Juventud oprimida, parada y explotada. Nuestra caracterización.La Asamblea General de las Naciones Unidas tuvo a bien,

caracterizar a la juventud como el cúmulo de personas de 15 a 29

años. Así de simple y llano. Nosotros creemos que esta definición,

puramente cuantitativa, es una fiel reproducción de su concepto de

desarrollo humano y de la historia misma, es decir, vacía. Que

responde al tiempo mecanizado, cronometrado, pero que muy en el

fondo, tiene una intención retorcida, ya que inducen a la

determinación de la juventud como un sector en tránsito a la adultez,

lo que implica, imponer una negación del presente.

Está concepción puramente mecánica del joven niega la existencia

de actividades y necesidades propias de su condición. Ésta es una

dinámica impuesta, implícita de la reproducción de los valores del

capitalismo, que están enquistados en casa y paralelamente el

sistema educativo.

Así, al no haber tareas, y quehaceres para los jóvenes, éste sector, en

el “mientras” de su identificación se dedica a: a) empaparse, en el

caso de que tenga acceso a la educación, toda la formación técnica

para especializarse en un área del trabajo, para sobrevivir en su

adultez a los embates de la economía; b) a asumir súbitamente las

prácticas de la adultez, en el trabajo; o c) convertirse en un

desclasado, o parásito en palabras de Fidel Castro, es decir, un joven

que no está inmerso en ninguna actividad académica ni cultural, y

que mucho menos juega ningún papel en la producción. Reproducir

en todas sus formas la idea pequeñoburguesa de progreso, bajo la

cual “entre más adulto, más humano, o más completo”, tesis absurda.

Pues si envejecer “crecer” significara humanizarse, no existirían

tantos viejos grandes capitalistas pisando el cuello de millones de

trabajadores en el mundo.

Nosotros consideramos necesario dotar de contenido clasista esa

definición de juventud, desde una perspectiva proletaria, por ello

hemos generado, un espacio que atienda el análisis de las demandas

y necesidades propias de la juventud, al margen del movimiento

estudiantil, puesto que el número de jóvenes que subsisten bajo la

dinámica de precarización del empleo y en general totalmente

alejados de la vida académica, supera por mucho al de los jóvenes

estudiantes.

Nuestro comité pugna por operar las consignas propias de las y los

jóvenes trabajadores y desempleados, para superar la inmediatez de

su condición económica, dotar de contenido clasista a sus

actividades y prácticas, que lo l leven a luchar por su

autodeterminación, pero también contra todas las contradicciones

del Capitalismo que se desenvuelven y reproducen particularmente

entre este sector poblacional, y que en esa misma lógica, organicen y

dirijan es sus espacios de inserción la lucha por el proyecto histórico

del socialismo.

Reconocemos que la juventud, en términos cualitativos, tiene una

condición particular, que es la de que en la busca de sentido e

identidad, tiene una chispa de rebeldía en cuanto se manifiesta

irreverente, aunque de una manera elemental, a las instituciones que

le imponen ciertas normas.

Reconocemos que la juventud heredera de las clases populares, en

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términos cualitativos, posee una chispa de rebeldía, la cual es

provocada persistentemente, por las condiciones de vida en la que

forjan sus personalidades, es sus casas el ejemplo de duro trabajo de

sus padres, la insuficiente economía familiar, en sus barrios las

condiciones similares entre vecinos, sus ciudades, con sus amigos su

entorno más inmediato, pero sobre todo por las grandes carencias

que logran sufrir desde muy temprana edad. Varios elementos se

suman a las grandes interrogantes que se les presentan en la

búsqueda de sentido. Justo por eso, demuestra la juventud tanta

irreverencia con todo tipo de institución y norma social.

Es justamente de este fenómeno que nacen los grupos

contraculturales o contraculturas, que con una visión limitada, pero

abierta captan la necesidad profunda de una transformación social.

Dialécticamente este proceso, ya no es la negación del presente, si no

la negación del vínculo lineal con la adultez, es donde la educación, el

deporte, la salud, la seguridad, el trabajo, y hasta el ocio, son

derechos más que exigibles, incentivos de la lucha revolucionaria.

En contrapartida, cuando esta rebeldía no está bien encausada, bien

entendida, bien dirigida, se convierte en meros brotes de odio y rencor

hacia la sociedad en su conjunto, lo que se asemeja más a posiciones

lumpenes o pequeño burguesas.

La síntesis que debiera plantear, la construcción de una nueva

sociedad, con un concepto radicalmente opuesto de adultez, y del

vínculo con la juventud, donde sea está la que determine, el tiempo y

la forma en la que se madura, decidiendo con plena voluntad cómo se

quiere desarrollar, si quiere ser científico, deportista, artista, es decir

la libre elección del oficio o profesión, así como el derecho a la

reversibilidad de sus decisiones. Sólo así se garantiza que la juventud

no camine en dirección del precipicio de la adultez miserable, si no

que salte hacia un nuevo espacio donde él mismo se abra vereda,

hacia diversas formas de ser adulto.

En México, si tomamos como punto de partida esa absurda

segmentación, los jóvenes representan el 26% de la población,

suman más de 35 millones personas, serían entonces el sector más

grueso del país, pero también el más limitado en oportunidades de

desarrollo, en salud, en educación, en empleo, en seguridad. Sin

embargo aun así, es el sector que reproduce con mayor eficacia la

ideología dominante impuesta en todas sus formas a éste. Por

ejemplo, son quienes más gastan y consumen, quienes más

reproducen la producción anárquica. Dotar o intensificar el carácter

revolucionario de éste sector es pues la tarea fundamental que nos

planteamos.

Trabajando en un Call-Center.

La ciudad de Morelia que cuenta principalmente con una gran

cantidad de estudiantes universitarios resulta ser un lugar propicio

para situar varias áreas u oficinas denominadas “Call-Centers” (centro

de atención de llamadas) ya que estos centros requieren gran

cantidad de personas, generalmente jóvenes, personas dispuestas a

aceptar los bajos salarios ofrecidos y a atender los servicios

telefónicos de las empresas en horarios que oscilan entre 4, 6 y 8

horas días, esto con la finalidad de ajustarse a los horarios de los aún

estudiantes.

Estos modernos centros de servicios se caracterizan por sus bajos

salarios; una persona que trabaja 6 horas semanalmente y que

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solamente goza de un día de descanso recibe entre 1, 500 y 1, 800

pesos quincenales. El ingreso total antes descrito se encuentra

compuesto no únicamente por el sueldo sino también por 2 o más

bonos extras, en algo que se llama inteligencia financiera para

reportar un menor salario al IMSS; y que la cuota patronal sea menor.

Dichas empresas que emplean a una gran cantidad de jóvenes

realizan los contratos mediante un proceso denominado Outsourcing

que presta sus servicios a la empresa que lo requiere en una

tercerización de la relación laboral, aunado al uso de contratos

temporales donde cada mes los trabajadores subcontratados tiene

que firmar un nuevo contrato y al final del año se efectúa la liquidación

con el propósito de que se obtengan exclusivamente 6 días de

descanso por año. Sumándose al hecho de que el salario es bajo, que

prácticamente no existen vacaciones y sin la posibilidad de genera

antigüedad laboral, el miedo al despido es una constante en el

trabajo, ya que no existe seguridad en el trabajador de que se

continúe con la fuente de trabajo ni de los derechos a compensación

correspondientes en caso de despido.

Unido a estas peculiaridades, es preciso hacer mención del nuevo

lenguaje utilizado en las empresas Call-Center, a los trabajadores no

se les denomina como tal sino “colaboradores”, es decir ya no se

otorga el grado de empleados y empleadores; y da la idea de que es

un puesto temporal, y nada importante; y no son despidos si no “bajas

laborales” para evitar que los trabajadores exijan una justa

indemnización.

En estos puestos laborales suele ser necesario tener una buena

actitud de servicio hacia los clientes y no cuestionar el bajo salario que

se recibe, salario que continua siendo el mismo de hace ya varios

años, aboliendo el hecho innegable del incremento en los precios de

alimentos y productos básicos. Sin embargo muchos jóvenes aceptan

estás condiciones al no encontrar otros espacios laborales.

Editorial.

Seguramente que usted estimado lector se pregunte el porqué de este nombre tan peculiar, para un periódico de jóvenes; le comento el motivo; Germinal es el título de una la novela de Émlie Zola. De este libro se ha llegado a comentar que es una de las mejores novelas jamás escritas en francés. La trama es una realista, conmovedora y cruenta historia sobre una huelga de mineros en el norte de Francia en la década de 1860.La trama se ubica, en un pueblo donde la vida gira en torno a las minas de carbón, lugar de donde la mayor parte de las familias obtienen sustento de éstas; cada miembro de las familias que ahí trabaja se vuelve esclavo de la mina, ganando salarios de miseria, los cuales apenas les garantizan la reproducción de su existencia, desgastándose y corriendo el riesgo de no volver a casa en cada momento del día, ya que estas minas son inseguras y los accidentes se encuentran a la orden del día. Hartos de esta situación, habiendo incluido en su estilo de vida el hambre y la enfermedad, indispuestos a continuar con esta situación mal llamada “vida”, que al haber perdido ya toda esperanza había dejado de serlo, se organizan para iniciar una huelga y cambiar su situación de vida, pidiendo un aumento que les permitiera por lo menos salir un poco del estado de hambre en el que vivían.

Comienza la huelga, todos con la disposición y esperanza de mejorar sus condiciones de vida; en fin la historia se desarrolla y la evolución de la huelga ocurre, con sus contradicciones, discusiones, miedos, temores, etc. Al final de la historia el autor menciona que lo único que queda, es la semilla que algún día germinará, y que ellos la sembraron con su valor y con su sangre, y algún día, en búsqueda del sol y de la libertad, germinará.

Toda esta historia; la hemos decidido rescatar para titular este periódico dedicado a los jóvenes trabajadores, los jóvenes desempleados, marginados, excluidos, porque sabemos que así como en la historia algún día la semilla germinara.

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