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AGENDA CULTURAL — Arte

ALIANZA FRANCESADE QUITOAv. Eloy AlfaroN32-468 y BélgicaT. 224 6589 / 224 6590www.afquito.org.ec

ACTIVIDAD EMERGENTE Artistas, expresiones visuales, espacios de creación, educación y cultura forman la diáspora francófona que llegó al Ecuador hace seis décadas por iniciativa local.

Más de una vida tiene quien se aferra al arte como medio para existir. Entre las primeras

actividades que surgen del interior humano está el violentar su intimidad para que su pensamiento y creación se difundan más allá de su frontera corporal. ¿Qué peligro puede ocasionar “sacrificar” lo propio por el resto de las personas? La respuesta se inmediatiza con obras y situaciones que los creadores exhiben para al público. En el Ecuador, la Alianza Francesa —con el alcance de una fundación internacional— llegó en 1953 cuando en el país existían pocas organizaciones encargadas de fomentar la actividad cultural, como la Casa de la Cultura Ecuatoriana y otras similares. Su informe de trabajo se resume entre la difusión y la exigencia artísticas de la nación.

Desde la Vieja Europa, Julio Verne, Louis Pasteur, Ferdinand de Lesseps, Ernest Renan y Armand Colin empezaron la idea de establecer una alianza francófona hace 130 años y se cuestionaron si los pueblos del mundo conocían bien su idioma y sus pensamientos. Para Hélène Bekker, delegada general de la Alianza Francesa en el Ecuador, “lo más importante es fortalecer el intercambio entre la cultura francesa y la ecuatoriana”. Y lo más trascendente es que mucho del quehacer artístico nacional y mundial ha desfilado por sus instalaciones. Danza, música, artes visuales, fotografía y otras formas de la expresión humana han registrado su presentación en este lugar.

Sin dejar de ser una institución cultural, las alianzas francesas que hay en el mundo vienen de una iniciativa local, su funcionamiento es autorizado por la Fundación de la Alianza Francesa, en París. Hace 60 años un grupo de ecuatorianos decidió crear en Quito la primera Alianza Francesa del país. Ahora, la sede de Quito es una de las más grandes del mundo. Aproximadamente 5 000 personas al año estudian el idioma francés y casi 50 000 la visitan en eventos culturales. Sus agencias de

Portoviejo, Guayaquil, Cuenca y Loja también están globalizando a Francia.

Los romanticismos francés y ecuatoriano sobrepasan la frontera de sus geografías para apostarle al talento de sus habitantes, que requieren espacios diversos para explotar la característica menos solemne de su espíritu: la creación.— por cristhian vera