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Arte del siglo XIX al XX Francisco de Goya y Lucientes (1746-1829) Profra. Gloria Martha Hernández García

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Arte del siglo XIX al XX

Francisco de Goya y Lucientes

(1746-1829)

Profra. Gloria Martha Hernández García

FRANCISCO

DE GOYA Y

LUCIENTES

(1746-1829) «El sueño de la

razón produce

monstruos. La

fantasía aislada de la

razón, sólo produce

monstruos

imposibles. unida a

ella, en cambio, es la

madre del arte y

fuente de toda

belleza»

Etapas de su pintura:

Su obra se divide en dos momentos:

La conformación de su lenguaje

pictórico a partir del legado artístico

recibido.

1972 es el año en el que se

entrecruzan diversos estilos que

muestran la madurez del artista.

Formación

En 1759 empezó a asistir al taller de José

Luzán donde permaneció cuatro años. Allí

aprende a dibujar a través de la copia de

estampas y adquiere el sentido de la

composición en grandes y dinámicas masas.

Tiene dos frustrados intentos para conseguir

una beca en la Real Academia de San

Fernando en 1763 y 1766.

En 1770 viaja a Italia y obtiene su primer éxito

con la obra «Aníbal pasando los Alpes» (1771)

en el concurso de la Academia de Parma.

Características del arte de Goya

Prescindió de la imposición de la estética

neoclásica predominante en su tiempo para

hacer una carrera en solitario que le llevaría

a unos problemas plásticos diferentes y

nuevos, mismos que le llevaron a ser

precursor de movimientos del arte moderno.

Su arte refleja las tendencias de casi un siglo

y medio de corrientes artísticas pues retomó

elementos del su pasado inmediato pero

también preludió otras de un futuro lejano.

«Regina martyrium», (detalle)

1780- 1781; fresco en la cúpula de la iglesia

Basílica del Pilar. Zaragoza, España

En 1755, Anton Raphael Mengs (teórico y pintorneoclásico) fue llamado por Carlos III a Madridpara apoyar la política ilustrada del rey conobjeto de “regenerar el gusto artístico del país”;Goya también fue solicitado para trabajar en laReal Fábrica de Tapices de Santa Bárbara.

La labor de Goya consistía en realizar cartonespara tapices destinados a decorar lashabitaciones privadas de la familia real.

Fue el primer género profano trabajado por elartista y en el que permanece diecisiete años.

Son obras de carácter narrativo y contieneelementos costumbristas que tanto por sutemática como por sus gamas frías pertenecen alestilo rococó.

«El Parasol» 1777 óleo/lienzo,

104 x 152 Museo del Prado, España

«La vendimia o El otoño», 1786-1787

óleo/lienzo, 275 X 190 cm. Museo del

Prado

«La gallina ciega» 1788-1789 óleo/lienzo,

269 x 350 cm. Museo del Prado, Madrid

En la obra “San Francisco de Borjaasistiendo a un moribundo” (1788),encontramos a Goya todavía bajo lainfluencia del barroco pero tambiénaparecen ya sus personajes fantásticos.

A excepción de “La pesadilla” (1781) deFuselli, en esta pintura se hacen presentesseres fantasmagóricos surgidos delsubconsciente, son seres productos de laimaginación, del terror del moribundo.

La innovación reside en que a diferenciade toda la pintura tradicional en la que lasapariciones constituyen una visión de unarealidad, en Goya las imágenes no sonreales, el personaje “las siente” dadas lasterribles circunstancias.

“San Francisco de Borja asistiendo a un

moribundo” 1788 óleo/lienzo, 350 x300 cm.

Catedral de Valencia

«La familia del infante Don Luis» primer

retrato de grupo hecho por Goya

En 1786 Goya es asignado como retratista

principal de la corte de Carlos III.

Se le presentó a la corte interna del infante Don

Luis de Borbón, el hermano menor de Carlos III.

A los seis años Don Luis había sido cardenal y a

los diez Arzobispo de Sevilla y en 1754 renunció

al capelo catedralicio.

En 1776, a sus 49 años se casó con María Teresa

Vallabriga de 17 años, al no ser ella de la nobleza

Don Luis tuvo que retirarse de la corte.

El retrato del Infante tiene una composición

inspirada en modelos europeos, en particular

Hogarth y la escuela inglesa y también la obra

recuerda a «Las Meninas» de Velázquez.

«La familia del infante Don Luis» 1784

óleo/lienzo, 248 x 330 cm. Corte di Mamiano, Parma

Detalle de «La familia del Infante Don

Luis»

«La familia de Carlos IV» 1800-1801 óleo/lienzo,

280 x 336 cm. Museo del Prado, Madrid

Godoy y las Majas

Godoy (Primer Ministro y Capitán General del ejército) era

amante de Pepita Tudó desde 1796, pero en 1797, para

mejorar su imagen pública ante la Corte, la iglesia y el

pueblo, se casó con María Teresa de Borbón y

Vallabriga, condesa de Chinchón (hija del infante Luis

Antonio de Borbón y, por tanto, prima de Carlos IV).

Sin embargo, Godoy encargó a Goya, en 1800, que retratara

a su amante en dos de sus cuadros, uno desnuda y otro

vestida: la majas.

Estas obras pudieron ser vistas por los íntimos de Godoy en

su gabinete privado, junto con una colección de

desnudos, entre los que se hallaba «La venus del Espejo»

de Velázquez, y otra «Venus» de Jacob Jordaens, pinturas

expropiadas a la duquesa de Alba por Godoy al

fallecimiento de ella.

«Manuel Godoy, duque de Alcudia, príncipe de la

paz» óleo/lienzo 180 x 267 cm. Real Academia de

Bellas Artes de San Fernando, Madrid, España

«La condesa de Chinchón» 1800, óleo/lienzo,

216 x144 cm. Museo del Prado

«La maja vestida» 1798-1805 óleo/lienzo

95 x 190 cm. Museo del Prado, Madrid»

«La maja desnuda» 1798-1805 óleo/lienzo,

97 x 190 cm. Museo del Prado, Madrid.

Duquesa de Alba

María del Pilar Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo y Silva

Bazán (Sevilla, España, 10 de junio de 1762, Madrid, 23 de

julio de 1802).

Su abuelo la casó en 1772 con su primo, José de Álvarez de

Toledo y Gonzaga XV duque de Medina-Sidonia, con el fin de

preservar los dos ducados más importantes del reino español:

el de Alba de Tormes y el de Medina-Sidonia pero enviudó en

1796 sin tener descendencia.

Murió repentinamente en 1802 y en 1945 al ser exhumado su

cadáver (por segunda vez) y al practicársele una autopsia se

determinó que una meningoencefalitis de origen tuberculoso

puso fin a su vida con lo que se descartó un supuesto

envenenamiento por parte de Manuel Godoy a petición de la

reina pues ésta última la envidiaba.

Duquesa de Alba

Algunas teorías sugieren que fue la

duquesa quien posó para la «Maja

desnuda», sin embargo, es más probable

que sea la amante de Manuel Godoy:

Pepita Tudó la verdadera modelo.

Lo que si es cierto es que a su muerte,

Godoy expropió propiedades, obras y

joyas de la duquesa, quedando las joyas

en posesión de la reina y las obras en la

colección particular de Godoy.

«Duquesa de Alba» 1797

óleo/lienzo, 210.2 x 149.3 cm.

Hispanic Society, Nueva York

«Duquesa de Alba, la duquesa blanca»

1795 óleo/lienzo 194 x 130 cm. Palacio

Liria, Madrid

«El aquelarre» 1797-1798 óleo/lienzo,

44 x 31 cm. Museo Lázaro Galdiano, Madrid

Grabados Goyescos Goya siempre afirmó haber tenido tres

maestros en su vida:

Velázquez, Rembrandt y la Naturaleza.

Sus primeros trabajos con el grabado

datan de 1771, sin embargo, no fue sino

hasta 1778 que realizó una serie de

estampas al aguafuerte de cuadros de

Velázquez que empezó su faceta de

grabador y en la que alcanzó un nivel

comparable al de Rembrandt y Durero.

Serie «Los Caprichos»

Se editaron en 1799 y sólo estuvieron ala venta 14 días pues Goya los retiró portemor a la Inquisición.

En 1803 decidió ofrecer las planchas ylos 240 ejemplares disponibles al reycon destino a la Real Calcografía.

De las placas se realizaron 20impresiones.

Los Caprichos han influenciado a variasgeneraciones dentro del romanticismofrancés, expresionismo alemán ySurrealismo.

«El sí pronuncian y alargan la mano al primero

que llega», de la serie Los

Caprichos, 2/80, 1779 aguafuerte y aguatinta Cuántas, oh Alcinda, a la coyunta

uncidas,

¡Tu suerte envidian! Cuántas de

himeneo

Buscan el yugo por lograr su suerte,

Y sin que invoquen la razón, ni pese

Su corazón los méritos del novio,

El sí pronuncian y la mano alargan

Al primero que llega! Qué de males

esta maldita ceguedad no aborta!

Veo apagadas las nupciales teas

Por la discordia con infame soplo

Al pie del altar, y en el tumulto

Brindis y vivas de la tornaboda,

Una indiscreta lágrima predice

Guerras y oprobios a los mal unidos.

Veo por mano temeraria roto

El velo conyugal, y que corriendo

Con la imprudente frente levantada,

Va el adulterio de una casa a otra.

Jovellanos, Sátiras a Ernesto

«Tal para cual» serie Los Caprichos, 5/80

1779 grabado, museo del Prado, Madrid

Explicación de esta estampa

del manuscrito del Museo del

Prado: Muchas veces se ha

dispuesto si los hombres son

peores que las mujeres, ó lo

contrario. Los vicios de unos

y otros vienen de la mala

educación. Donde quiera que

los hombres sean perversos,

las mujeres lo serán también.

Tan buena cabeza tiene la

señorita que se representa en

la estampa como el pisaverde

que la está dando

conversación: y en cuanto a

las viejas, tan infame es la

una como la otra

«Tú que no puedes» serie Los Caprichos 42

En el Capricho 42, dos campesinos

llevan a cuestas como bestias de

carga a la nobleza y a los frailes

ociosos, que son representados como

dos burros contentos.

Los campesinos sufren por cargar

con el extremado peso. El título Tu

que no puedes es la primera parte de

un refrán popular que

concluye llévame a cuestas, y resalta

lo que ya empezaban a pensar los

ilustrados de finales del siglo XVIII

sobre la incapacidad e impotencia del

pueblo.

Además añade la metáfora habitual

del pueblo cargando con las clases

ociosas. Pero representa a las clases

ociosas como burros mientras que a

los campesinos los representa con la

dignidad de hombres. La lámina nos

muestra que el mundo está al revés y

que el sistema social era totalmente

inadecuado

“Asta tu abuelo” capricho No. 39, 1796-

1797, 21 x 15 cm. Goya ridiculizó el absurdo

árbol genealógico que se le preparó al Príncipe de la Paz, haciéndole descendiente de los reyes góticos de España.

El burro que está sentado en una mesa con escudo –la figura heráldica de un asno- y enseña orgullosamente un libro ilustrado de sus antepasados en una especie de árbol genealógico: vemos asno tras asno yendo noblemente atrás en el tiempo sin duda hasta llegar a la época del Cid.

“Ya van desplumados” 218 x 52 mm.

“Si quebró el cántaro” 205 x 145 mm.

1799, aguafuerte, aguatinta y punta seca

«Dónde va mamá» grabado 65 de la

serie de ochenta 1799, Museo del

Prado, Madrid

“Ya tienen asiento” 203 x 145 mm.

“No hubo remedio” 205 x 145 mm. aguafuerte y

aguatinta bruñida, 1799

«El sueño de la razón produce monstruos» 1797-

1798 Los caprichos, ilustr. 43

aguafuerte, aguatinta, 21.6 x 15,2 cm. Calcografía

Nacional , Madrid

Portada de la primera edición, 1803

“Los desastres de la guerra”

En la primavera de 1810, España, con fuerzas renovadas, atacó a Francia, pero sólo fue una pelea que reduciría al país a un estado de ruina: los campos estaban descuidados, las aldeas habían sido saqueadas e incendiadas, y atrocidades terribles habían sido cometidas por ambos bandos.

Mientras las tropas de Napoleón ocupaban la mayor parte de España, Goya comenzó a trabajar en una serie de ochenta y cinco impresiones dedicadas a la espantosa lucha.

“Los desastres de la guerra”

La serie está estructurada en tres partes:

1ª. (estampas 1 a 47) centradas en la guerra.

2ª. (estampas 48 a 64) centrada en el hambre, bien sea a consecuencia de los sitios de Zaragoza de 1808 o de la carestía de Madrid entre 1811 y 1812.

3ª. “Caprichos enfáticos” (estampas 65 a 82) que se refieren al periodo absolutista tras el regreso de Fernando VII. En esta sección predomina la crítica socio-política y el uso de la alegoría mediante animales.

Se considera como una obra precursora de los reportajes de guerra de la prensa comprometida con las catástrofes humanitarias.

“¡Grande hazaña! ¡Con muertos!” 1812-1815 ilustr, izq.39

aguafuerte, 15, 5 x 20, 8 cm.

“Estragos de la guerra” ilust. Der. 30 aguafuerte

“Qué más se puede haber hecho” No. 33

“Fiero monstruo” No. 81; aguafuerte y

aguatinta, 1814-1820,Biblioteca Nacional.

Madrid

Serie “Pinturas Negras” de la

Quinta del Sordo Imágenes realizadas entre 1820 y 1823.

Ridiculizó la vulgaridad y el absurdo de la humanidad. Su visión crítica parece haberse intensificado a raíz de su sordera en 1792.

La locura y la superstición son los temas centrales de sus grabados y pinturas de su Quinta del Sordo popularmente conocidas como Pinturas Negras.

Estas obras son un preámbulo del romanticismo y el expresionismo; con una audacia asombrosa, anuncian la libertad del arte moderno y su visión pesimista de su entorno y de sí mismo.

Ubicación original de las “Pinturas

Negras” en la Quinta el Sordo

“El Gran Cabrón o el Aquelarre”, pintura mural al

óleo pasada a lienzo; 1821- 1822. 1, 40 x 4, 38 m.

Madrid, Museo del Prado

“Saturno devorando a un hijo”1821-22. Pintura mural

al óleo pasada al lienzo; 1, 46 x 0, 83 m.

Las interpretaciones son muy diversas sobre esta obra, hay quienes piensan que refleja la melancolía y destrucción como un grito surgido ante la decrepitud y la soledad; algunos otros creen que es una alegoría del Santo Oficio o del poder absolutista de Fernando VII.

“El incendio” 1794, óleo/plancha;

0, 50 x 0, 32 m. Madrid, colección particular

La temática romántica

En los primeros días de enero de 1794, Goya envió Bernardo de Iriarte una serie de pequeños óleos sobre plancha acompañados de una carta anunciando que ha logrado “hacer observaciones a las que regularmente no dan lugar las obras encargadas y en que el capricho y la invención no tiene ensanches”. De esta forma encontramos temas propios de la iconografía romántica: locos, bandidos, incendios, naufragios.

“El naufragio” 1794, óleo/plancha;

0,50 x 0, 32 m. Madrid, colección particular

La crónica de la realidad

El realismo es una característica consustancial al arte

español y en el caso de Goya lo anterior se enfatiza de

manera cruda, sin paliativos ni concesiones, que lo

enlaza con la novela picaresca española del siglo XVI y

con Quevedo. Con La fragua (1812-1816), se anticipará

al interés que despertará en las artes plásticas, hacia la

segunda mitad del siglo, y paralelamente al surgimiento

del movimiento obrero, la imagen del mundo del trabajo.

Asimismo, en Los fusilamientos del tres de mayo hay un

sentido de cronista “fotográfico”. Aquí no hay héroes ni

generales victoriosos a diferencia, por ejemplo, de la

obra Napoleón en Eylau (1808) de Gros.

«El tres de mayo de 1808 en Madrid: los

fusilamientos en la montaña del príncipe Pío»,

1814 óleo/lienzo 2,66 x 3,45 m. Madrid,

Museo del Prado

“El entierro de la sardina” 1812- 1819;

óleo/lienzo; 82, 5 x 62 cm. Real Academia de

Bellas Artes de San Fernando, Madrid