodelríoypensandoenÉvelyne,solaenlamontaña.Dejéatrásundesvío.Entonces,medetuvedeinmediatoalbordedelacarretera.

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Reconocíperfectamenteelcaminoqueascendíaporunapequeñacolinaconunarocablancaenlaentrada.Lohabíavistoenlatelevisión.

AhívivíaGuillaume.Ytalvezfueallídondematóasumujer.Pasaba a menudo por allí cuando bajaba de la granja, pero nunca había

reparado en ese sitio. Desde que Évelyne estaba en casa, no había queridoabandonar lamontaña.Peroahoraqueestabaallí,conelcamino justofrenteamí, era diferente. De repente, tuve curiosidad. Quería saber en qué tipo demansiónsehabíainstaladoesebastardoaldejarlacapital.Y,sobretodo,queríaverdóndehabíavividosuesposaantesdemorir.Paraconocerlaunpocomejor.Dudéunossegundosen lacabinadel tractor,mierda,eraunaestupidezque loibaa joder todo.Pero finalmentesalí.Estacionémivehículoyel remolqueunpocomáslejos,alfinaldeunapequeñapistaquenoseveíadesdeelcamino,yvolvíalaentrada.

A ambos lados de la carretera que iba a la casa de Guillaume había unpequeñobosque.Meadentréentrelostroncosgrisesdelosabedules,oculto.Elsueloerasuaveyestabacubiertoehojasdescompuestas.Avancéunoscincuentametrosaproximadamente.Detrásde losárboles,divisé lacasa.Menudachoza.Un engendro arquitectónico con el techo plano y con las paredes forradas detablillas demadera verticales, y también un gran ventanal que daba a todo elvalle.Noteníanadaqueverconlabarracaenloaltodelameseta,nolejosdelamía,enlaquehabíacrecido.Debióhaberlecostadounojodelacara.Habíaun4x4 aparcado delante, pero al principio no vi a nadie, y seguí observandoescondidodesdelosárboles.Vilaterrazaenelpisodearribaytratédeimaginara Évelyne bebiendo vino o fumando un cigarrillo allí, sentándose como unaeleganteburguesaydisfrutandodelavistaolospájarosquevolabanderamaenrama. Fue agradable pensar en eso, como si así la ayudara a vivir de nuevo.Continué mi recorrido alrededor de la casa. Incluso habían construido unpequeño edificio auxiliar, un garaje o una sauna, qué se yo.Miré la hora.Nodebíaperdereltiempo,misovejasnotardaríanentenerhambre.Estabaapuntodeirmecuandooísuvoz.Medilavuelta.

Guillaumeestabaallí,enlosescalonesdesucastillomoderno.Aunosmetrosdemí.Estaballamandoaalguiendesdeelmóvil.Habíacambiado,sinduda,pero

nomehabríacostadoreconocerlo.Teníaunagranprotuberanciaen la frenteyparecíaorgullosodeeso,notratabadeocultarlo.Casinoteníapeloenelcráneo.Vestía tejanos y una camisa blanca, como las personas de aspecto elegante.Recordé cómo éramos de pequeños, las rencillas entre nuestras familias, elmomentoenqueelviejoDucatnoshabíaimpedidoelpasoporsustierrasytodo

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nuestrorebañosehabíatenidoqueconformarconlacarretera.Paraél,quehabíavividoenotrolugar,esaépocadebíaquedarmuylejos.

Meacerqué,sigilosamente,yenelsilencio,logréescucharsuconversación.—Sí,megustaríaquevinieras…Sí,estoyseguro,tenecesito.Noeradifíciladivinarqueestabahablandoconunamujer.Conotra.—Todavíanolohanencontrado,yyanocreenqueseaposible…Esoeslo

quemedijeron.Fingíanosaberdóndeestaba.Elmuymentiroso.—Reservaré tubillete.¿Vendrásaquí,deacuerdo?Estarásbien,yaverás.

Vamosa…Sedetuvoenseco.Mirabaenmidirección.Sindarmecuenta,habíapisadounaramaydesdeelbosque,oyóelruido.Dejédemovermeytambiénderespirar.Nopodíaverme,entrelostroncos

y el follaje. Sabía que no podía verme, me repetía a mí mismo. Se movió yseguíaescudriñandoelbosque.Duróvariossegundos.

—Discúlpame —dijo finalmente a su interlocutora—. Creí… No, no esnada.

Seapartóycomenzóahablardenuevo.Creo que no me vio, debió creer que el ruido procedía de algún animal

ocultoentrelosárboles.Esperénuevamenteparaasegurarme.Sedirigióhaciaelotroextremodela

casa.Meretiréalpequeñobosque,aplastandolashojasenelsuelo.Memantuveaunadistanciasegura,yvolvíalcaminopensandoenGuillaume,quenohabíatardado mucho en reemplazar a su esposa, por lo que parecía. Confirmó laopiniónquesiemprehabíatenidodeél.

Meapresuréavolveraltractor.

***Me llevó más de dos horas regresar a la meseta. Al tractor, inclinado con elremolque lleno, no le fue demasiado bien el ascenso. Cuando pasé por losacantiladosqueselevantanalbordedelameseta,yvolvíalascarreterasquesecuelan a través de las tierras que siempre han sidomías, no estaba enfadado.Abajo,nomesentíaagusto,muchomenosahoraquehabíavueltoaverlacaradeGuillaume.

Divisémigranjadesdeladistancia,ylacruzqueseyergueenlaentradaala carretera. Tenía prisa por llegar. No esperaba cruzarme con la trabajadorasocial.Me dejó atrás con su automóvil y vi que había reconocidomi tractor.

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Esperaba que siguiera su camino, pero no lo hizo. Dio la vuelta y se quedópegadadetrásdemí.Nomegustó.Teníaqueocuparmedelhenoynoqueríaqueentraraenelestablo.Eraarriesgado,porelolorylapiladepajaenelmediodelestablo.Así que avancé, y aparqué.Nome gustaba ser grosero, pero hicemitrabajocomosiellanoestuvieraallí.Saquélossacosdeltractorunporunoylosllevéalgranero.LoscoloquéalladodelesconditedeÉvelyne,comosinada.

La trabajadora social apareció en el portal. Era la primera vez que nosveíamosdesdeeldíaenquedescubrílamuertaenmicasa.Apenaslareconocí.Parecíanerviosaymeseguíaa todaspartes.Volvióadescargarunabateríadepreguntas que yo no quería escuchar. «Tenemos que hablar», repetía, como sihablar fuera a cambiar algo. No me gustaba su comportamiento, cada vezentendíamenos lo que pretendía demí, por qué actuaba como actuaba. ¿Quéhabíahechoyo?Nisiquiera laentendícuandomesoltóunafrasequeno teníasentidoparamí:

—¿Porquélehicisteeso?Pensé que estaba loca. Seguí trasteando con los sacos de heno, mientras

todomicuerpomegritabaquedebíaconseguirquesefuera.Hicecincooseisviajesasí.

Alcabodeunmomento,mesiguióhastaelgranero.Esomeasustó.Sí,mepreocupabaquedescubrieraloqueocultaba.Séquenoestuvobien,perolegrité.«Vete de aquí—le dije—. ¡Vete de una vez!»Estabamásmolesto de lo quepensaba,porquelaimaginabaenelestablo,yeselugarerasoloparamíyparalamuerta.Entoncessediocuentadequealgonoibabien,dequehabíapulsadounnervio. Giró la cabeza en dirección al heno y juro que mi corazón pareciósalírseme del pecho. Ya está, me dije. Ya lo sabe. Debió percibir el olor deÉvelyne.

Fue entonces, cuando la trabajadora social miró a mis espaldas, cuandosentíqueseacercabaelfin.

***Transcurrióunasemanay todos losdíasvolvíaalesconditeparaquedarmeuntiempo con Évelyne. Estaba ya irreconocible, su piel se había ennegrecido yestabaseca,comoelcartón,enalgunoslugaresinclusosehabíadespegado.Susdedos estaban descarnados, como las puntas de los guantes.No era agradableverlo.Afortunadamente, el olor era bastantemenos fuerte que antes. Tenía laimpresióndequesucuerpocomenzabaadesapareceryesonomegustaba.Meentristecía,porquenohabíamaneradedetenerlo,ymehabíaacostumbradoasu

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presencia,juntoalrebaño.Todosloscorderosyacaminabanymerodeabanentrelospiesde susmadres.Sabíaquealgúndía tendríaquedejarla,quenopodríaquedarse allí para siempre porque algún día alguien la encontraría, y al finaldaríaconmishuesosen lacárcelporalgoquenohabíahecho.Peronopodíadecidirme,cadavezpostergabaelmomento.Venga,undíaodosmás,medecía.

Recuerdo laúltimanoche, justoantesdel final.Cuando llegóelmomentodeiralacama,nosubíamihabitación.Mevestídenuevoparasalir,encendíuncigarrillo, y caminé hacia el establo con una linterna que dibujaba un círculoamarilloenelbarro.Nohabíaunanubeencimademí,veía todas lasestrellasperforandoelcieloenunbillóndepequeñospuntosblancos.Llegabaelululardelvientoenlanocheylaextrañacancióndelsapoparteroenalgúnlugardelospastos.Tiréde lapuerta.Lasovejasmeoyeron llegar, estabanagitadas tras lapareddelestablo.

Lapiladehenohabíamenguadodenuevo.Abrí lapuertadelesconditeyentré.No iluminé lacaradeÉvelyne, sabíamuybienquéaspecto teníaahora.Apestabacadavezmenos.Apiléunpocodehenodelsueloymeestiréallíenlaoscuridad.Esperé largo tiempoaqueelsueñoseapoderarademí,diciéndomequeeraunadelasúltimasnochesdeestatemporada,tandiferentedelasdemás.Que pronto mi vida volvería a su curso normal, que nuevamente sería uncampesinosolitariosinesposa,sinhermanosniparientesconquiencompartireltiempo.

***Laventajadevivirporaquíesvesvenirlosproblemasdemuylejos.Amenudoesuncochedesconocidoyalquevesllegardesdequedejaatráslosbloquesdepiedracaliza.Tienestiempoparaprepararte,parasacarelriflesinotefías.Así,cuando aparcan frente a los escalones de tu puerta, estás listo para darles labienvenidaadecuadamente.

Reconocí de inmediato el coche azul de la policía, despuésdequegirarahaciamistierras,conelchasisdemasiadobajoquerozabatodoslosbaches.Eraelfinaldelatarde,acababaderegresarconelrebaño,habíarecorridoelcaminodetrás de los pinos. Fumaba un cigarrillo en mi terraza y me puse de piecruzandolosbrazos,paraquequedaraclaroqueestabaenmicasaynoqueríaproblemas.

Aparcaronatravés,antesdesubirlosescalones.—¿SeñorBonnefille?—Sí.

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—SoyelmayorVigier.¿Merecuerda?Asentí. Era del mismo tipo que la otra vez, el que estaba cerca de las

gargantas,consucolega.Peroestavez,estabamásserio.Elotroeraun jovenquenopronunciópalabra.

—¿Podemosentrar?—preguntóelmayor.—¿Hayalgúnproblema?Lodijesinmirarlo.—Prefieroquehablemosdentro,sinoleimporta.No me gustaba. Miré a mi alrededor, y vi dos buitres leonados en la

distanciadandovueltasalrededordeunacarroña.—O.K.Meagradecióelgestoynosinstalamosenlacocina.Resoplé,esperandoa

quesoltara loquehabíavenidoadecir.Nomegustabaveruniformesencasa,peronoteníaotraopción.

—SeñorBonnefille,¿ledicealgoelnombredeÉvelyneDucat?Dudé.Entoncesdije:—¿Noeslamujerquedesapareció?—Sí,esella.¿Laconocía?Neguéconlacabezaparadecirqueno.—Nomeandaréporlasramas.GuillaumeDucat,suesposo,afirmaqueen

elpasado,susdosfamiliasnosellevabandemasiadobien.Mepasélamanoporlabarbilla,buscandoquédecirles.—Noesmentira,perodeesohacemuchotiempo.¿Quétienequevereso

consuesposa?—Nosé,¿seleocurrealgo?—No.Tosió.Convozmuyseria,mesoltó:—¿Puededecirmequéestabahaciendolanochedel18al19deenero?—Durmiendo—respondídeinmediato.—¿Alguienpuedeconfirmarlo?Suspiré.Comosinosupieranquevivíasolo.—Misovejas.Semiraronelunoalotroconelairedepensarqueloteníacrudo.Volvílos

ojoshaciaunladoy,atravésdelaventana,vielestablodetrásdelacasa.—Verá,haceunosdías,GuillaumeDucatafirmahaberrecibidounavisitaa

su casa. Al parecer, un hombre se escondió en su propiedad. Según él, esehombreerausted,señorBonnefille.

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—¿Ah,sí?—Esoesloquedijo.Hijodeperra,penséparamí.—Bueno,puesmenudaburrada.Nohacambiadotanto,porloqueveo.Nadiedijonadamás.Yoporquenoquería,ellosporquepretendíanqueme

pusieranervioso,comohacenlospolicíasdelatele.—¿Le importa si hacemos un pequeño recorrido por su propiedad, señor

Bonnefille?—Unpoco.—¿Porqué?¿Tienealgoqueesconder?—No.—¿Inclusoenelgranero?Otrosilencio.Latrabajadorasocial.Seguroquehabíahabladoconellos.Se levantaron y el mayor asintió con la cabeza hacia la puerta, como si

dijera:«Venga,vamos».Penséunpoco,yfinalmentelosseguíafuera.Lostresnos dirigimos hacia la parte posterior de la granja. Sus grandes botas dejabanprofundasmarcasenelbarrodelacarretera.

—Abralapuerta—dijofrentealportóndemetal.Dudé,mirándolofijamente.Nomediolamenoropción.Tirédelamanijay

laparedcomenzóaresbalarcrujiendo.Entraroncomosifuerasucasa.Elmayorlevantólacabeza.

—Esgrande.Meencogídehombros.Comosinuncahubieraentradoenungranero.Pisó

elcemento,echóunvistazoalasovejasdetrásdelabarrera.Tampocoparecíancomplacidasporlaintrusión.

—¿Cuántastienes?—Hay240madres.Hizoademándeestarimpresionado.Seacercóalapiladehenomientrasel

otroloseguía.Rodearonlasparedesdesacosapiladas,pasandosusmanossobreellos.

—Mehandichoqueesteañohastenidoquecomprarlo.Norespondí.Mientrasguardabasilencio,empujabalossacosdehenoaquí

y allá, para ver si se movían. No lo hacía por casualidad. Buscaba algo, yterminóporencontrarlo.

Tres grandes cubos es hundieron hacia el interior de la pila. Los dos semiraroncomosiacabarandeencontraruntesoro.

—¿Queeseso?

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—Unagujero—dije.—Voy a ver qué hay, ¿te parece? Tengo un presentimiento sobre lo que

escondesahí.Noteníanadamásquedecir.Moviólossacosyavanzóporelpasadizode

henomientraseljovenesperabafuera,vigilándome.Seoíansuspasossobreelcementoyluegosobreelhenoquecubríaelsuelo.

—Mayor,¿vealgo?Desdeelfondodelescondite,elcomandantenorespondió.—Mayor,¿quéhay?—…—¿Mayor?Finalmentesalió.Esperó,ydijo:—Nada—lesoltóasucolega—.Nohaynadaenabsoluto.Parecíadecepcionado.Medirigióunamiradaacusadora,yyomeencogíde

hombros.—Soloesunagujero.Sacudiólacabezaconunsuspiro.Diootravueltaporelgranero,observóel

silo,misbotasdenievedescansandoenunaesquina,lossacosdegrano.Conlospies,rascóelpisodecemento.Sevolvióhaciamí.

—Entonces,¿noconoceaÉvelyneDucat?—Esoes.—Deacuerdo.¿ElnombredeMichelFarangeledicealgo?Metocóamísorprenderme.Noveíaningunarelación.—Lerefrescarélamemoria.Eselmaridodetutrabajadorasocial.—Sí.Sí,losé.Perohacemuchoquenomecruzoconél.—¿Estáseguro?Ellaafirmaquelogolpeaste,recientemente.¿Golpeado?¿Dequémeestabahablando?—No,no.Esoesunerror,yojamásharíaalgoasí.—Claro.Ytampocotienenadaqueverconsudesaparición.Estabarealmenteperdido.Nosabíaquédecir.—Encontramossucocheabandonadoestamañana.Enelmismolugarque

eldelaseñoraDucat.

***Contempléelcochedelospolicíasabandonandoatrompiconesmicaminoentrelashiniestasquenotardaríanmuchoenflorecer.Estabasegurodequevolverían.

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Por el momento no tenían nada contra mí, solo sus conjeturas y las de latrabajadora social. Sin un cuerpo, no tenían víctima y sin víctima, no habíaasesinato:lohabíaaprendidoenlatelevisión.Perosinoteníacuidado,elvientopodríavolversecontramí.Eramuyarriesgado.Nuncapodríahacerlescreerelcadáverquehabíaconservadodurantetantotiempoamiladonolohabíamatadoyo.

Eso no fue todo. También estaba lo de la desaparición del marido de latrabajadorasocial.Nolohabíavistovenir,ynoloentendía.¿PorquéGuillaumehabríamatadoaesetipoque,porloqueyosabía,noteníanadaqueverconél?¿Osimplemente lohizoparaaumentar lassospechascontramí?Era retorcido,pero no tanto. No, no lo creía. Pero lo cierto es que eso no me ayudaba enabsoluto.PenséenMichelFarange,cuandolovienlareunióndelaasociacióndeJóvenesAgricultores.Suairedistraídosinprestaratenciónalfuncionarioquehablaba sobre la nueva política agrícola.Y la foto que sostenía de una chica,mirándola como si estuviera enamorado. Me había causado una extrañaimpresión.

Esperéhastaqueoscureció sinhacergrancosa.Estavez,nomequedabamás remedio que poner fin a la historia con esa mujer que no debería haberempezado.No teníaningúnsentido, losabíadesdeelprincipio,peromehabíapermitido embarcarme en la extraña idea que podría haberse quedado mástiempo,casiavivirconmigomismo,porasídecirlo.Nomegustabala ideadedespedirme de ella. No sabría explicar por qué, perome entristecía. Como sifueraelfinaldealgo,deunaépocaenlaqueeracasifelizyquenuncavolvería.Comocuandoeresunniñoy tedicesque lamesetaesel lugarmásbonitodelmundo, sinverel futuroqueseprepara, sinsaberquemásadelantenopodráscontemplar las interminables estepas sin tenerganasdevomitar.Volví anotarlosnudosdelasoledadretorcerseenmiestómago.Parainfundirmevalor,bebídosvasosdegenciana.

Enlaoscuridadrecorríelestabloconlasbotaspuestasyunpardeguantes.Unautillochilló,nomuylejosdemí,talvezmeobservabamientrashacíaloquenomeapetecíanada,yseburlabademíporello.Agarréunahorcadecamino,arrastrándolapor el suelo.Llegué frente a unmontónde estiércol.Era toda lamierdadelasovejasquetodoslosdíaslimpiabadelosedificiosyacumulabaenunalosadecemento,antesdedecidirquéhacerconella.Apestaba,peroestabatan acostumbrado al olor que ya casi ni lo notaba. Me coloqué a un lado ysuavementepuselaspuntasdelahorcaenlapila.Arrastréhaciamí.Empecédenuevo varias veces. Apareció la ropa elegante de Évelyne: sus pantalones deexcursionista,sujerseydelana,queyanoerablanco.Lahabíaarrastradobajoel

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montóndeestiércolcuandovillegaralosgendarmes,casimepillaronconellaenmediodelestablo.Lamentétenerqueponerlaallí,mecostó,joder.Peroeralaúnicaideaquesemeocurrió.Lohicerápido,asegurándomedequenoasomaraningúnpedazo.

Apartéelestiércolylasaquédeallí.Noerauna estampa agradable: tenía la piel pegada a loshuesosy estaba

cubiertademierda.Eraunespectáculoquenolehabríagustadoamuchagente.Ysinembargo,soloconestamujermehabíasentidounhombre feliz.Loquesentíporestecadáverdesecadofuequizáslomáscercanoaamar,eseamorquemamádijoquenuncaencontraríaporqueerademasiado romántico.Porque lasmujeres no eran como yo pensaba y hasta que nome diera cuenta de eso, noencontraríaunaquesequedaraconmigo.

Desplegué una lona e hice rodar el cuerpo sobre ella. Luego la cerré,atándolaconcuerdas.Loquequedabadesurostrodesaparecióbajoelplásticoazul.Lollevéhastaelmaleterodemiautoyencendíelmotor,peronolosfaros.Condujelentamenteenlaoscuridad,alaluzdelalunaparailuminarmicamino.Lanocheerafrescayseca,elvientodoblabalahierba,ynotabaelcabellodelosángelesondeandoportodala tierra.Nohabíaniuncoche, lamesetaestabaensilenciosepulcral.Nadiemeveía.

Aparqué, saqué a Évelyne del maletero y la arrastré hasta el suelo. Lasfibrasdelalonasequedabanatrapadasenlasrocasafiladas,tirardeellanoeratarea agradable.Ami alrededor adivinaba losmontículos y los sumideros quedibujabancurvasenlanoche.

Lleguéalbordedelagarganta.Era como un círculo de piedras hundidas en medio de un prado. Bajé

haciendo rodar el paquete, muy despacio para que no se abriera. Despejé laentradadelagujeromoviendoalgunospedazosderocas.Unassemanasantes,losgendarmes habían regresado allí con todo su equipo, buscando en las cuevaspara encontrar a Évelyne. Apostaba a que no lo harían de nuevo, porque yaestabanconvencidosdequeellanoestabaallí.Meinclinéhaciaelfondoyvilamásabsolutaoscuridad.EranlasentrañasdelCausse,ycaíanaplomo:detrásdelas rocashabíaunagujerodeunos treintametros.Enel fondohabíaalmenosdos o tres cadáveres de ovejas, los que mis antepasados habían perdido. Noestaríasola.

Coloqué el cuerpo en la entrada. Dudé por un momento, era como unaseparación queme llenó de una emoción que no podía describir.Melancolía,creoqueeslapalabracorrecta.Encendíuncigarrilloyesperétantocomopude,recostadocontralaspiedrasafiladasconÉvelyneamiladobajolasestrellas.

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Yfinalmentelaempujéhaciaelagujero.Elpaquetesedeslizódeinmediato,sinaferrarseninada.Nisiquieraseoyó

el final de su caída.Escuché, quizás para percibir los gemidos de losmuertosporque los ancianos decían que a veces ascendían desde las profundidades, elprincipiodelinfiernodondelasalmasperdidassecruzabanconmonstruosycondemonios.Peronohabíanadamásqueelsilencio,quemerecordabaquevolvíaaestarsolo.Quenoteníaanadieconquienhablar,alladodequienlloraroestarvivoamilado.

***El armario hizo ruido esa noche. Trataba de conciliar el sueño pero se meresistía, y todos los ruidosde la noche llegabanhastami cama.Debajodemihabitación,comenzóamoverse.Nomeasustaba,noeranruidosviolentos.No,eracomosielarmariosemovierasigilosamentesobrelaspiedrasdelacocina.Escuché,mirandolavigasobremí,conlosojosabiertos.Penséquesignificabaalgo.Queno eran fantasmasquedeseabanningúnmal, o quemamáestuvieraatrapadaenlacasa.SoloeranelrecuerdodeÉvelyne,queveníaadespedirseyaagradecermequelahubieracuidado.Pasébuenapartedelanocheasí,despiertomientrastodoseguíaquietoamialrededoryfuerasolohabíasilencio.Eraunaatmósferaalaqueibaatenerqueacostumbrarmedenuevo.

PenséenGuillaume,enlospolicías,enlaasistentesocialyensumarido,quehabíadesaparecido.Medijequetalvezmehabíadespistado,quedehechonohabíaentendidonadayquenoeraGuillaumequienhabíamatadoasuesposa.Quizáeramáscomplicadoqueeso.Mientrasledabavueltasatodoyadivinabaqueno ibaapoderdescansarhasta lamañana,derepente recordéuna imagen.¡Malditasea,esoes!

Me levanté, me abrigué para no tener frío, encendí la luz y bajé losescalones.Mirédereojoelarmarioquenosehabíamovidodesulugar,enormecontra la pared trasera. En la pequeña habitación que hace las veces de mioficina, encendí mi ordenador. Abrí internet y busqué un poco antes deencontrarlo.

Esoestodo,lateníadelantedemí.LaimagendelachicaqueMichelFarangemirabacomosifuerasuamante.

Eraella.SellamabaAliciaMore,ynoestabamuyorgullosodeconfesardóndelahabíavisto,másdeunavez.Era…Bueno,era…

Unaactrizdepelículasporno.Esoera.MichelFarangebebíalosvientosporunaactrizporno.

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Maribé

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Yolamaté.Enestahistoria,haymuchascosasquetodavíanotengoclaras,perosihay

algodeloqueestoyseguraesquesémásquenadieenesevalledondepaséunosmeses.Ysobretodo,másquelospolis,quenoseenterandenada.

Hoytratodenopensareneso,enloquevivíallí.Medueledemasiado, joder.Sinembargo, creoque si ella regresara, sería

capaz de olvidarlo todo para estar a su lado. Porque la echo de menos,muchísimo. Es culpa mía, es de locos lo culpable que me siento. Porque esverdad:yolamaté.

Sieldíaenquenosconocimosnuncahubieraexistido,ellaseguiríaviva.

***Sucedióalfinaldemividanúmerotres.

Durante el interminable período en el que esperaba la próxima, como sifueralallegadadeunmalditomesías.Porquelavidaquetenía,enserio,eraundesastre,algoimposible,yyateníaganasdequeterminara.

Nosécómoesparalosdemás,peroamisveintiséisañosteníalaimpresióndehabervividovariasveces.Enmicabeza,unavidateníadosotresaños,nuncamásymásbienmenos.Eraunchicoounachicaconquiencompartíamisdíasycreíaenelamor.Eraunnuevomundo,lomásalejadoposibledelanterior,paramarcar el cambio. Pero, sobre todo, era un comienzo, un encuentro en el quefinalmenteesperabaencontrarloqueestababuscandodesdequeteníadieciséisaños; y un final, generalmente el día en que lo mandaba todo a la mierda,causandoun torbellinodeproblemas.Eraunaespeciedepequeño suicidio,dehecho, porque era una vida que terminaba odiando tanto como me habíaenamoradoalprincipio.Cadavezmepasabalomismo.

Ysinembargo,cadavezvolvía.Metirabaalvacíoesperandoquealguienme recogiera, y cuando lo encontraba,me agarraba ami salvador comoaunaboyaenelnaufragio,convencidadequeestavezeraparasiempre.

Paratodalavida,quierodecir.Lo sé, lo sé. Soy inestable, sugestionable, demasiado así, muy poco asá.

Borderline.Gracias,meconozcoelsermón,mimadremelosirvióduranteaños,

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ellaysuterapeuta,queseinteresabamáspormíqueporella.Ynoporesosusanálisismeayudaronaencontrarelcamino.

Joder.Así que entonces, en lugar de aprovechar mis estudios y encontrar un

puestodediseñadoraenalgunatiendadealtacostura,comolehubieragustado,mededicabaahacerloquemeveníaengana,mientrassuperabalarupturaconFred, deseandoque a él le costaramásque amí.Antesdedar el portazo,mecalmélosnerviosagolpedebilletes,losquemesaquérevendiendosuequipodegrabación,elqueacababadecomprarsedespuésdeemborracharmeduranteseismeses,mientrassededicabaanavegarporforosdeinternet.Latarjetadesonido,elmicrófono,elpreamplificador,nomedejénadadenada,cincomilpavosalbolsillo.Yapodíadespedirsedesusmaquetas,susinstrumentalesasquerososysuvozblindadaconelAutotune,almenospudesaborearesapequeñavictoria,cadavezquehacíabalancedelavidaquehabíamoscompartido.

Dosañosalamierda.Volvía a tener migrañas, golpeándome el cráneo todo el día. No salía

mucho demi estudio, solo para arrastrarme por tiendas de segundamano.Nisiquieraqueríaescucharmúsica:elrapmerecordabademasiadoaesegilipollasal que acababa de darle una patada antes de que a él le salieran pelotas parahacerlo antes.Dibujaba vagamente fumando cigarrillo tras cigarrillo, diseñabaropaimprobablequeluegonuncaseconvertíanenvestidos.

Perolopeornoeraquedarmesindineroohundirmeenlaoscuridadentrecuatro paredes.Estoy acostumbrada.No, lo queme dabamásmiedo era estarsola.

Realmentesola.Despuésdelasensacióndelibertad,volvíasentirmecomolavezanterior.Una angustia brutal. No ver a nadie, instalarse indefinidamente en la

soledad,semehacíaaterrador.Comosiestuvierashundiéndoteenuntúneldelque nunca volverá a salir. Después de una semana, estaba en caída libre. Yesperabaconimpacienciaqueseabrieraelparacaídas.

Elcomienzodemividanúmerocuatro.Cuandoempecéasalir,nomecostónadaencontrarhombresparapasarla

noche,esonuncafuemiproblema.Enlosbares,unpardetetascomolasmíaslosatraeenseguida,memirandeladoymerodeanamialrededorcomochacaleshambrientos. Sé que están babeando, losmuy cerdos. Lo sé perfectamente.Ydos o tres veces no dije que no, los seguí hasta sus casas. Incluso pasé algúnbuen rato sus apartamentos de hipsters con vistas a los muelles y duchas dediseño.

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Pero me bastaba con verles la cara de adolescentes por terminar al díasiguiente: solo tenía ganas de salir corriendo. Porque detrás de sus sonrisasatractivasysucharla,nohabíanisombradelprincipiodeunodemisfuturos.

No,loqueyoesperabaeraquealguienmetomaradelamano.Yletocóaella.Sinrodeos.—Sonlasondas.Así es como se acercó a mí, sus primeras palabras fueron esas: Son las

ondas.Girélacabezaylavi,comosiacabaradeapareceramilado,conelvasode

mojito en lamano izquierda. Es gracioso, pero recuerdomuy bien la primeraideaquemecruzólacabezaalverla.Algoasícomo¿quéestáhaciendoaquíunatipa como ella? El bar se llamaba Los Piratas, uno de esos lugares paraestudiantesdeprimerañodelauniversidaddondepasadalamedianocheteníasun chupito gratis si le enseñabas el sujetador al del bar. Incluso yome sentíademasiadomayoraveces,cuandoestabaallí.Asíqueella…

En retrospectiva, lo comprendí: estaba allí por mí, me buscaba. Vamos,buscabaaalguiencomoyo,ytambiénlehabríavalidootrapersona.

Enesemomento,guardésilencio.Ellainsistió:—Hevistoquetemasajeaslassienes.¿Tienesmigrañas,verdad?Respondíquesí,frunciendoelceño.Escierto,cuandoempiezan,tengoque

salireirmeparacasa.Eraloqueestabaapuntodehacer.—Sonlasondaselectromagnéticas.Enlasgrandesciudades,hayen todas

partes.Probablementeereshipersensible.Noacabodeentenderloquedice.Esalmenosveinteañosmayorqueyo,

se nota enseguida. Es guapísima, bien conservada como se suele decir, unadama,rubia,distinguida.Unaburguesaquelosabeyquesecodeaconlagentesencillacuandocaelanoche.Deltipoquenoesmitipoenabsoluto,vaya.

Sonrío,porquelasituaciónesimprobable.—¿Qué pasa? —dice, alisándose el cabello—. Te lo juro, deberías

informarte.Parece tranquila, hablando con calma de sus extrañas ideas. Vuelve a

dirigirseamí,medicequeporesoyanoviveenlaciudad,queestasondasnosmataránlentamente.Yrápidamente,dejodesonreír.Laescucho,noséporqué,porque en realidad no me interesa, pero la escucho. Bueno, sí, lo sé: en suspalabras hay algo tranquilizador. Un no sé qué cálido que emana de ella.Obviamente está muy cómoda en este bar para gente joven, se funde connosotrosconnaturalidadquedesarma.Mirahaciaarriba,esbozaunasonrisaquesignifica«eresguapa»ymeofrecetomaralgo.Sehacalmadomimigraña,asíle

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digo que sí, una cervezamientras detrás demí se oye a Bowie, uno de esosartistasqueviajanporlasgeneraciones.Comounaseñaldequenohayningunabarreraentrelasdos.

Sigue diciendo tonterías, hablándome de aceites esenciales y para quésirven,desemillasycerealesparacomer,cosasdeviejoshippies,mehabladelvalledondevive.Nomepreguntanadasobremí,mejor,estoyentredosvidas,nohaynadaquedecir,solohayquetenercuidadoynoperderselallegadadeltren. Pero amedida que pasan losminutos,me doy cuenta de que lamiro demanera diferente, que estudio su boca, que observo susmanos bailando entrenosotroscomosifuerandosgorrionescortejándose.Bebomicerveza,melimpioloslabiosyesolahacesonreírdenuevo.

Hapasadoalgo.Joder.Loestoypensandoenserio.Sí,esdifícildeexplicar,peroesasí:haceunosminutos,apenasmehacía

sonreír,todoparecíasepararnosyderepentemegusta.Inclusosuedadmegusta,maldita sea.Esunhiloquenosconecta.Supongoqueyanodormirésolaestanoche.

Salimosafumaruncigarrillo.ChupasuVogue,ymemiraensilencio,susojosrecorriéndome.Megusta.

—¿Dóndevives?—pregunta,arañandolosadoquinesconeltalón.—Alnorte.Levantalascejas:estálejos.—Tengounahabitaciónenelhotel,atrescallesdeaquí.Porencimadenosotros,lanochedeveranoseinstalasuavementeentrelas

paredesamarillentasacausadelaslucesdelaciudad.Deestagranciudaddelaqueestabaapuntodehuir,llenadegenteyllenadeondas.

***¿Cómocuentoloquépasóesanocheensuhabitacióndecuatroestrellas?

Nopuedo,nohaypalabrasparaeso.Peroséquefueunalocura.Jamásmehabíasentidoasí,niconunhombreniconunamujer.Parecía saberlo tododemí,conocermicuerpocomosifuerasuyo,lasensibilidaddecadafragmentodepiel,losterritoriosdondedetenerse,losquedebíamimar.Susmanos,suslabiossobremí,nadaeratorpe,todoeradosificado,firmecuandoseanecesario,suavecuandovolvíaabajarmeelpulso.

Meabandonéaella.Sí,frenteaella,merendí.Literalmente.Fuecomodescubrirdeverdadquésignificahacerelamor.

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Empezardecero.Despuésporfinllegaronlaspalabras.Precisionescasiinnecesariasdespués

delaintimidadquehabíamoscompartido.—MellamoÉvelyne.Évelyne:mimadrepodríahabersellamadoasí.Laverdadesqueteníaalgo

deella,unaburguesasincomplejos.Lopensé,yduranteunsegundoesomedejóflipada.

—Maribé—dijeyo,envozbaja.Fruncióelceño.—¿Maribé?¿Esunapodo?—Sí,todosmellamanasí.Ycréeme,esmejor.—¿Mejorque…?Sonrío.—¿Maria Benedicta?—Digo que no con la cabeza—… ¿Maria Beatriz?

¿Maria…Brigitte?Dudo, porque mi nombre no me gusta nada. Entonces me digo: venga,

suéltateunpoco.—MariaBerenguela.—¿Ma-ri-a-Be-ren-gue-la?No,teburlasdemí.—Ojalá…—Menudonombredeclasealta,preciosa…Meencojodehombros,noquierohablar sobre la familiacontraquienhe

luchado durante años, del pabellón chic suburbano, de todo el dinero en unacuenta de ahorros que nunca usaré, aunque estuviera a punto de morir dehambre.

Évelynenoinsiste,memiraconunasonrisa.Esomemolesta.—¿Qué?—Nada—esquivaella.—No,¿qué?Estáclaroqueteestáspartiendoderisa.—No,essoloquetunombre,nopeganada…—¿Conqué?—…—Vamos.Duda.—Vale,vale,telodigo.¿Sabesaquiéntepareces?Frunzoelceño,esperolopeor.—Con tus tetas de silicona y tus ojos traviesos, me haces pensar…Me

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hacespensarenesaactrizporno.Dejapasarunmomentoyconsuvozmássensualpronunciaelnombre:—AliciaMore.—¡Quéchorrada!—Sí,esverdad.More,more,more…Seechaareíryyotambién,paranoromperelambiente,aunqueadmitoque

no me gusta mucho esa comparación. Pasa sus dedos sobre mis pechosdemasiadoredondos,losrecorredibujandoochoconsudedoíndice.

—¿Porquélohiciste?Estoyseguradequenolonecesitabas.—Unerrordejuventud.Yaestáhecho.Guardasilencio,meentiende:notengoganasdehablardeeso.Lastetasde

siliconaesloúnicoquequedademividanúmerodos.Richard,laatmósferadeBrasil, a él también se lo habría dado todo cuando nos fuimos a vivir juntos.Queríaquelohiciera,yomederretíaporél,unpocomásymetatúosunombreencimadelosdosobuses.Creíenél,igualquemepasacadavez.

Todohabíaterminadoenundrama,porsupuesto.Exceptoqueelbastardo,ahoratienehijosyfamilia.Delocos.—¿Cuándonosvolvemosaver?Hago lapreguntaymedoycuentadequehayfiebreenmispalabras.De

queÉvelyneyametieneensusmanos,quetengoganasdeella,depertenecerle,deestarasu ladoynodejarla ir.Tengopánico,miedodequesedesliceentremisdedos.

—Cuandovuelvaatumegalópolis.Enunmes,creo.Micarasedescompone.Ellamerecoge lamechanegraquecaesobremi

mejilla.—Noserásdeesasquesetiradecabeza,¿verdad,preciosa?Porsupuestoquelosoy.Yameheido,joder,estoyenplenovuelo.Entoncesdicealgoquenodeberíahaberdicho:—Basta conquevengas avivir cercademi casa.El airepuro te sentaría

bien.Ella lo decía para relajarnos, para quitarle importancia al momento.

Acabábamosdeconocernos,nohabíanadaserioentrenosotras.Paramí,fuelaseñal.

Nosabíanadadeella,peroenmicabezayahabíahecholasmaletas.

***Mepasévariosdíasencerradaenmiestudioreviviendosinpararminochecon

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Évelyne.Soñabaconella,meacompañabacomounángelguardián, siempreami lado. Había reemplazado mi angustia con un inmenso deseo. Sí, soy así:cuandollega,yanopuedodejardesentirlo.Eslaobsesión.

Mepaséhorasen internet.Mirécosasde la actrizporno.Era italiana.Subiografíadecíaquesolohabíarodadounaspocaspelículas,quetodavíaeraunaprincipiante.Mepreguntabacómo laconocíaÉvelyne.Oquizásoyyo la rara,porquenomeexcitannadaesaspelículasformateadassoloparatíos.Esverdadquehabíaunpequeñoparecido:apartedelastetas,teníaunacaralarga,unpococomo la mía, y cabello largo marrón. Pero tampoco éramos gemelas. Era laprimeravezquemehabíancomparadoconunaestrelladelcineporno.

Mepusealeerartículossobrelodelasondas,sobrehipersensibilidadylasmigrañas.Habíamuchacosa.Laideadequehubierapersonasafectadasporestamierdateníasentido,genteconproblemasmuchomásseriosquelosmíos.

EntonceslaspalabrasdeÉvelynequeenelbarmeparecierontanextrañasempezaron a imponerse en mi mente como una verdad oculta. Como si derepentetuvieraaccesoaunconocimientosecreto.Porsupuesto,teníarazón,deveníanlasmigrañas:erahipersensible.Habíapor todaspartes:elwifidetodoslos apartamentos del edificio, los ordenadores portátiles, todas esas cosasasediabanmicerebro.Derepentelossentíaamialrededor.

Losé, losé, soydemasiado impresionable.Peroaunasí,eso loexplicabatodo,yhayqueentenderenquéestadomeencontrabaenesemomento.

Yteníasentido.Fred,elrap,lagranciudad,condemasiadagente,elfrenesíque se apoderaba demí, y ahora las ondas. Todavía tenía un pie enmi vidaanterior,poresolascosasnoibanbien.Teníaquesalirdeallí,irmeydejarestamierdapara siempre.Teníaque irmeal campo, eso es loque teníaquehacer,joder,volveralavidasencilla,alonatural,alosaceitesesenciales,lassemillasyelairepuro.Eraobvio,unanecesidad.Porsupuesto,miverdaderarazóneraÉvelyne, pero había encontrado otrasmil para quemi proyecto fuera un pocomásrazonable.Yparaexplicárseloamamátambién.No,no,noesuncapricho,llevomuchotiempopensándolo,mesentarábien.

Dossemanasmástarde,meibaalvolantedemiTwingo,cargadohastalostopes.Unamaleta,mimáquinadecoser, laSinger,dosbolsasdebasurallenasdeviejos retalesy sobre todo,mimaniquí encajadoentre losdosasientos.Dehecho,eratodamivida,ademásdeunmontóndeaceitesesenciales,lareligiónalaquemeacababadeconvertir.

Estabaconvencidadeirhacialafelicidad.Cuandolopienso,fuirealmenteestúpida.

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***Eramagnífico.Sí,alllegaralaregiónnomedecepcionó,eraexactamenteloqueesperabalaurbanitacargadadeclichésqueyoera.Unaciudadminúscula,concallespeatonales,unríoenmediodelpueblo,tiendaspequeñas,hermosascasasdepiedra antiguay tejadosdepizarra.Lacalma, finalmente la calma,quemesentaría de fábula. Todo lo que había ami alrededor era el valle. Las laderasboscosascorríanporlascornisas,loscaminosquecolgabandelasmontañasserevolvían sinuosos, las cumbres desgarraban el cielo, las gargantas caían envertical sobre los torrentes. Por la noche, las estrellas invitaban oscuridad.Estarásbien,medijelosprimerosdías,lovasareconstruirtodo.

Por una cuarta parte de lo que pagaba pormi estudio antes, encontré unbonitoapartamentodedoshabitacionesconvistasalacalle,cercadelcentrodelaciudad.

Bueno,elcentrode laciudad: laplazaprincipal,mejordicho.Ydesde laprimera noche, sola en mi habitación apenas amueblado, con mi máquina decoser instalada en unamesita camilla, volví a coser de nuevo.Me sentí bien,joder,creíenminuevavida,elrenacimientoquetantohabíatardadoenllegar.Enunahoraconvertíunasudaderausadaenunatúnicadelomássexy.

Conunaenergíaquemesorprendió.Aldíasiguienteempecéafrecuentarelpueblo.Habíaunbistrocercadela

fuente, junto al río, el sitio donde los lugareños parecían encontrarse por lamañana.Ymientrasbebíamiprimercafé,envueltaenmichalporqueelotoño,allí,llegabaconseveridad,semeacercóuntipo,conelcigarrilloenloslabios,para hablar conmigo. Por supuesto, estaba el efecto tetas grandes, porque lasmíasnoeranhabitualesporahí,perosiloquetratabaeradeligar,empezómuysuave.Noseparecíaalosbabososdelacapitalqueyanosoportaba.

—¿Eresnuevaporaquí?—Sí,mededico a diseñar ropa—mentí como si solohubiera venidopor

eso—.Megustaríatratardevendermisvestidos.—Ah,¿dequéestiloson?—Unpocodereciclaje:recuperoropausadaytratodedevolverlesuvalor.

Lapersonalizo,vaya.Dichoasí,parecíaserio,hastacreíble.Dadoelaspectodeltipo,quellevaba

unsuétergranderaídoyunasrastashechasunasco,noteníasentidopreguntarleporÉvelyne.

—Genial…Puesbienvenida a casa.SoyPom.Si te interesa, estoy enuncolectivo, una pequeña asociación. Somos veinte, y nos echamos un cable,

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¿sabes?Cadaunoensutema:diseño,jarabes,mermelada,unpocodetodo.Hayquienhaceserigrafías,también.Aveceslecompramosuncerdoaloscriadorespara compartirlo, cultivamos el huerto, vaya, nos espabilamos. Yo tengo unacerveceríaartesanalenelvalle,vendomiscervezasenelmercado.Enserio,sinecesitasayuda,nolodudes.

—Vale,tomonota,muchasgracias.—¿Tienesalojamiento?Sino,hayhabitacioneslibres,¿sabes?—Sí,yaencontréunsitio.Peromuchasgracias,eresmuyamable.Era sincera, por una vez. No insistió ni nada, simplemente me dejó un

númerodeteléfonoysealejó,sonriendo.Lacosaprometía,habíaimaginadounaterrizajemáscaótico.

Esperéunasemana,soloparasituarmeeinstalarmeconcalma.Yunanoche,decidíhacerloquehabíavenidoahacer,elúnicomotivopor

elcuallohabíadejadotodo.Respirétresgotasdeaceiteesencialdepinoescocéscontralaansiedad,metraguédosdeestragónconaceitedeoliva,enlugardeuncigarrillo. Luego descolgué el teléfono fijo y marqué el número de Évelyne.Joder,teníalagargantaseca.Micorazónestabaadosdedosdeexplotar,comosifueraapasaruninterrogatorio.

—¿Hola?Suvoz,enseguida,quemeexcitaymepetrificaalmismotiempo.Cálmate,

mierda,merepito.Eresdemasiadoemocional.—Soyyo.Maribé.—Oh,¡preciosa!¿Estásbien?Mealegraescuchartuvoz.¡Yamí la suya!Tengo lasmanos sudorosas, las palabrasno salen como

querría.—Yo…Estoyaquí.—¿Cómo?—Bueno,me he venido a vivir al pueblo…Hace una semana.Ya sabes,

comomedijistequemesentaríabien,porlasondasytodoeso.Puesbueno,lohice.Vaya,queestoyaquí.

Largosilencio.—Évelyne,¿siguesahí?—Sí,sí.Peroyanotanentusiasmada.—¡Meestoyespabilando,eh!Notepidonada.—¿Qué? No, no es eso. Es que no me lo esperaba. Es genial, una gran

noticia,cariño.

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Unpocoforzado,esecariño.—Entonces…¿Podemosvernos?—Sí, claro que nos veremos… Déjame arreglar un par de cosas. Te

devolverélallamada,¿deacuerdo?—…Estábien.—Besos.Cuelgo,máscalmada.Ypienso:esverdad,nisiquieraselohabíaadvertido,debehabersidouna

sorpresaqueaparecieraasíensuvida.Pararelajarme,vuelvoainhalarunpocodeaceitedepino.Coso,terminounvestido.

Fuera, no se oye ni un ruido, ni un coche. Solo la calma de un pueblosumergido en la noche de otoño. Por la ventana, adivino la cumbre de lamontañaalbordedelcielo.

Évelyne me llamó a medianoche. Qué ganas tengo de verte de nuevo,preciosa,meencantópasarlanochecontigo,sutonohabíacambiado.Podíamosvernosentresdías,sugirió.Pasaríaarecogermepormicasa.

—Yomeocupodetodo,tusolopiensaenponerteguapa,¿deacuerdo?Unasonrisadeniñasedibujóapesarmíoenmicara.Esa noche,me quedé dormida alrededor de las dos de lamañana, con la

cabezallenadeestrellas.Losé,soydemasiadoingenua.

***

—Dime,¿tegustanlasvistas?

—Sí.Son…espléndidas.¿Quémás podía decir? Casi no había paredes, un gran ventanal recorría

toda la longitudde la saladeestar.Detrásdelvidrio,despuésde la terraza,elvalleseextendíahaciaelsur,yseadivinabanlosmeandrosdelríoenroscadoensulecho.Aladerecha, losacantiladosseerguían,empinadosygrises,hastaelbordedelamesetaextendidaarasdelasnubes.

Locontemplabatodoconmivasodevinotintoenlamano,vestidacomounaadolescentequequierepasarpormayor,mientraslomirabatodo,lamansióndeÉvelyne, llenadecosasdemaderapor todaspartes,muebles imposiblesdemeterenunapartamentocomoelmío.

Joder,menudachoza,nimeatrevíaa imaginar loquecostaba.Másdeunmillón,seguro.Peroestabaclaroqueellateníacienvecesmáspastaquelacasadondeyohabíacrecido.

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Este universo, el dinero, la comodidad…Había pasado años tratando desepararmedeél,yallíestabadenuevo.Yahorasímegustaba.Sí,losé,siemprequisetodoylocontrario.Perocreoqueallí,loquemeatrajofuelasensacióndeentrarpormipropiopie.Como si fuerapor la fuerza,mandandoal infierno aFredyasusrimasdemierda.Yatodoslosdemásantesqueél.Tambiénamimadre.

Sí,habíaunpocodeeso,acostarmeconuna tía ricaymandarlos todosafreírespárragos.Porquenoimportabaloquedijeranopensara,estabaclaroqueaÉvelyne yo le gustaba de verdad.Me encantaba ver cómome comía con lamiradadesde el sofá.Megustaba eso, estar conunamujer veinte añosmayorqueyo,mesentíaporencimadelosdemás.

Importante.Volví a acurrucarme contra ella, con el cuerpo aún húmedo por lo que

acabábamosdehacerenlasaladeestarabiertaalmundo.Meapretócontraella,hundiósurostroenmimarañaenredada.

—MariaBerenguela…—susurróconsucálidavoz.Mepuserígida.Ydescubrílaotracara.Bueno,descubrí…Digamosellameexplicóloque

yahabíaadivinadosinquereradmitirlo.Heaquíeltema:Évelyneestabacasada.SumaridosellamabaGuillaume.

Habían tenido dos hijos juntos. Todo el dinero era de él. Tenía una empresainternacional,financiabaproyectosdeestructuraciónenpaísesendesarrollo,esodijoaunqueyonoentendíamuybienquésignificabaeso.Peroenmiopinión,parecía un tipomás interesado en el dinero que en lo humanitario. Se habíanconocido en París, y habían vivido allí hasta que los niños tuvieron la edadsuficienteparadejarelnidofamiliar.Entoncesseconstruyeronesacasa.Paraél,eraunaformadevolveraempezarensulugardenacimiento,ytalvezdehacernuevoscontactosparadesarrollarsunegocio.Ellasoloqueríairsedelacapital.Llevaba desde muy joven viviendo en las grandes ciudades, y no podíasoportarlomás.Comoyo,enrealidad.Sumaridovivíaacaballoentrelacasayel tercer mundo, e inevitablemente ella se quedaba sola a menudo. Pintaba,paseaba,ibaaverasushijosdevezencuandoypasabaunosdíasenalgúnhotelmientraslosvisitaba.

—¿Ynuncahastrabajado?—Sí,dosotresaños.Perocreoqueeltrabajoyyononosllevamosbien.Y

noveoquéventajatendríaunsalario…Hombre,vistodeesamanera…—Porcierto—preguntóella—¿cómovasdedinero?

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—Bien,bien.Yasabes,necesitopoco,mialquileresmuybajo.—Dímelo,sitienesproblemas.—De acuerdo—dije, pero nunca me imaginé pidiéndole dinero—. Y…

dime. Tu esposo, ¿sabe que…? Bueno, ¿sabe que te ves con otras personascuandoélnoestá?

—Digamosqueleconvienenosaber.Yamítambién:yanomepreguntoquéhaceéldurantesusnoches.Esunacuerdo tácitoentrenosotros.A losdosnosvabienasí.

Dudé,luegoenvozmuybaja,meatrevíadecir:—Pero no tienes ninguna intención de dejarlo por una chica como yo,

¿verdad?Silencio.Unapequeñasonrisa.Susojos sepasearonpormicara,observándolaminuciosamente, comosi

fuera una obra de arte demasiado frágil. Entonces, por toda respuesta a mipregunta,mebesó.Yyodejéquelohiciera.

Conlabocaabierta,asumerced.

***¿Quéme imaginaba, joder? Salgo pitando, de repente, para ir a buscar a unamujer de la que solo conozco el cuerpo. ¿Qué pensaba que pasaría? ¿Qué erasoltera, que estaba esperando como yo? ¿Qué vivía sola en su casita de lamontaña,quesuúnicarazónparavivireraesperarme,amíyamistetasdeactrizporno?

Pues claro que no, ya sospechaba que tendría una vida, tampoco eraestúpidadeltodo.Peroaunasí,habíaunapequeñapartedemíqueesperabaotracosa. No sé, un divorcio difícil, una muerte reciente tal vez. Una situacióndolorosadondepodríahaberunlugarparamí.

Unmínimodereciprocidadenlanecesidadquesentíaporellayquenomedejabavivir.

Pero la verdad era que desde el principio, nuestra relación fuedesequilibrada:Évelyneestabaaltimón,yyoremabatrasella.

Dictaba el calendario de nuestros encuentros: nos veíamos cuando sumaridoestabadeviaje,cuandoloshijosnolanecesitabanparaquesolucionasesusproblemasdeadultosprincipiantes.Otroshabríandichoqueno, lahabríanmandadoalamierda,nosoytuzorra,aversitedecidesdeunavez.

Peronoyo,noenesemomento,encualquiercaso.Yoaceptéconformarme.

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Aceptélasmigajasdeamorylosplaceresfugacesquemeconcedíacomocuando se alimenta a un animalito abandonado. Quizá esperaba algo más,después,delrollosierespaciente,llegarátuhora,nosé.Loúnicoquerecuerdoes cuánto me enganchó. Parecía que Évelyne me tenía embrujada, joder, nopodíasacármeladelacabeza.

Yalfinyalcabo,lasprimerassemanas,creoquefuifeliz.Sí, con toda la incertidumbre a cuestas, me gustó esa vida con Évelyne,

igual que me habían gustado mis vidas anteriores antes de la implosión. Lasnoches en su palacio, los despertares por lamañana frente a lasmurallas delCausse, sin nada más que hacer excepto disfrutar los instantes antes de quevolvierasufamilia,fueronmomentoshermosos.

Me hacía bien, tan segura de sí misma en sus dos vidas separadas, sinremordimientos o dudas.De hecho, decidía pormí: ven a verme, guapa, te lopasarásbien,yaverás.

Y también amor, aunque fuera a cuentagotas. También me dio amor.Porquejoder,ellamequería,estoyseguradeeso,laexcitabaconmiscurvasquedebían ser las suyas veinte años antes, con mi juventud en la que gozabaperdiéndose.

A veces íbamos a pasear juntas durante el día, me hizo descubrir lossenderosquerecorrían lasmesetas, las tierrasáridasdondepastabanlasovejasdeloscriadoresenlasbrumosasalturas,lamontañayeldulceolordelahiniestaarracimada alrededor de los macizos de rocas. Los buitres leonados girabansobre nuestras cabezas, buscábamos al quebrantahuesos, soñábamos concruzarnosconunlobo.

Un día de finales otoño, nos acariciamos allí arriba, mientras a nuestroalrededornoseveíanadamásqueundesiertomineralyalgunosmechonesdehierba secos. Y ese día, aisladas de los asaltos del mundo exterior, unida aÉvelyneporesedeseoirracional,creíennuestrahistoria.

Sinoeraamor,¿quéera,joder?Losé,losé,mehagopelículas,estabacondenadodesdeelprincipio.Pero,

tanprontocomometocaba,meolvidabadeesoyloborrabademimente,comosifueraunabestiasuciaquenadatuvieraquehacerenmicabeza.

***Yotambiénllevédosvidasparalelas.Fuenecesarioporquealfinal,estabamásamenudosinÉvelynequeconella.

TodocomenzóconPom,eltipoquesemehabíaacercadoenelbistro.Era

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unchicoagradable,benevolente,quenuncabuscabasuinterés.Vivíadeacuerdocon sus principios: de hecho, no hay tanta gente como él.Me introdujo en sumundo,elcolectivoquereuníaatodoslosquevivíanporallíyquequeríansaliradelante,construirsufuturoenlugardesufrirlo.Habíabelgas,parisinos,eraunpococomo la segundageneracióndeneorrurales,decididosahacer loquesuspadresnohabíantenidolavalentíadeemprender.Gentemuydistintadelaquehabíaconocido,quemeaceptabanporquiénera,quenuncamejuzgaronpormisorígenesburguesesalosquehabíadadolaespalda.

Ayudéaunachicaavaciarsucasa,porquesemudabaalsurdelvalle,paraestablecerseenunagranja,yacambiomedejólamitaddesusmuebles.Asídesencillo.

Me involucré un poco en la asociación, participaba en los encuentros,organizaba las fiestas y las veladas. Un sábado al mes, en un local que nosprestabaelayuntamientoenelCausse.Músicaelectrónica,rock,latina,variabasegúnelresponsablequeloorganizaba,pasamosbuenosmomentosalláarriba,eran buena gente, aún si no a todo el mundo le gustaba. Alguna noche sepresentaronunpuñadodecampesinosarmadosconsusescopetas,paraecharnos.También se nos fue de las manos un par de veces, teníamos un par dealcohólicos incontrolables. Los que estaban allí para huir de algo, y no paraconstruirnada.

Pero en conjunto el colectivo no quería armar bulla, ni causar líos. Alcontrario,elobjetivoeravivireneserincóndeFranciaqueloshabitantesdelasciudadessoloconocíanduranteelverano.Tratábamosdepromoverlaeconomíalocal, boicoteábamos los supermercados a favor de los productores locales.Carne,verduras,miel,bebidas,encontrábamostodoloquenecesitábamos.

Paramífueotromundo,unverdaderodescubrimiento.Conocí a una pareja que también estaba en el sector textil. Hacían

serigrafías: ella diseñaba la ropa y él imprimía los patrones con pigmentosorgánicos. Cosas bastante elegantes. Hablábamos, empezamos a imaginarproyectosconjuntos.Meayudaronaquepudieraabrirunaparadaenelmercadoyesocambiómuchascosas.Miropareciclada,contratodopronóstico,fuebienrecibida. No ganaba tanto como para comprar el palacio de Évelyne,entendámonos,perosí,meganabalavida.

Unavezalasemanameplantabaallí,enmediodelacallepeatonalconmisplanchas demadera doblándose bajo las telas que había trabajado durante lasúltimassemanas.Lasmujeresdelazonaveníanaverme,lesgustabamirarmisvestidos,faldasycamisetas,porqueeranoriginalesysesalíandelocomún.Yolasimaginabaconmiscreacionespuestas,talvezconlaesperanzadereavivarel

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amordesupareja,quependíadeunhilo.Recuerdolavezquevinoavermelatrabajadorasocial.Bueno,entoncesno

sabía quién era, ni tenía idea del lazo incomprensible que nos uniría, másadelante.Estaba revisandomis perchas y casi a punto de probarse un vestido,cuando una amiga la interrumpió. Todavía la veo, dándose la vuelta deinmediato, avergonzada, y no sé por qué, pero en esemomento,me dije, esatiene un amante. Quizá jamás sabría la verdad, pero creo que ese día estuvecerca.

En serio, estoy segura de que todo empezó con eso. Pero no solo veníanmujeresacomprar,loshombrestambiénsecobrabanloquepagaban.Nopodíanevitarlo, como si estuvieran enfermos. No se cortaban nada: me miraban lospechos,enfundadosen jerséisajustadoscuandoseacercabael invierno.Sentíasusmiradassobremídesdelapequeñamultituddelosclientesdelmercadoquepasabafrenteamí,consusesposascolgandodelbrazo,comosiarrastraranunpeso,mientrassoñabanconlajuventuddemicuerpo.

No estoy ciega, me daba cuenta de los golpes de mentón y las sonrisashambrientasdecincuentonesmalfolladosyagricultoressolitarios.Enelfondo,nomemolestabatanto.Mereíadeellos,conPomylosdemás.Porqueeldeseoquesentíannoeramalsano.

Muchasveces,cuandocaminabaporlacalle,medabalaimpresióndequemeobservaban.Sentíaunapresencia,cercademí,comosialguienmesiguiera.Peronoprestéatención.

Penséqueerapartedelaatmósferalocal.Deladecoración.Denuevo,fuidemasiadoingenua.

***

Cuandoencontréelprimersobredebajodemipuerta,noloentendí.

Fueunamañana,afinalesdenoviembre.Lanieveaúnnohabíaasomadolapunta de su nariz, pero el frío ya estaba allí. Descubría lentamente lo quesignificaba vivir aquí todo el año, ver a turistas abandonar la región, que lavelocidad del tiempo se redujera, y el cielo se calmara como si quisieraencerrarnosennuestropequeñomundo,másaisladoquenunca.Enlasladerasdelos valles, los árboles grises y desnudosme recordaban a las barras de celda.Salíamoscadavezmenos,nosrecluíamosenelinteriordelascasas,mientrasenlasalturaslosvientosserompíancontralascumbres.

Apesardemisventasenelmercado,yapesardelasolidaridadquehabíadentrodelcolectivo,laverdadesquemisfinanzasnoibanvientoenpopa.

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¿Dequévivía?Bueno,eraunequilibrioinestableentreelsubsidioderentagarantizada, laventademisdiseñosyalgúnqueotro trabajoennegrocon losagricultoresdelvalle,cuandoeratiempodecosecha.Losuficienteparapagarelalquiler, lacomidayalgunosextrasaquíyallá.No tenía intenciónde tocareldinerodemimadre,quedormíaenunacuentaaminombredesdehacíaaños.AlgunavezhabíahabladodeesoconÉvelyne,perotratabadehacerloquemeparecía correcto. Creo que sabía distinguir las comodidades que disfrutabacuandoestabaconellaylaprecariedaddemisituación.Yapesardequequizámeparabaapensarenello,nuncalehabríapedidodinero.

Estababebiendomicafé,conlasmanospegadasalatazacaliente,lanarizcongestionadaapesardelaceiteesencialdeeucaliptoqueinhalabatodoeldía,cuandovielpedazodepapelblancodebajodemipuerta,alladodemisbolsasdetela.Fruncíelceño,preguntándomequédemoniosera.

Dudéunmomentoantesdelevantarme,porelfrío,yfinalmentedestapélamantayfuiarecogerlo.

Eraunsobre.Sí,eraunsobreblanco,sencillo,quealguienhabíadeslizadobajolapuerta

que se abría directamente a la calle. Lo observé entremi dedos, sin sello, sindirección,seguradequenolohabíatraídoelcartero.Loabrí.

En el interior, había dos cosas: un pedazo de papel con un gran corazóndibujadoconbolígrafo.

Yunbilletedequinientos.Nadamás.Mequedéuninstanteclavada,conlapastaenlamano.Nadamás, ni palabra, ni explicación.Bueno, nohacía falta ser ungenio.

Para mí era obvio que el dinero venía de Évelyne. Me parecía extraño quehubiera llegadohasta lapuertademicasa,enmitadde lanoche,sin llamarmeparapasarunbuenratoen lacama,perosinoeraella,¿quiénmáspodíaser?NingunodelosamigosdePom:vale,unoodosnoleharíanascosaacostarseconmigo,peronoteníandinero.

Me senté, y estuve a punto de descolgar el teléfono. Decirle gracias,escucharsuvozcalentandomimañana,solopensarlomehacíasonreír,inclusoantesdemarcarelnúmero.Sabíaque sumaridoestabaen la región,peroconsuerteigualpodríadedicarmeunahora.

Sinembargo,medetuve.Eraunamalaidea.Simehabíahechollegareldinerotandiscretamente,era

poralgo.Paraevitarquetuviéramosquehablarlo.Paraayudarme,ahorrándomeunaconversaciónquemehabríahechosentircomounapobrevagabunda.

Sí,debíaserporeso.

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El billete permaneció veinticuatro horas descansando sobre mi mesa, allado de mi máquina de coser, como un regalo prohibido. Me molestaba, noqueríatocarlo,alfinyalcaboeracapazdedefendermesola.Merecordabaamimadre,alafamiliaalaquenoqueríadebernada.

Perocambiédeopinión.Quinientospavoseraunagranayuda.Yparaella,noera tanto.Másmevalíautilizarlos,ydespuésde todo,yo

tambiénledabamuchoaÉvelyne.Dehecho,selodabatodo:lepertenecía.Asíque al día siguiente, me dije, bueno, qué coño, y deslicé el billete entre lasmonedasdemimonedero.

Nunca dudé que la pasta provenía de Évelyne. Bueno, hasta… almenosenero.Cuandolopienso,joder,québurrafui.

Pero en serio, ¿por qué razón iba a conectar las miradas lascivas de loshombresconeldinero?¿Porquéibaadejarmeuntíounsobrellenodepasta,sinnadaacambio?

***Sucediótresveces.

Tresvecesencontréunsobredebajodemipuertaenlamañana,depositadopormiángelguardiándurantelanoche.Asíquemeacostumbré.Nomeibanadamal, lo admito, doscientos euros por aquí, quinientos por allá, no vivíaprecisamente inundada de lujo. A veces solo estaba el dinero, otros días unapequeñasorpresa,unaflorseca,unabriznadehierba.

Era bonito, tenía la sensación de descubrir otra cara deÉvelyne, un ladomásíntimo.Tratabadeusarbieneldinero,queríaquesedieracuentadequenomehabíadejado ir.Peronunca lemencionéel tema.Fuecomounsecretoquelasdosfingíamosnoconocer,aunquenosconvinieraaambas.

Dehecho,noselodijeanadie.APomylosotros,nopodíadecírselo,nitampocohablarlesdeeseamorquemehabíallevadohastaelvalle,ydelcualnosabíannada.Erandosmundostanopuestosquenoloentenderían,yaúnmenoshabríanaceptadosaberconquiénpasabamisnoches.Paraellos,con todossusideales,Évelyneysumaridoelempresarioeran lamismísimaencarnacióndeldemonio. Que si los multimillonarios de las ciudades estaban fagocitando lastierras locales en detrimento de los habitantes de toda la vida, que si lamultinacional desplegaba sus tentáculos para hundirlos en las regiones máspobres.Meimaginabasureacciónperfectamente.

Así que cuidé de mantener una frontera estanca entre mis dos vidas. YjamásibaconÉvelynealpueblo.Aellatambiénleconvenía.

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***

Ungrupomeofreciódejarmidepartamentoparaunirmeaunacomunaqueseibaaabrirenunaenormeconstruccióndepiedra típicade la región, renovadaconrespetoa las tradicionesarquitectónicasde losvalles,un tipodeviviendascomunitarias donde treinta personas se organizaban al serviciodeunproyectocomún.Elserhumanoylanaturalezaporencimadetodo,erasulema.Entendíala idea, y hasta me resultaba atractiva, iban a elaborar su propia cervezaartesanal.Perolesdijequeno.Estabaenelmedio,entredosmundos,nopodíacomprometerme.Dehecho,creoquenisiquieracompartíasusideasanarquistaso de extrema izquierda (nunca supe ver la diferencia). No estaba lista parasacrificarmipobreyoennombredelcolectivo.

Losé:eraegoísta.Pero enmi interior, a pesarmío, le pertenecía a Évelynemás que amis

nuevosamigos.Parabienyparamal,diríayo.Mi idilio no podría durar para siempre, debería haberlo sabido. Sin

embargo,loadmito,nopenséqueibaadeteriorarsetanrápido.Esperaba,bueno,no sé, que nos amásemos lo suficiente como para que aguantase. Estabaequivocada:cuandollególaNavidad,mividanúmerocuatroyanoparecíagrancosa.

Comotodoslosaños,mamásedespertóaprincipiosdediciembre.Venga,unavezalaño,seríabuenosiestuviéramostodosjuntos,tuhermano,tuabueloquenuncateve,nosencontramosencasa.Lacasaeraunpabellónexclusivoenlas afueras de la ciudad del que había soñado con escapar durante diecinueveaños.AvenueduChâteau,puraclase.Lameraideadequedarmeallíunanocheme sacabadequicio.Y¿paraqué?Para contestar a suspreguntas, decirles dequé vivía, hablarles demi comunidad de neosesentayocheros, demi aventuraconunamujerveinteañosmayorqueyo,ycasada,depropina.Genial.Preferíaquedarmeenelvalle.

Joder,queno,ynomepreocupédeguardarlasformas,tampoco.—¡Mierda,metieneharta!Esloquedijealcolgarelteléfono,justoantesdemasajearmeeltóraxcon

aceiteesencialdemejoranaparasuperarlaira.LabandadePomestabapreparandoungraneventoenelCausse.Sehabían

unido con otro colectivo del valle vecino:muchosmedios, sonido imponente,inclusojuegosmalabaresconfuego,vamos,elcompleto.

—¡Será lahostia!—medijoPom,explicándomeelproyecto,emocionado

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comounniñobajosumontónderastas—.¿Vendrás,eh?—Yes,afondo.Nomelovoyaperder.No sé si fui convincente en mi entusiasmo simulado. Sabía que iba a

terminaryendoasufiestadeNavidadyestabasegurodequeibatendríaéxito.Pero,dehecho,loúnicoquedeseabaerapasaresosmomentosconÉvelyne.

Losé,esestúpido.Además,lasfiestasdefindeañonuncamehangustado,consujúbiloobligatorio,lastípicaspreguntas,¿quéhacesporAñoNuevo?Joder,elañoanteriorconFredhabríadadoloquefueraporestarsolaesanoche,enlugardepasarlaenunaveladahip-hopconsuscolegasraperos.Ahora,simplementedeseabaestarconÉvelyne,nosabíaporqué.

Quizá porque ansiaba calidez, comodidad, comer bien con ella, las dossolas.

Tenía ganas de Évelyne, eso es, de hecho, la quería como si nosotrasfuéramosunaparejacomocualquierotra,unafamiliaenformaciónynoesacosaprecariaqueellamehabíaimpuesto.

Asíqueunanoche,acostadacontraellasobrelassábanasarrugadas,elairedenada,selodije.

—Podríaestarbien,¿no?SonrisadeÉvelyne.Esasonrisaqueaprendíadescifrar,quemehacíareír

tanto como sufrir. Porque lo que quería decir era, qué guapa eres, pero estássoñando,preciosa.Merecordabaa la triste realidad:yoerasexy,emocionante,estaba buena, todo eso, y le dabamás placer en la cama del que nunca habíadisfrutadoconsumarido.Peroensuvida,soloocupabaunlugarmuypequeño.Ypornadaenelmundoibaacambiaresopormí.

Esehabíasidoeltrato,desdeelprincipio,yloacepté.Comounaimbécil.—¿Quierestomaralgo?Mientraslodecía,sevistióparairalacocina.Laseguí,mudaycrispada.A

uno y otro lado de la barra de roblemacizo, frente a las crestas afiladas quebloqueabanelcielonocturnodetrásdelaventanadelabahíadeventanales,nosbebimoselvinodepie.Ellaloprobócomounaexperta,lamiéndoseloslabios.Conexpresiónseria,comosiledieravueltasamipregunta.

Comosihubieracruzadounalíneaprohibida.Mirólanoche,oevitabamisojos,nosé.Yanuncialoqueparamíescomo

uncastigo.—NoestaréaquíenNavidad.Mevoydurantedossemanas.—Ah…¿Pasaslasvacacionescontufamilia?Sepellizcalabocay,conlosojosaúnclavadosenlamontaña,asiente.Porsupuesto,¿quémeimaginaba?

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Cuandomefuiesanoche,cuandomedejófrenteamicasaynosbesamos,sabíaqueelfinalestabacerca.Sentíqueeralaúltimavezquenossentiríamosbienjuntas.Ymientrasyoseguíalocaporesamujer,porsuseguridad,suclase,la superioridad que desprendía, ella ya estaba cansada de mí. Me di cuenta,joder, y habría hecho lo que fuera para evitar lo que se estaba dibujandolentamente,perocuantomáslointentaba,máslamolestaba.

Nopodíahacernada:sealejabademí.Entonces, cuando al día siguiente encontré un nuevo sobre debajo demi

puerta con un centenar de euros, todo parecía terriblemente claro.No era unadisculpa, ella no era de ese tipo. No, la pasta, como todos los pequeñosobsequios queme concedía con clemencia, era una forma de retenerme. Paracalentarmeyenfriarmesegúnleconviniera,ytenermeasumerced.

Eso:Évelyneeraperversa.Loquemásleexcitabaerasabermesuya.Yjoder,vayasiloera.

***

NevóenNavidad.Loscoposempolvabanlascimasdelamontañabajounveloblancoqueseibaaperderenlaniebla.Pomsequedabamaravilladofrentealospaisajesenblancoynegro,esevallequeyanoeraelmismocuandollegabaelinvierno, que revelaba sus riquezas más íntimas a los que aceptaban dejarsedomesticar.YsunocheimprobableenelmediodelasestepasdelaCausse,enunasalasinapenascalefacciónalrededordelacualsoplabanlosvientos,fueunéxito. Éramos unos doscientos tal vez. Sí, doscientos locos, mitad borrachosmitad tirados, disfrazados casi de Papá Noël punk, totalmente consagrados acelebrarlafiestacatólicaqueparanosotrossolorepresentabaunaoportunidaddedesahogarnoscuandolavida,allí,seponíaencámaralenta.

Era como si los chavales esperaran la llegada del Año Nuevo conimpaciencia, como si de verdad creyeran que iba a irlesmejor que el último.Comosiestemundomejor,mássolidario,másequitativo,quecreíanconstruir,hubiera tenido la oportunidad de nacer de veras algún día. Siempre tenían suutopía en la línea de visión, siempre en la cabeza a pesar de las milcontradiccionesqueseesforzabanporminimizar.

Yoestuveallí,porsupuesto.Inclusobailé,conchicos,conchicas.Rechacéalgunos avances en elmedio de la noche.Uno fue de Pom, por cierto.No loculpo, estaba borracho cuando trató de besarme. Era guapo, incluso, cuandomirohaciaatrás,ensusojosborrososhabíaundeseoquemehizopensarenmiprimeramoradolescente.Talvezenotras circunstanciasmehabría idoconél

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paradivertirme,parapasarelrato.Nohabríasidolaprimeravez.Pero no tenía ganas de divertirme. En medio de esa banda de idealistas

intoxicadosporsuvidafueradelsistema,nomesentíaenmilugar.En mi cabeza, soñaba con un mundo inconfesable. El de Évelyne, a

kilómetrosdedistancia.Dehecho,duranteesasdossemanasdeinviernoqueellapasólejosdeaquí

fueladepresióntotal.Mechutabaconaceitesesenciales,infusionesdeverbenade limón para el humor, estragónmuchomás allá de las dosis recomendadasparaevitarvolverafumar,perotodoslosdíasmehundíaenunestadodeánimonegro. Imposible ser positiva, concentrarse en lo que era hermoso en estasparedes de roca y moteadas de nieve que rodeaban la ciudad. Era como sihubieraolvidadotodoloquemegustabacuandolleguéaquí,ycasiempezabaaarrepentirmedemividaanterior.Mepasabahorasfrenteamimáquinadecoser,fijándome en elmovimiento hipnótico de la aguja en la tela que puntuaba losminutos, las horas, la espera sin fin. Sí, era mi única ocupación, al final:esperabaelregresodeÉvelyneregresecomounniñoqueesperaasumadre,conimpacienciaymiedoalmismotiempo.

Adivinabaelfinaldeestavidareciéncomenzada,ymedabacuentadequeloquemásmeasustabaenelmundohabíasucedido:apesardelpuñadodegenteagradableylocaamialrededor,mesentíamássolaquenunca.

***Sinnoticias.

Cuando regresó,nome llamó,niunapalabra,nada.Cadamañanamirabadebajodemipuerta, salía lomenosposibleparaquedarmecercadel teléfono,esperaba lamenor señaldevida repitiéndomequeyahabía llegadoel día,mehabía olvidado. Y cada día que pasaba, después de la tristeza y el miedo,montaba en cólera. La conocía bien: era la ira que sentía al final de misaventuras,cuandotodoseibaalamierda.LaquesecomióFredeldíadenuestraseparación,cuandopateésuequipo,yledabagolpesconmibolsa.Apesardelos masajes de mejorana, la sentí venir, y mis amigos también, me hicieronpequeñasobservaciones,comoqueparecíamenosrelajada,yavecesmepeleabaconPom,sinmotivo.

Pobre,noteníalaculpadenada.Asíque,finalmente,unamañana,comosinada,lallamé.—¿Évelyne?Teníalavozdeunaniña.

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—Sí.—Yo…Esperabatullamada,¿hasvueltohaceunasemana,no?—Sí.Sí,losiento,nohetenidotiempo.Nohabíatenidotiempo.Nohabíatenidotiempo,merepetí.—Ah.¿Quieresquenosveamos?Nosé,podríamosirapasearunodeestos

días,¿no?Silencio,suspiro,luegoconunavozfríacomounapiedradelvalle:—Yotampocolosé.Estoyunpocoocupadaahoramismo.Mástarde,¿de

acuerdo?Guardésilenciounmomentoantesdeintentarun:—Oye,¿hayalgúnproblema?—No,no.—Perosí,¿quétepasa?Parecesenfadada.Mierda,hablocomomimadrecuandonosvemos.—Tedigoqueno.Bueno,tedejo,nosllamamos,¿vale?Besos.Besos,joder,hadichobesos.Yanosoysucariño,suguapa,subonita,sumaravillosaMaribé.No,está

claroquemillamadalahamolestado,bastaoírlaparadarsecuenta.Ymeduele,joder,vayasimeduelecomprenderlo.Cuelgo.Mirofijamente lapared,conelaparatoaúnenlamano.

Estoyfuriosaydesorientadaalmismotiempo.Aprietolosdientes.Ysaledegolpe.Tiro bruscamente el cable del teléfono y lo hago saltar por lamesa y se

derrumbasobrelaspiedrasfrías.Enpedazos.—¡Puta!—Grito,solaenmidiminutasaladeestar—.Joder,joder,¡maldita

puta!Ynosésiesaellaoamíaquienmerefiero.

***

18deenero.Lafechafatal.Recuerdocadaunadelaspalabrasquenoscruzamosesanoche.

Dejéellocaldelcolectivo.Noshabíamospasadolatardepegandoetiquetasentarrosdemielparaunapicultordelamontaña.Asírecaudábamosunpocodedineroparalosgastosdelaasociación,parapoderalmenospagarelequipodesonido.

Merelajaba.Una chica había venido a vernos, estaban preparando una manifestación

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paraelfindesemanadelantedelacomisaría,unaacciónagresivaypacíficaalmismotiempo,encontradelasautorizacionesdeperforaciónenbuscadegasalsurdelaregión.

—Noesconproyectosasícomodesarrollaremosel territorio.Elgasdebepermanecerbajotierra,¡notienesentido!

No lohacíamal, estabamuymotivada.Dijequevería,pero sabíaquenoiría. Estaba más bien de acuerdo con ella, era cierto que se trataba de unescándalo,elministrohabíafirmadolospermisosdosdíasantesdesusalidadelgobierno.Peronollegabaasentirmeimplicada.Planeabaquedarmeencasa.

Caminabaporlascallespeatonalesdelaciudad,conlasmanosacurrucadasenloprofundodelosbolsillosdemichaqueta,hacíaunodeesosdíashelados.En la tele habían anunciado nieve y nuevas tormentas para la noche, queempezabaaapoderarsedelcielo.NohabíaniDios,lagentesehabíaencerradoencasa,pegadosasutelevisor,enfamilia.Paravolveralapartamento,paséporlacallequemarcabalafronteraentrelaciudadylamontaña.Amiizquierdaseelevabanlosempinadosterraplenes,hastalosacantiladosqueparecíanmirarnosconlástima.Tododesaparecíalentamenteenlaoscuridadnaciente.

Ibasola,abuenpaso.Alprincipiooíunruidodetrásdemí,yvolvíasentirlaimpresióndeque

meseguían,comomehabíapasadoyavariasvecesdurantelasúltimassemanas.Me volví pero no había nadie. Tonta, imaginaciones tuyas, Maribé. Así queseguíadelante.

Entonceslavi.Unpocomáslejos,aveintemetrosfrenteamí,reconocílasiluetasegurade

Évelyne.Sí,eraella,conbotasdemontaña,unaparkasobreloshombros,yunamochilallena.Volvíadeexcursión,comosinoestuviéramosenplenoinvierno.

Derepente,mecongelo.Seacercaamí,ynotieneaspectodeestarfelizdehabersecruzadoconmigo.

Migargantasetensa.—Hola.Sonrisaforzada—¿Quéhacesahí?—Voyapormicoche—dijo—.Estáenlaentradadelpueblo.—¿Tehabíasidodeexcursión?¿Conestetiempo?—Sí,hesubidoalospicos,pararelajarmeunpoco.—¿Sola?Asiente.—¿Porqué…?¿Porquénomehasavisado?Hubierapodidoircontigo.

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Frunceelceño.—Queríaestarsola.—¿Quieresdecirsinmí,verdad?—No,quierodecirsola.Esoestodo.Suvozessecacomounaramamuerta.—¿Teníasintencióndedevolvermelallamada?—Claroquesí.¿Quéesesteinterrogatorio?—¿Cuándo?Suspiro.—¿Cuándo?Respóndeme.Cuanto más insisto, más se impacienta. Está claro. Tiene ganas de

deshacersedemí.Loestoymandandotodoalamierda.Peroesmásfuertequeyo,micorazónseaplastaentremispechos.Seenciendeuncigarrillo.

—¿Quéestápasando,Évelyne?—Nada,¿quieresparar?Inhalo una gran bocanada de aire, y mientras las lágrimas acuden a mis

ojos,loremato.—¿Hasconocidoaalguien?—Sinrespuesta—.¿Quiénes?Esunhombre,

¿verdad?¿Quéedadtiene?Daunacalada,elalientoenlaoscuridadnosrodeapocoapoco.—¿Sabes qué? —dice, con una calma escalofriante—. Me tienes harta,

¿entiendes?Notengoganasdecontestarte.¿Acasoyotepreguntoconquiénteacuestas?

—¡Connadie!¿Dequéhablas?—TubandadePLP,¿nohacesnadaconellos?—¿Mibandadequé?—Esosamigostuyos,pseudoanarquistas,tusbarbudos.¡Tusvagabundos!Silencio. Sigue fumando frente amí, llena de desprecio, imperial. No la

reconozco.Siento queme sube la ira por la garganta, en esemomento la odio tanto

comolaamo,tengolasmismasganasdearrojarmeasuspiesquedepegarle.Alotroextremodelacalleseoyenruidos,peroapenaslosoigo,yanoestoyallí.

Mivozsuenaestranguladacuandovuelvoahablar.Bueno,cuandolegrito,porqueyaheperdidoelcontroldemímisma.

—¡Eres un monstruo, Évelyne! Tú… ¿Te das cuenta de lo que haces?Joder,¿tedascuenta?

—Para…—diceella,apenasalterada.

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—¡Paratú!—Madremía,nopuedocreerlo…Bueno, tengoque irme.Yahablaremos

cuandoestésmástranquila,¿deacuerdo?—¡No!¡No,nopuedesdejarmeasí!—Sí.Tecalmasynosllamamosmañana.Estoycansada,¿sabes?Ahorano

puedoconesto.Ahoranopuedoconesto.Suspalabrassoncomojodidaspuñaladasquese

clavanenmicorazón.Miinteriorardeenunincendioytodosederrumba.Ellaaplastalacolillasobrelaslosasheladasdelacalleysegiraparadejarmeatrás.Laagarrodelamanga.

—Eres…Sezafa,avanzaporelcallejónoscuro.Yanosseparanvariosmetroscuando

gritoesaspalabrasquelamentarédurantedías:—¡Eresunaverdaderaputa,joder!¡Teodio!Sedavuelta,memiraconlástimaensusojos.Yallí,furiosa,meacuerdo

delossobresdebajodemipuerta.Buscoenmibolsillo,sacodosbilletes.—Yaquítienestudinero.¡Yanoloquiero!Toma,¡quédatelo!Arrojélosbilletes,quesequedaronenelsuelo,empapadosdeaguanieve.Recuerdomuybiensumirada,enesemomento.Su última mirada. Bueno, creo recordarla, tal vez con el tiempo he

reconstruidolarealidadparaencajarconloquesucediódespués.Perolostengoclavados,sonsusdosojosclarosyderepente,tranquilos,enlanoche.Enserio,porunmomento,estoysegurodequeelladudódesivolverycaminarhaciamí,tomarmeen susbrazosydejar atrásnuestrapelea.Todohabría sidodiferente,sinduda.

Peronolohizo.Desaparecióenlaoscuridaddelascallesmientraslegritabaunaúltimavez:—¡Évelyne!Fuelaúltimavezquelavi.

***

Yolamaté.

NoséquélepasóaÉvelyneesanoche,probablementenolosabrénunca.Perohoytengoalgunasideassobreeltema.Creoqueestámuerta.Pensarenesomeencogeelcorazón,yunaboladepenaasciendepormigarganta.Peronoveoningunaotraexplicación.Estámuerta.Yconeltiempo,terminépersuadiéndomedequefueculpamía.

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Sí,enciertomodo,soyenparteresponsabledesumuerte.Además,loadmito,lahubieramatadodebuenagana.Deverdad:siellahubieraestadofrenteamícuandolleguéalapartamento

despuésdedejarla, creoquepodríahaberlagolpeado.Estaba temblando, fuerademí.Larabia.Medesahoguéconmimaniquídecostura,elpobre:eraloúnicoqueteníaamano.Rompílaropaqueacababadeterminar.Enesosmomentos,esmejornoestarcercademí,todasmisexparejaspuedendarfedeello.Puta,puta,puta,lorepetíaenvozalta.Recordabatodoloquehabíamosvividojuntasyqueellaacababadeborrarlodeunplumazo,comosinadahubieraexistido.

Sí,soloteníaundeseo,yeragolpearla.Expulsartodoloquemedestrozabaelvientre,matareseamorsinsentidoenelquemehabíasumergidocomounaadolescente.Ponerfinamividanúmerocuatro,conviolencia,comosiempre.Lamaldijetodalanoche.

Losé,losé:demasiadoimpulsiva.Demasiadosensibletambién,joder.Cuando me enteré de su desaparición, la noche siguiente, enseguida lo

relacionéconnuestradisputa.Primero,penséquesehabía largadoconelotro,delquenomehabíaqueridohablar.Melo imaginaba:durantesusvacaciones,había encontrado otra presa, una jovenzuela tan ingenua como yo con quienengañarasumarido.Ycomolahabíaenfurecidolaotranoche,sehabíalargadoconella.

Para hacernosmierda amí, a su esposo, a todos.Encajaba, era su estilo,provocarnosasí.

Pero los días pasaban y ella no aparecía. Salía por todas partes, en losperiódicos.Hablabandesuscualidades,idealizándolacomosiyaestuvierabajotierra.MibandadePLP,comoloshabíallamado,sereíandeella,seinventabanescenarios improbables, tragedias familiares dignas de las peores series detelevisión, maquinaciones políticas, cosas que solo les pasan a los ricos. Losescuchaba,obligándomeasonreír,manteniendoensecretomirelaciónconella,conestamujerdeclasealtaalaquedespreciabantantocomoellalosdespreció.

Porprimeravez,viasuesposo,GuillaumeDucat,cuandolosperiodistasloentrevistaron.Mirédurantelargotiemposurostroenlafotografíadeldiario,suaspectodecincuentónsatisfechodesímismo,almenosesoesloquepensé.Mepreguntabasisabíademiexistencia.

Yduranteesetiempo,cuandotodoelmundobuscabaaÉvelyne,caíenloque parecía una depresión. Me pasaba el día rumiando en todas lascontradiccionesqueanidabanenmialma,queseempujabanentresí: la ira, latristeza, el odio y el amor, la incomprensión y culpa; me torturaba. Tenía la

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impresióndequemividanúmerocuatrohabíasidocortadaderaízantesdequepudieraescapar,quemehabíanrobadoelsuicidio.Yjoder,echabademenosaÉvelyne, era de locos. Una sensación de abandono tan brutal, estaba comoperdidasinellaporallí:inclusodespreciativaydistante,cuandosabíaqueestabaensucasa,mesentíaseguraconsumeraexistencia.

Dejédesalir.Meencerréencasa,haciendooídossordosalasllamadasdePom,delosdemás,demimadretambiénseguramente,abusandodelosaceitesesencialessinrespetarlasdosisrecomendadas.

Es culpa tuya, es culpa tuya, ledabavueltasunayotravez, reflexionabasobrelascosasquenuncadebíhaberledicho.Eresunaimbécil,lohasmandadotodoalamierda,esloúnicoquesabeshacer.

***Conlosgendarmes,mehicelainocente.

Vinieronavermeunamañanaamiapartamento.«MayorVigier»,dijo,ycuando vi el uniforme, me puse rígida. Sabía que me encontrarían con losregistrostelefónicos,antesdequeÉvelynesedistanciarademínosllamábamosmuyamenudo.Yateníamidiscursopreparado.

Uncuentocomounacatedral.—Sí, nos conocíamos un poco, ella y yo. Nos habíamos conocido en el

mercado,estabainteresadaenmisdiseños.Habíamossimpatizado.El tipo alzó las cejas. Es extraño, parecía superado por la magnitud del

caso.—¿Simpatizó?¿Quéquieresdecirconeso?—Bueno,estáclaro,¿no?Éramosamigas,nosveíamosdevezencuando.

Comopasabamuchotiemposolayyoacababadeinstalarmeenlazona,avecesíbamosdepaseojuntas.Aellalegustabamuchosaliracaminar.

—Yaveo.Yel18deenero,¿estabasconella?Suspiré,conairedesolado—No,llevábamoscasiunmessinvernos.Imaginoquesalíaacaminarsola,

avecesledabaporahí.—Hmm…¿Estabasconalguienesedía?Quierodecir…—Dudóunpoco

—.¿Alguienpuedeconfirmarquenohabíassalidoapasearconella?—Sí,sí.Estuveenellocaldemiasociación.Éramosalmenosdiez.Era algo que podía comprobar, y también que Évelyne y yo casi no nos

habíamosllamadodesdeNavidad.Secontentóconeso,nopreguntómuchomás.Será que soy una buenamentirosa.Nomepareció prudente decirle la verdad.

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No,alapolinunca.Mehabríaconvertidoensospechosa,laqueseacostabaconla desaparecida, la última que la había visto con vida, vamos, que terminaríajodidacontodaseguridad.

Yademás,sabíaalgoquenadiemássospechaba.LosrumoresdecíanqueÉvelynehabíaquedadoatrapadaenunatormenta.

Quesehabíaaventuradoaunacaminataqueerademasiadoarriesgada,quelosvientosylanievelahabíansorprendidoenlameseta.Lomásprobableeraqueuncaminanteounpastorencontrarasucuerpoenprimavera,cuandolanievesehubiera derretido, y todo el misterio que había crecido a su alrededor caeríacomounsoplo.Soloserviríapararecordaralosincautosdelospeligrosquenosacechanenlascumbres.

Peroloquetodosparecíanignorardespuésdesucaminata,Évelynehabíaregresado. Yo me había cruzado con ella a su vuelta, cansada pero viva. Latormentanoteníanadaqueverconsudesaparición.

Porlaprensa,meenterédequesucochehabíaaparecidoenlaentradadelaciudad,esdecir,dondelohabíadejadoellaantesdeinternarseporlossenderos.

Seguíadándolevueltasenmicabeza,buscandootrasopciones,perosolosemeocurríaunaexplicación:sialgolehabíasucedido,teníaquehabersidoeneselugar,enelcaminodondenosdiscutimos,yeneltiempoquetardóenllegarasucoche.Poresomesentíaculpable.

Yesonoeratodo.Recordéundetalledenuestradisputa.Undetallequemehabíapasadocasi

desapercibido,alquenohabíaprestadotantaatencióndetanfuriosaqueestabaconella.

Unruidodepasosalfinaldelacallejustoantesdequeempezaraagritarle.Joder,pensécuandolorecordé.La calle estaba desierta, pero no estábamos solas. Había alguien más,

observándonos.Ysieltipo(olatipa,peroyomeimaginabamásbienuntipo)nohabíahabladoconlapolicía,paramísolosignificabaunacosa.Queeraél.

ElquehabíaimpedidoqueÉvelynellegaraasuautomóvil.Suasesino.

***

Deberíahabermelargadoenesemomento.

No teníanadaquehacerallí, enesevallehundidoenun inviernosin fin,con la nieve derritiéndose y regresando antes de que tuviéramos tiempo deolvidarla.Dehecho,creoquenuncadeberíahabervenido,quefueunerrordesde

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elprincipio.Pero no podía irme: no sé, seguía esperando, soñando con el regreso de

Évelyne,eramásfuertequeyo.Sí,esoera:esladudameretenía.Sololaduda.Algunosdías, tambiénjugabaa investigar,conducíahasta lossenderosde

lasmontañas, los valles, en elCausse, escudriñando el paisaje en busca de lamujer que amaba. A veces, me acercaba a su mansión, y espiaba las idas yvenidas de los visitantes. Sumarido salía poco, su 4x4 estaba aparcado en elcéspedalpiedelacasadondehabíamoshechoelamorÉvelyneyyo.Unavez,recuerdo haber visto a un campesino entrar en la propiedad, a pie, como unladrón.

Enesemomento,medije:¡Esél!Peronoloera,comoibaaaveriguarmástarde.Repasélospocosmesesquellevabaenlaregión,analizándolosunaymil

vecesparatratardeentenderloquehabíasucedido.Ysemanatrassemana,veíalascosasdemaneradiferente.Pensabaenelasesinodelacalle,ytambiénenlasmiradaslascivascuandovendíamiropaenelmercado,lostiposquememirabanlospechos,comoobjetosdedeseoprohibidos.Esoes,medije.Aalgunose lehabrásubidoalacabeza.Ymedicuentadequemuchasveces,cuandopaseabaporelpueblo,sentíacomounapresencia,comosimesiguieran.

No,teloestásinventando,paraconvencertedequelascosasfuerondeotramanera.

Ysinembargo.Llamóami casauna tarde, cuandoelnombredeÉvelyneyanoaparecía

contantafrecuenciaenlosperiódicos.Tresgolpescontraelvidrio.Estabaenmihabitación,acostadaenlacamaymirandoelespacioenblancodeltecho.

Melevanté,caminéhacialasaladeestar,frunciendoelceño.Mepreguntéquiénpodíaser.Pom,talvezpreocupadopormí,esmuyamable.

Perotanprontocomovilasiluetaborrosadetrásdelcristal,supequenoeraPom. Era un armario, metro noventa y corpulento, llenaba toda la puerta. Allado,mimaniquídecosturapegadoalaparedseveíamuypequeño.

Volvióallamar.Dudé,inquieta.—¿Quiénes?Pasóuninstante,ydijo:—Soyyo.¿Yo?¿Quiéneres?

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—Abre,porfavor.Hablaba como si nos conociéramos.Me quedé unmomento detrás de la

puerta,conlamanoenlaboca,rebuscandoenmimemoria,barriendolascarasdetodosalosquehabíaconocidoallí,enmistand,enlaasociación.Finalmente,abrí.

Yheaquíaltipoqueteníaplantadoenelumbraldemiapartamento.Untipocuadrado,detejanosgastados,camisaacuadrosdetelagruesa.Un

rostro grande, una barra de pelo en lugar de cejas. Pero nada amenazador,todavíanoentodocaso,hastaparecíaagradable.Unpocoperdido,diría.Sepasólosdedosporellabioinferior,seaclarósugargantacomosiestuvierabuscandolaspalabras.

—Losé,queríasqueesperáramos—dijofinalmente,envozbaja.Nopudeevitarlo.—¿Cómo?Mecausóuna impresiónmuyextraña.No lo conocía,perome sonabade

algo. Tenía un físico que me resultaba vagamente familiar, como si me lohubieracruzadoporelpueblo,enelmercado.Variasveces,incluso.

Dehecho,esextraño,peroeracomosiformarapartedelpaisaje.Comosisiemprehubieraestadoallí,enlosalrededores.Enmivida.Continuó:—Yo…Necesitoquemeexpliques.—¿Qué…?—Eltipoquemellamóelotrodía.Eraunpolicía.Mehablódeti,sabíatu

nombre.Eraunabroma,¿verdad?Lomiré,completamenteperdida.—Noentiendoqué…Noentiendonada,¿vale?Sepasóunamanazaporsucabello,conlamiradapreocupada.—Porfavor,dimequefueunabroma.Al decir eso, veo que le tiembla el labio. Su mirada tiene algo que

reconozco.Noessolodeseo,esmásfuertequeeso.Pareceamor,algopoderoso,comosihubiéramoscompartidounavida.Me incomoda.De repente, siento lanecesidadurgentedequesevaya.Empiezoacerrarlapuertasuavemente.

—Estoesunerror.Notengonadaque…—Espera.Conelpieencajadoenlaabertura,meimpidecerrar.Frunzoelceño,ysigo

empujandolapuertaconfuerza.—Bueno,basta.Noséquiéneres,yempiezasaasustarme.

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Apenasmeescucha,estálanzado.—Pero…nopuedeshacermeeso.Despuésdetodoloquenoshemosdicho,

todoloquehehechoportidesdeelprincipio.No…—Estáscompletamenteloco.Guarda silencio unos segundos, sorprendido, más confundido que nunca.

Tratandodeentender.Medigoamímisma:«Tranquila,selargará».Perono,almomentosiguientemirahaciaabajo.Joder,meestámirandolospechos,mierda,losmiracomodosmelonesenunaexhibicióndesupermercado.Conundeseoquenomegustaenabsoluto.Suexpresiónhacambiado,yanoestáperdido,sinohambriento.Puedosentirlatensión,loveoensusojos,estáapuntoderomperse.

Ysearrojasobremí.Metomaensusbrazos,yomeechohaciaatrás,lapuertaseabredeparen

par.Interpongolosantebrazosentreélyyo,tratoderechazarlomientrassuboca

buscamislabios.Luchotantocomopuedo,peroconsutamaño,haráloqueledéla gana. Joder, va a violarme, ese tarado va a violarme.No presto atención anada de lo que dice,me esfuerzo por alejar su torso cerca delmío, aparto lacabezaentodasdireccionesparaevitarsubeso.Meinclinohaciaatrásylosdosnosbalanceamos,suhombrogolpea lamesa,miSingercaeal suelo.Meagitobajo su peso, él me atrapa las manos, aprieta mis muñecas entre sus dedosásperos.

Grito,loinsulto,apuntodeceder.No sécómo logro levantaruna rodillayponermispiernas entrenuestros

cuerpos.Yentoncesempujo.Contodasmisfuerzas,empujoygrito.Supechoseapartadeencimademí,yrodamosdelado.

Vuelvoaarrojarelpie,unapatadatrasotra.Conunafuerzaquemesorprende.En la cara. Su cabeza sale disparada hacia atrás y golpea la pared.

Aprovechoparaalejarmedeél,tantocomoseaposible,merefugioenlaesquinaopuesta.

Gime,conlamanoenelrostro,desplomado.Sefrotaelojoderecho.Silencioenmisaladeestar.Nomeatrevoamoverme.Espero.Cuando finalmente mira hacia arriba, veo un gran morado en la parte

superiorde sumejilla.Algo feo,nohabía fallado.Evitabamirarme.Noera elmismo hombre, ya no había rabia ni peligro. Estaba hundido. Miró distintospuntosdelasalaconunatristezainmensa,conloslabiosapretados.Yanoteníamiedo.Habíaacabado.

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Unmomentopasaasí.Selevantó,murmuróunadisculpa,losiento,algoporelestilo.Desaparecióporlapuertaabierta.

***

Mefuidelvalleunasemanadespuésdelaagresión.

Almenosme ayudó para eso, para queme fuera, de lo contrario tal vezhabríaterminadomividaeneselugarperdidodondenuncavolveréaponerunpie.

Mefuiunamañana,conmismáquinasymimaniquíenelasientotrasero,conmisvestidosinacabadosenelbaúl,dejandoatráslavidanúmerocuatro,quepreferiríanohabervivido.Contantaamarguracomoincomprensión.

Nopudeguardarmeparamíloquehabíasucedido,ydespuésdeunanochesindormirllaméaPom,¿puedesvenir,porfavor?Tengoquecontartealgo.Yselocontétodo,bueno,casitodo.Meayudóarecuperarme,meescuchó,debuenafe.Eraloquesiempremehabíagustadodeél.Yconocíamejoraloscampesinosyagricultoresdelazona,ygraciasaélsupemássobreelhombrequecasimevioló.SunombreeraMichelFarange.Teníaunrebañodevacasenlamontaña,estabacasadoconunaasistente social.Un tipobastante tranquilo, segúnPom.No encontramos ninguna explicación para lo que había intentado, pero estabaclaroquesuvidasehabíaidoaalmierda,enalgúnlugardelascumbres.

Sindudasuparejayanotal.Habíaperdidolacabeza.Deberíahaberlodenunciado,porsupuesto,esoesloquePommeaconsejó

hacer. Pero no quería. Mi nombre en boca de todos, mis asuntos en losperiódicos,mi historia conÉvelyne revelada, no, gracias.Y finalmente, habíapasadomásmiedoqueotracosa,peroal final todohabíaquedadoennada, eltipotratódebesarme.

LepedíaPomquefueradiscreto.Ycreoquehastaahora,hacumplidosupalabra.

Inclusocuandomefui.Inclusodespués,cuandoMichelFarangedesapareció.AmenudotodavíapiensoenÉvelyne,ydeboadmitirquesigoechándolade

menos. Tenía algo que nunca encontré en nadie más, una forma de hacermecreerenlavida,enlafelicidad,enelamor,entodosestosidealesquenuncahedejadodeperseguir.

Estoy segura de que está muerta. Sin embargo, a veces sueño que sigue

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viva,quereaparecerá.Parallevarmedevueltadebajodesuala.Porqueelrestodemivida,nofuemásbrillante.Meinstaléenlacosta,unpocoalazar,dondeconocía dos o tres personas que podían acogerme. Pasé días en busca de unfuturo, vaciando los paquetes de cigarrillos igual que me había dado a lasbotellas de aceites esenciales, y me dediqué a llorar por mi destino, con esasensacióndeabandonotanfamiliar.

Nuevamenteencaídalibre,esperandoqueunhéroemesalvara.Delavidanúmerocinco.Sinembargo,nuncaolvidarélaagresión,elmiedoquesentícuandopensé

queibaaviolarme,conlosmuslosabiertosporlafuerzadeunextraño.Ysobretodo,aúnmeperturbalaimpresiónextrañaquetuvealleerlamiradadeMichelFarange.

Porqueeltiponoestabaloco.No,estoysegura:esunalocura,peroélrealmentecreíaconocerme.Ensus

ojos, antesdequeviniera abajo,habíaunbrillodichoso.Unamorprofundoysincero.Metomabaporotra,porunamujeralaquelehabíadadosucorazónyseguramentemuchomásqueeso.Eraimposiblesaberquiéneralachica.Dondeestaba,loquelehabíahecho.

Solosésunombre.Porqueenunmomento,cuandoestabaencimademí,lopronunció.Amandine.

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Armand

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—Quéguapo,ysiempretanbienvestido…Eraviernesporlanoche,enelbar.Tiempodefiesta,vamos.Todoelbarriohabíavenidoadisfrutardelanocheiluminadaporlospuntos

multicolores.Elcoupé-décalésalíaporlosaltavocesyexplotabaenlosbaresdeal lado. El polvo salpicaba la calle, las motocicletas estaban estacionadas entodas las direcciones a lo largo de las paredes del perpiaño. Las gacelasbalanceabansuspetasenlaterraza,conlostaconesenelsuelo,agotadascomoprincesasymirabanaloshombres,quefingíannoestarinteresados.

Yverdaddelabuena:allí,elpríncipedelanocheerayo.Sí,elDJhablabademí.Enelpequeñoescenario,conelmicrófono.—Unjugador,comosiempre…Yademás,listo.Más abajo en la multitud vi a mi pandilla bebiendo cerveza. Sylvestre,

Driss,Moussa,Christian,todosmeobservabandesfilar,caminandoalolargodelosbafleschisporroteantes,conlasonrisadeunrey.Uncigarrillocolgabademislabiosytoqueteémicadenadeoro,lahebillademicinturón,mihermosoreloj,micamisabrillante.Paraquequedaraclaroquemeibadeputamadre.

Todoelrato,elDJrepetíamiapodo.—ElGeneralCFA, es elGeneralCFA,ya lo sabéis…Sevolverá loco…

Mellenarádebilletes…Y,mirandoaMonique,queseapoyabaenlabarramientrasrechazabalos

avances de los tíos que no sabían que estaba conmigo, comencé mitravaillement.Metílasmanosenlosbolsillosdelosvaqueros,saquélosbilletesylosarrojéalaire.Unoporuno,loshicevolarsobreelescenario,porlaterraza.Habíamuchosmás, lloviendopordoquier,ycaminabaporencimacomosinolosviera,mientras losdemás recogían loquehabíacaídoal suelo.Ni siquierasabíacuántapastahabía,peroerarealmentemucho,deesoestabaseguro.Esoesel travaillement: pavonearse y gastar lo más rápidamente posible lo que hasganadodurantelasemana.Paraqueveancuántotienes.

Duróunbuenrato,quesaboreéantesdebajarareunirmeconmisamigos.ElDJhabíadejadodehablar,estabapinchandoparaambientaralpúblico.Enlabarra,conelpecho inflandomicamisa,depositéunnuevopaquetedebilletes.La camarera, una preciosa modelo que Sylvestre intentaba ligarse desde elcomienzodelatarde,trajounabotelladechampán,ylapusofrenteanosotros

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conuna sonrisa impresionada.Procedía llenar todas lascopasamialrededor,sinprestaratenciónaloquecaíaalsueloyempapabalatierragris.

Después, con Monique, fui a bailar a la pista. Los demás, celosos, nosmiraban. A mí me seguían por Facebook. Habían visto todas las fotos quepublicaba,acostadoenlacamakingsizeenlahabitacióndemihotel,misdedosseñalandoelobjetivoyhundiéndosebajodocenasdebilletesesparcidosen lassábanas.AMonique lamirabanporqueera lagacelamáshermosadelmaquisconsufaldacortaysucorpiñoforradocondiamantesfalsosqueleapretabanlospechos.Monique se movía demasiado bien, frotaba sus nalgas contra mí, meseducía.Meencantaba.

Melopasabademuerteconella.Porsupuesto,esanoche,tambiéngozabaconesaprosperidadqueeramía,

eldineroquecadaviernesdesperdiciabaenlosbaresmásfamososdelaciudad.Fingía como si mi gloria fuera eterna. Como si todavía fuera una máquinatragaperras,queeraloquetodospensabandemíque.Sudababajolaluzdelosfocosysolopensabaenlafiesta.

Entodocaso,tratabadenopensarennadamás.Porquedespuésdeesanoche,nadiepodríaimaginarqueparamíyahabía

llegadoelfinal.Queminegocioestabajodido,quehabíapasadomuchotiempodesde laúltima inyeccióndepasta.Que iba aperder aMonique enmuypocotiempo.

Yquesihabíabebidotantacervezaychampánesanoche,fueparaolvidarloquemeesperabaaldíasiguiente.Algoterriblequellevabasemanasevitando,peroqueteníaqueconseguirsiqueríaremontar.

Aldíasiguienteteníaqueasesinaraunniño.

***¿Cómo llegué allí? Hacía un año, nadie se habría imaginado que iba aconvertirme en uno de los tíos más forrados del barrio. Ni a qué prácticasdiabólicas tendría quededicarme.En esemomento,meparecíamásbien a unesclavodegaleras.

Recuerdoeldía enquequedécon lapandillaparabeber la cervezaenelDynamique, el bar que era nuestro cuartel general. El gerente hacía allí susnegocios, se creía el director de un hotel de lujo detrás de su barra de piedrallenadebotellastambaleándosesobretablasdesvencijadasmientrasenlacocinadelfondofreíanallocosyapestabaaplátanofrito.Comíamospolloalaparrillayfumábamoscigarrillos liadosamanocontándonosnuestrospequeñosbusiness,

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losúltimosgolpesexitosos.AcababadellegarcuandoSylvestrememiróconunasonrisa.Levantólas

cejasyseñalólasmesasdeplásticoalotroladodelaterraza.—Miraallí,allí.Esachicaesdemasiadohermosa,meestámatando.Éleraasí,nuncasedetenía.Nosgiramosparamirarla.Lagacelaestabasentadacercadelbar,condos

amigas.Sereíanmientrascomíanunattiékédepescadoenplatosdesechables.Bueno,Sylvestreteníarazón,eraunabelleza,conlasnalgasredondasylabocahechaparabesarladeinmediato.Llevabatacones,bolsodecuero,unvestidoquemoldeaba sus formas peligrosas, joyas, todas las opciones, vaya. Se hacía laorgullosacomosinonoshubieravisto,casicomosifueradeParís.

—Oye,amigo—dijoDriss—.Desdequetecomprastelacamisanueva,vasloco,tío.

Sylvestre no le hizo caso. Bebió un sorbo de su Castel, se enjuagó lasmanosconlaolladeaguaenelsuelo.Luegoselevantó,semetiólacamisaenlospantalonesvaquerosycaminóhacia la chavala, avanzandoentre lasmesasblancasylassillasrotas.Ellalomiródepiesacabeza,moviendosuspendientesdorados.Losmiramosconnuestrasbotellasen lamano.Drissse inclinóhaciamí.

—Sinisiquierapuedeconlaprimerayyaquiereabrirsegundaoficina.ADriss le gustaba hablar sobre los demás, no semordía la lengua. Pero

estábamosacostumbrados,ytambiénnoshacíareír.No oímos todo lo que Sylvestre y la chica se dijeron, pero las últimas

palabrasquelesoltóellallegaronhastanuestramesa:—Ya tardas en largarte, ¿vale? ¡Va, que me estás haciendo perder el

tiempo! ¡Tchrrr! —Driss estalló en carcajadas golpeándose la rodilla cuandonuestroamigovolvióhastanosotros,arrastrandosuszapatillasdedeporteporelsuelo. La chavala lo había echado sin miramientos, ya no le hacía ni caso yestabahablandoconsusamigas.

—¡Yanosenseñarástutécnica,tío!—Oye, cierra tu puta boca—replicó Sylvestre mientras se terminaba la

botellaypedíaotra—.Chico,otracerveza,¡aquí!Sesentóenlasilla,sellevóunamanoalabocaysecallómientrasesperaba

que le trajesen la botella.Lo conocíamosbien, sabíamosque estaba enfadado,peroyaselepasaría.

—¿Ytú,Armand?—medijoMoussa—.¿Cómovas?Moussaesmiamigo.Nosconocemosdesdesiempre,nuestrasfamiliasson

delmismopueblo.Yadeniños jugábamos juntos, corríamospor lascallesdel

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barrio.Bueno,élnohablamucho,hayquienesloencuentranextrañoporquenoleinteresanlaschicas.AmenudoDrisssemetíaconél,decíaqueerawoubi,quelegustabanloshombres,vamos.Peroesonoescierto,élesasí,noesraro.Soloes discreto, no le gusta pavonearse delante de la gente.A veces no dice nadaporqueestápensandoenelSeñor,nohaynadiemáscreyentequeél.

—¿Armand?Conlosdedosenelpollo,norespondí.Teníalacabezaenotrolado,estaba

pensando.Yaestabahartodetodoeso,detrabajarcomounesclavoparaquelasgacelas se burlaran de nosotros como esa freshnie con Sylvestre. Sí, ahí fuecuando tomé mi decisión. Esta vez ya no era negociable. Nuestros pequeñosgolpesyanoeransuficienteparamí.Mehabíaprometidoamímismoapretarelacelerador.

Convertirmeenelmásfamosoestafadordeldistrito.Elúltimoymejor.PorqueacababadeconoceraMonique.Yestabalocoporella.

***

Aldíasiguiente,melevantétempranoparairatrabajar.Motivadocomonunca.

Bueno, aúnvivía conmiviejo,mihermanaFabiolaymishermanos, conquienesquedabatodoslosdíasenelpatioparabebertébajoelárboldemangoconsusamigos.Eraunacasasencilla,doshabitaciones,unasaladeestaryunbañodonde,losdíasenquecortabanelagua,utilizábamoselcubodeplástico.Dormíamos todos en lamismahabitación en colchonesde espumay todas lasnoches nos peleábamos para que el ventilador soplara en la dirección de cadauno.

Cuandosalí,Fabiolayabarría la tierramientrasesperabaquesunovia sepeinara.

—Hola,Armand.¿Adóndevasasí?—Voyapringar.Nomequedoatomarelsolcomovosotras,chicas.Enarcólascejas.—Tchrrr…Estafar,sí,¡eseestutrabajo!Veráscuandoelviejoseenterede

cómoganaseldinero.—¿Qué?¿Selovasasoltartú?Va,venga,sigueconlotuyo.Salídelacasayencendílamotocicletapensandoenmipadre.Fabiolatenía

razón,sabíamuybienloquepensabadeltrabajoconelqueyoqueríaganarunafortuna.Mehabíasoltadosuleccióndemoralidaddocenasdeveces.«Sirobasdinero,undíatematarán—dijo,mirándomeconsusojosgrandesyenojados—.

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Perosiloganashonestamente,loqueesseguroesquetuvidaestáentusmanos.Cuando lo gastes, estarás orgulloso de timismo».Le hubiera gustado quemehicieramecánicocomoDésiré,mihermanomayor,alqueungarajedelbarriohabíacontratado.

Peroyohabíatomadootradirección.Conduje sobre el alquitrán en medio de los coches que corrían en todas

direccionesylevantabanelpolvodelamañana.Bordeélasfachadasdelosbaresalineadosunoalladodelotro,elCheese,elCharming(abiertohastaelamanecerhastaquetecanses),ChezErneste.Paséfrentealascabañascerradasconlonasnegras y neumáticos en el techo, sabiendo que detrás a menudo estaban losjóvenes que se jugaban el dinero o se drogaban sin que los vieran. Cerca delmercado,losniñoscorríanporloscallejonesyporloscanalesconsussandaliasestropeadas,laropasucia,ycuencossobrelascabezasllenosdejabónokleenexqueofrecíanalostranseúntes.

Lleguéalaentradadelcibercafé,eraelprimero.Kouassi abrió la reja blanca delante de mí. Llevaba una camisa bien

planchadasobresugordovientre.Mesonrió,revelandosudientedeoro.—Vienesatrabajartemprano,Armand.Estábien.—Sí,lancéelformatoayer.Sabía lo que eso significaba, por supuesto, era nuestro chairman. Él nos

entrenó antes de ser autónomos. Durante seis meses, le hacíamos el trabajo.Todoslosdíasnosencontrábamosensuvilladetrásdelaestacióndeautobuses.Éramos una decena, instalados en su sala de estar entre los ventiladores,tumbadossobrelasfríasbaldosasoapoyadosenloscojinesdecuerodesusillóndemarca.Teníamosunordenadorporpersona,unportátilnuevoconconexióndebandaancha,vamos,todoloquehacíafalta.

Durante siete horas al día, sentado en el sillón frente a nosotros,Kouassinosenseñólosfundamentosdeltrabajo.Bueno,ahorasequedabaconel70%delo que ganábamos para él, nosotros solo éramos lanzadores de robots.Buscábamos direcciones de correo electrónico, preparábamos documentos,clasificábamosfotos,enviábamoslosmensajes.Perotanprontocomosevolvíaserio, cuandohabíaqueconvencer a los clientesparaquepagaran, tomaba lasriendas. Lo escuchábamos cuando hablaba por uno de los teléfonos móviles,cambiandolavoz;nonosperdíamosniunadesuspalabrasporquesabíamosqueprontoharíamoslomismo.

Encualquiercaso,verdaddelabuena,sabíaloquesehacía,noenvanosuapodoeraLeMillionaire.Cadavez,teníaéxitoyllegabaeldinero.Suescueladeformaciónerafamosaentodalaciudad.

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Entréenelcíberyfuiasentarmeenelmismolugardesiempre.Estabaenel fondode la sala, un ordenador entre dos paredes demadera contrachapada.Hacíacalor,yaestabasudandomipolo,peromegustabaporqueestabacercadelapuerta trasera.Porsiacaso.Lamáquinaseencendió, launidadcentralenelsuelocomenzóavibrarcontramipiernaycuandoseencendiólapantalla,DrissySylvestreyahabíanllegado.

—Hola,tío,yaestásaquí,¡joder!¿Vasavenirestanoche?—No,estavezno,seguirétrabajando.—Túmismo,Armand.Nosabesloqueesvivirbien.Girémi cabeza haciami pantalla.Los iconos deBillGates semostraban

unoporuno,eldispositivoeraviejo.Mientrasmisdosamigosseinstalaban,abrímicorreo.Eldíaanterior,habíapasadomuchotiempoescribiendomiformato.Quería que fuera perfecto, lo pasé varias veces por el corrector automáticoporqueamenudocometemosdemasiadoserroresyentoncesnofunciona.Loleídenuevo.

¡Hola,hola!Aquí está mi presentación. En la cual te escribiré con sinceridad yfranqueza.MinombreesAmandineMilanytengolanacionalidadfrancesade origen. Tengo veintiocho años y me gustaría hacer contactos con elpropósito de encontrar al hombre de mi vida. No quiero dar con malaspersonas,porqueestoysoltera.Tengounaalturade175cmypeso54kghaciendo38tamaño39ojosypelonegros.

VivíconmisdospadresenlacalleIssy-les-Moulineaux50Yerevan,peroahorahanpasadotresañosdespuésdelamuertedemipadreydesdequemimadreyyodejamosIssy-les-MoulineauxparairnosaCanadá.Dosaños después perdí amimadre, no tenía a nadie en estemundo y estabasola,asíque tuvequebuscar trabajoyunosmesesmás tardeconocíaunhombre que me traicionó y defraudó y así es como las hermanas de unorfanato me ofrecieron un trabajo en África como costurera en unaasociaciónycomonomequedabanadie,decidí irmeparatrabajarenestepaís.Ladistancianoesunproblemacuandoamamosyestaríadispuestaadejarestepaísporelhombredemivida.Nofumo,soygenerosa,honesta,cariñosa,apasionada,sensualytranquila.

He aquí el recorrido demi vida que puede darmeun deseo de teneréxitoenelfuturo.Hoybuscosinceramentealhombredemivida,puedeserqueelbuenDiosmehayareservadouno,pero¿porquénopuedestú?Sí,

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uncómpliceparamisafinidades,paracompartirsensacionesrecíprocasdelaverdaderafelicidaddelavidadeunapareja.Ysisoytuyaporestanota,esporunamplioconocimientosinceroconelúnicopropósitodetenerunarelacióncoherenteysincera.

Graciasportucomprensiónyesperandoleerte.AmandineMilán.

Elegí ese nombre, Amandine, porque se parecía a Armand, para evitarequivocarme. El mensaje se había enviado a 800 direcciones de correoelectrónicorecuperadasdesitiosdecitasconExtractor,elsoftwaremágicoquetodosusamos.Habíafranceses,belgas,canadiensestambién.Blancosqueteníandinero,vamos.

Eseesnuestrotrabajo:elpastoreo.Elúnicotrabajoquedejapastaenestaciudad.Estábamosempezando,porelmomentonoganábamosmucho.Peroyanossabíamoslostrucos,ycadaunosehabíaespecializadoenuncampo.DrissySylvestre, cuyos dedos volaban por el teclado al lado, como eranmás hábilesconelordenador,falsificabandocumentosoficiales,manipulabanimágenesconPhotoshopyengañabanalosclientescongananciasfalsasenlalotería.Christianseinventabahistoriasdeherenciacomplicadas.Moussatocóunpocodetodo.

Peromiespecialidad,conloquemesentíamáscómodo,eraelamor.Habíareflexionadomuchoyestabasegurodequeera loquepodíadarme

más. Es la ley del mercado: cuando algo escasea, se vuelvemás caro. Y delamor, los europeos nunca tienen suficiente, eso lo que más extrañan porquepermanecenencerradosensuscasasynuncasalen.Tienendinero,muchodineroy fuegos artificiales en París, viven en hermosos apartamentos y beben vinoañejo.Peroesono lessirvedenada,siguensinestarcontentos.Sueñanconelamor,elamorsincerocomodicenellos,denoche,asolasensuscamasgrandes.Asíqueestabalistoparadarlesmásamordelquejamáshubieranimaginado.

Ibaainundarlosdeamorsincero.Peroesoteníaunprecio,nohaynadagratisenla tierra.Nohayrosassin

espinas.Porqueyonecesitabadinero.TeníacincuentamensajesderespuestaparaAmandine,unpocomenosde

loqueesperaba,perosuficiente.Empecéaleerlos,casitodosveníandeFrancia,especialmente.Bueno, todasmás omenos iguales, estaba acostumbrado. Eranrespuestasdeblancos,¿no?Preparémisegundomensaje.Eraimportante,elqueteníaqueengancharalcliente.

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—Oye,Driss,¿tienesfotosdechicas?—Sí, espera—dijo sonriendo—. Tengo un montón de hermosas gacelas

blancas,yaverás.SeacercóamisillaconsullaveUSB.Drisserauncampeónenlabúsqueda

deimágeneseninternet.Abriósusarchivosymemostrósusúltimoshallazgos.Miraba lapantallamuydecerca,con lacabeza inclinadahaciaadelante.Vielpedruscoquebrillabaensuorejadesdequecomenzamosapastorear.

—Miraesto.Lachicaeshermosa,¿no?Diosselodiotodo.Abriólasfotos,habíacuatro.Eraunarubia,primeroconunabatayotraen

trajedebañoenunbarco.—No, es demasiado grande, parece una jirafa. ¿Tienes una con cabello

negro?Ymásjoven.—Vaya,síqueerespuntilloso,tío.Sí,erapuntilloso.Abrió otros archivos, con jóvenes, maduras, altas, menudas, negras y

blancas. Lasmiraba atentamente porque tenía una idea clara de lo que queríaparaAmandine.Yfinalmenteloencontré.

—Para.Esta,aquí.Unamorenadepechosgrandes,quenosmirabaen las tres fotoscomosi

fuera a devorarnos.Estaba acostada en su cama, de pie frente a un árbol, congafasleyendounlibro.

—¿Dedóndesale?—Espera, lomiro.—Buscóunpoco—. ¡Vaya!¿Sabesqué? ¡Laencontré

enunsitioporno!—¿Unsitioporno?Seechóareír,mostrandotodossusdientes.—Sí, sí.Es una actriz, pero no esmuy conocida. Su nombre es…Alicia

More.AliciaMore.Lamirédenuevo.Eraperfecta.EraAmandine.—Melaquedo.—Erestremendo,Armand—siguióriéndose—.Nohaynadiecomotú.Cargué las fotos enmi ordenador y las añadí amimensaje. Después de

unosminutos,todohabíasalido.DocenasdeAmandineendirecciónaFrancia.Cuandomis blancos vieran a la chica, se iban a encoñar de inmediato, estabasegurodeeso.

***

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Lo cierto es que lo hacemos todo por las chicas. Todo lo que esmoralmentereprensible,todoloquenosalejadeDiosynosacercaaldiablo,sealoquesea,es siempre por ellas. Bueno, eso ya lo sabía, pero antes no era consciente dehastadóndeeracapazdellegar.Penséquesabíaellímiteentreelbienyelmal,que tenía mis propios límites, vamos. Pero cuando conocí a Monique, todocambióparamí.Escuandodeverdaddeseéalcanzarlacumbre.

Porella,estabadispuestoallegarmuylejos.Moniquenoescomootraschicas.Ellaesespecial,estáporencimadetodas

lasdemás.Tengolaimpresióndequesiemprenoshemosconocido.Larecuerdoen el colegio, cuando ya cantaba en el patio de su casa, tendiendo la ropa.Cuandotodoelvecindariolaescuchabaycuandosuhermanadecíaquesuvozerasuvisado,supasajeparasalirdelpaís.Queeraseguro,undíaladescubriríaunodeesosproductoresblancosquebuscantalentosen lasciudadesdeÁfricaparahacersoñaraloseuropeos.

Ylomásimportante,recuerdomiprimeravezconella.Esanochehicimoselamordetrásdelmercado,encimadelostablonesdemaderaquenosrascabanlaespalda,conlasestrellasdelcielosobrenosotrosylossonidosdeotrasparejasunpocomás allá.Estoy segurode que jamás lo olvidaré.Los días siguientes,con losdemásmuchachosdelvecindario, solohablabadeesoy todosestabancelosos,tambiénlesponíalapreciosachavala.ExceptoMoussa,talvez.

Peroundía,sefue.Suspadressemudaronaotraciudadynovolvíasaberde ella. Algunos decían que había ido a la escuela secundaria y que habíarealizado su sueño, cantando para los blancos, y que recorrió todo elmundo.Huboquienesdijeronlocontrario,queestabavendiendoelculoenlosburdelesdelacapital.Entoncesmeobliguéaolvidarlo.

Hastaquelaencontrédenuevo,completamenteporcasualidad.Fue una noche en un bar donde la gente iba a escucharmúsicamientras

bebían,sentados.Noibaamenudoaestoslugares,eraChristianquienmehabíainvitado,queríahacernegocios,hablardesushistorias.

El grupo se preparaba, conectando los instrumentos. Y ella estaba allídelante,ajustandoelmicro,agitandosuspendientesdorados.Nopodíadejardemirarla.Lahabíareconocido,claro,perosehabíavueltodeslumbrante.Alta,depechos perfectos en su top negro. Nome perdía ni uno de sus movimientos:cuandomirabahaciaatrás,alosmúsicosdetrásdeella,losgestosdesusdedospararecolocarselaslargastrenzasdetrásdelasorejas.Inclusoantesdeabrirloslabios, en medio de los sonidos de los clientes del bar, destacaba como si lanochefuerasoloparaella.

Y cuando comenzó a cantar su repertorio africano, su voz de diva me

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aplastóelcorazóncomounmartillomecánico.Por supuesto, Christian se dio cuenta de lo que me pasaba. Pero

inmediatamentelevantólascejasconunairedecompasión:—Papapapa…Epa,amigo,¡esapreciosidadnoesparati!—¿Porquéno?Señalólacalleatravésdelaventana.—¿Vesesebonitocochedeallí,alotroladodelacarretera?El4x4negro.

Llegóconesecochazo.Lachicaviveenunacasadondelosricos,¿entiendes?—Hum…Entendí.Moniquehabíatenidoéxitoenlavida.Esa noche, después del show solo cruzamos algunas palabras. Tenía que

volver a su casa, cuidar de su hija, no pude hablarmás con ella sobre lo quehabía sucedido durante todos estos años. Pero cuando me dejó su número,cuandomedijo con suhermosa sonrisade anunciodepastadedientesque legustaría verme alguna vez, supe que tenía una oportunidad con ella. Sí,cualquieraquefuerasusituación,inclusosiestabacasadaconunministro,teníaposibilidades.

Porqueellatambiénrecordabanuestranochebajolasestrellas.

***Tres días después de enviarmi segundo formato,mequedaban cinco clientes.Cinco blancos que respondieron a Amandine y mordieron el anzuelo de susgrandestetasmorenas.Peroerasoloelcomienzo.Elamornoesunnegocioquepueda resolverseenunaspocashoras.Lleva tiempo,paciencia,variosmesesavecesantesdequellegueeldinero.Ycuantomásaguantas,máspuedesganar.Elblancoestuyo,seconvierteentuesclavo.Dócilcomoungatito,vamos.Esloquehabíaaprendido.

Yentremiscincoblancos,unoqueme interesabaparticularmente.Desdesuprimermensaje,habíaadivinadoqueibaalograrloconél.

HolaAmandine,Nosécómoencontrastemicorreoelectrónico,pero recibí tumensaje.Tuhistoriame parecemuy triste, no sé qué puedo hacer por ti. Siempre hesoñadoconconocerÁfrica,siquierespodemosescribirnos.

Michel.

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Michel,eseerasunombre.AldíasiguienteyaestábamosenMSNyempezamosa chatear. Al principio, era necesario ir despacio, especialmente para hacerlepreguntasydecircosassobreAmandine.

Michel:¿Quéestásbuscandoaquí?Amandine86:Comotedije,estoybuscandounhombreparacompartir

mivida.¿Quéhacesenlavida?Michel:Soyungranjero,críovacas.Amandine86: Ah, eso está bien. Me gustan los animales. Puedes

preguntarmecosastambién.Nomeimportaquenosconozcamos.Michel:Eresmuyhermosaenlasfotos.Amandine86:Jijiji.Muchasgracias,meemocionas,mehacessonrojar.

Peroloimportanteesloqueestáenelcorazónynolofísico.

Alosblancos lesencantaneste tipodefrases,es importantesaberlasparacomplaceralosclientes.

Tecleabasinpararenelcalordelcibercafé,con losojos tanpegadosa lapantallaquemepicaban,conlamanoenelratóngolpeandolapareddemadera.Enelordenadordeallado,Sylvestretambiénestabatrabajándoseaunincauto,haciéndole creer que tenía una gran cantidad de dinero de una loteríainternacional,peroqueparacobrarloteníaquepagarunatarifadegestiónaunabogado.Ayereltipolehabíadadosunúmerodeteléfono,gritódealegríayenlasalatodosgritarontambiénparafelicitarloporquesabíamosqueeraunaseñalde que iba a tener éxito. Cuando tienes el número de tu blanco, ya lo tienespilladoporloshuevos.

Peroyo, conMichel,quería irmásallá.Queríaquemediera todo loquetenía.Sí,queríasacarletodasufortuna,quemigolpefueraelmayorgolpedelaño,quetodoshablarandelGeneralCFAyqueMoniqueseenterara,desdesucasa con los ricos. Por eso, no era suficiente que Amandine le dijera cosasbonitasenelchat.

Escribíunaspocasfrasesmásmientrasleponíalamielenlaboca:

Amandine86:Tengoquedejarte.Deboponermeacoserdenuevo.Michel:Bien,loentiendo.

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Amandine86: ¿Estarás conectado mañana? Espero poder hablarcontigo otra vez, me hace sentir bien, echo de menos el afecto de unhombre.

Michel:Sí,estaréporlanochedespuésdeordeñaralasvacas.Amandine86:Besos,corto.

***

Y apagué el ordenador.Pero antes de salir de cíber, fui a la trastienda.Era laoficinadeKouassi,queestabaallí,unahabitaciónsoloparaélconbarrotesenlasventanas,variaspantallaseimágenesimpresasdeélysusmujeres.Ungranventiladorestabaencendidoeneltecho.

—Hola Armand, ¿cómo vas?—me saludó, haciendo brillar su diente deoro.

—Bien.—¿Hacesnegocioscontusclientes?—Sí,tengovarios,graciasaDioseltrabajorinde.Dudé,luegodije:—Sabes,eltipodelquemehablaste…—¿Quién?—Eltíoese.PapaSanou.En un momento me miró fijamente, frunciendo el ceño. Le devolví la

mirada,serio.Amiespaldaseoíaelruidodeltecleodelosdemás.—Hmm…¿Quieresdinerodeverdad,eh?¿Estássegurodequequieresira

verlo?¿Sabesloqueesosignifica?—Sí.Sí,losé.Sepasóunamanosobrelabarbillasinafeitar.—Deacuerdo.Tedirédóndeestá.

***

Lociertoesquenotuveelección.

Sirealmentequeríaganardinero,prosperaryteneréxito,comoKouassiLeMillionaire,necesitabaunembrujo.

Cada vez éramos más los que nos dedicábamos a eso y los blancosempezabanasospechar.Lapolicíalesadvertía,yahoraeranmáscuidadososqueantes.Hacefaltaecharlemuchatécnica.Yparaqueesténrealmentelistos,paraqueaceptendebuenaganahacerloquelespides,solohayunasolución:hayque

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echarlesbienellazo.Nohayotrasolución,esloquehay.Poreso,todoslosquequieren teneréxitoenestenegocioahorautilizanunbrujoparahechizara susclientes.

YaPapaSanouseleconsiderabaelbrujomáspoderosodelaciudad.Podíahacerloqueotrosnopodían,cosasquenadiepodíaexplicar.Decían

que en una ocasión Papa Sanou había pasado todo un día sentado en un barbebiendocervezasinorinarniunavez,queeran losdemásclientes losqueselevantabandelamesaeibanahacerloensulugar,dominadosporelpoderdesugenio.Kouassihabíatrabajadoconéldurantevariosaños,ygraciasasubrujeríasehabíaconvertidoenunodelosestafadoresmásricosdelaciudad.

Pero todo tiene un precio: y el de Papa Sanou era muy alto. Dinero, ytambién sacrificios. Tienes que saber lo que quieres, decía Kouassi. Él habíapagadomuycaroloquequería:acambiodesuéxito,lehabíaofrecidoaPapaSanou su sueño, por las noches.Kouassi ya solo podía dormir de día, y unaspocas horas. De noche, seguía trabajando. Pero para otros, el precio fue másserio. El año pasado, un famoso contrabandista llamado Yoki Internationalmuriódespuésdefuertesdoloresdecabeza.Algunosdecíanquehabíafirmadoun pacto para hacerse rico y vivir en la opulencia durante dos años, pero quedespués,acambio,sabíaqueperderíasuvida.Esasí:cuandoabandonasaDiosyconfíaseneldiablo,sequedacontualma.

De todosmodos, cuando fui a Papa Sanou por primera vez, no las teníatodasconmigo.Eraconscientedequemeestabametiendoenalgoserio,enfin,queeraun riesgo.No se lohabíadichoanadie,ni siquiera aMoussa,porquesabíaloqueibaapensar.

Tal vez no debería haber ido nunca, y me habría ahorrado muchasdesgracias.Porsupuesto,cuandopiensoenelniño,medigoquedeberíahaberrenunciadodesdeelprincipio.

Estacioné mi motocicleta al borde de una zanja donde crecían arbustosgigantes enmedio de basura que los habitantes del vecindario arrojaban en elagua,yavancésobrelatierraseca.Eramediodía,elsolardíaenlasterrazasdelosmaquis,nohabíamosvistounanubeenloscielosdelaciudaddurantevariosdías. El callejón al lado del vendedor de electrodomésticos, eso es lo queKouassi me había dicho. Vi al tipo debajo de su sombrilla con los teléfonosrobadosexpuestosensupequeñaventana,ymefuipordetrás.Nohabíaningunaseñal, ningún cartel que indicara la presencia del hechicero, ensalzando suhabilidadyprometiendoquetedevolveríaelamordeunserquerido,eléxitoenel juego o la expulsión de los espíritus malignos. No, era solo un pequeñocallejónquesehundíaentredosparedesdebloquesdecemento.

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Entré y bajé la cabeza para pasar por debajo de una sábana. La luz casihabíadesaparecido.Tuvelaimpresióndeiravisitaralosespíritus.Alfinal,alaizquierda,habíaunapuertaydetrás,enunahabitacióndiminutaconparedesdemadera blanca cubiertas con inscripciones, rodeada de sartenes, pinturas deanimalesyestatuillas,estabaallí,sentadoconlaspiernascruzadas,comosimeesperara.

PapaSanou.Era un joven morabito. Llevaba una camiseta sin mangas, un collar de

semillasyunsombreroverde.—Hola—dije—.Vengoporquemegustaría…—Losé.Venga,siéntateallí.Tenía una voz profunda. Me hizo preguntas y escuchó mis respuestas

asintiendo.—Hmmm…¿Tienesunafotodetublanco?Saquélahojaquehabíaimpreso.Arriba,estabamicliente,Michel.Erauna

imagenquemehabíaenviado,enlaqueseveíasurostro.Teníaunascejasmuygrandesynoestabasonriendo.

Elbrujomiróelretratodurantemuchotiempo.Enunapequeñabolsaagarrócuatrocauris,unaspequeñasconchasblancas,

lassacudióensusmanosymepidióqueescupiera.Vacilé,perolohice,yescupíen sus palmas. Luego tiró las conchas en el suelo y arregló el dibujo queformaron. Lo estaba leyendo. Estaba claro. Leía y leía mientras movía labarbilla,yladisposicióndelascuatroconchasledecíacosas.

—Hmmm…Cerrólosojos.Envozmuybaja,dijo:—Esteblancoquiereayudarte…Sí,loquelepides…éltelodará.Agarrómismanos,lasapretómoviendolacabezaymurmurandofrasesque

yonoentendía.Luegosostuvolafotoenunamano,agarróunadesusmuñecasenlaotrayfrenteaél,conlosbrazosextendidos,losjuntó,haciendo:

—Hmmmmmmm…Tendráslagloria…eléxito.Lo miré en silencio, me concentré en mi cliente, recordando nuestra

conversación del día anterior, imaginando todo su dinero y sus vacas y sussueños de Amandine. Él no sabía lo que estaba sucediendo en ese mismomomento:PapaSanouloestabacazandoparamí.

—Peroparalograrlo,tenemosquehaceralgo…Sentí que mi corazón latía más rápido en mi pecho. Dejó pasar un

momento,parahacermeesperar.Paracrearsuspense.—Tienesquecomprarunavasijaydenoche,larompesenlaencrucijadade

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doscaminos.

***Hice lo que el brujome pidió. Fui almercado, compré uno de estos grandesrecipientesdebarroparatransportaraguaalasaldeas.Lollevéenloscallejonesdemi barrio, mientrasmis zapatillas se arrastraban por la tierra roja, y en elpuntoexactodondesecruzabandoscaminosrompíelcuencoenelsueloparaabrirmipuertaalazar,paradeshacermedetodoobstáculohaciamifortuna.Nofuedifícil,casinadaincluso;cuandomelodijo,mesentíaliviado.

Enesemomento,nopensabaenloquepasaríadespués.Porquelavasijafuesolosuprimerapetición.

Encualquiercaso,lociertoesque,díasdespués,elcomportamientodemicliente cambió. Estaba loco por Amandine, era impresionante. Yo trabajabaduro, hacía lo que tenía que hacer, pero estaba claro que la magia del brujofuncionaba.Nosoloestabacolgadodemichica,sehabíaenamorado.Medecía:

Michel:¿Quétegustadeunhombre?Amandine86:Miambiciónesencontrarunhombreserio,queescuche,

agradable, para ser feliz juntos y una relación que perdure para siempre.¿Estáscasado?

Michel:Sí.Peronoheconocidoelamorpormuchotiempo.Creoquetendremosquesepararnosprontoyvenderlagranja.

Amandine86:Estriste.Michel: Sí, es duro no poder dar amor a unamujer.Desearía poder

verte.

Despuésdeunasemana,fuemíoparasiempre:

Amandine86: Realmente querría tener una relación seria contigo,cariño.

Michel:Sí,sientolomismo,megustaríaestarcercadeti.Amandine86:SiDiosquiereundía,nosreuniremos.Misueñoesserla

mujerdetuvida,laquetecuidebienparahacertefeliz.Michel: Miro tus fotos todos los días. Las llevo a todas partes

conmigo.Amandine86:Túsabeselvalordeunamujer,mibebé.Miamorporti

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crecedíaadía.Querida, cariño, mi bebé, en este momento de la relación había que ofrecermucho amor al cliente, inundarlo con dulces palabras. Es lo que buscaba.También era necesario tranquilizarlo, darlemás para que Amandine existiera.Poresolehabíaenviadomásfotosdelaactriz,cadavezmásdesnuda.Lepedíqueencendieralacámarayleponíaunvídeodondeseveíaalachica,unpocoborrosa.A continuacióndecía quemi cámara no funcionababien, para cortar.Incluso lemandabaSMS,breves textosdeamorque recibía todoeldía,ensuportátil.

Ahora, me pasaba unas diez horas al día en el cibercafé, con los dedospegados al teclado cuyas letras se borraban, para prepararmis charlas conmipresa. Quería que todo fuera perfecto. Cuando un amigo me llamó al móvil,descolguéydije:

—Estoyenunareunión,porfavorllámameendiezminutos.Significabaquenoquería sermolestado.AvecesDriss semeacercabay

metocabaelhombro.—Oye,Armand—decía—.¿Vendrásatomarunacervezaconnosotrosesta

noche?—No,gracias,hoyno,mequedaréaquí.—Deberíastomárteloconcalma,estáspegadoalapantalla,comosifueras

unchicle.Apenasrespondíadeconcentradoqueestaba.Por la nocheme dolían los ojos cuando volvía a casa enmoto. A veces

encontraba a Fabiola con su amiga, siempre en el patio oscuro, liándola, ocriticando a sus amigas.Me veían pasar como si fuera un zombi, me echabasobre el colchónmojado yme quedaba dormido de inmediato, con lamejillapegadaalaespuma.Apenasabríalosojoscuandounodemishermanosllegabaalahabitacióncompartida.Porlamañanavolvíaalcibercafé,evitabacruzarmeconelviejoparaquenomehicierapreguntassobremitrabajo.¿CuándoirásalgarajeconDésiré?Tendríasquededicartealamecánica.

Algunosdíasmiblancomehablabadesexoymehacíasonreír:

Michel:¿Puedodecirtealgoíntimo?Amandine86:Porsupuesto,micorazón,puedescontarmetodoloque

quieras,yovalorolasinceridadenmirelación.

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Michel:Meestoymasturbandomientraspiensoenti.Michel:Esperoquenotemoleste.Michel:?Amandine86:No,perodebestenerpaciencia.Michel:Sí,discúlpame.Amandine86: Me han lastimado tanto otros hombres en los que no

puedoconfiar.Noquierorepetirelpasadoyquemehagasdaño.Michel:Losiento.Nosoyasí,puedescreerme.

Sehabíavueltoadicto,estabaclaro.LedilasgraciasaDiosyalbrujoque

lohabíanlogrado.Porfinmiblancoestabalistoparadarmeeldineroquememerecíadespués

detantoesfuerzo.

***Durantesiglos,losblancoshansaqueadoÁfrica.Losnegrosfueronlosesclavosde los europeos, vinieron a llevarsenuestra riquezaparadesarrollar suspaísessinquelescostaradinero.Hoysiguenhaciéndolo,ocupannuestrasciudadesconsusejércitosparaprotegersusintereseseconómicosydicenqueesparaprotegeralapoblación.Poreso,cuandodicenqueÁfricatieneunadeudaconEuropa,yodigoqueno.Esmentira.SonelloslosquetienenunadeudaconÁfrica,portodoloquelehicieronanuestrosantepasados.Sellamadeudacolonial.Séqueloquehagonoeshonesto,quehacemosdañoalosblancos.Peroesasí:eslareacción.PorqueDios tiene razón.Pocoapoco,cuandoenvíandineroa losestafadores,losblancospaganladeudacolonialdesuspaíses.Yesodurarámuchotiempo,mientrashayaincautoseninternet,ignorantes,seguiráhabiendoestafadores.

Penséenellomientrasbuscabaunbaraislado,un lugar tranquiloconunasala interior para no escuchar los ruidos de los motores que invadían elvecindario.ElegíChezClint,unpequeñorestauranteconaireacondicionadoyventanascerradas.MeinstaléypedíunaCastel.Hacíafrío,seestabademuerte.Un tipo ligaba con una gacela, no paraba de decirle burradas. Que era máshermosaqueRihanna,decía.Sonreímientrasmirabalacaradelamuchacha.

Estavez,habíallegadoelmomento.Repetívariasoracionesenmicabeza,luegosaquéunodemisteléfonosmóvilesparamarcarelnúmerodemiblanco,enFrancia.Meaclarélagarganta.

—Sí,dígame.Era la primera vez que oía su voz. Era masculina, directa e incómoda.

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Detrásdeéloílossonidosdelosanimales.—Buenosdías,señor—dijelomásseriamenteposible—.Mepresento:soy

eldoctorcirujanoFontaine,¿esustedelseñorMichelFarange?—Sí,soyyo,pero…—Esta mañana ha ingresado en urgencias una chica que responde al

nombredeAmandineMilan.Hasidovíctimadeunaccidenteestamañana,lahaatropelladounvehículoenunacalledelaciudad.

—¿Qué?—Asíes.Unaccidentequepodríahabertenidoconsecuenciasmuygraves

sinohubiéramosintervenidoatiempo.—Pero,¿estáseguro?¿Desdedónde…?—Presteatención—locortédeinmediato—.Amandinetieneunalesiónen

lapierna.Tengoquevalorarsilaoperoy,siDiosquiere,podrávolveracaminardentrodeuntiemporazonable.Porotrolado,estaoperaciónrepresentauncostonodespreciable.

—Estounabroma,ustedesunamigode…—¡Le repito que preste atención! Cuando llegó ami quirófano, antes de

perderelconocimiento,Amandinemepidióquelollamaraaustedporteléfono.Nosdijoquesololoteníaausted,queeralaúnicapersonaquepodíaayudarlaenestemundo.

Hubounsilencio.Soloseoíanlasvacasdefondo.—Señor Farange, ¿entiende lo que le estoy diciendo? La operación debe

llevarseacaboloantesposible.—Noestoy seguro…¿Puededemostrarmeque loquedice esverdad?Es

decir,unallamadaasí,ynoséquiénesusted…—Loentiendoperfectamente, señor.Leenviarémisdatosprofesionalesy

losdocumentosoficialesdemidepartamentodecirugía.—De acuerdo, estaré pendiente. Pero… ¿cómo está Amandine? ¿Puedo

hablarconella?Sonreíparamisadentros.Estabapreocupadoporella.—Enestemomentoestá inconsciente,peroesperamosquesedespierteen

laspróximashoras.Leexpliquécómotransferireldinero.950euros,esoesloquelepedí.Para

unaprimeratransferencia,yaeramucho.Tomónotaperonoprometiónada,solodijoqueveríaloquepodíahacer.Terminédiciéndole:

—Muchas gracias, señor Farange. No lo olvide: usted es su únicaoportunidad.

Colgué.Apreté el teléfono con ambasmanos y lo coloqué enmis labios.

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Meloimaginabaconsusvacasensucasablanca.Debíaestaraterrado,almenosesoeraloqueesperaba.

LuegovolvíacibercaféyDrissmeayudóaprepararlosdocumentosensusoftware de edición: los datos de identificación de un cirujano con una fotoencontradaenFacebook,yel informedeunexpertomédico, conelmembreteoficialdelhospitalyunafirmafalsa.

—Genial,estáperfecto,amigo—ledije,dándolelasgracias.Loenviétodoaladireccióndecorreoelectrónicodemiblanco.UnahoramástardeleenviéunSMSdesdeelotroportátil:

Miamor,¿tellamóelmédico?Losiento,mesentíaperdida,nosabíaaquiénacudir.Teloagradecerémilveces,bebé.Algúndía,cuandoestemosjuntos,tecubrirédeamorydebesos.

Luegoesperéaquellegaralanochemientrasatendíaaotrosblancos,enelcalorhúmedodelcíber.

Tenía que hacer algo más, y estaba retrasando el momento tanto comopodía.Sabíaqueteníaquehacerlo,peronomedecidía.Porqueporlamañana,antes de venir a trabajar, había ido a ver al brujo. En su pequeña habitación,rodeadoporsusparedesgrises,habíacomenzadosuritualdenuevo.Convocóamigeniosacudiendosurostro,conlosojoscerrados.

—Tendrásloquequieras,amigomío…Perohayalgoquebloquea,ahí…Debesganartelaoportunidad…Sí,debesatraerlasuertehaciati.

Derepente,abriólosojosyclavósusojosenmí.Yloquemedijomehelóelcorazón.

—Tendrásquedesnudarteycruzarunaplazaconmuchagente.Sí,esoesloque debes tener en cuenta: cuanta más gente haya, más impactarás a lostranseúntes,ymáspoderososerátuembrujo.

Asíquehiceloquemepidió.Por lanoche, cuandohabíamás tráfico, fui enmotoaunbarrio lejosdel

mío,paranocruzarmeconningúnconocido.Yallí,medesvestíycaminéporlacalleconelculoalaire.Asíes,lohice,comohabíapedidoPapaSanou.Caminéentreloscochesquecirculabanentodasdirecciones,enmediodelossonidosdelas bocinas y los clubes nocturnos que comenzaban a llenarse. La gente meseñalaba,gritando,alejándosedemí,mellamabanloco.Peronolosmiré.Enmicabeza,teníaunasolaimagen:elcuerpodeMonique.Seguíadiciéndomequelo

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hacíaporella.Ycuantomásmeinsultaban,cuantomásvergüenzamedabatodo,sentíacrecerconmásfuerzaelpoderdemiembrujo.

***—¿Qué,tío,cómova?

Moussa me miraba con una sonrisa. Toda la panda estaba allí, en elDynamique,bebiendocerveza.Eramediodía,ycomonohabíalugaralasombrabajola lona,sehabíaninstaladocercade los tabiquesdemadera,al ladodelacallequeseveíaentrelastablas.Elsolcalienteinundabalaterraza.Detrásdelabarra,lacocineraaúnfreíalosallocos,acuclilladaalladodelaolla.Esperéunosinstantesymetíalamanoenelbolsillotraserodemistejanosparasacarlapiladebilletesquepuseenlamesadeplástico.

—¡¡¡West!!!—grité.TodosseirguieronparafelicitarmelevantandolasbotellasdeCastel.—Oye,¡tevabien!—Top,top¡GeneralCFA!¡Nohaydoscomotú!West,porWesternUnion,significabaqueacababadellegarmidinero.Mi

golpehabía tenido éxito,mi blanco estaba enmismanos: se había creídomismentiras y había pagado. Casi mil euros de golpe, era demasiado bonito. Locelebramosconnuestroscolegas,paguétodaslascervezasyelpolloesatarde.Lescontécómohabíaido,lodelmédicoylosSMS.

Moussamemiró,parecíapreocupado:—¿Yelhechicero?—¿Dequémehablas?No les dije nada por Papa Sanou, no quería que lo supieran. Moussa,

especialmente,porquesabíaloquemehabríadicho,queteníaquetenercuidadoparanovendermialmaaldiablo.Diostemira,Moussanoselajugabaconesascosas.

—Oye,¿oshabéisenterado?Nuevaley.Ahora,silapolicíatepilla,puedesirhastaveinteañosalacárcel.

Drissseechóareír.—¿Quién lo dice? Moussa, tú también tienes el corazón muerto. No te

preocupes, la policía, con el dinero que cobran de los estafadores, seguirándejándonostranquilosdurantemuchotiempo.

Ahora,lapolicíanoeranuestroproblema,nilesteníamosmiedo.Yosolodisfrutaba de mi momentoWest. Los cinco nos quedamos un momento paracontarnos nuestros movimientos, las últimas técnicas de moda, gastando el

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nombre de nuestros blancos. Y finalmente, cuando estuve listo, cuando lacervezamehabíaemborrachadolosuficiente,hiceloquellevabavariassemanasdeseando.

LlaméaMoniqueparainvitarlaacenar.

***Cuandollegó,lojuro,micorazóncasidejódelatir.

Estaba congelado, como si todo el mundo hubiera sido diseñado por elTodopoderoso para darle la bienvenida. Se había puesto un vestido blanco deestiloeuropeoqueabrazabatodosucuerpodemujeryresaltabasupechoysushermosasnalgas.Caminaba,golpeandoconsus tacones losdamerosblancosynegros,ylosojosdeloshombressevolvíanhaciaella.

—Psst,preciosa—decían.Peroellalosignoraba.Porquecaminabahaciamí.Lacontempléavanzando

así, con sus hermosos labios estirados entre sus pendientes dorados y susbrillantestrenzasesparcidassobresushombros.Mehubieragustadodecirlealgoingenioso,paracautivarladesdeelprincipio,peroellameteníahechizado,ynoencontrabalaspalabras.Estabababeandoporella.Entonces,dije:

—Oye,Monique…¡Eresdemasiadohermosa!—Gracias,Armand.Tútampocoestásmal.Bueno, en cualquier caso había hecho todo por intentarlo. Antes de ir al

restaurante,habíacompradounasbonitaszapatillasyunacamisaimpecable.Micadenadeorobrillabaalrededordemicuello.

Loqueeraseguroesqueestábamosenunolosrestaurantesmáscarosdelaciudad,nohabíadudadoentirarlacasaporlaventana.Uncamareroquellevabacamisablancaycorbatanosacompañóparainstalarnosenunamesaconmantely cubiertos bien alineados. La sala era enorme y tenía aire acondicionado.Alfondohabíaunosventanalesquedabanaunestanque.Anuestroalrededor,meimaginé quiénes eran todos los clientes forrados de dinero. Había muchosblancos, hombres de negocios pavoneándose, pero también ministros,diplomáticos.Y tambiéngentecomoyo,queveníaa fardarde lobienque lesiban las cosas. Es el resultado de nuestro trabajo: gracias al dinero quesacábamos,nosvolvíamostanimportantescomoloslíderesdelpaís.Ahoraeranuestroturno,nostocabaprobarelsabordelafortunaquehabíansidolosúnicosengozarduranteaños.

Estar allí conMonique era comoun sueñohecho realidad.La recordédecuando éramos jóvenes, nuestros secretos nocturnos, y contemplé en qué se

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habíaconvertido.Dios,esachicameestabamatando,nopodíasoportarlomás.—Hapasadomuchotiempodesdelaúltimavezquevineaesterestaurante

—dijo,mirandolacartadondeseextendíanlosnombresdelosplatosfranceses.—Sí,yotambién—mentí.Nunca había comido en ese palacio, por supuesto. Sonrió, como dando a

entenderquelosabíaperoquenolemolestaba.—Bueno,Armand.¿Cómotevaahora?—Nomevamal.GraciasaDios,trabajomucho.—Eso está claro…—Señaló el restaurante—. Bien, cuéntame un poco,

¿quénoticiastienes?Tuhermana,Fabiola,mecontaronqueseocupadejóvenesdiscapacitados.

—Sí, ella es así. Ya la conoces, va con el corazón en la mano. Estoyorgullosodeella…

Eracomosinuncanoshubiéramosdejado,teníamosmuchoquecontarnosy hablamos durante largo tiempo. Monique tenía que sospechar que yo mededicabaaasuntos turbios,perono lomencionó.Leconté loquepasabaenelbarrio,unbarrioquehacíatiempoqueyanofrecuentaba.Lafelicitaba,lahacíareírycuantomássereía,másmealegrabayo.Ymásclaroteníaqueladeseabaaella,aellayanadiemás.

Llegaronlosplatos.Nollevabancasinadadecomer,perosabíaqueseríaasí:cuantamenoscomidahay,máslujosoeselrestaurante.

—Ytú,Monique,¿quéhacesahora?Antessoloteníasunaideaenmente:irtedelpaís.

—Vaya,teacuerdas.—Creíquelohabíaslogrado.Quetehabíasido.—Hmmm…Bueno, estoy aquí de nuevo.Me han pasadomuchas cosas.

Cantando, viajé un poco pero nunca lejos, me quedé por la región. Y luego,cuandotuveamihija,puesbueno…

Me importaba un carajo quién era el padre de su hija, porque sabía quevivíasola,yesoera lo importante.Peroqueríasaberdedóndesalíasudinero.¿Cómohabíaganado lo suficienteparavivir enunacasadeclasemediaenelbarriomáscarodelaciudad?

Comoesperaba,habíaunhombredetrásdeldinero.Moniquequeríavivirdecantar,erasusueñodesdepequeña,losescenarios

másgrandesllenosdeunamultitudasuspies.Perolehabíasalidoasí,sugruposoloconseguíapequeñoscontratosenlosmaquisylosbaresdelpaís.Entonces,cuandounamujerblancaleofreciólasoluciónatodossusproblemasdedinero,

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elladijoquesí.Cadaculotienesuspantalones,comodicen.Fuehacetresaños,teníaqueiracantaralasinstalacionesdeunamina,adoscientoskilómetrosdelaciudad.Tresdíasbienpagadosconunconciertotodaslasnochesfrentealostrabajadoresylosjefesquenoteníannadamásquehacerexceptodisfrutardesuconciertoenesterincóndelmundo.Noeralagloria,perovalíalapena.Aceptóeltrabajo.Allíloconoció,lasegundanocheenelbar,despuésdesuactuación.Era un francés, un viejo forrado que había invertido en lamina y que vivía acaballodesupaísyelnuestro.LehabíaencantadolavozdeMonique,sehabíaencoñado con ella, es normal porque no había gacela más hermosa en todaÁfrica.Quisoverladenuevo.

En cada uno de sus viajes, la invitaba a salir a lugares hermosos, ledescubríaunmundoquenoconocía,y lahacíasoñar.Undía finalmentese lopropuso:quefuerasuesposaaquí.TeníaunafamiliaenFrancia,inclusoniños,peroqueríaunasegundaoficina,vamos.Compróunacasaasunombre,enunbarrio bueno, y le pagaba todos los meses una cantidad suficiente para vivircómodamente.Podíacantartodoloquequisiera,enloslugaresquequería.Aélno le importaba lo que hacía en su día, ella solo tenía que ser suya cuandovinieraaquípornegocios.

Noconozcoamuchaschicasquesehubierannegadoaeso.—Amihijanolefaltadenada,esoesloimportante.—Esunaoportunidad,Monique.Peroelmásafortunadoesesetipo.Espero

quesedécuentadeeso,yquesepavalorarte.Susonrisalodecíatodo,ydijoconvozlánguida:—Armand,tú…Solodependedetivalorarla,también.Cuandopronuncióestaspalabras,sentíunacorrientecálidainvadiendomi

corazónydeslizarsehastamiscalzoncillos.Dudé,ydijeentonces:—¿Estáallí,ahora?Muy lentamente, con la lengua saliendo un poco de entre sus labios

húmedos, negócon la cabeza.Erademasiado, lo juro, erademasiadoparamí,incluso.Mirélosplatosqueacabábamosdeterminar.

—¿Nosvamos,entonces?—Sí.Sí,nosvamos.Fuimosenmotohaciaelbarriodondevivíaydondenuncahabíaido.Las

calles eran rectas, las aceras impecables, no había tenderetes de comida porningúnlado.Anuestroalrededor,nohabíabares,nipeluquería,nicartelesparavender nada. Solo casas gigantes con bellos jardines, parterres bien cuidados,4x4 yMercedes estacionados detrás de las puertas.Era el áreamás rica de laciudad,dondetodossoñabanvivirparademostrarquehabíanhechounafortuna,

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pasearse con un hermoso coche cubiertos de joyas mientras despreciaban elmundodelqueprocedían.Aquívivíalagentedeéxito,empresarios,futbolistas,ellargobrazodelpaís,vamos.Parecíaotraciudad,otropaísdondetiposcomoyosoloveníandespuésdeungolpe,parallevarasuschicasaunrestaurantedelujo y a beber champán o dormir una noche en el hotel inventando historiasimposiblesqueellafingíacreer.

Y la villa de Monique, Dios mío, con sus paredes blancas, su techopuntiagudobienalineado,parabólicaybalcón.Eraunauténticopalacio,conunpiso, tresdormitorios.Habíamáscarasmuyantiguascolgandopor todaspartesen la sala de estar, un enorme bar de madera, una silla de cuero frente a lapantalla plana.Por supuesto, yonuncahabía estado enuna casa así.Miraba atodaspartessindarcrédito.

—Oye,para,¿no?—medijo—.Tieneslosojostanabiertosqueparecesunpescado.Vamos,ven.

Laseguí,subílospeldañosunoporuno.Arriba,mellevóaunahabitaciónconunaenormecama.

Allí, con ella, hice el amor como nunca. Como si hubiera esperado estemomentodesdesiempre.

Dioserajusto.

***EsanocheconMoniquefueelcomienzodemiascenso.Deunperíodocuandolasuerteestabademiladoytodomeparecíaposible.Sentíaqueteníaalas,voléynadapareciódetenerme.

Estabaconstantementenavegando,mepasabalosdíasenelcibercafé,conlos dedos pegados al teclado y los ojos en la pantalla.La estación lluviosa seacercabayelairesevolvíamáspesadoenlasala,todossudábamosennuestrospequeños compartimentos, pero eso no iba a detenerme. Llevaba ya a variosclientes a la vez, francesesybelgas.Estaban todos enamoradosdeAmandine,losteníaatadoscomoperrosconcorrea,hacíanloquequería.

El más rentable, como había anticipado desde el comienzo de nuestrarelación,eraMichel,elcriadordevacas.Nopodíapasarundíasinoírnoticiasdesugacelaafricana.

Michel:Anoche no dormí conmi esposa.Me quedé en el establo ysoñéqueestabasconmigo,miamor.

Amandine86:Yotambién,amor.Júramequemeamarássiempre.

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Michel:Prometido.¿Cómoestántusheridas?Amandine86:GraciasaDiosempiezoacaminardenuevo.Graciaspor

loquehiciste,nuncaloolvidaré,cariño.Leprometía queprontome reuniría con él, que iría aFrancia.Todas nuestrasconversacionesgirabanentornoaesto.Peroantesdeeso,antesdedejarlotodo,Amandine teníacosasqueresolveraquí.Cadavez,necesitabaunpocomásdedinero.Apartedelapresión,tambiénerapartedeltrabajo.

Amandine86:¿Hashechoelpedidoparasolucionarlodemipasaporterobado?

Michel:No,nohetenidotiempo.¿Estássegurodequenecesitastodoesto?

Amandine86:¿Noconfíasenmí?Michel:Porsupuesto,perocreoqueesmucho.Amandine86: ¡Te ofrezco mi amor eterno y juegas con mis

sentimientos!Amandine86:¡Sinoquieresayudarmediloahoramismo,enlugarde

hacermeesperarunafelicidadparadosquenoexiste!Ysiemprecedía,yeldineroterminabacayendo.Ibaabuscarloaldíasiguiente,inclusoabríunacuentadePaypalparafacilitarlastransaccioneseninternet.Eramuchodinero,nuncahabíatenidotantodineroparamí.

Asíquehiceloquetodoslosdemás:logastétanrápidocomopude.Ropa,zapatos,cadenasdeoro,gorrasdemarca,unamotonueva,unbonito reloj,nome perdí nada. En cuanto tenía tiempo libre, iba a comprar uno de esosaccesoriosquetehacenunhombrecuandocaminasporlascallesdelbarrio.Asílosdemássedancuenta,yadivinanlobienqueteva.Sí,lociertoesquemeibacomonadie.

Nosalíamuchoporlanoche,perocuandolohacía,eraparairalosbaresmás famosos. Y para demostrar que sabía cómo sacarme la pasta, y por esoparticipéenlostravaillements:extendíalosbilletessobrelasmesas,losgastabaporquesignificabaqueteníademasiados,queerapartedelmundodelosquelesalenporlasorejas,quenosabenquéhacerconellos.GeneralCFA,elapodosehabíaganadolaoportunidad,yanoeraningúndesconocido.

Amis colegas,Moussa,Driss, Christian, Sylvestre, también les iba bien,

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peroningunohabía cosechado loqueyohabía acumuladoen tanpoco tiempograciasalamor.

Pasabamisnochesenelhotel,durantedosmesesinclusoalquiléunacamamatrimonialyluegounahabitaciónconsaladeestarparaevitarvolveradormirencasa.NoqueríacruzarmeconFabiolayquemecriticase,ymuchomenoselviejo,quemepreguntaríasobreel repentinoorigendemi fortuna.Megustabaestarenlashabitacionesdehoteldondelosempleadoshacíanlacamamientrasyo trabajaba todo el día.Me saqué la foto enmediode los billetes, congafasnegrasy cigarrillo, y la publiqué enFacebookparaque todo el barriopudieraverlo.

Laschicasadoranalostíoscomoyo,noesningúnsecreto.Asíconsiguenaalguienquelespagueloquelesgusta:teléfonosdelujo,ropadediseño,postizosdecabellohumanoparapeinarse.Algunastambiénlesayudan,seofrecenparaponerle la miel en los labios al blanco, posando frente a la cámara web ocontestandoelteléfonoconsuvozmássensual.

Laschicasdemoraldesconcertantesiempreestánporlanoche,localizanalosque tienenmáspasta, enfundadasenvestidosplateadosysexy con escotesvertiginosos. Dicen que tienen sus propios morabitos, que embrujan a losintermediarios como los estafadores engañan a sus clientes, que lo hacen paraasegurarsedequenolosolvidencuandollegaeldineroporWesternUnion.Amedidaqueganépopularidad,girabanamialrededorcomomoscascercadelamiel.

—Oye,Armand,túsíquesabes—medecían—.¡Telohasmontadobien!Bueno,noestoydiciendoquenodisfrutaraconellas,quenomelasfollara,

siseponíanmuyinsistentes.Soyunhombre,despuésdetodo.Pero mi corazón, Dios es mi testigo, estaba completamente dedicado a

Monique.Sí,nosveíamosmuyamenudodurantemisdíasdegloria,lacubríaderegalosparademostrarlequepodíamedirmeconsublanco.Avecesveníaamihotel,otrasnoches íbamosa suvilla,nosbañábamosen lapiscina.Amabamicuerpo,lojuro.Fuemaravilloso,estabadispuestoatodoporellayduranteunaspocassemanasfuecomosialcanzaralacumbredelafelicidad.Seofrecíaamícomounaesposaasumarido,sí,eracomosilofuerayyosoñabaquealgúndíaseríarealidad.Queundíatambiényopodríacomprarunacasaasunombre.

A pesar de todo mi éxito, todavía estaba lejos de eso, así que por elmomentonoteníamásremedioquecompartirlaconelviejofrancés.GraciasaDiosnoeraamenudo,perocuandoveníapornegocios,Moniqueyanoeramía.Borraba todo rastro de mi presencia en la villa, y se ponía a su disposicióndurantesuestancia.Memolestaba,peroeraelprecioapagar,noeranegociable.

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Cuandosaquéeltema,ellainmediatamenteseenfurecióyreplicó:—¿Cómo?¡Sinoteocupasdemí,nitemolestesenmencionarlo!Así que me armé de paciencia, convencido de que algún día lograría

alcanzarmiobjetivo.

***Toda medalla tiene su reverso, tendría que haberlo pensado antes. Mientrasestabaen lacima,despilfarrabamidinerocomoun idiota,ynome imaginabaquemiéxitopodríatenerunfinal.Sinembargo,sabíaunacosa:simitrabajoibatan bien, si la suerte estaba de mi lado, no era solo gracias a las hermosaspalabrasqueponíaenladulcebocadeAmandine.

No,laverdaderarazóneraelbrujo.MiblancoestababajoelinflujodePapaSanou,poresomeenviabatantodinero,yaéldebíamiascensometeóricoyminuevareputación.VariasvecesMoussamepreguntóalrespecto,queríasabersinohabíaidodemasiadolejos,sinomearriesgabaexcesivamenteenmicaminohaciaeléxito.

—Diosnosmira,amigo,noteolvidesdeeso.Sinoleprestasatención,teganaráselinfierno.

Yotratabadeevitareltema,bromeando:—¡Notepreocupes,nohaygatoencerrado!Tchoko-tchoko,asíllegaréala

cima.Entoncesmimejor amigomemiraba conojos tristes, como si ya supiera

queibaacaerantesdellegaraesacumbre.Cadasemanavisitabaamibrujoensuhabitaciónescondidaenelfondodel

callejón.Sehabíaconvertidoenunhábito.Mesentabafrenteaél,leexplicabaloquequeríaobtenerdemisclientes,yPapaSanoucomenzabasuritual,primerolalectura de los cauris, luego el hechizo. Utilizaba los artículos personales quepodía obtener: una foto, un número de teléfono, el nombre de la madre. Lonecesitabaparaunirsemejorasuvíctima.Cuantomás tiempopasaba,másmeconvencíadequesumagianegraeranecesariaparaminegocio.

Alprincipio,lascosasquemepedíaquehicieraeranmenores.Porejemplo,durantevariosdías tuvequeusar ropademendigo, tuvequeacostumbrarmeaeste tipodepráctica.Fuehumillante,perosabíaporqué lohacía,memantuveconcentradoeneldineroquellegaríaporWesternUnionynomearrepentídemidecisión.

Sinembargo,PapaSanounoeraunbrujocualquiera,Kouassimelohabíaadvertido. Tenía mucho poder y, como era de esperar, sus peticiones se

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volvieroncadavezmásexigentesydifícilesdecumplir.—Tublancohará todoloque lepidas…Tufortunacrecerá…Perodebes

hacerloquetepido…Undía,mepidió que rasurara las partes íntimas demi hermanay que le

trajera el vello púbico para sus rituales.Lohice.Unanoche,mientrasFabioladormíaennuestrahabitación,meacerquéa sucamaconunahojadeafeitaryjabón. La afeité.Me hice con todo su vello púbico. Al día siguiente, cuandodescubriómifechoría,locomprendióenelacto.

—¡Lárgate de aquí! —gritó, persiguiéndome por el patio—. Voy adestrozarte,voyaenviartealcometaTchori,¡malnacido!

Duranteunasemananopuseunpieencasa.Peroteníaloquequería:ledimibotínaPapaSanou.

Enotraocasión,tuvequemantenerunarelaciónsexualantinatural.Conunaretrasadamental,porqueestaschicasnosoloestánlocas,sinoquelosespíritushabitanenellasyalhacerleselamor,elbrujodijoqueatraeríaelespírituhaciamí.Poresohaytantaslocasquequedanembarazadasquenuncasabenquiéneselpadredelniño.Tambiéncometíesepecado.

Perotodoesonoeranada.No, no era nada al lado de lo que ordenó a continuación. Fue entonces

cuandoentendídóndemehabíametido.Nopuedoolvidaresemomento.—Mmmhh…—murmuróPapaSanou.Viquesedemorabamásqueantes.Susojossecerraronbajosugorra,sus

dedosagarradosalamuñeca,ysacudiósucabeza,comounratónasustado.—Hay…Hayalgo…Sí,algoqueimpidelabúsquedadetufortuna…Lo miré, poseído por los espíritus que había invocado. Empecé a

preocuparme.Micorazóncomenzóasaltarsobremipecho.Habíaunproblema.—Tendrás que ir más lejos, amigo… De lo contrario la gloria te

abandonará…Sí,esoesloquesucederásinelapoyodetugenio…Luegotemblóincontrolablemente,comosiunrayohubieracaídosobreél.—Hmmmm…De repente, todo se detuvo. su cabeza cayó hacia adelante, su cuerpo se

relajó.Abriólosojos.—Amigo,hevistoeléxitodetuempresa.Perounavezmás,hacefaltaun

sacrificio.Eselprecioquetienesquepagar.—¿Unpollo?Sacudiólacabeza.Unpollonoerasuficiente.—Unniño.

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***Diosmío,mataraunniño.Esloquemepidió.

LasúltimaspalabrasdePapaSanoumedabanvueltasporlacabezadurantetodo el día. Me había imaginado mil cosas: ofrecerle mi sueño, como habíahecho Kouassi, soportar las humillaciones más vergonzosas del mundo. Perosacrificar a un niño, cometer un asesinato y traerle la sangre a mi brujo, erademasiado, no podía hacerlo. Era ir demasiado lejos. La idea maléfica meperseguía,agarradaamigarganta,comosinoquisieradejarmesolopormuchoquetrataraderepelerla.Denochesoñéconeso.

Seguítrabajando,ytratédenopensarenlaúltimasesiónconPapaSanou.Allíteníaamisblancos,conectadosdesdeelotroladodelmundo.Unasemanaantes,elcriadordevacashabíaenviado1.900euros,lasumadelsupuestobilletede avión que Amandine iba a coger para reunirse con él. Pronto tendría queinventarmealgunaexcusa,perderelaviónotenerproblemasparaembarcar,quése yo. O que hiciera una escala en Marruecos y allí tuviera un encuentrodesafortunadoconárabes,delcualsolamentepodríasalirsisunoviofrancéslemandabadinero.Loteníaenmismanos,estabarendidamenteenamoradodeella,yestabasegurodequenadaseinterpondríaentreeldineroyyo.

Peromeequivocaba.Denoche seguígastandodineroconMonique, enunode los restaurantes

parablancos.Todosmemiraban.Otrosqueseganabanlavidacomoyosabíanminombre,mesaludabanconungesto,nosreconocíamos todosentre losmásricosde laciudad.Gasté todo loquehabíareunido lasemanaanterior,yhastapedíquemetrajeranchampán.

—¡Oye,Armand,quesitiomáschic!InclusoMonique, mantenida por su hombre blanco, estaba impresionada

por tanta riqueza.Enningúnmomento sediocuentade losproblemasquemeacuciaban,esasimágenesdemuertequedesfilabanapesarmíopormicerebro.No,medije,nomatarásanadie,yanonecesitasloshechizosdetubrujo.Melorepetí toda la noche, y gasté mi fortuna como si quisiera evitar que me larobaran.

Sinembargo,eldestinonoperdonaanadieycuandoelDiablotepersigue,estásjodido.Aldíasiguiente,loentendí.

EnMSN, se encendió la luz que anunciaba la llegada demi cliente. Noperdíeltiempo:

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Amandine86:Cariño,estásaquíporfin.Teestabaesperando.Teníaenmenteloqueteníaquepreguntarle,todoestabalisto.Peroloqueélmedijofuetotalmenteinesperado.

Michel:¡Amor,lohiciste!Amandine86:¿Qué?Michel:Elviaje.Hasvenido.Amandine86:??Michel:Tevi.Ayerenelmercado,¡erastú,contusvestidos!Nome

atrevíahablarcontigo.Deberíashabermepedidoque fueraa recogertealaeropuerto.

Norespondí.Mequedéconlavistaclavadaenmipantallatratandodeentenderloquedecía.

—¡Driss!—Llamé—.¿Puedesveniraquíunminuto?—Espera,tíoestoyocupado.—¡Ven,porfavor!Girósucabezahaciamí,conelcascoen lasorejas.Estabanegociandoel

pagodeunodesusblancos.Hablóconélduranteunosinstantes,luegosesentóamilado.

—¿Quépasa?¿Haylío?—Unpoco.Mira.Leyó los intercambios, frunció el ceño, mientras sus ojos recorrían las

líneasdemiconversación.Lasreleyóvariasveces.—Papapapa…¡tuchicoestáloco!—Sí,parecequeestáconfundido.—¡Esoestodo!¡Creequesuchicahaidoaverlo!Nosmiramoselunoalotro.YDrissserio.—Tútambién,Armand…¡siempreconelamor!Sí,eragracioso,hastayomereí.—Noséquéresponderle.—Claro,tío,estácompletamenteperdido.Tedespedirásdeél,¿verdad?—No,esmimejorcliente.Noquieroarruinarminegocio.—Entoncesdilequeestáequivocado,quesehaconfundidoconotra.

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Drissteníarazón,esloquedeberíahaberhecho.Perotuveotraidea.Toméeltecladoy:

Amandine86:Sí,erayo.Michel:Estoytanfelizdequeestéscercademí.Amandine86:Peronecesitotiempo,amor.Michel:¿Qué?Amandine86:Loshombresmehanlastimadomucho.Nosésipuedo

confiarenti.Prefieroqueesperemoshastaqueseamásdiscreto.Michel:Peromiamor…Amandine86:Ytuesposatodavíaestáallí.¿No?Amandine86:Simeamasconunamoreternocomoyo,esperarásun

tiempo. Pronto seré tu amada esposa para estar a tu lado y amartesinceramenteparacuidartehastaelfinaldenuestrosdías.

Porelmomento,penséqueeraunabuenaidea.Unaformadecontinuarconél.Nopodíaadivinarqueconestaspalabras,fingiendoqueAmandinevivíaallí,ensupaís,cometíungranerror.

Nomedi cuentadequehabíaperdido amiblanco esedía.Losdías quesiguieron,fuetodolocontrario:estabamásenamoradoquenunca.Decíaqueeratanhermosaenrealidadcomoenlasfotos,quelahabíaimaginadomásaltaperoquelaamabamucho.Nuncamáscuestionósuexistenciaahoraquepodíaverla.Penséqueeraunasuerte,queloteníapilladoparasiempre.Charlamosmucho,avecesMichel decíaquequeríavenir a vermeami apartamento. Insistí enquenecesitabatiempo,quenoeraposibleporelmomento,queeraunamujertímiday respetable. En este momento funcionaba, creía tanto en mí porque estabaenamoradoyyonodejabadededicarledulcespalabrasparamantenersuamor.

Adiós, Papa Sanou, me dije sonriendo frente a mi pantalla. Tú y tuspeticionesbárbaras.

Peroprontocomencéahablardedineronuevamente.Inventéunahistoria,unapersonaquehabíaaceptadoprestarmeunasumadedineroamillegadaallí,pero que tenía quedevolvérselo sin dilación.Y entoncesmedi cuenta de quetodohabíacambiado.

Amandine86:¿PodríashacerlatransferenciaPaypal?Escarovivirentupaísyayer,lapersonaquetedigomevolvióapedirsudinero.

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Michel:Jeje…Amandine86:??Para,noteburlesdemí,meestáslastimando.¿Dónde

estáeseamoreternoquemeprometiste?Teheofrecidomicorazón,pero¿realmentelomereces?

Michel:Cálmatecariño.Michel:Miradebajodetupuerta.Pusealgoenunsobre.

Conmismanosdetrásdemicabeza,mehundíenmisillademadera,suspirando.Releí:enunsobre.Cierto,cierto,allíestaba,lehabíadadomidineroaesachica,laqueélhabíavistoallí.Tengounproblema,pensé.Tengoungranproblema.Todavíamequería,inclusomásqueantes,podíapedirletodoloquequería.Perono iba a recibir ni un centavomás.Miré a mi alrededor, mientras los demásperseguíansusnegociossincomplicacionesyaúnmeconsiderabanunode losmejoresestafadoresdelaciudad.Entonces,sinhacerruido,meeclipséparanotenerqueresponderalaspreguntasdemisamigos.

Los días que siguieron, lo intenté de nuevo. Le dije a mi blanco quenecesitabadineroen línea,busquéexcusas. Insistí, teníaquepagarmisdeudassin importar el qué, necesitaba una suma muy grande. Fingí enojarme. Perosiempremehablabadesobres,deregalos,quedejabadebajodelapuertadelachica.Penséenellaaveces,penséqueeraafortunada,conesemontóndedineroquelecaíadelcielosinhacernada,graciasamí.Nollegómásdinero.Durantevarias semanas, casi nome llegó nada, apenas un poco demis otros blancos.Seguítrabajando,mantuvemirelaciónconelcliente,perosoloestabaperdiendoeltiempo,yanoservíadenada.Lasuertemehabíadadolaespalda,loentendí.Estabatodoperdido.Pocoapoco,misahorrosfuerondisminuyendo,yconellosel éxito y mi esperanza de alcanzar la cumbre. Conté las noches que podríapermitirme en el hotel, pronto tendría que volver a casa del anciano con mihermana, que volvería a insultarme de nuevo. Quizás tendría que meterme amecánico,conDésiré.Sí,seacercabaelfinal,losentí.

Pronto no podría invitar a Monique a los elegantes restaurantes quesolíamosfrecuentar.

NopodíaaceptarquefueraaperderaMonique.

***Habíaunarazónparamidesgracia,ylosabía.Habíaperdidomiembrujo,esoestodo.

Me había negado a hacer lo que mi hechicero había ordenado y ahora

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recogía los frutosdemi impertinencia.Penséquepodríadarle laespalda,peroestaba equivocado. Todos mis éxitos eran gracias a él, y no debía olvidarlo.Quise ponerme en manos de un poderoso brujo, había obtenido un éxitogigantescograciasaélysusfamososhechizos.Yahoraestabapagandoelpreciodedespreciarlo.

Kouassimehabíaadvertido.Asíque,amedidaquepasabanlassemanasymehundíavertiginosamente,

dejando atrás elmundoquehabía conocidodurantevariosmeses, el sacrificiovolvióaatormentarmimente.Mataraunniño,estaspalabrashanempezadoaobsesionarmedespuésdelaúltimasesiónenPapaSanou.Porlanoche,mientrasdormía, veía imágenes de niños muertos, me despertaba sobresaltado en micolchónymequedésentadolargoratoenlaoscuridad.

No,nopuedeshacereso,Diostecastigará,medecía.Esunactomalvadoquenuncaseráperdonado.PenséenMoussaquien,silohubierasabido,habríarazonado conmigo. Pero poco a poco, me di cuenta de que, a pesar de mí,comencéareflexionarseriamentesobreelasunto,aunquefueraaterrador.Sí,lopensaba, imaginaba cómo hacerlo, incluso. Será muy rápido, me dije, y asírecuperarástusuerte,volveráparasiempredespuésdeesesacrificio.Entonces,Moniqueserátuya,laliberarásdesublanco,quelamantieneconsufortuna.

Mientrasmástiempopasaba,másempeorabamisituaciónfinanciera,ymáspensabaqueeranecesario.Quenoteníaelección.Unviernesporlanocheenelmaquis,estabaocupadoconloquesesuponíaqueeramiúltimogolpe,pasandounaúltimavezfrentealpúblico,gastandomiúltimoCFA:fueentoncescuandotomélaterribledecisión.

Loibaahacer.

***CuandosalídelamesadeDynamique,teníaunapelotagrandeenelestómago.Moussaselevantó.

—Armand,¿adóndevas?—Tengoqueiraveramihermana.—¿Quépasa?Yasabes,teconozco,puedoverquetienesproblemas.—Nopasanada,eselviejo,tienemiedo.Tengoqueayudarlo,esoestodo.—Amigomío,cuídate.¡Estamosjuntosenesto!Lotranquilicé,peroporsucaraviquenoestabaconvencido.Sedetuvopor

unmomentodepiejuntoalosotrosquebebíansuCastel,sentísusojosclavadosenmi espaldamientras caminabahaciamimoto.Sabía que estaba a puntode

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haceralgo.Algomoralmentereprensible.Conduje a través del tráfico, entre bocinazos y bicicletas, con el viento

calienteen lacaray lasnubesgrisesy lluviosassobre lacabeza.Seavecinabaunatormenta,sepalpabalahumedadenelaireyelvientobarríalasaceras.Lasuciedad en los callejones era pegajosa. A lo largo de la carretera, losrestauranteshabíaninstaladonuevaslonasparaevitarquelalluviamojaraasusclientes.Elvendedordelperiódicoempezabaaguardarlasrevistasquecolgabanconpinzasdetendercables.Yoavanzabayapenasmirabaamialrededor.Teníalagarganta seca,micorazónestabacompletamentehundido,mepreguntaba sirealmenteloharía.

Pasépor elbanco, la lavadoramásgrandede la ciudad:unpequeño lagodonde los chicos y las chicas lavaban la ropa de otros sobre neumáticos paraganar sus CFA. Los llaman fanicos, y todos los días caminan más de unkilómetropara venir con sus bolsas llenas de telas.Me imaginéhaciendo estetrabajodemendigoylaideameaterrorizó.Talvezesoeraloquemeesperabasilasuertenovolvía.

Traguésalivaycontinuémiviaje.Sabía adónde ir. Entre dos barrios había una plantación de plátanos. A

menudopasabapor allí cuando iba a la universidad.Estacionémimotocicletacontraunaparedblancaypisélaszanjasdondecorríaelaguagris,caminéporelsendero que se deslizaba entre los troncos. Estaba un poco más abajo de lacarretera, conel follaje alrededorno seveía loquepasaba a rasde suelo.Medetuveenmitaddelcamino,sí,allísería.Bueno,eraloquebuscaba.

Me deslicé acuclillado entre los plátanos. Y allí, esperé. Esperé muchotiempo, en cuclillas en el suelo con los racimos de plátanos colgando a mialrededor y la frescura que las plantas desprendían. En lasmanos sosteníamiarma.Elobjetoquehubierapreferidonotocarnunca.Erauncuchillodecocinaconunmangogastado,esoestodoloquehabíaencontrado.

Micorazónlatíatanrápidoquetemíaqueexplotara.PenséenMonique,ensucuerpoblancodebajodelmíoensuhermosacasablanca.Habíaganadotantodinero:nopodíadetenerme.Diosmío,nopodíaimaginarlo.

Por lamañana, le expliqué ami blanco que la persona a quien tenía quedevolvereldineromehabíaamenazado,sino ledevolvíade inmediato loquemehabíaprestado.Ledijequeteníamiedodetenergravesproblemas.Peroquenomeloenviaraporsobre,lehabíainsistido.TeníaqueserunatransferenciadePaypal.

Lalluviacomenzóacaersobrelashojasdeplátano.Ypronto, llegaron,amiderecha.Losoí reírmientras ibanporel camino

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húmedo.Habíadiez,diezniñosqueregresabandelaescuelaconsuscamisetasverdesysusmochilasa laespalda.Sabíaquepasabanporaquí,eraelcaminomáscortohastasubarrio.Eranruidosos,comopasaconlospequeños.

Escuchésusbromas,susjuegos,losinsultosqueseintercambiaban,erasujuegofavorito.Nomeveíandetrásdelosplatanerosy,conlalluviaibanconlacabeza baja. Pasaron junto amí y esperé un pocomás, había demasiados. Elgrupoabandonóelcampoyascendióporlapendientefangosahacialasparedesdehormigón.Otrostressehabíanido.

Yfinalmentellegó.Eraelqueestabaesperando:elúltimodelapandilla,aisladodelosdemás.

Caminabasolo,conlamochiladelado,queconstantementeserecolocabasobreelhombro.Llevabaunacamisetadesteñidaconagujeros, las sandaliasestabangastadas.Hablabasolo,secontabahistoriasyseechabaareírsinprestarmuchaatenciónalatormentaqueloempapaba.Seacercabalentamenteamiescondite.

Ahora,pensé, tienesquehacerloahora.Sentíunacorrienteheladaenmisbrazos,comositodomicuerpomedijeraquenodebíamoverme.Melimpiélacaradondegoteabaelagua,cerrélosojosunmomento.Cuandolosabrí,estabajustoenfrente,aunospocospasosdedistancia.

Diosmío,comounregaloofrecidoaldiablo.Emergídelostroncosymearrojésobreelniño.Derepente,estabadetrás

deél,sinquesedieracuentaaúndemipresencia.Puselamanosobresuboca,loapretécontramí.Loarrastréfueradelcamino.Presadelpánico,tratódeluchar,moviendo lospiesen todasdireccionesyarañandoel suelo.Pero lo teníabienagarrado.

Lo llevé a mi escondrijo. Estaba en mis brazos, sentí su cráneo mojadocontramipecho.Semovía,semovíaypensé:para,para.Delbolsillotraserodemis tejanos saqué el cuchillo. Estreché los ojos, le puse la cuchilla al cuello.Venga, hazlo.Adelante, hazlo,me dije.No tienes otra opción. Peromimanoestabaatrapadafrenteasugarganta.Nopodíahacerlo.Elniño,esacriaturaquenoconocía,alverelmetal,sepusoaúnmásfrenético,tratandodezafarsedemí.Girólacabezaysusojosseencontraronconlosmíos.Eranenormes,abultados,llenosdepánico.Porqueteníamiedoalamuerte.Inspiréprofundamenteymisdedosseapretaronalrededordesucuello.Lahojarozósupiel,salióunpocodesangre.

Derepente,sentíunagudodolorenlamano.Elniñomehabíamordido.Losoltéuninstanteysezafó.Volvíaalcanzarloaunmetrodedistancia.Peroestavezgritabadeverdad.Chillaba,chillaba,nuncaimaginéqueesevolumenpodríasalir de un cuerpo tan pequeño. Le agarré la cabeza y le tapé la boca con la

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mano,perolasostuveconmenosfuerza,conelaguadelluviameresbalaba.Semehabíacaídoelcuchillo,arrastréalniñoparaintentaralcanzarlo.Erahoradenuevo,aúnpodíahacerlo.Lalluviainundómiescondite,corríaporlashojasysehundíaenlatierra.

—¡Eh!¿Quépasaaquí?La voz salió de la lluvia como un demonio de su caja yme congelómi

corazón.Mipulsoestabaadosmilporhora,girélacabezabloqueandolavisiónde mi víctima. Era un hombre, un adulto. Había oído los gritos del niño. Elchaval estaba inquieto,yo sostenía el cuchillomientras el tipocaminabahacianosotros.

—¿Quéestáshaciendo?Teníalaropaempapada,lospantalonesvaquerosllenosdebarroacausade

lapelea,ymirélacaraaterrorizadaqueteníaatrapadaenmisbrazos.Señor,heaquí el niño que estaba a punto de asesinar para satisfacer a PapaSanou.Lasimágenesvolvieronparaasaltarme,aúnmásviolentamente.Enmicabeza todoibatanrápidoquenosabíaquéhacer.

—¡Koutoubou!—volvílacabeza.Había esperado demasiado: el tipo estaba allí, justo enfrente de nosotros.

Era alto, llevaba pantalones cortos y camisa, estaba chorreando a causa de latormenta.Nosmirabaamíyalpequeño,con lamanoalzadacomosiquisieraquecometieraalgoirreparable.Misojossaltabandelhombrealniño,delniñoalcuchilloenmipuño.Teníaquehaceralgo,pero¿qué?

Solomequedabalahuida.Dejé ir a mi presa, el niño salió disparado gritando, y yo eché a correr

mientraselhombreempezóaperseguirme.Corríentrelosplátanos,conlospiesresbalandoenelbarro.Lashojasme

azotaban la cara, haces de agua se estrellaban contra el suelo. Abandoné elcampoenmediode la tormentaque inundóelbarrio, salté sobre la zanjay labasura.Detrásdemí,elhombreibagritando.Alquerersaltarlazanja,resbaló.

—¡Asesino,atrapenalasesino!Estabaenelsueloperohubogentequelooyó.Lagentesediovuelta,me

miró.Esquivéaunodeellos,perootrostresmepersiguieron.Seunieroncontramí.

—¡Eh,tú!¡Tevasaenterar!Mientras huía, oí al pequeño llorando abajo. En la cima de la pendiente,

frente a mí, vi mi moto aparcada frente a la pared blanca. Corría como uncaballo, pero tenía cuatrohombresdetrás demíymuchosotrosgritando amialrededor.Sabíaquesimeatrapaban,estabamuerto,porquemeibanaapedrear.

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Saltésobremimáquinaylaarranqué.Laruedasedeslizóenelbarro,casimecaíhaciaunlado,peroenderecéelvolante.Untipollegóhastamí,ycasimeagarra. Aceleré con la moto y maniobré lo mejor que pude para evitar lospedruscosdelsuelo.Tanprontocomolleguéalacarretera,despeguécomosinomeimportaralamuerte.

***—Veacambiarte.Estássucio.¡Parecessalidodeunaalcantarilla!

Es loquemedijoFabiolacuandolleguéacasa.Enelbaño,meeché trescubosdeaguasobreelcuerpoparaquitarelbarro.Paséel restodeldíaenmihabitación, tumbado en el colchón mojado. Mi teléfono sonó varias veces,Moussatratabadellamarme,peronorespondí.

En mi cabeza reviví la escena, el pequeño que casi había matado, loshombrespersiguiéndome.Mehabíazafadodeellos,peroahorahabíanvistomirostro,yestaba segurodequemeencontraríandenuevo.Lopresentía.Estabadisgustado,sí,estabadisgustado.Ytambiénasustado.¿Porquélohabíahecho?¿Cómohabíallegadohastaallí?AlmismotiempopensabaenPapaSanou.Ayer,convencidodehaber tomadoestadecisióninhumana, ledijequeibaahacerlo,que le traería la sangre del niño para sumagia.Y ahora solo tenía lasmanosvacías,nopodíadarleloquemehabíapedido.Nofuiaverlotalycomolehabíaprometido.Meescondídeél,comodelosdemás.

Ibaaperdermifortuna,esloqueelbrujohabíapredichomientrasleíalasconchas. Y así fue. Iba a perder todo lo que había ganado. Mi fortuna, mireputación.yespecialmenteaMonique.

***Al día siguiente volví al cibercafé. Moussa vino a hablar conmigo, estabapreocupadopormí,peronoledijenada.Guardélosucedidoparamí,carguéconelpesoyosolo.ToméasientoenlapartedelfondoeiniciésesióndeMSN.Miblancono estaba allí, ni una sola luzverde.Ya está, pensé.Es el final, yanofuncionará. Todos llegaban a entender que su amor no existía, así que yo lespresionabapara sacarleshastaelúltimocentavoantesdeesemomento.Ahorano podía pedirlemás.Tenía que empezar desde cero, encontrar otros clientes.Pero¿lograríaencontrarlos,despuésdenodarleamihechiceroelsacrificioquemehabíapedido?

Sin embargo, mientras suspiraba en mi silla, un nombre apareció en lapantalla.

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Michelacababadeconectarse.Michel,quecreíamásquenuncaenelamor,ahoraqueellahabíahechoel

granviaje.

Michel:¿Estásahí,cariño?Amandine86:Sí.Michel:¿Quéestáshaciendo?

Yano creía enmi fortuna.Sabíaquenomemandaríaningúndinero.Así quecomonoteníanadaqueperder,preguntédeinmediato.

Amandine86:Nadaespecial,estoycosiendo.¿Hiciste la transferenciaquetepedí?

Michel:No.Amandine86:Nosabescumplirtupalabra.Amandine86:Soloqueríahacertefelizconstruirunhogarbasadoenla

complicidadyelrespetomutuo.Amandine86:Peroarruinastetodo.Michel:Cálmatemiamor.Esciertoquenohicelatransferencia.Amandine86:Yaves.¿Quieresherirme,esoestodoloquequieres?Michel:Perohicealgoporti.Amandine86:???Michel:Algoqueresolverátusproblemasdedinero.

Tardabaensoltarlo,meestabasacandodequicio.

Amandine86:¿Dequéestáshablando?¡Noentiendonada!Michel:Lamujeralaqueledebesdinero.Mehasestadohablandode

elladurantemuchotiempo.Dijistequetehabíaamenazado.Amandine86:Sí,todavíanoheliquidadomideuda,yestoyenpeligro.

Contabacontigo.Michel:Lovi.Laotranochecuandoestabasconellaen lacalle.Yo

estabaallí.Tevipeleandoconella,tirándolelosbilletesalacara.Amandine86:¿Qué?

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Transcurrióuninstante,comosivacilaraantesdeescribiralgo.Finalmentedijo:

Michel:Yluegoresolvíelproblema.Yanotecausarámásproblemas.Amandine86:¿Cómo?Michel: No quiero contarte más pero te prometo que no volverás a

verla.Volvíaleerlo,frunciendoelceño.Eltipoteníaunproblemareal,estabatanlocoqueeracapazdehacercualquierlocura.Tratédeentender.Mepreguntésihabíaheridoaalguien,esoesloquesumensajeimplicaba.¿Habíamatadoaunamujercreyendoqueledebíadinero?Parecíaincreíble,peroeraposible.

Los blancos cuando están enamorados son capaces de todo, lo sé porexperiencia.Entregansudinero, sedanalespectáculo,nosecontienenporquelesfaltamuchoamor.DecíanqueelañopasadounodelosblancosdeKouassisehabía suicidadodespuésdecomprenderque lamujerqueamabanoexistía.Hablaron de ello en la televisión, dijeron que las estafas por internet eran unpeligroparalaimagendenuestropaís,queeraculpanuestraqueloseuropeossearruinaranyavecesmurieran.Tratabandehacernossentirculpables.

Pero de lo que estaba seguro era de que tenían suficiente dinero.No losobligamosadarlo,sololopedimos,¿no?Bueno,nomegustabaimaginarquemiblancohubieramatado a alguien.Mepreguntaba si tenía algoquever conmiaventuracriminaldeldíaanterior,conlaescenaquenopodíadejarderevivirenmi cabeza. Si cuando yo había fracasado en el sacrificio del niño entre losplátanos,élestaríacometiendouncrimenauténticoenelotro ladodelmundo.Perosifueraelcaso,nomesentíaculpable.

Eraélquienhabíatomadoesadecisión.Quien buscó a esamujer. Solo había satisfecho sus necesidades. En este

momento,loúnicoqueentendífuequeunavezmás,noibaarecibirmidinero.Tuvequeaceptarloshechos:minegociosehabíaidoalamierda.

***

Diosnohacenadaalazar.Cuandocomienzasaganar,todoterminahundidoalmismo tiempo. Y nunca sospeché la cantidad de problemas que se iban aacumularenlassiguientessemanas.

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Seguí hablando con Michel. Dijo que esperaba el momento en queAmandineaceptarahablarconél, romperelsilencioque losseparaba.Lepedíquetuvierapaciencia,ganéeltiempoquepudeinventandonuevasexcusas,queaceptó de mala gana. No sabía por qué, decidí mantener la relación entreAmandineyelblanco,queestabamásenamoradoquenunca.

Talvezfueporcuriosidad,porqueeratandiferentedelosdemás.Otalvezfuesoloporqueno teníaotrocliente.Porqueahora,sin lamagiadelhechiceroconmigo, todosmis intentos por cazar nuevos blancos resultaron infructuosos.Misactividadesyanofuncionaban,apesardequeseguíacolgadodelapantallade mi ordenador, esperando que volviera mi suerte Mi grupo de amigos noestabaal tantodel remolinomortal enelquemehundía.Frenteaellos, fingíaseguirprosperandoparanoarruinarmireputaciónymiapodo.ParapermitirqueGeneralCFAsiguieravivoantesusojos.

Pero la verdad es que me engañaba a mí mismo. Estaba en la miseria:totalmentearruinado.

Cuando iba a ver a Monique en su lujosa casa, le soltaba una sarta dementirasparaevitartenerqueinvitarlaaunrestauranteogastardinero,paraqueno se diera cuenta de lo queme había convertido.Lamiraba, la veía siempremás hermosa y lista, y aunquemi fortuname había abandonado, el amor quesentíaporellaseguíacreciendo.Noimaginabaperderlo.

Ysinembargo,asísedibujabamifuturo.¿Quémásteníaqueofrecerlequenotuvieragraciasasublanco?¿Querríavivirenlapobrezaconmigodespuésdeloquehabíaconocido,dellujoydelasnochesenlashabitacionesdehotelparadiplomáticosadinerados?

Claro,sediocuentadequelascosashabíancambiado.Sentíquesealejabademíyyoseguíalocoporella.Perohabíaalgomás,algoquelepreocupabayquesenegóaexplicarme.Teníaqueverconelblanco,loadivinaba,peroenesemomentonosabíaquéera.

Vivíaasustado,desdeesemomento.Sí,teníamiedodesdequecasiasesinéa un niño.De noche soñaba con él una y otra vez como en un bucle hasta elinfinito.Duranteeldía,estabaenguardia,temíaelregresodemisperseguidores.Encadaesquinadelacalle,melosimaginababuscándome.Unavez,volvíaveraPapaSanou.Ensugabinetedemorabito,mesentéylecontélaverdad.Sí,leconfesé que había fallado, le pregunté si podía hacer otro sacrificio paraencontrarmifortunadenuevo,paraquelasuertepudierasonreírdenuevo.

No olvidaré la mueca que hizo ese día. Cerró los ojos, torció la boca,sacudiólacabezabajolagorraydijo:

—Papapapa…Veounenormeproblema…

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***

—¡Quenadiesemueva!¡Notoquéisnada!

Solofaltabanellos.Lapolicíallegóunamañana,cuandollevábamosochoañostrabajandoenelcibercafétranquilamente.Habíacompañeroshablandoconsusclientes,conlosauricularespuestos,losqueestabantecleandosusteléfonos,y los que escribían, como yo, cerca de la puerta de la entrada. No nos loesperábamos, hasta ahora la policía nos había dejado tranquilos, muchosestafadoreslesdabanpartedesusingresosparaquelosdejaranenpaz.

Derepente,cuatrohombresdeuniformeentraronagritosenlasala,consuspolos de la policía científica encima de sus camisas blancas. Todos llevabaninsigniasdeplásticoalrededordelcuello.

—¡Levantalasmanos!Los compañeros cerraban las ventanas de los chat deMSN a toda prisa,

otros intentaban apagar los ordenadores de golpe. Pero la policía sabía cómoimpedirlo,seabalanzabanhacialaspantallasparaleerelcontenidodenuestrascharlas. Cuando los vi por primera vez, mi primera idea fue huir.Miré a miderecha, habíaunapuertaque se abría al ladodel escritoriodeKouassi yquedabaalexterior.Entonces,derepente,saltédemisillaquecayóhaciaatrás,ycorríhaciaelpequeñopasilloqueresbalabasobrelosazulejos.

Fueunahuidaefímera,porquelapolicíatambiénnosesperabaenlacalle,unodeellosmeinterceptódeinmediatoymetiróalsuelo.Agarróelcuellodemicamisetapordetrásylasostuvoenelpuñoparaevitarquesalieracorriendo.Esloquehacíancuandonoteníansuficientesesposas.

—Asíquequeríaslargarte,¿verdad?Miré ami alrededor: estaban sacando a todos. También estaba Sylvestre,

sentadoenlaacera.Detrásdesugran4x4conlaspuertasabiertas,todoelbarrioseacercabaparaverlaescena.Algunoslesgritabanalapolicía,ynosdefendíanporque también disfrutaban de parte de la fortuna de los estafadores. Pero lapolicíaestabatranquila,graciasalanuevaleyteníanmáspoderparadetenernos.Nosamontonaronatodosenlapartetraseradelcoche.Heperdidomisuerte,merepetí durante todo el camino. Volví a ver el rostro de mi hechiceroanunciándomelallegadadeproblemas.Hablabadeesto,medije.Acabarásenlacárcelcontusamigosestafadores.Sí,estanochedormirásenunacelda.

PerograciasaDios,esonofueloquesucedió.En la comisaría de policía, la policía nos colocó en diferentes salas de

interrogatorio.Eran oficinas nuevas, con nuevos ordenadores en lasmesas.El

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fríodelaireacondicionadomehizoestremecer.Mepreguntaronacercademisactividades. «¿Sabes que las víctimas de tus estafas terminan destrozados?¿Creesquesemerecenloqueleshaces?»

Bajélacabeza,perfilbajo,esoesloquehabíaaprendido.—Sí,asíes—dije.Penséquetodohabíaterminadoparamí.Entró un hombre bien vestido, de traje. Tenía una gran panza bajo la

camisa.Sesentóymemiróduranteunbuenratoantesdemostrarmemiteléfonomóvil,quesuscolegashabíanconfiscadoenelcibercafé.

—Bueno,vamosallamarloahora.Michel,essunombre,¿eh?Loponeenlapantalla,¿no?

Asentíobedientemente.Mirólapantalladelteléfono,buscóeneldirectorio.Yensufijo,marcóel

número de mi blanco. Varios tonos de llamada sonaron en el altavoz.Finalmente,reconocílavozprofundaquevariasveceshabíaoídoenmiteléfono.

—¿Hola?—Hola,¿esustedMichelFarange?—Sí,soyyo.Elpolicíasepresentó.—SeñorFarange, ¿mantuvouna conversaciónpor internet conunamujer

llamadaAmandineMilanhacetreintaminutos?—Sí,pero…—SeñorFarange,leinformoquehasidovíctimadeunaestafa.Estamujer

no existe. Como le digo, se trataba de una estafa con el único propósito deextraerledinero.

Sehizoungransilencioalfinaldelalínea.—¿SeñorFarange?—Sigoaquí.Esunabroma,¿no?—No,enabsoluto.Selodigomuyenserio.—Nocreounapalabradeloquedice.UstedconoceaAmandine,¿esamigo

suyo?—No.Vuelvoadecírselo,pertenezcoalapolicíacientíficayesachicano

existe. Es una mentira, un caso fraudulento perpetrado por un estafador queoperaporinternet.

—Estoesunalocura.¿Quépasa?¿ConoceaAmandine?Reconocí a mi blanco. Siempre tan implicado. El policía negó con la

cabeza.

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—Señor, tengo la obligación legal de hacerle la pregunta: el hombreresponsabledelaestafaestáfrenteamí,¿quierepresentarunadenuncia?

—¿Cómo?Espere…¿unadenuncia?—Porsupuesto.Esteeselprocedimientolegal,señorFarange.—No.Noquieropresentarningunadenuncia.Ycolgó.El hombre de la barriga grande permaneció un largo momento inmóvil,

sentadoensusillónfrenteamí,conelteléfonomudoentrenosotros.Sepasólamano por la cabeza, suspirando, y luego dijo, mirándome con la mismaexpresióndemipadre:

—Tienessuerte,graciasaDios.Quetesirvadelección.

***Suerte,sí,dentrodemidesgraciatuvesuertedequemiblancoestuvieratanlocopor Amandine. En cualquier caso, lo cierto es que me salvó. Fue por amor.Sylvestrenohabíacorridoelmismodestino:lehabíaprometidoasuclienteunapartedeunagranherenciadelafamiliadelpresidenteenpersona.Aldescubrirla magnitud de la estafa, el cliente presentó una denuncia contra él desdeBélgica. No pude ver a Sylvestre, no se reunió conmigo en el exterior de lacomisaríadelapolicía.Siguedetenido,esperandoeljuicio.

Así queno fui a prisión.No fue lo que elSeñor había decididoparamí.Perolaredadadelapolicíaenelcibercaféhabíapuestofinamiactividad.Desdeesedíadejédehacerlo.Lasuerteyanoestabaconmigo,habíafracasado,todosmis blancos estaban sueltos. Casi había asesinado a un niño, casi me habíanlinchado en la plantación de plátanos, casi terminé en la cárcel, y eso fuesuficiente.Lameraideadebuscarnuevosclientesmeasustaba.Durantevariassemanas,noescribíniuncorreoelectrónico.

Habíadejadomihabitacióndehotelconsaladeestar.Mepasaba todoeldíaencasa,tumbadoenelcolchónoechadoenelsofáviendolatele,sinsaberquéhacerconmitiempodespuésdemesesclavadofrentealapantalla.Estabaacabado,no teníauncentavoenelbolsillo.Fabiolaseguíaenfadadapor lodelvello púbico, seguía metiéndose conmigo cuando ella y su amiga pasaban latarde peinándose en el jardín. Las escuchaba humillarme y cuando trataba dedefenderme,Fabiolamecortaba:

—¡VeteahablarconlaONU,va!¡Tchrrr!Enmisituación,teníaquecallarmeyaguantar.El deseo de ver a Monique me devoraba, soñaba con verla de nuevo,

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hacerle el amor en su villa de lujo, zambullirme en su piscina, invitarla a unahabitacióndehotel, redescubrir lavidaquehabíaconocidoconella.Pero todoeso había terminado. Volvía a ser un desgraciado, ni siquiera me atrevía allamarla, para que no supiera cuán bajo había caído. La imaginaba con otrostipos como yo, o con su blanco, que volvía para explotar a nuestro país yenriquecersecomolosblancossiemprehabíanhecho,mientrassunoviaafricanaloesperabaencasa.Pensarentodoestometorturaba.

Fuepeor cuandomedijeronque se había ido.Ni siquierame llamóparadecírmelo.

A veces, mi amigo Moussa venía a verme, íbamos al maquis a bebercervezaynoscontábamoslavida.Seguíaconlasestafas,peroapequeñaescala,justo lo que se necesitaba para tener una vida decente. Un día, mientrasesperábamoselplatodepescadosentadosenelsuelo,medijo:

—¿Teestásenterado?¿DelodeMonique?—No,¿qué?Cuéntame,notengonoticiasdeella.Parecíaavergonzado.—¿Qué?—Repetí,preocupado—.¿Levabien,no?—Bueno,dicenporaquíque…—¿Qué?—QuesehaidoavivirenParís.Esomerompióelcorazón.Nosupequédecir.Laspalabrasdemiamigosehabíanclavadoenmícomo

unpuñal.Moniquesehabíaido,dejabalaciudad,dejabaelpaíscomosiemprehabía soñado.Es el últimode tus problemas, pensé, has llegado al final de tuviaje.Querías jugar coneldiabloy loperdiste todo: éxito, riqueza, trabajo.Yahora,tugacela.

Todo era lógico, recogía lo que había sembrado. Al día siguiente, quisellamarla,paraentenderlo,peronisiquierapudehablarconella.YasehabíaidoaEuropa.Solosé loquedecían los rumores.Quesublanco lehabíapedidoquefueraavivirconélaFranciaporquesehabíadivorciadodesuesposa.Nosabíalosdetalles, o si era cierto.Me importabaunamierda, laverdad.Todo loquesabíaeraqueyanoestabaallí.

Quemiamorsehabíaido.

***Elviejofinalmentemeobligóa trabajar.Afuerzaderepetirmeunayotravezqueeldinerohabíaqueganarlohonestamente,ydemachacarmetodoslosdíasel

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mismoestribillo,meviobligadoadejardeholgazanear.EmpecéairconDésiréalgarajeymemetíamecánico.Todoslosdíasdobladosendos,conlasmanosmetidasenlosmotores,paraganarenunmeslapastaqueantesmellegabaenpocosdías.Paramífueunavergüenza.Eltrabajoquetantoodiaba.Igualquelosdemás,medijequeeraparasaliradelanteantesdeencontraralgomejor.Porquetodavíasoñabaconlasestafas,eltrabajoylasnochesregadasconcerveza.

Peronuncapenséquemisoluciónfueraunavezmásmiblanco.Parecíaimposible.Cuando Kouassi se puso en contacto conmigo, habían pasado varias

semanas desde que toqué un teclado.Estaba tumbado debajo del chasis de unautogrande,unoquenuncamepodríapermitir.Miteléfonovibróenlamaderadelamesa,Désirémelopasóparaquepudieraresponder.

—Hola,Armand—dijoeljefedelcíber—.Hanpasadodosdías,¿cómoloves?

—Bueno,tirando.—Oye,tengoquehablarcontigo.Hayuntíoquetebusca.—¿Untío?—Ha recorrido todos los cibercafés de la ciudad para encontrarte. Es un

blanco,altocomounamontaña.—¿Unblanco?¿Ymeconoce?—No. Dice que busca a alguien que se hace llamar Amandine. Ve con

cuidado,amigo,esetíonomegusta.Amandine,repetíelnombreenmicabeza.Inmediatamenteadivinéquiénera.Elblancoestabaallí,enlaciudad.Desde

lallamadadelpolicía,habíacomprendidolaverdad.Yahoraveníaabuscarme,paradarmeunapaliza.Paravengarsedeloquelehabíahecho.Queríavenganza,seguro.Nohabía terminado, el diablo seguíapersiguiéndome, era el preciodetodoloquehabíaganado.

Peroestabaequivocado.

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Michel

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Undíameencontrarán,sobreesonomehagodemasiadasilusiones.Unonodesapareceasícomoasí.Almenosnoalguiencomoyo.Sin embargo, traté de tener cuidado, de planearlo bien antes de irme.

AparquémicochedondeencontraroneldeÉvelyneDucat,cercadelossenderosquesubenalamontaña.Asílesconfundíaaúnmás.Debierondevolverselocos,porquehastadondeyosé todavíano lahanencontrado.Encuantoamí,quizácreenquemedevoróunanimaloquemehasecuestradounpsicópata,comoenlas series. Imbéciles. O puede que todavía me estén buscando, tratando deentender lo que hice en los últimos días, dóndeme vieron por última vez. YhaciéndolelasmismaspreguntasaAlice.

Alice,mierda,casimedapenaytodo.Cuandopiensoqueunasemanaatrástodavíaestabaallí,conellaenlagranja.

Mejordicho,ensugranja.Tambiénpenséenretirardineroenefectivo.Unagrancantidaddeefectivo,

eso era lo más importante. Hacía tiempo que sacaba pequeñas cantidades,regularmente. Por si tenía que irme con Amandine, en caso de que fueranecesario.

Luego pensé en el viaje. Para escapar del valle, no vi seme ocurrió otracosa: hacer autostop en el medio de la noche por la región. Me llevó uncamionero,unrumano,creo,nohablabafrancés.Fueungolpedesuerte:noiráalapolicíaahoraquedebíanhabercolgadomifotografíaentodoslosperiódicosdeldepartamento.Estavez,almenosaMichelFarangesí loconocenlosdelazona.

Después,elavión,losbilletespagadosenefectivoenunapequeñaagenciadeviajes,lomáslejosposibledecasa.Elavión,conunapizcadeÁfricadentro,ya. Un poco de lo que siempre había soñado cuando hablaba sobre eso conAlice.

Perode todasformasundíameencontrarán.Nodesaparecemosasícomoasí.

***Solomequedaesperar.

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Peroyanofaltamucho.Estoymástranquiloenelhoteldetodosmodos,porqueestaciudad,madre

mía,esunapesadilla.Motocicletas,cochesquetocanelclaxonportodaspartes,tipos que vienen a pedirte dinero en cada esquina porque eres blanco, es unhorror.Y el calor, también.Nome lo imaginaba así,más bien soñaba con lasabanayelelefante,aldeasdearbustosconmujeresllevandocubosdeaguaenlacabezaysushijosenlapartetrasera.Cosasdeturistas,esoesloqueAliceyyo creíamos que íbamos a ver, cuando planeábamos nuestro viaje a África.Bueno,sobre todoella,yono teníademasiadavoznivotocuandoempezabaahablar,ynopodíahacernadaparadetenerla.Aliceesasí,he tenidotiempodeconocerladurantetodosestosaños.

Ahora no me queda alternativa, tendré que acostumbrarme a este lugar.Aprender a salir demi habitación con aire acondicionado para enfrentarme almundo exterior. Tal vez encuentre uno más barato también, porque deboempezaraahorrar.Tampocoesquetuvieratanto.

***Nomearrepiento.Estavezno.

Losremordimientoshanterminado.Mepasé lavidaengañándomeacercade loquequería,dejándome influir

por hombres omujeres que sabíanmejor queyo lo que era buenoparamí.Ydespués,mearrepentía.

Mimayorerror fueestagranja.Sí,creerque ibaa teneréxito llevando laexplotacióndelpadredeAlice,reorientandolacrianzaamimanera.Surebañodeaubracs,el trabajodetodasuvida.MegustóelviejoBrugier,cuandoentrépor primera vez a trabajar en su granja para ayudarlo durante la época de lospartos,quedebidoasuciáticayanopodíaafrontarsolo.Eraunancianofornidoque me hablaba como un padre, con un poco de sabiduría y voz de granfumador. Durante los primeros días, en su forma de mostrarme todos losrinconesde lagranja,mirandoen todasdireccionescomosi fueransecretosdeEstado, entendí lo que buscaba. Quería encontrar a un hombre que llevara lagranjaysecasaraconsuhija:erasusueño.Asítodoloquehabíaconstruidonosevenderíaapedazos.Quedaríaen la familia.Medejéconvencer sindudarlo.Creíensuplanderecuperación.Penséquetodoibaasermío,elsueñodetodosloscampesinos.

Exceptoquenuncalofue.Solosobreelpapel.ElnombrequeseguíaenlamentedetodoseraBrugier.Eracomosiyono

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existiera.Soloestabaallícomoelyerno,comodicenporlacomarca.El padre Brugier, bajo su aspecto afable, nunca soltó las riendas, en

realidad.Siguiócontrolandotodo.Medecía,hellamadoaTrousselierparaquele compres heno, no has cortado suficiente este año; o no te olvides delinseminador, le dices que vienes demi parte; o acuérdate de limpiar bien lascunas,delocontrarioestásjodido.Eraasítodoslosdías.Penséqueseríamejorcuando se jubilara, y finalmente pudiera tomar las riendas de la explotación.Perono, inclusodesdeallí seguíapudriéndome lavida.Me llamabadoso tresvecesalasemana.HablabadelagranjaconAlicecuandoibaaverlolosfinesdesemana. Y ella, aunque se quejaba y decía que no lo soportaba, siempre metransmitíapuntualmentelasinquietudesdelviejo.

***Cuando pienso que me culpaba por no haber llevado a cabo los planes queteníamosparamejorarlagranja…¿Cómo,conelviejosiemprevigilándomeelcogote?

De hecho, en esa región que no eramía siempre he sido un extraño.Unparche.Noesquelagentenofueraamableconmigo.Megustabairacazarconellosenotoño,noloniego.Peroamenudomehacíansentirquenoeradeallí.ComosiaúnfueraunobreroenlagranjadelpadredeAlice.Esomepesaba,ennombredeDios,mepesaba.Porqueseloditodoaesagranja,mechupótodalaenergía.Yademás,contodaslastierrasqueelviejoBrugierahabíacomprado,sehabíaconvertidoenunaexplotacióndemasiadograndeparaunsolohombre.

Después de cinco años, ya me arrepentía de mi decisión. Me dediqué amantenerlaconvida,porasídecirlo.Yano tenía ideaspara renovarla. Inclusomepreguntabasisercriadorerarealmenteparamí.Sabíaquenofuielúnicoenhacermeestapregunta,en laasociacióndeJóvenesAgricultoresamenudo loshombres expresaban dudas parecidas, al menos los que tenían el valor deconfesarloydecirloenvozalta.

Exceptoqueyonosoycomoeltipoese,alqueAlicellamabaPopeye.Noteníaningunaintencióndeperdermeentrelasbestias.No,esono.Yobuscabaunasalida.

***

Simeoyerahablarasí,diríaquenoesverdad,quenomecree,peroenrealidad,hellegadoalaconclusióndequenuncaquiseaAlice.Loquemegustaba,enel

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fondo,loquemeapetecía,eralaideadevivirconellaenesamontaña,ellaconsu trabajo y yo con las vacas. Sí, esome tentó, parecía una vida lograda, unéxito.Penséqueíbamosatenerhijos,incluso.Perocuandolopiensoahora,medoy cuenta de que no teníamos nada en común, no podía funcionar. Yonecesitaba aire, respirar.YAlice sequedaba con todoel espacio,meahogabacon sus interminables discursos, su forma de tener una idea sobre todo. Dedirigirlotodo,comosupadre.Durantelasemanasepasabaeldíarecorriendolaregión, visitando a los que les había idomal, segura de que lo suyo era eso:entenderalaspersonas,ayudarlas.

Talvezayudóadosotrescampesinos,nodigoqueno.Perosuesposonoformabapartedeesegrupo.Ymuchomenoscuandoselioconesetipo.Elquevivíaenlameseta,con

susovejas,elquedecíanquelefaltabauntornillo,afuerzadevivirsolodurantemesesenloaltodelamontaña.Alicepensabaqueyonolosabía.Comositodoslos criadores no conocieran su Dacia y no la vieran ir y volver de la granjaBonnefilleconmásfrecuenciadeloquedebería.Parecíamentiracómocambióen unas pocas semanas. No me llevó mucho tiempo darme cuenta de lo quesucedía.

AsíquedejédesentirmeculpablepormirelaciónconAmandine.Ymástarde,cuandopenséenunlugarsegurodondeabandonarelcuerpo

deÉvelyneDucat,notuvequemirarmuylejos.Ascendíalamesetaenmediodela noche de invierno, conmi coche y los copos de nieve chocando contramiparabrisas,ylaslucesapagadasparaquenadiepudieraverme.

NoséquéhizoJosephconelcuerpo.Quizástodavíaestéensugranja,olohayaenterradoenunode sus campos.Pero lo cierto esqueno fuemala idea,porquenuncaavisóanadie.

Paratodos,esamujersimplementedesapareció.Comoyo.Perocuandoaúnestásvivo,esmásdifícildesaparecer.

***

Noeshoratodavía.Tengoqueserpaciente.

Comoesalagartijapegadaalapareddemihabitación.Hapasadomásdeunahoradesdequeestáaquí,sinhacernada.

A través de la ventana que no puedo abrir y que vibra debido al aireacondicionado,seveelmercado.Bueno,másbienunaespeciedezoco.Esundesbarajuste. Muchachos corriendo en todas direcciones entre los parasolesmulticolores,gritándosesinparar.Estoesotromundo.

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***

Aunasí,esmáslimpioqueelbarriodondeseguíalchavalayer.Allíapestadeverdad.

Obviamente, no lo conocía, durante varios días estuve buscando al azar.Sabía de estos muchachos que operaban desde cibercafés, lo había visto eninternet.Creoquelosinterroguéatodos,unoporuno,preguntandosiconocíanelnombredeAmandine.Mecreíanloco,sí,todosdebenpensarqueestoyloco.Quenotengonadaquehaceraquí.Sinoestuvieradesesperado,probablementeme habría avergonzado frente a ellos. Cada vez uno intentaba robarme. Perosabíaqueesos tiposque sudaban frentea suspantallas soloerancríos.No lesteníamiedo.

Fueélquienmereconoció.Claro, conocía mi rostro, le había enviado docenas de fotos. No estaba

escribiendoensuteclado,charlabaconuntipoalfondodelcibercafé.Nodebíatenermásdeveinteaños,diría.Segiróhaciamíyderepentedejódemoverse,conlosojosclavadosenlosmíos.

Asíescomosupequeeraél.Porcómomemiró.Quiseacercarmeahablarconél,peronomediotiempo,echóacorrer.Salíylovicorriendoporlacalle,girándoseparaverdóndeestabayo.No

tuveotraopción:echéacorrertrasél.Corrimosporloscallejonespolvorientosdelaciudad,nolequitabalavistadeencimacuandoseinclinabaaderechaoaizquierda entredosmurosdehormigón.Lagentenosgritaba, insultándonosotratandodedetenerme,preguntándomequiénerayporquéperseguíaalchico.Peronomeimportaba,sabíaporquéestabaallí.Grité:

—¡Detente!Perocontinuó,completamenteaterrado,comosiyofueraelmismodiablo.Sabía que iba a terminar atrapándolo, era tres veces más fuerte que él.

Aceleré,saltésobreunvagabundomedioacostadoenuncallejón,empujéaunamujerquefreíaalgoenunaollaalladodelacarretera.Enungiro,elcríoresbalóycasicayócuanlargoeraalsuelo.Selevantóperoyoestabajustodetrás.

Meabalancéhaciadelanteyconungolpeenelhombro,loempujécontraunmurodepiedra.

Rodó sobre los ladrillos, gimiendo, con la espalda dolorida. Se quedódobladoenmitaddelsuelomientrasyomequedabasinaliento.

—Tedijequepararas.

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Levantólavistaymemiróasustado.Sí,estabaasustado,convencidodequeiba a golpearlo. Y si hubiera querido, seguro que lo habría pasado muy malduranteuncuartodehora.

Peronohabíahechoesteviajesoloparadarleunapalizaauncríoquemehabíaestafado.Aunqueeltotalfueran15.000euros,queeramuchodinero.

Extendílamanoparaayudarloalevantarse.—Novoyahacertenada,tranquilo.Todavíaparecíapreocupado,peroasintió.—Tenemosquehablar—ledije—.Sitodavíaestásinteresadoenmidinero,

tengounapropuesta.

***Noestoyloco

Séqueesloquetodospensaríansicontaramihistoria.Perono,noestoyloco.Ya sé que Amandine no existe. Me llevó mucho tiempo admitirlo, es

verdad.Peroahoralosé,esenoeselproblema.Elproblemaesquenoquierolarealidad queme ha explotado en la cara. Sí, eso es, la rechazo. Básicamente,inclusomepreguntoquésignificaeso:existir.PorquelorealesloquesentíporAmandine. Lo que viví con ella, esa relación que duró meses, eso realmenteexistió.

Ysigueahí,dentrodemí.No sé si la gente puede entenderlo.Amandine, con sus palabras,me dio

másamordelqueAlicemehabíadadojamás.Másqueningunaotramujer.

***Esosífuereal.

CuandoconocíaAmandine,nadaibabienenmivida.Lagranja,lacasa,mimatrimonio, tenía la impresión de que todo se había echado a perder, quemifuturo ya lo habían decidido los demás.Buscaba una salida, y no sabía cómoencontrarla.Porcasualidad,empecéafrecuentarsitiosdecitasparaagricultores.Nosabía loquebuscaba.Yella llegó, así, con susmensajesardientesquemeenviabadesdeelfindelmundoysusincreíblesfotos.Obviamente,alprincipiono lo creía posible, ¿cómo podía una chica tan bonita interesarse por un tipocomoyo?Peroenlomásprofundodemí,queríacreer,medecía,¿porquéno?¿Ysiestachicafueralaoportunidaddemivida?

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Nome importa cuánto dinero perdí. O quién se lo quedó. Solo sé que apartirdeesemomento,todamividacambió.Empecéacreerenmídenuevo.Mesentímás fuerte, y lo que decían los demásme afectabamenos porque en unrincón de mi cabeza estaba Amandine. Su presencia estaba conmigo a todashoras, llevaba el móvil conmigo cuando cuidaba de los animales, intenté noperdercoberturacuandosubíaa lospastosdeverano.Denoche,cuandoAlicevolvía del trabajo, iba ami oficina y pasaba horas chateando conAmandine.Imprimíunafotodeella,y lamirabadevezencuando.LohicetambiénenlareunióndelosJóvenesAgricultores,dondeviaJosep.Recuerdoqueesedía,aúnsabiendoqueseestabatirandoamimujer,yanomeimportabaporqueyoteníaotramuchomejor.Másbella,másjoven,másamable,máspreocupadaportodosmisproblemas.

Sus palabras, su amor, por Dios… Amandine me dio tanto. Lo creí,realmente estaba seguro de que finalmente vendría a vivir conmigo, que iba adejarlotodoparaestarconella.Entoncesvialamuchachadelmercado,laquevendiósusdiseñosyqueseparecíaaesasfotosquesiemprellevabaconmigo,ytodomepareciólógico.

EraAmandine,porfuerzateníaqueserella.

***Meequivoqué.Ydebidoamierror,pasóloquepasó.QuizásÉvelyneDucatnomerecíamorir,escierto.

Peronomearrepiento.No,yabastadearrepentimiento.

***

Empecé a entenderlo el día en que me llamó el policía. Antes no. En esemomento pensé que era una broma, una especie de cámara oculta, porquemeparecíamuyimprobable,unpolicíaconacento,llamándomedesdeÁfrica.Peroal día siguiente,Amandine no escribiómás.No llegaronmásmensajes, nada.Comosiderepentesenegaraahablarme.Penséquehabíaunproblema.Esperéunpoco,medijequeregresaríapronto.Peronofueasí.

Asíquefuiaverla.Le había prometido que esperaría, que no iría a su casa, que le dejaría

tiempoyespacioycreoqueenciertomodo,esomegustaba.Sí,meconveníaporque,en realidad,estarconelladeverdad,acostarmeconella,measustaba.Temía que se diera cuenta de quién era yo realmente. Y que cambiara de

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opinión.Peroentonces,cuandolachicadelmercadomegritabaymemirabacomo

sifueraunmonstruo,medicuenta.Locomprendítodo.Los primeros días, solo sentí ira. Navegaba incesantemente por internet,

descubría la existencia de los estafadores, en sus cibercafés, y trataba deimaginarmeelaspectodelquemehabíaengañado,durantetantotiempo.Queríavengarme,encontrarloparademostrarledequétipodehombresehabíaburlado.

Perodespuésdeunasemana,eradistinto.Nosentíaodio.Todoloquehabíadentrodemíeraunenormevacío.Unvacíoinmensoyterrible.

Dios,sabíaquenoexistía.Perolaechabatantodemenos.Erahorrible.En la granja, me arrastraba por los suelos, no tenía energía para nada.

Odiaba las vacas, como si todo fuera culpa suya. Ya no hablaba con Alice.Estabaconvencidadequemehabíapeleadoconsuamante.Sehacíalapsicólogaconsususuarios,peronuncasediocuentadeloquelepasabaasumarido.Supadre seguía llamándome, diciéndome cómo llevar la granja. No podíasoportarlomás.

Asíquedecidíirme.

***Lascinco.Yaeslahora.

Miro hacia fuera.Aquí siempre hay gente en las calles, la vida nunca separa. Coloco la mosquitera encima de la cama. Tomo mi pequeña bolsa,comprueboquetengomispapeles.Lohagosiemprequesalgo,metranquilizaunpoco.Abrolapuertadelahabitacióny,derepente,elcalorhúmedodelaciudadseabalanzasobremí.Bajolasescalerasapartandoalosmosquitosquevuelanamialrededoryllegoalvestíbulodelhotel.

Enlarecepción,unpardeturistaspagansucuenta,belgasoalemanes,nolo sé. En todas partes, en las paredes blancas, hay máscaras tribales que merecuerdan a las que veíamos en las guías conAlice. Detrás de las puertas devidrioseoyenlossonidosdeltráfico.

Sigoporelpasilloquemeindicóelchicodelarecepciónamillegada.Meinstalo frente a la pantalla, pongo en marcha el aparato, que hace un ruidoimposible. Espero a que se encienda, con el corazón palpitante y la espaldasudorosa.

Y cuando las palabras finalmente aparecen en la ventana que acaba deabrirse,todoslosnudosdemiestómagodesaparecen.Comosilavidasehubiera

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detenidoyahora,volvieraaempezar.Sientouninmensoalivio.

Amandine86:Miamor.Estoyaquí.

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Agradecimientos

Amisexploradores,aquíolejos;aCélineBonnel,porsupuesto,guíaentrelosguías y aGrégoireGauthier;ChristianRousset por el saber humano; aClaireLebloisapesardelsecretoprofesional;aCorentinyAwaBanzetporlaestafaadomicilio;aSarahDejean,ThierryRoumejon,AimeMazoyereYvesServièrespor su acogida y paciencia; aAmélieGerbal e IsabelleCarrière, con todomirespeto; Claude Lhuillier para la perspectiva; a Louis Fages; al comandantePagat;aManon,porlavidacomunitaria;aFrédéricGrimopont,porlasegundaautopsialiteraria;aLaurentVillieras,amigoantesquepolicía;aLucieBoudaud;a Jérémie Niel por la escena Houellebecq, finalmente censurada; a BaptistineBanzet por lamáquinaSinger; aClementSouchier por el equipode sonido; aSéverine Krouch por el amor XX; aMichel Hamousin por la relectura de laescafandra; a Joub por el ojo gráfico; a Laura Debeir por las maldiciones; aGuillaumeCaulettreintaañosdespués.

Atodosellos,milgraciasymilperdonesporloserroresylastraiciones.Soyelúnicoculpabledelaspalabrasqueyacenentreestaspáginas.EnRouergue,graciasaNathalieDemoulinsinlacualjamáshabríasalvado

elcuello,cuandosoplabalatormenta.AHélène,miheroínadetodoslosdías,aAlexis,piratademismañanas,ya

Charlotte,cálidaensucajón.

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Sobreelautor

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ColinNielnacióen1976enClamart.CursóIngenieríaAgrariayseconvirtióen ingeniero especializado en la preservación de la biodiversidad. Dejó lametrópolis para instalarse en laGuayanaFrancesa durante seis años.Estuvo acargo de la creación del Parque Nacional del Amazonas, una misión que lo

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marcó profundamente. Más tarde se convirtió en director adjunto del ParqueNacionaldeGuadalupe.AsuregresodelaGuayana,selanzaaescribirnovelasnegras, influido por Indridason, Lehane o Hillerman, y escribe sus novelaspolicíacasconunfuertetrasfondosocialymuydocumentadas,inspiradasenunarealidad cotidiana de fronteras permeables en la que se mezclan inmigrantes,apátridasydemásforasterosensituaciónirregular.

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Graciasporcompraresteebook.Esperamosquehayadisfrutadodelalectura.

QueremosinvitarleaquesesuscribaalanewsletterdePrincipaldelosLibros.Recibiráinformaciónsobreofertas,promocionesexlcusivasyseráelprimeroen

conocernuestrasnovedades.Tansolotienequeclicarenestebotón.

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Elairequerespira(LosElementos1)Cherry,BrittainyC.9788416223503304Páginas

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¿Esposiblevolvera respirar trashaberloperdido todo?Tristanhaperdidoasumujerya suhijo.Elizabethhaperdidoa sumarido.Sondosalmasheridasqueluchan por sobrevivir.Necesitan recordar lo que se siente al querer.Solo asípodránvolverarespirar.LanovelarománticarevelaciónenEstadosUnidos"Noosloperdáis.Leedloydescubriddeprimeramanolobelloqueesrespirar."Newadult addiction"Recomendamos encarecidamente esta historia hermosa yconmovedora. Brittainy C. Cherry sabe tocar la fibra. Preparaos paraemocionaros."TotallyBookedBlog

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Porfavor,déjameodiartePremoli,Anna9788416223473304Páginas

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¿Puedesllegaraenamorartedealguienaquienodias?Jenniferesabogada.Ianeseconomista.Yseodian.Unclientelosobligaatrabajarjuntos.¿Ysidelodioalamorsolohayunpaso?PremioBancarelladeloslibrerositalianosMásdemediomillóndeejemplaresvendidosenItalia

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HomicidioSimon,David9788416223480784Páginas

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ElescenarioesBaltimore.Nopasadíasinquealgúnciudadanoseaapuñalado,apalizadoo asesinado a tiros.En el ojodel huracán se encuentra launidaddehomicidiosdelaciudad,unapequeñahermandaddehombresqueseenfrentaalladomás oscuro deEstadosUnidos.David Simon fue el primer periodista enconseguir acceso ilimitado a la unidad de homicidios. La narración sigue aDonald Worden, un inspector veterano en el ocaso de su carrera; a HarryEdgerton, un iconoclasta inspector negro en una unidad mayoritariamenteblanca; y a Tom Pellegrini un entusiasta novato que se encarga del casomáscomplicado del año, la violación y asesinato de una niña de once años.HomicidioseconvirtióenlaaclamadaseriedetelevisióndelmismonombreysirviódebaseparalaexitosaTheWire.

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Real(SagaReal1)Evans,Katy9788494223488336Páginas

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Un boxeador inestable. Una joven con los sueños rotos. Una combinaciónexplosiva.RemingtonTateeselhombremássexyycomplicadoqueBrookehaconocidojamás.Esunodelosboxeadoresmásadmirados,deseadosyricosdelcircuitodeboxeoclandestino.Perocuandolainvitaalahabitacióndesuhotel,lo último que la joven fisioterapeuta espera es que le ofrezca un empleo. Laatracciónentre ellos es evidente,peroBrookenoestádispuestaa tirar suvidaprofesional por la borda. ¿Podrá aguantar tresmeses junto a él sin caer en latentación?¿QuéquiereRemingtonTatedeella?¿Ycuálessuterriblesecreto?

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ElcolordelaleyGimenez,Mark9788416223190416Páginas

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ElabogadoA.ScottFenneytieneunavidaidílica.Asus33añoshaconseguidolasmayoresmetasdesuvida,tienedinero,unafamiliayuntrabajoquedisfruta.Pero un día le llega el caso de una prostituta negra drogadicta acusada deasesinaralhijodeunsenador.Fenneyrecibepresionespolíticasparaquebusqueotro abogado que lleve el caso, pero cuando está a punto de hacerlo, sentiráremordimientosydeberádecidirsiconfíalosuficienteenlajusticiacomoparaarriesgarlotodoporesecaso.

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TableofContentsCONTENIDOSSOLOLASBESTIASDEDICATORIAJosephMaribéArmandMichelAgradecimientosSobreelautor