Generos confusos. La refiguracion del pensamiento...

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Generos confusos. La refiguracion del pensamiento social * Ciertas verdades sobre las ciencias sociales parecen hoy en dfa autoevi- dentes. Una de ellas es que en anos recientes ha habido una enorme mezcla de generos en la ciencia social, asf como en la vida intelectual en general, y que tal confusion de clases continua todavfa. Otra es que muchos cientfficos socia- les se han apartado de un ideal de explicacion de leyes-y-ejemplos hacia otro ideal de casos-e-interpretaciones, buscando menos la clase de cosas que vin- cula planetas y pendulos y mas la clase de cosas que conecta crisantemos y espadas. Otra verdad es que las analogfas que se trazan desde las humanida- des estan comenzando a jugal' el mismo tipo de papel en la comprension socio- logica que las analogfas trazadas desde las industrias y la tecnologfa han jugado, desde hace tiempo, en la comprension de los fenomenos ffsicos. No so- lo pienso que estas cosas son ciertas, sino que pienso que son verdad en su conjunto, simultaneamente; y el giro cultural que hace que esto sea asf es el tema de este ensayo: la refiguracion del pensamiento social. Esta confusion de generos es mas que el hecho de que Harry Houdini 0 Richard Nixon se vuelvan de pronto personajes de novela, 0 que las juergas mortfferas del medio oeste se describan como si las hubiera imaginado un no- velista gotico. Se trata de que las investigaciones filosoficas parecen crfticas li- terarias (piensese en Stanley Cavell escribiendo sobre Becket 0 Thoreau, en Sartre escribiendo sobre Flaubert), las discusiones cientfficas se asemejan a fragmentos de bellas letras (Lewis Thomas, Loren Eiseley), fantasfas barrocas se presentan como observaciones empfricas inexpresivas (Borges, Barthelme), aparecen historias que consisten en ecuaciones y tablas 0 en testimonios jurf- dicos (Fogel y Engerman, LeRoi Ladurie), <:locumentosque parecen confesio- nes verdaderas (Mailer), parabolas que pasan pOl'ser etnograffas (Castaneda), tratados teoricos expuestos como recuerdos de viaje (Levi-Strauss), argumentos ideologicos presentados como investigaciones historiograficas (Edward Said),

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Generos confusos. La refiguraciondel pensamiento social *

Ciertas verdades sobre las ciencias sociales parecen hoy en dfa autoevi-dentes. Una de ellas es que en anos recientes ha habido una enorme mezcla degeneros en la ciencia social, asf como en la vida intelectual en general, y quetal confusion de clases continua todavfa. Otra es que muchos cientfficos socia-les se han apart ado de un ideal de explicacion de leyes-y-ejemplos hacia otroideal de casos-e-interpretaciones, buscando menos la clase de cosas que vin-cula planetas y pendulos y mas la clase de cosas que conecta crisantemos yespadas. Otra verdad es que las analogfas que se trazan desde las humanida-des estan comenzando a jugal' el mismo tipo de papel en la comprension socio-logica que las analogfas trazadas desde las industrias y la tecnologfa hanjugado, desde hace tiempo, en la comprension de los fenomenos ffsicos. No so-lo pienso que estas cosas son ciertas, sino que pienso que son verdad en suconjunto, simultaneamente; y el giro cultural que hace que esto sea asf es eltema de este ensayo: la refiguracion del pensamiento social.

Esta confusion de generos es mas que el hecho de que Harry Houdini 0

Richard Nixon se vuelvan de pronto personajes de novela, 0 que las juergasmortfferas del medio oeste se describan como si las hubiera imaginado un no-velista gotico. Se trata de que las investigaciones filosoficas parecen crfticas li-terarias (piensese en Stanley Cavell escribiendo sobre Becket 0 Thoreau, enSartre escribiendo sobre Flaubert), las discusiones cientfficas se asemejan afragmentos de bellas letras (Lewis Thomas, Loren Eiseley), fantasfas barrocasse presentan como observaciones empfricas inexpresivas (Borges, Barthelme),aparecen historias que consisten en ecuaciones y tablas 0 en testimonios jurf-dicos (Fogel y Engerman, LeRoi Ladurie), <:locumentosque parecen confesio-nes verdaderas (Mailer), parabolas que pasan pOl'ser etnograffas (Castaneda),tratados teoricos expuestos como recuerdos de viaje (Levi-Strauss), argumentosideologicos presentados como investigaciones historiograficas (Edward Said),

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MfIlllldiofllMpiflliMflIOl6MinolllOOllfllll'lIldOIllnoUlo Il'IllnllofllpoUlleol (pIlIII I".,yrml-brmd), JloMrnioll1!lU1nl.orloI6gi<ltll1l1'I'ogilldlllllOOrtlol!Iifllt'I"lIl tt1tlmOl'inMpcmmtln-Ie" (JnrtlC8Willson). Elfuego palido de NllOOkov,l'11!11'objl'110hnpo"iblc hcchode poeSfll y ficci6n, nolllS al pie de pagina e imagerWHdo IIIdfnicll, se llscmcjna los tiempos que corren; 10unico que faha es teorfa cuanticll en verso 0 bi~-graffa expresada en algebra.

Por supuesto, en cierta medida este tipo de cosa se hizo siempre': Lucre-cio, Mandeville y Erasmus Darwin expusieron tooas sus teonas en rima. Perola actual IIl<:<:lcol,anzaclevariedadesd~ di~cllfSO se ha incrementado hasta un.punto en 'que res~ta diflciCyasea rotUlar a'r~s autores (lque es Foucault?lUn historiador, un fil6sofo, un teorizador polItico? lQue es Thomas Kuhn? lUnhistoriador, un fil6sofo, un soci610go del conocimiento?) 0 clasificar las obras(lque es Despues de Babel de George Steiner? llingillstica, critica, historia cul-tural? ly que es On Being Blue de William Gass? lUn tratado, una charla, unaapologetica?). Esto es mucho mas que una cuesti6n de deportes raros y curio-sidades ocasionales, 0 que el hecho admitido de que 10 innovador es, por defi-nici6n, diffcil de categorizar. Es un fen6meno 10 suficientemente general ydistintivo como para sugerir que 10que estamos viendo no es simplemente otrotrazado del mapa cultural -el movimiento de unas poeas fronteras en disputa,el dibujo de algunos pintorescos lagos de montaiia- sino una alteraci6n de losprincipiobs mislmooosdel mapeado. 0 Ie e~.!A,~ll?~g.ieIlc!()aJm()<!().~!!..~~.E-~~~()ss.o .rl").ern 0 eI1.IDlepeIls~m()

No necesitamos aceptar hermeti s visiones de la ecriture como un mon-t6n de signos significando signos, 0 abandonarnos tan por completo al placerdel texto que su significado desaparezca en nuestras respuestas, para advertirque a nuestro mooo de ver 10que escribimos y 10que leemos Ie ha Uegado el.momento de un ajuste distintivamente democratico. Las propiedades que co-nectan los textos entre sl, que de alguna manera los ponen ontol6gicamente almismo nivel, estan pareciendo tan importantes para caracterizarlos como aque-Uas propiedades que los dividen. Y mas que enfrentados a una matriz de cla-ses culturales, de tipos fijos divididos pOI' diferencias cualitativas tajantes,mas y mas nos vemos n080tros mismos rodeados pOI'un campo enorme y casicontinuo de obras diversamente pensadas y variadamente construidas; 'obrasque s610 podemos ordenar practica y relacionalmente, segun nos impulsennuestros prop6sitos. No se trata de que no tengamos mas convenciones de in-terpretaci6n; tenemos mas que nunca, construidas -y a menudo mal construi-das- para acomooar una situaci6n que al mismo tiempo es fluida, plural,descentrada y fundamental mente ingobernable. '

En 10que alas ciencias sociales cone ierne, tooo esto significa que su tanlamentada falta de caracter ya no las pone aparte de las demas. Incluso ahoraes mas diflcil de 10que siempre ha sido considerarlas como ciencias naturalessubdesarrolladas, que esperan solamente tiempo y ayuda de ambitos masavanzados para endurecerse; 0 como usurpadoras ignorantes y pretensiosas dela misi6n de las humanidades, que prometen certidumbres aUf donde no pue-de haber ninguna; 0 como algo que comprende una empresa claramente dis-

tinlivn, IIlln IMI'('I'\I'nollllUl'n "1111'1'1 InflldOI!ltlllhllr/ll!lolln6ni<!1I1\ldo Snow, Pero todo""to Oil pnnt bic'lll:Uhl'l'udoflldn Imltll' qun llognr a €leI' taxon6micamenle honora-hloll, IIUClfllloquo Illadill UlalO10 (lll, los individuos que se piensan a sf mismoscOmo eiemtffi()()ssocinlcls (0 conducluales, 0 humanos, 0 culturales) son libresnhol'll do elm n su trabajo In fOrnIa que deseen en terminos de sus necesiclades,mas que en terminos de ideas herecladas sobre la forma en que eso debe 0 nodobe ser hecho. Lo que Clyde Kluckhohn dijo alguna vez sobre la antropologla--que es una licencia para la caza intelectual furtiva- no s610parece masverdad ahora que cuando ello clijo, sino que parece verdad con respecto a unmont6n de cosas sparte de la antropologfa. Nacidas omniformes, las cienciassociales prosperan a meclicla que la condici6n que ho descrito se torna general.

De esta manera, los cientfficos sociales se han dado cuenta de que nonecesitan imitar a los cientfficos 0 a los humanistas de gabinete, ni inventarun nuevo ambito del ser que oficie como el objeto de sus investigaciones. Envez de eso, pueden proceder segUnsu vocaci6n, tratando de descubrir un or-den en la vida colectiva, y decidir de que manera 10 que ell os estuvieron ha-ciendo se conecta con otras empresas relacionadas, si es que se las arreglanpara conseguir alguna que ya este hecha. Y muchos de ellos han asumido unaactitud esencialmente hermeneutic a, 0 si esta palabra asusta, evocando image-nes de zelotes blblicos, embaucadores literarios y profesores teut6nicos, "inter-pretativa". Dada la nueva dispersion del genero, muchos han adoptado otrasestrategias: estructuralismo, neopositivismo, neomarxismo, micro-micro des-criptivismo, macro-macro construcci6n de sistemas, y esa curiosa combinaci6nde sentido y sinsentido comUn que es la sociobiologla. Pero la tendencia haciauna concepci6n de la vida social como algo que esta organizado en terminos desfmbolos (signos, representaciones, signifiants, Darstellungen ... la terrninolo-gia es variada), cuyo significado (sentido, valor, signification, Bedeutung) de-bemos captar si es que queremos comprender esa organizaci6n y formular susprincipios, ha crecido hasta alcanzar proporciones formidables. Los bosquesestan Uenos de interpretes ansiosos.

La explicaci6n interpretativa -yes una forma de explicaci6n, y no s610glosograffa exaltada- encarrila su atenci6n sobre 10que las instituciones, lasacciones, las imagenes, las expresiones, los sucesos, las costurnbres y toooslos objetos habituales de interes cientlfico-social, significan para aquellos cu-yas instituciones, acciones, costurnbres, etcetera, son. Como resultado, la ex-plicaci6n interpretativa se expresa no en leyes como la de Boyle, 0 en fuerzascomo la de Volta, 0 en mecanismos como el de Darwin, sino en construccionescomo his de Burkhardt, Weber 0 Freud: aperturas sistematicas del mundo con-ceptual en que los condottiere, los calvinistas 0 los paranoides viven.

EI estilo de estas construcciones es variado: Burckhardt retrata, Webermooela, Freud diagnostica. Pero tooas ell as representan intentos para formularla fOrnIa en que este pueblo 0 aquel, este periooo 0 aquel, esta persona 0 aque-lla tienen sentido para SI mismos, y, comprendiendo eso, que podemos com~prendernosotros sobre el orden social, el cambio hist6rico 0 el funcionamientopsfquico en general. La indagaci6n se dirige bacia casos 0 conjuntos de casos

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y hnoin 101 l'nlSOI plu·l.ioulnl·el que 101 1I1I8ulnriMui 11t'1" •••JUI )lMJl6litOI Ionde LilliIllI'gonlollnoo oomo 101 dC'lIn rnootlnioll (l In flr.Jolol(tJlI di.Uugu{r 101 U11t-

toriEll",.de lEIoxpericmoia humnnn.Junto con tales objetivos y tales mam~ras do IIImmzlII'lolll,vicm.enilsimil'l-

mo algunas novedades de ret6rica analftica, en los lrop0l!ly en In imagincrfll deIa explicaci6n. Como la teorfa --cientffica 010 que fuere-- se mueve princi-palmente por analogi'a, por una comprehensi6n "como si" de 10menos inteligi-ble por 10 mas inteligible (Ia tierra vista "como si" fuera un magneto, elcoraz6n como una bomba, la luz como una onda, el cerebro como una computa-dora, el espacio como un globo), cuando el curso de la teona cambia, las con-venciones con las que ella se expresa vanan tambien. En las etapas inicialesde las ciencias naturales, antes de que las analoglas lIegaran a ser tan pesada-mente intrllmurales -yen aquellas ciencias (Ia cibemetica, la neurologfa) enque todavfa no 10 son- ha sido el mundo de las artes y oficios, y posterior-mente el de la industria I'llque proporcion6 el mayor numero de las realidadesbien comprendidas (bien comprendidas Porque, certum quod factum --comodecfa Vico-- el hombre las haMa hecho) con las que las mal comprendidas(mal comprendidas porque no Ias habfa hecho el hombre) podfan ser llevadasal cfrculo de 10conocido. La ciencia dere mas a la maqWna de vapor de 10quela maquina de vapor debe a la denaia; sin.eI arte del tintorero no habda habi-do qulnUca; In metalurgia hn Iilidoteonznda porIa minerfa. En Ia ciencins so-ciales, 0 pol' 10 menos en nquellas que han nbandonado una concepci6nreduccionililtn de su objeto, Ins analogfas provienen ahora mas de los artefactosde In performance cultural que de Ios de la manipulaoi6n flsica: provienen delteatro, In pintura, In gramatiea, Ia liternturn, Ia ley, el juego. Lo que In palnneahizo pol' In frsica, Ins movidas de ajedrez prometen hacer porIa sociologfa.

Las promesas no siempre se mantienen, pOl'supuesto, y ouando 10hacena menuclo sucede que se tornan amenazas. Pero el moldeado de las oienoiassociales en lerminos mas familiares a los jugadores y a los estetas que a losfontaneros y a los ingenieros; esta claramente encaminado. Este recurso alashumanidades en husca de analogfas explicatorias 'es al mismo tiempo eviden-cia de la desestabilizaci6n de los generos y del surgimiento del "giro interpre-tativo"; y su resultaclo mas visible es un estilo modificado de discurso en 10sestudios sociales. Los instrumentos de razonamiento estan cambianclo, y cadavez se representa menos a 11'1sociedad como una maquina elaborada 0 como uncuasi organismo, que como un juego serio, un drama callejero 0 un texto con-ductista.

Toda esta confusion acerca de las propiedades de 11'1composicion, 11'1in-dagacion y 11'1explicaci6n representa, por supuesto, una alteracion radical de 11'1

'imaginacion sociologica que la impulsa hacia direcciones que son a 11'1vez di-ficiles y poco familiares, Y I'lligual que tantos otros cambios de moda, es tan

prohnhln fJuo In oorlcluzoan fIIn olcuridad y ala ilu"i6n como que 10hagan a laprocilli6n y ala vordad. Para que el resultado no ~ea ~hach~ra elaborada 0 de-lirio de Elilovuelo se debers desarrollar una conClenClacr11lOa.Y dado que te-nemos que pedir ~reslado alas humanidades mucho mas de .Ia imaginena, delmetodo, de la teorfa y del estilo de 10que fuera el caso.antel'lormente, t~do ~s.odebera provenir mas de los humanistas y de sus apologlstas que de los Clenh.fl-cos naturales y 10 suyos. Y para decir 10menos, es un heeho que los humams-tas, despues de alIOSde considerar a los cientlficos sociales como tecn610gos 0

como entrometidos, estan mal equipados para esta finalidad.Los cientlficos sociales, que acahan de liberarse -y solo parcialmen-

te-- de los suenos de 11'1flsica social, las leyes envolventes, 11'1ciencia unifica-da, el operacionalismo y todo eso, diflcilmente 10 esten mejor. Para elIos, laconfusi6n general de las identidades vocacionales no podIa haber llegado ~nun momento mas oportuno. Si los cientlficos sociales eshln pOI'desar~olIar SIS-temas de amllisis en los cuales eoneepciones tales como la de segmr una re-gIa, construir representaciones, expresar una actitud 0 formar una i,ntenci6nvan a jugar un 1'01central. (mas que ~oncepciones tale~ ~omo 11'1de .~lslar unacausa, determinar una vanable, medll' una fuerza 0 defmll' una funclOn), neee-sitaran toda la ayuda que puednn obtener de esa gente que se encuentra masc6moda entre tales nociones de 10 que se encuentran ellos. No es hermancladinterdisciplinaria 10que se neoesita, ni es tampoco un eclecticismo memos pe-tulante: es el reconocimiento, pol' ambas partes, de que las Uneas que agrupana los estudiosos en areas intelectuales 0, 10que es 10mismo, que los clasificanen comunidades diferentes, en los dfas que corren poseen angulos enorme-mente excentricos.

EI punto en el cual las reflexiones de los humanistas sobre ~as practicasde los cienlfficos sociEtIesparecen mas urgentes, es el que conClerne al des-pliegue, en el analisis social, de modelos trazados a partir de dominios huma-nistas: ese "oauteloso razonamiento segUn anaIogi'as", como 10llamaha Locke,que "a menuclo nos conduce al descubrimiento de vel'dades y produccionesutiles que de otro modo hubieran permaneoido ocultas". (Lock~ esta~a. hablan-do de frotar dos varas entre Sl para provocar fuego y de la teona calonca de 11'1fricci6n at6miea aunque la sociedad comercial y el contrato societario tam-bien Ie habrlan ~ervido como imagenes.) Mantener el razonamiento cauteloso,y por ende util, y por ende verdadero, es, por asi decido, el nombre del)uego:

La analogia del juego es tanto cada vez mas popular en 11'1teona SOCIalcontemporanea como cada vez mas necesitada de examen crltico. EI imp~lsopara observar una u otra clase de conducta social como una y otra clase de Jue-go proviene de cierto numero de fuentes (no excluyendose, quiza, la prominen-cia de los espectiiculos deportivos en la sociedad de masas). Pero la masimportante de estas fuentes es la concepci6n de Wittgenstein de las formas devida como juegos dellenguaje, allado de la concepci6n ludica de 11'1cultura deHuizinga y de las nuevas estrategias de La teona de Losjuegos y La conductaeconomica de 'von Neumann y Morgenstern. De Wittgenstein proviene la no-cion de la accion intencional como algo "que sigue una regIa"; de Huizinga la

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CJoncopd6n dol juogo como III fortrlll pnmdigm61,iCfldo In vidll colclel.ivlI;11M vonNeumann y Morgenslel'llla conccpci6n de In conducla social como unn mllniowhrn reefproca en pos de beneficios distrihutivos. Tomadas en su conjunto, estasconcepciones conducen a un excitado y excitante estilo de interpretacion enciencias sociales que comhina un fuerte sentido de ordenamiento formal de lascosas con un senti do igualmente fuerte de la radical arhitrariedad de ese or-den: inevitahilidad de las movidas de ajeclrez, que poclrfan asimismo habersedesarrolIado de otra manera.

Los escritos de Erving Coffman --quizas el mas celehrado sociologo nor-teamericano del momento, y pol' cierto el mas ingenioso-- pOI'ejemplo, des-cansan casi enteramente sohre la analogfa del juego. (Co£fman tamhienemplea extensivamente ellenguaje de la escena, pero como su vision del tea-tro es la de un juego extranamente amanerado -ping pong en masdlras- sutrahajo, hasicamente, no es verdaderamente clramaturgico.) Gofffman aplica laimaginerfa del juego a casi tooo 10 que cae en sus manos, 10 cual -puesto queel no es demasiado respetuoso de los derechos de propiedad- es hastante. EIir y venir de las mentiras, las metamentiras, las verdades increfhles, las ame-nazas, las torturas, los sohornos y el correo clandestino que comprende elmundo del espionaje aparece construido como un juego de expresion; un car-naval de decepciones casi como la vida en general, porque --como 10expresaen una frase que poclrfa haber sido de Conrad 0 de Le Carre- "Ios agentes sonun poco como nosotros, y todos nosotros somos un poco como agentes". La eti-queta, la diplomacia, el crimen, las finanzas, la puhlicidad, la ley, la seduc-cion y la solemnidad hurJona de 10 cotidiano, son entrevistos como juegos deinformacion, estructuras laberfnticas de jugadores, juegos, movidas, posicio-nes, senales, estados de informacion, apuestas y ganancias, en las cuales sololos mejores jugadores, aquelIos ansiosos y capaces de fingirlo tooo, prosperan.

En la ohra de Goffman, 10 que sucede en un hospital psiquiatrico 0 encualquier hospital 0 prision, 0 incluso en una escuela de internados, es un"juego ritual de tener un self", en el que el staff posee la mayor parte de las fi-guras de la haraja y tooos los triunfos. Un tete-a-tete, la deliheracion de un ju-rado, "una tarea realizada en conjunto pol' personas ffsicamente proximas",una danza de pareja, hacer el amor 0 boxear, en una palahra todos los encuen-tros cara a cara, son juegos en los cuales "como todos los psicoticos y los comi-cos deherfan sahel', cualquier movimiento adecuadamente impropio puedeatravesar la tenue pelfcula de la realidad inmediata". EI conflicto social, ladesviacion, la actividad empresarial, los roles sexuales, los ritos religiosos, elranking del status y la simple necesiclad de aceptacion humana reciben el mismotratamiento, La vida no es mas que un tazon de estrategias.

Mejor aUn, como Damon Runyon dijo alguna vez, es un tres a dos en con-tra, Pues la imagen de la socieclad que surge de la ohra de Coffman y de la delenjamhre de estudiosos que de una manera u otra 10 siguen 0 dependen de el,es una corriente continua de gamhitos, tramas, artificios, enganos, disfraces,conspiraciones y franc as imposturas en la que los individuos y las coalicionesde individuos se esfuerzan -a veces inteligentemente, otras con cierta comi-

oldnd- pur ,llIlI:l\r.IUflfo\OIiltmifo\Ulf11lc!01cuytl OIlI.I'IIl1II11'tl0. Illtlrn pnm cmyo nh,IMII.vo nll 10Cla.Lit do Goffnulfl 0. una vi.i6n do III, OOIUlIiIl'II(!ic1flhnl'lflIClnOI'orm1f11)·ca, un cOI\ocimicmlo nmnrgo y golido, uno quo 111100muy millII plll'Clj'l(lOll Inltrnclicionales piedadcs humanislas, Pero no pOl' 01'10 01'1 rtIcmCJI'Ipodt'l1'O"'t1,nltampoco, con su etica nada quejumhrosa de t6malo-como-vieno. Clf"l 1.1I11i111111-mana como puede parecer.

Como qui era que sea, no toelas las concepciones de la vida I'loeilll1!01l10un juego son tan horrendas, y algunas son positivamente trnvicsus, L(~qlle, 1'0'necta a toelas elIas es la idea de que los seres humanos estan menol'l \II1PIIII!IIl~dos pOl' fuerzas que sometidos a reglas, que las reglas son tales que flllj.\it1I'MIIestrategias, que las estrategias son tales que inspiran aceiones, y que 111M''''~ciones son tales como para ser gratificantes, pour le sport. Como lOBjIlOj.\OMNl

el senti do literal de la palahra (el heisbol, 0 el pOker, 0 el parchle) cmllll po-quenos universos de significado en los cuales algunas cosas pueden huc(ll'l'It1yotras no (no se puede hacer enroque en el domino), 10 mismo que sucodrJ t111los juegos analogicos del culto, del gohiel'llo 0 del cortejo sexual (uno no pll(1(1('\

amotinarse en un hanco). Contemplar la sociedad como un conjunto de jll(l~1l1iIsignifica verla como una enorme pluralidad de convenciones acepladas y tinconocimientos apropiaclos. "Me pregunto -se supone que dijo el prfncipe Mollt'l!'wnich cuando un ayuclante Ie susurro al ofdo en un haile real que el zarde locklPlItUIRusias habfa muerto--, me pregunto cuaI puede haber sido su motivo."

La analogfa del juego no es una visicn de las cosas que pueda llegar a E1~I'tI-clar a los humanistas, quienes piensan que la gente no oheclece reglas y no inhiguen husca de ventajas, sino que act-ua lihremente y realiza sus mas helIas capaci-clades. Pero que esa analogfa parece explicar muchas cosas sohre muchos aspoc-tos de Ia vicla moderna, y de diversas maneras parece tamhien atrapar su tono, 01

diffcil de negar. ("Si'tu no puedes soportar el maquiavelismo", decfa una recienlt'lhistorieta del New Yorker, "vete fuera de esta intriga".) De este modo, si la analo-gia ha de ser recusacla, no debena ser pol' puro desprecio, pol' rehusarse a mirnr utraves del telescopio 0 pol' reafirmaciones apasionadas de verdacles sacrosanltlll,citando las escrituras para refutal' el sol. Es necesario descender a los detalles delasunto, exami:nar los estudios y critical' las interpretaciones, ya sean la de Goff-man sohre el crimen como un juego de apuestas, las de Harold Garfinkel sobro 01camhio sexual como juego de identidacl, las de Gregory Bateson sohre la esquizo-frenia como confusion de reglas, 0 las mfas propias sohre los complicaclos suce801en un hazar de Medio Oriente como una contienda de informacion. A medicla quola teorfasocial se vuelve de las metmoras propulsivas (ellenguaje de los pistonoa)hacia las metaforas ludicas (ellenguaje de los pasatiempos), las humaniclades 80

eonectan a sus argumentos no a la manera de escepticos mirones sino, al igualque la Fuente de su imaginerfa, como complices imputahles.

La analogfa dramatic a para la vida social ha estado en uso de una manowra circunstancial durante mucho tiempo (todo el mundo es un escenario y no-

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1011'01no 1l0mOlmil. que ejoculnnl,oB(~ueIe oontononn,olc). Y lOll l6rrnillo, delosconario, y mas que nada 01de "1'01', han sido malerias primas del clil'lClJrlIOsociol6gico desde pOl'10menos la decada del 1930. Lo que es relativamcntonuevo (nuevo, aunque no sin precedentes) es un par de cosas. Primero, todo elpeso de la analogla se eslli aplicando intensiva y sistematicamente, en lugar dedesplegarse gradualmente, unas pocas alusiones alIi, unos pocos tropos alIa. Yen segundo lugar, cada vez se 10aplica menos de modo peyorativo ("mero es-pectaculo", mascaras y mojiganga) y mas de una manera constructiva, genui-namente dramaturgica: hacer, y no fingir (making, not faking), como 10 hadicho el antropOlogoVictor Turner.

Los dos desarrollos estan ligados, por supuesto. Un punto de vista cons-truccionista de 10que es el teatro (esto es, poiesis) implica que una perspecti-va dramatica en las ciencias sociales necesita haeer algo mas que sefialar quetodos tenemos nuestras entradas y salidas, que todos ejecutamos partes, perde-mos el pie y amamos la ostentaci6n. Puede que el mundo sea un Barnum andBailey 0 puede que no, nosotros podemos ser 0 no sombras ambulantes; perotomar la analogia del drama seriamente involucra sondear, por detras de talesirollias familiares, los mecanismos expresivos que hacen que la vida colectivaparezca 10que parece. EI problema con las analoglas -y .esta es tambien sugloria- es que ellas coneetan 10 que eomparan en ambas direcciones. Ha-biendo jugueteado con el lenguaje del teatro, algunos eientifieos soeiales seencuentran ellos mismos enredados en Ios espirales de su estetica.

Tal aproveehamiento exhaustivo de la analogia del drama en Ia teoria so-cial --como una analogfa, no como una metafora incidentaI- se ha originadoen fuentes de las humanidades no eonmensurables en su totalidad. Por un la-do esta la asf Hamada teona ritual del drama, asociada con figuras diversas ta-les como Jane Harrison, Francis Ferguson, T. S. Eliot y Antonin Artaud. Por elotro esta la aeci6n simb6lica (el "dramatismo", como el 10 llama) del te6ricoliterario y fil6sofonortcamcricano Kenneth Burke, cuya inOueneia en los Esta-do~ Unidos es ala vez enorme y (dado que casi nadie utiliza aetualmente suharroco vocahulario, con sus redueeiones, proporciones, etc.) elusiva. EI pro-blema es que estas estrategias empujan en direcciones mas hien opuestas: lateona ritual hacia Ias afinidades del teatro y la religi6n (el drama como comu-ni6n, el tiempo como escenario), la teOrIade la acci6n simb6lica hacia las ana-loglas del tcatro y la ret6rica (el drama como persuaci6n la tarima comoe~c~nario). Y esto deja la base de la analogfa -precisame~te, 10que hay deSImIlarentre el theatron y el agora- en un punto diflcil de focalizar. Que laliturgia y la ideologla son histri6nicas es suficientemente obvio como 10 esque la etiqueta y la publicidad 10son. Pero que significa esto no I~es tanto.

Probablemente el abogado mas eminenle de la estrategia de la teorIa ri-tual en las ciencias sociales en este momento es Victor Turner. Un antrop6logoformado en Cran Bretafia, re-formado en America, Turner, en una notable se-rie de trabajos que apuntan a la vida ceremonial de una tribu de Africa Cen-tral, ha ?esarrollado una concepci6n del drama social como un procesoregenerahvo que (de una manera parecida a los juegos sociales de Coffman

oonoobidu. Clomo internoci6n ('Jllrnl~gio,,)hn oongrognc1oun nOmoroInn grAndnde invol!Jligndorelcomo para produeir una Cllouelninterprohllivll dilt,inln y pu-derosa. " .Para Turner los dramas sociales ocurren en todos 108mvele. do III 01'-

ganizaci6n del es~adoa la familia". Esos dramas se originan en siLllllciollflllld"conOicto (~na aldea se divide en facciones, Ul'lmarido golpea a llU 01'1))0"111, 111111

regi6n se levanta en contra del estado) y proceden ~asta su desenhl,eo" Il'IIvAI'Ide conductas publicamente ejecutadas y convenclOnales. A medI~IHqUI' "Iconflicto se agrava hasta la crisis y la excitada Ouidez de ~na emoC16nox"lI"da, en la que la gente se siente al mismo tiempo co~partIendo un e~l/l(1(" ,Inanimo com6.ny liberada de sus amarras sociales, se mvocan formas I'1LII"II1."~

das de autoridad, litigios, contiendas, sacrificios, plegarias, para conlcnorlo yejecutarlo ordenadamente. Si tienen exito, la fractura es curada y se ,res1,11,11m 111statu quo, 0 algo que se Ie parece. Si no 10tienen, se acepta que I~ sItuacl6r~n,lltiene remedio y las cosas se precipitan en cliversas suertes de. fmales no foil.ces: migraciones, divorcios 0 asesinatos en la catedra!. Con diferentes gmd,:"de rigor 0 de detane, Turner y sus seguidores han aplicado ~st~ ~squema.II1'1-tos tribales de pasaje, ceremonias de curaci6n y procesos jUdIClales, a mlllu-rrecciones mexicanas, a sagas islandesas y alas dificultades de ThornnlBecket con Henry II; ala narrativa picaresca, a los movimientos milenarishll,a los camavales del Caribe y al cataclismo polItico de la d6cada de 1960. Unaforma para todas las estaeiones. . , ,

Esta hospitalidad de cara a todos Ios casos, es sImu~t~neame,ntela ~nyolfuerza de versi6n ritual de Ia analogla del drama y su debIhdad mas prommen-te. Ella puede presentar algunos de Ios rasgos mas profund~s de los procelOIsociales, pero al costo de hacer que aSUl'ltosvlvidamente dispersos parezoanaburridamente homogcneos.

Enraizacla como 10esta en las dimensiones de ejecuci6n repetitiva de Inacci6n social (la representaci6n, y por 10ta?to la ~e-experiencia de formas.oo-nocidas) la teorla ritual no s610revela las dImenSlO?eStempora~esy colecllvlIlde tal acci6n y su naturaleza inherentemente pubhca can partIcular agudezn.Revela tambicn su poder para trasmutar no solamente opiniones, sino (c~mo01critico britanico Charles Morganha dicho con respecto al drama en sentldo 01-

tricto) la gente que 10lleva a cabo. HEIgran impacto del teatro, escrihe. Mor-gan, no es ni una persuasi6n del intelecto ni una seducci6n de los sentIdolll...Es el movimiento envolvente de todo el drama en el alma del hombre. Nos ro~-dimos y somos cambiados." 0 por 10 menos estamos alII en donde la maglafunciona: Lo que Morgan en otra bella frase llama "el suspenso de Ia forma...Ia incompletitud de una completitud conocida" es la fuente de poder de elitemovimiento envolvente, un poder que, como 10!ia mostrado la teoria del ritual,cliflcilmentesea menos coercitivo (y diflcilmente se 10yea menos como de 011'0mundo) cuando el movimientoaparece en un rito de inici~i6n femenina, en unllrevoluci6ncampesina, en una epiCRnacional 0 en el camenno.de Ul'l?estrella.

Estos proCesos,formalmente similares, poseen contemdos dIferentes. Po-drlamos decir que dicen cosas mas bien diferentes, y que de esta manera po-

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Blllftn dlfl'lI'(\'ltIIC'lI IrnJlIlClllOlonnl I"",n In vlrl" loolnl. Y A"tlque 101 te6r1oo1 dC'll r1.1,\1,,1 dUdol,nmonlo dnlllolHlolllonn olin hooho, olllMn mnl oquipndol!l -prooila-monle dohldo It quo 011011 1'llIh'in pl'Cooupndollpor oJ rnovirnionto grmeral de la8008a8- para enfronlarso con 61. Los grandos rilmos dramtiticos, las imponen-tea fortnns del teatro, so perciben en prooesos sooiales de todas clases formasy significaciones, aunque los te6ricos del ritual, de hecho, se encuent~an mu-C?Omtis c6modos con las periodicidades clclicas y restaurativas de las come-dias que son las progresiones lineales de la tragedia, cuyos finales tienden aver mas como colapsos que como consumaciones. Pero los detalles individua-I~s, la clase de cosas que diferencia Un cuento de inviemo de Medida por me-dzd?, a ~acbeth de Ha~let, s~ abandonan aI arbitrio del empirismoenclClope:nco: dooumentaclOn maSlva de una sola proposici6n (plus ~a chan-ge, plus c est le meme changement). Si los dramas son, para adaptarima frasede S~sanne Langer, :poemas a modo de acciones, algo se pierde: 10que el poe_ma dICeexacta Y soolalmente.

Son las e~trategias de.la accion .si~lica las que estan disefiadas paralIevar a cabo est~ desv~lamIento ~el slgmfICado ejecutado, Aquf no hay un so-lo nombre para cltar, smo un creclente catalogo de estudios particulares, algu-nos de los cuales. dependen de Kenneth Burke, y algunos de Ernst Cassirer,Northrop Frye, ~lChel, Foucault 0 Emile Durkheim, y que se ooupan de decirque es 10que dICe algun fragmento del decir actuado: una coronacion, un ser-m6n, ,un ~otf?, una ejecucion. Si los teoricos del ritual, con sus ojos sobre lae~penencla, henden a ser erizos, Ios te6ricos de la accion simb6lica con su~OJossohre la expresion, tienden a ser zorros. '

Dada la naturaleza dialectica de Ias cosas, tod08 necesitamos oponente yostas clases de estrategias son esenciales. Lo que mayormente buscamos ah~raes alguna fo~a ~e s!ntetiz~r~as. En mi p~opio amilisis (a punto de publicarse)sobre ~a polItICa mdia ;radiclOnal en BalI --citado aquf no porque sea ejem-p!ar, smo porque es mlO-- he tratado de abordar este problema. En ese ana:Ii-IllSm~ OC?.F por un lado (el lado burkeano) de demostrar como todO,desde laorgamzaclOn del grupo ?e pa~entesco, e,1comercio, Ia ley consuetudinaria y elcontrol ~el agua a la rmtologla, Ia arqwtectura, la iconograffa y Ia cremacionse.combma en una.~rmac.i6n dramatizada de una forma distinta de teona po~Htlea, una co.ncepelOnpa'"!lcular de 10que son 0 debieran ser el status, el po_d~r, la ~utondad. Es declr, una replica del mundo de los dioses que es alnus~o bempo un molde para el mundo de los hombres. EI estado corporizauna Imagen del homhre que al ser un modelo para sus espectadores en y porst ,mismo, ordena la sociedad. Por el otro lado (ellado de Turner), co~o el pn-bhco ~o solo ohserva las expresiones del fausto como espectadores boquiahier-tos, sm~ que es atrapad~ cOl'pol'almente en ellas (especialmente en lasceremomas grandes y maSlvas, operas pollticas de dimensiones borgofionasque forman su nucleo), este poder del drama para moldear la experiencia -"no;rend~mos y somos. camhiados" - es Ia fuerza poderosa que mantiene unido 10pol!,bco. Forma relterada, representada por su propia audiencia, que hace (has-ta clerto punto, porque ningun teatro funciona totalmente) Ia teona-hecho.

1.0qUl'ldOlleo relftltnr ell que quienes pretendan juzgar sobre este tipo detrnbajol deherfnn IeI' humanistas que reconocidamente sepan algo sobre 10qu~el el teRh'o la mimesis y la ret6rica; y no solamente en 10que respecta a rmtrabajo 8in~ al de la cornente cada vez mas amplia de analisis de los procesossociale: en los cuales la analogIa del drama gobierna de una manera u otr~.En un ~omento en ef que los cientlficos sociales .estan charlando ~obre act?-res escenas tramas, representaciones y personaJes, y los humamstas estanha:boteando 'sohre motivos, autoridad, persuasion, intercambio r jerarqufa, l~linea entre ambos (por mas tranquilizadora que sea para, el ?un!a~o que estade un lado y para el caballero que esta del otro) parece mas hJen mCJerta.

La analogia del texto adoptada aho.ra por lo~ cient.lficos sociales :s, enCl'erta medida la mas amplia de las reCIentes reflguraclOnes de la teona so-

, , 1 ". " 1cial, In mas atrevida y la menos desarrollada. Aun mas que e Jueg? 0. e"drama" el "texto" es un termino peligrosamente desenfocado, y su aplIcaclonala acci6n social a la conducta de Ia gente hacia otra gente, involucra unacontinua torcedur~ conceptual, un momento particularmente extravagante del"vel' como". Descrihir la conducta humana segUn la analogIa del jugador y eloponente, 0 del actor y la audiencia, parece, a pesar de s~s tramJ;>as,mas natu-ral que descrihirla en terminos del escritor y ellector. Pnma fa~le, la su~eren-cia de que las actividades de los espfas, amantes, doctores hruJos,o pacle~tesmentales son movidas 0 performances es seguramente mucho mas plauslhleque la idea de que son frases. .'

Pero la prima facie es una gilla dudosa cuando se trata de reallzar analo-gIas; si no 10fuera, todavfa estanamos pensando del corazon como un ~omo yde los pulmones como fuelles. La analogIa del !exto posee. a~~as ventaJas ~-co evidentes todavfa insuficientemente conocldas, y la dislrmlItud superficIalentre el "es~mos aquf, estamos alla" de la interaccion social y la solida com-postura de,las Hneas de una pagina es 10que I~ da -0 Ie podrfa dar cuandoeste desacuerdo se alinee- su fuerza interpretahva. .

La clave para la transicion del texto al analog? del texto, de la. escnturacomo discurso a la accion como discurso es, como 10 senalo Paul RICoeur, elconcepto de "inscripeion": la fijacion del significado. Cuan?o hahlamos, nues-tras frases se volatilizan como sucesos al igual que cualqwer otra conducta; amenos que 10que digamos sea inscrito en escritura (0 mediante algun otro pro:ceso establecido de registro), es tan evanescente como 10que hacemos. Sl aSIse 10inscribe, por supuesto que --como la juventud de ~orian Gray-: pasa detoclas maneras; pero por 10menos su significado -10 dzcho, no el.deczr-:- per-manece hasta cierto punto y durante un tiempo. Esto ,no es demaslado ~lf~ren-te en 10que respecta ala accion en general: su sigmficado puede perslshr deuna manera en que su realidad no puede.

La gran virtud de la extension de la nocion de texto mas alIa de las cosas

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ClIVI'III,. en (lllpol () e.oulpld". era pledI'll (I' quo dlrll(l,'lIn t. ItS I.nrnonlo olio fon6noUlolo6mo 10 lI1'1Vlllt onbo l' ., ,~cllll(JIn '0 )1'(\ fll'flol.lOBson BUllvohfculOI!lY c6mo trob . n 1Il.01'lpClI tI (' Cl 1\ tlooi6n,(Jud-significado a pm1irdelllujo de su E1j110' r, qu~ os 10 ,qUelIn fijnci6n dolel pensamiento a partir de 10 ~es~s aIllstona a ~)Hl'hrde 10que sllc(~di6,ca para la interpretaci6n socI·peI6n~a°C'a cu turlaaIParlIr de la conducla) impli-

o gICa. ontemp ar as' t'l' .costumbres sociales Ios cambl'o . I "I I~SI UClOnessoclales, las, I' , s SOCIaes como eglbles" I u ' .lImp Ica modificar todo nuestro sent'd b I en a g n senlIuo,I 0 so re 0 que es Ia ' t ' , I 'modos de pensamiento mas Ii '1' I . In erpretaclOn mClaque al administrador de tests, :~~~~~:t: f~~~:::~r~f~~x:~ta 0 al icon6grafo

Todoesto se percibe con nitidez e'em Iar e I b P ronador.Iingiiista comparativo, sobre el teatro d;sombP<r ~ a 0, ra de Alton Becker, unII W as Javanes 0 wayang Iama. ayangear (nohay otro verbo adecuado) " como se 0ma de construir un texto un modo d I ,es, como dICeBecker, una for-presi6~, Pharainterpreta~I~,para com;r~~d~~a~os:~oII~~:r~;~i~;~:I~~nuna, ex-es que 0 ace, se neceSlta --dice-- una nueva filol ' 0 como

L f'I I 'I ' ogIa.a I 0 ogIa, e estudlOdellen' dla lingufstica, que se centra en Ia I:::8Je)centr~ 0 en el texto (?~contraste conhacer que Ios document t' gua ,se. a ocupado tradlclOnalmente debles a aquellos para Ios cOusaalenIguos'dOextranJeros, 0 esotericos fueran accesi-

, s esos ocumentos eran t' ,esotencos, Se glosan Ios terminos an Iguos, 0 extranJeros, 0cuando es necesario se hacen t ,se ,ag~egannotas, se escriben comentarios ya Ia finalidad de pl'Oducirun:an;~~llClones y se traduce. Todo esto conducepueda hacerla. EI significado se ~j~: u: :o:ad~ tf,~ Iegiblhecomo el ,fil610gote un fil6Iogo-una especie de ate a~lVe, 0que ace esenclalmen_un texto mediante un texto. u or secundal'le- es re-inscribir: inter-prehn

de 10~~:?I~~Io :1~~as u:oJ:~ son relativamente ,sencillae, independientementeci6n filoI6gica ;a mas ~lla de ;:1ver e~~a ~l'aCtIca.Pero cuanelo Ia preocupa-tentificaci6n, Ia reconstruccI'6n Plroce lmtle?!os artesanaIes de rutin.a (Ia au-

, a ana aClorl) y se e1' . .conceptuales, concernientes a la n t 1 d 1 ll'lge a cuestIones. , ,.. a Ul'aeza e os text 1

~~~:. c~is:~~~~~~~~r~o:~ ):i~~~:o:~::o;st~cetn~~l~os:l:li~~~~: ~::fdoIogi'a--que ahora es en si' un te ' ec, er, a sIelOla qUlebI'a de Iadisjuntas y en rivaIielad reei' roca l'ml~Ocas~ obsolete- en especialidadesuna divisi6n entre quienes e~tudia~' t:~s p~~.c~1arient(~, el s,urgimiento deres, cri'ticos, que se lIaman a si' mi ~s In 1~1 ua es lstol'ladores, edito-la actividad de la creaci6n de text:::s umamst~s) r..aquello~ que estudiangrafos, que se lIaman a SIml'smos ' t~f~eneral (hngUlstas, pS1C61ogos,etn6-

Clen I ICOS)EI estud' d I . "se separa del estudio de Ia actividad d' 'h' 1 10 e as InSCl'lpClOnes8e separa del estudio de Ios proces e I~SICl'l11', e

lestudio del significado fijo

·d b· os SOCIaes que 0 f" El 1 do Ie estrechez. No s610qued bl d I . . IJan. resu ta .0 es unalI;18terialesno escritos, sino t:mb~~a a t ext~~sld6nldel ...a?~lisis ~el texto a

escritos. a ap ICaClOn e anahsls soclOl6gicoaLa "nu fl 1 ,,,

eva I 0 ogla --0 como eventualmente se la vaya a Hamar- se

ooup" <Ii'!ItI'I'C:llllllre.ln quiebrn y do In intogrnoi6n dl'll o.tudio .olm., o6mo .0oonlll,ruy('ltI10. loxtOil(como 10dicho 0111 recupomdo a parlir do eu onuncincl6n)on cl osludio do los fen6nemos socinles: Ias bromas apnches, las vianclallin-gleaas, Ios sermones de culto africanos, Ias escuelas secundarias norleamcri-canas, Ias castas indias, la incineraci6n de Ia viuda balinesa, para mencionaralgunos intentos recientes aparte de Ios de Becker. "En un mundo multicultu-ral", escribe Becker, "un mundo de mUltiples epistemologfas, existe necesi-dad de un nuevo fil610go-un especialista en relaciones contextuales- entodas las areas del conocimiento en Ia cuales Ia construcci6n de textos... seauna actividad central: literatura, historia, ley, musica, psicologfa, comercio eincluso la guerra y Ia paz."

Becker observa cuatro 6rdenes de conexi6n semi6tica en un texto socialque su nuevo fil6Iogodeberfa investigar: la relaci6n de sus partes entre sf, Iarelaci6n de ese texto social con otros cultural 0 hist6ricamente asociados coneI, su relaci6n con aquelIos que en alguna medida 10construyen, y su relaci6ncon realidades concebidas como algo que yace fuera de el. Ciertamente hayotras conexiones (su relaci6n con su materia, pOI'decir una), y con entera cer-tidumbre incluso las nombradas suscitan profundas cuestiones metodoI6gicasque hasta ahora se han aborclado con timiclez, La "coherencia", Ia "intertex-tualidad", Ia "intenci6n" y la "referencia" --que son Ias cuatro relaciones deBecker como mas 0 menos se Ia podda resumir- se vuelven nociones cadavez mas elusivas cuando uno deja el panafo 0 la pagina y aborda el acto 0 lainstituci6n. Y ademas, como 10demostr6 Nelson Goodman, esas nociones noestan siquiera bien definidas para el parrafo 0 la pagina, para no decir nacladel e1ibujo,la melodi'a, la estatua 0 Ia danza. Si es que existe esta teorla delsignificado implfcita por esta multiple contextualizaci6n de fen6menos cuItu-rales (una suerte de constructivismo simb6lico), existe en terminos de un cata-logo de insinuaciones ondulantes y de ideas a medio reunir.

POl'supuesto, no esta todavi'a claro cuan lejos puede lIegar este tipo deanalisis, mas alIa de asuntos especi'ficamente expresivos -tales como el tea.tro de t11eres- y que ajustes deberan hacerse sobre la marcha. As! como losproponentes de "la vida es un juego" tienden a gravitar hacia las interaccionescara a ca~a, el cOl1ejoy los cocktail parties como el terreno mas fertil para suanalisis, y as! como Ios proponentes de "la vida es un eseenario" se encuen-tran atrai'dos porlas intensidades colectivas, Ios carnavales y las insurreccio.nes, del mismo modo Ios proponentes de "la vida es un texto" se inclinanhacia el examen de las forrnas imaginativas: bromas, proverbios, artes popula-res, No hay nada en esto que sea sorprendente 0 digno de reproche; uno trata,naturalmente, de aplicar sus analogi'asalli' donde parecen funcionar mejor. Pe-ro sus destinos a largo plazo reposan en su capacidad para trasladarse mas alIade sus faciles exitos iniciales, hacia otros desafi'os mas difi'ciles y menos pre-decibles: Ia idea del juego para explicar el cuIto, la idea del drama para expli-car el humor, la idea del texto para clarificar Ia guerra. La'mayor parte de estostriunfos -si es que a fin de cuentas han de ocurrir- esta (yen el caso deltexto mas que en Ios otl'Os)todavi'apOl'venir. Por el momento, todo 10que sus

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apologistns pUOdrlllhaoer Oil 10quo han ollndo hnoiendo hn.lll ahorm Ofl'OClOr-nos algunos ejemplos de aplicaci6n, algunos sfnlomas do problemas y alguno.pedidos de auxilio.

Ya eshl bien de ejemplos, de todas formas. No solo'estas tres analogfasen particular obviamente se esparcen unas sabre las otras a medida que los es-critores individualmente van y vienen entre los lenguajes ludico, dramatico ytextualista, sino que existen otras analogfas humanistas en la escena de laciencia social porIa menos tan prominentes como aquelIas: los aniilisis de losactos de habla que siguen a Austin y a Searle; model os del discurso tan dife-rentes como el de la "competencia comunicativa" de Hahermas yel de la "ar-queologfa del conocimiento" de Foucault; estrategias representacionistas quese inspiran en la estetica cognitiva de Cassirer, Langer, Gombrich 0 Goodman;y pOl'supuesto la criptologfa de alto vuelo de Levi-Strauss. Tampoco estan es-tas estrategias internamente asentadas ni son homogeneas: las divisiones entrelos que piensan en terminos de juegos y los que piensan en terminos de estra-tegias a las que aludi en relacion con el enfoque del juego, 0 entre 10sritualis-tas y los retoricos en relacion con el enfoque del drama, poseen algo mas queun paralelo en el enfoque del texto en 10que hace a los choques entre los man-darinesopuestos a la interpretacion del desconstruccionismo y 10s tribunos dela dominacion simbolica del neomarxismo. Las cuestiones no son ni establesni consensuales, y no parece que vayan a serlo pronto. El problema mas.intere-sante no es como arreglar todo este emedo, sino que significa todo este fer-mento.

Una de las cosas que significa es que, todo 10 andrajosamente que sequi era, se ha suscitado un desaflo a algunos de 10s supuestos centrales de lacorriente principal de la ciencia social. La estricta separacion entre la teona yel dato, la idea del "hecho en bruto"; el esfuerzo pOl'crear un vocabulario for-mal purificado de toda referencia subjetiva, la idea del "Ienguaje ideal"; y laafirmacion de la neutralidad moral y la vision ollmpica, la idea de la "verdadde Dios": ninguna de ellas puede prosperaI' cuando se comienza a considerarla explicacion como un problema de conectar la accion con su sentido, masque la conducta con sus determinantes. La refiguracion de la teoria social re-presenta --0 10hara, si continua en curso-- un cambio monumental no tantoen nuestra nocion de 10que es el conocimiento, sino en nuestra nocion de 10que deseamos sahel'. Los sucesos sociales poseen causas y las institucionessociales efeetos; pero bien pudiera ser que el camino hacia el descubrimientode que es 10que afirmamos al afirmar esto repose menos en postular fuerzas ymedirlas que en tomar nota de expresiones e inspeccionarlas.

EI camino que ha tomado un importante segmento de cientlficos sociales--de las analogias con procesos flsicos alas analogfas con formas simboli-cas- ha introducido un debate fundamental en la comunidad de la ciencia

'10001 elno " !lUll ohll1llvoI, I':. un dab"t"lIoc,lnl, clonoC'l~ionICl, t1o.~lol" it," T", fldncl do 01'0 (0 quiv.A.. htlyn lIlillo !l610 Inque 01'000 on Ifllonlllidud,0I1l ~ ( A, ,I I 'l1tlnclocUlIlollquiornfuolt'ln lu~ (lifC'l-edad de bronc~) ?C Itll~e.'C1l1oI11; !lO(i.~ 1'l1"Onos empfricas 01 objol.ivo blilllOo.dt'lrenciae de poelc16n tc6noll y,«(1 1\ 1,unuCllo trar la dinamica dc~In vllln

-10 um vorsa --oncon I IItoda la empresa era un aCU?H . deseada- claramente ya ha PUSU(o. oycolectiva y alterarla en la duccclo.n

1b' do para quienes el objctivo ('11

. d . tff SOCIaes tra aJan ,Ya hay demasla os Clen lCO.S l' ulacion de la conductn.

. ., d 1 Samlento y no a mamp '0 Ila anatotnlZaClOn e pen '.. . les que esta alteracl n en (1

It ra las Clenclas SOCIa . 1Pero no es so amen e pa posee consecuenClas ( esol'!-de como pensamos . Imodo en que pensamos acerca . '1 os antrop610gos, PSlCOogo""tabilizadoras. El crec,iente intere,s d~11~sIS::~~no~ista brib6n en el analisiscientistas polfticos e mcluso aquI 0 a (.a gl"t 0 a veces explfcitamente) III

de 10s sistemas de sfmbolos pla?tea Imp lCioa ue sucede en el mundo; y 10cuestion de la relacion de tales sl~temas codn q Ila a la que eshln acosturn-

es tan diferente e aque d Ihace de una manera que 'bl ( homilfas acerca e os va-. to menos evaSl e con ~brados los humamstas, cuan 1 . ) d 10que a muchos de eIlos, seglln10res espirituales y la vida contemp ahva e

parece, les gustarfa que fuese,' '1 bre 10 que es un cientffico social osSi la nocion del tecnologo SOCIa so . , l' el sentido y la significa-

edi h toda esta preocupaclOn popuesta en entr c 0 pol' , , ITO uardian cultural sobre 10 que es uncion, aun mas 10 es ~a?OClO,ndel F ge re arte anaceas polfticas se estAhumanista. El espeClahsta sm espmtu ~ . ,p apr~bados tambien, La rela-

1 b' d t 'I que reparte JillClOS " ~Yendo, pero e sa 10 e an" 1 'd . 1no puede concebuse maS en, t aCClOnen a VI a SOCIa . .cion entre pensamlen 0 y d b' n terminos de conOClmlen-

b'd ' d 1 que pue e conce use eterminos de sa 1 una e 0 b'd todo esto, cuales vayan a ser las conse-to experto, Como ~aya a ser c:~::.~s

010s textos que no solo inventamo~ 0

cuencias de 10s Juegos, los" ., Y t' le)'os de ser claro. Para clanfi-, ' tamblen VlVlmos,es a 1preSenClaIIlOS,smo que '1 d tod los razonamientos caute osos, encarlo se necesitara el mas ca~t~ ,oso e ostodos 10slados de todas las dlvlslOnes,