Geopolítica norteamericana

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GEOPOLÍTICA, GEOPOLÍTICAS La reflexión geopolítica aparece actualmente como un campo del saber donde diferentes disciplinas y Ciencias Sociales permiten un análisis multidisciplinario e interdisciplinario de la relación del ser humano con el territorio. Se trata de una interrogación desde la geografía, acerca de la historia y el presente, a la luz de las realidades del poder y la política, de la diplomacia y la estrategia. LOS SOMBRÍOS INICIOS DE LA GEOPOLÍTICA El problema intelectual que ha perseguido a la geopolítica como disciplina, es su orígen y, en particular, su estrecha asociación con el proyecto antisemita y expansionista del fascismo alemán en la primera mitad del siglo XX. La “mancha nazi” con la que nació la disciplina geopolítica, la geopolitik como se llamaba en los años 20 y 30, nada tiene que ver con los esfuerzos pioneros de Rudolf Kjellen y otros autores quienes desde fines del siglo xix, e inspirados en las teorías evolucionistas de Darwin y en alguna filosofía alemana idealista, intentaron promover el estudio del comportamiento de los grupos humanos en el espacio territorial. Desde Alemania y la Europa previa a la II Guerra Mundial, aquella geopolítica de signo fascista y darwinista, llegó a las costas latinoamericanas y a las escuelas militares del continente sudamericano. Autores tan diversos como Jorge Atencio en Argentina, Augusto Pinochet en Chile, Amaral Gurguel y Golbery de Couto e Silva en Brasil, durante los decenios de los cincuenta, los sesenta y los setenta, desarrollaron versiones copiadas y remozadas de la geopolítica expansionista y antijudía del nazismo alemán, para sustentar sus respectivas visiones ideológicas propias de la guerra fría y del anticomunismo primario que después practicaron en el poder. Así como la geopolítica sirvió en Europa en los años 20 y 30 del siglo XX, como herramienta ideológica para el expansionismo bélico nazi-fascista, sirvió también en los años sesenta y setenta en América Latina para la cruzada anticomunista y represiva de las dictaduras militares latinoamericanas. LA GREOPOLÍTICA COMO HERRAMIENTA IDEOLÓGICA Y TERRITORIAL DEL ESTADO La desaparición del proyecto nazi-fascista después de la II Guerra Mundial, significó el fin de una forma de geopolítica, de una escuela geopolítica determinada, pero no produjo el fin de la disciplina. Por el contrario, las grandes potencias y las naciones emergentes desarrollaron sus propias escuelas de reflexión geopolítica. MacKinder en Inglaterra es un ejemplo paradigmático. Hubo y hay una geopolítica estadounidense, una geopolítica francesa, una geopolítica sovietica y rusa, una geopolítica china, una geopolítica británica, como hay escuelas geopolíticas en América Latina, en el Medio Oriente, en Asia… La eclosión de las escuelas geopolíticas -a partir de las décadas de los años setenta y ochenta- resulta tanto de la crisis final de la bipolaridad Este-Oeste, como de la necesidad de todo Estado moderno y en forma, de interrogarse acerca de su posición en el orden global y de su entorno político, geográfico, económico y espacial. DIME QUÉ GEOPOLÍTICA TIENES Y YO TE DIRÉ QUE POTENCIA QUIERES SER… Los grandes autores de la geopolítica, responden a escuelas intelectuales y a proyectos políticos e ideológicos determinados. El proyecto geopolítico estadounidense de Roosvelt y Truman al término de la II guerra mundial (1945) se orientaba a frenar la expansión soviética, pero ese programa geopolítico hoy no se corresponde con la realidad de Rusia ni con la posición de Estados Unidos en el orden global. Cada escuela geopolítica nacional entonces, obedece a una determinada lectura del espacio territorial propio y circundante así como del orden global en su conjunto, que se inscribe en la política exterior y en las relaciones internacionales de un Estado a lo largo de prolongados períodos de tiempo. APROXIMACIONES CONCEPTUALES A UNA DEFINICION ACTUAL DE LA GEOPOLÍTICA Tres conceptos ocupan el espacio intelectual de la geopolítica, sobre todo en la época contemporánea: 1º la problemática del territorio y del espacio -como ámbito material y virtual de las prácticas sociales humanas- 2º la naturaleza del grupo humano como actor histórico situado en la historia y en la geografía, y 3º la problemática del poder, como práctica política y simbólica y como modo de apropiación del territorio. Del encuentro entre ambas dimensiones resulta que la geopolítica surge como una interrogación intelectual acerca del modo como los grupos humanos, ocupan y se apropian, utilizan y se sirven de los territorios en el ejercicio de su poder. La geopolítica es siempre una interrogación sobre cómo los seres humanos ejercen el poder en los territorios, en el espacio donde tienen lugar su vida cotidiana, sus relaciones económicas, sus intercambios culturales, sus formas de hacer política. La geopolítica entonces contiene una visión del territorio. Toda geopolítica puede ser comprendida como una representación racional y subjetiva de las relaciones de poder establecidas entre actores respecto de un territorio y sus recursos. Las críticas más pertinentes que se han planteado al enfoque geopolítico son las que cuestionan el excesivo y unilateral determinismo geográfico que subyace en muchas escuelas de pensamiento geopolítico y geoestratégico, sobre todo del período inicial (entre fines del siglo xix y la II guerra mundial). La reflexión geopolítica, se interroga, contextualiza e intenta racionalizar las relaciones de poder que se configuran entre actores en el sistem internacional, a partir de su oposición/consenso en determinados espacios y territorios en su complejidad objetiva, en procura de recursos, prestigio y/o hegemonía. Introducción a la problemática geopolítica La “arqueología” intelectual moderna de la geopolítica hunde sus raíces en los últimos decenios del siglo XIX en Europa donde Friedrich Ratzel y Rudolf Kjellen, elaboran la teoría de un Estado que debiera estar dotado de vitalidad, respondiendo a la atmósfera darwiniana prevaleciente en las universidades y escuelas del mundo anglosajón. Kjellen postula que el Estado debe orientarse hacia cinco políticas complementarias y convergentes: la econopolítica, la demopolítica, la sociopolítica, la cratopolítica y, para conducir hacia su expansión natural, la geopolítica. El acento darwiniano vino dado por el propósito de confundir el Estado con un organismo viviente (una ameba, una célula), deformación conceptual que conduce teórica y prácticamente a la premisa que -siendo un organismo dinámico y vivo- experimenta en su desarrollo las mismas fases de los seres biológicos: nacimiento, infancia, crecimiento,

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descripcion precisa del pensamiento norteamericano de la geopolitica despues de la II guerra mundial

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GEOPOLÍTICA, GEOPOLÍTICAS

La reflexión geopolítica aparece actualmente como un campo del saber donde diferentes disciplinas y Ciencias

Sociales permiten un análisis multidisciplinario e interdisciplinario de la relación del ser humano con el territorio. Se

trata de una interrogación desde la geografía, acerca de la historia y el presente, a la luz de las realidades del poder y

la política, de la diplomacia y la estrategia.

LOS SOMBRÍOS INICIOS DE LA GEOPOLÍTICA

El problema intelectual que ha perseguido a la geopolítica como disciplina, es su orígen y, en particular, su estrecha

asociación con el proyecto antisemita y expansionista del fascismo alemán en la primera mitad del siglo XX. La

“mancha nazi” con la que nació la disciplina geopolítica, la geopolitik como se llamaba en los años 20 y 30, nada tiene

que ver con los esfuerzos pioneros de Rudolf Kjellen y otros autores quienes desde fines del siglo xix, e inspirados en

las teorías evolucionistas de Darwin y en alguna filosofía alemana idealista, intentaron promover el estudio del

comportamiento de los grupos humanos en el espacio territorial.

Desde Alemania y la Europa previa a la II Guerra Mundial, aquella geopolítica de signo fascista y darwinista, llegó a

las costas latinoamericanas y a las escuelas militares del continente sudamericano.

Autores tan diversos como Jorge Atencio en Argentina, Augusto Pinochet en Chile, Amaral Gurguel y Golbery de Couto

e Silva en Brasil, durante los decenios de los cincuenta, los sesenta y los setenta, desarrollaron versiones copiadas y

remozadas de la geopolítica expansionista y antijudía del nazismo alemán, para sustentar sus respectivas visiones

ideológicas propias de la guerra fría y del anticomunismo primario que después practicaron en el poder.

Así como la geopolítica sirvió en Europa en los años 20 y 30 del siglo XX, como herramienta ideológica para el

expansionismo bélico nazi-fascista, sirvió también en los años sesenta y setenta en América Latina para la cruzada

anticomunista y represiva de las dictaduras militares latinoamericanas.

LA GREOPOLÍTICA COMO HERRAMIENTA IDEOLÓGICA Y TERRITORIAL DEL ESTADO

La desaparición del proyecto nazi-fascista después de la II Guerra Mundial, significó el fin de una forma de geopolítica,

de una escuela geopolítica determinada, pero no produjo el fin de la disciplina.

Por el contrario, las grandes potencias y las naciones emergentes desarrollaron sus propias escuelas de reflexión

geopolítica. MacKinder en Inglaterra es un ejemplo paradigmático. Hubo y hay una geopolítica estadounidense, una

geopolítica francesa, una geopolítica sovietica y rusa, una geopolítica china, una geopolít ica británica, como hay

escuelas geopolíticas en América Latina, en el Medio Oriente, en Asia…

La eclosión de las escuelas geopolíticas -a partir de las décadas de los años setenta y ochenta- resulta tanto de la

crisis final de la bipolaridad Este-Oeste, como de la necesidad de todo Estado moderno y en forma, de interrogarse

acerca de su posición en el orden global y de su entorno político, geográfico, económico y espacial.

DIME QUÉ GEOPOLÍTICA TIENES Y YO TE DIRÉ QUE POTENCIA QUIERES SER…

Los grandes autores de la geopolítica, responden a escuelas intelectuales y a proyectos políticos e ideológicos

determinados. El proyecto geopolítico estadounidense de Roosvelt y Truman al término de la II guerra mundial (1945)

se orientaba a frenar la expansión soviética, pero ese programa geopolítico hoy no se corresponde con la realidad de

Rusia ni con la posición de Estados Unidos en el orden global.

Cada escuela geopolítica nacional entonces, obedece a una determinada lectura del espacio territorial propio y

circundante así como del orden global en su conjunto, que se inscribe en la política exterior y en las relaciones

internacionales de un Estado a lo largo de prolongados períodos de tiempo.

APROXIMACIONES CONCEPTUALES A UNA DEFINICION ACTUAL DE LA GEOPOLÍTICA

Tres conceptos ocupan el espacio intelectual de la geopolítica, sobre todo en la época contemporánea: 1º la

problemática del territorio y del espacio -como ámbito material y virtual de las prácticas sociales humanas- 2º la

naturaleza del grupo humano como actor histórico situado en la historia y en la geografía, y 3º la problemática del

poder, como práctica política y simbólica y como modo de apropiación del territorio.

Del encuentro entre ambas dimensiones resulta que la geopolítica surge como una interrogación intelectual acerca del

modo como los grupos humanos, ocupan y se apropian, utilizan y se sirven de los territorios en el ejercicio de su

poder. La geopolítica es siempre una interrogación sobre cómo los seres humanos ejercen el poder en los territorios,

en el espacio donde tienen lugar su vida cotidiana, sus relaciones económicas, sus intercambios culturales, sus formas

de hacer política.

La geopolítica entonces contiene una visión del territorio.

Toda geopolítica puede ser comprendida como una representación racional y subjetiva de las relaciones de

poder establecidas entre actores respecto de un territorio y sus recursos.

Las críticas más pertinentes que se han planteado al enfoque geopolítico son las que cuestionan el excesivo y

unilateral determinismo geográfico que subyace en muchas escuelas de pensamiento geopolítico y geoestratégico,

sobre todo del período inicial (entre fines del siglo xix y la II guerra mundial).

La reflexión geopolítica, se interroga, contextualiza e intenta racionalizar las relaciones de poder que se configuran

entre actores en el sistem internacional, a partir de su oposición/consenso en determinados espacios y territorios en su

complejidad objetiva, en procura de recursos, prestigio y/o hegemonía.

Introducción a la problemática geopolítica

La “arqueología” intelectual moderna de la geopolítica hunde sus raíces en los últimos decenios del siglo XIX en

Europa donde Friedrich Ratzel y Rudolf Kjellen, elaboran la teoría de un Estado que debiera estar dotado de vitalidad,

respondiendo a la atmósfera darwiniana prevaleciente en las universidades y escuelas del mundo anglosajón.

Kjellen postula que el Estado debe orientarse hacia cinco políticas complementarias y convergentes: la econopolítica, la

demopolítica, la sociopolítica, la cratopolítica y, para conducir hacia su expansión natural, la geopolítica.

El acento darwiniano vino dado por el propósito de confundir el Estado con un organismo viviente (una ameba, una

célula), deformación conceptual que conduce teórica y prácticamente a la premisa que -siendo un organismo dinámico

y vivo- experimenta en su desarrollo las mismas fases de los seres biológicos: nacimiento, infancia, crecimiento,

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adultez y envejecimiento. De este darwinismo primario y sacado de contexto, la primera geopolítica va a deducir que el

Estado debe crecer y defender su espacio vital.

Hay que reconocer que la geopolítica nace estatista, darwinista y determinista. Kjellen la define como “el estudio del

Estado considerado como un organismo geográfico, o incluso como un fenómeno espacial, es decir, como una tierra,

un territorio, un espacio o mas exactamente todavía, un pais.” (Gallois, P.: Geopolitique. Les voies de la puissance.

Paris, 1990. PLON-FEDN, p. 27)

Saliendo definitivamente desde el paradigma darwinista, organicista y racista en que surgió la primera geopolítica, en la

Europa de fines del siglo XIX y principios del siglo XX (representada por autores como Ritter, Ratzel, Kjellen,

Haushoffer, Backhauser, Pinochet, Atencio…), la geopolítica contemporánea se puede definir como una representación

geográfica y política de las relaciones de poder que se establecen en los territorios.

Es necesario reconocer que aquella geopolítica germana de los años 20 y 30, comandada por Karl Haushofer,

Rosenberg y el Institut für Geopolitk, y que proporcionó los fundamentos geográficos al proyecto hitleriano y nazi-

fascista de expansión y de exterminio racial, encontró numerosos adeptos en distintas regiones del mundo,

especialmente en América Latina.

En muchas escuelas militares latinoamericanas se estudiaba Haushofer hasta los años 50 y 60, como lo refleja el caso

del libro “Geopolítica” del coronel Augusto Pinochet, publicado en 1967 y donde el militar chileno revela su

abierta inclinación por la geopolítica nazi de Haushofer y de Ratzel y del brasileño Golbery do Couto e Silva, otro militar

sudamericano heredero de aquella geopolítica germana. El texto, hoy difícil de encontrar, es una suma interminable de

citas y frases copiadas por Pinochet desde Ratzel, Haushofer y otros teóricos, pero cuya verdadera autoría intelectual,

el autor del libro oculta y silencia.

En América Latina, la vieja geopolítica alemana (de raigambre darwinista, organicista y racista asociada estrechamente

al proyecto nazi-fascista hitleriano) encontró terreno intelectual y político propicio durante la primera mitad del siglo XX

en ciertas escuelas militares y en ciertos autores: Golbery do Couto e Silva, M. Travassos, M. Mattos, L. Rodrigues, T.

de Castro en la escuela geopolítica brasileña de los “círculos concentricos” de Castello Branco y Leitao da Cunha; en

autores chilenos como Pinochet; y en autores argentinos como J. Asencio, S. Storni, I. Rojas y Jorge A. Fraga, cuya

raigambre teórica permaneció fuertemente asociada a los conceptos geopolíticos alemanes ya mencionados, pero que

llevaron la geopolítica hacia las fronteras de la confrontación Este-Oeste.

La ruptura con esa tradición geopolítica anterior ha sido lenta y gradual después del año 2000 y responde más a la

necesidad de encontrar paradigmas geopolíticos que permitan interpretar las realidades del continente latinoamericano

en una época de incertidumbre estratégica, de globalización, de hegemonía global estadounidense, de crisis

sistémicas y de mutaciones profundas en el orden mundial.

En este sentido, dos pasos significativos han sucedido en los recientes veinte años en América Latina en el campo

intelectual de la reflexión geopolítica: en primer lugar, la independización intelectual de la disciplina respecto de las

escuelas militares y de las esferas castrenses (lo que llamamos el “enclaustramiento militar de la geopolítica”), y en

segundo lugar, la apertura de la reflexión geopolítica latinoamericana hacia otros campos del conocimiento y

problemáticas de la realidad actual, tales como la energía (gas natural, petróleo), el acceso y dominio de los recursos

naturales, la sustentabilidad ambiental del desarrollo, la dependencia económica respecto de capitales y potencias

económicas extranjeras, la integración latinoamericana en los campos energético, de infraestructuras, económico, de la

seguridad y de la defensa entre otros.

El desenclaustramiento de la visión estrictamente militar de la geopolítica, podría contribuir incluso a abrir las puertas a

la reflexión geoestratégica y oceanopolítica, como lecturas interdisciplinarias que relacionan los espacios-territorios a

las relaciones de poder en el campo estratégico y en la esfera marítima, naval y oceánica.

La geopolítica latinoamericana en los primeros decenios del siglo XXI ha dejado de ser una herramienta al servicio de

proyectos expansionistas y militaristas de algunos círculos nacionalistas, para avanzar a constituirse en una disciplina

de amplio espectro, orientada a la seguridad, el desarrollo, la integración y la comprensión de las realidades

geográficas y territoriales de un mundo y un sistema-planeta que se encuentra en plena mutación.

Surgen así nuevos campos especializados de la geopolítica. (igc)

Problemas y desafíos de las geopolíticas latinoamericanas

La geopolítica como disciplina, llegó a América del Sur como resultado de dos vías de influencia intelectual distintas: el

predominio político, estratégico y económico de los Estados Unidos expresado en las escuelas militares de formación

de oficiales latinoamericanos, y la herencia proveniente de la geopolítica germana de principios del siglo xx, a través de

los restos de la influencia prusiana sobre algunos ejércitos sudamericanos. En ambos casos se trata de anacronismos

conceptuales que tienen una profunda explicación ideológica y política.

En América Latina, los respectivos “programas geopolíticos” provenientes casi siempre de las aulas castrenses, han

estado directamente ligados a los proyectos geopolíticos y socio-económicos de las oligarquías locales dominantes en

un momento determinado del desarrollo histórico de cada nación. En la medida en que los ejércitos y las fuerzas

armadas en general de esta región del mundo, han sido portadoras de determinados paradigmas geopolíticos

(generalmente “importados” desde escuelas extranjeras), dichos paradigmas se han correspondido y han respondido

en definitiva a los intereses de las clases sociales dominantes, a las cuales las propias elites militares pertenecen. En

América Latina ha existido históricamente una correlación directa entre “proyecto político y socio-económico” de la

clase dominante en cada nación y el “proyecto geopolítico” de las elites militares.

A lo menos dos épocas pueden discernirse en la historia intelectual de la geopolítica sudamericana: un primer período

de fuerte influencia prusiana y europea (entre 1930 y 1960 aproximadamente), y un segundo período, de influencia

estadounidense (entre la década de los sesenta y fines del siglo xx). La geopolítica en América del Sur en su historia

intelectual, sigue los pasos de la situación de dependencia que tiene ésta región respecto de la dominación británica

(hasta la I Guerra Mundial) y de la dominación estadounidense (a partir de la II Guerra Mundial).

¿Cuál era la visión geopolítica predominante en Sudamérica durante la primera epoca?

En primer lugar, desde sus orígenes a principios del siglo xx, las doctrinas geopolíticas “importadas” en América

Latina, se relacionaron estrechamente con la propia visión territorial que cada Estado nacional tenía respecto de sus

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relaciones con los vecinos del entorno. Se trataba todavía de Estados nacionales en proceso de formación, o más bien

dicho, de Estados que no terminaban de constituirse institucional y territorialmente y de comunidades que aún no

habían concluido su proceso de construcción nacional e identitaria.

Dos vertientes intelectuales de influencia europea es posible discernir en la geopolítica sudamericana de la primera

mitad del siglo xx: una corriente de influencia francesa que se instaló en las escuelas militares argentina, peruana y

brasileña (Vidal de la Blache y otros autores) y una corriente de influencia germana (prusiana) que se instaló en las

escuelas militares chilenas (Ratzel, Haushofer).

Las dos escuelas militares de orientación geopolítica brasileña y chilena de este período, pueden ser paradigmáticas a

la hora de examinar sus efectos e impactos sobre el proceso de formación castrense de sus oficiales y sobre los

respectivos proyectos nacionales de afirmación territorial y nacional.

Mientras Brasil promueve una geopolítica de conquista del espacio amazónico y continental sudamericano, penetrando

en el Matto Grosso selvático -en definitiva una geopolítica de completación de la unidad territorial brasileña y de

conquista de la frontera natural amazónica- en cambio, Chile despliega una política de tensión fronteriza con Argentina,

reclamando territorios limítrofes en el sur patagónico y en los canales australes y redefiniendo su despliegue del

dispositivo militar, al mismo tiempo que reafirma su distancia con la reclamación marítima boliviana y la presión

geopolítica del Perú hacia el sur.

Mientras la geopolítica brasileña se elabora sobre una lógica de construcción de la unidad nacional, la geopolítica

chilena se construye bajo una lógica de defensa frente a las amenazas fronterizas que le rodean.

En este contexto, la “infiltración” tranquila y la adopción no-crítica de las doctrinas geopolíticas europeas y germanas de

los años 10 y 20 del siglo xx, vinieron a reforzar las ambiciones expansionistas y los proyectos de consolidación y

conquista territorial aun pendientes. Es una geopolítica “a la defensiva” centrada en el proceso de completación de la

unidad nacional y en la necesidad de alcanzar las fronteras naturales de cada territorio soberano. Entonces, “unidad

nacional” y “fronteras naturales” son los conceptos claves de la geopolítica sudamericana de principios del siglo xx,

fuertemente influenciada por Darwin, Ratzel, Kjellen y Haushofer.

La lógica ratzeliana y darwiniana de entonces, al entender al Estado como un organismo viviente en proceso de

expansión y al existir indefinición del concepto de fronteras naturales, necesariamente tendía a justificar los afanes y

proyectos expansionistas de determinados círculos gobernantes y ponía el acento en la importancia central de los

conflictos territoriales y fronterizos heredados de la anterior dominación colonial española.

¿Tiene sentido entonces, establecer la hipótesis que esta visión geopolítica darwiniano-ratzeliana tendió a justificar e

inducir los conflictos fronterizos y limítrofes y territoriales de la primera mitad del siglo? ¿O los conflictos fronterizos-

territoriales sudamericanos son anteriores a la llegada de las enseñanzas geopolíticas germanófilas?

Los años sesenta marcaron un giro en la geopolítica sudamericana.

A través de la formación castrense de oficiales latinoamericanos (realizada tanto en ciertas escuelas de EEUU, como

en las propias academias militares sudamericanas), la doctrina estadounidense de la seguridad nacional penetró la

totalidad de la visión geopolítica de la elite militar sudamericana, adoptando todos ellos la visión geopolítica de un

mundo bipolar atravesado por el conflicto entre Occidente y el comunismo.

La geopolítica bipolar de influencia estadounidense en esta región del mundo, permitió que los Estados y las fuerzas

armadas sudamericanas entraran en el escenario político, mediante distintas formas de intervención, en algunos casos

conquistando el gobierno y el poder mediante golpes de estado.

En algunos casos, la geopolítica anterior de influencia prusiana (como en Chile), fue adaptada a los requerimientos de

la guerra fría y de la seguridad nacional importada desde Estados Unidos, lo que permitió que en los oficiales chilenos

se manifieste una extraña mezcla de conceptos geopolíticos germanos de la primera época (Von Chrismar), con la

ideología anticomunista de la seguridad nacional (Pinochet, Ricardo Riesco…).

En Argentina, en cambio, la reflexión geopolítica y marítima, continuará conducida por marinos y militares: Segundo

Storni, general Guglialmeli, Isaac Rojas, Justo Briazo, Felipe Martini, Miguel Bassil, Jorge A. Fraga (“El mar y la

Antártida en la geopolítica argentina”, 1980, Instituto de Publicaciones Navales) y Jorge Atencio, trabajarán durante los

años setenta y ochenta en torno a los conflictos limítrofes de Argentina con Chile, tanto en el espacio continental, como

insular y marítimo, bajo la lógica de “contener el expansionismo chileno”, al mismo tiempo que los geopolíticos chilenos

trabajan bajo el argumento de “contener el expansionismo argentino”…

Detrás de una geopolítica…siempre se encuentran otras geopolíticas…

En el “tournant” del fines del siglo xix hacia los primeros decenios del siglo xx, la reflexión geopolítica que se había

iniciado en las escuelas geográficas europeas y nórdicas, se extendió hacia otros horizontes intelectuales y políticos.

La historia de la”infancia” de la geopolítica, registra el surgimiento de escuelas geopolíticas en Estados Unidos (Mahan

y Spykman, entre otros), en Gran Bretaña (Mackinder entre otros), en Francia (Vidal de la Blache, Castex, Poirier…)

y en una profusión de naciones y Estados modernos.

La proliferación inmediata de la reflexión geopolítica en las grandes potencias dominantes del sistema mundial, antes

de la I Guerra Mundial, indica claramente la funcionalidad que pasó a cumplir el pensamiento geopolítico (a veces

aparentemente replegado en la academia y las universidades) con los proyectos políticos continentales o mundiales de

esas potencias.

De allí que pueda decirse que siempre o casi siempre (a lo menos en el período anterior a la II Guerra Mundial) ha

existido una conexión (sutil, discreta o abierta) entre reflexión geopolítica y proyectos de hegemonía que se inscriben

en una visión estratégica y prospectiva de los Estados dentro de los cuales tal reflexión tiene lugar.

Después del desastre de la II Guerra (1939-1945), las geopolíticas nacionales (mas o menos constituidas en

“escuelas”) siguieron siendo el “caballo de batalla intelectual” de los proyectos políticos y estratégicos de las potencias

y de los Estados que tomaron conciencia de su lugar en la historia y la geografía. Lo que podemos denominar las

“escuelas nacionales” como fenómeno intelectual que se desarrolla durante la primera mitad del siglo xx, no es más

que la expresión académica y reflexiva de una comprensión cada vez más aguda dentro de las elites intelectuales y

políticas de las naciones y Estados, acerca de la importancia, el impacto y las implicancias de la reflexión geopol ítica

en las decisiones que se adoptan en la Política, en la Diplomacia y en la Estrategia.

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Durante el siglo xx, y particularmente entre los años 40 y los años 60, asistimos a la eclosión de las escuelas

geopolíticas. La inspiración de Halford Mackinder y su concepto del “pivot geográfico de la historia” (1904) va a

fortalecer la reflexión británica en torno a un paradigma “bipolar” que parte desde noción de la confrontación entre

potencias terrestres y potencias marítimas, mientras que Alfred Thayer Mahan en Estados Unidos, también a inicios

del siglo, permitirá la toma de conciencia estadounidense de su lugar hegemónico en el planeta, como potencia

marítima y estratégica.

Una línea del tiempo de la reflexión geopolítica estadounidense a lo largo de todo el siglo XX, permitiría recorrer desde

Mahan (y sus influencias intelectuales provenientes de Jomini y Clausewitz), pasando por Nicholas Spykman

(American Strategy in World Politics), Stanley Hoffman y Henry Kissinger hasta llegar a los contemporáneos

Samuel Huntington y Francis Fukujama, algunos de loe pensadores geopolíticos de la post guerra fría.

Los franceses desarrollaron una escuela geopolítica alimentada por Vidal de la Blache en el siglo xix y particularmente

por el Almirante Castex, Lucien Poirier, Pierre Gallois, Gerard Chaliand y la nueva escuela geopolítica de Yves Lacoste

y la revista “Herodote”.

Mientras tanto, los rusos y soviéticos avanzaron en la reflexión geopolítica, dando cuenta del pensamiento geográfico y

político del siglo xix, a través de autores modernos como P. Pospelov, P. Rodmistrof, M. Sokolowsky, G. Gorschkov

y M. Gorbatchov, entre otros, hasta la desaparición de la URSS.

Otras visiones geopolíticas alternativas surgieron en el siglo xx, entre las cuales cabe destacar las elaboraciones de

Immanuel Wallerstein y su paradigma del “sistema-mundo” (world-system) junto na Chasse-Dun, Arrighi y otros

autores, según los cuales los profundos movimientos de época que tienen lugar desde fines del siglo xx en adelante,

dan cuenta de transformaciones tectónicas de amplio alcance, en la fase final del capitalismo industrial y post-

industrial.

En China por su parte, una larga tradición de a lo menos 700 años de pensamiento estratégico, encuentra en el

geopolítico WeiYuan (1794-1856) y en los trabajos que hoy despliegan varias universidades y centros de estudios

superiores, a través de reflexiones geopolíticas elaboradas desde la perspectiva de la potencia marítima y continental

china en Asia y en el Pacífico. Después de la transición entre la administración de Jiang Zemin hacia la de HuJintao,

China se encamina a devenir una potencia de alcance global en la escena geopolítica: numerosos autores chinos

contemporáneos trabajan en esta lógica, tales como Jiang LingFei, Pang Shongying (del Instituto de Estudios

Internacionales de la Universidad Qinghua), así como Yang Chengxu del Instituto de Estudios Internacionales de

Shanghai.

Pero el cambio intelectual mayor experimentado por el paradigma geopolítico después de la gran guerra y a lo largo de

la segunda mitad del siglo xx, es que la geopolítica salió de las escuelas militares y las academias de guerra y se

instaló en la esfera civil, académica y universitaria, con mayores o menores grados de independencia respecto de los

planes estratégicos castrenses y sus hipótesis de conflicto.

Hoy día al parecer “hacen geopolítica” más los civiles que los militares, al mismo tiempo que la disciplina geopolítica se

ha despojado (en gran parte, aunque no del todo…) de sus antiguos conceptos guerreros, darwinistas y bélicos, para

atravesar hacia la reflexión del desarrollo, de los procesos de urbanización, de los problemas del medio ambiente, del

acceso y dominio de los recursos naturales y energéticos. (igc – mlr)

La naturaleza de la reflexión geopolítica

Lo geopolítico obedece a miradas cruzadas, a interrogaciones inter y multidisciplinarias que intentar esclarecer la

comprensión de las relaciones de poder que se configuran en los espacios humanos, en los territorios en que cada

Estado, grupo, empresa, institución (en síntesis cada actor programático) ejerce su dominio.

En cada espacio y en cada territorio, se establece un juego dinámico y complejo de relaciones (de dependencia, de

dominación, de subordinación, de hegemonía, de poder) de acuerdo a intereses superpuestos y entrecruzados que se

despliegan en arenas diversas. Estos actores y sus intereses y estrategias, entran en colisión en procura de recursos

definidos y racionalizados como estratégicos y vitales.

Existe por lo pronto una territorialidad y una espacialidad geopolítica constituida por la comprensión colectiva de los

intereses en juego en las relaciones de poder que se establecen en lugares, sitios, campos, campos de fuerzas,

arenas, recursos y escenarios.

Yves Lacoste, el famoso geopolítico francés, en su ensayo “Géopolitique et Géostratégie”, define a la geopolítica no

como una ciencia o una pretendida ciencia, sino como “una aproximación racional a un conjunto de representaciones y

de argumentos contradictorios, que traducen rivalidades de diversos tipos de poder sobre los territorios.”

(http://www.stratisc.org/strat_050_Lacoste.html)

Alain Joxe simplifica aún más la síntesis conceptual y define la geopolítica como “la teoría de la acción en el espacio

político“. (http://www.stratisc.org/strat_050_DAUDELGEOG.html)

Es evidente sin embargo, que la geopolítica en tanto representación del espacio y los territorios, no se limita a ser

argumentativa ni a desplegar retóricas: la geopolítica sobre todo y fundamentalmente se traduce en prácticas, en

decisiones, en conductas, en despliegue de medios y de estrategias, en acciones concretas.

La disciplina geopolítica -como expresión intelectual propia de la modernidad y la postmodernidad- da cuenta

críticamente de estas relaciones y las sitúa en lecturas e interpretaciones del presente (útiles a los procesos de toma

de decisiones, pero no siempre funcionales a los intereses de los Estados y actores implicados en el juego) y también

puede integrarse en escenarios prospectivos de horizonte de mediano y largo plazo. (mlv)

De una geopolítica general a distintas geopolíticas especializadas

En un movimiento intelectual que responde a los nuevos dilemas y problemáticas contemporáneas, la disciplina

geopolítica se orienta hacia el estudio de nuevos nudos problemáticos y fuentes de conflictos, propios del desarrollo

actual y futuro de la sociedad.

Se trata de pasar desde las miradas globales y generalizadoras (necesarias acaso a la fundación de una disciplina

conceptual y metodológicamente consistente) hacia estructuras conceptuales, modelos teóricos y categorías de

análisis que den cuenta de la complejidad característica del mundo actual y del futuro previsible.

Page 5: Geopolítica norteamericana

En esta orientación intelectual la geopolítica contemporánea encuentra zonas de comunicación e

intercambio interdisciplinario con las Relaciones Internacionales, con la GeoEconomía, con las Ciencias de la

Información, con la Ecología y Ciencias del Medio Ambiente, con la Ciencia Política, entre otras disciplinas de las

Ciencias Sociales.

Se constituyen así nuevos campos y objetos de estudio como la geopolítica de la energía, la geopolítica del desarrollo,

la geopolítica de la infraestructrura, la geopolítica de los recursos naturales, la geopolítica del turismo, la geopolítica de

los espacios urbanos, entre otros. (mlr+igc)

POR UNA GEOPOLITICA PROSPECTIVA

GEOPOLITICAS: ESPACIOS Y TERRITORIOS COMO AMBITOS DEL PODER

La Geopolítica posee una tradición intelectual discutida, contestada y polémica y al mismo tiempo se corresponde

con una manera de apreciar y de analizar el poder materializado en los territorios. Sus orígenes históricos inmediatos

(a fines del siglo XIX) ligados estrechamente al proyecto expansionista, racista y belicista del nazismo, marcaron

un mal comienzo para una disciplina que pretende alcanzar el estatus científico.

La Geopolítica se posiciona en la cartografía intelectual moderna, como un producto típicamente occidental, pero cuyos

antecedentes remotos se encuentran en las mas diversas culturas y civilizaciones, lo que permite afirmar que en la

historia de la humanidad, desde los tiempos de la antiguedad clásica, subyace una tradición dispersa de

reflexión y de conceptualización que vincula a la geografía con la política.

Los antecedentes “prehistóricos” de la reflexión geopolítica han podido discernirse en autores tan lejanos y diversos en

el tiempo como Aristóteles, Tucídides, Heródoto, Estrabón, Tolomeo, Sun Tzu, Mei Yao Schen, Ibn Khaldoun, y

mas tarde, Maquiavelo, Jean Bodin y Montesquieu. Pero todos ellos giraron en torno a la noción que la geografía

influia determinantemente sobre la vida y la cultura humana, dando pie para que Darwin y sus seguidores (entre los

decenios finales del siglo XIX y principios del siglo XX), retomaran y elaboraran la concepción del determinismo

greográfico.

Conceptos

Las premisas fundamentales de la reflexión geopolítica, (escapando del darwinismo primario de los primeros 20 años

del siglo XX y que permaneció anidado en muchas escuelas militares latinoamericanas) pueden sintetizarse en las

siguientes fórmulas:

1º la idea que entre el espacio geográfico y los grupos humanos, se establecen a través de la historia, diversas formas

de relación y de interdependencia que se determinan mutuamente (dejando de lado así los determinismos geográficos

del pasado). Puede hablarse de una interdependencia humanos-espacio, que opera en el tiempo y en la

geografía, articulando relaciones sociales, estructuras políticas, significados culturales, al mismo tiempo que estos

procesos tienden a trfansformar el marco físico o territorial donde tienen lugar;

2º la idea que el espacio geográfico y físico, son objeto de procesos voluntarios de apropiación, de control, de dominio,

dando forma a la llamada “territorialización“, es decir a la transformación del entorno geográfico como producto de la

presencia y la acción creadora humana;

3º la idea que el espacio (geográfico, físico, virtual, comunicacional…) es un territorio o una suma interdependiente de

territorios superpuestos, donde se despliegan estrategias, significados, actores y recursos en un juego siempre

dinámico de poder.

Herramientas

Puede caracterizarse así la existencia de una “situación geopolítica“, es decir, de un conjunto de relaciones de poder

en el tiempo y que se expresa y manifiesta en el espacio (y en sus distintas arenas), en las que los actores despliegan

estrategias y recursos en función de sus intereses y aspiraciones. De este modo, lo geopolítico hace alusión a

la forma cómo los individuos, grupos humanos, actores, instituciones o estructuras de poder se posicionan en el

espacio (economico, político, comunicacional, virtual, social, cultural…) y procuran incidir en los procesos de toma de

decisiones y hacer prevalecer sus respectivas estrategias.

De este modo, la problemática geopolítica es siempre es una problematica relacional y su contenido

fundamental es el poder.

Creemos ademas discernir que la reflexión y el análisis geopolítico (poder, actores, territorios y recursos), no obedecen

solamente a una lógica militar o bélica. La Geopolítica no tiene porqué ser una subordinada de la Polemología, de

la Historia Militar e incluso de la Estrategia, sino que debe reconocerse que la dimensión militar-estratégica de las

relaciones de poder en los espacios y territorios, es una dimensión, es un punto de vista, para entender

geopolíticamente el mundo y la realidad, pero no es ni el único ni el principal.

La reflexión geopolítica integra además dos dimensiones que permiten comprender mejor los procesos sociales,

políticos y estratégicos: uno es el de la escala geográfica o espacial en la que actúan los grupos humanos (local,

regional, nacional, subregional, continental, global) y otro es la dimensión temporal en la que se enmarcan las

prácticas de poder. Así como hay un tempo político para referirnos al ritmo específico que adquieren las prácticas, las

acciones y las estrategias, habría también un tempo geopolítico en el que el analista puede discernir momentos,

escenarios y coyunturas en que las variables geopolíticas encuentran su momento de síntesis y de condensación.

Finalmente cabe subrayar que el analisis geopolítico posee una fuerte impronta multidisciplinaria: se nutre de los

aportes de la Ciencia Política, de las Relaciones Internacionales, de la Economía y de la Estrategia y en ese

punto de encuentro teórico, hace posible intentar la empresa intelectual de dar inteligibilidad y racionalidad a las

prácticas de poder de los grupos, actores, Estados en el espacio y los territorios. “…la cualidad de los campos

disciplinarios solamente puede resolverse desde le optica de su articulación en la realidad”. (Zemelman, H.: Los

horizontes de la Razón. México, 1992. Ed. Anthropos, p. 31).

PROSPECTIVAS: SIEMPRE HAY VARIOS FUTUROS POSIBLES

Page 6: Geopolítica norteamericana

La prospectiva es a la vez una disciplina moderna aun en proceso de construcción y una reflexión sobre el

futuro, situada en la perspectiva del mediano y el largo plazo.

Comienza la Prospectiva como una herramienta metodológica de proyección para la planificación militar en las

postrimerías de la II Guerra Mundial.

La actitud prospectiva supone adoptar el concepto que el futuro no es un dato fijo ni definitivo, sino que siempre

existen varios futuros posibles, dependiendo de las decisiones que se adopten en el presente. En la línea del tiempo

(la lógica occidental del tiempo lineal “pasado-presente-futuro”), mientras la historia mira el pasado desde el presente,

mientras las ciencias sociales miran el presente desde el presente, la prospectiva mira el futuro desde el futuro sin

olvidar el presente.

La Prospectiva se vale de un conjunto de herramientas y conceptos, tales como los escenarios, los hechos portadores

de futuro, las tendencias profundas, para construir visiones multidisciplinarias complejas acerca de los futuros que

pueden presentarse en determinados horizontes de tiempo, a fin de proporcionar, en el presente, información relevante

sobre los cursos de acción futura para los procesos de toma de decisiones.

¿Es posible una Geopolítica prospectiva? Creemos que es posible la empresa intelectual de integrar en el estudio

geopolítico de las relaciones de poder en los espacios y territorios, las herramientas de la prospectiva para proyectar

hacia el futuro, tendencias, comportamientos, cursos de acción y escenarios.

Cabe destacar que a lo largo de casi un siglo de reflexión geopolítica en el continente sudamericano, se subraya el

hecho que la geopolítica llegó a esta región del mundo, a partir del interés mostrado por oficiales de ejército y

profesores de las escuelas militares (de Brasil, Argentina, Perú, Chile, Venezuela y otros países), de donde se

desprende que la geopolítica en América del Sur surge como una preocupación castrense, que sólo mas tarde -en la

segunda mitad del siglo xx- va a extenderse al mundo civil y universitario.