8/17/2019 GGalopaban Los Convulsos Años Sesenta Cuando Un Sordo Genial

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GGalopaban los convulsos años sesenta cuando unsordo genial, como Beethoven, nos recordó que la belleza del ajedrez nosólo se encuentra en los sacrifcios románticos. Muchas partidas de igran!etrosian impresionan porque un hilo melódico une los movimientos hasta eldesenlace, casi siempre elegante. "unque el armenio sol#a escuchar a

$hai%ovs%i antes de sus duelos, otro campeón del mundo, Mijail al,comparó su arte con el de &iszt, tal vez por la gran complejidad que les une'las sonatas para piano del h(ngaro son tan di)#ciles de interpretar como lassutiles maniobras de !etrosian. "magos por la izquierda para lanzarse por laderecha, entregas de material a largo plazo * profla+is previas incluso alpensamiento del rival defnen a un genio, injustamente etiquetado por susempates sin lucha. "lgo similar ocurre con su sucesor, Boris pass%i, a quienpodemos comparar con Mozart por el inmenso talento de ambos, si bien elaustriaco era hiperactivo * el e+sovi-tico, ho* )ranc-s, un as de la vagancia.in embargo, * a pesar de que casi siempre hablamos de -l como un actorsecundario de la gran pel#cula de Bobb* ischer, pass%i es uno de los

grandes de la historia, el d-cimo campeón del mundo, con todo el m-rito.u obra * la de !etrosian pueden escucharse en este libro bajo lamaravillosa batuta de Gar* /asparov, quien además hace justicia con cuatroque no )ueron campeones pero s# virtuosos' Gligoric, !olugaievs%i, !ortisch *tein, los teloneros de lujo de un concierto magistral.