GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN...

12
NO. 24. ABRIL 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIA NÓMADAS 130 ORIGINAL RECIBIDO: 17-I- 2006 – ACEPTADO: 08-II-2006 * Este artículo es una ajustada síntesis del trabajo presentado en la reunión “Cohesión social, políticas conciliatorias y presupuesto público: una mirada desde el género”, desarrollada en la ciudad de México en octubre de 2005 y organizada por UNFPA y GTZ. La versión completa será publicada próximamente por las agencias organizadoras de dicha reunión. ** Socióloga, Especialista en Género y Derechos Humanos. Investigadora del Instituto de Altos Estudios Sociales, de la Universidad Nacional de General San Martín (IDAES- UNSAM) - Argentina. E-mail: [email protected] GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN FAMILIA-TRABAJO* Eleonor Faur** El artículo analiza la estructuración de la conciliación familia-trabajo en las legislaciones laborales y en las subjetivi- dades masculinas en América Latina. La pregunta central acerca de cómo conciliar responsabilidades de producción y reproducción se considera en dos niveles: por una parte, ¿con qué dispositivos institucionales se cuenta para facilitar la conciliación de estas responsabilidades? Y por otra, ¿quién es el sujeto de la conciliación en dichas instituciones y en las representaciones de los hombres contemporáneos? Palabras clave: conciliación familia-trabajo, masculinidades, legislación laboral, género. Este artigo analisa a estruturação da conciliação das relações familia-trabalho nas leis trabalhistas e nas subjetivida- des masculinas na América Latina. A pergunta chave de como conciliar as responsabilidades na produ ção e na reprodu ção sera considerada em duas dimensões: por uma parte ¿com que dispositivos institucionais é posivel contar para facilitar a conciliação destas responsabilidades? e, por otra, ¿quem é o sujeito de dita conciliação nas referidas institucões e nas representações dos homens contemporáneos? Palabras-chaves: conciliação familia-trabalho masculinidades, leis trabalhistas, gênero This paper analyses the structuring of family-work reconciliation strategies in labour laws and policies and masculine subjectivities in Latin America. Thus, it proposes a two-sided approach to consider the reconciliation of productive and reproductive responsibilities. It reviews which are the institutional mechanisms available for that purpose and on the other hand, it attempts to identify who is the subject of reconciliation among those institutions and in the social representations of contemporary men. Key words: family-work reconciliation, masculinities, labour laws, gender. [email protected] PÁGS.:130-141

Transcript of GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN...

Page 1: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN ...masculinidad.org/wp-content/uploads/2017/01/Género-masculinidad… · Palabras-chaves: conciliação familia-trabalho masculinidades,

NO. 24. ABRIL 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIANÓMADAS130

ORIGINAL RECIBIDO: 17-I- 2006 – ACEPTADO: 08-II-2006

* Este artículo es una ajustada síntesis del trabajo presentado en la reunión “Cohesiónsocial, políticas conciliatorias y presupuesto público: una mirada desde el género”,desarrollada en la ciudad de México en octubre de 2005 y organizada por UNFPA yGTZ. La versión completa será publicada próximamente por las agencias organizadorasde dicha reunión.

* * Socióloga, Especialista en Género y Derechos Humanos. Investigadora del Instituto deAltos Estudios Sociales, de la Universidad Nacional de General San Martín (IDAES-UNSAM) - Argentina. E-mail: [email protected]

GÉNERO,MASCULINIDADES

Y POLÍTICAS DECONCILIACIÓN

FAMILIA-TRABAJO*

�������� ����

El artículo analiza la estructuración de la conciliación familia-trabajo en las legislaciones laborales y en las subjetivi-dades masculinas en América Latina. La pregunta central acerca de cómo conciliar responsabilidades de producción yreproducción se considera en dos niveles: por una parte, ¿con qué dispositivos institucionales se cuenta para facilitar laconciliación de estas responsabilidades? Y por otra, ¿quién es el sujeto de la conciliación en dichas instituciones y en lasrepresentaciones de los hombres contemporáneos?

Palabras clave: conciliación familia-trabajo, masculinidades, legislación laboral, género.

Este artigo analisa a estruturação da conciliação das relações familia-trabalho nas leis trabalhistas e nas subjetivida-des masculinas na América Latina. A pergunta chave de como conciliar as responsabilidades na produção e na reproduçãosera considerada em duas dimensões: por uma parte ¿com que dispositivos institucionais é posivel contar para facilitar aconciliação destas responsabilidades? e, por otra, ¿quem é o sujeito de dita conciliação nas referidas institucões e nasrepresentações dos homens contemporáneos?

Palabras-chaves: conciliação familia-trabalho masculinidades, leis trabalhistas, gênero

This paper analyses the structuring of family-work reconciliation strategies in labour laws and policies and masculinesubjectivities in Latin America. Thus, it proposes a two-sided approach to consider the reconciliation of productive andreproductive responsibilities. It reviews which are the institutional mechanisms available for that purpose and on theother hand, it attempts to identify who is the subject of reconciliation among those institutions and in the socialrepresentations of contemporary men.

Key words: family-work reconciliation, masculinities, labour laws, gender.

[email protected] • PÁGS.:130-141

Page 2: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN ...masculinidad.org/wp-content/uploads/2017/01/Género-masculinidad… · Palabras-chaves: conciliação familia-trabalho masculinidades,

ESCOBAR C., M.R.; MENDOZA R., N.C. JÓVENES CONTEMPORÁNEOS: ENTRE LA HETEROGENEIDAD Y LAS DESIGUALDADESFAUR, E.: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN FAMILIA-TRABAJO 131NÓMADAS

����������

Uno de los pilares que ha mar-cado la construcción social de lasidentidades masculinas y femeninasen las sociedades modernas ha sidola prevalencia de una matriz de di-visión sexual del trabajo que asignaal hombre adulto la responsabilidadde la provisión de ingresos familia-res y a las mujeres las obligacionesde reproducción del mun-do doméstico, incluyendoel cuidado y la crianza dehijos e hijas. En las últi-mas décadas, este mode-lo ha resultado alteradopor los cambios en las es-tructuras y dinámicas fa-miliares, el aumento de laparticipación femeninaen el mercado de trabajoremunerado, la flexibili-zación de las condicionesde trabajo, el avanceeducativo de las mujeres,por transformaciones enla orientación de la polí-tica social y por cambiosdemográficos, jurídicos yculturales. Múltiples fac-tores han incidido sobreestas transformaciones,provocando a la vez, laredefinición de las pautasde provisión económicaen los hogares y la des-naturalización de ciertaestructuración de las rela-ciones sociales de género.

En América Latina, la tasa de“actividad doméstica” de las muje-res cónyuges, entendida como elporcentaje de la población femeni-na cuya ocupación principal sonlos quehaceres domésticos, ha des-cendido casi un 10% en menos dediez años, pasando del 53% en 1994

al 44,3% en el año 2002 (Cepal,2004a). Por otra parte, el porcen-taje de hogares con jefatura feme-nina ha aumentado en casi todoslos países de la región y en los dis-tintos estratos sociales, engrosandola proporción de familias en las quelas mujeres son las únicas percep-toras de ingresos (Cepal, 2004b).Esta transformación coloca un vie-jo problema de la agenda feminista

en la actual contienda del debatepúblico: ¿cómo conciliar las respon-sabilidades de la vida familiar conaquellas propias de la esfera del tra-bajo remunerado?1 Mientras buenaparte de la política social europeaha asumido éste como un proble-ma de política pública específica(Ellingsaeter, 1999; Crompton,

1999), América Latina se encuen-tra apenas iniciando estos debates,centrándose, casi siempre, en elámbito de las políticas orientadasa las mujeres.

Pensar la conciliación entre tra-bajo productivo y reproductivocobra sesgos particulares en Latino-américa. En primer lugar, porque elincremento de la participación fe-

menina en el trabajo re-munerado se produjo enel marco de profundastransformaciones econó-micas e institucionales,impulsadas por políticasde corte neoliberal, querestringieron los sistemasde protección social y ex-pandieron la flexibiliza-ción laboral, aumentandolos niveles de informali-dad y precariedad en eltrabajo, la desigualdadsocial y económica y lapersistencia de altos nive-les de pobreza en la región(Cepal, 2004b). Esto haincidido, entre otras co-sas, en que sólo el 50% delas mujeres trabajadorasde la región participen enel sector formal de laeconomía (Valenzuela,2004), y asocien su parti-cipación económica conderechos que facilitan laconciliación entre las res-ponsabilidades laborales y

las familiares.

En segundo lugar, porque enAmérica Latina, “cuna del machis-mo” (Valdés y Olavarría, 1997),persisten en buena medida las re-presentaciones sociales tradiciona-les respecto de las responsabilidadesdiferenciales de hombres y mujeres

Plantón frente a la Corte Constitucional. Bogotá, 28 de mayo de 2005.Foto Beatriz Quintero.

Page 3: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN ...masculinidad.org/wp-content/uploads/2017/01/Género-masculinidad… · Palabras-chaves: conciliação familia-trabalho masculinidades,

NO. 24. ABRIL 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIANÓMADAS132

en relación con el trabajo domésti-co y la crianza de hijos e hijas. Yesto no sólo filtra los contratos fa-miliares de distribución del trabajode cuidado y crianza, sino tambiénlas políticas públicas orientadas almundo del trabajo y de las familias.Al respecto, varios autores han se-ñalado que existe una estrecha re-lación entre la orientación de laspolíticas estatales, en especial acer-ca del papel del mercado y las res-ponsabilidades asignadas a lasfamilias, y la configuración de iden-tidades de género (Creighton,1999; Esping-Andersen, 1996 y2002; Folbre, 1994; y Sainsbury,1999). Desde esta perspectiva, re-sulta relevante observar tanto elmodo en que las instituciones so-ciales promueven la estructuracióno el sostenimiento de una determi-nada matriz de responsabilidades deprovisión y de cuidado según elsexo, como las representacionesque los sujetos construyen acercade dicha estructuración.

Este artículo sostiene que enAmérica Latina, tanto en las insti-tuciones que regulan la conciliaciónentre familia y trabajo como en lasrepresentaciones sociales, el sujetode la conciliación no es un sujeto neu-tro, sino un sujeto “femenino”. Ana-liza de manera crítica el modo enque el andamiaje institucional searraiga una y otra vez en las muje-res, convirtiéndolas en el sujetoprioritario de responsabilidades yderechos relativos a la conciliación,y con ello, alienta prácticas que obs-taculizan la demanda de trabajo fe-menino en el mercado formal.Revisa también las representacio-nes presentes en hombres colombia-nos y argentinos respecto de lasresponsabilidades femeninas y mas-culinas en los ámbitos productivo

y reproductivo. Finalmente, señalaque mientras las políticas tendien-tes a la conciliación de responsabi-lidades familiares y laborales seenfoquen de forma prioritaria en lasmujeres, difícilmente permitirán unavance sustantivo en la transforma-ción de las desigualdades de géne-ro. Por ello, propone la formulaciónde políticas públicas que vinculenmás activamente a los hombres enel contínuum productivo-repro-ductivo, apuntando a la construc-ción de un nuevo “contrato sexual”.

�� ����������������������������������������������

La regulación del trabajo remu-nerado operó como el primer in-tento de conciliación entre lasresponsabilidades familiares y lainserción de las mujeres en el mun-do del trabajo. Esta regulación fueharto específica en términos de gé-nero, distribuyendo derechos yresponsabilidades en forma diferen-ciada para hombres y mujeres. Unode los primeros convenios de laOIT (Convenio No. 3, de 1919)estableció normas referidas a la pro-tección del trabajo de las embara-zadas y las licencias por maternidad.Este, que constituyó un importan-te adelanto en cuanto a derechossociales, indicó también un modoparticular de protección de dere-chos laborales en el caso de lasmujeres: el reconocimiento de sutrabajo se relacionó directamentecon su capacidad reproductiva ycon la protección de dicha capaci-dad. La posterior ampliación de es-tos derechos en América Latina, nosiempre ha llegado a cuestionar elsujeto portador de los mismos,dejando, en buena medida, la

responsabilidad de la función de re-producción social en manos de lasmujeres3. Las legislaciones labora-les acompañaron esta noción fun-dacional sobre el trabajo de lasmujeres, centrando sus orientacio-nes en la regulación de dispositivosque permitieran articular el traba-jo con el cuidado infantil, o bienen la “protección” contra el traba-jo nocturno. Mientras tanto, otrasperspectivas ligadas a la concilia-ción familia-trabajo, como el reco-nocimiento de un conjunto másvasto de responsabilidades vincu-ladas a la esfera de la reproducción,quedaron casi del todo apartadasde estas regulaciones.

Como señala Ellingsaeter (1999:41), las políticas públicas tendien-tes a la armonización entre familiay trabajo suelen ofrecer tres clasesde dispositivos: “tiempo para cui-dar, dinero para cuidar y serviciosde cuidado infantil”. Al analizar lalegislación laboral latinoamericana,se observa que ninguno de estosdispositivos se distribuye en el con-junto de trabajadores/as de formaigualitaria, y las principales diferen-cias encontradas se sustentan en lapertenencia a un sexo o en el tipode trabajo realizado por las muje-res, filtrado fuertemente por su ins-cripción socio-económica. Desdeeste supuesto, los hombres suelenrecibir “asignaciones familiares”, entérminos de transferencias moneta-rias para trabajadores con familia –legalmente constituida–, dando porsentado que a ellos les compete elpapel de proveedores económicosdel hogar. Mientras tanto, las mu-jeres trabajadoras son las destina-tarias de otro tipo de derechos,relacionados con: a) la proteccióndel empleo durante el embarazo yel puerperio, b) las licencias por

Page 4: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN ...masculinidad.org/wp-content/uploads/2017/01/Género-masculinidad… · Palabras-chaves: conciliação familia-trabalho masculinidades,

ESCOBAR C., M.R.; MENDOZA R., N.C. JÓVENES CONTEMPORÁNEOS: ENTRE LA HETEROGENEIDAD Y LAS DESIGUALDADESFAUR, E.: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN FAMILIA-TRABAJO 133NÓMADAS

maternidad y c) la disponibilidadde servicios destinados al cuidadode hijos e hijas en sus lugares de tra-bajo4. De este modo, la legislaciónlaboral es un reflejo de las relacio-nes sociales imperantes, pero tam-bién una forma de reproducir lospatrones culturales de distribuciónde recursos y responsabilidades decuidado entre hombres y mujeres.

En los seis países analizados(Argentina, Chile, Costa Rica,Ecuador, El Salvador y Uruguay),se presentan similitudes y diferen-cias en el modo en que la legisla-ción laboral protege estos derechos.La totalidad de estos países presen-ta disposiciones relativas al despi-do sin causa justa de mujeresembarazadas y a las licencias pormaternidad. No obstante, sólo al-gunas aluden a la obligación deotorgar servicios para el cuidado deniños en los lugares de trabajo. Fi-nalmente, en todos los casos, la alu-sión a las responsabilidades decuidado familiar se concentra casiexclusivamente en las mujeres.

Protección del empleo duranteel embarazo y del embarazo enel trabajo

Durante el período de gestaciónhay dos figuras presentes en losmarcos jurídicos analizados. Una serelaciona con proteger el empleode las embarazadas, e impedir sudespido sin causa justa. Otra, queno se encuentra en todas las legis-laciones revisadas, prohíbe la rea-lización de trabajos que puedanponer en riesgo la salud de la mu-jer o del bebé en gestación.

Ahora bien, una excepción im-portante a estas normas protecto-ras se encuentra en la regulación

sobre el servicio doméstico –una delas ramas de actividad principal delas mujeres pobres en América Lati-na–. Así, existen legislaciones comola del Ecuador, que hacen explícitala excepción del fuero maternalpara las trabajadoras del serviciodoméstico5; o la de Argentina, quetiene un estatuto especial para lareglamentación del servicio domés-tico, en la que no se considera di-cho fuero6. Otras, como la de ElSalvador, señalan que para las tra-bajadoras del servicio doméstico elcontrato puede realizarse en formaverbal, dejando así abierta ladiscrecionalidad del empleador/aen la definición de las reglas queregirán la relación laboral7. Estasconsideraciones violan abiertamen-te los principios de igualdad y nodiscriminación que las constitucio-nes de los países analizados recono-cen en sus textos.

Resulta grave observar que eltratamiento diferencial de la regla-mentación del fuero maternal seconcentra precisamente en las mu-jeres más desprotegidas de la esca-la social y, por ende, en quienesnecesitan mayores dispositivos deigualación de oportunidades. Estadiscriminación da cuenta del modoen que se articulan la inscripciónde clase y la de género, a través deinstituciones que no siempre coad-yuvan a paliar desventajas, sinoque muchas veces no hacen másque reforzarlas.

Licencias por maternidady paternidad

Las licencias por maternidad ypaternidad parten de reconocer queluego de un nacimiento o adopciónse requiere de un tiempo dedicadoa la atención del bebé, la recupe-

ración física de la madre y el esta-blecimiento de la relación paterno/materno-filial. El cuidado de los/asniños/as requiere tiempo, y las li-cencias procuran garantizar tanto elempleo como los ingresos de quie-nes trabajan durante este tiempo.

En los seis países analizados, lalegislación establece licencias pormaternidad, con algunas variacionesen cuanto a su duración, las cualesse extienden entre alrededor dedoce semanas, en Argentina, Ecua-dor, El Salvador y Uruguay; diecio-cho semanas en Costa Rica; ycuatro meses en Chile. En cambio,las licencias por paternidad encuen-tran expresiones mínimas o nulasen estas legislaciones. Así, CostaRica, Ecuador y El Salvador care-cen por completo de licencias parapadres por nacimiento de hijos/as;Argentina cuenta con una licenciade dos días de duración; Chile re-conoció recientemente un permisode cinco días para el padre; y Uru-guay dispone de licencias de tres díaspara los empleados del sector públi-co, las cuales sólo se otorgan bajo elrequerimiento del trabajador.

La normativa chilena ofreceuna protección adicional para pa-dres y madres de hijos/as “que re-quiera de atención en el hogar pormotivo de enfermedad grave”8; si-tuación en la cual, las licencias pue-den tomarse por la madre o por elpadre (a elección de la primera) ycubrir hasta el primer año de vidadel niño/a, y hasta diez días por añoen caso de enfermedad grave dehijos/as menores de dieciocho años.Otra particularidad de esta legisla-ción, expresa que en caso de falle-cimiento de la madre, tanto lalicencia como la protección contrael despido se traslada al padre, be-

Page 5: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN ...masculinidad.org/wp-content/uploads/2017/01/Género-masculinidad… · Palabras-chaves: conciliação familia-trabalho masculinidades,

NO. 24. ABRIL 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIANÓMADAS134

neficio que da cuentade algunos esfuerzos –aún incipientes– en elsentido de democrati-zar las responsabilida-des familiares entrehombres y mujeres,ampliando algunos de-rechos a los hombres(aun cuando esto to-davía dependa de lavoluntad o de la ausen-cia de las mujeres).

En términos gene-rales, no obstante, enlos países analizados laperspectiva que pre-domina en las licen-cias parentales se vincula con laprotección de la “maternidad bio-lógica”, vale decir, con la protec-ción de los períodos de gestación,parto y lactancia, cuyo sujeto prio-ritario es la mujer-madre (Elling-saeter, 1999). Por el momento,resultan escasas las normas relati-vas al cuidado de niños/as de eda-des más avanzadas, e insuficientesaquellas que promueven la vincu-lación de los padres en este tipo detareas (Pautassi, Faur, Gherardi,2004)9.

Si bien es legítimo que este tipode licencias se originen en el reco-nocimiento de que las mujeres ne-cesitan cierto tiempo para larecuperación física luego de un par-to, y para la lactancia materna, elcuidado y la atención de niños/aspequeños/as supone una serie de ac-tividades que pueden ser realizadastanto por hombres como por mu-jeres, y que no concluyen al tercermes de vida de un bebé. Desde estaperspectiva, sería deseable que lospermisos parentales en general, y laslicencias para hombres en particu-

lar, tuvieran una duración más ex-tendida. De algún modo se requie-re de un cambio de enfoque quepermita superar la visión “biolo-gicista” y “politizar” la maternidady la paternidad, con miras a unasustantiva ampliación de permisospara el cuidado que implique su de-mocratización entre géneros.

Ahora bien, la amplia partici-pación de las mujeres en el sectorinformal y la falta de continuidaden el tiempo de las licencias paratrabajadoras/es en el sector formal,exige que muchas familias busquenestrategias de índole privado paralograr permanecer en el mercado detrabajo. En América Latina resultaparadójico que la salida laboral delas mujeres de clases medias se apo-ye frecuentemente en la contrata-ción de empleadas domésticas, yasí, la matriz societal de responsa-bilidades traslada el cuidado infan-til de unas mujeres hacia otras, quese encuentran especialmente endesventaja, con el agravante de queen varios países de la región la pro-pia legislación laboral permite que

el servicio domésticoquede por fuera de lasgarantías del contratode trabajo.

Guarderíasy servicios decuidado infantil

El análisis de la re-glamentación sobreguarderías y serviciospara el cuidado infan-til también da cuentade significativas varia-ciones entre los seispaíses analizados. Entres de estos, la norma-tiva compromete a los

empleadores a disponer de salas decuidado infantil en función del nú-mero de empleadas mujeres queocupe (la cifra oscila entre 20 muje-res –en el caso de Chile– y 50 muje-res –en el caso de Argentina–). EnEcuador este servicio depende dela vinculación de 50 trabajadores,con independencia de su sexo. Porcontraste, las legislaciones labora-les de El Salvador y Uruguay noreglamentan servicios de cuidadopara los hijos e hijas de los/as tra-bajadores/as amparados/as por laley (aunque El Salvador ha imple-mentado programas focalizados enesta dirección). Por su parte, enCosta Rica se sancionó la ley 7380,que abre la posibilidad de que losservicios de cuidado infantil tenganun carácter universal y no estén su-peditados a las personas empleadasen el sector formal.

En general, la reglamentación deguarderías resulta discriminatoriadesde varios puntos de vista: 1) pre-supone que será la trabajadora ma-dre quien concurrirá al lugar detrabajo con su hijo/a, y se descarta

Plantón frente a la Corte Constitucional. Bogotá, 28 de junio de 2005. Foto Beatriz Quintero.

Page 6: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN ...masculinidad.org/wp-content/uploads/2017/01/Género-masculinidad… · Palabras-chaves: conciliação familia-trabalho masculinidades,

ESCOBAR C., M.R.; MENDOZA R., N.C. JÓVENES CONTEMPORÁNEOS: ENTRE LA HETEROGENEIDAD Y LAS DESIGUALDADESFAUR, E.: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN FAMILIA-TRABAJO 135NÓMADAS

un derecho equivalente para el tra-bajador hombre; 2) estimula alempleador para no contratar másque el número de trabajadoras in-mediatamente anterior al reguladopor la ley, para esquivar la carga ex-tra que supone hacer frente a unasala de cuidado infantil, y 3) resultaun mecanismo restrictivo en el con-texto latinoamericano, donde laproporción de mujeres trabajadorasen el sector formal es apenas del50% para un promedio de catorcepaíses de América Latina (Valen-zuela, 2004), siendo aún menor laque se desempeña en empresas u or-ganizaciones con el número de em-pleados requeridos para el acceso aeste derecho. Esta situación resultaindicativa de las dificultades quemuchas familias enfrentan para laobtención de servicios de cuidadoinfantil, en especial aquellas perte-necientes a sectores populares.

En síntesis, se observa que elderecho a disponer de servicios decuidado infantil y contar con recur-sos estatales para favorecer las ac-ciones de crianza, reconocido en losmarcos jurídicos internacionales10,se topa con una seriede mediaciones en lasregulaciones naciona-les que dificulta a lasfamilias el acceso a di-chos servicios.

Representaciones so-bre masculinidades enla legislación laboral

El análisis pro-puesto permite desta-car que los escasosdispositivos presentesen la legislación labo-ral latinoamericanapara promover políti-

cas de conciliación entre la vidafamiliar y laboral, no sólo se con-centran en las mujeres que se ocu-pan en el sector formal, sino queademás adscriben a nociones demasculinidad prácticamente des-vinculadas del cuidado de losmiembros de la familia. Esto se ob-serva al encontrar que en las legis-laciones analizadas la participacióndel padre en el cuidado de sus hi-jos/as no se encuentra suficiente-mente reconocida ni estimulada porlos dispositivos existentes paraconciliar las responsabilidades fami-liares y laborales en cánones com-parables con los de la madre, nisiquiera en aquellos derechos plau-sibles de ser equiparados, como laslicencias y la disponibilidad deguarderías en el lugar de trabajo. Detal modo, no sólo se restringen losderechos que facilitan signifi-cativamente la conciliación deresponsabilidades productivas yreproductivas para ambos trabaja-dores, sino que además se favorecela escogencia de trabajadores hom-bres por parte de los empleadores,por los menores costos que hipoté-ticamente supondría su contratación.

La legislación laboral analiza-da muestra así un importanteanclaje en un modelo de respon-sabilidades diferenciales para hom-bres y mujeres, en el que el hombrese consolida como proveedor derecursos económicos y la mujercomo responsable del cuidado fa-miliar. De esta forma, se distribu-yen los derechos y beneficios demanera desigual tanto desde unaperspectiva de género, como declase social. En consecuencia, sepuede decir que el conjunto de dis-posiciones y representacionessociales que exhiben las legislacio-nes, implica que el derecho cons-tituye una práctica discursiva ysocial y no sólo un sistema de nor-mas y regulaciones (Birgin, 2003).Discursos y prácticas que además,contribuyen de manera significa-tiva a la creación o a la reproduc-ción de ciertos rasgos subjetivos enlas identidades de género, tanto demujeres como de hombres.

Un cambio profundo de enfoquesupondría tanto la estructuración denuevos consensos societales, comola creación de incentivos institucio-

nales para universalizarefectivamente la pro-tección de derechosvinculados con el tra-bajo y la vida familiaren igualdad de condi-ciones para hombres ymujeres. Así, la garan-tía de estos derechossupondrá en algunoscasos la dotación deservicios públicos decuidado infantil gratui-tos y de calidad, y enotros, la ampliación dederechos administrati-vos, que considere latransferencia de recur-Plantón frente a la Corte Constitucional. Bogotá, 28 de julio de 2005. Foto Beatriz Quintero.

Page 7: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN ...masculinidad.org/wp-content/uploads/2017/01/Género-masculinidad… · Palabras-chaves: conciliação familia-trabalho masculinidades,

NO. 24. ABRIL 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIANÓMADAS136

sos monetarios al conjunto de tra-bajadores/as, para garantizar el tiem-po necesario destinado al cuidadode sus hijos/as y, ojalá, de otrosmiembros de sus familias.

Mientras el acceso a estos de-rechos se encuentre estratificadoen términos de vinculación o noal mercado de trabajo formal, ysegmentado en términos de géne-ro, los dispositivos de conciliaciónentre familia y trabajo seguiránconfigurando relaciones e identi-dades de género atravesadas porpautas jerárquicas, no sólo entrehombres y mujeres, sino también,entre mujeres de distintas inscrip-ciones sociales.

�������������������������������������������������

Las posibilidades efectivas quetienen los hombres y las mujeres deconciliar los ámbitos familiar y la-boral no dependen exclusivamen-te de los dispositivos institucionalescon los que cuentan. En buenamedida, resultan también de las re-presentaciones sociales acerca de ladistribución de responsabilidades yde las negociaciones que se estable-cen entre los sujetos involucrados.Negociaciones que se producenentre personas con desiguales gra-dos de autonomía y autoridad enel ámbito de sus familias (Jelin,1998; Di Marco, 2005). Este hechohace relevante el análisis de repre-sentaciones sociales a la hora dedefinir e implementar políticas pú-blicas, si se pretende que éstas im-pulsen formas de conciliación entremujeres y hombres, dirigidas a suparticipación paritaria en las esfe-

ras productiva y reproductiva. Portanto, a continuación analizo lasrepresentaciones de distintos hom-bres sobre su propia posición y lade las mujeres en la esfera laboral yen la vida familiar, a partir de losresultados de dos investigacionesrealizadas en contextos diferentes12.Es importante aclarar que losseñalamientos que realizo no debenser tomados como prueba empíri-ca de mis hipótesis, sino como ca-sos exploratorios que permitenidentificar algunas de las represen-taciones vigentes en las subjetivi-dades masculinas contemporáneas.

Ser hombre es ser proveedor(y ello es ser importante)

Si la legislación laboral se sus-tentó en la figura del trabajadormasculino, de tiempo completo ycon familia “a su cargo”, esta estruc-tura institucional se correspondetambién con la forma en que loshombres se ven a sí mismos en supapel como proveedores, más quecomo cuidadores. La imagen de res-ponsabilidades diferenciales para lasmujeres en el ámbito familiar,permea los discursos de muchoshombres adultos, quienes en susreflexiones dejan entrever un par-ticular énfasis en la división entre laesfera productiva y la reproductiva,como uno de los ejes de su cons-trucción identitaria.

El modelo de sociedades ba-sadas en hombres proveedores ymujeres amas de casa, se encuen-tra presente en las imágenes –pormomentos nostálgicas– de mu-chos hombres contemporáneos.En este esquema, el trabajo remu-nerado representa para ellos unaresponsabilidad insoslayable, queno se ve afectada –a diferencia del

caso de las mujeres– por las trans-formaciones del ciclo vital perso-nal ni familiar, ni por la condiciónsocio- económica de sus hogares.A su vez, el papel de proveedorde recursos económicos los eximede buena parte de las actividadesligadas con la crianza de hijos/asy de las responsabilidades domés-ticas. Además, asumirse como sos-tén del hogar no sólo define losparámetros de su aporte económi-co, sino que también cumple unadoble función simbólica: por unaparte, los afirma individual y so-cialmente en su masculinidad, porla otra, les otorga ciertos privile-gios frente a otros miembros delhogar (Faur, 2004). Trabajar for-ma parte del papel que como hom-bres les toca ocupar en sus familiasy en la sociedad, el cual se des-empeña sin conflicto ni necesidadde conciliación con responsabilida-des de cuidado familiar, no sóloen la legislación analizada, sinotambién en las representacionescolectivas.

En esta dirección, Ariza y deOliveira (2003) han observadoigualmente que, en América Lati-na, aunque se han ido legitiman-do diferentes modelos familiares,continúan primando las concep-ciones más tradicionales en rela-ción con la valoración del papelmasculino como proveedor econó-mico, y su vinculación con atribu-tos de protección, de autoridadlegítima y de soporte moral de lasfamilias. Estos hallazgos coincidentambién con buena parte de losestudios sobre masculinidades eidentidades de género desarrolla-das en la región, entre ellos los deViveros (2001) para Colombia,Olavarría (2001) para Chile yFuller (2001) para Perú.

Page 8: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN ...masculinidad.org/wp-content/uploads/2017/01/Género-masculinidad… · Palabras-chaves: conciliação familia-trabalho masculinidades,

ESCOBAR C., M.R.; MENDOZA R., N.C. JÓVENES CONTEMPORÁNEOS: ENTRE LA HETEROGENEIDAD Y LAS DESIGUALDADESFAUR, E.: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN FAMILIA-TRABAJO 137NÓMADAS

Los hombres frente al trabajode las mujeres: ¿conciliación oconflicto?

En las representaciones masculi-nas aparece una creciente acepta-ción del trabajo femenino –bastanteimpensable décadas atrás–13 conmatices y variaciones, pero, al igualque en la legislación laboral, lamención del trabajo femenino queefectúan los hombres suele asociar-se unívocamente con la evaluacióndel papel de las mujeres como cui-dadoras de las familias –particular-mente cuando se trata del trabajode sus parejas–. Algunos hombres,aunque pocos, se refieren al traba-jo femenino con naturalidad, o loasumen como un “derecho propio”de ellas, pero la mayoría de nues-tros entrevistados se preguntan si esbueno o no que las mujeres traba-jen, aun a la luz de la extensión deesta práctica. De tal modo, al refe-rirse al trabajo productivo de lasmujeres, una y otra vez, surge la refe-rencia a sus actividades reproductivascomo parte de una imagen amalga-mada e indivisible. No obstante, casino se presenta esta percepción cuan-do los hombres se refieren a su pro-pio trabajo, no sólo mucho másnaturalizado, sino también represen-tado como un espacio independien-te de los requerimientos de tiempoque demandan los hijos/as y la vidafamiliar.

Si bien la referencia al trabajode las mujeres surge casi siempreasociada con sus responsabilidadesdomésticas, las posiciones de distin-tos hombres frente a éstas muestranalgunas diferencias significativas,por lo que no puede hablarse de unúnico discurso hegemónico ni de la“subjetividad masculina” como unconcepto homogéneo, que permi-

ta ser tratado de modo singular. Sepueden esbozar al menos tres posi-ciones en las representaciones de losentrevistados. Las mismas se aso-cian, por un lado, con sus nivelessociales y educativos, pero tambiéncon la disponibilidad objetiva quesus familias encuentran para utili-zar mecanismos públicos o privadosde conciliación entre demandasproductivas y reproductivas. Lasposiciones identificadas son: 1)aceptación del trabajo y de la con-ciliación por parte de las mujeres;2) aceptación “pragmática” del tra-bajo femenino –incomodidad fren-te a la conciliación–, y 3) oposiciónal trabajo de las mujeres –percep-ción de familia y trabajo como es-feras irreconciliables–.

1. Aceptación del trabajo y dela conciliación por parte delas mujeres

Hay un grupo de hombres –enespecial aquellos que cuentan conmejores credenciales educativas–que aceptan la inserción femeninaen el mundo del trabajo remunera-do. Esta aceptación se sustenta enla valoración de una fuente adicio-nal de ingresos para el hogar, o enla defensa del derecho de las muje-res a trabajar, en especial cuandoel trabajo de ellas antecede al con-trato conyugal. Lo interesante eneste grupo es que aparece igualmen-te naturalizado el hecho de que seaella quien ajuste sus horarios y con-diciones de trabajo para el cuida-do de los hijos/as y la familia. Así,surge una y otra vez la referencia ala responsabilidad doméstica de lasmujeres en su formato ahistórico yesencializado, en donde el ingresode las mujeres en el trabajo remu-nerado requiere ser equilibrado con“sus” responsabilidades domésticas.

Al igual que en la legislaciónlaboral, pareciera que en las repre-sentaciones de este grupo de hom-bres resulta más sencillo considerarla igualdad como un principio apli-cable, o deseable, en el ámbito es-trictamente laboral, que desarrollaruna mirada integral del mundo pú-blico y el privado como esferas querequieren de una reestructuraciónde responsabilidades para la efecti-va conquista de la igualdad14.

2. Aceptación “pragmática”del trabajo femenino,incomodidad frente a laconciliación

Otros hombres evidencian po-siciones más conflictivas frente altrabajo de las mujeres que las ci-tadas en el ítem anterior. Sus rela-tos reflejan la tensión que surgecuando no se logra equilibrar dosmandatos de peso en sus represen-taciones: 1) el modelo tradicionalde división sexual del trabajo y 2)la necesidad de que los recursosaportados sean suficientes para elmantenimiento de la familia. Así,emergen discursos en los que cier-tos hombres sostienen que preferi-rían que la mujer no trabaje –paraque pueda dedicarse plenamentea las actividades del hogar– perolo aceptan –porque la situacióneconómica hace necesario contarcon un ingreso adicional–. En estoscasos, se percibe un importantecosto subjetivo para los hombres,que perciben cierto déficit de au-toridad por no lograr aportar losrecursos necesarios para el desen-volvimiento del hogar. La tensiónentre imaginarios de provisión yde división sexual del trabajo encánones tradicionales, en ocasio-nes se resuelve visualizando al tra-bajo femenino como un “aporte

Page 9: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN ...masculinidad.org/wp-content/uploads/2017/01/Género-masculinidad… · Palabras-chaves: conciliação familia-trabalho masculinidades,

NO. 24. ABRIL 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIANÓMADAS138

momentáneo” que podría ser mo-dificado, en caso que el contextopermitiera rearmar el modelo deprovisión tradicional, centrado enla figura masculina.

3. Oposición al trabajo de lasmujeres, percepción defamilia y trabajo como esferasirreconciliables

El extremo de la in-comodidad frente al tra-bajo de las mujeres, sepercibe entre aquelloshombres que se oponenexplícitamente a la incor-poración de mujeres en laesfera laboral, al no avi-zorar posibilidades de“conciliación” entre eltrabajo remunerado delas mujeres y sus respon-sabilidades familiares.Este tipo de discurso seencuentra sobre todo enalgunos de los hombrespertenecientes a los sec-tores más desaventajadossocialmente, quienes,por otra parte, son los quecuentan con menor can-tidad de dispositivos deconciliación. En efecto,las mujeres de sectorespopulares suelen em-plearse en el sector infor-mal de la economía, conmayor frecuencia en elservicio doméstico y raravez disponen de los be-neficios vinculados con laseguridad social. Por otro lado, losingresos de estos hogares suelen serinsuficientes para contratar serviciosde cuidado infantil en el mercadoy son escasos los países que en La-tinoamérica disponen de serviciosestatales que ofrezcan esta posibili-

dad como parte de las políticas pú-blicas de corte universal (Martínezy Camacho, 2005).

Asimismo, las representacionesmasculinas que surgen en esta di-rección, parten del sostenimientosimbólico de un modelo dicotó-mico, en el cual si las mujeres tra-bajan, es a los hombres a quienesles correspondería de forma exclu-siva la atención de los hijos y de la

casa. El trabajo de ellas pondría enduda tanto el lugar del hombrecomo proveedor, como el bienes-tar de sus hijos/as, quienes, en elimaginario de estos hombres, deja-rían de contar con su madre. Coneste telón de fondo, su propia ima-

gen se percibe “feminizada”, lo queno resulta nada atractivo en tantointerpela uno de los pilares centra-les de la construcción social e indi-vidual de la virilidad, y con ello, sujerarquización diferencial. La ecua-ción se cierra entonces oponiéndo-se al trabajo de las mujeres.

Los hombres frente al trabajodoméstico y la conciliación

En síntesis, si para lasmujeres la salida laboral hatraído aparejada la necesi-dad de compatibilizar susresponsabilidades en lasesferas productiva y repro-ductiva, y las institucionessociales han dado cuentade este requerimiento através, por ejemplo, de lalegislación laboral, ¿quésucedió en las representa-ciones masculinas frente asu propia participación enla esfera doméstica? ¿Laestructuración de nuevasformas de provisión, com-partida en buena medidacon las mujeres, interpelóde algún modo su lugar eneste espacio?

En general, las inves-tigaciones que han anali-zado las transformacionesen la división sexual deltrabajo en el interior delos hogares, han mostradoque las imágenes acercade quiénes deben realizar

el trabajo no remunerado han cam-biado más aceleradamente que lasprácticas efectivas. Y a su vez, quelas creencias acerca de los papelesapropiados para hombres y muje-res en el mundo del trabajo se hanmodificado en mayor medida que

Primer encuentro feminista latinoamericano y del Caribe. Bogotá, 1981.Foto Beatriz Quintero.

Page 10: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN ...masculinidad.org/wp-content/uploads/2017/01/Género-masculinidad… · Palabras-chaves: conciliação familia-trabalho masculinidades,

ESCOBAR C., M.R.; MENDOZA R., N.C. JÓVENES CONTEMPORÁNEOS: ENTRE LA HETEROGENEIDAD Y LAS DESIGUALDADESFAUR, E.: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN FAMILIA-TRABAJO 139NÓMADAS

las imágenes relacionadas con laesfera doméstica (Coltrane, 2000;Wainerman, 2003b). Es decir, entodos los casos, aun cuando seflexibilizan los consensos socialesacerca de la participación econó-mica femenina, el hecho de verlascomo las responsables de las tareasdel hogar y la crianza parece ser elnúcleo duro de la transformaciónde relaciones sociales de género.

De tal modo, y si partimos deque la noción de conciliar supone laexistencia previa de una tensión ocolisión “entre partes desaveni-das”15, se comprende el hecho que,en las representaciones que exhibenlos hombres al pensarse a sí mismos,no exista ningún antagonismo en-tre familia y trabajo que requieraser conciliado. Particularmente,porque no suele percibirse comoresponsabilidad propia (ni com-partida en términos paritarios) eltrabajo que debe realizarse en elinterior de los hogares. Antes bien,cuando los hombres participan enla esfera doméstica, continúa pre-sente la idea de estar “colaboran-do” con sus mujeres, bien sea paracubrir las necesidades propias de ladomesticidad en los momentos enque “ella no está”, o bien cuandoellos mismos “tienen tiempo”. Aun-que en efecto se presenta un leveincremento en la carga de tiempoque dedican los hombres a las ta-reas paternales y domésticas, tam-bién resulta evidente que estadedicación sigue siendo muy infe-rior a la de las mujeres (Araya,2003; Aguirre, Sainz y Carrasco,2005).

Ahora bien, una importante al-teración de estas imágenes seproduce cuando el hombre se en-cuentra desocupado y es la mujer

quien mantiene el hogar. En estecaso la participación en las tareasde crianza y las actividades domés-ticas termina representándose casicomo un deber. Aunque vuelve aaparecer con relieve la lógica queindicaría que se está desarrollandoun papel ajeno a su inscripción degénero, esto se justifica por el he-cho de estar él mismo desocupado,indicando indirectamente que si sereestructurase el sistema de provi-sión, también podrá reestructurar-se el de la reproducción.

El contexto de desocupacióninscribe un giro peculiar en las re-presentaciones de algunos hom-bres acerca del cuidado de loshijos/as y el desarrollo de activi-dades domésticas. De algunamanera, no da cuenta de una con-ciliación de responsabilidades, puesprecisamente lo que se ha altera-do ha sido la dimensión de produc-tividad masculina, sino de unposible reemplazo de las mujeresen la realización de actividadesque quedaron vacantes, con su sa-lida al mercado de trabajo. El mo-delo dicotómico –uno/a trabaja,otro/a realiza las actividades do-mésticas y de cuidado– sigueestando presente en el imaginariode muchos de estos hombres, peropermite cierta mutación en la asig-nación de responsabilidades, en lamedida en que ellos no estén apor-tando ingresos monetarios.

��������������� ����������������!���������������"������

Los argumentos presentadosevidencian que el “contínuum pro-ductivo-reproductivo” aparece co-

mo un supuesto de las políticas pú-blicas y de las representaciones so-ciales examinadas, al centrar lamirada casi solo en la vida de lasmujeres, mientras se desdibuja mu-cho más en el caso de los hombres.La contra-cara de esto es que lasimágenes sobre los hombres comosujetos con responsabilidades de“provisión” pero no de “cuidadofamiliar” atraviesan tanto la regu-lación del trabajo como las subjeti-vidades contemporáneas.

Vale decir: si las partes desave-nidas en el litigio que busca gene-rar modos de conciliación son lasfamilias y el trabajo, el sujeto de di-cha conciliación sigue siendo unsujeto femenino. No aparece tal“desavenencia” en el caso de loshombres, lo que se explica en parte,por el vasto entramado de institu-ciones y representaciones colecti-vas que facilitan para ellos unaposición en el sistema de relacio-nes sociales de género que cargacon un mandato escueto en rela-ción con el cuidado de los miem-bros de sus familias. Mandatoescasamente alterado pese a las agu-das transformaciones en el esque-ma de provisión de recursos parael hogar.

Así definida –por convicción opor omisión– la conciliación entrefamilia y trabajo se topará con difi-cultades excesivas para las muje-res trabajadoras quienes, comoindican las encuestas de uso deltiempo, desarrollan ahora una ma-yor carga total de trabajo que loshombres (al considerar el trabajoproductivo y el reproductivo). Estasituación ubica a las mujeres frentea un alto grado de exigencia en cadauno de estos ámbitos y, a la vez, fren-te a la necesidad de lidiar con el

Page 11: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN ...masculinidad.org/wp-content/uploads/2017/01/Género-masculinidad… · Palabras-chaves: conciliação familia-trabalho masculinidades,

NO. 24. ABRIL 2006. UNIVERSIDAD CENTRAL – COLOMBIANÓMADAS140

equilibrio entre ambos, frecuente-mente renunciando a ampliar susperspectivas de participación en elmercado laboral o en la vida polí-tica, la calidad de las comidas o elcuidado de la casa, y reduciendo suespacio personal para el descansoo la recreación.

Desde esta perspectiva, resultaevidente que para lograr una efecti-va conciliación entre familia y tra-bajo, y que sus efectos colaterales nocontinúen perpetuando los privile-gios masculinos ni la sobrecarga fe-menina, se requiere de un nuevo“contrato sexual” que incluya, peroa la vez supere, la definición de po-líticas laborales y de conciliaciónpropiamente dicha, para el cual serequiere también revisar las políti-cas culturales, educativas y comu-nicacionales. Este tipo de contratodebería incorporar a los hombres nosólo como parte del problema, sinoen especial como parte co-respon-sable en la búsqueda de un nuevoequilibrio.

La vinculación en el plano cul-tural e institucional de las nocio-nes de virilidad y de cuidado pareceun tema impostergable para el lo-gro de la igualdad de género en lasestrategias de conciliación de losámbitos productivo y reproductivo.El modo en el que los sujetos re-presentan sus responsabilidades enlas esferas analizadas, resulta cen-tral desde el punto de vista de lascondiciones de posibilidad de de-mocratización de las familias; deorganización de sistemas de “dobleprovisión y doble cuidado”; y desocialización de futuras generacio-nes, en el marco de una moralidadque responda a principios de justi-cia que no impliquen la subordina-ción de las mujeres. Es también

elocuente en cuanto a la viabilidadde que los actores asuman la trans-formación de las relaciones socia-les de género. En el caso de loshombres, por ejemplo, que haganuso de las licencias para padres, entanto éstas existan; que luchen portenerlas, en caso de que no existan;y que participen más activamenteen la estructuración de una nuevamatriz de cuidado societal. Si elcamino relacionado con cambiosinstitucionales es largo y sinuoso,el que se orienta a alterar el anda-miaje cultural puede ser aún máscomplejo, pero no por ello, menosdeterminante en el éxito de las po-líticas de conciliación, y, en defini-tiva, en la construcción de unnuevo “contrato sexual”.

����

1 Esta pregunta ha estado presente desdehace más de dos décadas en las investiga-ciones acerca del modo en que se distri-buyen responsabilidades en las familias yen el mundo laboral entre mujeres y hom-bres, con fuerte énfasis en la mirada so-bre las mujeres. (Ver, entre otros, Jelin yFeijoo, 1980). Actualmente, apareceresignificada por nuevos enfoques queprocuran abordar de manera conjunta lalectura sobre la vida familiar y la vidalaboral (Cfr. Crompton, 1999; Wainer-man, 2003a; Ariza y de Oliveira, 2003,entre otros).

2 La información y buena parte del análi-sis presentado en este acápite se basa enun estudio realizado para la Unidad Mu-jer y Desarrollo de la Cepal, en el marcodel proyecto Cepal/GTZ “Políticas labo-rales con enfoque de géneros”, publica-do en: Laura Pautassi, Eleonor Faur yNatalia Gherardi, (2004), Legislación la-boral en seis países latinoamericanos. Avan-ces y omisiones para una mayor equidad,serie Mujer y Desarrollo No. 56, Santia-go de Chile, Cepal. (LC/L 2140-P). Enesta investigación se analizó la legisla-ción laboral de seis países latinoamerica-nos (Argentina, Chile, Costa Rica, Ecua-dor, El Salvador y Uruguay).

3 Esfuerzos más recientes de la OIT se diri-gieron a paliar esta situación. En 1981,el Convenio Nº 156 de la OIT, referidoa la igualdad de trato y de oportunidadesde los/as trabajadores/as con “responsa-bilidades familiares”, logra un importan-te avance en la arena internacional. Almenos dos novedades surgen de la lectu-ra de dicho instrumento: 1) el sujeto dederechos de este convenio no son sólolas mujeres, sino también los hombres; y2) el convenio amplía la noción de res-ponsabilidades familiares, reconociendoque tanto los hijos como otros miembrosde la familia requieren cuidados específi-cos. No obstante, el reconocimiento deeste convenio es aún poco extendido, yaque cuenta sólo con 36 ratificaciones anivel internacional y nueve en AméricaLatina. Igualmente, sus disposiciones nohan filtrado hasta el momento la legisla-ción laboral de la región.

4 Es interesante destacar que, mientras losrecursos transferidos vía asignaciones fa-miliares dependen de la legitimidad jurí-dica de los vínculos familiares, los dere-chos relativos a la maternidad, no se aso-cian de manera exclusiva a las mujerescasadas, sino que se sustentan en el vín-culo entre madre e hijos/as.

5 Código del Trabajo, Título III, capí-tulo I.

6 Decreto No. 326/56, que data de 1956.

7 Código de Trabajo, Arts. 71 y 76.

8 Art. 199, Código de Trabajo de Chile.

9 El tema de las licencias por paternidad seva incorporando en la agenda pública demodo incipiente y de la mano de algunoscambios culturales que promueven lapaulatina vinculación de los hombres enla crianza de sus hijos. En la actualidad,en Argentina y Costa Rica existen pro-yectos de ley para ampliar licencias parapadres hasta quince días, aunque aún nohan sido aprobados.

10 Véase la Convención sobre la Elimina-ción de Todas las Formas de Discrimina-ción contra la Mujer (CEDAW), Artí-culo 11, y la Convención sobre los De-rechos del Niño, Artículo 18.

11 Por razones de espacio, en este acápite sehan suprimido las referencias a los dis-cursos de hombres entrevistados, inclui-das en la versión original de este artículo.

12 Una de las investigaciones analizó las re-flexiones de hombres colombianos vin-culados a la función pública acerca delmodo en que se estructuran las desigual-dades de género en distintos escenariosde la vida social (Faur, 2004). La otra,

Page 12: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN ...masculinidad.org/wp-content/uploads/2017/01/Género-masculinidad… · Palabras-chaves: conciliação familia-trabalho masculinidades,

ESCOBAR C., M.R.; MENDOZA R., N.C. JÓVENES CONTEMPORÁNEOS: ENTRE LA HETEROGENEIDAD Y LAS DESIGUALDADESFAUR, E.: GÉNERO, MASCULINIDADES Y POLÍTICAS DE CONCILIACIÓN FAMILIA-TRABAJO 141NÓMADAS

corresponde a los resultados prelimina-res del análisis de 31 entrevistas en pro-fundidad realizadas con hombres de sec-tores medios y populares del Área Me-tropolitana de Buenos Aires.

13 Véase Jelin y Feijoó, 1980.

14 Para la observación del modo en que el“principio de igualdad” se encuentra pre-sente en las legislaciones analizadas, véa-se Pautassi, Faur, Gherardi, ob. cit.

15 Según el Diccionario de la Real Acade-mia Española (www.rae.es): “Conciliar:1. tr. Componer y ajustar los ánimos dequienes estaban opuestos entre sí. (…)”

#������� �

AGUIRRE, Rosario, Cristina García y Cris-tina Carrasco, 2005, El tiempo, los tiem-pos. Una vara de desigualdad, Santiago deChile, CepalL, Unidad Mujer y Desa-rrollo.

ARAYA, María José, 2003, Un acercamientoa las encuestas sobre el uso del tiempo conorientación de género, Santiago de Chile,Cepal - Unidad Mujer y Desarrollo.

ARIZA, Marina y Orlandina de Oliveira,2003, “Acerca de las familias y los hoga-res: estructura y dinámica”, en: CatalinaWainerman (comp.), Familia, trabajo ygénero. Un mundo de nuevas relaciones,Buenos Aires, Unicef / Fondo de Cultu-ra Económica.

BIRGIN, Haydée, 2003, “Darle poder a la ley:herramientas de acción ciudadana y ac-ceso a la justicia”, en: Eleonor Faur yAlicia Lamas (comps.), Derechos univer-sales, realidades particulares. Reflexionesy herramientas para la concreción de losderechos de mujeres, niños y niñas, Bue-nos Aires, Unicef.

CEPAL, 2004a, Caminos hacia la equidad deGénero en América Latina y el Caribe, 9a

Conferencia Regional sobre la Mujer deAmérica Latina y el Caribe, Santiago deChile, Cepal.

, 2004b, Panorama Social de Améri-ca Latina, Santiago de Chile, Cepal.

CODIFICACIÓN DEL Código del Trabajo- Ecuador.

CÓDIGO DEL Trabajo – Chile

CÓDIGO DEL Trabajo – El Salvador

COLTRANE, Scott, 2000, “Research onHousehold Labor: Modeling and Measu-ring the Social Emeddedness of Routine

Family Work”, en: Journal of Marriageand the Family, No. 62, November.

CREIGHTON, Colin, 1999, “The rise anddecline of the ́ male breadwinner familyin Britain”, en: Cambridge Journal ofEconomics, Vol. 23, No. 5, Special Issueon the Family, September, OxfordUniversity Press.

CROMPTON, Rosemary, 1999, “The Decli-ne of the Male Breadwinner: Explana-tions and Interpretations”, en: RosemaryCrompton (ed.), Restructuring GenderRelations and Employment. The Declineof the Male Breadwinner, Nueva York,Oxford University Press.

DI MARCO, Graciela, 2005, “Las familias”,en: Democratización de las familias, Bue-nos Aires, Unicef.

ELLINGSAETER, Anne Lise, 1999, “DualBreadwinners between State and Mar-ket”, en: Rosemary Crompton (ed.),Restructuring Gender Relations andEmployment. The Decline of the MaleBreadwinner, Nueva York, Oxford Uni-versity Press.

ESPING-ANDERSEN, Gosta, 1996, “Wel-fare States without Work: the Impasseof Labour Shedding and Familialism inContinental European Social Policy”,en: Gosta Esping-Andersen (ed.),Welfare States in Transition. NationalAdaptation in Global Economies, Londres,UNRISD / Sage Publications.

, 2002, “A new gender contract”,en: Gosta Esping-Andersen, et ál., Whywe need a new welfare state, Nueva York,Oxford University Press.

FAUR, Eleonor, 2004, Masculinidades y desa-rrollo social. Las relaciones de género des-de la perspectiva de los hombres, Santaféde Bogotá, UNICEF / Arango Editores.

FAUR, Eleonor y Natalia Gherardi, 2005, “Elderecho al trabajo y la ocupación de lasmujeres”, en: Equipo Latinoamericanode Justicia y Género, Informe sobre Gé-nero y Derechos Humanos. Vigencia y res-peto de los derechos de las mujeres en Ar-gentina, Buenos Aires, Biblos.

FOLBRE, Nancy, 1994, Who pays for the kids?Gender and the structures of constraint,Londres y Nueva York, Routledge.

FULLER, Norma, 2001, “No uno sino mu-chos rostros. Identidad masculina en elPerú urbano”, en: Mara Viveros, JoséOlavarría y Norma Fuller, Hombres e iden-tidades de género. Investigaciones desdeAmérica Latina, Bogotá, CES - Univer-sidad Nacional de Colombia.

JELIN, Elizabeth y María del Carmen Feijóo,1980, Trabajo y familia en el ciclo de vidafemenino: el caso de los sectores popularesde Buenos Aires, Buenos Aires, CEDES,Vol. 3, No. 8/9.

MARTÍNEZ, Juliana y Rosalía Camacho,2005, “¿Agua y aceite? Conciliación en-tre mundos productivo y reproductivoen América Latina”, Informe de consul-toría para GTZ/UNFPA, mimeo.

OLAVARRÍA, José, 2001, “Invisibilidad ypoder. Hombrees de Santiago de Chile”,en: Mara Viveros, José Olavarría y Nor-ma Fuller, Hombres e identidades de géne-ro. Investigaciones desde América Latina,Bogotá, CES-Universidad Nacional deColombia.

PAUTASSI, Laura, Eleonor Faur y NataliaGherardi, 2004, Legislación laboral en seispaíses latinoamericanos. Avances y omi-siones para una mayor equidad, Santiagode Chile, Cepal, Unidad Mujer y Desa-rrollo.

SAINSBURY, Diane, 1999, “Gender andSocial-Democratic Welfare Status”, en:D. Sainsbury (ed.), Gender and welfarestate regimes, Nueva York, OxfordUniversity Press.

VALDÉS, Teresa y José Olavarría, 1997, “In-troducción”, en: Teresa Valdés y JoséOlavarría (eds.), Masculinidad/es. Podery crisis, Santiago de Chile, Isis-Interna-cional / Flacso.

VALENZUELA, María Elena, 2004, Muje-res: Pobreza y Mercado de Trabajo, Ar-gentina y Paraguay, Santiago de Chile,Organización Internacional del Trabajo.

VIVEROS VIGOYA, Mara, 2001, “Masculi-nidades. Diversidades regionales y cam-bios generacionales en Colombia”, en:Mara Viveros, José Olavarría y NormaFuller, Hombres e identidades de género.Investigaciones desde América Latina,Bogotá, CES-Universidad Nacional deColombia.

WAINERMAN, Catalina, 2003a, “Familia yTrabajo. La reestructuración de las fron-teras de género”, en: Catalina Wainerman(comp.), Familia y trabajo recreando rela-ciones de género, Buenos Aires, Unicef /Fondo de Cultura Económica.

, 2003b, “Padres y maridos. Loshombres en la familia”, en: CatalinaWainerman (comp.), Familia, Trabajo yGénero. Un mundo de nuevas relaciones,Buenos Aires, Unicef/ Fondo de CulturaEconómica.