Geocentrism o

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Geocentrismo El filósofo griego Eudoxo, en el siglo IV a. C., fue el primero que propuso un Universo en el que el Sol, la Luna, las estrellas y los planetas giraban en torno a la tierra siguiendo círculos perfectos, ya que esta era el centro del Universo. Era lógico pensar esto ya que desde la superficie terrestre no notamos el movimiento de la Tierra, y además vemos salir el Sol por el Este y ponerse por el oeste. Eudoxo describía el movimiento de los planetas, dentro de la precisión de las medidas de la época, y proporcionaba una visión sencilla del Universo. Esta idea era demasiado atractiva como para abandonarla. Por ello, eruditos griegos trataron de corregirla siempre manteniendo a la Tierra en su posición privilegiada. Entre ellos se encuentran: Pitágoras, el primer matemático puro y también uno de los primeros astrónomos de quien se tiene información. Vivió entre los años 569 a 475 a. C., en Samos y dedicó su vida al estudio de la ciencia, la filosofía, matemáticas, música y astronomía, en este último planteo tres paradigmas: Los planetas, el Sol, la Luna y las estrellas se mueven en órbitas circulares perfectas. La velocidad de los astros es perfectamente uniforme. La Tierra se encuentra en el centro exacto de los cuerpos celestes. Estos fueron reconocidos y seguidos por sus discípulos Platón y Sócrates, y significaron el punto de partida de las teorías geocéntricas. También reconoció que la órbita de la Luna estaba inclinada y que Venus es la misma estrella de las mañanas y tardes; Aristóteles al referirse a la cosmología pretende la existencia del universo finito, donde no existe el vacío, su envoltura exterior, el “primer cielo”, es una esfera finita que contiene las estrellas fijas, las cuales no tienen movimiento propio, pero la rotación uniforme del “primer cielo” les hace cumplir una revolución de 24 horas. Además da movimiento a todas las demás esferas.

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Geocentrismo

El filósofo griego Eudoxo, en el siglo IV a. C., fue el primero que propuso un Universo en el que el Sol, la Luna, las estrellas y los planetas giraban en torno a la tierra siguiendo círculos perfectos, ya que esta era el centro del Universo.

Era lógico pensar esto ya que desde la superficie terrestre no notamos el movimiento de la Tierra, y además vemos salir el Sol por el Este y ponerse por el oeste.

Eudoxo describía el movimiento de los planetas, dentro de la precisión de las medidas de la época, y proporcionaba una visión sencilla del Universo. Esta idea era demasiado atractiva como para abandonarla. Por ello, eruditos griegos trataron de corregirla siempre manteniendo a la Tierra en su posición privilegiada.

Entre ellos se encuentran: Pitágoras, el primer matemático puro y también uno de los primeros astrónomos de quien se tiene información. Vivió entre los años 569 a 475 a. C., en Samos y dedicó su vida al estudio de la ciencia, la filosofía, matemáticas, música y astronomía, en este último planteo tres paradigmas:

Los planetas, el Sol, la Luna y las estrellas se mueven en órbitas circulares perfectas.

La velocidad de los astros es perfectamente uniforme.

La Tierra se encuentra en el centro exacto de los cuerpos celestes.

Estos fueron reconocidos y seguidos por sus discípulos Platón y Sócrates, y significaron el punto de partida de las teorías geocéntricas. También reconoció que la órbita de la Luna estaba inclinada y que Venus es la misma estrella de las mañanas y tardes; Aristóteles al referirse a la cosmología pretende la existencia del universo finito, donde no existe el vacío, su envoltura exterior, el “primer cielo”, es una esfera finita que contiene las estrellas fijas, las cuales no tienen movimiento propio, pero la rotación uniforme del “primer cielo” les hace cumplir una revolución de 24 horas. Además da movimiento a todas las demás esferas.

La Tierra es una esfera, no de gran dimensión, y se encuentra en el centro del Universo, en reposo.

Para él, el Universo era geocéntrico y geoestático, y los planetas describían sus órbitas en un movimiento circular uniforme.

PTOLOMEO Y SU VISIÓN DE LA TEORÍA GEOCÉNTRICA

El modelo geocéntrico de Eudoxo fue mejorado alrededor de 140 d. C. por el filósofo alejandrino Claudio Ptolomeo. Fue uno de los astrónomos y geógrafos griegos más influyentes de su época.

Él planteó la teoría geocéntrica en una manera que permaneció durante 1400 años. Sin embargo, de todos los matemáticos de la Grecia Antigua, su obra ha generado más discusiones y argumentos que la de ningún otro. Pero a pesar de contar con críticas, en la Antigüedad el geocentrismo parecía ser la teoría dominante hasta el Renacimiento, cuando se produce una ruptura en la forma de concebir la ciencia colocando su mirada en la observación experimental y el ajuste de lo experimental a la especulación.

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El modelo de Ptolomeo fue aceptado universalmente hasta el siglo XVI, cuando Nicolás Copérnico publicó los resultados de sus minuciosas observaciones.

DEFINICIÓN DE LA TEORÍA GEOCÉNTRICA

Es una antigua teoría de ubicar a la Tierra en el Universo. Según la doctrina de Ptolomeo que está expuesta en el libro “Almagesto”, que significa “el grande”. Expone sus hipótesis fundamentales:

Los cielos son esféricos y se mueven circularmente en torno a un eje fijo.

“Dado que la Tierra es el elemento más pesado y todas las cosas pesadas son conducidas hacia ella y tienden hacia su auténtico punto medio, quedando inmóviles en el centro. Por lo que descansará toda la Tierra en el centro, recibiendo en sí todo lo que cae y permanecerá inmóvil por su peso”.

La Tierra es esférica, puesto que por cualquier parte se apoya en su centro. (Numerosos hechos confirman esta hipótesis: distintas alturas del polo celeste desde diferentes lugares de observación, estrellas visibles en unos lugares que no lo son en otros. Ej: el casco de los barcos es lo primero en desaparecer y los picos de las montañas lo primero que se ve).

La Tierra está exactamente en el centro del cielo como un punto geométrico. Por lo que el horizonte divide el Ecuador y la eclíptica en dos partes iguales.

Ptolomeo, en un principio, había tomado en consideración el movimiento de la Tierra, el de rotación, pero, partiendo de la Física de Aristóteles, lo rechazó: “si la Tierra diese vueltas, al menos una revolución diaria, su movimiento tendría que ser muy violento y su rapidez insuperable, en 24 horas recorrerá todo el ámbito de la Tierra, y este movimiento lanzaría de repente todas las cosas que no se unirían, sino que se dispersaría lo unido, a no ser que por alguna fuerza de coherencia las mantuviese unidas. Tampoco las cosas que que caerían en línea recta al lugar destinado ni a la posición. También veríamos que las nubes y cualquier otra cosa pendiente en el aire, siempre serían arrastradas hacia el Sol”.

Intenta demostrar que todos los fenómenos del firmamento son producidos por movimientos circulares y uniformes. El problema planetario lo resuelve demostrando que “la irregularidad de los cinco planetas, el Sol y la Luna pueda representarse por medio de movimientos circulares uniformes, y solo tales movimientos son los propios para su divina naturaleza.”

Para él su último objetivo de la ciencia matemática es resolver el problema planetario mediante el sistema del epiciclo – deferente con técnicas geométricas. Estas hipótesis son una disposición geométrica puesta o supuesta en el cielo explicando los fenómenos de cualquier astro.