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GAMALIEL CHURATA

Walter L. Bedregal Paz

Lo caracteriz el estilo del indigenismo y vanguardia establecido por el GRUPO ORKOPATA; el aporte del ms grande intelectual del departamento de Puno, quien fustig el centralismo y gamonalismo en su tiempo, defendiendo por conviccin al indio, fortaleciendo el indigenismo como corriente renovadora; naciendo as el valor insigne de la literatura altiplnica.

http://walterbedregal.blogspot.com/2008/01/gamaliel-churata.html

GAMALIEL CHURATA.Nace en Arequipa (1897). Es interesantsima la influencia delGRUPO ORKOPATAyGamaliel Churata,para determinar la temtica andina, ese espritu vanguardista que abarc todo el Kollao, sin pensar en las fronteras que dividen a nuestros pases, en este caso Per - Bolivia. Es por ello que buena parte de su existencia, sus aos de juventud (alrededor de 32 aos) los pas en la hermana repblica;hacindose de un prestigio internacional, lo cual llev a considerarlo y otorgarle un Premio Nacional de Literatura en el ao 1957, el cual no acept por ser ciudadano peruano. Su comienzo como un excepcional idelogo, maestro y animador cultural hace para nuestra Literatura contempornea un pilar fundamental, que tuvo su centro apotesico en la dcada del 20.

De 1917 hasta 1920 publica en Puno las revistas:La Tea: La voz del obrero, Pachacutec,y organiza en Bolivia el GrupoGESTA BRBARA.Pero el afn de Churata era de admirarse, lo cual hace que lograra publicar entre 1926 y 1930 una de las mejores revistas latinoamericanas de su tiempoBoletn Titikaka;y en 1927 fue uno de los cofundadores del grupoRESURGIMIENTOcon sede en la ciudad del Cusco.

El Grupo IntelectualORKOPATA, estuvo integrado por sus hermanos Alejandro Peralta (poeta), Antero Peralta (pintor), Emilio Armaza, Dante Nava, Aurelio Martnez, Eustaquio Rodrguez Aweranka, Benjamn Camacho, Inocencio Mamani, Jos Daz Bedregal, Andrs Dvila, Vctor Cuentas, Enrque Lpez y Daniel Arteta; toda la expresin artstica fue bsicamente planificada porChurata.Y es que este grupo tuvo su centro de estudios en el barrio alto de la ciudad de Puno llamado Maazo, centralizado a la mitad de la urbe, recostado en el cerro tradicionalHuajsapatabordeando la ciudad lacustre. Sus rganos de ejecucin fueron;Compaa Teatral Orkopata(teatro), Sociedad Vernacular Orkopata(msica) y elGrupo Intelectual Orkopata(literatura), bajo la tutela deGamaliel Churata.

Cuando Maritegui muri,Churatale dedic toda la edicin del N XXXIV delBoletn Titikaka.En la primera pgina aparece un artculo firmado por Vicente Mendoza Daz:Alrededor de Jos Carlos Maritegui,y en el centro de la portada est el retrato del gran Amauta, xilografa deKunurana(seudnimo de Antero, hermano de Arturo y Alejandro).(1).

porque slo se es maestro cuando se tiene discpulos generacionales.(2).Se ha dicho mucho de la obra deChurata: El Pez de Oro,cuya primera edicin se remite hacia el ao 1957, publicado enla PazBolivia; que como un militante ms de una literatura contempornea. Prefiero considerar la obra deGamalielcomo un recuerdo a despertar una maana, cuando quiera descubrir ese misterio que encierra.

Sin embargo, y sin exagerar, su obra cumbre elPez de Oro, lo acredita como el notable creador literario del indigenismo, en el periodo que dicha corriente centraliz la reflexin sobre la cultura, entre los aos 1920 1935, porque no slo su obra entreteje tres idiomas quin sabe ms de tres -, su ambicin fue forjar una especie de Biblia, que fuera a la vez una enciclopedia de nuestro pasado, presente y futuro del hombre andino.Churatafue un autor de fuentes muy heterogneas, destacando entre la tradicin andina,la Biblia de donde extrajo el nombre deGamaliel(uno de los arcngeles), unindolo al vocablo aimaraChurata.(Iluminado, dotado, predestinado).

Soaba, y en el sueo saba que soaba. O lo que es lomismo: la conciencia se esforzaba por develar lamonstruosa creacin del subconsciente, consciente deque la irrealidad del sueo en mi realidad efecta en unpunto en m dado del espacio.despus de este sueo, tengo que admitir que otranaturaleza se haba acoplado a la ma; y si a momentosme transportaba a la sublimidad otrame converta enestropajos de la demencia.(3).

Churata,es importante tambin por esa adhesin relativa, en lo concerniente a los grupos vanguardistas, el que mejor congeni con su opcin creadora fue el surrealismo, mientras que para su hermano y otros integrantes del grupoORKOPATA, les resultaba ms estimulante otra forma de vanguardia.

Si bien es cierto, la obra deChurataes un conjunto de expresiones literarias en dondeencontramos piezas breves, como el haylli, harawis, poemas lricos, trozos narrativos, captulos de prosa potica, en donde campean mitos, leyendas, historias, mitologas del Kollao, y amn de pensamientos e ideas(4)que reflejan una vanguardia andinista con motivos altiplnicos.

Este insigne alumno del gran maestro Jos Antonio Encinas Franco, realiz una titnica labor ms all de la razn y el ego individualista; hizo para Puno, Per, Latinoamrica y el mundo, conocer su alto pensamiento.Gamalielencontr una notable audiencia en lo que va ms all de su centenario de vida, porque el nacer hace de este hombre un representante en Hispanoamrica que desde su evolucin esquemtica de ser humano, de hombre de carne y hueso hasta en su alma; puede ser discutible tal afirmacin, pero la evolucin de la literatura en nuestro altiplano como comentario en este pequeo ensayo; de all que considero necesario analizarlo crticamente, contraponiendo otro esquema evolutivo que trate de ver con ms amplitud las plurales opciones que ha desarrolladoChuratadespus del movimiento modernista. Luego de una obsesin evasiva y esttica del modernismo, desemboc en el Regionalismo; nombre que encuadra diversas tendencias comoescritos de la tierra, escritos del indio, del negro, del cholo no s todava del desaparecidoescritos del campesinodel altiplano nuestro. El lector de la poca que lea a Churata no comprob los valores estticos de su escritura, slo exigi que sta probara su existencia y su esencia americana, que exudara nuestras pampas.

Su libro, elPez de Orose agot un da por repeticin incesante, por ello los jvenes narradores quedaron sin padre literario, pocos tuvieron acceso a aquella Biblia andina como literalmente la conocieron -, al comprobar queChuratano poda compararse a los contemporneos de Europa y Amrica. Los jvenes narradores descubrieron queGamalielescriba impulsado desde fuera del mundo, de all que ellos asumen la tarea de escribir desde el interior de la consciencia, as que aquel hombre histrico vendra a ser sustituido por el hombre esencial, aspecto que le reconozco y le reconocen hoy al hombre de letras puneo, porque ya supero esa etapa regionalista; el lector se enfrenta con una gran variedad de autores, que constituyenla nueva narrativadel altiplano, entre los cuales se encuentran los que realmente hay que estudiarlos en un conjunto de ensayos crticos, elaborado sobre algunos narradores representativos del entorno de los nacidos a orillas del lago sagrado de los Incas.

Los autores, narradores estudiados seran: los integrantes del indigenismo delGrupo Orkopata, luego vendran, Ernesto More, Lizandro Luna, Honorio Morales Arce, Vicente Achata Vargas, Mateo Jaika, Oscar Cano Tores, Jos Parada Manrque, Jos Luis Ayala, Luis Gallegos, Feliciano Padilla, Jorge Flrez Ayabar,Jovn Valdez Pearanda, Vladimiro Centeno, Edgar Huamn Frisancho (+), Miguel ngel Cceres Calvo,Crhistian Reynoso Torres, Adrian Cceres,Fidel Mendoza; compilacin que de seguro ser ardua elaborarla, pero la tarea est dada.

El esquema evolutivo propuesto, responde a una visin parcial del proceso de nuestra literatura, porque la consideracin de indigenismo y regionalismo implica una revaloracin deGamaliel Churatade sus aos en los que suGrupo Orkopata,consolid ciertas estructuras, a partir de las cuales sus seguidores las han transformado de acuerdo al proceso histrico latinoamericano de las ltimas dcadas. A estos narradores regionalistas, autnticos rescatadores de las culturas regionales tradicionales de Latinoamrica, ngel Rama los ha llamado los narradores de la transculturacin.

S que solamente abordo una parte de la literatura punea, es decir, la lnea cosmopolita de su desarrollo, no es casual que afirme con este estudio introductorio que entre lasinnovacionesde lanueva literaturase encuentra: el rechazo a los maestros por parte de los nuevos narradores., la dicotoma campo-ciudad, el tratamiento audaz del lenguaje (que debe ser el centro de las preocupaciones de la crtica literaria), experimentacin y bsqueda de nuevas formas narrativas, etc. Todas estas caractersticas tiene un signo inverso en la narrativa de los nuevos narradores regionalistas o de la transculturacin: no hay un rechazo total a los maestros del regionalismo, pues ellos parten de estructuras consolidadas por stos; y la dicotoma campo-ciudad sigue subsistiendo, obviamente en un contexto histrico distinto de los primeros cincuenta aos del siglo pasado, entremezclada con otra dicotoma: la lucha entre la variedad de componentes culturales de las culturas tradicionales de Latinoamrica, que tratan de mantenerse, en oposicin al carcter avasallador y homogenizante de la cultura modernizada que ha tenido un inusitado desarrollo en los ltimos treinta aos en las urbes latinoamericanas.

Luego de esta revaloracin de los narradores regionalistas, es evidente que las caractersticas aludidas, respondan solamente a una vertiente de desarrollo de la literatura punea, es decir, a su vertiente urbana cosmopolita. A pesar que de seguro encontrar para seguir compilando crtica, estudios acerca de algunos de los nuevos narradores regionalistas, ya que las dos opciones distintas y contrapuestas una a otra: la narrativa urbana cosmopolita y la narrativa neoregionalista o de trasculturacin estn sujetas a un solo proceso histrico que las ha dinamizado, y bajo la cual adquieren su sentido: el acentuado proceso de industrializacin y urbanizacin de las ciudades latinoamericanas.

En esta resea he querido resaltar, crticamente, las propuestas tericas sobre lanueva narrativapunea, ms que hacer un mero comentario no solo al granGamaliel Churatay a los narradores que sugiero compilar para un estudio futuro, sobre los cuales basta decir que constituyen un conjunto de aproximaciones a la novelstica y/o cuentstica de algunos narradores representativos del altiplano peruano, que puede ser muy tiltanto para lectores iniciados como no iniciados en la lectura de la obra de este conjunto de escritores. Hay algunos de estos estudios que van ms all de una primera aproximacin y proponen una interpretacin coherente del mundo narrativo de algunos de estos escritores; sin negar la legitimidad e importancia que tienen los poetas que trato en el libro(5),creo que la inclusin de estudios sobre poesa punea en esta oportunidad hubiera permitido una mejor adecuacin al ttulo que estoy maquiavelisando, pero es preferible no amalgamar a poetas y narradores, porque pueden alegar para censurarseque ellos no se parecen en nada, o para elogiarse declararanque nos confundimos con ellos.

Sealar algunas causas del xito comercial y editorial delGrupo Orkopata, pude ser la apertura de editoriales y la concentracin urbana que produjo consecuentemente el aumento de potenciales lectores y la reconquista del mercado latinoamericano, a todo esto se le puede agregar un fenmeno histrico-poltico que concit la atencin mundial:la RevolucinCubana.

Tal sera la tarea de la crtica literaria que asumiendo cientficamente estos supuestos llegue a conocer en sus aspectos significativos, uno de los fenmenos literarios ms controvertidos de la literatura latinoamericana del nuevo siglo.

Conozcamos al gran Gamaliel, a travs de su vanguardia desarrollada entre la vertiente surrealista:

ELEGA PLEBEYA PORLA COMPAERA QUEMURIO IMILLA (6)

Tuvo el lampo el brillo castosus ojos dulzurasbuena como flor que repta por los campossaturaba de amor la candidez del aire.Vino a ser panacea de almas,sus sonrisas agua de cristal de alboradas;tenan sus hijos la fuerza de la yerbay, nobles como el Solcomo l se acostaron un daentre el arrebol de fauceherida.Despert para mi espritucuando el pleamar sonaba a la distanciay a mi carne la tuvo aprisionadapara siempre con los cinco garfiosy las siete caas musicales del cielo,pero se durmi en el tiempoala de rosa y ptalo de nube.Amorosamente desde el cerrove pasar el cortejo de qirqisy el llanto de pinkullu se pone azcaren su mirada que tanto adormeci adornando.Fue buena,como es bueno el pan del pobrey la hediondez sencilla de la cocina todos losdas.Pero se fue, se fuey el aire limpio para beberse,la pampa alhajada de lgrimaslas canciones que escarban la tierraOro y esmeralda silvestre.Nadie sabr desde este dasu lindo olor de salvia.para cantar ms largo sus querenciastodas las flautas del Andese van con ella llorando.

Por aquel entonces sobresalieron en el indigenismo literario Alejandro Peralta Miranda, hermano de Gamaliel, Luis de Rodrigo, seudnimo de Luis Rodrguez Ortiz, Inocencio Mamani, Mateo Jaika, Emilio Armaza, Aurelio Martinez, conjuntamente con el propio Churata citaremos a Alberto Cuentas Zavala, Emilio Vzques, Andrs A. Dvila Martnez, Victor Cuentas Ampuero, Luis N. Chevarra, Juan Jos Jimnez, Enrique Ancieta. El indigenismo educativo, social, con Jos Antonio Encinas Franco, Telsforo Catacora, Mara A. Galindo; el indigenismo poltico con Ezequiel Urviola, Francisco Chuquiwanca Ayulo, Juan Bustamante y Manuel A. Quiroga; el indigenismo Pictrico, con Amadeo Landaeta, Francisco Montoya, Manuel Masas.

Con una vocacin constante de modernidad, la poesa en nuestro entorno se distancio aparentemente de lo poltico y lo purista, creando as los lmites del vanguardismo, con todas las crisis surgidas y su subsiguiente derrota, este impulso contribuyo a fundar la poesa peruana contempornea.Jos Carlos Maritegui llam la atencin sobre lo que consider la perdida de los valores alimentados por los principios de la clase burguesa, esta desvalorizacin marc, a su juicio, el tono de esta literatura escptica, mrbida, decadente. Ante esta situacin la salida inmediata que encuentra el artista es expresar la descomposicin de ese orbe.(7).

Por diversos atajos, en medio del recuerdo, hemos estado en el altiplano y su historia literaria, la que nos legaraGamaliel Churata. El caso que nos han ayudado en este recorrido impide mayores generalizaciones, pero, hipotticamente, me atrevera a lanzar las siguientes sospechas. Primero, en el nuevo horizonte meditico, la literatura: poesa y narrativa punea juega un papel hasta insignificante, si se quiere, pero, al mismo tiempo, es condicin de articulacin entre los otros elementos en juego. Los versos deChurata: en elPez de Oro:ejemplifican ese papel, y el contraste entre cantor y rimador:

CORAL

He aquel hijode la ciudadmuertahe aquel Pez de Orodel lagode los brujos (8).

Argumentan los cantos populares que escuchamos en nuestra serrana. Tambin connota esa funcin. En segundo lugar, va la cancin y la prosa, Puno y su poesa transitan por un enorme y diverso espacio de interpelacin.

Esta cosmopolitizacin, en tercer lugar, desarraiga, enajena, evidentemente, las sistematizaciones locales (nacionales o nacionalistas) con que, frecuentemente, se tien las hegemonas, la potica incluida. Es probable que las prdidas hegemnicas de la poesa no anden lejos de esta cosmopolitizacin, porque, en rigor, sea como sea, cmo lograr una hegemona realmente universal? O sea: no habra trnsito, (hiper)difusin, desplazamiento, sin prdidas de grados de identidad o... de hegemona. Pero, en cuarto lugar, si la primera y segunda hiptesis fueran ciertas, la poesa punea no dejara de hacer lo suyo en un nuevo mundo que, a la vez, se rearticula mientras (aparentemente) diluye el instrumento que integra o acoge.

Acabado el ensayo, entre lneas, reconozco un modelo tcito: me parece que, en el trasfondo, se desliza La bella durmiente, esperando su prncipe azul, con una diferencia: que la poesa no se casa, finalmente, con el prncipe, aunque este le haya dado un beso para devolverla a la vida y hasta es probable que los siete enanos deseen terminar como poetas un da, poetas que trasuntaran por sendas inimaginables, buscando huellas donde no hallaran una obra de elevada importancia, como el hito en los estudios sobre el admirableGamaliel Churata.Pero un afligido 8 de noviembre por el ao de 1969, viviendo tristemente en Lima, olvidado entre muchos, falleciGamaliel,dejndonos para su inmortalidad su verdadero nombre:Arturo Peralta Miranda.

___________________________(1) Literatura y violencia en los Andes. Jorge Flrez Aybar.(2). HUAMANPEALOZA, Domingo: El teatro de Inocencio Mamani Asoc. Grfica Tarea- Lima, 1969 Pg. 16.(3) CHURATA,Gamaliel El Pez de Oro. Edit Canata La paz Bolivia 1957. Pg. 178.(4). TORO MONTALVO, Cesar. Literatura peruana Edit. Horizonte Lima 1988. Pg. 599.(5). SEDUCTORES DELA LUNADEOTROS EQUINOCIOS. Estudios sobre Poesa Punea. Escritos I. (En edicin). Grupo Editorial Hijos dela Lluvia.520 Pg.(6).En Harahui. Editor, Vctor Mazzi. Director, Francisco Carrillo Chosica Per 1997 N 109.(7). Mirla Alcibades. Maritegui, AMAUTA y la vanguardia literaria, en revista de crtica literaria latinoamericana,N 15,pp 133.(8). Frase traducida del canto original andino (Quechua). Nos resume la enseanza de Gamaliel Churata.

http://victormazzihuaycucho.blogspot.com/2011/12/gamaliel-churata.html

Perspectivas de Churata. Diseo del autor del artculo.

I: El autor y su obraLa obra y pensamiento de Gamaliel Churata (seudnimo de Arturo Peralta Miranda), causa sorpresa y desencuentros cuando se trata de ubicarlo en algn canon literario : desde la primera edicin del Qori challwa (Pez de oro) y la ltima edicin realizada por Jos Luis Ayala (AFA Editores), y la Resurreccin de los muertos edicin de Ricardo Badini (ANR Editores) nos muestran a un autor que ha decidido adoptar el propio canon a partir de su pertenencia con su mundo andino, escrito cerca al lago Titicaca, donde confluyen tres universos idiomticos distintos: runsasimi, aymara y espaol.

El pez de oro muestra la ruptura del canon literario: no se puede tipificar El Pez de Oro dentro de algn genero literario, en esta obra se integran: oralidad, prosa, ensayo, poesa y novela. Puede considerarse como hipertexto cuyos temas abordan: mito, magia, religin, ciencia y filosofa. Est escrita a manera de una crnica contempornea, donde se recogen todas las informaciones que el autor va consignando e interpretando, muy cercana a la Nueva Cornica y Buen Gobierno de Felipe Guamn Poma de Ayala.

A pesar de que an se conocen slo dos de sus catorce obras inditas, permite saber y conocer el universo de una propuesta que muchas veces se le denomin indigenista (una literatura creada por quienes simpatizaban y defendan sus causas y universo cultural, sin ser nativos). Churata hablaba con voz propia, como parte de ese maravilloso universo que es el mundo andino. Desde temprana edad, su forja autodidacta le permiti publicar artculos, narracin poesa en distintas revistas de Lima y Bolivia, incluyendo las de la regin Puno donde particip activamente hasta su exilio en Bolivia.

La parte biogrfica de Gamaliel Churata destaca un rasgo distintivo de la dcada de veinte del siglo pasado: el autodidactismo. Fue esta condicin de autodidacta la respuesta por adquirir formacin educativa, como educacin alternativa de adquisicin de cultura. Gamaliel Churata slo estudi hasta el tercer grado de primaria, en el Centro Escolar 881, de Puno, cuyo Director fue el ilustre educador don Jos Antonio Encinas. De formacin iconoclasta, comprometido con los ideales socialistas de Maritegui y pluma versada de la racionalidad andina. Churata muestra su proyeccin de lo que debera causar una buena educacin contraria a su funcin dominante de la escuela de su poca, en la introduccin del texto: Un ensayo de escuela nueva en el Per, escrito por su maestro Encinas, narra la fructfera labor y misin de los maestros. Escribe:"l [Jos Antonio Encinas]supo despertar en sus alumnos la simpata necesaria por el trabajo fecundo, conducindolos ms all de los programas escolares con evidente propsito de suscitar la manifestacin de personalidades vivas."

El influjo de Encinas marcar la vida intelectual de Gamaliel Churata. Su trabajo cultural la realiza fuera de los claustros universitarios. Trabaja como bibliotecario del Municipio de Puno, aprovechando eficientemente su acceso a una actualizada y variada bibliografa. Su epistolario se expande a distintos departamentos del Per y hacia el exterior: Colombia, Costa Rica, Cuba, Mxico, Argentina, Chile, Francia. Motivada por el intercambio de publicaciones, y el intercambio de opiniones intelectuales.

Si algn rasgo distintivo debemos apreciar de la intelectualidad punea del siglo XX y de este siglo, es su cosmopolitismo. Manuel Pantigoso ha denominado ultraorbicismo a esta peculiar caracterstica de la identidad punea: ser considerados ciudadanos del mundo. Muchos intelectuales puneos que residieron y residen en Europa y Norteamrica lograron destacar en ambiente cultural extranjero muy distinto al propio. Churata no escap a esta condicin. Autoexiliado en Bolivia, desarrollar una labor intelectual que despertar admiracin y receptividad por sus propuestas y ensayos periodsticos que expondr en diferentes peridicos y revistas. La reivindicacin del universo cultural y social nativo aymara-quechua muestra la creatividad de los otros quienes escriban sobre sus propios problemas y generaban propuestas desde su propia condicin. El mensaje de Churata encajaba perfectamente en este ambiente intelectual boliviano, menos pro-hispanista y ms nacionalista.

Gamaliel Churata y Ada Castro. Archivo fotogrfico dePedro Pinedo Aragn, nieto del escritor arequipeo.

II: Aproximaciones y alcances reflexivos

La principal motivacin de este artculo es abordar una primera aproximacin sobre la peculiar reflexin filosfica de Churata expuesta en El Pez de Oro.

Gamaliel Churata viene a representar el primer intento orgnico por ubicar su obra dentro de un discurso autntico, original, plantendose la construccin de un sistema de categoras de reflexin y creacin basada en la propia cosmovisin andina. Toma distancia respecto a la adecuacin de sistemas y categoras de reflexin, surgidas en realidades distintas a la propia, inicia la problematizacin de su propia condicin colectiva, peculiar, de gran riqueza mtica, mgica (Laykakota, es el lugar de los curanderos hampicamayuq o laykas), y la dialctica.

Al leer El Pez de Oro queda la impresin de haber ledo un texto donde el autor atropella las normas gramaticales del espaol, y plantea el dilogo autor lector bajo los propios signos comunicativos, apelando al quechua y aymara. Con esto logra demostrarnos la lejana en que vivimos de nuestras propias identidades nacionales y la comunicacin con aquellas, indica Gamaliel Churata que hemos seguido una historia signada por la hegemona de la reflexin hispanista.

La originalidad del mensaje que emana de El Pez de Oro es plantearnos la presencia del habla propia frente al discurso que hegemoniza el canon, en un claro rechazo al dominio colonial que hemos sufrido en el Per. El uso del idioma nativo se utiliz como un valioso instrumento de resistencia y a la vez permita representar una estructura reflexiva de alcances insospechados y rica en categoras y conceptualizaciones para pensar la propia condicin, una de sus funciones flexibles fue el de apropiarse de lo mejor de la cultura europea para complementar el propio discurso, y mostrarnos modelos de pensamiento originales y autnticos

En la homila (a modo de discurso religioso) que sirve de introduccin en el Qori Challwa, Churata expone sus motivos de originalidad:

...conservar as las creaciones especficamente literarias - (...)- en que no raqutico el ingenio de sus poetas y filsofos. El caso es que nos empeamos en tenerla valindonos de una lengua no kuika: la hispana. Y en ella borroneamos como indios, aunque no en indio, que es cosa distinta. Y aun as esto ser posible slo si resultamos capaces de hacer del espaol- solucin provisional y aleatoria- lo que el espaol hizo de nosotros: mestizos para Espaa tambin aleatoria y provisional solucin-, pero un mestizo puede germinar en nueve meses y salirse toreando. Un idioma no.

El mestizaje que alude, refiere a la condicin a nuestra identidad cultural como enajenacin, no nos hemos reconocido dentro de la alteridad como el otro, ese otro son los indios, aquellos que estn lejanos de nosotros y los consideramos como extraos en un universo que hemos construido para alejarnos de ellos, sin comprender que los otros somos nosotros mismos. Hemos cultivado una cultura cuyos representantes, no son los propios nativos, hemos creado una cultura que los margina y los hace sentir extraos en su propio terruo.

Considera Churata que la reflexin europea marcadamente logocntrica, se aferra a sus orgenes griegos, a su mitologa y cosmogona como principio nico universal aplicable a las dems civilizaciones del mundo, en respuesta a esta visn estrecha de la filosofa, propone retornar a nuestros propios mitos y cosmovisin, reflexionar integrando todas las calidades morales, mgicas, y de ciencia andina, esto es lo que hoy se conoce como perifilosofa. (filosofa realizada por otras sociedades distintas a la griega).

Los textos filosofantes que aborda resultan una toma de conciencia desde el mundo andino para la creacin de una propia reflexin frente al predominante eurocentrismo de la cultura oficial. Su propuesta anti-metafsica, su oposicin al racionalismo de Renato Descartes, citada en la frase: No soy porque pienso, soy porque duelo, nos conduce a construir un dialogo de oposicin similar a la dualidad de un universo que se ha destruido y cuya posibilidad de rescatar resultara en mostrar las heridas histricas de la desestructuracin del Tawantinsuyu.

Siguiendo el mtodo de argumentacin de Scrates, Churata dialoga con Platn y otros filsofos griegos, demostrndoles que desde el mundo andino, es posible generar un pensamiento muy distinto a la de ellos, pero que al final confluyen en nueva dimensin de reflexin.

Su reflexin siguiendo un esquema yanantn (dialctica andina) abordara un criterio de desarrollo entendiendo que el universo pequeo, contiene al macrocosmos. Escribe:

El verdadero cosmos no ser la clula? El concepto de espacio habr de ser rectificado, pues se ve que la idea de magnitud se concibe slo en sentido inverso al volumen; as cuanto mayor su espacio menor? Y esto porque es la clula el individuo que posee la cualidad de permanencia, del poder estar, si las formas a que concurre, son susceptibles de desintegracin y ella no conoce otro estado que el estar. Este cuerpo u organismo, mnimo, constituye la sola realidad? Al ltimo, los sistemas complejos que rigen el movimiento astral determinan el suyo, o del suyo parte la rtmica csmica? Contesta, Plato.

El lenguaje reflexivo al cual apela, sirve como pretexto para reflexionar sobre temas antropolgicos abordados bajo la visin de un yatiri (sabio) o la de un kallahuaya (mdico andino) que imparte salud utilizando la herbolaria y el anlisis de lo psquico que se antepone como problematizacin. Cuando hace referencia a Sigmund Freud, aborda la discusin sobre el subconsciente, lo onrico se torna racionalista, y dicha reflexin apela al argumento de identificar subconsciente con Wayusia:

La ciencia nos debe una respuesta ms all de las resecas conclusiones estadsticas que hacen de la ciencia del espritu una meta psquica metablica. De qu elementos se compone lo que se llama el subconsciente? Podr decidir de la conducta y de las ideas y concepciones del hombre? S, as, En qu punto de la personalidad radica? Experimento en m la presencia de naturaleza extraa, no obstante, afn, de cuyas manifestaciones recibo a veces deleitosos efluvios, como otros me desconcierta con su inaprensible ser. Estoy convencido que esa extraa naturaleza es ella, mi wayusia; es la flor que a partido el movimiento de instilacin que la ha llevado a aposentarse en mi personalidad. Y esto me ha inducido a pensar que aquello que llamamos subconsciente acusa, simplemente, la presencia de consciencias que se albergan en la personalidad humana; y constituyen n una consciencia subyacente, sino una consciencia mltiple.

En todo momento la voluntad del hombre se forma de acumulacin de voluntades; esto es, el hombre acta en representacin de una multivoluntad, casi universal.

La discusin precede a desestructurar todo lo racional, bajo un volitismo que recurre a un esquema antropolgico, antes que antropocntrico. La voluntad precede al individuo, su conciencia puede representarse como multiplicidad.

Jos Luis Ayala acaba de reeditar el Pez de Oro (AFA Editores)

Esta reflexin, cercana a una ontognesis que limita con el sentido discursivo de la muerte [Waya o thanatos], lo que muere, debe trastocar en semilla que vuelve a nacer, se asocia con la palabra en runasimi mallqui que a su vez significa muerto y semilla:

...en la clula est el cosmos; por tanto su potencialidad gensica resulta absoluta. Al relajarse infundir a su mdulo individual en clula femenina, y, transfundida por ese medio, rebrotar. Esto es, que no puede morir quien ya vive. Mirado as el proceso de la arquitecturacin celular es una permanente germinacin; a medida que vivimos perdemos cscara ms no clulas. Cuando muere el individuo -animal o planta- hizo ms que penetrar en el vulo de que tornar a nacer. Morir ser solo Nuevo Nacimiento

Esta idea de muerte como semilla sigue un discurso tan antiguo que podemos leer en la crnica de Joan Santa Cruz Pachacuti Yamqui Salcamaygua, perecer slo significa renacer como semilla en las futuras generaciones.

La reflexin de Churata resulta un modelo para rearmar, de los textos publicados hasta ahora se vislumbra un universo andino que integra diversos elementos culturales, que van desde los propios hasta los ajenos, todos en perfecta armona y componiendo un discurso que no es una vuelta al pasado, sino un presente que explica lo que somos como cultura hibrida, una consecuencia de una dominacin colonial que en quinientos aos no pudo destruir no saquear el tesoro ms importante del Tawantinsuyu: su cultura.

A continuacin presento un texto de nuestro autor, que resume parte de su reflexin original.

Foto de Churata en la decada del 30 del siglo pasado.

Dialctica del Realismo Psquico * Gamaliel Churata

Tomado del libro: "Simbologa de El Pez de Oro" (Badini-Churata-Ayala). Editorial San Marcos, 2006.Dos cuestiones previas. Mis buenos camaradas de Orko-pata me manifestaron ayer, despus de mi primera conferencia, que a ellos ms les habra complacido orme discurrir sobre el tema de la Dialctica del realismo psquico, Alfabeto del incognoscible, que dar lectura de las treinta pginas de ella. Ciertamente, eso habra sido inclusive ms placentero. Pero yo soy devoto contrito de toda norma disciplinaria. Y los Chaskis tienen establecido que toda conferencia en su seno debe ser previamente conocida por sus miembros directivos; sin que esto importe limitar la libertad de expresin del conferenciante. Esa es la razn por la que en esta misma operacin de exgesis, yo me someto con agrado a la norma. Y otra, la ms importante. Una dama hermosa y gentil se me alleg ayer y me dijo que, lamentablemente, ella no estuvo a la altura de los temas tratados, y que de la conferencia haba entendido poco. Es necesario que yo exprese con todo afincamiento que reconozco tales temas abstrusos, y que darles expresin asequible al demos mayoritario, no es tarea propia y menos factible. Pero, es que aqu estamos frente a otra cuestin grave en suma medida. Los hechos -y yo pretendo discurrir con ellos y en su materia- no son discutibles: tienen que poseer la rotunda verticalidad de la vida y cuando no se entiende la fraseologa dialctica, el hombre que oye debe buscar si oye con el sentimiento. Es decir, si en la conciencia se le hace sensible la materia de la exposicin.

Cuando digo los muertos no estn muertos, he, reciamente, lanzado una proposicin inslita. Y cmo lo demuestra usted, se me dice. La palabra humana no da para estas demostraciones. Entonces respondo: tienen que responder ellos los muertos- Y cmo? Cmo? Hablando. Si estn vivos pueden y deben hablar. Omosles pero no con los odos de la inteligencia, sino con los de la entraa. Si estn en parte alguna, digo yo que es en nosotros donde estn, porque es en nosotros que los sentimos. Dnde nos duelen? Dnde lloramos lo que fue nuestra adoracin? En el corazn. O no es en el corazn que sentimos la ausencia de nuestros muertos? S, en l es. Entonces, digo yo a la dignsima seora que me honr con su amable confidencia: de qu le servira, seora, haberme entendido, si siente usted que es como yo afirmo, que es en su noble entraa donde los muertos se hacen manifiestos. Ya estamos ac frente a un problema gnoseolgico subitneo. El verdadero conocimiento de la realidad no puede venir de la inteligencia, sino del sentimiento, es decir de la capacidad sensorial de la naturaleza humana. Transportmonos a Alejandra, ese foco del frica de donde parten las irradiaciones del misticismo cristiano, y vemos en los desiertos la tragedia del mstico. l se recluye en una cueva y en ella sufre las torturas del Demonio que le asedia en la figura del Scubo, el alma torturada por las psicosis genitales, y ya es la hur de floral epidermis, la nia desnuda que se le ofrece. Y el asceta concibe que son formas demonacas del enemigo del alma que trata de sumirlo en los vertiginosos abismos del mal Pero, all hay un filsofo que siente el mismo asedio, y ve las mismas figuras infernales que ya le arrastran al delirio de la locura. Pero tiene la suficiente serenidad y objetivismo para comprender que esas naturalezas son individuos de un orden gentico, y se aplica la medicina ms grotesca, si se quiere pero la nica acorde con la realidad sensorial: se yugula. Y las visiones y tormentos desaparecen. Esto entiendo yo por la Dialctica del realismo psquico. Proclo se llama ese filsofo, como el de la Tesalia se llama el famoso Antonio de cmo. Si San Antonio hubiese posedo el sentido realista del telogo que fue Proclo habra curado de su mal como este lo logr.

Este hecho de la realidad est sealando que el verdadero conocimiento de la realidad ntima del mundo interior de la conciencia humana no puede ser abarcado por los inteligibles, puesto que estos son el idioma de entes enfermos que crean en la naturaleza conciencial del hombre, un mundo ficticio del cual se valen para dominar a prjimos ya como Scubos o Incubes, y es lo mismo decir Demiurgos o Daimones. Revisar esto en centn de las teodiceas de todos los pueblos es encontrar en los smbolos de la demonologa arbiga o helnica la confirmacin de que la realidad del mundo interior humano est constituida por la presencia de los muertos en la sangre y la naturaleza medular de los vivos. Cuando tenga yo la suerte de lanzar al conocimiento de mis amigos el texto del libro Resurreccin de los muertos, estoy seguro de que estas breves anticipaciones sern definitivamente comprendidas.

Pero, no slo la hagiografa, esto es la biografa de los santos, nos revelar la realidad, sino el anlisis de la Metafsica, y el anlisis metafsico de la poesa de los hombres, demostrar que los muertos no slo existen en nosotros, sino que se han estado expresando a travs de los milenios sin que se llegase a entenderlos por no saber sentirlos. Entre esas expresiones recientes, tenemos que tomar en cuenta unas del filsofo francs Sastre, quien en su biografa, de la cual ha entregado ya una primera parte, manifiesta que l no morir; mas permanecer entre los hombres convertido en un corpsculo magntico, un estallido microscpico de estrella, viviendo con ellos, dueo de una conciencia viva, actual, filosfica y poltica. As es en efecto. Pero es que el ateo Sastre, materialista de ctedra, juzga que su Yo, su ego, es la forma en esencia de su materia, y no obstante repudiar las especulaciones msticas, que son de la misma ndole, ignora que ese Yo, es slo le genes, la semilla del hombre, como revel Proclo sin haberlo entendido.

Es, pues, la simbologa de El Pez de Oro nada ms que la dramatizacin de ese individuo genital al que se ha dado el nombre de alma, y es el principio dinamognico de la naturaleza germinal del Universo, y es su naturaleza de conciencia, de eternidad de fruto. El Pez de Oro es el genes del Hombre del Tawantinsuyu; la Sirena, su madre, el smbolo de la naturaleza germinal del agua; su padre, el Khori-Puma, la raz animal del hombre. Y ya tengo que decir a ustedes que la abuela de El Pez de Oro es la Pacha-Mama, que nosotros los orkopatas llamamos, la Mama-Khamak, la tierra fecunda que constituye la gleba universal de la vida. Entonces se ver fcilmente que, desde los versculos del primer captulo hasta las puntualizaciones de los restantes, hay slo la dramtica de la raz animal del hombre que lucha por recuperar la semilla de su hijo El Pez de Oro, a quien la muerte intelectual le haba amputado de la carne. Y si ese decurso se refiere no ya al problema universal e histrico del hombre, sino a los episodios del homicidio del Tawantinsuyu, se comprender que la batalla del Puma se dirige a levantar de la tumba el alma de la patria.

Es claro que las imgenes de los retablos del Laykhakuy no todas infieren a morfologas zoticas, y algunos vemos que son meramente esqueletos homines; pero para la buena comprensin de sus formas se debe entender que all donde aparece el hombre es porque est viviendo su naturaleza humana, y all donde aparece humano est viviendo su naturaleza animal.

Esto se dirigir, pues, a deprimir la dignidad del hombre? Nunca. No puede deprimir al hombre su realidad; porque es su realidad cuanto puede suministrarle salud orgnica y acuidad de conciencia; ya que pretender que el hombre sea slo posible en una proposicin silogstica es borrarle del orden de la vida, la cual es en lo que es y no en lo que el alma enloquecida de los espritus sostiene que sea.

Creo que con las puntualizaciones que he brindado ayer y las de ahora, ya el lector de El Pez de Oro se hallar en condiciones de entender las simbiologas de su dramtica. Mas debo responder a la observacin que se me ha formulado con mucha sindresis. Por qu me dijeron nuevos amigos- pudiendo usted exponer la trama de su libro las cosas como ahora plantea, opt por dejar el acertijo para la fatiga de quienes se interesan por su obra?

Mi respuesta es simple, y creo que honesta. Porque El Pez de Oro es para m tambin una experiencia, La experiencia de encontrar una escritura en el momento que est diciendo Yo, en el momento que est expresando su ego. Los temas que l trata no son nuevos, aunque s muy viejos. Y su presentacin simplemente dialctica y sus conclusiones no habran arribado sino a conclusiones silogsticas, felices en el mejor de los casos. Y hoy no se trata de la fortuna de un libro literariamente juzgado, sino de buscar demostraciones en la experiencia. No es esta un hazaa proselitista, ni vengo a buscar la formacin de una capilla tergica; vengo a decirle al hombre, a descubrir en l la realidad de su conciencia, y conocer all si los hechos pueden determinar la realidad de su naturaleza, o las ideas, esa creacin espirita de la filosofa que acab haciendo del hombre un ente de razn sin races en la biologa y con un infierno en el corazn, en el cual fermentan todas las pasiones abyectas, lacerando la carne humana actual y ahogando en detrimento y vaciedad y odios a las conciencias nobles de nuestros muertos que sufren ese infierno.

Pero, hgaseme el honor de entenderme que esta planificacin emprica de la realidad del subconsciente, que llamaba el psiclogo Yung, no se dirige a sectarismo alguno, ni pretende ponerse frente a las religiones y la fe de las gentes. Es un llamado, sin apostolado alguno, al hombre para que, por su cuenta, sin valerse ya de agentes condicionados, se resuelva a su conciencia, no responda a dinamognicas tergicas, sino a leyes propias a todos los seres de la Naturaleza. Y enfrentado a ese problema respondern los hechos, aunque el Verbo de los inteligibles enmudezca para siempre

Y ahora, soy todo odos para responder al compromiso de la mesa redonda que inaugurar el seor secretario de los Chaskis, a quienes rindo mi ms profundo agradecimiento por la oportunidad que me brindaron de hablar desde este altoplano del Titikaka, a los mos y al hombre, al hombre que vemos y al que nos vemos, aquel que desde nuestros ojos est mirando el decurso de este carromato desvencijado, que conduce el Diablo, y que se llama la Historia del Hombre.

Puno, febrero 1965.

* Ricardo Badini encontr esta conferencia entre los escritos inditos de Churata Fue publicada recientemente con comentarios de Jos Luis Ayala y el mismo Badini.

[1]Vase Miguel ngel Huamn: Fronteras de la escritura: Discurso y utopa en Churata. A este magnifico estudio se agrega una cantidad apreciable de artculos publicados por distintos autores en diferentes medios periodsticos.Publicado porVctor Mazzien19:06No hay comentarios:http://cazapropia.lamula.pe/2013/07/05/resplandor-en-el-lago/eloyjauregui/

Resplandor en el lagoMemorias de Gamaliel Churata (Arturo Peralta Miranda. Arequipa 1897 - Lima 1969), extraordinario literato peruano que consolid la escritura de autor y le otorg dignidad al indigenismo.PUBLICADO: 2013-07-05 i.m. Javier Diez Canseco

El Per es una contabilidad pendiente, de eso hablbamos con el hermano Javier hace ya tanto tiempo. Desde el problema del indio que sealaba Maritegui pasando por el wakcha Arguedas, los laberintos de la choledad y hasta Conga y la derecha bruta y achorada. El debate entre literatura regia versus las letras lorchas tampoco est zanjado. Y de aquello tambin estbamos atentos junto al Zambo Goyo Martnez, mi profesor de primaria, con guardapolvo y palmeta en el colegio fiscal del barrio de Surquillo. Y as nos mordemos pero no nos tragamos. No obstante, vamos a conversar de la gran escritural que se escribe en el Per. Que abunda pero se conoce poco por culpa de Bayly y la literatura rosa mosqueta.En mi texto La escritura en la otra orilla del 2009 describa un breve perfil del periodista y poeta Gamaliel Churata (Arturo Peralta Miranda. Arequipa 1897 - Lima 1969), extraordinario literato peruano que consolid la escritura de autor y le otorg dignidad al indigenismo. Hoy es vuelto a revisar gracias a la reciente publicacin de la edicin crtica y comentada del libro de Churata El pez de oro (A.F.A Editores Importadores), trabajo descomunal del poeta y maestro Jos Luis Ayala.Pero quin fue el escritor Churata. All, por el verano de 1975, cuando en la casa que tenamos como refugio los jvenes poetas de Hora Zero en la calle Torres Paz en Santa Beatriz Jorge Pimentel, Tulio Mora, Alfredo Portal, Miguel Burga y otros inmortales--, mientras leamos Paterson de William Carlos Williams donde nos sorprendamos con aquel texto emulsionado de poesa, prosa, collage e incluso, con fragmentos de publicidad, como una suerte de urdimbre pica, montaje de escenas, imgines amalgamadas y escasez de verbos conectivos, cuando de pronto descubrimos el libro El Pez de oro de Gamaliel Churata. Lo trajo a nuestro corazn el poeta puneo Omar Aramayo, hermano telrico quien acababa de publicar su poemario Axial. Fue un deslumbramiento ms que una conmocin.EL PEZ DE OROCon el poeta Tulio Mora habamos descubierto un poco antes al verdadero Arturo Peralta Miranda: Gamaliel Churata. Mora lo conoca bien gracias a su investigacin desde una lnea que estaba a caballo entre la antropologa y la literatura. Yo, como lingista, haba detectado desde mi niez cuando escuchaba a don Alejandro Peralta, hermano de Churata y gran amigo de mi padre que cuando se referan a El Pez de Oro, hablaban de uno de los libros ms singulares de la literatura peruana del siglo XX. Cierto, el texto gozaba de una indescriptible oscuridad y permanente complejidad. Era un libro polismico y polifnico. Tejido en la urdimbre del discurso mtico andino como estructura de totalidad discursiva, no slo como escritura secuencial. Un universo diferente, brillante, luminoso.

En su libro Ideologa y poltica, Jos Carlos Maritegui dice del libro de Churata que: ha devenido para inaugurar y organizar un debate; no para clausurarlo. Es un comienzo y no un fin, se reafirma el Amauta. Debate, digo yo que empezara precisamente con el trabajo serio con el texto-tesis del propio Omar Aramayo: El Pez de Oro, la biblia del indigenismo (Puno. Mimio. 1979). Luego, en la Historia social e Indigenismo en el Altiplano del Dr. Jos Tamayo Herrera (Cusco. Ediciones Treintaitrs.1982). La tesis de mi colega Miguel ngel Huamn: Las fronteras de la escritura. Discurso y utopa en Churata que es de 1994, de brillante habilidad hermenutica y rigurosidad terica en el tejido literatura, cultura y sociedad. Y hasta un tiempo, el estudio de la Dra. Guissella Gonzles Fernndez El dolor americano. Literatura y periodismo en Gamaliel Churata (Fondo Editorial del Pedaggico San Marcos. Lima 2009).Un detalle en el libro de la Dra. Gonzales. Ella recorre la vida de Churata desde 1955 cuando se intenta publicar El Pez de oro. Churata ya viva en La Paz, Bolivia y editar su libro fue una tarea descomunal, segn sus entraables amigos bolivianos; haba escrito demasiado. Tanta vida Churata, digo yo, convertido en trenza escribal. Vida intensa de vida all en Potos, en La Paz, all donde viva junto a sus camaradas. Y sobraban ganas, y faltaba el golpe monetario. Y as el libro qued adormilado por ms de 2 aos hasta que en 1957, el escritor Jacobo Liberman, se compromete a terminar el dolorossimo parto que se haba gestado en la Editorial Canata y en los talleres de la SPIC. El 12 de abril de 1957 el libro nace robusto aunque desconcertado como un torete, el primero de la llamada triloga Inkasica que completan Teatro del Hallugrito y Hararuas de Challpa-Tullu.El estudioso suizo Marco Thomas Bosshard explica en su investigacin Hacia una esttica de la vanguardia andina. Gamaliel Churata entre el indigenismo y el surrealismo que Churata no se contenta con estructuras sintcticas quechuas y aymaras que incorpora al castellano, sino que tambin intenta hacer lo mismo en el nivel lxico. Lo cito: Por eso, resulta casi imposible comprender El pez de oro sin hacer uso del glosario al final del libro, y esto imposibilita o, por lo menos, complica bastante el proceso de transculturacin, revalorizando ms bien el factor de la resistencia cultural que, sin embargo, le es inherente. No obstante, sera errneo creer que Churata se encierra en un autoctonismo fundamentalista, que rechaza todo pensamiento occidental. Quienes afirman esto si es que los hay; no estoy muy enterado del debate actual en el Per se estn engaando.LA ESCRITURA HBRIDAEl Pez de Oro es un libro-hombre. Los ms de 6 mil artculos y crnicas desperdigados en diarios y revista de Bolivia y el Per son eso. Una vida. La escritura de la hibridacin. La magnfica oralidad transformada en escribalidad refulgente. Gnoseologa genuina, literatura de cojones. Que era modernista s. Pero ms indigenista. No del trasnochado sino del indigenismo nuevo, genial y creativo. De eso trata ahora la serie de libros que publica Jos Luis Ayala. De revalorar aquello que es desconocido. Digo, de ese texto que contradice el canon. Qu hubiese dicho el almidona maestro nueyorkino Harold Bloom para quine no hay matices. Qu dijo el viejo Luis Alberto Snchez, tan pegado a la raz cuadrada del gesto. Churata es atemporal por su esttica cual retablo de palabras. Aquella esttica como articulacin expresiva para un fin. Acaso Guamn Poma de Ayala, de seguro, el mismo Jos Mara Arguedas.

Si Antonio Cornejo Polar afirmaba en 1989 que El Pez de Oro era uno de los desafos y retos no asumidos de la crtica peruana, el libro de Ayala bien lo pueden tranquilizar. Leo en Internet que en los ltimos aos, parece que la discusin se est polarizando en torno a la idea de si se trata de una obra conectada con la cultura andina lase a Bosshard 2002, a Pantigoso 1999, a Zevallos 2002--, o si su peculiar estructura y punto de vista los explican ms bien las referencias vanguardistas, en especial el surrealismo como asegura el profesor italiano Riccardo Badini en su investigacin de El Alfabeto del Incognoscible de Gamaliel Churata y la posterior publicacin de uno de los inditos de Churata: Resurreccin de los muertos. (Asamblea Nacional de Rectores. Lima 2010).No puedo desconocer el trabajo de Helena Usandizaga, catedrtica de la Universidad Autnoma de Barcelona quien ha publicado una edicin crtica de El pez de oro. Cuando explica del desconocimiento mayoritario de Churata sobre todo en el Per es tajante en seala que es por descuido de nuestros doctores. A la falta de difusin que implica que el libro es considerado oscuro, ella seala que el asunto est en su lenguaje rupturista, mezcla de lenguas, fragmentariedad y su carcter onrico. Por ello Churata resulta un marginal. Pocos en el Per pero muchos en otras partes del mundo han enriquecido la lectura de El pez de oro que lo sitan entre las grandes obras latinoamericanas del siglo XX.Yo tengo que terminar como cronista ms que periodistaobservando aquel parecido en un libro clave en la inmensidad de James Joyce. Su Finnegans wake, ltima novela de 1939. Libro casi prohibido para traducirlo al espaol, segn los doctores literarios. Que para este texto de Joyce requiere una preparacin previa e incluso una vocacin y carcter determinados, es cierto. Pero si les mostrase a estos sabiondos El Pez de Oro, seguro que lo llamara una hereja.Y termino con el hermtico cubano, Jos Lezama Lima, Acaso el Churata del Caribe. La escritura todaes para Lezama la recuperacin de la dignidad nacional a travs de la literatura. Al decadente clima provocado por las ambiciones de los polticos de profesin y al autoritarismo, habr, pues, que oponerle la dignidad de su poesa. Joyce, Lezama Lima como Gamaliel Churata son nuestros escritores-matrices. Slo con ellos se escribir en libertad. Y celebro esta vez a un peruano. Y no soy sobn.

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