González de León, Teodoro_Arquitectura y Política

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ARQUITECTURA Y POLÍTICA TEODORO GONZÁLEZ DE LEÓN Miembro de El Colegio Naáonal Lo que voy a exponerles son casi pensamientos en voz alta, no hay nada sistemático son sólo reflexiones aisladas, que ojalá guarden alguna cohe- rencia, sobre el tema que a todos nos preocupa: la relación de nuestro ofi- cio con la política. Lo primero que me viene a la mente es que dentro de la cultura, la política y la arquitectura —^y el arte en general— se desenvuelven en tíempos distintos. La maduración de un estilo, de una forma de hacer arquitectura a nivel personal y aún más a nivel de grupo, requiere un tiempo más dilatado que el de la inmediatez que exige la política (inmediatez, aún pensando en los planes de política de largo plazo). Dicho de otra manera, no existe una arquitectura cardenista, ni alema- nista, ni lopezportillista, ni salinista. Algunos de esos regímenes impulsa- ron la construcción de edificios, como la Ciudad Universitaria con Miguel Alemán o la Ciudad de las Artes con Carlos Salinas, pero no determinaron el upo de arquitectura; la voluntad de hacer obras de un político no crea un estilo arquitectónico. Algunos ejemplos me ayu- darán a explicarlo. En los años 30 en la Alemania nazi, y en Europa en general, existían dos grupos de artistas y arquitectos enfrentados de manera irreconciliable: un grupo mayoritario de artistas académicos y otro, minoritario, de la vanguardia moderna. El primero lo integraban artistas educados en las academias que seguían practicando un arte rea- lista del siglo XIX y una arquitectura neoclásica tradicional. No hay que olvidar que fue en la Alemania en los comienzos del siglo xix que se ini- ció el movimiento romántico, que en arquitectura se manifestó con el neoclasicismo, con creadores muy notables como Schinkel, Von Klenze y más tarde Semper, amigos de Beethoven, Heine, Schubert y Kaspar Friedrich. El neoclásico se consideraba por ese grupo como una tradi- ción nacional. Se enfrentaba al grupo minoritario —que crecía rápida- mente— y que desde la década de los veinte defendía las ideas del Movimiento Moderno. Escribo Movimiento Moderno con mayúsculas 121

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  • ARQUITECTURA Y POLTICA

    TEODORO GONZLEZ DE LEN Miembro de El Colegio Naonal

    Lo que voy a exponerles son casi pensamientos en voz alta, no hay nada sistemtico son slo reflexiones aisladas, que ojal guarden alguna coherencia, sobre el tema que a todos nos preocupa: la relacin de nuestro oficio con la poltica.

    Lo primero que me viene a la mente es que dentro de la cultura, la poltica y la arquitectura ^ y el arte en general se desenvuelven en tempos distintos. La maduracin de un estilo, de una forma de hacer arquitectura a nivel personal y an ms a nivel de grupo, requiere un tiempo ms dilatado que el de la inmediatez que exige la poltica (inmediatez, an pensando en los planes de poltica de largo plazo). Dicho de otra manera, no existe una arquitectura cardenista, ni alema-nista, ni lopezportillista, ni salinista. Algunos de esos regmenes impulsaron la construccin de edificios, como la Ciudad Universitaria con Miguel Alemn o la Ciudad de las Artes con Carlos Salinas, pero no determinaron el upo de arquitectura; la voluntad de hacer obras de un poltico no crea un estilo arquitectnico. Algunos ejemplos me ayudarn a explicarlo. En los aos 30 en la Alemania nazi, y en Europa en general, existan dos grupos de artistas y arquitectos enfrentados de manera irreconciliable: un grupo mayoritario de artistas acadmicos y otro, minoritario, de la vanguardia moderna. El primero lo integraban artistas educados en las academias que seguan practicando un arte realista del siglo XIX y una arquitectura neoclsica tradicional. No hay que olvidar que fue en la Alemania en los comienzos del siglo xix que se inici el movimiento romntico, que en arquitectura se manifest con el neoclasicismo, con creadores muy notables como Schinkel, Von Klenze y ms tarde Semper, amigos de Beethoven, Heine, Schubert y Kaspar Friedrich. El neoclsico se consideraba por ese grupo como una tradicin nacional. Se enfrentaba al grupo minoritario que creca rpidamente y que desde la dcada de los veinte defenda las ideas del Movimiento Moderno. Escribo Movimiento Moderno con maysculas

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  • porque fue un verdadero salto mortal que dio un puado de artistas iluminados en las primeras dos dcadas del siglo, de manera simultnea en Francia, Alemania, Rusia e Italia. Msicos, pintores, poetas, arquitectos y escultores cambiaron algo que se crea eterno; el arte clsico, que con diferentes renovaciones y renacimientos haba estado vigente, practicado y disfrutado durante 2500 aos, desde el siglo vi a. C , en Grecia, hasta el final del siglo xix. La vanguardia alemana estaba formada por dos corrientes que se mezclaban: la abstraccionista, con Klee, Kandinsky y Baumeister, y la expresionista con Nolde, Kichner, Dix, Kokoska y Beckmann; y lo mismo suceda en arquitectura con Hans Scharoun, Max Taut y Erich Mendelsohn en el lado expresionista, y del otro, los abstraccionistas con Walter Gropius fundador de la Bauhaus, Mies van der Rhoe, Hannes Meyer que trabaj en Mxico y era amigo de Tina Modo y otros muy notables, ahora casi olvidados, como Otto Haesler y los hermanos Luckhard. En el grupo mayoritario acadmico sobresalan Troost y Speer, el ministro de Hitler. Los dos enemigos rabiosos de la vanguardia. La lite nazi era profundamente conservadora en arte y comparta esos odios. La historia la sabemos todos: gradualmente se fueron prohibiendo las distintas manifestaciones de la vanguardia. La "purga" final se realiz en un acto teatral y abyecto en Munich, en 1937, con dos exposiciones simultneas: una, que inauguraba el nuevo Palacio del Arte Alemn, proyectado por Troost, en la que se exhiban 650 obras de 533 artistas acadmicos que pretendidamente representaban el arte alemn oficial, y otra, inaugurada al da siguiente en un local improvisado, que se llam "Entartete Kunst" (arte degenerado) , en la que se exhiban ms o menos el mismo nmero de obras, pero de slo 50 artistas de la vanguardia; esas 650 obras fueron requisadas, en slo diez das, de todos los museos del pas. La apertura de la primera fie precedida de un desfile triunfal que circul por la ciudad con maquetas gigantescas de algunos monumentos alemanes transportadas por jvenes vestidos con trajes del medioevo. La maqueta ms importante, por supuesto, era la del edificio de Troost, de 8 metros de largo, a la escala 1:20. En el discurso oficial, Hider proclam el nacimiento de un nuevo arte: "no internacional sino alemn, no moderno sino eterno". En la otra exposicin, todas las esculturas y pinturas se acompaaban de letreros y lemas denigrantes. Estaba dividida en secciones con distintos temas: la influencia de los negros, de los judos y de los bolcheviques; la mujer, la religin y la patria degradadas por el arte, etc., e t c . . La hicieron circular por diez ciudades alemanas con un

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  • rcord inusitado y morboso de asistentes: llevaba 3 millones de visitantes en 1939, antes de la subasta y quema en la que fueron destruidas 5000 obras que no alcanzaron a venderse. Pero la historia hizo justicia: slo 5 o 6 nombres de los 533 artistas de la exposicin oficial se recuerdan. Por el contrario, la obra de todos los artistas calificados como "degenerados" sigue disputndose en colecciones y museos en todo el mundo. A partir .del ao 1937 qued totalmente prohibida cualquier manifestacin de arte moderno y se estableci, como nico camino, el pastiche realista de los pintores y escultores acadmicos y el "revival" de la arquitectura neoclsica. Escritores, msicos, pintores, escultores y arquitectos tuvieron que emigrar porque se les quitaron ctedras y toda posibilidad real de seguir trabajando; a los judos les cay una doble condena. Paradjicamente muchos pases se beneficiaron con esa migracin. Pero el nazismo no invent un estilo; privilegi la corriente conservadora mayori-taria que exista y, de paso, y con gran apoyo popular, suprimi brutalmente la corriente que representaba al mundo moderno. Lo mismo sucedi en la Unin Sovitica en los mismos aos treinta. La burocracia staliniana aplast a la estupenda y radical vanguardia rusa. Pppova, Tatlin, Rodchenko y Malevich formaban un grupo inventivo y violento con msicos, escritores y arquitectos como Vsnine, Melnikov, Giuzburg y el extraordinario Leonidov, cuyos proyectos asombran 70 aos despus. Todos fueron silenciados y, a diferencia de los alemanes, ninguno pudo salir; murieron poco a poco en una gran decepcin y sin voz. Fue doble la tragedia de estos vanguardistas porque casi todos, adems de radicales abstraccin i stas, eran radicales comunistas. Por influencia o fatalidad, en el mismo ao de 1937 se celebr en Mosc, en la galera de Tetriakov, una exposicin para desacreditar la vanguardia sovitica. Es el mismo ao en que se exhibe Guernica de Picasso en el Pabelln de la Repblica Espaola en Pars, diseado por Josep Lluis Sert. La burocracia sovitica coincida en gustos con la corriente acadmica mayori-taria de artistas y arquitectos; protegieron, igual que en Alemania, al realismo acadmico en arte y al neoclsico trufado de remates nacionalistas rusos en arquitectura. Slo despus de Jruchof, ya muerto Stalin, pudo permear t midamente el movimiento moderno en la Unin Sovitica, ahora desaparecida. Pero esto no era extrao en la Europa de los treinta. En Francia, Checoslovaquia, Inglaterra y Holanda la vanguardia era activa, creca en adeptos, pero los encargos pblicos, los murales, las adquisiciones de los museos, los edificios que representaban a las instituciones, los hacan los artistas y arquitectos acadmicos,

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  • que eran la corriente mayoritaria. Para la historia de la arquitectura el caso ms triste es el de Le Corbusier. De cuatro proyectos enviados a distintos concursos internacionales slo gana uno, que se realiza parcialmente y con cambios significativos sin su participacin: el Edificio de la Industria Pesada "Centrosoyous" en Mosc, en el ao de 1928, cuando la vanguardia rusa todava era fierte y considerada. Los otros tres constituyen, tal vez, los primeros ensayos sobre la monumentalidad en la arquitectura racional tema al que me referir ms adelante. Estos edificios, en papel, influyeron, fieron una enseanza de oficio para toda una generacin. (Para m son prdidas irreparables del patrimonio arquitectnico de la humanidad; la arquitectura es, desgraciadamente, para un momento, un sitio y un cliente). El jurado otorg el primer premio al proyecto de Le Corbusier del edificio de la Liga de las Naciones en Ginebra, en el ao de 1927, pero fie descalificado en contra de la opinin del propio jurado por razones triviales: estaba dibujado con tinta de imprenta en lugar de tinta china. Se lo dieron al siniestro Lemaresquier, arquitecto acadmico de la escuela de Beaux Arts de Pars, con un edificio neoclsico banal. Cuatro aos ms tarde, en 1931, Mosc lanz un concurso para el Palacio de los Soviets, para rivalizar, como contraparte comunista siempre la poltica con el edificio de la Liga de Icis Naciones. El proyecto de Le Corbusier es un alarde plst-co-constructivista, que marca un punto en la historia de la arquitectura. Ninguno de los proyectos modernos fue premiado, gan un clsico pastel neoclsico nacionalista. En estos dos concursos participaron prcticamente todos pioneros del movimiento moderno; sus proyectos constituyen un verdadero corte transversal del estado del arte de la arquitectura y dan idea de la madurez temprana que haba adquirido la vanguardia. El tercer concurso que pierde es del ao 1935: el Museo de la Ciudad de Pars, en un sitio privilegiado al borde del ro Sena. De nuevo Le Corbusier trabaja aqu el tema del monumento, pero gana otro proyecto, al que le faltaba nada menos que la mitad del rea de exhibicin que requera el programa, pero era "clsico"; el programa no import. Los autores, que ya nadie recuerda, fieron cuatro: Dondel, Aubert, Viard y Pastuge. Esto suceda en Europa, pero algo que nadie menciona, en Estados Unidos, en la "patria de la democracia", es que todos los edificios pblicos se hacan en estilo neoclsico en esas fechas. En Washington era terminantemente prohibido construir un edificio moderno hasta iniciados los cincuentas. Se haba elaborado un pastiche neoclsico-nacionalista llamado "federal style" y un comit vigilaba

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  • celosamente que se cumpliera. La National Gallery se construy en ntidos mrmoles neoclsicos al final de los aos treinta. Era la arquitectura hermana de Speer en Alemania. De nuevo vemos el tiempo largo de la arquitectura con el otro tiempo de la poltica. He dejado aparte, en este recuento, a la Italia fascista porque ah sucedieron las cosas en forma distinta. Primero, porque parte de la vanguardia fiturista, con Marinetti a la cabeza, fue abiertamente belicista y fascista desde muy temprano, y segundo, porque Mussolini no slo era tolerante con la vanguardia sino que la comprendi y la alent. Esto no impidi que la mayora de la produccin artstica y arquitectnica fuera tambin un "revival" neoclsico con acento romano. La olimpiada que se celebrara en 1940 iba a constituir una gran apoteosis con algunas obras realmente modernas y otras slo versiones nostlgicas del esplendor del imperio romano. La guerra interrumpi ese sueo, pero quedaron obras realmente importantes de Adalberto Libera y sobre todo la casa del Fascio, en Como, de Giuseppe Terragni, que sigue siendo un punto de peregrinacin de todo estudiante de arquitectura. Pero tambin estaban Figini, PoUini, Cattaneo, Vaccaro y B. B. P. R. (Banfi, Belgiojioso, Peressutti, Rogers) eran la vanguardia racionista italiana; lo ms fino y fresco de arquitectura de los treinta. Las dos historias ms influyentes de la arquitectura moderna: el Pevsner y el Gideon, escritos despus de la guerra, y que fijeron libros de texto en todo el mundo de 1950 a 1970 no mencionan las obras de la vanguardia italiana durante el periodo fascista. De todos lados salen silenciamlentos.

    En Mxico la vanguardia en arquitectura ftie un poco tarda, y se inicia con la casa que le hizo Juan O'Gorman a Diego Rivera y Frida Khalo en San ngel Inn, en 1930. Obra que por vecindad casual yo viva a dos casas de distancia me toc ver la construccin y or comentar a mis padres con horror (tena 5 aos). Son dos cuerpos cbicos levantados sobre postes y unidos por un puente en la azotea que William Curtis, el historiador, interpreta como la metfora de una pareja dispareja. El taller del pintor es un espacio sorprendente y tiene los primeros parteluces de la arquitectura moderna. Los historiadores mexicanos citan otras obras: el sanatorio de Huipulco y el edificio de Salubridad, como iniciadoras de la vanguardia en Mxico. Para m, son mezclas de art-dec que estn muy lejos del limpio radicalismo de O'Gorman que ahora, gracias a una estupenda restauracin realizada por Vctor Jimnez, podemos admirar de nuevo. Hace dos meses im amigo escritor extranjero me preguntaba entusiasmado si haba visto la "casa

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  • ultramoderna" que se estaba construyendo enfrente del restaurante San ngel Inn. (La vanguardia sigue sorprendiendo 54 aos despus.) Al inicio de los treinta O'Gorman realiza un breve pero exitoso programa de escuelas pblicas: 250 aulas en dos aos. Es el primer encargo pblico a la vanguardia, pero no dura; ganan los conservadores, los que desde Vasconcelos venan haciendo edificios neocoloniales. En los cuarenta ya existe un grupo de arquitectos modernos que pesa y consigue la segunda encomienda pblica: el plan de hospitales, que se realiza a medias; los orgenes del actual Centro Mdico. Para el final de los cuarenta ya se ha formado una nueva generacin de jvenes preparados con las ideas de! Movimiento Moderno, y es el momento en que surge la idea de la Ciudad Universitaria, apoyada con entusiasmo por el nuevo presidente-empresario Miguel Alemn. Yo tuve la suerte de participar en este proyecto siendo alumno del quinto ao. El proyecto de conjunto que elabor con dos compaeros, gan al de los maestros y se desarroll como la propuesta de la Escuela de Arquitectura al Concurso Nacional que haba convocado la Universidad. Gan abrumadoramente porque contbamos con la participacin, con la fuerza de trabajo, de quince maestros y cerca de cen estudiantes. Fue la primera gran obra pblica total de arquitectura moderna que se realizaba en el mundo. Se public varios aos en todas las revistas de arquitectura. Nuevamente vuelvo a repetirlo: Miguel Alemn no invent un estilo arquitectnico; se apoy en un centenar de arquitectos jvenes y maduros que propugnaban por expresarse con el lenguaje de la arquitectura moderna, llamada entonces fimcional y racionalista. El tempo del poltico era de seis aos, el de la arquitectura llevaba 25 madurando. Y fue igual en todo el mundo. La dcada de los cincuenta marca la aceptacin de la arquitectura moderna por la sociedad en su conjunto. En todos los pases existe una masa crtica de arquitectos preparados para utilizar los nuevos materiales (concreto-vdrio-acero) con planos abstractos y con la potica de las formas de la ingeniera y de la eficiencia.

    En Europa la nueva generacin, junto con los pioneros, se dedica febrilmente a la reconstruccin de fracciones enteras de ciudades. En Francia se pone la meta del milln de viviendas en cinco aos y surgen los grandes conjuntos departamentales para bien y para lo peor; se avecina la despersonalizacin y la monotona de los suburbios de las grandes ciudades. (Es el tempo de Tlatelolco.) Se hacen dos nuevas capitales: Le Corbusier proyecta Chandigard en la India y Costa-Niemeyer Brasilia. La poltica y el comercio se apoderan de la arquitectura moderna,

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  • se entra en un periodo de banalizacin, de comercialismo internacional que imprime un sello de monotona a todo el mimdo. Intervenciones desordenadas y pobres destruyen los centros histricos de muchas ciudades. Como reaccin, a fines de los sesenta surge la corriente pos-modernista, que revive el ornamento que antes, segn frase de Adolf Loos, era un delito. Se introducen elementos clsicos como citas, como collages, y hay quienes quieren regresar al clasicismo. La ola posmoder-na dura slo tres lustros pero deja un sinfn de pastiches en todo el mundo. En algunos lugares se busca otro camino, Mxico entre ellos, en el que con elementos abstractos proporcin, densidad de materia plenamente modernos y abstractos, se quiere entrar en contacto con el subsuelo cultural de cada lugar. Se busca una arquitectura enraizada; es el caso de Luis Barragn.

    A mediados de los aos ochenta un grupo de jvenes da un nuevo aire al movimiento moderno y liquidan a la reaccin posmodernista. Se les llama desconstructivistas y neoconstructivistas porque recuperan ideas radicales que quedaron intactas de la primera vanguardia, como el ensamblaje de volmenes y la transparencia, pero lo hacen con los nuevos materiales de los aos noventa consiguiendo representaciones que para la vanguardia de los aos 20 y 30 eran slo un sueo. La etapa actual se caracteriza por una pluralidad de estilos personales. No existe la uniformidad, por lo menos aparente, de los inicios del movimiento moderno. Conviven muchas maneras de hacer arquitectura totalmente contempornea. En Mxico sucede lo mismo: la Ciudad de las Artes, promovida por Rafael Tovar al frente de Conaculta y coordinada por Jorge Gamboa, integra seis diferentes maneras de hacer arquitectura en un conjunto: la de Norten, Flores, Legorreta, Lpez Baz y la de mi Conservatorio Nacional de Msica. La poltica no impuso una manera, dej hablar a los creadores. Esa es la diversidad que encuentra Francois Mitterand cuando emprende su tarea de renovacin urbana de Pars. Lo hace a base de crear polos de nueva arquitectura distribuidos en el rea urbana. Nuevamente Mitterand no crea un estilo de arquitectura. Incorpora a la ciudad de Pars diez, doce edificios pblicos como testimonios de la produccin contempornea arquitectnica en puntos que irradian y dan una imagen nueva a toda la ciudad. Deja un testimonio de su paso y del arte arquitectnico de sus contemporneos. No impuso, dej que los creadores se expresaran. Gan la ciudad.

    En el recorrido de 70 aos que rpidamente he descrito la arquitectura, ms bien los arquitectos, tuvimos que aprender muchas cosas,

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  • porque hay que recordar que el movimiento moderno parti de cero al romper con la tradicin acadmica. Entre ellas, quiero detenerme en una que atae desde luego a la poltica y a la ciudad: la monumentali-dad. Los pioneros del Movimiento Moderno que propugnaban por una esttica de la ingeniera, de la economa y de la eficiencia simplemente rechazaron la monumentalidad, la consideraban una mala herencia del siglo pasado. Fue con Le Corbusier, primero en los treinta, en sus concursos perdidos como hemos visto, y nuevamente en los cincuenta junto con Louis Kahn, que se replantea el tema del edificio como monumento. (Sin meterme en teoras, creo que la arquitectura es construccin, es configuracin de espacios para la realizacin de actividades y es representacin. Crea escenarios representativos en nuestra vida diaria.) Al hacer un edificio pblico hacemos una interpretacin, una representacin abstracta de la institucin. El arquitecto inventa el mito que representa a la institucin, al proyectar un edificio pblico, dijo William Curtis en una conferencia que imparti en el Museo Tamayo el mes de enero pasado, en relacin con la exposicin de mi obra. Hacemos las representaciones urbanas de nuestras instituciones, y stas marcan, son seales urbanas que van estructurando la ciudad. La tarea es doble: hacer ciudad y representar una institucin. Estamos hablando de poltica urbana en la que no hemos corrido con suerte desde el siglo xrx, que prcticamente se consumi con ocho dcadas de revueltas. En Mxico construimos slo parcialmente la ciudad del novecientos que se hizo en Buenos Aires, en Ro de Janeiro, en Santiago, en Montevideo; ciudades organizadas a base de avenidas, plazas y edificios institucionales que representan nuestros ideales republicanos y se convierten en reas monumentales. Nuestra bien armada Plaza Mayor el zcalo que alberga los poderes federal, municipal y religioso, la heredamos de la Colonia. Fue slo al final del siglo xix, en la paz de la dictadura porfirana, que se inicia ima poltica de estructuracin de la ciudad con edificios institucionales: Bellas Artes, Correos, Comunicaciones, Pesas y Medidas se unen al Palacio de Minera y se inicia el Palacio Legislativo despus de un discutido concurso internacional. La revolucin interrumpe el proceso y quedan sin terminar Bellas Artes que se completa en 1934 y el Palacio Legislativo, cuya imponente estructura, un esqueleto metlico que a m todava me toc ver, fue convertido en monumen to a la Revolucin. Aparte del despilfarro e incoherencia de ese cambio de uso, la ciudad perdi la estructuracin de un eje: la avenida Jurez-Madero rematada en sus extremos por dos plazas con los poderes le-

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  • Hannes Meyer, Pelersschule, Basilea. 1926.

    Ivan Leonidv, Proyecto dellnstituto I.enin,\927.

    P.L. Troost, Palaro del Arte Alemn Munich, 1933-1937.

    Le Corbusier, Proyecto para el Palada de los Soviets,

    Mosc, 1931.

    Giuseppe Terragni, La Casa delFasro Como, 1932-1936.

  • Juan O'Gorman.

    T . f ' . f f -r V

    Teodoro Gonzlez de I-en Armando Franco Enrique Moiinar, Plano del Anteproyecto de Ciudad Universitariq, 1946.

    Teodoro Gonzlez de l en Abraham Zabludovsky.

    Teodoro Gonzlez de Len J. Francisco Serrano.

  • Teodoro Gonzlez de Len -J. Francisco Serrano.

  • gislativo y ejecutivo. Las instituciones son, desde el punto de vista urbano, polos de actividad, de atraccin de personas. Un poco ms tarde se construye el edificio de la Suprema Corte en un confiso neoclsico mexicanizado, ocupando la Plaza del Volador, a un lado del Palacio Nacional. En lugar de expropiar los terrenos del fondo de la plaza, en los que estuvo la primera universidad, simplemente se ocup la plaza. La ciudad perdi as, para siempre, un espacio piiblico y el original esquema colonial de plazas conectadas por sus esquinas, que se repite en muchas ciudades del pas. La poltca urbana de la capital ha oscilado entre el inmovilismo y la improvisacin oportunista, como el caso que acabo de mencionar. No tenemos Biblioteca Nacional como la tienen todos los pases latinoamericanos. Ni siquiera existe la institucin. El proyecto de Agustn Yez de la Biblioteca de la Repblica, en la que dediqu dos aos de trabajo, iba a llenar ese vaco y fue sencillamente ninguneado. El Palacio Legisladvo se construye por fin, en forma apresurada, al iniciar los ochentas, desgraciadamente en un terreno inadecuado y de paso queda inconcluso. Y aqu me salta una pregunta que, creo, muchos nos hemos hecho: Qu razones funcionales o pol-cas condujeron a proyectar el recinto de debates de la Cmara de Diputados como un auditorio, en lugar de una sala con bancas enfrentadas o en herradura? Esas dos formas son !as nicas que ha generado la cultura arquitectnica a travs de los tiempos, para que gentes que polemizan se vean y se enfrenten (que es la nica forma del dilogo). Vienen desde Grecia, de los primeros lugares cubiertos para asambleas: del Telesterion con bancas enfrentadas que adopt despus el senado romano en la Curia, y el del Bouleuterion con asientos en herradura (en Mileto y en Priene se conservan vestigios de estos ltimos). Todos los parlamentos del mundo sesionan en recintos con variantes de esas dos formas. Que yo sepa es slo en este pas que tanto diputados como senadores legislan en auditorios (los senadores en uno lamentable). Diez aos ms tarde, nos toca a Francisco Serrano y a m realizar el Palacio de Justicia Federal en un terreno cercano al Palacio Legislativo, igualmente inapropiado. Son dos edificios pblicos que por su ubicacin no hace ciudad (mucha gente me ha preguntado dnde est el Palacio de Justicia, al ver la maqueta en la exposicin de mi obra en el Tamayo). No estn conectados a ningn eje de instituciones y monumentos. Esta herencia de improvisacin y oportunismo hace que el tema de la monumentalidad de por s dificil de conceptualizar sea mal comprendido por el pblico, los polticos y los propios arquitectos.

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  • Se argumenta de manera simplista que somos un pas pobre y que cualquier gasto extra es un derroche, y se olvida que estamos haciendo ahora lo que debimos hacer antes. En mi trabajo me ha tocado por concurso o por encargo hacer varios edificios pblicos, y en todos la representacin ha sido el tema delicado. La primera ocasin en que tuve que explicar por qu haca una plaza y un portal en un edificio en concreto cincelado fue en el INFONAVIT, en plena obra, en una visita inesperada del secretario de Hacienda, que era Jos Lpez Portllo. Mi argumento contra las objeciones de mayor costo era que el edificio deba dar una sensacin de permanencia, de solidez, distinta a la de un edificio comercial. Mi argumentacin era pobre y lo convencimos a medias, pero el edificio se realiz y est intacto, ya cumpli 22 aos. Su discutible solidez lo hace muy econmico en mantenimiento. Una obra bien hecha reduce los costos de mantenimiento, en los que nadie piensa. En cambio, cuando Enrique Gonzlez Pedrero nos encomend el Edificio Administrativo, el Parque y la Biblioteca Pblica de Villahermo-sa cuando era gobernador, nos puso dos condiciones: "que sean eficientes y que estn muy bien hechos, quiero decir que tengan solidez y sentido de permanencia; la belleza es problema de ustedes. Fue en esas obras que empec a introducir esos prticos, que son vestbulos abiertos o plazas cubiertas, espacios de transicin en el que el edificio se relaciona con la ciudad; se deja penetrar por la ciudad. Los edificios hacen ciudad con esos espacios en los que la gente se encuentra y a su vez atraen gente. El edificio en que este motivo se aplica en gran escala es el Auditorio Nacional. El gran prtico invita y aloja una plaza cubierta que es el vestbulo, el foyer, de la gran sala de 10000 espectadores del cual careca antes de la remodelacin. El proyecto ftae duramente criticado por un periodista e historiador muy conocido. No contest el ataque porque amigos sabios me dijeron que el blanco no era yo, ni el edificio; era Manuel Camacho, el poltico que nos lo encomend y lo haba hecho en trminos semejantes a lo de Tabasco. "Si lo renovamos, que sea a fondo" (el auditorio ya haba pasado por cuatro ttubeantes renovaciones parciales que lo haban convertido en una ruina). Creo que el prtico y la escalinata, que sirve de reunin a miles de jvenes, han dado a la ciudad un punto de identidad.

    La ciudad requiere de una polca constante para impedir que cualquier punto decaiga, porque el decaimiento se expande y a veces es irreversible. Los efectos de las polticas errcas aplicadas despus del sismo de 85, todava las padecemos. Se expropiaron lotes y manzanas

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  • enteras para convertirlos en dudosas placitas y jardines, en lugar de financiar a los propietarios para la reconstruccin de los edificios perdidos, con ayudas y alientos fiscales. El entorno de la Alameda Central es el caso ms lamentable: en doce aos que han transcurrido se han suspendido, por inmovilismo y polticas encontradas, por lo menos quince proyectos de renovacin. En u n o de ellos, promovido por Jo rge Gamboa, me toc participar con Francisco Serrano: el nuevo edificio para el Senado de la Repblica. Se ubica en un lugar clave para la m o numentalidad de la ciudad: en los lotes vacos situados atrs de Bellas Artes, en contraesquina de Correos las dos obras de Adamo Boari. El proyecto es un cubo hueco, de concreto blanco, de la misma altura que los edificios de Boari, que contiene una plaza cubierta, un prtico que dialoga con la ciudad, en la que se encuentra el volumen de la sala de sesiones obviamente diseada en forma de herradura, y en el fondo las oficinas de los legisladores. Un cuerpo bajo, que alberga la Sala de Comisiones y servicios, hace la transicin entre e! cubo y las dos iglesias barrocas enfi-entadas en la Plaza de la Santa Veracruz. La idea de Jorge Gamboa era que en ese lugar de la ciudad se requera un punto duro en lenguaje de urbanista, una institucin-monumento que detenga el deterioro del norte de la Alameda. No era de la opinin de llevar al Senado al edificio de San Lzaro como lo tena previsto el proyecto de Ramrez Vzquez. Ese sitio ha cambiado seriamente con la estacin del metro y la terminal de transporte (Tapo); no era adecuado antes, lo es menos ahora. En las ubicacin, al norte de Bellas Artes, el senado obtiene una sede digna y la ciudad completa un rea monumental amenazada. En ese punto el edificio s hace ciudad. El proyecto, totalmente desarrollado, est detenido porque fue calificado como salinista y la irona es que esa iniciativa no sali de Los Pinos, fue fraguada en el DDE

    El tiempo de la arquitectura es un tiempo largo, el de la poltica es ms inmediato. La poltica no crea una expresin arquitectnica pero s puede prohibirla y suprimirla. La poltica s puede hacer ciudad creando avenidas, plazas y edificios pblicos nter relacionados; y si se apoya en la buena arquitectura crea reas monumentales que son el testimonio de nuestro paso por el mundo. La ciudad requiere una poltica constante; cuando el poltico "no hace" porque cuida su futuro, la ciudad muere. La ciudad exige una poltica de riesgo constante.

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