ge n e ra l Pablo Neruda en MÈxico - UNAMEL UNIVERSAL Viernes 10 de febrero de 2017 CULTURA E13...

1
EL UNIVERSAL Viernes 10 de febrero de 2017 CULTURA E13 Pablo Neruda llegó a la Ciudad de México el 16 agosto de 1940, después de una tranquila trave- sía por las costas del Pa- cífico sudamericano a bordo del Rakuyo Ma- ru, un vapor mercante japonés del que descendió en Manzanillo. De ahí se trasladó a Guadalajara y luego, por tren, a la ca- pital del país. Desde joven pensaba en México. “En una de las cartas dirigidas a Albertina de las Nieves Rosa Azócar, musa de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada, le pedía, a poco de aparecer este libro en 1924, que se fueran ‘a México a quererse libremente’. A Neruda le atraía el México posrevolucionario. El país que en- tonces atisbaba el joven poeta era el de José Vas- concelos y sus colecciones de grandes tirajes”, asegura Gabriel Enríquez Hernández, coordina- dor del Centro de Estudios Literarios del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. En 1939, Neruda era el encargado de la emigra- ción española a Chile en Francia (es decir, estaba a cargo del traslado de los republicanos españoles que solicitaban asilo en aquel país sudamericano). A principios de 1940 regresó a su país. Muy atrás había quedado el enfrentamiento con Vicente Huidobro, así como el asunto del plagio a Rabin- dranath Tagore y la disputa con Pablo de Rokha. Un séquito de poetas lo admiraba, pero en Chile no encontraba la atmósfera vivida en España. ¿Dónde podía hallar lo que le interesaba? En Mé- xico, sin duda, pues a este país se había dirigido la mayor parte de los poetas españoles partidarios de la República Española. Dieciséis años después de aquel anhelo juvenil, el poeta finalmente realizó el primer viaje a nues- tro país, como cónsul, y permaneció en estas tie- rras del 16 de agosto de 1940 al 1o de septiembre de 1943 (este año, la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo le otorgó el grado de doc- tor Honoris Causa). Cónsul general Apenas tocó suelo de la Ciudad de México, Ne- ruda soltó una declaración polémica, pues des- calificaba en ella a los poetas mexicanos preocu- pados por la forma. Dijo: “Yo persigo deshacer la forma que es propia de México.” PROYECTO UNAM Texto: Rafael López [email protected] Conferencia sobre torneos en el mundo medieval Dentro del ciclo “Justa deportiva: historia y cultura”, el Instituto de Inves- tigaciones Filológicas y la Dirección General del Deporte Universitario inv i t a n a la conferencia “De torneos y otros ejercicios de cortesanía en el mundo me- d i e va l ”, que impartirá Cristina Azuela el 16 de febrero, a las 17:00 horas, en el Auditorio Dr. Samuel Ramírez Moreno, de la Dirección General de Atención a la Salud, en CU. ESPECIAL Desarrolla nuevo material resistente al fuego Un nuevo material hecho de resina poliéster, fibra de vidrio y una ar- cilla llamada montmorillonita, que resiste el fuego sin propagarlo ni de- formarse, fue diseñado por Alfredo Maciel, investigador del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM. Se puede utilizar en la elaboración de partes para carroce- rías de automóviles y autobuses, muebles o acabados de construc- ción. Desde noviembre del año pa- sado cuenta con una patente a nombre de la Universidad Nacio- nal. Ahora, Maciel busca transferir dicha patente a una empresa para que el material se comercialice. Egresado del CUEC gana premio internacional Ernesto Contreras, egresado del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), ganó el premio Audience Awar: World Ci- nema Dramatic, del Festival de Sundance, por Sueño en otro idio- ma. Este largometraje, basado en un hecho real, trata sobre la lengua indígena zikril, que agoniza porque sus dos últimos hablantes llevan peleados 50 años y no se dirigen la palabra. Fue realizado en copro- ducción con la Secretaría de Cultu- ra federal y el IMCINE, mediante el Fondo para la Producción Cinema- tográfica de Calidad y los Estudios Churubusco Azteca. CORTESÍA UNAM Pablo Neruda en México El poeta chileno llegó por vez primera a nuestro país en 1940. Un especialista universitario aporta novedosos datos relacionados con ésta y otra visita que el autor del Canto general hizo a tierras aztecas A la sazón cónsul general de Chile en México, Neruda participó de diversas maneras en la vida cultural de nuestro país: hizo revistas, dio recitales de poesía y alentó la tertulia literaria entre los per- sonajes del exilio español y los mexicanos. En el consulado, ubicado en la calle de Brasil, instaló una pequeña biblioteca con libros de au- tores chilenos y preparó el primer número de la revista Ara u c a n í a , en cuya portada aparecía el rostro de una muchacha araucana muy bella. Por esta razón, el gobierno chileno le ordenó clausu- rarla con el argumento de que “no somos un país de indios”. “Los entonces jóvenes poetas mexicanos, entre los que destacaban Octavio Paz y Efraín Huerta, veían a Neruda, a decir de José Revueltas, como el hermano mayor. En esos años, el poeta era el autor no sólo de los leidísimos Veinte poemas y una canción desesperada, sino también de los ex- traordinarios poemas de Residencia en la tierra. Además, para los jóvenes escritores era el modelo de poeta comprometido con la República Espa- ñola. El hermano mayor comenzó a escribir con- tra los nazis y a editar carteles con sus poemas que se pegaban por toda la ciudad, como los ‘Canto s de amor a Stalingrado’”, informa Gabriel Enrí- quez Hernández. Neruda daba fiestas interminables en una casa que, se decía, había pertenecido a Ramón López Velarde, lo cual es impreciso. Neruda vivió en la Quinta Rosa María de Barranca del Muerto y, has- ta donde se sabe, el poeta zacatecano no vivió en esa zona. Poco antes de que el poeta chileno sa- liera del país, Octavio Paz le criticó que, por un lado, le cantara al socialismo y, por el otro, se trans- portara en un automóvil de lujo. El caso Trosky “Por supuesto, el gobierno mexicano sabía que lle- gaba Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, me- jor conocido en el mundo de las letras como Pablo Neruda, un comunista destacado, como advirtió el embajador mexicano en Chile. En ese momen- to, el país, en particular la Ciudad de México, vivía un momento notable en los ámbitos cultural, po- lítico y económico. Aquí estaban André Bretón, impulsor del surrealismo, la élite de la intelectua- lidad del exilio español y León Trosky, asilado des- de 1936 por el gobierno del general Lázaro Cár- d e n a s”, dice Enríquez Hernández. Neruda se presentó en este escenario casi tres meses después del atentado encabezado por Da- vid Alfaro Siqueiros en contra de Trosky (se dice que ese 24 de mayo de 1940, los pistoleros que ingresaron en la casa del dirigente ruso dispara- ron más de 100 tiros, ninguno de los cuales causó daño a nadie). Siqueiros siempre sostuvo que sólo quiso ate- morizar a Trotsky, mientras los demás implicados señalaron que iba con la consigna de liquidarlo (finalmente, Trosky sería asesinado el 21 de agosto por Ramón Mercarder). Pese a que Neruda siempre negó haber cono- cido a Siqueiros antes de su llegada a México, Jor- ge Edwards consigna en sus memorias que ambos asistieron a una comida en un restaurante pari- sino antes de 1940. “Con todo, parece ser que el poeta no estuvo inmiscuido de manera directa en el atentado a Trosky, aunque quizá tuvo conocimiento de él, pues incluso, como es bien sabido, ejerció sus bue- nos oficios diplomáticos para otorgar la visa chi- lena a Siqueiros y, como establecen varios docu- mentos epistolares, exploró las alternativas para conceder el visado de refugio a Vittorio Vidali, alias Comandante Carlos, quien conoció a Siquei- ros en el Quinto Regimiento de las Milicias Po- pulares y también estuvo involucrado en dicho a te n t a d o”, indica Gabriel Enríquez Hernández. Canto general Neruda regresó a México 10 años después, en 1950. Venía huyendo del entonces presidente Gabriel González Videla. Desde mucho tiempo atrás, tenía en mente la idea de escribir un canto a Chile. Se sabe que para ello consultó libros sobre la flora y “En una de las cartas dirigidas a Albertina de las Nieves Rosa Azócar, musa de los Veinte poemas de amor y una canción desesperada , le pedía, a poco de aparecer este libro en 1924, que se fueran ‘a México a quererse libremente’” GABRIEL ENRÍQUEZ HERNÁNDEZ Coordinador del Centro de Estudios Literarios del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM En la UNAM* bbb Años después, el 21 de julio de 1966, Pa- blo Neruda visitó al rector Javier Barros Sierra en la Torre de Rectoría, antes de ofrecer un recital poético en Ciudad Universitaria. Barros Sierra le dio la bienvenida a nombre de la Uni- versidad Nacional y le agradeció haber acep- tado la invitación de los estudiantes para leer algunos de sus poemas. Una vez terminada su entrevista con el rector, Neruda se trasladó al Auditorio de la Facultad de Ciencias, donde más de dos mil alumnos lo ovacionaron durante varios minutos. Juan José Arreola, al presentar a Neruda, recordó que 25 años atrás éste visitó Zapotlán, Jalisco, y que había escrito un soneto refe- rente a ese pueblo. Arreola llamó a Neruda “general del canto” y “capitán de la justicia”. Para pedir a los asistentes que guardaran si- lencio, dijo: “Los pequeños callan cuando ha- blan lo grandes. Callemos para escuchar a Pa- blo Neruda.” Neruda dijo emocionado: “Deseo que me conozcan a través de mis versos”. Así, empezó leyendo el poema “M amadre”, dedicado a su madrastra. Luego leyó otro sobre su padre, que fue conductor de máquinas de ferrocarril. Asi- mismo leyó poemas dedicados a la Guerra Ci- vil española, al pueblo, a los pies de un niño, a un amor infantil, a los calcetines… Al terminar el recital, los estudiantes en- tregaron al poeta chileno un pergamino en el que le agradecieron su labor por la poesía revolucionaria. b *Con información de Ga- ceta de la Universidad. Número 597, página 1. Lunes 25 de julio de 1966. la fauna chilena. Pero el impacto de la cultura me- xicana despertó en él la conciencia del pasado in- dígena de algunos pueblos latinoamericanos y, aun más, del vínculo del hombre con la tierra, pre- sente desde el siglo XIX en las novelas Don Segun- do Sombra, del argentino Ricardo Güiraldes, y Do- ña Bárbara, del venezolano Rómulo Gallegos. Neruda trascendió esa vertiente y, a partir de la naturaleza y el devenir político de América, propuso la identidad latinoamericana; de este modo transformó el canto a Chile en el Canto ge- n e ra l. En ese caudaloso canto también podía ad- vertirse su intención de convertirse en el poeta de América. Mención aparte merece la relación con Revuel- tas, que se prolongó hasta 1949, cuando el nove- lista mexicano publicó Los días terrenales , una crí- tica a la praxis política del Partido Comunista. “Eso hizo que Neruda rompiera con él. Re- vueltas, que lo adoraba (a uno de sus hijos lo nombró Pablo), se dolió de la reacción nerudia- na, según relató su hija Andrea”, apunta Enrí- quez Hernández. Crítica y reconocimiento Neruda fue, y seguirá siendo, criticado por su ca- rácter sibarita y, a veces, excéntrico. En París pedía vinos chilenos y algunos biógrafos de Delia del Carril, su segunda esposa, lo acusan de haber di- lapidado la fortuna de ésta. “Tuvo la fortuna de contar con la ayuda de va- rios mecenas. Para pagar el costo de la primera edición del Canto general , raro y bello libro con dibujos de Siqueiros y Rivera impreso en los Ta- lleres de la Nación, se abrieron suscripciones y después se entregaron los ejemplares. Uno de los suscriptores fue Carlos Obregón de Santacilia, precursor de la arquitectura moderna en México. Hay noticia de otro libro, el Canto general de Chile, que salió de una imprenta mexicana a principios de 1943 en un tiraje de sólo 100 ejemplares que fueron distribuidos entre amigos. Habría que bus- car algún ejemplar numerado, si es que lo hay, en la casa del arquitecto Obregón Santacilia”, con- cluye Enríquez Hernández. b IISUE/AHUNAM/COLECCIÓN RAÚL ESTRADA DISCUA El poeta chileno durante su presentación en el auditorio de la Facultad de Ciencias, en Ciudad Universitaria. Juan José Arreola lo llamó ese día “general del canto”. IISUE/AHUNAM/COLECCIÓN RAÚL ESTRADA DISCUA

Transcript of ge n e ra l Pablo Neruda en MÈxico - UNAMEL UNIVERSAL Viernes 10 de febrero de 2017 CULTURA E13...

Page 1: ge n e ra l Pablo Neruda en MÈxico - UNAMEL UNIVERSAL Viernes 10 de febrero de 2017 CULTURA E13 Pablo Neruda llegÒ a la Ciudad de MÈxico el 16 agosto de 1940, despuÈs de una tranquila

EL UNIVERSAL Viernes 10 de febrero de 2017 CULTURA E13

Pablo Neruda llegó a laCiudad de México el 16agosto de 1940, despuésde una tranquila trave-sía por las costas del Pa-cífico sudamericano abordo del Rakuyo Ma-ru, un vapor mercante

japonés del que descendió en Manzanillo. De ahíse trasladó a Guadalajara y luego, por tren, a la ca-pital del país. Desde joven pensaba en México.

“En una de las cartas dirigidas a Albertina de lasNieves Rosa Azócar, musa de los Veinte poemasde amor y una canción desesperada, le pedía, apoco de aparecer este libro en 1924, que se fueran‘a México a quererse libremente’. A Neruda leatraía el México posrevolucionario. El país que en-tonces atisbaba el joven poeta era el de José Vas-concelos y sus colecciones de grandes tirajes”,asegura Gabriel Enríquez Hernández, coordina-dor del Centro de Estudios Literarios del Institutode Investigaciones Filológicas de la UNAM.

En 1939, Neruda era el encargado de la emigra-ción española a Chile en Francia (es decir, estabaa cargo del traslado de los republicanos españolesque solicitaban asilo en aquel país sudamericano).A principios de 1940 regresó a su país. Muy atráshabía quedado el enfrentamiento con VicenteHuidobro, así como el asunto del plagio a Rabin-dranath Tagore y la disputa con Pablo de Rokha.Un séquito de poetas lo admiraba, pero en Chileno encontraba la atmósfera vivida en España.¿Dónde podía hallar lo que le interesaba? En Mé-xico, sin duda, pues a este país se había dirigidola mayor parte de los poetas españoles partidariosde la República Española.

Dieciséis años después de aquel anhelo juvenil,el poeta finalmente realizó el primer viaje a nues-tro país, como cónsul, y permaneció en estas tie-rras del 16 de agosto de 1940 al 1o de septiembrede 1943 (este año, la Universidad Michoacana deSan Nicolás de Hidalgo le otorgó el grado de doc-tor Honoris Causa).

Cónsul generalApenas tocó suelo de la Ciudad de México, Ne-ruda soltó una declaración polémica, pues des-calificaba en ella a los poetas mexicanos preocu-pados por la forma. Dijo: “Yo persigo deshacer laforma que es propia de México.”

PROYECTO UNAMTexto: Rafael López rl o p e z g @h o t m a i l.c o m

Conferencia sobre torneosen el mundo medievalDentro del ciclo “Justa deportiva: historia y cultura”, el Instituto de Inves-tigaciones Filológicas y la Dirección General del Deporte Universitario inv i t a na la conferencia “De torneos y otros ejercicios de cortesanía en el mundo me-d i e va l ”, que impartirá Cristina Azuela el 16 de febrero, a las 17:00 horas, en elAuditorio Dr. Samuel Ramírez Moreno, de la Dirección General de Atencióna la Salud, en CU.

E S P E

C I A L Desarrolla nuevo

material resistenteal fuegoUn nuevo material hecho de resinapoliéster, fibra de vidrio y una ar-cilla llamada montmorillonita, queresiste el fuego sin propagarlo ni de-formarse, fue diseñado por AlfredoMaciel, investigador del Institutode Investigaciones en Materiales dela UNAM. Se puede utilizar en laelaboración de partes para carroce-rías de automóviles y autobuses,muebles o acabados de construc-ción. Desde noviembre del año pa-sado cuenta con una patente anombre de la Universidad Nacio-nal. Ahora, Maciel busca transferirdicha patente a una empresa paraque el material se comercialice.

Egresado del CUECgana premioi nte r na c i o na lErnesto Contreras, egresado delCentro Universitario de EstudiosCinematográficos (CUEC), ganó elpremio Audience Awar: World Ci-nema Dramatic, del Festival deSundance, por Sueño en otro idio-ma. Este largometraje, basado enun hecho real, trata sobre la lenguaindígena zikril, que agoniza porquesus dos últimos hablantes llevanpeleados 50 años y no se dirigen lapalabra. Fue realizado en copro-ducción con la Secretaría de Cultu-ra federal y el IMCINE, mediante elFondo para la Producción Cinema-tográfica de Calidad y los EstudiosChurubusco Azteca.

CORT

ESÍA

UN

AM

Pablo Nerudaen México

El poeta chileno llegó por vez primera a nuestro paísen 1940. Un especialista universitario aportanovedosos datos relacionados con ésta y otra visitaque el autor del Canto general hizo a tierras aztecas

A la sazón cónsul general de Chile en México,Neruda participó de diversas maneras en la vidacultural de nuestro país: hizo revistas, dio recitalesde poesía y alentó la tertulia literaria entre los per-sonajes del exilio español y los mexicanos.

En el consulado, ubicado en la calle de Brasil,instaló una pequeña biblioteca con libros de au-tores chilenos y preparó el primer número de larevista Ara u c a n í a , en cuya portada aparecía elrostro de una muchacha araucana muy bella. Poresta razón, el gobierno chileno le ordenó clausu-rarla con el argumento de que “no somos un paísde indios”.

“Los entonces jóvenes poetas mexicanos, entrelos que destacaban Octavio Paz y Efraín Huerta,veían a Neruda, a decir de José Revueltas, comoel hermano mayor. En esos años, el poeta era elautor no sólo de los leidísimos Veinte poemas yuna canción desesperada, sino también de los ex-traordinarios poemas de Residencia en la tierra.Además, para los jóvenes escritores era el modelode poeta comprometido con la República Espa-ñola. El hermano mayor comenzó a escribir con-tra los nazis y a editar carteles con sus poemas quese pegaban por toda la ciudad, como los ‘Canto sde amor a Stalingrado’”, informa Gabriel Enrí-quez Hernández.

Neruda daba fiestas interminables en una casaque, se decía, había pertenecido a Ramón LópezVelarde, lo cual es impreciso. Neruda vivió en laQuinta Rosa María de Barranca del Muerto y, has-ta donde se sabe, el poeta zacatecano no vivió enesa zona. Poco antes de que el poeta chileno sa-liera del país, Octavio Paz le criticó que, por unlado, le cantara al socialismo y, por el otro, se trans-portara en un automóvil de lujo.

El caso Trosky“Por supuesto, el gobierno mexicano sabía que lle-gaba Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, me-jor conocido en el mundo de las letras como PabloNeruda, un comunista destacado, como advirtióel embajador mexicano en Chile. En ese momen-to, el país, en particular la Ciudad de México, vivíaun momento notable en los ámbitos cultural, po-lítico y económico. Aquí estaban André Bretón,impulsor del surrealismo, la élite de la intelectua-lidad del exilio español y León Trosky, asilado des-de 1936 por el gobierno del general Lázaro Cár-d e n a s”, dice Enríquez Hernández.

Neruda se presentó en este escenario casi tresmeses después del atentado encabezado por Da-vid Alfaro Siqueiros en contra de Trosky (se diceque ese 24 de mayo de 1940, los pistoleros queingresaron en la casa del dirigente ruso dispara-ron más de 100 tiros, ninguno de los cuales causódaño a nadie).

Siqueiros siempre sostuvo que sólo quiso ate-morizar a Trotsky, mientras los demás implicadosseñalaron que iba con la consigna de liquidarlo(finalmente, Trosky sería asesinado el 21 de agostopor Ramón Mercarder).

Pese a que Neruda siempre negó haber cono-cido a Siqueiros antes de su llegada a México, Jor-ge Edwards consigna en sus memorias que ambosasistieron a una comida en un restaurante pari-sino antes de 1940.

“Con todo, parece ser que el poeta no estuvoinmiscuido de manera directa en el atentado aTrosky, aunque quizá tuvo conocimiento de él,pues incluso, como es bien sabido, ejerció sus bue-nos oficios diplomáticos para otorgar la visa chi-lena a Siqueiros y, como establecen varios docu-mentos epistolares, exploró las alternativas paraconceder el visado de refugio a Vittorio Vidali,alias Comandante Carlos, quien conoció a Siquei-ros en el Quinto Regimiento de las Milicias Po-pulares y también estuvo involucrado en dichoa te n t a d o”, indica Gabriel Enríquez Hernández.

Canto generalNeruda regresó a México 10 años después, en 1950.Venía huyendo del entonces presidente GabrielGonzález Videla. Desde mucho tiempo atrás, teníaen mente la idea de escribir un canto a Chile. Sesabe que para ello consultó libros sobre la flora y

“En una de las cartas dirigidasa Albertina de las Nieves RosaAzócar, musa de los Ve i n t epoemas de amor y una cancióndes es p e r a d a , le pedía, a poco deaparecer este libro en 1924, quese fueran ‘a México a querersel i b re me nte’”GABRIEL ENRÍQUEZ HERNÁNDEZCoordinador del Centro de Estudios Literarios delInstituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM

En la UNAM*

bbb Años después, el 21 de julio de 1966, Pa-blo Neruda visitó al rector Javier Barros Sierraen la Torre de Rectoría, antes de ofrecer unrecital poético en Ciudad Universitaria. BarrosSierra le dio la bienvenida a nombre de la Uni-versidad Nacional y le agradeció haber acep-tado la invitación de los estudiantes para leeralgunos de sus poemas.

Una vez terminada su entrevista con elrector, Neruda se trasladó al Auditorio dela Facultad de Ciencias, donde más de dosmil alumnos lo ovacionaron durante variosminuto s.

Juan José Arreola, al presentar a Neruda,recordó que 25 años atrás éste visitó Zapotlán,Jalisco, y que había escrito un soneto refe-rente a ese pueblo. Arreola llamó a Neruda“general del canto” y “capitán de la justicia”.Para pedir a los asistentes que guardaran si-lencio, dijo: “Los pequeños callan cuando ha-blan lo grandes. Callemos para escuchar a Pa-blo Neruda.”

Neruda dijo emocionado: “Deseo que meconozcan a través de mis versos”. Así, empezóleyendo el poema “M amadre”, dedicado a sumadrastra. Luego leyó otro sobre su padre, quefue conductor de máquinas de ferrocarril. Asi-mismo leyó poemas dedicados a la Guerra Ci-vil española, al pueblo, a los pies de un niño,a un amor infantil, a los calcetines…

Al terminar el recital, los estudiantes en-tregaron al poeta chileno un pergamino enel que le agradecieron su labor por la poesíarevolucionaria. b *Con información de Ga -ceta de la Universidad. Número 597, página 1.Lunes 25 de julio de 1966.

la fauna chilena. Pero el impacto de la cultura me-xicana despertó en él la conciencia del pasado in-dígena de algunos pueblos latinoamericanos y,aun más, del vínculo del hombre con la tierra, pre-sente desde el siglo XIX en las novelas Don Segun-do Sombra, del argentino Ricardo Güiraldes, y Do -ña Bárbara, del venezolano Rómulo Gallegos.

Neruda trascendió esa vertiente y, a partir dela naturaleza y el devenir político de América,propuso la identidad latinoamericana; de estemodo transformó el canto a Chile en el Canto ge-n e ra l. En ese caudaloso canto también podía ad-vertirse su intención de convertirse en el poeta deAmérica.

Mención aparte merece la relación con Revuel-tas, que se prolongó hasta 1949, cuando el nove-lista mexicano publicó Los días terrenales, una crí-tica a la praxis política del Partido Comunista.

“Eso hizo que Neruda rompiera con él. Re-vueltas, que lo adoraba (a uno de sus hijos lonombró Pablo), se dolió de la reacción nerudia-na, según relató su hija Andrea”, apunta Enrí-quez Hernández.

Crítica y reconocimientoNeruda fue, y seguirá siendo, criticado por su ca-rácter sibarita y, a veces, excéntrico. En París pedíavinos chilenos y algunos biógrafos de Delia delCarril, su segunda esposa, lo acusan de haber di-lapidado la fortuna de ésta.

“Tuvo la fortuna de contar con la ayuda de va-rios mecenas. Para pagar el costo de la primeraedición del Canto general, raro y bello libro condibujos de Siqueiros y Rivera impreso en los Ta-lleres de la Nación, se abrieron suscripciones ydespués se entregaron los ejemplares. Uno de lossuscriptores fue Carlos Obregón de Santacilia,precursor de la arquitectura moderna en México.Hay noticia de otro libro, el Canto general de Chile,que salió de una imprenta mexicana a principiosde 1943 en un tiraje de sólo 100 ejemplares quefueron distribuidos entre amigos. Habría que bus-car algún ejemplar numerado, si es que lo hay, enla casa del arquitecto Obregón Santacilia”, con-cluye Enríquez Hernández. b

IISU

E/AH

UN

AM/C

OLE

CCIÓ

N R

AÚL

ESTR

ADA

DIS

CUA

El poeta chileno durante su presentación en el auditorio de la Facultad de Ciencias, en Ciudad Universitaria.

Juan José Arreola lo llamó ese día “ge n e ra ldel canto”.

IISU

E/AH

UN

AM/C

OLE

CCIÓ

N R

AÚL

ESTR

ADA

DIS

CUA