Ghelderode - Escorial

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ESCORIAL Dr.ama en un acto. .

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ESCORIAL

Dr.ama en un acto.

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I/

PERSONAJES

EL REY. - Es un rey enfermo y p~lido, con una corona que se bambolea y un traje mugriento. En el cuello y en las manos pedrerias f alsas. Es un rey siempre febril, enamorado de la magia negra y de la liturgia, y que tiene los dientes podridos. El Greco, pintor desmanado, ha pintado su retrato.

FoLIAL. - El buf 6n, con su libre a de color es chillones es u1J atleta de piernas torcidas y andadura de arana. Pro;ede de Flandes. Su cabeza, gruesa bola expresiva, la iluminan dos ojos de lobo.

EL MoNJE. - Negro, tuberc1tloso.

EL HOMBRE DE EscARLATA. - Dedos muy largos y veltudos.

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I Una sala de esÙ palacio de Es pana. Iluminaci6n ·de- subterrtineo.

Rdf a gas de viento agitan continuamente las colgaduras opacas de' fondo, en las cuales quedan vestigios de blasones borrados. • En el centro de esta sala, unos escalones vetustos, cubiertos con alfombras agujereadas, condiicen a un trono muy alto y raro y coma en equi­librio: el trono de un l.oco atormentado. que se complace en esta soledad funebre, 11.ltimo fruto de una raza enf erm1za y magnifica.

Al levantarse el tel6n, el rey, .hundido en el trono, se ta.pa los oidos ·con las manos y gime lastimosamente, en tanto que afuera aullan a la 'mtuerte -largamente y sin parar.......:. perros desesperados. Ji~ramentos y chaJquidos ·de ldtigos acentuan esta cacofonia desola­dora · q'lie el rey hace esfuerzos para no oir. EL REY. - jDegollad a los perros, a todas las jaurias! jBasta! 1Bas­

ta! jC6mo crispa! jEs horrible! jAhogad ~ los perros! iMatad a los perros y su intuici6n! jBastaaaaa! ... (Se levanta y se tamba­lea.) Quieren atemori'zarme. jQuieren que pierda la raz6n, mi ra­z6n real! ~ Y quién reinaria entonces? .Hacen conspirar a los perr~s, pues los hombres no se atreven. . . (Redoblan los Wrùlos.) jMisericordia! jPerros de la noche! 1Perros del vientol 1Perros del miedo! Perros .. , (Baja unos peldanos.) Folial, orde'nà que cesen los la.dridos. I Orden del rey !

UNA voz (por fuera); - . . . . 1del rey! :Folial, que cesen los lad.ri­dos . ..

OTRAs VOCES • . - 1Eh!. . . 1Cuzt. . . jTus! (Los perros se ca.Uan.)

EL REY. - lMi& pèrros? . 1Ha matado mis perro5, mis jaurfas! ..• i MiS' herme>Sò~ pérroS'l . . . Folial, loo petros w qui'eren a la Mue:çw,

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(Gime.) Grande fojusticia es que la Muerte pueda entrar en los pala cios del rey. Se le debian soltar las jaurias. jAh! jMis pobres perros degollados! . .. (Entra el MONJE. El REY le ve.) No, no, no no ... jTu no! jLos centinelas mejor, para que maten a arcabu­zazos a ese esqueleto que se desliza por las èhimeneas!

EL MoNJ E (con voz aguda). - Vuestra Majestad ...

EL R EY. - jSilericio! EL MoN JE. - i ... ! EL REY. - (Qué? EL MoNJE (hincdndose de rodillas). - Vuestra Majestad . . .

(Farf1llla.) EL R EY (arrodillaridose delanfe del monje). -Te lo voy a decir.

(Imitando al monje.) Vuestra Majestad no debe lamentarse todavia. N ada puede adelantar o retrasar la hora que solo Dios conoce. Que Vuestra Majest ad se resigne, baje la cabeza y se _prepare para la desgracia inminente . . . jContinua, capuchon!

EL MoNJ E (con la garganta reseca). - Vuestra Majestad sa be que el pueblo, los sacerdotes, el reino entero, esùn arrodillados corno lo estamos nosotros. (Levantando el brazo en un ademdn oratorio.) jAh ! (Y . dejando caer el brazo.) Seria un acto de infinita caridad, una accion san ta , permitir que sonasen las campanas, levantar la interdiccion que Vuestra Majestad lanzo contra Ìas campanas ... (Se levanta.) corno criminales que han heri'do los delicados timpa­nos de Vuestra Majestad, las campanas que anuncian al cielo ale­grias y dolores terrestres . . . ( Vuestra Majestad? .

EL REY (se levanta, fuera de si). - jNo, no, no, no, · no! ... jBasta de campanas!. jDegollad las campanas! Han tocado durante dias y noches. jEstrangulad a los campaneros! (Indignado.) (Tanto ceremonial para morir? . . . Monje, mandaré que les rompas los cos tados a t us campanas. H an tocado en mi cabeza. Tengo la cabeza

-Ilena de perros y de campanas. En este palacio no tenemos necesidad · de campanas para morirnos. Iremos sin carripanas y sin los rezos

del populacho a pudrirnos pomposamente en las crip t as blasonadas de es te palacio. jAqui andamos sobre los muertos! jAqui apesta a Muerte! .. . A vos os gusta la Muerte, su olor y sus fastos. Monje, (DO seras tu, debajo de un hibito, ese esqueleto ambulante que me atormenta? ... (Le echa bacia atras el capuch6n al tnonje, Y

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ve su rostro blanco, los ojos bajos. El rey se tranquiliza.) Id a vuestro deber. El rey no quiere m:is. carillones. tEst:i dicho! ... (El monje sale reculando, como un aut6mata . . El rey se pasea y monologa.) Campanas . . . Perros .. . La Muerte .... Pesadilla ... La Muerte . . . Campanas , . . Perros . . . En los campanarios , las han­deras a media asta de la pesadilla . . . Los perros muerden las cam­panas. La· Muerte rnancha rnis palacios . .. (CiJn un estremecimien-to.) ~abricad un ataud de ébano, inventad epitafios pomposos .. . jAqui yace! . .. jLlorad, rezad , levantad catafalcos, poneos de luto; dad a los cortesanos rn:iscaras v paiiuelos, hacèd. cuanto pndais, hacedlo pronto, pero liberadrne de esta agonia. ridicula! . . . iCOmo si: a todas horas no muriesen mujeres y rnujeres, que s~n arrojadas

.luego a la cal de ·1os osarios, sin trompetàs·, eh!. . . (Repentina­mente calmado.) Sera preciso que yo también. llore, que rece y que me ponga p:ilido. Deberia enseii:irrnelo alg:Un actor. ; Donde estfo mis actores? Un rey .dehe parecer sensible durante .el espect:iculo de su noble existencia. (Qué diria la historia, que da sobrenombres a los reyes, asi corno a los presidiarios? (Se vuelve bacia la pared de la izquierda.) Ven .. . (Entra el monje.) Tii que habitas en los t abiques, escucha la. voluntad del rey ... (Con fingida humildfd.) Quiero que toquen las campanas, pero suavernente, suavemente; que doblen rnuy bajo, rnuy bajito, para los delicados timpanos de Su Majestad ... (El monje quiere irsç; el rey le retiene:) ~Adonde ha llegado esa agonia? ~Esa agonia solemne, rnas larga que un acto de tragedia?. . . . .

EL MoNJE. - Vuestra Majestad 'se lo sospecha ... Los sabios intentan prolongar ese h:ilito, ese ultimo brillo de las pupilas . . . Los sabi'os intentan en vano . . .

EL REY. - jCharlatanes adictos! 1Les daremos titu"los a cambio de SU· medicina! 1vJ:onje, siento que se me hiela el alma. 1Anda! (Sale el monje. El rey sube lentamente los escalones del trono, restre­)[andose los pies en las alfombras. · Monolo.i;a.) ;El rey esta triste . .. El rey tiene penas . . . Cuando la vea, rigida · y cerosa, entre los cirios y los emblemas, me acordaré -jtantas flores, tantas floresJ­de una novia que .queria complacerrne . . . --.tantas flores ... -. Y yo sollozaré a causa de las flores. (Se tapa fos ojos y parece so­llozar:) por mi queri'da reinecita. i Lloraré corna. ti hlJbièras- llorado

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sobre mi, querida reinecita, si la Muerte se hubiera equivocado de aposento! . . . (Se rie, y su risa mecdnica se prol.onga. Se sienta en un escal6n.) jEs gracioso! jNinguno ha sido testigo de mis lagri­mas ! (Eh, Folial? jBufon, no has visto llorar a tu rey! (Folial? (Te habran devorado mi's perros, carne de farsa? .. .

FoLIAL (surgiendo de detrds del trono, arriba). - Vuestros perros son los perros del rey, seiior. Morderian a vuestros cortesanos, no a vuestros criados.

EL REY. - jZorro! Me hacias falta. (Has necesitado todo ese · tiempo para degollar a mis perros? .

FoL!AL. - No han cometido otro deliro que e! de salud.ar con ladndos a la Muerte , ese merodeador . . . He acariciado a los perros. Y o sé hablar a los reyes y a los perros, seiior ... Pero estos ultimoi; me enternecen de verdad .. . Los perros estaban tristes, sufrian , seiior ... (V a a sentarse cerca del rey. Éste recula.)

EL REY. - (Sufrian? jPobres perros! jYo también sufro! FoLIAL. - jPobre rey! EL REY. - ·Pero no corno un perro, eh! Yo sufro segun el protocolo.

(Me viste 1

sollozar? (No? Entonces no has visto nada. Si consigue~ hacerme reir durante los funerale.s, en todo el orbe no se hablara de otra cosa que del magnanimo dolor del r·ey. Hazme reir . . . .

FoLIAL. - jMirad! (Saca del mantelete im espejo de mano, se ·mira en él, y hace esfuerzos para consegu,ir una mueca. Luego se le cae el espejo de las manos, y el buf6n permanece inm6vil, con la mueca espléndida sobre su cara. Dice en voz baja:) jDolor de rey!

EL REY. - jAdmirable! (Una risa frenética brota de su garganta. Se vuelve. FoLIAL estd

inquieto.) FoLIAL. - Seiior, 10s cocodrilos son verdaderos maestros en esos dolo-

, · T d ' ' ' l 'e es' res augustos. e: en re1s mas agua en as s1 n . ,

EL REY (mostrando su cara radiante de alegria). - jOh! jQué cha~co !;e ha Ilevado! jHaz corno yo! jSi yo fui a la escuela del cocodnlo, tu has i'do a la del mono! jTrabaja, eh, trabaja con la boca!

FoLIAL ( cris pado ). - Perdonadme . . . EL REY. - jLO mando! FoLIAL (busca conta mirad.a un sitio d6nde es.conderse;,l~ego se ta,P,a

l·a cara con lQs br~). - ~Stifior? ., ·. , (Se ne espasmOdw~n,te.)

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EL REY (pataleando). - jMagnifico, magnifico! (Se queda descon­certado.) jAhora, basta! (FoLIAL se rie mas fuerte.) 1Para de reir! . . . , (Le aparta los brazos al buf6n Éste muestra una cara indeciblemente contraida.) (Estabas llorando? Contesta . . .

FoLIAL. ___:, Era por los perros ... EL REY. - (Pretendes hacer mas que el rey? f.oLIAL ( dominandose ). - Queria pemostraros qué facilmente se equi­

voca uno. .. . (Ante el azoramiento del rey, se rie ahora de verdad, asperamente . .. ,

Las campanas empiezan a doblar, lejos. El rey se estremece de pronto.) EL REY. - jRiete otra vez! Me gusta esa risa flamenca, en la que

rechin'an los dientes. jRie mas alto! Qui'ero .que se te oiga en el ultimo rinc6n del palacìo. Quiero que tu risa bestiai ofenda a la Mue.rte misma . .. jMas fuerte! (La risa de FoLIAL se hace espantosa: es un rugido.) jBasta! (FoLIAL deja de reir. El rey baja todos los escalones; FoLIAL le sigue paso a paso.) Yo también quisiera reir, obrar corno un bruto .

FoLIAL. - Olvidaos del protocolo. r •

. EL REY. - (.Qué dices? (Lu'ego nada ingenioso se pi.lede sacar de ti, bufon macabro? (Qué tie.nes? . ..

FoLIAL. - Cara de circunstancias. EL RE~ ( pasedndose de ·un lado a otro, y FoLIAL pisamlole los talo­

nes). - Hace ya varias semanas, semana.s atroces, que te aburres esperando, que haces muecas para ti solo; y eso esd mal, porque tu oficio consi'ste en ser gracioso. Y o espero la liberad6n; espero que la Muerte se vaya a otra parte. Y tu no tienes una palabra picaresca, ~na farsa para tu rey. 1Esta lleno de vin.agre! (Se para.) (Por qué vienes detras de mi?

FoLIAL. - i Pisotèo vuestra sombra ! .. . EL REY (satisfecho). - jPor fin te reconozco! . : . Ha.s vuelto a s:r

el misrno, arrogante, pérfido, pero no malic1oso m de facund1a desbordante, corno los bufones italianos o francéses, sino taciturno y vengati'vo, corno los de tu raza. Siete pecados est~n escritos , con -mayusculas en el viejo per~amino de tu cara. jLos siete P.~cados, Y otl:as abominaciones! Te tenia afecto por tanta perfecc10n en el mal; y tu eras el unico hombre a quien un rey corno yo podia su­frir . . . (Se sobresalta.) jAyl jHas asesinado mi sombra! (Abofetea

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.al buf6n.) jNo te me acerques mas, porque te mandaré a dormir con los perros, perro rastrero, perro trapacero! Tienes todo el aspec­to y las maneras de un dogo . .. jA cuatro patas, Folial! . . . (Fo­LIAL se pone a cuatro patas.) No muerdas. (Ordenando.) Tumb~te. Rascate las pulgas. (FoLIAL hace estas cosas.) Duerme. (FoLIAL siis­pira y simula el sueiio de un perro. Un silencio. El rey desconfia.) Perro o buf6n, (en qué. piensas? (FoLIAL avanza bacia el rèy y le olfatea.) jFolial, eso no! {ES la Muerte la carrofi.a que olfateas? (Las cam .. panas doblan de nuevo. FoLIAL alarga el cuellv y aulla a la muerte coma un perro. De fuera le responden todos los perros. El rey, enloquecido, mbe a saltos los escalones.) jMaldic16n! jMe persiguen ! j Basta! i Degollad a los perros, al buf 6n ! . . . (FoLIAL, todavia a gatas, sube los escalones, sin dejar de aullar, detrds del rey.) jSoy la victima de los perros! (Le da unas patadas al buf6n.) jDe pie! ·

FoLIAL (levantdndose ). - Vuestro muy obediente servidor .. . (Estdn cara a cara los dos en lo alto de las escaleras. Afuera, jura­

mentos. Cesan los ladridos. Un silencio.) EL REY. - (Qué haçes junto a mi? FoLIAL. - Espero vuestras 6rdenes. EL R EY. -Baja.

(FoLIAL baja pesadamente los peldaiios y, de repente, se desploma.) FoLiAL. - ( Seiior? . . : EL REY (sentandose en el trono). - (Por fin vas a empezar un juego? FoLIAL. - Perdòn. Dejadme subir ·a mi desvan. Quisiera dormir . . . EL REY. - {Es preciso que el rey se quede solo? FoLIAL. - He sacrifi'cado mi vida a vuestras diversiones. He llegado

al limite de mis fuerzas. Se me ha agotado la imaginaci6n. S~fi.or, el sueiio ha huido de este palacio. Las horas pasan en una alucinaci6n que hiela. Piedad para el buf6n que tiene sueiio.

EL REY. -Todavia no. Hay que esperar a que se vaya la Muerte. FoLIAL. - No esd bien que os riais cuando la Muerte trabaja . .. EL REY. - è Y si nos piace reirnos? Cesa de lamentarte. c!Cuando

yo quiero reir, tu quieres dormir? jNecesito reirme! Y si no con­sigues divertirme, esd el garrote de los malos s_ervidores, ministros o bufones, que te hara poner caras horribles. <Tienes el craneo lleno de larvas? 1Rie! De lo contrario te entregaré a mi verdugo,

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quien te dara el mismo trato que a un judi'o o· a un monedero falso . ..

Fot.rAL. - Perd6n . .. EL .REY (de pie). - ~Qué me queda si mi buf6n se pone t~iste y I~

vene~ el suefio? _(. Y qué te importa a ti' que la reina se muera, que la Muerte traba1e? .. . ~No parecerfa que es . tu mujer o tu hija la ·que se va al reino de los gusanos? . . . (Colérico.) jlnventa una farsa!

JlOLIAL (levan:andose). - Una farsa profonda y breve, la ultima para la que me s1ento con fuerzas . . . La representaremos jl.mtos, sefior. _ (Salu_da a un publico imaginario y empieza una pantomima por medio de l~ cual presenta al rey y se presenta a si misma. Luego hace una pirueta y sube a saltitos los escalones.) En mi pais, cuando 1lega la Cuaresma, se elige a un inoeente y se le provee de oropeles, una corona y un cetro. Y este i'nocente queda cohvertido en ·rey. Un rey a quien se . festeja y se le lleva a su trono ilusorio. Se le rinden todos los honores, La canalla desfila, intriga, adula y aclama. El · rey bebe y se hincha de cerveza y de vanagloria. Y cuando esta muy infatuado con su destino. . . (Salta bacia el rey.) se le tira al suelo la corona . . . (Le arranca la corona y la echa a rodar por los escalones.) se le quita el cetro· . . . (Arranca el cetra de las man.os del rey.) para volver a dejarle en lo que era. (Retrocede.) Como acabo de hacer yo. (Meloso.). (Comprendéis? Ya no sois mas que un hombre, iY qué feo! ... (Se quita rapidamente su: gorro -de_. loco y se desata del cinto el cetro de locura. Prosigue, sibilante.) Còmo vos, he recupera do mi condici6n de hombre. I Y mi fealdad

· vale lo que la vuestra! . . . (Se rie asperamente.) eOs percadis al menos del juego que os propongo? Hace y-a-mucho que I~ preparo. .(Os agradara? jOs vai's a reir con esa risa flamenca que tanto os gusta! Y yo veré que os rds de manera incomparable, corno se rien en vuestras criptas . . . (Abre las manos y separa los dedos. El rey da diente con die.nte.

FoLIAL parece haber perdido toda noci6n, y s6lo o.bran sus manos todopoderosas, que avanzan en el vacio bacia el cuello del rey. A éste se le doblan las rodillas y se deja caer, c<m la boca abierta, sobrc el trono. Quiere gritar, pero el grito no sale. Las. manos le aprietan el cuello. El rey se ahoga. Pero 2m grito estridente brota .de su garganta.

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La risa azota al buf6n, que suelta su presa y deja caer las manos. El re)1 se levanta del trono y se mantiene a distancia.) EL REY. - jLa farsa, tu ingeniosa farsa, te ha salido bien! jDéjame

que me ria hasta desternillarme ! . . . i Qué bien has representado, qué bien fing1as el odio! . .. jGrande ha sido mi sorpresa! jNunca reparé en tus rrianos! jSon asombrosas tus manos! Cuando te vuel- · vas completamente bruto, te haré verdugo, si entre tanto no has si'do estrangulado ... (Baja 1tnos peldaiios y escupe al aire.) j]uego de manos, juego de villanos, amigo! . . . (Severo.) Acércate, · ca­nalla .

FoLrAL ( volviendo a la realidad). - ~Seiior? ... ~El verdugo? ... EL REY. - jTodavia no! (Agarrando a FoLIAL por un hombro.)

jCuan equivoca era tu farsa, y c6mo me gusta lo equivoco! Yo no estaba muy a gusto, pero, con todo, me has sorprendido. En fin, me he reido con una ri'sa que me subia del fondo de las en­traiias. He recuperado mi buen humor :

FoLIAL ( tartamudeando). - El lugar no inspira ... . . EL REY. - Es evidente que no has estado tan msp1rado co:no otros

dias. (Dandole unos golpecitos en el vientre.) No has sab1do sacar partido de tu farsa . . . O debiste estrangularme, para . lo c~al no has sido el hombre que yo creia, o bi'en debiste proseguir tu JUego, para lo cual no has 'sido e! artista que yo creia. (Se rie sordamente.) Yo comprendo e! arte de los comediantes y de los bufones. jPara ellos todo mi afecto!. . . Tengo alma de buf6n, esta noche sobre rodo ·Y si representasemos? Es Hcil, puesto que nos hemos vuelto • < . D dos hombres. Para ser otra cosa, bastara con algun accesono. os hombres ·te lo imaginas? jYo, que era un rey, y tu, un monstruo, henos a~~i convertidos en dos hombres! jMe siento colm~~o de gozo! Pero en tu rostro, gargola, se pintan la preocup,ac1on, la angustia, la desesperaci6n, todo lo que debia asomar al mio Y. que, pese a mis esfuerzos, no asoma. Y tu fealdad es real, verdadera­mente real. . . jPor consiguiente, representemos! (Recoge con rapidez la corona y el cetra; caloca la cor.ona en la

cabeza del buf6n y le pone el cetra en la mano. Lue~o se Cf.U~ta la capa y rnbre con ella los hombros de FoLIAL, quien se resiste timidamente.) FoLIAL. - i Impostura! . . . · EL REY. - iComedial ... (Se retira un poco, y contempla a FoLIAL

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c01i agrado.) iQué rey!. . . jQué rey para 1os Autos c1e te! ..• (Violento.) jLa farsa continua! iSube hasta el trono, gorila corò"' nado! ... · (Mientras FoLIAL, al parecer agobiado por el peso de la corona y

del cetra, sube pesadamente los escalones, el rey se pone el gorro del loco y coge el cetra de la locura. FouAL llega basta el trono, se deja caer en él, y cantempla con eni>rme estupor las gazmoiierfas que hace el rey al pie de la escalera.) FouAL. - < Seiior? ... EL REY (parodiando el saludo). -1Seiiorl ... Quiero, con mis jugue­

teos, disipar vuestros pensamientos dollentes. · iLa reina S!! esta mu­riendo? Como buf6n devoto haré variaciones sobre este tema: la reina, la infortunada. . . Me importa un bledo. jMi funci6n no

· consiste en afligirme! iMuerta la reina, otra se encontrara! jÙe­jadme que me ria! 1Mi gozo es inmenso! <No he nacido buf6n, sefi:or? Soy por naturaleza gesticulador, pérfi'do y disimulado, pa­reciéndome en esto a las mujeres. Y . a la reina, a es.ta mujer, · 1e bast6 una mirada para medir mi vacuidad y condenarme al mas absoluto desprecio. La reina me juzg6 en cuerpo y alma, y v·io que yo era un buf6n debajo de mis riquisimos vestidos. Aunque me hubiera comportado corno rey, ella no se. habr1a dejado sorprender. Podéis creerme, seiior, que hice todo para seducirla, las mas gra­ciosas monerias. En vano me prodi'gu.é .. . (Esboza una pavana.) iPero un buf6n cuenta jamas su vida? 1Baila! ... iYo bailo ante la muerte! jBailo por mi liberaci6n! jBailo por las funebres pom­pas, por la caida en la nada de esa muiieca de cera saturada de . aromasl jBajadla en seguida al Pudridero bajo un chaparr6n de agua bendita! 1No temo a su espectro! (Continua la pavana.) No os extraiiéis de que baile. Bailo com.o un viudo, corno un macho ca brio de aquelarre, corno un satiro antiguo . . . (Se calla y se tttm-

. ba, rendido, sobre los · escalones.) ~Os gusta mi soliloquio, sefior? ... FOLIAL: - jBlasfemador! La que agoniza es bella, pura ! san~a.

Muere a causa del silencio y de las tinieblas de este palac10, cuyas paredes tienen ojos, y cuyos salones de fiestas ocultan tramRas e instrumentos de tortura. Muere .porque vive entre seres sirtiestrO.~· lejos del sol, secuestrada y extrafia. · Muere, reina sin pueblo, Y de un ~eino donde gotea la sangre, donde reinan los espias y los

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inquisidores. Os di'go que la Muerte es una benefactora, cuya lle­gada he deseado, corno vos la habéis deseado. Se ha presentado inmediatamente, pues nunca anda muy lejos de estos lugares, cuyo dominio comparte con la Locura.

EL REY. - jOh, seiior! ~Es prudente hablar con ese desenfado? Solo un rey puede enunciar prop6sitos tan francos sin que se ahoguen en un nudo de angustia.

Fo LIAL (que no ha oido). - jCallate, buf6n! Conozco tus farsas mas abyectas. Tu manchas cuanto tocas, te atrae la inmundicia, te apa­sionas por los enanos y los histriones, y tus oscuros deleites osci'lan entre el tufillo de la carne quemada y la charlataneria de los papagayos. Tus pecados hacen palidecer a los te6logos;. y si Dios no te ha agarrado de la garganta es porque te reserva el fin de Herodes, o peor ...

EL REY. - jNo me abruméis, seiior! Mi oficio no es muy noble, mi oficio consiste en zaherir. ~Como puedo saher yo, que estoy al margen de la humanidad, lo que sea el amor, el dolor de los demas? Si' habré padecido yo ese desprecio, joh! ese desprecio . : . corno agujas .. . (En voz baja.) Sé que vos sois el unico que habéis com­prendido a esta incomprendida. Para vos eran sus miradas, no las miradas heladas que me hacian temblar de verguenza, sino esas miradas largas y humedas de perra agradecida . . . (Sube algunos escalones.) ~Esta . reina? Sé que, a pesar de la conspiraci6n de los muros, de los cerrojos y de los lacayos, tuvìsteis acceso a su alma ... (Se le estrangula la voz.), poseisteis su cuerpo .. .

FoLIAL (se levanta y se tambalea). - Este trono esta demasiado alto. jProduce vértigo!

EL REY. - jSi, fueron unos amores extrafi.os! . .. Una noche de tor­menta, plagada de. moscas y de olores i'nsipidos, os arrastrasteis por los corredores . . . Y o, el buf6n, me arrastré detras de vos ... (S1~bitamente, casi af6nico.) Y conoci la atroz voluptuosidad de ser testigo de la vuestra: me retorci silenciosamente sobre las bal­dosas . . (Con voz estridente.) Sefi.or, los reyes no aman, es una regla; los reyes de este pai.s reinan universalmente detestados . .. (Sube unos peldanos mds.) Tanta felicidad atrai.a la vindicta del buf6n. ~Me escuchais, seiior? (Pegado a FoLIAL.) La reina . . . estrella ... abeja . .. musica ... fogel. jLa reina, corno en las no-

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velas antiguas caducadas, muere de este amor! ... 1Muere a causa de ese rtJ.onstruoso, de ese i:nconcebible amor! . .. ~Lo sabi.a cuando respiraba el aire de su aposento, cua.ndo comia las frutas que mas le gustaban?. . . (Baja tres peldanos.) Mueren corno mueren los grandes de este pais ... (Con un alarido.) 1Muere envenenada! .. . (C<>n rabia.) jEl amor no entra en este palacio! ·;En este palacio est.i prohibido amar! . . . (Baja precipitadamente todos los escalo­nes.) ;Ah! La farsa ...

FoLlAL ( como borracho y bajando). - Buf6n, <debo reirme a carca-· jadas o proferiras la verdad?

EL REY. - jPor mi condenaci6n! Però, dirne, <quién de los dos tiene talento? . ..

FoLIAL. - Vos sois gran actor. EL REY. - ;Somos grandes actores los dos! Basta, la farsa ha termi­

nado. Recobremos nuestra identidad, · FoLIAL (huyendo por las escaleras). - ;Mi corona! .. . 1Yo soy el

rey! . .. EL REY (persiguiéndole). - ;Mi corona! ... 1Yo soy el rey! . .. FoLIAL. -1El rey soy yo, puesto que teni.a el amor de una reina! EL' REY (echdndole mano al buf6n). - 1Quedaos con el amor, de-

volved la corona! . . . (Se agarran. Lucha muda sobre los escalones del trono. Acaba de entrar el monje.) ·

EL MoNJE. - Que Vuestra Majestad . . . (Los dos, se separan, ja­deantes.) La reina. . . (El monje, sobrecogido de miedo, trat.a de huir. FoLIAL salta bacia él.)

FoLIAL. - c:Qué? c:La reina? ... ;Habla, yo soy el rey! .. . EL MoN JE. - i Anuncio al rey. . . que ' la reina ha muerto! . . . (El

rey arranca a FoLIAL, que ha quedado como clavado en · el sitio, la éorona, el cetro y el manto.) jCualquiera que sea el rey, es pre­ciso que venga! . ..

FoLIAL ( cae de rodillas y se tapa la cara). - ;Dios la tenga en su gloria!

EL REY. - i Vayase al diablo! . . . (Se coloca la corona y vuelve a 'ponerse el manto.) c:Uros? ... (Hace seiias con el cetro hacia el tabique y senala al "buf6n. Luego escupe sobre FoLIAL.) Dèspués de la farsa, la tragedia . ..

FoLIAL (con un sollo.zo). - jLa reina ha muerto! . . ..

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Michel · de Ghelderode

(Entrra el hombre de escarlata, macizo y agil, la cabeza. cubierta con una cogulla. A una nueva seiia del rey, cae sobre FoLIAL y le entran en silencio.) EL MoNJE. - (Me permitis que le absuelva? ... EL REY. - (Se han hecho los sacramentos para los bufones? .. . jVa­

mos a nuestro deber!. . . (Da unos pasos bacia la izquierda. Se vuelve.) (Eh, verdugo? ... (El hombre de escarlata se pone en fri~ y se frota las manos.) (Mi buf6n? . . . jMi pobre buf6n! ... (Al monje.) Una ·reina, padre mio, se encuentra, pero un buf6n .. .

EL MoNJE. - jEn nombre del cielo, veni'd! . .. EL REY. - i Si! Estoy afligido, padre mio, afligido . . . (Lanza al

monje una mirada innoble.) <Qué hay? ,:Deciais que la reina ha muerto? .. . (Se rie a carcajadas, estupidamente, y sale detras ·del monje. El

verdugo sale arrastrando el cadaver. 6yese la risa histérica del rey, que va decreciendo. Trnena un caii6n. Las campanas doblan de nuevo. Afuera, aullan los perros.)

TEL6N

1927.

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