Glosario (3) Final

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Glosario Nicole Del Real Signo: Manifestación objetiva de un estado que puede ser patológico. Los signos son observados por el clínico mas que descritos por el individuo. Síntoma: Manifestación subjetiva de un estado patológico. Los síntomas son descritos por el individuo afecto mas que observados por el clínico. Síndrome: Agrupación de signos y síntomas basada en una frecuente coocurrencia, que puede sugerir una patogenia, una evolución, unos antecedentes familiares o una selección terapéutica comunes. Prurito: Nombre científico de la comezón. Trastorno: Desequilibrio del estado mental, es mas complejo para poder ser identificado y se basa en criterios específicos. Psicopatología: Disciplina psicológica en la que la perspectiva del desarrollo psíquico indaga mas que las causas orgánicas el funcionamiento anormal de la actividad psíquica, con el objetivo de identificar en forma sistemática las causas específicas. Sus tres criterios principales son: - Conformidad con las normas

Transcript of Glosario (3) Final

Glosario

Nicole Del Real

Signo: Manifestación objetiva de un estado que puede ser patológico. Los

signos son observados por el clínico mas que descritos por el individuo.

Síntoma: Manifestación subjetiva de un estado patológico. Los síntomas son

descritos por el individuo afecto mas que observados por el clínico.

Síndrome: Agrupación de signos y síntomas basada en una frecuente

coocurrencia, que puede sugerir una patogenia, una evolución, unos

antecedentes familiares o una selección terapéutica comunes.

Prurito: Nombre científico de la comezón.

Trastorno: Desequilibrio del estado mental, es mas complejo para poder ser

identificado y se basa en criterios específicos.

Psicopatología: Disciplina psicológica en la que la perspectiva del desarrollo

psíquico indaga mas que las causas orgánicas el funcionamiento anormal de la

actividad psíquica, con el objetivo de identificar en forma sistemática las causas

específicas.

Sus tres criterios principales son:

- Conformidad con las normas

- Aflicción subjetiva

- Discapacidad o disfunción

Estados de conciencia

Conciencia es el estado de clara percepción del ambiente externo, el darse

cuenta del exterior, de todo lo que le rodea. El estado de conciencia normal es

Alerta.

Letargo: llamado también embotamiento, se caracteriza por la dificultad para

conservar la vigilia (somnolencia), las respuestas a estímulos son perezosas o

tardías y la vocalización es lenta, farfullante y espontánea.

Confusión: alteración casi completa del estado de conciencia, sin llegar a la

inconsciencia, en la cual la captación es difícil y las casi todas las funciones se

enlentecen.

Obnubilación: los estímulos del exterior son difícilmente o incompletamente

percibidos, el pensamiento es lento, sin claridad, por lo que la atención del

paciente es dispersa. Generalmente hay amnesia posterior.

Delirio: es más grave y se caracteriza por confusión, pánico, trastornos tales

como ilusiones, alucinaciones y/o ideas delirantes; y agitación psicomotora.

Estupor: o semicoma. Toda actividad, ya sea física o mental, es reducida al

mínimo, por lo que hay una carencia de respuesta ante los estímulos externos,

inmovilidad, nihilismo y mutismo. Existen ciertos movimientos espontáneos de

los ojos y ausencia de vocalización espontánea.

Coma: estado de pérdida de la conciencia que se caracteriza por deterioro de

las respuestas motoras y sensoriales del individuo. La persona no puede sentir

ni responder a los estímulos externos, dando la impresión de estar dormido;

pero sí continúan las funciones de respiración, circulación y eliminación.

Orientación

Orientación es tener una clara noción de la realidad, tanto interna como

externa.

Orientación en tiempo: averiguar si el paciente sabe la fecha (día, semana,

mes, año) y la hora aproximada.

Orientación en espacio: investigar si el paciente sabe dónde está (lugar exacto,

ciudad, país).

Orientación en persona (autopsíquica): averiguar si el paciente sabe quién es,

a qué se dedica, la finalidad de su presencia con el clínico.

Orientación en medio ambiente: respecto a las personas que lo rodean, quién

es su familia, con quién vive, quiénes son sus amigos.

Estados de animo

Estado de Animo es un estado afectivo o tono emocional más sostenido,

constante y profundo, que acompaña al sujeto durante un tiempo, que

interviene en la percepción que la persona tiene del mundo.

Tensión psicológica: es la sensación continua de tensión o rigidez tanto física

(básicamente muscular) como emocional (inquietud interna).

Eutímico: es el rango considerado como normal, que implica la ausencia de

estado de ánimo deprimido o elevado.

Disfórico: implica una sensación displacentera. Oscilaciones con estado de

inconfortabilidad.

Elevado o Eufórico: sensación exagerada de bienestar, optimismo, euforia o

regocijo. Produce una gran capacidad para soportar el dolor.

Expansivo: falta de límites o restricción en la expresión emocional,

acompañado frecuentemente por sobrevaloración de la importancia de sí

mismo.

Irritable: fácilmente se le molesta o se provoca su enojo. Excesiva sensibilidad.

Indiferente: apatía intensa, falta de vigor. El sujeto no experimenta sensación

alguna al entrar en contacto con el mundo exterior.

Ambivalente: tendencia a experimentar de la misma forma aspectos opuestos,

sin que haya duda (por ejemplo expresar amor y odio a la vez).

Miedo: inquietud originada por un estímulo identificado que pudiera significar un

peligro real, objetivo. El miedo tiende a mover a la persona para lograr el

bienestar y la supervivencia.

Pánico: miedo en grado extremo, que implica además un pensamiento

irracional. El pánico paraliza, la conciencia se ofusca y evita que la persona se

mueva hacia su bienestar y supervivencia.

Ansiedad: sensación de inquietud, tensión, aprensión y opresión ante la

suposición de un posible daño; esperar estar a merced de una amenaza o daño

inminente. Estado emotivo desagradable de expectación temerosa.

Tristeza: estado de pena provocado por una pérdida importante psíquicamente.

Depresión: síndrome caracterizado por dificultad para pensar y concentrarse,

retardo psicomotor, pérdida de intereses, llanto fácil, angustia, trastornos del

sueño y/o apetito y sentimientos de minusvalía.

Despersonalización: consiste en sentirse distinto, no ser uno mismo. Puede

sentir que ciertas partes de su cuerpo o mente ya no le pertenecen.

Alexitimia: Incapacidad de reconocer los sentimientos o expresarlos.

Hipomanía: Hiperactividad, mucha energía, una manía funcional, irritable.

Manía: Incontrolabilidad, no es funcional.

Embotado: es una reducción considerable en la intensidad de la expresión

emocional.

Aplanado: ausencia total o parcial de cualquier signo de expresión emocional.

Inapropiado o Paratimia: incongruencia entre la expresión emocional y el

contenido del pensamiento o discurso.

Lábil (voluble): cambios anormales continuos, rápidos y súbitos en la expresión

emocional.

Heboide: payaseo y falta de seriedad poco adecuada y banal.

Anhedonia: incapacidad para experimentar placer.

Abulia: del griego a “sin” y boulé “voluntad”. Falta de iniciativa (voluntad) y

espontaneidad para emprender una acción, sin que se altere la conciencia.

Tristeza Melancolía

Alegría Euforia

Miedo Ansiedad Pánico

Apego Adoración

Enojo Furia

Motricidad

Inhibición psicomotriz: incapacidad total o parcial de ejecutar un movimiento.

Hipomimia: pobreza y escasez de movimientos faciales.

Acinesia: del griego a “sin” y kinesis “movimiento”. Ausencia o deficiencia del

movimiento espontáneo, como se observa en la enfermedad de Parkinson.

Parakinesia: movimientos sin sentido e inadecuados.

Hipocinesia: disminución del movimiento voluntario.

Estupor: acinesia y mutismo (ver lenguaje y discurso).

Exaltación psicomotriz: aumento de la expresividad y motricidad.

Agitación psicomotora: exaltación incoherente e impulsividad.

Fatiga: fuerza insuficiente para rendir completamente en una tarea.

Acciones impulsivas: realización de acciones no mediadas por la voluntad.

Coprofagia: impulso irrefrenable a comer las propias heces.

Disfagia: del griego dys “difícil” y phagien “comer”. Dificultad para la deglución.

Bizarrería: conductas extrañas, disonantes e inadecuadas.

Desaseo personal: perturbación del impulso de autocuidado.

Inhabilidad motora: reducción de la destreza para tareas.

Apraxia: del griego a “sin” y praxis “hacer”. Incapacidad para efectuar

movimientos intencionales y aprendidos complejos, aunque no están

paralizados los músculos.

Ataxia: del griego a “sin” y taxis “orden”. Pérdida de la coordinación muscular

con irregularidad del movimiento. Se observa con frecuencia en una

enfermedad cerebelosa.

Balismo: del griego ballismos “brincar, lanzar”. Movimientos desenfrenados y

violentos, por lo general de un lado del cuerpo, consecutivos a una lesión en el

núcleo subtalámico contralateral.

Dismetría: medición inapropiada de la distancia, alteración del control de los

límites del movimiento. Es un signo de enfermedad cerebelosa.

Hemiparesia: del griego hemi “mitad” y paresis “relajación”. Debilidad de un

lado del cuerpo.

Perseveración motora: repetición de lo anteriormente hecho.

Tic: acto motor o verbalización involuntario, súbito, constante estereotipado

que, aparentemente no tiene sentido. Movimiento repetitivo, sin control,

inoportunos, aumentados por tensión.

Mímica anticipatoria: gestos expresivos antes de la idea.

Temblores: movimientos oscilatorios regulares y rítmicos, de reposo o acción.

Temblor Parkinsoniano: temblor rítmico, tosco, con una duración aproximada

de 4 a 5 movimientos por segundo.

Distonía: contracciones musculares sostenidas y en patrones de músculos

agonistas y antagonistas que conducen a movimientos involuntarios de

torcimientos.

Akatisia: necesidad subjetiva de mantenerse en movimiento.

Mioclonías: contracción brusca e involuntaria de un músculo.

Ecopraxia: Imitación de los movimientos y/o expresiones de otra persona, casi

automáticamente.

Manerismos: movimientos inútiles que al no mostrar sencillez y naturalidad,

hacen parecer que el paciente está haciendo cumplidos, contorsiones, y no

están de acuerdo con el afecto real.

Catalepsia: rigidez completa mantenida en el tiempo.

Flexibilidad cérea: supresión de movimientos espontáneos, pero si alguien más

lo mueve adquiere la postura en que lo coloca (como si fuera “de cera”).

Cataplexia: pérdida total y súbita del tono muscular, de corta duración.

Paraplejia: del griego para “además de” y plege “ataque”. Parálisis de las

piernas.

Paresia: parálisis ligera o incompleta.

Automatismo: complejos actos que parecen involuntarios.

Estereotipia: repetición de actos sin sentido pragmático, siempre realizados de

la misma forma.

Movimientos Coreicos: del griego choros “danza”. Parecidos a los normales,

pero grotescos, involuntarios, bruscos, cortos e irregulares de las extremidades

o la cara, secundarios a una lesión estriatal. Como nunca son los mismos, no

son estereotipados. Anteriormente se conocía como baile de San Vito.

Atetosis: del griego athetos “sin posición o sitio”. Trastorno del movimiento

involuntario caracterizado por movimientos irregulares lentos, de torsión, en

partes distales de las extremidades. Son más lentos y duraderos que los

coreicos.

Bradicinesia: del griego brady “lento” y kinesis “movimiento”. Lentitud anormal

del movimiento, como se observa en la enfermedad de Parkinson.

Compulsión: son acciones estereotipadas, en forma de ritual, generalmente

destinadas a suprimir una obsesión.

Ecopraxia: Imitación inconsciente de los movimientos.

Parotonía: Síntoma de la parálisis cerebral en la cual cuando se intenta relajar

a la persona se genera mayor tensión.

Sincinesia: Movimientos involuntarios que nacen mientras hacemos otras

actividades.

Lenguaje

Profusa o Logorrea: el número de palabras es elevado, y con gran velocidad.

Discurso copioso e incontenible, pero coherente.

Disminuida o Pobreza del habla: pocas palabras o frases monosilábicas.

Fuga de ideas o Descarrilamiento: habla acelerada con constantes cambios de

tema, aparentemente sin secuencia lógica. Se dicen cosas yuxtaponiéndolas.

El cambio suele ser influido por estímulos externos y con frecuencia no termina

de externar un tema cuando ya inició el siguiente.

Perseveración: repetición persistente de palabras, preguntas o ideas.

Prolijidad: uso innecesario de exceso de detalles poco importantes, lo cual

hace largo el discurso. No sabe distinguir lo importante de lo superfluo al tratar

de expresarse.

Disgregación o Disociación: separar las partes que integran el discurso,

haciéndolo incomprensible, fragmentado.

Neologismos: creación de nuevas palabras que son incomprensibles para los

demás. Puede darse en respuesta a una necesidad de comunicación o como

resultado de un trastorno cerebral. En este último caso, la palabra ideada

sustituye a una palabra deseada pero sin significado.

Ecolalia: repetición e imitación patológica y burda (y en apariencia sin

conciencia) de las palabras de otra persona.

Bloqueo: detención súbita y pasajera del flujo verbal antes de completar un

pensamiento o idea. Después de un breve silencio el sujeto señala que no sabe

qué iba a decir o de qué estaba hablando.

Jergafasia: interposición ilógica de sílabas y/o palabras que hace que el

discurso no se comprenda.

Mutismo: Inhibir el habla sin deterioro físico en los órganos que intervienen en

el lenguaje.

Afasia: del griego a “sin” y phasis “habla”. Defecto de la comunicación mediante

el lenguaje, pérdida del habla. Puede dividirse en afasia motora (incapacidad

para hablar) o afasia sensorial (incapacidad para comprender).

Disfasia: dificultad para comprender o expresar el lenguaje.

Parafasia: fenómeno afásico en el que el paciente utiliza palabras erróneas o

las emplea en combinaciones equívocas.

Disartria: del griego dys “difícil” y arthroun “pronunciación”. Dificultad del habla.

Articulación imperfecta y confusa del lenguaje por una alteración del control

muscular del mecanismo del habla.

Anomia: incapacidad para nombrar objetos o reconocer y recordar sus

nombres.

Alexia: pérdida de la capacidad para reconocer el significado de palabras

escritas o impresas.

Coprolalia: utilización de lenguaje grosero e incluso obsceno.

Habla distraída: el sujeto se para en medio de una frase o idea y cambia el

tema en respuesta a estímulos inmediatos.

Tangencialidad: el sujeto responde de forma oblicua, tangencial o incluso

irrelevante (por ejemplo: “¿cuántos años tienes? y responde: tantos como las

pirámides que se van desintegrando”).

Incoherencia: llamada también esquizofasia o paragramatismo. El discurso se

vuelve ininteligible. Algunas veces se ignoran las reglas de la sintaxis y se unen

palabras arbitrariamente y al azar. En general falta una adecuada conexión

entre palabras. A diferencia de la fuga de ideas, la anomalía se da a nivel de

frase, en la relación entre las palabras que la componen.

Ilogicidad: patrón de habla en el que las conclusiones alcanzadas no se siguen

lógicamente (p.e. hoy es usted una manzana... por tanto le encuentro muy

sano).

Alogia: Discurso pobre como consecuencia de pensamiento pobre. respuestas

con una duración mayor de lo adecuado y que proporcionan poca información.

El lenguaje tiende a ser vago, repetitivo y estereotipado.

Resonancias: son los sonidos los que gobiernan la elección de las palabras

(p.e. tábano, tabaco, tabasco).

Taquilalia: Modo de hablar excesivamente rápido y atropellado, a la persona

afectada a penas se le entiende.

Disprosodia: Alteración del ritmo del habla debido a un trastorno de la

coordinación del lenguaje con la respiración, y que constituye un síntoma de

afasia motora.

Dislalia: Es el trastorno de algún o algunos fonemas, ya sea por ausencia o

alteración de algunos sonidos concretos del habla, o por la sustitución de estos

por otros.

Farfulleo: Alteración de la fluidez, en la cual además de comprometerse la

velocidad del habla, están afectados la secuencia y el ritmo.

Soliloquio: Discusión o reflexión en voz alta.

Logoclonía: Repetición espasmódica de una sílaba en medio o al final de una

palabra.

Verbigeración: Lenguaje incoherente en el cual las mismas palabras se repiten

indefinidamente, se observa en ciertos dementes excitados.

Resonancias: Son los sonidos los que gobiernan la elección de las palabras.

Disfemia (tartamudez): Trastorno de fluidez del habla que afecta el ritmo de la

expresión verbal.

Pensamiento

Pensamiento tangencial: flujo de ideas al margen del tema, inconscientemente.

Pensamiento restringido: significativa falta de ideas, limitadas a pocos temas.

Pensamiento mágico: creencia de que los pensamientos o acciones de uno

ocasionarán un resultado tal que va contra toda lógica de causa-efecto (por

ejemplo, si pienso que alguien va a morir, eso pasará).

Idea Delirante: creencia falsa basada en interpretaciones incorrectas de la

realidad, y que es firmemente sostenida por la persona a pesar de que existan

pruebas de lo contrario o a pesar de lo que todos los demás crean.

Generalmente su contenido es absurdo o imposible. Entre las ideas delirantes

más frecuentes se encuentran:

Bizarra: implica un acontecimiento que en la cultura de esa persona sería

inconcebible, situaciones que no pueden ocurrir en la vida real (por ejemplo,

creer que un extraño le ha quitado sus órganos internos y los ha reemplazado

con los de alguien más sin dejar ninguna herida o cicatriz).

De persecución: el tópico es que la persona misma o quienes son cercanos a

ella son atacados, perseguidos, o perjudicados de alguna forma. Hay una

hostilidad concreta del medio ambiente.

De grandiosidad (Megalomanía): su tema principal es el incremento de la

sensación de valía, poder, conocimiento, o de tener una relación especial con

un dios o personaje famoso. Implica también tener un gran talento desconocido

por los demás.

De referencia: sensación de hostilidad general de parte del exterior, pero sin

concretización o creencia exacta. El medio ambiente tiene una importancia

particular e inusual para la persona, generalmente negativa.

De difusión del pensamiento: creencia de que el pensamiento propio está

siendo difundido de forma tal que otros puedan conocerlo.

De inserción de pensamiento: creencia de que algún pensamiento no es propio,

sino que se le ha insertado en la mente.

De control: creencia de que los pensamientos son controlados por un elemento

externo (persona u objeto), ya sea que a él le controlen su pensamiento o él

controle el pensamiento de otros.

Celotipia: creencia de que la pareja es infiel.

Erotomaníaca: creencia de que otra persona, generalmente de una posición

superior, está enamorada de él.

Nihilista (negación): se niega la existencia de algo, “no existe nada”, incluso se

niega la existencia de sí mismo, cree estar muerto.

De culpa: el tema principal son los autorreproches por haber cometido algo que

no tiene perdón o disculpa.

Somática: involucra sensaciones o funciones corporales; por ejemplo, creer

que se tiene la piel por encima o por debajo infestada de insectos.

Obsesión: ideas, creencias, imágenes o impulsos frecuentes que en apariencia

carecen de sentido (la persona lo reconoce), que aunque se trate de evitarlos o

suprimirlos esto no se consigue lo cual provoca ansiedad. Son egodistónicas

(el sujeto las vive como ajenas a su voluntad, como impuestas).C. Fobia: miedo

intenso, irracional e incontrolable hacia un objeto o situación específicos, lo

cual lleva a la persona a evitar el objeto fóbico o a soportarlo con ansiedad

extrema.

Ideas sobrevaloradas: Regularmente encontrados en personas narcisistas,

megalómanas en las cuales una idea irracional tiene un valor excesivo en la

persona.

Pensamiento fóbico: Ideación de peligro irracional e incoherente ante una idea.

Pensamiento hipocondriaco: pensamiento recurrente de enfermedad en el cual

se cambia constantemente de diagnóstico.

Ideas suicidas: Pensamiento recurrente sobre suicidarse por sus medios.

Ideas tanáticas: Pensamiento recurrente sobre la muerte.

Delirio de Capgrass (Síndrome de Capgrass): Una parte del cerebro se

desconecta, la parte sentimental conectada con lo visual, lo que desemboca en

sentir que la persona a la cual se esta viendo es un impostor.

Percepción

Parestesia: sensación deformada, como hormigueo o “espinas”.

Hiperestesia: percepción excesiva de la intensidad. Percepción vivida muy

intensamente en relación al estímulo que la provoca.

Hipostesia: percepción disminuida de la intensidad.

Anestesia: ausencia absoluta de percepción de la intensidad.

Hemianestesia: del griego hemi “mitad”, an “negativo” y aisthesis “sensación”.

Pérdida de la sensibilidad o la sensación en la mitad del cuerpo.

Hiperalgesia: percepción aumentada de la intensidad del dolor.

Hipoalgesia: percepción disminuida de la intensidad del dolor.

Hiperacusia: percepción intensa anormal del sonido.

Hipoacusia: disminución de la audición.

Palinacusia: del griego palin “hacia atrás” o “de nueva cuenta”, y curis

“escuchar”. Preservación auditiva. Continuación o recurrencia patológicas de

una sensación auditiva después de terminar el estímulo.

Anosmia: ausencia del sentido del olfato.

Agnosia: del griego a “sin” y gnosis “conocimiento”. Incapacidad para reconocer

e interpretar la información sensorial.

Prosopagnosia: del griego prosopon “cara” y gnosis “conocer”. Incapacidad

para reconocer caras familiares. No hay problemas para reconocer que una

cara es tal, diferenciar caras según el sexo o la raza o decodificar su expresión

emocional. Los errores ocurren sólo para identificar qué cara es.

Simultanagnosia: incapacidad para comprender más de un elemento de una

escena visual al mismo tiempo o integrar las partes en un todo.

Metamorfopsia: anomalía en la percepción del tamaño y la forma.

Dismegalopsia: anomalía en la percepción del tamaño. Puede dividirse en:

- Micropsia: los objetos reales se perciben a escala reducida (o muy

lejanos).

- Macropsia o megalopsia: Los objetos reales se perciben a escala

aumentada (o muy cercanos).

Dismorfopsia: anomalía en la percepción de la forma.

Autometamorfopsia: cuando esta distorsión es referida al propio cuerpo.

Anomalías en la integración perceptiva: la persona parece incapaz de

establecer los nexos que habitualmente existen entre 2 ó más percepciones

procedentes de modalidades sensoriales diferentes. Las conexiones entre

ambas modalidades (por ejemplo, auditiva y visual) han fracasado o no se han

establecido correctamente. Pueden presentarse:

- Aglutinación: las distintas cualidades sensoriales se funden en una sola

experiencia perceptiva. La persona parece incapaz de distinguir entre

diferentes sensaciones. Una forma especial, es la Sinestesia, en la cual

hay una asociación anormal de las sensaciones, en la que una

sensación se asocia a una imagen que pertenece a un órgano sensorial

diferente (p.e. la audición coloreada, “ver” colores al oír música).

- Escisión perceptiva: opuesto a la aglutinación. El objeto percibido se

desintegra en fragmentos o elementos.

Ilusión: percepción equivocada de un objeto concreto. Mala percepción o mala

interpretación de un estímulo externo real (por ejemplo, el sonar de las hojas de

un árbol con el viento, puede escucharse como voces). Pueden ser también de:

- Sentido de presencia: la persona tiene la sensación de que no está sola,

aunque no haya nadie a su alrededor:

- Pareidolia: el sujeto proporciona una organización y significado a un

estímulo ambiguo o poco estructurado (p.e. caras que vemos dibujadas

en el perfil de una montaña). Cabe señalarse que no es patológica.

Alucinación: percepción sensorial que aunque no exista ninguna estimulación

externa, la persona acepta como verdadera. La persona puede estar

consciente o no de tener una alucinación. Este término no se aplica a las falsas

percepciones que se presentan durante la somnolencia, antes de dormirse

(hipnagógicas) o al despertar (hipnopómpicas). Es una representación mental

que se produce en ausencia de un estímulo apropiado a la experiencia que la

persona tiene, pero que tiene toda la fuerza e impacto de la correspondiente

percepción real. Se clasifican en:

1) Según su complejidad:

a) Elemental: impresión difusa, sencilla e indiferenciada (p.e. ruidos, luces,

relámpagos, sonidos aislados).

b) Compleja: percepción de objetos o cosas concretas (voces, personas,

animales, conversaciones, etc.).

2) Según sus contenidos:

a) Miedos, deseos, recuerdos, experiencias anteriores.

b) Culturales y/o religiosas.

c) Situaciones vitales especiales: reclusión, conflictos, etc.

d) Relacionadas con los delirios u otras psicopatologías.

3) Según su modalidad sensorial:

a) Auditiva: Involucra la percepción de un sonido, más frecuentemente

voces. Es la más frecuente. Se divide en:

i) Acoasma: alucinación muy elemental, como ruidos, murmullos,

pasos, cuchicheos.

ii) Fonema: alucinación más estructurada y formada, en la que la

persona puede escuchar claramente palabras con significado.

iii) Imperativa: la voz escuchada da órdenes.

iv) En segunda persona: oye voces que le hablan (“eres un cobarde”,

“vas a morir”).

v) En tercera persona: oye voces que hablan de él (“no sabe hablar”,

“es un cobarde”).

b) Visual: involucra una imagen, sea de una forma definida (por ejemplo,

una persona) o sin forma (por ejemplo, flashes de luz).

i) Fotorpia o Fotoma: imágenes muy elementales, como destellos,

círculos luminosos, llamas.

ii) Liliputiense: se presenta en un tamaño reducido.

iii) Gulliverianas: experimentadas en tamaño gigantesco.

c) Táctil o Hapática: Se divide en:

i) Activa: el sujeto cree que él ha tocado un objeto inexistente.

ii) Pasiva: el sujeto cree que alguien o algo lo toca, estrangula, pincha,

etc.

iii) Térmica: percepción anormal y extrema de calor o frío.

iv) Hídrica: percepción de fluidos.

v) Parestesia: sensación de hormigueo con una explicación delirante de

parte del sujeto.

vi) Formicación o Delirio dermatozóico, zoopático o enterozóico:

sensación de que pequeños animales o insectos reptan por debajo o

encima de la piel.

d) Olfativa: involucra la percepción de un olor, por ejemplo, un alimento

descompuesto o plástico quemado.

e) Gustativa: involucra la percepción de un sabor, que generalmente es

desagradable.

f) Somática o visceral (cenestésica): sensación que el sujeto considera

procedente casi siempre del interior de su propio cuerpo, o que afectan a

sus órganos intentos y externos.

g) Cenestésica: se refiere a percepción de movimiento de ciertas partes del

cuerpo que realmente no se están moviendo.

h) Multimodales o mixtas.

Variantes fenomenológicas de la experiencia alucinatoria:

- Pseudoalucinación: la persona que las experimenta no las considera

“reales”, hay un reconocimiento de subjetividad de parte de quien la vive.

A diferencia de las alucinaciones, estas experiencias pueden darse en

personas sanas en momentos de crisis. La persona no las describen

como escenas reales, sino como “visiones” (p.e. una viuda que “oye” la

voz de su marido muerto).

- Alucinación funcional: un estímulo desencadena la alucinación, pero es

percibido al mismo tiempo que la alucinación y en la misma modalidad

sensorial (p.e. oír la voz de Dios al mismo tiempo que se oyen las

campanadas de un reloj). No se malinterpreta la percepción del reloj

como la voz de Dios (como sería en la Ilusión), pero se escuchan los dos

al mismo tiempo.

- Alucinación refleja: un estímulo perteneciente a un campo sensorial

determinado activa la aparición de una alucinación en otra modalidad

sensorial diferente (p.e. sentir dolor cuando otra persona estornuda, y

estar convencido de que el estornudo de otro le causó dolor a él).

- Autoscopia: verse a sí mismo como un doble reflejado en un cristal, a

menudo con consistencia gelatinosa y transparente, con el conocimiento

de que la figura que se está viendo es uno mismo. En la autoscopia

negativa, el sujeto no se ve a sí mismo cuando se refleja su imagen en

un espejo. Alucinación extracampina: se experimentan fuera del campo

visual (p.e. el sujeto puede ver a alguien sentado detrás de él cuando

está mirando de frente).

- Alucinación negativa: el sujeto no percibe algo que sí existe.

Memoria

Memoria inmediata: memoria sobre acontecimientos ocurridos en ese

momento, por ejemplo, recordar un conjunto de números que se le acabe de

decir, recordar instrucciones inmediatas.

Memoria a corto plazo: es la memoria sobre datos y/o acontecimientos con los

que se ha tenido contacto recientemente, por ejemplo, dónde vive, qué comió

ayer, qué hizo hace una semana.

Memoria a largo plazo: recordar datos y/o sucesos acontecidos hace un tiempo

considerable, por ejemplo, relatar su vida, fechas, etc.

Síndrome amnésico: una lesión cerebral produce un déficit global y permanente

de memoria, sin que haya otros deterioros intelectuales. Se caracteriza por

amnesia anterógrada (una gran dificultad para retener información recibida

después del comienzo de la amnesia), y puede ir o no acompañada de

amnesia retrograda (no recordar el pasado, o eventos anteriores al inicio de la

amnesia).

Déja vu: experimental algo como “ya lo he visto” o “ya lo he vivido”, aún

sabiendo que es la primera vez que lo vemos. Es una sensación de

familiaridad. Ilusión en la que se ve de forma incorrecta una nueva situación

como la repetición de una previa. Por lo general es un aura de las crisis del

lóbulo temporal.

Jamais vu: al contrario que el déja vu, el individuo aunque conoce (y recuerda)

una determinada situación, no experimenta ninguna sensación de familiaridad.

Confabulación: fabricación de recuerdos para rellenar lagunas amnésicas. Se

da en el síndrome amnésico con estado de conciencia lúcida y sin intención de

mentir.

Pseudología fantástica: la persona narra hechos completamente inventados o

fantaseados (que llegan a creerse ellos mismos) a causa de una necesidad

afectiva. Suelen ser fácilmente detectables porque tienen un marcado cariz de

imposibilidad y son fácilmente refutables.

Diagnóstico Multiaxial del DSM-IV

Eje I: Trastornos clínicos (Psiquiátricos y psicológicos)

Eje II: Trastornos de personalidad y retraso mental

Eje III: Enfermedades Médicas con referencia de CIE-10

Eje IV: Problemas psicosociales y ambientales (laborales, familiares, etc)

Eje V: Evaluación o actividad global (nivel de funcionalidad del sujeto)

Retraso Mental

Este trastorno se caracteriza por una capacidad intelectual significativamente

por debajo del promedio (un CI de aproximadamente 70 o inferior), con una

edad de inicio anterior a los 18 años y déficit o insuficiencias concurrentes en la

actividad adaptativa.

Leve

CI entre 50-55 y aproximadamente 70. El retraso mental leve se considera en

la categoría pedagógica como «educable». Este grupo incluye al 85 % de las

personas afectadas por el trastorno, tienen insuficiencias mínimas en las áreas

sensoriomotoras y con frecuencia no son distinguibles de otros niños sin

retraso mental hasta edades posteriores. Pueden adquirir habilidades sociales

y laborales adecuadas para una autonomía mínima, pero pueden necesitar

supervisión, orientación y asistencia,

Moderado

CI entre 35-40 y 50-55. El retraso mental moderado equivale a la categoría

pedagógica de «adiestrable». Este grupo constituye el 10 % de toda la

población con retraso mental. La mayoría de los individuos con este nivel de

retraso mental adquieren habilidades de comunicación durante los primeros

años de la niñez. Pueden aprovecharse de una formación laboral y, con

supervisión moderada, atender a su propio cuidado personal, son capaces de

realizar trabajos no cualificados o semicualificados, siempre con supervisión,

en talleres protegidos o en el mercado general del trabajo.

Grave

CI entre 20-25 y 35-40. El grupo de personas con retraso mental grave incluye

el 3-4 % de los individuos con retraso mental. Durante los primeros años de la

niñez adquieren un lenguaje comunicativo escaso o nulo. Durante la edad

escolar pueden aprender a hablar y pueden ser adiestrados en habilidades

elementales de cuidado personal, pueden ser capaces de realizar tareas

simples estrechamente supervisados en instituciones.

Profundo

CI inferior a 20 o 25. El retraso mental profundo incluye aproximadamente el 1-

2 % de las personas con retraso mental. La mayoría de los individuos con este

diagnóstico presentan una enfermedad neurológica identificada. Durante los

primeros años de la niñez desarrollan considerables alteraciones del

funcionamiento sensoriomotor.

Trastorno de la lecturaEn los sujetos con trastorno de la lectura (también denominado «dislexia»), la

lectura oral se caracteriza por distorsiones, sustituciones u omisiones; tanto la

lectura oral como la silenciosa se caracterizan por lentitud y errores en la

comprensión.

Trastorno del cálculo

En el trastorno del cálculo pueden estar afectadas diferentes habilidades,

incluyendo las «lingüísticas» (p. ej., comprensión o denominación de términos

matemáticos, operaciones o conceptos y descodificación de problemas escritos

en símbolos matemáticos), habilidades «perceptivas» (p. ej., reconocimiento o

lectura de símbolos numéricos o signos aritméticos y agrupamiento de objetos),

habilidades de «atención» (p. ej., reproducir correctamente números o cifras,

recordar el añadir números «llevando» y tener en cuenta los signos operativos)

y habilidades «matemáticas» (p. ej., seguir secuencias de pasos matemáticos,

contar objetos y aprender las tablas de multiplicar).

Trastorno de la expresión escrita

Generalmente se observa una combinación de deficiencias en la capacidad del

individuo para componer textos escritos, lo que se manifiesta por errores

gramaticales o de puntuación en la elaboración de frases, una organización

pobre de los párrafos, errores múltiples de ortografía y una grafía

excesivamente deficitaria. En general este diagnóstico no se formula si sólo

existen errores de ortografía o una mala caligrafía, en ausencia de otras

anomalías de la expresión escrita. En comparación con otros trastornos del

aprendizaje, se sabe relativamente poco acerca de los trastornos de la

expresión escrita y de su tratamiento, particularmente cuando aparecen en

ausencia de trastorno de la lectura. Con la excepción de la ortografía, en esta

área las pruebas normalizadas están menos desarrolladas que las de lectura o

de capacidad matemática, por lo que la evaluación de anomalías en las

habilidades para la escritura puede requerir la comparación de distintas

muestras de tareas escolares escritas del sujeto con el rendimiento esperado

en función de su edad y CI. Éste es especialmente el caso de niños situados en

los primeros cursos de enseñanza básica. Para establecer la presencia y

amplitud de este trastorno, pueden precisarse tareas en las que el niño deba

copiar, escribir al dictado y escribir espontáneamente.

Trastorno del desarrollo de la coordinación

Las manifestaciones de este trastorno varían en función de la edad y la etapa

del desarrollo. Por ejemplo, los niños pequeños pueden manifestar torpeza y

retrasos en la consecución de hitos del desarrollo motor (p. ej., caminar, gatear,

sentarse, anudar los zapatos, abrocharse las camisas, subir y bajar una

cremallera). Los niños mayores pueden manifestar dificultades en tareas

motoras como hacer rompecabezas, construir modelos, jugar a la pelota y

escribir.

Trastorno del lenguaje expresivo

La característica esencial de este trastorno es una deficiencia del desarrollo del

lenguaje expresivo demostrada mediante las puntuaciones obtenidas en

evaluaciones del desarrollo del lenguaje expresivo normalizadas y

administradas individualmente. Las características lingüísticas del trastorno

varían en función de su gravedad y de la edad del niño. Estas características

incluyen un habla limitada cuantitativamente, una gama reducida de

vocabulario, dificultad para la adquisición de palabras nuevas, errores de

vocabulario o de evocación de palabras, frases excesivamente cortas,

estructuras gramaticales simplificadas, limitación de las variedades de las

estructuras gramaticales (p. ej., formas del verbo), limitación de las variedades

de tipos de frases (p. ej., imperativos, interrogantes), omisiones de partes

críticas de las oraciones, utilización de un orden inusual de palabras y

enlentecimiento en el desarrollo del lenguaje. El funcionamiento no lingüístico

(medido mediante tests de inteligencia visuomanual) y las habilidades de

comprensión del lenguaje están situados habitualmente dentro de los límites

normales. El trastorno del lenguaje expresivo puede ser adquirido o evolutivo.

En el tipo adquirido se produce una insuficiencia del lenguaje expresivo tras un

período de desarrollo normal a consecuencia de una enfermedad neurológica o

médica (p. ej., encefalitis, traumatismo craneal, irradiación). En el tipo evolutivo

existe una alteración del lenguaje expresivo que no está asociada a lesión

neurológica alguna de origen desconocido. Los niños con este tipo de trastorno

suelen iniciar su habla tardíamente y progresan con más lentitud de lo normal a

través de los distintos estadios del desarrollo del lenguaje expresivo.

Trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo

Un sujeto afectado por este trastorno experimenta las dificultades asociadas a un

trastorno del lenguaje expresivo (p. ej., un vocabulario sensiblemente limitado, errores

en los tiempos verbales, dificultad para recordar palabras o producir frases de longitud

o complejidad propias de su edad evolutiva, dificultad general para expresar ideas) y

también experimenta problemas en el desarrollo del lenguaje receptivo (p. ej.,

dificultad para comprender palabras, frases o tipos específicos de palabras). En los

casos leves pueden observarse dificultades sólo para comprender tipos particulares de

palabras (p. ej., términos espaciales) o frases (p. ej., frases complejas del tipo «si-

entonces»). En los casos más graves cabe observar alteraciones múltiples, que

incluyen la incapacidad para comprender el vocabulario básico o frases simples, así

como déficit en distintas áreas del procesamiento auditivo (p. ej., discriminación de

sonidos, asociación de sonidos y símbolos, almacenamiento, rememoración y

secuenciación). El trastorno mixto del lenguaje receptivo-expresivo puede ser

adquirido o evolutivo. En el tipo adquirido se produce una afectación del lenguaje

receptivo y expresivo tras un período de desarrollo normal a consecuencia de una

enfermedad neurológica o médica. En el tipo evolutivo existe una alteración del

lenguaje receptivo y expresivo que no está asociada a afectación neurológica alguna

de origen conocido. Este tipo se caracteriza por un ritmo lento del desarrollo del

lenguaje donde el habla puede iniciarse tardíamente y avanzar con lentitud a través de

los sucesivos estadios del desarrollo del lenguaje.

Trastorno fonológico (antes trastorno del desarrollo de la articulación)

El trastorno fonológico incluye errores de la producción fonológica (esto es, de

la articulación) que comportan la incapacidad para producir correctamente

sonidos del habla, así como una serie de problemas fonológicos de índole

cognoscitiva que implican un déficit para la categorización lingüística de los

sonidos del habla (p. ej., dificultad para seleccionar los sonidos del lenguaje

que dan lugar a una diferencia de significado). La gravedad oscila entre un

efecto muy escaso o nulo sobre la inteligibilidad del habla hasta un habla

completamente ininteligible. Habitualmente, se considera que las omisiones de

sonidos son más graves que las sustituciones de sonidos, las cuales, a su vez,

son más graves que las distorsiones de sonidos. Los sonidos que más

frecuentemente se articulan mal son los de adquisición más tardía en la

secuencia del desarrollo (l, r, s, z, ch), pero en los sujetos de menor edad o

más gravemente afectados también pueden afectarse las consonantes y

vocales de desarrollo más temprano. El ceceo (esto es, la articulación

deficiente de sibilantes) es particularmente frecuente. El trastorno fonológico

puede comportar asimismo errores de selección y ordenamiento de los sonidos

en las sílabas y palabras (p. ej., sol por los).

Tartamudeo

La característica esencial del tartamudeo es un trastorno de la fluidez normal y

estructuración temporal del habla, que es inapropiada para la edad del sujeto

(Criterio A). Este trastorno se caracteriza por frecuentes repeticiones o

prolongaciones de sonidos o sílabas (Criterios A1 y A2). También se observan

otros tipos de alteraciones de la fluidez del habla, entre las que se incluyen

interjecciones (Criterio A3), fragmentación de palabras (p. ej., pausas dentro de

una palabra) (Criterio A4), bloqueo audible o silencioso (p. ej., pausas en el

habla ocupadas o no) (Criterio A5), circunloquios (esto es, sustituciones de

palabras para evitar palabras problemáticas) (Criterio A6), palabras producidas

con un exceso de tensión física (Criterio A7) y repeticiones de palabras

monosilábicas (p. ej., «Yo-yo-yo le veré») (Criterio A8). La alteración de la

fluidez interfiere el rendimiento académico o laboral, o la comunicación social

(Criterio B). Si hay un déficit sensorial o motor del habla, las deficiencias del

habla son superiores a las asociadas usualmente a estos problemas (Criterio

C). Si hay un déficit sensorial o motor del habla o una enfermedad neurológica,

se codificarán también en el Eje III. La intensidad del trastorno varía en función

de las situaciones y a menudo es más grave cuando se produce una presión

especial para comunicar (p. ej., ser preguntado en clase o entrevistado para

conseguir un empleo). El tartamudeo suele no producirse durante una lectura

oral, cantando o hablando a objetos inanimados o animales.

Trastorno autista

Trastorno de Rett

Trastorno desintegrativo infantil

Trastorno de Asperger

Trastorno por déficit de atención con hiperactividad

Trastorno disocial (Conduct disorder)

Trastorno negativista desafiante

Pica

Trastorno de rumiación

Trastorno de la ingestión alimentaria de la infancia o la niñez

Trastorno de la Tourette

Trastorno de tics motores o vocales crónicos

Trastorno de tics transitorios

Encopresis

Enuresis (no debida a una enfermedad médica)

Trastorno de ansiedad por separación

Mutismo selectivo [313.23] (antes mutismo electivo)

Trastorno reactivo de la vinculación de la infancia o la niñez

Trastorno de movimientos estereotipados (antes trastorno por estereotipias/hábitos motores)