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GLORIA, MIEDO Y VANIDAD: EL ROSTRO PLURAL DEL HOMBRE HOBBESIANO

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De esta edicin, Prometeo Libros, 2007 Pringles 521 (C11183AEJ), Ciudad de Buenos Aires, Argentina Tel.: (54-11) 4862-6794 / Fax: (54-11) 4864-3297 [email protected] www.prometeoeditorial.com Diseo y Diagramacin: R&S ISBN: 987-574 Hecho el depsito que marca la Ley 11.723 Prohibida su reproduccin total o parcial Derechos reservados

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NDICE

Introduccin .................................................................................................. 9

Primera Parte. La presentacin del problema .........................................13 1. Gloria, vanagloria e igualdad son todos los hombres igualmente vanagloriosos? .......................................................................14 2. Miedo y vanagloria: temen todos los hombres por igual? ............... 24 3. Miedo, gloria y vanagloria: las figuras plurales de la dinmica pasional .......................................................................................................30 4. Recapitulacin de la primera parte: los tipos autoritativos de la antropologa hobbesiana y la bsqueda de la paz .......................36

Segunda Parte. Las interpretaciones ........................................................39 1. Del deseo de autopreservacin al Leviatn .........................................40 2. La Ley natural como Ley moral: el fundamento trascendente de la obligacin de buscar la paz .............................................................57 3. La primaca de la paz y la conflictividad de los hombres .................74 4. Orgullo y miedo: la condicin plural e histrica de los caracteres hobbesianos ................................................................................................86

Conclusin. El rostro plural del hombre hobbesiano ............................ 97 Bibliografa ............................................................................................... 107

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INTRODUCCIN*

Otro Hobbes ms?, se interrogaba hace ya ms de treinta aos David Gauthier1 desde el ttulo de un artculo en el que anunciaba, a la vez, el arribo de su propio Hobbes. El presente ensayo no se propone sumar una nueva interpretacin a la extensa y prestigiosa galera de lecturas hobbesianas. Su objetivo es ms modesto y puntual: colocando en el punto de mira un tpico delimitado pero crucial de la obra de Hobbes pretende desplegar el espectro de las lecturas a las que la formulacin aparentemente ambigua de ese tpico ha habilitado en la historia de los estudios hobbesianos2. En efecto, este texto parte de la percepcin por cierto banal de que existe en la obra de Hobbes una tensin aparentemente irresuelta entre la afirmacin del carcter naturalmente vanaglorioso de los hombres, que los conduce a la guerra, y la afirmacin simultnea de la primaca en ellos de la pasin del miedo a la muerte violenta, que abre el camino a la* Agradecemos a Dolores Amat, Emilio de pola, Anabella Di Tullio, Facundo Vega y Agustn Volco las exhaustivas lecturas de versiones preliminares de este texto. Agradecemos tambin a Diego Rossello y Nicols Patrici por su permanente contribucin bibliogrfica, a Cecilia Abdo Ferez, Pablo Bagedelli, Diego Conno y Guillermo Sibilia por sus observaciones siempre pertinentes, a Silvana Carozzi y Jorge Dotti por las referencias generosamente aportadas y a Andrew Alexandra y Gary B. Herbert por hacernos llegar sus artculos ante nuestro pedido. 1 Gauthier, D.P., Yet another Hobbes?, Inquiry, 12, (1969). pp. 449-465. 2 Para un instructivo tratamiento de los tpicos que atraviesan el conflicto de interpretaciones de la obra de Hobbes, vase Sorgi, G., Quale Hobbes? Franco Angeli, Milano, 1996. Adems del libro de Sorgi, son de referencia habitual para la interpretacin de las interpretaciones de Hobbes los artculos de Greenleaf, W. H., Hobbes: The Problem of Interpretation, en Koselleck, R. y Schnur, R., Hobbes-Forschungen, Duncker & Humblot, Berlin, 1969. pp. 9-31 y tambin Minogue, K.R., Parts and wholes: twentieth century interpretation of Thomas Hobbes en Anales de la Ctedra Francisco Surez, N 14, (1974). pp. 76-108 y Raphael, D.D., Hobbes: Morals and Politics, Routledge, Londres y Nueva York, 1977.

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paz. Al mismo tiempo, y en tanto la Ley natural, tal como es formulada por Hobbes, manda buscar la paz, el cumplimiento de esa Ley (y a travs de ella, el acceso a la sociedad civil) parecera necesitar, cuanto menos, la destitucin o la subordinacin de la pasin de la vanagloria. De estas dos afirmaciones podemos inferir entonces que, para la interpretacin de la obra de Hobbes, la obtencin de la paz supone, de una manera u otra, una resolucin del planteo aparentemente antinmico de las pasiones de la vanagloria y el miedo. Partiendo, como decimos, de esa constatacin banal, hemos credo que poda ser fructfero echar una nueva mirada sobre la tensin sealada observando la resolucin diferente de la que sta es objeto en las diversas interpretaciones consagradas de Hobbes, y que, simultneamente, a partir del tratamiento que unas y otras interpretaciones hacen de esa tensin, podramos tal vez tambin echar alguna luz sobre las diferencias entre stas. Con ese fin, centrando la mira en el tratamiento de las pasiones de gloria, vanagloria y miedo, y en su imbricacin con la bsqueda de la paz, nos propusimos establecer una suerte de inventario de los distintos modos en que el problema que nos ocupa ha sido encarado, resuelto o eventualmente soslayado en esas lecturas consagradas de la obra de nuestro autor. Este trabajo se propone entonces dar a ver de qu manera la respuesta que cada una de las interpretaciones escogidas ofrece al problema de la deseabilidad de la paz (o de la naturaleza de la Ley natural que manda buscar la paz) en Hobbes, supone la necesidad de optar cada vez por una lectura particular entre varias posibles de la relacin entre vanidad, gloria y miedo. Dicho de otro modo: apoyndonos en la obra de Hobbes, en particular en Elements of Law, De Cive y Leviatn, intentaremos poner en evidencia que la relacin entre miedo, gloria y vanagloria que Hobbes da a ver en esos textos es susceptible de diversas lecturas, y que cada una de stas es a su vez compatible con diferentes maneras de comprender la naturaleza de la Ley natural (y conforme con sta, la naturaleza de la obligacin poltica) e incompatible con otras3. O, nuevamente, que las3

Es importante resaltar que la controversia entre las interpretaciones no tiene por objeto el contenido de la Ley natural es generalmente admitido sin mayores discusiones que la Ley natural hobbesiana manda buscar la paz, y que su corolario es la obediencia al poder absoluto del Leviatn- sino que gira fundamentalmente alrededor de la naturaleza de la obligacin que esta ley determina, y de la relacin que existe entre la naturaleza de dicha obligacin y la descripcin hobbesiana de las pasiones que orientan la finalidad de la vida de los hombres.

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diferentes interpretaciones de la naturaleza de la Ley natural y de la obligacin poltica en Hobbes pueden ser iluminadas desde el ngulo de las decisiones de lectura que implican, en lo que concierne a la relacin entre miedo, gloria y vanagloria en la obra hobbesiana. Con el fin de desandar el camino propuesto procederemos en dos etapas: en un primer momento nos concentraremos de manera puntual en el tratamiento de las pasiones de gloria, vanagloria y miedo en la obra misma de Hobbes. Intentaremos restituir la manera en que estas pasiones aparecen tratadas en esa obra, con el propsito de identificar las eventuales tensiones o contradicciones que podran surgir en cada una de ellas, o entre ellas, en ese tratamiento, a fin de extraer de all las diferentes opciones de interpretacin que estas tensiones podran habilitar y las distintas figuras del hombre que de ellas parecen emerger. En un segundo momento nos abocaremos, como anuncibamos, a releer algunas de las interpretaciones consagradas de la obra de Hobbes a fin de determinar, sobre la base de lo adquirido en la primera parte, qu opciones de interpretacin parecen elegir unas y otras, qu sacrificios textuales suponen, cada vez, esas opciones, y de qu manera esas decisiones de lectura impactan sobre la comprensin del mandato a buscar la paz formulado por la Ley natural. El recorrido de la pluralidad de interpretaciones, asentadas a nuestro entender sobre lecturas legtimas, pero siempre tambin necesitadas de seleccin, del texto hobbesiano, nos habr de conducir finalmente en nuestra conclusin a favorecer la posibilidad de dar cabida a todas ellas en la obra de Thomas Hobbes, dando forma en esa multiplicidad al rostro plural del hombre hobbesiano.

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PRIMERA PARTE LA PRESENTACIN DEL PROBLEMA

Como lo sealamos en la Introduccin, en esta primera parte nos concentraremos en la identificacin de las diversas maneras en que las pasiones de gloria, vanagloria y miedo aparecen imbricadas con la bsqueda de la paz en Elements of Law, De Cive y Leviatn. Partiendo de la apreciacin laxa, accesible a todo lector de estos textos, de la importancia de dichas pasiones en la obra hobbesiana nos proponemos examinar si, a ojos de Hobbes, stas involucran por igual a todos los hombres y eventualmente, en caso negativo, por qu no lo hacen para a partir de all clarificar el peso que Hobbes parece otorgarle a cada una de ellas en la bsqueda de la paz y la constitucin del Estado. Nuestro propsito es deliberadamente acotado: lejos de pretender llevar adelante un examen exhaustivo del tratamiento hobbesiano de las pasiones de gloria, vanagloria y miedo hemos querido limitarnos a poner en evidencia las tensiones que subyacen a este tratamiento, y que son, a nuestro entender, las que habilitan la diversidad de lecturas de Hobbes que examinaremos en la segunda parte de este trabajo. A travs de la identificacin de esas tensiones, y de las distinciones y diferencias que de ellas podemos deducir respecto de las pasiones y los hombres que las encarnan, arribaremos al final de esta primera parte a una suerte de grilla de las diversas figuras que pueden derivarse de la relacin entre gloria, vanagloria y miedo en estos textos de Hobbes.

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1. Gloria, vanagloria e igualdad: son todos los hombres igualmente vanagloriosos?

I. La distincin entre gloria y vanagloriaRecordemos rpidamente, para comenzar, la descripcin hobbesiana de las pasiones de gloria y vanagloria. En Elements of Law y en Leviatn Hobbes presenta a la gloria de manera muy similar: la gloria4, sostiene en ambos textos, es la pasin que procede de la imaginacin de nuestro propio poder. Cuando esta imaginacin de nuestro propio poder no est fundada en la experiencia de acciones pasadas sino en la fantasa esta pasin recibe el nombre de vanagloria5. Si la vanagloria es llamada vana en tanto, careciendo del sustrato de una experiencia efectiva de nuestra capacidad de adquirir poder, no es eficaz para generar acciones futuras de obtencin de ms poder, as la gloria, esto es, aquella pasin fundada en la experiencia pasada, da lugar a que podamos aspirar a incrementarla a travs de nuevas acciones, esto es, da fundamento a nuestra aspiracin de pasar de un poder a otro. En Elements of Law Hobbes aade que la gloria es llamada orgullo por aquellos a quienes disgusta; esta definicin desaparece en Leviatn: all, en el tratamiento de las pasio-

Si bien la descripcin de la pasin es similar, podra por cierto ser distinto el papel que Hobbes le hara jugar en uno u otro texto. Al respecto, sealemos que en The Anathomy of Leviathan McNeilly realiza una detallada exgesis de las distintas presentaciones de la gloria en las tres formulaciones de la teora poltica de Hobbes; ms all del inters de su lectura no creemos de ninguna manera que dicha exgesis permita concluir, como concluye McNeilly, que el orgullo o la vanidad prcticamente desaparece como causa de conflicto en Leviatn (Mc. Neilly, F.S., The Anathomy of Leviathan, Londres y Nueva York, 1968). 5 Hobbes, Thomas, Leviatn o la materia, forma y poder de una repblica eclesistica y civil. Fondo de Cultura Econmica. Buenos Aires, Argentina. 2003, cap. 6, p. 46 [35-36] (entre corchetes se indica la pgina correspondiente a la edicin en ingls: Leviathan or the matter, forme and power of a commonwealth ecclesiasticall and civil. Edited with an Introduction by Michael Oakeshott. Basil Blackwell, Oxford, 1960). The Elements of Law Natural and Politic. Edited with a Preface and Critical Notes by Ferdinand Tnnies, second edition with a new Introduction by M. M. Goldsmith, Frank Cass & Co. Ltd., Londres, 1969, Parte I, cap. 9. 1, pp. 37. En Elements of Law Hobbes distingue la falsa gloria, que descansa sobre la opinin ajena, de la vana gloria, que descansa sobre la propia imaginacin sin fundamento.

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nes, orgullo denotar no una mirada disgustada sobre la gloria ajena sino una gran vanagloria6. A diferencia de la gloria, que sostenida en la experiencia del placer del poder obtenido en acciones pasadas alimenta la aspiracin de obtener ms poder, la vanagloria revela su carcter ilusorio ante la adversidad: al aproximarse el peligro o la dificultad, dice Hobbes en Leviatn, los hombres vanagloriosos muestran su inclinacin a retirarse, si pueden. En efecto, no viendo el camino de la salvacin (safety), ms arriesgaran su honor, que puede ser salvado con una excusa, en lugar de comprometer sus vidas, para las cuales ninguna salvacin es suficiente7. Si bien el carcter comparativo de la gloria es ms explcito en los prrafos destinados especficamente al tratamiento de esta pasin en Elements of Law que en Leviatn8, este carcter se pone tambin claramente de manifiesto en otros pasajes de este ltimo texto. Tanto la descripcin hobbesiana de la naturaleza necesariamente diferencial de aquello que es apreciado por los hombres a comienzos del captulo 8 como la descripcin de la lucha por la gloria en el captulo 13 de Leviatn restituyen la relevancia de este carcter comparativo de la gloria9. Podramos as sintetizar este breve recordatorio sealando que si la gloria es la pa() gran vanagloria, lo que comnmente se llama orgullo. Leviatn, cap. 8, p. 60 [46]. Como veremos ms adelante, en otros pasajes del texto el orgullo (pride) es o bien asociado a la gloria connotada positivamente como la pasin de quien conserva su palabra sin necesidad de coercin (cap. 14), o bien ser por el contrario la calificacin que reciba quien no obedezca a la Ley natural que manda reconocerse como igual respecto de los otros hombres (cap. 15). 7 Leviatn, cap. 11, p. 82 [66]. 8 Comprese Elements of Law, Parte I, cap. 9. 1, p. 36-37: Gloria, o glorificacin interna o triunfo de la mente, es la pasin que procede de la imaginacin o concepcin de nuestro propio poder, por encima del poder de aquel que compite con nosotros (nfasis nuestro; todas las traducciones de Elements of Law son nuestras) con Leviatn, cap. 6, pp. 45-46 [35]: Alegra, que surge de la imaginacin de la propia fuerza y capacidad de un hombre, es la exaltacin de la mente que se denomina Glorificacin, donde como se observa ha desaparecido la mencin del poder del contendiente. 9 Generalmente la virtud, en toda clase de asuntos, es algo que se estima por su eminencia. Consiste en la comparacin, porque si todas las cosas fueran iguales en los hombres, nada sera estimado (Leviatn, cap. 8, p. 55 [42], trad. mod.). Recordemos tambin que en el captulo 13 (p. 102 [81-82]) de Leviatn Hobbes seala a la gloria como una de las causas principales de discordia: Cada hombre, afirma, considera que su compaero debe valorarlo del mismo modo que l se valora a s mismo, y en pos de ese reconocimiento recurre a la fuerza por motivos insignificantes, como una palabra, una sonrisa, una opinin distinta, como cualquier otro signo de subestimacin.6

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sin que procede de nuestra imaginacin conforme con la experiencia de nuestra superioridad sobre el prjimo, que da fundamento a nuestra aspiracin de procurar mayor poder, la vanagloria es la imaginacin sin fundamento, basada en ensoaciones, de esta misma superioridad. De esta contrastacin inicial surgira entonces una primera impresin que partiendo de la diferenciacin de gloria y vanagloria permitira identificar, en un mismo hombre, la manifestacin de ambas pasiones, gloria 'legtima' o fundada y gloria 'vana', como as tambin eventualmente establecer una distincin entre hombres habitados por la pasin de la gloria la alta valoracin de s, asentada de manera adecuada en la experiencia pasada, y hombres habitados por la pasin de la vanagloria. Pero esta primera inferencia en cualquiera de sus dos formas amenaza con chocar con la afirmacin del carcter vano de la gloria que parece desprenderse de la afirmacin hobbesiana de la igualdad natural entre los hombres.

II. En estado de naturaleza todos los hombres son iguales. Todos aspiran a la supremaca, y toda pretensin de superioridad es vanagloriaEn efecto, numerosos prrafos en los textos hobbesianos nos llevan a comprender que todos los hombres son iguales en su deseo de supremaca, y tambin en lo que concierne a las facultades del cuerpo y del espritu. Dada esta igualdad de sus facultades la pretensin de supremaca que todos ellos manifiestan por igual no puede sino ser expresin de vanagloria. Los hombres son bsicamente iguales en lo que respecta a su capacidad para poner fin a la vida de otros, como as tambin en lo que respecta a la superior concepcin que cada uno tiene respecto de su propia inteligencia, lo que no hace nuevamente sino confirmar su igualdad: si los hombres son iguales y si la gloria es indisociable de la confianza en la propia superioridad, entonces la gloria es siempre vanagloria. El captulo 13 de Leviatn afirma, as, que [l]a naturaleza ha hecho a los hombres tan iguales en las facultades del cuerpo y el espritu que si no fueran afectados por un vano concepto de la propia sabidura que la mayor parte de ellos piensan poseer en ms alto grado deberan reconocer que son iguales en lo esencial. En el mismo sentido, el De Cive advierte que encontramos entre los hombres una disputa de honor y de dignidad que no se encuentra en las bestias. O como sealbamos ms arriba leemos

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tambin en Leviatn que cada hombre considera que su compaero debe valorarlo del mismo modo que l se valora a s mismo10. De estos prrafos podra extraerse, entonces, la siguiente enunciacin que pondra en cuestin la primera distincin entre gloria y gloria vana: los hombres son naturalmente iguales pero no se reconocen como tales, sino que cada uno se considera superior a sus pares. En otras palabras, todos los hombres son vanagloriosos porque creen, de manera infundada, que son superiores a los dems. En estado de naturaleza la distincin entre gloria y vanagloria parecera perder pertinencia. Prosigamos entonces en esta direccin: todos los hombres seran vanagloriosos por igual. De qu manera, debemos preguntarnos, buscaran estos hombres vanagloriosos asentar su supremaca? El mismo captulo 13 de Leviatn completaba el argumento: cada hombre, afirma Hobbes all, procura naturalmente, en la medida en que puede atreverse a ello [] arrancar una mayor estimacin de sus contendientes infligindoles algn dao, y de los dems, por el ejemplo11. La vida es una bsqueda incesante de poder sobre poder: la inclinacin general de la humanidad entera no es sino un perpetuo e incesante afn de poder que cesa solo con la muerte12. Nos hallamos nuevamente en la cercana de Elements of Law: si podemos comparar a la vida con una carrera es porque su finalidad es ser el primero, being foremost, porque la felicidad no consiste sino en superar a nuestro prjimo13. La vida es bsqueda de

Hobbes, Thomas, De Cive. Elementos Filosficos sobre el ciudadano. Traduccin y prlogo de Carlos Mellizo. Alianza Editorial, Madrid, Espaa, 2000, cap. 5, art. 5 (p. 116 [87]) Entre corchetes se indica la pgina correspondiente a la edicin en ingls: De Cive. Philosophicall rudiments concerning government and society. A critical edition by Howard Warrender. Oxford at the Clarendon Press. Oxford, 1983; Leviatn, cap. 13 (pp.100-102 [80-82]). Vase tambin por ejemplo Leviatn, cap. 17, (p. 137 [109]): los hombres naturalmente aman la libertad y el dominio sobre los dems; Elements of Law, Parte I, cap. 19. 5, p. 102: Por qu entonces no pueden los hombres, que preveen los beneficios de la concordia, mantenerla sin compulsin de manera continua como hacen ellas [las abejas]? A lo cual respondo que entre las otras criaturas vivientes no hay asunto de precedencia en su propia especie, ni disputa sobre honor o reconocimiento de la sabidura de uno u otro, como lo hay entre los hombres. 11 Leviatn, cap. 13, p. 102 [81]. 12 Leviatn, cap. 11, p. 79 [64]. 13 Pero debemos suponer que esta carrera no tiene otro objetivo, ni otra recompensa, que ser el primero (being foremost). Y en ella: [] Superar continuamente a quien nos precede es felicidad. Y abandonar la carrera es morir. Elements of Law, Parte I, cap. 9. 21, pp. 47-48.

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poder, y el poder es siempre diferencial, es siempre supremaca. Impulsados por su bsqueda de la felicidad concebida como deseo de superioridad, todos los hombres naturalmente iguales, pero cegados respecto de su condicin por la pasin de la vanagloria compiten perpetuamente por una supremaca que nadie puede, en ltima instancia, asegurarse. Pero son efectivamente todos los hombres los que, en pos de la obtencin de una mayor estimacin de sus contendientes, se hallan impulsados por un perpetuo e incesante afn de poder que cesa slo con la muerte? Confrontados a este interrogante los prrafos anteriores han despertado nuestra atencin: vemos as que al mismo tiempo que afirma la condicin universal de la vanagloria, en el extracto del captulo 13 de Leviatn que citbamos ms arriba Hobbes desliza que es la mayor parte de los hombres, es decir, no todos ellos, los que piensan (vanamente) poseer en ms alto grado la sabidura, y que esperan, por ende, ser reconocidos como superiores por los dems. Atentos a este hecho, debemos retornar sobre nuestra pregunta: buscan todos los hombres por igual ser reconocidos (vanamente) como superiores por sus semejantes? Son todos los hombres igualmente vanagloriosos?

III. No todos los hombres buscan poder por vanagloriaEncontramos as en efecto que numerosos otros prrafos de la obra de Hobbes indican por su parte que no todos los hombres estn igualmente impulsados, en su bsqueda de poder, por la vanagloria. Tanto en Leviatn como en De Cive y en Elements of Law leemos que si bien todos los hombres buscan incesantemente aumentar su poder, no todos lo hacen por deseo de reconocimiento: hay hombres que poseen deseos modestos, o que limitan sus deseos a los deseos sensuales, y que se contentaran con poder disfrutar en paz los bienes que persiguen y obtienen. Pero tambin estos hombres se encuentran en una situacin en que no pueden prescindir de buscar aumentar su poder: la presencia de hombres vanagloriosos, que no reconocen la igualdad en que todos se encuentran en estado de naturaleza, obliga a los hombres naturalmente modestos que se contentaran con la igualdad14 a entrar en una competencia incesante en defensa de sus vidas.

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Elements of Law, Parte I, cap. 14. 5, p. 71.

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Es as que, [c]omo algunos se complacen en contemplar su propio poder en los actos de conquista, prosiguindolos ms all de lo que su seguridad requiere, otros, que en diferentes circunstancias seran felices mantenindose dentro de lmites modestos, si no aumentan su fuerza por medio de la invasin, no podrn subsistir, durante mucho tiempo, si se sitan solamente en plan defensivo15. Por cierto, an si aceptamos que para Hobbes algunos hombres buscan aumentar su poder por vanagloria y otros se ven compelidos a ello por seguridad, se mantiene invariable la afirmacin hobbesiana de que los hombres entran en conflicto necesariamente en estado de naturaleza. Sin entrar en los otros motivos por los que los hombres entraran en conflicto (escasez eventual, deseo depositado sobre un mismo objeto, anticipacin u otros) lo que nos interesa dejar expuesto en esta primera instancia es que Hobbes claramente afirma, de manera repetida, que lo hacen por motivos diferentes: y sobre todo, como hemos sealado, nos interesa subrayar que no todos los hombres entran en conflicto para satisfacer su vanagloria, para hacerse reconocer (vanamente) como superiores. Si no todos los hombres son igualmente vanagloriosos: de dnde procede entonces la diferencia entre hombres modestos y hombres vanagloriosos?

IV. No todos los hombres son iguales en sus pasionesPartiendo de la afirmacin inicial de la igualdad entre los hombres, el punteo precedente nos ha llevado a encontrarnos con la reaparicin de diferencias significativas entre ellos. Los hombres se era el punto de partida entraban en conflicto porque, siendo iguales entre s, perseguan sin embargo hacerse reconocer como superiores por los dems. El no15

Leviatn, cap. 13, p. 101 [81]. Vase tambin Elements of Law, Parte I, cap. 14. 3 (p. 70-71) o De Cive, cap. 1, art. 4, (pp. 58-59 [46], trad. mod.): Todos los hombres en el estado de naturaleza tienen el deseo y la voluntad de hacer dao, pero que no procede de la misma causa, ni puede ser condenado de manera igual. Pues un hombre, de acuerdo con esa igualdad natural que existe entre nosotros, permitir a los otros tanto como l se permite a s mismo; ste es el argumento de un hombre moderado que de una manera justa valora su fuerza. Otro, suponindose superior a los dems, se tomar licencia de hacer lo que le plazca y reclamar respeto y honor como cosas que se le deben a l antes que a otros; ste es el argumento de un espritu ardoroso (fiery). La voluntad de hacer dao puede surgir en un hombre por vanagloria y por la falsa estima que tiene de su propia fuerza; en otro hombre puede que surja por la necesidad de defenderse a s mismo, o su libertad y sus bienes, contra la violencia de aqul.

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reconocimiento de la igualdad, la postulacin de la propia superioridad, era la fuente primera de un conflicto permanente. Pero constatamos que el conflicto no parece derivar simplemente de la afirmacin universal de la propia superioridad: no todos los hombres buscan hacerse reconocer como superiores, sino que algunos de ellos estn obligados a atacar para defenderse de quienes, ellos s afectados de vanagloria, atacan impulsados por el deseo de reconocimiento. De all, decamos, ha de surgir un primer interrogante: sobre qu se asentara segn Hobbes la diferencia entre hombres que buscan ser reconocidos como superiores, y hombres que no persiguen primordialmente ese fin? Simultneamente, entendemos que si la primera afirmacin del carcter universal de la vanagloria pareca definitivamente desterrar la posibilidad de diferenciar gloria y vanagloria, por lo menos en lo que respecta a la condicin de los hombres en estado de naturaleza, la crisis de esa universalidad reintroduce la posibilidad de aquella distincin: en efecto, la afirmacin hobbesiana de la igualdad natural de los hombres sancionaba el carcter vano de quien se pretende superior los hombres se encuentran igualados en su comn capacidad de darse muerte, en su comn conviccin de su superior inteligencia y en su comn deseo de hacerse reconocer como superiores16. Pero al mismo tiempo, la distincin reintroducida por Hobbes entre quienes entran en conflicto porque buscan hacerse reconocer como superiores y quienes son llevados al conflicto por necesidad de supervivencia obliga a colocar entre parntesis la aseveracin previa que sostena que de la igual afirmacin de todos los hombres de su propia superioridad deba deducirse su igualdad en inteligencia. Ya no todos los hombres parecen ser tan iguales entre ellos en cuanto a su conviccin de la propia superioridad17, o de la posibilidad de hacer valer esa superioridad en estado de naturaleza; es decir, ya no podemos afirmar su carcter uniformemente vanaglorioso ni tampoco postular simplemente su igual inteligencia (ni el efecto prctico de su igual inteligencia, tal como se desprende del captulo 13 de Leviatn) como el resultado de su igual pretensin a la superioridad. Simultneamente, si ya no podemos sin ms afirmar esta igualdad en inteligencia sobre la base de su igual pretensin a la superioridad, qu es lo que nos permite16

Habra, en esta perspectiva, una igualdad 'objetiva' y una igualdad 'subjetiva' entre los hombres en estado de naturaleza. 17 S siguen siendo y esto es importante iguales en cuanto a su capacidad de terminar con la vida del otro.

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entonces afirmar la igualdad en inteligencia entre los hombres? son efectivamente para Hobbes todos los hombres igualmente inteligentes? Y si no lo fueran, cmo negar incluso que algunos hombres puedan valorarse justamente como superiores? En otras palabras, la relativizacin de la afirmacin de la igual inteligencia de los hombres, asentada en su igual y vana pretensin de superioridad, renueva la necesidad de replantear la posibilidad de la existencia de una diferencia significativa entre los hombres, en sus pasiones y ahora tambin, tal vez, en su inteligencia. En ese caso, si reintroducimos en el texto hobbesiano la posibilidad de esa diferencia, puede surgir la pregunta acerca del porqu de la misma. Por qu perseguiran algunos hombres vanamente la gloria, y por qu desistiran o se desinteresaran otros de esta bsqueda? Existe una relacin entre la diferencia de sus pasiones y la diferencia en inteligencia? Es posible imaginar, una vez restituida una diferencia significativa entre los hombres, la distincin entre hombres justamente habitados por la bsqueda de gloria y hombres animados por la vanagloria? Quines, entonces, los que se reconocen como iguales por lo menos, como iguales en su capacidad de darse muerte en condiciones de naturaleza, o de su incapacidad de hacerse reconocer como superiores, o por el contrario, quienes se afirman como superiores, seran para Hobbes ms susceptibles de ser portadores de una gloria no vana?

V. La diferencia de las pasionesPara intentar extraer la respuesta a estos interrogantes del texto hobbesiano consideramos instructivo dirigir nuestra atencin a las indicaciones que nos ofrece la descripcin, por parte de Hobbes, de la diferencia de las pasiones entre los hombres. En Elements of Law y en Leviatn Hobbes aborda la diferencia de las pasiones centralmente en los prrafos destinados a dar respuesta a la disimilitud que constata entre las virtudes o talentos intelectuales entre los hombres. As, en el captulo 10 (Primera parte) de Elements of Law y en el captulo 8 de Leviatn se interroga acerca de la diferencia que puede constatarse en los talentos entre los distintos hombres, y en particular, en lo que concierne a su inteligencia. A la pregunta acerca de cul es la causa de esta diferencia de talentos intelectuales (prudencia y razn) que adquieren los hombres a travs de su vida, Hobbes responder (en confor-

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midad con el mtodo deductivo empleado profusamente en esos prrafos) que dado que las diferencias naturales originarias son insignificantes esta disimilitud slo puede explicarse como el resultado de una diferencia en las pasiones, y de los fines hacia los que estas pasiones los conducen18. Ahora bien, sobre qu reposa esta diferencia en las pasiones? El razonamiento vara ligeramente de Elements of Law a Leviatn. El argumento de Elements of Law puede sintetizarse as: no todos los hombres persiguen los mismos fines, hay hombres que persiguen con mayor nfasis fines sensuales, y hay quienes persiguen con mayor nfasis fines de satisfaccin intelectual como el honor y la gloria19. Los fines divergentes de los hombres se derivan de la existencia en ellos de pasiones diferentes, y stas a su vez se explican por el hecho, observable por la experiencia, de que no todos los hombres se alegran y entristecen por las mismas causas: lo que es agradable para uno puede ser motivo de pena para otro; debido a la diferente constitucin de los cuerpos, iguales causas provocan pasiones diferentes. En otras palabras, remontando el argumento, segn la constitucin de los cuerpos, iguales causas provocan pasiones diferentes, y pasiones diferentes dan lugar a fines diferentes, esencialmente, a la bsqueda de placeres sensuales o a la bsqueda de placeres intelectuales. La inclinacin hacia el honor vuelve a los hombres ambiciosos y curiosos, y ms propensos por ende a interesarse en el conocimiento de las causas. La inclinacin hacia los placeres sensuales recibe el nombre de estupidez (dullness). En Leviatn Hobbes repetir el argumento de que la diferencia de talento adquirido es decir, de razn o inteligencia encuentra su explicacin en la diferencia de pasiones. La pasin que causa mayor diferencia18

Recordemos que las pasiones proceden de la impresin que la accin de objetos externos produce sobre la mente, activando una alteracin (imaginacin) que de all se prolonga al corazn (pasin). 19 [A]quellos hombres cuyos fines son algn placer sensual, y que generalmente son adictos a la comodidad (ease), comida, oneraciones y exoneraciones del cuerpo, por necesidad se deleitarn menos con aquellas imaginaciones que no conducen a esos fines tales como imaginaciones de honor y gloria, que como he dicho antes, tienen relacin con el futuro: porque la sensualidad consiste en los placeres de los sentidos, que slo placen para el presente, y suprime la inclinacin de observar aquello que conduce al honor, y en consecuencia hace a los hombres menos curiosos, y menos ambiciosos, con lo cual consideran menos el camino ya sea hacia el conocimiento o hacia otro poder, siendo que toda la excelencia del poder cognitivo consiste en stos dos. Elements of Law, Parte I, cap. 10. 3, p. 49-50.

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de talentos (witts) es el deseo de poder, entendido como deseo de honores, conocimientos y riquezas, la escasa pasin por el poder recibe el nombre de indiferencia. Y Hobbes introduce aqu una novedad respecto de Elements of Law: la diferencia de pasiones ya no procede slo de la constitucin del cuerpo, sino slo en parte de sta, y en parte de las diferencias en punto a costumbres y educacin20. Podemos entonces provisoriamente asociar a la pasin por el honor y la gloria con el desarrollo de los talentos intelectuales, y con el mayor desarrollo posible de la razn, y a la pasin por los placeres de los sentidos, o eventualmente, el poco inters en la bsqueda de poder, con estupidez y con indiferencia21. A la vez, provisoriamente tambin, recordemos que en el captulo 11 de Leviatn Hobbes seala que el afn de tranquilidad y de placeres sensuales (as como el temor a la muerte) dispondra a los hombres a contentarse con disfrutar de placeres modestos y a la paz, mientras que la pugna de poder inclinara a los hombres a la bsqueda de reconocimiento de su supremaca y a la guerra22. Por el momento, parecera entonces que deberamos arribar a la conclusin de que seran los hombres estpidos o indiferentes que sobre todo buscaran la paz, y que seran los hombres deseosos de poder y ms inteligentes que tenderan a prolongar la guerra. Como intentaremos poner en evidencia hacia el final de esta Primera parte, la inferencia a la que nos ha conducido el punteo anterior organizado alrededor de la interrogacin del carcter universal de la vanagloria los hombres comunes, estpidos o indiferentes al poder tienden a buscar la paz, los hombres educados, inteligentes y ambiciosos tienden a20 Leviatn, cap. 8 (p. 59 [46]) Las causas de esta diferencia de talento se encuentran en las pasiones; y la diferencia de pasiones procede, en parte, de la diferente constitucin del cuerpo, y en parte de la distinta educacin. Porque si la diferencia procediese del temple del cerebro y de los rganos de los sentidos tanto externos como internos, no habra menos diferencia entre los hombres en cuanto a la vista, al odo y otros sentidos, que en cuanto a su imaginacin y a su discernimiento. La diferencia de talento procede, por consiguiente, de las pasiones, que no solamente difieren por la diversa complexin humana, sino, tambin, por sus diferencias en punto a costumbres y educacin. 21 Recordemos que Hobbes seala tambin que el deseo de conocimiento no parece ser unvoco: puede llevar a la ciencia (al conocimiento de las causas), o puede llevar a la formulacin de reglas falsas y absurdas: segn advierte el captulo 5 del Leviatn, quienes carecen de ciencia se encuentran, con su prudencia natural, en mejor y ms noble condicin que los hombres que [] formulan reglas generales que son falsas y absurdas. Leviatn, cap. 5, p. 37-38 [29]. 22 Leviatn, cap. 11, p. 80 [64].

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provocar la guerra es a la vez ilustrativa e incompleta. Para estar en condiciones de completarla y dar cabida de ese modo a las preguntas que nos formulbamos al final del punto (IV) es necesario que nos aboquemos ahora a un recorrido similar al realizado poniendo nuestra atencin en el carcter universal de la otra pasin, el miedo, y en su imbricacin con la gloria y la vanagloria.

2. Miedo y vanagloria: temen todos los hombres por igual?En posesin de las diferentes alternativas del problema desarrollado hasta aqu en lo que concierne a la igualdad de los hombres respecto a la gloria y a la vanagloria, debemos entonces enfrentar ahora un dilema similar en lo que concierne a la igualdad de los hombres respecto de lo que denominbamos, sin mayores precisiones, la otra pasin fundamental, la pasin del temor a la muerte, o a la muerte violenta. Antes de adentrarnos en ello es preciso que, muy rpidamente, despejemos un interrogante: de Elements of Law a De Cive y Leviatn observamos la yuxtaposicin reiterada, si bien no siempre exactamente repetida en los mismos trminos, de la pasin del miedo a la muerte violenta o de la aversin a la muerte, del deseo de preservacin y del principio racional de preservacin. Qu incidencia puede tener esta fluctuacin sobre el problema que nos ocupa?

I. Miedo a la muerte violenta/deseo de preservacinConstatamos, en efecto, que a lo largo de los textos el miedo a la muerte violenta, la aversin al 'mal mayor' y la afirmacin del deseo de preservacin parecen ocupar, en el argumento de Hobbes, lugares prcticamente intercambiables. Todos ellos, a su turno, desencadenan en los hombres la deseabilidad, o la conciencia de la deseabilidad, de procurar la paz como forma de evitar la muerte a manos de otros hombres, o de asegurar la continuidad de la vida. El miedo, afirma Hobbes en Elements of Law y en Leviatn es la aversin, con opinin del dao que produce el objeto (Leviatn) o la aversin en relacin con un displacer futuro (Elements of Law)23. Los hom23

Elements of Law, Parte I, cap. 7. 2, p. 29; Leviatn, cap. 6, p. 44, [34]. Recordemos que la aversin es, en la definicin de Hobbes, el impulso a alejarnos del objeto, causado por la mocin del corazn (pena) suscitada por la percepcin de los sentidos. La definicin vara ligeramente de Elements of Law a Leviatn.

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bres, escribe en De Cive, entran en sociedad por miedo, por una cierta anticipacin de males futuros24. Los hombres son llevados a la necesidad de sociedad por la presencia constante del temor mutuo, asentado en su igual capacidad natural de darse muerte y en su comn voluntad de hacerse dao, que los coloca en una situacin permanente de previsin de un displacer futuro. La percepcin del peligro, y sobre todo del mayor peligro, la muerte anticipada a manos de otro, provoca en el hombre esa aversin denominada miedo que lo conduce a alejarse de aquello que lo repugna (el peligro de muerte) y a tratar de preservar aquello que es bueno para l (su vida) en la formulacin de Elements of Law, la causa que mueve al hombre a someterse al poder de otro es el temor de no poder preservarse de otro modo25. El miedo a la muerte anticipada, causada por un semejante, es entonces el peor de los males a evitar; la preservacin de la propia vida es su anverso. Dado que por naturaleza necesariamente los hombres desean lo que es bueno para ellos y evitan lo que los daa, y sobre todo a aquella terrible enemiga de la naturaleza, la muerte, de la cual podemos esperar la prdida de todo poder y tambin los mayores dolores corporales al perderla, todo hombre har conforme a la razn todo aquello que est a su alcance para preservar su propio cuerpo y sus miembros, tanto de la muerte como del dolor; as, el principio racional de preservacin aparece como el corolario del deseo de obtener lo bueno y de evitar lo malo26. Temor a la muerte violenta (anticipada) y deseo de preservacin aparecen entonces, entendemos, a lo largo de la obra de Hobbes, como el anverso y el reverso de un mismo impulso natural, sobre el cual estar asentada la racionalidad de la bsqueda de la paz27. Al mismo tiempo,De Cive, cap. 1, art. 2, pp. 57-58, nota [45]. Elements of Law, Parte I, cap. 19. 11, p. 105. Vase tambin Leviatn, cap. 13, p. 103 [82] y 105 [84]. 26 Elements of Law, Parte I, cap. 14. 6, p. 71. En el mismo sentido, la formulacin, en la Epstola dedicatoria de De Cive de las dos mximas de la naturaleza humana bajo la forma de una mxima basada en la parte concupiscible (el deseo competitivo de apropiacin) y la otra en la parte racional (que ensea al hombre a evitar su muerte) deja entrever en su formulacin que esta enseanza (racional) que indica al hombre cmo alcanzar la paz est a su vez fundada en una pasin, en este caso, en la aversin con opinin del dao que produce de esa muerte que se trata de evitar como el peor de los males. Cf. infra, nota 28. 27 Si bien la distincin entre el miedo a la muerte y el deseo de preservacin de la vida puede ser en muchos aspectos significativa, no hemos creido necesario detenernos25 24

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como intentaremos mostrarlo en los prximos prrafos, en el momento de dar cuenta del modo en que este deseo que lleva a los hombres a la paz puede sobreponerse a aquel otro deseo de supremaca, que los conduce a la guerra, la descripcin hobbesiana parece ella misma fluctuar entre la afirmacin del triunfo de un deseo sobre otro, y una determinacin racional. Y es esa fluctuacin, entendemos, la que unida a las diversas lecturas del carcter de la vanagloria, habilitar las diferentes interpretaciones respecto del triunfo del miedo a la muerte o del deseo de preservacin por sobre la pasin conflictiva de la vanidad. En efecto, despejada someramente la relevancia, para nuestra aproximacin inicial, de la ambigedad de las formulaciones del temor a la muerte o el deseo de preservacin, el primer problema para el que debemos encontrar respuesta en los textos de Hobbes es el del triunfo de la pasin del miedo a la muerte, o del temor de no poder preservarse, por encima de la bsqueda incesante de poder que no cesa sino con la muerte, bsqueda que se presentaba tambin, como veamos, como la bsqueda incesante de supremaca being foremost. As, si como recordbamos en la Introduccin, la finalidad incuestionada de los hombres es la paz, y si al mismo tiempo bsqueda de suprems largamente aqu en ella ya que entendemos que no afecta sustancialmente nuestra bsqueda. Ya sea que lo formulemos como una pasin de animosidad, o que lo entendamos como un principio positivo bsqueda de preservacin, en ambos casos la postulacin de este principio conduce a los hombres a preferir la paz como medio de evitar la muerte, y en ambos casos supone la subordinacin del deseo de supremaca al deseo de paz. Es posible sostener, como sostienen algunos intrpretes, que, an si ya se encontraba presente en todas las versiones de su teora poltica, Hobbes fue inclinndose progresivamente a favor de la utilizacin de la nocin de miedo a la muerte, en reemplazo o como sustrato del principio de preservacin de la vida. Como veremos en la segunda parte de este trabajo, Leo Strauss sostendr que la cada vez ms visible subsuncin del principio de preservacin bajo la forma de la pasin del temor a la muerte violenta obedece a la necesidad de Hobbes de dar consistencia a la derivacin de su teora poltica a partir de las pasiones. Otros, como Gauthier, eligen por su parte desdibujar el carcter pasional del deseo de preservacin en Hobbes a fin de reforzar el carcter 'mecnico' de su teora. Respecto del miedo a la muerte y la bsqueda de preservacin, vase tambin Pasini, Dino Paura commune e paura reciproca, Rivista internazionale di filosofia del diritto, LII, (1975), pp. 641-691, Alexandra, Andrew, 'All men agree on this' Hobbes on the fear of death and the way of peace, History of Philosophy Quarterly, Volume 6, Number 1, (January 1989), Blits, Jan H., Hobbesian Fear, Political Theory, Vol. 17, N 3 (Aug., 1989), pp. 417-431 o Herbert, G.B., Fear of Death and the Foundations of Natural Rights in the Philosophy of Thomas Hobbes, en Hobbesian Studies VI (1994), Londres, Routledge.

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maca (o deseo de apropiacin competitiva) y evitacin de la muerte violenta (o lucha contra la disolucin antinatural) constituyen para Hobbes las dos mximas de la naturaleza humana28, es necesario dilucidar de qu manera puede triunfar un principio sobre el otro. Como lo hemos observado en la primera parte de este captulo, la bsqueda de supremaca conduce a los hombres al conflicto permanente. El miedo a la muerte violenta, por el contrario, despierta en los hombres el deseo de abandonar la situacin de guerra potencial y de obtener la paz. Cmo, entonces, se impone el miedo por sobre la bsqueda de supremaca? Y en vista de las distinciones que hemos establecido entre los hombres respecto de la vanagloria, debemos preguntarnos tambin: es la bsqueda de la paz, para todos ellos, producto de la misma dinmica pasional?

II. Cmo triunfa el miedo por sobre la vanagloria?Parece posible identificar en los textos de Hobbes por lo menos dos maneras ligeramente distintas de afirmar la primaca del miedo a la muerte (o del deseo de preservar la vida) por encima de la bsqueda de poder. 1) el hombre escapa por impulso natural a aquello que es malo para l, y particularmente a la muerte, el peor de los males naturales, con la misma necesidad con que cae una piedra29. De ello se desprender que dado que el estado de naturaleza es necesariamente un estado de guerra potencial en que el hombre se encuentra en peligro permanente de muerte violenta30, no puede pensarse lgicamente que ningn hombre pueda preferir consistentemente permanecer en ese estado31. Como puede obser28 Por lo tanto, llegu as a dos mximas de la naturaleza humana, una de las cuales brota de la parte concupiscible que desea apropiarse para s el uso de aquellas cosas en las que todos los dems tienen un inters conjunto, y proviniendo la otra de la parte racional que ensea a cada hombre a luchar contra una disolucin antinatural, que es la mayor desgracia que puede acontecer a la naturaleza. Sentados estos principios, parece que he demostrado en este pequeo libro, con argumentos de la mayor evidencia, estas dos cosas: primero, la absoluta necesidad de establecer ligas y contratos; y de ah los rudimentos de la prudencia moral y civil. De Cive, Epstola dedicatoria, p. 37 [27]. 29 [T]odo hombre est siempre deseoso de lograr lo que es bueno para l, y de rechazar lo que es malo; y quiere principalmente evitar el ms grave de todos los males naturales, que es la muerte. Y esto lo hace llevado por un impulso natural, igual al que hace que la piedra se mueva hacia abajo. De Cive, cap. 1, art. 7, p. 60 [47]. 30 Leviatn, cap. 13. pp. 102-103 [81-83].

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varse, no parecera tratarse en esta perspectiva del triunfo, en la economa pasional, del miedo a la muerte por encima de la bsqueda incesante de poder, sino de la postulacin de la imposibilidad de que los hombres que desean lo que es bueno para ellos puedan estimar bueno un estado de guerra de todos contra todos en que sus vidas estn en peligro, que puedan estimar bueno el peor de los males32: la aversin al peligro de muerte y su anverso, el deseo de preservacin, se imponen, en esta perspectiva, con la fuerza con que cae una piedra. Todos los hombres desean entrar en sociedad porque desean alejarse de aquello que les causa la mayor aversin, o, dicho de otro modo, desean escapar al peligro de muerte propio del estado de naturaleza. An los hombres orgullosos que no reconocen la igualdad, indica Hobbes siempre en De Cive, desean la paz aunque sean incapaces de alcanzarla33; el deseo inmoderado de gloria parece impedir a estos hombres orgullosos buscar la paz (es decir, les impide escapar del peligro permanente de muerte del estado de guerra). As formulado el deseo de paz, deberamos suponer que existen para Hobbes deseos adecuados (la paz, el alejamiento del peligro de muerte) y deseos inadecuados (la gloria), y que slo el deseo de paz puede ser el deseo fundamental de los hombres: si esto fuera31

Por lo tanto, quien mantenga que hubiera sido mejor haber continuado en aquel estado en el que todo el mundo tena derecho a todo, est contradicindose. Pues todo hombre, por necesidad natural, desea lo que es bueno para l; y no hay nadie que estime como buena la guerra de todos contra todos, que va necesariamente aneja a ese estado De Cive, cap. 1, art. 13, p. 63 [49-50] 32 Cf. supra. Como advertamos, encontramos en la obra de Hobbes una articulacin permanente entre el principio de preservacin y el miedo a la muerte violenta, que la frase antes citada de Elements of Law condensaba en la frmula el temor de no poder preservarse. Tambin en Elements of Law Hobbes afirma que si los hombres acceden a despojarse de su libertad en pos de obtener la paz es nicamente porque temen a la muerte, pues quien perdera la libertad que la naturaleza le ha dado de gobernarse por su propia voluntad y poder, si no temiera a la muerte en caso de retenerla? (Elements of Law, Parte I, cap. 15. 13, p. 79). 33 Y hay tambin muchos, quiz la mayora, que por un defecto de la mente o una falta de educacin continan siendo insociables durante el resto de sus vidas; sin embargo, tanto si son nios como si han alcanzado aos ms maduros, poseen una naturaleza humana. De lo cual se deduce que el hombre es susceptible de hacerse sociable, no por naturaleza, sino por educacin. Es ms: aunque el hombre naciese en tal condicin que deseara entrar en sociedad, no se sigue de ello que naciese ya listo para conseguirlo. Pues una cosa es desear algo, y otra tener la capacidad de conseguir lo que deseamos; pues incluso quienes, como consecuencia de su orgullo, no se avienen a condiciones igualitarias sin las cuales no puede haber sociedad, continan desendola. De Cive, cap. 1, art. 2, p. 54, nota [44-45] (nfasis nuestro, trad. mod.).

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as, en hombres que, equivocadamente, no perseguiran sus verdaderos (adecuados) deseos, la finalidad (la paz) ya no podra deducirse inmediatamente de sus pasiones. Al mismo tiempo, si Hobbes parece sostener aqu que los hombres huyen de la muerte con la misma naturalidad con que cae una piedra, cmo podran estos mismos hombres desviarse tan drsticamente del camino que los aleja del peligro de muerte34? 2) La segunda formulacin del triunfo del miedo a la muerte por sobre el deseo de supremaca pone, por su parte, el acento en la tensin entre ambas pasiones entre ambos principios de la naturaleza humana, el deseo de apropiacin particular de lo deseado por todos y el deseo de evitar la muerte anticipada35, y en la aseveracin de que los hombres slo renuncian a aquello que ms desean frente al temor a la muerte que les sobrevendra en caso de que intentaran retenerlo36. En esta formulacin sobresale el carcter de la decisin a favor de la vida y en detrimento de la bsqueda de supremaca, entendida la decisin como el ltimo paso de la deliberacin en que se dirime la fuerza de pasiones encontradas. Ahora bien, cmo triunfa aqu el miedo sobre el deseo de gloria? Entendemos que, a la luz de los textos, en esta formulacin el triunfo del miedo por sobre el deseo de poder no descansara, como en la anterior, en una postulacin de tipo lgico por parte de Hobbes (aun el hombre que no persigue la paz, sealbamos all, tiene necesariamente inters en la paz), sino en la apreciacin de que frente a la experiencia de la evidencia del peligro la conservacin de la vida se impone para el hombre hobbesiano por encima de cualquier otra consideracin37: la bsqueda de supremaca se revelara en su carcter de vanagloria. As puede, a nuestro entender, comprenderse la afirmacin de Elements of Law que sostiene que all donde no existe poder de coercin no existe el temor38, o aquella otra queComo sealbamos, no pretendemos dar respuesta aqu a estos interrogantes a travs de nuestra lectura del texto hobbesiano, sino slo exponer ciertas dificultades que plantean. Como veremos en la segunda parte de este trabajo, stos son precisamente algunos de los problemas que intentan resolver de distintas maneras las interpretaciones que derivan de manera ms o menos mecnica la bsqueda de la paz y la necesidad del Leviatn del deseo de autopreservacin. 35 Vase nuevamente De Cive, Epstola dedicatoria (p. 37 [27]). 36 Elements of Law, Parte I, cap. 15. 13, p. 79; Leviatn, cap. 11, p. 82 [66]. 37 Incluso, por encima de la posibilidad de elegir una muerte honrosa antes que una capitulacin deshonrosa. 38 Visto que las voluntades de la mayora de los hombres slo son gobernadas por el miedo, y que donde no existe poder de coercin no hay miedo; las voluntades de la mayora de los hombres respondern a sus pasiones de codicia, lujuria, ira y otras similares. Elements of Law, Parte II, cap. I. 6, p. 111.34

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en Leviatn seala que en estado de naturaleza el miedo al prjimo no conduce naturalmente a cumplir con los pactos porque la desigualdad de poder no se discierne sino en la eventualidad de la lucha39. En otras palabras, para que el miedo se imponga por sobre la vanidad debe hacerse manifiesta la desigualdad de poder. O dicho a la inversa, slo la desigualdad manifiesta de poder puede hacer triunfar el miedo sobre la vanagloria; y esta desigualdad manifiesta no puede presentarse, en estado de naturaleza, sino en el momento mismo del combate. Ahora bien, cules son las distintas figuras que estas dos presentaciones de la relacin entre miedo y vanagloria nos permiten vislumbrar? Qu confirmacin textual podemos encontrar para cada una de ellas en la obra hobbesiana, y qu consecuencias podemos extraer de ellas? De qu manera puede esta relacin entre miedo y vanagloria dar cuenta de las distinciones identificadas en el punto uno de este captulo en lo referido a la existencia de hombres vanagloriosos, y hombres que desisten o se desinteresan de la bsqueda de supremaca?

3. Miedo, gloria y vanagloria: las figuras plurales de la dinmica pasionalEl recorrido anterior ha de permitirnos hacer emerger, de las distintas interpretaciones posibles del triunfo del miedo a la muerte violenta por sobre la vanagloria y de las distintas lecturas posibles del carcter universal o particular de esta ltima, diversas figuras habilitadas por la combinacin de esas posibilidades. La identificacin de dichas figuras conducir, en la conclusin de esta primera parte, a la tipologa que anuncibamos y con la cual cerraremos este captulo. a) Una primera figura, acorde con la formulacin segn la cual los hombres huyen de la muerte con la misma necesidad con que una piedra cae hacia abajo, nos indicara que los hombres, que persiguen ante todo la propia supervivencia, se orientan en primer lugar por escapar del sumo mal; lo que ms temen es la muerte, y es este temor el que orienta en ltima instancia su bsqueda. Buscan poder para sobrevivir, y buscan obtener un poder mayor al de sus semejantes para, en situacin de competencia, obtener lo que desean y no ser sometidos por stos. La carrera por creciente poder que el temor mutuo y el deseo de preservacin de la vida impo39

Leviatn, cap. 14, p. 116 [92]

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nen slo podra cesar si se constituyera un poder comn que, imponiendo un miedo comn e igual a cada uno, los librara a todos del miedo recproco40. Hombres as no podran preferir en ninguna circunstancia la bsqueda de supremaca por encima de un poder comn pacificador; modestos, si pudieran hacerlo se contentaran con la igualdad, y estaran orientados naturalmente en primer lugar por la necesidad de escapar a la amenaza de muerte violenta (y si no pueden hacerlo, es ante todo por falta de esclarecimiento acerca de cmo lograr la paz, o porque otros hombres, mal informados respecto de su propio inters, los obligan a la guerra). b) Si, en cambio, entendiramos que es preciso reintroducir la presencia de hombres vanagloriosos en nuestra interpretacin, podramos por el contrario suponer que de manera inversa a la anterior los hombres estn para Hobbes sometidos permanentemente al peligro de muerte porque buscan de manera incesante el poder sobre los dems, ya que este poder sobre los dems (reconocimiento, honor, glorificacin) es el bien que les otorga la mayor felicidad. Pero en la medida en que este deseo coloca al hombre en peligro de muerte constante, y siendo la muerte en tanto fin de la carrera por la preeminencia el mayor de los males naturales, su propia pasin lo coloca frente a una situacin paradjica, autorrefutatoria, en que la persecucin de su deseo entra en contradiccin con las condiciones en que podra perseguirlo de la mejor manera. De esta formulacin podramos deducir dos nuevas figuras: la primera (b1) nos reenviara hacia aquellos hombres naturalmente vanidosos, convencidos de su superioridad, que en el momento del combate, es decir, en el momento en que la evidencia de la posibilidad de la prdida de la propia vida aparece como un peligro concreto, toman conciencia de la situacin antinmica en que se hallan41. Pero en la medida en que la alternativa (b) sugerira que, en todos los casos, para quienes hacen la experiencia de la posibilidad concreta de la muerte, como as tambin para quienes no la hacen, la conducta racional conforme a las pasiones indicara la necesidad deRetomamos aqu la distincin entre miedo recproco y miedo a uno productivamente extraida de Leviatn por Dino Pasini en Paura commune e paura reciproca, op. cit. 41 Vase Leviatn, cap. 11 (p. 82 [66]): Quienes sienten la vanagloria [] son propensos a lanzarse sin meditacin a las empresas, y al aproximarse el peligro o la dificultad, a retirarse si pueden. Como lo veremos en la Segunda parte de este trabajo, Leo Strauss, y en cierta medida tambin Oakeshott, proponen una lectura de la relacin entre vanagloria y miedo orientada en esta direccin.40

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instaurar un poder comn bajo el cual poder continuar la lucha por la preeminencia de manera regulada, sin que esta carrera pusiera en juego la vida, podramos deducir asimismo la posibilidad (b2) de que hubiera hombres vanagloriosos que no accedieran por experiencia al conocimiento de esta situacin autorrefutatoria en que se encuentran en estado de naturaleza, y que deberan (conforme, como sealbamos ms arriba, a la postulacin de su deseo 'verdadero' de preservacin, y a su incapacidad de propender a realizar por ellos mismos ese deseo)42, ser constreidos a la paz por el miedo administrado ahora de manera vertical por el Soberano. La contrastacin de estas figuras (a) y (b) nos pondra, entendemos, en presencia de las dos alternativas clsicas de interpretacin de la relacin entre vanagloria y miedo que hemos reproducido hasta aqu los hombres buscan poder para huir de la muerte, o los hombres se enfrentan a la muerte violenta porque buscan poder. De ellas podra surgir en concordancia con el desarrollo al que arribbamos al finalizar el primer apartado la interpretacin que postulara la existencia, en Hobbes, de dos tipos de hombres: un primer tipo, el de quienes en ausencia de un poder comn buscan el poder por necesidad de preservacin de la propia vida, y un segundo tipo, el de quienes persiguen el poder en busca de satisfacer su vanagloria, su deseo de ser reconocidos como superiores por sus semejantes. En los primeros primara la pasin del miedo o el deseo de preservacin (que inclina a la paz), en los segundos la bsqueda de poder (que inclina a la guerra)43. Pero la determinacin exclusiva de estas dos figurasRecordamos la cita reproducida un poco ms arriba: Y hay tambin muchos, quiz la mayora, que por un defecto de la mente o una falta de educacin continan siendo insociables durante el resto de sus vidas [] Pues una cosa es desear algo, y otra tener la capacidad de conseguir lo que deseamos; pues incluso quienes, como consecuencia de su orgullo, no se avienen a condiciones igualitarias sin las cuales no puede haber sociedad, continan desendola. De Cive, cap. 1, art. 2, p. 54, nota [4445]. En la perspectiva que proponemos, habra hombres educados en la necesidad de la paz por la experiencia concreta del combate y otros compelidos a obedecer a su inters ante la evidencia de la supremaca de poder del Leviatn. Vase tambin supra, apartado 2. II (1), p. 27-29. 43 La contrastacin de estas dos figuras habilitara as una lectura de Hobbes que podramos denominar maquiaveliana: habra hombres (a semejanza de los grandi de Maquiavelo) que, por su mayor talento, sostenido en su educacin y en sus costumbres, se guan por la bsqueda de gloria y honor y cuyas pasiones tienden por lo tanto en ausencia de un poder comn a la guerra; habra hombres (il popolo), por otra parte, que por escasa educacin y por sus costumbres rudimentarias, se interesan principalmente en los placeres sensuales y en la conservacin de s; estos hombres de poco talento, que en la ignorancia de las causas se refugian en los temores supersticiosos, se orientan por el miedo que conduce a la paz. Volveremos sobre esto en la conclusin de nuestro trabajo.42

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dejara an sin contestar algunas preguntas: si no todos los hombres persiguen vanamente la gloria en estado de naturaleza, y si, como veamos precedentemente, podemos suponer que hay hombres que han desarrollado sus talentos ms que otros como resultado de su mayor inters en la gloria y el poder, no es posible entonces imaginar a travs del texto hobbesiano que hombres interesados en la gloria podran acceder al conocimiento de la situacin antinmica en que los coloca la vanidad, y de los caminos para su superacin, sin atravesar la experiencia del miedo en la inminencia del combate o en la evidencia de la desproporcin de poder; en otras palabras, que habra hombres que, no por modestia y ausencia de talentos, sino por inteligencia, reconocieran la imposibilidad de triunfo en una lucha en estado de naturaleza? Al mismo tiempo, frente a la afirmacin por parte de Hobbes de hombres que no dan muestras de poder realizar por ellos mismos el clculo razonable de la preferibilidad de la sociedad por sobre el estado de guerra, no deberamos preguntarnos si no es posible extraer tambin del texto hobbesiano a hombres no interesados primordialmente en la preservacin, es decir, a hombres que prefieren realmente otros bienes antes que la seguridad, y que por lo tanto no podran ser ellos tampoco subsumidos bajo ninguna de estas dos figuras? El intento de responder al primer interrogante podemos imaginar, a travs del texto hobbesiano, que hombres naturalmente deseosos de gloria pudieran acceder al conocimiento de la antinomia en la que los sita la vanidad, y pudieran concebir una va para su superacin, que no consistiera en el atravesamiento de la experiencia del miedo en la inminencia del combate o en la evidencia de la desproporcin de poder?, nos lleva a proponer una tercera figura, que sin ser tan directamente deducible del texto encuentra no obstante en l todos sus elementos, y que respondera a algunas de las dificultades encontradas hasta aqu. c) Esta tercera figura dibujara entonces un desarrollo alternativo para la interpretacin propuesta en (b). Partiendo de la afirmacin de hombres que luchan por su preeminencia, podramos imaginar un hombre que, habiendo adquirido en la bsqueda de poder un mayor talento, habiendo desarrollado de esta manera un inters por las causas, y las causas de las causas, que lo ha conducido a afinar su razn, descubre a travs de la experiencia y del conocimiento la imposibilidad de una victoria duradera en la lucha por la preeminencia, y por ende el carcter estril de la lucha en el terreno del combate entre cuerpos, en que se pone en juego la vida y la muerte. Es decir, descubre a travs del desarrollo de sus talentos

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y no ya del miedo, la necesidad de establecer un terreno pacificado para la lucha por la preeminencia, en que puedan disputarse el honor y la gloria sin poner permanentemente en juego la vida misma. En esa senda, la figura que se dibujara a partir del hombre en busca de gloria sera ahora la del hombre ilustrado por el conocimiento desarrollado en la bsqueda de mayor poder, y no ya la del hombre inicialmente vanaglorioso ilustrado por el miedo en el atravesamiento de la experiencia traumtica del peligro y de la asimetra de poder. Nuevamente, segn la diferente disposicin de los cuerpos y las distintas costumbres y educacin, esta figura parece poder ofrecer algunas variantes: podemos deducir de ella la imagen del hombre (c1) que, poseido por la bsqueda de gloria e instruido por el conocimiento de las causas en la necesidad de pacificar el terreno de la disputa, procura hacer valer en ese terreno pacificado sus talentos superiores, en busca de mayor poder, honor y gloria. O podemos imaginar un hombre (c2) que en la bsqueda de la preeminencia adquiere una superioridad real, consistente en el conocimiento adecuado de las causas, pero al mismo tiempo aprende que esta superioridad no podra nunca con xito demandar reconocimiento: el conocimiento se asocia de esta manera a la sabidura del hombre de ciencia, consciente de su superioridad y magnnimo en su conocimiento de ella. Si bien, como decamos, no es posible hallar en la obra de Hobbes una ilustracin directa para la figura de este hombre que accede a travs de la ciencia al conocimiento adecuado de la necesidad de someterse a un poder comn, s es posible encontrar numerosos rastros de su presencia44. Las figuras despejadas del texto hobbesiano en este apartado (c) nos han devuelto a la distincin entre gloria y vanagloria cuya presencia en la obra hobbesiana sealbamos en la primera parte de este captulo: nos encontraramos frente a hombres que, sostenidos en el conocimiento adquirido en la bsqueda de las causas concebiran la imaginacin de su propia superioridad respecto de los ms ignorantes, y que sobre ese conocimiento comprenderan que para disfrutar de ese poder o poder perseguir el placer que procura la bsqueda de conocimiento es necesario constituir un terreno pacificado de disputa. Junto a ellos no podemos dejar de sealar la aparicin espordica en el texto de Hobbes de otra figura (d), tambin ella autnticamente imbuida de gloria, y no de gloria vana, que44

El afn de saber, y las artes de la paz inclinan a los hombres a obedecer a un poder comn, porque tal deseo lleva consigo un deseo de ocio, y por consiguiente, de tener la proteccin de algn otro poder distinto del propio. Leviatn, cap. 11, p. 80 [64].

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responde a nuestra ltima pregunta no podemos hallar, en el texto hobbesiano, a hombres orientados desde el principio por una finalidad distinta a la preservacin de la propia vida? y que, si nos atenemos a la genealoga hobbesiana de las pasiones, parece an ms enigmtica en cuanto a las condiciones de su produccin que la anterior: es la que se da a ver en el hombre valeroso, que desprecia las heridas y la muerte violenta, que no cumple los pactos ni por miedo ni por conocimiento, sino por honor. Este hombre puede preferir, an en ltima instancia, la gloria a la muerte. Es por ello, inferimos, que para no ser enemigo de la paz, deber ser educado en el deber de obediencia al Estado de manera tal que su honor coincida para l con la defensa de la autoridad. La obligacin moral de cumplir con la palabra est aqu desligada tanto de su funcin utilitaria como del conocimiento de las causas y nos introduce en un terreno de obligaciones de otra ndole que, si bien atraviesa de manera permanente la obra de Hobbes45, consideramos es constantemente dejada de lado por l en cuanto a su eventual valor heurstico46. Para concluir con esta enumeracin, acompaando al hombre de honor podemos por ltimo extraer de la obra hobbesiana impulsados por la lgica de nuestro razonamiento, pero amparndonos en el texto a hombres henchidos de gloria (e) que no cederan en la lucha ni siquiera ante la espada del Leviatn, y que preferiran proseguir la guerra hasta la muerte o la esclavitud. Guiado ya no por un principio de honor aristocrtico sino por un deseo de gloria irreductible, este hombre que podemos reconocer por momentos en la figura hobbesiana del loco, el irracional, el fool tendera a superponerse de modo perturbador con el hombre de honor en tanto ambos se orientaran de manera consecuente por cdigosVase Leviatn, cap. 15 (p. 122 [97], trad. mod.): Lo que presta a las acciones humanas el sabor de la justicia es una cierta nobleza o galanura de nimo (raras veces hallada) en virtud de la cual le resulta deleznable a un hombre atribuir el bienestar de su vida al fraude o al quebrantamiento de una promesa. Del mismo modo, el captulo 14 de Leviatn seala que, junto con el temor a las consecuencias de quebrar la palabra, la gloria o el orgullo de no faltar a sta constituye uno de los elementos auxiliares que da fuerza a las promesas, pero que dada la escasez de hombres de tal generosidad la pasin que ha de tenerse en cuenta es el miedo (p.115-116 [92]). Vase tambin Leviatn, (resumen y conclusin). La sombra constante del hombre de honor parece confirmar la apreciacin de Keith Thomas respecto de la presencia de valores aristocrticos en Hobbes. 46 Como veremos en la Segunda parte, autores como Taylor, Warrender o Hood sostienen el carcter moral de la Ley natural hobbesiana. Identifican en la obra de Hobbes ya no los restos importantes de una moral aristocrtica, sino la presencia tericamente articuladora de una moral propiamente cristiana.45

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de conducta ajenos al miedo y a la bsqueda de la paz47. Su presencia acotara una vez ms el alcance de la afirmacin segn la cual incluso quienes, como consecuencia de su orgullo, no se avienen a condiciones igualitarias sin las cuales no puede haber sociedad, continan desendola48.

4. Recapitulacin de la primera parte: los tipos autoritativos de la antropologa hobbesiana y la bsqueda de la pazEl recorrido realizado en las pginas anteriores nos ha permitido desprender del texto hobbesiano la presencia de diversas figuras, que hemos ido extrayendo de las diferentes presentaciones de las pasiones principales, la gloria, la vanagloria y el miedo, y que por caminos distintos conducen en Hobbes a la necesidad o deseabilidad de la paz. O expresado de otra manera, partiendo del carcter incontrovertido de dicha finalidad49Cmo distinguir a priori la figura del hombre de honor de la del buscador de gloria que no experimenta el peligro concreto y no reconoce la primaca del temor, y de quien Hobbes parece por momentos afirmar que de todos modos slo puede racionalmente preferir la paz (figura b 2, supra) a la continuacin de la guerra, y por otros momentos parece afirmar en cambio, que se trata del loco, del fool de aquel, podramos decir tambin, que en el desarrollo de sus talentos y el inters por las causas ha sido llevado a extraer las conclusiones ms erradas y ms peligrosas para la paz (figura e)? En las figuras (d) y (e) se dibujaran los contornos del Prncipe maquiaveliano del fundador del Orden, de quien ha, efectivamente, vencido en la lucha por la preeminencia. Pero si estas figuras deben ser marginales y marginadas es porque la preocupacin de Hobbes no es una preocupacin por la fundacin, sino por la estabilidad del Orden. El momento de la fundacin, de la ruptura del orden donde se evidencia que puede haber un vencedor debe quedar subsumido en su excepcionalidad a la situacin normal a la situacin de obediencia. Es as que debemos comprender, entendemos, la afirmacin de Hobbes en el captulo 15 de Leviatn (p. 121 [96]): Es contrario a la razn alcanzar la soberana por la rebelin: porque a pesar de que se alcanzara, es manifiesto que, conforme a la razn, no puede esperarse que sea as, sino antes al contrario; y porque al ganarla de esa forma, se ensea a otros a hacer lo propio. Quien se rebela contra el soberano es doblemente irracional: porque acta en contra de la paz, y porque dada la igualdad entre los hombres sus posibilidades de xito eran, a priori, escasas. El fundador hobbesiano no es un hombre razonable ni virtuoso; es un aventurero imprudente que ha sido beneficiado por la ayuda de Fortuna. 48 De Cive, cap. 1, art. 2, p. 54, nota [44-45]. 49 Como anunciamos al comienzo, y como intentaremos poner en evidencia en la segunda parte de este trabajo, no parece haber mayor lugar para controversias en cuanto a que aquello a lo que la Ley natural ha de conducir segn Hobbes es a la bsqueda de la paz. Entendemos, en efecto, que esta finalidad se mantiene sin ambigedades y con ligersimas variaciones en su formulacin a lo largo de toda la obra de Hobbes. El conflicto de interpretacin se centra en la discusin acerca de si esta finalidad (la paz) est suficientemente fundada en la obra hobbesiana o si est afirmada dogmtica o apodcticamente, y en la naturaleza de las Leyes naturales que mandan buscar la paz si se trata de Leyes divinas, morales, racionales o utilitarias.47

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observamos que cada una de estas figuras presenta, dadas sus caractersticas particulares, una relacin diferenciada con la obligacin establecida por la Ley natural de procurar la paz. Como sealbamos al principio, as como no parece entre sus intrpretes haber mayor margen para la controversia respecto de qu manda la Ley natural en Hobbes, la controversia se centra en por qu, de qu manera, obliga esa Ley: de la figura que, a partir de la examinacin de las pasiones, erijamos en figura autoritativa de su filosofa poltica, depender en buena medida de qu manera comprenderemos la naturaleza de la obligacin poltica en el texto hobbesiano. En otras palabras, la pregunta por qu deben obedecer (o por qu obedecen) al soberano los hombres hobbesianos? depender en buena medida de quines entendemos que son, finalmente, estos hombres hobbesianos50. En la segunda parte de este texto observaremos, bajo esta ptica, algunas de las principales interpretaciones de la obra de Hobbes en lo que concierne precisamente a los puntos que hemos sealado. Para terminar de preparar ese terreno resumimos aqu para concluir las figuras los tipos autoritativos a las que hemos arribado en nuestro desarrollo, y acompaamos a cada una de ellas con una descripcin de los motivos por los que, en cada caso, podemos entender que obedece al Soberano. Ello nos provee, entonces, la siguiente tipologa: a) Hombres temerosos, interesados en su preservacin, obligados (por diversos motivos, entre ellos la existencia de hombres vanagloriosos) a atacar como forma de defender sus vidas. Se someten gustosos al poder superior del Leviatn; su temor y su deseo de placeres sensuales y de una vida confortable son naturalmente mayores que su deseo de gloria y poder. La Ley natural que manda la paz opera como una ley utilitaria con asiento en la razn ilustrada por el miedo. b1) Hombres vanagloriosos, que en el momento de la experiencia del peligro inminente de muerte violenta comprenden el carcter vano de su bsqueda de gloria. Ilustrados por el miedo, que se impone como la pasin principal ante la inminencia de la posibilidad de la muerte, comprenden la necesidad y el inters de someterse al poder del Leviatn. La50 Sealemos que si bien a nuestro entender todas estas figuras pueden ser legtimamente extraidas del texto hobbesiano, no todas son siempre compatibles entre ellas. As, por ejemplo, como se pondr en evidencia en la segunda parte de este trabajo, las figuras (b2) y (e) pueden representar dos maneras distintas de interpretar la presencia, en el texto de Hobbes, de hombres orgullosos que no buscan la paz.

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Ley natural que manda la paz opera como una ley utilitaria con asiento en la razn ilustrada por el miedo. b2) Hombres vanagloriosos impulsados por el deseo de hacerse reconocer como superiores; deseosos por naturaleza de la paz pero incapaces de obtenerla. Su deseo (vano) de gloria los conduce a la guerra; deben (en su inters) ser sometidos por el miedo al poder desproporcionado del Leviatn. La Ley natural que manda la paz debe ser impuesta por ese poder desproporcionado. c1) Hombres buscadores de gloria, que en la bsqueda de gloria desarrollan sus talentos, y a travs del conocimiento de las causas arriban al conocimiento del carcter mortal (y por ende, autorrefutatorio) de la lucha por el reconocimiento, y a la necesidad de civilizar el terreno de prosecucin de esta lucha; acceden por la razn (desarrollada al servicio de la bsqueda de poder y gloria) a la necesidad de la paz como terreno de una bsqueda de supremaca regulada bajo el poder absoluto del Leviatn; la Ley natural que manda la paz opera como una ley racional asentada en la bsqueda de gloria acompaada por el conocimiento de la condicin natural de los hombres. c2) Hombres sabios, que en la bsqueda de gloria desarrollan sus talentos, y a travs del conocimiento de las causas arriban al conocimiento del carcter mortal (y por ende, autorrefutatorio) de la lucha por el reconocimiento, y a la necesidad de la paz como condicin de todas las formas de vida la ciencia, la bsqueda del poder, la seguridad. La Ley natural que manda la paz opera como una ley racional asentada en el conocimiento de la condicin natural de los hombres. d) Hombres moralmente virtuosos, que prefieren la muerte antes que el deshonor. Pueden, en consecuencia, actuar a favor de la paz o a favor de la guerra, segn lo determine el cdigo de honor al que responden. Deben ser educados en el carcter honorable de la obediencia a las leyes pblicas. La Ley natural que manda la paz debe operar bajo la forma de una obligacin moral de cumplir con la ley del soberano. e) Hombres irreductiblemente vanagloriosos, imposibles de ser sometidos al orden del Leviatn. Enemigos del poder civil, deben ser perseguidos. Establecidas estas figuras a partir de la lectura del tpico del miedo, la gloria y la vanagloria en el texto hobbesiano, es hora, entonces, de que cumplamos con lo anunciado, y que observemos las interpretaciones consagradas a la luz del desarrollo anterior.

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SEGUNDA PARTE LAS INTERPRETACIONES

Ante el caudal de interpretaciones que ha suscitado la obra de Hobbes toda seleccin y agrupacin ha de resultar forzosamente arbitraria. No obstante, y con el fin de completar el desarrollo anunciado en la primera parte, hemos operado una seleccin en esta vasta literatura a fin de examinar de qu manera diferentes interpretaciones enfrentan en su lectura del texto hobbesiano las distintas posibilidades de abordar la tensin entre gloria, vanagloria y miedo que nosotros detectbamos. Para ello, hemos tenido en cuenta para nuestra seleccin algunos textos que por su importancia para la historia de las lecturas de Hobbes considerbamos ineludibles, como as tambin otros que, tal vez menos centrales en el debate, nos parecan aportar una mirada de inters particular sobre la relacin entre gloria, vanidad y miedo en la obra de Hobbes. De este modo, al calor de nuestras lecturas y orientndonos en nuestro ordenamiento por algunas clasificaciones clebres51, fuimos delineando varias familias, que sin constituir exactamente una grilla clasificatoria nos permiten sin embargo agrupar las interpretaciones de forma laxa a partir de la manera en que iluminan nuestro problema. En primer lugar, entonces, proponemos abordar distintas interpretaciones que tienen en comn el hecho de que, segn entendemos, tienden a derivar la deseabilidad de la paz y la necesidad del poder omnmodo del Leviatn directamente del deseo primordial de autopreservacin, o del deseo de escapar al miedo a la muerte. A travs de la lectura de los textos de J.W.N. Watkins, David Gauthier, M.M. Goldsmith, Raymond Polin y Norberto Bobbio, intentaremos poner en evidencia de qu manera51

En particular, por Greenleaf, Sorgi, Raphael y Minogue (cf. supra, nota 2).

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la pasin de la vanidad es o bien subordinada a la pasin del miedo, o bien directamente descartada en tanto constitutiva de una antinomia, por aquellos autores que entienden que, para Hobbes, la bsqueda de la paz es el camino que la razn muestra como el ms afn a la concrecin del propio deseo. En segundo lugar, abordaremos los ya clsicos textos de A. E. Taylor, H. Warrender y F. C. Hood que, en la historia de las lecturas de Hobbes, sostienen con diferente nfasis la importancia de la Ley natural en sentido clsico para la comprensin de su teora de la obligacin. Intentaremos ver cual es la suerte de la tensin gloria/ vanagloria/ miedo, objeto de nuestro inters, cuando es observada a la luz de esta interpretacin de la Ley natural de la ciencia poltica hobbesiana. En tercer lugar, nos detendremos en las lecturas que interpretan el texto hobbesiano desde la afirmacin de que su objeto principal es la primaca de la necesidad de la paz en un mundo de hombres necesariamente conflictivos: en esa conflictividad nos reencontramos con la tensin entre gloria, vanagloria y temor. Como veremos, con resultados bastante alejados entre s, esa es la lectura que proponen Leo Strauss y Carl Schmitt, y tambin, en la senda de ste, Julien Freund, atribuyendo por otra parte, cada uno de ellos, este carcter conflictivo a una interpretacin divergente del proyecto hobbesiano. Por ltimo, haremos mencin de dos interpretaciones que, de maneras muy diferentes, han como la anterior coincidido en destacar el carcter conflictivo de los hombres hobbesianos, pero que en lugar de enfatizar el carcter conflictivo de todos los hombres han llamado la atencin respecto del carcter plural o histricamente situado de los actores de este conflicto. Abordaremos en ese contexto en primer lugar la lectura de C.B. Macpherson, que sita el carcter conflictivo de los hombres en el contexto del capitalismo naciente; en segundo lugar destacaremos la interpretacin de Michael Oakeshott, quien ha puesto de relieve las distintas figuras a las que habilita el tratamiento de la gloria y la vanagloria en Hobbes.

1. Del deseo de autopreservacin al LeviatnEn este primer grupo incluimos las interpretaciones de M.M. Goldsmith, David Gauthier, J.W.N. Watkins52, Raymond Polin y Norberto Bob52

Si bien tomamos en buena parte esta clasificacin de Greenleaf, contrariamente a ste, quien lo coloca entre los individualistas entendemos que Watkins encuentra

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bio, privilegiando ms all de las diferencias entre estos autores la propensin comn a entender que la teora poltica de Hobbes se desprende de la postulacin de la primaca del deseo de autopreservacin y que, en este sentido, la Ley natural que manda buscar la paz aparece como la formulacin de mximas de prudencia que seguir todo hombre racional interesado principalmente de manera natural, como cae una piedra en aqulla. A la luz de nuestra interrogacin, la pregunta a la que nos convocan estas interpretaciones es: qu sucede, en estas perspectivas, con la presencia de la gloria o la vanagloria?, cmo se sobrepone la razn, informada por el miedo o el deseo de autopreservacin, a la accin contraria a la paz de esa pasin natural generadora de conflicto? En esta primera familia podemos reconocer dos vertientes: una primera, integrada por Gauthier, Watkins y Goldsmith, atribuye en su lectura de Hobbes a la razn, sirvienta de la pasin del miedo o del deseo de preservacin, mayor eficacia poltica que la que, por su parte, le atribuyen las lecturas de Polin y Bobbio. Como veremos, en la lectura de estos dos ltimos autores el Leviatn es llamado a imponer, por medio del miedo a su poder desproporcionado, el triunfo de una razn que los hombres, librados a sus pasiones, son incapaces de llevar a realizacin de manera espontnea. En The Logic of Leviathan de David Gauthier53 nos hallamos probablemente ante la opcin ms decidida en lo que hace a la afirmacin del carcter intrascendente, para la consistencia del argumento de Hobbes, de la pasin de la gloria o la vanagloria: sin ignorar los acentos que, en el texto hobbesiano, sugieren la presencia de hombres que buscan ante todo la preeminencia sobre sus semejantes por el placer de ser los primeros, Gauthier descarta sin embargo la importancia de esta tendencia del texto para sostener su interpretacin sobre la base de que la competencia es subsidiaria, en la lgica del texto hobbesiano, del deseo de autopreservacin. En efecto, guiado por su proyecto de restituir la coherencia formal de la obra de Hobbes a travs de la correccin de algunas incoherenciassu lugar en este grupo que podra asemejarse al tradicional de Greenleaf, grupo en el que el propio Watkins, contra Greenleaf y segn confiesa ste, seal reconocerse mejor. Recordemos que Greenleaf identificaba tres corrientes a las que denomina el caso individualista (Oakeshott, Strauss, y Watkins), el caso de la ley natural (Taylor, Warrender y Hood) y el caso tradicional (Goldsmith, Peters, Robertson). 53 Gauthier, D., The Logic of Leviathan. The Moral and Political Theory of Thomas Hobbes, Oxford University Press, Oxford, 1979 [1969].

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que dificultan su comprensin54, Gauthier nos presenta una descripcin de la finalidad del hombre en Hobbes que adopta la perspectiva de una mquina prudencial encauzada de manera mecnica a asegurar al mximo su autopreservacin, orientndose a partir de estmulos externos que afectan sus sentidos. Para sostener esta explicacin, descartar explcitamente la importancia d