geografìas y seres imaginarios en la edad media

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Introducción Enviado por LunaBruna el Vie, 13/06/2008 - 11:25. PORTENTOS, OSTENTOS, MONSTRUOS, PRODIGIOS Y MARAVILLAS (portenta, ostenta, monstra, prodigia y mirabilia) Cinco eran las palabras con las que se nombraban las cosas asombrosas: Portentos, ostentos, monstruos, prodigios y maravillas. Para titular este trabajo, tomo prestadas de Isidoro de Sevilla las cuatro primeras. Así se refiere él en el libro XI de Las Etimologías a los seres prodigiosos que habitan la periferia del mundo, la "Terra incógnita". Explica Isidoro que "Se conocen con el nombre de portentos, ostentos, monstruos y prodigios, porque anuncian, manifiestan, muestran y predicen algo futuro". Portentos deriva de portendere, que significa anunciar de antemano; ostentos procede de ostendere, que significa manifestarse o manifestar algo que va a ocurrir; monstruos se origina en mostrare, porque designa a algo que se muestra (se manifiesta), y prodigios deriva de praedicere, que significa predecir. "Y éste es su significado propio, que se ha visto, no obstante, corrompido por el abuso que de estas palabras han hecho los escritores." (Isidoro de Sevilla, libro XI de Las Etimologías.) La quinta palabra asombrosa, Maravilla, deriva del verbo mirari que en latín significa admirar, mirar con admiración, asombrarse. De su plural neutro, mirabili, deriva la palabra "mirabilia", generadora tanto de ‘maravilla' como de ‘admirable'. Con el término mirabilia los hombres de la Edad Media nombraron al conjunto de cosas admirables con las que cada día Dios, por medio de

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IntroducciónEnviado por LunaBruna el Vie, 13/06/2008 - 11:25.

 

PORTENTOS, OSTENTOS, MONSTRUOS, PRODIGIOS Y MARAVILLAS 

(portenta,  ostenta, monstra, prodigia y mirabilia)

 

 

  Cinco eran las palabras con las que se nombraban las cosas asombrosas: Portentos, ostentos,

monstruos, prodigios y maravillas. Para titular este trabajo, tomo prestadas de Isidoro de Sevilla

las cuatro primeras. Así se refiere él en el libro XI de Las Etimologías a los seres prodigiosos que

habitan la periferia del mundo, la "Terra incógnita". 

  Explica Isidoro que  "Se conocen con el nombre de portentos, ostentos, monstruos y prodigios,

porque anuncian,  manifiestan,  muestran y predicen algo futuro". Portentos deriva de

portendere, que significa  anunciar de antemano; ostentos procede de ostendere, que significa

manifestarse o manifestar algo que va a ocurrir; monstruos se origina en mostrare, porque designa a

algo que se muestra (se manifiesta), y prodigios deriva de praedicere, que significa predecir. "Y éste

es su significado propio, que se ha visto, no obstante, corrompido por el abuso que de estas

palabras han hecho los escritores." (Isidoro de Sevilla, libro XI de Las Etimologías.)

  La quinta palabra asombrosa, Maravilla,  deriva del verbo mirari que en latín

significa admirar, mirar con admiración, asombrarse. De su plural neutro, mirabili,

deriva la palabra "mirabilia", generadora tanto de ‘maravilla' como de ‘admirable'.

Con el término mirabilia los hombres de la Edad Media nombraron al conjunto de

cosas admirables con las que cada día Dios, por medio de la naturaleza -que lo hace

nacer todo, de ahí su nombre-, les sorprendía y asombraba. Para el hombre del

Medioevo ‘lo maravilloso' no era una categoría mental cargada de interés alegórico; en

el mundo de los ‘mirabilia' lo importante era el fenómeno, no a su significado, pues las

maravillas eran realidades físicas, un universo de objetos con existencia real y

material a los que se podía acceder y conocer, pero que no estaban al alcance de la

mano.

***

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  El imaginario tardomedieval  y renacentista estuvo repleto de criaturas monstruosas que

prosperaban en los espacios periféricos de la obra de arte. En la última etapa de la Edad Media  su

presencia era profusa y constante. Aunque casi siempre  era el estamento eclesial el que encargaba

los trabajos en los que se prodigaban estas extrañas criaturas,  los artistas

que las elaboraban ponían en ellas los aspectos más mundanos, lúdicos e 

imaginativos de su arte. Debían, sin embargo, relegarlas  a los espacios

secundarios de la obra. De esta ubicación marginal procede la denominación

genérica de  ‘marginalias' con la que se les nombra habitualmente. Las

encontramos en los márgenes de los manuscritos ilustrados; en los relieves

arquitectónicos de los pórticos y columnas de las iglesias; en las vidrieras;

en las sillerías de los coros; en las cornisas de los tejados, en las remotas tierras y océanos de los

mapas, y, en general, en todos los espacios secundarios del arte en los que  el ingenio y la

imaginación hacían convivir razas humanas de extraña morfología con animales reales o fabulosos,

criaturas híbridas, seres mitológicos y bestias de asombrosa naturaleza.

  La representación de los monstruos y prodigios se sustentaba en una amplísima

tradición oral y escrita que había cruzado toda la antigüedad y la alta edad Media

sin perder ni un ápice de su vigor. Salieron de antiguas leyendas de los pueblos

mesopotámicos, índicos, egipcios y hebreos y de sus respectivas mitologías y

religiones; desde allí, se instalaron en el acervo

cultural de occidente. Autores clásicos griegos y romanos

indagaron en su naturaleza y los situaron en un espacio propio y les

esbozaron un paisaje. La tradición cristiana los elevó al rango de

criaturas de Dios y les  confirió un significado alegórico que

permitiera extraer enseñanzas morales. La Baja Edad Media

desarrolló en torno a ellos una abundante literatura de aventuras. Al

fin, las crónicas y los relatos de viajeros los consagraron y el

descubrimiento y exploración de nuevas tierras los condujo al fin del mundo; a medida que se

ampliaban los límites de la tierra conocida, su hábitat natural se fue relegando a los siguientes

espacios periféricos. Sucesivamente pasaron a ocupar América, Australia, la Antártida, el centro de

la tierra o, modernamente, el espacio sideral. Porque la fantasía humana ha cambado poco y en

cualquier mundo en el que el hombre imagine que puede poner el pie, pone también un monstruo.

  A los monstruos marginales del arte y la literatura, a los prodigios y maravillas, a su mundo y a sus

paisajes, estará dedicado este trabajo.

 

 

 

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 Pueblos monstruosos y razas extraordinarias 1ª parte

Enviado por LunaBruna el Mié, 25/06/2008 - 16:09.

  

1.-Blemmias, cinocéfalos, pigmeos y esciápodes

Son muy variados los paradigmas de lo fantástico establecidos en la cultura europea medieval. Uno

de ellos proviene de la cultura clásica, especialmente del mundo griego, y se concreta en dos grandes

tradiciones: el ‘Physiologus', de la que derivará la tradición zoológico-simbólica de los bestiarios

medievales, y una corriente de carácter enciclopedista que se alimenta en la literatura de viajes y en

las descripciones geográficas y etnográficas de los escritores clásicos.

En esta segunda tradición se inscribe el tema de los pueblos monstruosos y razas extraordinarias -de

nombres sofisticados-, que, a pesar de su monstruosa apariencia y salvajes costumbres,

fueron considerados de naturaleza humana y, por serlo, despertaron especial interés e inquietud.

 

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 Blemmia, Sciápode y Arimaspo. Ilustración de "El libro de las maravillas" de Marco Polo, S.XV en

la Biblioteca Nacional Francesa.

GENERALIDADES E HISTORIA COMÚN

Aunque los pueblos monstruosos habitaban en distintos lugares y eran de rasgos muy diferentes

entre sí, casi siempre fueron presentados como un corpus monstruoso único. Ninguno de estos

pueblos tomado individualmente tenía la fuerza expresiva necesaria para desarrollar una mitología

propia, pero, tratados todos ellos en conjunto, llamaron poderosamente la atención. El interés que

despertaron les permitió ocupar un lugar preeminente en el imaginario colectivo clásico y medieval.

Parte de su éxito se debió a la convicción, por parte de los autores que trataron

el tema, de que se trataba de seres reales -la maravilla siempre es real, aunque

es la realidad de "lo otro"- en un espacio también real, aunque en "otro" mundo.

En virtud de esta radical alteridad, ocupaban zonas del mundo lejanas e ignotas.

Habitaban el Polo norte; la lejana India; el extremo oriental de África o los

ardientes desiertos meridionales del planeta.

Otra parte de su atractivo residía en su lejanía y marginalidad. Las razas de

pueblos monstruosos estaban siempre al final del camino, pero el camino no tenía final, nunca se

llegaba a ellos. Cuanto más se conocía del mundo, más periférica era la existencia de aquellos

extraños seres humanos, más fuerte la atracción que ejercían y mayor el interés por explicarlos.

LOS REMOTOS ORÍGENES EN EL CONFÍN DE LA TIERRA

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"Me has preguntado sobre las tierras incógnitas del mundo y sobre la credibilidad que debe concederse

al gran número de monstruos que se dice que viven en las regiones desconocidas de la tierra, en los

desiertos, en las islas de los océanos y en los escondrijos de las montañas más lejanas." (Prólogo del

"Liber monstrorum" anónimo del siglo VIII)

Ctesias de Cnido, médico de Artajerjes que vivió en el siglo V a C., escribió una ‘Historia de la

India' con la que abrió para occidente la puerta de acceso al lejano oriente y, especialmente, a la

India. Él fue quien introdujo en la cultura griega la idea de una geografía oriental fantástica y con

ella la historia de los pueblos monstruosos. Ctesias habló de los pigmeos que luchaban contra las

grullas; de los esciápodos, que tenían una sola pierna y un enorme pie; de los cinocéfalos, cuyas

cabezas eran de perro; de los acéfalos, que al no tener cabeza, tenían el rostro en el pecho y se les

conocía también como Blemmias. Habló también de hombres de orejas enormes con las que podían

envolver y abrigar todo el cuerpo; de gigantes; de hombres con cola y de muchos animales fabulosos

que siglos más tarde harían fortuna en los bestiarios. De su obra sólo nos han llegado referencias y

algunos fragmentos, pero aún así su influencia fue decisiva para cimentar la mentalidad mágica con

la que el hombre occidental se enfrentaría en adelante al maravilloso mundo de oriente.

 

 

A Heródoto debemos la primera aproximación geográfica detallada de las zonas que serán el

entorno natural de estos prodigios periféricos. Habla de tierras remotas muy pródigas y llenas de

recursos. También él, en el siglo V a. C., comenta lo que ha escuchado narrar sobre criaturas

fantásticas y ubica su hábitat en los extremos del mapa, pero no abunda en detalles ni da por cierta su

existencia. Incluso se manifiesta abiertamente escéptico cuando lo que ha oído contar le parece

desmedido. No duda, sin embargo, de cuanto se refiere a las riquezas que parecen abundar en las

lindes de la ecúmene.

Pueblos monstruosos y razas extraordinarias 2ª parte

Enviado por LunaBruna el Dom, 13/07/2008 - 21:19.

 

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"Así se encabeza el Libro VII, cap.II, de la Historia Natural de Cayo Plinio Segundo publicada por

el licenciado Gerónimo de Huerta, médico y familiar del Santo Oficio de la Inquisición, traducción

hecha a instancias de Felipe II. De izda. a dcha. Vemos: Lucha de los pigmeos con las grullas, el

acéfalo con ojos nariz y boca en el pecho, el escita que a voluntad podía convertirse en lobo, el

sciópodo que con su pie podía defenderse del Sol, hombre con inmensas orejas, hombres de cuatro

ojos y con un solo ojo en la frente."

(Imagen y el texto al pie, están tomados del libro "Hacia una nueva imagen del mundo" de Gonzalo

Menéndez Pidal.

Debemos a Plinio el Viejo (siglo I) la exitosa incorporación de las maravillas de oriente al

imaginario cultural de occidente.  En diferentes capítulos de los libros V al VII de su "NaturHistoria

Natural", que fue durante siglos la principal fuente de información sobre la  naturaleza y sus

prodigios, describió  el repertorio de razas monstruosas, frecuentemente denominadas "razas

plinianas", que ya desde entonces poblaron una extensa franja de geografía imaginaria localizada en

la periferia del mundo.

Cuenta Plinio que en el helado norte  se encuentra -parte en  Asia y parte en Europa- la fría e

inhóspita región de Escitia. En aquella parte del mundo abundan los pueblos extraordinarios;

algunos de ellos, monstruosos. De éstos, el más conocido es el de los arimaspos  que, como los

cíclopes, son monóculos, "caracterizados por tener un solo ojo en medio de la frente y que están

continuamente en guerra por las minas con los grifos". Éstos, los grifos, son fieras aladas, que

extraen oro de las entrañas de la tierra, siendo tan admirable su empeño en custodiarlo como el de

los arimaspos en arrebatárselo.

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1.-Arimaspos en una ilustración de "El llibro de Alexandre", arriba; y en los mapas de Hereford

y de Ebstorf, abajo.

También viven en Escitia unos hombres salvajes con las plantas de los pies vueltas

hacia detrás de las piernas, que corren a extraordinaria velocidad y vagan de un

lado a otro en compañía de fieras. Hay también mujeres con dos pupilas, a las que

llaman bicias  cuya mirada causa maleficio. Otros tienen las pupilas blancas y son

canos desde la infancia. Y es muy maravilloso el pueblo de los andróginos (que

también ubica en África) "con características de ambos sexos, que copulan entre

sí tomando alternativamente una u otra naturaleza".

La India y la región de los etíopes son especialmente abundantes en prodigios. En

la India nacen los seres más grandes. Allí muchos hombres superan los cinco  codos de altura, no

esputan y no les afecta ningún dolor de cabeza, dientes u ojos. También hay unos hombres con las

plantas de los pies vueltas hacia atrás y con ocho dedos en cada pie. En las montañas vive una raza

de hombres con cabeza de perro que emite ladridos en lugar de voz. Uno de los pueblos monstruosos

más sorprendentes es el los monocolos, que son hombres "con una sola pierna y de extraordinaria

agilidad para el salto; que también se llaman esciápodas, porque en los mayores calores

permanecen tumbados boca arriba en el suelo protegiéndose con la sombra de los pies".

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2.- El extremo meridional de la tierra y las razas monstruosas que la habitan según aparecen

reflejados en los mapas anglo-normandos.

No lejos de ellos viven los trogloditas y un poco más allá, "hacia occidente, hay unos sin cabeza que

tienen los ojos en los hombros". Con estas mismas características habla de otro pueblo que habita los

desiertos africanos y que es conocido con el nombre de blemias. Hay pueblos muy salvajes que no

tienen voz y sólo gritan y tienen el cuerpo cubierto de pelos, los ojos glaucos y dientes de perro. Y

hay uno cuyas gentes, que se llaman esciratas, en lugar de nariz sólo

tienen agujeros. Otro, los ástomos, carece de boca y se alimenta de olores

y si el olor es demasiado fuerte o apestoso, mueren. Más allá de todos

ellos, por la parte más lejana de las montañas, están los pigmeos o

trispítamos, que significa "tres palmos", y se llaman así porque no

sobrepasan los tres palmos de altura. De ellos habló ya Homero y dijo 

que los atacan las grullas. También explicó Plinio que "en primavera,

sentados  a lomos de carneros y cabras, armados con flechas, descienden en tropel hasta el mar y

destruyen los huevos y polluelos de esas aves; la expedición se lleva a

cabo en tres meses; de otro modo no resistirían las siguientes bandadas;

sus chozas se construyen de barro, plumas y cáscaras de huevo.

Aristóteles cuenta que los pigmeos viven en cuevas, todo lo demás acerca

de ellos, como el resto de los autores".

De los pueblos prodigiosos que habitan en la parte de los desiertos de

África, entre Arabia y la Mauritania, habla Plinio en el capítulo 8 del libro

V. Explica que allí viven Los atlantes, que "son una degeneración de las costumbres humanas".

Entre ellos no existen los nombres propios, contemplan la salida y la puesta de sol como un gran

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inconveniente y no sueñan lo mismo que los demás mortales. No muy lejos se encuentran Los

trogloditas que habitan en cuevas, comen carne de serpiente y usan un silbido y no la voz, "pues son

incapaces de comunicarse con palabras". Por aquella parte están también Los garamantes, que

"carecen de matrimonio, viven sin reglas fijas con las mujeres".

Los más interesantes de esta parte del mundo y los que más interés iconográfico despertaron, son los

blemias, a los que  les falta la cabeza, y tienen la boca y los ojos puestos en el pecho. También entre

las razas africanas obtuvieron renombre Los sátiros "una especie de animales con aspecto humano

que a veces caminan a cuatro patas y otras, erguidos, y son agilísimos"  y  los himantópodas,  "que

son una especie de cojos cuya manera de andar es reptando".

***

Todas aquellas criaturas se abrieron camino desde la

antigüedad hasta la Edad Media Con el beneplácito

de la iglesia. Fueron especialmente San Agustín y

San Isidoro de Sevilla quienes se encargaron de

infundirles cierto aire de respetabilidad  que los

hiciera asimilables por la doctrina cristiana. San

Agustín se interesó por su naturaleza y comentó que

"(...) De ellos habla también la historia profana;

resulta que alguno tenía un solo ojo; otros tenían

los pies al revés; otros eran de dos sexos y tenían el

pecho derecho de hombre y el izquierdo de mujer y

si se acoplaban podían concebir y engendrar

alternativamente; otros no tenían boca y respiraban

tan solo a través de la nariz; otros no medían más

de un metro y por eso los griegos los llamaban

pigmeos; en cierto lugar las mujeres podían

concebir a la edad de cinco años y no vivían más de

ocho. Cuentan también que existía un pueblo de

hombres que tenían una sola pierna y no

flexionaban la rodilla, aunque eran velocísimos: se

llaman esciápodos, porque en verano, cuando se

tumban en el suelo, se protegen con la sombra de su

propio pie (...) " San Agustín (s.IV-V, La ciudad de

Dios, XVI, 8)

Fue precisamente de la mano de San Agustín que

fueron recibidos en el elenco de criaturas de Dios,

pues concluyo que "...O lo que se ha escrito en

torno a estos pueblos es falso o, si es cierto, no se

trata de hombres o, si se trata de hombres,

proceden de Adán". 

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***

Isidoro de Sevilla les dedica un amplio apartado en el libro XI de sus Etimologías. De esta manera,

de la mano de los padres de la iglesia, estas criaturas fantásticas dejaron de ser meras fantasías

paganas y se consolidaron con todos los parabienes eclesiásticos en el imaginario medieval,

convirtiendo la periferia del mundo en una suerte de horizonte onírico en el que libremente se

desarrollaba la fantasía y se recreaba la imaginación sin ofender a Dios.

En el libro XI de "Las etimologías" de San Isidoro. Cap. 3. Sobre los seres prodigiosos, aparece una

descripción mucho detallada y un catálogo de pueblos monstruosos bastante amplio:

"Del mismo modo que en cada pueblo aparecen algunos hombres monstruosos, así también dentro

del conjunto del género humano existen algunos pueblos de seres monstruosos, (...) Los cynocéfalos

deben su nombre a tener cabeza de perro; nacen en la India. También la India engendra cíclopes.

(...) ostentan un ojo en medio de la frente. Se los designa también con el nombre de agriophagitai,

porque sólo se alimentan con carne de fieras. Se cree que en Libia nacen los blemmyas, que

presentan un tronco sin cabeza y que tienen en el pecho la boca y los ojos. Hay otros que, privados

de cerviz, tienen los ojos en los hombros.

Se ha escrito que en las lejanas tierras de Oriente hay razas cuyos rostros son monstruosos: unas

no tienen nariz, presentando la superficie de la cara totalmente plana y, sin rasgos; otras ostentan

el labio inferior tan prominente que, cuando duermen, se cubren con él todo el rostro para

preservarse de los ardores del sol; otras tienen la boca tan pequeña, que solamente pueden ingerir

la comida sirviéndose del estrecho agujero de una caña de avena. Dicen que hay algunas que no

poseen lengua y utilizan para comunicarse únicamente señas o gestos.

Cuentan que en la Escitia viven los panotios, con orejas tan grandes que les cubren todo el cuerpo.

(...) En Etiopía viven los artabatitas, que caminan, como los animales, inclinados hacia el suelo;

ninguno supera los cuarenta años. 

Los sátiros son hombrecillos de nariz ganchuda, cuernos en la frente y patas semejantes a las de las

cabras. (...) Hay quienes hablan de unos hombres que viven en los bosques, y que algunos llaman

faunos higueros. 

Dicen que en Etiopía existe el pueblo de los esciopodas, dotados de extraordinarias piernas y de

velocidad extrema. Los griegos los denominan skiópodai porque durante el verano, tumbados de

espaldas sobre la tierra, se dan sombra con la enorme magnitud de sus pies.  En Libia habitan los

antípodas, que tienen las plantas de los pies vueltas tras los talones y, en ellas ocho dedos.  Los

hipopodas viven en la Escitia, poseen figura humana y patas de caballo. 

Se cuenta que en la India existe un pueblo a quien llaman makróbioi, que miden doce pies. También

en aquel país vive otro pueblo cuya estatura es la de un codo, y a quienes los griegos -por medir un

codo precisamente- llaman "pigmeos". De ellos hemos hablado ya. Habitan en las montañas de la

India que lindan con el océano.  Dicen igualmente que en la misma India existe una raza de mujeres

que conciben a los cinco años, y cuya vida no pasa de los ocho."

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Pigmeos defendiéndose de las grullas e n el Atlas Catalán de Cresques

Los monstruos ridículosEnviado por LunaBruna el Sáb, 28/03/2009 - 20:48.

 

  Después de que en 1480 se descubrieran en Roma el importante conjunto de pinturas de la Domus

Aurea de Nerón, una nueva palabra vino a incorporarse al lenguaje del arte: grutesco o grotesco. El

Tesoro de la lengua castellana o española, de Sebastián de Covarrubias, recogía en 1611 la

siguiente definición:

Grutesco. Se dixo de gruta, y es cierto modo de pintura, remedando lo tosco de las

grutas y los animalejos que se suelen criar en ellas, y savandíjas y aves nocturnas. (...)

Este género de pintura se haze con unos compartimentos, listones y follajes, figuras

de medio sierpes, medio hombres, syrenas, sphinges, minotauros, al modo de la

pintura del famoso pintor Gerónimo Bosco.

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Este tipo de decoración que entrelaza follaje, frutas y

flores con animales imaginarios o reales e inventa formas

fantásticas y caprichosas, fue habitual la pintura

miniaturista de la Edad Media y dio lugar a un original

repertorio de monstruos y criaturas deformes y burlescas

cuya morfología al combinarse con los nuevos esquemas

decorativos, conduciría a que el término ‘grotesco’

adquiriera un nuevo significado: el que designa lo ridículo

y extravagante.

Como apunta Covarrubias, los monstruos grotescos que a final de la edad media generó la

imaginación de los artistas, culminarían en la pintura de El Bosco, ya en el Renacimiento; sin

embargo su origen, como veremos, es muy anterior. A ellos, a los que, siguiendo la terminología

adoptada por Jurgis Baltrusaitis en su libro La Edad Media fantástica, llamaré ‘gryllas’ o ‘grillos’,

va a estar dedicado este capítulo.

 

***

 

La principal cuna de monstruos de nuestra cultura se

encuentra en las fantasías y leyendas de la Antigüedad Clásica

y de Oriente. Todos conocemos y podemos recordar una

amplia gama de criaturas zooantropomorfas que casi nunca

aparecen entre los primeros puestos del escalafón pero que,

sin embargo, han estado presentes en el arte desde tiempos

remotos. Estas criaturas de naturaleza mixta, en parte humanas

y en parte animales: górgonas, arpías, sirenas, centauros,

faunos, sátiros... son los antepasados directos de las grillas.

Genéricamente reciben el nombre de ‘grillos’, gryllas’ o ‘Grylloi’ ciertos pequeños monstruos

pseudo-antropomorfos originados a partir de fantásticas combinaciones de partes humanas, animales

e incluso vegetales. Los monstruos resultantes de esta mixtura son de pequeño tamaño y aspecto

gracioso y ligero.

 

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Como sucede con casi todos los componentes fantásticos del imaginario occidental, también esta vez

encontramos a Plinio el Viejo (XXXV, 114) relacionado con estas extraordinarias criaturas. Él nos

explica la razón de su nombre. Plinio narra cómo el pintor Antiphilos dibujó con aspecto ridículo a

un hombre llamado Gryllus, apodado así por su aspecto porcino -pues grylloi o gryllos significa en

griego ‘cerdo’-, y lo hizo tan hábilmente que en adelante se utilizó este término con el significado

que damos hoy a la palabra caricatura. Es más probable sin embargo que el término derive de la

palabra latina “grillos”, nombre del insecto que según la tradición romana personificaba el alma de

los antepasados bajo la forma de “el grillo del hogar”, cuya función era protectora y benéfica. Esto

explicaría el hecho de que fueran para los romanos algo tan cotidiano en su cultura como lo eran los

dioses del hogar y estuvieran presentes entre sus objetos familiares en forma de amuletos. Plutarco

explicó que por su fealdad, aquellas criaturas deformes y ridículas eran capaces de concitar la

atención de los genios malignos y atraer hacia ellos el mal de ojo, disminuyendo así el efecto dañoso

de las maldiciones.

 

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Las gryllas más antiguas –sumerias, escitas, iraníes, cretenses, grecorromanas…- eran de dos tipos

fundamentales: unas se producían por escamoteo de partes del cuerpo, las despojaban el tronco y la

criatura resultante quedaba reducida a una cabeza con extremidades; las otras se generaban por

acumulación de cabezas, entre las que una de ellas, al menos, era de naturaleza humana. Con el

tiempo cada vez se fueron mixtificando más, entrelazando partes humanas, animales y vegetales de

manera cada vez más caprichosa y estrafalaria. Es importante, sin embargo, advertir que en todos los

casos este tipo de monstruos tiene que ser al menos parcialmente humano, esta es su principal

diferencia formal con las criaturas que se describen en el fisiólogo antiguo o del bestiario medieval,

que son meramente animales.

***

LAS DRÔLERIES: EXTRAVAGANCIAS GOTICAS

 

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A principio de la Edad Media, las grillas cayeron en desuso y no volverían a recuperar posiciones

hasta bien entrado el siglo XIII, cuando la drôlerie gótica, heredera de la miniatura medieval y de las

artes decorativas clásicas, empezó a animar las orlas de los códices miniados. A partir del siglo XIII

y sobre todo en el XIV y XV, el catálogo de monstruos se distanció de la iconografía románica

basada en el fisiólogo antiguo, el primer bestiario conocido. La imaginación del artista tardo

medieval, impulsada por un mejor conocimiento de la Antigüedad y por la influencia de las culturas

orientales y los arabescos islámicos, dispuso de una información más extensa, exótica y variada del

mundo de la que hasta entonces había tenido, y aquello, naturalmente, se reflejó también en el

aspecto de los monstruos periféricos. El estilo ornamental que floreció en los márgenes del

manuscrito gótico fue más vivaz y animado que el que había caracterizado a la miniatura románica;

es en estas orlas marginales donde, enredando en el follaje y formando escenas de intensa

animación, vemos reaparecer a las grillas.

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La palabra francesa drôlerie, se refiere a algo extravagante, pintoresco o grotesco que por su

singularidad divierte y hace reír. La idea general sugerida por este término es la de algo ligero y

placentero que divierte, entretiene y no debe tomarse en serio; así, las drôleries góticas, liberaron la

decoración de los manuscritos de la severidad románica y manifestaron el lado más alegre, festivo y

humorístico de los monstruos medievales.

Las grillas que aparecen en las La drôleries son criaturas mixtas entre humanas y animales que

aparecen entrelazadas con el follaje no sólo en los códices miniados sino también en otros espacios

periféricos de la obra de arte, representando con frecuencia escenas con mucha actividad y gran

animación. Las encontramos esculpidas en detalles arquitectónicos como gárgolas, capiteles,

ménsulas o canecillos de los tejados, en los grabados y repujados de objetos y en la talla de muebles,

como las sillerías de los coros y los extremos de los bancos. Su intención básica es caricaturizar a

ciertos tipos de personas o de ocupaciones, utilizando para hacerlo la ironía, la fantasía y el humor.

 

 

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***

RENACIMIENTO: EL INFIERNO DE EL BOSCO

Durante la Edad Media tardía lo grotesco funcionaba en los márgenes de la obra de arte como si

fuera una risa o un murmullo que se dejara escuchar gratamente, sin dar ni quitar consistencia al

discurso. Y así fue hasta que la escalada del monstruillo prodigioso y grotesco llegó a la cima de la

mano de Hieronimus Bosch, el Bosco, que lo sacó de la marginalidad para convertir al comparsa en

uno de los personajes centrales de la obra.

 

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El Bosco desarrolló una iconografía fascinante en la Holanda del siglo XVI y llenó su obra de

figuras de gran expresividad y viveza, aparte de la carga simbólica que contuvieran. Trabajó cada

centímetro de la superficie de sus obras con tanto abigarramiento que es casi imposible llegar a

conocer toda la ristra de magníficos monstruitos infernales que imaginó. No puedo, por su tamaño,

escanear el libro en el que me entretengo en observar los detalles del tríptico del Juicio o de las

Tentaciones de San Antonio y tampoco es fácil conseguir buenas imágenes en internet de detalles

tan menudos, así que me he dedicado fotografiar mis propios libros, pero el andamio que he montado

para hacerlo tampoco da mucho de sí. Encarecidamente aconsejo a quienes tengan tiempo y ganas de

profundizar en la obra de este autor, o simplemente de disfrutar de algo bien hecho, que vean la

maravilla que el Museo del Prado y Google Earth han realizado con el “Jardín de las Delicias” y no

se pierdan la ocasión de verlo en todo detalle y alta definición.

 

 De “El Jardín de las Delicias”

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Del tríptico de “el Juicio final”

El Bosco fue el primer artista que trajo al primer plano de la obra de arte todos los temores y

obsesiones que sobre el pecado, la culpa, el castigo y el infierno habían aterrorizado durante siglos al

hombre del Medievo. El los verbalizó y les dio una forma tangible, pero a muchos de sus demonios,

al mismo tiempo que los hacía aprehensibles, los formaba ridículos. Ciertamente no es el objetivo de

este trabajo adentrarse en los recovecos de la mente del artista y analizar la intención que impulsó su

obra ni abundar en el valor simbólico de su pintura o esclarecer los significados y mensajes que la

obra recoge y transmite. Hacerlo así sería un trabajo ímprobo y el presente artículo sólo pretende

constatar el valor formal, concreto y plástico de las criaturas monstruosas y maravillosas que El

Bosco imaginó y plasmó. Y no de todas, solamente de aquellas que encajan en el título del trabajo:

las que por su aspecto grotesco son sucesoras directas de las grillas antiguas y medievales.

 

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 Boceto de Las Tentaciones de San Antonio

 

Page 21: geografìas y seres imaginarios en la edad media

 

Otros boceto de El Bosco

También Pieter Bruegel el Viejo, otro pintor flamenco del siglo XVI, pintó magistralmente el mundo

infernal y sus criaturas. Lo hizo en los grabados de Los siete pecados capitales, en 1558, y las grillas

que en ellos dibuja son más bulliciosas y divertidas que amenazantes. Lo hizo también en algunos de

sus cuadros, como La caída de los ángeles rebeldes o Dulle Griet, pero en ellos el aspecto terrorífico

predomina sobre el lúdico.

 

Page 22: geografìas y seres imaginarios en la edad media

De la serie de Los pecados capitales, de Bruegel

 

De la Caída de los ángeles rebeles, de Bruegel. 1562

 

n el Atlas Catalán de Cresques

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"Puede afirmarse que a las zonas más remotas de la tierra

habitada les ha correspondido los recursos más preciosos"

"La india (...) es hacia oriente la zona más remota de las

tierras habitadas (...) hay en ella una incalculable abundancia

de oro (...) además en dicho país los árboles silvestres

producen un fruto consistente en unos copos de lana (...) Los

indios utilizan una ropa confeccionada con el fruto de estos

árboles." (Heródoto, Historia, Libro III, 106). "Arabia es por

el sur la más remota de las regiones habitadas y en ésta es en

la única región del mundo en que se produce incienso, mirra,

canela, cinamomo y lédano." (Heródoto, Historia, Libro III,

107). "Hacia el sudoeste, por otra parte, se extiende Etiopía,

la más remota de las tierras habitadas, pues bien, dicho país

produce oro en abundancia, enormes elefantes, toda clase de

árboles silvestres, incluso el ébano, y, además, unos hombres

de una talla, una apostura y una longevidad excepcionales."

(Heródoto, Historia, Libro III, 114). "Asimismo, es indudable

que en el norte de Europa es donde hay una mayor

abundancia de oro (...) En cualquier caso parece ser que las

zonas más remotas del mundo, que circundan el resto de la

tierra y delimitan su extensión, poseen fundamentalmente los

productos que a nosotros se nos antojan más preciosos y más

raros." (Heródoto, Historia, Libro III, 116).

Page 24: geografìas y seres imaginarios en la edad media

Las expediciones de Alejandro Magno contribuyeron a afianzar la leyenda. Megástenes, en el siglo

III a Jc. fue embajador alejandrino en la corte del rey indio Chandragupta y compuso una obra

llamada Indica, sobre aspectos geográficos e históricos del extremo oriental del mundo. Fue

cuidadoso y fiable en sus descripciones geográficas, pero cuando se refiere a la etnografía de las

zonas remotas, rebosa fantasía. Él sí se dejó llevar por la magia de la imaginación en lo referente a

los pueblos monstruosos y, a la nómina iniciada por Ctesias, añadió hombres sin nariz, otros sin

bocas, otros extremadamente peludos que caminaban reptando, pueblos con un solo ojo, con orejas

de perro, con los pies al revés y otras maravillas más.

Hubo una corriente ilustrada entre los escritores antiguos, como Estrabón y Aulo Gelio, que

rechazaron de plano la existencia de estas criaturas, hijas del exceso de fantasía; sin embargo, su

existencia fue admitida por otros autores clásicos, como Plinio el Viejo o Solino, que recopilaron las

leyendas y las trasmitieron al mundo medieval.

 

 Diversos pueblos monstruosos habitantes de las Indias lejanas

Teratología renacentistaEnviado por LunaBruna el Vie, 22/05/2009 - 19:04.

 TERATOLOGÍA RENACENTISTA: La edad de oro de los prodigios

Page 25: geografìas y seres imaginarios en la edad media

 

Este capítulo es extenso y lo he estructurado en tres partes bien diferenciadas. En la primera de ellas

pretendo explicar los prodigios renacentistas viendo cómo la idea clásica de lo monstruoso, que

había llegado plenamente vigente desde la antigüedad atravesado toda la Edad Media, evolucionaba

en el Renacimiento y el Barroco.

La segunda parte es un romance que descubrí hace años en el sitio web de la facultad de

antropología de la universidad de Granada. A mí me parece magnífico e ilustra muy bien la

mentalidad prodigiosa de la época. Baste, para que vaya apeteciendo leerlo, su título: “Retrato de un

monstruo, que se engendró en un cuerpo de un hombre, que se dize Hernando de la Haba, vezino del

lugar de Fereyra, Marquesado del Cenete, de unos hechizos que le dieron. Parteole Francisca de

León, comadre de parir, en veynte y uno de Junio, de 1606 por la parte tras ordinaria”.

La tercera parte está destinada a notas bio-bibliográficas y a ir registrando sitios de internet que me

parezcan interesantes a medida que los vaya descubriendo. Hasta hace poco no era fácil encontrar

buena documentación sobre el tema de los prodigios renacentistas y barrocos en Internet, pero

Page 26: geografìas y seres imaginarios en la edad media

últimamente están apareciendo cada vez más espacios dedicados a ello. En parte ha sido ver que

somos bastantes los tipos raros a los que este tema interesa lo que me ha animado a desarrollar este

capítulo.

 

1ª Parte: LA EDAD DE ORO DE LOS PRODIGIOS

 

1.- De lo que ocurrió cuando se supo que los animales míticos no estaban allí

Cuando Marco Polo descubrió y dio a conocer al mundo que “Los unicornios no son blancos y

esbeltos sino que tienen el pelo de búfalo y las patas como ellos; el cuerno es negro y

desagradable, la lengua espinosa y la cabeza parecida a un jabalí (…) y además no es verdad

que se dejen atrapar por una doncella virgen", no sospechaba siquiera que estaba marcando un

camino para la observación de la realidad por el que se iba a ir al traste el bestiario medieval, que se

nutría en el animalario mítico. Y es que, después de aquella penosa desmitificación de una de las

más tiernas leyendas conocidas, ya nada en el mundo se los monstruos volvería a ser lo mismo.

El cambio no fue inmediato.

Después de Marco Polo, muchos autores siguieron

narrando y explicando con todo detalle las maravillas del

oriente y de los seres excepcionales que lo habitaban.

Los aventureros siguieron viajando, descubriendo y

explorando hasta que llegaron al fin del mundo; pero, por

largo que fuera el viaje y lejano el final del camino,

nunca fueron hallados los esperados monstruos

legendarios.

Page 27: geografìas y seres imaginarios en la edad media

Fue más tarde, a lo largo del XVI, cuando los descubrimientos y exploración de las nuevas tierras y

el impulso renacentista, indujeron cierto escepticismo respecto a las criaturas moralizantes del

bestiario medieval, cuya realidad empezaba a parecer dudosa. No significa esto que desaparecieran

los monstruos, al contrario: con el advenimiento de la modernidad llegó también la edad de oro de

los prodigios y el imaginario artístico se llenó de criaturas tan raras como las de siempre, e incluso

más, pero cuyas posibilidades de existir eran mucho más claras.

Para alimentar la imaginación, no faltaron en las nuevas tierras animales rarísimos y pueblos de

hombres salvajes casi tan extraordinarios como los hasta entonces imaginados, pero, ahora sí,

absolutamente reales y capaces de impulsar una nueva teratología conducida por la incipiente

curiosidad científica y a la vez cargada de ingenuidad, imaginación, inventiva, creatividad e ingenio.

También las ciencias médicas y biológicas aportaron nuevos objetos al fijar la mirada en seres

portentosos que lo eran por la anormalidad de su fisonomía. Además, el mar, cada vez más extenso y

navegado, siguió siendo una gran incógnita y por ende, cuna de monstruos: no en vano fuentes

fiables aseguraban que sus aguas estaban pobladas por seres de naturaleza desconocida sobre los que

no dejaba de especularse.

 

Page 28: geografìas y seres imaginarios en la edad media

Monstruos dibujados por Ulisse Aldrobandi en el S.XVI; a cada una de estas imágenes acompaña

una leyenda:

1.-En alguna isla del mar Caspio hay leones como el que se ve, tienen rostro humano pero son

salvajes y feroces...

2.-En el último lugar de África, al final de la tierra, hay hombres que son del todo humanos excepto

porque tienen el cuello de grulla y en el rostro, pico y barba de gallo...

3.-En el país del gran Tamerlán hay centauros de esta forma...

Page 29: geografìas y seres imaginarios en la edad media

4.-En algún lugar de Tartaria se han encontrado monstruos como el que veis, tienen un cuello largo

sobre el busto y en el extremo una cabeza de grifo, y en el pecho un rostro humano...

 

2.- De cómo los monstruos, para serlo, deben existir realmente

El monstruo de los nuevos tiempos, aunque diferente en su

generación, es heredero de los que le precedieron y, como

ellos, criaturas a respetar y tener en cuenta. Cabe recordar

aquí que la idea que se tenía de lo monstruoso en la

antigüedad y en la Edad Media no era en absoluto parecida

a la actual. En tiempos antiguos y medievales, nada

monstruoso se había originado fuera de la naturaleza. Esta

idea era tan inconcebible como la posibilidad de que

hubiera ‘creaciones’ paralelas a la Creación o ‘naturalezas’

paralelas a la Naturaleza.

Tampoco dependía la monstruosidad de cuestiones

estéticas o del temor que las criaturas causaran, tan monstruoso era un ser horrible que causara

miedo como otro que produjera asombro o maravilla. Fieles a la idea planteada por Aristóteles en la

Generación de los Animales, se tenía por monstruoso aquello que acontecía en contra de lo normal

en la naturaleza, pero nunca en contra o fuera de ella. Los teólogos medievales aceptaron este

principio y, con la finalidad de afirmar la Creación divina, añadieron que lo extraordinario,

monstruoso, anormal o prodigioso en la naturaleza, también formaba parte del plan divino y no era

un accidente o una aberración.

Grabado de faunos en la obra de Conrad Lycosthenes, 1557

Page 30: geografìas y seres imaginarios en la edad media

“Los que llamamos monstruos no lo son para Dios, que ve en la inmensidad de su obra la

infinitud de las formas que en ella ha comprendido; y es de creer que esta criatura que nos

asombra refleje y dependa de alguna otra figura del mismo género desconocida para el

hombre. De su infinita sabiduría nada sale que no sea bueno y común y ordenado; más no

vemos nosotros ni la armonía ni la relación. (…) Llamamos contra natura aquello que

acontece contra la costumbre, más nada es sino según ella, sea como que sea.” (Michel de

Montaigne; Ensayos completos, libro segundo, cap. XXX. Ed. Cátedra, col. Biblioteca

Aurea)

En cuanto a la naturaleza final de los monstruos, el Renacimiento adaptó a la incipiente mentalidad

científica el mismo principio que dominó en la antigüedad y la Edad Media. Las diferencias

importantes entre el nuevo imaginario y el antiguo y medieval tienen más que ver con cómo se

inventaron y generaron los nuevos monstruos que en las formas finales obtenidas.

Si en la tradición antigua, lo natural estaba constituido tanto por los seres reales y contrastables

como por todo un universo de criaturas híbridas, animales fantásticos y razas humanas prodigiosas

de cuya existencia real no se dudaba, aunque nadie nunca hubiera conseguido dar con ellas, desde

finales del siglo XV la revolución ocasionada por la observación positiva de la naturaleza en los

aspectos de ésta que involucraban a los monstruos, como en todos los ámbitos del conocimiento, fue

espectacular. La curiosidad se vio estimulada no ya por las criaturas ilusorias, sino por otras reales y

de existencia contrastada que fascinaban al hombre del siglo XVI y de las primeras décadas del

XVII. Pero, aunque todo lo relacionado con la teratología le entusiasmaba, su mentalidad positiva

exigía realidades. Prefirió descartar todos aquellos monstruos enraizados en el mito y se esforzó en

documentar la existencia real de lo prodigioso y en explicarlo desde las nuevas disciplinas.

Page 31: geografìas y seres imaginarios en la edad media

Grabado de Fortunio Liceti en "De monstruorum causis, natura et differentis". Edición de 1616.

Aquella inquietud dio extraños frutos, pues la mirada que escrutaba la naturaleza era la de un

hombre que maravillado y desbordado por la diversidad de lo que veía, ponía en su afán por

desentrañarlo tanta ciencia como imaginación. Resultó así que los nuevos mecanismos para generar

monstruos dieron frutos tan sorprendentes y fantásticos como habían sido los de antaño.

 

3.- De las criaturas que acontecen fuera del curso de la naturaleza o contra ella

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De la obra “Monstruos y prodigios” de Ambroise Paré, 1575

1.- Retrato de un monstruo asombroso con un cuerno, dos alas y una sola pata de ave de rapiña, un

ojo en la articulación de la rodilla y participando de ambos sexos.

2.-Niño monstruoso que nació con dos cabezas, dos piernas y un solo brazo.

3.-Hombre sin brazos que sin embargo puede hacer con la cabeza o con los pies lo mismo que los

otros hombres hacen con las manos

«Las causas de los monstruos son varias. La primera es la gloria de Dios. La segunda, su

cólera. Tercera, la cantidad excesiva de semen. Cuarta, su cantidad insuficiente. Quinta, la

imaginación. Sexta, la estrechez o reducido tamaño de la matriz. Séptima, el modo

inadecuado de sentarse de la madre, que, al hallarse encinta, ha permanecido demasiado

tiempo sentada con los muslos cruzados u oprimidos contra el vientre. Octava, por caída, o

golpes asestados contra el vientre de la madre, hallándose ésta esperando un niño. Novena,

debido a enfermedades hereditarias o accidentales. Décima, por podredumbre o corrupción

del semen. Undécima, por confusión o mezcla de semen. Duodécima, debido a engaño de los

malvados mendigos itinerantes. Y decimotercera, por los demonios o diablos.» (Ambroise

Paré; “Monstruos y prodigios” edición de Siruela, col. Biblioteca sumergida, en 1987)

Así empieza la obra “Monstruos y prodigios” de Ambroise Paré, paradigma de la literatura

renacentista sobre lo prodigioso. (Personalmente pienso que la más poderosa de las trece causas

mencionadas, es la quinta. La imaginación, debidamente asociada con la curiosidad, la inquietud y el

ansia de analizar y entender los fenómenos de la naturaleza, dio frutos muy juiciosos, pero también

alumbró otros muy asombrosos y fantásticos).

Varios fueron los métodos de los que se valió la imaginación para generar monstruos. Una parte

esencial de la teratología renacentista se forjó en la observación de procesos biológicos anormales,

que quedaron registrados en una exhaustiva literatura médica elaborada con mucha curiosidad

científica y no poca ingenuidad. Los monstruos de este tipo ya no pertenecerían a razas y pueblos de

criaturas legendarias, sino que, aunque su aspecto fuera tan sorprendente como el de aquellos de

Page 33: geografìas y seres imaginarios en la edad media

antaño. Se trataba de portentos individuales: criaturas malformadas por haber sido concebidas con

deformidades físicas o fruto de partos anómalos; otras con trasmutaciones producidas por

hibridación -pues se aceptaba la posibilidad de fecundaciones entre especies diferentes-, y otras con

características particulares que se suponían de carácter mágico o diabólico o de cualquier otro tipo

que les confirieran una morfología distinta a la de sus progenitores.

 

 De la ‘Monstrorum historia’ de Ulise Aldrovandi (1522-1605)

1.- Mujer con rostro de simio

2.- Monstruo tricéfalo y anfibio que vivió en el Nilo

Se escribieron una cantidad importante de crónicas de lo milagroso recopilando, clasificando y

analizando todo lo que de extraordinario acontecía -o había acontecido a lo largo de la historia- en el

campo de las ciencias naturales. Aunque todos los autores estaban fascinados por las curiosidades

biológicas y las anomalías anatómicas su manera de enfocar lo prodigioso fue diversa.

Unos, como Conrad Lycosthenes (“Prodigiorum ac ostentorum chronicon, 1557) o Pierre

Boaistuau (Histoires Prodigieuses , 1560), dedicaron al tema la atención del historiador y cronista

registrando todos los prodigios conocidos desde la antigüedad hasta el momento en que publicaron

sus crónicas.

Page 34: geografìas y seres imaginarios en la edad media

Conrad Lycosthenes (“Prodigiorum ac ostentorum chronicon, 1557)

Ambroise Paré por su parte, realizó una amena recopilación de portentos en su libro “Monstruos y

prodigios” publicada en 1575, una obra que fue escrita con voluntad científica y resultó ser, sobre

todo, sugestivamente literaria.

“Los monstruos son cosas que parecen fuera del curso de la Naturaleza (y que en la mayoría

de los casos constituyen signos de alguna desgracia que ha de ocurrir), como una criatura

que nace con un solo brazo, otra que tenga dos cabezas y otros miembros al margen de lo

ordinario. Prodigios son cosas que acontecen contra la naturaleza, como una mujer que dé a

luz una serpiente o un perro, o cualquier otra cosa opuesta a la Naturaleza” (Ambroise Paré;

“Monstruos y prodigios” edición de Siruela, col. Biblioteca sumergida, en 1987)

Otros lo hicieron desde la perspectiva de la ciencia médica y los estudios anatómicos, biológicos o

zoológicos. Entre ellos las obras de Ulisses Aldrovandi, autor de “Monstrorum historiae, cum

paralipomenis historiae omnium animalium”, una vasta obra publicada póstumamente, en 1642, que

servirá de base para toda la literatura zoológica, botánica y médica ulterior; la de Conrad Gessner,

cuya extensa obra “Historiae animalium” publicada en 1558, le llevó a merecer el honor de ser

considerado el padre de la zoología moderna, o, ya en el siglo XVII, la de Fortunio Liceti, cuya

obra "De monstruorum causis, natura et differentis" se imprimió en 1616.

Page 35: geografìas y seres imaginarios en la edad media

Diversos monstruos y prodigios dibujados por Aldrovandi (arriba) y por Liceti (abajo)

Otros aún, como el mismo Alberto Durero, se asomaron a la teratología con la mirada del artista y

realizaron muchos de los grabados que posteriormente formarían parte de las grandes cosmografías

enciclopédicas características de aquella época.

Page 36: geografìas y seres imaginarios en la edad media

La cerda monstruosa de Landser, Alberto Durero, 1496

Si el prodigio renacentista y barroco resultó tan seductor, no fue solo por la extraordinaria forma en

que la naturaleza se manifestaba en ellos, sino también y sobre todo, por el significado final que se

les atribuía. En la mentalidad de la época, todo lo portentoso tenía una razón de ser, los monstruos

eran designios divinos y existían para mostrar o anunciar algo que debía ser interpretado y atendido.

El monstruo cursaba contra la forma normal de mostrarse las cosas en la naturaleza, y, con la misma

fuerza de su anomalía, anunciaba acontecimientos que ocurrirían fuera del normal acontecer de los

sucesos en la historia. Mientras la ciencia y los naturalistas se esforzaban en desentrañar su misterio

formal, menudeaban los adivinos y augures empeñados de leer en los fenómenos y descubrir los

misterios -generalmente contratiempos y catástrofes- que auspiciaban.

 

4.- De algunos monstruos terrestres que al fin resultó que no lo eran

Page 37: geografìas y seres imaginarios en la edad media

A medida que el mundo se ensanchaba en cada viaje de exploración y cada descubrimiento, el

imaginario europeo se iba poblando de nuevas criaturas extrañas y maravillosas que, si bien podían

producir espanto, resultaron ser plenamente naturales. Los tigres, las jirafas, los rinocerontes, los

elefantes, la mayoría de los monstruos marinos u otros que habitaban en los espacios más recónditos

e intrincados de la tierra, causaron verdadero estupor e impresión. Eran seres vivos nacidos de

progenitores que a su vez eran iguales a ellos y que en nada cursaban a contracorriente de la

naturaleza. Tenían existencia real y podían ser observaos directamente, y, por ende, sus cualidades

podían ser constatadas, descritas y clasificadas cada vez con mayor coherencia y acierto.

Ambroise Paré (“Monstruos y prodigios”, 1553)

1.-“En la India interior, al otro lado del rio Ganges, a unos cinco grados más allá del Trópico de

Cáncer, se encuentra la bestia llamada jirafa por los germanos occidentales (…) tiene el cuello de

una toesa más o menos de largo, extraordinariamente largo, y también sus piernas son diferente, ya

que las tiene más altas que ningún otro animal del mundo.”

2.-Elefante. “Nacen en Africa más allá de los desiertos, en Mauritania y también en Etiopía. Los

más grandes son los que nacen en la India (…) De su nariz, que es muy larga y hueca como una

gran trompeta, y casi toca el suelo, se sirven como si de manos se tratata (…) Son de naturaleza tan

libre que no pueden soportar brida alguna (…) Viven doscientos años.

3.-El toro de la Florida. “Este animal es de los más feroces que se conocen, ya que jamás se deja

domesticar (…) Sus cuernos son muy apreciados, debido a la propiedad que tienen contra el

veneno.”

En general, nada más que su rareza había de monstruoso en ellas, pero fueron mal percibidas o mal

descritas en su momento. Un insuficiente conocimiento de la naturaleza y una transmisión oral

deformada, condujeron a incluir a algunos animales exóticos, que nada tenían de anormal, en el

elenco de los monstruos. Muchos fueron incluidos en los catálogos de portentos pues, según solía

aceptarse en las definiciones más básicas, eran criaturas extrañas que no cursaban según la manera

más frecuente de mostrarse los seres en la naturaleza. Sin embargo el término “monstruo” nunca fue

el más apropiado para nombrar a la mayoría de aquellas criaturas sorprendentes, pero plenamente

conformes con la recta natura..

Page 38: geografìas y seres imaginarios en la edad media

Un buen ejemplo de aquellos que causaron gran asombro cuando fueron descritos en Europa, fue el

rinoceronte, cuyo capítulo propio puedes encontrar aquí.

Durante un tiempo siguieron describiéndose criaturas con más componente fantástico que real

habitando los nuevos continentes y tierras exploradas, pero se avanzaba con firmeza hacia un

naturalismo científico y con él, hacia la creciente especialización y autonomía de las diversas

disciplinas de la naturaleza: la verdadera maravilla estaba en la zoología, la botánica, la química, la

mineralogía etc. De esta manera, a lo largo de los siglos XVI y XVII, la mayoría de las criaturas

reales que habían pertenecido al mundo de lo prodigioso salieron de él para convertirse en objeto de

estudio de las ciencias biológicas.

 

5.- De cómo los monstruos marinos siguieron poblando el mar

Cuando ya los continentes

estuvieron explorados y seguían

sin aparecer los pueblos

extraordinarios y las bestias

míticas, parecía llegado el fin de

los monstruos: la realidad los

desmentía. La ciencia había

tomado de la mano la

clasificación y descripción de

los prodigios y nadie quería

afirmar seriamente nada de la

naturaleza que no pudiera

constatarse o estuviera ya

probado. Pero lo cierto es que, a

pesar del empeño en

racionalizar la naturaleza, los

monstruos nunca han dependido

de lo que se sabe de la realidad,

sino de lo que se supone de ella.

Y, para seguir suponiendo,

quedaba un vasto mundo aún

desconocido: quedaba el mar

enorme y tenebroso, capaz de

mantener la fantasía, la magia y

el misterio. En él proyectó el

hombre sus temores más irracionales llenándolo de monstruos tan terroríficos como fascinantes y

mucho más atroces que los que había imaginado caminando sobre la tierra.

La mejora de los navíos y los nuevos instrumentos científicos relacionados con las artes de la

navegación, permitieron navegar por rutas cada vez más arriesgadas. Las largas travesías de

Page 39: geografìas y seres imaginarios en la edad media

inseguridad y miedo, lejos de facilitar el final de la imaginación mágica, la potenciaron. Mientras los

monstruos de la tierra se iban racionalizando, la leyenda del mar fue en aumento y los terrores que lo

habitaban atravesaron toda la modernidad llegando casi hasta nuestros días. Entre lo que lo que los

navegantes imaginaron ver sobre el mar, lo que realmente vieron y lo que contaron que habían visto,

se forjó una nueva mitología náutica tenebrosa y sublime de una diversidad iconográfica

espectacular. A los clásicos caballos de mar que conducían el carro de Neptuno, a las nereidas, las

sirenas, los tritones y otras criaturas acuáticas, se sumaron una ingente cantidad de bestias de muy

variada morfología, gran tamaño y cualidades extraordinarias.

Portentos marinos en “Monstruos y prodigios” de Ambroise paré

El atlántico norte, habitualmente denominado “mar tenebroso” fue a principios del siglo XVI el más

temible de los mares conocidos y navegados y, por tanto, el escenario natural en el que se ubicaron

los monstruos marinos más pavorosos. Paradigma de todos ellos fue la ballena en todas sus formas.

Su leyenda se remonta al mito bíblico de Leviatán, la feroz criatura en parte pez y en parte serpiente

que en algún momento libraría batalla con el mismo Dios, pues simbolizaba las fuerzas del mal y

contenía toda la esencia los monstruos marinos.

El cosmógrafo Sebastian Münster, el obispo sueco Olaus Magnus y el geógrafo y humanista

Abraham Ortelius, autor del primer atlas mundial que bajo el título “thetrum orbis terrarum” fue

publicado en 1570, reunieron en él una extensa e imaginativa cantidad de prodigios marinos.

Este tema está desarrollado con más extensión en el capítulo dedicado a las ballenas, que puedes

encontrar aquí.

Page 40: geografìas y seres imaginarios en la edad media

 

*****

2ª Parte: RETRATO DE UN MONSTRUO. ROMANCE

El romance que a continuación reproduzco lo tomé hace tiempo “Gazeta de antropología” de la

Universidad de Granada. Afortunadamente sigue allí todavía, (

http://www.ugr.es/~pwlac/G08_08JoseAntonio_Gonzalez_Alcantud.html ) precedido de un

interesante trabajo realizado por el profesor de antropología cultural José A. González Alcantud.

El título completo del romance es “Retrato de un monstruo, que se engendró en un cuerpo de un

hombre, que se dize Hernando de la Haba, vezino del lugar de Fereyra, Marquesado del Cenete, de

unos hechizos que le dieron. Parteole Francisca de León, comadre de parir, en veynte y uno de Junio,

de 1606 por la parte tras ordinaria”. Se llamaba su autor Pedro Manchego, fue publicado en

Barcelona en el año 1606 y se conserva en la Biblioteca General de la Universidad de Granada.

 

Romance

Oy si me prestas silencio

y auditorio a mis palabras

pienso declarar un caso

que es caso que al mundo espanta.

No quan vanos oradores

diré lisonjas, ni fábulas,

sino una verdad notable,

y por verdad aprovada.

Una cosa nunca vista

Page 41: geografìas y seres imaginarios en la edad media

digna de ser memorada,

y de tener en memoria

por ser una cosa estraña.

Aunque es verdad que ay algunos

incrédulos que se jatan

de dezir, que son mentiras

estos sucesos que pasan.

Pero con todo pretendo

será de tanta eficacia

mi obra, que dará al mundo

crédito por ser tan clara.

No ha sucedido en las Indias,

ni en las islas de Canarias,

ni en la tierra del gran Cayre,

ni en Chipre Africa y Asia.

En el cercuyto heroyco,

que encierra la Isla Hispana

junto a una insigne ciudad,

que se intitula Granada.

En esta ciudad reside

un mercader que se llama

dentro del Alcayzería

Bartolomé de Mestança.

Este acude de ordinario

cada año a las Alpuxarras,

a cobrar algunas deudas

de muchas cosas fiadas.

A veynte y uno de Iunio

deste año que se halla,

por cuenta mil y seys cientos

y seys, según se declara.

Salió el dicho mercader

para hazer sus cobranças

y en el lugar que dire

este propio día estava.

Ocupado en sus negocios

con un Alguazil andava,

y un escrivano haziendo

execucion por casas.

Pasando por una calle

byen vozes temerarias,

que rompen los elementos

con grandes lastimas dadas.

Llegan preguntas ques esto,

y responde una muchacha,

Page 42: geografìas y seres imaginarios en la edad media

mi padre es que esta pariendo

señores, que es lo que mandan.

Pues tu padre ha de parir

que es lo que dizes rapaza,

y por informarse bien

mas adelante se lança.

Vieron a un hombre sentado

en una silla, y sentada

una mujer a sus pies,

que en tal trance le ayudava.

Empuge señor le dize

la vieja muy angustiada,

no ahogue la criatura,

que el peligro es la tardança.

Estando atentos mirando

con un gemido se arranca,

de las entrañas del triste

esta figura endiablada.

Apenas huvo caydo

quando del barreño falta,

y a la comadre le asió

con las uñas en la cara.

Santo Dios dize la vieja

confusa y atribulada,

este sin duda es el diablo

bien lo muestra en su arrogancia.

Pusieron al monstruo fiero

en un librillo de agua

para conocer mejor

sus partes proporcionadas.

Y desque huvieron mirado

su figura y semejança,

certificaron ser esta

que ya mi pluma relata.

Pierna y pantorrilla de hombre,

y en el pie quatro uñas largas,

y el otro nadie puede

juzgarle, porque no es nada.

El medio cuerpo de ganso

de puerco espino la espalda,

de galápago la cola,

la natura entienda Bargas.

El pescueço de cavallo

y orejas la misma traça,

los ojos grandes de buey

Page 43: geografìas y seres imaginarios en la edad media

hozico y lengua sacada.

De traça y suerte de un perro

quando de corage rabia,

si yerro en algo, otro puede

juzgarlo si en ello ay falta.

Después que hubieron mirado

la gente escandalizada,

deste espectáculo fiero,

se estava maravillada.

Unos dizen es demonio,

otros es cosa tan mala,

que a todos nos pone espanto

su figura endemoniada.

No vivió mas de hora y media

y en este tiempo graznava,

a modo de un lechoncillo

dando al agua coleadas.

Tomaron le juramento

y la comadre apremiada,

declaro, que le parió

por la parte extraordinaria.

Pidió testimonio desto

el mercader y retrata,

en un papel este monstruo

por dar dello fe en Granada.

Lo demás que sucedió

deste preñado, o preñada,

en el segundo Romance

lo verán sino se cansan.

****

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Segundo romance

En el Reyno de Granada

en el famoso Obispado

de la Ciudad de Guadix

en el rico Marquesado,

Que le llaman de Cenete

del Duque del Infantazgo

sucedió lo que dire,

si atención prestan un rato.

En esta tierra que digo

ay un lugar ques llamado

Pites de Fereyra, allí

sucedió este caso extraño.

Vivió y vive en el lugar

que al presente he declarado,

un hombre apacible, afable

de trato senzillo y llano.

Estando en su juventud

tuvo amistad ciertos años

con una muger del pueblo

ciego del amor liviano.

Prometióle casamiento,

dándole palabra y mano,

y la muger en su casa

le dio entrada y passo franco.

En este tiempo prolixo

causo molestia este estado,

y el hombre mudo de gusto

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porque el mal gusto es enfado.

Pago con la ingratitud

el que antes avia estado,

con mas firmeza que un rico,

preso del amor tyrano.

Al fin le cobro afición

a una muger de su barrio,

y el casamiento se hizo

con fervor y no despacio.

Vino a oydos del amiga,

y ella de zelos rabiando,

juro de tomar vengança

de su enemigo contrario.

Sintió la burlada dama

el averla ansí burlado,

el que primero avia sido

de su amor vivo retrato.

Pasaronse algunos días

y el hombre que aquí he nombrado,

de una enfermedad estuvo

de salud necesitado.

El amiga que lo supo

que estaba de salud falto,

procuro tomar vengança

de los enojos pasados.

A una vieja hechizera

le descubrió el pecho falso,

y la vieja le responde

solicita de sus cuydados.

No os aflijáis hija mía,

que prometo de vengaros,

porque un negocio de honra

no es bien que se pase en blanco.

No es razón que vuestro honor

ansí quede ultrajado,

y que aquel que mal pago os dio

es bien se le de mal pago.

Mirad que me quereys dar

y prometo de ayudaros,

que yo haré de manera

que viva siempre afrentado.

Si lo hazeys madre mía

prometo gratificaros,

vuestro trabajo, y are,

que no echeys el lance en vano.

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Desde aquí os prometo dar

para una saya y un manto

y si os pareciere poco

no faltara mas que daros.

Viendo el cebo entre las uñas

a la promesa aplicado,

con grande liberaleza

la vieja acude al reclamo.

Diziendo: Pues eso basta,

mas falta lo necesario,

y esto vos lo aveys de hazer,

lo de mas quede a mi cargo.

Andad con Dios, y traedme

en breve aquese recado,

y prometo de hazer

un hecho que sea sonado.

El secreto es la importancia

pone a la boca un candado,

que si se viene a saber

hemos de pagar el pato.

Creedme señora dixo,

que aunque me hagan pedaços,

nadie lo sabrá de mi,

en eso perded cuydado.

Llegando el día siguiente

la vieja tocada a papos

fue a visitar al enfermo

con un pequeño regalo.

Como esta señor vezino?

el le respondió: Muy malo,

sabe Dios si lo he sentido,

en el alma me ha pesado.

Estuvo algunas horas

con el enfermo hablando,

con palabras amorosas

doradas con el engaño.

Dixo, Yo se un bevedizo

que otros muchos lo han tomado,

y se han sentido mejores

y es muy fácil de tomarlo.

Quedad con Dios que mañana

yo bolveré a visitaros,

y os traeré, que pretendo,

que sentireys gran descanso.

La vieja hizo un hechizo

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y en un pequeño vaso,

el enfermo lo llevo

otro día con recato.

El dicho enfermo lo beve

como el que esta deseando

la salud, que no repara,

en lo que es dulce o amargo.

Pero al fin se levanto,

y aunque andava levantado

andava triste, afligido

sin color pálido y flaco.

Hinchósele la barriga,

andava lerdo y pesado,

unos le dizen que es trópico,

otros dizen, que del baço.

Dixo un día a su muger

vive Dios que estoy preñado,

porque en la barriga siento

que ma dan brincos y saltos.

Tentóle pues la muger

y dixo, por Dios hermano,

que teneys razón, no ay duda,

qual diablo os ha empreñado.

Aconsejóle que tome

tres días aguas de esparto,

porque mueva lo que tiene,

y el dixo, será acertado.

Tomólas y un cierto día

sintiéndose muy fatigado,

cubriósele el coraçon,

dieronle grandes desmayos.

Llamaron a la comadre,

y certifico ser parto,

sentóse y parió con el

lo que aquí esta retratado.

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Tercer romance

El fin de toda esta historia

oyrán si prestan silencio

adelante en el discurso

deste Romance tercero.

Parió como tengo dicho

el hombre este monstruo fiero

de cuyo prodigioso caso

quedaron todos suspensos.

Hizieronle a este parido

torrijas con miel y huevos,

comiólos, pero después

le hizieron mal provecho.

La justicia del lugar

pone al parido hombre preso,

remetiéndolo a Granada,

como es razón de derecho.

Los señores de Granada

guardando justicia hizieron

las diligencias cumplidas,

que requiere tal exceso.

Tomáronle confesión

y respondió al pedimento,

que no sabe de que suerte

sucedió este desconcierto.

Es verdad que yo he parido,

y pues que parí pretendo,

que devía estar preñado:

pero de quien no lo entiendo.

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No me pidan otra cosa

en aquesto me resuelvo,

no piense declarar mas

porque aunque quiera no puedo.

Apriétanle los cordeles

y dixo lo dicho es cierto,

aunque me maten señores

no he de dezir mas, ni menos.

Al fin fueron informados,

que tuvo el hombre en un tiempo

una amiga, y siendo así

embiaron por ella al pueblo.

Siendo venida el amiga

la pusieron a tormento,

y en su dicho declaro

el preñado por estenso.

Y a la vieja condeno

que fue autor deste enredo,

y sabiendo la verdad

van por la vieja al momento.

Siendo la vieja venida

confusa llena de miedo,

sin apremiarla declara

mucho mas que le pidieron.

Dixo, que hizo un hechizo

y se lo dio estando enfermo,

persuadida de su amiga

como atrás dixe primero.

Declaróles el hechizo

mas por ser tan suzio y feo,

lo dexo pasar en blanco,

que sabe Dios mi deseo.

Al hombre dieron por libre,

porque los señores vieron,

que no merece castigo

por ser innocente desto.

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Quarto romance

El castigo que se dio

a las mugeres se advierta,

que en este quarto Romance,

lo sabrán si atención prestan.

Hecha pues la información

y la confesión ya hecha,

de los dichos delinquentes

retificados en ella.

El Sábado es diez y nueve

de Agosto, a las dos condenan

y ellas consienten y otorgan

sin apelar la sentencia.

A veynte y uno del dicho,

Lunes a las diez y media,

de la Inquisición sacaron

a la vieja hechizera.

Cavallera en un borrico,

con una coroça puesta,

con grande aplauso y trofeo

bien repatingada y tiesa.

Acompañada de muchos

a la Vivarambla llegan,

donde todos los mochachos

tuvieron alarde y fiesta.

Tanto pepino amarillo

tanto de berengenas,

de cortezas de melón

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no se parece la vieja.

Qual se sacude en la cara,

qual le da en la cabeça,

paráronle las costillas

mas maduras que una breva.

Dize jurando la Cruz,

bellacos pues para esta,

que si me apeo que os haga

tener respeto y verguença.

Traviesan el Zacatín,

llegan a la plaça nueva,

van azia la puerta de Elvira

toda la calle derecha.

Llegaron al quemadero

adonde la vieja apea,

el verdugo y el arriero

a un palo que estava en tierra.

Ahógala en breve espacio,

y acercándole la leña

le pego y ardió

con una furia violenta.

Y así hizieron ceniza

a la vieja fraudulenta,

que quien haze mal que pague

que es muy justo que así sea.

A la amiga a otro día

danle un jubón para cuenta,

y con dozientos cruzados

de la ciudad la destierran.

Abrid los ojos señores

no os fieys de malas hembras

la que mejor cara os haze

os vende en buena almoneda.

Mirad que son gusanillos

del alma y de la conciencia,

que os van chupando la sangre

qual haze la sanguijuela.

Son víboras ponçoñosas

son falsas y lisongeras,

es basilisco en los ojos

la que mejor rostro os muestra.

Guardad no os hagan parir

como hizo esta alcagüeta

a este hombre, escarmentad

todos en cabeça agena.

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3ª Parte: ALGUNOS DATOS BIO-BIBLIOGRÁFICOS

Conrad Lycosthenes, 1518-1561, estudió filosofía en Heidelberg y fue profesor de gramática y

dialéctica en Basilea. Escribió en latín una enorme e influyente antología de prodigios titulada

"Prodigiorum ac ostentorum chronicon (...) ab exordio mundi usque ad haec nostra tempora”. Era,

como su nombre indica, una crónica de todos los prodigios (presagios) y ostentos (signos) que

habían sucedido desde el principio del mundo hasta los días en que Lycosthenes los recopiló. Se

publicó por primera vez en Basilea, Suiza, en 1557. Es una obra rara y poco conocida hoy día, sin

embargo fue un recurso muy valioso en su época pues recogía y explicaba cientos de prodigios,

incluida la importante colección particular que Julio Obsequente recopiló en el siglo IV d.C. Más

aún, Lycosthenes ilustró su libro con magníficas xilografías, y, como entonces nadie se entretenía en

temas como los derechos de autor ni se creía en el plagio o en el copyright, sus dibujos fueron

cumplidamente copiados y difundidos en la obra de otros autores.

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Ambroise Paré, 1510-1590. Cirujano autodidacta que a pesar de su falta de formación académica y

de no hablar latín, logró ser miembro del Colegio de San Cosme, dignidad reservada a los más

doctos cirujanos de Francia. Convertido en cirujano real, sirvió a cuatro reyes franceses: Enrique II,

Francisco II, Carlos IX y Enrique III. Su obra principal es “Des Monstres et Prodiges”; publicó

también varios tratados de cirugía y una obra titulada “Discours de la Licorne” dedicada a los

animales con cuerno. Su obra, concretamente Des Monstres, es muy entretenida, y ha sido tan

alabada como criticada. Se ha dicho de ella que su valor científico fue siempre dudoso, aún así, no

carece de valor literario. También se han lanzado contra Paré acusaciones de plagio al hacer uso de

imágenes de otros autores. Es una acusación ésta que podría hacerse extensiva a otros muchos

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autores del siglo XVI, pues no era nada infrecuente que las mismas láminas iluminaran distintas

obras de varios autores. Por otra parte, el interés principal de los grabados era el de informar e

ilustrar los textos, así que la acusación de plagio parece excesiva en este caso. Sí cabe aceptar que su

obra, llena de curiosidad y fascinación, es una mirada imaginativa sobre lo insólito y que su

intención de realizar una obra seria y científica se vio desbordada por su prodigiosa imaginación.

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Olaus Magnus 1490-1557, sacerdote católico que se trasladó a Roma durante la Reforma religiosa

de Suecia. Aunque en 1544 fue designado obispo de Upsala en el exilio, nunca volvería a su Suecia

natal. Su obra lo enmarca entre los más destacados geógrafos renacentistas. La “Carta Marina de

Olaus Magnus” se publicó en Venecia en 1539 con el título "Carta marina et descriptio

septentrionalium terrarum ac mirabilium rerum". Fue el primer mapa detallado del norte de Europa,

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incluía el área que se extiende desde el sur de Groenlandia hasta las costas rusas del Báltico,

Islandia, las Islas del Norte, Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia. Es un mapa muy historiado y

en él, junto a su otra gran obra, la “Historia de gentibus septentrionalibus” (1555), sigue la tradición

de las cosmografías humanista y proporciona un brillante retablo de las tierras y gentes del norte en

el umbral de una nueva era. Su obra fue frecuentemente reeditada y traducida a varios idiomas a lo

largo del siglo XVII y durante mucho tiempo fue la principal fuente documental respecto a las gentes

y pueblos de Escandinavia.

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Muchas de las imágenes que ilustran este tema las he sacado directamente de Internet. Otras las

escaneé yo misma cuando era difícil encontrar buenas reproducciones en la red. Hoy día, sin

embargo, hay páginas de muy buena calidad en la web, con más y mejores reproducciones que las

que yo he escaneado. Sugiero a quienes interese todo lo relacionado con las cosmografías y las

Ciencias de la Naturaleza en el Renacimiento y Barroco que no dejen de visitar algunas de ellas.

• Ulisse Aldrovandi:  www.filosofia.unibo.it/aldrovandi/

• Fortunio Liceti:  www.taringa.net/tags/Fortunio%20Liceti

• Conrad Lycosthenes:  www.propheties.it/nostradamus/prodigiorum/prodigiorum1.html

• Ambroise Paré:  www.bium.univ-paris5.fr/monstres/biblio/bib001709img.htm

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                           http://archive.nlm.nih.gov/proj/ttp/paregallery.htm

• Conrad Gessner: http://archive.nlm.nih.gov/proj/ttp/Gesnergallery.htm

• Olaus Magnus http://bell.lib.umn.edu/map/OLAUS/TOUR/indext.html

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Diccionario de los monstruosEnviado por LunaBruna el Mar, 26/08/2008 - 12:41.

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Acéfalos o Blemmias

Ballenas

Cinocéfalos, los hombres con cabeza de perro

Onagro, el asno salvaje

Panotii, pueblo mítico de orejones

Sciápodas, los hombres de un solo pie

Sátiros, silenos y faunos

Rinoceronte europeo